Este documento analiza el proceso de formación de la población de Bayunca, Colombia, con el objetivo de descartar las hipótesis de que se originó como un pueblo de indios o un palenque de negros. Más bien, argumenta que Bayunca surgió a partir de la decadencia de la hacienda La Bayunca, compuesta de 8 caballerías de tierra pertenecientes a Cosme Damián Zapata y Tomasa Calvo. Al fragmentarse la hacienda, sus trabajadores y otros que llegaron de municipios vecinos formaron un pequeño a
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Este documento analiza el proceso de formación de la población de Bayunca, Colombia, con el objetivo de descartar las hipótesis de que se originó como un pueblo de indios o un palenque de negros. Más bien, argumenta que Bayunca surgió a partir de la decadencia de la hacienda La Bayunca, compuesta de 8 caballerías de tierra pertenecientes a Cosme Damián Zapata y Tomasa Calvo. Al fragmentarse la hacienda, sus trabajadores y otros que llegaron de municipios vecinos formaron un pequeño a
Este documento analiza el proceso de formación de la población de Bayunca, Colombia, con el objetivo de descartar las hipótesis de que se originó como un pueblo de indios o un palenque de negros. Más bien, argumenta que Bayunca surgió a partir de la decadencia de la hacienda La Bayunca, compuesta de 8 caballerías de tierra pertenecientes a Cosme Damián Zapata y Tomasa Calvo. Al fragmentarse la hacienda, sus trabajadores y otros que llegaron de municipios vecinos formaron un pequeño a
Este documento analiza el proceso de formación de la población de Bayunca, Colombia, con el objetivo de descartar las hipótesis de que se originó como un pueblo de indios o un palenque de negros. Más bien, argumenta que Bayunca surgió a partir de la decadencia de la hacienda La Bayunca, compuesta de 8 caballerías de tierra pertenecientes a Cosme Damián Zapata y Tomasa Calvo. Al fragmentarse la hacienda, sus trabajadores y otros que llegaron de municipios vecinos formaron un pequeño a
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MEMORIAS
Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no
Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 130 Bayunca: un sitio de libres de la provincia de Cartagena en la primera mitad del siglo XIX Bayunca: a site of frees of the province of Cartagena in the first half of the nineteenth century Dona Mercedes Luna Blanquicett 1
Resumen Este artculo es un estudio del proceso de formacin de la poblacin de Bayunca con el objetivo de contribuir a la historiografa de la regin Caribe, pues bien es sabido que nuestra regin sufri un proceso de poblamiento caracterizado en su gran mayora por un poblamiento disperso y por fuera del control estatal, es decir fueron muchos los sitios y rochelas integradas por gente libres de todos los colores dispersos por toda la regin, muchas de estas poblaciones se erigieron al interior de las haciendas, este fue el caso de la poblacin de Bayunca formada a partir de la decadencia de la hacienda llamada La Bayunca, compuesta de 8 caballeras de tierras y pertenecientes a los esposos Cosme Damin Zapata y Tomasa Calvo, segn escrituras pblicas nmeros 4, 5 y 16 de 1835. Palabras claves: Poblamiento, palenque, mestizaje, memoria colectiva, haciendas, pueblos de indios, sitios, vecinos libres. Abstract This paper is a study about the population formation process in the town of Bayunca, with the purpose of contributing to the historiography of the Caribbean region, since it is well known that our region suffered a settlement process characterized in its majority by disperse people out of state control. That is, many of the places were integrated by rochelas composed of free people of all colors dispersed all over the region. Many of these towns were born within the big farms, as it is the case of the town of Bayunca, formed due to the decadence of the hacienda called La Bayunca, composed of 8 caballeras of land and which belonged to Cosme Damin Zapata and Tomasa Calvo, as per public deeds Nos. 4, 5 and 16 of 1835. Key words: Settlement, palenque, mestizaje, collective memory haciendas, towns of indians, sites, free inhabitants. Introduccin Desde el mismo momento de la llegada de los espaoles se origin un poblamiento disperso en toda la regin Caribe de Colombia, el cual se desarroll paralelo y en contra de aqul dirigido por las autoridades coloniales; segn el profesor J orge Conde este modelo
1 Candidata a la Maestra en Historia UPTC U. de Cartagena. Archivo Histrico de Cartagena de Indias. dona_luna77@yahoo.com MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 131 de organizacin espacial fue espontneo y disperso y ocurri por fuera del control de la ciudad colonial Cartagena de Indias. Pero al mismo tiempo el desplazamiento de la poblacin mestiza hacia esos espacios vacos seal la existencia de unas fronteras agrarias susceptibles de nuevos asentamientos conocidos como sitios 2 . Con este artculo me propongo analizar el proceso de poblamiento de la comunidad de Bayunca partiendo del estudio de dos de las hiptesis que se han originado en la memoria colectiva de la comunidad de Bayunca y planteando una tercera, esto es: Bayunca, un sitio de libres, formado a partir de la decadencia de una hacienda llamada La Bayunca, compuesta de ocho caballeras 3 y perteneciente a los esposos Cosme Damin Zapata y Tomasa Calvo. Para analizar las dos primeras conjeturas, Bayunca un pueblo de indios y Bayunca un palenque de negros, entrevist a los habitantes de la comunidad bayunquera mayores de 70 aos, adems se revisaron investigaciones anteriores hechas por historiadores sobre el poblamiento en la costa Caribe, para mirar las caractersticas de los sitios, cmo y dnde se formaban estos, verbigracia, la de Hugo Ismael De voz Vitola, titulada, Conozcamos y queramos a Bayunca alegre. El investigador realiza su trabajo basado en los aspectos ms generales del desarrollo del pueblo como son la geografa, la cultura, el deporte, la educacin, las organizaciones, la religin, la economa, las costumbres desde mediados del siglo XIX y primera mitad del XX ms o menos, y en la observacin el dialogo las encuestas y uno que otro documentos recogidos en el archivo histrico de Cartagena y otras instituciones; los pie de notas en el trabajo son muy pobres de tal manera que no permiten confirmar datos bibliogrficos que puedan soportar y corroborar la tesis planteada por el investigador. Para sustentar la tercera hiptesis, se estudiaron detalladamente 60 escrituras pblicas del siglo XIX y primera mitad del XX relacionadas con la hacienda La Bayunca, conseguidas
2 J orge Conde Caldern. Espacio, sociedad y conflicto en la provincia de Cartagena 1740-1815, Universidad del Atlntico ed. Barranquilla, 1999. P. 33 s. 3 Medida de superficie, usada muy comnmente en el siglo XVIII en las concesiones de tierras baldas, principalmente en las provincias del norte de la Nueva Granada. La caballera se compona de cincuenta fanegadas; la fanegada de doce almudes; el almud de diez mil varas cuadradas. Hermes Tovar Pinzn, tambin seala que una caballera de tierra equivale a 384, 16 hectreas. Vase a Luis Eduardo Pez Courvel. Historia de las medidas agrarias antiguas. Legislacin colonial y republicana y el proceso de su aplicacin en las titulaciones de tierras. Librera Voluntad ed. Bogot, 1940. P. 47-55.
MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 132 en el Archivo Histrico de Cartagena, se analiz el proceso de fragmentacin de esta hacienda hasta llegar a convertirse en un sitio de vecinos libres. Todo esto con el propsito de descartar la idea de que el corregimiento haya tenido sus orgenes en un pueblo de indios o en un palenque de negros, sino mas bien en el proceso de fragmentacin de una hacienda de donde surgi una pequea poblacin o sitio de libres de todos los colores 4 , formada por algunos de los trabajadores de la misma hacienda (concertados, arrendatarios etc.,) y otros muchos que llegaron de los municipios o poblaciones vecinas. La formacin de sitios fue una constante en toda la regin Caribe y se debi entre otras cosas a la existencia de fronteras agrarias y al aumento de poblacin mestiza producto de la mezcla de razas, estos sitios se fueron multiplicando por toda la regin, hecho que preocup a las principales autoridades coloniales, el Estado y la Iglesia, los cuales consideraron a los sitios como un serio desafo para la estabilidad del orden social 5 . Como resultado de lo anterior esas dos instituciones emprendieron una lucha contra ellos, porque no solo fueron focos de conflictos, sino que adems fueron escenario de las mltiples manifestaciones de la cultura popular costea, y no permitan que la Iglesia ejerciera algn tipo de control sobre la poblacin mestiza 6 en los sitios donde se profesaba la fe religiosa por fuera de los postulados de la iglesia catlica hispana, pero con diversos elementos de sincretismo cultural producto del mestizaje tnico y que el obispo J os Fernndez Daz de Lamadrid, en su informe de 1781, denomin la universal relajacin y corrupcin de costumbres de los fieles 7 . Segn el profesor Conde los sitios se formaban por dos o tres familias que abran una pequea extensin de monte para cultivarla. Luego el trmino se generaliz para el espacio ocupado por uno u otro espaol y mulato, mestizos, zambos y negros; todos generalmente pobres 8 . La existencia de sitios signific el establecimiento de un modelo alterno de
4 Se les llamaba as por estar habitados por indios, zambos y negros o sus descendientes. La poblacin blanca que los habitaba era mnima. Vase a: Hugues Snchez Meja. Las ciudades, villas, sitios y el sistema poltico-administrativo en el Caribe colombiano. En: Gustavo Bell Lemus. La regin y sus orgenes. Momentos de la historia econmica y poltica del Caribe colombiano. (compilacin). Parque cultural del Caribe ed. Barranquilla, 2007. P.43. 5 Conde Caldern. Espacio, sociedad Op. cit. P. 33. 6 Ibdem., P.34. 7 Ibdem. 8 Ibdem., P. 35. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 133 poblamiento, no en funcin de la organizacin del espacio segn los intereses de la Corona espaola, sino en funcin de las necesidades de la nueva sociedad que se fue formando, caracterizada por ser tritnica. Estos tambin organizaron su propia economa, como labrar, sembrar y coger para diariamente mantenerse 9 . Los mestizos tambin ocuparon los mrgenes de las haciendas originando un proceso singular de formacin de sitios de vecinos libres. Estos sitios con una considerable poblacin concentrada aparecieron en el siglo XVII en algunos hatos, estancias o haciendas de diferentes tamaos, los cuales fueron los embriones de las concentraciones poblacionales posteriores 10 . Los trabajadores de las haciendas eran de diversas clases: indios, esclavos negros, peones libres, oriundos de Cartagena, Mompox, Santa Marta y sabanas vecinas. Estos trabajadores se establecan en los mrgenes de las haciendas, que los hacendados interesados en fijar la mano de obra en sus tierras estimulaban cedindoles un pedazo de tierra propia en calidad de terrajero, es decir de arrendatario. Algunas haciendas tenan vivientes en calidad de agregados 11 . Siguiendo con la misma idea temtica estos sitios establecidos en los mrgenes de las haciendas evolucionaron en diferentes sentidos. Unos concentraron poblacin con una pluralidad rica en matices tnicos que les permiti surgir tambin en forma espontnea por el crecimiento orgnico de una comunidad, estos son los casos de Barranquilla, Santo Tomas, y Soledad, que surgieron a partir de las haciendas o estancias San Nicols, Santo Tomas y San Antonio respectivamente; otros en cambio, fueron de menor dinamismo lo que hizo que fueran reducidos, trasladados o agregados a otras poblaciones 12 , producto del ordenamiento espacial del siglo XVIII, el cual fue dado bsicamente por el Estado Colonial reinante. Pero paralelo a este modelo de ordenamiento diseado por el Estado, permaneca otro modelo que era el que coexista al interior de cada una de las regiones del
9 Ibdem, P. 37. 10 Ibdem, P. 40. 11 Los agregados eran personas impedidas por edad, por la mala salud, o por la simple razn de que eran compadres o comadres de los dueos de la hacienda. Esas gentes reciban peridicamente su porcin de carne de res y otros bastimentos; y lo que es ms interesante desde el punto de vista del poblamiento, reciban del hacendado la autorizacin de levantar bohos donde vivir o para ocupar otros ya utilizados y que no estaban. Ver: J orge Conde. Espacio, sociedad Op. cit., p. 41. J os Agustn Blanco Barros. El norte de Tierradentro y los orgenes de Barranquilla. Banco de la Repblica ed. Bogot. P. 234. 12 Ibdem., P. 41. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 134 pas; en algunos casos haba territorios que no estaban bajo el control del Estado; en otros espacios slo un dominio relativo y en otros eran espacios donde se compartan elementos comunes y a la vez diferenciados de otros modelos de poblamientos el deber ser del ordenamiento era dado fundamentalmente por el Estado y no todos los modelos de ordenamiento se ajustaron a esta imposicin. En otros casos, que por el contrario se organizaron al margen del Estado, la documentacin permite apreciar algunos aspectos de su ordenamiento, pero proporciona muy pocos elementos para entender los criterios culturales que le daban sentido 13 . Ahora bien en una primera parte del articulo se estudia un poco los diferentes asentamientos que predominaron en la regin Caribe; en una segunda parte encontramos la gnesis del corregimiento en estudio, analizando previamente dos conjeturas que se haban establecido en el colectivo de la poblacin y reafirmando que, de acuerdo al contexto (el tipo de poblacin que se formo en la misma lnea del camino real Barranquilla-Cartagena ) y a los estudios hechos por Blanco Barros, J orge Conde y Marta Herrera solo pudo ser posible en este espacio denominado Bayunca, un sitio conformado por vecinos libres venidos de una hacienda fragmentada y de algunas otras poblaciones aledaas. Por ltimo se analizan otros asentamientos en la lnea histrica de la cordialidad que comparndolas con el sito de Bayunca tiene una marcada similitud, como por ejemplo el sitio de libres de clemencia (hoy municipio de clemencia) Agregaciones, anexos, sitios, parroquias de blancos y asentamientos indgenas Entre los diferentes tipos de asentamiento que predominaron para la regin Caribe, tenemos: Las Agregaciones, Los Anexos, Los Sitios, Las Parroquias de blancos y los asentamientos indgenas. Las agregaciones significaba en los Andes centrales que la poblacin indgena del pueblo agregado deba asentarse definitivamente en el poblado al que haba sido agregado. Adems, debe anotarse que los vecinos a los que deba atender el cura del pueblo de indios y que se establecieron dentro de su territorio jurisdiccional,
13 Marta Herrera ngel. Ordenar para Controlar: Ordenamiento Espacial y Control Poltico en las Llanuras del Caribe y en los Andes Centrales Neogranadinos Siglo XVIII.3ed. La Carreta Editores E. U. Medelln, 2007. P. 27. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 135 tambin se denominaban o consideraban agregados al pueblo de indios 14 . Los anexos segn Marta Herrera ngel eran un sitio cuya administracin religiosa dependa o estaba subordinada a la de otro, del cual estaba a cierta distancia. La administracin religiosa del Anexo adoptaba diferentes modalidades. En algunas oportunidades el cura Prroco se desplazaba a los Anexos para las celebraciones religiosas y la administracin de los sacramentos; en otros, eran los fieles los que deban hacerlo 15 . Tanto Agregaciones como se les denomin en los Andes centrales como los Anexos de las llanuras del Caribe se caracterizaban por no tener cura y en algunos casos tampoco iglesia. Exista un interesante contraste entre los Anexos de las llanuras del Caribe por ser abundantes en la regin y las Agregaciones de los Andes centrales por ser relativamente escasos 16 . Los sitios, por el contrario se caracterizaban por ser poblados, libres de todos los colores que podan contar o no con un prroco y con una iglesia 17 . En los sitios muchas veces no haba cura ni iglesia lo cual obedeca a la carencia de recursos para sostener el cura. Las parroquias de blancos eran poblados ocupados por poblacin no indgenas distintos a las ciudades y a las villas (). La parroquia concentraba a los blancos o libres de todos los colores quienes, ocupaban el casero deban asumir los gastos de la iglesia incluida su construccin o reconstruccin en caso necesario 18 . En cuanto a los pueblos de indgenas, se encontraban ubicados en cercanas a Cartagena, Santa Marta, Mompox, Tenerife, Valledupar, Tol y San Benito de Abad. En el llamado Partido de Tierradentro se encontraba la mayora de estos, como Piojo, Tubar, Baranoa, Malambito y Galapa. En el rea de influencia de Cartagena encontramos a Turban, Mahates, Turbaco, Barrancas, Manat, San Antero y Momil 19 . Para el siglo XIX cada uno de los poblados tena un origen independiente y expresaba una historia particular; por un lado, estaban las aldeas puramente rurales, las cuales solan tener
14 Ibdem., P.97. 15 Ibdem., P. 95. 16 Ibdem. 17 Ibdem., P. 94. 18 Ibdem., P. 91. 19 Hugues Snchez Meja. Las ciudades, villas, sitios y el sistema poltico-administrativo en el Caribe colombiano. En: Gustavo Bell Lemus. La regin y sus orgenes. Momentos de la historia econmica y poltica del Caribe colombiano. Parque cultural del Caribe ed. Barranquilla, 2007. P. 41. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 136 un alcalde semi alfabeta o analfabeta, un par de policas rurales, un cura visitante y quizs una escuela alterna (para varones y nias); por otro lado, se encontraban los poblados comerciales que servan de centro de mercado a una red ms amplia de municipios dentro y fuera de la regin, estos alojaban a las autoridades rurales, los inspectores de educacin, el prefecto del distrito, un guardia de polica a sueldo, magistrados, jueces, registrador pblico, notario y un cura permanente 20 . Adems, algunas aldeas rurales nacen de grandes haciendas, como es el caso de la hacienda Tena (hoy Ricaurte), muchas fundaciones crecieron porque estaban convenientemente localizadas en la geografa vial. Algunas aldeas localizadas a la vera de caminos y pasos estratgicos se convirtieron con el tiempo en nudos trnsito y centros mercantiles vitales como Guaduas, La Mesa y el puerto fluvial de Girardot, y otros nacen de resguardos indgenas 21 . Teniendo en cuenta las anteriores anotaciones podemos decir entonces, que Bayunca presenta estas mismas caractersticas, ya que nace de una hacienda del siglo XIX conocida en los archivos notariales como la hacienda La Bayunca, ubicada en J urisdiccin del Distrito de Santa Rosa en la provincia de Cartagena. Hoy da el corregimiento Bayunca, ubicado en el departamento de Bolvar. Gnesis del corregimiento de Bayunca En el Caribe colombiano un ndice elevado de poblaciones desconoce su identidad, a raz de la carencia de estudios sobre la historia local o micro historia, que para algunos historiadores es la historia matria. Por ejemplo, un espacio que forma parte del Distrito de Cartagena de Indias, conocido con el nombre de Corregimiento de Bayunca, presenta esta inconsistencia sobre su verdadero origen, ya que son varias las hiptesis o conjeturas que se tejen al respecto Una de las leyendas que maneja la comunidad, es que los primeros asentamientos que se dieron en la poblacin tena ascendencia indgena o de naturales, lo cual acenta Hugo De
20 Marcos Palacios. El caf en Colombia 1850- 1970. Una historia econmica, social y poltica. El ncora ed. Bogot, 1983. P. 159 s. 21 Ibdem., P. 160. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 137 Voz, en su trabajo Conozcamos y queramos a Bayunca alegre, sealando adems que en su conjunto los llamaban o auto llamaban como Bay y/o Bayuecos, que al parecer en dialecto indgena eran una expresin o voz de identificacin de los primeros habitantes de la regin, y a su mximo jefe o cacique lo llamaban Bayn, otros lo denominaban simplemente Bayunca 22 ; De Voz tambin sostiene que desde el ao de 1811 como temporalidad inicial arranca el primer proceso histrico de la localidad, con un asentamiento humano espordico de unos pobladores indgena, que en pequeos grupos se fueron estableciendo en los terrenos baldos; 23 de la misma manera lo seala la seora Vicenta Surez Cortina, habitante de la poblacin esto fue tierra indgena el cacique de ellos se llamaba Sebastin Bayc, el cundo se retir de aqu le dej el nombre al pueblo, este pueblo se llamaba San Sebastin de Bayc 24 . Segn la hiptesis del profesor Hugo de Voz y algunos imaginarios que se manejan en la mente colectiva de la poblacin, no es posible creer que para la primera mitad del siglo XIX (1811) pudo haber existido cerca a Cartagena un asentamiento humano espordico de unos pobladores indgenas, ya que no podemos olvidar que desde principios del siglo XVI los encomenderos cometieron toda clase de abuso contra la poblacin indgena, en muchos casos extraan tributos que eran superiores al excedente producido por estas comunidades, privndolas de parte esencial de la alimentacin requerida para conservar su potencial demogrfico, hecho que produjo junto con las epidemias y la violencia por parte de los espaoles la reduccin drstica de la poblacin indgena en unos pocos aos 25 . A todo ello se le suma el proceso de mestizaje que empez a tener lugar casi que desde los mismos inicios de la conquista en todas las regiones del territorio, pues segn Meisel Roca, el proceso de mestizaje se inicia en el momento mismo de la conquista y, en una regin que alberg una masa de poblacin flotante tan elevada como Cartagena (2.000 en 1535), el fenmeno debi ser generalizado 26 .
22 Hugo Ismael De voz Vitola. Conozcamos y queramos a Bayunca alegre. Cartagena. Casa editorial ed., 1998.P. 60. 23 Ibdem., P. 59. 24 Entrevista a Vicenta Suarez Cortina, Bayunca, 3 de junio del 2010. 25 Adolfo Meisel Roca. Esclavitud, Mestizaje y Hacienda en la provincia de Cartagena 1533-1851. En: Gustavo Bell Lemus. El Caribe colombiano: seleccin de textos histricos. (compilacin) Uninorte ed. Barranquilla, 1988. P. 75 s. 26 Ibdem., P. 118. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 138 Por tanto, es un hecho que para el siglo XVIII la mayor parte de la poblacin indgena ya se haba extinguido y sobre todo en la regin Caribe que como se dijo anteriormente, la sobre carga laboral, el maltrato por parte de los conquistadores, las enfermedades, y el mestizaje jug un papel bien importante y contribuy de manera definitiva en la reduccin y casi que la desaparicin de la poblacin indgena, el asentamiento que predomin en la regin Caribe fue la poblacin no indgena 27 . Es un hecho que el Caribe colombiano, y por ende, Cartagena se caracteriz a lo largo de toda su historia por presentar un mestizaje racial y cultural importante 28 . Por tales razones no podemos pensar que en pleno siglo XIX se haya dado o permanecido un asentamiento indgena (esto es, en Bayunca) tan cerca a la plaza fuerte de Cartagena. Lo que s queda claro es que para esta poca haba una gran proliferacin de sitios y rochelas (las rochelas se formaban por negros, indgenas, mestizos pobres que se internaban en los montes, huidos y escondidos) en toda la regin Caribe los cuales se caracterizaban por concentrar en su mayora gentes mestizas o libres de todos los colores 29 . Ahora bien, si tenemos en cuenta la formacin de los sitios en la misma lnea del camino real Barranquilla-Cartagena, encontramos el sitio de Ternera cerca a Cartagena como una de las nuevas fundaciones hechas por Antonio de la Torre y Miranda en el ao de 1775 30 , este sitio de acuerdo a su significado tena ms o menos las mismas caractersticas que la poblacin de Bayunca al inicio de su formacin, segn el Nomenclator cartagenero, de Donaldo Bosa, Bayunca significa Venta Caminera, Posada, Mesn 31 . Estos denominativos tienen gran correspondencia con las caractersticas actuales de la poblacin ya que es evidente que en l se destaque entre sus habitantes una gran vocacin mercantil; al compararlo con el sitio de Ternera encontramos que el sitio era un lugar de descanso de los viajeros 32 . Uno de los objetos de la fundacin de Ternera segn de la Torre y Miranda
27 Vase a Marta Herrera ngel. Ordenar para Op. cit., P. 91-97. 28 Vase a Elizabeth Cunin. Identidades a flor de piel. Lo negro entre apariencias y pertenencias: Categoras raciales y mestizaje en Cartagena. ARFO ed. Bogot, 2003. P. 35. 29 Ibdem., P. 151s. 30 Pilar Moreno de ngel. Antonio de la Torre y Miranda. Viajero y poblador siglo XVIII. Planeta ed. Bogot, 1993. P. 69. 31 Donaldo Bosa Herazo El Nomencltor cartagenero. Banco de la Republica ed. Cartagena, 1981. P. 338. 32 Ibdem., P. 69. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 139 fue el hecho de facilitar a todos los transentes comodidad para llegar a la plaza de Cartagena 33 . De igual manera en el trabajo de Marta Herrera ngel encontramos la mencin de sitios cercanos a Santa Rosa de Aipaya (hoy Santa Rosa de Lima), ella seala que en otros casos como Santa Rosa de Aipaya, cerca a Ternera los sitios contaban con ermitas, donde se poda oficiar misa pero no con cura, debido a que los vecinos no tenan recursos para sostenerlos 34 . Esto nos lleva a pensar que uno de esos sitios cercanos a Santa Rosa de Aipaya era el Sitio de Bayunca y que de igual manera serva como lugar de descanso para los viajeros, pues quedaba muy cerca a la plaza fuerte de Cartagena. Una segunda conjetura seala que la poblacin desciende de un grupo de esclavos prfugos, ya que en el periodo de la independencia una de las caractersticas fue la fuga de esclavos que trabajaban en las haciendas, esta conceptualizacin se fundamenta en la tradicin oral, tenemos por ejemplo la del seor Flix BloomAguilar, quien sostiene que: Mi pap me cont que el seor Fernando Ortega era hijo de un esclavo llamado Baltazar Ortega que vino con varios esclavos para hacer la poza cinaga Ortega aqu cerca a Pontezuela, que la mand a hacer un espaol que era dueo de la finca, este espaol le regala el apellido a Baltazar, que abusa sexualmente de la hija y por esta razn el dueo de la finca decide llevrselo preso porque haba encintado a la hija, y me cuenta mi padre que lo llevaba a fuerza de azote, situacin que provoc solidaridad de los campesinos que le dicen al seor Ortega que lo dejara quieto porque estaba muy viejo y este lo devolvi; que entre estas primeras familias que habitaron la poblacin estaban los Villa que venan de Galera, los Daz que venan de Ibacharo, los Mercado que venan de Sabanalarga, los Torreglosa que venan de Santa Rosa, los Anaya de Villanueva, los Bloom del Cabrero, los Luna que vinieron de Santa Rosa, los Morales de Santa Rora, los Ortiz de Santa Rosa; y que adems existen dos escrituras que muestran los condueos de estos terrenos, una escritura que muestra la propiedad de treinta condueos que son: Toms Rodrguez, Fernando Ortega, , Daniel Ortiz, Vicente Ortega, Deogracias Ortega, Agustn Ortega, Evarista
33 Ibdem., P. 69. 34 Marta Herrera ngel. Ordenar para Op. cit., P. 94. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 140 Barbosa, Antonio Ortega, Jos M. Ortega, Jos Correa, Erasmo C. Estrada, Atilano Manjares, Manuel de Jess de Orta, Domingo Franco, , Brgida Mendoza, Juan Leal, Gregorio Suarez, Antonia Mercado, Matilde Aguilar, Juan Ortega, Jos Carmona, Luis Gmez, Andrs Rodrguez, Valentn Gonzlez, Santos Morales, Aniceto Barbosa, Gregorio Montalvo, Anastasio Carmona, Agustn Manjares, Petrona Daz y otros que no recuerdo. Otra escritura muestra tambin 7 condueos para la parte de Pontezuela que fueron los Pieres, Matilde Aguilar, Jos Gmez Martnez, Joselito Carmona, Valentn Gonzales, Juan Leal 35 . Sabemos que uno los poblamientos considerados ilegtimos dentro del orden establecido fueron los asentamientos de negros fugitivos o cimarrones, denominados palenques, los cuales estaban relacionados con la esclavitud y la trata negrera 36 .Los palenques eran palizadas que encerraban un terreno o un ranchero de negros fugitivos, construidos por estos para su defensa 37 . Muchos de ellos se formaron desde el mismo momento de la introduccin de esclavos negros al continente, y se proliferaron a lo largo del siglo XVII y principios del XVIII 38 . En la huida durante los siglos XVII y XVIII los negros tomaron tres direcciones: hacia el sur, por la costa de Sotavento, corriendo por Matuna, y Berrugas hasta San Antero, en donde los detienen los Cunas; hacia el centro de la provincia, que, en esta poca estaba cubierta de monte, para llegar a Arroyo Hondo, a San Miguel y a San Basilio que se constituy en el palenque principal; y hacia el ro Magdalena, para establecer palenques en Tabacal, San Benito, Matudere y Rio Grande 39 . Al igual que muchos otros palenques, los ubicados en diferentes sitios de la provincia como el de Matudere y el de Tabacal fueron debelados y destruidos, estos se encontraban ubicados al norte de la ciudad de Cartagena en el partido de Tierradentro, y en particular el de Tabacal; al respecto dice el profesor Conde que se encontraba muy cerca de esta ciudad
35 Entrevista a Flix Bloom Aguilar, Bayunca, 10 de junio del ao 2011. 36 Fabio Zambrano Pantoja Historia del poblamiento del territorio de la regin Caribe de Colombia. En: Alberto Abello Vives y Silvana Giamo Chvez. Poblamiento y ciudades del Caribe colombiano. (compilacin). Gente Nueva ed. Bogot, 2000, P. 39 s. 37 J orge Conde Caldern. Espacio, sociedad Op. cit., P. 44. 38 Ibdem., p. 44. 39 Fabio Zambrano Pantoja, Historia del poblamiento Op. cit., P. 41. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 141 y del sitio del puerto de la estancia de don J oseph de Mesa (donde hoy est el pueblo de pescadores de la Boquilla) 40 . No obstante, Mara Cristina Navarrete seala que el palenque de Matuder era el mismo de Tabacal, el cual estaba localizado en las sierras del Luruaco y no cerca al pueblo de la Boquilla. Afirma la misma autora que para finales del siglo XVII: Los palenques en la provincia de Cartagena estaban situados en tres puntos claves: los del norte, distinguidos con los nombres de Betancur y Matudere, este ltimo conocido por otro nombre, el Tabacal, se encontraba en las sierras de Luruaco; los del centro, situados en las sierras de Mara eran principalmente San Miguel y Arenal, cada uno con una poblacin aproximada de doscientos negros, que eran los ms estables y permanente; tambin estaban en la sierra de Mara otros como era el de Duanga, Mara Angola, Joyanca, Sanagual, Manuel Mula o Embuyla, Mara Embuyla y Arroyo Piuela surgidos unos, contemporneamente o a partir de la destruccin de otro 41 . A finales del siglo XVII, todos estos palenques sufren las arremetidas del gobierno espaol lo que haca que muchos de ellos huyeran hacia varias direcciones poblando nuevos espacios vacos, tal como dice Navarrete: Mientras los negros cimarrones de los palenques del Tabacal, Betancur y Matuder se dispersaban en sitios y rochelas, otros esclavos fugitivos corren hacia el sur de la provincia poblando el palenque Duanga, que distaba siete leguas del de San Miguel, el palenque de Arenal 42 . No podemos descartar la idea que posiblemente muchos de los negros fugitivos del palenque de Tabacal u otros, en su huida y por su cercana a la hacienda La Bayunca pudieron quedarse cerca o al interior de esta, viniendo a ser parte de todo ese primer inicio de la poblacin del corregimiento. Lo que si queda claro es que no es posible asociar a la poblacin de Bayunca con ninguno de los palenques del partido de Tierradentro del siglo XVII y primera mitad del XVIII. Por tanto, Bayunca sigue guardando ms relacin con el concepto de Sitio de libres que se gesta al interior de una hacienda llamada La Bayunca.
40 J orge Conde Caldern. Espacio, sociedad Op. cit. P. 52. 41 Mara Cristina Navarrete. Cimarrones y palenques en el siglo XVII. Universidad del Valle ed. Cali, 2003, P. 96. 42 Ibdem., P. 53. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 142 Teniendo en cuenta dicho concepto expresado en las siguientes palabras de J os Agustn Blanco: El nombre de sitio se da en esta provincia (Cartagena) a todo lugar que tenga alguna poblacin aunque corta como no sea ciudad, villa o pueblo (que es significativo de los que lo son de indios); el vecindario de los sitios es mixto y comn de los espaoles, mestizos (que lo son los hijos de espaoles con indias), negros, mulatos (que denominan as a los hijos de blancos y negras), zambos (a los hijos de mulatos y negras) y otras tales mixtiones que tienen sus determinadas denominaciones; y estos generalmente se nombran libres por distinguirse de los indios tributarios 43 . En el departamento del Atlntico, vamos a encontrar dos poblaciones productos de la evolucin de sitios de vecinos libres formados en la segunda mitad del siglo XVII o en los comienzos del XVIII, son Ponedera y Santa Lucia. Segn testimonio jurado, los primeros colonos se establecieron en el sitio de Ponedera (San J os de Puerto Alegre) en el ao de 1708. La fundacin real y definitiva se realiz en el ao de 1744 por rdenes del virrey Eslava y estuvo ligada a la de Sabana Larga. 44
Otros asentamientos en la lnea histrica de la Cordialidad El surgimiento de otras poblaciones en la lnea histrica de la Cordialidad sigui su curso en el siglo XVIII. Por ejemplo, el Virrey Sebastin Eslava mediante el decreto de 2 de julio de 1744 reagrupa En el de Santa Catalina con las mismas circunstancias, requisito y `prevenciones y que este lugar se tenga por el principal de la parroquia fabricndose la iglesia y casa del cura con la capacidad y extensiones necesarias dentro de dos meses siguientes dentro de las quales (sic) harn tambin all poblacin y casas los que hasta ahora han vivido en los sitios de Samba, Palmarito, Caracolies, Buenavista, la Venta, Arroyogrande, Blanquieres, el Carmen, Ajonal, Caracol, Sbalos y Santa Cruz, cuyos sitios o otros que huviere (sic) se han de extinguir totalmente, y sus
43 J os Agustn Blanco Barros. Obras completas. Barranquilla. Tomo I. Universidad del Norte/ Gobernacin del Atlntico ed. Bogot, 2011. P. 53. 44 Ibdem., P. 59. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 143 vecinos han de quedar obligados a mantenerse en la citada poblacin (sic), y a contribuir anualmente al censo 45 . Para finales del siglo XVIII la Corona espaola necesitaba conocer la poblacin existente en los sitios de libres y de naturales o de indgena, en las haciendas de labranzas, mixtas y ganaderas, con el objetivo de manejar rditos y otras contribuciones a la Corona, adems el dominio poltico de las diferentes poblaciones existentes; por eso, el Virrey Manuel Antonio Flores imparti en 1777 rdenes a J uan Garca Turn para que empadronara el partido de Tierradentro, donde aparecen las poblaciones de Santa Catalina de Alejandra y Santa Rosa de Alipaya. En la regin existan haciendas de labranza, por ejemplo, la de Don J uan Domnguez Clemencia (sitio de libres donde es fundado el municipio de Clemencia hacia comienzos del siglo XIX) y la hacienda el Coco, de J uan del Real, donde no hubo desarrollo poblacional alguno. Tambin en dicho censo aparece un grupo poblacional extinguido en el sitio de Palenque (no el de San Basilio, jurisdiccin de Mahates) 46 . Este palenque que aparece en el censo, posiblemente es al que hace alusin el trabajo realizado por los historiadores J os Polo Acua y Sergio Solano 47 (citando a J orge Conde con su trabajo Espacio sociedad y conflicto), en donde aclaran que el Palenque de Matudere era el mismo de Tabacal, el cual estaba localizado en las sierras del Luruaco y no cerca al pueblo de la Boquilla, por investigacin realizada por la historiadora Mara Cristina Navarrete, citada anteriormente. Con base en todo lo anterior y examinando los protocolos notariales de 1835, podemos dar cuenta de la existencia de una hacienda llamada La Bayunca, la cual se encontraba ubicada en la provincia de Cartagena, en el Caribe colombiano, que al igual que todos los predios durante la poca sufre un proceso de desarrollo, descomposicin y de fragmentacin. El documento ms antiguo del espacio donde est asentado el pueblo de Bayunca hasta ahora
45 Archivo General de la Nacin. Fondo: poblaciones. Seccin: Colonia. Grupo: varios. J uan Antonio Garca De la vega. Cobra rditos de Censos a los vecinos del pueblo de Santa Catalina, por estar fundado en sus tierras. 1782-1787. Folio 600 y 600r. 46 Archivo Histrico de Cartagena. Seccin: Colonia. Censo efectuado por don J uan Garca Turn en el partido de Tierradentro. 1777. tomo VI. Folio 143-151. 47 J os Polo Acua y Ruth Gutirrez. Territorio, gente y cultura en el Caribe continental neogranadino 1700- 1850: una sntesis. En: J os Polo Acua y Sergio Paolo Solano. Historia social del Caribe colombiano. Territorio, indgenas, trabajadores, cultura, memoria e historia. La carreta ed. Medelln, 2011. P. 29. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 144 encontrado, referido a estas tierras, son las escrituras pblicas numero 4, 5 y 16 del ao de 1835, encontradas en el Archivo Histrico de Cartagena de Indias 48 , las cuales hablan de una hacienda nombrada La Bayunca compuesta por 8 caballeras de tierra, y que se encuentra situada en jurisdiccin de la parroquia de Santa Rosa, en la provincia de Cartagena, en donde se ve claramente como por lo menos 5 caballeras de las 8 que se compona dicha Estancia pertenencia a los esposos Cosme Damin Zapata y Tomasa Calvo, y que al interior de dicha hacienda surge una poblacin compuesta por los trabajadores de la hacienda, esto es, concertados, esclavos, agregados y terrajeros estos ltimos eran personas que llegaban a trabajar como arrendatarios del predio, entre estos trabajadores del sitio de labranza estaban los negros libertos, mestizos, mulatos, blancos empobrecidos, prfugos, indios libertos etc. En el documento (escritura numero 16) de 1835 vemos como la seora Luisa Zapata Calvo explica que entre los bienes gananciales del matrimonio con el seor Rafael Romero, cuando este muere le quedan: Una casa de paja ubicada en la Parroquia de Santa Catalina, dos caballos, unos burros, cerdos y algunos cubiertos que todo pudo ascender a cuatrocientos pesos poco ms o menos dems una criada llamada Juana y que habindose vendido esta, con un valor compre otra la cual era para su servicio a mi hija Tomasa en el ao pasado de mil ochocientos veinte y ocho (). Y tem declaro por bienes de mi propiedad una y media caballera y cinco fanegadas de tierra, de las que contiene la hacienda Bayunca: diez vacas paridas con sus terneros al pie: tres terneros de dos aos: tres terneros de a un ao: una llegua (sic) escotera: [faltante] y un seor Juan de Dios y un escaparate de ao y medio de vida [faltante], y dos cerdos todo lo cual hube por herencia paterna 49 . Podemos ver que entre los bienes gananciales del matrimonio como entre los heredados de su padre, se encuentran dos esclavos, una seora llamada J uana, quien es vendida y
48 No obstante una de estas escrituras hace referencia a otra escritura del ao de 1834, que posiblemente se trataba de un testamento, pero desafortunadamente no se pudo tener acceso a ella, pues no aparece en los libros notariales. 49 A.H.C. Notaria primera de Cartagena. Escritura pblica numero 16. Cartagena 9 de agosto 1835. Tomo VII Folio 28- 31. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 145 reemplazada por otra y un seor llamado J uan de Dios, lo cual quiere decir que al interior de la hacienda La Bayunca se encontraban esclavos, y que estos luego de la abolicin de la esclavitud y la fragmentacin de dicha hacienda vinieron a hacer parte de la pequea poblacin. Tambin la misma escritura muestra la presencia de terrajeros o arrendatarios dentro de la hacienda y que al igual que los esclavos, trabajadores, etc., van a ser parte de la poblacin. Dice as la escritura: Tambin declaro que debo dar pequeas [faltante] que son constante a mi Albacea y que a m me adeudan algunos arrendatarios de las tierras La Bayunca, de la cual tiene tambin conocimiento el referido mi Albacea 50 . Relacin hacienda-poblaciones Este tipo de poblamiento que tiene su origen al interior de las haciendas ya viene siendo explicado por el historiador J os Agustn Blanco Barros hablando del origen de Barranquilla en su obra El Norte de Tierra Adentro y los Orgenes de Barraquilla. De acuerdo con el maestro Blanco Barros los que dieron origen a ese poblamiento espontneo en las haciendas fueron los terrajeros, quienes eran los que pagaban alguna cantidad en dinero o en especie por la porcin de tierra que labraban; otros que pudieron participar de este poblamiento de la estancia fueron los trabajadores libres que estuvieron dedicados a variados menesteres quienes adems de trabajar en la hacienda, eran autorizados por el propietario para labrar sus rositas (sembrados de maz, yuca, auyama y otros), y con ello ayudar a sus esposas e hijos. 51 Es claro entonces que estos trabajadores no solo hacan posesin del territorio, sino que adems eran autorizados para hacer asientos en ellos; esto mismo sucedi con los esclavos y libertos que tambin contribuyeron con este tipo de poblamiento. De la misma manera, nos damos cuenta que al interior de las haciendas se encontraban los agregados que eran los campesinos admitidos en una finca y el propietario los acoga de una manera generosa, no solo les permita hacer rosas (sembrados de maz, yuca, auyama y otros), sino que les daba animales vivos; tambin explica el maestro J os Agustn, la gente
50 Ibdem., Folio 28-31. 51 J os Agustn Blanco Barros. El norte de Tierradentro Banco de la Repblica ed. Bogot, 1987. P.138. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 146 que habitaba en la hacienda de San Blas eran esclavos libertos, negros horros, indios libres que no haban estado dentro de ninguna encomienda sino que haban estado en algn hato de vacunos; que adems haba gente que llegada de todos los lugares 52 . Otra caracterstica en estas haciendas de Tierradentro era que se tena una ermita, que permita la concentracin de los trabajadores. Este fue el caso segn J os Agustn Blancos de la hacienda de San Blas, la cual posea su propia ermita o capilla y un encomendero, Don Francisco de Luduea, que dice este declarante que muchas e infinitas veces durmi en la casa y morada de Blas Gutirrez en compaa de mi hermano Fray Pedro de Luduea del orden de mi padre San Agustn, que le dijo harta veces misas, hermano de dicho declarante en una ermita que tena el dicho Blas Gutirrez 53 . No obstante, San Blas nunca super completamente la etapa de poblamiento rural, disperso o semi disperso dentro de los lmites de la estancia, aunque contaba con varios factores como el religioso para serlo, aun as no logro llegar a ser un sitio consolidado e importante de poblamiento. De acuerdo con lo explicando por el historiador Blanco Barros, en los escritos proporcionados por Eduardo Gutirrez de Pieres y Domingo Malabet, se enuncian nombres y detalles relativos a los vecinos libres y econmicamente pudientes que colonizaron y explotaron las extensiones Barranquilleras y las vecinas con la cra de vacunos, cerdos, caballos, mulas, cabra; tambin por medio de la agricultura y extraccin de madera, por lo tanto el fenmeno de poblamiento en el norte de Tierra Adentro no nicamente tomaron parte activa los terratenientes o dueos de grandes extensiones, sino tambin medianos y pequeos propietarios que de seguro eran los ms numerosos. Podemos afirmar entonces que este mismo fenmeno es el que pudo suceder en el caso que nos interesa, Bayunca, es posible que las 17 personas que compraron en 1883 al igual que las 36 personas que compraron en 1912 fueron tambin vecinos libres y econmicamente acomodados que colonizaron y explotaron con la cra de vacunos, cerdos, caballos, mulas, cabras y actividades agrarias, los territorios de la hacienda La Bayunca. Adems, de acuerdo con la tradicin oral, los apellidos que estn dentro de las familias que tuvieron ms tierras en Bayunca son: los Ortega, los Ortiz, los Morales, los Barbosa, entre otros.
52 Ibdem., P. 138. 53 Ibdem., P. 141. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 147 Como apoyo a lo anterior, en una entrevista hecha al seor J os Mara Mrquez Mesa de 88 aos sostiene que los seores dueos de tierras eran: Francisco Correa, Gregorio Monsalve, Alfredo Ayola, Clemente Daz, Senn Blanco, Eloy Barbosa, Magdaleno Torres, Manuelito Monsalve, David Ortega, Daniel Ortiz, Sixto Correa, Pedro Ortega, Daniel Torres y Guillermo Gulfo. Eran las personas propietarias de grandes predios en Bayunca 54 . Estos mismos documentos (el de 1883 y el de 1912) demuestran que los 17 individuos que compraron en 1883, al igual que los 37 de 1912 (escritura pblica de 1912 en donde aparecen 37 personas comprando terrenos para la cra de ganado en la poblacin de Bayunca) van a ser exactamente parte del complemento de una poblacin que ya tena sus races desde mediados del siglo XIX como consecuencia del proceso de descomposicin de la hacienda. Conclusin Podemos concluir que el estudio del proceso de formacin del corregimiento de Bayunca es un aporte significativo a la historiografa del Caribe colombiano, sobre en el tema de ocupacin del espacio en la regin; pues Bayunca al igual que muchas otras poblaciones nace al margen del control de las autoridades e integrada por gentes de varios colores que se congregaron al interior de una hacienda, pues sabemos que desde los inicios del periodo colonial en el Caribe colombiano se dio un tipo de poblamiento disperso paralelo al orientado por las autoridades coloniales, es decir, que junto a las parroquias de blanco y pueblos de indios coexista una serie de sitios, y rochelas integradas por gentes libres de varios colores dispersos por toda la regin, as como los palenques de negros. Este tipo de poblamiento se dio a raz de varios elementos: el cimarronaje de negros, la huida de indgenas y el proceso de mestizaje. El problema de sujetar a la poblacin dispersa a la autoridad Colonial y luego a la Repblica dio paso a que mucha de esa poblacin dispersa se integrara alrededor de una hacienda, una estancia o hato ganadero, producindose en consecuencia el surgimiento de muchos sitios alrededor de estas unidades econmicas,
54 Entrevista a J os Mara Mrquez Meza, Bayunca, 12 de mayo de 2012.
MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 148 como es el caso de la comunidad de Bayunca, que se erige al interior de una hacienda llamada La Bayunca 55 . Este primer poblado vino a ser complementado ms adelante por gentes que venan de los municipios y poblaciones de los alrededores como Santa Rosa, Villanueva, el Cabrero etc., as lo corroboran las dos compras de tierras colectivas, la de 1883 56 y la de 1912 57 , donde aparecen los apellidos ms comunes de la poblacin como los Ortega, los Torres, los Villar, los Daz etc.; que adems todos los sitios poblacionales que existen en la carretera de la cordialidad desde el casero de la Puntica En el Municipio del Luruaco (Atlntico), hasta Cartagena de Indias tienen las mismas caractersticas de los pueblos estudiados en esta direccin. Por tanto, Bayunca no pudo ser un palenque de negros ni un pueblo de indgenas, ms bien es producto del mestizaje racial y cultural del siglo XVIII. Bibliografa Fuentes primarias Entrevistas Entrevistas realizadas en Bayunca a los habitantes mayores de 70 aos, del 1 al 7 de Noviembre del ao 2010. Vicenta Suarez Cortina. Flix BloomAguilar. J os Mara Mrquez Meza Archivo General de la Nacin
55 Vase A.H.C. Notaria primera de Cartagena, Escritura pblica nmero 4 y 5. Cartagena 22 de junio de 1835, tomo VIII, folios 80-84 55 Ibdem., folios 83-84. 56 A.H.C. Notaria primera de Cartagena Escritura pblica numero 99, Cartagena 28 de mayo de 1883 tomo I, folios 20-25 57 A.H.C. Notaria primera de Cartagena Escritura pblica numero816, Cartagena (sin fecha), tomo X folios 4666-4669. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 149 Archivo General de la Nacin. Fondo: poblaciones. Seccin: Colonia. Grupo: varios. J uan Antonio Garca De la vega. Cobra rditos de Censos a los vecinos del pueblo de Santa Catalina, por estar fundado en sus tierras. 1782-1787. Folio 600 y 600r Archivo Histrico de Cartagena Seccin: Colonia. Censo efectuado por don J uan Garca Turn en el partido de Tierradentro. 1777. tomo VI. Folio 143-151. Notaria primera de Cartagena Escritura pblica numero 99, Cartagena 28 de mayo de 1883 tomo I, folios 20-25. Notaria primera de Cartagena, Escritura pblica nmero 4 y 5. Cartagena 22 de junio de 1835, tomo VIII folios 80-84. Notaria primera de Cartagena. Escritura pblica numero 16. Cartagena 9 de agosto 1835. Tomo VII Folio 28- 31. Notaria primera de Cartagena Escritura pblica numero 816, Cartagena (sin fecha), tomo X folios 4666-4669. Fuentes secundarias Adolfo Meisel Roca, Esclavitud, Mestizaje y Hacienda en la provincia de Cartagena 1533- 1851. En: Gustavo Bell Lemus, El Caribe colombiano: seleccin de textos histricos (compilacin) Uninorte. Barranquilla, 1988. Donaldo Bosa Herazo El Nomenclator cartagenero. Banco de la Repblica. Cartagena 1981. Elizabeth Cunin, Identidades a flor de piel. Lo negro entre apariencias y pertenencias: Categoras raciales y mestizaje en Cartagena. Ed. ARFO. Bogot. 2003. Fabio Pantoja Zambrano. Historia del poblamiento del territorio de la regin Caribe de Colombia. En: Abello Vives, Alberto y Giamo Chvez, Silvana. Poblamiento y ciudades del Caribe colombiano. (Compilacin).Gente Nueva. Bogot, 2000. MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 150 Hugo Ismael De voz Vitola. Conozcamos y queramos a Bayunca alegre. Ed. Casa editorial Cartagena de indias, 1998. Hugues Snchez Meja. Las ciudades, villas, sitios y el sistema poltico-administrativo en el Caribe colombiano. En: Gustavo Bell Lemus. La regin y sus orgenes. Momentos de la historia econmica y poltica del Caribe colombiano. (compilacin). Parque cultural del Caribe ed. Barranquilla, 2007. J orge Conde Caldern, Espacio, sociedad y conflicto en la provincia de Cartagena 1740- 1815. Universidad del Atlntico. Barranquilla, 1999. J os Agustn Blanco Barros. El norte de Tierradentro y los orgenes de Barranquilla. Banco de la Repblica. Bogot, 1987. J os Agustn Blanco Barros. Obras completas. Barranquilla. Tomo I. Universidad del Norte/ Gobernacin del Atlntico. Bogot, 2011. J os Polo Acua y Ruth Gutirrez, Territorio, gente y cultura en el Caribe continental neogranadino 1700-1850: una sntesis. En: Polo Acua y Solano, Sergio Paolo. Historia social del Caribe colombiano. Territorio, indgenas, trabajadores, cultura, memoria e historia. Ed. La carreta. Medelln, 2011. Luis Eduardo Pez Courvel. Historia de las medidas agrarias antiguas. Legislacin colonial y republicana y el proceso de su aplicacin en las titulaciones de tierras. Librera Voluntad ed. Bogot, 1940. p. 47-55. Marcos Palacios. El caf en Colombia 1850- 1970. Una historia econmica, social y poltica. Ed. El ncora. Bogot, 1983. Mara Cristina Navarrete. Cimarrones y palenques en el siglo XVII. Ed. Universidad del Valle. Cali, 2003. Marta Herrera ngel. Ordenar para Controlar: Ordenamiento Espacial y Control Poltico en las Llanuras del Caribe y en los Andes Centrales Neogranadinos Siglo XVIII. 3ed. La Carreta Editores E. U. Medelln, 2007.p. 385 MEMORIAS Rev ist a digit a l de Hist o r ia y Ar q ueo l o ga desde el Ca r ibe c o l o mbia no Ao 10 , N21. Ba r r a nq uil l a , Sept iembr e dic iembr e 2013. ISSN 1794-8886 151 Pilar Moreno de ngel, Antonio de la Torre y Miranda. Viajero y poblador siglo XVIII. Ed. Planeta. Santa Fe de Bogot, 1993.