Este documento discute cómo la sociedad capitalista ha erosionado el significado y la capacidad de expresión, dejando a muchos sujetos sin esperanza y sin deseos con los cuales luchar, lo que a menudo conduce a la violencia y la autodestrucción. Argumenta que la alta tasa de problemas de salud mental en el Reino Unido desmiente la noción de que existe un buen lugar para vivir bajo el capitalismo.
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Este documento discute cómo la sociedad capitalista ha erosionado el significado y la capacidad de expresión, dejando a muchos sujetos sin esperanza y sin deseos con los cuales luchar, lo que a menudo conduce a la violencia y la autodestrucción. Argumenta que la alta tasa de problemas de salud mental en el Reino Unido desmiente la noción de que existe un buen lugar para vivir bajo el capitalismo.
Este documento discute cómo la sociedad capitalista ha erosionado el significado y la capacidad de expresión, dejando a muchos sujetos sin esperanza y sin deseos con los cuales luchar, lo que a menudo conduce a la violencia y la autodestrucción. Argumenta que la alta tasa de problemas de salud mental en el Reino Unido desmiente la noción de que existe un buen lugar para vivir bajo el capitalismo.
Este documento discute cómo la sociedad capitalista ha erosionado el significado y la capacidad de expresión, dejando a muchos sujetos sin esperanza y sin deseos con los cuales luchar, lo que a menudo conduce a la violencia y la autodestrucción. Argumenta que la alta tasa de problemas de salud mental en el Reino Unido desmiente la noción de que existe un buen lugar para vivir bajo el capitalismo.
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Si unx no sabe cmo hablar es porque unx no sabe qu decir y vice-
versa. Y unx no sabe cmo hablar y qu decir porque todo ha sido
banalizado, reducido a mero smbolo, a apariencia. El signifcado, que ha sido considerado una de las grandes fuentes para la revuelta, una forma de energa radiante, ha sido erosionado. Lo han roto, molido y pulverizado... Qu dice unx? Qu hace unx en medio de un desierto? Despojadx de palabras para expresar la rabia por el sufrimiento que se ha vivido, despojadx de esperanza para su- perar la angusta emocional que devasta la existencia diaria, despo- jadx de deseos con los cuales luchar contra la razn insttucional, de- spojado de sueos hacia los cuales dirigirse para barrer la repetcin de lo existente, muchos sujetos se barbarizan en la accin. Una vez que la lengua se paraliza, las manos temblan por hallar alivio a la frus- tracin. Inhibido de manifestarse, el impulso hacia la alegra de vivir se trastoca, transformndose en su opuesto, el instnto de muerte. La vio- lencia explota y, al carecer de signifcado, se manifesta de una man- era ciega y furiosa, contra todo y contra todos, trastocando cualquier relacin social. Donde no hay una guerra civil, estn las piedras que se lanzan desde los puentes a las autopistas o los asesinatos de padres, amigxs o vecinxs. Brbaros, la insurgencia desordenada Crisso y Odoteo 2 BEYOND AMNESTY A veces me pillo riendo... y el sonido de la alegra en el espacio muerto y amu- rallado que es el mundo civilizado queda atrapado en mi garganta. Ser provocador o polmico decir que hay veces en que quisiera tener un ene- migo visible. Que mi alma anhela ser una guerrillera, una insurgente, vivir una insurreccin. Y, con ello, que tambin acepto que mis amigos o yo podramos resultar heridos, encarcelados o muertos en la batalla, pero que lo haremos con una alegra de lneas claramente marcadas y la sensacin de que algo mejor que esto pueda llegar. Mi cuerpo desea luchar y liberarse. Moverse. Escalar. Bailar. Hacer el amor. Atravesar e ir ms all. Correr. Destrozar. Quiero vivir entre gente que es consciente de que vivimos en guerra. Una guerra contra la vida. Contra el espritu. Quiero vivir entre gente que no se mire a las manos ni evite tu mirada cuando hables de lucha o insurreccin porque, en el fondo, saben que han claudicado, y porque tal vez, slo tal vez nunca han odiado realmente el sistema. Entre personas que no hay- an sido compradas. Que no comieron las pastllas que les ofrecan porque preferan luchar con su sensacin de angusta patologizada que vivir en la zona muerta. Que no fngen estar luchando cuando es obvio que lo que estn haciendo es convertr un campo de batalla en un jardn. Quiero estar en un lugar en donde la guerra sea admisible. Me encuentro con alguien a quien no haba visto en cinco aos. Hablamos so- bre gente que conocemos y gente que no cmo les va, qu hacen. Muchxs de ellxs estn quebradxs. Deprimidxs, perdidxs, al borde. Algunxs se han suici- dado. Otrxs se han asentado y estn satsfechos, entablando un compromiso emocional con el sistema porque, como un amigo escribi, si fuera fcil no lo llamaran lucha, y algunas veces te cansas demasiado de luchar contra el fantasma. No necesitas una pistola para matar a alguien. No necesitas ladrillos para hacer una crcel. Quiero un enemigo que no sea yo, que no sea los enemigos en que convierto Beyond Amnesty 3 mis relaciones. Quiero que mi sensacin de tensin y belicosidad mi sen- sacin poltca y emocional de estar sitada, de estar bajo ocupacin se re- feje en el exterior. Alguien dijo una vez que ir a Palestna era un alivio porque, de repente, la realidad exterior iba a la par con su experiencia emocional co- tdiana en el Reino Unido (RU): una situacin de crisis. Y yo tambin siento esto. En disturbios, en grupos, en acciones. En donde vivo, el enemigo es tan grande que engloba todo, incluso a m misma. No hay esperanza ms all de esta realidad. Despus de todo, ste es un lugar a donde la gente viene bus- cando asilo. Sigue siendo una terra prometda en donde las calles estn pavi- mentadas con oro. Cmo se pelea contra eso? No hay ningn dentro o fuera del sistema. Y parece que no hay salida. Uno de los sucesos ms conmovedores para m en los ltmos aos fueron los disturbios de Pars o al menos las notcias que le sobre ellos. Un joven de- scriba su rabia, su grito de rechazo. Muchos no podan entender sus acciones haba quemado los coches de sus amigos, haba destrozado el lugar en el que viva. Estaba confuso? No lo creo. Para l no haba futuro, ni ninguna esperanza de cambio, as que destroz lo que odiaba. Su vida. Al igual que los suicidios y autolesiones sin sentdo que tenen lugar cada minuto en el RU y el resto del mundo, fue un acto de rabia, desafo y tristeza. Fue un intento de ser efectvo, aunque el acto en s mismo pueda parecer intl y catco. Algunas veces lo nico que nos queda es chillar con la esperanza de que algo se haga aicos. ... Estoy intentando entender la poltca de la violencia autoinfigida en el RU y, como siempre, mi escritura es un pensamiento extendido, una idea, una perspectva, una intuicin, un trabajo en curso y, por supuesto, est basado en mi propia experiencia y posicin dentro de la vida y la sociedad. Algunas veces, cuando estoy mejor, me siento muy lejos de las ideas que aqu exploro. Y entonces vuelvo a tropezar, mi habilidad para levantarme decae y vuelvo a estar en el ms oscuro de los lugares; es all donde naci este texto, y es all donde vuelve a tener sentdo. As que toma de l lo que quieras en donde sea que te encuentres. Beyond Amnesty 4 Lo que originalmente me inspir a escribir fue sospechar que la idea de que so- mos unos privilegiados por vivir en un Estado capitalista avanzado como el RU persiste incluso entre aquellos que consideran que tenen una postura poltca radical, o sea, antcapitalista y/o antestado. Esto se revela en los comentarios ms casuales, por la insistencia de alguna gente, cuando hablamos acerca de salud mental y de la vida en el RU, en que no puedo comparar el vivir aqu con vivir en el Tercer Mundo o en un pas en desarrollo. Hay indignacin. Hay una cierta postura... defensiva. Cmo me atrevo siquiera a comparar estas cosas? Y tambin me siento un poco incmoda con lo que estoy escribiendo porque, aunque no estoy intentando entablar una comparacin, la propaganda del privilegio tambin ha echado races en m. Claro est, puedes tener un puesto privilegiado dentro del marco de referencia de un sistema partcular por ejemplo, ser un hombre blanco con dinero es muy distnto a ser un hombre negro y pobre en una sociedad capitalista. Pero esto es distnto a pensar que de todos los posibles sistemas sociales, poltcos, espirituales, emocionales y econmicos de los seres humanos, nosotros en el RU hemos creado el sistema en el cual somos capaces de alcanzar nuestro potencial humano y satsfacer nuestras necesidades y deseos. No quiero hacer ninguna comparacin de experiencias, ni infravalorar los hor- rores, la pobreza, y la lucha de la gente en otros pases..., tampoco glorifcarlas. Est claro que hay gente de otros pases que arriesga su vida para llegar aqu y, algunas veces, encuentra refugio de otros sistemas poltcos y una mejor cali- dad de vida y salud. Sin embargo, creo que es posible y vital sealar el impacto que tene sobre nuestra humanidad, libertad y salud el vivir en una sociedad capitalista, tecnolgicamente avanzada y de alta-vigilancia, e intentar desafar cualquier nocin de privilegio, sin entrar en una competencia entre mundos, entre experiencias en diferentes escenarios del capitalismo global. Si no lo hacemos, la gente de aqu siempre luchar por la otra/el otro, de- bilitando la resistencia genuina, haciendo que las expresiones de solidaridad escondan un sentdo taimado de qu suerte tenemos, de paternalismo, y se vuelvan una excusa para no impulsar la lucha de aqu. Hay cientos de per- sonas en una noche de solidaridad con luchas latnoamericanas, pero slo veinte en un evento de apoyo a presos encarcelados como consecuencia de luchas en Occidente. Beyond Amnesty 5 Creo que la poca salud mental de una gran parte de lxs britnicxs desmiente cualquier idea de que exista un buen sito para estar en el capitalismo. Los problemas de salud mental son pandmicos, pero yo slo s cmo es crecer y vivir aqu, as que ste es el lugar que analizar. La depresin es una de las principales causas de muerte en Occidente. Donde yo viva, en el noreste de Leeds, de una poblacin de 170.000 personas, aproximadamente el 25% sufre o ha sufrido en algn momento (es decir, ha buscado ayuda) problemas de salud mental. Son muchxs. ... La primera cosa que quiero hacer al despertar es destruir las paredes... la segunda es destruirme a m misma. ... Al lado de mi cama hay un grfco colgado en la pared. Muestra cuntos pa- cientes han sido atendidos en el departamento de urgencias de este hospital en los ltmos 6 meses y la razn por la que fueron ingresados. Slo en este hospital de urgencias casi 1.600 personas llegaron tras haberse autolesionado. ... Cientos de miles de personas se autolesionan cada ao en el RU y se estma que alguien se quita la vida en esta isla cada 82 minutos. El despotsmo de los modelos biomdico, farmacolgico y psicoteraputco de salud mental con- tnuar intentando persuadirnos de que el problema est dentro de nosotros, como individuos, como organismos desajustados que estn fallando. Puedo estar de acuerdo con esto, en cuanto a que nuestras condiciones existenciales tenen un efecto devastador en nuestra salud fsica y mental: nutricin pobre, ambientes estresantes, relaciones inestables, polucin (aire, luz, material y ruido), agresiones generalizadas, soledad, trabajo y tecnologa omnipresente; todo esto difculta, a mi parecer, extraordinariamente, nuestra capacidad para crear y mantener una buena salud, un buen cerebro, unas buenas relaciones sociales y un buen humor. Pero, por otra parte, creo que nuestra salud men- Beyond Amnesty 6 tal, o la falta de ella, es sobre todo una respuesta normal a unas circunstancias anormales y consttuye, de alguna manera, la lnea de frente, las trincheras, en la guerra contra la humanidad llevada a cabo por el Estado-nacin y la masacre econmica. ... Hay 23 paredes en mi piso de una sola habitacin. Hay 6 ventanas, 4 cuatro de ellas permiten que entre algo de luz, todas estn en frente de ms paredes. Hay techos y suelos. Hay 4 pisos en mi bloque, sin contar los dos bajos. Casi nunca veo a la gente que vive en ellos. Hay una puerta elctrica pesada que da al pasillo de entrada comunitario, fanqueado por paredes de ladrillos, cubier- to por una fna alfombra desgastada y que acaba en unas estrechas escaleras de metal. El bloque, como un da brome un polica que vena a detenerme tras haber dado conmigo, es una fortaleza. Salgo de mi piso para ir a pasear, acudir a citas y asambleas o para tomar un caf con lxs amigxs. Algunas veces ni salgo. No tengo ninguna razn para hacerlo. O ninguna motvacin. Estoy deprimida. Suicida. Encuentro actvi- dades para ocupar mi tempo. Cuando salgo del piso, estoy rodeada por ruido, gente, edifcios, trfco, malos olores, cmaras y uniformes; polica, ofciales de apoyo a la comunidad, agentes peatonales, agentes de trfco, seguratas, conductores de autobs, ofcinistas, cybergtcos y emos, canis, antfascistas, yonkis, padres, anarcos, hippies. Nunca veo el horizonte, casi nunca veo la luna. Ni las estrellas. Hay un pequeo espacio verde, pero est apartado y por lo visto tengo adiccin a mi jaula. Recuerdo que cuando era nia tuve un hm- ster. Se pasaba casi todo el tempo intentando cavar un tnel en una esquina de la jaula para encontrar la libertad, as que lo saqu de ella. No demor ni un segundo. Se dirigi directamente a una esquina de la habitacin y sigui cavando. No se dejaba engaar por la jaula ms grande. Soy como un perro atado a una cadena, me puedo apartar un poco, pero el arns alrededor de mi cuello vuelve a trarme hacia atrs para recordarme que hay limitaciones, que la nica revolucin en mi vida es su circularidad implacable. Que tengo una circunferencia, que no soy libre, no importa cunto intente convencerme a m misma de que tengo el control, de que puedo causar efecto. Me aplasta la ilusin de poder escoger. Me siento obligada a tener que escoger entre un milln de tpos de naranja cuando, en realidad, lo que quiero es una manzana. Beyond Amnesty 7 No cabe duda de que la vida est hecha para vivirla con urgencia, con impera- tvos o, al menos, con algn signifcado que venga desde fuera de mi propia invencin. No cabe duda de que yo no debera estar preguntndome en qu momento escoger la muerte... ... Mi sentdo del olfato ha cambiado, es ms agudo por la fetdez de la civili- zacin. Madreselva y azufre. Perfume y meados. El humo de un autobs como si alguien me hubiera aplastado la cara contra una alfombra vieja. Como una epilptca antes de su ataque, alertada por el olor de peras o almendras. Me inmoviliza para que no luche. Mordindome la lengua porque si comienzo a gritar nunca parar. ... Se piensa que las autolesiones son la segunda causa de ingreso en las salas de emergencia del RU (la primera son los accidentes). La defnicin de au- tolesin intencionada (Deliberate Self-Harm, o DSH) se refere a comportami- entos de violencia autoinfigida como cortes, ingestn de sustancias txicas (incluidas las sobredosis de droga), quemaduras, cabezazos contra las pare- des, trones de pelo e intentos de suicidio. Otros comportamientos arriesga- dos ms aceptados socialmente y ms extendidos como el abuso del alcohol, el tabaco, los desrdenes alimentcios y el sexo sin proteccin tambin se con- sideran autolesiones, aunque no se incluyen en las estadstcas de autolesin. ... Entre la pobreza demoledora de Lincoln Green, estoy tumbada en una cama de hospital, un lugar de seguridad momentnea, con fro, sola, asustada, aver- gonzada, consumida por la culpa, desesperada por escapar de mi propia ca- beza. Slo quiero dejar de ser yo misma. Dejar de estar aqu. Hacer algo que rompa mi vida, que la abra y revele algo mejor. Algo ms tolerable. Tengo dos heridas en mi mueca izquierda y pualadas en mi muslo derecho. Supongo que no es normal atacarse a una misma. Un doctor con cara preocupada lee mis notas. Te alegras de estar viva?, me pregunta. No mucho, le respondo. Lo que sea. Con tal de que algo cambie. Beyond Amnesty 8 ... Corto para que las cosas sean mejores. ... Las estadstcas de autolesiones son problemtcas. La violencia autoinfigida se suele llevar a cabo en secreto, y muchos casos nunca llegan a los hospitales de urgencias. Sin embargo, un estudio gubernamental publicado en 2001 in- dica que aproximadamente 215.000 adultos en el RU podran haberse au- tolesionado en un periodo de doce meses, y que ms de 24.000 adolescentes ingresan cada ao en los hospitales por herirse a s mismxs. Una vez ms, es- tas cifras no incluyen la violencia domstca, el abuso de sustancias txicas, el suicidio, los desrdenes alimentcios ni otros comportamientos autodestruc- tvos. En su ensayo La poltca de la tortura: Dispersando los mitos y entendi- endo a los supervivientes, Joan Simalchick escribe que ...el uso sistemtco y generalizado de la tortura hoy en da no tene precedentes... Amnista Inter- nacional describe la tortura como la epidemia del siglo XX. En el RU parece que hay una epidemia sin precedentes de autolesiones que ofrece, con slo mirarla someramente, el inquietante panorama de una cultura caracterizada por la violencia sistemtca y generalizada, pero, en este caso, autoinfigida. La violencia autoinfigida es un tema complicado y mucha gente no lo en- tende incluso lxs que la llevan a cabo. Tambin hay gente que manifes- tar pblicamente no entender estos actos mientras en privado se autohiere, o se dedica a otras formas de autoabuso socialmente ms aceptadas, algunas de las cuales han sido histricamente insttuidas por los gobiernos y la indus- tria con el objetvo concreto de establecer un control social y benefciarse de l, las ms conocidas son el alcohol, las drogas (las recreatvas y las recetadas) y el tabaco. La autolesin se suele explicar como una necesidad de control, comunicacin y castgo. De la misma manera, la tortura trata de controlar al individuo, for- zarlo a comunicar y castgar a la vctma y su comunidad. La violencia autoin- figida ha sido descrita como una respuesta normal a circunstancias anor- males. Es un indicador de que no todo est bien en el mundo interno de alguien. Y el hecho de que sea un problema tan grande dentro de nuestra so- Beyond Amnesty 9 ciedad junto con los problemas de salud mental en general muestra que no todo est bien en nuestro mundo colectvo. Los animales en cautvidad se autolesionan, y los seres humanos, sobre todo en Occidente, son cada vez ms propensos a ello. ... Me parece que casi no existe la necesidad de desaparecer personas, tor- turarlas, someter directamente a la poblacin a aquellos que la controlan. Hemos sido entrenadxs para hacerlo nosotrxs mismxs. ... El sistema en el que vivimos ha estado desarrollando y perfeccionando sus tcnicas de control social durante cientos de aos: masacres, persecucin re- ligiosa, colonizacin, patrullas de reclutamiento forzoso, ahorcamientos ma- sivos, esclavitud y servidumbre, cercamientos de terras 1 y destruccin de propiedades colectvas, deportaciones, el manicomio, la fbrica, la crcel, el aula de escuela, el fascismo, la sociedad de vigilancia en Alemania del Este, donde haba un agente de la Stasi por cada 50 habitantes (sin contar a los in- formadores), y, en el RU de hoy en da, un Estado neofascista en donde cada ciudadano puede esperar que le flmen con cmaras de circuito cerrado al menos 300 veces al da (Dmosles algo que observar, dice una publicidad al fnal de mi calle), y donde se esta construyendo una inmensa base de datos que consttuir los cimientos de un proyecto de tarjeta de identfcacin que proporcionar acceso a toda tu historia personal (perfl familiar, expediente escolar, historial de salud fsica y mental, muestra de ADN, escner de retna y huellas digitales), a los cuales podr acceder cualquier autoridad que consulte tu tarjeta de identdad, y que contendr tambin un perfl de tus actvidades, como la cantdad de alcohol que compras o dejas de comprar. 1.El original se refere a enclosures, el proceso de cercamientos de las propiedades agrco- las, que comienza ya en el siglo XVI y se intensifca a partr de 1760, a raz del aumento de los precios de los cereales. Los cercamientos se legalizaron cuando el Parlamento ingls aprob la General Enclosure Act (Ley de cercamientos)(1801). Este fenmeno transform la estructura del campo ingls susttuyendo los openfeld (campos abiertos) por los campos cerrados y convertan la terra comn en propiedad privada. ... Beyond Amnesty 10 Gran Bretaa est fundada en la violencia, el exterminio y la tortura: hacia la terra, hacia otras especies, hacia individuos y comunidades. Y antes de que el imperio saliera a conquistar el mundo, tena que conquistar a la gente dentro de sus propias fronteras. El sistema en el que vivimos se basa en el genocidio y en el cercamiento. Algunos tericos defnen hoy nuestra transicin de una vida basada en la naturaleza a otra dependiente de la agricultura, la industria y la tecnologa como un trauma original, cuyo resultado psicolgico es una nacin poblada por gente que padece un trastorno por estrs postraumtco como forma de vida. Algunos de estos sucesos ocurrieron hace tanto tempo que no los recorda- mos. Pero estamos rodeados de las consecuencias. Y aqu, el gobierno, los educadores, las insttuciones y los que sacan provecho han aprendido lecci- ones valiosas de la historia y han conseguido un perfeccionamiento de control social que hace de la resistencia un acto complicado: porque los perpetra- dores de violencia ya no son tan obvios, ya no es directamente el Estado sino nosotrxs contra nosotrxs mismxs. ... Chelis Glendinning habla sobre el trauma original que sufren todas las per- sonas que se han criado en Occidente. El trauma original es un pesar pro- fundo: prdida de lugar, de personas, de propsito. Imagina estar sumidx en un ciclo eterno de angusta. Disforia. No tenes que imaginarlo, lo vivimos. A qu distancia est tu familia biolgica? Con qu frecuencia los ves? Cundo los perdiste o cundo te dejaron? Cuntas personas de tu familia escogi- da, es decir, tus amigxs, viven en un rango de 200 km desde tu casa? Con qu frecuencia las ves? Cuntos campos en los que solas jugar o pasear han sido cercados o estn urbanizados? Cuntos amantes has tenido y perdido? Puedes llegar a entablar una relacin sin necesidad de preguntarte cmo y cundo acabar? En cuntos lugares has vivido y de cuntos te has ido? Cmo de asustadx te sientes? Cmo de perdidx? Cuntas veces has vivido un sentmiento profundo de propsito colectvo y despus, sin que t lo pu- edas impedir, cambian los tempos, la gente o tu mismx y te encuentras de nuevo solx y sin propsito? No deberamos tener que sufrir tanto. O s? Beyond Amnesty 11 ... Soy un beb, una nia, una chica pequea. Vivimos en un pueblo naval sr- dido, mis abuelos viven en Londres. Los vemos con bastante regularidad, pero cuando se van a casa me agarro a ellos y grito. No quiero que se vayan. Comien- zo el colegio. Dejo el colegio. Empiezo en otro. Amigos distntos. Mi hermano va a un internado, lo paga la Marina. Lo extrao. Abusan sexualmente de m y pierdo mi cuerpo. Dejo el colegio. Mi padre se va. Nunca vuelvo saber de l. Intento ahorcarme. Entro a otro colegio. Amigos distntos. Mi madre se vuelve a casar. La pierdo. Una abuela muere. Su marido se vuelve a casar y se muda al norte. Nunca volvemos a saber de l. Dejo el colegio. Voy al insttuto. Intento matarme. Entro en la Universidad. Amigos distntos. Ciudad diferente. Amo a alguien. Rompemos. Intmidad, despus silencio. Dejo la universidad. Me mudo de pueblo en pueblo. Amo a alguien. Nos perdemos el uno al otro. Cambio de pueblo. Cambio de pueblo. Cambio de casa. Cambio de pueblo. Intmidad. Retro. Cambio de pas. Lxs mismxs amigxs. En diferentes lugares. Amo a alguien. Rompemos. Cambio de ciudad. Amigxs en diferentes lugares. Lxs amigxs se mudan. Yo me mudo. Conexin. Retroceso. Esperanza. Miedo. Aniquilacin. Alienacin. Estoy en un calabozo. Estoy en una prisin. Estoy en un hospital. Estoy en el trabajo. Estoy en mi piso. En ningn lugar me siento bien. Siento que ningn lugar es seguro. Nadie es seguro. Nadie me sienta bien. No me siento segura. No me siento bien. No quiero estar sola, pero mis relaciones parece que slo me hacen dao. No s cmo amar, ni a m misma ni a lxs otrxs. No s como dejar que me amen. No s como vivir. Y sigo jodin- dolo todo. ... Una breve comparacin entre las tcnicas de autolesin y las tcnicas ofciales de la tortura da que pensar. Y la autolesin es ms frecuente entre la poblacin ms expuesta a la tortura: mujeres y nixs, sus familiares, presxs (la incidencia de autolesiones entre hombres presos es igual a la de las mujeres libres), grupos tnicos oprimidos, cualquier persona que haya sufrido violencia sis- tmica y sistemtca. Hay ms hombres que se suicidan de forma efectva, pero tambin hay ms hombres que mujeres que mueren en combate. Analizar las razones y las funciones sociopoltcas de la tortura, sus defniciones Beyond Amnesty 12 y tcnicas y las consecuencias para la vctma y las comunidades involucradas, es, a mi modo de ver, un camino tl y revelador para entender la violencia autoinfigida en las economas capitalistas como el RU. La funcin sociopoltca de la tortura es romper el poder del individuo. Es una forma de desartcular la voluntad psicolgica de la vctma y de crear una cultura del miedo, no slo en el individuo torturado, sino tambin en la comu- nidad de la que se podra extraer la prxima vctma. El torturador pocas veces quiere matar. Es un medio para el control social y las vctmas de la tortura son su herramienta. Las tcnicas empleadas por el torturador abarcan un amplio abanico de posi- bilidades. Incluyen palizas, heridas de corte o punzantes, quemaduras, elec- trocucin, experimentacin forzada, extraccin de extremidades o tejidos, condiciones fsicas extremas, tortura sexual, tortura mental (amenazas, eje- cuciones simuladas, encierros en soledad o privacin sensorial). Las tcnicas de autolesin son parecidas. ... Te cortas con cuchillos, cuchillas, vidrio roto, agujas, clavos, clips, pins, t- jeras, tachuelas, cualquier cosa que caiga en tus manos? Golpeas tu cabeza contra las paredes? Das puetazos contra ellas hasta que tus nudillos se magullan o sangran? Te lanzas contra cristaleras? Quemas tu piel o tu ca- bello? Te tragas pilas para que se abran y su cido te queme por dentro? Te golpeas con objetos contundentes? Te golpeas en el estmago, las piernas, la cabeza? Intentas romper tus propios huesos? Expones tu cuerpo a con- diciones climtcas extremas sin cubrirte y as quedas insolada, congelada, resfriada o febril? Miras directamente al sol hasta que casi te ciega? Te tras del pelo? Te muerdes o araas hasta sangrar? Razor (sito web sobre la autolesin). ... Un director de operaciones de la Stasi en la antgua RDA (Alemania del Este) describe, en relacin a las formas de paralizar a los ciudadanos opositores, el objetvo de estos procedimientos como desarrollar apata (en el sujeto)... Beyond Amnesty 13 para llegar a una situacin en la cual sus confictos, ya sean de ndole social, personal, profesional, de salud o poltcos, se vuelvan irresolubles... suscitar miedos en l... crear y desarrollar desilusiones... restringir sus talentos o ca- pacidades... reducir su capacidad de accin y utlizar desavenencias o con- tradicciones a su alrededor con este propsito. Claro est, la forma en que actuaban en la RDA es bastante diferente de lo que sucede en el RU, pero estas descripciones se podran aplicar al estado de salud mental de muchos britnicos hoy en da. La directva Zersetzungsmassnahmen signifca, literal- mente, aniquilacin del ser interior e incluye la creacin de situaciones comprometedoras para ellos generando confusin acerca de los hechos... y engendrando comportamientos depresivos e histricos en la persona-obje- tvo. Aqu (Reino Unido) no hay agentes secretos que decidan si puedes ac- ceder a uno u otro trabajo, casa o escuela. Slo hay una ingeniera social. No hay agentes secretos que nos comprometan confundiendo los hechos o en- gendrando comportamientos depresivos en personas-objetvo. No hay agen- tes secretos: slo hay un sistema intangible pero efcazmente opresivo en donde el carcelero es todo aquello que deseas (y que se nos dice que es lo que la gente de todo el mundo desea), todo lo que piensas, todo lo que te rodea. Hay una confusin masiva perpetrada por los medios de comunicacin y hay una cultura del miedo creada por el gobierno y su guerra contra el terrorismo, contra los jvenes, los sin techo y los inmigrantes, adems de por los mtodos tradicionales para crear miedo a travs de la imposicin de normas culturales como el trabajo y la familia nuclear. All est la pobre salud mental de millones de britnicos. No hay agentes secretos, pero el resultado es el mismo. No hay personas-objetvo, slo una sociedad de individuos desvinculados de forma generalizada, alienados los unos de los otros y de s mismos, fuera de control, jodidos y aptcos, deprimidos o catcamente cabreados. Aqu, en Gran Bretaa, los ciudadanos no son torturados de manera rutnaria. Hay ejemplos de violencia evidente hacia individuos, perpetrada por el Estado y sus insttuciones en partcular, dentro del sistema policial, del sistema de prisiones y del sistema de salud mental, con detencin obligatoria, neutrali- zacin farmacolgica forzada y prctcas como la TEC (terapia electroconvul- siva o por electroshock bsicamente, daos cerebrales) y la neurociruga (la infame lobotoma, que todava se practca aqu), pero nada de esto sera enmarcado en un contexto de tortura. La mayora de la violencia en Gran Bretaa parece ocurrir entre ciudadanos o contra s mismos. Beyond Amnesty 14 La tortura ocurre en cuartos pequeos, celdas manchadas de sangre vigiladas por guardias penitenciarios psicpatas. La tortura ocurre en pases con dicta- duras o guerras. La tortura se refere a la amenaza. Amenaza a nuestra integ- ridad: como una mente, un cuerpo, un alma, como una comunidad. La tortura se refere a la creacin de una cultura del miedo, crculos de silencio y obedi- encia absoluta a algo o alguien que no eres t. Pero, es posible que la socie- dad capitalista en la cual vivimos no sea ms que una vasta cmara de tortura sin lugar fjo que utliza tcnicas psicolgicas muy avanzadas, tan astutas que llegamos a confundir un estado de tortura con un estado de privilegio? ... En cualquier lugar del mundo hay gente con cicatrices. Despus de todo, esto es el capitalismo global. En qu piensas cuando piensas en cicatrices? Pien- sas en las fotos de piel negra marcada por instrumentos de tortura en dicta- duras lejanas publicadas por Amnista Internacional? Piensas en las cicatrices en los cuerpos de mujeres, nios y hombres sometdos a violencia domstca? Piensas en las marcas de jeringas en brazos de yonkis en los lugares ms oscuros de la ciudad? Piensas en cicatrices en el rostro de hombres que se han peleado en un pub o que han sido asaltados o atacados por chavales en- capuchados? Piensas en el pequeo crculo de vacuna en la parte superior del brazo de todos los adultos para protegerlos de las enfermedades de la civi- lizacin? Alguna vez has notado las cicatrices en los brazos de la gente nor- mal? Lneas blanquecinas extraas e inexplicables que surcan la piel de hom- bres y mujeres de todas las edades. Mira a tu alrededor. Las vers. Es como quitarse una venda y volverse sensible a estas marcas y lo que hay detrs de ellas. Las cicatrices no son el privilegio del Tercer Mundo, de dictaduras evi- dentes, de zonas de guerra ofcial. La guerra contra la vida no tene fronteras, y sea cual sea el punto del capitalismo en que vivamos, en cualquier lugar del mundo en que nos encontremos, por mucho que nos digan lo privilegiados o lo desafortunados que somos, todos y todas estamos heridxs y marcadxs por ella. Estas cicatrices cuentan la historia de la civilizacin. Son todo lo que necesitas saber. ... Beyond Amnesty 15 Hay una diferencia entre la pobreza en el Tercer Mundo y en Occidente... cuando mi amigo flipino me pregunt por qu tanta gente intenta suicidarse aqu, simplemente no supe qu responderle. Para quien nunca la ha pade- cido, la pobreza de nuestra cultura es muy extraa hay otra solidaridad que se da en un nivel ms profundo de la lucha. Tiene que ver con el acto cotdi- ano de vivir, es la lucha contra la alienacin de nuestras propias vidas. Extrado de un panfeto de Solidaridad Pacfco Sur ... A cada vez ms gente en el RU se le diagnostca un trastorno por estrs post- traumtco (TEPT) o un DESNOS (Desorden de Estrs Extremo sin Especifcar, que involucra la exposicin repetda y prolongada a experiencias traumtcas). Yo considero que los diagnstcos no refejan lo importante, pero en este caso me parecen tles. El TEPT sola ser un problema aplicado a supervivientes de la tortura o de situaciones de guerra, amenaza a la integridad fsica o de- sastres naturales. Pero incluso las autoridades psiquitricas han tenido que admitr que hay mucha gente que cumple los sntomas de TEPT sin haber sido sometdas a las causas comunes que se le asignaban (es decir, no siempre pu- eden explicar sus sntomas como el resultado de un acontecimiento traumt- co concreto como una guerra o un encarcelamiento), de ah viene el DESNOS. Abusos a nixs, abusos sexuales, violencia domstca, ruptura matrimonial, divorcio de los padres, todos son reconocidos como posibles factores que con- tribuyen al inicio de un TEPT. Pero todos los sntomas que componen el TEPT tambin son comunes en muchos otros desrdenes mentales: la ansiedad, la depresin y los problemtcos desrdenes de personalidad (cualquier per- sonalidad o comportamiento que te marca fuera del consumidor somatzado, con salario, obsesionado con los productos que puede comprar, conformista y poltcamente inactvo), que han sido inventados por las compaas farmacu- tcas para vender ms drogas y por los psiquiatras y el sistema de justcia para poder invalidar y extraer de la sociedad a todos aquellos que rehsen som- eterse. ... Tengo doce aos. Un ao despus de que mi padre nos abandonara. El ao en que mi madre se vuelve loca, rompindome cepillos en la cabeza cada noche Beyond Amnesty 16 a causa de su frustracin, abusando emocionalmente de m, golpendome, empujando mi cara contra la nieve porque est enfadada y sola y lo exteri- oriza con la persona equivocada porque la persona correcta no la escuchar, dejndome sola porque ya no puede aguantar la casa que alguna vez compar- teron. Estoy de pie bajo el marco de su puerta, es de noche, no puedo dormir, estoy desesperada por decir algo pero perd mis palabras. Me ruega que me vaya a la cama, que la deje dormir. No puedo moverme. No puedo hablar. Mi padre fnge no conocernos si nos lo cruzamos en el supermercado o en la playa. Mis sentmientos ya no cuentan. Trato de ahorcarme, llena de odio y rabia, de amor reventado, de esperanza reventada y de confanza reventada. ... Me arrastran al psiquiatra. Literalmente arrastrada, pateando y gritando, a travs del pramo de la Costa Sur, a la sombra de buques de guerra, barcos prisin y viejas fortalezas, por debajo Portsdown Hill y sus instalaciones de investgacin militar de ladrillo rojo, pasando una urbanizacin tras otra de pisos de proteccin ofcial podridos y cuarteles navales, bajo la lluvia, a un psiquiatra y, desde entonces hasta hoy, soy yo quien ha hecho algo mal, hay algo equivocado en m. Mi padre le enva a mi madre textos sobre anlisis transaccional y mi madre se deleita con que el primer psiquiatra rehse reci- birme porque hago demasiadas preguntas, forzndolo, a mi manera infantl, a mirarse a s mismo. Soy una chica difcil, al menos eso dicen. Incontrolable. Demasiado lista para mi propio bien. Soy mi peor enemiga. ... Entonces, qu, en nuestro mundo, podra llevar hacia un TEPT o un DESNOS? Los sucesos traumtcos experimentados directamente incluyen, pero no se limitan a, combate militar, asalto violento contra la persona (agresin sexual, ataque fsico, robo, atraco), ser secuestrado, ser tomado como rehn, aten- tado terrorista, tortura, encarcelamiento como prisionero de guerra o en un campo de concentracin, crimen, desastres naturales o causados por el ser humano, accidentes de coche graves o ser diagnostcado de una enferme- dad que amenace tu vida. Para los nios, los eventos sexuales traumtcos pueden incluir experiencias sexuales en momentos inapropiados del desar- Beyond Amnesty 17 rollo personal, sin que necesariamente haya amenaza de violencia, violencia o daos. Los sucesos traumtcos presenciados incluyen, pero no se limitan a, observar heridas graves o la muerte por causa no natural de otra persona debidas a ataques violentos, accidentes, guerra, desastres, o haber visto inesperadamente un cadver o partes amputadas de un cuerpo. Los sucesos traumtcos experimentados por otrxs de los cuales se tene notcia, incluyen, pero no se limitan a, asalto violento a la persona, accidente grave, heridas graves sufridas por un miembro de la familia o amigo cercano... (DSM-IV-TR: Manual diagnstco y estadstco de los trastornos mentales, de la Asociacin Americana de Psiquiatras, 1994). ... Un informe de 1989 estmaba que a los catorce aos, lxs chicxs en Occidente han presenciado alrededor de 11.000 asesinatos en televisin. ... Tenemos ms comida de la que podemos comer. Tenemos acceso a difer- entes medios para entretenernos: televisin, cine, radio, la industria musi- cal, Internet, PlayStatons. Nuestrxs hijxs tenen juguetes y tecnologa con las que se mantenen ocupadxs. No nos atacan ejrcitos, paramilitares o policas secretas. Podemos transportarnos fcilmente de un lugar a otro. Podemos vivir donde queramos y viajar por el mundo. Tenemos educacin para todxs y oportunidades laborales. Tenemos sufciente dinero para vivir algunxs ms que otrxs, pero pocxs de nosotrxs no tenemos nada. Tenemos drogas rec- reatvas para disfrutar y drogas mdicas para mantenernos vivxs y dejar de sentr demasiado. La mayora no teme por su seguridad fsica, nuestras casas estn protegidas y nuestras prisiones estn literalmente desbordadas (la solu- cin es meter a lxs presxs en contenedores de mercanca modifcados). La gente muere aqu de malnutricin, no por hambre, sino por obesidad. Mu- chos occidentales la sufren en su da a da. La comida que comemos ha sido descrita como ant-nutritva por algunos nutricionistas importada, em- paquetada con materiales txicos, y producida por una maquinaria de agri- cultura industrial masiva (suelos pobres e insectcidas). La comida rpida y las chucheras no son comida. La comida que comemos no nos sana, nos hace Beyond Amnesty 18 dao. El conocimiento y proceso de cultvar, cosechar y recolectar nuestra comida tambin se ha perdido junto con el proceso curatvo de estas actvi- dades, nuestra conexin con la naturaleza y la sensacin de autonoma sobre nuestras necesidades bsicas y supervivencia. Soportamos sobredosis de informacin una especie de ruido blanco to- talmente banal, anestsica y paranoica. La capacidad de concentracin ha disminuido y la interaccin humana est cada vez ms mediada por la tec- nologa. En lugar de nuestras vidas reales tenemos realites. Nuestras conversaciones, as como nuestros espacios privados, son interrumpidos con- stantemente por llamadas al mvil, nuestras amistades se mantenen a travs de los mensajes de texto y los e-mails. Vivimos en una cultura del miedo al otrx. Estamos enchufadxs a los ordena- dores y la televisin. La educacin como siempre se basa en ensearnos a no cuestonar, a pasar exmenes, a aprender slo lo que el gobierno quiere que aprendamos, a rompernos para que seamos un engranaje ms de la mquina. Un informe reciente de la UNICEF sobre nixs en el RU lxs describi como lxs ms infelices del mundo desarrollado. Aqu tenemos el Estado del bienestar. Tenemos tarjetas de crdito. Tenemos una pobreza relatva, en vez de absoluta, junto a la propaganda de las opor- tunidades y la eleccin. Ya no recordamos cmo curarnos a nosotrxs mismxs. Incluso si nos acordra- mos, las enfermedades producidas por la sociedad tecno-industrial probable- mente estn fuera del alcance de los remedios tradicionales, y la industriali- zacin ha eliminado muchas de las plantas que empleaba la medicina natural. El RU es un desierto agrcola e industrial. Estamos sujetxs a una vigilancia constante, aumenta el nmero de policas, agentes cvicos, seguratas, cmaras, furgonetas con vdeo, equipos de seguimiento de audio en los McDonalds y las estaciones de tren, pulseras de seguimiento electrnico, mviles con cmaras y rastreo de llamadas y de correo electrnico. ... Beyond Amnesty 19 [bares] [tendas] [restaurantes] [parques] [comiendo] [caminando] [calles] [centros urbanos] [bloques de ofcinas] [cajeros automtcos] [probadores] [dormitorios] [desvistendo] [vistendo] [piscinas] [puertas] [autopistas] [polideportvos] [playas] [tejados] [helicpteros] [furgonetas de vigilancia] [hablando] [abrazando] [luchando] [mcdonalds] [juzgados] [cafeteras] [co- misaras] [telfonos mviles] [llorando] [bailando] [clubs] [pubs] [centros de salud] [corriendo] [empresas de taxi] [taxis] [crceles] [pasillos de escuelas] [aulas] [patos de escuelas] [parques infantles] [parkings] [aeropuertos] [estaciones de tren] [estaciones de autobs] [trenes] [autobuses] [puertos de ferry] [esquinas] [vallas publicitarias] [webcams] [aprendiendo] [viajando] [estando quietx] [anlisis de movimientos] [vestbulos] [ascensores] [ayun- tamientos] [starbucks] [casas] [bancos] [barracones del ejrcito] [anlisis biomtricos] [anlisis de patrones de grupos] [planetarios] [cines] [teatros] [gimnasios] [parques de atracciones] [causando disturbios] [polgonos in- dustriales] [barrios de proteccin ofcial] [gasolineras] [satlites] [escaleras] [observando] [tosiendo] [metendo goles] [sonriendo] [muriendo] [robando] [amando] [follando] [besando] [agarrando] [bebiendo] [quedando] [despi- diendo] [comprando] [fumando] [perdiendo el tempo] [durmiendo] [traba- jando] [esperando] [jugando] [rezando] [desobedeciendo] [universidades] [centros comerciales] [galeras de arte] [bibliotecas] [hospitales] [vendiendo] [mercados] [en el RU eres grabado un promedio de 300 veces al da] ... Imagina los diferentes uniformes que patrullan las calles, cielos, edifcios y centros urbanos en Gran Bretaa y ponlos todos en el mismo uniforme, diga- mos, un uniforme militar... ... Se estn introduciendo sistemas de altavoces en las zonas comerciales del RU: ladran mensajes desde un cuerpo invisible que te previene contra los carter- istas o te dice que recojas lo que acabas de trar al suelo. ... Tenemos drogas para hacernos felices legales e ilegales, para hacernos Beyond Amnesty 20 olvidar que estamos estresadxs y ansiosxs, para hacernos sentr cercanxs a otras personas o simplemente para no sentr nada en absoluto, para manten- er la economa funcionando, para levantarnos por la maana y dormirnos por la noche. Tenemos terapias que nos ayudan a adaptarnos a un sistema que nuestros cuerpos y mentes rechazan. Si las drogas y las terapias no ayudan, tenemos drogas ms fuertes, hospitales psiquitricos y otras prisiones. El dic- cionario de enfermedades mentales est en crecimiento, la mayora de ellas podran describirse simplemente: la civilizacin y el rechazo a la civilizacin. La muerte, la enfermedad o las lesiones resultantes de abusos de sustancias, incluyendo el tabaco y el alcohol, la actvidad sexual, los accidentes de trans- porte, la obesidad, la contaminacin, el estrs, el suicidio y las autolesiones son epidmicas. La gente s que teme por sus vidas. Pregunta a los Samarita- nos. Pregunta a las miles de personas que cada ao terminan en salas de ur- gencias porque se hicieron dao ellas mismas, o bebieron mucho, o no podan garantzar que no se mataran antes de que acabara la noche. Pregunta a to- dos los muertos o mutlados como resultado de accidentes en la carretera, insufciencia cardaca o cncer. La forma en que vivimos es de cautvidad, un estado esquizoide. Es intere- sante que muchos de los problemas de salud mental que padecen hombres y mujeres urbanxs, industriales y tecnolgicxs tenen un paralelismo con el comportamiento de los animales en cautvidad: reacciones de escape (cor- riendo de aqu para all, hacindose dao o quedando postrados sin mov- erse), desrdenes alimentcios (anorexia, bulimia, comer compulsivamente), sobre-acicalarse, balancearse y andar de un lado a otro, automutlacin, com- portamiento sexual anormal y comportamiento estereotpico (desorden ob- sesivo-compulsivo), apata, relaciones anormales entre padres e hijos (aban- dono, infantcidio), prolongacin de un comportamiento infantl, incluyendo la falta de confanza social y una agresividad incontrolada, debido a la super- poblacin o al aislamiento, y dirigida a las personas u objetos equivocadxs (los objetvos correctos, sus captores y los guardias del zoolgico, estn fuera de su alcance). Todxs hemos escuchado las historias de delfnes intentando romperse la cabeza contra los cristales de sus acuarios, y sabemos que los animales en cautvidad tenen difcultades para criar, la infertlidad y los abor- tos son una respuesta al estrs (tambin para muchos occidentales) o una eleccin, traer cras en un estado de cautvidad se podra, despus de todo, Beyond Amnesty 21 considerar como un acto extrao de crueldad. ... En los ltmos aos se ha impuesto un toque de queda a lxs chicxs britnicxs, no se les deja congregarse en grupos de ms de dos, se les obliga a hacer exmenes acadmicos a la temprana edad de 7 aos, tendrn que pasar por una entrevista de 200 preguntas que defna quines son para obtener un pasaporte, son el objetvo de la draconiana Normatva de Comportamiento Antsocial (ASBO, Ant-Social Behaviour Order), se les toman las huellas digi- tales en las escuelas (muchas de las cuales estn rodeadas por cmaras y ya no tenen corredores sino puertas que tenen que ser abiertas y cerradas por profesores, lo que hace la libertad de movimiento imposible). ... Los animales en cautvidad, como los humanos modernos, tenen una vida relatvamente cmoda: se les alimenta, limpia, estn a salvo de la ferocidad de la vida salvaje, tenen acceso a relaciones sexuales, un poco de espacio y algo de estmulo. Como en nuestra buena vida. Y an as, no parece que la soporten. Nosotrxs tampoco. Algunos aspectos de la civilizacin son claramente una tortura como la que se defne en los manuales. Algunas defniciones de tortura mental incluyen: forzar a la vctma a torturar a otra persona, presenciar la tortura de otra persona y presenciar asesinatos o violaciones..., detencin en completa oscu- ridad, exposicin a luces brillantes, exposicin a ruidos constantes o privacin del sueo. Condiciones precarias que incluyen la falta de comida, cuidado m- dico y comunicacin. (de Clinical Signs and Symptoms). Aplicar estas defni- ciones a la forma en que vivimos es bastante fcil: secuencias violentas en los telediarios, pelculas y juegos, alienacin, polica por doquier, desinformacin, exposicin a luces constantes y ruidos y condiciones pobres cuanto menos, casi endmicamente estresantes para la mayora de la gente. Y el resultado: ...la siguiente constelacin de sntomas se encuentra con frecuencia aso- Beyond Amnesty 22 ciada a un estresor interpersonal (por ejemplo, abuso fsico o sexual a nios, palizas domstcas, ser tomado como rehn, encarcelamiento tortura): modulacin afectva disminuida, comportamiento autodestructvo e impul- sivo, sntomas disociatvos, dolencias somtcas, sentmientos de inutlidad, vergenza, desesperacin, desesperanza; sentrse permanentemente herido; prdida de creencias anteriores, hostlidad, retraimiento social, sentrse con- stantemente amenazado, relaciones interpersonales deterioradas o cambio de las caracterstcas de personalidad anteriores. (DSM-IV-TR: Manual diagnstco y estadstco de los trastornos mentales, de la Asociacin Americana de Psiquiatras, 1994). ... Ella llora. Ella detene su llanto apretando dos dedos contra el puente de su nariz hasta que las lgrimas dejan de salir. Est sentada en el borde de la baera, alumbrada slo por la luz del pasillo que se fltra por la puerta. No tene razones para llorar. Slo lo hace. Slo lo desea. Slo est triste. Est avergonzada de esto, pero ella es as. Suelen hacerle comentarios respecto a la tristeza de su cara, cada vez que hay una pausa en la conversacin, cuando ella es inconsciente de los ojos que la observan. No quiere decir que no est alegre a veces. Tiene arrugas de risa. Pero a menudo ella siente su risa como si estuviera captando con la mirada un animal que crea extnto. Y su tristeza es la tristeza de un animal atrapado, al igual que su rabia, su letargia, su odio; si no es hacia su carcelerx, es hacia sus compaerxs reclusxs, aunque a veces es difcil hacer la distncin. Los vnculos ntmos son un trachinas listo, una pistola cargada sin el seguro puesto. Le cubre el agua turbia hasta las rodillas, cerca de Chichester. Vinieron al estu- ario a nadar y a jugar. Ella, su hermanastro y su hermano. Ella lleva un bikini. Azul elctrico con borde rosa. Ella tene 13 14 aos. Tiene senos pequeos, apenas crecidos a su metro cincuenta de estatura. Su hermanastro es mayor, 15 16 aos, no es alto pero s robusto. Estn con el agua a las rodillas entre un juncal un metro ms alto que ellos. l est intentando conseguir que ella se quite el bikini. Ella no quiere hacerlo. Pero l es mayor, y proviene de una familia a la que su madre admira. La chica cree que, de alguna manera, ella tene que ceder, incluso aunque no le guste estar aqu, incluso aunque se sien- Beyond Amnesty 23 ta enferma y quiera llorar. Este juego lleva reproducindose durante aos. Ella no quiere ofenderlo ni iniciar un conficto. Ella no es lo sufcientemente importante. Ella no tene ningn derecho a negarle lo que quiere. Despus, l llena su bikini de barro cuando estn nadando, cogindole las tetas mientras lo hace, haciendo como si fuera una inocente pelea de agua para que su her- mano no note nada. En la tarde, se sientan a comer con los padrinos y la novia de l. l no la mira ni le habla, pero cuando se van a dormir, l repta hasta la cama de ella e intenta quitarle la ropa. Esta vez ella se resiste. Ella no quiere esto. An ahora, muchos aos despus, cuando folla, cuando hace el amor, cuando la toca un amante, tene que apretar los dientes y resistr el impulso de golpear, empujar o simplemente levantarse y correr. ... Qu hace la gente en cautvidad, en las salas de tortura? Alguna gente man- tene la mirada sobre el suelo hasta que la terrible experiencia acaba. Pero si la situacin contna de manera indefnida si es todo lo que conoces, en- tonces la mente buscar su propia salida. Marx predijo, errneamente, que una profundizacin de la miseria material llevara a la revuelta y a la cada del capital. No ser, ms bien, que el incremento del malestar psquico est lle- vando, por s mismo, al reinicio de la revuelta, y que, de hecho, esta puede ser la ltma esperanza de la resistencia? John Zerzan, La Psicologa de Masas de La Miseria. La incidencia de autolesiones entre los hombres encarcelados en el fore- ciente sistema penitenciario britnico iguala a la de las mujeres libres. La autolesin (junto con la violencia domstca, el abuso de substancias y los trastornos alimentcios) es la respuesta del superviviente a la forma de tortura que se puede describir simplemente como la forma en que vivimos. La civilizacin y todo lo que la defne son, en esencia, los manuales de tortura psicolgica aplicados a escala masiva. El comportamiento de autoabuso de muchas personas aqu en el RU (tambin en EEUU) tene dos implicaciones: es al mismo tempo un intento de sobrevivir en el sistema exteriorizando todo aquello que se nos ha enseado a interiorizar, y, simultneamente, una com- pulsin de llevar a cabo el proyecto del Estado aquello del control social y el necesario desplazamiento de la ira y la desesperacin desde su objetvo Beyond Amnesty 24 genuino pero nebuloso (el sistema compuesto por el Estado, la industria, las fnanzas y el comercio), hacia el nico objetvo accesible, el individuo aislado en una cultura en que la insurreccin y la insumisin masiva son cada vez menos pensables. De alguna manera, la incapacidad de tantas personas de mantener un nivel aceptable de salud mental en nuestro pas es alentadora. Revela la lucha de un organismo vital contra las insttuciones opresivas y aniquiladoras del Estado y el orden econmico mundial: estar bien adaptado en una sociedad profun- damente enferma no es ningn indicador de salud. Es el rechazo a una forma de vida intolerable. Es la incapacidad de ajustarse a aquello que es daino y antnatural, a pesar de la existencia de lo que John Zerzan describe como la sociedad psicolgica, que a travs de la terapia y las drogas hace todo lo posible para que nos adaptemos cuando el tema central es si el mundo que refuerza nuestra incapacidad para cambiar puede ser forzado a cambiar, hasta dejarlo irreconocible. ... Slo tenemos que entender que hay una guerra declarada justo aqu, ahora mismo. Si siempre crees que luchas por alguien que est peor que t, no ests diciendo de forma implcita que t ests mejor y, por tanto, que en reali- dad hay partes del capitalismo (tu parte) que estn bien? Dondequiera que ests, hay una guerra sin cuartel entre los imperatvos capi- talistas y la pasin por la vida de la gente sometda a l. La autolesin se en- tende, por lo general, como una estrategia de aguante, al fn y al cabo se trata de mantenerse vivx ante circunstancias intolerables. Sera un error, claro est, sugerir que la autolesin es lo mismo que la resistencia, aunque los problemas de salud mental tenen un gran coste para la economa. Es una reaccin, una respuesta y un rechazo. Es el grito. Pero hasta que no sea politzado, seguir siendo slo un ataque del individuo contra el individuo. Si la lucha de aquellxs que sufren de problemas mentales o emocionales no estuviera tan contenida, desplazada y estgmatzada hasta por aquellxs que se consideran radicales, quin sabe qu tpo de sociedad forjara esa pasin por la vida desencaminada, esa inteligencia, ese rechazo. Mientras situemos Beyond Amnesty 25 al enemigo dentro de nosotrxs, alentadxs por un sistema entero, desde la ed- ucacin hasta los modelos bio-mdicos de la enfermedad mental, y mientras sigamos viendo estos comportamientos como enfermedades de las cuales hay una esperanza de cura basada nicamente en cambiar el mundo interno del enfermo en vez de en derrocar el sistema, nunca lo sabremos. Las socie- dades capitalistas-imperialistas avanzadas han sido tan efcaces, tan brillantes controlando y defniendo cada aspecto de la vida y la psicologa humanas (un prstamo de la historia fascista y totalitaria) que ya poca gente es capaz de ver esta situacin; es omnipresente. ... Creo que la mayora de gente que sufre en el RU un problema de salud mental comn, incluyendo mucha que se autolesiona (y esto incluye cualquier com- portamiento que no sea saludable para la mente o el cuerpo), simplemente est revelando el estrs psicolgico en masa causado por una exposicin pro- longada a las condiciones de vida bajo un sistema capitalista avanzado del cual no se puede escapar, una dictadura elegida, una cultura del miedo deliberada, un ambiente altamente contaminado y alienado, y un sistema omnipresente de vigilancia altamente desarrollado. No hay lugar seguro al que podamos escapar, no hay ningn lugar adonde po- damos ir a pedir asilo por las condiciones bajo las cuales luchamos. Occidente es, posiblemente, el fnal de la lnea. Estamos, eso nos ensean a creer, en el mejor lugar que hay, el ms seguro. Muchas personas arriesgan sus vidas para llegar aqu. Pero el trauma psicolgico, fsico, espiritual, econmico, poltco y emocional que soportamos es, pese a esta ilusin, a esta propaganda, con- stante e interminable, cuando a diario se amontona una tensin tras otra, un trauma sobre otro trauma (experimentado directa o indirectamente), miedo sobre miedo, eleccin sin sentdo tras eleccin sin sentdo. No hay ningn lugar donde estar bien en el sistema capitalista global; slo hay diferentes cmaras de tortura, con las herramientas adecuadas al objetvo y la etapa de la batalla. ... Hay una historia de Augusto Boal, un dramaturgo brasileo radical pionero Beyond Amnesty 26 del Teatro del Oprimido, que al encontrarse en el exilio europeo durante los aos setenta comentaba que no poda entender por qu la gente era tan in- feliz si no sufra una opresin poltca. Sin embargo, despus de un tempo, lleg a la conclusin de que, aunque algunos estados europeos no eran tan abiertamente opresivos, esto era porque la gente haba llegado a interiorizar la opresin y, a veces, ni siquiera vea a la autoridad como el enemigo: a esto lo llam el polica interno. ... En la relacin con ms abuso mutuo que he tenido, la que me jodi emocional- mente hasta el punto en el que toda mi nocin de la realidad, lo que saba de m misma y el sentdo de las cosas empezaron a trastocarse, sin duda estaba luchando por mi vida. l no estaba a punto de matarme con sus manos, pero me dejaba sin palabras. Cuando alguien te deja muda tergiversando todo lo que t dices y, cuando le conviene, todo lo que l dice, tenes que pelear con tus puos. Rara vez peleaba contra l slo en la medida en que l peleaba contra m: l empujaba, yo abofeteaba. Peleaba contra m misma. Me quem, tom sobredosis, me raj las muecas, pens en el asesinato, rechac a la gente que me quera, muchas noches beba casi hasta el coma, par de comer, romp cosas, me detuvieron, intent morder los dedos de un polica, intent morderme la lengua y grit. No fue un grito vocal. Sali de todo mi cuerpo. Un grito impactante que dur cinco minutos hasta que me qued sin aliento y del cual no me crea capaz. Un grito de angusta absoluta, incesante, inconsol- able, atrapada, brutal, muda, impotente, histrica. Era la nica cosa que poda atravesar los barrotes, un sonido como una mano extendida sin la esperanza de que el cuerpo pudiera seguirla. Era lo nico que quedaba por decir... Ese grito todava est ah. Est en todxs lxs que saben que estn luchando por su vida: lxs que se autolesionan, lxs alcohlicxs, lxs drogadictxs, lxs parasu- icidas y lxs suicidas, las vctmas de abusos domstcos, policiales, racistas, homfobos, lxs que comen poco o demasiado; est en las gargantas de chav- alxs atrapadxs en familias nucleares, hogares rotos o sin hogar y en escuelas y centros de menores, en las bocas de lxs presxs y lxs prosttutxs, en las en- traas de millones de personas dopadas por el Prozac, el lito y el Ritalin. Est en todxs, pero algunxs estn ms cerca que otrxs de ese grito y lo que signifca. Si no crees que ests luchando por tu vida, pinsalo de nuevo. Si sabes que no Beyond Amnesty 27 ests luchando por tu vida, puede que ests en el lado equivocado. ... Necesitamos un programa de psicociruga y control poltco de nuestra so- ciedad. El objetvo es el control fsico de la mente.Todo aquel que se desve de las normas impuestas puede ser mutlado quirrgicamente. El individuo puede pensar que la realidad ms importante es su propia existencia, pero esto es slo su punto de vista personal. Esto carece de perspectva histrica. El hombre no tene derecho a desarrollar su propia mente. (Dr. Jos Delgado, un psiquiatra contratado por la CIA para el programa de control mental MK-ULTRA despus de haber servido al rgimen franquista). ... los odos de lxs brbarxs son sensibles nicamente a las voces que los llaman a asaltar el Imperio, a barrer lo existente. Su furia incluso produce terror en muchos enemigos del Imperio que dicen querer vencerlo, pero de manera bien educada. Como buenos civilizados, comparten el desacuerdo pero no el odio, entenden la indignacin pero no la rabia; lanzan eslganes de protesta pero no gritos de guerra, estn preparados para derramar saliva pero no sangre... Para lxs brbarxs, como para lxs nixs, cuya naturaleza todava no ha sido completamente domestcada, la libertad no empieza con la elabo- racin de un programa ideal sino con el ruido inconfundible de vidrios rotos. Brbaros, la insurgencia desordenada Crisso y Odoteo
Mercedes de Francisco, Psicoanalista - "El Amor Es Una Elección Absolutamente Inconsciente, No Eres Dueño en Tu Elección" - La Casa de La Paraula Llibreria Virtual