Elsa Kalish
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Manera de evitarla y curarla. Consejos para los padres y preceptores. Se ha dado el nombre de masturbacin y el de onanismo a toda manipulacin hecha para producir artificialmente una excitacin sexual, seguida las ms de las veces de emisin de lquido seminal (eyaculacin). Se realiza por medio de las manos o con instrumentos. La prctica de la masturbacin est enormemente extendida, mucho ms de lo que vulgarmente se cree. Muchos autores de reconocida competencia en la materia consideran que el nmero de personas que han recurrido alguna vez a estos procedimientos para satisfacer sus impulsos sexuales asciende a un 80 o 90 por ciento de los hombres y a cerca del 50 por ciento de las mujeres. Respecto a la influencia que ejerce la masturbacin sobre la salud, hay opiniones tan diversas como numerosas; mientras unos la consideran altamente perjudicial, otros estiman que el organismo nada sufre con su uso, y no falta quien la considera necesaria y hasta til en determinadas circunstancias. Para decidirse a favor de una o otra opinin en tan escabroso asunto se impone contemplarlo a la luz de los conocimientos mdicos modernos, juzgndolo en el terreno de la fisiologa y de la psicologa. En la masturbacin se destaca, como ms sencilla, una forma que consiste en vaciar por manipulacin las glndulas repletas, procedimiento muy distinto de otros ms complicados y ms contrarios a la naturaleza. Vamos a referirnos al primer caso; en un individuo cuyos rganos sexuales estn ya desarrollados, se produce una excitacin incesante debida a la gran cantidad de semen acumulado, lo que permitira que la eyaculacin se produzca casi sin esfuerzo. En este caso, la masturbacin, mecnicamente considerada, tiene mucha semejanza con el acto sexual normal. En ambos casos, tanto en el artificial como en el normal o fisiolgico, la excitacin sexual puede ser originada por la plenitud de las glndulas; esto incita el deseo, seguido de ereccin y frotamiento del miembro, lo que termina con la expulsin del semen. A pesar de esta similitud hay diferencias notables; falta en el primer caso el contacto de los cuerpos, el roce del miembro con la vagina, y, sobre todo, el libido normal, que solamente se consigue en la unin sexual completa. En este caso de masturbacin sencilla y practicada accidentalmente, el perjuicio para la salud, bajo el punto de vista fsico, es nulo y casi no se distingue de la polucin nocturna normal. (Aqu no hablamos del aspecto moral de la cuestin, del que ya nos ocuparemos en otro lugar). Es pertinente mencionar este punto, porque est muy generalizada la idea de que ciertas dolencias son causadas por la masturbacin practicada en la pubertad, y es un error creer que muchas enfermedades del cerebro, de la mdula, de los nervios, del estmago, de la sangre, como tambin la tuberculosis, etc., pueden atribuirse a esta fase de la evolucin sexual de la juventud. No podemos decir lo mismo de la masturbacin excesiva, la cual lleva aparejada afecciones de diversos rganos, especialmente psquicas. El peligro ms grande de la masturbacin estriba en que, en virtud de la facilidad con que se produce la sensacin
voluptuosa, se repite con sobrada frecuencia, convirtindose en costumbre y degenerando en hbito vicioso, que se presenta con predileccin en los jvenes que carecen de freno y de fuerza de voluntad para dominarse. La masturbacin repetida con frecuencia causa en los rganos genitales, y especialmente en la uretra prosttica, una congestin e hiperestesia, produciendo un estado de continua excitacin que induce an ms a la repeticin del onanismo. Esto se complica porque este estado de excitacin suele ser reforzado por la imaginacin vehemente del individuo ya enfermo. Hay otro factor psquico muy importante, que posee una gran fuerza de atraccin por la tendencia o costumbre masturbadota, y es el deseo natural, innato en todos los seres, de anhelar la unin con el sexo contrario, acompaado con los sentimientos del amor, y al no poder efectuarse esta unin por innumerables razones de orden social o de otra ndole, la suple con la masturbacin, quedando los deseos insatisfechos y engaados. El no poder satisfacer de una manera natural estos deseos es la causa de que continen persistiendo y vuelvan a provocar la masturbacin. Los jvenes dominados por las prcticas solitarias, repitindolas muy a menudo y durante aos, pierden en salud y vigor, y las consecuencias que sobrevienen pueden ser muy perjudiciales para los rganos sexuales y el sistema nervioso, ya de suyo fcilmente irritable. Las facultades psquicas tampoco se libran de tomar parte en este desarreglo, pues en los casos graves de masturbacin se nota una marcada depresin moral, decayendo el espritu despus de cada acto secreto. Sobreviene la desilusin y el hasto. El individuo va perdiendo sus energas vitales y se vuelve cada vez ms aptico, tmido, cobarde y melanclico. Muchas veces, la lucha es terrible para personas de determinados sentimientos morales, que entienden que adems de perjudicar su salud cometen un pecado. Algunas no logran orientar estas ideas, que persisten tenazmente y hasta aumentan su intensidad, dando lugar a una lucha moral continua, que puede conducir a una alteracin ms o menos considerable del estado psquico. Esto se traduce por grandes trastornos del carcter y, algunas veces, por sntomas de desequilibrio mental. En resumen, las consecuencias de la masturbacin cuando es excesiva, son: 1 Los perjuicios causados en los rganos sexuales. 2 Los trastornos que puede acarrear al sistema nervioso. 3 Las modificaciones psquicas (intelectuales, afectivas y morales) que pueden sobrevenir con el tiempo. (Recomendamos a los onanistas contumaces que estudien detenidamente el captulo Cmo disminuir el impulso sexual, donde hallarn con todo detalle las indicaciones teraputicas necesarias.) Si el onanista sufre de insomnio convendr combatirlo, puesto que esta anomala favorece la masturbacin en los enfermos atacados de ese vicio. Ser conveniente comprobar si existe alguna estrechez del prepucio, en cuyo caso habr que consultar a un facultativo por si conviniera la circuncisin. Si se presentan erecciones involuntarias y persistentes, recomendamos retener la respiracin lo ms que se pueda, por ejemplo,
durante un minuto, y repetir esto si es necesario varias veces, lo que har desaparecer en seguida la ereccin. Cuando los que estn acostumbrados a prcticas sexuales se convencen de sus deplorables efectos y las abandonan, practicando temporalmente la abstinencia, podrn sentir al principio ciertas dificultades por falta de la acostumbrada excitacin artificial, pero no hay que olvidar que stas pronto desaparecen, sobre todo si se observan las indicaciones que damos para la disminucin de las sobreexcitaciones sexuales. A los que hayan practicado la masturbacin durante varios aos y logren despus, a fuerza de voluntad, suprimirla, puede sucederles que se les presenten frecuentes poluciones nocturnas, lo que prueba que, aunque la idea y los deseos hayan sido abandonados conscientemente, continan existiendo todava en lo subconsciente durante el sueo, por la costumbre que han adquirido en el ser, a fuerza de varios aos de existencia. Pero esta dificultad se resuelve tambin con el rgimen especial y los baos. En lo que se refiere a los nios, insistimos en llamar la atencin de los padres y preceptores sobre los siguientes importantes factores. Primero: no hay que olvidar que la masturbacin es, desgraciadamente, muy frecuente, y es una medida recomendable el sospechar siempre de su posibilidad. Frecuentemente, los padres no suponen nada semejante en sus queridos hijos, y muchos no lo pueden llegar a creer ni cuando el mdico les hace la oportuna observacin. Esto ha dado lugar a muchos descuidos que permiten el desarrollo del vicio, lo que hubiera podido evitarse de haber intervenido a tiempo. Es, pues, necesario, vigilar y estudiar a los nios. El nio que padece de este vicio, busca con frecuencia la soledad y adems, se le conoce que lo posee por su repentino cambio de nimo. No conviene en este caso dejarlo mucho tiempo solo y hay que evitar que tenga contacto con nios mayores que l y que no sean de toda confianza. Adems, hay que cuidar de que practique diversos ejercicios fsicos y tenga mucha distraccin, de forma que su imaginacin permanezca siempre ocupada y satisfecha. Cuidar de que duerma en seguida una vez acostado y hacerlo levantar bastante temprano para que, llegada la noche, tenga sueo. Habr que preocuparse de que su intestino funcione normalmente y de que no tenga lombrices. Los pequeos gusanitos llamados ascrides que viven en el recto, es decir, en la ltima porcin del intestino grueso, causan irritaciones del ano y del recto y, por su proximidad a los rganos genitales, sobre todo en la mujer, pueden producir irritaciones de la vulva que pueden ser cauda del onanismo de las nias. Una de las causas de que se presenten estos gusanitos es el estreimiento y, sobre todo, el abuso de las harinas blancas y del pan blanco. En el tratamiento para expulsar los gusanos, lo principal es curar el estreimiento y, adems, practicar pequeas irrigaciones rectales con agua tibia a la que se habr aadido zumo de ajo crudo o bien con el agua en la que se han tenido en remojo uno o dos ajos durante un da. En los casos crnicos es conveniente consultar nuestro libro de Medicina Natural.
El onanismo y manipulacin sexuales en la mujer. Su tratamiento. En general, el onanismo en la mujer se limita a frotaciones sexuales externas, acompaados o no de compresiones o apretamiento de los muslos. En las mujeres muy desarrolladas y muy sensuales, que por un motivo u otro no han podido sostener relaciones sexuales con el hombre o las han tenido de una manera imperfecta, no es raro que tengan la costumbre de introducirse objetos en la vagina, para sustituir la accin del pene. Con este fin se han empleado los ms variados objetos, que causaran sorpresa a los profanos si los enumersemos con minuciosidad. Dos formas se distinguen en el onanismo femenino: el de las frotaciones del cltoris y el del roce vaginal, y a veces cabe admitir otro mixto, formado por la combinacin de ambos. Advirtiendo que la primera es la ms aceptada y corriente. Algunas mujeres practican el onanismo sin manipulaciones, valindose slo de la imaginacin exaltada por el recuerdo de los deseos erticos. Esto equivale a un verdadero onanismo psquico, que es mucho ms peligroso que el mecnico o fsico corriente, por cuanto significa cierta perturbacin psquica. Muchas nias adquieren la costumbre de hacerse mutuos tocamientos, cosa que suele ocurrir muy frecuentemente en los colegios, siendo una costumbre muy deplorable porque constituye un foco de transmisin de enfermedades contagiosas y purulentas. Hemos tenido ocasin de asistir a varias nias infectadas por este procedimiento y, es ms, podemos asegurar que una parte de las jvenes y seoras que sufren inflamaciones crnicas de la matriz y de la vagina, con su cortejo correspondiente de flujos, descuidados desde la infancia, los deben a tales imprudencias. La prctica demasiado frecuente de la masturbacin en la mujer perjudica la salud del cuerpo y la tranquilidad del espritu. Como consecuencia no tardan en presentarse los desarreglos siguientes: debilidad general, dolores lumbares, dolores en la espalda e hipogastro (regin de los ovarios), cansancio, pesadez y, a veces, dolores en las piernas, congestin de la matriz con aumento de la cantidad y duracin de la sangre menstrual, flujo blanco, dolores de cabeza, tristeza, mal humor, desarreglos nerviosos y hasta ataques de histerismo. Naturalmente que estos desarreglos tambin pueden ser consecuencia de otras enfermedades; pero si se juntan varios de los que son caractersticos, deduciremos, con suficiente razn, que provienen del onanismo. La masturbacin accidental, que ocurre slo raras veces, no parece perjudicar sensiblemente la salud. Para ms detalles lase el captulo acerca de la masturbacin masculina, del que buena parte se puede aplicar a las mujeres. Por lo que atae a la profilaxia y teraputica de la masturbacin en el sexo femenino, debe estudiarse el captulo Cmo disminuir el impulso sexual y aplicar al caso lo que en l indicamos. Sueos erticos y orgasmo nocturno en la mujer. Aunque con menos frecuencia que en el hombre, la mujer siente tambin peridicamente estas manifestaciones sexuales. No es de extraar que ciertos fenmenos de la Naturaleza, como los sueos erticos que pueden provocar el orgasmo, causen profunda sorpresa, sobre todo en personas que por llevar una vida muy austera y no haber consentido jams pensamientos livianos, se creen a cubierto de las asechanzas de la carne. La explicacin es bien sencilla. Es indudable que durante el da la imaginacin de la persona puede estar ocupada por pensamientos tan numerosos como diversos. Y los pensamientos erticos podrn ser
fugaces, sin dejar el menor rastro en la mente consciente; pero quedarn registrados como un archivo en el subconsciente. Si, adems de esto, la idea llega a cristalizarse en deseo definitivo y concreto, como por ejemplo la vista de una joya preciosa, puede automticamente sugerir el deseo de poseerla, este deseo, aunque momentneamente no pueda ser satisfecho, permanecer a lo mejor durante aos dormido en lo subconsciente, del cual puede salir manifestndose durante el sueo. Si los pensamientos o imgenes archivadas tenan relacin con el sexo, en este caso, sern reproducidos en forma de sueos erticos, que, como ya hemos dicho, pueden llegar a producir una excitacin sexual que llega hasta el orgasmo. Es indudable que los sueos guardan una relacin, ms o menos directa, con el mtodo de vida empleado; por tanto, aquellas personas que sean vctimas de excitaciones ms o menos constantes, por desenvolverse su existencia en una atmsfera social que predispone a la molicie y al regalo, estarn ms expuestas a ver su imaginacin asaltada por las ms extravagantes y fantsticas ideas sexuales. Adems del factor psquico, hemos de considerar la actividad de las glndulas como la causa orgnica de los sueos erticos. La secrecin interna de los ovarios y otras glndulas acta poderosamente sobre la psiquis, despertando los impulsos sexuales. Su intensidad depender en gran parte de la evolucin ms o menos perfecta de estos rganos. Hay mujeres que, debido a la dbil constitucin de las glndulas que intervienen en el mecanismo genital, carecen casi por completo de la facultad de sentir los naturales deseos sexuales, y tambin las hay que, al contrario, ya muy prematuramente, sienten estos deseos en toda su intensidad y estn ms expuestas a tener frecuentes sueos erticos, seguidos, algunas veces, de orgasmo. Si los sueos erticos seguidos de orgasmo se repiten con demasiado frecuencia, es indicio de que son ms o menos patolgicos, y para la curacin de estos desarreglos debe seguirse el tratamiento que indicamos en el captulo que va a continuacin y que tiene por objeto disminuir las excitaciones sexuales corporales y psquicas y el normalizar la funcin de los rganos genitales. . Por Elsa Kalish elsakalish@yahoo.com.ar * Este texto es un captulo de un libro indito de la autora donde investiga los cruces entre literatura argentina y masturbacin compulsiva: Las Chicas de Letras se masturban as.