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A favor Mientras que el presidente de la Unin de Juntas de Vecinos de Gascue, Huberto Henrquez, plante que la prostitucin debe ser

retirada de los lugares residenciales y de las calles de Santo Domingo y ser alojada en una zona de tolerancia. Tambin los Vecinos Unidos para el Rescate del Malecn, expresaron que sus habitantes estn sufriendo el atropello y la vergenza a consecuencia de la actividad de la prostitucin en el lugar. La Asociacin de Hoteles de Santo Domingo, representada por Eduardo Reple, abog por que el auge de las trabajadoras sexuales de las calles sea frenado, por entender que el mismo permea los programas de comercio y culturales de la ciudad.

Zona rosa. Notas para un debate ms amplio


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Enviado el 18/05/2011 Rosa Montalvo Reinoso La propuesta de la alcaldesa de Lima Susana Villarn de crear una zona rosa puede ser una gran posibilidad de que se discuta y reflexione seriamente sobre una problemtica que viven sobre todo las mujeres y en estos tiempos tambin nios y nias, especialmente aquellas que provienen de sectores en donde el famoso crecimiento nunca lleg. Nias secuestradas y sometidas, mujeres que se ven obligadas a prostituirse, que enfrentan un camino generalmente empedrado de dolor, angustia y abandono, pues tras las mujeres en situacin de prostitucin encontraremos con seguridad la pobreza, la falta de oportunidades, el embarazo adolescente, el rechazo de la familia, el engao, la violencia o la violacin, y luego de un tiempo las drogas y ms violencia. La zona rosa, entendida como un espacio en el que se crearan las condiciones adecuadas en trminos de salubridad, seguridad y condiciones laborales para el ofrecimiento de servicios sexuales, ya ha generado encontradas posiciones entre la ciudadana. Por lo pronto, un 50% de la poblacin limea est de acuerdo con la propuesta y un 45% dice estar en contra segn algunos sondeos. Se ha mencionado que este espacio adems asegurara que se tenga un control mayor que evitara que menores de edad sean prostituidas o la existencia de los proxenetas. Es importante sealar que en el pas la prostitucin no es ilegal, lo que es condenado es el proxenetismo. Entre los argumentos que se han dado a favor estn aquellos que sealan que es mejor que se ubique a las prostitutas en un lugar exclusivo para evitar que pululen por la ciudad a toda hora, como sucede en la actualidad, afectando las buenas costumbres. Entonces para una parte de la poblacin la zona rosa sera el lugar ideal para esconderlas, all donde no nos contaminen, lo ms alejadas de los buenos hogares. Otro argumento de quienes apoyan la idea, como los alcaldes de Ate y de Comas, ambos distritos perifricos

que ya han sido ofrecidos para que all se asiente la zona, es que se abrirn locales que pagarn impuestos o tendrn ingresos por parqueo. Mientras tanto, en otros municipios, se ha mencionado que no acogeran la propuesta y que seguirn combatiendo la prostitucin por respeto a su vecindario, pues insisten en que las mujeres prostituidas son un mal ejemplo, seres inmorales que nadie quiere en la puerta de su casa o rondando su calle. Cabe resaltar que aunque la prostitucin no es ilegal, las redadas que se hacen con las policas municipales son extremadamente violentas, sometiendo a las mujeres a humillaciones y malos tratos, supuestamente para que digan quin es su proxeneta o para verificar si cuentan con su carnet de salud. Se ha mencionado que estas redadas sirven para robarles sus pertenencias, como lo denunci una organizacin de trabajadoras sexuales de Puente Piedra expresando que las compaeras de Puente Piedra son secuestradas para ser torturadas y robarles sus pertenencias, las golpean, desnudan y las hacen cruzar los caudales del ro Chilln poniendo en riesgo su vida y los delincuentes vestidos de serenos y al mando del Alcalde Renn Espinoza tienen impunidad porque son municipales. (1) As uno de los argumentos a favor de la propuesta de zona rosa es que por la seguridad y el control con que ah se contara, estas situaciones de evitaran. Algunos colectivos, como la Mesa de Dilogo sobre el Trabajo Sexual, se han pronunciado a favor de la iniciativa de la alcaldesa sealando que puede ser una buena medida para combatir la explotacin sexual y la trata de personas. Por su parte, el Movimiento de Trabajadoras Sexuales del Per, que reclama que su actividad sea reconocida como trabajo, a travs de su presidenta ngela Villn ha declarado que considera ms adecuada una zona de tolerancia, que son espacios en donde pueden ofrecer sus servicios sin ser agredidas por el serenazgo o la polica. (2) La puesta en la agenda pblica del tema de la prostitucin debera llevarnos por nuevos senderos tomando en cuenta todo lo que est implcito en la problemtica. No basta con debatir si es adecuada o no una zona en que se confine a las mujeres, aunque esto les signifique beneficios y un mayor acceso a derechos, que estaremos todos y todas de acuerdo les deben ser otorgados y deben ser defendidos. Es importante que este momento se aproveche para la reflexin sobre lo que implica la prostitucin y cmo impacta la vida de las mujeres, porque an sigue siendo un problema que afecta en su mayora a mujeres, que se ven inmersas en una actividad en la que, como lo seala Carole Pateman, el cuerpo de la mujer y el acceso sexual a tal cuerpo, es el objeto del contrato. (3) El cuerpo que es sometido por los 15 minutos o la hora que dura el contrato dejar de pertenecerle a la mujer para ser el objeto en que se deposita la constatacin de la virilidad masculina y as ser muchas horas al da, durante miles de horas a lo largo de su vida probablemente. Y aqu hay un punto que no se plantea comnmente al focalizarse el problema en las mujeres cuando se discute sobre prostitucin y es el papel del cliente. Cmo es que existe tal demanda para la compra de servicios sexuales en nuestras sociedades? La compra de sexo para la satisfaccin de lo que se cree son necesidades naturales masculinas es un aspecto normalizado en la sociedad, a tal punto que es comprando sexo

como se siguen haciendo las iniciaciones sexuales de los chicos en muchos casos. Claro que estoy de acuerdo, dijo un poblador en un programa de televisin frente a la pregunta si le molestaba que estuviera la zona rosa en su distrito. Claro que no, para que nuestros hijos y hasta nuestros nietos practiquen, sentenci. Se acepta la prostitucin como un mal necesario, como algo que por ser tan antiguo no se puede combatir, y se soslaya que esta actividad y su permanencia se sustenta y se refuerza en la mirada subordinada sobre las mujeres, en la doble moral de la sociedad que la sigue fomentando, en una creciente industria que genera ingentes recursos, mientras se sigue exaltando la virginidad. Mientras no tengan oportunidades de otro tipo de actividades que les posibilite un trabajo digno, una solucin como la zona rosa ser slo una leve mejora. Porque hay que sealarlo, aunque algunas mujeres digan que son felices ejerciendo la prostitucin, la gran mayora quiere salir de ese mundo tan estigmatizado, que en nuestras sociedades entraa lo negativo, lo perverso, lo abyecto. Una puta es lo peor, es lo que no queremos para nuestras hijas, es lo que decimos de la otra cuando creemos que se ha robado a nuestros maridos o a nuestros hijos. Una puta es la que se vende, la que se puede comprar, por eso cuando queremos sealar a una mujer que est cometiendo actos abyectos o cuando queremos herir profundamente a una mujer le decimos que es una prostituta, perra, o bitch como dicen las ms jvenes. Creemos firmemente en que ninguna mujer nace para puta, frase acuada por el Colectivo boliviano Mujeres Creando, que ahora es el ttulo de un libro de Mara Galindo y Sonia Snchez y que se convertira tambin en el ttulo de una interesante exposicin que tena como objetivo que se cuestione la doble moral imperante, las relaciones subordinadas que persisten, la significacin de los cuerpos de las mujeres como cosas comprables. Si nos planteamos esta premisa y si realmente se quiere realizar un debate serio y buscar salidas a largo plazo, debe generarse la participacin ms amplia de los diferentes colectivos y de las propias mujeres prostituidas, incluyendo aquellas que no estn en las organizaciones, analizar otras experiencias en el mundo, (4) impulsar la participacin de la sociedad civil, disear polticas pblicas locales y nacionales dirigidas a combatir la violencia implcita en esta actividad y a luchar contra el crecimiento de las redes de prostitucin y de trata que siguen actuando impunemente en el pas. A ver que resulta del debate propuesto por la alcaldesa y que se inicia el 2 de junio, da internacional de las trabajadoras sexuales, convocando a diferentes colectivos. Como se deca con firmeza en un segmento de un manifiesto de la Asociacin de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos, desprendida de la Asociacin de Meretrices de Argentina: La prostitucin no es un tema de las putas. Si no me quieres en la esquina, lucha conmigo. Grita conmigo. (5) Es pues un buen momento para empezar a luchar y gritar con mujeres que sufren tanta violencia y que exigen sus derechos y nuevas oportunidades. Notas: 1. Asociacin LGTB de Lambayeque, Organizacin de trabajadoras sexuales en Puente Piedras, 18 de abril del 2010. http://lgtblambayeque.blogspot.com/2010/04/organizacionde-trabajadoras-...

2. Capital 96.7, Trabajadoras sexuales quieren zonas de tolerancia y no zona rosa, 3 de mayo del 2011. http://www.capital.com.pe/2011-05-03-trabajadoras-sexuales-quierenzonas... 3. Carole Pateman, El contrato sexual. Anthropos, Madrid, 1995. 4. En Suecia, por ejemplo, se logr reducir drsticamente la prostitucin gracias a que se consider la prostitucin como una forma de violencia hacia las mujeres, se penaliz al cliente y no a la mujer, se invirti en oportunidades para las mujeres, se hicieron campaas para abordar y cuestionar los sentidos comunes existentes sobre la prostitucin. 5. Ninguna mujer nace para puta http://www.yosoymadresoltera.com/ninguna-mujernace-para-puta-prostituci...

Portada

Lima

El 50.8% de los limeos est a favor de creacin de una zona rosa


Sbado, 14 de Mayo 2011 | 1:44 am El 45.3% de los encuestados mostr su rechazo a dicha iniciativa. Mientras que el 3.9% no sabe o decidi no opinar respecto al controversial tema.

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Ms de la mitad de los limeos estn de acuerdo con la creacin de una zona donde se tolere el ejercicio de la prostitucin, segn el ms reciente estudio de opinin pblica realizado por CPI por encargo del Grupo RPP. El 50.8% de los ciudadanos limeos est de acuerdo con la creacin de la denominada "zona rosa" que segn la alcaldesa de Lima, Susana Villarn tiene como finalidad garantizar la salubridad y reglamentacin de dicha prctica a la vez que busca evitar la trata de de menores y otros actos ilegales o delictivos. Mientras tanto, el 45.3% de los encuestados mostr su rechazo a dicha iniciativa. La mayora de los capitalinos que estn en desacuerdo con la propuesta de crear una zona rosa argumentan, segn reacciones recogidas por los medios durante la semana,

que ello en vez de evitar, permitira la delincuencia y dara la libertad del accionar de proxenetas entre otros. Al respecto, diversos alcaldes coinciden con rechazar la iniciativa o, simplemente, niegan albergar la zona en su jurisdiccin. Es el caso del alcalde de Lince, Martn Prncipe quien reiter que no permitir que su comuna sea sugerida para acoger dicha zona afirmando que sus vecinos se merecen respeto. Otros alcaldes coinciden con la desaprobacin a la iniciativa a la vez que sealaron que seguirn con la lucha constante para erradicar la prostitucin en su distrito. En el referido estudio, el 3.9% no sabe o decidi no opinar respecto al controversial tema. El estudio se realiz a 500 limeos mayores de 18 aos de todos los niveles socioeconmicos y de 35 distritos entre el 07 y el 11 de mayo de 2011.

Es necesaria una zona rosa en Lima?


Domingo, 15 de mayo de 2011 | 1:30 pm

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En una interesante nota de la Revista Domingo se muestran todas las aristas de una posible implementacin de la zona rosa de Lima. Es para usted necesario esto en la capital? Hasta hace unas semanas aparecan agazapadas a medianoche en algunos puntos del Centro de Lima. Hoy, sin embargo, ofrecen su servicios a plena luz del da, a vista y paciencias de nios y adolescentes. Quienes se dedican al meretricio en el centro de Lima conforman una legin de mujeres que suea con seguro mdico y beneficios sociales. Usted que opinia? Por Mara Isabel Gonzales Fotos: Alberto Pereyra A cualquier hora del da, ciertas esquinas del centro de Lima exhiben una oferta variada para quienes buscan sexo a cambio de dinero. El ms impvido transeunte se tropieza con prostitutas y transexuales en la plaza San Martn, en la Colmena, en Caylloma, Zepita, Washington o entre las callejuelas que unen las avenidas Bolivia y Uruguay. Agazapados, vemos a sus cafichos, personajes siniestros que viven de la explotacin sexual de mujeres y transexuales. Hay noches en que, ocultas en cuartitos de calles aledaas, las prostitutas esperan a que los serenos y policas terminen sus operativos de rutina. Cuando estos se van vuelven a la vereda a seguir en lo suyo. Y ante el reclamo de vecinos indignados, saben que la polica nunca se meter con los proxenetas. Sern ellas quienes acaben en la comisara. Este mundo srdido y desconocido para la gran mayora de limeos se remeci cuando la alcaldesa Susana Villarn anunci una zona rosa para la ciudad. Pero segn hemos comprobado tras una conversacin con Susel Paredes, abogada y asesora de la municipalidad en este tema, Villarn hizo el anuncio sin un conocimiento profundo del

problema. Tienen un diagnstico de lo que sucede en el Cercado?, preguntamos. Susana anunci una mesa de trabajo que tendr su primera reunin el 2 de junio. A partir de entonces recogeremos informacin de la polica, de las propias trabajadores sexuales y de instituciones que hayan investigado sobre esta problemtica, respondi Paredes. Buena seal, dijeron algunos. Para otros fue un disparo al aire que podra quedar en nada como las tantas veces que el tema se ha ventilado en pblico.

Zona rosa o de tolerancia? Una de las voces que ha convocado el municipio es la de ngela Villn, de la asociacin de trabajadoras sexuales Miluska Vida y Dignidad. Villn cree que una zona rosa no mejorara las condiciones de vida de una prostituta y por lo tanto seguiran trabajando en la calle que mejor les convenga. El gran problema de quienes trabajamos en esto son los proxenetas. Si nos vamos a una zona rosa, ellos van a seguir explotndonos porque solo se nos trasladara. Lo que s marcara la diferencia es una zona de tolerancia, afirma. Segn explica, la zona de tolerancia debera estar bastante lejos de iglesias y colegios, y se ubicara en una zona industrial en la que el vecindario no se sienta perturbado. Adems, habra horarios establecidos y se evitara la violencia contra ellas por parte de los serenos y policas, quienes les prestaran seguridad y reprimiran a los proxenetas. De esta forma se lograra ordenar lo que sucede en el Centro de Lima y otros distritos de la ciudad. Pero no todos estn de acuerdo con una propuesta como la de Villn. La abogada Tammy Quintanilla del Movimiento El Pozo no considera que una zona de tolerancia sea la solucin. Si eso llegara a suceder, las mujeres o todo aquel que se dedique a la prostitucin sern respetados en un lugar y en otro no. Las que no quieran estar en la zona de tolerancia porque no quieren ser identificadas y que son la mayora estarn expuestas a la violencia de los serenos. Existir mayor clandestinidad y abuso, seala Quintanilla. Ella propone organizar campaas de disuasin dirigidas a los clientes. Tambin promueve oportunidades laborales y de estudio para quienes se dediquen al comercio

sexual. Para nosotros no es viable la legalizacin de la prostitucin. Eso sera convertir a quien lo ejerza en una cosa que se puede negociar. Tampoco lo consideramos un trabajo porque atenta contra la dignidad de las personas, finaliza Quintanilla. Centro en emergencia Ximena Salazar, antroploga e investigadora de la Universidad Cayetano Heredia, afirma que el centro de Lima es una muestra de lo que sucede en toda la ciudad. Hay trabajo sexual de mujeres, de hombres, de travestis y de transexuales. Como es tierra de nadie, tambin hay delincuencia alrededor de todos ellos. La explotacin de adultos y la de menores de edad son delitos que deben atacarse con la ley, sin embargo el caos hace que convivan, explica la antroploga. Para ella solo una buena estrategia planificada con las trabajadoras sexuales, urbanistas y especialistas puede funcionar. No cree en las zonas rosas alejadas de la ciudad, sino en zonas de tolerancia en las que haya locales permitidos por la municipalidad y donde sean las propias prostitutas las que negocien con sus clientes. Seala que la presencia de serenazgo y de autoridades de la salud tambin debera estar garantizada. El primer paso, segn explica, es realizar un diagnstico de lo que sucede en el centro de Lima en tres meses como mximo. Deben frenar las agresiones Nosotros como Instituto de Estudios en Salud, Sexualidad y Desarrollo Humano de Cayetano hemos ofrecido nuestra informacin y ayuda a la gestin de Villarn, pero no tenemos una respuesta todava, cuenta Ximena Salazar. Esta especialista aade que en paralelo se debe capacitar a los serenos para que dejen de agredir a las trabajadoras sexuales e intervengan a los verdaderos delincuentes: los proxenetas. Estos son los que se pasean a vista y paciencia de las autoridades mientras detienen a mujeres y transexuales.

En los estudios que Salazar ha realizado sobre el trabajo sexual asegura que este empieza como una alternativa de vida despus de convivir con una familia desestructurada. Adems, es muy probable que hayan sido vctimas de abuso sexual.

Una vez que entran al oficio es muy difcil de abandonar. Existen proyectos de reemplazo de esta actividad que son muy loables pero poco efectivos, asegura Salazar. Otro investigador que trabaja de cerca el tema de prostitucin es Alfonso Silva Santisteban. Segn explica, enfrentar de manera clara y abierta esta problemtica es el nico camino que cree viable. A travs del tiempo se han emprendido iniciativas que no van al meollo del asunto, y que por el contrario trasladan el problema a otro distrito. Andrade tom fotos de los clientes en el parque Kennedy, y en Lince en el parque Castilla se colgaban carteles que decan: No las recojas, te estamos filmando. Dnde estn esas trabajadoras? En otros distritos y sobre todo en el Cercado. Otro ejemplo, la plaza Manco Cpac est muy bonita, pero alrededor, en las callecitas aledaas, all estn las trabajadoras sexuales, cuenta Silva Santisteban. Aunque son diferentes posiciones Villn de Miluska, Vida y Dignidad; Quintanilla del Movimiento El Pozo; y Salazar de Cayetano Heredia todos creen que se debe acabar la violencia contra trabajadores sexuales, soslayada a veces por autoridades y medios de comunicacin sensacionalistas, que los muestran como delincuentes. Para la Municipalidad de Lima queda la tarea de atender y salvaguardar sin prejuicios a todos sus ciudadanos y a la vez devolver al Centro de Lima la seguridad y la vida que prometi en campaa. Cifra 80% de las trabajadoras sexuales son madres. La gran mayora trabaja para proxenetas. 70% de las mujeres que ejercen la prostitucin no abandonan el oficio hasta que entran a edades muy avanzadas. 3:00 pm Jr. Larrabure - Cercado Un punto obligado de las trabajadoras sexuales est ubicado a una cuadra de la Av. Alfonso Ugarte. La presencia de serenos y policas las obliga a esconderse en un hotel a media cuadra del Jr. Larrabure. La mayora de mujeres que ejerce la prostitucin lleva una doble vida para no involucrar a sus hijos en los peligros que corre a diario. En Lima, Callao, Chimbote e Iquitos, un 80% de las prostitutas son agredidas por sus clientes, y un 40% son vctimas de los miembros de la polica y del serenazgo, quienes las despojan de su dinero, las violan y extorsionan.

10 razones a favor de la legalizacin de la prostitucin

Indicador en el suelo de la direccin al lupanar de Pompeya

No estn todas las que son, pero espero que sean todas las que estn. 1.Se acerca lo real a lo oficial

Un problema para cualquier pas surge cuando vive en la mentira. La prostitucin, como la droga, es un hecho cotidiano que est ah. Se trata de levantar el velo, regular su ejercicio y tratar de evitar situaciones de inseguridad jurdica, multiplicidad de normativas, abuso de la autoridad y hacer corresponder lo que ocurre con lo que debe ocurrir segn la ley. 2.- Derechos laborales

Si hablamos de "explotacin" de quienes ejercen la prostitucin, no hablamos solamente del abuso fsico, la trata de blancas y el comportamiento inhumano. Sino tambin de abusos en materia de derechos laborales. Quienes ejercen la prostitucin no tienen ningn tipo de forma de organizarse y mejorar su situacin. Reglamentarse y organizarse incluso a nivel sindical, es una opcin que slo tiene consecuencias positivas. Incluso el hecho de que vayan a la huelga puede resultar positivo para quienes estn en contra de la prostitucin. 3.Dinero

Seamos claros: en un pas con una economa sumergida de cotas tercermundistas, legalizar actividades grises y negras reportara enormes recursos que significan una mejora de la financiacin de los servicios pblicos. O mejor an, la bajada de impuestos por 4.otras actividades, renta, etc. Salubridad

Como es una actividad que conlleva una mayor probabilidad de contagio de enfermedades venreas, la legalizacin conllevara razonables controles sanitarios. Esto ya ocurre con losactores de pelculas pornogrficas y el ndice de contagios en este sector se ha reducido 5.-Trasvase de enormemente. poder

Con la prostitucin reglamentada, gran parte de las mujeres explotadas por proxenetas podran "dirigir su negocio", establecer cooperativas o en todo caso desvincularse de los lazos de dependencia y obtener un poder propio y real. Decidir cmo, cundo y dnde ejercer. Organizarse y tener voz propia.

6.-Negocioindirecto El hecho de haber "barrios rojos" conlleva la atraccin de clientes que pueden consumir en otro tipo de negocios. Cafeteras, restaurantes, hoteles, clnicas privadas, tiendas, taxis y dems, pueden lucrarse de forma indirecta de estar situados cerca de una zona de prostitucin. Se trata de buscar al tipo de cliente y pblico objetivo, competir y vivir de ello. De forma indirecta, tambin aumentara la recaudacin local, etc.

7.-Mafias En un ambiente de prostitucin legal, las mafias, obviamente, seran combatidas con mayor ahnco que en la actual situacin. En primer lugar porque le convendra mucho a Hacienda, en segundo, porque el propio sector denunciara situaciones de competencia desleal. No habra pactos de silencio ni miedo a denunciar o al menos mucho menos de lo que 8.hay ahora. Inmigracin

Prcticamente todas las prostitutas y prostitutos que ejercen en Espaa son inmigrantes (90%). Como no pueden demostrar ejercer un trabajo legal, se ven en una situacin doble de inseguridad: por un lado los riesgos propios de la actividad, por el otro los riesgos de ser deportados el da que las autoridades antiinmigracin ilegal decidan empezar a trabajar. La legalizacin de la prostitucin supondra el contar con un permiso de trabajo y

poder emprender con seguridad un proyecto de futuro en Espaa (apertura de nuevos negocios, 9.No existen educacin argumentos de de peso los para negar hijos, la etc). legalizacin

Se suele esgrimir que quienes ejercen la prostitucin no desean ejercerla. Es decir, se argumenta desde el propio deseo del protagonista. Nadie les ha preguntado a los limpiadores de baos pblicos, masturbadores de reses, inspectores de estircol y gastroenterlogos si sus trabajos son deseables. Adems, siempre resulta presuntuoso hablar en representacin de la voluntad de miles de personas. Los argumentos en contra de la legalizacin de la prostitucin, son los mismos que los en contra de la prostitucin. Argumentos 10.-La de origen religioso, legal pero entonces no cambiamos resulta de tema.

prostitucin

obligatoria

Quien no quiera ejercerla o ser cliente, no se le obliga. No se trata de algo que afecte a terceros como en el caso de un aborto, donde se conculcan -eliminan- los derechos de alguien absolutamente indefenso. Tampoco se trata de algo irreversible como en el caso del suicidio asistido. No es, pues, un problema irrevocable, de mximos, sino uno en el que puede haber un debate abierto.

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