El documento resume una entrevista de 1908 entre el presidente mexicano Porfirio Díaz y el periodista estadounidense James Creelman. Díaz habla sobre la democracia en México y su deseo de retirarse del poder una vez terminado su periodo actual, aunque mantenerse como asesor para apoyar a su sucesor. Reconoce que México aún no está completamente listo para la democracia pero cree que el futuro del país bajo instituciones libres está asegurado.
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El documento resume una entrevista de 1908 entre el presidente mexicano Porfirio Díaz y el periodista estadounidense James Creelman. Díaz habla sobre la democracia en México y su deseo de retirarse del poder una vez terminado su periodo actual, aunque mantenerse como asesor para apoyar a su sucesor. Reconoce que México aún no está completamente listo para la democracia pero cree que el futuro del país bajo instituciones libres está asegurado.
El documento resume una entrevista de 1908 entre el presidente mexicano Porfirio Díaz y el periodista estadounidense James Creelman. Díaz habla sobre la democracia en México y su deseo de retirarse del poder una vez terminado su periodo actual, aunque mantenerse como asesor para apoyar a su sucesor. Reconoce que México aún no está completamente listo para la democracia pero cree que el futuro del país bajo instituciones libres está asegurado.
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20.
ENTREVISTA DIAZ-CREELMAN 1908*
Enviado a Mxico por el Pearson's Magazine, James Creelman i nt enog a Porfirio Daz acerca de las posibilidades d e x o - crticas de Mxico. La entrevista fue traducida al espaol y publicada en El Imparcial. Los efectos que t uvo fueron gran- des. Los politicos jvenes, marginados por completo o par- cialmente del ejercicio del poder, se organizaron para las elec- ciones de 1910. Por otra parte, resume en mucho el pensa- mi ent o de Porfirio Dzz y da lugar a diversas interpretaciones. El presidente contempl la majestuosa escena, llena de luz, a los pies del antiguo castillo, y se retir sonriendo. Roz, al pasar, una cortina de flores escarlata y la enredadera de gera- nios rosa vivo, mientras se diriga a lo largo de la terraza, al jardn interior, en donde una fuente brota entre palmas y flores, salpicando con agua de este manantial en cl cual Moc- tezuma solia beber, bajo los recios cipreses que de antiguo yerguen sus ramas sobre la roca en que nos detuvimos. " . E s un error suponer que el futuro de la democracia en Mxico ha sido puesto en peligro por la prolongada perma- nencia en el poder de un solo presidente -dijo en voz baja. Puedo con toda sinceridad decir que el servicio no ha corrom- pido mis ideales polticos y que creo que la democracia es el nico justo principio del gobierno, aun cuando llevarla al terreno de la prctica sea posible slo en pueblos altamente desarrollados." Call un momento la recia figura, y los oscuros ojos con- templaron el gran valle en donde el Popo, cubierto de nieve, levanta su cono volcnico de cerca de 18,000 pies entre las nubes y junto a los blancos crteres del Ixta; una tierra de volcanes muertos, los humanos y los geol~gicos. "Puedo dejar la presidencia de Mxico sin ningn remor- 'Fuente: Entreuirto Di oi - Cr ~r l man. traduccin de Mari<> Jiilio drl <:ampo, prlogo de Jos Mara Lujn, Mxico, Instituto de Invesiigacioner HistOricas, Universidad Nacional Autnoma dc Mxico, 1963, 51 p. + Fa<simil ( ~ r r i ~ d o ~ ~ . mental, 2),pp.11, 13, 15-7 y 50. 35 6 www.senado2010.gob.mx dimiento, pero l o que no puedo hacer, es dejar de servir a este pas mientras viva" -aadi. "Aqu en hlxico nos hemos hallado en diferentes condi- ciones. Recib este gobierno de manos de un ejrcito victo- rioso, en uii momento en que el pas estaba dividido y el piieblo impreparado para ejercer los supremos principios del gobieriii~ democrtico. Arrojar de repente a las masas la res- ponsnbilidiid total del gobierno, habra producido resultados quc podan haber desacreditado totalmente la causa del go- bici-ii<~ libre. "Sin embargo, a pesar de que yo obtuve el poder princi- palmentc por rl ejrcito, tuvo lugar una eleccin tan pronto que fue posible y ya entonces mi autoridad eman del pue- blo. He tratado de dejar la presidencia en muchas y muy diversai ocasiones, pero pesa demasiado y he tenido que per- manecer en ella por la propia salud del pueblo que ha con- fiado en m. El hecho de que los valores mexicanos bajaran brirscnmcnte once puntos durante los das que la enfermedad me oblig a recluirme en Cuernavaca, indica la clase de evi- dciicin que mt. indujo a sobreponerme a mi inclinacin per- soii;il de retirarme a la vida privada. "Hernos preservado la forma republicana y democrtica de gobierno. Hemos defendido y guardado intacta la teora. Sin crnh;irgo, hemos tambin adoptado una poltica patriarcal en 1. . . CI Lictiiijd administracin de los asuntos de la nacin, guiando y restringiendo las tendencias populares, con fe ciega en la de;! de que una pxz forzosa permitira la educacin, que 1:) industri;~ y el coinercio se desarrollarian y fueran todos los clcinciitos de estabiliz:iciOn y unidad entre gente de natural iiitcli~eiitc. iifcctuoso y dcil. "He icsperado p;icientemente porqiie llegue el d a en que el piiebli~ de la Repiblica hlexicana est preparado para escoger y ciiml)i;ir sus gobernantes en cada eleccin. sin peligro de rcvoli~cioiies nrmadiis, sin lesionar el crdito nacional y sin iiiici l'vrii- c<,ii el progreso del pas. Creo que, finalmente, ese 1l;i 11.1 Ilcgiido." * * * "1-s un;, rreeiici;~ ~u t i n d i d ; ~ la de que es imposible para las iiisti(uciiinrs vcrd;itler;imeiile democrticas, nacer y subsistir rii I I I I pas que 110 tiene clase mediay'-suger. El Presidente Daz se volvi a m, me clav una mirada penetrante y movi la cabeza, para responder: "Es verdad -dijo-, Mxico tiene hoy una clase media, pero no la tena antes. La clase media es aqu, como en todas partes, el elemento activo de la sociedad. 6 ' Los ricos estn demasiado preocupados por sus mismas riquezas y dignidades para que puedan ser de alguna uti- lidad inmediata en el progreso y en el bienestar general. Sus hijos, en honor ed la verdad, no tratan de mejorar su educacin o su carcter. Pero por otra parte, los pobres son a su vez tan ignorantes que no tienen poder al- guno. "Es por esto que en la clase media, emergida en gran parte de la pobre, pero asimismo en alguna forma de la rica; clase media que es activa, trabajadora, que' a cada paso se mejora y en la que una democracia debe confiar y descansar para su progreso, a la que principalmente atae la poltica y el mejo- ramiento general. "Antiguamente, no tenamos una verdadera clase media en Mxico, porque las conciencias y las energias del pueblo es- taban completamente absorbidas por la politica y la guerra. La tirana espanola y 1 mal gobierno haban desorganizado la sociedad. Las actividades productivas de la nacin haban sido abandonadas en las luchas sucesivas. Exista una confusin general. No haba garantias para la vida o la propiedad y es lgico que una clase media no poda aparecer en estas cir- cunstancias." "General Daz -le interrump. Usted ha tenido una expe- riencia sin precedentes en la historia de las repblicas. Duran- te 30 aos, los destinos de este pas han estado en sus manos, para moldearlos a su gusto; pero los hombres mueren y las naciones continan viviendo. iCree usted que Mxico puede seguir su existencia pacfica como repblica? Esti usted absolutamente seguro de que el futuro del pas est asegurado bajo iiistituciones libres? " Si cl viaje desde Nueva York fue valioso por todos concep- tos, mi s lo fue por poder ver la cxprcsin de la cara dcl hroc en cse momento: Fuerza, patriotismo, belicosidad y don pro- fbtico ;,parecieron y brillaron de pronto en sus ojos oscuros. "El futuro de hlxico esti asegurado -dijo con V(YL clara y firmc. Mucho me temo que los principios de la democracia no han sido pliintados profundamente en nuestro pueblo. Pero la nacin ha crecido y ama la libertad. Nuestra mayor dificultad la ha constituido el hecho de que el pueblo n se preocupa lo bastante acerca de los asuntos pblicos, como para formar una democracia. El mexicano, por regla general, piensa mucho en sus propios derechos y est siempre dis- puest,i a asegurarlos. Pero no piensa mucho en los derechos de los dems. Piensa en sus propios privilegios, pcro no en sus deberes. La base de un gobierno democrtico la constituye el poder de controlarse y hacerlo le es dado solamente a aque- llos qiiienes conocen los derechos de sus vecinos. "1.0s indios, que son mi s de la mitad de nuestra poblacin, se ocupan poco de la poltica. Estn acostumbrados a guiarse por aquellos que poseen autoridad. en vez de pensar por s mismos. Es rsta una tendencia que heredaron de los espa- oles, quienes les ensearon a abstenerse de intervenir en los asuntos piblicos y a confiar ciegamente en que el gobierno los gue. Sin einbargo, yo creo firmemente que los principios de la democracia han crecido y seguirn crecierido en Me- xico." "Pero, seor Presidente, usted no tiene partido oposicio- nista crii la Repblica. Cmo podrn florecer las institucio- nes libres cuando no hay oposicin que pueda vigilar la mayora o el partido del gobierno? " ' 6 Es verdad que no hay partido oposicionista. Tengo tantos ,imigosen Iri Repblica que mis enemigos no parecen estar muy dispuestos a identificarse con una tan insignificante mi- nora. Aprecio en lo que vale la bondad de mis amigos y la confiiiiiz;~ que en m deposita mi patria; pero esta absoluta <-onfi;~riz:t impcine responsabilidades y deberes que me Fatigan cada di:\ ms. "X<i i mport ; ~ lo que al respecto digan mis amigos y parti- d. : .iiios, me retirar cuando termine el presente pcriodo y no vvlveri. a gobernar otra vez. Para entonces, tendr ya <~chent a iiiios. " , t l pas hri confiado en m , como va dije, y h ; ~ sido gene- voso coiimigo. hlis amigos han alabado mis mritos y pasado por alto niis defectos. Pero pudiera ser que no trataran lan grnerr~sanent c 21 mi sucesor y que ste llegara a necesitar mi consejci y mi apoyo; es por esto que deseo estar todava vivo cuando l asuma el cargo y poder as ayudarlo." Cruz los brazos sobre el ancho pecho y habl con gran nfasis: "Doy la bienvenida a cualquier partido oposicionista en la Repblica Mexicana -dijo. Si aparece, lo considerar como una bendicin, no como un mal. Y si llega a hacerse fuerte, no para explotar sino para gobernar, lo sostendr y aconsejar, y me olvidar de m1 mismo en la victoriosa inau- guracin de un gobierno completamente democrtico en mi pas. "Es para mi bastante recompensa ver a Mxico elevarse y sobresalir entre las naciones pacficas y tiles. No tengo de- seos de continuar en la presidencia, si ya esta nacin est lista para una vida de libertad definitiva. A los 77 aios, estoy satisfecho con mi buena salud y esto es algo que no pueden crear ni la ley ni la fuerza. Yo, personalmente, no me cam- biara por el rey americano del petrleo y sus millones." Es el momento de crecimiento, fuerza y paz el que con- vence a Porfirio Dlaz de que su labor en el continente ameri- cano est casi terminada. No se ve un solo sacerdote con ropas talares en todo este pas eminentemente catlico. No se ven procesiones relido- sas. La iglesia ha enmudecido salvo en sus recintos y es sta la tierra en donde he visto la mis profunda emocin religiosa, los espectBculos religiosos ms solemnes, desde los humildes peones, cubiertos con sus mantas, arrodillados por horas en la catedral, junto a hombres que llevan artculos para sus ho- gares, mu,jeres que amamantaban sus hijos, hasta aquel indes- criptible conjunto de indios que van de rodillas a la Baslica de la Virgen de Guadalupe. Interrogu a1 presidente Diaz acerca de esto mientras pa- sebamos por la terraza del Castillo de Chapultepec. Inclin su blanca cabeza, y levantndola nuevamente, fij direcra- mente sus oscuros ojos en los mos. "No admitimos que los sacerdotes voten ni les permitimos desempe.iar puestos oficiales. Tampoco permitimos que Ile- ven vestimentas que lo distin~an como tales en pblico, ni permitimos procesiones en las calles -dijo. Cuando hicimos esas leyes no estbamos luchando contra la religin. sino con- tra la idolatrla. Pretendemos que el ms humilde de los me- xicanos quede libre del pasado, de manera que pueda compa- recer sin miedo frente a cualquier ser humano. No soy hostil a I;i religin, sino todo lo contrario; a pesar de las experien- c i a pasadas, creo firmemente que no puede haber verdadero progreso nacional en ningn pas, en ninguna poca, sin una verdadera religin." As es Porfirio Daz, el hombre ms destacado del hemis- ferio americano. Todo l o que ha hecho, casi solo, en estos pocos aos para un pueblo degradado y desorganizado por la guerra, sin ley y con polticos de pera cmica, es la gran inspiracin del panamericanismo, la esperanza de las rep- blicas hispanoamericanas. Donde quiera que. se le vca, en el Castillo de Chapultepec, en su despacho del Palacio Niicional o en Iii exquisita sala dc su sencilla casa en la ciudad, con su joven y bella csposa, rodeado de sus hijos y nietos por parte d e su primera esposa, o rodeado de tropas, con el pecho cubierto de las condecora- ciones que le han conferido las grandes naciones, l es siem- pre el mismo: sencillo, conciso y lleno d e la dignidad de su fuerza consciente.