La Princesa Rana - E.D.baker
La Princesa Rana - E.D.baker
La Princesa Rana - E.D.baker
NDICE NDICE
ARGUMENTO.............................................................................5
Uno...........................................................................................6
Dos..........................................................................................10
Tres..........................................................................................15
Cuatro.....................................................................................21
Cinco.......................................................................................24
Seis..........................................................................................33
Siete.........................................................................................37
Ocho........................................................................................42
Nueve......................................................................................49
Diez.........................................................................................60
Once........................................................................................70
Doce........................................................................................82
Trece........................................................................................88
Catorce....................................................................................92
Quince....................................................................................97
Diecisis................................................................................106
Diecisiete..............................................................................113
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ARGUMENTO
Esmeralda es una princesa rara: es patosa y parece
un burro cuando se re. Un da, se encuentra con un
sapo parlante, que dice ser el prncipe Eadric de
Montevista Alta y que le pide un beso para deshacer
el hechizo que una bruja le hizo. Esmeralda se lo da,
pero... es ella la que se transforma en rana! Juntos
debern ir en busca de la bruja que hechiz a Eadric
para conseguir volver a ser personas.
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Uno
esde nia supe que el pantano era un lugar mgico, donde unos nacan y
otros moran; un lugar en el que te topabas con amigos o enemigos
insospechados y cualquier cosa poda ocurrir, aun si eras una princesa tan
torpe como yo. Pero, aunque lo he sabido siempre, no lo comprob hasta que el
prncipe Jorge vino de visita y conoc al sapo de mis sueos.
D
Huyendo del prncipe, que era el favorito de mi madre aunque no el mo, me fui al
pantano. No haba planeado la fuga, pero en cuanto o que ella anunciaba la visita
decid escapar y, como en el castillo nadie reparaba en m, consegu escabullirme sin
ser vista. Cuando ya estuve a salvo en mi refugio, me pregunt cmo se lo habra
tomado mam. Me la imaginaba mirndome por encima del hombro mientras me
sermoneaba sobre los deberes de una princesa. Porque, aunque procurbamos
evitarnos la una a la otra, yo conoca bien esa mirada.
Por ir pensando en mi madre, estuve a punto de pisar a una serpiente que se haba
escurrido hasta el sendero por entre el pastizal. Di un grito y me apart de un salto,
con tal mala fortuna que se me enred el tacn en la raz de un viejo sauce. Abr los
brazos para no perder el equilibrio pero, al llevar una falda larga y gruesa y siendo
fel a mi torpeza, ca redonda al suelo, empapado de agua de lluvia. Un hervidero de
saltamontes se dispers alrededor mientras chapaleaba para ponerme de pie, pero el
vestido ya se me haba impregnado del pestazo del pantano. Desgraciadamente, por
el hecho de nacer princesa no te conviertes en una persona ms elegante ni ms
segura de ti misma; llevo catorce aos lamentndolo.
Cuando por fn logr recogerme la falda y levantarme, la serpiente haba
desaparecido otra vez en el pastizal. As que camin por el borde opuesto del
sendero, buscando con qu defenderme en caso de que volviera a aparecer.
Muchas gracias! dijo una voz ronca.
Ech un vistazo, pero no vi a nadie.
Quin est ah? pregunt.
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Aparte de mi ta Grassina, yo era la nica persona del castillo que
iba al pantano.
Yo. Estoy aqu. No eres muy observadora que digamos, eh?
Me volv hacia donde pareca provenir la voz y mir por todas partes. Sin
embargo, no vi ms que una poza de agua turbia bordeada de musgo, en uno de
cuyos extremos haba un macizo de juncos, en el que pululaban liblulas, moscas y
mosquitos. Apostado en la orilla, un sapo me observaba; el bicho habl de nuevo y di
un brinco. No me sorprendieron tanto sus palabras como el hecho de que fuera capaz
de mover los labios. Porque, aunque estoy acostumbrada a la magia ta Grassina es
bruja, hasta entonces ningn animal me haba hablado.
Esos saltamontes eran mi almuerzo, y por tu culpa no podr atraparlos!
reneg el sapo apuntndome con un dedo membranoso. Siendo tan grande y tan
torpe tendras que fjarte ms dnde pisas.
Lo siento repliqu, ofendida. Fue sin querer. Un... un accidente.
Vaya! Las disculpas no quitan el hambre! Pero eso a ti te tiene sin cuidado, no?
Apuesto a que nunca has pasado hambre en tu vida!
Aquel sapo empezaba a fastidiarme. Ya tena yo sufciente con morderme la lengua
en presencia de mam para que ahora me cohibiera un batracio.
Para tu informacin dije mirndolo muy seria, no he comido nada en todo
el da. Mi madre invit al prncipe Jorge y tuve que fugarme de casa; no soporto
pasar un da entero con l.
Qu dices? inquiri el animal haciendo una mueca. Saltarse una comida
porque alguien no te cae bien! Yo jams hara algo as! Conozco a Jorge y ni siquiera
por l... Parpade y abri los ojos como platos. Luego se aproxim mientras me
observaba de pies a cabeza, como si me viera por primera vez. Espera un
momento... Si tu madre ha invitado al prncipe de visita, quiere decir que eres una
princesa?
Puede ser repuse.
Sonri de oreja a oreja, se enderez, cuadr sus hombros de color verde brillante e
hizo una reverencia doblndose por la cintura, aunque, como es evidente, sta no era
tal.
Disculpadme, alteza! Si hubiera sabido que erais una persona tan importante,
no habra hecho esos comentarios tan atrevidos.
No seas pesado rezongu poniendo los ojos en blanco. Detesto que me
hablen as. Me caas mejor cuando no sabas que era princesa.
Aj! exclam, y salt hacia m sin quitarme los ojos de encima. Conque te
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caigo bien, eh? Oye, podras hacerme un favor? Es una cosita de
nada.
De qu se trata ? Me arrepent en cuanto hube pronunciado esas palabras.
Me haras el honor de darme un beso?
No pude evitarlo: se me escap la risa, solt la carcajada, bram y rebuzn; siempre
me ocurre lo mismo cuando algo me hace rer. Unos pjaros negros alzaron el vuelo,
como si les hubiera disparado con un tirachinas, y una tortuga resbal de la piedra en
la que tomaba el sol y cay al agua. El sapo me mir con desconfanza.
De verdad eres una princesa? Las princesas no se ren as.
Lo s, lo s dije secndome las lgrimas. Mam me lo ha dicho mil veces: la
risa de una princesa no debe sonar como el rebuzno de un burro, sino como una
campanilla. Ya le he explicado que es superior a mis fuerzas; no consigo controlar la
risa, sobre todo cuando me ro de verdad. Me sale instintivamente, sin darme ni
cuenta.
Ya veo... Y el beso, entonces? Se puso de puntillas, alz la barbilla y me
ofreci los labios.
Lo siento, no me interesa besar a ningn sapo.
Es muy bueno para la piel, segn dicen insisti, y se acerc ms.
Lo dudo. Adems, yo tengo la piel estupenda.
No conoces aquel viejo refrn que dice: Trae buena suerte besar a un sapo?
Pues no; no debe de ser tan viejo. Creo que te lo acabas de inventar. Y prefero
no tener buena suerte a que se me queden los labios pringosos. Retroced con un
escalofro. No, no y no! No insistas ms!
Entonces suspir, se rasc la cabeza con una pata y se lament:
Tal vez no diras eso si supieras que soy un prncipe convertido en sapo.
Desafortunadamente, le dije a una bruja que se vesta fatal y no se lo tom a bien.
Qu tiene que ver esa historia con el beso?
Si una princesa me besa, volver a convertirme en prncipe!
No es precisamente un cumplido, no? Lo nico que quieres es que te bese una
princesa, aunque sea vieja y fea. Pero a las chicas nos gusta que nuestro primer beso
sea algo especial... As que no pienso besarte! Quin sabe dnde has estado, o tal vez
me podras contagiar una enfermedad terrible y... y debes de tener mal aliento a
juzgar por lo que comes.
Caray! El sapo se empin hasta donde puede empinarse un animal de su
especie. Realmente eres una maleducada! Te he pedido un favor pequeito y t me
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insultas.
No es un ningn favor pequeito, y t lo sabes. Yo slo doy besos a otras
personas. Adems, acabo de conocerte!
Pero es importante! Es una cuestin de ser o no ser, prncipe o sapo.
Lo siento. No tengo el hbito de besar a los extraos, sean prncipes o sean
sapos. Por qu no te buscas a otra? No faltar alguna princesa que acceda a tus
deseos. Bscate alguna que no sea tan grande ni tan torpe como yo.
No tena intencin de admitirlo, pero los comentarios del bicho me haban
molestado. Mam no se cansaba de decirme lo mismo y me tena harta.
Claro! Se lo pedir a cualquiera de las princesas que vagan por el pantano!
Todas se mueren por besarme!
Esta vez el sapo haba ido demasiado lejos. Me recog la falda, dispuesta a
marcharme.
Si vas a ponerte as, me voy. Hu del castillo para no aguantar la visita del
petardo del prncipe, pero tampoco quiero hablar con un sapo que dice ser un
prncipe y es igual de petardo.
No! Espera! Vuelve; no puedes irte as! Es una emergencia! Es que no tienes
compasin? Dnde est tu solidaridad? Dame un besito, por favor!
Me detuve al borde del sendero y, pese a que trat de hablar con serenidad, me
temo que las palabras sonaron secas y cortantes, pues la situacin no resultaba nada
fcil.
Me da igual si se acaba el mundo rezongu. Tengo mejores cosas que hacer
que atender a tus absurdos ruegos. Buenos das, Sapo!
Y me march, aunque l segua mirndome desesperado como si estuviera en un
aprieto tremendo. Y no fui capaz de quitarme de la cabeza esa mirada en todo el da.
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Dos
as el da visitando mis lugares preferidos del pantano: recorr las trochas
escondidas que bordeaban el traicionero lodazal y, ya en tierra frme, busqu
el bosquecillo donde haba descubierto dos cervatillos gemelos en la
primavera; luego me tend junto al estanque en el que se refejaban las nubes pe-
regrinas y regordetas. Cuando empez a hacer calor de verdad, me quit los zapatos
y las medias y cruc el riachuelo hasta la islita, sintiendo en las plantas de los pies la
caricia de los guijarros pulidos por el agua.
P
Era ya tarde cuando regres al castillo, pero en vez de ir a mi habitacin, sub por
la larga y estrecha escalera que trepaba hasta los aposentos de ta Grassina, ms
conocida como la Bruja Verde. Es hermana de mam y vive en el castillo desde antes
de que yo naciera. A diferencia del resto de mi familia, no me critica cada vez que me
ve.
Llegu al fnal de la escalera, llam a la puerta y esper. Antes de abrir, mi ta
siempre sabe quin va a visitarla y, segn me dijo en una ocasin, es un don bastante
til porque as no responde a la llamada si se trata de personas inoportunas. No
obstante, al cabo de unos segundos, la puerta se abri de par en par y un pato
amarillo solt un palo que estaba royendo y se lanz a morderme los tobillos.
Bowser, vuelve aqu! lo llam mi ta desde la habitacin. No he terminado
todava!
El pato saltaba de un lado al otro, haciendo cuac, cuac, mientras me tironeaba
hacia el interior.
Cierra la puerta, Esmeralda! grit mi ta desde su mesa de trabajo. Este
perro estpido no se est quieto y no he podido terminar el conjuro!
Esto... es Bowser? Trat de espantar la bola de plumas que ahora me morda el
zapato. Como pap se entere de que has convertido a su sabueso preferido en un
pato...
Pato, perro, qu ms da? Lo convertir otra vez en un msero perro antes de que
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recites el alfabeto griego al revs. Veamos, dnde estbamos? Ah,
s! Ven, chale estos polvos mientras recupero el conjuro.
Yo? No, no! Retroced para alejarme de la mano que me tenda. Lo
fastidiar todo! Acurdate de los buuelos de cangrejo.
Dije esto porque una vez que intent hacer buuelos mgicos, les salieron patas y
echaron a correr. Tardamos varias semanas en atraparlos a todos, y cuando lo
logramos, ya se haban pasado y estbamos hartos de tantos pellizcos.
Uuuuf! dijo ta Grassina. Todos cometemos errores.
Pero no tan graves! Mira, hace cuatro meses trat de embrujar mi cuarto para
que se limpiara solo y... todava est limpindose! Cada vez que se me cae algo en mi
habitacin, una brisita se lo lleva y lo arroja al estercolero. No te imaginas cuntas
medias y horquillas he perdido! De modo que no volver a hacer magia; todo me sale
fatal.
Entonces cmo te convertirs en bruja?
No quiero ser bruja! dije por ensima vez. S que t crees que debera
intentarlo, pero sera una bruja psima. Si meto la pata con simples conjuros para
limpiar y cocinar, imagnate lo que pasara con algo importante. Acabaramos todos
con tres pies izquierdos, o metidos de cabeza en un pastel!
Emma, por favor... Claro que quieres ser bruja! Lo que pasa es que no sabes lo
sufciente todava. Date tiempo, ponte a practicar y sers una bruja estupenda, estoy
segura. A ver, dnde dej ese pergamino? Estaba por aqu.
Dej a mi ta con su pila de mohosos pergaminos y me acerqu a mi butaca
favorita junto a la chimenea. En realidad a menudo soaba con ser una bruja como
ella, pero eso de vivir practicando y que nada me saliera bien... Me dej caer en la
butaca y cerr los ojos. Y de ese modo el mal da que llevaba a cuestas se fue
disipando gracias a la calma que reinaba en aquella maravillosa habitacin.
A diferencia del resto del castillo fro, hmedo y sombro, el cuarto de mi ta
era agradable y acogedor: un pequeo fuego, que arda siempre tras la ornamentada
rejilla de hierro de la chimenea, entibiaba todos los rincones, aunque nadie le pona
lea; resplandecientes esferas de luz mgica se apoyaban en el techo tiendo de color
rosa los blancos muros y los tapices de vivos colores, y gruesas alfombras, tejidas en
varios tonos de verde, cubran las losas de piedra de tal modo que pareca el suelo de
un bosque baado por el sol. A veces se ola a menta molida y ramas de pino, como
las que decoraban el Gran Saln en las festas de invierno, y otras veces, a trboles
veraniegos, recalentados por el sol.
Delante del hogar haba dos butacas con mullidos cojines y una mesita sobre la
que luca un forero. En ste retoaba un ramo de fores fragantes y cristalinas, regalo
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de las hadas; dentro del ramo vivan varias mariposas de vidrio, cuyas
delicadas alas repicaban al revolotear entre los capullos. Yo sola pasar las horas
arrellanada en una de las butacas, mientras mi ta, sentada en la otra, me contaba
historias de tierras lejanas y tiempos remotos.
Pero sos no eran los nicos portentos de aquella habitacin: uno de los tapices
representaba detalladamente una ciudad en miniatura, donde peleaban un unicornio
y un len. En una ocasin toqu al len con el dedo y me dio un mordisco que me
arranc un trocito de piel. Me ech a llorar a gritos y mi madre me rega por decir
mentiras, pero ta Grassina me gui el ojo y me vend el dedo con una telaraa.
Una bruja de mar, Jamada Coral, le haba regalado a mi ta un gran bol de agua
marina, que contena una rplica diminuta de un castillo, con torres y murallas
incluidas. La reproduccin era perfecta hasta el mnimo detalle, pues incluso haba
algunos bancos de peces minsculos que nadaban alrededor. A veces, despus de
caer el sol, en las ventanitas del castillo brillaban unas luces muy pequeas; nunca me
haba fjado mucho en ellas hasta un tarde invernal (yo tendra unos nueve aos) en
que fui a visitar a mi ta. Ese da Grassina tard ms de la cuenta en abrir y, cuando
apareci, llevaba el pelo mojado y se lo estaba secando con una toalla. El cuarto ola
intensamente a pescado, y al preguntarle qu haba estado haciendo, sonri y fue a
cambiarse de ropa. Mientras tanto, me acerqu a la chimenea para calentarme las
manos y pis un charco en la alfombra. Se me ocurri pensar que el bol se habra
desbordado y, al mirarlo, distingu un centelleo plateado y azul. Me apresur a
acercarme ms y mir dentro: una sirena minscula se escabulla hacia una de las
puertecillas; cuando lleg, la abri de un tirn y volvi la cabeza para echar un
vistazo; al verme, me mir muy alarmada y se march dando un portazo. Entonces
comprend que el bol era mucho ms que un adorno.
A todo esto, el pato grazn y el sonido estremeci la silenciosa habitacin. Me
incorpor en la butaca y mir a ver dnde estaba mi ta: desentendindose del pato,
se haba encaramado a un elevado taburete ante la gran mesa de madera, mientras
que el animal mordisqueaba la pata de sta. Grassina, de cabellos muy abundantes y
rojizos igual que los mos, llevaba una vieja pluma de escribir ensartada en la
cabellera.
Dicen que mi ta y yo nos parecemos, aunque ella tiene la nariz fna y recta y, en
cambio, la ma es prominente como la de pap; ambas tenemos los ojos verdes, pero
los suyos son ms claros; en las contadas ocasiones en que sonre, lo hace de una
forma encantadora; sin embargo, la sonrisa no se le refeja en la mirada.
Segn mi niera, que se jubil hace tiempo, la ta era muy alegre de joven, pero mi
abuela y los aos le cambiaron el carcter.
Grassina iba siempre de verde. Ese da llevaba un vestido del color del musgo en
verano, holgado y sin forma ni estilo precisos, que le caa desde los hombros; siempre
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se vesta como le apeteca, sin pensar en la opinin de los dems. Yo no
tena la misma suerte, pues, como mam me repeta sin cesar, una princesa siempre
est en exposicin...
Mi ta, absorta en su trabajo, sostena con ambas manos un pergamino a medio
desenrollar; otros se amontonaban sobre la mesa o se desparramaban por el suelo.
Los ltimos rayos del sol entraban por la ventana y, planeando sobre la mesa,
convertan la bola de cristal de predecir el futuro (como la que Grassina me haba
regalado por mi cumpleaos) en una esfera de luz cegadora. Entre los pergaminos,
una pequea serpiente de color verde manzana tomaba el sol.
Para qu sirven todos esos conjuros? pregunt a mi ta.
Levantndome de la silla, me aproxim a la mesa y me puse a su lado. Entonces la
serpiente alz la cabeza y me sac la lengua. Retroced un par de pasos temblando;
nunca me acostumbrara a su presencia, aunque llevaba vindola toda la vida. Las
serpientes me daban pnico, sean del tipo que fueran y tuvieran buen o mal carcter.
Encontr el conjuro del pato mientras ordenaba los pergaminos, y se me ocurri
ponerlo en prctica cuando apareci Bowser. A ver, dnde lo he puesto ahora? Estaba
por aqu... Se gir y me mir enarcando una ceja. Tengo la sensacin de que
quieres hacerme una pregunta, o me equivoco?
Alguna vez has convertido a una persona en algo; por ejemplo, en un sapo?
Por supuesto. Es un conjuro sencillo y fcil de recordar. Me he convertido a m
misma muchas veces. Por qu?
Pues porque hoy he conocido a uno que asegura que es un prncipe. Pero no s
si deca la verdad.
Es difcil saberlo. Puede tratarse de un prncipe, o simplemente un sapo que
habla. Algunas brujas tienen un sentido del humor muy peculiar, como yo misma, sin
ir ms lejos.
Y suponiendo que sea un prncipe, qu tendra que hacer para volverse otra vez
humano?
Depende de la bruja que lo haya encantado, pero ella debera habrselo dicho. Si
el conjuro no pudiera eliminarse o la bruja no se lo indic, el encantamiento no dara
resultado. Lo ms frecuente es que tenga que pedirle a una doncella, preferiblemente
a una princesa, que le d un beso. Ya deberas saberlo. Cuando yo era joven, algunas
chicas no tenan ms remedio que besar a un sapo para salir con alguien. Yo me pas
aos buscando a esos bichos en estanques y pantanos; aunque, claro, en esa poca yo
buscaba a un sapo particular.
Buscabas a tu novio Haywood?
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As que conoces la historia, eh? Pues s, lo buscaba a l. Lo llev a
casa para presentrselo a tu abuela, pero a ella no le gust y Haywood se esfum
para siempre. Yo estaba convencida de que lo haba convertido en sapo, porque la
abuela no tena mucha imaginacin. Pero por ms que busqu nunca lo encontr. No
coma ni dorma y me pasaba los das en el pantano besando a todos los batracios
que andaban por ah. Mi madre me amenaz con encerrarme en una torre aban-
donada si no reanudaba mis estudios. Pero es que no se trataba simplemente de mi
novio, sino que Haywood y yo estbamos comprometidos, bamos a casarnos. Ha
sido el nico hombre al que he amado en la vida.
Entonces para convertir otra vez en prncipe a un sapo... insinu intentando
volver al tema.
Ay, tienes razn! Pues no, no tiene que ser precisamente un beso. Podra ser
cualquier cosa, dentro de ciertos lmites, claro. Porque si un hechizo es muy fcil de
romper no dura mucho tiempo. Pero si es imposible eliminarlo, va contra las leyes de
la magia y tampoco dura demasiado. Todo tiene que ser ms o menos justo, sabes?
Por cierto, te parece justo haberte escapado esta maana y que yo tuviera que lidiar
con tu madre? Chartreuse se puso como un pavo real mojado cuando desapareciste.
Me vi obligada a decirle que te haba enviado a hacer un recado y ahora est
enfadada conmigo otra vez.
Lo siento me excus esquivando su mirada. Gracias por cubrirme las
espaldas. Mam invit al prncipe Jorge, ese que se pasa todo el rato fanfarroneando
y dando a entender que no existo. No s para qu quieren que yo est presente, si ni
siquiera me dirige la palabra. Para l soy como un mueble.
Entonces Bowser lanz un extrao aullido y se puso a araar la falda de mi ta con
sus patas palmpedas. Al ver que no le hacamos caso, la emprendi a picotazos
contra la pata de la mesa.
No pasa nada, por esta vez dijo Grassina apartndose un mechn de delante
de los ojos. Pero a lo mejor un da no estar a mano para defenderte, y tendrs que
hacerle frente t slita. En fn... se ha hecho tarde, y sospecho que no has comido
nada. Ve a la cocina a buscar algo porque no tengo tiempo para cocinar y no podr
trabajar si sigues distrayndome. A ver, dnde he dejado ese pergamino?
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Tres
la maana siguiente salt de la cama antes de que los dems se despertaran.
Me puse el vestido azul oscuro y la tnica azul clara, cog unos zapatos, que
eran los terceros en orden de preferencia, y me deslic con ellos bajo el brazo
por la escalera, tiritando al pisar los helados escalones. Segn me haba informado la
criada, mam se haba ido a dormir con jaqueca la vspera, por lo que no nos
habamos visto todava y, como buena cobarde, yo haba decidido abandonar el
castillo y alejarme de all antes de que viniera a interrogarme sobre mi desaparicin
del da anterior.
A
El sol asomaba ya por las colinas lejanas cuando llegu al borde del pantano. Un
irritante mosquito zumbaba en crculos sobre mi cabeza. Entonces tropec y ca en
medio de la hojarasca y ms mosquitos se me arremolinaron alrededor. Cerca de la
poza haba un inmenso enjambre de moscas negras, pero ninguna se me pos encima
porque me haba rociado con el repelente de salvia amarga que fabricaba Grassina. El
ronroneo de los bichos me puso muy nerviosa, de tal manera que les lanc un
manotazo y, sorprendentemente, le di a una mosca grande que cay rebotando en el
agua.
Eslurp! Una larga lengua de sapo atrap al insecto.
Gracias! dijo una voz conocida. Justo lo que necesitaba.
No era mi intencin darte de comer le espet. Pero detesto a las moscas;
qu pesadas son!
A m me encantan replic el sapo, aunque algunas son un poco saladas.
Bueno, dime, has dormido bien esta noche? No te ha remordido la conciencia por
haberme abandonado cuando ms te necesitaba?
Pues no, no he dormido bien...
Aj!
Pero no tengo remordimientos, sino curiosidad... Quin dices que eres
exactamente?
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Soy su alteza el prncipe Eadric de Montevista Alta. El sapo
hizo un gesto pomposo con la mano y se qued mirndome. Qu te parece? Me
das mi beso?
Que t asegures que eres el prncipe Eadric no signifca que lo seas. Los juglares
son bastante chismosos y, si algn prncipe hubiera sido convertido en sapo, yo me
habra enterado.
Primero tendra que haberse enterado alguien ms, pero dudo que los mos
tengan conocimiento de esta calamidad que me ha sucedido. Por otra parte aadi
en voz baja puede que estn tratando de guardar las apariencias; eso pasa siempre
en mi familia.
Y en la ma afrm. Mi madre no tarda ni un momento en hacer desaparecer
las situaciones embarazosas; parece que ella sea la bruja en vez de mi ta.
Tienes una ta bruja? pregunt, inquieto. Es... es muy fea y tiene el pelo
como un puercoespn? Es mala, vil y cruel cuando alguien critica su manera de
vestir?
No, no, nada de eso. Es fantstica! Es la mejor ta del mundo, y la nica persona
de la familia que no se burla de m porque soy torpe, ni se pasa la vida dicindome
que tengo que ser una damita. Me ha enseado muchas cosas tiles que a nadie se le
habran ocurrido y, adems... te da unos regalos estupendos! Mis padres siempre me
regalan ropa y cosas aburridas en mi cumpleaos, pero ella me ha obsequiado con
objetos geniales, como mi bola de cristal, una botellita de perfume que nunca se
acaba, o este brazalete, que, adems de ser precioso, es mgico. Mov la mano con
energa y el brazalete tintine alegremente. Tambin me ense lo que signifcan
estos smbolos, pero yo era muy pequea y ya no me acuerdo. Pero el brazalete me
encanta. Brilla en la oscuridad, sabes?, y lo llevo puesto noche y da.
Unos mosquitos se pusieron a merodear por mi cuero cabelludo, que era el nico
sitio donde no me haba puesto salvia. Al tratar de apartarlos a manotazos, una de
mis peinetas aterriz en el barrizal; la saqu de un tirn y me salpiqu la manga de
barro.
Bueno, tengo que irme dije. Si de verdad eres el prncipe Eadric, tendrs
que demostrarlo.
Cmo?
No lo s. Pinsatelo. Ya volver cuando pueda.
Regres corriendo a casa, perseguida por la nube de insectos, aunque daba igual a
donde fuera porque la maana pintaba fatal; senta ya un nudo en el estmago,
puesto que no podra seguir evitando a mi madre mucho ms tiempo. Sin embargo,
trat de distraerme pensando en la peticin del sapo; si de verdad era el prncipe
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Eadric, estaba metido en un lo enorme y me necesitaba. Y a m se me
rompa el corazn al ver sufrir a un animal, pese a que no se tratara de un prncipe
encantado. Por otra parte, si toda aquella historia era tan slo un truco, igualmente
quera averiguarlo; era capaz de meter la pata perfectamente yo slita sin ayuda de
nadie.
Mam deba de haber alertado a todos los criados porque en cuanto pis los
terrenos del castillo, el jardinero mayor me intercept el paso y me llev a empujones
hasta los aposentos de mi madre. Pero, aunque estaba deseando verme, no pareca
demasiado contenta de tenerme ante su presencia.
Conque aqu ests, eh? dijo, y como siempre me repas de pies a cabeza.
Ponte derecha, Esmeralda! No te encojas! Pero, mrate, tienes el pelo hecho un
desastre, el vestido sucio y los zapatos embarrados!
Empin la barbilla y olfate el aire con distincin. Las fosas nasales se le
ensancharon ligeramente y las casi invisibles patas de gallo se le marcaron un
poquito.
Buenos das, mam. No quera disgustarte.
Has estado otra vez en ese pantano apestoso, por lo que veo dijo haciendo una
mueca de repugnancia.
S, mam.
Me concentr en los rizos de su cabellera. Todas las maanas pasaba horas
peinndose, de modo que jams la haban pescado sin que sus cabellos de color de
miel estuvieran en perfecto estado.
Es una pena que no estuvieras aqu ayer. Pas un rato delicioso con el prncipe
Jorge. Realmente es encantador.
S, mam.
Las palabras salan de mis labios con difcultad. El prncipe era encantador con
todos menos conmigo. La primera vez que lo vi resbal al entrar en la habitacin
pero, en lugar de ayudarme, se ech a rer y me hizo sentir an ms tonta. Desde
entonces nuestra relacin fue de mal en peor.
Te tengo preparada una sorpresa maravillosa, hija, y deberas agradecrmelo.
Gracias, mam dije preguntndome qu sera.
La ltima vez que le di las gracias sin saber por qu, estaba enferma y mam haba
hecho venir a un cirujano para que me pusiera sanguijuelas. Confaba en librarme de
ellas esta vez, pero con mi madre nunca se saba.
Sonri muy satisfecha y, mientras se colocaba bien los encajes de las mangas, me
dijo:
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E.D. Baker E.D. Baker La Princesa Rana La Princesa Rana
He iniciado las negociaciones de tu matrimonio y, en
principio, hemos acordado que te casars a fnales del verano.
Se me cay el alma a los pies. Casarme yo? Y con el prncipe Jorge? A nadie se le
habra ocurrido que estuviramos hechos el uno para el otro: yo no daba pie con bola
en sociedad, tena terror a hablar en pblico y nunca saba qu decir; en cambio,
Jorge era apuesto, refnado y tan pagado de s mismo que incluso haca arrodillar a su
caballo cuando l entraba en el establo. El cirujano y las sanguijuelas habran
resultado una sorpresa ms agradable que sa.
Pero no puedo casarme con l! No estamos enamorados!
Mam me lanz tal mirada que di un paso atrs.
Qu tiene que ver eso? pregunt. Las esposas enamoradas de sus maridos
no son la regla, sino la excepcin. Deja de lloriquear y contntate con que l quiera
pedir tu mano. Muy pocos prncipes estaran dispuestos a casarse con una chica tan
patosa. No eres distinguida ni graciosa, a pesar de todos mis esfuerzos. Ojal
hubieras sido chico, como queramos tu padre y yo! Tal vez entonces habra sacado
algn partido de ti. Pero tal como estn las cosas, no puedes aspirar a ningn
pretendiente mejor, as que espero que te comportes como es debido. Ay, mira lo que
has conseguido! Me est volviendo la jaqueca.
Casarme con Jorge sera un error terrible... Estaba tan desolada que no poda dejar
pasar la oportunidad de protestar.
Mam dije, Jorge es un bobo! No puedo casarme con l!
Conozco a muchas mujeres que estn felizmente casadas con un bobo. Las
negociaciones ya han comenzado y nadie est pidiendo tu aprobacin. Tendras que
agradecerme que me tome la molestia de conseguirte un marido. Vamos, vete a
buscar a mi criada! La cabeza me est matando.
Mi desesperacin fue absoluta al pensar que debera abandonar mi hermoso
pantano para casarme con semejante pelmazo! Despus de encontrar a la criada y
envirsela a mi madre, fui en busca de ta Grassina, pero hall cerrada la puerta de la
torre. Clavado en la gruesa madera haba un cartel en el que haban escrito unas
lneas con zumo de mora, que todava chorreaban:
Estis advertidos, intrusos! Los dragones os arrancarn el corazn si cruzis
esta puerta sin haber sido invitados, y los gusanos se comern vuestros sesos. Si
se trata de un envo a domicilio, por favor, dejadlo en el suelo. Esmeralda, estar
fuera unos das. Ya te buscar cuando regrese y haremos una de tus tartas
favoritas de frutas.
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Grassina, la Bruja Verde
Tena que hablar con alguien acerca del plan nefasto de mi madre, de modo que
busqu a algn amigo que quisiera escucharme, pero fue en vano: Fortunata, la hija
de la dama de honor preferida de mam, estaba en cama con catarro y no poda
recibir visitas (en el fondo, mejor, porque era una estirada y probablemente se mora
por casarse con Jorge); Violeta, la criada encargada de la alacena, estaba de muy mal
humor porque fregaba por segunda vez la cocina; a Bernard, el aprendiz del
jardinero, lo estaban regaando en ese preciso momento por no haber exterminado
todas las babosas del jardn, y Chloe, la segunda costurera, estaba ayudando a la
costurera mayor, que cosa un vestido nuevo para mam. Trat de pensar en alguna
otra persona con quien hablar, que no estuviera demasiado ocupada ni demasiado
impaciente para que la conversacin mereciera la pena. Por algn motivo, no poda
quitarme de la cabeza al sapo del pantano; era grosero y sarcstico, pero por lo
menos pareca tener ganas de charlar conmigo.
As pues, regres al pantano a toda prisa sorprendindome de lo ansiosa que
estaba por volver a ver al animal. Lo encontr sentado en su hoja de lirio y sonre por
primera vez en el da.
No has podido resistir la tentacin, eh? coment al verme. Lo siento, pero
no se me ha ocurrido cmo demostrarte que soy un prncipe. No obstante, puedo
contarte algunas de mis hazaas; seguro que los juglares ya han compuesto alguna
cancin sobre ellas. Una vez, por ejemplo...
No te preocupes por eso ahora. Necesito hablar con alguien porque mi madre
me ha hecho una cosa espantosa! A que no adivinas qu es?
Te ha atornillado los zapatos en el suelo.
Anda ya! Por qu iba a hacer eso?
Ha puesto a lavar tu ropa blanca con unas medias rojas!
Pero qu dices? Es muchsimo peor!
Te orden besar al primer sapo que encontraras! Y entorn los prpados.
Nada de eso! Ya te lo he dicho, nunca lo adivinars: est acordando mi boda
con el prncipe Jorge!
No lo dirs en serio. No me imagino a nadie casndose con ese joven, porque
est tan enamorado de s mismo que no podra vivir con nadie ms. Has visto
alguna vez cmo se mira en el espejo? Hara vomitar a un perro! Adems, aqu entre
nosotros... Mir hacia atrs para cerciorarse de que nadie escuchaba. He odo
decir que le gusta ponerse zapatos de chica. Tiene un bal repleto escondido en su
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dormitorio!
No s si eso es cierto, pero no puedo casarme con l. Es un petardo y un pelma
que no se da cuenta de que existo. Jams ser feliz con l! Adems, me pone tan
nerviosa que se me traba la lengua y nunca s qu decir.
Pues no parece que se te trabe charlando conmigo.
Es diferente. Contigo no me cuesta hablar. Al fn y al cabo eres un sapo.
Tambin soy prncipe!
Quiz, pero no lo pareces ni te comportas como tal, as que se me olvida que lo
eres. Pero Jorge es otra cosa, y nunca permite que olvides que l s es un prncipe.
Tal vez si se lo dijeras a tu madre...
No me hara ningn caso; slo le importan las apariencias y no cambiar de
opinin, lo s. Y pap har lo que ella diga para no discutir. Por qu me hace esto,
por qu? Preferira casarme contigo antes que con Jorge, aunque t no seas un
prncipe. Porque t no te burlaras de m ni fngiras que no existo, verdad?
El sapo parpade sorprendido y respondi:
No, desde luego.
Lo ves? Adems, si me caso contigo no tendr que irme del pantano.
Ejem... carraspe, confundido. No s... Yo slo te he pedido un beso.
Conque quieres un beso, eh? Pues, mira, te lo voy a dar. Prefero besarte mil
veces a ti que a Jorge!
Y dicho esto, me arrodill en la orilla de la charca. El sapo dio un salto fenomenal,
aterriz junto a m y me ofreci los labios.
Espera un momento dije mientras retroceda.
No habrs cambiado de opinin, verdad? me pregunt, angustiado.
No, no, es que... Ya, aqu est.
Met la mano en el bolsito que llevaba atado al cinto y saqu un pauelo bordado
con el que le limpi la boca.
Tenas las patas de una mosca pegadas a los labios expres con un
estremecimiento. A ver, probemos otra vez.
Esta vez ya no hubo impedimentos. Me agach, entreabr los labios y cerr los ojos.
Violeta, que tena mucha ms experiencia que yo, me haba explicado qu haba que
hacer para besar a un chico, y supuse que consistira en lo mismo, aunque se tratara
de un sapo. Sent los labios suaves y fros contra los mos; no era una sensacin
demasiado desagradable, pero la sorpresa estaba por llegar.
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El hormigueo me empez en los dedos de las manos y los
pies; luego se propag por brazos y piernas, y un escalofro me recorri de arriba
abajo, seguido de un dulce vrtigo dorado. De repente, sent la cabeza ligera y llena
de burbujas y un ventarrn tremendo me arroj al suelo. Me tap la cara con los
brazos, pero stos ya no eran los de antes. Cuando trat de ponerme de pie, me puse
a temblar y una nube gris me cubri los ojos.
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Cuatro
br y cerr los ojos. La cabeza an me daba vueltas y no consegua enfocar la
mirada. Poco a poco fui recobrando la vista, pero todo pareca diferente:
haba ms colores y eran ms brillantes. Una mariposa enorme pas volando
por all batiendo sus preciosas alas rojas con rayas moradas. Nunca haba visto nada
igual.
A
Aaah! exclam en voz alta.
Me sobresalt el timbre de mi voz; sonaba rara y hablar me produca cosquillas en
la garganta.
Arrugu la nariz al percibir el olor a plantas podridas y la pestilencia del pantano.
Movidas por el viento, las hojas de los rboles tamborileaban con mpetu y el
ronroneo de los insectos era ensordecedor. Plof! Algo retumb en el barro hmedo a
la orilla de la charca. Plof! El sonido volvi a retumbar, ms cerca y ms fuerte; hasta
el aire mismo pareca resoplar.
Trat de levantarme, pero mis piernas no cooperaron. Sintindome todava
mareada, mir al suelo: estaba mucho ms cerca que antes y los terrones de barro
eran mucho ms grandes. Entonces observ ante m dos pies palmeados y un par de
patas largas y musculosas, a las que segua un cuerpo rechoncho recubierto de piel
verde con pintitas. Perpleja, cerr los ojos con intensidad y volv a abrirlos, pero mi
cerebro se negaba a aceptar lo que vean mis ojos. A continuacin alc una mano y
mov los dedos... eran cuatro dedos torcidos, de color verde. De repente lo comprend
todo: no estaba viendo a otra criatura, sino a m misma!
Qu es esto? Qu me ha pasado...? balbuc. El corazn me lata a toda
velocidad. Ya lo s! Es un sueo! Estoy durmiendo en casa y voy a despertar...
Plof! Plof! Los ruidos se acercaban. Cerr los ojos de nuevo y me aplast contra el
suelo.
Es mi imaginacin dije en voz alta. Si pienso en otra cosa todo desaparecer.
A menudo, mam me rea por andar imaginando cosas. Pero esto era demasiado,
hasta para m!
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Plof! Plof! Plof! Algo muy grande y hmedo se apoy en mi
espalda y un aliento caliente y apestoso me envolvi de pies a cabeza.
Esta sensacin es de verdad, pens, y abr primero un ojo y luego el otro.
Un inmenso perro blanco, de pelo corto y manchado de barro, me contemplaba
con unos ojos enormes de cuencas sanguinolentas. Los perros de mi padre eran todos
de pelo castao, negro o gris, de modo que no conoca a aqul, lo cual me daba an
ms miedo. Me puse a temblar cuando me dio la vuelta empujndome con el hocico;
entonces me olfate otra vez de pies a cabeza y abri de par en par la cavernosa boca.
El mal aliento del animal me revolva el estmago y, para colmo de males, una gota
de baba, grande y repugnante, se le escurri del hocico y me cay en la cabeza.
No estoy soando, pens.
Me apart con brusquedad y salt tan rpido y tan lejos como pude. Me costaba
moverme y coordinar mis pasos, pero salt, salt y salt tratando de alejarme. Di un
ltimo brinco, me gir en el aire y cataplum! Ca en el agua y levant una ola.
Rana! grit el perro, metido en el agua hasta la panza. Vuelve aqu! Tengo
que hablar contigo!
Tena miedo de responder, as que extend los brazos y trat de avanzar. Nunca
haba aprendido a nadar, aunque me haba criado cerca del agua; debido a mi
torpeza, tema ahogarme en cuanto el agua me llegara a los tobillos. As pues, me
puse a patalear con brazos y patas sin avanzar en ninguna direccin. En stas, el
perro se abalanz sobre m y provoc una ola que me arrastr hacia el centro del
estanque; encog las patas e, impulsndolas con fuerza, las estir y sal despedida
hacia el fondo, alejndome de las feroces mandbulas.
Lo he logrado!, pens sin acabar de crermelo.
Repet el movimiento y avanc por el agua; a punto estuve de atropellar a un
pececillo dorado. Luego gir sobre m misma y sub a la superfcie en busca del perro.
El animal chapoteaba de aqu para all junto a la orilla, pero ya no representaba
ninguna amenaza.
Una oleada de alivio me recorri de arriba abajo.
Lo he conseguido! pens. He logrado escapar del perro gigante! Soy capaz
de cualquier cosa!
Me dediqu a hacer alegres remolinos en el agua; fui salpicando de un extremo al
otro de la charca y, cuando me cans de nadar, hund la cabeza e hice burbujas.
Despus me qued fotando panza abajo y contempl a los pececillos que pasaban en
formacin de un lado a otro. El agua tibia me acariciaba la piel y todo era estupendo.
Cuando era princesa, nunca haba salido de mi cuarto sin ir cubierta de gruesas telas
y faldas largas. Pero ahora aquella sensacin de libertad era maravillosa!
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Al cabo de un rato me di la vuelta y, mientras contemplaba las nubes
a jirones que poblaban el cielo, me pregunt dnde habra ido a parar el sapo, porque
no haba vuelto a verlo desde la transformacin. Tal vez todo haba sido un truco; tal
vez habamos realizado un intercambio y ahora l era humano. Pero por qu no lo
haba visto? Adems, aunque fuera un pelmazo, no crea que me hubiera jugado una
mala pasada.
Trep a un tronco semihundido en el agua, y repas todo lo que me haba ocurrido
ese da. Estaba tan entusiasmada con mis nuevas habilidades y por haber logrado
escapar del perro, que no me haba detenido a pensar en mi situacin. Pero ahora me
daba cuenta de que estaba sola y desamparada en medio del pantano. Qu iba a
hacer?
Sumamente inquieta, agach la cabeza y me puse a llorar. No me gustaba llorar,
casi nunca lo haca, y mam me haba dicho mil veces que no era propio de princesas
y mucho menos en pblico, pero de vez en cuando no era as. Las lgrimas corrieron
por mis mejillas y resbalaron hasta la spera corteza del tronco. Estaba tan deprimida
que no me fj en que el sapo haba trepado a ste y se hallaba a mi lado.
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