La Palabra Salvación - LEWIS SPERRY CHAFER

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La palabra Salvacin

Lewis Sperry Chafer, Salvacin 1 comentario

La palabra salvacin se emplea en la Biblia para indicar la obra de Dios a favor del hombre. En la presente dispensacin, su uso se limita a la obra que l efecta en los individuos y que se otorga a base de una sola condicin bien definida en las Escrituras. No es posible dar demasiado nfasis al hecho de que ahora, segn la Biblia, la salvacin es el resultado de la obra de Dios para s mismo. Eventualmente, la persona que ha sido salva por el poder de Dios puede, despus de haberse cumplido en ella la obra divina, hacer buenas obras para Dios, porque se dice que la salvacin es para buenas obras (Ef 2:10), y los que han credo deben procurar ocuparse en buenas obras- (Tito 3:8). Es evidente que las buenas obras se hacen posibles debido a que ya se posee la salvacin, pero stas no aaden nada a la obra salvadora, toda suficiente y perfecta de Dios. Segn el uso del Nuevo Testamento, la palabra salvacin puede indicar el todo o una parte de la obra divina a favor del pecador. Cuando el trmino se refiere a toda la obra de Dios, toma en cuenta la completa transformacin que se efecta de un estado de perdicin y condenacin para el pecador a una esfera en la que este mismo pecador aparece conformado a la imagen de Cristo en gloria. Por lo tanto, el sentido ms amplio del trmino salvacin combina en si mismo muchas obras distintas que Dios realiza para el individuo, tales como la expiacin, la

gracia, la propiciacin, el perdn, la justificacin, la imputacin, la regeneracin, la adopcin, la santificacin, la redencin y la glorificacin. Los dos pasajes siguientes describen el estado del cual el individuo es salvo y el estado hacia el cual es salvo: Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisin por la llamada circuncisin hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadana de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo (Ef 2:11-12) Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios . . . y an no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es (1Jn 3:1-2). No podra haber entre los estados posibles para el hombre otros que estuviesen en mayor contraste que los dos descritos anteriormente. Debe admitirse que esta transformacin lejos de representar lo ms grande que l impotente puede hacer para Dios, seala lo ms grande que el Dios infinito puede hacer para el hombre, porque no es posible concebir algo que supere al estado a que el hombre es llevado por esta salvacin, es decir, el ser semejante a Cristo y conformado a la imagen de su Hijo. Mucho de la obra divina de salvacin se cumple en la persona en el mismo instante en que sta ejerce la fe salvadora. Pero, tambin hay algunos aspectos de esta obra que se hallan en la forma de un proceso transformador despus de que el aspecto inicial de la salvacin se ha realizado por completo. Adems, existe uno que se revela como aquello que al momento de cumplirse lleva a su consumacin la obra total de Dios a favor del pecador. Este ltimo pertenece completamente al futuro.

Por lo tanto, en la presente dispensacin es posible considerar la salvacin a base de tres tiempos, tal como lo revelan las Escrituras: el tiempo pasado, o sea aquella parte de la obra salvadora que ya est del todo cumplida en y a favor del creyente, el tiempo presente, es decir, lo que ahora se est cumpliendo en y a favor del creyente; ya el tiempo futuro, esto es, lo que se cumplir para consumar la obra de Dios en y a favor del creyente. Los siguientes pasajes constituyen una exposicin clara de los diferentes aspectos de la obra divina de salvacin. 1. El hijo de Dios lleg a ser salvo de la culpa y la pena del pecado cuando crey 1. Pero l dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz (Lc. 7:50) 2. y sacndolos, les dijo: Seores, qu debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Seor Jesucristo, y sers salvo, t y tu casa Hechos 16:30-31) 3. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios (1Co 1:18) 4. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden (2Co 2:15) 5. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Ef 2:8) 6. Quien nos salv y nos llam con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino segn el propsito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jess antes de los tiempos de los siglos (2 Ti. 1:9). 2. El hijo de Dios, exaltado a tan elevada posicin por medio de la fe, est siendo salvo del poder y dominio del pecado a base del mismo principio de fe: 1. santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Jn 17:17)

2. Porque el pecado no se enseorear de vosotros; pues no estis bajo la ley, sino bajo la gracia (Ro 6:14) 3. Por tanto, amados mos, como siempre habis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho ms ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su buena voluntad (Fil 2:12-13) 4. Porque la ley del Espritu de vida en Cristo Jess me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8:2) 5. Digo pues: Andad en el Espritu y no satisfagis los deseos de la carne (G. 5:16). 3. El hijo de Dios, engendrado como tal por medio de la fe, tiene que ser salvo todava de la presencia del pecado en la presencia de Dios: 1. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueo; porque ahora est ms cerca de nosotros nuestra salvacin que cuando cremos (Ro 13:11) 2. Bendito el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que segn su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurreccin de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvacin que est preparada para ser manifestada en el tiempo postrero (1 P. 1:3-5) 3. Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoci a l. Amados, ahora somos hijos de Dios y an no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es 1Jn 3:12).

Tambin hay otros pasajes que combinan estos tres diferentes aspectos de la salvacin: 1. estando persuadido de esto, que el comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo (Fil 1:6) 2. Ms por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos ha sido hecho por Dios sabidura, justificacin, santificacin y redencin (1Co 1:30) 3. as como Cristo am a la iglesia, y se entreg a si mismo por ella, para santificarla, habindola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentrsela a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Ef 5:25-27).

[Fuente: Salvation: God's Marvelous Work of Grace, Cap I. By Lewis Sperry Chafer, 1917]

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