Nuevos Enfoques de Inteligencia
Nuevos Enfoques de Inteligencia
Nuevos Enfoques de Inteligencia
Las ideas contenidas en este trabajo son de responsabilidad de sus autores, sin que
reflejen, necesariamente, el pensamiento del IEEE, que patrocina su publicación.
PRÓLOGO
La Directiva de Defensa Nacional recoge como una de las líneas básicas de la política de
defensa la de “impulsar decididamente la cultura de defensa en la sociedad española, de manera
que perciba como propias las cuestiones relacionadas con su seguridad, su libertad y la defensa
de sus intereses”. Para conseguirlo la Orden Ministerial 228/2001 de 24 de octubre, establece
que al Instituto Español de Estudios Estratégicos le corresponden las funciones generales de
impulsar y coordinar la política de promoción, difusión y fomento de la conciencia de defensa
nacional. Para el desarrollo de estos fines, el Instituto desarrolla dos tipos de actividades. En
primer lugar la difusión de esta cultura de defensa en la sociedad, y, por otra parte, todas las
iniciativas denominadas de investigación, para aumentar y actualizar ese acervo de cultura de
defensa. Entre las últimas, el Instituto es responsable de la planificación y edición de los
Cuadernos de Estrategia, publicación monográfica, donde se materializan los trabajos de
especialistas en las materias objeto de interés y considerados prioritarios dentro del panorama
estratégico y de actualidad.
En la mañana del día 9 de octubre de 2003 el sargento primero del Ejército del Aire José
Antonio Bernal, Agregado de Información de la embajada española en Bagdad y miembro del
Centro Nacional de Inteligencia, era asesinado a las puertas de su residencia oficial. Un mes y
medio después, el 29 de noviembre de 2003, fue una fecha marcada por la tragedia para el
Centro Nacional de Inteligencia, para el conjunto de las Fuerzas Armadas y para todos los
españoles. En un ataque sorpresivo, siete miembros del servicio de inteligencia español caían
abatidos en una carretera cerca de Nayaf al sur de Bagdad, tras oponer una heroica resistencia.
En las luctuosas jornadas posteriores, la sociedad española, ofreciendo un ejemplo realmente
encomiable, pudo comprender y compartir el dolor de las familias y del conjunto de las Fuerzas
Armadas por tan terrible suceso. Más allá del interés que pueda suscitar y de las reflexiones
vertidas en sus páginas, este monográfico quiere convertirse en un sentido y profundo homenaje
a los ocho miembros del Centro Nacional de Inteligencia que dieron su vida en Irak. Su
profesionalidad y definitiva entrega merecen el más sincero reconocimiento. Por ello, y para
concluir, señalaré que la discreta actividad desarrollada por nuestros organismos de inteligencia,
fortalece la eficacia con que la Administración General del Estado sirve a la sociedad española.
Gracias, por tanto, a todos los que habéis trabajado en este importante cuaderno y, de
manera especial, al CNI por su valiosa colaboración.
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SUMARIO
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
Por Diego Navarro Bonilla
Capítulo I
COYUNTURA INTERNACIONAL EN LA QUE ACTÚAN LOS SERVICIOS DE
INTELIGENCIA
Por Félix Vacas Fernández
Capítulo II
NECESIDAD, FUNCIONAMIENTO Y MISIÓN DE UN SERVICIO DE INTELIGENCIA
PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA
Por Miguel A. Esteban Navarro
Capítulo III
SERVICIOS DE INTELIGENCIA: UN ESTUDIO COMPARADO
Por Elviro Aranda Álvarez
Capítulo IV
COOPERACIÓN EUROPEA EN MATERIA DE INTELIGENCIA
Por Fernando Lista Blanco
Capítulo V
LA INTELIGENCIA COMPARTIDA
Por Francisco Galvache Valero
CONCLUSIONES
ÍNDICE
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, la consolidación hace un par de décadas de una sociedad identificada por su
interrelación tecnificada, globalización económica y base tecnológica e informacional es sin
duda la principal característica de nuestro mundo contemporáneo. También la conducción de la
guerra se vio modificada por un concepto surgido a comienzos de los ochenta como fue la
Revolución en los Asuntos Militares (RMA). En términos generales la RMA constituye el
abandono de un modelo de guerra total por otro en el que las operaciones bélicas de una
envergadura más reducida, en conjunción con la aplicación tecnológica de precisión y el
libramiento de una guerra en el ciberespacio tienden más a asfixiar la capacidad de respuesta
de un enemigo que a conseguir su destrucción en términos absolutos (1). La Revolución en los
asuntos militares destaca la altísima dependencia y vigilancia tecnológica de los órganos de la
defensa nacional para la conducción del conflicto futuro.
(1) LATHAM, ANDREW. “Warfare Transformed: A Braudelian Perspective on the “Revolution in Military
affaire”. En European Journal of International Relations, 2002, vol. 8, nº 2. pp. 231-266.
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En la primera mitad de este año 2004 la situación mundial todavía se ve inmersa en el
inquietante rastro dejado por la principal forma de incertidumbre y amenaza global identificada
con el terrorismo y las formas no convencionales de agresión gracias a la voluntad persistente
de grupos y organizaciones por ejecutarlas y convertirlas no ya en acciones concretas sino en
una opción política e ideológica definitivamente asentada (2). De ahí que el análisis de las
causas, la identificación de focos de tensión, la constatación de los fallos y mejoras en los
sistemas de seguridad o la evaluación de fuerzas y recursos necesarios para garantizar esas
políticas de seguridad y defensa sean en definitiva aspectos que han puesto de manifiesto la
importancia del trabajo de Inteligencia como solución global, preventiva, ágil y eficaz, adaptada
continuamente a la naturaleza flexible, difusa pero tremendamente resistente de las amenazas de
nuestros días. Éstas, que no son puramente militares, ni son obra de una estructura nacional
precisa o definida, sino difusa, orgánicamente elástica y con límites y contornos
conscientemente difuminados se identifican con el ciberterrorismo, bioterrorismo, narcotráfico,
hiperterrorismo, y en general de toda forma delictiva transnacional organizada. Cumbres
internacionales como la europea de Salónica han definido la concepción de la seguridad y la
defensa comunitaria a partir de tres ejes fundamentales: Terrorismo, armas de destrucción
masiva y estados en descomposición. Por otra parte, el informe elaborado por Melissa
Applegate y publicado por el Strategic Studies Institute en septiembre de 2001 bajo el título
“Preparing for Asymmetry: As seen through the lens of Joint Vision 2020” advertía de las
amenazas englobadas bajo el concepto de guerra asimétrica, entendida como el recurso que
grupos, potencias y redes terroristas utilizarán como alternativa al desarrollo convencional del
conflicto. El escenario de guerra asimétrica consiste en obligar a una potencia militar
convencional a la no utilización de su esquema tradicional militar, usando todos los medios,
ámbitos y acciones directas como acciones de guerra. Eso supone el abandono el esquema de
confrontación buscando el bloqueo de una fuerza superior que no está preparada a priori frente
a un enemigo celular y escurridizo. Sin embargo, los planteamientos asimétricos no son nuevos.
El 11 de septiembre de 2001 y el 11 de marzo de 2004, con toda su tragedia y consecuencias
todavía por asimilar son la expresión más desquiciada de una dinámica que no ha hecho sino
continuar por la senda del conflicto asimétrico iniciado decenios atrás. Los atentados de
Casablanca, Riad, Estambul, etc., ocurridos en 2003 han obligado a presentar un frente común
(2) VILLALBA FERNÁNDEZ, ANÍBAL. “Terrorismo en el sur y el este del Mediterráneo: el impacto del 11 de
septiembre”. En “El Mediterráneo: Proceso de Barcelona y su entorno después del 11 de septiembre”,
Madrid, Ministerio de Defensa, 2003, pp. 143-174 (Monografías del CESEDEN; 59).
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y de alcance global en la lucha antiterrorista procedente del mundo de la información y el
conocimiento que ha llegado incluso a promover operaciones conjuntas de vastísimo alcance.
(3) GRAY, COLIN S. “Thinking Asymmetrically in Times of Terror”. En Parameters: US Army War College
Quarterly, spring 2002, http://carlisle-www.army.mil/usawc/Parameters/02spring/gray.htm. Consultado:
19/11/2002.
(4) CORERA, GORDON. “Changes needed in Information Sharing”. En Jane´s Intelligence Review, agosto 2003,
pp. 3-4.
(5) ESTEBAN NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL y NAVARRO BONILLA, DIEGO. “Gestión del Conocimiento y Servicios
de Inteligencia: la dimensión estratégica de la información”. En El Profesional de la Información, julio-
agosto 2003, vol. 12: nº 4, pp. 269-281.
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protagonismo de otros actores distintos de las naciones-estado, las fricciones entre
civilizaciones y la preeminencia de factores religiosos y culturales frente a estrictamente
políticos o económicos determinan el contexto de este paradigma (6).
En suma, la definición del conflicto futuro pasa por reconcebir su naturaleza alejada del
tradicional enfrentamiento entre bloques y ahondar en las características del cambio en el
desarrollo de la guerra (7). La concepción bipolar del mundo no tiene sentido una vez que
aciertos y críticas a la teoría de Samuel Huntington presentan una realidad multipolar y
multicivilizacional (8). Hoy en día es poco probable que se produzca una situación bélica entre
países desarrollados tal y como se entendió durante el siglo XX y los posibles escenarios
parecen estar más próximos a la denominada Information Warfare (9). Lee S. Strickland,
profesor del College of Library and Information Science Studies en la Universidad de Maryland,
miembro del Senior Intelligence Service desde 1986 y oficial responsable del desarrollo de
políticas de información y privacidad dentro de la CIA lo ha expresado con meridiana claridad:
“Para erradicar las amenazas, las municiones tácticas y la fuerza jugará un papel extraordinario,
pero es la información la clave para el éxito: nuestra más efectiva herramienta de guerra” (10).
De ahí que la información, las redes y la tecnología capaz de explotarla para adquirir una
ventaja estratégica formen parte del principal entorno del conflicto futuro desplazando el
terreno físico de un posible escenario bélico tradicional hacia el campo de batalla de la
información (cyber battlefield). Los servicios de inteligencia de un Estado asumen éstas y otras
muchas amenazas derivadas de este marco global y globalizado en su cotidiana actuación en
materia informativa para preservar la seguridad nacional. De acuerdo con esa concepción que
define el conflicto asimétrico y la guerra irregular, las agencias de Inteligencia han tenido que
revitalizar áreas de interés informativo, en su mayoría a partir de fuentes abiertas, tales como la
geografía, las características étnicas de una zona, la idiosincrasia de un pueblo, sus
(6) WILCOX, GREG. “La respuesta militar a la Guerra de la Cuarta Generación en Afganistán”. En Military
Review, septiembre-octubre 2003, pp. 34-47.
(7) COKER, CRISTOPHER. “Waging War Without Warriors? The changing Culture of Military Conflict”, Lynne
Rienner, 2002 (International Institute Studies in International Security).
(8) SIRVENT ZARAGOZA, GONZALO. “Terrorismo y delincuencia transnacional organizada en el siglo XXI”. En
Nuevos Riesgos para la sociedad del futuro, Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos. 2003, p. 36.
Cuadernos de Estrategia, 120.
(9) JONES, ANDY; KOVACICH, GERALD L. y LUZWICK, PERRY G. “Global Information Warfare: How businesses,
Governments, and Others achieve Objectives and Attain Competitive Advantages”. Boca Raton (Florida),
Auerbach, 2002.
(10) STRICKLAND, LEE. “Were American Intelligence and Law Enforcement Effectively Positioned to Protect the
Public?”. En “Bulletin of the American Society for Information Science and Technology”, febrero-marzo
2002, 28, pp. 18-22; ―, “Information and the War Against Terrorism, Part V: The Business Implications”.
En “Bulletin of the American Society for Information Science and Technology”, 2002, vol. 28, nº 1, pp. 18-
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condicionantes religiosos y sociales, desplazando el interés de la nación a la tribu (11). Por
consiguiente, cada país identifica los conjuntos de conocimientos prioritarios para cumplir con
los requerimientos definidos en las Revisiones Estratégicas Nacionales y en las respectivas
Directivas de Inteligencia. De ahí que el abanico de intereses de un servicio de Inteligencia sea
enorme, extenso y totalmente de acuerdo con los escenarios, reales o potenciales, de las
amenazas. Ello obliga a diseñar las áreas de conocimiento que un servicio debe cubrir y los
medios y recursos, tanto humanos como materiales que debe incorporar para garantizar el
cumplimiento de los objetivos del servicio y disponer del mejor conocimiento, a partir de las
mejores fuentes y con los mejores recursos y medios.
¿QUÉ ES INTELIGENCIA?
21; ―, “Fighting Terrorism with Information”. En “The Information Management Journal”, 2002, vol. 36,
nº 4, pp. 27-34.
(11) WHITE, JEFFREY B. “Algunas reflexiones acerca de la Guerra Irregular”. En “Military Review”, septiembre-
octubre 2003, pp. 16-24. Publicado originalmente en Studies in Intelligence, 1996, vol. 39, nº 5.
(12) WARNER, MICHAEL. “Wanted: A Definition of “Intelligence”. En “Studies in Intelligence”, 2002, vol. 46: nº
3, http://www.cia.gov/csi/studies/vol46no3/article02.html. Consultado: 13/11/2002.
(13) SÁNCHEZ MÉNDEZ, JOSÉ. “Introducción a la inteligencia estratégica”. En “Revista de Aeronáutica y
Astronáutica”, diciembre 1982, pp. 1204-1221.
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Hablar de inteligencia estratégica es hablar de planificación y dirección, de identificación
y determinación de necesidades y requerimientos de conocimiento por parte de órganos
decisores. Es también hablar de los medios de obtención de información en bruto y de los
procesos y métodos de procesamiento para hacer posible su valoración y análisis antes de
generar nuevo conocimiento especializado en un ámbito determinado y puesta a disposición de
quienes formularon aquellas necesidades y requerimientos. Podría decirse que estas fases que
conforman el ciclo de inteligencia constituyen un conjunto metodológico y una variedad del
método científico tradicional:
The so-called “scientific method” means different things to different people, but
the basic features are much the same. These features are: collection of data,
formation of hypothesis, testing the hypotheses, and so arriving at conclusions
based on the foregoing which can be used as reliable sources of prediction (14).
(14) PLATT, WASHINGTON. “Strategic Intelligence Production: Basis Principles”. N. York, Frederick A. Praeger,
1957. Existe edición española traducida por Jorge Roberto Soneyra, Buenos Aires, Struhart & Cia., 1983.
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Nacional. La adaptación de los servicios de inteligencia a este cambio de paradigma en la
forma de concebir el conflicto, bien sean nacionales o departamentales, con una estructura
basada en la Comunidad de Inteligencia o siguiendo esquemas compartimentados, se encuentra
ya explícito en textos de reflexión global sobre el papel de los instrumentos para la defensa y la
seguridad nacionales. De hecho, las revisiones estratégicas de los principales países
occidentales (Quadrennial Defence Review de Estados Unidos, Strategic Defence Review del
Reino Unido, o el concepto militar de defensa frente al terrorismo de la OTAN) inciden en las
líneas maestras y en las prioridades de la defensa nacional para conseguir una adaptación
eficaz al panorama internacional convulso mediatizado por un nuevo concepto de amenaza y
riesgo en cuyo seno las operaciones de inteligencia e integración conjunta de conocimiento
mediante la potenciación de los sistemas C4I constituyen la piedra angular en la dirección de la
guerra futura. Los resultados aprendidos de la campaña de Afganistán y la integración de
fuerzas especiales combinadas con agentes y medios controlados directamente por los servicios
de inteligencia bajo operaciones ISTAR (Intelligence, Surveillance, Target Acquisition and
Reconnaissance) han formado una combinación de fuerza que, a juicio del general Tommy
Franks, simplemente “funcionó” (16). En el transcurso de esas operaciones se ha asistido al
espectacular avance de medios tecnológicos de adquisición de imágenes en tiempo real como ha
sido la definitiva integración de los vehículos no tripulados (UAV) y la segunda generación
dotados de sistemas de armas (UCAV). Hemos asistido a la consolidación de una forma de
combate a distancia, con un apoyo directo de la Inteligencia de imágenes en tiempo real y una
descentralización que ha permitido reducir riesgos humanos, costes y tiempo desde que se
produce la identificación de un objetivo hasta su eliminación (sensor to shooter). Sin embargo,
el reducido número de analistas de fotointerpretación provoca una situación no deseada por
cuanto aviones como el Global Hawk (Northrop Grumman), convertidos en plataformas ELINT
es capaz de tomas miles de imágenes cada día pero el análisis, la interpretación y la descripción
de todas ellas no puede realizarse en un plazo de tiempo efectivo por falta de especialistas en
tierra. La tendencia hacia la interpretación y descripción inmediata automática ha provocado
una línea de investigación en torno a soluciones informáticas capaces de analizar la imagen en
el mismo instante de su captura, dentro del propio aparato (17).
(15) “Estudio de Inteligencia Operacional”. Madrid, Ministerio de Defensa, 1991 (Cuadernos de Estrategia; 31).
(16) GRIER, PETER. “The combination that worked”. En “Air Force Magazine: Journal of the Air Force
Association”, 2002, vol. 85: nº 4, pp. 30-32: “The ability to plan and count on ISR —Intelligence,
Surveillance, and Reconnaissance— was incredible, [general Tommy] Franks asserted”.
(17) NEWMAN, RICHARD J. “War from Afar”. En Air Force Magazine, agosto 2003, pp. 58-61.
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A estos textos se sumó el año pasado la Revisión Estratégica de la Defensa presentada por
el ministro español con el fin de hacer explícitas las líneas maestras de la política de seguridad
desarrollada por todos los mecanismos ofensivos y defensivos de las Fuerzas Armadas de
España. Referida a la inteligencia militar, ésta ha merecido una reflexión particular destacando
su necesidad en el actual panorama internacional y subrayando su capital importancia como
elemento de política preventiva (18). En España, la necesidad de compartir esfuerzos en la
búsqueda, obtención y análisis de información para la generación de inteligencia y la
coordinación entre diferentes servicios de información preside el espíritu de la Comunidad de
Inteligencia Española en proceso de creación. Órgano esencial de ese proyecto de comunidad
de inteligencia nacional entendida como “sistema de sistemas” será el futuro Centro de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), apoyado por los RD 1883/1996 y 1250/1997
mediante los que se da al Jefe del Estado Mayor de la Defensa el mandato de integración y
coordinación de los sistemas de inteligencia de las Fuerzas Armadas propiciando así un marco
jurídico racional tendente a la unificación, coordinación y eficacia de los diferentes organismos
encargados de la elaboración de inteligencia nacional (19).
Otro aspecto sobre el que nos interesa hacer hincapié dentro de la revisión española es el
que muestra de manera inequívoca la vinculación existente entre el ámbito de la información
(tecnologías, procesamiento y explotación eficaz) y los mecanismos de comunicación y decisión
para la defensa. A nuestro juicio, son dos las áreas de actuación en las que el dominio de la
información despliega todo su potencial para las políticas de defensa: Tecnologías capaces de
gestionar e integrar la información para desarrollar una comunicación efectiva y afianzamiento
de los procesos de obtención, análisis y difusión del conocimiento generado en el seno de los
servicios generales o departamentales de inteligencia vinculados a la defensa y seguridad del
Estado. Ahora bien, no olvidemos una obviedad a menudo infravalorada: la tecnología por sí
sola, sin actuación decisiva de analistas y expertos, no produce conocimiento útil,
convirtiéndose como ha señalado Mark Lowenthal en una pérdida de recursos, algo que
entronca directamente con uno de los principios de Taplin: “La inteligencia es una actividad
inútil (y costosa) si no tiene una aplicación que justifique su valor e inversión” (20).
(18) “Revisión Estratégica de la Defensa”. Madrid, Ministerio de Defensa, 2002, 2 vols., vol. 2 (documentos
anejos), p. 212.
(19) DIEGO, JOSÉ LUIS DE. “La comunidad de inteligencia del siglo XXI: Un sistema de sistemas”. En “Revista
Española de Defensa”, 2002, vol. 15: nº 175, pp. 54-55.
(20) LOWENTHAL, MARK. “Open Source Intelligence: New Myths, New Realities”. En “Defense Daily
International”; http://www.defensedaily.com/reports/osintmyths.htm. TAPLIN, WINN L. “Six General
Principles of Intelligence”. En “International Journal of Intelligence and Counterintelligence”, 1989, vol. 3:
nº 4, pp. 475-491.
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Del mismo modo, la información, o la mera acumulación de datos susceptibles de
convertirse en inteligencia (es decir, en conocimiento especializado) no es, por sí sola,
inteligencia. Thomas F. Troy, al rebatir las tesis y definiciones aportadas por el gran teórico de
la inteligencia contemporánea Sherman Kent, delimitó el concepto y la significación del término
inteligencia, subrayando que, básicamente, inteligencia es conocimiento del enemigo, presidido
por el secreto, para cuyo estudio se debe partir de los escalones básicos de todo el proceso, es
decir, de aquellas informaciones obtenidas por agentes de información, por medios técnicos o
mediante el análisis de fuentes y recursos de información abiertos y susceptibles de convertirse
en inteligencia (21). Además, Troy incidió en que la inteligencia no eran simplemente hechos o
datos, sino básicamente una determinada manera de ver y analizar esos datos y hechos,
desestimando así la simple y reduccionista identificación entre datos o informaciones e
inteligencia. Se trataba, por tanto, de superar el (por otra parte imprescindible y pionero
trabajo) primer capítulo del libro de Sherman Kent: “La información es conocimiento” (22).
Por su parte, Winn L. Taplin plantea los siguientes interrogantes para buscar una respuesta
satisfactoria a la ruptura de la identificación entre información e inteligencia: ¿cuándo o por
qué medio la información se convierte en inteligencia? ¿cuándo la información en la que se
basa la inteligencia pierde su status de inteligencia? ¿Cuándo una acción encubierta se vuelve
lo suficientemente abierta para no ser considerada una actividad de inteligencia? (23). En
último término, lo que determina que una información individual, en bruto, aislada de otros
contenidos informativos pueda convertirse en inteligencia es el análisis y la valoración final que
el receptor haga de ese conocimiento especializado; es decir, el proceso clasificado como
reservado o secreto elaborado a partir de una sucesión de informaciones (abiertas o
clandestinas, analógicas o digitales, técnicas o humanas) que agregadas y modeladas por el
conocimiento humano de un analista de información arrojan como resultado un producto de alto
valor informativo, que proporciona un conocimiento estructurado, preciso y listo para ser
utilizado como elemento clave en la decisión. En cualquier caso siempre quedará en manos del
receptor la valoración definitiva y final sobre la calidad del producto obtenido. En suma, se
trata de hacer válida la definición de inteligencia como un tipo especializado de conocimiento
(21) TROY, THOMAS F. “The ″correct″ Definition of Intelligence”. En “International Journal of Intelligence and
Counterintelligence”, 1991-1992, vol. 5: nº 4, pp. 433-454.
(22) KENT, SHERMAN. “Strategic Intelligence for American World Policy”. Princeton University Press, 1966.
Existe edición en castellano, 4ª ed., Buenos Aires, Pleamar, 1986.
(23) TAPLIN, WINN L. “Six General Principles of Intelligence”. En “International Journal of Intelligence and
Counterintelligence”, 1989, vol. 3: nº 4, pp. 475-491, en p. 475.
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alcanzado tras un proceso intelectual: “knowledge derives from minds at work” (24). No hay
ninguna duda en identificar inteligencia con conocimiento y no tanto con datos o información.
Un conocimiento de una situación o hecho, potencial o real que supone una amenaza o riesgo
para todos los órdenes del Estado: soberanía de la nación y su integridad jurídica y territorial,
mantenimiento del orden político, social, legal, económico plenamente aceptado por el conjunto
de su sociedad.
Hablar de inteligencia eficaz y capaz de asegurar éxitos en los objetivos definidos por los
respectivos servicios y centros de inteligencia de un país implica referirse a su actividad
prioritaria y definitoria: la gestión de la información y la generación de conocimiento. Pero
también a los requerimientos funcionales de sistemas y hombres que desarrollan su labor en este
ámbito, a las inversiones necesarias y a la relación interdisciplinar que la inteligencia puede
mantener con otros campos de conocimiento también interesados, desde otros enfoques y áreas,
con el dominio y la gestión de la información.
La inversión y la aportación de recursos de forma decidida por los gobiernos así como la
adquisición de materiales redunda inequívocamente en la mejora de capacidades y habilidades
del principal activo: los recursos humanos. En 2003 se conocía el aumento de presupuesto para
el año 2004 que el Centro Nacional de Inteligencia iba a percibir de los presupuestos generales
del Estado. Pero no olvidemos la mejor y más efectiva de las inversiones: la mejora de las
capacidades y la actualización de los recursos intangibles de un Organismo de Inteligencia que
hacen del conocimiento tácito de una persona acumulado a lo largo de sus años de experiencia
el mejor activo de la organización. A la luz de los informes generados por las diferentes
comisiones parlamentarias norteamericanas sobre los fallos detectados tras el 11-S, pronto se
alzaron voces que aconsejaron una apuesta decidida por la Investigación y la renovación en
áreas clave como el aprendizaje de idiomas no mayoritarios, en sistemas de procesamiento y
análisis de información, almacenamiento y recuperación, así como en modelos de conectividad e
integración de recursos de información que fuesen compartidos sin retardos estructurales ni
temporales (25). En suma, invertir en Inteligencia después de una planificación adecuada es,
como indica Fernando Lista en el trabajo incluido en este volumen, algo indudablemente
rentable. Pero la inversión también puede adoptar una dimensión privada o semipública. En
(24) DAVENPORT THOMAS H. y PRUSAK, LAWRENCE. “Conocimiento en acción: cómo las organizaciones
manejan lo que saben”, Buenos Aires, Pearson, 2001, p. 5. Traducido del original ingles: “Working
Knowledge: How Organizations Manage What They Know?” Boston, Harvard Business School Press, 1998.
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Estados Unidos, por ejemplo, se mantiene una colaboración estrecha entre la Comunidad de
Inteligencia y la financiación de proyectos de investigación a través de Grupos empresariales,
Fundaciones y Universidades cuyos resultados en forma de productos de gestión y explotación
de información a gran escala son a menudo probados y adquiridos por esos mismos servicios.
Nunca antes se vio con mayor precisión y detalle la vinculación entre tecnología, investigación,
información y defensa. Una interrelación entre tecnología y servicios de inteligencia que la CIA
lleva explotando desde hace años mediante la creación de su filial In-Q-Tel, verdadero
laboratorio tecnológico al servicio de la agencia de inteligencia norteamericana y situada en
Sand Hill Road, el corazón de la ciudad tecnológica de Silicon Valley. Junto a ella, la agencia
DARPA ha desarrollado un ambicioso proyecto de control, gestión, intercambio y cruce de
datos para hacer posible la convergencia total de información denominado Network Centric
Warfare, como parte integrante del ya conocido concepto de C4ISR. Pero también a través de
millonarias inversiones de centros como el Intelligence Technology Innovation Centre (ITIC),
también bajo la protección administrativa de la agencia norteamericana que recientemente ha
contado con 8 millones de dólares para seguir el desarrollo de técnicas de minería de datos y
capacidades de inteligencia estimativa. Por su parte la NSF (National Science Foundation) ha
promovido también un acuerdo cooperativo a través del programa KDD (Knowledge Discovery
and Dissemination).
(25) CORERA, GORDON. “Report points to weaknesses in US Intelligence machinery”. En “Jane´s Intelligence
Review”, septiembre 2003, pp. 46-49.
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ingenieros, etc., son sólo un grupo reducido de la gran especialización de los hombres y mujeres
que trabajan en un servicio de inteligencia.
(26) HEWISH, MARK y KASS, LEE. “Observation from Orbit”. En “Jane´s International Defense Review”,
diciembre 2002, pp. 32-39.
(27) RATHMELL, ANDREW. “Privatising intelligence”. En “Cambridge Review of International Affairs”, Winter-
Spring 1998, pp. 199-211.
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el 11-S (29). La evaluación de los procesos de análisis de información en organismos de
inteligencia de Estados Unidos dio como resultado una importante falta de recursos y de
personal experimentado que tuvo acceso dificultoso a información clave. Era necesario contar
con analistas que cubriesen a tiempo completo determinadas áreas de interés; con capacidades
lingüísticas suficientes, con conocimientos profundos de una situación. El enfoque
multidisciplinar es la clave para afrontar una situación de conocimiento determinada.
Indudablemente, la aplicación de la investigación tecnológica en forma de software de análisis
de textos ha proporcionado algunos resultados como el sistema Pathfinder, utilizado por el
Army´s National Ground Intelligence Centre de los Estados Unidos, capaz de procesar miles de
documentos en pocos minutos estableciendo cadenas de interrelación entre ellos, redes de
conexión, patrones estadísticos, etc. Algo que trata de aplicarse a todos los tipos de inteligencia
haciendo posible una herramienta de integración de multi-int.
El gran valor de los analistas de inteligencia radica en que sus capacidades intelectuales,
su conocimiento tácito acumulado y el auxilio técnico de las tecnologías de la información,
continuamente actualizadas tras una vigilancia tecnológica periódica, ponen el acento sobre el
análisis y la explotación, más que sobre la obtención (30). Un análisis que debe atender al
fenómeno de la discriminación y el filtrado de información, pues son muchos los esfuerzos y
recursos necesarios para alcanzar un nivel elevado en el proceso conducente a desechar
información evaluada como no pertinente y establecer conexiones fructíferas entre grandes
cantidades de información aparentemente desintegradas. Por exceso o por defecto de
información, el resultado es el mismo: la ineficacia. Los volúmenes de producción diaria de todo
tipo de información digital, susceptible de convertirse tras un proceso masivo de filtrado y
búsqueda de patrones de relación, nos aproxima a otra idea que no conviene perder de vista: no
se trata de un problema de cantidad de información, sino de capacidad de procesamiento
efectivo. A su vez, el problema del origen de la misma presupone hablar de formatos de
información volátil, compuestos por datos no exactamente estructurados y que pueden contener
información altamente valiosa para la generación de inteligencia. No en vano, los grupos
terroristas también recurren a medios tradicionales de comunicación como la correspondencia
o la mensajería personal difícilmente interceptables por la más moderna tecnología.
(28) ISAACSON, JEFFREY A., y O´CONNELL, KEVIN M. “Beyond Sharing Intelligence, We must generate
Knowledge”; www.rand.org/publications/randreview/issues/rr.08.02/intelligence.html. Consultado:
7/09/2002.
(29) CLARK, ROBERT M. “Intelligence Analysis: A Target-Centric Approach”. CQ Press, 2003.
(30) PAPPAS, ARIS A., y SIMON, JAMES M. “Daunting Challenges, Hard Decisions: The Intelligence Community:
2001-2015”. En “Studies in Intelligence”,2002, vol. 64: nº 1.
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La categoría de fuentes abiertas incluye recursos de información en cualquier soporte,
formato, impreso o electrónico tales como obras de referencia, publicaciones seriadas
especializadas, colecciones y archivos digitales de prensa, bases de datos, bancos de imágenes,
estadísticas, literatura gris (patentes, informes, documentos de trabajo, etc.) y cualquier otro
recurso que públicamente accesible constituye una parte sustancial del trabajo de inteligencia.
A juicio de expertos en Fuentes de Información abiertas para la generación de Inteligencia
como Robert David Steele, estas fuentes van más allá de Internet y constituye un conjunto de
materiales mucho más variados, diversificados, a veces sorprendentemente bien organizados y
con índices de pertinencia informativa nada desdeñables (31). De confirmarse esta tendencia
global, se abre un panorama renovado en torno a la utilización de habilidades documentales
aportadas por especialistas en la gestión de información y conocimiento para mejorar la calidad
de la información requerida para la generación de inteligencia. En definitiva, como muestran
las aludidas intelligence careers se abre una posibilidad más que evidente de aprovechamiento
de capacidades y habilidades profesionales entre expertos dedicados a numerosos aspectos y
áreas relativas a la información tales como arquitectos de la información, documentalistas,
infotecnólogos, gestores del conocimiento, especialistas en sistemas de gestión de bases de
datos, analistas de información y especialistas en recursos de información en el ámbito de la
seguridad y la defensa. Resultado de todo ello, como aclara Francisco Galvache, es la
prestación de una rápida respuesta ante un requerimiento concreto por cuanto la disponibilidad
de una “reserva de conocimiento estratégico” nacido de la tarea cotidiana de la obtención,
integración, evaluación, descripción y almacenamiento resulta una tarea fundamental y común a
todo servicio.
Finalmente, hablar de inteligencia es apuntar una necesaria y casi con toda seguridad
fructífera consolidación del entendimiento entre sociedad y organismos de inteligencia. Desde
hace varios años las Fuerzas Armadas en España han ido consolidando un aspecto que se creía
arrinconado como era la imagen, valoración y acercamiento entre sociedad civil y Fuerzas
Armadas. El desarrollo del denominado concepto de Cultura de Defensa ha permitido alcanzar
logros cada vez más ilusionantes en la necesaria comprensión armónica de los objetivos,
funciones y misión de los Ejércitos por la sociedad Española. Nacido de este marco global
surge un concepto a nuestro juicio muy prometedor aunque ciertamente poco mencionado salvo
- 21 -
en determinados círculos restringidos. Nos referimos a la cultura de inteligencia. Y ello porque,
a decir verdad, han sido pocas las experiencias que han tratado de hacer comprender a la
sociedad, desde la tranquila reflexión en torno a la necesidad de su existencia y su natural
integración en la Administración General del Estado, la misión y el sentido de los organismos
de Inteligencia como instrumento al servicio de la sociedad.
Se deben poner los fundamentos para la creación de esa cada vez más necesaria “cultura
de inteligencia”, una vez consolidado el concepto de “cultura de defensa”, tal y como defiende
Mario Caligiuri (32). Es cierto que todavía queda mucho por hacer, pero no es menos evidente
que esta tarea incumbe a todos los actores de una sociedad, no sólo a las Fuerzas Armadas o a
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La implicación de sectores como los medios de
comunicación, universidades y centros de investigación, empresas, entidades financieras,
centros políticos, así como el conjunto de la ciudadanía debe llevarse a cabo partiendo de un
concepto básico: la comprensión y la aceptación de la necesaria funcionalidad dentro de un
marco jurídico determinado de los servicios de inteligencia. La promoción de canales de
comunicación con otros consumidores y productores de Información como los medios de
comunicación, la investigación académica, etc., permite contar con enfoques y visiones externas
de un mismo asunto complementarias, tal y como acertadamente señala Francisco Galvache en
el artículo incluido en este volumen. En suma, a nuestro juicio la cultura de inteligencia es el
conjunto de iniciativas y recursos que promueven la conciencia de su necesidad y aportan
comprensión cívica sobre la realidad de los organismos de inteligencia en el ámbito de la
seguridad y la defensa en el seno de una sociedad. Una necesidad que, preservando la obligada
reserva y cautela propia y natural, incluye la comprensión general de la actividad de un
organismo de inteligencia para garantizar los intereses económicos, sociales o defensivos de un
Estado en el marco de actuación de un ordenamiento jurídico riguroso.
(31) STEELE, ROBERT DAVID. “Making the Most of Open Private Sector Knowledge”,
http://www.time.com/time/covers/1101020311/viewpoint.html. Consultado: 6/08/ 2002.
- 22 -
estructural a la teoría organizativa basada en modelos que determinan su razón de ser en virtud
de estructuras, funciones y relaciones entre ambas, y desde el punto de vista jurídico al
ordenamiento nacional que regula sus funciones, actuaciones y control político. Hay dos
premisas que Goodman y Berkowitz han planteado en su libro Best Truth: Intelligence in the
Information Age y que consideramos piedras de toque válidas para plantear el debate y la
reflexión: ¿Serán capaces los servicios de inteligencia de adaptarse con éxito a la realidad
creada por los procesos que impone la Sociedad de la Información? Y, ¿adoptarán los servicios
de inteligencia prácticas de gestión que permitan proporcionar la máxima ventaja estratégica en
la explotación de la tecnología de información necesaria para conseguir los objetivos para la
seguridad del Estado?
Tras el 11 de septiembre se han alzado voces que han dirigido la búsqueda de causas y
responsabilidades hacia los servicios de inteligencia. “Fallo estrepitoso”, “Ineficacia
desconocida”, “Culminación de un proceso de desgaste”, etc., han sido expresiones que han
constituido la antesala de las soluciones drásticas centradas en una idea: la reorganización y
redefinición más o menos global de la función, estructura y eficacia de la inteligencia nacional
(32) CALIGIURI, MARIO. “Universitá e Intelligence: un punto di vista italiano”. En “SISDE: Rivista di
Intelligence e di cultura professionale”, enero-abril 2003, 25;
- 23 -
(33). El informe elaborado por la Comisión de Inteligencia norteamericana ha descubierto
errores y lagunas a la hora de procesar o disponer de la información necesaria para la
prevención de los ataques terroristas. Sin embargo, la mayor crítica procede de la incapacidad
de las agencias de inteligencia por no haber compartido ni filtrado toda la información de que
disponían. Se trata de responder a la inquietante pregunta que se hace Michael Duffy: “Could it
happen again?” A partir del 11-S la administración Bush ha considerado el terrorismo como
problema central y prioritario. Ante los fallos detectados se identifica una serie de remedios.
Así, la desintegración de informaciones no compartidas en favor de la perniciosa costumbre del
ocultamiento involuntario (stovepiping) o la tardanza en el análisis de los indicios pretendía ser
paliada mediante iniciativas más o menos generales. Entre ellas la creación de un organismo
centralizador y coordinador de amenazas terroristas (Terrorist Threat Integration Centre) o
iniciativas como el superado y abandonado programa TIA (Total Information Awareness),
solución de naturaleza global, aunque controvertida para rastrear, localizar y controlar billones
de comunicaciones electrónicas diarias, transacciones comerciales y en definitiva, cualquier
rastro de información intercambiada que permita aportar datos fiables para la lucha
antiterrorista por el Terrorism Information Awareness Program (34).
Por otra parte, la tendencia mostrada desde hace décadas sobre la escasez de fuentes
humanas fiables sobre el terreno ha provocado un refuerzo de la inteligencia humana
(HUMINT) y una mayor libertad a las operaciones encubiertas de fuerzas especiales en
colaboración con la CIA y el FBI. Afganistán ha sido el campo de experimentación de este modo
integrado de afrontar un conflicto. Por increíble que parezca no todos los agentes del FBI
disponían en septiembre de 2001 de equipos con acceso a Internet y los informes redactados
tenían que pasar por engorrosos procesos burocráticos que ralentizaban la oportunidad del
conocimiento destilado. Por si esto no bastase, la escasez de analistas y traductores se hizo
evidente antes y durante la explicación de las causas que intentaban explicar el por qué del fallo
en los servicios de inteligencia.
http://www.sisde.it/sito\Rivista25nsf/servnavig/5
(33) LAQUEUR, WALTER. “La guerra sin fin: el terrorismo en el siglo XXI”. Barcelona, Destino, 2003, pp. 179-
224: “¿Un fracaso de los servicios de Inteligencia?”
- 24 -
información al servicio del estado y de miembros de servicios de inteligencia de diverso nivel en
las que se matiza todo lo anterior. Entre ellas Stella Rimington, ex- directora del MI5, servicio
de inteligencia interior británico, quien ha tratado de ponderar la responsabilidad y la supuesta
ineficacia de los servicios de inteligencia occidentales: “culparlos de no haber hecho nada es no
entender nada de la naturaleza de los servicios secretos”. Por su parte, la idea del “test de
inteligencia” que propone Richard K. Betts reproduce en parte esa reflexión y ahonda en las
causas complejas de la amenaza difusa, asimétrica para otros (“la cruda realidad es que el
problema se encuentra más en la organización y en la impredecibilidad del problema que en las
habilidades de los espías o los hombres de Estado”) (35). Su visión nos aproxima al debate que
inevitablemente surgió tras el atentado: si la concepción de la inteligencia que ha imperado
desde la Segunda Guerra Mundial puede mantenerse o constituye un lastre para la adaptación
fructífera del servicio de inteligencia a la era de la Información.
Los proyectos y las aportaciones de solución han surgido pronto y, naturalmente, también
desde el propio interior de los Servicios de Inteligencia. Existe una corriente de opinión
centrada en la modificación de los esquemas organizativos de los servicios. Los miembros de la
Comunidad de Inteligencia norteamericana han propiciado un debate que trata de analizar la
caducidad del modelo de inteligencia que venía imperando hasta ahora y la necesidad de
reorganizar los esquemas organizativos para optimizar el trabajo de un servicio de inteligencia
adaptado al entorno actual centrado en los dominios de la información, las tecnologías para su
obtención y procesamiento y los entornos de comunicación global. A juicio de Berkowitz y
Goodman, se trataría de adaptar la estructura, organización y funcionamiento de los servicios
de inteligencia a la flexible y a menudo desconcertante naturaleza de la amenaza asimétrica
mediante la adopción de estructuras igualmente flexibles y alejadas de la rigidez imperante en el
modelo surgido de la Guerra Fría. En la misma línea, Carmen A. Medina (Office of Policy
Support, Directorate of Intelligence), incide en este debate al hablar no sólo de reestructuración
del servicio de inteligencia sino de una revolución profunda de estructuras y metodología
operativa (36). Por el contrario, miembros de la misma comunidad norteamericana minimizan
“el fracaso del modelo tradicional” basado en el ciclo de inteligencia y los procesos de
coordinación y defienden la eficacia de las operaciones de inteligencia desarrolladas en los
(34) KOCH, ANDREW. “US Department of Defense seeks radical information network”. En “Jane´s Defence
Weekly”, 2002, vol. 38: nº 3, p. 6
(35) BETTS, RICHARD K. “Un test de inteligencia: los límites de la prevención”. En James F. Hoge, Jr., y Gideon
Rose (comps.), “¿Por qué sucedió?: el terrorismo y la nueva guerra”. Barcelona, Paidós, 2002, pp. 163-180.
- 25 -
servicios que hunden sus raíces en la Guerra Fría. En efecto, el debate se centra en la necesidad
o no de cambiar la estructura organizativa y funcional de los servicios de inteligencia para
vencer las inercias que un modelo jerarquizado y burocrático nacido del enfrentamiento entre
bloques ha ido imponiendo desde el momento de su creación mediatizado por una situación
internacional ya inexistente. Luces y sombras del modelo burocrático que también han sido
puestas de manifiesto recientemente por Richard K. Betts:
Como alternativa, el modelo propuesto por estos dos autores se basa en una
reorganización centrada en los virtual teams empresariales. Es decir, grupos de expertos
formados ad hoc que se unen para satisfacer unos requerimientos de inteligencia determinados y
que una vez satisfechos se disgregan para posteriormente, esos mismos expertos u otros
diferentes, volverse a unir en otro equipo para satisfacer otra demanda. El objetivo del modelo
es minimizar la distancia existente entre los consumidores y los productores de inteligencia
haciendo que un analista coordinador de estos equipos esté en contacto permanente con los
consumidores de inteligencia. Sin embargo, las críticas a este modelo alternativo no se han
hecho esperar. De hecho, la “supuesta revolución” en el análisis de información para generar
inteligencia que pasa por una reorganización del modelo tradicional no es compartida por
miembros de dicha comunidad como Steven R. Ward. En una réplica al artículo de Medina, se
cuestiona la idoneidad de esa actuación “codo con codo” entre analistas y consumidores de
inteligencia (Congresistas, miembros de las Fuerzas Armadas, etc.) en el proceso de toma de
(36) MEDINA, CARMEN. “The coming Revolution in Intelligence Analysis: What to do when traditional models
fail?” En “Studies in Intelligence”, 2002, vol. 46, nº 3;
http://www.cia.gov/csi/studies/vol46no3/article03.html. Consultado: 1/08/2003.
(37) BETTS, RICHARD K. “Un test de inteligencia: los límites de la prevención”. En James F. Hoge, Jr., y Gideon
Rose (comps.), “¿Por qué sucedió?: el terrorismo y la nueva guerra”. Barcelona, Paidós, 2002, p. 174.
- 26 -
decisiones (38). En último término, Ward aboga por una búsqueda de más pruebas convincentes
que determinen de manera efectiva las fisuras del modelo tradicional de inteligencia y las
reformas que se estime necesario implantar.
(38) WARD, STEVEN. “Evaluation beats Revolution in Analysis”. En “Studies in Intelligence”, 2002, vol. 46, nº 3;
http://www.cia.gov/csi/studies/vol46no3/article03.html. Consultado: 1/08/2003.
(39) NAUTH, KRISTIN K. “In from The Cold”. En “Knowledge Magazine”, 1999,
Http://www.topsecretnet.com/knowmag.htm. Consultado: 7/07/2003.
- 27 -
recursos pero sobre todo incidirá en la eficacia en tiempo real de la disponibilidad de
conocimiento de calidad.
— Modelos empresariales basados en los virtual teams (41). Estos equipos, plenamente
integrados en las formas organizativas económicas, tratan de crear una cultura del
conocimiento en la que la propia organización estimule la creación de nuevo conocimiento
por parte de sus miembros y éstos contribuyan en un clima de integración y cooperación
interna a compartirlo con el resto de miembros (42). Las formas organizativas cada vez
más conducentes a la autodirección de equipos de trabajo, hacen viable a la vez que
necesaria esa cultura del conocimiento compartido (43).
(40) MARTIN, THOMAS. “Top Secret Internet: How U.S. Intelligence Built Intelink”, Prentice Hall, 1999.
(41) BERKOWITZ, BRUCE D. y GOODMAN, ALLAN E. “Best Truth: Intelligence in the Information Age”. Yale
University Press, 2002, pp. 74-88.
(42) BLAIR, DAVID C. “Knowledge Management: Hype, Hope, or Help?” En “Journal of the American Society for
Information Science and Technology”, 2002, vol. 53, nº 12, pp. 1019-1028, en p. 1026.
- 28 -
mining) áreas de notable expansión, al igual que el análisis, reconocimiento y tratamiento
automático de mensajes de voz a través de programas como el dirigido desde la Universidad de
Columbia o la generación también automática de síntesis y resúmenes de grandes volúmenes de
datos. Por otra parte, la deseada automatización llevada a cabo por agentes inteligentes está
detrás de la denominada web semántica desarrollada por Tim Berners-Lee como ampliación
futura de la web actual. El procesamiento automático de los recursos de información
interconectados mediante la aplicación homogénea de lenguajes de marcado (RDF/XML)
permitirá que los agentes inteligentes “comprendan” la significación de los recursos de
información y los documentos en cualquier extensión, formato o estructura de datos que
aparezca en la world wide web.
(43) MCINERNEY, CLAIRE. “Knowledge Management and the Dynamic Nature of Knowledge”. En “Journal of the
American Society for Information Science and Technology”, 2002, vol. 53, nº 12, pp. 1009-1019, en p. 1014.
- 29 -
existía una doble estructura representada por la inteligencia dependiente de la OTAN y la,
mucho menos desarrollada, inteligencia dependiente de la UEO. En su disertación se hacía eco
de la necesidad de una integración y coordinación de todos los servicios nacionales de
inteligencia en la política de seguridad común (44). Más concretamente, había que crear una
política europea de Inteligencia que pasaba por afrontar dos retos muy acertados a nuestro
juicio: la simplificación de servicios de inteligencia en el seno de los países miembros en aras de
una mejor coordinación y efectividad operativa y tender hacia servicios de inteligencia únicos;
por otra parte, el estatus jurídico de los servicios de inteligencia europeos que formen esa
política europea de inteligencia debe ser idéntico con el fin de evitar disparidades que lleven a
la descoordinación entre servicios. Hoy en día, la reflexión sobre la presencia y la situación de
los servicios de inteligencia en Europa pasa por el análisis del proyecto de Constitución
Europea y el papel que se deja a la política de Defensa comunitaria. Junto a la cumbre de
Salónica (junio 2003), la de Sevilla tuvo lugar pocos días después y congregó a los quince
Estados miembros de la Unión Europea más los diez candidatos a su ingreso. En ella se
concretó la Política Exterior de Seguridad y Defensa Común que implica definir una estrategia
clara: utilizar la capacidad y los medios militares de los Estados miembros contra estas
amenazas a la vez que se potencia la cooperación UE-USA-OTAN-ONU. Al hilo de estas
reflexiones incluidas ya en el informe Morillon (2003) sobre la nueva arquitectura europea de
seguridad y defensa tampoco podemos olvidar la creación de organismos que tratarán de
mejorar la capacidad militar de los Estados miembros, como es el caso de la proyectada
Agencia Europea de Armamento, Investigación y Capacidades Militares (45). La siguiente
reflexión nos encamina hacia una Agencia Europea de Inteligencia, todavía sólo un desideratum
poco realista, al menos a medio plazo, según refiere Fernando Lista. En cualquier caso, se
deben potenciar los lazos transnacionales en el ámbito de la Inteligencia basados en un marco
jurídico estable, fuerte y eficaz. También en la cooperación reforzada entre diversos organismos
y sistemas, especialmente con los gobiernos de países que contemplan con inquietud el
incremento de las acciones terroristas en su territorio o el fortalecimiento de grupos demasiado
próximos al terrorismo global. El debate suscitado a raíz del futuro proyecto de Constitución
Europea sugiere una honda reflexión sobre la seguridad y la defensa europea y el papel que los
(44) MADRIGAL, AURELIO. “Los servicios de inteligencia en la estructura de seguridad europea”. En VII Curso
Internacional de Defensa: OTAN 50 años después (Jaca, 20 al 24 de septiembre de 1999). Zaragoza,
Academia General Militar, 2000, pp. 337-350.
(45) El texto completo de este informe en http://europa.eu.int/futurum/documents/other/oth100403_es.pdf.
SORROZA BLANCO, ALICIA. “La política de seguridad y defensa en la futura Constitución Europea”
(24/6/2003). http://www.realinstitutoelcano.org/analisis/311.asp Consultado: 28/6/2003.
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organismos de inteligencia europeos van a jugar en ese escenario, aspecto también tratado en
este volumen.
- 31 -
CAPÍTULO PRIMERO
(1) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Diccionario de la lengua española”. 21ª ed., Madrid, 1992.
- 33 -
de las normas jurídicas. En efecto, el análisis de la realidad social internacional supone tan sólo
una parte de esa coyuntura internacional en la que actúan los servicios de inteligencia. Sin el
análisis de las normas que rigen su actuación en la Sociedad internacional, la descripción del
contexto socio-jurídico donde se desenvuelven los servicios de inteligencia podría resultar
engañosa y, en cualquier caso, seguro que sería imperfecta por incompleta. De ahí que quepa
hablar de una doble coyuntura en la que se desenvuelven los servicios de inteligencia en la esfera
internacional: la coyuntura social y la coyuntura jurídica. Y de ahí que el presente estudio se
dedique al análisis de cada una de ellas en las dos partes en las que se divide.
El análisis de la realidad social del mundo actual implica, en primer lugar, estudiar los
factores que influyen en las relaciones internacionales; cuyo conocimiento, precisamente por
ello, resulta indispensable para ayudar a encontrar explicaciones racionales al comportamiento
de los actores que se relacionan en dicha sociedad, e incluso para tratar de anticipar sus
comportamientos. En segundo lugar, implica caracterizar a los actores mismos, que, por ser los
protagonistas vivos de la Sociedad internacional, van a determinar su estructura, sin cuya
comprensión difícilmente se podrán extraer conclusiones acertadas sobre los caracteres
fundamentales del sistema internacional en los albores del siglo XXI, que es donde actúan los
servicios de inteligencia, y cuyo análisis se abordará en tercer lugar.
Como es bien sabido, los factores que dejan sentir su influencia en los actores que
protagonizan la vida de la Sociedad internacional, que, en ese sentido, la condicionan y, en buena
medida, la determinan, forman una lista bastante numerosa, siempre abierta a nuevas
incorporaciones y con una intensidad variable en su importancia y en las relaciones entre ellos. A
pesar de esta advertencia relativizadora, resulta conveniente realizar una serie de
consideraciones, sin ánimo de exhaustividad, en relación a alguno de los factores que son citados
de forma recurrente por la doctrina científica como explicativos de las relaciones internacionales,
- 34 -
porque ello nos va a permitir comenzar a dibujar el contexto en el que se mueven los Estados y
sus instituciones —entre ellas, los servicios de inteligencia— en la Sociedad internacional actual.
El factor demográfico es el segundo de los grandes factores que ayudan a explicar las
relaciones internacionales. Dentro de él, desde luego el llamado capital humano juega un papel
esencial tanto en las políticas nacionales como internacionales de los Estados y organizaciones
internacionales, y ello desde muy diversos puntos de vista: económico, social, ecológico,
científico y, por supuesto, militar. Sin embargo, son probablemente los desequilibrios en el
reparto y crecimiento demográfico y sus efectos la cuestión que de manera más acuciante viene a
poner a este factor en el primer plano de las preocupaciones de los Estados. Y es que este es uno
(2) Puesto que jurídicamente el principio de soberanía de los pueblos sobre sus propios recursos naturales es,
desde su formulación en los años 70, aceptada por todos. Vid. en este sentido la resolución de la Asamblea
General 1803 (XVII), de 14 de diciembre de 1962, que contiene la “Declaración sobre la soberanía
permanente de los pueblos sobre las riquezas y los recursos naturales”.
(3) Junto a los recursos energéticos, otras riquezas naturales poseen la suficiente importancia económica y
política para que el control de sus yacimientos pueda influir en el comportamiento de no pocos actores de la
Sociedad internacional: oro, diamantes y demás piedras preciosas, etc. Vid, sobre los recursos naturales como
causa de los conflictos, el informe del Secretario General de Naciones Unidas titulado “Las causas de los
conflictos y el fomento de la paz duradera y el desarrollo sostenible en África”, doc. S/1998/318, de 13 de
abril.
(4) A inicios del siglo XXI se habría, así, desplazado algo, aunque ciertamente no demasiado, hacia el sur y el
este, ese corazón estratégico del mundo tal y como lo definiera MACKINDER en la primera mitad del siglo
pasado.
- 35 -
de los aspectos donde se visualiza con mayor crudeza la separación existente entre los llamados
países del Norte y del Sur (5).
Separación que no hace sino acrecentarse, muy peligrosamente habría que añadir, si el
factor demográfico no se analiza tanto desde un punto de vista meramente cuantitativo sino
cualitativo y en relación con otros dos factores de importancia esencial en el mundo actual: la
economía y el medio ambiente. En efecto, ya en 1973, durante la 4ª Cumbre de los Países No
Alineados, celebrada en Argel, se anunció que el 70% de la población mundial vivía en los
países en vías de desarrollo y que tan solo producían el 30% de la renta mundial; mientras que el
30% que vivía en los países desarrollados generaba el 70% de la riqueza. Estas cifras, ya
entonces escalofriantes, no han hecho sino ampliar su diferencial en las décadas posteriores,
siendo hoy “1.000 millones de personas que viven en países desarrollados (y) perciben el 60% de
la renta mundial, mientras que los 3.500 millones de habitantes de los países de bajos ingresos
consiguen menos del 20%” (6). En palabras de Colard:
Esto es, mañana. Pues bien, esta situación, que no hace sino empeorar paulatinamente,
provoca en el corto plazo enormes movimientos migratorios que, junto con los numerosos,
indudables y extraordinarios beneficios que aportan a los Estados receptores (8), suponen, en
primer lugar, un sufrimiento humano indecible para las personas que se ven forzadas a partir de
sus países y, en segundo término, genera problemas concretos de distinta naturaleza y de
gravedad variable, aunque en buena medida, relativa, en los países receptores; incluido el ámbito
(5) Para tener una cierta idea de la importancia de este factor, baste reproducir los siguientes datos: en 2000 cada
hora nacían 2.545 niños en China, 2.968 en la India, 616 en los Estados de la antigua Unión Soviética, y tan
solo 445 en la Unión Europea y otros tantos en los Estados Unidos.
(6) Hay que tener en cuenta que en este caso se hace referencia implícita a un tercer grupo, de países en
transición, que contabilizarían el otro 20% de la renta mundial. Doc. A/54/2000, de marzo de 2000, Informe
del milenio del Secretario General.
(7) COLARD, D. "Les relations internationales de 1945 à nous jours". París, Armand Colin, 8ª ed., 1999, p. 56.
(8) Entre la numerosa bibliografía sobre la cuestión vid. especialmente NAÏR, S. & DE LUCAS, J. “Le
déplacement du monde. Inmigration, thématiques identitaires”. París, Kine, 1996.
- 36 -
de la seguridad (9) y, dentro de él, muy especialmente, el control de redes mafiosas
internacionales de muy distinto tipo y actividad (10).
Lo anterior podría no comprenderse bien, sin embargo, sin profundizar algo más en un
nuevo factor de importancia creciente en la Sociedad internacional como es el técnico y
científico. Como muy bien explicara Marcel Merle:
El progreso técnico afecta bajo todas sus formas (política, militar, cultural y
económica) al juego de las relaciones internacionales. Acentúa la
interdependencia de los elementos constitutivos del sistema y favorece la
unificación del campo de actuación de todos los actores. Pero, al mismo tiempo,
acentúa los contrastes, las diferencias de poder entre los actores e introduce
nuevas fuentes de tensión y nuevos factores de dominación (11).
Esta doble faceta como generador de confianza, de lazos de unión más profundos y de una
mayor interdependencia, de un lado, y de desigualdades cada vez más abismales, así como de
tensiones y, en consecuencia, de desconfianza y temor, de otro, hace que estemos ante un factor
de las relaciones internacionales complejo y de difícil concreción, a la vez que en las últimas
décadas se ha convertido en vector fundamental de todo el devenir de la Sociedad internacional.
Muy unido a lo anterior nos encontramos con el factor mediático, que, si bien existe ya en
buena medida desde el S. XIX en el plano internacional, al menos en sus albores —como
consecuencia de la aparición de los primeros medios de comunicación de masas que generaron el
embrión de opinión pública, tan necesaria para definir la democracia (15)—, será en el mundo
actual, como consecuencia del desarrollo de las tecnologías de la información, cuando comience
a desplegar buena parte de sus efectos, entre los que cabe destacar la creación, por primera vez
de manera global, de una verdadera y real opinión pública mundial. La “aldea global” de
McLuhan comienza, de este modo, a adquirir verdadero significado, que se concreta, de un lado,
en lo que se ha venido a denominar “el factor CNN” y, de otro, en las enormes manifestaciones
(12) Para un análisis exhaustivo, brillante y muy profundo de lo que se ha venido a llamar Globalización, las
causas tecnológicas que lo han generado y algunas, muchas de las consecuencias que de ello derivan, vid. los
tres volúmenes de CASTELLS, M. “La era de la información. Economía, sociedad y cultura”. Madrid, Alianza
editorial, 1997 y 1999.
(13) CASTELLS, M. “La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. I La sociedad red”. Madrid,
Alianza, 1997, p. 57.
(14) Ibid, p. 33.
(15) Sobre el origen de la opinión pública y su importancia jurídica y ética en las sociedades democráticas, vid.
RODRÍGUEZ URIBES, J. M. “Opinión pública: concepto y modelos históricos”. Madrid, Marcial Pons, 1999.
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de millones de ciudadanos que se celebraron a lo largo y ancho del mundo el mismo día —el 15
de febrero de 2003— clamando contra una intervención militar unilateral en Irak. Fecha que
quedará en la historia como la primera manifestación verdaderamente mundial ocurrida en
nuestra pequeña aldea global.
En efecto, desde luego no cabe de ninguna manera hablar de la muerte de las ideologías,
puesto que ello sería lo mismo que predicar la desaparición misma del ser humano. Por otro lado,
elementos que forman parte de este factor espiritual o inmaterial, han adquirido en las últimas
décadas una importancia creciente, que viene a sustituir a las ideologías tradicionales como
elementos explicativos del comportamiento de muy distintos actores en las sociedades internas,
pero también en la internacional. Dos de ellos, muy ligados entre sí, por otra parte, merecen una
mención especial: la religión y el nacionalismo como ámbitos en los que se proyecta la identidad
propia y distinta de los demás.
En una de sus frases más célebres, André Malraux dejó escrito que “el siglo XXI será
religioso o no será”. Palabras del autor de “La condición humana” que, en este inicio de siglo,
están resultando proféticas en grado sumo. En efecto, no sólo la religión en sentido amplio, el
opio del pueblo en palabras de Marx, está experimentando un renacimiento en todos los ámbitos
y rincones del mundo, sino que, y sobre todo por lo que aquí interesa, ese renacimiento está
suponiendo también un auge inusitado de los fundamentalismos religiosos de toda índole: de
(16) FUKUYAMA, F. “El final de la historia”. En “Claves de la Razón Práctica”, abril de 1990, nº 1.
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grupos protestantes, católicos u ortodoxos —entre el Cristianismo—, judíos o islámicos, pero
también hinduistas e, incluso, budistas. No en vano, el integrismo religioso se encuentra, como
sabemos, entre los factores explicativos de no pocos conflictos internos e internacionales.
En segundo lugar, el final de la Guerra Fría trajo consigo en Europa y, quizás con rasgos
propios específicos, también en el resto del mundo, el resurgir del nacionalismo, a menudo en su
vertiente más radical y excluyente, que supuso la división de Estados en Europa —una vez más
fragmentada tras el final de una nueva guerra, aunque en este caso fuese sólo fría—, en
ocasiones a través de procedimientos pacíficos y ordenados, pero en otras generando conflictos
armados de enorme envergadura. Fenómeno del que no se han librado siquiera los Estados-
nación más tradicionales como la propia Francia, Reino Unido o España, ni otros más modernos
como Canadá, Italia o Bélgica.
(17) Para un estudio en profundidad de la identidad como factor explicativo de comportamientos individuales y
grupales, tanto a nivel interno como internacional, vid. CASTELLS, M. “La era de la información. Economía,
sociedad y cultura. Vol. II El poder de la identidad”. Madrid, Alianza, 1998.
(18) Vid. introducción de RAMONET, I. “Geopolítica del caos”. A. Albiñana (ed.), 3ª ed., Barcelona, Debate, 2001.
- 40 -
Los actores que participan en la sociedad internacional actual
En efecto, a mediados del siglo XIX el Estado dejó de ser el único sujeto de la Sociedad
internacional, con la aparición de las primeras organizaciones internacionales de carácter
gubernamental. Ello inició un proceso, largo pero sostenido, en el que poco a poco la Sociedad
internacional homogénea, propia del Derecho Internacional clásico, fue siendo sustituida por otra
mucho más heterogénea; no sólo por su paulatina y real universalización, que culminaría con el
proceso de descolonización llevado a cabo de manera enormemente exitosa por Naciones Unidas
a partir de 1960 —siendo hoy ya 191 los Estados miembros de la Organización, prácticamente
todos los del mundo después de la incorporación de Timor Oriental y Suiza en octubre de 2002;
y quedando fundamentalmente sólo los pueblos palestino y saharaui por ejercer su derecho de
libre determinación—, sino también por el afianzamiento de las organizaciones internacionales
como un nuevo cauce permanente de cooperación estable entre Estados que paulatinamente van
a desarrollarse e imponerse como verdaderos sujetos de Derecho Internacional y como auténticos
actores autónomos de los Estados que las han creado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que tanto la relativización de la importancia del
Estado en la Sociedad internacional como su paulatina institucionalización no son sino procesos
en marcha, cuyos efectos sobre la estructura de la Sociedad internacional sólo se dejarán sentir
en el medio y largo plazo. En la actualidad, y una vez constatada la heterogeneidad de la
Sociedad internacional como, quizás, el elemento estructural más novedoso de la misma, hay que
seguir afirmando la primacía del Estado como actor en la esfera internacional y la vigencia de la
soberanía de los Estados (20) como principio rector tanto de esa sociedad como del Derecho que
Sin embargo, también resulta indiscutible que la soberanía de los Estados nunca fue
absoluta, y que cada vez lo es menos. Esta evolución, cuyos orígenes pueden buscarse en el siglo
XIX, sufrió un impulso importante tras el final de la Segunda Guerra Mundial con la creación de
Naciones Unidas y está experimentando una decisiva aceleración como consecuencia de los
efectos derivados de la Globalización. Como afirma el actual Secretario General, Kofi Annan:
“La soberanía del Estado, en su sentido más básico, está siendo redefinida —no en menor
medida también por las fuerzas de la globalización y la cooperación internacional—” (23).
El Estado nación, tal y como se constituyó en Europa en los últimos tres siglos,
exportándose luego al resto del mundo, ha entrado en una crisis profunda. Crisis
de operatividad: ya no funciona. Y crisis de legitimidad: cada vez menos gente se
siente representada en él (...). El Estado nación parece, en efecto, cada vez menos
capaz de controlar la globalización de la economía, de los flujos de información,
de los medios de comunicación y de las redes criminales (...). Ante tales amenazas
el Estado nación ha reaccionado, por un lado, aliándose entre ellos; por otro
lado, reverdeciendo los laureles del Estado mediante la descentralización
autonómica y municipal (24).
(21) Sobre la vigencia del principio de la soberanía del Estado en el ordenamiento jurídico internacional actual,
vid. VACAS FERNÁNDEZ, F. “Las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas y el principio
de no intervención. Un estudio sobre el consentimiento del Estado anfitrión”. Valencia, Tirant lo Blanch,
2003; en especial, pp. 47-64.
(22) Informe del Secretario General (B. Boutros-Ghali), Un programa de paz, doc. A/47/277 - S/24111, 17 de
junio de 1992, par. 2.
(23) ANNAD, K. “Two Concepts of Sovereignty”. En “The Economist”, 18 September 1999.
(24) CASTELLS, M. “¿Fin del Estado nación?”, en “El País”, 26 de octubre de 1997, pp. 15-16.
- 42 -
Pero todo ello no quiere, ni mucho menos, decir que el Estado vaya a dejar de ser en el
corto, ni siquiera a medio plazo, el actor protagonista de la Sociedad internacional (25). Desde
luego hoy lo sigue siendo, y de forma indiscutible e indiscutidamente abrumadora. Pero tampoco
cabe desconocer, desde el análisis de la realidad, la paulatina institucionalización de la Sociedad
internacional, derivada de la consolidación de las organizaciones internacionales como sujetos
de Derecho Internacional y, por consiguiente, como actores con mayor protagonismo, y más
necesarios, en una sociedad cada vez más intensamente interdependiente (26).
De ahí que todavía sigan vigentes las conocidas palabras con las que Paul Reuter explicaba
la estructura de la Sociedad internacional, en las que, partiendo de la constatación de que “la
Comunidad internacional está en mutación y sus estructuras no son ni homogéneas ni estables”,
acabará “distinguiendo en esta Comunidad diversas estructuras. Una, que está todavía en la base
de las relaciones internacionales, hace de la Comunidad una yuxtaposición de Estados
soberanos. Las otras dos estructuras, hoy apenas esbozadas, introducen ciertas modificaciones en
la estructura de base: la primera se caracteriza por el reconocimiento de intereses comunes a
todos los Estados; la segunda tiende a crear órganos propios de la Comunidad internacional”
(27).
Las ONGs, que surgen de la sociedad civil y que en las últimas décadas han adquirido
enorme protagonismo, también en el plano internacional, contribuyen con su actuación, de
manera fundamental y, en no pocas ocasiones, a configurar y encauzar la opinión pública
(25) El mismo Castells así lo reconoce, y augura, en el Capítulo 5 de CASTELLS, M., “Vol. II El poder de la
identidad ...”, op. cit., pp. 271-339, significativamente titulado “¿El Estado impotente?”; donde realiza un
muy interesante, y profundo, análisis sobre los efectos de la globalización en el Estado-nación tradicional.
(26) Vid., sobre esta cuestión, VACAS FERNÁNDEZ, F. “La responsabilidad internacional de Naciones Unidas. Su
fundamento y principales problemas de su puesta en práctica”. Madrid, Dykinson, 2002; en especial, pp. 21-
57.
(27) REUTER, P. “Derecho Internacional Público”, trad. José Puente Egido. Barcelona, Bosch, 1987, p. 17.
Cursivas añadidas.
- 43 -
mundial. De ahí que su presencia sea cada vez más intensa, no sólo en actuaciones sobre el
terreno en los más diversos ámbitos —humanitario, desarrollo, derechos humanos, etc.—; sino
también, lo cual resulta especialmente importante, en los muy diversos foros internacionales
donde se discuten, negocian y adoptan decisiones. Así, numerosas ONG,s han recibido el
estatuto consultivo por parte de Naciones Unidas, sus organismos especializados o numerosas
organizaciones internacionales de ámbito regional; mientras que, por otro lado, su presencia en
los ya tradicionales foros sociales o foros paralelos a las conferencias intergubernamentales es
no sólo una constante sino que, además, obtiene importantes resultados en los más diversos
ámbitos (28).
Finalmente, resulta esencial —más aún teniendo en cuenta el objeto de estudio del presente
volumen— hacer mención a otros entes que actúan en la Sociedad internacional, aunque lo
hagan desde la ilegalidad: son las redes criminales transnacionales. En las últimas décadas,
alentadas por facilidades de todo tipo —desde el final de la Guerra Fría a los avances en la
tecnología de la comunicación y, en definitiva, por la Globalización misma, con todo lo que ella
conlleva—, las organizaciones criminales han desarrollado sus actividades, cada vez más, a
escala mundial. Como señala Castells:
(28) En efecto, difícilmente se podría hablar hoy de algunos de los más significativos avances en el Derecho
Internacional más reciente sin la constante participación y presión de las ONGs más serias y combativas:
- 44 -
Su estrategia consiste en ubicar sus funciones de gestión y producción en zonas
de bajo riesgo, donde poseen un control relativo del entorno institucional,
mientras que buscan sus mercados preferentes en las zonas de demanda más rica,
a fin de cobrar precios más altos (29).
Este modo de actuar es aplicable a los cárteles de la droga, claro está; pero también a los
traficantes de seres humanos —en especial, de mujeres y niños—, de armas convencionales y de
materiales peligrosos necesarios para la construcción de armas de destrucción masiva. Mención
aparte merecen los grupos terroristas que actúan a escala mundial y que funcionan como
verdaderas redes transnacionales del crimen organizado. Al igual que en los demás casos, su
pauta de comportamiento es similar: ubican sus bases de entrenamiento y organización en zonas
de bajo riesgo para ellos, por su difícil acceso y control, y desde allí mantienen una red de grupos
situados a lo largo y ancho del mundo que operan de manera autónoma y autosuficiente, pero
conectados con el centro. Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra el
Pentágono y el World Trade Centre, en los Estados Unidos y el 11 de marzo en Madrid, no
fueron sino la confirmación brutal de este modo de actuar que, por lo demás, ya venía
produciéndose desde bastante tiempo atrás.
prohibición de minas antipersona, Corte Penal Internacional, Derecho Internacional del medio ambiente, etc.
(29) CASTELLS, M. “Vol. III Fin de milenio ...”, op. cit., p. 201.
(30) Como señaló el Consejo de Seguridad, en su resolución 1456 (2003), de 20 de enero, donde decidió aprobar
una Declaración sobre la lucha contra el terrorismo: “El terrorismo en todas sus formas y manifestaciones
constituye una de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacionales; (...) En un mundo cada
vez más globalizado se ha hecho cada vez más fácil para los terroristas explotar tecnologías, comunicaciones
y recursos avanzados para sus objetivos criminales”. Para concluir: “El terrorismo únicamente se puede
derrotar mediante una estrategia cabal y sostenida con la participación y colaboración activas de todos los
- 45 -
Los caracteres fundamentales del sistema internacional en los albores del siglo XXI
Como hemos visto, la Sociedad internacional en la actualidad posee una serie de rasgos
estructurales, determinados en muy buena medida por los actores que en ella se relacionan y por
los factores que de un modo u otro determinan y, en ese mismo grado, ayudan a explicar sus
comportamientos. ¿Cuáles son esos rasgos estructurales? Y, teniendo esto presente, pero yendo
algo más allá en nuestro estudio, ¿cuáles son los caracteres o líneas fundamentales de
explicación del sistema internacional en los inicios del tercer milenio de nuestra era? La
Sociedad internacional sigue siendo hoy, y quizás hoy más que nunca, una sociedad plural,
heterogénea y muy poco integrada; lo cual se traduce en un sistema relacional de carácter
imperfecto, poco organizado y mal estructurado. Como sostiene Mariño Menéndez:
Esta situación se mantuvo de manera inalterada hasta la Primera Guerra Mundial, tras la
cual, los Estados comprendieron, desgraciadamente por la dura vía de los terribles hechos
acaecidos en la Gran Guerra, que el sistema de autotutela, propio de los siglos anteriores y que
caracterizaba en buena medida al Derecho Internacional clásico, no conducía sino a una
Sociedad internacional anárquica y, finalmente, a la guerra.
De ahí los intentos de crear un sistema de seguridad colectiva que permitiese organizar la
Sociedad internacional de una manera más racional y acorde al Derecho que la rige (32). Para
Estados y organizaciones internacionales y regionales, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y
el derecho internacional y redoblando los esfuerzos a nivel nacional”.
(31) MARIÑO MENÉNDEZ, F. “Derecho Internacional Público (Parte general)”, 3ª ed., Madrid, 1999, p. 32.
(32) Sobre el, difícil y todavía incompleto, paso del sistema de autotutela, propio del siglo XIX, de la sociedad
anárquica derivada del individualismo estatal auspiciado por el Derecho Internacional clásico, al sistema de
seguridad colectiva, propio del multilateralismo y parte integrante ya del Derecho Internacional
contemporáneo, vid. VACAS FERNÁNDEZ, F. “Las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones
Unidas ...”, op. cit.; en especial, pp. 25-34.
- 46 -
ello, resultaba esencial que los Estados renunciasen al uso de la fuerza armada en las relaciones
internacionales y que el monopolio del mismo se otorgase a un organismo internacional,
reconocido y aceptado por todos los Estados, y en el que todos confiasen. El Pacto de la
Sociedad de Naciones fue el primer, loable, intento de poner en pie un verdadero sistema de
seguridad colectiva; que no funcionó, en buena medida porque los Estados no creyeron aún
necesario renunciar a su, entonces todavía, derecho soberano al uso de la fuerza. Tuvo que pasar
una terrorífica Segunda Guerra Mundial para que los Estados se convenciesen, por fin, de que
para “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” era imprescindible “unir
nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, a asegurar,
mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza
armada sino en servicio del interés común” (33).
Bien es cierto que, en todo este tiempo la Sociedad internacional ha seguido evolucionando
y que, como estamos viendo, han acaecido transformaciones mayores en estas décadas —sobre
todo, en los años 90— de la suficiente magnitud como para modificar de forma decisiva el
sistema internacional: en especial, el proceso de descolonización, que trajo consigo, por fin, la
universalización de la Sociedad internacional; el final de la Guerra Fría y la desaparición de la
confrontación Este-Oeste, que puso fin al orden bipolar; y la Globalización, con todos los
procesos en marcha que está provocando. En este sentido, como afirma Mariño Menéndez, “a
principios del siglo XXI quizá el rasgo político más fundamental de la sociedad internacional sea
la hegemonía mundial, política y militar de los Estados Unidos” (34).
Pero esa actuación de los Estados en un mundo cada vez más complejo, heterogéneo e
interdependiente, que debe realizarse en gran medida a través de la cooperación multilateral, no
elimina la necesidad de cada Estado de poseer un servicio de inteligencia propio que desarrolle
las actividades acordes con sus funciones y que, fundamentalmente sirva para cumplir cada una
de las fases del llamado Ciclo de la Inteligencia, desde la recopilación de información a su
análisis crítico, estudio en profundidad y extracción de conclusiones. Hoy más que nunca, en una
Sociedad internacional marcada por los flujos constantes y multiformes de información que la
nueva era surgida de la revolución de la tecnología de la información permite, los servicios de
(35) Como muy acertadamente afirma el Teniente General Javier Pardo de Santayana: “El año 2002 se abrió entre
los ecos del Once de Septiembre, que puso a la seguridad en el frontispicio de la política mundial, y se cerró
con la incógnita de Irak y con el desafío de Corea del Norte. Estados Unidos, en pie de guerra contra el
terrorismo, hizo valer su condición de única gran potencia mundial y no mostró gran interés por contar con el
apoyo europeo. Cuando se esperaba que Norteamérica impulsara una movilización general para abordar los
grandes problemas de fondo, su actitud en el campo económico y en relación con determinadas iniciativas
judiciales y sociales de ámbito internacional causó cierta decepción, deteriorando considerablemente su
imagen de nación líder”. PARDO DE SANTAYANA Y COLOMA, J. “Introducción”, en “Panorama Estratégico
2002/2003”. Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa, 2003, p. 13. Vid.
también sobre la misma cuestión, ARMENGOD LÓPEZ, R. “Panorama Estratégico 2002/2003”, ibid, pp. 17-
39.
(36) Informe del Secretario General (B. Boutros-Ghali), “Un programa de paz”, doc. A/47/277 - S/24111, 17 de
junio de 1992, par. 80.
- 48 -
inteligencia juegan un papel esencial para ofrecer a los órganos de poder con capacidad decisoria
evaluaciones coherentes de la realidad, derivadas de interpretaciones lógicas de todo ese ingente
flujo de información, que les ayuden a adoptar decisiones concretas ante problemas
determinados (37).
(37) A este fenómeno Castells le denomina “informacionalismo”: “nuevo modo de desarrollo, constituido por el
surgimiento de un nuevo paradigma tecnológico basado en la tecnología de la información”; para concluir
afirmando que “el informacionalismo se orienta hacia el desarrollo tecnológico, es decir, hacia la
acumulación de conocimiento y hacia grados más elevados de complejidad en el procesamiento de la
información”. CASTELLS, M. “Vol. I La sociedad red ...”, op. cit., p. 43.
(38) Vid. sobre los efectos de las nuevas tecnologías en los ejércitos, CALVO ALBERO, J. L. “La revolución en los
asuntos militares”. En “Introducción a los estudios de seguridad y defensa”, C. de Cueto, & J. Jordán
(coords.), Comares ed., Granada, 2001, pp. 99-119.
- 49 -
de acuerdo con Dupuy, se debe conocer el contexto histórico-social porque éste condiciona el
ordenamiento jurídico objeto de estudio, también ese contexto social viene condicionado por el
derecho que lo rige (39).
De ahí que resulte necesario realizar una, forzosamente breve pero imprescindible,
exposición de las normas del ordenamiento jurídico internacional que vienen a enmarcar la
actuación de los servicios de inteligencia; y ello desde una doble perspectiva: de un lado,
estableciendo los límites jurídicos internacionales a su actuación; de otro, exponiendo las
normas que dibujan el estatuto jurídico de los agentes de los servicios de inteligencia cuando
actúan en el exterior, en especial, en caso de conflicto armado. Todo ello hace que se parta de
una premisa previa: la legalidad de las actividades de los servicios de inteligencia, aún en el
exterior de sus fronteras, de acuerdo con el Derecho Internacional. Como afirma David:
Los límites jurídicos que impone el Derecho Internacional a los servicios de inteligencia en
su actuación
Grosso modo podemos dividir en dos grandes bloques las normas jurídicas internacionales
que imponen límites a los Estados, y a sus agentes, de acuerdo con el sujeto al que van referidas
y cuyos derechos protegen directamente: de un lado, normas que establecen derechos, y
correlativas obligaciones, a los Estados en sus relaciones mutuas; de otro, las normas que
conforman el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional
Humanitario, que reconocen derechos a los individuos tanto en tiempo de paz como en caso de
conflicto armado.
(39) Cfr. DUPUY, P. M. "Droit International Publique". París, Précis Dalloz, 1992, p. 8.
(40) DAVID, E. "Principes de Droit des conflicts armés". Bruxelles, Bruylant, 1999, p. 408.
- 50 -
En relación al primer grupo, el art. 2 de la Carta de Naciones Unidas, que funciona como
norma fundamental del ordenamiento jurídico internacional, recoge los principios
constitucionales del Derecho Internacional y de la Sociedad que regula. Se trata de normas
jurídicas que, al menos en los casos a los que vamos a hacer referencia, ocupan el lugar más
elevado de la jerarquía normativa internacional, puesto que se trata de normas imperativas de
Derecho Internacional general, normas de ius cogens que no admiten, por consiguiente, acuerdo
en contrario (41).
En efecto, de acuerdo con este último, “ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho a
intervenir directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos y externos
de ningún otro”; deber de abstención que se concreta en que:
(41) Vid. su definición y consecuencia jurídica fundamental en el art. 53 de la Convención de Viena de Derecho
de los Tratados de 1969.
(42) Declaración sobre los principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la
cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, resolución 2625
(XXV), de 24 de octubre de 1970, principio de igualdad soberana de los Estados.
- 51 -
Todos los Estados deberán también abstenerse de organizar, apoyar, fomentar,
financiar, instigar o tolerar actividades armadas, subversivas o terroristas
encaminadas a cambiar por la violencia el régimen de otro Estado, y de
intervenir en las luchas interiores de otro Estado (43).
Ambos principios, que, como estamos viendo, contienen obligaciones concretas y vigentes
en ellos mismos, informan, además, el resto del ordenamiento jurídico internacional. De este
modo, y en lo que a nuestro tema de estudio interesa, el art. 41 de la Convención de Viena sobre
relaciones diplomáticas, de 1961, establece lo siguiente:
1. Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de
esos privilegios e inmunidades deberán respetar las Leyes y Reglamentos del
Estado receptor. También están obligadas a no inmiscuirse en los asuntos
internos de ese Estado.
3. Los locales de la misión no deben ser utilizados de manera incompatible con
las funciones de la misión tal como están enunciadas en la presente Convención,
en otras normas del derecho internacional general o en los acuerdos particulares
que estén en vigor entre el Estado acreditante y el Estado receptor.
(43) Ibid, principio relativo a la obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de
los Estados, de conformidad con la Carta.
- 52 -
Estándar mínimo internacional que también se observa en el ámbito de los conflictos
armados, cualquiera que sea su calificación y por muy novedosa que sea su caracterización. En
efecto, el art. 3 común a las 4 Convenciones de Ginebra, de 1949, y el art. 75 del Protocolo
Adicional I —que además de ser normas convencionales, forman parte del Derecho Internacional
general—, son los que recogen los derechos básicos —las “garantías fundamentales”, tal y como
afirma este último artículo— de los que goza todo ser humano por el hecho de serlo y cualquiera
que sea su situación, la calificación que se le haya dado —prisionero de guerra, combatiente
legal o ilegal, etc.— y el contexto de conflicto en el que estuviera encuadrado —conflictos
armados internacionales, internos o terrorismo internacional—; se trata, en fin, de una línea que a
ningún servicio de inteligencia de ningún país del mundo se le debería permitir traspasar en
ningún caso y bajo ningún pretexto (44).
Junto al Derecho Internacional general, se han ido adoptando toda una serie de tratados
que, tanto en el ámbito de los Derechos Humanos como en el del Derecho Internacional
Humanitario, son de aplicación a aquellos Estados que hayan otorgado su consentimiento en
obligarse por ellos. Así, y dentro de los Tratados de Derechos Humanos, son de aplicación —
además de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por resolución de la
Asamblea General en 1948—, los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, de 1966 o la Convención contra la tortura y otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes, de 1984; entre otros muchos.
(44) De ahí que —y sin entrar en otro tipo de consideraciones jurídicas más profundas que nos permitirían ampliar
más aún la normativa aplicable— situaciones como la de las personas privadas de libertad en Guantánamo, y
otros lugares, no sólo son inaceptables desde un punto de vista ético; sino que además, y fundamentalmente,
suponen violaciones flagrantes del ordenamiento jurídico internacional vigente en algunas de sus normas más
esenciales. Vid, sobre esta cuestión, PÉREZ GONZÁLEZ, M. & RODRÍGUEZ-VILLASANTE PRIETO, J. L. “El caso
de los detenidos de Guantánamo ante el Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos”.
En “Revista Española de Derecho Internacional” 2002, nº 11.
- 53 -
juzgar crímenes de guerra y de lesa humanidad, entre otros, cometidos a partir de su entrada en
vigor, el 1 de julio de 2002.
El art. 46 del Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra, de 1977, es el que regula
esta cuestión. Las posibilidades son varias. En primer lugar, distingue si esa persona es civil o
no. Si se trata de un civil, no tendrá la consideración de prisionero de guerra, ya que, por
definición, no es considerado combatiente. En este caso, por lo tanto no será de aplicación la 3ª
Convención de Ginebra, pero sí, en cualquier caso, las normas del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, además del art. 75 del Protocolo Adicional I, que establece las “garantías
fundamentales” a las que toda persona, independientemente de su calificación, tiene derecho,
como hemos visto.
Si se trata de un miembro de las fuerzas armadas, entonces habrá que ver, según el
mencionado art. 46, si actuaba vestido “con el uniforme de las fuerzas armadas a las que
pertenezca” o con ropas que le distinguían de los no combatientes; y si era así, deberá ser
considerado como prisionero de guerra y le será de aplicación, por consiguiente, la 3ª
Convención de Ginebra (46). Ahora bien, si actuaba vestido de tal forma que no se le podía
distinguir de los no combatientes y se le capturó en el momento de realizar ese tipo de
(45) Vid, en este sentido, el art. 5 del 4º Convenio de Ginebra, sobre protección de personas civiles en tiempos de
guerra.
(46) Art. 46.2 Protocolo Adicional I.
- 54 -
actividades, no se le considerará como prisionero de guerra (47); mientras que sí lo será si se le
captura tras haberse “reintegrado a las fuerzas armadas a las que pertenezca” (48).
Finalmente, y para cerrar la regulación relativa a este tema, hay que señalar que, de
acuerdo con el Protocolo I, “no se considerará que realiza actividades de espionaje el miembro
de las fuerzas armadas que recoja información de interés militar dentro del Territorio ocupado
por una Parte adversa, salvo que lo haga mediante pretextos falsos o proceda de modo
deliberadamente clandestino” (49).
CONCLUSIÓN
Los derechos humanos y el derecho humanitario son los que deben delimitar
sanamente — e imperativamente— el camino (porque) el restablecimiento de la
paz no puede ser sino ilusorio sin la observancia del Derecho Internacional (51).
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- 58 -
CAPÍTULO SEGUNDO
- 60 -
elementos constitutivos de una seguridad capaz de convertirse en garante del orden de la libertad
y la democracia y que se encuentre, por tanto, en la base de un orden mundial justo?
La seguridad tiene para el pensamiento liberal desde sus orígenes un sentido individual y
una dimensión estrictamente jurídico-política, ya que consiste en la existencia de una
constitución con un conjunto de garantías legales para el disfrute de los derechos, el imperio de
la ley en las relaciones entre los ciudadanos y entre el Gobierno y los gobernados, la certeza y
confianza del ciudadano sobre cuales son las normas operantes y la previsibilidad de su
aplicación, la limitación del poder político mediante la multiplicación del número de autoridades
públicas, la separación de los poderes del Estado para garantizar su independencia, el
reconocimiento del habeas corpus con el fin de evitar detenciones y penas ilegales y arbitrarias,
etc (1). La libertad es también para el liberalismo un principio moral cuyos efectos benéficos
están subordinados a una toma de conciencia, por parte del individuo, de las obligaciones que
implica su uso, que debe ser responsable, cívico y virtuoso. Pero un ejercicio de este tipo exige la
existencia de un régimen político donde los ciudadanos establezcan las normas que deben regir
sus relaciones y garantizar sus derechos, de una ley que asegure la coexistencia de las libertades,
de un Estado que proteja esa ley y de unas garantías que impidan que el Estado pueda convertirse
en una amenaza. Desde las primeras declaraciones de derechos, se liga la seguridad con la
conservación y el disfrute de la libertad y la obligación del Gobierno a su protección, que se
considera incluso un derecho fundamental (2). Por consiguiente, si las instituciones del Estado
constitucional deben velar por el respeto y la salvaguarda de los derechos fundamentales, la
protección de este Estado frente a sus enemigos se convierte en la protección del ejercicio de la
libertad.
(1) BURDEAU, GEORGES. “Le libéralisme”. París, Éditions du Seuil, 1979, pp. 56-71.
(2) Las declaraciones de independencia de las colonias inglesas de Delaware y de Pensilvania establecían en su
artículo décimo: “Cada individuo de la sociedad tiene el derecho a ser protegido por ésta en el disfrute de la
vida, la libertad y la propiedad”; a lo que añadía la declaración de independencia de Massachussets: “de
acuerdo con las leyes establecidas”. Esta idea se plasmó en la definición de seguridad que recoge el artículo
octavo de la Constitución de la República Francesa de 1793: “la seguridad consiste en la protección otorgada
por la sociedad a cada uno de sus miembros para la conservación de su persona, de sus derechos y de sus
propiedades” (Ref. ARTOLA, MIGUEL. “Los derechos humanos”. Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 56).
- 61 -
complementario de esa primigenia faceta estrictamente individual y jurídica, que triunfó en la
mayoría de los países occidentales tras la Segunda Guerra Mundial. El ciudadano sólo puede ser
libre cuando disfruta de unos recursos materiales que le permiten adquirir unas condiciones
económicas de bienestar y una preparación cultural que le capacita tanto para enjuiciar y
expresar, críticamente, sus opiniones sobre los asuntos públicos, como para participar
activamente y decidir en la dirección de éstos con independencia. Y el Estado únicamente será
garante eficaz de la libertad cuando actúe positivamente a favor de la promoción de derechos
sociales y económicos. La libertad exige contar con un Estado democrático que propicie la
prosperidad individual y social, además de cumplir con las obligaciones jurídicas indicadas (3).
El Estado no es un ente que actúe aislado, sino que se relaciona con otros en un mundo
dividido en Estados-nación pero cada vez más interconectado y global. En consecuencia, los
Estados democráticos no se deben proteger exclusivamente de sus posibles enemigos interiores,
sino también de las amenazas provenientes del exterior, de índole muy variada (económica,
demográfica, cultural, ideológica...), que pueden adoptar incluso la forma de agresión militar,
comprometiendo su soberanía e independencia nacional y su integridad territorial. Asimismo,
tienen el imperativo moral de impulsar la protección y el respeto de los derechos fundamentales
en todas las naciones, construyendo un orden internacional basado en todos sus aspectos en la
libertad, la justicia y la prosperidad: no sólo porque estos derechos son un bien común de todo
hombre, proveniente de su naturaleza, sino también porque la condición indispensable para
garantizar la propia libertad y la paz es la libertad y la seguridad de los demás. La seguridad se
dota, de este modo, de un sentido defensivo nacional que actúa en una dimensión internacional.
Los Estados formulan los objetivos de la seguridad nacional y la estrategia, los recursos,
las acciones y los medios para alcanzarlos mediante una política de defensa, como parte
integrante de la política general del Estado. Esta política consta de dos ámbitos: la defensa
militar frente a toda amenaza o agresión armada de cualquier enemigo, que corresponde a las
Fuerzas Armadas; y la defensa civil contra las amenazas interiores, que corresponde a los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Pero también se suele entender por defensa civil la
disposición permanente de todos los recursos humanos y materiales de una nación contra las
amenazas interiores y exteriores, de modo tal que la política de defensa se puede concretar en
(3) ESTEBAN NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL. “La formación del pensamiento político y social del radicalismo
español (1834-1874)”. Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1995.
- 62 -
política económica de defensa, política diplomática de defensa, política de educación para la
defensa, política de solidaridad internacional para la defensa... En definitiva, los ejércitos son
agentes fundamentales de la defensa pero no los únicos, ya que según este concepto de defensa,
la política militar es sólo un subconjunto de la política de defensa, que, a su vez, es uno de los
subconjuntos de la política nacional (4).
El concepto democrático de seguridad posee, por tanto, un triple carácter individual, social
y nacional y opera en un triple ámbito jurídico-político, material e internacional, formando un
todo homogéneo, donde la disociación de sus elementos o la ausencia de uno de ellos
comprometen la supervivencia del resto y, por tanto, impiden la existencia real de libertad y
democracia. Es el concepto de seguridad que subyace en el artículo 28 de la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre aprobada por la Organización de Naciones Unidas el 10
de diciembre de 1948: “Toda persona tiene derecho a que reine en el plano social y en el
internacional un orden tal, que puedan lograr en él plena eficacia los derechos y libertades
enunciados en la presente Declaración”. Ese orden es el que se debe construir y defender
mediante intervenciones positivas y medidas de protección que permitan a los ciudadanos, las
naciones y la humanidad, conquistar y permanecer en un entorno de actuación exento de todo
riesgo, peligro o daño contra su libertad, autonomía y prosperidad, donde se actúe en condiciones
de igualdad de oportunidades. Conseguir este fin es disponer de seguridad. Porque la inseguridad
no sólo favorece la injusticia, sino que además provoca miedo, que destruye el optimismo, la
confianza y la solidaridad humana que está en la base de la democracia.
(4) Se puede tomar como ejemplo de este concepto democrático de la defensa la Ley Orgánica 6/1980, de 1 de
julio, por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa Nacional y de la Organización Militar,
modificada por Ley Orgánica 1/1984, de 5 de enero, que establece en su artículo primero: “La defensa
nacional es la disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y
materiales de la nación, ante cualquier forma de agresión, debiendo todos los españoles participar en el logro
de tal fin. Tiene por finalidad garantizar de modo permanente la unidad, soberanía e independencia de
España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, protegiendo la vida de la población y los
intereses de la patria, en el marco de lo dispuesto en el artículo 97 de la Constitución. Será regulada de tal
forma que, tanto en su preparación y organización como en su ejecución, constituya un conjunto armónico
que proporcione una efectiva seguridad nacional”. Desarrolla el artículo tercero punto primero de la
Constitución de 1978, que establece: “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”.
- 63 -
Se trata de una noción multidimensional y global de la seguridad que supera su
identificación con la defensa exclusivamente militar de los intereses nacionales. No obstante, a
pesar de constituir un pilar fundamental del pensamiento democrático, sólo se ha comenzado a
imponer en el debate público y la agenda política de las naciones democráticas tras el final de la
guerra fría (5). Así, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa relacionó
nítidamente la seguridad y la paz internacional con el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales y la solidaridad y cooperación económica y medioambiental en la
Cumbre de Helsinki de 1992. Profundizando en esta línea, la Carta sobre la Seguridad Europea
firmada por los países miembros de la OSCE el 19 de noviembre de 1999 en la Cumbre de
Estambul describe las dimensiones humana, político-militar, económica, medioambiental y
jurídica de la seguridad como un conjunto integrado basado en la igualdad asociativa, la
solidaridad y la transparencia (6). La OTAN también declaraba en su revisión del concepto
estratégico de la Alianza de 1991 que se imponía una concepción amplia de la seguridad y la
estabilidad a la vista de sus dimensiones política, económica, social y medioambiental, además
de la militar (7).
Los estudiosos de la seguridad también se han hecho eco y propiciado esta transformación.
Buzan, Weaver y de Wilde establecieron en un riguroso estudio publicado en 1998 que la
seguridad, entendida como el desarrollo de acciones de emergencia y excepcionales más allá de
los límites normales del procedimiento político, tiene cinco caras (8). La faceta militar consiste
en hacer frente a amenazas militares internas y externas de coacción o de invasión en las que
entran en juego tanto aspectos objetivos (la capacidad militar de otro Estado) como subjetivos (la
percepción de la amenaza); así como a amenazas no militares (migraciones descontroladas y
masivas, acciones de ideologías rivales y fanatismos...) recurriendo a la fuerza como elemento de
disuasión o incluso mediante un uso real. La dimensión política de la seguridad tiene como fin la
estabilidad de los principios de legitimidad y el sistema político y de gobierno del Estado frente a
amenazas internas de diversa intensidad: desestabilización de las instituciones, subversión, golpe
de Estado, secesionismo... El aspecto económico de la seguridad se relaciona con un disfrute de
los recursos naturales y financieros y un acceso a los mercados que permita conseguir y
(5) BARBÉ, E. y PERNI, O. “Más allá de la seguridad nacional”. En CUETO, C. y JORDÁN, J. “Introducción a los
estudios de seguridad y defensa”. Albolote (Granada), Comares, 2001, pp. 3-34.
(6) ORGANIZACIÓN PARA LA SEGURIDAD Y LA COOPERACIÓN EN EUROPA. “Carta sobre la Seguridad Europea”.
Consultado en: 3/12/03. http://www.osce.org/documents/spanish/istambul99.htm
(7) ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE. “Nuevo concepto estratégico de la Alianza”. En
“Revista de la OTAN”, 1991, nº 6, pp. 25-32.
- 64 -
mantener unos niveles aceptables de bienestar. La dimensión social de la seguridad persigue
descubrir las vulnerabilidades que afectan a su cultura e identidad comunitaria y hacer frente a
amenazas tales como influencias culturales, migraciones masivas, genocidios... Y, finalmente, la
faz medioambiental de la seguridad busca mantener la biosfera local y planetaria en condiciones
que permitan desarrollar la existencia humana presente y futura, preocupándose por los
problemas medioambientales que pueden ocasionar las guerras (por ejemplo, guerra nuclear,
guerra bacteriológica, guerra química...) y como desencadenantes de conflictos (por ejemplo, el
acceso al agua).
(8) BUZAN, B.; WEAVER, O. y DE WILDE, J. “Security: A New Framework for Analysis”. Londres, Lynne
Rienner Publishers, 1998.
(9) OBREGÓN, ISIDRE R. “Aproximación a los conceptos de seguridad sostenible y de seguridad humana e
identificación de las entidades que los promueven”. En “Gobernabilidad y Seguridad Sostenible”. Barcelona
(Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña), 2003, vol. 14. Consultado en: 15/12/03.
http://www.iigov.org/seguridad/?p=14_00
(10) Consultado en: 15/12/03. http://www.unesco.org/securipax/secpax.htm
- 65 -
para el fomento de la seguridad humana se promueve en cada país mediante la
protección y la defensa de los derechos humanos, del estado de derecho, del
sistema de gobierno democrático y de las estructuras democráticas, una cultura
de la paz y la solución pacífica de los conflictos. (...) Para fomentar la seguridad
humana es necesario promover el desarrollo humano sostenible mediante la
paliación de la pobreza absoluta, la prestación de servicios sociales básicos para
todos, y la consecución de objetivos de desarrollo centrados en las personas.
Definición de inteligencia
(14) WARNER MICHAEL. “Wanted: A Definition of Intelligence”. En “Studies in Intelligence”. 2002, vol. 46, nº
3. Consultado en: 10/11/2003. http://www.cia.gov/csi/studies/vol46no3/article02.html
(15) TROY, THOMAS F. “The correct Definition of Intelligence”. En “International Journal of Intelligence and
Counterintelligence”. 1991-92, vol. 5, nº 4, pp. 433-454.
- 67 -
Las materias de la inteligencia
El objeto de atención de la inteligencia está formado por los numerosos y diversos riesgos
que amenazan la seguridad de los Estados democráticos: potencial militar, económico y
tecnológico de los Estados no democráticos y los grupos subversivos, crimen organizado global,
terrorismo internacional, ciberterrorismo, infoguerra, diseminación y proliferación de armas
bacteriológicas, químicas y nucleares, flujos migratorios descontrolados, desastres ecológicos,
conflictos en torno al control del acceso a los recursos, expansión de fanatismos ideológicos y
religiosos... Los servicios de inteligencia se ocupan de obtener y analizar información sobre
todos estos asuntos, ampliando de este modo su tradicional foco de atención centrado en el
conocimiento de la capacidad militar y tecnológica de un Estado o grupos de Estados percibidos
como rivales, dominante durante la guerra fría. Los servicios de inteligencia, como apuntaba en
1997 Javier Calderón, deben suministrar información no sólo militar, sino también política,
económica, religiosa... ya que las amenazas y los enfrentamientos se producen en esos ámbitos
(16). Los Gobiernos suelen especificar formalmente las materias de su interés en las directivas
nacionales de inteligencia, destinadas a orientar la acción de los servicios de inteligencia, por lo
que éstos suelen actuar a demanda.
- 68 -
económica” se centra en el sector productivo y comercial y los actores económicos de un estado
o una región, representando una evolución de las diferentes prácticas de vigilancia científica,
tecnológica, comercial, jurídica... y de protección del patrimonio ensayadas desde mediados del
siglo XX (17). En cambio, los servicios secretos se preocupan de aquellos aspectos de la
economía vinculados con la seguridad, evaluando los riesgos que de ese ámbito pueden provenir
para la integridad y la soberanía nacional.
(16) CALDERÓN FERNÁNDEZ, JAVIER. “El CESID y la Seguridad Nacional en España”. En “Seguridad, Ejércitos
y Secretos de Estado: V Curso Internacional de Defensa (Jaca, del 16 al 26 de septiembre 1997)”. Zaragoza,
Academia General Militar, 1998, pp. 159-172.
(17) CLERC, PHILLIPPE. “Inteligencia económica: retos actuales y perspectivas”. En “Informe mundial sobre la
información 1997/98”. Madrid, UNESCO; CINDOC, 1997, pp. 322-335.
- 69 -
La conversión de la información en conocimiento
El secreto
- 70 -
Como apunta Herman, el secreto es el sello de la inteligencia: la base de su relación con el
gobierno y la sociedad y de su propia autoimagen (19). La actividad de recogida de información
sobre la que descansa la posterior labor de los servicios de inteligencia es fundamentalmente
clandestina, que no ilegal, por el carácter de sus materias, de lo que se deriva la necesidad de
proteger y mantener ocultos misiones, agentes, fuentes, métodos e instalaciones. También es
necesario salvaguardar del público el conocimiento de alto valor añadido elaborado a partir de
esa información, tanto por el carácter y la importancia de las decisiones que se deberán adoptar
con éste como para no desvelar a los posibles enemigos contra los que se actúa, que se dispone
de él. Lo secreto es un rasgo esencial de la naturaleza de la inteligencia para la seguridad y la
defensa, por lo que, como apunta el ex agente de la CIA, Win L. Taplin, es redundante hablar de
inteligencia secreta, ya que el adjetivo se encuentra implícito en el sustantivo (20).
(18) ESTEBAN NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL y NAVARRO BONILLA, DIEGO. “Gestión del Conocimiento y Servicios
de Inteligencia: la dimensión estratégica de la información”. En “El Profesional de la Información”. 2003,
vol. 12, nº 4, pp. 269-291.
(19) HERMAN, MICHAEL. “Intelligence Services in the Information Age”. Londres, Frank Cass, 2001, p. 5.
(20) TAPLIN, WINN L. “Six General Principles of Intelligence”. En “International Journal of Intelligence and
Counterintelligence”. 1989, vol. 3, nº 4, pp. 475-491.
(21) STEELE, ROBERT DAVID. “On intelligence: spies and secrecy in an open world”. Oakton (Virginia), OSS
International Press, 2001. STEELE, ROBERT DAVID. “The new craft of Intelligence: Personal, Public, and
Poltical”. Oakton (Virginia), OSS International Press, 2002.
- 71 -
existen otros Estados u organizaciones capaces de amenazar la seguridad de los ciudadanos y
enemigos internos de la ley que conspiran en secreto? ¿Es legítima la existencia de espacios
secretos en un sistema constitucional democrático? ¿Cómo se deben regular esos espacios y
limitar los efectos negativos del secreto? Apasionantes cuestiones con implicaciones políticas,
jurídicas y éticas (22), que escapan al objetivo de este trabajo.
EL CICLO DE LA INTELIGENCIA
Planificación
La planificación consiste en determinar las áreas de interés estratégico del organismo para
el que actúa el servicio de inteligencia y las necesidades de información concretas requeridas por
(22) Cfr. HABERMAS, JÜRGEN. “Teoría de la acción comunicativa”. Madrid, Taurus, 1987. HABERMAS, JÜRGEN.
“Historia y crítica de la opinión pública”. México: Gustavo Gili, 1994. REVENGA SÁNCHEZ, MIGUEL.
“Seguridad nacional y derechos humanos; estudios sobre la jurisprudencia del Tribunal de EsHtrasburgo”.
Cizur Menor (Navarra), Aranzadi, 2002. RUIZ MIGUEL, CARLOS. “Servicios de inteligencia y seguridad del
Estado Constitucional”. Madrid, Tecnos, 2002, pp. 19-35.
- 72 -
sus responsables. Es una etapa crucial, ya que la inteligencia es el resultado de un proceso
metódico que se origina en las necesidades de información de los usuarios (23).
Esta distinción permite clasificar la inteligencia que se produce al final del ciclo en tres
tipos, según el momento de su utilización: básica, actual y estimativa. La inteligencia básica
tiene un carácter general y es de relativa permanencia, obedece a las necesidades generales y
estratégicas de la organización, por lo que intenta conocer todos los aspectos de cada uno de los
objetivos fijados por las directrices de inteligencia, con el fin de permitir responder a demandas
de información concretas. La inteligencia actual tiene dos funciones: mantener al día la
inteligencia básica con datos nuevos, para lo que adopta la forma de boletines periódicos,
generalmente diarios, sobre cuestiones específicas de interés habitual; y responder de modo
rápido y preciso a una petición de información sobre una cuestión de actualidad o hechos
concretos que se deben conocer para la toma de una decisión, con los datos disponibles o
mediante un proceso de búsqueda ad hoc con los recursos que se poseen. Y la inteligencia
estimativa se dedica a determinar, ante una situación concreta y a petición del usuario del
servicio, la posible evolución de esa situación y las posibilidades de actuación de los elementos
(23) HERMAN, MICHAEL. “Intelligence power in peace and war”. Cambridge, Cambridge University Press, 2001,
p. 286.
(24) SANZ CASADO, ELÍAS. “Manual de estudios de usuarios”. Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez;
Pirámide, 1994, pp. 23-31.
- 73 -
involucrados en ella, a partir de los datos de que se dispone, con el fin de que el destinatario
realice su propia predicción y, de acuerdo con ella, tome una decisión (25).
Medios tecnológicos.
(25) FORD, HAROLD P. “Estimative intelligence: the purposes and problems of national intelligence estimating”.
Lanham (Maryland), University Press of America; Washington: Defense Intelligence College, 1993.
- 74 -
2. Sistemas de vigilancia de radiaciones procedentes de equipos o sistemas, tales como
motores de ignición, líneas de conducción de energía eléctrica...
Medios humanos
(26) RICHARDSON, DOUG. “Guía ilustrada de técnicas y equipos de la guerra electrónica”. Barcelona, Orbis,
- 75 -
el riesgo de identificación y seguimiento de los agentes, la dificultad y el alto riesgo para
infiltrarse en grupos pequeños (organizaciones terroristas y mafiosas) e incluso la necesidad en
ocasiones de participar en delitos para ganarse la confianza...
1987.
(27) SHULSKY, ABRAM N. y SCHMITT, GARY. “Silent Warfare. Understanding the World of Intelligence”.
Washington, Brasseys´s, 2002, pp. 33-37.
- 76 -
son necesarios para su búsqueda y selección y para la representación y organización de su
contenido.
Procesamiento
Las aplicaciones para minería de datos se utilizan para identificar y extraer información en
grandes volúmenes de datos que permanece oculta usando las técnicas clásicas de recuperación
de información. Hay dos tipos de aplicaciones: las orientadas al descubrimiento de asociaciones
y patrones ocultos dentro de colecciones de datos estructurados en varias bases de datos
- 78 -
relacionales (data mining); y las destinadas al establecimiento de asociaciones entre términos y
conceptos en datos no estructurados, como ficheros de texto concentrados en un almacén de
datos (text mining) o dispersos en una red de servidores de información (web mining). Usan
diferentes técnicas algorítmicas de identificación y agrupación de datos relevantes, como la
fijación de segmentos o cadenas de caracteres, la representación mediante el modelo vectorial
para el cálculo de similitudes, el análisis cluster para la agrupación automática, la categorización
automatizada... Se trata de un área en desarrollo, donde destaca la iniciativa CRISP-DM (CRoss-
Industry Standard Process For Data Mining, http://www.crisp-dm.org).
Análisis y producción
- 79 -
internacional, etc.) mediante el trabajo de analistas que aplican para ello todo sus conocimientos
tácitos y explícitos. Se realizan tres operaciones: evaluación de los datos, integración de datos
procedentes de diversas fuentes e interpretación.
Esta crítica ha generado la aparición de un nuevo concepto de integración que va más allá
de la reunión de datos de diversa procedencia, para entender la integración como la circulación
de los datos entre los diferentes órganos, secciones y oficinas de un servicio de inteligencia, con
el fin de que se puedan aplicar allá donde se necesiten, con independencia de su responsabilidad
en su obtención y procesamiento. Detrás de esta idea se encuentra el intento de superar los
(28) ESTEBAN NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL. “Los archivos de documentos electrónicos”. En “El Profesional de la
Información”. 2001, vol. 10, n. 12, pp. 41-45.
(29) BERKOWITZ, BRUCE D.; GOODMAN, ALLAN E. “Best Truth: Intelligence in the Information Age”. Yale, Yale
University Press, 2000, p. 22.
(30) ISAACSON, JEFFREY A. y O´CONNELL, KEVIN M. “Beyond Sharing Intelligence, We must generate
Knowledge”. 2002. Consultado: 7/11/2002.
www.rand.org/publications/randreview/issues/rr.08.02/intelligence.html
(31) PAPPAS, ARIS A. y SIMON, JAMES M. “Daunting Challenges, Hard Decisions: The Intelligence Community:
2001-2015”. En “Studies in Intelligence”. 2002, vol. 64, nº 1. Consultado en: 10/12/2003.
http://www.odci.gov/csi/studies/vol46no1/article05.html
- 80 -
rígidos modelos de estructura jerárquica característicos de los servicios de inteligencia heredados
de la época de la Guerra Fría, donde la información y la inteligencia procedentes de diversas
fuentes se integraban en los niveles superiores, a costa de separar e incomunicar los
departamentos y unidades del mismo nivel y de los dependientes de distinta sección. Esta
situación era propiciada conscientemente por parte de sus responsables, con el fin de garantizar
la seguridad interna y el filtrado de información hacia el exterior. Sin embargo, hoy esta en duda
su utilidad, no sólo para la ingente cantidad de datos a analizar, sino por la existencia de un
entorno dominado por la amenaza de grupos hostiles y redes terroristas caracterizados por la
multiplicidad de objetivos, el difuminado de sus estructuras y actividades y una gran capacidad
organizativa basada en la flexibilidad y la ausencia de estructuras rígidas, fácilmente manejables
y unidas por medios telemáticos, lo que les convierte en muy imprevisibles al tiempo que
resistentes.
(32) DAVIS, JACK. "A Policymaker´s Perspective on Intelligence Analysis”. En “Studies in Intelligence”. 1996,
vol 38, nº 5, pp. 7-15. Consultado en: 20/11/2003. http://www.cia.gov/csi/studies/95unclass/Davis.htm
(33) Ref. MONTERO GÓMEZ, ANDRÉS. “Inteligencia para la seguridad contra el terrorismo”. EN
“Gobernabilidad y Seguridad Sostenible”. 2003, vol 10. Consultado en: 20/12/04.
http://www.iigov.org/seguridad/?p=10_03
- 81 -
y los que efectúan los científicos y académicos expertos en un área: la posesión de datos
secretos, la urgencia de la respuesta, el énfasis en los aspectos relacionados con la toma de una
decisión política o militar y la necesidad de pronóstico.
Para mejorar el modo clásico de realizar esta actividad por parte de gabinetes de expertos
en el área a analizar, Berkowitz y Goodman propugnan la adaptación de los servicios de
inteligencia a modelos de inteligencia implantados con éxito en el mundo empresarial, basados
en la reunión de expertos en diversas áreas y pertenecientes a diversas oficinas en equipos de
trabajo no permanentes para resolver asuntos transitorios. Proponen incluso la asignación de un
analista de inteligencia principal a los órganos de decisión, concebido como aquel experto
responsable de la elaboración de inteligencia mediante la coordinación de un equipo encargado
de confeccionar un producto final ajustado a los requerimientos específicos de un peticionario;
con esto se mejoraría la conexión entre los productores y los usuarios de inteligencia (34). Otra
alternativa en esta dirección es el modelo de trabajo Agile Intelligence Enterprise (35), que se
basa en la formación de redes interconectadas e interoperables de analistas, que el coordinador
de esta monografía describe en la Introducción.
(34) BERKOWITZ, BRUCE D.; GOODMAN, ALLAN E. “Best Truth: Intelligence in the Information Age”. Yale, Yale
University Press, 2000, pp. 99-123.
(35) NAUTH, KRISTIN K. “In from The Cold”. En “Knwoledge Magazine”. 1999. Consultado en: 20/11/2003.
http://www.topsecretnet.com/knowmag.htm
- 82 -
lógicas, semánticas y de contenidos que puede haber entre ellas (36). Programas de este tipo son
el software de comunicaciones y de gestión de información en campaña del cuerpo de Marines
de las USAF (37) y la aplicación EKP (The Brain Entrerprise Knowledge Platform) creada por
la empresa The Brain Technologies Corporation (www.thebrain.com) en colaboración con el
Joint Experimentation Directorate (J-9) dependiente del Joint Forces Command (JFCOM) de las
USAF.
Comunicación
Evaluación
(36) LAWLOR, MARYANN. “Information plus Context equals Knowledge: Software tool connects the dots between
related pieces of data”. En “Signal Magazine”. 2002, marzo. Consultado en: 22/10/2003.
http://www.us.net/signal/Virtual/March02/information-feb.html
(37) KENYON, HENRY S. “Bent Pipes, Intelligent Agents Aid Corps: cunning devices, solutions help Marines fight
smarter”. En “Signal Magazine”. 2001, mayo. Consultado en: 12/12/2003.
http://www.us.net/signal/Archive/May01/bent-may.html
- 83 -
usuarios ante la información suministrada (38), identificar los objetivos cumplidos con las
decisiones adoptadas sobre su base y valorar la importancia que la información ha tenido en el
logro de esos objetivos. Sus resultados permiten replantear las conclusiones obtenidas con las
acciones seguidas durante la fase de planificación e incluso condicionan los futuros procesos de
adquisición de información, marcando los tipos de datos a conseguir y sus modos de obtención.
Henry Kissinger, Secretario de Estado de los Estados Unidos, decía que desconocía qué
productos de la inteligencia necesitaba pero que los reconocía cuando los veía en la mesa de su
despacho.
La evaluación debe descubrir también cuales han sido las principales dificultades con las
que se ha topado el ciclo de inteligencia, con objeto de corregirlas. No obstante, hay que tener en
cuenta que existen unas dificultades consustanciales a los propios servicios de inteligencia para
la seguridad y la defensa, como la urgencia impuesta por los usuarios para disponer del análisis
aun antes de que se haya conseguido suficiente información, la incapacidad del analista para
controlar todas las variables a estudio, el desconocimiento de la calidad de los datos debido a
imperfecciones en el proceso de colecta, el énfasis que se debe dar a la predicción y el enfoque
utilitario de los resultados (39).
(38) HERMAN, MICHAEL. “Intelligence power in peace and war”. Cambridge, Cambridge University Press, 2001,
pp. 293-296.
(39) MARRIN, STEPHEN. “CIA´s Kent School: A Step in the Right Direction”. 2002. Consultado en: 31/10/2002.
http://www.isanet.org/noarchive/marrin.html
- 84 -
Los continuos y veloces cambios en todos las esferas de la realidad y la multiplicidad de
agentes y factores que influyen en las transformaciones de nuestro presente provocan que los
Estados actúen en un entorno de incertidumbre. La expresión sociedad del conocimiento para
denominar nuestro presente quiere apelar a la conversión de la información en un elemento
estratégico clave del cambio, gracias a una revolución tecnológica sin precedentes que permite
producir, reunir, organizar, gestionar y transmitir ingentes cantidades de datos y documentos
para su transformación en conocimiento y su utilización inteligente. La diversidad y el carácter
no convencional de las nuevas amenazas a la seguridad nacional exigen adaptar los instrumentos,
la estrategia y los medios de defensa. En este contexto, disponer de servicios de inteligencia que
ayuden a despejar la incertidumbre y poseer información y conocimientos que permitan hacer
frente a esas amenazas, es un bien necesario al que no puede renunciar ningún Estado. Porque la
misión de estos servicios es desvelar e iluminar aspectos oscuros y amenazantes de la realidad y
establecer e interpretar la verdad mediante informes certeros.
La certeza de sus productos de inteligencia depende, por igual, de la fiabilidad de los datos
que se poseen y de la objetividad de los analistas, cuando estos saben dejar al margen sus
prejuicios. Uno de los principales enemigos de la objetividad y, por tanto, de la validez de los
análisis, es la politización a la que puede estar sometido el trabajo del analista, que consiste en
conferir mayor posibilidad de que acaezcan los sucesos que se consideran más probables según
la corriente política dominante (40); lo cual puede ocurrir tanto de modo inconsciente como por
influencia e incluso imposición de los gobernantes, con el fin de justificar sobre su base las
acciones que desean emprender. Si bien cierta empatía entre los miembros y los usuarios de los
servicios de inteligencia ayuda para satisfacer adecuadamente las necesidades de estos últimos,
es conveniente que el analista mantenga su independencia y se abstenga de opinar sobre la
dirección política y las decisiones del Gobierno. Asimismo, la utilidad de la inteligencia
depende, además de la certeza de sus juicios, de la pertinencia, la relevancia y la eficacia de sus
análisis. Únicamente, de este modo, la inteligencia alcanza un valor estratégico de primera
magnitud, bien como medio activo de defensa: conocer para prevenir, o como reactivo: conocer
para atacar.
(40) WESTERFIELD, H. BRADFORD. "Inside Ivory Bunkers: CIA Analysts Resist Managers' 'Pandering' -- Part II".
En “International Journal of Intelligence and Counterintelligence”. 1997, vol 10, nº 1, pp. 19-54.
- 85 -
También conviene recordar que la función de los servicios de inteligencia en una
democracia se debe limitar a recoger, procesar, analizar y evaluar información para comprender
y pronosticar lo que puede suceder en el terreno de la seguridad y la defensa, detectando riesgos
y peligros a tiempo con el objeto de poder desactivarlos, predecir las posibles consecuencias de
las respuestas que se adopten y, una vez adoptada una medida, informar sobre el terreno de
acción para permitir su éxito. Pero, en ningún caso, los servicios de inteligencia pueden
proponer, tomar o ejecutar decisiones, ya que este tipo de actos políticos conciernen
exclusivamente al Gobierno, que se sirve de la Administración, civil o militar, para llevarlos a
cabo. Aunque por el carácter de los asuntos de los que se ocupan deben trabajar en secreto, ese
carácter de reserva no supone que deban actuar al margen de la ley. La capacidad de decidir y
actuar en la esfera política sólo es propia de los servicios secretos de los Estados autoritarios y
totalitarios, donde más allá de su misión de recogida y análisis de información tienen como fin
reprimir y eliminar la disidencia política, convirtiéndose en uno de los sostenes del régimen.
(41) Los mejores y más actuales estudios de las covert action, atendiendo a diversas perspectivas (efectividad,
ética y análisis de su estrategia) se encuentran en BERKOWITZ, BRUCE D.; GOODMAN, ALLAN E. “Best Truth:
Intelligence in the Information Age”. Yale, Yale University Press, 2000, pp. 124-146 y en SHULSKY, ABRAM
- 86 -
protagonizan misiones de paz, de interposición entre partes en conflicto o tienen en común una
misma política de seguridad y defensa, exigen la necesidad de que los servicios de inteligencia
trasciendan también su carácter exclusivamente nacional, para cooperar entre ellos y formar,
incluso, a largo plazo, servicios de inteligencia supranacionales. La prevención de conflictos, la
gestión de crisis, la reacción ante las crisis y las operaciones de pacificación y mantenimiento de
la paz se producen, cada vez en mayor número, en un ámbito de colaboración internacional; de
modo que la posibilidad de contar con inteligencia adecuada que permita desarrollar con éxito
estas labores, se convierte en una exigencia.
N. y SCHMITT, GARY. “Silent Warfare. Understanding the World of Intelligence”. Washington, Brasseys´s,
2002, pp. 75-98.
- 87 -
CAPÍTULO TERCERO
SERVICIOS DE INTELIGENCIA:
UN ESTUDIO COMPARADO
SERVICIOS DE INTELIGENCIA: UN ESTUDIO COMPARADO
Aunque pocos son los que dudan de la necesidad de los servicios de inteligencia en un
Estado constitucional y democrático, su fundamentación e institucionalización no está exenta de
problemas. No debemos de olvidar que los servicios de inteligencia han estado tradicionalmente
unidos a un fuerte aparato estatal y al desarrollo de su actividad en secreto. Dos ideas, Estado
fuerte y acciones secretas que se han congraciado mal con el modelo de Estado liberal.
El secreto como forma de actuar en política era propio del Estado absoluto. Maquiavelo
dirá que el secreto y la razón de estado son el sustento del poder del Príncipe (1). La acción
política secreta era para los defensores del Estado absoluto la mejor manera de ordenar la política
externa, por cuanto de esa forma el resto de los “príncipes” no pueden actuar desbaratando
nuestros planes y neutralizando nuestras alianzas; también es la mejor manera de organizar la
política interna, porque de esa manera el Príncipe asegura su poder de actuar guiando al pueblo
de acuerdo con los medios más útiles para su permanencia y neutraliza las disputas entre los
distintos grupos existentes en la sociedad (2).
(1) MAQUIAVELO, N. “El Principe”. Madrid. PPP. 1984, p. 85. FERNÁNDEZ GARCÍA, E. “Entre la razón de
Estado y el Estado de Derecho: La racionalidad política”. Madrid. Dykinson 1997, p. 15 (Cuadernos
Bartolomé de las Casas, 4).
(2) GUICCIARDINI, F. “De la vida política y civil”. Buenos Aires. Espasa-Calpe, 1947, p. 68.
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Frente a esta doctrina lo que caracteriza al modelo liberal es la visibilidad, la publicidad en
las acciones del gobierno. Para Kant, que el gobierno organice su actuación según pautas de
publicidad es una necesidad moral que se manifiesta en el principio de que todas las acciones
relativas al derecho de los demás hombres cuya máxima no sea susceptible de publicidad son
injustas. Es decir, toda acción política que no pueda presentarse en público es porque de ser así
produciría una reacción que la invalidaría; luego, el gobierno que renuncia a la publicidad de sus
actos está implícitamente reconociendo que está dispuesto a hacer cosas que de conocerse
podrían ser declaradas ilegales o ilícitas (3).
En el Estado liberal y más tarde el Estado democrático el valor del secreto y la publicidad
cambia radicalmente puesto que lo hace también la legitimación del poder y los instrumentos que
se ponen a disposición del nuevo estado para su consolidación. Como el poder es público (del
pueblo) el conocimiento por parte de los ciudadanos de la acción del gobierno es fundamental
para poder articular su participación en la vida política. La información sigue siendo un
instrumento del poder, pero ahora el poder ya no está en manos del Monarca sino en manos del
Pueblo, o de la Nación, luego son éstos los que deben tener la información para poder ejercer el
poder, o al menos el Parlamento en cuanto que órgano que hace presente a ese nuevo soberano
en la organización estatal. Bentham en sus Tácticas parlamentarias dirá que las bondades que la
publicidad hace al funcionamiento del Parlamento son que asegura la confianza del pueblo en
sus instituciones, además de proporcionar a los electores la facultad de actuar con conocimiento
de causa y al Parlamento poder aprovecharse de las luces del público (4).
Luego en el Estado democrático la visibilidad en las acciones del poder es esencial. Bobbio
dirá que la democracia nació con la esperanza de proscribir para siempre de la historia humana el
poder invisible y para dar a la vida un gobierno cuyas acciones deberían ser realizadas siempre
en público, a la vista de todos (5). Por ello, cuanto mayor es el acceso a la información de las
actuaciones que desempeñan los poderes del Estado mayor será el grado de seguridad, confianza
y participación de la sociedad civil en la vida pública y en quién ejercen esas funciones. Para
ello, las constituciones democráticas se han ocupado de reforzar el principio de publicidad, en el
caso de la Constitución de 1978, baste señalar la seguridad jurídica y la interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos, artículo 9.3; la publicidad de las normas, artículo 9.3; la
(3) KANT, I. “La paz perpetua”. Madrid. Tecnos, 1985, pág. 62.
(4) BENTHAM, J. “Tácticas Parlamentarias”. Madrid. Congreso de los Diputados, 1991, p. 73. Textos
Parlamentarios Clásicos
(5) BOBBIO, N. “Il Futuro della Democracia”. Torino. Einaudi Editore, 1991, pág. 86.
- 90 -
transparencia administrativa, artículo 105.b; o el derecho de información, artículo 20.1. d. de la
CE.
Conviene subrayar que con frecuencia hay buenas razones que hacen necesario
proceder confidencialmente. No respetarlas es una grave desconsideración, por
ejemplo, de intereses de política exterior, de la distribución de competencias
constitucionales o de bienes jurídicos privados; por ello, lejos de probar una
mentalidad democrática, significan violación de las reglas convencionales
democráticas (7).
Marco legal
Aunque los servicios de inteligencia cuentan con una gran tradición dentro de la política
nacional e internacional británica su estatuto legal es relativamente reciente, sólo empieza a
formalizarse a partir de 1989 cuando se aprueban las Security Service Act de 1989 Chapter 5
(SSA) y la Oficial Secrets Act 1989 (c. 6). A partir de aquí la regulación legal de los servicios de
inteligencia ha sido mucho más minuciosa: se aprueba la Ley de los Servicios de Inteligencia
(8) Para la elaboración de este punto se ha utilizado, entre otros materiales: La Documentación preparada para la
tramitación de los Proyectos de Ley Reguladora del Centro Nacional de Inteligencia y Orgánica del control
judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia, del Congreso de los Diputados. Apartado 2, sobre
Documentación Extrajera (Gran Bretaña). Documentación núm. 159 ; http://www.IntelligenceAgencies.htm.
http://wwwgchq.gov.uk y http://wwwmi5.gov.uk. RUIZ MIGUEL, C. “Servicios de Inteligencia y Seguridad
- 92 -
(Intelligence Services Act 1994, ISA); se modifica la Segurity Service Act en 1996; se regula la
inteligencia policial con la Police Act de 1997; el 28 de julio de 2000 se aprueba la RIPA (Ley
reguladora de la Interceptación de las Comunicaciones); en 1998 la Data Protection Act (Ley de
Protección de Datos Personales) y, finalmente, la Regulation of Investigatory Powers Act 2000.
Articulación orgánica
Comités de coordinación
Está compuesto por los Directores de los servicios de inteligencia, altos cargos de los
Ministerios de Asuntos Exteriores, Defensa y el Tesoro y el Coordinador de Inteligencia.
Está presidido por un Secretario de Estado del Ministerio de Exteriores y vicepresidido
por el Jefe de la Inteligencia para la defensa (CDI Chief of Defence Intelligence). El
del Estado Constitucional”. Madrid, Tecnos, 2002, pp. 36 y ss. PÉREZ VILLALOVOS, Mª. C. “Derechos
Fundamentales y Servicios de Inteligencia”. Madrid. Grupo de Editorial Universitario, 2002, pp. 15 y ss.
- 93 -
Presidente del JIC está directamente sometido al Primer Ministro. Entre sus funciones
destacan:
• Evaluar los sucesos y situaciones políticas de interés para el Estado, sobre la base de
la información disponible.
El servicio secreto, conocido como MI5, recibió cobertura legal con la SSA de 1989. Este
organismo está subordinado al Ministro del Interior (Secretary of State) y tiene a su frente
a un Director General nombrado por dicho Ministro (Art.1.1 y 2.1 SSA). Las funciones
más destacadas del Servicio Secreto son:
• Salvaguarda del bienestar económico del Reino Unido contra las amenazas
provenientes de acciones o intenciones de personas que se hallen fuera de las Islas
Británicas (Art.1.3 SSA).
• Realizar otras tareas respecto a las acciones e intenciones de esas personas (art. 1.1.
b) ISA).
- 95 -
Además estas funciones debe ocuparse en interés nacional, con particular referencia
a la política exterior y defensa, en la protección de los intereses económicos de país y
en apoyo para la detección y prevención de crímenes graves (Art.1.2. a, b, c, ISA).
Este órgano está dirigido por un Jefe nombrado por el Ministro de Exteriores (Art.2.1
ISA).
El servicio secreto en materia de comunicaciones está regulado por la ISA de de 1994. Está
dirigido por un Director nombrado por el Ministro de Exteriores, y entre sus funciones
están:
La inteligencia Militar
La inteligencia policial
De acuerdo con la Ley de Policía (Police Act), al NCIS le corresponden las funciones de:
— Proveer inteligencia criminal a las fuerzas policiales del Reino Unido, al Royal Ulster
Constabulary, al National Crime Squad y a otras fuerzas de seguridad.
- 97 -
El Derecho británico otorga un tratamiento conjunto a las medidas acceso a los domicilios
particulares y las comunicaciones. La SSA y la ISA dan cobertura a los Ministros para autorizar
acciones de captación de los principales servicios de inteligencia (SS, SIS GCHQ) si se
considera que esas acciones son necesarias y no pueden ser logrados los objetivos por otros
medios (Art.3.2 SSA, Art.5 ISA). La decisión corresponde al Ministro o, en caso de urgencia, a
un alto cargo de su departamento con delegación para ello (Art.3.3 SSA, Art.6 ISA). El NCIS
también puede pedir autorizaciones de entrada en domicilios privados y la captación de
comunicaciones privadas (Art.92 Police Act). La ley reguladora de la interceptación de las
comunicaciones del año 2000 señala que la captación de comunicaciones son legítimas para la
consecución de los siguientes fines: el interés de la seguridad nacional, la prevención o detección
de delitos graves y la salvaguardia del bienestar económico del Reino Unido (Art.5 RIPA).
Control Ejecutivo
- 98 -
Director General de presentar un informe anual sobre la labor del servicio al Primer
Ministro y al Ministro del Interior. Cualquiera de estos dos órganos políticos puede exigir
al Director un informe sobre cualquier aspecto de su trabajo en cualquier momento (art.2.4
SSA).
— El Jefe del SIS y el Director del GCHQ son responsables ante el Primer Ministro de la
eficiencia del respectivo servicio y de que sus servicios no se excedan de sus competencias
(el interés de la seguridad nacional, la prevención o detección de crímenes graves o la
existencia de procedimientos penales, art. 2.2 ISA).También debe elaborar anualmente un
informe para el Primer Ministro y el Ministro de Exteriores y debe contestar sin ningún
tipo de reservas a todas las cuestiones que éstos les formulen (arts. 2.4 y 4.4 ISA).
— El Director general del NCIS está sometido al Ministro del Interior, que ejercerá sus
poderes en el modo y con el alcance que le parezcan más convenientes para promover la
eficiencia y la eficacia de ese servicio (art.25 Police Act). El Ministro podrá requerir que se
le someta un informe sobre los asuntos conectados con dicho organismo (arts. 31 y 32
Police Act). Igualmente el Ministro puede encargar la apertura de una investigación
administrativa sobre cualquier aspecto del servicio, decidiendo si hace pública la misma
(art.34 Police Act).
Junto al control directo por el Ejecutivo, el Derecho inglés también tiene mecanismos de
control indirecto de los servicios de inteligencia.
El Comisionado está encargado de hacer un informe anual para el Primer Ministro acerca
del modo en el que el SS ha realizado sus funciones y también puede hacer en cualquier
momento un informe sobre cualquier aspecto relacionado con el desempeño de las
funciones del SS (Art.4.5 SSA). Si el Tribunal decidiera que una medida del SS fuera
incorrecta, lo tendría que comunicar al Comisionado para que este informe al Ministro del
Interior (Art.7 Apéndice 1 SSA). Para realizar estos informes todos los miembros del SS y
todo el personal del Ministerio del Interior deberá desvelar o prestar al Comisionado
- 99 -
cuantos documentos o información le solicite para el mejor cumplimiento de su cometido
(Art.4. SSA).
— Por lo que respecta al NCIS, el Comisionado Jefe elabora un informe anual para el Primer
Ministro acerca del modo en que este organismo ha cumplido su labor (Art.107.2 Police
Act) y transmite un informe por cada caso en que se haya resuelto una queja a favor del
afectado por medidas intrusivas (Art. 4 Apéndice 7 Police Act).
Control Parlamentario
— La SSA establece para el Servicio Secreto que el Primer Ministro entregará una copia del
informe anual del Comisionado a ambas Cámaras del Parlamento (Art.4.6 SSA); esto se
hace respecto al NCIS (Art.107.3 y 4 Police Act), al SIS y al GCHQ (Art.8.7 ISA). El
Primer Ministro, tras consultar con el Comisionado, puede excluir ciertas partes del
informe en el texto enviado a las Cámaras si considera que la publicación de las mismas
pudiera ser perjudicial para el desempeño de las funciones del SS (Art.4.7 SSA).
— La ISA crea un Comité de Seguridad e Inteligencia formado por nueve miembros extraídos
entre las dos Cámaras, nombrados por el Primer Ministro tras consultar con el jefe de la
- 100 -
oposición El Comité tiene como misión efectuar un informe anual sobre el desempeño de
las funciones por cada uno de los tres organismos supervisados (SS, SIS, GCHQ) y
cualquier otro informe sobre cualquier otro aspecto de su actividad (Art.10 ISA). Para
elaborar su informe, el Comité puede solicitar a los Directores de cada uno de los servicios
que le proporcionen información directamente. Los Directores pueden denegar
información al Comité si el Ministro les ha prohibido darla o si se trata de una información
sensible en cuyo caso queda a criterio del responsable de cada servicio el determinar si la
transmisión de esa información es segura (Art.3 Apéndice 3 ISA).
Control Judicial
(9) Autores como Santaolalla se han manifestado firmes partidarios de un sistema de control judicial parecido al
que se establece en la legislación Británica frente al actual modelo español de la Ley de 2002. SANTAOLALLA
LÓPEZ, F. “Actos Políticos, Inteligencia Nacional y Estado de Derecho”. En “Revista Española de Derecho
Constitucional”. Mayo-Agosto 2002, 65.
- 101 -
El Tribunals está compuesto entre tres y cinco miembros elegidos entre quienes hayan
sido abogados (barrister, advocate, solicitor) por un período renovable de cinco años,
nombrados por la Reina (Royal Warrant). La independencia de este órganos se pretende
garantizar asegurando la inamovilidad de sus miembros que solo pueden ser destituidos por la
Reina si las dos Cámaras del Parlamento lo solicitan (art.1.1 y 1.5 Apéndice 2 SSA). El afectado
por una medida intrusiva del SS puede elevar una queja al Tribunals que pedirá al Comisionado
que dictamine, aplicando los principios que hubiera utilizado un juez en ejercicio de la judical
review, si el Ministro del Interior actuó adecuadamente emitiendo la autorización (Art.4.1
Apéndice 1 SSA). Si el Tribunals decide que la medida adoptada por el SS no fue correcta
ordenará una investigación sobre el hecho y el pago de una indemnización a la víctima (Art.6
Apéndice 1 SSA). Se aprobaron disposiciones similares para el SIS y el GCHQ y para controlar
las medidas de investigación a favor de los mismos (Apéndice 1 y 2 de la ISA, Apéndice 3
RIPA).
— El control del NCIS es realizado por el Comisionado y el Comisionado Jefe que deben ser
nombrados entre personas que sean o hayan sido jueces, para un período de tres años,
pudiendo ser destituidos solo por causas muy graves, como condena a prisión, o bancarrota
fraudulenta (art. 91.2 y 7 Police Act).
El Comisionado puede conocer de las quejas de los afectados, así como anular las medidas
de intrusión en el domicilio o las comunicaciones adoptadas en beneficio de ese organismo
de inteligencia (Art.103 Police Act) y acordar el pago de una suma al perjudicado (Art.5
Apéndice 7 Police Act).
— Las decisiones de un Comisionado son apelables ante el Comisionado Jefe (Arts.104 y 106
Police Act).
- 102 -
LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA EN ALEMANIA (10)
Órganos de coordinación
(10) Para la elaboración de este punto se ha utilizado, entre otros materiales: La Documentación preparada para la
tramitación de los Proyectos de Ley Reguladora del Centro Nacional de Inteligencia y Orgánica del control judicial
previo del Centro Nacional de Inteligencia, del Congreso de los Diputados. Apartado 2, sobre Documentación
Extrajera (Alemania). Documentación núm. 159; http://www.verfassungshutz.de. RUIZ MIGUEL, C. “Servicios de
Inteligencia y Seguridad del Estado Constitucional”. Madrid, Tecnos, 2002, pp. 131 y ss.
- 103 -
• Coordinar la preparación de las sesiones de la Comisión Parlamentaria de Control de
los Servicios de Inteligencia.
Para poder realizar esta coordinación se le asignan una serie de competencias que consisten
en el derecho a saber qué hacen los servicios, pero carecen de la posibilidad de modificar
las decisiones de los mismos.
• Tiene derecho a hablar directamente con los directores de los servicios y con sus
representantes.
De esta Comisión forman parte los Secretarios de Estado de los Ministerios del Interior,
Defensa, Justicia y Asuntos Exteriores.
Está compuesta por el Encargado para los servicios de inteligencia, los Directores del
BND, el MAD y la BfV, el Portavoz del Gobierno, los Secretarios de Estado responsables
de estos servicios en el Ministerio de Exteriores, en el de Interior y en la Oficina de la
Cancillería y, en el caso de que se considere necesario, también altos funcionarios
competentes en la materia. La legislación contempla numerosos supuestos de colaboración.
El BND y el MAD pueden requerir a la BfV para que les trasmita ciertos datos personales
que estén en su poder (pars. 17.2 BVerfSchG, 10.4 MADG, 8.3 BNDG). Por otro lado,
- 104 -
cuando el servicio federal de inteligencia obtenga datos que puedan ser de interés para las
actividades de otros organismos podrá transmitírselos (pars. 20.2 y 22 BVerfSchG, 3
MADG, 9 BNDG).
La existencia de esta pluralidad de órganos en los niveles federal y de Land exige una
colaboración a la que están obligados la Federación y los Länder y que consiste en el
mutuo apoyo y auxilio (Par.1.2-3 BVerfSchG). Esta colaboración entre Federación y
Länder se traduce:
• Deber de los órganos de los Länder de transmitir al órgano federal la información que
hayan obtenido y que puede ser de relevancia para este último (Par.6 BVerfSchG).
• Los órganos de los Länder transmiten al BND y al MAD aquellos datos que hayan
obtenido y que consideren que puedan ser de interés para las actividades de estos
servicios federales (Par.21.2 BVerfSchG).
- 105 -
• Las tentativas contrarias al orden fundamental de libertad y democracia.
Lo que se entiende como orden fundamental de libertad y democracia está
establecido en el Par.4.4 VerfSchG y comprende en derecho del pueblo a elegir en
elecciones libres el poder del Estado, el sometimiento de la Ley a la Constitución, el
derecho a formar y ejercer una oposición parlamentaria, la posibilidad de destituir al
Gobierno y exigirle responsabilidad por parte de la representación popular, la
independencia de los tribunales, la exclusión de la arbitrariedad y los derechos
fundamentales concretados en la GG. La ley está inspirada en las SSTCFA que
prohibieron los partidos extremistas.
• Las tentativas que dentro de Alemania traten de poner en peligro los intereses
exteriores de Alemania mediante acciones de fuerza (Par.1.1 VerfSchG, Par. 3.1
VerfSchG).
• Las actividades secretas o peligrosas realizadas para una potencia extranjera cuando
dichas actividades se realicen contra personas, instalaciones u órganos del Ministerio
de Defensa o por personas provenientes de esta Ministerio o relacionada con el
mismo (Par.1.1 MADG).
Tiene una vinculación personal, material y espacial con las Fuerzas Armadas y se
configura como un órgano especial de defensa de la Constitución que excluye para asuntos
militares la competencia de la BFV y sus homólogos de los Länder.
El Servicio Federal de Inteligencia está calificado por su ley reguladora como un órgano
federal. El responsable último del servicio es el Jefe de la Oficina de la Cancillería Federal
(Par.1.1 BNDG) y subordinado a éste se encuentran un Presidente y un Vicepresidente. El
BND está dividido en seis secciones. Su función es la de recopilar información exterior
relevante para la política y la seguridad exterior del Estado alemán (Par.1.2 BNDG). Por
ello no le está excluida la posibilidad de obtención de informaciones dentro de Alemania si
ello es necesario para sus fines.
En materia de seguridad interior en la que son competentes los Länder se han creado
oficinas de defensa de la Constitución dependientes del respectivo Ministerio del Interior o bien
departamentos de estos Ministerios han sido encargados de dicha defensa. Todos los Länder
- 107 -
deben contar con su propio órgano (Behörde) para los asuntos de defensa de la Constitución
(Par.2.2 BVerfSchG). La actuación de estos órganos se limita al ámbito de su propio Land, ya
que en la medida en que una actuación contraria a la Constitución exceda de ese ámbito su
investigación es competencia del órgano federal (Par.5.2 BVerfSchG).
— Pública o pasiva: Los servicios pueden recopilar información de libre disposición y que
por ello se considera información pública (Par.9.1 VerfSchG). Los servicios se limitan a
recibir información pasiva.
— Secreta o activa: Los servicios de información pueden hacerse con información que no está
disponible para el público en general y por ello, secreta. Información activa.
— El MAD y el BND pueden beneficiarse de estas medidas para desarrollar su trabajo cuando
existan indicios objetivos de la existencia de determinados delitos. Estos delitos están
indicados en el Par.3.1 G10 y entre ello se encuentran los de traición, puesta en peligro del
Estado de Derecho democrático y delitos contra la seguridad del Estado.
- 108 -
armado contra la República, comisión de actos terroristas internacionales en Alemania,
comercio internacional de armas y tecnologías de defensa, falsificaciones de moneda
realizadas en el extranjero (Par.5 y 6 G10). Todos estos peligros inciden en el título
“relaciones internacionales”. Este título legitima la intervención del BND, el órgano
federal de inteligencia exterior (STCFA de 14 de julio de 1999). Cuando concurran las
circunstancias indicadas, se podrá solicitar la adopción de las medidas limitadoras a través
de la correspondiente petición. La petición debe ser hecha por el Presidente o
Vicepresidente del servicio de inteligencia al que interese la medida y debe indicar el tipo
de limitación, su duración y circunstancias, todo ello razonadamente. La orden, emitida por
el Ministro que designe el canciller federal, o la máxima autoridad de un Land, debe
indicar todas las circunstancias de la medida limitadora (Par.9-11 G10). La Ley de
limitación del secreto de la comunicaciones dispone que al afectado se le informará de las
medidas de intervención adoptadas en sus comunicaciones una vez que esta notificación no
ponga en peligro el objetivo perseguido con la intervención realizada (Par.12).
— Control parlamentaria por cuanto los Ejecutivos responsables de los organismos que hayan
adoptado esas medidas, el federal o el de un Land, deben informar a sus respectivos
- 109 -
parlamentos anualmente acerca del empleo que hayan hecho de esos medios intrusivos
(Art.13.3 y 5 GG).
Técnicas que requieren de una orden interna del servicio en la que debe expresarse quien
resulta competente. Orden que debe contar con la aquiescencia del Ministro Federal del Interior
que, a su vez, debe informar a la Comisión Parlamentaria de control de los servicios secretos
(Par.8.2 BVerfSchG, 4.1 MADG).
Aunque la legislación del BND establece para el ejercicio de sus competencias las mismas
garantías que para la BfV (Par.3 BNDG), algunos autores han planteado que sólo las actuaciones
de este servicio realizadas en Alemania están cubiertas por esas garantías. Cuando se trata de
obtener información, como regla general, la ley establece que los servicios de inteligencia deben
elegir aquella que menos perjudique al afectado. Una medida no debe ocasionar perjuicios que
no estén en relación con el objetivo perseguido (Par.8.5 BVerfSchG, 4.1 MADG, 2.4 BNDG).
- 110 -
Control de los servicios de inteligencia
Control Ejecutivo
— Existe una inspección material del servicio que se extiende a toda la actividad.
— Los responsables políticos pueden dar órdenes a los servicios sobre el modo de proceder,
pueden fijar las competencias y responsabilidades de los miembros de los servicios en los
diferentes planos de actuación y decisión y les están reservadas las decisiones en los casos
más importantes, pudiendo anular o modificar decisiones tomadas por los servicios de
inteligencia.
Los servicios de inteligencia también pueden ser controlados por el encargado federal de
datos Personales. Es elegido por el Bundestag por mayoría absoluta de sus miembros a propuesta
del Gobierno federal (par.22.1 BDSG) y es destituido por el Presidente Federal a propuesta del
Gobierno (par.23.1 BDSG). Una vez elegido desarrolla su actividad en el Ministerio de Interior
con un amplio margen de autonomía.
Control Parlamentario
La Ley Fundamental de Bonn establece que el Parlamento puede crear las comisiones de
investigación y de control que tenga por conveniente (Arts. 44 y 45 GG). Por supuesto, los
- 111 -
servicios de inteligencia no quedan excluidos de esta posibilidad como se desprende del
parágrafo 1.2 de la ley de control parlamentario de los servicios secretos.
— Comisión (Gremium)
La Comisión esta compuesta por cinco diputados del Bundestag que debe ser informada
por los Ministros responsables de los servicios secretos (BfV, BND, MAD) de las medidas
limitativas tomadas en aplicación de la G10 en un plazo máximo de seis meses. Esta
Comisión somete anualmente al pleno del Bundestag un informe sobre la ejecución, tipo y
alcance de las medidas adoptadas al amparo de esta ley (Art.1 par.14.1 G10).
- 112 -
La Agencia está presidida por una persona que reúna los requisitos para ser Juez y tres
diputados más. El presidente tiene voto de calidad. Esta Agencia se reúne como mínimo
una vez al mes y sus sesiones son secretas y sus miembros se comprometen a mantener el
secreto aun después de concluido su mandato. El Ministerio competente debe informar
mensualmente al comité antes de ejecutar las medidas limitadoras. En caso de peligro el
Ministerio puede ordenar la ejecución de la medida limitadora antes de informar a la
Agencia, si bien cuando ésta juzga a aquella como inoportuna al Ministerio debe anularla.
La agencia decide, de oficio o a instancia de la persona que se considere afectada acerca de
la admisibilidad y necesidad de estas medidas, estando el Ministro obligado a cumplir lo
que la Agencia haya determinado (Art.1, par.15 G10). Entre la Agencia y la Comisión
existen dos diferencias. Mientras la Comisión tiene naturaleza de Comisión Permanente no
legislativa, la Agencia tiene carácter órgano auxiliar del Parlamento. Mientras la Comisión
se limita a ser informada, la Agencia tiene competencias de control en sentido estricto.
Estos órganos, aun cuando traten datos personales no están sometidos al control del
defensor federal de datos Personales (Par.24.2 BDSG).
Control Judicial
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— Pueden ser examinados los datos del ejecutivo denegando autorización a personas
relacionadas con los servicios de inteligencia para declarar en un proceso penal que afecte
a la actuación de estos servicios.
— Existe una disposición legal que establece que como regla general, las autoridades
administrativas están obligadas a entregar a los tribunales los documentos que estos les
soliciten, pero cuando la publicación del contenido de los mismos pueda perjudicar a la
federación o un Land, o cuando su contenido deba ser mantenido en secreto en virtud de
una ley o por su naturaleza, el superior podrá denegar esa información a los tribunales
(Parágrafo 99.1 VwGO).
La BfV (y sus homólogos en cada Land) está obligada a elaborar un informe anual dirigido
a la opinión pública por mandato legal. De esta obligación no participan el MAD ni el BND. Con
este informe anual, el Gobierno y la BfV realizan una contribución a la formación política de los
ciudadanos. La aparición ante la opinión pública de la BfV no se agota en la publicación del
informe anual, pues los funcionarios del servicio también pronuncian conferencias, publican
trabajos y los máximos responsables dialogan con los medios de comunicación. Esta obligación
de informar a la opinión pública constituye una particularidad del sistema alemán que lo
diferencia de otros.
(11) Doctrina que se ha seguido también en España. Sobre el control de los actos políticos, véase, por todos, el
clásico trabajo de GARCÍA DE ENTERRÍA, E. “La lucha contra las inmunidades del poder”. Madrid, Civitas,
1989.
- 114 -
LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA EN FRANCIA (12)
Organización de la SGDN:
Estamos ante una Dirección que ejerce funciones de vigilancia, análisis y preparación de
informes para el Gobierno en el ámbito internacional y sobre todo en el ámbito europeo en
materia de seguridad y defensa. Esta dirección depende directamente del Ministerio de la
(12) Para la elaboración de este punto se ha utilizado, entre otros materiales: La Documentación preparada para la
tramitación de los Proyectos de Ley Reguladora del Centro Nacional de Inteligencia y Orgánica del control
judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia, del Congreso de los Diputados. Apartado 2, sobre
Documentación Extrajera (Francia). Documentación núm. 159; http://www.permier-ministre.gouv.fr
(13) Décret nº 78-78 du 25 Janvier 1978 fixant les attributions du secrétaire général de la défense nationale.
(14) Décret nº 82-306 du 2 de avril 1982 portant création et fixant les attributions de la direction générale de la
sécurité extérieure
- 115 -
Defensa y es nombrada por el Consejo de Ministros (art. 1). Esta Dirección asegura la
coordinación interministerial con sus informes y desarrolla la política francesa en materia de
coordinación europea: conduce las crisis militares o civiles, la política de armamento y la
negociación de grandes proyectos. También se encarga de realizar análisis de las situaciones
conflictivas en materia de seguridad en Europa y el resto del mundo (art. 2). Tiene también
confiado la coordinación de la actividad internacional de los diferentes organismos que
componen la SGDN, así como el Centro Interministerial de Traducción (CIT).
- 116 -
Dirección de Tecnologías y Transmisiones Sensibles (TTS)
Esta dirección asegura el control de las exportaciones de los materiales bélicos. Elabora y
propone políticas nacionales coherentes con el respeto a los compromisos internacionales
suscritos por Francia, y contribuye a orientar la acción de los servicios de información y de
seguridad en estos ámbitos. Vela por la aplicación del código de conducta de la Unión Europea
en materia de exportación de materiales sensibles. Coordina las políticas interministeriales para
el control de la proliferación de armas de destrucción masiva. Participa en la protección del
patrimonio técnico y científico, además de la vigilancia general y estratégica en los ámbitos
nuclear, espacial, balístico, biológico y químico. En definitiva, le corresponde el control y la
preservación de los intereses franceses en el sector industrial de defensa.
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— Función de punto de referencia y especialidad científica y técnica.
CONCLUSIONES
Desde el punto de vista de la operatividad de los servicios de inteligencia dos son los
momentos en los que pueden presentarse problemas en su actuación: fase de toma de
(15) Décret nº 2001-693 du 31 juillet 2001 créant au secrétariat général du la défense nationale une direction
centrale de la sécurité des systèmes d´information. Décret nº 2001-694 du 31 de juillet 2001 portant création
- 118 -
información, sobre todo cuando se hace con acciones intrusivas y encubiertas, que pueden
afectar a derechos como la inviolabilidad del domicilio, el secreto de las comunicaciones o el
derecho a la intimidad; y fase de almacenamiento, elaboración y transmisión de la información,
que puede atentar contra el derecho a la libertad informática y la intimidad. El análisis
comparado nos demuestra que la solución de control previo o posterior a las acciones intrusivas
depende mucho más de la tradición de cada uno de los modelos jurídicos que de la existencia de
una solución óptima.
También es importante establecer controles de carácter político. Para ello, como hemos
visto, lo más común es articularlos en el ámbito parlamentario con la institucionalización de
órganos específicos para tal función y de acuerdo con las previsiones que la legislación
establezca para las materias clasificadas como secretos oficiales. Esta es un control, que si nos
fijamos en los órganos de nuestro Parlamento y las previsiones de la Ley 11/2002 de CNI,
merecería una regulación más adecuada que podría corregirse con una acción conjunta entre la
organización interna del Parlamento y la acción del Legislador reformando la Ley 9/1968, de 5
de abril, reguladora de los Secretos Oficiales.
- 119 -
CAPÍTULO CUARTO
Escribir sobre Europa es ante todo escribir sobre futuro, porque es una idea, un proyecto,
llamado Unión Europea (UE) en el que trabajan todos los europeos. No es monopolio de nadie.
Ese futuro se construye mediante la cooperación en común. Discurrir sobre cooperación Europea
en Inteligencia es algo más complejo, pero íntimamente relacionado que trataré de desgranar al
analizar estas tres palabras en busca de su verdadero contenido.
LA INTELIGENCIA
La Inteligencia y la discreción llegan a veces a ser sinónimos, por lo tanto sus actuaciones
implican una porción de incertidumbre o sensación de dejarse algo en el tintero. Es muy difícil
profundizar en temas de Inteligencia y llegar al corazón. No obstante vivimos en la era de las
comunicaciones y es necesario dar a conocer al menos las inquietudes cuando no hay muchos
hechos tangibles que relatar al gran público. Intentaremos, en estas condiciones de actuación,
profundizar algo en lo que se intenta hacer y se pude hacer en cooperación europea en materia de
Inteligencia. Aunque no llegue a dar respuestas rotundas, sí al menos plantearé algunas
incógnitas.
Antes de nada, habría que justificar la necesidad de contar con información evaluada, de
hacer inteligencia. Todo pivota alrededor de la información y como afirmaba Von Clausewitz:
“con la palabra información designamos todo conocimiento que se tiene del enemigo y del país
que ocupamos, por ende el fundamento de todas nuestras ideas y procedimientos”. Claro que este
- 121 -
autor hablaba casi siempre de guerra y no toda la Inteligencia, ni mucho menos, tiene esa
connotación castrense.
Pero no sólo en guerra o en asuntos militares hay que estar bien informado, aunque parece
intrínseca al ser humano la necesidad de estarlo, curiosamente, y debido a sus limitaciones, en
muchas ocasiones está desinformado. De esa necesidad y ante la complejidad de las situaciones
actuales tiene mucho ganado el que más sabe, el que conoce las verdaderas razones y el que es
capaz de prever movimientos. Por ello, invertir con criterio en Inteligencia es rentable.
Probablemente alguna vez en Occidente pensamos que el fracaso del comunismo ante los
sistemas democráticos llevaba consigo la tranquilidad, incluso para alguien supuso el final de la
Historia. Aquella era la época de los agentes secretos y la “CIA versus KGB” Los conflictos no
han acabado ni mucho menos. Nos enfrentamos en estos tiempos a problemas diferentes que soy
incapaz de diagnosticar, en cuanto a si son más o menos complejos que los del pasado, pero
ciertamente son distintos, porque la sociedad ha evolucionado y es muy dispar de aquella que
hacía frente a la lucha de bloques más o menos homogéneos. La Inteligencia, por otro lado,
permanece.
Asimismo han cambiado las herramientas para resolverlos. Seguimos contando con la
capacidad del hombre, nuestro mejor activo, pero además contamos con una tecnología, que sin
ser la panacea universal, debidamente utilizada, puede ayudar y contribuir eficazmente al
esfuerzo final. En el desarrollo tecnológico aplicado a la Inteligencia hemos avanzado mucho,
aunque no todos por igual.
En este contexto, entre las herramientas que tienen los Estados para contribuir a sus
objetivos, están los servicios de Inteligencia. Aceptamos pues que la inteligencia es una
necesidad ineludible en cualquier ámbito de actuación y más al nivel de un gobierno, porque sin
buena información la toma de decisiones puede verse afectada de forma traumática. En el fondo
- 122 -
estamos hablando de un complejo y delicado entramado que da margen de maniobra a las
naciones y poder a sus dirigentes. La información es básica en la adquisición de poder.
Conocimiento, y más certeza, significan poder. Siempre ha sido así y no es previsible una
metamorfosis. A lo largo de las siguientes líneas hablaremos más del campo militar, pero la
Inteligencia abarca todos los ámbitos de actuación. Se debe recalcar que la cuestión fundamental
no es tanto el hacer una evaluación, como conocer los errores que cometemos al hacer
estimaciones de inteligencia. Cuanto más sepamos de nuestros errores más nos acercaremos a la
verdad.
EUROPA
Así pues la Inteligencia se configura como pieza esencial en los Estados. Europa se está
construyendo en una progresiva integración de Estados. Por otra parte, nuestro continente no ha
gozado nunca en el pasado de un periodo tan amplio de estabilidad. Los conflictos continúan,
pero los últimos acontecimientos dan la razón a los que iniciaron la vía de la unión entre las
naciones europeas, no exenta de muchas dificultades, para dotarnos de mayor bienestar y
seguridad. La UE es una realidad en evolución.
Sin embargo, ¿tenemos los europeos y en concreto la UE objetivos comunes como dice el
artículo I del proyecto de Tratado por el que se instituye una Constitución para Europa,
presentado en Salónica el 20 junio 2003 al Consejo Europeo? Ya tenemos un borrador de
Constitución y un pasado reciente desde la perspectiva histórica de encuentros y desencuentros.
Hay un camino, un futuro y unos objetivos condensados en un texto. Al final como en cualquier
grupo humano será la voluntad de sus miembros la que produzca los resultados apetecidos.
Antes de ponerse a discutir hay que tener unos intereses comunes para crear algo en
común. Nuestros intereses comunes tienen como requisito establecer, junto al resto de Europa,
el clima de seguridad necesario donde puedan salvaguardarse.
- 123 -
Así, como apunta el Centre for European Reform algunos miembros de la UE con lazos
trasatlánticos muy fuertes como Reino Unido, Países Bajos, y alguno de los nuevos miembros,
argumentan que la Unión no necesita de un compromiso de “asistencia mutua” ya que la OTAN
proporciona las garantías de defensa adecuadas, sin embargo otras naciones sí puntualizan qué es
necesario ese compromiso. Si llega el acuerdo sobre asistencia mutua, ¿cómo no vamos a
apoyarnos en una Inteligencia común?
LA COOPERACIÓN
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EEUU no se limitó a proporcionar un escudo contra amenazas externas, sino que además, estaba
en posesión de la llave del “problema alemán” (1).
En abril de 2003 hubo una reunión de cuatro países de la UE, también miembros de la
OTAN para proponer la creación de un Cuartel General de ciertas dimensiones, que se dedicara
al planeamiento y conducción de operaciones militares lideradas por la Unión. Esta propuesta,
tal y como se realizó, se encontró de pleno con la oposición del resto de los países miembros y
hubo alegatos de falta de cooperación y compatibilidad con la OTAN; sobre todo después de la
firma de los acuerdos “Berlín plus”.
Si esto sucede en una iniciativa en el campo de las operaciones, cuánto más en el campo de
la Inteligencia, donde las “susceptibilidades” no tienen cabida. El que los países avancen más en
las cuestiones de Inteligencia va a depender largamente de cuáles sean estos objetivos. Incluso
más que objetivos escritos, será decisivo el convencimiento y la voluntad de los responsables
políticos para alcanzarlos. Luego vendrá la conveniencia del momento político para
desarrollarlos. Cuando los líderes Europeos se reúnen, un giro en una frase o un cambio en el
énfasis de la expresión pueden expresar un pensamiento que afecte al futuro de la Unión de
forma más negativa de lo previsto (3).
La cooperación debe entenderse de forma clara como una opción ineludible, porque nadie
puede construir sólo un proyecto supranacional de esta envergadura. Voluntad, transparencia,
Si se consiguiese esa ansiada cooperación, no hay duda de que Europa unida en cuestiones
de Inteligencia en todos las áreas pertinentes sería mucho más poderosa, más sólida en sus
planteamientos y con una mayor credibilidad. Las tres operaciones de la UE en el 2003
representan un auténtico acontecimiento para la institución. Por primera vez se compromete
activamente en asuntos de seguridad cubriendo una variedad de tareas, desde policía hasta
intervención militar en el Congo, Antigua República Yugoslava de Macedonia y Bosnia-
Herzegovina. Estas misiones muestran la capacidad de reacción de la Unión, aunque
indudablemente abren una boca insaciable en cuanto a necesidades futuras (4).
Pero ¿en verdad queremos los europeos ser poderosos? ¿Quieren los EEUU una Europa
unida o prefieren que sigamos discutiendo por mucho tiempo, sin dar los pasos que la hagan
fuerte y realmente competitiva con su hegemonía? ¿Hasta donde están los países Europeos
dispuestos a llegar? ¿Cuánta y de qué calidad será la Inteligencia a compartir, en qué campos?
Ante todas estas preguntas sin responder de una forma clara vamos a intentar desarrollar otra.
Desde el punto de vista individual, es decir, de los estados, la contestación es obvia. En una
organización multinacional sigue siendo igual de necesaria, lo que sucede es que las dimensiones
y los obstáculos crecen en cualquier proyecto supranacional. Si a veces es muy complicado
coordinar dentro del país todo el flujo de información, cuánto más al salir de nuestras fronteras.
Claro está que las ventajas cuando se resuelvan las dificultades van a ser muy grandes.
(4) MISSIROLI, ANTONIO. “ESDP:Post Iraq Building a European Security and Defence Policy”, 2003;
http://www.cicerofoundation.org/lectures/missiroli_jun03.html
- 126 -
Si existiese una inteligencia Europea única y las naciones compartiesen con eficacia la
información evaluada, que poseen en todos los campos económico, tecnológico, industrial,
policial, militar, etc..., se habría dado un paso de gigante en el proceso de construcción europea.
Significaría que se están compartiendo secretos e intimidades que incrementan el clima de
confianza y refuerzan la unión.
La UE mira hacia el futuro como no podría ser de otra forma. En el pasado sentó sus bases
sustentadas en la economía y desde esa cuna se pretende crecer. Todo esto salvaguardando la
seguridad que significa desarrollo o, dicho de otra manera, no puede haber desarrollo en un clima
de inseguridad. Y la seguridad se debilita con la falta de información.
Las naciones y al igual las organizaciones, dependiendo del papel que quieren jugar, deben
aceptar las responsabilidades a asumir. Cualquier nación, Alianza o Coalición ad-hoc,
procedimiento en candelero últimamente cuando las alianzas no funcionan, va a ser juzgada por
sus hechos más que por sus promesas y en resumen en cuestiones de inteligencia europea nuestra
credibilidad dependerá de nuestras capacidades en este campo.
Los conflictos en cualquier parte del mundo pueden afectar a los intereses de una
comunidad por alejada que esté. El nivel de sus consecuencias es el que marca el compromiso en
el asunto. Europa para ejercer su influencia y liderazgo quiere involucrarse en los asuntos desde
una óptica mundial más allá de sus fronteras naturales. El “tsunami” es una enorme ola que tiene
su periodo y que arrasa sus zonas de impacto, pero también llega en sus consecuencias allá
cuando sus efectos no son amortiguados. Esto sucede en un mundo globalizado, donde es difícil
estar al margen.
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cometidos. Sin embargo, hay quien opina que los mejores resultados o prestaciones de los
servicios de Inteligencia es preferible que los juzgue la Historia y que por el momento pasen
como simples golpes de fortuna.
Una Inteligencia común es necesaria por los intereses comunes a preservar. España tiene
unos “intereses básicos de seguridad”, conforme a la Revisión Estratégica de la Defensa y
comparte con sus vecinos europeos y el resto de los Aliados el objetivo global de contribuir a la
estabilidad y paz internacionales. Quiere esto decir que tenemos intenciones comunes, que
estamos muy inter-relacionados, y dependemos los unos de los otros, que de alguna manera los
obstáculos, riesgos, amenazas que pueden hacer peligrar esos intereses también son comunes.
Sin embargo no acabamos de decidirnos a compartir la información o hacerlo con la intensidad
adecuada.
No es que Europa necesite otro pilar que sea una Inteligencia común, sino que los tres
pilares deben reforzarse por una Inteligencia que sea una muestra tangible del compromiso
Europeo común. La cuestión sobre si hace falta una política de Inteligencia implica algo más que
un modus vivendi et operandi porque cualquier elección en el compartir Inteligencia va unida a
valoraciones específicas en materias de estrategia y seguridad. Una política de Inteligencia
europea es necesaria porque el debate político sobre el tema ha comenzado ya y existe el riesgo
de que se concentre en temas muy cortos y además, un debate no bien informado típicamente
corre riesgos de transcurrir erráticamente y llegar eventualmente a conclusiones que no sirvan
de gran ayuda (5). Una Inteligencia común es necesaria por el proyecto común, su contribución a
la seguridad, credibilidad, capacidad de influir, defensa de intereses y por la existencia de
amenazas también comunes.
Habría que preguntarse cuáles deben ser los objetivos de una Inteligencia Europea común,
hacia donde va enfocada. La Inteligencia tiene que ser el resultado de evaluar la información
disponible sobre el enemigo; ése ha sido al menos el propósito clásico. La inteligencia elaborada,
“el producto”, tiene que servir para prevenir peligros, vigilar comportamientos, adivinar
(5) POLITI, ALESANDRO. “Why is European intelligence policy necessary”. En “SISDE: Rivista di Intelligence e
di cultura professionale”, 10, enero-abril 1998; http://www.sisde.it/sito/Rivista10.nsf/ServNavig/6.
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intenciones, para defender nuestros intereses con anticipación, si es posible, con cierta
perspectiva.
Los mercados son globales, los medios de comunicación llegan o cubren todo el planeta,
pero ¿podemos hablar de amenazas globales? Cuando vivimos la globalización como fenómeno
y producto principalmente de los avances tecnológicos en el campo de los medios de
comunicación y el transporte, que han reducido el “tamaño del planeta Tierra” hasta vernos todos
envueltos en las mismas vicisitudes, también sufrimos amenazas globales que pueden afectarnos
a todos.
En este mundo globalizado los EEUU son la única potencia dominante desde la caída del
muro, como el llamado gran actor militar, pero también en el terreno de la alta tecnología.
Tienen unos servicios de Inteligencia muy complejos, en plena reestructuración, y
generosamente potenciados en estos dos últimos años, al menos en cuanto a presupuestos. El
hecho de verse sorprendidos por ataques terroristas en su propio territorio, en enclaves
emblemáticos, preparados y ejecutados con medios del propio país, haciendo uso de las
facilidades del propio sistema, ha sido un duro golpe, que puede llevar a situaciones de pánico
generalizado cuando se habla de amenazas de armas de destrucción masiva, ataques químicos,
bacteriológicos, etc...
El terrorismo ha existido siempre. Sin embargo los últimos acontecimientos lo que han
hecho es pasarlo a primer plano por la repercusión, que no sé si habían medido bien sus autores.
En el siglo XX al terrorismo se le llenó de adjetivos. Desde los ataques en territorio continental
de los Estados Unidos, donde nunca había tenido lugar agresión alguna, el terrorismo no tiene
adjetivos, porque se es o no se es terrorista, y lo es aquel que pretende por medio del terror
imponer su voluntad a los demás. Los ataques terroristas son más probables que la invasión
soviética del pasado.
- 129 -
Además quedó la sensación de que siendo las consecuencias de los atentados devastadores
sobre todo psicológicamente, el riesgo de terrorismo nuclear o biológico también existe. Sin ser
paranoicos, no se pueden descartar actos terroristas prácticamente en ningún lugar del planeta. Al
menos en cuanto a ataque terroristas convencionales.
El terrorismo nuclear o biológico que hasta ahora, gracias a Dios, nunca se ha producido
podría tener consecuencias mucho más graves. En un informe preparado por el NATO Committee
on Psycohological and Social Consequences Of Chemical Biological and Nuclear Terrorism,
los expertos expresan su opinión en el sentido de que los ciudadanos deben estar preparados de
modo práctico y psicológico para está amenaza, que puede prolongarse durante un periodo largo
de tiempo. Fundamentalmente se concentran en dos escenarios. El primero abarca la
comunicación sobre los riesgos futuros. La intención es educar e informar al público,
incrementar la vigilancia, pero sin aumentar la ansiedad y tener cierta elasticidad. El segundo se
refiere a los comunicados posteriores a los actos terroristas, donde el primer objetivo es dar
información tan rápido como sea posible, pero sin incrementar la ansiedad nada más que en el
nivel preciso y continuar manteniendo esa elasticidad.
Como sucede con el terrorismo, y en contraste con la amenaza masiva de la Guerra Fría,
ninguna de las nuevas amenazas es puramente militar ni puede ser abordada por medios
puramente militares (6). Lo peor es que tampoco se puede asociar a un gobierno concreto.
Precisamente en este siglo XXI, cuando existen las armas más precisas jamás inventadas y donde
el poder militar ha alcanzado una elevada sofisticación, resulta que hay muchas amenazas contra
las cuales ese poder puede utilizarse eficazmente pero por si sólo no va a eliminarlas.
Lo deseable sería crear una institución de Inteligencia de alto nivel, embrión de la futura
Agencia Europea de Inteligencia, donde se coordinase todo el intercambio de información en
busca de una mayor eficacia. Porque la cooperación ya existe.
En Europa existe una amplia colaboración y cooperación entre los servicios de Inteligencia
tanto civiles como militares y se amplía más en el nivel bilateral entre determinados países con
lazos comunes e intereses complementarios, que han ido consolidándose con el tiempo. La
cuestión es que pudiendo hablar de éxitos públicos en el terreno policial, judicial, inmigración
ilegal y lucha antiterrorista todavía queda un amplio camino por recorrer.
Aquí es donde hay también que variar la actitud y entender el intercambio de información
como algo permanente y continuo o hacerlo de forma circunstancial, en una forma de cubrir el
expediente.
- 132 -
Hay también problemas de acceso a clasificaciones de seguridad, que significan acceder a
cierto grado de intimidad de los estados. En muchas ocasiones se utiliza la justificación de la
clasificación de seguridad para no pasar información. En todos los países existen leyes de rango
nacional que regularizan el acceso a la información clasificada y que están amparadas por una
legislación que tiende a proteger intereses nacionales. No son fáciles de superar, sin embargo
únicamente una idea común puede eliminar las reticencias. Conviene no olvidar que si bien el
producto final de inteligencia puede ser el resultado de un proceso muy complejo, lo cierto es
que en todos los lugares tiene un origen común: como son las fuentes de inteligencia. Y las
fuentes siempre se van a proteger.
También puede haber dificultades cuando los profesionales acostumbrados a sus métodos y
sistemas no entienden la forma de trabajar en otros servicios. La Inteligencia requiere una
completa especialización. Es un trabajo diario y delicado basado muchas veces en la experiencia.
Siendo realistas el cambio no parece que se produzca a corto plazo. Sin embargo para
avanzar en la construcción Europea hay que dar pasos aunque sean cortos, incluyendo mejoras
en la colaboración, mayor interoperabilidad del intercambio de información y el acceso a la
información clasificada
CAPACIDADES Y SISTEMAS
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sobre todo en el ámbito estratégico se ha convertido en una necesidad para la UE en su papel de
potencia mundial.
A mediados de los noventa el presidente de Francia afirmó que Europa tenía tres carencias
que necesitaba cubrir para permitirse la libertad de movimientos de una superpotencia. Una de
ellas era la Inteligencia estratégica.
Las naciones tienen sistemas pero no los comparten, o lo hacen muy parcialmente, y sobre
todo, como se ha mencionado anteriormente, no son interoperables. En sus orígenes se han
blindado precisamente para preservar su intimidad y por eso la interoperabilidad no está
contemplada.
En cuanto a los medios de recoger información que tienen los países Europeos y la
existencia de fuentes abiertas se puede afirmar que gran parte de la información la comparten
muchos sectores. Al final, muchas veces, los resultados tienen que basarse en la contribución de
una única nación y esta nación normalmente va a querer contraprestaciones, porque la
Inteligencia que puede proporcionar no es sólo la de las fuentes abiertas, que sí pueden servir a
veces como verificación. Quiere esto decir que el intercambio de información es un paso
fundamental, pero depende mucho de la calidad de la información compartida.
Los lazos de mutua confianza y amistad entre los países hacen que, por ejemplo entre los
europeos el Reino Unido, en lo que a la vertiente militar se refiere, tenga acceso a información
que no tienen otros socios, como lo corroboran las operaciones mano a mano con los EEUU.
Existen tres niveles de inteligencia militar que corresponden a los tres niveles de
conducción de las operaciones: nivel estratégico, nivel operacional y nivel táctico. En los tres
niveles se precisa y se hace Inteligencia.
Las actividades clásicas de Inteligencia en el campo militar técnico incluyen los aspectos
siguientes: La inteligencia de señales (SIGINT), inteligencia electrónica (ELINT), inteligencia
de las comunicaciones (COMINT) y la inteligencia de fuentes abiertas (OSINT). Estas
actividades son comunes a los países de la Unión Europea y también en la Alianza. La
colaboración, intercambio de información y la cooperación internacional permiten tener una
base de datos en común, de gran utilidad y punto de partida esencial. Otros aspectos puramente
- 135 -
militares de gran relevancia en la conducción de las operaciones son: la valoración de los daños
en blancos y en el campo de batalla.
Después del 11 septiembre ha vuelto a recobrar un papel que nunca debió haber perdido,
por mucha tecnología que se posea. Requiere verdaderos y especialistas y tiene grandes riesgos,
pero puede acceder a niveles que no pueden ser adquiridos por otras fuentes. En mi opinión la
captura del ex presidente de Iraq ha sido una tarea muy compleja y gracias, entre otras razones, a
la labor que están realizando los servicios de Inteligencia en Iraq a la finalización de las
operaciones militares se ha conseguido este éxito.
En cuestiones de defensa los presupuestos que manejan los países europeos son bajos para
poder permitirse el poder seguir las líneas de actuación de los EEUU, donde la inversión en las
agencias de Inteligencia y la creación desde el punto de vista departamental del Homeland
Security ha potenciado todavía más el gasto.
Convendría no olvidar que los EEUU ya empleaban muchos recursos en inteligencia antes
del 11 SEP 2001. También mucha tecnología punta había sido puesta a disposición de las
- 136 -
diferentes agencias, sin embargo es claro que hubo un fallo de los servicios de inteligencia o al
menos no existió la coordinación debida que hubiese podido tal vez evitar la catástrofe. El
equilibrio es fundamental porque los aspectos que pretende abarcar la Inteligencia son muy
complicados y de difícil control.
Para optimizar el producto y sacar el máximo partido a los medios se requiere hablar de
una arquitectura de la inteligencia. Se distinguen unas llamadas áreas funcionales de inteligencia
donde aparecen: la gestión y coordinación de la recogida de inteligencia.
- 137 -
También todos los países tienen indicadores y alarmas muy utilizados, a base de las fuentes
disponibles, y que proporcionan el grado de alerta necesario ante cualquier situación o crisis.
Realmente en el marco europeo los principios de una Inteligencia operativa y eficaz son los
mismos que los de cualquier nación:
— Directivas claras. Que en el caso de la UE tienen que proceder de la autoridad otorgada por
las naciones a sus representantes.
Todos estos factores se tienen que integrar en un centro de Inteligencia, que en el caso de
la UE por su alcance y relevancia sería una pieza clave para la producción y diseminación de la
información elaborada.
¿Quién suministra la información? En principio los medios humanos y técnicos son los de
las naciones. La diferencia en una Inteligencia realmente europea es al servicio de qué están esos
recursos. Es muy difícil pensar otra solución que no sea mejorar la integración de las
capacidades militares europeas de forma más eficaz que logrando una plena integración de los
servicios de Inteligencia.
- 138 -
capacidades de valorarla. Por esta línea es por donde debe transcurrir el futuro de la Inteligencia
europea.
Quisiera añadir que la cooperación internacional ponderada, alabada por todos no puede
quedarse sólo en palabras. El proceso de construcción Europea se verá lógicamente sometido al
juicio inexorable de los logros prácticos en todos los ámbitos del Estado. La cooperación y
coordinación con los servicios de inteligencia nacionales o extranjeros se sustenta en un
compromiso fruto de una voluntad política.
Compartir es básico, hacerlo con eficacia es la clave. Hay que recorrer un largo camino
porque compartir va a significar perder soberanía. Los resultados en cuestiones de Inteligencia
dirán mucho de cuánto se ha profundizado a fuerza de que las naciones cedan soberanía.
(9) POLITI, ALESSANDRO. "Towards a European Intelligence Policy”. WEU Institute for Security Studies, 1998.
(Chaillot Paper; 34).
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CAPÍTULO QUINTO
LA INTELIGENCIA COMPARTIDA
LA INTELIGENCIA COMPARTIDA
INTRODUCCIÓN
Durante la segunda mitad del siglo pasado, la situación geoestratégica se definía entre las
coordenadas de un Orden internacional diseñado a partir de la Conferencia de Yalta y dirigido a
preservar el difícil equilibrio alcanzado entre los dos bloques surgidos de ella, que, no obstante,
dirimían sus diferencias mediante la soterrada beligerancia que recibiera el sugerente nombre de
Guerra Fría, y en el escenario de un mundo radicalmente bipolarizado. En él, el convencimiento
de que el estallido de una guerra abierta entre ellos acarrearía la mutua destrucción, provocó un
efecto disuasorio que obligó a establecer claras reglas de juego que ninguno de los bloques osó
nunca vulnerar, y que permitieron gestionar las situaciones de crisis que durante casi medio siglo
se fueron sucediendo.
Pero, a partir del fin de la Guerra fría, las profundas transformaciones y quiebras interiores
que fueron produciéndose en el mismo núcleo del Bloque del Este, y que habría de suponer, en
breve espacio de tiempo, su práctica disolución, fueron creando, de forma progresiva, un nuevo
clima en las relaciones Este-Oeste que, con la llegada de la Perestroika, hizo posible un grado de
intercomunicación, y una apertura al entendimiento y a la cooperación entre los dos grandes,
impensable tan sólo unos años antes. Así lo hacía ver David Greenwood recordando las palabras
de Gorbachov a una personalidad occidental que visitaba su país en 1990: “no me atrevo a
pensar lo que habría pasado de haber estallado la crisis del Golfo hace solamente seis años” (1).
- 141 -
Para muchos en Occidente, la caída del muro de Berlín y, con ella, la entrada en pérdida de
la política de bloques, vino a ser el aura que anunciaba el advenimiento de una era de paz libre
de la amenaza de un holocausto nuclear. El peligro parecía conjurado. De manera que, los
movimientos sociales emergentes, partidarios de la disolución de las alianzas militares, no
tardaron en proclamar que la OTAN, nacida en el marco de la guerra fría, con la caída del muro
de Berlín, el derrumbe del comunismo ortodoxo y la disolución del pacto de Varsovia, había
perdido su razón de ser (2).
Ciertamente, las condiciones objetivas en las que se basó, hasta aquel momento, el
equilibrio geoestratégico, se habían visto sustancialmente modificadas: la sinergia entre la acción
política y la disuasión militar ejercidas desde occidente, unidas al fracaso del socialismo real
desbordado su enroque por la revolución de la información (a nuestro juicio, factor
determinante), llevaron a resultados tan patentes como los que se produjeron a partir del Docu-
mento de Estocolmo sobre el establecimiento de Medidas de Confianza y Seguridad (1986), o en
el marco de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea.
Pero, a pesar de ello, aún reconociendo que la nueva situación estimulaba en los países del
Este la evolución hacia los valores democráticos de Occidente, los especialistas comenzaron a
ver con claridad, ya en 1990, que en lo sucesivo habría que trabajar por la paz —como afirmó
Manfred Wörner— en un ambiente más frágil e incierto, en el que las naciones de la Alianza
Atlántica no podrían depositar su confianza tan sólo en declaraciones de intenciones por muy
sinceras que estas pudieran ser (3).
(1) GREENWOOD, DAVID. “Europa y la crisis del Golfo”, en Revista de la OTAN, nº 6, diciembre, 1990.
(2) Cfr. AGUIRRE, MARIANO y otros, Revista Papeles para la Paz, CIP, nº 42, 1991, p. 33.
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de fondo de la permanente crisis de Oriente Medio y de los sucesivos conflictos que desde
entonces se han venido sucediendo.
(3) Cfr. WÖRNER, MANFRED. “La Alianza Atlántica datos y estructuras”. OTAN, 1990.
- 143 -
la realidad del mundo de nuestros días. Y es que —como señala Treverton— el primer estadio
de la interdependencia global es la globalización económica (4), pero la llave de ésta ha sido y es
la revolución de la información que ha producido una opinión pública a escala universal, a
medida que se iba rompiendo la estanqueidad pretendida por los sueños autárquicos.
Otro vector, que informa decisivamente nuestro momento histórico, es el constituido por
las corrientes democratizadoras que, a lo largo de los últimos treinta años, se vienen extendiendo
por el planeta (quizá demasiado lentamente) difundiendo sus valores característicos: la división
de poderes, la libertad de expresión, de asociación y de reunión, el principio de igualdad de todos
ante la ley, el respeto a la propiedad privada y a la iniciativa social en el marco de la economía
de libre mercado. Es decir: el del Estado de Derecho defensor y garante de los derechos
humanos.
Pero no conviene ignorar que aún son muchas las jóvenes democracias que comienzan su
andadura y que se asientan sobre bases políticas, económicas y sociales aún muy precarias y, por
tanto, muy vulnerables ante la reacción de grupos de intereses atenazados por un irresistible
pánico ante la libertad; ni que, desgraciadamente, todavía son numerosas las naciones alejadas
aún de la democracia, que soportan estados autocráticos que les mantienen sumidos en la
esclavitud y en la pobreza, y que constituyen serias amenazas para sus vecinos y aun para la
seguridad y la paz mundiales.
De otro lado, tampoco son escasos los países —incluso desarrollados— que tienen que
hacer frente a la acción disgregadora de nacionalismos insolidarios, anacrónicos, radicales y a
menudo violentos que, enarbolando viejos (cuando no supuestos) agravios, diferencias raciales,
religiosas y culturales, reivindican un supuesto derecho a segregarse de sus respectivos estados
nacionales, reescribiendo su historia para mistificarla lisa y llanamente.
(4) Cfr. TREVERTON, G. F. “Reshaping National Inteligence in an Age of Information”, Camabridge University
Press, 2001, pags. 28-34.
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la difusión de ideas, del diálogo entre culturas, de la educación, de la economía y, en definitiva,
del desarrollo de los pueblos y naciones. Ciertamente, el proceso de globalización lleva muchos
siglos desarrollándose; pero como dijera Friedman, hoy sus efectos llegan más lejos, más
rápidamente, a más bajo costo y con una capacidad de penetración jamás alcanzada en la historia
(5). La interdependencia, pues, es cada vez más intensa, más insoslayable, a medida que aumenta
la espesura de las redes de interconexión en que se sustenta. La autarquía aislacionista hoy es
imposible, y ceder a su tentación resultaría suicida.
Hoy, cualquier suceso acaecido en un subsistema resuena con más fuerza y produce
mayores efectos en el sistema global del que forma parte. Y lo hace con mucha más rapidez que
en cualquiera otra época del pasado. El virus de la viruela, por ejemplo, tardó casi tres milenios
en alcanzar a todos los continentes, mientras que la plaga del SIDA se ha extendido por todo el
planeta en menos de tres décadas.
Como dice Nye, las flores y los zapatos viajan hoy más rápido que nunca. Y aun es mayor
la velocidad a la que circulan las noticias e incluso las ideas (6). Pero la comprensión, la
asimilación o rechazo de unas y otras dependen, en gran medida, de las culturas que han de
interpretarlas a la luz de los valores que a cada una le son propios. Y las culturas, como es bien
sabido, evolucionan a ritmos muy diferentes de aquellos que rigen en los procesos de desarrollo
de las ciencias aplicadas y de las nuevas tecnologías de la información.
En cualquier caso, es bien cierto que crece, día a día, el número de los países que perciben
su destino y bienestar conectados a valores e intereses compartidos; y también lo es que su
defensa exige la construcción de un nuevo orden mundial que, trascendiendo el realismo
tradicional que desde Wesfalia ha venido regulando las relaciones internacionales hasta la caída
del muro de Berlín, se asiente en un espíritu abierto a la cooperación multilateral, a políticas de
seguridad compartida y de defensa colectiva, e incluso a procesos de integración de naciones-
estado en estructuras políticas supranacionales capaces de mantener posturas comunes, no sólo
en los campos aludidos sino también en los de la economía y de las relaciones internacionales.
(5) FRIEDMAN, T. The Lexus and the Olive Tree: “Understanding Globalizatión”, Fqrrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 1999. pp. 7-8.
- 145 -
De aperturas de tal índole sería un buen ejemplo el camino —eso sí, largo y azaroso—
seguido por las naciones europeas, en el que tan importantes logros se han alcanzado. De ahí
que, en contra de la opinión de algunos, quepa hablar, en el marco de la globalización social, de
la realidad dinámica de una comunidad internacional que, progresivamente, va fundando sus
relaciones en consensos constitucionales que aumentan el número de los países democráticos;
países que comparten, cada vez más profundamente, valores primordiales, y que, basados en
ellos, establecen acuerdos y promueven el desarrollo de normas e instituciones que permiten
adivinar un futuro —quizá aún lejano— en el que una auténtica legalidad internacional termine
sustituyendo al estado de anarquía en el que se han venido desarrollando, se puede decir que
hasta ahora, las relaciones internacionales.
Pero si bien parece cierto todo lo anterior, no se puede ignorar —ya hemos hecho alusión a
ello— que, frente a tales fenómenos de convergencia, a partir de mediados del pasado siglo,
vienen resurgiendo, de forma aparentemente paradójica, exacerbadas reacciones particularistas
en comunidades y pueblos que pretenden actuar en defensa de una más o menos melancólica
identidad histórica, racial o religiosa supuestamente amenazada; o, más recientemente, de grupos
y organizaciones antisistema que vaticinan solo males del proceso de globalización en marcha.
Es lo que Octavio Paz ha llamado la venganza de los particularismos. Y esto ocurre,
paradójicamente, en un momento de la historia en el que las naciones libres parecen dispuestas a
poner en común sus patrimonios: sus bienes —como resume Suarez refiriéndose a Europa—
“muy especialmente en el orden de la cultura, la ciencia, el derecho y la libertad” (7).
La vida del hombre, de las sociedades y de los pueblos ha sido siempre una realidad
verdaderamente complicada: una maraña casi inextricable en la que la libre voluntad de los
actores ha de enfrentarse constantemente con lo contingente regido por el principio de
indeterminación. Una realidad en la que las capacidades definen posibilidades cuya
materialización se verá siempre favorecida o dificultada por variables difíciles de prever, de
determinar y de evaluar en peso y consecuencias.
Pero hoy, por obra y gracia de la globalización, las coordenadas espaciotemporales, entre
las que discurre la vida, abarcan espacios mucho más amplios, en los que los individuos y las
(6) NYE JR., J. “La paradoja del poder norteamericano”, Taurus, Madrid, 2003. p.131.
(7) SUAREZ FERNÁNDEZ, L. “Nación, patria, estado”, Unión Editorial, Madrid, 1999, pag.140.
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organizaciones sociales (más numerosas y diversas que nunca) interactúan. Y lo hacen a través
de las redes que las nuevas tecnologías, aplicadas a la información, al conocimiento y a las
comunicaciones, permiten tejer. Redes que introducen, en las estructuras y en las dinámicas
sociales, un grado tal de complejidad que hace cada vez más inabarcable y más interdependiente
la realidad vital de nuestro tiempo.
En estas circunstancias, nuestra sociedad global, como dice A. Llano, es una sociedad en la
que todo influye en todo; y, en consecuencia —se puede añadir— en la que nadie debería creerse
al margen de lo que quizá ocurra a miles de kilómetros de distancia. Y menos aún si lo sucedido
se halla en relación con amenazas que comprometen la paz y el bienestar de la humanidad, las
libertades y los derechos humanos. Y es que la seguridad y la defensa salvaguardan la paz y la
libertad. Y la paz y la libertad son cosas que nos atañen a todos.
En estos ámbitos, pues, la caída del muro de Berlín tuvo resonancias considerables por
cuanto determinó un acelerado proceso de cambios en el marco geopolítico hasta entonces
vigente, caracterizado por la bipolaridad y por el equilibrio basado en las políticas de alianza y
de disuasión lideradas por las dos grandes potencias enfrentadas. Proceso que ganó en
orientación y calado tras la implosión de la Unión Soviética.
Hoy, en cambio, la situación viene definida por la poderosa presencia de una superpotencia
hegemónica en los planos político, militar y económico, por el peso del grupo de las grandes
potencias desarrolladas, por el amplio abanico que componen los países en vías de desarrollo (no
a cubierto, en muchos casos, de riesgos ciertos de inestabilidad) y por un no escaso número de
estados fallídos, a los que hay que sumar los de corte autocrático refractarios a la libertad, cuyas
elites gobernantes se sostienen en el poder gracias a la represión y a la negación de los derechos
humanos, y cuya mera existencia proyecta amenazas de evidente gravedad para la estabilidad y
para la paz de amplias regiones del mundo.
- 147 -
confrontación abierta con las potencias democráticas, en su deseo de perpetuarse. Un modelo
caracterizado por el empleo de procedimientos y formas de acción adecuados a las
confrontaciones asimétricas: el narcotráfico como elemento disolvente de las sociedades
enemigas, las agresiones cibernéticas perpetradas contra los sistemas de comunicaciones,
financieros o de seguridad y defensa; agresiones químicas o biológicas contra los ecosistemas o
la amenaza y empleo, llegado el caso, de las ya citadas armas de destrucción masiva incluso en el
contexto del terrorismo, directamente practicado o coordinado mediante alianzas, más o menos
coyunturales, con las organizaciones de tal índole. De esto último la comunidad internacional
tiene ya larga experiencia de pasado. Para el presente, basten, como muestra, la actual postguerra
de Iraq y las acciones del terrorismo internacional del que la red Al-Qaeda es el trágico y más
acabado ejemplo: el paradigma de netwar (8), de la guerra red.
(8) El concepto de netwar ha sido desarrollado por los investigadores de la Rand Corporation, Jhon Arquilla y
David Ronfeldt. Este tipo de guerra no se refiere a “una guerra en la red” (internet) (aunque esta constituya el
medio ideal para el establecimiento de comunicaciones) sino a la red global de nodos de estructura reticular,
que adopta un conjunto de contendientes coaligados en inferioridad en una confrontación asimétrica. (cfr.
JORDAN. J. “La seguridad militar en las relaciones de España con los países del Magreb”, U. De Granada,
Tesis doctora, Granada, 2002. P. 60.
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contenido y alcance de sus funciones y a la naturaleza y sentido de las políticas dirigidas a
promover y potenciar la concurrencia de esfuerzos en dicho ámbito, parezca oportuna una
aproximación conceptual a cada uno de sus términos.
Esta definición concuerda con lo que, más tarde, establecería el Concepto Estratégico de la
Alianza Atlántica, aprobado en Washington en abril de 1999, al declarar la importancia de los
factores políticos, económicos, sociales y medioambientales sujetos a riesgos, junto a los
restantes que contempla la defensa y que, como es sabido, incluyen otros, de naturaleza diversa,
como los que, desde el exterior o desde el interior, afectan directa o indirectamente a la soberanía
nacional y a la integridad territorial de los aliados, así como los riesgos derivados del fenómeno
terrorista, de las actividades del crimen organizado, de los posibles colapsos en el flujo de los
recursos vitales o de los grandes movimientos incontrolados de población —especialmente los
generados por los conflictos armados— que son también señalados, por el documento citado, en
razón de que pueden plantear —y de hecho lo hacen— graves problemas de seguridad y de
estabilidad (10); problemas que, como ya hemos visto, se producen en un mundo cada vez más
interdependiente y de complejidad más acusada.
- 149 -
Como es sabido, la misión de los servicios de inteligencia, tanto de hoy como de ayer,
consiste en obtener información suficiente, contrastada, valorada y en tiempo oportuno, que sea
útil para apoyar los procesos de toma de decisiones en orden a prevenir o superar las situaciones
de crisis. De ahí que deban contar con las estructuras y capacidades necesarias para allegar, tratar
y elaborar información acerca de cualquier situación en la que los conflictos de intereses entre
estados exijan estrategias bien fundadas en los hechos y en sus significados.
La historia de las relaciones entre estados es la historia de las luchas por el poder. Esta idea
ha sido y es la clave del realismo político de todas las épocas. En tales luchas, el papel de los
servicios de inteligencia tuvo siempre relevancia y, en no pocas contingencias, resultó decisivo.
De ello la historia nos ofrece numerosos ejemplos: la eficacísima labor de la red de espionaje
diplomático de la República de Venecia del siglo XV, la de Felipe II en la España del XVI, la del
Cardenal Richelieu en la Francia del XVII y ya, en el pasado siglo, las acciones de los servicios
de inteligencia de las potencias beligerantes en las dos grandes guerras; y, más tarde, a lo largo
de la no declarada confrontación que conocemos bajo el nombre de Guerra Fría.
(10) Cfr. Concepto Estratégico de la Alianza, “Guía completa de la Cumbre de Washington (23-25, abril, 1999)”
párrafo 25, p.55.
- 150 -
volúmenes ingentes de informaciones fáciles de obtener pero difíciles de seleccionar y contrastar
adecuadamente (11).
Es una ardua tarea que exige costosos esfuerzos en personal altamente cualificado, y
sofisticados medios materiales puestos a su servicio para aprehender la realidad sobre la que se
proyectan los riesgos, las amenazas y los conflictos. Una labor que consiste, en definitiva, en
aislar los hechos significativos, estudiarlos en función de su pertinencia, oportunidad y
relevancia, e interrelacionarlos, una vez contextualizados en su marco propio de referencia, en
busca de la inteligencia, del conocimiento, que haga posible superar las incertidumbres y apoyar,
así, las políticas capaces de prevenir riesgos, neutralizar amenazas o gestionar, en su caso, las
situaciones de crisis.
En definitiva, la terca realidad determinó que se fuera desarrollando una clara conciencia
de la necesidad de dar respuestas globales a fenómenos que eran y son globales. Y esta
convicción acabó por asentarse, de forma generalizada, tras la brutal realidad de los hechos
acaecidos el 11 de septiembre de 2001, y el 11 de marzo de 2004. En esas luctuosas fechas,
quedó confirmado lo que ya anticipara Henry Kisinger tiempo atrás: ni siquiera la superpotencia
hegemónica, Estados Unidos, sería capaz, en adelante, de afrontar, en soledad, amenazas que,
por su naturaleza y alcance, son capaces de poner en riesgo la paz y la estabilidad mundiales.
(12) BERKOWITZ, B. D. “Information Technology and Intelligence Reform”, Orbis, Winter 1997, pp. 107-118.
(13) cfr. STEELE, R. D. “On Intelligence: Spies and Secrecy in an Open World”. Fairfax, Va. AFCEA
International Press, 2000, pp. 495.
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De manera que, en orden a la eficacia y a la economía de medios, la gestión de tan ingente
volumen de información impone una rigurosa aplicación tanto de los principios tradicionales
como de los medios que hoy ofrecen las nuevas tecnologías informáticas a las tareas de
señalamiento de objetivos, a la construcción de los nuevos marcos de referencia —que han de
mantenerse actualizados— y, en definitiva, a la realización de una labor de planeamiento de la
obtención y de la elaboración de inteligencia, ejecutada de forma rigurosa, flexible, abierta a la
complementariedad y a la cooperación entre las distintas agencias, tanto en el plano nacional
como en el internacional, y capaz de adaptarse a la volatilidad de las situaciones, a los cambios
imprevistos de escenario y a la aparición de nuevos riesgos y amenazas.
Nunca, pues, antes de ahora, se percibió con tanta claridad la necesidad y la urgencia de
articular auténticas y eficaces comunidades de inteligencia capaces de desarrollar, en su seno,
esfuerzos complementarios, sinérgicos, interactivos, con el apoyo de los diferentes actores
sociales y orientados al logro de los objetivos e intereses compartidos; porque, como afirma
Robertson (14), a pesar de que continuará siendo necesario actuar localmente, hoy se hace
imprescindible pensar en términos globales y promover y perfeccionar foros de reflexión y
sistemas de información e inteligencia compartidas, que hagan posible la complementariedad y
la coordinación de esfuerzos en favor de interese comunes. Y es que, si la información y la
inteligencia pertenecen al orden del conocimiento, la inteligencia, en tanto que institución, es
“una organización física, de seres vivos que persigue, como fin, una clase especial de
conocimiento” (15). Una organización que se hace aún más necesaria a la hora de elaborar
inteligencia compartida.
LA COMUNIDAD DE INTELIGENCIA
Estructuras de coordinación
- 154 -
A título de ejemplo, puede resultar clarificador el caso del Consejo Nacional de Seguridad
(16) (NSC) de Estados Unidos, presidido por el propio Presidente, y del que además forman
parte: el Vicepresidente, el Secretario de Estado y el Secretario de Defensa. Este órgano del
máximo nivel, además de las muy importantes funciones consultivas que tiene encomendadas en
materia de coordinación e integración de políticas de seguridad interior y exterior, es también el
responsable máximo de asegurar la coordinación y la supervisión de las actividades que deba
desarrollar la Comunidad de Inteligencia; y, para ello, si la ocasión lo aconseja, son convocados
a sus reuniones: el Director Central de Inteligencia y Director de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), el Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas,
el Fiscal General del Estado y el Asesor del Presidente para la Seguridad Nacional.
Pero, en uno y otro caso, las tareas de coordinación en sentido estricto las desarrollan otros
órganos y autoridades situados en el plano inmediatamente inferior. Y así, en el modelo
norteamericano, encontramos la figura del Director Central de Inteligencia (DCI), que preside la
Comunidad de Inteligencia, es el principal asesor del Presidente de Estados Unidos y del
Consejo Nacional de Seguridad en esta materia y, a la vez, está al frente de la dirección de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA).
- 155 -
Para el desarrollo de tales funciones, el Director Central de Inteligencia cuenta con una
Oficina para la gestión de la Comunidad que integra diferentes órganos de control, coordinación
y asesoramiento. Entre estos últimos, destaca, por su entidad e importancia, el Consejo Nacional
de Inteligencia (NIC) que está compuesto por analistas del máximo nivel, de diferentes
especialidades y procedentes de la CI, así como por prestigiosas figuras de la comunidad
académica expertos en distintas disciplinas relacionadas con la seguridad y la defensa de los
intereses nacionales.
En el más difuso modelo británico, y sin regulación legal específica, funciona también un
órgano de análogo nivel: el Comité de Inteligencia Conjunto (JIC), que asiste directamente al
Primer Ministro, y del que, bajo la presidencia de un Secretario de Estado del Foering Office,
forman parte el Coordinador de Inteligencia, los directores de los servicios de inteligencia y altos
cargos de los departamentos de Exterior, de Defensa y del Tesoro. En consecuencia, este órgano
es, realmente, el verdadero responsable de la coordinación en la CI británica, ya que cuenta,
entre sus competencias, la de proponer al CIS, para su aprobación, las condiciones o requisitos
que deben cumplir las actividades de inteligencia, sus necesidades, objetivos y prioridades, y
coordinar, en caso necesario, la cooperación entre las agencias. También realiza análisis sobre
riesgos y amenazas y difunde un informe semanal de situación destinado a los diferentes
departamentos ministeriales.
(16) El Consejo Nacional de Seguridad (National Security Council) fue creado por la Ley Nacional de Seguridad
promulgada en 1947; y su regulación fue establecida por esta misma Ley y por la Orden Ejecutiva
- 156 -
de inteligencia elaborados por las agencias, tiene su Secretaría Permanente en la poderosa
Secretaría General de Defensa Nacional (SGDN), bajo la dependencia inmediata de su
Secretario General quien, a su vez, depende del Primer Ministro y mantiene también estrecha
relación con la Presidencia de la República.
12,333/04/12/1981.
- 157 -
elaboración de inteligencia estratégica a partir de la facilitada por los dos servicios de
inteligencia ya citados, y de coordinar las relaciones de ambos con los servicios de inteligencia
extranjeros.
Y, así, después de Italia, siguiendo por los restantes países europeos, podríamos alcanzar a
otros más distantes y asomarnos, por ejemplo, a la Comunidad de Inteligencia Sudafricana que
abordó la reestructuración de su sistema de inteligencia en 1994, tras la celebración de las
primeras elecciones libres. Veríamos, en este caso, una comunidad de inteligencia integrada por
un servicio de inteligencia exterior, otro de inteligencia interior, un tercero de inteligencia militar
y, por último, un servicio de inteligencia de naturaleza policial; y, todo ello, bajo la supervisión
del Ministerio para los servicios de inteligencia, creado el 1 de septiembre de 1996, que depende
del Presidente de la República y que cuenta con un poderoso órgano de coordinación: el Comité
de Coordinación de Inteligencia Nacional (NICOC), que se encarga de elaborar inteligencia
central a partir de la proporcionada por los diferentes servicios, de homogeneizar sus políticas y
de coordinar sus esfuerzos y relaciones hacia el exterior.
Si así lo hiciéramos, comprobaríamos que, aunque con soluciones muy plurales, arbóreas
en ocasiones, esquemáticas y rígidas en otras, y simples y eficaces en algunos pocos casos, en
todas ellas late el deseo de satisfacer una necesidad más que suficientemente justificada: la
eficacia de los sistemas de información e inteligencia a través de las relaciones de intercambio,
de la convergencia de esfuerzos, de la racionalización de los medios y homologación de los
procedimientos, de la distribución de responsabilidades y del correcto funcionamiento de los
mecanismos de seguimiento, control y evaluación de las actividades de inteligencia.
Decíamos que una Comunidad de Inteligencia (CI) consiste en un sistema integrado por
agencias y organismos relevantes en tal materia, coordinados por una estructura con esa
específica función. Pero la coordinación no es sencilla, y su organización, aún orientada por
criterios funcionales, puede conducir a resultados opuestos a los pretendidos: injerencias en las
competencias propias de cada uno de los actores, rigidez en los procedimientos de
intercomunicación, distanciamiento entre productores y usuarios de inteligencia, escasez o
proliferación excesiva de órganos específicos de coordinación de nivel intermedio, disminución
- 158 -
de la intercomunicación horizontal, deficiente delimitación de los ámbitos competenciales por
excesiva compartimentación o por indefinición de los puntos de vista adecuados a cada finalidad
que fomenta la dispersión, las extralimitaciones y el trabajo redundante.
Pero tales requisitos no son aún suficientes; además se han de cumplir otras condiciones
también indispensables: que exista homogeneidad conceptual y terminológica en materia de
inteligencia, principios y procedimientos básicos comunes que faciliten el entendimiento y la
cooperación, fluido intercambio informativo en el seno de la CI y, sin menoscabo de la
seguridad, aperturas hacia la sociedad capaces de promover en ella una verdadera cultura de
inteligencia.
Entre estas últimas condiciones señaladas, conviene reparar, de forma especial en aquella
que se refiere al intercambio y puesta en común de la materia a compartir. Y conviene hacerlo
porque justamente es en este empeño donde aparecen serias dificultades en las relaciones entre
agencias que, con frecuencia, han de trabajar sobre un mismo objetivo. Ciertamente, cada una de
ellas lo ha de hacer desde la perspectiva de la finalidad concreta que se corresponde con sus
misiones. Pero lo cierto es que la realidad es indivisible, el objeto de estudio, en tales casos, es
uno y de él se ha de recabar la necesaria información en bruto que permita, tras su análisis y
evaluación, actuar en consecuencia a cada agencia.
- 159 -
Compartir información procedente de fuentes abiertas o relacionada con las actividades de
los individuos organizaciones y grupos legalmente intervenidas o reguladas por las distintas
administraciones, sin menoscabo de los requisitos que exigen cumplir las leyes que protegen el
derecho a la intimidad, y al margen de las trabas de carácter burocrático que puedan existir en
algunos casos, no suele ofrecer excesivas dificultades.
En materia de análisis, es decir, cuando se trata del intercambio del producto inteligencia,
las dificultades son menores. Las difusiones suelen circular en horizontal con más facilidad tanto
en el ámbito doméstico como en el internacional. Las dificultades surgen aquí cuando los
órganos de análisis de las agencias centrales y las autoridades de coordinación de la CI han de
elaborar inteligencia estratégica central integrando informes y documentos procedentes de las
agencias y servicios miembros. Pero esto puede verse paliado o incluso superado —de hecho ya
ocurre en los países donde existen— promoviendo, desde tales instancias, grupos de trabajo de
análisis y evaluación participados por las agencias afectadas en cada caso.
- 160 -
El asesoramiento externo y las reservas de inteligencia
En este sentido, ya son numerosos los servicios que, de manera más o menos formalizada,
cuentan con este tipo de asesoramiento externo. Y, no solo eso: también va creciendo el número
de las que, apoyadas en tales recursos, desarrollan programas de Reserva de Inteligencia sobre
cuestiones directamente relacionadas con sus intereses inmediatos, o que les proporcionan
marcos de referencia e informes de situación de áreas y escenarios no prioritarios que, de otra
manera, por razones de economía de escala, no podrían mantener mínimamente atendidos.
En Estados Unidos en concreto, donde esta realidad ya existe en el seno de la CI, se halla
abierto un ya largo y porfiado debate en torno a la conveniencia de centralizar o no tales reservas
de inteligencia. Los partidarios del sí argumentan que una reserva de inteligencia centralizada en
el organismo central de la CI, permitiría optimizar la relación costo/eficacia en los desarrollos de
programas de reserva de inteligencia, lo que favorecería las labores de planeamiento y de
coordinación, beneficiaría a sus componentes al liberarlos de las cargas y costos en personal y
demás recursos que exige el sostenimiento de tales programas, y mejoraría significativamente las
capacidades de los órganos encargados de la elaboración de inteligencia central en el seno de la
(17) QUINN, J. L. JR. “Staffing the Intelligence Community: The Prod and Cons of an Intelligence Reserve”,
International Journal of Intelligence an Contraintelligence, 13;Taylor & Francis, p.162.
- 161 -
CI, al introducir en el proceso el factor de la competitividad. Esta posición favorable a la opción
centralizada la defendía así Richard Haass en 1999 ante la Comisión Apin-Brown:
(…) Hay razones para estudiar la creación de una reserva de inteligencia que
apoyaría al Director Central de Inteligencia (DCI) y a la CI al afrontar crisis
imprevistas y en áreas de prioridad baja (…) La CI no puede dedicar la atención
y los medios activos de sus agencias a todas las áreas en las que pueden verse
implicadas las fuerzas de Estados Unidos (18).
Los partidarios del no a una reserva de inteligencia centralizada, alegan que habría que
volcar esfuerzos muy costosos de contrainteligencia para garantizar la seguridad de la
documentación que habría de ser tratada y las conductas del personal externo que tendría acceso
a ella; y argumentan que tal opción supondría recaer en una dinámica centralizadora que
restaría, a las agencias, autonomía, capacidad de reacción y adaptabilidad en cuestión de riesgos
y escenarios cuya aparición es difícilmente previsible, y en los que, llegado el caso, la amenaza o
el conflicto se va a materializar y a desarrollar, cada vez con más frecuencia, en la forma
diseminada y arrítmica propia de la guerra red, que exige respuestas en las que la capacidad de
alerta temprana, y de iniciativa se encuentran en relación directa con la flexibilidad y el grado de
descentralización de los sistemas de mando y control.
En cualquier caso, el debate continuará su desarrollo sin que se aviste su final a corto
plazo. Las agencias de bastantes países han tomado conciencia de la necesidad de contar con
asesores externos que aporten su visión a los responsables de ejecutar el ciclo de inteligencia.
Incluso bastantes de ellas, de manera mas o menos formalizada y bajo diferentes formatos, han
ido poniendo en marcha programas de reserva de inteligencia en línea con sus necesidades y a
tenor de sus capacidades y recursos. Parece, pues, que la más probable opción de futuro pase por
el equilibrio entre los dos modelos: el desarrollo de las reservas de inteligencia centrales y
departamentales, y el reforzamiento de los cauces y mecanismos que permitan progresar en
dirección a la CI entendida como ámbito fundamental de la inteligencia compartida.
(18) Citada en “Preparing for the XXI Century: An Appraisal of U.S. Intelligence”,
http:/www.fas.org/irp/commission/testhaas.htm
- 162 -
El modelo español
España ha optado por desarrollar un modelo que descanse sobre la articulación de una
Comunidad de Inteligencia integrada por: una agencia central, el Centro Nacional de Inteligencia
(CNI); El Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), los servios de información de
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, por aquellos otros organismos relevantes para la
inteligencia que en su momento pueda determinarse, y por un órgano de coordinación
establecido en el ámbito gubernamental: la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de
Inteligencia (CDGAI).
En este punto, cabe recordar que, tras la creación del Ministerio de Defensa, a partir de los
servicios de inteligencia. del Alto Estado Mayor y del Servicio Central de Documentación
(SECED), el RD. 2723/77 sienta las bases del Centro Superior de Información de la Defensa
(CESID) como único servicio de inteligencia de nivel nacional, cuyas genéricas misiones fueron
ajustadas y algo más precisadas por el RD. 135/1984, 25.01 que lo hacía depender
funcionalmente del Presidente del Gobierno y orgánicamente del Ministro de Defensa.
— Real Decreto 593/2002, de 28 de junio, del régimen económico presupuestario del CNI.
La Ley 11/2002 establece que la misión principal del CNI consiste en: proporcionar al
Gobierno la información e inteligencia necesaria para prevenir y evitar cualquier riesgo o
- 163 -
amenaza que afecte a la independencia e integridad de España, a los intereses nacionales y a la
estabilidad del Estado de Derecho y de sus instituciones; misión que debe cumplir desarrollando
funciones dirigidas a:
Otras dos importantes novedades aporta la ley comentada en relación con el tema que nos
ocupa. Una de ellas es la creación del Centro Criptológico Nacional (CCN), con misiones de
coordinación de los diferentes organismos de la Administración en materia de adquisición y
utilización de medios y procedimientos de cifra. La otra, la creación de la Comisión Delegada
del Gobierno para Asuntos de Inteligencia (CDGAI); órgano colegiado de nivel gubernamental,
con la misión de velar por la coordinación necesaria para la formación de una verdadera
Comunidad de Inteligencia, presidida por un vicepresidente del Gobierno designado por su
Presidente, e integrada por los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior y Economía, el
Secretario general de la Presidencia, el Secretario de Estado de Seguridad y el Secretario de
Estado Director del CNI, que actúa como Secretario y a quien la misma Ley encarga también
desempeñar las funciones (pendientes aun de desarrollo) de Autoridad Nacional de Inteligencia
Y Contrainteligencia (ANIC) y la dirección del Centro Criptológico Nacional.
- 164 -
constituyen, en la instancia responsable, por un lado, de estudiar y proponer al Presidente del
Gobierno, los objetivos y la Directiva de Inteligencia que los desglosará adecuadamente. Y, de
otro, de la evaluación de los resultados obtenidos por el CNI tras el desarrollo de su labor en
relación con todo ello.
España cuenta, pues, con los elementos esenciales para comenzar a construir su comunidad
de inteligencia. La coordinación en esta materia no tiene tradición en nuestro país a
consecuencia, quizá, de las vicisitudes de nuestra aún reciente historia predemocrática, en la que
la atomización de los servicios y organismos con funciones informativas podían entenderse
como un factor de estabilidad para el Estado. Y esto supone, ciertamente, dificultades no fáciles
de superar, a corto plazo, si no se aborda la cuestión con ilusión y con generosidad.
Se hace, pues, necesario promover y desarrollar una cultura de inteligencia que sustituya la
filosofía de la acción aislada por la de la intercomunicación y la acción concertada, desde el
conocimiento y aprecio de la específica labor de cada instancia, de la complementariedad de
unas y otras y de la trascendental importancia que para el éxito tiene una acertada acción de
conjunto. Esto ayudará a desarrollar, en el seno de la CI, actitudes positivas que se verán
reforzadas si, al tiempo, el conocimiento y aprecio de la labor que los servicios de información e
inteligencia desarrollan en defensa de la paz y de la seguridad va creciendo en la sociedad a la
que sirven. Las actitudes, como es sabido, inclinan a la acción dirigida al logro del objeto
perseguido; y la acción continuada, coherente y coordinada desarrolla hábitos de cooperación
que garantizan su eficiencia.
- 165 -
Hacia la Europa de la inteligencia
Hasta ahora, nos hemos venido refiriendo a las comunidades de inteligencia situadas en
ámbitos domésticos. Pero en nuestro mundo fuertemente globalizado, los nuevos conceptos de
seguridad colectiva y defensa compartida exigen la cooperación internacional frente a
fenómenos que, como en el caso del terrorismo internacional, resultan ineficaces —cuando no
imposibles— las respuestas unilaterales. Y lo mismo ocurre en relación con otros graves riesgos
y amenazas que ya hemos tenido ocasión de señalar, y que se ciernen sobre la paz y la
estabilidad mundiales.
También hemos tenido ocasión de reparar en hasta qué punto, unos y otras, suponen otros
tantos retos para los servicios de inteligencia. En consecuencia, los ámbitos sobre los que han de
proyectar su labor coordinada trascienden las fronteras nacionales y plantean la necesidad de
caminar hacia arquitecturas de coordinación transnacionales capaces de sustentar futuras
comunidades de igual naturaleza.
- 166 -
procedentes, en su mayoría, de fuentes abiertas; y se encarga, también, de la alerta rápida en
situaciones de crisis y de asesorar sobre políticas a seguir al respecto.
También en la Cumbre de Niza, y en el seno del Secretariado del Consejo, junto al COPS
y el Comité Militar Europeo (CMUE), se constituyó el Estado Mayor Europeo (EMUE); y, en él,
una División de Inteligencia con funciones de alerta temprana y de apoyo de inteligencia
operacional en caso de intervención. En esta División participan expertos de los diferentes
estados de la Unión que mantienen enlace y relación informativa con los servios de inteligencia
de sus respectivos países.
Y hemos dejado para lo último referirnos al órgano de inteligencia del SG/HR: el Centro
de Situación (SITCEN) en el que se recibe la inteligencia civil y militar con la que elabora la
inteligencia de situación precisada.
Y es que todavía son muchas las etapas a cubrir. Faltan aún por alcanzar: una política
Exterior común para la Unión Europea. Es preciso lograr la plena operatividad en una política de
Seguridad y de Defensa común, un espacio judicial europeo y, a partir de ahí, el Consejo de
Europa podría diseñar la política de inteligencia europea, en el marco de la futura Constitución,
y que, bajo el impulso y dirección de una Autoridad Europea de Inteligencia, terminara de
rematar el sistema con la creación de una Agencia Europea de Inteligencia capaz de interactuar
con las agencias nacionales de los estados miembros y de constituir la cabeza de la Comunidad
de Inteligencia Europea.
- 167 -
En esta línea se situaba la Asamblea de la UEO en su respuesta al informe del Consejo, el
4 de junio de 2003. En ella se sugirieron propuestas a corto y medio plazo, con la mira puesta en
la creación de la Agencia Europea de Inteligencia, en la definición de políticas nacionales de
inteligencia de forma armónica y coordinada y, en definitiva, en el objetivo de llegar a construir
una verdadera Comunidad Europea de Inteligencia: la Comunidad de inteligencia de la Europa
de las Naciones (19).
Mucho camino se ha recorrido. Eso es cierto. Numerosos son los foros en los que los
servicios de inteligencia, desde mediados de los años setenta del pasado siglo, vienen
colaborando sobre objetivos comunes de distinta naturaleza. Unos —la mayoría—
exclusivamente abiertos a los servicios europeos de los países miembros; mientras que algunos
otros acogen a servicios extraeuropeos en razón del interés común en las finalidades del foro y la
voluntad de cooperación para realizarlas.
También se han intensificado las relaciones bilaterales entre las diferentes agencias
europeas y la profundidad y alcance de su cooperación bilateral, sobre todo en materia de
terrorismo y del crimen organizado tranasnacionales. EUROPOL bien podría ser un esquema
funcional orientativo a la hora de emprender una tarea que por la delicadeza, confidencialidad e
implicaciones de su objeto en cuestiones propias de la soberanía de los estados, irrita
sensibilidades y suscita lógicas reticencias. Pero, por el momento, los avances hasta ahora
conseguidos deben ser considerados tan solo parte de una hermosa aspiración, cuya completa
realización habrá de esperar a una situación y cuya fecha de llegada resulta difícil y arriesgado
pronosticar.
(19) LEMOINE. “Inteligencia Europea: los nuevos retos”. Respuesta de la Comisión de Defensa de la Asamblea
de la UEO al informe anual del Consejo (04-06-03).
- 168 -
CONCLUSIONES
CONCLUSIONES
La realidad en la que operan los servicios de inteligencia se explica en una doble dirección:
en el ámbito de los propios Estados y en el multinacional, incardinados por la cooperación
y la coordinación. De ahí que la inteligencia compartida se contemple entonces como
respuesta global de los gobiernos que tienen intereses comunes conformando así la
principal herramienta para la prevención de amenazas también globales.
Una mayor eficacia de los servicios obliga a mejorar la interoperabilidad de sistemas que
favorezcan el intercambio de Inteligencia, factor clave para mejorar la coordinación.
- 171 -
La cooperación entre servicios ha de basarse en el marco que proporciona el ordenamiento
jurídico internacional, elemento fundamental para la creación de estructuras
supranacionales de cooperación y coordinación internacional.
La seguridad de un país afecta e incumbe a todos los sectores de su sociedad y una correcta
explicación de los límites de actuación determinados por los ordenamientos jurídicos
nacionales e internacionales, así como de los mecanismos de control parlamentario y
judicial aporta una mayor comprensión por parte del ciudadano.
La garantía legal y la eficacia de los servicios son los mejores recursos para proyectar a la
sociedad una imagen objetiva y adaptada a las necesidades que requiere la seguridad y la
defensa de una nación.
- 172 -
En suma, se hace evidente la necesidad de dedicar medios y recursos para garantizar ese
necesario acercamiento entre sociedad y servicios de inteligencia a través de todas las
iniciativas enmarcadas en la denominada cultura de inteligencia, desarrollada en el seno de
la cultura de Defensa que ha resultado vital para conseguir la comprensión por parte de la
sociedad de la política de seguridad de cualquier país.
- 173 -
COMPOSICIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO
- 174 -
INDICE
Página
PRÓLOGO.................................................................................................................................. 7
SUMARIO................................................................................................................................... 9
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 11
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Introducción.............................................................................................................................. 153
La seguridad y la defensa ante el proceso de globalización ..................................................... 155
- 176 -
— La cooperación internacional ante los nuevos riesgos ........................................................ 157
El marco de actuación y las funciones de los servicios de inteligencia ................................... 160
La comunidad de inteligencia................................................................................................... 165
— Estructuras de coordinación ................................................................................................ 166
— Condiciones para la existencia de una Comunidad de Inteligencia eficaz .......................... 170
— El asesoramiento externo y las reservas de inteligencia...................................................... 173
— El modelo español ............................................................................................................... 175
— Hacia la Europa de la inteligencia ....................................................................................... 178
ÍNDICE.................................................................................................................................... 189
- 177 -