Este documento es una reseña de un libro titulado "El Stalin desconocido" escrito por Roy A. Medvedev y Zhores A. Medvedev. La reseña describe el libro como una investigación exhaustiva de Stalin basada en nueva documentación que desafía mitos comunes sobre él. Los autores, disidentes antisoviéticos, ofrecen una perspectiva matizada de Stalin como líder que fue tanto cruel como trabajador e inteligente. El documento también analiza aspectos de la historia de la ciencia y la tecnología en la Unión
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Nmadas
Universidad Complutense de Madrid
nomadas@cps.ucm.es ISSN (Versin en lnea): 1578-6730 ESPAA
2008 Pablo Huerga Melcn RESEA DE "EL STALIN DESCONOCIDO" DE ROY A. MEDVEDEV Y ZHORES A. MEDVEDEV Nmadas, julio-diciembre, nmero 020 Universidad Complutense de Madrid Madrid, Espaa
Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal Universidad Autnoma del Estado de Mxico http://redalyc.uaemex.mx
Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 S ST TA AL LI IN N Y Y L LA A H HI IS ST TO OR RI IA A D DE E L LA A C CI IE EN NC CI IA A E EN N L LA A U UR RS SS S
(Una resea del libro de Roy A. Medvedev y Zhores A. Medvedev, El Stalin desconocido, Planeta de Agostini, Barcelona 2006. Editado en Crtica en 2005. Traducido por Javier Alfaya y Javier Alfaya McShane)
Pablo Huerga Melcn IES Rosario de Acua, Gijn
1. La primera vez que o hablar de los autores de este libro, Zhores y Roy Medvedev, fue leyendo las Memorias de Andrei Sajarov, donde menciona su importante papel en el desarrollo del movimiento de disidencia antisovitica a favor de los derechos humanos durante los aos sesenta. Zhores A. Medvedev es autor tambin de un importante trabajo sobre el caso Lisenko, desgraciadamente aun no traducido al espaol, as como de otros muchos trabajos importantes relativos a la historia de la ciencia y de la tcnica en la URSS, poltica, etc. El hecho de que se trate de personajes relacionados con la disidencia antisovitica hace que este libro resulte particularmente interesante, debido al enfoque que utiliza y a los datos que aporta, verdaderamente impresionantes. No es el primer caso de disidentes antisoviticos que, a pesar de ello, son capaces ahora de hacer una valoracin de los acontecimientos que tuvieron lugar durante el perodo de existencia de la URSS sobreponindose a los prejuicios occidentales, y a los clichs con los que se suele juzgar todo ese perodo. Si, adems, es capaz de remontar muchas afirmaciones falsas y desbancar teoras montadas y orquestadas por los mismos prejuicios ideolgicos, como es el caso del presente libro, el trabajo adquiere un especial inters.
A diferencia de Alexander Zinoviev, el filsofo disidente y autor del libro La cada del imperio del mal (Bellaterra, Barcelona 1999), los autores no pretenden manifestar ninguna nostalgia sobre el pasado, ni tratan, como aquel, de legitimar o justificar lo que ocurri sobre la base de ridculas teoras tnicas como la de la supuesta cosmovisin del campesinado ruso, que estara detrs de los atroces comportamientos del poder sovitico. Ridculas y absurdas explicaciones que no tienen ningn valor, ms que la apelacin a misteriosas motivaciones telricas para justificar comportamientos que requieren explicaciones materiales ms concisas y que en este libro, afortunadamente, abundan. El mtodo sigue siendo igual de eficaz.
Los autores miran al pasado a travs de una impresionante cantidad de documentacin con el fin de reconstruir los acontecimientos, y sobre todo con el propsito de derrumbar algunos ridculos mitos innecesarios preestablecidos sobre lo que fue la Unin Sovitica, y particularmente, su principal dirigente, Yosif Visarionovich Yujashvili, alias Stalin. Mitos como la Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 muerte de Stalin y su posible envenenamiento, mitos como aquellos que J ruchov esgrimi para desacreditarle y asegurar su propia posicin en el XX Congreso del PCUS: nos referimos al asunto del supuesto acobardamiento de Stalin en los primeros das de la invasin alemana de 1941; o el supuesto error estratgico de Stalin en los primeros momentos de la invasin alemana. Mitos tambin como los que se refieren a la propia capacidad del sistema socialista sovitico para poner en marcha planes productivos como el de la bomba atmica o la de Hidrgeno.
Con implacable honradez nos desvelan muchos aspectos de la vida poltica de Stalin que ideologas baratas, y muchas campaas de tergiversacin, haban dejado en el olvido. Como se pone de manifiesto en el libro, a pesar, incluso, de la apertura de los archivos secretos, que tanto se cacarea, los historiadores no son capaces de superar los prejuicios y mitos histricos que el tiempo ha conseguido que interioricemos. Como ellos mismos dicen: Stalin fue un gobernante, un dictador y un tirano. Pero tras el manto del culto a la personalidad del dspota tambin haba un personaje de carne y hueso. Sin duda fue cruel y vengativo pero tambin tena otras cualidades: Stalin era un hombre reflexivo, calculador y muy trabajador que posea una voluntad de hierro y una considerable capacidad intelectual; era, sin duda un patriota preocupado por mantener la hegemona del estado ruso. ste es el Stalin desconocido que es objeto de nuestro libro. A Stalin nicamente se le puede entender dentro del contexto de aspectos todava inexplorados de su vida y actividades. Los acontecimientos analizados en este libro no se han examinado detalladamente en ninguna de las biografas existentes. La disponibilidad de nuevo material (y que no quepa la menor duda de que aparecer ms en el futuro) nos presenta la oportunidad de revisar ciertos estereotipos y ampliar nuestros conocimientos en torno a sucesos polmicos de nuestro pasado reciente.
Aunque el libro viene firmado por los dos hermanos, probablemente las partes referidas a la historia de la ciencia y de la tcnica en la URSS han estado ms bien a cargo de Zhores Medvedev, de formacin cientfica y una amplia trayectoria profesional, mientras que las dedicadas a aspectos polticos, militares y filosficos tal vez pueden atribuirse a Roy Medvedev, de formacin filosfica. Aunque rusos, nacieron en Tiflis, ciudad que hoy se ha puesto de moda por una de esas situaciones que desde la cada de la URSS resulta cada vez ms incomprensible y extravagante, que tiene como responsables a los gobiernos de las repblicas exsoviticas. Aunque en diversas partes del libro podemos ver quin es el autor que est redactndolas, nos referiremos siempre a los dos autores, puesto que decidieron firmar conjuntamente su libro. El enfoque y la aportacin de cada uno al estudio de Stalin hace que precisamente el resultado sea algo verdaderamente interesante, un estudio sobre aspectos de este personaje que nunca suelen aparecer vinculados de una manera tan exhaustiva y articulada como la que podemos disfrutar en el presente libro, particularmente interesante es todo lo que se refiere a las cuestiones de historia de la ciencia y de la tcnica.
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Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 No lo hemos dicho aun, pero se trata de un libro excepcional, interesantsimo, y absolutamente recomendable. Muy bien escrito y traducido, bien tramado. Una obra de historia que, a pesar de la aridez de todo el aparataje documental, pueda ser leda como un buen guin, con una impresionante calidad dramtica. Sorprenden los datos aportados, las novedades documentales, la minuciosidad de las reconstrucciones histricas, as como la perspectiva general que encadena con rigor toda esa serie de tramas urdidas bajo las banderas del marxismo y bajo el peso de la implacable rigidez del estado sovitico.
Como suele suceder, la realidad de lo que fue la Unin Sovitica supera ampliamente lo que la ficcin pudiera llegar a inventarse, y tal vez sea este el leit motiv de todo el libro, esto es, tratar de mostrar que con un mero anlisis histrico, serio y riguroso, y dejando de lado todas las invenciones absurdas y mitos innecesarios, todava los acontecimientos pueden dejarnos una historia verdaderamente increble, aun ms sorprendente. El personaje es ya prcticamente un misterio, y la Unin Sovitica, Rusia y las repblicas exsoviticas, y sus relaciones, lo son ms todava.
Escribo esto a cinco das de la muerte de Solsenitsin, y a dos das de la invasin de Rusia en Georgia, muy cerca de la ciudad en la que naci Stalin, Gori, y donde aun hoy se puede visitar un museo sobre su vida. Ciertamente, la revolucin no fue completa, la sovietizacin fue insuficiente, la rusificacin demasiado tmida, y los problemas que justificaron la revolucin siguen sin resolverse. Demasiadas ocasiones perdidas para ahora destruir a caonazos la vida de quienes durante 70 aos fueron hermanos en la idea ms ambiciosa de la historia.
Precisamente, la lectura de los acontecimientos actuales, al igual que la de los acontecimientos que narra este libro, o el Archipilago Gulag de Solsenitsin, las memorias de distintos personajes que vivieron esa poca, etctera, aunque ayudan a comprender lo que ocurri y lo que est ocurriendo, tambin nos sumergen aun ms en la profundidad del misterio que se esconde tras las fronteras de Ucrania y Bielorusia, allende el Volga, los Urales, o Siberia. No es posible hacer un juicio definitivo sobre lo que fue la URSS, pero no hay duda de que su historia breve y su final inesperado permiten una valoracin ponderada contra los mitos que se han ido asumiendo en occidente. En cualquier caso, los autores utilizan la perspectiva ms apropiada para un trabajo histrico de estas caractersticas, la reconstruccin y valoracin de los acontecimientos que narran desde la perspectiva del presente, esto es, en funcin de las consecuencias actuales de aquellos hechos. El fin de la Unin Sovitica y sus consecuencias resulta ser una perspectiva extraordinaria para llevar adelante una valoracin histrica, en la que precisamente Stalin, y contra lo que podra hacernos suponer el conjunto de prejuicios que se han creado en torno a l, no slo no queda mal parado, sino que la imagen resultante se acerca bastante a algunas de las cosas que constituyeron lo que se llam el culto a la personalidad.
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Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Seguramente se podra decir que este tipo de revisin histrica en la Rusia actual puede venir propiciado por el inters que Vladimir Putin ha manifestado por recuperar el orgullo sovitico, pero eso no hace menos interesante el resultado. En todo caso, el anlisis histrico riguroso tiene que contribuir a dar a cada uno lo suyo, como se puede observar en esta obra de los hermanos Medvedev.
2. La primera parte del libro est dedicada a los ltimos das de Stalin. Impresionante investigacin y relato, que deja en ridculo todas las posibles ficciones acerca del asunto. Uno se sorprende al leer los acontecimientos que tienen lugar en el momento de la muerte del dictador. Los autores hacen frente a la tradicional teora del envenenamiento, tan apropiada para establecer vnculos ms o menos conscientes entre la URSS y el Imperio Romano, vnculos estrictamente superficiales, aunque en los dos tengan, por supuesto, muchos ms elementos en comn de lo que pudiera parecer a simple vista. Los autores ofrecen un estudio exhaustivo y muy bien documentado acerca de la salud de Stalin desde el ao 1923, para pasar posteriormente a reconstruir el extraordinario suceso del ataque de apopleja que sufri el domingo 1 de marzo de 1953. El relato, los testigos, los testimonios directos e indirectos, ponen de manifiesto las profundas tensiones que se vivan en la cpula del poder de un sistema poltico en el que todo se decide por medio de intrigas palaciegas de lo ms repugnantes, tal como seguramente ocurre en el seno de cualquier partido poltico moderno, pero donde faltaba totalmente cualquier tipo de refrendo popular -el que busc el insensato J ruchov para derribar la imagen de Stalin, por ejemplo. Malenkov, Beria, Bulganin, J ruchov pasaron una noche muy ajetreada seguramente tratando de repartirse el poder que quedara vacante con la indisposicin irreversible de Stalin. Los autores plantean una reconstruccin de los hechos plausible, en funcin de las intrigas que mantenan entre s los principales personajes de la escena, sin necesidad de recurrir al argumento del asesinato. Mientras que los movimientos realizados por todos en el perodo de silencio que se abre el domingo 1 de marzo por la maana, representan una danza macabra entre los aspirantes al poder.
El anlisis de la situacin creada tras el ataque sufrido por Stalin lleva a los autores a regresar a los preparativos del XIX Congreso del PCUS en el que aquel haba estado urdiendo toda una serie de reformas con el fin de asegurarse que su heredero no fuera ninguno de los aspirantes mejor situados en la lnea de sucesin, ninguno de los cuales tena la formacin filosfica marxista necesaria para afrontar la responsabilidad de estar al frente nada ms y nada menos que del Partido Comunista de la Unin Sovitica, el PCUS. Al parecer, quera renovar todas las instituciones con gente nueva. En la reunin del Comit Central celebrada el 16 de octubre de 1952, y despus del impresionante relato sobre la propuesta de Stalin de abandonar la Secretara general del Comit Central -que animo a leer-, Stalin sac una lista del bolsillo en la que figuraban los nombres de los que l propona como los nuevos 25 miembros y 11 candidatos a miembros del Presidium del Comit Central.
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Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Los autores citan los comentarios que personajes como Sepilov o J ruchov hicieron en sus memorias de estos acontecimientos. Aquella lista haba dejado a todos estupefactos. Nadie saba con quin y en funcin de qu criterios Stalin haba preparado esa renovacin poltica. J ruchov incluso afirmaba en sus Memorias que ni el mismo Stalin conoca todos los nombres all referidos. Segn los autores, uno de los nuevos miembros era el que le haba ayudado a Stalin a realizar la lista, y era tambin el elegido para sucederle en el poder. De hecho, en el libro hay un captulo entero dedicado a argumentar una tesis muy interesante segn la cual un personaje tradicionalmente valorado como una figura de segunda fila dentro de la jerarqua del partido, era quien realmente Stalin pretenda que fuera su sucesor; un personaje que, al parecer, fue capaz de sobrevivir a esta eleccin entre el resto de los aspirantes, particularmente, Malenkov y Beria, gracias a su propia habilidad y a que siempre permaneci en un lugar poco destacado, aunque no por ello menos influyente. Se trata de Mijail Suslov. Nunca llegara a alcanzar la jefatura del partido, pero, gracias a sus propias habilidades supo mantenerse en la cima del poder hasta el final de su vida. Otros aspirantes anteriores, como Voznesenski, fueron vctimas de esa pareja diablica, Beria y Malenkov, aunque -como sealan los autores- en ocasiones en las que se vea envuelta una personalidad tan relevante, slo poda ser Stalin quien tomase la iniciativa (pg. 62). Sobre este asunto, resulta impresionante el careo citado en el libro entre J ruchov y Bulganin, y Malenkov (pg. 63).
Ciertamente, lo ms difcil era encontrar a un sucesor para la direccin del partido, pues este puesto requera no slo cualidades organizativas, sino tambin una formacin seria en el marxismo, adems de una conviccin ideolgica frrea, etc. Alexander Shcherbakov, (el Gbels ruso), fue uno de los posibles herederos, y posteriormente tambin Zhdanov. Todos ellos fueron responsables de la seccin de agitacin y propaganda. Tambin Suslov asumira esta responsabilidad, tras la muerte de Zhdanov, como secretario del Comit Central responsable del rea ideolgica. Su impresionante trayectoria y el papel que jug en la sovietizacin de las repblicas blticas y otros pases del este tras la guerra, su papel como agente secreto de Stalin, etc., lleva a los autores a confirmar que fue el que dict la estrategia de la guerra fra. La circunstancia de mantenerse fuera del Politbur, aunque dentro del Comit Central, le ayud a afianzar su poder pasando mucho ms desapercibido. Tras la muerte de Stalin y la destitucin de J ruchov, fue el autntico secretario general del PCUS a la sombra de Brezhnev.
Si el captulo dedicado a Suslov resulta revelador en muchos aspectos en lo que se refiere a las intrigas y las tensiones en la cpula del poder a la muerte de Stalin, el captulo dedicado a los archivos de Stalin tiene un incuestionable valor por lo que se refiere a la actualizacin de toda la documentacin con la que cuentan hoy por hoy los historiadores para estudiar esta parte tan importante de la historia sovitica. El captulo analiza los archivos con los que se cuenta, valora los que se pudieron haber perdido, y rastrea el destino de los archivos arrojados en medio del oleaje poltico de aquellos tiempos. Los archivos personales de Stalin -que como se sabe viva por entero entregado Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 a su trabajo-, hubieran sido ciertamente con el paso de los aos una inestimable fuente de informacin sobre los entresijos del poder poltico, cmo nace, cmo se establece y se mantiene una figura de este tipo, etc. Sin embargo, la crudeza de los procedimientos y la consciencia de la responsabilidad en terribles crmenes trajo consigo la prdida de muchos de estos inestimables documentos. Sus herederos polticos procedieron a destruirlos. Esta circunstancia permite a los autores hacer una valoracin de los llamados crmenes de Stalin desde un punto de vista menos personal y reconocer la complicidad colectiva y generalizada en aquellos acontecimientos. De hecho, el propio Stalin guardaba buena cuenta de la implicacin de sus camaradas en sus decisiones.
La destruccin de documentos ha sido una prctica habitual en la URSS y supone una gran prdida en muchos aspectos, no slo polticos, sino cientficos. Al parecer, cuando algn poltico o intelectual era detenido, sus documentos eran confiscados, y posteriormente destruidos. El libro comenta, entre otros, un caso verdaderamente sangrante, el de Nicolai Vavilov, cuyos archivos fueron quemados; entre ellos haba 90 cuadernos de notas de sus expediciones botnicas por el mundo (pg. 75), mapas y libros manuscritos inconclusos. Todo lo quemaron estos irresponsables -Beria en este caso. Resulta vergonzoso comprobar la forma de proceder de estos monstruos, y ms lamentable aun recordar las cartas que Vavilov escribi desde la crcel a esa sanguinaria hiena para que le salvara.
Como prueba de lo que hubiera dado de s aquella documentacin que Stalin acumulaba en la dacha de Kuntsevo, por ejemplo, estn las cinco cartas que por casualidad llegaron a la posteridad, tal y como cuenta Alexei Snegol. En una de ellas, de 1923, Lenin le exiga a Stalin que pidiera disculpas a la Krupskaia; otra, la ltima de Bujarin, escrita poco antes de morir fusilado, terminaba preguntndole a Stalin: Koba, qu necesidad tienes de que yo muera? (pg. 78). Otra era de Tito, del ao 1950, en la que le peda que dejase de enviar asesinos para matarle.
Tambin se nos informa de la serie de documentos que por diversas razones se han conservado, entre ellos, los que el mismo Stalin facilit a los archivos del partido y del ejrcito y a los ficheros especiales, actualmente incorporados al Archivo Presidencial de la Federacin Rusa -que tambin contiene documentos secretos procedentes del Politbur, y de los ficheros especiales, y parte del archivo del KGB y algunos documentos personales de Stalin.
Por otra parte, entre los fondos perdidos destacara el archivo personal de Stalin. Un archivo formado por toda la serie de documentos resultante de la red paralela de investigadores con la que contaba l personalmente, y que le permiti siempre mantener un control frreo sobre sus rivales. En la pgina 90 se comenta el caso de las condenas, destituciones, y degradaciones que Stalin aplic a varios de sus principales generales destacados en la Guerra Mundial, una vez que esta hubo terminado. Aunque siempre se ha dicho que esto se debe a las envidias de Stalin, los autores demuestran que esta interpretacin es errnea, puesto que todos ellos haban sido investigados Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 por los agentes del MGB, investigaciones que pusieron de manifiesto que efectivamente haban procedido a apropiarse de muchos bienes robados a Alemania tras la guerra, en vez de entregarlos al Estado, como era su deber. El mariscal Golovanov se llev, aprovechando su jerarqua, toda la casa de campo de Gbbels en porciones. Zhukov y otros hicieron lo propio, y fueron castigados. En general, se nos abre los ojos sobre el fenmeno del saqueo posterior a la derrota de Alemania, un tema en el que no se suele reparar, y se aportan datos que modifican ampliamente la percepcin comn de aquellos acontecimientos.
El archivo incluira tambin su correspondencia personal, que debi de ser muy abundante. Algunas de las cartas se recuperaron, como la coleccin correspondiente a las cartas que Stalin envi a Molotov entre 1925 y 1936, y que ha sido editada en 1995. El anlisis permite abandonar el misterio de por qu Molotov no entreg ms cartas de otros aos. En efecto, algunos han supuesto que podra deberse a la implicacin de Molotov en el gran terror. Los autores se inclinan por la tesis de que Stalin no envi cartas simplemente porque no dej de trabajar. Stalin enviaba estas cartas precisamente cuando se ausentaba de Mosc y quedaba Molotov como responsable de las principales instituciones. Las cartas de Molotov a Stalin sin embargo, como todo lo que estuvo en sus manos, fueron destruidas. Los archivos de Kalinin, Ordzhonikidze, Kirov, Mikoyan, Kuibishev, Kaganovich, y Voroshilov tambin incluyen cartas de Stalin, de modo que podemos hacernos una idea de mucho de lo que se ha perdido.
Por otra parte, el libro hace referencia al abundante nmero de cartas que fueron enviadas a Stalin desde todos los estratos de la sociedad sovitica, - como deca Bujarin, era una costumbre arraigada ya desde la poca de Lenin. Al parecer, Stalin pona atencin en las cartas provenientes de personajes de la intelligentsia rusa, autores, cineastas, y ya a partir de 1945, tambin de cientficos. Kapitsa, por ejemplo, le escriba a menudo. Muchas de estas cartas han sido publicadas en 1989 con el ttulo, Cartas sobre la ciencia. De todas ellas, slo se encontr una original, y no en los archivos de Stalin, sino en los del NKVD; escrita el 28 de abril de 1938, en ella Kapitsa le pide que se haga algo contra el arresto de Landau que, con 28 aos, era uno de los grandes fsicos soviticos. Muchas de las cartas escritas en los aos 30 eran cartas de denuncia contra distintos personajes, por ejemplo, en el archivo del Politbur se encontraron muchas denuncias contra Nicolai Vavilov. Desgraciadamente los autores no nos informan acerca del contenido de estas acusaciones, dando seguramente por descontado que su contenido es falso. S se han conservado los libros de visitas del despacho de Stalin en el Kremlin. Estos documentos han ayudado a la reconstruccin de importantes acontecimientos en la historia de la URSS, como se puede comprobar con la lectura de este libro. El destino de la biblioteca de Stalin tambin se estudia en el libro y, como todo lo dems, resulta desolador. De los 20.000 volmenes con que contaba la biblioteca, slo se conservan unos 400 libros con anotaciones de Stalin que estn en el archivo del RTsKhIDNI (Centro Ruso para la Conservacin y Estudio de Documentos de la Historia Reciente). Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
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Una vez visto y valorado el estado de los archivos de Stalin, de los que se conservan as como de todos aquellos que se supone que existieron y desaparecieron, los autores reconstruyen cmo debi de procederse en la destruccin de todo ese material, haciendo una labor crtica fundamental contra historiadores como Volkogonov, y otros. Aqu la historia deja de ser historia comparada, valoracin de fuentes y documentos, para ser de nuevo relato, e intriga.
Segn Volkogonov, habra sido Beria el principal responsable de la destruccin de todos los materiales, tanto de los de la dacha de Kuntsevo, como de los del despacho del Kremlin, y su caja fuerte. Volkogonov fue el primero en sealar la responsabilidad de Beria en lo que se refiere a esa caja fuerte de Stalin, apuntando que seguramente fueron destruidos en el ltimo lance de la vida de Stalin, despus del ataque del 1 de marzo de 1953. Sin embargo, los testimonios recogidos por Roy Medvedev, grabados durante tres das de conversaciones con Alexei Snegov y Olga Shathvoskaya, permiten hacer una reconstruccin impresionante de los acontecimientos. Malenkov, Beria y J ruchov fueron designados el da 5 de marzo de 1953 para revisar los papeles de Stalin, en una reunin conjunta del Comit Central, el Consejo de Ministros, y el Presidium del Soviet Supremo. Poco despus del funeral, el 10 u 11 de marzo quemaron, sin mirar, todos los papeles de la caja fuerte. Posteriormente, tambin los archivos de los camaradas de Stalin seran parcialmente destruidos, a medida que moran, empezando por los de Beria. El caso de los papeles de Mikoyan es verdaderamente sangrante pues, disponiendo de una enorme cantidad de documentos que se remontaban a los inicios de la URSS, todos ellos fueron cribados y desaparecieron por rdenes de Konstantin Chernenko en 1978.
Fue tal el miedo y el inters por hacer desaparecer cualquier documento comprometedor, que ni siquiera los herederos de Stalin pudieron recuperar sus pertenencias. A sus hijos vivos, Svetlana y Vasili, les fue prohibido el acceso a los aposentos de su padre una vez muerto.
La valoracin general de los autores con relacin al tema de la desaparicin parcial de los documentos de Stalin es que si bien para los historiadores supuso una gran prdida, para la URSS ayud a la superacin del estalinismo, porque se evit que aparecieran cosas parecidas a lo que fue el testamento de Lenin, que hubiera provocado todo tipo de incmodas situaciones -por decirlo de alguna manera. Lo increble, en todo caso, es que ni siquiera el que se supone haba sido elegido para sucederle, Mijail Suslov, conserv documento alguno que pudiera haber significado alguna orientacin o testamento con relacin a sus seguidores, pero es evidente que muerto Stalin, ninguno de los que estaban en su entorno ms cercano era capaz de seguir el proyecto de Stalin, lo que pone de manifiesto el carcter excesivamente personal e impredecible de su proyecto, contra la doctrina marxista que anim la revolucin. Creo que los relatos de este y otros muchos libros, sobre lo que ocurri durante su poca, nos permiten afirmar sin irona que Stalin (y el estalinismo) es la negacin ontolgica del Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 materialismo histrico como doctrina poltica. Ahora bien, una cosa es que se ponga de manifiesto que un proyecto poltico e histrico tiene un carcter personal e indeterminado, y otra bien distinta decir que toda la responsabilidad est en esa figura, negndosela a los miles de cmplices que verdaderamente hicieron posible ese proyecto poltico, tal y como ocurri en la URSS de Stalin, o en la Alemania de Hitler. En todo caso, y para no seguir con estas comparaciones tan al uso, al menos el proyecto de Stalin libr al mundo de la amenaza telrica y atvica del paranoico nazismo alemn. Los alemanes fueron derrotados, sin embargo la URSS ms que ser derrotada lo que ha hecho es arrepentirse de sus actos. La novela de Vasili Grossman, Vida y destino, (recientemente publicada en espaol) pone de manifiesto precisamente la responsabilidad colectiva de toda la sociedad sovitica. Una sociedad como se dice a veces- en la que para sobrevivir, esto es, para no ser acusado, era necesario acusar.
La primera parte del libro termina con otro ensayo interesante sobre el famoso XX Congreso del PCUS de 1956, donde, a tres aos de su muerte, J ruchov invent una imagen de Stalin adecuada a sus propios intereses polticos, echndole toda la culpa de los actos en los que tambin l y sus camaradas haban participado. La historia de este congreso y sus consecuencias va ms all de las intenciones de J ruchov, y tuvo efectos positivos en lo que se refiere a la cancelacin del gulag, y la rehabilitacin de cientos de miles de vctimas, pero gener una imagen falsa de Stalin convirtindolo en una especie de monstruo capaz de todas las atrocidades y mezquindades, que si fueron ejecutadas, sin duda fue por el apoyo masivo de grandes cantidades de personas responsables del partido en todas las regiones y niveles jerrquicos, como decamos ms atrs.
De hecho, no hay ms que echar un vistazo a las actas de las sesiones del Comit Central que se han ido publicando en diversos libros, como por ejemplo, el de J . Arch Getty y Oleg V. Naumov, La lgica del terror. Stalin y la autodestruccin de los bolcheviques, 1932-1939, (Crtica, Barcelona 2001) para darse cuenta del grado de engolfamiento en el que estaban instalados, de la profunda paranoia que los atenazaba. En este libro se puede leer el tono y el estilo de los oradores de la poca, y se puede calibrar la ferocidad y el ansia de sangre de cualquiera de los lderes que matando y muriendo jugaron su papel en la poca. En una de aquellas sesiones un tal Mezhlauk dice, refierindose a Bujarin y Rikov: lamentables cobardes, cobardes y ruines. No hay sitio para vosotros ni en el Comit Central ni en el partido. El nico lugar apropiado para vosotros [los opositores de derecha, Bujarin, Rikov] son los rganos de investigacin, ante los cuales sin duda hablaris de otro modo, porque aqu, ante el pleno, habis carecido del coraje ms elemental, el que uno de vuestros propios discpulos, llamado Zitsev - pervertido por vosotros-, tuvo cuando dijo, en referencia a s mismo y a vosotros: soy una vbora y le pido al poder sovitico que me extermine como a una vbora; Bykin dice Es necesario que reciban el mismo castigo reservado a sus cmplices y amigos durante el primer y el segundo juicio de los trotskistas y los zinovievistas. Es necesario que los derechistas sean eliminados igual que lo fueron los trotskistas etc. Vlas Chubar dice Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Cuando le la nota de Bujarin relativa a las acusaciones formuladas contra l, me dio tanto asco como si me encontrara ante una serpiente, una vbora. Son trozos de discursos e intervenciones en el pleno de febrero-marzo de 1937 ante Bujarin, y Rikov, que estaban presentes tambin, y se pueden leer entre las pginas 300 y 305 del libro citado. Reducir el asunto a un problema personal entre Stalin y Bujarin es negarse a comprender unos hechos que suponen la complicidad general de la sociedad y del partido en particular.
J ruchov, contra lo que pareca, favoreci la difusin del supuesto discurso secreto en una evidente estrategia de autodefensa. Pero tampoco fue obra suya solamente, o iniciativa estrictamente personal. Como comentan los autores, ya desde la muerte de Stalin en 1953 se estaba produciendo toda una serie de cambios y rehabilitaciones que haca inevitable que el PCUS en algn momento dijera algo al respecto. Muchos antiguos miembros del Comit Central haban sido rehabilitados en 1955, de modo que era necesario hacer alusin al asunto de la represin.
Ciertamente, el efecto del discurso de J ruchov ha sido estudiado en muchos pases, pero muy poco en lo que se refiere a las consecuencias que tuvo en la sociedad sovitica. Gracias al libro podemos hacernos una idea de lo que signific. El discurso se ley en todas las reuniones y asambleas de partido, por todas partes, a lo largo y ancho de la URSS, durante meses. Muchas de las intervenciones que tuvieron lugar en esas reuniones insistan en la necesidad de recuperar los valores comunistas, ampliamente abandonados por Stalin, segn el informe J ruchov. Los autores comentan cmo se llev a cabo la cancelacin de gran parte del archipilago gulag: Kolima, Vorkut, Carelia, Siberia, Kazagstan, Mordovia, Urales y Primorie. Sin embargo, y a pesar del verdaderamente profundo proceso sociopoltico abierto con el discurso de J ruchov, todava continu existiendo el sistema de campos de trabajo del Ministerio de la industria ligera, que era el ministerio responsable de la industria militar nuclear y de las minas de uranio, y los archivos de la administracin especial que se ocupaba de esos campos, aun no se han abierto hasta la fecha (pg. 126).
El caudal de casos concretos y testimonios derivados del proceso de rehabilitacin es descrito en el libro con cierto laconismo, pero da una impresin impactante, desde luego, aunque muchsimas injusticias quedaron definitivamente sin resolver. No hubo juicios contra los torturadores, muchos quedaron sin rehabilitar durante aos, nunca se revel el nombre de los que denunciaron con falsos testimonios, etctera. Los incidentes entre torturados y torturadores son verdaderamente llamativos (pg. 128). Fue entonces cuando autores como Solsenitsin, Shalanov, Yevgenia Ginsburg, Simen Gazanian empezaron a recrear literariamente aquella experiencia atroz.
Un nmero tan enorme de condenas, ejecuciones y penas de crcel de todo tipo, pueden desorientar a quienes ponen atencin en este asunto por primera vez. Resulta tremendamente difcil comprender el grado de injusticia y arbitrariedad aplicado en el modelo de justicia sovitico que, muchas veces y de manera creo que muy apropiada, se ha asemejado al modelo de la Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Inquisicin -como ya hiciera el propio Bujarin en su la famosa carta que memoriz su mujer, Larina. Ntese: una semejanza que si bien podra subrayar el carcter arcaico del sistema sovitico, tambin muestra el grado de eficacia y el carcter estatal y moderno de una institucin como la Inquisicin. La lectura del libro de Alexander Solsenitsin, Archipilago Gulag, es una manera especialmente apropiada de iniciarse en la comprensin del sistema judicial sovitico y su forma arbitraria de proceder. Este ensayo literario de investigacin histrica, como l mismo lo subtitula, narra de manera cruda y clara el proceder de las instancias judiciales y de las instituciones encargadas de poner en marcha aquellas represiones. Lo ms clamoroso es el hecho de la presuncin de culpabilidad, solo por la presencia de denuncias realizadas contra una persona, sin contraste de ninguna clase, a menudo extradas a base de torturas de todo tipo. Esas denuncias se archivaban y se utilizaban instrumentalmente en funcin de las propias circunstancias en las que se desarrolla la vida de cada uno de los perseguidos. A pesar de las diferencias de criterio y valoracin que se encuentran entre personajes crticos con el rgimen como el propio Solsenitsin o Sajarov, etctera, lo cierto es que los datos ofrecidos por Solsenitsin en Archipilago Gulag son esenciales y es necesario que sean ledos e interiorizados por todos aquellos que se sienten, se han sentido, o han ingresado en cualquiera de los Partidos Comunistas de cualquier pas. Si no se ha hecho una profunda revisin de la tradicin marxista que desemboca en Stalin, si es posible leer los textos marxistas de Stalin con el objetivo de extraer lecciones polticas, y abstraerlos del fango de sangre en el que se asientan, es evidente que seguimos una senda poltica equivocada y peligrosa, socialmente peligrosa. Los filsofos marxistas occidentales se han rasgado las vestiduras con los crmenes de la Primera y la Segunda guerra mundial. Los campos de exterminio nazis llevaron a algunos a considerar que ya no era posible la poesa. Faras defenda que el nazismo de Heidegger impregnaba su obra filosfica. Pero se segua mirando a la URSS como una alternativa. Algunos filsofos de estirpe hegeliana tal vez dirn que al menos si hubiera triunfado la lnea estalinista todo aquello habra quedado justificado, lo mismo que podra decirse de Hitler si hubiera sido capaz de derrotar a la URSS como todos esperaban, y tal vez por eso ahora podemos ponernos tan estupendos y criticar estos modelos como monstruosidades: solo porque el mundo en el que vivimos nace de la derrota de esos modelos. Pero tambin cabe la interpretacin contraria, y podramos decir que si es posible criticarlos es porque el modelo poltico que los derrot era francamente superior y nunca hubiera podido haber sido vencido. Etctera. En cualquier caso, la lectura del Archipilago Gulag es absolutamente necesaria para comprender el fenmeno del comunismo, y ningn comunista actual debera pasar sin leer lo que textos como este de Solsenitsin, o el mismo libro que estamos reseando, nos ensean sobre lo que fue el comunismo real. A alguien se le ha ocurrido pensar que los textos filosficos de Stalin pueden conservar las huellas que deja el ejercicio despiadado del poder? Es ms, tendran verdaderamente algn valor filosfico esas obras desvinculadas del hombre que las cre, del papel que ese hombre ha jugado en la historia, entre otras cosas, por las atrocidades en las que estuvo envuelto? Hubiera sido posible lograr lo que verdaderamente Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 logr el sistema sovitico, sin el sistema de exterminio masivo que puso en marcha? Acaso los valores leninistas esgrimidos tras la muerte de Stalin hubieran sido capaces de generar el inmenso poder que el sistema sovitico alcanz con Stalin?
3. Las siguientes dos partes del maravilloso libro que estamos reseando giran en torno a interesantsimos temas de historia de la ciencia y la tecnologa y abren cuestiones muy importantes sobre el papel de Stalin y sobre los logros del socialismo real. Los autores tratan aqu el tema del proyecto de la bomba atmica, y de la bomba de Hidrgeno. Estudian la organizacin productiva que hizo posible estos proyectos, y ofrecen datos esclarecedores sobre la eficacia del sistema socialista y la organizacin de la produccin. Si es prcticamente un tpico entre los autores marxistas reconocer que la llamada propiedad colectiva de los medios de produccin hizo posible el milagro tecnolgico de la URSS, tal y como poda deducirse de las tesis de los delegados soviticos al clebre congreso de Londres de 1931 (la eficacia de los planes quinquenales, la superacin en la URSS del tremendo colapso derivado de la crisis de 1929 en el mundo capitalista, etc.), lo cierto es que a duras penas es posible mantener estas teoras salvo por un empeo de falsa conciencia digno de ser estudiado. Lo que se desprende de los datos que se ofrecen en el libro dista mucho de estas tesis y obliga a asumir una perspectiva diferente. La URSS elabor una red de centros de produccin claramente esclavistas, sin metfora. La bomba atmica fue resultado de una enorme eficacia en los sistemas de informacin que dispona la URSS en EEUU, y Gran Bretaa, aunque el de la bomba de Hidrgeno fue un proyecto genuinamente sovitico. Pero la red productiva impresionante que estos proyectos requeran slo fue posible mediante la organizacin de un sistema especial de gulags, el llamado gulag atmico, con caractersticas especiales porque, entre otras cosas, los que trabajaban en l no podan volver a sus casas una vez cumplidas sus condenas, eran sistemticamente deportados a zonas lejanas con el fin de que no pudieran desvelar los secretos de estado que haban conocido, los lugares secretos, ubicacin, caractersticas, procesos productivos, etc.
Por supuesto, los secretos robados a Occidente tuvieron eficacia porque en la URSS haba cientficos muy bien preparados, y capaces de descifrar aquellos datos y ponerlos en funcionamiento. Kurchatov, el Oppenheimer sovitico, mostraba ante sus colegas una destreza que lo convirti casi en leyenda, realizando operaciones y anticipando soluciones que a los dems les resultaba tremendamente complicado realizar, y es que gozaba de la informacin privilegiada que le proporcionaban los servicios secretos soviticos que reciban la informacin directamente de los legendarios espas soviticos. Pero la URSS pudo tambin aprovechar cosas como el curioso botn de guerra proveniente de los restos destruidos de la fbrica de Uranio de Oranienburg, cerca de Berln, que haba sido deliberadamente bombardeada por los norteamericanos das antes, ante la posibilidad de que los soviticos pudieran llegar a ella. La inestimable ayuda del cientfico alemn Nikolaus Riehl dio lugar a la creacin del complejo de Elektrostal, una de las primeras islas del gulag nuclear, en la que los trabajadores eran Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 soldados soviticos que despus de liberados de las prisiones alemanas fueron condenados por cobarda a decenas de aos de trabajos. El nmero de presos lleg en 1950 a 10.000. Para saber ms sobre estos encarcelamientos, el libro de Solsenitsin, Archipilago Gulag ofrece toda una serie de datos sorprendentes. Tambin las Memorias de Andrei Sajarov ponen de manifiesto la existencia de estos contingentes de trabajadores esclavos en los complejos secretos en los que l y otros cientficos trabajaron desarrollando el proyecto de la bomba de Hidrgeno.
El proyecto Manhattan de la bomba atmica no solamente fue una cuestin estratgica para la Guerra fra, como queda de manifiesto por los anlisis que ofrecen los autores. Su trabajo advierte tambin sobre la intencin que los norteamericanos tenan de evitar que la URSS alcanzara una influencia mayor en el destino del sureste asitico. El lanzamiento de las bombas en J apn tena un inters estratgico concreto a la hora de negociar la paz en Oriente. En la pgina 145 y siguientes se describe con detalle lo que constituy la organizacin institucional del programa nuclear sovitico, al que se dio prioridad absoluta a partir de la bomba de Hiroshima de 6 de agosto de 1945; la creacin del PGU, Directorio Principal del Consejo de los Comisarios del Pueblo, encargado de inspeccionar el proyecto atmico, etc. Si, al parecer, la bomba de plutonio, la primera que hizo explotar la URSS el 29 de agosto de 1949, fue verdaderamente una copia de la que EEUU lanz sobre Nagasaki, la segunda, de uranio, lanzada en 1951, ya era un modelo original sovitico. Los agentes secretos que jugaron un papel decisivo en estos acontecimientos fueron localizados, salvo Cairncross, pero la URSS no slo haba sido capaz de tomar los datos de los proyectos americanos, sino que haba conseguido montar una infraestructura industrial con capacidad tecnolgica y productiva totalmente competitiva frente a EEUU, en gran medida, aprovechando el caudal de trabajadores del gulag industrial, el llamado GULPS y el GULGMP.
El siguiente ensayo del libro, tambin de un inusitado inters para la historia de la ciencia y la tecnologa, es el correspondiente al tema del desarrollo de la bomba de hidrgeno, un proyecto que signific adelantar a EEUU en la carrera nuclear, a pesar del empeo original del cientfico norteamericano, Edward Teller, y en el que acabara sobresaliendo uno de los amigos de los autores, Andrei Sajarov, que posteriormente, con Kapitsa, participara en las protestas para que Zhores Medvedev fuera liberado de un manicomio en el que haba sido internado por su actividades disidentes.
Si desde el punto de vista tecnolgico, la produccin de Deuterio supona una importante inversin industrial, la propia concepcin de la bomba de Hidrgeno requera clculos cientficos muy elaborados, puesto que no poda llevarse a cabo la investigacin experimentalmente debido a las condiciones de temperatura necesarias. Yakov Zeldovich y Lev Landau seran las piezas clave en el proceso, mientras que Kapitsa quedara definitivamente desvinculado de l, a pesar de que el instituto de Problemas de Fsica que l diriga haba estado investigando en las propiedades fsicas de los gases. El captulo sobre las relaciones de Kapitsa con Stalin y Beria es Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 verdaderamente interesante para la historia de la ciencia, toda vez que Kapitsa ya contaba en su haber con una larga trayectoria de problemas polticos que empezaron cuando se le deneg el permiso para seguir trabajando en el laboratorio Cavendish con Rutherford en los aos 20. J . G. Crowther relata estas cuestiones de manera muy interesante en su ensayo Fifty Years with Science, de 1970. Pero si algo queda de manifiesto en este asunto de Kapitsa es lo que se refiere tambin a la actitud de los cientficos que, como en el caso de Landau, Sajarov, etctera, tambin ellos polticamente poco proclives al modelo poltico de la URSS, sin embargo se dejaron llevar y pusieron todo su esfuerzo en los programas de investigacin soviticos, abundando con su actitud en el tema del compromiso poltico de los cientficos y su carcter verdaderamente neutral y abstracto en el mbito de la llamada Gran ciencia, donde se advierte que verdaderamente son mercenarios de la investigacin, centrados estrictamente en la posibilidad de desarrollar su capacidad de investigacin en el marco de las mejores condiciones materiales, sea quien sea quien paga, y para lo que lo paga. La URSS puso a sus cientficos las mejores condiciones de trabajo e investigacin posibles, los cientficos las asumieron y en ellas desarrollaron proyectos impresionantes para la historia de la ciencia, pero despus se quejaban amargamente de que trabajaban como esclavos, etc. La gran ciencia, tanto en la URSS como en EEUU, supona este tipo de esclavitudes, pero no es nada personal, es que simplemente es imposible trabajar de otra manera en el marco de los megaproyectos que pone hoy en marcha la ciencia. Lgicamente, cuando alguno de ellos se mostraba disidente con el modelo, perda inevitablemente los privilegios en virtud de los cuales poda llevar a cabo su trabajo de investigacin, salvo que su aportacin resultara ser indispensable, como ocurri con Landau, o el mismo Sajarov (a este se le apart efectivamente de la investigacin). Sajaron fue premio Nobel de la paz por la defensa de los derechos humanos en la URSS y principal investigador del proyecto de la bomba de hidrgeno de la URSS.
Desde mi punto de vista, es curioso que personajes tan cercanos biogrficamente a Boris Hessen, como Igor Tamm, amigo personal desde la infancia en Yelisabetgrado, y Abraham Yoffe, maestro de Hessen, hayan tenido un papel tan importante en ambos proyectos, el de la bomba atmica y el de la de hidrgeno. En el proyecto de la bomba atmica Abraham Yoffe proporcion desde su Instituto los fsicos que lo desarrollaron, y en el de la bomba de Hidrgeno los personajes clave fueron Igor Tamm y Lev Landau. Los curiosos detalles de la investigacin aqu ofrecida son interesantsimos. Obviamente los cientficos del proyecto tenan los telfonos pinchados, algo que supongo no sera costumbre exclusiva de los soviticos, como pone de manifiesto el Proyecto Manhattan. Landau se quejaba siempre de que la URSS era un estado fascista y l un esclavo cientfico. En el ao 1950 estaba claro que el proyecto de la bomba H abrigado por Teller en Estados Unidos y seguido tambin por la Unin Sovitica estaba en un punto muerto. La cuestin internacional obligaba, sin embargo, a seguir adelante con las investigaciones. El 31 de enero de 1950 Truman anunci que haba encargado la bomba de Hidrgeno. El triunfo de China y el xito sovitico con las bombas nucleares lo hacan estratgicamente inevitable. Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
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Los autores hacen referencia al hecho de que los norteamericanos contaban con una tecnologa informtica superior, que les permita hacer clculos ms rpido mientras que los rusos suplan esta carencia poniendo a trabajar a un nmero mayor de matemticos, sin embargo, fueron los soviticos los que primero se dieron cuenta ya en 1948 de que el proyecto de Teller con Deuterio no era viable y el del Tritio no era tampoco econmicamente viable. Los soviticos cambiaron de tercio y propusieron algo ms modesto pero eficaz. No tendra la potencia esperada, pero sera una bomba termonuclear. Este fue el modelo de Sajarov-Ginsburg. Su xito en 1953 tuvo un efecto catastrfico en la Guerra Fra. Los norteamericanos, Teller, estaban convencidos de que la falta de mineral de Uranio, de una industria del uranio, y de ordenadores, hara imposible a la Unin Sovitica alcanzar un xito semejante, sin embargo, se consigui. Ginsburg, por razones polticas vinculadas a supuestas actividades contrarevolucionarias de su esposa, no pudo instalarse en Arzamas-16, el centro especial donde se puso a trabajar el equipo de Tamm en el que estaba Sajarov. En 1997 public su autobiografa cientfica. Las Memorias de Sajarov informan ampliamente de la vida en la instalacin de Arzamas-16 y del trabajo de investigacin e industrial que llev a cabo la bomba H. Es particularmente pattico el caso de Olga Shiriaeva, un caso que tambin cuenta Sajarov en sus Memorias, una de las reclusas que trabajaba en el complejo de Arzamas-16. Entabl relaciones con Zeldovich y cuando fue deportada a Magadn, como a todos los presos que terminaban de cumplir su pena en el gulag atmico (se trataba de evitar que pudieran dar informacin de la ubicacin del enclave nuclear), dio a luz all a una nia que 20 aos ms tarde conocieron su padre y Sajarov en Kiev. Afortunadamente, el destierro indefinido que caa sobre los presos liberados de los complejos nucleares industriales y cientficos no dur mucho tiempo, y en 1955 comenzaron a regresar, aunque no se les permiti vivir en grandes ciudades o cerca de la frontera. Ms adelante, el 22 de noviembre de 1955 se prob la segunda Bomba de Hidrgeno, ms parecida al modelo americano que probaron con xito el 1 de noviembre de 1952.
El captulo dedicado al gulag atmico es verdaderamente revelador en lo que se refiere a la economa de la ciencia en la Unin Sovitica, y aleja cualquier duda acerca de los procedimientos productivos de los que dispona verdaderamente la Unin Sovitica. Los datos ponen de manifiesto la evidencia de que el sistema socialista se basaba en la explotacin abusiva del trabajo esclavo de los presos del gulag; y podra inducir a pensar que la campaa de terror no fue verdaderamente una paranoia sino un programa organizado conscientemente con el fin de alcanzar los fines productivos exigidos mediante lo que podramos llamar la actualizacin de una suerte de modo de produccin asitico. Los autores distinguen el gulag del uranio, del gulag atmico; uno orientado a la extraccin y purificacin del mineral y otro dedicado a la separacin de los istopos, enriquecimiento y explotacin del mineral como fuente de energa en centrales nucleares experimentales y en la fabricacin de las bombas. Aunque ya desde 1942 se puso en marcha el proyecto de extraccin de uranio, la clave para la organizacin del gulag fue la resolucin de Stalin que ordenaba que todo el programa de extraccin del Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Uranio se transfiriese a la Comisara de Asuntos Internos, bajo el control de Beria. Esta resolucin, que se firm el 8 de diciembre de 1944, resolvi todos los problemas anteriores debidos a la falta de mano de obra. A partir de entonces, comenz la construccin de plantas para el tratamiento del mineral, plantas complejsimas tecnolgica e industrialmente, como tambin se pone de manifiesto en la creacin de la industria del uranio en Estados Unidos con el Proyecto Manhattan. Primero fue el Kombinat 6, donde ya trabajaban en 1945, 2.295 presos, extrados de entre deportados, y prisioneros escogidos que por su formacin podran trabajar como mano de obra experta. El NKVD comenz a inyectar obreros esclavos, presos y deportados a Leninabad en el Asia Central. Hasta 1948 casi 50.000 presos de guerra trabajaban tambin en las minas de Checoslovaquia y Alemania del Este, aunque esta mano de obra desaparecera en 1950. En este ao, por otra parte, de los 18.000 trabajadores que haba en el Kombinat 6, 7.210 eran presos, segn los datos precisos que aportan los autores, mientras que muchos de los que componan el resto, procedan de poblaciones que haban sufrido deportaciones.
Luego aparecieron los yacimientos de las montaas de Kolima, cuyas minas pasaron a formar parte del complejo sistema de campos de Dalstroi, donde trabajaban miles de presos. Slo en el complejo de Beregovo trabajaban en 1951, 30.000 prisioneros. Aunque a partir de 1953 se fueron rehabilitado prisioneros, lo cierto es que slo en los aos 60, con la introduccin de nuevas tcnicas de extraccin disminuy el nmero de trabajadores, aunque, en todo caso, las llamadas ciudades del uranio estuvieron cerradas hasta el ao 1991. Los prisioneros trabajaron tambin en los yacimientos de Ucrania, Piatigorsk, y en la orilla oriental del mar Caspio, descubiertos a partir de 1951.
Con respecto al gulag atmico se ofrecen multitud de testimonios que no dejan lugar a dudas, como el del profesor Igor Golovin, que haba sido ayudante de Kurchatov (pg. 180). El centro de Verj Neivinsk (Sverlovsk-40), y Kishtin (Cheliabinsk-40) comenzaron a construirse a partir de 1946. Beria gestionaba la asignacin de presos, que comenz cuando fueron enviados 10.000 prisioneros a Kishtim, el 1 de julio de 1946. En 1947, trabajaban en la construccin de Cheliabinsk-40 20.376 prisioneros. Adems de los prisioneros, trabajaban tambin all contingentes de soldados. Los testimonios son verdaderamente sorprendentes, tanto los de los soldados, como los de presos, todos ellos ponen de manifiesto la situacin infrahumana en la que vivan. Al parecer, los presos que eran liberados porque haban cumplido sus penas, comenzaron a ser deportados hacia Magadn, y distribuidos por las minas de la zona, para mantener el secreto sobre las instalaciones. La instalacin de Arzamas-16, donde se puso en marcha el proyecto de la bomba de Hidrgeno comenz con la organizacin de un campo de prisioneros, al parecer, el primero del gulag atmico, el KB-11. A finales de 1947 haba ms de diez mil prisioneros en el campo. (pg. 184.) Segn Zhores Medvedev, ms de 18.000 prisioneros trabajaban en 1950 en la ciudad atmica de Verj Neivinsk.
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Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 La seccin dedicada a los sacrificios de las instalaciones nucleares (p. 184) es bastante desoladora y pone de manifiesto la realidad del peligro de toda la industria nuclear, no slo de las soviticas. La radiacin actuaba sobre todos los trabajadores y cientficos. Como dice Zhores Medvedev, la salud de la poblacin local se sacrific a costa de lo que se consideraba la seguridad del estado (pg. 186). Tambin podemos leer el relato de la primera catstrofe nuclear, algo muy poco conocido, que los autores cuentan con mucho detalle, un accidente que tuvo lugar en Cheliabinsk-40 en enero de 1949. Los detalles del suceso no se conocieron hasta 1995 y no se sabe el nmero de vctimas, aunque el autor supone que pudieron ser ms que en Chernobil. La extraccin de los 39.000 bloques de Uranio para reparar los tubos de aluminio que los contena supuso que prcticamente todo el personal qued expuesto a la racin, includo a Kurchatov, cuya prematura muerte estuvo relacionada con este suceso.
Hay, en todo caso, un tratamiento amargo de estas cuestiones que deja ciertas dudas. En el libro se sostiene que no se sabe la gente que pudo enfermar y morir en Cheliabinsk-40 a raz de este suceso. Deja entrever que en 1949 el nmero de presos disminuy en 3.000 personas, dejando al lector que imagine a 3.000 presos muriendo por la enfermedad de la radiacin. Sin embargo, unas pginas ms atrs, el autor habla de que en 1949 fueron liberados muchos prisioneros y enviados a Siberia. Muchos de los contingentes de los soldados en realidad estaban all ubicados prcticamente como presos y as se les trat, deportndolos a Siberia cuando fueron liberados. Estos constituan el llamado contingente especial. Los detalles son escalofriantes: segn los archivos de Dalstroi, el 1 de enero de 1952 haba 10.348 trabajadores del contingente especial con contratos de tres aos. Afortunadamente con la muerte de Stalin y la detencin de Beria esta prctica lleg a su fin y comenz a ponerse en libertad a la gente del contingente especial.
Curiosamente, Stalin propuso la organizacin de otro sistema nuclear paralelo en Siberia con el fin de fomentar la competencia entre ambos para favorecer el desarrollo tecnolgico. 27.000 reclusos trabajaron en la instalacin subterrnea de Krasnoyarsk-26. Perdur hasta 1963. Tomsk-7, la segunda ciudad atmica de Siberia se fund en 1949. Tambin Krasnoyarsk- 45 fue creado con mano de obra esclava. En relacin a la ciudad de Tomsk-7 no hay datos sobre el papel de los presos.
Los autores concluyen: el gulag desempe un papel de primer orden posibilitando la capacidad para abordar los problemas a un ritmo vertiginoso, tanto si se trataba de la construccin de los reactores o las plantas como de la construccin de la infraestructura de cada instalacin. Era la existencia de esta reserva enorme, nica, de trabajadores perfectamente desplazables y con frecuencia altamente cualificados -bsicamente mano de obra esclava- la que fue crucial para que el proyecto entero fuese un xito. (pg. 197).
Incluso se plantean si el xito del programa nuclear sovitico puede justificar el gulag. Es increble, pero la respuesta todava resulta ms sorprendente: Si Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 el modelo poltico y econmico estalinista no hubiera recurrido al gulag y otras formas de trabajo forzado no habra habido una necesidad tan apremiante de poseer las bombas atmicas y de hidrgeno. Fueron el terror y los gulags los que provocaron tanto rechazo en el resto del mundo e hicieron que otros pases se sintieran amenazados por la Unin Sovitica (pg. 197). Esto es francamente inaceptable. Los autores deberan recapacitar que a pesar de los aos y del fracaso de la URSS, EEUU todava sigue generando mitos anticomunistas y enalteciendo sus propios xitos, basados tambin en la explotacin y el latrocinio, la destruccin, etc. Ya no exista la URSS cuando comenz su campaa en Irak y Afganistn. Y, por otra parte, cabra decir al contrario, que la URSS tuvo que desarrollar un programa armamentstico serio para hacer frente a una verdadera amenaza que proveniente de occidente estaba alentada y permitida por todas las potencias occidentales. La agresin nazi no fue casual, y los motivos de Hitler eran menos importantes que los de los propios aliados de la URSS, pues stos esperaban francamente que el nazismo acabara con la revolucin comunista. Si esa amenaza segua latente, ms aun en la Guerra Fra, es lgico que la Unin Sovitica hiciera todo lo posible por defenderse. Quien primero no slo realiz la bomba atmica, sino que fue capaz de lanzarla sobre dos ciudades muy pobladas, fueron los EEUU, precisamente con un proyecto que haca de aquel acto blico un experimento cientfico, pues las ciudades de Hiroshima y Nagasaky no haban recibido ataques areos deliberadamente, con el fin de poder comprobar en su caso, el efecto real de las bombas atmicas. Los americanos estudiaron el fenmeno de la explosin y sus consecuencias de manera pormenorizada, y aquel acto blico signific claramente una seria advertencia y amenaza contra la URSS. Otra cosa diferente es que para llevar adelante sus proyectos militares de defensa, la patria del comunismo echara mano de procedimientos tan deleznables que muestran hasta qu punto la revolucin no daba los resultados albergados por el sueo que la puso en marcha.
Una lectura detallada de algunas de las partes de las Memorias de Andrei Sajarov podra ayudar en la elaboracin de un trabajo que est por hacer, una investigacin en serio de las pruebas nucleares que pases como EEUU, la Unin Sovitica, Gran Bretaa, Francia, China, Israel, India, Pakistn, etc., han realizado desde que comenz la era atmica. Segn Sajarov, en funcin de clculos realizados en los aos cincuenta, la poblacin mundial habra recibido un grado de radiacin bajo pero muy extendido, que podra ser el responsable de muchos de los problemas de salud que se manifiestan en la actualidad. Tal vez estos pases deberan pagar por ello y suministrar toda la ayuda necesaria para favorecer los procesos teraputicos de muchas enfermedades cancergenas derivadas de esa irresponsable contaminacin que estos pases han ido extendiendo por toda la tierra de manera totalmente gratuita y pattica. Nuestro mundo no habr alcanzado la madurez hasta que semejantes barbaridades no sean convenientemente purgadas. Seguramente a Al Gore este tema no le resultar tan interesante y emocionante.
4. La tercera parte del libro, Stalin y la ciencia, tiene un inters tambin muy especial para la historia de la ciencia. Es tambin muy importante para la Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 comprensin de fenmenos cientficos que tuvieron lugar en la poca sovitica y que siempre han resultado particularmente curiosos, si no fuera por el alcance de sus terribles consecuencias sociales y polticas. En todo caso, si el affaire Lisenko es ms popular, el caso de Marr es menos conocido, mientras que el de Clausewitz, con el que empieza la tercera parte, es especialmente curioso. El captulo dedicado a Clausewitz narra los avatares del historiador militar, el coronel Yevgeni Razin. Razin, autor de una Historia del arte de la guerra desde la Edad Media a la primera guerra imperialista de 1924-1918, llevaba aos defendiendo a Clausewitz y su obra De la guerra. Clausewitz era un autor muy respetado por Marx, admirado por Engels, y alabado por Lenin. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial contra Alemania no poda dejar en su pedestal a este terico y militar prusiano. Razin lo defendi incluso en una carta que dirigi a Stalin (30 de enero de 1946), y lo cierto es que el mismo Stalin le contest inmediatamente (el 23 de febrero) atribuyendo al marxismo la propia doctrina de Clausewitz, como si ste la hubiera tomado del marxismo, aunque cronolgicamente era anterior. Una vez publicada esta carta de Stalin en la revista El bolchevique, en marzo de 1947, Razin cay en desgracia y fue detenido. La investigacin del caso fue llevada a cabo por el sanguinario Sverdlov (de importante pedigr, pues era hijo del famoso revolucionario y compaero de Lenin). Sverdlov, que era investigador del NKVD, tortur a Razin hasta que finalmente fue condenado a 10 aos como enemigo del pueblo. En enero de 1950, Stalin necesit obtener informacin sobre historia militar para una reunin que iba a tener con Mao Tse-tung. Entonces revis, entre otras, la obra de Razin, una obra que aunque haba sido prohibida, l todava conservaba en su biblioteca, y pidi a su secretario Poskrebishev que averiguase dnde estaba y qu haca. Lo sacaron del campo de concentracin, lo vistieron de general y lo devolvieron a Mosc, reintegrndole en la Academia Frunze. El destino de este personaje muestra hasta dnde podan llegar las cosas en la URSS. Con mucha agudeza los autores dan cuenta de que la publicacin de las obras completas de Stalin fue llevada a cabo por primera vez en la Universidad de Stanford, en el Instituto Hoover. En ella se incluye la carta de respuesta que Stalin escribi para Razin, un extracto de la cual puede leerse tambin en el libro que estamos reseando.
El caso de Lisenko es de sobra conocido. Sin embargo, gracias a este libro adquirimos una comprensin histrica de este asunto que desborda ampliamente el marco del debate terico, y aun ideolgico, entre dos posturas cientficas enfrentadas. La clebre conferencia de la VASJ NIL, la Academia Lenin de Ciencias Agrcolas, que tuvo lugar entre el 31 de julio y el 7 de agosto de 1948 signific, como se sabe, la cada en desgracia de todos los llamados morganistas, entre ellos, por ejemplo, Zavadovsky, y otros muchos. Pero, curiosamente, tuvo otras consecuencias tambin esta conferencia, por ejemplo, el triunfo de Beria y Malenkov en su pugna poltica contra A. A. Zhdanov, cuyo hijo, yerno de Stalin, haba hecho un discurso crtico contra Lisenko de manera totalmente desafortunada el 10 de abril de ese mismo ao 1948. El discurso de Lisenko en la conferencia, ampliamente corregido por Stalin, tal y como muy bien sealan y estudian los autores, era la prueba de que Lisenko haba triunfado y que, por tanto, Zhdanov padre Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 tendra que pagar las consecuencias. Como se narra en el texto, Zhdanov fue avisado por el propio Stalin en una reunin conjunta de que tendra que pagar l lo que haba hecho su hijo, el marido de Svetlana. En agosto, Zhdanov tuvo un ataque cardaco. Las intrigas mdicas que apuntaban a una vinculacin entre los mdicos del Kremlin, Piotr Yegorov, Gravriil Maiorov y Vladimir Vinogradov y Beria y Malenkov, modificaron la valoracin del estado de salud de Zhdanov que morira finalmente el 31 de agosto de ese mismo ao a consecuencia de otro ataque al corazn. Estos mdicos estaran tambin implicados en la ltima gran purga que Stalin estaba a punto de poner en marcha cuando muri y que tena como objetivo quitarse de en medio a Beria, Malenkov y sus secuaces, razn por la cual algunos creen que la muerte de Stalin, en medio de este proceso, pudo venir provocada por otra de estas sabandijas humanas. Lisenko, y el apoyo indiscutible de Stalin, haba sido el instrumento del que se valieron Beria y Malenkov para quitarse de encima a Zhdanov y sus seguidores de Leningrado. Zhdanov no era mejor que ellos, sino tremendamente brutal, como comenta por ejemplo, Robert Conquest en El gran terror. El asunto estaba entre hienas.
El captulo ofrece adems un pequeo ensayo sobre los orgenes del debate gentico. Segn se dice en el libro, el origen de la polmica se situara en una resolucin del Partido y del Gobierno sobre la seleccin y el cultivo de semillas, que data de 1931, y que tena como finalidad contribuir a transformar la agricultura sovitica, en pleno primer plan quinquenal y colectivizacin forzosa. En aquel primer envite, los seguidores de Lisenko ofrecieron la posibilidad de alcanzar los objetivos de esta resolucin en dos aos solamente, mientras que los genetistas consideraban que ese perodo era inviable. El fracaso de los lisenkoistas se atribu al sabotaje de los genetistas, y muchos de ellos fueron detenidos y muertos a finales de los 30. Pero lo curiosamente revelador es el inters que Stalin mostraba por la agricultura y los datos sobre sus invernaderos y particulares experimentos agrcolas. Por cierto, se cita un trozo de las memorias de Molotov que da mucho que pensar. Se mencionan tambin el Plan del canal de Turkmenistn, el gran canal turcomano, y el plan de Stalin para la transformacin de la naturaleza, que quedaron en proyectos solamente, as como algunos detalles sonrojantes, novelas agiogrficas y dems. Todo, verdaderamente impactante.
En todo caso, si el xito de Lisenko era una garanta para Beria y Malenkov, la muerte de Vavilov fue esencial para el propio Lisenko. Molotov permiti a Beria su detencin en agosto de 1940. Su prestigio internacional hizo que ya en 1945 la comunidad internacional preguntase por l (era, entre otras cosas, miembro de la Royal Society de Londres). En la conmemoracin del 220 aniversario de la Academia de Ciencias en junio de 1945, sus colegas internacionales invitados a la conmemoracin clamaban ya por conocer su destino. Ciertamente se aprovech el clima confuso de la Guerra mundial para liquidarlo sin escndalo. Su hermano, Serguei Vavilov, fue elegido presidente de la Academia en el marco de aquella conmemoracin, al parecer con el propsito de dar a entender que Stalin no tena nada que ver en el asunto de la muerte del genetista. Parece que fue entonces cuando Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 Stalin se pudo hacer una idea de la importancia que tena el trabajo de Nicolai Vavilov. En este captulo se comenta por ejemplo cmo reciba Stalin los informes acerca de los candidatos a la presidencia de la Academia, datos enviados por el NKVD a Stalin para que eligiera entre los 22 candidatos que se presentaban en aquella ocasin. La valoracin de cada uno incluye datos personales, valoracin de actitudes, modestia, etc., que muestran el alcance del ejercicio del poder (pg. 226).
La conclusin es terminante: En la Unin Sovitica, la ciencia nunca lleg a ser la fuerza motriz que estaba detrs del progreso econmico y tecnolgico [] los avances tecnolgicos y econmicos en general se han producido a base de imitar, de adoptar aquello que ya se ha logrado en otros pases (en cualquier caso, si esto hubiera sido realmente as, al menos les cabra el mrito de haber podido emular y adoptar estos logros, lo que otros pases sin duda no hicieron). Termina el captulo informando acerca del destino de los actores de este particular drama: Serguei Vavilov muri de un ataque al corazn en 1951. Yuri Zhdanov sigui participando en la represin cientfica. Lisenko muri en 1976, etc. Problemas de este tipo, sobre la base de los datos anteriores, son los que el marxismo ms superficial debe afrontar en serio porque se trata de argumentos que obligan necesariamente a remontar de modo definitivo sus profundamente arraigados idola fori.
El captulo final de la parte dedicada a Stalin y la ciencia estudia el curioso episodio de la lingstica, con el que Stalin mostr cierta sagacidad. A pesar de que el asunto suele referirse para mostrar la inteligencia de Stalin, lo cierto es que la historia es menos explcita y evidente, pero en cualquier caso verdaderamente curiosa. Los autores, sin embargo, lo consideran una mera excepcin: Cuando Stalin intervena en un debate cientfico o acadmico, los resultados eran previsibles: detenciones, censura de ideas, y promocin de arribistas, de fanticos o de escandalosos charlatanes. Pero hay excepciones que confirman la regla (pag. 229).
Nikolai Marr se haba convertido en el lder indiscutible de la lingstica sovitica, apoyado por la jerarqua, del mismo modo que Lisenko iba a ser el lder de la biologa unos aos despus, etc. Apadrinado por Lunacharsky, a partir de los aos 20 Marr comenz a aplicar el marxismo a la lingstica y a desarrollar su teora de que la lengua era una cuestin de clase, una superestructura. Stalin lo apoy y con su ayuda adquiri el papel de gran lder cientfico. La teora de Marr se llam la nueva enseanza de la lingstica. Recibi incluso la Orden de Lenin. Los crticos eran acusados de trotskismo lingstico. Pero Marr muri de repente, en 1934. Al parecer, en los aos 37 y 38 murieron muchos de los que se opusieron a l, por ejemplo, E. D. Poliavanov, uno de los ms grandes expertos en lenguas orientales, acusado de ser un lingista idealista de las centurias negras; lobo Kukak que se esconde bajo la piel de un profesor sovitico (pg. 231). Tambin N. A. Nevski, que descifr los jeroglficos tungs y que, a ttulo pstumo, recibira el Premio Lenin en 1962. Tal vez Stalin debi haber estado ms espabilado para desenmascarar a Marr antes de liquidar a tantas vctimas. Tambin es cierto que no era el nico que tomaba este tipo de decisiones. Era una Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 maquinaria muy bien engrasada en la que otros podan perfectamente tomar estas decisiones. Lo terrible no es que Stalin no se diera cuenta antes, sino el hecho mismo de que una discusin cientfica tuviera siempre el cariz de una disidencia poltica y consecuencias penales para quien perda la discusin a base de torturas y abusos de poder. Sin embargo, tambin hubo partidarios de Marr muertos, acusados de tener vnculos con Bujarin, lo cual puede sugerir que esta no era la principal cuestin debatida en aquellos procesos, aunque esto lo autores no lo indican.
Cuando tuvo lugar la sesin de la Academia Lenin de Ciencias agrcolas de 1948 parece que se abri el camino para una purga en la ciencia sovitica. Y tambin en la lingstica se intent (se llamaba la campaa contra el servilismo de Occidente). El seguidor de Marr, Meshchninov en el Instituto Marr de lenguas de Leningrado, en una reunin del Consejo acadmico atac a Vinogradov (cuyo exilio haba sido perdonado por Stalin en 1939) y su escuela, Reformatsky, etc., que fueron acusados de idealistas, segn el planteamiento establecido en el informe de Lisenko. Otros lingistas, como el caucasiano Arnold Chikobava fueron tambin acusados. En Armenia destacaba un antiguo seguidor de Marr posteriormente repudiado por aqul. A travs de la seccin ideolgica del comit central en Mosc, Acharian Kapantsian y sus seguidores fueron todos destituidos y expulsados de sus cargos.
Chikobava envi una carta a Stalin y este la recibi con mucho inters y acab invitando a Chikobava a su dacha de Kuntsevo. El 9 de abril de 1950, a las 9 de la noche, comenz la reunin. El relato que ofrece el libro de esta reunin es impresionante. Al parecer, al or hablar del caso de Acharian y Kapantsian, Stalin lo interrumpi y llam a Yerevn (los ministros y secretarios del Obkom saban que Stalin trabajaba de noche y, por lo tanto, nunca iban a la cama antes de amanecer, pg. 236). La llamada tuvo un efecto fulminante muy bien relatado en el libro. La reunin termin a las 7 de la maana. Tambin Malenkov cit a Vinogradov. El 9 de mayo sali un artculo de Chikobava en Pravda, al que sigui un pequeo debate con Mehchnaninov. El 20 de junio de 1950, sali en Pravda finalmente el clebre artculo de Stalin En torno al marxismo y la lingstica. El relato de lo que ocurri ese da en la URSS es verdaderamente sorprendente, en gran parte, escrito por propio testimonio de los autores. El locutor ms conocido del pas, Levitan, ley por radio el artculo. En l se negaban las tesis de Marr. En el otoo de 1950 en todas las instituciones donde se impartan estudios superiores, se introdujo un nuevo curso la enseanza de Stalin en la lingstica (238). Los autores han introducido algunas referencias y citas de novelas hagiogrficas de la poca en las que se hacen alabanzas a Stalin por distintos logros que resultan verdaderamente sonrojantes. Merece la pena pararse en esos detalles.
5. La parte cuarta, dedicada al papel de Stalin en la II Guerra Mundial es muy interesante tambin, y desmonta algunos de los infundados y poco tiles tpicos contra Stalin. El ensayo comienza situando el momento del inicio de la operacin Barbarroja. Esta operacin haba sido postergada hasta junio Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 por parte de los alemanes a causa de la revolucin yugoslava y de la posterior guerra relmpago alemana contra los Balcanes y Grecia, la cual, abandonada por las fuerzas expedicionarias britnicas, acabara sucumbiendo a los alemanes no sin antes causarles grandes prdidas en la toma de Creta. Este retraso fue decisivo tanto en opinin de Hitler, como de Churchill, para que la operacin Barbarroja terminara siendo un fracaso. Sin embargo, los autores del libro desarrollan una tesis contraria en esta parte del libro, muy bien documentada y argumentada, aaden nuevos datos y una perspectiva global sobre las pretensiones alemanes y japonesas contra la URSS, todo lo cual resulta muy esclarecedor. Si Hitler consideraba que en las cuatro primeras semanas la operacin habra barrido toda resistencia significativa, lo cierto es que no se logr ninguno de los objetivos de la operacin durante las ocho primeras semanas. Stalin no cometi el error de concentrar a todas sus tropas en la frontera, como estaba esperando Hitler mediante todo tipo de provocaciones, sino todo lo contrario, habra mantenido el mximo posible de tropas en la reserva con el fin de neutralizar la estrategia alemana de la llamada guerra relmpago (la Blitzkrieg), toda vez que Stalin consideraba que su ejrcito sera incapaz de frenar el primer golpe alemn, aunque estuvieran all concentradas todas las tropas, lo que hubiera resultado totalmente nefasto.
El ensayo abunda en los preparativos diplomticos y blicos de Stalin ante la invasin alemana, como el famoso discurso del 5 de mayo de 1941, ya como presidente del Consejo de Comisarios del pueblo, en donde por primera vez atacaba a Alemania acusndola de pas conquistador y llamando la atencin sobre la necesidad de prepararse para la defensa. Aquel discurso, sin embargo, era una cortina de humo para los alemanes, tal como lo interpretan los autores.
Cuando se acercaba la invasin, a pesar de las peticiones del Ministerio de Defensa y del Estado mayor, Stalin rechaz enviar ms tropas insistiendo en la necesidad de contar con grandes reservas. De hecho, el mariscal Zhukov, el vencedor en la batalla de Berln, terminara dndole la razn a Stalin y asumiendo que sus peticiones haban constituido un posible error. Zhukov reconoce que gracias a estas reservas fue posible parar el golpe y amortiguar significativamente el efecto de la guerra relmpago alemana. Tambin reconoce que los alemanes queran deliberadamente provocar una actitud como la de Zhukov, que llevara a los soviticos a concentrar todas las tropas en las fronteras. Esta tctica prudente de Stalin coincide estratgicamente tambin con el pacto que firm con Alemania en 1939, el famoso pacto Molotov-Ribentrop, que ayud tambin a que la URSS organizase adecuadamente sus defensas, puesto que ya desde 1935 estaban convencidos de que la guerra terminara siendo inevitable. La iniciativa de Hitler fue bien recibida y permiti a Stalin toda una serie de ventajas estratgicas que luego en la guerra resultaron decisivas. No hay que olvidar que el territorio de Polonia inclua amplias zonas de Bielorusia, Ucrania y repblicas blticas, y que con el pacto estos territorios volvieron a la URSS y fueron precisamente el principal factor de contencin contra las tropas alemanas. Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
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Otra de las importantes cuestiones que aborda el captulo es la de la supuesta crisis sufrida por Stalin durante los primeros das de la guerra. Los autores desmienten y desmontan el mito creado y alimentado por J ruchov, y sus secuaces, as como por todos los crticos del sistema. Un hombre como Stalin no necesita mitos para ser criticado, ni los hechos de su vida dejan de hacerle menos sanguinario por haber mostrado una gran sagacidad e inteligencia poltica, valor y eficacia organizativa. En todo caso, un hombre como l, que marc una poca, no habra sido ms cruel que un Alejandro, Napolen, o Csar, con los cuales, desde un punto de vista histrico, bien se puede comparar. Tampoco fue ms cruel que Truman o Churchill. J ruchov aprovech el XX congreso para arremeter tambin contra Stalin en este aspecto. El relato de J ruchov no es el de un testigo directo, y realmente se basa en lo que Beria le cont, porque J ruchov estaba entonces en Kiev. Los autores ponen de manifiesto cmo ha crecido este impresionante e innecesario bulo. Toda la historia es un burdo invento, que se repite, sin embargo, en enciclopedias, e incluso en obras de referencia como la Oxford Comanion to the Second Workd War. Lo ms llamativo es que con que los historiadores hubieran echado un vistazo a las memorias del mariscal Zhukov, todo esto se hubiera venido a bajo o, al menos, se hubiera podido poner en duda. Los autores adems apuntan al libro de visitas de la Oficina de Stalin en el Kremlin (pg. 264), que se descubri a primeros de los aos 90 en el archivo del Politbur. Del 22 al 30 de junio Stalin no solo no estuvo ausente sino que desarroll una actividad frentica, como no poda ser de otra manera.
Con el libro de visitas en la mano, Volkogonov y Radzinsky modifican el relato y apuntan ya que Stalin se habra hundido el da 28 de J unio, domingo. Sin embargo, Zhukov comenta los detalles de la actividad de Stalin el da 29. El 30 de junio Stalin convoca en la dacha una reunin del Politbur en la que se crea el GKD, el Comit de Defensa del Estado. Segn el bulo, al que tambin contribuyen las notas de Mikoyan, este comit se habra creado a iniciativa de Molotov y Beria, quienes habran propuesto que Stalin asumiera todas las responsabilidades. Segn los autores, sin embargo, lo que ocurri fue ms bien al contrario, que Stalin asumi la mayor parte de las principales responsabilidades, quedando los dems colegas del partido relegados en sus funciones y situados en un claro segundo plano frente a los generales como Zhukov y Timoshenko. Si se observan los actos de Stalin y las decisiones militares que se tomaron durante los primeros das de guerra en retrospectiva, es perfectamente posible llegar a la conclusin de que dada la intensidad y poder del golpe infligido a la Unin Sovitica por parte del ejrcito alemn y sus aliados -cuyas fuerzas ascendan en conjunto a casi doscientas divisiones-, la decisin tctica de mantener fuerzas clave del ejrcito sovitico a doscientos o trescientos kilmetros de la frontera fue completamente acertada. Fue lo que hizo posible que se llevasen a cabo contraataques localizados y que el 26 de junio, bajo las rdenes de Stalin, se crease un nuevo frente de reserva mediante la utilizacin del V Ejrcito. Poco despus se organizara una nueva tercera lnea defensiva. El ejrcito alemn continuara su avance pero a un precio muy alto en bajas. (pg. 266). Tal Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 vez cabra pensar que toda la trama para desprestigiar a Stalin en su actuacin ante los alemanes, tenga que ver con el hecho fehaciente del papel secundario que les toc jugar a los principales lderes polticos frente a Stalin y los generales.
El siguiente captulo, Stalin y Apanasenko, nos lleva a una reconstruccin de parte de los acontecimientos blicos que verdaderamente explican la teora que los autores exponen en el captulo anterior acerca de la estrategia militar de Stalin, y su eficacia. La figura de Apanasenko, quien mantena una relacin particularmente cercana con Stalin, no es muy conocida. Sin embargo, result ser esencial y heroica, segn los autores, para facilitar y preparar las fuerzas de relevo y retaguardia que desde oriente fluan hacia el frente occidental. Tambin en este captulo se pone de manifiesto la conveniencia estratgica del pacto ruso-alemn de no agresin que llev a la larga a otro tratado con J apn, mientras Alemania ocupaba Europa. Segn los autores, Pars y Londres esperaban que J apn y Alemania atacaran conjuntamente la URSS, pero esto no sucedi. Los japoneses acabaron decantndose por el insensato ataque sorpresa a EEUU, desbaratando los planes y esperanzas de Londres, Pars y Alemania, en cierta medida, por la labor de este general.
El papel del general Apanasenko fue crucial para la organizacin y actualizacin del Ejrcito Rojo en el frente occidental, particularmente en la Batalla de Mosc, que signific el principio del fin de la invasin alemana en la URSS. El traslado de grandes contingentes de tropas en Octubre de 1941 permiti la victoria de la batalla de Mosc en diciembre de ese mismo ao. Pero Apanasenko no dej de crear nuevos regimientos y divisiones para sustituir a las enviadas. Sin los recursos ni el apoyo de Mosc organiz la produccin de armas en la zona, fusiles, morteros, minas, granadas, transmisores de radio, etc. Prepar material de transporte, reclut a presos de Kolima y de todo el extremo oriente reintegrndolos en el ejrcito. Aunque los japoneses tenan previsto atacar la URSS, los informes de la inteligencia mostraban que el ejrcito oriental sovitico no slo no disminua un pice a pesar de que los alemanes saban que divisiones orientales estaban de refresco en el frente occidental, sino que aumentaba ostensiblemente.
Aquellas divisiones nuevas de oriente alimentaron el ejrcito en Stalingrado y el Cucaso. Lo asombroso era que, a pesar de todo, las divisiones orientales eran invariables e incluso aumentaban el nmero de efectivos. En 1942, los alemanes pedan a J apn que atacase, pero J apn se resisti, gracias a esa confusin de datos. A primeros de 1943, Apanasenko sigui organizando divisiones desde el frente de China. Gracias a su labor, J apn fue disuadido de atacar la URSS por el podero militar que representaba su despliegue por la frontera oriental, lo que a la postre result decisivo en la segunda guerra mundial.
Apanasenko muri en la famosa batalla de Kursk, el 5 de agosto de 1943. Lo que hizo en el extremo oriente contribuy tan enormemente a la victoria final que, con seguridad, debiera ser considerado uno de los jefes militares ms Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 excepcionales de la segunda guerra mundial. (pg. 280.) No nos cabe ninguna duda.
6. La ltima parte del libro, El Stalin desconocido, es la que da el ttulo al libro, y en ella se cuentan tres aspectos: el de la rusificacin de Stalin, el asesinato de Bujarin, y la relacin con su madre. De ellos, el de la relacin con su madre desde luego es el ms curioso y menos conocido, mientras que el de Bujarin recibe un enfoque diferente al acostumbrado, tal es el alcance histrico de semejante proceso.
En el primer captulo, el de Stalin como nacionalista ruso, se narra la curiosa historia segn la cual Stalin no era hijo de Vissarion Dzhugashvili, sino del ilustre explorador y gegrafo ruso Nikolai Przhevalsky. El mito fue defendido, entre otros, por el historiador Edvard Radzinski, e incluso una nieta de Stalin, Galina, confirmaba la presencia del explorador en Gori. La nica razn de que se sacase tal parecido est en que el retrato de Stalin de Karpov de 1946 se haba hecho tomando como modelo el rostro de Przhevalsky, que nunca estuvo en Georgia. Se debate posteriormente un tema de extraordinario inters en la actualidad de la descomposicin de Espaa como estado nacin por la presin centrfuga de los nacionalismos emergentes alentados por polticos insensatos, impulsados por los intereses bastardos de los votos y la perversidad del sistema democrtico. En el mismo origen de la Unin Sovitica se plante un debate entre Lenin y Stalin a cuenta de las nacionalidades y la configuracin del modelo de estado que tiene muchsimo inters. Los autores incluso sealan que en aquel debate fue verdaderamente Stalin quien llevaba razn frente a Lenin, que defenda las tesis ms federalistas y descentralizadoras del poder, precisamente por la deriva posterior de la URSS y su rpida, casi repentina, desaparicin. La propuesta de Stalin era organizar una especie de estado con autonomas con competencias restringidas, excluyendo el transporte, el comisariado militar y la diplomacia, que estaran centralizados. Cuando Lenin reabri el borrador de Stalin, ya aprobado en los Comits Centrales del partido de todas las repblicas salvo Georgia, se indign. Lenin adverta de la amenaza chovinista rusa que era la culpable de la organizacin de un aparato unificado. Parece, segn los autores, que Stalin era menos optimista en relacin con la expansin de la revolucin en Occidente, y era partidario de que haba que prepararse para estar en situacin de repeler una agresin. Lenin escribi un memorandum que slo se hizo pblico en 1956, en el que ridiculizaba a Stalin por su postura centralista. Para los autores, fue este modelo centralista el que habra permitido la economa centralizada y la rpida industrializacin del pas: Y si en vez de la URSS con sus repblicas autnomas y unidas (estas ltimas dotadas de un verdadero derecho a escindirse) se hubiera instaurado una federacin rusa ampliada, como Stalin haba imaginado en un principio, eso sin duda habra conllevado una ms rpida integracin econmica, poltica y tnica del pas (pg. 291). La disputa sobre la constitucin llev a Lenin a escribir su testamento poltico, en donde deja a Stalin en mal lugar. Stalin guard siempre, como indican los autores, una carta de Lenin en la que le exiga que pidiera disculpas a la Krupskaia por haberle faltado el respeto. Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
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No sabemos cual hubiera sido el desenlace de la historia de la URSS con un modelo de estado diferente, lo cierto es que esta cuestin indujo a toda una serie de discusiones, cuando ya muerto Stalin, J ruchov inici reformas para la descentralizacin del pas y la distribucin de competencias en economa que a la postre resultaron ser ineficaces. Esta misma poltica encontr serias resistencias dentro del partido y fue aprovechada para deshacerse de sus contrincantes en la campaa contra el llamado grupo antipartido, que defenda la centralizacin econmica. Por otra parte, el modelo chino que tanto aprovech la experiencia sovitica siempre plante un sistema muy centralizado y autonomas restringidas. La desmembracin de la URSS, sobre la base del derecho de secesin de sus repblicas, fue instantnea, desde el momento en que una de ellas, la ms poderosa, la Federacin Rusa, se baj del barco. (Afortunadamente, en Espaa la Comunidad Autnoma de Madrid es particularmente pequea y joven, lo que hace muy difcil que protagonice algo semejante a lo que hizo la Federacin Rusa en la URSS. Sin embargo, si hubiera estado integrada en la Comunidad Autnoma de Castilla La Mancha, las cosas podran haber ido mucho peor. Pero, en la URSS, los efectos de decisiones tomadas durante los primeros aos 20 slo pudieron verse setenta aos despus.)
Si hubo intentos de fomentar una verdadera conciencia sovitica, una identificacin de todos los ciudadanos de la URSS con el nuevo hombre sovitico, durante la primera etapa de la URSS, en los aos treinta, y con la amenaza nazi, y el inicio posterior de la guerra, el giro hacia el patriotismo ruso fue completo. Segn los autores, esto se puso de manifiesto en el discurso del 3 de julio de 1941, donde Stalin defini la guerra como una guerra patritica, y aun hoy en da as se llama en Rusia, la gran guerra patria. Con la batalla de Stalingrado se cambi el uniforme, recuperando las tradiciones militares rusas, y el orden jerrquico tradicional. La recuperacin del nacionalismo ruso alcanz su cnit en 1943 cuando se legaliz por completo la Iglesia ortodoxa rusa (algo que suelen olvidar los observadores actuales de Rusia). Se liberaron a curas y se proporcionaron parroquias, etc. Tambin en 1943 se disolvi la Komintern.
Aunque algunos han explicado la deportacin de muchas etnias del Cucaso como castigo por su colaboracin con los nazis, lo cierto es que la mayora eran musulmanes, y fueron sustituidos por bielorrusos y ucranianos cuyas aldeas haban sido devastadas por la guerra. Desde el punto de vista ideolgico tambin se foment un revisionismo histrico y la recuperacin de smbolos rusos, pelculas, y hasta un cambio en las instituciones escolares, etc. A partir de 1948 tambin el antisemitismo tradicional se recuper, seguramente en funcin del pro-americanismo del recientemente creado estado de Israel.
Algunos autores como Valeri Chalidze, creen que Stalin no era realmente comunista, y que su estrategia obedeca a un plan secreto orientado a la eliminacin de los comunistas. Tambin Robert Daniels asume estas tesis. Sin embargo, los autores consideran que Stalin era realmente un marxista Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 convencido. Tambin Lenin y Trotsky hacan uso de la violencia. Las propuestas modernizadoras de Stalin haban sido dictadas por Trotsky ya en 1924, etc. La cuestin de si fueron fieles a un programa marxista real es improcedente o metafsica. Si la revolucin se hace conforme a un guin abstracto, evidentemente todo el plan es un absurdo. Y lgicamente, la integracin de los planes polticos en funcin de las condiciones materiales del estado ruso, es un punto de realipolitik que da cierto sentido comn a la poltica de Stalin, aunque ello sea a costa de negar ontolgicamente la propia doctrina del materialismo histrico.
El siguiente captulo aborda, con abundantes datos biogrficos de gran inters, el tema del asesinato de Bujarin, un acontecimiento que nos deja tan estupefactos como siempre que se aborda este asunto. Es muy difcil entender por qu se procedi del modo en que se hizo. Pero lo ms probable es que la cuestin no reside tanto en quin muri, sino si no hubiera ocurrido lo mismo cambiando los personajes de puesto. Resulta desagradable ver a Bujarin, que podra haber hecho frente a Stalin, sometido, humillado, tratando de que no aparecieran diferencias entre l y el resto, sin hacerles frente y plantarles cara, con una fidelidad que aparcaba todo cuanto l consideraba verdaderamente criticable. Haba sido derrotado, pero en vez de asumir su derrota y huir, como Trotski, sigui mendigando un puesto al lado de Koba, que lo utiliz y lo liquid. Nadie quera tener un compaero as con Stalin. Nombrado director de Izvestia el 17 de diciembre de 1933, segua contando con opositores de izquierda y derecha, poniendo de manifiesto que su sumisin al lder no era real y traicionando a Stalin, que seguro vea esto con verdadera incomodidad. Afortunadamente, mucha documentacin sobre el acoso y derribo a Bujarin ya ha sido publicada en espaol. ltimamente, el libro La lgica del terror, del que ya hemos hablado aqu, presenta traduccin de muchos documentos taquigrficos de los plenos del Comit Central en los que Bujarin fue acusado y en los que se defendi de una manera firme y sorprendente, con gran sagacidad, poniendo de manifiesto muchas de las claves que aun hoy pueden ayudar a comprender mejor cmo se gener aquella locura de sangre.
El captulo va desgranando ao a ao la campaa contra Bujarin, desde 1931. Como dicen los autores: Stalin jugaba con Rikov y Bujarin como un gato bien alimentado juega con un ratn medio muerto (pg. 312). Lo que es llamativo es que entre todas las acusaciones y careos que sufri, adems de mostrarse como inocente y objeto de calumnias, al parecer, casi siempre consider a los dems como culpables, aunque hubo excepciones, como Tseitlin y otros. Sin embargo, sta es verdaderamente una clave del asunto. El haber pretendido estar siempre entre los acusadores a pesar de ser l mismo el acusado.
El 23 de febrero de 1937 tuvo lugar el pleno del Comit Central que abri uno de los ms negros captulos de la historia del partido, y de la URSS, segn los autores. Bujarin discuti con todos, particularmente con Stalin (las actas de este pleno estn recogidas y traducidas al espaol en La lgica del terror). En el libro podemos ver detalles de ese dilogo ya conocido, pero Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 escalofriante. El pleno del Comit Central estableci una comisin de 36 miembros para preparar el veredicto contra Bujarin y Rikov. Estaban en esa comisin la Krupskaya, Maria Ulianova, Maxim Litvinov, J ruchov, etc. En la carta escrita y memorizada por la tercera esposa de Bujarin, la joven Larina, Bujarin sigue negando cualquiera de las acusaciones de conspiracin que pesan sobre l. La comisin decidi que fueran detenidos por el NKVD y que siguieran las investigaciones, tal y como propuso Stalin. Era un esfuerzo por dilatar la agona. Inmediatamente despus, fueron detenidos. Gracias a la presin ejercida en relacin con el destino de su familia, Bujarin termin firmando su declaracin en junio de 1937. Bujarin finalmente se rindi. Su esposa Larina y su hijo fueron enviados a Astracn, aunque l pensaba que al firmar se haban salvado. Al parecer, Bujarin consideraba que en cualquier caso no le mataran, y parece que haba advertido a su esposa de que no se asustara al or las barbaridades que se diran de l.
Lo ms interesante de este captulo, sin embargo, es todo lo que se refiere al estudio de los manuscritos que Bujarin escribi y dej en la crcel durante el ao de internamiento, as como algunos datos nuevos, como lo que se refiere al Pleno del Comit Central del 4 de diciembre de 1936 en los que se aprob el texto definitivo de la constitucin de la URSS realizado por una comisin presidida por Bujarin. All Yhezov ya haba pedido que Bujarin fuera expulsado del partido. Hubo un careo con acusados como Piatakov, Radek, etc. Lo dems resulta ampliamente conocido, aunque el enfoque del ensayo, desde la perspectiva de las relaciones personales de Bujarin con Stalin, tiene un inters particular. Esta informacin fue proporcionada a los autores a travs de las conversaciones que tuvieron con Larina en los aos 70, adems de recuperar datos de sus memorias, etctera (pg. 311).
El juicio de los autores sobre los textos de Bujarin no es muy positivo, su peculiaridad reside particularmente en el hecho de que fueron escritos en la crcel. Bujarin haba escrito una carta a su esposa Larina en la que le anunciaba los trabajos que haba hecho y lo que deba hacer con cada uno de ellos de cara a su publicacin. En la carta se observa que Bujarin contaba con llegar a reunirse con su mujer posteriormente. Larina, sin embargo, slo pudo leer la carta ya en 1992. Afortunadamente, se haba conservado en el Archivo presidencial y lleg a su destinataria gracias a los esfuerzos del investigador Stephen Cohen, bigrafo de Bujarin. El ms extenso de ellos es uno que lleva por ttulo Arabescos filosficos, en el que no hay, para los autores nada particularmente interesante. Seguramente, la parte ms importante del legado de Bujarin correspondiente al final de su vida no est tanto en sus textos de la crcel, sino en todo lo que dej dicho en su defensa ante los rganos del partido durante los aos 1936, 1937 y 1938.
Tambin escribi un libro de poesa que los autores no comentan por considerarlo de escaso inters. Inclua varias Odas a Stalin. El hijo de Bujarin y varios historiadores pusieron en marcha la Fundacin Bujarin, donde se han publicado muchos de los manuscritos de la crcel. Otra de las obras que Bujarin escribi en la crcel se titula Socialism and its Culture, donde, al parecer, segua alabando a Stalin y su poltica cultural. Parece, segn Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 diversos historiadores, que tambin estos manuscritos fueron escritos para Stalin. El libro es una verdadera apologa del Partido y del rgimen, de Stalin y la dictadura del proletariado (pg. 322). Qu podra escribir Bujarin sentado en su celda, en la extensa seccin del libro que lleva por ttulo Socialismo y libertad, -se preguntan los autores con obvia razn.
En cuanto a los Philosophical Arabesques, para los autores, al menos este texto pone en su sitio la talla de cada uno de los tericos del marxismo: si Bujarin fue un buen divulgador del marxismo, Stalin habra sido un verdadero vulgarizador. Cuando Bujarin le dice a su mujer en su carta que esta obra es pura dialctica, est respondiendo al juicio que Lenin hizo sobre l en su testamento, segn el cual la obra de Bujarin est carente de dialctica. Stalin utiliz estos argumentos contra l en diversas ocasiones.
El testamento de Lenin -qu cosa tan horrible (p. 324)- tuvo un efecto demoledor sobre todos los responsables polticos que Lenin cit y valor. Cada uno tuvo que cargar con la parte de mediocridad que Lenin le atribuy. Stalin tambin tuvo la suya. Ciertamente, el testamento guarda tambin un sentido filosfico, sobre la escuela en la que se inserta, pero Lenin no solamente era el maestro filosfico de todos los que le siguieron, tambin fue el fundador de la URSS, por eso aquellas apreciaciones tericas tuvieron un efecto trgico. En todo caso, que un filsofo deje a la posteridad su propia evaluacin de sus seguidores resulta para estos una verdadera carga, tanto para los que quedan incluidos en l, como para los excluidos. Si el maestro es suficientemente clebre, su testamento terico se convierte en una trampa para sus discpulos, sobre todo cuando la doctrina filosfica argumenta ser infalible y haber alcanzado las verdades inmutables que rigen las leyes de la vida social. Algo parecido debi de ocurrirles a los pitagricos de Crotona, hasta que los echaron a tortazo limpio. Aristteles tampoco debi quedar muy satisfecho al ver que heredaba la escuela precisamente el sobrino de Platn, Espeusipo, y no l. En el testamento de Lenin se mezcla lo estrictamente terico con la cuestin poltica. Stalin tambin se libr de todos los tericos que le podan hacer sombra, y quiso l mismo presentarse como el ltimo gran terico. Malenkov, cuando previ la posibilidad de ponerse al frente del partido, llen las estanteras de su despacho con los clsicos que formaron el pensamiento marxista, con el fin de adquirir la suficiente formacin terica que un secretario del partido debera tener. En gran medida, los dirigentes del partido Comunista sovitico deban ser los mejores filsofos de la escuela marxista, algo as como los papas del marxismo. As que cuando Lenin comenz a valorar a cada uno, segn su capacidad de organizacin y de comprensin de la ideologa marxista, estaba poniendo las bases de la sucesin. Pero Lenin no design a nadie como sucesor, bien porque en su soberbia interpretara los esfuerzos de sus seguidores con el recelo que produce el temor de que le pudieran hacer sombra, o tal vez por creer que nadie podra estar a su altura. Tampoco Stalin tuvo tiempo de sealar un sucesor, de la misma manera que no quera sombras, pero en cualquier caso nadie estaba dispuesto a que se colara un documento de este tipo firmado por Stalin. Cuanto ms cerrada y doctrinaria es una escuela ms efecto tiene sobre sus seguidores semejante tipo de juicios pstumos. Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
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La valoracin que los autores hacen de la obra de Bujarin pone de manifiesto el hecho de que exista una verdadera rivalidad entre Bujarin y Stalin en cuanto intrpretes del marxismo, y pertenecientes a la escuela del materialismo histrico y dialctico. En todo caso, los Arabescos es considerada como una de las obras ms originales de entre todas las escritas por los filsofos soviticos de la poca, como Mitin, Yudin, Chagin, o Alexandrov. Por lo que se refiere a la novela autobiogrfica, se public en Mosc en 1994, con poca repercusin aunque evidente inters.
En cuanto al proceso de Bujarin, el libro aporta los testimonios de personajes que estuvieron presentes, tales como Ilia Ehrenburg, Ed Stevens, antiguo corresponsal del Manchester Guardian, y Yevgueni Gnedin, que era responsable en 1938 del Departamento de Prensa del NKVD. Con su testimonio, se aaden nuevos datos del juicio espectculo contra el bloque trotskista-derechista de marzo de 1938 en la sala Octubre de la Casa de los Sindicatos. El proceso comenz el 2 de marzo y termin el 13 de marzo de 1938. Uno de los asuntos que ms se han debatido es el del comportamiento de Bujarin durante el proceso. Fue un cobarde, como apunta Solsenitsin, o bien un valiente, como sostiene Stephen Cohen? Una de las cosas ms interesantes que se comentan en el texto es que en el ao 1995 apareci el registro taquigrfico completo del juicio, con las marcas y los tachones de Stalin realizados para la edicin. Segn Larina, parece que a Bujarin le convencieron de que realmente no lo mataran, y seguramente por esta razn no se atrevi a reaccionar como Solsenitsin hubiera deseado.
Diez y ocho acusados fueron sentenciados a fusilamiento. Bujarin apel el juicio con una carta verdaderamente impresionante, tremenda, que se puede leer en el libro (pg. 331). Aquella carta terminaba con las palabras Koba, por qu necesitas que yo muera? Stalin guard la ltima carta de Bujarin en uno de los cajones de su despacho el resto de su vida. Quin sabe si en la muerte de Bujarin no est de fondo la figura noble de Scrates que con su muerte asumi el juicio de la ciudad y la puso en evidencia. La muerte de Bujarin ha sido para la Unin Sovitica un punto de referencia, una inflexin definitiva, la prueba de que el modelo haba abandonado sus principios. En la defensa de Bujarin, que se lee en La lgica del terror, apela a la cuestin de si el Comit Central es juez suyo o no, o si lo es el Estado, y parece asumir con la carta que Larina memoriz el papel de vctima al estilo socrtico.
El ltimo captulo del libro, dedicado a la madre de Stalin, indaga sobre uno de los aspectos verdaderamente menos conocido de Stalin, su relacin familiar. A su madre le llegara a explicar en su ltima visita, que era una especie de zar, y a ella la trataron como a una reina, aunque vivi siempre con la modestia y austeridad propia de toda su vida y de su clase. Tambin en este ensayo se hace una importante criba contra bulos y mitos ridculos dignos de ser conocidos. En Gori todava existe un museo Stalin en la casa de la familia Yugashvili. A partir de 1922 la madre se fue a vivir a Tiflis, en la casa del virrey ruso del Cucaso, una verdadera irona, visto desde la perspectiva del presente. La fecha de nacimiento de Stalin ha podido ser Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas | 20 (2008.4)
Publicacin Electrnica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730 fijada por documentos de archivos eclesisticos aparecidos en 1990, de manera que se sabe que Stalin no naci el 21 de diciembre de 1879, sino el 6 de diciembre de 1878 en Gori, ciudad hoy tomada por las temibles tropas rusas.
El relato periodstico que refiere la visita de Stalin a su madre contrasta con la verdadera reconstruccin de la visita que refieren los autores. La madre, una mujer religiosa y humilde aparece tratada como una madre sovitica modlica, etc., etc. Historiadores como Radzinski, o Antonov Ovseenko, son criticados por levantar falsos testimonios acerca de esta relacin, que ellos interpretan como una relacin atormentada entre madre e hijo, etc. Si Stalin no acudi a los funerales por la muerte de su madre, ocurrida el 4 de junio de 1937, ello no se debe a una relacin supuestamente atormentada, sino al hecho de que ocurri precisamente en el medio de los preparativos contra los comandantes del ejrcito de 1937, que fueron todos ellos fusilados. En Mosc -sealan- se fusilaba a unas 1000 personas diarias por aquellas fechas. Entre las coronas de flores recibidas en el funeral, haba una que deca para nuestra querida Yekaterina Sergueievna Dzhugashvili, a la que nunca olvidaremos, de Nina y Lavrenti Beria. Beria carg con el atad el 8 de junio en el funeral.
A travs de la figura de Stalin, la historia de la ciencia contempornea, del nacimiento y desarrollo de la llamada big science, y la historia poltica, econmica y militar de la URSS, aparecen integradas en un tronco tenso, venoso y retorcido, por entre cuyos poros transpira y sangra la vida de los hombres.