El Cuy Valiente
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El Cuy Valiente
CONTENIDO
As comienza la historia Mircha conoce a Garkun La fiesta de los zorrillos El fuego de la aldea El regreso de Garkun Valkan, el rey de los cndores Mircha conoce a los hombres Eplogo 3 8 13 20 36 42 47 57
As comienza la historia
Una tarde en el pequeo pueblo de los cuyes. Puna, el abuelo cuy, se preparaba para contar otra de sus historias a sus pequeos nietos... Alegres y expectantes lo rodeaban, para soar como cada tarde con otra de sus mgicas historias. Abuelo, abuelo, cuntanos tu historia favorita. S, s, cuntanos la mejor de todas. Muy bien, les voy a contar la ms increble historia de aventuras que guarda mi memoria: elhroe es un pequeo cuy como ustedes.
4 De pronto, todos callaron y en el silencio de aquella fresca tarde, la voz del abuelo se escuch, como si siempre hubiese sonado. Esta es la historia de Anki, el Cuy Valiente: Hace mucho, mucho tiempo, cuando la tierra era an joven, en un lejano pas baado por mares dorados, existi un cuy valiente llamado Anki, que siguiendo el camino de sus sueos sali un buen da de su pas en busca de aventuras e historias que pudieran contar sus nietos. Durante sus viajes conoci a Garkun,el zorro amigo de los cuyes, un ser noble, de gran valenta y fuerza que se hizo su inseparable compaero. Juntos lucharon contra dragones y todo tipo de monstruos, rescatando princesas y haciendo el bien por toda la tierra. Finalmente, con los bolsillos
5 del corazn llenos de amigos, se dirigieron hacia el mar esmeralda donde todo termina, y fundaron un mgico pas donde todos los animales son amigos. Y all, se dice, viven felices todava.
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Los pequeos cuyes escucharon fascinados la historia, imaginando cada episodio, cada aventura y se fueron a sus casas muy felices deseando ser como Anki, el Cuy Valiente. Todos se fueron ilusionados pero ninguno como el pequeo Mircha, que regres en silencio a su casa pensando que no le bastaba solo con soar, como sus dems amigos, sino que deba hacer algo ms. Rpidamente lleg a casa a contarle todo a su mam. Y muy decidido dijo: Mam, mam!, quiero conocer a Anki, el Cuy Valiente. De quin hablas, hijito? De Anki, el cuy valiente que cabalga sobre su fiel amigo Garkun, el zorro, y tienen muchas aventuras y viven en un pas donde todos los animales son amigos. Ay, Mircha, dnde se ha visto que un cuy y un zorro anden juntos? Seguro que es otra de las historias de tu abuelo. No ests creyendo esas cosas, hijito, los zorros son astutos y muy peligrosos. No, mam, este zorro es bueno, adems muy valiente y amigo de los cuyes. Esas cosas solo pueden pasar en la imaginacin de tu abuelo Puna, pero bueno, Mircha,
7 despus de todo es una bonita historia. Yo estoy seguro de que es cierta y que por algn lugar anda el Cuy Valiente montado sobre su valiente amigo el zorro Garkun y es seguido por todos sus amigos. Y as deca Mircha, aumentando cada da una ocurrencia ms a la historia del Cuy Valiente: comenzaba en el desayuno contando cmo el valiente cuy subi a las montaas blancas cubiertas de cristal ayudado por su amigo el cndor; en el almuerzo segua y contaba la historia de cmo visit el palacio del rey cangrejo; y dorma pensando en que seguro el valiente cuy poda incluso volar entre las estrellas.Su mam siempre sonrea ante la ingenuidad e imaginacin de su pequeo hijo.Pasaron los das y Mircha se cans de imaginarse las historias y dese, de pronto, conocerlas de verdad. Se le ocurri entonces la genial idea de ir un da a visitar al Cuy Valiente, no pens en la distancia, ni en la comida, ni en el peligro, solo pens en ir y fue.
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s, deba ser l, no poda ser otro sino Garkun, el fiel compaero del Cuy Valiente, y se encamin a su encuentro. Eres t, por fin te encontr! Despierta, Garkun! le dijo Mircha mientras se avalanzaba hasta l y comenz a jalarlo de una oreja para despertarlo. Despierta, Garkun. Qu? Quin? Qu pasa?... Quin eres t?... Un cuy? Cmo te atreves a molestarme en mi siesta? Mi nombre es Mircha, disclpame, amigo zorro, no quise asustarte, es que los he estado buscando... Asustarme? No me hagas rer, pequeo cuy. Me buscabas? Y a quin ms estabas buscando? A tu amigo, el Cuy Valiente, por supuesto. Entonces el zorro empez a rerse de las palabras del cuy. Un cuy valiente y un zorro juntos? Qu interesante! Mira, cuy, agradece que ya com si no... y el joven zorro se echo a rer nuevamente. Me ha hecho tan feliz encontrarte, Garkun, y conocer al zorro ms grande, veloz y valiente del mundo, con el lomo tan brillante como la plata... Al vanidoso zorro no le cayeron a mal esos halagos, en todo caso, pens que este
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encuentro erabastante divertido. Mircha, medio sorprendido por la actitud del zorro, pens que de pronto se trataba de algn tipo de prueba o algo parecido y que despus seguro vera al buen Cuy Valiente saliendo por ah para felicitarlo, entonces, empez a contar lo mejor que pudo la historia del cuy valiente, del pas de los mares dorados... e incluso agregndole algunas partes que a su parecer engrandecan la historia. Cuando termin, el zorro qued muy a gusto con la historia y entendi por qu el inocente cuy la haba credo; y fue as que, enternecido por la inocencia del pequeo, decidi salvarle la vida alejndolo del peligroso territorio de los zorros. Eres un cuy muy ingenuo y pequeo, no est bien que andes solo por aqu, alguno de mis parientes que todava no ha comido podra verte, pero yo voy a ayudarte. Rpido, sube a mi lomo, te voy a sacar de este territorio; as por lo menos, me ir tranquilo pensando que no sers comido y, quin sabe, quizs hasta te acerque un poco a ese pas del que tanto te gusta hablar; pero recuerda que luego te dejo para seguir mi camino... Mircha estaba feliz cabalgando sobre el zorro. "Igual que el Cuy Valiente", pens. De manera rpida y sigilosa avanzaba para evitar que despertaran los dems zorros que an dorman la siesta; atraves el valle y lleg a la
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regin donde viven las vicuas y donde las vizcachas hacen sus madrigueras, entonces pens que ese sera un lugar seguro para su pequeo pasajero. Dime, amigo zorro, hacia dnde vamos ahora? Est cerca el pas de los mares dorados? pregunt Mircha. El zorro no supo qu decir y, como era de noche y haca mucho fro, invit a descansar al pequeo cuy y decidi cuidarlo esa noche, para salir temprano mientras todava durmiera...
Antes del amanecer el zorro despert y dej al cuy dormir tranquilo; coloc unas hojas alrededor de l para evitar que algn depredador lo encontrara y pens que ya haba hecho
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bastante por el pequeo Mircha y sali velozmente de ese territorio hasta perderse en el horizonte. Cuando Mircha despert no encontr al zorro y pens inocentemente que haba ido a buscar al Cuy Valiente para pedir autorizacin de llevarlo ante l.
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de la presencia del pequeo cuy, as que, apenas escucharon su voz, salieron huyendo de all. Mircha corri detrs de ellas, gritndoles que no se fueran. Una de ellas volte y vio al pequeo cuy que las segua y se par en el acto. Le grit a la otra vizcacha que no corriera, pues era tan solo un cuy. Las dos vizcachas se dirigieron hacia Mircha y le preguntaron por qu las haba asustado, el pequeo cuy se disculp antes de presentarse. Mi nombre es Mircha, el cuy, pero ustedes, qu animales son? Hola, Mircha, mi nombre es Vilicha y ella es mi hermana Verticha, somos dos vizcachas. De dnde vienes, Mircha, que nunca has visto una vizcacha? pregunt Verticha. Vengo de la montaa, detrs de esas otras montaas. Entonces las vizcachas pensaron que Mircha menta, pues aquellas montaas a las que se refera quedaban muy lejos de ah: era imposible que un pequeo cuy llegara solo de tan lejos! Una de ellas le dijo al cuy que eso no era posible y que de dnde haba inventado eso. Yo no miento, es verdad, llegu aqu junto a mi amigo el zorro Garkun, pero desde esta maana no lo veo, cuando despert, l ya no estaba dijo
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Mircha. Las vizcachas se miraron entre s, antes de empezar a rer pues pensaban que Mircha estaba bromeando y le dijeron que era un cuy muy gracioso. Mircha les relat la historia del Cuy Valiente y de cmo se haba encontrado con el zorro Garkun, de su salida del pas de los zorros y de cmo despert sin encontrarlo. Cuando termin, las vizcachas lo miraron atnitas. Luego se miraron entre s antes de empezar a rer y le dijeron que era lo ms ocurrente que haban odo en aos y que queran orlo otra vez, sobre todo la parte de cmo se encontr con el zorro y de cmo despert sin encontrarlo. El inocente Mircha pens que las vizcachas eran animales muy divertidos, y no entenda por qu las encontr discutiendo. Al preguntarles, estas le contaron al cuy que el lugar donde las haba encontrado no era su casa, que haban construido \YIrnagueia 6e emergencia para las dos, pues ellas en realidad vivan en una serie de tneles que eran como galeras debajo de la tierra. Ah vivan con un grupo de cuarenta vizcachas, pero haban sido desalojadas por unos malvados zorrillos, que engaaron a la inocente vizcacha Verticha que amablemente los dej entrar a los tneles para luego expulsar a todo el grupo de vizcachas. Esa es nuestra pena, pequeo cuy dijo
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Vilicha, por eso es que andamos discutiendo nosotras dos. Pero lo peor no fue que Verticha hubiese dejado entrar a esos rufianes a nuestras madrigueras, sino que las dems vizcachas nos castigaran expulsndonos por dejar sin casa a todo el grupo. A lo que Verticha aadi que les haban dado una oportunidad de regresar al grupo y esta era recuperar los tneles perdidos. Y as otra vez empezaron a discutir entre ellas, mientras el pequeo Mircha las observaba y entonces se le ocurri una idea Por qu no hablo con los zorrillos? As de repente, les devuelven sus casas. T? Ja, ja, ja se echaron a rer al suelo. Qu puedes hacer t, pequeo cuy? Yo puedo ayudarlas, recuerden que conozco al gran Garkun, el zorro amigo del Cuy Valiente, quien seguramente ya le habl sobre m y viene a buscarme.Ja, ja, jacontinuaron rindose las vizcachas, t s que eres fantasioso, cuy. Dejndolo a un lado, volvieron a lo suyo. Mircha estaba triste pues las vizcachas no le crean y tomaban sus palabras como una broma; as que decidi demostrarles que no estaba inventando nada y que poda ayudarlas. Entonces, les pidi que le
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ensearan el lugar donde quedaba su antigua madriguera, ellas lo llevaron hasta ah y le preguntaron por qu quera verla, de repente vieron al cuy correr rpidamente y meterse en ella, las vizcachas trataron de detenerlo dicindole que era peligroso, pero el cuy, decidido como estaba, no les hizo caso. Este cuy no sabe lo que hace, ojal no le hagan dao esos zorrillos dijo Verticha. Ya ves, otra vez, por tu culpa nos vamos a meter en otro lo dijo quejndose Vilicha. Estaban discutiendo nuevamente cuando decidieron entrar a buscar a Mircha, pues el cuy, siendo un animal ms pequeo que ellas haba tenido suficiente valor para enfrentarse a los zorrillos y recuperar su hogar y el de todas las vizcachas; as es que esperaron un rato y, al ver que no sala, decidieron entrar a ayudarlo. El cuy se haba adentrado por los tneles, siguiendo unas voces alegres que venan del fondo de la madriguera. Al llegar, el cuy se encontr con una gran fiesta en la que los zorrillos usurpadores bailaban, coman y beban. De pronto, uno de ellos vio a Mircha, pero no le dio importancia pues se trataba de un pequeo cuy y sigui bailando.
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Viendo que los zorrillos no eran peligrosos, el cuy se anim a hablar con uno que aplauda feliz. Dgame, seor, pero qu fiesta es esta? Pero si es un pequeo cuy, qu divertido!, lo que celebramos es estar juntos. Una vez al ao los zorrillos, que siempre andan solitarios, nos juntamos a celebrar y esta vez celebramos aqu gracias a la invitacin de las seoritas vizcachas que tan amablemente nos ofrecieron alojamiento dijo el zorrillo rindose. Mentira! Ustedes son unos invasores interrumpi Vilicha, la vizcacha, que apareci de
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pronto. De ninguna manera, seorita vizcacha, fue su amiga la que amablemente nos invit a pasar y cuando alguien deja entrar a un zorrillo, deja entrar al resto tambin. Vilicha mir a Verticha y esta dijo: Bueno es que yo solo trat de ser amable y... De pronto todos empezaron a discutir, hasta que un zorrillo, alzando la voz, dijo: Ahora entiendo por qu las vizcachas salieron huyendo cuando nos vieron a todos juntos, es que ellas no entendieron nuestras costumbres. Nosotros no actuamos de mala fe, pensamos que nos cedan su casa para hacer nuestra fiesta anual, pero esperbamos invitarlas a La Fiesta de los Seis Das. Entonces todo est resuelto dijo el cuy, todo fue un mal entendido. As, las vizcachas y el cuy se quedaron en la fiesta de los zorrillos sabiendo que al amanecer los zorrillos se iran. Entonces, Mircha aprovech para contar la historia del Cuy Valiente. Todos estaban alegres escuchando al pequeo cuy. Al amanecer los zorrillos se fueron silenciosos como llegaron, dejando todo ordenado y limpio para felicidad de las vizcachas.
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El fuego de la aldea
Mientras tanto el zorro, volviendo sobre sus pasos, se dirigi nuevamente a su pueblo. Estando ya cerca divis a un cuervo que rea a lo lejos. "Qu habr venido hacer aqu ese viejo chismoso?", pens. Al llegar lo recibi su primo el Cola Negra que le dijo la razn de la estancia del cuervo en su pueblo, haba venido para contarles a todos lo cobarde y mal cazador que era l y que lo haba visto conversando con un cuy y, es ms, no solo no se lo haba comido, sino que lo haba llevado sobre su lomo dejando avergonzados a todos los zorros con ese infame acto.
21 As nuestro zorro entr a la aldea entre las miradas burlonas de sus compaeros y la severa mirada de los mayores. Cuando lleg a su casa, se encontr con el viejo lder de la manada que lo esperaba
22 Eres motivo de burla y vergenza para nosotros, ningn zorro ha actuado as jams, bueno no todos quiero decir.
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Sea como fuere es preciso que recuperes tu honor y el de tu familia, realizando un acto que nos llene de orgullo. Han querido el destino y tus acciones que as sea. Que aquel que nos avergonz sea tambin quien nos llene de orgullo. En la montaa negra hay tres zorros renegados conocidos por su ruindad y egosmo, ellos hace mucho vivan con nosotros, pero por su avaricia
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y egosmo robaron el fuego de la aldea y lo escondieron solo para ellos. Desde esa ocasin en los inviernos sufrimos mucho a causa del intenso fro. Tener el fuego otra vez sera muy bueno para todos; si lo traes, podrs limpiar tu nombre y tambin le hars un bien a tu pueblo. He escuchado sobre esos tres viejos zorros desde mi niez y no pens que fuera cierto, pero, si lo es, ir en busca del fuego de la aldea y aunque sean muy astutos y viejos lo traer as le respondi el joven zorro al viejo jefe de la manada. Ve entonces, joven zorro, y has uso de tu astucia y habilidades. Sali el zorro decidido, pensando qu sera del pequeo cuy; seguro que inventara alguna cosa sobre l tambin y, quin sabe, quizs algn da se lo encuentre de nuevo, quin sabe. De camino a la Montaa Negra donde habitaban los avaros zorros, entre los arbustos, escuch unos ruidos; se acerc y encontr rastros de frutas tirados por todos lados y ms all, entre el tiradero, se encontr nada menos que con el chismoso cuervo que tosa y tosa, al parecer atorndose por comer tanto. Ja, jaja se burl el zorro, pero mira dnde te encuentro y en qu situacin. Si lo que debera hacer es comerte por haberle contado a todos lo del cuy, pero no importa, verte as ya me resulta suficiente le dijo mientras le daba golpecitos en la
25 espalda para ayudarle. Cuando el cuervo se hubo repuesto agradeci mucho al zorro diciendo: Gracias, joven zorro, y disclpame, por favor, si algn dao te he hecho, pero por haberme salvado de morir asfixiado, estoy en deuda contigo, pdeme un favor y lo cumplir.
26 El zorro convers un rato con el cuervo, en especial acerca de los zorros avarientos a los cuales el cuervo conoca mucho y visitaba regularmente para ponerlos al tanto de todo.
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Bueno dijo finalmente el zorro acerca del favor, lo que deseo es que... y le dijo entre sonrisas y muy bajito lo que el cuervo deba hacer . Bueno, entonces, cuento contigo cuervo, recuerda el momento y el lugar indicados agreg sonriente. No dudes de m, hace tiempo que esos zorros avaros me tienen una pendiente. Cerca de su destino, se detuvo a descansar junto a un arroyo, observando unas flores de cucarda, pensando en la aventura que le esperaba. De pronto, vio volando un colibr que se alimentaba de las flores, y le dijo: Colibr, ay avecilla, dime por favor, si has escuchado acerca de los zorros de la Montaa Negra; dime, por favor, si sabes algo. Un joven zorro me pregunta dijo el colibr sin dejar de alimentarse. S, he escuchado de los zorros avaros, s que lo son, gordos y egostas. Dicen que guardan un enorme tesoro, andan los tres siempre juntos de tanta desconfianza que se tienen. "Umm", pens el zorro. "As que siempre andan juntos", sigui pensando, esta vez en voz alta. Y no solo eso, ellos siempre suelen hacer las mismas cosas todo el tiempo, son muy aburridos. Pero ten cuidado, les disgusta los animales cerca, en especial otro zorro. As se despidieron y el zorro prosigui su
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camino pensando en todo lo que el colibr le haba informado. Estando ya cerca de la Montaa Negra, avanzaba con sigilo ocultndose, cuidndose de que los zorros avaros lo descubrieran y todo se echara a perder. Observ que en una ladera de la montaa se encontraban unas cuevas, as que pens que all viviran los zorros y decidi esperarlos subido en un rbol.
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Esper un buen rato cuando de pronto escuch unos gruidos y unas voces que parecan no ponerse de acuerdo: Somos tres zorros, no somos ms, tres es lo justo, no queremos compartir nuestro fuego, es lo justo nosotros lo cuidamos para nosotros. Es nuestro. Tres son los zorros de la Montaa Negra, solo tres y es lo justo. Uno es nuestro tesoro. As cantaban los tres zorros avarientos, sin darse cuenta de que eran observados atentamente por el joven ZOITO que esperaba el momento preciso para actuar. En eso lleg volando el cuervo y salud a los zorros, y se acerc como siempre para contarles las ltimas novedades. Les habl de muchas cosas y el ZOITO empez a impacientarse, pues el cuervo se demoraba mucho, cuando de pronto dijo: He visitado tambin el pueblo de los zorros y es de all de donde vengo. Los zorros oyeron esto con mucha atencin. He visto que andan muy felices y que tienen un nuevo fuego mucho ms grande y ms brillante que el anterior y tambin observ a un pobre zorro que quiso robrselo, pero fue expulsado, el muy tonto. Ja, ja, ja rieron los tres zorros. Y es de veras hermoso ese fuego? preguntaron. S, muy hermoso, como no he visto ninguno les dijo.
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Los zorros se observaron compartiendo sus miradas de codicia y con un solo pensamiento: "Ese fuego tiene que ser nuestro" y sonrieron felices llenos de insaciable codicia. El cuervo se despidi, pero ellos ya solo tenan un pensamiento: el nuevo fuego deba ser de ellos. "Bien", dijo el zorro para s. El cuervo haba cumplido con su parte, ahora le tocaba actuar a l. Cuando los zorros se haban ido a su cueva a discutir cmo robar el nuevo fuego de la aldea, el joven zorro se baj del rbol e hizo lo que sigue. Primero, aparent estar fatigado y herido e hizo como si llegase ah por casualidad. Sus quejidos alearon a los zorros que salieron a darle el encuentro para echarlo. Pero quin se atreve a molestarnos? le dijeron los tres viejos zorros. Oh, pero qu suerte la ma, si son zorros como yo, aydenme se los suplico. Pero no sabes, acaso, que somos los tres zorros malvados de la Montaa Negra. Pero por supuesto, si los he estado buscando, ustedes son mis hroes, quiero decir que yo he querido imitarlos, robando tambin el nuevo fuego - _nuestra aldea. Ah, conque eras t le dijeron con desdn
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Pero cmo es que me conocen... Calla, no seas tonto, lo que sucede es que nosotros nos enteramos de todo, pero dinos cmo es ese hermoso fuego. Ah, pero nunca se ha visto cosa as en la aldea, decir que es hermoso es poca cosa: sus colores son muy brillantes y su calor sana cualquier malestar, es de veras un objeto mgico... les describa, exagerando lo ms que poda, el astuto zorro. Le escuchaban, mirando con codicia, imaginando que aquel fuego ya estaba en sus manos. Vemos que ests bien informado, quin sabe quiz nos seas til, ya que hace mucho que no visitamos la aldea y nos podras ayudar a encontrar el camino que ya de viejos hemos olvidado le dijeron mintindole, ya que de ningn modo deseaban compartir nada con l, sino solo utilizarlo. Y lo invitaron a pasar con ellos a su cueva. La cueva estaba totalmente desordenada y sucia, llena de cosas por todos lados, cosas que seguro haban robado; compartieron con l su horrible cena y le pidieron que les cuente otra vez cmo era aquel fuego. As, se la pas la noche el joven zorro, inventando lo que ms pudo para alimentar la codicia de los tres zorros. Pero lo que deseaba saber era dnde ellos
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ocultaban el verdadero fuego de la aldea, sin embargo deba ir con cuidado para no despertar sospechas. Pasaron los das y los picaros zorros le hicieron hacer todos los quehaceres al pobre joven zorro. De esa forma pudo conocer todas las cuevas y supo que una se usaba como dormitorio y tres de almacn: una de cosas brillantes, otra de cosas opacas y otras de cosas cuyo sentido no entendi; pero haba una pequea cueva donde nuestro zorro no poda entrar porque solo los tres viejos zorros podan hacerlo. "All debe estar el tesoro", pens un buen da y dijo: Seores, he ordenado ya todas las cuevas, pero me falta una, les hablo de aquella pequea cueva de la izquierda, no creo que me sea muy difcil limpiarla a si que voy a... Ni te atrevas, zorro torpe, nuestros planes ya estn casi listos y esta noche entrars en esa cueva, no antes; porque muy pronto partiremos y queremos ensenarte algo antes. En efecto, esa noche se introdujeron en aquella cueva que result ser ms grande de lo que se vea por afuera y no solo eso sino que, adems, estaba limpia y ordenada. Al entrar, percibi un agradable calor y, a medida que se adentraban, la luz se haca ms intensa; finalmente vio aquello para lo cual haba venido: tena frente a l, el fuego de la aldea
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Dinos, muchacho, el nuevo fuego de la aldea es ms hermoso que este? El joven zorro tuvo que esforzarse mucho por mentir ante la belleza del fuego, pero les dijo: S, en efecto, este lugar est casi oscuro y creo que es un poco fro, no hay duda de que no hay comparacin entre este fuego y el de la aldea que es mil, digo, millones de veces mejor. Los tres zorros sonrieron nerviosamente llenos de codicia. Cada da el joven zorro alimentaba la codicia de los tres viejos zorros, tanto as que descuidaron su vigilancia del verdadero fuego de la aldea. El momento haba llegado. Una noche, el joven zorro aprovech para robar el preciado tesoro e irse. Al verse los tres avarientos zorros burlados se llenaron de ira y fue tanta que sus corazones se ennegrecieron de tanto odiar y codiciar y pronto se convirtieron en tres rocas feas, fras y oscuras como sus corazones, llenos de codicia. Ese fue el castigo de los tres zorros y all se encuentran todava las tres rocas negras frente a las derruidas cuevas de la Montaa Negra.
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El joven zorro volvi a su pueblo con el fuego y fue recibido como un hroe, su incidente con el cuy qued olvidado, y su hazaa llen de orgullo a su familia. Pero para el zorro no era momento de quedarse, sino el momento de buscar otra aventura y as lo hizo acordndose, de pronto, de Mircha, el pequeo cuy. Entonces acudi donde el cuervo y le pregunt si haba sabido algo de l y este le cont el episodio de la fiesta de los zorrillos. No obstante, tambin le cont acerca del terrible peligro que corran los animales que habitaban la regin donde las vizcachas tienen sus madrigueras, pues Yarum, el puma de las Montaas Heladas, se diriga hacia all para cazar. Al enterarse del peligro, el zorro se apresur y enrumb en direccin a la tierra de las vizcachas donde haba dejado al pequeo cuy y mientras viajaba, pensaba cmo salvarlo.
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El regreso de Garkun
Cierto da, mientras las vicuas pastaban y Mircha coma junto a las vizcachas, alguien los observaba escondido. De pronto, toda la calma se rompi con un rugido. Era un enorme puma que se lanz hacia las vicuas, pero estas rpidamente lo esquivaron y huyeron, las vizcachas se ocultaron en el acto. Todos estaban a salvo, todos menos Mircha que observaba cmo el puma se quejaba diciendo: Qu mala suerte, no pude atrapar ninguna, ya habr otra oportunidad deca hasta que alguien lo interrumpi.
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Cmo est, seor?, mi nombre es Mircha. Usted debe de ser un gato salvaje, verdad? Qu! Gato? Cmo te atreves a llamarme gato, pequea rata? No soy una rata, soy un cuy de la montaa dijo Mircha. Yo soy Yarum, el puma ms fiero de las Montaas Heladas. Qu gusto verte, pequeo cuy, al menos podr comer algo dijo maliciosamente el puma, mientras mova su cola y miraba fijamente a Mircha.
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Ya la suerte de Mircha pareca estar echada cuando unos fuertes ruidos interrumpieron la escena... Pero quin hace tanto ruido? Qu es esto? dijo el puma y le pidi a Mircha que lo esperara un momento sin moverse del lugar hasta que l viera qu ruido era ese. Y el inocente Mircha le hizo caso al malvado puma. El puma corri hacia el camino de donde venan los ruidos y ah vio a un zorro caminando que tocaba fuertemente un cucharn contra una olla, mientras hablaba del banquete que se iba a dar. Pero por qu haces tanto ruido, zorro, y de qu banquete hablas? dijo el puma. Cmo?, no sabes, puma? Del otro lado, en una quebrada, unas vicuas se desbarrancaron, parece que huan de alguien, y hay mucha carne; yo estoy yendo para all, t no vienes? Entonces, el puma pens que esas vicuas eran solamentes suyas, pues huyendo de l es que seguro se cayeron en la quebrada y que claro que ira a ahuyentar a todos los intrusos que estaban comiendo de sus presas. Pero claro que voy dijo fuertemente el puma. Qu bueno, amigo puma, entonces no te
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molestara ir llevando esta olla con mi cucharn, es que quiero traer una olla ms grande para cargar toda la carne que pueda. T crees que me puedas hacer ese favor, puma? dijo el zorro. Pero claro, amigo zorro, t anda tranquilo que yo te guardar comida; claro que lo har dijo el puma rindose maliciosamente.
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Y ah iba el puma por el camino hacia la quebrada, iba feliz pensando en el banquete que se iba a dar y se iba riendo de lo tonto y confiado que le pareca el zorro, olvidndose del pequeo cuy que lo esperaba al otro lado. Mircha esperaba al puma, cuando en eso escuch una voz que reconoci en el acto. Vamos, Mircha, sube a mi lomo y vmonos rpidamente, antes de que el puma se d cuenta del engao y nos encuentre.
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Garkun, amigo, yo saba que vendras por m a llevarme a conocer al Cuy Valiente; vamos, amigo dijo Mircha subiendo rpidamente sobre el zorro. As, los dos amigos se fueron velozmente, mientras unas asombradas vizcachas los observaban partir. Ellas haban visto y odo todo lo que haba sucedido y entendieron, entonces, que el cuy no menta cuando deca que era amigo de un zorro muy valiente. Luego, ellas fueron las que contaron a todos sus conocidos que alguna vez pasaron por esas tierras un pequeo cuy junto con su amigo zorro, ambos los animales ms valientes que hayan existido jams.
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43 Pero quin es? Es Valkan, el rey de los cndores. El ave ms grande y ms peligrosa sobre la tierra. Un cndor, dnde? Silencio, Mircha, que Valkan ha descendido. Dnde te escondes, zorro? Sal y presntame a tu pequeo amigo dijo el cndor. Sigue tu camino, Valkan, l no te servira ni para un bocado
44 No me enojes, zorro, sal ahora y entrgame a ese cuy. Aqu estoy, seor Cndor, no provoque la ira del fiero Garkun, no vaya a ser que lo dae dijo el cuy, saliendo de su escondite. Daarme a m? T s que eres gracioso pequeo ratn.
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No soy un ratn, mi nombre es Mircha, el cuy de la montaa, y viajo junto al legendario zorro Garkun al pas de los mares dorados para conocer al Cuy Valiente. Valkan, el cndor, no poda creer lo que vea, un pequeo cuy parado frente a l, sin mostrar siquiera un poco de miedo. T s que eres valiente, cuy, pararte frente a m, sin temor alguno. Antes de comerte creo que tengo tiempo para escuchar dnde queda ese pas de los mares dorados del que hablas. Espera, Valkan, djalo ir. Por fin apareces, "valiente zorro" dijo sarcsticamente el enorme cndor. Ahora, silencio y escuchemos a este pequeo cuy. Entonces Mircha le cont a Valkan la historia del Cuy Valiente, que este escuch con mucha atencin y qued impresionado con ella, pero an as pens que haba algo raro en ese viaje. Valkan no crea en las buenas intenciones del zorro al escoltar a Mircha a ese pas lejano. El cndor imagin que en ese pas deba de existir algn tesoro. Es una buena historia, Mircha. Bueno, si el zorro te acompaa, yo tambin quiero ir. T crees que pueda? Qu? Claro que no! dijo el zorro.
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Por qu, zorro? Qu ocultas? Entonces, Mircha los interrumpi y dijo estar muy contento de que el cndor los acompaara en el viaje, a pesar de la desconfianza del zorro. As, el cndor le pidi al cuy que subiera sobre l y se sujetara muy fuerte, subi a lo alto del cerro y corri para tomar vuelo, luego se lanz y vol hasta el valle donde cogi al zorro por la espalda. As, el cuy, el zorro y el cndor emprendieron su viaje en busca del pas de los mares dorados.
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El zorro y el cuy dorman profundamente cuando en eso unos ruidos y gritos los despertaron: unos humanos haban atrapado a Valkan el cndor y se lo estaban llevando. Rpidamente el pequeo cuy se subi al lomo del zorro y fueron detrs de los hombres, siguindoles el rastro durante todo el da.
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Los hombres llevaban al cndor en un saco, mientras tanto el zorro y el cuy iban tras sus huellas entre las piedras y la maleza. Caminaron los amigos durante toda la noche y al amanecer se encontraron en el pueblo de los hombres, lleno de alboroto y gente por todas partes. Ellos se preguntaban dnde estara su amigo cndor y de pronto vieron que todos se dirigan a una pampa que estaba rodeada por gente que haca un crculo. El zorro no poda ver lo que pasaba, era el turno del cuy, que por su tamao, poda escabullirse entre la gente. Mircha corri entre la gente y entonces vio cmo los hombres sacaban al cndor amarrado dentro de un saco y tambin vio el pequeo cuy un enorme toro tras una cerca. Mircha no entendi lo que pasaba y fue rpidamente a preguntarle al toro. Amigo toro, dime qu sucede, qu le van a hacer al cndor. Qu nos van a hacer dirs, pequeo cuy! Mejor vuelve a tu corral. No. Tengo que rescatar a mi amigo. Tu amigo, qu dices? l y yo somos parte de la fiesta, no te das cuenta. Los humanos van a amarrar al cndor a mi lomo mientras yo brincar para que este no me hiera con su pico ni sus garras.
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Qu horrible! Garkun y yo no permitiremos, espera y vers. Pero t tienes que lo
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Mircha corri en busca del zorro, que al escucharlo, le dijo que lo mejor era huir antes de que los humanos los atraparan tambin a ellos, pero Mircha le cont que tena un plan y le dijo: Vamos, Garkun, t tienes que entrar a la plaza y distraer a los humanos, mientras yo muerdo la soga que amarra a Valkan. El toro tambin va a ayudarnos. Mircha, amigo, espera; es muy peligroso. Yo voy a ayudarte, valiente Garkun, vamos. Mircha corri velozmente donde la gente, el zorro no tuvo ms remedio que hacer lo que el cuy le peda para ver si al menos uno se salvaba. El cuy corri hasta donde el cndor que, agotado, no poda creer lo que vea. Espera, Valkan, no te muevas, voy a morder tus cuerdas para liberarte. Qu haces aqu, pequeo? Vete, no dejes que te capturen. Claro que no, amigo, no podemos abandonarte, te vamos a liberar. En ese momento, la gente empez a gritar, pues apareci el zorro en medio de la plaza. El cansado Valkan no poda creer que Mircha y el zorro haban ido a salvarlo, pero estaba tan agotado que no tena muchas fuerzas para volar.
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Mientras tanto el toro observaba a lo lejos, admirado por la valenta del cuy y del zorro, y tuvo ganas de pelear junto con ellos. Mircha no se alejaba de Valkan, ya pareca todo perdido cuando en eso escuch que el toro lo llamaba, el cuy fue velozmente y entre el barullo, el toro le dijo que desatara las cuerdas de la cerca para poder ayudarlos. Mircha se sinti feliz de que el toro ahora s le creyera. Rpidamente hizo lo que le peda y el enorme y enfurecido toro irrumpio entre la gente que corri por todas partes, luego les pidi que subieran a su lomo, no importndole si el llevarlos,
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en especial al zorro y al cndor, le hiciera dao. No importaba; si poda rescatar a aquellos tres valientes amigos, vala la pena. Furiosamente y con sus amigos a cuestas rompi con el tumulto y entre una nube de polvo huyeron del pueblo, ante la mirada atnita de los hombres que no podan creer lo que vean sus ojos y observaban cmo se alejaban como se aleja un sueo. Los hombres de aquel pueblo desde entonces no dejan de contar de muchas formas aquella historia. Ya libres, el toro acompa a los tres amigos hasta un territorio cercano a la costa, donde se separ de ellos para seguir su camino, ya que haba nacido en l un fuerte deseo por conocer al gigante toro de la laguna, cuyas historias haba escuchado. Se despidi de todos y los anim a seguir su travesa al pas del Cuy Valiente, prometindoles que ira a visitarlos. Los tres amigos continuaron juntos y, luego de una larga travesa, de tanto escuchar atentamente las historias del pequeo cuy sobre reinos, palacios y animales amigos, en el corazn del gran Valkan empez a surgir tambin un viejo anhelo, entonces dio un giro en el aire y descendi majestuosamente y les dijo:
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Amigos, juntos hemos pasado muchas aventuras y he soado tambin con las historias del cuy durante todo nuestro recorrido y aunque no creo an que todas ellas sean ciertas, me he dado cuenta de que es verdad que los animales pueden ser amigos, como nosotros lo somos. Sin embargo,
56 ha llegado el momento de separamos y seguir caminos distintos ya que la bsqueda de su destino me ha hecho recordar un viejo anhelo que haba olvidado: viajar al palacio de cristal del mgico cndor blanco, as que gracias por lo que me han enseado y sigan adelante, valientes amigos! As se despidi el gran Valkan, dirigindose en busca de sus propias historias, de las que tuvo muchsimas. Algunas de ellas se cuentan todava entre los cndores.
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Eplogo
El cuy y el zorro pasaron juntos muchas aventuras en su viaje antes de llegar al mar, hasta que un amanecer, al despertar, lo vieron perderse en el horizonte como una inmensa gema oscura y emprendieron su ltima jornada. A medida que avanzaban, un ruido se haca ms patente, una voz los llamaba: la voz del mar que repeta versos y poemas en un lenguaje que los hombres ya olvidaron. Parados frente a l, Mircha, el pequeo
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cuy, y el zorro escucharon esa bella voz y preguntaron: Seor Mar, cuntenos si ha visto el pas del Cuy Valiente. Valiente dijo el mar. Valiente? preguntaron los dos nuevamente. Vive como un valiente, pequeo respondi enigmticamente el mar y continu con sus canciones. Entonces, los dos amigos empezaron a preguntar a los animales que encontraban en la playa: le preguntaron a un cangrejo que trabajaba la tierra haciendo pasajes subterrneos, a un grupo de gaviotas que se alejaron rindose de ellos, le preguntaron a una tortuga de mar y tambin a un muymuy, pero al parecer nadie saba nada de su historia y fueron enfticos en responder que all no haba existido ningn pas del Cuy Valiente, donde los animales eran amigos. Al final de varios das de bsqueda infructuosa, cansados y abatidos, se sentaron frente al mar a contemplar el atardecer. Mircha estaba muy triste y el zorro por animarlo le pregunt: Qu pasa, por qu ests triste? Ay, amigo zorro, es que nunca vi al Cuy Valiente; nadie ha visto a un cuy ni a un zorro
59 juntos; y mucho menos existe el pas de los mares dorados donde todos los animales son amigos... nuestro viaje ha sido en vano. Puede ser que no est el Cuy Valiente, pero tambin puede ser que s. Qu quieres decir, amigo zorro?, tus palabras me recuerdan a los enigmas del mar.
60 amigos como un cndor y un toro... acaso no existe? dijo el zorro y sin esperar respuesta continu; As es Mircha, la historia del Cuy Valiente es cierta, t eres Mircha, el Cuy Valiente, y yo soy Garkun, el zorro, y siempre te estuve esperando. Esta es tu historia.