Cultivos Asociados
Cultivos Asociados
Cultivos Asociados
AGRICULTURA ALTERNATIVA
Integrantes:
Domínguez Katherine
Ecuador cuenta con suelos muy productivos, tanto que podemos exportar diferentes
alimentos de la mejor calidad a países del primer mundo, pero para lograr eso primero se
tuvo que investigar a fondo los diferentes sistemas agrícolas, debemos tomar en cuenta que
cada uno tiene su historia y origen que da una identidad a un pueblo, sin embargo, lo que
tienen en común principalmente es que brindan seguridad alimentaria a todas las personas
de este país. [ CITATION Cro15 \l 12298 ]
Objetivos
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
Antecedentes históricos
1. La agricultura en Ecuador
Fuente de sustento:
La agricultura es uno de los ejes principales sobre los que se desenvuelve la economía del
país, tanto en el ámbito económico como en la seguridad alimentaria. El reporte de
Productividad Agrícola del Ecuador señala que esta actividad aporta un promedio de 8.5%
al PIB, siendo el sexto sector que aporta a la producción del país. (PIB,2017).
El sector agrícola también proporciona forraje para el ganado. Los bovinos proporcionan
alimento en forma de leche o carne para cubrir las necesidades alimentarias de la gente.
Es el sector agrícola el que alimenta el comercio del país. Los productos agrícolas como
banano, cacao, flores, café, plátano, entre otros, constituyen los artículos principales de las
exportaciones del Ecuador. Si el proceso de desarrollo de la agricultura es fluido, las
exportaciones aumentan y las importaciones se reducen considerablemente. (Agro,2016).
Por lo tanto, ayuda a reducir la balanza de pagos adversa y ahorrar nuestras divisas. Esta
cantidad puede ser bien utilizada para importar otros insumos necesarios, materias primas,
maquinaria y otras infraestructuras que de otra manera son útiles para la promoción del
desarrollo económico del país.
Superávit comercializable:
El desarrollo del sector agrícola conduce a superávit comercializable. A medida que el país
se desarrolla, más y más personas estarán dedicadas a la minería, la manufactura y otros
sectores no agrícolas. Todas estas personas dependen de la producción de alimentos que
pueden obtener del superávit comercializable. (NotiAgro,2015)).
La agricultura ha sido la fuente de materias primas para las principales industrias como
cereales, maíz, azúcar, aceites comestibles y no comestibles, etc., todo ello depende
directamente de la agricultura.
Alcanzar una alimentación saludable es la proeza del siglo XXI. Sin embargo, consumir
frutas y vegetales no basta. Ingerir alimentos libres de químicos es el objetivo que
persiguen los amantes de los productos orgánicos.
Pero, ¿cuáles son los alimentos orgánicos? La Universidad Nacional Autónoma de
México los define como “aquellos producidos sin pesticidas ni agroquímicos sintéticos y
son controlados en toda la cadena productiva”. Así, los alimentos sometidos a este tipo de
procesos no estarán en contacto, en ningún momento, con químicos que afecten a la salud
(UNAM,2015).
Y es que desde los empaques con el sello de ‘light’ hasta los que suelen llevar la etiqueta de
‘100% natural’ se pueden confundir con productos orgánicos.
La Molienda Organic Market un sitio dedicado a la venta de productos orgánicos lo aclara:
“No todo lo que dice ‘natural’ es orgánico, los productos primarios con los que fueron
elaborados deben seguir un procedimiento y ser tratados como orgánicos”. (Cillari.P,2015)
Los procesos de producción son sin duda, el factor clave para desarrollar este tipo de
productos, los cuidados y fertilizantes naturales harán la diferencia, que según los
consumidores “se siente al comer”.
Los datos mencionados por la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario indican
que la producción orgánica se practica en 23 de las 24 provincias del país. Además, hasta
marzo de 2017 se contaron con 36.246 hectáreas y 11.529 productores orgánicos
registrados. (ARCF,2017).
No es difícil encontrar productos orgánicos en las perchas, y menos dar con lugares que se
dediquen solo a la venta de estos productos. En el caso de Guayaquil, La Molienda es un
negocio que está próximo a cumplir su primer año de funcionamiento.
Un espacio lleno de color verde, es lo que recibe a los compradores que ya son clientes
frecuentes en este sitio. Aunque Paula Molina y su esposo Pablo Cicarilli reconocen que el
negocio ha crecido este año, ellos apuntan a no detenerse, pero reconocen que en el país
hace falta “educación” los beneficios de estos productos
Andrés Pachano, uno de los propietarios de Natural & Organic Health en Quito, piensa que
esto es solo un mito, y que el verdadero reto está en crear conciencia. “Explicarles a las
personas e introducirlos a este estilo de vida es lo más difícil”, recalca.
Aunque no se puede negar que los alimentos orgánicos tienen un costo más elevado que los
alimentos convencionales, la diferencia no es abismal. Pachano señala que algunos
productos orgánicos pueden encontrarse con un 10 o 15 % de diferencia. Este valor extra no
resulta un problema para los amantes de lo orgánico, que sostienen que la inversión se
traduce en menos vistas al médico. En cuanto a precios, todo es cuestión de saber buscar.
Hay lugares donde se encuentra todo por unidad y kilos, y existen otros donde se puede
encontrar hasta canastas especiales que contienen cerca de 20 productos a un precio más
conveniente.
Las frutas y hortalizas cultivadas bajo este sistema responden a las demandas de los
consumidores, cada vez más comprometidos con el Medio ambiente pero también más
exigentes con la calidad y la seguridad alimentaria.
1.3 El clima
Así como también el agua interviene en todo el ser vivo que habitan en la tierra ya que el
90% de todos ellos se encuentran formados por agua y el 10% de materia orgánica o seca.
Otro factor fijo por el clima es la temperatura, tanto climática como interna de cada ser
vivo. La temperatura participa claramente en los procesos tanto físicos, funcionales como
en los métodos bioquímicos. A mayor temperatura mayor son las modificaciones químicas.
(FAO,2015).
Del mismo modo, el clima es influenciado por los estereotipados de aire las cuales se
encomiendan de llevar las nubes atribuidas de agua de una zona a otra. De aquí impacto
del cambio climático en la agricultura y a su vez la importancia.
En este orden de ideas, a pesar de los diversos avances tecnológicos como las mejoras
vegetales, los cuerpos genéticamente cambiados y los métodos de riego; el clima, el suelo y
el ecosistema son aún factores clave en la producción agrícola.
El efecto del cambio climático en la agricultura está afín con diferenciaciones en los climas
locales más que en modelos mundiales. La temperatura estándar de la superficie de la
tierra ha elevado un grado Fahrenheit en el último siglo. Consiguientemente, como cada
área local es conmovida de manera desigual por el cambio climático, los cultivadores
testifican que toda tesis debería reflexionar específicamente cada territorio.
Sin embargo, en oposición, la economía agrícola ha elevado en estos últimos años y ahora
abastece sumas explicativas de comida a nivel nacional en los mayores países
comerciantes, así como grandes afiliaciones para los comerciantes. El aspecto internacional
de la comercialización y la seguridad en términos de los alimentos enredan la precisión de
meditar los efectos del cambio climático a una escala universal. Por otro lado, los efectos
más prósperos para las siembras dependen en gran parte del dióxido de carbono en el
desarrollo de las labranzas y del aumento en la vigencia en el uso del agua.
Para poder elegir el cultivo ideal de acuerdo al tipo de suelo, es necesario conocer la
clasificación de estos según su capacidad de uso.
Este ordenamiento brinda información básica que muestra los problemas de cada tipo de
suelo bajo los aspectos de necesidades, limitaciones de uso y prácticas. También ofrece
elementos de juicio necesarios para la programación y formulación de planes integrales
para el desarrollo del suelo agrícola.
a) Tierras aptas para cultivos intensivos y otros fines; consta de cuatro clases de capacidad I
a la IV, donde la Clase I se considera la mejor, disminuyendo hasta la IV.
b) Tierras apropiadas para cultivos permanentes, pastos y aprovechamiento forestal; consta
de las Clases V y VI, y sus limitaciones se elevan progresivamente.
Dentro de este grupo de capacidad se han reconocido las Clases I, II, III y IV.
– Clase I
Los suelos de la clase I, general son de pocas limitaciones. Son ideales para aprovechar una
vasta variedad de plantas y se pueden utilizar de una forma segura para las cosechas, pastos
y bosques.
Son terrenos casi planos, con muy poco peligro de erosión. Aquellos suelos que son más
profundos, pero con buen drenaje interno y externo son muy sencillos de trabajar.
Este tipo de suelo retiene muy bien el agua, presenta un buen contenido nutricional y
responde perfectamente a los fertilizantes.
El clima de la zona debe ser favorable para cosechar muchos de los cultivos frecuentes.
Cuando el clima es árido, es posible colocar en Clase I aquellas tierras que están bajo riego
que poseen escasas limitaciones para su utilización.
– Clase II
Este suelo agrícola es por lo general profundo, de textura tipo franco a franco limosa,
planos, con buen drenaje, retentivos al agua y de muy buena capacidad para el brindar
nutrientes vegetales.
Presentan media fertilidad natural y buena capacidad productiva mientras se les abastezca
de forma continuada de tratamientos agrícolas apropiados.
Son tierras buenas, arables, adecuadas para el cultivo agronómico intensivo indicado al
lugar, como arroz, maíz, hortalizas, maní, yuca, sandía y legumbres, aunque también
podrían implantarse especies permanentes: frutales tropicales, plátano, banano, pastos.
– Clase III
Las restricciones de uso son mayores aquí cuando es utilizada para cultivos agrícolas, y por
lo tanto la conservación y las prácticas de manejo son más difíciles de aplicar y de
mantener.
Esta clase presenta un suelo agrícola que puede ser desde moderadamente profundo hasta
profundo, con buenos drenajes, subsuelos arenosos, franco arcillosos y arcillosos, de
reacción neutra a fuertemente ácida y de fertilidad natural baja a media, con deficiencia en
fósforo y potasio.
Estos suelos son apropiados para arroz, maíz, cítricos, zapallo, sandía, caña de azúcar, piña,
ñame, maracuyá, frutales y forestales.
– Clase IV
Este tipo de suelo comprende tierras marginales para una agricultura anual e intensa, por las
mayores limitaciones de uso.
Necesita de prácticas de manejo y conservación de suelos mucho más intensivos para
alcanzar producciones de aceptables a óptimas en forma continua. El relieve se presenta en
suelos con pendientes inclinadas y complejas de media a baja fertilidad natural, con buen
drenaje, de textura franco arcillosa, y son moderadamente profundos.
– Clase V
Son suelos de topografía homogénea, sin mayores declives y no erosionables, pero con
ciertas características que los convierten en apropiados para la vegetación permanente y
para el desarrollo pecuario. Las más importantes limitaciones de uso radican en el drenaje,
y en el factor edáfico.
Las deficiencias más importantes que presentan están relacionadas con la presencia de
grava, fertilidad natural generalmente baja, profundidad efectiva limitada y a características
topográficas desfavorables y por como resultado susceptibilidad a la erosión.
La capacidad productiva de estos suelos puede ser mantenida y mejorada por medio de
cultivos exclusivamente de carácter permanente como el mangostín, mango, palma aceitera,
piña, nance, cocotero, marañón, cítricos, ciruelo, maracuyá y otros frutales nativos; y la
implementación de prácticas de preservación en base a cultivos de cobertura, al tres bolillos
y plantaciones en curvas a nivel.
También pueden dedicarse a la explotación ganadera, aunque requiere del control del
número de animales para evitar el sobrepastoreo.
Estos suelos corresponden a la Clase VII. Las condiciones de estas tierras son distintas
debido a que reúnen una combinación de suelos agrícolas superficiales a moderadamente
profundos.
Estos suelos se encuentran afectados por pendientes muy pronunciadas, presencia de grava,
fertilidad natural baja y muchas veces rocosidad superficial. Además, presentan problemas
graves de erosión hídrica potencial, pues el drenaje muy defectuoso y el régimen pluvial en
esa zona son acentuados.
Estos suelos se representan por la Clase VIII, y se caracterizan por tener limitaciones muy
extremas, lo que las hacen impropias para la agricultura. Presentan topografía muy
accidentada; están bajo la influencia de una escorrentía muy veloz y son muy susceptibles a
la erosión pluvial.
No brindan ningún valor para propósitos silvícola ni agropecuaria, y sirven más bien para
distintos fines, como suministro de energía, captación de agua, parques nacionales, minería
y explotación de canteras.
Son suelos arcillosos con pobre drenaje con superficies pantanosas. Se inundan
severamente por aguas provenientes del desbordamiento de los ríos, lluvias o por las
mareas. El mejoramiento del sistema de drenaje podría no ser factible debido al grupo de
limitaciones severas que perturban a estas tierras.
Metodología
Día 1
Se selecciona un terreno con un tipo de suelo franco con un pH de 6.5, -7.5 apto para la
siembra de cultivos, señalando con estacas y piolas los metros cuadrados que tiene la
parcela de terreno. Al ser un terreno de uso de potreros, se realiza la respectiva limpieza
con las herramientas (azadón, rastrillo) procurando sacar las raíces para tener un terreno
adecuado.
Al tener un terreno limpio y libre de potrero, se utiliza como medio fundamental piolas y
estacas que sirven como guías que trazan los surcos en donde se siembran los cultivos. Se
debe tomar en cuenta que el ancho de un surco será de 40 cm y la separación entre surcos
es de 25 a 30 cm. Con las medidas establecidas y con ayuda del azadón, se comienza a dar
forma al surco levantando la tierra por donde van las zangas y acumulando lo extraído en
los camellones. Se debe tomar muy en cuenta que las zangas deben tener un nivel adecuado
que permita desfogar el agua, caso contrario se comienza a estancar.
Se emplea los límites del terreno señalados con las piolas para trazar las principales zangas
por donde el agua acumulada podrá desfogarse y de esta manera prevenir problemas de
exceso de humedad del suelo.
Día 2
El día número dos, continua la limpieza del terreno, se realiza la recolección de raíces de
diluyo que no hayan sido extraídas, se limpia la maleza, se extraen los gusanos de
escarabajo que podrían arruinar el cultivo en un futuro y se prepara la tierra previamente
aireada para el cultivo, los guachos y la distancia entre plantas pueden variar según el tipo
de semilla y la asociación que se haya destinado, es decir las especies vegetales que vayan a
compartir el terreno, se colocan dos semillas de frejol por golpe, es decir, cada hoyo
realizado contendrá dos semillas, cada hoyo contendrá también un puñado de fertilizante
que le será suficiente a la planta en su desarrollo, el abono compuesto de materia orgánica
(pollinaza y gallinaza) se mezclará con la tierra, se rellenará el hueco con el material y
finalmente se colocarán dos semillas asegurando el crecimiento de al menos una de ellas,
cada planta de frejol se coloca de 0,30m a 0,40m de cada una. Para la siembra de frejol se
deben colocar dos postes a los laterales del sembrío con el fin de sostener a las plantas en su
crecimiento, cada poste significa el apoyo de la espaldera donde se colocarán los alambres
que guiarán a las plantas durante su crecimiento.
Desarrollo
Milpa
La herencia Azteca le dejó a centro américa diferentes formas y métodos para cultivar la
tierra, la milpa es uno de estos. Gracias a la adaptación del maíz que lograron las
civilizaciones indígenas a todos los niveles climáticos y a casi todos los tipos de terreno,
este grano se convirtió en la base de la alimentación de millones de personas.
Según Gómez Andrés, 2016: “La milpa es un sistema agrícola en el que se aprovecha la
tierra para sembrar varios productos, el maíz siempre está presente y se acompaña de
frijol, calabaza u otros cultivos que puedan crecer junto en concordancia, logrando
obtener el mayor beneficio de los recursos naturales disponibles en el cultivo”.
En la milpa se aprovecha todo lo que se siembra, que también se utilizan como forma de
prevención y protección frente las enfermedades y plagas que puedan poner en peligro la
cosecha de este sistema auto sostenible y amigable con el medio ambiente [ CITATION
Góm16 \l 12298 ].
Cultivos asociados
Existen las plantas acompañantes, las cuales como su nombre lo indica “acompañan” al
cultivo creando un beneficio mutuo. Por ejemplo, la siembra de maíz con fríjol de
enredadera consiste en que el maíz le brinda soporte al fríjol y este a su vez le brinda el
beneficio de la absorción de nitrógeno atmosférico y su conversión en nitrógeno disponible
para las plantas a través de unas bacterias llamadas rizobios, presentes en las raíces de las
leguminosas [ CITATION Adm14 \l 12298 ].
También se pueden sembrar plantas repelentes a insectos plaga, las cuales los mantienen
alejados del cultivo principal. Se pueden sembrar intercaladamente o en los bordes de los
lotes [ CITATION Adm14 \l 12298 ].
Igualmente, se pueden usar plantas trampa las cuales son más atractivas para la plaga que el
cultivo principal y por tanto atacan primero a estas, dando tiempo para la producción que
nos interesa [ CITATION Adm14 \l 12298 ].
Las plantas de una misma familia no deben ser sembradas repetidamente en el mismo lugar
por más de dos años, de otra manera, aparecerán plagas y enfermedades en el suelo. El
cuadro 1 muestra algunos de los grupos de plantas para rotación dentro del huerto. Yuca,
maíz y otros cultivos alimentarios pueden ser intercalados con otros [ CITATION FAOsf \l
12298 ].
CUADRO 1
Vegetales de la misma familia
La secuencia de los sembradíos alimentarios debe seguir los cambios de las estaciones a
través del año, especialmente de la estación lluviosa. En la estación seca, los cultivos de
hoja deben sembrarse en la sombra y cultivos como la yuca en camas que se rieguen con
menor frecuencia [ CITATION FAOsf \l 12298 ].
CUADRO 2
Ejemplo de secuencia de cultivos
Humedad Max 12 %
Materia orgánica 65 %
Relación C/N 9
pH 6,5
Valor agronómico
Conclusiones
La técnica del cultivo asociado nos permite sembrar diferentes plantas en un mismo
lugar que da como resultado un cultivo muy diverso que trae beneficios como la
disminución de plagas y el uso eficiente del suelo.
Los huachos son una herramienta muy útil en la siembra tradicional ya que ayudan a
que la planta pueda desarrollar mejor sus raíces y así estas puedan captar de manera
eficiente los minerales y agua del suelo.
En el trabajo de campo se vio una manera alternativa de emitir conocimientos que
no solo son teóricos si no prácticos y que provoca en los estudiantes la comprensión
de cómo era la agricultura en los tiempos de generaciones pasadas.
Bibliografía
Admidefinca. (09 de 2014). Finca y campo. Obtenido de
http://www.fincaycampo.com/2014/09/cultivos-asociados/
Agricultura(2016)Disponible en URL:
http://www.utn.edu.ec/ficaya/carreras/agropecuaria/?p=1091 Extraído el: 01 de mayo del
2018
Cultivos en agricultura(2015)Disponible en URL:
https://www.bce.fin.ec/cuestiones_economicas/images/PDFS/1985/No11/No.11-
1985MarconiSalvador.pdf Extraído el: 01 de mayo del 2018
Permacultura(2015)Disponible en URL:
http://www.tierramor.org/permacultura/queespermacultura.htm Extraído el: 01 de mayo
del 2018
Tipos de suelo (2016)Disponible en URL: https://elproductor.com/articulos-
tecnicos/articulos-tecnicos-agricolas/como-elegir-el-cultivo-ideal-de-acuerdo-a-tu-tipo-de-
suelo-agricola/ Extraído el: 01 de mayo del 2018