Africa
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Autora:
veterinariossinfronteras.org Financia:
Coordinacin de la investigacin y la publicacin: Silvia Fernndez y Ferrn Garca, Veterinarios Sin Fronteras. Consultoras Tcnicas: David Gallard, Isabel Vara Snchez y Sara Martnez Fras, Instituto de Sociologa y Estudios Campesinos -ISEC-. Jessica Duncan, del Centre for Food Policy, City University, Londres. Revisin y edicin: Delphine Ortega Fotografa: Ana Beln Simn Diseo, ilustracin de portada y maquetacin: Laura Fernndez Blanco Basado en el diseo y maquetacin de Freepress S.Coop.Mad. Veterinarios Sin Fronteras invita a la divulgacin del documento, siempre que se cite la fuente. Los textos e imgenes que lo componen se encuentran bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial 3.0 Unported http://creativecommons.org/licenses/by-nc/3.0/deed.es
ndice
INTRODUCCIN PARTE I MARCO CONCEPTUAL DE LA SOBERANA ALIMENTARIA SOBERANA ALIMENTARIA Principios y pilares de la Soberana Alimentaria Derechos Humanos y Soberana Alimentaria Soberana Alimentaria y Gnero Situacin del campesinado africano por la Soberana Alimentaria GOBERNANZA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA: AMENAZAS Y OPORTUNIDADES PARA LA SOBERANA ALIMENTARIA El Comit de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) Principios y Directrices para la Adquisicin y el Arrendamiento de Tierras a Gran Escala La Soberana Alimentaria y la Unin Europea PARTE II INSTRUMENTOS DE MERCANTILIZACIN DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIN ALLIANCE FOR A GREEN REVOLUTION IN AFRICA: LECCIONES NO APRENDIDAS ACUERDOS COMERCIALES ENTRE LA UNIN EUROPEA Y FRICA SUBSAHARIANA Los EPAs y la desintegracin regional africana Impacto de los EPAs en la Soberana Alimentaria de frica Subsahariana INSTRUMENTOS PBLICOS DE INTERNALIZACIN EMPRESARIAL DEL ESTADO ESPAOL EN FRICA SUBSAHARIANA Comercio e inversin de Espaa en el frica Subsahariana El Instituto Espaol de Comercio Exterior (ICEX) Cooperacin Internacional espaola: la inversin como instrumento de poltica de desarrollo Plan frica PARTE III PRINCIPALES AMENAZAS A LA SOBERANA ALIMENTARIA EN FRICA SUBSAHARIANA Industria pesquera y acuicultura Produccin Agrcola Acaparamiento de tierras Erosin gentica y prdida de biodiversidad La responsabilidad extraterritorial de los Estados y de las empresas transnacionales como elemento transversal de las amenazas a la soberana alimentaria africana RECOMENDACIONES En la gobernanza mundial de la seguridad alimentaria: Sobre los Principios y Directrices para la Adquisicin y el Arrendamiento de Tierras a Gran Escala Sobre la Soberana Alimentaria y la Unin Europea Sobre pesca Sobre inversin Agrcola BIBLIOGRAFA 6 9 10 12 15 17 18 19 21 23 33 37 39 42 43 44 46 58 61 63 77 81 83 95 110 120 131 136 136 137 138 139 140 141
Introduccin
Durante los ltimos aos, y de manera creciente, numerosos pases africanos ven amenazado y restringido el acceso a alimentos de sus poblaciones. Esto se da, entre otros motivos, como consecuencia de la implementacin -cada vez ms agresiva- de polticas agroindustriales promovidas por gobiernos africanos y extranjeros. Dichas polticas dan como resultado la creciente presencia en el continente africano de multinacionales extranjeras, muchas de ellas europeas, -incluidas espaolas- que acaparan y explotan sus recursos naturales para satisfacer las demandas en sus pases de origen -y en otros pases-; todo ello al comps que marca el actual sistema agroalimentario industrial y global de produccin, tambin llamado agronegocio. Como se demostrar en este informe, el modo en que est diseado este esquema de produccin (equiparando a los alimentos como mercancas) y la manera en que se implementa en la mayora de los pases africanos, vulnera los derechos humanos - incluido el derecho a la alimentacin- y amenaza a la Soberana Alimentaria de los pueblos africanos. Este informe analiza las principales amenazas a la Soberana Alimentaria en frica y recoge tres estudios de caso investigados por Veterinarios Sin Fronteras en tres pases africanos: Mozambique, Senegal y Uganda. Finalmente, y como consecuencia de un trabajo de identicacin conjunto con diversas organizaciones campesinas y pescadoras africanas, se proponen recomendaciones dirigidas a los distintos tomadores/as de decisiones claves que permitan avanzar para garantizar los derechos y la Soberana Alimentaria en frica.
La Organizacin Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura (FAO) en el informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo de 2010 cifraba en 925 millones las personas subnutridas en el mundo. La inseguridad alimentaria, entendida como la falta de acceso a una alimentacin suciente, nutritiva, inocua y culturalmente adaptada, afecta a otros 1.300 millones de personas que sufren decien-
hay 239 millones de personas hambrientas (FAO, 2010). La situacin contina agudizndose a travs de la continuidad de las polticas internacionales y nacionales que promueven el desarrollo agrario industrial, y las nuevas amenazas que supone el contexto poltico internacional de explotacin y privatizacin de los recursos naturales africanos. El hecho de que no deje de aumentar el nmero de personas hambrientas en el mundo y en frica en particular, sigue conrmando el planteamiento de que no se trata de una cuestin tcnica-agronmica de productividad sino una cuestin poltica de acceso a los recursos naturales, a los alimentos y dependiente de la organizacin del sistemamundo, y el papel del sistema agroalimentario amparado por las instituciones internacionales de comercio. Por otra parte, la proliferacin de instituciones e instrumentos internacionales creadas para combatir la pobreza y aumentar la seguridad alimentaria es inversamente proporcional a la ecacia que han demostrado en la prctica.
El problema del hambre en el mundo es fundamentalmente una cuestin rural, y muy especialmente, femenina
cias nutritivas adems de a otros 1.000 millones de personas que sufren de obesidad (ibd.). En el frica Subsahariana las cifras son demoledoras: el 30% de las personas pasan hambre y
Cabe resaltar que el problema del hambre en el mundo es fundamentalmente una cuestin rural, y muy especialmente femenina: el 70% de las personas que pasan hambre vive en zonas rurales (FAO, 2008), y de ellas se estima que 7 de cada 10 personas que mueren de hambre en el mundo son mujeres y nias, lo cual conduce a la necesidad del replanteamiento de las polticas agrcolas, rurales y de desarrollo. Las propuestas para solucionar estos problemas se centran en tres conceptos: el Derecho a la Alimentacin (DA), la Seguridad Alimentaria (SegA) y la Soberana Alimentaria (SA). En Veterinarios Sin Fronteras apostamos polticamente a la nocin de Soberana Alimentaria como propuesta integral que permite la satisfaccin del Derecho a la Alimentacin, incorporando adems un marco de desarrollo alternativo que afronta las consecuencias sociales, econmicas, ambientales y culturales del modelo de desarrollo occidental y su sistema agroalimentario. La propuesta de la Soberana Alimentaria, surgida desde los movimientos campesinos del Sur y organizada por la organizacin La Va Campesina (LVC)1, complementada por diversos sectores de la sociedad civil supone una propuesta alternativa basada en el desmantelamiento de los mitos del modelo actual de desarrollo. Propone as mismo la construccin de un sistema agroalimentario localizado, en el que el campesinado, las personas dedicadas a la pesca artesanal y al pastoreo y los indgenas puedan acceder a los recursos naturales y aplicar sus formas de manejo tradicional, que han demostrado ser capaces de satisfacer de manera sostenible sus necesidades y las de sus comunidades. Todo ello en una propuesta que reivindica, adems, la cuestin ambiental planteando los efectos del sistema agroalimentario industrial en el cambio climtico y la contaminacin del medio ambiente. En el frica subsahariana la defensa de la Soberana Alimentaria y el acceso a los recursos por parte de los sectores mencionados est en peligro y la preocupacin es cada vez mayor. En este informe, desde Veterinarios Sin Fronteras pretendemos
poner en evidencia cmo es que se maniesta la amenaza a la Soberana Alimentaria; haciendo especial nfasis en cmo la presencia de empresas europeas entre ellas, espaolas- constituye uno de los factores principales que amenaza la Soberana Alimentaria. Delegados de Veterinarios Sin Fronteras hemos visitado en dos ocasiones Mozambique, Senegal y Uganda, haciendo la primera visita durante noviembre y diciembre de 2010 y la segunda, en abril de 2011. En ambas oportunidades, la organizacin se entrevist con representantes y lderes campesinos y campesinas, pescadores, mujeres transformadoras de pescado, organizaciones no gubernamentales, autoridades pblicas y con representantes de diversas empresas europeas con actividades agropecuarias en los mencionados pases. De dichas visitas surgen los tres estudios de caso que se expondrn en este informe y que ilustran los efectos negativos que puede conllevar la promocin por parte de gobiernos africanos y europeos de polticas agroindustriales que ignoran
1 Una organizacin que aglutina a 149 organizaciones campesinas de 69 pases del mundo que representan, a su vez, a millones de familias campesinas.
los derechos de las comunidades locales, despojndolos de acceso a recursos y, en consecuencia, de su Soberana Alimentaria. De lo demostrado se desprender la importancia de contar con un reconocimiento expreso en instrumentos legales internacionales de la llamada responsabilidad extraterritorial de los Estados por los que sus ciudadanos y empresas hagan en terceros Estados. As, este informe consta de seis captulos. El primer captulo se destina al desarrollo del concepto de Soberana Alimentaria, situando los principales ejes temticos, su vinculacin con la cuestin de las mujeres y de los movimientos campesinos y otros actores para su construccin prctica. El segundo captulo se encarga de analizar los espacios existentes de gobernanza sobre Seguridad Alimentaria en la arena internacional y regional, con especial nfasis en la reciente reforma del Comit de Seguridad Alimentaria de la FAO, que puede abrir potencialmente nuevos espacios de incidencia para la sociedad civil. Tambin estudia los principios y directrices sobre las adquisiciones de tierras en gran escala que han desarrollado (o se encuentran en etapa de elaboracin) diversas instituciones de organismos internacionales, as como las principales polticas de la Unin Europea que impactan o tendran potencial impacto en la Soberana Alimentaria en frica. Los captulos 3 y 4 abordarn la situacin del frica Subsahariana en el contexto de los Instrumentos de mercantilizacin de la agricultura y la alimentacin que se estn implementando en el continente, prestando especial atencin al papel de las polticas pblicas que vinculan a los pases africanos con la Unin Europea. As, se presentar el papel de su aplicacin en el continente africano a travs de la iniciativa AGRA (Alliance for Green Revolution in Africa), se analizarn los potenciales efectos que conllevara la rma de los Acuerdos de Asociacin Econmica o EPAs (Economic Partnership Agreements, por sus siglas en ingls), a la vez que se sita la importancia de los flujos comerciales entre ambas regiones. Posteriormente, el captulo 5 se prestar especial atencin a las polticas pblicas que vinculan el Estado Espaol y las empresas espaolas a los
pases del frica Subsahariana. En la parte nal de este captulo, se comentar el rol de las polticas de cooperacin, planteando una postura crtica acerca de los diferentes Planes de Cooperacin as como de los sucesivos Plan frica, que ms all de sus buenas intenciones son utilizados en la prctica segn los intereses polticos y comerciales del Estado y las empresas espaolas. As, se har un anlisis crtico desde el concepto de anticooperacin. En el captulo 6, titulado Principales amenazas a la Soberana Alimentaria en frica Subsahariana, se presentan los estudios de caso y se estudian separadamente las diversas amenazas bajo los siguientes apartados: pesca industrial, produccin Agrcola, acaparamiento de tierras y erosin gentica y prdida de biodiversidad. Al nal del informe, desde Veterinarios Sin Fronteras formulamos una serie de recomendaciones que reflejan y apoyan el reclamo de diversas organizaciones no gubernamentales europeas y africanas, as como de organizaciones africanas campesinas, de pescadores y de mujeres de transformadoras de pescado.
PARTE I
Soberana Alimentaria
relaciones entre el campo y la ciudad, las relaciones entre el Norte y el Sur, el dilogo de saberes y la situacin de la mujer. El origen del concepto de SA proviene de La Va Campesina (LVC), una organizacin que aglutina a 150 organizaciones campesinas de 70 pases del mundo que representan, a su vez, a millones de familias campesinas2. En 1996, LVC hace pblica su propuesta compartida con otras organizaciones sociales como herramienta con la que enfrentarse al uso que desde las instituciones se estaba haciendo del trmino SegA correspondiente a un modelo agroindustrial propio de la globalizacin neoliberal. Esta propuesta nace desde la perspectiva de las pequeas comunidades productoras y desde el reconocimiento de que la cuestin del hambre y la pobreza afecta especialmente a las zonas rurales de los pases en vas de desarrollo. El planteamiento, pues, proviene de los movimientos campesinos del Sur que sufren las medidas de los Planes de ajuste estructurales y las normas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) para acabar con la deuda externa. Sin embargo, esta propuesta integra y sita a campesinos y campesinas del Sur y del Norte en el mismo bando afectado y excluido por las polticas agrarias y comerciales internacionales. El concepto de SA ha ido incorporando a otros actores y sensibilidades para dar respuestas integrales a problemas globales de la ciudadana actual (y de las generaciones futuras). Ha sido acogido desde varias Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), llegndose a generar un movimiento por la SA donde participan, en la construccin del concepto y de su prctica, organizaciones campesinas, de trabajadores y trabajadoras rurales, de personas dedicadas al pastoreo y a la pesca, ONGs, grupos procedentes del mundo de la academia, organiza-
Las diferentes declaraciones de intenciones y algunos programas de accin, las discusiones polticas, tericas e ideolgicas han girado en torno a tres conceptos bsicos con los que tratar de paliar el problema del hambre y la inseguridad alimentaria, y proponer marcos de accin concretos abordando sus verdaderas causas: el Derecho a la Alimentacin (DA), la Seguridad Alimentaria (SegA) y la Soberana Alimentaria (SA). En este captulo se desarrollar el contenido necesario para reconocer el signicado del concepto Soberana Alimentaria (SA), ofreciendo una explicacin histrica y conceptual sobre su desarrollo. Se abordar el anlisis y las propuestas que hace el marco de la SA acerca de la cuestin integral de los modos de produccin, el manejo de los recursos naturales, el modelo de desarrollo rural, las
2 http://viacampesina.org/sp/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=27&Itemid=44
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ciones de los movimientos sociales ecologistas, feministas, de consumo responsable, etc. En la actualidad, los Foros Mundiales sobre Soberana Alimentaria (FMSA) y el Comit Internacional de Planicacin para la Soberana Alimentaria (CIPSA)3 son, junto a LVC, los espacios colectivos de construccin de la SA. Dentro de la variedad de deniciones concretas de SA, una de las ms completas proviene del FMSA de La Habana: La soberana alimentaria es la va para erradicar el hambre y la malnutricin y garantizar la seguridad alimentaria duradera y sustentable para todos los pueblos. Entendemos por soberana alimentaria el derecho de los pueblos a denir sus propias polticas y estrategias
sustentables de produccin, distribucin y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentacin para toda la poblacin, con base en la pequea y mediana produccin, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indgenas de produccin agropecuaria, de comercializacin y de gestin de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempea un papel fundamental (FSMA, 2001). A su vez, en el FMSA de Nylni en 2007 se acord una denicin ms simple: La soberana alimentaria es el derecho de las personas a alimentos adecuados desde el punto de vista saludable y cultural obtenidos a travs de mtodos sostenibles y ecolgicos y su derecho a denir sus propios sistemas alimentarios y agrcolas.
3 http://www.foodsovereignty.org/public/index/indexeng2.php; http://foodsovereignty-org.web34.winsvr.net/
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nejo ecolgico -incluso en condiciones adversas. Como plantea Altieri (2009), los agroecosistemas tradicionales donde predominan los sistemas de cultivo complejos y diversicados alcanzan unos rendimientos productivos altos, con capacidad de respuesta a condiciones ambientales estresantes, con una alta resiliencia, y manejando una alta biodiversidad -que adems supone un reducto de resistencia in situ a los OGM-. La evaluacin del IAASTD (Evaluacin Internacional de las Ciencias y Tecnologas Agrcolas para el Desarrollo) subraya que los sistemas de conocimiento tradicionales y locales mejoran la calidad del suelo agrcola y la biodiversidad as como el manejo de nutrientes, plagas y agua, y la capacidad de responder a tensiones ambientales cambiantes asociadas al clima (Altieri, 2009:33). Sin embargo, estos conocimientos campesinos necesarios para manejar la biodiversidad y los agroecosistemas estn siendo amenazados permanentemente del mismo modo que lo es su soporte material, y se requieren iniciativas de extensin y comunicacin agraria participativa para mantener, desarrollar y completar estos saberes de manera conjunta con las tcnicas y tecnologas apropiadas que surjan de la investigacin participativa agroecolgica. La proteccin de la salud de los ecosistemas es condicin sine qua non para permitir la viabilidad de una agricultura campesina sustentable, del mismo modo que este tipo de agricultura campesina es imprescindible para proteger el medio ambiente global: agriculturas y pueblos para alimentar al mundo y enfriar el Planeta (LVC, 2009a:74; 2009b). De hecho, segn GRAIN (2009:25-33) el actual sistema agroalimentario supone aproximadamente entre el 44 y el 57% de las emisiones globales de gases invernaderos, mientras que un modelo basado en una agricultura campesina de proximidad podra llegar a reducir entre la mitad y tres cuartas partes de las emisiones globales de estos gases puesto que la agricultura campesina 1) es capaz de recuperar la materia orgnica del suelo, evitando en torno a un 30% de los gases, 2) supone una reduccin en la produccin de carne y la reintegracin de la ganadera con la agricultura, lo que evitara un 5-9% de gases, 3) se sita en un contexto de mercados locales y con protagonismo de los alimentos
frescos, evitando de un 10 a un 12% de emisin de gases, y 4) detendra la necesidad de nuevas tierras ganadas a zonas forestales para cultivos extensivos dedicados a materias primas alimentarias o a agrocombustibles, evitando entre 15-18% de gases invernadero. La integracin de la ganadera y la agricultura es otro de los elementos claves en cualquier gestin agraria sostenible (IAASTD, 2008). Y de hecho, aunque este informe estar referido especialmente a la cuestin agrcola y pesquera, todas las cuestiones que se plantean pueden y deben transponerse al manejo del ganado y de los bosques. En denitiva, el enfoque aqu seguido se reere al manejo de los recursos naturales desde una lgica agroecolgica y debe aplicarse a cualquier mbito. Para Veterinarios Sin Fronteras, la prioridad de los mercados locales es el corolario de todo el
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cambio de modelo agroalimentario que se ha venido detallando hasta aqu y para lograr una visin integral e integradora desde la SA. Supone promover el derecho a la produccin y el acceso a los recursos productivos, mediante un manejo agroecolgico campesino, relocalizando el sistema agroalimentario por sus consecuencias ecolgicas, econmicas, sociales y culturales; en ese contexto el derecho a la alimentacin puede ser satisfecho y controlado mediante procesos comunitarios y ms horizontales. En esta direccin, la revalorizacin de las culturas alimentarias locales se considera de una gran importancia para resistir al imperialismo alimentario que atenta contra la diversidad de las culturas alimentarias de los pueblos, sus identidades nacionales, culturales y tnicas (FMSA, 2001). Por ltimo, como reiteradamente hemos sostenido desde Veterinarios Sin Fronteras en diversos foros, la reforma agraria ha de ser integral, entendida no slo como acceso a la tierra, sino como parte de una transicin hacia modelos agroecolgicos. En este sentido, la tierra no es un recurso genrico sino que debe entenderse como el acceso a suelos frtiles, no contaminados, accesibles a la produccin, con pastos de calidad, etc. La reforma agraria debe garantizar seguridad en la tenencia y uso de la tierra -a quienes ya la trabajaban y a quienes no la posean-, y ha de ir acompaada de unas polticas pblicas de promocin y de inversin en la pequea agricultura campesina agroecolgica: crditos, extensin agraria, investigacin, valorizacin en los mercados locales, infraestructuras sociales y materiales adaptadas ecolgicamente, etc. Un derecho a la tierra que debe implementarse en un contexto de igualdad y no discriminacin
por razones de gnero, religin, raza, clase social o ideologa: la tierra pertenece a quienes la trabajan (LVC, 1996). Debe prestarse especial atencin al acceso a la tierra por parte de las mujeres y que devuelva sus territorios a los pueblos indgenas. La agricultura campesina, el pastoreo, la pesca artesanal y las comunidades indgenas, pueden alimentarse y alimentar al mundo. El marco completo de las polticas de SA que sustituya al modelo dominante es lo que garantiza una verdadera SegA sostenible.
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les, suponen una clara agresin al funcionamiento de los mercados locales en forma de dumping4 y otras perturbaciones estructurales. Ante esta situacin LVC ha generado una Declaracin de los Derechos de las Campesinas y Campesinos (LVC, 2009c), entendiendo por personas campesinas aquellas que tienen una relacin directa y especial con la tierra y la naturaleza a travs de la produccin de alimentos y/o otros productos agrcolas, que se ocupan de la agricultura, ganadera, la transhumancia, las artesanas relacionadas con la agricultura u
otras ocupaciones similares, ya sean campesinos con tierra o sin tierra5. Debido a las carencias especcas que presenta la atencin a la situacin del campesinado mundial, plantea como instrumentos bsicos y fundamentales la rma de un Convenio Internacional sobre los derechos de las Campesinas y Campesinos, y la celebracin de una Convencin Internacional sobre el tema. En este sentido, la Declaracin alerta de que existe jurisprudencia a la que acogerse para defender los derechos de las personas campesinas, que no ha servido en la prctica6.
4 La prctica del dumping consiste en vender al extranjero productos nacionales a un precio inferior al que tiene en el pas de origen. Puede tener objetivos comerciales (conquista de mercados por eliminacin de otros competidores o, simplemente, defensa de mercados amenazados), objetivos monetarios (adquisicin de divisas extranjeras absolutamente necesarias) u objetivos polticos (servidumbre econmica y poltica de los pases importadores). El Estado, cuando recurre a estas prcticas, utiliza vas ms indirectas: subvenciones y primas a las empresas exportadoras. Pero, de manera general, el dumping tiene consecuencias nefastas para el consumo nacional o para el comercio internacional, en el que introduce el espritu de competencia desleal. Por este motivo, todos los acuerdos internacionales condenan dicha prctica y prevn medidas que eliminan la distorsin econmica existente (derecho antidumping, accin judicial). 5 El trmino campesino tambin se aplica a las personas sin tierra. De acuerdo con la denicin de la Organizacin para la Alimentacin y la Agricultura de la ONU (FAO 1984), las siguientes categoras de personas pueden considerarse sin tierra, y es probable que se enfrenten a dicultades para asegurar sus medios de vida: 1. Familias de agricultores con poca tierra o sin tierra. 2. Familias no agrcolas en reas rurales, con poca tierra o sin tierra, cuyos miembros se dedican a diversas actividades como la pesca, la artesana para el mercado local o la proporcin servicios; 3. Otras familias de trashumantes, nmadas, campesinos que practican cultivos cambiantes, cazadores y recolectores y personas con medios de subsistencia parecidos (artculo I). 6 La lucha de los campesinos y campesinas es plenamente aplicable al conjunto de instrumentos internacionales de derechos humanos, incluyendo los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos, que tratan con el derecho a la alimentacin, a la vivienda, al acceso al agua, a la salud, los defensores en derechos humanos, los pueblos indgenas, sobre el racismo y la discriminacin racial y sobre los derechos de las mujeres. Estos instrumentos internacionales de la ONU no cubren ni previenen completamente las violaciones de los derechos humanos, especialmente los derechos de los campesinos/as. Hemos comprobado las limitaciones del PIDESC como instrumento para proteger los derechos de las campesinas y campesinos. Aparte de esto, la Carta del Campesino, creada por la ONU en 1979, no fue capaz de proteger al campesinado de las polticas internacionales de liberalizacin. Los otros pactos internacionales, que tambin se encargan de los derechos de las campesinas y campesinos, tampoco se pudieron aplicar. Estos pactos incluyen: Pacto OIT 169, Pacto de la Clusula 8-J sobre Biodiversidad, Punto 14.60 Agenda 21, y el Protocolo de Cartagena. Incluso la ONU realiza polticas controvertidas que se adaptan a los intereses de las corporaciones transnacionales, no a los intereses de las campesinas y campesinos en el mundo (apartado IV).
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la produccin, recoleccin, comercializacin y transformacin de los productos de la agricultura y las pesca y en la preservacin y reproduccin de las culturas alimentarias de los pueblos. Respaldamos la lucha de las mujeres por el acceso a los recursos productivos, por su derecho a producir y a consumir la produccin local. En el reconocimiento de la labor imprescindible de las mujeres para la vida se destaca que son las mujeres quienes alimentan al mundo (Herrero y Vilella, 2009).
En denitiva, surgida desde los movimientos sociales, la SA forma parte de una corriente de crticas a la Modernidad Occidental y a su sistema de referencias hegemnicas, convertidas en dogma de desarrollo y progreso en forma de crecimiento econmico y dominacin de las diferencias. La horizontalidad, la igualdad y la diversidad en las relaciones sociales son esenciales, y las mujeres son parte bsica en la puesta en prctica de la SA (tanto en los nes como en los medios). Las mujeres campesinas seran la contraparte del modelo patriarcal de una agricultura industrial orientada al mercado y al benecio.
7 ONU Mujeres (ex Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM), Consultada el 10/11/2011 http://www.unwomen.org)
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En la actualidad, casi todos los pases africanos son importadores de alimentos y el continente importa el 25% de su comida. (Green Revolution, 2008).
Mientras tanto, la mayora de las personas que pasan hambre son familias campesinas del medio rural que manejan menos de dos hectreas en condiciones de marginalidad con respecto al acceso a la tierra, a la nanciacin e inversin pblica, a los programas de extensin agraria, a los mercados locales. La agricultura campesina est asediada por el sistema agroalimentario globalizado que inunda de productos importados los mercados locales y por las polticas agroexportadoras que ofrecen a los gobiernos divisas para pagar la deuda al BM y al FMI. Esto lleva a que, como en el caso de Etiopa durante la hambruna de los aos 80, las mejores y ms frtiles tierras se dedicaran a cultivos de exportacin. A su vez, las polticas de ajuste estructurales conducan a la implementacin de este tipo de polticas que en caso de xito productivo llegaban a la sobreproduccin de productos especcos y,
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suave, y refleja resultados cooperativos, implicando una gran variedad de actores a menudo de la sociedad civil, as como de la burocracia gubernamental e intervenciones directas del Estado.9 Se trata de un proceso interactivo entre el derecho estatal pblico y las polticas con intereses y actores privados.10 Concretamente, la gobernanza alimentaria contempla mecanismos reguladores en el mbito de la agricultura, la alimentacin y la salud que se organizan y sancionan desde lo poltico en el marco de una formacin social y que producen a su vez polticas, regulaciones y normativas que actan ms all de lo local pero con importantes implicaciones locales. A la denicin que se desprende de lo expuesto anteriormente, podemos sumar las normas y prcticas que jan lmites e incentivan a los gobiernos.
En relacin con la soberana alimentaria y la gobernanza mundial resulta fundamental comprender las instituciones nancieras internacionales. Instituciones nancieras como el G8, la Organizacin de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrcola (FIDA), el FMI, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el BM y la OMC entre otras, suelen presentar polticas contradictorias y a menudo promueven las polticas de las grandes potencias. En este panorama, poco o nada queda para promover los intereses de productores de alimentos sostenibles a pequea escala y enfoques sostenibles de produccin. En Veterinarios Sin Fronteras, creemos que la actual arquitectura global no nos aporta los sistemas
* Captulo elaborado por Jessica Duncan, Centre for Food Policy, City University, Londres. 9 Ibd., 15. 10 Ibd., 81.
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alimentarios deseados que necesitamos, y por eso es importante aunar fuerzas en torno a la creacin de procesos alternativos que erijan la capacidad, las estructuras y los marcos de apoyo y fomento de los sistemas que pretendemos. De forma anticipada, durante y despus de la crisis de 2007-2008, surgieron o se reformaron instituciones mundiales dedicadas a la alimentacin y la agricultura con nuevos marcos y polticas. Esto es as en parte porque existe un inters renovado en
la inversin agrcola y en la seguridad alimentaria, impulsado por las vulnerabilidades expuestas durante las alzas de precios. Sobre todo, destaca el reconocimiento de la interconectividad de los problemas de la seguridad alimentaria y la necesidad de una accin multilateral para reducir el estado de inseguridad. De esta forma tambin se fortalecen los espacios de polticas mundiales tanto en materia de alimentacin y agricultura como a travs de sectores e industrias.
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de la poblacin hambrienta del mundo y tambin producen la mayor proporcin de alimentos del mundo. El equilibrio geogrco y de gnero entre los puntos focales del Comit de Coordinacin del MSC queda garantizado por medio del propio mecanismo. Aspectos fundamentales son tambin la traduccin, la formacin y la nanciacin adecuada. La 36 sesin del Comit de Seguridad Alimentaria Mundial se celebr en la sede de la FAO en Roma del 11 al 16 de octubre de 2010, con la participacin de delegados de los 126 miembros del comit; participantes de 11 organismos y programas de Naciones Unidas; 47 organizaciones no gubernamentales internacionales; y observadores de 15 organizaciones intergubernamentales. Los principales puntos del orden del da de la sesin fueron tres mesas redondas sobre polticas y el consenso en el desarrollo de un Marco Estratgico Mundial. En particular, durante la mesa redonda sobre tenencia de tierras e inversin internacional en agricultura, el comit apoy la continuacin del proceso participativo para el desarrollo de las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de Tierras y Otros Recursos Naturales, partiendo de los procesos regionales existentes con vistas a someter las directrices a valoracin en la 37 sesin del CSA. Se decidi la creacin de un grupo de trabajo de composicin abierta del CSA para revisar el primer borrador de las Directrices Voluntarias. El Comit tom nota del desarrollo de los Principios del Banco Mundial para las Inversiones Responsables en Agricultura Respetuosas con los Derechos, los Medios de Subsistencia y los Recursos y decidi comenzar un proceso participativo para valorar los principios en el seno del CSA. El Comit tambin alent a los gobiernos y a los interesados a participar en los procesos de elaboracin de las Directrices Voluntarias y la inversin Agrcola Responsable y asegurar la coherencia y la complementariedad entre los dos procesos. Siguiendo la 36 Sesin, el Grupo de Alto Nivel de Expertos ha puesto en marcha una consulta sobre dos temas: la volatilidad de los precios y tenencia de la tierra, por una parte, y las inversiones internacionales en la agricultura, por otra.
Durante la 37 sesin del Comit de Seguridad Alimentaria Mundial que tuvo lugar del 17 al 22 de octubre de 2011, a la cual pudieron asistir 83 OSCs y ONGs, se invitaba al CFS a aprobar la versin nal de las Directrices voluntarias para la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional. Empero, a pesar de los esfuerzos realizados por todas las partes interesadas en relacin con las negociaciones sobre las Directrices, no se pudo completar el proceso. Se aprob entonces que se precisar ms tiempo para su continuacin y nalizacin, y se recomend aprovechar la slida base ya establecida, centrndose en los prrafos restantes y respetando y manteniendo el espritu de entendimiento alcanzado durante las negociaciones anteriores. El nuevo CSA brinda la mejor oportunidad para el avance de la soberana alimentaria en la gobernanza de la seguridad alimentaria mundial y puede contemplarse como un modelo de coordinacin y participacin a nivel mundial. Su revolucionaria reestructuracin que da voz y acceso a la sociedad civil garantizando al mismo tiempo que la toma de decisiones sigue en manos de los pases implicados es un importante paso que abarca principios clave de un marco poltico de soberana alimentaria. No obstante, para que se haga realidad todo el potencial del CSA, los pases tendrn que implicarse en el proceso, se necesitar nanciacin para apoyar el trabajo de la MESA, el Grupo de Trabajo, los pases pobres y la sociedad civil. Entretanto, se espera que las organizaciones de la sociedad civil avancen de la mano del Mecanismo de la Sociedad Civil para garantizar su implicacin continua en el proceso. Lo que an est por ver es si el sistema de la ONU y la FAO ser lo sucientemente fuerte o influyente para posicionarse al frente de la gobernanza de la seguridad alimentaria. Eso depende de las acciones que emprendan los pases miembro.
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* Captulo elaborado por Jessica Duncan, Centre for Food Policy, City University, Londres. 12 Del Banco Mundial: http://econ.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/EXTDEC/0,,contentMDK:22694293~pagePK:64165401 ~piPK:64165026~theSitePK:469372,00.html 13 Para obtener ms informacin acerca de la apropiacin de tierras, vase: Cotula, L. Land Deals in Africa: What is in the contracts. Londres: IIED. 2011. http://pubs.iied.org/12568IIED.html; Cotula, L., S Vermeulen, S., Leonard, R. and Keeley, J. Land Grab or Development Opportunity?: Agricultural Investments and International Land Deals in Africa. Londres: IIED. 2008; Amigos de la Tierra Europa. Africa: Up For Grabs. 2010. http://www.foeeurope.org/agrofuels/FoEE_Africa_up_for_grabs_2010. pdf; GRAIN. Seized: The 2008 Land Grab for Food and Financial Security. Barcelona: GRAIN. 2008; Daniel, S.,and Mittal, A. The Great Land Grab: Rush for the Worlds Farmland Threatens Food Security for the Poor. Berkeley, CA: Oakland Institute. 2009. La Coalicin internacional para la tierra tiene un sitio web dedicado a las presiones comerciales sobre la tierra (http://www. landcoalition.org/cpl). Tambin coordinan una iniciativa de dilogo junto con Oxfam Novib, Action Aid International, Roppa, la Asociacin Asitica de Agricultores y COPROFAM). Vase: http://www.landcoalition.org/global-initiatives/commercial-pressures-land/dialogue-initiative; http://www.oaklandinstitute.org/pdfs/LandGrab_nal_web.pdf . 14 Vase por ejemplo: Instituto Internacional de Investigacin sobre Polticas Alimentarias (IIPA), www.ifpri.org/pubs/bp/bp013. asp. 15 GRAIN. 2008. Pgina 2.
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de acogida experimentan un crecimiento econmico y desarrollan su medio rural reportando benecios para los inversores y consumidores. As, la situacin se contempla como una forma de aumentar el capital y de aportar inversiones valiosas a la agricultura. Proporcionan oportunidades de crecimiento de empleo y desarrollo social, especialmente en las zonas rurales. Sin embargo, el anlisis de los ltimos 50 aos, especialmente en los pases empobrecidos, deja claro hasta qu punto estas inversiones a gran escala explotan los recursos y las comunidades locales, sobre todo aqullas que dependen de la tierra, incluidos los ganaderos. En VSF creemos que semejantes inversiones en tierras producen efectos negativos en la estabilidad poltica, la cohesin social, los derechos humanos, la produccin sostenible de alimentos, la seguridad alimentaria de los hogares y la proteccin del medio ambiente de los pases de explotacin. Existe la preocupacin de que las inversiones aporten muy poco en el camino hacia el desarrollo ya que los marcos reguladores de la inversin extranjera directa en la tierra, y en especial la agricultura, no son consistentes16. Esas inversiones amenazan tambin los derechos de la propiedad y el usufructo de la tierra y pasan por alto o menosprecian los sistemas de propiedad de la tierra que pueden no seguir necesariamente el modelo occidental de la propiedad privada. Adems, las inversiones son contrarias a la responsabilidad de los Estados como se dispone en el derecho internacional. Al mismo nivel de importancia que la realizacin del derecho a la alimentacin se sita el acceso seguro a la tierra y otros recursos naturales, pese a que el derecho a la alimentacin no se traduce automticamente en derecho a la tierra. Con todo, desde una perspectiva de soberana alimentaria, el derecho a la tierra es fundamental. Como se ha mencionado anteriormente, la soberana alimentaria es, por encima de todo, una forma de producir alimentos y sin el acceso a la tierra, por medio de una diversidad de usos de la tierra, la soberana alimentaria se vuelve imposible. Por tanto los programas de inversin de tierras empresariales y extranacionales representan una grave
amenaza para la soberana alimentaria. Es fundamental ejercer una buena gobernanza en cuestiones de tenencia de la tierra ya que la falta de gobernanza en este mbito repercute en una prdida de vidas y medios de subsistencia; desincentiva la inversin y el crecimiento econmico generalizado y disuade del uso sostenible de los recursos naturales17. Pese a las obligaciones internacionales, muchos Estados siguen invirtiendo en tierra extranjera para la exportacin basada en los monocultivos. Este tipo de inversiones han creado preocupacin y han surgido varias iniciativas desde una diversidad de perspectivas y enfoques que, de una forma u otra, pretenden mediar en el proceso. Entre ellas, tres marcos se han posicionado con un papel dominante en el debate internacional y mundial (tambin hay un cuarto marco, a nivel regional, que ser tratado ms adelante, Directrices de la UE sobre poltica del suelo: Directrices de apoyo al diseo y a los procesos de reforma de las polticas del suelo en pases en desarrollo) que tratamos a continuacin.
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1. Las negociaciones deben llevarse a cabo de manera totalmente transparente. 2. El consentimiento ser comunicado de forma libre y previa. 3. Se adoptar una legislacin para proteger los derechos de las comunidades locales. 4. Las poblaciones locales deberan beneciarse de los ingresos generados por los acuerdos de inversin. 5. Los Estados y los inversores deben establecerse y promover sistemas agrcolas que contribuyan a la creacin de empleo en las zonas rurales pobres o donde haya ausencia de oportunidades de empleo. 6. Se potenciarn modos de produccin agrcola que respeten el medio ambiente y no aceleren el cambio climtico, el agotamiento del suelo ni el de las reservas de agua dulce.
7. Las obligaciones de los inversores se denirn y se ejecutarn con claridad. 8. Los acuerdos de inversin con los pases importadores deben incluir una clusula que garantice que habr un porcentaje de la produccin que se destinar al mercado local. 9. Habr que completar una evaluacin de impacto antes de cerrar las negociaciones. 10. Consultar y cooperar con las poblaciones indgenas de buena fe, respetando los mecanismos especcos de proteccin de sus derechos a la tierra con arreglo al Derecho Internacional. 11. Los trabajadores asalariados agrcolas debern recibir una proteccin adecuada y sus derechos laborales y humanos fundamentales debern ser legislados y respetados.
La intencin de estos principios es informar de iniciativas actuales, tales como la adopcin de directrices sobre las polticas de tierras y la gestin de las organizaciones internacionales y regionales. Aparte, estn concebidos para que las negociaciones en materia de adquisicin y
arrendamiento de tierras cumplan con requisitos procesales bsicos. En consecuencia, estos principios crean un marco que puede utilizarse para analizar las nuevas directrices y principios desde la perspectiva de los derechos humanos y el derecho a la alimentacin.
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mocrtico, es fundamental que los principios de consentimiento libre, previo e informado de todos aquellos que utilizan las tierras sean defendidos en todas esas negociaciones. Desde enero de 2010, los Principios de inversin agrcola responsable que respete los derechos, los medios de subsistencia y los recursos han sido promovidos por el Banco Mundial (BM), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrcola (FIDA), la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (FAO). La IAR tambin ha sido adoptada por los gobiernos de Japn y Estados Unidos en me-
sas redondas internacionales. Segn el sitio web de la IAR, Existe ya un amplio consenso en que algunos principios deben constituir el punto de partida para el diseo del marco internacional. Sin embargo, la mayora de los observadores coinciden en que los principios deberan ser jurdicamente no vinculantes, poseer un mecanismo flexible para la supervisin y tener en cuenta las circunstancias del pas19. Partiendo de un marco poltico de soberana alimentaria, los principios de respeto de los derechos de las personas deberan ser en efecto legalmente vinculantes y ser objeto de un control riguroso.
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Comparacin de principios
Habida cuenta de que la nalidad de este informe es comprender las consecuencias de los nuevos marcos de gobierno sobre soberana alimentaria, resulta til comparar estos ltimos dos bloques de principios partiendo de un marco poltico de soberana alimentaria. Como punto de partida, los procesos de adquisicin y arrendamiento de tierras a gran escala generalmente se contradicen con un marco poltico de soberana alimentaria y suponen una gran amenaza para sta, especialmente en frica. En primer lugar, ambos conjuntos de principios incluyen la necesidad de transparencia en las negociaciones. La IAR tambin apela al seguimiento y asuncin de responsabilidad en los procesos de acceso a la tierra y las inversiones asociadas. Ambos conjuntos de principios tambin exigen la celebracin de consultas. Mientras la IAR pide consultas participativas que desembocan en acuerdos aplicables, el Relator Especial sobre el derecho a la alimentacin introduce los principios del consentimiento libre previamente informado y pide que las evaluaciones de impacto sean incluidas como parte del proceso de negociacin. Ambos conjuntos de principios exigen el respeto de los derechos a la tierra pero los principios del RESDA (Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentacin) dan un paso ms al exigir la aprobacin de leyes que protejan las comunidades y que respeten los derechos de los pueblos indgenas. La cuestin econmica est presente en ambos bloques de principios. La IAR se centra en la viabilidad econmica de los proyectos armando que deberan resultar en un valor compartido duradero. El RESDA sita el benecio econmico a nivel de la comunidad y exige una proporcin de cultivos sujetos a tales iniciativas destinados a la venta en el mercado local. Ambos bloques de principios tienen en cuenta aspectos locales. La IAR sugiere que las inversiones deben tener un impacto social positivo sin aumentar la vulnerabilidad mientras que los principios del RESDA se centran en la creacin de sistemas de explotacin agraria que incidan en la pobreza rural y el desempleo. El RESDA incluye tambin un principio de respeto a los derechos de los trabajadores rurales. Ambos bloques de principios exigen que se tengan en cuenta las consideraciones medioambientales. El RESDA pide el desarrollo de modos de produccin que respeten el entorno y no aceleren problemas ecolgicos. La IAR exige un impacto de calidad por parte de los inversores y fomenta el uso sostenible de los recursos. Partiendo de una perspectiva de soberana alimentaria el lenguaje de este principio de la IAR resulta vago y decepcionante. Como principio, la sostenibilidad medioambiental debera ser un prerequisito para los nuevos proyectos llevados a cabo en las tierras adquiridas: no una simple sugerencia. Si no se consigue reforzar este aspecto, el resultado ser un bloque de principios que legitiman los proyectos de adquisicin de tierras a gran escala sin garantizar la proteccin de los derechos de la poblacin y el entorno del que sta depende. Finalmente, la IAR adopta la seguridad alimentaria como principio y pide que todos los proyectos contribuyan en su aanzamiento. La seguridad alimentaria no est introducida de forma directa en los principios del RESDA pero todos los elementos de la seguridad alimentaria se incluyen en los principios y medidas para abordar los problemas de derechos humanos.
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20 Establecer mecanismos jurdicos y de otra ndole, segn proceda, que permitan avanzar en la reforma agraria, reconocer y proteger los derechos de propiedad, utilizacin del agua y usufructo, para mejorar el acceso de las personas pobres y las mujeres a los recursos. Tales mecanismos debern promover tambin la conservacin y la utilizacin sostenible de los recursos naturales (como la tierra, el agua y los bosques), reducir los riesgos y estimular la inversin (Declaracin de Roma sobre Establecer mecanismos jurdicos y de otra ndole, segn proceda, que permitan avanzar en la reforma agraria, reconocer y proteger los derechos de propiedad, utilizacin del agua y usufructo, para mejorar el acceso de las personas pobres y las mujeres a los recursos. Tales mecanismos debern promover tambin la conservacin y la utilizacin sostenible de los recursos naturales (como la tierra, el agua y los bosques), reducir los riesgos y estimular la inversin (Declaracin de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, noviembre 1996). 21 FAO. 2009. Pgina 1. 22 FAO. Governance of Tenure: Finding Common Ground. ND. Pgina 4. http://www.fao.org/leadmin/user_upload/nr/land_tenure/images/LandtenureENGpagebypage.pdf EL EXPOLIO DE RECURSOS EN FRICA SUBSAHARIANA 29
gramas sobre tenencia de tierras y recursos naturales que no son jurdicamente vinculantes. De todos modos, se espera que hagan alusin a las obligaciones actuales sobre derechos humanos vinculantes a nivel internacional ya que stos se relacionan con la tierra y los recursos naturales. Tambin se espera que incluyan descripciones de cmo se aplicarn esas obligaciones. Desde Veterinarios Sin Fronteras, apoyamos esta iniciativa, ya que es la nica que promueva una verdadera participacin de la sociedad civil en el proceso de redaccin de las Directrices voluntarias, incluyendo la participacin en el CSA.
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A. Ofrecer una base para el compromiso de los estados miembro africanos sobre la formulacin y la ejecucin de polticas de tierras slidas como base del desarrollo humano sostenible que incluya garantas de estabilidad social, el mantenimiento del crecimiento econmico y la reduccin de la pobreza protegiendo los recursos naturales de la degradacin y la contaminacin; B. Promover el consenso de los principios compartidos como la base de acceso seguro a la tierra para todos, aumentando la productividad agrcola y preservando los medios de subsistencia; C. Subrayar la necesidad de la participacin popular en la formulacin y ejecucin de la poltica de tierras con el n de proporcionar una mejor gestin de los recursos de las tierras; D. Sugerir normas de mejores prcticas para las reformas de las polticas de tierras y puntos de referencia para el desempeo de las instituciones de las tierras que los estados miembro
pueden adoptar en consonancia con sus respectivos contextos; E. Articular un marco poltico para tratar los problemas que surjan y anticipar las usanzas futuras en relacin con los recursos de las tierras. F. Proporcionar una base para un modelo de colaboracin ms coherente entre Estados, ciudadanos y asociaciones para el desarrollo en la formulacin de la poltica de tierras y su aplicacin en el continente; G. Establecer principios generales para que los asociaciones para el desarrollo se comprometan a movilizar recursos para crear capacidades destinadas a los procesos de reforma de la poltica de tierras; H. Desarrollar directrices para la convergencia regional sobre la gestin y el uso sostenibles de la tierra y los recursos asociados compartidos por dos o ms Estados miembro en varias partes de frica.
23 http://www.gltn.net/images/stories/assembly_decision_-_land.pdf 24 El Marco y las Directrices sobre la Poltica de tierras en frica (Versin revisada) est disponible aqu: http://www.gltn.net/en/ home/land-law-and-enforcement/framework-and-guidelines-on-land-policy-in-africa-revised-version-/details.html
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El Marco articula la cuestin de la tierra en frica situando sus orgenes en factores geopolticos, econmicos, sociales y demogrcos que se han agravado por imperativos mundiales como diferentes formas de colonizacin, as como la diversidad cultural y econmica. En consecuencia, han surgido miles de estructuras legales que regulan el uso de tierra, la tenencia y gestin. El marco pone el acento en la necesidad de garantizar los derechos sobre las tierras para las mujeres pero tambin de promover el acceso a la tierra para inversores comerciales extranjeros con intereses en operaciones a gran escala. Esto se justica con referencia a las amplias redes de regado pero se sita al mismo nivel que los agricultores, espe-
cialmente las mujeres agricultoras. Esta situacin representa una clara amenaza para la soberana alimentaria puesto que dentro de un marco poltico para la soberana alimentaria, la prioridad es entregarse a los agricultores locales (con la igualdad de gnero en juego). En este sentido, en Veterinarios Sin Fronteras queremos hacer hincapi en que el Marco de las Directrices es slo eso, directrices que se presentan a los estados como procesos recomendados y mejores prcticas, pero la atencin a la inversin extranjera y la extraccin de recursos a expensas de la productividad agrcola y la seguridad social presenta una clara amenaza para la soberana alimentaria.
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Platanero, Uganda.
* Captulo elaborado por Jessica Duncan, Centre for Food Policy, City University, Londres. 26 En el sitio web para el desarrollo y la cooperacin de la Comisin Europea, EuropeAid, pueden consultarse las Directrices de la poltica agraria comunitaria: http://ec.europa.eu/europeaid/what/development-policies/intervention-areas/ruraldev/ rural_landpolicy_en.htm
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tes repercusiones en la soberana alimentaria en frica, especialmente en relacin con sus anlisis de las adquisiciones de tierras a gran escala y de los principios y directrices que, en consecuencia, estn surgiendo en distintos niveles (vanse los apartados anteriores). Es importante que este grupo siga siendo transparente y permanezca alerta, que los principios de la soberana alimentaria informen sus trabajos y que sigan en la bsqueda de las experiencias de quienes se ven afectados por las negociaciones de tierras a gran escala. El Grupo de Trabajo debera desarrollar recomendaciones con vistas a la necesidad de crear un marco jurdico vinculante a nivel regional que reconozca y regule la responsabilidad extraterritorial de los Estados miembro ante lo que sus ciudadanos y
empresas hacen en terceros pases. Como ya se ha reconocido ampliamente, la obligacin de proteger y garantizar el derecho humano a la alimentacin y sus aspectos econmicos, sociales y culturales en frica incumbe en particular a los Estados de frica, pero no slo a stos. Los pases de la UE tienen obligaciones extraterritoriales complementarias con el hambre y la desnutricin en frica y en otros lugares. Los Estados miembros de la UE estn obligados a proteger el derecho a la alimentacin en estos pases por medio de medidas activas (entre stas se incluye la regulacin, la vigilancia y la diligencia debida en su esfera de influencia) para evitar, entre otros, la apropiacin de tierras en esos pases. A ello, nos referiremos en el prximo captulo.
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sidad de mercados y la armonizacin de normas, un enfoque de soberana alimentaria fomentara la promocin de los mercados locales y regionales antes de involucrarse en el comercio internacional, especialmente con el mantenimiento de las subvenciones agrcolas comunitarias. El marco presentaba tres series de condiciones, para que los estados miembro de la UE aprovecharan al mximo la ecacia de las inversiones en seguridad alimentaria, de las que el informe destaca las prioridades de la UE en la promocin de la seguridad alimentaria en frica. En el nombre de la ecacia, el Marco de trabajo solicita que
la asistencia sea especca para cada pas y que se combine el desarrollo de polticas con el empoderamiento de la poblacin ms vulnerable en esos pases. Ellos priorizan cuatro dimensiones interrelacionadas con la agricultura a pequea escala: desarrollo, gobernanza, integracin regional y sus mecanismos de ayuda a las poblaciones vulnerables. Concretamente, el marco pide a la UE que mejore la resistencia de los pequeos latifundios y de los medios de subsistencia rurales; que apoye el buen gobierno, la agricultura regional y las polticas de seguridad alimentaria; y que fortalezca los mecanismos de asistencia para grupos vulnerables de la poblacin.
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PARTE II
El proceso de industrializacin de la agricultura, llevado a cabo a travs de polticas de los organismos internacionales (FAO, FMI, BM, GATT- actualmente OMC-, entre otros), implica la concentracin de ncleos de decisin que abarcan el qu comemos (diseo de productos), cundo lo comemos (desaparicin de la temporada), cmo lo comemos (nivel de elaboracin), cmo se produce (agricultura y pesca industrial) y dnde se compra (grandes cadenas de distribucin) (COAG, 2007).
tierra y al poder adquisitivo (Lapp et al., 1998). Cualquier poltica que vaya encaminada a aliviar el problema del hambre no slo tendr que disear estrategias enfocadas a la produccin de alimentos sino tener en cuenta las relaciones sociales establecidas en forma de normas econmicas, polticas y culturales, las cuales determinarn la distribucin de los benecios de la produccin agrcola; benecios que sern destinados a los tenientes de los medios de produccin y las cosechas. Otro de los mecanismos de mercantilizacin, mucho ms concreto y palpable, es la regularizacin de las relaciones comerciales a escala internacional, a travs de los mltiples acuerdos bilaterales y multilaterales. Son el resultado de la construccin de un mundo desde la lgica del libre mercado y que se traduce en transacciones de importacin y exportacin entre pases con gran grado de desigualdad. Las reglas del juego no son iguales para todos y los pases de frica Subsahariana juegan con desventaja. No todos los instrumentos de mercantilizacin son tan evidentes. Las polticas al desarrollo y la cooperacin internacional que, se entiende, persiguen un benecio para los pases a las que van dirigidas pueden convertirse en un vehculo de neocolonizacin desde varios mbitos y una penetracin del poder poltico y econmico en los pases de frica Subsahariana, sin tener en cuenta las necesidades de la poblacin local.
En Veterinarios Sin Fronteras hemos sostenido en reiteradas oportunidades que enfocar el tema del hambre y la pobreza solamente en la modernizacin de la agricultura y el incremento de la produccin agrcola, como se hizo en el caso de la llamada Revolucin Verde, no resuelve el problema ya que se obvia la concentracin de poder econmico, especialmente en lo relativo al acceso a la
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A continuacin se resume las razones principales de porqu una nueva Revolucin Verde no resolver el problema del hambre y la pobreza en frica Subsahariana (Holt-Gimenez et al., 2006):
A. El campesinado y las personas dedicadas a la agricultura a pequea escala no pueden pagar la tecnologa derivada de la Revolucin Verde. En frica Subsahariana la mayora de las personas que trabajan la tierra cultivan en ncas pequeas y son vulnerables a la deuda. B. Las tecnologas de la Revolucin Verde degradan los agroecosistemas y exponen al campesinado a un mayor riesgo ambiental. C. La Revolucin Verde lleva a la prdida de la biodiversidad agrcola y pone en peligro la reproduccin de los agroecosistemas manejados por las personas que practican una agricultura familiar. El reduccionismo biolgico, crea problema de desequilibrio ecolgico y hace a las poblaciones ms vulnerables a plagas y enfermedades. D. El problema del hambre y la pobreza no responde a la falta de alimentos sino a la falta de recursos para disponer de ellos. La relacin entre produccin de alimentos y no sufrir el problema del hambre se desequilibra cuando los modelos agrarios se orientan hacia un mercado global donde la poblacin no tiene acceso equitativo a la comida ni a los recursos para su produccin. E. Los planteamientos tecnolgicos no funcionan si no se abordan las desigualdades estructurales en los sistemas de mercado y sus polticas. La distribucin global y la privatizacin de los sistemas agroalimentarios han desplazado a gran nmero de personas fuera de la agricultura.
F. El sector privado, por s solo, no puede resolver los problemas de produccin, distribucin y comercializacin de alimentos. G. La introduccin de ingeniera gentica har ambientalmente ms vulnerables al campesinado de frica Subsahariana. El cultivo de organismos genticamente modicados conlleva riesgos ambientales ampliamente aceptados (Altieri, 2003), y, en efecto, ha acelerado la evolucin de super malezas y plagas de razas de insectos resistentes, la transferencia no intencional de transgenes a parientes silvestres de los cultivos con efectos ecolgicos impredecibles, la acumulacin de la toxina Bt en suelos daada la fauna edca y su impacto negativo en insectos que regulan las plagas, contaminacin y sustitucin de variedades locales, etc. H. La introduccin de cultivos procedentes de tcnicas de ingeniera gentica en la agricultura campesina conducir a aumentar los endeudamientos y a la quiebra de los y las pequeas agricultoras. La alta inversin y altos costes de las nuevas tecnologas cuyos propiedad pertenece a grandes corporaciones del sector privado no sern soportadas por economas campesinas. Si las nuevas tecnologas son diseminadas de forma lantrpica para la inclusin de las comunidades rurales en modelos agrarios orientados al mercado, stas generarn dependencia a medio plazo de los paquetes tecnolgicos de insumos externos.
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I. La iniciativa AGRA no es la nica opcin y no tiene en cuenta el xito de muchas experiencias con enfoque agroecolgico desarrolladas a partir del fracaso de la Revolucin Verde. La agricultura sostenible puede ofrecer grandes incrementos en la produccin de alimentos en frica y el enfoque agroecolgico con mtodos participativos de desarrollo y difusin de la tecnologa puede ser la base de un cambio social en el mbito de la agricultura. En un estudio realizado por Pretty (1999) que abarcaba 45 proyectos y/o iniciativas de agricultura sostenible en 17 pases africanos (Benin, Burkina Faso, Camern, Ethiopia, Ghana, Kenia, Lesotho, Madagascar, Malawi, Mal, Niger, Senegal, Sudn, Tanzania, Uganda, Zambia, y Zimbabwe), en un total de 730.000 hogares y unas 900.000 ha se ha comprobado que los modelos con prcticas agroecolgicas han mejorado sustancialmente la produccin de alimentos y seguridad alimentaria del hogar. En el 95% de los proyectos aumenta el rendimiento y los rendimientos de las producciones se han mejorado de un 50-100% (maz, sorgo, mijo, arroz, patata y pltano). La produccin total de alimentos agrcolas ha aumentado en todos. Este anlisis indica que la agricultura sostenible puede ofrecer grandes incrementos en la produccin de alimentos en frica.
J. La iniciativa AGRA no permite que las y los agricultores sean los actores principales del desarrollo de la agricultura, ganadera y pesca. El diseo de polticas agrarias para el desarrollo rural que se est llevado a cabo por parte de AGRA responde a una toma de decisiones establecida desde arriba conjugando grandes corporaciones, entidades lantrpicas, agencias de desarrollo, organismos internacionales y nacionales y gobiernos africanos. La participacin de los movimientos campesinos queda limitada y las propuestas de reforma agraria y Soberana Alimentaria quedan excluidas de la agenda. Un verdadero desarrollo a escala humana (Max- Neef, 1993) requiere la integracin de las propuestas diseadas desde la base social teniendo en cuenta las necesidades bsicas humanas ms all de la lgica del lucro.
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Tras la crisis del 2007, se comenz, a partir de 2008, una segunda etapa de negociaciones. En esta etapa se pueden distinguir dos dinmicas negociadoras muy diferentes (Jovtis, 2008): La llevada a cabo por los Pases Menos Desarrollados (PMD), acogidos al sistema de tratamiento preferencial Todo Menos Armas (EBA, por sus siglas en ingls), que con un rgimen similar al de Cotonou, permite el libre acceso a los mercados europeos de muchos productos (exceptuando las armas) sin necesidad de reciprocidad. La llevada a cabo por otros 35 pases ACP que ya han rmado Acuerdos Interinos (Interim Agreement, en ingls), que son unos acuerdos bilaterales temporales establecidos entre cada uno de los pases y la UE, como paso fundamental para denir el contenido denitivo de los EPAs. Estos acuerdos son compatibles con la OMC, eliminando las ventajas que suponan los Sistemas Preferenciales de Garanta.
En Veterinarios Sin Fronteras nos adherimos a la opinin de que los EPAs impide el fortalecimiento de integracin regional africano (GEA, 2009), ya que la mayora de stos no se rman respetando los grupos regionales. El hecho de que algunos pases ACP pertenecientes al mismo bloque regional se encuentran negociando los EPAs en distintos grupos negociadores habilitara, por ejemplo, a que pases del mismo proyecto de integracin acuerden con la UE aranceles comerciales, reglas de orgenes y programas de liberalizacin distintos, lo que a su vez, herira su unin aduanera, contraera el comercio intra-bloque y, en denitiva, desacelerara la integracin regional (Jovtis, 2009). A modo ilustrativo, conviene sealar que el COMESA (Mercado Comn de frica Oriental y Austral) ha adquirido varios acuerdos, diferentes entre s, con la UE. Cinco pases del COMESA han rmado un texto EAC, con la misma clasicacin arancelaria, y otros cinco un texto ESA diferente, cada uno, entre s. Otros seis pases se quedaron amparados bajo el
programa Todo Menos Armas. La Unin Aduanera (SACU), la unin ms antigua del mundo, ha sido arrastrada a una crisis a partir del proceso de negociacin de los EPAs. Sudfrica, que supone ms del 90% de los ingresos de la regin, no ha alcanzado un acuerdo en el entorno de los EPAs, mientras otros pases s lo han hecho. Namibia rubric el acuerdo con la condicin de que el texto fuera cambiado (Le Roux, 2008). Esta amalgama de acuerdos debilita el poder que frica Subsahariana podra tener como interlocutor si actuara como un bloque negociador cohesionado frente a la UE. Tratando de preservar ciertos criterios comunes, los jefes de estado africanos piden que los acuerdos bilaterales pasen primero por la Unin Africana (Abeba, 2008), pero la UE preere rmar individualmente y no concede el tiempo necesario para favorecer la toma de acuerdos conjuntos por parte de las regiones africanas (Oxfam Internacional, 2009).
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Tabla 1: ARANCELES EN KENIA Para las personas dedicadas a la agricultura a pequea escala en frica Subshariana, la competencia desleal de los productos alimenticios subsidiados de Europa es una realidad. En los ltimos 15 aos, las importaciones (que se producen principalmente en la industria agro-alimentaria) de Europa en frica Occidental han incrementado un 84%, lo que tiene consecuencias nefastas sobre el campesinado africano, que asiste al desplazamiento de los productos nacionales por otros, procedentes del comercio internacional, a menor precio. En Kenia, en la dcada de los 90, cay la industria lctea local al disminuir los precios internacionales por debajo de los costes nacionales de produccin, sumiendo en la pobreza a 600.000 personas cuyo trabajo dependa de la agricultura. Ante esta situacin de crisis, el Gobierno de Kenia aument del 25 al 35% los aranceles y hasta el 60% en 2003, produciendo una visible mejora en la situacin en la que se haba sumido el pas 31. Fuente: Elaboracin propia a partir de informacin extrada de Oxfam Internacional, 2008, y de Veterinarios Sin Fronteras, 2008.
Aadido a esto, la disminucin de barreras arancelarias a la entrada de productos de la UE puede suponer una reduccin de las recaudaciones fiscales de los Gobiernos africanos. Por ejemplo, en el caso de Uganda, stos suponen
alrededor de un 50% de los ingresos fiscales (Veterinarios Sin Fronteras, 2008). Dicha reduccin en los ingresos del gobierno, impactara especialmente en los programas sociales, de salud y educacin.
31 Secretariado de la Commonwealth sobre Gnero y Comercio. EU Set to Milk East Africa with Subsidised Goods? 15 de noviembre de 2007.
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Tabla 2: EL CASO DEL ALGODN EN FRICA OCCIDENTAL Y CENTRAL Los y las algodoneras de frica Occidental y Central ostentan la produccin ms ecaz, en trminos de costes de produccin, del mundo. Segn las cifras disponibles de 2001 en adelante, en Benin y Mal producir una hectrea de algodn cuesta 0,21 dlares por kg. En Burkina Faso, el costo es de 0,22 dlares, mientras que en los EE.UU. asciende a 68 cntimos. El algodn supuso en su da un considerable impulso para las economas de Burkina Faso y Mal entre 1990 y 1997. En Burkina Faso, por ejemplo, la produccin de algodn increment entre 1993 y 1998 en un 175%, lo que a su vez trajo consigo un aumento de los ingresos. Como consecuencia de ello, la incidencia de la pobreza disminuy del 50% al 42% en las zonas cultivadoras de algodn, en tanto que los niveles de pobreza aumentaron en un 2% en las zonas restantes. Los precios del algodn empezaron a bajar a mediados de los aos noventa. Entre 1997 y 2002, el precio medio del mercado mundial disminuy en un 40%. Uno de los factores ms decisivos en el derrumbe de los precios fue la sobreproduccin debida a la liberalizacin del sector del algodn en los EEUU, cuya consecuencia fue la cada de los precios mundiales. En 1996, en lugar de reimplantar los programas de regulacin de la demanda, el Gobierno estadounidense aprob una Ley Agraria que prev el pago de ayudas directas para indemnizar a los grupos productores por los bajos precios mundiales. Estas subvenciones permiten a las y los cultivadores seguir produciendo en exceso, de modo que los Estados Unidos, pese al elevado costo de su produccin algodonera, son el mayor exportador y el segundo productor de algodn en el plano mundial. El grueso de las ayudas fueron a parar a apenas una docena de compaas, como Cargill, que recibi ms de 87 millones de dlares. Las subvenciones totales otorgadas a estas doce empresas representaron la mitad de las ayudas totales, es decir, 843,9 millones. La UE no es un productor importante de algodn, pues slo aporta un 2,5% de la produccin mundial (la produccin comunitaria se concentra principalmente en Grecia). Sin embargo, las subvenciones que concede a los grupos productores espaoles y griegos son extremadamente elevadas, pues equivalen, respectivamente, a un 180% y un 169% de los precios mundiales.
Tabla 3: UGANDA Y LOS EPA El Interim Agrement que Uganda rm como parte de la EAC (East African Community) condiciona su capacidad negociadora con otros actores globales de importancia como China. En el artculo 16 (Tratamiento ms favorable resultante los acuerdos de integracin econmica) se establece que, en referencia a las condiciones de libre movimiento de bienes, la EAC deber acordar con la UE todo tratamiento ms favorable resultante de que la EAC realice un proceso de integracin econmica con cualquier otra potencia econmica. Si bien el artculo 16 establece que este aspecto no se tendr en cuenta en los acuerdos interafricanos en los pases de Caribe o del Pacco, s que afecta a cualquier economa con un porcentaje de comercio internacional superior a un 1%, como ocurre con China. As la UE mantiene su posicin dominante ante la amenaza que le supone la entrada del mercado asitico en frica, ignorando las consecuencias que sobre la poblacin ugandesa pueda tener este tipo de acuerdos. Fuente: Veterinarios Sin Fronteras, 2008
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32 La informacin y tablas que siguen estn tomadas del informe Polticas pblicas, benecios privados (2010), de Rodrigo Fernndez Miranda y Rodrigo Ruiz Rubio, editado por el Foro de Turismo Responsable. 46 PAREN, AQU VIVE GENTE
Funciones
...es el departamento encargado de la propuesta y ejecucin de la poltica del Gobierno en materia de desarrollo industrial, poltica comercial, energtica, de la pequea y mediana empresa, de turismo, de telecomunicaciones y de la sociedad de la informacin
Caractersticas
El MITYC se estructura en los siguientes rganos: Secretara de Estado de Turismo; Secretara de Estado de Comercio; Secretara de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Informacin.
Del MEH dependen la Agencia Tributaria, el Instituto de Crdito Ocial (ICO), el Instituto Nacional de Estadsticas (INE), Loteras y Apuestas, el Tesoro Pblico y la Direccin General del Catastro.
Entre sus secciones de trabajo, destacan: ...tesoro y poltica nanciera, nanciacin autonmica, nanciacin local, fondos de la Unin Europea... Presupuestos Generales del Estado... contabilidad y auditora de empresas... internacional.
Administracin General del Estado que (...) para hacer realidad la unidad del accin del Estado en el exterior, tiene encomendada la realizacin de las siguientes funciones: planicar, dirigir, ejecutar y evaluar la Poltica Exterior del Estado; concentrar y potenciar las relaciones de Espaa con otros Estados y con las Organizaciones Internacionales; fomentar las relaciones econmicas, culturales y cientcas de Espaa, dirigir la Poltica de Cooperacin Internacional para el Desarrollo; ejercer la proteccin de los ciudadanos espaoles en el exterior y participar en la propuesta y aplicacin de la poltica de extranjera.
Este ministerio cuenta con una Secretara de Estado para Asuntos Exteriores; Secretara de Estado para la Unin Europea; Secretara de Estado para la Cooperacin Internacional; Secretara de Estado para Iberoamrica; Secretara de Estado para Asuntos Consulares y Migratorios.
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Funciones
Organismo pblico que depende de la Secretara de Estado de Turismo y Comercio, cuya misin es prestar sus servicios a las empresas espaolas para impulsar y/o facilitar su proyeccin internacional, incrementar las exportaciones y mejorar la imagen internacional de los capitales espaoles. El ICEX es uno de los principales centros gestores de la promocin e internacionalizacin de las empresas espaolas.
Caractersticas
Las reas de actuacin son el diseo y ejecucin de programas para la promocin comercial de las empresas espaolas en los mercados internacionales; Capacitacin de directivos de empresas espaolas y tcnicos en Comercio Exterior; Elaboracin y difusin de informes y estudios sobre productos y empresas espaolas, as como sobre mercados internacionales; Impulso a proyectos de inversin, deslocalizacin de actividades productivas y cooperacin empresarial en mercados internacionales.
Adscrita al MEH, ICO es una entidad pblica empresarial que tiene consideracin de Agencia Financiera del Estado (...) Apoya los proyectos de inversin de las empresas espaolas, para que sean ms competitivas y contribuyan al progreso econmico de nuestro pas.
El ICO cuenta con la propiedad acciones de varias empresas: Fondo Fond-Ico (100%); Fondo Euro-Ico (100%); Axis Participaciones Empresariales (100%); Compaa Espaola de Reaanzamiento (CERSA 23,81%); Compaa Espaola de Financiacin del Desarrollo (COFIDES 25,25%); Fondo Europeo de Inversiones (FEI 0,28%); Fondo de Carbono para la Empresa Espaola (FC2E 25%).
Sociedad Annima de capital mixto (...) cuyo objeto es dar apoyo nanciero a los proyectos privados viables que se lleven a cabo en pases emergentes o en desarrollo en los exista algn tipo de inters espaol, para contribuir con criterios de rentabilidad tanto al desarrollo de esos pases como a la internacionalizacin de la economa y las empresas espaolas.
En su capital social participan: Instituto Espaol de Comercio Exterior (ICEX); Instituto de Crdito Ocial (ICO); Empresa Nacional de Innovacin (ENISA); BBVA; BSCH; Banco Sabadell. COFIDES, a travs de la Ley 66/97 de Medidas Fiscales, Econmicas y de Orden Social gestor de dos fondos de inversin en capital y cuasicapital creados para apoyar la internacionalizacin de la empresa espaola: FIEX y FONPYME, adscritos al MITYC y gestionados por COFIDES.
Estos ministerios, institutos y compaas pblicas o mixtas de primera lnea representan el primer y segundo nivel en la jerarqua de una estructura piramidal que va ensanchndose para poder abarcar a ms cantidad de proyectos, sectores, reas geogrcas y tipologa de instrumentos de intervencin pblica.
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Organismo
MITYC-ICEX
Instrumento
Programa de Apoyo a Proyectos de Inversin en el Exterior (PAPI).
Tipologa
Mecanismo de nanciacin y ayuda
Objetivos
Brindar apoyo a proyectos productivos de inversin o cooperacin empresarial promovidos por empresas espaolas en el exterior. Facilitar o posibilitar un primer contacto entre una empresa espaola y un mercado de inters o una oportunidad de inversin en el extranjero. Promover la creacin de alianzas empresariales (joint ventures) entre empresas espaolas y empresas de otros pases objetivo. Este programa de Asistencia pretende facilitar el acceso de las empresas espaolas a participar en contratos nanciados por las Instituciones Financieras Multilaterales (IFM). Apoyo a empresas espaolas de ingeniera, consultora y contratistas de proyectos civiles e industriales para fomentar su participacin en concursos o licitaciones internacionales fuera de la Unin Europea. Informar a las empresas espaolas interesadas sabre los distintos instrumentos de carcter nanciero puestos en marcha par las Administraciones Pblicas para dar apoyo a la internacionalizacin de Ias empresas.
MITYC-ICEX
Programa de Prospeccin de Inversiones en el Exterior (PROSPINVER). Programa de Identicacin, Difusin y Apoyo a Nuevas Iniciativas de Inversin (PIDINVER). Programa de Acceso a Mercados Multilaterales (PAIMU).
MITYC-ICEX
MITYC-ICEX
MITYC-ICEX
MITYC-ICEX
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Organismo
MITYCDireccin General de Financiacin Internacional (DGR)
Instrumento
Fondo de Estudios de Viabilidad (FEV)
Tipologa
Mecanismo de nanciacin y ayuda
Objetivos
Instrumento nanciado con cargo a FAD para favorecer la internacionalizacin de la empresa espaola mediante la introduccin de ingenieras, consultoras, tecnologas y know how espaoles en las fases de preparacin de proyectos.... Existen tres modalidades de FEV: modalidad pblica, privada y multilateral. Proporcionar un ambiente estable y favorable a la inversion que permita reducir los factores de incertidumbre poltica y jurdica que a veces afecta al desarrollo de los proyectos de inversin a los que se suele enfrentar Ia empresa en el exterior. Conversin de deuda externa en inversiones privadas y pblicas para empresas y ONGD espaolas. Entidad Pblica y empresarial (...) que promueve la innovacin y el desarrollo tecnolgico de las empresas espaolas. Financiacin para la explotacin en el exterior de tecnologias desarrolladas por empresas espaolas. Brindar apoyo a la cooperacin tecnolgica en Europa.
MITYC-DGFI
MITYC-DGFI
MITYC-CDTI Direccin Internacional MITYCProgramas Comunitarios MITYCProgramas Comunitarios MITYCProgramas Comunitarios MITYCProgramas Comunitarios
Proyecto Eureka
Proyecto Iberoeka
Programa AL-INVEST
Mecanismo de nanciacin y ayuda comunitarios Mecanismo de nanciacin y ayuda comunitarios Mecanismo de nanciacin y ayuda comunitarios
Programas europeos dirigidos a fortalecer la cooperacin econmica entre Europa y Amrica Latina. Programas europeos dirigidos a fortalecer la cooperacin econmica entre Europa y Asia. Programas europeos dirigidos a fortalecer la cooperacin econmica entre Europa y paises ACP.
Programa ASIA-INVEST
Programa PROINVEST
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Organismo
COFIDES
Instrumento
Lnea Pases Ampliacin.
Tipologa
Mecanismo de nanciacin y ayuda
Objetivos
Conanciacin de inversiones productivas de empresas espaolas en estos pases, con prioridad a proyectos en los sectores de infraestructuras, servicios pblicos y transportes, entre otros. Se trata de la lnea de nanciacin pblica directamente dirigida al sector turistico, cuyo objetivo es contribuir a las necesidades nancieras de medio y largo plazo de las empresas espaolas del sector en pases en desarrollo. El objeto de este instrumento es la contribucin pblica a las necesidades nancieras de medio y largo plazo de proyectos de inversin de empresas espaolas del sector servicios en el extranjero, en concreto en paises en vias de desarrollo . Conanciacion de inversiones productivas de empresas espaolas en China, con prioridad a proyectos en los sectores de infraestructuras, servicios pblicos. Entidad nanciera cuyo objetivo es favorecer que las entidades nancieras privadas otorguen crditos a largo plazo para la exportacin a un tipo de inters jo e inferior al de mercada CARI funciona como un seguro de tipo de inters, eliminando el riesgo de una eventual subida de los tipos. Se trata de un crdito para la nanciacin para la exportacin de armamento espaol. Dar soporte a las necesidades de nanciacin a largo plazo de proyectos de inversin productiva por parte de empresas espaolas en paises de Amrica Latina.
COFIDES
COFIDES
COFIDES
Lnea China.
MEH - ICO
MEH - ICO
SUPERCARI.
COFIDES
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Organismo
COFIDES
Instrumento
COFIDES para paises de frica, Caribe y Pacico (ACP). COFIDES CII para inversiones en paises de Amrica Latina.
Tipologa
Mecanismo de nanciacin y ayuda
Objetivos
Dar apoyo a proyectos deempresas espaolas en paises ACP.
COFIDES
Dar soporte a las necesidades de nanciacin a medio y largo plazo de proyectos de inversin productiva por parte de empresas espaolas en paises de Amrica Latina. Dar soporte a las necesidades de recursos propios de proyectos de inversin de empresas espaolas en mercados exteriores. Dar soporte a las necesidades de recursos propios de proyectos de PYMES espaolas en mercados exteriores. Conanciacin de inversiones productivas de empresas espaolas en estos paises, con prioridad a proyectos en los sectores de infraestructuras, servicios pblicos y transportes, entre otros Se trata de la lnea de nanciacin pblica directamente dirigida al sector turstico, cuyo objetivo es contribuir a las necesidades nancieras de medio y largo plazo de las empresas espaolas del sector en paises en desarrollo. El objeto de este instrumento es la contribucin pblica a las necesidades nancieras de medio y largo plazo de proyectos de inversin de empresas espaolas del sector servicios en el extranjero en concreto en paises en vas de desarrollo. Conanciacion de inversiones productivas de empresas espaolas en China, con prioridad a proyectos en los sectores de infraestructuras, servicios pblicos.
COFIDES
COFIDES
COFIDES
COFIDES
COFIDES
COFIDES
Lnea China
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Organismo
COFIDES
Instrumento
FINBRAND - Lnea para Ia internacionalizacin de las marcas espaolas.
Tipologa
Mecanismo de nanciacin y ayuda
Objetivos
Financiacin a medio y largo plazo para la promocin del proceso de internacionalizacin de las marcas espaolas relevantes. Contempla tanto proyectos de nueva implantacin corno la ampliacin de liales o la compra de empresas extranjeras. Conanciacin de proyectos productivos de empresas espaolas en el exterior. Exenciones de benecios obtenidos en territorios extranjeros, deducciones por implantacin en otros paises y por exportacin. Se trata de convenios rmados entre el Estado espaol y otros Estados con el objeto de evitar la doble imposicin scal a las empresas que operan en ambos territorios. Cubrir los riesgos polticos y comerciales derivados de operaciones de comercio exterior. Son acuerdos bilaterales a travs del cual el Estado espaol cancela parte de la deuda externa y el Estado deudor se compromete a utilizar los fondos liberados para el desarrollo del pas. Las conversiones pueden ser por inversiones privadas o pblicas. En muchos casos, sern empresas espaolas las que desarrollen los proyectos para el desarrollo del territorio del Estado deudor. Crditos otorgados a paises-en va de desarroll para la nanciacin de proyectos a realizar por empresas espaolas, que vayan equipados con bienes y servicios espaoles. Estos fondos persiguen un doble objetiva internacionalizar a las empresas espaolas; impulsar el desarrollo de los paises receptores de dicha nanciacin. El FAD es considerado un instrumento de cooperacin al desarrollo debido a que son crditos otorgados en condiciones ms ventajosas que las del mercado y con el objetivo terico de promover el desarrollo del territorio del Estado deudor.
ICO - COFIDES
MEH - Secretara de Estado de Comercio COFI MEH - Direccin General de Financiacin Empresarial (DGFINT) DES
Mecanismo de nanciacin y ayuda - Instrumento de Apoyo Institucional. Mecanismo de nanciacin y ayuda - Instrumento de Apoyo Institucional.
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CCAA
ANDALUCA
Organismo internacionalizacin
Agencia Andaluza de Promocin Exterior (DUENDA) - Dependiente de la Consejera de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta. Aragn Exterior (AREX) - Empresa pblica adscrita al Departamento de Economia, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragn.
Funciones y actividades
Organismo de internacionalizacin a nivel autonmico. Su objetivo es facilitar la internacionalizacin de las PYMES andaluzas con capacidad para competir mediante el ofrecimiento de una pluralidad de servicios. Es el instrumento del Gobierno de Aragn para impulsar la apertura exterior de la economia aragonesa.Misin: asesoramiento y apoyo a los proyectos de internacionalizacin de empresas aragonesas con una red de ocinas en ms de 20 paises. Fecha de creacin: 2005. Forman parte de Asturex el Gobierno del Principado, la Federacin Asturiana de Empresarios y las Cmaras de Comercio de Avils. Gijn y Oviedo. Su Objetivo: apoyo a la promocin directa de las empresas asturianas, amumento y diversicacin geogrca de las exportaciones asturianas y aumento de la cooperacin interempresarial. Sus objetivos se centran en promover la internacionalizacin de la empresa canaria. fortalecer el tejido empresarial local y atraer inversiones extranjeras a la isla. Sus objetivos se centran en promover la internacionalizacin de las empresas cntabras, incrementar y diversicar las exportaciones, entre otros.
ARAGN
ASTURIAS
CANARIAS
Sociedad Canaria de Fomento Econmico SA (PROEXCA) Adscrita a la Consejeria de Economia y Hacienda autonmica. Sociedad para el Desarrollo Regional de Ca nta bria (SODERCAN) - Participada por el Gobierno de Carrtabria, Caja Carrtabria y la Cmara de Comercio de Cantabria. Instituto de Promocin Exterior de Castilla la Mancha (IPEX) -Adscrito a la Vicepresidencia y Consejera de Economia y Hacienda.
CANTABRIA
CASTILLA LA MANCHA
Creado en 2002, el iPEX pretende aumentar la presencia empresarial manchega en el exterior, principalmente en paises fuera de la UE.
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CCAA
CASTILLA Y LEN
Organismo internacionalizacin
ADE Internacional Excal S.A.
Funciones y actividades
Su objetivo es promover la internacionalizacin de las empresas de la regin. Excal ofrece asesoramiento y promocin del comercio exterior. Es un instrumento clave para el desarrollo del Plan para la Internacionalizacin Empresarial de Castilla y Len. Formado por la Generalitat de Cata lu nya. las Cmaras de Comercio e Industria catalanas, ms de roo entidades privadas y adscrito al Departamento de innovacin, Universidadesy Empresa.es el instrumento de la Generalitat para promover la internacionalizacin de empresas catalanas, Procesa tiene por cometido facilitar, estimular, canalizar y viabilizar proyectos e iniciativas de indole empresarial.., Entre otros, Procesa gestiona el programa operativo integrado Hispano-Marroqui. ... es el instrumento de la Generalitat encargado de la internacionalizacin del tejido empresarial de la Comunitat Valenciana... Sociedad creada por iniciativa conjunta de la Consellera de Industria, Comercio e Innovacin y las Cmaras de Comercio de la Comunitat Valenciana, facilita a las empresas de la Comunitat Valenciana su acceso al mercado global con el objeto de hacer de la internacionalizacin la clave de su progreso y su xito futuro... Es la Agencia de Desarrollo de Galicia. Entre sus objetivos se encuentra el apoyo a las empresas gallegas que quieran internacionalizarse. El organismo ofrece lineas de nanciacin, asesoramiento, diagnsticos empresariales, apoyo institucional diverso, estudios de mercado, entre otros. Su objetivo se centra, entre otros, en contribuir a la internacionalizacin de las empresas vascas y cuenta con un red de ocinas en 27 paises. Misin impulsar y apoyar la internacionalizacin de la Empresa Vasca contribuyendo asi a incrementar su competitividad y su potencial de creacin de riqueza y empleo... Pretende atraer inversiones a la regin y apoyar en distintos sectores los proyectos empresariales loca SOFIEX y la Sociedad de Gestin Pblica de Extremadura (GPEX) tienen suscrito un convenio de colaboracin con COFIDES para promover la internacionalizacin de las empresas extremeas.
CATALUA
CEUTA
Sociedad de Fomento de Ceuta PROCESA: Sociedad Privada Municipal para el Fomento y la Promocin del Desarrollo Socioeconmico de Ceuta S.A. Instituto Valenciano de la Exportacin (IVEX).
COMUNIDAD VALENCIANA
GALICIA
EUSKADI
EXTREMADURA
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CCAA
LA RIOJA
Organismo internacionalizacin
ADER: Agencia de Desarrollo Econmico de La Rioja - Es un organismo pblico del Gobierno autonmico adscrito a la Consejera de Industria, Innovacin y Empleo.
Funciones y actividades
Organismo pblico cuya misin se centra en la mejora de la actividad empresarial e industrial de la regin, desarrollando una poltica econmico-industrial. En cuanto a la internacionalizacin de empresas regionales, ADER se centra principalmente en la formacin e informacin. Entre sus funciones destacan dar apoyo a las empresas madrileas en su internacionalizacin as como atraer inversiones extranjeras a la regin. Tambin realiza actividades de promocin sectorial. Objetivos: Proporcionar a las empresas madrileas informacin de utilidad para el desarrollo y puesta en prctica de su estrategia de internacionalizacin (...) Capacitar a las personas responsables de los procesos de internacionalizacin de las empresas madrileas para que stos se realicen de forma ms eciente y exitosa posible. Agencia de desarrollo local que desde hace 15 aos se dedica a las ayudas e incentivos al empresariado de la Ciudad Autnoma. ente pblico empresarial (...) El rea de Comercio Exterior del Instituto de Fomento desarrolla sus actividades en el marco del Plan de Promocin Exterior... cuyos objetivos pasan por optimizar la internacionalizacin de la empresa murciana mediante la incorporacin de nuevas empresas, la diversicacin de los productos exportados, la penetracin en nuevos mercados y la consolidacin de los mercados ya iniciados. A travs del Plan de Internacionalizacin de la Empresa Navarra, este organismo persigue la penetracin y el establecimiento de empresas navarras en mercados exteriores. Para el desarrollo del Plan de internacionalizacin de la Empresa Navarra existen acuerdos de colaboracin con la Cmara Ocial de Comercio e Industria de Navarra y otro con ICEX).
MADRID
MELILLA
MURCIA
NAVARRA
Este anlisis permite evidenciar todo un entramado jurdico-poltico al servicio de las empresas espaolas. Hace manifiesto las divergencias entre los compromisos de estas polticas y su cumplimiento efectivo o las de-
nuncias por parte de la sociedad civil, as como las contradicciones que existen entre las polticas e instituciones espaolas y el desarrollo en el frica Subsahariana en el marco de la Cooperacin Internacional espaola.
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Tabla 4: PRINCIPALES INSTRUMENTOS DE APOYO AL COMERCIO Y LA INVERSIN ESPAOLA EN FRICA SUBSAHARIANA Segn datos extrados de la pgina del ICEX (Instituto espaol de comercio exterior), algunos de los Instrumentos de promocin de las exportaciones espaolas hacia el frica Subsahariana son: Apoyo a las ocinas comerciales de Espaa en el frica Subsahariana. Actividades del ICEX de promocin e informacin (ferias, misiones comerciales, campaas, jornadas tcnicas, etc.). Crditos FAD (Fondo de Ayuda Desarrollo) otorgados a gobiernos africanos para la nanciacin de proyectos a realizar por empresas espaolas. Financiacin pblica de estudios de viabilidad (FEV) realizados por empresas espaolas en frica. Cobertura CESCE de los riesgos empresariales en pases africanos. Y los principales instrumentos de promocin de la inversin espaola en el frica Subsahariana, son: Financiacin de COFIDES para la creacin/adquisicin de empresas en frica, mediante prstamos a medio y largo plazo. Acuerdos del Gobierno espaol para la promocin y proteccin recproca de inversiones con pases africanos (APPRI). Instrumentos multilaterales de apoyo a la inversin en el frica Subsahariana (European Financing Partners EFP y BEI). Fuente: Cuadro extrado textualmente de Marn et al., 2009
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Tabla 5: FLUJO DE RELACIONES COMERCIALES ENTRE ESPAA Y ALGUNOS PASES DE FRICA SUBSAHARIANA ANGOLA 33 Angola no ha sido tradicionalmente un pas receptor de grandes inversiones espaolas, aunque hay una presencia notable en los sectores energtico, sanitario y construccin. El principal sector importado por Espaa a Angola es el sector medio ambiente y produccin energtica, con 268.838.000 euros, seguido, a mucha distancia, por es de pescados y marisco, con 4.290.000 euros. En cuanto a los principales sectores exportados por Espaa a Angola est el sector de la tecnologa industrial, con 100.066.000 euros, seguido por la industria auxiliar mecnica y de la construccin, con 43.923.000 euros. GHANA 34 El principal sector importado por Espaa a Ghana, es el sector de panadera y otros, con un total de 47.510.000 euros. El principal sector exportado por Espaa a Ghana es la industria auxiliar mecnica y de la construccin, con un total de 45.198 miles de euros, seguido por el sector de la industria qumica, con 19.819.000 euros, y por el sector de tecnologa industrial, con 14.346.000 euros. Segn el ICEX, la inversin espaola en Ghana es escasa en su monto, aunque desde septiembre de 1994 hasta septiembre de 2005 se han registrado 19 proyectos de inversin de Espaa en Ghana, en los sectores de agricultura, construccin, exportacin, comercio, manufacturas, servicios y turismo. GUINEA ECUATORIAL 35 En 2007 Guinea Ecuatorial ocup el quinto puesto de la exportacin espaola a frica Subsahariana con un 5,1 % de su exportacin total. Las exportaciones espaolas en Guinea Ecuatorial alcanzaron su rcord en 2008 con 144 millones de euros. Por productos destaca la maquinaria (19 M ), automviles y accesorios (16 M ), bebidas (15 M ) y material elctrico (11 M ). Por su parte, las importaciones alcanzaron su rcord en 2008 con 1.882 millones de euros, y estn concentradas en combustibles (1.870 M ). El petrleo representa un 98,35% del total importado. Otras partidas. La empresa Isolux se encuentra actualmente operando la central elctrica de Bata, por un importe aproximado de 1M/ao, y los grupos empresariales espaoles Hermanos Martnez y Comercial Santy controlan buena parte del comercio mayorista y minorista de productos alimentarios de Guinea Ecuatorial (ICEX, 2009). MAURITANIA 36 Espaa era, en 2007, el tercer cliente de Mauritania, tras China y Francia, debido a la importacin de productos de la pesca. La inversin espaola en Mauritania ha estado tradicionalmente asociada a empresas mixtas hispano-mauritanas. Hoy en da, hay una veintena de empresas instaladas en Mauritania, algunas de ellas liales al 100% de la empresa espaola, la mayora procedentes de la Comunidad Autnoma Canaria. La pesca ha sido uno de los sectores tradicionales de inversin, aunque actualmente existe una sola unidad de transformacin de productos de la pesca con capital espaol, y quedan muy pocas empresas activas con capital espaol. El transporte es el sector clave de la inversin espaola, contando con la presencia de dos compaas espaolas de transporte martimo, dos de transporte areo y dos de trasporte de pasajeros por va terrestre operando con regularidad en Mauritania.
33 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,,5280449_5282899_5283038_0_AO,00.html (Consultada el 2/10/2010) 34 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,,5280449_5282899_5283038_0_GH,00.html (Consultada 10/10/2010) 35 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,,5280449_5282899_5283038_0_GQ,00.html (Consultada el 3 de Noviembre de 2010)
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Tabla 5: FLUJO DE RELACIONES COMERCIALES ENTRE ESPAA Y ALGUNOS PASES DE FRICA SUBSAHARIANA MOZAMBIQUE 37 Espaa es uno de los principales socios comerciales de Mozambique (tanto como cliente como proveedor).Adems, la prxima rma entre ambos pases de un Acuerdo de Promocin y Proteccin de inversiones crear un marco legal atractivo a los intereses de las empresas espaolas en Mozambique. Est prevista la nanciacin por parte de Espaa de pequeos proyectos en sectores muy diversos de la economa de Mozambique introducir en el mercado de este pas a nuevas empresas. Las exportaciones de Espaa a Mozambique en 2007 fueron de 13,8 millones de Euros de las que el 77% corresponden a materias primas, productos industriales y bienes de equipo. En 2008 (de enero a noviembre) las exportaciones ascendieron a 21,9 millones de Euros de las que el 52% fueron mquinas y material elctrico y maquinaria. Segn datos del ICEX, actualizados el 8/2010 38 el sector del pescado y marisco es el primer sector importado por Espaa a Mozambique, con 97.722.000 de euros, seguido del sector de materias primas, semifacturas y productos intermedios, con 13.749.000 euros. Resulta curioso que por su parte, en el ranking de principales sectores exportadores de Espaa a Mozambique, se encuentra tambin, en 9 lugar, el sector del pescado y el marisco, con 185.000 euros. NAMIBIA 39 Espaa es el tercer cliente de Namibia, tras el Reino Unido y Sudfrica. Sin embargo, si no se computan los diamantes, Espaa sera el primer cliente comunitario de Namibia, ya que adquiere alrededor de un tercio de los productos que este pas exporta a la Unin Europea. Le siguen en importancia Francia, Blgica, el Reino Unido, Alemania y Holanda. La fuerte presencia espaola en el sector pesquero es sin duda factor determinante de la importancia de la exportacin de pescado desde Namibia a Espaa. El principal sector importado por Espaa a Namibia es del pescado y marisco, con 109.957.000 euros, a mucha distancia del siguiente, productos hortcolas, con 191.000 euros. El principal sector exportado por Espaa a Namibia es el de materias primas, semifacturas y productos intermedios, con 3.585.000, seguido de tecnologa industrial con 1.908.000 euros. SUDFRICA 40 El principal sector importado por Espaa a Sudfrica es el sector de medio ambiente y produccin energtica, con 189.923.000 euros, seguido por el sector de materias primas, semimanufacturas y productos intermedios, 109.965.000 euros. En cuanto a los principales sectores exportados por Espaa a Sudfrica, se encuentra, en primer lugar, el sector de tecnologa industrial, con 293.474.000 euros, seguido por el sector de industria qumica (productos qumicos) con 74.064.000 euros. Fuente: elaboracin propia a travs de informacin extrada de www.icex.es
36 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5304715_5296234_0_MR,00. html (Consultada el 3 de Noviembre de 2010) 37 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5304715_5296234_0_MZ,00.html (Consultada el 3 de Noviembre de 2010) 38 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5320986_5320988_0_MZ,00. html (Consultada el 10/11/ 2010) 39 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5308104_5308301_0_NA,00. html (Consultada el 5/11/2010) 40 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5320986_5320988_0_ZA,00. html (Consultada el 5 de Noviembre de 2010)
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41 http://www.icex.es 42 http://www.icex.es/icex/cda/controller/pageICEX/0,6558,5518394_5593051_5711547_0_0_-1,00.html (Consultada el 13/10/2010) 43 http://www.icex.es/icex/cda/controller/pageICEX/0,6558,5518394_6186001_5586834_4095211_0_-1,00.html (Consultada el 5/11/2010) EL EXPOLIO DE RECURSOS EN FRICA SUBSAHARIANA 61
los pases de frica Subsahariana; pases en los que, como se est viendo a lo largo del texto, el Gobierno espaol est poniendo especial inters en los ltimos aos. Si existe una preocupacin real por parte del Gobierno espaol por el desarrollo, a todos los niveles (social, cultural, econmico, etc.), de los pases empobrecidos, sera coherente el diseo e implementacin de polticas que con-
tribuyeran al fortalecimiento econmico y social de dichos pases en funcin de sus capacidades endgenas, y no en funcin de los intereses del capital privado internacional, en este caso el espaol. Cuanto ms dependiente sea un pas a la hora de tratar de consolidar su funcionamiento econmico y social de sus interacciones con el exterior, ms vulnerable ser a los intereses ajenos.
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QU SE FINANCIA El Gobierno espaol, a travs de la AECID distribuye y otorga la ayuda al desarrollo a travs de diversos cauces: subvenciones dadas a ONGD espaolas o extranjeras y a empresas espaolas cuyo trabajo de campo se desarrolla en pases empobrecidos; aportes de Cooperacin Internacional hechos directamente a instituciones u otras entidades de los pases beneciarios de la ayuda, sin necesidad de intermediarios; y, nalmente, a travs de la Convocatoria Abierta Permanente (CAP). La AECID ha dedicado 238.769.776,07 (lo que supone un 24,80% de su presupuesto total, de 962.774.141,60 ) a ONGD en 2010. Concretamente, en frica Subsahariana se han invertido 53.166.161,58 de euros, un 22,44% del presupuesto dedicado a la totalidad de ONG que trabajan en todo el mundo. El pas que ha sido ms beneciado a travs de esta va ha sido Mozambique, al que se le han concedido 8.604.059,45 de euros, lo que supone el 3,63% del presupuesto total, seguido por Guinea Ecuatorial, con 7.952.922,00 de euros (3,36% del total), Senegal, con 6.263.998,97 de euros (2,64%) y Etiopa, donde se han dirigido 4.198.170,00 de euros (1,77% del total) (AECID, 2011). Las subvenciones denominadas de Cooperacin Internacional han supuesto un total de 49.631.354,66 de euros (AECID, 2009). stas tienen un cariz ms institucional y suelen ir encaminadas a fortalecer instituciones de los pases empobrecidos (como el Ministerio de Finanzas en Mozambique, la Agencia de Desarrollo en Senegal o el Gobierno de Namibia) o apoyar la accin de organismos multilaterales como la FAO y UNICEF (con proyectos en Angola, Mauritania, Senegal, Mal, Burkina Faso, Guinea Conakry y Nger). Por su parte, en la CAP se nanciaron, en 2009, 14 proyectos en frica Subsahariana relacionados con el sector agropecuario y el comercio local por un total de 2.541.078, 00 euros 46.
46 Dir. Cooperacin frica, Asia, Europa Oriental. Anejo 1. Resolucin de 01 de Octubre de 2010, de la Presidencia de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo, de adjudicacin parcial de las ayudas de convocatoria abierta y permanente para actividades de cooperacin y ayuda al desarrollo, correspondientes al primer procedimiento del ao 2010 (Publicado en web el 20/10/2010)
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CMO SE FINANCIA Un anlisis de las prioridades estratgicas del Plan Director arroja que es en el sector productivo (incluida agricultura y SegA), donde ms ha contribuido la AECID en 2010, con un aporte de 48.097.303,22 euros, lo que supone un 20,30% del total de su presupuesto. Esta cifra est bastante por delante del siguiente sector de inversin: salud (incluida sexual y reproductiva), con un aporte de 34.538.049,47 euros (14,57 % del total), o educacin, con 41.063.085,98 euros (17,33% del total) (AECID, 2011). De aqu se deduce que el Gobierno espaol considera el sector agropecuario como un sector prioritario puesto que puede suponer un motor de desarrollo para los pases empobrecidos cuya economa y supervivencia dependen de ste. Ante esto cabe preguntarse qu tipo de proyectos (y bajo qu perspectiva) se estn apoyando, ya que, dependiendo de cmo se intervenga en el pas beneciario, las interferencias generadas sern de un tipo o de otras, pudiendo, en ocasiones, llegar a generar efectos ms negativos para la poblacin que aquellos que se trataban de paliar. No es lo mismo apoyar la agricultura familiar poniendo en valor el conocimiento campesino, o fortalecer los circuitos locales de comercializacin y el empoderamiento de la comunidad afectada desde la perspectiva de la SA, que apoyar mediante la distribucin de semillas modicadas genticamente en caso de emergencia alimentaria. En los casos de emergencia alimentaria el Gobierno espaol suele actuar de manera multilateral, asociado a organismos internacionales como la ONU. El Programa Mundial de Alimentos es la principal agencia de Naciones Unidas responsable de entregar la ayuda alimentaria en caso de emergencia. ste recibe el 48% de los alimentos de Estados Unidos (Congressional Research Service Report for Congress, 2005) y slo puede comprar hasta el 30% de la ayuda alimentaria localmente, ya que sigue recibiendo la mayora de las contribuciones de los donantes gubernamentales en forma de alimentos, y no en metlico (Oxfam Internacional, 2005). El ejemplo destacado en el cuadro muestra la actuacin de la comunidad internacional en un caso de emergencia alimentaria en Mozambique.
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Tabla 6: AYUDA ALIMENTARIA EN LA CRISIS ALIMENTARIA DE MOZAMBIQUE EN 2005 Tras cuatro aos consecutivos de sequa la situacin de las familias campesinas de Mozambique era alarmante, estimndose en ms de 800.000 el nmero de personas afectadas por la crisis alimentaria 47. Ante esta situacin, el 13 de Septiembre de 2005 el gobierno de Mozambique y el PMA lanzaron un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que sta apoyara a las vctimas de la sequa en el pas. Las contrapartes de PMA en la distribucin de los productos alimenticios fueron diversas ONGs nacionales como Ara, Bades, Cedes, Cruz Vermelha de Moambique, Igreja Presbiteriana de Moambique e o Concelho Cristo de Moambique, i Internacionales como World Vision, Jamo, LWF, Samaritano e IRD. Otro actor relevante fue el INGC (Instituto Nacional de Gestin de Calamidades) 48. La mayora de los productos repartidos no procedan de la produccin nacional: el mijo blanco en grano fue adquirido mayoritariamente en frica del Sur; los frijoles procedan de China, EEUU y Kenia; la mapira, el mijo blanco en harina y la harina de soja de EEUU; el arroz de Japn, Argelia y Paquistn; el aceite vegetal de la UE. As, la ONU, a travs del PMA, facilit la importacin de productos bsicos procedentes, fundamentalmente, de pases ricos e industrializados, que ven las situaciones de emergencia alimentaria como una oportunidad para dar salida a los excedentes de su produccin agrcola. Fuente: Elaboracin propia a partir de Martnez, 2010
47 http://www.afrol.com/es/articles/16965 (Consultada el 5/09/2010) 48 Instituto dependiente del Gobierno de Mozambique 66 PAREN, AQU VIVE GENTE
DNDE SE FINANCIA El III Plan Director distribuye los pases beneciarios de la Ayuda Ocial al Desarrollo (AOD) en 3 categoras diferentes (A, B y C), que determinan la prioridad geogrca del Gobierno en materia de cooperacin. La idea es que para 2012 los pases de los grupos A y B concentren alrededor del 85% de la ayuda (AECID, 2009).
Descripcin
Pases Menos Adelantados, Pases de Bajo Ingreso o Pases de Renta Media Baja en los que el programa de la Cooperacin Espaola tiene oportunidades de establecer una asociacin a largo plazo ecaz. Pases que por diversas causas no permiten una asociacin del tipo A. La AOD se centra en un nico sector clave o en ms de uno pero bajo un nico enfoque, asociado a una coyuntura especca (como casos de vulnerabilidad a desastres producidos por eventos naturales, conflictos o situaciones de post conflicto, etc.). Pases en los que la presencia de la Cooperacin Espaola y el potencial del pas como socio de desarrollo permiten el establecimiento de estrategias de asociacin concretas, recogidas como compromisos en la agenda internacional de ecacia.
Guinea Ecuatorial, Sudn, Guinea Bissau, Gambia, Angola, Repblica Democrtica del Congo y Guinea Conakry
GRUPO C: ASOCIACIN CON PASES DE RENTA MEDIA PARA LA CONSOLIDACIN DE LOGROS DE DESARROLLO
Namibia
Fuente: Elaboracin propia a partir de informacin extrada del III Plan Director de la Cooperacin espaola (2009-2012) En Veterinarios Sin Fronteras consideramos llamativo el hecho que algunos de los pases que el Plan director ha considerado prioritarios, incluidos en el grupo A, sean aquellos pases en los que Espaa tiene ms intereses empresariales, como Senegal y Mozambique en materia de pesca. Como forma de cultivar una buena relacin con los gobiernos de los pases con los que Espaa mantiene relaciones comerciales y de explotacin de recursos pesqueros desde hace dcadas, ha desarrollado especcamente el Programa Nauta, promovido por la AECID. El objetivo de este Programa es contribuir al progreso econmico y social de los pases de frica a travs del desarrollo de su sector pesquero. Financia proyectos de investigacin marina y recursos pesqueros; proyectos relacionados con la poltica y gestin de los recursos pesqueros; proyectos de formacin y capacitacin; proyectos de desarrollo pesqueros y proyectos de acuicultura 49.
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En lo referente al desarrollo de la acuicultura, el Programa Nauta organiz en Accra (Ghana) unas jornadas (23/03/07) con el objetivo de desarrollar el Plan de implementacin para el uso y la diseminacin de Tilapia del Nilo genticamente mejorada en la Cuenca del Volta y las reas adyacentes, reuniendo a responsables y gestores de Benin, Burkina Faso, Costa de Marl, Ghana, Mal y Togo. Este es un ejemplo de cmo, ante una preocupacin por la situacin de precariedad alimentaria del pueblo africano, la cooperacin espaola est introduciendo tcnicas de manejo exgenas altamente tecnicadas, pasando adems por alto las controversias que trae consigo el debate de los organismos modicados genticamente y sus consecuencias a escala individual, social y medioambiental. En el ao 2008 se cre el Fondo Espaa-FAO para frica, Asia y Europa Oriental, como mecanismo multilateral con el que abordar el problema del hambre en dichos territorios 50. En este contexto, en el campo de la agricultura el Gobierno espaol ha favorecido, a travs de este Fondo, el impulso de la produccin intensiva de arroz como respuesta al aumento en el precio de los alimentos, combustible y fertilizantes en Mal, Mauritania, Nger, Senegal y Costa de Marl. No ha entrado a valorar las consecuencias que puede suponer la implementacin de tcnicas intensivas de produccin de arroz en estos pases, donde se ha producido arroz histricamente mediante tcnicas tradicionales, especcamente adecuadas al contexto de cultivo, y cuya produccin estaba principalmente enfocada a la alimentacin de las familias y al mercado local y/o regional. Volviendo al mbito de la acuicultura, en coordinacin con las actividades llevadas a cabo por el Programa Nauta, el Fondo FAO-Espaa ha contribuido al desarrollo de un proyecto, tambin en la Cuenca del Volta, denominado Inversiones de la Acuicultura para la Disminucin de la Pobreza en la Cuenca del Volta 51. Uno de los objetivos del proyecto es, textualmente, el siguiente: Proporcionar educacin para los pobres para los negocios de la acuicultura y establecimiento de PYMES nacio-
nales y espaolas. Esto evidencia, por un lado, la concepcin asistencialista del rico ilustrado que tiene el deber moral de instruir al pobre para ayudarlo a salir de la pobreza, y muestra, por otro, la relacin directa existente entre el mundo de la cooperacin y el mundo empresarial. De hecho, el Estado espaol establece como instrumento clave en la poltica de desarrollo las alianzas con el sector privado empresarial y los cluster privados, tanto para cuestiones de asistencia tcnica como para el planteamiento y la ejecucin de programas de cooperacin al desarrollo, considerando, como interlocutores esenciales, a las Cmaras de Comercio, la Confederacin Espaola de Organizaciones Empresariales (CEOE) o el ICEX. Todo esto queda plasmado en la Alianza Pblico Privada para el Desarrollo (APPD). Esta Alianza entre sectores pretende cubrir dos objetivos antitticos al mismo tiempo: contribuir al desarrollo del pueblo africano y favorecer el acceso del tejido empresarial espaol a frica Subsahariana. Ante este hecho es importante destacar dos aspectos: a) que el Gobierno espaol concibe la inversin como un instrumento de poltica de desarrollo, es decir, una actividad de la que el donante persigue sacar algo a cambio (no desinteresada) y que, por lo tanto, se har en aquellos sectores o territorios donde exista una clara posibilidad de retorno; b) que promueve, a su vez, la exportacin del conocimiento y la tecnologa de entidades privadas, por encima de la construccin endgena y participativa de tecnologas y conocimientos localmente apropiados a nivel geogrco, biofsico y, sobre todo, cultural. An ms sorprendente es incorporar, como poltica de desarrollo, aportaciones con carcter crediticio (no son donaciones, han de ser devueltas bajo determinadas condiciones) a la micro, pequea y mediana empresa de los pases socios. Estas aportaciones de carcter crediticio acaban generando deuda a los pases receptores de la ayuda y aumentando as por tanto la brecha existente entre pases enrique-
50 http://www.rlc.fao.org/fondo/ (Consultada el 30/10/2010) 51 http://www.rlc.fao.org/faoespana/proyecto/africa.html (Consultada el 15/10/2010) 68 PAREN, AQU VIVE GENTE
cidos y pases empobrecidos. En este sentido, la deuda que el Estado espaol ostenta como acreedor frente a terceros es de tres categoras diferentes, que sern desarrolladas a continua-
cin: la deuda Fondo de Ayuda Desarrollo (FAD), deuda comercial y otros tipos de deuda (crditos Gobierno a Gobierno, lneas de crdito de especial naturaleza y avales) 52.
52 Para ms informacin sobre este tema, consultar la Web: www.quiendebeaquien.org 53 Se entiende la deuda ilegtima aqulla que procede de prstamos que esconden, nancian o tienen como consecuencia comportamientos, mecanismos o fenmenos que, a corto, mediano o largo plazo, atentan contra la dignidad de la vida de los ciudadanos del mundo y/o ponen en peligro la convivencia pacca entre los pueblos (Gmez et al., 2008).
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En el caso de los pases subsaharianos, entre 2001 y 2006 se han destinado unos 200 millones de euros y en el 2007 se aprobaron lneas de crdito FAD de 239 millones de euros (el 51% del total del FAD internacionalizacin aprobado ese ao). En el Documento Estrategia Pas 2005-2008 de la Cooperacin espaola para Senegal se hace mencin explcita al xito de los Crditos FAD otorgados a diversas empresas espaolas para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos en la cuenca del Sine Saloum, equipos de laboratorio para el control de calidad para la exportacin, plantas de Almacenamiento y distribucin de productos agropecuarios y redes de fro de la pesca artesanal. En el caso de Somalia, se ha denunciado que la totalidad de la deuda externa que el pas tiene con el Estado espaol corresponde a dos crditos FAD otorgados al rgimen dictatorial de Muhammad Ziyad Vallo por la venta de camiones y vehculos militares espaoles. Somalia est actualmente sumida en un conflicto militar que enfrenta diferentes clanes y seores de la guerra y se calcula que su deuda externa equivale al 300% del PIB del pas(Carrin et al., 2009). En 2003, Etiopa, Uganda y Camern reembolsaron a Espaa un total de 23,5 millones de euros en concepto de devolucin de crditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), seis veces ms que lo recibido en donaciones (3,6 millones) (Intermn Oxfam, 2003). En el 2010, en respuesta a las reivindicaciones histricas de la sociedad civil espaola y como resultado de la reforma de los fondos FAD, fue creado el Fondo para la Promocin del Desarrollo (FONPRODE), integrado en los Planes Directores de la Cooperacin Espaa y de los Planes Anuales de Cooperacin Internacional, y desligado de intereses comerciales. Incluye una gran diversidad de instrumentos, de nanciacin directa e indirecta (donaciones Estado-Estado), reembolsable y no reembolsable (Contribuciones a organismos multilaterales de desarrollo no nancieros). Para el 2011 cuenta con un presupuesto de 945 millones de euros, el 22% de la AOD total prevista. Cabe sealar que esta lnea sigue situando la empresa privada como un agente clave de la cooperacin internacional y que los insucientes mecanismos de control y seguimiento previstos y,
sobre todo, la imposibilidad de controlar los fondos prestados a travs de intermediarios como las IFIs o los fondos de inversin, dejan abierta la puerta a la generacin de ms deudas ilegtimas y a la promocin de inversiones irresponsables (Fresnillo, 2011). Paralelamente se cre otro instrumento de poltica comercial, totalmente separado y gestionado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a travs de la Secretara de Estado de Comercio, el Fondo para la Internacionalizacin de la Empresa (FIEM), destinado a la internacionalizacin de la empresa espaola,. El FIEM, que cuenta con una dotacin presupuestaria de ms de 316 millones de euros para 2011, se centra en la concesin de prstamos y crditos a Estados, Administraciones Pblicas regionales, provinciales y locales extranjeras, as como a empresas pblicas y privadas extranjeras para nanciar proyectos (muy a pesar de los importantes niveles de deuda externa que ya soportan muchos de los pases prioritarios en la poltica de desarrollo espaola).
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54 Los motivos de prdida ante los que CESCE da cobertura a las empresas espaolas en el exterior son: Guerra civil o internacional, revolucin, revuelta, terrorismo, alteraciones sustanciales del orden pblico o cualquier acontecimiento anlogo, acaecidos en el extranjero; circunstancias o sucesos catastrcos, tales como ciclones, inundaciones, terremotos, erupciones volcnicas o maremotos, as como los accidentes nucleares y los ocasionados por sustancias qumicas, bioqumicas o similares, acaecidos igualmente en el extranjero; acontecimientos polticos o econmicos de especial gravedad producidos en el extranjero, como crisis de balanzas de pagos o alteraciones de la paridad monetaria de signicativa cuanta que originen una situacin generalizada de insolvencia; expropiacin, nacionalizacin, conscacin o incautacin dictadas por autoridades extranjeras que recaigan sobre el adquirente extranjero o sobre la inversin espaola en el exterior (Ortega, 2004; ODG, 2004). 55 Russia, Peru, Egypt, Cuba, Algeria or Angola EL EXPOLIO DE RECURSOS EN FRICA SUBSAHARIANA 71
Tabla 8: FUNCIONAMIENTO DE LOS CRDITOS CESCE 1. La empresa espaola espaola negocia con un banco para que ste otorgue un prstamo al comprador de productos espaoles de un pas empobrecido. 2. El banco otorga el prstamo y se asegura mediante CESCE, de forma que si se produce un impago, el banco cobrar directamente a CESCE y ser CESCE quien deber conseguir el dinero del deudor. 3. CESCE y el banco imponen unas clusulas de garanta soberana, segn las cuales el Estado del pas empobrecido garantiza que en caso de producirse un impacto de la empresa contratante, ser el Estado quien asumir la deuda y se convertir en deudor (acepta estas condiciones para favorecer que se produzca la inversin en su pas). 4. Si se produce un impago, CESCE exige el dinero directamente al Estado empobrecido. En ese momento, la deuda pasa a ser una deuda pblica entre el pas empobrecido y el Estado espaol. En muchas ocasiones, sobre todo si se trata de un Estado de la Periferia, se encuentra obligado de asumir esa deuda ya que parte del proyecto ha sido realizado mediante nanciacin obtenida de crditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo. Fuente: Elaboracin propia a partir de informacin extrada de ODG, 2009
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Tal y como se ha explicitado a lo largo de este captulo, existen evidencias de que el Gobierno espaol est apostando, en la prctica, por el desarrollo de una nueva poltica de cooperacin basada en lo que denominan cooperacin nanciera, basada en la potenciacin sin medida y sin cuestionamiento a la AOD reembolsable. La Cooperacin debera entenderse no como una forma de interferencia econmica sino como un apoyo a las formas de entender y de hacer de los pases receptores de la ayuda, y debera ir desligada en todo caso de cualquier inters empresarial de los pases donantes. El Gobierno espaol debera en este sentido revisar profundamente su poltica de cooperacin as como la Ley 11/2010: Ley de Reforma del Sistema de Apoyo Financiero a la Internacionalizacin de
la Empresa espaola siguiendo las orientaciones detalladas por la campaa estatal Quin debe a Quin? (QDQ) 56. sta seala que FIEM funcionar en base a la garanta soberana, implicando la posibilidad de generacin de deuda externa en los casos de fallidos de pago, adems de destacar que no existen evidencias de una reforma de CESCE. A continuacin se especican los cambios mnimos que el Gobierno debera implementar en el caso del mantenimiento de este mecanismo generador de Deuda, extrados textualmente del documento de QDQ Ley 11/2010, de 28 de junio, de Reforma del Sistema de Apoyo Financiero a la Internacionalizacin de la Empresa Espaola: Valoracin desde la Campaa Quin debe a Quin? (2010). El presente informe suscribe estas propuestas:
Implementacin de Auditoras Pblicas Integrales, con la participacin de la sociedad civil, de la deuda de la totalidad de los pases deudores del Estado espaol con el objeto de determinar la legitimidad o ilegitimidad de la deuda exigida (incluyendo obviamente las deudas generadas mediante CESCE). Exclusin de todo tipo de apoyo mediante seguros de CESCE a proyectos que potencialmente pueden permitir la violacin de los Derechos Humanos y de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales. Exclusin de todo tipo de apoyo mediante un seguro de CESCE a proyectos que comporten graves impactos ambientales, que generen ms cambio climtico (industrias extractivas y represas) y/o que incluyan tecnologa nuclear. Prohibicin explcita para que mediante un seguro de CESCE no se apoyen proyectos que nancien material militar, policial y de doble uso. Establecimiento de mecanismos que aseguren una implicacin real de las poblaciones afectadas en el proceso de toma de decisiones de las evaluaciones ambientales, la planicacin de las compensaciones y desplazamientos.
57 http://www.codes.es/ (Consultada el 29/11/2011) 58 Vase por ejemplo el caso de Pescanova en Chile, http://www.odg.cat/documents/enprofunditat/Deute_ecologic/Pescachile_es.pdf (Consultada el 29/11/2011)
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La promocin y fortalecimiento de la participacin comunitaria organizada como elemento fundamental e indispensable para construir propuestas de SA. El libre acceso a los recursos naturales (tierra, agua, bosques, selvas, semillas) y a los recursos productivos (a las semillas e insumos para la produccin agrcola, a la formacin tcnica y a la tecnologa apropiada, al nanciamiento) de las poblaciones campesinas, ganaderas, indgenas y dedicadas a la pesca artesanal. El reconocimiento de los derechos de las mujeres al libre acceso y uso de los recursos naturales y productivos, y a su participacin en los procesos productivos, de distribucin y consumo de alimentos, participacin que debe ser garantizada. La promocin de sistemas de produccin diversicada, orientada al autoconsumo, que utiliza tcnicas agropecuarias ecolgicas y sostenibles, construidas a partir de los conocimientos tradicionales compartidos que
incorporan nuevas tecnologas apropiadas, ecolgicas y sustentables, siempre respetuosas con las tradiciones culturales de los pueblos. La promocin y defensa de los sistemas alimentarios tradicionales, equilibrados y nutritivos, basados en el respeto a las costumbres culturales de los pueblos. La promocin y el desarrollo de los mercados locales con comercio justo, basados en la produccin local y el consumo tico. La construccin y fortalecimiento de espacios y redes locales, nacionales e internacionales, en el Sur y en el Norte, que ejerzan presin ante las instituciones internacionales y los estados para el cumplimiento de los derechos de los productores y productoras, de los consumidores y consumidoras, y que informen y sensibilicen a la poblacin sobre los efectos subdesarrollantes de las prcticas y polticas implementadas en los pases enriquecidos sobre los pases empobrecidos.
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Es preciso promover la construccin de soluciones que partan del pueblo africano de forma colectiva y consensuada, y que den respuesta a sus necesidades y desde sus formas de resolver. En efecto la Cooperacin debera entenderse, por parte del Gobierno espaol, no como una forma de interferencia econmica sino como un apoyo a las formas de entender y de hacer de los pases receptores de la ayuda, y debe ir desligada en todo
caso de cualquier inters empresarial de los pases donantes (Espaa en este caso), y esto deber estar reflejado en todos los documentos que denen la estrategia de Cooperacin espaola. En Veterinarios Sin Fronteras creemos, en consecuencia, que el Gobierno espaol debera apoyar proyectos construidos sobre la base de la SA y la equidad social a nivel global.
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Plan frica
El Plan de Accin para frica o Plan frica del Ministerio del Asuntos Exteriores y Cooperacin (MAEC) es una iniciativa gubernamental que responde al hecho de que el continente africano se ha convertido en una prioridad estratgica y poltica de la accin exterior espaola (MAEC, 2009). El Ministerio ya ha lanzado dos Planes frica desde 2006. El primer Plan cubri el periodo 2006-2008. Un segundo Plan frica, nace de la evaluacin del primero dndole continuidad a este, desarrollndose en un periodo de cuatro aos, 2009-2012 y est vigente actualmente.
59 http://www.un.org/spanish/africa/osaa/nepad.html
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como, se favorecer en un entrono internacional los acuerdos necesarios para el ejercicio del derecho a la alimentacin. Sin embargo, no especica cmo se desarrollarn los procesos a seguir para conseguir este objetivo ni cmo se harn dichos apoyos, ms all del uso de facilidades nancieras. Es ms, en su cuarta lnea de accin, resalta el crecimiento econmico como forma de lucha contra la pobreza y vincula dicha lnea a los objetivos especcos del tercer objetivo, el cual se reere a la Promocin de las relaciones comerciales y de inversin entre Espaa y frica, y del desarrollo econmico africano. Lo que implica sostener que para luchar contra la pobreza hay que focalizar el crecimiento econmico, cuya perspectiva dentro del Plan se centra en la defensa de los intereses inversores y comerciales espaoles. El Plan frica no recoge una priorizacin de las lneas polticas que propone y adolece de la falta de precisin presupuestaria as como de indicadores de evaluacin para el seguimiento de las intervenciones (Alberdi y Bidaurratzaga, 2009; GEA, 2009). La sola descripcin de las acciones y la falta de priorizacin de las polticas pueden llevar a la subordinacin de objetivos y actuaciones en base a unos principios de sostenibilidad social y ambiental frente al impulso de objetivos y polticas centradas en la expansin econmica espaola en el frica Subsahariana. Esta focalizacin de las oportunidades de negocio en el territorio africano se opone a una estrategia integral de desarrollo, autonoma y bienestar de la poblacin local. Efectivamente, el Plan resalta en su cuarto objetivo la promocin de las relaciones comerciales y de inversin entre Espaa y frica, y del desarrollo econmico africano, la AOD -multilateral y bilateral- y diversos instrumentos econmicos que el Plan frica considera como herramientas que promueven el desarrollo (enfoque prodesarrollo) (Marn et al., 2009).. Y queda muy centrado en dos sectores estratgicos: la industria pesquera y la seguridad energtica. Como se ha mencionado, el apoyo de la Administracin espaola se realizar a travs de diferentes instrumentos y se enmarca a su vez en un entorno de poltica comercial y de desarrollo europea, principalmente a travs de los EPAs, los cuales no contribuyen al fortalecimiento
de integracin regional africano (GEA, 2009), ya que la mayora de estos no se rman respetando los grupos regionales. En un anlisis de las relaciones comerciales entre Espaa y frica Subsahariana (Marn et al., 2009), se percibe que los instrumentos ms importantes es decir, los que ms influyen en la aplicacin de otros instrumentos del Plan frica- son: la nanciacin pblica de estudios de viabilidad (FEV) realizados por empresas espaolas en frica y los APPRI con pases africanos. Uno de los instrumentos cuya aplicacin depende de otros es la nanciacin a empresas espaolas para la creacin/adquisicin de empresas en frica, con lo que el establecimiento de empresas espaolas en frica Subsahariana deber verse acompaado previamente de un conjunto de medidas de promocin y facilitacin. Esta tarea corresponde al ICEX. El Plan precisa impulsar los Acuerdos de Doble Imposicin y los APPRI muy dirigidos a la proteccin de las inversiones espaolas en territorio extranjero, cuyas condiciones perpetan el monopolio tecnolgico a raz de la proteccin de la propiedad intelectual e industrial y de los procedimientos tcnicos y la apropiacin y explotacin de recursos naturales, con consecuencias negativas para las comunidades rurales tradicionales (Romero, 2006; APPRI Espaa-Senegal, 2006). Se da continuidad a los instrumentos nancieros de apoyo al comercio y a la inversin (FAD, FEV, COFIDEX, entre otros) dando por supuesto que la defensa de los intereses comerciales espaoles no es incompatible con el desarrollo africano y benecia a las economas africanas (Alberdi y Bidaurratzaga, 2009). Estos instrumentos arrastran debates crticos que el Plan frica no aborda (Marn et al., 2009); han sido tradicionalmente considerados generadores de deuda externa (Romero, 2006) y, en muchos casos, deuda ecolgica; deudas que, por sus propias dinmicas, pueden obstaculizar el desarrollo de procesos de SA. En cuanto a la seguridad energtica, el Plan da especial nfasis en las inversiones de energas renovables en frica. Si bien, este podra consi-
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derarse un punto a favor del desarrollo africano, podra traducirse en el fomento del cultivo destinado a los agrocombustibles, basado en un modelo agrcola industrial, de monocultivo, con necesidad de grandes extensiones de tierra frtil y destinado a la exportacin por lo que, difcilmente podra constituir un proceso de desarrollo endgeno para la poblacin local. A pesar de las intenciones del Plan frica en la facilitacin de la penetracin de la empresa es-
paola en frica Subsahariana, el impacto de los instrumentos comerciales y de inversin del Plan frica (2006-2008) se puede sealar que la tendencia seguida por los flujos de inversin espaola en frica en los ltimos 15 aos parece indicar que estos estn relacionados ms con la coyuntura econmica e internacional, y que obedecen a decisiones empresariales puntuales, que a las medidas de apoyo a la inversin previstas en el Plan (Marn et al., 2009: 52).
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PARTE III
frica, tercer continente del mundo en extensin geogrca, con una supercie total de 30.272.922 kilmetros cuadrados, representa un vasto territorio compuesto en mosaico por llanuras de sabana, zonas de desierto, grandes extensiones de bosques y selva tropical, litorales ricos en manglar, lagos, lagunas y grandes ros. Esto se traduce en una gran abundancia de recursos naturales y una enorme biodiversidad: dispone de una gran variedad de especies forestales, sus suelos son excepcionalmente ricos en minerales y muy aptos para pastos y cultivos agrcolas, dispone de amplias zonas lacustres y de litoral muy ricas en recursos pesqueros as como de grandes extensiones de tierra que albergan gran cantidad de animales, que tradicionalmente han supuesto un aporte importante a la dieta africana. Cabra suponer que ante tal riqueza de recursos naturales y una enorme diversidad cultural los pases de frica Subsahariana no habran de tener problemas para satisfacer sus necesidades bsicas. Sin embargo, y a pesar de las caractersticas intrnsecas que le coneren un enorme potencial como abastecedor y consumidor de sus propios recursos, ms del 50% de la poblacin del continente africano vive actualmente bajo el umbral de la pobreza denido por el BM, y su PIB representa tan solo el 2,6% del total mundial, por lo que est considerado como el continente ms pobre del planeta. Esto responde en gran parte a una larga historia de colonizacin y fuga de recursos y est provocando el desplazamiento del modelo productivo tradicional, basado en una agricultura y ganadera de subsistencia, pesca artesanal, y enfocado primordialmente al abastecimiento de la familia, por un nuevo modelo productivo caracterizado por una fuerte dependencia de insumos externos donde la generacin de benecios es el elemento central, que sita al campesinado africano en una posicin de vulnerabilidad y dependencia a merced de las fluctuaciones del mercado internacional y de los intereses particulares de los inversores. En un continente donde el 60% de los trabajadores se ocupa de actividades rurales (slo el 15% est empleado en el sector industrial 60) las consecuen-
cias de este cambio de paradigma pueden resultar devastadoras para el campesinado africano. Las actividades de explotacin ya no estn necesariamente llevadas a cabo de manera directa por los Gobiernos de los pases enriquecidos, sino por capital privado proveniente de dichos pases, presentado bajo la forma de empresas multinacionales o transnacionales y amparado en el seno de un aparato poltico que le favorece a nivel internacional. As, las relaciones colonizador-colonia que antes caracterizaran la interaccin entre frica Subsahariana y la UE se han transformado, en la actualidad, en relaciones comerciales desiguales que permiten, a los pases de la UE, seguir fortaleciendo las relaciones de dependencia que generaron en el pasado, continuar obteniendo materias primas a bajo coste o divisas provenientes de la exportacin de sus productos sobrantes, y que son, por tanto, un claro reflejo de sus orgenes coloniales. En este contexto las sociedades africanas, englobando a las comunidades campesinas, ganaderas, pesqueras, comerciales, transformadoras y madereras, se anan para denunciar las consecuencias que la actividad de las empresas extranjeras, dentro del entorno del sistema econmico actual, suponen para la sociedad y naturaleza africana y, ms concretamente, para la SA de sus pueblos. A lo largo de este captulo repasaremos algunas de las principales amenazas que se ciernen sobre la SA del continente africano, analizndose, por lo tanto, aquellas que afectan a sectores tan estructurales como la pesca y la agricultura, el fenmeno de acaparamiento de tierras y el proceso de erosin gentica. Este repaso se llevar a cabo poniendo especial atencin en el papel que el Gobierno y las empresas espaolas desempean en cada una de estas amenazas, tratando de poner en claro su funcionamiento e intenciones reales y de trazar interrelaciones, en la medida de lo posible, entre la situacin de pobreza y vulnerabilidad en la que se encuentran la mayora de los pases de frica Subsahariana, y la intervencin del sector empresarial espaol (en su gran mayora, de capital privado) en dichos pases.
60 Siendo Egipto, Repblica de Sudfrica, Tnez y Marruecos los que poseen casi el total de dicha actividad.
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61 http://www.fao.org/shery/es (Consultada el 15/10/2010) 62 http://www.iucn.org/knowledge/news/focus/water_2010/?5898/3/ (Consultada el 15/11/2010) 63 Las Organizaciones Regionales de Pesca son organizaciones internacionales de pases que tienen intereses pesqueros en una zona determinada. Algunas gestionan todas las poblaciones de peces que se encuentran en una zona concreta y otras tienen por objeto especies altamente migratorias, especialmente tnidos, en extensiones geogrcas ms amplias. Las organizaciones estn abiertas tanto a los pases de la regin de que se ocupan estados ribereos como a los que tienen intereses en sus caladeros. Algunas ORP son puramente consultivas, pero la mayora estn facultadas para establecer lmites de capturas y esfuerzo pesquero, medidas tcnicas y obligaciones de control. La UE, representada por la Comisin, ejerce un papel activo en seis organizaciones atuneras y once de otro tipo.
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sus siglas en ingls Fisheries Partnership Agreements), en los que la UE concede ayuda nanciera y tcnica a cambio de derechos de pesca y, por otro lado, Acuerdos Septentrionales de gestin conjunta de poblaciones compartidas. A efectos de este estudio interesan los AAP ya que son stos los establecidos con pases no pertenecientes a la UE. Se trata de acuerdos rmados con pases que no tienen ningn inters en pescar en aguas de la UE, pero que pueden beneciarse de su apoyo nanciero y tcnico en su intento por desarrollar su propio sector pesquero nacional, a cambio de derechos de pesca para los buques de la UE. Un AAP consta de dos componentes principales: un acceso regulado de la flota de la UE a los recursos que la industria nacional del pas asociado no puede explotar plenamente, y una aportacin nanciera de la UE de la cual una gran parte (en ocasiones el 100 %) se destina a apoyar la poltica pesquera nacional del pas asociado, a luchar contra las operaciones de pesca pirata, y a reforzar las practicas pesqueras sostenibles dentro de su ZEE (PPC, 2009). As la UE ha rmado ms de 20 acuerdos de pesca con terceros pases. Quince de ellos estn actualmente en vigor en pases en vas de desarrollo. La UE paga unos 150 millones de euros al ao para acceder a pesqueras extranjeras, sobre todo en frica Occidental 64.
Existen AAP especcamente relativos al atn, de los cuales hay rmados actualmente 11 acuerdos bilaterales. Estos acuerdos permiten la extensin, desde el norte del Atlntico y bajando por la costa oeste de frica, de tres redes relativas a este pescado, y autorizan a los buques de la UE a seguir a las poblaciones migratorias de tnidos en sus desplazamientos por las aguas de frica (Mauritania, Senegal) y el Ocano ndico. El atn es una especie altamente migratoria, y los AAP del atn permiten que las embarcaciones europeas obtengan una licencia con cada acuerdo para poder seguir las poblaciones de una jurisdiccin a otra sin tener que interrumpir la actividad. En la mayora de los casos, la cuota en cuestin la establece la Organizacin Regional de Pesca (ORGP) pertinente 65. Adems existen AAP multiespecie rmados con Groenlandia, Mauritania, Guinea-Bissau, la Repblica de Guinea y Marruecos. El mayor acuerdo actualmente es con Mauritania, por un valor de 86 millones de euros al ao. Esta cifra corresponde a un tercio del presupuesto pblico del pas. Asimismo, el acuerdo con Guinea Bissau equivale aproximadamente a un tercio del presupuesto pblico nacional. En la mayora de los acuerdos, la UE paga el 90% de la cuota de acceso, y los propietarios de barcos privados slo el 10% restante. Ms del 50% de estos acuerdos son utilizados por propietarios de barcos espaoles 66.
64 http://ec.europa.eu/sheries/cfp/international/agreements/index_es.htm (Consultada el 20/09/2010) 65 Por ejemplo, la CICAA para el Atlntico y la CAOI para el Ocano ndico. 66 http://www.naturskyddsforeningen.se/in-english/marine-ecosystems-and-sheries/eus-unsustainable-sheries-in-westafrica/ (Consultada el 10/10/2010) 84 PAREN, AQU VIVE GENTE
Tabla 9: DATOS SOBRE LOS AAP ENTRE LA UE Y FRICA SUBSAHARIANA Pas Periodo Posibilidades de pesca Tonelaje de referencia (atn, por ao)
5.000 toneladas
Cabo Verde
2007-2010
Atn: 25 atuneros cerqueros, 48 palangreros de supercie, 11 caeros. Atn: 40 cerqueros, 17 palangreros de supercie. Atn: 25 cerqueros, 15 palangreros de supercie. Atn: 24 cerqueros, 16 palangreros de supercie. 2 500 trb/mes de pescado y cefalpodos; 1 500 trb/mes de camarones. Atn: 34 cerqueros, 14 palangreros de supercie, 9 caeros. 4 400 trb/mes de camarones y 4 400 trb de pescado y cefalpodos. Atn: 23 cerqueros, 14 caeros Atn: 43 cerqueros, 50 palangreros (> 100 GT), 26 palangreros (< 100 GT), 5 demersales. Atn: 22 cerqueros, 22 palangreros de supercie y caeros. Diversos crustceos y especies demersales Atn: 44 cerqueros, 45 palangreros Atn: 25 cerqueros, 18 palangreros
Comoras
2005-2011
6.000 toneladas
Costa de Marl
2007-2013
7.000 toneladas
Gabn
2005-2011
11.000 toneladas
Repblica de Guinea
2004-2008
...
Pueden aumentar gradualmente a 3.995.000 segn las posibilidades de pesca 7.500 .000 1.197.000,00
Guinea-Bissau Madagascar
2007-2011 2007-2012
Mauritania
2008-2012
...
2007-2011 2006-2010
2005-2011
63.000 toneladas
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El instrumento econmico de la poltica de la PPC es el Fondo Europeo de Pesca (FEP), que aspira a facilitar la aplicacin de medidas destinadas a garantizar una pesca sostenible y la diversicacin de las actividades econmicas en las zonas pesqueras. Su presupuesto general es de 4.300 millones de euros, de los cuales Espaa es el mximo beneciario, llevndose el 26% del total del presupuesto (UE, 2008). La ayuda comunitaria se complementa con ayuda nacional procedente de los fondos de cada Estado miembro. Hasta el ao 2006, el instrumento econmico de la poltica estructural en el sector de la pesca era el Instrumento Financiero de Orientacin de la Pesca (IFOP) , predecesor del Fondo Europeo de Pesca (FEP). Parte de su presupuesto se ha destinado a la creacin de empresas mixtas que contribuyen a la sobreexplotacin de los recursos pesqueros de frica Subsahariana. Durante este periodo, Espaa fue el pas ms beneciado del IFOP, obteniendo el 44% del presupuesto total. En Espaa, la creacin y apoyo pblico a las empresas mixtas que trabajan en pases terceros ha sido impulsado por el lobby Clster de Empresas Pesqueras en Pases Terceros (CEPPT). Sus actividades se han centrado principalmente en conseguir apoyos pblicos para este sector empresarial. En Senegal ha jugado un rol muy importante para la creacin de mecanismos de cooperacin especcos vinculados a la pesca y las empresas mixtas. A nivel europeo, Espaa contina liderando la creacin de empresas mixtas. En el periodo 1990-1999 se concretaron en el conjunto de la Unin Europea 152 proyectos empresariales, 82 de los cuales fueron impulsados por empresarios espaoles (COFREPECHE, 2000). stos se beneciaron de una subvencin directa de 181.263.891, un 61% del global de las ayudas europeas, constituyndose as el sector pesquero espaol como el mayor receptor de ayudas pblicas. Desde el ao 2004 no se han ofrecido ms ayudas para la creacin de nuevas empresas mixtas; no obstante, eso no signica que no cuenten con apoyo pblico. Se est nego-
ciando un macrocrdito con el BEI, el banco de la UE encargado de nanciar las actividades de la UE en el exterior, de 400 millones de euros en concepto de renovacin de la flota y las instalaciones en el exterior (SETEM, 2009). En las negociaciones de los AAP, Espaa forma parte del sector de pases europeos menos atento a las demandas africanas y a los riesgos anunciados de dichos acuerdos. Exige, como participante del clster de pases que componen la UE (al igual que el resto de la UE) que las condiciones de privatizacin ya estn dadas y raticadas por los Parlamentos Nacionales de los pases de frica Subsahariana, para que, de este modo, la inversin extranjera pueda realizarse sobre una base nanciera slida (Avendao, 2006). Bajo esta esperanza de inversin extranjera, el FMI, el BM y recientemente la OMC, ejercen una serie de presiones a toda escala sobre los pases de frica Subsahariana amenazando la supervivencia de las pequeas y medianas comunidades pescadoras. La privatizacin de los recursos pesqueros produce cambios en las leyes de pesca en aquellos pases donde existen o se generan nuevos cuerpos legales que crean las condiciones previas y necesarias para traspasar los derechos de propiedad a nombre de la nacin o de los Estados a terceros (compaas nacionales o extranjeras); crear nuevos regmenes de pesca, generalmente a travs del sistema de Cuotas Individuales Transferibles (CIT). Con respecto al estado actual de las negociaciones de acuerdos de libre comercio en materia de pesca, en el ao 2004, la UE aport algunos elementos nuevos para la aplicacin de la reforma de la PPC iniciada en 2002. En el plano bilateral, se han celebrado o prorrogado desde entonces acuerdos de pesca con varios pases de frica Subsahariana como Sudfrica, Cabo Verde, Comores, Costa de Marl, Guinea, Guinea-Bissau, Madagascar y Mauricio, al tiempo que se han adoptado directrices de negociacin para la celebracin de un acuerdo con Libia.
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PESCA ARTESANAL
Ms de 12 millones
Capturas animales para consumo humano Coste de capital para cada trabajo generado en las embarcaciones Capturas utilizadas en aceites o harinas
30.000 - 300.000
300 - 3.000
20 - 30 millones de toneladas
Prcticamente nada
Capturas por tonelada de gasoil consumida Pescadores por cada milln de dlares invertidos en la embarcacin
1 - 2 toneladas
4 - 8 toneladas
5 - 30
500 - 4.000
8 - 20 millones de toneladas
Muy pequea
Pesca descartada en el mar Fuente: Pauly, 2006. En el mbito de la pesca martima y la acuicultura en frica Subsahariana, el principal conflicto se encuentra entre la pesca y acuicultura artesanal y las flotas comerciales mecanizadas, extranjeras o mixtas, que explotan los recursos de alta mar y, las extensas granjas de cultivo de pescado. Este conflicto se complica an ms al tratarse, por lo general, de pases que no cuentan con los recursos necesarios para establecer su propia flota comercial y que se ven presionados para vender sus derechos de pesca a otro pas, frecuentemente un pas industrializado. Este es el caso, por ejemplo, de la industria pesquera espaola (ver estudios de caso) que faena en las aguas de Mozambique, Senegal, Mauritania o Sudfrica.
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69 Se trata de un documento que acompaa las Orientaciones Tcnicas para la Pesca Responsable N. 10, y en el cual se presentan una amplia serie de ejemplos prcticos y experiencias en todo el mundo relacionados con la pesca artesanal.
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Es la primera fuente proveedora de alimentacin animal para la poblacin africana. El pescado se queda en casa suponiendo la base de la alimentacin de las poblaciones costeras en lugar de ser exportado a pases extranjeros como Espaa. Se trata de un sector dinmico y de fuerte adaptabilidad que presenta mayor eciencia econmica que la pesca industrial (FAO, 2009). Supone la base del sector de la pesca en frica Subsahariana como motor generador de empleo, representando, por ejemplo en Senegal, cerca del 89% de las descargas y empleando a un total de 600.000 personas. (FAO, 2009). Tiene una mayor capacidad para intercambiar de una forma ms amplia benecios sociales y econmicos al descentralizarlos y extender-
los desde el punto de vista geogrco (FAO, 2009) y al generar un flujo comercial a escala local controlado por los/as propios/as pescadores/as. La pesca artesanal se sustenta en una tradicin y modo de vida que data de muchas generaciones, suponiendo por tanto una importante contribucin a la herencia cultural del pueblo africano. La importancia de la pesca artesanal es creciente debido a que cada vez ms sirve como medio de abastecimiento de una industria de transformacin local. Produce un menor nmero de repercusiones negativas en el medio ambiente debido al uso de embarcaciones ms pequeas con menos capacidad de captura.
Por su parte, la acuicultura representar en 2015, segn previsiones de la FAO (2009), el 41% del consumo mundial de pescado (frente al 27,4% del ao 2000). No ha sido ampliamente practicada por el pueblo africano. Sin embargo su despertar no debera desdearse dado que, como modelo de produccin artesanal complementario a la pesca martima y continental artesanal, presenta una serie de fortalezas, descritas a continuacin:
Est considerada como una fuente alternativa a los recursos pesqueros del mar que puede paliar en parte la disminucin y escasez de los mismos. Participa como fuente de aprovisionamiento a las industrias locales de transformacin, sobre todo durante el reposo biolgico.
Crea empleo y posibilidad de ingreso a nivel local. Supone produccin de pescado en zonas del interior, produciendo la diversicacin de la dieta del campesinado.
Las mujeres desempean, en la pesca y acuicultura artesanales, un papel importante tanto como trabajadoras del sector pesquero artesanal en frica Subsahariana como garantizadoras de la seguridad alimentaria del hogar. En general poseen un entendimiento y conocimiento profundos del medio ambiente natural y de sus recursos. Participan del proceso durante y despus de la captura, tanto en la pesca artesanal como en la comercial.
Su trabajo suele consistir en la elaboracin y la reparacin de redes, cestos y nasas y en poner cebo en los anzuelos. Raramente participan en la pesca comercial en alta mar ni en aguas profundas, sino que lo suelen hacer en actividades pesqueras realizadas desde embarcaciones pequeas y canoas en aguas costeras o continentales, cultivando bivalvos, moluscos y perlas, recogiendo algas o colocando redes o trampas.
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Las mujeres desempean asimismo una importante labor en la acuicultura, donde se suelen ocupar de los estanques, de alimentar y cosechar peces y recolectar larvas de gambas y alevines de
peces. No obstante, la funcin mas importante de la mujer tanto en la pesca artesanal como en la industrial se desarrolla en las etapas de elaboracin y comercializacin (FAO, 2009).
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segundo sector importado por Espaa a Ghana, con 4.887.000 de euros. Entre 1993 y 2004, la inversin espaola directa en Namibia super los 60 millones de euros. Las inversiones en este pas estn muy concentradas en el sector pesquero y consisten en factoras
de procesamiento y comercializacin internacional de productos derivados del mar. Algunas de las empresas espaolas que se han instalado en Namibia han contado con el apoyo del convenio ICEX-CDI 72 y con la implicacin de COFIDES (ICEX, 2010).
Tabla 10: ESTUDIO DE CASO PESCA: SENEGAL El sector de la pesca juega un papel determinante en Senegal a nivel socioeconmico, por su peso en el PIB, como primer proveedor de divisas del exterior, as como por el empleo generado y la importancia que la pesca representa en la alimentacin de la poblacin. Unas 600.000 personas trabajan en actividades relacionadas con la pesca, cerca del 17 % de la poblacin activa, de las cuales 100.000 lo hacen en puestos de trabajo directos. La pesca acta como medio de subsistencia, no solo a nivel econmico como ingreso para las numerosas familias que trabajan en el sector, sino tambin como fuente de alimentacin, estimado entre 26 y 30 kilos de media por habitante y ao, cifra mayor en las regiones costeras. La actividad pesquera en Senegal tiene los siguientes componentes: La pesca artesanal: es la actividad pesquera ms importante del pas, tanto en valor como en volumen. Es ejercida con piraguas a travs de las 7 regiones martimas del pas que son Dakar, Thies, Saint-Louis, Fatick, Ziguinchor, Louga y Kaolack. La pesca industrial: es llevada a cabo por barcos senegaleses y extranjeros (en parte espaoles) en el marco de acuerdos de pesca con otros pases, el fletamento por parte de empresas locales y la creacin de sociedades mixtas. La acuicultura, tanto artesanal como industrial: tiene una importancia todava reducida, se presenta como una fuente alternativa a los recursos pesqueros martimos. La industria de transformacin: la transformacin de pescado dedicado a exportacin est sufriendo un proceso de reconversin por un exceso de capacidad de las empresas junto con la falta de provisin de materias primas y la baja competitividad del sector en los mercados exteriores. As mismo existen experiencias de transformacin del pescado llevadas a cabo por mujeres locales, enfocados a la venta en mercados locales.
71 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5320986_5320988_0_MR,00. html (Consultada el 10 /11/ 2010) 72 CDI es el programa de ayuda de la UE a las PYMES europeas para la creacin de empresas mixtas en pases en desarrollo del frica Subsahariana
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Tabla 10: ESTUDIO DE CASO PESCA: SENEGAL EMPRESA ESPAOLA QUE PROVOCA LA AMENAZA Los recursos pesqueros de Senegal estn explotados, en su mayora, por empresas extranjeras. Espaa fue el primer pas beneciario de la cuota de capturas permitidas de pesca demersal: en el caso de los arrastreros de pesca demersal costera con una cuota del 47%, seguido de Italia (37,5%) y Grecia (15,5%) sobre un total de 1.500 toneladas permitidas; en los arrastreros de pesca demersal profunda y arrastreros de fondo obtuvo el 100% (3.000 toneladas) de la cuota acordada; para los arrastreros congeladores de pesca demersal profunda de crustceos, el 91% (3.186 toneladas), siendo el 9% restante para Portugal. Referente a la pesca atunera, Espaa, Francia y Portugal se repartieron las cuotas. En todos los casos Espaa obtuvo el mayor nmero de barcos, 10 para los atuneros de caa (Francia 6), 21 para los atuneros de redes congeladores (18 para Francia) y 20 para los palangreros de supercie (3 para Portugal). En Mayo de 2005 haban 36 barcos espaoles con licencia de pesca en Senegal73, sobre un total de 152 barcos extranjeros. A efectos de este estudio se mencionarn a continuacin varias empresas espaolas y mixtas (espao-senegalesas) que faenan en las aguas del pas (Emonet, 2006; ICEX, 2006): Pesca: AGAC (ASOCIACION DE GRANDES ATUNEROS CONGELADORES): Asociacin de 22 barcos atuneros de bandera espaola, 7 de los cuales tienen licencia para pescar en Senegal. HISPANO SENEGALAISE DE PECHE, HISEPEC SA: Trabaja exclusivamente con sus clientes espaoles. Armadores de barcos de pesca: SENEVISA: Pesca y planta de tratamiento de pescado, exportacin de pescado congelado. Empresa ntegramente espaola. SISPA - STE IBERO SENEGALAISE PECHE ATLANTIQUE: Capital Social: 200 millones de FCFA - Capital espaol: 49%. Pesca de marisco, con cuatro barcos de unas 200 TRB, con un nivel de capturas de unas 500 toneladas al ao. El 100% se destina a la exportacin a Espaa.
73 Un barco espaol puede pescar en aguas senegalesas bajo bandera de ese pas cumpliendo una serie de condiciones: el 51% del capital social debe estar en manos de senegaleses, la sede social y las cuentas domiciliadas en Senegal, los barcos comprados y matriculados bajo bandera de Senegal y el director general o gestor ser senegals entre otros requisitos.
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Tabla 10: ESTUDIO DE CASO PESCA: SENEGAL EN QU CONSISTE LA AMENAZA Y A QUIN AFECTA Para las comunidades de pescadores de todo el mundo, la globalizacin impulsada por las polticas neoliberales ha signicado una reduccin drstica de los derechos de acceso a los recursos pesqueros, a las reas tradicionales de pesca y a los espacios territoriales de la zona costera. Los recursos pesqueros de Senegal estn siendo explotados, en gran parte, por empresas espaolas. As, los benecios generados por el aprovechamiento de recursos no se quedan en el pas origen, siendo exportados a Espaa para abastecer a una clase consumidora creciente, despojando a las poblaciones senegalesas de sus propios recursos pesqueros y agotando los caladeros. La influencia espaola en la pesca senegalesa no se limita a la propiedad de las embarcaciones, ya sean stas controladas desde empresas espaolas o desde empresas mixtas; los actores espaoles tambin juegan un rol en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en ingls), uno de los principales problemas en todo el mundo para una correcta gestin de los recursos pesqueros. La IUU incluye varios tipos de actividades ilcitas, como pescar sin permiso fuera de temporada, utilizar artes de pesca proscritas, no respetar las cuotas de captura, no declarar o dar informacin falsa sobre el peso y las especies de la captura (SETEM, 2009). EXPERIENCIAS DE SOBERANA ALIMENTARIA ALTERNATIVA Y MOVIMIENTOS CAMPESINOS ASOCIADOS Actualmente la pesca artesanal en Senegal es de especial importancia para el pas, tanto por la cantidad de alimento que suministra como por la poblacin a la que da trabajo. La pesca artesanal supone una parte muy signicativa de las capturas globales en las especies de proximidad y de supercie (entre un 70 y un 80% del total segn la regin) (FAO, 2008). La pesca artesanal supone en s misma un modelo alternativo a la pesca industrial. En este sentido se consideran de inters el trabajo llevado a cabo por los pescadores de Dakar y Saint Louis (que son a su vez dos de los puertos industriales con ms importancia del pas, con presencia de empresas espaolas), por su articulacin como pescadores tradicionales en redes locales y estatales, as como la experiencia de transformacin del pescado que llevan grupos organizados de mujeres ligados a dichas redes en estos lugares. Los actores implicados en esta experiencia son el Conseil National Interprofesional de la Peche Artisanale au Senegal, la Asociacin de Jvenes Pescadores de Saint Louis, y grupos organizados de mujeres, asociados a ambos colectivos, encargados de la transformacin y venta del pescado en mercados locales, en Dakar y Saint Louis.
Por su parte la acuicultura industrial pretende ofrecer una respuesta a las necesidades crecientes de alimento, con las consecuencias derivadas que esta prctica supone para el medio ambiente, ya que socava los manglares del litoral africano, sustituyendo su biodiversidad original por piscinas de produccin de langostinos y otros peces y
abusando del empleo de qumicos que terminan por contaminar el agua y el suelo, as como para la sociedad africana (ocupacin de territorios, exportacin ntegra de la produccin, etc.). Nigeria es el pas lder de la regin, en lo que respecta a frica Subsahariana (FAO, 2009), con una
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produccin registrada de 85. 000 toneladas de pez gato, tilapia y otros peces de agua dulce. En Madagascar est prosperando el langostino jumbo (Penaeus monodon), y las algas Eucheuma lo estn haciendo en la Republica Unida de Tanzania, mientras que la produccin de especies menos frecuentes como el abuln (Haliotis spp.) esta aumentando en Sudfrica. La acuicultura ha sido presentada como una respuesta ante la sobreexplotacin de los recursos marinos en frica Subsahariana, y la industria pesquera extranjera est recurriendo cada vez ms a esta para aumentar la produccin mundial de pescado (como ocurre con el cultivo de panga en Mozambique). Si embargo, los nuevos mtodos industriales de piscicultura practicados en frica Subsahariana son altamente tcnicos y se basan en la produccin intensiva y grandes concentraciones de peces alimentados con piensos articiales, aditivos qumicos y antibiticos para aumentar la ecacia de la produccin. Tales mtodos requieren una gran inversin de capital que, a menudo, excluye a las personas ms pobres. Por lo general son las empresas extranjeras quienes compran grandes extensiones de supercie costera (o en zonas ribereas o lacustres), destrozando el manglar, desplazando a la poblacin, e instalando sus granjas de monocultivo del camarn (Mozambique, Mauritania, por ejemplo), contaminando las aguas, para obtener un producto que ser exportado y consumido en la UE principalmente, por lo que, aunque estos nuevos mtodos se suelan fomentar para reducir el hambre, en la prctica, este
tipo de cultivo raras veces benecia a la poblacin, yendo en detrimento de su SegA y de su SA. Es necesaria, en materia de pesca, una reorientacin participativa del uso de los recursos y ecosistemas marinos de frica Subsahariana. Para ello se requiere de una poltica de desarrollo pesquero integral que proteja estratgicamente al sector pesquero artesanal. Espaa juega un papel fundamental en la explotacin de los recursos pesqueros de frica Subsahariana. En Veterinarios Sin Fronteras consideramos de suma importancia que el Gobierno espaol ceda a los intereses empresariales espaoles frente a principios de justicia y equidad social. El Gobierno espaol debera apostar por la participacin en el diseo de planes de manejo participativos, aplicacin del criterio precautorio, eciencia energtica, utilizacin de artes, aparejos y mtodos selectivos de pesca, as como que el respeto a los derechos sociales, culturales y laborales sean incorporados a los procesos de certicacin de las producciones pesqueras nacionales. Tambin debera eliminarse la sobre-inversin pesquera. La actual situacin de aguda sobreinversin de la flota y plantas industriales es atentatoria contra la estabilidad de los recursos marinos, las fuentes de empleo y las comunidades costeras. La comunidad internacional, y, asimismo, el Gobierno espaol, debera avanzar hacia la reduccin efectiva de la flota, evitando la exportacin del excedente industrial hacia reas y pesqueras con menor control amparados en el empleo de banderas de conveniencia.
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Produccin Agrcola
Dentro del contexto de expansin del modelo de produccin agroindustrial y del sistema econmico de libre mercado, frica supone actualmente un atrayente territorio ante el que los intereses empresariales encuentran un extenso campo de desarrollo. La agricultura industrial es la forma de agricultura que encaja en una economa de mercado que simplica la virtud del producto obtenido, y lo reduce a la categora de medio. El producto nal se convierte en un medio para la obtencin de lucros por parte del capital, independientemente de que ste venga representado como un paquete de simientes, fertilizantes qumicos, tomates o cosmticos. Esto desvirta el concepto de agricultura concebida como un arte convirtiendo as a la tierra en una fbrica de productos alimentarios cosechados de forma industrial, y contrasta fuertemente con la idea de agricultura que predomina en la mayora de pases africanos, donde todava la actividad productiva es entendida en su sentido original, es decir, como un proceso necesario para asegurar la alimentacin de la familia (Martnez, 2008). Entender el proceso de produccin de alimentos como una forma de lucro y no como un derecho bsico tiene como resultado la mercantilizacin del proceso productivo, relegando la SegA y SA de los pueblos a un plano secundario, incluso marginal. En frica Subsahariana se practica mayoritariamente un tipo de agricultura extensivo, organizado en torno a la granja familiar. En este tipo de organizacin productiva la movilizacin de la fuerza de trabajo de los miembros de la familia as como de todos los bienes de la familia es esencial, de ah el nombre la agricultura familiar. Estos sistemas operativos de trabajo proporcionan en frica la prctica totalidad de la produccin agrcola. En todos esos casos se practica un tipo de agricultura familiar muy poco dependiente de insumos externos (gasolina para motores, pesticidas, fertilizantes), en el que la fuerza de trabajo se reparte entre la unidad familiar, y que por lo general no est fuertemente ligada a las fluctuaciones de los precios del mercado internacional. Adems suele ser respetuosa con el medio natural, ya que depende fundamentalmente de la naturaleza para ser productiva. Es un tipo de agricultura cuyo objetivo primordial es el de nutrir a las familias y no obtener benecios econmicos y mucho menos para la exportacin. As los productos obtenidos tendern siempre, en primer lugar, a cubrir las necesidades del ncleo familiar, y, posteriormente, las del mbito local. Slo una vez cubiertas las necesidades en estos espacios, pasarn a formar parte de la cadena de comercializacin de productos agrarios a escala regional o nacional. En contraposicin, el modelo de agricultura industrial, con un sistema de produccin fundamentado en el monocultivo para la exportacin, genera una fuerte dependencia de insumos externos y de las fluctuaciones de los precios impuestas por el mercado internacional y tiende a convertir a las campesinas y campesinos en trabajadores de granja, fomentando el xodo rural a las ciudades. Estas personas que antes eran campesinos y campesinas dejan de cultivar su propio alimento y comienzan a ser dependientes de los productos ofrecidos en el mercado, y de la fluctuacin de sus precios. La produccin de las empresas privadas, as como el mercado, mediante el juego de subida y bajada de precios y la bsqueda de ganancias, no puede garantizar de ninguna manera la SA de las poblaciones campesinas de frica Subsahariana.
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Contexto poltico
frica Subsahariana est viviendo ahora una re-colonizacin de su territorio, pero esta vez la colonizacin no est siendo llevada a cabo por los Estados, sino por los intereses del capital privado, respaldados, en la mayora de los casos, por los Gobiernos de sus pases. La explotacin de la mayora de sus recursos naturales la estn llevando a cabo empresas extranjeras cuya principal preocupacin no est en el bienestar de la poblacin africana. Esta desviacin en el uso y aprovechamiento de los propios recursos, que pasan de representar la supervivencia del pueblo africano a signicar una va de mercado mediante la cual comerciar y generar riqueza, impacta directamente sobre la SA de las familias africanas situndolas en una posicin de dependencia y vulnerabilidad con respecto a los intereses privados extranjeros. En este sentido, las polticas llevadas a cabo por los distintos pases del mundo van, en lneas generales, encaminadas a favorecer la expansin del modelo econmico actual. As, todo el conglomerado de reglas que determina las relaciones polticas, comerciales y econmicas a nivel internacional no hace sino perpetuar los roles de liderazgo, poder, dominacin y subordinacin, volviendo a colocar de forma prcticamente inamovible (todo el sistema de reglas bloquea el cambio) a cada uno de los pases que participan del juego en su histrica posicin de ricos o pobres. El panorama poltico favorece, bajo una aparente preocupacin por la pobreza, la desigualdad y la necesidad de desarrollo en frica (preocupacin que aparece plasmada en documentos ociales que abarcan desde el Plan frica hasta aquellos derivados de la constitucin de la OMC, por ejemplo) la expansin de este modelo econmico y la entrada y asentamiento de empresas, en su mayora procedentes de pases enriquecidos. Dentro de frica, la NEPAD, aprobada en 2001, representa la visin y el marco estratgico adoptado por los dirigentes africanos para combatir la pobreza y el subdesarrollo en todo el continente. Su estrategia est dirigida, en teora, a resolver los grandes desafos que se le plantean actualmente al continente africano. Entre sus prioridades se encuentra la de introducir reformas polticas y aumentar las inversiones en diversos sectores como la agricultura, el perfeccionamiento de los recursos humanos, con especial atencin a la salud, la educacin, la ciencia y la tecnologa, la construccin y mejora de obras de infraestructura, la diversicacin de la produccin y las exportaciones, especialmente de la agroindustria, las manufacturas, la explotacin y elaboracin mineras y el turismo, la intensicacin del comercio entre los pases africanos y el acceso ms amplio de sus exportaciones a los mercados de los pases ms adelantados, etc. (Crush y Williams, 2004).
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Surge como una respuesta ante la necesidad de cooperacin y acuerdo entre gobiernos, el sector privado y otras instituciones de la sociedad civil; como una forma de integracin de todas las naciones africanas en una economa y poltica global. Dentro del contexto de la NEPAD se identica la SegA de las familias africanas como una de las primeras metas para resolver, para lo cual se considera necesario modicar, textualmente, el inadecuado sistema agrcola con el n de tener una produccin agrcola lo sucientemente abundante como para abastecer a toda la poblacin del continente. No se apoya en los sistemas tradicionales de produccin, comercializacin y consumo, sino que erige el sistema agrario occidental como el ejemplo a seguir para avanzar hacia la meta del desarrollo: Los pases desarrollados debern asistir a frica en el desarrollo de sus capacidades en agricultura (NEPAD, 2001). Trata de forzar una convergencia entre una visin del desarrollo basada en la innovacin y la apertura al mercado internacional y la tradicin, fuertemente arraigada en los campos africanos. Esto se evidencia, por ejemplo, en la explicitada intencin de fortalecer la industria de la biotecnologa con el objetivo, segn armaciones textuales, de enriquecer la biodiversidad, as como la introduccin de tcnicas innovadoras y nuevas tecnologas en el sector agrcola con el objetivo de desarrollar el conocimiento indgena y aumentar la productividad agrcola. Adems abre el escenario a la entrada de capital privado, considerado ste como un componente esencial para mantener la estructura econmica africana a largo plazo. Para la NEPAD el objetivo que cumple la agricultura en frica (por lo general una agricultura de subsistencia cuya prioridad es la alimentacin de las familias) debe abrirse hasta contemplar un tipo de produccin orientada al mercado que permita a frica desempear un papel relevante en el flujo comercial internacional de materias primas y productos manufacturados de primer orden. En este sentido es fundamental la funcin del capital privado y las empresas, y por eso, segn NEPAD, los gobiernos africanos deben reducir todo lo posible las constricciones a la actividad econmica
y de inversin y favorecer la actividad empresarial en frica. Para asegurarse del cumplimiento de estos objetivos, se denen acciones especcas a nivel interno tales como incrementar la seguridad en la aportacin de agua para la agricultura, promover la reforma agraria necesaria para facilitar el desarrollo de la agricultura y proporcionar crditos que nancien actividades agrarias. A nivel internacional se apela a la creacin de nuevos partenariados que favorezcan el desarrollo de proyectos agrcolas y el acceso al mercado internacional. NEPAD considera fundamental para el desarrollo econmico del continente que instituciones nancieras como el BM, el FMI, el African Development Bank, la UNESCO, la FAO y otras agencias donantes multilaterales participen como inversores en proyectos generadores de estructura econmica, siendo, por tanto, permeable a la visin y formas de hacer de dichas organizaciones. Por su parte, el panorama internacional y las Naciones Unidas apoyan rmemente a NEPAD como marco para hacer frente a la pobreza y el subdesarrollo en todo el continente africano. Los diversos fondos, programas, organismos y departamentos del sistema de las Naciones Unidas promueven activamente las prioridades de la NEPAD y los ODM, en sus respectivos mbitos de experiencia 74. La OMC apoya los objetivos principales de la NEPAD en la esfera del comercio, especialmente mediante las actividades de sus programas de asistencia tcnica relacionada con el comercio para pases africanos. Esta red de relaciones comerciales, empresariales y polticas que mantiene interconectados a pases africanos, organismos internacionales y pases enriquecidos est construida sobre una plataforma de intereses, en muchos casos contrapuestos, que trata de guardar un aparente equilibrio entre las preocupaciones sociales y los intereses econmicos de cada uno de los actores. Un ejemplo muy ilustrativo en este sentido es el Plan REVA de Senegal (Retour vers lAgriculture). Senegal es un pas con una economa de marcado carcter agrcola. Aunque este sector contribuye en menos del 10% al PIB nacional, es la principal
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fuente de empleos, implicando al 72% de la poblacin activa. Los productos agrcolas representan en torno al 8% de las exportaciones totales y desempean un papel primordial en la alimentacin de las poblaciones. Segn estimaciones de la FAO la supercie cultivable de Senegal supera los 3.800.000 de ha, de los cuales dos tercios, se aprovechan actualmente con estos nes. Las principales zonas de cultivo se encuentran en los deltas y valles de los ros Senegal, Gambia y Casamance y los principales cultivos son cacahuete, mijo, sorgo y arroz (ICEX, 2006). Dentro de este contexto, el Plan REVA surge como idea original del presidente Wade como estrategia para jar la poblacin en Senegal a travs de la potenciacin de las capacidades productivas del medio rural. Pretende la implantacin de polos emergentes integrales 75 como punto de partida para una conversin de los mismos en polos de desarrollo y la promocin de la iniciativa privada dentro del sector agroindustrial 76 en sentido amplio (horticultura, silvicultura, piscicultura, acuicultura, artesanado, etc.). El gobierno senegals, partcipe de esta preocupacin, en diversas ocasiones hace referencia a la aspiracin de lograr la seguridad alimentaria a travs de estrategias como el Programa Especial de Desarrollo Ricicola, componente del REVA que pretende como objetivo nal la produccin de 500.000 toneladas de arroz para 2010 y la autosuciencia para 2015. Los medios para conseguir esto seran la dotacin de 3.000 unidades de bombeo, la promocin de polos arroceros (Valles, Deltas; Fatik, Sur) y la rehabilitacin de las infraestructuras existentes. En este caso el Gobierno espaol, como uno de los primeros pases objetivo de la emigracin senegalesa, en la primavera de 2006 decidi dar su apoyo al Plan REVA con una Subvencin de Estado en Especie para la ejecucin de un polo
emergente agrcola que sirviera de prototipo a las explotaciones venideras que se beneciarn de una nanciacin concesional reembolsable de 10 millones de euros con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo. Este apoyo del Estado Espaol a travs de fondos FAD a empresas espaolas como la empresa vasca INKOA S.L. 77 o la pblica TRAGSA se plasma en el escrito del Plan REVA puesta en marcha de los polos emergentes integrados en cooperacin con el reino espaol fechado en julio 2007. La explotacin del Polo emergente agrcola de Djilakh ha sido convertida en el ejemplo a seguir para materializar en Senegal una poltica de desarrollo rural sostenible que, ms all del fomento del arraigo y alternativa a las migraciones, sea capaz de situar al sector agrcola como elemento decisivo para la creacin de riqueza y de crecimiento que se establece en la Estrategia de Crecimiento Acelerado (SCA) y en el Documento de Estrategia de Reduccin de la Pobreza (DSRP II) aprobado por el FMI y el BM para Senegal (Olivi, 2007). Empero, el poderoso conglomerado compuesto, por un lado, por el Gobierno de Senegal, la empresa extranjera INKOA SL. y el Gobierno espaol, supone un gran riesgo para la agricultura campesina tradicional de Senegal y por tanto para la SA de su pueblo, que asiste al desplazamiento de sus sistemas tradicionales de produccin a favor de sistemas de produccin que en poco favorecen la seguridad alimentaria de las familias africanas.
74 http://157.150.195.10/spanish/africa/osaa/systemsupport.html (Consultada el 03/11/2010) 75 Grandes explotaciones diversicadas del sector primario en las que se conjuga las actividades tradicionales con las nuevas. Se dividen en polos emergentes integrados tipo excelence agrcolas y acucolas, polos emergentes tipo granja moderna, polos de emergentes tipo mixto agro-pisccolas, polos emergentes tipo agro-pastoral. (REVA 2006) 76 Se distinguen los siguientes polos: tipo grandes productores, de innovacin para cultivos no tradicionales como los biocombustibles, pequeas granjas familiares instauradas por todo el pas a travs de las ONG o de otros socios, micro jardines y cultivos hidropnicos en el medio rural y la promocin de los micro jardines en los colegios. (REVA 2006) 77 http://www.inkoa.es/ (Consultada el 1/09/2010) 98 PAREN, AQU VIVE GENTE
Agrocombustibles
Las demandas energticas de la sociedad de consumo de los pases enriquecidos van en aumento, al tiempo que empiezan a descender las reservas de petrleo del mundo. Esto obliga al sector inversor a mover su capital hacia otras formas de produccin de energa, para abastecer la demanda creciente de las sociedades de consumo del Norte. Ante este panorama la produccin intensiva de agrocombustibles se presenta como una alternativa plausible. Dado que se necesitan grandes extensiones de terreno para abastecer dicha demanda, los pases empobrecidos de frica Subsahariana (como la Repblica de Congo, Ghana, Mal, Madagascar o Mozambique) con tierras y mano de obra barata, suponen una opcin econmicamente interesante para el conglomerado inversor, conformado mayoritariamente por compaas del Norte. En frica Subsahariana los principales cultivos empleados en la produccin de agrocombustibles son:
Dedicados a la produccin de etanol: la caa de azcar (ha sido cultivado en diversas partes de frica como cultivo de exportacin, con importantes industrias en Sudfrica, Mozambique y Malawi); el maz (uno de los cultivos ms importantes de Nigeria, donde cubre el 60% de las tierras de cultivo, utilizado originariamente como alimento para las personas y para el ganado); el sorgo dulce (cereal nativo de frica, cultivado como alimento, pero su alto contenido en azcares lo convierte en adecuado para la produccin de etanol); y cassava (una raz cultivada como fuente de alimento de la que actualmente Shell y el gobierno de Nigeria estn investigando formas modicadas genticamente para aumentar su productividad como agrocombustible). Dedicados a la produccin de biodiesel: la palma aceitera (nativa de frica del Oeste, produce semillas y frutos de los que se puede extraer aceite); el castor (planta nativa de frica del Este; su aceite es utilizado con nes medicinales en todo el mundo, pero renado puede ser tambin utilizado para producir biodiesel 78); y la jatropha (cultivo marginal que no tiene utilidad como alimento).
Como se acaba de ver, los agrocombustibles no son, en su mayora, otra cosa que un nuevo destino de unos monocultivos ya existentes. La novedad consiste precisamente en eso, en el cambio de uso al que se est dedicando la tierra: la tierra que
antes se utilizaba para producir alimentos se est empleando ahora en abastecer las necesidades energticas de las sociedades industrializadas. Segn datos de la FAO (2009) sobre la asignacin de tierras en cinco pases de frica Subsahariana (Etiopa, Ghana, Madagascar, Mal y Sudn), se encuentran pruebas documentales que arman que el uso de 2,4 millones de hectreas de tierras se ha visto modicado en este sentido desde el 2004, con reas considerables destinadas para el cultivo de agrocombustibles en Etiopa, Madagascar y Ghana. Datos del International Food Policy Research Institute 79, estiman que alrededor de 20 millones de hectreas de tierra han sido vendidas, a nivel mundial, desde 2006. De ellas, 9 millones de hec-
Jatropha, Mozambique
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treas han sido adquiridas en frica, de las cuales casi 5 millones han sido dedicadas a la produccin de agrocombustibles, especialmente de jatropha, palma de aceite y sorgo dulce. Si bien es cierto que son en su mayora las empresas privadas, la mayora procedentes de la UE 80, quienes estn detrs de los negocios relacionados con plantaciones de agrocombustibles en frica Subsahariana, la tierra tambin est siendo adquirida por Gobiernos nacionales, a menudo a travs de empresas estatales e inversiones privadas. Por lo general la inversin extranjera en agrocom-
bustibles suele ser bien recibida por los gobiernos de los pases antriones bajo la premisa de que van a generar puestos de trabajo en las zonas rurales y activar el desarrollo econmico de la regin. Quince pases africanos (Benin, Ghana, Senegal y Mal, entre otros) rmaron un Tratado en julio de 2006, mediante el cual establecan el Pan African NonPetroleum Producers Association (PANPP) con el principal objetivo de promover la produccin de agrocombustibles en el continente africano. Esta organizacin ha sido descrita como La OPEP verde (Amigos de la Tierra, 2010).
Tabla 11: ESTUDIO DE CASO AGROCOMBUSTIBLES: MOZAMBIQUE En el caso de Mozambique, desde mediados de 2007, el gobierno est tratando de convencer a los campesinos de reconvertir los propios cultivos en cultivos de jatropha, como primer paso en una muy publicitada revolucin verde. En este mismo ao se conceda, por parte del Gobierno, el derecho a compaas nacionales y extranjeras a este tipo de cultivo en unas cinco millones de hectreas, casi una sptima parte de la tierra del pas denida ocialmente como tierra de cultivo. De esta manera, el Gobierno mozambiqueo promueve activamente la plantacin intensiva de jatropha y oleaginosas, insinstiendo en los benecios y ventajas que su cultivo puede aportar al pas. La Poltica Nacional y Estrategia para los biocarburantes, aprobada el 24 de Marzo de 2009 por el Consejo de Ministros, se public el 21 de Mayo de 2009 en el Boletn de la Repblica. La Estrategia es un instrumento que se centra especcamente en la promocin de la produccin de etanol (caa de azcar y sorgo dulce) y el biodiesel (Jatropha y coco) para la produccin de combustibles lquidos utilizados principalmente en el transporte, as como para otros nes energticos cuyo n primordial es la exportacin. Segn este documento, el desarrollo de biocombustibles en Mozambique se basar en: La produccin de biocombustibles es una actividad esencial para el sector privado, sector que se pueden desarrollar a travs de asociaciones pblico-privadas. El fomento de la cooperacin internacional mediante el fortalecimiento de los vnculos existentes entre las instituciones. El fortalecimiento de la aplicacin del Protocolo de Kioto y de mecanismos e instrumentos para fomentar el rpido desarrollo de la produccin y uso de biocombustibles, con el n de contribuir a una reduccin efectiva de gases de efecto invernadero.
Los Gobiernos extranjeros favorecen la actividad de sus empresas en Mozambique, ya que la materia prima obtenida ser, en la mayora de los casos, importada y empleada en abastecer las demandas de sus poblaciones. Como ejemplo, Petrobras, la gigante brasilea rm un contrato con el presidente de Brasil Lula y con George W. Bush para facilitar y expandir la produccin y comercializacin de agrocombustibles 81.
80 China es la excepcin a esta regla, con empresas de propiedad estatal que disponen de ms de 2,8 millones de hectreas de tierras para la plantacin de palma en la Repblica del Congo. Fuente: Land grabbing by foreign investors in developing countries, IFPRI, 2009, http://www.ifpri.org/publication/land-grabbing-foreign-investors-developing-countries 81 http://www.wrm.org.uy/temas/Agrocombustibles/Maniesto_Quito.html (Consultada el 15/06/2010)
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Tabla 11: ESTUDIO DE CASO AGROCOMBUSTIBLES: MOZAMBIQUE EMPRESA ESPAOLA QUE PROVOCA LA AMENAZA Existe gran diversidad de empresas con plantaciones de agrocombustibles en Mozambique, desde la empresa nacional Pretromoc, hasta empresas petrolferas que empiezan a especializarse en la produccin de etanol y biodisel como la ya citada brasilea Petrobrs. Otras empresas de la larga lista son: ESV Bio Africa Lda (originarias de Ukraine/UK), Energem Biofuels Limited (Canada), Enerterra (Portugal), MoamGalp (Portugal), Sun Biofuels (UK), y AVIAM (Italy). Con respecto a Petrobras, empresa petrolfera, cre en 2008 una empresa subsidiria para cuidar de los proyectos de produccin de biocombustibles llamada PETROBRAS BIOCOMBUSTVEL. La atuacin de la compaia est enfocada en la produccin de Biodiesel, Etanol y Biocombustibles de Segunda Generacin. Opera actualmente en 21 pases, Mozambique entre ellos. Existe una asociacin entre Petrobras y Petromoc para operar conjuntamente en el mercado de los biocombustibles en Mozambique, provincia de Manica. El Presidente Guebuza de aquel momento visit Brasil en el 2007 para reunirse con su homlogo brasileo, Luiz Incio Lula da Silva, y el presidente de Petrobras, Jos Sergio Gabrielli de Azevedo, rmaron entre los dos gobiernos en el mbito energtico. Antes de rmar este acuerdo, Petrobras ya estaba en los negocios en Mozambique con la Empresa Nacional de Hidrocarbonetos (ENH), esta empresa petrolera nacional, desde el ao 2006. Un memorando de entendimiento se rm en esa ocasin para exploracin de petrleo y gas natural y para la investigacin y produccin de biocombustibles en el territorio de Mozambique. La compaa tambin tiene una sociedad con Petronas, de Malasia, para trabajar en un bloque de exploracin en la desembocadura del ro Zambeze, en Mozambique 82. En cuanto a la relacin de esta empresa brasilea con Espaa, el BBVA posee un 3,7 % de las acciones de Petrobras, lo que lo hace directamente partcipe de sus actuaciones en este sentido. Dentro de este panorama, la empresa espaola Innita Renovables 83, la lial del grupo Isolux Corsan, ha comprado 150.000 hectreas de tierra en Mozambique 84 para cultivar cereales oleaginosos que sern destinados a sus plantas de fabricacin en Espaa. Como ha informado el grupo, invertir 170 millones de euros y con la materia prima cultivada cubrir el 30% de las necesidades de sus fbricas en Ferrol y Castelln. En Mozambique, Innita acometer un cultivo experimental, la jatropha, una planta oleaginosa de origen tropical cultivada hasta ahora fundamentalmente en Mxico. La compaa persigue una produccin de hasta 4.000 kilogramos anuales por hectrea. En Mozambique la inversin rondar los 200 millones de dlares. El accionariado de Innita Renovables est integrado por el Grupo Isolux Corsn (70 %), responsable de la ingeniera, construccin y mantenimiento de las plantas de produccin, Santander Investment S.A. (5%) y Solar de Lukategi Sociedad Limitada (25%) Adems, la compaa espaola Aurantia S.L. 85 invierte en produccin intensiva en palma aceitera en el Congo, y ya tiene experiencia en la industria del biodiesel en Mozambique, Senegal y Guinea 86.
82 www.petrobras.com (Consultada el 10/07/2010) 83 http://www.innitarenovables.es/ (Consultada el 11/07/2010) 84 http://www.biodisol.com/biocombustibles/innita-renovables-compra-tierras-en-argentina-y-mozambique-para-cultivar oleaginosas/ Noticia fechada 7 Noviembre de 2007 (Consultada el 10/10/2010) 85 http://www.aurantia.es/ (Consultada el 11/07/2010) 86 http://news.mongabay.com/bioenergy/2007/03/spanish-company-aurantia-to-invest-in.html ( Consultada el 23/08/2010)
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Tabla 11: ESTUDIO DE CASO AGROCOMBUSTIBLES: MOZAMBIQUE EN QU CONSISTE LA AMENAZA Y A QUIN AFECTA La Revolucin verde anunciada por Guebusa no supone apoyo de facto a la pequea agricultura sino que se trata ms bien de la ensima imposicin exigida por las contingencias del mercado mundial y vendida como un elixir para el pueblo mozambiqueo. Tal vez no sea la misma Revolucin Verde que en la dcada del 60 arruin a India y a Mxico ya que, formalmente, el gobierno se opone a la invasin de agrotxicos. Pero nosotros estamos muy atentos, porque una vez ms, es desde el exterior que se nos pide la implementacin de esta poltica 87 , segn palabras de Diamantino Nhampossa de la UNAC. La amenaza afecta a los/as campesinos/as de Mozambique que ven cmo sus tierras (en Mozambique la propiedad de la tierra es comunal), tradicionalmente cultivadas segn el modelo de agricultura familiar, enfocada a la produccin de los alimentos necesarios para abastecer a la familia, son vendidas por el Gobierno (es decir, privatizadas) a empresas extranjeras, en muchos casos espaolas, para la produccin intensiva de agrocombustibles que sern exportados a pases del Norte.
Las empresas espaolas no juegan un papel protagonista en la produccin de agrocombustibles en frica Subsahariana, en comparacin con el que desempean empresas procedentes de otros pases de la UE como Alemania o el Reino Unido. Su poca presencia se debe, fundamentalmente, a que Espaa no tiene relaciones histricas tan estrechas con los pases de frica Subsahariana (excepto con Guinea Ecuatorial) como las que pueden mantener Francia o Reino Unido con aquellos pases que fueron sus colonias. No obstante, en Veterinarios Sin Fronteras expresamos nuestra preocupacin por el hecho de que se estn desarrollando acciones que tratan de incentivar la inversin privada espaola en este mbito. Por ejemplo, en Senegal, dentro del marco del ya mencionado Plan REVA, y en relacin con la produccin de agrocombustibles existe un acuerdo de colaboracin con el Gobierno Insular de Tenerife. ste se centra en la cooperacin cientca, que
en Senegal est representada por el Instituto Senegals de Investigacin Agrcola (ISRA), para la seleccin de material vegetal de gran rendimiento, optimizacin de las tcnicas de multiplicacin in vitro y otras tradicionales, elaboracin de proyectos de investigacin conjunto y otras iniciativas de formacin que sean necesarias. En ocho aos el Cabildo se ha comprometido a tener plantadas en Senegal 321.000 hectreas de jatropha con la intencin producir agrocombustible (Bermejo y Ribero, 2008). Para ello se ha comprometido la empresa Cultesa 88, participada por la Corporacin insular. En la siguiente tabla se muestra un resumen acerca de las plantaciones de agrocombustibles de las que se tiene constancia de agrocombustibles en frica Subsahariana y las empresas implicadas, en su gran mayora, extranjeras. Segn la informacin consultada para la elaboracin de este informe, Espaa est presente en Senegal, Mozambique y el Congo.
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CAMERN
La ex empresa estatal SOCAPALM, ahora parcialmente propiedad del grupo francs Bollor, anunci planes para aumentar produccin de aceite de palma. SOCAPALM tiene plantaciones en el litoral, en las Regiones Sur y Centro de Camern y rm un contrato de arrendamiento de 60 aos en 58.000 hectreas de tierra en el 2000. Bollor es el dueo de la plantacin de Safacam, con 8.800 hectreas. La Repblica Democrtica del Congo ha sufrido una de las evoluciones ms grandes en cuanto a plantaciones de agrocombustibles se reere. En julio de 2009, la rma china ZTE Company Ltd, anunci planes para establecer un milln de hectreas de palma de aceite. La empresa italiana de energa ENI tambin ha anunciado una plantacin de palma aceitera de 70.000 hectreas.
RD CONGO
Etiopa ha reservado alrededor de 1,6 millones de hectreas de tierra para inversores dispuestos a desarrollar las explotaciones comerciales y en julio de 2009, 8.420 inversores extranjeros y locales recibieron licencias para la producin comercial de agrocombustibles. Por el momento el Gobierno ha entregado ms de 300.000 hectreas para cultivos energticos, pero las negociaciones estn en curso con el objetivo de incrementar masivamente esta cifra. National Biodiesel (empresa de Etiopa con un 80% participado por Sun Biofuels de UK). Sun Biofuels (UK) con 5.000 ha, de las cuales slo estn plantadas 1.000, de jatropha. Amabasel Jatropha project (Etiopa), con 20.00 ha de jatropha. Jatropha Biofuels Agro Industry (Etiopa), con 100.000 ha de jatropha. IDC Investment (Dinamarka/ Etiopa), con 15.000 ha de jatropha. Jemal Ibrahim (Etiopa), con 7,8 ha de castor. B DFC (Brasil) con 18.000 ha (como mnimo) de caa de azcar y frijol dulce. Flora EcoPower (Dinamarca/UK); 56.000 ha plantadas y otras 200,000 concedidas para la plantacin de castor y jatropha. Petro Palm Corporation (EEUU/ Austria), 50.000 ha de castor y jatropha. VATIC International Business (India/ Etiopa), con 20.000 ha. Global Energy (Israel), 2700 ha de castor.
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KENIA
MADAGASCAR
MOZAMBIQUE
NIGERIA
SIERRA LEONA
SENEGAL
TANZANIA
La actividad empresarial llevada a cabo en el territorio africano en materia de agrocombustibles genera una serie de consecuencias a nivel social, econmico y medioambiental en dicho territorio. stas se describen a continuacin: Prdida en el acceso al agua y a la tierra por parte de las y los pequeos campesinos En Ghana, las agencias de desarrollo han informado de que la propagacin de jatropha est empujando a los pequeos agricultores, y especialmente a las mujeres agricultoras, fuera de sus tierras. Valiosas fuentes de alimentos como el rbol del karit han sido taladas para dar paso a las plantaciones 89. En Nigeria, las comunidades campesinas se enfrentan a un programa de reasentamiento despus de que la Nigerian National Petroleum Corporation (NNPC) hubiera requisado 200 kilmetros cuadrados para cultivar caa de azcar dedicada a la produccin de etanol. Hasta entonces, la tierra estaba siendo utilizada por la agricultura de pequea escala para producir alimentos (Amigos de la Tierra, 2010). En Tanzania, miles de personas dedicadas a la produccin de arroz y maz fueron obligadas a abandonar sus tierras en las llanuras de Usangu en 2009 o han sido amenazadas de desalojo a causa de la instalacin de plantaciones de caa de azcar en varias partes del pas, dando lugar a conflictos generalizados. Similares situaciones se han repetido a lo largo del pas frente a plantaciones de jatropha y de girasol. Las protestas de los y las agricultoras han llevado al gobierno de Tanzania a reconsiderar su postura sobre las plantaciones de agrocombustibles en el pas 90. Aumento de los precios de los alimentos La competencia por el uso de la tierra que suponen las plantaciones de agrocombustibles frente al cultivo de alimentos bsicos como la yuca y el sorgo dulce provoca una subida de precio del factor tierra. Un estudio del BM (Mitchell, 2008) encontr que la utilizacin para la produccin de agrocombustibles de cultivos que tradicionalmente han sido utilizados como alimento es un factor que guarda estrecha relacin con el aumento del precio de los alimentos. Asalarizacin del campesinado El cultivo intensivo de caa de azcar, palma aceitera, jatropha, maz o cualquier otro para la produccin de etanol o biodisel es una nueva forma de eliminar el control que tiene el campesinado y las comunidades locales sobre su propia actividad productiva, despojndolas en muchos casos de sus cultivos tradicionales al amparo de promesas de grandes benecios. Las deja as a merced del capricho programado del mercado internacional, produce la asalarizacin del campesinado y privatiza, de forma encubierta, la tierra, que en algunos pases como Mozambique es comunal, segn la Ley de florestas e fauna brava (2002). Sustitucin de mano de obra por maquinaria Ni siquiera puede armarse que las grandes plantaciones de agrocombustibles generen tantos puestos de trabajo como los Gobiernos y empresas implicadas prometen. En realidad, la mayora de los agrocombustibles requieren poca mano de obra. Diversos estudios que revelan que se genera un empleo permanente por cada 100 hectreas plantadas de agro-combustibles. En la mayora de los casos el trabajo est muy mecanizado y los niveles de empleo son an menores. En la industria de la caa de azcar, una mquina de recoleccin puede reemplazar el trabajo de 100 personas (Ustulin y Severo, 2001).
89 http://www.biofuelwatch.org.uk/docs/ ( Consultada el 23/08/2010) 90 http://www.theeastafrican.co.ke/news/-/2558/667648/-/qy9vngz/-/. ( Consultada el 20/08/2010) EL EXPOLIO DE RECURSOS EN FRICA SUBSAHARIANA 105
Cambio en el uso de la tierra y degradacin del medio ambiente El 70% de Mozambique est cubierto de bosques y tierras arboladas (DNTF, 2007), dosel bajo el cual se ha venido cultivando, de forma tradicional, alimentos que han sido el sustento de las familias mozambiqueas. La mayora de los proyectos agrcolas a gran escala reemplazan la vegetacin natural de una u otra forma. La prdida de vegetacin tendra importantes implicaciones para el cambio climtico. De esta manera, el uso de grandes extensiones de tierra para la produccin de agrocombustibles en el continente africano supone una serie de impactos negativos sobre la naturaleza, que pueden incluir la deforestacin y la eliminacin de hbitats naturales, la degradacin del suelo y contaminacin del agua como resultado del abuso de qumicos (plaguicidas, herbicidas, fertilizantes qumicos), y el agotamiento de los recursos hdricos por el empleo abusivo del agua para el riego de las plantaciones. En Camern, la expansin de plantaciones de palma aceitera est reemplazando bosques nativos en la cuenca del Congo, exacerbando los niveles de deforestacin en el pas. El Gobierno de Camern ha apoyado la produccin del aceite de palma desde la dcada de 1960 a travs de empresas de propiedad estatal incluyendo SOCAPALM, que desde entonces ha sido parcialmente privatizada (Amigos de la Tierra, 2010). El Gobierno de Benin ha propuesto la conversin de entre 300 y 400 mil hectreas de humedales para facilitar la produccin de palma aceitera en el sur del pas, con el consecuente destrozo que esto supondra para la biodiversidad de los humedales (African Biodiversity Network, 2007). En Nigeria, los planes para las grandes plantaciones de caa de azcar en el Estado de Gombe han expresado su preocupacin por el uso de plaguicidas (Salihu, 2008). Su cultivo va en detrimento de la SegA de las familias Continuando con el ejemplo de Mozambique, teniendo en cuenta que alrededor del 87% de la poblacin mozambiquea practica un agricultura de subsistencia, y que produce el 75% de los alimentos que consume (Martnez, 2008), las principales preocupaciones surgen cuando se considera que el plan para fomentar la subsistencia del pequeo campesinado es sembrar grandes cantidades de jatropha, empleando las antiguas tierras de cultivo para alimento, en el cultivo de jatropha. Estas preocupaciones se ven agravadas por el hecho de que por lo general estos agricultores tienen vnculos muy dbiles con los mercados y dicultades en la capacidad de almacenamiento, comunicacin e informacin.
Esta suma de elementos hace que sea muy difcil para ellos beneciarse de este tipo de cultivos comerciales (LVC, 2009). En Veterinarios Sin Fronteras consideramos que en lo referente a la produccin de agrocombusti-
bles, el Gobierno espaol debera retirar su apoyo a aquellas empresas que establezcan plantaciones de agrocombustibles en pases de frica Subsahariana. Sobre todo, debera descartar aquellos objetivos polticos que aumenten la demanda de agrocombustibles.
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vulnerabilidad y dependencia frente a las fluctuaciones del mercado internacional y las presiones de las empresas implicadas en el juego del comercio internacional. Las empresas espaolas, como en el caso de la produccin de agrocombustibles y por las mismas razones, no tienen una presencia destacada en frica Subsahariana con respecto a la de otros pases de la UE o del mundo. En este sentido hay que sealar que frica es un territorio relativamente virgen en la actualidad, a diferencia de otros continentes (como por ejemplo Amrica Latina y los casos de Brasil y Argentina con la produccin de soja transgnica como alimento para
el ganado), en el que las grandes compaas se estn empezando a abrir camino. Sin embargo las empresas y el Gobierno espaol marcan tendencias, favoreciendo, en todos sus planes ociales, un tipo de agricultura industrial (aduciendo que as se aliviar la pobreza en frica). Esto est reflejado en documentos como el Plan frica, el apoyo del ICEX a proyectos de inversin de agricultura intensiva en frica Subsahariana, la implicacin en proyectos de cooperacin que favorecen la agricultura de exportacin como mecanismo de incentivacin econmica, etc. Todo ello ha sido ampliamente desarrollado a lo largo de este documento.
Tabla 13: ALGUNOS EJEMPLOS DE EMPRESAS QUE DOMINAN EL MERCADO DE MATERIAS PRIMAS EN EL MUNDO CACAO: Cuatro empresas (la suiza Barry Callebaut, la alemana Hosta y las estadounidenses Cargill y Arthur Daniel Midland (ADM) controlan el mercado mundial de cacao. La mitad de la produccin mundial de chocolate, que se consume mayoritariamente en Europa, recae tan slo en seis fabricantes que actualmente se disputan con las grandes cadenas de ventas al consumidor cualesquier mrgenes de ganancia que an se le pueda extraer a los productos del cacao. Los cultivadores de cacao africanos y sus gobiernos no tienen prcticamente ninguna influencia en la jacin de los precios, incluso aunque la proporcin cada vez mayor de la molienda se est trasladando a sus territorios. CAF: Cuatro empresas (la alemana NK, la suiza Volcafe, la suizo-espaola Ecom y la francesa Dreyfus) controlan 40% del mercado mundial de caf. Estas empresas abastecen a una industria de tostado an ms concentrada:la suiza Nestl, ms las tres estadounidenses Kraft, Procter&Gamble y Sara Lee controlan el 45% del procesamiento. BANANA: Cinco empresas (las estadounidenses Dole, Chiquita y Del Monte, la irlandesa Fyes y la ecuatoriana Noboa) controlan el 80% del negocio del banano. PESCA: En la industria pesquera, las empresas transnacionales europeas fuertemente subsidiadas como Pescanova (Espaa) se embolsan la mayor parte de las ganancias. HORTALIZAS: Hasta las hortalizas de exportacin de Kenia, que son una industria a menudo presentada como empresa local exitosa, se encuentran en manos de no ms que cinco grandes compaas (entre ellas Sunripe Ltd, controlada por la familia del Sha de Irn, y Homegrown Kenia que ahora es propiedad de la Flamingo Holdings del Reino Unido). Fuente: bilaterals.org, BIOTHAI y GRAIN, 2008. Adaptado por Martnez Fras, 2010.
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Otro ejemplo de esto es, de nuevo, el ya mencionado Plan REVA de Senegal, que muestra claramente como la implantacin del modelo agroindustrial en los campos africanos se est llevando a cabo, en algunos casos, a travs de programas polticos especcos en estrecha colaboracin con Gobiernos y empresas extranjeras. Otros pases de frica Subsahariana en los que estn presentes empresas espaolas son, entre otros, Ghana, Tanzania y Uganda. Todos estos
casos estn desarrollados en las chas que aparecen a lo largo de este captulo. En la misma lnea en la que se han sealado los impactos producidos por las plantaciones de agrocombustibles, se enumeran, a continuacin, algunas de las consecuencias que puede suponer, para la realidad africana, el modelo de agricultura industrializada practicado por empresas espaolas dedicadas a la exportacin de materias primas:
Los cultivos tradicionales de cereales, que proporcionan alimentos para las familias, tienden a desaparecer a favor de las producciones comerciales impuestas, como los melones, las calabazas o los tomates. Adems est teniendo lugar el desplazamiento de semillas y variedades tradicionales en pos de nuevas variedades comerciales y semillas mejoradas (Mignane, 2010, comunicacin personal). Se est eliminando as la diversicacin de cultivos que ha caracterizado histricamente a la agricultura africana de subsistencia, a cambio de la implantacin de cultivos nicos. Esto produce un empobreciendo paulatino del suelo y aumenta la vulnerabilidad de la agricultora, que pasa a depender fundamentalmente de la venta de un nico producto. Tambin deja al campesinado ms expuesto a las inclemencias climticas, a plagas o enfermedades. La diversicacin de cultivos era una forma para asegurarse una mnima produccin en caso de que un evento devastador atacara a una especie o variedad concreta. La especializacin en un nico producto pone en riesgo la cosecha entera.
La juventud rural queda convertida en peones en las ncas, en vez de mantenerse como agricultores, que trabajan junto con el resto de la unidad familiar. As, se resta capacidad de intervencin al campesinado en cuanto a la toma de decisiones sobre qu producir, cmo y para quin. La toma de tierras por estos polos de produccin intensiva puede crear inestabilidad y conflicto a la larga en la SegA de los pueblos y las familias que participan en estos sistemas. Tierras que podran emplearse en cultivos para la gente de la zona se emplean en cultivos que sern directamente exportados. Aumenta la vulnerabilidad del campesinado al ponerlo a merced del mercado internacional, de la fluctuacin de precios y de la tirana del modelo de exportacin. Exacerbacin del xodo rural y de la emigracin, problemas que, en principio, actuaciones como las derivadas del Plan REVA , pretendan atajar. Adems, la produccin intensiva supone daos irreversibles para el suelo y el agua debido al abuso de productos qumicos (fertilizantes, plaguicidas, herbicidas) y al no respeto de los ciclos biolgicos de reposicin de los nutrientes del suelo.
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Acaparamiento de tierras
Como se ha mencionado en el captulo 2, el acaparamiento de tierras ha vuelto a poner en la agenda poltica, cientca y social el problema de la tierra y la justa distribucin de su propiedad. La tierra como recurso nito para la agricultura debe ser gestionada como un benecio para la sociedad. LVC deende la democratizacin de su posesin y uso; deende una reforma agraria genuina, integral y participativa que asegure a todos el derecho de trabajar la tierra, y que democratice su posesin, dando prioridad a formas de agricultura familiares, colectivas y cooperativas (LVC, 2009). La tierra es un recurso productivo indispensable para la subsistencia de la poblacin local, sin el cual no es posible asegurar el acceso a los alimentos. Sin tierras disponibles las personas que trabajan en el sector agrcola no pueden producir alimentos, construir sus viviendas ni realizar sus necesidades fundamentadas en valores y prcticas sociales, culturales y religiosas; tal y como expresa el Relator Especial de las Naciones Unidas, Olivier de Schutter, el acceso a la tierra y la seguridad de la tenencia son esenciales para asegurar del disfrute no solo del derecho a la alimentacin, sino tambin de otros derechos humanos, incluido el derecho al trabajo (de los campesinos que no poseen tierras) y el derecho a la vivienda (ONU, 2010). Por ello, el acceso a la tierra y a otros recursos naturales, y la seguridad de la tenencia asociada tienen importantes consecuencias para el desarrollo (Palmer et al., 2009).
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bancos de inversin han creado fondos de inversin agrcola como BlackRock (Estados Unidos), el Deutsche Bank (Alemania), Goldman Sachs (Estados Unidos), y Knight Frank (Reino Unido) (Smaller y Mann, 2009) que pueden beneciarse de los efectos positivos de la Inversin Extranjera Directa (IED). Otros factores, que afectan a pases como China, como son el alto crecimiento demogrco, la degradacin de los ecosistemas o los cambios climticos sequas o cambio de los patrones de los regmenes de lluvias- pue-
den hacer que tierras que haban sido frtiles sean ahora intiles para la agricultura, por lo que estos gobiernos deciden invertir en tierras de otros pases. Por todos estos factores, se prev una feroz competencia por los recursos de la tierra para proveer alimentos, energa y bras, as como se advierte de que las inversiones internacionales de la tierra pueden llegar a ser un factor importante en el cambio de uso del suelo en el Sur globalizado (Ibd.).
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de caa de azcar. En Uganda, la empresa china Heibei Company tiene previsto rmar por 40.500 ha para aves de corral, ganado y la produccin de maz, arroz y trigo; en Ghana, se han celebrado acuerdos con siete inversores privados (Noruega , Brasil, Pases Bajos, Suecia, Alemania, China y Reino Unido) por 55.000 ha para el cultivo de jatropha destinada a agrocombustibles y para este mismo n en este mismo pas, segn la ONG Friends of the Earth Europe (2010), la empresa italiana Agroils tiene derechos de cultivo sobre 105.000 ha y la israel Galten Global Alternative Energy tiene arrendadas 100.000 ha. En Mozambique destaca la adquisicin de tierras para la produccin de agrocombustibles (vase la tabla 20). Con respecto a la produccin de alimentos y exportacin, destaca el acuerdo para 10.000.000 ha de la empresa
sudafricana Agri S.A. para maz, soja, aves y lcteos (Friis y Reenberg, 2010). Por parte de empresas espaolas, los casos ms destacados se encuentran en Ghana donde la empresa Garca Carrin lleg a un acuerdo con el Gobierno de Ghana para la plantacin de 10.000 hectreas de pia tropical cuya transformacin tendra como destino a los mercados comunitarios 91 (Friends of the Earth Europe, 2010). En Mozambique la empresa espaola Innita Renovables, lial del grupo Isolux Corsan, ha comprado 150.000 hectreas de tierra para cultivar cereales oleaginosos que sern destinados a sus plantas de fabricacin en Espaa (ver caso de estudio en el apartado Agrocombustibles de este informe) y en Senegal el gobierno nacional adjudic 80.000 ha al empresario Ral Barroso para el desarrollo de un proyecto de turismo consistente en la construccin de un parque privado de animales salvajes y su complejo turstico asociado 92.
91 Una informacin pblica al respecto se encuentra en el artculo de Vidal Mat, Espaoles que cultivan fuera, publicado en El Pas, con fecha de 4 de abril de 2009. http://www.elpais.com/articulo/economia/global/Espanoles/cultivan/fuera/elpepuecone g/20091004elpnegeco_4/Tes 92 Informacin obtenida dentro de la investigacin para la campaa en frica de VsF. Otras noticias en Agir pour les DESC: http:// www.agirpourlesdesc.org/francais/comment-faire-respecter-les-desc/agir-aupres-des-multinationales/article/accaparementdes-terres-au-senegal (Consultado el 24/10/ 2010 y en Instituto Jane Goodall, 2008)
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en tierras adquiridas en terceros pases bien por generar ganancias al adquirir tierras como fondo de inversin por parte de instituciones nancieras privadas. Aunque el 90% de la inversin en tierras proviene del sector privado (Cotula y Vermeulen, 2009), es necesario un contexto poltico y regulatorio favorable para llevarlas a cabo. Las polticas relativas a la tierra, los regmenes de proteccin de inversiones y las polticas comerciales son factores contextuales polticos que pueden influir en los fenmenos de acaparamiento de tierras (Graham et al., 2010). Los regmenes de proteccin de inversiones son acuerdos entre pases diseados para facilitar inversiones, principalmente dentro del pas con mayor debilidad econmica, en los que se establecen unas garantas jurdicas y se asegura una cierta estabilidad en las inversiones. En ellos, juega un papel importante la labor diplomtica de los gobiernos de los pases inversores as como la promocin en IED que, en el caso espaol, hace el ICEX. En 2007 el gobierno espaol rma con la Repblica de Senegal un APPRI en el que, de forma particular, se incluyen entre otras inversiones: () d) los derechos de propiedad industrial e intelectual; los procedimientos tcnicos, los conocimientos tcnicos (know-how) y los fondos de comercio; e) los derechos para realizar actividades econmicas y comerciales otorgados por ley o en virtud de un contrato o de una, concesin, incluidas las concesiones para la prospeccin, el cultivo, la extraccin o la explotacin de recursos naturales., y que las protege de ser sometidas a nacionalizacin o expropiacin (Art. 5 del APPRI). Dicho Acuerdo abre un camino hacia la inversin espaola en territorio senegals (tierras, agrocombustibles, productos para la exportacin, etc.) aunque, si bien se impulsa la inversin recproca, segn la Secretara de Estado de Comercio 93 no consta la existencia de empresas senegalesas implantadas en Espaa. En 2008 la Ocina Econmica y Comercial de la Embajada de Espaa en Dakar publica el documento El Mercado de la Agroqumica en Senegal
(Arranz, 2008) dedicado al estudio del mercado de los insumos agrcolas en Senegal (semillas, abonos y pesticidas). Dicho documento sirve como promocin y gua a la inversin que quieran realizar las empresas espaolas identicando que programas senegaleses de incentivacin a la produccin y a la inversin como es la Gran Ofensiva Agrcola para la Alimentacin y la Abundancia 94 (GOANA, siglas en francs) ofrece exoneraciones scales a las empresas que quieran implantarse cuya actividad contribuyan al desarrollo agrcola (Ibd.); esta iniciativa est orientada al aumento de las producciones agrcolas del pas, para el mercado nacional y para exportaciones, implementando un modelo de producciones industriales (agrocombustibles, algodn, cultivos hortcolas, etc.). La inversin espaola en materia agrcola en Senegal se centra en la agricultura de contresaison (fuera de temporada) para la exportacin, donde dos empresas lideran la inversin espaola: Promegal, dedicada a la produccin de meln en una nca en Mbour y Versen, empresa de capital hispano-senegals con cultivos en Kirne y Bayar y que produce sanda, meln, pimiento y calabacn, entre otros (Arranz, 2008). La plantacin de jatropha y otras oleaginosas para la produccin de biodisel, es un sector con inters para el cuerpo empresarial espaol, segn el ICEX. Estos marcos regulatorios pueden proveer de un escenario favorable a las grandes inversiones en tierras. Normalmente estos acuerdos de promocin de la IED no tienen en cuenta los Derechos Humanos a la hora de implementar las inversiones y, por supuesto, ni mencionan los Derechos del Agricultor, expresados en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenticos para la Alimentacin y la Agricultura (TIRFAA), ni el Derecho a la Alimentacin. El campesinado que puede ser desplazado de su tierra a raz de estos proyectos de inversiones por parte de manos extranjeras, se encuentra en una relacin de poder tremendamente desigual y no tienen ningn margen de negociacin en estos acuerdos, donde organizaciones nacionales e internacionales imponen sus clusulas e intereses.
93 http://www.ocinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5299371_5296234_0_SN,00.html (Consultada el 29/ 10/ 2010) 114 PAREN, AQU VIVE GENTE
Los tratados bilaterales de inversin amplan el poder legal de los inversionistas, reducen el espacio polticos de los Gobiernos y debilitan el poder de las comunidades locales (Graham et al., 2010). Con la intencin de crear un entorno ms favorable para el desarrollo de la agricultura en frica, la UE lanz la ya comentada comunicacin Advancing African Agriculture (UE, 2007) 95 con el n de articular una cooperacin nacional e internacional en cuanto al desarrollo agrcola de frica.
Tal y como se recalca en el citado informe, si bien la AAA reconoce que la agricultura desempea un papel crucial en alivio de la pobreza esencial para el logro de los ODM y que es un medio de subsistencia para la mayora de las poblaciones pobres africanas no profundiza en el papel de la agricultura familiar y del pequeo campesinado ni se ocupa de proteger el acceso a los recursos y los medios necesarios para que sus modelos agrcolas permanezcan en el tiempo.
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debido a prcticas agrcolas no sostenibles, entre otras. Las consecuencias de la prdida de biodiversidad y de variedades locales por la introduccin de monocultivos - considerados como la mxima expresin de la simplificacin y la homogeneizacin de la biodiversidad - y por la introduccin de variedades modernas, as como la prdida de los conocimientos tradicionales asociados al manejo de dicha biodiversidad cultivada, se analizarn en un epgrafe aparte en este informe por ser una amenaza ms a la SA -la prdida de las variedades locales adaptadas a cada regin y a cada cultura y modos de hacer agricultura, pone en peligro la SA de las poblaciones y su DA-. Los sistemas sociales y econmicos locales tambin se ven influidos por el acaparamiento de tierras. Si bien los Estados suelen ver de manera positiva la implementacin de inversiones extranjeras como fuente de desarrollo y de creacin de empleo, principalmente en el medio rural en estos casos, no hay que olvidar que dichos empleos deben traducirse en mejoras en las condiciones de vida. Gran parte de estos empleos son precarios, con muy malas condiciones de trabajo, mal pagados y de bajos salarios. La transformacin de los sistemas tradicionales en sistemas tecnicados acarrea una disminucin de la demanda de manos de obra rural adems de poner en peligro la salud de las personas por intoxicacin con agroqumicos (Graham et al., 2010). Las inversiones extranjeras en tierras suponen
un competidor ms sobre los medios de produccin y sobre los derechos de acceso a la tierra. Las poblaciones locales, que pueden llegar a ser desplazadas de sus territorios, pueden no ver como legtimos los derechos sobre la tierra que empresas o gobiernos extranjeros adquieren con su compra o arrendamiento a largo plazo. El desplazamiento de una poblacin vinculada a la agricultura y la ganadera para sobrevivir bien puede significar riesgo de hambruna. Esta tensin sobre la tenencia de la tierra puede llegar a desembocar en conflictos graves (Ibd.). Por otro lado, algunos pases de frica Subsahariana han visto incrementada su dependencia de las importaciones de alimento y de la ayuda alimentaria a pesar de las inversiones extranjeras en temas agrcolas (Ibd.). Como se indica en el informe de la ONG alemana Welt Hunger Hilfe (von Oppeln y Schneider, 2009) las inversiones agrcolas no suelen focalizarse para ofrecer a la poblacin local una participacin real en los benecios; adems, advierte de que Estados que dependen de importaciones de alimentos, en particular, entregan ms y ms territorio a los inversores extranjeros mientras que no garantizan una mejora de los ingresos y la seguridad alimentaria para su propia poblacin. La entrega de estas tierras supone una disminucin de su capacidad nacional de produccin y la prdida de control sobre los recursos y la produccin de alimentos, dejando ese control en manos de transnacionales aumentando la carencia de autonoma y SA.
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este respecto apuesta por una reforma agraria integral gestionada de acuerdo a unos criterios de manejo agroecolgico, realizando una transicin que incorpore las dimensiones tcnico-agronmica y ambiental, socioeconmica y cultural, y la dimensin poltica. La intervencin de los Estados en los acuerdos con inversionistas pblicos o privados- de los que derive una adquisicin o arrendamiento de tierras a gran escala viola el derecho a la alimentacin por privacin de recursos, por ocasionar inseguridad alimentaria y dependencia de los mercados o por privacin econmica, al desplazar a los pequeos agricultores de sus medios de vida.
Segn el Relator Especial sobre el DA, los Estados tienen la obligacin de no perjudicar la capacidad de las personas y las comunidades para alimentarse, cuando esa capacidad exista (respetar), y a evitar que otros -en particular, agentes privados como las empresas- interfieran en esa capacidad (proteger) (ONU, 2009). Por lo que, los Estados que venden o arriendan sus tierras y, especialmente debido a su posicin ventajosa frente a estas transacciones los Estados origen de los inversionistas privados, tienen la obligacin de regular la conducta de esos inversionistas y del carcter de las inversiones de tal manera que no interfieran o pongan en riesgo el derecho a la alimentacin de las poblaciones locales.
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con la degradacin gentica, aunque en los ltimos aos, se le ha prestado mayor atencin debido a las denuncias de la apropiacin de los recursos naturales a travs de Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y otros mecanismos legales. La situacin en frica Subsahariana, en cuanto a erosin gentica, sigue las premisas mundiales. Mal es un pas donde el valor de los RFAA est ligado principalmente a la produccin agrcola para el autoconsumo y la produccin de alimentos para el mercado. Los principales cultivos son el mijo, el arroz y el sorgo de variedades autctonas que se caracterizan por una gran diversidad intraespecfica destinada a diferentes utilidades. El papel de las y los productores de Mal en la domesticacin de estas especies y en la evolucin de los cereales autctonos explica esta gran diversidad intraespecfica de los cultivos. Esta diversidad presenta un valor inestimable para el mejoramiento futuro de los cultivos. En su Informe Nacional sobre el Estado de los Recursos Fitogenticos (Sidibe, 2008) se seala como factores que intervienen en la prdida de variedades de cultivo (i) la introduccin y la expansin de ciertos cultivos; se constata que han desaparecido el 60% de las variedades locales de sorgo desde hace 20 aos a causa de la expansin del cultivo de algodn, del desarrollo del cultivo de maz y de la saturacin del espacio agrcola, (ii) la introduccin de nuevas variedades; la introduccin de una nueva varie-
dad mejorada de sorgo ha desencadenado la desaparicin de tres variedades locales, (iii) la sequa, que afecta a variedades de arroz y sorgo de ciclo largo y (iv) la migracin, se mantiene la hiptesis de la prdida de conocimientos locales asociados a las variedades a causa de la migracin rural. En el caso de Burkina Faso los factores principales de erosin gentica son la desertificacin, las prcticas de una agricultura extensiva, la sobreexplotacin de productos no maderables, la tala abusiva (Compaore y Kabore, 2008). En Senegal hay 14 especies, entre cultivadas y silvestres, de importancia para la alimentacin y la agricultura declaradas en grave peligro de extincin (Fall, 2008). En Uganda se reconoce que los sistemas agrcolas tradicionales tienden a incorporar deliberadamente la diversidad gentica para mantener los sistemas en un estado de bajo riesgo contra el estrs ambiental as, muchos cultivos infrautilizados como el ame, son mantenidos por los agricultores para garantizar la seguridad alimentaria (PGRC y NARO, 2008). Aunque la prdida de hbitat y degradacin del suelo, las cosechas insostenibles y sobreexplotacin y la preferencia por los cultivos exticos o de variedades comerciales introducidas son las causas de la prdida de variedades locales reconocidas por las autoridades ugandesas. Los conflictos sucesivos durante tres decenios en la Repblica Democrtica del Congo (RDC) han tenido graves consecuencias en el sector agrcola: esto ha llevado a aumentar las importaciones de productos de primera necesidad y a un descenso en los cultivos de exportacin dejando a la poblacin rural en una situacin muy vulnerable. Las grandes explotaciones han sido abandonadas a lo largo de los conflictos y son las fincas tradicionales familiares las que persisten tanto en el medio rural como en las zonas periurbanas; son las mujeres rurales las que asumen la mayor parte del trabajo agrcola y se consideran garanta de SegA. Ha habido una prdida significativa de variedades antiguas debido a la guerra, a la falta de cooperacin tcnica internacional, a la prdida de bancos de genes, a la parada de programas de desarrollo
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e investigacin y a las dificultadas pasadas por los centros estatales de investigacin, extensin y multiplicacin de semillas. En su anlisis sobre el estado de los recursos fitogenticos (RDC, 2009), la RDC hace hincapi en el riesgo de desaparicin de las variedades locales adaptadas a causa de la introduccin y el cultivo de semillas exticas. Los programas de ayuda humanitaria a menudo han descuidado las variedades locales promoviendo de la importacin de variedades exgenas, a raz de la accin de emergencia contra el hambre. En el sur de Ghana, el maz, la yuca y el banano son los cultivos bsicos y en norte el sorgo, el mijo, el ame y el arroz son los cultivos ms importantes para la seguridad alimentaria. Los cultivos comerciales de Ghana son el cacao, el aceite de palma, la pia, y el algodn, principalmente. Se encuentran en peligro de extincin las variedades autctonas de man bambara, man, malanga, cola y mijo. Como en la mayora de los pases, no hay cifras exactas para cuantificar la erosin gentica, an as se reconoce que esta degradacin est muy extendida por todo el pas. Existe un consenso general por las partes interesadas en los RFAA en Ghana sobre las causas de esta erosin; la sustitucin de las variedades locales, deforestacin, plagas, malezas y enfermedades, presin demogrfica y cambio en los sistemas agrarios, por este orden de importancia (Bennett-Lartey y Oteng-Yeboah, 2008). Variedades mejoradas de caup (frijol carita) sustituyen al man bambara o al man Kersting originario de las sabanas africanas- con lo que no solo se corre el riesgo de desplazamiento de variedades sino tambin de cultivos. En Kenia, los informes indican que en la ltima dcada, una gran cantidad de erosin gentica ha tenido lugar principalmente debido a la sustitucin de variedades tradicionales y otros factores socioeconmicos (Wambugu y Muthamia, 2009). El sistema de semillas en Kenia cuenta con agencias del sector pblico, empresas privadas y multinacionales. El sector semillerista se liberaliz en 1996 y actualmen-
te existen ms de 40 compaas de semillas registradas. El maz tiene la mayor diversidad de variedades modernas, seguido en orden decreciente por el t, el frijol y el crisantemo. Si bien la diversidad de las variedades modernas en la mayora de los cultivos est en aumento, la de las variedades tradicionales est disminuyendo. Segn su informe sobre el estado de los RFAA, la diversidad de recursos fitogenticos en Kenia ha ido disminuyendo debido a la erosin gentica provocada por factores biticos y abiticos. Los factores incluyen: las sequas, la desertificacin, la presin demogrfica sobre la tierra, los cambios de uso del suelo, los cambios en los hbitos alimentarios y la sobreexplotacin. La inmigracin en estas reas en busca de las tierras cultivables est causando un dao incalculable a la diversidad existente donde la erosin gentica es agravada por la desertificacin. El pas ha sufrido en los ltimos aos graves sequas que han impactado negativamente en la supervivencia de los recursos fitogenticos. La mayor dependencia de la ayuda alimentaria en estas regiones debido a factores como la sequa y otros desastres naturales tambin ha dado lugar a una disminucin de la diversidad de cultivos. El aumento de la erosin gentica tambin puede atribuirse a las polticas que en gran medida han abogado por el uso de cultivares de alto rendimiento con lo que han fomentado el desplazamiento de las variedades vegetales tradicionales. Por ejemplo, una variedad local de maz, githigu que fue muy popular en el centro de Kenia ha desaparecido, en la ltima dcada, del sistema agrcola. El desmantelamiento de sistemas tradicionales de manejo de los recursos naturales con su consecuente prdida de variedades de plantas locales y de los conocimientos culturales asociados puede ser tambin causa de erosin. Si bien en estos pases la regresin de la agrodiversidad es reconocida por las poblaciones e instituciones de estos pases la mayora de ello adolecen de la faltan recursos para realizar inventarios y monitoreos precisos que visibilicen ms claramente los procesos degradativos.
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provocar un aumento del precio de los alimentos, hacindolos menos asequibles para la poblacin ms pobre (Ibd.). La aparicin de un sector comercial de produccin de semillas al margen de las explotaciones agrcolas y, ms recientemente, de un sector biotecnolgico, ha hecho que aumenten las demandas de proteccin de los derechos de los genetistas e inventores de biotecnologas. Los sistemas de propiedad intelectual son instrumentos jurdicos de coaccin que utilizan los gobiernos para regular los benecios econmicos derivados de la utilizacin de recursos genticos (Soriano, 2007). El Acuerdo de los ADPIC (TRIPs por sus siglas en ingls) ha forzado a todos los pases miembros de la OMC a implementar y fortalecer los derechos de propiedad intelectual sobre variedades de plantas, y coloca los derechos de las y los tomejoradores por encima de los derechos de aquellas personas que trabajan en el sector agrcola (Ibd.); el Acuerdo sobre los ADPIC exigen a todos los miembros de la OMC patentar todas las obtenciones vegetales otorgando as durante 20 aos al titular del monopolio sobre cualquier utilizacin de la invencin patentada. Aquellas personas que cultivan semillas patentadas no tienen ningn derecho sobre esas semillas. Se consideran titulares de una licencia sobre un producto patentado y, a menudo estn obligadas a rmar acuerdos en los que se comprometen a no conservar, volver a sembrar o intercambiar las semillas que compran a los titulares de la patente (ONU, 2009). A parte de las patentes existen otras formas de proteccin por propiedad para las semillas dirigidas al reconocimiento de los derechos de los togenetistas. El marco de estas protecciones es el Convenio Internacional para la Proteccin de las Obtenciones Vegetales, elaborada por la Unin Internacional para la Proteccin de las Obtenciones Vegetales (UPOV). Este Convenio protege los derechos del obtentor siempre que la variedad vegetal producida sea nueva, distinta, homognea y estable. Debido al requisito de homogeneidad y estabilidad, el Convenio de la UPOV no permite la proteccin de las variedades de los agricultores, que son intrnsecamente inestables y estn en
Segn el ETC Group (2008) las 10 mayores empresas semilleras del mundo representan el 67% del mercado mundial de semillas patentadas, la mayor compaa semillera del mundo, Monsanto, representa por s sola el 23% de ese mercado; y las tres mayores empresas (Monsanto, DuPont y Syngenta) representan el 47% del mercado, incluido el 65% del mercado de semillas de maz y ms de la mitad del mercado de semillas de soja patentadas. Es esta concentracin, unida a la introduccin de los derechos de propiedad intelectual, la que puede provocar precios excesivamente elevados de los insumos agrcolas (ONU, 2009). La estructura oligopolstica del mercado proveedor de insumos puede hacer que las personas sin recursos econmicos dedicadas a la agricultura se vean privadas del acceso a recursos productivos como las semillas, esenciales para su subsistencia, y podra
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permanente evolucin. En vista de este panorama jurdico y con la preocupacin del riesgo que conlleva la apropiacin de los recursos genticos sin el consentimiento del sector agrcola y de las comunidades que los han producido, la comunidad internacional elabor dos documentos con el n de preservar la biodiversidad: El Convenio sobre Biodiversidad Biolgica (CDB) y el TIRFAA. En el caso del CDB las aplicaciones de algunos de sus puntos genera conflicto con el Acuerdo de los ADPIC principalmente los relacionados con la garanta del origen del material gentico base para la nueva obtencin vegetal, es decir, la procedencia de dicho material y facilitasen informacin sobre la fuente y sobre cmo se haban cumplido los requisitos de acceso y distribucin de los benecios impuestos en el pas de origen. El TIRFAA crea un sistema multilateral para facilitar el acceso a los recursos togenticos y establece un fondo de reparto de benecios de carcter internacional, en el que se depositan parte de los benecios que genera la venta de semillas protegidas por patentes y que hayan sido desarrolladas a partir de material gentico obtenido a travs del sistemas multilateral creado por el propio Tratado. Con esto pretende compartir los benecios derivados de la obtencin, comercializacin y uso de las semillas de manera justa y equitativa entre los pases. Es el primer documento internacional donde se valoran y recogen conjuntamente la labor conservadora y el Derecho del Agricultor (Art.9): Las Partes Contratantes reconocen la enorme contribucin que han aportado y siguen aportando las comunidades locales e indgenas y los agricultores de todas las regiones del mundo, en particular los de los centros de origen y diversidad de las plantas cultivadas, a la conservacin y el desarrollo de los recursos togenticos que constituyen la base de la produccin alimentaria y agrcola en el mundo entero. En particular el Tratado insta a proteger y promover el Derecho del Agricultor, en particular, tal y como expresa el Tratado: a) la proteccin de los conocimientos tradicionales de inters para los recursos togenticos para la alimentacin y la agricultura; b) el derecho a participar equitativamente en la distribucin de los benecios que se deriven de la utilizacin de los recursos togenticos para la alimentacin y la agricultura; y c) el derecho a participar en la adopcin de decisiones, a nivel nacional, sobre asuntos relativos a la conservacin y la utilizacin sostenible de los recursos togenticos para la alimentacin y la agricultura.
El Estado espaol es uno de los pases que ha raticado el Tratado y ello le compromete a su cumplimiento. De los pases africanos que nos competen en este estudio, tan solo Mozambique no tiene vinculacin alguna con el Tratado; Uganda, Kenia, Tanzania, RD Congo y Mauritania se han adherido al mismo y Madagascar, Mal, Senegal y Burkina Faso han raticado el Tratado. Si bien tiene un carcter de compromiso nacional, la asuncin por parte de los Estados del valor de los recursos fitogenticos debe verse reflejada desde una visin internacionalista y global, de la misma forma en la que se sustenta un Tratado de ndole multilateral. Por ello es crucial que este paso importante de reconocimiento de los Derechos del agricultor no quede supeditado a la inmovilidad de las normativas nacionales y que su vinculacin jurdica se haga efectiva. Sin este compromiso y responsabilidad por parte de los Estados (tanto el espaol como los estados de frica Subsahariana que nos competen) se pueden restringir total o parcialmente los derechos de los agricultores, dejando a stos nuevamente desprotegidos y abriendo la posibilidad de de no tener acceso alguno a los recursos fitogenticos por ellos conservados y mejorados a lo largo de la historia. Las polticas pblicas han apoyado la expansin de las semillas comerciales a travs de los
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subsidios para insumos y la difusin de semillas seleccionadas. En mltiples ocasiones la nica forma de acceder a un crdito que tienen los agricultores es aceptar el paquete tecnolgico completo. Como las variedades locales y tradicionales que utilizan los campesinos en sus sistemas de semillas no estn incluidas en los registros de variedades autorizadas es muy poco frecuente que se incluyan en programas gubernamentales de distribucin de semillas. El resultado final es una progresiva marginacin o desaparicin de las variedades locales que son sustituidas por variedades de alto rendimiento. Con todo esto se puede afirmar que las polticas, legislaciones, normativas y acuerdos internacionales y los derechos de propiedad intelectual tienen una mayor influencia que la reconocida en el proceso de degradacin gentica y sus consecuencias en la agricultura campesina y en la SA poniendo en peligro el DA de los pueblos. Es necesario reclamar, por tanto, que los derechos de los agricultores no son un asunto comercial y que no deben abordarse desde el marco de la OMC y que los gobiernos tienen la responsabilidad de desarrollar marcos legales que garanticen la conservacin de la biodiversidad, los derechos de los agricultores y las formas de vida sustentables. Algunas iniciativas, an escasas, han intentado frenar esta tendencia. En 1998 la Organizacin de la Unin Africana aprob una Ley modelo sobre la proteccin de los derechos de las comunidades locales, los agricultores y obtentores y para la regulacin del acceso a los recursos bio-
lgicos. Esta ley modelo rescat la urgencia del debate y la participacin pblica en la regulacin del acceso a la biodiversidad para asegurar la continuacin del bienestar de frica as como la conservacin de sus medios de produccin y su riqueza biolgica. Esta urgencia es debida a que diversas fuerzas del comercio mundial se intentan asegurar un control monoplico sobre la biodiversidad africana, los conocimientos y los mercados locales a travs de acuerdos comerciales multilaterales y bilaterales, que son intrnsecamente injustos (Ekpere, 2000). Esta ley modelo reconoce los Derechos del Agricultor e incluye, entre otros: la proteccin de los conocimientos tradicionales relacionados con los recursos genticos de plantas y animales y el derecho a la conservacin, uso, intercambio y venta de semillas y materiales de propagacin tradicionales. Las actuaciones del Estado espaol en materia de poltica exterior, comercio exterior y de promocin de IDE en pases de frica Subsahariana pueden resultar muy prejudiciales para las iniciativas nacionales y locales de conservacin de la diversidad y de los recursos genticos para la alimentacin y la agricultura. En los acuerdos bilaterales, como los APPRI, se prioriza las polticas de proteccin de la propiedad intelectual y las concesiones para la prospeccin, el cultivo, la extraccin o la explotacin de recursos naturales, sin que se precise una visin de respeto y proteccin a la conservacin de la biodiversidad y a los Derechos del Agricultor.
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Maiz, Mozambique
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La responsabilidad extraterritorial de los Estados y de las empresas transnacionales como elemento transversal de las amenazas a la soberana alimentaria africana
Una de las principales preocupaciones en relacin a las amenazas estudiadas en este captulo, radica en la falta de mecanismos ecientes de proteccin de la soberana alimentaria. De ah que en el escenario actual se revitaliza un concepto no tan reciente, pero an sin el suciente desarrollo para tornarse efectivo: nos referimos a la obligacin o la responsabilidad extraterritorial de los Estados por sus acciones y las de sus ciudadanos (incluidas empresas trasnacionales) en terceros Estados. Hasta el momento, su estudio ha sido limitado a la perspectiva de los derechos humanos. Esto se debe a que, como veremos, su desarrollo conceptual ha provenido fundamentalmente de las agencias internacionales de derechos humanos. Sin embargo, en Veterinarios Sin Fronteras creemos que un anlisis sobre la responsabilidad extraterritorial de los Estados limitado a una perspectiva de derechos humanos es insuciente. En la organizacin sostenemos que el debate sobre este concepto debe abrirse y profundizarse. Creemos que por la complejidad y diversidad de los factores involucrados (inversiones, cooperacin y comercio internacional, etc.) la discusin debe elevarse a un nivel poltico para permitir de esta manera, atacar las verdaderas causas que hacen posible vulnerar la soberana alimentaria de los pueblos. Sin la existencia de un marco de Soberana Alimentaria no es posible que pueda realizarse completa y efectivamente el Derecho a la Alimentacin. Dentro de ese marco regulatorio entran, por supuesto, las empresas transnacionales bajo su jurisdiccin y con las consideraciones que desarrollaremos a continuacin. Veamos. Por qu consideramos como amenazas los fenmenos estudiados (acaparamiento de tierras, de aguas, inversiones agrcolas, etc.)? Justamente porque pueden vulnerar y de hecho, vulneran- la soberana alimentaria y el derecho humano a la alimentacin. Esto lleva a trasladar el foco de anlisis sobre los actores que intervienen en esta dinmica y se convierten, entonces, en potenciales sujetos de violaciones de derechos humanos y derechos de otra naturaleza. Sucede que la globalizacin y el llamado regionalismo abierto han hecho ms difusas o al menos trastocado- las tradicionales delimitaciones geogrcas y concepcin de sujetos de derecho de los mecanismos clsicos de proteccin de derechos humanos. En otras palabras, la atribucin de la responsabilidad de las violaciones de derechos y soberana alimentaria, ya no recae solamente sobre el Estado dentro de cuya jurisdiccin se producen, sino que cada vez ms se hace necesario considerar nuevas dinmicas y sujetos responsables de dichas violaciones: gobiernos del norte, organizaciones intergubernamentales y empresas transnacionales. Respecto a estas ltimas, no basta en absoluto con que se comprometan a interpretar el derecho internacional y a aplicarlo voluntariamente como les parezca mejor, se trata de que deben someterse obligatoriamente al mismo, que existe una clara responsabilidad del estado donde estas empresas tienen su sede (responsabilidad extraterritorial) y que el derecho a la alimentacin se vulnera cuando se vulnera la soberana alimentaria de un pueblo, regin o pas. No situamos a las transnacionales en el centro de las peticiones jurdicas basadas en derechos, sino a los Estados. En cuanto al rol de las empresas transnacionales, los datos proporcionados por el PNUD hace casi una dcada, son reveladores. All ya se adverta que las empresas transnacionales pueden tener efectos enormes sobre los derechos humanos: en sus prcticas de empleo, en su impacto ambiental, en el apoyo que prestan a regmenes corruptos
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o en los cambios de poltica que deenden. Las 200 empresas de mayor tamao controlan una cuarta parte de los bienes de produccin de todo el mundo. Muchas empresas transnacionales tienen ingresos que superan con creces los ingresos del gobierno de los pases en que operan. Segn la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), 29 de las 100 mayores entidades econmicas del mundo son empresas transnacionales. La concentracin ha producido enormes empresas transnacionales que monopolizan la cadena alimentaria, desde la produccin, comercio y elaboracin, hasta la comercializacin y venta al por menor, lo cual reduce las opciones de los agricultores y los consumidores. Tan slo 10 empresas (entre ellas Aventis, Monsanto, Pioneer y Syngenta) controlan la tercera parte del mercado de semillas comerciales, que genera 23.000 millones de dlares de los EE.UU., y el 80% del mercado mundial de pesticidas, que mueve 28.000 millones de dlares de los EE.UU. Slo Monsanto controla el 91% del mercado mundial de semillas modicadas genticamente. Otras 10 empresas, entre ellas Cargill, controlan el 57% del total de las ventas de los 30 minoristas principales del mundo y sus ingresos representan el 37% de los ingresos percibidos por las 100 empresas principales del mundo en el sector de alimentos y bebidas. En Sudfrica, Monsanto controla todo el mercado nacional de semillas modicadas genticamente, el 60% del mercado de maz hbrido y el 90% del mercado de trigo. 96 En denitiva, el papel de las empresas no es nada menor y, como tuvimos la oportunidad de analizar en este captulo, va en franco crecimiento. En contraposicin, no existe un marco regulatorio adecuado dirigido a los Estados, que dena y delimite su responsabilidad. Lo que s se han desarrollado son algunas declaraciones y directrices (insatisfactorias, como veremos) aprobadas por rganos intergubernamentales que regulan las actividades de las empresas transnacionales. Los instrumentos ms importantes en este sentido son posiblemente las Directrices de la OCDE para las empresas multinacionales y la Declaracin Tripartita de Principios sobre las Empresas
Multinacionales y la Poltica Social de la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) de 1977, que se aplican a los Estados y las empresas multinacionales. Segn la Declaracin Tripartita de la OIT, las empresas multinacionales deberan respetar los derechos soberanos de los Estados, observar las leyes y reglamentos nacionales, tener debidamente en cuenta las prcticas locales y respetar las normas internacionales aplicables. En Veterinarios Sin Fronteras consideramos, sin embargo, que un marco jurdico sobre esta materia slo ser eciente si reconoce al Estado como sujeto de derecho. Son los Estados, los que permiten e incluso promueven las actividades de las transnacionales en el extranjero. Como expresa el Relator Especial sobre el derecho a la alimentacin Jean Ziegler, en su Informe del 9 de febrero de 2004, son los Estados quienes deben vigilar y regular las actividades de sus empresas transnacionales para garantizar que stas no violen el derecho a la alimentacin. Esto nos lleva a analizar el lmite geogrco de dicha responsabilidad, dado que cada vez es ms cierto que las medidas que adopta un gobierno pueden influir negativamente en la soberana alimentaria de personas que viven en otros pases97. La delimitacin o alcance de la responsabilidad extraterritorial de los Estados ha sido uno de los aspectos ms importantes en la evolucin de su caracterizacin desde la perspectiva de derechos humanos. En los espacios de gobernanza internacional existe un importante consenso respecto a que los Estados de origen de los inversionistas privados tienen la obligacin de regular la conducta de esos inversionistas en el extranjero. Ahora bien; esta regulacin para ser completa debera comprender tres pilares: respetar, proteger y hacer efectivo el derecho a la alimentacin y, sobre todo, la soberana alimentaria. Como hemos comentado anteriormente, esta es un prerrequisito para el derecho, no a la inversa. Por ello, consideramos enteramente aplicable a nuestro enfoque desde la soberana alimentaria, el desarrollo realizado por el Relator Especial sobre esta tipologa tripartita de la obligacin extraterritorial98.
96 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2002. 132 PAREN, AQU VIVE GENTE
As, la obligacin de respetar, supone una obligacin negativa que implica que los gobiernos se deben abstener de realizar determinados actos que tienen repercusiones negativas sobre el derecho a la alimentacin (y la soberana Alimentaria como condicin previa a ese derecho) sean estos actos en sus pases o en terceros Estados. Tambin comprende la obligacin de abstenerse de tomar determinadas decisiones en organizaciones internacionales o regionales que puedan dar lugar a vulnerar el derecho a la alimentacin y la soberana alimentaria en otros pases. La obligacin extraterritorial de proteger, implica que los Estados garanticen que las terceras partes sujetas a su jurisdiccin (como sus propios ciudadanos o empresas transnacionales) no violen el derecho a la alimentacin, y por tanto entendemos que tendran que proteger la soberana alimentaria de la poblacin que vive en otros pases como prerrequisito para la realizacin de ese derecho. Con el creciente control monopolista que ejercen las empresas transnacionales sobre todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde la produccin, el comercio y la elaboracin hasta la comercializacin y la venta al por menor de alimentos, as como sobre la mayora de las concesiones para abastecimiento de agua a nivel mundial, cada vez es ms difcil para los gobiernos nacionales menos poderosos regular las actividades de las empresas transnacionales que funcionan en su territorio. Finalmente, los gobiernos tienen tambin la obligacin de promover98 la realizacin del derecho a la alimentacin (y por tanto la soberana alimentaria) en su territorio y tambin en otros pases . Vemos, entonces, la importante evolucin que ha tenido la construccin de la nocin de responsabilidad extraterritorial de los Estados aunque el camino que queda por recorrer es ms largo que el recorrido. Las primeras discusiones sobre responsabilidad
extraterritorial de los Estados se dieron en relacin a los derechos civiles y polticos, a pesar de que estos derechos contienen limitaciones explcitas territoriales y jurisdiccionales. Posteriormente, la discusin se centr en los derechos econmicos, sociales y culturales, especcamente en el derecho a la alimentacin. En este sentido, han sido no slo algunas agencias internacionales, sino tambin diversas organizaciones no gubernamentales (tales como FIAN, Amnista Internacional, entre otras) que han aportado importantes y valiossimos elementos al debate. Como hemos explicado, en Veterinarios Sin Fronteras creemos que la discusin en cuanto a la regulacin de las obligaciones y responsabilidad extraterritorial en sus tres tipologas (respeto, proteccin y promocin) debe abarcar pero a la vez trascender a un anlisis centrado en el derecho a la alimentacin, abarcando otras reas susceptibles de afectar la Soberana Alimentaria tales como la cooperacin, inversin, comercio, acuerdos econmicos y de asociacin entre otras.) La complejidad del tema y los factores que lo componen hacen esencial reposicionar el debate en la esfera poltica que incluye, claro est, lo
97 Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentacin, 24 de enero de 2005, E/CN.4/2005/47, prrafos 39 y 40. 98 Las obligaciones extraterritoriales de los Estados se extienden a aquellos casos en los que actan como parte de una organizacin Internacional (como Naciones Unidas o la Unin Europea) en las cuales actan colectivamente. En este sentido, las Directrices de Maastricht sobre Violaciones a los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (1997) insisten en la importancia de que los Estados utilicen su influencia para asegurar que los programas y polticas en los cuales participan no resulten en violaciones. 99 Vid. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentacin, 24 de enero de 2005, E/CN.4/2005/47, prrafos 47 a 59.
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legal o jurdico. Es decir, es imprescindible contar con instrumentos legales vinculantes a nivel internacional y regional que regulen todos aquellos aspectos susceptibles de impactar en la soberana alimentaria. En este sentido, del anlisis hecho en este captulo sobre las amenazas a la soberana alimentaria africana, se desprende que cualquier instrumento legal que aspire a delimitar y reconocer la obligacin y responsabilidad extraterritorial de los Estados, adems de ser obligatorio (y no meramente voluntario) debe incluir en su contenido, como mnimo, las siguientes materias: inversin extranjera directa, propiedad intelectual, agricultura, comercio de mercancas, servicios y
Asistencia Ocial para el Desarrollo (ODA, por sus siglas en ingls). En denitiva, el gobierno espaol, desde los espacios internacional (FAO) y regionales (UE, en el caso que nos interesa) en los que participa, debera impulsar y promover la creacin de instrumentos legales vinculantes de estas caractersticas. Dichos instrumentos deben reconocer las obligaciones y responsabilidad extraterritorial de los Estados, para asegurar que los ciudadanos y compaas de los Estados rmantes, as como terceras partes sujetos a su jurisdiccin incluidas corporaciones transnacionales- no violan el derecho a la alimentacin ni amenazan la soberana alimentaria de los pueblos.
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Conclusiones
Con este informe sustento de la campaa Aqu vive gente-, en Veterinarios Sin Fronteras nos propusimos contribuir a claricar la diferencia que existe entre los tres conceptos (derecho a la alimentacin, seguridad alimentaria y soberana alimentaria) estrechamente vinculados entre s, pero con contenido tambin muy distintos. Adems, desde la organizacin analizamos y expresamos nuestra preocupacin respecto a aquellos instrumentos polticos y legales, as como las reas donde se hace evidente la amenaza a la soberana alimentaria africana. Creemos que los tres casos que desarrollamos en estas pginas ilustran un problema expandido y transversal en frica: las empresas europeas y espaolas estn arrebatando los recursos naturales a las comunidades campesinas y pescadoras africanas con los que producen los alimentos que comen. Estas prcticas no se dan por arte de magia: Como pudimos exponer y demostrar, son generalmente promovidas por los gobiernos europeos y espaol- que incentivan en frica un modelo productivo que no quieren o no pueden- desarrollar en sus pases; un modelo daino del medioambiente, que alimenta a parte de una poblacin a costa de que otra se quede sin alimentos. En Veterinarios Sin Fronteras vemos con preocupacin que el gobierno espaol, promoviendo la inversin de sus empresas en frica, sea parte del problema de la pobreza y no de la solucin. Por eso, a partir de esta investigacin, hemos elaborado una serie de recomendaciones dirigidas a la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y al Comisario Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural que, de cumplirse, ayudaran a revertir la actual situacin. En particular, en Veterinarios Sin Fronteras insistimos en rescatar a un concepto poco recurrido, aunque no tan nuevo y transversal a las cuatro amenazas a la soberana alimentaria africana identicadas en esta investigacin (acaparamiento de tierras, de aguas, produccin agroindustrial y erosin gentica): el de la responsabilidad extraterritorial de los Estados por sus actos o los que sus empresas hagan en terceros pases. Desde la organizacin demandamos a los Estados a que asuman su obligacin legal, reconocida en instrumentos internacionales, de luchar contra la pobreza, y prohibir a sus empresas que sean generadoras de hambre.
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Recomendaciones
Veterinarios Sin Fronteras Recomienda:
Asegurar por que los pases que reciben fondos del sector pblico por medio del Programa mundial de agricultura y seguridad alimentaria mantengan una consulta signicativa con los ms afectados por la seguridad alimentaria. Una manera de lograrlo es seguir trabajando con representantes de organizaciones no gubernamentales para el PMASA pero tambin seguir la estructura del mecanismo de la Sociedad Civil para el Comit de Seguridad Alimentaria Mundial que identica puntos importantes para regiones y circunscripciones y da voz a los ms afectados por la inseguridad alimentaria. Apoyar el nuevo CSA para asegurar que ste alcance su potencial como organismo poltico central en la toma de decisiones sobre cuestiones de seguridad alimentaria dentro del sistema de las Naciones Unidas. Esto se traduce en la participacin ministerial (Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino) en procesos relacionados con el CSA, incluidos los perodos de sesiones anuales y entre perodos de actividades, como pas miembro y tambin como parte de la Unin Europea. La nanciacin del Mecanismo de la Sociedad Civil (MSC) apoyar el potencial transparente e inclusivo del CSA y garantizar que las voces de los ms afectados por la inseguridad alimentaria sean escuchadas.
A nivel estatal, crear un mecanismo de participacin de la sociedad civil que asegure la interlocucin estable y continuada entre el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil durante el perodo de entre sesiones del CSA. Por la naturaleza de los temas a tratar, dicho mecanismo debera articularse dentro del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Para evitar que se repitan errores del pasado, es importante dedicar mucha atencin a las causas estructurales de la inseguridad alimentaria y trabajar en ellas. Las negociaciones polticas y las soluciones propuestas para lograr la seguridad alimentaria hacen hincapi sobre todo en el aumento de la produccin de alimentos, mientras que las pruebas indican que los problemas que obstaculizan el logro de la seguridad alimentaria no son la falta de alimentos sino ms bien las cuestiones de distribucin, acceso a los mercados, la seguridad y la infraestructura (en particular, la gestin de los residuos tras la recoleccin).
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RECOMENDACIONES
Sobre los Principios y Directrices para la Adquisicin y el Arrendamiento de Tierras a Gran Escala 100
Veterinarios Sin Fronteras insta a la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y al Comisario Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unin Europea a:
Declarar una moratoria a gran escala de las adquisiciones de tierras (alquiler y compra) por las empresas privadas y Estados extranjeros debido a la amenaza a la seguridad alimentaria local, as como los problemas de los conflictos, el desalojo, y el desplazamiento derivados de las inversiones en tierras a gran escala. Garantizar que el CSA lleve a cabo un debate abierto e inclusivo sobre los tipos de inversiones que apoyarn la produccin agroecolgica de alimentos. Debe hacerse todo lo posible para incluir a todos los productores de alimentos, prestando una atencin especial a las necesidades de los jvenes y las mujeres. Solicitar que los Estados cumplan los compromisos contrados en la Declaracin nal de la CIRADR sobre el acceso seguro y el control de la tierra y los recursos naturales para los pequeos productores de alimentos y proveedores, polticas autnticas de reforma agraria y desarrollo rural sostenible.
Exigir que el CSA no apruebe la IAR porque esos principios no son sucientes para regular las inversiones privadas. En su lugar, lo que se necesita son leyes aplicables a nivel nacional e internacional y normas de orden pblico en todas las inversiones relativas a la tierra, incluidas las disposiciones extraterritoriales de las obligaciones de los Estados de regular a las empresas y asegurar que se hacen responsables de sus operaciones en el extranjero. Instar a los gobiernos y el CSA a que apoyen el desarrollo de las Directrices de la FAO para la tenencia de tierra y recursos naturales, as como el Conjunto de principios mnimos para inversiones agrarias del Relator Especial sobre el derecho a la alimentacin.
100 Cabe tener en cuenta que estas recomendaciones estn en consonancia con las desarrolladas en la consulta de las OSC antes de la 36 Reunin del CSA, el cual inclua a los miembros de la CPI, la Va Campesina, Consejo Internacional de Tratados Indios, FIAN, Coalicin de Mujeres Rurales Asiticas y PROPAC. Estas recomendaciones se presentaron la mesa redonda sobre la tierra del CSA. 101 La recomendacin est en lnea con FoodSovCap (Movimiento Europeo para la soberana alimentaria). Ellos desarrollaron la Declaracin Europea de Alimentos que ha sido rmada Fe frica Europa & Red de justicia( AEFJN) Be; Afrika Europa Netwerk, Pases Bajos; Amigos de la Tierra Espaa; ASEED Europe, Pases Bajos; Associazione Rurale Italiana, Italia; Attac Austria; ATTAC ESPAA, Espaa; ATTAC France; Plataforma Austriaca para la Soberana Alimentaria, Austria; COAG, Espaa; la Asociacin Eco Ruralis, Rumania, la Coordinacin Europea Va Campesina, Europa; Comida y Agua Europa; Amigos de la Tierra, Chipre; Amigos de la Tierra Europa; FUGEA / Organizacin de agricultores belgas, Be; GIET, Groupe International dtudes Transdisciplinaires, Francia; Vredeseilanden, Blgica; el MIJARC, Europa; nederlandse Melkveehouders Vakbond, Pases Bajos; Unin noruega de agricultores y pequeos productores, Noruega; NOUSUD Espala, Espaa; Supermacht, Pases Bajos;Wervel, Be; XminY Fondo de Solidaridad, Pases Bajos.
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RECOMENDACIONES
Impulsar en el seno del Comit de Seguridad Alimentaria de la FAO y de Direccin General de Agricultura y Desarrollo de la Comisin Europea la puesta en marcha de la regulacin internacional jurdicamente vinculante necesaria para el reconocimiento de las obligaciones extraterritoriales de los Estados miembros de la FAO y de la Unin Europea con el n de garantizar que sus propios ciudadanos y empresas, as como terceras partes sujetas a su jurisdiccin, incluidas las empresas transnacionales, no violan el derecho a la alimentacin en otros pases. Dicha regulacin debera garantizar que todas sus polticas, incluida la inversin extranjera, la Ayuda Pblica al Desarrollo, la agricultura y el comercio preservan y fortalecen la capacidad de las comunidades rurales de frica para producir sus propios alimentos. Garantizar que el Comunicado Un marco estratgico para que la Unin Europea ayude a los pases en desarrollo a hacer frente a los problemas derivados de la seguridad alimentaria (COM (2010) 127 nal) se aplique plenamente con rigor en toda la gama de polticas y prcticas europeas. Llevar a cabo la regulacin de los mercados agrcolas con instrumentos tales como la gestin de la oferta pblica y la gestin de las importaciones de productos agrcolas, con el n de garantizar que los agricultores tengan los gastos cubiertos y precios estables directamente del mercado, garantizando al mismo tiempo tambin que los precios de los alimentos sean asequibles para los consumidores. Sin embargo, debe haber mecanismos para
asegurar la distribucin equitativa de la cuota y evitar las transferencias de cuotas o medios para adquirir cuotas que las concentran en las explotaciones ms ricas. Reducir los pagos directos al pago de la diferencia de los costes medios de produccin comunitaria y los principales costes de produccin de las explotaciones agrcolas en las zonas menos favorecidas, as como de importantes bienes pblicos proporcionados por los agricultores. Continuar trabajando en la armonizacin de las polticas de desarrollo y ayuda en todos los Estados miembro apoyando al mismo tiempo proyectos de desarrollo iniciados por los mismos pases que involucren una gran participacin de agentes sociales y presionen para obtener resultados sostenibles. La reforma de la PAC debera considerar seriamente las repercusiones en la agricultura y la seguridad alimentaria de frica. Seguir apoyando al Comit de Seguridad Alimentaria Mundial como el principal foro de discusin y formulacin de polticas mundiales en materia de seguridad alimentaria. Deberan velar por que las polticas de desarrollo se ajusten y respalden los principios de la soberana alimentaria. En los mbitos que sea competente y en los que ejerza o deba ejercer la representacin espaola, la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino debera promover e impulsar el cumplimiento de las recomendaciones apuntadas precedentemente.
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RECOMENDACIONES
Sobre pesca
Veterinarios Sin Fronteras insta a la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino a:
Revisar el cumplimiento de los acuerdos rmados en materia de pesca, respetando los ciclos de renovacin de los caladeros, las distancias jadas con respecto a la costa, etc. Cumplir con los compromisos internacionales. En particular: > Raticar el Acuerdo de las Naciones Unidas sobre la Pesca de Alta Mar de 1995, as como la aplicacin del captulo 17 de la Agenda 21 de las Naciones Unidas de 1992 referida a la conservacin de los mares y ocanos as como a los derechos de as comunidades costeras y de la pesca artesanal y la preeminencia de la FAO como rgano de interlocucin internacional y no la Organizacin Mundial de Comercio, OMC.
Realizar Estudios de Impacto de Sustentabilidad (EIS) de las acciones llevadas a cabo por las empresas espaolas en el campo agrario y por los proyectos de inversin gestionados a travs del ICEX. Dichos EIS deberan enfocarse en el potencial impacto econmico, social y ambiental de dichas inversiones. En cuanto a la metodologa de los EIS, podra servir como referencia el llamado Modelo Copenhagen utilizado en los informes comisionados por la DG-Comercio de la Comisin Europea en el marco de los Dilogos con la Sociedad Civil.
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