Este documento presenta la oración cotidiana de la Iglesia para el Domingo de Ramos. Incluye salmos, himnos, lecturas y oraciones relacionadas con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. El documento celebra este evento y recuerda el sacrificio de Cristo por la humanidad.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
14 vistas24 páginas
Este documento presenta la oración cotidiana de la Iglesia para el Domingo de Ramos. Incluye salmos, himnos, lecturas y oraciones relacionadas con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. El documento celebra este evento y recuerda el sacrificio de Cristo por la humanidad.
Este documento presenta la oración cotidiana de la Iglesia para el Domingo de Ramos. Incluye salmos, himnos, lecturas y oraciones relacionadas con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. El documento celebra este evento y recuerda el sacrificio de Cristo por la humanidad.
Este documento presenta la oración cotidiana de la Iglesia para el Domingo de Ramos. Incluye salmos, himnos, lecturas y oraciones relacionadas con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. El documento celebra este evento y recuerda el sacrificio de Cristo por la humanidad.
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 24
24 MARZO DE 2013
Domingo. Segunda semana
DOMI NGO DE RAMOS EN LA PASIN DEL SEOR Semana II del Salterio
I nvitatorio
Introduccin a todo el conjunto de la oracin cotidiana.
V/. Seor, breme los labios. R/. Y mi boca proclamar tu alabanza.
Antfona: Venid, adoremos a Cristo, el Seor, que por nosotros fue tentado y por nosotros muri. Salmo 94 Invitacin a la alabanza divina
Animaos los unos a los otros, da tras da, mientras dure este hoy. (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Seor, demos vtores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dndole gracias, aclamndolo con cantos.
Porque el Seor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque l lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrmonos por tierra, bendiciendo al Seor, creador nuestro. Porque l es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebao que l gua.
Ojal escuchis hoy su voz: No endurezcis el corazn como en Merib, como el da de Mas en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque haban visto mis obras.
Durante cuarenta aos aquella generacin me asque, y dije: Es un pueblo de corazn extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi clera que no entrarn en mi descanso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona: Venid, adoremos a Cristo, el Seor, que por nosotros fue tentado y por nosotros muri.
Laudes (D. II)
HIMNO El pueblo que fue cautivo y que tu mano libera no encuentra mayor palmera ni abunda en mejor olivo. Viene con aire festivo para enramar tu victoria, y no te ha visto en su historia, Dios de Israel, ms cercano: ni tu poder ms a mano ni ms humilde tu gloria.
Gloria, alabanza y honor! Gritad: Hosanna!, y haceos como los nios hebreos al paso del Redentor. Gloria y honor al que viene en nombre del Seor! Amn.
SALMODIA Antfona 1: Una gran multitud de gente, que haba ido a la fiesta, aclamaba al Seor: Bendito el que viene en nombre del Seor. Hosanna en el cielo.
Salmo 117 Himno de accin de gracias despus de la victoria
J ess es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular. (Hch 4,11)
Dad gracias al Seor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarn: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Seor: eterna es su misericordia.
En el peligro grit al Seor, y me escuch, ponindome a salvo.
El Seor est conmigo: no temo; qu podr hacerme el hombre? El Seor est conmigo y me auxilia, ver la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Seor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Seor que fiarse de los jefes.
Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Seor los rechac; me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Seor los rechac; me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Seor los rechac.
Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Seor me ayud; el Seor es mi fuerza y mi energa, l es mi salvacin.
Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: La diestra del Seor es poderosa, la diestra del Seor es excelsa, la diestra del Seor es poderosa.
No he de morir, vivir para contar las hazaas del Seor. Me castig, me castig el Seor, pero no me entreg a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo, y entrar para dar gracias al Seor.
sta es la puerta del Seor: los vencedores entrarn por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvacin.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Seor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
ste es el da en que actu el Seor: sea nuestra alegra y nuestro gozo. Seor, danos la salvacin; Seor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Seor, os bendecimos desde la casa del Seor; el Seor es Dios, l nos ilumina.
Ordenad una procesin con ramos hasta los ngulos del altar.
T eres mi Dios, te doy gracias; Dios mo, yo te ensalzo.
Dad gracias al Seor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 1: Una gran multitud de gente, que haba ido a la fiesta, aclamaba al Seor: Bendito el que viene en nombre del Seor. Hosanna en el cielo.
Antfona 2: Con los ngeles y los nios cantemos al triunfador de la muerte: Hosanna en el cielo.
Cntico: Dn 3,52-57 Que la creacin entera alabe al Seor
Bendito el Creador por siempre! (Rm 1,25)
Bendito eres, Seor, Dios de nuestros padres: a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, santo y glorioso: a l gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria: a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres sobre el trono de tu reino: a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres t, que sentado sobre querubines sondeas los abismos: a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bveda del cielo; a ti honor y alabanza por los siglos.
Criaturas todas del Seor, bendecid al Seor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 2: Con los ngeles y los nios cantemos al triunfador de la muerte: Hosanna en el cielo.
Antfona 3: Bendito el que viene en nombre del Seor! Paz en el cielo y gloria en lo alto.
Salmo 150 Alabad al Seor
Salmodiad con el espritu, salmodiad con toda vuestra mente, es decir, glorificad a Dios con el cuerpo y con el alma. (Hesiquio)
Alabad al Seor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magnficas, alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y ctaras,
alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Seor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 3: Bendito el que viene en nombre del Seor! Paz en el cielo y gloria en lo alto.
LECTURA BREVE Algrate, hija de Sin; canta, hija de J erusaln; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. (Za 9,9)
RESPONSORIO BREVE V/. Nos has comprado, Seor, con tu sangre. R/. Nos has comprado, Seor, con tu sangre.
V/. De toda raza, lengua, pueblo y nacin. R/. Con tu sangre.
V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. Nos has comprado, Seor, con tu sangre.
Benedictus, ant.: Aclamemos con palmas de victoria al Seor que viene, y salgamos a su encuentro con himnos y cantos, dndole gloria y diciendo: Bendito eres, Seor.
Benedictus, Lc 1, 68-79 El Mesas y su precursor
Bendito sea el Seor, Dios de I srael, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitndonos una fuerza de salvacin en la casa de David, su siervo, segn lo haba predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la salvacin que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que jur a nuestro padre Abrahn.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros das.
Y a ti, nio, te llamarn profeta del Altsimo, porque irs delante del Seor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvacin, el perdn de sus pecados.
Por la entraable misericordia de nuestro Dios, nos visitar el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Benedictus, ant.: Aclamemos con palmas de victoria al Seor que viene, y salgamos a su encuentro con himnos y cantos, dndole gloria y diciendo: Bendito eres, Seor.
PRECES Adoremos a Cristo, que, al entrar en J erusaln, fue aclamado por las multitudes como rey y Mesas; acojmosle tambin nosotros con gozo, diciendo: Bendito el que viene en nombre del Seor.
Hosanna a ti, Hijo de David y Rey eterno; hosanna a ti, vencedor de la muerte y del mal.
T que subiste a J erusaln para sufrir la pasin y entrar as en la gloria, conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.
T que convertiste el madero de la cruz en rbol de vida, haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este rbol.
Salvador nuestro, que viniste a salvar a los pecadores, conduce a tu reino a los que en ti creen, esperan y te aman.
Con la misma confianza que tienen los hijos con sus padres, acudamos nosotros a nuestro Dios, dicindole:
Padre nuestro, que ests en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras ofensas, como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.
Oracin
Dios todopoderoso y eterno, t quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al gnero humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concdenos que las enseanzas de su pasin nos sirvan de testimonio, y que un da participemos en su gloriosa resurreccin.
Por nuestro Seor J esucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amn.
CONCLUSIN
Por ministro ordenado:
V/. El Seor est con vosotros. R/. Y con tu espritu. V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo J esucristo, nuestro Seor. R/. Amn. V/. Y la bendicin de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amn.
Si se despide a la asamblea, se aade:
V/. Podis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.
Si no es ministro ordenado y en la recitacin individual:
V/. El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amn.
Hora intermedia (D. II) Nona V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Aleluya. HIMNO
No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
T me mueves, Seor; muveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido; muveme el ver tu cuerpo tan herido; muvenme tus afrentas y tu muerte.
Muveme, al fin, tu amor, y en tal manera que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera; pues, aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. Amn.
SALMODIA Antfona: Para m la vida es Cristo, y una ganancia el morir; yo he de gloriarme en la cruz de mi Seor J esucristo.
Salmo 22 El buen pastor
El Cordero ser su pastor, y los conducir hacia fuentes de aguas vivas. (Ap 7,17)
El Seor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me gua por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por caadas oscuras, nada temo, porque t vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante m, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompaan todos los das de mi vida, y habitar en la casa del Seor por aos sin trmino.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Se hace una breve pausa
Salmo 75,2-7 Accin de gracias por la victoria
Vern al Hijo del hombre venir sobre las nubes. (Mt 24,30)
Dios se manifiesta en J ud, su fama es grande en Israel; su tabernculo est en J erusaln, su morada en Sin: all quebr los relmpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra.
T eres deslumbrante, magnfico, con montones de botn conquistados. Los valientes duermen su sueo, y a los guerreros no les responden sus brazos. Con un bramido, oh Dios de J acob, inmovilizaste carros y caballos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Se hace una breve pausa
Salmo 75,8-13
T eres terrible: quin resiste frente a ti al mpetu de tu ira? Desde el cielo proclamas la sentencia: la tierra teme sobrecogida, cuando Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra.
La clera humana tendr que alabarte, los que sobrevivan al castigo te rodearn. Haced votos al Seor y cumplidlos, y traigan los vasallos tributo al Temible: l deja sin aliento a los prncipes, y es temible para los reyes del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona: Para m la vida es Cristo, y una ganancia el morir; yo he de gloriarme en la cruz de mi Seor J esucristo.
LECTURA BREVE Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecer, os afianzar, os robustecer. Suyo es el poder por los siglos. Amn. (1P 5,10-11)
V/. Adoremos el signo de la cruz. R/. Por el que recibimos la salvacin.
Oracin
Dios todopoderoso y eterno, t quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al gnero humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concdenos que las enseanzas de su pasin nos sirvan de testimonio, y que un da participemos en su gloriosa resurreccin.
Por nuestro Seor J esucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amn.
V/. Bendigamos al Seor. R/. Demos gracias a Dios.
I I Vsperas (D. II)
V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
HIMNO Victoria!, t reinars. Oh cruz, t nos salvars!
El Verbo en ti clavado, muriendo nos rescat; de ti, madero santo, nos viene la redencin.
Extiende por el mundo tu reino de salvacin. Oh cruz fecunda, fuente de vida y bendicin!
Impere sobre el odio tu reino de caridad; alcancen las naciones el gozo de la unidad.
Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad; el ro de la gracia apague la iniquidad.
La gloria por los siglos a Cristo libertador, su cruz nos lleva al cielo, la tierra de promisin.
SALMODIA Antfona 1: Herido y humillado, la diestra de Dios lo exalt.
Salmo 109, 1-5.7 El Mesas, Rey y Sacerdote
Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. (1Co 15,25)
Orculo del Seor a mi Seor: Sintate a mi derecha, y har de tus enemigos estrado de tus pies. Desde Sin extender el Seor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.
Eres prncipe desde el da de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendr, como roco, antes de la aurora.
El Seor lo ha jurado y no se arrepiente: T eres sacerdote eterno, segn el rito de Melquisedec.
El Seor a tu derecha, el da de su ira, quebrantar a los reyes. En su camino beber del torrente, por eso levantar la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 1: Herido y humillado, la diestra de Dios lo exalt.
Antfona 2: La sangre de Cristo nos ha purificado, llevndonos al culto del Dios vivo. Salmo 113B Himno al Dios verdadero
Abandonando los dolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero. (1Ts 1,9)
No a nosotros, Seor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad. Por qu han de decir las naciones: Donde est su Dios?
Nuestro Dios est en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus dolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas:
tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen;
tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; no tiene voz su garganta: que sean igual los que los hacen, cuantos confan en ellos.
Israel confa en el Seor: l es su auxilio y su escudo. La casa de Aarn confa en el Seor: l es su auxilio y su escudo. Los fieles del Seor confan en el Seor: l es su auxilio y su escudo.
Que el Seor se acuerde de nosotros y nos bendiga, bendiga a la casa de Israel, bendiga a la casa de Aarn; bendiga a los fieles del Seor, pequeos y grandes.
Que el Seor os acreciente, a vosotros y a vuestros hijos; benditos seis del Seor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Seor, la tierra se la ha dado a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Seor, ni los que bajan al silencio. Nosotros, s, bendeciremos al Seor ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 2: La sangre de Cristo nos ha purificado, llevndonos al culto del Dios vivo.
Antfona 3: Cargado con nuestros pecados, subi al leo, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
Cntico: Cf. 1P 2,21b-24 La pasin voluntaria de Cristo, el siervo de Dios
Cristo padeci por nosotros, dejndonos un ejemplo para que sigamos sus huellas.
l no cometi pecado ni encontraron engao en su boca; cuando lo insultaban, no devolva el insulto; en su pasin no profera amenazas; al contrario, se pona en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados, subi al leo, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona 3: Cargado con nuestros pecados, subi al leo, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
LECTURA BREVE Hermanos, a vosotros se os ha enviado este mensaje de salvacin. Los habitantes de J erusaln y sus autoridades no reconocieron a J ess ni entendieron las profecas que se leen los sbados, pero las cumplieron al condenarlo. Aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de l, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucit de entre los muertos. (Hch 13,26-30a)
RESPONSORIO BREVE V/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
V/. Porque con tu cruz has redimido al mundo. R/. Y te bendecimos.
V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Magnficat, ant.: Est escrito. Herir al pastor, y se dispersarn las ovejas del rebao; pero, cuando resucite, ir antes que vosotros a Galilea; all me veris, dice el Seor.
Magnficat, Lc 1, 46-55 Alegra del alma en el Seor
Proclama mi alma la grandeza del Seor, se alegra mi espritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillacin de su esclava.
Desde ahora me felicitarn todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por m: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generacin en generacin.
l hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazn, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacos.
Auxilia a I srael, su siervo, acordndose de la misericordia como lo haba prometido a nuestros padres en favor de Abrahn y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Magnficat, ant.: Est escrito. Herir al pastor, y se dispersarn las ovejas del rebao; pero, cuando resucite, ir antes que vosotros a Galilea; all me veris, dice el Seor.
PRECES Oremos humildemente al Salvador de los hombres, que sube a J erusaln a sufrir su pasin para entrar as en la gloria, y digmosle: Santifica, Seor, al pueblo que redimiste con tu sangre.
Redentor nuestro, concdenos que, por la penitencia, nos unamos ms plenamente a tu pasin, para que consigamos la gloria de la resurreccin.
Concdenos la proteccin de tu Madre, consuelo de los afligidos, para que podamos confortar a los que estn atribulados, mediante el consuelo con que t nos confortas.
Mira con bondad a aquellos que hemos escandalizado con nuestros pecados, aydalos a ellos y corrgenos a nosotros, para que resplandezca en todo tu santidad y tu amor.
T que te humillaste, hacindote obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz, ensea a tus fieles a ser obedientes y a tener paciencia.
Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, y a nosotros danos un da participe en su felicidad.
Concluyamos nuestra splica con la oracin que el mismo Seor nos ense:
Padre nuestro, que ests en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras ofensas, como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.
Oracin
Dios todopoderoso y eterno, t quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al gnero humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concdenos que las enseanzas de su pasin nos sirvan de testimonio, y que un da participemos en su gloriosa resurreccin.
Por nuestro Seor J esucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amn.
CONCLUSIN
Por ministro ordenado:
V/. El Seor est con vosotros. R/. Y con tu espritu. V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo J esucristo, nuestro Seor. R/. Amn. V/. Y la bendicin de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amn.
Si se despide a la asamblea, se aade:
V/. Podis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.
Si no es ministro ordenado y en la recitacin individual:
V/. El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amn.
Completas (D. II)
V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Tras el silencio se contina con una de las siguientes frmulas:
1.- Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisin. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa Mara, siempre Virgen, a los ngeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedis por m ante Dios, nuestro Seor.
2.- V/. Seor, ten misericordia de nosotros. R/. Porque hemos pecado contra ti. V/. Mustranos, Seor, tu misericordia. R/. Y danos tu salvacin.
3.- V/. T que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Seor, ten piedad. R/. Seor, ten piedad. V/. T que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad. V/. T que ests sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Seor, ten piedad. R/. Seor, ten piedad.
Se concluye diciendo:
V/. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amn.
HIMNO Gracias, porque al fin del da podemos agradecerte los mritos de tu muerte y el pan de la Eucarista, la plenitud de alegra de haber vivido tu alianza, la fe, el amor, la esperanza y esta bondad de tu empeo de convertir nuestro sueo en una humilde alabanza.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espritu Santo, por los siglos de los siglos. Amn.
SALMODIA Antfona: Al amparo del Altsimo no temo el espanto nocturno.
Salmo 90 A la sombra del Omnipotente
Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones. (Lc 10,19)
T que habitas al amparo del Altsimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Seor: Refugio mo, alczar mo, Dios mo, confo en ti.
l te librar de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrir con sus plumas, bajo sus alas te refugiars: su brazo es escudo y armadura.
No temers el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de da, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a medioda.
Caern a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzar.
Nada ms mirar con tus ojos, vers la paga de los malvados, porque hiciste del Seor tu refugio, tomaste al Altsimo por defensa.
No se te acercar la desgracia, ni la plaga llegar hasta tu tienda, porque a sus ngeles ha dado rdenes para que te guarden en tus caminos;
te llevarn en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminars sobre spides y vboras, pisotears leones y dragones.
Se puso junto a m: lo librar; lo proteger porque conoce mi nombre, me invocar y lo escuchar.
Con l estar en la tribulacin, lo defender, lo glorificar, lo saciar de largos das y le har ver mi salvacin.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona: Al amparo del Altsimo no temo el espanto nocturno.
LECTURA BREVE Vern al Seor cara a cara y llevarn su nombre en la frente. Ya no habr ms noche, ni necesitarn luz de lmpara o del sol, porque el Seor Dios irradiar luz sobre ellos, y reinarn por los siglos de los siglos. (Ap 22,4-5)
RESPONSORIO BREVE V/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu. R/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu.
V/. T, el Dios leal, nos librars. R/. Encomiendo mi espritu.
V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu.
CNTICO EVANGLICO Antfona: Slvanos, Seor, despiertos, protgenos mientras dormimos para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Nunc dimittis, Lc 2, 29-32 Cristo, luz de las naciones y gloria de I srael
Ahora, Seor, segn tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador. a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo I srael.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.
Antfona: Slvanos, Seor, despiertos, protgenos mientras dormimos para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
V./ Oremos: Oracin
Humildemente te pedimos, Seor, que despus de haber celebrado en este da los misterios de la resurreccin de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz y maana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por J esucristo, nuestro Seor.
R/. Amn.
El Seor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.
Antfona final a la Santsima Virgen Mara
Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y quiere levantarse.
Ante la admiracin de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ngel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.