Julio Cortázar
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Julio Cortzar
EL BREVE AMOR
Con qu tersa dulzura me levanta del lecho en que soaba profundas plantaciones perfumadas, me pasea los dedos por la piel y me dibuja en le espacio, en vilo, hasta que el beso se posa curvo y recurrente para que a fuego lento empiece la danza cadenciosa de la hoguera tejidose en rfagas, en hlices, ir y venir de un huracn de humo(Por qu, despus, lo que queda de m es slo un anegarse entre las cenizas sin un adis, sin nada ms que el gesto de liberar las manos ?)
POEMA
Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanqusimos donde se juegan las fuentes de la luz, te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, voy ponindote en el pelo cenizas de relmpago y cintas que dorman en la lluvia. No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que viene detrs de tu mano, porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azcar de la fbula, y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lmparas a mitad del encuentro. Todo maana es la pizarra donde te invento y te dibujo, pronto a borrarte, as no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa. Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es tambin la luna y el espejo, busco esa lnea que hace temblar a un hombre en una galera de museo. Adems te quiero, y hace tiempo y fro.
LOS AMANTES
Quin los ve andar por la ciudad si todos estn ciegos ? Ellos se toman de la mano: algo habla entre sus dedos, lenguas dulces lamen la hmeda palma, corren por las falanges, y arriba est la noche llena de ojos. Son los amantes, su isla flota a la deriva hacia muertes de csped, hacia puertos que se abren entre sbanas. Todo se desordena a travs de ellos, todo encuentra su cifra escamoteada; pero ellos ni siquiera saben que mientras ruedan en su amarga arena hay una pausa en la obra de la nada, el tigre es un jardn que juega. Amanece en los carros de basura, empiezan a salir los ciegos, el ministerio abre sus puertas. Los amantes rendidos se miran y se tocan una vez ms antes de oler el da. Ya estn vestidos, ya se van por la calle. Y es slo entonces cuando estn muertos, cuando estn vestidos, que la ciudad los recupera hipcrita y les impone los deberes cotidianos.
EL FUTURO
Y se muy bien que no estars. No estars en la calle en el murmullo que brota de la noche de los postes de alumbrado, ni en el gesto de elegir el men, ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes ni en los libros prestados, ni en el hasta maana. No estars en mis sueos, en el destino original de mis palabras, ni en una cifra telefnica estars, o en el color de un par de guantes o una blusa. Me enojar amor mo sin que sea por ti, y comprar bombones pero no para ti, me parar en la esquina a la que no vendrs y dir las cosas que s decir y comer las cosas que s comer y soar los sueos que se suean. Y se muy bien que no estars ni aqu dentro de la crcel donde te retengo, ni all afuera en ese ro de calles y de puentes. No estars para nada, no sers mi recuerdo y cuando piense en ti pensar un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.
EL BREVE AMOR
Con qu tersa dulzura me levanta del lecho en que soaba profundas plantaciones perfumadas, me pasea los dedos por la piel y me dibuja en el espacio, en vilo, hasta que el beso se posa curvo y recurrente, para que a fuego lento empiece la danza cadenciosa de la hoguera tejindose en rfagas, en hlices, ir y venir de un huracn de humo... Por qu, despus, lo que queda de m es slo un anegarse entre las cenizas sin un adis, sin nada ms que el gesto de liberar las manos?
4. Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha. 5. Ratoncito, pelusa, medialuna, calidoscopio, barco en la botella, musgo, campana, dispora, palingenesia, helecho, eso y el dulce de zapallo, el bandonen de Troilo y dos o tres zonas de piel en donde hace nido el alcin, son las palabras que contienen tu cruel definicin inalcanzable, son las cosas que guardan las sustancias de que ests hecha para que alguien beba y posea y arda convencida de conocerte entera, de que slo eres Cris.
2. Anoche te so sacerdotisa de Sekhmet, la diosa leontocfala. Ella desnuda en prfido, t tersa piel desnuda. Qu ofrenda le tendas a la deidad salvaje que miraba a travs de tu mirada un horizonte eterno e implacable? La taza de tus manos contena la libacin secreta, lgrimas o tu sangre menstrual, o tu saliva. En todo caso no era semen y mi sueo saba que la ofrenda sera rechazada con un lento rugido desdeoso tal como desde siempre lo habas esperado. Despus, quiz, ya no lo s, las garras en tus senos, colmndote. 3. Nunca sabr por qu tu legua entr en mi boca cuando nos despedimos en tu hotel despus de un amistoso recorrer la ciudad y un ajuste preciso de distancias. Cre por un momento que me dabas una cita futura, que abras una tierra de nadie, un interregno donde alcanzar tu minucioso musgo. Circundada de amigas me besaste, yo la excepcin, el monstruo, y t la transgresora murmurante. Vaya a saber a quin besabas, de quin te despedas. Fui el vicario feliz de un solo instante, el que a veces encuentra en su saliva un breve gusto a madreselva bajo cielos australes. 4. Quisiera ser Tiresias esta noche y en una lenta espera boca abajo recibirte y gemir bajo tus ltigos y tus tibias medusas. Sabiendo que es la hora
de la metamorfosis recurrente, y que al bajar al vrtice de espumas te abriras llorando, dulcemente empalada. Para volver despus a tu imperioso reino de falanges, al cerco de tu piel, tus pulpos hmedos, hasta arrastrarnos juntos y alcanzar abrazados las arenas del sueo. Pero no soy Tiresias, tan slo el unicornio que busca el agua de tus manos y encuentra entre los belfos un puado de sal. 5. No te voy a cansar con ms poemas. Digamos que te dije nubes, tijeras, barriletes, lpices, y acaso alguna vez te sonreste.
BOLERO
Qu vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la dicha, itinerarios, msica, juguetes. Es cierto que es as: todo lo mo te lo doy, es cierto, pero todo lo mo no te basta como a m no me basta que me des todo lo tuyo. Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que slo en la aritmtica el dos nace del uno ms el uno. Por ah un papelito que solamente dice: Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tena que mirarte.
ANTES, DESPUS...
Como los juegos al llanto como la sombra a la columna el perfume dibuja el jazmn el amante precede al amor como la caricia a la mano el amor sobrevive al amante pero inevitablemente aunque no haya huella ni presagio aunque no haya huella ni presagio como la caricia a la mano el perfume dibuja el jazmn el amante precede el amor pero inevitablemente el amor sobrevive al amante como los juegos al llanto como la sombra a la columna como la caricia a la mano aunque no haya huella ni presagio el amante precede al amor el perfume dibuja el jazmn como los juegos al llanto como la sombra a la columna el amor sobrevive al amante pero inevitablemente...
A UNA MUJER
No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcn, no hay que estar triste si una vez ms la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmvil, ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estar ah, constante en su inconstancia cuando t, cuando yo -pero por qu nombrar el polvo y la ceniza-. S, nos equivocbamos creyendo que el paso por el da era lo efmero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra. Slo dura la efmero, esa estpida planta que ignora la tortuga, esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, y el sonido sin msica, la palabra sin canto, la cpula sin grito de agona, las torres del maz, los ciegos montes. Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,no nos movemos del terror y la delicia, y sus verdugos delicadamente nos arrancan los prpados para dejarnos ver sin tregua cmo crecen las plantas del balcn, cmo corren las nubes al futuro. Qu quiere decir esto? Nada, una taza de t. No hay drama en el murmullo, y t eres la silueta de papel que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer que se nace o se muere, cuando lo nico real es el hueco que queda en el papel, el golem que nos sigue sollozando en sueos y en olvido.