Cuentos Encadenados
Cuentos Encadenados
Desde el inicio de los tiempos, los humanos hemos contado historias, no por entretenimiento, sino con el afn primordial de explicar el mundo. Sin embargo, podemos decir que hay tantos mundos posibles como personas que quieran contarlo. De este modo, el objetivo de esta actividad no es slo ahondar en las formas de la narrativa fantstica, sino tambin fomentar el trabajo en equipo. La tarea en s era muy sencilla, casi como un juego. Repartimos unas cartas ilustradas y entregadas al azar. Cada participante deba a continuacin interpretar y etiquetar la imagen que le hubiera tocado. Sorteamos despus el orden de las intervenciones y as, por turnos, cada uno deba ir introduciendo su elemento en la historia, procurando hilar y conectar con las aportaciones anteriores. Pero la solidaridad del equipo donde de verdad deba demostrarse es al finalizar la historia, pues el desenlace estaba previamente condicionado. Se trataba, a priori, de algo absurdo e inconexo. De ese modo, cada compaero no slo deba retomar la historia del narrador anterior, sino tambin ir preparando el camino al final para el ltimo de los participantes. En esta primera historia, el desenlace absurdo que propusimos fue: y entonces, el viejo y la vieja se quedaron con el queso. En cuanto a las cartas que los alumnos etiquetaron fueron las siguientes:
1) Chupa-chups mgico 2) Montaa solitaria 3) Cofre con voz misteriosa 4) Viejo enano 5) Gnomos malvados 6) Vieja bruja 7) Anillo mgico 8) Dios sol
Amor delicioso E
sta no es una historia cualquiera, sino que es una historia inverosmil, pues nuestro hroe no era valiente, ni apuesto, ni tan siquiera puede decirse que fuera un hroe. Esta es la historia de Chups, un dulce mgico, que haba decidido ir en busca de aventuras. En verdad que era mgico, pues tena la posibilidad de andar, hablar, pensar y, sobre todo, sentir. Fue as como Chups quiso ir en busca del amor. Soaba con encontrar a su dulce amada, tal vez una Piruleta con la que compartir una vida acaramelada. De modo que, cuando alcanz la mayora de edad, se despidi de su familia y se encamino ms all del reino de Jop, el reino de su padre. Pero no lo hizo solo, ya que junto a l viajaron su fiel amigo Chicle y s su inquebrantable y orondo escudero Queso. Su primer reto sera lograr atravesar la imponente Montaa Solitaria, que flanqueaba los lmites del reino jopeliano. Y as, a los pocos das de camino, en lo ms espeso del bosque que estaba al pie de la montaa, Queso advirti un extrao objeto. Se trataba de un pequeo cofre, con valiosas incrustaciones de oro y joyas. Queso se acerc entonces con prudencia y, en esto, una extraa voz pareci surgir del cofre: Quin eres t que curioseas mi tesoro? profiri la misteriosa voz-.
Queso dio un respingo, por lo que Chicle y Chups se pusieron en guardia inmediatamente. No temis, dulces amigos. No soy ms que un viejo enano silvestre que vaga por estos bosques.
Y as fue como Chups y sus amigos se toparon con un amistoso enano, que pareca estar alimentando a las aves con sus propias manos. En este cofre guardo jugosas semillas para alimentar a mis pjaros. Son aves nicas, sabais? Son ms fieles que un can o que cualquier caballo.
Como el enano pareca amistoso y tan viejo que no poda suponer una amenaza alguna para ellos, decidieron relajarse y descansar un rato observando el vuelo de tan curiosas aves. Y as estaban cuando, de pronto, el cofre de las semillas explot por los aires, provocando una gran desbandada entre los pjaros. Los culpables no eran otros que unos malvados duendecillos que pretendan fastidiar al viejo enano y a sus nuevos amigos. Y es que los gnomos y duendecillos de estas tierras odian a las aves y todo el da lo dedican a remolonear, jugar e incordiar a todos los que moran en esos bosques. Cuando ya pareca que iban a sembrar el caos a su antojo, el duro Chups, el elstico Chicle y el voluntarioso Queso se abalanzaron sobre los entrometidos duendecillos y les propinaron sendas patadas, hacindoles con ellos salir huyendo y escarmentados.
Sin embargo, pese a que Chups y Chicle salieron indemnes, el pobre Queso haba sufrido tantos golpes y pellizcos, que ya nunca jams sera un Queso entero. Todo su cuerpo se deshaca lentamente, impregnando el campo de una sustancia blanquecina y lechosa. Estaban tan tristes que en un primer momento no pudieron advertir cmo una de las aves haba permanecido all todo el tiempo, sin huir con el resto de sus compaeras. Se trataba de una corneja vieja y fea que, al instante, se transform ante sus ojos en una no menos fea y vieja bruja. Y as, esta les dijo: - Por haberos mostrado tan valientes y generosos, deseo haceros un valioso regalo. Tomad, mi Seor, este mgico anillo. Con l hallaris sin duda lo que andabais buscando: a vuestra amada. Pues slo una mujer de corazn puro, cuyo amor por ti sea verdadero har iluminar la piedra que adorna esta joya. An sorprendido, Chups se dirigi entonces a la Bruja: Oh, mi Seora, os agradezco mucho vuestro regalo. No obstante, os lo devolvera con gusto y renunciara al amor a cambio de que me otorgarais otro regalo: la vida de mi amigo.
La vieja bruja se apiad de l y escuch su splica. E hizo que un ardiente sol, el Dios que da vida y nos ilumina, surgiera en el cielo. Con sus poderosos rayos hizo que Queso volviera a fundirse. El anillo entonces se convirti por arte de magia en un caldero, en el cual introdujo la vieja los restos fundidos de Queso. Su magia obr el resto del milagro y Queso volvi de nuevo a ser hermoso, aunque dej de ser tan tierno para ser un Queso curado. Y as termin su aventura. Chups no haba encontrado el amor, tal vez ni siquiera haba emprendido una gran aventura, pero s que descubri la importancia de tener buenos y leales amigos. Y, para no olvidarlo nunca, cada ao nuevo enviaba un pequeo y sabroso presente en forma de queso al viejo enano y a la poderosa bruja. Y, desde entonces, el viejo y la vieja se quedaron con el queso.
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