No. 14 - Violencia - Septiembre 2012
No. 14 - Violencia - Septiembre 2012
No. 14 - Violencia - Septiembre 2012
No. 14
La pluma en la piedra
Les enva un abrazo violento (al estilo asitico) a sus bienaventurados colaboradores, quienes comparten con todos nosotros su arte; a sus lectores, quienes nos dejan entrar cada mes en sus ordenadores; y al benemrito y heroico equipo editorial, quienes, cual artistas incomprendidos, trabajan con ahnco para que quede lista cada edicin.
Ilustracin de portada: Caravaggio, Judit y Holofernes, leo sobre tela, 1598-1599 Galleria Nazionale dArte Antica, Roma. Cita: E. M. Cioran, La odisea del rencor en Historia y Utopa, Tusquets, Espaa, 1988. Derechos Reservados. La
http://laplumaenlapiedra.blogspot.com/ laplumaenlapiedra@gmail.com
Artistas
Jos J. Gonzlez Dulce Reyes
Editorial
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Violencia
De un abuso domstico Aleqs Garrigz Breves anotaciones sobre zoe y necros Jos Jess Gonzlez Gonzlez Memorias adolescentes Moreliana Negrete 15 Alegremos un poco este mundo Juan Manuel Lpez Morales 19 7
La Galera
Nigredo (Pintura-poema) Jos J. Gonzlez y Dulce Reyes 21
Creacin literaria
Rafael Sergio Fernando Palacio Prez 24 Behemot Jos J. Gonzlez 37
Convocatoria
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violencia.
IC E N
QU E
E S C R IB IR
S L O
C ON
MAYSCULAS, VIOLENTA A QUIEN LEE Dicen que escribir en rojo, violenta a quien lo mira DiCN K SKrIBiR KoMo KN rEtRaZo MnTL,
VioLeNt A KiEn TraTa de TRaDuSiRlo Dicen que bueno, creo que el punto se ha entendido: el tema de esta edicin versa sobre la En esta ocasin nos acompaan: Aleqs Garrigz, con el poema De un abuso domstico; en seguida, Jos Jess Gonzlez Gonzlez con sus Breves anotaciones sobre zoe y necros; luego contamos con Moreliana Negrete y sus Memorias adolescentes; y, para cerrar esta seccin sobre violencia, Juan Manuel Lpez Morales con el poema Alegremos un poco este mundo. Todos ellos compartindonos un poco de la forma en que la violencia repercute en su escritura. En La Galera podrn disfrutar una pintura-poema, creado por Jos J. Gonzlez y Dulce Reyes, titulada: Nigredo. Finalmente, pero no con menor importancia, en Creacin Literaria traemos el cuento Rafael de Sergio Fernando Palacio Prez y Behemot de Jos J. Gonzlez. Esperamos que disfruten de nueva cuenta esta publicacin y los invitamos a seguir enviando sus colaboraciones a nuestro cuartel general. Cambio y fuera.
La pluma en la piedra
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De un abuso domstico
el calor mnimo, la paz accidental y secundaria. Impiadosas aves de rapia eran los gritos ahogados en la inmensidad de su impotencia. Su cara luca los golpes de tantos aos encadenados por el miedo. Senta la garganta constreida por tu mano todo el da y, por la noche, al soar, no poda evitar soarse libre, mariposa que planea sobre una pradera infinita. Vale la pena permanecer as, en el tren de un destino incierto, si puedes tomar el control de tus das, tus acciones, conducindote a un lugar de luces verdaderas? Ella conoci la respuesta; y fue como la oveja desobediente que renuncia al pastoreo para correr emancipada en las campias. No pudiste con su nimo y la decisin perfectamente tomada, el paso siniestro pero certero. Y ahora vienes aqu, confundido y terco, burlado e incrdulo, queriendo explicarte el ntimo secreto de tu fracaso con ella. Y, adems, te niegas a dar fe de que el coraje existe hasta en los ms violentados. (Hay caminos que nunca se cierran.)
De un abuso domstico
Pues fue que ella camin con los pasos de un viga y solt los lastres y la lpida que carg tantos das. Camin sorteando muebles, evitando la sorpresa, temerosa an del castigo, pero orgullosa y sabindose bella, directo a su bao. S, all encontr la seguridad que aguardaba en un frasco y hoy, que es mujer segura, ya no podrs hacerle ms dao.
* ALEQS GARRIGZ (Puerto Vallarta, Mxico, 1986.) Autor a la fecha de una decena de ttulos de poesa. Premio de Literatura Adalberto Navarro otorgado por la Secretaria de Cultura de Jalisco. Snchez 2005,
En 2006 aparece incluido en la antologa Nueva poesa hispanoamericana, a cargo del escritor peruano Leo Zelada. Premio de Literatura 2008 de la municipalidad de Guanajuato. Periodista cultural. Ha publicado poemas en diversos medios impresos y electrnicos de Mxico e Hispanoamrica.
quebrarse, esparciendo por todos lados su contenido. Puede caer o, en otro caso, alguien puede pegarle con un bat u otro instrumento con el simple fin de hacerlo volar, para que todo lo que est adentro salga disparado al espacio ansioso de crear formas graciosas, abyectas o terrorficas. El hombre es como un frasco que al romperse deja en el suelo, pared, etctera, alguna evidencia de su fragilidad. Los dems frascos al pasar cerca de donde ha ocurrido el fenmeno de la cada, comprendern que no estn exentos de ser ellos los siguientes en romperse. Mirarn asustados lo sucedido, algunos fingirn indiferencia, pero por dentro estos son los ms preocupados por su naturaleza finita. Llegarn los frascos fotgrafos y
Nota: En 1857 Justinius Kerner publica en Tubinga su obra Klektopografas, antecedente directo para que Rorscharch creara sus lminas de tinta. En palabras de Kerner, estas lminas pueden adquirir diversos significados segn el sujeto que las contemple, pueden ser interpretadas tanto por el hombre como por la mujer, por el culto o el inculto, el nio o el adulto, el sano o el enfermo; su principal caracterstica es la de dar un supuesto de la personalidad. Para verificar lo expuesto aqu se puede confrontar el Brevario de psicologa escrito por el doctor en filosofa Adolfo Menndez Samar.
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frasco. Lo que se trata de hacer es explotar la imagen. As pasar siempre, todos los das, frascos cayendo, frascos siendo reventados, siendo objeto de las ms increbles formas de violencia para demostrar lo frgil que resulta la materia que nos contiene. Siempre habr manchas creando lminas, historias e interpretaciones. Dime lo que ves y, ahora, parte a saber, por ti mismo, quin eres.
Dentro de la clasificacin de seres orgnicos, que comprende los reinos vegetal y animal, se encuentran mltiples subdivisiones que caracterizan a las distintas clases de seres, sin que dejen sus notaciones esenciales. La planta, la bestia y el hombre realizan funciones vegetales; por consiguiente en esta caracterstica son completamente iguales estos seres.4
A partir de esta naturaleza orgnica-vegetativa, el hombre, como cuerpo, tender a nacer, crecer y morir como toda buena planta que ha surgido de la tierra. Es sin lugar a dudas, un ser que nace de la tierra y a ella misma vuelve. Esta misma condicin me hace pensar que, entonces, en cuanto a representacin del cuerpo humano por medio de la pintura, podemos comprender dos grandes reas: la naturaleza muerta en la que hemos de ubicar la naturaleza orgnica del hombre y el bodegn. Tomaremos las definiciones que hace Enrique F. Gaul en el primer captulo de La pintura de cosas naturales5, y diremos que la naturaleza muerta es aquella composicin inspirada en elementos del mundo orgnico; ser bodegn lo otro, lo inspirado en los objetos manufacturados por el hombre6. Si trasladamos esto al plano de la representacin, podemos decir que todo dibujo o pintura de algn desnudo, siempre y
Daniel Mrquez Muro. Lgica simblica, p. 4. comillas pertenecen al ttulo. 6 Enrique F. Gaul. La pintura de cosas naturales, p. 11.
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orgnicos. Ahora bien, recordando un poco el tercer libro de la Fsica de Aristteles, podemos decir que el ser orgnico se de tres estadios, vegetativo, sensitivo y racional:
Un charco de sangre / hasta el borde / sol lleno de verano / en la carretera // una mano destrozada / a mano / para placer / de las moscas // como zumban / de gozo / prestemos atencin, ea / silenciosa / ms silenciosa que nunca / la vida / tan soleada. Naturaleza muerta de Hans Peter Keller en Antologa.
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cuando no haya algo que ornamente el ambiente, ser sin lugar a dudas naturaleza muerta entendiendo al elemento representado a partir de su naturaleza orgnica. Y ser bodegn, en caso de que el cuerpo humano se encuentre adornado por elementos fuera de su condicin natural. En el texto de Bef, gracias a su plasticidad, podemos encontrar algunas imgenes para ejemplificar lo expuesto: El cadver de una mujer recin prensada entre un auto y un poste de luz7. A juzgar, estamos frente a una imagen perteneciente a la caractersticas del bodegn, pues a pesar de que hay un elemento orgnico [el cadver de una mujer], la escena se complementa con el auto y el poste, ambos, objetos realizados por la mano del hombre. Tendramos naturaleza muerta si la imagen fuera de una mujer recin prensada entre un auto y un grueso tronco de rbol. Bajo esta perspectiva resulta casi imposible encontrar alguna imagen que sea puramente naturaleza muerta en la novela de Bef; pero, s la podemos encontrar en Almazn:
Las moscas que atraen los doscientos treinta
de carne podrida. Frente al olor tampoco lograremos mucho. Parece no haber tapabocas que contengan esa miasma que espanta, que desfonda. En algn momento le dir al forense que me siento pesado como si fuera uno de esos muertos que, desde abril, empezaron a brotar del subsuelo8.
La naturaleza muerta nos ayuda a comprender que la condicin de los objetos orgnicos tiende a agotarse, a morir. Lo que se trata de hacer con esta forma de pintar es, sin lugar a dudas, representar un instante de ese devenir que siempre est en constante cambio.
III. Kitsch
acia 1916, en Alemania, cierto poemario fue sacado de la circulacin, debido a que su
contenido no era el adecuado para la poca, porque se enfocaba a tratar al hombre a partir de su fragilidad; los poemas hacan referencia a la condicin vegetativa, a la etapa final: la muerte. Nos referimos a Morgue y otros poemas de Gottfried Benn:
Dos en cada mesa. Hombres y mujeres / en cruz. Cerca, desnudos, y, pese a ello, sin dolor. / El crneo abierto. El pecho partido en la mitad. Los cuerpos / engendran ahora por ltima vez. / Cada uno llena tres cazuelas: desde el cerebro hasta los testculos. / Y el templo de Dios y el Corral del demonio / ahora pecho a pecho en el
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y ocho cadveres vuelan alrededor de nuestros rostros. El forense las maldice e intenta ahuyentarlas. Falla. Estn hambrientas y no dejarn pasar aquel festn
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Breves anotaciones sobre zoe y necros fondo de un cubo / se ren del Glgota y del pecado original. / El resto, en atades. Slo nuevas creaturas: / pierna de hombre, pecho de nio y pelo de mujer. / Yo vi lo que engendraron dos que antao se jodan, / yacer all, como si hubiera salido de un cuerpo materno. 9
es la negacin absoluta de la mierda; en sentido literal y figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia humana es esencialmente inaceptable10. De lo que no hablamos es de lo que negamos y es, precisamente, porque nos causa repulsin hacerlo, ya sea porque nos da muestra de algo que no queremos ver o enterarnos. Nadie se atreve a pensar en su muerte, porque eso implicara pensarse como materia orgnica que puede pudrirse, que el cuerpo, despus de morir, se ver baado en sus propios jugos. No. En eso no se puede pensar, slo nos quedamos con lo que permanece en el exterior, nos olvidamos que por dentro estamos compuestos por tripas, hgado, fluidos, etctera. Un caso interesante de Kitsch11 se da en los superhroes o en las actrices guapas de la televisin o revistas. Nos quedamos con lo que se nos vende, con la envoltura. Lo bello se acabara si pensamos en un momento que ese supermn tambin tiene que baarse, limpiarse los dientes, etctera, o que esa actriz tambin tiene que cagar, pues es una funcin natural de todos
Miln Kundera, La insoportable levedad del ser, p. 275. Esta misma visin se ve ms arraigada en cuanto a la figura de Cristo, no podemos referirnos a l como si nos refiriramos a un mortal ms, hacerlo equivaldra quitarle su carga divina y rebajarlo a la nuestra, lo que implicara verlo como un ser orgnico ms que tena que cumplir con un ciclo: nacer-crecer-morir. Si lo tomamos as, tambin tendramos que verlo como alguien que tena que alimentarse y defecar, puesto que su estructura finita se lo exigira. A este respecto, prefiero no entrar en detalles.
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Siempre pasa lo mismo con todo aquel que intenta hablar sobre lo que no se tiene que hablar; es vetado y tratado por los dems como loco, enfermo, conceptos que al final de cuentas hacen que ande de boca en boca, pues no olvidemos que todo lo prohibido incita ms la curiosidad. Como ejemplo tenemos al Marqus de Sade, del que mucho se habla, pero del que puedo asegurar, poco se lee. La historia est encaminada a no hablar de estos personajes tan singulares que nos hablan de la naturaleza humana, sus vicios, su fragilidad, etctera. Esto mismo ocurre con muchas cosas que se observan hoy en da; nadie puede hablar de ciertos temas porque no es correcto. Hablar de sexo o cpula no es bien visto; saber que un da hemos de morir, ni pensarlo, por qu mejor no te dedicas a Hace tiempo, como unos ocho aos atrs, lleg a m un ejemplar de La insoportable levedad del ser, en uno de sus captulos me daba razn, para ese entonces, de algo nuevo, me refiero al kitsch, que, como lo apunta el autor
Gottfired Benn, Requiem en Morgue y otros poemas, p. 15.
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los seres orgnicos, porque si no lo hace se le puede reventar un intestino y tendran que hacerle un lavado estomacal. Pero, qu ocurre con quien sabe que la mierda, se hable o no de ella, sigue estando ah, que sabe es inevitable libarse de ella? Es como no pensar nunca en el oxgeno que respiramos, pero que por l estamos vivos; sin lugar a dudas, es visto como un loco, alguien anormal con alguna enfermedad mental. Saber que uno, cuando muera, ha de ser devorado por los gusanos, no implica que haya gusto a ello, sino que es saberse en su condicin natural. An puedo recordar el da que una necroartista, mont una exposicin en X museo de la Ciudad de Mxico, todos los que asistieron miraban con asombro y repulsin lo que estaba frente a ellos, las miradas de asco corran de un lado a otro al contemplar cuerpos nunca reclamados en la morgue puestos en posiciones abyectas como las que nos describe Bef: un hombre decapitado posaba desnudo sobre una banca. En la otra, la cabeza de ese mismo sujeto, la tapa de los sesos arrancada para la autopsia, haba sido rellenada con peras y manzanas para hacer de frutero12. La exposicin se compona de veinticinco piezas, todas ellas mostrando cuerpos decapitados, troceados, frascos con
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fluidos
corporales,
videograbaciones
de
necropsias, bandejas llenas de rganos, tapetes hechos con las sabanas que cubran dichos cuerpos, y un gran carrusel de animales. El que tenga ojos que vea.
muerte, sabe que va a morir, pero prefiere no pensar en ello, pues le aflige y le causa temor. No hay nacimiento como tal, hay una nueva muerte. Algunos, an, se muestran aterrados pensando que han de dejar de habitar su cuerpo, que, como dice Hobbes, no es ms que simple materia. Otros ms empiezan a aceptar su condicin finita, y esto provoca que tengan menor temor a ello. Pero, exista o no aceptacin, no dejamos de pensar que, as como uno puede morir por causas naturales, tambin puede morir porque alguien ms ha decidido sobre su propia vida: asesinato. En el segundo caso, a pesar de que nos mostramos ajenos a la muerte de quien ha sido acabado, no podemos sentirnos del todo tranquilos, hay algo que nos inquieta, sentimos calosfro en la piel cuando vemos en el peridico la imagen de alguien que ha sido
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decapitado, desollado, etctera. El hombre se come al propio hombre, ya sea a partir de la ejecucin de actos en contra de la vida del otro o, en su caso ms cotidiano, viendo las fotografas que aparecen en esos diarios donde se muestra un cuerpo, una masa de carne inerte. Homo homini lupus, dijera Plauto.
Todo queda representado en un leo de Klimt: Muerte y vida, donde ambos elementos se conjugan y nos hablan de su coexistencia mutua, donde unos esperan sonriendo, otros ms con los rostros ocultos, temiendo el efecto de su propia naturaleza.
BIBLIOGRAFA: - BENN, Gottfried. Morgue y otros poemas Editorial Pequea Venecia, Berln, 1912. - FERNNDEZ Bef, Bernardo. Tiempo de alacranes Booket, Mxico, 2006. - GUAL, Enrique F. La pintura de cosas naturales, SEP, Mxico, 1973. - HESODO. Teogona. El escudo de HeraclesPorra, Mxico, 2004. - KUNDERA, Miln. La insoportable levedad del ser Narrativa actual, Espaa, 2002. - MRQUEZ Muro, Daniel. Lgica simblica ECLALSA, Mxico, 1951. - MENNDEZ Samar, Adolfo. Breviario de psicologa, Porra, Mxico, 1947. - PETER Keller, Hans. Antologa, Plaza & Janes, Barcelona, 1982.
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Memorias adolescentes
Por Moreliana Negrete
GOSTO,
1999. Hoy fue el primer da de clases. No s por qu, pero siento como
cosquillas en el estmago. Cuando iba en la primaria, nunca me sent nerviosa ni nada, sin embargo ahora, no s, tal vez el que voy a tener muchos maestros o que no conoca
casi a nadie hizo que me diera un ataque de pnico. Y es que sigo en la misma escuela, pero la secundaria est en otro plantel. Los otros chavos con los que sal de la primaria, son slo siete y slo uno iba en mi saln: Julio. Cmo me cae mal Julio! Siempre se la pasaba molestando a todos en la primaria y yo prefera no hablarle. Hoy, cuando llegu a la escuela, el tonto de Julio me salud y me hice como que no lo haba escuchado. Luego, a todos los de primero nos juntaron en una esquina del patio y nos pasaron lista para que supiramos en qu grupo nos tocaba. Lo que ms rogaba era que no me tocara con Julio y, gracias a dios, l se fue al B. Mis compaeros son, no s, como que escandalosos. En un rato en que no tuvimos maestro, una chava grit: Guerra de papel! y todos, cual soldados, abrieron sus cuadernos y comenzaron a arrancar hojas, apachurrarlas y aventrselas entre s. Me molesta un poco esa nia, porque quiere que todos le hagan caso y a m me choca tener que hacer lo que otros me dicen. Hay otra nia, muy callada, que fue compaera de ellos en la primaria, pero parece que no le caen bien; como que prefiere platicar con nosotros, los nuevos. *** SEPTIEMBRE, 1999. Ya todos hicieron sus grupitos. Yo comenc a hablarle a la nia callada y a alguno que otro chavo que fue conmigo en la primaria. A Julio ya ni lo saludo. A la chava escandalosa le caemos mal algunos, los que no le queremos seguir el juego, pero all ella. Slo porque saca buenas calificaciones y tiene bonita letra se siente mucho, pero sinceramente no me importa. *** OCTUBRE, 1999. No me est yendo muy bien en las materias, casi saco un cinco en historia. No es mi culpa, pero es que no le entiendo. Lo bueno es que alcanc el seis, porque si repruebo, mi mam me va a regaar muy feo. La nia callada y yo nos empezamos a juntar con Silvia. La Orientadora, que es bien mala y nos deja mucha tarea, nos dijo a todos que tratramos de ser amigos de
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Memorias adolescentes
ella, porque siempre andaba muy sola. Silvia fue conmigo en primero de primaria, pero ella no me hablaba porque una vez no le quise prestar mis muecos a su amiga Tatiana. Eran muy amigas, pero todos sabamos que Tatiana slo estaba con ella, porque Silvia le compraba cosas en el recreo. Que por cierto, me enter que a la nia callada la molestaba la nia escandalosa en la primaria. Creo que por eso quiso que nos juntramos con Silvia, para que no estuviera sola como ella. *** NOVIEMBRE, 1999. Me cae mal la mam de Silvia. A cada rato va a la escuela a hablar con nosotras, que si cmo quedamos para el trabajo de ingls, que qu le tocaba traer a su hija para el equipo de laboratorio, que no dejemos sola a su nia Qu oso! Digo, quien viene a la escuela es Silvia, no la mam y, ultimadamente, la chava es quien se debera de preocupar por los trabajos de la escuela. La chica callada tampoco lo est tomando bien, pues cada que terminan las clases, es seguro que all est la mam. Hay veces que tratamos de irnos pronto para no encontrrnosla, pero nada ms no se nos hace. Aunque, sea de cada quien, luego la chica callada se pasa con Silvia: si Silvia est comiendo, que lmpiate, tienes toda embarrada la boca; que no te tomes el agua cuando tienes todava comida en la boca; que fjate dnde te sientas; que no te prives cuando te ras. Digo, s tiene razn la chica callada, pero pues tambin cada quien come como ms le gusta. *** DICIEMBRE, 1999. La mam de Silvia vino a reclamarme que porque yo insult a su retoo. La verdad es que no la insult, nicamente le dije que si iba a entregar porqueras, que mejor nos dijera y nosotras hacamos la tarea. Ah, es que resulta que tenamos que hacer un proyecto de ciencias en equipo y, como siempre, nosotras nos juntamos. Entonces, nos dividimos el trabajo: yo investigu e hice el borrador y, como no tengo computadora, a la chica callada le toc transcribir mis notas; en tanto, a Silvia le toc hacer los acetatos de los planos. El da que tenamos que entregarlo, result que Silvia s, hizo los acetatos, pero los engrap a una hoja blanca. Y cuando digo engrap, no me refiero a una sola grapa, sino que enmarc toda la hoja con los pedacitos de fierro. La maestra nos rega a las tres por entregarle las cosas mal hechas y yo s le dije que eso le haba tocado a Silvia. Al irse la maestra, fue cuando le dije lo de las porqueras. Tambin le dijo a su mam que le haba aventado las cosas en la cara, pero eso s no es cierto, se las dej en su banca, de mala gana, s, pero no se las avent. ***
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Moreliana Negrete
ENERO, 2000. Regresando de vacaciones tuvimos que hacer la maqueta de nuestro proyecto. Silvia se sigui haciendo tonta y pues la chica callada y yo nos fuimos a hacer esa cosa a su casa. Cuando estbamos en casa de la chica callada, armando como mejor entendimos la maqueta, Silvia le llam a la chica callada y le dijo que si el fin de semana hacan el mentado proyecto. Result que se haba esperado para decirle, porque no quera que yo estuviera en el equipo y quera que a m me tronaran. No cont con que a la chica callada, tampoco le gustaba la forma que tena Silvia de trabajar. *** FEBRERO, 2000. Oficialmente ya no le hablamos a Silvia. No la insultamos, no le dijimos nada, slo le dejamos de hablar, porque result que le dijo a la maestra que ella hara su propio proyecto y le entreg una maqueta medio chistosa y el trabajo escrito y, casualmente, el mismo tema que habamos acordado en equipo. Ya a solas con la maestra, le pregunt cmo era su trabajo escrito y ella nos confirm que se haba robado nuestro trabajo escrito. As, en vez de ir a armar alboroto y para que la mam no nos siguiera persiguiendo, decidimos slo dejar de hablarle. *** MARZO, 2000. No me quiero sentir la gran defensora de los desvalidos, pero siento que desde que le dejamos de hablar a Silvia, todo el mundo se la agarr de barco. Sobre todo la nia escandalosa, que se dice, mand a golpear a un chavo del saln que le caa mal. Nosotras simplemente no le hacemos caso, aunque tampoco le seguimos la corriente, pero de una poca para ac, como que se ensa con Silvia. *** ABRIL, 2000. A lo largo de todo el ao se han estado perdiendo cosas. Primero, desapareci el libro de la chica que se siente cerca de la puerta; luego, las plumas de colores de la chava que siempre lleva revistas, tambin desaparecieron. Si no es una cosa, es otra, que si dinero, que si cuadernos, que si tiles, han estado desapareciendo. La nia escandalosa dice que es Silvia y le puso un anillo debajo de su banca para cacharla en la movida. Sinceramente me pareci mala onda, as que me acerqu a Silvia y pate el mentado anillo. Silvia me mir feo y le dije: No agarres nada de lo que encuentres cerca de tu banca, si no es tuyo. Ella me dijo algo no muy amable y mejor me fui. Luego vi cmo la chica escandalosa tom el anillo y se sali. Despus le estaba diciendo a todo el mundo que el anillo haba desaparecido y que Silvia lo haba agarrado. Yo ya no dije nada, porque luego, todo mundo me reclama. ***
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Memorias adolescentes
MAYO, 2000. Ahora si se estn pasando con Silvia. El otro da iba pasando, le dije a la chica escandalosa que haba una goma tirada y, cuando la toc, result que era un chicle y lo solt con asco. Luego nos fuimos al receso y al regresar, cada quien se fue a sus asientos. De repente, escuchamos que la nia escandalosa le deca a Silvia que tena algo pegado en el trasero. Silvia se puso muy roja y, sin levantarse, trat de averiguar qu tena. Entonces la nia escandalosa dijo a gritos: Qu ests haciendo, Silvia? Te ests masturbando? Todos los hombres se rieron y Silvia sali con saln con calma, pero lo cierto es que se qued mucho tiempo en el bao. Cuando sali, estaba con los ojos hinchados y no volteaba a ver a nadie. *** JUNIO, 2000. ltimamente, todos los das Silvia se va al bao y sale con los ojos rojos. La nia escandalosa cada vez se pasa ms de lanza, pero qu podemos hacer nosotros? Lo bueno es que ya mero acaba el ao y vendrn 2 meses de vacaciones. *** AGOSTO, 2000. Ya empez otro ao escolar. Ahora estamos en segundo. Espero que me vaya mejor en las materias que el ao pasado que de los seis y sietes no pas. No tengo compaeros nuevos y sigo juntndome con la chica callada. *** SEPTIEMBRE, 2000. Ha pasado un mes y apenas nos dimos cuenta que Silvia ya no va a la escuela. Cremos que se haba cambiado de grupo pero no, ya no va con nosotros. Todava me acuerdo que la chica callada le pregunt si seguira con nosotros en segundo y ella dijo que s. Bueno, creo que es mejor as, porque si se quedaba, la nia escandalosa la seguira molestando y podra pasarle lo mismo que a esa chava de tercero del ao pasado, a quien sus compaeros le dieron una pastilla, segn un dulce, y ya no poda respirar ni moverse. Dicen que era una pastilla para dormir y le quisieron jugar una broma, pero no contaron con que a esa chica, por su sobrepeso, le haran dao los componentes del medicamento ese.
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ue hay lugares devastados, es lo que dice el noticiero, ha amanecido ya; y yo quiero decirte cunto te quiero,
que hay mucha gente lastimada, que en otros lados hay inundaciones, pero alegremos un poco a este mundo, unamos como uno slo nuestros corazones, que ha estallado una guerra ms, que muere mucha gente inocente, recemos juntos por el mundo; y hagamos juntos un mejor presente, que la inseguridad nos llena de miedo, y algunos slo lo tienen que negar, aun as sigamos caminando, que yo siempre te tratar de cuidar, que la gente se pierde entre el egosmo, y que da a da se pierden las ilusiones, no, no es cierto cario, pues a pesar de todo estn juntos nuestros corazones, y si un da te alcanza la nostalgia y ya no es suficiente el que escuches mi voz, no, no ests sola mi amor, pues siempre estar a tu lado Dios.
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La Galera
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La Galera
Nigredo1 (Pintura-poema). Jos J. Gonzlez y Dulce Reyes, 10 x 18 cm., tcnica mixta.
La imagen que aparece al fondo es una fotografa titulada: Reflejo Divino y fue tomada por Dulce Reyes. Las grafas que aparecen a los lados dicen lo siguiente: Mi poema es una pincelada con fuego, es una palabra llena de colores. Es la infatigable voracidad de un loco, es el sueo mal acomodado dentro de mi bolsillo, es el fsforo que tir al suelo.
Mrame y no sabrs qu soy. Tus ojos mortales, sucios, desgastados, no tienen la capacidad de ver ms all de lo que yo quiero (de lo que yo espero) que t veas. Pero, esperar a que me reconozcas, a que me entiendas, es sueo vano que se diluye entre mis trazos azules o acaso sern rojos?. T, hombre moderno de las cavernas; T, ser avanzado que slo emites sonidos guturales; T, que finges que me conoces... Mrate las piernas! Aunque los gusanos comienzan a devorarte, te falta mucho para que seas como yo.
Nigredo. Para los viejos alquimistas, era la pretensin de volver toda materia a su estado primigenio y eso slo se consegua con el empleo de diversas sustancias que hacan que todo material entrara en una especie de descomposicin; ellos lo denominaban: putrefaccin.
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Rafael
Por Sergio Fernando Palacio Prez
n una ciudad con grandes rascacielos, llena de luces durante la noche que pareca que nunca se ocultaba el sol; una de las ms vanguardistas, deca un turista que admiraba detenidamente las maravillas arquitectnicas. Un joven comerciante siempre al amanecer y abrir su negocio pronunciaba: Es de lo mejor vivir en esta
ciudad de las oportunidades. Tambin algunos reporteros de los peridicos locales escriban: Nuestra ciudad est entre las 10 ms visitadas del mundo. Por supuesto no decan lo mismo los pobres nios que vivan abajo en las alcantarillas, quienes descansaban entre la suciedad y todos los desperdicios que iban al subterrneo, los cuales eran arrojados por los habitantes de la superficie. No decan lo mismo los mendigos que durante la noche entraban a hurtadillas a los parques ms pequeos a refugiarse, porque no haba suficientes albergues y los pocos no tenan suficientes recursos. Tampoco lo podan anunciar los pequeos hospitales carentes de presupuesto para sus enfermos, el lado gris de la ciudad no era visto por quienes gozaban de las mieles del xito en esa ciudad tan amada. Dentro de sta viva un hombre llamado Jean de Beauvoir, un exitoso hombre de negocios, con mucho renombre entre sus inversionistas y colaboradores. Era carismtico frente a sus posibles compradores, pero fro fuera de su mbito laboral. Algunas personas adineradas les gusta hacer obras de caridad, pero Jean jams lo haca puesto que uno de sus pensamientos ante todo ello era: Deben trabajar, no est nadie aqu para mantener a una bola de parsitos, se encuentran ah porque quieren, deca con su seo fruncido y corazn seco a pesar de ser un hombre joven. Jean de Beauvoir era muy atractivo, era alto, con su cuerpo esttico, su rostro alargado y varonil, su cabello lacio, corto y castao, tena ojos azules como el cielo y una nariz respingada, siempre vistiendo ropa formal y muy cara, alguna de sta era hecha por los mejores diseadores del mundo. Atraa a una gran ola de mujeres hermosas y jvenes, pero a l jams le importaba tener algo ms all de pasar el rato con ellas, era tan fro que se prohiba as mismo enamorarse. Siempre deca: Todas las mujeres son iguales, todas buscan el dinero y todas son interesadas, tienen una
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lengua de serpiente que atacar a la primera oportunidad, usando tus secretos en contra y jams te valorarn por lo que eres sino por lo que tienes, slo sirven para desestresarnos cuando llegamos con ellas a la cama, para eso sirven. Nada ms. Otra cosa que era caracterstico en Jean era que no tena ningn amigo, a pesar de ser un hombre joven no le hablaba a nadie, ms que para una cosa: negocios. No haba ms en l, porque su respuesta para los amigos era la siguiente afirmacin: Los amigos son una hipocresa, estn contigo en los momentos de gloria pero no en los de tu cada, en s los seres humanos se pueden describir con la siguiente analoga: Siempre que vas a la alcoba con una mujer, entre los dos se ayudan a desvestirse, pero cuando terminan, nadie le ayuda al otro a ponerse la ropa de nuevo. M respuesta es la siguiente: Siempre estn las personas para ayudarte a joder o joderte, pero no cuando ests jodido. ***** Un da saliendo de su oficina se dirigi a su mansin a las afueras de la bella ciudad, iba en su lujoso auto cuando sucedi algo que nunca espero, un pobre hombre de apariencia similar a la de un vagabundo se atraves en su camino y Jean, al no poder evitarlo, lo atropell. Jean asustado se baj de su auto para ver al hombre. Tena una gabardina caf y zapatos viejos del mismo color, una playera negra y desteida junto a un pantaln de mezclilla roto. Tambin pudo ver que el hombre estaba totalmente ileso, por lo que su preocupacin se desvaneci. Estaba enfadado con el hombre por lo que replic: Cuidado, fjese por donde va, menesteroso tonto! El hombre subi la mirada y desconcert a Jean, estaba con su rostro totalmente limpio, tena ojos azules similares a los de l, una cabellera larga y tupida color negro, y facciones tan finas, que no parecan a los de un mugroso mendigo. La mirada de ese hombre le transmiti una cierta tranquilidad que el coraje que yaca en su interior se desapareci en unos instantes. Dejando abierta la boca de Jean, como si hubiera visto algn tipo de ser superior, lo cual era demasiado para un hombre que le gustaba avasallar a todo el que no considerar de su categora. Mi nombre es Rafael, dijo amablemente y sonriendo aquel hombre tan extrao. Jean se present: El mo es Jean de Beauvoir. Mucho gusto respondi aquel hombre misterioso. Disculpa, soy nuevo en esta ciudad, no s a dnde ir, ni dnde quedarme.
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Rafael
Jean de Beauvoir era un hombre fro, pero algo dentro de s le dijo que estaba en deuda con aquel hombre debido al accidente, por lo que le hizo una invitacin a quedarse en su casa por esa noche. Rafael encantado acept la oferta. Llegaron a la mansin de Beauvior y le ofreci quedarse en un silln de la sala de estar. Rafael se qued dormido plcidamente en aquel silln sin decir una palabra. Al da siguiente Jean tena que ir a su trabajo y comenz alistarse. Pero algo llam la atencin de Beauvior, Rafael se encontraba viendo haca los jardines de la enorme casa, a travs de una de las majestuosas ventanas, se acerc para preguntarle a Rafael: Disculpa, qu tanto miras por la ventana. Rafael asinti con una clida sonrisa: Admiro la belleza de tus jardines, cada planta, arbusto, el pasto mismo son una maravilla, toda esa naturaleza que los hombres pasan por alto y ni siquiera se toman un momento para admirar y convivir con su entorno, jams le dan la importancia de lo que es estar en armona con la hermosa naturaleza. Jean slo dijo dentro de s: Qu sujeto tan raro luego le exclam. Ya me tengo que ir a trabajar. Pero Rafael aparentemente no prestaba atencin por lo que Jean continu con sus actividades, pero antes de llegar a la puerta, Rafael le inform: Voy a ir contigo. Jean sorprendido y molesto replic: Ests loco! Apenas te conozco y quieres ir a mi trabajo. Rafael le habl con voz firme y serena: Tengo un trabajo que hacer relacionado contigo, nuestro incidente de ayer fue una verdadera fortuna del destino. Mi deber es darte algo que mi jefe me pidi que te diera, pero quiero pedirte unos favores antes de drtelo. Jean con un tono sarcstico y malhumorado le sugiri: Por qu no mejor me lo das y esto se acaba de una buena vez pero Rafael aclar: No es tan sencillo como t crees, mi trabajo no es tan simple, con el tiempo te dars cuenta. Jean desconcertado pregunt: En qu trabajas? y Rafael le contest: Lo sabrs conforme a la marcha. Jean, harto de la conversacin debido al retraso que le causaba todo eso, fue a su habitacin y sac un traje de su armario, luego le pidi a Rafael: Bueno, bueno, ya est bien, toma esto y vstete, no vas a ir a mi trabajo con esa facha. Rafael se visti y se arregl, y acompa a Jean a su trabajo. Mientras iban de camino, Rafael se dedic a mirar los edificios que los rodeaban, pareca un nio por primera vez en una juguetera, ya que estaba fascinado viendo todo lo que haba en la ciudad, hasta que llegaron al edificio del
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trabajo de Jean, era de los edificios ms altos de la ciudad y su oficina se encontraba en lo ms alto. Cuando llegaron a la oficina, Jean se puso a realizar todas sus actividades de ejecutivo en su oficina, en lo que Rafael miraba reflexivo por la ventana. Jean le pregunt: Qu es lo que tanto miras? Rafael contest: Veo la indiferencia de algunas personas, de cmo algunos rostros son tan infelices, mientras que otros pasan sin siquiera detenerse a observar el sufrimiento de otros. Jean afirm con un tono irnico: Cada quien tiene sus propios problemas y cosas en qu pensar y Rafael exclam: Exacto! Y nadie se da cuenta de lo infelices que son, si por un momento uno de ellos se percatara y ayudara a alguno de ellos con alguna accin, por pequea que fuera, hara de la existencia de uno de ellos un mejor lugar, no un cambio totalmente radical, pero si alguno de ellos dedicara un minuto de su tiempo, descubrira lo precioso que es ayudar al prjimo. Jean intento aclarar su punto de vista: Los seres humanos son unos hipcritas, la nica persona con la que puedes contar es contigo mismo, t y nada ms, nadie ms puede preocuparse por ti excepto t. Rafael con una mirada inspiradora pero triste, asinti: Los seres humanos son seres sociales, as como algunos animales tienen el don de poder vivir en grupo, los humanos tambin pueden hacerlo, por lo tanto, a diferencia de los animales que se ayudan entre ellos y por ende sobreviven, no he podido entender cmo los humanos no pueden hacerlo y se guan por su soberbia, lo que los conduce al caos, como en las guerras donde por beneficio propio dejan morir a muchos, condenndolos al hambre y el sufrimiento, cuando ms bien podran guiarlos al amor y a la felicidad, ayudndose y amndose los unos a los otros. Jean, sacudiendo la cabeza y algo aturdido, dijo en tono de irona: Vaya que eres un soador! luego aadi: Mira, tengo que entrar a una junta y despus saldr, y tal vez podremos ir a algn lado, te parece? Est bien respondi sonriente Rafael. Despus de la junta, Jean fue por Rafael y le pregunt a dnde quera ir. Rafael sugiri dar un recorrido por la ciudad, por lo que Jean lo llev en su auto a dar una vuelta. Llegaron al parque principal y Rafael pidi detenerse en ese lugar, Jean por complacer a su nuevo y aparentemente nico amigo, decidi hacerlo. Se sentaron en una banca del parque, despus comenzaron a ver todo lo que haba a su alrededor. Miraban a las palomas que se detenan a tomar las migajas que dejaban los ancianos cuando iban a alimentarlas, las ardillas en los rboles y a los nios alegres jugando en el parque junto a sus madres platicando en las mesas del parque. Se oa un coro de risas y diversin dentro del lugar.
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Rafael
Poda respirarse un ambiente de tranquilidad, luego Jean pregunt a Rafael: En qu consiste tu empleo? Por lo visto no es muy bien remunerado puesto que tu ropa luca muy desgastada. Antes de contestar, Rafael aadi riendo: Amigo mo, el dinero no lo es todo, puede darles cierta tranquilidad a muchos, puesto que asegura su bienestar, pero no es la clave de la felicidad, podra tener mucho dinero y todo el xito del mundo, pero eso no me hara feliz. Soy un gua y ayudo a las personas cuando estas tienen muchos problemas, principalmente cuando estn enfermas, aunque no siempre la enfermedad es fsica, tambin puede darse de otra forma en sus vidas. Jean entonces exclam: Entonces eres consejero y Rafael respondi: No exactamente, pero podra decirse as para explicarlo de la forma ms sencilla. Y yo tengo problemas? pregunt igual de sarcstico como siempre a lo que Rafael contest: Si no los tuvieras, no tendra motivo de estar contigo. Jean incrdulo dijo: Por favor! T qu sabes de m? y Rafael afirm: Posiblemente ms que t mismo. Todava ms incrdulo Jean: Por favor, no seas ridculo. Jean se levant muy enojado de la banca y se fue, pero antes de irse, Rafael le grit: Es malo engaar a las personas, pero es peor engaarse uno mismo. Jean subi a su auto y se mir en el espejo retrovisor para comenzar a reflexionar las palabras de Rafael, pensaba en lo cierto que estaba Rafael, no era feliz a pesar del dinero y el xito. Jean saba lo solo que se senta por no tener a nadie a quin amar, o con quin pudiera contar sus secretos y sueos. El hombre duro e insensible saba que estaba incompleto, slo que an no saba qu era. En ese momento, lleg Rafael y toc la ventana del auto. Estaba sonriente y su cara reflejaba lo que era vivir sin ninguna preocupacin. Jean le abri la puerta y dej que entrara. Y bien, ahora, adnde vamos? pregunt muy carismtico Rafael y Jean contest muy serio: A ningn lado, vamos a casa. Regresaron a la mansin y Jean se dirigi directo a su habitacin, subiendo las escaleras lentamente, pero antes de que llegar al ltimo escaln, Rafael habl claro para hacer entender las necesidades de su amigo: La clave para que un ser humano se sienta bien, es la felicidad. Podra tener todo el xito del mundo y el dinero, pero an as no sera feliz, a lo que vengo es que la clave de la vida es la felicidad y existen formas para conseguirla.
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Jean escuch bien cada una de esas palabras, pero fingi no orlas y se dirigi a su dormitorio. ***** Al da siguiente, Jean se levant y se prepar para ir a trabajar como de costumbre, pero escuch un sonido en el comedor y era nada ms que Rafael preparando la mesa para el desayuno. Haba ordenado la comida que haba sido trada de uno de los mejores restaurantes. Esto no era difcil, gracias a que Jean tena dinero de sobra. Jean sorprendido pregunt: Qu sucede? y Rafael le contest con la sonrisa tpica de su buen carcter: El desayuno. Jean, desconcertado, le quiso aclarar: Tengo que ir a trabajar y ya se hizo tarde. Rafael dijo despreocupado: Ya me encargu de eso. Jean pregunt ms confundido: Cmo? y Rafael, igual de tranquilo, le contest: As es, llam a tu trabajo y dije que estabas enfermo, por lo que te tomaras el da de hoy. Realmente no es una mentira, puesto que s ests enfermo en cierto modo. Estaba sorprendido por las acciones de su amigo y dijo riendo: De verdad que ests loco. Luego se prepararon y salieron a diversos lugares, conociendo muchas cosas que Jean nunca se haba detenido a contemplar, los monumentos, sitios histricos, y toda la belleza de los lugares de gusto popular que eran tursticos. Jean no se haba redo ni divertido desde siempre y lo ms grato para l es que haba encontrado a su primer amigo sincero. Alguien con quin no tena que aparentar nada, alguien en el cual senta que poda confiar ciegamente, alguien cuya compaa vala realmente la pena. Le cont sobre su vida, sus sueos, al igual que muchos detalles que nadie conoca. Luego llegaron al parque del da anterior y comenzaron a pasearse en l, hasta que encontraron a una mujer con su hijo, el hambre y desesperacin se notaban a leguas en ambos. Por lo que Rafael mencion con lstima: Mira a esa pobre mujer, necesita ayuda. Pero Jean volvi a actuar como siempre. Es su problema dijo soberbio Rafael replic: Por qu no dejas de pensar en ti mismo por un momento e intentas ayudar a los dems? Jean contest enojado: Ya te dije por qu, y adems ella se lo busco, no es ms que otra tonta que se dej engaar y la embarazaron. Por eso est sola. En ste mundo sobreviven los ms fuertes y, entre todo eso, incluye el no dejarte engaar aadi. Rafael, serio por la contestacin tan fra de su amigo, le contest: Es increble que pienses eso, de verdad que no lo concibo porque me contaste hace unos momentos sobre tu madre que fue
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Rafael
una mujer que te sac adelante sin un padre que la ayudar, y logr criar a un hombre cuyo xito le sonre a cada instante, gracias a la preparacin que ella te consigui. Acaso fue una estpida tambin? Pero Jean respondi inmediatamente: No fue lo mismo, ella qued viuda! Y no fue estpida por no preverlo? Ella no saba que t padre fallecera, as como esa pobre mujer no saba que la abandonaran, ambas sufrieron de forma similar y, en todo caso que no fuera igual, no te parece que ella es una mujer fuerte por intentar hacer lo mismo con su hijo, intentar que sobreviva a pesar de lo adverso, como tu madre lo hizo contigo? Jean qued mudo ante la afirmacin de Rafael, de nuevo aquel hombre al que tena muy poco tiempo de conocer le haba enseado sus fallas como nadie se haba atrevido a hacerlo antes. Pronto Jean iba conociendo ms de s mismo y qu era lo que lo volva tan infeliz en su interior. Empez a caminar solo y a meditar ms sobre lo que aprenda de su amigo junto a todos los errores que cometi por su soberbia, y de qu forma podra cambiar ciertos aspectos que fueron los que lo condujeron a esa situacin. Pero an tena varios cabos sueltos por responder y que no tena idea por dnde empezar. Se sent en una banca del parque a meditar, pero no encontraba preguntas para ello. Pasaron horas sin hallar respuestas a las interrogantes que asaltaban sus pensamientos. Para l, era imposible que el intrpido e imponente hombre de negocios no encontrara la solucin para los problemas de su vida. Despus de un largo tiempo, volvi Rafael y le dijo: Es hora de volver a casa. Yo conduzco. Camino al hogar de Jean, ste reflexionaba sobre todo lo sucedido en el da, mientras vea todo lo que haba a su alrededor, hasta que llegaron a la mansin. Ah se dirigi encorvado y meditabundo a su cuarto sin decir nada. Rafael lo vio subir las escaleras y susurr en voz muy baja: Pronto entenders todo, amigo mo, muy pronto. A la maana siguiente, Rafael despert a Jean: Vamos, hoy ser un da largo, ser mejor que ests listo cuanto antes. Jean, todava algo sooliento, dijo: No inventes, tengo que ir al trabajo. Rafael, apresurando ha Jean, asinti: De eso no te preocupes, hoy es un da inhbil. Jean alz la ceja y dijo: Para m no existen los das inhbiles, creo que eso lo sabes y Rafael afirm: Eso a m no me importa, vendrs conmigo, hoy tendrs posiblemente muchas de las respuestas que tanto ansas.
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Al momento de llegar al auto, Rafeal exclam: No, yo conducir de nuevo! y Jean, sin objecin, concedi. Comenzaron por dar un recorrido por el centro de la ciudad y pasaron por la avenidas principales llenas de rboles y colorido, adems, adornadas con estatuas de santos, ngeles y personajes histricos en cada esquina. Hasta que salieron a un pequeo callejn, que luego fue a dar a una parte de la ciudad que Jean jams haba visto y mucho menos saba de su existencia. Era un zona no muy proletaria, pero s de muy bajo nivel para el joven Jean que era excesivamente elitista. Qu hacemos aqu? pregunt Jean algo disgustado. Intent llevarte a un lugar muy especial que es una parte primordial de m trabajo respondi Rafael, tan sereno como siempre. Conduciendo haca su destino, un sonido abraz la atencin de ambos, era nada ms y nada menos que el del fuego que avasallaba una estructura del lugar. Giraron para acercarse y contemplar lo que suceda. Luego hubo una explosin cuyo estruendo ensordeca casi totalmente a los espectadores de la catstrofe, en medio de las fuertes llamaradas. Se trataba de un bombero que sac entre sus brazos a un beb del eufrico incendio. Rafael dijo a Jean con admiracin: Mira eso! No te impresiona su valor, su amor por querer ayudar a alguien, la satisfaccin que siente despus de salvar una vida? Jean afirm igual de fro como siempre, como si nada lo sorprendiese y mencion que la bondad simplemente no exista: Lo hace por deber, porque ese es su trabajo. Rafael esper a terminar la conmocin y el jbilo por las acciones heroicas del joven bombero. Hasta que hall la oportunidad y llam al joven moviendo su mano, indicndole que fuera hacia donde se encontraban. Cuando se acerc, vio con mucho agrado a Rafael como si ya lo conociera de hace muchos aos y lo saludo muy gustoso. Rafael respondi a su saludo de igual forma. Rafael, orgulloso, present al bombero: Jean, l es Will, y Will, te present a Jean. Mucho gusto dijo Will y Jean contest: Igualmente y ambos se estrecharon la mano. Se dio inicio a una larga conversacin, donde Will hablaba con orgullo sobre haber conocido a Rafael, que sin l no sabra dnde se encontrara o que probablemente no estara vivo y que jams se esper volver a verlo, mientras Jean escuchaba con detenimiento. Jean pregunt a Will: Por qu decidiste ser bombero? Ya que es un trabajo no muy bien pagado.
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Rafael
Will respondi a su pregunta: Es simple, me hace feliz, me agrada ayudar a las personas porque, empezando por uno mismo, puedo hacer del mundo un mejor lugar. Jean formul otra pregunta: Y qu obtienes a cambio? Will dijo: Mi propia satisfaccin, la verdad slo los egostas no pueden entenderlo, simplemente se quejan de su situacin y aunque acumulan grandes riquezas, en el fondo no pueden ser felices. Simplemente obtienen lo que dan. Luego, sus compaeros bomberos lo llamaron, as que se despidi: Bueno, me tengo que ir seores porque el deber me habla, fue un gusto estar con ustedes en ese momento estrech la mano de Jean y despus abrazo fuertemente, en un gesto muy fraternal, a Rafael y se fue con sus compaeros. Jean volvi a quedar anonadado, la voz de Will reson en su cabeza y Rafael le dijo: Vmonos, tenemos un lugar que visitar. Rafael, mientras manejaba el auto, mencion: Siempre obtienes lo que mereces luego volte a ver a Jean y aadi: o ms bien, lo que das. Llegaron a un hospital, el cual era una estructura vieja y descuidada por no tener el suficiente presupuesto. Jean, al ver el lugar, se sinti incomodo y pregunt a Rafael: Aqu es? Rafael contest sonriente como siempre: As es, amigo mo. Entraron al lugar y vieron el edificio un poco menos deteriorado que por fuera, pero an as bastante austero. La recepcionista les permiti el acceso sin identificacin, a Jean le pareci extrao, sin embargo, prefiri pasarlo por alto. Fue cuando se dirigieron a los cuartos de los enfermos, en los que habitaban muchos ya en un estado terminal y, adems, otros muchos conocan a Rafael. Jean lo pregunt: Trabajas o trabajaste aqu? y Rafael contest: No exactamente, pero parte de mis labores es cuidar y ayudar a estos enfermos. Jean se senta deprimido al ver tanta tristeza y soledad, pero lo que lo impresion ms fue el optimismo de otros y cmo algunos de esos enfermos no perdan la esperanza, aferrndose a la vida, a pesar de que ya haba sido difcil antes de su llegada a ese lugar. En ese instante, en medio de toda esa ola de reflexin que abrazaba a Jean, escuch una voz clida y amorosa proveniente del cuarto que se encontraba a su izquierda, gir su mirada para ver a quin le perteneca tan maravillosa voz. Era de una mujer joven y hermosa de aproximadamente 21 aos, de cabello lacio y castao, piel blanca y ojos verdes, la cual arropaba a una linda nia de 7 aos de edad con cncer y que
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ya haba perdido todo su cabello. sta chica estaba completamente encariada con la nia, ya que esa nia la vea como una madre, una hermana y una amiga. Los ojos de la joven miraban de igual forma a la nia: una hija, una hermana y una amiga. Ella la visitaba frecuentemente y le lea sus libros favoritos, le compraba juguetes entre otras cosas. Jean las observaba muy conmovido desde la puerta. Gir la cabeza la joven y mir desconcertada a Jean, en ese momento lleg Rafael sonriendo y dijo: Que bueno que se conozcan. Claudia, te presento a mi amigo Jean. Jean, te presento a Claudia. Jean asinti: Mucho gusto y Claudia dijo con una sonrisa amable: Igualmente. Luego, sin ninguna pena y sin importarle ms, Rafael exclam: Conzcanse! y se fue tan pronto como lleg a presentarlos. Jean comenz la pltica con Claudia, la cual dur un largo rato y se fueron dando a conocer varios aspectos tanto del uno como del otro. Supo que para Claudia estos enfermos eran de lo ms importante en su vida y que a algunos de ellos los vea como parte de su familia. Los consideraba de esta forma con mayor facilidad debido a que provena de una familia disfuncional, en la que su padre era un alcohlico y su madre una mujer sumisa. Luego mir sonriendo con una pequea lgrima deslizndose por su mejilla y dijo: Pero fue gracias a Rafael que estoy aqu, l me dio la fuerza para seguir y no darme por vencida, para sacar a mi madre y vivir en un mejor lugar, adems, me ayud a conseguir este trabajo, donde gracias al destino, conoc a Lily. Jean pregunt: A quin? y Claudia respondi: La nia con la que estaba hace rato. Sus padres no han perdido la esperanza de que pueda recuperarse y los mdicos hacen todo lo posible, pero este hospital no cuenta con los medios necesarios y la familia de Lily no tiene el suficiente dinero luego bajo la mirada por el dolor que le produca ver a su pequea amiga de esa forma e hizo un comentario: Es impresionante que le cuente esto a un extrao, a alguien que tengo unas horas de conocer. En ese momento llamaron a Claudia y tuvo que despedirse rpido, dejando a Jean pensando en todo lo que dijo. Luego lleg de nuevo Rafael y puso su mano en el hombro de Jean para decir: Es una linda mujer, ms joven que t y a veces demasiado intrpida, ya que siempre est defendiendo los derechos de los dems, ponindose firme frente a la menor injusticia despus agreg: Debo resaltar que no he visto una chica as en mucho tiempo. Jean estaba completamente mudo, no saba qu decir. Despus, Rafael aadi: Aunque ella no es lo nico que capt t atencin. Jean, en tono de sorpresa, replic: Qu dices?
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Rafael movi la cabeza de un lado a otro con un gesto irnico, pero siempre igual de carismtico, aunque a su vez serio, y respondi: Amigo mo, puedo saber perfectamente bien lo que cruza por tu mente. Pude verlo desde que llegaste y debo decir que t podras hacer una diferencia ayudando a estas personas, s tan slo aprendieras a desprenderte un poco de tu pan y lo regalaras con el resto. Jean segua sin saber qu decir y Rafael le mencion: O acaso no lo valen? Ni siquiera por Claudia, s que me contestars como siempre lo haces: Apenas la conozco, No seas ridculo, pero djame decirte algo, amigo mo, slo podemos darnos cuenta de que estamos enamorados, cuando sentimos simpata como la que t sientes por ella y que sucede de esa forma tan inesperada, justo en el momento en que el corazn atrae, lo que por tanto tiempo pidi y luego le es concedido; o eres tan tonto para negarlo. As como ellos sufren, otros tambin lo hacen, necesitando de tu ayuda. Por lo que Jean call por largo rato, mientras miraba a todos esos enfermos y dio inicio a una caminata slo por el hospital hasta llegar a la habitacin de la pequea Lily. Poda observar cmo sufra la pequea despus de recibir la quimioterapia. Miraba cmo aquella pequea se aferraba a la vida y la parte humana que resida dentro de Jean, despert y las palabras de Rafael por fin cobraron sentido. Pronto comenz a hacer donaciones importantes al hospital, ayudando a todos los enfermos, tambin realiz donativos a otros hospitales y albergues. Al pasar de los das la amistad de Jean y Claudia se fortaleci tanto que dej de serlo y se convirti en algo ms. Jean haba encontrado a la mujer de su vida, alguien que le ayudara a evolucionar en una mejor persona y ese amor lo aliment da con da. Hasta que lleg un da negro, imprevisto pero al final inevitable: la pequea Lily falleci, provocando que todos los cercanos a ella estallaran en un llanto agudo y desconsolado. Sus padres estaban destrozados y haban perdido toda voluntad. Jean ese da lleg y se encontr a las enfermeras, al mdico y a los padres con una tristeza inmensurable, luego a Claudia, quien se encontraba sollozante con sus hermosos ojos verdes empapados en lgrimas, y que, al verlo, corri a los brazos de Jean, quien la abraz fuertemente, intentando hacerla recobrar la fuerza. Ella perdi la compaa de un alma inocente cuya dbil chispa se haba transformado en un resplandor. Con la extincin de sta, se dio por firmada la ausencia eterna de su mejor amiga. Rafael se acerc a ellos para decirles que no perdieran sus esperanzas y que no era el momento de perder la voluntad de seguir adelante, ya que a la pequea Lily no le hubiese gustado
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ver caer a sus seres amados y que deban seguir, aunque el dolor de su partida fuera tan poderoso. El dolor sera insoportable y eso era inevitable, pero despus de la cada, el levantarse es obligatorio, la vida debe continuar y se debe aprender de las personas que desde algn lado nos observan. Aprender de lo que dejaron en vida, ya que es lo nico que de verdad importa como legado. Ya que lo material se va, pero sus palabras y acciones viven en cada una de las personas en las que dej su huella, dando pauta a continuar con el ciclo de la vida. Despus del funeral, el golpe de la cada de Lily haba sido muy fuerte para Claudia, pero Jean ahora estaba para hacerla seguir de pie. Tal y como ella lo haba hecho cuando Jean estaba tan confundido, as que el hospital y la ayuda de Jean y Claudia continu. Luego de unos meses, llegara otro suceso inesperado. Ese da fue como cualquier otro en la nueva vida de Jean, fue al trabajo, despus sigui supervisando la ayuda al hospital y se reuni con su amada Claudia para compartir otro momento juntos. Cuando lleg de nuevo, vio a Rafael en la sala y le dijo: Sgueme. Jean acompa a Rafael al techo de su casa, Jean algo confundido le pregunt: Qu hacemos aqu? Rafael con una mirada triste, pero con una sonrisa en el rostro, respondi: Ha llegado el momento de despedirme. Jean, por la impresin tan fuerte, reclam: Cmo? Eso no es verdad, no puedes hacerlo, cmo es posible. Por lo que Rafael intent tranquilizarlo: Calma, amigo mo, como dije antes, todo ciclo llega a su fin, el mo con ustedes ha llegado, no te preocupes, yo estar bien y ustedes, igualmente. He quedado satisfecho, puesto que has aprendido tu leccin. Aprendiste a dejar de ser un mezquino y miserable, logrando entender lo bello de ayudar a los dems, compartiendo tu pan con otros y no guardando lo que te sobra para que al final se pudra. Descubriste a una mujer encantadora, quitndote esa venda que te cegaba y no te permita volver amar. Slo puedo decir que mi labor termin en ese momento, una luz eman del cuerpo de Rafael, como mil diamantes brillando al unsono y unas alas emergieron de su espalda, mientras que sus ropas se transformaron en una reluciente armadura similar a la de los legionarios romanos. Jean, con la boca abierta por el sorprendente momento, pronunci asombrado: Eres un ngel!? Rafael contest con una voz poderosa: Soy el Arcngel Rafael. Dije que cuando llegara el momento, te dara algo a cambio, pero frente a tu situacin no veo ningn sentido, por lo que en lugar de llevarte conmigo, te pedir un ltimo favor.
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Rafael
Jean, con los ojos y los labios completamente abiertos por el acontecimiento tan sorprendente, pregunt al Arcngel: Cul? Rafael, con una mirada serena y alegre, dijo: S feliz. Adis, amigo mo, cudate y tambin a Claudia. Jean pregunt antes de que el Arcngel Rafael alzara las alas: Te volver a ver algn da? Rafael respondi a su ltima pregunta: Recuerda que nunca debes perder la esperanza y el ngel emprendi el vuelo, dirigindose a lo ms alto del cielo hasta convertirse en una estrella. Luego Jean, con una lgrima cayendo por su mejilla, habl en voz baja: Gracias, hermano, pero a quin acudir ahora si t no ests. Y un susurro se acerc a su odo: Al cielo, Jean, a la estrella ms brillante que ves frente a ti. Desde ese entonces, Jean y Claudia recordaron que jams deban rendirse y que siempre deban seguir adelante, sin descuidar su felicidad junto a las lecciones de su entraable amigo, pero justo cuando las cosas se tornaron oscuras, pareciendo no tener solucin, miraron al cielo y la estrella de Rafael brillaba intensamente junto a su voz siempre hacindose presente: RECUERDEN!
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Behemot
Por Jos J. Gonzlez
Quin se atrever a herirle los ojos y ponerle una argolla en las narices? Job 40:24 Cuando ests en tu lecho y escuches lo ladridos de los perros en la campia, ocltate bajo tus mantas, no te burles de lo que hacen: tienen sed insaciable de infinito Lautrmont; Los cantos de Maldoror: Canto primero.
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persona.
ierta ocasin o decir a mi madre que los perros ven lo que escapa a los ojos del hombre, me dijo, que pueden observar grandes rocas suspendidas en el cielo, siendo esta la razn por la que ladran con mayor intensidad en noches de luna nueva.
Durante muchos aos no cre en lo ms mnimo en lo que ella deca, pero tiempo despus,
gracias a las investigaciones de las ciencias ocultas que llevaba por mi propia cuenta, en un libro antiqusimo, pude hallar algo parecido: el mundo se encuentra rodeado por una gran cantidad de rocas gneas; y todas esas rocas son puestas ah por Behemot, quien est parado sobre una tortuga de mil ciento once cabezas, y debajo de esta tortuga hay fuego, y ms abajo est el vaco.
A la muerte de Marina, la nica mujer, virgen radiante, que he amado por entero, me vi sumido en la ms grande de todas las desesperaciones; el abismo que se abra ante m, desde haca ya mucho tiempo, ahora pareca mucho ms grande y profundo, senta que cada paso que daba me conducira a la inevitable destruccin. En verdad, me quedaba poco de nada, haba perdido mi puesto en la oficina; mis amigos, si es que una vez los llegu a tener, se alejaron de m, argumentando un cambio negativo en mi
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Behemot
La espada que una vez haba empuado sobre la cabeza de El Gran Pez fue perdiendo filo; con el tiempo ya no pude dominarlo ms, se liber de mis manos y ech a navegar por espesas y anchas aguas, se llen de colores preciosos, arrebatndome la poca cordura que me quedaba. Por la rapidez con la que nadaba, todo mi mundo se fue viniendo abajo. En un abrir y cerrar de ojos me convert en el polvo de lo que alguna vez haba sido.
Aquella noche empu el arma que tena guardada en la alacena. Le coloqu la ltima bala que me quedaba. Pens, ahora no recuerdo qu, pero puedo estar seguro que lo hice. Mi madre hace ya tantos aos que se haba ido, Mariana lo haba hecho mucho antes; de una o de otra forma me contemplaba en la ms soberbia de mis soledades. Vivir, para qu? La vida slo adquira sentido cuando se tena con quin vivirla, y cuando uno ha sido abandonado por la misma esperanza, se da cuenta que ya todo lo consecuente es absurdo. Puse el can en mi boca. Esper unos momentos para ver si de mis ojos surga una nimia lgrima, pero estaba seco, desde hace muchos aos que lo estaba. Me di cuenta de mi dificultad para sobreponerme a situaciones tan cotidianas como la muerte, y si adems a eso le sumamos la imposibilidad de haber formado una familia, pues peor an. No es que anhelara tanto, como suele suceder con algunos, el tener una linda esposa, un par de hijos hermosos, un perro lanudo, un coche y una bonita casa, todo eso a mi parecer formaba parte de un plano secundario, material; me conformaba con unir mi vida, esta vida que ya est a punto de apagarse, con la mujer que amaba.
Una noche antes a todo esto, haba soado con un gran perro slo que est vez no era blanco, sino negro, un negro asqueroso y nauseabundo, un perro enorme que tiraba saliva de un lado a otro, un perro que ladraba con la fuerza de tres desgarradas gargantas, un perro que mi madre haba dicho que simbolizaba muerte, un perro que anunciaba la transmutacin, un perro hijo de Saturno que morda con frenes mi cabeza hasta hacerla estallar, un perro que luego abra mi abdomen y sorba de mi interior todo el contenido, un perro que me arrastraba a los confines del abismo, un perro que en la llama de sus ojos poda olerse el odio que su piel humeante expeda, un perro que viaja a los terrenos de las bestias que se alimentan de hierba como el buey, un perro con cuerpo putrefacto y agusanado, un perro que con sus garras rasga la tela del universo.
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Jos. J. Gonzlez
Slo de esta forma he podido ver a Mariana ataviada con el hermoso vestido con que fue enterrada aquel veinticinco de noviembre. A su lado se encuentra mi madre. Ambas estn paradas sobre el lomo de un inmenso elefante, a su lado hay fuego y tinieblas. Yo permanezco varado en una roca que cada vez se aleja ms y ms de ellas. Trato de aferrarme, pero me es imposible asirme de algo slido y bien plantado. A lo lejos puedo escuchar el aullido de los perros, como lo supona, no han de tardar en encontrarme No s cunto tiempo llevo en esta roca, a m me han parecido slo unos segundos, pero la distancia que ahora me separa de mi amada es astronmica e incalculable. Ya no escucho su voz llamndome, quiz ella misma sabe que me he perdido. Soy como un grano de mostaza en el desierto. Soy uno ms que no podr volver por lo que abandon por cuenta propia. Los perros desgarrarn mi carne y devorarn mis huesos, ya puedo sentirlos traspasando las lneas.
Cuento escrito el 8 de agosto de 2012 Lea ms cuentos de este escritor en: www.saiset-canibal.blogspot.com
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Temtica Comunicaciones. Los lenguajes y las lenguas. Bestiario El final y el olvido (ltimo nmero!)
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