Llamados A Ser Santos

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Llamados a ser santos

El Camino de Santidad

Carlos Aracil Orts

1. Introduccin Propsito: Ayudarnos a comprender mejor lo que significa ser santo y como se lleva a cabo el proceso de la santificacin de nuestras vidas, as como estimularnos a avanzar en el camino de santidad. A lo largo del desarrollo de este tema trataremos de contestar a las siguientes preguntas: Por qu debemos aspirar a la santidad? Ser cristiano es equivalente a ser santo? Qu implica o significa ser santo? Nos ha llamado Dios para ser santos? Qu es la santificacin? Qu diferencia existe entre justificacin y santificacin? Es una cualidad imprescindible la santidad para ser salvo? Cmo podemos avanzar en ese camino de santidad? Por qu debemos aspirar a la santidad? Se me ocurren al menos seis poderosas razones para que tratemos de esforzarnos y perseverar en ello: 1. Porque Dios es santo. Como hijos suyos que somos, le pertenecemos, y por ello, debemos ser semejantes a l. Su voluntad, incluida y provista en su plan de salvacin para la humanidad es que lleguemos a ser santos. 1 Pedro 1:15, 16 15..., como aquel que os llam es santo, sed tambin vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito est: Sed santos, porque yo soy santo. (Vase Levtico 11:4445; 19:2) 1 Pedro 2:9, 10 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciis las virtudes de aquel que os llam de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habais alcanzado misericordia, pero ahora habis alcanzado misericordia. No slo le pertenecemos por habernos adoptado como hijos sino por habernos redimido, rescatado y adquirido mediante el sacrificio de Cristo. Esta fue su voluntad desde el principio (vase tambin xodo 19:5,6). 2. Porque hemos sido escogidos desde antes de la fundacin del mundo para ser santos y sin mancha delante de Dios. Efesios 1:4 (vase tambin 2 Tesalonicenses 2:13) 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos santos y sin mancha delante de l, 5 en amor habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 3. Porque hemos sido llamados por Dios a ser santos. 1 Corintios 1: 2 (vase tambin Romanos 8:27-30): 2 a la iglesia de Dios que est en Corinto, a los santificados en Cristo Jess, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Seor Jesucristo, Seor de ellos y nuestro:

4. Porque el sacrificio de Cristo en la cruz nos asegura y garantiza tanto la justificacin como la santificacin final. 1 Corintios 1:30 30 Mas por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos ha sido hecho por Dios sabidura, justificacin, santificacin y redencin; Hebreos 10: 10, 14: 10 En esa voluntad [la de Dios] somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 5. Porque sin la santidad nadie ver al Seor Hebreos 12:14: 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie ver al Seor. Para el cristiano, alcanzar la santidad, no es algo secundario, poco importante o que no tenga que ver con la salvacin, sino que, por el contrario, es un requisito imprescindible para ir al cielo. Debemos, pues, perseverar en la tarea de nuestra santificacin, esforzarnos y colaborar con el Espritu Santo con ese objetivo siempre en mente. 6. Porque al hacer la voluntad de Dios seremos ms felices aqu en este mundo, y se nos dar la corona de justicia o de vida para el venidero. 2 Timoteo 4:8: 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8 Por lo dems, me est guardada la corona de justicia, la cual me dar el Seor, juez justo, en aquel da; y no slo a m, sino tambin a todos los que aman su venida. Santiago 1:12: 12 Bienaventurado el varn que soporta la tentacin; porque cuando haya resistido la prueba, recibir la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 1 Pedro 5:4: 4 Y cuando aparezca el Prncipe de los pastores, vosotros recibiris la corona incorruptible de gloria. Apocalipsis 2:10: 10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aqu, el diablo echar a algunos de vosotros en la crcel, para que seis probados, y tendris tribulacin por diez das. S fiel hasta la muerte, y yo te dar la corona de la vida. 1 Corintios. 9:24 25: 24 No sabis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 As que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. (Vase adems Fil. 3:13; etc.) Todas ellas son importantes motivaciones o razones para tratar de alcanzar la santidad. 2. El hombre carnal o natural versus el hombre espiritual Condicin del ser humano en general En general los seres humanos somos imperfectos y egostas, pues tenemos variedad de defectos y debilidades de carcter, y cantidad de carencias fsicas, psquicas y espirituales. En multitud de ocasiones, tratamos de saciar la sed de felicidad, bebiendo en infinidad de fuentes que resultan insatisfactorias, y que, como mximo, slo logran un momentneo alivio de la misma, dejndonos la mayora de las veces insatisfechos y frustrados.

Unas veces son nuestros deseos egostas los que nos impulsan a obrar de una determinada forma, pensando slo en nosotros mismos, y sin tener en cuenta las necesidades de las personas que conviven o que pertenecen al entorno en el que nos movemos. Otras, intentamos llenar nuestro vaco por medio del consumo superfluo de bienes materiales, o bien, enfrascndonos en todo tipo de actividades, ms o menos frvolas, que lo nico que consiguen es que olvidemos que la verdadera felicidad est en el desarrollo de la vida espiritual de comunin y relacin con Dios y con nuestro prjimo. Por nuestra experiencia y la Biblia sabemos que todos hemos pecado y tenemos una naturaleza pecaminosa: (Salmo 51; Eclesiasts 7:20; Romanos 3:10; etc.) El hombre carnal o natural (antes de la conversin en Cristo) - Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. (1 Corintios 2:14; Vase tambin 1 Corintios 1:18: Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. ) - ramos amigos del mundo y enemigos de Dios: Santiago 4:4...la amistad del mundo es enemistad contra Dios. Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios; Romanos 8:7,8: Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven segn la carne no pueden agradar a Dios. (Vase adems Glatas 5:19-21; Efesios 4:22-32; Colosenses 3:510). Romanos 5:10: Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.) - Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), (Efesios 2:5) El hombre espiritual (convertido a Cristo) 1 Corintios 6:11: Y esto erais algunos; mas ya habis sido lavados, ya habis sido santificados, ya habis sido justificados en el nombre del Seor Jess, y por el Espritu de nuestro Dios. Los cristianos, en cambio, por la gracia de Dios y su Palabra, hemos sabido cual es la verdadera condicin de la naturaleza humana, hemos reconocido su pecaminosidad, y, tambin, nuestros pecados. Comprendimos que no haba ninguna obra humana que pudiramos hacer para solucionar este dilema. Fuimos conscientes, pues, de nuestro estado de perdicin, nos arrepentimos, cremos en el Seor Jess, invocamos su nombre para perdn de nuestros pecados (Romanos 10:13; Hechos 16:31; 8:37), y fuimos bautizados (Hechos 2:38), reconciliados con Dios (Romanos 5:10; 2 Cor. 5:18), justificados (Romanos 3:24), nacidos de nuevo (Juan 3:3), hechos hijos de Dios (Glatas 3:26; 4:7) y nuevas criaturas en Cristo (2 Cor. 5:17). 3. Cmo llegamos, pues, a ser creyentes en Cristo y a nacer de nuevo del Espritu Santo? Nuestra salvacin o perdicin dependen de la aceptacin o rechazo al evangelio de nuestro Seor Jess. En la Palabra de Dios se nos muestran los dos tipos de reacciones: en Hechos 2:37, los que oyeron la predicacin de San Pedro se compungieron de corazn, y reconociendo as su pecado, aceptaron a Jesucristo como la solucin al problema de su pecado. La reaccin opuesta que conduce a la perdicin, rechazar la gracia que Dios nos ofrece por medio de su Hijo Jesucristo, la encontramos en Hechos 7:54. En esta ocasin los que oan la Palabra de Dios predicada por Esteban, respondieron de muy distinta manera:oyendo estas cosas, se enfurecan en sus corazones, y crujan los dientes contra l..

Cmo conseguir la fe? Cmo podemos pasar de incrdulos a creyentes o de inconversos a conversos? Por un lado, las Sagradas Escrituras nos dicen que ... la fe es por el or, y el or, por la palabra de Dios. (Romanos 10:17). Por otro, si queremos agradar a Dios tengamos fe en l. Creamos que existe y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). Cuando escuchemos su Palabra no seamos sordos a su llamado. No esperemos que Dios nos llamar de una forma especial y directa, sino que lo har a travs del mensaje del evangelio, porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y ms cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espritu, la coyunturas y los tutanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazn. (Hebreos 4:12). Por tanto, no menospreciemos su Palabra porque por ella podemos obtener la vida eterna, por medio de Jesucristo, del que dan testimonio las Escrituras (Juan 5:39). Pablo afirma en Romanos 1: 16: Porque no me avergenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvacin a toda aquel que cree.... Como dice Jess en la parbola del sembrador debemos tratar de ser buena tierra, para que la semilla del evangelio arraigue en nuestro corazn y d fruto (Lucas 8:15). Como la semilla al ser enterrada muere, pero renace transformndose en planta, o sea, una nueva naturaleza capaz de dar mucho fruto, as nosotros tenemos que nacer de nuevo por el Espritu Santo para dar fruto y poder entrar en el reino de Dios (Juan 3:5, 6). Por tanto, cuando respondemos positivamente al llamado de Dios por el evangelio, ejercemos fe en Jess, el autor y consumador de la fe (Hebreos 12:2), l nos da potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12,13). En el proceso de la salvacin de todo ser humano confluyen la voluntad del Creador y soberano del Universo y la de la criatura. Por parte de las criaturas, es evidente que todos los hombres nacemos con una naturaleza imperfecta y pecaminosa, porque estamos separados de Dios. Su existencia no es demostrable a travs de nuestros sentidos. Tampoco podemos llegar a l por la ciencia, ni ninguna inteligencia humana es capaz de averiguar, en primer lugar, si existe, y en segundo lugar, cmo es y cules son sus intenciones. Cabra preguntarse, por ejemplo, si Dios nos diera un discurso, invitndonos a la salvacin y a la vida eterna, aunque slo fuera anualmente, a la manera como nuestro Rey se dirige a todos los espaoles por Navidad, y todos sin excepcin no tuviramos ms remedio que escucharle, Cmo responderamos a ese llamado? Creo no equivocarme y me temo que, en nuestra condicin cada, la Humanidad no sera unnime en aceptar la invitacin de Dios y hacer los arreglos necesarios en su vida para gozar con l por la eternidad. Posiblemente, se formaran dos grupos, los que deciden salvarse y los que deciden no hacerlo. Desgraciada o afortunadamente, no recibimos un sermn directo de Dios una vez al ao, sino que, en su lugar, podemos recibir su mensaje, por medio de su Palabra escrita, la cual tenemos siempre a nuestra disposicin, y tambin cuando la escuchamos a travs de las predicaciones de sus discpulos. Nuestra responsabilidad consiste en dejarnos convencer por la bondad de la Palabra, a pesar de que ella se opone a la natural tendencia de nuestra carne, y al espritu del mundo. Como San Pablo, debemos reconocer que:... yo s que en m, esto es, en mi carne, no mora el bien, porque el querer el bien est en m, pero no el hacerlo. (Romanos 7:18, ver tambin del 19-25; 8:8: y los que viven segn la carne no pueden agradar a Dios). El apstol Pablo nos aclara en varios textos del Nuevo Testamento qu significa vivir en la carne: 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicacin, inmundicia, lascivia, 20 idolatra, hechiceras, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejas, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgas, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarn el reino de Dios. (Glatas 5:19-21; lase adems Efesios 4:2532).Cuando acallamos la voz de la conciencia que nos remuerde por algo que hacemos mal, y

Efesios 2:5, 6

adems rechazamos la hermosaverdad del evangelio, nos alejamos de la fe y del reino de Dios (2 Pedro 2:9-22). En la primera epstola que San Pablo escribi a Timoteo se nos dice que la voluntad de Dios es que todos los hombres sean salvos: ...Dios nuestro Salvador, (4) el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. (1 Timoteo 2:3, 4). Puesto que Dios es todopoderoso y su voluntad es soberana, Quiere decir esto que Dios nos va a salvar a todos an en contra de nuestra voluntad e independientemente de nuestra fe en l? Es evidente que no es as. Notemos la segunda parte de este texto: y vengan al conocimiento de la verdad.. Puesto que Dios quiere que todos seamos salvos, -y para ello es necesario conocer la verdad, aceptarla y obedecerla-, l se ocupar de que nadie pueda excusarse en el juicio final, diciendo que no ha podido ser salvado porque ignoraba la verdad. La voluntad de Dios es salvarnos pero nuestra responsabilidad es aceptar la verdad y obedecerla. La Biblia nos dice que la Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17) y Jess es el nico camino, la verdad y la vida, nadie puede alcanzar la salvacin sino por l (Juan 14:6; vase adems Juan 1:14, 17; 5:33; 8:32; etc.). Todos nosotros, tambin estbamos muertos en delitos y pecados, y anduvimos, en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu de que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de la carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems. (Efesios 2:1-3). Por qu hemos cambiado? Acaso Dios ha intervenido de una forma misteriosa, poderosa, directa y personal para dar la vida a unos y a otros no? Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess, Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros, Antes ramos enemigos de Dios, pero fuimos reconciliados por la muerte de su Hijo (Romanos 5:10). Qu milagro ha ocurrido para que decidiramos aceptar la verdad y obedecerla? Es, acaso, el amor de Cristo que nos constrie (2 Corintios 5:14)? Con toda seguridad. Dios nos hizo nacer de nuevo, nos dio vida, mostrndonos su amor: En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que l nos am a nosotros, y envi a su Hijo en propiciacin por nuestros pecados. (1 Juan 4:10). Santiago 1:18 dice: l, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.. Constatamos, pues, que el medio de gracia que Dios usa para darnos vida espiritual es la palabra de verdad, la cual, como sabemos, es la Biblia. Su voluntad es hacernos nacer de nuevo. Ahora, Cul es nuestra voluntad? resistiremos a la palabra de verdad? negaremos que la ley del amor se manifest en Cristo Jess? la rechazaremos aunque sea poder de Dios para salvacin a todo aquel que cree (Romanos 1:16)?. Depende, pues, de nosotros que nos dejemos conmover por el amor a la verdad y no endurezcamos nuestros corazones (Hebreos 4:7: ... Si oyereis hoy su voz, no endurezcis vuestros corazones.). Por otro lado, la Sagrada Escritura, tambin afirma claramente que los creyentes hemos sido escogidos por Dios antes de la fundacin del mundo, segn su voluntad, para que seamos salvos (Efesios 1:3-14). Efesios 1:3-14 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos santos y sin mancha delante de l, 5 en amor habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia,

con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidura e inteligencia, 9 dndonos a conocer el misterio de su voluntad, segn su beneplcito, el cual se haba propuesto en si mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensacin del cumplimiento de los tiempos, as las que estn en los cielos, como las que estn en la tierra.11 En l asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propsito del que hace todas las cosas segn el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperbamos en Cristo. 13 En l tambin vosotros, habiendo odo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvacin, y habiendo credo en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redencin de la posesin adquirida, para alabanza de su gloria. Muchos creyentes e incluso incrdulos se espantan, se rebelan, rechazan y no aceptan esta clara doctrina de la Palabra de Dios, porque piensan que, si escoge a unos para la salvacin, y permite a otros que se pierdan para la eternidad, Dios est haciendo acepcin de personas. Adems, entienden que a los predestinados, se les determinan sus destinos sin tener en cuenta la voluntad de los mismos. Argumentan que si todo est decidido, de antemano, por la voluntad de Dios, desde antes de la fundacin del mundo, nada de lo que haga cualquier persona podr cambiar su destino. Califican de nefasta esta doctrina de la predestinacin por todas las razones citadas, porque coarta la voluntad de las criaturas, haciendo intil la predicacin del evangelio, puede producir desnimo, y que algunas personas lleguen a torturarse mentalmente, al pensar que ellas no estn en el grupo de los elegidos para salvacin. Como efecto negativo opuesto al anterior, esos mismos detractores, consideran que los escogidos y predestinados por Dios para vida eterna, podran caer en un exceso de confianza en s mismos por lo que, supuestamente, es una situacin de privilegio, respecto al grupo de los que se pierden. Esta es una equivocada interpretacin de la doctrina de la predestinacin de Dios, al equipararla con determinismos absurdos y destinos ciegos. Al modo en que algunos personajes de ciertas obras clsicas griegas eran arrastrados por sus dioses, hacia un destino fatal, del que era imposible escaparse, y al que irremisiblemente las criaturas se vean abocadas, independientemente de cuanto realizaran para evitarlo. La predestinacin que nos presenta la Palabra de Dios es todo lo contrario. Si hablramos de un dios que no tuviese soberana sobre todo el universo no sera Dios. Dios es soberano y por tanto, lleva el control y gobierno sobre toda su creacin. l, como infinitamente sabio Arquitecto, ha diseado un Plan de salvacin de la Humanidad cada por medio del sacrificio expiatorio de Cristo, segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos santos y sin mancha delante de l,... (Efesios 1:4). Notemos, por favor, que la salvacin de los seres humanos no se realiza por un decreto arbitrario de Dios, sino que l ha conocido de antemano a toda la humanidad antes de que existiese, puesto que al ser eterno, est fuera del tiempo, y todo permanece en su mente como un eterno presente. Comprobemos como San Pablo lo confirma en Romanos 8:29, 30: Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos. (30) Y a los que predestin, a estos tambin llam; y a los que llam, a stos tambin justific; y a los que justific, a stos tambin glorific. Qu medios usa Dios para llevar a sus escogidos a la glorificacin? Hace acaso alguna acepcin de personas a favor de sus elegidos? Manda a sus ngeles para evitarles todo tipo de mal? Les libra de toda enfermedad, sufrimiento y dolor? Les infunde una gracia especial que les permite aceptar el evangelio de la salvacin? Los llama a cada uno y les susurra en sus odos o en su mente: s bueno, escucha y obedece el evangelio y tendrs la vida eterna, y si no lo haces, sers condenado al infierno por una eternidad?

Dios no hace acepcin de personas: Porque Jehov vuestro Dios es Dios de dioses, y Seor de seores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepcin de personas, ni toma cohecho; (Deut. 10:17; Vase tambin 2 Crnicas 19:7; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Glatas 2:6; Efesios 6:9; etc.). l nos trata por igual. Tanto sus escogidos como los que no lo son, reciben el mismo medio de gracia, que no es otra cosa que el evangelio de Jesucristo. Sus elegidos no reciben una infusin mgica de gracia que les ilumine, purifique y santifique. Porque esa no es la forma de intervenir de Dios en la vida de los seres humanos para santificarlos y hacerlos idneos para el cielo. La fe viene por el or, y el or por la palabra de Dios (Ro. 10:17). Si creemos esta Palabra y aceptamos a Jess como nuestro Salvador personal, l nos da Potestad de ser hijos de Dios y somos engendrados de Dios, que es lo que implica el nuevo nacimiento (Juan 1:12, 13). Es decir, como dice Santiago 1:18: ... nos hizo nacer por la palabra de verdad.... Cuando amamos el bien, la bondad y la justicia, somos atrados por la palabra de verdad que es la Biblia, y entonces empezamos a vislumbrar el amor, bondad y misericordia de Dios. A medida que leemos, meditamos y vamos conociendo mejor el magnifico Plan de salvacin de Dios, y el maravilloso destino de santificacin y glorificacin que Dios ha preparado para nosotros, nuestra vieja naturaleza se va transformando en una nueva, a la imagen y semejanza de la de Cristo Jess. Dios nos llama a todos mediante su evangelio para que lo creamos, lo obedezcamos y seamos santos. As lo afirma Pablo, tambin, en 2 Timoteo 1:9: [Dios] quien nos salv y llam con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino segn el propsito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jess antes de los tiempos de los siglos, Los medios que Dios usa para que alcancemos la salvacin son, pues, la fe en la verdad, y nuestra santificacin por el Espritu (2 Tesa. 2:13). Tengamos claro que no se trata de medios milagrosos que slo estn al alcance de los escogidos, sino que son los mismos medios disponibles para toda persona sincera que quiera acogerse a ellos. 2 Tesalonicenses 2:13-15 13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Seor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvacin,mediante la santificacin por el Espritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llam mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Seor Jesucristo. 15 As que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. La doctrina de la predestinacin nos revela a un Dios, infinitamente sabio, que gobierna el universo y que no ha dejado nada al azar. Nos da la seguridad de que nadie se perder por accidente o por casualidad. Los escogidos sern salvados en su totalidad. Los cuales, sin duda, coincidirn con todos aquellos que amen a Dios y al prjimo como as mismos por la fe en Jess. No obstante, nuestra seguridad no se fundamenta en creer que pertenecemos al grupo de los predestinados, puesto que ningn ser humano sabe, en principio, si est en uno u otro grupo. Nuestra garanta de salvacin est en que ... habiendo odo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvacin, habiendo credo en l, fuisteis sellados con el Espritu santo de la promesa, (14) que es las arras de nuestra herencia hasta la redencin de la posesin adquirida, para alabanza de su gloria.(Efesios 1:13) Ahora nos queda avanzar o progresar da a da en el camino de la santidad o de la santificacin, sabiendo que mientras estemos en este cuerpo corruptible existir una lucha incesante entre lo carnal y lo espiritual, la ley del pecado que est en nuestros miembros que se rebela contra la ley de nuestra mente, el hombre interior que se deleita en la ley de Dios. Romanos 7: 14-25

4. Qu es la santidad.

14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en m. 18 Y yo s que en m, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien est en m, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en m. 21 As que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en m. 22 Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est en mis miembros. 24 Miserable de m! quin me librar de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Seor nuestro. As que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. Santidad es la cualidad de santo. Slo Dios es absoluta e infinitamente santo. Por tanto, toda santidad procede de Dios. Nadie puede alcanzar la total santidad o perfeccin moral en esta vida, ni en este mundo. Tampoco puede avanzar en santidad mediante sus propias fuerzas. Como hijos de Dios, necesitamos participar de su santidad. La santificacin de nuestro ser entero, espritu, alma y cuerpo es la obra progresiva que el Espritu Santo hace mientras estamos en este cuerpo, y los grados de avance o de madurez en la misma, dependen de la aplicacin a nuestras vidas de los medios de gracia dados por Dios, es decir, el estudio de la Biblia, la oracin, y la comunin fraternal de la iglesia local. 2 Corintios 7:1: As que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpimonos de toda contaminacin de carne y de espritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. La Santidad de Dios La Santidad es un atributo de la naturaleza de Dios e implica la absoluta perfeccin moral, infinita bondad, amor y misericordia. En este sentido Dios es santo.

5. Qu significa santo o santificado en la Biblia.

En primer lugar veremos algunos significados de estas palabras. A) Santo o santificado. En general, significa, segn su contexto, apartado, consagrado, dedicado, purificado, separado, o puesto a parte para servir a Dios y a su propsito. Estos conceptos se pueden aplicar tanto a los creyentes como a los objetos inanimados. Aplicado slo a personas significa tambin puro, perfecto, libre de toda culpa, persona con muchas virtudes, etc. Levtico 20.7: Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehov soy vuestro Dios.(Ver tambin Levtico 21:8: le santificars, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo ser para ti, porque santo soy yo Jehov que os santifico.) A continuacin presentaremos varios textos de la Biblia en que aparece la palabra santo, relacionada con Dios, Jess, personas o cosas, y trataremos de deducir, segn el contexto, los varios sentidos citados de este concepto. Santo segn el propsito, la dedicacin o el uso especial determinado por Dios. Segn la ley del A.T. era santo el primognito de cada familia de Israel. Lucas 2: 23: (como est escrito en la ley del Seor: Todo varn que abriere la matriz ser llamado santo al Seor) (vase tambin xodo 13:1, 12). 2. La tierra que pisaba Moiss cuando se le apareci Dios en la zarza ardiendo para encargarle la liberacin de su pueblo de Egipto es llamada santa por Dios (xodo 3:5; Hechos 7:33), el campamento (Dt. 23:14), el lugar santo. Monte santo. Ciudad santa (Apoc. 21:2). 3. Las conductas pueden ser santas (1 Tesalonicenses 2:10: el comportamiento de Pablo fue santo; 2 Pedro 3:11: Pedro nos amonesta a que vivamos santa y piadosamente) 1.

4. La iglesia debe ser santa (Efesios 5:27) 5. Los utensilios del santuario y las ofrendas eran santos (Esdras 8:28) 6. Un da santo Nehemias 8:9 (Da santo es a Jehov nuestro Dios...), 10; Num. 6:5 (Todo el tiempo de su nazareato ser santo: das de apartamiento a Jehov.) 7. Fuego extrao y fuego santo Lev. 10:1-9: Nadab y Abi, hijos de Aarn, pusieron fuego extrao sobre sus incensarios, fuego que Jehov nunca les mand. (En verso 10, se amonesta seriamente a los sacerdotes: Para poder distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio Por tanto, la cualidad de santo es atribuida a todo lo que sirve y se dedica a Dios. Santo de forma absoluta y perfecta solo es Dios. Toda santidad proviene de Dios porque slo l es infinita y absolutamente santo. Dios es llamado en el Antiguo Testamento el Santo de Israel (2 Reyes 19:22; Isaas 37:23; 12:6; 41:14. En Isaas 6: 3, los serafines celestiales se refieren a Jehov como tres veces santo, y en Apoc. 4:8 son los 4 seres vivientes los que le adoran.). Jesucristo es santo. Lucas 1:35: ....El Santo Ser que nacer, ser llamado Hijo de Dios.Hechos 3:14: Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, (vase tambin Hechos 4:30) De igual modo, Santificar es: Apartar, consagrar, dedicar, purificar, separar para servir a Dios y a su propsito. Ahora bien, puesto que Dios es santo, Cmo podemos santificar el nombre de Dios? Como dice Jess en el inicio de la oracin del Padre Nuestro: ...santificado sea tu nombre.. (Mateo 6:9.pp.), o bien como indican los siguientes textos del Antiguo Testamento del libro de Isaas: Isaas 5.16....Pero Jehov de los ejrcitos ser exaltado en juicio, y el Dios santo ser santificado con justicia); Isaas 29:23..Porque ver a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarn mi nombre; y santificarn al Santo de Jacob, y temern al Dios de Israel. Como santificarsignifica apartar algo de lo comn y de lo profano, y tenerlo como algo especial y sagrado, no debemos usar el nombre de Dios como algo comn sino con aprecio, respeto y reverencia especial. Estamos, tambin, santificando el nombre de Dios cuando le alabamos en la oracin, o le glorificamos y honramos haciendo su voluntad con nuestra conducta de entrega y servicio a l (Vase tambin 1 Pedro 3:15: sino santificad a Dios el Seor en vuestros corazones...) Como hemos comprobado, santo o santificado es, pues, aquel que es puesto aparte y dedicado al servicio y los propsitos de Dios. El ser puesto aparte como santo es algo que Dios hace independientemente del esfuerzo humano. Cada nacido de nuevo en Cristo es puesto aparte del mundo y no pertenece ms a l sino a Dios. El creyente tiene un nuevo principio, una nueva naturaleza, un nuevo reino, un nuevo Seor, nuevas lealtades, nuevo propsito y una nueva agenda de vida. La Biblia llama santos a todos los que creen y profesan las enseanzas de la Palabra de Dios. Existen muchos pasajes en la Biblia que se refieren a los santos, los cuales no pueden ser otros que los creyentes en Cristo. "Cada cristiano es un santo, y cada santo es un cristiano." Una gran verdad vindicada en la Reforma protestante es que "cada cristiano es un santo, y cada santo es un cristiano." "Todos los cristianos son santos, y todos los santos deben cada vez ser ms santitos.". Debido al nuevo nacimiento, y por la regeneracin del Espritu Santo, los santos llegaremos a ser progresivamente ms y ms como nuestro Seor y dueo Jesucristo. La nueva naturaleza producir una nueva clase de vida. El Apstol Pablo dice: y juntamente con l [Cristo] nos resucit, y as mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess." (Efesios 2:6). Eso es lo que significa ser

1.

6. Quines son santos segn la Biblia.

santo, haber sido resucitados con l, es decir, nacidos de nuevo, y estar unidos a l, como en su presencia santa. Sin pretender ser exhaustivo, citaremos slo, como ejemplo, algunos textos de la Biblia que as lo corroboran: Daniel 7:18: Despus recibirn el reino los santos del Altsimo, y poseern el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre. (Ver tambin: Daniel 7:21; 8:24) Hechos 9:13: Entonces Anans respondi: Seor, he odo de muchos acerca de este hombre, cuntos males ha hecho a tus santos en Jerusaln. (Pueden verse adems Hechos 26:10) En el siguiente verso San Pablo se refiere a su visita apostlica a los creyentes de Jerusaln. Romanos 15:25 25 Mas ahora voy a Jerusaln para ministrar a los santos. (Vase tambin Romanos 12:13, 2 Corintios 9:1, 1 Cor. 16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos... etc.) Efesios 4:12: 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo. (Vase tambin Efesios 5:3; 6:18, Hebreos 3:1, etc. La Biblia no respalda la canonizacin de algunos creyentes cuando mueren. La santidad no depende de milagros. Las personas que tienen sus races en los pases del mundo que se han desarrollado bajo la influencia de la religin catlica romana, mayoritariamente, creen que santos son aquellos, relativamente pocos creyentes de la citada denominacin religiosa, que a lo largo de la historia, han sido declarados como tales por el Papa, mediante laboriosos, intrincados y tortuosos procesos, que se inician algn tiempo despus de la muerte de los mismos, y que fundamentalmente debern probar que la persona, que se propone para santo, haya realizado algn milagro antes de su muerte. La denominacin de santos, que hace la Iglesia catlica, a slo aquellos creyentes que han realizado, al menos, un milagro durante su vida no se ajusta en absoluto con los llamados santos en la Biblia.
7. Por qu los creyentes en Cristo son santos.

Basndonos en 1 Corintios 6: 11, analizaremos los pasos que han conducido al creyente a ser santo: 1 Corintios 6: 11: 11 Y esto erais algunos; mas ya habis sido lavados, ya habis sido santificados, ya habis sido justificados en el nombre del Seor Jess, y por el Espritu de nuestro Dios. Aunque algunos telogos consideran que el orden lgico de los puntos doctrinales del texto anterior citado debera ser: justificacin, regeneracin, adopcin y santificacin, preferimos mantener la secuencia que indica Pablo en dicho versculo, por ajustarnos a la Palabra inspirada. A) En primer lugar, somos santos porque hemos nacido de nuevo. Nuestra vieja naturaleza ha sido regenerada por la obra del Espritu Santo al creer en Cristo Jess y su obra en la cruz. Para creer en Cristo Jess y su obra expiatoria de purificacin o perdn de nuestros pecados, es necesario que, previamente, el Espritu Santo, por medio de su Palabra, nos haya hecho conscientes de nuestro pecado y nos haya dado el poder arrepentirnos. Es decir, estando muertos espiritualmente, se nos otorga una nueva vida en Cristo, es decir, lo que llamamos el nuevo nacimiento y el inicio de la regeneracin de nuestra vieja naturaleza (ver Juan 3:3-6). Esto es lo que simboliza la palabra lavados que representa el lavamiento mediante las aguas del bautismo. Por tanto, al nacer de nuevo somos apartados del mal, separados de la corrupcin del mundo, o sea santificados por la obra del Espritu Santo. ste es, pues, un primer

Romanos 6: 3-6

grado de santificacin que alcanza todo cristiano autntico y sincero en su etapa inicial, la cual podemos llamar santificacin inicial o instantnea, porque se produce en el momento de nuestra decisin de consagracin y entrega a Dios. Veamos algunos textos 3 O no sabis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jess, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con l para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucit de los muertos por la gloria del Padre,as tambin nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con l en la semejanza de su muerte, as tambin lo seremos en la de su resurreccin; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con l, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos ms al pecado. Veremos algunos textos en los que notaremos que somos santificados en el sentido de que hemos sido, consagrados y dedicados a Dios. Ello implica por nuestra parte, hacer la voluntad de Dios, y entregarnos a l totalmente; entonces Dios nos santifica mediante la accin del Espritu Santo (2 Tesa. 2:13, 1 P. 1:2). Judas 1(santificado=consagrado) 1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: 2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados. Otro ejemplo se encuentra en la oracin sacerdotal de Jess, registrada en el evangelio de Juan captulo 17, cuando interceda por sus discpulos presentes y futuros, l dijo a su Padre: Juan 17: 17, 19: 17 Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como t me enviaste al mundo, as yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a m mismo, para que tambin ellos sean santificados en la verdad. En primer lugar, Jess afirma que la Palabra de Dios es la verdad y que ella nos santifica, es decir es un medio para hacernos santos o sea, para santificacin. En segundo lugar, Jess dice en el verso 19, Y por ellos yo me santifico a m mismo. Estaba diciendo Jess que deseaba llegar a ser ms santo? Puesto que l ya es perfectamente santo, es imposible que sea ms santo. Por lo tanto, de aqu deducimos lo que Jess entenda por santificar. Jess se haba ofrecido al Padre, antes de la fundacin del mundo, para realizar el sacrificio en la cruz por nuestros pecados. Es decir, su vida fue dedicada, consagrada a la tarea de la expiacin y redencin de ellos. O sea, se santificaba a s mismo, dedicndose exclusivamente a cumplir el plan de Dios para la salvacin de ellos, todos los que iban a creer en l, para que ellos pudiesen ser santificados mediante su muerte en la cruz. C) En tercer lugar, somos santos porque hemos sido santificados por la ofrenda de Cristo en la cruz. Porque hemos sido limpiados en la sangre expiatoria de Cristo Jess o purificados del pecado cuando l nos justific por medio de nuestra fe. Veamos algunos textos que prueban nuestra aseveracin: 1 Corintios 6: 11: 11 Y esto erais algunos; mas ya habis sido lavados, ya habis sido santificados, ya habis sido justificados en el nombre del Seor Jess, y por el Espritu de nuestro Dios. Hebreos 10: 10, 14 10 En esa voluntad [la de Dios] somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y tambin:

B) En segundo lugar, somos santos porque hemos sido santificados por Dios.

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Estos tres textos coinciden y confirman que hemos sido santificados por el sacrificio de Jess en la cruz. Hebreos 10:14 aade que por la ofrenda de su cuerpo fuimos hechos perfectos. Ambos verbos, santificar y perfeccionar, estn en participio pasado, lo que indica una accin realizada en el pasado. Afirman estos textos que, en el momento de aceptar a Cristo como nuestro salvador personal, fuimos santificados y hechos perfectos? Puesto que es evidente, que nadie es perfecto, ni totalmente santo, en este contexto,perfecto, no significa haber alcanzado la perfeccin del carcter, sino experimentar profundamente, con todo nuestro corazn, toda la realidad espiritual que representa Cristo en nuestras vidas. Entendemos, tambin, que al estar unidos a Cristo, somos considerados por Dios como perfectos y santos, y que la perfeccin y santificacin total, aunque no las poseamos totalmente en esta vida, han sido provistas, aseguradas y garantizadas por la ofrenda del cuerpo de Cristo. Por otra parte, la perfeccin adjudicada al creyente en el verso 14 como consecuencia de la ofrenda del cuerpo de Cristo, se establece, en contraste con las ofrendas y sacrificios que no podan hacer perfecto porque no podan quitar los pecados, ni la conciencia de pecado. Hebreos 9:9-14 9 Lo cual es smbolo para el tiempo presente, segn el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10 ya que consiste slo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el ms amplio y ms perfecto tabernculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creacin, 12 y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabros, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificacin de la carne, 14 cunto ms la sangre de Cristo, el cual mediante el Espritu eterno se ofreci a s mismo sin mancha a Dios, limpiar vuestras conciencias de obras muertas para que sirvis al Dios vivo? Hebreos 10:1-4 1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada ao, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesaran de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendran ya ms conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada ao se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabros no puede quitar los pecados. Como creyentes ya somos santos porque hemos sido santificados en Cristo Jess pero se nos llama a progresar en la santificacin da a da hasta llegar a ser santos en el pleno sentido de la palabra. Es decir, despus de la santificacin inicial, conseguida por la regeneracin de nuestra naturaleza en el nuevo nacimiento, se nos llama a proseguir continuamente creciendo en santidad, hasta alcanzar la meta final de ser santos plenamente, es decir, la santificacin completa y final, que no podr tener lugar, en toda su plenitud hasta la segunda venida de Cristo en gloria:
8. Somos santos porque estamos santificados, sin embargo, se nos llama a ser santos, o sea, a progresar en santificacin.

En el siguiente texto de 1 Corintios 1: 2, el apstol Pablo clarifica que, aunque ya somos santos, es decir, hemos sido santificados en Cristo Jess, nuestro destino, vocacin o llamado es progresar en santidad hasta llegar a ser completamente santo.

1 Corintios 1: 2 : 2 a la iglesia de Dios que est en Corinto, a los santificados en Cristo Jess, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Seor Jesucristo, Seor de ellos y nuestro: Vase Tambin Romanos 1:7:A todos los que estis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos.. - Ahora comprendemos por qu, habiendo sido ya santificados en Cristo Jess, somos llamados a ser santos. Lo que a primera vista parece una redundancia, no lo es, sino que resulta totalmente coherente con todo el evangelio. Nuestra aspiracin debe ser, pues, que el Dios de paz nos santifique por completo, como Pablo afirma en: 1 Tesalonicenses 5:23, 24: 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Seor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual tambin lo har. 1 Tesalonicenses 3: 12,13 12 Y el Seor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como tambin lo hacemos nosotros para con vosotros, 13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Seor Jesucristo con todos sus santos. Pablo mismo no haba alcanzado la santificacin completa. Fil 3: 12-14 12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui tambin asido por Cristo Jess. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. 15 As que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sents, esto tambin os lo revelar Dios. En el verso 12 Pablo afirma que todava no ha alcanzado la perfeccin. Sin embargo, esta declaracin, aparentemente, no concuerda con la del versculo 15 en la que cita a todos los que somos perfectos como si la perfeccin fuera una realidad para algunos creyentes entre los cuales se considera l mismo, puesto que el verbo est en primera persona del plural. La explicacin a esta, a primera vista, contradiccin es la misma que dimos en el apartado C del epgrafe siete, en el que nos referimos a la epstola de Hebreos 10 14:porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.. De aqu se infiere que, al ser el sacrificio de Cristo en la cruz, la ofrenda de su cuerpo, una obra perfecta que nos limpi de todo pecado, a todos los que estamos unidos a Cristo, se nos imputa, junto con el perdn de los pecados, la perfecta justicia de su vida, la cual tambin nos garantiza la perfeccin final, con la que podremos ver a Dios, por el poder del Espritu Santo actuando en nuestras vidas. 1 Juan 3:2, 3: 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y an no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a s mismo, as como l es puro.

9. Qu es la santificacin A) Santificacin

La santificacin, como objetivo final que persigue el cristianismo, es la purificacin de todo pecado del ser entero del cristiano, cuerpo alma y espritu, hasta llegar a la perfeccin y recuperacin total de la imagen de Dios, perdida en la cada. Es la accin de santificar. Significa el proceso por medio del cual, el creyente va creciendo constantemente en santidad por la obra continua del Espritu Santo iniciada con su nuevo nacimiento y que se extiende hasta la muerte. No obstante, creemos que este proceso no se completa totalmente en esta vida. Implica apartarse de todo lo que es pecaminoso y que contamina tanto al cuerpo como al alma y el espritu, llevar una conducta santa en toda nuestra manera de vivir y de relacionarnos con los dems, y separacin del mal y dedicacin a Dios y a su servicio. (1 Tesalonicenses 4: 3-12). - La santificacin es un proceso gradual que se extiende durante toda la vida del creyente, y que aumenta en nosotros, en proporcin a nuestro grado de consagracin, entrega, comunin y servicio a Dios. - Se inicia este proceso cuando reconocemos la pecaminosidad de nuestra naturaleza y nuestros pecados, nos arrepentimos y creemos en Cristo como nuestro Salvador personal. En ese momento somos limpiados de nuestros pecados pasados, presentes y futuros al aferrarnos por la fe a la justificacin por los mritos de Cristo nuestro Seor y Salvador. Entonces el Espritu Santo nos da el nuevo nacimiento, que significa la adopcin como hijos de Dios, la regeneracin de nuestra vieja naturaleza y nacimiento a la nueva vida en Cristo Jess.
- La voluntad de Dios es nuestra santificacin: (1 Tesalonicenses 4: 3 p.p). - Es el fruto de la fe. (Hechos 15:9; 26:18) - Dios nos ha llamado a santificacin: (1 Tesalonicenses 4: 7).

- Es la obra del Padre. (Ezeq. 37:28; 1 Tesa. 5:23; 2 Tesa. 2:13; Judas 1). - Es la obra del Hijo. (1 Corintios 1:2; Hebreos 2:11; 13:12) - Es la obra del Espritu Santo. (2 Tesa. 2:13; 1 Pedro 1:2; 1 Cor. 6:11). B) Diferencia entre justificacin y santificacin Desde el momento que cremos, nacimos de nuevo en Cristo por la regeneracin del Espritu Santo, y fuimos justificados, es decir, declarados justos al aferrarnos por la fe al sacrificio sustitutorio de Cristo en la cruz, ya somos santos en el sentido de que hemos sido, apartados del mal, santificados en Cristo Jess y consagrados y dedicados a Dios. No obstante, en ese momento empieza el camino de santidad o de santificacin que se extiende durante todo el tiempo que vivimos. Sin embargo la santidad plena o perfeccin no se conseguir hasta que en la segunda venida de nuestro Seor Jess seamos glorificados, previa resurreccin o transformacin de nuestro ser entero, segn hayamos muerto o estemos vivos cuando se produzca el maravilloso evento. Mientras que la justificacin representa nuestro derecho o salvoconducto para el cielo, por la cual somos reconciliados y aceptados por Dios, y se produce instantneamente cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador personal, la santificacin, en cambio, es un proceso donde se nos transforma a semejanza de Cristo, y se nos hace idneos para el cielo. Esto es la obra del Espritu Santo actuando durante toda la vida del creyente, pero requiere nuestro esfuerzo, disciplina y colaboracin, y mantener una constante relacin de comunin con Dios, mediante la oracin y el estudio de su Palabra. C) Santificados en Cristo Jess, llamados a ser santos. 1 Corintios 1:2 (santificado=consagrado) 1 Pablo, llamado a ser apstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sstenes, 2 a la iglesia de Dios que est en Corinto, a los santificados en Cristo Jess, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Seor Jesucristo, Seor de ellos y nuestro: 3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Seor Jesucristo.

Como ya hemos indicado anteriormente, al aceptar el sacrificio expiatorio de Cristo Jess ya alcanzamos cierto grado de santificacin, pues, el mismo es el fundamento de toda santificacin (Hebreos 10:10, 14). Notemos que los creyentes hemos sido santificados, es decir consagrados o dedicados a Dios con el propsito de hacernos santos, es decir, para que culminemos el proceso de santificacin. Lo cual consiste en la adquisicin de una personalidad que est en armona con los principios morales del evangelio de nuestro Seor Jess, desarrollndonos en amor a Dios y al prjimo. D) El fruto del cristiano es, pues, la santificacin Nuestro fruto, como cristianos, debera ser conseguir la mxima santificacin que por la gracia de Dios se nos es dada, y para la cual hemos sido llamados. Romanos 6:22 (santificacin=santidad) 22 Mas ahora que habis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenis por vuestro fruto la santificacin, y como fin, la vida eterna. Romanos 1:7 7 a todos los que estis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Seor Jesucristo. 2 Tesalonicenses 2:13 13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Seor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvacin,mediante la santificacin por el Espritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llam mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Seor Jesucristo. 15 As que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra En primer lugar:
a) Perfecto

10. Qu implica ser santo.

Mateo 5:48; (Deut 18.13) Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que est en los cielos es perfecto (Ver tambin Mateo 19:21 al joven rico); Colosenses 1:28, 28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseando a todo hombre en toda sabidura, a fin de presentar perfecto en Cristo Jess a todo hombre; 2 Tim 3:16, 17 17 A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado par toda buena obra. Santiago 3:2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, ste es varn perfecto, capaz tambin de refrenar todo el cuerpo. b) Llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo Efe 4:13: 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

c) Poseer los frutos del Espritu. Glatas 5:22-24

22 Mas el fruto del Espritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
d) Crecer constantemente en virtudes y cualidades

2 Pedro 3-11 3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llam por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandsimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5 vosotros tambin, poniendo toda diligencia por esto mismo, aadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas estn en vosotros, y abundan, no os dejarn estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Seor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificacin de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto ms procurad hacer firme vuestra vocacin y eleccin; porque haciendo estas cosas, no caeris jams. e) Vestirnos de todas las virtudes especialmente del amor. Colosenses 3: 12-17: 12 Vestios, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entraable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportndoos unos a otros, y perdonndoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdon, as tambin hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestos de amor, que es el vnculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ensendoos y exhortndoos unos a otros en toda sabidura, cantando con gracia en vuestros corazones al Seor con salmos e himnos y cnticos espirituales. 17 Y todo lo que hacis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Seor Jess, dando gracias a Dios Padre por medio de l. En segundo lugar, como cristianos debemos: 1. Participar de la santidad de Dios. Heb. 12:10: Y aqullos, ciertamente por pocos das nos disciplinaban como a ellos les pareca, pero ste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad). 2. Perfeccionar constantemente la santidad en el temor de Dios. 2 Cor. 7:1: As que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpimonos de toda contaminacin de carne y de espritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 3. Servir a Dios en santidad. 4. Seguir la Santidad. Hebreos 12.14: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie ver al Seor. 5. impulsar nuestras vidas a la santificacin por medio del Espritu Santo 1 Tesalonicenses 3:13 (justicia, santificacin) 13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Seor Jesucristo con todos sus santos. 2 Tesalonicenses 2:13 (Santificacin)

13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Seor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvacin,mediante la santificacin por el Espritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llam mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Seor Jesucristo. 15 As que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
11. Qu debemos hacer para avanzar cada da en el camino de santidad

Cmo podemos llegar a ser santos?. Como cristianos que profesamos ser, sabemos que hemos sido llamados por Dios para ser santos, aunque reconocemos que muchas veces no estamos a la altura de ese llamado y parece que nos asusta intentarlo o quiz incluso llegar a serlo realmente. Nuestra tendencia natural nos impulsa, en muchas ocasiones, a desviarnos de ese camino o a retroceder. a) No seamos amigos del mundo porque esto significa ser enemigo de Dios(Santiago 4:4) b) Renovacin diaria de nuestro entendimiento, y crecimiento constante en el amor a Dios y a nuestros semejantes. Esto implica, no estancarse, no detenerse, y desear con todo nuestra alma avanzar en el camino de santidad al cual nos ha llamado Dios, manteniendo una relacin diaria con l de comunin, mediante la oracin y el estudio de su Palabra. En este sentido nos exhorta humildemente el gran apstol Pablo en Romanos 12:1,2: As que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conformis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento, para que comprobis cul sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. c) Beber de la fuente de Agua y Pan de vida: Jesucristo Agua de vida En el evangelio de San Juan, captulo 4 y versculo 14, encontramos la clave que resuelve el problema de cada persona. ...el que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:14) Aquellas personas, cuyas vidas efmeras, vacas y fatigosas, sufrientes y dolorosas con frecuencia, y que finalmente han de morir, si tienen hambre y sed de justicia ...ellas sern saciadas (Mateo 5:6)porque as lo prometi Jess que no puede mentir. Pan de vida Juan 6: 48, 51: Yo soy el pan de vida. 51 Yo soy el pan vivo que descendi del cielo; si alguno comiere de este pan, vivir para siempre; y el pan que yo dar es mi carne, la cual yo dar por la vida del mundo. Tambin en el Antiguo Testamento Dios llama para que acudamos a l, verdadero Pan y Agua de vida. Slo l puede saciar nuestro deseo infinito de felicidad y paz. Isaas 55:1-3. 1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2 Por qu gastis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Odme atentamente, y comed del bien, y se deleitar vuestra alma con grosura. 3 Inclinad vuestro odo, y venid a m; od, y vivir vuestra alma; y har con vosotros pacto eterno, ... Como San Pablo, necesitamos proseguir a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. (Fil. 3:14) Para ello debemos avanzar por el camino de santidad, y nos ser til saber lo que esto significa.

d) Seguir a Jess el camino de santidad, sin desviarnos.

Juan 14: 6 6 Jess le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m. 7 Si me conocieseis, tambin a mi Padre conocerais; y desde ahora le conocis, y le habis visto. Isaas 35:8 8 Y habr all calzada y camino, y ser llamado Camino de Santidad; no pasar inmundo por l, sino que l mismo estar con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviar. Ahora que hemos comprendido que somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras,.. (Efesios 2:10), que no nos pertenecemos sino que somos de Dios y de Cristo, que hemos sido escogidos y llamados para salvacin, santidad y buenas obras, vislumbramos el excelente propsito y sentido para la vida de cada cristiano. e) Puestos los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe Hebreos 12:1-2 1 Por tanto, nosotros tambin, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojmonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de l sufri la cruz, menospreciando el oprobio, y se sent a la diestra del trono de Dios. f) Relacionarnos diariamente con Dios a fin de aprender de l Juan 6:45 45 Escrito est en los profetas: Y sern todos enseados por Dios. As que, todo aquel que oy al Padre, y aprendi de l, viene a m. Isaas 54:11-13 11 Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aqu que yo cimentar tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundar. 12 Tus ventanas pondr de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos sern enseados por Jehov; y se multiplicar la paz de tus hijos. Juan 17:17 17 Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 2 Timoteo 3: 15 15 y que desde la niez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvacin por la fe que es en Cristo Jess. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y til para ensear, para redargir, para corregir, para instruir en justicia, 17 A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado par toda buena obra.
12. Conclusin a) Elegidos por gracia para buenas obras.

g) Estudiar y meditar en su Palabra.

Como cristianos creemos firmemente que fuimos escogidos por gracia de Dios antes de la fundacin del mundo y llamados por el evangelio de Jesucristo a una nueva vida en l,porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras, las cuales Dios prepar de antemano para que anduvisemos en ellas. (Efesios 2:10). No nos escogi por nuestros mritos, ni por nuestras buenas obras, sino por su gracia, ese favor inmerecido de su infinita misericordia, (pues an no haban nacido, ni haban hecho ni bien ni mal, para que el propsito de Dios conforme a su eleccin permaneciese, no por las obras sino por el que llama) (Romanos 9:11) b) Llamados a ser santos 2 Timoteo 1:8,9

8 Por tanto, no te avergences de dar testimonio de nuestro Seor, ni de m, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio segn el poder de Dios, 9 quien nos salv y llam con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino segn el propsito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jess antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparicin de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quit la muerte y sac a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio c) La santificacin es un proceso La santificacin es un proceso que no se completa en esta vida, pero que est garantizada para todos los creyentes por el sacrificio de Cristo en la cruz, obtenindose totalmente con la transformacin de nuestra naturaleza carnal, en la segunda venida de Cristo. La seguridad de nuestra salvacin depende totalmente de nuestra justificacin por la fe, y de ningn modo del grado de santificacin al que lleguemos al final de nuestra vida. Necesitamos, pues, distinguir entre las dos partes de que consta la santificacin. Por un lado, la aceptacin de Cristo como nuestro Salvador personal, representa el primer grado de santificacin, pues por esta decisin nuestra, somos apartados del mundo, separados del pecado, del poder del diablo y dedicados al servicio de Dios en el reino de Cristo. Hebreos 10:14: Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados. En segundo lugar, el progreso en santificacin, depende del estudio de la Palabra de Dios, de su obediencia a ella, y, por tanto, de poner en prctica los grandes principios de bondad, amor y misericordia hacia nuestros prjimos. Juan 17: 17: Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Vase tambin 1 Pedro 2:1, 2; 2 Timoteo 3:15, 17; etc.) 1 Tesalonicenses 5:23-24: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Seor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual tambin lo har. La santificacin no es, pues, una obra que el Espritu Santo hace en los cristianos de forma milagrosa, instantnea y directa, sino que es un proceso de renovacin de nuestro ser entero, cuerpo, alma y espritu, que se realiza por medio de la Palabra de Dios. Para ello, Dios constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, (12) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:11,12). Cuando entendemos, creemos, obedecemos y practicamos los principios que se encuentran en la Palabra de verdad, nuestra mente se va renovando (Romanos 12:1,2),hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Efesios 4:12). No quiere decir que, durante ese proceso, ya nunca ms pecaremos. Mientras vivamos estaremos expuestos a ello (1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est en nosotros.). Otra cosa muy distinta es practicar el pecado: Todo aquel que es nacido de Dios, no prctica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. (1 Juan 3:9). Podemos pecar de forma involuntaria, sin darnos cuenta, por nuestra debilidad e imperfeccin, pero nunca desearemos pecar y hacer el mal si hemos nacido de Dios. El Espritu Santo nos santifica cuando nos dejamos guiar por lo que l nos dice en su Palabra (Glatas 5:16-26). La obra de santificacin no es, pues, slo divina sino tambin humana. Para que haya resultados positivos en nuestra vida debemos hacer nuestra parte: ... Ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor, (13) porque Dios es el que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Filipenses (2:12,13). d) La justificacin significa ser declarados justos Cristo cumpli todos los requerimientos de la ley de Dios. Al aferrarnos a l como nuestro Salvador personal, recibimos el estatus de justos por sus mritos, es decir, la justicia que el gan con su vida y muerte perfecta pag la deuda de nuestro pecado: (Romanos 8:4: Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espritu. ), imputndonos su justicia: (Romanos 4 y Romanos

5:17: Pues s por la transgresin de uno solo rein la muerte, mucho ms reinarn en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia). A partir de ah, Dios nos considera limpios, no porque no cometeremos nunca ms ningn pecado sino porque ... la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1:7). La aceptacin del sacrificio expiatorio de Jess significa el perdn de nuestros pecados pasados, presentes y futuros, o sea nuestra justificacin ante Dios. d) La santificacin es el fruto del cristiano Romanos 6:22 (santificacin=santidad) 22 Mas ahora que habis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenis por vuestro fruto la santificacin, y como fin, la vida eterna. e) Todos los que son justificados son glorificados. Porque as lo dice Romanos 8: 30: somos predestinados a ser conformes a la imagen de su Hijo y a la glorificacin. Romanos 8: 28-30 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propsito son llamados. 29 Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestin, a stos tambin llam; y a los que llam, a stos tambin justific; y a los que justific, a stos tambin glorific. f) La vida del ser humano sin el propsito de santidad es vaca e insatisfactoria. La vida en este mundo tiene sentido, cuando se cree firmemente que no se acaba todo con la muerte, ella ya no ser nunca ms ese enemigo temible e invencible, sino que aunque uno muera sabe que Jess ha vencido a la muerte por la resurreccin, y que l nos ha prometido la vida eterna. Mientras uno sigue viviendo en este cuerpo mortal debe tener cada da presente el hacer la voluntad de Dios y todo el bien a los dems, de que sea capaz, por la gracia que l constantemente nos da. Estis aadiendo ...a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas estn en vosotros, y abundan, no os dejarn estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Seor Jesucristo. (2 Pedro 1: 5-8)? Muestran nuestras vidas los frutos del Espritu?
22 Mas el fruto del Espritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Glatas 5:22-24)

Somos templo del Espritu Santo? 1 Corintios 6:19,20 (Ver tambin 1 Corintios 3:16,17) 19 O ignoris que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, el cual est en vosotros, el cual tenis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espritu, los cuales son de Dios. ******* Si deseas hacer algn comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente direccin de correo electrnico: carlosorts gmail.com

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