Monedas Durante La II República y Guerra Civil Española

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Monedas durante la II repblica y la guerra civil espaola

Coleccin Javier Ovelleiro

1931-1939
Un poco de historia espaola y gua para coleccionistas

A modo de introduccin...
Soy consciente que, desde el momento que este escrito lo envo mediante internet, ser copiado y multiplicado. Me parece muy bien y no tengo nada en contra. A cambio pedira a todo aquel que lo lea y encuentre alg n error !que seguro que los "ay# o cono$ca alguna an%cdota o dato "istrico que pudiera ser a&adido a este te'to que me lo enve para poder "acer el te'to ms completo o simplemente ms ameno. (ambi%n estara muy agradecido a todos aquellos que me enven alguna )oto !a ser posible de buena calidad# de alguna copia de estas monedas y que no est% ya incluida en este traba*o. +uego que todos los comentarios y las )otogra)as me los envi%is a mi direccin de correo electrnico, villaem-.eb.de

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J. Ovelleiro

Situacin de la masa monetaria en circulacin "asta /012


Antes de comenzar la guerra, el conjunto de monedas que circulaban por Espaa estaba compuesto por monedas de cobre y n quel con valores de 1, !, ", 1# y !" c$ntimos y por monedas de plata de #."#, 1, !, y " pesetas. %irculaban tambi$n billetes de valores superiores a !" pesetas, ya que la legislaci&n vigente pro'ib a poner en circulaci&n papel moneda de valor in(erior. El )anco de Espaa emit a y avalaba estos billetes estando respaldados por una cobertura en oro que ten a en dep&sito. Eran c'eques al portador del )anco de Espaa con (unciones similares a la moneda met*lica del +inisterio de ,acienda. -as monedas de plata gozaban del car*cter legal que les otorgaba el Estado y del valor intr nseco del peso del metal del cospel sobre el que 'ab an sido acuadas. A e.cepci&n de algunas monedas de !" c$ntimos, la de "# c$ntimos de 1/!0 y una peseta de 1/11, las monedas que 'ab a en circulaci&n llevaban las e(igies de Al(onso 233 y Al(onso 2333.
ltima moneda de peseta acuada en plata. Durante la guerra civil ya no se utilizara ms este metal para la acuacin sino monedas fiduciarias. Aparece Hispania sentada sobre un pedestal con una rama de olivo. Algunos autores la interpretan como una alegora de la Rep blica.

4ada m*s comenzar la 5uerra %ivil el precio de la plata dej& de ser estable y creci& la in(laci&n de papel moneda. El 'ec'o de que el valor del metal (uera superior al valor nominal de la moneda, motiv& que las monedas de peseta perdiesen su (unci&n de moneda (raccionaria, a la vez que r*pidamente se dio una acumulaci&n de monedas en manos privadas que caus& una escasez de moneda (raccionaria en la calle. 6ara paliar esta de(iciencia de monedas que di(icultaba el comercio del d a a d a se e.perimentaron m7ltiples (ormas8 vales al portador, pago con sellos de correos, emisi&n de billetes de bajo valor nominal, certi(icados de plata en -!J. Ovelleiro

papel moneda, etc9 incluso multitud de establecimientos, cooperativas, sindicatos y ca($s acuaron su La Rubia :moneda; propia La verdadera que s&lo era v*lida en el propio Hasta la !egunda Rep blica" las monedas de # peseta establecimiento. El fueron acuadas en plata. $a 'acer un recuento de primera peseta de metal no precioso fue fabricada en todas las moda#%&'. (n ella apareca el rostro lidades de pago que de una mu)er como e.istieron y representacin de la Rep blica. presentar los Debido al color *ue transmita a la figura la aleacin de distintos tipos de cuproni*uel" estas monedas fueron conocidas popularmente en acuaciones se 'ar a (spaa como la rubia. forma de denominar a las monedas de # peseta perdur interminable. 6or lo (sta +asta muc+o tiempo despu,s *ue siguieron llamndose as en cual nos el lengua)e popular" aun*ue la efigie *ue representaban distaba limitaremos a las muc+o de merecer este sobrenombre. acuaciones de los organismos o(iciales de ambos bandos contingentes o aquellas monedas que tuvieron aceptaci&n m*s all* de los establecimientos que las mandaron acuar.

3n poco de "istoria
<ras el (racaso de la sublevaci&n del 1= de julio de 1/10 en +arruecos, las ideas de los sublevados se e.tendieron con distinta suerte por el territorio espaol quedando Espaa dividida en dos zonas en(rentadas. >na controlada por el gobierno de la ?ep7blica desde +adrid y otra dominada por los militares sublevados que crearon la Junta de @e(ensa 4acional en )urgos el !A de julio y nombraron a Branco como je(e de gobierno del Estado Espaol. -a Junta cre& un )anco de Espaa en )urgos el A de septiembre de 1/10, paralelo al )anco de Espaa de +adrid controlado por los republicanos. Ambos bancos negaron la validez del contrario y, de esta (orma, se -1J. Ovelleiro

materializ& la separaci&n ( sica de las dos pesetas en(rentadas, que tambi$n se produjo a nivel internacional. -os alemanes e italianos reconoc an la peseta de )urgos, mientras que las dem*s naciones reconoc an a la de +adrid.

4roblemas por la escase$ de monedas )raccionarias


A pesar de que 'ab a di(erencias entre estas dos pesetas en(rentadas, ambas ten an los mismos problemas estructurales 'eredados8 las monedas (raccionarias de #,"#, 1 y ! pesetas eran de plata y no 'ab a con qu$ sustituirla si era acaparada por los particulares Cdebido a ser la 7nica moneda considerada v*lida en ambos territoriosD o desmonetizada para aprovec'ar el valor del metal por ser superior al valor nominal. -os primeros en notar el problema (ueron los pequeos comerciantes, las cooperativas y las colectividades revolucionarias, que no pod an devolver cambio, por lo que empezaron a entregar mercanc as como cerillas o tabaco en lugar de monedas. +*s tarde, muc'os de estos establecimientos sustituyeron este sistema editando vales y abonos. Algunos de ellos incluso emitieron sus propios :vales met*licos; en (orma de monedas que s&lo eran v*lidas en su establecimiento. 6oco tiempo despu$s tambi$n tomaron la iniciativa algunos ayuntamientos en ambos territorios. -a mayor a de gobiernos municipales que acuaron monedas estaban situados en la zona republicana, aunque e.isten varios ejemplos de monedas locales dentro de la -anto en los billetes como en las monedas" cada uno zona controlada por los de los bandos enfrentados utiliz una simbologa *ue resaltase los valores *ue defendan. sublevados. En un apartado especial deber amos citar las monedas mandadas acuar por los gobiernos regionales8 tanto en la zona norte de la pen nsula donde, debido a pronto aislamiento respecto de +adrid que lograron las tropas nacionales, emitieron monedas el %onsejo de Asturias y -e&n, el %onsejo de Eantander, 6alencia y )urgos y el 5obierno de EuzFadiG as como la +ancomunidad de +enorca que estaba geogr*(icamente tambi$n aislada. %ontempor*neos de estas emisiones citadas, tambi$n 'ubo ensayos revolucionarios de vales cuya intenci&n era acabar con la peseta y el sistema monetario de intercambiosG pero estas emisiones (ueron escasas. -AJ. Ovelleiro

-a primera respuesta de ambos gobiernos contra la carencia de moneda (raccionaria (ue perseguir legalmente a los acaparadores y, un ao despu$s, emitir la moneda necesaria con unas caracter sticas distintas a la peseta nacida en 1H0H. )urgos puso en circulaci&n una pieza de !" c$ntimos de n quel en abril de 1/1H. El estado republicano, en marzo de 1/1=, previ& la emisi&n de monedas para sustituir a las de plataG pero esta medida tard& demasiado en cumplirse porque se vio obligado a trasladar los talleres de la (*brica de la +oneda a Ialencia. Al (inal (ue en una (*brica situada en %astell&n donde se acu& la peseta de lat&n con la e(igie de la ?ep7blica.

3n caso especial, cartones5moneda


4inguna de las medidas tomadas por la rep7blica contempl& una soluci&n e(ectiva para los valores por debajo de los "# c$ntimos que padecieron una crisis de circulaci&n en 1/1H. 6ara resolver :provisionalmente; este problema, dio permiso de circulaci&n con car*cter transitorio a unos cartoncitos circulares que llevaban impreso en el reverso el escudo constitucional y pegado en el anverso sellos de correo o timbres m&viles de !ello moneda con la efigie de .ablo /glesias. distintos valores in(eriores a "# c$ntimos que cada ciudadano adquir a y pegaba a los cartoncitos a su libre albedr o. Esta soluci&n temporal del problema ya 'ab a sido utilizada en otros pa ses europeos entre los aos 1/1" y 1/!#. Esta autorizaci&n transitoria del +inisterio de ,acienda preve a que, tan pronto (uesen puestas en circulaci&n las monedas (raccionarias previstas en el decreto de diciembre de 1/1=, el +inisterio de ,acienda proceder a a la retirada de estos :sellos moneda;. @ic'a acuaci&n de monedas (raccionarias nunca lleg& a realizarse por cuestiones b$licas y los cartonesmoneda siguieron circulando 'asta el (inal de la guerra cuando (ueron ilegalizados por los vencedores.

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J. Ovelleiro

Monedas en circulacin en el territorio espa&ol a partir de /012


Moneda del 6anco de 7spa&a de 6urgos
Ja antes comentamos que la 7nica moneda que emiti& el 5obierno de )urgos (ue la de !" c$ntimos de n quel. @e esta moneda se (abricaron en Austria A!.###.### de unidades. Babricada con un di*metro de !" mm. y un peso de = gr. con ori(icio central, copiaba el modelo de !" cts. emitido durante la dictadura de 6rimo de ?ivera durante el reinado de Al(onso 2333 en 1/!=.

Monedas del 6anco de 7spa&a de Madrid


Ja en 1/1A la 33 ?ep7blica 'ab a utilizado este mismo modelo representando los s mbolos que mejor representaban sus ideales8 -a rep7blica con un ramo de olivo en el anverso y motivos representando el trabajo en el reverso. <anto el material como la (orma y el peso son similares a la anterior. %on una (orma similar, pero reduciendo el tamao del di*metro a !! mm. y el peso a A,/# gr., manda acuar la ?ep7blica en 1/1H a la (*brica de -0J. Ovelleiro

%astell&n otra moneda de !" cts., esta vez la emisi&n ser* realizada en cobre. Eiguiendo con su simbolog a tradicional se representar* en el anverso un libro de ciencia que, con su (uerza, rompe unas cadenas que se cruzan. En el reverso vuelve a repetirse el motivo de la espiga de trigo. El gobierno de +adrid mand& acuar en 'ierro dos monedas con valores in(eriores a los antes citados8 Ja en 1/1= se mandaron acuar 1#.###.### de piezas de monedas de " %ts. representando a la ?ep7blica en (orma de busto de mujer con gorro (rigio Cs mbolo revolucionarioD. En el reverso se vuelve a reproducir el motivo de las espigas de trigo enmarcando el valor (acial de la moneda. Estas monedas tienen un peso de 1,=" gr. y su di*metro es de !# mm. @e estas monedas e.isten dos variantes que se di(erencian por el tamao de la cara de la seora. En una es tan grande que el gorro llega casi a tocar el marco de la moneda, mientras que en la otra deja claramente un margen libre entre el marco y el gorro.

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J. Ovelleiro

En 1/1H el gobierno prepara una edici&n de monedas en 'ierro de 1# c$ntimos con un peso de 1.=" gr. y un di*metro de !# mm. en el que se ve el escudo de Espaa con la corona mural. +uc'os autores consideran que la emisi&n consisti& entre 1## y1### ejemplares, por lo que es una pieza rar sima y alcanza muy alto valor en el mercado de los coleccionistas. @atos como que se empiezan a ver estas monedas a partir de 1/H# en p7blico, su novedoso diseo para la $poca y la ine.istencia de documentos de la $poca sobre la acuaci&n de esta moneda, 'acen que muc'os coleccionistas la consideren ine.istente. @esde luego nadie la recuerda como moneda circulante. 6or 7ltimo, adem*s de las monedas de peseta de plata y la rubia que ya 'emos citado anteriormente, en estos aos estaban en circulaci&n las monedas de "# c$ntimos con un peso de 0 gr. y un di*metro de !1 mm. de cobre, con la misma (igura de la rep7blica que en las monedas de peseta y el reverso con el valor (acial rodeado con una orla de puntos o de cuadraditos. A causa de la escasez de recursos, a partir de 1/1= se siguen emitiendo estas monedas aprovec'ando los antiguos troqueles con que se acuan en distintos lugares, esto conlleva que 'aya ejemplares con las estrellas anep gra(as e incluso sin estrellas. 6or la combinaci&n de los dos tipos de reverso antes citados y los cuatro variantes de anverso Ccon estrellas anep gra(as, con las ci(ras 1A y 10 en su interior y monedas que no tienen estrellas acuadasD, de estas monedas se podr an encontrar te&ricamente H variantes, sin embargo yo no 'e visto nunca m*s de 0, (altando las monedas sin estrellas con puntos y la estrella del 1A con cuadraditos en el reverso. -HJ. Ovelleiro

Monedas en circulacin en algunas $onas del territorio espa&ol y emisiones locales.


Monedas emitidas en la $ona republicana
%omencemos por las monedas que tuvieron valide$ en un espacio ms all de un slo municipio ya que (ueron emitidas con un consejo que agrupaba a varios dentro de un mismo territorio.

Ja en 1/10 qued& la zona norte separada del gobierno central por las (uerzas nacionales y enseguida se 'izo notar la (alta de moneda al no poder reponerla con las emisiones de +adrid. Esto llev& a que los y gobiernos regionales emprendiera pronto la emisi&n de moneda propia.

El departamento de ,acienda del 8obierno de 7u$9adi aprueba en (ebrero de 1/1= la emisi&n de monedas de n quel de una y dos pesetas que (ueron acuadas en )$lgica. Estas monedas mostraban en el anverso a una matrona con gorro (rigio, (lanqueada por la leyenda :5obierno de EuzFadi;. En este mismo decreto, en el artculo 3, se especificaba que Estas monedas quedan equiparadas a las monedas oficiales para todos los efectos, sern de curso forzoso en el territorio sobre el cual ejerce su autoridad el Gobierno de Euzkadi y tendrn fuerza liberatoria en toda clase de pagos. @ebido a la gran calidad de la emisi&n y a la abundancia de estas monedas, no se conocen copias o (alsi(icaciones de estas monedas, dependiendo su precio en el mercado 7nicamente del grado de conservaci&n. -/J. Ovelleiro

El avance de las tropas de Branco dej& aislados los %onsejos ?egionales del norte y a +enorca que, al no recibir moneda de +adrid o %astell&n, decidieron acuarla por su cuenta bien a su nombre o al de la ?ep7blica. <al es el caso del %onsejo de Asturias y -e&n, que ec'& mano a (*bricas de 5ij&n y 5uernica para la acuaci&n, o del Conse*o de Santander, 4alencia y 6urgos que recurri& a las (undiciones de )ilbao. >na vez delimitados los territorios de Espaa de los sublevados y los de(ensores de la aun e.istente rep7blica, el norte de 6alencia, as como una (ranja de territorio del norte de )urgos, qued& en la que pronto se llam& zona roja y el resto de las provincias qued& en la que se llam& zona nacional. Estos territorios, en uni&n de la provincia de Eantander, (orm& un gobierno regional. El d a H de (ebrero de 1/1= se levant& acta de constituci&n del %onsejo 3nterprovincial de Eantander, 6alencia y )urgos, verdadero &rgano de autogobierno regional presidido por el delegado de gobierno, Juan ?uiz Olazar*n. Este consejo asumi& las atribuciones del gobierno de (orma provisional y lleg& a emitir moneda en nombre de la rep7blica. 3gual a las anteriores, de estas monedas no se conocen (alsi(icaciones. Ein embargo si que e.iste una variante en las monedas de "# c$ntimos, ya que en una de ellas lleva las siglas del ensayador 6J? debajo de las letras %<E del reverso. En esta misma cara, la leyenda por la independencia e.alta los ideales que de(end a este consejo. - 1# J. Ovelleiro

El Conse*o Soberano de Asturias y :en (ue una instituci&n pol tica soberana e independiente proclamada en 5ij&n el !" de agosto de 1/1= bajo el tras(ondo de la 5uerra %ivil. -os avances de las tropas del general Branco en el (rente norte tomando Eantander, llevaron a las autoridades republicanas en Asturias a declarar soberano e independiente de la ?ep7blica Espaola al Conse*o ;nterprovincial de Asturias y :en con intenci&n de volver a integrarse en ella Ka la !ista de los acontecimientos fa!orables que se produzcan en el curso de la guerraK. -a situaci&n de aislamiento del (rente del norte, a !## Fil&metros en l nea recta de las posiciones republicanas m*s pr&.imas, con la subsiguiente escasez de abastecimientos, al mismo tiempo que en Asturias se 'ab a vivido una especie de revoluci&n de car*cter socialista con tintes libertarios como consecuencia de la gran implantaci&n que ten an la >5< y la %4<, propici& que poderes locales asumieran (unciones que eran competencia del 5obierno de la ?ep7blica, como el mando de las milicias o la acuaci&n de monedas.

El !A de agosto se (irma el decreto que establece la soberan a de los territorios administrados por el %onsejo 3nterprovincial de Asturias y -e&n pasando a ser entonces el Conse*o Soberano de Asturias y :en. El !0 de agosto saldr* publicado en la prensa dic'o decreto. El %onsejo Eoberano emiti& tambi$n billetes divisionarios al no e.istir moneda su(iciente debido al aislamiento en el que se encontraba Asturias. Estos billetes (ueron conocidos popularmente como belarminos :en 'onor; de )elarmino <om*s Llvarez que, aunque naci& en Aguilar de %ampos CIalladolidD, era el presidente del %onsejo Eoberano en ese momento. 6ara solucionar el problema de la carencia de moneda (raccionaria, de una (orma m*s :ordenada;, el %onsejo decidi& la (abricaci&n de moneda met*lica, de "# c$ntimos, 1 y ! pesetas, y posteriormente, ante la di(icultad

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de lograr el metal y el alto coste del mismo, decidi&, adem*s, la emisi&n de moneda de papel. %omo de las monedas anteriores, de estas tampoco se conocen (alsi(icaciones. Ein embargo e.isten un gran n7mero de variantes de la moneda de ! pesetas con respecto a la (orma que toman los arbustos y la rueda dentada de la parte in(erior izquierda del anverso.
<erminaci&n de la rueda dentada

@iente entre 6A

Binal del vestido entre 6A

?amas e.teriores a la rueda dentada

?ama central con 1# 'ojas ?amas e.teriores di(uminadas

?ama central con / 'ojas

?amas interiores a la rueda dentada

H 'ojas

@i(uminada

/ 'ojas

H 'ojas y radio

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J. Ovelleiro

Estas variaciones pudieron deberse a que se realizaron con diversos cuos simult*neamente, los cuales proced an de un punz&n original que ten a poco de(inida esta parte de la moneda. %ada uno de los cuos ser a retocado por separado, o incluso por operarios distintos, logr*ndose de esta manera unos cuos (inalmente di(erentes. Algunos coleccionistas de(inen 'asta 1# variantes de esta moneda o incluso m*s si se miran con muc'o detalle, pero yo pienso que para poder clasi(icarlas deber amos tener en cuenta tres tipos de elementos componentes de las monedas. -a combinaci&n de estos elementos puede darnos el n7mero total de monedas distintas que podr*n encontrarse. -&gicamente, cada uno de estos elementos se pueden encontrar en distintos grados de claridad de acuaci&n, cosa que algunos coleccionistas tambi$n catalogan como monedas distintas. +enorca (ue la 7nica de las 3slas )aleares en manos de la ?ep7blica. %omo el estado republicano no garantizaba el suministro de moneda, otras instituciones, o los ciudadanos a t tulo individual, cubrieron el vac o. -a alternativa m*s sencilla (ue el trueque de mercanc as que (acilit& los intercambios b*sicos entre particulares. As , productos como el az7car, el alco'ol o el tabaco se utilizaron como unidad de cambio. <ambi$n algunos municipios recurrieron al trueque.

6ero el trueque s&lo era un recurso provisional y pronto surgieron otras alternativas. -os primeros en promover una moneda que remplazara a la estatal (ueron los comerciantes. 6or 7ltimo, los ayuntamientos bajo el nombre de Conse*os Municipales de Menorca emitieron moneda met*lica en 1/1= a nombre de la rep7blica. En +enorca se (abricaron cinco piezas de lat&n cuyos valores iban desde los " c$ntimos 'asta las !,"# pesetas. Aunque s&lo se emitieron monedas en " valores distintos, e.isten variantes en las monedas de " Ccon A y " (rutosD y !" c$ntimos Ccon 0 y = (rutosD que se di(erencian claramente en el n7mero de aceitunas que llevan en la rama de olivo que enmarca el valor nominal. 6or ese motivo, para aquellos

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coleccionistas que desean poseer todas las variantes, esta colecci&n consta de = monedas di(erentes. @entro de la zona republicana tambi$n 'ubo municipios que emitieron monedas que (ueron v*lidas solamente dentro de su demarcaci&n territorial. Al ser generalmente emisiones de muy poca tirada, a la vez que debido a las circunstancias marcadas por la situaci&n b$lica de los (rentes, 'a 'ec'o que de estas monedas no se conserven demasiadas. Esta circunstancia a llevado a que esas monedas se coticen a un alto precios entre los coleccionistas y, por lo tanto, 'a llevado a que e.istan gran n7mero de (alsi(icaciones y copias de las mismas. Bavorecidos tambi$n porque estas emisiones se realizaron con unos medios t$cnicos precarios y de una relativa (acilidad para poseerlos 'oy en d a, se pueden encontrar copias de todas las monedas de esta $poca. Estas copias, en muc'os casos, son muy di( ciles de identi(icar debido a que el peso, el tamao y los materiales son id$nticos a las originales y s&lo pueden ser reconocidas tras una muy intensa observaci&n de cada una de los elementos decorativos que componen las monedas. %omo ayuda para los coleccionistas pondremos a continuaci&n (otos de las monedas aut$nticas, y advertimos a los coleccionistas que si observan una m nima di(erencia entre sus monedas y las representadas en las (otogra( as tengan la seguridad de que se trata de copias. >n segundo apartado de monedas dentro de la zona controlada por la rep7blica ser an las que tuvieron valide$ e'clusivamente dentro de un municipio o, como muc'o, en los alrededores del mismo. @eber amos 'acer una menci&n especial dentro de este apartado a municipios dependientes de la 5eneralitat de %atalua. Ei en muc'os municipios y colectividades revolucionarias la emisi&n de moneda constituy& un acto de a(irmaci&n pol tica, esta dimensi&n result& a7n m*s evidente en el caso de la 5eneralitat de %atalua, que vio en la moneda un instrumento de construcci&n nacional.

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-a 5eneralitat emiti& sus propios billetes en virtud de un decreto del !1 de septiembre de 1/10, que Josep <arradellas, su consejero de Binanzas, justi(ic& por la quiebra de la moneda estatal. 6ero la resoluci&n se enmarc&

en el conte.to de un conjunto de medidas dirigidas a capturar competencias estatales, entre las que destacaron, en el *mbito monetario, la intervenci&n de las delegaciones del )anco de Espaa y del +inisterio de ,acienda en %atalua, as como la incautaci&n de sus dep&sitos de oro y divisas -a 5eneralitat (ue la primera instituci&n local que emiti& billetes en territorio catal*nG los municipales llegar an m*s tarde. -a moneda regional no cubri& los valores in(eriores a !,"# pesetas y ello e.plica, en cierta medida, la eclosi&n de billetes locales menores.

En de(initiva %atalua cont& durante la guerra con un sistema monetario propio, distinto del nacional, articulado en tres tramos8 los municipios emitieron los valores pequeos, desde los c$ntimos 'asta las ! pesetasG la 5eneralitat los valores intermedios, entre !,"# a 1# pesetas, y los billetes ordinarios del )anco de Espaa, entre !" y 1.### pesetas (ormaban el estadio superior en el 6rincipado. <odo esto respecto a la emisi&n de moneda en %atalua, pero la mayor a se emiti& en papel bajo diversos nombres Cbonos, certi(icados, (ianzas - 1" -

J. Ovelleiro

municipales, pagar$s, resguardos, vales, valores de cambio, etc.D y no (orman parte de nuestra atenci&n en este escrito. Eolamente acuaron metal en %atalua los municipios de Arenys de +ar CaluminioD y - M Ametll* de Ialles Caluminio y lat&nD en la provincia de )arcelona, Olot C'ierroD en 5erona y 4ulles C%inc y lat&nD y Eegarra de 5ai* Ccobre, n quel y lat&nD en <arragona.

Este 7ltimo municipio citado podr amos utilizarlo como ejemplo de una situaci&n que se repiti& muc'o en %atalua8 Antes de la guerra, en %atalua 1!/ municipios ten an nombre de santoG 11! de estos lo modi(icaron y casi todos lanzaron billetes. Aquellos municipios que 'ab an roto con el pasado quitando de sus top&nimos las palabras vinculadas a la iglesia o a la monarqu a proclamaron el cambio a trav$s de la moneda, e(icaz ve' culo de propaganda. @e todos estos municipios el 7nico que emiti& moneda met*lica (ue Santa Coloma de <ueralt. El 7nico municipio de la zona republicana que emiti& moneda met*lica (uera de %atalua (ue el Conse*o Municipal de ;bi !Alicante# que aprovec'& su industria del metal para emitir varios tipos de ellas8 de 1 peseta y de !" c$ntimos, aunque de estas 7ltimas, e.istieron varios modelos. En la sesi&n del d a !A de junio de 1/1=, el %onsejo +unicipal aprueba acuar 1#.### piezas de lo que ser a la moneda de 1 peseta. En el caso de las monedas de !" c$ntimos, nos encontramos diversas variedades8

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En la sesi&n municipal del ! de noviembre de 1/1=, se acuerda acuar monedas de !" c$ntimos por cantidad de 1#.### piezas. En el reverso de la moneda y como (ondo del valor (acial se observa lo que parece ser un mapa de la pen nsula ib$rica, con la divisi&n de sus regiones. En el anverso aparece una mujer con gorro (rigio, que representaba la ?ep7blica, rodeada por dos espigas de trigo, y el ao de emisi&n. ?etomando el tema de las monedas acuadas en 3bi en el ao 1/1=, vamos a ver los ! modelos que nos (altaban, ambos con el valor de !" c$ntimos, pero con reversos ligeramente di(erentes. A pesar de la emisi&n de las 1#.### piezas de !" c$ntimos que ya vimos, $sta no (ue su(iciente para cubrir las necesidades de la poblaci&n, ya que estas monedas eran tambi$n utilizadas por los municipios lim tro(es, con el perjuicio evidente para los 'abitantes de 3bi que se quedaron sin su(iciente moneda. As pues, se 'ace una nueva emisi&n de 1#.### piezas de !" c$ntimos, con id$nticas caracter sticas para el anverso. A'ora bien, para el reverso se utilizan dos cuos con una pequea di(erencia8 adem*s de que ya no aparece el mapa, el *ngulo in(erior del n7mero K!K del valor K!"K en un caso apunta a la letra K%K de la palabra K%E4<3+OEK y en otro caso apunta al espacio entre las letras K%EK. @e las monedas de peseta e.isten tambi$n algunas rar simas piezas acu&adas en nquel y no solamente con un bao de este metal. 6osiblemente esta (ue su intenci&n primigenia, pero al comprobar que, - 1= J. Ovelleiro

debido a la dureza del metal, se daaban r*pidamente los cuos decidieron continuar la emisi&n en cobre por ser un metal m*s maleable.

Monedas emitidas en la $ona nacional


@entro de este apartado, los 7nicos municipios donde se emiti& moneda met*lica pertenecen todos ellos a la provincia de Eevilla. A nivel anecd&tico diremos que e.isten en el mercado de los coleccionistas dos municipios donde , supuestamente, tambi$n se emiti& monedas en esa $poca C+oguer y <rebujeraD pero, como muy bien argumenta -uis )arrera %oronado en su libro "a moneda de necesidad en la pro!incia de #e!illa , esas dos monedas no son m*s que intentos recientes de engaar a los coleccionistas. El estudio antes citado es tan e.tenso y bien (undamentado que simplemente me bastar* 'acer un resumen de lo que el autor relata sobre las monedas de esta zona para completar este estudio presente. Aunque parezca absurdo comenzaremos esta serie por una moneda que en realidad no lo era8 7l real de Marc"ena. Esta pieza es en realidad un vale emitido por encargo de una (*brica de gaseosas y (ueron realizadas por el seor Antonio 6liego, a la saz&n (ontanero en el pueblo, con unos disco met*licos tra dos de la (*brica militar de Eevilla. -os precarios medios de que dispon an para punzar estas monedas, dio como resultado unos discos muy mal estampados. Esto puede servir a los coleccionistas para distinguir las (alsi(icaciones8 siempre que encuentren una de estas monedas que sean per(ectamente legibles, es que es (alsa. - 1H J. Ovelleiro

-o curioso de este vale-moneda (ue la gran aceptaci&n que tuvo en el pueblo y los municipios lim tro(es, a pesar de no tener respaldo o(icial de ninguna clase. El $.ito de las monedas de esta (*brica se debe no s&lo a la carencia de monedas (raccionarias, sino tambi$n a que sus gaseosas ten an una magn (ica aceptaci&n en todos los pueblos del entorno. @ebido a la gran demanda Camparada por el aval de las gaseosasD de estas monedas se 'icieron muc'as de la monedas de !" %ts. siendo una moneda que no es di( cil de encontrar. 4o es as con una moneda que emitieron con el (acial #!" % que es muy rara, de la cual se piensa que se 'izo una pequea tirada y una vez advertido el error se subsan&. +uc'o m*s rara a7n es la moneda #!" % en cobre que, posiblemente, (ue una prueba y de la cual s&lo se 'icieron algunas unidades. 4o lejos de +arc'ena, el ayuntamiento de otra poblaci&n emiti& tres monedas destinadas a paliar el d$(icit de moneda (raccionaria8 Ara"al. Ein embargo estas monedas tuvieron muy poca aceptaci&n entre el p7blico, primero porque dos de ellas ten an unos valores demasiado altos C1 y ! pesetasD para ser 7tiles como moneda (raccionaria en una sociedad donde los precios de los productos de primera necesidad eran, en general, en (racciones de peseta y una segunda causa era la abundancia de reales de +arc'ena en circulaci&n en el pueblo y la gran aceptaci&n por todos.

@e esta (orma, de la moneda municipal, realmente la que tuvo un uso cotidiano (ue s&lo la de "# c$ntimos. Esto 'a llevado a que sea la moneda m*s cotizada de las tres que componen la colecci&n debido a su escasez, posiblemente debida a posibles perdidas de ejemplares debido al mayor uso que se dio de ella. <ambi$n aumenta el valor de una moneda de est*s si est* bien conservada debido a que en los ejemplares conocidos se nota el uso que tuvo en la vida comercial de la $poca.

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J. Ovelleiro

Estas monedas (ueron encargadas de 'acer a la Berreter a la -lave y los cuos en el taller de grabados de Brancisco %astillo en 1/1H seg7n documentos encontrados en estos establecimientos. Otra localidad donde tambi$n circul& el vale de +arc'ena, aunque tambi$n el ayuntamiento emiti& monedas de curso interior con el s mbolo de los vencedores, (ue 4uebla de Ca$alla. 4o se sabe la cantidad de piezas emitidas aunque s se conocen una serie de (ic'as e.tendidas por los comercios de Eevilla, %*diz, %&rdoba, etc... con el mismo tipo y los mismos valores que las monedas de esta localidad. En contra de lo que dicen algunos numism*ticos, yo soy de la opini&n que el (abricante dispon a de cuos con los valores ", 1#, !" y "# cts. y 1 peseta que utilizaba seg7n los distintos encargos recibidos. >no de estos encargos (ue el que le 'izo el ayuntamiento de este municipio y son las dos que se consideran aut$nticas monedas por 'aber sido emitidas por una instituci&n p7blica. -as (ic'as de este taller (ueron tan utilizadas que se encuentran en lugares tan distantes como )arcelona o %euta. 6ara la realizaci&n de estas monedas se utiliz& el mismo cuo del valor (acial que en las (ic'as de 1# y !" %ts. troquelando en el anverso el nombre del municipio y el s mbolo de la Balange. Algunos ejemplares de estas monedas (ueron resellados posteriormente para diversos usos por los establecimientos, siendo de mi conocimiento resellos con las letras =.6 y J 4. Estos resellos no pueden considerarse como variantes en s de la moneda. -a 7nica variante que conozco es la moneda de 1# c$ntimos emitida en cobre y no en lat&n, como son la mayor a. - !# J. Ovelleiro

Esto 'ace que, si bien las monedas de 6uebla de %azalla sean, de por s , ya raras, la variante en cobre sea rar sima. <anto en monedas de algunos municipios sevillanos como en las (ic'as dinerarias antes citadas se encuentran, en la provincia de Eevilla, monedas en las que se 'a depositado una gota de plomo. @esconocemos las raz&n por lo cual se 'izo. El sevillano que suministr& las (ic'as que componen esta colecci&n nos cuenta su versi&n8 $o nac en el %&'%. "as fic(as las (ered) de mi madre que tena una frutera. En aquellos tiempos tan malos la gente, cuando le pagaba, le colaba este tipo de monedas, y ella las guardaba. * lo mejor, por eso me gusta coleccionar monedas. +i madre tena la tienda en #e!illa capital, en el barrio de #an ,ernardo, en aquella )poca #e!illa era muc(o ms peque-a que a(ora y se compona de !arios barrios. la +acarena, /riana, #an ,ernardo, ... 0uebla de 1azalla est a unos 23 km de #e!illa, de los de antes claro. 0ero en aquellos tiempos, imagino que (ubo muc(a gente que se buscaba la !ida d4nde y c4mo poda... En lo referente a las manc(as de plomo que tienen algunas monedas, la sabidura popular cuenta que era la forma de anular su !alidez por parte de las autoridades. 0ero )sto no es ms que un comentario que escuc(aba a los mayores... 6osiblemente la moneda local con mayor n7mero de ejemplares (ue la emitida en Ca$alla de la Sierra. En el acta de la sesi&n ordinaria del d a 1H de agosto de 1/1/ aparece un in(orme en el que se dice8 ..... es notorio y en absoluto cierto, el malestar y trastorno que la escasez de moneda fraccionaria cada !ez ms agudizada produce en el normal discurrir del comercio e industria de toda especie...... 0ensando utilizar un medio ms eficaz, el Gestor que e5pone en entre!ista con el fabricante metal6rgico de #e!illa 7on +ois)s 8im)nez se inform4 en relaci4n de - !1 J. Ovelleiro

(acer una serie de piezas metlicas troqueladas para !alor o !alores distintos que determinar el ayuntamiento.... "os compa-eros de corporaci4n (aci)ndose eco del sentir en que est inspirada la moci4n del #r. 9elzquez 0ac(eco, cuya lectura (an escuc(ado complacidos, acuerdan por unanimidad, conceder un amplio !oto de confianza al autor de la misma para que realice la gesti4n encaminada a controlar precios, consultar cuantas industrias metal6rgicas crea con!eniente y adquirir (asta treinta o ms millares de monedas metlicas del precio e inscripci4n que le sugiera, para uso interior de su localidad, facultndolo ampliamente a tales efectos. En el acta del !# de octubre de ese ao, el Er. Iel*zquez presenta ya la (actura de las monedas que 'an sido emitidas. Aunque parezca elevada la ci(ra de piezas en circulaci&n, a (inales de ese ao debi& ser ampliada con la emisi&n de otras quince mil pie$as ms. -as razones para esta emisi&n tan grande deben buscarse en que esta moneda, debido a su gran utilizaci&n pr*ctica y (iabilidad, circulaba con toda libertad en los pueblos de su entorno. Otra causa es que como s&lo se realiz& un valor de 1# %ts., se necesitaba siempre una mayor cantidad de monedas para poder dar la vuelta de cada transacci&n mercantil. El 7ltimo municipio que nos queda por re(lejar en esta serie de emisiones locales es :ora del +o. @ebido a que no 'ubo otra moneda met*lica en los pueblos de su entorno cercano y que la moneda era de bajo (acial, debi& ser muy numerosa la emisi&n de esta moneda para paliar las necesidades de la poblaci&n de la zona. El 'ec'o de que 'oy d a pueda considerarse como moneda muy escasa podr a ser debido a la e.'austiva recogida de las monedas por parte del ayuntamiento que, seg7n no narra -uis - !! J. Ovelleiro

)arrera en su libro, (ueron posteriormente vendidas a un c'atarrero que acab& (undi$ndolas para recuperar el metal. -a emisi&n se realiz& en lat&n como todas las monedas sevillanas, sin embargo este mismo autor nos narra 'aber visto en el ayuntamiento de esa localidad una prueba en aluminio de la moneda. Esta ser a una variedad realmente rar sima de esta moneda.

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J. Ovelleiro

4eso y medida de las emisiones locales

Nona republicana
1/1=
5obierno de EuzFadi 1 6ta. ! 6tas. A,!# gr. H,!" gr. !! mm. !0 mm.

Nona nacional
1/1/
Ayuntamiento Ara'al "# %ts. 1 6ta. ! 6tas. !1," mm. !1 mm. != mm. Ayuntamiento de %azalla de la Eierra 1# %ts. 1,1" gr. !1 mm. 1/ mm !"," mm !/," mm

%onsejo de Asturias y -e&n "#%ts. 1 6ta. ! 6tas. !,H# gr. A,=" gr. H gr.

Ayuntamiento de -ora del ? o !" %ts. !1,! mm.

%onsejo de Eantander, 6alencia y )urgos "# %ts. 1 6ta. A,A" gr. ",A# gr. 1/ mm. !1 mm.

Ayuntamiento de +arc'ena !" %ts. #!" %ts. A! mm. A! mm.

%onsejos +unicipales de +enorca " %ts. 1# %ts. !" %ts. 1 6ta. !,"# 6tas. %onsejo +unicipal de 3bi !" %ts. 1 6ta. Ayuntamiento de 4ulles " %ts. 1# %ts. !" %ts. "# %ts. 1 6ta. %onsejo +unicipal de Arenys de +ar "# %ts. 1 6ta. 1,!/ gr. !#,1 mm. !H,A mm. !1 mm. !! mm. !# mm. 1/ mm. !! mm. A gr. ",/ gr. !A mm. !A mm. 1,!# gr. 1,A" gr. !,!" gr. 1 gr. A," gr. 11 mm. 1" mm. 1= mm. 1/ mm. !! mm.

Ayuntamiento de 6uebla de %azalla 1# %ts. 1# %ts. cobre !" %ts. !1 mm. !1 mm. != mm.

Ayuntamiento de -OAmetlla del Iall$s !" %ts. "# %ts. 1 6ta. %onsejo +unicipal de Eegarra de 5ai* C1 6ta.D -at&n %obre 4 quel Ayuntamiento de Olot 1# %ts. 1" %ts !A mm. 1# mm. 1# mm. !A mm. !A mm. 1,=" gr. !0 mm. 1/," mm. !0 mm.

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J. Ovelleiro

8ua para coleccionistas


%olecci&n de (otogra( as de monedas aut$nticas comparadas con alguna de las (alsi(icaciones m*s (recuentes

7l +eal de Marc"ena
-a (orma m*s (*cil de reconocer las (alsi(icaciones de esta moneda es mirar el reverso. %omo se puede apreciar en la (otogra( a, al acuar estas monedas se traspas& el relieve de las letras y n7meros al reverso. Aut$ntica <ambi$n puede verse en las (alsas que la inscripci&n es per(ectamente legible, cosa que no sucede en ninguna de la aut$nticas.

Balsi(icaci&n

Aut$ntica

En este tipo de moneda, adem*s de las (alsi(icaciones con iguales caracter sticas a las de !"%, 'ay que tener tambi$n en cuenta las monedas aut$nticas de !"% en las cuales 'a sido troquelado posteriormente el > para intentar 'acerlas pasar por aut$nticas #!"%. 6ara reconocerlas bastar* con observar el poco espacio que queda entre la M y el >, as como entre el > y el n7mero ?.

Balsi(icaci&n

Aut$ntica troquelada

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J. Ovelleiro

Ara"al
Esta es la moneda m*s (alsi(icada de las tres que componen la serie debido a ser la que m*s alto precio alcanza entre los coleccionistas. -a mejor (orma de distinguirla, aunque sea en una simple (otogra( a, es observar el grupo (ormado por la A de ayuntamiento, la % de c$ntimos y el 43@(O delante de esa palabra.
Aut$ntica

En la (otogra( a se puede observar c&mo la A en la aut$ntica est* bastante m*s abajo respecto a la C. Adem*s es 43@(O en la verdadera se sit7a claramente debajo del nivel de la palabra c$ntimos. Otra (orma de comprobar si cuando esta moneda es (alsa es observando la palabra A+A=A:. Ei esta tiene las letras per(ectamente impresas ser* (alsa, ya que no e.iste ninguna en la cual esta palabra quedase bien impresa.

Balsi(icaci&n

Aut$ntica

-a mejor (orma de distinguir una (alsi(icaci&n de esta moneda, aunque sea en una simple (otogra( a, es observando la relaci&n de posici&n entre la A de peseta y el 43@(O que va a continuaci&n. En la (alsa el punto queda ligeramente por debajo de la l nea que (orman la parte in(erior de la palabra peseta, mientras que en la aut$ntica est* todav a dentro de la (ranja de las letras.

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

Eeguramente ser* la m*s di( cil de distinguir de las tres que (orman esta serie. >na (orma de poder distinguirla ser a observando la (orma de algunas letras8 El trazo superior de la ( de pesetas tiene una (orma distinta en ambas monedas. En la aut$ntica termina recto en ambos lados mientras que el la (alsa termina (ormando una l nea inclinada. <ambi$n al observar la segunda A de ayuntamiento podemos ver que en la aut$ntica el segundo trazo vertical el m*s corto que el primero, no siendo as en las monedas (alsas que son de la misma longitud apro.imadamente.

Aut$ntica

Balsi(icaci&n

Segarra de 8aiA
@e estas monedas e.isten (alsi(icaciones tanto de la de cobre como de la de n quel. 6osiblemente las dos se 'icieran con el mismo cuo , por lo tanto, e.isten las mismas di(erencias en ambas (alsi(icaciones.
Balsi(icaci&n Aut$ntica

6ara reconocerlas bastar* observar la posici&n de la : de la palabra municipal. En las aut$nticas est* en l nea con el trazo 'orizontal que divide la moneda, no siendo as en las (alsas que est* m*s alto. <ambi$n puede observarse que en las (alsi(icaciones se olvidaron de poner la tilde en la palabra 8A;B.

Balsi(icaci&n en n quel

- != -

J. Ovelleiro

Olot
Estas monedas 'an sido copiadas para rellenar *lbumes a las personas que no desean pagar un alto precio por las aut$nticas y pueden distinguirse observando el casco alado de Mercurio en el cual se ve el ori(icio para la cabeza del mismo en la parte in(erior. En las (alsi(icaciones es m*s complicado di(erenciarlas, pero podemos distinguirlas observando la parte in(erior del caduceo. En la (alsa en palo central es m*s corto y el de la derec'a est* m*s unido al palos central.

Aut$ntica

Balsi(icaciones

Aut$ntica

-o que primero salta a la vista en estas (alsi(icaciones es el buen estado de conservaci&n de las monedas. @e esta monedas no se logr& acuar ninguna con calidad y, quiz*s por eso, no emitieron muc'as. -a dureza del metal utilizado no lo permit a con los medios de que dispon an. %omo detalle para poder distinguirlas en las (otogra( a basta con observar la posici&n de la S de c$ntimos. En la (alsa est* paralela al 'umo de las c'imeneas. <ambi$n 'ay di(erencia en la estrella del reverso8 mientras que es de 0 puntas en la aut$ntica s&lo tiene A en la (alsi(icaci&n.

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

4uebla de Ca$alla
<anto de esta moneda como la de !" c$ntimos, 'a sido copiada con *nimo de (alsi(icaci&n y para la venta como copia en las numism*ticas. Aut$ntica En las copias para las numism*tica las di(erencias son claras. 6ara di(erenciarlas bastar* en observar la posici&n de las primeras letras de Ao Ce la Dictoria. En la aut$ntica est*nG m*s o menos, en columna mientras que en las copias la D de victoria est* bastante m*s a la izquierda y la C queda sobre la letra (. Esta (alsi(icaci&n podremos di(erenciarla claramente en cualquier (otogra( a al observar la cuarta )lec"a del yugo8 -a (lec'a es notoriamente m*s corta que en las aut$nticas. Balsi(icacci&n

%opia para numism*ticas

En la cara del valor (acial tambi$n es (*cil distinguir las copias si se conocen ambas monedas ya que tanto los d gitos como las letras %ts se di(erencia claramente. Aut$ntica En las copias de venta en las tiendas se 'a reducido, adem*s, la largura in(erior de las (lec'as. @e esta (orma es m*s di( cil con(undirlas con las monedas emitidas en este municipio durante la guerra. Balsi(icaci&n 6ara di(erencias esta copia podemos seguir el mismo criterio que en la moneda anterior. En este caso las letras A y C est*n situadas verticalmente encima de las letras D; de la palabra victoria y no encima de la % como en la moneda original. Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

:EAmetlla del Dall%s


Iiendo ambas monedas juntas se pueden apreciar gran n7mero de di(erencias. 6or citar alguna podemos decir que las estrellas de ambos lados de la palabra AJ>4<A+E4<, en la moneda aut$ntica, tienen " puntas mientras que son de 0 en la copia. <ambi$n se observa que las estrellas que limitan la palabra %P4<3+E 'an sido sustitu das por puntos, a la vez que tambi$n 'an suprimido la tilde de la palabra. Balsi(icaci&n

Aut$ntica

Aut$ntica

-a di(erencia m*s clara de estas monedas y que podr* distinguirse en cualquier (otogra( a es que el BO4@O de la moneda en la cara del valor (acial est* constitu do por )inas lneas verticales en la moneda aut$ntica, mientras que tiene un )ondo granulado en las copias realizadas para coleccionistas.

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

Aut$ntica

3ndependientemente de la claridad de impresi&n que es muy de(icitario en las copias realizadas, un elemento que nos puede clari(icar sin dudas que se trata de una (alsi(icaci&n es la l nea que subraya las letras (S de C(S en las monedas aut$nticas. En las copias realizadas se 'a omitido esa l nea.

Balsi(icaci&n

Aut$ntica

Balsi(icaci&n

%omo en otras monedas de esta serie, la de(iciente impresi&n de las copias realizadas mani(iesta su (alsedad a cualquier coleccionista que conozca las monedas aut$nticas. 6ara aquellas personas que no las 'ayan visto nunca o s&lo dispongas de una (otogra( a de baja calidad recomiendo que se (ijen en la ci(ra / del valor. En la verdadera, adem*s de ser distinta la terminaci&n superior al ser m*s ac'atada, tambi$n se di(erencia en la largura de la l nea que cierra el n7mero por abajo. En la aut$ntica es claramente m*s corta que el las (alsi(icaciones.

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J. Ovelleiro

En esta moneda tambi$n 'ay una clara di(erencia en el n mero de puntas que tienen las estrellas. En la aut$ntica son de 0 puntas mientras que las (alsi(icaci&n posee estrellas de 0 puntas. Aut$ntica Observando el grupo (ormado por la -, la tilde y el n7mero 1 y las distancias entre esos elementos, tambi$n podemos distinguir claramente la di(erencia entre estas dos monedas.

Balsi(icaci&n

Ca$alla de la Sierra
@e esta moneda e.isten (alsi(icaciones como la representada en esta p*gina y otras copias realizadas para coleccionistas. En ambos casos podr*n ser di(erenciadas observando el grupo de 'ojas in(erior de la rama que adorna la cara del valor (acial8 +ientras que en las aut$nticas ese grupo consta de tres "o*as, en ambas (alsi(icaciones se 'a cometido el (allo de colocar cuatro 'ojas agrupadas en dos parejas.

Aut$ntica

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

:ora del +o
@ebido al considerable precio que alcanza esta monedas entre los coleccionistas, 'a sido objeto de varias (alsi(icaciones.

Aut$ntica Entre las varia di(erencias que tiene esta copia, la m*s clara ser a quiz*s la terminaci&n superior de la ci)ra F. En esta monada acaba con una doble l nea vertical. Balsi(icaci&n %opia di( cil de distinguir si s&lo se dispone de una (otogra( a. ?ecomiendo que en este caso se observe con muc'o cuidado la distancia entre la corona y el rbol mismo. +ientras que en la original e.iste una separaci&n entre estos dos elementos no es as en la (alsi(icaci&n. Eer* posiblemente la copia m*s (*cil de distinguir. Entre la m7ltiples di(erencia e.istentes, la m*s clara ser a que la leyenda interior del escudo tiene las letras invertidas. Balsi(icaci&n

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

Arenys de Mar
<ambi$n de estas monedas se 'an realizado varias imitaciones con mayor o menor acierto a la 'ora de copiar las monedas originales.

Aut$ntica

%opia en aluminio muy (*cil de distinguir debido a la omisin de las estrellas de ambos lados de la moneda que e.iste en la (alsi(icaci&n. <ambi$n se suele ver muy claramente la de(iciente calidad de la impresi&n con que se 'an realizado las copias. Balsi(icaci&n

%opia de muc'a m*s calidad que la anterior, por lo tanto, m*s di( cil de distinguir la imitaci&n. >na vez colocadas una al lado de otra, vemos en la copia que apenas e.iste separaci&n entre las palabras :CEArenys de Mar;, adem*s de otras di(erencias. Ei s&lo disponemos de una (otogra( a de la moneda, podemos (ijarnos en la letra ( de %ts. -a rayita de esta letra, que deber a ser 'orizontal como en la aut$ntica, en la copia est* inclinada.

Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

-o mismo que la de "# %ts., esta moneda tambi$n 'a sido objeto de diversas imitaciones.

Aut$ntica Aunque en esta moneda no se aprecian (alta o sobra de alg7n elemento gr*(ico en las monedas, la :e.celente; conservaci&n de las mismas nos 'a de 'acer sospec'ar. <ambi$n podr* observarse el relieve de rebaba que 'a surgido al acuar todos los elementos de la moneda. 6ersonalmente no 'e visto nunca una aut$ntica que no sea completamente lisa. Balsi(icaci&n Aunque al comparar las dos monedas se ven grandes di(erencias en su acuaci&n, si s&lo disponemos de la copia no resulta (*cil atestiguar su originalidad. @os detalles nos pueden ayudar8 7l rbol de la copia no tiene 'ojas como en la aut$ntica y, un claro detalle que nos podr* 'acer ver la (alsedad en cualquier (oto, es que la ( de 4ta tiene el trazo vertical muc'o m*s largo que en el original. Balsi(icaci&n

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J. Ovelleiro

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