La Historia de La Masoneria

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EL BASILISCO, nmero 9, enero-abril 1980, www.fgbueno.

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COLABORACIONES

LA HISTORIA ANTE LA M A S O N E R A
Reflexiones metodolgicas
JOS A. FERRER BENIMEU
Zaragoza ocos temas, incluso hoy da, se manifiestan tan polmicos y controvertidos al menos en ciertos ambientes, como el de la masonera; cosa que resulta tanto ms llamativa cuanto que en general existe un desconocimiento bastante grande sobre las sociedades secretas, y en concreto sobre la masonera. Es curioso constatar que cuando se suscita este tema en una conversacin, tertulia o conferencia, la reaccin inmediata es de una toma de posicin, en pocos casos apasionada, cuando no violenta. Postura que se agudiza en ciertas publicaciones de marcado matiz ideolgico, en las que suele llegarse a extremos que rondan con la indignacin o incluso' el insulto personal. Da la impresin de que la falta de serenidad para abordar la cuestin de la masonera es inversamente proporcional al desconocimiento que se tiene de la materia. Ya en 1923, en la revista masnica espaola Latomia, hablando en concreto de la historia de la masonera espaola, acusaban este defecto y afirmaban que si los ataques eran triviales, las apologas no pasaban de medianas. Por eso se limitan a desear ante la falta de una autntica historia masnica (1) un estudio en el que, con una relativa ordenacin de materiales dispersos, se prescindiera de aserciones dudosas y de hechos incomprobados; una historia, en fin, descargada de mitos y limpia de tesis aventuradas y sobre todo escrita con verdad. Esa verdad a la que el historiador debe consagrarse en frase de Tcito y en aras de la cual debe hablar sin amor y sin odio.

El recurso a lo desconocido
La verdad es que hasta hace pocos aos la masonera en Espaa era algo que no se conoca demasiado, aunque se hablaba mucho de ella. El famoso contubernio masnico lleg a hacerse familiar, si bien muy pocos saban de hecho lo que significaba o intentaba camuflar. La masonera se haba convertido en un recurso fcil sobre el que echar la culpa de todo lo malo, tanto en el terreno poltico, como en el religioso, social, e incluso histrico. Basta repasar los libros de historia ^y no slo los llamados textos utilizados en la universidad o en la segunda enseanza, sino incluso no pocos considerados como de investigacin para constatar cmo la masonera era la causante de todas las revoluciones, pronunciamientos, destronamientos, asesinatos polticos, y un largo etctera, que algunos, con una gran dosis de ignorancia, remontan hasta la expulsin de los jesutas en el siglo XVIII, para despus llegar a los ltimos acontecimientos blicos de la guerra del 36 e incluso a ciertos asesinatos y secuestros polticos vinculados coa etas y grapos (2). Y sin embargo hay que constatar el divorcio que hasta fechas muy recientes ha habido en Espaa entre la historia de la masonera y el historiador universitario, ya que se puede decir que la historia de la masonera no haba entrado en la Universidad espaola, a pesar de que el tema masnico estaba presente en los libros de historia de forma ms o menos constante. Era comn la creencia de que reconstruir el pasado de la masonera na resultaba targa fcil por el secreto con

1) A N N I M O , Historia sucinta de la masonera espaola, en Latomia, III, Madrid, 1923, pp. 76-77: Dicho sea sin desdn para los Daz y Prez y los Moray tas. EL BASILISCO

2) El asesinato de Carrero Blanco y los secuestros de Oriol y ViUaescusa. 31

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que se rodeaba. Precisamente este secreto, ms ficticio que real, origin una escuela histrica, la cual, creyendo en el poder oculto y en los superiores desconocidos, lleg a explicar todo con una palabra, sin que fuera necesario suministrar pruebas en su apoyo. Si algo no se entenda, se responda que no se poda comprender, y se intent probar la existencia del poder oculto precisamente porque era indemostrable por definicin, y esta ausencia de pruebas lleg a convertirse en una demostracin. Por otra parte se sola argir diciendo que los que pertenecan a la masonera no podan decir todo lo que saban, y que los que no eran miembros de ella no lo podan saber todo. As no es de extraar que gran nmero de los autores que en otros tiempos algunos no muy lejanos se ocuparon de la masonera, fieran o no masones, apenas utilizaran fientes documentales y recurrieran al uso casi constante de las hiptesis, en lugar de aportar datos positivos. La consecuencia fie que el gran pblico y los historiadores en general, de hecho, saban muy poco sobre la masonera, su historia, sus tendencias y propsitos reales.

estaba rodeada de una especie de tab, de un tipo de prohibicin o simplemente de un cierto miedo ignorante. N o obstante, en un momento dado, no podan escaparse esos mismos -historiadores de hacer referencia a la masonera, tanto al estudiar el siglo XVIII como sobre todo los siglos XIX y XX; a esa masonera que desconocan, pero a la que hacan responsable de una serie de sucesos ms o menos importantes y con la que cubran figuras polticas, e incluso reyes, a modo de justificacin de una conducta un tanto entreverada. Llegando el caso de solventar una laguna histrica, una aparente paradoja poltica, una decisin ms o menos tenebrosa o maquiavlica, por no hablar del tan socorrido complot masnico-revolucionario o de la internacional judeo-masnicq-comunista, se recurra a la masonera como explicacin argumental de hechos, en muchos casos con una gnesis ms simple y menos secreta. As no es de extraar que en im momento dado la historia de la masonera haya sido cargada con no pocos crmenes y otras tantas revoluciones de pasado lejano o reciente. Sin embargo hoy da ya se va superando ese perodo de dura polmica con que durante tantas dcadas los escritores de una y otra tendencia hicieron todo lo posible para oscurecer la verdad en un intento pueril por hacer responsables de victorias o desastres a la otra parte. Afortunadamente la masonera ha empezado a interesar a los universitarios desde una ptica mucho ms cientfica y desmitificadora, y menos apasionada, por no decir
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La masonera en la universidad
Es igualmente cierto que durante algn tiempo una especie de muro de la vergenza separ al historiador especiahzado de la masonera del de la llamada historia general. Para los historiadores universitarios la masonera
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obsesiva y patolgica. Ya no preocupan tanto las Espaas posibles de ciertas escuelas historiogrfcas necesitadas de falsos maniqueismos donde enfrentar a supuestos buenos y malos. La masonera ha entrado en la Universidad, entre otras cosas porque ahora se investiga ms y mejor; porque los tpicos fciles y manidos no sirven ya; porque el universitario quiere saber y busca esa verdad hasta ahora encubierta, en no pocos casos, por intereses ajenos a la ciencia; porque cada generacin tiene el deber de hacer su propia historia sometiendo a revisin la que le han legado sus mayores, sobre todo cuando sta ha sido marcada por la polmica y el fanatismo ideolgico, poltico o religioso.

La verdad frente a la maniptdacin


Se ha dicho que la labor del historiador debe reducirse a buscar en los protagonistas de la historia una ltima razn, una razn noble o, cuando menos, una razn humana. N o se trata, por supuesto, de otorgar idntica validez a todas las razones; pero nunca estar de ms subrayar que cada hombre como cada organizacin o partido poltico tiene su razn, esa que el historiador debe descubrir y poner de manifiesto.

Por otra paae del estudio de la historia ha de sacarse algo ms que la satisfaccin di la curiosidad por los hechos acaecidos en otras pocas; hay otros valores, como el conocimiento de los elementos que constituyen la sociedad, el saber cmo se encadenan las circunstancias que influyeron en sus mejoras y en sus retrocesos o simplemente la constatacin de la irrevocable confirmacin de las verdades y preceptos de la moral universal. N o basta contentarse, pues, con narrar unos sucesos tal como sucedieron en su momento. Los acontecimientos que el historiadr cuenta se sitan en otro siglo, pero somos nosotros, los que sufrimos la influencia de las ideas y de las razones de nuestra poca, quienes debemos juzgarlos. Para poder explicar por qu un suceso se ha desarrollado de cierta manera, en un momento dado, es preciso adaptarse a la mentalidad del siglo, es decir integrarse en las aspiraciones, en las necesidades, en el ideal de la generacin que ha vivido en ese preciso momento y comprender la evolucin y la interdependencia de los hechos histricos, lo moral y la moral de la sociedad. En este sentido es interesante recordar lo que Len XIII apropindose de unas palabras de Cicern dijo en su Breve del 18 de agosto de 1883 sobre los estudios histricos, donde afirma que es preciso esforzarse enrgicamente en refutar las mentiras y falsedades recurriendo a las fuentes. Es necesario sobre todo tener presente en el espritu que la primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda atreverse a decir la verdad (3). Cosa ciertamente no sencilla cuando la verdad choca con el muro de la tradicin, del siempre se ha dico tal cosa; es decir, del tpico y de los esquemas mentales, que no siempre responden a un autntico espritu crtico histrico. H a habido un claro influjo ideolgico sobre el cientfico, sobre todo en ciertas escuelas inclinadas a ver el fantasma de la masonera en los principales momentos histricos espaoles. Me refiero a la escuela menendezpelayista y a su sucesora de la postguerra segn expresin del profesor Jover que la define como la Espaa posible del ochocentismo anticlerical (4).

Investigadores o idelogos
Resulta sintomtico lo que el profesor Artola asegura, a saber que la historia de la masonera espaola constituye un captulo mal conocido de la vida del pasado siglo. La escasa documentacin autntica y la habitual costumbre de quienes han tratado el tema de no citar sus fuentes documentales ha permitido la elaboracin de obras cuyas conclusiones resulta difcil acotar. En nuestras historias de la masonera se recogen listas interminables de implicados, y se mencionan definiciones programticas con frecuencia disparatadas. Mientras_se siga estimando como vlida cualquier acusacin de masonera procedente de informes annimos, listas de dudoso origen o ciertas formulaciones programticas que no son sino elaboracin de los enemigos poKticosdel liberalismo... nuestro cono3) CICERN, De Oratore, II, XV; UEON XIII, De studs historkis, 18 agosto 1883. 4) JOVER ZAMORA, P M^, El siglo XIX en Espaa: doce estudios, Barcelona, Planeta, 1974, pp. 19-21. EL BASILISCO

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cimiento del papel de la masonera en la implantacin del liberalismo tendr mis de novelesco que de histrico y establecido (5). Y es que, como muy bien apunta el profesor Artola, quiz una de las constantes que se observa cuando los historiadores aluden a la masonera y me refiero a los historiadores universitarios es la falta de investigacin concreta sobre el tema, ausencia de verdadero espritu crtico ya que ni siquiera se paran a analizar las contradicciones de la bibliografa utilizada, ignorancia de la terminologa adecuada (6), y finalmente la no utilizacin de fuentes documentales. Respecto a este ltimo punto, en el caso de la escuela neomenendezpelayista hay que observar que unos y otros han centrado su apoyatura documental poco menos que exclusivamente en informes de polica y papeles annimos de muy dudoso origen utilizando palabras del profesor Artola que necesitaban de una serena y desapasionada criba y crtica textual antes de su utilizacin apriorstica dentro de una lnea ideolgica. De lo contrario pueden dar la sensacin de falta de objetividad, o quiz incluso de manipulacin histrica, tanto ms que la literatura utilizada como complemento (en especial los Vicente de La Fuente, los Tirado y Rojas, etc.) carece de una imparcial perspectiva histrica del problema.

del 19 de julio de 1974 de la Congregacin para la doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio) dirigida a los presidentes de algunas Conferencias Episcopales ms directamente interesadas con el problema de si los catlicos podan pertenecer o no a la masonera. En este caso el documento en el que Roma admita pblicamente ^por vez primera desde la excomunin de 1738 la existencia de masoneras exentas de contenido contrario a la Iglesia, para el Boletn Informativo de la Iglesia de la Santa Cruz de Zaragoza, solamente mereca la categora de rumor, con una incomprensible falta de tica profesional, o una no menos incomprensible ignorancia, tratndose de un Boletn de informacin pastoral, correspondiente al mes de diciembre de 1974, es decir cinco meses posterior al susodicho documento, y que precisamente se tuvo especial empeo en difundir a domicilio a gran nmero de persohas totalmente ajenas a la iglesia zaragozana en cuestin (9). A pesar de estas actitudes ms propias del siglo XIX protagonizadas por ciertos sectores universitarios que se muestran reacios a romper con tpicos fciles y cmodos fomentados especialmente a partir de 1940, la joven universidad est abriendo nuevos cauces en la investigacin masnica que es de esperar fructifiquen de aqu a algunos aos, y nos permitan aclarar tantos puntos todava controvertidos de nuestra historia contempornea.

Metodologa masnica Desde luego resultan sintomticas dos obras ^por no citar otras ms conocidas de dicha escuela: el Manual bibliogrfico de estudios espaoles y la Gran Enciclopedia Todo estudio de la masonera empieza por buscar Rialp [GER]. Por lo que respecta a esta ltima, y en conrespuesta a muchos de los interrogantes que cualquier creto a la voz Masonera (7) se ha preferido reproducir un lector se puede plantear empezando por el ms elemental refrito clsico y tpico del tema, rechazando en ltima de todos, qu es la masonera.-', qu se propone, cules instancia todo posible enfoque desmitificador que romson sus fines, su ideologa, sus medios..., cmo se enmarpiera con la lnea tradicional y maniquea con que cierca dentro del contexto internacional..., hay una masonetos grupos ideolgicos han juzgado y siguen juzgando ra o ms bien son mltiples masoneras.'*... A partir de todo lo relacionado con la masonera. Otro tanto hay que aqu es cuando hay que abordar ya en profundidad lo que decir del Manual bibliogrfico de estudios espaoles, de Goncon ms o menos variantes debe constituir una autntica zlez Oll, publicado por la Universidad de Navarra en metodologa masnica. 1976 en el que para el tema masonera tan slo recoge 10 obras, y entre ellas a Vicente de La Fuente, Tirado y Rojas, Truth, Comn Colomer.., es decir los prototipos de la Una vez valorado y cuantificado el material docuantimasonera ms visceral, que adems estn mal citadas mental disponible, que en nuestro caso est especialmenen no pocos casos, habiendo sistemticamente omitido tote facilitado por el Archivo de Servicios Documentales de das aquellas obras ms recientes que pudieran ilustrar el Salairanca, ms conocido como el Archivo Secreto de la tema desde otras pticas (8). Masonera espaola (10), la investigacin debe abarcar las cuatro grandes reas con que Raoul M. Vantome (11) sintetiza la metodologa de la historia masnica, a saber: 1) la Actitud que quiz sea ms justo llamar manipulacin, vida de las logias en s mismas; 2) las relaciones de la logia y que no parece sea fruto de la casualidad, ya que el miscon el mundo masnico; 3) con el mundo profano; y 4) mo grupo ideolgico la puso nuevamente en prctica llecon el mundo religioso. A estas hay que aadir una quinta gando incluso a poner en duda la existencia de una carta
5) ARTOLA GALLEGO, M., Historia de Espaa, t. XXVL La Espaa de Fernando V, Madrid, Espasa-Calpe, 1968, p. 616. 6) Uno de los casos ms recientes es el que atribuye al conde de Aranda el ttulo de Grande Oriente, cuando en el peor de los casos tendra que haber dicho Gran Maestre. Cfr. SECO SERRANO, C , Godoy. El hombre y el poltico, Madrid, Espasa-Calpe, 1978, p. 61. 7) Gran Enciclopedia Rialp [GER], Voz: Masonera, Madrid, 1973, t. XV, pp. 232-237 [A.M. BERNAL RODRIGUEZ/L.P. CONDE]. 8) Por no citar no cita ni siquiera la 1^ edicin de la Bibliografa de la Masonera publicada en Zaragoza-Caracas en 1974, y en la que se recogen ms de 3.000 obras sobre masonera. 9) Sobre esta cuestin cfr. Los Catlicos y la Masonera, Rev. Vida Nueva [Madrid], rfi 966, 25 enero 1975, pp. 22(110)-37(125); y La Iglesia Catlica y la Masonera. El fin de un conflicto?. Rev. Razn y Fe [Madrid], n 968-969, septiembre-octubre 1978, pp. 143-164. 10) La seccin Masonera de dicho archivo dispone de una muy til catalogacin del material por ciudades y logias, correspondencia de las mismas, y expedientes personales de todos y cada uno de los miembros, donde a veces se encuentra un muy importante material, especialmente de piezas de arquitectura o discursos, iniciativas, correspondencia particular, etc. 11) VANTOME, Raoul M., Problme de Mthodologie, Annales Historiques de la Franc-Maeonnerie [Pars], n" 18 (abr 1977), pp. 2-11. EL BASILISCO

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en Espaa centrada en la represin franquista de la masonera a partir de 1936. El estudio de las logias en particular conlleva en primer lugar al anlisis de su vida puramente material, a saber, la situacin geogrfica de la logia y del templo masnico, los aspectos jurdicos de su formacin, los materiales que constituan el mobiliario y decoracin; con qu recursos financieros se erigi, etc. En un segundo grupo se pasa ya al estudio de la vida masnica del taller o logia: cmo y por qu se ha escogido el ttulo distintivo; cul es el ritual seguido en los trabajos; ceremonia de instalacin; cmo se hacen las iniciaciones, los aumentos de salario y afiliaciones; cul es la frecuencia de las tenidas y el ndice de asistencia; caso de existir problema de absentismo, por qu se da y cules son los remedios que se proponen para combatirlo; de qu se habla en el templo; cules son los temas desarrollados en los discursos o piezas de arquitectura; cmo se celebran los banquetes; cundo y dnde tienen lugar, etc., etc. Un tercer grupo dentro de la vida del Taller lo constituye el de sus miembros. Resulta clave conocer la importancia numrica de la logia a lo largo de los aos; cmo est compuesta desde un punto de vista de grupos socio-econmicos, y desde el de la edad de sus miernbros. En qu proporcin hay hermanos extranjeros, o de otras localidades; cul es la proporcin de masones investidos de altos grados; cul es el origen masnico de sus miembros; qu personalidades han marcado o podido marcar con su impronta la vida de. la logia; elecciones de dignatarios y oficiales... La eleccin del idioma o lengua es importante, pues en Espaa se dan logias dependientes directamente de Orientes extranjeros, como el de Francia, y en ellas toda la documentacin est en francs (por ejemplo en las logias bonapartistas); y tambin existen logias de carcter autonomista o nacionalista, sobre todo en Catalua... Como colofn resulta muy til, por no decir imprescindible la aportacin, en cada caso o logia, del repertorio alfabtico de los componentes de la misma, con indicacin de sus profesiones, nombres simblicos, aos de permanencia en la logia, cargos desempeados, etc. En un cuarto grupo o apartado hay que estudiar la ideologa de la logia a travs de su correspondencia, piezas de arquitectura, discursos, respuestas a las encuestas de carcter nacional... La prensa masnica, caso de existir en la logia en cuestin, merece una atencin especial por lo que de influjo y transcendencia ideolgica supone. Finalmente se cierira el estudio de la vida de la logia analizando su situacin jurdica segn la legislacin del pas. Este es un aspecto que en Espaa encierra especial, inters dado el carcter de ilegalidad, prohibicin e' intolerancia que ha predominado desde la llegada de la masonera a la pennsula hasta nuestros das (12). El segundo gran bloque decamos que lo constituye el estudio de las relaciones de la logia o taller con otras
12) Recordemos que la legislacin de la masonera en Espaa data tan slo del 3 de julio de 1979, si bien hasta el 21 de diciembre de dicho ao no pudo formalizar su inscripcin en el registro de asociaciones. EL BASILISCO

entidades, N o tendra sentido considerar la logia como una entidad que vive totalmente aislada del mundo exterior y desarraigada de su biotipo en el que ha nacido y del que vive. De hecho esa pequea agrupacin de hombres netamente limitada por el nmero y delimitada por un espritu b ideologa propios solo existe en funcin de un conjunto ms vasto, constituido por toda una serie de condicionantes, tales como el medio geogrfico o los grupos humanos con los que el Taller mantiene relaciones ms o menos intencionadas, ms o menos fructferas, ms o menos armnicas. Evidentemente la resultante es todo un mecanismo a veces muy sutil de influencia recprocas, de acciones y reacciones sufridas o ejercidas. Del cmo tengan lugar estas interacciones protagonizadas en uno u otro sentido es importante subrayar que en algunos casos son de extrema importancia para la misma existencia de la logia, pues pueden causar su desaparicin o su renacer, su decadencia o su prosperidad. Y frecuentemente definen su espritu. Es decir que nuestra aproximacin debe ser necesariamente estructural y funcionalista, y nos debe permitir un intento de respuesta a las cuestiones que plantea la interaccin entre la logia y el mundo masnico; entre la logia y el mundo no masnico.
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MASONERA UNIVERSAL

FAMILIM ESPAFIOLA

carcter especfico a la logia, lo que evidentemente ocurre en las instaladas en zonas fronterizas, o en ncleos urbanos que tienen puerto, ya que su influjo se manifiesta por una parte en la captacin de miembros y en la recepcin de visitantes extranjeros, y por otra en un mayor ndice de absentismo por razones profesionales, tratndose sobre todo de marinos. Aqu, por ejemplo, la situacin canaria es privilegiada por el movimiento que supone de marinos masones, y como cabeza de puente para el Caribe y toda hispanoamrica en general. Tambin hay que establecer una relacin causal o una simple correlacin entre la evolucin demogrfica y econmica de la ciudad o pueblo por una parte, y la poblacin y dinmica del Taller, por otra. Igualmente importante resulta el anlisis de las relaciones con las autoridades civiles, municipales y militares; la participacin en la vida poltica y cultural de la ciudad; su influjo en las instituciones ciudadanas (ateneos, casinos, sociedades econmicas...), as cmo en la prensa local. Como la prctica de la beneficencia es uno de los temas constitucionales de las logias, y de los ms significativos en la vida de las mismas, hay que estudiar el influjo de dicha beneficencia en el mundo profano tanto en la vida ordinaria de la ciudad como en los casos de una mayor incidencia catastrfica local o nacional. En este sentido resulta muy til la evaluacin de las sucesivas aportaciones al llamado tronco de beneficencia y su destino si han propiciado colaboraciones con otros grupos ciudadanos y en qu medida, y finalmente las implicaciones sociolgicas que la existencia de la logia supone en la ciudad. El apartado del mundo religioso abarca las relaciones de la logia o Taller con la Iglesia catlica, con los protestantes, con los hebreos, etc. Especial inters tienen dichas relaciones con el clero local. Aqu el anlisis, motivacin y desarrollo del anticlericalismo masnico y del antimasonismo clerical es clave. En igual medida el tema de la escuela laica, y en general todo el tema de la enseanza es tambin muy importante, as como el de los cementerios civiles, prensa catlica, pastorales y sermones contra los masones. A modo de apndice o captulo final y dentro de una metodologa general, resulta altamente clarificador analizar el perodo histrico que empieza en julio de 1936 y que se caracteriza por la represin y destruccin sistemtica de la organizacin masnica en Espaa. Informes de la polica, incautacin de archivos y bibliotecas, persecucin y eliminacin fsica de los miembros que no pudieron escapar al exilio, campaas de prensa, etc., son aspectos a tener en cuenta y que contribuyen a explicar un vaco histrico de ms de cuarenta aos tan solo suplido en parte con la reconstruccin en el exilio de algunas logias integradas por los supervivientes de la represin franquista. Como se puede apreciar las cuestiones que el historiador se formula, y las hiptesis de trabajo que stas conllevan, abarcan un amplio abanico que nos permite centrar el problema de la masonera en un contexto histrico y sociolgico suficientemente amplio, y sobre todo lejos de los simplismos habituales a que ciertas ideologas o
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El primer aspecto es doblemente importante para la historia de la masonera espaola, pues por una parte en Espaa las mltiples obediencias masnicas crean momentos de gran conflictividad con el subsiguiente trasiego de logias de unas obediencias a otras; y por otra hay zonas geogrficas o comimidades histrico-culturales con especiales connotaciones masnicas, como es el caso de las Islas Canarias, de Catalua, de Asturias, del Sudeste [Cartagena y Murcia], del Medioda (la importancia de la masonera en Andaluca es quizs de los fenmenos ms curiosos y que todava est por estudiar), etc., etc. En este sentido en el estudio de las interacciones de las logias con el mundo masnico hay que estudiar el origen o creacin de dichas relaciones entre el Taller y las obediencias y autoridades masnicas; cuales fueron posteriormente los vnculos entre la logia y los Poderes regulares (nombramiento de Diputados, envo de Cuadros lgicos, cotizacin, asambleas, diplomas...); cuales fueron las relaciones entre la logia y los otros Talleres establecidos en territorio nacional, as como en otros, ms o menos subordinados (Norte de frica, Cuba, Puerto Rico...). Aqu entran los garantes de amistad, recepcin de visitantes, afiliaciones, etc. Otros aspectos a tener en cuenta en las relaciones masnicas entre los talleres consisten en saber iqu grado de fraternidad y colaboracin mantenan entre s las logias de la misma ciudad o regin, fueran o no de la misma obediencia; cmo practicaban la beneficencia en favor de masones pertenecientes a otros Orientes; qu posicin tomaban en las respuestas a las encuestas masnicas; en la elaboracin o aceptacin de Constituciones; en las propuestas enviadas a las Asambleas Generales; si participaron en la implantacin de nuevas logias o tringulos, o por el contrario protagonizaron escisiones, o pactos autonmicos o regionalistas, etc. Finalmente por la transcendencia polmica que a veces revisti en Espaa merece especial atencin el estudio de las relaciones mantenidas con los llamados librepensadores, as como con los polticos, diputados, militares y altos funcionarios masones para el logro de ayudas o beneficios mutuos. El tercer y cuarto grandes apartados lo constituyen las interacciones entre el Taller o logia y el mundo no masnico, en especial con el llamado mundo profano y con el mundo religioso. En el primer caso es importante estudiar el entorno para ver si la ciudad o la situacin geogrfica ha dado un
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escuelas nos tienen acostumbrados, donde el fenmeno masnico queda reducido para unos a mero sinnimo de complot, pronunciamiento o revolucin; mientras que otros le niegan precisamente estas caractersticas presentando a la masonera como la aliada de la burguesa y del capitalismo, que con su concepto de la fraternidad universal es. uno de los grandes obstculos occidentales a la lucha de clases que debe conseguir la autntica revolucin (13).

Reflexiones cotr^lementarias
Evidentemente la bsqueda de respuestas y la verificacin de las hiptesis formuladas, a la vista del material documental disponible, no siempre permitir una investigacin exhaustiva. Sin embargo gracias a la correspondencia mantenida con otras logias, y al intercambio de cuadros lgicos, etc., en ms de una ocasin los vacos iniciales son ms aparentes que reales, y pueden suplirse acudiendo a los archivos de otras logias, sin necesidad del recurso a la extrapolacin, al razonamiento por analogas, a suposiciones razonadas y prudentes, o a la comparacin entre ciertas identidades y diferencias. La historia de la logia presentara una laguna fundamental si, a partir de los resultados anteriores, no intentramos obtener las lneas maestras, la ideologa predominante o subyacente en la constitucin y desarrollo del Taller. Naturalmente entre estos elementos constitutivos que dan al Taller su identidad propia, y que definen su personalidad ^su ontologa, si se prefiere hay que tener presente en primer lugar, las constantes que a travs de los diferentes perodos de la vida de la logia siempre han estado en primer plano; y en segundo lugar las variables a las que los componentes de la logia han concedido una importancia mayor o menor, segn las pocas y circunstancias, y siempre en funcin de las estructuras exteriores. Variables que en la mayor parte de los casos no sern, en definitiva, otra cosa que facetas diferentes de un mismo idealismo subyacente, de un mismo substrato permanente y tpico del taller. Y as llegamos a uno de los aspectos ms controvertidos: la presentacin material de los resultados de nuestra investigacin. Aqu, respetando otras opciones, me inclino por el orden cronolgico global, no compartimentado. Este sistema ofrece, es cierto, la desventaja de fragmentar los diferentes temas que de otra forma se podran tratar. Pero este inconveniente puede suplirse estableciendo con cuidado Cuadros, ndices. Esquemas, etc. Por otra parte, el orden cronolgico global presenta la ventaja no slo de seguir ms fcilmente el desarrollo armnico de la logia, sin excesivas reiteraciones, sino de poder subrayar mejor en qu sentido se hace la evolucin general del Taller dentro de una perspectiva de historia total, tanto masnica como profana.

Como todo trabajo de investigacin local, ste es un punto de partida para la elaboracin de otros ms am-' plios, llmense regionales o de comunidades con las mismas caractersticas histrico culturales, que a su vez nos permitirn afrontar en una ltima fase la historia de la masonera espaola a nivel nacional. De ah que sea importante el que suministremos a otros investigadores un instrumento de trabajo vlido que permita analizar la materia de nuestra historia local o regional, bajo diferentes ngulos, fuera de nuestra historia local propiamente dicha. As entre los anexos indispensables a los que hay que dedicar tiempo y atencin hay al menos uno que es de gran valor: el fichero unificado de los miembros de las respectivas logias, a cuya metodologa y aplicacin prctica ya consagr Alain Le Bihan su magistral obra Francmasones parisinos del Grande Oriente (14).

A ste se podran aadir otros relativos a la demografa de la logia, pirmide de edades, estadstica de profesiones ejercidas por los masones, vietas de la logia y encabezamientos de los impresos, incluidos los destinados a correspondencia oficial masnica (que en ms de una ocasin nos manifiestan evoluciones ideolgicas), lxico masnico que ayude a introducir y comprender los trminos y expresiones utilizadas en logia, etc., etc. Captulo aparte merece en el caso espaol la connotacin poltica de la masonera, ya no slo a nivel local o provincial, sino, sobre todo, nacional. De ah que sea clave el conocer qu diputados y cuntos fueron masones en las sucesivas Cortes legislativas y constitucionales; el influjo de la ideologa masnica en las diversas Constitu-

13) Sobre estas cuestin cfr. EERRER BENIMEU, J.A., franco contra la masonera, Rev. Historia 16 [Madrid], n 15, Julio 1977, pp. 37-51. EL BASILISCO

14) LE BIHAN, A., Vrancs-M.acpns Parsiens du Grand Orient de Frace (Fin du XVIIP sicle), Pars, Bibliothque Nationale, 1966.

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Clones espaolas; nmero y calidad de masones en los diversos partidos polticos; en el profesorado universitario; en los institutos de segunda enseanza y en las escuelas; prensa manejada directa o indirectamente por la masonera... El captulo de los militares masones es vital para comprender no pocas actitudes histricas espaolas; as como la dependencia o no de las mltiples masoneras espaolas de las de otros pases, en especial Francia, as como el intento de colonizacin o influjo masnico de estos mismos pases; etc., etc.

La masonera como ciencia


A la vista de los resultados que la investigacin histrica proporciona, el tema masnico aparece mucho ms complejo y apasionante, ya que abarca otros terrenos no, ya histrico-sociolgicos, sino incluso jurdicos, literarios, musicales, artsticos, lingsticos, etc. que constituyen lo que en sentido general se denomina ya masonologa, que a su vez queda definida como la ciencia del fenmeno inicitico en su historia, su expresin y sus estructuras. Y a propsito de definiciones, llama la atencin por su escaso acierto la que en febrero de 1979 dio precisamente la Real Academia de la Lengua Espaola al trmino Francmasonera, cambiando el que hasta entonces exista en el Diccionario de la misma Real Academia. Hasta entonces masonera se defina como una asociacin secreta en que se usan varios smbolos tomados de la albailera, como escuadras, niveles, etc. (15). En la nueva versin hecha pblica a la par que otros trminos como marxismo, derecha, izquierda, etc queda as: Asociacin secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas y signos especiales y se agrupan en entidades llamadas logias (16). Resulta curioso el empeo en ambos casos por cargar el acento en lo de asociacin secreta, no sindolo ms que cualquier otra asociacin que se precie de discreta. En igual medida no parece afortunado el decir que profesan principios de fraternidad mutua, ya que la fraternidad masnica no es excluyente, ni se reduce a los propios miembros de la asociacin. En cualquier caso estamos ante un ejemplo ms de la incompetencia tradicional con que se suelen abordar ciertos temas. En parte estos errores o defectos han empezado ya a subsanarse en otros pases, por ejemplo en Francia, con la creacin desde el ao 1974, y a ttulo experimental, en la Facultad de Letras de la Universidad de la Alta Bretaa o si se prefiere Rennes II, de una unidad de valor de Historia Masnica que est configurada por una seccin de estudios e investigaciones masonolgicas para ia preparacin del doctorado del tercer ciclo en masonologa. Esta enseanza del tercer ciclo consta de tres opciones: Francmasonera, esoterismo y lingstica y simbolismo.
15) Diccionario de la lengua espaola, Madrid, Real Academia Espaola, 1947, p. 612. 16) Boletn de la Comisin Permanente de la Asociacin de Academias de la Lengua Espaola, Madrid, febrero 1579.

A su vez existe en la misma Facultad una unidad con valor de licencia bajo el ttulo de Movimiento de las ideas y de la francmasonera en el siglo XVIII, organizada en cuatro cajptulos o apartados: el histrico; el intelectual y asociativo; las prcticas discursivas (historia, biologa, antropologa); y prcticas iniciticas y rituales. Finalmente y dentro de la seccin de Literatura de la poca clsica (siglo XVIII) existe la llamada opcin C que consiste en: ^Textos fundamentales: Las Constituciones de Anderson (1723-1738-1784); El Ahiman Rezn (1756), Y El Discurso de Ramsay (1736-1737). ^Los Orgenes. Las estructvuras masnicas y paramasnicas: del saln literario a la Logia. Los escritores francmasones: de Montesquieu a Sa-

de.
-La literatura masnica: escrita y oral, poesa y prosa. ^El ritual masnico: sus estructuras. ^La ideologa masnica y sus ataques: los textos antimasnicos.
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^Lingstica masnica. Impregnacin masnica en el siglo. Simbolismo masnico. ^Las Nueve Hermanas (1776) (17). Anlisis masnico de textos: Historia de Madame de Luz de Charles Duelos (1741); Pablo y Virginia de Bernardin de Saint-Pierre (1788). En un contexto ya de pura investigacin histrica existen una serie de instituciones importantes como el Instituto de Altos Estudios e Investigaciones masnicas, de Pars, dependiente del Grande Oriente de Francia y en gran medida supeditado a su ideologa y directrices. Se compone de miembros activos asociados, francmasones o: no. Aunque no abundan los autnticos profesionales de la historia realizan encuentros y discusiones, publicando trimestralmente los Anuales historiques de la Franc-Maqonnerie. Mucho mayor inters e importancia tiene la labor realizada en Londres por la Quatuor Coronati Lodge N 2076; la primera logia de investigacin masnica, que publica desde 1886 la hasta hoy mejor revista de historia de la masonera bajo el ttulo de Ars Quatuor Coronatorum. Otro tanto podramos decir del Masonic Book Club con sede en Estados Unidos, concretamente en Bloomington, Illinois, que tiene ya diez aos de duracin y ms de 1.100 miembros. Precsamete acaba de publicar a finales de 1979 en facsmil el famoso The Sufferings of John Coustos. Ms reciente es la fundacin en Italia, el 14 de diciembre de 1979, por un grupo de estudiosos masones y no masones, del Instituto de Historia de la Masonera, que tiene como fin el progreso de la historia de la masonera y del mundo latomstico (18) en general. Tiene como proyecto la fundacin de un archivo y biblioteca especializados, as como la organizacin de coloquios, conferencias, publicaciones, premios, bolsas de estudio, etc. La lista podra ampliarse con pases como Alemania, Holanda, Blgica, Suiza, Argentina, etc. etc., donde la investigacin sobre el pasado de la masonera ha incidido de forma especial en el terreno universitario desde una ptica de pura investigacin al margen de connotaciones polmicas o partidistas. En este sentido, y dejando de lado la enumeracin de las tesis doctorales que sobre el tema de la masonera se han defendido en los ltimos aos en diversas universidades de Blgica, Italia, Espaa, Francia, Alemania, Hungra, etc., cabra destacar el Coloquio internacional que sobre el tema Clases e ideologas en la Francmasonera

organiz la Universidad Libre de Bruselas en marzo de 1976, con la participacin de las universidades de LiUe, Bielefeld, Oxford, Dijn, Pars, Zaragoza y Bruselas; o el Congreso que sobre La Masonera en el siglo XVIII en los pases del centro y este de Europa se celebr en septiembre de 1976 en Lneberg, con la participacin de las universidades de Hamburg, Salzburg, Wien, Bucarest, Mnchen, Bordeaux, Graz, Waterloo-Ontario, Gttingen, Freibrug, Leningrado, Budapest, Bochum, Praga, Zaragoza, Mosc, Belgrado, etc.; o, por no alargar demasiado esta lista, el ms reciente de todos, la mesa redonda celebrada en Italia en abril de 1979, en la ciudad de Lecce, bajo el tema La Masonera en la historiografa moderna, que reuni a un selecto nmero de profesores masones y no masonees, fundamentalmente italianos, especializados en la historia de la masonera ' Por lo que respecta ms especficamente a Espaa y a su universidad, la masonera espaola ha estado presente y se ha hablado y discutido de ella en no pocos congresos, coloquios y jornadas. A ttulo de ejemplo baste citar el II Symposio sobre el Padre Feijoo y su siglo (Oviedo, octubre 1976), el I Congreso de Historia de Andaluca (Crdoba, diciembre 1976), el IX Coloquio de Pau dedicado a las Constituciones espaolas (Pau, marzo-abril 1978), el Congreso de Historia Eclesistica comparada (Varsovia, junio 1978), el II Congreso Internacional Galdosiano (Las Palmas, septiembre 1978), el I Symposium Internacional sobre la Inquisicin Espaola (Cuenca, septiembre 1978), el IV Coloquio sobre La Ilustracin (Mtrafred-Budapest, octubre 1978), las II Jornadas de Estudios sobre Aragn (Teruel, diciembre 1978), el I Coloquio Internacional del Centro de Investigaciones Glyptogrficas (Mons, abril 1979), la IV Semana de Historia Eclesistica de Espaa Contempornea (El Escorial, juho 1979), las Primeras Jornadas de Cultura Altoaragongsa (Huesca, septiembre 1979), el Coloquio sobre la Historia, la Cultura, la Literatura y las Artes, en torno a 1750 (Oviedo, diciembre 1979), las II Jornadas de Estudios CanariasAmrica (Santa Cruz de Tenerife, octubre 1979)... Como conclusin, el tema est ah, abierto a mltiples enfoques y disciplinas. La Universidad espaola ha emprendido un camino largo de recorrer pero con el aliciente de que ya se est haciendo algo en equipo, con el dinamismo e ilusin que proporciona el constatar que en estos momentos estn en marcha una docena de tesis que tienen como temtica central la masonera espaola; con el inters que despierta el tema, como lo demuestra no slo la gran cantidad de trabajos y monografas publicados en mltiples revistas especializadas espaolas, sino tambin los ciclos de conferencias y mesas redondas que tanto los colegios universitarios, como los colegios mayores, centros culturales, universidades, etc. han organizado y siguen organizando para hablar y discutir de un tema tan polmico como desconocido, y quiz por ello ms atractivo. Slo resta esperar que un da podamos entre todos elaborar la verdadera historia de la masonera contempornea espaola que, desde una ptica lo ms asptica posible, acabe con las apologas pueriles de unos y con los ataques viscerales de otros (19).

17) La clebre logia parisina en la que fue iniciado Voltaire a la edad de 84 aos y un mes antes de fallecer. Cfr. FERRER BENIMELI, J.A., Voltaire y la Masonera, Rev. Cuadernos de Investigacin [Logroo], n 1, mayo 1975, pp. 65-89. 18) Latorao, del latn Latomus, significa albail o masn.
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19) A modo de avance cfr. FERRER BENIMELI, J.A., Masonera espaola contempornea, Madrid, Siglo XXI, 1980, 2 vol. EL BASILISCO

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