El documento presenta un análisis del libro de Joel. Joel fue un profeta de Judá que profetizó sobre una plaga de langostas y una sequía como castigo divino, pero también anunció la venida del día de Jehová, cuando Dios juzgaría a las naciones y bendeciría a su pueblo. El libro contiene promesas de restauración divina y derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo.
El documento presenta un análisis del libro de Joel. Joel fue un profeta de Judá que profetizó sobre una plaga de langostas y una sequía como castigo divino, pero también anunció la venida del día de Jehová, cuando Dios juzgaría a las naciones y bendeciría a su pueblo. El libro contiene promesas de restauración divina y derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo.
El documento presenta un análisis del libro de Joel. Joel fue un profeta de Judá que profetizó sobre una plaga de langostas y una sequía como castigo divino, pero también anunció la venida del día de Jehová, cuando Dios juzgaría a las naciones y bendeciría a su pueblo. El libro contiene promesas de restauración divina y derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo.
El documento presenta un análisis del libro de Joel. Joel fue un profeta de Judá que profetizó sobre una plaga de langostas y una sequía como castigo divino, pero también anunció la venida del día de Jehová, cuando Dios juzgaría a las naciones y bendeciría a su pueblo. El libro contiene promesas de restauración divina y derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo.
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Repblica Bolivariana de Venezuela
Instituto Bblico Metropolitano
Asambleas de Dios de Venezuela Extensin Altagracia de Orituco Estado Gurico
Participante: Yulexis Cordero Profesora: Petra Avila Introduccin: Joel es el "profeta de los ltimos tiempos", el de la efusin del Espritu Santo en Pentecosts! ... uno de los ms importantes de toda la Biblia. Es el segundo de los profetas menores, y profetiz en el Reino del Sur, en Jud. La profeca de Joel marca un amplio crculo que abarca desde las calamidades de su poca hasta el tiempo futuro en que el pueblo de Dios ser oprimido y, luego, restaurado y bendecido en el da de Cristo. De manera que Joel bien puede ser llamado el profeta del da de Jehov. Este da est nombrado cinco veces en el libro de Joel (ver punto 3, Peculiaridades). La gran plaga de langostas y la sequa eran castigos de Jehov. Moiss y Salomn ya haban profetizado acerca de estos juicios (Deuteronomio 28: 38-39 y 1. Reyes 8:37). Sin embargo, el pueblo no reconoca que dichos castigos provenan de la mano de Jehov. Por esto, en el captulo 1, el profeta se dirige a los ancianos y a los sacerdotes exhortndoles a que se lamenten y a que se arrepientan.
Autor El autor se identific a s mismo solo como "Joel, hijo de Petuel" (1:1). La profeca provee poco acerca del hombre. Aun el nombre de su padre no es mencionado en algn otro lugar en el AT. Aunque l despleg un profundo celo por los sacrificios del templo (1:9; 2:13-16), su familiaridad con la vida pastoral y agrcola y su separacin de los sacerdotes (1:13, 14; 2:17) sugiere que no era un levita. La tradicin extra bblica registra que l era de la tribu de Rubn, de la aldea Bet-om o Bet-haram, situada al NE del Mar Muerto entre la frontera de Rubn y Gad. No obstante, el contexto de la profeca da lugar a pensar que era oriundo de Judea cerca d Jerusaln, debido a que falta el tono propio de un extrao. Nombre: Significa "Jehov es Dios". Fecha La fecha del libro, se apoya nicamente en la posicin cannica, referencias histricas y elementos lingsticos. Debido a: 1. La falta de alguna mencin de poderes mundiales que vinieron a la escena ms tarde en la historia (Asiria, Babilonia o Persa). 2. El hecho de que el estilo de Joel es como el de Oseas y Ams en lugar de los profetas postexlicos. 3. Los paralelos verbales con otros profetas antiguos (Jl 3:16 con Amos 1:2, Jl 3:18 con Am 9:13), una fecha de la ltima parte del siglo novenos a.C., durante el reinado de Jos (835-796 a.C.), parece ser la ms conveniente. No obstante, mientras que la fecha del libro no se puede conocer con exactitud, el efecto en su interpretacin es mnimo. El mensaje de Joel no est afectado por el tiempo, formando una doctrina que puede ser repetida y aplicada en cualquier poca.
Tema Central
"Llamado al arrepentimiento ante la venida del da de Jehov prefigurado por una plaga de langostas."
Contexto Histrico de Joel Tiro, Sidn y Filistea haban llevado a cabo incursiones militares frecuentemente a Israel (3:2 en adelante). Una sequa de envergadura y una invasin masiva de langostas haban destruido toda cosa verde de la tierra y haban trado una severa devastacin econmica (1:7-20), dejando al reino del sur dbil. Este desastre fsico le da a Joel la ilustracin para el juicio de Dios. Tal como las langostas fueron un juicio sobre el pecado, los juicios futuros de Dios durante el da del Seor los excedern por mucho. En ese da, Dios juzgar a sus enemigos y bendecir a los fieles. Ninguna mencin es hecha de pecados especficos, ni Jud es reprendida por la idolatra. Sin embargo, posiblemente debido a una indiferencia cauterizada, el profeta los llama a un arrepentimiento bona fide, amonestndolos a: "Rasgad vuestro corazn, y no vuestros vestidos" (2:13). Esquema del contenido: 1. Devastacin de la langosta; el "da de Jehov" (1.12.2a) 2. Nuevo anuncio del "da de Jehov" (2.2b-11) 3. La misericordia de Jehov (2.1227) 4. Derramamiento del Espritu de Dios (2.2832) 5. Juicio de Jehov sobre las naciones (3.115) 6. Liberacin de Jud (3.1621)
Promesas en el Libro de Joel
1. Joel 2:13 Rasgad vuestro corazn, y no vuestros vestidos, y convertos a Jehov vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ir y grande en misericordia, y que se duele del castigo. 2. Joel 2:21 Tierra, no temas; algrate y gzate, porque Jehov har grandes cosas. 3. Joel 2:22 Animales del campo, no temis; porque los pastos del desierto reverdecern, porque los rboles llevarn su fruto, la higuera y la vid darn sus frutos. 4. Joel 22:23 Vosotros tambin, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehov Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y har descender sobre vosotros lluvia temprana y tarda como al principio. 5. Joel 2:24 Las eras se llenarn de trigo, y las lagares rebosarn de vino y de aceite. 6. Joel 2: 25 Y os restituir los aos que comi la oruga, el saltn, el revoltn y la langosta, m gran ejrcito que envi contra vosotros. 7. Joel 2:26 Comeris hasta saciaros, y alabaris el nombre de Jehov vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jams ser mi pueblo avergonzado. 8. Joel 2:27 Y conoceris que en medio de Israel estoy yo, que yo soy Jehov vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jams ser avergonzado. 9. Joel 2:28 Y despus de esto derramar mi Espritu sobre toda carne, y profetizarn vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soarn sueos, y vuestros jvenes vern visiones. 10. Joel 2:29 Y tambin sobre los siervos y sobre las siervas derramar mi Espritu en aquellos das. 11. Joel 2:30 Y dar prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 12. Joel 2:31 El sol se convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el da grande y espantoso de Jehov. 13. Joel 2:32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehov ser salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusaln habr salvacin, como ha dicho Jehov, y entre el remanente al cual l habr llamado. 14. Joel 3:1 Porque he aqu que en aquellos das, y en aquel tiempo en que har volver la cautividad de Jud y de Jerusaln. 15. Joel 3:2 Reunir a todas las naciones, y las har descender al valle de Josafat, y all entrar en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas espaciaron entre las naciones, y repartieron mi tierra;
Anlisis del libro El libro comienza con el llamamiento que hace al pueblo a considerar algo tremendo que ha sucedido en la tierra. Dice: "Escuchad esto ancianos; y prestad atencin, todos los habitantes de la tierra." (1:2) Siempre que leo estas palabras me recuerda la poca que estuve en la Marina. Siempre que la Marina haca un anuncio importante, comenzaba diciendo: "escuchad esto y as es como empieza Joel: "Escuchad esto... "Ha sucedido algo semejante en vuestros das o en los de vuestros padres? Contaris de esto a vuestros hijos y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generacin." (1:2-3) Va a tener lugar un acontecimiento de una importancia y de tal transcendencia que las gentes hablarn sobre l durante aos y aos. Y de qu est hablando Joel? La verdad es que est hablando acerca del gran da del Seor. En los das de la II Guerra Mundial hablbamos acerca del Da-D y luego del Da V-J, esperando con anhelo que se acabase la guerra, dndole un nombre. Pues bien, Dios tiene un da, lo que l llama el da del Seor, y le fue dado a Joel para que describiese este gran da. Pero el da del Seor no es solo un acontecimiento en la historia humana. Nos daremos cuenta en esta profeca que el da del Seor es un suceso en el que Dios se manifiesta por medio de su juicio en cualquier momento, pero el juicio culmina y va intensificndose en ciclos hasta que llegue el da grande y terrible del Seor, al que se refiere Joel en los captulos 2 y 3. El da grande y terrible del Seor es ese perodo que describe el Seor Jesucristo como un tiempo en el que habr una tribulacin como nunca se ha visto desde la creacin del mundo ni nunca ms se ver y le fue dado al profeta Joel ver a lo largo de los siglos que iban a mediar, describirlo y ofrecer ejemplos por medio de los acontecimientos que sucederan durante su propia poca. El suceso que haba tenido lugar en su da fue una invasin de langostas. Me pregunto si ha visto usted alguna vez una invasin de langostas. Yo estaba hace ya muchos aos en Minnesota cuando hubo una invasin de saltamontes, unos insectos bastante parecidos a las langostas, y an recuerdo cmo se oscureci el cielo con una gran nube de estos insectos. Se les poda or descender sobre el grano en los campos como si hubieran sido granizo en la tierra y haba un continuo crujido que era el ruido que producan sus alas al pasar por los campos. Momentos despus de haber descendido sobre un campo, cada hoja y cada pedazo de vegetacin haba desaparecido y los campos se quedaban como si nunca hubieran sido plantados y eso fue lo que sucedi en Israel. Un enjambre de langostas haba descendido sobre la tierra y haban devorado toda cosa viviente. La cosecha se haba arruinado y haba hecho que apareciese el hambre y Joel est llamando la atencin del pueblo a este suceso, que no necesitaba que pasase algo as en aquellas condiciones. No cabe duda de que todos seran conscientes de lo que haba sucedido, pero lo que no se daban cuenta era de dnde vena. Joel les dijo: "Dios est detrs de este suceso. El les describe cmo "el campo es devastado y la tierra se enluta; porque el trigo es destruido, se seca el mosto y se agota el aceite. (1:10) y luego dice: "Pregonad ayuno, convocad a una asamblea, reunid a los ancianos y a todos los habitantes del pas en casa de Jehov vuestro Dios e invocad a Jehov. Ay por aquel da! Porque cercano est el da de Jehov, vendr como destruccin de parte del Todopoderoso." (1:14-15) Dios se hallaba tras ese suceso, no fue algo que pas por casualidad. No es sencillamente un capricho de la naturaleza. Esto sucedi en obediencia al mandato dado por Dios, que obra por medio de las leyes naturales que gobiernan la vida humana y en esto hallamos una leccin. "No pasis por alto esta leccin les dice el profeta, "porque si aprendis la leccin ahora, que no es otra cosa que un sencillo ejemplo del da del Seor, os ahorraris el terrible sufrimiento que vendr por fin en el da grande y terrible del Seor. Joel est sencillamente dejando muy claro que la mano de Dios est permitiendo que sucedan catstrofes como esta para que el pueblo sea consciente de que la vida tiene un fundamento espiritual. La vida no es sencillamente un ciclo en el que comer y beber y conseguir el dinero para poder hacerlo. Porque detrs de todas las cosas corrientes de la vida se encuentra la mano controladora del Espritu de Dios. Es preciso que el hombre despierte al hecho de que Dios le est hablando, que tiene algo que decirle. Dios desea bendecir al hombre, pero este no est dispuesto a escuchar y ese es el problema. Por lo tanto, Dios le sacude con algo que le obligue a escucharle. Le ha pasado eso a usted alguna vez? Le ha hecho Dios algo, mientras estaba usted tranquilamente tomando sus cereales y todo le iba bien, de manera que de repente tuvo usted que tomar conciencia? Tal vez le sucediese algo terrible para que se diese usted cuenta de que las cosas no iban tan bien como a usted le pareca y comenz usted a prestar atencin, dndose cuenta de que haba algo a lo que era preciso que prestase usted atencin. Eso fue lo que hizo Dios en el primer captulo de Joel. En el captulo 2 el profeta salta, por as decirlo, por encima del transcurso del tiempo hasta los das del fin, usando esta invasin de langostas como una imagen de la invasin por parte de un gran ejrcito en la tierra de Israel durante los ltimos das. Solo al examinar todo el curso de la profeca podemos entender que Joel est hablando acerca del futuro. Cualquiera que leyese este libro por s solo no notara la diferencia, solo que ahora el profeta est describiendo la invasin por parte de un ejrcito de hombres en lugar de un enjambre de insectos, pero describe esto y lo llama una vez ms el da del Seor: "...Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el da de Jehov! Da de tinieblas y de oscuridad, da de nublado y de densa neblina! Como negrura que se despliega sobre las montaas, es un ejrcito grande y fuerte. Nunca antes ha habido algo semejante, ni despus de ello ocurrir por aos, de generacin en generacin!" (2:1-2) Eso es algo que nos suena familia no es cierto? De nuevo este es el lenguaje que usaba el Seor Jess. "Porque entonces habr una gran tribulacin dice, "como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habr jams. (Mat. 24:21) Entonces el profeta describe de qu modo la tierra queda abrasada tras ellos al avanzar por ella este enorme ejrcito y describe el ejrcito mismo: "Su aspecto es como el aspecto de caballos. (2:4) En esos momentos el temor se apodera de los corazones del pueblo al ver a este ejrcito invasor prepararse para la batalla, pues no hay nada que se les pueda resistir y nada puede detener su avance. La tierra tiembla ante ellos y hasta los cielos se conmueven. Y a continuacin nos encontramos ante un pasaje muy importante: "...el sol y la luna se oscurecen y las estrellas retiran su fulgor." (2:10) Cualquiera que dedique bastante tiempo a estudiar los pasajes profticos de las Escrituras aprende a buscar seales interpretativas. Ciertos smbolos profticos se repiten una y otra vez en los distintos libros profticos para servir de seal a fin de que sepamos dnde nos encontramos. Este oscurecimiento del sol y de la luna y el que las estrellas retiren su fulgor es una de estas seales. Recordemos que esto tambin forma parte del gran discurso de Jess en el Monte de los Olivos. Se refiere a este tiempo en el que el sol se oscurecer y la luna no dar su luz y se convertirn en sangre y las estrellas caern del cielo. (Mat. 24:29) y esto aparece tambin en el libro de Daniel y luego en Isaas y en Apocalipsis. Aparece en diferentes lugares de las Escrituras y refleja siempre el mismo acontecimiento en la historia humana. Es una seal interpretativa que apunta a los ltimos das, antes de lo que se ha llamado el da grande y terrible del Seor. Esta seccin parece describir la invasin de Israel que tambin ha sido anunciada y descrita por el profeta Ezequiel en los captulos 38 y 39: un gran ejrcito invade la tierra procedente del norte, extendindose por toda la tierra, destruyendo todo lo que halla a su paso y capturando la ciudad de Jerusaln. Pero Dios promete que l se ocupar de este ejrcito, procedente del norte. Isaas lo dice, al igual que Ezequiel y Daniel y ahora Joel tambin aade su voz al coro de los profetas de Dios para revelar el propsito tras esta gran invasin: "Pero an ahora dice Jehov, "volveos a m con todo vuestro corazn, con ayuno, con llanto y lamento. Desgarrad vuestro corazn y no vuestros vestidos. Volved a Jehov, vuestro Dios, porque l es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia, y desiste del castigo. Quin sabe si desiste, cambia de parecer y deja tras s bendicin, es decir, ofrenda vegetal y libacin para Jehov vuestro Dios?" (2:12-14) Despus de todo, Dios no se deleita en juzgar, no es eso lo que l pretende. No goza nunca teniendo que juzgar a nadie. Lo que l busca es un corazn que est dispuesto a escucharle, a prestarle atencin y a abrir la puerta a las bendiciones que Dios desea derramar. A fin de conseguir que esa persona o nacin escuche y se vuelva, Dios permite toda clase de situaciones difciles que obstruyan su camino de desobediencia. Pero todo lo que l busca es un corazn arrepentido: "Desgarrad vuestro corazn y no vuestros vestidos. Cuando nos damos cuenta de que Dios nos est tratando de este modo nos es fcil pensar: "Est bien, no voy a darme por vencido en el fondo, pero por lo menos lo har exteriormente. La mayora de nosotros somos as no es verdad? Nos parecemos mucho a aquel nio pequeo al que la madre le dijo: "Sintate. Pero l no quera hacerlo. La madre volvi a decirle: "Sintate! Y l nio le contest: "no quiero. As que la madre le agarr por los hombros y le sent en la silla. Entonces l mir a la madre con mirada desafiante y le dijo: "estoy sentado por fuera, pero por dentro estoy de pie! Acta usted de ese modo alguna vez? Se rasga usted las vestiduras pero no rasga usted su corazn? Dios est diciendo: "no intentis engaarme con lo que hacis exteriormente. Eso no me interesa, as que no os molestis en adoptar actitudes hipcritas y actuar como tales porque no me impresionan para nada. Lo que quiero es ver un corazn contrito. Esa es la cuestin. A Dios no le impresiona para nada nuestra hipocresa. Puede que engaemos a otros y hasta nos podemos engaar a nosotros mismos, pero a l no le engaamos. A menos que nuestro corazn se muestre realmente contrito ante l, el rasgarse las vestiduras no sirve para nada. El profeta dice: "Entonces Jehov tuvo celo por su tierra y se apiad de su pueblo." (2:18) Y finalmente Dios dice: "Yo har que se aleje de vosotros lo que viene del norte. Lo arrojar a tierra seca y desierta; su vanguardia hacia el mar oriental [es decir, el Mar Muerto] y su retaguardia hacia el mar occidental [el Mediterrneo]. Se levantar su hedor y subir su putrefaccin. Porque ha hecho grandes cosas!" (2:20) Eso es algo que puede usted comparar con la profeca que se encuentra en Ezequiel 38 y 39, la destruccin de los ejrcitos invasores en las montaas de Israel y en el desierto de Judea, que se refiere al mismo acontecimiento. Algo que sucede con frecuencia en la profeca pasa ahora. Despus de saltar por encima de los aos hasta los das del fin, el profeta vuelve a lo que est pasando en esos momentos, a la plaga de langostas que ha cado sobre la tierra. Le dice al pueblo que de la misma manera que en el gran da futuro Dios librar a su pueblo y alejar a los ejrcitos del norte, en ese momento, en la catstrofe que ha sucedido, restaurar a la tierra de su situacin de aridez y de su desolacin. "Oh tierra, no temas! Algrate y regocjate, porque Jehov ha hecho grandes cosas! No temis, animales del campo, porque los pastizales reverdecern; porque los rboles llevarn su fruto; la higuera y la vid darn su riqueza." (2:21-22) Y describe la restauracin de la tierra usando un lenguaje precioso: "Las eras se llenarn de trigo, y las lagares rebosarn de vino nuevo y de aceite." (2:24) Y Dios promete: "Yo os restituir los aos que comieron la oruga, el pulgn, el saltn y la langosta..." (2:25) No olvidar nunca la agona en los ojos de un joven, que hace unos aos me mir y me dijo: "Sabe usted una cosa? Me he hecho cristiano y es algo maravilloso, pero cuando pienso en todo lo que me he perdido y los aos de mi vida que he derrochado, me siento angustiado al recordarlo. Si hubiera tenido suficiente sentido como para venir al Seor antes de haber hecho todas las cosas tan terribles que hice. Y tuve el gozo de decirle: "hijo, Dios dice: yo os restituir los aos que se comieron las langostas. Esa es una promesa hecha por Dios. El restituir la improductividad de nuestras vidas cuando nos volvamos a l. "Yo os restituir los aos que comieron la oruga, el pulgn, el saltn y la langosta; mi gran ejrcito que envi contra vosotros. Comeris hasta saciaros y alabaris el nombre de Jehov vuestro Dios..." (2:25-26) Y eso fue lo que sucedi en Israel. Pero ahora, como sucede con frecuencia en el caso de estos profetas, Joel salta de repente hacia adelante y escribe el maravilloso pasaje que el apstol Pedro cit el da de Pentecosts, que fue un da de gran dramatismo. De repente, un viento de gran velocidad y potencia visit a los cristianos cuando estaban reunidos en el atrio del templo, y lenguas de fuego aparecieron sobre sus cabezas y empezaron a hablar en lenguas. Reunidos a su alrededor haba una gran multitud de personas, que contemplaban a estos cristianos y les estaban oyendo alabar a Dios en diferentes idiomas. Estas personas, que venan de todas las partes de la tierra, se decan entre s: "Qu es esto? He aqu estos sencillos pescadores galileos, hablndonos en nuestro propio idioma y alabando a Dios. Qu significa todo esto? Estos hombres deben de estar borrachos! Nunca he visto a nadie portarse antes de este modo. En ese momento Pedro se puso en pie y guiado por el Espritu de Dios, les dijo: "Hombres de Judea y todos los habitantes de Jerusaln, sea conocido esto a vosotros, y prestad atencin a mis palabras. Porque estos no estn embriagados como pensis, pues es solamente la tercera hora del da (es decir, las 9 de la maana). Ms bien, esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel. (Hechos 2:14-16) Y luego cit este pasaje: "Suceder despus de esto [es decir, una vez que Dios ha restablecido los aos que se comi la langosta], que derramar mi Espritu sobre todo mortal. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarn. Vuestros ancianos tendrn sueos y vuestros jvenes, visiones. En aquellos das tambin derramar mi Espritu sobre los siervos y las siervas." (2:28) "Realizar prodigios en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el da de Jehov, grande y temible. Y suceder que cualquiera que invoque el nombre de Jehov ser salvo..." (Joel 2:30-32a) Pedro termina de citar aqu. De qu trata todo esto? Aqu tenemos al profeta Joel, que ha visto ya ms all del tiempo de la invasin de Israel. Y ahora ve algo diferente, un misterio sobre su visin que an est un tanto sin definir. Dice que despus del restablecimiento de Israel habr un perodo indeterminado durante el cual Dios derramar de su Espritu sobre toda carne, sin que se hagan distinciones entre las clases o categoras de personas, cuando incluso los criados y los siervos hablarn como la voz de Dios. Hablarn la palabra de Dios, que derramar su Espritu sobre toda clase de hombres por todas partes. Pero no tenemos que albergar dudas con respecto a lo que estamos hablando verdad? Sabemos de qu da se trata. Es el da del Espritu en el que vivimos, el da que empez en Pentecosts, cuando por primera vez Dios derram su Espritu y ese mismo Espritu est siendo derramado durante toda esta poca. Pedro cita tambin a Joel en lo que se refiere a la seal del final de esa poca "El sol se convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el da de Jehov, grande y temible. Ese es el fin de la era y tenemos, pues, la seal del principio y la seal del final. Nadie sabe cunto tiempo durar esta era, pero durante este tiempo Dios est derramando de su Espritu sin distincin entre los hombres. La era del Espritu es la era en la que estamos viviendo. En el captulo 3 el profeta vuelve a los tiempos del fin y ms all y tambin otros profetas han hablado acerca del tema. Todo cuanto ve, en relacin con la era del Espritu, es la gran marca de la presencia del Espritu, pero ms all de esto ve que Dios restaurar las fortunas de Jud y de Jerusaln: "Reunir a todas las naciones y las har descender al valle de Josafat [de juicio]. All entrar en juicio contra ellas a causa de mi pueblo." (3:2) Jess dijo: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ngeles con l...y todas las naciones sern reunidas ante l. (Mat. 25:31, 32) y luego el Hijo del hombre les juzgar y le dir a los justos, como divide el hombre a las ovejas de los cabritos: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino... y a los injustos "apartaos de mi. Este es el valle del juicio. En preparacin para ello Dios instruye a las naciones de la tierra con palabras asombrosas y sorprendentes: "Proclamad esto entre las naciones, declarad guerra santa, convocad a los valientes! Acrquense y acudan todos los hombres de guerra. Haced espadas de vuestras rejas de arado y lanzas de vuestras podaderas..." (3:9-10) Saba usted que la Biblia deca esto? Habr odo usted citar muchas veces el versculo que dice: "convertid vuestras espadas en rejas de arado y vuestras lanzas en podaderas. Esto se encuentra en el cuarto captulo de Miqueas, pero en Joel se dice precisamente todo lo contrario. Y la profeca de Joel es la primera en aparecer y el cumplimiento de la prediccin de Joel viene primero y por eso es por lo que hay guerra entre las naciones. Esto es lo que le est diciendo Dios hoy a las naciones y permanecern en guerra de una manera u otra hasta que Dios diga "convertid vuestras espadas en rejas de arado y vuestras lanzas en podaderas. Tal y como dijo Jess: "Oiris de guerras y de rumores de guerras...porque se levantar nacin contra nacin y reino sobre reino. (Mat. 24:6-7) y as es como ser hasta el final y es lo que dijo Joel. A continuacin nos encontramos con otro versculo que se cita con frecuencia: "Multitudes, multitudes estn en el valle de la decisin, porque est cercano el da de JEHOVA en el valle de la decisin. El sol y la luna se oscurecern, y las estrellas retirarn su fulgor" [una vez ms esa seal conocida]. (3:14-15) Este es el da grande y temible del Seor que ha llegado. Qu quiere decir eso de "multitudes, multitudes en el valle de la decisin? He odo muchos mensajes evangelsticos sobre este pasaje, que presentan una imagen de muchos miles esperando el momento de la decisin, dudando entre el cielo y el infierno. Tal vez se justifique interpretarlo de ese modo, pero no es eso lo que significa este versculo. No se est hablando acerca de la decisin del hombre, sino la decisin de Dios. El entrar en el valle de la decisin y las multitudes de las naciones se reunirn ante l. El mundo entero estar presente el da del juicio: "Jehov ruge desde Sion y da su voz desde Jerusaln. Tiemblan los cielos y la tierra, pero Jehov es refugio para su pueblo y fortaleza para los hijos de Israel." (3:16) Este es el da del Seor, el da final del juicio de las naciones que vivan en la tierra cuando regrese Jesucristo y el efecto ser tal y como describi el profeta: "Y conoceris que yo soy Jehov vuestro Dios que habito en Sion, mi santo monte. Santa ser Jerusaln..." (3:17) Despus de todo, eso es lo que siempre pretende Dios porque es lo que l desea para usted y Dios le trata a usted por medio del juicio. Cuando las cosas empiecen a salirle mal, es la manera que tiene Dios de decirle: "Mira, no eres tu propio dueo. No te perteneces a ti mismo. Has sido comprado por precio. Yo soy Dios. El est esperando que usted se de cuenta de que l es Dios y no usted. Usted no tiene derecho a gobernar su propia vida, ni a hacer con ella lo que usted quiera. Solo Dios tiene ese derecho. "Santa ser Jerusaln y los extraos no pasarn ms por ella." (3:17) La escena final es realmente preciosa: "En aquel da suceder que los montes gotearn zumo de uvas, las colinas fluirn leche y corrern aguas por todos los arroyos de Jud. Un manantial saldr de la casa de Jehov y regar el valle de Sitim." (3:18)
Conclusin: El mensaje de este profeta est enteramente enfocado en una misma direccin: Viene el da de Jehov,... da de tinieblas y de oscuridad,... grande y espantoso (2.1, 2, 31). Pero sobre el teln de fondo del juicio de Dios, Joel describe lo dramtico del momento presente: una terrible plaga de langostas ha cado sobre el pas como un ejrcito bien entrenado, y ni una brizna de vegetacin ha quedado despus que ellas pasaran en oleadas devorndolo todo (1.4, 67). Pero ah no acaban las cosas, sino que al ataque de las langostas le sigue una gravsima sequa, que deja sin agua ni alimentos a personas y a bestias. La situacin llega a ser extremadamente crtica, de modo que incluso el culto en el Templo se resiente, pues por la escasez de cereales y de vino se hace necesario restringir las ofrendas y las libaciones (1.9, 13, 16). En esas circunstancias, Joel invita a los sacerdotes a que convoquen al pueblo de Jud para que se rena en el Templo, en asamblea (1.14; 2.1516), a fin de ayunar y condolerse delante de Jehov y, sobre todo, de demostrar un sincero arrepentimiento (2.13). Pese a la inmediatez de los acontecimientos narrados, el profeta no pierde de vista el objeto ltimo y principal de su anuncio: las presentes penalidades son el preludio del momento en que Dios, Seor y Juez universal, habr de juzgar a todos los pueblos y naciones de la tierra (1.15; 2.12; 3.14). Ese instante ltimo y terrible ser el da ante el cual se pondrn plidos todos los semblantes (2.6). Aunque tambin ser un da de gracia y de salvacin, porque todo aquel que invoque el nombre de Jehov ser salvo (2.32). As, a cuantos presten atencin a este mensaje se les anuncia las maravillas de Jehov, sus grandes obras en favor de ellos y su voluntad misericordiosa y perdonadora (2.21, 1827; 3.1824). De un modo muy especial hay que recordar aqu la promesa divina comunicada por Joel: Derramar mi espritu (2.2832). Y el Israel de Dios, el Israel de todos los tiempos, recibir la plenitud del don del Espritu, como siglos ms tarde habra de suceder en Jerusaln el da de Pentecosts (Hch 2.1621).