Este documento discute la dignidad de la persona humana desde una perspectiva constitucional. Explica que la dignidad se ha convertido en un principio y valor fundamental en las constituciones modernas, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. También analiza cómo la teoría institucional reconoce la dignidad como un principio que promueve el libre desarrollo de la persona y los derechos humanos, en lugar de simplemente limitar al estado.
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Este documento discute la dignidad de la persona humana desde una perspectiva constitucional. Explica que la dignidad se ha convertido en un principio y valor fundamental en las constituciones modernas, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. También analiza cómo la teoría institucional reconoce la dignidad como un principio que promueve el libre desarrollo de la persona y los derechos humanos, en lugar de simplemente limitar al estado.
Este documento discute la dignidad de la persona humana desde una perspectiva constitucional. Explica que la dignidad se ha convertido en un principio y valor fundamental en las constituciones modernas, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. También analiza cómo la teoría institucional reconoce la dignidad como un principio que promueve el libre desarrollo de la persona y los derechos humanos, en lugar de simplemente limitar al estado.
Este documento discute la dignidad de la persona humana desde una perspectiva constitucional. Explica que la dignidad se ha convertido en un principio y valor fundamental en las constituciones modernas, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. También analiza cómo la teoría institucional reconoce la dignidad como un principio que promueve el libre desarrollo de la persona y los derechos humanos, en lugar de simplemente limitar al estado.
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Nmero 7
Julio - Diciembre 2002
Revista Mexicana de Derecho Constitucional
DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA Csar LANDA *
Al profesor Peter Hberle, de la Universidad de Bayreuth Ser digno es no tener miedo de hacer lo que es correcto I. PRESENTACIN El artculo 1o., del captulo I. Derechos fundamentales de la persona, y del ttulo I. De la persona y de la sociedad, de la Constitucin del Per de 1993, seala que: "la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado". Este artculo constituye la piedra angular de los derechos fundamentales de las personas, y por ello es el soporte estructural de todo el edificio constitucional, tanto del modelo poltico como del modelo econmico y social. En tal sentido, fundamenta los parmetros axiolgicos y jurdicos de las disposiciones y actuaciones constitucionales de los poderes polticos y de los agentes econmicos y sociales, as, como tambin, establece los principios y a su vez los lmites de los alcances de los derechos y garantas constitucionales de los ciudadanos y de las autoridades. Por su estructura, el artculo primero puede ser analizado desde diferentes teoras de los derechos fundamentales y de los mtodos de interpretacin constitucional. 1 As, desde una concepcin liberal clsica de los derechos del hombre, la defensa de la persona humana est inserta en un estatus negativo de la persona humana, frente a las posibles violaciones del Estado y de los agentes de la sociedad. Por ello, stos deben abstenerse de intervenir en el libre desarrollo de la persona humana. Esta posicin esttica de los poderes pblicos es propia de la primera hora del constitucionalismo abstencionista del Estado. En virtud de la cual, se asume desde entonces que la persona humana autnomamente y en el seno de la sociedad civil, cuenta con las capacidades y potencialidades por s misma para el ejercicio de sus derechos fundamentales. 2
Bajo esta concepcin aparecen los derechos de primera generacin, que son aquellos derechos de defensa de los clsicos derechos a la vida y a las libertades personales frente a las autoridades del Estado; a quienes se les exige que se autolimiten y no intervengan en la esfera de los derechos individuales. Por ello, en esta fase se consagra el principio de la autonoma de la voluntad de la persona, segn el cual: "nadie est obligado a hacer lo que la ley no manda, ni est impedido de hacer lo que ella no prohbe", 3 segn reza el artculo 2o. inciso 24-a de la Constitucin. Actualmente, sin embargo, esta clsica concepcin de la persona humana, slo se puede entender a cabalidad en el marco de la segunda parte del mencionado artculo primero; es decir, integrndola a la dignidad de la persona humana, desde una perspectiva de los derechos fundamentales y de la interpretacin constitucional propia de la teora institucional. 4
En ese entendido, el respeto a la dignidad humana se incardina, ms bien, en la perspectiva contempornea de los derechos fundamentales del constitucionalismo social, que partiendo de un estatus positivo de la libertad; reconoce que todas las personas tienen tanto las mismas capacidades y posibilidades sociales de realizarse humanamente, como que tambin, para ello cuentan con la promocin y auxilio de los poderes pblicos y privados. 5
En esta perspectiva humanista, la dignidad tiene como sujeto a la persona humana, tanto en su dimensin corporal, como en su dimensin racional, que aseguran su sociabilidad, responsabilidad y trascendencia. 6 Desde la dimensin racional, la dignidad adquiere una perspectiva individual y social, vinculada indisolublemente a la libertad de la persona; con lo cual, la dignidad se funda e inserta en la esfera de lo jurdico-poltico. En ese sentido, la dignidad se convierte en: Un principio constitucional portador de los valores sociales y de los derechos de defensa de los hombres, que prohbe consiguientemente, que la persona sea un mero objeto del poder del Estado o se le d un tratamiento peligroso a la cuestin principal de su cualidad subjetiva; que afirma las relaciones y las obligaciones sociales de los hombres, as como tambin su autonoma. 7
Pero la dignidad no slo es un valor y principio constitucional, sino tambin es una dinamo de los derechos fundamentales; por ello, sirve tanto de parmetro fundamental de la actividad del Estado y de la sociedad, como tambin de fuente de los derechos fundamentales de los ciudadanos. De esta forma, la dignidad de la persona humana se proyecta no slo defensiva o negativamente ante las autoridades y los particulares, sino tambin como un principio de actuaciones positivas para el libre desarrollo del hombre, razn por la que slo puede ser entendida a cabalidad en el marco de la teora institucional. II. DIGNIDAD Y TEORA INSTITUCIONAL En una perspectiva institucional no abstencionista sino promotora de la persona humana, lo que se busca ya no es limitar y controlar al Estado y a la sociedad; sino, por el contrario, promover o crear las condiciones jurdicas, polticas, sociales, econmicas y culturales, que permitan el desarrollo de la persona humana. Por ello, "no existe ni puede existir dignidad humana sin libertad, justicia, igualdad y pluralismo poltico; adems estos valores seran indignos si no redundasen a favor de la dignidad del ser humano". 8
De ese modo, la dignidad humana encuentra en la clsica teora institucional un entronque ineludible, en tanto constituye una manifestacin del valor de la persona humana y de su libre desarrollo social. 9 En este marco de la teora institucional del derecho, se analiza el origen y desarrollo de la dignidad de la persona humana. La dignidad de la persona humana se asienta en un sistema de valores democrticos propios de la posicin humanista que adopt la cultura universal luego del holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente se habl de un renacer del iusnaturalismo frente a una concepcin positivista del hombre y del Estado de derecho; sin embargo, fue la renovada teora institucional la que logr darle el perfil de un principio constitucional y de un derecho fundamental. 10
Despus de la guerra, la dignidad de la persona y sus derechos humanos se convirtieron en el pilar vertebral de la nueva forma de organizacin democrtica del Estado y de la comunidad internacional; as qued expresado en la Carta de Naciones Unidas de 1945, que consagr en su prembulo la voluntad de las naciones de "reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana...", y sobre todo en la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948, que dispuso en su artculo 1o.: "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estn de razn y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". 11
Estos preceptos universales tambin seran incorporados por los dems tratados internacionales de las organizaciones regionales de Europa, Amrica y frica. En particular, cabe sealar a la Declaracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre de 1948 que estableci que "todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estn de razn y de conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros"; as como a la Convencin Americana de Derechos Humanos de 1969, que estableci en su artculo 11.1o. que "toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad". La universalizacin de la dignidad de la persona humana y de los derechos fundamentales en el orden poltico nacional no fue slo un acto redentor, sino que encontr tambin viejas races en la doctrina de la Iglesia catlica, en las encclicasRerum Novarum y Laborem exercens, del papa Len XIII de 1891; que se expresaran en las encclicas Pacen in terris, del papa Juan XXIII de 1963, Populorum progressio o la Constitucin del Gaudium et spes, del papa Pablo VI de 1965, que titula su primer captulo "La dignidad de la persona humana". 12
En este nuevo marco de internacionalizacin de los derechos humanos, 13 durante la etapa de la reconstruccin del Estado nacional de la postguerra, se reabri el debate en torno a la crisis del relativismo poltico y del derecho positivo establecido en el periodo de entreguerras. En ese ambiente de reflexin jurdico-poltica se gener un consenso: "la Constitucin como norma jurdica fundamental del Estado se encuentra hoy en los Estados occidentales en una crisis radical... Es ms bien una crisis del pensamiento constitucional. Ah radica nuestra inquietante situacin: la idea de la Constitucin est cuestionada y su finalidad es una pregunta planteada". 14
Se parti entonces de reconocer el peligroso carcter neutral y avalorativo que haba jugado el Estado de derecho -liberal o social- frente a las dictaduras emergentes; en la medida que subordin los derechos del hombre al poder y a la economa predominante; lo cual signific dar el paso previo por donde se abri camino el Estado totalitario, que utiliz arteramente el relativismo moral y la neutralidad tica del Estado de derecho positivista. No obstante, para Kelsen, "desde el punto de vista de la Ciencia jurdica, el derecho bajo el dominio nazi fue derecho. Podemos lamentarlo, pero no podemos negar que fue derecho. El derecho de la Unin Sovitica tambin es derecho". 15
Si bien, por un lado, reconocer una realidad no significa aceptarla, Kelsen, como muchos otros demcratas, tuvo que refugiarse en Estados Unidos de Amrica, durante la dictadura nazi; por otro lado, tampoco se puede desconocer que las fuerzas totalitarias para llegar al poder usaron primero las aspticas reglas del positivismo jurdico del Estado de derecho, para luego desmontar los valores liberales implcitos de libertad e igualdad del hombre y de la limitacin al poder. Lo cual no hizo al positivismo responsable directo del uso de su doctrina, pero si qued manifiesta su neutral e involuntaria colaboracin con el nazismo, "porque el intelectual al operar en el orden social con ideas es de ellas de quienes debe responder en el orden social". 16
De este modo, qued establecido en la conciencia jurdica de la post-guerra que asumir una postura "cientfica" del derecho fue la mejor manera de soslayar el compromiso con la poltica democrtica concreta, que desde entonces se expresa en la defensa de la persona y en el respeto a su dignidad, ya que esa ciencia pura termina convirtiendo la tcnica del derecho en una ideologa al servicio del poder en turno. 17
Por lo anterior, en pases con una democracia relativista y sin valores, un desintegrado sistema de partidos y una Constitucin indecisa -que es distinto a una Constitucin abierta-, 18 como ocurri en la Alemania nazi, se crearon las condiciones necesarias para que en el periodo de crisis poltica, social y econmica de la Repblica del Weimar -mediante el uso de la legalidad de las medidas de emergencia- la voluntad autoritaria nazi se abriera paso fcilmente hacia un sistema dictatorial, utilizando flexiblemente la Constitucin de Weimar como un instrumento ms del poder total. 19
Sobre la base de estas crticas, en el periodo de la reconstruccin europea del Estado democrtico y en particular en Alemania, quedar consabido en el pensamiento democrtico, como seal Radbruch, que: el positivismo en los hechos, con su conviccin de que la ley es la ley, hizo que los juristas alemanes perdiesen valor contra las leyes arbitrarias y violadoras. Por eso, el positivismo no cuenta en absoluto con una posicin apropiada, para fundar la fuerza de su autoridad en la ley. El positivismo cree que la validez de las leyes se tiene resuelta con la obsesin de la imposicin del poder. 20
En consecuencia, el restablecimiento del Estado de derecho en la post-guerra qued impregnado mecnicamente de un aura iusnaturalista, 21 caracterizado por dos elementos: por un lado, otorgar a la persona humana y a su dignidad una posicin central en la Constitucin, asignndole a sta un carcter de norma poltica y jurdica suprema e inviolable, en cuanto limitacin y racionalizacin del poder; lo cual signific fortalecer el proceso poltico libre y vivo, interpretando la Constitucin como una ordenacin jurdica fundamental del Estado al servicio de la persona humana y de su dignidad. 22 Por otro lado, el Estado se refunda no slo en el principio de la legalidad, ni en el principio social, sino tambin en el principio democrtico, en la frmula del Estado democrtico y social de derecho. 23
Frente a un positivismo desvinculado de los valores democrticos, como ante un neoiusnaturalismo desprovisto de seguridad jurdica, se abri paso al establecimiento de una renovada concepcin institucional del derecho, y en particular de la dogmtica y de la jurisprudencia del derecho constitucional. 24 La Constitucin y el sistema legal, en adelante sern los instrumentos para la proteccin de la dignidad humana, base de los derechos fundamentales de las personas, as como medios para limitar y controlar al poder. La revalorizacin de la persona humana y de sus derechos fundamentales, supuso en consecuencia la subordinacin de la ley a los principios y valores del nuevo Estado de derecho, expresados en el constitucionalismo de la segunda postguerra mundial. En tal sentido, Krger sealara con acierto en 1950 que hasta ese entonces los derechos fundamentales eran vlidos slo en el marco de la ley, mientras que en adelante la ley slo era vlida en el marco de los derechos fundamentales. 25
De este modo, el origen del concepto dignidad humana encuentra sus races actuales en la necesidad universal de establecer el respeto de la persona humana, hundiendo bases ms profundas con el fin de asegurar una cultura de vida civilizada, a partir del eterno retorno a los derechos naturales del hombre imprescriptibles e inalienables. 26 Por ello, se puede sealar con Hberle que: la dignidad humana se ha convertido en una premisa antropolgica del Estado constitucional, constituye una garanta del statu quo democrtico, y en consecuencia es un punto de no retorno en el estadio de desarrollo de la civilizacin humana. 27
III. CONCEPTO DE LA DIGNIDAD La Constitucin ha incorporado a la dignidad de la persona humana como un concepto jurdico abierto; es decir que su contenido concreto debe irse verificando en cada supuesto de tratamiento o denuncia, sobre la base de ciertos patrones sustantivos e instrumentales de interpretacin. Esto quiere decir que la dignidad no es un concepto que tenga un contenido absoluto. 28
Lo cual es una virtud para la dogmtica, pero a su vez una dificultad para la jurisprudencia, ya que un mismo acto o decisin gubernamental puede ser considerado digno para unos ciudadanos e indigno para otros. Por ello, la cuestin de la interpretacin constitucional de un caso sobre la violacin o la afectacin o no de la dignidad de la persona es constitutiva no slo del concepto, sino tambin del ejercicio legtimo del mismo. Por ello, si bien a priori se puede partir de una idea general de la dignidad humana, como concepcin del hombre en tanto persona, en la cual se corporeizan los ms altos valores espirituales y costumbres ticas, individuales y comunitarias, constituyendo un principio y un lmite de la actuacin de todas las personas, la sociedad y del Estado; resulta ms comprensible encontrar un concepto de dignidad de la persona humana, cuando se la viola, por la actuacin consciente o inconsciente del Estado, la sociedad y de los particulares que produce, positiva o por omisin, dao a los valores innatos de la persona humana, codificados en la conciencia jurdica y social. 29
Este concepto circular de la persona humana se concretiza cuando se vincula con los derechos fundamentales, lo cual no significa que la tutela de la dignidad slo se pueda visualizar con relacin a la afectacin de un derecho constitucional concreto. Si bien la dignidad opera como una clusula interpretativa, tambin es protegible por s misma, en tanto constituye un principio constitucional y derecho fundamental justiciable. 30
Ms an, siguiendo las tesis de Dworkin, 31 se podra sealar que la clusula de la dignidad opera tambin como un principio de fusin de los derechos humanos positivos y los derechos humanos morales - iusnaturales-, pues la enumeracin de los derechos fundamentales del artculo 3o., captulo I del ttulo I de la Constitucin peruana de 1993, no excluye los dems que la Constitucin garantiza "por ejemplo, incorporados en los tratados internacionales de derechos humanos y dems artculos constitucionales", ni otros derechos de naturaleza anloga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberana del pueblo, del Estado democrtico de derecho y de la forma republicana de gobierno. Norma de clara inspiracin neoiusnaturalista. 32
Como es de entender, la interpretacin de conceptos como dignidad de la persona humana, libre desarrollo de la personalidad, igualdad, Estado social, bien comn, bienestar, entre otros, son conceptos jurdicos abiertos, en tanto permiten una escala de interpretacin diferenciada. Lo cual no quiere decir que objetivamente todos sean vlidos a la vez; sino que tienen una validez funcional, en la medida que el juez constitucional debe asumir una de las interpretaciones posibles como vlida constitucionalmente, la misma que podr ir mutando en funcin de su tarea pacificadora de los conflictos polticos. 33
Claro est que esa funcin pacificadora slo se lograr cuando sus resoluciones sean acatadas por el legislador y la opinin pblica asiente sus decisiones, con base en el principio de confianza - Vertrauengrundsatz-, que se funda en el consenso social de valores intersubjetivos. 34 Ello es factible, siempre que la judicatura ejerza un mtodo jurdico de interpretacin constitucional razonable, previsible y controlable. 35
De modo que la Constitucin peruana, a travs de esa clusula de los derechos implcitos -numerus apertus- del artculo 3o., y de la incorporacin de los tratados internacionales en el derecho nacional en el artculo 55o., y cuarta disposicin final y transitoria, reconoce que la dignidad humana abarca bienes jurdicos ms all de lo que positivamente se haya consagrado en el texto poltico. Por ello, la proteccin y desarrollo de los derechos fundamentales tambin hay que encontrarlos en los valores propios de la dignidad del hombre, que no deben estar al libre arbitrio de la interpretacin del juez, sino en concordancia con una interpretacin indubio pro homine correcta, como viene desarrollando la jurisprudencia de la Corte Interamericana, en el marco de los tratados internacionales de los derechos humanos, que Per se ha comprometido internacional y nacionalmente a cumplir, 36 sin perjuicio de su invlido retiro de la instancia jurisdiccional del sistema interamericano de derechos humanos. 37
Si bien la dignidad de la persona humana es intangible, se plantea la espinosa cuestin de la autonoma de la voluntad de la persona para delimitar si se ha producido su violacin o no. Al respecto, von Munch seala que: "si el propio afectado es de la opinin de que su dignidad no ha sido violada, mientras que otras personas piensan que s se ha producido una violacin de la dignidad del afectado, por regla general debe ser determinante la opinin de la persona afectada, pues a sta no es dable imponerle las concepciones morales de terceros". 38
De ah que se procedera a examinar la dignidad o no del trato por parte de los padres o tutores sobre los menores de edad o tutelados, cuando estos ltimos considerasen que se les ha violado de forma alguna su dignidad; en la medida que hay bienes jurdicos superiores que la Constitucin tutela ms all de la patria potestad o incluso la voluntad de la parte interesada. As, la tutela de la integridad personal, tanto corporal, sexual, psquica y espiritual del menor y adolescente es un caso tpico de proteccin estatal supletoria y en ltima instancia en aras de la dignidad humana. Una situacin lmite se present en el caso de "cambio de sexo" de un menor colombiano que le practicaron los mdicos por decisin de sus padres, a raz de un accidente que le mutil parcialmente los genitales. Desde entonces sus padres le dieron una educacin, trato y vestimenta de nia. Esto dio lugar a que la Corte Constitucional de Colombia concediese la accin de tutela al derecho del menor a mantener su identidad sexual con base en la dignidad personal, cuando ste a travs de un defensor del menor demand por la violacin de su identidad sexual. 39
En esa lgica argumentativa, la tutela de la dignidad de la identidad sexual de cualquier persona mediante una operacin de "cambio de sexo", tambin sera justiciable en funcin de su consentimiento para "readecuar su gnero"; pero, siempre que sea mayor de edad y de acuerdo con la legislacin sobre la materia, en aras de la intangibilidad de la dignidad del ser humano. 40
Es que la dignidad humana opera como una clusula ptrea, es decir aquella norma constitucional que expresa o tcitamente prohbe su violacin o incluso reforma constitucional; siendo tambin entendida como una clusula constitucional intangible en tanto constituye el cimiento del edificio de valores y principios histricos y sociales compartidos por la sociedad, que sostiene la legitimidad constitucional; lo cual plantea el problema no slo de los lmites materiales al ejercicio de los derechos de los particulares, sino tambin a la propia funcin constituyente. 41
En efecto, la concepcin y la defensa de la dignidad humana nos sumerge en un debate iusfilosfico, tico y poltico, sobre la existencia de posibles ejercicios de derechos o de normas constitucionales inconstitucionales Verfassungswidrige Verfassungsnormen, 42 ello hasta el punto de estimar no slo una norma constitucional como inconstitucional, sino tambin que el ejercicio legtimo de un derecho constitucional puede ser inconstitucional. Ello sera posible por contradecir su sentido valorativo fundamental, como sera por ejemplo, el caso de ejercer legalmente el derecho de propiedad, pero desprotegiendo o violando la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad, por cuanto constituyen "principios jerrquicamente superiores para presidir la interpretacin de todo el ordenamiento comenzando por la Constitucin misma". 43
Ms all de cualquier duda sobre el concepto de la dignidad humana, el Estado tiene el derecho y deber de garantizarla, incluso por grave que sea la afectacin al orden jurdico y a la seguridad nacional. Por ello, no cabe admitir que el gobierno pueda ejercer su poder sin lmite alguno, o que las autoridades se valgan de cualquier medio para alcanzar sus objetivos, sin sujecin al derecho o a la moral, porque ninguna accin en nombre del Estado puede basarse en el desprecio de la dignidad humana. 44 Por el contrario, todos estn obligados a actuar en funcin de la dignidad de la persona humana y con mayor responsabilidad pblica las autoridades; en virtud de lo cual es relevante elaborar las funciones constitucionales que se deben cumplir a travs de la dignidad. IV. FUNCIONES CONSTITUCIONALES DE LA DIGNIDAD La dignidad humana es un principio rector de la poltica constitucional indirizzo politico, en la medida que dirige y orienta positiva y negativamente la accin legislativa, jurisprudencial y gubernamental del Estado. Positivamente, en la medida que todos los poderes y organismos pblicos deben asegurar el desarrollo de la dignidad humana en los mbitos del proceso legislativo, judicial y administrativo. Negativamente, en cuanto deben evitar afectar la dignidad humana a travs de las leyes, resoluciones y actos administrativos que emitan; ya que todos los poderes pblicos estn vinculados directamente a la Constitucin en un sentido formal y material. Por ello, la omisin legislativa, judicial o administrativa del mandato de respetar la dignidad humana, tambin debe ser considerada como una infraccin constitucional; en la medida que vaca de contenido sustantivo al quehacer del Estado; que no slo implica la defensa del hombre, sino tambin el desarrollo de la persona humana. Los mismos que pueden materializarse a travs de las funciones de la dignidad humana, que se derivan de las propias funciones de la Constitucin. 45
1. Funcin legitimadora La dignidad humana tiene un sentido y una funcin constitucional material e instrumental. Material en la medida que establece la base de todo el orden fundamental de una comunidad democrtica y libertaria; motivo por el cual ocupa la posicin vertebral del derecho constitucional. La dignidad es pues el punto gravitante que vincula a todos y que otorga legitimidad constitucional al Estado. 46
La funcin constitucional instrumental tambin cumple una finalidad legitimadora, a partir de la conexin entre dignidad y Constitucin; en la medida que constituye un instrumento de cambio social. Slo as se puede comprender y adems valorar la inmensa fuerza transformadora de la dignidad humana en el desarrollo poltico, econmico, social y cultural de una sociedad. 47
2. Funcin ordenadora La dignidad cumple una funcin de ordenar la actuacin general evitando las infracciones directas o indirectas contra la persona humana. Por eso, la dignidad establece un orden fundamental que va delimitando la actividad de los poderes pblicos y privados; slo as se comprende que sea vinculante para todos: la dignidad yace en la base de cualquier conflicto o relacin jurdica pblica o privada. El poder y las relaciones sociales slo son vlidas en tanto se apoyen en la dignidad de la persona humana. Sin embargo, ello no supone que la dignidad sea un concepto cerrado o absoluto; por el contrario, los nuevos desafos tecnolgicos y cientficos genticos de la reproduccin humana, o los viejos dilemas del aborto o la eutanasia alcanzan respuestas provisionales con base en la dignidad; pero "el intento de dominar el problema con una casustica tcnica y conceptualmente precisa, tambin tiene necesariamente que contener lagunas". 48
Como se puede apreciar, la dignidad de la persona humana por su carcter abierto y omnicomprensivo permite su delimitacin en gran medida al ser concretizadas, pero la fijacin de los lmites constituye uno de los desafos fundamentales de la justicia constitucional, en la medida que el orden-marco de la dignidad humana debera construir parmetros fijos y otros que queden abiertos. En el primer caso, para el control de los poderes pblicos, y el segundo caso para el control de los poderes privados. 3. Funcin temporal La dignidad humana tiene una funcin temporal, propia de su carcter inviolable, en la medida que no es producto de una voluntad ocasional, sino la expresin unitaria de la voluntad poltica del pueblo de dar forma y modo a los principios y valores de la comunidad. 49 Por ello, la dignidad contiene una fuerza de duracin que otorga estabilidad a la Constitucin. Eso no supone obviamente la inamovilidad, sino por el contrario un dinamismo que debe estar acorde al espritu de la poca -Zeitgeist-; y que debe responder a las expectativas culturales de cada comunidad. De all que la dignidad se inserte en un proceso social dinmico y abierto, con un futuro amplio dentro del marco del Estado democrtico y constitucional. 50
Para asegurar la estabilidad y la flexibilidad de la dignidad humana se debe realizar un proceso que evite el juego revolucionario del todo o nada -Entweder oder-, o del dentro o fuera -aut aut- donde perdera su vocacin de principio constitucional dispuesto a integrar a las distintas fuerzas sociales y polticas hacia el futuro, lo que supone una permanente adecuacin del concepto de dignidad con la realidad social; convirtindose en un proceso de mutacin constitucional, en virtud del cual el texto literal de la norma se mantiene, pero sus contenidos se van transformando de acuerdo con las necesidades y aspiraciones de la persona humana. 51 Postulados propios de cierto renacimiento de la concepcin neo-iusnaturalista de los derechos humanos y de una interpretacin constitucional abierta y pluralista, esta ltima siempre abierta a la dinmica e integracin poltica de los diferentes intereses sociales. 52
En la medida que la dignidad humana se inserta en una poca, est expuesta a la dinmica de las ideas y fuerzas sociales, polticas y culturales que la desarrollan y perfeccionan. Pero es aqu donde aparece en toda su magnitud el problema de sus lmites, lo cual est directamente vinculado al tema del contenido esencial de la dignidad. 4. Funcin esencial El contenido esencial de la dignidad se asienta en los principios y valores de libertad y autonoma que dan sentido de unidad a un pueblo, de ah que cada proceso poltico consagre un conjunto de valores en la forma de una Constitucin material, 53 pero no de cualquier Constitucin material que podra estar contaminada de valores que subordinan a la persona humana al Estado; sino de una Constitucin material democrtica, fundada en una concepcin humanista del orden constitucional. De all que el orden y la estabilidad si bien aseguran el contenido esencial de la dignidad humana, para ser vlidos plenamente a su vez deben estar basados en la propia dignidad humana, en tanto aseguren la libertad y la autonoma personal. La forma de revelar los elementos del contenido esencial de la dignidad est directamente vinculada a los bienes jurdicos consagrados como inmutables en una Constitucin, es decir, aquellos principios y derechos que son inmodificables no obstante el poder reformador de una constituyente. Nos referimos, por ejemplo, a los derechos fundamentales de la persona que operan como una clusula ptrea, y a la propia norma que dispone el mecanismo de la reforma constitucional la cual opera como clusula de intangibilidad. 54
5. Funcin integradora La dignidad humana, en tanto expresin de la libertad y autonoma, promueve la unidad del pueblo, y a su vez, representa la unificacin del mismo. Pero como la unidad o pacto social es un proceso dinmico, tomando las tesis de Smend, se puede sealar que la dignidad de la persona constituye ese motor transformador de la propia realidad que permite el consenso y por ende la integracin social. 55 Este es un proceso vital de constante renovacin que hace posible garantizar mediante la dignidad de la persona humana el fundamento de la vida social. La dignidad humana, en tanto valor y principio, no slo dirige global y especficamente a las fuerzas y agentes poltico-sociales, sino que tambin afirma los escenarios y factores generadores de unidad y de paz que emanan de los procesos espirituales, ticos y culturales de la comunidad. Y es precisamente aqu en donde radican las posibilidades de gestar un consenso democrtico sobre la base de la dignidad humana, en un sentido material e instrumental: material, en tanto se incorporen los valores y principios que dan sentido de unidad al pueblo; e instrumental, en tanto se reconozca al pluralismo, la tolerancia y la participacin como una frmula dual de resolver el conflicto social. 56
La positivizacin de la dignidad a travs de los derechos naturales del hombre les otorg obligatoriedad al incorporarlos en las Constituciones; 57 sin embargo, la Constitucin no es una garanta por s sola de su cumplimiento, sino en la medida que a travs de ella fluyan los rdenes concretos o instituciones que radican en el sistema social previamente. 58
6. Funcin limitadora La dignidad humana afirma la funcin constitucional de la limitacin y control del poder 59 en la medida que simboliza la incorporacin de los valores constitucionales de la libertad, los derechos humanos, la democracia, la divisin de poderes del propio Estado de derecho, la descentralizacin y la economa social de mercado, en la frmula del Estado social de derecho, que es el escenario propio de la aparicin y desarrollo de la dignidad humana. La clsica funcin limitadora de la dignidad humana debe adecuarse a una concepcin del poder limitado, y por tanto controlado, ya sea ste pblico o privado; por cuanto la dignidad es vinculante a todos los que participan en la comunidad, y en la medida que: "el constitucionalismo tiene una esencial cualidad: implica una limitacin jurdica del gobierno; es la anttesis del gobierno arbitrario". 60
Sin embargo, hay que reconocer que la dignidad aparece con diferentes grados de intensidad, dependiendo de la entidad, grupo social o persona jurdica o natural a limitar. En este sentido, la dignidad debe operar gradualmente sobre la base de la regla democrtica: quien tiene ms poder est sujeto a mayor control, es decir que las personas o entidades que gozan de mayor poder estn obligadas a un mayor respeto de la dignidad, y en consecuencia a una mayor fiscalizacin del mismo. La regla si bien puede aplicarse de manera inversamente proporcional, es decir que quien tiene menos poder est sujeto a un menor control de la dignidad; tambin cabe sealar que ser vlida en tanto se respete y se controle el mnimo intangible o el contenido esencial de la dignidad de la persona humana. 61
7. Funcin libertaria La dignidad desarrolla su funcin libertaria en la medida que asegura la libertad y la autodeterminacin de la persona humana. Es aqu donde la dignidad queda vinculada directamente con la tutela de los derechos fundamentales, en particular con los derechos a la libertad y la autonoma personal. 62 Lo cual est estrechamente relacionado al carcter limitado del poder, puesto que la dignidad constituye la base material de los derechos humanos; pero no de un manera individualista y egosta, sino en un marco institucional solidario, y por tanto de ponderacin frente al Estado y los particulares. El entronque de la dignidad con los derechos fundamentales permite una postura tanto frente al poder como tambin con o en el poder, mediante la participacin solidaria en el quehacer social. As, la dignidad transforma al ciudadano en un sujeto poltico y no en un mero objeto poltico. Ello es debido a la dimensin social de la vida en comunidad que lleva a la dignidad humana a un status activus procesualis 63 de organizacin de su vida social, en la esfera de la poltica, como de la economa, a travs de los derechos fundamentales. V. DIGNIDAD Y DERECHOS FUNDAMENTALES La dignidad est fuertemente vinculada a los derechos fundamentales, en tanto razn de ser, fin y lmite de los mismos. Comparte con ellos su doble carcter como derechos de la persona y como un orden institucional; de modo que "los derechos individuales son a la vez instituciones jurdicas objetivas y derechos subjetivos". 64 Por tanto, la dignidad al operar no slo como un derecho individual, sino tambin como un derecho objetivo sirve de lmite a los derechos fundamentales; lo cual se traduce en el deber general de respetar los derechos ajenos y propios. 65
La dignidad al gozar junto al carcter subjetivo de un carcter objetivo, requiere de la actuacin del Estado para la proteccin y desarrollo que configure su doble carcter. 66 A partir de esta concepcin de la dignidad se desarrolla la categora de los lmites del legislador con relacin a la dignidad, subordinando la vieja tesis de la reserva de ley, en virtud de la cual el legislador goza de autonoma poltica para la libre configura-cin de la ley, por la nueva tesis central de la garanta del contenido esencial Wesensgehaltgarantie de los derechos fundamentales, como frmula sinttica que encierra el concepto de valor que reposa en ltima instancia en la dignidad humana. 67
La dignidad incide, pues, directa o indirectamente en las funciones de los derechos fundamentales establecidos, y no slo en la abstracta norma constitucional. 68 En ese sentido, el contenido y los lmites de los derechos fundamentales deben determinarse partiendo de la totalidad del sistema constitucional de los valores al que hace, en su esencia, referencia todo derecho fundamental. 69
Este sistema de valores se basa por excelencia en la dignidad humana, la misma que puede ser entendida en una doble perspectiva: desde una teora absoluta que indaga sobre el mnimo intangible de la dignidad, y una teora relativa que busca otros valores y bienes constitucionales que justifiquen limitar a la dignidad. 70 En esa tarea de integracin propia del desarrollo dinmico de los derechos fundamentales se trata de ponderar a la dignidad humana con diversos bienes jurdicos Gterabwgung, como el orden pblico, la seguridad nacional, la propiedad o el derecho de los terceros, en el marco de la totalidad de los valores y bienes jurdicos constitucionales. 71
La realizacin prctica de la dignidad supone su procedimentalizacin, lo cual lleva al reconocimiento de un status activus processualis que permite tambin la tutela jurisdiccional de los derechos ciudadanos. En consecuencia, la dignidad humana es vinculante, en tanto se le concibe de acuerdo con la teora institucional: como categora jurdico-positiva y como categora valorativa. En ese sentido, la dignidad humana alcanza a las clusulas sociales y econmicas del Estado constitucional. 72 Sin embargo, "la Constitucin no puede pues resolver por s sola la cuestin social, sino solamente aparecer como un marco de una determinada realidad y de un programa social siempre abierto al cambio: res publica semper reformanda". 73
Ello no obsta para que se presente un nuevo dilema sobre el grado de vigencia de los derechos econmicos y sociales con base en la funcin libertaria de la dignidad humana. Si bien la Constitucin no les otorg un carcter constitutivo a los derechos sociales, sino tan slo declarativo, en cambio s supuso otorgarles validez y reconocimiento como derechos pblicos subjetivos incompletos o de aplicacin mediata, en la medida que el Estado o incluso los terceros particulares Der Drittwirkung der Grundrechte completasen la cuota de responsabilidad social en que se basa el Estado social, para promover el desarrollo de la dignidad de la persona humana. Lo anterior supone, en trminos institucionales, antes que plantear no sin conflictos la unidad del derecho positivo y del derecho natural, como seala Ermacora, 74 postular siguiendo a Hberle la superacin de los derechos positivo y natural, 75 en funcin de la dignidad humana. En tal entendido, parecera contradictorio desarrollar la dignidad humana fuera del marco valorativo que le dio origen y sentido. Sin embargo, el progreso jurdico de la dignidad debe darse sin la palanca del derecho natural, dado su carcter pre-poltico, de raz individualista y de escaso consenso, que pueda degenerar en una autntica tirana de los valores. 76
Por esto, si bien Hberle plantea fomentar un derecho constitucional sin derecho natural, lo cual es extendible a la dignidad de la persona humana, esa postura ser contradicha por el jurista suizo Saladin, quien considera que contemporneamente se debe entender el derecho natural ms como el derecho de la naturaleza, que es un problema vital para el Estado, como el deber de mantener la dignidad del hombre y de las generaciones futuras, de acuerdo con el medio ambiente, as como que los fines del Estado sean producto de un consenso intersubjetivo. 77
Esto significa que el ejercicio de los derechos fundamentales slo adquieren visos de realidad como libertades sociales, cuando el bien comn como objetivo humano reclama de la accin del Estado acciones concretas. Por ello, los derechos fundamentales no son nicamente algo dado, organizado, institucional, y de tal modo objetivados como status; sino que ellos, en cuanto institutos, justamente a consecuencia del obrar humano devienen realidad vital, y como tal se entiende el derecho como gnero. 78
Por ello, la ley ya no se presenta como limitacin a la intervencin del legislador en la dignidad dada, sino ms bien como la funcin legislativa de promocin y realizacin de la dignidad instituida. Esto permite dejar atrs la clsica nocin de reserva de ley del Estado liberal minimalista y asumir un concepto de ley que tambin pueda conformar y determinar el contenido esencial de la dignidad, cuando la Constitucin no lo haya previsto jurdicamente, pero respetando la ltima barrera del contenido institucional de la dignidad humana Schranken- Schrank. 79
De aqu la importancia de establecer una teora de los lmites inmanentes directos o indirectos del legislador, que hagan inmunes el contenido esencial de la dignidad de la persona de las mayoras parlamentarias transitorias, en la medida que los derechos fundamentales se encuentran vinculados al concepto de dignidad que yace en el seno de la sociedad civilGemeinschafts-bindung. 80
En consecuencia, la ley en el sentido institucional est orientada concretamente a la realizacin de la dignidad como instituto, es decir que la garanta institucional de la dignidad tiende a penetrar en la realidad que se halla detrs del concepto jurdico de dignidad humana. De esta manera, la dignidad constituye un instituto slo cuando puede serefectivamente reivindicada por los titulares -cambiar el hecho por la norma-, es decir cuando se hace regla. 81
Continuando con la aplicacin de la doctrina institucional a la dignidad humana, a sta se puede concebir desde dos perspectivas: una primera, la concepcin sistmica, que parte de una interpretacin propia del derecho en el marco de la teora del sistema social y del mtodo estructural-funcionalista, 82 y que nos remite a la idea de que "los derechos fundamentales de libertad y dignidad tienen una importante funcin de proteger dicha esfera social contra las decisiones de una intromisin estatal, la cual podra paralizar el potencial expresivo (simblico-comunicativo) de la personalidad". 83
Sin embargo, es de destacar que el anlisis sistmico de la dignidad tambin incorpora la variable social compleja, es decir que el ejercicio de la dignidad se encuentra en correspondencia con el sistema jurdico, que depende del sistema social existente, moderno o tradicional. 84 Entonces, se podra afirmar que la dignidad queda as relegada a la condicin de un subsistema cuya funcin prioritaria reside en posibilitar la conservacin y estabilidad del sistema social, perdiendo de este modo su dimensin emancipatoria y reivindicativa de necesidades e ilusiones, individuales y colectivas. 85
Otra, segunda, la perspectiva multifuncional, que busca superar la unilateralidad de una teora sobre la dignidad humana -valorativa, liberal, social, procesal, etctera-, dada la pluralidad de fines y de intereses sociales que abarca el Estado constitucional. As, las demandas para democratizar la sociedad sobre la base de la participacin ciudadana, as como para cumplir con los objetivos del Estado social de derecho, delimitando la libertad con las fronteras de la igualdad son factibles de realizar mediante la articulacin prctica de las distintas funciones de los derechos fundamentales. 86
As se puede decir que la diversidad de funciones constitucionales de la dignidad humana est en relacin directa con las funciones de la propia Constitucin que, como ya se ha visto, las doctrinas constitucionales suiza y alemana han aportado al desarrollo constitucional. 87 Se puede sealar pues que no slo la Constitucin, sino tambin la dignidad participa de las funciones: legitimadora, ordenadora, temporal, esencial, integradora, limitadora y libertaria; as como del aseguramiento de la libertad, la autodeterminacin y la proteccin jurdica de la persona, el establecimiento de la estructura organizativa bsica del Estado y del desarrollo de los contenidos materiales bsicos del Estado. 88
VI. DILEMAS CONTEMPORNEOS Y PERSPECTIVAS La dignidad humana muestra todas sus posibilidades comprensivas y transformadoras o sus dificultades ordenadoras, cuando afirma sus races frente a los dilemas concretos que se presentan con relacin a los viejos dilemas del derecho a la vida y a los novsimos desafos del derecho gentico. As, el derecho a la vida ha encontrado, con el desarrollo de la ingeniera gentica y la biotecnologa, nuevos flancos con relacin a los valores que tutela la dignidad humana y a los valores de los cuales es titular la persona, 89 ya que la manipulacin gentica del ser humano, sea para fines cientfico-teraputicos altruistas o para fines de comercializacin mdica, plantea en su base misma casos difciles de carcter jurdico y tico-religioso. 90
Corresponde al ser humano, con base en su autonoma de la voluntad, decidir sobre su propia identidad fisiolgica tanto de manera negativa para evitar enfermedades y/o positivas para mejorar las que porta como ser humano? La libertad de investigacin cientfica y tecnolgica puede llegar a la experimentacin en materia de clonacin humana? En todo caso, qu formas de manipulacin gentica no seran contrarias a la dignidad humana? La inseminacin artificial de una persona protegida por el anonimato puede finalmente revelarse en aras de la dignidad del menor, a pedido de la madre o del propio hijo? Es constitucional el transplante o implante de embriones fecundados o la prctica teraputica en ellos mismos? 91
El honor de una persona puede ser quebrantado en el ejercicio legitimo de los derechos de la libertad de expresin a travs de la palabra escrita, oral, la imagen o cualquier otro medio? Es indigna toda intervencin de las autoridades de las comunicaciones privadas? El almacenamiento de datos privados, los archivos de prensa, los registros pblicos constituyen por s solos una violacin a la dignidad humana? En qu casos, la objetivacin de los menores o de la mujer en imgenes sexualizadas para fines comerciales viola la dignidad humana? 92
Ante estas interrogantes, el derecho no puede estar tan atrs de los acontecimientos cientficos, tecnolgicos y sociales, como tampoco adelantarse imprudentemente a stos, retrasando el desarrollo humano; la teora institucional-tica del derecho constitucional 93 debe percibir y orientar las inquietudes jurdico-morales del desarrollo cientfico y sentar como principios constitucionales los de esperanza de Bloch 94 y responsabilidad de Jonas. 95 Principios fundamentales, en funcin de los cuales se puedan establecer los lineamientos de regulacin o tutela de los derechos e intereses de los temas planteados en los casos constitucionales concretos que se presenten. La dignidad humana es un canon valorativo de base y de control del sistema constitucional, construida bajo la influencia de los contenidos axiolgicos fundamentales de clara afirmacin neoiusnaturalista del derecho. 96 En esa medida, si bien la dignidad puede jugar un rol fundamental en la proteccin de los derechos fundamentales en Per, mediante la interpretacin, delimitacin y fomento jurisprudencial de los derechos humanos, resulta igualmente importante redescubrir el contenido valorativo, institucional, funcional y social de la dignidad humana a partir de la teora institucional tica del derecho, al vincularla directamente con la libertad y la autonoma, pero la igualdad y la eficaz proteccin del derecho para todos, en funcin de la realidad constitucional y no slo en la normatividad o dogmtica constitucional. 97
Los postulados valorativos de la dignidad y de los derechos fundamentales, si bien van a ser protegidos por la organizacin y desarrollo de la justicia constitucional de factura kelseniana, en un inicio van a ser imposibles de explicar e interpretar totalmente desde una perspectiva jurdica positiva, de all la necesidad de desarrollar inicialmente una jurisprudencia de los valores de la mano de la jurisprudencia y de la doctrina institucional. Pero una vez asentado el curso democrtico del Tribunal Constitucional como protector de los derechos fundamentales, la tendencia se debera concentrar en desarrollar una jurisprudencia y una dogmtica constitucional concretas como un proceso pluralista y abierto. De esa forma, la defensa de la dignidad humana debe ser razonada de un modo ponderado, en la medida que tanta autonoma de la voluntad es necesaria como responsabilidad en el ejercicio de los derechos frente a la comunidad y los terceros en resguardo de su propia dignidad, base del respeto a y de los dems. Pero son los magistrados constitucionales los ltimos responsables de concretizar en sus fallos y opiniones la dignidad humana. Motivo por el cual deben actuar razonablemente con prudencia jurdica juris prudentia 98 para asegurar su status de independencia, para lo cual se ha afirmado que "una resolucin judicial es correcta, cuando otros jueces hubieran sentenciado de la misma manera". 99
La tarea de los magistrados bajo una nueva forma de legitimacin judicial no siempre es pacfica al resolver causas difciles, debido a la improductiva mentalidad neopositivista. Por ello se requiere interpretar institucional y moralmente la Constitucin, como norma de principios sociales y rdenes sociales concretos, es decir no slo como reglas jurdicas. 100
Eso es factible, por cuanto los magistrados constitucionales son re-presentantes judiciales de la sociedad, antes que del Estado; en virtud de que el artculo 138o. de la Constitucin peruana seala que "la potestad de administrar justicia emana del pueblo" y que la propia Constitucin aprobada por referndum popular no se agota en su texto, sino que es una norma abierta orientada a la realizacin de la dignidad del hombre y al desarrollo de la soberana popular. Con lo cual se puede sealar que "el derecho es poltica. El derecho es una parte de la praxis poltica y de la teora poltica". 101
Nos encontramos en una poca de crisis de la poltica, heredada del rgimen peruano del ex-presidente Fujimori, que se expres en la descomposicin patolgica del Estado constitucional y se condens en una forma de Estado constitucional informal. 102 Esto fue posible, en la medida que la sociedad civil fue excluida del poder por el gobierno, y por la institucionalizacin oficial de la extrema pobreza y la falta de valores ciudadanos. Por ello, en el actual proceso de democratizacin del Estado peruano, entendemos que: "el derecho constitucional aparece como una de las escasas posibilidades slidas para articular legtimamente una defensa de los intereses generales y ofrecer una regeneracin tico-poltica". 103 La misma que no concibe reconstruir el Estado constitucional a partir de un pensamiento neoliberal y su neopositivismo jurdico y/o econmico, sino de un pensamiento constitucional institucional y tico que se fundamente en la reafirmacin contempornea de los valores democrticos del Estado social de derecho, y en particular de la dignidad de la persona humana. 104
*Profesor y coordinador de la Maestra en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Catlica del Per. Profesor visitante de la Universidad de Len, Espaa. Notas: 1 Bckenfrde, Ernst-Wolfgang, Escritos sobre derechos fundamentales, Baden-Baden, Nomos Verlagsgesellschaft, 1993, pp. 13- 66; Prez Luo, Antonio E., Derechos humanos, Estado de derecho y Constitucin, Madrid, Tecnos, 1991, pp. 132-184 y 295-310, y desde una perspectiva histrica, Fioravanti, Maurizio, Los derechos fundamentales, Trotta, Universidad Carlos III de Madrid, 1996, pp. 25-53. 2 Burdeau, Georges, Les liberts publiques, LGDJ, Pars, 1972, pp. 129 y ss.; Rivero, Jean, Les liberts publiques, Pars, Presses Universitaires de France, 1981, t. 1, pp. 145-152; y Freixes Sanjuan, Teresa, Constitucin y derechos fundamentales, Barcelona, PPU, 1992, pp. 64-76. 3 Del Vecchio, Giorgio, La dclarartion des droits de l'homme et du citoyen dans la revolution franaise, Roma, edition Fondation Europenne Dragan, 1968, p. 39. 4 Landa, Csar, Tribunal Constitucional y Estado democrtico, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, Fondo Editorial, 1999, pp. 320-354. 5 Mller, Jrg Paul, Soziale Grundrechte in der Verfassung?, Basel-Frankfurt, Verlag Helbing & Lichtenhahn, 1981, pp. 152 y ss.; Mller, Friedrich, Essais zur Theorie von Recht und Verfasung, Berln, Duncker & Humblot, 1990, pp. 172 y ss. y 197 y ss.; Badura, Peter, "Das prinzip der sozialen Grundrechten und seine Verwirklichung im Recht der Bundesrepublik Deutschland", Der Staat, t. 14, 1975, pp. 17 y ss.; asimismo, Cascajo, Jos Luis, "La tutela constitucional de los derechos sociales", Cuadernos y Debates, Madrid, CEC, nm. 5, 1988, pp. 67 y ss. 6 Alegre Martnez, Miguel ngel, La dignidad de la persona, como fundamento del ordenamiento constitucional espaol, Universidad de Len, 1996, p. 17. Sin embargo, en la perspectiva de un mundo que no reduce la fuente de los derechos a las relaciones que configura al hombre entre la sociedad y el Estado, sino tambin que incorpora a la naturaleza, se puede sealar que la dignidad, y en particular el trato digno, no es un atributo exclusivo de la persona humana, sino que tambin puede alcanzar a los otros seres vivientes, como as lo dispone implcitamente la normatividad internacional de proteccin a los animales. Vase Council of Europe, Explanatory report on the European Convention for the Protection of Pet Animals, Convention opened for signature on 13 November 1987, Strasbourg, 1988, p. 31. 7 Hberle, Peter, "Die Menschenwrde als Grundlage der staatlichen Gemeinschaft", en Isennee y Kirchof (eds.), Handbuch des Staats Rechts, t. I: Grundlagen von Staat und Verfassung, C. F. Mller, 1987, p. 822. 8 Fernndez Segado, Francisco, El sistema constitucional espaol, Madrid, Dykinson, 1992, p. 163; asimismo, revisar del autor el artculo "Dignidad de la persona, orden valorativo y derechos fundamentales en el ordenamiento constitucional espaol", Revista Espaola de Derecho Militar, Madrid, Ministerio de Defensa, nm. 65, enero-junio de 1995, pp. 505-539. 9 Hauriou, Maurice, Science sociale traditionnelle, Pars, Larose, 1896, pp. 43 y ss., donde postula una teora del progreso social, a partir de reconocer la materia y el tejido social que expresa la vieja tensin entre autoridad y libertad; pero donde queda configurado su pensamiento jurdico es en Teora de la institucin y de la fundacin (1925), Surco, 1947, p. 102; asimismo, revisar Die Theorie der Institution, und zwei andere Aufstze von Maurice Hauriou, edicin de Roman Schnur, Berln, Duncker & Humblot, 1965, pp. 27 y ss., y 67 y ss.; Schmitt, Carl, ber die Drei Arten des Rechtswissenschaftlichen Denkens, Hamburg, Hansetischer Verlagsanstalt, 1934, pp. 17 y ss.; asimismo, Hberle, Peter, "Demokratische Verfassungstheorie im Lichte des Mglichkeitsdenkens", Die Verfassung des Pluralismus, studien zur Verfassungstheorie der offenen Gesellschaft, Knigstein, Athenum, 1980, pp. 1-43. 10 Hberle, Peter, "Die Menschenwrde als Grundlage der staatlichen Gemeinschaft...", cit., nota 7, pp. 815-861; Benda, Ernst, Gefhrdungen der Menschenwrde. Vortrge G 18, Westedeutscher Verlag, Rheinisch-Westflische Akademie der Wissenschaften, 1975, p. 45; asimismo, Messner, Johannes, "Die Idee der Menschenwrde im Rechtsstaat der pluralistischen Gesellschaft", en Leibholz, G. et al. (eds.), Menschenwrde und freiheitliche Rechtsordnung. Festschrift fr Willi Geiger zum 65. Geburstag, Tbingen, J. C. B. Mohr, 1974, pp. 221-241. 11 Benchikh, Madjid, "La dignit de la personne humaine en droit international", en Pavia, Marie-Luve y Revet, Thierry (eds.), La dignit de la personne humaine, Pars, Economica, 1999, pp. 37-52. 12 Gonzlez Prez, Jess, La dignidad de la persona, Madrid, Civitas, 1986, pp. 40 y ss.; asimismo, Alegre Martnez, Miguel ngel, La dignidad..., cit., nota 6, pp. 22-25. 13 Henkin, Alice (ed.), Human Dignity. The Internationalization of Human Rights, USA, Aspen Institute for Humanistic Studies, 1979, p. 203. 14 Kgi, Werner, Die Verfassung als rechtliche Grundordnung des Saates. Untersuchungen ber die Entwicklungstendenzen im modernen Verfassungsrecht, Zrich, Polygraphischer Verlag AG, p. 9; asimismo, Strauss, Leo, Naturrecht und Geschichte, Frankfurt, Suhrkamp, 1977, pp. 264 y ss., para quien la crisis del moderno iusnaturalismo encuentra su raz en el propio pensamiento ilustrado del siglo XVIII. 15 Schmlz, Franz-Martin (ed.), Das Naturrecht in der politischen Theorie, Wien, Springer-Verlag, 1963, p. 148; en este trabajo se renen las ponencias y el debate que sobre el derecho natural sostuvieron mximos representantes del positivismo como Kelsen o Verdross con iusnaturalistas como Del Vecchio, Voegelin o Marcic. 16 Vega Garca, Pedro de, "Gaetano Mosca y el problema de la responsabilidad social del intelectual", Escritos polticos constitucionales, Mxico, UNAM, 1987, p. 93. 17 Habermas, Jrgen, Technik und Wissenschaft als "Ideologie", Frankfurt, Suhrkamp Verlag, 1971, pp. 48 y ss., y 120 y ss. 18 Hberle, Peter, "Die offene Gesellschaft der Verfassungsinterpreten", en JZ, 1975, pp. 121 y ss. y 151 y ss.; Geitmann, Roland, Bundesverfassungsgericht und "offene" Normen. Zur Bindung des Gesetzgebrs ans Bestimmtheitserfordernisse, Berln, Duncker & Humblot, 1971, pp. 47 y ss. 19 Verd, Pablo Lucas, La lucha contra el positivismo jurdico en la Repblica de Weimar, la teora constitucional de Rudolf Smend, Madrid, Tecnos, 1987, pp. 244 y ss. 20 Radbruch, Gustav, Gesetzliches Unrecht und bergesetzliches Recht, Heidelberg, Verlag der Sddeutschen Juriszeitung, 1946, p. 14; id., "Erneuerung. Des Rechts", en Hassemer, W. (comp.), Rechtsphilosophie III, Heidelberg, C. F. Mller Juristischer Verlag, 1990, pp. 80-82; asimismo, Kgi, Werner, Die Verfassung als rechtliche Grundordnung des Staates..., cit., nota 14, pp. 18 y ss. 21 Marcic, Ren, "Das naturrecht als Grundnorm der Verfassung", en Marcic, Ren e Tammelo, Ilmar, Naturrecht und Gerechtigkeit. Eine Einfhrung und die Grundprobleme, Frankfurt, Verlag Peter Lang, 1989, pp. 219-243. 22 Ehmke, Horst, Grenzen der Verfassungsnderung (1953), en el compendio del autor Beitrge zur Verfasungstheorie und Verfasungspolitiked, ed. de P. Hberle, Germany, Athenum Verlag, 1981, pp. 91 y ss. 23 Hesse, Konrad, Grundzge des Verfassungsrechts der Bundesrepublik Deutschland, 20a. ed., Heidelberg, C. F. Mller, 1995, pp. 58 y ss., y 83 y ss. Por ejemplo, as qued consagrado en los paradigmticos artculos 1o.: "La dignidad de la persona humana es intangible. Todos los poderes pblicos han de respetarla y protegerla", y en el 20o.: "La Repblica Federal de Alemania es un Estado federal democrtico y social", de la Ley Fundamental de Bonn de 1949. 24 Hberle, Peter, Die Wesengehaltsgarantie des Art. 19 Abs. 2 Grundgesetz: zugleich ein Beitrag zum institutionellen Verstndnis der Grundrechte und zur Lehre vom Gesetzsvorbehalt, Karlsruhe, Mller Verlag, 1962, p. 254; hay versin al castellano: Hberle, Peter, La libertad fundamental en el Estado constitucional, Lima, PUCP-MDC, Fondo Editorial, 1997, pp. 253 y ss. 25 Krger, Herbert, Grundgesetz und Kartellgesetzgebung, Gttingen, Vanden & Ruprecht in Gttingen, 1950, p. 12. 26 Battaglia, Felice, Teora del Estado, Madrid, Publicaciones del Real Colegio de Espaa en Bologna, 1966, pp. 175 y ss.; asimismo, Prez Luo, Antonio E., Derechos humanos, Estado de derecho y Constitucin, Madrid, Tecnos, 1995, pp. 65 y ss., y 125 y ss. 27 Hberle, Peter, "Die Menschenwrde als Grundlage der staatlichen Gemeinschaft", en Isennee y Kirchof (eds.), Handbuch..., cit., nota 7, pp. 849-854. 28 Munch, Ingo von, "La dignidad del hombre en el derecho constitucional", REDC, Madrid, CEC, ao 2, nm, 5, mayo-agosto de 1982, p. 18. 29 Spaemann, Robert, "ber den Begriff der Menschenwrde", en Bckenfrde, Ernst-Wolfgang y Spaemann, Robert (eds.), Menschenrechte und Menschenwrde, Stuttgart, Klett-Cotta, 1987, pp. 295 y ss. 30 Fernndez Segado, Francisco, "Dignidad de la persona...", cit., nota 8, pp. 517 y ss. 31 Dworkin, Ronald, Los derechos en serio, Barcelona, Ariel Derecho, 1997, pp. 276-303. 32 Prez Luo, Antonio E., Derechos humanos..., cit., nota 1, pp. 52 y ss.; Canado, Antonio Trindade, "La interaccin entre el derecho internacional y el derecho interno en la proteccin de los derechos humanos", en varios autores, El juez y la defensa de la democracia. Un enfoque a partir de los derechos humanos, San Jos, IIDH, 1993, pp. 235-241. 33 Hesse, Konrad, "Funktionelle Grenzen der Verfassungsgerichtsbarkeit", en Rechts al Proze und Gefge, Festschrift fr Hans Huber, Bern, 1981, p. 314. 34 Prez Luo, Antonio E., Derechos humanos..., cit., nota 1, pp. 132 y ss. 35 Hesse, Konrad, Escritos de derecho constitucional, Madrid, CEC, 1983, p. 37; Bckenfrde, Ernst-Wolfgang, Escritos sobre derechos fundamentales..., cit., nota 1, pp. 30 y ss.; asimismo, Alonso Garca, Enrique, La interpretacin de la Constitucin, Madrid, CEC, 1984, pp. 277 y ss., y 302 y ss. 36 Ayala, Carlos, "El derecho de los derechos humanos. La convergencia entre el derecho constitucional y el derecho internacional de los derechos humanos", en Revista da Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa, vol. XXXV, 1994, pp. 19-22; asimismo, Campbell, Tom et al., Human rights. From retoric to reality, Londres, Blackwell, 1986, pp. 15 y ss.; asimismo, Reuter, Paul, Introduction au droit des traites, Pars, PUF, 1995, pp. 87 y ss. 37 Landa, Csar, "Invalidez del retiro del Per de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", Revista Peruana de Derecho Pblico, Lima, nm. 1, 2000, p. 17, en prensa. 38 Munch, Ingo von, "La dignidad del hombre...", cit., nota 28, p. 22. 39 Corte Constitucional de Colombia (Sala Sptima de Revisin), "Sentencia del 23-10-95 en Iudicum et Vita", Investigaciones, Buenos Aires, Secretara de Investigacin de Derecho Comparado de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin Repblica Argentina, nm. 3, 1998, pp. 522-526. 40 Comisin Europea de Derechos Humanos (Sala Primera), "Decisin del 23-10-1997. Theodor(a) Roetzheim V., Germany", Investigaciones, cit., nota anterior, pp. 596-597. 41 Rigaux, Marie-Franoise, La thorie des limites matrielles lexercice de la fonction constituante, Bruxelles, Larcier, 1985, pp. 45-51; asimismo, Vega Garca, Pedro de, La reforma constitucional y la problemtica del poder constituyente, Madrid, Tecnos, 1985, pp. 244-291. 42 Bachof, Otto, "Verfassungswidrige Verfassungsnormen?", Wege zum Rechtsstaat, Ausgewhlte Studien zum ffentlichen Recht, Knigstein, Athenum, 1979, pp. 19 y ss.; asimismo, Rigaux, Marie-Franoise, op. cit., nota anterior, p. 202. 43 Garca de Enterra, Eduardo, La Constitucin como norma jurdica y el Tribunal Constitucional, Madrid, Civitas, 1994, p. 115. 44 Hberle, Peter, "Die Menschenwrde...", cit., nota 7, pp. 848 y ss.; asimismo, Fernndez Segado, Francisco, "La dignidad de la persona en el ordenamiento constitucional espaol", Revista Vasca de Administracin Pblica, Oati, nm. 43, 1995, pp. 49-54. 45 Stern, Klaus, Das Staatsrecht der Bundesrepublik Deutschland, t. I: Grundbegriffe und Grundlagen des Stastsrechts Strukturprinzipien der Verfassung, Mnchen, Verlag C. H. Beck, 1977, pp. 61-78; asimismo, Gedert-Steinacher, Tatjana, Menschenwrde als Verfassungsbegriff, Berln, Duncker & Humblot, 1990, pp. 136 y ss. 46 Vega Garca, Pedro de, En torno a la legitimidad constitucional, Mxico, UNAM, 1988, pp. 803-825. 47 Ferrero, Giugelmo, El poder. Los genios invisibles de la ciudad, Madrid, Tecnos, 1988, pp. 28 y ss. 48 Stern, Klaus, Das Staatsrecht..., cit., nota 45, p. 65. 49 Schmitt, Carl, Teora de la Constitucin, Madrid, Alianza Universidad, 1982, pp. 164-185. 50 Hberle, Peter, Die Verfassung des Pluralismus..., cit., nota 9, pp. 79-105; Lucas Verd, Pablo, La Constitucin abierta y sus enemigos, Madrid, Ediciones Beramar, 1993, pp. 67 y ss. 51 Dau Lin, Hs, Die Verfassungswandlung, Berln und Leipzig, Walter de Gruyter & Co., 1932, p. 182. 52 Saladin, Peter, Grundrechte im Wandel, Bern, Verlag Stmpfli & Cie Ag, 1975, pp. 430 y ss; asimismo, Hberle, Peter, Die Verfassung des Pluralismus..., cit., nota 9, pp. 45 y ss. 53 Mortati, Costantino, La Costituzione in senso Materiale, reed. con un prefacio de Gustavo Zagrebelsky, Miln, Giuffr editore, 1998, p. 211. 54 Vega Garca, Pedro de, La reforma constitucional..., cit., nota 41, pp. 274 y ss. 55 Smend, Rudolf, "Integrationlehre e Integration", en Staatsrechtliche Abhandlungen und andere Aufstze, Berln, Duncker & Humblot, 1968, pp. 475-486. 56 Landa, Csar, Apuntes para una teora democrtica en Amrica Latina, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, Fondo Editorial-Maestra en Derecho Constitucional, 1994, pp. 35-98. 57 Kgi, Werner, Die Verfassung als rechtliche Grundordnung des Saates..., cit., nota 14, pp. 39 y ss.; asimismo, Schluchter, Wolfgang, Individuelle Freiheit und soziale Bindung. Vom Nutzen und Nachteil der Institutionen fr den Menschen, Heidelberg, Universittsverlag C. 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La garanta del contenido esencial de los derechos fundamentales en la Ley Fundamental de Bonn, Madrid, CEC, 1994, pp. 99 y ss. 68 Saladin, Peter, Grundrechte..., cit., nota 52, pp. 296 y ss. 69 Hberle, Peter, La libertad fundamental..., cit., nota 24, p. 109. 70 Lpez Pina, Antonio, La garanta constitucional de los derechos fundamentales. Alemania, Espaa, Francia e Italia, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1991; vase tambin la ponencia: Hberle, Peter "El legislador de los derechos fundamentales", pp. 120 y ss. 71 Mller, Friedrich, Normstruktur und Normativitt. Zum Verhltniss von Recht und Wirklichkeit in der juristischen Hermeneutik, entwickelt an Fragen der Verfassungsinterpretation, Berln, Duncker & Humblot, 1966, pp. 207 y ss.; asimismo, Hberle, Peter, La libertad fundamental..., cit., nota 24, pp. 95 y ss., y 127 y ss. 72 Hberle, Peter, Grundrechte im Leistungsstaat, Berln, Walter de Gruyter, 1972, pp. 90 y ss.; asimismo, id., "Menschenwrde und Soziale Rechte in verfassungsstaatlichen Verfassungen", en varios autores, Rechtsvergleichung im Kraftfeld des Verfassungsstaates, pp. 352-359. 73 Mller, Jrg Paul, Soziale Grundrechte in der Verfassung?, cit., nota 5, p. 167; asimismo, Bckenfrde, Ernst-Wolfgang, Escritos sobre derechos fundamentales..., cit., nota 1, pp. 72 y ss. 74 Ermacora, Felix, Allgemeine Staaslehre, Berln, Duncker & Humblot, t. I, pp. 249 y ss.; asimismo, Lucas Verd, Pablo, Curso de derecho poltico, Madrid, Tecnos, 1976, vol. 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Un balance y crtica de dicho debate se puede ver en Lucas Verd, Pablo, Estimativa y poltica constitucionales, Madrid, Universidad de Madrid, 1984, pp. 48 y ss., donde plantea que una teora constitucional sin derecho natural es una teora de la Constitucin sin Constitucin. 78 Hberle, Peter, La libertad fundamental..., cit., nota 24, p. 199; Zippelius, Reinhold, Rechts und gerechtigkeit in der offenen Gesellschaft, Berln, Duncker & Humblot, 1994, pp. 67 y ss. 79 Lerche, Peter, bermass und Verfassungsrecht, Kln, Carl Heymanns Verlag, 1961, pp. 98-134; Hberle, Peter, La libertad fundamental..., cit., nota 24, pp. 108 y ss.; y Bolz, Marcel, Das Verhltnis von Schutzobjekt und Schranken der Grundrechte, Zrich, Schulthess Polygraphischer Verlag, 1991, pp. 218-228. 80 Jckel, Hartmut, Grundrechtsgeltung und Grundrechtssicherung. Eine rechtsdogmatische Studie zu Artikel 19 Abs. 2 GG, Berln, Duncker & Humblot, 1967, pp. 29-40; asimismo, Medina, Manuel, La vinculacin negativa del legislador a los derechos fundamentales, Madrid, McGraw-Hill, 1996, pp. 48 y ss. 81 Hberle, Peter, La libertad fundamental..., cit., nota 24, p. 211. 82 Luhmann, Niklas, Das Recht der Gesellschaft, Frankfurt, Suhrkamp, 1993, pp. 124-164; asimismo, id., Grundrechte als Institution, Berln, Duncker & Humblot, 1974, pp. 14-25; e id., Ausdifferenzierung des Recht. Beitrge zur Rechtssoziologie und Rechtstheorie, Frankfurt, Suhrkamp, pp. 273 y ss. 83 Luhmann, Niklas, Grundrechte als Institution..., cit., nota anterior, p. 82. 84 Id., Ausdifferenzierung des Rechts..., cit., nota 82, pp. 35 y ss.; asimismo, Neves, Marcelo, Verfassung und Positivitt des Rechts in der peripheren Moderne, Berln, Duncker & Humblot, 1992, pp. 11 y ss., y 72 y ss. 85 Prez Luo, Enrique, Derechos humanos..., cit., nota 1, p. 301. 86 Denninger, Ernst, Staatrecht, Hamburg, Rowohlt, 1979, vol. 2., pp. 136 y ss.; Klin, Walter, Verfassungsbarkeit in der Demokratie. 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