Este documento presenta un resumen de un trabajo académico sobre los recursos en la intervención del trabajo social. Analiza la clasificación tradicional de los recursos y propone una nueva aproximación, identificando diferentes conjuntos de recursos como las prestaciones, los recursos de funcionamiento, los recursos escritos, visuales y el tiempo como recurso. Concluye agradeciendo a quienes apoyaron la realización del estudio y dejando el trabajo a disposición para ser reproducido y compartido.
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Este documento presenta un resumen de un trabajo académico sobre los recursos en la intervención del trabajo social. Analiza la clasificación tradicional de los recursos y propone una nueva aproximación, identificando diferentes conjuntos de recursos como las prestaciones, los recursos de funcionamiento, los recursos escritos, visuales y el tiempo como recurso. Concluye agradeciendo a quienes apoyaron la realización del estudio y dejando el trabajo a disposición para ser reproducido y compartido.
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Este documento presenta un resumen de un trabajo académico sobre los recursos en la intervención del trabajo social. Analiza la clasificación tradicional de los recursos y propone una nueva aproximación, identificando diferentes conjuntos de recursos como las prestaciones, los recursos de funcionamiento, los recursos escritos, visuales y el tiempo como recurso. Concluye agradeciendo a quienes apoyaron la realización del estudio y dejando el trabajo a disposición para ser reproducido y compartido.
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GRUPO DE INVESTIGACION Y ACCION SOCIAL
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
Andrea Antonia Oliva 1
andil andil andil andil 2003 2003 2003 2003
1 Licenciada en Trabajo Social en la UNICEN. Magister en Servicio Social y Doctoranda en la PUC/SP. Directora del Departamento Sociedad y Trabajo Social; Miembro del Grupo de Investigacin y Accin Social (GIyAS) en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. MAIL: aoliva@fch.unicen.edu.ar andreatandil@yahoo.com 2
Diseo de Tapa: Miguel A. Iademarco Foto de Tapa: Miguel A. Iademarco
Original impreso en GIyAS gias@fch.unicen.edu.ar Pinto 399 (B7000) TANDIL ARGENTINA
HECHO PARA FOTOCOPIAR EN SU TOTALIDAD
3 INDICE PRESENTAC!ON............................+ !NTRODUCC!ON.............................7 CAP!TULO ! CRT!CA A LA CLAS!F!CAC!ON CONTABLE" DE LOS RECURSOS.........11 1. La formulacin de proyectos y los recursos .........12 2. La clasificacin contable de recursos en el Trabajo social.........................18 2..1 Las definiciones del Diccionario de Trabajo Social" ...........................19 2..2 La clasificacin de los recursos segun Kisnerman ......................2+ CAP!TULO !! UNA APROX!NAC!ON A LOS RECURSOS EN LA !NTERvENC!ON DEL TRABAJO SOC!AL .................................38 1. La condicin de los recursos asequibles o inasequibles..39 2. Los conjuntos de recursos...................+0 2..1 Las prestaciones ....................+1 2..2 Los recursos de funcionamiento ............+5 2..3 Los recursos escritos ................+8 2..+ Los recursos visuales ................53 2..5 El tiempo como recurso ................57 2..6 Los vinculos ......................61 2..7 Los recursos profesionales ...............6+ CONS!DERAC!ONES F!NALES ....................77 B!BL!OGRAFA ............................79 4 PRRAFOS PARA NO OLVIDAR
La reflexin terica sobre el Servicio Social en el movimiento de reproduccin de la sociedad no se identifica con la defensa de la tesis unilateral que tiende a acentuar, apriorsticamente, el carcter conservador de la profesin como esfuerzo y apoyo al poder vigente. No significa asumir tampoco la tesis opuesta, ampliamente divulgada en el movimiento de reconceptualizacin, que sostiene, a nivel de principio, la dimensin necesariamente transformadora o revolucionaria de la actividad profesional. Ambas posiciones acentan, solamente y de modo exclusivo, un polo del movimiento contradictorio de lo concreto, siendo en ese sentido unilaterales. El anlisis de la profesin no se agota en la afirmacin mecanicista que, sosteniendo ser el Servicio Social uno de los instrumentos al servicio de un poder monoltico, concluye que la profesin esta necesariamente condenada a constituirse en un refuerzo exclusivo del mismo. Por otro lado, el voluntarismo que impregna la posicin opuesta, al considerar al asistente social como el agente de transformacin, no reconoce ni aclara, el verdadero carcter de esa prctica en la sociedad actual. Al sobrestimar la eficacia poltica de la actividad profesional, subestima el lugar de las organizaciones polticas de las clases sociales en el proceso de transformacin de la sociedad, en tanto sujetos de la historia; por otro lado, parece desconocer la realidad del mercado de trabajo Ahora bien, el Servicio Social, como institucin componente de la organizacin de la sociedad, no puede escapar de esa realidad. Las condiciones que peculiarizan el ejercicio profesional son una concretizacin de la dinmica de las relaciones sociales vigentes en la sociedad, en determinadas coyunturas histricas. Como las clases sociales fundamentales y sus personajes slo existen en relacin, por la mutua mediacin entre ellas, la actuacin del asistente social es necesariamente polarizada por los intereses de tales clases, tendiendo a ser cooptada por aquellos que tienen una posicin dominante. Reproduce tambin, por la misma actividad, intereses contrapuestos que conviven en tensin, responde tanto a demandas del capital como del trabajo y slo puede fortalecer uno u otro polo por la mediacin de su opuesto. Participa tanto de los mecanismos de dominacin y explotacin como tambin, al mismo tiempo y por la misma actividad, da respuesta a las necesidades de sobrevivencia de las clases trabajadoras y de la reproduccin del antagonismo en esos intereses sociales, reforzando las contradicciones que constituyen el mvil bsico de la historia. Es a partir de esa comprensin que se puede establecer una estrategia profesional y poltica para fortalecer las metas del capital o del trabajo, pero no se puede excluirlas del contexto de la prctica profesional, ya que las clases slo existen inter-relacionadas. Es esto, inclusive, lo que viabiliza la posibilidad de que el profesional se site en el horizonte de los intereses de las clases trabajadoras. Este es el punto de partida del anlisis, el cual deber demostrar, en su desarrollo terico y emprico, lo que ha sido la fuerza dominante en la trayectoria de la prctica histrica del Servicio Social: atender prioritariamente una demanda del capital o del trabajo, teniendo como supuesto que estas fuerzas contradictorias no se excluyen del contexto profesional(Iamamoto y Carvalho, 1984:88-89). 5 Presentacin
Este trabajo forma parte de un conjunto de escritos referidos a la practica profesional de los Trabajadores Sociales, que hemos realizado desde el Grupo de !nvestigacin y Accin Social (G!yAS). Con el convencimiento que desde el ambito acadmico tenemos la responsabilidad de estudiar la dimensin interventiva de la profesin, en 199+ un grupo de Trabajadoras Sociales, conformamos el G!yAS en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Entendiendo que la intervencin no es una dimensin secundaria, sino la razn de ser como profesin, combinamos los estudios del ejercicio profesional con el trabajo realizado como docentes-investigadoras. !ntentamos analizar la practica profesional desde distintos angulos, realizando diversos trabajos que nos permitieron ir debatiendo internamente. No nos hemos ocupado de publicar estos trabajos por los mecanismos tradicionales, pero se han puesto a disposicin para fotocopiar o se han divulgado en cuadernillos y folletos.
En lo que respecta a los trabajos escritos que he producido, los estudios de posgrado me posibilitaron profundizar la investigacin y encontrar un camino para la dificil tarea de volcar por escrito. Ha sido una importante contribucin cursar la maestria en Trabajo Social, organizada por la Universidad Nacional de La Plata en convenio con el Programa en Servicio Social de la Pontificia Universidade Catlica de Sao Paulo (PUC-SP), que he concluido residiendo en Brasil.
El texto que presento aqui esta basado en el segundo capitulo de la disertacin de maestria: Analisis de la practica profesional de los Trabajadores Sociales en el ambito estatal, que fuera expuesto en defensa publica en la PUC-SP, en Abril de 2001. Esta disertacin fue realizada con la orientacin de la querida profesora Dra. Dilsea A. Bonetti, quien me ha brindado su apoyo y se ha dispuesto ha compartir horas de fructifera reflexin, sin las cuales este trabajo no hubiera existido. Sin dudas, lo que hacemos siempre contiene y expresa lo que muchos otros hicieron, hacen o quieren hacer, por eso me 6 resisto a los mecanismos establecidos sobre la propiedad intelectual" como si fuese algo totalmente individual y sobre lo que se pretende un provecho personal. Hoy existe una perversa carrera supuestamente acadmica" que se ocupa de sumar publicaciones o presentaciones en congresos para engrosar un curriculum en el que no cuenta ningun contenido, ni compromiso, ni conviccin, ni militancia.
Aqui pongo a disposicin lo que escribo sin condicionantes de mercado ni de algunos evaluadores consagrados" del sistema universitario que deciden sobre las publicaciones; la evaluacin la dejo en manos de los profesionales del Trabajo Social, los estudiantes, los docentes, mi familia o quien se interese por el tema.
Por lo tanto, este trabajo puede ser reproducido en forma total o parcial, se puede encontrar en internet, fotocopiar, scannear, imprimir o divulgar de la forma que se quiera. Simplemente espero que lo que escribo sea un aporte y no una mercancia.
Tengo una larga lista de agradecimientos a quienes colaboraron de distintas formas para poder realizar los estudios, tanto desde el apoyo cotidiano como desde aporte intelectual. En resumen, quiero AGRADECER a quienes me acompanan todos los dias Niguel, Nati y Niguelito en mi casa y mis companeras del G!yAS en la UN!CEN. En la distancia, pero a quienes les debo mucho, siempre me acompanan mis hermanos. En mi estadia en Brasil fue fundamental el apoyo de los docentes del Programa de post-grado de la PUC-SP: Dilsea Bonetti, Carmelita Yazbek, Jos Paulo Netto, Nyriam veras Baptista, Aldaiza Sposatti, Naria Lucia Nartinelli, Evaldo viera; mis companeros argentinos, los colegas del Nucleo de Estudos de Aprofundamento Narxista (NEAN) y del Nucleo Trabalho y Profissao; los estudiantes y docentes de la Facultad de Servio Social de la PUC-SP, en particular le agradezco a la querida profesora Naria Beatriz Abramides y quienes compartieron el Nucleo de Relaoes de Trabalho. 7 Introduccin
En este texto rescato algunos elementos para el analisis de la practica de los Trabajadores Sociales que actuan, principalmente, en las instituciones o reparticiones estatales 2 . Considero conveniente hacer algunas aclaraciones sobre el recorrido que realic hacia lo que he denominado los recursos del arsenal operativo. En primer lugar, siempre ha sido una preocupacin caracterizar cuales son y cmo podemos definir los instrumentos de trabajo utilizados en la intervencin profesional. Y una segunda cuestin, que se articula a la primera, se refiere a qu es lo que tiene que ofrecer la formacin profesional para analizar e intervenir en la realidad. Al comenzar a estudiar esta tematica - mas sistematicamente -, me centr en la preocupacin por captar las determinaciones que operan en los instrumentos de trabajo, que en primera instancia fueron definidos como medios de trabajo. En este sentido, en algunos trabajos escritos anteriores 3 present una primera diferencia ontolgica entre recursos e instrumentos, basado en la siguiente observacin: lo que esta disponible no es necesariamente lo que se utiliza en la intervencin profesional. Es decir, que no se pueden caracterizar los instrumentos, si primero no abordamos una caracterizacin de lo que esta disponible para la intervencin profesional. Este planteo surge al momento de recurrir a los estudios de Narx + , que nos aportan elementos terico-metodolgicos para el analisis. Apelando a su lgica, los instrumentos slo son instrumentos cuando realizan su fin, es decir cuando se utilizan como instrumentos, del mismo modo que los recursos se realizarian en su disponibilidad como tales. Por ello, consider necesario recurrir a la
2 Est basado principalmente en los datos obtenidos de entrevistas a profesionales e informes de Trabajadores Sociales de diversas instituciones de la provincia de Buenos Aires. Por otra parte, si bien este escrito puede contribuir en el anlisis de la prctica en distintas organizaciones no estatales, es preferible no generalizar dado que entran en juego otras determinaciones que no se han abordado en este estudio. 3 Me refiero por ejemplo al trabajo Las determinaciones en la prctica profesional de los Trabajadores Sociales, que fuera presentado en la PUC-SP en 1997. 4 Se puede ver en los Grundisse El producto alcanza su finish final slo en el consumo. Una va frrea no transitada, que no se usa y que por lo tanto no se consume, es solamente va frrea potencialmente y no en la realidad (Marx, 1997:11). Tambin tomamos elementos del captulo V de El Capital, (Marx,1946). 8 nocin de arsenal operativo, que se constituye con recursos que pueden, o no, ser utilizados como instrumentos. De alli, realic una primera caracterizacin de la existencia de recursos materiales y tericos, como si fuesen objetos" que al ser utilizados, se convierten en instrumentos de trabajo. En el avance del estudio encuentro que esa caracterizacin no termina de dar respuesta a la complejidad de los recursos, y menos aun de los instrumentos, de modo que, por una parte, fue necesario un nuevo abordaje en la caracterizacin de los recursos - que dio como resultado el trabajo que se presenta aqui-, y por otra parte, qued claro que aun nos falta profundizar mucho mas sobre los instrumentos. Para abordar la caracterizacin, realic un relevamiento 5 y revis criticamente la clasificacin de recursos que se utiliza, para luego desde una lgica diferente, volver sobre el conjunto intentando reproducir su movimiento. En nuestro estudio buscamos el contenido y significado de lo que se pone en juego en la practica de los Trabajadores Sociales insertos en instituciones estatales, donde encontramos algunos elementos como: experiencia, capacidad politica, miedos, confianza, conocimientos tericos, vinculos, asi como infraestructura, equipamientos, utiles de escritorio, alimentos, materiales de construccin, servicios, etc. etc. Este listado en abstracto, que aparece en la practica en forma confusa, es el que tratamos de abordar, para acercarnos a lo concreto, buscando sus determinaciones. Consideramos que es necesario comenzar por el analisis de los recursos, si queremos llegar a desentranar el desarrollo de estrategias en la intervencin profesional. Es decir, partimos del analisis de los recursos, como condiciones objetivas que estan determinando la practica profesional, teniendo presente la existencia de rasgos universales, particulares y singulares. !niciar este camino, tambin pretende superar las infundadas culpabilizaciones hacia los profesionales que se dedican a la intervencin. Dicho de otro modo, parece una via mas adecuada tratar las condiciones objetivas en las que se desarrolla un trabajo,
5 Una fuente importante para ello lo constituyeron los informes realizados por alumnos de la Licenciatura de Articulacin en Trabajo Social de la UNICEN, que contemplaba ms de 20 municipios de la provincia de Buenos Aires. 9 para luego analizar la relacin que se establece y la configuracin de los posicionamientos. La articulacin de este conjunto de recursos es lo que denomino arsenal operativo, donde estan contenidas las fuerzas que se despliegan en la intervencin, que tienen un caracter contradictorio que se desprende de la sociedad en que vivimos. Remarcamos - aunque sobre este tema ya otros autores han insistido y explicado bastante -, que esas contradicciones se reproducen tanto dentro de la institucin en la cual se trabaja, en otras organizaciones, en el equipo de trabajo, en los usuarios, constituyendo fuerzas objetivas dentro de la practica profesional. Considero que el desarrollo de estrategias de intervencin no esta determinado unicamente por el posicionamiento del Trabajador Social, ni por la direccin politica de la institucin, ni por los usuarios, sino por una compleja y dinamica relacin que esta determinada por diversos recursos, mediados por una articulacin que se condensa en el arsenal operativo en un momento histrico determinado. !ndudablemente la intervencin no se explica con el slo analisis de las politicas sociales o con las determinaciones institucionales. Esto se evidencia claramente cuando encontramos que con recursos similares los distintos Trabajadores Sociales pueden desarrollar estrategias de orientacin opuesta. En este sentido, consideramos que la propia historia de vida del Trabajador Social es un punto que no puede ser eludido para entender la articulacin de los recursos, dado que existen diferenciadas concepciones tericas, pero tambin diversas maneras de comprender el dolor ajeno o la trama de los problemas cotidianos cuando se convive con el padecimiento de un enfermo; o el significado de las condiciones de vida que encierra la falta de luz elctrica, la falta de agua corriente, etc. La forma de comprender las experiencias tambin es parte del bagaje que se pone en juego para intervenir, por ello los recursos del profesional, contienen la formacin especifica como Trabajador Social dentro de un campo mas amplio. El analisis de los recursos, en su caracter objetivo, independiente de una voluntad individual, es lo que intentamos explicar abordando las concepciones utilizadas acerca de los recursos, para luego iniciar un camino hacia una nueva concepcin. La via heuristica, en la trama compleja de determinaciones y mediaciones que estan presentes en la practica cotidiana de los 10 Trabajadores Sociales, se sirvi de distintas aproximaciones que incluyeron la consulta de material bibliografico, estudio de material documental, analisis de material audiovisual, el trabajo con fuentes orales y la reflexin que fue atravesando todo el proceso. Se ha organizado la exposicin en dos capitulos, en el primero se abordan ciertas definiciones y clasificaciones de autores que han impactado en la formacin profesional, como un modo de introducir el debate sobre ciertas concepciones que intentan ser superadas. En el segundo capitulo, se propone una forma de aproximacin a los recursos de la intervencin profesional, que son conceptualizados de acuerdo a las funciones que cumplen y caracterizados dentro de ciertos conjuntos.
En este trabajo se buscaron distintos ejemplos de la practica de los Trabajadores Sociales, de la vida cotidiana o de la propia experiencia para hacer mas accesibles y, tambin, menos aburrido para el lector. Espero que este escrito colabore con los profesionales del Trabajo Social, que tenga un uso didactico y aporte a un pensamiento critico, como un recurso escrito mas en el develamiento de la practica profesional.
11 CAPITULO l Crtica a la clasificacin "contable" de los recursos
Desde distintos sectores de Trabajadores Sociales generalmente se coincide en afirmar que los recursos son insuficientes y que estan mal utilizados. Pero en esas apreciaciones no se suele profundizar demasiado sobre la forma de concebir los recursos con los que se trabaja, ni a qu clase de recursos se esta haciendo referencia, sino que suele prevalecer una vaga idea de conceptos que generalmente se dan por obvios, y por lo tanto, no merecerian demasiadas aclaraciones. Frecuentemente se procura alguna clasificacin de recursos en el momento de tener que plasmar por escrito en un proyecto, en alguna gestin particular, o en general cuando se requiere presentar un presupuesto. De manera que, las definiciones de los recursos van quedando atadas a una concepcin que los vincula inmediatamente a la necesidad de ser cuantificados, principalmente con valores monetarios. En este sentido, llamamos clasificacin contable a esa ecualizacin de los recursos, presentados en una suerte de listado, que se refiere en forma genrica a materiales", humanos", naturales", fisicos", etc. Esas clasificaciones provienen, no por casualidad, de las influencias de la planificacin o planeamiento, por ello le dedicaremos un apartado a su tratamiento. Pero tambin esa concepcin contable ha impregnado el campo profesional, y algunos autores han producido una traslacin que ha sido tomada como la unica forma valida para clasificar los recursos. En los dos apartados de este capitulo intentaremos reflexionar sobre esas clasificaciones y las definiciones propuestas, buscando los elementos que nos permitan avanzar en el analisis de la practica profesional de los Trabajadores Sociales.
12 1. La formulacin de proyectos 6 y los recursos
El Trabajo Social en Latinoamrica, desde la dcada de 1950, tuvo la fuerte influencia de las tendencias desarrollistas, que reafirmaron postulados sobre la necesidad de la elaboracin de planes, programas y proyectos. Los postulados terico- metodolgicos, centrados en la sobre valoracin de la planificacin escrita, impregnaron las dcadas sucesivas y perduran muy arraigados en nuestra profesin. Nos referimos a una tecnocracia que ignora la dimensin politica o la trata falsamente. Nyriam veras Baptista, trataba esta cuestin en la dcada del 70, planteando que es la planificacin que
..pone nfasis en sus aspectos tcnico-operativos, desconociendo, en su proceso, las tensiones y presiones insertas en las relaciones de los diferentes sujetos politicos (Baptista, 2000:17)
Justamente ese desconocimiento" de la planificacin como proceso politico es la base de sustentacin de una politica que en Argentina se present claramente. De modo que, las influencias a las que nos referimos no se explican slo a partir del debate terico, sino que responden a una politica gubernamental hacia el Trabajo Social que impact en los intelectuales que participaron del Novimiento de Reconceptualizacin 7 . Alayn nos aporta algunos datos sobre este tema:
El gobierno argentino habia solicitado en 1957, a la Administracin de Asistencia Tcnica de las Naciones Unidas una misin de asesoramiento tcnico sobre la ensenanza de Servicio Social (Alayn, 1978:138)
Fruto de este asesoramiento, que realiza la asistente social chilena valentina Naidagan de Ugarte, se crea en 1959, con un claro
6 La denominacin de proyecto es utilizada en forma genrica, pudiendo incluirse en el mismo sentido a programas o planes. 7 Afortunadamente en la actualidad existen varios estudios en curso sobre la Reconceptualizacin en Argentina, entre ellos dos compaeros del posgrado de la PUC-SP Gustavo Parra y MaraVirginia Siede. 13 perfil desarrollista, el !nstituto de Servicio Social dependiente del Ninisterio de Asistencia Social y Salud Publica de la Nacin, que cumpli un rol fundamental en la formacin de importantes exponentes del Novimiento de Reconceptualizacin 8 . Haciendo un parntesis, es preciso recordar que, generalmente, desde nuestra profesin cuando se ubica el contexto de la dcada de 1960, y en particular del movimiento de Reconceptualizacin, inmediatamente se hace referencia a un contexto de alza de los movimientos populares latinoamericanos, presentandose a la Revolucin Cubana como portadora de la influencia de ideas de liberacin y de la socializacin de los medios de produccin, slo por mencionar lo mas impactante. Pero, es necesario considerar que en ese mismo contexto, desde otros espectros se intentaba contrarrestar yfo reencausar estos movimientos. Esta aclaracin pretende llamar la atencin sobre una comprensin muy limitada de las influencias que recibieron nuestros profesionales y sobre todo los autores de la poca con los que posteriormente se formaron varias generaciones.
En este sentido, no podemos obviar que, en lo que respecta al denominado campo de la planificacin, se propicia una politica de la Organizacin de las Naciones Unidas destinada a Amrica Latina con el principal apoyo econmico del Banco !nteramericano de Desarrollo (B!D), que cont con la participacin de distintos economistas y socilogos. Sin extendernos demasiado sobre este tema, destacamos la influencia de las acciones que se organizaban desde la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) a travs del !nstituto Latinoamericano de Planificacin Econmica y Social (!LPES) 9 , donde se planteaba
... proporcionar, a solicitud de los gobiernos, servicios de capacitacin y asesoramiento en Amrica Latina y realizar
8 Norberto Alayn y Juan Barreix fueron importantes referentes de la Reconceptualizacin que hicieron sus estudios de grado en ese instituto. 9 La CEPAL fue creada 1949 por la Organizacin de las Naciones Unidas; luego se crea el ILPES que con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo se establece en 1962 en Santiago de Chile. Entre algunos de los expertos que participaron en el ILPES, podemos mencionar a Fernando H. Cardoso de Brasil y de Argentina a Ral Prebish que, adems, fue director de la CEPAL. 14 investigaciones sobre desarrollo y planificacin (!LPES, 1973:!!).
La preocupacin por brindar estos servicios" se situa dentro de un contexto de debate sobre la planificacin en Amrica Latina, y ello se trasluce en los propios documentos del !LPES.
Hacia fines de la dcada del 1950, cuando las condiciones econmicas internacionales se deterioran y los programas sectoriales o parciales no pueden aplicarse sin peligro de graves desequilibrios financieros, y cuando surgen nuevas condiciones politicas en Amrica Latina que acentuan la preocupacin por los efectos sociales del desarrollo econmico, se comprende claramente la necesidad de emplear mas amplias formas de planificacin tendientes a racionalizar y coordinar la politica de desarrollo mediante el uso de instrumentos perfeccionados (!bid, p.6).
Esos supuestos instrumentos perfeccionados incluyeron una clasificacin de recursos a fin de evaluar las posibilidades de los distintos paises en la elaboracin de los proyectos de desarrollo. Asi, tanto en la llamada planificacin urbana, como en el ambito de educacin, de la administracin publica o de empresas, encontramos que los arquitectos, gegrafos, economistas, contadores, educadores, etc., han utilizado esas clasificaciones. Desde esa lgica de contar con instrumentos perfeccionados, se procede a trasladar ciertas conceptualizaciones al campo profesional del Trabajo Social, que no se restringen solamente a la cuestin de los recursos, sino que abarcan la propuesta terico- metodolgica. De esta manera, se produce una asimilacin entre el proceso metodolgico de la planificacin" y lo que denominan proceso metodolgico del Trabajo Social" 10 . Entre los proyectos de desarrollo" y la intervencin del Trabajo Social puede haber elementos comunes, pero evidenciamos tambin grandes diferencias.
10 Cabe aclarar que consideramos que la intervencin profesional no se condice directamente al esquema de investigacin-diagnstico-planificacin-ejecucin-evaluacin. Si bien, an nos resta profundizar mucho sobre este tema, afirmamos que ese esquema no responde a lo que sucede en la realidad de la intervencin profesional, y no es el proceso metodolgico. 15
Recapitulando sobre nuestro tema, intentamos profundizar sobre los recursos de la intervencin profesional, desde una concepcin que procura elementos de analisis de sus determinaciones y relaciones. En virtud de ello, cabe destacar que el trabajo del !LPES no esta tratando nuestro tema, sino que apunta a proyectos productivos y aborda la explotacin de recursos naturales a nivel de la politica de los gobiernos. El trasfondo del asesoramiento ofrecido tenia (entre otros) un objetivo que nos interesa destacar: procurar que los distintos paises tomen crditos para el desarrollo de proyectos que permitan reproducir y profundizar las relaciones de dependencia 11 . En el texto Discusiones sobre Planificacin (1973), el !LPES plantea la necesidad de un analisis tcnico sobre la disponibilidad de recursos humanos, naturales, de capital y financieros para la elaboracin de los planes y proyectos de desarrollo. La influencia del !LPES se pone claramente de manifiesto en autores como Ezequiel Ander Egg 12 y Naria Jos Aguilar que, por ejemplo, en su texto Como elaborar un proyecto. Guia para disenar proyectos sociales y culturales (1992) proponen como la definicin mas precisa y compresiva", justamente la que plantea el !LPES:
Proyecto es una unidad de actividad de cualquier naturaleza, que requiera para su realizacin del uso o consumo inmediato o a corto plazo de algunos recursos escasos o al menos limitados (ahorros, divisas, talento especializado, mano de obra calificada, etc.), aun sacrificando beneficios actuales y asegurados, en la esperanza de obtener, en un periodo de tiempo mayor, beneficios superiores a los que se obtienen con el empleo actual de dichos recursos, sean estos nuevos beneficios financieros, econmicos o sociales (Apud. Ander Egg y Aguilar, 1992:13).
11 Si bien, algunos discursos parecan decir lo contrario, no podemos obviar las consecuencias trgicas que produjeron los perversos mecanismos de endeudamiento externo de los pases, que por entonces eran llamados en vas de desarrollo. 12 Cabe agregar que Ander Egg, tambin fue consultor tcnico de la Organizacin de las Naciones Unidas. 16 Esta definicin de proyecto propuesta por el !LPES, marca un rumbo claro, y realmente es precisa y comprensiva en relacin al sacrificio de beneficios, ya que siempre ha quedado supeditado a esa esperanza de obtener beneficios superiores en el futuro. Asi vemos esta concepcin, que para definir proyectos sociales pone nfasis en los sacrificios, con una apuesta de los recursos a cambio de algo tan incierto que slo es una esperanza. Lo mas llamativo es que no se hace ninguna alusin a los cambios en las condiciones de vida de la poblacin. Cabe destacar que los autores presentan el texto en el marco de una produccin que pretende contribuir con ciertos materiales:
.que sean utiles a trabajadores sociales, animadores socio- culturales y educadores sociales, y que les permita aumentar la eficacia en su accin (!bid.:p.5).
Luego agregan que, entre la utilizacin de la palabra proyecto en el sentido corriente como propsito de hacer algo y la definicin del !LPES, el trmino implica un conjunto de actividades articuladas que tienen por fin producir bienes o servicios planteados dentro de los limites de un presupuesto (!bid.: p.13). En el tratamiento que se hace de los recursos, las actividades no son especificadas, ni contienen una delimitacin dentro de un campo o area particular. Si bien, en la propia acepcin de proyecto no se hace mencin a los recursos, se plantean los limites de un presupuesto, dentro del cual luego distinguen cuatro tipos de recursos: humanos, materiales, tcnicos y financieros (!bid., p.30). Asi caracterizan los recursos necesarios clasificados como: recursos humanos que es la disponibilidad de personas adecuadas y capacitadas; los recursos materiales senalados como herramientas, equipos, instrumentos, infraestructura fisica, etc.; para identificar los recursos tcnicos se realiza una tautologia diciendo que son las alternativas tcnicas elegidas y las tecnologias a utilizar", sin realizar ninguna referencia especifica; mientras que para definir los recursos financieros se plasma graficamente la necesidad de determinar para cada actividad un monto de dinero necesario, lo que muestra claramente su criterio de cuantificacin (!bid..,p.30-31). 17 En esta linea de textos que se proponen capacitar en la elaboracin de proyectos, - y que circula en Argentina entre los Trabajadores Sociales - destacamos el texto de !rene Horejs Formulacin y gestin de microproyectos de desarrollo 13 que se presenta como un Nanual para la practica de dirigentes populares, tcnicos, cooperativistas y microempresarios. La autora nicaragense explica que este libro pretende elaborar un instrumento que aporte a quienes trabajan en proyectos municipales, comunales, cooperativas agricolas y de artesanos, asi como, a los dirigentes populares y tcnicos, dentro de la lgica del desarrollo socioeconmico de su sector o su organizacin social. Declara que es necesaria la formacin politica de un dirigente popular en cuanto a la gestin econmica, ubicando dentro del proceso de democratizacin el acceso a los conceptos, calculos y manejos econmicos. Por consiguiente, acude a una serie de esquemas para el estudio financiero y la evaluacin econmica en la formulacin de los proyectos de desarrollo, desembocando en lo que denomina la presentacin del proyecto y su negociacin, donde define tres fuentes de financiamiento: los fondos propios, los prstamos de los bancos o programas de crdito y las donaciones. Cabe destacar que destina gran parte del capitulo a los fondos de cooperacin externa y la negociacin del proyecto ante agencias de cooperacin externa (Horejs, 1993:153 -167).
Con este marco, el tratamiento que hace la autora sobre los recursos, toma una connotacin particular determinada por la necesidad de elaborar el presupuesto, y para ello, se presentan conceptos bajo el titulo de recursos necesarios, vinculando las actividades a realizar y los recursos humanos, materiales, tcnicos y financieros, bajo el requisito de un listado completo y detallado de los insumos necesarios para calcular las inversiones y la rentabilidad financiera del proyecto (!bid.., p.5+-55). Hasta aqui vemos que estas clasificaciones, de los recursos necesarios, -tanto de Ander Egg y Aguilar como de Horejs-, obedecen a los mismos criterios de cuantificacin, y no tienen como propsito tratar los recursos de la intervencin profesional del
13 Este libro editado en Argentina por la Editorial Humanitas conjuntamente con el Centro de Educacin Popular (CEDEPO) en 1993, ha sido publicado con anterioridad en Managua, Nicaragua en el marco del gobierno del Frente Sandinista. 18 Trabajo Social como tales. No pretendemos descartar este tipo de clasificacin, sino especificar que ella responde a la necesidad de elaboracin del presupuesto, que es indispensable para la presentacin un proyecto, distinguindose de lo que consideramos que son los recursos en la intervencin profesional.
2. La clasificacin contable de recursos en el Trabajo Social
Cuando nos referimos al Trabajo Social, y mas especificamente a la intervencin, no necesariamente nos limitamos a tratar la cuestin de los proyectos. En ese sentido, parece conveniente dejar planteadas algunas premisas que sirven, segun nuestro punto de vista, para abordar este tema. Por una parte, consideramos que el esquema de los proyectos que es ampliamente difundido en el campo profesional, no puede ser considerado como la intervencin misma. Es decir, la intervencin profesional no necesariamente se da en el marco de un proyecto, y menos aun, no siempre la intervencin es factible de ser presentada como proyecto. Existen numerosas acciones que lleva a cabo un Trabajador Social, en el marco de las esferas de la asistencia, gestin y educacin, que no responden a un proyecto escrito. A su vez, las estrategias -que combinan acciones en las distintas esferas-, con objetivos que enfrentan una politica gubernamental, y principalmente cuando se trata del ambito estatal, no suelen (ni pueden) estar abiertamente explicitadas, es decir no se constituyen en un proyecto con un documento escrito. Es preciso desactivar el mito de la fusin entre proyecto e intervencin, es decir, referirse a la intervencin es mucho mas amplio que tratar la cuestin de los proyectos, aunque stos pueden ser un instrumento para la gestin de ciertos recursos o constituir un elemento fundante en la direccin que toma la intervencin. Por otra parte, la planificacin de actividades no es necesariamente un documento escrito, puede tratarse de un punteo de cuestiones a abordar que pueden estar registradas en la memoria, o en un acuerdo verbal entre distintos actores, o pueden plasmarse con un orden yfo un cdigo personal en una agenda o en un cuaderno. 19 En este sentido, diferenciamos los criterios para la definicin de los recursos en la intervencin del Trabajo Social, de los criterios utilizados para planificar y plasmar en un documento de proyecto, ya que stos requieren de una cuantificacin y categorizacin diferente. Es evidente que existen puntos de contacto pero resaltamos que no pueden ser considerados de igual forma. Dicho esto, tomaremos algunos autores para avanzar en el analisis de las definiciones que se presentan dentro nuestro campo profesional.
2..1 Las definiciones del "Diccionario de Trabajo Social"
Entre la innumerable coleccin de libros de Ezequiel Ander Egg, tomamos como texto especifico su Diccionario del Trabajo Social 1+ , apuntando a reflexionar sobre la produccin de un autor que ha tenido amplia influencia en el Trabajo Social. Si bien, ya habiamos comenzado con este autor en el apartado anterior ello fue en referencia a los proyectos en general, mientras que aqui sera especificamente al tema de los recursos dentro del campo profesional del Trabajo Social. Encontramos, en primer lugar, el trmino Recursos y luego una serie de definiciones mas especificas: Recursos de la Comunidad; Recursos Econmicos; Recursos Fisicos; Recursos Humanos; Recursos !nstitucionales y Recursos Naturales. Para colaborar en la reflexin sobre los vinculos entre los recursos existentes y la accin profesional, trataremos cada una de las definiciones como punto de partida para plantear algunos interrogantes.
Para Ander Egg los recursos tienen estas acepciones:
Nedios disponibles para realizar una accin. Bienes o medios de subsistencia; En planificacin, disponibilidades humanas, financieras, materiales, tcnicas, institucionales y sociales con que se cuenta para realizar un plan (Ander Egg, 1988:259).
14 La primera edicin de este diccionario se realiz en 1975, hemos utilizado la versin corregida y aumentada de su dcima edicin de 1988. 20
En primer lugar, notamos una separacin dentro de la misma definicin, entre una acepcin vinculada a una accin indefinida, y otra, al ambito de la planificacin, atribuyendo a esta segunda mayores especificaciones. En ambos casos la disponibilidad" es una condicin para definir qu son los recursos, es decir, que se establece una connotacin particular, en cuanto a que cualquier bien en si no es un recurso, y a su vez, debe ser vinculado a la realizacin de la accin, ya sea presente o futura. En sus tres acepciones, de formas diferentes, el recurso es para" una accin, la subsistencia o realizar un plan. Tenemos algunos puntos para tomar nota sobre esta definicin: por una parte, que reconoce la diferencia entre accin y plan, siendo planteada en acepciones diferenciadas; y por otra parte, la enunciacin de bienes o medios de subsistencia se pueden vincular con las tareas asistenciales del Trabajo Social. De alguna manera, coincidimos en el planteo que realiza en cuanto a trabajar los recursos como medios que debemos disponer para las acciones que no necesariamente se enmarcan en un plan. Pasando a las definiciones propuestas, siguiendo el orden de exposicin del texto, analizaremos las distintas categorias de recursos.
Recursos de la comunidad: conjunto de elementos humanos, materiales e institucionales de que dispone y a los que puede recurrir una comunidad para atender sus necesidades y resolver sus problemas (!bid.,p.259).
Tenemos que aclarar que para el autor el trmino comunidad es utilizado de muy diversas formas, planteando que en su uso frecuente es:
.equivalente o sinnimo de sociedad.(...). En general la expresin sirve para designar a una agrupacin organizada de personas que se perciben como unidad social, cuyos miembros participan de algun rasgo, inters, elemento, objetivo o funcin comun, con conciencia de pertenencia, situadas en una determinada area geografica en la cual la pluralidad de personas interacciona mas intensamente entre si que en otro contexto (!bid., p.63). 21
Si comunidad es equivalente a sociedad, ubicada geograficamente, con pluralidad de personas, nos preguntarnos cmo se identifica lo que esta disponible y a lo que se puede recurrir, y, al mismo tiempo cuales son los problemas a resolver en esa unidad social. Es decir cSe dispone de todos o algunos elementos humanos, materiales e institucionales?, cQuin define a qu se puede recurrir? cEse conjunto de elementos disponibles, y a los que se puede recurrir, no son diferentes segun las clases sociales? Buscando en otras definiciones vemos la concepcin de la cual esta partiendo
Recursos econmicos: Todos aquellos recursos escasos que, combinados con otros factores de la produccin, coadyuvan en la formacin de un producto o servicio. (!bid., p.259)
Aqui tenemos un concepto de la economia clasica que centra la definicin de los recursos con la caracteristica de ser escasos. Como sabemos, sta es una de las bases para proceder a la justificacin de la lgica de mercado, que hoy presenciamos claramente en la creciente concentracin de recursos econmicos en un porcentaje minimo de la poblacin. Lamentablemente esta cuestin - haya sido o no intencin del autor- deriva a un lugar comun: los recursos siempre son escasos, por lo tanto, la competencia y la existencia de ricos" y pobres" se presenta como inevitable. Este pensamiento, tan arraigado, es uno de los problemas que enfrentamos a diario bajo distintos ropajes. Esas definiciones de recursos econmicos junto a lo establecido como recursos de la comunidad, son elementos que se encajan perfectamente en las restricciones establecidas en el actual orden del capital, y que enganosamente se toman como verdad inevitable. No nos satisfacen esas definiciones porque los productos y servicios estan principalmente condicionados por las relaciones sociales bajo los cuales se producen, no por la supuesta condicin natural de ser escasos, que slo sirve a la justificacin de tantas injusticias. Entrando en otro plano de definiciones mas acotadas a la accin, se encuentran los recursos fisicos y humanos.
22 Recursos fisicos: Bienes muebles e inmuebles con que cuenta una institucin para realizar sus actividades (!bid., p.259).
En esta definicin se aporta un elemento clave al asumir la relacin de los recursos con las actividades de una institucin. Esa precisin, sin embargo, mas alla de ser util a los fines de ser presupuestado como bienes muebles o inmuebles, no nos termina de explicar el sentido que cobran estos recursos en la accin. Por ejemplo, serian recursos fisicos una mesa, una silla asi como un terreno o una casa. Esto es lo que se suele dar por obvio, pero en algunas instituciones se entregan muebles, como parte de la politica de asistencia, y a la vez tienen muebles del mismo tipo que utilizan para el funcionamiento dentro de la institucin. Lo mismo ocurre con los inmuebles que, con esta denominacin general como recursos fisicos, no nos proporciona precisiones sustanciales para la accin, ya que un terreno para organizar tareas recreativas, es muy diferente a definirlo como un recurso para edificar una casa. Nos preguntamos entonces para qu insistir en definirlos como recursos fisicos en abstracto, cuando seria mejor ahondar en las determinaciones vinculadas a la funcin que cumplen. En el mismo sentido podemos abordar la visin sobre los recursos humanos, donde el autor agrega la cuestin de los objetivos" bajo la siguiente definicin:
Recursos humanos: Diferentes tipos de mano de obra disponible para satisfacer los objetivos del desarrollo de un plan o programa de accin (!bid., p.259).
Podemos inferir que la satisfaccin de los objetivos nos estaria determinando cuales son los recursos humanos o mano de obra", con lo cual: cHemos avanzado en el vinculo entre los recursos y la intervencin?. Este criterio de mano de obra disponible slo se refiere al desarrollo de un plan o programa. Es decir que, siendo estrictos con esta visin, los recursos humanos slo se consideran si tienen actividades en el marco de los objetivos de un plan o programa. De esta manera, verificamos que se descarta la participacin en la elaboracin del mismo plan, y tambin todo otro tipo de colaboracin por fuera de los planes. Es notoria la huella que ha dejado la 23 influencia planificadora, que suprime la posibilidad (por lo menos en teoria) de definir objetivos en acciones que no se plasman en un plan o programa. Como ya lo hemos expresado, la intervencin es mucho mas que un plan o programa y en ello las personas con las que trabajamos juegan un papel fundamental. El orden de exposicin de las definiciones de Ander Egg responde al criterio alfabtico del diccionario, por lo tanto, no necesariamente una se entronca con la siguiente por un vinculo particular. Asi vemos a continuacin que la forma de definir los recursos institucionales tiene las mismas connotaciones expuestas sobre los recursos de la comunidad.
Recursos institucionales: Todo medio o elemento institucional disponible para satisfacer una necesidad, resolver un problema o realizar una accin (!bid., p.259).
Esta definicin es tan amplia que puede incluir a varias de las otras categorias, ya que, en realidad son un medio todos los recursos que pueden ser fisicos, humanos, naturales, etc. en tanto apunten a satisfacer necesidades.
Recursos Naturales: Los que provienen de las producciones espontaneas o los agentes que aseguran su desarrollo y conservacin. Los recursos naturales pueden ser inorganicos o minerales (suelo, agua, yacimientos minerales); u organicos o biolgicos (praderas, bosques, plantas utiles, caza, pesca, etc.) (!bid., p.259).
Por ultimo, tenemos esta definicin de recursos naturales que parece provenir de una sociedad de cazadores y recolectores, donde lo esencial es la espontaneidad. Hoy no existe lugar en la tierra donde falte intervencin del hombre en la naturaleza, y su injerencia en la conservacin y desarrollo. Todo lo que existe en la naturaleza, organico o inorganico requiere, de algun tratamiento para ser utilizado, que en nuestra sociedad capitalista se realiza hegemnicamente bajo la lgica del capital. A su vez, si recurso es lo disponible para una accin o un plan (segun el mismo autor) presumimos que no todo lo natural cumple ese requisito, fundamentalmente por la existencia de una determinacin 24 fundamental basada en la propiedad privada. Desde una mirada critica, vemos que quedan muchas dudas acerca de este tipo de definicin de recursos dentro de un diccionario de Trabajo Social.
2..2 La clasificacin de los recursos segn Kisnerman
Encontramos que siguiendo la misma lgica clasificadora, Natalio Kisnerman se encarga de escribir un libro, especifico sobre el tema, bajo el titulo Los recursos" 15 . Es preciso tener en cuenta que, entre el material de Trabajo Social que circula en Argentina, Natalio Kisnerman es un autor que ha jugado un rol importante en la produccin escrita, con varios textos y articulos publicados que fueron y son utilizados en la formacin profesional. En el texto que analizamos, la clasificacin propuesta es precedida por un apartado donde aborda la significacin de los recursos. Enmarcado en el vinculo entre necesidades sociales y su satisfaccin, afirma que los recursos no se encuentran disponibles para todos y, en consecuencia, existe una politica en materia de recursos que se inserta necesariamente en una politica de desarrollo nacional (Kisnerman, 198+:9). Reconociendo la dimensin politica,- bajo la influencia desarrollista- la disponibilidad de los recursos se configura en el marco de las decisiones politicas, en contraposicin a una reduccin a la cuestin tcnico-cientifico 16 . Es interesante comprobar, en este primer apartado del texto, que para Kisnerman los recursos se ubican dentro de las relaciones sociales, por ello rescatamos este parrafo donde explicita su posicin al respecto:
Todos los recursos, cualquiera sea su tipo, forman parte de una realidad socio-econmica-cultural-politica. Slo
15 Este texto forma parte de una serie de ocho obras de este autor que fueron publicados en Buenos Aires por la Editorial Humanitas en la Coleccin Teora y Prctica del Trabajo Social. El tomo IV Los Recursos fue publicado en 1984, sin embargo cabe aclarar que en la introduccin el autor firma en la ciudad de Roca (Ro Negro- Argentina) en Agosto de 1982, es decir an bajo la dictadura militar. 16 Seguramente Kisnerman introduce ciertos prrafos para tomar posicin en el debate que se vena dando sobre los problemas de la planificacin en Amrica Latina. 25 integrando esa totalidad mayor deben estudiarse para comprender y explicar su papel, su funcin. Desprendidos de esa realidad global, los recursos configuran simplemente catalogos en la literatura profesional, elementos que utilizamos mecanicamente (!bid., p.9-10).
Esta afirmacin, acerca de los recursos que no pueden ser desprendidos de la realidad global, es un enfoque acertado para abordar el tema, que consideramos fundamental desde nuestro punto de vista. Sin embargo, nos adelantamos a enunciar, que esta presentacin de los recursos en su vinculo con la realidad social, no se condice con el contenido de las definiciones que nos proporciona Kisnerman, realizadas desde una ptica de contabilidad tradicional, por asi decirlo, donde la relacin con la totalidad social no se pone de manifiesto. Ubicado desde el campo del Trabajo Social, el autor introduce el tratamiento de lo que considera que son los medios de trabajo para lograr efectos o resultados.
En Trabajo Social, los recursos son medios esenciales de trabajo. En cualquier situacin problema en la que como unidad de atencin estan involucrados individuos, grupos y comunidad, en una serie de relaciones sociales, se pueden lograr determinados efectos o resultados, utilizando recursos. El propio Trabajador Social es un recurso y esas personas con las que trabajamos tambin lo son (ibid., p.9).
Queremos llamar la atencin en este punto, ya que, se esta refiriendo a los recursos para atender cualquier situacin problema, vinculada directamente al Trabajo Social y especificamente a la intervencin, que es el tema que nos interesa profundizar. Si bien el planteo, acerca de definir al propio profesional como recurso, no esta desarrollado, suscita un planteo metodolgico donde el Trabajador Social participa como actor en la intervencin. A nuestro modo de ver, y tal como se planteara en el llamado libro azul del CELATS 17 , el Trabajador Social no es ajeno, y constituye un agente -junto a los
17 Me refiero al texto de Tobn, Rottier y Manrique La prctica profesional del Trabajador Social. Gua de anlisis. Edit. CELATS, Lima 1983. 26 usuarios y la institucin - que es necesario incluir en el analisis para definir el problema objeto de intervencin. Kisnerman plantea un doble juego en cuanto a que los recursos son un medio pero tambin un objeto de trabajo, haciendo explicita referencia a las instituciones que
...ademas de ser un medio para lograr determinados objetivos, son un objeto, un campo de trabajo en si para el Trabajador Social (!bid., p.9).
De modo que la institucin es considerada un objeto hacia el que se dirige la intervencin, donde es necesario desarrollar tacticas y estrategias. En virtud de ello, asevera que para utilizarla plenamente como recurso, es necesario conocerla (!bid., p11). Hasta aqui coincidimos en esta afirmacin, en cuanto a la necesidad de poner como objeto de conocimiento la institucin, y debemos agregar que, por mas anos de trabajo no debe perderse de vista que siempre es motivo de nuevos conocimientos. Luego de citar a Helen Perlman 18 , reivindica la creacin de la Charity Organization Society, como pionera del Trabajo Social.
Esos pioneros fueron `reformistas sociales, verdaderos abogados de los pobres. En gran medida corazn y razn fueron sus unicos recursos. Pero crearon nuevos recursos: mtodos, tcnicas, procedimientos, instituciones, escuelas de Trabajo Social. Una mistica los impulsaba a crear y a luchar para lograr una sociedad mas humana (!bid., p.12).
Asi, plasma su idea sobre ciertos recursos en relacin al rol de los pioneros, colocando la creacin de un abanico de recursos inspirados desde una mistica y teniendo en la mira un fin social. Este parrafo es importante porque vemos que el valor atribuido a los recursos se sustenta en voluntades, en cuestiones subjetivas, mas que en condiciones objetivas. Luego, cerrando la introduccin, se plantea el compromiso con los hombres como el atributo esencial del Trabajo Social bajo el que se delinea el trabajo dentro de la institucin. Es decir, que el compromiso y la voluntad individual,
18 Del texto El Trabajo Social individualizado, Madrid, Rialp, 1980. 27 aparecen como un recurso central llevando una pesada carga dentro de la institucin. Desde nuestro punto de vista, nunca podemos analizar ese compromiso desvinculado de las condiciones objetivas en que se desarrolla el trabajo. Si bien, podemos considerar que el profesional tiene recursos, ellos no son independientes, ni de los usuarios, ni de la institucin en la que se trabaja, y siempre se enmarcan en una coyuntura determinada, bajo cierto rgimen politico y en determinadas condiciones socioeconmicas. En las actuales condiciones en que trabajan los profesionales en nuestro pais, ese pensamiento es causa de grandes frustraciones, principalmente de quienes asumiendo la consigna de actuar por un Trabajo Social critico, comprometido y transformador, se quedaron con un vacio elemental para el analisis, cuando no pudieron ir mas alla de su conviccin yfo su propia voluntad. Continuando con el mencionado autor, agrega una cita de las colegas espanolas, Patrocinio Las Heras y Elvira Cortajarena 19 , quienes plantean que los recursos son
...los medios humanos, materiales, financieros e institucionales de que se dota a si misma una sociedad para subvenir a las necesidades de sus individuos, grupos y comunidades en cuanto integrantes de ella (Apud. Kisnerman, 198+:15).
Aqui encontramos una referencia a los recursos mas abarcativa, es decir, que no se restringe al campo del Trabajo Social. Hacemos notar esto, porque luego, hay un tratamiento indistinto entre los recursos en particular de Trabajo Social o en general los recursos que tienen existencia en la sociedad.
Luego de hacer un tratamiento breve de las necesidades sociales aclara que los recursos
Son sociales no porque su uso sea colectivo, sino porque cumplen una funcin social: la de satisfacer necesidades (!bid., p.15).
19 Kisnerman est tomando esta cita del texto Introduccin al Bienestar Social, Madrid, FEDAS, 1979. 28
Con ello, deja sentada las bases para luego incluir todo lo existente en la categoria de recursos, haciendo una distincin de la llamada oferta vinculada a la demanda. Es decir, que los recursos satisfacen necesidades, lo cual seria su capacidad de ser oferta.
La oferta es la capacidad de los recursos disponibles para satisfacer demandas. La demanda se determina por el uso que la poblacin hace de un determinado servicio o conjunto de servicios (!bid., p.21)
Se remite luego a una caracterizacin de demandas: demanda espontanea que esta determinada por el uso que la poblacin hace de ella; demanda potencial que se caracteriza por no ser atendida, demanda inducida que atribuye principalmente al prestigio de la institucin. La nocin de demanda espontanea es muy utilizada en el vocabulario profesional pero desde otro angulo, ya que esta referida a una forma de peticionar de los usuarios que involucra distintos aspectos de una problematica, que se presentan generalmente en forma confusa y requieren una tarea por parte del Trabajador Social para desentranar la misma demanda. Kisnerman trata de aproximarse, a la cuestin de la disponibilidad de recursos para el Trabajo Social en esta sociedad, por la via de la relacin oferta-demanda.
En relacin a la oferta, agreguemos, que el conocimiento que se obtiene de recursos disponibles, constituye lo que se llama oferta actual de recursos, mientras que la oferta potencial, la constituyen aquellos recursos cuya existencia y utilizacin apenas se infiere (!bid., p. 22-23)
En este planteo encontramos una notable coincidencia con el planteo que realiza el !LPES:
Los conocimientos existentes en materia de recursos naturales conjuntamente con el conocimiento tecnolgico para su explotacin econmica, constituyen lo que se puede llamar `oferta actual' de recursos. Ademas de esto, debe 29 considerarse una `oferta potencial', definida por los recursos cuya existencia apenas se infiere (!LPES,1973:97)
Estamos en presencia de un traslado del analisis que el !LPES presenta refirindose a los recursos de un pais capitalista de Amrica Latina, hacia el campo profesional del Trabajo Social. Dentro de la accin profesional sabemos que la demanda juega un rol importante en la intervencin, sin embargo, esa demanda, por parte de usuarios de los servicios sociales, no es mecanicamente una relacin de mercado. Nos preguntamos en qu lugar quedan los derechos, en esta concepcin oferta-demanda, dado que ciertos recursos no estarian garantizando derechos si no estuvieran siendo demandados. Por otra parte, no podemos desconocer que existe un juego politico que se da entorno a los recursos, que no se explica por el binomio necesidades-recursos. Tal es asi que ello aun se vislumbra en su propio examen, de donde rescatamos que
.todos los movimientos sociales son portavoces de necesidades que reclaman satisfaccin (Kisnerman, 198+:16).
Para la poca que fue escrito el texto -durante la dictadura militar-, incluir a los movimientos sociales dentro de los mecanismos de demandas, en trminos de reclamos, es un aporte importante 20 . Agreguemos que esos reclamos se presentan en trminos histricos, de modos muy diversos, y que pueden no estar expresados como demandas en el campo profesional.
Luego de consideraciones generales sobre el Estado benefactor y la seguridad social, llega al siguiente planteo:
Los recursos sociales se formalizan en servicios y prestaciones sociales. Los servicios sociales, son aquellos medios que se ponen a disposicin publica de la comunidad para su uso y beneficio colectivo (una escuela). Las prestaciones sociales son medios que se proporcionan a los
20 Podemos inferir la influencia del trabajo desarrollado por el equipo del CELATS en esa poca, que produjo artculos y textos en torno a la cuestin de los movimientos sociales. 30 individuos para su uso privado, pero cumplen igualmente una funcin social (becas, pensiones, jubilaciones, subsidios, ayudas econmicas) (!bid., p.18).
Aqui encontramos algunos elementos utiles para pensar en algunos de los recursos de la intervencin profesional, como lo son las prestaciones. Por ello, las denominaremos como tales y profundizaremos sobre este tipo de recursos mas adelante. De acuerdo con la clasificacin que realiza Kisnerman, los recursos son:
...naturales, materiales, tcnicos, financieros, humanos e institucionales (!bid., p. 25).
Como ya vimos, otros autores plantean de manera similar la cuestin, y esta coincidencia se desprende del hecho que es lo que aparece como real y concreto, pareciendo por demas obvio este tipo de enunciacin. Pero tenemos el convencimiento que sin buscar las determinaciones que estan presentes, esta clasificacin, aunque generalmente es la que se utiliza, no responde a la significacin ontolgica de los recursos en la intervencin profesional. En este sentido, nos ocuparemos de revisar las definiciones que realiza el autor, para ir penetrando en algunos elementos aparentes, que nos permitan iniciar una comprensin de sus determinaciones. La clasificacin comienza por los recursos naturales, ya que los considera de mayor trascendencia para la economia.
Los recursos naturales componen un complejo sistema en el que se integran suelo, clima, relieve, aguas, fauna, flora, es decir todo lo que solemos llamar naturaleza (!bid., p.25).
De acuerdo con esta definicin, todo puede ser considerado recurso, sin embargo, ello contiene un engano, en tanto existe la apropiacin privada de la naturaleza. Tal como lo expresamos, sin considerar ese punto, se deja de lado una determinacin fundamental en esta sociedad. No esta de mas recordar que la naturaleza no puede ser desvinculada de las relaciones sociales, es decir, de los procesos por medio de los cuales se realiza la produccin a partir de la utilizacin (y destruccin) de elementos 31 presentes en la naturaleza ya sean renovables o no renovables. Si bien, es cierto que hace anos atras, aun no era tan visible (o por lo menos no estaba tan divulgado) el dano que un determinado modo de producir estaba provocando en la naturaleza, existian las mismas determinaciones sobre la fauna, la flora, el suelo, etc., en trminos de apropiacin capitalista. En sintesis, estamos cuestionando una definicin de recursos naturales, asimilado a la naturaleza" en general, como si pudiese aislarse de las relaciones sociales. Por otra parte, si bien existen posibilidades y limitaciones objetivas de la naturaleza en las distintas regiones, ello en si mismo no es lo que diferencia las estructuras econmicas. !nclusive, el mencionado autor, afirma que la existencia o no de estos recursos, definen los espacios estratgicos en geopolitica y que los conflictos internacionales siempre se originan en torno a su posesin (!bid., p.26). Este es un aporte fecundo que debemos incorporar para todo analisis sobre un pais o regin, en vistas a obtener un panorama sobre la presencia o no de condiciones de la naturaleza que son la base de conflictos o generan procesos de modificacin de estructuras poblacionales. En este sentido, el autor ejemplifica con el caso de las zonas petroleras y en torno a ello los cambios que se han producido en ciertas ciudades. Actualmente se debe prestar mucha atencin tambin a las zonas que concentran grandes fuentes de agua potable, ya que se avecinan, en torno a su posesin, fuertes conflictos a nivel internacional. Con lo cual reafirmamos que no es en si la naturaleza en abstracto, lo que puede ser considerado recurso.
Finalmente, dentro de los recursos naturales Kisnerman privilegia la tierra, que es vinculada a la industria, los alimentos y el agua como elementos inseparables. En cuanto a lo que denomina recursos materiales, plantea brevemente:
Los recursos materiales constituyen la infraestructura y equipamiento de que se dota una sociedad (!bid., p.26).
Sabemos que contar con informacin acerca de qu dispone una determinada sociedad, es un conocimiento basico infaltable. Si se trata de la infraestructura y equipamiento de una ciudad, nos referimos a las viviendas, escuelas, hospitales, calles, transportes, 32 comercios, bancos, luz elctrica, agua potable, etc. Pero este acopio de informacin, que se debe acompanar de la ubicacin en el espacio urbano 21 , requiere ademas el trabajo de develar de qu manera se dota una sociedad, para no quedar entrampados en la superficie de la cuestin. La ubicacin en el espacio urbano es clave para graficar una diferenciacin, donde la sociedad se dota mucho mas de esos recursos en unas zonas que en otras. Es decir, esa infraestructura y equipamiento esta determinada, en nuestro pais por el tipo de sociedad dividida en clases y la particularidad de los procesos de urbanizacin que indudablemente, definen las diferencias entre zonas. Aunque resulte reiterativo, insistimos sobre la existencia de determinaciones histricas, y geograficas, para entender que hay formas diferentes de apropiacin de esos recursos. Como dice Nanrique Castro 22 las clases sociales hacen un consumo diferenciado de la ciudad capitalista. (1981, p.15). La vivienda y el habitat, quizas sean lo que mas claramente se vislumbra como condiciones de vida diferenciadas entre clases. Los procesos de urbanizacin en Amrica Latina se han realizado al compas de las contradicciones del desarrollo capitalista, y en ello el Estado juega un rol fundamental. Las redes de luz elctrica y el agua potable, las calles asfaltadas, las escuelas, los hospitales, los bancos, el alumbrado publico, en fin, toda la infraestructura y equipamiento urbano se instauran primero respondiendo a las necesidades del capital. Pero, contradictoriamente, al dotarse de ello unos sectores y no otros, surgen las luchas reivindicativas de los movimientos urbanos que procuran acceder a lo que ya se desarroll en la sociedad. Si obviamos estas determinaciones, la infraestructura y el equipamiento pasan a ser contempladas como un paisaje de diferencias culturales", donde debido a una cuestin de habitos" existen distintos matices urbanos. De este modo, se suele proceder a
21 Al referirnos a lo urbano no nos estamos refiriendo exclusivamente a la ciudad como aglomeracin, en contraposicin a lo rural, sino al resultado de procesos que generan las condiciones de produccin y reproduccin. Ver Topalov (1979). 22 Distintos estudios del CELATS tendientes a tratar la prctica profesional vinculada a los procesos de industrializacin y las polticas sociales que se presentan en el desarrollo urbano de Latinoamrica han sido organizados por Manuel Manrique Castro y Alejandrino Maguia. 33 una de las tantas modalidades de justificacin de las diferencias sociales.
Este analisis de los recursos, estaria incompleto si no se define lo que esta disponible para la intervencin. En este sentido, generalmente se acude a una definicin de recursos institucionales que se entrecruza con los recursos de infraestructura y equipamiento. Kisnerman plantea que los recursos institucionales
.son todas aquellas entidades que configuran una infraestructura de servicios dedicados a la organizacin politica, comercial, administrativa, de seguridad y bienestar social (Kisnerman, 198+:27).
Desde esta concepcin se infiere que podemos disponer de todo tipo de instituciones, ignorando el significado de las determinaciones socio-econmicas del capital. vamos a ponerlo en un ejemplo: supongamos que a pocos metros de la institucin donde trabajamos se encuentra un hotel cinco estrellas, que de acuerdo a esa definicin, podria ser contemplado como un recurso. Pero, podriamos considerarlo recurso para atender problemas de emergencia habitacional?. Seguramente a ningun Trabajador Social se le ocurriria esa opcin en la practica cotidiana, pero cpor qu? Claro que a nadie se le ocurre utilizar ciertos recursos existentes, porque la comprensin de los recursos para la intervencin se realiza habiendo ya pasado por el filtro de las diferencias sociales que nos impone esta sociedad. Se trata de que reflexionemos sobre esa configuracin de servicios e infraestructura que no esta al alcance de la intervencin. Equipamiento e infraestructura urbana como: lavaderos o tintorerias, casas de comida preparada, transporte de remis, piscinas climatizadas, hidromasajes, salas de entretenimientos infantiles u hoteles cinco estrellas, son servicios" que podrian cubrir demandas derivadas de la infancia, la tercera edad, la discapacidad o de las familias desalojadas. Sin embargo, no sirve de mucho definirlos como recursos en general sin considerar su acceso. Como sabemos, las politicas sociales en general no apuntan a una cobertura de ese tipo de servicios, y por lo tanto, quedan descartados como tales, sin realizar demasiados analisis al respecto y dandose por obvio que asi sea. 34 Es importante conocer todo lo que ha desarrollado una sociedad, porque es el punto de partida de la lucha por determinadas reivindicaciones - que no son exclusivas del campo profesional -, sin embargo, ese conocimiento no nos da cuenta de los recursos que utilizan los Trabajadores Sociales. !ncansablemente planteamos que las necesidades son sociales y estan vinculadas a todo lo que produce la sociedad, contrariamente a un conformismo que se restringe a la intervencin en las llamadas necesidades sentidas. No se trata de quedar anclado en la forma de organizacin actual de la sociedad, sino de conocer los mecanismos de su produccin y reproduccin para poder actuar desde nuestro campo profesional. Es importante situarse en el analisis de una sociedad determinada, que cuenta con un grado de desarrollo mayor o menor de infraestructura y equipamiento, pero a su vez tener presente cuales son medios para el trabajo que realizamos. Atendiendo la particularidad del Trabajo Social, hay un discernimiento sobre las instituciones - sean publicas o privadas- que no se puede obviar en cuanto ciertas caracteristicas, ya sea de su funcionamiento; de las prestaciones a las que se puede acceder; las instalaciones que se pueden utilizar; con quienes se pueden organizar actividades; cuales son los equipamientos que se conceden en prstamo, etc. y no simplemente que tengan existencia. La cuestin de la disponibilidad para la accin, es introducida por el autor, slo cuando define los recursos financieros y humanos:
Los recursos financieros son el conjunto de medios de capital de que se dispone para ejecutar una accin, provenientes de ingresos, ahorro, crditos. Son indispensables para la adquisicin de los otros recursos, mantenerlos, conservarlos, capacitarlos, renovarlos, actualizarlos, etc. (!bid, p.,27).
Observamos que, mientras en las anteriores definiciones se apunta a los medios que dispone la sociedad, en sta ultima no se refiere a ello. Es evidente que, en este caso, para explicar debe restringir a lo que se dispone para ejecutar una accin, por que de otro modo hubiera caido en la petulancia de decir que esos recursos financieros, como medios de trabajo, son el conjunto de medios de capital que se dota una sociedad. Es notorio que va modificando el criterio para definir los recursos sin abordar las determinaciones. 35
A partir de aqui, nos vamos a detener en otra cuestin, que hace al analisis del arsenal operativo, en cuanto a los llamados recursos humanos".
Los recursos humanos son el conjunto de poblacin real o potencialmente apta requerida para la ejecucin de un plan, programa o proyecto de trabajo (!bid., p.27)
Los elementos del campo de la planificacin aqui se ponen de manifiesto nuevamente con claridad: los recursos son slo para la ejecucin de los proyectos. Reflexionando sobre esta concepcin, (ademas de lo que ya hemos expresado sobre el similar tratamiento que hace Ander Egg), se nos presentan certezas en cuanto que ese conjunto de poblacin no es neutro, no es fuerza de trabajo suelta, no es capacidad inmediata, sin determinaciones. Con lo cual, nos preguntamos: cCual es el significado que se le atribuye al decir potencialmente apta? Kisnerman destina toda la segunda parte de su texto a los llamados recursos humanos.
Lo que es recurso en los hombres es su capacidad fisica, intelectual, emocional, profesional (!bid., p.31).
vemos que le da casi el mismo tratamiento que a los recursos naturales o materiales, como si se refiriera a un uso que se puede hacer de ellos. Por otra parte, se encarga de aclarar, que no se restringe slo a la mano de obra calificada argumentando que seria limitarse a un encuadre econmico, y por ello agrega:
El mas humilde ciudadano, aun analfabeto, es un recurso humano [...| cualquier sujeto, en condiciones psico-fisicas adecuadas, esta en condiciones de prestar su cooperacin y solidaridad (!bid., p.31).
Seguramente esta aclaracin esta ligada a su concepcin sobre los recursos humanos en Trabajo Social, que los restringe a la condicin de ser voluntarios, tal como lo explica en el siguiente parrafo:
36 En Trabajo Social, los recursos humanos constituyen un voluntariado en tanto conjunto de personas con inquietudes por los problemas sociales que, disponiendo de tiempo libre para desempenar alguna tarea de utilidad social, las realizan sin recibir ninguna retribucin econmica (!bid., p.35).
De modo que, Kisnerman asimila a los llamados recursos humanos o capital humano al voluntariado, dejando fuera de esa clasificacin a los profesionales, los propios participantes y todas las personas con las que el Trabajador Social se vincula requiendo de su trabajo, como por ejemplo, la tarea de un portero, un juez o un arquitecto, que perciben una remuneracin por el trabajo que realizan. Nos preguntamos si los humanos" pueden ser considerados un recurso mas, o en realidad, lo que llega a ser un recurso no resulta de la identificacin de un atributo de una persona, sino que existen otras mediaciones. Claro que estamos abriendo el paso a una idea diferente para pensar el tema que abordaremos en el capitulo siguiente. Dejamos por ultimo, el tratamiento que le da a lo que denomina recursos tcnicos,
Los recursos tcnicos son el conjunto de instrumentos que interponemos entre nosotros y el objeto de trabajo para conocerlo y lograr un producto o efecto. Son tangibles como una maquina, un martillo, un arado, un compas, un termmetro, etc., y no tangibles como la entrevista, la observacin, el mtodo cientifico (!bid., p.27).
Uno de los nucleos problematicos siempre ha sido definir lo tcnico en nuestra profesin, pero esa conceptualizacin no nos aporta a su esclarecimiento, sino que agrega mas confusin al tema. Sin embargo, tomaremos este ensayo de diferenciar recursos tangibles y no tangibles, para recuperar los conocimientos, que estarian contenidos en lo que considera que son instrumentos.
Los recursos tcnicos materiales o tangibles son fundamentales para el proceso productivo y la extraccin de recursos naturales. Su posesin o no determina modos de produccin, las clases sociales y tipos de sociedades. Y ello 37 determinara el desarrollo o no de los recursos tcnicos en cada sociedad (!bid., p.27).
Finalmente, desde una visin diferente, del tratamiento que le dio a la infraestructura, equipamiento y los recursos naturales, logra mencionar la determinacin de la divisin de clases que opera sobre los denominados recursos tcnicos.
Hasta aqui, hemos dejado planteados algunos interrogantes. Quizas la utilizacin de alguna ironia sea una injusticia con relacin al esfuerzo que realizaron los autores analizados; quisiera que quede claro que no es un problema en particular con ellos, sino que al contar con escaso material escrito sobre este tema, agudizamos la critica sobre lo existente para poder avanzar. Asi, fuimos trabajando las definiciones con el objetivo problematizar la concepcin de los recursos que forman parte del arsenal operativo. Partimos de la base de los conocimientos tericos a nuestro alcance, y recurrimos a estos autores que han sido, sin lugar a dudas, un emblema de las concepciones que estan vigentes en el ejercicio profesional. Ahora nos queda la responsabilidad de profundizar, y desde nuestra concepcin proponemos en el siguiente capitulo un camino diferente para abordar los recursos en la intervencin. 38 CAPITULO II Una aproximacin a los recursos en la intervencin del Trabajo Social
Las definiciones que hemos analizado en el capitulo anterior, nos han sido utiles como punto de partida: los elementos rescatados, la critica y los interrogantes, nos abren la posibilidad de buscar respuestas, de presentar una posicin, de ensayar nuevas perspectivas y otras definiciones. Los profesionales utilizan esas clasificaciones contables" a falta de otros conceptos, por eso nos hemos detenido en ello. Pero tambin los propios profesionales fueron una avezada fuente para poder rescatar las categorias presentes. De modo que, en este capitulo, nos vamos a centrar especificamente en los recursos de la intervencin profesional del Trabajo Social, intentado hacer un esbozo que permita identificarlos como medios de accin vinculados a la particularidad de las funciones de asistencia, gestin y educacin dentro del ejercicio profesional. Esta claro que no vamos a dar cuenta de todos los recursos que forman parte del arsenal operativo de los Trabajadores Sociales, pero intentaremos plantear conceptos que nos permitan abordarlos, a partir de definir ciertos conjuntos. Nos parece oportuno exponer esta forma de categorizar los recursos aunque, ciertamente, en una nueva aproximacin seria posible ir desdoblando e identificando algunos subconjuntos u otras categorias.
Uno de los problemas que encontramos en las definiciones que analizamos, fue su falta de precisin entre lo que se encuentra en general ya sea en la sociedad, en la institucin o en la comunidad, y lo que se puede utilizar en la intervencin, por ello nos ocupamos de abordar este tema aludiendo a la diferencia entre recursos asequibles e inasequibles. Pasamos luego a una categorizacin de los recursos agrupandolos de acuerdo a las funciones que cumplen dentro de la intervencin, teniendo siempre presente que estan relacionados entre si. 39 1. La condicin de los recursos asequibles o inasequibles
Para categorizar los recursos que estan al alcance de ser utilizados en la intervencin profesional, realizamos una distincin sobre su condicin de ser asequibles o inasequibles. Con ello, nos ubicamos desde una perspectiva que contemple todo aquello que ha desarrollado la sociedad en cuanto a los recursos que existen, ya sea en forma tangible o no y, en virtud de ello, su condicin de ser conseguidos o no en la intervencin profesional. En rigor, todo lo que ha desarrollado una sociedad, lo que se usa, lo que se consume, puede ser considerado recurso, sin embargo, no todo esta al alcance de ser utilizado en la intervencin, por eso es preciso distinguirlos. Los recursos son asequibles cuando estan disponibles o se pueden obtener para la intervencin, siempre teniendo en cuenta ciertas condiciones, y en un momento determinado. Decimos que los recursos son inasequibles, cuando aun teniendo existencia real, no estan disponibles o en condicin de ser conseguidos, ya sea por las determinaciones generales dentro de un orden social, o por determinaciones particulares de la practica profesional. La nocin de recursos inasequibles nos sirve para definir, en trminos de intervencin, aquello de lo que no podemos disponer para un fin especifico y en un momento determinado. Consideramos que no existe un muro infranqueable entre recursos asequibles e inasequibles, pero recordemos que dentro de este orden social, organizado en clases, no es una cuestin de voluntad. Los limites nunca son infranqueables porque dependen principalmente del interjuego politico-econmico, donde existe todo un movimiento para convertir esos recursos inasequibles en asequibles para determinados sectores. A su vez esa condicin de asequibilidad se relaciona directamente con la funcin que cumpla el recurso, ya sea como uso o consumo, y tambin puede responder a otros condicionantes politico-institucionales, profesionales, culturales, religiosos, etc. Un recurso puede ser asequible como soporte e inasequible como prestacin, por ejemplo: conseguir un televisor para desarrollar una actividad educativa, no tiene la misma caracteristica que su 40 consecucin para ser entregado a una familia. Tambin podemos ver que un espacio fisico se puede conseguir para realizar una reunin, pero no para atender un problema habitacional; del mismo modo que puede ser asequible para un tipo de reunin con determinados usuarios y no con otros. Dicho de otro modo, podemos conseguir determinados recursos dependiendo de determinados fines de distinto tipo de uso o consumo. Desde esta perspectiva tratamos de superar esa superficialidad en cuanto a la existencia del recurso en su inmediatez, para entrar en el papel que puede tener dentro de la intervencin. Por otra parte, existe un flujo de recursos que no provee directamente la institucin, sin embargo, pueden ser asequibles en la practica profesional. Esa mayor o menor amplitud de constituir ciertos recursos en condicin de ser asequibles, tambin es tarea del Trabajo Social, y es uno de los aspectos valorados en el desempeno profesional.
Cualquier tipo de recursos, sea cual fuere sus caracteristicas tangibles o intangibles, deben ser analizados desde la perspectiva de sus posibilidades de consecucin para fines y momentos determinados.
2. Los conjuntos de recursos
Hemos criticado en el capitulo anterior, la forma en que usualmente se clasifican los recursos en abstracto, pero tambin es necesario encontrar una forma de nominarlos superando los listados mas concretos que contienen una gran diversificacin de elementos. Asi en distintas aproximaciones a las fuentes con que contamos, fuimos encontrando relaciones que nos llevaron a articular ciertos conjuntos de elementos. Siempre tratando de captar el modo particular en que se presentan los recursos en la intervencin del Trabajo Social llegamos 41 a realizar una categorizacin 23 de ciertos conjuntos de recursos que no estan aislados sino que son interdependientes. En algunos nos hemos basado directamente en el vocabulario utilizado como con las prestaciones o los recursos profesionales, en otros se propone una denominacin esencialmente distinta como los recursos vinculos, de funcionamiento o los recursos visuales, y por otra parte, se presenta como recurso el tiempo que era tomado como una dimensin abstracta.
2..1 Las prestaciones
Las prestaciones son recursos pre-definidos destinados a la cobertura de determinadas necesidades, que son otorgados a los usuarios que cumplen con ciertos requisitos preestablecidos. Estos recursos son la forma en que se materializan ciertas politicas, que varian de acuerdo al area con beneficios que pueden ser otorgados en dinero, bienes, servicios u rdenes de pago. Ese conjunto de beneficios que se denominan prestaciones, varia de acuerdo a la institucin, dependencia y area donde se inserte el Trabajador Social, y dentro de ellas a las necesidades que se aborden. Dentro de este rubro ubicamos los tradicionales recursos destinados a la asistencia como por ejemplo alimentos, calzados, vestimenta, medicamentos, materiales de construccin, transporte, etc., que generalmente son a los que se hace alusin al momento de hablar de recursos. La condicin de ser asequibles o inasequibles, tiene un estrecho vinculo entre los beneficios y los criterios para la seleccin de los beneficiarios. En ello entran en juego los criterios opuestos de universalidad o focalizacin - como necesidades basicas insatisfechas (NB!), linea de pobreza, sectores vulnerables, en riesgo, etc. - asi como la trama politica que cruza en general todos los recursos que se destinan a la politica de asistencia.
23 Cabe recordar que nos basamos principalmente en los recursos de las instituciones estatales de la provincia de Buenos Aires, Argentina. 42 De modo que la existencia de prestaciones determina principalmente el trabajo asistencial de los Trabajadores Sociales en un contexto socio-politico, siempre enmarcado en la dinamica de la lucha de clases. Es preciso remarcar que entran en escena ciertas luchas reivindicativas en torno a la obtencin de mayores prestaciones. El alcance de la cobertura de las prestaciones es variable y, tambin, se vincula con la mayor o menor capacidad de organizacin y movilizacin, tanto de los usuarios en particular como de los sectores a los que pertenecen en general. Un ejemplo actual de ello, son los movimientos de desocupados, que se vienen expandiendo en Argentina, y han generado con sus diversas manifestaciones el acrecentamiento de las prestaciones destinadas al sector 2+ .
La intervencin profesional esta en permanente tensin, producida tanto por los reclamos de los usuarios como por el posicionamiento del Trabajador Social frente a la politica institucional. En la practica los criterios de focalizacin pueden pasar por el filtro que constituye la mediacin del trabajo profesional. Si bien existen los condicionantes de las normativas establecidas para las prestaciones - como por ejemplo con lo ocurrido con los programas destinados slo a madres con hijos de 2 a 5 anos -, sabemos que los profesionales, que consideran que las prestaciones son un derecho y no se manejan con criterios burocraticos, hacen elasticas esas normas, permitiendo ampliar el espectro de atencin mas alla de lo preestablecido. Pero tambin, en torno a las prestaciones se presenta la tendencia asistencialista, generalmente vinculada a las politicas electoralistas que tienen por fin la compra de votos", y que lamentablemente es quizas lo mas difundido de la asistencia.
24 Por ejemplo el Plan Trabajar, que consiste en una asignacin mensual, que se otorga a personas desocupadas a cambio de algn tipo de tarea que le asigna la reparticin que los coordina. Podemos caracterizar desde distintos ngulos el Plan Trabajar pero no podemos negar que, si bien se presenta como una poltica de empleo, la remuneracin que se ofrece se asemeja ms a un subsidio al desempleo que a un salario, por ello lo incluimos dentro de las actuales prestaciones, que intentan dar una respuesta a los reclamos de algunas organizaciones de desocupados. Contradictoriamente, las prestaciones de este tipo de planes, tambin son utilizadas como herramienta del clientelismo poltico. 43 Las prestaciones son recursos que pueden ser de entrega directa por parte del Trabajador Social, o a travs de un documento que habilite su uso, adquisicin o propiedad. Por otra parte, el otorgamiento se realiza a una persona yfo familia directamente o puede presentarse el requisito que elflos beneficiarios conformen una organizacin o grupo 25 . Para la funcin asistencial que desempena el Trabajador Social es indispensable caracterizar las prestaciones, siendo lo central diferenciar qu recursos son asequibles en funcin de la asistencia, y de qu manera estan determinando la labor. En las escuelas de Educacin General Basica de la Provincia de Buenos Aires, existen prestaciones tales como: alimentacin que se realiza mediante el servicio de los comedores escolares; o la entrega de bienes como guardapolvos, zapatillas, vestimenta, medicamentos, etc. Estas prestaciones no son suficientes, ya que una verdadera politica universal de educacin publica y gratuita debiera contemplar todos los recursos necesarios para los estudios, es decir, se deberia proveer otras prestaciones como por ejemplo el transporte y los utiles escolares a todos los alumnos y tambin todos los medios para el desempeno de la tarea docente. En las dependencias municipales de accin social, la gama de prestaciones es un abanico variado de bienes o servicios: desde alimentos, anteojos, sillas de rueda o panales, asi como servicios de transporte, luz elctrica y alojamiento hasta adjudicacin de viviendas. En estas dependencias, es donde con mas fuerza se presenta la tendencia asistencialista-clientelista, dado que funcionan a partir de la demanda individual y no de la definicin de prestaciones basadas en derechos universales. La disponibilidad de prestaciones, inmediatamente nos remite al trabajo diario de atencin a los usuarios, que se presenta generalmente como una actividad de rutina denominada demanda espontanea. Es decir, el hecho de contar con recursos destinados a la asistencia, genera la actividad destinada a la atencin de la demanda, que se estipula con un tiempo por jornada laboral o por dias de semana.
25 Esta ltima modalidad toma mayor auge en Argentina, a partir de la dcada de 1990, con la llamada Reforma del Estado que profundiz la derivacin de acciones hacia las organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil. 44 Encontramos que para los Trabajadores Sociales hay variados criterios en torno a las prestaciones. Podemos decir que se presenta en forma conflictiva, por ejemplo: cuando se subestiman por ser un paliativo o directamente se descartan bajo el lema de la accin "estrictamente" educativa; o cuando, si bien se utilizan pasan a ser un incentivo para que los usuarios concurran a los talleres de reflexin o las charlas informativas. Es decir, a veces directamente es negado el derecho a la asistencia, mientras que en otras ocasiones el recurso es entregado slo a quienes concurren a la actividad educativa. Suponiendo que se intenta una alternativa contrapuesta al asistencialismo, debemos alertar que ello contiene un engano en la convocatoria, ya que mientras se pretende una tarea educativa de reflexin, se ofrece la prestacin no como derecho sino como dadiva a quienes participaron de la actividad. Estas modalidades aparecen en momentos en los cuales la participacin de los pobladores ha disminuido notoriamente, y los profesionales apelan a distintas tacticas para provocar la incorporacin de los usuarios en las actividades educativas. Afirmamos que las prestaciones no son un favor, ni deben otorgarse como dadiva, sino que son un derecho dentro de la injusta forma de distribucin de la riqueza que tenemos en nuestra sociedad. No podemos negar ese derecho minimo a la cobertura de algunas necesidades, por el contrario, considero que es importante actuar desde una perspectiva que reivindique siempre una mayor cobertura. El profesional tiene un papel importante en la gestin de las prestaciones, ya que pueden ser recursos de acceso directo, es decir, que se encuentren en la misma institucin, o de acceso indirecto cuando estan disponibles en otras instituciones o reparticiones y ello requiere la realizacin de ciertas gestiones. Administrar las prestaciones indudablemente se presenta como un trabajo muy desgastante debido a la misma incapacidad de cobertura de estos recursos tal cual estan planteados. Por otro lado, son tareas arduas porque no se limitan a lo disponible en una institucin, y requiere la busqueda permanente hacia otras instituciones, reparticiones, organizaciones, etc. La gestin de recursos es un trabajo que lleva a los Trabajadores Sociales a asumirse desde una determinada ptica como profesional, de acuerdo a la negacin o no del derecho a acceso a las prestaciones. Encontramos una contraposicin de 45 criterios entre quienes enfatizan la importancia en el conocimiento de estos recursos y los distintos mecanismos de gestin, frente a posiciones que plantean la intervencin radicada en aspectos teraputicos. Hemos evidenciado que se presenta en algunos profesionales una rotunda afirmacin acerca del trabajo especifico que debe realizar un Trabajador Social en la busqueda de recursos, opuesto a un enfoque que se asienta en los aspectos psicolgicos individuales o slo enfoca las tareas supuestamente educativas". Ello se vincula directamente con la forma de comprender el trabajo que se realiza - principalmente con los sectores pobres- sea cual fuere el problema especifico que se aborde. De modo que analizar el conjunto de recursos que involucran las prestaciones requiere de precisiones no slo de la formulacin de politicas o de aspectos institucionales sino tambin del posicionamiento de los profesionales.
2..2 Los recursos de funcionamiento
Este rubro se refiere a todo aquello que sirve de soporte para el desarrollo de las actividades. Este tipo de recursos es muy variado dado que tienen una vinculacin directa con las simples determinaciones de la practica del Trabajador Social, ya sea dentro de la institucin o fuera de ella. !ncluimos en este conjunto los recursos que permiten que realicemos las mas diversas actividades: espacios fisicos, muebles, equipamientos, archivos, bibliotecas, lapiceras, papel, fotocopias, medios de comunicacin, transporte, articulos de deportivos, impresora de braille, programas de computacin, elementos para recreacin, maquinas, etc. Tal es la variedad que la lista se hace interminable. En una primera aproximacin parece que los recursos de la asistencia slo se definen con las prestaciones, sin embargo, tambin entran en juego los recursos de funcionamiento que condicionan la atencin de la demanda, como por ejemplo: la accesibilidad al espacio dentro del edificio, la oficina para atender, el lugar de espera, etc. La necesidad de contar con un espacio de privacidad para entrevistar, se combina con la ubicacin que permita a los usuarios llegar facilmente a la oficina del Trabajador Social. 46 Por otra parte, la cuestin edilicia no se refiere slo a la existencia de un lugar, ya sea para reunirse o desarrollar una actividad organizativa, recreativa o cultural, sino al significado que ese lugar adquiera. La existencia de un espacio fisico (en la institucin o fuera de ella) no significa que en cualquier oportunidad sea asequible para la intervencin, ya que para concretar una reunin es necesario contar con quienes acepten concurrir. La condicin de ser asequible o inasequible para definir un lugar de reunin esta principalmente determinado por las relaciones, mas que por cualquier otro condicionante edilicio o de localizacin. No queremos decir que no estn determinando, sino que como recurso de funcionamiento tiene menores implicancias. En este sentido, los espacios fisicos se convierten en lugares asequibles o inasequibles en trminos de recursos de funcionamiento, existiendo determinaciones socio-politicas, culturales, o de accesibilidad que los estan condicionando. En cuanto a los equipamientos pueden ser de uso comun para cualquier campo de actuacin o de tipo especifico de acuerdo al area o proyecto, sea de salud, vivienda, educacin, discapacidad, microemprendimientos productivos, etc. La disponibilidad de herramientas de construccin, maquinas de sellar bolsitas, de panales, o de pastas que se usan en los llamados microemprendimientos productivos, puede ser de apropiacin por parte de los usuarios, o ser medios que se ponen a disposicin para lograr una prestacin. La prestacin no es la maquina en si, sino que su puesta en funcionamiento por parte de los usuarios puede servir para producir valores de cambio en el caso de microemprendimientos, o valor de uso en el caso de autoconstruccin. Encontramos otros recursos de funcionamiento vinculados a los servicios para la comunicacin, linea telefnica, medio de transporte, servicios de fax y acceso a !nternet. En los ultimos anos, si bien se han incorporado las computadoras, estan siendo utilizadas como reemplazo de las maquinas de escribir (principalmente para hacer informes), mas que para conformar bases de datos o como medio de comunicacin via !nternet 26 .
26 En un relevamiento que realizamos en 1999 a Trabajadores Sociales de distintas ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, encontramos que de 103 encuestados, slo 2 47 Los archivos y ficheros frecuentemente no se han digitalizado y continuan siendo viejos armarios donde se conservan las fichas realizadas a mano. No hemos profundizado sobre las razones por las cuales la computadora no se utiliza para trabajar las bases de datos. Podemos inferir algunas respuestas, considerando que hay motivos de distinto orden, por una parte, la politica institucional de caracter clientelista que no tiene ningun inters en registrar datos; por otra parte, existe una falta de capacitacin de los Trabajadores Sociales, que tampoco es asumida por las instituciones. Como dijimos con anterioridad, estos recursos no son provistos unicamente por la entidad empleadora, sino que son, en gran parte, los que se generan en el trabajo de gestin. Pero un dato importante a destacar es que tambin son aportados por los propios Trabajadores Sociales. En muchas ocasiones, los mismos profesionales disponen de su vehiculo, telfono, lapicera, papel, computadora, camara fotografica o filmadora, para ser utilizados en la intervencin. De este modo, debemos tener presente que se pone en juego la determinacin del sector al que pertenece el Trabajador Social - vinculado a la disponibilidad de este tipo de recursos-, que marcan las diferencias entre distintos profesionales que tienen o no las posibilidades de acceso. En este sentido remarcamos la importancia de tener en cuenta en el analisis, el sector de clase al que pertenecen los Trabajadores Sociales como un dato que no puede excluirse a la hora de revisar los condicionamientos de la intervencin.
En cuanto a los servicios es preciso diferenciar los servicios de funcionamiento, de los servicios que se constituyen en prestaciones, dado que en este conjunto de recursos nos referimos a los que son necesarios para el desarrollo del trabajo, pero que no son de apropiacin por parte de los usuarios. Podemos hablar de los mismos servicios publicos, por ejemplo de la luz elctrica, que puede ser una prestacin si se refiere al usufructo por parte del usuario - a travs de una orden de conexin o excepcin del pago - mientras que tambin puede ser recurso de funcionamiento si es utilizada como medio para desarrollar tareas con ciertos equipamientos. Aunque en esas tareas participen los usuarios, tiene otro significado,
utilizaban correo electrnico. Aqu se pone claramente de manifiesto la inasequibilidad de recursos existentes, principalmente en las instituciones estatales. 48 en tanto no corresponde a un servicio a ser otorgado en forma gratuita. Algunos recursos de funcionamiento, muchas veces parecen una obviedad, y por lo tanto no son contemplados al momento de la organizacin de actividades. Fundamentalmente cuando se trabaja con sectores de pobreza extrema, no se puede desatender que muchos recursos son inasequibles. Lo que suele ocurrir es que, para los profesionales, hay recursos cuya utilizacin cotidiana es tal, que slo se perciben como tales en el momento que faltan. La energia elctrica y el agua corriente, se percibe slo en el momento en que se corta el abastecimiento de los servicios, dado que se han incorporado mecanicamente a partir de su existencia cotidiana. Tambin hay otros elementos que nos parecen mas simples como un papel y una lapicera, una cinta adhesiva, un enchufe o un alargue; pero en la practica hemos visto que no es asi, y que para muchas familias no son de uso cotidiano. Distintos elementos que no tenemos en cuenta, no se obtienen facilmente y ciertamente cuando nos impiden o demoran el desarrollo de actividades, recin en ese momento los llegamos a percibir como recursos inasequibles. Por ultimo, no podemos dejar de mencionar los recursos de funcionamiento, que permiten avanzar mas alla de lo preestablecido en los requisitos burocraticos, y predispone de otra manera en el establecimiento de vinculos. El mate, la bombilla, la yerba y el agua caliente para tomar mate", tiene implicancias en la relacin que se establece con distintos actores. El "mate" es compartido con otros colegas o con los usuarios, y lo ubicamos como uno de los recursos de funcionamiento que esta presente en la intervencin profesional.
2..3 Los recursos escritos
Los trabajos escritos proporcionan recursos al trabajo intelectual a travs de dos clases cualitativamente diferentes, por una parte tenemos los recursos tericos; y por otra, una serie de fuentes informativas como articulos, ponencias, censos, registros, fichas, expedientes, material documental, folletos, cartillas, 49 cuestionarios, relevamientos, etc. - es decir, no todo lo que esta escrito es conocimiento terico.
Para entender la produccin terica como recurso, tenemos que entrar en la trama de relaciones que se dan entorno a su acceso, ya que permanentemente estamos analizando los recursos que son parte del arsenal operativo. Cuando hablamos de lo que es terico estamos implicando un conjunto de conocimientos que tienen el atributo de ser progresivo, transmisible, verificable, y revisable 27 . Ese conocimiento se materializa, debe estar escrito, estar impreso y, ademas, debe circular para que pueda ser leido, y por lo tanto, para llegar a ser recurso. El conocimiento terico, en esta sociedad, se convierte en una mercancia por medio de los mecanismos de publicacin y circulacin de materiales. En general la principal forma de divulgacin la establecen las editoriales comerciales, cuyo fin es la rentabilidad del producto, que a su vez se presenta con una trama de perfiles como teln de fondo del mercado editorial. Por otra parte, existen publicaciones de las universidades, que si bien no se centran en la rentabilidad del producto, estan atravesadas por intereses politico-acadmicos y tienen dos problemas basicos a enfrentar: uno presupuestario y el otro de circulacin de los textos o revistas, ya que se suelen limitar a la propia zona de influencia de la universidad. Tambin existen publicaciones y revistas de emprendimientos particulares con una circulacin muy restringida en su difusin. Lo que si constituye un mecanismo de circulacin muy utilizado es a travs de las fotocopias con las que se reproducen 28
textos, articulos, ponencias, etc. Pero su acceso tambin se da dentro ciertos limites a raiz de la obtencin de originales que permita la reproduccin, por la circulacin de capitulos de libros que fragmentan la obra o la legibilidad de las reproducciones.
27 Notas de clase del curso Tendencias filosficas y cuestiones de mtodo en ciencias sociales a cargo del Prof. Jos Paulo Netto, dictado en el Programa de postgrado en Trabajo Social, PUC-SP en convenio con UNLP, 1996. 28 Es una prctica muy extendida, a pesar que la legislacin no lo permita, porque el valor de un texto se puede reducir aproximadamente en un 60%. 50 De modo que, se presenta como condicin principal - que no quiere decir que es la unica-, determinando la asequibilidad de los recursos tericos, la situacin econmica del propio Trabajador Social, al ser esencialmente material mercantilizado y de apropiacin individual. Lamentablemente las bibliotecas no cumplen un rol esencial para aportar estos recursos permitiendo el uso colectivo. Ademas del material editado e impreso en papel con los mecanismos tradicionales, otra via de difusin de material escrito es virtual", donde se encuentra una variada gama de recursos tericos, informacin y articulos de distinta indole en diversas paginas Web. Existen algunos casos de revistas que tienen su material disponible en !nternet con acceso totalmente gratuito o contienen una parte que se accede unicamente mediante el pago de una suscripcin. Por otra parte, la divulgacin de materiales tambin se realiza via E-mail, mediante un intercambio ya sea de manera informal entre distintas personas o con listas colectivas de suscriptores. Si bien el acceso a !nternet se ha extendido en los ultimos anos, aun no esta plenamente al alcance de la mayoria de los Trabajadores Sociales insertos en las instituciones estatales, frecuentemente se realiza mediante conexiones domiciliarias particulares o con los servicios que se pagan por hora. Presenciamos una clara determinacin para que los textos sean o no recursos asequibles, dado que para muchas regiones, principalmente en las pequenas ciudades, no hay mecanismos abarcativos de consecucin ya sean impresos o virtuales. Sumado a ello, son los propios profesionales los que desembolsan el dinero para acceder a estos recursos, ya que rara vez son proporcionados por las instituciones. Otra via de divulgacin de trabajos escritos la constituyen los congresos y jornadas, pero lamentablemente tienen la restriccin que se establece a travs de criterios econmicos mas que acadmicos. Los mecanismos de presentacin de ponencias en la generalidad de los eventos, exigen el pago de costosos aranceles a cargo de los expositores, a su vez para exponer el trabajo se suman los gastos de traslado y alojamiento que en muchos casos es parte del paquete" de la misma organizacin del evento. Se ha creado en torno a los eventos todo un comercio acadmico" 29 que restringe el
29 Nos referimos a los distintos tipos de eventos, cuyo arancel no tiene por objetivo cubrir los gastos de organizacin, sino producir un excedente. Esta demostrado, que es posible con los 51 acceso y difusin de los materiales producidos convirtindolos en recursos escritos inasequibles, asi como des-incentivan la produccin de nuevos recursos escritos y su difusin. En resumen, muchos recursos escritos son inasequibles para la mayoria de los Trabajadores Sociales. Este debe ser el punto de partida, para luego analizar qu es lo que se escribe, qu es lo que se lee, a qu recursos se apela. Hay que clarificar cuales son los recursos tericos que estan en condicin de ser asequibles, para no caer en una critica superficial, que pone nfasis en una responsabilidad individual de las deficiencias que se presentan en la practica profesional. Frecuentemente las criticas slo se centran en el poco habito de la lectura (que no negamos que sea cierto), sin contemplar qu es lo que esta disponible para leer. Es decir, nos parece que debemos caracterizar estos recursos, para poder abordar el conflictivo vinculo teoria-practica.
Hasta aqui estamos tratando la cuestin desde el punto de vista de los materiales tericos existentes, sin entrar en cuestiones de contenido, aunque es un tema que no puede ser ignorado dado que hay muchos vacios y criticas sobre el material existente. Hemos indagado especificamente en lo que se refiere a los aspectos metodolgicos, y en su gran mayoria los profesionales plantean que no hay nada, o por lo menos, no pueden identificar claramente cuales son las contribuciones especificas del conocimiento terico. Nos hemos encontrado con expresiones acerca de algunos elementos tericos que ahogan", son perjudiciales" y conllevan a aberraciones" en la intervencin. Asimismo, nos ha llamado la atencin, reiterados testimonios sobre el olvido de lo estudiado en la formacin profesional, o la dificultad para poder mencionar autores o textos que constituyan un aporte terico imprescindible. La critica a los recursos tericos para la intervencin profesional es permanente y se presenta en todas las areas. Por otra parte, de ninguna manera los recursos tericos se pueden reducir a la produccin dentro del campo profesional, ni
recursos (aunque escasos) que proporciona la universidad, organizar jornadas sin cobrar ningn arancel, como lo hemos venido realizando desde hace varios aos. Lamentablemente se suele optar por la terciarizacin en la organizacin de los congresos, que se han convertido ms en una oferta turstica que un evento acadmico. 52 siquiera a las ciencias sociales, ya que dependiendo del area se debe recurrir a la medicina, arquitectura, ecologia, derecho o psiquiatria, pero tampoco se puede hacer un descargo en ello y eludir las responsabilidades que le competen al Trabajo Social.
Dentro del conjunto de recursos escritos ubicamos las fuentes informativas que se presentan bajo diversas modalidades. Pueden ser proporcionadas por la misma institucin, particularmente a partir de expedientes, registros o cuando se refiere a un proyecto o programa especifico, por medio de cartillas y folletos; o con formularios para el relevamiento de datos, que generalmente apuntan a la cuantificacin y estandarizacin de los usuarios. Tambin los Trabajadores Sociales producen las fuentes informativas, con los informes de visitas, cuadernos de comunicaciones, actas de reuniones, etc., que pasan a formar parte de los elementos con que trabajan tanto otros Trabajadores Sociales como los demas profesionales. Que se realicen escritos no quiere decir que la intervencin sea volcada por escrito, dado que lo que se suele realizar depende de las exigencias institucionales, como en el ambito del sistema judicial donde cumplen un papel esencial. No cabe duda que falta mucha elaboracin de escritos sobre las tareas cotidianas, las modalidades de trabajo, las reflexiones sobre las experiencias, las criticas sobre la implementacin de politicas o sobre los mecanismos institucionales. Ello constituiria un importante caudal de recursos escritos para estudiar la intervencin y para la accin de otros profesionales. Ahora bien, en la falta de trabajos escritos es clave considerar: por una parte, que los recursos escritos que informan o determinan (en caso de formularios), no se condicen con la dinamica de la realidad; y por otra, la multiplicidad de acciones que se deben desarrollar, generalmente, no se corresponden con el tiempo disponible o asequible. Tambin podemos ensayar sobre otro tipo de razones, pero me parecen secundarias, como por ejemplo, que no existe una tradicin de escribir en la practica de los Trabajadores Sociales. Quizas el desarrollo de la profesin posibilite superar la culpa" que persiste en los profesionales que no realizan escritos sobre su practica cotidiana, y se avance en el registro, descripcin y conceptualizacin de la practica. Ese seria un paso importante, 53 aunque no suficiente, dado que se requiere de un trabajo sistematico de investigacin para avanzar en la produccin de recursos tericos.
2..4 Los recursos visuales
!ncluimos en el conjunto de recursos visuales a aquellos que tienen como prioridad la imagen, ya sea para motivar, transmitir informacin, reflexionar, etc. Las imagenes son recursos imprescindibles para el Trabajo Social, principalmente porque se dirige a sectores donde la palabra no alcanza en toda su magnitud la comunicacin. Alfredo Noffat haciendo una caracterizacin de las modalidades comunicacionales que provienen de la insercin en la produccin, advierte diferencias de clase en la percepcin de la realidad, planteando la particularidad de lo visual para la clase obrera (Noffat,1988:80). Existe mucho material para profundizar sobre este tema pero hemos elegido el texto Del Pizarrn al video, de Susana Palomas - que es Trabajadora Social- y Deolidia Nartinez, donde recuperan elementos fundamentales aportando un recurso terico para trabajar las imagenes apelando a distintas modalidades. En este texto nos plantean que los apoyos visuales pueden servir para:
Resaltar los puntos mas importantes de una exposicin; Expresarse en forma concreta y directa; Atraer, concentrar y mantener la atencin; Dinamizar la presentacin, dar ritmo al tiempo de la palabra oral; Dar nfasis visual a conceptos abstractos; Prevenir `vacios' en la memoria de expositor y evitar la improvisacin (Palomas y Nartinez, 1993:32).
Otros textos, dentro del campo profesional que tratan la cuestin dentro otros temas, aluden a los medios audiovisuales como elementos que ayudan en funcin de transmitir conocimientos, informacin, motivar la participacin y colaboran para conocer, comprender y recordar (cf.Tobn, et al., 1983:229).
54 La imagen ha pasado a ocupar un lugar irremplazable en la comunicacin no verbal, y ello ha sido incorporado en el ejercicio profesional mediante la utilizacin de formas mas simples como los dibujos manuales, pasando por fotografias, impresiones a color hasta mas complejas como los audiovisuales, ya sea de diapositivas o videos. Recurrir a la exposicin de material en carteleras o vitrinas, es una tarea frecuente que se realiza en casi todas las instituciones estatales. En ellas se combinan afiches, cartas, carteles o folletos, que lamentablemente, en muchos casos, se encuentran en forma confusa. Estos recursos tienen intima relacin con los recursos de funcionamiento que estan determinando en gran parte su condicin de ser asequibles, dado que se requiere de equipamiento o mobiliario que sirva de soporte. De todos modos, el hecho de existir una computadora e impresora o una vitrina no deriva necesariamente en la utilizacin de recursos visuales. En los carteles o afiches lo central es lo visual y no lo escrito en si, por ello es recurso visual, y como tal, una de sus condiciones es que debe emplear pocas palabras (Tobn et al.,1983, p.229) Notamos que los recursos visuales generalmente estan mal utilizados, por ejemplo hemos observado en algunas instituciones que los mensajes visuales, no tienen una ubicacin adecuada para atraer la atencin, textos demasiado extensos o carteleras muy recargadas. Por otra parte, la actualizacin de la informacin, que es un requisito indispensable, no suele cumplirse.
En el texto de Palomas y Nartinez se plantean algunos elementos claves y definiciones de distintas modalidades de recurso visuales, como el fotomontaje, que puede ser definido como
Un mensaje construido a travs de imagenes (fotografias y dibujos, recortes de revistas y peridicos) las cuales ordenan de modo tal que desarrollen un tema o un suceso de inters para un grupo o comunidad." (!bid., p.68)
En cuanto a la produccin de fotografias con fines educativos, no tenemos muchos ejemplos, dado que generalmente se hace un registro fotografico espontaneo, no contemplado como recurso a ser utilizado. Lo que se ha realizado con frecuencia es sacar fotos" sobre determinados eventos o acontecimientos, por la 55 disponibilidad de algun participante, pero dificilmente se encuentre en una institucin una camara fotografica para registrar las actividades, y menos aun un profesional formado en el tema. Estos constituyen obstaculos al momento de trabajar estos recursos en formas mas complejas, intentando plasmar procesos o construir mensajes, como ocurre con el fotomontaje o el peridico mural.
El peridico mural es un medio de informacin y orientacin, formado por textos e ilustraciones, colocadas sobre un soporte, que desarrollan uno o varios temas (!bid., p.60)
La fotografia ha sido incorporada desde los inicios mismos de su existencia en las ciencias sociales como material de estudio 30 , pero los Trabajadores Sociales que utilizan la fotografia lo hacen mas como medio de documentar y registrar que para fines de investigacin. Lo visual ayuda a la memoria, las fotos contienen recuerdos que se evocan al mirarlas, y seria muy provechoso que se utilizase en las entrevistas, para aportar en el conocimiento de las historias de vida o los procesos de grupos y organizaciones. Por el momento no hemos encontrado, fuera de los ambitos acadmicos, su incorporacin en la intervencin profesional, aunque no descartamos la posibilidad que ello suceda. Desde el punto de vista educativo, la utilizacin de imagenes, como las fotografias o las filmaciones, a la vez de documentar los cambios, sirven para recuperar procesos de los grupos que participan, colaborando en la reflexin y evaluacin. Por otra parte, existen producciones de video documental que tienen por objetivo mostrar el trabajo de una institucin o los resultados de los proyectos. La produccin de imagenes que sirvan de recurso, en el campo del Trabajo Social, esta en su fase de maduracin condicionada por el limitado acceso a los equipamientos e insumos necesarios. Por ello los recursos que mas se utilizan dentro de la esfera educativa son los ya producidos. Es innegable que a partir de la conversin de las peliculas comerciales en formato de video, se facilit la modalidad de cine-debate o video-debate para la reflexin sobre distintas problematicas.
30 En un artculo Souza Campos, M. (1992) realiza una sntesis recogiendo planteo de distintos cientistas sociales. 56
La pedagogia del cine-debate se apoya en la capacidad de mostrar con claridad una situacin o el desarrollo de una accin de gran impacto emotivo que produce el mensaje cinematografico [...|. El cine, para grandes y pequenos, tiene magia, atrapa la atencin del espectador y lo transporta a la historia que se proyecta. Es un recurso muy atractivo y de multiples usos (!bid., p.95)
Hay que tener presente que en el cine - y en general en la imagen - tambin hay verdad y engano, lo que aparece como real puede contener un mensaje con falsedad. Es importante la eleccin de la pelicula adecuada a la tarea educativa que se pretende llevar a cabo.
Encontramos experiencias de cine-debate 31 , que apuntan a analizar el contexto sociocultural, caracterizar modalidades vinculares de la familia, analizar factores de riesgo y opinar sobre la intervencin profesional. Los dispositivos visuales pueden generar una comprensin diferente, alli donde las palabras pueden ser un obstaculo. No se puede desconocer el lugar que ha adquirido la imagen en la cultura, en virtud de ello es imprescindible la utilizacin de este tipo de recursos.
No podemos dejar de mencionar que cuando se trabaja con disminuidos visuales o ciegos, estos recursos no tienen el significado que estamos poniendo de manifiesto, y entran en escena otros recursos como por ejemplo los centrados en lo auditivo - como los equipamientos de computacin o la biblioteca parlante -, pero por el momento los incluimos ya sean en los recursos de funcionamiento, las prestaciones, los vinculos o los recursos profesionales.
Por ultimo debemos destacar que existe una incipiente realizacin de videos 32 , donde las imagenes son utilizadas como recurso para documentar distintos momentos de un proceso, que al ser proyectados a los propios protagonistas colaboran en la reflexin
31 Hemos realizado un primer relevamiento, volcado en el texto Trabajo Social y Recursos Visuales (Oliva, et al., 1999) 32 Nos estamos refiriendo a los videos donde participan Trabajadores Sociales. 57 y evaluacin de ese proceso. Asi encontramos, que en los ultimos anos, se han volcado experiencias, evaluacin de proyectos y planteamientos de problemas sociales a travs de la video-filmacin y la produccin de videos 33 . 2..5 El tiempo como recurso
Cuando pensamos en recursos inmediatamente se presenta lo material, lo tangible, sin embargo, consideramos que el tiempo debe ser identificado como un conjunto que se utiliza y se consume. En este sentido, es importante considerar su condicin de ser asequible o inasequible en la intervencin profesional. Nos interesa plantear la necesidad de tener en cuenta que existe un condicionamiento objetivo, por ello trataremos el tema desde dos aspectos, por una parte en lo que hace a la dimensin convencional; y desde otro angulo lo vincularemos a las funciones de asistencia, gestin y educacin. Para definir este recurso se suele acudir a una convencin basada en tres posibilidades: presente, pasado y futuro; asi como la cuantificacin en minutos, horas, dias, anos, etc. Desde un angulo convencional, el tiempo futuro se ha definido dentro de la planificacin como tiempo necesario, que pasa a traducirse en etapas o momentos de los planes, programas o proyectos. Para algunos autores puede ser categorizado como insumo-tiempo y esta vinculado al xito de los proyectos (Cornely, 1977:118) En la organizacin del tiempo, los mecanismos que provienen de la planificacin, con la definicin de etapas y la elaboracin de cronogramas, poco han contribuido en la intervencin. La utilizacin del tiempo es planteada en forma lineal, y no contempla la complementacin yfo superposicin de las actividades que son una constante en la practica profesional. Por ello nos parece mas apropiado la propuesta del equipo del CELATS que intenta definir
33 Hemos accedido a algunos trabajos en video realizados en la provincia de Santa Fe, sobre la organizacin en torno a la construccin de una escuela pblica; la constitucin de una cooperativa; autoconstruccin, etc.; En la provincia de Buenos Aires existen videos documentales sobre diversas problemticas (alcoholismo, drogadependencia, violencia, discapacidad, etc.) generados por diversas reas. El Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria cuenta con una serie de videos educativos sobre Huerta Orgnica Familiar que son utilizados en los centros de salud, centros de jubilados y escuelas (Oliva, et al. 1999). 58 criterios para organizar las actividades bajo tres condiciones: previas, paralelas o posteriores (Tobn et al., 1983:22+). Por otra parte, nos proponen algunas recomendaciones:
Debe destinar mayor parte de su tiempo a realizar aquellas tareas que corresponden a sus funciones y a la solucin de los problemas que atiende, considerando como necesario la asignacin de unas horas al dia para el trabajo de capacitacin y analisis. En lo posible, conviene delegar las tareas de rutina o sistematizarlas y simplificarlas al maximo (Tobn et al., 1983:223).
Estas sugerencias debemos contemplarlas dentro de la dimensin cuantificable de este recurso que tiene un punto de partida en la jornada de trabajo estipulada. Con la flexibilizacin laboral esto ha tomado otras connotaciones, se cumplen horarios mas extensos y con mayores actividades; a su vez, se suma tiempo por fuera de los horarios preestablecidos, ya sea por la realizacin de gestiones, o por distintas actividades que, en muchos casos, se realizan en el hogar. El tiempo, dentro del trabajo asalariado, es un recurso que condiciona las posibilidades para desarrollar un proceso, para reflexionar sobre cada problema, para hacer informes, para profundizar vinculos, para profundizar el aprendizaje, para profundizar las gestiones, para generar grupos, para tener contactos, para la maduracin de la experiencia profesional, etc. El recurso tiempo es fundamental desde el punto de vista educativo, ya que el aprendizaje requiere del desarrollo de un proceso, que puede ser mas o menos acelerado de acuerdo al momento histrico. La percepcin del tiempo, como esta demostrado, es relativa, y como dice Noffat (1988), hay quienes se perciben en un presente continuo, porque al no estar garantizado su presente, la nocin de futuro se desvanece. Cuando las condiciones de vida no garantizan la reproduccin de la vida, el futuro como recurso es impensable, y ello condiciona fuertemente el trabajo que pueda desarrollar el profesional. Es necesario contar con tiempo de proceso, es decir, una disponibilidad que no es slo de horas, sino de meses yfo anos de vinculo con los mismos usuarios. En este sentido, otro gran 59 determinante en el desarrollo de los procesos, es la inestabilidad laboral de los Trabajadores Sociales y las formas precarias de contratacin Se denota que el recurso tiempo esta determinando la labor asistencial en dos aspectos, tanto en la tarea diaria, como en la posibilidad de avanzar mas alla de una entrevista. Como dijimos, la existencia de prestaciones conlleva a la tarea de atender demandas, -que en este punto retomamos desde otro angulo- ya que determina las posibilidades de cumplir o no, una tarea educativa y la posibilidad para desarrollar procesos. Existe coincidencia en cuanto que en una sola entrevista no se puede hacer mucho, por ello es elemental la posibilidad de dar continuidad, lo que necesariamente implica mayor disponibilidad de tiempo. Cuando estamos tratando de desarrollar estrategias, tambin hay que contemplar cual es el tiempo asequible dia a dia. En el trabajo diario se determina la capacidad de dedicacin en cada demanda, disponibilidad para realizar informes, reflexionar sobre los problemas presentados, realizar gestiones, etc. Uno de los tantos problemas que se presentan, es que cuanto menos tiempo es destinado a atender las demandas, se genera mas tiempo de espera para los usuarios. El tiempo de espera, generalmente es una cuestin conflictiva y repercute directamente en la demanda. Sin embargo, encontramos que ese tiempo puede ser utilizado por los usuarios de forma positiva o negativa. Hay experiencias en las cuales se generan situaciones de solidaridad e intercambio apuntando a soluciones colectivas, y otras donde se generan enfrentamientos, rivalidades y violencia. Con relacin a este ultimo punto, son situaciones consideradas de tiempo perdido porque se esfuma sin dejar nada, y mientras transcurre el tiempo de espera se van acumulando tensiones, que luego se expresan en conductas agresivas, muchas veces contra los profesionales o empleados. El tiempo de espera deberia ser considerado dentro de la intervencin, no puede seguir siendo ignorado o incorporado como un mal inevitable.
En lo concerniente a las gestiones, el tiempo utilizado para trasladarse toma distintas connotaciones de acuerdo a la dimensin de las ciudades o en las tareas en zonas rurales donde las distancias a recorrer provocan un consumo diferenciado de tiempo. 60 Tambin este recurso-tiempo esta presente en la esfera de la gestin intimamente ligado a la trayectoria profesional, relacionado con las posibilidades de establecer vinculos con mayor o menor facilidad. Los anos de trayectoria profesional se pueden traducir en facilidades mayores en el desempeno de las gestiones de acuerdo a los contactos que se hayan generado. Asi el tiempo pasado aparece como un recurso, en lo que respecta a la gestin, vinculado a la experiencia y la trayectoria de cada profesional.
Desde otro angulo el tiempo como recurso significa prever su utilizacin, tanto el tiempo contemplado dentro del horario de trabajo, como fuera de l. En este sentido, el tiempo tiene una determinacin fundamental vinculada al posicionamiento, al compromiso, pero tambin a las condiciones de vida tanto de los usuarios como del profesional. El tiempo es clave en el tipo de practica que se desarrolla, que se puede limitar segun lo pactado en la venta de la fuerza de trabajo - es decir, segun el horario que se debe cumplir como trabajador asalariado-, aunque tambin puede trascender esa frontera. La utilizacin de ese tiempo extra" puede responder a la propia voluntad del Trabajador Social, pero tambin a la demanda de otros colegas o de los usuarios que se presentan por fuera de los horarios preestablecidos 3+ . En la practica profesional la reflexin, la lectura, y otras actividades que generalmente no estan contempladas en el tiempo asalariado, tambin deben estar incluidas, dado que son realizadas por los profesionales, ya sea en forma solitaria o con otros colegas, otros profesionales o no profesionales. Pensar sobre la practica es parte de la practica, en este sentido buscar recursos tericos, leer y escribir, sin dudas son actividades que tienen grandes implicancias en la intervencin. Sin embargo, hay que destacar que generalmente esta utilizacin del tiempo para el estudio, que ocupa parte de la vida que esta por fuera del salario, es justamente el elemento menos alienado dentro de la practica, cuando es realizado por placer. Aunque por ello, no hay que dejar de lado que debe ser reivindicado como parte del trabajo, y por lo tanto, debe incluirse dentro de la jornada laboral.
34 Esta cuestin tiene implicancias diferenciadas en las ciudades menores donde las relaciones van ms all de lo laboral. 61
Cada uno de nosotros tendria que profundizar mucho mas sobre la utilizacin del tiempo. Seria preciso analizar de qu manera usamos el tiempo en el transcurso de nuestra vida: pensado, hablandofescuchando, leyendo, viajando, reflexionando, mirando la televisin, conversando especulativamente sobre informaciones 35 , realizando actividades de reproduccin de la vida cotidiana, participando en organizaciones, etc. Esto nos remite a pensar mas profundamente en el significado que le damos a las distintas actividades, al compromiso profesional y tambin a un posicionamiento frente a la vida.
2..6 Los vnculos
Estamos analizando todos los recursos desde un angulo que nos permita ver como sirven en la intervencin, en este sentido le damos otro significado a la tradicional forma de definir los recursos humanos. En la tarea diaria permanentemente necesitamos de otras personas, ya sean profesionales, usuarios, personal administrativo, porteros, conocidos, amigos, etc. Si analizamos las razones por las cuales podemos contar con una persona como recurso", concluimos que no es en si slo, ni la capacitacin, ni sus ideas, ni habilidades personales, etc. sino, que lo principal es el vinculo que ha sido posible establecer. Es decir, que una persona preste su fuerza de trabajo en general o servicios profesionales, recreativos, manuales, tcnicos, etc., no se logra sin establecer un vinculo que permita su participacin en las tareas. La forma de definir los recursos humanos" que se suele utilizar no da cuenta de la realidad. Es necesario analizar las relaciones, dado que pueden existir recursos humanos que en realidad nos obstaculizan las actividades, y en ese sentido, es casi infructuoso considerarlos recursos. Si bien, procuramos a una persona que cumpla ciertos requisitos de formacin, conocimiento o
35 Ms vulgarmente podramos decir chusmeando 62 experiencia, ello es un dato que por si slo no lo convierte en recurso. Por eso, nos parece mas conveniente referirnos a lo que se posibilita al establecer vinculos que nos permiten hacer un trabajo determinado, contrariamente a definir un recurso humano, en forma neutra, negando el juego de cuestiones subjetivas. Pensemos que estos recursos nos ofrecen facilidades o resistencias, se trata de movilizar voluntades donde subyacen intereses, de modo que, slo en determinadas condiciones pasan a formar parte del arsenal operativo, ya que obedece a una cadena de mediaciones bastante compleja.
El vinculo es siempre un vinculo social (...) en un tiempo y espacio determinado (Pichn Rivire, 198+:+7).
En las relaciones que se establecen entre las personas, los vinculos se generan a partir de ideas, de cuestiones emotivas, de posiciones profesionales, politicas, religiosas, culturales, etc. de acuerdo a los problemas que se enfrenten, al trabajo especifico que hay que realizar o tambin frente a la vida en general. Que cierta persona est capacitada para realizar una tarea puede no significarnos mucho en la intervencin, sino se define su condicin como recurso asequible o inasequible. La gestin que realiza un Trabajador Social, tambin incluye la tarea de movilizar vinculos, que se conviertan en recursos para la intervencin. Esos recursos-vinculos pueden ser logrados tanto con los referentes institucionales, como con pobladores, o cualquier otro sujeto, entre quienes puede existir toda una gama de intencionalidades enmarcadas en la diversidad de orientaciones tico-politicas de los involucrados. Es una practica bastante instalada, frente a las dramaticas situaciones que se presentan en las distintas areas, que se recurra a los vinculos familiares o de amistad de los usuarios, para que aporten en la atencin de la problematica lo que las prestaciones no contemplan. Lamentablemente es muy comun en el ejercicio profesional, transferir las obligaciones del Estado hacia las familias, quienes se ven obligadas, generalmente a partir de un vinculo basado en la culpa. El vinculo que se establece entre el profesional y los usuarios no necesariamente es un recurso, tambin puede ser un obstaculo impidiendo ciertas acciones. 63 Desde los inicios de la profesin, se ha valorado el vinculo basado en la confianza, dado que permite avanzar en el dialogo, en el proceso educativo, en la participacin. Por otra parte, es comun que los profesionales se apoyen en ciertos vinculos especificos entre pobladores que pueden colaborar en cierta actividad organizativa o en el asesoramiento y orientacin a determinadas personas. Para algunos profesionales la gestin de los vinculos se encamina con el denominado trabajo en redes, mientras que ello es criticado por otros, cuando apunta a una homogeneizacin y difusin de informacin que, - de acuerdo al area - puede ser perjudicial y tener riesgos para las personas involucradas. Podemos agregar que, en cierta forma, los grupos de autoayuda estan basados en la lgica de recursos-vinculos, ya que el enfrentamiento del problema se aborda a partir de los vinculos que se generaron en ese grupo. Para el profesional del Trabajo Social, la gestin de los recursos-vinculos tambin esta presente en las tareas de caracter organizativo. Es decir, organizar, en definitiva, es desarrollar nuevos vinculos para llevar a cabo acciones. Una parte de esa gestin, es el trabajo de convocar cara a cara, que tiene cualitativamente una repercusin muy diferente que hacerlo por otros medios impersonales.
En la realizacin de reuniones, asambleas o trabajos grupales encontramos que se apela a los vinculos como un recurso para hacer las llamadas convocatorias en cadena". Esto significa que se establece un mecanismo por medio del cual determinadas personas son las encargadas de transmitir la informacin, que luego sera retransmitida sucesivamente a otras. Tambin se acude a una convocatoria casa por casa", que a su vez sirve para establecer nuevos vinculos.
Por ultimo, nos queda por mencionar que el trabajo toma otras connotaciones cuando el vinculo intenta ser un recurso entre organizaciones, ya que no se trata de un vinculo individualizado sino de un conjunto de relaciones que atraviesan la existencia de los grupos u organizaciones. Es decir, cuando los recursos-vinculos involucran voluntades colectivas o sectoriales, la gestin tiene determinaciones mucho mas complejas, dado que las instancias politicas que entran en juego gravitan en niveles intermedios de la 64 practica pudiendo llegar a una repercusin en el nivel macro 36 , dependiendo del tipo de organizacin.
2..7 Los recursos profesionales
Los recursos profesionales son el bagaje de conocimientos y habilidades con que cuenta un profesional en un momento histrico determinado, donde entran en juego elementos objetivos y subjetivos. No pueden asimilarse a la aprehensin de conocimientos tericos, ni tampoco quedar amarrados a la lectura de politicas sociales en general o institucionales en particular. Es necesario profundizar sobre los distintos conocimientos y las llamadas habilidades y capacidades que se ponen en juego en la intervencin. Existen aspectos claves como, por ejemplo: saber escuchar, observar, utilizar un lenguaje apropiado a cada circunstancia, etc., que son aprendizajes derivados no slo de la lectura de textos, sino tambin de la reflexin sobre la experiencia o de diversas informaciones. Las determinaciones que operan sobre la constitucin de ese bagaje son de distinta indole: lugar de origen, acervo ideo- cultural, status econmico, creencias religiosas, ideas politicas, aspectos psicosociales, etc 37 . Los componentes subjetivos se vinculan a los componentes objetivos, es decir, no tienen existencia independiente. Por ello, los recursos profesionales constituyen el punto mas critico para definir en trminos de elementos que forman parte del arsenal operativo. Es necesario abordar el aporte y las limitaciones del Trabajador Social en la trama de determinaciones que estan condicionando la mediacin del trabajo que realiza, lo que implica que para dar cuenta realmente de estos recursos seria necesario desarrollar una amplia gama de nuevas investigaciones. Por el momento, hemos realizado una problematizacin que nos permite identificar algunos elementos que conforman el conjunto
36 Nos estamos basando en los niveles de la prctica segn Reckman y Van Roon (1991) 37 En el texto La prctica del trabajador social, del CELATS (1983:60-61) aparecen algunas de estas determinaciones planteadas como problemas que tiene el Trabajador Social. 65 de los recursos profesionales. !ntentaremos ir reflexionando sobre ciertos puntos, y remarcamos que en este escrito slo realizaremos un esbozo que no agota en absoluto este tema.
Como dicen algunos colegas: el primer recurso somos nosotros mismos, y en ese sentido, es que se constituye en una intervencin profesional de Trabajo Social. Se puede intervenir sin prestaciones, sin espacio fisico, sin otros profesionales, pero nunca sin Trabajador Social. Podemos prescindir de muchos de los otros recursos pero sin recursos profesionales no se trataria de una practica profesional del Trabajo Social. Ello no significa que existe una homogeneidad en esa practica, por el contrario al existir una gran heterogeneidad de profesionales, es necesario profundizar en las determinaciones para empezar a comprender el interjuego dialctico entre cuestiones objetivas y subjetivas. Una de las cuestiones primordiales a considerar es con respecto al lugar que ocupa el conocimiento en la intervencin. Coincidimos con !amamoto cuando plantea:
Asi, el conocimiento no es slo un barniz que se pone superficialmente en la practica profesional, pudiendo ser dejado de lado; sino que es un medio a travs del cual es posible descifrar la realidad y clarificar la conduccin del trabajo a ser realizado. En esta perspectiva, el conjunto de conocimientos y habilidades adquiridos por el asistente social a lo largo de su proceso de formacin son parte del acervo de sus medios de trabajo (!amamoto, 1999:63).
Sin pretender entrar en un debate epistemolgico, es necesario dejar planteado, que el conocimiento -la reproduccin del objeto en el pensamiento- no es idntico a la intervencin profesional ya que sta ultima implica accin 38 . La forma como el
38 Nobuco Kameyma en el debate sobre metodologa del conocimiento y metodologa de accin plantea: El mtodo de conocimiento consiste, por lo tanto, en reproducir en la conciencia el objeto en todas sus conexiones y relaciones principales. Esta reproduccin mental e integral se efectiviza con la ayuda de conceptos abstractos. Es el mtodo que permite elevarse del abstracto al concreto, que es el modo como el pensamiento se apropia del concreto bajo la forma de concreto pensado; que no es, de ningn modo el propio concreto. Mientras el proceso que se opera en el pensamiento y que consiste en la 66 profesional se apropia del concreto es una determinacin en la constitucin de recursos profesionales para intervenir, pero entran en escena otras determinaciones y mediaciones. Hay un conocimiento mas vinculado a las mediaciones de la practica. Ese conocer para la accin es la habilidad para intervenir, y ese conocimiento es la mediacin donde se insertan determinaciones que no son slo aprehensin de conocimientos tericos. Cabe recordar, que no estamos tratando los recursos del profesional en su funcin acadmica o como investigador productor de conocimientos tericos, sino como un trabajador que produce modificaciones en las esferas de la asistencia, gestin y educacin - aunque en ello existan indagaciones, se procuren informaciones y se produzcan conocimientos.
Sobre este tema, que es bastante complejo y un tema muy controvertido, hemos consultado a los profesionales, principalmente acerca de la constitucin de su acervo terico-metodolgico. Nos han expresado, reiteradamente, que la formacin de grado no ha jugado un papel central, y consideran aun, que cierta formacin ha sido contraproducente, manifestando serias deficiencias de recursos tericos 39 . Las colegas, que en su formacin profesional se nutrieron de ciertos recursos tericos, afirman que luego los fueron descartando y olvidando. De modo que, la lectura de la realidad se fue nutriendo de otros conocimientos a los que le atribuyen mayor importancia. Se trata de un acervo de informacin y material terico, que es recogido de otras areas, y que permite un mayor conocimiento especifico vinculado a la particularidad de las problematicas trabajadas. Se apela a lo que denominan conocimientos especificos de los distintos campos de actuacin. El aporte de otras disciplinas siempre estuvo presente en la ensenanza del Trabajo Social y en el mismo ejercicio de la profesin, desde sus origenes. El Trabajador Social se nutre de otros conocimientos que no provienen unicamente de las ciencias sociales, sino que, elementos de la medicina, el derecho, la biologia, la
reproduccin espiritual del objeto real, bajo la forma de concreto pensado, no transforma la realidad porque, entre la teora y la actividad prctica transformadora, se inserta un trabajo de mediacin (Kameyma, 1995:102). 39 Cabe aclarar que los entrevistados a los que nos referimos trabajan en instituciones estatales, se han formado en la dcada de 1980 en distintas unidades acadmicas de Argentina. 67 bromatologia, la agronomia, la arquitectura, etc. proporcionan conocimientos que al momento de intervenir son claves para el profesional. Nas recientemente, se ha sumado - y dependiendo del tipo de trabajo puede influir en mayor o menor nivel- la capacitacin respecto del uso de tecnologias informaticas, el dominio de ciertos programas de computacin, !nternet y correo electrnico. No hay que subestimar que en la aprehensin de conocimientos entran en juego determinaciones como: la formacin de grado, la difusin de materiales, las posibilidades de investigacin, el acceso a posgrados o los cursos de actualizacin, especializacin, etc. Ello contribuye o limita de distintas formas la constitucin del cumulo de conocimientos del profesional.
El avance del conocimiento cientifico en distintas areas, el desarrollo de tecnologias, nuevos estudios en ciencias sociales, asi como la emergencia de nuevas practicas, han hecho cada vez mas necesario acudir a un conocimiento especifico, que aporte a la particularidad de la problematica que se aborda, y ello no hay que confundirlo con su fragmentacin. Esta visto que con la demarcacin de las areas en general, como salud, vivienda, discapacidad, educacin o tercera edad, no es suficiente y faltan muchas precisiones para la intervencin. Por ejemplo, en la tradicional area denominada salud, existe un abanico de problematicas que requieren un abordaje diferenciado: los trastornos de la alimentacin, la problematica en torno al transplante de rganos, las enfermedades crnicas, el embarazo infantilfadolescente, la diversidad de enfermedades terminales, etc. Cada una tiene elementos particulares que requieren del conocimiento de su origen, evolucin y desarrollo. Al abordar una problematica particular se requiere estudiar sobre el tema, alli radica una diferenciacin entre quienes - por distintas razones- no se ocupan de ello, o quienes procuran obtener nuevos conocimientos profundizando por medio de la lectura individual, en grupos de estudio, cursos de especializacin, jornadas de actualizacin, proyectos de investigacin o carreras de posgrado. Esos conocimientos llamados especificos no son ni mas ni menos que los conocimientos que permiten posicionarse para dar una direccin en la intervencin frente a temas determinados. Desde nuestra perspectiva, la produccin terica que puede ser una llave para superar la fragmentacin entre un conocimiento abstracto en general y los objetos concretos de intervencin, se 68 encuentra en la propuesta que realiza el equipo del CELATS que plantea la necesidad de definir el problema objeto de intervencin (CELATS,1983) +0 . Es decir, el conocimiento siempre esta determinado por" y en relacin a" situaciones concretas, con la diversidad que ello implica en sus rasgos universales, particulares y singulares. Esos conocimientos, de la problematica que se aborda - que de ninguna manera significan recortar o aislar -, son imprescindibles para poder asesorar a los usuarios, dialogar, posicionarse frente a distintas alternativas, gestionar recursos asi como para el trabajo interdisciplinario.
Las bases terico-metodolgicas son recursos esenciales que el asistente social acciona para ejercer su trabajo: contribuyen a iluminar la lectura de la realidad e imprimir rumbos a la accin al mismo tiempo que la modulan (!amamoto, 1999:62-63).
!ndudablemente las bases terico-metodolgicas aun estan muy dbiles, principalmente por la escasa produccin terica del Trabajo Social, inclusive desde distintas perspectivas. Si bien, coincidimos con !amamoto en la centralidad que le otorga a las bases terico-metodolgicas, consideramos que es necesario un mayor desarrollo terico, asi como tener presente su vinculo con las determinaciones en torno a los recursos escritos. Esta claro que no es atribuible la debilidad terico- metodolgica a un profesional en particular ni a las Ciencias Sociales en general, sino que el desarrollo mayor o menor de conocimientos depende, en gran medida, del colectivo profesional. Ciertamente si evaluamos la produccin terica del Trabajo Social en los ultimos veinte anos en Argentina +1 , encontramos muchas limitaciones, con
40 Cabe aclarar que esta propuesta, elaborada con la coordinacin de Mara Cecilia Tobn, se asienta en los estudios de Marilda Iamamoto, Manuel Manrique Castro, Alejandrino Maguia, Myriam Veras Baptista, Carlos Urrutia entre otros autores; y se nutre de los materiales producidos por profesionales en el marco de los Cursos de Capacitacin a Distancia de 1981- 83. Por otra parte, a nuestro modo de ver, este texto permite abrir una puerta para abordar de una forma dinmica la cuestin metodolgica, pero tambin presenta ciertas falencias esquemticas. Es necesario destacar que su contribucin para el anlisis de la prctica profesional es innegable, aunque requiere de mayores profundizaciones. 41 No esta dems recordar que en nuestro pas los estudios de posgrado y la preocupacin por 69 evidencias bastante claras en relacin a la cuestin terico- metodolgica. En ese sentido, no podemos suponer que para la intervencin se cuenta con los recursos tericos que slo es cuestin de accionar. Encontramos criticas a ciertos conocimientos aprehendidos principalmente cuando son esquematicos y entorpecen la intervencin que, por consiguiente, no son considerados recursos profesionales. Este punto es clave para comprender que no necesariamente los conocimientos tericos aprehendidos son accionados, y ademas pueden oscurecer mas que iluminar la lectura de la realidad. A su vez, la lectura de la realidad no se traduce mecanicamente en accin, ya que conocer no es lo mismo que intervenir. Existe la mediacin del trabajo profesional, en un contexto determinado, con las particularidades y singularidades tanto del Trabajador Social como de la institucin y los usuarios en un momento dado. Es decir, los conocimientos no se ejecutan como en una prueba de laboratorio donde es posible controlar mucho mas (e inclusive no del todo) los elementos que forman parte del trabajo profesional. Cuando nos referimos al conocimiento que clarifica e imprime los rumbos, consideramos que ademas de los conocimientos tericos, existe un caudal de informacin general sobre aspectos econmicos, culturales, religiosos, climaticos o de vocabulario, que son imprescindibles. Los conocimientos sobre la dinamica de la vida cotidiana de los sectores con los que se trabaja, y ciertas informaciones que si bien pueden parecer secundarias o mas utilitarias, no son elementos menores en la intervencin. Por ejemplo, en el trabajo con adolescentes es fundamental conocer ciertos cdigos que se divulgan en programas de televisin; los enfrentamientos entre distintos sectores de la musica popular, los idolos con que identifican, o lo que simplemente esta de moda para unos y es atacado por otros; aunque tambin puede ser necesario conocer los pronsticos meteorolgicos de fuertes lluvias o intenso calor que limiten ciertas actividades.
el desarrollo de la investigacin son bastante recientes, en este sentido es que relativizamos la afirmacin que realiza Iamamoto. 70 El conocimiento indudablemente determina la accin, pero tambin esa misma accin esta determinada tanto por intereses de los usuarios o de funcionarios de la institucin - en donde generalmente se pone el acento para describir las limitaciones - como tambin en los intereses del mismo profesional. Por ejemplo, es bien sabido que si se pretende trabajar desde una ptica participativa, para convocar a una reunin siempre es mejor un dialogo directo con los usuarios que hacerlo por medio de un cartel. Pero, por otra parte, se sabe que se requiere una dedicacin mayor para realizar esa tarea que si la difusin se realiza colocando algunos carteles. Se requiere mas disponibilidad de tiempo, hay que trasladarse, disponerse a repetir varias veces los objetivos de la reunin, escuchar la diversidad de problemas de quienes se esta convocando, etc. Asi, esta gama de conocimientos esta en tensin, y la decisin tomada en forma individual por un profesional puede no responder al perfil participativo, aunque se tenga claridad sobre l. Quizas la brecha entre el discurso" y lo que hacen" algunos profesionales radique en las prioridades que otorgan a ciertos intereses individuales al momento de llevar a cabo la actividad. Hay tensiones derivadas del trabajo asalariado, que hoy se han agudizado con el embate neoliberal y su fuerza para imponer el pensamiento unico, que viene produciendo un individualismo bastante generalizado. El pragmatismo se expande y se apodera de profesionales, que aunque cuentan con ciertos recursos no los utilizan como instrumentos. Es necesario, volver a poner en cuestin el tema del compromiso profesional, que practicamente ha quedado en el olvido, e inclusive recibe ataques que se amparan en las criticas al mesianismo de los anos `70. En la dinamica de la intervencin profesional tenemos que introducir la dimensin politica, en consecuencia la capacitacin debe ser entendida como un conjunto de conocimientos que se fundamentan en una visin de sociedad determinada, que contiene elementos centrales para la accin. Si bien, afirmamos que los recursos profesionales estan constituidos por cierta aprehensin de recursos tericos e informativos, no podemos dejar de lado, como si fuese una obviedad, que la capacitacin es para la accin. Se puede tener un caudal de informacin y formacin terica que no necesariamente se traduce accin, ya sea porque se decide no utilizar o porque existen falencias de reflexin sobre la singularidad, 71 de creatividad, de analisis y sintesis, de comunicacin, de critica y autocritica, asi como de la conviccin que permite llevar a cabo una tarea. No hay dudas acerca de reconocer que la teoria es un recurso pero, generalmente en el ambito acadmico, se tiende a descartar otro tipo de conocimiento mas utilitario" y se resta importancia a la cuestin de la llamada habilidad o destreza que implica la mediacin del trabajo que realiza el profesional. Cuando hablamos de destreza operativa estamos aludiendo al modo de desarrollar la intervencin profesional, que necesariamente implica una determinada capacitacin. De manera que, siempre estamos suponiendo un tipo determinado de destreza, es decir, no hay una destreza neutra, sino que la destreza operativa de un Trabajador Social siempre se vincula a una cierta capacitacin que responde a ciertos perfiles. Podemos afirmar que alguien sabe" entrevistar, hacer un informe o coordinar una reunin siempre dependiendo desde qu perspectiva lo estemos analizando. El saber operativo esta intrinsecamente tenido de algun color, creo que muchas veces errneamente se aplica al analisis de la intervencin ciertas criticas al llamado conocimiento instrumental". No es lo mismo el conocimiento instrumental para encender la luz, que el conocimiento para hacer una visita domiciliaria, hacer una convocatoria, hacer informe, y ni siquiera para completar un formulario, porque siempre existen criterios de adaptacin o de enfrentamiento a las normas establecidas que tensionan esas acciones. El pragmatismo de los profesionales no es neutro, y sirve claramente a la reproduccin del actual orden, por lo tanto es un instrumento de la reproduccin de la sociedad dividida en clases. Quienes pretenden enfrentar el actual orden, deben contar con un saber operativo diferente, por lo tanto sus instrumentos tambin seran diferentes aunque se cuente con los mismos recursos escritos, de tiempo, de funcionamiento, etc., para hacer una entrevista, un informe o una visita domiciliaria, alli los recursos profesionales aportan esa diferencialidad de perfiles. Como ya lo hemos expresado, la propia condicin de clase e historia de vida del profesional nos proporciona una serie de determinaciones socioeconmicas y culturales en la constitucin de los recursos profesionales. Por otra parte, consideramos que la capacitacin no debe ser contemplada slo como una atribucin de la inteligencia, sino que 72 tambin entra en juego lo emotivo, en la dinamica entre los rasgos subjetivos y las limitaciones del contexto en el que se desarrolla la intervencin en un momento dado. Esto no significa apostar al irracionalismo posmoderno ni otorgar toda la centralidad a lo subjetivo, hoy en boga, muy por el contrario significa usar nuestra racionalidad para develar las determinaciones objetivas que operan en los rasgos subjetivos. Lo emotivo penetra la intervencin profesional y se vincula de distintas maneras. Las complicaciones de la vida cotidiana, los conflictos en las relaciones personales o el dolor ante un fallecimiento, hacen que ciertos recursos profesionales sean inasequibles en un momento dado. Por mas capacitacin terica, formacin de post-grado y experiencia sobre una problematica, cuando el profesional no puede concentrarse para escuchar, para observar o para dialogar, por el estado emocional en el que se encuentra, no puede contar con sus propios recursos. Asimismo no hay que soslayar otros los aspectos subjetivos que condicionan la voluntad, los miedos, las aspiraciones, las fobias, preferencias. Reflexionar sobre estas cuestiones, ponerlas como objeto, pueden permitir superar algunos de los impedimentos, y en ese sentido, se convierten en recurso. Otro aspecto a considerar es que en su trabajo el profesional pone el cuerpo", pone sus fuerzas, su destreza manual, su capacidad de movimiento, su resistencia fisica. Para observar se requiere no slo de un caudal de conocimientos que permiten procesar la informacin sino que se necesita la vista, el oido, el olfato. No hablamos de un conocimiento sensorial, sino de la capacidad fisica mayor o menor para ver, oir o distinguir olores. A modo ejemplo, si pensamos en lo que sucede en las reuniones, vemos que tiene una importancia fundamental la memoria, la capacidad de concentracin, la diccin, la potencia de la voz; asi como la capacidad de la vista que permite distinguir con mayor o menor nitidez los gestos y las miradas. Por otro lado, la capacidad fisica tambin nos condiciona en ciertas actividades. En la observacin de lo que hacen los Trabajadores Sociales aparece a simple vista que: levantan cajas con alimentos, mueven sillas, arman carteleras, caminan en la calle o trasladan equipamientos. Sabemos que hacer una reunin implica, ademas de los temas que se tratan, tareas para acondicionar el lugar, acomodar los asientos, ubicar un proyector o conectar un 73 televisor y video. No vamos a entrar en un debate abstracto acerca de lo que corresponder hacer o no, creo que eso depende de las simples determinaciones que condicionan las actividades que nos permiten, mas en concreto, evaluar lo que es mas acertado. Lo que pretendemos es que se tenga en cuenta que esas habilidades o destrezas son elementos de los recursos profesionales, y que, en ello influye la mayor o menor preparacin que genera diferencias sustanciales en la predisposicin para cierto tipo de actividades. Nadie puede negar que el desgaste fisico se multiplica cuando no se cuenta con transporte para las visitas domiciliarias, y frecuentemente esto depende de las propias posibilidades de tener un vehiculo. Asi vemos que cuantos menos recursos de funcionamiento se disponen y con menos vinculos se cuenta mas se pone el cuerpo". A su vez, tambin influye la predisposicin para caminar, la resistencia al frio o al calor, etc., estando estos aspectos subjetivos relacionados directamente con otro tipo de recursos que objetivamente estan limitando. Tambin poner el cuerpo" puede entenderse tanto en lo concerniente a exponerse ante un publico, como a correr riesgos laborales o personales, aqui entramos en otro terreno que se vincula a la forma como el profesional enfrenta situaciones de exposicin personal. Las visitas domiciliarias si bien siempre tuvieron un componente de riesgo personal, en la actualidad se ha acentuado en el marco de mayores niveles de violencia. Por otra parte, hay rasgos personales que obstaculizan o facilitan las acciones donde es necesario moverse en medio de las personas o exponerse con lo que se dice.
Otro elemento de los recursos profesionales es la capacitacin en la comunicacin, que tiene una determinacin central en el lenguaje tanto verbal como gestual. La habilidad de modificar el lenguaje de acuerdo a las posibilidades de comprensin del usuario es un aprendizaje necesario que se constituye en un recurso. Hay quienes ponen un nfasis central en cuanto a las posibilidades y limites de la accin centrada en el lenguaje verbal, en la conversacin, en el dialogo que permite generar una reflexin diferente sobre la vida cotidiana. La capacidad de comunicacin no es slo lo que se dice, sino que generalmente, la atencin de la demanda no se restringe a una prestacin definida, sino que es mas 74 compleja e involucra tambin un tipo particular de escucha" que realiza el profesional. La mediacin del lenguaje se conjuga con la capacidad y velocidad con la que se hace una sintesis y se da una respuesta. Para reencausar un tema cuando se dispersa una reunin o en una entrevista, la rapidez o lentitud del profesional condicionan la intervencin. El lenguaje esta en intima relacin con las posibilidades de comprensin del usuario, pero tambin del Trabajador Social. En el lenguaje que utilizamos cotidianamente, pareciera que el significado de algunas palabras es univoco, por ejemplo: toalla, frazada, jabn. Pero hay toallas que no secan, frazadas que no abrigan, jabn que no lava, y asi podriamos seguir con una lista interminable de productos que se utilizan en la vida cotidiana para la reproduccin de los individuos. Las mismas palabras por lo tanto tienen connotaciones diferenciadas, de acuerdo a quien las dice y quien las escucha. Para intervenir en la pobreza" no es suficiente el conocimiento terico sobre las determinaciones estructurales que la generan, sino que conocer realmente implica entender muchas simples determinaciones que se condensan en esa categoria pobreza", y que constituyen un recurso profesional muy importante. La comprensin tiene un elemento central, dado por las condiciones de vida de las distintas clases y sectores sociales que consumen productos que se denominan con la misma palabra pero en esencia no cumplen igual funcin +2 . La existencia Trabajadores Sociales de distintos sectores sociales es un dato de la realidad, no debe confundirse con una derivacin aprioristica de posicionamientos, ni una simplificacin de lo que son los recursos profesionales, sino que se debe tener presente porque ello, indudablemente, esta condicionando la forma de entender el agobio de la vida cotidiana.
La dimensin politica de la practica profesional se ubica en un momento histrico, a nadie escapa las imposiciones mas dramaticas de los regimenes dictatoriales, pero tambin debe contemplarse las diferencias de los distintos gobiernos, y dentro de ellos, los perfiles de los funcionarios que delinean las politicas, o que
42 Si al leer esto alguien piensa que no hay jabn que no lava, o frazada que no abriga, desde ahora le recomiendo que vaya haciendo la experiencia de comprar algunos productos de baja calidad, para entender un poco ms acerca de la pobreza. 75 estan a cargo de las instituciones, areas o programas, e incluso dentro de los mismos equipos de profesionales. Podemos ubicar como referencia dos grandes perfiles opuestos dentro de la practica profesional, que se sirven de recursos profesionales diferenciados. En modalidades asistencialistas, de gestin burocratizadas y que ejercen la educacin desde el control, los recursos profesionales se asientan en conocimientos conservadores, no avanzan mas alla de la lgica formal, no necesitan trascender la apariencia. Sus principales recursos profesionales se basan en el conocimiento de las normas establecidas, en los procedimientos institucionales, en datos cuantitativos, en informacin sobre cuestiones personales de los usuarios asi como en los criterios de una determinada politica de favores. Al considerar que la asistencia es una dadiva, se apoyan en rasgos personales de bondad" o en criterios religiosos de caridad.
Para las tendencias que reivindican la asistencia como derecho, que desempenan una gestin participativa y apuntan a realizar tareas educativas emancipadoras, los recursos profesionales se complejizan implicando una capacitacin terico-politica mayor. Los conocimientos tericos, la informacin actualizada, el analisis de la coyuntura en general y de las politicas sociales en particular, asi como de la especificidad de la problematica ocupan un papel primordial. El lenguaje es considerado central, ya que el profesional intenta ir mas alla de lo individual, y poner como objeto las situaciones cotidianas, apuntado a superar una comprensin inmediatista de la asistencia, de la funcin de las instituciones estatales, de la demanda de los usuarios, de las formas de participacin. Por otra parte, la tarea educativa que realiza el profesional en su maxima expresin apunta a una conciencia humano-genrica +3 , ya sea utilizando el dialogo u otros recursos audiovisuales. Ademas, estas tendencias, se proponen el desarrollo de estrategias, y por ello exige mayores esfuerzos del profesional, porque es como remar contra la corriente, donde se necesita poner
43 Netto (1996) desde la perspectiva luckasiana, tomando elementos de Agnes Heller, al tratar la cuestin de la vida cotidiana, plantea que las determinaciones de la cotidianeidad hacen que cada individuo slo se perciba como ser singular, subsumiendo la dimensin genrica a la dimensin de la singularidad. 76 todas las fuerzas, correr riesgos, y en ello, cabe agregar, que la conviccin juega un papel imprescindible.
Desde esta ultima tendencia, falta dar un salto cualitativo en el aporte terico sobre cuestiones operativas, para encontrar las herramientas tericas que permitan profundizar el analisis de las mediaciones que estan presentes en la practica cotidiana. Es necesario retomar los trabajos escritos que sistematizan o describen distintas experiencias de intervencin, para continuar en una nueva aproximacin; pero tambin es de vital importancia la recuperacin de las experiencias que no han sido registradas por escrito y slo contamos con la memoria de sus protagonistas. En virtud de ello, la propia experiencia aparece para el Trabajador Social como un insumo importante de conocimientos. !nclusive se alude con frecuencia al sentido comun, como elemento fundante de muchas acciones. Ese sentido comun inevitablemente esta tenido de los conocimientos adquiridos y la experiencia profesional, aunque muchas veces no se reconozca su influencia. Por otra parte, la experiencia profesional propia se va forjando tambin con la observacin del trabajo de otros profesionales, que se convierte en recurso, en la medida que existe una reflexin sobre esa practica, y se procura el aporte de nuevos conocimientos.
La habilidad, la destreza operativa, la capacitacin no se adquiere de una vez y para siempre, no son neutras ni estaticas, responden a un momento histrico determinado, donde operan condicionantes institucionales mas democraticos o mas autoritarios, pero tambin rasgos subjetivos del Trabajador Social, que permiten o coartan el despliegue de esas capacidades para actuar. La mediacin del trabajo profesional esta determinada por la capacidad de aprehensin de elementos tericos, la capacidad de escuchar, de observar, de analizar, de comunicar, la capacitacin politica, el posicionamiento tico-politico, etc. Dicho de otro modo, implica la habilidad de articular los recursos en un momento dado, siendo los recursos profesionales una conjugacin de capacitacin terico- politica y destreza operativa. 77 Consideraciones finales
Hemos analizado los recursos, partiendo de cuestiones objetivas, para poder avanzar a futuro en el estudio del desarrollo de estrategias de accin que permiten al Trabajo Social intervenir en la compleja trama de la cuestin social.
Las determinaciones histrico-sociales que operan en la practica profesional, generan toda una gama de posibilidades de desarrollo de procesos adaptativos o de lucha. Siempre ha existido la tensin entre las fuerzas que tienden a reproducir el orden establecido y su opuesto, las fuerzas que pujan para la superacin de ese orden. En este sentido, no se puede atribuir todo el peso de la direccionalidad que sigue la practica slo a los Trabajadores Sociales, pero tampoco es cuestin de quedar en una dimensin abstracta que desresponsabilice por completo a los individuos. En la misma institucin y con similar formacin acadmica aparecen criterios de intervencin totalmente opuestos, esto se debe a las otras mediaciones que se dan en la practica, que no se entienden slo por las determinaciones institucionales ni coyunturales, o por la disponibilidad de recursos, sino que es necesario tener presente el bagaje socio-cultural, la experiencia de vida y profesional, las determinaciones de clase, las aspiraciones, la posicin politica de los Trabajadores Sociales que se condensan en los recursos profesionales. La divergencia de perfiles dentro de esta democracia burguesa conlleva a posiciones diferenciadas en el trabajo cotidiano, de alli que la destreza debe ser vinculada a esos condicionantes. De modo que la dimensin politica de la practica profesional no se reduce al posicionamiento individual, existe todo un movimiento contradictorio en las funciones asignadas de asistencia, gestin y educacin que atraviesan todas las tareas que se realizan, y por lo tanto los recursos del profesional. El saber del profesional para la intervencin indefectiblemente requiere conocimientos sobre la particularidad de la asistencia, gestin y educacin que le compete realizar. 78 Tenemos contribuciones importantes sobre la esfera educativa, sin embargo, no existe mucho material que aporte, desde distintas perspectivas, sobre la esfera asistencial. Nos preguntamos si se ha avanzado en estudios que permitan identificar las formas de entregar prestaciones: cCmo se superan las practicas clientelistas? cQu se dice? cCmo se explica que la prestacin es un derecho? cDe qu manera no se entrega como dadiva? Y en cuanto a la esfera de la gestin: cCmo se eluden las trabas burocraticas? cCuales son los criterios de participacin? cCmo se generan nuevos recursos? cQu vinculos se establecen con las organizaciones populares? Nuchas de estas respuestas se van ensayando en la practica sin demasiadas fundamentaciones tericas al respecto, porque quizas esas bases tericas aun no se han producido desde la perspectiva que se pretende actuar. Claro que innumerables veces hemos escuchado la famosa respuesta de: No existen recetas", y parece que con eso se puede poner fin a la preocupacin acerca de la limitacin que se produce cuando los profesionales no cuentan en su arsenal con recursos tericos especificos. Sin embargo, ello debe inquietarnos, sobre todo en la formacin profesional, porque alli justamente es dnde se prepara el camino intelectual del futuro profesional, ya sea dando paso al sentido comun o para la reflexin y las fundamentaciones tericas. Creo que falta mucho estudio al respecto, y por lo tanto recursos tericos actualizados, que circulen y se utilicen en la capacitacin de los profesionales, que provean subsidios para la intervencin particular que realiza el Trabajador Social. Esta falta de profundizacin esta condicionando los recursos profesionales y por lo tanto la intervencin. La cuestin de los instrumentos ha estado errneamente desvinculada del analisis sobre la accin politica del Trabajador Social, y requiere ser analizada dentro de la contradiccin principal que genera la sociedad dividida en clases. Si queremos aportar a un ejercicio profesional educador para el cambio social, que tienda a la reivindicacin de los derechos sociales y al desarrollo de la gestin participativa, debemos contar con recursos tericos que puedan ser instrumentos de la lucha que es necesario dar dentro de la intervencin profesional. 79 BIBLIOGRAFA
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