Casademuñecas
Casademuñecas
Casademuñecas
Henrik Ibsen
de
muñecas
casa
Henrik Ibsen
de
muñecas
©Comunidad de Madrid
casa de muñecas
Adaptación y guión para el alumnado de edades
comprendidas entre 12 y 16 años
casa
de
muñecas (Adaptación)
PERSONAJES
Nora Helmer
Torvald Helmer
Cristina Linde (Sra. Linde)
Procurador Krogstad
Doncella
Introducción
El ámbito educativo es una de las áreas prioritarias en las que la Dirección General de la Mujer
viene realizando actuaciones en materia de Igualdad de Oportunidades y prevención de la
Violencia de Género, con el objetivo de sensibilizar al alumnado de los diferentes niveles
del Sistema Educativo en esta materia e ir introduciendo en el mismo un cambio de menta-
lidades y de actitudes que permitan la asunción progresiva por parte de todos de la Igualdad
real entre mujeres y hombres, premisa sin la cual no será posible la erradicación de esta
Violencia de Género.
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
En este contexto, la Dirección General de la Mujer pone a disposición de los Centros Edu-
cativos un material literario de primer orden y contribuye de esta forma a la Celebración del
Año Ibsen (2006), con una adaptación pedagógica de Casa de Muñecas.
Esta obra de Henrik Ibsen abrió las puertas a las reflexiones sobre la emancipación de la
mujer, sobre la consecución de sus derechos, y puso en voz de su protagonista la lucha con-
tra la violencia y el maltrato psicológico contra la mujer.
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Acto primero
Nora: ¡Sí!
Helmer: ¿Comprado, dices? ¿Todo esto? ¿Ha vuelto a salir la manirrota a tirar el dinero?
Nora: ¡Oh, Torvald!, este año podemos permitirnos algunos caprichos. Es la primera navidad que no
tenemos que andar con apuros.
Nora: Bueno, Torvald, un poco sí podemos. ¿No es verdad? Sólo un poquito. Ahora ganarás un buen
sueldo y tendremos mucho, mucho dinero.
Helmer: Sí, a partir del año nuevo; pero falta aún un trimestre para que lo cobre.
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Helmer: (Cogiéndola de la barbilla, como para reprenderla)
¡Nora, Nora, no puedes negar que eres mujer! No, en serio, Nora; ya sabes lo que pienso sobre el asun-
to. ¡Ni deudas ni préstamos! Hay algo de servil, de turbio, en el hogar que se mantiene de préstamos
y de deudas. Hasta ahora hemos resistido, como dos valientes, y así seguiremos haciendo el tiempo
que nos falta.
Helmer: Bueno, bueno, no te enfades. Que no se enfurruñe la ardilla. (Saca la cartera) Nora, ¿qué es
lo que tengo aquí?
Nora: ¡Dinero! Diez... Veinte... Treinta... Cuarenta. Oh, gracias, gracias, Torvald; con esto tengo para
mucho.
Helmer: ¿Para qué negarlo, querida Nora? El chorlito es un encanto, pero gasta montones de dinero.
Es increíble lo caro que le sale a un hombre mantener un chorlito.
Nora: Oh, no, ¿cómo puedes decir eso? Si ahorro todo lo que puedo.
(Llaman a la puerta)
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Nora: ¡Puedes imaginarte lo contentos que estamos! ¡Cristina, qué feliz me siento! Qué estupendo es
contar con montones de dinero y no tener que andar con estrecheces, ¿no es verdad?
Nora: (Seria)
Torvald también me lo dice. Pero... Nora, Nora no es tan loca como todos creéis. Bueno, pero a par-
tir de ahora se acabaron las penalidades. A Helmer lo ascenderán y tendremos todo el dinero que
necesitemos.
Sra. Linde: Nora querida, no me lo tomes a mal; pero yo también he de hablarte. Estoy en una situa-
ción desesperada. He perdido mi trabajo. Y ahora que me cuentas la suerte que habéis tenido al mejo-
rar de posición, ¿lo creerás? Me alegro, no tanto por ti como por mí.
Nora: ¿Cómo? Ah, ya entiendo. Quieres decir que Torvald quizá pueda hacer algo por ti.
Sra. Linde: ¡Oh!, sí, claro, las labores menudas y demás... eres una niña Nora.
Nora: Eres como los otros. Todos creéis que no sirvo para nada serio...
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Sra. Linde: No lo dudo. ¿Pero a qué te refieres?
Nora: Te acuerdas de nuestro viaje a Italia. Torvald no hubiera podido curarse de no haber ido allí.
Nora: No, por Dios, ¿Cómo se te ocurre? ¡A él, con las ideas tan estrictas que tiene sobre el asunto!
Y además... Torvald, con su amor propio de hombre... hubiese sido humillante para él saber que me
debía algo.
Nora: Siempre que Torvald me daba dinero para un nuevo traje o cualquier otra cosa, no gastaba yo
más de la mitad. Además, tenía otras fuentes de ingresos; el invierno pasado tuve la suerte de con-
seguir un encargo de hacer copias; me encerraba y me pasaba las noches copiando hasta muy tarde.
Ah, más de una vez me sentí cansada, cansadísima; pero, por otra parte, no dejaba de ser emocio-
nante el estar trabajando y ganando dinero. Era casi como ser un hombre.
Helmer: ¿Cómo?
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Nora: Lo que pasa es que ella vale mucho para el trabajo de oficina y le gustaría trabajar con un jefe
experto para aprender todo lo que pueda. ¿A que puedes hacer algo por Cristina, con tal de compla-
cerme, eh?
Helmer: Bueno, no es imposible; de hecho es muy probable que pueda encontrarle un puesto.
Sra. Linde: ¡Pero qué dices! Adiós, querida Nora, y gracias por todo.
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ESCENA 1.2
Krogstad; Nora
Nora: (Asustada)
¿Conmigo? ¿Qué es lo que quiere?
Krogstad: Bien. Estaba sentado en el café de Olsen y he visto pasar a su marido... con una señora.
Nora: ¿Y qué?
Nora: Sí.
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Nora: Exactamente.
Nora: (Nerviosa)
Pero, señor Krogstad, yo no tengo influencia alguna.
Krogstad: ¡Escuche señora Helmer! No es sólo por el sueldo; es incluso lo que menos me importa. Se
trata, verá... Usted, claro es, sabe como todo el mundo que yo hace años cometí una estafa. El asunto
no llegó a los tribunales, y debido a ello se me cerraron todos los caminos. Pero ahora he de salir de
todo esto. Mis hijos van siendo mayores; por ellos tengo que recuperar mi reputación. Este empleo
en el Banco viene a ser como el primer escalón para mí. Y si su marido me echa ahora escaleras abajo,
vuelvo a caer en el fango.
Nora: Pero por el amor de Dios, señor Krogstad, no está en mis manos el ayudarle a usted.
Krogstad: (Amenazante)
Porque usted no quiere; pero yo cuento con medios para obligarla.
Krogstad: Señora Helmer, es evidente que usted no tiene una idea clara del alcance de su acción. Su
padre avaló el préstamo; pero su padre murió una semana antes de que los documentos fueran fir-
mados. Y yo, puedo probar que usted falsificó la firma de su padre. Y permítame, además, que le diga
que puede ir usted a la cárcel por este delito; si pierdo mi empleo en el Banco, se hundirá usted con-
migo. Adiós, Señora.
(Sale Krogstad)
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ESCENA 1.3
Helmer; Nora
Entra Helmer al salón, portando unos documentos.
Helmer: He conseguido del director saliente plenos poderes para hacer los arreglos necesarios en
cuanto al personal y a la organización. Emplearé en ello la semana de navidad. Lo tendré todo dis-
puesto para primeros de año.
Nora: Sí, me doy cuenta; pero deberías dejar que conservara su empleo en el Banco. Seguramente lo
haría forzado por la necesidad.
Helmer: No; se valió de trucos y trampas; y esto es lo que le ha hundido moralmente. Una persona
capaz de falsificar una firma y de mentir es capaz de cualquier cosa, no puede uno confiar en ella;
siento literalmente un malestar físico ante la proximidad de tales seres mezquinos.
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Nora: ¿No puede uno confiar en tales personas? (Breve pausa; alza la frente en desafío) ¡No, no es
verdad! Jamás lo será. ¡Lo hice por amor!
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Acto segundo
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Sra. Linde: Me han dicho que habías estado en casa preguntando por mí.
Nora: Sí. Mañana noche hay un baile de disfraces arriba, en casa del señor Stenborg. Mira, aquí tengo
el vestido; pero está tan descosido que no sé cómo hacer…
Sra. Linde: Bueno, en un momento lo arreglamos; sólo se ha descosido aquí y allá. ¿Hilo y aguja?
Ah, aquí tenemos lo que hace falta.
Doncella: ¡Señora!, un señor me ha entregado esta tarjeta, y dice que desea hablar con usted.
Nora: Bien, hágale pasar dentro de un momento. (Se retira la Doncella por la puerta que da al ves-
tíbulo. Nora se acerca a la Sra. Linde) ¡Cristina! ¿Me perdonas un instante? ¿Te importa arreglar el
vestido en el cuarto? Gracias, Cristina.
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ESCENA 2.2
Nora; Krogstad
Entra el procurador Krogstad por la puerta del vestíbulo.
Éste viste abrigo y gorro de piel; botas altas.
Nora: Hable bajo, mi marido está en casa. ¿Qué quiere usted de mí?
Krogstad: Ya sabe que he sido despedido. Pero no me voy a dar por vencido.
Krogstad: ¿Tan poco la quiere su marido? Sabe a lo que puedo exponerla, y sin embargo se atreve…
Krogstad: Escúcheme, Señora Helmer: Aquí, en el bolsillo tengo la carta para su marido.
Krogstad: Se lo diré. Quiero rehabilitarme; quiero prosperar; y será su marido quien me ayude. En
año y medio no he cometido nada deshonroso; durante este tiempo he luchado contra las circuns-
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
tancias más adversas; estaba dispuesto a levantarme paso a paso. Ahora me han despedido y no me
conformo con que me readmitan por misericordia. Quiero volver al Banco… tener un puesto más
importante; que su marido cree un cargo para mí…
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ESCENA 2.3
Sra. Linde; Nora; Helmer
La Sra. Linde entra con el vestido, por la puerta izquierda.
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Sra. Linde: ¡Nora, Nora, no sabes lo que dices! Ahora mismo voy a hablar con Krogstad.
Nora: ¿Él?
Sra. Linde: Pues impide que lo abra. Volveré lo antes que pueda; entretenlo mientras tanto.
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ESCENA 2.4
Helmer; Nora; Doncella; Sra. Linde
Helmer sale de su despacho y se dirige hacia la puerta del vestíbulo.
Nora: (Sobresaltada)
¡Torvald! ¿Dónde vas?
(Entra la Doncella)
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ESCENA 2.5
Nora; Sra. Linde
Nora: ¿Y qué?
Nora: No debiste hacerlo. No va a servir de nada. Después de todo es una gran alegría el esperar un
milagro.
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Acto tercero
Krogstad: ¿Qué habría de comprender? Una mujer despiadada deja plantado a un hombre cuando se
le presenta algo más ventajoso.
Sra. Linde: ¿Cree que soy tan despiadada como eso? ¿Y cree que romper con usted fue fácil para mí?
Sra. Linde: No lo fue. Recuerde que tenía a mi madre inválida y dos hermanos pequeños. Tenía que
mantenerlos a todos, y usted no podía ayudarnos; ni siquiera tenía trabajo.
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Krogstad: Cuando la perdí fue como si la tierra se hundiera bajo mis pies. Míreme; ahora soy como
un náufrago agarrado a una tabla.
Sra. Linde: La salvación puede estar cerca. Yo también me encuentro como un náufrago agarrado a
una tabla. Pero, Krogstad ¿y si ahora los dos náufragos se unieran?
Krogstad: ¡Cristina!
Krogstad: ¿Sería usted capaz de emprender una nueva vida junto a mí? No, no la creo. Además...
¿Está usted perfectamente al tanto de mi pasado?
Krogstad: ¿Sabe usted algo del paso que he dado contra los Helmer?
Sra. Linde: No. Helmer debe enterarse de todo; este desgraciado secreto debe salir a la luz; debe haber
una franca explicación entre los dos.
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ESCENA 3.2
Helmer; Sra. Linde; Nora
Se oyen las voces de Helmer y Nora fuera.
Entran Nora y Helmer, que vienen de la fiesta.
Nora: ¡Cristina!
Sra. Linde: Sí, mil perdones. Tenía muchas ganas de ver a Nora disfrazada; y cuando llegué ya habían
salido; y me dije: no me voy sin verla.
Helmer: Pues mírela cuanto guste. Creo que merece la pena. ¿No está preciosa, Sra. Linde?
Nora: ¿Entonces?
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Nora: (Sin fuerzas)
Lo sabía.
Sra. Linde: No tienes que temer nada de Krogstad; pero debes decírselo.
Nora: No lo haré.
Nora: Sí, sí, gracias, Cristina; ahora sé lo que tengo que hacer. Chist…
Sra. Linde: Sí, ya es muy tarde; y hay que descansar. Buenas noches.
Helmer: La acompaño.
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ESCENA 3.3
Helmer; Nora; Doncella
Vuelve a entrar Helmer en el salón. Se ilumina con más
intensidad, paulatinamente, el centro del escenario.
Helmer: No, cariño (La mira un momento; después se le acerca). Ejem… ¡qué felicidad volver a casa;
estar a solas contigo… con esta preciosidad de mujer!
Helmer: ¿Es que no puedo mirar a mi bien más preciado? A esta divinidad que es mía; sólo mía;
absolutamente mía. (Abrazándola). Sabes, Nora… muchas veces desearía que te amenazase un peligro
inminente, para arriesgar mi vida y mi sangre y todo, todo, por ti.
Helmer: ¿Qué te ocurre? (Desilusionado y resignado). Bueno… bien, como quieras: recogeré las cartas.
(Helmer saca el llavero del bolsillo y sale del salón en dirección al vestíbulo. Vuelve con la corres-
pondencia). Buenas noches. (Besándola en la frente). Que descanses, Nora. (Se dirige a su despacho.
Se oye cerrar la puerta).
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Helmer: ¡Nora!
Helmer: (Reteniéndola)
¿Adónde vas? ¿Es verdad? ¿Es verdad lo que ha escrito Krogstad? ¡Qué horror! No, no; no es posible
que sea cierto.
Helmer: ¡Desgraciada!... ¿Qué has hecho? ¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¡Contéstame! ¿Te das
cuenta? ¡Una delincuente!... ¡Oh, qué absoluta vileza hay en todo esto! ¡Qué vergüenza! (Nora calla,
y le mira con fijeza) Has destrozado mi felicidad. Has arruinado todo mi futuro. Estoy a merced de
un hombre sin escrúpulos; puede hacer de mí lo que quiera. ¡Y tener que humillarme y degradarme
por culpa de una insensata!
Helmer: ¿De qué me beneficiaría a mí el que tú te fueras, como dices? Llegarían a decir, incluso, que
yo estaba detrás… ¡que soy yo quien te ha instigado! ¿Comprendes ahora lo que me has hecho?
Helmer: Pero debemos pensar en lo que hay que hacer. Vas a seguir aquí, en esta casa, por supuesto;
pero sólo porque hemos de mantener las apariencias.
Helmer: ¡Démela!
Helmer: Sí, es de él. (Nervioso) Casi no me atrevo a abrirla. Quizá estemos perdidos, tú y yo. No; he
de saberlo. (Rasga el sobre rápidamente; da un vistazo a las líneas; examina un papel adjunto; un grito
de júbilo) ¡Nora…! No, tengo que leerlo de nuevo… Sí, sí; eso es. ¡Estoy salvado! ¡Nora, estoy salvado!
Nora: ¿Y yo?
Helmer: Tú también; por supuesto; estamos salvados, tú y yo. Mira: te devuelve el recibo. Dice que
se arrepiente y lo lamenta. ¿Pero qué te pasa… esa cara tan seria? Ah, ya comprendo, pobre Nora; no
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
puedes creer que yo te haya perdonado. Pues te he perdonado, Nora, te lo juro: te lo he perdonado
todo. Bien sé que cuanto hiciste lo hiciste por amor hacia mí.
Helmer: No sería quizá un hombre, si justo ese desamparo femenino no te hiciera doblemente atrac-
tiva a mis ojos. De ahora en adelante serás para mí una indecisa y desamparada criatura a la que cui-
dar. No temas nada, Nora; confía plenamente en mí, y yo seré tu voluntad y tu conciencia.
Nora: (Dentro)
Me estoy quitando el disfraz.
Nora: (Seria)
Sí, Torvald, me he vestido.
Helmer: (Sorprendido)
¿Cómo, tan tarde?
Nora: Esta noche no voy a dormir (Mirando su reloj). Aún no es muy tarde. Siéntate, Torvald; tenemos
mucho que hablar.
Nora: Siéntate… Va a ser largo. Tengo mucho que decirte (Se sienta Helmer en un sillón). Nunca me
has entendido… He sufrido muchas injusticias, Torvald. Primero de papá y después de ti.
Helmer: ¿Cómo? ¿De nosotros dos… de nosotros, que te hemos querido más que nadie?
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de papá a las tuyas. Dejé de ser su muñequita para ser la muñeca que tú querías. Tú y papá me habéis
causado un gran daño. Sois culpables de que no sea nada.
Nora: Nuestro hogar, Torvald, no ha sido más que un cuarto de jugar; y tú te has divertido jugando
conmigo como con una niña.
Helmer: Hay algo de verdad en lo que dices… por exagerado y extravagante que sea. Pero de aquí
en adelante será diferente. Se acabó el tiempo de los juegos; ahora toca el de la educación.
Nora: Oh, Torvald, tú no eres el hombre capaz para educarme a ser la mujer que necesitas. Tengo que
educarme a mí misma. Tú no sirves para ayudarme. Tengo que hacerlo sola. Por eso te dejo.
Nora: Tengo que estar completamente sola para ver con claridad en mí y en todo cuanto me rodea.
Helmer: Oh, es indignante. ¿Cómo puedes faltar a tus deberes más sagrados?
Nora: Deberes conmigo misma. Soy ante todo un ser humano, yo exactamente como tú… o, en todo
caso, debo luchar por serlo. Sé perfectamente que la mayoría te dará la razón, pero ya no puedo con-
tentarme con lo que dice la mayoría. Debo pensar por mí misma y ver con claridad las cosas.
Nora: ¿Una mujer no tiene derecho a evitar disgustos a un viejo padre moribundo ni a salvar la vida
de su marido? Me niego a creerlo.
Nora: No, no la entiendo. Pero ahora voy a intentarlo. Voy a averiguar quién tiene razón, la sociedad
o yo.
Nora: En mi vida me he sentido con la mente más lúcida y más segura que esta noche.
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Henrik Ibsen-Casa de Muñecas (Adaptación)
Nora: Sí; ha sido esta noche, cuando ocurrió lo peor, cuando leíste la carta de Krogstad estaba com-
pletamente segura de que le dirías: vaya y dígaselo a todos. Estaba convencida de que asumirías toda
la responsabilidad y dirías: yo soy el culpable. Pero no lo hiciste.
Helmer: ¡Nora!
Nora: Cuando leíste la segunda carta, y comprendiste que tu reputación no corría peligro me perdo-
naste, porque no te importaba yo ni lo que a mí pudiera pasarme; sino únicamente la opinión de la
gente.
Helmer: (Apesadumbrado)
La verdad es que se ha abierto un abismo entre nosotros… ¿Pero, Nora, no podríamos salvarlo? ¿Qué
he de hacer para corregir mi error?
Nora: Tendríamos que cambiar los dos de forma que... Oh, Torvald, ya no creo en milagros.
Helmer: (Desesperado)
Pero yo quiero creer. ¡Dímelo! ¿Cambiar de forma que...?
Helmer: (Se deja caer en un sillón, y se cubre la cara con las manos) ¡Nora, Nora! (Mira en torno y
se levanta) Se ha ido. (La esperanza renace en él) ¡El mayor milagro! Sí, cambiaré. Seré el hombre
que debo ser.
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casa de
muñecas
Henrik
guía
Ibsen didáctica
de apoyo
al
profesorado
Guía didáctica
de apoyo
al profesorado
casa de
muñecas
Henrik
Ibsen
Henrik Ibsen
casa de muñecas
Guía didáctica de apoyo al profesorado
Índice
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Presentación
51 Objetivos
Metodología
Análisis de Helmer
Elementos de reflexión
Preguntas para el alumnado
Análisis de Krogstad
Elementos de reflexión
Preguntas para el alumnado
8 1 Apéndice I
Año Ibsen 2006
8 3 Apéndice II
Datos insólitos y curiosos del dramaturgo Ibsen
a) ¿Sabías que la vida literaria de Ibsen estuvo llena de avatares?
b) ¿Sabías que Ibsen fue poeta?
c) ¿Sabías que Ibsen fue pintor?
d) ¿Sabías que Ibsen fue llevado al cine?
f) ¿Sabías que Ibsen escribió “varios finales alternativos” para Casa de
Muñecas?
g) ¿Sabías que el teatro de Ibsen influyó en el teatro español?
Presentación
Esta Guía didáctica que acompaña a la adaptación teatral de la obra Casa de Muñecas de Henrik Ibsen
se dirige, esencialmente, al profesorado de Educación Secundaria, y quiere ser un punto de apoyo para
que puedan desarrollarse los contenidos de no violencia que aparecen en esta obra de teatro.
Con esta Guía y el texto adaptado se podrá trabajar con adolescentes de entre 12 y 16 años, en la
prevención de Violencia de Género, con el firme convencimiento de que la educación en valores no
violentos permitirá erradicar las manifestaciones de maltrato y violencia.
Las ideas y valores recogidos por este autor en Casa de Muñecas son propios de una sociedad en la
que la mujer queda relegada a su función de madre y esposa. Ibsen profundiza sobre esta situación
de sometimiento y desigualdad, y por ello, lleva al límite el drama personal de la protagonista, Nora.
La relación dramática que se da entre los personajes y el sufrimiento personal de Nora, serán los que
la lleven a encontrar un camino de salida. La toma de conciencia de la protagonista y la fuerza lógi-
ca y moral que irradia, modificarán las actitudes entre los personajes de su entorno.
50
Objetivos
• Analizar las relaciones de poder-conflicto en el ámbito privado y público.
• Comprender cómo funciona la reproducción de estereotipos sexistas en nuestro actual tejido social.
• Poner de manifiesto los prejuicios sexistas –a veces sutiles– que limitan el papel de la mujer en
todos los ámbitos.
Metodología
La propuesta metodológica de esta guía debe cumplir el objetivo de permitir al alumnado del siglo XXI
comprender, a través de los procesos de identificación y escenificación, la carga dramática que supuso
la conquista de la igualdad para la mujer.
Por ello, con esta adaptación didáctica se quiere contribuir, mediante una lectura comentada, al logro
de una cultura de igualdad.
Aunque la representación de la obra original de Henrik Ibsen tiene una duración de 100 minutos, la
adaptación propuesta queda reducida a un tiempo aproximado de 40 minutos, aunque respetando los
tres actos de la obra original, de manera que ésta pueda ser representada por los propios alumnos y
alumnas como una actividad dentro del ámbito escolar.
51
Lectura
didáctica
de apoyo al
profesorado
53
ANÁLISIS DE LA OBRA: IBSEN Y SU ÉPOCA
Durante la época en que vivió Ibsen, Noruega era un lugar donde la sociedad era conscientemente dis-
criminatoria: “Nuestra sociedad es masculina y hasta que no entre en ella la mujer, no será humana”
escribió Ibsen. El hecho de que Casa de Muñecas tenga como protagonista una figura femenina cuyo
comportamiento evoluciona a lo largo de la obra, constituyó un escándalo para la sociedad y un logro
en la emancipación de las mujeres –con una resonancia internacional importante–.
El teatro de Ibsen muestra sobre la escena los problemas de la sociedad burguesa en la que la mujer
es relegada por la autoridad del hombre: padre/marido.
Sin embargo, en el tejido social noruego comienzan a aparecer fisuras. El mundo es un mundo en movi-
miento, los antiguos valores y las anteriores concepciones de la vida no son fijos, el movimiento ame-
naza el orden social establecido. Este proceso de cambio tiene un aspecto tanto psicológico como
social e ideológico. Ibsen exigía que el arte dramático reuniera, de la forma más realista posible, estos
tres aspectos. La unión de estos tres elementos es la esencia del drama para Ibsen: “Lo esencial para
mí ha sido describir a seres humanos, sentimientos humanos, y destinos humanos basados en ciertas
condiciones y posturas sociales”.
Ibsen sacó a la vista los problemas y divergencias de la familia burguesa. Condena la doble moral, la
falta de libertad, la traición y la estafa.
La burguesía había traicionado sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad y sobre todo después de
1848, se había convertido en defensora de lo tradicional. Ibsen se afilió a la oposición liberal dentro
de la burguesía. En 1870 escribió al crítico danés Georg Brandes que era necesario volver a las ideas
de la gran revolución francesa y renombrar el contenido de la revolución francesa.
Henrik Johan Ibsen nació en Stockmannsgarden de Skien, el 20 de marzo de 1828 y muere en 1906
en Kristanía (Oslo).
• Dramas nacional-románticos: Los guerreros de Helgeland (1858), en los que Ibsen demuestra ya
su dominio de la famosa “técnica analítica”, y Los pretendientes al trono (1863). Pertenecen también
a este período los dramas de las ideas, en los que destacan: Brand (1866) y Peer Gynt (1867), César
y Galileo (1873).
• Dramas realistas contemporáneos: Ibsen establece en este momento una ruptura completa con el
romanticismo. Dentro de este grupo se encuentran las obras Los pilares de la sociedad (1877), Casa
de Muñecas (1879) sobre la conquista de los derechos de la mujer, Espectros (1881), y Un enemigo
del pueblo (1882).
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• Dramas psicológicos y simbólicos: Entre los que destacan El pato salvaje (1884) que plantea la tra-
gedia de la mentira con la que se escudan personajes egoístas e indignos. La casa de Rosmer (1886),
La dama del mar (1888), Hedda Gabler (1890), El constructor Solness (1892), El pequeño Eyolf (1894),
John Gabriel Borkman (1896) y Cuando despertemos de entre los muertos (1899).
• Las primeras anotaciones de Casa de Muñecas datan del 19 de octubre de 1878 y aparecen bajo el
epígrafe: “Anotaciones sobre la tragedia contemporánea”.
Leamos lo que dice Ibsen acerca de una obra que fue objeto de ininterrumpidas polémicas durante más
de veinte años, a medida que se iba sucediendo su estreno en diferentes países:
“Existen dos tipos de código moral, dos tipos de conciencia, uno en el hombre y
otro completamente diferente en la mujer. No se entienden entre sí; pero la mujer
es juzgada en la vida práctica según la ley del hombre, como si no fuera una
mujer, sino un varón.
Una mujer no puede ser auténticamente ella misma en la sociedad actual, que
es una sociedad exclusivamente masculina, con leyes escritas por los hombres,
con fiscales y jueces que condenan la conducta de la mujer desde un punto de
vista masculino.
Ha cometido un error, que constituye su orgullo; por lo que ha hecho por amor
hacia su marido, para salvar su vida. Pero este hombre se atiene a la honora-
bilidad corriente según el código y juzga el asunto desde el punto de vista mas-
culino.
55
• Ibsen se inspiró en un hecho real de su entorno para escribir Casa de Muñecas. La historia de Laura
Kieler anticipa casi paso a paso, la de la futura Nora. Laura Kieler pidió, sin el conocimiento de su
marido, un préstamo. A raíz de ello, el caso tuvo un desenlace trágico: su esposo exigió el divorcio,
perdió la custodia de sus hijos y a causa de los problemas nerviosos generados, Laura Kieler fue ingre-
sada en un centro psiquiátrico. Ibsen tenía conocimiento de estos hechos mientras trabajaba en el
texto de Casa de Muñecas.
56
ANÁLISIS
LITERARIO
DE LOS
PERSONAJES
Nora
Rasgos principales de su personalidad
Evolución del personaje
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Nora es una mujer nacida y educada dentro del marco burgués y tradicional
propio de finales del siglo XIX en Noruega. Atrapada en las redes sociales
de su época.
SITUACIÓN 1: El autor expresa el estereotipo de la mujer derrochadora, irresponsable y caprichosa.
Acto I. Escena 1.1. Pág. 9.
Helmer: ¿Comprado, dices? ¿Todo esto? ¿Ha vuelto a salir la manirrota a tirar el dinero?
Nora: ¡Oh, Torvald!, este año podemos permitirnos algunos caprichos. Es la primera navidad
que no tenemos que andar con apuros.
Relación dinero/mujer
SITUACIÓN 2: El autor expresa la relación dinero/mujer, dentro del estereotipo masculino. La mujer
acepta este rol de sumisión. Acto I. Escena 1.1. Pág. 9.
Nora: Bueno, Torvald, un poco sí podemos. ¿No es verdad? Sólo un poquito. Ahora ganarás un
buen sueldo y tendremos mucho, mucho dinero.
Helmer: Sí, a partir del año nuevo; pero falta aún un trimestre para que lo cobre.
Sra. Linde: (Sonríe) Nora, Nora, ¿Cuándo vas a ser un poco responsable?
Sra. Linde: (Cogiendo a Nora las manos) Qué buena eres, Nora. Es doblemente de agradecer en
tu caso, que tan poco conoces los dolores y sinsabores de la vida.
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Las contradicciones y las dudas sirven a Nora para poner de manifiesto su
verdadera capacidad resolutiva.
SITUACIÓN 5: El autor quiere resaltar la dualidad en la que se debate su vida: mujer anulada y por
otro lado mujer resolutiva. Acto I. Escena 1.1. Págs. 11 y 12.
Nora: Eres como los otros. Todos creéis que no sirvo para nada.
El carácter resolutivo se demuestra aquí en la iniciativa de Nora para salvar la situación a su marido,
sin que él lo supiera. Es una crítica a la vanidad del hombre y un homenaje a la mujer que calla y
actúa sin demostrarlo. Acto I. Escena 1.1. Pág. 12.
Nora: (Altiva y orgullosa) Una mujer casada sabe cómo conseguir un préstamo sin contar
con la autorización de su marido.
Nora empieza a ver lo que le era vetado pensar y verbalizar: percibe la hipo-
cresía, la pusilanimidad y el egoísmo de seres cercanos a ella. Despierta a
la rebelión moral.
SITUACIÓN 6: El autor muestra la evolución en el comportamiento de Nora: con sus palabras inseguras
empieza a darse cuenta de que ella puede resolver sola y con independencia su situación. Acto I.
Escena 1.2. Págs. 15 y 16.
Nora: ¿No puede uno confiar en tales personas? (Breve pausa; alza la frente en desafío) ¡No, no
es verdad! Jamás lo será. ¡Lo hice por amor!
Helmer: Pues mírela cuanto guste. Creo que merece la pena. ¿No está preciosa, Sra. Linde?.
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Maltrato psicológico por parte del marido. Abuso de autoridad.
SITUACIÓN 9: El autor nos muestra el maltrato psicológico que sufre Nora. Acto III. Escena 3.3. Pág.
32.
Helmer: ¡Desgraciada!... ¿Qué has hecho? ¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¡Contéstame!
¿Te das cuenta? ¡Una delincuente!... ¡Oh, qué absoluta vileza hay en todo esto! ¡Qué vergüenza! .
Has destrozado mi felicidad. Has arruinado todo mi futuro. ¡Y tener que humillarme y
degradarme por culpa de una insensata!
Nora: (Sin inmutarse) En casa, era la nena muñeca de papá. Aquí, he sido tu mujer muñeca.
Quiero decir, que pasé de manos de papá a las tuyas. Dejé de ser su muñequita para ser la muñe-
ca que tú querías. Tú y papá me habéis causado un gran daño. Sois los culpables de que
no sea nada.
61
Nora
Elementos de reflexión
A) Reflexionar sobre la personalidad de Nora: cómo se va definiendo íntima y socialmente. Cómo
se muestra frente a los demás y cómo es vista por los demás.
C) Destacar la evolución y los momentos puntuales en los que Nora expresa su malestar y el carácter
ficticio de su vida.
D) Reflexionar sobre el proceso psicológico que conlleva a una mujer de la época de Ibsen a des-
cubrir lo que la propia Nora comprende al final de la obra.
E) Poner de manifiesto las características del maltrato psicológico ejercido por unos seres egoístas
y mezquinos. Destacar la progresión de los distintos tipos de violencia hacia las mujeres.
F) ¿Podemos explicar por qué el carácter dramático de la decisión final de Nora es coherente con
su evolución personal?
62
Preguntas para el alumnado
1 ¿Cómo crees que se comporta Nora, la protagonista, al principio de la obra con su marido?
¿Crees que su actitud es la de una niña?
3 ¿Qué secreto cuenta Nora a su amiga que nadie más que Nora sabe?
4 ¿Qué actitud adopta la Sra. Linde con Nora cuando ésta le cuenta su secreto?
¿Crees que empieza a verla como a una persona adulta?
5 Busca los momentos de la obra en los que Nora demuestra que no le gusta cómo está siendo
tratada por su amiga.
6 Señala los momentos en los que Nora demuestra temor y/o valentía ante el Sr. Krogstad.
9 Busca los momentos de la obra en los que Nora se afirma ante la opinión de Helmer, convirtién-
dose en una mujer segura y resolutiva.
63
Helmer
Rasgos principales de su personalidad
Evolución del personaje
64
Helmer como marido dominante abusa de su posición humillando a Nora.
Juicio negativo sobre la capacidad de gestión económica de Nora.
SITUACIÓN 1: El autor expresa la relación dinero/mujer, dentro del estereotipo masculino de su época.
El lenguaje que utiliza Helmer es despreciativo y vejatorio. La mujer acepta este rol de sumisión. Acto I.
Escena 1.1. Págs. 9 y 10.
Nora: Bueno, Torvald, un poco sí podemos. ¿No es verdad? Sólo un poquito. Ahora ganarás un
buen sueldo y tendremos mucho, mucho dinero.
Helmer: Sí, a partir del año nuevo; pero falta aún un trimestre para que lo cobre.
Helmer: El chorlito es un encanto, pero gasta montones de dinero. Es increíble lo caro que le
sale a un hombre mantener a un chorlito.
Nora: ¡Oh! ¿cómo puedes decir eso? Si ahorro todo lo que puedo.
SITUACIÓN 3: El autor quiere poner de manifiesto el carácter paternalista y condescendiente del mari-
do hacia su mujer. Acto I. Escena 1.1. Pág. 13.
El autor nos muestra el estereotipo de la posición de poder del marido. Su autoridad como hombre
se basa en la vejación. Acto II. Escena 2.4. Pág. 24.
Helmer: La niña va a salirse con la suya… Pero sólo hasta mañana noche, cuando haya concluido
el baile. ¿De acuerdo?
65
Helmer ejerce su dominio y su control a través de la posesión. Nora es uno
de sus bienes y por tanto le pertenece.
SITUACIÓN 4: El autor nos muestra el amor posesivo de Helmer respecto a Nora. Acto III. Escena
3.3. Pág. 31.
Helmer: ¿Es que no puedo mirar a mi bien más preciado? A esta divinidad que es mía; sólo
mía; absolutamente mía.
Helmer alude por primera y última vez al único valor que él considera posi-
tivo en Nora, el de la belleza. Las reflexiones de Nora se convierten en
quejas caprichosas y absurdas para Helmer.
SITUACIÓN 5: El autor muestra el rol de mujer escaparate dentro del estereotipo masculino. Acto III.
Escena 3.3. Pág. 31.
Helmer: No cariño. Ejem… ¡Qué felicidad volver a casa; estar a solas contigo… con esta precio-
sidad de mujer!
SITUACIÓN 6: El autor expone el amor interesado de Helmer y sujeto a las apariencias. Acto III.
Escena 3.2. Págs. 32 y 34.
Helmer: Pero debemos pensar en lo que hay que hacer. Vas a seguir aquí, en esta casa, por
supuesto; pero sólo porque hemos de mantener las apariencias.
Helmer expone todo los argumentos que el hombre puede utilizar como
chantaje sentimental. Desprecio intelectual, sobreprotección, vejación,
cuando comprueba que su reputación no corre peligro.
SITUACIÓN 7: El autor expone las justificaciones para ser un ser imprescindible. Fundamenta su supe-
rioridad en la supuesta debilidad de la mujer. Acto III. Escena 3.3. Pág. 33.
Helmer: No sería quizá un hombre, si justo ese desamparo femenino no te hiciera doblemente
atractiva a mis ojos. De ahora en adelante serás para mí una indecisa y desamparada criatura
66
a la que cuidar. No temas nada, Nora; confía plenamente en mí, y yo seré tu voluntad y tu con-
ciencia.
SITUACIÓN 9: El autor expone el cambio sufrido por el personaje de Helmer hacia una actitud más
abierta y conciliadora. Acto III. Escena 3.3. Pág. 35.
Helmer: La verdad es que se ha abierto un abismo entre nosotros… ¿Pero, Nora no podríamos sal-
varlo? ¿Qué he de hacer para corregir mi error?
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Helmer
Elementos de reflexión
A) Reflexionar sobre la personalidad de Helmer dentro del conflicto social y sentimental.
B) Destacar los giros, las expresiones y las entonaciones que utiliza Helmer cuando se dirige a su
mujer.
E) Poner de manifiesto las contradicciones y los argumentos que hacen tambalear la posición de
Helmer hasta ahora privilegiada.
F) Reflexionar sobre la resolución del conflicto teniendo en cuenta la época en la que escribió
Ibsen la obra.
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Preguntas para el alumnado
1 ¿Cómo crees que se comporta Helmer con Nora al principio de la obra?
Busca los momentos en los que Helmer adopta una actitud condescendiente y paternalista con
Nora.
2 ¿Qué opina Helmer sobre la forma en la que gasta el dinero Nora? ¿Cómo la llama?
3 Busca los momentos de la obra en los que Helmer llama a Nora manirrota.
¿Crees que esta forma de llamarla es sólo cariñosa o quiere humillarla?
4 Busca los momentos de la obra en los que Helmer se siente orgulloso de que Nora sea guapa.
6 ¿Qué tipo de lenguaje utiliza? ¿Te parece violento? Busca en el texto las actitudes de violencia.
8 ¿Cómo reacciona Helmer cuando lee la segunda carta? ¿Por qué cambia tanto su actitud?
10 ¿Qué crees que dice Nora y “cómo crees que lo dice” para que Helmer se plantee que debe
cambiar?
69
Sra. Linde
Rasgos principales de su personalidad
Evolución del personaje
70
La Sra. Linde expresa un prejuicio latente hacia Nora, infantilizándola.
SITUACIÓN 1: El autor muestra el sentimiento de culpa que es interiorizado por las dos mujeres. A
veces luchan contra ellas mismas, en vez de ayudarse. La actitud de la Sra. Linde con Nora es de
superioridad. Acto I. Escena 1.1. Pág. 11.
Sra. Linde: Nora querida, no me lo tomes a mal; pero yo también he de hablarte. Estoy en una
situación desesperada. He perdido mi trabajo.
Sra. Linde: Bueno, en un momento lo arreglamos; sólo se ha descosido aquí y allá. ¿Hilo y aguja?
Ah, aquí tenemos lo que hace falta.
Sra. Linde: ¡Nora, Nora, no sabes lo que dices! Ahora mismo voy a hablar con Krogstad.
71
Independencia de la mujer en las decisiones que afectan a su vida.
SITUACIÓN 5: El autor expone una relación no estereotipada, aquí es la Sra. Linde la que decide
sobre su vida. Acto III. Escena 3.1. Págs. 27 y 28.
Sra. Linde: Recuerde que tenía a mi madre inválida y dos hermanos pequeños. Tenía que man-
tenerlos a todos, y usted no podía ayudarnos; ni siquiera tenía trabajo.
SITUACIÓN 6: El autor muestra que en la pareja formada por Krogstad y la Sra. Linde existe un diá-
logo sincero. Acto III. Escena 3.1. Págs. 27 y 28.
SITUACIÓN 7: La Sra. Linde pone de manifiesto la falta de confianza y el escaso conocimiento mutuo
que tiene la pareja formada por Helmer y Nora. Desvela la imposibilidad de seguir mintiendo. Acto
III. Escena 3.1. Pág. 28.
Sra. Linde: No. Helmer debe enterarse de todo; este desgraciado secreto debe salir a la luz; debe
haber una franca explicación entre los dos.
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Sra. Linde
Elementos de reflexión
A) Analizar el papel que juega la Sra. Linde.
C) Comparar el comportamiento de las dos mujeres: Sra. Linde y Nora, similitudes y diferencias.
E) Poner de manifiesto las contradicciones y los argumentos que hacen tambalear la posición de
Helmer hasta ahora privilegiada.
2 Al principio de la obra, ¿cómo llama la Sra. Linde a Nora? Busca en la obra momentos en los
que la Sra. Linde dice a Nora que ésta no tiene una actitud responsable.
5 ¿Ayuda Krogstad a la Sra. Linde para que ésta pueda a su vez ayudar a su amiga?
Busca el momento de la obra en el que la Sra. Linde pide ayuda a Krogstad.
73
Krogstad
Rasgos principales de su personalidad
Evolución del personaje
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Krogstad manifiesta un tipo de dominación masculina a través de la coac-
ción.
SITUACIÓN 1: El autor muestra un personaje masculino que utiliza el chantaje sobre la mujer como
medio para conseguir lo que quiere. Acto I. Escena 1.2. Págs. 14 y 15.
Nora: Oh, siempre se tiene alguna influencia, diría yo. Porque aunque se sea mujer no signifi-
ca que…
Krogstad: Señora Helmer, es evidente que usted no tiene una idea clara del alcance de su
acción… Y permítame además que le diga que puede ir usted a la cárcel por ese delito; si pierdo
mi empleo en el Banco, se hundirá usted conmigo. Adiós, Señora.
Krogstad: …hace años cometí una estafa. Mis hijos van siendo mayores; por ellos tengo que
recuperar mi reputación.
Krogstad: ¿Tan poco la quiere su marido? Sabe a lo que puedo exponerla, y sin embargo se atre-
ve…
Krogstad: ¿Olvida usted que tengo en mis manos su reputación? (Mostrando a Nora la carta)
Echaré esta carta en su buzón. Y recuerde bien que ha sido su marido el que me ha obligado a
actuar de esta forma. Nunca se lo perdonaré. Adiós, señora.
75
Krogstad: oposición y agresividad masculina ante una situación que no
le es favorable. Cambio de actitud en el personaje masculino ante la cla-
ridad y rotundidad de la Sra. Linde.
SITUACIÓN 4: El autor expone cómo la conciliación entre Krogstad y la Sra. Linde se produce a par-
tir de una conversación sincera. Acto III. Escena 3.1. Págs. 27 y 28.
Krogstad: ¿Qué habría de comprender? Una mujer despiadada deja plantado a un hombre
cuando se le presenta algo más ventajoso.
Sra. Linde: No lo fue. Recuerde que tenía a mi madre inválida y dos hermanos pequeños.
Tenía que mantenerlos a todos, y usted no podía ayudarnos; ni siquiera tenía trabajo.
Krogstad: ¿Sabe usted algo del paso que he dado contra los Helmer?
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Krogstad
Elementos de reflexión
A) Analizar el personaje masculino de Krogstad. Rasgos principales.
4 ¿Cómo ayuda la Sra. Linde a Nora? ¿Cómo reacciona Krogstad ante la demanda de la Sra.
Linde? Busca el momento de la obra en el que Krogstad decide ayudar a la Sra. Linde.
5 ¿Crees que Krogstad pierde algo ayudando a la Sra. Linde? ¿Por qué piensas que la ayuda?
77
CONCLUSIONES DEL DRAMA
1. El autor nos muestra a través del personaje protagonista de Nora un estereotipo femenino que res-
ponde a la mujer sumisa, femenina, caprichosa, derrochadora, niña, irresponsable, dependiente e in-
madura.
2. El autor nos presenta al personaje antagónico a Nora en el personaje de la Sra. Linde como mujer
que no responde a estereotipos y aparece como independiente económicamente, segura, resolutiva y
dueña de su propia vida.
3. El autor propone en el personaje de Helmer el rol de hombre seguro, que mantiene económicamen-
te el hogar, protector, paternalista, condescendiente, sin contradicciones y sujeto a una moral estricta e
intachable basada en la convención social.
4. El autor nos muestra a través de Krogstad al personaje antagónico a Helmer. Krogstad es un esta-
fador, un chantajista, de moral dudosa.
La obra nos muestra a medida que avanza, que todos los personajes, excepto la Sra. Linde, evolucio-
nan mostrando su opuesto, es decir, lo contrario de lo que parecen ser.
2. En Helmer aparece la inseguridad, su falsa estabilidad se tambalea, su doble moral queda al des-
cubierto.
3. El personaje de Krogstad se convierte en alguien generoso, su amor por la Sra. Linde es sincero y
no está sujeto a convenciones sociales.
4. El personaje de la Sra. Linde es el único que no se modifica, el autor utiliza este personaje para que
sea ella la que modifique al resto.
El momento en el que Nora se da cuenta de que el rol que representa no se corresponde con cómo es
ella en realidad y comprende la falsedad de su relación con Helmer es esencial en la resolución del
conflicto. Tanto la evolución de Nora como la del resto de personajes producen un cambio en las rela-
ciones que establecen entre ellos, lo que nos lleva al final de la obra donde se resuelve el conflicto.
78
¿Y tú qué opinas?
– ¿Y al de Helmer?
– ¿Has visto algún anuncio de televisión en el que aparezca una mujer parecida a Nora?
– ¿Por qué crees que la obra se llama Casa de Muñecas? ¿Explica las diferentes acepciones de la
expresión. ¿Cuál es el valor simbólico de esta expresión?
– ¿Cambiarías el final?
79
Apéndice I
AÑO IBSEN 2006
Noruega conmemora este año de 2006 el centenario de la muerte de Henrik Ibsen (1828-1906).
Henrik Ibsen es uno de los nombres más importantes de la literatura universal. Considerado “el padre”
del drama moderno, es una figura central en el auge de la modernidad intelectual europea.
El Comité Nacional de Ibsen, del Ministerio de Asuntos Sociales del Gobierno Noruego, con el obje-
tivo de que el año 2006 fuese considerado como “el Año Ibsen”, estableció, ya en el otoño de 2002,
un secretariado para el 2006.
La labor de este secretariado, ha sido coordinar y proporcionar parte de los fondos para las actividades
y los preparativos que se organicen con motivo del centenario de su muerte. A lo largo de todo el año
se celebrará una amplia variedad de eventos tanto en Noruega como en el extranjero que darán opor-
tunidades a nuevas interpretaciones de su obra.
Al menos una de sus obras de teatro se representará en algún escenario del mundo cada día.
Para facilitar la difusión del "Año Ibsen" el gobierno noruego ha creado un portal en Internet (www.
ibsenworldwide.info), en donde se ofrece abundante información sobre el autor y las diferentes ini-
ciativas en la conmemoración de su centenario en todo el mundo, en 18 lenguas diferentes, entre las
cuales se encuentra el español.
81
Apéndice II
DATOS INSÓLITOS Y CURIOSOS DEL DRAMATURGO IBSEN
• El padre de Ibsen, un próspero comerciante, perdió su fortuna en el juego y la familia tuvo que tras-
ladarse a la granja de Venstop en Gjerpen.
• Ibsen se emplea como aprendiz de farmacia de Jens Aarup Reimann en Grimstad, en 1844.
• Ibsen tuvo un hijo con Else Sophie Jensdatter, una de las sirvientas de Reimann.
Ibsen, residiendo en 1852 en Bergen, trabajó como asistente de dirección y fue “poeta doméstico” en
el teatro Det Norske Theater de Bergen, y en esta misma ciudad contraerá matrimonio el 18 de junio
de 1858, con Suzanna Thorensen, hija del clérigo.
• El Kristianía Norske Theater se declara en quiebra en 1862. A la pérdida de su cargo como director
artístico de este teatro, siguieron meses de no pocas dificultades para la subsistencia familiar, de la
que fue rescatado por una suscripción pública.
• En 1864 Ibsen abandonó Noruega, adonde no volvería en veintisiete años, si se exceptúan dos breves
visitas.
• Durante su estancia en Roma escribe Casa de Muñecas (1879), que versa sobre la lucha de la mujer
por la igualdad de derechos con los hombres.
• En 1891, contando sesenta y tres años de edad, y siendo reconocido internacionalmente, vuelve defi-
nitivamente a Noruega, instalándose en Kristianía. Allí en la esquina de Arbiensgate con Drammensveien
reside hasta su muerte, el 23 de mayo de 1906.
• Ibsen escribió poesía durante toda su trayectoria literaria, sobre todo hasta 1875. Posteriormente
renunciaría, casi por completo, al verso como forma literaria.
Los primeros poemas de Ibsen eran de carácter satírico y burlesco. Resignación, escrita en 1847 es la
primera incursión “seria” en el género poético.
83
• Por lo tanto Ibsen debutó antes como poeta que como dramaturgo. En la década de los años 1850 a
1860, publicó sus poemas en una serie de periódicos y revistas. Ibsen jugó en repetidas ocasiones con
la idea de publicar una colección con estos poemas.
• Ibsen renunció a la poesía tras la publicación de Poemas, en 1871, en una edición de 4.000 ejempla-
res. Las críticas de Brandes no fueron muy alentadoras, le desanimaron. Tal vez contribuyó a que Ibsen
algunos años más tarde renunciara a la poesía.
• Cuando Ibsen murió, dejó tras de sí una gran cantidad de obras en forma de arte pictórico: paisajes,
cartones, bocetos de escenarios y vestuario.
• El secretariado para este 2006, Año Ibsen, en colaboración con el Museo Ibsen de Oslo, ha realizado
una base de datos con todas estas obras, poniéndolas por primera vez a disposición del público en su
totalidad.
En 1998, durante el seminario “Ibsen en la Pantalla”, bajo los auspicios, entre otros, del Centro de
Estudios sobre Ibsen y el Instituto Noruego de Cine, se planteó la siguiente observación:
«Pocas de las adaptaciones para la pantalla que se han hecho de las obras de
Ibsen se han ganado un lugar en la historia cinematográfica, con excepción de
Terje Vigen, realizada por Victor Sjöström en 1916, que fue la precursora de
la edad de oro del cine mudo sueco. Las obras de Ibsen están llenas de buenas
historias. ¿Por qué nadie ha logrado crear películas artísticamente buenas a
partir de dichas obras de la misma manera que sí se ha logrado hacer con las
obras de Shakespeare?»
Con esta reflexión como telón de fondo, y para el Año Ibsen, el Instituto Noruego de Cine ha revisado
la tercera edición del limitado número de obras filmadas que dicho Instituto posee sobre filmografía
de adaptaciones para la pantalla de las obras del dramaturgo, produciendo la primera versión para el
portal Web del proyecto ibsen.net, del Centro de Estudios sobre Ibsen, sin realizar valoración alguna
sobre la “calidad” de las películas existentes.
Hasta ahora se han registrado 56 títulos, que cubren tres continentes ya que Ibsen se ha filmado en
Europa, Asia y América. Merece la pena señalar que Casa de Muñecas se ha llevado al cine 12 veces,
en el transcurso de tiempo que va desde 1911 (EE.UU) a 1993 (Irán). La importancia internacional de
Casa de Muñecas se refleja también en el hecho de que esta obra de teatro se encuentra ahora regis-
trada en la lista de la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad.
84
e) ¿Sabías que Ibsen escribió “varios finales alternativos” para Casa de Muñecas...?
En innumerables ocasiones se le preguntó a Ibsen qué pasaría con Nora. ¿Volvería a casa? A este
interrogante Ibsen siempre dio la misma respuesta: ¡Y yo qué sé!.
En el continente europeo se representó la obra por primera vez en Alemania, en varios teatros, a lo
largo de 1880.
La última escena de Casa de Muñecas fue demasiado impactante para algunos directores de teatro
alemanes. Exigían un final feliz modificado antes de atreverse a representar la obra. Una escena final
alternativa fue redactada por el propio Ibsen.
En una carta abierta al diario danés Nationaltidende, con fecha de 17 de febrero de 1880, Ibsen expli-
có su versión alternativa del siguiente modo:
Mientras no exista ningún acuerdo literario entre Alemania y los países escan-
dinavos, los autores nórdicos estamos completamente desamparados ante la ley
en ese país, al igual que los autores alemanes lo están aquí. Nuestras obras
dramáticas, por ende, se someten regularmente a actos violentos tanto por
parte de los traductores como de los directores de teatro y los actores de los
teatros pequeños. No obstante, ante tal amenaza, sé por experiencia que es
preferible que yo mismo realice el acto de violencia, antes de que sucumban
mis obras al tratamiento y las adaptaciones por parte de manos menos cuida-
dosas y experimentadas».
85
El estreno alemán de la obra, que tuvo lugar en Kiel, el 6 de febrero de 1880, se representó con la
versión alternativa. Tras el estreno se realizó una gira por Alemania con la obra, pero no tuvo ningún
éxito. En Berlín incluso se produjeron acciones de protesta abiertas contra la manipulación de la obra.
El teatro de Ibsen fue plena y rápidamente aceptado en toda Europa. Casa de Muñecas fue defendida
por críticos tan prestigiosos como George Bernard Shaw, en Inglaterra y Geord Brandes, en Dinamar-
ca. Más concretamente, en España influyó en autores como Echegaray, Benavente, y especialmente
en Benito Pérez Galdós.
En el siglo XX, la difusión de su obra fue inmensa y constituyó un claro referente para la emanci-
pación de la mujer.
86