Shejtman 3 Nudos
Shejtman 3 Nudos
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Nudos
Conviene comenzar por presentar la escritura que supone la puesta en plano del
nudo borromeo de tres eslabones que Lacan propone en la primera clase de R.S.I.
Se ubica así al goce fálico entre real y simbólico (“fuera-de-cuerpo”), al goce del Otro
entre real e imaginario (“fuera-de-lenguaje”) y al sentido –incluso como goce-sentido-
entre simbólico e imaginario (“del que se guarece lo real”). Por fin, el objeto a, como
plus-de-gozar, se inscribe en la intersección entre los tres registros.
A Freud le habría sido necesario –tal es el planteo de Lacan- un cuarto termino (que
en el Seminario 22 se señala primero como “realidad psíquica” o “complejo de
Edipo”, y luego como “nombre del padre”) para que los tres queden anudados.
Pero ocurre que, al volverse necesario el cuarto, Freud deviene, para Lacan,
religioso: porque el cuarto freudiano, “la realidad psíquica”, queda especificada ella
misma como “realidad religiosa”. Los tres registros, independientes en el planteo de
Freud, se ligarían –se “religarían”- por esta “función de sueño”: la función religiosa
del nombre del padre.
Lo que hace que ceda la resistencia de Lacan a abandonar el nudo de tres y pasar al
de cuatro, es la dificultad que conlleva la necesaria homogeneidad que presentan los
registros en una cadena borromea mínima. El nudo es tan simétrico que no podemos
distinguir allí un registro de otro. Y no podemos hacerlo, por cierto, a menos que los
pintemos, o les pongamos letras.
Es necesario que sean cuatro. Es que solo el cuarto introduce la disimetría y con ella
la diferencia entre los registros.
Ahora bien, si en R.S.I ese cuarto no es aun el síntoma –o el sinthome, como ocurre
en el Seminario 23-, la responsabilidad de anudar los tres registros independientes
recae, por el momento, sobre la función de la nominación –ligada, como ya lo
destacamos, a los nombres del padre-.
Observemos de este modo que, planteados al inicio del Seminario 22 como efectos,
desbordes, o intrusiones, de un registro sobre otro, los componentes del trió
freudiano –la inhibición, el síntoma, y la angustia- son elevados ahora a la categoría
de cuarto elemento, de cuarta cuerda, haciéndoselos responsables del
encadenamiento de los registros.
En efecto, en el nudo de seis, allí donde tres falsos agujeros se encadenan de modo
borromeo, la homogeneidad es restituida. Y con ella, la imposibilidad de distinguir los
registros.
Los tres registros Lacanianos, desde entonces, requieren del cuarto para no irse
cada uno por su lado.
Este cuarto en función de anudamiento, más aun, como modo de reparar, de
remediar la independencia de lo real, lo simbólico y lo imaginario, se escribe
sinthome.