Discurso Crítico I - Boquitas Pintadas - Completo
Discurso Crítico I - Boquitas Pintadas - Completo
Discurso Crítico I - Boquitas Pintadas - Completo
Destacse como ponderable valor, poseedor de un cmulo de valores la simpata- La novela comienza con una cita de un tango de Alfredo Le Pera Erapara mi la vida enteraque tiene la funcin de situarnos en un mundo que se mira desde el recuerdo y la nostalgia Los informantes presentes sitan los hechos en lugar y tiempo (Buenos Aires, 18 de abril de 1947. De esta manera, hay dos datos relevantes condensados en el epgrafe y en el aviso fnebre, la interpretacin del mundo que se abre a la mirada nostlgica del recuerdo y los hechos pertenecientes a la historia. La narracin de los hechos acaecidos en la novela estn ya dados, maduros, realizados, y por ello es el lector el que ingresa, por medio de las cartas, a un mundo constituido ntegramente. As, el narrador de los epgrafes se mimetiza o es igual a la vida, no es l quin habla, es la voz misma de la poca, que a travs de los personajes se muestra como historia de hechos. Los personajes, tambin mimetizados con esa voz, hablan y cuentan sus historias, y se constituyen como mundos pequeos de sueos y vida como una historia de circunstancias, un mundo de esperanzas y dolores como fantasmas, como apariciones vanas embargadas en su historia. La novela ingresa con fuerza en ese mundo de circunstancias de los personajes en la segunda carta de la PRIMERA ENTREGA, la del 24 de abril. La novela se integra un mundo interior lleno de contradicciones y conflictos, el mundo de Nen.
Seora yo estoy tan triste y estoy todo el da pensando en que un muchacho tan joven y buen mozo haya tenido la desgracia de contraer esa enfermedad A la noche me despierto muchas veces y sin querer me pongo a pensar en Juan Carlos. Yo saba que l estaba enfermo pero no se por qu no me daba lstima
Nen es una mujer casada y con hijos, vive una vida ya realizada pero esa vida no coincide con ella, su mundo interior es otro, repentinamente vivo despus de la muerte de su amor adolescente, Juan Carlos. La vida que le toca como ama de casa aparece como una imposicin social, una figura del rol femenino y de la feminidad reducida a la crianza de los hijos y a la atencin de la casa. La mujer que es Nen es un secreto que busca salir a la luz. La tristeza de Nen es la desesperacin de sentirse morir como mujer en la muerte de Juan Carlos. As es como, en un arrebato de vida y presagio de muerte:
enciende la radio y empieza a cambiarse la ropa gastada de entrecasa por un vestido de calle Frente as espejo en que se sigue mirando, despus de aplicar el lpiz labial y el cisne con polvo, se lleva el cabello tirante hacia arriba tratando de reconstruir un peinado en boga algunos aos atrs.
Mientras
El tango narra la desventura de un hombre que bajo la lluvia invernal recuerda la noche calurosa de luna en que conoci a su amada y la subsiguiente noche de lluvia en que la perdi, expresando su miedo de que al da siguiente salga el sol y ni siquiera as vuelva ella a su lado
El espejo se convierte en el reflejo de una vida interior que se ensaya, se representa y se seduce a s misma, es la imagen del otro, de ese SER MUJER que se aparece para sustituir la realidad socio-histrica de la mujer. El espejo el smbolo que condensa esa vida secreta latente de la mujer de la dcada del 40. La reflexin sobre la muerte se convierte en un sntoma de esta lucha de Nen por evitar su propio olvido, su propia muerte. Se pregunta por la vida ms all de la muerte y su preocupacin, del todo obsesiva, por la resurreccin de la carne la lleva al deseo de Juan Carlos ms all de la muerte.
se confes antes de morir? Ojal que si, es una tranquilidad ms para los que quedamos
vivos, no le parece? porque el catecismo dice que despus del juicio final vendr la resurreccin del cuerpo y el alma.
En la carta del 10 de junio de 1947 Nen insiste sin entender en ese conflicto que tiene como escenario su vida y en donde luchan la Nen ama de casa y madre, esa figura histrica, la Nen mujer, llena de vida, erotismo y sensualidad.
no tendra que estar pensando en cosas de antes pero cuando me despierto a la noche se me pone siempre que sera un consuelo volver a leer las cartas que me escribi Juan Carlos.
Segunda entrega. La segunda entrega est encabezada con un epgrafe de Lus Rubinstein que como el epgrafe de la primera entrega corresponde a una voz que es la confesin ntima de un mundo secreto de la vida que vive en las letras del tango A la vez esta voz preside como un coro de sentimiento de nostalgias, de soledad, de tristeza. La vida de Nen muestra su enajenamiento, ese estar fuera de si por una esperanza que se apaga en el silencio de Doa Leonor. Su presente es el remordimiento por hechos del pasado que han quedado suspendidos en el tiempo. Nen abre el dilogo de la primera carta de la segunda entrega con un interrogante: Por qu es que no me escribe? Este interrogante es una duda que no solamente se vuelca en su interlocutora, Dona Leonor, sino que se vuelve hacia ella misma. La pregunta equivale a: por qu ser que Doa Leonor no me responde? Y sin esperar de si misma ninguna respuesta vuelve a su confesionario, a la narracin minuciosa de su soledad, a ese esfuerzo por comunicar de alguna manera, lo indecible de su angustia. La necesidad de comunicacin le hace preguntar: Qu estar haciendo Usted? Prrafos despus comienza una etapa en la narracin que se centra en contar cronolgicamente la historia de los hechos que pueden resumirse de la siguiente manera: Nen cuenta cmo los hechos se desencadenan por la concurrencia, en su juventud, a un baile en el Club Social, un club en el que frecuentaba gente que perteneca a una clase social media pudiente. Los jvenes que se asociaban al club eran jvenes que por su posicin econmica tenan estudios realizados, y una de las personas que concurra all era Celina, hermana de Juan Carlos y amiga de Nen. Dicho club, para el da de la primavera, organizaba un baile y se preparaban nmeros. Nen es elegida para un nmero de baile y a causa de esto los celos de Celina terminan afectando la amistad entre ellas. Celina, en venganza de aquel agravio a su orgullo, decide perjudicar la imagen de Nen haciendo pblico un amoro que tuvo con un mdico, hombre casado, para el que ella trabajaba como enfermera. La narracin se corta repentinamente por la presencia de un imperativo social y moral en que la vida de Nen esta a merced, la llegada del marido a la casa La carta siguiente, del lunes 25, nuevamente la confesin de Nen:
Estoy sola en el mundo, sola. / La cuestin es que ahora no lo voy a ver ms en mi vida a mi Juan Carlos que no me lo vayan a cremar!.. Ahora tengo que aguantar al cargoso de Massa para toda la vida
Despus de esto contina el comentario propio de la historia, del mero desarrollo del los acontecimientos de la historia: Y ya que estoy en tren de confidencias le voy a decir como fue que me dej marcar para toda la vida
Cuando Nen tena diecinueve aos trabajaba de enfermera para Aschero, un mdico de la ciudad. Un da, a causa de una tos, Aschero se ofreci para revisarla y aprovech la situacin para tocarla. A pesar de la negativa de Nen a los requerimientos del mdico este contacto propici, mas tarde, una relacin amorosa que termin cuando la esposa del mdico descubri la relacin amorosa que ambos mantenan. Nen perdi su trabajo de enfermera. La narracin de estos hechos pertenecientes a la historia de la novela se suspende:
Mire, yo me voy a morir con esta vida que hago, nada ms que trabajar en la casa y renegar con los hijos.
Nen cuenta las circunstancias de su vida cotidiana actual. Habla de sus hijos y de sus actividades diarias como madre y como esposa. A la maana, todas las maanas, comienza la lucha de sacarlos de a cama darles la leche, vestirlos y acompaarlos hasta el colegio De vuelta, rehago las compras, todo en la feria porque es ms barato pero mucho ms cansador porque hay que ir puesto por puesto y hacer cola. Para esto la chica ya est en la casa haciendo la limpieza, me lava la ropa tambin, yo cocino y si me doy tiempo liquido el planchado tambin Y mire, son las seis de la tarde y ya tengo un dolor de cabeza que se me parte como todos los das y cuando viene mi esposo peor que peor, quiere la cena enseguida, si no est lista, y si est lista se quiere baar antes, no es malo pero ni bien pisa la casa empezara yo a romper todo, me da rabia que venga El prrafo siguiente vuelve al mismo ritmo de alternancia de relatos. Nen vuelve al relato que describe sus sensaciones existenciales: Cuarta y quinta entrega La novela de Puig contiene un estilo en la escritura que responde a un propsito que vamos entendiendo a medida que avanza la novela: mostrar la complejidad de la vida cotidiana, las tensiones sociales y cmo las ntimas relaciones de nuestros pequeos actos entretejen la vida y la historia. Logramos entrever y comprender en esos pequeos actos la verdadera tristeza de Nen, las revistas sentimentales de Mabel, las pelculas romnticas de Rabadilla, pelculas en donde ella imagina su vida y proyecta sus sueos y el vaticinio de la gitana desde donde Juan Carlos busca avizorar su incierto futuro. Agregar a Pancho Frente a estos mundos individuales y a la vez ntimamente entrelazados, somos testigos de la profunda melancola de los personajes, de su lucha por vivir y encontrar la felicidad. La complejidad de la vida social y cotidiana narrada en Boquitas Pintadas obliga a Puig a contar una historia que no se desenvuelve en el tiempo sino en el espacio. No busca narrar lo consecutivo de las acciones, sino lo simultneo de esas acciones, pensamientos y hechos. Busca narrar la vida de los personajes implicadas en una sola mirada, la del narrador. Esta intensin se hace evidente en la lectura de la CUARTA ENTREGA y QUINTA ENTREGA en donde se cuenta la jornada del 23 de abril de 1937 de cuatro personajes. De lo anterior se deduce que el tiempo en Boquitas pintadas no es lineal sino circular. El mundo narrado por Puig est compuesto de una materia Un narrador que sabe todo (omnisciente) y tiene una visin interior y total de la historia de cada personaje as como del espacio social en que viven. El amor, el fracaso, el abandono, el dolor, la nostalgia, la pasin, la muerte y los excesos dentro de un escenario cubierto de raso, satn, plumas y cortinas de gasa blanca. La sexta entrega La sexta entrega narra la visita de Juan Carlos a una gitana y los presagios del futuro que de su vida dictan las cartas. Transcribimos los pasajes ms importantes de este episodio:
Campamento provisional del circo gitanosbado 25 de abril de 1937 un hombre morocho ya medio viejo que no te quiere te est haciendo malla sota de espadas pero fijate: a las mangas se les ve el forro violeta para un velorio y el pelo?... vos conocs a alguna pelada?, y el mago de plata te anuncia un viaje por tierra Si no conocs a ninguna pelada el que viajs sos vos, vas a hacer un viaje para salvarte de lo que te estn preparando el viejo y la pelada. Si la viera sin ojos te iba a
decir que es la Desgracia, que te corre de atrs y te alcanza, a ella no le importa si son viejos, o jvenes, o criaturitas, lindos o feos, la Desgracia es ciega. Entonces el padre de la chica con la que ands no te quiere en la casa y la pelada lo ayuda. alguiente va a traicionar, que no es ni el viejo ni la Pelada s, quien vos menos te espers te la va a jugar sucia y te sali una rubia que te quiere, pero vos cuidate que no me gustan las rubias las rubias tienen la carne blanca para que te cres que tienen el corazn blanco No la lnea de la vida es despus Casamiento! Pero no s si vos sos el enlazado, mejor que no seas porque las copas estn dadas vuelta sos vos que te cass? No, porque al lado me sale una mujer vieja Cinco de Espadas es habladura, las malas lenguas cortan como el filo del hierro el Dos de estadas es noviazgo primera vez que veo que te vas a enamorar- pichn, el cuatro de Oro es lgrimas, El Caballo de Bastos! Te salvaste, sacame el pual del corazn, pichoncito, que por salvarte a vos me la puedo agarrar yo a la Desgracia y las Lgrimas, no vays a ser vos el demonio que me anunci la muerta Caracola La enfermedad? Cul? Si, dejame que mire, no se si se la agarra un morocho - un hombre muy fuerte y no es malo- el Seis de Bastos, es la carta de los besos, las caricias, el amor medio loco la urraca , no me la mostrs a la urraca!! es muerte a gritos la Pelada, yo te lo dije que te persigue pero son muchas cartas feas juntas y no te olvids que alguien cae de muerte violenta, ten cuidado, no te mets en peligro, yo veo sangre y oigo un grito de alguien herido de muerte, tir otra baraja el Dos de Espadas, ortra vez el viaje el Cinco de Copas quiere decir que vas a conversar mucho con alguieny ahora rubio toc las cenizas porque la ltima carta es brava La Sota de Bastos la Vieja!... No, soy yo la que te dice gracias a vos, y mandame tus amigos, que sean todos como vos, alma que te me vas del cuerpo..
ROMERIAS POPULARES EFECTUADAS EL DOMINGO 26 DE ABRIL DE 1937 EN EL PRADO GALLEGO, SU DESARROLLO Y DERIVACIONES. Los primeros prrafos de esta seccin incluida en esta entrega puede leerse como el folleto del programa de espectculos del festejo, pero a medida que avanzamos en la lectura nos damos cuenta de que es el narrador el que habla y cuenta el programa de espectculos y los sucesos posteriores a su finalizacin. Aqu el autor, como en la cuarta y quinta entrega, incorpora una tcnica narrativa que se denomina fluir de la conciencia, una tcnica empleada anteriormente por otros autores como William Faulkner y Virginia Woolf, y consiste en convertir en narracin el fluir inconsciente de pensamientos que se produce en la mente. Esta tcnica es utilizada aqu por Puig para mostrar a los personajes en desnudez de sus pensamientos ms ntimos.
Pensamientos predominantes de Pancho frente a Raba en la oscuridad pastizal, los yuyos que hay que cortar, va a venir el capataz, agarr la pala Pancho, cort el pasto esta oscuro, no los gatos pueden vernos cuando ests con una piba en donde nadie te ve, no te gastes en hablar las raices de los yuyos en la tierra rajada. Ms lindo el pelo de Raba que la raz de los yuyos, se los puede acariciar que limpta es la Raba tiene las piernas peludas? No un poquito de pelusa, va a la tienda sin medias y si la tocan debe ser suavecita la carne de la Nen tiene un poco de bigote, patas negras, cara negra los ladrillos se los paso al otro pen se los paso y me raspan hay que tomarle su impresin digital y el dedo embardunado en la libreta de enrolamiento no marcaba. Usted no tiene ya impresiones digitales, se las comi el ladrillo te acaricio y sos lisita que mansita es la negra, sta no sabe nada, me da pena aprovecharme el bigotito de la negra, yo me cargu ms de dos cuadras la reja, yo si quiero te aprieto y te quiebro Pensamientos predominantes de Raba frente a Pancho en la oscuridad: la patrona no me ve no bail con los del banco, no bail con los estudiantes Pancho . Biueno y trabajador, si la patrona me manda yo no me hago rogar, a la escoba la agarro con las dos manos y empiezo a barrer, con el plumero saco la tierra de los muebles, con el trapo mojado y jabn voy repasando los pisos el compr una entrada de un peso caballeros; qu fresca la naranjina, y yo entr como una dama, y pagu veinte centavos, las chicas que van al baile aunque no sean ms que sirvientas sacan entradas de dama, lo mismo que una empleada de tienda, o las chicas ayudantes de modista, o las seoritas que trabajan de maestra, . El tiene callos en las manos cmo le chumb fuerte al perro!... ay qu linda rosquillita, qu besos fuertes que da
Los pensamientos de cada personaje que aqu fluyen libremente nos posibilitan dos miradas a la vez:
Una mirada interior del personaje: Nos permite acceder a la mirada que los personajes tienen del mundo, de si mismos y de otros personajes, la manera en que se sienten, sus miedos sus esperanzas, sus preocupaciones y frustraciones. Una mirada exterior al personaje: Esta mirada nos permite una mirada ms abarcativa, una mirada que nos muestra al personaje inserto en la vida social, es decir, una vida individual mediatizada por los valores de una poca. El comportamiento, los pensamientos, las elecciones de los personajes, el sentido de lo bello y lo feo de que ellos dan cuenta en sus actos, pensamientos e ideas permite delinear los aspectos generales de una poca. Fluir de la consciencia - Pancho: Sus pensamientos nos revelan el orgullo de una imagen de hombra que va desde una excntrica ternura a la fuerza bruta. Pancho, por un instante, parece descubrir en Raba una suavidad femenina, la delicadeza de una materia femenina tierna y dcil (limpita, lisita, mansita). Sin embargo una imagen machista de si mismo lo lleva a tratar con desprecio y burla a Raba (el bigitito de la negra ) y por otra parte ejercitar una extraa violencia de sometimiento sexual en las frases esta no sabe nadame da pena aprovecharme yo me cargu ms de dos cuadras la reja, yo se quiero te aprieto y te quiebro Otros pensamientos de ese fluir de la conciencia de Pancho nos permiten una mirada de los aspectos sociales de la poca, aspectos que atraviesan la vida individual de las personas y por lo cual cobran un sentido propio. Pancho pertenece a una clase social baja, lo cual no significa solamente que no posee una buena condicin econmica sino que no posee un estatus social. Su condicin de persona, al igual que Raba, est estrechamente relacionada a la servidumbre ( agarr la pala Pancho... si la patrona me manda yo no me hago de rogar) Pancho y Raba pertenecen a una clase social desplazada. Aspectos sociales de la poca se evidencian en: va la tienda sin medias y si la tocan debe ser suavecita la carne de Nen o l compr una entrada de un peso caballeros y yo entr como una dama, lo mismo que una empleada de tienda Estos enunciados, en el caso de Pancho, muestran la imposibilidad, y tambin frustracin, expresada en la incgnita si la tocan debe ser suavecita la carne de Nen ..., de acceder a una verdadera mujer, es decir, aquella que es acorde al producto esttico de lo que se entiende por mujer, o por femenino en una poca determinada y lo que es ser hombre, macho en este caso, frente a esa imagen-producto. De la misma manera, en el discurso inconsciente de Raba estn expresados estos parmetros estticos impuestos socialmente, pero desde la mirada femenina. El enunciado compr una entrada de un peso caballero nos brinda informacin de una imagen social en que la masculinidad se relaciona estrechamente con la independencia econmica y con el estatus social. La imagen femenina que el discurso social expresa en Raba est centrada en la palabra dama, es decir, dama no es ser trabajadora, sino poder compartir los mismos consumos (en este caso, un club representante de supuesta categora social) que otras mujeres. Sptima y octava entrega La sptima entrega est conformada por las cartas que Juan Carlos enva a Nen desde Cosqun. Ha comenzado un tratamiento para combatir la enfermedad respiratoria de la que padece. Las descripciones que Juan Carlos hace del lugar en una de las cartas ( porque ac todo es seco y no crece nada, ni llullos, ni plantas, que ataje el sol ) es el marco en donde los pacientes slo van a morir. Lo infrtil, la muerte y la desesperanza gobiernan las vidas de los pacientes. Se presenta como una grave irona que esta entrega est encabezada por un epgrafe que reza todo, todo se ilumina y que sea en ella en que Juan Carlos declara amor incondicional a Nen.//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// Novena y Dcima entrega La dcima entrega est estructurada con dilogos, por un lado entre Raba y Nen, y por otro, entre Catalino Pez (Pancho) y Mabel Snchez. Esta entrega se presenta en toda su austeridad, teniendo en cuenta la entrega anterior en que Nen cuenta a Mabel en una carta que le enva, todos los detalles de su casamiento y de su vida actual como esposa del seor Massa. El relato de su vida es ostentoso en distracciones y gustos, los paseos, la vida social en bares y restaurantes, los cines, la ciudad, los rascacielos, etc. nos sitan en un mundo en donde el dinero, los gastos no cuentan. La vida de Nen ha cambiado rotundamente? Ya no trabaja para ganarse la vida, su pueblo, Vallejos, es un pueblo de inmundos, y afirma que Vallejos no le dio nada, slo desilusiones Este mundo nuevo es sospechoso. Paulatinamente nos damos cuenta de que la vida de Nen es una apariencia, una virtualidad de televisin en donde ella se convierte a si misma en una dama de pelcula. Undcima entrega. Junio de 1939. Esta entrega est encabezada por un monlogo perteneciente a Raba. Se transcribe a continuacin lo que ms se destaca de ellos segn el criterio de este anlisis. Los pauelos blancos las camisas de este lado. Esta camisa blanca no, porque es de seda un solo chorro de lavandina. Una camisa celeste, los pauelos de color, las servilletas a cuadritos, en este cuentn cmo me voy a aguantar sin verlo a mi nene?.. mi ta lavando afuera en el rancho con el agua de la bomba y se muere de fro si maana lo encuentro dormido yo me lo despierto a panchito de mam el panchito se parece al padre, detrs del tapial est en uniforme el Francisco Catalino Pez qu hace? Un rebencazo a un preso y todos se agachan del miedo hasta que termina de trabajar har fro en la esquina con el vestido nuevo?.. Cul es tu nombre? Levan a preguntar al Panchito, yo me llamo Francisco Ramrez, y voy a estudiar de suboficial al padre me lo encuentro de casualidad y si va por la vereda de enfrente y yo me cruzo y se lo muestro claro que le va a gustar! Que es igualito a l y as nos casamos un da cualquiera padrinos, la nia Mabel y a la seora les pido que sean padrinos
En el discurrir de este monlogo aparece otra voz que se distingue de la primera por las comillas. Ambas voces dialogan. Sin bien estos signos grficos permiten mantener la autonoma de cada discurso, el grado de seduccin que se produce entre ambos desdibuja dicha autonoma. Este hecho pone de manifiesto un proceso de ficcionalizacin de la realidad del personaje. La cotidianeidad adquiere significacin y consistencia cuando es absorbida y plasmada en la representacin meditica que modeliza sus vidas, esa representacin meditica que materializa y hace expresable el dolor del personaje. El tango que irrumpe en el monlogo de Raba, lo absorbe y modeliza, narra la historia de un gaucho al que se le muere la mujer: Letra del tango 1: entr al rancho en silencio y dos velas encendi, al pie de la virgencita que sus ruegos escuch, decile que no me olvide, virgencita del perdn, decile que su gaucho se qued sin corazn, tal vez por buena y por pura Dios del mundo la lev Monlogo de Raba: es un tango triste porque cuando se muere la china el gaucho queda solo con el caballo y no se puede acostumbrar al Pancho le quedara el panchito si yo me muero y lo veo que llora y reza por m y yo le perdono todo!.. l se puede casar con otra, pero por lo menos l ya habr cumplido conmigo de casarse llorar el Panchito que hoy no voy a verlo? Es por tu bien negrito de mam Otros discurso aparece en el discurrir de los pensamientos de Raba. Letra de tango o bolero 2: en un taller feliz yo trabajaba, nunca sent deseos de bailar hasta que un joven que a mi me enamoraba llevme un da a con l para tanguear fue mi obsesin el tango de aquel da en que mi alma con ansias se rindi, pues al bailar sent en el corazn que una dulce ilusin, naci era tan dulce la armona, de aquella extraa meloda , y llena de gozo yo senta mi corazn soar mi corazn sangrar la culpa fue de aquel maldito tango, que mi galn enseme a bailar, y que despus hundindome en el fango me dio a entender que me iba a abandonar y adnde ir mi pobre vida, rodando sin cesar Monlogo de Raba: sera morocho, cuando me aprieta tanto el Pancho es para no soltarme ms... por qu la habr dejado el novio a esa chica del taller? Esta peineta en el pelo as no me despeina el viento en la esquina con ese fro me pongo el tapado viejo?.. el novio la dej a la del taller porque no tena vestido nuevo!.. se poda morir la del taller y dejar al hijo solo llora todas las noches como yo?.. llorar no mata a ninguna y a las siete Pancho da vuelta a la esquina como todos los das y se pone contento de verme despus de tanto tiempo, no digas que fui mala que no te vine a esperar antes, es que quera estrenar vestido ya hace dos semanas que volv de Buenos Aires y Pancho me pide que le muestre al nene y le digo que no puedo porque no termin de enjuagar la ropa blanca all est mi ta con Panchito le gusta en nombre?.. y nos bamos a la iglesia porque yo le digo que no est bautizado, entonces Pancho se cree la mentira y vamos a la iglesia a bautizarlo, y ah el ya decide y nos casamos y ni bien nos casemos el nene que est en una cuna blanquita y el padre llega cansado a la cama, estuvo de suboficial, despus hizo un pozo para empezar la pared, del bao de la casita Letra de tango o bolero 3: desde el da en que de paseo vi en un banco a una cieguita, y a su lado una viejita que era su gua y su amory observ que la chiquita de ojos grandes y vacos, escuchaba el gritero de otras nenas al saltar y jugar ay cieguita, dije yo con gran pesar, ven conmigo, pobrecita, le di un beso y la cieguita tuvo ya con quien jugar y as fue que diariamente al llegar con la viejita me buscaba la cieguita con tantsimo inters ay cieguita yo no te podr olvidar, pues me acuerdo de mi hijita que tambin era cieguita y no poda jugar y eran mis pupilas como dos espejos, donde se miraba la felicidad castig la noche, se quedaron ciegos y qued en las sombras quebrado el cristal me cubri los ojos un borrn de niebla, me perd en las sombras oyendo tu voz, y en la soledad de mis tinieblas hoy slo te puedo llorar como cien recuerdos que jams se apagan, brillan tus recuerdos en mi corazn ellas me regalan la ilusin del alba en la noche triste de mi ceguedad.... Monlogo de Raba: y esa mujer tan buena que la hace jugar a la cieguita un da lo ve pasar al padre de la cieguita y le pregunta por qu no la quiere y el hombre es bueno o malo?.. negrito no te enferms comele toda la papa que te de la ta vieja as no te enferms ahora que hace tanto fro que me quede ciega yo, antes de que mi nene, voy y me echo en los ojos lavandina pura, quedo ciega y al Pancho le da lstima y se casa conmigo se hacen pedazo las ventanas?.. no te voy a dejar, Raba, te prometo que nunca te voy a dejar, soy albail y soy bueno te quiero Raba, te quiero para siempre l se aprovecha que soy ciega y trae a otra ms blanca, la sirvienta del Intendente Municipal, y me dice que es una vieja saltan los vidrios rotos, una astilla en punta, y a la chica del taller le sale la sangre: un pedazo de vidrio le taje como un cuchillo la carne, pas entre las costillas y le parti en dos el corazn! Y de un
cuchillazo le cort el ala a un pollo pelado, la cabeza, las patas, le saqu el hgado y el corazn y no importa que no pidas perdn, yo s que vos pods pretender ms, una chica que no sea sirvienta si cuando pasa no me mira? y si se enoja y me escupe? Las botas y la gorra ah viene!.. Pancho, mirame lo de arriba lo de arriba nada ms, el escote cuadrado y las mangas cortas por qu cruza a la otra vereda? no me vio? S que me vio. Pancho! se meti en la confitera el hijo nuestro va a quedar cieguito! Y yo agarro la lavandina y me la tiro encima y me quemo toda, por mala que no lo cuid a mi nene, sin padre y cieguito un da cay de la cuna y se parti la frente, se le abri en dos la cabecita y se me muri el castigo que va a tener se! Que el padre se va a arrepentir demasiado tarde.
Todo este monlogo, como puede apreciarse, describe el proceso de una profunda crisis emocional en Raba. Desde el comienzo de este monlogo hasta final el notamos que el personaje ya no es el mismo. El proceso de desengao, de desencanto, de desesperanza que sufre es sutil pero contundente. Este proceso del que se habla comienza con un discurso en donde ciertas palabras y expresiones del monlogo nos produce la sensacin de que Raba vive su mundo, su presente con deleite, complacencia gozo, incluso delicia. Lo blanco de la ropa, la sensacin delicada de la seda, la pureza de la lavandina, el cuidado en el lavado nos transporta extraamente a un mundo en donde hasta lo ms banal o superficial de la vida parece preciado. En lo blanco Raba sobreimprime su imagen, sus actos, su franqueza en la vida, la nobleza de sus sentimientos de amor (a su hijo y a Pancho) y su soledad. Esta leve sensacin de alegra y complacencia la lleva a pensar en su suerte, la de no estar lavando en la intemperie con agua fra de bomba como su ta, a imaginar su encuentro con Pancho, la reaccin de l en la sorpresa de encontrarla con su vestido nuevo y a la moda, el futuro de su hijo panchito como suboficial y su casamiento con el padre del nene. De esta manera, en la alegora, su vida parece adquirir el sentido deseado y ausente, imagina a Pancho llegar cansado del trabajo y tirarse en la cama a jugar con su hijo, imagen mediatizada de la familia ideal. Sin embargo, y como ya se ha comentado, el dilogo ficcional que se produce entre el fluir de la conciencia de Raba y el discurso radial, posibilita al personaje el surgimiento de emociones oscuras y resentimientos que tien de violencia el monlogo. Vidrios rotos, una punta que hiere la carne, el cuchillo que troza un pollo, el engao de Pancho con otra sirvienta, sus ojos ciegos, su piel quemada por la lavandina, su hijo muerto, el abandono, las falsas promesas, la indiferencia de Pancho, y al final la amenaza de de muerte que se avizora en: el padre se va a arrepentir demasiado tarde Junio de 1939 De manera seguida, en la misma jornada, se narra, los pensamientos de Pancho narran la visita nocturna, el encuentro sexual, dado a entender elpticamente, con Mabel. Al final de dicha narracin Pancho se encuentra con Raba y se percata de que ella carga en su mano algo que brilla: un cuchillo de cocina. El asesinato de Pancho llevado a cabo por Raba se consuma. Cosqun, 28 de junio de 1939. En la misma jornada, Juan Carlos responde una carta que le enva la viuda Di Carlo con la noticia de la muerte de Pancho. Duodcima entrega La duodcima entrega presenta un resumen del acta labrada por la polica de Vallejos referida al asesinato de Francisco Catalino Pez en. El acta nos presenta una versin de los hechos ocurridos en la que nos damos cuenta de que las declaraciones de Mabel sobre lo acontecido son falsas ya que pretende mantener oculta la bajeza de su relacin con Pancho. Esta bajeza posee dos sentidos: la bajeza inmoral. la bajeza que ocasiona que ella, perteneciendo a una clase social alta, haya mantenido una relacin con un hombre de clase baja. Esta entrega tambin narra la visita que Celina, la hermana de Juan Carlos, hace a la viuda Di Carlo en su casa. En la conversacin que mantienen, Puig, como en otros momentos de la novela, muestra el episodio desde dos perspectivas a la vez: la voz discursiva de un narrador externo, testigo de lo que oye, y un narrador interno, voz de la consciencia de los personajes. Los insultos que ambas expresan secretamente en su consciencia son banales y risibles. Todos ellos muestran o evidencian que las que insultan son dos patticas encarnaciones de la moda, de la esttica imperante y, a la vez, dos personajes de la poca que se sacan en cara un fracaso social femenino como lo es quedarse soltera a cierta edad. Algunos ejemplos son: Celina: ya se le cay la papada, debe tener cuarenta y cinco esta orillera esta la gorda (por la hija de la viuda) ordinaria, mal vestidatens un corte de pelo que da asco y esos aros de argolla no le faltan a ninguna chusmacascajo, de taco altos y zoquetes orillera chusma Di Carlo:
qu arreglada est la petisa enana sos! enana! por ms que te pongas sombrero para alargarte pesc marido, no como vos casada, no solterita como quien sabs cuando se tiene una amor, a qu perder el tiempo sola y vos que te ands subiendo al auto de los viajantes, enana
Decimotercera entrega El epgrafe perteneciente a Alfredo Le Pera que encabeza esta entrega ( las horas que pasan ya no vuelven ms.) nos proporciona dos tipos de informacin: Que la narracin de los hechos que se contarn han tomado distancia en el tiempo, es decir, no suceden inmediatamente despus de lo que se cont en la entrega anterior. El narrador, al tomar esta distancia, hace sentir al lector que ha entrado en las ltimas palabras de la novela, que los oscuros y entrelazados conflictos de la vida de los personajes han madurado para ser irreversibles. Que lo que se narrar en la entrega se mirar desde el recuerdo y la nostalgia, como en la primera entrega del libro. Este volver al comienzo con una mirada nostlgica del pasado conducir a una evaluacin de los personajes de todo lo vivido. La vida de Mabel, y ella misma, ya nos es la misma despus de que su familia perdiera los privilegios econmicos de que gozaba. Ella ahora camina hacia la casa de Nen, y el narrador se encarga de describirnos dicho momento: Era una tarde de otoo los rboles crecan inclinados Por qu?... las ramas se tendan oblicuas, como suplicando buscando la luz elev su mirada a las copas aosas, vio que los troncos fuertes se inclinaban, se humillaban. por qu de repente pensaba que el otoo haba llegado a su ciudad para nunca ms dejarla? El frente del edificio de departamentos le pareci lujoso, ms la ausencia de una alfombra en la entrada la tranquiliz: el edificio donde ella muy pronto habra de vivir contaba en cambio con ese elemento decisivo para definir la categora de una casa El otoo, que volvi para quedarse, sugiere el fin de la vida llena de sueos, la juventud fresca que ha marchitado. Mabel siente que la vida la ha envejecido en tropiezos y desventuras, se siente humillada por la vida, ella que se sinti ms en otro momento, ms que Nen y Celina. Su caminata a casa de Nen es insegura y temerosa de encontrarse con que Nen vive mejor que ella (otra humillacin ms) y es por eso que de pronto puede contentarse, casi instintivamente, de un detalle insignificante en el que encuentra consuelo: la ausencia de una alfombra en la entrada del edificio donde vive su amiga, detalle en el que lee una ausencia de lujo. El encuentro Mabel y Nen es fro, ambas son infelices, estn descontentas de sus vidas y no pueden evitar confesrselo incmodamente. Nen no acepta, ni supera la sensacin de sentirse pobre por no tener para mostrar a su visita ms que una casa vaca y unos hijos feos. Por su parte Mabel no se siente feliz de su prometido aduciendo que es un petiso mal hecho. La hipocresa de ambas se manifiesta en la falsedad de sus adulaciones producto del consuelo que cada una de ellas siente al enterarse de que la vida de la otra no es mejor. El punto central de la incgnita de ambas es cmo es el marido de cada una de ellas. Mientras Mabel busca imaginar la cara de Massa en el rostro de los nios, Nen pide una foto a Mabel para conocer a su prometido. Ambas se reconocen silenciosamente en la desdicha y esto anima a Mabel al siguiente comentario seguido de una afirmacin lanzada como pregunta: - Nen, dicen que todo tiempo pasado fue mejor (comentario) y no es verdad? (afirmacin) Callaron nuevamente al silencio sigui el silencio Ms adelante Mabel pregunta incisivamente a Nen: Sos feliz? Este prembulo de preguntas esconde un lugar comn, un lugar perdido y aorado. Ese lugar comn es Juan Carlos. Y es Nen la primera que rompe el silencio: -Juan Carlos, sigue en Crdoba? -S, parece que est mejor- Mabel mir la llama azul de la hormilla de gas. Este dilogo, como se nota en la lectura, es entrecortado porque ambas se sienten inevitablemente las mismas, no slo por los sufrimientos compartidos de la vida sino por Juan Carlos, ese amor en comn y perdido por ambas. Las notamos perdidas, en asecho, tanteando en la oscuridad, en la incgnita de no saber si aparentar o confesar su infelicidad.
Esta insoportable tensin encuentra un escape, la radioteatro de la tarde. La obra se titula El capitn herido, est ambientada en la Primera Guerra Mundial y narra la historia de un soldado francs que, al caer esa regin en manos de los alemanes, se ve obligado a vestirse con el uniforme de un soldado alemn muerto para evitar que lo maten. As, los alemanes y l entre ellos, pasan por una aldea a pedir comida. All viven un granjero y su esposa, una mujer hermosa, que reconoce al soldado francs de entre los alemanes y lo esconde en el granero de su casa para evitar que lo asesinen. Resulta que el soldado francs perteneca a una familia encumbrada de la aristocracia francesa y ella es una aldeana que de joven viva cerca del castillo de este noble. Ambos se conocan desde la infancia y en su juventud, cuando l recin empezaba su carrera militar y volva de descanso al castillo sola encontrarse con ella en los bosques. Este amor de juventud los une y por ello ella cuidar del l a riesgo de que su marido la descubra y, peor an, a riesgo de que los alemanes los maten por el engao.
La escucha de este radioteatro lleva a Nen a cuestionar pautas morales del personaje femenino de la obra que no vienen al caso. Los cuestionamientos de Nen son los siguientes: -Pero qu clase de chica era ella? -Entonces que se embrome. Si se entreg. -Y l a la noble la quiere o no? -Pero de verdad puede querer a una sola. -Ella se le entreg a l por primera vez en el granero o ya antes cuando era soltera? -Claro, ella no puede hacerse ilusiones con l porque ya se le entreg, porque yo pens que si no se le haba entregado antes cuando eran jovencitos entonces l volvera a ella con ms ganas. -Mabel por qu se cas ella con ese marido tan malo? Nen con estas impertinencias evidencia a Mabel la negacin que la llev a perder a Juan Carlos, la obstinada negacin de creer en la pasin de los cuerpos que se aman. De esta manera slo podemos darnos cuenta de que la comunicacin entre ellas es imposible ya que Mabel cree en el amor ms all de los roles sociales impuestos en relacin a la dignidad de la mujer que sostiene Nen en su discurso. Esta distancia insalvable entre ambas las lleva a una discusin que se produce porque el radioteatro narra cmo el noble soldado francs promete a la aldeana volver por ella despus de llevar a cabo una maniobra como infiltrado entre los alemanes para causarles una confusin ventajosa para el ejrcito francs. -Vos seras capaz de un sacrificio as, Mabel? No se, yo creo que le hubiese abierto la herida, as l no volva a pelear. Claro que si se daba cuenta la empezaba a odiar para siempre. Hay veces que uno est entre la espada y la pared no? Mir, Nen, soy fatalista, te pods romper la cabeza pensando y planeando cosas y despus todo te sale al revs. Te parece? Yo creo que una tiene que jugarse en todo por el todo Me arrepentir siempre de no haber sabido jugarme. Qu Nen? De casarte con un enfermo? Por qu decs eso? La manifestacin de los deseos de Nen, ya perdidos para siempre, provoca el reproche de Mabel, es decir, Mabel parece no poder escucharle a Nen esa determinacin de amor incondicional que expresa por Juan Carlos, porque ella tambin lo ama, y en vez de decrselo elige lanzar un reproche a la vida (De casarte con un enfermo?) . Todo en la conversacin entre ellas es tcito y teido de falsedad porque son idnticamente infelices y no lo aceptan. El ensaamiento de Mabel para hacer sufrir a Nen es evidente. Le dice que Juan Carlos se pasa la vida buscando mujeres y que tiene un secreto sobre l que luego se niega a revelar. Esa maldad incisiva busca destruir a Nen, la maldad que consiste hacerle infinito el sentimiento de impotencia a su amiga. -Perdoname Nen, pero cuando me lo contaron jur que nunca pero nunca, lo iba a decir a nadie. As que no te puedo contar, perdoname -Mabel, eso est muy mal. Ya que empezaste termin. Mabel miraba en otra direccin La entrega finaliza con una reflexin del narrador cargada de una sutil irona. Los preciosos lienzos bordados de los sillones representan aqu los ideales de la vida cotidiana de Nen, ideales (o sillones) incrustados en la humilde casa vaca, ideales rodeados de pobreza, de soledad, ideales injuriados, agraviados por una grosera brasa de cigarrillo, ideales humillados despiadadamente por Mabel. De esta manera el autor nos muestra la ridiculez y fragilidad de esta vida de ficciones de cine, lienzos bordados y campesinas enamoradas en bosques de Francia arrollados por la cruel realidad Decimocuarta entrega Esta entrega narra la confesin que Mabel hace a un sacerdote sobre sus encuentros nocturnos con Francisco Pez los cuales explican el asesinato perpetrado por Raba.
Tambin se cuentan las circunstancias en las que muere Juan Carlos un sbado 18 de abril de 1947. El narrador, de la misma manera que en la cuarta y quinta entrega, comenta los quehaceres cotidianos de los dems personajes en dicha jornada en que aqul muere. Otro discurso de esta entrega son las plegarias de la nia que en la cuarta entrega de la novela cruza una mirada con Juan Carlos mientras l espera que pancho termine su horario de trabajo en la construccin. Por este discurso nos enteramos que esa mujer, que diez aos atrs era una nia, fue abusada sexualmente por Juan Carlos. vos me mirabas mam no te acords que yo entr a casa temblando? Porque corr un poco que era tarde, fue la mentira que le dije a mi mam ese muchacho que se muri ayer se aprovecho de m entiendes, mam? me hizo lo peor que le puede hacer un muchacho a una chica, me sac la honra para siempre no me los vas a creer?... Otras tres plegarias aparecen en esta entrega: le de Doa Leonor, la de la madre de Nen y la de Celina. Decimoquinta entrega Esta entrega cierra en crculo de la novela ya que presenta las cartas de respuesta a las cartas enviadas por Nen a Doa Leonor. Es aqu en donde nos enteramos de que las cartas no eran respondidas por Doa Leonor sino por su hija, Celina. As, Nen, sin darse cuenta, expresa con total confianza sus sentimientos ms ntimos, la decepcin de tener hijos feos, el sentimiento de asco que su marido le produce, su odio por Celina y su an vivo amor por Juan Carlos. Celina, movida por su odio, enviar todas esas cartas al seor Massa y esto causar la separacin del matrimonio de Nen. Poco tiempo despus Nen viaja a Cosqun en donde sorpresivamente encuentra a la viuda Di Carlo, duea del hostal a donde ella se haba dirigido. El dilogo entre ambas es corto y amable. Nen pregunta a Di Carlo sobre la vida de Juan Carlos en ese lapso de tempo. Le confiesa que l se acordaba siempre de ella y que afirmaba que era la nica mujer con la que quiso casarse. Nen debe seguir su viaje, pero lleva atesorado consigo las palabras de Di Carlo, la revelacin de que ella fue la nica mujer con quien Juan Carlos quiso casarse. Sus divagaciones la llevan a pensar en su ascensin a los cielos y cuando aparezcan los ngeles buenos en el cielo azul, de oro los cabellos y vestiditos todos de organd lo mejor del cielo? Muy pronto los ngeles me lo han de mostrar A dnde me llevan? La tierra qued abajo Estas fatdicas divagaciones son a la vez ridculas, grotescas, risibles pero contenidas en un lenguaje potico que las hace bellas. Esa belleza es su propia tragedia esperanzada, una tragedia existencial que la lleva a preguntarse: Dnde estoy? Quin soy? Quin fui?... Puig, incluso en la belleza de este episodio, no deja de contrastar y mezclar la ficcin con lo ms banal, indiferente de las circunstancias. En la plenitud de Nen de su divagar por el cielo, otras voces irrumpen y es con quienes ella dialoga: GUIE DESPACIO CURVA A 50 METROS y al corazn quin lo gua?... LO MEJOR DE CRDOBA? AGUA MINERAL LA SERRANITA lo mejor del cielo?... GRAPPA MARZOTTO, LA PREFERIDA DE LA ARGENTINA y yo de quin soy preferida?... GUE DESPACIO, CURVA A 70 METROS si yo habr de salvarme antes ha de salvarse l estar cerca o distante?... Decimosexta entrega
Nlida Enriqueta Fernndez de Massa fallece el 15 de septiembre de 1968 fallece a causa de un tumor canceroso en la columna vertebral En la entrega se narran, en el da de la muerte de Nen, la jornada cotidiana de Mabel, el estado de los restos de Juan Carlos en el mausoleo, las circunstancias de los restos de Francisco Pez, la jornada de Raba, y la jornada de Lus Massa en la que hecha al fuego, por pedido de Nen antes de su muerte, las viejas cartas que Juan Carlos le enviara en su juventud.