Una Lectura Sobre Ajax
Una Lectura Sobre Ajax
Una Lectura Sobre Ajax
La o y la tica de la reciprocidad que este concepto implica son imprescindibles para com-
prender yax, la primera tragedia conservada de Sfocles. En concreto, nosotros proponemos
una reflexin sobre la utilizacin de este trmino en el v. 522 y una nueva lectura, que implica
una revaloracin de la escena y una mejor comprensin de la fuerza retrica que subyace en el
pasaje y, en general, en todo el discurso de Tecmesa del que este verso forma parte.
Palabras clave: tragedia griega, Sfocles, yax, Tecmesa, o, reciprocidad.
Abstract. . A reading of Sophocles, Ajax 522
o and the ethics of reciprocity that this concept involves are essential to understand Ajax,
the first Sophoclean tragedy which is still extant. In particular, we propose a reflexion about the
use of this term in v. 522 and a new reading, which involves a revaluation of the scene and a bet-
ter comprehension of the rhetorical effect that underlies in the passage and, in general, along
Tecmessas speech, to which this verse belongs.
Key words: Greek tragedy, Sophocles, Ajax, Tecmessa, o, reciprocity.
Al contrario de lo que ha sucedido con muchos pasajes de la tragedia griega y con-
cretamente sofoclea, y a diferencia de la situacin que encontramos respecto a
varios pasajes de yax, la primera tragedia conservada de Sfocles, lo cierto es
que el verso 522 de este drama no ha sido objeto de un significativo debate. No
obstante, pensamos que tampoco ha sido completamente comprendido y, por eso,
en este trabajo nos centramos en ese verso concreto y proponemos realizar una
reflexin sobre el mismo que revalorice el significado que creemos realmente tiene,
lo que repercute en una mejor comprensin de toda la escena y de la caracterizacin
de los personajes.
1. Este trabajo ha contado con la financiacin del Ministerio de Educacin y Ciencia a travs de un
proyecto de investigacin subvencionado (HUM2006-07163). Quiero, adems, dejar constancia
de mi agradecimiento a la doctora Milagros Quijada por su inestimable ayuda y sus sugerencias
en la elaboracin de este trabajo.
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o o o r j i' 0i.
Una lectura de Sfocles, yax 522
1
M. Carmen Encinas Reguero
Universidad del Pas Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
Departamento de Estudios Clsicos
C/ Toms y Valiente, 1. E-01006-Vitoria-Gasteiz
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El verso en cuestin forma parte del eplogo que cierra la j (v. 485-524)
con la que Tecmesa replica a yax en la escena que enfrenta a ambos. En su j
anterior (v. 430-480) yax ha explicado su situacin y los motivos por los que ha
decidido quitarse la vida. Su discurso se centra por entero en el mbito pblico y
en l tiene gran peso el concepto de la nobleza o 0r. Cuando Tecmesa con-
testa al hroe, lo hace desde un punto de vista ms personal y afectivo, pero dando
tambin relevancia a la idea de la 0r, que yax ha mostrado apreciar. As, el
final de su discurso responde en perfecto paralelismo a los ltimos versos del dis-
curso del hroe, algo que han hecho notar continuamente los crticos.
Ahora bien, en esos versos finales en los que Tecmesa replica a yax con un
notable paralelismo, la mujer introduce una novedad destacable; me refiero a la
apelacin a la o (v. 522 o o o r j i' 0i; un favor otro
favor siempre engendra
2
). Tanto por el lugar que esta referencia ocupa en la j
concreta (es parte de la conclusin y, adems, destacada novedad frente al pasaje
al que contesta en la distancia), como por el peso tan importante que la idea de la
o tiene en esta tragedia en su conjunto
3
, no podemos pasar por alto la apelacin
de Tecmesa a dicho concepto. Pero antes de intentar explicar el significado que
para nosotros tiene este verso y su relevancia en la tragedia, vamos a reproducir
aqu la opinin al respecto de algunos autores que se han detenido en el pasaje en
cuestin.
En general, como ya he dicho, la crtica no ha concedido una relevancia espe-
cial a la apelacin de Tecmesa a la o en este verso. Campbell
4
, por ejemplo,
se limita a sealar que a partir del v. 520 Tecmesa vuelve a la apelacin personal y
directa, que durante unos versos haba abandonado al invocar otros intereses.
Stanford
5
seala el poliptoton y la significacin extensa del concepto o,
difcil de traducir al ingls con un nico trmino, aunque l, siguiendo a Jebb, se
inclina por kindness (consideracin, favor) y aade la presencia de una cierta idea
de gratitud y gratificacin. Adems, tambin seala la metfora en i',
as como el hecho de que Tecmesa apela a la o hbilmente ante un hombre
que est furioso, precisamente porque considera que no ha recibido la o que
se le deba por sus servicios en favor del ejrcito griego.
Kamerbeek
6
incide en el significado de reciprocidad que implica la expresin
empleada por Tecmesa y en la tendencia a la personificacin que consigue gracias
al verbo i.
52 Faventia 29/1, 2007 M. Carmen Encinas Reguero
2. Seguimos la traduccin de A. ALAMILLO. Sfocles. Tragedias. Madrid, 1992 (1981
1
).
3. o es un concepto relevante no solo en yax, donde, como sabemos, la tragedia del hroe surge
precisamente de una falta de cumplimiento de la reciprocidad, tal como l la entiende, sino tambin
en otras tragedias sofocleas, especialmente en Edipo en Colono, donde el tema central es la peti-
cin de ayuda de Edipo a Teseo, gobernante del tica, a cambio de la proteccin que el propio
Edipo brindar a esa regin tras su muerte. En el resto de tragedias sofocleas conservadas, el tema
de o vinculado a la tica de la reciprocidad no desempea un papel tan relevante, aunque s
se halla presente.
4. Cf. CAMPBELL, 2000 (1881
1
), 53.
5. Cf. STANFORD, 1981 (1963
1
), 126.
6. Cf. KAMERBEEK, 1963, 113-114.
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Garvie
7
remarca nuevamente la amplia significacin de o y pone de relie-
ve dos posibles matices del trmino en este pasaje concreto: de un lado, el signifi-
cado de gratitud y, de otro, la idea de favor sexual.
Hesk
8
interpreta el pasaje de un modo, a nuestro juicio, ms interesante. l
incide tambin en el sentido de reciprocidad del trmino o y en su amplia sig-
nificacin, que abarca, entre otros, matices de favor sexual y familiar. Pero, ade-
ms, l pone en relacin el poliptoton empleado por Tecmesa en este verso con el
que yax utiliza en su discurso previo (. , v. 467). En su opinin, que
consideramos acertada, la repeticin de por parte de yax incide en su sen-
timiento de individualidad, mientras que la repeticin de Tecmesa busca hacerle
notar al hroe que no est solo y que tiene lazos y obligaciones a los que respon-
der.
Synodinou
9
, por su parte, ha publicado un sugerente artculo sobre Tecmesa,
en el que tambin se refiere a este pasaje concreto. Segn esta autora, Tecmesa
alude con o a la relacin ntima y ertica que la une a yax. El problema, en
su opinin, es que la herona sobrevalora la importancia que yax concede a esas
cuestiones.
Esta interpretacin implica que Tecmesa no comprende realmente a yax y,
de hecho, hay autores que as lo piensan. Reinhardt, por ejemplo, en su anlisis de
esta tragedia, subraya precisamente la falta de comunicacin que se da entre sus
protagonistas. En su opinin, yax y Tecmesa argumentan desde puntos de vista
irreconciliables. Concretamente, Reinhardt
10
llega a afirmar que las palabras de la
mujer se pierden sin que ni un solo sonido llegue a penetrar en el odo del hom-
bre, al igual que sucede con las de l. Lo que para l es un motivo para entregarse
a la muerte [], aparece a los ojos de ella como un motivo para hacer lo contrario
[] pero sin que las palabras del uno remitan al otro y ni siquiera necesiten refu-
tacin; los dos no llegan a encontrarse, ni tan siquiera pueden establecerse como un
pro y un contra, estn de forma contraria en el mundo, se excluyen mutuamente
de manera explcita desde puntos de partida distintos.
Nosotros, en cambio, creemos que esta interpretacin es discutible y pensa-
mos que tan solo con matizar el significado del v. 522 se puede apreciar hasta qu
punto realmente existe una conexin entre Tecmesa y yax o, por lo menos, se
puede ver en qu medida Tecmesa s ha escuchado a su esposo y amo.
Dicho todo esto, quisiramos explicar nuestra interpretacin de este pasa-
je. El paralelismo que se establece entre el final de la j de Tecmesa y el
final de la j de yax es algo ampliamente admitido y muchas veces sea-
lado; por lo tanto, no vamos a incidir nuevamente en ello. Lo que pretendemos
es, ms bien, intentar mostrar qu aporta la apelacin a la o en este momen-
to, y para ello hemos de saber, en primer lugar, a qu hace alusin Tecmesa con
esa referencia.
o o o r j i' 0i. Una lectura de Sfocles Faventia 29/1, 2007 53
7. Cf. GARVIE, 1998, 173.
8. Cf. HESK, 2003, 65-67.
9. Cf. SYNODINOU, 1987, 104-105.
10. Cf. REINHARDT, 1991, 40-41.
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Para empezar, es obvio, as se seala por doquier, que en el verso 522 Tecmesa
alude fundamentalmente a la tica de la reciprocidad, tan importante en la cultura
griega
11
. Efectivamente, para un griego, los favores han de ser siempre devueltos
12
.
Y esta tica de la reciprocidad tiene un protagonismo indiscutible a lo largo de
toda la tragedia que nos ocupa. No podemos olvidar que este drama dimana pre-
cisamente del hecho de que yax cree que los griegos no le han respondido con
o como deban.
As, las alusiones implcitas o explcitas a la o son constantes en yax y
este concepto se une estrechamente a la tica de la reciprocidad, que cobra expre-
sin en el cdigo que insta a ayudar al amigo y daar al enemigo. En funcin de esta
tica y este cdigo, yax ha atacado a sus compaeros de filas, al considerar que
se han convertido en sus enemigos por no devolverle la o que le deban, y tam-
bin en virtud de lo mismo sus enemigos deciden no enterrar su cadver precisa-
mente para castigarlo por sus acciones.
Ahora bien, el cdigo citado no solo tiene una parte negativa, que implica cas-
tigar al enemigo y que se plasma en esas acciones citadas, sino que tambin tiene
una parte positiva, que insta a ayudar al amigo y a devolverle a ste los favores
recibidos. Esa parte positiva est casi ms presente en esta tragedia que la nega-
tiva.
Para empezar, los enemigos (los Atridas y Odiseo), enfrentados a una disyunti-
va, anteponen finalmente la parte positiva del cdigo a la negativa. Odiseo antepo-
ne las acciones heroicas de yax a su traicin y decide abogar finalmente en su
favor. Agamenn, en representacin de los Atridas, se enfrenta a la peticin de
Odiseo basada en la amistad que los une (v. 1328-1331) y, ante esa situacin,
Agamenn prima la amistad de Odiseo y decide olvidar el castigo a yax, basado
en la enemistad (sabe bien esto: que yo te concedera un favor incluso mayor que
ste; pero que se, aqu y all, ser para m siempre el ms odioso, v. 1370-1373).
Por otra parte, los del hroe (Teucro, Tecmesa y el Coro de marineros
salaminios) con su lealtad y devocin, as como con su disposicin a ayudar al
hroe en lo que haga falta, ejemplifican esa actitud de ayuda al que yax no
ha tenido del todo con sus superiores, a los que ha terminado atacando.
Pero quien explicita la necesidad imperiosa de responder a la o con o
es precisamente Tecmesa en el pasaje que nos ocupa. Y esto es lo ms curioso,
porque si en el resto de la tragedia est claro que la o a la que se refieren los per-
sonajes est relacionada con la esfera pblica del guerrero y con los servicios pres-
tados dentro de un contexto blico, cuando Tecmesa reclama o y, sobre todo,
cuando apela a la o o al favor que ella ha aportado al hroe, es ms complica-
do entender a qu se refiere.
Es obvio que la afirmacin de Tecmesa, como hemos dicho, muestra la nece-
sidad de que la tica de la reciprocidad y el cdigo con sta vinculado no se limi-
54 Faventia 29/1, 2007 M. Carmen Encinas Reguero
11. Para un estudio de o y la tica de la reciprocidad, as como de su vinculacin con otros con-
ceptos ticos, cf. BLUNDELL, 1989, 26-59, GILL, POSTLETHWAITE y SEAFORD, 1998.
12. La importancia de la gratitud se reconoca universalmente, y en la oratoria es habitual que los liti-
gantes le recuerden al jurado los beneficios prestados a la ciudad por ellos mismos o por su familia.
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ten a lo negativo. Es decir, Tecmesa muestra la necesidad de favorecer las relacio-
nes positivas entre los . Ahora bien, el hecho de que sea precisamente Tecmesa
quien hace esta apelacin y en este momento, tambin es algo importante y que
hemos de explicar.
Como veamos, Garvie y Synodinou ven en la apelacin a la o por parte
de Tecmesa una referencia a los favores sexuales prestados al hroe y Hesk alude
a los matices de favor sexual y familiar del trmino. En esto ltimo creemos que est
la clave. Es cierto que Tecmesa, al apelar a una o de ella al hroe, se tiene que
referir necesariamente a los favores sexuales
13
, pero creemos que, sobre todo, se
refiere a la consecuencia de stos, a saber, a su hijo Eursaces, que es ya en este
momento la nica manera que tiene yax de recuperar su buen nombre y mante-
ner el honor de su linaje. sa es la gran o que Tecmesa ha aportado al hroe,
y el empleo del verbo i, enfatizado por Stanford y Kamerbeek, cobra as un
nuevo significado, pues se refiere de manera nada metafrica al hijo engendrado.
Es quizs un pequeo matiz aparentemente intrascendente para la compren-
sin del pasaje o de la tragedia, pero creemos, sin embargo, que puede ayudarnos
a entender mejor, de un lado, la escena de la que forma parte y, de otro, ciertos ras-
gos de la caracterizacin de yax y Tecmesa.
En cuanto a la escena, he sealado previamente la opinin de Reinhardt, quien
considera que no existe verdaderamente comunicacin en este debate entre sus dos
protagonistas. Es cierto que ambos se mueven en esferas completamente diferen-
tes. As, yax se limita a la esfera pblica del guerrero y a los valores propios de
sta, mientras que Tecmesa toma un punto de vista ms ntimo y personal y apela
en gran medida a los afectos. Pero no podemos pasar por alto el hecho de que, al
hacer eso, Tecmesa se apropia de los valores que el hroe ha mostrado previamente
apreciar y los redefine y utiliza en la persuasin de yax. Esto se aprecia en toda
la j, pero especialmente en su eplogo
14
. Si esto es as, y en trminos genera-
les se admite que lo es, no tiene sentido que Tecmesa, en ese momento final de la
j tan elaborado teniendo en cuenta el paralelismo con el final del discurso de
yax, introduzca una apelacin a los favores sexuales que, aunque para ella pue-
den ser relevantes, no lo son en absoluto para el hroe, que ha dejado claro ya lo que
para l tiene valor. Entenderlo as implica no entender realmente el esfuerzo ret-
rico de Tecmesa, y por ende de Sfocles, en este momento.
Ahora bien, si aceptamos que Tecmesa se refiere a su hijo, la significacin ret-
rica de su discurso aumenta y, sobre todo, podemos apreciar mejor hasta qu punto
Tecmesa comprende a yax y se adapta a los valores de ste en su intento por
disuadirlo de su decisin.
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13. En el verso 521, Tecmesa utiliza el trmino . que designa una alegra en general. No obs-
tante, como seala STANFORD, 1981 (1963
1
), 125, no es raro que se refiera de manera especial a
los favores de Afrodita. GARVIE, 1998, 173, cree que Tecmesa utiliza aqu un eufemismo para refe-
rirse a su relacin sexual. Pero, adems, este trmino es un eco de la pregunta que el hroe se haca
en la parte final de su j previa acerca del placer (r) que puede producir aadir vana-
mente un da a otro (v. 475-476). Para l la vida no tiene sentido si no est vinculada a la consecucin
de gloria heroica y honor; para ella hay otro placer vinculado a los afectos.
14. Cf. ENCINAS REGUERO, 2004, 361-365.
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Efectivamente, desde el momento en que toma conciencia de lo que ha hecho,
yax llama a su hijo (v. 339). l es ahora lo que ms le interesa, pues, despus de
sus acciones, su hijo es ya el nico que puede en el futuro mantener el honor de
su linaje, y esto es lo que realmente le importa al hroe (Y cuando llegues a esto,
debers mostrar entre los enemigos de tu padre quin eres y por quin has sido for-
mado, v. 556-557)
15
. Por eso precisamente Tecmesa alude a ello. Su apelacin a
la o no es un recordatorio de los favores sexuales recibidos, algo irrelevante
para el hroe, sino el recordatorio del hijo, de lo nico que le queda a yax para
mantener vivo su honor.
Esta interpretacin implica establecer una responsin intensa entre los dos dis-
cursos que conforman esta escena. Es cierto que Tecmesa y yax hablan desde
esferas distintas, pero no lo es menos que Tecmesa ha escuchado a yax y que,
cuando ella toma la palabra, adapta su a las palabras previas del hroe. Su
manejo de la retrica en ese sentido es extraordinario.
Ahora bien, decamos que esta interpretacin del pasaje tambin puede aportar
algo desde el punto de vista de la caracterizacin de los personajes. En trminos
generales, Tecmesa se muestra en la tragedia completamente subordinada al hroe
y el hroe se dirige a ella con frialdad y falta de afecto. Pero hay sendas excep-
ciones que hacer a las dos partes de esta afirmacin, y esas excepciones se rela-
cionan con un mismo tema: la maternidad.
Efectivamente, Tecmesa, siendo como es la esclava de yax, se muestra por lo
general subordinada. Ahora bien, Synodinou
16
seala en su artculo que el pasaje
que nos ocupa es precisamente el nico momento en que Tecmesa se dirige a yax
en trminos de igualdad. Si Tecmesa se refiere nicamente a los favores sexuales, no
entendemos por qu eso le hace dirigirse a yax como a un igual; ahora bien, si
interpretamos que Tecmesa se refiere a su hijo, entonces es lgico que eso suceda.
El motivo es que la maternidad se iguala en Atenas a la aportacin blica del hom-
bre
17
y es, por tanto, lo que confiere a la mujer una funcin de rango cvico
18
.
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15. yax, al despedirse de Eursaces, manifiesta su deseo de que ste pueda algn da luchar contra
los enemigos de su padre (v. 556-557). Es evidente, entonces, que, ms all de los afectos, Eursaces
es importante para yax en el plano pblico. La actitud del hroe contrasta con la de Hctor en
Il. 6. 476-81, ya que ste slo desea que su hijo Astianacte se convierta en un gran guerrero y luche
contra sus enemigos en general, no especficamente contra los de su padre.
16. Cf. SYNODINOU, 1987, 104.
17. LORAUX, 1989, ha demostrado que hay un trasvase de terminologa entre el campo masculino de la
guerra y el femenino del alumbramiento, de manera que el esfuerzo de una mujer al parir se puede
representar como un acto de valor y patriotismo comparable al esfuerzo del hombre en la guerra.
Este punto de vista es compartido por numerosos autores. WOHL, 1998, 31-32, por ejemplo, defien-
de que, aunque el kleos no se atribuye por lo general a la mujer en Grecia, una forma de conse-
guir r es a travs de la maternidad. Tambin BERGREN, 1983, establece una relacin entre la
capacidad del hombre para hacer la guerra y la funcin maternal de la mujer. Sin embargo, DEMAND,
1994, 121-20, se centra tambin en la equiparacin entre la muerte en combate y la muerte en el
alumbramiento y, a partir de un anlisis de la iconografa al respecto, matiza que en la estas
dos muertes se siguen manteniendo separadas, pues a la mujer se le adjudica en esa situacin pasi-
vidad y o0 y al hombre, actividad y gloria.
18. Cf. LORAUX, 2004, 18-20.
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Por otra parte, deca que yax es, en general, fro y distante al dirigirse a
Tecmesa
19
. Sin embargo, hay varios momentos en que esto no es as, y esos momen-
tos se relacionan precisamente con la funcin maternal de Tecmesa (v. 536, 558-559),
lo que, cerrando el crculo, de nuevo justifica que Tecmesa apele a su maternidad
como o concedida al hroe y a la que ste debe responder.
De otro lado, la escena entre yax y Tecmesa reproduce, como es sabido, la
escena de la despedida entre Hctor y Andrmaca de Il. 6. Adems, tambin hay
en esta escena un cierto recuerdo de Il. 22, donde Pramo y Hcuba suplican a
Hctor. Pues bien, las palabras que Hcuba dirige all a Hctor (Il. 22. 82-9:
Hctor! Hijo mo! Respeta este seno y apidate de m. Si en otro tiempo te
daba el pecho para acallar tu lloro, acurdate de tu niez, hijo amado; y pene-
trando en la muralla, rechaza desde la misma a ese enemigo []
20
) nos recuer-
dan estas palabras finales de Tecmesa en los versos 520-524. La splica de ambas
mujeres implica el recuerdo del pasado y la espera de una retribucin. Cada mujer
trata de capitalizar su posicin especial en la vida del hombre
21
. Y, curiosamente,
las dos apelan a su funcin de madres. Hcuba, concretamente, a su funcin de
madre de Hctor; Tecmesa, a su papel como madre del hijo de yax. Su relacin
con el hroe es distinta, pero lo que ambas subrayan en la splica es precisamen-
te su funcin maternal.
En definitiva, yax 522 es un verso poco discutido pero tambin, creemos, no
completamente comprendido. En nuestra opinin, este verso implica una alusin a
Eursaces, que dota al pasaje, sobre todo, de una mayor significacin retrica. Esta
lectura permite apreciar mejor hasta qu punto llega la responsin en la j de
Tecmesa y en qu medida este personaje s ha escuchado y comprendido a yax.
As, la interpretacin propuesta incide en la valoracin formal del pasaje desde un
punto de vista retrico, y tambin contribuye a mejorar la comprensin de su con-
tenido y de la caracterizacin de los personajes implicados.
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o o o r j i' 0i. Una lectura de Sfocles Faventia 29/1, 2007 57
19. A lo largo de toda la obra, yax se dirige a Tecmesa de un modo muy peculiar. Por una parte,
nunca lo hace por el nombre, aunque s que nombra, por ejemplo, a Eribea, su madre (v. 569). Por
otra parte, se dirige a ella preferentemente con expresiones de tipo generalizador, lo que implica con-
siderar a Tecmesa como un ser indefinido, una simple representante de su gnero.
20. Reproducimos la traduccin de L. SEGAL Y ESTALELLA. Homero. Ilada. Madrid, 1994 (1954
1
).
21. Cf. FARMER, 1998, 31-32.
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