Los Últimos Días de La URSS - Pedro Brieger

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Los ltimos das de la URSS

Pedro Brieger INTRODUCCION Cualquier lector de diarios o revistas soviticas anteriores a 1985 encontraba desplegado ante s un panorama extraordinariamente alentador: el nivel de vida no dejaba de aumentar, superando, incluso, al de los pases capitalistas desarrollados; el bienestar abarcaba a todas las clases sociales, y nunca faltaba la sonrisa de una mujer para corroborarlo. Hoy en da ocurre todo lo contrario. Los medios masivos de comunicacin no cesan de descubrir pobreza, hospitales en psimas condiciones, vidrieras vacas, trenes que no funcionan, represin. Parecera que los aos de apologa del sistema sovitico deberan ser exorcizados una y otra vez. Todos critican. Al visitante del Museo de la Revolucin, en Leningrado, la gua le contar que la culpa de todos los males que aquejan a la sociedad sovitica es de los bolcheviques. Cinco aos antes, la misma gua no hubiera ahorrado alabanzas al comunismo. La sovitica es, en la actualidad, una de las sociedades ms efervescentes. La gente quiere discutirlo todo. Hay 75 aos de historia, de vida, para repensar. Los archivos se revisan y existe un afn desmesurado por conocer los detalles de las acciones de cada gobierno, a partir de 1917. Los soviticos quieren saber qu se discuti en aquel momento, qu propuestas alternativas existieron y, muy especialmente, quines fueron los opositores al stalinismo. La gente est vida por escribir su propia historia. Desde el comienzo de la perestroika y la glasnost, las secciones del correo de lectores de todos los diarios se ven desbordadas por decenas de miles de cartas; la poblacin quiere opinar y critica abiertamente al partido y a sus funcionarios, denuncia la corrupcin, la mafia, la 5 pobreza. Como prcticamente no existe familia que no haya sido afectada por el terror stalinista, ste es uno de los temas favoritos en la prensa. Los hijos y nietos de desaparecidos o fusilados en las dcadas del veinte y del treinta, continan cincuenta aos despus! su campaa por la rehabilitacin del buen nombre y los ideales de sus familiares. Los sobrevivientes de los campos de concentracin de Stalin se renen para asentar en la memoria colectiva su trgica experiencia personal. Se trata de personas

mayores que, pese al sufrimiento, se movilizan para que la sociedad en su conjunto no olvide. El semanario NOVEDADES DE Mosc dedica pginas enteras a la discusin de la propia historia. La irreverencia en la crtica no tiene lmites, y pocos gobiernos en el mundo se ven tan hostigados por los medios de comunicacin como el sovitico de hoy. Nuestro objetivo es contribuir a la comprensin de un proceso que dejar su sello en el siglo XXI que comienza, tal como la Revolucin de 1917 marc al siglo XX. Una vez ms, los acontecimientos en la Unin Sovitica, o Rusia, influyen sobre el devenir de la humanidad. Toda revolucin tiene diferentes interpretaciones polticas, analticas, histricas, filosficas, morales y ticas. Toda interpretacin depende del lugar y del momento en que se realiza. Para comprender la mentalidad que los dirigentes y el pueblo sovitico se han forjado en estos ltimos noventa aos, hemos estudiado su propia visin del mundo. Lo hemos realizado como docentes de la carrera de Sociologa de la Universidad de Buenos Aires, en el seminario Teoras sobre la transicin al socialismo, dirigido por el profesor Emilio Cafassi. En nuestras investigaciones, hemos revisado los escritos de los fundadores del marxismo, Marx y Engels; de los lderes de la revolucin de 1917, Lenin, Trotsky, Stalin, Alejandra Kollontai, Bujarin y otros, y de aquellos que desde el mismo campo ideolgico criticaron las medidas adoptadas desde octubre de 1917, en especial los de Rosa Luxemburgo y Karl Kautsky. Adems, es imposible comprender la historia de esos aos sin tomar en cuenta la amplia bibliografa historiogrfica existente, como la monumental historia de la revolucin 6 de H. Carr o las biografas de Trotsky y Stalin escritas por Isaac Deutscher. Para nuestro anlisis, consideramos de fundamental importancia en primer lugar de los soviticos, fueran stos adherentes u opositores a la perestroika en todas sus lneas o tendencias polticas Siempre critiqu las estpidas ideas occidentales cobre la misma (perestroika) dice el escritor sovitico Zinoviev, residente en Munich. La estupidez consiste en que los estudiosos de ac ven en todas las la dirigencia sovitica el deseo de reestructurar a manera de la democracia occidental. (Novedades, agosto de 1989)Creemos que es preciso atenerse a la rigurosidad histrica y tica, a fin de no deformar datos o sucesos para acomodarlos a una visin global preexitente. Solamente as es posible comprender los acontecimientos cambiantes y las personalidades que hicieron la historia de la Unin Sovitica y que la hacen hoy. Esto implica, tambin, el uso de la terminologa que ellos utilizaron y utilizan para referirse a los polticos y sociales. Basta recordar que

la Segunda Guerra Mundial aparece en los textos soviticos y el lenguaje cotidiano como la Gran Guerra a contra el nazismo. Asimismo, hoy en la URSS se enfrentan conservadores y liberales, izquierda y derecha pero la calificacin no es equivalente a la tradicionalmente conocida. As, los liberales (o demcratas) y la izquierda son en el marco sovitico quienes impulsan con fervor la economa de mercado y el capitalismo, mientras que la derecha y los conservadores desean mantener el rgimen actual. Paradojas de la historia, en la Unin Sovitica actual ser comunista implica ser de derecha. Para nuestro trabajo hemos recurrido a la prensa sovitica muy especialmente al semanario NOVEDADES De MOSCU que se edita en varios idiomas y se difunde en 140 pases. A partir de 1985, esta publicacin se convirti en vocero entusiasta de la perestroika y la glasnost, y su tirada rusa de dos millones de ejemplares se agota rpidamente. Antes en la URSS no lo lea nadie; era un mero rgano propagandstico del rgimen y serva para envolver la verdura, 7 en el supuesto caso de que se consiguiera verdura. Para completar el anlisis, resulta de suma importancia tomar en cuenta opiniones vertidas fuera de la Unin Sovitica por quienes favorecen la reconversin capitalista basada en la economa de mercado, y por aquellos que an creen en el socialismo ms all y a pesar de la experiencia sovitica. Entre todo el material disponible, revisamos principalmente NEWSWEBK, TIMES y U.S. NEWS & WORLD REPORT, de los Estados Unidos; EL PAIS, BLANCO Y NEGRO, CAMBIO 16 y TIEMPO, de Espaa; LE MONDE e INPRECOR, de Francia y, por supuesto, la prensa argentina en todos sus matices. Muchas entrevistas y artculos que citamos aparecieron originariamente en ruso en peridicos y revistas de la URSS. A fin de facilitar la lectura, sealamos solamente su origen, aun cuando los hayamos tomado de revistas y libros publicados en otros idiomas. En tiempos de revolucin, los hechos se suceden con gran velocidad, los hombres pblicos rotan en sus funciones y cambian una y otra vez de posturas; en consecuencia, frecuentemente se hace difcil identificarlos con precisin. En nuestro caso, para no confundir al lector, cuando mencionamos a alguien lo hacemos con el cargo que ocupa en el momento en que emite sus declaraciones. Muchas preguntas quedarn sin respuesta. No pretendemos contestarlas todas

pero s que el lector formule nuevos interrogantes y los resuelva segn su propio criterio. Agradecemos las lecturas crticas de Roberto Rapalo y de la periodista Mara Cecilia Barro Gil. Tambin a Vctor Ares de la agencia de prensa Novosti que gentilmente nos permiti consultar los materiales recin llegados de la Unin Sovitica. PEDRO BRIEGER, Bs. As., noviembre de 1991 8 1 UN GOLPE DE ESTADO MUY PARTICULAR Alexander Karbainov: Hoy los servicios secretos se sienten mas que nunca al servicio de lo sociedad (...) creemos que con estas reformas conseguiremos superar el mito que, ya sea en el interior como en el exterior de la Unin Sovitica, rodea a este servicio secreto (...) Actualmente los servicios secretos, en la Unin Sovitica, y en todas partes, tienen que ser empleados en la defensa de los Derechos del Hombre. Abmat Rafat: Sin embargo se habla cada vez con ms frecuencia de la posibilidad de un golpe de los militares y de la KGB contra la perestroika... Alexander Karbainov: Es cierto que la situacin en la Unin Sovitica no es nada fcil, pero tampoco es tan difcil y frgil como ms de uno lo ha intentado pintar. De otra forma, yo no hubiera podido dejar Mosc para conceder entrevistas por toda

(Entrevista de Ahmat Rafat a Alexander Karbainov, Jefe de Relaciones Pblicas de la KGB. Publicado en la Revista T1emipo, Madrid, 5 de agosto de 1991) 9

Domingo 18 de agosto de 1991. A pesar de la inestabilidad reinante en su pas, el presidente de la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas, Mijail Gorbachov, ha tomado vacaciones y se encuentra lejos de Mosc, a orillas del Mar Negro. A las 5 de la maana, en su datcha de Crimea, el mandatario descubre que los telfonos no funcionan. El jefe de seguridad de la presidencia, le comunica que se ha formado un Comit Estatal de Emergencia (CEE), y le advierte que no puede salir dela casa ni recibir visitas. Est aislado. A los que pretenden tomar contacto con l, se les informa que est enfermo. Rpidamente se da cuenta de la situacin; se lo explica a su esposa Raisa, a su hija Irene y a su yerno Anatoli. No est dispuesto a aceptar ningn tipo de presiones ni a firmar su renuncia. Recin en las primeras horas del lunes 19, en Mosc, la opinin pblica toma conocimiento de la situacin, por medio de un comunicado del vicepresidente de la URSS, Guennadi Yanaiev. En l se afirma que Gorbachov es incapaz de continuar en sus funciones por motivos de salud. El CEE alera al pueblo sovitico: sobre el pas pende una amenaza mortal pues la poltica de reformas de Gorbachov est en un atolladero. Se declara el estado de emergencia por un lapso de seis meses. Columnas de tanques y carros blindados comienzan a movilizarse hacia el centro de Mosc. Estratgicamente se van apostando al frente de las ms importantes oficinas gubernamentales, tambin en plazas y carreteras. Intentan dominar toda la ciudad. Algunos se acercan a la Casa Blanca, sede del Parlamento ruso. Los legisladores exigen que sea convocado un Congreso Extraordinario del Soviet Supremo de la URSS. A las 9, un portavoz del Parlamento, que preside Boris Yeltsin, declara que la destitucin de Mijail Gorbachov representa un golpe de estado. 11 El Comit de Emergencia prohbe las manifestaciones. Sin embargo, la gente empieza a ocupar las calles de Mosc. Yeltsin, de pie sobre uno de los tanques que rodean el Parlamento Ruso, llama a una huelga general y declara anticonstitucional el estado de emergencia.

Se imponen rgidas restricciones a los medios de comunicacin- Las oficinas de agencia de noticias TASS, del diario IZVESTIA y del semanario NOVEDADES de Mosc se encuentran rodeadas por tropas del ejrcito. Por la tarde, el presidente del Soviet Supremo de la URSS, Anatoli Lukianov, acusado de simpatizar con los golpistas aprueba que esa mxima instancia legislativa sea convocada a sesin extraordinaria el 26 de agosto, para considerar la situacin. Boris Yeltsln decide desmovilizar la KGB y todas las unidades militares implicadas en el golpe, y anuncia que toma el control de todas las operaciones que se realicen en territorio ruso. El vicepresidente Yanaiev anuncia que Gorbachov descansa en Crimea a causa de una. fatiga acumulada. Durante las primeras horas del martes 20, el presidente de los Estados Unidos, George Bush., anuncia que no reconocer al gabinete de emergencia que ha desplazado a Mijail Gorbachov y no oculta su fastidio con los hombres de la CIA que no le han dado seales claras sobre la crisis sovitica. Esa misma madrugada llueve copiosamente en Mosc, lo que no impide . que miles de moscovitas permanezcan en las calles rodeando el Parlamento ruso para evitar que los tanques lo tomen por asalto. Al medioda, alentados por la resistencia civil, los legisladores rusos exigen que se organice en veinticuatro horas como mximo, un encuentro entre Yeltsin y Gorbachov. Tambin, que en un plazo no mayor de tres das, especialistas de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) le realicen un chequeo mdico. Los sindicatos, por su parte, reclaman que se le permita a Gorbachov hablar por televisin. Uno de los conjurados, el primer ministro Pavlov, vctima de una crisis de hipertensin arterial, es reemplazado. A las 21:30 se declara el toque de queda en Mosc. 12 Al caer la noche, comienzan a orse disparos cerca del Parlamento Ruso. Las personas que se haban convocado desafan el toque de queda y permanecen en las calles. Los tanques comienzan a movilizarse. Algunos manifestantes les arrojan botellas molotov y construyen barricadas para Impedir que avancen. En vano: uno de los defensores del Parlamento muere

aplastado por un blindado. Otros caen en las escaramuzas. Qu hacen increpa la multitud a los jvenes soldados, disparan contra sus propios hermanos rusos?. Amanece. Los tiros cesan. Soldados y manifestantes se abrazan bajo la lluvia. Eduard Shevardnadze, ex ministro de Relaciones Exteriores, llama a la desobediencia civil, al tiempo que le reprocha a Gorbachov haberse ido de vacaciones y abandonar su puesto, luego de reiteradas advertencias sobre la posibilidad de un golpe. A las 11 de la maana del mircoles 21 se abre la sesin extraordinaria del Parlamento ruso. Los diputados honran con un minuto de silencio a los cados durante la noche. La direccin del Partido Comunista de la URSS exige ver a Gorbachov. El dispositivo militar comienza a relajarse. Casi como una rendicin, uno de los golpistas, el jefe de la KGB, le propone a Boris Yeltsin viajar juntos a Crimea para ver a Gorbachov. Recin por la tarde se produce el primer contacto telefnico con Gorbachov. Si bien disminuye la tensin, todava reina el desconcierto y la ansiedad por conocer el paradero de los autores del golpe de estado. Algunos dicen que ya estn bajo arresto; otros, que se fugaron en avin. Las tropas comienzan a alejarse lentamente de la ciudad. Se levanta la censura en radio y televisin y concluye el estado de sitio. Alas siete de la tarde, Gorbachov despega de Crimea rumbo a Mosc. Es una mentira decir que Mijail Gorbachov est mal de salud. A lo sumo sufre de lumbago. Su reemplazo es, por lo tanto, anticonstitucional. En las primeras horas del lunes he llamado a los ciudadanos de Rusia a la resistencia contra este Comit ilegal. Preparamos un plan para impedir la toma de nuestro inmueble. Pero es el pueblo de Mosc el que con su determinacin lo ha impedido. 13

De esta manera, con emocin y firmeza habla Boris Yeltsin, la tarde del 21 de agosto, en la sesin extraordinaria del Soviet Supremo de la Repblica Rusa, reunido en la Casa Blanca. A las 2 de la maana del jueves 22, el avin, que transporta a un presidente cansado y desaliado, aterriza en Mosc. El golpe ha fracasado. Ineptitud, falta de proyecto poltico, manotazo de ahogado, desatino, suicidio poltico. Parodia? Muchos calificativos se han utilizado en el intento por comprender lo que comenz el de 19 agosto a las seis de la maana, en Mosc, y finaliz 72 horas ms tarde. Qu queran los golpistas? Difcilmente pueda atriburseles un proyecto definido. Adems,

apelaron al recurso actualmente ms desprestigiado en la Unin Sovitica: la fuerza militar. Como parte integral de una sociedad sumida en una profunda crisis poltica, Ideolgica y tica, donde ningn sector puede imponer un proyecto claro, consensuado y definido, la intentona golpista estaba condenada al fracaso. Las caractersticas de este golpe de estado si es que puede llamrselo as fueron muy particulares, y todava existen muchas preguntas que no han encontrado respuestas satisfactorias. Crean, realmente, que podan mantenerse en el poder? En primer lugar hay que sealar que casi la totalidad de los proyectos polticos de grupos o individuos provenientes del PCUS reivindican la perestroika. Tanto Gennadi Yanaiev lder de los golpistas corno Yeltsin y Gorbachov son hombres surgidos del PCUS; cada uno de ellos a su manera quiere impulsar reformas en la Unin Sovitica. La pregunta central es qu tipo de reforma, a qu ritmo, y a qu precio. Para algunos, la perestroika representa la posibilidad de construir un Estado capitalista; para otros, algunas reformas cosmticas que les permitan perpetuarse en el poder; por ltimo, una minora considera que abre la puerta a un nuevo tipo de socialismo. A diferencia de lo que ocurra con los refusniks (opositores) de la dcada del setenta u ochenta como el cientfico Andrei Sajarov , los que hoy se disputan cuotas de poder surgieron del seno de la burocracia. Este hecho marca a fuego su accionar 14

poltico y su actual confusin en la bsqueda de nuevos horizontes ideolgicos. EI golpe fallido escribe la periodista Miriam Horn fue sin duda uno de los ms asombrosos actos de ineptitud en la historia. (US & WORLD REPORT, 2 de septiembre de 1991). Los tanques rodearon el parlamento ruso sin cortar su comunicacin al exterior ni la electricidad o el agua. Boris Yeltsin llam a la desobediencia civil por televisin y por medio de la agencia TASS, que pertenece al Estado. El ejrcito no dispers a la multitud que salvo en momentos excepcionales, como cuando Boris Yeltsin congreg en la calle a 150 o 200 mil por lo general no pasaba de las veinte mil personas, una cantidad fcil de reprimir para un ejrcito poderoso. Los choques violentos fueron escasos y los muertos se cuentan con los dedos de una mano. Es esto un golpe de estado?, se pregunta irnicamente Alain Faujas, el corresponsal del diario parisino LE MONDE (21 de agosto de 1991). Tambin el sovitologo Jerry Hough, profesor de la Universidad de Pensilvania, quien insiste en que este golpe encierra muchos

misterios. Es o no es un golpe de Estado? (TIEMPO, Madrid, 26 de agosto de 1991 )Hubo ineptitud o falta de proyecto poltico? En su comunicado oficial, los golpistas denuncian que fuerzas extremistas emergieron para tratar de liquidar a la Unin Sovitica, desmantelar el estado y tomar el poder a todo precio (LE MONDE, 20 de agosto de 1991). Esto no impide que se lamenten una y otra vez por el precario estado de salud de Gorbachov y anhelen su rpida recuperacin. En la crisis por la que atraviesa la Unin Sovitica ya no hay instituciones monolticamente unidas. El aparato estatal controlado por el partido se encuentra fragmentado en varios grupos opuestos que se disputan su hegemona, pues el control de este aparato implica una gran cuota de poder poltico y econmico (miles de edificios, coches, imprentas, peridicos, etc.). El principal apoyo de los golpistas el ejrcito sin el cual difcilmente pudieran triunfar, se encuentra sumido en una crisis profunda al igual que toda la sociedad sovitica. En sus filas conviven quienes regresaron derrotados de Afganistn y los que portan orgullosamente las medallas de la Gran Guerra Patritica contra el nazismo. Viejos cuadros que usan al ejrcito como horma para moldear a la juventud y jvenes 15 que intentan evadir la obligacin de cumplir con el servicio militar. Estn los que quieren un ejrcito fuerte y centralizado y los que desde las repblicas pugnan por el establecimiento de ejrcitos propios. Los que abogan por una reduccin drstica de la industria militar e impulsan su reconversin civil, y los millones que ante esta propuesta temen perder el trabajo. Los que permanecen en las filas del partido y quienes lo han abandonado. La fragmentacin explica por qu, durante el golpe, varias unidades especiales del Ministerio del Interior (OMON) se negaron a colaborar, y por qu muchos oficiales de alto rango se mantuvieron neutrales. La profunda divisin en todos los estratos de la sociedad tambin se ve reflejada en los golpistas: al segundo da, Pavlov (primer ministro) y lazov (ministro de Defensa) se retiran de la escena por problemas de salud. Ahora bien, cmo imaginaban estos hombres los diferentes escenarios en caso de triunfar ? Es fcil deducir que una de las posibilidades era un modelo similar al de la era Breshev: reestablecimiento del rol dirigente del partido, marcha atrs en cuanto a la separacin de las repblicas y reconstruccin de la economa centralizada. Todo en nombre de la perestroika. El problema es que en ese caso

probablemente tendran que enfrentar la oposicin de la mayora de la poblacin sovitica, rusa y de otras nacionalidades. Reformar la economa con apoyo popular e internacional ya es dificultoso, retornar al viejo modelo sin el consenso de la poblacin se toma todava mucho ms complicado. No faltaron los periodistas desfachatados que preguntaron a los golpistas si haban recibido consejo de Pinochet... A causa de la crisis poltica y de la falta de apoyo concreto, Yanaiev contina elogiando a Gorbachov, mi amigo que, espero, volver con nosotros una vez restablecido y con el que recomenzaremos a trabajaren la va de la democratizacin que l ha trazado (LE MONDE, Pars, 20 de agosto de 1991). De esta manera, Yanaiev busca reconocimiento e intenta demostrar que en realidad el traspaso del poder es una continuidad poltica con los proyectos de su amigo. Nadie le crey. Los golpistas ironiza el escritor espaol Manuel 16

Vzquez Montalbn ofrecen a Occidente casi una parodia del retrato perfecto de conjura comunista a la vieja usanza: el jefe de la KGB, el responsable del complejo militar industrial, el ministro de Defensa y unos cuantos comunistas malparados, de esos comunistas de pelcula de Hollywood anticomunista. (TIEMPO, 2 de septiembre de 1991) De manera muy contradictoria, los golpistas toman medidas para suprimir las actividades de los partidos polticos, sindicatos y organizaciones de masas, pero permiten el funcionamiento del Parlamento ruso. Prohben la realizacin de mtines, manifestaciones y huelgas, pero observan pasivamente a la multitud que rodea los tanques e impide su avance por las calles cntricas. Salvo a Gorbachov, no arrestaron a ningn lder poltico. No se aseguraron el control de la Capital ni del aeropuerto, que funciona casi con normalidad; los medios de prensa extranjeros continan informando al mundo y los noticieros soviticos transmiten el mismo lunes 19 el llamado de Yeltsin a la resistencia. Ineptitud? Resulta difcil creerlo tratndose de la experimentada KGB. Pocos periodistas logran establecer contacto directo con los lderes golpistas. Uno de ellos, el corresponsal del PERIDICO DE CATALUA en Mosc, afirma que Guennadi Yanaiev no pareca seguro del xito de la operacin en la tarde del lunes (TIEMPO, 26 de agosto de

1991). Al parecer, ni ellos mismos crean en su triunfo. Segn Eduard Shevardnadze, el ex-ministro de Relaciones Exteriores, los golpistas se dirigan a la gente como antes de la perestroika, vivan en las cavernas (TIEMPO, 2 de septiembre de 1991). No comprendieron que la Unin Sovitica haba cambiado. Alan Ulam, director del Centro de Investigaciones sobre la Unin Sovitica de la Universidad de Harvard, opina que el alcance tan avanzado de las reformas polticas y econmicas dificultar durante mucho tiempo el xito del golpe o el eventual retomo a una dictadura centralizada como la que exista antes de la era Gorbachov (TIEMPO, 26 de agosto de 1991) Como si esto fuera poco, por primera vez en dcadas sectores de la poblacin salen a la calle a protestar, instigados por sus lderes y encabezados por Boris Yeltsin. Sin embargo, contrariamente a la imagen que los medios de comunicacin irradian entre el 19 y el 23 de agosto, el fracaso del golpe se debe al conjunto de los factores que 17 hemos explicado anteriormente y no a la movilizacin popular, que es un elemento ms importante por cierto pero no el central. Las ediciones de Time y NEWSWEEK, que cubrieron los acontecimientos con expertos sovietlogos, informan sobre 150 mil o 200 mil manifestantes principalmente en Mosc y, en menor medida, en Leningrado segunda ciudad por su importancia- y las repblicas blticas, que inmediatamente declaran su independencia. La pregunta central sigue siendo qu pensaban los ocho millones de moscovitas que no salieron a la calle, y tambin el resto del pas, habitado por ms de 250 millones de personas. Apata poltica? Aunque es probable que la inmensa mayora se haya opuesto al golpe, la periodista Miriam Horn afirma que un 25% de la poblacin lo apoy (US NEWS & WORLD REPORT, 2 de setiembre de 1991). Los llamados de Yeltsin (con la ayuda de algunos periodistas de la CNN) a la huelga general no tuvieron eco y la poblacin se qued en casa. Pero si el golpe fue una farsa piensa David Seppo fue seguido de un show digno de Broadway, con fuegos artificiales, despliegue de una gigantesca bandera rusa pre revolucionaria en la Plaza Roja, estatuas derribadas profesiona/mente por obreros de la construccin y un coro de 100 mil personas para aclamar a la nueva estrella, Boris Yeltsin, quien habra derrotado a las fuerzas del Mal casi l solo, por su voluntad de lucha por el Bien. Los smbolos son cruciales en poltica, y la poltica sovitica contempornea a nivel popular se compone casi enteramente de smbolos. (INPRECOR, Pars, 25 de agosto de 1991)

La eleccin del 19 de agosto como fecha del golpe no fue al azar. Al da siguiente deba firmarse un acuerdo de unin con las repblicas, lo que representaba la ltima gota que los Conservadores podan tolerar, en un vaso colmado hasta el borde por la crisis econmica, social y poltica. Desde el XXVII Congreso del partido, celebrado en julio de 1990, la situacin ha empeorado. El ala conservadora sufre un serio revs: su mximo representante, Ligachov, es rechazado por la mayora. Boris Yeltsin abandona el partido para comenzar su carrera poltica independiente, enfrentando a Mijail Gorbachov. El ao transcurrido presagia el desenlace; ms de uno lo ha prevenido, Boris Yeltsin y Mijail Gorbachov no dejan de sacarse chispas... 18 2 UN AO DE ENFRENTAMIENTOS En el cierre del XXVIII Congreso del Partido, Gorbachov pronunci estas palabras: El PCUS vive y vivir haciendo su aporte histrico al progreso de nuestro pas, al progreso de la civilizacin mundial. Yo quisiera decirle al Presidente y SecretarioGeneral: Apiadense de nuestros odos y de nuestras almas. Sera mejor que el PCUS dejse de hacer su aporte histrico al progreso de nuestro pas: Ya ha aportado bastante! Dios salve a la civilizacin mundial de los aportes del PCUS! (Etena Bonner , viuda del cientfico Andrei Sajarov; Novedades de Mosc, 29 de julio de 1990)

E1 XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Unin Sovitica comienza el 2 de julio de 1990 en el marco de un creciente enfrentamiento entre radicales y conservadores. Un mes antes, Boris Yeltsin ha sido elegido presidente de la Repblica de Rusia. Por primera vez desde la dcada del veinte aparecen plataformas de grupos opositores a la direccin del partido. En los

aquellos aos, miembros del Comit Central formaron la oposicin de izquierda y, posteriormente, la oposicin unificada para luchar contra Stalin, pero fueron derrotados. Ahora, como entonces, el eje central de las reivindicaciones pasa por la democratizacin del partido y la sociedad, aunque sus principales lderes, Len Trotsky ayer y Boris Yeltsin hoy, representen proyectos polticos muy diferentes. En los noventa, surgen la Plataforma Democrtica, que impulsa la radicalizacin de las reformas, y la Plataforma Marxista, que critca tanto a liberales como a conservadores. Gorbachov con mucha dificultad controla la situacin en el Congreso y aumenta sus atribuciones legales a pesar de los embates provenientes de todos los sectores. Mientras por un lado los critca duramente, por el otro busca la manera de conformarlos. Increpando a los conservadores dice: Una de las serias causas que explican por qu muchas cosas se nos dan con tanta dificultad es la resistencia a los cambios que oponen el sector burocrtico en las estructuras administrativas y las fuerzas sociales relacionadas con l (...) intentan defender su posicin conservadora enarbolando el pendn de la lucha por los intereses del pueblo, por la pureza de los principios ideolgicos. Frente a los radicales afirma: No 21 debemos hacer la vista gorda ante el surgimiento en la sociedad de fuerzas que nos empujan hacia el rgimen burgus y condicionan la salida de la actual situacin compleja por la opcin capitalista del pas. (INFORME POLITICO DEL COMIT CENTRAL DEL PCUS, 2 de julio de 1990) Por otra parte, sealar el crecimiento de la produccin de cereales, carne, leche, televisores, grabadores, heladeras y otros bienes de consumo es un guio hacia los conservadores: el rumbo sigue siendo correcto, no nos apartaremos del socialismo. Pero al momento de elegir secretario adjunto, propone a un liberal y logra derrotar al principal representante de los conservadores, Egor Ligachov. Para los radicales no es suficiente, y no estn dispuestos a seguir avalando las ambivalencias de Gorbachov. El director de las escuelas del partido en Mosc, Shostakovsky, ataca directamente los fundamentos de la sociedad sovitica: Sdice, el pueblo sigui las consignas de los bolcheviques en 1917. Las continuamos formulando sin cesar, 73 aos ms tarde: la tierra a los campesinos, las fbricas a los obreros, el poder a los soviets, la paz para todos los pueblos. Pero no las concretamos. La tierra pertenece al estado, es decir que no tiene propietario; las fbricas pertenecen a la burocracia; el poder pertenece al

partido y la paz entre los pueblos no existe en absoluto. Les voy a recordar otra consigna de Octubre: pan para los hambrientos. Hoy cobra una nueva y trgica actualidad. Por qu? (...) debemos declarar honestamente: Pueblo de la Unin Sovitica!, el partido lamenta profundamente sus errores; no te forzar nunca ms a aceptar su voluntad, y te pedir siempre tu opinin en lugar de cometer abusos en tu nombre. (INPREC0R, 14 de setiembre de 1991) Gorbachov refuerza su poder al ser elegido presidente y conformar su gabinete con una mezcla de liberales y conservadores. Shevardnadze y Medvedev por un lado; Rizhkov, lazov y Kriutchkov, futuros golpistas, por el otro. Pero los proyectos son irreconciliables. Liderados por Yeltsin, Popov y Sobtchak muchos delegados liberales ven al partido como el principal freno a la perestroika y 22 renuncian pblicamente. Estamos abandonando el partido y no la perestroika dice Andrel Nuikin despus de 35 aos de militancia partidaria (NOVEDADES DE Mosc, 8 de setiernbre de 1991). Conversando con Shosakovsky, el periodista Len Karpinski cuestiona el abandono del partido por parte del grupo plataforma democrtica, porque este movimiento naci dentro de la estructura del PCUS como una asociacin de comunistas demcratas, que no se oponan al partido como tal, sino a los comunistas conservadores. (NOVEDADES DE Mosc, 22 de julio de 1990) Dos das despes de concluido el congreso, varios grupos liberales organizan una imponente manifestacin antigubernamental en las calles de Mosc, que congrega a ms de 400.000 personas. Aunque su composicin es heterognea, las consignas las unifican: El PCUS al basurero de la historia, liberemos a Rusia de los bolcheviques, gritan los manifestantes. Entre los oradores se destaca el publicista Yuri Schekochijin, porque advierte que el pas se encuentra en el umbral de un golpe de Estado derechista. Por esos mismos das, los trabajadores mineros de diversas regiones del pas estn en huelga y exigen la dimisin del gobierno. La vida social y poltica entra en un proceso de franca polarizacin. Y qu opina la gente? Una encuesta realizada por el Centro Nacional de Estudio de la Opinin Pblica (CNEOP) revela que la mayora apoya las propuestas liberales y no tiene grandes esperanzas depositadas en el partido. Un 52% de los encuestados no est satisfecho con Ligachov; slo un 18% considera que el PCUS es la nica fuerza capaz de sacar a la sociedad de la crisis, y el 74% cree que el PCUS debe cargar con la responsabilidad por los errores cometidos en los ltimos 70 aos. Elena

Bonner, viuda del cientfico Sajarov, piensa que tanto la derecha como la izquierda le temen a la movilizacin popular, nica posibilidad que tiene el pueblo de demostrar su voluntad (NoVEDADES DE Mosc, 29 de julio de 1991). Un lder minero expresa as sus temores: ya veo cmo nos van a conducir lentamente hacia la propiedad privada. Puede ser que alguien intelgente logre comprar partes de la mina. No lo

23 envidio. El capitalismo entrar en Kouzbass. (RABOCHAYA TRIBUNA, 8 de junio de 1990) Aunque parezca lo contrario, liberales y conservadores son partidarios de la perestroika, slo que su interpretacin difiere radicalmente. Los liberales apoyan un programa radical que permita la introduccin de la economa de mercado en el marco de una rpida reconversin capitalista del pas. Proponen la democratizacin de la sociedad quitndole el poder y las atribuciones al partido, y abogan por la independencia de las repblicas. Aunque los liberales no constituyen un bloque homogneo en sus filas existen divergencias respecto a los ritmos y a las formas, sus propuestas son aceptadas por la mayora de la poblacin. Los conservadores mantienen el control sobre las instituciones del estado y el partido; por lo tanto, se oponen a la disolucin de la Unin. Consideran que toda reconversin debe tomar en cuenta sus intereses y permitirles ejercer un control poltico y econmico sobre las reformas. Apoyan la perestroika siempre y cuando puedan ser sus principales beneficiarlos. Se trata de una lucha por la hegemona, en un proceso que an no ha concluido y donde la expresin transicin hacia el mercado es una frmula vaga: para algunos significa control popular de la produccin y para otros convertirse en capitalistas. De todas maneras, el sentimiento generalizado es que la economa de mercado traer consigo una vida mejor (PRAVITESTYENNY VESTNE, N 34, 1990). Esta es la razn por la cual la poblacin apoya a los liberales, aunque subsistan las dudas con respecto a las consecuencias sociales de la economa de mercado. Estas dudas y el temor al costo social, aunado a la estructura de la economa sovitica, impiden que la economa de mercado se imponga. Gorbachov recibe presiones de ambos lados; sus propuestas avanzan y retroceden segn la relacin de fuerzas y la presin popular. El ministro Abalkin dice que la transicin a la economa de mercado se har en un mximo de seis meses.

Gorbachov y Yeltsin se ponen a elaborar conjuntamente 24 un documento para establecer un nuevo tipo de Unin entre las repblicas, garantizndoles una mayor independencia respecto del pasado. Los liberales entienden que Gorbachov ha adoptado definitivamente sus proyectos. El 24 de setiembre de 1990 el Soviet Supremo le otorga a Gorbachov poderes especiales que lo facultan para introducir por decreto la economa de mercado. Los conservadores temen una aceleracin de las reformas. Los liberales, la concentracin de poder en manos del presidente, quien ahora designa a dedo los miembros del Consejo de Ministros. Son todos hombres, doce de ellos rusos; diez ocuparon altos cargos en la jerarqua partidista. Como siempre, cada uno entiende los decretos a su manera. En medio de la incertidumbre, comienzan a circular rumores sobre un posible golpe de estado. Quines lo intentarn? Probablemente sectores del ejrcito ligados a los conservadores. La designacin como ministro de Defensa del general Dimitri Yazov considerado un demcrata tranquiliza a la poblacin. Sin embargo, un grupo de militares nucleado en la agrupacin Escudo alerta sobre el riesgo real de un golpe de Estado urdido por quienes ocupan altos cargos en las fuerzas armadas, el Ministerio de Defensa, personas que representan los intereses del complejo industrial-militar, y la KGB. Afirman: Es imposible prever todas sus variantes pero, naturalmente, nadie lanzar la consigna abajo la perestroika!. Al contrario, dirn que la perestroika corre peligro, que el aventurero Gorbachou llevar a el pas a la ruina, que socavo la economa, traicion los ideales del socialismo, etc. (NOVEDADES DE Mosc, 16 de setiembre de 1991). Algunos se preguntan si los soldados efectivamente dispararn sus armas contra el pueblo. Otros, en cambio, sostienen que ante la crisis econmica y los sangrientos conflictos tnicos en algunas repblicas, el propio pueblo podra exigir un estado de emergencia impuesto por un rgimen militar, para garantizar el orden y la tranquilidad. Yeltsin anuncia su intencin de permitirle a los jvenes realizar el servicio militar en sus repblicas de origen,

25 desintegrando de facto las poderosas fuerzas armadas, con el objetivo de crear un ejrcito profesional.

La economa contina en crisis. Las declamaciones y los programas no terminan de concretarse y ninguna fuerza poltica puede garantizarlos. Los mximos lderes parecen navegar entre propuestas y excusas. Los ministros se suceden uno tras otro. En las repblicas se fortalecen los sentimientos independentistas y Gorbachov se encuentra atrapado. El lder de la perestroika intenta llegar a un acuerdo con las repblicas que les otorgue mayor autonoma, pero no puede aceptar la desintegracin de la Unin Sovitica. La Federacin Rusa, constituida en repblica soberana, aprueba el 12 de setiembre de 1990 el plan de reformas presentado por el economista Shatalin, denominado de los 500 das (de transicin rpida al mercado). El programa aprobado contradice al del primer ministro Rizhkov, ms conservador y elaborado por el poder central. En realidad, ambos programas impulsan la economa de mercado, pero el de Rizhkov es ms cauteloso por temor a que los estallidos sociales impidan su aceptacin general. El comit organizador del II Congreso de los mineros rechaza la propuesta. Para qu necesito ese mercado se pregunta un delegado si no va en el sentido de mis intereses, si pierdo las ventajas sociales y la seguridad del empleo? (...) Estamos inquietos porque el programa de Shatalin exigira un poder presidencial fuerte. Hace poco tiempo, proclambamos la democratizacin de la sociedad y la autogestin. (KOMSOMOLSKAYA PRAVDA, 4 de octubre de 1990) En este marco, la apropiacin de los recursos naturales se convierte en un tema lgido. El oro y los diamantes que se encuentran en territorio ruso, a quin pertenecern? A la Federacin Rusa? A la regin autnoma dentro de la Federacin? A los trabajadores de las minas? Al poder central? Alexandr Yakovlev consejero y amigo de Gorbachov y uno de los principales impulsores de la perestroika 26

opina lo siguiente: Jams podremos conservar ntegra a la URSS imponindole la voluntad del Centro. Pero s podemos conservarla y consolidarla como una federacin voluntaria democrtica de estados soberanos e iguales en derechos (NOVEDADES DE Mosc, 21 de octubre de 1990). Las variantes que aparecen como posibles son tres: 1) Impedir la disgregacin por la fuerza; 2) suscribir un tratado igualitario entre las repblicas; 3) otorgarles la independencia segn la voluntad de sus habitantes. El gobierno oscila entre las diversas posibilidades, pero las minoras tienen su propia dinmica

independiente del poder central. Las repblicas, en especial las del Bltico (Letonia, Lituania y Estonia), quieren separarse de la URSS lo antes posible. El 15 de octubre Gorbachov recibe el Premio Nobel de la Paz. Su figura crece ante los ojos de los principales lderes de los pases desarrollados. Para la poblacin sovitica, en cambio, el premio no representa un progreso en su vida cotidiana; no soluciona sus problemas. La situacin es ms que seria afirma Gabril Popov, hoy alcalde de Mosc. Si no se procede de inmediato a llevar adelante cambios reales, el pas explotar. (...) Vemos que la libertad, suficiente para derrocar el rgimen del socialismo burocrtico, no rinde para formar una nueva sociedad. (...) Ahora, por ejemplo, se lucha en tomo de la propiedad estatal. A quin y sobre qu base pertenecer sta en definitiva? Se imagina usted la envergadura de los choques y la resistencia de diferentes fuerzas en este dominio? (NOVEDADES DE Mosc, 21 de octubre de 1990) El 13 de noviembre, ante oficiales soviticos, Gorbachov alerta acerca del riesgo de un bao de sangre si no se preserva la unidad econmica y militar del pas. Su objetivo es retomar la ofensiva poltica y radicalizar las reformas sociales para encontrar una salida a la crisis. El semanario Novedades de Mosc organiza en diciembre una mesa redonda entre sus periodistas, para analizar la situacin poltica. Algunos son miembros del partido; otros, lo han abandonado. La discusin refleja el estado de nimo y las diversas posturas de los liberales: ,L1egar a ser el nuevo gabinete con su programa no declarado un gobierno de confianza para los pueblos del pas? (Yuri Rizhov) 27 La lnea de Gorbachov ltimamente apunta a alejar del poder real a todos los rganos electos. (...) Por otra parte, pronto aparecer el problema de la revisin de fronteras entre las repblicas soviticas. Todos lo temen, pero ya resulta imposible conservar el estado actual. (Galina Starovoltova) Quizs tenga una idea estratgica absolutamente distinta: formar un gabinete presidencial para romper la resistencia del complejo militar-industrial y de todas las capas burocrticas que apoyan el gobierno de Pdzhkov. (Len Karpinski) En las complicadas relaciones entre Gorbachov y Yeltsin el Tratado de la Unin hace las veces de una especie de anzuelo. Hace un mes, cuando hubo indicios de la reconciliacin, Yeltsin acept apoyar el tratado, lo cual responde al inters de Gorbachov. Lo beneficia a tal punto que est dispuesto a tolerar cualquier disparate del parlamento de Rusia. La negativa directa de Yeltsin ser mortal para la propia idea del tratado. (...) Creo

que por lo contrario se est produciendo un golpe militarizado oculto. Las fuerzas conservadoras buscan apoyarse en el ejrcito. (Yuri Levada) Los norteamericanos tienen inters en descomunizar nuestro pas, en liquidar el peligro de revanchismo comunista, pero de ningn modo en ver desaparecer del mapa un estado ntegro ni debilitar nuestro poder central. (Alexandr Tsipko) Muchos todava se horrorizan por la sombra expresividad de palabras como descomposicin de la Unin, desintegracin del imperio. (...) Lo que sucede con la Unin Sovitica no es descomposicin ni desintegracin, sino una nueva creacin, un nuevo nacimiento. (...) Segn todas las evidencias, en el grupo Soyuz (conservadores en el parlamento) ha arraigado definitivamente la conviccin de que no se puede esperar de Gorbachov acciones resueltas capaces de prevenir la desintegracin de la Unin. Pese a todas las concesiones hechas en los ltimos tiempos bajo la presin desde la derecha, los de este grupo estn convencidos de que el presidente es incapaz de tomar medidas drsticas y,

28 por ejemplo, disolver uno o los tres parlamentos de las repblicas blticas. (Alexander Guelman) El 20 de diciembre, Eduard Shevardnadze, ministro de Relaciones Exteriores, renuncia a su cargo y denuncia el avance de fuerzas que quieren imponer una dictadura. Una semana despus, en el Soviet Supremo se vota para elegir el vice-presidente de la URSS. La mayora rechaza la candidatura de Guennadi Yanaiev, presidente de los sindicatos soviticos. Slo la Intervencin de Gorbachov posibilita su eleccin, aunque con muchas dificultades y resistencias. Adems de Yanaiev son promocionados a puestos claves representantes de los sindicatos, las Fuerzas Armadas y la KGB. El primer ministro Rizhkov es reemplazado por Valentn Pavlov, quien se dice es opositor a las reformas radicales. Las repblicas blticas estn cada vez ms cerca del estallido y se convierten en un nuevo desafo para el gobierno. El 4 de enero, el general Moissiev declara a la agencia TASS que ningn soldado ms ser enviado en el futuro a las repblicas blticas. Tres das despus, 2.000 paracaidistas llegan a Vilna, la capital de Lituania. Su objetivo: restaurar la Constitucin sovitica. El da 11 toman por asalto la sede del ministerio de Defensa y del Partido Comunista Lituano. Gorbachov se ve atacado y presionado por los sectores ultra conservadores de las fuerzas armadas, que toman la ofensiva ante un Centro impotente y

paralizado por las reivindicaciones nacionalistas. El ministro de Defensa Dimitri Iazov le ordena a sus subordinados que atenen el carcter agresivo contra Gorbachov. El coronel Petrushenko piensa: en el fondo(Gorbachov) est con nosotros... (Novedades de Mosc, 6 de enero de 1991) Con posterioridad a los acontecimientos, el ministro de Defensa y el de Interior, Boris Pugo, justificarn la represin por la dictadura burguesa y las leyes antidemocrticas impuestas por el gobierno lituano. (INPREC0R, Pars, 15 de enero de 1991) Si Gorbachov no se arriesgaba a una intervencin

29 directa se deba especialmente a la necesidad de mantener su imagen ante Europa y Estados Unidos para conseguir fondos. En enero estalla la Guerra del Golfo y la nueva coyuntura le permite actuar: mientras apoya la coalicin multinacional contra Irak, reprime en Lituania. Algunos parlamentarios estadounidenses protestan, pero nadie les presta atencin. Con todos sus defectos, en Washington prefieren a un Gorbachov fuerte, capaz de contener el caos de una eventual desintegracin de la URSS. La represin en el Bltico enfrenta a los liberales con Gorbachov. Yeltsin lo ataca duramente por poner en peligro la democracia. Gabriil Popov se pregunta quin le otorg a los militares el derecho a cumplir rdenes de no se sabe qu comits de salvacin? (NOVEDADES DE Mosc, 20 de enero de 1991). Anatoly Sobchak hoy alcalde de San Petersburgo, ex-Leningrado afirma de manera tajante que Gorbachov dej de ser el demcrata y reformador de antes (NOVEDADES DE Mosc, 27 de enero de 1991) No es la primera vez desde el comienzo de la perestroika que las fuerzas armadas reprimen en las repblicas. Ya haban intervenido en Sumgait (Azerbaiyn) en 1988; en Tiblisi, la capital de Georgia, en 1989; en Baku, la capital de Azerbaiyn, en 1990. Pero la situacin ahora es diferente. El enfrentamiento entre liberales y conservadores est a punto de estallar, la figura de Gorbachov se ha deteriorado notablemente, la economa se estanca, y en las repblicas el sentimiento generalizado es que el Centro no los puede gobernar. Los conservadores preparan su ofensiva. El primer ministro Pavlov alerta contra una guerra financiera que bancos occidentales estaran preparando con el fin de derrocar a Gorbachov y al gobierno. Para muchos, esta acusacin significa un retorno al enfrentamiento con Estados Unidos y a la guerra fra, y un rechazo total a la nueva mentalidad de la perestroika.

En un intento por evitar la desintegracin de la URSS, el 17 de marzo Gorbachov decide impulsar un referndum respecto del mantenimiento de la unin poltica y econmica entre las repblicas. Los lituanos se adelantan y organizan 30 uno por su cuenta donde la pregunta es: est usted por un estado lituano, Repblica Democrtica independiente ? . Gorbachov lo declara ilegal pero ms del 84% de la Poblacin lituana participa; el resultado es un 90,5% en favor del s. El 19 de febrero en un discurso difundido por la televisin nacional Yeltsin decide retomar la iniciativa, enfrentar a Gorbachov y exigirle la renuncia Los hechos parecen mostrar dice- que el Centro no le permitr a las repblicas ir hacia la independencia (...)Gorbachov lucha por el poder personal absoluto. Conduce al pas a la dictadura, bautizndolo cortsmente gobierno presidencial Tomo mis distancias de esta postura y de la poltica del presidente y exijo su renuncia inmediata. Tengo confianza en Rusia y los llamo, queridos ciudadanos de Rusia, a creer en nuestra Rusia. (KOMSOMO~KAYA PRAVDA, 22 de febrero de 1991) El 22 de febrero sus partidarios se lanzan a las calles con la consigna Gorbachov renuncia y abajo el PCUS. Al da siguiente los conservadores responden con una manifestacin donde se grita el pueblo y el ejrcito estn unidos y Rusia s, Yeltsin no. Gorbachov no participa pero entre los manifestantes se encuentran Boris Pugo, Dimitri Yazov y el presidente de la KGB, Vladimir Kriutchkov. El da 24, los liberales salen nuevamente a la calle para gritar no a la Unin Sovitica (NOVEDADES DE Mosc 3 de marzo de 1991). El 27 de febrero, Gorbachov acusa a los demcratas especialmente a Yeltsin y Popov. de tratar de destruir la Unin e intentar restaurar el capitalismo por medio de tcticas neobolcheviques y extra parlamentarias (TRUD, 1 de marzo de 1991). Das despus buscar reconciliarse con los liberales razonables, no con los aventureros, instando a un acuerdo nacional en torno del PCUS (TRUD, 2 de marzo de 1991). Por su parte, Boris Yeltsin firma un tratado bilateral entre Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kasajstn con el objetivo de sabotear el tratado impulsado por Gorbachov, que contempla el mantenimiento de la Unin. El 9 de marzo le pide a sus militantes que sigan el ejemplo de los mineros 31 en huelga y declaren la guerra a la direccin del pas que nos lleva por un pantano y acta menos y menos democraticamente. (GAZETTE, Montreal, 9 de marzo de 1991)

La guerra abierta ha sido declarada. Los radicales no estn dispuestos a aceptar el giro conservador de Gorbachov en los ltimos cuatro meses, en los que ste rechaz el plan Shatalin, nombr a los conservadores en puestos claves del gobierno, reprimi en el Bltico y le otorg mayores poderes a la KGB para investigar delitos econmicos. Los liberales consideran que se trata de un ataque contra la expansin del sector privado. Adems, Gorbachov crea patrullas conjuntas de polica y ejrcito en las ciudades, y limita los alcances de la glasnost en la televisin nacional. Pero, qu puede hacer Gorbachov, que sigue oscilando entre las fracciones del partido y la presin popular? Debe aceptar el plan Shatalin, que en 500 das promete solucionar la crisis econmica? Gorbachov juzga a este plan aventurero y poco creble. Adems, cree que su aplicacin provocara un estallido social y una drstica reduccin del Estado, base de su propio poder. Debera entonces movilizar a la poblacin?, convocar a una discusin general sobre los diversos proyectos?, ampliar los mecanismos democrticos de participacin a nivel local y nacional?, acentuare el control social sobre cada uno de los pasos futuros? El 23 de abril de 1991 se llega a un acuerdo con algunas repblicas sobre el futuro de la Unin. El documento conocido como Declaracin de los nueve ms uno (Las 9 repblicas, Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajstn, Uzbekistn, Turkmenistn, Kirguizistn, Tayikistrn y Azerbaiyn, ms el poder central) privilegia a las que respeten el marco econmico y poltico de la Unin Sovitica, pero otorga amplias libertades a las repblicas. Yeltsin lo apoya para darle un contenido opuesto a Gorbachov, quien lo firma porque necesita mostrar el acuerdo en la reunin de los Siete Grandes, en Europa, y porque comprende que es el ltimo recurso para impedir la disgregacin.

32 Al margen quedan Lituania, Estonia, Letonia, Moldavia, Georgia y Armenia, pues consideran que su declaracin de independencia es incompatible con cualquier tipo de tratado de la Unin. El 12 de junio, en elecciones libres y compitiendo con varios candidatos, Boris Yeltsin es elegido presidente de la Federacin Rusa. El 58% de los votos le ratific la popularidad obtenida en los ltimos meses y significa su consolidacin poltica. Ahora controla legalmente la repblica, mientras Gorbachov ha sido elegido solamente por

instancias legislativas, sin elecciones. En su campaa previa, Yeltsin ensalz el nacionalismo ruso, prometi crecimiento econmico y restauracin de las propiedades de la Iglesia Ortodoxa. Sus competidores fueron, entre otros, el ex-primer ministro Rizhkov, apoyado por el Partido Comunista Ruso y el aparato militar, y el candidato de Gorbachov, Vadim Bakatin, que no alcanz a inquietarlo. Los otros candidatos ni siquiera son votados en el ejrcito. Gorbachov, al frente del poder central, se encuentra muy debilitado y se convierte en una suerte de rehn de Yelstin, quien pasa a controlar la repblica ms rica y poderosa de la URSS. La pelea por el poder comienza. El 20 de julio de 1991, Boris Yeltsin suprime por decreto los comits del Partido Comunista en las fbricas y en la administracin estatal. El 30 de julio el presidente Bush llega a Mosc para encontrarse con Gorbachov. Ese mismo da, Yeltsin reconoce la independencia de Lituania; pura coincidencia, dice. Acto seguido, declina la invitacin a una reunin oficial entre Bush y la cpula sovitica; no est dispuesto a compartir media hora de conversaciones con los conservadores Pavlov, primer ministro, y Iazov, ministro de Defensa (LE MONDE 1 de agosto de 1991). Para el 20 de agosto se prepara el nuevo Tratado de la Unin de Estados Soberanos, lleno de ambigedades y sujeto a mltiples interpretaciones. Los conservadores sienten que el control del pas se les escapa de las manos. El consejero y amigo de Gorbachov, Alexandr lakovlev lo abandona. Quiero prevenir a la sociedad dice que un grupsculo stalinista influyente se ha formado en el seno del 33 ncleo dirigente del partido y prepara una revancha socia!, un golpe de estado y la toma del poder en el seno del partido. (LE MONDE, 18 y 19 de agosto de 1991). Los militares lo desmienten. El lunes 19 de agosto de 1991 a las seis y veinte de la maana, la agencia TASS anuncia que Mijail Gotbachov, incapaz de asumir sus funciones por razones de salud, se retira del gobierno. 34

3 Boris Yelstin

Versus Mijail Gorbachov Tanto Gorbachov como Yeltsin opina el historiador Andrei Gariun, autor de una biografa de este ltimo son figuras de transicin. La democracia comenzar cuando ambos se hayan ido. No en vano Moiss hizo dar vueltas a su pueblo durante 40 aos por el desierto para que ninguno de los que haban salido de Egipto llegara vivo a la tierra prometida. EL PAS, Madrid, 16 de junio de 1991 Despus del XX Congreso del PCUS, en 1956, comenz la condena a Stalin y al denominado culto a la personalidad. Si bien salieron a la luz los excesos del stalinismo, las voces disidentes ms crticas estuvieron, por lo general, fuera de los altos estratos del PCUS. Se destacaron, entre otros, los historiadores Roy Medvedev y Andrei Amalrik, el general Piotr Grigorenko, los poetas Ginzburg, Bukovskl, Evtushenko, y el cientfico Sajarov. Ellos difundan lo que se silenciaba oficialmente por medio de los conocidos samizdat (publicacin propia), que circulaban clandestinamente y parodiaban la sigla oficial gosisdat, apcope de GOSUDARSTVENOE IZDATELTSVO (Publicaciones del Estado). As se pudo conocer, por ejemplo, sobre la represin militar en Novocherkask, en 1962, contra una movilizacin de protesta por el alza de precios. Hoy, esa historia se reconstruye en la prensa oficial. Amalrik, autor de SOBREVIVIR LA UNION SOVIETICA HASTA 1984?, deca que los obreros sienten amargura por no tener ninguna participacin en la fbrica (...) A todos les provoca mucha ira la desigualdad de ingresos. Los bajos salarios, las viviendas austeras, la falta de bienes de consumo esenciales. Un ao despus de la fecha prevista por Arnalrik comienza la perestroika, impulsada por el nuevo secretario general del PCUS, Mijail Gorbachov, que accede al cargo el 11 de marzo de 1985. Ahora, las crticas en lo ideolgico, poltico, econmico e incluso histrico, provienen de la cpula partidaria. En cierta medida, salvando las circunstancias histricas, se retorna al perodo entre 1917 y 1923, cuando en el partido se discuta absolutamente todo, se organizaban corrientes de opinin y se expresaban posturas contrapuestas. Hoy, las mximas figuras de este proceso son Mijail Gorbachov y Boris Yeslin. Para comprender el presente enfrentamiento entre los dos lderes, es necesario analizar de qu manera se combinan las circunstancias polticas y las caractersticas personales. No es indispensable ser inteligente, ambicioso o loco para

llegar a la cumbre; todos los lderes son producto de una poca determinada y de un momento muy especial. Si son capaces de decir y hacer lo que la sociedad reclama en ese preciso instante, probablemente pasen a la historia; si no, quedarn marginados en el anonimato. Pero para el surgimiento de un lder hace falta otro factor: una crisis poltica, social, ideolgica o econmica, segn las circunstancias. Gorbachov surge en plena crisis del modelo breshneviano, denominado hoy por los soviticos de estancamiento. Yeltsin surge en momentos en que la perestroika parece no avanzar ni retroceder. 38 Cuando Gorbachov llega a la cima del partido no cuenta en su haber con grandes logros. No particip en la revolucin de 1917 ni en la posterior guerra civil, no jug un papel en las purgas stalinistas y ni siquiera en la Gran Guerra Patritica. Representa a la generacin poeststalinista de funcionarios con educacin universitaria, que rechaza el terror de la dcada del 30. Aspira a la estabilidad y al bienestar, pero comprende que la sociedad est estancada, que la economa no crece mientras que, en Occidente, la revolucin tecnolgica est en su apogeo. Es un representante del ala tecnocrtico-modernista de la burocracia estatal partidaria. Su principal objetivo al plantear la perestroika y la glasnost, en un primer momento, es que el sistema funcione mejor sin modificar su estructura sociopoltica. La perestroika (reestructuracin, refundacin) nace como reforma radical en el plano econmico. La glasnost (transparencia, es decir informacin ms sincera, ms realista y completa) es una necesidad poltica para permitir el acceso de toda la poblacin a las distintas corrientes de pensamiento existentes. Slo la discusin abierta puede acelerar el progreso en todos los mbitos. A medida que desde el gobierno se impulsan mcdi-

38 das de apertura, la poblacin reacciona y se moviliza. En febrero de 1986 se realiza el primer congreso partidario (XXVII) en tiempos de perestroika Lo que comienza como una transformacin econmica va dejando paso a una crtica global del sistema. Las denuncias sobre corrupcin general en la poca breshneviana Implican una crtica a los privilegios de los dirigentes partidarios, las famosas tiendas especiales, las salas reservadas en hospitales, las datchas (casas de campo) y los viajes al extranjero. Una ancdota de la poca cuenta que en un banquete para funcionarios, Gorbachov quiso saber su precio. Cuando los responsables avergonzados sacaron cuentas y le dijeron la cifra, Gorbachov propuso dividirla entre los invitados El resultado fue 50 rublos por persona, la cuarta parte de un salario

medio o de la pensin de un jubilado (1). En ese mismo congreso surge la figura del jefe del Comit Urbano del PCUS de Mosc, Boris Yeltsin. All, Yeltsin dijo que en las condiciones actuales, la autoridad inobjetable, la pretensin de que el dirigente siempre es impecable, la doble moral, son inadmisibles Por fin en el CC del PCUS debe elaborarse un sistema de peridica rendicin de cuentas de todos los diligentes y de todos los niveles (...) Los delegados me pueden preguntar por qu no lo dije cuando intervine en el XXVI Congreso del partido? Bueno. Puedo contesta rfrancamente: creo que entonces me faltaron coraje y experiencia poltica (NOVEDADES DE Mosc, abril de 1989) Yeltsin es uno de los primeros en reconocer abiertamente su pertenencia a esa capa privilegiada y tambin los fracasos de la misma. Sin ser responsable directo del estancamiento, pues tena un puesto menor en el aparato burocrtico asume sus responsabilidades. No generaliza ni se queda en frases Vagas; dice:yo tuve la culpa. La mayora de los actuales dirigentes se interna en un pasado abstracto utilizando a Breshnev, Jruschov o Stalin como responsables individuales, eludiendo la crtica global al sistema. Esta postura tica le permite a Yelstin ganar el reconocimiento popular: no es de los que se esconden entre las sillas del aparato; para l, del dicho al hecho no hay mucho trecho. Toma contacto directo con la gente en 39 las calles e impulsa la perestroika en la vida cotidiana. Cuando se comienza a discutir la reduccin del aparato partidario, Yeltsin la concreta. Cuando se discute el problema de la escasez de alimento, l se preocupa para que en las ferias de la ciudad no falten vveres. Cuando se piensa en elecciones abiertas y con varios candidatos, Yeltsin sale a las calles a recoger apoyo, algo que ya haba hecho antes de la perestroika, en Sverdlovsk, su regin de origen. Las iniciativas de Yeltsin chocan con el partido por su estilo atrevido y nuevo. Si antes el dirigente era entronizado, los soviticos descubren ahora que hay uno diferente, que es como ellos. Yeltsin utiliza el transporte pblico, renuncia a las provisiones especiales, hace cola en las tiendas, se inscribe en el policlnico distrital. Sus detractores dicen que esto es pura demagogia para ganar fama. Es posible, pero es el nico dirigente que lo hace. El periodista Vitali Tretlakov considera que Yeltsin habla de igual a igual con los de arriba y los de abajo, destruyendo las barreras jerrquicas que tanto fastidian, especialmente a los de abajo (NOVEDADES DE Mosc, abril de 1989). La propia dinmica de sus acciones lo lleva a criticar la lentitud con que se desarrolla la perestroika El 11 de noviembre de 1987, Yeltsin es desplazado de su cargo de secretario del

PCUS en Mosc. Segn el periodista ingls Martin Walker Gorbachov ha sacrificado a Yelstin para salvarse a s mismo (THE GUARDIAN, 22 de noviembre de 1987). Con declaraciones que recuerdan pocas pasadas, Yeltsin reconoce sus errores: Estoy de acuerdo con las observaciones crticas formuladas hoy sobre mi persona (...) Debo decir que tengo corno siempre una fe absoluta, la de un comunista, en la lnea general del partido y las decisiones del XXVII congreso (...) no hace falta decir que creo en la reestructuracin, y no puede haber dudas al respecto. Lo declaro con toda franqueza ante ustedes, los comunistas que han trabajado dos aos conmigo en la misma organizacin del partido. Y cada uno de mis actos que sea contrario a mi declaracin debe naturalmente provocar mi expulsin del partido. (PRAVDA, 13 de noviembre de 1987). Todava la glasnost no ha penetrado en el alma de los soviticos. 40 En noviembre de 1987, Yeltsin es liberado de su puesto como miembro suplente del Bur Poltico. En pocas pasadas, eso hubiera significado por lo menos la desaparicin poltica o el exilio interno. Por primera vez en la historia de la URSS, sucede todo lo contrario. A medida que Yeltsin es relegado dentro del partido aumenta su popularidad, lo que refleja la profunda aversin hacia el PCUS. Defender al partido es tarea de Gorbachov. Gorbachov tiene la responsabilidad de presentar la perestroika ante los soviticos y el mundo. Internamente debe mediar entre los diversos sectores del partido, las reivindicaciones nacionalistas, la apertura poltica y el nuevo rumbo econmico. Corno jefe de Estado, viaja mucho al exterior y logra revertir la imagen que se tena de los soviticos. Su propuesta de desarme nuclear es recibida calurosamente en Europa, epicentro del enfrentamiento Este-Oeste. Su libro PERSTROIKA, NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAIS Y EL MUNDO, se convierte en un best-seller. Es el primer lder sovitico que toma distancia del lenguaje tradicional: Como es sabido deca Nikita Jruschov hay una tesis marxista leninista que dice que mientras exista el imperialismo, las guerras sern inevitables (...) Mientras en el globo terrqueo exista el capitalismo, las fuerzas reaccionarias, que representan los intereses de los monopolios capitalistas, seguirn tendiendo a las aventuras blicas y a las agresiones, podrn intentar el desencadenamiento de la guerra (INFORME AL XX CONGRESO DEL PCUS, 1936) No se trata solamente de una cuestin de terminologas. El anlisis de Gorbachov difiere radicalmente del de Jruchov: Conocemos y tenemos en cuenta el gran papel representado por los Estados Unidos en el mundo moderno; valoramos la contribucin de los

norteamericanos a la civilizacin, teniendo en cuenta los intereses legtimos de esa nacin y nos damos cuenta de que sin los Estados Unidos es imposible erradicar la amenaza de una catstrofe nuclear y asegurar una paz duradera. No tenemos ninguna intencin malvola hacia el pueblo norteamericano. Estamos listos y deseosos de cooperar en todas las reas posibles. (PERESTROINA, NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAIS Y EL MUNDO). Sin

41 embargo, en la misma obra tambin afirma: Nos dirigiremos hacia un mejor socialismo en lugar de alejamos de l. Decimos esto con honestidad, sin tratar de engaara nuestro propio pueblo o al mundo. Cualquier esperanza de que comencemos a construir una sociedad diferente, no socialista, y de que nos pasemos al otro campo, es irreal y ftil. Aquellos que en Occidente esperan que abandonemos el socialismo, se sentirn desilusionados.. La profesin de fe de Gorbachov respecto del socialismo o comunismo es permanente, pero es difcil creer que se deba a un convencimiento tico e ideolgico. En ocasiones, para conformar a los conservadores, dice que el mercado es la negacin del socialismo. Cuando lo cree til para dirigirse a los liberales, el mercado deja de ser incompatible con el socialismo. Las contradicciones tericas son el producto del stalinismo, la falta de discusin y el empobrecimiento del pensamiento marxista. El pragmatismo de todos los dirigentes desde la poca de Stalin, fruto de la visin de un marxismo escolstico y vulgarizado, lleno de citas fuera de contexto, slo sirve para justificar a la burocracia. Basta repasar las discusiones profundas de los lderes soviticos entre 1917 y 1923, para percibir el abismo terico que existe entre aquellos dirigentes y los actuales. De todo esto se deduce que Gorbachov todava es comunista para no perder el apoyo del aparato partidario y estatal, y siempre que no lo arrastre la corriente liberal. Yeltsin, al chocar con el partido, est en una situacin que le permite desprenderse del comunismo con mayor facilidad. Es ms, para lograr el apoyo popular no hay nada mejor que llegar a esta conclusin: si comunismo es el modelo sovitico hay que condenar al comunismo. Cuando en febrero de 1989 propone elecciones multipartidarias y lo vuelven a suspender, su popularidad no decrece; por el contrario, se incrementa. Las protestas logran imponer su candidatura en las elecciones de marzo para el Congreso de Diputados del Pueblo. El resultado es espectacular, ms de cinco millones de moscovitas lo votan, lo que

representa el 89,4% de la poblacin de la ciudad. Yeltsin y Andrei Sajarov constituyen un verdadero rente opositor dentro del Congreso. 42 Exigen el pluripartidismo y la presentacin pblica de todas las plataformas polticas, y se convierten en los abanderados de la lucha contra los privilegios de la burocracia. Por esa poca, Sajarov todava desconfiaba de Yeltsin porque ste provena del aparato partidario, y consideraba que su popularidad era fruto de su condicin de perseguido. (EL PAIS, 16 de junio de 1991) La figura de Yeltsin comienza a acaparar la atencin fuera de la Unin Sovitica. Lo ven como el nio terrible de la perestroika. En setiembre de 1989 es invitado a los Estados Unidos para dictar conferencias en varias universidades. El corresponsal del diario REPUBBLICA de Italia, Vittorio Zucconi, comenta acerca de su vida privada durante el viaje. Con los honorarios se habra dedicado a comprar los videos de Rambo y a consumir whisky. El diario PRAVDA reproduce el artculo para atacarlo, otros peridicos lo defienden y dicen que invirti el dinero obtenido para comprar jeringas descartables y equipos mdicos que no se fabrican en la URSS. La Unin Sovitica parece girar alrededor de su persona. El viaje es importante para Yeltsin. Le permite codearse con polticos de la primera lnea y deslumbrarse ante las maravillas del capitalismo. Reconocer que ha cambiado en un da y medio todas las impresiones sobre los Estados Unidos, el capitalismo y los norteamericanos que se haba formado durante aos. Frente a la Unin Sovitica donde la economa est en crisis, las finanzas estn en crisis, las nacionalidades estn en crisis y donde el nivel de vida no ha aumentado en cuatro aos de perestroika (...) el capitalismo no solamente no est podrido, como dicen a menudo, sino que est prosperando. (EL PAS, 12 de setiembre de 1989) Las posturas de Yeltsin reflejan la ideologa de la burocracia que se acornoda segn las circunstancias. Fui criticado mucho cuando dije que el comunismo para no es ms que un sueo dorado y que no estaba dispuesto a seguir hablando de le provoque una crisis personal. 43 En cambio, los viejos conservadores se sienten profundamente afectados. Toda su vida poltica y privada est siendo cuestionada, sus valores, el partido, el ejrcito que derrot al fascismo durante la Gran Guerra Patritica. Se preguntan si nada de lo que hicieron sirvi. l(NOVEDADES DE Mosc, enero de 1990). Su pragmatismo le permite saltar de un extremo a otro sin que esto

Gorbachov ha abierto la caja de Pandora. De ella ha salido Yeltsin. Si Gorbachov no hubiera tenido un Yeltsin lo tendra que haber inventado escribe el propio Yeltsin en su autobiografa publicada en 1990. Su discurso es contradictorio pero eso no parece afectar a la mayora de la poblacin, presa tambin de la gran confusin que reina en el pas. As, en su lucha contra todo vestigio de totalitarismo bolchevique, Yeltsin puede, por un lado, exigir una profunda democratizacin de la sociedad, y por el otro, reivindicar los colores de la bandera zarista como si sa fuera un smbolo de la democracia. Yeltsin es el poltico que mejor interpreta el sentimiento popular y, cuando es necesario, sabe acomodarse. La dinmica del cuestionamiento lo lleva a radicalizar sus propuestas de reforma poltica y econmica. La perestroika deja de ser ms socialismo y ms democracia segn la versin original de Gorbachov. Yeltsin la interpreta como el rpido paso hacia el capitalismo. Por qu critico al actual programa de gobierno? Pues, porque este programa no pasa de los esquemas viejos y no incluye los mecanismos de traspaso a la economa de mercado. No existe un programa claro y comprensible (...) slo tomamos medidas paliativas, accedemos a compromisos, que slo nos conducen a un callejn sin salida (...) Con la situacin actual, con el sistema que existe, se necesita otro Gorbachov. Si entre el pueblo y el aparato l se decide por el pueblo, y en su posicin se registra un giro a la izquierda, entonces, no veo otra figura. (NOVEDADES DE Mosc, enero de 1990) Ahora bien, qu piensa Gorbachov de Yeltsin? En la revista NOVEDADES DE LA UNIN SOVIETICA, figura la siguiente apreciacin: Qu recibimos de l? Slo crticas y muchas. Bueno, todo miembro del CC, todo diputado tiene derecho a criticar. 44 Pero me parece que el potencial de Yeltsin como poltico no es grande. Conozco su programa y el contenido de sus discursos. Dan la impresin de ser un disco rayado, siempre se repiten las mismas ideas: los dirigentes polticos estn viviendo sus ltimos das, han agotado sus posibilidades, se han distanciado del pueblo, y as por el estilo (...) Pienso que Boris Yeltsin se ha entusiasmado mucho con las ideas destructivas. Lo que nos hace falta hoy son acciones concretas, y no consignas ni promesas. (octubre de 1990) Al analizar la figura de Yeltsin, Mijail Maliutin, profesor de la Escuela Central del PCUS, equidistante de conservadores y radicales, afirma que es un miembro de la nomeriklatura que se ha rebelado contra ella. A la poblacin le gusta ver un burcrata

rebelarse contra la burocracia, pero no lo percibe como un dirigente independiente. Es hbil para criticar, pero no tiene ningn programa constructivo.( INPRECOR 20 de abril de 1990) Si bien las actitudes democrticas de Boris Yeltsin resultan impactantes para la sociedad sovitica, es improbable que haya podido desprenderse por completo de su pasado partidario en un perodo tan corto. Valen Romanov, segundo secretario del OBKOM (Comit provincial de construccin del partido) de Sverdlovsk, donde Yeltsin fue primer secretario entre 1976 y 1985, piensa que cuando tenga que estabilizar la situacin, y en nombre de la causa, Yeltsin barrer a todos los politicastros que hoy le estorban, no importa el color que tengan. Ahora no puede dejar de hacer demagogia. Debe ganar popularidad. (EL PAIS, 16 de junio de 1991) En el captulo anterior hemos explicado de qu manera los enfrentamientos entre Gorbachov y Yeltsin condujeron al levantamiento golpista. La rivalidad entre ambos personajes tiene facetas personales adems de polticas: Los dos buscan mantener y acrecentar su poder, y sus aspiraciones entran en conflicto permanente. Al ubicarse Yeltsin al frente de la Federacin Rusa, debilita de hecho al poder central que controla Gorbachov. El golpe del 19 de agosto confirma esta apreciacin. 45

A lo largo de estos dos ltimos aos, en varias oportunidades Gorbachov y Yeltsin acercaron sus posiciones y volvieron a enfrentarse en la discusin de los temas centrales de la crisis sovitica: el paso a la economa de mercado y la autodeterminacin de las nacionalidades. La glasnot tambin los enfrenta, ya que mientras Gorbachov siempre es elegido por el parlamento sin intervencin popular, Yeltsin participa de tres procesos electorales abiertos y en los tres gana por amplio margen. As, en marzo de 1989, es elegido diputado por Mosc para integrar el Congreso de Diputados Soviticos; en marzo de 1990, diputado del nuevo parlamento de Rusia y, en junio 1991, presidente de Rusia. Cuando Gorbachov se ala con los conservadores y frena las reformas, Yeltsin opta por la confrontacin. En realidad, la esencia del enfrentamiento es el futuro control de la perestroika y por ende de la sociedad. Tatiana Zaslavskaya, la conocida economista impulsora de reformas an antes de que se hablara de perestroika, piensa que la cuestin central es saber quines conformarn la nueva clase de empresarios. Algunos dicen: a partir de la nomenklatura. Otros son demcratas y luchan para que esta clase se constituya con la gente mas enrgica y la mas talentosa, independientemente de los grupos actuales a

los que pertenecen. (IZVESTIA, 17 de diciembre de 1990). Pero cmo se lleg a la perestroika? 46

4 LAS CLAVES DE LA PERESTROIKA De 1957 a 1959, el volumen de la produccin industrial de los pases socialistas se elev en el 37,1% mientras que la produccin industrial de los pases capitalistas slo aument en un7,4%. En ese mismo tiempo, la produccin industrial de la URSS se increment en el 23%, en tanto que la norteamericana tan slo subi el 4,6%. (Nikita Jruschov, Hacia nuevas victorias del Movimiento Comunista Internacional MUNDIAL, 6 de enero de 1961)

En los ltimos quince aos, la taso de crecimiento de la renta nacional declin en ms de la mitad y para comienzos de los ochenta haba cado a un nivel cercano al estancamiento econmico. Un pas que alguna vez se haba acercado rpidamente a las naciones avanzadas del mundo comenz a perder posiciones. Adems, la brecha en la eficiencia de produccin, calidad de los productos, desarrollo cientfico y tecnolgico, la produccin de tecnologa de punta y el uso de tcnicas avanzadas, comenz a extenderse, y no a favor nuestro. (Mijail Gorbachov, PERESTROIKA NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAIS MUNDO,1987) 47 Y EL

E1 XX congreso del PCUS, realizado en 1956, es el primer intento de reformas despus de la

muerte de Stalin en 1953. En aquel momento, las esperanzas se cifran en el nuevo secretario general, Nikita Jruschov que denuncia el denominado culto a la personalidad. El prestigio de la Unin Sovitica crece gracias a la desestalinizacin, hay ilusiones de producir una reforma profunda, el pas se desarrolla econmicamente y los famosos Sputniks comienzan a surcar el espacio para orgullo de los soviticos. El crecimiento es real. Sin el apoyo financiero de un Plan Marshall, la Unin Sovitica se ha recuperado de la catstrofe de la Segunda Guerra Mundial que le cost veinte millones de muertos y la destruccin completa de muchsimas ciudades. Se ha convertido en la segunda potencia industrial del mundo. Los pronsticos son alentadores pero desmedidos. Las ilusiones duran poco. Las promesas grandilocuentes de Jruschov de igualar e incluso superar al mundo capitalista, especialmente a los Estados Unidos, quedan en promesas y se generaliza el descontento. Las expectativas, alimentadas por la propaganda, eran grandes y la contradiccin entre el discurso oficial y el nivel de consumo al alcanzado es evidente. Si no se avanza, se retrocede. Por esa poca, el economista belga Ernest Mandel, que se dedica a estudiar en detalle las caractersticas de la economa sovitica, considera que el retraso del desarrollo de la industria de bienes de consumo sobre el de la industria de bienes de produccin constituye una caracterstica general de la planificacin sovitica en la poca stalinista. Resulta de una eleccin de prioridades framente establecida por los dirigentes de la URSS 49 Segn Malenkov, de 1929 a 1953 se invirtieron 638.000 millones de rublos en la industria pesada y 193.000 millones en el sistema de transportes, frente a solo72.000 millones en la industria ligera (...) El nivel de vida del ciudadano sovitico queda muy por debajo del nivel posible, dado el grado de desarrollo actualmente alcanzado en la Unin Sovitica. La industrializacin se ha realizado en primer lugar a expensas del nivel del consumo de las masas. (TRATADO DE ECONOMA MARXISTA, 1962) En este punto se encuentra una de las claves para comprender la crisis actual. Hay una contradiccin real entre el desarrollo econmico global y el potencial existente, que permitira un desarrollo aun mayor. La transformacin de un pas semifeudal y atrasado de comienzos de siglo a una potencia industrial, implica tambin una modificacin en la

conciencia de sus habitantes. Para ver los resultados de la economa sovitica, hay que compararla, en primer lugar, con los planes declamados y, en segundo, con el nivel de desarrollo alcanzado por los pases capitalistas. En 1961, se dice que hay que alcanzar a los EEUU; en 1976, los objetivos en la produccin son menos ambiciosos que los que figuraban en los planes de 1961. El ciudadano sovitico, que an considera una conquista de la revolucin el derecho al pleno empleo, a la educacin superior y a la salud gratuita, ya no compara con el feudalismo zarista sino con los pases capitalistas desarrollados que estn en plena revolucin tecnolgica y que, supuestamente, iban a ser eclipsados por el socialismo. Entre 1964 y 1974, la economa y el nivel de vida siguen creciendo pero a un ritmo lento y a pesar de que los lderes afirman lo contrario se produce un estancamiento. Gorbachov es quien mejor lo define: En cierta etapa eso se vuelve particularmente claro en la ltima mitad de los aos setenta sucedi algo que result a primera vista inexplicable. El pas comenz a perder impulso. Los fracasos econmicos se volvieron ms frecuentes. Comenzaron a acumularse las dificultades y se multiplicaron los problemas sin resolver. Elementos de los que nosotros

50 llamamos estancamiento y otros fenmenos ajenos al socialismo comenzaron a aparecer en la vida de la sociedad Una especie de mecanismo de freno afectaba el desarrollo social y econmico ~ (PERSTROIKA NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAS Y EL MUNDO, 1987) El estancamiento es el producto de la imposibilidad de responder a todas las necesidades econmicas al mismo tiempo. competir en la carrera armamentista en la poca de la Guerra de las Galaxias increment el consumo masivo y las inversiones productivas Debido al sello dejado por la represin estalinista, ni Jruschov ni Breshnev (que asume en 1966) necesitan recurrir a mtodos tan extremos. Salvo los disidentes que atraen la atencin mundial por sus internaciones en hospitales psiquitricos la poblacin adopta formas de lucha pasivas que, por lo general, no favorecen su organizacin poltica Se producen actos de sabotaje en las empresas, aumenta el ausentismo laboral, los ritmos de produccin decrecen, y los soviticos se refugian en la evasin personal apelando a diversos medios de los cuales el ms comn es el alcoholismo. Los ciudadanos que han accedido a una educacin superior estn Particularmente

descontentos y son conscientes de que su propio desarrollo depende de la discusin abierta, sin ningn tipo de censura y de que el rgimen autoritario constituye un obstculo para su formacin cientfica Basta recordar que en la Unin Sovitica hay cerca de un milln y medio de investigadores que representan la cuarta parte del total de cientficos del mundo (Ernest Manciel, A DNDE VA LA URSS?,l989) Tambin los socilogos, historiadores economistas, escritores, artistas Plsticos, poetas directores de teatro y cine, periodistas y dems intelectuales estn vidos de una apertura poltica. No es para menos, a partir de 1917, el mundo cultural ha sido muy enaltecido en la sociedad sovitica y la influencia de los trabajadores de la cultura es importante. En este sentido, resulta significativa la carta que el disidente Leonid Plioutch envi en 1977 a los partidos comunistas de Espaa, Francia e Italia sobre la crisis en la Unin Sovitica, y que no obtuvo ninguna respuesta: En la poca de revolucin cientfica y tcnica que. vivimos, una gestin burocrtica y policial de la economa ha conducido a los pases del Pacto de Varsovia a una impasse econmica y poltica (.. .) El desinters moral, la comprensin del vnculo entre la ineficacia del trabajo de las empresas y la ausencia de libertad, conducen a la intelligentsia tcnica a protestar contra el orden establecido, a luchar por la libertad de informacin y de expresin, etc. (...) La nica solucin racional para salir de la crisis econmica es la democratizacin de la produccin, de la gestin econmica, es decir, una cierta descentralizacin de la produccin, un sistema de gestin y de planificacin ms flexible (participacin de los trabajadores en la direccin de las empresas y en la planificacin, independencia de los sindicatos, libertad de huelga, realizacin del principio leninista de control por los tra-bajadores, sistema cientfico de organizacin de la produccin, de planificacin, de remuneracin del trabajo, etc.). Jruschov haba hecho tentativas de una cierta democratizacin dentro de la economa, Kossiguin ha ido ms lejos. Pero sin democratizacin poltica (respeto y ampliacin de la Constitucin), la democratizacin econmica est inevitablemente condenada a perecer, porque dentro de una atmsfera de miedo y de arbitrariedad burocrtica y policial, cualquier reforma termina por degenerar. Nosotros, opositores marxistas soviticos, es justamente sobre este principio que nos fundamos para llegar a nuestras posiciones de lucha, lucha que desarrollamos ante todo por los derechos polticos, y en esta lucha nos unimos con aquellos cuyo combate tiene por nico objetivo hacer triunfar esos derechos (libertad de palabra, de prensa, de manifestacin, de asociacin); es decir, los demcratas polticos, los movimientos nacionales

(derecho de las naciones a la autodeterminacin), los movimientos religiosos (libertad de conciencia). El movimiento democrtico rene cada ao ms tendencias disidentes en torno a la lucha por un estado de derecho, por el respeto a la Constitucin, la ampliacin de esta Constitucin a la luz de los principios de la Declaracin 52 Universal de los Derechos del Hombre, dentro de la perspectiva de que se autorice la existencia de otros partidos y el derecho de huelga (...) El triunfo de las ideas del comunismo, se transforma en nuestros das en derrota. A consecuencia del monopolio impuesto sobre el pensamiento, el marxismo oficial se ha estancado, se ha metamorfoseado en una nueva forma mitolgica. Un marxismo paralizado que no se desarrolla, ni se cuestiona a s mismo a partir de las leyes dialcticas, deja de ser marxismo. Es posible analizar los otros elementos que incluye la nocin de socialismo. Pero la caracterstica dada, muestra bien que en la URSS el socialismo no existe (...) el miedo a la verdad jams aport ninguna contribucin, ni a la lucidez de pensamiento, ni al desarrollo de la ciencia, ni a la lucha por una sociedad mas justa. (INPRECOR, 14 de abril de 1977) Ahora bien, cmo se lleg a esta situacin? En primer lugar, por el dominio poltico de una capa burocrtica que controla la sociedad en todos los mbitos, pblicos y privados. Su permanencia en el poder y la prohibicin de cualquier tipo de organizacin alternativa, permiti que durante dcadas esta burocracia Impusiera su proyecto poltico. En nombre del socialismo, argumentando ser los continuadores de la revolucin de 1917 y de sus valores ticos y morales, estos hombres se perpetuaron en el poder para defender sus privilegios; los que ahora Yeltsin denuncia una y otra vez. Esta capa burocrtica forma una pirmide integrada por unas 400.000 personas, incluidos los altos mandos de la poderosa KGB. En la cspide se ubica la denominada nomenklatura. La burocracia monopoliza el poder econmico al controlarla gestin estatal que produce el 80% del producto nacional por medio de la seleccin de funcionarios leales y obsecuentes. El trabajador no tiene ningn poder de control sobre la produccin, a pesar de que se fue uno de los postulados centrales de la revolucin de 1917. La burocracia se diferencia claramente de la burguesa. El sistema capitalista est basado en una clase social la burguesa que es propietaria de los medios de produccin y cuyo objetivo permanente es acrecentar su ganancia, 53

para lo cual necesita trabajadores. Sin burguesa no hay capitalismo, como sin nobleza feudal propietaria de la tierra no hay feudalismo. Pero como la burocracia no es una clase social, su objetivo es cumplir con un plan que permita la reproduccin del sistema garantizndole sus beneficios. Por eso, planifica la economa principalmente en funcin de defender su posicin y acceder a bienes de consumo. A los burcratas, por no ser propietarios directos de las empresas, no les importa el mximo rendimiento de los trabajadores pues no obtienen ganancias monetarias. Ellos no son propietarios, son administradores. Temen que cualquier cambio pueda desplazarlos del lugar que ocupan, y desconfan de la capacidad individual y colectiva, pues amenaza su permanencia en los cargos burocrticos. De esta manera, se produce un conflicto de intereses entre esta capa social y la sociedad en su conjunto, que necesita cambios constantes para progresar. Existen innumerables ejemplos de despilfarro de recursos humanos y materiales a causa de una planificacin que se debe llevar adelante aunque no le sirva a la mayora de la poblacin. A su vez, cada burcrata regional o local tambin busca cumplir con las indicaciones de sus superiores y ganarse, as, un lugar en la capa privilegiada de la sociedad. Durante la dictadura estalinista contina diciendo Mandel en su TRATADO DE EC0NOMIA MARXISTA las tareas de construccin eran esencialmente extensivas. Se trataba de crear la infraestructura de una gran potencia industrial moderna, ante todo, copiando empresas y tcnicas extranjeras. Haba mano de obra en abundancia. Su capacidad de resistencia haba sido reducida al mnimo por medio del terror y de la atomizacin de las masas. Es cierto que la tensin social era enorme, pero el rgimen responda a ella con olas sucesivas de represin a gran escala. Los resultados se compraban con enormes despilfarros, con sacrificios que fcilmente se hubiesen podido evitar; no eran, por ello, menos impresionantes. La calidad era sistemticamente sacrificada en aras de la cantidad, mas sta pareca crecer de 54 acuerdo a la lgica irresistible de progresin geomtrica Por ejemplo, en ese marco no es de sorprender que la planificacin indique que hay que comprar repuestos en una ciudad a 100 Km. de distancia de Mosc, aunque puedan obtenerse en Mosc ahorrando tiempo, transporte mano de obra, etc. Comprarlo en Mosc implicara romper una cadena donde el burcrata al frente de la fbrica a 100 Km. de distancia no podra cumplir con las normas que l debe cumplir. En este crculo vicioso todos se ayudan; y al final, cada uno mostrar orgulloso que cumpli con lo suyo, recibir algn beneficio y seguir

reproduciendo el sistema. Las consecuencias inevitables son el despilfarro, el desinters y la mala calidad. As, segn el diario TRUD, en la URSS hay cuatro personas ms para arreglar las mquinas que para construirlas (11 de noviembre de 1965). Esta lgica irracional del sistema se traslada tambin a las inversiones. Se realizan grandes proyectos que una vez finalizados son imposibles de poner en funcionamiento porque la tecnologa utilizada ya es obsoleta. Sin embargo, quien lo planific obtuvo, en su momento, reconocimiento personal y poltico. Segn PRAVDA del 4 de noviembre de 1988, los depsitos frigorficos de Mosc pueden almacenar el equivalente a 19 contenedores de carne, pero llegan 200 todos los das. El contenido del resto (181) se pudre en algn lugar (o se vende en el mercado negro), y en los ltimos veinte aos no se ha construido ni uno ms. Este es uno de los ejemplos que mejor explica la aparicin de circuitos paralelos de distribucin de los productos, dando lugar a la organizacin del trabajo en negro y al mercado ilegal. Cuando se elaboran las estadsticas de consumo, el referente-como es lgico suponer es la carne que llega a Mosc antes de su distribucin La presentacin de una realidad sin problemas opina Gorbachov.... fue contraproducente: se haba formado una brecha entre la palabra y la accin, que produjo la pasividad pblica y el descreimiento en los eslogans que se proclamaban Es natural que esa situacin diera por resultado una brecha en la credibilidad: todo lo que era proclamado en las tribunas e impreso en los peridicos y libros de texto fue cuestionado. ( Perestroika, Nuevas Ideas para Nuestro Pas y el Mundo, 1987)

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Las falsas estadsticas ocultaban la irracionalidad del sistema. Pero la glasnost permite la investigacin crtica e independiente. Una de las grandes sorpresas es el alto grado de pobreza de amplios sectores de la poblacin. Una investigacin de NOVEDADES DE Mosc, publicada el 11 de marzo de 1990 y realizada en base a datos oficiales del ao 1988 obtenidos por el Comit Estatal de Trabajo, revela la existencia de 41 millones de personas cuyos ingresos son inferiores a los 78 rublos, cantidad considerada mnima para cubrir las necesidades de subsistencia. En Tadzhikia, el 58,6% de la poblacin vive con menos de 75 rublos mensuales; en Uzbekia, la cifra llega al 44,7%. Estonia, Lituania y Letonia son las

repblicas en mejor situacin, ya que menos del 4% de la poblacin vive en la pobreza. De acuerdo con todos los datos oficiales de aos anteriores, en la Unin Sovitica la pobreza no exista. Tan slo un ao antes de la investigacin, Gorbachov afirmaba de manera contundente que la posibilidad de hambre y desnutricin ha sido eliminada para siempre de nuestro pas. Ese haba sido el flagelo de Rusia durante siglos. En trminos de dieta rica en caloras, la Unin Sovitica se cuenta definitivamente entre las naciones desarrolladas (PERESTROIKA, NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAS Y EL MUNDO, 1987) Mientras la sociedad sovitica atraviesa por una etapa de estancamiento, los pases capitalistas desarrollados estn en plena revolucin tecnolgica. Sin embargo, sera falso afirmar que la URSS se encuentra globalmente al borde de la miseria. Muchos de los descubrimientos de los cientficos soviticos se aplican en el mundo capitalista, la industria militar es de alta calidad, y cuando se utiliza esa calidad en la industria civil de bienes de consumo, los resultados son ptimos. Hace algunos aos, la administracin Reagan intent sabotear un acuerdo entre la URSS y los pases de Europa Occidental por el cual stos recibiran gas natural sovitico, negndole a Mosc tecnologa sofisticada. En menos de dos aos la industria sovitica pudo recuperarse y cumplir con los contratos

56 demostrando que inversin y desarrollo son, siempre, el fruto de una opcin poltica. La diferencia principal con los pases europeos es que, en la URSS, las innovaciones tecnolgicas permanecen restringidas a algunos mbitos y no se generalizan a la sociedad en su conjunto. Los soviticos Gordon y Klopov en su libro QU PAS? sealan que en la primera mitad de la dcada del 80 se estaban utilizando cerca de 800 mii computadoras (en EEUU) y en la URSS, aproximadamente 50 mil. La contradiccin entre el ms alto nivel de desarrollo en algunos rubros y el subdesarrollo en otros, es consecuencia de dcadas de inversin dirigida al sector productivo en desmedro del rea de bienes y servicios. La planificacin centralizada y controlada por la burocracia durante aos fue, en realidad, una planificacin sin criterios racionales. Se estaba produciendo una situacin absurda afirma Gorbachov. El mayor productor del mundo de acero, materias primas, combustibles y energa, tiene dficit de ellos, debido al derroche o a la ineficiente utilizacin. Uno de los mayores productores de granos para alimentos tiene que comprar millones de toneladas de cereales por ao, para forraje. Tenemos la mas grande cantidad de mdicos y camas de hospitales por millar de

habitantes y, al mismo tiempo, hay notorias deficiencias en nuestros servicios de salud. Con sorprendente exactitud nuestros cohetes pueden encontrar el cometa Halley y volar a Venus, pero codo a codo con esos triunfos cientficos y tecnolgicos, hay una evidente falta de eficiencia en el uso de los logros cientficos para las necesidades econmicas y muchos de los artefactos domsticos soviticos son de mala calidad. (PERESTROIKA NUEVAS IDEAS PARA NUESTRO PAS Y EL MUNDO, 1987) Cuando en 1984 comienza a abrise la discusin en el seno de la sociedad, el correo de lectores de Sov~rsi~ip~ KULTURA refleja el rechazo generalizado a la burocracia: Ellos son los privilegiados que no hacen gran cosa y reciben coches, televisores, etc. y nosotros somos la masa. Nos piden que trabajemos mucho, para qu? La pregunta que se hacen hoy los soviticos es nodal: esta situacin es el producto de la revolucin de 1917? 57 5 LOS BOLCHEVIQUES EN EL PODER Estos das se puede leer en la prensa occidental que en este pas es la primera vez en 70 aos que el parlamento se rene en condiciones democrticas Esto es inexacto. En los primeros aos del poder sovitico , los congresos de souiets y el comit ejecutivo central de la Unin, donde yo fui elegido, se desenvolvieron en condiciones perfectamente democrticas (...) Le dar un ejemplo: en la noche del 23 al 24 de febrero de 1918, cuando quedaban pocas horas antes de la expiracin del ultimtum alemn, hubo una reunin del Comit Ejecutivo (...) me permitieron tomar la palabra en nombre de la fraccin bolchevique, a m, un soldado que no tena todava veinte aos (...) De lo que ocurri con Stalin en el poder ni vale la pena hablar (...) Hoy ten- go 91 aos y estoy inmensamente feliz de haber vivido tanto para asistir al restablecimiento de los principios de la democracia y para ver el primer congreso de diputados del pueblo de la URSS. (Entrevista a Ivan lakovlevitch Vratchev, quien particip en la

revolucin de 1917 y cuya firma figura en el decreto de formacin de la URSS, publicada en ARGUMENTI 1 FAKTI, el 24 de junio de 1989. En la poca de Stalin, Vratchey pas varios aos en la Crcel). 59 Cuando los bolcheviques liderados por Lenin y Trotsky toman el Palacio de Invierno en Petrogrado, pocos imaginan que podrn mantenerse ms de unos pocos das en el poder, y menos aun que de all en ms cambiar el curso de la historia mundial. Con muchos ideales y poca experiencia, los revolucionarios rusos destruyen los cimientos de uno de los imperios ms poderosos y despticos. Se consideran los continuadores de la gran revolucin social burguesa de 1789, en Francia, que le arrebat el poder a la monarqua y destruy el viejo orden feudal. En aquella oportunidad, el progreso poltico y social pudo concretarse gracias a que las fracciones de la pequea burguesa jacobina (Dantn, Marat y Robespierre) impulsan la revolucin hasta el final. As, siguiendo el modelo histrico francs, los socialistas rusos debaten a principios de siglo el carcter de su revolucin que, en primer lugar, debe acabar con la monarqua, ser democrtica y realizar la reforma agraria. En segundo lugar, se proponen construir una sociedad socialista que supere la democrtico-burguesa surgida con la Revolucin Francesa. En 1898, en el exilio, nace el Partido Obrero Socialdemcrata Ruso (POSDR) influenciado por las ideas socialistas y marxistas. En 1903, se produce la ruptura en el POSDR entre una mayora (bolcheviques) dirigida por Lenn y una minora (mencheviques) liderada por Martov. Las discusiones giran en torno de las fuerzas sociales que impulsarn la revolucin y la organizacin partidaria. El imperio zarista se ha desarrollado durante siglos expandiendo ocupando nuevos territorios y 61 poniendo a decenas de pueblos bajo el dominio del poder central ruso. De manera muy particular para la poca, el imperio combina diferentes caractersticas socioeconmicas en un mismo territorio. Est poblado principalmente por campesinos de diversas nacionalidades que viven, a principios del siglo XX, en condiciones de servidumbre y extrema pobreza, sus fronteras,

similares a las del siglo XVII. Treinta mil grandes propietarios poseen tantas tierras como 50 millones de campesinos, lo que provoca una larga sucesin de levantamientos en el campo que, en 1861, obligan al zar Alejandro II a abolir la servidumbre. El imperio no se encuentra entre los pases desarrollados de Europa; no ha tenido su Revolucin Francesa. Por otra parte, el capital financiero europeo industrializa rpidamente la economa rusa construyendo grandes fbricas del nivel de las que se encuentran en los pases capitalistas. All se concentra una gran masa de trabajadores venidos del campo. Estas fbricas son islas de alto desarrollo capitalista en medio de un mar de atraso semifeudal. En 1917, hay casi tres millones de trabajadores industriales muy politizados en las principales ciudades del pas (en Petrogrado, el 89% sabe leer y escribir). La combinacin de este desarrollo desigual en un mismo pas provoca grandes discusiones respecto del carcter de la revolucin y de la intervencin en ella de las diferentes clases sociales. Al analizar la estructura socioeconmica rusa, ms evolucionada que la de Francia en 1789 o que la de Alemania en 1848, los revolucionarios rusos se preguntan: Es posible que la burguesa rusa pueda llevar adelante la revolucin democrtico-burguesa, derribar a la monarqua y eliminar los vestigios del feudalismo? Llegan a la conclusin de que el desarrollo de un pas atrasado no es la simple repeticin histrica y econmica de los pases ms avanzados, con un retraso de cien o doscientos aos. La burguesa rusa, ahora, es incapaz de repetir lo realizado por su similar francesa o alemana. Si los avances tecnolgicos del capitalismo son implantados por los pases desarrollados en una estructura social feudal o semi-feudal como la rusa, transforman radicalmente la estructura social y por ende los proyectos polticos y econmicos de las clases sociales. 62 Las contradicciones polticas se agudizan en 1917, especialmente por la Primera Guerra Mundial, que desgasta al imperio. El 8 de marzo cae la monarqua y la burguesa liberal asume el control del Estado, coronando como primer ministro de un Gobierno Provisional al prncipe Lvov. Pero las condiciones estn dadas para que en menos de nueve meses todo el panorama poltico se transforme radicalmente. Las viejas clases dominantes, la nobleza y la monarqua estn sumamente desprestigiadas y desgastadas, luego de siglos de opresin. La miseria en el campo y la posesin de la tierra son las cuestiones centrales a resolver. Entre 10 y 14 millones de campesinos son movilizados para una guerra en la que

no quieren participar. Mueren 8 millones y, adems, pierden unos 2 millones de caballossu principal medio de trabajo que tambin fueron movilizados. Los soldados votan con los pies y se escapan del frente, hartos de la guerra. Cuando los bolcheviques reivindican la paz son acusados de traidores a la patria y de agentes alemanes. Todos los dems partidos, y especialmente la burguesa liberal, estn a favor de la continuacin de la guerra. Las nacionalidades, que representan el 57% de la poblacin del imperio zarista, proclaman en veinte lenguas su ansia de liberacin. Los bolcheviques son los nicos que reivindican la autodeterminacin de los pueblos. Entre febrero y octubre de 1917 se intensifican las huelgas, la produccin industrial cae en un 40% y el hambre azota las ciudades y el campo. En ese perodo, el partido bolchevique crece de manera impresionante. Paralelamente se crean los soviets, como organismos independientes del Estado que agrupan a todos aquellos que luchan contra la monarqua y la burguesa. Su representatividad crece con el correr de los meses y se constituyen en un verdadero poder alternativo. Su estructura es profundamente democrtica y sus miembros revocables por 63 simple voto. En realidad, existe una situacin de doble poder. An no se sabe cul de ellos prevalecer. Edward H. Carr, uno de los mejores historiadores de la Revolucin Rusa, as describe la situacin en los meses posteriores a aquel febrero; El sentimiento comn a obreros y campesinos, a la vasta mayora de la poblacin, era de inmenso alivio ante el alejamiento de un ncubo monstruoso, sentimiento que vena acompaado de un profundo deseo de conducir sus propios asuntos a su manera, y de la conviccin de que esto era posible (...) Se trataba de un movimiento de masas inspirado por una ola de inmenso entusiasmo y por visiones utpicas de la emancipacin de la humanidad de las cadenas de un poder remoto y desptico, y que no estaba interesado en los principios occidentales de democracia parlamentaria y gobierno constitucional proclamados por el Gobierno Provisional (...) Por toda Rusia se extendieron los soviets locales de obreros y campesinos. Algunas ciudades y distritos se auto proclamaron repblicas soviticas. Los comits obreros de fbrica se atribuyeron el ejercicio exclusivo de la autoridad en su campo. Los campesinos se apoderaron de la tierra y la repartieron entre ellos. Y todo lo dems se eclipsaba ante la demanda de paz, de poner fin a los horrores de una guerra sangrienta y sin sentido (...) Este movimiento general de revuelta contra la autoridad le pareca a la mayor parte de los

bolcheviques un preludio del cumplimiento de sus sueos sobre un nuevo orden social; no tenan ningn deseo de detenerlo ni los medios para ello. (LA REVOLUCIN RUSA: DE LENIN A STALIN, 1917-1929) Con las consignas de Pan, paz y trabajo, los bolcheviques preparan la insurreccin para que coincida con la apertura del II Congreso de los Soviets y para que ste real. En ningn momento se piensa que es el partido el que debe gobernar. El 25 de octubre de 1917 a las 10 de la maana, el Comit Militar Revolucionario, adjunto al Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, emite un comunicado redactado por Lenin: El Gobierno Provisional ha sido depuesto. El poder del Estado ha pasado a manos del Soviet de diputados 64 obreros y soldados de Petrogrado, del Comit Militar Revolucionario, que encabeza al proletariado y a la guarnicin de Petrogrado. La causa por la cual luchaba el pueblo: la propuesta inmediata de una paz democrtica, la abolicin de la pro piedad de los terratenientes sobre la tierra, el control obrero sobre la produccin, la creacin de un gobierno sovitico. est asegurada. Vi va la revolucin de los obreros, soldados y campesinos! El periodista norteamericano John Reed describe el nimo reinante en el Palacio de Srnolny desde las primeras horas de la maana: Varios soldados recin llegados del frente aportaron el saludo entusiasta de sus regimientos... Por fin, Lenin se levant. Apoyndose en el borde de la tribuna, pase sobre la concurrencia sus ojuelos parpadeantes, aparentemente insensible a la inmensa ovacin, que se prolong durante varios minutos. Cuando sta se termin, dijo simplemente: Ahora pasamos a la edificacin del orden socialista. Nuevamente estall en la sala una formidable borrasca humana. (DIEZ DIAS QUE CONMOVIERON AL MUNDO) Para finalizar, Lenn dice: Viva la revolucin socialista mundial! Los bolcheviques creen que pueden avanzar rpidamente hacia el socialismo porque cuentan con el apoyo popular. Durante la transicin del capitalismo al comunismo escribe Lenin en 1917, influenciado por las grandes movilizaciones y antes de la toma del poder la represin todava es necesaria, pero ahora es la represin de la minora explotadora por la mayora explotada. Un aparato especial, una mquina especial para la represin, el Estado, es todava necesaria, pero ahora es un Estado transicional. No es asuma el poder

ms un Estado en el propio sentido de la palabra; ya que la represin de la minoras de explotadores por la mayora de los esclavos asalariados de ayer es comparativamente tan fcil, una tarea simple y natural que ser mucho menos sangrienta que la represin del levantamiento de los esclavos, 65 siervos o los asalariados; y a la humanidad le costar mucho menos (...) Slo el comunismo hace que el Estado sea absolutamente innecesario, ya que no hay nadie para reprimir,nadieen el sentido de una clase... (EL ESTADO Y LA REVOLUCION). Esta era, en esencia, la definicin de lo que los revolucionarios rusos llaman la dictadura del proletariado, dictadura de las mayoras sobre una pequea minora. Pero la realidad sera muy diferente. Las viejas clases dominantes y la burguesa se organizan de inmediato para derribar al gobierno de los soviets. No estn dispuestas a aceptar la experiencia socialista. Si bien los bolcheviques son conscientes del rechazo que produce la revolucin en las clases gobernantes en Europa, estn convencidos de que la atraccin que sta ejerce provocar levantamientos populares que derribarn a los gobiernos capitalistas y acabarn con la guerra. Entonces, las naciones ms desarrolladas apoyarn econmicamente la construccin del socialismo en la Rusia atrasada. La Revolucin Rusa efectivamente atrae a millones de trabajadores europeos que adhieren fervorosos a las ideas socialistas. Se le ha quitado la tierra a los terratenientes, se ha nacionalizado la industria, la banca y el comercio exterior; los trabajadores han constituido sus rganos representativos, los soviets. A pesar de su atraso econmico, la Rusia revolucionaria es el primer pas en reducir la jornada laboral a ocho horas y en dictaminar la prohibicin del trabajo para los menores de 16 aos. La mujer tiene los mismos derechos que el hombre: puede votar y ser elegida, a igual trabajo igual salario, se le otorga proteccin social antes y despus del parto, tambin a las madres solteras. Adems, se fundan comunas sobre bases socialistas y las naciones oprimidas se liberan del imperio. Estos hechos tienen un poder de atraccin muy grande en Europa y el resto del mundo. Sin embargo, lo que los revolucionarios no toman en cuenta tal vez por exceso de idealismo es la ayuda militar que las principales potencias, enemigas de Rusia durante la guerra mundial, le brindarn a los contrarrevolucionarios, los blancos, para derribar al gobierno rojo. El ejrcito alemn ocupa casi toda Ucrania.

66 Las tropas inglesas, francesas y norteamericanas ocupan el puerto de Murmansk en la frontera con Finlandia. Los japoneses desembarcan en abril de 1918 en Vladivostok. Si en octubre de 1917 haba solamente io mil ~guardias rojos para defender la revolucin de las viejas dases dominantes, en 1921 el Ejrcito Rojo cuenta con cinco millones y medio de soldados. La guerra civil es devastadora. El 3 de marzo de 1918 los bolcheviques firman la paz con Alemania A pesar de las condiciones leonnas impuestas por los alemanes, despus de muchas dudas y discusiones acceden a firmar el tratado de Brest-Litovsk El Estado Sovitico pierde el 34% de su poblacin; el 32% de sus tierras cultivadas; el 54% de su industria, y el 89% de sus minas de carbn. La produccin en la gran industria decae abruptamente, de 3 millones de obreros en 1917, quedan 1,2 millones en 1921. Muchos estn en el frente. Mosc pierde el 44,5% de su poblacin y Petrogrado un 57,5%. Adems, los trabajadores y los cuadros partidarios ms calificados y politizados se integran a la administracin del Estado, los soviets y el ejrcito. Las epidemias, el hambre y el fro provocan 9 millones de muertos; 350 mil ms caen en los combates. El 50% de la produccin industrial es robado para su venta en el mercado negro. La tierra expropiada a los grandes terratenientes no es colectivizada segn los primeros planes sino que se divide y se entregan pequeas parcelas a los campesinos, lo que desfavorece la produccin agrcola en gran escala. El pequeo agricultor produce para su consumo y desabastece las ciudades en plena guerra civil. Estos obstculos representan el principal escollo para la construccin del socialismo. Hay que recordar que, segn Marx, una condicin indispensable del socialismo, como contrapartida del capitalismo donde las riquezas se concentran en pocas manos, es la abundancia material, principalmente de bienes de consumo repartidos a toda la poblacin. Socialismo en miseria no es socialismo, y en la Rusia de 1917 hay miseria, como producto del insuficiente 67 desarrollo tecnolgico e industrial en la ciudad y el campo, y de las guerras (mundial y civil). Adems, el entusiasmo revolucionario de 1917 ha decado despus de aos de guerra. Cunde la desmoralizacin, el agotamiento y, por ende, la despolitizacin general. Como si esto fuera poco, el cerco tendido por los pases capitalistas europeos se cierra: a

pesar de que el gobierno sovitico est dispuesto a pagar los alimentos en oro y al contado, no entra a la URSS ni una hoja de lechuga. La destruccin del viejo aparato estatal en el marco de la guerra civil es una fuente de problemas inesperados. Los bolcheviques estn realizando la primera experiencia en la historia de una revolucin socialista y lo hacen en condiciones netamente desfavorables. En este caso, el referente histrico es la Comuna de Pars de 1871, donde los ingresos de los funcionarios no eran mayores a los de un obrero calificado, y donde stos eran elegidos y revocables en sus cargos segn la voluntad de los electores. Esto era as para evitar la burocratizacin a partir de los cargos con privilegios materiales. Sin embargo, lo que en la Comuna apareca como ideal no lo era para la Rusia revolucionaria. La necesidad de poner en marcha la economa y la administracin obliga al nuevo gobierno a recurrir a funcionarios del rgimen anterior, y tambin a tcnicos calificados que buscan un lugar en el estado sovitico como forma de acceder a una posicin social encumbrada. Para salir del atraso, era indispensable industrializar el pas. De otra manera, se corra el riesgo de que los trabajadores soviticos se sintieran atrados por el nivel de vida de los pases capitalistas. El partido intenta controlar la situacin pero, lentamente, comienza el proceso de fusin entre partido y estado. Entre 1917 y 1921, el partido se encuentra en debate casi permanente en todos sus niveles, y sus principales lderes forman tendencias internas sobre puntos especficos, o fracciones que cuestionan la lnea global de la conduccin. Las discusiones son lgidas y casi nunca existe la unanimidad. Se cuestiona la paz con Alemania, el papel de los sindicatos, la economa, el ejrcito y el rol 68 de los soviets. En vsperas del X Congreso partidario, concertado para marzo de 1921, estalla una rebelin de marineros de la Armada Roja con base en Kronstadt. Se trata de los mismos marineros que haban sido honrados como hroes de la revolucin y que ahora exigen mayores libertades y critican el frreo control del estado por parte del partido. Sus posturas son muy similares a las de una fraccin partidaria, la oposicin obrera. La represin contra los marineros de Kronstadt es muy violenta y marca un punto de inflexin. A partir de este hecho, los medios de comunicacin de las principales capitales del mundo lanzan una nueva campaa contra el gobierno sovitico. Se dice que los levantamientos anti-comunistas ganan las ciudades, que los bolcheviques huyen, que Lenin fusila a Trotsky y viceversa, etc. etc. La experiencia de todas las revoluciones de los siglos

XVIII, XIX y XX dice Lenin en el X congreso demuestra con absoluta claridad y de modo convincente que, si se produce el mas mnimo debilitamiento de la unidad, de la fuerza e influencia de la vanguardia revolucionaria del proletariado, estas vacilaciones no pueden conducir sino a la restauracin del poder y de la propiedad de los capitalistas y los terratenientes. En este clima, el X Congreso toma una de las decisiones ms importantes de la historia del Estado de los soviets. Lo que comienza como una medida circunstancial, producto de la realidad concreta de ese momento, marcar a fuego el desarrollo posterior del Estado, hasta la disolucin del PCUS en 1991. El Congreso -dice el PROYECTO DE RESOLUCIN SOBRE LA UNIDAD DEL PARTIDO, redactado por Lenin declara disueltos y ordena disolver inmediatamente todos los grupos, sin excepcin, que se hayan formado sobre la base de una u otra plataforma. El incumplimiento de esta disposicin del Congreso acarrear la inmediata e incondicional expulsin del partido. Una vez cercenada la discusin dentro del partido, la limitacin inevitablemente se desplaza al resto de la sociedad. Los partidos monrquicos y de la burguesa han sido disueltos, pero hasta 1921 varios partidos opositores (menchevique de izquierda, socialista revolucionario, anarquista) han podido desarrollar sus actividades con la condicin de no aliarse militarmente con los blancos. 69 Existen incluso algunos soviets donde an se realizan elecciones abiertas y que son dirigidos por miembros de estos partidos opositores. Sin embargo, aunque la ley no lo estipule y la Constitucin de 1918 no diga una sola palabra al respecto, la Unin Sovitica se convierte de hechoen un rgimen de partido nico. Es bajo la direccin de Stalin que la medida transitoria y tomada en un momento muy especial se convierte en ley. Resulta imposible encontrar un solo texto de los tericos marxistas (Marx, Engels, Kautsky, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo) que indique que el socialismo o el comunismo son sinnimo de partido nico. Haba ocurrido lo que Rosa Luxemburgo tanto temiera y contra lo que ya haba alertado en 1918. Encarcelada por el gobierno alemn y con la poca informacin que tiene en su poder, redacta una serie de artculos de elogio y crtica implacables a los bolcheviques. Pero con el sofocamiento de la vida poltica en todo el pas escribe tambin la vida de los souiets se paralizar cada vez ms. Sin elecciones generales, libertad de prensa y de reunin sin restricciones, sin una libre lucha de opiniones diversas, la vida desaparece de todas las instituciones pblicas, se convierte en una vida aparente y lo burocracia pasa a ser el nico elemento activo. La vida pblica lentamente se duerme, algunas docenas de

dirigentes del partido de energa inagotable y de idealismo sin lmites dirigen y gobiernan, pero entre ellos dirige en realidad slo una docena de cabezas privilegiadas, mientras que una lite de la clase obrera es convocada de vez en cuando a asambleas para asentir con aplausos a los discursos de los jefes y para votar por unanimidad a favor de las resoluciones presentadas: en el fondo, pues, el dominio de una camarilla, una dictadura, pero no la dictadura del proletariado, sino la dictadura de un puado de polticos, es decir, una dictadura en el sentido burgus, en el sentido del poder de los jacobinos (el aplazamiento de los congresos de los soviets de tres o seis meses!) (...) La libertad slo para los partidarios del gobierno, slo para los miembros de un partido por muy numerosos que 70 puedan ser no es libertad. La libertad es siempre nicamente la del que piensa de otra manera (...) Ms todava: en unas condiciones como stas ha de aparecer la barbarizacin de la vida pblica: atentados, fusilamiento de rehenes, etc. (LA REVOLUCIN RUSA) Aunque los postulados de Rosa Luxemburgo fueran tal vez demasiado idealistas para una situacin de guerra civil que recin comenzaba, su asesinato el 19 de enero de 1919 impidi que se convirtiera en el espritu crtico de la revolucin, cuando ms falta le haca. LA REVOLUCIN RUSA se publica recin en 1922. La represin poltica impide que los blancos puedan reorganizarse polticamente, pero tambin favorece la des-politizacin de los obreros y campesinos, principal fuente de apoyo de los bolcheviques. Tal cual lo haba predicho Rosa Luxemburgo, el partido toma el control absoluto del estado. Dentro del partido, el control lo ejerce su secretariado y all est Stalin, el Secretario General. Lenin, gravemente enfermo, intenta, en 1923, luchar contra el poder de Stalin y lo descalifica en su testamento; pero ya es demasiado tarde, Lenin muere en enero de 1924. Trotsky es el nico de los dirigentes importantes que intenta frenar el creciente control del partido sobre la sociedad en su conjunto, sin lograrlo. Lo que lo enfrenta con Stalin no es una mera rivalidad personal; ambos encarnan proyectos polticos antagnicos. Stalin est convencido de que se puede edificar el socialismo en un solo pas. Trotsky, continuando la tradicin marxista, considera que dadas las caractersticas del imperialismo y su dominacin a escala mundial es imposible establecer, a largo plazo, una sociedad sin clases, sin estado, sin ejrcito y sin dinero en un solo pas mientras sobreviva el capitalismo, al que deber enfrentar. La

revolucin es solamente el comienzo de la transicin al socialismo. Trosky considera que, para tal fin, es indispensable la rpida industrializacin, nica manera de desarrollar el campo y lograr el apoyo masivo de los campesinos. Toda oposicin a Stalin es literalmente barrida del mapa. El historiador Roy Medvedey asegura que entre 1927 y 1929 hay un milln de 71 exiliados o presos por contrarrevolucionarios y trotskistas(ARGUMENTI 1 FAKTI, N 5, 1989). Algunos de los camaradas de Trotsky lo instan a sublevar a las masas y utilizar al Ejrcito Rojo por l creado. Antes mrtir que verdugo. Para l , les responde, esos medios de lograr el poder se contraponen con los fines para los que desea ese poder. Es consciente de que utilizando los mtodos de Stalin, se convertira, an contra su voluntad, en un nuevo Stalin. Llega a la conclusin de que la Unin Sovitica se ha convertido en un estado obrero burocrticamente deformado Si bien se conserva la estructura econmica bsica de la sociedad creada por la revolucin, una capa surgida de la misma se ha apropiado del poder poltico. De los 24 miernbros que constituan el Comit Central del partido bolchevique en 1917, slo uno sigue all en 1938: Stalin. Casi todos los dems son fusilados por el Generalsimo. A su ms acrrimo enemigoTrotsky - Stalin lo destierra y, en 1940, enva un agente a Mxico para asesinarlo. La Nueva Poltica Econmica (NEP) introducida al finalizar la guerra civil permite el desarrollo de la pequea industria privada y el ingreso de capitales extranjeros. En seis aos se logra revertir el estancamiento producido por las guerras. En el campo se permite el libre comercio del excedente agrcola y el enriquecimiento de algunos sectores campesinos. Esto contradice los principios de la revolucin, y las concesiones, producto de la situacin generada, causan problemas serios. Entre 1927 y 1928, los campesinos ricos (kulaks) desabastecen las ciudades. Stalin lo resuelve a su manera: despus del 1 de febrero de 1930, millones de kulaks son deportados. De esta manera implementa la colectivizacin forzosa del campo. La represin se generaliza, el stalinisrno toma cuerpo en todos los mbitos de la sociedad. Cuando Hitler utiliza la expresin socialismo, nadie se confunde; para el mundo- salvo contadas excepciones- socialismo pasa a ser sinnimo de stalinismo. Esto tambin es cierto para las minoras nacionales, que haban visto en la revolucin de 1917 el comienzo de una era de la libertad.

6 EL ESTALLIDO DE LAS NACIONAUDADES Decimos. y con razn, que en nuestro pas el problema de las nacionalidades est resuelto. la revolucin abri el camino hacia la igualdad de derechos de las naciones no slo en el terreno Jurdico, sino tambin en lo socio-econmico, con un aportacin extraordinaria para nivelar el desarrollo econmico, social y cultural de todas las repblicas y zonas, de todos los pueblos. La amistad de los pueblos soviticos es una de las mximas conquistas de la Revolucin de Octubre. Constituye, de por s. un fenmeno nico en la historia universal. Y por lo que a nosotros se refiere, es uno de los principales pilares en que descansan el podero y la solidez del Estado sovitico. (Mijail Gorbachov, OCTUBRE Y LA PERESTROIKA, LA REVOLUCIN CONTINA, 2 de noviembre de 1987) salvo contadas excepciones socialismo pasa a ser sinnimo de stalinismo. Esto tambin es cierto para las minoras nacionales, que haban visto en la revolucin de 1917 el comienzo de una era de libertad. 72 6 EL ESTALLIDO DE LAS NACIONALIDADES Decimos. y con razn, que en nuestro pas el problema de las nacionalidades est resuelto, la revolucin abri el camino hacia la igualdad de derechos de las naciones no slo en el terreno jurdico, sino tambin en lo socio-econmico, con un aportacin

extraordinaria para nivelar el desarrollo econmico, social y cultural de todas las repblicas y zonas, de todos los pueblos. La amistad de los pueblos soviticos es una de las mximas conquistas de la Revolucin de Octubre. Constituye, de por s, un fenmeno nico en la historia universal. Y por lo que a nosotros se refiere, es uno de los principales pilares en que descansan el podero y la solidez del Estado sovitico. (Mijail Gorbachov, OCTUBRE Y LA PERESTROIKA, LA REVOLUCIN CONTINUA , 2 DE NOVIEMBRE DE 1987) 73 La posible firma del tratado de la Unin, el 19 de agosto de 1991, fue, como ya se dijo, una de las causas del golpe militar. Lo nico de la Unin de Repblicas Soberanas (antes Socialistas) Soviticas con o sin perestroika. El problema es mucho ms complejo de lo que parece, pues el entrecruzamiento de pueblos y etnias no se corresponde siempre con territorios claramente delimitados. Un estudio realizado por el Departamento de Problemas de Relaciones Intertnicas del semanario NOVEDADES DE Mosc, publicado el 17 de marzo de 1991, puntualiza tres zonas de grandes conflictos: 1) El Occidente, de corte netamente europeo, est compuesto portas tres repblicas blticas (Estonia, Letonia y Utuania), Moldavia, Ucrania y Bielorrusia. La separacin es fuente de controversias, ya que hay zonas de residencia compacta de personas que hablan lenguas distintas a la oficial, lo que es un producto del desplazamiento de rusos hacia las repblicas. Existe el temor a la discriminacin por razones tnicas y el enfrentamiento se da entre aquellos que exigen la independencia total y quienes aspiran a la autonoma y aceptan la integridad territorial de la URSS. 2) El Cucaso (Georgia, Armenia y Azerbaiyn) est habitado por pueblos que se han mezclado en varias oportunidades a lo largo de los ltimos 150 aos. Muchas regiones fueron divididas quedando en ellas bolsones tnicos que se disputan la legitimidad del territorio. Pueblos que fueron expulsados de su tierra en la poca zarista y, posteriormente, por el rgimen stalinista, reclaman hoy el derecho a la repatriacin. que est en juego es el mantenimiento en un marco

75 3) En Asia Central (Turkrnenistn, Kirgizzia, Tadkizia y Uzbekistn) y Kazajstn viven unos 60 pueblos mezclados con diferentes idiomas y tradiciones. El cristianismo y el Islam estn muy arraigados y no siempre conviven en armona. Los conflictos por parcelas jams territoriales son parte de una lucha que tiene por objetivo recibir mejores condiciones de ayuda del centro. El estudio seala que las fronteras territoriales prcticamente coinciden con las fronteras tnicas. Tales fronteras no pueden coincidir ni siquiera en los mapas ya que ninguno de los pueblos vive de manera absolutamente compacta. No es posible que por un lado de la lnea haya personas de una nacionalidad, y en el opuesto slo de la otra. La sovietloga francesa Hllene Carrere dEncausse,autora del libro IMPERIO EXPLOSIVO. REBELIN DE LAS ETNIAS EN LA URSS, afirma, por su parte, que hoy existen en la URSS tres tipos de conflictos: 1) Conflictos violentos entre grupos tnicos que derivan en confrontacin con las autoridades centrales cuando stas intervienen con sus fuerzas armadas y no logran solucionarlos. 2) Choques polticos por demandas de independencia real, como es el caso en el Bltico, que atentan contra el poder central. 3) La crisis rusa, alimentada por sectores nacionalistas que consideran que demasiado han ayudado ya a los pueblos ms pobres, y frenado el desarrollo ruso. (NOVEDADES DE Mosc, julio de 1989) Por qu estalla la crisis de las nacionalidades cuanto todava en 1987 Gorbachov deca que el problema estaba resuelto? La perestroika permiti que estos problemas salieran a la luz con toda su fuerza, en cada regin segn sus particularidades. Sin embargo globalmente las reivindicaciones pueden resumirse en tres grupos: de orden cultural y lingstico, de orden socioeconmico y ecolgico, y reivindicaciones polticas, que apuntan a denunciar las anexiones territoriales y los crmenes del stalinismo durante la Segunda Guerra Mundial. 76 El problema idiomtico afecta a todas las nacionalidades porque, durante dcadas, el ruso

tuvo prioridad en desmedro de las lenguas autctonas. Basta sealar que el 78% del total de los libros publicados en la URSS estn en ruso. (Ernest Mandel, ADNDE VA LA URSS?). Nos han repetido sin cesar dice Ivn Drach, presidente del Movimiento Popular Ucraniano que la gente haba perdido sus races tnicas, su nacionalidad, y su madre patria, nicamente porque hablaban ruso. Pero, hablar ingls o francs no transforma a los canadienses o congoleos en ingleses o franceses (Inprecor, 21 de Diciembre de 1990) En ocasin de un reportaje de fines de 1990, uno de los fundadores del Partido Verde sovitico Vadirn Damye afirm que en las repblicas no rusas las cuestiones ecolgicas estn evidentemente ligadas a las reivindicaciones nacionales. En efecto, cuando el poder central decide construir reactores nucleares fuera de la Federacin Rusacomo prioridad del pas en su conjunto, sin tomar en cuenta la opinin de las nacionalidades, para las poblaciones autctonas este hecho se convierte en sinnimo de opresin nacional. Cuando se produce un desastre como el de TChernobil en Ucrania, son los ucranianos los primeros afectados; para ellos, el culpable es el centro ruso. La crisis econmica que ya hemos explicado se traduce, en las repblicas, como fracaso ruso y el sentimiento que surge es que cada repblica, por sus propios medios, obtendra mejores resultados. El director de NOVEDADES DE Mosc, Egor Iakovlev, considera que el hambre es un factor fundamental del deseo independentista; la soberana poltica est ligada a la soberana econmica. (2 de setiembre de 1990). Al permitir la perestroika un amplio margen de libertad, en las repblicas la primera consecuencia fue la expresin del sentimiento nacional y del deseo de independencia; especialmente porque consideran que el rgimen sovitico es la continuacin del zarismo. Lo es realmente? La expansin del imperio zarista fue tambin la persecucin implacable de los pueblos que no eran rusos, hablaban otros idiomas y tenan costumbres diferentes. 77 Hbilmente, el zar logr azuzar unos contra otros evitando su unin contra el poder central. Los socialistas rusos, desde sus comienzos, inscribieron en su programa de revolucin socialista el apoyo a las reivindicaciones nacionales. Por su parte, Marx consideraba que la gnesis del problema nacional era social, por lo que una vez erradicada la explotacin del

hombre por el hombre desaparecera La opresin nacional en el Manifiesto Comunista ya lo haba planteado: Abolid la exploracin del hombre por el hombre y abolirais la explotacin de una nacin por otra. Pero fue Lenin quien ms profundiz el anlisis de la cuestin nacional al estudiar el desarrollo del capitalismo en Rusia. El programa nacional de la democracia obrera exige: abolicin incondicional de todos los privilegios para todas las acciones y para todos los idiomas, solucin absolutamente libre y democrtica del problema referente a la auto deterrminacin poltica de las naciones, es decir, a su separacin como Estado; promulgacin de una ley general para todo el pas, segn la cual toda medida que establezca algn privilegio para una de las naciones, menoscabando la igualdad de derechos de las naciones o los derechos de una minora nacional, es declarada ilegal y queda derogada. (NOTAS CRTICAS SOBRE EL PROBLEMA NACIONAL, 1913) En 1914, al referirse a la cuestin lingstica, Lenin se preguntaba: Es necesario un idioma oficial obligatorio? Una sola cosa no querernos; el elemento de imposicin. No queremos llevar a la gente al paraso a golpes de garrote(...) Los marxistas rusos consideran que no debe haber un idioma oficial obligatorio nico. (PROLETARKAIA PRAVDA, 18 de Enero de 1914) Hay que tomar en cuenta las condiciones en las cuales los bolcheviques discuten la cuestin nacional en 1914: las potencias europeas y asiticas estn en plena expansin colonial. Es suficiente con observar, en los mapas de la poca, los dominios de Gran Bretaa, Francia, los Pases Bajos, Blgica, Italia, Turqua, Rusia y Japn. Los socialistas rusos parecen de otro planeta. Discuten si debe o no haber un idioma obligatorio mientras las grandes 78 potencias se regalan o disputan frica y Asia y se aprestan a pelear por el dominio de

Europa. Hay un tema que se debate especialmente: la persecucin a los judos. El imperio zarista utiliza la cuestin juda para desviar el descontento generalizado que existe en su contra; el nico movimiento popular autorizado es el que maltrata y persigue a los judos. Este grupo distribuye masivamente el panfleto Los Protocolos de los Sabios de Sin, acerca de una supuesta confabulacin juda para dominar al mundo. All se acusa a los judos de luchar contra el zar luego de que, en marzo de 1881, la militante juda Hessia Helfman participa en el atentado contra Alejandro 11, Entre 1881 y 1882, casi 200 comunidades judas son atacadas en Ucrania, y el punto lgido de las persecuciones es la ciudad de Kishinev (Moldavia) donde, en abril de 1903, la polica secreta del zar desata un pogrorn matando a 47 personas y dejando ms de 600 heridos (Nathan Weinstock, EL PAN DE LA MISERIA). La palabra rusa pogrom (disturbios con muertes) llega por primera vez a los odos del mundo. Las persecuciones influyen sobre la formulacin del pensamiento bolchevique, y en 1914 Lenin redacta uno de los primeros proyectos de ley sobre la igualdad de derechos de las nacionalidades, en el que propone que queden derogadas todas las leyes, disposiciones provisionales, anexos alas leyes, etc., que pongan restricciones a los judos en cualquier orden de la vida social y poltica. (PUT PRAVDI, 28 de marzo de 1914) Al triunfar la revolucin, la cuestin nacional es uno de los temas centrales. El 16 de noviembre de 1917, el peridico PRAVDA publica la Declaracin de los derechos de los pueblos de Rusia: En la poca del zarismo los pueblos de Rusia eran incitados los unos contra los otros. El resultado de esta poltica es conocido: masacres y pogroms por un lado, esclavitud de pueblos por el otro (...) El Consejo de Comisarios del Pueblo ha resuelto guiarse por los siguientes principios: 1- Igualdad y soberana de los pueblos de Rusia. 79 2. Derecho de los pueblos de Rusia de disponer de ellos mismos, hasta la separacin y constitucin de un estado independiente. 3. Supresin de todos los privilegios y limitaciones, nacionales o religiosos. Si los cambios sociales son resistidos por las viejas clases dominantes, la posibilidad del desmembramiento del imperio les resulta inaceptable. Su cada representa el fin de siglos de

dominacin, y la entrega de territorios de la patria a manos enemigas. No podra se de otra manerapiensan-, ya que los bolcheviques estn dominados por los judos. Cuando Lenin le ofrece a Trotsky la cartera del Interior ste le pregunta: .Convendr, ser provechoso dar a nuestros enemigos este arma suplementaria, vale decir, la de mi origen judo?. Lenin se indigna: Estamos llevando a cabo una gran revolucin internacional, qu sentido pueden tener tales tonteras? (Len Trotsky, MI VIDA) Sin embargo, el tema no puede obviarse en las condiciones de la Rusia zarista, donde los odios raciales estn profundamente arraigados. Lenin llega a proponer, incluso, que en algn momento roten, al frente del Estado, un ruso, un georgiano, un ucraniano, etc. En el gobierno de aquel entonces hay pocos rusos, a diferencia de lo que ocurri en estos ltimos aos. Pero la prueba a pasar est ntimamente ligada a la guerra civil y la agresin extranjera. Los bolcheviques creen que para ganarse el corazn de las nacionalidades deben romper con la tradicin avasalladora del gran ruso chovinista El Programa del partido deja claro, en 1919, que Con el objetivo de sobrellevar la desconfianza de las masas laboriosas y de los pases oprimidos frente al proletariado de los estados que oprimen a estos pases, es necesario suprimir todos los privilegios de todo grupo nacional, establecer una igualdad completa de los derechos de todas las nacionalidades, reconocer el derecho a la secesin de las colonias y naciones no soberanas (...) el proletariado de las naciones que ha oprimido a otras naciones debe ser particularmente prudente y prestar atencin particular a la supervivencia del 80 sentimiento nacional entre las masas trabajadoras de las nociones oprimidas o no soberanas. Slo una poltica as permitir crear las condiciones de una unidad realmente durable y voluntaria entre los elementos nacionalmente diferenciados del proletariado internacional, como lo ha probado la experiencia de la unin de una serie de repblicas soviticas nacionales alrededor de la Rusia sovitica. Entre 1917 y 1921, el tema de las nacionalidades gira en torno de dos ejes: 1) La revolucin y la posterior guerra civil producen una divisin muy profunda en todos los pueblos que conformaban el antiguo rgimen zarista. Mientras muchos apoyan a los bolcheviques, otros luchan encarnizadamente contra el nuevo poder. 2) Al caer el imperio zarista, todos los pases limtrofes acrecentar sus reivindicaciones territoriales y son apoyados por las principales potencias europeas que

buscan destruir la revolucin. As, en 1918, la Repblica independiente de Armenia es barrida por los turcos. Georgia obtiene el apoyo de Alemania que est interesada en el manganesio y controla las vas frreas que traen el petrleo de Baku, la capital de Azerbaiyn; tambin intenta controlar la Rusia sovitica y Turqua. Las tropas inglesas se instalan en Baku desplazando al gobierno bolchevique, pero deben retirarse el 10 de mayo de 1919 dejando a los italianos, que tambin se retiran poco despus. Cuando se firma el tratado de Brest-Litovsk, el 3 de marzo de 1918, la URSS cede Polonia, Ucrania, Letonia, Estonia, Lituania y la Rusia Blanca. Adems de las grandes prdidas econmicas que esto implica, representa desprenderse de un cuarto de su poblacin. El imperio otomano recupera ciudades que haba perdido durante la guerra rnundial e incluso algunas que haba perdido en 1878. A pesar de la guerra civil, la agresin exterior y todas las complicaciones, el tema nacional aparece como una obsesin en Lenin. Rosa Luxemburgo quien ya haba tenido largas discusiones con Lenin respecto a la independencia de Polonia lo critica duramente; ahora es ella la que parece inflexible. 81 La frmula del derecho de las diferentes nacionalidades del imperio su cuenta sus destinos incluida la separacin estatal de Rusia proclamada una y otra vez con doctrinaria obstinacin era un grito de guerra peculiar de Lenin y sus camaradas (...) Lenin y sus camaradas contaban obviamente con que no haba ningn medio ms seguro para vincular a la causa de la revolucin socialista, a la causa del proletariado socialista, a las muchas nacionalidades algenas del imperio ruso, que garantizarles en nombre de la revolucin y del socialismo la ms extrema e ilimitada libertad para disponer de sus destinos (...) Mientras que Lenn y sus camaradas actuaron, segn sus principios, como defensores de la libertad nacional, hasta la separacin estatal de Finlandia, Ucrania, Polonia, Lituania, de los pases blticos, de los caucsicos, etc., otros tantos fieles aliados de la revolucin rusa; el espectculo al que hemos asistido ha sido el contrario: una detrs de otra, todas esas naciones utilizaron la libertad que se les acababa de regalar para declararse enemigos mortales de la revolucin rusa y aliarse con el imperialismo alemn para llevar bajo su proteccin la bandera de la contrarrevolucin incluso a la misma Rusia. (LA REVOLUCIN RUSA) Lenin duda: conceder la independencia de todas aquellas minoras que lo deseen, ruso a determinar por

permite a los blancos y a las potencias europeas hacer pie en amplios territorios para destruir la revolucin. Restringir ese derecho implica continuar la poltica imperial zarista, conocida como prisin de pueblos. El dilema es muy grande y Lenin no quiere transar; est dispuesto a arriesgarlo todo para mantener los principios que lo inspiran. Pero en el partido, no todos comprenden la cuestin de la misma manera. Al frente de la cartera de las nacionalidades est nada menos que Stalin, el Comisario de los Pueblos. Ms que comisario, ser carcelero. Entre 1921 y 1923 se suceden conflictos en algunas regiones y el gobierno sovitico los resuelve interviniendo militarmente. En general, la intervencin combate a las tropas extranjeras y blancas, pero tambin a los gobiernos que no aceptan el poder bolchevique. Se inicia un proceso

82 de sovietizacin que para muchos es sinnimo de rusificacin y continuacin de la poltica zarista. El historiador francs Moshe Lewine, en su libro LA LTIMA BATALLA DE LENIN, describe cmo Lenin, ya gravemente enfermo, intenta enfrentar la poltica de Stalin sobre la cuestin nacional y sus tendencia represivas. El testarnento del lder de la revolucin, ocultado por Stalin durante aos, dice claramente: ~Soy muy culpable, creo, ante los obreros de Rusia, de no haber intervenido con suficiente energa y rudeza sobre la famosa cuestin de la autonoma, llamada oficialmente, si no me equivoco, cuestin de la Unin de las Repblicas Socialistas Soviticas (...) se pretende que era absolutamente necesario unificar el aparato. De dnde vienen estas afirmaciones? No es el mismo aparato de Rusia, que, como ya dije en un nmero precedente de mi peridico, nosotros le tomamos prestado al zarismo limitandonos a revocarlo y pintarlo ligeramente de un barniz sovitico? El XlI Congreso del PCUS se realiza en el mes de abril de 1923, todava en vida de Lenin. La represin a los georgianos es tema de lgidas polmicas entre sus participantes. Especialmente crtico es Cristian Rakovsky, Presidente del Consejo de comisarios del pueblo de la repblica de Ucrania, quien ya en 1922 haba polemizado duramente con Stalin respecto de la cuestin nacional: Hay que decirlo abierta y honestamente en un congreso del partido. La cuestin nacional es una de esas cuestiones que nos prometen una guerra

civil si en nuestra actitud nosotros no demostramos la sensibilidad y comprensin indispensables (...) No se olviden que en 1919 camaradas autorizados declararon al congreso del partido que no haba mas una cuestin de nacionalidades (...) Vamos a obligar a los georgianos a aprender el ruso como lo hacan los gendarmes del Zar? (...) Vamos a enviar a los chekistas (servicio secreto) para verificar que los no-rusos aprenden el ruso? Con la consolidacin de Stalin de origen georgiano pero rusificado en el poder, se acaban los debates; de ahora en ms sovitico ser sinnimo de ruso. La colectivizacin forzada tiene una doble repercusin en los campesinos: 83 adems de las consecuencias sociales, las deportaciones son percibidas como un genocidio ruso contra las minoras nacionales, especialmente en Ucrania. En Kazajstn, la poblacin autctona se reduce en un 50%. Las persecuciones religiosas son parte de este proyecto; se cierran mezquitas, iglesias y sinagogas. Pero los lderes religiosos que son encarcelados en la dcada del treinta, son liberados posteriormente durante la guerra y llamados a exhortar a los pueblos a sumarse a la lucha antinazi en la Gran Guerra Patritica del pueblo ruso. El resurgimiento religioso, hoy, refleja el desprestigio de la poltica oficial durante dcadas. Hay tantos fieles porque se perdi la fe en los dirigentes deca una joven en un reportaje de la televisin espaola (TVE, 21 de setiembre de 1991). La Segunda Guerra Mundial es un nuevo punto de inflexin en la cuestin nacional. Numerosos pueblos sufren las consecuencias de ser sospechosos de colaborar con el enemigo. Si bien es cierto que esta colaboracin en algunos casos existi, pueblos enteros son deportados hacia el extremo oriente sovitico, especialmente los trtaros de Crimea, que nunca dejan de exigir la rehabilitacin de su buen nombre y que lo consiguieron parcialmente en poca de Jruschov. Las deportaciones, las anexiones del Bltico, los desplazamientos de fronteras y las puniciones colectivas, han dejado huellas en la conciencia de las nacionalidades. Hoy, el despertar del letargo no es ms que una actualizacin de problemas que existieron y fueron ocultados por la ideologa oficial. La perestroika abri la caja de Pandora tambin en el tema de las nacionalidades. A diferencia de lo que ocurre en las grandes ciudades rusas como Mosc y Leningrado, en las repblicas se realizan movilizaciones populares masivas donde las consignas que se levantan

se refieren a reivindicaciones nacionales. Su magnitud es tal que los dirigentes de los partidos comunistas locales se ven obligados a apoyarlas para no ser barridos por la poblacin. Para estos dirigentes, lo ms importante sigue siendo 84 mantenerse en el poder. Altos funcionarios de larga data abrazan hoy en da las ideas nacionalistas (y pro-capitalistas), contra lo que predicaron durante dcadas. Millones de rusos se han desplazado a las repblicas, producto de la poltica stallnista que buscaba Implantar bolsones rusos para cambiar la composicin demogrfica y evitar el resurgimiento de los nacionalismos, en especial en las regiones ocupadas durante la Segunda Guerra Mundial. Estos rusos, si bien fueron utilizados como vehculos de la rusificacin, no necesariamente gozan de privilegios econmicos o polticos . La sociloga Tatiana Zaslavkaya sostiene que los rusos tienen complejo de inferioridad frente a las minoras nacionales. Algunas de estas minoras de gran cohesin histrica y religiosa, como los musulmanes, se sienten efectivamente superiores a los rusos. (Ernest Mandel, ADNDE VA LA URSS). URSS). Es ms, uno de los temas de discusin, en estos das, es si los ms oprimidos por el stalinismo fueron las minoras o los rusos. A pesar de ser la nacin dominante, los rusos no tuvieron privilegios durante el zarismo ni durante el stalinismo o la poca de Breshnev. Adems segn piensan, tuvieron que ayudar a las repblicas en desmedro de su propio desarrollo autnomo. No es casual que en el marco de estas discusiones reaparezca el nacionalismo ruso, alimentado de una u otra manera por todos los que aspiran a la independencia total de la Federacin Rusa. La organizacin nacionalista de extrema derecha Pamiat ha crecido notablemente, y sus consignas xenfobas hoy son declamadas a los cuatro vientos. Lo que antes se deca veladamente: primero los rusos o maten a los judos, en la actualidad puede decirse sin tapujos. Debido a los desplazamientos demogrficos, en Letonia slo el 54% de la poblacin es de origen letn y en Estonia, el 40% tiene como lengua materna al ruso. Muchos analistas, al ver que en Letonia se reivindican figuras fascistas del 30, como el general Ulmanis, y que en Utuania se rehabilita a criminales de guerra nazis, se preguntan si tambin los rusos sern perseguidos en las 85 repblicas independientes, por revanchismo. Hasta el momento, y a pesar de que el temor

tiene bases reales, esto es difcil de predecir. Una investigacin a cargo del profesor Yuri Levada muestra tendencias contradictorias entre los propios rusos que habitan las repblicas. Mientras que un 41% de los habitantes de origen ruso en el Bltico est a favor de la separacin, un 50% est en contra (entre los autctonos el 91% est a favor), Lo interesante es que mientras un 91% de los rusos del Bltico est a favor de algn modelo de socialismo, slo un 5% favorece el capitalismo. Es probable que consideren que un rgimen capitalista no respetar sus derechos de futura minora. (NOVEDADES DE Mosc, 14 de octubre de 1990) A diferencia de las otras repblicas, la Federacin Rusa no puede declarar unilateralmente su independencia, porque en su seno se encuentra el poder central que existe, justamente, gracias a la unin de repblicas. Por otra parte, en la Federacin Rusa existen regiones autnomas que han comenzado un proceso de discusin respecto a su posible independencia de Rusia, ignorando al mismo tiempo al poder central. Antes y despus del golpe de agosto, todas las discusiones y los conflictos entre repblicas, regiones, etnias, pueblos y religiones giraron en torno de la libertad nacional, cultural, idiomtica y econmica. La pregunta central sigue siendo de qu manera podrn lograrlo. La interdependencia econmica de las repblicas en el sistema sovitico ha afectado a muchas de ellas, que dependen econmicamente del centro y difcilmente puedan sobrevivir sin l. Una consecuencia de la poltica nacional, por la cual cada repblica cuida lo suyo, es el presente desabastecimiento de productos bsicos que no se envan de una repblica a otra (TVE, 24 de octubre de 1991). Es difcil predecir el futuro de la Unin Sovitica, especialmente por la rapidez con que se suceden los acontecimientos. Podemos aventurar cinco grandes bloques de conflictos que podrn o no cruzarse entre s, segn las circunstancias.

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1) En el occidente, el panorama se divide en dos: a) El conflicto en el Bltico. All la principal reivindicacin es la independencia nacional en rechazo a la anexin sovitica durante la Segunda Guerra Mundial. La pregunta es

si las repblicas blticas podrn sobrevivir como naciones independientes. Por ahora, confan en la ayuda que puedan recibir de Europa y Estados Unidos, que apoyan su independencia. Sin embargo, el periodista Daniel Vernet considera que estas repblicas tenan en el resto de lo que era la URSS un vasto mercado para sus productos industriales, que son ampliamente superiores a las normas Soviticas, pero que corren el riesgo de ser un poco pobres en los pases occidentales (LE MONDE, 30 de agosto de 1991). Podrn los pases blticos integrarse a la Europa capitalista o se convertirn en pases del Tercer Mundo a pesar de su ubicacin geogrfica? En Lituania, todava se sigue usando el rublo como moneda oficial y el dlar ya se instal en el mercado negro. Una tonelada de petrleo le cuesta hoy a Lituania 1,5 dlares. Si Rusia llegara a subir el precio a niveles internacionales, para Lituania sera catastrfico, dice Kestutis Glaveckas, uno de los responsables de la reforma en Lituania (AGENCIA REUTER, 23 de octubre de 1991). b) Ucrania, Moldavia y Bielorrusia pasan por una etapa de enfrentamiento con la Federacin Rusa y el centro, por la gran cantidad de rusos que habitan all. Segn el periodista Jacques Amalric, el mismo Boris Yeltsin amenaz con revisar las fronteras; es decir, quitarles parte de sus territorios en caso de que proclamen unilateralmente la independencia (LE MONDE, 7 de setiembre de 1991). 2) En el Cucaso, los conflictos inter-tnicos son los que marcan la etapa actual. Como en cada repblica hay mezcla de etnias, se han exacerbado los odios que llevan a persecuciones mutuas. Muchos armenios llegaron al Cucaso en 1915, a raz del genocidio de 800.000 de sus hermanos en Turqua, y su llegada modific la composicin tnica de la regin. Ya hubo pogroms contra armenianos (cristianos) en Baku (Azerbaiyn) y contra aseries (musulmanes chitas) en Armenia. 87 Kazajstn pertenece a esta categora porque el sentimiento nacional kazaj comienza a despertar, aunque este grupo representa tan slo el 40% de la poblacin entre ms de cien tnias, adems de los rusos y los ucranianos. Nuestro pas dice el escritor kazajo Tahavi Ajtanovfue el destinatario de los exiliados de todos los regmenes, del zar y de Stalin. Hoy nos vierten los residuos nucleares despus de haber masacrado silenciosamente poblaciones con las experiencias atmicas (...) A comienzos de los aos 50, nuestra intelligenstia fue decapitada por la represin y hoy nos convertimos en una minora en nuestro propio pas.

(LE MONDE 10 de setiembre de 1991) 3) En Asia Central existe por ahora una relativa tranquilidad poltica, aunque algunos analistas piensan que es la calma que precede la tormenta. Uzbekistn, Turkrnenistn, Tayikistn y Kirguizistn estn poblados mayoritariamente por musulmanes, preocupados por cohesionar los sentimientos religiosos antes que los nacionalistas (cNN, 23 de octubre de 1991). El conflicto con el poder central o con los comunistas conservadores queda entonces relegado a un segundo plano. La reaparicin masiva de la prctica musulmana es espectacular y masiva, observa el investigador francs Olivier Roy, al regresar de un largo viaje por la regin (LE MONDE, 28 de agosto de 1991). El sentimiento religioso ser tan fuerte como para intentar un acercamiento poltico con Irn y Afganistn, o primarn las ventajas econmicas que les otorga un Tratado de la Unin? 4) La Federacin Rusa es la ms grande de las repblicas, y es hoy el principal escollo a un nuevo tratado que pueda unirlas en el marco de un solo estado. Las amenazas del hermano mayor pueden significar, para muchas repblicas, la continuidad del dominio imperial ruso que viene a reemplazar al poder sovitico. Rusia tiene el suficiente poder econmico como para imponerle condiciones alas repblicas, sean o no independientes; claro que si no lo son su subordinacin ser mayor. No es casual que sus principales lderes, el presidente (Yeltsin), el alcalde de Mosc (Popov), y el de Leningrado (Sobchak), se opongan 88

a la disgregacin total de la URSS, ms all de declaraciones a favor de la independencia de las repblicas. Cuando se trata de Moldavia, temen por el futuro de los rusos si sta se une con Rumania; a Ucrania, le recuerdan los 10 millones de rusos que viven en su territorio. En este sentido, Sobchak es claro y tajante: Muy rpido, las repblicas que no saben demasiado qu hacer con su independencia y que tienen dirigentes a menudo inexpertos han comprendido que les conviene mcis optar por una Unin flexible con un Gorbachov debilitado a su cabeza, que encontrarse frente a una Rusia dirigida por un Yeltsin (LE MONDE, 7 de setiembre de 1991). El temor a la hegemona rusa explica tambin el apuro de algunas repblicas para declarar su independencia despus del golpe y formar sus propios ejrcitos. 5) El Centro ms como centro poltico que como regin geogrfica qued

debilitado despus del golpe. Frente al ascenso de Yeltsin y los reclamos independentistas, busca una forma de lograr la firma de un Tratado que una las repblicas. La habilidad del Centro lase de Gorbachov para maniobrar y sobrevivir como tal, es lo que hasta ahora evita la disgregacin. Sin embargo, an no se ha encontrado una frmula que permita la transicin a una nueva Unin Sovitica, federada corno el futuro mercado comn europeo o como unin de regiones autnomas. Por ahora, el Centro ha pasado a ser codirigido desde la Federacin Rusa, y el enfrentamiento Gorbachov-Yeltsin es el smbolo de un perodo de transicin que, para algunos, finalizar cuando se disuelva totalmente la URSS. El profesor Mijail Maliutin tema, un ao antes del golpe, que los enfrentamientos fueran muy duros en el caso de que no se concretara una solucin de compromiso a corto plazo: La variante mas probable en el oeste de la Unin Sovitica es una latino americanizacin la aparicin de repblicas bananeras, una libanizacin en el Caucaso una afganizacinen Asia Central. Debemos hacer todo lo que este a nuestro alcance para que esos problemas sean resueltos lo mas pacficamente posible. Pensamos, por lo tanto, que las secesiones deben hacerse lo mas rpido posible.

89 Si no, asistiremos a una extensin de la experiencia afgana. Terminaremos en una unin militar de Repblicas Soviticas. (INPREC0R, 20 de abril de 1990) Los gobiernos de los pases capitalistas desarrollados apoyan la independencia de las repblicas blticas, europeas por excelencia, para debilitar a la segunda potencia mundial. Empero, estn muy lejos de favorecer la independencia de todas las repblicas soviticas y la desintegracin total de la URSS, que dejara el control de armas nucleares en manos de lderes desconocidos, inestables y con posturas polticas que cambian de la noche a la maana. En la Unin Sovitica, la cuestin nacional sigue ntimamente ligada al futuro econmico de la perestroika. Para revertir la crisis todos los dirigentes esperan la ayuda de los pases capitalistas y del Banco Mundial; pero si la Unin se desintegra, a quin ayudarn? 90 7 SOCIALISMO O CAPITALISMO?

Convertir el capitalismo en socialismo es muy fcil, tan sencillo como romper huevos para hacer una tortilla. Pero convertir el socialismo en capitalismo es bastante ms complicado; algo as como querer sacar los huevos de una tortilla (Vadim Bakatin, nuevo jefe de la KGB despus del golpe y exministro de Interior. Tiempo Madrid, 2 de setiembre de 1991)

La economa de mercado, en su primera etapa, tiene mas posibilidades de resultar un castigo por los pecados del sistema de planificacin central que un boom. (Henry Kissinger; Clarn, 15 de septiembre de 1991)

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En los captulos anteriores, hemos analizado los diferentes aspectos de la crisis que llevaron al golpe del 19 de agosto. Todos, sin excepcin, estn ntimamente ligados entre s por la cuestin econmica. De ella depende el futuro de la Unin Sovitica en un aspecto clave: su estructura social. Las discusiones sobre el tema, revelan la existencia de un amplio abanico ideolgico, de donde se pueden extraer tres grandes bloques que se disputan el espectro poltico. El primero, abrumadoramente mayoritario entre los dirigentes y la poblacin, favorece la rpida transicin a una economa de mercado capitalista. El segundo, impulsado por sectores del aparato partidario, cuenta con el apoyo de vastos sectores y propone reformas que retoquen el antiguo rgimen sin afectar su esencia. El tercero propone rescatar los verdaderos principios del socialismo y avanzar hacia una sociedad autogestionada. Desde el comienzo de la perestroika, han sido varios los hombres que han manejado la economa e intentado impulsar los distintos proyectos de reforma econmica. Entre ellos, podemos citar a Aganbeguian, Abaikin, Shataun e lavlinsky, todos muy capaces y muy versados en las teoras econmicas pero que, hasta ahora, todos han fracasado en el intento. Ni siquiera la ayuda de Graham Allison, profesor de la universidad de Harvard, pudo mejorar lo~ resultados. Una de las causas de este fracaso es sin lugar a dudas la confrontacin entre los distintos grupos de poder; sin embargo, la razn principal est en la dificultad para concretar la transicin al capitalismo. El historiador Yuri Afanasiev, uno de los hombres ms conocidos de la perestroika, piensa que el programa de privatizacin es el problema mas difcil de nuestra poca. No 92

tenemos una idea precisa sobre el mecanismo de privatizacin. Tampoco existen fuerzas capaces de asegurar de manera competente la concordia civil. (NOVEDADES DE Mosc, 23 de setiembre de 1990) Esto quiere decir que los problemas fundamentales son dos: Cmo hacerlo y cmo garantizar el xito de la reforma sin que se produzcan estallidos sociales.

Las reformas econmicas son, antes que nada polticas. Est en juego el rol de la propiedad y del partido y la posible resistencia de la poblacin. La revolucin de 1917 transforma la estructura jurdica y social de la antigua Rusia. La nacionalizacin y estatizacin de la industria, la banca, la salud, la educacin, el comercio interno y externo, y la agricultura (tierra e instrumentos de trabajo), as como los mecanismos de planificacin centralizada vigentes durante dcadas, dificultan cualquier tipo de cambio. Para revertir esta situacin es necesaria otra revolucin o una versin sovitica del Plan Marshall La pregunta clave sigue siendo qu clase social podr realizar estos cambios? Hasta ahora, ningn sector ha tenido capacidad financiera para comprar las industrias ms importantes y comenzar la reconversin. Los mecanismos de mercado no aparecen de la noche a la maana. Para que haya competencia es indispensable que los poseedores de los medios de produccin inyecten sus mercancas al mercado. Y ste es justamente el problema, quines sern esos poseedores de los medios de produccin? La vida ha cambiado en la Unin Sovitica, pero no alcanza con MacDonalds y Pepsi para que exista capitalismo. Los funcionarios del partido y aquellos que lo han abandonado, gozan de privilegios materiales, fruto de aos de poder. Sin embargo, pocos han logrado acumular suficiente capital-dinero como para convertirse en la locomotora que empuje hacia el capitalismo, como suele decir Gorbachov. Este hecho permite comprender por qu Yeltsin puede exigirle a Gorbachov radicalizacin de las reformas, pero es incapaz de realizarlas cuando accede a la presidencia rusa por amplia mayora, con amplio consenso y grandes condiciones objetivas a su favor. El plan de los 500 das del ministro de Economa Shatalin no se pudo 94 concretar porque los asesores de Yeltsin no supieron cmo hacerlo. El urgente llamado a las inversiones extranjeras responde a la necesidad de encontrar a alguien que pueda implantar el capitalismo, pero tampoco ha tenido xito. Por otra parte, todos acuerdan en que el paso a la economa de mercado perjudicar a grandes sectores de la poblacin, y son pocos los que estn dispuestos a realizar las transformaciones contra viento y marea. Los primeros pasos se manifiestan en el

cambio del lenguaje cotidiano: el concepto propiedad privada ya no despierta un terror sagrado, dice el economista sovitico Igor Birman, hoy presidente de la firma consultora The Foundation for Soviet Studies, en Washington (NOVEDADES DE Mosc, 15 de abril de 1990). Sin embargo, repartir la propiedad estatal no ser fcil. La nacionalizacin de las propiedades del PCUS despus del golpe va en contra de su distribucin a manos privadas. Se requiere, entonces, un mecanismo de violencia administrativa dice Gabriil Popov. A decir verdad, el pas necesita el poder del orden. En cuanto ese poder se establezca, recibiremos las necesarias decenas de miles de millones de dlares, ya que el occidente comprende perfectamente la necesidad de salvamos. (NOVEDADES DE Mosc, 21 de octubre de 1990) El mensaje privatizador es diferente al utilizado en las sociedades capitalistas y es motivo de interpretaciones contrapuestas. Para algunos representa lisa y llanamente la transferencia a manos privadas. En los ltimos dos aos han aparecido millonarios, todo un descubrimiento para la sociedad sovitica. Algunos se jactan de ello, como Artiom Tarsov, que lleg a la redaccin de NOVEDADES DE Mosc para una entrevista saludando y diciendo: Soy millonario.Lo dijo coment el periodista como si tal cosa, sin orgullo y sin temor, como si hubiera sealado que era miembro del sindicato (febrero de 1989). Las encuestas muestran a una opinin pblica dividida respecto de este fenmeno. Ante la pregunta qu opina usted de la aparicin legal de millonarios?, un 49% responde que no tiene nada en contra, pero un 48% dice que s, porque ese dinero no puede ser ganado honradamente. (NOVEDADES DE Mosc, 18 de marzo de 1990)

95 Para los obreros de las grandes industrias, la economa de mercado y las privatizaciones significan que ellos sern los futuros propietarios y ejercern el control de la produccin. Las sucesivas huelgas de los mineros no se hacen para frenar las reformas sino para impulsarlas, claro que defendiendo sus propios intereses. As, reclaman una mejora de las condiciones sociales, el derecho a un departamento despus de diez aos de trabajo, la reduccin del personal administrativo y la facultad de determinar la forma de administracin o de propiedad sobre los medios de produccin: estatal, cooperativa, mixta, de arriendo. Tambin quieren ejercer el control sobre los productos fabricados, incluyendo su exportacin. Es lgico que lo entiendan as, ya que durante aos criticaron la ineficacia de la

burocracia estatal y exigieron la socializacin de las propiedades y no su privatizacin, que es parte de la ofensiva ideolgica liberal de la ltima dcada. No son pocos los que piensan que habra que dividir toda la propiedad estatal y repartirla equitativamente entre la poblacin, incluso algunos medios de comunicacin pregonan esta postura, como nica garanta de un reparto justo. Leonid Grigoriev, del Instituto de Economa Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de la URSS, plantea algunos problemas que considera prcticamente irresolubles: Cmo se dividirn los bienes? En partes iguales?. Afirma que no se puede establecer un criterio que contemple a toda la poblacin y que las simplificaciones aparentemente justas, en realidad son variantes imposibles. De hecho, lo es la privatizacin en un pas socialista. (NOVEDADES DE Mosc, 9 de diciembre de 1990) Las privatizaciones ya han comenzado, pero las dificultades no se hacen esperar cuando stas derivan en escndalos financieros. La empresa ANT fue creada para impulsar a la reconversin de la industria militar en industria civil. Atenindose a la lgica del mercado y la ganancia, los directivos encontraron ms fcil y lucrativo dedicarse a la compra de materiales militares para revenderlos en el extranjero que dedicarse a la produccin. Se transformar el sndrome de la ANT en un duro golpe contra la empresa libre nacional en nacimiento?, se pregunta el periodista Victor Loshak (NOVEDADES DE Mosc, 25 de marzo de 1990). 96 La ofensiva ideolgica liberal cuenta con la ventaja de aparecer como nica alternativa vlida y creble frente a la planificacin burocrtica de las ltimas dcadas. Sin embargo, debe enfrentar sentimientos muy arraigados en la conciencia popular: el colectivismo, el derecho al empleo, la estabilidad de precios de ciertos bienes de consumo bsicos y de los alquileres. La liberalizacin de los precios en cierta medida blanquea el mercado negro. donde la libertad de mercado ya existe hace aos. La dificultad radica en que el consenso ideolgico no se traduce en la prctica. imaginemos que nuestro lder decide introducir el mercado reflexiona el historiador y escritor liberal 1. Kliamkin Podr hacerlo con el apoyo de las masas?

Seguramente no? Nuestra poblacin se opondra en un 80%. El mercado significa la diferenciacin de ingresos e intereses (...) El problema es nuestra clase obrera:es socialista y la reivindicacin fundamental del socialismo es la igualdad. Para los trabajadores, la reforma econmica es un medio de atacar la justicia social. Segn Kliamlin, la modernizacin de la economa y la justicia social son incompatibles; por lo tanto, considera esencial desmantelar las viejas estructuras polticas que frenan los cambios, no para desarrollar la democracia sino para reforzar el poder del dirigente de a reforma (INPREC0R, Pars, 6 de abril de 1990). Por eso, no es extrao que algunos lderes liberales reivindiquen el modelo econmico de Pinochet, considerando que era totalitario en poltica pero no en economa (KOMSOMOLSKAYA PRAVDA, 2 de febrero de 1991). La democracia para muchos liberales es una reivindicacin fundamental en la lucha contra la burocracia del Partido pero incompatible (y prescindible) con una economa de mercado. Mejorar las condiciones de vida implica estabilidad de precios, justamente lo contrario de la economa de mercado. E! sistema de mercado supone la libertad de precios dice el economista Otto Lacis. Sin embargo, no dejamos de gritar al unsono: no toquen los precios! Es como si hubiramos inventado una rosa sin espinas. Pero el mercado es una rosa con espinas. (RABOCHAVA TRIBUNA, 27 de marzo de 1990) Las reformas del mercado propuestas por todos los

97 97 sectores liberales intentan revertir lo que los soviticos llaman igualitarismo, distribucin de ingresos independientemente del trabajo efectuado y sus resultados, permanencia hasta la jubilacin en el puesto de trabajo y una amplia cobertura social. Ahora se busca distribuir los ingresos segn el trabajo realizado (a mejor trabajo, mejor salario), restringir las subvenciones estatales, permitir que los precios reflejen los costos y la competencia en funcin de la oferta y la demanda. De esta manera estn convencidos, el estmulo monetario dinamizar el sistema en base al inters de los ms calificados por mejorar la calidad de los productos, ya que su permanencia en el trabajo depender de ello. El temor de los trabajadores a la economa de mercado es real y se expresa abiertamente: Nos ensearon la frmula: de cada uno segn su capacidad, a cada uno segn su trabajo

(que debera ser el principio rector de la reforma). Significa esto que un joven dirigente de cooperativa, un jugador de ftbol o un msico de rock ganarn cifras fantsticas, y alguien como yo, que ha conocido la guerra, el fro y el hambre y ha trabajado 44 aos recibir algunas migajas? (...) Una fbrica crece y se enriquece bajo el nuevo sistema econmico que hace trepar los precios. En esta fbrica un mecnico gana bien, incluso muy bien, ya que su salario depende de las ganancias. (...) Pero tambin hay fbricas ms pobres, que producen bienes esenciales para la sociedad, pero en las que los precios no pueden ser elevados en el mercado. La fbrica es pobre y el mecnico que realiza las mismas operaciones que su colega de a otra fbrica tambin es pobre. Trabajo igual, vidas diferentes. Escuch en la radio que tenemos 40 millones de pobres. Qu pasar en el futuro? Nuestro pas ser dividido entre una clase de ricos y una clase de pobres? (SOCIALIST- CHESKAYA INDUSTRIYA, 2 de julio de 1989)

Durante dcadas, el repudio a los privilegios de los burcratas fue moneda corriente en la mayora de la poblacin, qu hace pensar que aceptarn a la ligera la aparicin de nuevos privilegiados con otro ropaje ideolgico? Al comienzo de la perestroika, Gorbachov no se cansaba de repetir que el bienestar de los trabajadores depender de la capacidad de los gestores. Los trabajadores debern, entonces, tenerlos medios reales de influir 98 las decisiones de los directores y controlar sus actividades (PRAVDA, 28 de febrero de 1987>. Eran tiempos en los que afirmaba que la perestrojka era ms democracia y mas socialismo. De qu manera, entonces, se puede implantar el capitalismo, impedir la injerencia de los trabajadores y evitar un estallido social? Los liberales an no han no han encontrado respuesta a estas preguntas, y sus indecisiones a la hora de introducir el capital modernizador hacen fracasar los planes econmicos una y otra vez. El mismo Shevardnadze intenta alertar mirando al futuro: Muchos rusos votaron por Yeltsin en la pasada primavera bajo la impresin de que no permitira el alza de precios (...)pero las reformas econmicas de Velsin todava no se han producido (...) Primero debe garantizar la cosecha, cortarlas huelgas y poner comida y bienes de consumo en las tiendas, para que en los prximos 18 meses el ciudadano comn llegue a la conclusin de que l ha

mejorado sus vidas. Sino lo logra, fracasar. Yeltsin puede llegar a ser tan impopular como Gorbachov lo es ahora. (NEWSWEEK, 2 de setiembre de 1991) Muchos comparten esta preocupacin, Qu dirn los mineros si suben los precios del pan? Y los campesinos en cuanto al encarecimiento de la calefaccin?, se pregunta el periodista Vladimir Gurevich (NOVEDADES DE Mosc, julio de 1989). Antes existan controles para evitarlo. Y qu pasar con los desocupados? Segn el informe del Comit de Estadsticas del estado (GOSKOMTAT) del 28 de febrero de 1990, hay 13 millones de personas que no participan en la produccin social; 4,3 millones de mujeres son amas de casa; 4 millones de habitantes estn en el servicio militar y otros 4 sin trabajo por diversas razones. Estas cifras se vern seguramente acrecentad~ con las reformas; todos los economistas aseguran mayor desocupacin en el futuro, adems de inflacin. Entonces, probablemente sean an ms lo que prefieran los cupones de racionamiento a los negocios llenos de mercaderas que no pueden comprar porque no tienen dinero (RABOCHAYA TRIBUNA, 18 de abril de 1990). Muchos dirigentes admiran la eficacia del modelo de Pinochet; otros como el asesor de Gorbachov, Petrakov lo formulan de un modo ms sutil: piensan que no se 99 puede pedir la opinin de la gente sobre temas que no conocen (MOSCOVSKIE NOVOSTI, N 22, 1990) El conjunto de estas ideas refleja profunda desconfianza y temor con respecto a la opinin de la poblacin. En este sentido, los conservadores y los demcratas no se diferencian, a pesar de sus proyectos antagnicos. Es imposible predecir qu harn unos y otros frente a la oposicin de los trabajadores que parecen decididos a no ceder. Una nueva carnada de jvenes propone el retorno a las fuentes del socialismo. Algunos pocos se encuentran dentro del PCUS; el resto compone una amplia gama de organizaciones sociales y polticas surgidas a partir de la perestroika. Estos jvenes son ecologistas, socialistas, feministas, marxistas o anarquistas y, en su mayora, no formaron parte de la burocracia dirigente ni ejercieron cargos de poder. Su actitud crtica hacia los excomunistas que hoy se regocijan con la cada de lo que antes consideraban el paraso no es ambigua sino clara y contundente. Coinciden, en este sentido, con el historiador Isaac Deutscher quien, cuarenta aos atrs, afirmaba: Tras romper con la burocracia en nombre

del comunismo, el hereje llega a romper con el propio comunismo. Proclama haber descubierto que las races del mal eran mucho mas profundas de lo que en principio haba imaginado, aun cuando el trabajo realizado para descubrir estas races puede haber sido muy vago y superficial. Ya no defiende al socialismo frente a los abusos y la falta de escrpulos; ahora defiende a la humandad frente a los mitos socialistas. Ya no se contenta con tirar el agua sucia del bao de la revolucin rusa para salvar al beb; descubre que el beb es un monstruo que hay que estrangular. (RUSIA EN TRANSICIN, 1957) La bsqueda de un camino socialista basado en la democracia, lleva a los jvenes a redescubrir la historia oculta durante tantos aos, especialmente aquella forjada por los opositores al stalinismo. Por primera vez, en la Unin Sovitica, dos generaciones se encuentran, y con posturas polticas similares a las de los sectores de la izquierda occidental anti-stalinista. Los trabajadores no Henen ninguna razn para considerar justo (como el resultado de leyes econmicas universales) el hecho de ser tratados como Las cosas, como mercancas que pueden ser utilizadas y despus echadas a la calle segn el criterio del mercado, dice la sovietloga francesa, Catherine Samary, autora del libro EL MERCADO CONTRA LA AUTOGESTION, LA EXPERIENCIA YUGOESLAVA, en respuesta a las preguntas del semanario ARGUMENTI 1 FAKTI. A la pregunta : Usted se opone a la planificacin hipercentralizada y al mercado. En este caso, qu salida propone? Catherine Samary responde: La opcin no es entre el mercado (que se supone traer eficacia y democracia, lo que es vlido para aquellos que tienen dinero y un empleo) y la proteccin social (con una planificacin burocrtica ineficaz y la ausencia de libertades democrticas. Esta es una falsa alternativa que debe ser rechazada. No estoy contra el mercado como tal. Estoy contra la dictadura del mercado, tal cual estoy en contra de la dictadura de la burocracia, contra la visin del mercado como remedio milagroso. Un mercado es necesario pero bajo el control de la sociedad. La primera solucin es la democratizacin econmica, la autogestin. (2 de diciembre de 1989).

Quienes se oponen al capitalismo ya la burocracia se basan en los propios argumentos de los que favorecen la economa de mercado, que no niegan el costo social que implica el paso al capitalismo. Su propuesta hoy aparece como la ms difcil de implementar, pues an no existen experiencias de este tipo y su aplicacin implica una amplia participacin popular para determinar cmo se tomarn las decisiones polticas y econmicas. Si se habla de rentabilidad, preguntan, se la evaluar inmediatamente en un ao, en cinco? La rentabilidad responder a la necesidad de la poblacin? En la economa de libre mercado cada uno puede invertir cmo y dnde quiere, significa esto que si existe avidez por determinados artculos de consumo, como vaqueros, walkmans o autos modernos, se los producir en gran escala en desmedro del saneamiento de la infraestructura sanitaria o educativa? Ms an, quin tomar la decisin?, el que posea capitales e invierta para ganar ms en el menor tiempo? La nueva carnada de jvenes se opone al sistema capitalista que se basa primero y principalmente en la bsqueda de la ganancia y, como contrapartida, propone retomar las demandas populares y disear un modelo 101 econmico cuyo objetivo central sea la satisfaccin de las necesidades de toda la poblacin. Con la tecnologa existente en la URSS es posible satisfacer ampliamente estas demandas, en especial si se realiza la reconversin de la industria militarque representa el 35% del presupuesto federal segn el semanario NOVEDADES DE Mosc del 24 de abril de 1991 hacia la fabricacin de materiales de construccin, comunicaciones, transportes, bienes de consumo, etc. Ahora bien, es posible el desarrollo a gran escala sin la reduccin del nivel de vida? Distintas personalidades que bregan en favor de la autogestin, distribuyeron en septiembre de 1990 un documento que previene acerca del retorno de un capitalismo ruso de los monopolios, semifeudal, autoritario y salvaje. Proponen, en cambio, un financiamiento prioritario de la tecnologa que no implique un despilfarro de las materias primas y los recursos energticos (...) congelar la construccin de centrales nucleares y Eliminar r progresivamente la energa nuclear y otras industrias que deterioran de modo irreversible la naturaleza. (INPREC0R, Pars, 9 de noviembre de 1990) Para que esto sea posible, la planificacin debe evitar el despilfarro en base a la organizacin racional de la industria, sin el secreto de las patentes privadas que retrasan

la produccin (mientras unos se roban a otros), sino, por el contrario, introduciendo las innovaciones tcnicas en todos los mbitos productivos. Es preciso eliminar los gastos de lujo que durante aos acumularon los burcratas: las famosas casas de campo (datchas), los sirvientes o el alcohol, que representa sumas fabulosas. Pocos aceptarn racionalmente que se gaste ms en la produccin de vodka que en la investigacin cientfica, mdica, educativa, o en la preservacin ecolgica. Durante dcadas, los trabajadores se sintieron una pieza sin sentido en un engranaje dominado por los burcratas. Su participacin directa en las decisiones, podr liberar fuerzas positivas que impulsen a los trabajadores a aumentar la produccin y reducir el costo de las mercancas, evitando el despilfarro o el trabajo a desgano en aras de un mejor nivel de vida? El golpe del 19 de agosto abri una nueva etapa de discusin en cuanto a las alternativas econmicas y sociales; pero en otras condiciones. 102 8 EL ENIGMA La prensa sovitica le iba inventando (a Yeltsin) los apelativos de radical, imprevisible y turbulento, y la occidental los aceptaba sin preguntas. Ahora, mas de un sofisticado poltico europeo tendr que reflexionar sobre el trato abiertamente grosero que dio al presidente ruso para halagar as a Gorbachov (...) Claro que estos desprecios slo han servido para que los rusos se sientan an ms identificados con este poltico que, como ellos mismos, es tratado de rudo, grosero y poco civilizado por los presuntuosos amigos de Occidente (...) lo cierto es que si Europa desea seguir tratando con Rusia, debe empezar a comprender que sus habitantes son mucho ms parecidos al ruso puro Boris Yeltsin que a Mijail Gorbachov; que ms bien parece un ruso neoyorquino con bufete de abogado en Manhattan. (Alberto Sotillo, Revista BLANCO y NEGRO, 1 de septiembre de 1991)

E1 golpe del 19 de agosto, ha cambiado a la Unin Sovitica? Fracasaron realmente los golpistas? Estos son algunos de los enigmas que an quedan por resolver. Si los golpistas buscaban desestabilizar al rgimen, deteriorar an ms la relacin entre las republicas, y evitar el apoyo econmico internacional manteniendo el clima de inestabilidad han tenido xito. Si intentaban volver a consoldarse en el poder, han fracasado. El panorama es an incierto. Cuando Gorbachov vuelve de su arresto domiciliario, muchos analistas vaticinan su desaparicin poltica frente a la figura ascendente de Boris Yeltsin, convertido en el nuevo superstar de la poltica. Ya hemos analizado los momentos claves del golpe, la pregunta es qu pasar con todos aquellos que lo apoyaron activa o tcitamente. Muchos de ellos han vuelto a ocupar cargos en distintos estratos polticos, econmicos y sociales; los inescrupulosos y sin principios siempre caen de pie, dice un viejo refrn En la Unin Sovitica, algunas personas lamentan que esto sea as; temen que estos personajes sean los nuevos golpistas de maana. Y ahora piensa Evgueni Jramov los casos del general KriuchkoV, del mariscal

Yazov y otros jefes militares pueden pasar a cargo de la Fiscala militar! Se trata de la misma fiscala que ya les ha dado carpetazos a decenas y centenares de denuncias de torturas y maltratos perpetrados contra soldados novatos (NOVEDADES DE Mosc, 1 de setiembre de 1991). En Ekaterimburgo se intenta revocar a Viadimir lskov, diputado y Consejo de la Repblica del Soviet Supremo de Rusia, por apoyar el golpe. Ustedes tienen derecho a revocarme dice lskov, pero yo no caer antes de que suene el disparo. (NOVEDADES DE Mosc, 22 de setiembre de 1991) La disolucin del Partido Comunista es fundamental para comprender el futuro de la URSS. Yeltsin, con poderes plenipotenciarios, obliga a Gorbachov a renunciar al partido que le serva de sustento poltico, y comienza a gobernar por decreto. 105 El PCUS es prohibido, se cierran varios peridicos y las voces opositoras son acusadas de comunistas. Yeltsin obtiene facultades especiales por un ao para introducir las reformas econmicas (PAGINA/ 12,2 de noviembre de 1991). Ahora, aprovechando la situacin creada por el levantamiento militar, se realiza un golpe palaciego, sin tanques, para concentrare! poder en pocas manos. El cadver del totalitarismo piensa Stepn Klseliov impone sus reglas de juego a los vivos: practicar denuncias, destruir monumentos, cerrar los peridicos de la oposicin y expropiar a los expropiadores (...) Los tanques de los golpistas fueron frenados en agosto. En septiembre, A juzgar por todo, los muertos han cambiado de tctica y asaltan la Casa Blanca desde adentro (...) Los virus del totalitarismo cayeron en un terreno abonado y se reproducen enrgicamente, devorando las clulas sanas del nuevo sistema poltico. Es imposible erradicar la nomenklatura. (NOVEDADES DE Mosc, 29 de setiembre de 1991) De qu manera funcionar la democracia con la caza de brujas? No todos los miembros del PCUS lo integraban para formar parte de la burocracia y gozar de las tiendas especiales, los viajes, las casas de veraneo, etc. Algunos crean en los ideales del comunismo; a otros, el carnet les permita encontrar trabajo o publicar sus libros, sin llegar a ser cmplices de la burocracia ni de! aparato represivo. En realidad, el problema es que el PCUS era el nico partido que funcionaba como tal. En la actualidad, los liberales o demcratas estn reunidos en diversas agrupaciones y actan de manera independiente; tienen divergencias entre s y no conforman un bloque homogneo capaz de lograr el apoyo de la mayora de la poblacin.

Algunos piensan que el mercado traer la democracia; para otros, la democracia traer el libre mercado. Por otra parte, Gorbachov se ha debilitado y la perestroika en su conjunto est siendo cuestionada. Una investigacin y encuesta de Yuri Levada refleja que solamente la minora evidente (23%) de todos los sectores de la poblacin (excepto algunos grupos de la intelectualidad) estara dispuesta a apoyar los cambios iniciados en 1985 (...) La conciencia de masas carece de historicidad y valora los acontecimientos de los tiempos pretritos a travs del prisma de las preocupaciones y desilusiones de hoy (...)Entre los sentimientos reinantes en la sociedad predominan el cansancio, el desconcierto y la desesperacin, acompaados de la nostalgia por el orden o, ms concretamente, 106 por la figura capaz de asegurarlo. (NOVEDADES DE MOSCU 22 DE SEPTIEMBRE DE 1991) Quin ser esa figura y qu orden traer? Yeltsin encarna la mano fuerte por haber combatido a los golpistas o por querer radicalizar las reformas? Qu pasar con los jvenes que en estos ltimos seis aos han sido educados en la perestroika? Algunos piensan que son apolticos y solamente les inculcan el afn de hacer dinero. Hay algo que me preocupa afirma Egor Yakovlev, quien dirigiera durante cinco aos NOVEDADES DE Mosc para pasar, luego del golpe, a hacerse cargo de la cadena de radio y TV es-tatal. Se da una nueva vuelta de destituciones y nombramientOs, tal vez, la rns amplia en la poca de las reformas. Y vuelven a ocupar los cargos los mismos representantes de la generacin de los 60, la misma generacin que se va. Es penoso y alarmante. (NOVEDADES DE Mosc, 8 de setiembre de 1991) Resulta difcil creer que los conservadores se alejarn de la poltica renunciando a toda una vida de cargos y privilegios. Despus del golpe, se reorganizan en diferentes agrupaciones y en torno de algunos peridicos, para continuar desde all su batalla poltica. Si bien estn muy desprestigiados ante la opinin pblica, an conservan grandes cuotas de poder en el aparato estatal y en el ejrcito de todo el pas. En diferentes regiones de la URSS, los miembros de la KGB ahora forman grupos especiales que combaten la delincuencia; claro est que con los mismos mtodos del pasado (NOVEDADES DE Mosc, 15 de setiembre de 1991). Y qu pasar con los miles de soldados que regresan de los pases del ex-bloque oriental?, encontrarn trabajo o vivienda? Se puede continuar hablando del futuro de la Perestroika? El proceso iniciado en 1985 para

lograr ms socialismo y ms democracia se ha transformado en transicin al capitalismo. De todas maneras, cualquiera sea el rumbo elegido, ste depende principalmente del xito o fracaso de la gestin econmica. La esperanza de los liberales es la ayuda de Occidente. Expresin de deseos o realidad? Hasta ahora, expresin de deseos con una gran dosis de ingenuidad; les cuesta comprender por qu Occidente no los ayuda. El ministro de Relaciones Exteriores Boris Pankin reiter el pedido de 100 mil millones de dlares, argumentando que esa suma fue fcilmente concedida para financiar la Guerra del Golfo (ROUGE, Pars, 12 de septiembre de 1991) Pero los gobiernos capitalistas y los banqueros de occidente no razonan de la misma manera. 107 Segn el semanario NEWSWEEK existen dos lneas de pensamiento en los Estados Unidos. Una est a favor de la ayuda a la URSS porque considera que la asistencia econmica aliviara la dolorosa transicin Adems, este grupo sostiene que el Partido Comunista no est ya en para utilizarlos con otros fines. Quienes se oponen, en cambio, consideran que la economa de mercado debe funcionar antes de que se le conceda a la URSS ayuda financiera, y que los Estados Unidos no estn en situacin de realizar grandes inversiones. Afirman que, de hacerlo, el dinero invertido sera dinero perdido (NEWSWEEK, 2 de setiembre de 1991). Por otra parte, quienes se oponen a la ayuda quieren saber, antes que nada, cmo cobrarn los 70.000 millones de dlares que les debe la URSS. El ingreso al Fondo Monetario Internacional es significativo, pero no determina automticamente la concesin de prstamos. Si se concedieran estos prstamos, quin los administrara? LOS mismos que durante aos aprovecharon los estratos del poder para acrecentar sus privilegios? En julio de 1991, antes del golpe, Gorbachov particip de la reunin de los Siete grandes (cumbre que rene a los pases ms industrializados del mundo). All la exposicin original de Gorbachov dur una hora y no faltaron las preguntas de los Siete, a veces muy directas. El jurado se puso de acuerdo con antelacin para reconocer los mritos de este alumno diferente de los otros (especialmente en razn de esa extraa universidad marxista donde posicin de desviar los fondos hacia la economa de mercado y evitara la inestabilidad.

realiz sus estudios). (LE MONDE, 19 de julio de 1991) Pero el acuerdo de seis puntos sobre la ayuda a la URSS es vago, y los capitales no son los que los soviticos esperaban. Los Siete ponen como exigencia que funcione la economa de mercado y que exista estabilidad suficiente como para garantizar las ganancias de las futuras inversiones; condiciones stas que no existan antes del golpe ni despus. El politlogo Konstafltin Pleshakov piensa que incluso si los lderes occidentales deciden hacer mas sustancial la ayuda econmica, los crculos de negocios no otorgaron dinero. El golpe de agosto grit al mundo entero sobre la increble inestabilidad del rgimen de Gorbachov y, dejando de lado el dulce mareo de la victoria, tambin sobre la debilidad de los demcratas. (NOVEDADES DE Mosc 8 de setiembre de 1991) La inestabilidad se refleja da a da en la inflacin y el 108 aumento de precios. Solamente en el mes de agosto se imprimieron tantos billetes como en todo 1990 (TVE, 31 de octubre de 1991); el 23 de octubre de 1991 unos 50 mil moscovitas manifestaron en contra del alza de los precios y exigieron aumentos salariales. El economista liberal Gregori Yavlinski de los ms radicales en sus propuestas econmicas ante una pregunta sobre los plazos del saneamiento de la economa, respondi: Si de manera adecuada elaboramos los principios de la alianza, entonces ser un ao, ao y medio (NOVEDADES DE Mosc, 22 de setiembre de 1991). Pero los soviticos no pueden ni quieren esperar. Es imposible saber quin canalizar el descontento popular. Algunos grupos ligados a la burocracia intentarn, seguramente, demostrar las ventajas del rgimen anterior; otros, podran indinarse hacia los grupos fascistas como Pamiat, Tambin es posible que parte de ellos termine acercndose a la iniciativa de la nueva izquierda, que acaba de formar el Partido del Trabajo. En este nuevo partido confluyen diputados del Soviet de Mosc, representantes del Partido Socialista, de la Federacin de Sindicatos de Mosc, y de la Confederacin de anarcosindicalistas.Nos oponemos a romper con las tradiciones de justicia social, de democracia, de humanismo y de amistad entre las naciones, que han aparecido en el seno del movimiento socialista ruso durante su siglo de existencia, dice el economista Alexandr Buzgalin, adhiriendo a la nueva iniciativa. (PRAVDA, 20 de setiembre de 1991) Valorando las perspectivas del nuevo partido escribe Viadirnir Konstantinov no se debe atribuir un significado demasiado grande a la alergia frente a las ideas socialistas que se

observa en la sociedad despus del putch. Maana, cuando comiencen a realizarse las medidas tendientes a reanimar la economa, incluidas las impopulares, las cuales implicarn el aumento del desempleo y el descenso del nivel de vida, mucha gente cambiar su actitud hacia estas ideas y los partidos que las representan. (NOVEDADES DE Mosc, 22 de setiembre de 1991) Disuelto el PCUS, en la Unin Sovitica existe una situacin particular: los partidos polticos son pequeos y ninguno tiene el suficiente poder y reconocimiento como para lograr el apoyo que se requiere para poder gobernar. Tuvimos un sistema de partido nico dice Eduard Shevardnadze y estaba esta fuerza poderosa, el Partido Comunista, que era un asunto de 109 17 millones de personas. El partido garantizaba equilibrio en a sociedad, aunque tal vez no en el mejor sentido. sentido. El partido se fue, esa fuerza no existe mas. Es esto bueno o malo? Quin llenar el vaco? (CNN, 21 de setiembre de 1991). El hecho de que la poblacin haya salido a la calle a para frenar a los golpistas no implica un apoyo incondicional a la figura de Yeltsin o a su proyecto socioeconmico. Gorbachov maniobra como puede desde un Centro muy debilitado y las repblicas an no saben si les conviene mantenerse en la Unin. Termina una poca. Un sistema que corrompi los ideales de emancipacin humana se desmorona. Sin embargo, el fin de una pesadilla no es el fin de todas las pesadillas. Muchos asocian el fin del sistema que durante 70 aos rigi la URSS con el fin del marxismo, del socialismo, del comunismo, y el definitivo triunfo de otro sistema poltico: el capitalismo. Cabe preguntarse si esto es realmente as. Las dos grandes guerras de este siglo, que provocaron ms de 100 millones de muertos, fueron producto del capitalismo. El capitalismo tambin es responsable del colonialismo en Asia, frica y Amrica; del fascismo y el nazismo con sus hornos crematorios, y de las dictaduras militares en Amrica Latina que tienen en su haber ms de 100.000 desaparecidos. Al capitalismo se debe, adems, la muerte de 16 millones de nios por ao en el Tercer Mundo, por enfermedad o hambre, y la miseria del 80% de sus habitantes; el apartheid y la aparicin de las armas nucleares y qumicas capaces de destruir vanas veces el planeta. Estos fenmenos, no continuarn provocando levantamientos populares en la

bsqueda de una sociedad ms humana? Por otra parte, puede atribursele a Marx o a los ideales del socialismo el rgimen stalinista? Hay alguien que se atreva a responsabilizar a Jess por las persecuciones de la Inquisicin? Acaso habra que desechar el progreso que implic para la humanidad la Revolucin Francesa por los posteriores crmenes de Napolen, o negar la importancia de la emancipacin de los Estados Unidos por Hiroshima y Nagasaki? Las grandes convulsiones que hoy tienen lugar en la Unin Sovitica permiten avizorar un mundo diferente y, aunque todava haya muchos a quienes les resulta difcil aceptarlo, por ahora los interrogantes respecto del futuro de la humanidad son ms numerosos que las respuestas. 110

INDICE Introduccin 1. Un golpe de estado muy particular 2. Un ao de enfrentamientos 3. Boris Yeltsin vs. Mijail Gorbachov 4. Las claves de la perestroila 5. Los bolcheviques en el poder 6. El estallido de las nacionalidades 7. Socialismo o capitalismo? 8. El enigma 103 9 19 5

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