Cuando Gabriel dej ir a Oliver saba que poda significar su fin, ahora irn a por l.

Lo que no sabe es que, al hacerlo, ha despertado en Rachel la duda sobre su humanidad

perdida, algo que podr utilizar para conseguir escapar de la que posiblemente sera su
sentencia.
Gabriel la usar para conseguir lo que ms desea, alimentar su ambicin y subir en
la jerarqua, pero para ello deber renunciar definitivamente a cualquier sentimiento que
albergue.
Mientras ambos luchan contra sus corazones, una batalla ms antigua se libra a su
alrededor, una batalla que puede ser el fin de ambos.
Prevalecer el amor? O estar el corazn de Gabriel muerto para siempre?



Olga Salar

Romance inmortal

Lazos inmortales 02


Ttulo original: Romance inmortal
Olga Salar, 2012.
Diseo/retoque portada: Borja Puig


Nota de la autora


Romance Inmortal, al igual que sucede con Meloda Inmortal, es una novela de
ficcin, de fantasa. Si bien he intentado que el elemento histrico sea lo ms certero
posible, en algunos momentos me he permitido ciertas licencias contextuales.
Romance Inmortal contiene muchas referencias histricas, todas las fechas sobre
representaciones musicales son correctas, lo mismo que lo son las pocas histricas que
aparecen en la novela. En todo momento he mantenido el rigor histrico en ese aspecto.
Puede que haya eludido entrar en detalles, pero por motivos argumentales. Las
escenas ambientadas en pocas pasadas estn adaptadas al argumento y a los personajes,
pero no he falseado la verdad sobre ellas, el contexto histrico es correcto.
Otra licencia es la ciudad de Armony; no existe esa ciudad en concreto. La cre
para remarcar el aspecto musical de la historia.


Prlogo


Por Sandra Andrs Belenguer

autora en Femenino Singular

Amor.
Esa palabra con la que muchos suean, anhelan, suspiran
Este sentimiento tan hermoso y cautivador es el eje central de la novela que
vosotros, lectores de la saga Lazos Inmortales, tenis en vuestras manos.
Romance Inmortal no es una segunda parte normal y corriente. Es mucho ms.
Nunca os preguntasteis cul fue la historia de Rachel y Gabriel? No os quedasteis
con la intriga de conocer de dnde procedan o qu vnculo les une o les separa?
La historia en la que vais a adentraros, une pasado y presente con una habilidad que
os transportar desde la Florencia antigua al Nueva York moderno, desde la Francia
revolucionaria a la maravillosa ciudad de Armony en un viaje literario que va ms all de
vuestra imaginacin.
S, el Amor. Con mayscula.
Danielle y Oliver lo encontraron gracias al destino, pero quizs no sean los nicos
en saborear su dulzura.
Olga Salar ha creado unos personajes vidos de esta emocin tan humana y a veces,
tan divina como de otra dimensin.
El Amor puede borrar todas las fronteras?
Solo t, lector de este libro, podrs averiguarlo a travs de sus pginas.
Sentimientos no confesados, rencores ocultos, pasin sin lmites, celos latentes por
descubrir y dos corazones de origen puro latiendo al unsono aun habiendo separado sus
rumbos
Deca un poeta: Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama y Rachel lo
sabe muy bien. Su interior es un laberinto de sensaciones, y no entiende que debe ser fiel a
aquellos recuerdos que aprisiona en lo ms profundo de su alma. Son ellos los que le
llevarn a comprender que no todo es blanco o negro, que el Amor es mucho ms y que
puede lograr cualquier cosa.
Seres del Bien, seres del Mal Acaso no tienen ambos derecho a amar?
Con sutil maestra, Olga nos conduce hasta el corazn de sus protagonistas haciendo
que vibremos con ellos, que contengamos el aliento en el desenlace de cada captulo, que
nos atrevamos a seguir indagando, descubriendo hasta enamorarnos de una historia llena
de secretos por revelar y sentimientos ocultos, por un resentimiento que poco a poco se ir
desdibujando en la memoria de los personajes.
En un estilo gil y preciso, no solo entenderemos las emociones de Rachel y Gabriel,
sino que lo haremos tambin a travs del arte. Olga Salar nos mostr que el Amor y la
Msica pueden unirse para siempre. En esta ocasin, son las imgenes de diversos cuadros
las que nos invitarn a conocer cmo se sienten los ngeles y los demonios
Querido lector de Romance Inmortal, ests preparado para atravesar el umbral de
esta primera pgina y descubrir lo que esta maravillosa historia te depara?
Adelante, y recuerda: amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.


Prlogo


Quin podr gloriarse de dar a un nio su verdadero nombre?
Fausto, Goethe

Nac del vientre de una prostituta en Roma, all por el ao 1514. Mi padre, un noble
que buscaba una liberacin ocasional, qued impresionado por los ojos pardos de mi madre
(que ms tarde hered yo) y la escogi de entre todas las mujeres que se ofrecan en la calle
por un par de monedas, a veces incluso por un pedazo de pan que poder llevarse a la boca.
Mi querido y muy bastardo padre, a pesar de su ilustre linaje, tena la desafortunada
costumbre de golpear a sus amantes. As que al finalizar el acto, mi madre termin conmigo
en su vientre, con un ojo morado, diversas contusiones y cuatro monedas de oro como
recompensa por sus impdicos servicios.
Los golpes cicatrizaron y las monedas se acabaron; lo nico que permaneci intacto
fui yo, creciendo en el vientre de una mujer que consideraba un error de clculo el haberse
quedado en estado.
Con semejantes progenitores mi vida no poda ser buena, ni siquiera tuve un
verdadero nombre hasta que el maestro me encontr, muerto de hambre y fro, a los siete
aos. Fue ese el momento en que mi vida se convirti en la que es ahora. Sin embargo,
antes de ese instante sufr tanto que pagu por adelantado cada uno de mis extensos
pecados.
Mi destino qued sellado cuando mi madre supo que estaba embarazada. En dos
ocasiones intent terminar conmigo cuando todava me gestaba en su vientre, pero mi
tenacidad por nacer hizo que nada de lo que intentara tuviera efecto alguno sobre m. Segu
nutrindome de ella como el parsito que sera despus.
Yo creca mientras ella iba perdiendo la vida poco a poco. En su estado no poda
trabajar y prcticamente no entraba alimento alguno en su cuerpo, lo que le debilitaba
todava ms.
Cuando llegaron los dolores del parto, las prostitutas con las que malviva se
encargaron de atenderla. Lo que no esperaban era que yo me abriera paso al exterior
desgarrando el cuerpo de la mujer que me haba dado la vida, an en contra de su voluntad.
Incapaces de detener las hemorragias internas que le haba producido mi
alumbramiento, mi querida madre muri desangrada dos horas despus, ante la
imposibilidad de conseguir un mdico, principalmente por cuestiones monetarias, pero
tambin porque ninguno de ellos estaba dispuesto a adentrarse en aquellas calles repletas de
ladrones y sicarios en las que las prostitutas ejercan su trabajo. Eran los barrios ms bajos
y mugrientos de la ciudad, zonas tan dejadas de la mano de Dios que era casi un milagro
respirar sin sentir arcadas, donde perder la bolsa, e incluso la vida, era el pan de cada da.
Las meretrices, que momentos antes se haban compadecido por mi situacin, ahora
me acusaban de vil diablo asesino por ser el causante de tal muerte.
Ni siquiera se molestaron en alimentarme. Deseosas de deshacerse de m cuanto
antes, me dejaron abandonado en la puerta de uno de los numerosos conventos que
poblaban la ciudad. Las monjas, alertadas por mis gritos hambrientos, corrieron a
socorrerme. No era la primera vez, ni la ltima, que recogan a un nio en sus puertas,
abandonado por su madre, bien porque no poda alimentarlo, bien por motivos de otra
ndole menos drstica.
Durante siete aos malviv con ellas. Yo era el burro de carga, el que se encargaba
de los trabajos ms pesados y degradantes y se llevaba los castigos ms duros.
Mientras los otros hurfanos que iban llegando encontraban un hogar o eran
acogidos por algn artesano que les enseaba el oficio, yo permaneca all sin posibilidad
de escape. La hermana Honoria, superiora del convento, se haba encaprichado del color de
mis ojos y no me permita optar a tener una vida fuera de aquellas opresivas paredes Por
aquel entonces era demasiado inocente como para comprender la totalidad de sus actos. No
obstante, al mismo tiempo tambin era consciente de que haba algo extrao en su manera
de relacionarse conmigo. El desprecio con que me trataba en pblico se converta en
zalameras y sonrisas comprensivas cuando me encontraba a solas trabajando en el patio o
me encargaba de subirle el agua para su bao.
Tras recibir ms golpes de los que puedo llegar a contar, aprend que la bondad era
una farsa. Una mentira tras la que la gente esconda sus depravados deseos de poder y
lujuria. Los hurfanos que no eran obedientes y los enfermizos eran los criados de estas
mujeres que se llenaban los labios pidiendo por el prjimo y se atiborraban de comida a
base de diezmos y cobros por misas de difuntos mientras los ms dbiles se moran de
hambre.
Tras siete aos de penurias, en los que nunca recib un gesto tierno o desinteresado,
apareci ella, cuando mi vida estaba a punto de tocar fondo, cuando era incapaz de soportar
nada ms
Tena un ao menos que yo y era mucho ms inocente. A sus seis aos haba vivido
protegida y querida, saba menos que yo qu era habitual y qu no. Vena con su madre y
con su hermana a Roma para ser presentada ante el pontfice Len X. Su familia era una de
las ms influyentes de la Iglesia. De cada generacin de Delacrosse, al menos uno de ellos
era destinado al clero. En la generacin de Cline, ella era la encargada de seguir esa
tradicin. Era la muchacha ms hermosa que haba visto jams, su cabello negro caa en
cascada sobre su espalda y llegaba casi hasta su cintura, brillante y liso, era delgada y casi
tan alta como yo. Sus ojos eran cristalinos y tan luminosos que parecan gotas de roco. Su
voz era dulce y mucho ms infantil que las de mis compaeras en el convento.
Se llamaba Cline Delacrosse y, en su bondad, en seguida se apiad de m. Mi
primera reaccin al verla acercarse a mi lado fue pensar que necesitaba de mi ayuda, estaba
acostumbrado a que nadie me buscara solo para conversar.
Estaba cortando lea en el huerto, descalzo y con unos pantalones como nico
atuendo, y entonces se acerc. Se percat inmediatamente de las marcas de mi espalda, de
los moretones de mis brazos
Cmo te llamas? pregunt con una dulce voz que me hizo pensar en las
imgenes de los ngeles que haba en la capilla.
No lo s, las monjas me bautizaron Benedetto, pero creo que han cambiado de
opinin por que ahora me llaman demone
[1]
le dije con total naturalidad, perdido en la
claridad cristalina de su mirada azul. Ni siquiera ahora comprendo cmo fui capaz de
hablar.
Nunca haba conocido a ningn noble. Sin embargo estaba seguro de que ella era un
ser especial; era imposible que hubiera dos personas tan hermosas por dentro y por fuera.
Su belleza interior pareca emanar de ella, haciendo que su mirada brillara como si un halo
la protegiera de todo.
Entonces sonri, y su risa fue la ms autntica que haba escuchado en mi corta y
miserable vida. Un sonido acampanado que hizo que por primera vez sintiera en mi pecho
un dulce calor que serpente por toda mi piel.
De qu te res? pregunt, ms asombrado que enfadado.
Me gusta tu nuevo nombre, el primero no te quedaba bien contest arrugando el
ceo al pensar en Benedetto.
Gracias, supongo respond cabizbajo. Senta cmo mis manos sudaban solo por
mirarla a los ojos.
Entonces ella volvi a rer, sus ojos se rasgaron ante el gesto y dos perfectos
hoyuelos aparecieron en sus mejillas.
Eres una princesa? pregunt perdido en su risa.
No. Solo soy una nia respondi ella amablemente.
Pues a m me pareces una princesa rebat con timidez.
De acuerdo entonces, si t quieres, ser tu princesa me ofreci salomnica.
Sonre feliz por su ofrecimiento. Iba a tener a mi propia princesa.
Te pegan las monjas? pregunt sealando mis cicatrices con unos dedos
blancos y largos.
S, a ti no? en mi inocencia crea que era algo normal, si no en la misma
medida que lo hacan conmigo.
No, a mi hermana y a m nos dan pellizcos, pero nunca nos pegan. No quieren que
nuestros padres vean las marcas su comentario me puso sobre aviso de lo inteligente que
era a sus seis aos.
Yo no tengo padres, as que les da igual dije encogindome de hombros.
Qu les paso? Murieron? pregunt interesada.
No lo s. Nunca les conoc. Aunque he escuchado a las monjas hablar sobre ellos.
Durante unos instantes nos miramos en silencio, evalundonos el uno al otro.
Podras venir conmigo cuando regrese a Florencia. Mi padre es muy bueno
conmigo y me consiente todo lo que quiero. Podra pedirle que te diera trabajo en nuestra
casa, podras trabajar en la cocina y jugar conmigo a la vez. Laura nunca quiere estar a mi
lado, ni correr por el jardn, porque dice que no es educado ni propio de una dama.
Me re de la ocurrencia de su hermana, la nia rubia y mayor que haba venido con
ella y su madre. Correr no era educado?
Cline era tan confiada y tena un corazn tan grande, que realmente pensaba que
iba a poder salvarme. Durante las semanas que dur su estancia en el convento, a la espera
que el pontfice las recibiera, llegu incluso a olvidarme de mis penas y consegu ser feliz.
Por la maana me levantaba horas antes de despuntar el alba, cuando an era noche
cerrada, para ocuparme de mis tareas y terminarlas lo ms pronto posible. En cuanto lo
haca, corra a la parte de atrs del huerto para encontrarme con ella. Cline siempre estaba
entretenida con un libro en las manos. La primera vez que le pregunt, le sorprendi que yo
no supiera leer ni escribir. No obstante, call, no queriendo avergonzarme. Cuando fui a su
encuentro al da siguiente haba trado consigo los instrumentos necesarios para instruirme.
Al fin y al cabo el Papa era un Mdici, un erudito versado en muchas artes, y como Cline
estaba destinada al clero se le haba dado una formacin mucho ms amplia que a la
mayora de jvenes de su edad, incluyendo a los varones.
La ltima tarde que pasamos juntos, yo que an era un nio inocente a pesar de lo
que haba sido mi vida hasta entonces, le promet buscarla. Abandonara Roma y a las
monjas y viajara hasta Florencia, donde ella y su padre me acogeran en su casa, donde por
fin tendra un hogar. Una vez que estuviramos juntos encontraramos la forma de que
Cline no fuera enviada al convento.
Como despedida nos dimos un casto beso en los labios, tal y como Cline me dijo
que haba visto a su padre besar a las jvenes criadas. Not su clida boca y por primera
vez en mi vida sent que de verdad poda cambiar mi suerte. El sueo me dur muy poco.
Esa misma noche, cuando Cline, su madre y su hermana ya haban abandonado la
ciudad, la madre superiora volvi a reclamarme para que me ocupara de su bao. Pero esta
vez no solo pretenda de m que acarreara con los cubos de agua, sino que esperaba mucho
ms La obsesin que tena conmigo era enfermiza y cruel.
Demone. No te vayas, voy a necesitar de tus servicios para que me frotes la
espalda coment con una voz falsamente jovial.
Lo que usted diga, madre contest casi mecnicamente. Haba aprendido que
esa era la nica manera de evitarme los golpes.
No te hagas el buenecito conmigo. Te he visto esta tarde con la hija loca del
conde de Delacrosse. La has besado, eres un nio muy espabilado para tener solo siete aos
y la verdad, me alegra saberlo. He estado esperando mucho tiempo por ti, sin embargo, por
lo que he visto ya eres lo bastante mayor para ser amable conmigo sus ojos brillaban
expectantes, ansiosos de algo que se escapaba de mi poco conocimiento sobre las relaciones
humanas.
Su boca era una mueca que pretenda ser una sonrisa tranquilizadora. Pero algo en
su voz y en su expresin me asustaban profundamente.
No fue lo nico que alcanc a decir. Fuera lo que fuese lo que esa mujer
esperaba de m, no iba a tenerlo.
Me asust el brillo enfermizo en sus ojos oscuros, la determinacin que se lea en su
rostro.
No? Te alimento, te doy cobijo, y eso es lo nico que sabes decir? me espet
gritando al tiempo que sala de la tina.
Se acerc a m con el cuerpo desnudo, chorreando agua. Se supona que las mujeres
se baaban vestidas. Hasta ese fatdico da siempre haba sido as, pero esa noche mi
protectora, como ella se autodenominaba, no lo haba hecho.
Apart la mirada y di un paso atrs ansioso por abandonar la habitacin.
Por suerte yo an era muy ignorante como para saber a ciencia cierta qu se
propona. No obstante, su expresin me dej helado. No fui capaz de moverme un paso
ms. Me cogi del brazo y me apret con fuerza al mismo tiempo que me acercaba a ella.
Sent nauseas en la boca del estmago y tuve que esforzarme para no vomitarle encima. Las
arcadas me retorcan el vientre impidindome pensar.
Estaba tan cerca de ella que poda olerla. Una mezcla de sudor y afeites.
Ahora me vas a dar a m lo mismo que le has dado a esa loquita. Un beso, solo un
beso, de momento me exigi aferrando con ms fuerza mi brazo. Sus dedos se apretaban
sobre los moretones que ya tena de ocasiones anteriores en las que haba usado la violencia
conmigo.
Deseoso de escapar de la escena que estaba viviendo, aunque fuera mentalmente,
evoqu el sonido de la risa de Cline, el brillo de sus ojos y la ternura con la que se diriga a
m. Me despert de mi ensoacin la fuerza con la que Honoria me estaba zarandeando.
Me entr el pnico y quise soltarme de su presa, pero me tena bien sujeto. Sent
cmo clavaba sus uas en la carne lastimada.
A travs de la neblina de sensaciones que me envolvan, escuch su risa burlona y
confiada. Era mucho ms fuerte que yo, lo saba y se regodeaba por ello. Estaba en sus
manos.
Fue el miedo lo que me dio la fuerza necesaria para empujarla y liberarme de su
indeseada mano. Fue entonces cuando ella resbal debido al agua que haba salpicado al
salir del barreo y se dio un fuerte golpe en la cabeza contra el suelo que en cuestin de
segundos se ti de sangre oscura.
Me qued all parado, fascinado con la rapidez con la que el rojo cubra toda la
superficie bajo mis pies. Un olor metlico se instal en la celda, borrando el olor de la
monja.
Me invadi una sensacin de poder y de seguridad. Jams le volvera a permitir a
nadie lastimarme de ninguna forma posible. Supe en ese instante que iba a ser capaz de
cualquier cosa con tal de no volver a sentirme como me haba sentido minutos antes. Nadie
nunca me volvera a tener de esa manera en sus manos, atado a su santa voluntad.
La madre superiora haba cado sin pronunciar sonido, lo que me permiti rebuscar
entre sus cosas algo de valor que poder vender o intercambiar por comida. Cualquier cosa
que me sirviera para viajar hasta Florencia y buscar a Cline.
Las paredes desnudas y desconchadas y la cama cubierta con una vieja manta, no
auguraban ningn extraordinario tesoro. Tras saquear la habitacin en busca de cualquier
objeto de valor y no encontrar nada ms que libros y delicias de mazapn, me arrodill en el
suelo junto a la muerta y le quit los anillos que cubran sus gruesos dedos. Sent asco al
tocar su piel. Sin embargo, eso no me impidi hacerme con ellos. Una sencilla alianza
dorada y una sortija con un gran rub, del mismo color que la sangre que ahora me
manchaba pies y rodillas, fueron mis nicas ganancias.
Presa de miedo a ser castigado hu de la ciudad, sin rumbo fijo, hasta que Adrien me
encontr muerto de hambre y de fro. Cuando apareci y se par frente a m, cre que por
fin haba muerto y haba subido al cielo que tanto pregonaban las monjas. Pareca un ngel,
con su cabello dorado y sus ojos grises. Nada ms lejos de la realidad comparar a mi
maestro con un ngel celestial
Ests bien mon cher ami
[2]
? me pregunt.
Asent con la cabeza, a pesar de que era evidente que estaba mintiendo y que no
haba comprendido la ltima parte de su pregunta.
Parfait!
[3]
Ando buscando un nuevo alumno, estoy seguro de que t eres perfecto
para ello. No te faltar de nada si vienes conmigo dijo mientras me tenda una mano para
ayudarme a levantar.
Me sorprendi que no le molestara ensuciar su carsima ropa o que no arrugara la
nariz para evitar el persistente mal olor que reinaba en el ambiente e incluso en m.
Instintivamente sent que a su lado mi vida mejorara y as fue.
Adrien Boissieu me acogi en su vida, me dio un nuevo nombre y me ense que no
era necesario trabajar duro para comer. Mi maestro se convirti en todo lo que siempre
haba necesitado, bajo su tutela aprend a robar y a mentir con soltura, pero sobre todo me
ense a actuar como un caballero, a sonrer de cien formas distintas, una para cada
ocasin: una sonrisa en el momento adecuado abre muchas puertas, deca instruyndome.
Mi salvador era francs hasta la mdula. Su ropa siempre tena el corte perfecto,
impecable y elegante; su cabello dorado y sus grandes ojos grises hacan el resto. Nadie
poda resistirse a su encanto, y por supuesto yo tampoco pude.
Los buenos modales y la educacin atraen a todo el mundo, me repeta una y otra
vez. Jams olvid esas palabras, an hoy son el nico dogma en el que creo.

Parte 1


Lo natural en las mujeres es tan parecido al arte
Fausto, Goethe


Captulo 1


Florencia, 1535


Durante quince segundos fui incapaz de hacer otra cosa ms que mirarla fijamente,
temeroso de que, si parpadeaba, la visin se esfumara ante m
Crea estar preparado para volverla a ver, pero estaba equivocado. Mientras la
contemplaba me olvid de respirar, la sangre se paraliz en mis venas y desatend a la chica
que estaba a mi lado La tierra se movi a toda velocidad bajo mis pies haciendo que me
costara mantenerme firme en el mismo lugar, y todo porque volva a estar parada frente a
m.
Haba vuelto a encontrarla, la razn por la que abandon Roma, por la que me negu
a morir de fro y de hambre. La nica debilidad que me haba permitido en los catorce
largos aos que llevaba sin verla, y lo mejor de todo, an era libre para estar conmigo
Pero entonces algo en m se rompi en pedazos y la odi tanto como la haba
necesitado. Un segundo despus, cuando record que yo ya no era la misma persona. Que
ni siquiera tena derecho a llamarme as.
Armony, febrero de 2012


No poda creer que me viera en una situacin semejante. Era evidente que me haba
fallado a m mismo al permitirme tal absurda debilidad. Los dems no importaban y en
cualquier caso, tampoco haba nadie ms conmigo; siempre haba estado solo y tampoco
me lamentaba por ello. La compaa ms fiel siempre era uno mismo.
Pas los brazos por debajo de la cabeza y me dediqu a observar las grietas del
mohoso techo. Algunas tan abiertas que pareca imposible que no se hubiera derrumbado ya
sobre la cabeza de algn inocente durmiente. Poco me import que mi carsima ropa se
arrugara, el repugnante olor que impregnaba la habitacin del motel o lo hambriento que
estaba. Lo nico importante era que haba descubierto una faceta de m mismo que crea
eliminada de raz.
El ambiente cochambroso de la habitacin en que me esconda, con sus oscuras
manchas de humedad en las paredes, las tiesas sbanas y las alimaas que se descolgaban
por las telaraas de las paredes, influa en mi nimo tanto que haba llegado a auto
compadecerme.
El suave golpe de unos nudillos contra la puerta me sac de sopetn de mis funestos
pensamientos. No estaba muy seguro de querer abrir, ya saba quin estaba al otro lado y
por primera vez en mi vasta vida no me senta con fuerzas para verla, y mucho menos para
enfrentarme ni a su lengua mordaz ni a sus miradas recriminadoras.
Resopl resignado cuando comprend lo evidente: que no iba a marcharse sin darme
uno de sus interminables sermones. Me levant de la cama despacio, descalzo, me dirig a
la puerta esbozando mi mejor sonrisa.
Adelante la invit en cuanto abr, todava sonriendo a pesar de lo mucho que
me costaba hacerlo.
Por qu lo has hecho? me pregunt sin saludar siquiera. Me dio un leve
empujn y entr como un torbellino para pararse en medio de la inmunda habitacin.
Su presencia desentonaba all tanto como poda hacerlo un pato en un estanque de
cisnes. Me pas la mano por la frente para descartar la inesperada idea.
Mi sonrisa se hizo ms pronunciada, ms estudiada.
No pienses por un momento que ha sido un gesto noble. No lo ha sido la avis
consciente de por dnde discurran sus pensamientos.
Por qu lo has hecho? me pregunt de nuevo con sus ojos fijos en los mos.
Instintivamente apart la mirada. Cline siempre se empeaba en buscar dentro de
m con la esperanza de encontrar algo ms, me molestaba que lo hiciera porque yo saba
que nunca hallara nada, al menos nada que valiera la pena ser encontrado.
Yo no era nada ms que lo que se vea, por mucho que mi ropa y mis impecables
modales pudieran dar a entender otra cosa. De alguna manera el dicho de las apariencias
engaan, en m, resultaba una verdad absoluta.
Lo he hecho por m contest mientras la rodeaba. Qu esperabas Cline?
Rachel pidi alzando altiva la nariz.
Creo que yo tengo derecho a llamarte Cline, no crees?
No, no lo tienes pude notar el dolor de su voz. No obstante, lo ignor y segu
con mi juego.
Djame adivinar Cline remarqu cada slaba de su nombre con la intencin de
molestarla. Danielle os ha contado qu ha pasado y t has credo que lo he hecho por
ella, que an hay algo bueno en m a lo que aferrarte. Pues te equivocas princesa, no lo hay.
Entonces por qu lo has hecho? volvi a preguntar, pero esta vez su voz son
como una splica. Era la primera vez en mucho tiempo que me permita ver algo ms que
frialdad y desdn. Sin embargo no me import, estaba dispuesto a matar sus esperanzas por
el bien de los dos.
Porque me haba cansado de Oliver y de sus remordimientos, de su forma de
castigarse y de esta maldita y agobiante ciudad dije abarcando con mis manos la
mugrienta habitacin en la que me haba visto obligado a esconderme. Yo escondido de
nuevo entre la basura, huyendo nuevamente. La imagen de un nio sucio con las marcas del
llanto en sus manchadas mejillas hizo que me estremeciera de pies a cabeza.
Te vas? su voz son distante, como si hubiera ido a buscarla muy lejos de
aqu. Agradec internamente que hablara ya que con ello haba dejado atrs la mirada
perdida de aquel nio pequeo.
Por supuesto, en Armony no hay nada para m mi sonrisa se hizo ms intensa
porque era consciente del dao que le estaban causando mis palabras. Inconscientemente
me odi por ello, pero segu sonriendo, aferrndome a su dolor.
Cline no movi un msculo, sin embargo, el brillo que segundos antes chispeaba en
sus ojos haba desaparecido de sus iris claros.
Sin dedicarme una sola mirada ms o una palabra de despedida se dio la vuelta y me
dej all, consciente de que la habitacin se haba vuelto ms sombra con su ausencia.
Una hora despus, mi mente se mova en otras direcciones. Pareca que las cosas se
vean desde otro punto de vista tumbado en la incmoda cama a la que haba regresado en
cuanto ella se fue.
Mi conversacin con Cline haba sido relegada al olvido. La esperanza que
destellaba en sus transparentes ojos, el dolor de ella al descubrir la verdad, que yo no vala
la pena el esfuerzo Lo sorprendente era que no lo hubiera descubierto antes, con la
cantidad de oportunidades que haba tenido desde que haba regresado a su vida.
Florencia, 1535


Una risa cristalina me hizo volver la cabeza, curioso e interesado. Una jovencita
corra entre los rosales del jardn seguida de cerca por un perro bastante feo y desgarbado.
El pobre pareca estar en las ltimas: su pelaje encrespado y lo que le costaba correr tras la
chica daban buena cuenta de su edad.
Isabella la llam la seora Onetti.
Una mujer tan vieja como el perro, que ejerca de institutriz de la hija pequea del
conde de Basani, y se haba mostrado distante y almidonada cuando me la presentaron esa
misma maana.
La vieja institutriz se consideraba por encima del servicio domstico de la casa, por
lo que me convena tenerla como aliada si quera hacerme con los favores de su pupila. La
salud tmidamente con la cabeza, aparentando un respeto que no senta. La joven que
desde la distancia se vea preciosa, era la menor de las hijas de mi nuevo seor. El maestro
me haba colocado al servicio de un noble para que pudiera moverme por los crculos ms
altos de la sociedad, ya que era ah donde los vicios y la ambicin eran ms fuertes y
poderosos. Dos de las bazas con las que poda lograr mis objetivos, que no eran otros que
mi codicia y el deseo de poder.
Me senta a gusto en este mundo, ya que haba sido educado para pertenecer a l.
Adems, Adrien se haba trasladado conmigo a Florencia, con lo que contaba con su apoyo
incondicional.
La muchacha, que no pareca muy dispuesta a seguir a su profesora dentro, clav sus
grandes ojos en m. Not un escalofro recorrerme la espalda cuando a pesar de los metros
que nos separaban logr distinguir la profunda tonalidad verdosa de sus iris.
Tal y como me haba dicho el maestro, mis sentidos se estaban desarrollando Mi
nuevo yo estaba emergiendo.
Armony, febrero de 2012


Despus de barajar mis opciones comprend que apenas tena dos: quedarme y hacer
frente a lo que vendra si me encontraban (esconderme en Armony no era una opcin) o
dejar la ciudad y huir hasta que las aguas se calmaran o encontrara una forma de librarme
del castigo. Me decant por esta ltima; nunca haba sido partidario de los enfrentamientos
directos. El golpe era ms determinante cuando el enemigo no se lo esperaba.
Decid que tena que abandonar Armony cuanto antes, principalmente por mi propia
seguridad, lo que haba hecho se sabra muy pronto y no poda quedarme a esperar que me
encontraran y, en menor medida, porque no estaba acostumbrado a vivir en las sombras.
Me gustaba rodearme de lujos y el viejo motel careca del ms humilde de ellos. Ya puestos
poda aprovechar la tesitura y buscar el anonimato en alguna playa paradisaca con calas
vrgenes y aguas transparentes. La imagen me arranc una sonrisa. El trabajo no estaba
reido con el placer: esa era una de las filosofas que regan mi vida.
Mi sonrisa se hizo ms profunda, siempre haba sabido sacarle partido al trabajo.
Primero Isabella, luego Cline el recuerdo de mis antiguas amantes me dio una idea
nueva con la que no haba contado, una nueva carta con la que apostar y ganar. Apenas
pude contener la emocin al comprender que contaba con una baza excepcionalmente
afortunada, tena en mis manos la reina de corazones.


Mi cabeza bulla llena de interrogantes, dudas y emociones contenidas durante aos
e incluso desterradas. Tena que esforzarme al mximo por aparentar normalidad y la
normalidad, en mi caso, era evitar que mis pensamientos y sentimientos se leyeran en mi
rostro.
No estaba dispuesta a permitir que volvieran a hacerme dao, as que mantena las
distancias con todas las personas que me rodeaban. No haba sido una decisin difcil de
tomar, lo complicado haba sido aprender a dejar fuera mi parte ms emocional. De ese
modo haba conseguido eliminar los impulsos que tan mal me haban conducido en
Florencia. Haba aprendido a contenerlos con la razn, incluso, a veces, con los dolorosos
recuerdos que mantenan a raya mis debilidades.
Pero dejar de sentir era imposible, as que la nica opcin que me quedaba era
ocultar que lo haca. Si nadie sabe lo que sientes es ms fcil evitar que te hagan dao. Lo
aprend muy tarde, pero lo aprend muy bien.
Estar con Mefisto haba trado consigo un duro castigo para m, haba perdido ms
de lo que haba ganado, que puestos a ser francos, fue nada. Y yo haba aprendido la
leccin completa.
Florencia, 1535


Siento tener que ser yo el portador de tan malas noticias me dijo Tristan
mientras acariciaba suavemente mi cabello.
Asociaba ese familiar gesto de consuelo a l, desde mi ms tierna infancia mi madre
siempre haba estado demasiado ocupada con mi hermana Laura como para tomarse la
molestia de ofrecerme su amor incondicional. De ah que el cario fraternal lo asociara a
Tristan y en menor medida a mi padre que, aunque se desviva por hacerme feliz, estaba
como el resto de nosotros, bajo las tensas riendas con las que mi madre diriga nuestras
vidas.
Yo no confes con la voz quebrada por el llanto. Contigo puedo dejarme
llevar por la autocompasin me aferr con ms fuerza a sus brazos y permit que las
lgrimas por la prdida de mi rango me inundaran los ojos y el alma.
No haba nadie mejor que Tristn para desahogarme. Era mi maestro, mi mentor. No
obstante, tambin haba sido mi compaero y mi nico amigo. Ahora que haba perdido mi
condicin de arcngel y a la persona que amaba, Tristan era todo lo que me quedaba, lo
nico a lo que aferrarme para no romperme en diminutos trocitos irreparables.
Pero no poda olvidar que Tristn era adems mi superior, la persona a la que tena
que rendirle cuentas durante el resto de mis das.
Armony, febrero de 2012


Sacud la cabeza para escapar de los peligrosos pensamientos que se haban
instalado en mi mente. No haba nada ms que mi propia naturaleza compasiva en lo que
estaba sintiendo por Gabriel. Lo que me embargaba en esos momentos era lstima y
solidaridad, lamentaba que se viera acorralado; eso era todo. Me lo repet a m misma tantas
veces que al final termin por convencerme de ello.
Mefisto estaba solo y, a pesar de la dureza de sus palabras, de la actitud distante e
incluso cruel con la que me haba tratado, yo no poda evitar recordar el nio que haba
sido. Mi amigo de la infancia, el chiquillo lleno de moretones y golpes que se haba
esforzado tanto por aprender a leer. Gracias a que mi familia me haba destinado a la Iglesia
haba recibido una educacin superior a la de cualquier mujer, incluso a la de muchos
nobles varones. Ya que para mis seres queridos, y en especial para mi madre y mi hermana,
mi nico cometido en la vida era que terminara siendo abadesa y con ello honrara el
apellido familiar.
La nia que fui antao comparti esos conocimientos con un Mefisto sucio y
agotado por el trabajo en el convento en que malviva. El compaero que haba ocupado
mis pensamientos desde el mismo da en que nos conocimos.
Cuando lo volv a ver ya no quedaba nada de ese nio en su mirada, pero aun as no
pude apartarme a tiempo o no quise hacerlo. El resultado fue igual de catastrfico para m.
Cerr los ojos con fuerza para mantener los recuerdos en su sitio. En el pasado de
dnde nunca deberan salir.
Florencia, 1535


Cline, eres t? pregunt despus de varios segundos de observarme en
silencio.
Pareca sorprendido y admirado al mismo tiempo de que nuestros caminos por fin se
hubieran cruzado.
Las comisuras de mi boca tiraron hacia arriba ofreciendo una sonrisa amplia, sent
un agradable cosquilleo en mi estmago y clav la mirada en la persona que acababa de
dirigirse a m.
Esa voz me recordaba a alguien
Demone! exclam emocionada al reconocer en el atractivo joven plantado
frente a m al antiguo amigo por el que tanto me haba preocupado y me lanc a sus brazos
sin pensar en las consecuencias de mi acto reflejo y poco convencional. l me abraz con la
misma necesidad que yo estaba sintiendo en ese momento.
Tal y como le haba prometido tantos aos atrs, le ped a mi padre que me
permitiera traerlo a vivir con nosotros y, tal y como haba esperado, mi padre acept. Pero
cuando escribimos al convento solicitando su presencia se nos inform que haba
abandonado el lugar, no se nos dio ningn detalle de su paradero, as que durante semanas
fantase con la idea que haba sido adoptado, que era feliz por fin. Nunca le olvid, siempre
estuvo presente cada noche en mis oraciones.
Y ahora por fin volva a estar al alcance de mi mano. Cambiado, no obstante, con la
misma sonrisa pcara y la misma mirada felina que tan bien recordaba.
Sent como Isabella daba un respingo al comprender que nos conocamos y la
familiaridad que haba en nuestro abrazo. Me molest que sintiera celos, l no era suyo, no
tena porque sentirlos. En ese momento no me di cuenta que yo estaba actuando de la
misma manera.
Mi princesa murmur todava abrazndome.
Quin es Demone? pregunt enfada por quedar fuera de nuestra conversacin.
Estaba tan alterada que ni siquiera supo disimular su descontento.
La mirada de complicidad que intercambiamos no pas desapercibida para sus
profundos ojos verdes.
Yo soy Demone respondi l sin mirarla, era as como me llamaban las
monjas del convento en que viv de nio era toda la explicacin que iba a darle al
respecto.
Ahora me llamo Mefistfeles, pero puedes llamarme Mefisto. Es ms corto y todo
el mundo lo hace se inclin en una teatral reverencia, pero sin cortar el contacto visual
conmigo.
T y tus nombres me re feliz por volver a saber de l. Era como si no hubiesen
pasado catorce aos desde la ltima vez que estuvimos juntos, y supe que a l le suceda lo
mismo.
Isabella por su parte estaba a punto de estallar de rabia, celos y miedo. Yo lo senta
con la misma fuerza con la que lo haca ella, lo perciba en cada poro de mi piel, el cambio
se haba completado. Desvi mi atencin de ella y la centr de nuevo en Mefistfeles.
Ests preciosa Cline me dijo con voz ronca y sensual.
Le sonre en respuesta y le hice un casi imperceptible gesto sealando a su
acompaante. Estaba tan contenta y feliz por el reencuentro que me permit sentirme
compasiva.
Despus prometi con esa nica palabra.
Desgraciadamente, nunca hubo un despus


Captulo 2


Roma, marzo de 2012


Llevaba dos das en Roma y ya estaba cansado de la bulliciosa urbe. Al final haba
cambiado la paradisaca playa por la ciudad que me haba visto nacer. No s por qu me
decid por ella; haba sido un impulso, una decisin repentina e inesperada, y ah estaba yo,
regresando al lugar donde todo haba comenzado.
Un arrebato estpido que lament desde el mismo instante en que puse un pie en
ella. Cada calle me traa un recuerdo diferente, a cul ms molesto. Miles de rostros y
nombres se agolpaban en mi mente, sueos, anhelos, humanidad
Sin embargo era algo que poda decir de prcticamente la totalidad de ciudades
civilizadas. Oliver y yo habamos vivido en casi todos los rincones del planeta. Su pasin
por la msica nos haba arrastrado a Berln, Liverpool, Viena, Chicago, Pars, Sevilla Y
tras nosotros Cline, como una constante en mi existencia. La chica que se mantena alerta
ante cada uno de nuestros movimientos, pero al mismo tiempo lo ms alejada posible de
nosotros.
Aunque Roma me arrastraba ms lejos en el tiempo. Me evocaba recuerdos que no
tenan nada que ver con Oliver o Cline, ni siquiera conmigo. Dej la taza con cuidado
cuando not que mis manos temblaban. Me haba perdido en los recuerdos y una mezcla de
rabia e impotencia me haba sacudido con tanta fuerza que tem derramar mi capuccino
sobre mis impecables pantalones de Dolce & Gabbana.
Mala idea, Roma era una mala idea en mi recientemente creada lista de malas ideas,
de ideas psimas y catastrficas.
De todos modos tampoco poda quedarme en el mismo sitio mucho tiempo, iba a
tener que moverme si quera esquivar a los sabuesos, demonios encargados de localizar
proscritos para llevarlos ante sus superiores, donde eran juzgados y posteriormente
ajusticiados. Con nuestras estrictas leyes eran muy pocos los que sobrevivan a un juicio de
sangre. En una sociedad en la que la mentira y la falsedad eran lo ms parecido que
tenamos a una virtud, ningn juicio poda ser medianamente justo; por ello se instauraron
los juicios de sangre, el clido lquido vital nunca menta. Contena mucho ms que simple
ADN, era la depositaria de los recuerdos y, por consiguiente, de la verdad absoluta.
Y yo era consciente que deba evitarlo a toda costa.
Para ello tena que convencer a Adrien de que mis palabras eran ciertas porque si no lo
convenca, estaba perdido. Y me gustaba demasiado la vida que llevaba como para darme
por vencido.
Tena que trazar un plan maestro que me sacara del problema con limpieza y
rapidez. Una idea arriesgada ya daba vueltas en mi cabeza desde que Cline me visit en
aquella sucia y destartalada habitacin en Armony, pero si fallaba no habra ninguna salida
de emergencia con la que salvaguardar mi apreciado pellejo. Tena que jugrmelo todo a
una sola carta. Aceptar los riesgos fue la segunda mala idea de mi lista.
Cline iba a ser mi salvoconducto. Ella no lo saba; no obstante, iba a hacer que
ganara muchos puntos ante mis superiores y no me estaba refiriendo exclusivamente a
Adrien, sino a las altas esferas. Mi metedura de pata con Oliver solo tena una solucin
viable y desde luego pasaba por salvar mi trasero a toda costa.
Roma, 1525


Entr en el despacho con una idea fija. Mi maestro estaba sentado tras su escritorio
repasando la correspondencia y, quizs, meditando sobre los pasos a seguir para terminar
de completar mi educacin. Haban transcurrido ya cinco aos desde que me recogi en la
calle. Despus de meditarlo largamente habamos decidido que lo mejor era esperar a tener
una edad ms adulta para completar el cambio. De ese modo sera un chico joven
eternamente y las puertas de los hombres ms importantes siempre estaran abiertas para
m.
Por lo que de momento todo mi tiempo se lo llevaba la instruccin constante pero
cariosa que Adrien me imparta.
Maestro, cmo se consigue llegar a lo ms alto? pregunt a Adrien
plantndome frente a su escritorio. Alz la vista de los documentos que estudiaba y me
mir con los ojos brillantes de orgullo. No conoca con exactitud la edad real de mi
protector, pero su aspecto exterior era el de un joven de diecinueve aos. Eso, unido a su
trato fraternal, haca que lo viera como un hermano mayor al que respetar y al que poder
acudir siempre a pedir consejo. Ver el orgullo que senta por m hizo que por primera vez
en mucho tiempo me sintiera feliz. Despus de todo lo que haba sufrido, por fin poda estar
agradecido por mi nueva vida.
Eres un joven muy ambicioso Mefisto. Eso es muy bueno jeune ami
[4]
me dijo
reclinndose en la silla. Sin embargo recuerda bien lo que te voy a decir: primero, nunca
muestres tus cartas; segundo, cuando entres en un lugar busca siempre una salida por la que
poder escapar y tercero, y ms importante, nunca hay que arriesgarse. Siempre hay que
jugar con ventaja. Si no dispones de cierta ventaja no vale la pena jugar.
Cmo se juega con ventaja, maestro?
Con paciencia, con mucha paciencia. El tiempo corre en contra de los humanos
que necesitan aprovechar cada momento como si fuera el ltimo. Sus vidas estn
gobernadas por la incertidumbre del maana, por el anhelo del carpe diem. Para nosotros el
tiempo no es ms que un instrumento con el que lograr nuestros fines. Algn da lo
entenders, Mefisto, an eres muy joven su sonrisa enigmtica hizo que sintiera la
necesidad de conocer ese secreto que se me escapaba a mis once aos. Por ello me apliqu
y gast todas mis energas en aprender todo lo que l estuviera dispuesto a ensearme.
Pero una de mis cualidades era que jams daba por terminada una
conversacin hasta que le exprima todo el jugo, y esta conversacin an conservaba el
nctar que yo ansiaba probar.
No he olvidado tu pregunta Mefisto. El mejor modo de medrar en nuestro crculo
es atrapar el alma de alguien del otro lado me explic con la misma paciencia que
pregonaba.
Te refieres a ellos? pregunt sealando el cuadro que colgaba presidencial
sobre la chimenea del despacho de mi tutor. Dos ngeles gemelos idnticos a los de la
Capilla Sixtina, pintados por la misma mano, se mostraban pensativos y ligeramente
aburridos. Mi maestro se burlaba con ese gesto de los habitantes del otro lado, como l los
llamaba. Personajes aburridos y siempre ansiosos por seguir las normas, demasiado
perfectos para romperlas.
S, lo hago.
Sonre complacido, ya tena mi respuesta.
Ahora lo que tena que hacer era organizarme y para ello necesitaba tiempo, que era
justamente de lo que menos dispona. La teora de Adrien sobre el tiempo en este caso no
era vlida para m.
Roma, marzo de 2012


Encontrar a Rachel era la parte ms fcil; parecamos imanes, por mucha distancia
que pusiramos entre nosotros, el destino siempre se empeaba en unirnos. Lo que me
preocupaba era cmo reaccionara al verme, sobre todo despus de nuestro ltimo
encuentro, en el que haba puesto excesivo inters en mostrarle todo lo cruel que poda ser.
Frunc el ceo molesto por el paradjico impulso que siempre me empujaba a protegerla
alejndola de m.
Segua sentado frente al capuccino humeante en el Cafe della Pace situado en la va
con el mismo nombre, cuando la idea final que tanto me haba costado encontrar hizo
chispa en mi cerebro. El plan se plasm completo ante mis ojos.
Me pas las manos por el cabello, aturdido por lo magistral que era el movimiento.
Demasiado bueno para ser cierto, jams hubiese conseguido una jugada mejor ni
planendola durante siglos. Si todo sala bien conseguira las dos cosas que siempre haba
anhelado: el poder y a Cline. Despus de todo, regresar a Roma tampoco haba sido una
idea tan mala.
En menos de media hora ya haba organizado con el iPhone mi nuevo viaje a la
ciudad que nunca duerme. Si haba algo que adoraba casi tanto como la libertad de esta
poca, era la tecnologa que facilitaba desde contratar un viaje a travs del telfono mvil,
el mejor invento que poda recordar, hasta localizar a una persona con solo buscarla en
Facebook, Twitter o cualquiera de las redes sociales en auge.
Cuatro horas despus estaba metido en un avin dispuesto a olvidarme de Cline, de
Oliver y de las pocas debilidades que an me permita.
Despus de que el avin despegara y dejara de distinguir la ciudad a mis pies, me di
cuenta que las horas de viaje no iban a resultarme tan plcidas como otras veces. Siempre
haba disfrutado de un vuelo en primera clase, pero en esos momentos estaba ms pendiente
de que lo que dejaba atrs que de responder a las miraditas vidas de la rubia del asiento de
al lado. Me concentr en ella tratando de acortar las horas y desplegu mi encanto
depredador. La rubia era la mejor forma de olvidarme de todo lo que me atosigaba, adems
cumpla la regla indispensable para m: no era morena.
Me gir, y para hacerlo desplac todo mi cuerpo de modo que no quedara ninguna
duda de que estaba interesado. Clav mi mirada en ella, era escandalosa, perfecto!
Vesta un traje sastre rojo y ceido, sus voluptuosos senos asomaban por la chaqueta
entallada que llevaba, cuya falda eran tan corta que perda todo el derecho de llamarse as.
Me devolvi la sonrisa y se levant sin dejar de contonearse con movimientos lnguidos y
sensuales, incluso tuvo el descaro de mirarme de arriba a abajo evaluando lo que vea. Tuve
que controlar la carcajada que su insolencia me haba despertado. Su forma de andar era
estudiadamente provocadora, sonre complacido.
No era un alma cndida, era una mujer que saba lo que quera y yo pensaba
disfrutar de ello todas las veces que fuese necesario hasta olvidarme de mi nombre.
Cuando sal del cuarto de bao sonre satisfecho temporalmente, incluso haba
conseguido que desapareciera de mi mente todo lo dems.


Armony, febrero de 2012


Lo que peor llevaba, de todo lo que constitua mi mundo, era tener que cambiar
constantemente de lugar. Cuando por fin me acostumbraba a la nueva ciudad, Oliver
decida marcharse en busca de algo que jams encontrara, la paz que perdi cuando firm
el pacto por el que vendi su alma a Mefistfeles. Y como siempre, yo lo abandonaba todo
e iba tras ellos.
Solo que esta vez Oliver se quedaba, Mefisto haba desaparecido y yo ya no tena
ninguna razn para seguirles.
La pareja a la que buscaba se sonrea como si no hubiese nadie ms a su alrededor.
La expresin de Oliver se haba suavizado tanto en los ltimos das que lleg a recordarme
al nio con el que haba crecido en Florencia.
Antes de acercarme y hablarles les observ conversar. Estaban sentados en el patio
del instituto, disfrutando de los pocos rayos de sol que nos haba trado el invierno. Oliver
sonrea y susurraba una meloda en el odo de Danielle, que rea divertida y feliz. Para ellos
todo haba terminado y, contra todo pronstico, haba salido bien.
Me encamin, resuelta e incmoda al mismo tiempo, hacia los rboles bajo los que
estaban sentados. Haba tanta intimidad en sus movimientos que me sent una intrusa.
Danielle tena la facilidad de hacerme sentir as.
He venido a despedirme les dije a modo de saludo, avisando de ese modo de mi
presencia.
Mi nueva pupila pareca aliviada de que me marchara. Intent dejarle un poco de
privacidad, no obstante, era difcil hacerlo cuando su mente gritaba tan fuerte.
Pero no olvides que tienes un deber conmigo le advert molesta con ella y con
su actitud respecto a m.
Danielle era una persona muy intuitiva y casi desde el primer momento haba
sospechado que entre Mefisto y yo haba sucedido algo. Era verdad y yo nunca menta, lo
que me molestaba era que a pesar de todo lo que este les haba hecho an albergara en su
corazn una profunda e irracional simpata por l. Y lo peor era que me molestaba porque
era un eco de lo que yo misma senta.
Bueno Rachel, despus de tanto tiempo juntos, creo que puedo decir que te voy a
echar de menos coment Oliver terminando con la tensin provocada por el sepulcral
silencio.
Una tmida sonrisa asom a mis labios. Oliver era una parte de mi vida,
prcticamente me la haba pasado completa vigilndolo, atenta para que no facilitara
vctimas a Mefisto. Me alegr comprobar que no era como yo haba imaginado y que haba
luchado por alejarse del engaoso poder que le haba sido otorgado.
Mi sonrisa se hizo ms intensa cuando me vi en sus recuerdos. Habamos estado a
punto de ser familia.
Supongo que puedo decir lo mismo confes sinceramente.
Estaba a punto de dar media vuelta y marcharme cuando una imagen se instal en
mi cabeza, la misma imagen que haba intentado alejar de m en muchas ocasiones, unos
ojos verdes taladrndome, irritados y vencidos a partes iguales.
Oliver. No fue culpa tuya. Fue ma dije sin poder controlar el temblor de mi
voz. Durante aos haba escuchado las lamentaciones de Oliver, haba visto el sentimiento
de culpa que le embargaba y haba pasado de largo, qu clase de ngel era yo que permita
que alguien sufriera con una mentira?
A qu te refieres? me pregunt, pero yo saba que haba comprendido a la
perfeccin mis palabras.
Isabella contest con un hilo de voz.
No, Cline neg usando mi antiguo nombre. Me ha costado mucho aceptarlo,
pero por fin s la verdad y lo cierto es que no fue culpa tuya, ni ma, ni siquiera de Mefisto.
Isabella tom su decisin. Por muy horrible que esta haya sido, fue su eleccin. Eligi su
camino igual que hemos hecho todos nosotros y todava hoy seguimos hacindolo.
Agradec sus palabras con una trmula sonrisa, quizs en otro tiempo le hubiera
abrazado, sin embargo haca mucho que Cline no sala a la superficie.
Adis me desped. Ya no haba nada ms que decir.
Ignor la punzada de dolor y lstima que Oliver sinti y la extraa mezcla de alivio
y tristeza que invadi a Danielle y volv a sentirme como aquella fatdica noche en el
laberinto, sola y perdida. Muy perdida.


Nueva York, marzo de 2012


Nueva York era la ciudad perfecta para gente como yo, era lgico que Adrien la
hubiera escogido como cuartel de operaciones. El nico inconveniente que le encontraba a
la Gran manzana era que no estaba lo suficientemente lejos de Armony.
Pase la mirada por la fachada del Edn, la discoteca ms de moda de la ciudad.
Estaba pintada con un gran mural verde lleno de prados y de luz. Me re ante la velada
burla de mi maestro: el nombre del local, la decoracin todo aluda al libro sagrado y a
las creencias del otro lado.
La cola formada en la entrada me impeda ver de qu ms se haba mofado Adrien.
Me acerqu confiado y consciente de que los sabuesos haban notado mi presencia. No iban
a atacarme puesto que conocan mis intenciones y, en cualquier caso, en ese mismo
instante, mi maestro ya deba de estar informado de mi aparicin, el vnculo que nos una se
habra encargado ya de avisarle y si este fallaba, dispona de su propia cohorte infernal.
Aunque era prcticamente imposible que el vnculo fallara, puesto que estbamos lo
suficientemente cerca como para que sintiera mi energa a su alrededor.
La relacin entre pupilo y maestro solo tena una limitacin real, y esa era la
distancia. Mientras haba vivido en Armony, o en otras ciudades, no haba podido sentir el
poder que emanaba de Adrien. Dicha limitacin afectaba incluso en la misma ciudad, de
una punta a otra se perda el contacto. Y ese era precisamente el motivo por el que me haba
establecido lo ms lejos del Edn. Lo ms alejado posible de l. Los siglos que haba vivido
a mi aire me haban acostumbrado a disponer de intimidad y no estaba dispuesto a
renunciar a ella, ni siquiera para representar el papel del hijo prdigo.
Me detuve al inicio de la larga hilera de gente que esperaba para entrar al local con
la intencin de ejercer mi derecho de VIP. Escuch protestas y algn silbido, pero apenas
les prest atencin. Frente a m tena una imagen con la que no haba esperado encontrarme
nunca ms. Las puertas que franqueaban la discoteca formaban parte del gran mural que
haba vislumbrado antes, en ellas destacaba una pareja desnuda y abrazada. Una serpiente
verde y dorada se enroscaba desde el tobillo hasta el muslo de la chica. Unos muslos
blancos que yo saba que eran sedosos y clidos. Lo saba porque los haba tocado a
escondidas bajo la mesa del comedor, en el jardn de las rosas, en todas partes. Isabella
sonrea dndoles la bienvenida a los visitantes del Edn, pero esa mueca provocativa y
calculada nunca haba estado en sus labios antes. La perdicin de Adn haba tomado la
forma fsica de Isabella, pero no su dulce personalidad.
El portero me permiti pasar tras dirigirme una mirada apreciativa. No le hizo falta
nada ms, puesto que compartamos naturaleza.
El local por dentro era tal y como me haba imaginado, elitista y sofisticado. Su
forma circular me hizo sonrer. Mi maestro no solo se haba burlado de las creencias de los
del otro lado, tambin se haba atrevido a rerse de las nuestras.
No eran nueve crculos como los que Dante haba creado en La divina comedia; no
obstante, la idea quedaba bastante clara. En el centro de la discoteca estaba la pista de baile
iluminada por decenas de focos en movimientos. Tras ella, con forma semicircular, estaba
dispuesta la barra en la que camareros y camareras vestidos de negro y rojo servan a los
clientes. En el centro del siguiente semicrculo haba varias puertas sealizadas como
cuartos de bao y al extremo izquierdo dos puertas ms, y era de una de ellas de donde sala
la energa de mi maestro.
Evit dirigirme a la zona de despachos; primero necesitaba tomarme una copa.
Avanc sin perderme ninguno de los detalles de las paredes. Los murales no se limitaban a
la parte exterior, hacia la mitad de la pared que quedaba libre de la barra, estaba pintada la
misma serpiente verde y dorada.
Segu su trayecto con la mirada esperando volver a encontrarme con Isabella, pero la cola
de la serpiente esta vez no se enroscaba en su cuerpo sino en el rbol de la fruta prohibida.
Impresionante, eso haba que reconocrselo. Adrien siempre haba sido un snob
aunque su buen gusto no poda ponerse en entredicho. Era uno de los demonios ms
antiguos, al menos de entre los creados. Los originales eran otra historia y, a pesar de tener
cientos de aos, aparentaba diecinueve. Su pelo rubio y sus ojos grises lo hacan parecer
joven e incluso inocente y el acento francs que tanto se haba esforzado por mantener le
permita marcar las distancias con la plebe.
No haba hecho ms que acercarme a la barra cuando una preciosa rubia se par a mi
lado. Sonre famlico. Mi maestro an recordaba mis gustos. Comprend que eso era un
punto a mi favor, pero me molest tener que olvidarme de la copa; realmente la necesitaba.
Sera tan amable de acompaarme, seor Mefisto? me pregunt la sonriente y
proporcionada rubia.
Me estremec. La chica era humana e inocente, no tena la ms remota idea de para
quin trabajaba.
Por supuesto, pequea. Por cierto, puedes llamarme Gabriel le ofrec
guindole un ojo.
La chica sonri francamente y supe que no se resistira a mis avances. El problema
era que yo no estaba dispuesto a intentarlo, mi encuentro con la rubia del avin me haba
demostrado que ya no estaba tan receptivo como antes. Desech el pensamiento para otra
ocasin en la que dispusiera de ms intimidad mental y la segu poco interesado en el
vaivn de sus caderas y la suave curva de su trasero. Fij mi atencin en la pista de baile
que estbamos bordeando.
Al entrar me haba visto tan eclipsado por la decoracin que no haba sido
consciente de la variedad de bailarines que haba en la pista. Los haba que parecan haber
nacido en un escenario y tambin estaban los que apenas se sostenan en ella. Del mismo
modo tambin destacaba la variedad en cuanto a grupos; si bien predominaban los
demonios y los humanos, tambin se prodigaban algunos ngeles descarriados.
La rubia se gir para comprobar que le segua y me indic con la cabeza, en un gesto
apenas perceptible, que me colocara a su lado. Sonre y me acerqu ms a ella, pero me
mantuve a su espalda.
Disfruto ms las vistas desde esta posicin le respond con una mirada cargada
de picarda. No tena ganas de soportar su escrutinio ni tampoco ninguna insinuacin.
Me devolvi la sonrisa y sigui caminando. Ni siquiera me molest en preguntarle
su nombre, no estaba interesado.
La rubia llam a la puerta y se apart para que la abriera y pasara. Nada ms entrar
en el despacho de mi maestro la vi parada tras su silla, susurrndole algo al odo que
provoc que Adrien asintiera complacido. Ni siquiera me desped de la chica que me haba
acompaado. Una imperdonable falta de educacin provocada por el estupor que me estaba
causando la visin.
Durante un largo minuto fui incapaz de hablar o hacer cualquier otra cosa ms que
mirarla fijamente; poco me import la sonrisa triunfal que apareci en el rostro de mi
maestro. Tuve que agarrarme al respaldo de la silla que haba frente a m porque las piernas
comenzaron a temblarme.
Isabella? Eres t? pregunt mareado por la sorpresa de ver a uno de mis
fantasmas parado frente a m.
Una reaccin extraa para alguien que haba vivido tanto como lo haba hecho yo.
Guard esa idea en la cabeza para revisarla ms tarde y cruc los dedos para que hubiera un
ms tarde.
No seas absurdo, Mefisto. Isabella est muerta. Eva es solo alguien que se le
parece. Aunque tu reaccin es bastante normal respondi Adrien con una sonrisa
encantada, era l quin haba orquestado el encuentro entre la falsa Isabella y yo. Siempre
haba sido un gran admirador del teatro y de los grandes dramas y si por algo se
caracterizaban estos, era por las apariciones inesperadas.
Arque una ceja. Eva? No fue necesaria formular la pregunta en voz alta para que
l comprendiera.
Irnico, verdad? Sus padres acertaron con el nombre dijo mientras le daba una
juguetona palmada en el trasero, aunque en eso fue en lo nico en que acertaron dijo
ms para s que para nosotros.
Seguro que s coment de pasada. Una vez superado el shock inicial pude
recomponerme lo suficiente como para mostrar mi mejor cara de pquer, a pesar de que mi
mirada terminaba desvindose en su direccin.
Me alegra verte, he escuchado muchas cosas sobre ti ltimamente dijo
tanteando mi reaccin.
Todo es falso maestro refut socarrn, fingiendo una diversin que no senta.
Me estaba costando mucho apartar la mirada de Isabella o de su doble, ms bien.
Eso ya lo supona dijo mientras me sealaba una silla frente a su escritorio.
La tal Eva abandon discretamente la habitacin y yo pude volver a pensar con
claridad. Estaba all con un fin mucho ms importante que una visin del pasado, estaba all
para salvar mi pellejo.
De lo contrario no habras venido a la boca del lobo coment reclinndose en la
silla.
No maestro, no soy tan tonto.
Soy perfectamente consciente de ello. No olvides que yo te eduqu explic con
una pizca de orgullo en la voz.
Todo lo que he hecho en estas ltimas semanas ha sido premeditado. Nunca he
querido traicionar a los mos. Todo formaba parte de un plan ment intentando no pensar
en nada que pudiera delatarme ante l.
Te escucho dijo al tiempo que despegaba su espalda de la silla y apoyaba los
brazos sobre el escritorio acercndose a m, que estaba sentado al otro lado de la mesa. Sus
ojos brillaban expectantes.
Voy a conseguir que Cline se una a nosotros esper un gesto, una mirada de
reconocimiento, sin embargo esta no lleg y continu con mi discurso ensayado. Su
cada ser mi subida, nuestro xito, maestro. Nunca estuve interesado en Oliver, siempre
quise tenerla a ella dije consciente del doble sentido que tenan mis palabras.
Eso nadie lo ha dudado nunca, Mefisto. Por lo que me cuentas deduzco que has
seguido mis instrucciones al pie de la letra, has mostrado paciencia, incluso demasiada para
alguien inmortal. Pero, qu te hace pensar que va a volver a caer en tus redes? La primera
vez que confi en ti perdi su rango y despus la abandonaste a su suerte de verdad crees
que volver a dejarse engaar por ti? Nunca me ha parecido una estpida, de hecho creo
que es una criatura fascinante.
Estoy seguro!
Mustrame tus cartas, Mefisto! pidi admirado por mi seguridad. Si haba algo
que mi maestro amaba era, sin lugar a dudas, los hilos con los que se entreteja la traicin.
Su compasin por mi precaria situacin har que quiera salvarme a toda costa. Su
infinita misericordia pronunci esas palabras con sorna. Ser su perdicin y nuestra
victoria.
Brillante! aplaudi Adrien. Realmente brillante. Estoy deseando volver a
verla y disfrutar del espectculo que vas a montar. Llmalo intuicin, pero algo me dice que
Cline est ms cerca de lo que pensamos.
Me tens en la silla, incmodo. La idea que Cline estuviera al alcance de mi
maestro me perturbaba ms de lo que consegua explicarme racionalmente.


Captulo 3


Suspir emocionada mientras atravesaba las puertas del museo situado en
Manhattan, en el 11 West con la calle 53. El sueo de mi vida se estaba cumpliendo: al fin
dispona de un poco de espacio para m misma y estaba en Nueva York adentrndome en el
MOMA
[5]
, uno de los museos de arte moderno ms importantes del mundo. Y yo por fin
poda disfrutar de l.
Resultaba cmico que, a pesar de lo extensa que haba sido mi vida, no hubiera
podido disponer de un poco de tiempo para disfrutarla. No obstante, mi misin estaba por
encima de todo lo dems y esa haba sido no perder nunca de vista a Oliver y con l, a
Mefisto. Nadie estaba seguro de cunto iba a durar la tregua que nos haba dado la decisin
de Oliver de no usar su poder en favor de Mefisto. Y debamos permanecer alerta por si
finalmente ceda a la tentacin de usarlo.
Con los aos comprend que Fausto no era tan despreocupado y frvolo como haba
pensado siempre, sino una persona obsesionada. Primero con la msica y posteriormente
con la muerte de su hermana. Una muerte que de distintas formas nos haba afectado a
todos.
Una vez que cruc la puerta del museo me sent en como lo haca cuando en
Armony regresaba a casa tras un da especialmente largo de instituto; como en casa. En el
museo era capaz de oler la magia de las pinturas all expuestas, el asombro y la admiracin
con la que los visitantes contemplaban las obras que atestaban las distintas salas. La
pinacoteca estaba estructurada en diversas alturas, desde las cuales se poda observar a la
vez las que estaban un nivel ms abajo. Eran como una especie de cajas de regalos gigantes,
ya que en cada una de ellas encontrabas un pedazo de arte ms espectacular que el anterior.
Haba pasarelas que te llevaban de una caja a otra y cuando entrabas en ellas pareca que te
adentraras en un nuevo mundo. La zona de los jardines era, as mismo, otro mundo a parte
de la galera en el que podas sentarte en sus bancos y disfrutar de las sensaciones que
todava nos fascinaban tras la visita.
Los sentimientos que embargaban a las personas que me rodeaban aqu siempre eran
de amor, respeto y admiracin. Era en lugares como estos, en los que poda disfrutar de la
paz que me esquivaba en la calle, donde quedaba tan expuesta a toda clase de personas, y
por lo tanto a toda clase de sensaciones.
Los altos techos y las paredes acristaladas me conquistaron en cuanto las vi. Haba
estado all miles de veces a travs de internet con las visitas cibernticas pero estar
realmente en aquel lugar era un deseo anhelado que por fin se cumpla. Estaba tan
emocionada que perciba ms cosas de las que mi cerebro era capaz de clasificar.
Sent un calambre en el hombro cuando alguien choc accidentalmente conmigo, me
gir dispuesta a disculparme por el golpe pero las palabras se quedaron atascadas en mi
garganta al descubrir quin era la vctima de mi descuido.
Cline, eres t? pregunt un Adrien sonriente y tan atractivo como siempre.
Florencia, 1535


Estaba tan enfadada y apretaba con tanta fuerza los puos, que estaba segura que me
iba a hacer sangre al clavarme las uas en las palmas.
Cline, eres t? pregunt Adrien con su suave acento.
Sal de detrs del pilar en el que me haba escondido del mundo. Adrien atrap mi
mano entre las suyas y tir de m para ayudarme a salir de mi refugio. Sent su piel caliente
y suave.
Hola, Adrien le salud contenta de encontrarlo. Adrien siempre me haca
sonrer y olvidarme de todo lo que me preocupaba.
Su sonrisa era radiante y sincera, me contagi su entusiasmo y una tmida mueca tir
de las comisuras de mis labios.
Se puede saber por qu la chica ms hermosa de la fiesta anda escondindose?
Tus pretendientes van a estar muy tristes.
No puedo tener pretendientes. Voy a ser monja dije sin pensar. Me sorprend a
m misma. No mentir era una de las normas bsicas para cualquier ngel. Si bien no lo
haba hecho, haba esquivado la pregunta y, por lo tanto, me haba acercado bastante.
l rompi a rer con una risa acampanada y sincera, que mejor mi nimo alicado al
instante.
No creo que valgas para ser monja, eres demasiado hermosa ma chrie
[6]
. Pero
estoy seguro que esa no es la razn por la que te escondes me haba descubierto al
hablar tan atropelladamente o quizs siempre lo haba sabido?
No volv a responder precipitadamente. Adrien me gustaba, sin embargo, no
estaba segura de hasta qu punto era buena idea confesarle mis temores.
Entonces, sabes que puedes confiar en m? me sorprendieron sus palabras, ya
que era exactamente lo que en ese instante rondaba por mi cabeza.
Sonaba tan sincero, yo era tan ingenua Y l me haca sentir tan especial.
Isabella y Mefisto dije simplemente. Tampoco es que hiciera falta mucho ms.
Adrien era uno de los nobles que le haban recomendado para el cargo de secretario que
ostentaba en casa del prometido de mi hermana. Y estaba a la vista de todo el mundo el
inters que ella mostraba por l.
No debes preocuparte por eso. Isabella es un trabajo. Tiene que encargarse de ella
porque trabaja para su padre, pero estoy seguro que no es nada ms que una obligacin para
l. De todos modos, puedes hacer que la deje a ella y te busque a ti sus palabras fueron
msica para mis odos.
Adrien llevaba ya varios meses en Florencia cuando apareci Mefisto, pero a juzgar
por la confianza que este tena en mi antiguo amigo, deban de conocerse desde haca
bastante tiempo, as que me pareci adecuado fiarme de sus palabras.
Cmo? rogu, impaciente por que me diera la clave para que Mefisto volviera
a mi lado. Desde que nos habamos vuelto a encontrar, haba evitado cruzarse conmigo y
apenas me diriga una mirada cuando coincidamos en algn acto social. Yo ansiaba saber
cmo le haba tratado la vida en los aos que estuvimos separados pero Mefisto mantuvo
esa separacin forzada que esta vez no era fsica, sino emocional y por lo tanto mucho ms
dolorosa.
Adrien se inclin despacio hacia m con sus ojos grises clavados en los mos. Me dio
tiempo para que me apartara de l, no obstante, me qued quieta con los ojos fijos en sus
labios.
As susurr sobre mi boca al tiempo que me desplazaba lo justo para que la
columna tras la que me haba escondido nos hiciera la complicidad de ocultarnos.
Antes de cerrar los ojos pude comprobar que mi nuevo amigo tena razn, Mefisto
haba clavado sus ojos pardos en nosotros. Los sent en mi nuca todo el tiempo que dur el
beso.
Ni siquiera fue necesario que nos viera alejarnos, que presenciara el acercamiento,
su vnculo con Adrien hizo el trabajo sucio. Mefisto vio y sinti lo mismo que nosotros,
aunque en ese instante yo an no fuera consciente de ese detalle.
Nueva York, marzo de 2012


Adrien dije simplemente a modo de saludo.
La ltima persona que esperaba encontrarme aqu, la ltima persona a la que quera
ver. Su amistad era una debilidad que ni quera ni poda permitirme.
Arrug la nariz por la frialdad de mi recibimiento. Le mir sin pudor, estaba igual
que lo recordaba, incluso pareca ms joven que antao. El pelo que ahora llevaba, largo
sobre los hombros, le daba una apariencia ms juvenil e incluso inocente. Otra prueba
irrefutable de que las apariencias engaaban.
Nadie te ha dicho nunca lo mal que le sienta el color negro a tu piel? pregunt
sonrindome encantador.
Esto es nuevo! Normalmente eres un dechado de cortesa dije para molestarle.
Normalmente no me importa mentir y ser corts, contigo es diferente.
Debera agradecrtelo? pregunt mordaz.
Deberas abandonar el negro y probar con los tonos pastel. Seguro que tu piel y tu
cabello te lo agradecen.
Decid cambiar de asunto, aunque guard el consejo para revisarlo en otro momento.
Qu ests haciendo aqu? le pregunt directamente, ignorando el hecho que su
sola presencia me aceleraba el pulso.
Qu hago yo aqu? Vivo en Nueva York desde la gran depresin, una poca
realmente magnfica, con tanta gente dispuesta a vender su alma a cambio de no perderlo
todo. 1929 fue un gran ao.
Puse mala cara y me mir con fingida inocencia.
Qu pasa? El MOMA abri sus puertas el siete de noviembre de 1929, no seas
malpensada. No hablaba del Crack del veintinueve, o tal vez un poco suspir
teatralmente. As que la pregunta correcta es: qu haces t aqu?
Estoy visitando el museo contest como si eso no fuera evidente.
Eso ya lo veo. Cuntame algo que no sea capaz de adivinar por m mismo. Por
ejemplo, si todava persigues a Mefisto o an hay posibilidades de que te fijes en m
sonro, pero esta vez su risa fue diferente: carente de humor, oscura. Es por eso por lo
que ests aqu? Por l el tono de su voz cambi tanto que sent un escalofro en la nuca,
como si las simples preguntas fueran en realidad una amenaza. Ests dispuesta a
defenderle de todos los que le buscan?
La mente de Adrien estaba en otro plano distinto y yo no poda escuchar lo que
pensaba, pero la sensacin de desasosiego que me invadi ante sus palabras fue inequvoca.
Adrien era la ltima persona con la que quera encontrarme, bueno tal vez la
penltima, ya que Gabriel encabezaba la lista, pero el desconcierto por su inesperada
presencia se vio inmediatamente eclipsada por lo que acababa de contarme. Mefisto estaba
en Nueva York. El destino volva a unirnos.
Era casi cmico ver cmo los hados se empeaban en unir a dos personas tan
distintas como nosotros. Cerr los ojos e intent controlarme, mi mente evoc un cuadro,
una imagen que siempre consegua hacer que me sintiera yo misma en los peores
momentos. Un Kandinsky repleto de crculos de colores, unos dentro de otros, una espiral
de vida y esperanza.
Comenc a sentir cmo desapareca el vaco de mi estmago y supe que mi cuadro
haba vuelto a impedir que explotara. Cuando volv a sentirme Rachel abr los ojos de
nuevo. En los momentos en que dejaba de sentirme as regresaba mi antigua yo, Cline, la
joven ingenua y frgil que tanto me haba esforzado en desterrar de mi existencia.
Cmo te va, Cline? Hace mucho que no nos vemos, aunque recuerdo con
especial cario nuestro ltimo encuentro. Por cierto, has vuelto a recuperar tu rango? el
sonrojo que me produjo su comentario se borr de golpe cuando me hizo la pregunta. Era
perfectamente consciente que la haba formulado con la intencin de recordarme lo que me
haba supuesto amar a Mefisto.
Descubr entonces que Adrien no haba perdido las esperanzas conmigo. Le mir
fijamente concentrndome en no mostrarle cunto me haba herido la pregunta.
Rachel, ahora soy Rachel.
Qu tiene de malo Cline? A m me gustaba sus ojos grises brillaron opacos
recordndome al fro acero.
T mejor que nadie deberas saberlo.
Siempre fue un estpido. T mejor que nadie deberas saberlo me dijo
devolvindome mis palabras.
Sin decir nada ms me di la vuelta y me adentr en el museo. En esos instantes
perderme en l era lo nico que me hara recobrar la compostura.
Lo que ms haba lamentado de dejar Armony era que, con ella, dejaba tambin mis
clases de arte, la ciudad que haba sentido como un hogar. Los dos aos que haba pasado
all eran los mejores que lograba recordar, me haba sentido por fin parte de algo, haba
comprendido que mi vida era algo ms que vagar tras Oliver y Gabriel.
En el momento en que me encontraba ahora ya no tena ni eso.


Captulo 4


Florencia, 1535


Me desconcert la nota que mi doncella Juliette haba deslizado bajo mi almohada.
Saba que haba sido ella porque me lo haba susurrado mientras me cepillaba el cabello, lo
suficientemente fuerte como para que yo lo escuchara, y tan leve que pas desapercibido
para mi madre, que me haba seguido hasta mi dormitorio con la intencin de anunciarme
que en dos meses iba a ingresar en un convento de Roma.
La razn por la que no haba entrado antes en l ya no exista. Mi ta abuela
Gabriella Delacrosse haba fallecido, dejndome su legado. Una carga con la que yo nunca
haba estado de acuerdo, aunque jams nadie se hubiera molestado en pedir mi opinin.
En los dos meses que an dispona de libertad se iban a preparar los documentos
pertinentes para que yo me convirtiera en la nueva abadesa de uno de los conventos ms
importantes de la cristiandad, lo que mi madre haba callado era que tambin se iban a
necesitar esos dos meses para comprar silencios y ganar adeptos. En definitiva, para
asegurar mi posicin en el clero. Durante un ao permanecera como novicia y se me
preparara para el cargo, despus de jurar mis votos de nuevo, una Delacrosse sera la
mxima autoridad en dicho convento.
La razn por la que no haba ingresado antes en la Iglesia se deba nicamente a
razones polticas, no estaban seguros de si iba a poder conseguir el cargo una vez que mi ta
falleciera, y mi madre no quera una hija monja. Ella suspiraba por una hija abadesa,
poderosa y respetada. Mi familia suspiraba por uno en especial, no obstante, no se cerraba a
ninguna posibilidad, si algo abundaba en Italia eran conventos, una Delacrosse sera bien
recibida en cualquiera de ellos. Nuestro apellido iba ligado al dinero y la poltica y con ello,
al poder. No nos vendamos por nada, pero s lo hacamos por mucho.


Eran ms de las dos de la maana cuando consegu salir de mi dormitorio. Tuve que
esperar a que la casa quedara completamente en silencio para abandonar el lecho y
aventurarme a salir. Laura dorma en la habitacin contigua a la ma, el suyo era el nico
dormitorio, adems del mo, que estaba ocupado en toda el ala este. Pero no por ello estaba
dispuesta a que me descubrieran huyendo en plena noche a una cita clandestina con un
hombre.
No haba podido volver a ponerme yo sola el vestido que haba llevado esa noche,
por lo que me haba envuelto en mi capa azul marino de terciopelo y bajaba las escaleras
conteniendo la respiracin. Llevaba los zapatos en la mano para no alertar a nadie de mi
fuga. Si bien era difcil que mis padres despertaran, no estaba segura que Laura no lo
hiciera, y si se diera el caso, mi hermana no dudara en delatarme ante ellos.
Un sonido amortiguado delante de m hizo que me parara en seco, temblando como
una hoja. Mi madre y sus reacciones exageradas me daban un miedo atroz.
Suspir aliviada cuando me encontr de frente con Juliette, que an segua con su
ropa de diario:
Vamos seorita, yo vigilar para que nadie se d cuenta de que ha salido me
ofreci susurrando.
Juliette siempre me haba sido til y yo la apreciaba por su amabilidad, pero jams
hubiera imaginado que se atreviera a ayudarme en algo tan arriesgado e indecoroso.
Nuestra familiaridad nunca haba cubierto esta parte de su ayuda. Supe que la trasgresin
no haba sido por su lealtad haca a m sino que Mefisto consegua que la gente diera su
alma por l, en aquel momento no comprenda cuan acertada era mi percepcin.
Era consciente de la suerte que correra si mi madre se enteraba de lo que estaba
haciendo. Le sonre en agradecimiento y sal por la puerta que ella mantena abierta.
El jardn de los Basani era uno de mis rincones favoritos. Los Basani eran, adems
de los socios de mi padre y la familia con la que emparentaramos con el matrimonio de
Laura, nuestros vecinos.
Por lo que de vez en cuando me perda entre las rosas y las estatuas clsicas que lo
adornaban, eran lo ms hermoso que haba visto nunca. Me deleitaba deslizando mis dedos
sobre la fra piedra y casi poda sentir la pasin con la que el escultor las haba creado. El
arte era mi alimento, poda pasar sin sustento, pero era incapaz de sobrevivir sin la belleza
imperecedera que tanto bien haca a mi alma.
Cline, has venido! susurr una conocida voz tras de m en un tono entre
sorprendido y complacido.
Acaso lo dudabas? pregunt a medio camino entre la felicidad de que me
hubiera buscado y la tristeza que supona saber que me quedaba tan poco tiempo de
libertad.
Despus de verte esta noche con Adrien lo he dudado, s confes algo
avergonzado. No logr descifrar si por haber dudado de m o porque mi beso con Adrien le
hubiera molestado.
Pues no deberas antes que pudiera responderme, me sorprend a m misma
dejndome caer en sus brazos.
Durante unos minutos nos abrazamos en silencio en medio del jardn, iluminado por
la luna llena. Despus Mefisto se separ de m, y tomando con delicadeza mi mano, me
arrastr hasta la intimidad que ofreca el laberinto.
La sensacin de estar unida a l aunque fuera por el leve roce de sus dedos hizo que
sintiera que mis pies despegaban del suelo. Cunto haba anhelado estar cerca de l. Tocarle
era el sueo recurrente que me invada cada noche al acostarme desde el mismo da en que
nos reencontramos con Isabella de testigo.
No tengas miedo me pidi mientras nos sentbamos en el banco de piedra gris.
No lo tengo, confo en ti Mefisto parpade sorprendido por mis palabras, no le
di importancia.
Del mismo modo que no se la di al hecho de no poder escuchar sus pensamientos o
compartir sus sentimientos. Cuando estaba cerca de l, perda tanto el norte que nunca me
di cuenta de ese detalle.
Hueles a miel y a sol susurr en el hueco detrs de mi odo.
Me re, l estaba conmigo por fin, haca varios meses que nos habamos
reencontrado y por fin haba dejado de evitarme. Me sorprend a m misma agradecindole
a Adrien el beso, finalmente haba tenido razn.
Alz su dedo ndice y con infinita delicadeza lo pas sobre mis labios entreabiertos,
ese sentimiento que me haba sobrecogido de nia, esa necesidad de compartir con l todo
lo que tena, todo lo que saba o lo que era, se apoder de m con ms fuerza que nunca
Sent las manos de Mefisto sobre mi cintura resbalando haca mis caderas. Su boca
apresando necesitada la ma y supe que todo iba a cambiar entre nosotros. Jams haba
sentido esa conexin con nadie ms Y no iba a romperla.
Varias voces se agolparon en mi cabeza, una que reconoc inmediatamente. Fausto
se preguntaba si era Isabella la que estaba en los brazos de su criado y otra que bloque
cruelmente, una que se lamentaba por la perdida de algo que crea suyo. Algo que yo saba
que siempre me haba pertenecido.


Era consciente de lo que estaba haciendo mientras me perda en el cuerpo de la
mujer que amaba, me estaba rindiendo. Llevaba tanto tiempo luchando, alejndome de lo
que deseaba Cline era tan pura como lo haba sido de nia y yo era un miserable
bastardo, sin embargo la necesitaba tanto que dola mantenerme alejado y cuando, esa
misma noche, la vi besando a mi maestro, supe que si no haca algo iba a perder lo nico a
lo que no podra renunciar nunca.


Su risa, sorprendida por mis besos, me arrebat el poco juicio que me quedaba y me
lanc sobre ella como un lince tras su presa. Su boca era tan dulce como su perfume.
Instintivamente se sent a horcajadas sobre m, su capa se abri lo justo como para que yo
pudiera vislumbrar el fino camisn que haba debajo, recatado pero igual de provocador
que si hubiese estado desnuda. Gru en su boca y enterr mis manos en su pelo. Cline se
arque sobre m y me ofreci su garganta junto con algo ms de lo que ella no era
consciente.


Captulo 5


Era pasado el medioda cuando abr los ojos. La noche anterior haba dado rienda
suelta a mis defectos y en ese momento lo estaba pagando con un dolor de cabeza tan
intenso, que tard ms de lo normal en ser consciente de que no estaba solo en el
dormitorio. Mi visitante no era de mi clase, lo que dejaba fuera a los sabuesos, pero no
certificaba que no quisiera hacerme dao. A lo largo de mi existencia me haba labrado
suficientes enemigos como para que ser precavido fuera absolutamente necesario e
indispensable.
Entonces lo ol, ese perfume a miel y a sol, suave e intenso a la vez. Embriagador y
sensual.
Cline la salud levantndome de la cama. Lo nico que evitaba que estuviera
desnudo eran unos pantalones grises de seda de un pijama de Herms.
Por favor me pidi en un susurro lastimero.
Sent un nudo en el estmago al escucharla tan vulnerable, saba perfectamente qu
me estaba pidiendo y por esta nica vez me mostr dispuesto a complacerla.
De acuerdo, Rachel, qu haces aqu? Estoy medio desnudo. T eres una dama y
esto no es correcto le dije sonriendo, intentando borrar la tensa sensacin que se haba
instalado en mi estmago.
Qu hago yo aqu? La pregunta es: qu haces t aqu? Los sabuesos te buscan y
Adrien sabe que ests en la ciudad. Es que ests loco? O quieres suicidarte? En cuanto a
que te pasees desnudo ante m, sabes que eso no es un problema. No eres mi tipo.
Vaya Rachel! Eso es un chiste bastante malo me burl. Me resultaba ms fcil
asimilar sus palabras si finga que no me haban molestado.
De hecho creo que ha sido muy bueno concedi. Alejando de repente mi
anterior malestar. Me vas a contar ahora por qu te has metido en la boca del lobo?
Me alegra comprobar que te preocupas por m confes demasiado rpido.
Me acerqu a ella con la intencin de intimidarla, pero fue ella quien me intimid a
m. Haba cambiado su acostumbrada ropa negra por unos vaqueros pitillo azules y un
jersey de cuello de pico de un desvado color amarillo. Su piel se vea tan cremosa y sus
ojos tan azules que tard ms de lo normal en reaccionar. Qu le ha pasado a tu ropa?
Alguien me aconsej que cambiara de colores y decid hacerle caso, por qu?
No te gusta? pregunt mientras daba una vuelta sobre s misma y sonrea alegremente.
Durante un escaso segundo me record a la antigua Cline, la muchacha que sonrea clida
y confiada.
No est mal ment descaradamente. Estaba preciosa, me costaba horrores
mantener mis labios apartados de ella.
Rachel se acerc ms, tanto que si me inclinaba un poco nuestras narices se tocaran.
Maldije mentalmente y cerr los ojos para dejar de verla. No obstante, fue peor, mis otros
sentidos se activaron, escuch como su respiracin se aceleraba y sent la ma propia
acompasarse a la suya.
El olor de su piel era tan intenso y atrayente que me sorprend inhalando grandes
bocanadas de aire. Las manos me picaban por tocarla. Tuve que apretar los puos para no
enrollar mis dedos en sus oscuros cabellos.
Estbamos muy cerca, pero yo quera que estuviramos ms, mucho ms
Una serie de imgenes sensuales sobre nosotros invadieron mi cabeza, insistentes,
atrayentes.
Unos inesperados golpes en la puerta me sacaron de mi peligrosa ensoacin,
Rachel se vea tan aturdida como lo estaba yo, pero eso no logr apaciguar la sensacin de
debilidad que me abrumaba en ese instante. Su sola presencia me trastocaba con tanta
intensidad que asustaba.
Me obligu a no mirarla y me encamin haca la puerta. Apenas hube salido del
dormitorio cuando la escuch moverse, no tuve que darme la vuelta para saber que se haba
sentado en la cama en la que yo haba estado durmiendo minutos antes.
Rachel era peligrosa, demasiado peligrosa para mi cordura y mi seguridad. Adems,
el cambio que acababa de descubrir en ella no se limitaba exclusivamente a su ropa, la
oscuridad y la frialdad en su trato haba desaparecido de la mano de la ropa negra.
Su actitud actual era desconcertante y sumamente atrayente, un leve recuerdo de la
persona que haba sido.
Cuando se marchara de mi casa, mi dormitorio quedara impregnado con su olor,
una esencia que acababa de volver a quedar confirmado que me haca perder el norte y
olvidar mis objetivos.
Abr la puerta con la misma absurda sensacin en el estmago que me haba
provocado minutos antes verla junto a mi cama.
Escuch los muelles saltar cuando Rachel se levant.
Hola, Gabriel me salud Eva con sus ojos verdes clavados en mi abdomen
desnudo. Qu haca ella en mi casa? Pero sobre todo, y a pesar de mi buen juicio, me
preocup lo que fuera a pensar Rachel cuando la viera all.


Idiota, ms que idiota, me rega a m misma, es que no he aprendido en carne
propia que Gabriel no es de fiar? No poda permitirme sentir lo que senta por l. Fue
entonces cuando se apoder de m un miedo atroz, acababa de confesarme a m misma que
segua enamorada de l?
Me levant de la cama impaciente por escapar de all, sin embargo, el pnico por la
revelacin pas a un segundo plano cuando escuch una voz femenina que le saludaba
dulcemente.
Me mantuve en silencio, atenta a lo que hablaban:
Eva, quieres pasar? la invit galante, quise creer que para molestarme.
Tena que calmarme si quera olvidarme de mi propia confesin. Mi entrenada
mente evoc el Kandisnky, pero no consegu la paz que buscaba. Rec para que Gabriel
fuera lo suficientemente perspicaz como para no llevar a la recin llegada a su dormitorio,
principalmente porque estaba yo all, y si ella era su amante no deba de gustarle la idea de
ver a otra mujer ocupando su espacio. Por otro lado, y dado que acababa de aceptar mis
sentimientos por l, me molestaba la idea de compartir el mismo lugar con ella.
Pero Gabriel obvi mi presencia y entr sujetndola firmemente por la cintura.
Permteme que te presente a una vieja amiga le dijo a la chica con su voz ms
zalamera.
No saba que tenas visita se disculp ella.
Sonre fugazmente ante sus palabras. Estaba mintiendo descaradamente, era
plenamente consciente de que haba una mujer con Gabriel en el instante en que se plant
frente a su puerta.
Por qu menta? Y lo ms importante, cmo se haba enterado de mi presencia?
Era acaso una acosadora? Su mente me indicaba que era una humana normal, no pareca
albergar ningn pensamiento sictico, pero entonces la vi.
Las preguntas se atascaron en mi garganta cuando se plant frente a m, durante
unos segundos el aire dej de entrar en mis pulmones. Isabella me observaba con la misma
mirada cargada de rabia que me haba dirigido en el baile de los Perotti, antes de salir
corriendo cuando le dije que no estaba dispuesta a alejarme de Mefisto.
Qu significa esto? le pregunt a Gabriel alzando la voz ms de lo que haba
hecho en mucho tiempo.
Isabella sonro triunfal al contemplar mi desconcierto:
Vaya, parece que lo de que es una vieja amiga es literal. coment con una
mueca burlona en los labios.
Nunca me haba sentido tan descontrolada como en ese instante, los dos se estaban
burlando de m y los dos lo estaban disfrutando. Si bien Gabriel mantena la cara impasible,
yo conoca cada uno de sus trucos de titiritero, y mostrar indiferencia era algo que tena
muy visto.
Quin es? pregunt a travs de mis dientes fuertemente apretados.
Una amiga de Adrien.
Y por lo visto tuya tambin me mord la lengua una vez que las palabras
salieron de mis labios y me arrepent de no haberlo hecho antes de hablar.
La falsa Isabella sonrea cuando fue a sentarse sobre la cama de Gabriel, en el
mismo lugar que haba ocupado yo haca tan solo unos minutos.
Hmmm Qu cmoda! susurr lasciva y descarada.
Sent cmo cada msculo de mi cuerpo se tensaba como si estuviera a punto de salir
corriendo. Tuve que refrenar mi respiracin. Mil ideas daban vueltas en mi cabeza como
una espiral de color que mareaba al contemplarla.
Apret los puos con fuerza a los costados. Dej de importarme que Gabriel fuera
aniquilado, que realmente me hubiera equivocado con l y no hubiera nada que mereciera
la pena salvar o ser la estpida que todava lo amaba. Lo nico en lo que poda pensar era
en ellos dos burlndose de m, menosprecindome nuevamente.
Como si yo no fuera nada ms que un juguete con el que pasar el rato, como si no
valiera la pena cambiar por m.
Tuve que reprimir la autocompasin que comenc a sentir. Las lgrimas de rabia e
impotencia me escocan en los ojos y no poda permitir que salieran a la luz.
Fui consciente que la falsa Isabella haba dejado de rer y me miraba con una mezcla
de miedo y sorpresa.
Sin decir nada, di la vuelta sobre mis talones y sal del dormitorio, ansiosa por
abandonar aquella casa, ansiosa por alejarme lo ms posible y para siempre de l. Me senta
incapaz de mirar a Gabriel sin derramar una lgrima.
No poda pensar ni recomponerme con l cerca de m, y para terminar de hundirme
en la miseria, record que acababa de aceptar ante m misma que mi corazn todava
albergaba amor por l.


Captulo 6


Estaba tan sorprendido que ni siquiera reaccion cuando Rachel sali del dormitorio,
tampoco lo hice cuando se march de mi casa. Me descoloc cmo habamos pasado del
momento en el que yo quera huir al momento en el que lo haca ella, aunque fuera por
distintas razones.
Nunca la haba visto tan alterada. La Cline que yo recordaba tampoco era la
muchacha que era ahora, sin embargo, ni an en aquella poca la haba visto llorar por
nada.
Me gir enfadado conmigo mismo y con Eva, con Adrien y con todo aquel que se
cruzara en mi camino. La sensacin que me embargaba era un tormento, no estaba
acostumbrado a tener sentimientos de culpa, aunque eso no era del todo cierto; lo ms justo
era decir que Rachel era la nica que consegua derrumbar mis defensas y exponerlos ante
m. Ya puestos, tambin la odi a ella por hacerme sentir vulnerable.
Cerr los ojos con fuerza como si con ello pudiera borrar de mi mente la imagen de
las lgrimas que Rachel tanto se haba esforzado por contener mientras volva a salir de mi
vida.
Qu ests haciendo en mi casa? No recuerdo haberte invitado le espet con
frialdad.
Puede que no con palabras, pero supuse
No vuelvas a suponer nada, bonita. No se te da bien le dije enfadado, solo
quera que se marchara y me dejara solo.
Por qu me hablas as? pregunt ella abriendo mucho los ojos. Not que
realmente estaba sorprendida por mi actitud beligerante.
No has contestado a mi pregunta arremet cada vez ms molesto.
Quera verte y pens que t tambin queras verme a m, de hecho estaba segura.
Le sonre insolente, haba estado equivocado, esa chica no se pareca en nada a
Isabella Basani. Eva estaba demasiado segura de s misma, de su belleza y de su poder con
los hombres. No era la tmida muchacha que haba sido mi antigua amante.
Y haba sido precisamente esa seguridad que mostraba lo que haba conseguido
descolocar a Rachel, que haba asumido que era algo ms que una conocida para m. Pero
ahora que la rival se haba marchado derrotada, su armadura mostraba un pequeo
resquicio, una diminuta grieta por la que estaba empeado en meterme para sacarla
definitivamente de mi casa y de mi vida de un solo plumazo.
Fue entonces cuando mi afinado instinto depredador me grit que haba algo ms
oculto tras la aparentemente casual visita de Eva, si algo haba aprendido era que las
casualidades no existan. Primero Rachel se encontraba casualmente con Adrien y despus
la doble de Isabella vena a visitarme justo cuando Rachel tambin lo haba hecho; por otro
lado mi maestro, que estaba al tanto de mi plan, haba informado a Rachel de mi presencia
en la ciudad.
Sin lugar a dudas tena que reflexionar largo y tendido sobre lo ocurrido.
La verdad es que no estoy interesado en ti. Ni siquiera por unas horas. Te
agradecera que te marcharas. Necesito darme una ducha le dije a Eva. Sealndole la
salida con el brazo.
Qu te pasa? Dnde ha quedado tu sonrisa interesada? Si eras incapaz de
apartar tus ojos de m! pregunt sorprendida por mi rechazo.
Oh, pero no era por ti sino por la persona a la que te pareces. Ella era la que me
interesaba, no t ment cada vez ms molesto con su insistencia.
Hace un momento has sido amable conmigo. Por qu no lo eres ahora?
Querida, la amabilidad la guardo para las personas que me interesan y lamento
informarte que no ests en la lista. Fuera! y para dejar claro que la conversacin haba
terminado me di la vuelta y me puse a hurgar en el armario ropa con la que vestirme.
Escuch su exclamacin ahogada tras de m, pero no me gir para comprobar que
me haca caso y se largaba.
En ese momento Eva y sus sentimientos eran lo que menos me importaba. Tena la
desafortunada sensacin que algo se estaba tramando a mi alrededor, algo que no tena
aspecto de favorecerme.
Me encamin al bao con la ropa colgada en un brazo. Necesitaba despejar mi
cabeza de los excesos con el tequila de la noche anterior.


En el estado en que me encontraba pocos eran los lugares a los que poda ir. Me
decant por el Guggenheim, no estaba segura si era prudente entrar; no obstante, el museo
como edificio ya era un lugar que vala la pena ver. Durante unos largos diez minutos me
qued parada frente a l, decidiendo si se pareca ms a una espiral, a una caracola o
incluso a una taza de t. Termin decantndome por la ltima por ser la ms improbable,
siempre he sentido debilidad por las minoras.
Cuando por fin dej de temblar me permit pasear por la llamada milla de los
museos. No tena fuerzas para adentrarme en ninguno pero tampoco las tena para alejarme
de all.
Cerr los ojos durante un momento, no necesitaba tenerlos abiertos para andar sin
tropezarme. Me concentr en la imagen de Gabriel dormido, su rostro pareca tan infantil
sin el brillo gatuno de sus ojos y la mueca irnica de su boca que, mientras le observaba
dormir, olvid de un plumazo los ltimos siglos de penurias a su lado.
Record cmo me haba invadido su aroma cuando entr en su dormitorio, mezclado
con el tequila que haba bebido la noche anterior.
Abr los ojos para no asustar a nadie y segu deleitndome con las escenas que mi
memoria fotogrfica haba ido acumulando mientras esperaba que despertara. Los
mechones despeinados que se le rizaban en la nuca, sus fuertes msculos, su pecho desnudo
alterado solo por la suave respiracin, el rostro sereno y en calma.
Tuve que obligarme a recordar lo que haba pasado despus, cmo se haba burlado
de m, cmo me haba recordado mis pecados Cualquier cosa que me arrancara del
ensueo al que Gabriel me transportaba.
Supe que estaba siendo injusta cuando una punzada de culpa aguijone en mi pecho,
todo el mundo estaba equivocado, todos pensaban que fue Gabriel la causa de mi cada
pero el amor, venga de dnde venga, es bienvenido por mi padre.
La culpa de mi desgracia fui mi error, yo permit que Isabella muriera, yo la empuj
a hacerlo y que mi padre me ayudara pero no me arrepenta de la decisin que tom ese da.
Florencia, 1535


No puedo soportarlo, si me lo quitas morir su voz sonaba dbil y desesperada,
pareca que fuera a romperse en mil pedazos en cualquier momento. Sin embargo yo no
estaba dispuesta a verlo, no poda permitirme verlo o estara perdida.
Eso no es cierto y t lo sabes. Nadie muere de amor le dije intentando
convencerla a ella y a m misma de mis palabras.
Estaba cansada de ceder siempre. No quera ser monja e iba a serlo, no haba
querido la responsabilidad que se me haba otorgado y me la haban impuesto desde el
instante en que nac. Nunca haba luchado, jams haba movido un solo dedo para parar lo
que no me gustaba, pero por fin haba algo que no estaba dispuesta a perder. Bajo ningn
concepto iba a permitir que Mefisto se alejara de m. l me haba buscado y por primera
vez en mi vida haba descubierto lo que significaba pertenecerle a alguien. Mi familia
terrenal jams me haba hecho sentirme as, nadie nunca lo haba hecho. Ni siquiera Tristan
poda conseguir que me sintiera as.
Seguira con mi cometido en la tierra, protegera a la gente que me rodeaba y
apoyara a Tristan con el suyo, pero para eso no necesitaba renunciar al amor.
Lamentablemente an desconoca muchas cosas que me seran reveladas mucho despus.
Por favor me suplic por fin, olvidndose de su dignidad, rebajndose a
pedirme ayuda.
Lo siento mucho. Pero es lo nico que nunca podr darte.


Captulo 7


En cuanto sent la conexin supe que estaba en el buen camino. La zona era lo
suficientemente elitista y snob para Adrien, el Upper East Side estaba situado en el distrito
de Manhattan. El edificio al que me diriga era el ms alto y majestuoso de la Avenida
Madison.
La fachada conjugaba el mrmol blanco y el cristal, dndole un aspecto atemporal,
fantstico e incluso futurista. Sonre divertido. Adrien podra ser muchas cosas pero
futurista no entraba en su definicin. Estaba demasiado anclado al pasado, a las viejas
formas y a sus reglas de urbanidad.
No fue necesario llamar. Antes incluso de que llegara a la puerta del edificio el
portero me recibi con una sonrisa educada y corts. No pude evitar soltar una carcajada
cuando me fij en el uniforme del hombre, era tan desfasado como las antiguas libreas que
llevaban los lacayos que servan a los nobles durante el siglo XIX. El pobre portero iba
vestido con una levita con botones de latn, camisa blanca con jabot
[7]
, pantalones a media
pierna y calzas blancas. En los pies llevaba unos zapatos negros lisos con una gran hebilla
metlica.
A pesar de los aos transcurridos, mi maestro segua siendo tan clasista como
siempre. La ropa era una manera de dejarles claro a sus empleados y a sus visitantes que
estaban por debajo de l. Me sorprendi sentir cierta repugnancia por el trato que estaba
sufriendo el trabajador, no obstante, desech la idea inmediatamente, no era mi problema,
as pues, tena que olvidarlo. Un tiempo atrs ni siquiera le hubiera dedicado un minuto al
pensamiento.
Adrien era el dueo de todo el edificio; me inform el portero en cuanto vio que
sacaba mi cartera del bolsillo de atrs del pantaln, demostrando fidelidad a don dinero y
no al jefe que le obligaba a vestir con esas pintas. Excelente eleccin! Aplaud
mentalmente.
Los dominios de mi maestro estaban en el tico, as que sub al ascensor y puls el
ltimo botn. Incluso all dentro se notaba la clase que caracterizaba al edificio, en el hilo
musical sonaba una de las sinfonas de Vivaldi: La primavera, cre reconocer. Al final, vivir
tanto tiempo junto a un apasionado de la msica tena sus ventajas.
Cuando las puertas se abrieron mostraron el espacio abierto de un saln inmenso,
custodiado por dos enormes columnas a ambos lados. Las paredes blancas contrastaban con
el color del mobiliario que oscilaba entre el negro de los sofs y el rojo de los cojines, las
lmparas y las alfombras. Inmediatamente me vino a la mente el atuendo de los camareros
del Edn, que vestan el mismo cromatismo. Arque una ceja sarcstico por la obsesin de
mi maestro con esos colores.
El saln en que me encontraba era impersonal, asptico, como si no viviera nadie
all. Estaba todo demasiado recolocado. La televisin tamao XXL estaba apagada y
ocupaba casi toda la pared, como una pantalla de cine de dimensiones caseras. El silencio
era irreal e incmodo.
Sent unos movimientos a mi espalda y me gir rpidamente para encontrarme con
la sonrisa burlona de Adrien.
Qu lento! se ri apartndose el cabello dorado de los ojos. Ni siquiera te
has dado cuenta de que estaba aqu.
Estaba tan absorto en m mismo que no haba escuchado sus pensamientos en mi
cabeza ni haba sentido nuestra eterna conexin activarse.
Estaba admirando tu hogar contest con la misma sonrisa de mofa que l me
haba dedicado.
Me di cuenta entonces que, desde que nos habamos vuelto a encontrar, mi actitud
para con l haba cambiado. Ya no le veneraba como haca cuando era ms joven, ahora le
vea desde otra perspectiva distinta, una que me impeda fiarme completamente de l.
Antes de responderme cogi un mando alargado y negro, puls un botn y el hilo
musical impregn cada rincn. Me tens al escuchar I want you to know
[8]
de Lifehouse.
El gesto era un mensaje, un aviso. Conozco tu debilidad pareca querer decir con su
eleccin musical.
A qu debo tu visita inesperada? Cre que queras hacer creer al mundo que
estbamos enfrentados coment mientras tomaba asiento en uno de los impolutos sofs
de diseo.
El mundo no me interesa, solo quera que lo pensara Rachel respond insolente.
Rachel?
Cline. Rachel es el nombre que usa ahora. Pero eso t ya lo sabes. Hablaste con
ella vi como se le tensaban los msculos de la mandbula, era evidente que no esperaba
jugar con desventaja y la informacin siempre era como una buena mano en el pquer.
Me encontr con ella hace unos das. Pura casualidad. Ya sabes el mundo es un
pauelo sent cmo repentinamente se bloqueaba nuestra conexin. La parte de sus
pensamientos que no quera compartir conmigo.
Me lo dijo. Lo que no comprendo es la razn por la que le dijiste que estaba en la
ciudad. Creo recordar que acordamos que yo la buscara y le pedira ayuda intent que mi
voz sonara tranquila, no tena intencin de enfrentarme abiertamente a l. Al juego que
Adrien haba dispuesto yo tambin saba jugar. De hecho l haba sido mi maestro.
Fue un impulso repentino su voz era tan firme y melosa que podra haber
engaado a cualquiera que no lo conociera como lo conoca yo. Pens que si le deca que
estaba informado de que estabas en la ciudad y sonaba lo suficientemente amenazador,
acudira inmediatamente a tu lado para protegerte, as ha sido, no? pregunt arrogante.
Una decisin muy arriesgada gru. Su respuesta tena sentido, aunque fuera
una completa mentira.
Pero funcion, ya sabes lo que dicen, quien no arriesga no gana coment
rindose de su propia broma.
Ya veo respond esbozando mi mejor sonrisa.
Y qu es exactamente lo que ves Mefisto? sus ojos grises estaban clavados en
m y tan brillantes que parecan de acero.
Que fuiste t quien me envi a Eva contest eludiendo la pregunta real que me
haba formulado.
Eso fue un regalito de bienvenida, o vas a negarme cmo la mirabas? Siempre te
he consentido desde que te encontr a los siete aos muerto de fro y de hambre en aquel
estercolero.
Lo s maestro dije apretando los dientes con tanta fuerza que dola. Y s, la
mir. Cmo no iba a hacerlo si era la viva imagen de Isabella?
Isabella, una joven muy bella pero demasiado inocente para mi gusto, y al mismo
tiempo tan agresiva para defender lo que crea suyo. Pobre Cline, qu mal rato pas
aquella noche!
De qu ests hablando? pregunt sorprendido de que Adrien dijera eso de
Isabella y de Rachel. Evidentemente algo que yo desconoca haba propiciado su
comentario.
Adrien se ech a rer a carcajadas disfrutando de mi ignorancia. Cuando por fin dej
de hacerlo, clav sus ojos en los mos y record lo peligroso que poda ser como enemigo.
Roma, 1525


La estancia en la que nos encontrbamos estaba situada en el stano de la mansin
de mi maestro. Hasta ese momento yo ni siquiera haba sabido de la existencia de un lugar
as en nuestra casa, era lo opuesto al lujo y la elegancia que reinaba arriba. Aqu las paredes
estaban manchadas por algo que se pareca bastante a sangre. El suelo estaba cubierto de
paja maloliente y haba cadenas y extraos aparatos sobre los que desconoca su utilidad.
Giuseppe estaba de pie en el centro de la estancia, con la vista clavada en el suelo y
las manos atadas a la espalda, a la espera del juicio y, posteriormente, del castigo que
debiera serle impuesto.
A pesar de lo pagado que siempre haba estado de m mismo, no me pareci que la
ofensa fuera equiparable al momento que estaba viviendo. El sirviente simplemente haba
actuado como le haban ordenado. A pesar de ello me sent halagado de que mi maestro
mostrara tanta ira por la reaccin que el sirviente haba tenido conmigo.
Giuseppe temblaba como una hoja. No era un secreto para nadie del servicio la
manera en que Adrien cobraba sus deudas.
Maestro. No ha sido nada importante ped irritado por la incmoda posicin en
la que me encontraba. El criado se haba negado a abrirme una de las puertas que
permanecan cerradas con llave, a peticin de Adrien, y cuando le insist para que lo
hiciera, me haba mandado con viento fresco al jardn a jugar. Nada que mereciera tal
venganza.
S que lo ha sido. Eres mi pupilo y se te debe respetar como tal. Giuseppe saba
eso cuando se neg a cumplir tu peticin, y ahora tendr que pagar por ello. No obstante, en
vista de tu piedad, ser magnnimo y aprovechar esta situacin para seguir con tu
educacin. Ests de acuerdo fils
[9]
?
S maestro respond ms relajado por sus palabras. Qu inocente fui!
El castigo por su impertinencia ser la muerte o la prdida de su lengua
descarriada, para que no pueda volver a ofender a nadie. T decides. Si decides que muera
lo har a mis manos, si prefieres que le cortemos la lengua sers t el encargado de hacerlo.
Mir atnito a mi maestro, fuera cual fuera mi decisin todo el peso recaera sobre
mi conciencia, o una muerte o una tortura. La eleccin no fue tan difcil como haba
supuesto.
En el momento de la verdad mis remordimientos desaparecieron. Fue as como
comprend a los once aos que me haban enseado bien.
Eleg la tortura, simplemente por el placer de ejecutarla, y mi brazo no tembl
cuando lo hice.
Me sobresalt la idea, pero consegu mantener la mirada confiada y tranquila. A
pesar de todo yo siempre haba albergado un profundo afecto por mi maestro. Me haba
sentido protegido por su poder y por todo lo que me haba enseado. Pero ahora que
habamos vuelto a encontrarnos era evidente que las cosas entre nosotros haban cambiado,
aunque yo no me hubiera dado cuenta hasta ese momento. Paradjicamente, la influencia
de Oliver haba tenido ms efecto en m que la ma en l.
Recuerdo muy bien cmo tuve que separarla de Cline una tarde en que estuvo a
punto de partirle el brazo coment como de pasada.
Qu? pregunt alzando la voz, completamente asombrado por lo que me
estaba contando.
No me digas que no lo sabas abri los ojos para parecer sorprendido.
Qu pas? pronunci la frase marcando cada palabra. Jams imagin que
Isabella se enfrentara a Cline por m y mucho menos que esta ltima me lo hubiera
ocultado.
Bueno, si eludimos la parte en la que tuve que despegar a Isabella de Cline, nada
fuera de lo comn. Isabella os vio juntos, fue a pedirle explicaciones y la amenaz para que
te dejara. Cline le dijo que no pensaba hacerlo y la otra enloqueci de celos, la agarr por
el brazo y se lo retorci a la espalda al tiempo que gritaba como si hubiera perdido el juicio.
Cundo sucedi eso? no comprend por qu no me haba enterado de
semejante escndalo.
Fue en el jardn trasero de los Gavioli, en uno de esos aburridos bailes a los que
asistamos. Por fortuna nadie se enter. Cuando Isabella se acerc a hablar con Cline, yo
estaba con ella. Fue as como pude sentir toda la ira que invada a tu amante despechada,
adems no era la primera vez que Isabella acosaba a Cline. Por eso las segu, saba que
quera lastimarla.
Ibas a protegerla? el inters de Adrien por ella siempre me haba resultado
molesto y desconcertante al mismo tiempo.
Era una dama y a las damas hay que protegerlas siempre. Eso es algo que ya
deberas saber, fue una de mis primeras enseanzas me recrimin con la misma serenidad
con la que lo haca cuando yo era un nio.
Lo s maestro. durante unos instantes me sent como tal, asustado e
impresionado a partes iguales por la fuerza que irradiaba de l.
Cuando finalmente me alej de all, lo hice ms confuso que cuando haba llegado.
Me haba esforzado al mximo por adentrarme en los pensamientos de Adrien, pero este me
haba mantenido fuera de su cabeza durante el tiempo que haba durado nuestra charla. En
ningn momento haba bajado la guardia, lo que me haca plantearme serias dudas sobre lo
que haba detrs de ese encuentro fortuito con Rachel. Y por otro lado estaba el inters mal
disimulado que senta por ella y los sucesos que acababa de descubrir por su boca y no por
la de mi antigua amante.


Captulo 8


Me asust dando un respingo cuando escuch el suspiro que haba escapado de mi
pecho. Algo iba mal, yo no suspiraba.
Llevaba un par de das sintindome extraa, las paredes del espacioso apartamento
en el que me haba instalado eran mi nica vlvula de escape.
Me acerqu al diminuto reproductor en el que tena almacenada prcticamente mi
vida en msica, esta no solo haba guiado a Oliver a travs de los siglos, sino que nos haba
arrastrado a todos con l. La meloda de Princess of China de Coldplay y Rihanna invadi
mi pequeo mundo aislado y personal. Cerr los ojos y me dej transportar a mis recuerdos.
Una cancin que plasmaba lo que haba sido mi vida en Florencia a la perfeccin:
on the same side, in the same game
[10]

Me agach y recog los pinceles del suelo empapelado con peridicos viejos, haba
botes de pintura y aguarrs por todo el suelo. Mir satisfecha hacia la pared del fondo, el
rojo y el dorado eran los colores dominantes de la escena. Todo lo dems quedaba en un
segundo plano tras los protagonistas envueltos en ellos.
La muchacha llevaba un vestido rojo tan elaborado que pareca tener relieve en la
pared, como si fuera a ser capaz de salir de all y cobrar forma en el saln.
Su antifaz dorado ocultaba parcialmente su rostro. Este iba ribeteado por lentejuelas
primorosamente hilvanadas por hilo del mismo tono dorado de la mscara y se ataba detrs
por unas cintas tambin doradas. Llevaba el cabello negro enrollado en un artstico peinado
del que se escapaban bucles indomables que se deslizaban por su blanco cuello.
El caballero que estaba a su lado vesta de riguroso negro, a juego con su antifaz y
su cabello, cuyas puntas se le ondulaban en la nuca. El extrao color de sus ojos competa
con la mscara de la muchacha. Una extraa mezcla de dorados, verdes y marrones que se
repartan en sus iris.
La pareja era perfecta y la imagen magnfica. No obstante, era una escena incorrecta,
artificial. Representaba al chico equivocado.
Florencia, 1535


Sabes que eres la monja ms preciosa que he visto en mi vida, ma chrie? me
pregunt Adrien tras un domin negro que cubra su hermoso rostro hasta los pmulos. Con
su cabello dorado suelto y sus brillantes ojos grises ofreca un contraste interesante, el
atuendo lo mostraba como un ser que habitaba entre la luz y las sombras.
Las fiestas de disfraces estaban ms de moda que nunca, ya que eran la excusa
perfecta con la que flirtear libremente, ocultos tras las mscaras. Nadie conoca el nombre
de la persona que se esconda tras los domins y los antifaces, incluso yo me senta una
persona diferente con mi preciosa mscara dorada puesta, ms osada, ms libre. Contra
todo pronstico, Juliette me haba engalanado con un vestido rojo y escotado que haba
pertenecido a mi hermana Laura. Mi caprichosa hermana se lo haba confeccionado un par
de meses atrs y ni siquiera se lo haba llegado a poner. A pesar de las protestas de mi
madre y de Laura, mi padre no le permiti que lo hiciera, con su cabello dorado y sus
abundantes atributos pareca ms una cortesana que una dama de buena cuna.
Cuando Juliette haba entrado con l en los brazos pens que se haba equivocado de
dormitorio, pero mi doncella haba sonredo cmplice y me haba informado que era idea
de mi padre que yo lo luciera esa noche en la fiesta.
No deberas rerte de m le rega coqueta, cada vez ms segura de mi belleza y
enfundada en mi escandaloso vestido.
No me ro de ti. Creo cada palabra que he dicho su sonrisa era deslumbrante.
Pero no se lo digas a las otras chicas o me ver sin pareja de baile el resto de la noche.
Una carcajada escap de mi garganta. Era imposible que Adrien se quedara sin
parejas dispuestas a pasar a su lado unos minutos.
No creo que suceda. Pero en cualquier caso puedes contar conmigo le respond
sonriente. Dos segundos despus me di cuenta de lo poco apropiadas que haban sido mis
palabras. Bailar no me estaba permitido.
Not su mirada sorprendida y a la vez complacida. No se esperaba mi respuesta ni
las connotaciones que tena.
Contar contigo ser maravilloso. Bailemos! me pidi, mientras se inclinaba en
una elegante reverencia.
No estoy aqu para bailar. Mi padre me ha dejado venir casi por lstima, si
hubiese sido por mi madre y por mi hermana mayor me hubiera quedado en casa escondida,
pero puedes contar conmigo para cualquier otra cosa aad riendo.
Se acerc ms a m y se apoy a mi lado, en la misma columna en la que yo estaba,
tan cerca que poda sentir el calor de su cuerpo a travs de las capas de ropa que nos
separaban. Su olor se instal en mi cabeza y me impidi contestar durante varios minutos,
su perfume era atrayente y masculino, capaz de hacerme olvidar cualquier pensamiento
coherente.
Por qu no te niegas a ingresar en el convento? me pregunt interesado, sin
comentar nada sobre mi inesperado silencio. Me sorprendi el giro que le haba dado a
nuestra conversacin. Not como el calor inundaba mis mejillas como respuesta a la
intensidad de su mirada.
No servira de nada confes finalmente. Por mucho poder que tuviera era
incapaz de lidiar con la tradicin familiar.
Vamos me dijo guindome un ojo.
Me tom de la mano y me sac a uno de los balcones que rodeaban la mansin y
conducan a unas escaleras que llevaban directamente al jardn de entrada.
Sorprendentemente no nos encontramos a nadie por el camino, los invitados bailaban en el
saln principal o paseaban por el jardn trasero, donde era ms fcil ocultarse en las
sombras y disfrutar de los encuentros ilcitos que caracterizaban este tipo de
acontecimientos.
Adrien sigui con mi mano en la suya, su tacto era caliente, tan caliente que casi
quemaba, no obstante, era al mismo tiempo un calor placentero, como cuando sumerges el
cuerpo en una baera de agua muy caliente y sientes que todos tus msculos se relajan y es
tan agradable que no puedes ms que suspirar.
Cuando llegamos a la parte ms oscura en la que se elevaba imponente un celador
blanco como la luna llena, por fin se par y se quit su antifaz, consciente de la belleza
arrebatadora de su rostro.
Sabes que hay una solucin a tu problema? sus ojos se vean negros y
brillantes con la poca luz que irradiaban las antorchas estratgicamente colocadas a lo largo
del camino.
No te entiendo confes.
Si no conoca mis planes para escapar del convento, y era evidente que no lo haca,
de qu estaba hablando?
Si eres deshonrada pblicamente no podrs llegar a ser la abadesa que tu familia
quiere que seas, y si no puedes optar al cargo, entonces ya no le servir que entres en el
clero.
Una simple monja no es lo suficientemente importante para una Delacrosse.
En ese caso mi familia me repudiar y en lugar de estar condenada a la soledad
ms absoluta estar condenada a morir de hambre ment.
Por primera vez en mi vida falt a la verdad, pero era una causa mayor. No poda
permitir que Adrien supiera que ya haba sido deshonrada y que pensaba escapar con
Mefisto en cuanto tuviera la oportunidad. Tras nuestro encuentro en el laberinto habamos
decidido retomar nuestro plan infantil de huir juntos y evitar as que me obligaran a ser
monja.
No si la persona que te deshonr te pide matrimonio coment con la vista
clavada en m.
Matrimonio? la sola idea de casarme me hizo estremecer.
Yo no podra casarme nunca, hacerlo implicaba demasiadas cosas. Una boda era un
contrato inmortal imposible de romper, un contrato legal en el que entregaba mi alma a otra
persona. El nico acto humano respetado por ambos bandos, por la luz y la oscuridad.
Por esa razn yo no poda hacerlo nunca, estara entregando mi alma y unindola a
otro ser, de manera que l estara unido a mi naturaleza y yo a la suya para siempre. Era una
decisin demasiado importante para alguien como yo. Instintivamente me puse en guardia.
Y con quin tendra que casarme? pregunt escondida tras mi mscara dorada.
Conmigo, por supuesto su sonrisa hizo que me estremeciera de pies a cabeza.
Adrien se abri por completo a m, tanto que estuve a punto de caer al suelo por la
impresin. Una mano caliente me rode la cintura y me peg a su cuerpo impidiendo as
que me desplomara en el suelo. Una verdad se descubri ante m Desnuda, terrible y a
pesar de todo, tuve que luchar con lo que su contacto me haca sentir. Con la extraa
sensacin que me embargaba cuando sus manos me tocaban, aunque fuera un simple roce
casual o, como en este caso, un apoyo para evitar que me cayera.
Adrien? susurr con una conocida sensacin en el estmago y con su mano
an aferrada a mi cuerpo.
Vaya, Cline, por fin te has dado cuenta? Te haca ms lista ma chrie. Lstima
que la bondad te ciegue tanto, o quizs es que no quieres ver. Tanto te importa Mefisto
que cierras los ojos a nuestra naturaleza? su voz haba cambiado. Ya no era melosa y
dulce, ahora pretenda hacerme dao, era fra y desapasionada.
Mefisto?
Eres deliciosa me dijo mientras me encerraba en sus fuertes brazos y me
obligaba a mirarlo clavndome los dedos en la barbilla. Antes de poder reaccionar estaba
apoyada contra el celador y su boca apresaba en un apasionado beso a la ma.
No temas me dijo mentalmente, inexplicablemente te has convertido en una
debilidad para m. Te quiero a mi lado.
Sus besos eran tan mareantes que durante varios minutos olvid con quien estaba,
me aferr a su cuello y me dej llevar.
No susurr en mi cabeza con poca conviccin.
Qudate conmigo y todo ser perfecto dijo separando sus labios de los mos.
Sent la prdida.
Not que alguien ms apareca en escena, primero tem que fuera Mefisto, despus
cuando vi de quin se trataba dese que hubiera sido l quien nos interrumpiera.
Tristan iba impecablemente vestido, aunque sin antifaz. Su mirada estaba clavada en
mi acompaante y en su mandbula se notaba la tensin.
Aljate de ella pidi iracundo. Era la primera vez que le escuchaba levantar la
voz.
T dijo Adrien soltndome. No te entrometas en esto Tristan, no te conviene
molestarme. Pero a pesar de su aviso, se march dejndome a solas con l.
Tem que mi amigo descargara su ira sobre m, pero simplemente se acerc a mi
lado con cara de preocupacin y me acarici el cabello.
Qu voy a hacer contigo Cline? se pregunt a s mismo en voz alta.


Captulo 9


Nunca haba tenido la necesidad de buscar a Rachel, de hecho siempre haba hecho
lo contrario, escapar de su compaa. Sin embargo en esos instantes lo que necesitaba era
aclarar varios puntos con ella. El ms importante era cmo haba sido su encuentro con
Adrien, y no solamente si se haba alegrado de verle o no, me preocupaba algo mucho ms
mundano. Tena una peligrosa sospecha acerca de los intereses que movan a mi maestro.
El extrao afecto que siempre haba mostrado por Cline, el hecho de que me enviara a Eva
solo para alejarla de mi lado Algo se me escapaba y necesitaba descubrir qu era.
Adems necesitaba ser visto en compaa de Rachel si quera que Adrien pensara que
estaba decidido a llevar mi plan hasta el final.
Una cosa era ser taimado con los dems, pero a m mismo me deba la verdad y esa
era que no me casaba con nada ni con nadie (al menos eso me deca a m mismo, mientras
me negara a aceptar la verdad, mi vida discurrira todo lo tranquila que poda esperar un
tipo como yo). La fidelidad no formaba parte de mi naturaleza voluble y el compromiso
mucho menos, aunque una vez hubiese estado a punto de hacerlo
Florencia, 1535


Por primera vez en mucho tiempo la idea me tent, era una completa locura, pero
todava lo era ms seguir fingiendo que todo estaba bien, que podamos vivir de este modo.
Ya habamos decidido marcharnos de Florencia, pero una vez que estuviramos
lejos, cmo bamos a vivir? ramos de dos mundos completamente opuestos y por mucho
que me molestara admitirlo, Adrien tena razn. La idea del matrimonio haba sido
sencillamente brillante.
Cline haba terminado por aceptar lo que ramos cada uno y habamos decidido que
nuestro amor estaba por encima de las normas, del bien y del mal, de todo lo que no
furamos ella y yo.
No es que la idea de casarme con ella me apenara, lo que me tena perturbado era
que hubiese sido Adrien la persona que descubri que era la solucin perfecta, y todava
ms, que se hubiera ofrecido a Cline como va de escape al convento.
Casmonos! le ped sorprendindonos a los dos.
Ya no poda alargar mucho ms el momento tena que hacer algo si no quera
perderla.
Ests seguro? pregunt entre mis brazos
Ms que nada en el mundo.
Entonces lo har, me casar contigo. Pase lo que pase.
Te espero en el laberinto maana a las tres de la madrugada. Esa hora es lo
suficientemente tarde para que el baile haya concluido y no nos tropecemos con nadie por
el camino. Trae todo lo que quieras conservar, pero que sea un cargamento ligero, no debe
retrasarnos.
Aqu estar dijo sin apartar su brillantes ojos de los mos.
Lo s.
Y antes que pudiera replicar nada sobre mi soberbia, la bes. Como si no furamos a
encontrarnos en unas horas, como si no fuera a ser ma para siempre. Como si hubiese
adivinado lo que el destino nos tena preparado.
Mis pies se encaminaron directos a su encuentro no tuve ni que pensar en ello. Solo
me dej llevar


Saba que te encontrara aqu me dijo demasiado amablemente.
De verdad? pregunt indiferente.
Bueno despus de haber recorrido todos los museos de la ciudad era evidente que
estabas en este, si no, te hubiera encontrado antes, no crees?
Qu quieres? le dije sin girarme an con la vista clavada en el Kandinsky.
Era plenamente consciente de que Gabriel me estaba mintiendo y que saba que yo
lo saba. No haba recorrido todos los museos de Nueva York buscndome, me haba
encontrado sin necesidad de concentrarse en ello, de la misma manera en que yo le
encontraba a l. Seguramente sus pasos le haban trado directamente a este momento que
estbamos compartiendo.
Despus de todo no era nada nuevo que mintiera, su propio nombre, ahora
reconvertido en apellido, ya haca alusin a su carcter embustero y liante.
Lo que me sorprendi en esa ocasin fue que lo hiciera sobre algo tan tonto como la
forma en que haba dado conmigo.
Bueno, en realidad quera saber cmo estabas. Saliste despavorida de mi casa en
cuanto lleg mi visitante.
Qu esperabas? le cort molesta. Qu me quedara a jugar con vosotros?
Una idea fabulosa. Por qu no lo dijiste en su momento?
Por qu no te vas? gru mirndole por primera vez desde que se haba
plantado a mi lado. No estoy de humor para soportar tus tonteras.
Qu lstima que ese sea el momento en el que yo ms disfruto de tu compaa.
Le dirig una mirada airada y me top con su risa. Mi ceo fruncido se destens de
golpe, tard unos segundos en recomponer mi expresin indignada. Mejor mostrarle enfado
que admiracin por la profundidad de sus ojos pardos.
Sin decir una sola palabra ms me di la vuelta y me encamin a la salida. Mir
fijamente al frente evitando recrearme en los lienzos colgados de las paredes de las distintas
salas por las que iba pasando en mi huida, intentando mantener mis reacciones bajo control,
saba que Gabriel iba a dos pasos de m a la espera de ver un signo de debilidad, y era
consciente que me encontraba en desventaja, estbamos en el lugar apropiado para ello. Era
en sitios como en el que abandonbamos en los que me permita volver a ser la chica
soadora y enamorada que haba credo en l.
Sent su mano mientras enlazaba sus dedos a los mos, tir de mi con delicadeza
pero firmemente y me llev por los pasillos en los que estaban los aseos pblicos. Sent
cmo se me encoga el estmago con el roce.
La cara de Gabriel era seria y mostraba decisin. Nos paramos en la parte menos
transitada del pasillo. Me empuj contra la pared y peg su cuerpo clido al mo. Mis
piernas tuvieron que hacer un esfuerzo doble para no dejarme caer.
Rachel, Rachel, por qu eres tan arisca conmigo? susurr sobre mis labios sin
llegar a rozarlos.
Poda sentir su clido aliento sobre ellos, sin embargo no avanz el diminuto espacio
que separaba nuestras bocas. Fui consciente que se trataba de una de sus provocaciones,
pero me dio igual. Cerr los ojos y me dej llevar por la sensacin de sentir su cuerpo
musculoso sobre cada recodo del mo.
Quieres que te bese? Si es eso lo que quieres puedo hacerlo, por ti, ya sabes
susurr enterrando la nariz en el hueco detrs de mi oreja.
Durante un instante sent la necesidad de aceptar su oferta, pero el recuerdo de lo
que haba sucedido entre nosotros la ltima vez que habamos estado juntos regres de
golpe.
Te aseguro que eso no ser necesario. Quizs Eva te acepte la oferta le dije muy
digna.
Pero a pesar de mis palabras fui incapaz de moverme para apartarme de su mareante
calor.
Yo s lo que quieres, siempre lo he sabido me susurr en el odo, rozando con
sus dientes el lbulo de mi oreja.
T no sabes nada protest empujando su pecho para que se apartara de m.
Todo era un juego con Gabriel, siempre se trataba de eso. Y por mucho que me
costara, por mucho que lo deseara esta vez, no estaba dispuesta a dejarme llevar por el
momento. El golpe que vena tras el breve instante de felicidad era demasiado insoportable.
Adis Gabriel. Y gracias por la oferta le respond burlona.
No estaba mal que por una vez le pagaran con la misma moneda.
Cuando quieras. Solo tienes que pedirlo contest apropindose nuevamente de
la ltima palabra.


Captulo 10


No me haba girado en ningn momento mientras abandonaba el MOMA y dejaba
atrs mi encuentro con Gabriel. No estaba preparada para mantener una conversacin real
con l o para justificar mi reaccin ante su contacto.
Primero tena que terminar de ordenar mis ideas, y volver a encontrarme con Adrien
no me ayudaba mucho a hacerlo. Los dos me descolocaban, cada uno de distinta manera.
No obstante, al final el resultado era siempre el mismo.
En vista de lo imposible que haba sido encontrar tranquilidad en el museo, decid
buscar refugio entre las paredes de mi casa. All me encontraba libre de Gabriel y de lo que
me haca sentir por mucho que luchara contra ello, de Adrien y el inters que siempre haba
sentido por m y que lograba que me sintiera protegida a su lado a pesar de lo que ramos
los dos.
Mi casa, donde an me quedaban tres enormes lienzos en blanco en los que plasmar
mi frustracin.
Me qued paralizada al ver aquel par de ojos negros clavados en m.
Qu haces aqu? pregunt alzando la voz cuando me repuse de la sorpresa de
su inesperada visita.
Evitar que cometas dos veces el mismo error. Qu sino? pregunt ladeando la
cabeza. Su largo cabello castao claro, que llevaba sujeto en una coleta baja, se desplaz
hasta su pecho. Vesta un polo azul celeste con los botones desabrochados y unos vaqueros
desgastados, pareca un joven normal y corriente con un cuerpo de escndalo y un rostro
mucho ms que atractivo.
No creo que eso sea necesario contest a la defensiva.
Algo confusa por sus palabras, ya que en ningn momento me haba aclarado a cul
de mis meteduras de pata se refera: a la de entregarme a Mefisto y confiar en l o a la de
besar a Adrien y mantener nuestra amistad.
Lstima que no ests de acuerdo conmigo. Porque no pienso irme me lanz una
mirada de advertencia avisndome que no iba a discutir el tema conmigo, que era una
decisin tomada.
Te vas a quedar afirm.
Adivin mis pensamientos, o ms bien los ley, porque rpidamente contest.
Contigo? Aqu? No, simplemente voy a estar cerca. No lo olvides, esta vez
podrs contar conmigo su voz son lejana como si estuviera perdida en el momento al
que aluda.
Siempre he podido contar contigo repliqu.
Me molestaba que fuera tan duro consigo mismo. Tristan haba sido mi gua desde el
instante en que nac, igual que el hijo del creador los ngeles, nacamos humanos o bien
ramos reclamados al morir.
No es del todo cierto, as que no lo repitas o rompers nuestra regla de oro sobre
las mentiras. La ltima vez no lo vi venir pero ahora estar preparado.
Esboz una sonrisa que no poda calificarse como otra cosa que luminosa y march
decidido hacia el ascensor. En ese instante me invadi una profunda sensacin de
seguridad. Tristan no iba a permitir que me fallara ni a m misma ni a nadie.
Rachel? pregunt riendo.
Me gusta ese nombre, pero t eres la nica persona a la que siempre permitir
llamarme Cline.
Siempre es mucho tiempo respondi.
Y nosotros de eso tenemos mucho contest riendo.
Sonri. Si no hubiese estado tan acostumbrada a ese gesto, a la bondad y belleza que
destilaba con l, hubiese tenido que sujetarme a alguna parte cuando se doblaran mis
rodillas. No fue el caso, solo me embarg una leve emocin, como el suave aleteo de las
mariposas en mis mejillas.
Si has elegido Rachel, ser Rachel y dicho esto subi al ascensor que daba
acceso a la vivienda con el paso elegante y seguro que le caracterizaba.
Cuando lo vi parado en mitad de mi saln me qued tan sorprendida que no ca en la
cuenta de que haba sido yo quien le haba alertado, cuando le ped permiso para convertir a
Danielle en mi pupila. Me haba guardado ciertos detalles, sin embargo eso no era un
problema para l. Nadie era capaz de descubrir con ms facilidad que Tristan la verdad que
se ocultaba tras los silencios.


Por segunda vez en el mismo da me encamin hacia el MOMA. El museo se haba
convertido, sin darnos cuenta, en un punto de reunin entre Gabriel y yo. Las ltimas
conversaciones medianamente civilizadas que habamos mantenido en l lo haban
convertido en un terreno neutral, si dejbamos al margen el momento de tensin sexual que
habamos tenido horas antes.
Me acerqu despacio a su lado, estaba contemplando El estudio rojo de Matisse: un
fondo rojo sobre el que se aadan lienzos y dems objetos relacionados con la creacin
pictrica. Un lienzo con el que me senta identificada, la ms maravillosa de las obras que
jams haba contemplado.
Yo era como el fondo rojo del Matisse, como la jovencita del vestido rojo,
apasionada e ingenua. Un color que haba ido transformndose en el negro que tea mi
ropa conforme se iban aadiendo nuevas vivencias. El mismo cuadro que yo visitaba cada
da desde que haba llegado a Nueva York. Gabriel estaba tan concentrado en el Matisse
que pareca como si quisiera encontrar qu lo haca especial para m, sus ojos escaneaban
de arriba abajo la pintura.
Tristan est aqu le espet de golpe.
No tena muy claro por qu comparta esa informacin con Gabriel, pero estaba
convencida que era buena idea hacerlo.
Perfecto, eso har que el inters de Adrien por ti se disuelva un poco. Si hay algo
que l desee ms que a ti, es acabar con Tristan para siempre dijo con total naturalidad.
No me preocup la seguridad de mi amigo, tena plena confianza en su fuerza y en
su poder. En un mano a mano con Adrien, l sera el vencedor; aun as la idea me
importun. Rec para que no llegara el encuentro, no quera que ninguno de los dos saliera
herido.
Por qu se odian tanto? pregunt recordando la nica vez que los haba visto a
los dos juntos.
Cosas de hermanos.
Qu?!
Una risa estridente y sincera sacudi el cuerpo de Gabriel.
No puedo creer que no lo sepas princesa. Nunca has escuchado eso de que
disponer de la informacin es ya una batalla ganada? O algo as dijo con los ojos
entrecerrados, intentando dar con la frase correcta.
No puede ser. Son tan diferentes! murmur fascinada por el descubrimiento.
En realidad son medio hermanos. Mismo padre, distinta madre, la de Adrien
muri en el parto y su padre volvi a casarse. La misma vieja historia de siempre.
Cmo sabes t eso? le interrogu. Admirada porque supiera tanto sobre un
hecho que jams me hubiera imaginado.
Haciendo muchas preguntas y escuchando muchas respuestas contest
enigmtico.
Es eso una especie de proverbio? aventur entrecerrando los ojos.
No, es lo que hice realmente. Haba olvidado lo divertida que eres coment
burln.
Le frunc el ceo molesta, no intentaba ser graciosa, haba sido una pregunta en toda
regla.


Era mucho ms que evidente la razn por la que Tristan estaba en la ciudad: Rachel,
y que ella fuera el motivo me tena molesto y desconcertado al mismo tiempo. El arcngel
solo pretenda protegerla y desde cuando tena yo ataques posesivos respecto a Cline?
Nunca que pudiera recordar, y no caba duda de que mi memoria era perfecta.
Florencia, 1535


Qu voy a hacer contigo Cline? preguntaba un tipo al que nunca haba visto y
que la sostena entre sus brazos mientras le acariciaba el cabello con delicadeza.
Me fij en la familiaridad con la que se apoyaba sobre l, en el precioso vestido rojo
que ella luca y en la mscara dorada que llevaba puesta, que consegua hacerla parecer ms
mundana y misteriosa. Los celos se apoderaron de m con una fuerza irracional y una
bruma negra empa mi mirada.
Cline! la llam totalmente fuera de m por la escena que estaba teniendo lugar
ante mi vista.
No creo que sea buena idea que la busques me advirti el desconocido con una
voz profunda y autoritaria. Mostraba la insolencia de los que se saben por encima del resto.
Algo en su osada y en sus ojos negros me record a Adrien.
Lo que yo creo es que no es asunto tuyo le respond cada vez ms alterado.
Quin demonios se crea que era y qu haca acaricindola de ese modo?
Mientras nosotros hablbamos, Cline se haba separado de su abrazo pero
permaneca de pie a su lado.
Ests seguro? No lo es? pregunt con una sonrisa de autosuficiencia.
Sent una descarga que hizo que perdiera el equilibrio y que estuvo a punto de
hacerme caer. Una luz brillante se instal en mis ojos y se abri paso en mi pecho, las
nauseas me invadieron y la certeza me ceg.


Captulo 11


Apart la mirada del Matisse todava sin entender qu tena de especial ese cuadro
para Rachel. Para m no era ms que pintura roja y tela, comprend que por mucho que
buscara no iba a encontrar la respuesta y como tampoco estaba dispuesto a preguntarle a
ella directamente, decid que lo mejor era olvidar el tema, al menos de momento.
Recuerdas cuando descubriste quin era yo? le pregunt repentinamente.
S.
Ese fue el mejor y el peor momento de mi vida, las dos cosas al mismo tiempo. El
peor porque durante una fraccin de segundo tem que me odiaras y el mejor porque no lo
hiciste. El resto del tiempo ha sido una pesadilla ya que cambiaste de opinin muy pronto
dije bromeando, ocultando tras una sonrisa la verdad que escondan mis palabras.
Pretendes que me ra en un momento como este? me interrog intentando
mostrarse ofendida.
Pretendo que te ras en todos los momentos. Extrao la persona que eras antes,
Rachel me cae bien, pero no termina de ser mi tipo.
Lo siento mucho, pero esto es lo que hay me respondi sealndose.
Pues estoy en un buen dilema. Por un lado tenemos a Adrien, que no est muy
contento conmigo por lo que hice en Armony con Danielle y Oliver, por otro tenemos a
Tristan, que nunca ha estado contento conmigo, y luego ests t, que durante un tiempo lo
estuviste.
Quizs lo mejor sea abandonar la ciudad. No s, la idea de una playa paradisaca
me tienta bastante. Te apuntas, por los viejos tiempos? mi tono fue tan despreocupado
como siempre. Tena que probarla, saber hasta dnde estaba dispuesta a llegar por m.
Esto no es un juego, si los sabuesos te atrapan estars acabado me reprendi
con las manos en la cintura, como si estuviera regaando a un nio pequeo.
Bueno, he vivido mucho. A lo mejor no es tan mala idea fui consciente que la
haba forzado demasiado cuando me atac.


Sus palabras me devolvieron a la realidad. Mefisto nunca jams hubiese dicho algo
como eso. Jams se hubiese rendido sin ms
En un arrebato de ira le di un empujn, con todas mis fuerzas. Poco me import que
estuviramos en un lugar pblico, que la gente se quedara paralizada ante semejante
espectculo o que Gabriel cayera al suelo al pillarle por sorpresa mi reaccin.
Sin ser plenamente consciente de lo que haca comenc a moverme, alejndome de
all. Nadie dijo nada, ni se acerc a nosotros. Debieron pensar que era una inofensiva ria
entre enamorados: l dice algo inapropiado y ella se marcha llorando.
Di gracias porque el cuarto de bao estuviera vaco. Me mir en el espejo y me
obligu a respirar despacio, centrndome en los colores del cuadro: el rojo, el amarillo, el
azul dedicando mi tiempo a cada uno de los doce crculos concntricos que lo
componan.
No s cunto tiempo estuve all mirndome en el espejo e intentando ralentizar mi
respiracin. Cuando por fin consegu calmarme, abr el grifo y me lav la cara con agua
helada. Tuve que coger un pedazo de papel higinico para eliminar los chorretones de rimel
que tena bajo los ojos, no obstante, por mucho que tratara de eliminarlos no consegu nada
ms que unas ojeras negras y profundas. Menos mal que era resistente al agua pens
irnica.
Lo primero con lo que me encontr cuando abr la puerta para salir de mi escondite
fue a Gabriel apoyado contra la pared de enfrente.
Ya has superado tu ataque de agresividad? Podemos hablar? pregunt
cauteloso.
No.
No has superado tu ataque de violencia o no podemos hablar? S un poco ms
clara por favor coment tanteando a ver si sonrea.
No respond y le mir como si fuera un insecto insignificante al que ni siquiera
valiera la pena pisar.
Sabes cunto tiempo llevo esperando a que salgas de ah dentro? He estado
tentado varias veces de entrar y sacarte por la fuerza. Pero no hubiese sido correcto, y no
me refiero a lo de sacarte por la fuerza, sino a lo de entrar en el cuarto de bao de mujeres.
No estoy de humor para escuchar tus tontas divagaciones.
No sabes cunto lo siento princesa. Pero me vas a escuchar sentenci al tiempo
que me sujetaba por los hombros y me empujaba contra la pared sin soltarme y
aprisionndome con su cuerpo.
Gru molesta. Acaso se haba convertido en una costumbre empujarme contra esa
misma pared? Era la segunda vez en menos de veinticuatro horas que lo haca, y como la
vez anterior he de confesar que me cost reaccionar. Sentirlo tan cerca fue tan embriagador
como siempre, a pesar de mi enfado, a pesar de sus mentiras.
Comenc a temblar de forma descontrolada mientras mi mente se negaba a admitir
lo que senta mi cuerpo. Estaba escindida entre la emocin y la razn, entre lo que senta y
lo que quera sentir.
Cline, qu te he hecho? pregunt Gabriel separndose un poco de m. En su
voz puede distinguir miedo y frustracin.
Nada. Esto no tiene nada que ver contigo iba ms all de l, tena que ver
conmigo y con mi estpida debilidad por l.
No me mientas! me exigi como si tuviera libertad moral para hacerlo.
Yo nunca miento! respond en tono calmado.
Ests segura? insisti esperando una respuesta que no iba a recibir.
Y es que su pregunta me descoloc tanto como la respuesta real que se ator en mi
garganta.
Una tregua no verbalizada se instal entre nosotros. En silencio se apart totalmente
de mi cuerpo y me dej espacio para moverme, para decidir hacia dnde quera ir, pero la
libertad de eleccin no implicaba que fuera a dejarme marchar sola.
Caminamos uno junto al otro, perdidos cada uno en sus propios pensamientos.
Nuestros pasos nos llevaron hasta mi apartamento, durante una fraccin de segundo pens
en invitarle a subir, sin embargo record que el loft estaba decorado y no quera que l lo
viera, que fuera testigo de mi debilidad.
Si ests pensando en despedirme, lamento decirte que voy a subir de todas
formas, me invites o no me anunci muy serio.
Es mi casa. Que subas o no debo decidirlo yo, no t.
En este caso obviaremos las normas. Tenemos que hablar me recomend con el
mismo tono serio y autoritario.
No es una grosera obligar a alguien a soportar tu compaa? Crea que Adrien te
haba enseado bien le lanc mi mejor dardo.
No va a funcionar Cline. Voy a subir quieras o no us mi antiguo nombre con
la intencin de molestarme.
Esta vez no puse objeciones, era cierto que tenamos que hablar. Su actitud en el
museo haba despertado en m una sensacin de desconfianza, de recelo. Sus palabras
haban encendido una enorme seal luminosa de peligro en mi cabeza.
No estaba segura de conseguir que Gabriel me dijera la verdad, pero al menos tena
que intentarlo y despus ya me encargara de filtrar la informacin que me diera hasta dar
con qu era verdadero y qu no.
Saqu las llaves del bolsillo derecho de mi pantaln vaquero y abr la puerta, en
cuanto entr la solt, pero no lleg a cerrarse porque Gabriel me segua muy de cerca.
Subimos al viejo montacargas reformado en ascensor y presion el ltimo botn.
Segua pensando que era muy mala idea pero lamentablemente en ese momento no
tena muchas opciones.


Rachel pareca nerviosa, no quise forzarla ms. Su arranque en el museo me haba
pillado desprevenido y con la guardia baja. Algo estaba danzando en su hermosa cabecita y
crea saber qu era. Mi intento de provocarle lstima haba sido excesivo e inverosmil,
haba sobreactuado y a ella no se le haba escapado. Yo mismo haba abierto la brecha que
ahora nos separaba de nuevo.
Al parecer eso era lo que mejor se me daba, alejarla sin remedio de m.
Me qued petrificado en el umbral asombrado por la belleza del mural que tena
delante. Mantuve la expresin indiferente y me call todas las preguntas que quera hacerle:
Quin era el chico de la escena? Por qu se pareca tanto a m? Era un recuerdo o un
sueo? Por qu presida el saln de su casa?
Saba que no era el momento adecuado para volver a presionarla, no obstante, no
estaba dispuesto a quedarme con las dudas. Ahora tena que arreglar el desaguisado que yo
mismo haba hecho, pero no iba a quedarme con la incgnita mucho tiempo.
Avanc y me sent en una de las incmodas sillas que constituan el escaso
mobiliario. El lugar contrastaba con la casa de Adrien y con la ma propia, estaba
prcticamente vaco, si exceptubamos las latas de pintura y los pinceles.
Una mesa y unas pocas sillas, al este una cama enorme y un armario con un tocador
de bamb, una nevera destartalada y varias cajas de zapatos. Eso era todo lo que haba en
casa de Rachel. Haba sido siempre as su vida desde que abandon Florencia?
Ella que haba vivido desde que naci entre la opulencia y el dinero. Era como en
el caso de Oliver una especie de castigo auto infringido? Pero castigo, por qu? Qu mal
crea Rachel haber ocasionado? La respuesta se materializ ante mis ojos antes de terminar
de formularme la pregunta: Isabella. Cline se culpaba por la muerte de Isabella. Ese par de
tontos se haban estado culpando y castigando por lo mismo y de igual modo. Tuve que
sofocar la risa hastiada que naci en lo ms profundo de mi alma oscura.
Las palabras de Rachel me sacaron de golpe de mis pensamientos.
Qu has dicho? pregunt recuperando la compostura e intentando parecer
indiferente.
Qu te traes entre manos? S que hay algo mucho ms de lo que das a entender
haba acertado en mis suposiciones, Rachel sospechaba de mi penosa actuacin en el
museo.
No entiendo qu quieres decir la esquiv.
No lo entiendes? Veamos, intentar ser ms clara. T nunca te rindes, has pasado
cinco siglos acosando a Oliver para que cediera a tus deseos y, en todo ese tiempo, no has
dejado de importunarle y de repente no solo le liberas del pacto sino que tambin te rindes
con Danielle y me dejas va libre a m. A qu juegas, Mefistfeles?
Mefistfeles? pregunt intentando ganar tiempo para inventar alguna historia
creble que me evitara confesar la verdad.
Es tu nombre y te viene al dedo en todas sus acepciones. Eres el mentiroso ms
efectivo de la historia y el ser ms oscuro que conozco, elige con cul te quedas.
Me hars sonrojar si sigues por ah le respond fingiendo que no me molestaba
su maltrato.
Lo dudo, eres demasiado eglatra, disfrutas con esto.
Quizs lo hubiera disfrutado si las palabras hubieran salido de otros labios, en los
suyos no sonaban tan bien. Atronaban como lo que eran, recriminaciones totalmente
justificadas.
Princesa, me parece que la que est disfrutando con esta batalla dialctica eres t.
Me ests insultando a placer dije con una sonrisa sardnica.
Insultndote? No lo creo. Simplemente estoy diseccionando cmo trabaja tu
mente. As que, una de dos: o tienes un plan oculto en el que yo soy uno de tus peones o
definitivamente no eres tan cruel como quieres dar a entender y ahora tienes que tergiversar
tu metedura de pata de manera que sea favorable para ti. En cualquier caso, yo sigo
sintindome como un pen de tu maquiavlico juego.
Sent su temor a que se repitiera de nuevo la historia y eso activ el mo. Al parecer,
Rachel nunca iba a rendirse conmigo, por lo que iba a tener que ser ms claro si quera
liberarla de los lazos inmortales que nos unan y nos obligaban a permanecer juntos, a pesar
de lo mucho que luchramos para evitarlo.
Me pillaste. Voy a tener que confesar mantuve la irona tanto como pude. T
no eres un pen en mi maquiavlico juego, princesa. Eres la reina.


Captulo 12


Supe que debera sentirme feliz por haber hecho que Gabriel reconociera que se traa
algo entre manos. Sin embargo cuando lleg el momento y confes, no me sent feliz, ni
siquiera aliviada. Solamente vaca.
La reina? pregunt con un hilo de voz.
Pareces sorprendida princesa. No era eso que t llamas verdad lo que queras
saber? Pues ah la tienes, t eres el premio gordo para alguien como yo. Si consigo que te
pases a este lado de la lnea, conseguir lo que siempre he anhelado, una vida tranquila tras
una mesa y poder ilimitado con solo mover un dedo.
No haba irona ni falsedad en sus palabras. Cada una de ellas era cierta y verdadera
y se senta como si alguien me golpeara con fuerza en el estmago.
Por qu me lo cuentas? pregunt intentando aferrarme a cualquier cosa que
sirviera para redimirle.
Queras la verdad y yo ahora quiero ver qu vas a hacer con ella confes sin
guardarse ninguna carta en la manga.
Perfectamente consciente de que en este caso la verdad era mucho ms poderosa que
la mentira.
Qu crees que voy a hacer con ella? pregunt desafiante.
Lo correcto, t siempre haces lo correcto. As que ahora la pelota est en tu
campo. Estoy en un lo, uno muy grande y vas a tener que ayudarme. Cmo lo hagas es
cosa tuya, puesto que ya tienes la verdad que tanto reclamabas hace unos minutos.
Por qu crees que voy a ayudarte despus de confesar que pretendas utilizarme?
Porque no tienes otra opcin, eres incapaz de darte la vuelta y olvidar esta
conversacin me conoca a la perfeccin, su jugada haba sido una jugada maestra, me
haba embaucado sin necesidad de mentirme lo que le haca ms necesaria mi colaboracin.
Tena razn, iba a ayudarle. No me quedaba otra opcin. Gabriel me haba dado
cuerda y yo solita me haba hecho la soga y me la haba puesto al cuello. Le haba exigido
que me contara sus planes, no obstante, conocerlos no me liberaba de l, al contrario, me
obligaba moralmente a tenderle una mano. No poda dejarle tirado despus de que me
hubiera confesado la verdad.
Has pensado ya algn plan? me pregunt rompiendo el silencio que mis
pensamientos haban impuesto.
Conoce Adrien tus intenciones? pregunt intentando hacerme una idea de
hasta dnde haba sido una completa idiota.
Por supuesto, fue lo primero que hice cuando llegu a la ciudad. No soy ningn
suicida, por mucho que te lo haya hecho creer en el museo. Me encanta la vida y pienso
disfrutarla como mnimo cinco siglos ms.
Supongo que hasta que se nos ocurra algo tendremos que hacerle creer a Adrien
que tu plan est dando sus frutos. Mientras hablar con Tristn
No! me interrumpi levantndose con tanta fuerza de la silla que esta cay al
suelo. No le quiero en medio de esto.
Est aqu, se va a enterar aunque no quieras. Cualquier cosa que tenga que ver con
Adrien llegar a sus odos y querr participar si tiene que ver conmigo.
Si Tristan se mete esto se convertir en algo mucho ms peligroso de lo que ya es,
Adrien le tiene muchas ganas a su querido hermanito, y cuando les llegue el turno de
enfrentarse no quiero que ninguno de los dos est en medio, ni siquiera en el mismo
continente. Me has entendido? Djalo fuera de esto.
Supe que tena razn, sin embargo la idea de ocultarle cosas a Tristan no me gustaba
en absoluto, as que llegu a un acuerdo mental conmigo misma: no le dira nada a Tristn
si l no me preguntaba directamente sobre el tema. No obstante, si lo haca le dira la
verdad de lo que estaba sucediendo entre Gabriel y yo.
De acuerdo. Alguna idea de lo que vamos a hacer? pregunt reconociendo con
ello que me pona en sus manos.
Alguna respondi alzando la ceja. Te recoger a las once. Arrglate bastante,
nos vamos de fiesta.
Asent con la cabeza, estaba claro el lugar al que bamos a ir. No es que me
encantara la idea, sin embargo haca mucho tiempo que no disfrutaba de una noche de
asueto.
Ah, Rachel dijo girndose de camino al montacargas. Se supone que estamos
arreglando nuestra maltrecha relacin. Acurdate de mostrarte cariosa, princesa, y de
ponerte muy sexy.
Le lanc una mirada asesina, pero el se ri y me inst a practicar miradas
enamoradas en el espejo.


Captulo 13


Faltaban algunos minutos para las once de la noche cuando gir la esquina de la casa
de Rachel, me encontraba extraamente nervioso. La ltima vez que haba esperado a
Cline las cosas no haban salido como ninguno de los dos esperaba.
Dese que esta vez fuera diferente.
La puerta de abajo estaba abierta, as que no tuve que llamar. Aun as, me entretuve
parado en el cristal revisando mi atuendo. Me haba puesto una camisa negra de Dolce &
Gabbana, mi marca fetiche y unos vaqueros oscuros de Gucci, unas botas del mismo color
que la camisa remataban mi vestuario. Estaba perfecto para enloquecer a cualquier ngel
principado, antiguamente arcngel. Sonre completamente seguro de m mismo.
Me encamin hacia el viejo ascensor ansioso por comprobar cmo nos iba la noche,
cuando baj del montacargas me encontr con Rachel de pie frente a m.
Llegas puntual me felicit sorprendida. Supe que una parte de ella haba
esperado que no apareciera, que volviera a dejarla esperando. Sent una inesperada punzada
de remordimientos.
Le respond con una sonrisa vacilante cuando desvi la mirada de su cara a su
cuerpo. Ella not el movimiento de mis ojos.
Voy lo suficientemente arreglada para ti?
Tard ms de lo habitual en responder, llevaba un corpio rojo y negro que se ataba
por delante con corchetes y lazos, con una falda de tul capeada, corta y negra. Sus piernas
se mostraban interminables bajo la tela. En los pies calzaba unos botines tambin negros
con un tacn que la haca parecer casi tan alta como yo, pero sin duda mi mirada se qued
estancada en el trozo de piel de su pecho que el corpio dejaba al descubierto, en la
elegante lnea que discurra desde su garganta hasta sus clavculas. Instintivamente alargu
el brazo, pero lo retir inmediatamente, fingiendo que gesticulaba para que se diera la
vuelta y poder verla por todas partes.
Llevaba su cabello lacio y negro suelto como siempre, salvo por una pequea
modificacin que le sentaba a las mil maravillas: se haba cortado el flequillo recto sobre
sus perfectamente depiladas cejas, lo que le quitaba seriedad a su aspecto.
Cre que habas abandonado definitivamente el negro le respond evitando con
ello contestar a su pregunta.
Y lo he hecho, he aadido el rojo. No lo ves? dijo sacando pecho y
mostrndome ms piel sedosa y tentadora.
Voy a besarte la avis cuando la idea se instal repentinamente en mi cerebro.
Qu? pregunt sorprendida por el cambio en nuestra conversacin.
Tranquila, tampoco es que me apetezca mucho la idea, sin embargo ha de resultar
creble cuando lo haga delante de Adrien le cont para restarle importancia al hecho que
deseaba hacerlo y que necesitaba justificrmelo.
Desde el mismo instante en que entr en la casa, desde el segundo cero en que la vi
parada frente a m, sorprendida porque esta vez no le hubiera fallado.
Por qu vas a tener que besarme delante de Adrien? a diferencia de m, ella
pareca dispuesta a todo para retrasar el momento.
Quizs no exactamente delante de l, no obstante, seguro que tiene espas
vigilndonos y no creo que sea muy inteligente que te apartes o te muestres arisca cuando
lo haga. As que lo mejor es practicar el beso antes de hacerlo con pblico.
Est bien. Tampoco puede ser tan malo respondi fingindose indiferente.
Me halagas, princesa contest haciendo lo mismo.
Suavemente acerqu mis labios a los suyos, eran mucho ms suaves de lo que los
recordaba. Su boca se abri para m y su aliento se fundi con el mo, le rode la cintura
con mi brazo derecho y la atraje ms haca mi cuerpo. Utilic la mano izquierda que me
quedaba libre para acariciarle el cabello, la sien.
La esencia de esa chica inund mis sentidos, su aroma, su sabor, el tacto de su suave
piel, el sonido ahogado de sorpresa y deseo que emiti cuando introduje mi lengua en su
boca.
Pude sentir como poco a poco iba cediendo al beso, pero yo no dej de instigarla
para que se soltara, para que se pusiera en mis manos. Finalmente me sent triunfal cuando
se peg a m y me rode el cuello con los brazos. Su gesto cambi el beso que se volvi
ms salvaje, posesivo y desesperado.
Sin dejar de besarla la empuj contra la pared (sonre sobre sus labios al pensar en
las veces que la haba empujado contra una pared y haba ansiado hacer esto), met mi
rodilla entre sus muslos y la obligu a separarlos para m. Mis manos abandonaron su
cabello y se instalaron en sus piernas desnudas, not el respingo que dio cuando sinti el
calor de mis palmas sobre la delicada piel de sus muslos. Sin dejar de besarla sub por sus
costillas, hasta llegar a sus pechos. Me pele con los lazos de su cors igual que en los
viejos tiempos mientras intentaba desatarlos.
No s cuanto tiempo estuvimos besndonos y acaricindonos, en algn momento yo
perd mi camisa y el control de la situacin.
La pasin y el deseo me cegaron, pero entonces Rachel me sac de la bruma en que
me encontraba cuando me llam Mefisto, momento en que recuper la cordura. Me obligu
a m mismo a soltarla, a romper la conexin que nos una.
No poda dejar que ella tuviera el control, tena que dominar la situacin en todo
momento si no quera sucumbir a lo que Rachel me haca sentir. Haba metido la pata en el
museo, pero an tena una oportunidad y no pensaba perderla por un simple calentn.
Me separ con la respiracin agitada. Los ojos de ella se vean confusos, an estaba
bajo los efectos del beso. Momento perfecto para darle el toque de gracia que volvera a
darme el poder.
Vaya, princesa, para no querer besarme has estado a puntito de devorarme.
Su mirada transparente se convirti en agua congelada. De nuevo haba dado en el
clavo.


Edn era el nombre del local que perteneca a mi antiguo amigo y el local ms de
moda de todo Nueva York; el sentido del humor de Adrien era de lo ms mordaz.
La fachada del local estaba pintada con motivos bblicos, una burla descarada a mi
familia. A pesar de m misma sonre por su desfachatez, era una verdadera lstima que
hubiera elegido el lado equivocado. Adrien era demasiado inteligente y sofisticado para la
inmundicia que reinaba en el otro lado, el descontrol y el caos no eran rasgos del carcter
de Adrien, y dudaba que l mismo pudiera tolerarlos si me fijaba en lo ordenada y
disciplinada que era su existencia desde que nos conocamos.
El taxi nos haba dejado prcticamente en la puerta, donde una larga hilera de gente
esperaba para entrar. Sin pedirme permiso ni hacerme ningn gesto de aviso, Gabriel me
tom de la mano y me condujo haca las puertas de acceso. Tuve que hacer un esfuerzo
para no retirarla, no porque me molestara el gesto sino por todo lo contrario, me gustaba
demasiado y tan solo haca unos minutos l me haba demostrado en mi casa que no senta
lo mismo.
Nos saltamos la cola y nos acercamos al enorme portero que franqueaba la entrada.
El demonio me mir sorprendido, despus mir a Gabriel y le gui un ojo mientras rea
con exageradas carcajadas que dejaban al descubierto sus seis dientes de oro. Me fij en sus
musculosos brazos tatuados, cont seis: tres en el brazo derecho, dos en el izquierdo y uno
en el cuello a modo de collar de perro. Al parecer el demonio todo lo haca de seis en seis.
Enhorabuena hermano. Preciosa pieza! le dijo al tiempo que nos permita pasar
con una elaborada reverencia.
Me abstuve de hacer comentarios. Era exactamente lo que pretendamos con esta
pantomima, que la gente pensara que estbamos juntos, que yo haba decidido renunciar a
mi naturaleza por l, y al parecer no resultaba tan increble como yo haba imaginado.
Decid no preocuparme por ese tipo de reacciones, al menos de momento.
El Edn por dentro era simplemente fascinante, nunca haba estado en un lugar
como aquel. Destilaba clase y estilo por todas partes. Mientras Gabriel me arrastraba hacia
la barra me fij en que las camareras y los camareros parecan modelos de pasarela vestidos
de rojo y negro, no haba entre ellos nadie que pudiera calificarse de poco atractivo o
normal.
Pero lo que llam especialmente mi atencin fue que haba toda clase de gente,
desde demonios hasta humanos y algunos ngeles de rangos inferiores al mo. No debera
haberme sorprendido tanto, al fin y al cabo los ngeles ramos los legtimos dueos del
lugar. Me re yo sola ante mi triste chiste, definitivamente pasar tiempo con Gabriel me
estaba afectando mucho ms de lo que haba credo.


Captulo 14


Rachel pareca encontrarse a gusto en la discoteca, incluso se rea de algn chiste
privado que solo ella entenda.
Discretamente mir por el local con la intencin de comprobar que Eva no estaba
all, bajo ningn concepto quera que Rachel la volviera a ver. Ya habamos tenido
suficiente mal rollo por su culpa, y si queramos hacerle creer a Adrien que estbamos bien,
la presencia de la morena nos estorbaba, sobre todo porque no estaba seguro de cul sera
su reaccin si nos vea juntos a Rachel y a m.
Qu vas a tomar? le ofrec amablemente.
Lo mismo que tomes t me contest con la vista clavada en la pista de baile.
Pareca tan interesada que estuve a punto de invitarla a bailar. Pero record nuestro
arrebato y opt por no pedrselo, hacerlo sera como dar un paso atrs.
Estas segura, princesa? le pregunt sorprendido por su respuesta.
Por supuesto alz la nariz ofendida, era un gesto tpico de ella que siempre me
haca sonrer.
La misma camarera de la otra vez que visit el Edn se acerc a nosotros
contonendose y haciendo ondear su cabello dorado. Pero se qued parada cuando se dio
cuenta que esta noche vena acompaado.
Hola, Gabriel me saludo sonriente pero distante.
A mi lado not como Rachel se tensaba por la familiaridad con la que me haba
hablado la camarera.
Hola, princesa! La salud usando el mismo mote con que apodaba a Rachel.
Perfectamente consciente de que era el golpe ms bajo y rastrero que poda darle a mi
acompaante.
Qu vais a tomar? pregunt ms segura ante mi nulo inters en mi pareja.
Qu nos aconsejas? le respond coqueteando descaradamente con ella.
La rubia parpade por la sorpresa. No se lo esperaba teniendo en cuenta que haba
una chica preciosa a mi lado.
Estis en el Edn, as que tenis que probar el Red Apple o el Tentacin, son
especialidad de la casa.
Yo probar el Tentacin contest Rachel sin preguntar siquiera que llevaba el
cctel.
La rubia amablemente le dio los ingredientes: Vodka, jarabe de manzana, lima y
unas gotitas de ron blanco.
Perfecto, gracias acept con una sonrisa sincera y sin ningn tipo de rencor por
mi inters.
Tomar lo mismo, princesa dije no cejando en mi intento de molestar a Rachel.
Todo se resuma en una simple cuestin de control, Rachel no me controlaba, era yo
quien diriga la situacin y para hacerlo estaba dispuesto a casi cualquier cosa.
La rubia me sonri y se gir para coger dos vasos de la estantera que haba tras ella
y llenarlos de hielo picado. Pero en ese momento lo que menos me importaba eran los
ccteles o lo que estuviera haciendo la camarera, yo tena la vista clavada en Rachel que
sonrea descaradamente a alguien situado al otro lado del crculo que era la sala. Alguien
que se acercaba hacia nosotros con la misma sonrisa con que yo la haba mirado a ella al
entrar en su piso esa misma noche, una mirada que mezclaba deseo y acuciante necesidad.
Adrien se abra paso sin rozarse con nadie a pesar que la pista estaba llena de gente
bailando. No hubo ningn movimiento brusco; simplemente coordinacin y su propio
magnetismo.
Se par frente a nosotros sonriendo. Seguramente le haba avisado el portero que me
haba felicitado por la captura o haba sido yo mismo y nuestra conexin quien le haba
puesto sobre aviso. En cualquier caso, Adrien no estaba interesado en m, ni siquiera me
miraba; toda su atencin se centraba en Rachel, que bati las pestaas para l. Ante ese
gesto ni siquiera la rubia y todo su arsenal hubieran conseguido ponerse a su altura.
Cline, ma chrie, ests maravillosa esta noche le dijo con una sonrisa
depredadora en el rostro.
Hola, Adrien, me alegra que te guste mi vestido, segu tu consejo y abandon el
negro riguroso dijo dando una vuelta sobre s misma para que l la admirara mejor.
No es solo tu vestido, es que eres preciosa.
Me molest saber que haba sido l quien le haba aconsejado sobre el color de su
ropa y mucho ms que ella hubiera aceptado su consejo.
Not la sorpresa de Adrien ante su alegre recibimiento, una alegra que contrastaba
con mi creciente mal humor.
Gabriel me dijo cuando por fin apart la mirada de ella. Me alegra que hayas
trado a Cline pero t y yo tenemos una conversacin pendiente, tienes que explicarme qu
hay de cierto en esos rumores absurdos que he escuchado sobre ti dijo fingiendo que
nunca habamos hablado del tema. Una mera pantomima para Rachel.
Por supuesto, maestro le segu el juego, plenamente consciente que ella no
estara muy contenta con la actitud de mi maestro.
Por primera vez desde que Adrien haba aparecido, esboc una sonrisa verdadera.
Te espero maana me dijo y volvi a olvidarse de mi presencia a favor de la
chica que me acompaaba.
En ese momento la camarera puso los dos ccteles, del mismo tono rojizo que su
camiseta de tirantes, frente a nosotros. Cog uno de ellos y se lo ofrec a Rachel, que lo
cogi con un escueto agradecimiento y sin siquiera mirarme.
Bebi de su copa y yo hice lo mismo con la ma. El combinado estaba delicioso,
igual que lo estaba la chica que tena a mi lado y que no pareca muy interesada en mi
compaa. La camarera le pregunt a su jefe si quera que le sirviera algo, pero l se limit
a negar con la cabeza.
Cline, preciosa, por qu no dejamos a Mefisto con Vernica? dijo sealando
a la rubia. Son viejos amigos, sabes? Seguro que tienen mucho de qu hablar dijo
remarcando la ltima palabra.
No s qu me molest ms, que la llamara Cline y que ella se lo permitiera o que
insinuara que me haba acostado con la rubia cuando los dos sabamos que no haba sido
as.
Parece que Gabriel tiene amigas en todas partes coment fingiendo diversin,
pero no engaaba a nadie.
Mefisto me llam sin dejar de mirar a Rachel. No hace falta que esperes a
Cline, yo la llevar a casa personalmente. Puedes irte tranquilo, su seguridad ser mi
prioridad.
No tuve tiempo de oponerme, antes que pudiera decir algo Rachel, ya haba
aceptado la propuesta y con ella su brazo.
Me parece perfecto Adrien, ensame tus dominios le pidi coqueta. Buenas
noches, Gabriel.
La situacin era cuanto menos surrealista, Adrien tom su mano, posada en su
brazo, y entrelaz sus dedos en los de ella dispuesto a guiarla, pero ella le sonri y se
acerc a mi odo:
Donde las dan las toman. Disfruta de la rubia, yo har lo mismo con Adrien.
Tengo ganas de saber si sigue besando tan bien como la ltima vez una ira asesina se
apoder de m. Saba que estaba celosa y que lo haba dicho solo para hacerme enfadar,
para vengarse por mis punzantes palabras tras nuestro arrebato, sin embargo nada evit que
la rabia me invadiera.
Se march alargando la mano para coger de nuevo la de mi maestro, que sonrea
complacido.


Captulo 15


Segu a Adrien plenamente consciente de lo mucho que le molestaba a Gabriel que
aceptara su oferta. Su odiosa actitud con la camarera haba sido deliberada y descarada, con
la nica finalidad de hacerme dao, yo solo le haba devuelto el golpe, quizs con creces,
pero era una devolucin en toda regla con el rdito de los aos pasados incluido.
Qu haces aqu con l, ma chrie? me pregunt Adrien.
Sabes que siempre le he querido, no s qu te sorprende contest con
sinceridad.
Pero en ese momento la que se sorprendi fui yo, las palabras haban salido sin
censura de mis labios.
Me sorprendes t, siempre lo has hecho confes con la mirada entre algn
punto intermedio entre la melancola y la esperanza.
Su despacho era casi tan grande como la pista de baile que habamos cruzado para
llegar hasta l. No era circular como todo el local sino rectangular, la zona del escritorio era
la que quedaba a la vista al entrar pero a la izquierda, escondido al abrir la puerta, haba un
enorme sof negro de cuero y frente a l una mesa baja de cristal ahumado. En aquella parte
del despacho todo era ms tranquilo puesto que quedabas aislado del atronador ruido de
fuera.
Adrien se sent en el centro del sof y me hizo un gesto para que hiciera lo mismo a
su lado, cogi un mando a distancia y la meloda de Elysion, Never forever, invadi la
estancia con un sonido tan ntido que pareca que el grupo estuviera tocando all mismo.
Te gusta? me pregunt ladeando la cabeza y levantando la mano, marcando
con el gesto que se refera a la msica.
Suena bien respond no por complacerle, sino porque era completamente cierto.
Iba a sentarme a su lado cuando mi mirada vag por la pared que quedaba tras
nosotros, me qued petrificada ante el lienzo que presida el acogedor saloncito.
El estudio rojo de Henry Matisse, el mismo cuadro que llevaba visitando desde que
llegu a Nueva York.
Una sonrisa de suficiencia se instal en la cara de Adrien. Era plenamente
consciente de que me haba impresionado con ese gesto, deba tenerme vigilada para saber
que era uno de mis cuadros favoritos en la coleccin permanente del MOMA.
Me acerqu en silencio bordeando la mesa y pase mis dedos por el lienzo. Era algo
que siempre haba soado hacer, a pesar de que no era lo correcto y que poda estropearse.
Pero por una vez en mucho tiempo obvi lo correcto e hice lo que deseaba. Sin duda Adrien
y Gabriel estaban siendo una mala influencia para m, unos das con ellos y ya me saltaba
todas las reglas.
Adrien era, en ese aspecto, quien ms me influenciaba. No solo haba conseguido
que cambiara mi ropa, tambin haba conseguido que dejara de castigarme. Quizs esa era
la razn por la que me senta tan a gusto a su lado, porque con l no tena que cumplir la
expectativas que todos tenan de m o incluso las que yo misma me haba auto impuesto.
Con l era fcil ser solo Cline, ser solo una chica ms.
Es impresionante conced maravillada una rplica perfecta.
No es una rplica. Es el original coment como de pasada.
Lo has robado? la idea que robara algo por m me hizo sentir culpable hasta
lmites insospechados.
Rompi a rer a carcajadas. Su rostro era mucho ms hermoso cuando lo haca.
Perda la rigidez que le otorgaba su gesto serio y formal.
No, solo es un prstamo. Tengo amigos influyentes y quera ofrecerte esta
pequea sorpresa de bienvenida.
Pero esta tarde lo he
No me dej terminar la frase.
El Matisse est conmigo desde hace un par de das. El que hay actualmente en el
museo es una rplica y ahora que lo has visto de cerca y que has podido tocarlo, regresar
al lugar que le corresponde. Esto ha sido un pequeo detalle de agradecimiento por tu
visita. Tmalo como una bienvenida.
Cmo sabas que vendra? pregunt intrigada por su seguridad.
No lo saba. Solo lo esperaba me respondi sinceramente y sin florituras.
Una sinceridad que no encontraba en Gabriel, a diferencia de l, Adrien se mostraba
tal y como era realmente. Un demonio antiguo y poderoso que siempre consegua lo que
quera, aunque para ello tuviera que recurrir a mtodos poco ortodoxos.
Adrien no se andaba con remilgos a la hora de ser cruel o mortal, pero siempre iba
de frente. Su naturaleza era clara en ese aspecto, la dualidad de Gabriel (entre el bien y el
mal) le haca mucho ms impredecible y por lo tanto ms peligroso, al menos para m. Con
Adrien saba lo que poda esperar, con Gabriel siempre tena la esperanza de ver algo ms.
Me descubra analizando cada uno de sus gestos a la caza de cualquier detalle por pequeo
que fuera que me diera alguna esperanza para su salvacin.
Sabes que hara cualquier cosa por ti? Me resultas tan fascinante Te quiero a
mi lado, yo no te hara infeliz.
Sonre por lo absurdo de la situacin.
Somos incompatibles, jams nos llevaramos bien le respond como si furamos
una pareja normal.
Yo no opino lo mismo, a mi lado disfrutaras de la vida que te mereces. No
tendras que huir para estar conmigo, tu existencia sera ms fcil.
El comentario me sorprendi. Cmo estaba enterado de mi fuga frustrada con
Mefisto?
Yo jams te hubiera dejado esperando. Nada me habra impedido acudir a por ti
confes acercando su rostro al mo tan cerca que nuestras narices casi se tocaban.
Cmo sabes eso? pregunt en un susurro lastimero.
Siempre lo supe, no poda permitir que me dejaras. Solo tuve que mover los hilos
correctos para que no pudierais marcharos pero cuando comprend que Laura y sus
amenazas no te detendran, tuve que sacarme el as que guardaba en la manga. Sabes que es
una de mis reglas ms importantes: tener una vlvula de escape, yo nunca me quedo sin
recursos.
Lo hiciste t? mi pregunta iba ms all del fracaso de mi plan de huida con
Mefisto, mi pregunta iba dirigida a lo que sucedi aquella fatdica madrugada que cambi
el rumbo de todas nuestras vidas.
Quin si no? No poda permitir que te marcharas con mi pupilo, me pareci la
mejor forma de evitarlo. Al mismo tiempo me sirvi para liberarle a l de su error de
clculo, ya sabes, el beb.
Oh, Dios mo!
Sent cmo las rodillas se movan temblorosas. Agradec estar sentada, porque eso
fue lo nico que evit que me desplomara en el suelo del despacho de Adrien. Una idea se
apoder de mi mente y supe que era la verdad desnuda y sin artificios. Isabella no se
suicid, ella no amaba tanto a Mefisto como amaba a su hermano Fausto, ella jams lo
hubiera dejado.
Adrien empuj su recuerdo a mi cabeza y sent cmo mi estmago se contraa con
fuerza, tuve que aguantarme las nauseas.
Florencia, 1535


Isabella lloraba abrazada a Adrien, que finga consolarla.
No tienes ms opciones mon pauvre enfant
[11]
, si tu padre descubre tu embarazo te
matar con sus propias manos murmur apesadumbrado. Ya sabes lo estricto que es.
Fausto me ayudar murmur entre lgrimas, mi hermano me llevar lejos de
l y no permitir que nos pase nada a ninguno de los dos dijo posando con delicadeza las
manos en su vientre.
Isabella, a Fausto ya no le interesas. Ahora que tiene tanto xito ni siquiera tiene
tiempo para ti No tienes otra salida.
No puedo, yo Es pecado dijo intentando escapar por algn lado.
No seas tonta, seguro que l te perdona, no se supone que es misericordioso?
dijo arrugando el ceo en una clara mueca de repugnancia.
No puedo hacerlo
Tranquila, no es difcil. Yo te ayudar su voz son calmada como si estuviera
hablando del tiempo.
Mi beb! exclam Isabella nerviosa al comprender las intenciones de Adrien
quien, con una fingida sonrisa compasiva, descarg su peso sobre el frgil cuerpo de
Isabella, acercndola al vaco. Isabella cerr los ojos y llor en silencio mientras caa
aferrando las manos a su vientre.
Sent mis propias lgrimas correr calientes por mis mejillas. Toda mi vida
sintindome culpable de su muerte para descubrir ahora que nada haba sido como crea.
Lo hiciste t! La empujaste, la engaaste para que muriera lo acus
golpendole el pecho con mis puos cerrados.
De qu te sorprendes, Cline? Ese es mi trabajo no encontr arrepentimiento
en su voz.
Con ms delicadeza de la que haba esperado apart mis manos de su pecho y me
mir condescendiente.
Deberas agradecerme que te librara de ella y de su bastardo.
Apenas escuch sus crudas palabras.
Oliver.
Tena que buscar a Oliver, tena derecho a conocer la verdad. No poda permitir que
creyera culpable a su hermana de rendirse, necesitaba hacerlo para liberarme a m misma
del espantoso recuerdo que acababa de presenciar, tena que hacerlo por Oliver y por m.
Pero entonces una duda lacerante se instal en mi pecho. Por qu haba sido
castigada? La muerte de Isabella no pesaba sobre mi conciencia y el amor que senta por
Gabriel no poda aportarme ningn castigo, para los mos el amor nunca merecera una
correccin. Dnde estaba pues mi pecado? Por qu haba perdido mi rango?
Adrien me cort antes que pudiera formularle la pregunta que me estaba
atormentando.
La sorpresa por lo que haba descubierto me tena con la guardia baja y l pudo leer
en m las dudas que me embargaban.
Cline, ma chrie, no puedo creer que seas tan inocente. Cmo no voy a querer
que te quedes conmigo? sus palabras eran tan suaves y acariciadoras como un suspiro
sobre la piel desnuda.
Adrien, por favor necesitaba saber la verdad y estaba segura que l la
conoca, era uno de los demonios ms poderosos que existan y dominar la informacin era
indispensable para serlo.
Est bien, preciosa. La razn por la que fuiste castigada no tuvo nada que ver con
la muerte de Isabella, sino contigo, se te castig por tus actos, por tus propias elecciones, no
por las de otra persona. No cumpliste con una de las normas ms importantes de los tuyos,
no sentiste piedad. Cuando Isabella te rog que dejaras a Mefisto te negaste a hacerlo,
anteponiendo tus necesidades a las suyas, ese fue tu gran error. Realmente es comparable
lo que hiciste a lo que perdiste? Ahora dime la verdad, puedes ser dichosa junto a unos
seres que te obligan a abandonar tus necesidades para anteponer las de tu enemigo? Ha
valido la pena tu vida desde ese fatdico instante en que elegiste tu felicidad?
Las palabras de Adrien se me clavaron en el alma. No poda seguir escuchndole
porque saba que lo que vendra despus me resultara tentador Una vida sin
responsabilidades, una vida en la que anteponer mis deseos a los de los dems Una vida
en la que no tendra que sentirme culpable por amar a un demonio.
Sal corriendo sin mirar atrs, con la risa de Adrien retumbando en mis odos. Cul
era mi maldito problema? Qu clase de ngel era yo si me senta tentada por alguien tan
malvado y peligroso como Adrien, o tan dual como Mefisto?
Tmate tu tiempo, ma chrie. Estar aqu siempre para ti, si hay algo que puedo
derrochar es tiempo.
Florencia, 1535


Laura entr en mi dormitorio como una exhalacin. Juliette y yo nos quedamos
paradas de golpe por la sorpresa, mientras mi doncella meta un par de vestidos en una
bolsa yo escoga de entre mis joyas las ms valiosas para fugarme con Mefisto. Nada ni
nadie iba a impedirme estar con l, ni siquiera los caminos opuestos por los que la vida nos
haba llevado a cada uno.
En mi aturdimiento por su inesperada presencia no me percat en que mi hermana
todava iba vestida con su vestido verde esmeralda, el mismo que haba lucido esa noche en
el baile de los Perotti. Por supuesto en ese instante tampoco repar en que su cabello estaba
revuelto y prcticamente deshecho.
S lo que te propones y no voy a permitir que ensucies de ese modo nuestro
apellido me anunci plantndose ante m. Tu deber es ser monja, no una perdida.
No hay nada que puedas hacer para evitarlo. Me marcho y no consentir que me
delates. Si es necesario, Juliette y yo te amordazaremos y te ataremos. T eliges, hermana.
Iba a replicar cuando unos gritos que venan de la calle nos alertaron que algo
horrible haba sucedido, alguien se plant en nuestra puerta pidiendo ayuda a gritos.
Entonces escuchamos la voz de mi padre pidiendo a los criados que abrieran la puerta a
quien fuera que llamara tan desesperado, la casa se llen de movimiento y todo se llen de
caos y lgrimas. Los criados y mis padres corran de un lado para otro intentando averiguar
qu haba pasado.
Laura desapareci silenciosa de mi dormitorio y yo aprovech la situacin para salir
de mi casa y acercarme a la de los Basani, el lugar en el que haba quedado con Mefisto. No
estaba preparada para lo que vi Algo que impidi que me reuniera con mi amor esa
noche, algo que cambi nuestras vida para siempre.
Y que por fin ahora descubra que no haba sido culpa ma.

Parte 2


Que el que quiera el bien, empiece por ser bueno. El que desea la alegra modere su
sangre, el que busca buen vino, pise racimos maduros, el que quiera ver milagros que
fortifique su fe.
Fausto, Goethe


Captulo 16


Armony, abril de 2012


Por primera vez desde que abandon Florencia, y con ella la casa de mis padres,
haba conservado algo que me ataba a un lugar: mi casa en Armony. Una pequea vivienda
con dos plantas. En la primera haba una cocina y un saln, y en la planta superior estaba el
nico dormitorio y el cuarto de bao. Una casa pequea y acogedora a la que llamaba
hogar.
Nunca antes lo haba hecho, en cuanto abandonbamos una ciudad cortaba los lazos
que me unan a ella, tanto emocionales como fsicos. O bien pona la casa en venta o bien
dejaba de pagar el alquiler. Los cambios de domicilio eran tan rpidos que nunca tena
tiempo de recuperar la fianza. Oliver hua de s mismo constantemente y sin descanso,
siempre me asombraba que no se diera cuenta que huir de uno mismo era una tarea
imposible. Yo lo haba descubierto mucho antes que l, a base de golpes y lgrimas, sin
embargo aprend la leccin, desde ese instante nunca volv la vista atrs, jams hasta que
conoc esta ciudad.
Cuando entr en mi casa sent ese olor tan caracterstico, el aroma a pintura
mezclado con el olor del cielo de Armony, y el polvo de los meses acumulados durante mi
huida a Nueva York. Una sonrisa triste se instal en mis labios al pensar en ello, esta vez
Oliver se haba quedado y era yo la que se haba marchado buscando algo nuevo La
nica diferencia era que a m nadie me haba seguido, continuaba estando tan sola como lo
haba estado siempre.
Tristan acuda cuando lo necesitaba pero no era suficiente, ansiaba tener a alguien a
mi lado cada da de mi vida. El problema era que no haba sido plenamente consciente de
mis necesidades hasta haca unas pocas semanas.
Dej la maleta y la mochila que traa conmigo en la entrada y comenc a abrir las
ventanas. El aire fresco de abril se col por ellas y se llev consigo el olor a cerrado y mis
tristes pensamientos.
Deambul por mi casa con una sensacin de estar en el lugar correcto, todo segua
como cuando me fui de all precipitadamente.
Despus de salir del motel en el que habl con Gabriel, solo pensaba en poner
distancias entre Armony y yo, ya que de alguna manera, con ello lograra dejar atrs los
sucesos de los ltimos das.
Con mis escasas pertenencias a cuestas sub hasta mi dormitorio, me puse una de
mis viejas camisetas oscuras y mis nuevos vaqueros pitillo, recog mi cabello en una cola
alta, y con unos gruesos calcetines de lana regres abajo dispuesta a tomar las riendas de mi
vida.
En la cocina todava quedaban peridicos, as que me hice con unos cuantos, con un
balde pequeo de agua y regres al saln. Los abr y uno a uno fui colocndolos
cuidadosamente, de manera que cubrieran cada baldosa del suelo, me tom mi tiempo para
que todo quedar perfecto y evitar as limpiar despus.
Para impedir que los papeles se movieran, met mi mano en el agua y roci los
peridicos con las gotas que chorreaban por mis mojados dedos.
Una vez que estuvo hecho regres a la cocina, abr la despensa y saqu un cubo
grande y blanco que arrastr conmigo al comedor, tirando de l con las dos manos.
De nuevo en la cocina, recog lo que no haba podido llevarme antes y comenc con
la tarea de remodelar mi vida, empezando por borrar el gran mural que presida mi saln.
Pars, 17 de julio de 1798


Ya desde antes del fatdico catorce de julio reinaba el caos en las calles de Paris,
pero despus de la toma de la Bastilla, la inseguridad era mucho peor. Nadie estaba seguro
ni en su propia casa, el pueblo asaltaba las mansiones y palacetes con antorchas y cualquier
instrumento que les sirviera para la lucha. Estaban dispuestos a terminar con todo aquello
que oliera a nobleza, a injusticia, a poder corrupto.
Me encontraba en medio de la revolucin, siguiendo a Fausto, que en un afn
autodestructivo y suicida haba decidido permanecer en Pars despus de que Luis XVI
hubiera perdido la cabeza en los brazos de madame guillotina.
Fausto, e incluso yo misma, que era hija de un conde, ramos nobles en el infierno
en que se haba convertido la ciudad. No era de extraar que Adrien hubiese regresado a su
patria, si no hubiese sido imposible hasta para l. Habra pensado que estaba involucrado en
la revolucin que estbamos viviendo.
Me arrebuj en mi capa y trat de esconder mi vestido gris perla lo mejor que pude.
Me haba puesto uno de los ms viejos y poco llamativos que tena, sin embargo no era
suficiente; la calidad de la tela, el corte, cualquiera se dara cuenta de que se trataba de ropa
de cara. Bajo la capucha de mi capa, iba sin peluca y con el cabello sin empolvar, solo se
me haba ocurrido eso para disfrazar mi condicin. Lo nico que me quedaba, si me
descubran, era fingirme burguesa, la simple hija de un rico comerciante.
Segu andando entre las sombras, parndome cuando escuchaba el tumulto prximo
a m y escondindome cuando pasaba lo suficientemente cerca como para oler el humo de
las teas.
Ya casi haba llegado a mi destino cuando escuch la voz ebria de Fausto tras de m,
gritando a la noche que l era el Fausto, Oliviero Basani, Conde de Basani y que no
pensaba huir de nuevo.
A su lado Mefisto rea divertido con la peluca torcida, que se mantena sobre su
cabeza en un ngulo imposible. Me gir dispuesta a hacerlos callar y me top con los ojos
pardos de Mefisto, demasiado cerca de los mos.
Cline, qu agradable sorpresa dijo alargando las slabas. Era evidente que l
tambin haba abusado del alcohol esa noche.
Claire, por favor. Llmame Claire le ped mirando a mi alrededor. Y haz que
Fausto cierre la boca de una vez, madame guillotina puede acabar con nosotros para
siempre. No seas estpido Mefisto!
Tanto Mefisto como yo ramos inmortales, podamos vivir eternamente mientras
mantuviramos la cabeza sobre los hombros. Si nos atrapaban, todos estaramos perdidos, y
el que ms riesgo corra era Fausto, porque si mora su alma se ira derechita al infierno,
donde cumplira su parte del trato.
Mefisto sonri burln.
Michel. T eres Claire y yo Michel, ninguno de los dos deberamos olvidarlo
dijo sonriente.
No hice caso a la burla implcita en el nombre elegido, estaba demasiado
acostumbrada a que siempre eligiera los nombres de mis hermanos.
En ese instante lo ms importante para todos era conservar la cabeza sobre nuestros
hombros.
Tenemos que llegar a casa de Adrien cuanto antes le inst. Estaba claro que
compartamos un destino comn.
Por qu crees que estamos aqu, princesa? Buscamos lo mismo que t, que
Adrien nos saque de este maldito infierno. Por el camino solo nos divertimos.
Arriesgas demasiado. No solo tu vida, sino la de l dije sealando a Fausto, que
bailoteaba en medio de la calle desierta.
Y t no arriesgas nunca, verdad? Es una maravillosa idea acudir en plena
madrugada a casa de un demonio a solicitar su ayuda me rega desafiante. Lo que no
comprendo es porque crees que l va a ayudarte.
No dudes que lo har respond segura.
Su mirada entonces cambi, se volvi especulativa e interesada. Me tom de la
mano y me gui hasta la callejuela ms prxima y oscura. Sin fuerzas para oponerme a l,
me dej llevar. Vi por el rabillo del ojo como Fausto paraba de bailar y se permita caer al
suelo, arrastrndose hasta la pared ms prxima, probablemente interesado en dormir la
borrachera.
Dnde has estado este tiempo? pregunt Michel bajo los efectos del vino, que
todava poda oler en su aliento.
Siempre he estado aqu respond alzando la nariz.
No es cierto.
No fui yo la que se march, no fui yo la que no acudi a la cita por fin lo haba
dicho. Despus de tanto tiempo haba liberado mi dolor.
No pude hacerlo susurr sobre mis labios antes de besarme.
Durante unos instantes olvid dnde estbamos, olvid todo menos que estaba
nuevamente entre los brazos de Mefisto. Ni siquiera record la larga espera en el laberinto
donde haba prometido venir a por m y donde nunca lleg, las lgrimas que derram por su
ausencia y por la culpa que me atenazaba el pecho y que no pude compartir, la noticia de la
perdida de mi rango, el miedo a la soledad
En ese instante solo me dej llevar por mis embargados sentidos, por el calor
abrasador de su cuerpo, por la dulzura de su boca, por l.
Pero el ruido de la turba encabezada por los sans-culotte
[12]
quebr el extrao
momento de dicha que me haba sido regalado.
Estn cerca coment repentinamente sobrio. Y la verdad es que, aunque son
muy agradables, tus besos no valen tanto la pena.
Volv a sentir la misma punzada que me recordaba que la felicidad junto a Mefisto
solo duraba unos pocos segundos.
Vayamos pues le inst, fingiendo que no me haba dolido su comentario. Corr
hacia donde estaba Fausto y entrelac mi brazo al suyo para ayudarle a levantarse.
Hola, Cline me salud sonriente, como si ciertamente se alegrara de verme.
Hola, Fausto, ests hecho un asco le dije arrugando la nariz.
T siempre tan amable, dulce y cariosa dijo riendo
Djate de halagos le respond en el mismo tono de mofa.
A partir de ah caminamos en silencio para evitar ser escuchados, tenamos que
abandonar Pars y seguramente Fausto, en esos momentos, ya haba elegido nuestro
prximo destino.
Esa fue la nica vez que Mefisto y yo hablamos de nuestro intento de estar juntos.
De cmo me abandon aquella noche en el laberinto.
Y ese beso robado era el que presida la pared principal de mi saln, un recuerdo
como todos los que conservaba de l, entre dulce y amargo, a medio camino de un lado y el
otro, blanco y negro, bueno y malo.
No sent nada cuando el rodillo con pintura blanca borr de una pasada el ayer.
Tabula rasa, pens. Ya era hora de escribir una nueva historia, una en la que la felicidad
me durara ms que unos pocos segundos robados a un sueo.


Captulo 17


Un golpe suave con los nudillos en mi puerta me sac de un plumazo de mis
pensamientos, por fin haba llegado Tristan. Lo sent en cuanto volv a la realidad de la que
me haba evadido con el trabajo.
Esta vez no iba a tener que enfrentarme yo sola a mis demonios, sonre con tristeza
ante lo acertado de la frase. Dej lo que estaba haciendo y fui abrir. No me import
manchar el pomo con la pintura blanca que estaba usando en la pared, que mi amigo
encontrara mi casa hecha un desastre o que yo misma tambin lo fuera En cuanto entr
me refugi en sus fuertes y tan conocidos brazos, los brazos de la persona que me haba
protegido y cuidado desde que llegu al mundo.
Al igual que el hijo de Dios, nosotros nacamos marcados para el bien, y desde ese
minuto cero tenamos la conciencia de lo que ramos. Si nos mantenamos en el lado
correcto al llegar a los diecisiete aos se produca el cambio completo. Durante todo ese
tiempo siempre tenamos a alguien a nuestro lado, un ngel del mismo rango que el nuestro
que se encargaba de instruirnos en nuestro cometido, que no era otro que proteger a los que
nos rodeaban y ayudar a mantener la paz y la seguridad entre los humanos. Sin embargo,
los nacidos no eran la nica clase de ngeles, estaban los que, como el propio Tristan, eran
reclamados al morir. Ellos, a diferencia de nosotros, vivan en el plano astral y aunque
podan bajar a la tierra y convivir con los humanos durante determinados plazos
temporales, haban perdido con su muerte aquello que les permita formar parte de este
mundo.
La cara y la cruz de una misma realidad. Yo segua en la tierra a pesar de no ser ese
mi lugar y Tristan habitaba en la paz que debera haber sido mi casa. Vetado en la tierra,
que era su lugar de origen.
De alguna manera mi familia terrenal tambin lo haba visto as, puesto que
pensaban destinarme a la Iglesia, me haban escogido a m en lugar de a mi hermana, como
si supieran que yo era la indicada para ello.
No se trataba solamente de una tradicin familiar o del deseo de poder que tanto
guiaba los pasos de mi madre. De algn modo, que yo me convirtiera en monja, se volvi
una obsesin para ella, como si instintivamente fuera consciente de todo lo que yo era.
Tristan haba sido desde siempre mi mentor, mi amigo. La persona que mejor me
conoca debido, no ya a su capacidad emptica, sino porque lo haba vivido todo a mi lado.
Ese aislamiento en el que haba existido siempre, le converta en un ser de luz incapaz de
comprender completamente la naturaleza humana. Su empata era demasiado limitada y ese
era el defecto del que adolecan todos los ngeles de muerte.
Gracias por venir, no me veo capaz de enfrentarme a esto sola confes sobre su
hombro.
Ya te dije que no tienes que hacerlo sus manos sobre mi cabello calmaban mis
dudas.
Tristan siempre me lo acariciaba, nunca me haba planteado el porqu, pero tampoco
entonces saba que tena un hermanastro, y despus de ese descubrimiento me haba
cuestionado cuntas cosas ms desconoca de l. Haba tenido tambin una hermana a la
que acariciarle el cabello? Hijos? Una esposa?
Me forc en centrarme en lo que deba preocuparme en ese momento, y la magnitud
de lo que deba hacer cay como una losa sobre m.
Cmo le voy a contar a Oliver algo as? pregunt en voz alta, aunque en
realidad era una pregunta que me haca a m misma.
Encontrars la manera dijo con voz firme. Estoy seguro.
Me asust la confianza que Tristan depositaba en m. No era digna de ella.
Estars conmigo? ped preocupada.
Claro que s.


Durante varios minutos estuve parada en la puerta, me dije a m misma que estaba
decidiendo si usar el timbre o el llamador, pero no era del todo cierto. Lo que me suceda
era que no estaba preparada para afrontar lo que tena que hacer.
Haban pasado dos semanas desde que conoc por boca de Adrien la verdad y desde
entonces no haba hecho otra cosa que darle vueltas al mismo tema. Cmo decrselo a
Oliver sin desatar su venganza? Cmo decirle que su hermana haba sido asesinada y al
mismo tiempo evitar que buscara al culpable de tal muerte?
Despus de abandonar tan precipitadamente Nueva York haba viajado a Florencia,
tena la esperanza de encontrar las respuestas que buscaba en el mismo lugar en que se
originaron. Lamentablemente no lo haba hecho, all ya no quedaba nada, ni el laberinto, ni
la casa de los Basani Mi antiguo hogar se haba trasformado en un lujoso hotel en el que
haba pasado la semana, pero nada de lo que all haba me recordaba a mi familia.
No estaban los lienzos de mis antepasados, ni las alfombras que mi madre haba
protegido con tanto mimo. Juliette, Laura, pap Todo se haba ido y era imposible
hacerlo regresar.
Llam a la puerta suavemente. Haba luz, por lo que era casi seguro que Oliver
estaba en casa, pero no fue l quin me abri. Danielle frunci el ceo inconscientemente
cuando se top conmigo, seguramente era la ltima persona en el mundo a la que quera
ver.
Rachel! exclam sorprendida. Va todo bien? Ests diferente.
No, no va bien me limit a responder.
Ella tambin se vea diferente, si bien fsicamente segua siendo la misma chica que
conoc, algo en ella haba cambiado. Se la vea ms fuerte, ms dura y al mismo tiempo
ms frgil, era como si todo lo que haba descubierto en esos das la hubiera transformado
en otra persona, en alguien mejor de lo que ya era.
Instintivamente se llev la mano al tatuaje y clav sus ojos azules en los mos.
Esper que me gritara, que se enfadara por volver a importunarles con mi visita y los
problemas que inevitablemente traera conmigo, pero no lo hizo. Durante un segundo
incluso cre ver brillar en sus ojos una nota de comprensin.
No quise indagar, le di toda la intimidad que poda darle y no entr en su cabeza, no
estaba segura de que me gustara lo que iba a encontrarme.
Sea lo que sea lo que tengas que contarle a Oliver va a tener que esperar, tenemos
visita me explic.
No me sorprendi que hubiera adivinado el motivo por el que, dos meses despus de
marcharme de la ciudad, me encontraba en la puerta de su novio. Danielle siempre haba
sido una persona muy intuitiva, sin embargo le pregunt.
Cmo sabes que quiero hablar con Oliver y no contigo? Al fin y al cabo t eres
mi pupila y te dije que cuando necesitara tu ayuda te buscara.
Muy fcil, si fuera por m no tendras esa cara.
Qu cara? ahora s que haba conseguido despertar mi curiosidad.
Como si t sola aguantaras el peso del mundo y sin decir nada ms se apart y
me permiti pasar dentro de la casa donde se escuchaban las voces y las risas de Oliver
mezcladas con otras dos que no conoca.
En cuanto entr en el comedor me encontr con los ojos verdes de Oliver clavados
en m. Danielle ni siquiera tuvo tiempo de avisar de mi presencia antes de que l se
levantara y corriera a abrazarme como si realmente me hubiese echado de menos.
Sent sus brazos a mi alrededor y me imagin cmo habra sido tener un hermano de
verdad, uno que viviera conmigo, que me quisiera y me apoyara. Tristan era lo ms
parecido a un hermano que haba tenido nunca, pero ahora que saba la verdad, que tena un
hermano real de carne y hueso y que ese hermano era Adrien, las cosas las senta de otra
manera. Y habramos estado cerca de ser familia de verdad si Mefisto no hubiese aparecido
en Florencia. Oliver habra sido mi hermano, se hubiese casado con Laura y yo hubiese
tenido una familia a la que proteger en las sombras.
Anhelaba tanto un amigo, un familiar La eternidad era demasiado larga para estar
sola.
Me alegro de verte. Pase lo que pase despus, quiero que sepas que me alegro de
verte me dijo bajito, haciendo que mi mundo se volviera a desmoronar a mi alrededor.
Cmo iba a contarle todo lo que tena que decirle sin volver a romperle el corazn? Sin
embargo, cmo poda no hacerlo?
Yo tambin me alegro mucho de verte confes tmidamente.
Oliver se gir sonriente hacia sus amigos con mi mano entrelazada a la suya.
Chicos, esta es mi prima Rachel. Antes vena al instituto con nosotros, pero nos
dej para recibir clases de arte avanzadas sonre, Oliver acababa de buscarme una
cuartada perfectamente creble y bueno, tampoco era del todo una mentira.
Puede que no furamos primos, pero habamos estado a punto de ser cuados y mis
pequeas vacaciones haban sido para disfrutar del arte. De hecho, me haba pasado toda mi
estancia en la gran manzana metida en el MOMA y el Guggenheim.
El chico pelirrojo se levant y me ofreci su mano con amabilidad.
Te recuerdo me dijo sonriente, solas venir a mis fiestas.
Le devolv la sonrisa.
S, es cierto confes; no es que tuviera muchas opciones. Mefisto sola asistir y
yo no tena ms remedio que seguirle, de hecho creo que durante un tiempo estuvo saliendo
con la madre del chico.
La muchacha morena, que era la mejor amiga de Danielle, tambin se acerc
sonriente a saludarme. Me sent a gusto y culpable al mismo tiempo por la cordial
bienvenida que estaba recibiendo, tanto de Oliver como de sus amigos.
La reaccin de Danielle era algo en lo que no quera pensar, an retumbaban sus
palabras en mi cabeza: como si t sola aguantaras el peso del mundo.
Pasamos la tarde en una animada charla, aunque yo era capaz de sentir la tensin
que emanaba de Oliver cada vez que me miraba. Despus de disfrutar de los refrescos, las
risas y las bromas, Andrea y Marc anunciaron que tenan que cenar con la madre del chico,
que al parecer estaba saliendo con un nuevo hombre, que por primera vez tena su edad, y
con ello haba conseguido el visto bueno de su hijo.
Danielle les acompa a la puerta y yo me qued a solas en el saln con Oliver.
Ninguno de los dos habl, solo nos miramos en silencio, ambos ramos plenamente
conscientes de que no se trataba de una visita de cortesa. Aunque solo yo fuera la que
dispusiera de las respuestas.
Danielle entr silenciosa y se sent junto a l en el taburete del piano. Era
asombroso como Oliver instintivamente recurra a la msica cuando estaba frustrado o
preocupado, de todas las sillas y sillones del saln haba ido a parar al incmodo taburete.
Sin hacer ningn comentario por el lugar que su novio haba elegido, Danielle pos su
mano sobre su tenso hombro y se qued a su lado.
Por fin Oliver rompi el silencio.
Ests bien? me pregunt interesado. En sus ojos verdes brillaban las motitas
doradas ms intensamente que nunca.
No.
Qu ha pasado, Cline? no me molest que usara mi antiguo nombre. Era una
especie de recuerdo de los aos que habamos pasado juntos, de la larga existencia que
habamos compartido.
Espera, necesito que venga Tristan.
Si Tristan est aqu debe de tratarse de algo grave le dijo a Danielle intentando
bromear, pero la tensin se not en su voz.
Danielle se acerc todo lo que pudo a l, como si con ese gesto pudiera protegerlo.
No hubo que esperar ms. El timbre de la puerta son una sola vez, aunque tampoco
hubiese hecho falta que lo hiciera. Estbamos todos tan pendientes de su aparicin que yo
lo haba sentido desde que entr en la calle.
Le hice un gesto con la cabeza a Danielle para que no se moviera y me levant a
abrir yo misma la puerta a Tristan, me haba prometido no dejarme sola y estaba all para
cumplir con su promesa.
En mi cabeza bullan las ideas y en mi estmago las emociones.
La sonrisa alentadora y serena de Tristan me recibi calmando un poco mi ansiedad,
pas su brazo por mis hombros y nos encaminamos de vuelta al saln.
Oliver se puso de pie en cuanto nos vio entrar.
Tristan le salud nervioso, incmodo, como si sintiera lo que se le iba a venir
encima.
Durante un breve segundo la reaccin de Danielle ante mi acompaante me hizo
olvidar el horror de lo que iba a contar. Danielle haba abierto mucho los ojos y miraba a
Tristan asombrada, una reaccin realmente comedida teniendo en cuenta el asombroso
esplendor de mi amigo. Nuevamente las reacciones de Danielle volvieron a asombrarme.
Era evidente que aunque notaba su belleza, el amor que senta por Oliver le haca que no le
afectara ms all de la mera sorpresa.
Danielle, este es Tristan, algo as como el maestro de Rachel.
Encantada respondi la joven.
Mi maestro hizo un leve gesto con la cabeza y le sonri abiertamente.
Aunque tambin es el hermanastro de Adrien, que es a su vez el maestro de
Gabriel sigui explicando Oliver a su novia.
Volv a centrarme en Oliver, no saba que l tambin estaba informado de ese
detalle, despus de todo pareca que la nica que no lo saba era yo. Mir de reojo a Tristan
y vi cmo apretaba la mandbula. La tensin que emanaba de l se disparaba cada vez que
sala en la conversacin el nombre de Adrien.
Ser mejor que nos sentemos coment Tristan mirando a Oliver a los ojos. No
era una recomendacin.
Una vez que todos estuvimos acomodados, sent la mirada de todos clavada en m.
Haba llegado el momento que llevaba dos semanas temiendo y evitando.


Captulo 18


Nueva York, abril de 2012


Desde la noche en el Edn no haba vuelto a saber nada de Rachel, y de eso ya
haban pasado dos semanas. Cuando no apareci al da siguiente pens en darle unos das
para que asimilara lo que le haba confesado y la implicacin que ella tena en mi plan. Sin
embargo, despus de ese tiempo otorgado no haba vuelto a saber nada de ella, y no era
porque no la hubiera buscado. Su piso estaba vaco y yo no haba modo de encontrarla,
sobre todo si lo que quera era esconderse precisamente de m.
Estaba preocupado y me molestaba estarlo, pero eso no cambiada el hecho de que lo
estuviera.
Haba visitado varias veces el MOMA y el Guggenheim, no haba rastro de ella por
ninguno de los museos de la ciudad. Algo grave tena que haber sucedido en el despacho de
Adrien para olvidarse de m y de mi seguridad.
Una ira homicida se apoder de m cuando contempl la idea de que la haba
lastimado, pero la desech en cuanto recobr la lucidez. Adrien haba salvado a Cline de
morir en Pars, la haba protegido del ataque de Isabella que la hubiera lastimado ahora
no era una opcin.
Definitivamente si quera saber qu haba sucedido tena descubrir qu demonios
haba pasado en ese despacho.
Baraj diversas fuentes y Adrien fue la primera que descart, no poda ir de frente y
preguntarle directamente qu le haba hecho a Rachel, puesto que se supona que tenamos
una relacin y en ese caso, yo debera estar enterado de todos sus movimientos.
Mi segunda opcin y posterior descarte fue Vernica, la camarera del Edn, pero era
bastante improbable que supiera nada, no pareca estar entre los crculos interiores de
Adrien. As pues solo me quedaba una alternativa, y no era precisamente la que ms me
atraa.
Las nicas dos veces que haba visto a Eva haban sido, una en el Edn y otra en mi
propia casa, as que estaba bastante perdido sobre cmo dar con ella. Mi nica posibilidad
era que esa noche fuera a la discoteca.
Como todava faltaban muchas horas, decid volver visitar el MOMA con la
esperanza de descubrir qu era lo que lo haca un lugar tan importante para Rachel. Para m
no era ms que un espacio en el que encontrar cuadros de pintores muertos. Nada que no
pudiera encontrar en cualquier otro museo.
Una vez que estuve dentro del museo me di cuenta de que haba sido un nuevo error
en mi ya repleta lista de errores. No debera importarme el porqu de esa obsesin que
siempre haba sentido Rachel por la pintura, en realidad no debera importarme nada
relacionado con esa persona, pero nunca haba sido capaz de encontrar la manera de
evitarlo.
Pas de largo el Matisse. De repente ya no me interesaba descubrir cul era la magia
que escondan esas paredes, ya no quera ser consciente de lo que deseaba Rachel. De lo
que soaba Cline.
Me detuve ante Vencejos: trayectorias y secuencias de Giacomo Balla. Era lo
suficientemente abstracto como para que no viera nada en l.
Me concentr en las vibraciones y en los contrastes de color. Tena que reconocer
que no eran las pinturas negras de Goya, pero el cuadro me atraa con la misma fuerza.
Balla representaba los efectos que la luz reflejaba, oscuridad y luz, la dualidad
estaba representada en los colores que lo componan. Como la vida, como las personas,
como las decisiones, todo lo que conocemos contiene un lado oscuro y un lado de luz. Solo
que en mi caso estaba tan fundido que costaba separarlos, hasta para m se volva imposible
la tarea.
Florencia, 1535


Parpade varias veces, como si al hacerlo consiguiera despertar de la pesadilla que
me asolaba.
Dej de escuchar los gritos y el llanto a mi alrededor. Me evad de aquello.
Desconect mi sentido del odo, quise tambin desconectarlos todos pero tena que seguir
ah. Todo lo que tan minuciosamente haba planeado se haba vuelto un imposible, el sueo
se haba transformado en pesadilla y se alejaba ms y ms de mi alcance.
Vi como Fausto se agachaba sobre el cuerpo que yaca en medio del patio de su
casa. No necesit escuchar sus lamentos, ni el grito desgarrado que brot de su pecho
cuando vio quin era la persona que su madre sostena entre sus brazos, poda sentir el
dolor que le atravesaba, el odio que estaba sintiendo en ese mismo momento por m Me
culpaba por lo sucedido, se culpaba a s mismo por no haberla protegido.
Pero nada de eso consigui conmoverme, contempl impasible cmo con manos
temblorosas desabrochaba la cadena de oro del cuello de Isabella, besaba la diminuta cruz y
se la meta en el bolsillo del jubn. El pelo revuelto, la ropa descompuesta, incluso fui
capaz de oler el perfume afrutado del vino en su aliento.
Fausto haba tomado una decisin que me afectaba a m y a Cline y nos trastocaba
a todos. No poda dejarle marchar sin ms; era mi proyecto, la persona que hara que
medrara en mi crculo, gracias a l tendra ms poder. Pero tampoco poda dejar a Cline, la
necesitaba a mi lado para seguir viviendo.
La revelacin me golpe con fuerza en el estmago, ver el cuerpo inerte de Isabella
me haba impactado tanto que desconect mis odos. Saber que Cline lo era todo para m,
haba hecho que no viera nada que no pudiera mantenerme en pie.
Me tambale sobre mis talones, me senta ebrio y tena nauseas.
No poda permitir que ella lo supiera, no poda permitir que me controlara.
En ese instante no me import que se quedara esperndome. Era mucho mejor que la
decepcionara ahora a que lo hiciera despus, cuando el matrimonio fuera irrevocable.
Si hay algo en lo que los dos bandos estaban de acuerdo, era en la validez del
contrato matrimonial, pero sobre todo, no poda rendirme a ella, an no estaba preparado.
No queras saberlo?, me digo molesto conmigo mismo, pues ah lo tienes.
Lo que atraa a Rachel a este lugar, lo que haca que pintara las paredes de su casa
eran los malditos recuerdos. El dolor de todas y cada una de las prdidas que haba sufrido,
cinco siglos de prdidas, de separaciones de reencuentros y dolor. Y gran parte de todo ese
sufrimiento, por no decir todo, haba sido infringido por m y por mi incapacidad a admitir
que otra persona me importaba.


De nuevo en el Edn, el portero arque una ceja interrogante, no hizo falta que
verbalizara la pregunta, ya saba qu quera saber.
La he dejado en casa, no conviene que se acostumbre a venir conmigo a todas
partes le dije al demonio de la puerta.
Pareci confuso unos momentos, como si le costase entender la broma, pero cuando
por fin la capt se ech a rer tan fuerte que me contagi una autntica y genuina sonrisa.
Todava riendo se apart y entr en el local. Agudic la vista, no tena ganas de que
Adrien supiera que estaba all. Era lo que menos me apeteca, pero tampoco poda ignorarle
o sospechara y estando tan cerca era imposible que no sintiera mi presencia.
Estaba tan centrado en buscar a Eva entre los bailarines, que no me di cuenta que no
senta el tirn que me conectaba a mi maestro.
Sonre a una par de chicas que me rozaron al pasar y borde la pista de baile para
acercarme hasta el despacho del jefe. Quiz si jugaba bien mis cartas descubrira dnde
andaba Eva. Porque una cosa tena clara, no iba a tratar nada que tuviera que ver con
Rachel con Adrien.
Una vez frente al despacho de mi maestro me sorprend al no encontrar vigilancia en
la puerta y me descoloc que estuviera cerrada con llave. Tras llamar y esperar una
respuesta, cog el pomo para comprobar que estaba cerrada.
No hay nadie susurr una voz femenina en mi odo.
Me gir para encontrarme con la rubia o con Vernica, pero todava era reticente a
darle un nombre, si pensaba en ella por su nombre se convertira en una persona para m y
no tena ganas de que eso sucediera. Pareca buena chica y yo no estaba interesado, fin de la
historia.
Hola, preciosa la salud amable pero distante.
Frunci el ceo ante mi epteto, supuse que esperaba el princesa, pero no estaba
Rachel, por lo que no haba razn para que la llamara as.
Si buscabas a Adrien has venido en vano. No est no se me escap el dolor de
su voz. Sin duda esperaba otra cosa de m.
Dnde ha ido? pregunt cada vez ms intrigado.
De viaje de negocios, estar fuera unos das. En su ausencia Eva es la que se
encarga de que todo funcione correctamente.
Eva? Bingo! pens, ya tena lo que andaba buscando y sin ningn esfuerzo
extra.
Sabes dnde est Eva? pregunt aliviado de que no hubiese sido tan difcil
localizarla.
En su despacho me respondi sealando una puerta contigua a la de Adrien.
Gracias, princesa le ofrec el princesa sabiendo que la iba a hacer sonrer. Era
algo as como un premio de consolacin.
Tal y como haba imaginado mi apodo le agrad y me regal una sonrisa sincera y
feliz, que no supe por qu me hizo sentir incmodo. Me sent culpable por llamarla de la
misma forma con que haba apodado de nio a Cline.
Yo no tena conciencia ni, por lo tanto, remordimientos, deba tratarse de cualquier
otra cosa.
No obstante, el molesto sentimiento desapareci con la misma celeridad con que
haba llegado, cambiando nuevamente mi estado de nimo, que ahora era expectante.


Captulo 19


Me tom varios minutos para aclarar mis ideas antes de entrar en el despacho de
Eva. Lo primero que me descoloc fue que Adrien la hubiera dejado precisamente a ella al
cargo del Edn, mi maestro no era una persona que supiera delegar, pero sobre todo era un
demonio que disfrutaba del poder de controlar todo y a todos aquellos que estaban bajo su
cargo, por lo que ese repentino viaje de negocios (lo lgico es que me hubiese puesto sobre
aviso) me pareca cualquier cosa menos inofensivo. Nuevamente volv a tener la sensacin
que haba algo que se me escapaba. Algo importante que no lograba dilucidar.
Plantando en mi boca mi mejor sonrisa, llam suavemente a la puerta del despacho.
Antes de que pudiera escuchar un adelante, la puerta se abri ante m y vi salir a uno de
los demonios que vigilaban la entrada al local la noche que vine con Rachel. El manitico
del nmero seis ni siquiera me mir cuando pas frente a m con la mirada gacha y los
hombros encogidos. Pareca que, despus de todo, la gatita s que tena uas.
Si Eva se sorprendi al verme lo disimul muy bien, estaba sonrindome tras la
inmaculada mesa de su despacho en la que no haba ms que un pequeo porttil Apple de
color rosa, por lo que decid que, o bien era maravillosamente eficiente con las hojas de
clculo, o la mesa era ms de atrezzo que necesaria.
Sin apartar mis ojos de los suyos entr y me puse a su lado, le cog la mano que
tena posada sobre el escritorio y le bes los nudillos con delicadeza. Supongo que se
trataba de uno de los rescoldos que me quedaban de mi vida en el Londres de la Regencia.
Londres y Pars eran las ciudades en las que ms habamos vivido, no era de
extraar que no fuera capaz de quitarme ese tipo de costumbres.
Comprob con orgullo cmo su respiracin se haba acelerado con el gesto,
momento que aprovech para llevarla a mi terreno y conseguir la informacin que haba
venido a buscar.
Qu sorpresa, no saba que fueras tan importante para Adrien dije bromeando.
La sorpresa es ma, no esperaba volver a verte y mucho menos que fueras t quin
me buscara me incomod que fuera tan directa, eso no iba bien para mis planes.
Digamos que el otro da no me pillaste en mi mejor momento me justifiqu.
Pero ella no estaba dispuesta a dejarse embaucar por mi magnetismo.
Qu necesitas de m? pregunt amable pero distante.
Escuch las palabras que no haba pronunciado.
Me sent molesto por volver a decepcionarla nuevamente, porque necesitaba
utilizarla para conseguir la informacin que necesitaba.
Pareca que estaba condenado a repetir la historia, con Eva en mi dormitorio, con
Isabella en Florencia y si bien en aquella lejana ocasin la culpa fue ma, yo seduje
conscientemente a la hermana de Oliver, en este momento no estaba interesado en ir ms
all de un simple coqueteo casual.
Sin embargo no poda decirle eso, no si pretenda que confiara en m y que me
contara todo lo que saba.
En lugar de darle una respuesta le respond con una pregunta envuelta en una sonrisa
neutra.
Desde cundo trabajas para Adrien?
No trabajo para l. Adrien es mi padrino y durante mucho tiempo tambin fue mi
tutor legal me confes con total naturalidad.
No pude responder, me haba quedado paralizado por la sorpresa.
Cuando tena seis aos me encontr con Adrien aqu mismo, en Nueva York.
Viva en uno de los barrios ms pobres y peligrosos de la ciudad, ni siquiera iba a la
escuela. Cuando me lo encontr estaba buscando en los contenedores de basura cualquier
cosa que poder comer. Mis padres eran drogadictos y apenas eran capaces de cuidar de s
mismos y mucho menos de una nia. Me dio de comer y me acompa a casa, y desde ese
momento se hizo cargo de todo lo que tena que ver conmigo. Mis padres firmaron
rpidamente los papeles de custodia legal y me fui a vivir con l, cuando cumpl once aos
me cont la verdad de lo que era pero no me import, tena tanto que agradecerle Que me
acogiera fue una milagro para m sonri divertida al comprender lo mal que quedaban
milagro y demonio en la misma frase. Una liberacin para mis padres y una especie de
terapia para l. Adrien me cont que le haba hecho dao a alguien que se pareca mucho a
m y que quera compensarme, ya que no poda compensarla a ella porque estaba muerta.
Al escuchar su relato comprend las palabras que Eva dijo sobre Rachel, que
estuviera enterada de quienes ramos, de quin era Isabella, llevaba con Adrien el tiempo
suficiente como para conocer toda la historia.
La similitud con mi propia vida me haba impresionado en un primer momento, sin
embargo, a medida que Eva hablaba comenc a descubrir la realidad que encerraba ese acto
de bondad de Adrien.
No supe si ella era consciente de toda la informacin que me haba dado o de que
estaba siendo utilizada por el que ella vea como su salvador. Me preocup que Adrien
pudiera tomar represalias en su contra, al fin y al cabo ya la haba usado contra nosotros,
aunque no hubiera conseguido el efecto esperado.
Quizs la hubiese engaado como haba hecho con sus padres, tal vez Eva realmente
crea que iba a ayudarle a resarcir el dao que le haba hecho a Isabella, o quizs Eva saba
la verdad y simplemente estaba jugando conmigo, vengndose por mi rechazo.
No obstante, en ese instante poco me importaba su juego, la verdad se haba abierto
paso de la manera ms inesperada. Y es que por mucho que Eva hubiese compartido su
corta vida con mi maestro, jams llegara a conocerle tanto como lo haca yo, que durante
aos haba tenido las puertas abiertas a su mente. Adrien siempre haba permitido nuestro
vnculo, haba sido en este ltimo encuentro cuando lo haba notado ms reticente a
mostrarme sus pensamientos.
Fuera como fuere, era plenamente consciente de que Adrien no tena
remordimientos, nunca los haba tenido, ni siquiera cuando era un hombre.
Mi maestro la haba mantenido humana porque saba que la consideraramos una
inocente, que la protegeramos fuera cual fuera nuestra naturaleza. La nica razn por la
que se haba hecho cargo de Eva era por su alarmante parecido con Isabella. Ella era un
arma que poda usar contra cualquiera de nosotros, Cline, Fausto o yo mismo, y la haba
guardado y cuidado con mimo hasta el momento exacto en el que pudiera servirle a sus
propsitos, por eso haba estado all cuando me present por primera vez en el Edn y por
esa misma razn la envi a mi casa sabiendo que Rachel estaba conmigo. Conoca a Rachel
demasiado bien y saba que esta pensara lo peor de m, que Eva era mi amante porque
nunca haba podido olvidar a Isabella
Te dar un consejo: aljate de todo esto y vive tu vida mi voz son desconocida
incluso para m.
Por qu? pregunt, vi en sus ojos que realmente no entenda mi advertencia.
No es un buen lugar para alguien como t respond mirndola fijamente. Era
asombroso que se pareciera tanto a ella.
No sabes cmo soy.
Creme querida. Lo s en ese instante fui consciente de su papel de vctima en
la opereta.
Mi cabeza se march por otros derroteros. Si a Rachel y a m nos haba impactado
tanto verla, qu no le hara a Oliver hacerlo?
Por qu no te gustan las morenas? pregunt inesperadamente.
Cmo sabes t eso?
No me has contestado me rega coqueta.
Me recuerdan lo que no puedo tener confes en un susurro.
La quieres? me pregunt expectante por mi respuesta.
S la confesin se escap de mis labios antes de que pudiera acallarla.
Lo saba susurr derrotada.
No se lo digas a ella, vale? Gurdame el secreto dije bromeando, intentando
borrar la tristeza de su rostro.
Sonri, pero era una sonrisa resignada, para nada feliz.
No lo har, pero tal vez deberas decrselo.
Tal vez conced. Cudate.
T tambin.
Gabriel! me llam cuando ya encaminaba mis pasos haca la puerta.
Me gir y la mir interrogante.
Ella tambin te quiere. Creme, lo s.
No estoy tan seguro brome.
Adrien ha ido a buscarla. No s qu tiene esa chica que a todos os atrae su
sonrisa era triste.
Le sonre agradecido por lo que me haba contado y agach la cabeza en un saludo
corts. Me sorprend pensando que el alma de Eva todava no estaba perdida, ojal fuera
capaz de marcharse a tiempo.
Sin aadir nada ms, puesto que no era necesario, me di la vuelta, esta vez con un
destino al que dirigirme.


Captulo 20


Respir hondo varias veces y volv a evocar el Kandinsky. Inmediatamente not que
mi pulso se tranquilizaba. Mi cuerpo haba reaccionado a mi orden de calma, en cambio mi
mente segua por su cuenta, mostrndome imgenes que yo no quera ver y palabras que no
quera escuchar. La voz de Adrien se haba grabado a fuego en mi memoria.
No poda permitir que te marcharas con Mefisto. Me pareci la mejor forma de
evitarlo.
Me puse de pie, no poda decirle a Oliver lo que tena que comentarle sentada, desde
la distancia, l tena que sentir mi empata, algo que tras mucho tiempo haba vuelto a dejar
que surgiera en m.
Me acerqu hasta l y me arrodill delante posando mis manos sobre sus rodillas.
Not cmo se aceleraba su respiracin y vi como las motas doradas cambiaban en sus ojos.
Fui consciente de la tensin de cada uno de sus msculos.
Hice una inspiracin profunda que expandi mis pulmones y desembot mi cabeza.
Es sobre Isabella le dije nicamente.
Lo s, Cline. Lo he sentido desde el momento en que te he visto entrar por esa
puerta confes, lo vi cansado y decado, pero al mismo tiempo expectante.
Lo siento me disculp antes de tiempo.
Lo haca por el dolor que iba a infringirle al contarle la verdad, pero era un dolor
necesario.
Sea lo que sea estoy seguro que no es culpa tuya, seguramente la culpa sea de
Gabriel brome con la voz tensa por la incertidumbre.
Le sonre agradecida. Ni siquiera saba si lo era y l ya me estaba exculpando.
Fausto, Isabella no se suicid. Ella quera vivir, estaba segura de que t la
ayudaras y la protegeras de la ira de tu padre, Adrien la empuj dije de sopetn.
Me centr en sus ojos pero no me atrev a tomar su mano. Sent el lejano grito
horrorizado de Danielle, muy lejano, como si no estuviera a mi lado en la misma
habitacin.
Oliver no cuestion en ningn momento mis palabras, no me pregunt la fuente, ni
intent saber nada ms. Se qued quieto, en silencio, con la vista clavada en un punto
mucho ms all de m.
Me levant del suelo y me apart de l. Finalmente, como si hubiera regresado de
alguna parte, Oliver se abraz en silencio a Danielle, y Tristan y yo abandonamos el saln
para dejarles intimidad.
No me atrev a marcharme de all, no sin poder hablar con l nuevamente, sin
rogarle que me perdonara por volver a arrebatarle la paz, por perseguirle durante tanto
tiempo, por desconfiar de l Les haba vuelto a abrir la puerta a los sentimientos.
Finalmente decid que era absurdo tenerlos si no podas compartirlos con los dems, era
como tener un deportivo y tenerlo guardado en el garaje. La imagen me trajo a la cabeza un
coche rojo descapotable. Parpade varias veces pero la imagen de Gabriel no se march,
haba abierto la caja de Pandora.
Despus de quince minutos en silencio escuchamos los pasos de Danielle y varios
segundos despus su cara asom en la cocina. Estaba plida y tena los ojos rojos por el
llanto.
Necesita estar solo nos anunci solemne. Preparemos algo para cenar.
De acuerdo concedi Tristan, que se levant para ayudarla.
Yo me mantuve sentada en la mesa de la cocina, en silencio por miedo a que al
hablar se esfumara la imagen que minutos antes haba intentado desterrar.
La msica del piano me sac de golpe de mis pensamientos. Era una meloda
nostlgica, desgarrada, muy oportuna para el momento que estbamos viviendo. No era de
extraar que yo la reconociera, era la Sonata para piano n 2, op. 36 de Sergei
Rachmaninoff. Llevaba demasiado tiempo sintindome como lo haca l.
Danielle segua a mi lado y yo saba que estaba haciendo esfuerzos por dejarle
espacio e intimidad a su novio.
Not que no poda permanecer sentada y que tampoco estaba a gusto de pie. Al final
lo nico que nos mantena medianamente racionales era seguir fingiendo que hacamos la
cena, porque era evidente para todos nosotros que ninguno iba a ser capaz de probar
bocado.
Cuando pareca que la meloda bajaba y que dolor se haba mitigado volva a subir,
un crescendo cada vez ms desesperado.
Me ahogu en el dolor de Oliver que poda sentir y compartir, pero que
desgraciadamente no poda borrar. No estaba en mis manos liberarle de l.
An segua asombrada de la entereza con la que haba recibido la noticia. Lo
normal, lo intrnseco a Oliver era el modo en que descargaba su dolor aporreando las teclas
de un piano.
Estar bien dijo Tristan suavemente mirando a Danielle y despus a m.
Ambas asentimos en silencio.
Maana estar mejor sigui animndonos Tristan.
Pero nunca lo superar vaticin Danielle.
S que lo har, ahora te tiene a ti mi comentario me vali una sonrisa afectuosa
de Danielle.


Estaba absorta escuchando a Oliver cuando la idea irrumpi arrasando con todo en
mi mente. No haba mucha diferencia, al fin y al cabo, entre lo que habamos pensado
siempre que haba pasado, y lo que realmente haba sucedido, Isabella segua siendo una
vctima de las circunstancias y aunque ahora sabamos que mi negativa a separarme de
Mefisto no la empuj al suicidio, tambin sabamos que por mi causa estaba muerta. Adrien
haba orquestado su muerte para impedir mi fuga con Mefisto, por lo que indirectamente
(tan indirectamente como cuando pensbamos que se haba suicidado) la culpa recaa sobre
m.
La tregua que me haba dado mi conciencia haba terminado igual que lo haba
hecho el primer movimiento de la sinfona.
La nica persona que debera sentirse liberada y en paz, era la misma que estaba
encerrada en el saln tocando como si le fuera la vida en ello.
Como si hubisemos estado pensando lo mismo, Tristan, Danielle y yo dejamos de
fingir que cocinbamos y nos sentamos en silencio alrededor de la mesa de la cocina.
Sabiamente Danielle encendi la cafetera italiana y sac el azcar y tres tazas de un
armario, iba a ser una noche larga.
La msica que se filtraba desde el saln era cada vez ms atribulada.


Captulo 21


Sevilla, abril de 1815


Sonre a nuestro reflejo en el espejo cuando Carmen me coloc el clavel rojo en el
cabello, justo en el mismo lado en el que descansaba mi melena, recogida en una coleta
baja con una cinta del mismo color que mi vestido y la flor.
Mi nueva doncella consegua hacerme rer constantemente, era como decan en
Sevilla muy resal. Esa noche se haba empeado en que la acompaara a una fiesta que
daban en el barrio de Santa Cruz, donde vivan sus padres y sus hermanos. La actitud
cercana de Carmen me haba sorprendido mucho al principio, no se comportaba como
ninguna de las doncellas que haba tenido anteriormente (y eso era mucho decir, dada la
cantidad que haba tenido), se mostraba alegre y cercana, incluso en determinadas
ocasiones se permita llevarme la contraria, cuando le peda que me prepara tal o cual
vestido o como en ese momento que me recogiera el cabello en un moo elegante.
Aunque para ser sincera, tena que reconocer que la mayora de las veces sus
observaciones eran mucho ms acertadas que las mas.
Como la msica iba a ser uno de los principales atractivos de la fiesta, acept
convencida de que Fausto asistira, ese era el motivo por el que nuevamente nos haba
arrastrado por el continente. En estos momentos estaba embelesado por las guitarras
espaolas y los ritmos flamencos que brotaban de ellas.
Las calles estaban repletas de flores y su perfume invada la atmsfera festiva. Las
palmas y la msica sonaban tras cada esquina, Carmen enlaz su brazo al mo y me arrastr
entre la gente que rea y bailaba.
Manuel! llam Carmen a voz en grito, mientras nos acercbamos a un grupo
de unas diez personas.
Un chico de mi edad, de mi edad fsica quiero decir, unos dieciocho aos, se gir
sonriente hacia nosotras. No fue necesario que Carmen me dijera de quin se trataba, los
dos tenan los mismos ojos negros y almendrados y el mismo cabello oscuro y ondulado,
sin duda era uno de sus hermanos.
Carmen, quin es esta moza tan bonita que nos traes? pregunt zalamero.
Me re divertida, al parecer la gracia y el salero de Carmen era una cualidad familiar.
Inmediatamente me sent cmoda a su lado.
Es la seora.
Manuel se qued pasmado por la sorpresa y mir a su hermana con el ceo fruncido,
estaba claro que la conoca muy bien y que saba que me haba arrastrado hasta all
prcticamente a la fuerza.
Bienvenida mi alma. Quieres una copita de vino? me pregunt mientras me
pasaba el brazo por los hombros.
Cuando lo hizo sent su olor a tierra y a romero, a trabajo y a sol. Me relaj como si
el aroma que desprenda fuera una especie de calmante para mi alma atormentada. Me
inund el olvido y la paz, asent y me dej llevar por el calor que bulla en mi sangre.


Cuando llegamos al barrio de Santa Cruz, la noticia de la fuga de Napolen de la isla
de Elba corra como la plvora. No era de extraar que entre los espaoles la noticia fuera
de boca en boca, y que el recuerdo del corso todava estuviera vivo en sus valientes
corazones puesto que no haca mucho que lo haban expulsado de su pas.
Fausto estaba a mi lado, pendiente de cada una de las notas que salan de las
guitarras, me sorprendi que fueran capaces de hacer msica solo con las palmas de sus
manos. Estaba observando a los que bailaban cuando me qued paralizado ante lo que vi,
Cline y un chico moreno y fornido, sin duda por el trabajo, se unieron a los que danzaban.
El baile era totalmente inofensivo, ellos apenas se tocaban, solo sus manos rodeaban muy
delicadamente sus cinturas, se movan uno junto al otro y daban vueltas mientras rean y
disfrutaban de la fiesta. Me sorprend ansioso por ver los ojos de Cline, necesitaba
comprobar que no arda en ellos la misma chispa que tenan cuando estaba conmigo,
cuando la besaba e incluso cuando discutamos.
Me acerqu ms a ellos, dejando a Fausto hablando con uno de los palmeros,
seguramente intentando aprender a hacerlo pero sin poder practicar, al menos delante de
nadie. Las palmas eran a su modo un tipo de msica, y esta estaba vetada para l, por
decisin propia por supuesto. Yo an esperaba que claudicara y que se dejara llevar por su
pasin, de ah que le acompaara por el mundo en busca de melodas
Cline rea y sus ojos brillaban alegres cuando me plant frente a ellos. Ignor el
pinchazo de rabia que me produjo ver la chispa en sus ojos azules de un color casi
transparente.
Bailas muy bien le dije ms molesto de lo que pretenda dar a entender.
Me ignor, ni siquiera gir la cabeza para mirar en mi direccin. Tena los ojos
clavados en su acompaante.
Gracias Manuel, me he divertido mucho dijo sonriendo al chico moreno.
Cuando quieras mi alma contest l ignorando mi presencia. Te
acompao con mi hermana?
En seguida voy.
Manuel hizo un leve gesto de asentimiento, me mir con cara de cuidado con lo
que haces y se alej hacia uno de los grupos.
Haciendo amigos? le pregunt mordaz
Qu quieres, Mefisto? su voz denotaba cansancio.
De ti? Nada, ya lo sabes contest casi por inercia.
Quera fastidiarla, siempre lo quera, pero era consciente de que quizs esta vez me
hubiese pasado un poco, el hecho de haberla visto bailando con otro chico no tena nada
que ver con mi actitud belicosa, me dije a m mismo.
Eso deberas haberlo pensado antes respondi con la voz rota, pero intentando
mantener la compostura.
Si hubiese hecho eso, dnde estara la gracia?
Y dicho esto, decid que ya puestos a perderla lo hara a mi manera, con todas las
consecuencias, pero disfrutando tambin de cada instante.
Sin darle tiempo a alejarse de m, la cog de la mano y la saqu del bullicio. Las
calles eran estrechas y las paredes blancas brillaban bajo la luz de la luna. Ignor sus
protestas y cuando estuvimos lo suficientemente alejados de la fiesta, la empuj contra una
pared blanqueada con cal y la bes con fuerza, sin miramientos ni delicadezas, sent su
sorpresa en mis labios, presion ms fuerte y esper a que se abrieran los suyos. Era
deliciosa, siempre lo haba sido, su aroma y su sabor me trajeron recuerdos felices que
parecan provenir de otra vida, de otra persona incluso.
Tuve que hacer un gran esfuerzo para separarme de la dulzura de sus labios, esa
chica me volva loco, cuando estaba junto a ella me olvidaba de todo lo que en realidad
importaba.
Cuando nos separamos, los dos jadebamos buscando aire.
Ves? Lo mejor de todo es dejarte como lo voy a hacer ahora. Nunca aprendes,
princesa. Hasta la prxima!


Captulo 22


El sbado me despert temprano, no haba dormido mucho durante la noche. Al
final, despus de esperar durante horas en la cocina de Oliver, Tristan y yo nos habamos
marchado de all sin poder verle ni hablar con l.
Danielle no se haba dado por vencida y se haba arriesgado a adentrarse en sus
dominios durante una de sus pausas musicales. La esperamos durante una hora, sin
embargo, al ver que no regresaba a la cocina para comentarnos cmo segua Oliver,
decidimos salir discretamente y dejarle espacio para que asimilara su pena. Ya nos buscara
cuando se calmara un poco y necesitara ms respuestas.
Desde luego no contbamos con que la puerta del saln estuviera abierta de par en
par, de modo que sin querer interrumpimos un momento ntimo de la pareja. No pude evitar
pararme all durante unos segundos, Tristan no hizo ningn comentario sobre mi actitud
indiscreta y pas de largo en silencio.
Los dos seguan sentados juntos en la banqueta del piano. l reposaba su cabeza
sobre el regazo de su novia, que le acariciaba el cabello oscuro y ensortijado. Oliver tena
los ojos cerrados y las mejillas encendidas por el llanto que haba irrumpido libre en el
instante en que sus dedos haban rozado las teclas del piano.
Danielle se inclin sobre l para posar un suave y carioso beso sobre sus cabellos,
pero en ese momento l se revolvi atrapando el beso en su boca.
Sent una punzada de celos tan intensa e inesperada, que me cort la respiracin y
me hizo salir a toda prisa de la casa. No porque estuviera interesada romnticamente en
Oliver, sino por la situacin, el momento, la complicidad, y sobre todo la libertad con la
que se amaban.
Cuando sal a la calle Tristan ya haba desaparecido. Seguramente entendiendo que
necesitaba estar sola para pensar en todo lo que me estaba pasando, o tal vez porque era l
quien quera estar solo.
Me levant de la cama de un salto, me duch, me puse ropa cmoda, y segu con mi
nuevo cometido, blanquear las paredes de mi casa y, con ello, mi propia vida. El blanco iba
se iba a imponer definitivamente sobre la oscuridad. Me recog el pelo en una coleta alta y
me dispuse a ello con energas renovadas y la nueva ilusin de mejorar mi calidad de vida.
La primera pasada no haba conseguido borrar el mural y tampoco estaba segura de
si no iba a ser necesaria hasta una tercera.
Me detuve en cuanto sent su presencia al otro lado de la puerta, me sorprendi que
hubiese venido, y una sonrisa triste apareci en mis labios.
Abr la puerta plenamente consciente de con quien iba a encontrarme al hacerlo.
Oliver me mir y suspir quedamente.
Buenos das, Rachel me saludo amablemente.
Ests bien? le pregunt preocupada.
Puedo pasar?
Estaba tan inquieta por su nimo que no me haba dado cuenta de que le estaba
impidiendo el paso a mi casa, me apart para que entrara.
Intent recoger un poco el desastre que tena montado en el saln, no obstante, no
me pareca adecuado recibirle en la cocina, y mi casa no era tan grande como la suya. A
parte del saln y la cocina no haba nada ms en la planta baja.
Ests redecorando? me pregunt amablemente al ver los botes de pintura y los
pinceles.
Le mir asombrada hasta que comprend que estaba siendo discreto y evitaba hablar
del mural, que tras la primera capa de pintura segua igual de visible. Me re tan fuerte que
me asombr a m misma, Oliver arque una ceja con confusin, pero al mirarme termin
por rer l tambin.
Finalmente habl.
Algo as, redecoro mi vida.
Necesitas ayuda? me ofreci tranquilamente.
Para redecorar mi casa o mi vida?
De momento comencemos por tu casa respondi ms animado que cuando le
abr la puerta.
Vas a ensuciarte le avis.
No me importa dijo al tiempo que se quitaba su chaqueta de cuero negra. La
verdad es que necesito tener la cabeza y las manos ocupadas y tu vida parece ms fcil de
redecorar que la ma.
Le sonre, pero no fue una sonrisa feliz, sino comprensiva. Entenda cada palabra
que no haba pronunciado, cada sentimiento que lo embargaba. Yo me senta igual.
Lo siento.
Lo s, pero necesito saber ms pidi con suavidad.
Me tens a la espera que comenzara con sus preguntas, pero en lugar de hacerlo
cogi uno de los rodillos, lo ba en el bote pintura blanca y lo desplaz hbilmente y con
soltura por la pared.
Solo quiero hablar me pidi en un susurro.
Danielle?
No me dej terminar.
Quiero a Danielle, es lo ms importante que tengo en la vida, estar con ella me ha
convertido en una persona mejor. Pero ella no la conoci, t s.
No hizo falta que me dijera nada ms, lo comprend a la perfeccin. Nos habamos
pasado la vida desconfiando el uno del otro. Sin embargo eso no eliminaba lo primordial:
que habamos pasado toda nuestra vida juntos.
Por dnde comenzamos? le respond cogiendo otro rodillo para pintar.
Podemos empezar con algo fcil me propuso. Qu estamos borrando?
Creme, esa no es una pregunta fcil.
Arque una ceja interrogante, no poda mentirle y tampoco quera hacerlo as que le
dije la verdad: que desde siempre usaba las paredes para pintar escenas que de alguna
manera haban marcado mi extensa vida, le habl de la fiesta de mscaras en la que
descubr quines eran Adrien y Gabriel, de nuestra huida en Pars
No es mala idea me anim. Yo uso la msica, t la pintura, no somos tan
diferentes como haba pensado.
No, no lo somos conced.
A lo mejor lo que necesitas es pintar momentos agradables, felices.
Sabes que no he tenido momentos de esos en mucho tiempo? Verdaderos quizs
nunca
Yo tampoco, hasta que me arriesgu con Danielle me dijo con una amplia
sonrisa, como si con solo nombrarla fuera capaz de alejar las sombras.
No entiendo qu me ests aconsejando.
S que lo sabes me acus con humor.
Crea que lo odiabas coment como de pasada.
Yo tambin, parece que al final los dos nos hemos equivocado me gui un ojo
y continuamos pintando.


De nuevo en Armony como si nunca hubiese abandonado esa tediosa ciudad. Me
rega a m mismo mentalmente.
Mentiroso, haces honor a tu nombre! Armony poda ser cualquier cosa; no obstante,
no era tediosa.
Sin ser muy consciente de lo que haca le di al taxista que me recogi en el
aeropuerto la direccin de Oliver: la de mi antigua casa. Aunque era cierto que no tena
muchas ms opciones y por suerte para m, haba conservado las llaves que ahora estaban a
buen recaudo en los bolsillos de los vaqueros Dolce & Gabbana que llevaba puestos.
Estaba tan acostumbrado a mentir sobre cualquier nimiedad que haba terminado
intentando engaarme a m mismo. Comenc con un Cline no me importa y desde
entonces no haba dejado de hacerlo. Absurdo hasta para m.


Abr la puerta esperando encontrar a Oliver y a Danielle en casa. No es que la idea
de escuchar sus recriminaciones me ilusionara especialmente, pero era algo tan inevitable
como que saliera el sol cada da. Suspir aliviado al comprobar que no haba nadie en casa,
de ese modo poda moverme con tranquilidad, y al mismo tiempo dispondra de un tiempo
para calmarme y decidir de una vez, y sin falsedades, por qu razn haba regresado.
Abajo todo pareca igual que cuando me march. Me dirig a las escaleras para
comprobar que todava dispona de un dormitorio en mi propio hogar, pero cuando llegu al
pasillo de arriba me qued paralizado y confuso.
Preciosas, os he echado mucho de menos. Los cuadros de Rachel no son tan
bonitos como vosotras les dije emocionado a las oscuras y atormentadas pinturas que an
seguan colgadas en las paredes.
Las pinturas negras de Goya estaban formadas por catorce murales que inicialmente
estaban pintados sobre las paredes de la casa del propio pintor y que posteriormente fueron
trasladadas a oleos. Desgraciadamente, yo solo dispona de cuatro de ellas: Saturno
devorando a un hijo, tropos o Las Parcas, Judith y Holofernes y El aquelarre, dos a cada
lado del pasillo que llevaba a los dormitorios, unas preciosas imgenes para invitar al
sueo. Me re de m mismo mucho ms animado que cuando llegu.
Me sorprendi que Oliver no las hubiera quitado tres segundos despus de mi
marcha, que no lo hubiera hecho era un punto a analizar ms detenidamente.
De una zancada me plant ante el que haba sido mi dormitorio y, durante unos
segundos, no hice nada ms que pararme frente a la puerta, preocupado por lo que me iba a
encontrar. Se habra desecho Oliver de mis cosas o las habra conservado igual que haba
hecho con las pinturas? Un profundo malestar se instal en m cuando comprend que la
respuesta me importaba.
Finalmente abr la puerta despacio, expectante. Un agradable e inesperado calor se
instal en mi pecho, las paredes seguan pintadas del mismo tono azul que recordaba, mi
cama an tena la misma colcha y en las estanteras tambin seguan mis libros. Mi
coleccin de monedas, la nica debilidad humana que me haba permitido desde que dej a
Cline, tambin segua all.
Londres, 25 de marzo de 1825


Qu hacemos aqu? pregunt Fausto preocupado por llegar tarde a la
representacin que se estrenaba esa misma noche.
Quiero hacerme con una moneda romana que est en posesin de este anticuario
dije sealando una de las tiendas de la concurrida calle londinense en la que nos
encontrbamos.
Es curioso murmur ms para s mismo que para que yo le escuchara.
Qu es curioso? pregunt ansioso por saber lo que tramaba.
La similitud respondi misterioso.
Le mir exasperado por su falta de respuestas, me vi obligado a volver a preguntar.
Qu similitud? mi voz sonaba impaciente e irritada.
La tuya con la de cierto personaje bblico obsesionado con las monedas su
sonrisa era maliciosa y desafiante.
Yo jams hubiese hecho esa relacin.
Te refieres a Judas Iscariote?
Quin si no? contest mientras me dejaba plantado en medio de la calle y se
acercaba a la tienda.
Mientras le segua al interior del anticuario pens que no poda culparlo, y mucho
menos en esos momentos, puesto que la similitud se haba ampliado, al igual que Judas yo
acababa de traicionar a mi maestro.
Era cuanto menos curioso que sintiera que me estaba traicionando a m mismo
cuando me embarg una fuerte emocin de plenitud al ver mi dormitorio tal y como lo dej,
esa era la peor parte de aceptar lo que senta por Cline, me volva dbil y sentimental. No
obstante, fuera como fuera ya no haba vuelta atrs, estaba enamorado de ella prcticamente
desde que nos conocimos y esta vez no pensaba huir de lo que me haca sentir, era
demasiado consciente de que Adrien estara al acecho para consolarla si eso suceda. Lo
que no tena tan claro era cmo iba a convencerla de que esta vez iba a ser diferente.


Captulo 23


Londres, 25 de marzo de 1825


Segu a Fausto en silencio y me dej caer en una de las butacas de nuestro palco
privado. Estaba hastiado de Londres, de mi acompaante y de la maldita novena sinfona de
Beethoven.
Fausto me haba arrastrado a Viena apenas un ao antes para acudir a su estreno y
no contento con eso, volvamos a asistir a la primera ejecucin que iba a realizarse en
Londres. Al menos haba conseguido mi moneda, me consol dispuesto a soportar la
tediosa noche que me esperaba.
Intent no fijarme en cmo Fausto se estrujaba las manos. Nervioso ante la pattica
perspectiva de volver a escuchar una obra que conoca hasta la saciedad, me apoy sobre la
barandilla curioso por ver a los asistentes. Mi acompaante perteneca a la mtica raza de
los que asistan a la pera para escuchar y no para ver y ser visto por la alta sociedad
londinense, en este caso, y sin que sirviera de precedente, yo me encontraba entre la gran
mayora.
An no haba hecho ms que asomarme cuando sent el conocido tirn en el
estmago. Gir la cabeza en la direccin correcta y a punto estuve de atragantarme con mi
propia saliva. En ese mismo instante Adrien levant la cabeza y se top con mi escrutadora
mirada clavada en su hermosa acompaante.
Sent un sbito ataque de ira cuando vi cmo se acercaba a su odo para avisarla de
mi mirada, los ojos transparentes de Cline se clavaron en m como cuchillos afilados,
posiblemente molesta todava tras nuestro ltimo encuentro en Sevilla.
Ambos estaban en el palco que quedaba justo enfrente del nuestro, iba a ser
imposible no estar pendiente de cada uno de sus movimientos; maldije al hado traidor que
nos acercaba con la misma fuerza que los imanes.
No comprendo qu hace Cline con Adrien coment Fausto a mi espalda.
Crea que le desagradaba ms de lo que lo haces t.
Te equivocas, yo le desagrado ms.
Pues no lo entiendo me contest clavando la mirada en ellos.
Ya puestos, yo tampoco respond.
Ser mejor que nos sentemos, va a comenzar ya le mir con cara de pocos
amigos. No deberas haber venido gru nervioso.
Imposible, sabes tan bien como yo lo mucho que disfruto oyndote tararear la
msica le confes.
Esta vez no voy a hacerlo, voy a estar concentrado y no vas a utilizarme.
Me re burln, pero mi risa no fue todo lo sincera que hubiese sido si Cline y
Adrien no estuvieran sentados juntos.
No te tortures. Acaso crees que vale la pena la lucha? le pregunt conociendo
de antemano su respuesta.
No lo s, dmelo t. Esta noche tu tortura va a ser peor que la ma su sonrisa
irnica me molest an ms que sus palabras.
Dirig la mirada hacia ellos y me dej caer de golpe en la butaca. Por una vez dej
que Oliver supiera la verdad y no lo negu. Era absurdo intentarlo y una manera estpida de
desgastar energas que en ese momento no tena.


Lo que menos haba imaginado cuando acept la invitacin de Lord Haywood y su
esposa a su palco, era que Adrien iba a estar entre sus invitados. Haba tenido la esperanza
de no encontrarme con ningn conocido esa noche. Esperanza vana teniendo en cuenta que
Fausto no iba a perderse la primera representacin en Londres de la novena sinfona a pesar
que ya habamos asistido en Viena a su estreno.
Tuve que ocultar la incmoda sensacin que me invadi el estmago cuando Adrien
tom mi mano y la bes, haba pasado mucho tiempo desde la ltima vez que nos habamos
visto, pero no el suficiente. Todava se mezclaba en m esa poderosa sensacin que me
empujaba y me separaba de l con la misma fuerza. Solo Adrien tena ese efecto en m.
Sent cmo se acercaba furtivamente a mi lado y se agachaba para susurrarme al
odo las palabras que tanto haba rezado para no escuchar. Un gesto demasiado ntimo para
dos personas que acababan de conocerse. De ese modo tan inofensivo haba dado a
entender a toda la sociedad que nos rodeaba, ansiosos de chismes, que entre nosotros exista
ms intimidad de la que poda parecer a simple vista.
Lord Boissieu est dando que hablar a los curiosos, supongo que lo ha hecho a
propsito le rega.
Milady, es usted muy perspicaz dijo con una sonrisa triunfal en los labios.
En silencio alc la mirada y me top con los ojos de gato de Mefisto, que en esos
aos responda al nombre de Rafael.
Tal y como haba temido, Fausto estaba a su lado. Quien fuera una vez mi futuro
cuado no haba podido resistirse a acudir a la presentacin.
Ansiosa por recuperar la compostura, centr mi mirada en la belleza del lugar en el
que me encontraba, desde los palcos hasta las estatuas que adornaban el hall, incluso los
murales que usaban para representar las obras, eran verdaderas joyas de arte, pero mi
admiracin iba ms all, a los brocados de las cortinas, a los vestidos de las damas, al
ambiente festivo del teatro Centr mi atencin en esos detalles, era la mejor forma de
olvidar que Adrien y Mefisto estaban cerca de m.
No va a funcionar susurr Adrien en mi odo.
El qu? pregunt sin comprender.
Fingir que no te importa.
Le mir sorprendida por su nueva actitud. Pareca molesto, incluso celoso.
Lo que no s es por qu te importa a ti dije acercndome ms a l, jugando la
baza del coqueteo.
Siempre me has importado, no deberas olvidarlo nunca. Acaso no te salv en
Pars? cogi mi mano con suavidad y se la llev a los labios.
Le di una sonrisa tmida; nuevamente haba triunfado la parte de m que me
empujaba a su lado.
Volvera a hacerlo confes con los labios sobre la suave piel de mi mueca,
te salvara una y otra vez. Har cualquier cosa hasta que por fin entiendas que me necesitas.
No fue necesario mirar al palco de enfrente para comprobar que Mefisto no perda
detalle.


Captulo 24


Llam a la puerta con los nudillos y esper a que Rachel me abriera, advert que
estaba dentro y sin duda ella saba que yo era quien estaba al otro lado de su puerta.
Al fin te encuentro! fueron las palabras que se escaparon de mis labios cuando
la vi parada frente a m.
No pretenda regaarla o ponerla a la defensiva sino todo lo contrario, sin embargo
el alivio de verla bien haba vuelto a descolocar el sistema con que filtraba mis reacciones.
Aunque era un filtro que con ella casi nunca funcionaba.
No estaba muy lejos me respondi mientras se apartaba para franquearme el
paso.
Perd el hilo de la conversacin, que se qued prendido de la mancha de pintura
blanca que tena en la mejilla.
Apret los puos forzndome a no mirarla, pero no fue suficiente. Me imagin
pasando los dedos suavemente por sus pmulos, de la mandbula a la sien, detenindome en
la mancha, sintiendo la suavidad tersa de su piel, quizs me inclinara sobre ella para
aspirar el perfume de su cabello.
Tampoco estabas cerca, desapareciste me obligu a responder aunque para ello
tuve que girar la cabeza y dejar de verle el rostro.
Estabas preocupado? pregunt entre la incredulidad y la diversin.
Sabes que s.
Menuda novedad! volvi a burlarse.
Sent alivio al verla tan juguetona y de buen humor, el recibimiento que haba tenido
auguraba muchas posibilidades de que las cosas salieran bien. Le sonre aliviado y entr en
el saln mucho ms relajado, lo primero que vi fue el suelo empapelado de peridicos y a
Rachel con el cabello recogido y su blanco y delicado cuello expuesto. Sent un hormigueo
en los labios, la necesidad fsica de besarlo. Fue entonces cuando vi que no estaba sola,
verlos a los dos juntos consigui desconcertarme. Desde cundo eran amigos? Desde
cundo exista esa complicidad? De alguna manera yo siempre haba sido el nexo que los
una, pero tambin eso haba cambiado, ahora estaba Danielle, e incluso Isabella y el
sentimiento de culpa que compartan por su muerte. Yo haba salido de sus vidas meses
atrs.
Cunto has tardado en venir! me dijo Oliver con una mezcla de insolencia y
queja en la voz.
Evit responderle, por primera vez en mucho tiempo no estaba seguro de qu estaba
pensando, pareca como si se alegrara de verme. Desech la idea por surrealista; quizs
hubiera sido posible en otra persona, pero nunca en Oliver.
Rachel se par a mi lado para untar el rodillo con pintura y volv a perderme en la
mancha de su mejilla, el deseo de tocarla era tan intenso que mareaba. En esos instantes me
olvid de la presencia inesperada de Oliver, que me sac de golpe de mis pensamientos.
Por qu sonres? pregunt mi antiguo protegido.
Yo siempre sonro me defend de su absurda acusacin velada.
Nunca de ese modo, debas de estar pensando en algo muy hermoso remarc
las dos ltimas palabras.
Lo mir asombrado de que hubiera dado tan en el clavo, pero guard silencio como
si no le hubiese escuchado. No tena ganas de enzarzarme en una batalla dialctica con
Oliver, de hecho, no tena ganas de encontrarme con l, me molestaba terriblemente que
estuviera aqu porque con ello limitaba mis posibilidades de aclarar los asuntos que me
haban trado de vuelta a Armony.
Rachel, como si hubiese notado mi incomodidad, intervino en la conversacin.
Ya lo sabes, verdad? pregunt Rachel.
S.
Cmo? no hizo falta que dijera nada ms, fue fcil leer entre lneas.
Eva respond con los ojos clavados en los suyos a la espera de ver alguna
reaccin en ellos. No se produjo ninguna.
Eva? esta vez fue Oliver quien pregunt.
No se lo has dicho acus sorprendido por su silencio. Ocultar informacin es
una forma de mentir mucho ms sutil, pero no deja de ser un engao.
Ya tiene bastante con lo que sabe respondi, esta vez haba un brillo enfadado
en sus transparentes ojos.
Cline? pregunt Oliver y no se me escap que uso su antiguo nombre.
Un privilegio que parecan disfrutar todos menos yo.
Eva es alguien que se parece a Isabella, pero no lo es. Solo se parecen fsicamente
le explic con voz clida.
No quiero verla confes Oliver tras unos momentos en silencio. As est todo
bien, Adrien es otra historia.
No! y esa nica slaba que surgi atronadora de la boca de Rachel encerraba
mucho ms que una larga frase.
Eso sera un suicidio le dije enfadado por su temeridad. Crea que tu poca
autodestructiva ya haba pasado.
No voy a enfrentarme a l, voy a ayudar a Tristn a acabar con l, cuando llegue
el momento estar a su lado. Es posible que no pueda hacer mucho, no obstante, estoy
dispuesto a participar en su destruccin confes con calma. Su decisin estaba tomada, y
de algn modo extrao y confuso la ma tambin
Supe que Tristn tambin estaba en Armony, fue fcil deducirlo en las palabras de
Oliver y el silencio de Rachel. Como tambin lo fue adivinar las razones que lo haban
trado aqu.
Aunque lo ms fcil e inesperado para m fue decidir de qu bando me iba a poner
en esta ocasin: del lado que dejara a Rachel fuera del peligro que supona el deseo
irracional que Adrien senta por ella. Tal y como rezaba el refrn: muerto el perro se acab
la rabia. Una frase que resuma a la perfeccin la situacin, si Adrien desapareca tambin
lo haca la inseguridad de Rachel.
Tristan tambin iba a poder contar conmigo y con algo que haca de la colaboracin
la ms especial que pudiera encontrar. Estaba ligado a Adrien, lo que me permita
encontrarle y, con un poco de suerte, adelantarme a sus movimientos.


Captulo 25


Oliver se march diciendo que haba quedado con Danielle, lo que nos dej a
Gabriel y a m en la misma habitacin y sin saber qu decir. Para aliviar la tensin del
momento me centr en la maravillosa pared blanca que tena frente a m, despus de las tres
pasadas que haba supuesto, volva a estar inmaculada y dispuesta a recibir mis trazos.
Cerr los ojos para visualizar mejor lo que quera pintar. Oliver me haba instado a
plasmar momentos felices, recuerdos agradables, y quizs fuera una buena manera de
comenzar mi nueva vida, dejando atrs los malos momentos y recuperando los buenos,
eligiendo aquello que me haba hecho feliz.
No es que hubiese tenido muchos momentos de esos en mi existencia, de modo que
la eleccin no fue tal. Solo haba un instante que me haba esforzado por recordar desde
entonces, un momento atesorado en lo ms profundo de mi alma inmortal. A pesar de todo
lo que vino despus fue una ocasin tan perfecta que haba valido la pena cada una de las
lgrimas que derram posteriormente.
Florencia, 1535


Isabella est embarazada repet las palabras de Mefisto como una letana de
horror y dolor. Mi voz estaba apenas modulada.
Cada palabra se clavaba en mi pecho como un pual, pero aun as yo segua
pronuncindolas como si al hacerlo terminaran por perder su significado.
Despus de lo que acababa de pasar entre nosotros, despus de esperarlo durante
tanto tiempo volva a perderlo y esta vez definitivamente.
Solo estuvimos juntos dos veces, te lo prometo, Cline. Al llegar aqu, antes de
volver a verte confes mientras se pasaba las manos por el cabello, nervioso, asustado de
mi reaccin.
Por qu me lo dices ahora? una pregunta que son como un reproche.
No quiero perderte. Ella no significada nada para m, t lo eres todo me dijo
visiblemente alterado.
Y el beb?
No lo s, nunca imagin que pudiera pasar dijo mientras se estrujaba las manos
nervioso.
Ella te va a dar un hijo, Mefisto llorique asustada de perderlo.
Isabella no significa nada para m. Fue un error! No podra soportar que me
dejaras. No puedo permitirlo
Por qu?
Te quiero. No puedo perderte repiti con los ojos brillantes y sin dejar de
acariciarme la mejilla.
Me qued en silencio, pensando. La idea de abandonarle haca que sintiera dolor y
no solo emocional, tambin dolor fsico, era como si me estuvieran desgarrando por dentro,
como si me arrancaran una parte de mi cuerpo que no saba que tena hasta ese fatdico
momento.
No vas a perderme le dije finalmente.
El alivio fue instantneo en su rostro.
Y fue all, en el centro del laberinto de los Basani, el lugar donde Mefisto y yo
ramos solo un hombre y una mujer que se amaban, donde hice la promesa ms solemne de
mi vida, la que hizo que le diera la espalda a Isabella, la nica promesa por la que era capaz
de morir antes de incumplirla.
Me inclin sobre el cubo de pintura y comenc a mezclar colores, verde oscuro, azul
medianoche, negro
Que Gabriel estuviera en la habitacin mirndome me turbaba ms de lo que quera
admitir, no entenda por qu se haba quedado cuando Oliver se despidi unos minutos
antes.
En ese momento se produjo un intercambio de miradas entre ellos que no haba
sabido interpretar. La nueva actitud de Oliver hacia Mefisto, la persona a la que ms haba
odiado nunca, me desconcertaba profundamente y al mismo tiempo me asustaba, si Oliver
haba sido capaz de perdonarlo, no tendra yo que hacer lo mismo? Era un ngel, mi
naturaleza deba ser compasiva y, a pesar de ello, en algunos momentos mis reacciones eran
ms humanas que divinas
Antes de nuestra inesperada visita le haba preguntado a Oliver la razn por la que
pareca ms dispuesto a aceptarle, su respuesta me haba dejado totalmente descolocada y
perdida.
Ahora s lo que es estar enamorado haba dicho misteriosamente.
Y? pregunt sin comprender.
Una persona es capaz de hacer muchas cosas por amor, del mismo modo que
tambin es capaz de hacerlas para evitarlo haba contestado como si yo supiera qu hacer
con esa crptica frase.
No quise insistir ms. Me daba miedo lo que podra descubrir si segua haciendo
preguntas y la idea de que Oliver pensara que Gabriel conoca el amor me asustaba y me
emocionaba, con la misma fuerza.
Como siempre que me pona a pintar, me olvid temporalmente de todo, las paredes
comenzaban a mostrar mis recuerdos y esta vez la liberacin fue emocionante y placentera.
Sent un cosquilleo agradable en el estmago, me gustaba lo que vea, me gustaba lo que
me evocaba. Cerr los ojos y me dej llevar por lo que vea en mi cabeza, no necesitaba
abrirlos para pintar y mis hbiles dedos sostenan el pincel que se mova por instinto, por
necesidad.
No volv la cabeza en ningn momento, ni siquiera cuando escuch el sonido de
sorpresa que se haba escapado de la garganta de Gabriel al reconocer la imagen de la
pared. Era consciente de que le estaba dando una ventaja con la que volver a hacerme dao;
sin embargo no me import. La vida siempre ha sido una cuestin de prioridades y, por una
vez, yo escog la ma sin pensar en las consecuencias.


Captulo 26


Por primera vez en mi existencia me encontr sin saber qu decir, fascinado por los
elegantes movimientos de Rachel. Llevaba una camiseta amarilla y ceida y unos
pantalones grises de chndal, ni siquiera llevaba zapatillas, sino unos gruesos calcetines del
mismo color que sus pantalones.
Cada vez que se inclinaba sobre la pared poda ver cmo se tensaban los delicados y
finos msculos de sus brazos, cmo se ergua su pecho. Su expresin me tena
completamente fascinado, sonrea feliz, y esa sonrisa me recordaba a la nia que conoc, la
muchacha que tanto haba aorado durante mi infancia.
Apart la mirada de su cuerpo y me centr en la pared. Si segua mirndola no iba a
poder resistir la tentacin de acercarme y tocarla, de levantarle el mentn y obligarla a abrir
los ojos para que me mirara y supiera que era yo el que iba besarla.
No separ la vista de su trabajo por dos razones: si me centraba en l podra superar
el desesperado deseo que se haba instalado en m y que me haca pensar en labios y besos,
la segunda razn era que estaba vido por descubrir el secreto que se esconda tras aquellos
trazos elegantes.
La expresin pacfica y feliz de Rachel cambi conforme la pared se iba llenando de
formas y de color. Truc la sonrisa por el ceo y yo tuve que cerrar con fuerza los ojos para
no acercarme a ella y alisar sus arrugas de preocupacin con mis dedos.
Sus delicadas manos sostenan el pincel con destreza y precisin, poco a poco las
lneas abstractas se fueron uniendo y creando figuras, los colores fueron dando forma a una
idea
Un jadeo ahogado escap de mis labios cuando fui consciente de lo que haba
plasmado en la pared: el laberinto de la casa de los Basani, y lo haba hecho delante m. Fue
entonces cuando me asaltaron las dudas. Pintaba para recordar o era una especie de terapia
para exorcizar sus demonios? Sonre sin alegra por el cauce que haban tomado mis
pensamientos, ms acertados que nunca.
Supe que si quera conocer las respuestas deba formular las preguntas pero, por
dnde empezar?
Es una declaracin romntica? dije sealando el mural.
Me mir fijamente sin contestar a mi pregunta. No encontr en su mirada ninguna
respuesta, pareca perdida entre las calles del laberinto o quizs sentada en el banco de
piedra gris que haba en el centro del mismo.
Por qu has pintado el laberinto? pregunt plenamente consciente de lo directa
que haba sido esta vez mi pregunta.
Normalmente siempre daba rodeos o bromeaba y halagaba a mi interlocutor para
que fuera sincero conmigo, pero esta vez estaba demasiado impaciente por conocer la
respuesta y adems tampoco quera engaarla, sino conseguir que confiara en m.
Not el titubeo de Rachel, que todava permaneca con la mirada clavada en m.
Es uno de mis recuerdos ms felices contest finalmente.
De verdad? pregunt totalmente descolocado. Una pregunta tonta, puesto que
saba que Rachel nunca menta.
Decid arriesgarme ms y me lanc con la pregunta definitiva.
Por qu es uno de tus recuerdos ms felices?
Esta vez s que apart la mirada de mis ojos y la baj hasta sus manos cruzadas
delante de ella.
Porque por fin estaba contigo no haba nada en el mundo que me hubiera hecho
ms feliz de lo que me hicieron esas cinco palabras.
Dej escapar todo el aire que no saba que estaba conteniendo y abr los ojos
desmesuradamente, sorprendido, emocionado, feliz
Me quieres dije maravillado.
Te quera respondi ella evasiva. Te lo demostr entonces.
Ahora ya no me quieres?
Ahora todo es diferente respondi con la mirada perdida en algn punto que iba
ms all de m.
En qu sentido es diferente? An queda algo entre nosotros le repliqu incapaz
de pronunciar las palabras que me quemaban en la garganta.
No es suficiente, no lo fue entonces y no lo es ahora. Deberamos haberlo
comprendido entonces, nos hubiera ahorrado mucho sufrimiento, al menos a m.
Crees que yo no sufr?
T me dejaste, es evidente que no lo hiciste me contest con tranquilidad.
Te equivocas! exclam mientras me pasaba las manos por el cabello,
exasperado por su actitud indiferente.
En cualquier caso eso ya no importa Gabriel.
Te ests rindiendo? pregunt sintiendo que me faltaba el aire.
Neg suavemente con la cabeza, su mirada no era la que recordaba de otras veces,
no era ni triste ni decepcionada. Estaba simplemente vaca, como si al pintar nuestro
recuerdo hubiera descargado en l todo lo que ramos, todo lo que habamos sido.
Hace ya mucho tiempo que nos rendimos los dos contest con una sonrisa
resignada.
No lo iba a permitir, no despus de haber aceptado qu senta por ella. Lo ms difcil
ya estaba hecho, ahora tena que conseguir que ella tambin lo aceptara, que me permitiera
demostrarle cunto la necesitaba, cuanto la haba aorado, que yo tambin haba sufrido. A
mi modo de ver era cierto, pero con el mismo dolor lacerante que la haba embargado a
ella.
Me plant en dos zancadas frente a ella y de un tirn la atraje a mis brazos. No le di
tiempo a protestar o apartarse. Cubr sus labios con los mos y la encerr en mi propio
cuerpo, en una crcel de carne y huesos.
Este beso no era como el que nos habamos dado en Nueva York, con este beso no
pretenda castigarla o someterla, ni siquiera demostrarle que por mucho que lo negara ella
me perteneca. Este beso era de entrega, era una ofrenda, en l pona en sus manos todo lo
que yo era, mi pequea parte de luz y la oscuridad de mi alma.
Cuando estuve seguro de que no se iba a escapar de m, afloj mi presa y pas mis
dedos por la mancha que todava segua en su mejilla. Con cuidado le deshice la coleta y
enred mis manos en su largo y sedoso cabello oscuro, Rachel me correspondi de la
misma forma, enredando sus brazos en mi nuca.
Dej de intentar dominar la situacin y me dej llevar por la necesidad que creca en
m cada vez que ola su dulce perfume. En algn momento camos de rodillas al suelo,
todava uno en brazos del otro.
Nos separamos con la respiracin aceleradas, lo justo para hablarnos con la mirada.
Esta vez no hubo palabras que nos separaran, solo nosotros dos, mis labios acariciando su
garganta, su clavcula, su pecho el olor de su piel embriagando mis sentidos.
No puedes rendirte, me prometiste que nunca te perdera susurr en el hueco
tras su oreja.
No hubo respuesta. Y yo segu disfrutando de sus caricias, de su cuerpo pegado al
mo, del anhelo de sus labios, de su calor.
No lo hars, nunca me perders porque hace mucho tiempo que no me pertenezco
susurr finalmente.
Una sensacin de calor, gratitud y amor se instal en mi pecho con tanta fuerza que
tuve que dejar de tocarla para recuperar el aliento. Cuando finalmente me recobr del
impacto que haban tenido sus palabras sonre feliz, segu despertando su cuerpo con un
delicioso reguero de besos, que cubri su vientre y sus caderas, para terminar perdindome
en ella una y otra vez.


Captulo 27


Al abrir los ojos me encontr con la mirada fija de Gabriel sobre m, lo peor de todo
era que no saba cuanto tiempo haba estado hacindolo.
Irremediablemente volvi a mi cabeza lo que haba sucedido entre nosotros unas
pocas horas antes. Mi cuerpo se anticip a la parte amarga en la que siempre solan
terminar nuestros encuentros y comenc a temblar.
Buenas tardes, dormilona. Tienes fro? me salud sonriente.
Estoy bien respond mientras me tensaba a la espera de la tan acostumbrada
burla, de su actitud jactanciosa o incluso cruel. Pero en esta ocasin no hubo nada de eso.
Buenas tardes? Qu hora es?
Desorientada inclin mi cabeza hacia la mesita de noche para saber la hora que era y
el rato que haba dormido. Eran las dos del medioda, de ah que estuviera tan hambrienta.
Cuando me levant esa misma maana estaba tan concentrada en cambiar mi vida que me
haba olvidado completamente de desayunar.
Como si me hubiera ledo la mente (algo imposible hasta para Mefisto), me pregunt
si quera comer algo.
Eso estara bien, tengo bastante hambre contest tmidamente.
Perfecto, bajemos a ver qu tienes en la nevera propuso tranquilamente, como
si despertarme a su lado fuera algo cotidiano y normal.
Nada. No tengo nada en la nevera, ni en la despensa tampoco confes algo
incmoda.
En ese caso voy a tener que ir de compras dijo arrugando el ceo. No te
muevas de aqu.
Pero no puedo pasarme el da vagueando en la cama me quej.
En seguida vuelvo me rega y se inclin sobre m para darme un suave beso
en los labios.
Mi corazn se dispar de sorpresa, de felicidad, o ambas cosas a la vez. Asustada
por mi reaccin evoqu el Kandinsky con todas mis fuerzas, pero la sensacin era tan
mareante y dulce a la vez que nada consigui calmarme, sobre todo cuando se levant de la
cama y comenz a vestirse frente a m lenta y concienzudamente, plenamente consciente de
mi escrutadora mirada sobre l.
Antes de abandonar la habitacin me gui un ojo y yo entend en el gesto la
promesa de lo que estaba por venir. Qu le haba pasado a Gabriel durante estas dos
semanas en las que no nos habamos visto?
No consegu normalizar los latidos de mi corazn hasta que escuch la puerta de
casa cerrarse y me levant para vestirme. Haba prometido esperarle en el dormitorio, por lo
que la ropa no entraba en el trato, sin embargo no me haba adaptado lo suficiente a la
nueva situacin como para seguir a pies juntillas sus peticiones, sobre todo si eran tan
descaradas como esta.
Cerr los ojos y dej la puerta abierta a los recuerdos, deleitndome en cada
sensacin evocada, pero entonces son el timbre de casa, arrancndome de golpe de mi
ensimismamiento.
Era asombroso que en tan solo cinco minutos Gabriel hubiera ido al supermercado,
hubiese comprado y regresado, sin embargo siempre haba sido asombroso. Lo era hasta
cuando era cruel y mezquino.
S que has sido rpido le dije mientras abra la puerta.
Pero no era Gabriel quien estaba en el umbral mirndome.
Adrien arrug la nariz asqueado.
Hueles a l me dijo visiblemente molesto.
Qu haces aqu?
Visitarte? contest alzando sarcstico una ceja.
No es buena idea.
No vas a dejarme pasar? Tu educacin est empeorando, Cline me rega
condescendiente.
A regaadientes me apart de la puerta para que entrara, era la peor idea del mundo
que Adrien hubiera decidido venir a Armony. Si Oliver, Tristan o incluso Gabriel se
topaban con l, el asunto se iba a poner muy tenso y peligroso para todos nosotros.
Mi inesperado visitante se qued parado mirando la pared del fondo, la que haba
estado pintando esa misma maana, supe por su expresin que haba reconocido el lugar
representado. Respir tranquila cuando record que l no saba nada de lo que haba
sucedido all, al menos no que me haba entregado a Mefisto. l conoca que era el lugar
elegido para encontrarnos el da que bamos a fugarnos de Florencia y del convento en que
queran encerrarme, pero sus conocimientos se limitaban a esa parte de la historia.
Adrien me mir fijamente y sent un escalofro que comenz en mi nuca y barri
todo mi cuerpo como una descarga elctrica.
Yo tambin estaba all, puede que no fsicamente, pero tengo un vnculo con
Mefisto y estaba lo suficientemente cerca como para usarlo. Sent en mi carne todo lo que
hubo entre los dos, no se trat solo de sexo
Me qued boquiabierta durante un segundo, lo que mi cerebro necesit para asimilar
la informacin que acababa de recibir.
Yo tambin quiero tenerlo, volver a sentirlo y s que t eres la clave Cline. Te he
deseado siempre y he sido ms que paciente contigo.
No estoy interesada contest todava intentando asimilar lo que me haba
confesado.
De verdad? Tan pronto lo has olvidado? no se me escap la nota de
incredulidad de su voz.
No estoy interesada repet marcando cada slaba.
Deseosa de olvidar aquella estpida noche en que me dej llevar por el dolor y la
confusin.
Es por l? pregunt apretando los puos.
Es por ti respond rpidamente temerosa que pudiera hacerle dao a Gabriel
para tenerme.
Qu tengo de malo? esta vez su voz son divertida. Estaba seguro de s mismo
y mi negativa no iba a detenerle.
Que no eres Gabriel. No me interesa nadie ms.
Mis palabras hicieron que se cayera su mscara de seguridad. Alarg las manos y
me tom por los antebrazos, autoritario, cruel, me clavaba sus dedos con fuerza y
plenamente consciente de que me estaba lastimando.
De un tirn me atrajo haca su cuerpo, pero no dej de apretar en ningn momento,
sent cmo la sangre dejaba de circular en mis extremidades y un cosquilleo incmodo se
instalaba en mis dedos.
Se inclin sobre mi rostro, tan cerca que nuestras narices se rozaban. Iba a besarme a
la fuerza, iba a descargar su ira en ese beso que yo no quera aceptar Pero entonces,
Adrien se tens y me solt de golpe. Su cuerpo me impeda ver quin haba tras l, no
obstante, poda sentir la presencia de dos personas ms en el saln, pero estaba tan alterada
que no era capaz de distinguir nada.
T y yo no hemos terminado me susurr amenazante. Y sin aadir nada ms se
dio la vuelta para enfrentarse con mis salvadores.
Buenas tardes, caballeros salud con una cortesa fra y artificial.
Rachel, ests bien? me pregunt Gabriel acercndose a mi lado en dos
zancadas.
Por supuesto que est bien, por quin me han tomado, caballeros? pregunt
Adrien clavando su mirada de acero sobre el brazo que Gabriel haba pasado sobre mis
hombros.
Por un demonio vengativo y cruel. Ya eras una persona horrible, no es de extraar
que ahora seas peor dijo Tristan sin vacilacin y totalmente alerta de cada uno de sus
movimientos.
A pesar de la semejanza en la postura y en los rasgos, los dos hermanos eran como
el da y la noche. Los ojos negros de Tristan frente a los ojos grises de Adrien, cabello claro
y cabello ms oscuro, era como si la naturaleza se hubiese equivocado al crearlos. La luz de
la belleza de Adrien contrastaba con la oscuridad del atractivo de Tristn.
La prxima vez que nos veamos te demostrar lo vengativo y cruel que puedo ser,
hermano amenaz.
La prxima vez que te cruces en mi camino o ataques a alguien que me importa,
me olvidar de que eres mi hermano y acabar contigo. Ests advertido!
Una risa oscura surgi del pecho de Tristan, profunda y visceral.
Me encanta la idea, nos vemos pues. Cline, piensa en lo que hemos hablado
me dijo sin moverse de su posicin frente a Trsitan.
No tengo nada en qu pensar, ya est todo dicho contest acercndome ms a la
proteccin de Gabriel.
Adrien gir rpidamente la cabeza para lanzarme una mirada que me dej clavada
en el suelo. Sent que el brazo de Gabriel me apretaba ms a su cuerpo.
Mefisto, quiere decir esto que ests contra m? dijo dirigindose por primera
vez a su pupilo.
No, maestro, quiere decir que estoy con ella respondi Gabriel mirndole de
frente y sin vacilacin.
Un sonido de sorpresa escap de mis labios y una sonrisa sardnica se instal en los
suyos.
Adis, caballeros. Seorita dijo inclinndose teatralmente.
Ya estaba todo dicho, las cartas estaban sobre la mesa y, lamentablemente, yo era la
nica que poda pararlo todo. Si lo elega a l, se apaciguara y les dejara en paz.
Ni se te ocurra volver a pensar eso me rega Tristan. T no entras en el
trato, es algo entre mi hermano y yo, y me voy a encargar de solucionarlo. Vosotros ya
tenis bastante con solucionar lo que se os viene encima.
Sonre agradecida y me dej caer en los brazos de Gabriel, que instintivamente me
devolvi el abrazo. Tenamos una conversacin pendiente desde haca mucho tiempo y
ahora quizs haba llegado el momento de tenerla.
Tristan me sonri y se dio la vuelta para marcharse. Con ese gesto acababa de darme
su bendicin, ahora solo necesitaba la del resto del universo.


Captulo 28


Pars, 6 de diciembre de 1846


La Damnation de Faust
[13]
de Hector Berlioz, haba congregado a prcticamente toda
la sociedad parisina. Se trataba de una obra entre la pera y la sinfona coral basada en la
obra de Goethe, y se iba a representar en Pars en versin de concierto.
Cuando me enter, asum que Oliver no faltara a la cita. Oliver. Me resultaba
extrao pensar en l como tal, aunque era su segundo nombre, llevaba casi una dcada
usndolo y relegando Fausto al olvido.
Pasaban los minutos y no haba rastro de Oliver, ni de Mefisto, por lo que me
dispuse a colocarme lo ms cerca a la puerta principal para controlar el acceso y saber en
qu momento exacto entraban.
Vaya, qu sorpresa! susurr una voz aterciopelada cerca de mi odo.
Me di la vuelta para toparme con la mirada de acero de Adrien y su sonrisa perfecta.
Hola, Adrien le salud sin apartar la mirada de mi objetivo: la puerta de acceso
a la sala de concierto.
No van a venir dijo adivinando mi inters.
Me di la vuelta para mirarle, sorprendida por la seguridad de su voz.
Sera estpido que lo hicieran volvi a comentar.
Oliver jams se perdera la primera representacin dije yo convencida.
Lo har, no vendr. Segn he escuchado, el Fausto de Berlioz ofrece su alma para
salvar a su amada. No creo que Fausto quiera asistir su mirada destilaba un brillo
malicioso.
Por qu dices eso? pregunt ansiosa para que me confiara sus pensamientos.
Porque es la verdad, l no pudo salvar a su hermana. Estoy seguro de que huir de
esta representacin, siempre. No creo que sea capaz de escucharla nunca.
Me qued en silencio de pie frente a l, consciente de lo acertadas que eran sus
suposiciones. Oliver se senta culpable, ms all de lo extraordinario, por la muerte de su
hermana Isabella, tanto que haba renunciado a todo lo que haba amado por ello. El nico
consuelo que tena era la msica y en estos instantes ella tambin le daba la espalda y se
burlaba de su dolor. Era imposible que vinieran a escucharla, si lo haca, los recuerdos que
tanto se esforzaba en borrar, volveran a atormentarlo.
Por qu ests aqu entonces? pregunt tmidamente, adivinando su respuesta.
Quera verte y saba que vendras. Eres demasiado inocente para pararte a pensar
en los fantasmas de la gente.
No soy tan inocente protest.
Que no lo fueras sera estupendo para m, puesto que me resultara ms fcil
tentarte. Lamentablemente lo eres, ma chrie.
No quiero que me tientes, Adrien.
De momento ests a salvo de eso. Ven, vamos a sentarnos, el concierto est a
punto de comenzar y a nosotros no nos persiguen los remordimientos dijo cogindome
delicadamente la mano y posndola sobre su brazo.
Me sac por la misma puerta por la que haba entrado y me hizo subir por una de las
dos escaleras laterales que llevaban a los palcos.
El palco al que Adrien me condujo era elegante y estaba vaco. Con la cabeza me
indic que me sentara en una de las cmodas sillas doradas y rojas, y se sent a mi lado, tan
cerca que nuestras rodillas se tocaban.
El concierto comenz y yo me dej llevar por la melancola y la tristeza. Haba ido
all con la esperanza de ver a Mefisto y no haba aparecido, si bien era lgico que Oliver no
hubiese asistido, no lo era que Mefistfeles no estuviera aqu. Saba que yo asistira para
verles, y aun as l no haba venido.
Sent los dedos de Adrien recorrer mis mejillas y enjugar las lgrimas, que no era
consciente de estar derramando.
Cline, ma chre fille
[14]
dijo con voz susurrante y sensual.
Oh, Adrien respond arrojndome a sus fuertes brazos. El calor de su cuerpo
calm mi ansiedad y mi tristeza. Era extrao estar tan cerca de l, nuestra relacin siempre
haba sido extraa, sobre todo en dos seres tan distintos como nosotros. En algunos
momentos me senta ms unida a l que a nadie que hubiera conocido jams, los otros
instantes solo quera alejarme de l a toda prisa.
Pero Adrien era la nica persona en la que, a pesar de s mismo, poda confiar.
Siempre iba de frente, nunca me haba ocultado lo que era, lo que quera de m o lo que era
capaz de hacer.
Me separ de su pecho y alc la vista para calibrar su reaccin, me observaba
fijamente. Con suavidad me pas un mechn rebelde por detrs de la oreja.
Voy a besarte, Cline. Necesito hacerlo me dijo y su voz me hizo estremecer,
sonaba diferente a la seguridad que mostraba siempre.
Me call, me dije a m misma que solo era un acto de piedad, que estaba necesitado
de cario y yo se lo poda ofrecer si le permita que me besara pero me estaba mintiendo a
m misma, la que necesitaba cario era yo, pero no de este chico.
Adrien hizo que me levantara y me llev a las sombras de la entrada al palco.
Probablemente quera evitar que nos vieran los ojos curiosos que nunca perdan detalle de
cada uno de sus movimientos. Me empuj suavemente tras la cortina y pos sus labios con
delicadeza sobre los mos. La sensacin fue elctrica, sorprendente.
Cuando me di cuenta, estaba profundizando yo misma el beso. Me separ cuando
sent que alguien nos estaba mirando a unos pasos de nosotros. Unos ojos pardos brillaban
colricos en la oscuridad, cuando volv a parpadear ya no haba nadie. Podra haber credo
que era una alucinacin si no hubiese visto la sonrisa triunfal de Adrien.
No puedo dije empujando su cuerpo lejos del mo.
Tranquila Cline, no pasar nada que no quieras que pase. Puedo esperar, tengo
tiempo y soy una persona muy paciente.
A pesar de todo me qued. No me di la vuelta ni le busqu. Por una vez, haba sido
yo la que haba golpeado primero.


Me qued parado en la puerta del palco, asombrado por lo que estaba viendo.
Durante varios segundos fui incapaz de moverme o de apartar la mirada de ellos.
Me haba equivocado otra vez, aunque en este caso el tonto fui yo por acudir a
buscarla. Saba que Cline asistira al concierto esperando que nosotros lo hiciramos, los
conciertos, peras y dems eventos relacionados con la msica eran los mejores momentos
para aprovechar el don de Fausto, solo con que l tarareara la msica que estaba
escuchando todo se pona en marcha. Siempre que esto suceda era de forma inconsciente,
Fausto nunca hara nada para ayudarme por decisin propia, pero yo aprovechaba esos
instantes en los que se dejaba llevar por su pasin para acceder a las almas de los que nos
rodeaban.
Aunque en esa ocasin mi presencia solo se debiera a Cline aunque esta vez el
que sali herido fui yo, sin siquiera tener un breve momento de amor.


Captulo 29


En silencio, Gabriel me arrastr hacia el sof y se sent conmigo mientras me
arropaba con sus brazos. Me acomod en su regazo y enred mis brazos alrededor de su
cuello. Atrs quedaron los sueos en los que imaginaba momentos como el que estbamos
viviendo, la realidad, por fin, era mucho ms dulce.
Poco a poco me fui adentrando en los recuerdos de lo que haba sucedido unos
momentos antes. Estaba preocupada por la posible reaccin de Adrien a mi rechazo, a la
confirmacin de que estaba con Gabriel, y necesitaba analizar todas y cada una de las
posibles respuestas de su maestro para estar preparada. Saba que era capaz de matar con
absoluta sangre fra, lo haba visto en sus recuerdos, como tambin saba las razones que le
haban empujado a ello: evitar que Mefisto y yo pudiramos estar juntos. De qu no sera
capaz ahora para evitar de nuevo nuestra unin?
Su visita haba demostrado una vez ms la obsesin enfermiza que senta por m, y
justo ahora me resultaba ms difcil entender la razn. Que Adrien hubiese sido testigo, de
algn modo lejano, de lo que haba sucedido entre Mefisto y yo, me confunda. Su
inclinacin por m haba sido anterior al encuentro entre Mefisto y yo en el laberinto de los
Basani; no as su peticin de matrimonio, que me la haba hecho pocos das despus. Cul
haba sido pues la causa de su proteccin y de su cario? Por qu me propuso la
descabellada idea de deshonrarme si ya era consciente de mi relacin con Mefisto? Saba
que me haba entregado a otra persona y aun as estaba interesado en m
Puedo escuchar los engranajes de tu cerebro como los de un viejo reloj suizo
brome Gabriel. Ests bien?
No, Adrien me confunde respond nicamente.
En qu sentido? Despus de lo que he visto al entrar est bastante claro qu
quiere coment intentando aparentar una calma que no senta.
No comprendo por qu est interesado en m.
Arque una ceja, entre la sorpresa y la diversin.
Es evidente, eres maravillosa y adems eres un ngel. Eres algo as como un
billete a lo ms alto.
A eso me refiero. l nunca ha intentado que yo me pasara a su lado de la lnea, me
ofreci matrimonio, y estoy segura que si hubiera aceptado, jams me hubiera presionado
para que renunciara al bien ni a mi naturaleza expliqu intentando hacerle ver mis dudas.
Quizs te equivoques al juzgarlo, a lo mejor s que te lo hubiera pedido
conjetur poco seguro de sus palabras.
No, estoy segura de que hubiera respetado mi decisin. Siempre lo ha hecho. Se
ha mantenido en las sombras sin presionarme, dejndome plena libertad, y al mismo tiempo
ayudndome cuando lo he necesitado.
Supongo que hemos obviado algo en nuestras conclusiones coment perdido en
sus pensamientos.
Cmo qu?
Adrien tambin es capaz de amar, de una forma retorcida y cruel, pero es amor al
fin y al cabo.
No pude rebatir esas palabras. Me arrebuj ms en sus fuertes brazos y presion mi
nariz contra su cuello aspirando su aroma. Que Adrien estuviera realmente enamorado de
m lo volva todo mucho ms complicado.


Era una sensacin asombrosa tener a Rachel tan cerca de m. Poda escuchar su
respiracin e incluso sentir los latidos de su corazn contra mi pecho, acelerados sin duda
por nuestro contacto y por las conclusiones a las que acabbamos de llegar sobre las
intenciones de Adrien.
Su inesperada visita la haba puesto nerviosa, y con toda la razn. Adrien era
demasiado imprevisible, y estaba demasiado cansado de ser paciente, tal y como haba
demostrado cuando haba intentado besarla por la fuerza. Era peligroso y estaba motivado,
lo que le converta en un rival a tener muy en cuenta.
Aunque no habamos tocado el tema de nuestro reciente reencuentro ya que no
quera atosigarla delimitando nuestra nueva relacin, tena la esperanza de que se fuera
abriendo poco a poco a m y de que fuera consciente que esta vez no iba a dejarla, ni a
lastimarla, y de alguna forma, acababa de dar un paso importante que me acercaba ms a mi
objetivo cuando haba compartido conmigo sus temores y sus dudas sobre mi maestro.
Unas dudas a m tambin me atormentaban. Al final iba a tener que recurrir a Tristan para
decidir la manera en la que bamos a actuar. Una cosa estaba clara, Adrien no iba a
apartarse sin ms, no era su estilo.
Guard las preocupaciones que me asaltaban y me concentr en la chica que tena
entre mis brazos, en aspirar su aroma, en disfrutar de la sensacin de tenerla junto a m, sin
recriminaciones ni dolor.
Nuestra vida en comn no haba sido nada fcil, y reconoca que la culpa casi
siempre haba recado en m y en mi comportamiento veleidoso. Me haba pasado toda mi
existencia en una lucha constante entre hacer lo que quera o lo que me convena (o al
menos lo que yo pensaba que me resultara beneficioso), y eso pasaba por Cline, siempre
pasaba por ella.
Cline formaba parte de esa niez que tantas penas haba trado consigo y, de algn
modo, lo que senta por ella me haca sentir vulnerable, algo que no poda permitirme bajo
ningn concepto. Si me hubiese ido con ella, tal y como acordamos en Florencia,
habramos terminado por odiarnos. Yo no estaba preparado para aceptar que amar no te
vuelve ms dbil sino ms fuerte y ella no habra podido vivir feliz a mi lado, puesto que yo
me hubiese sentido preso y habra arremetido contra ella sin medir las consecuencias.
Ahora las cosas eran diferentes, los dos habamos madurado y, si bien yo segua
siendo la misma persona entre la luz y la sombra, lo que haba entre nosotros haba
perdurado a travs del tiempo a pesar de nosotros mismos y de nuestra naturaleza.
Tard demasiado en comprender que intentar huir de ella era como huir de m
mismo: una tarea imposible que solo consegua hacerme ms dao.
Cerr los ojos, y por primera vez me dej llevar por ese momento de conexin en el
que nos encontrbamos. Por una vez, no me senta vulnerable ni me invadieron las ganas de
escapar de Rachel.


Captulo 30


Gabriel se haba quedado profundamente dormido cuando sal de casa. No saba
hacia dnde ir cuando sal por la puerta, no tena un destino en mente, simplemente
pretenda poner un poco de distancia entre nosotros para poder pensar en lo que haba
pasado.
El momento de intimidad con Gabriel (y no estaba pensando en el sexo sino en
nuestra conversacin), el inters de Adrien, que haba estado a punto de besarme a la
fuerza, la desesperacin de Oliver todo lo sucedido desde que volv a poner un pie en
Armony, me tena confundida y preocupada.
Finalmente y sin que yo tomase conscientemente la decisin, mis pies me llevaron
hasta el instituto de la ciudad. Mis das en l era de los mejores momentos que lograba
recordar: mis compaeros de arte, las clases Realmente lo haba echado de menos.
Al acercarme hasta all vi cmo los alumnos salan por las puertas abiertas del centro
y se dirigan a sus coches, o simplemente se alejaban paseando en grupos, por lo que decid
que era el momento perfecto para volver a entrar y pasear por sus vacos pasillos y quizs
con un poco de suerte pudiera encontrarme con alguno de mis antiguos compaeros de
clase y charlar sobre las ltimas tcnicas de pintura que haban estado estudiando.
Comenc a caminar contracorriente, mientras los alumnos salan a toda prisa por
escapar de all yo entraba por la misma puerta con una gran sonrisa en los labios y la
esperanza de salir con algn nuevo conocimiento en el bolsillo.
A diferencia de lo que le suceda a la gran mayora de jvenes, sent cmo me
relajaba en cuanto pis el pasillo del instituto. La razn era muy simple: all saba
exactamente quin era yo, qu poda esperar del da y qu deba hacer en cada momento.
Rachel! me llam una voz conocida.
Me di la vuelta y me top con la mirada escrutadora de Danielle, pase la mirada de
ella haca atrs esperando encontrarme con un Oliver rezagado cargado de libros, pero solo
estaba ella y el chico rubio con el que iba siempre antes de comenzar a salir con Oliver.
Samuel, le en su mente que se llamaba.
Hola salud incmoda por encontrarla.
Mi momento de agradable soledad se haba visto interrumpido por su presencia,
Danielle era abiertamente hostil conmigo y, aunque intentaba comprender su actitud, no
consegua relacionarme con ella con normalidad, lo que provocaba malestar en las dos y
complicaba el hecho de relacionarnos.
Samuel, me quedo con Rachel. Te veo despus? pregunt al chico rubio.
No, esta tarde he quedado con Anna para tomar un caf confes al tiempo que
enrojeca visiblemente.
Eso es genial!
Apart la mirada, y disimuladamente di un paso atrs para dejarles intimidad,
Danielle le dedic una enorme sonrisa y le dio varios consejos en voz baja, pero no lo
suficiente para que yo no la oyera.
Una vez que nos quedamos solas se puso a mi lado y comenzamos a andar. No
pregunt a dnde iba ni qu haca all, nicamente camin a mi lado en silencio hasta que
tras varios minutos sin hablar, en los que yo inspeccionaba la clase de pintura y los nuevos
lienzos colgados, Danielle me explic que Oliver no se haba sentido con fuerzas para venir
a clase. Me abstuve de preguntarle por qu. Segu en silencio, temerosa de molestarla y
comenzar una pelea con ella que no tena ganas de tener.
Quince minutos despus salamos por la puerta del instituto. No haba conseguido la
soledad que andaba buscando y tampoco haba descubierto la nueva tcnica que estaban
utilizando actualmente los alumnos de arte, pero al menos s que haba disfrutado de la
tranquilidad y la distancia.
A fin de cuentas, el ratito con Danielle no haba sido tan malo como haba previsto
en un primer momento, de hecho estaba segura de que si ella dejaba de lado todos los
prejuicios que senta por m, podramos llegar a ser amigas. No es que estuviera muy puesta
en esos temas, ya que jams haba contado con una amistad que no fuera la de Tristan o la
de Gabriel cuando ramos nios.
Segua pensando en la amistad cuando, en ese momento, Danielle se apart el
cabello dejando al descubierto el tatuaje de sus alas de ngel.
Te queda bien le dije sealndolo. Era una buena manera de romper el hielo,
pero no constituira por s misma una conversacin muy larga.
Gracias! La verdad es que me gusta mucho, y no solo por lo que representa
contest con timidez.
Volvimos a quedar en silencio, pero entonces record que en uno de nuestros
primeros encuentros me haba planteado diversas dudas sobre mi naturaleza, pens que
quizs hablarle de ello era una buena forma de atravesar la distancia que haba entre
nosotras.
Me lanc con la esperanza de que an estuviera interesada en conocer mis secretos.
Una vez te preguntaste si yo siempre haba sido lo que soy le dije
tmidamente. Hoy estoy dispuesta a contrtelo todo, si an quieres escuchar la historia.
Por qu no iba a querer hacerlo? respondi mirndome fijamente.
S que no te caigo bien.
Ante mis palabras tan directas se mantuvo unos segundos en silencio.
No se trata de que me caigas bien o mal, se trata de tu actitud. Siempre has
desconfiado de Oliver, has vivido a la espera de que cometiera un error, que apoyara a
Gabriel Tengo la sensacin que no confas en nadie cont con firmeza.
Me guardas rencor por algo que no tiene que ver contigo? pregunt
sorprendida.
Oliver tiene todo que ver conmigo y tampoco se trata de rencor.
Entonces, qu es?
Me pareces una persona tan triste, y yo he tenido suficientes tristezas en mi
vida En cierto modo, s que t no tienes la culpa de ser as, pero eres demasiado distante,
demasiado fra.
No soy fra, solo lo parezco. Me he esforzado siempre en ocultar mis
sentimientos.
Por qu?
Es ms fcil sobrevivir en mi mundo de esta manera.
Bueno, ahora que ests en el mo quizs deberas plantearte cambiarlo, tu actitud
hace que me sienta incmoda cuando ests cerca, como si me estuvieras diseccionando con
una lupa a la espera de que cometa un error.
No eres como imaginaba confes trastocada por sus palabras.
Tampoco t eres lo que yo esperaba de un ngel. No es una crtica, solo constato
un hecho dijo sonrindome por primera vez desde que me acerqu a ella aquella noche
en el lavabo del cine.
No, supongo que no le respond tambin a la sonrisa
Deberas seguir mi consejo me dijo amablemente.
Lo har, en cierto modo tienes razn, siempre he sido una solitaria. Supongo que
me he acostumbrado a callar lo que pienso, y por eso no s ser tan sociable como t.
Tras mi confesin me qued all plantada frente a ella, cada una absorta en nuestros
propios pensamientos y comprend en esa corta conversacin mucho ms de lo que caba
esperar.
Danielle se qued a mi lado, tan silenciosa y pensativa como yo, me haba hecho
recordar la persona que haba sido antes, que todava habitaba en m debajo de todas esas
capas de miedo y dolor tras las que me ocultaba. La misma chica que haba despertado esa
misma tarde en los brazos de Gabriel.
Bueno, vas a contarme sobre ti? me pregunt esta vez con una voz ms clida
y amistosa.
Le sonre, ni siquiera tuve que pensar en ello para hacerlo, simplemente surgi. Al
darme cuenta, mi tmida sonrisa se ampli dando paso a una ms relajada e incluso, feliz?
Cuando nac ya estaba destinada a ser lo que soy ahora, al igual que l, yo nac
humana, pero a partir de los once aos comenc a desarrollar mis poderes y a los diecisiete
ya los haba completado.
Cmo supiste lo que eras? me fij en el brillo interesado de sus ojos, estaba
vida de informacin.
Siempre lo supe. Del mismo modo siempre he tenido a Tristan a mi lado para
guiarme.
Tristan es tu maestro? No parece mucho mayor que t coment con un matiz
de inters en su voz.
Tristan era mi tutor, por decirlo de alguna manera, para que lo entiendas. Se
encarg siempre de guiarme hasta que yo pude hacerlo por m misma. En cuanto a su edad,
te sorprendera saber los aos que tiene, se conserva muy bien para su edad dije
bromeando por primera vez con ella.
Sonri ante mi psima broma, pareca que la tensin entre nosotras se iba disipando
poco a poco.
Tambin viva con vosotros en Florencia?
No, Tristan nunca vivi con nosotros dije sin dar ms explicaciones. Por su
cara de asombro deduje que la haba pillado al vuelo.
Ah, entiendo! Puedo preguntarte algo?
Claro, pregunta, ya sabes que siempre te dir la verdad respond guindole un
ojo.
Por qu todos son tan guapos? Ya sabes: Oliver, Gabriel, Tristan
Me qued parada, pasmada por su pregunta, era cierto que todos eran muy
atractivos, pero que yo supiera no haba ninguna razn ms que el azar y unos buenos genes
para ello.
Te ests burlando de m? pregunt finalmente.
Danielle se ech a rer divertida.
No, solo bromeaba contigo, pero no me vas a negar que es cierto, son todos
guapsimos.
No, no lo har contest maravillada por la facilidad con la que habamos dejado
atrs muestras tiranteces y s, todos son guapsimos. Espero que no tengas que conocerle,
pero Adrien es an ms guapo.
En ese caso, quiero verle confes riendo.
Te aseguro que no valdr la pena. Adrien solo es guapo por fuera dije por
primera vez, consciente de la verdad que encerraban mis palabras.


Captulo 31


Danielle sac el mvil del bolso cuando la cancin Moves like Jagger
[15]
de
Maroon 5 y Christina Aguilera comenz a sonar a todo volumen.
Es el tono de llamada de Oliver me confes riendo, con la cara colorada por la
vergenza.
Muy oportuno! pens mientras me apartaba un poco para dejarle espacio. La
conversacin fue muy breve por lo que, apenas un minuto despus, Danielle estaba a mi
lado contndome las nuevas noticias. Tenamos que ir a mi casa, donde Tristan, Gabriel y
Oliver nos estaban esperando para hablar de lo que haba sucedido con la visita de Adrien.
Era una suerte que el destino hubiera puesto a Danielle en mi camino. De no haber
sido as, no s cunto tiempo hubieran tenido que estar esperando a que yo llegara a la
inesperada cita, ya que no haba forma humana de dar conmigo. Yo no tena mvil; de
hecho, si lo hubiese tenido tampoco creo que le hubiera encontrado utilidad, puesto que no
conoca a nadie con quien usarlo. La nica persona con la que hablaba con asiduidad era
Tristan, y l no necesitaba ningn chisme tecnolgico para localizarme.
Aunque tampoco hubiese podido localizarme en esos momentos ya que me haba
estado esforzando por disfrutar de un poco de soledad real, razn por la que haba
bloqueado toda conexin con cualquiera que tuviese dotes telepticas capaces de
encontrarme.
Parpade varias veces antes de quedar convencida de lo que estaba viendo. En el
saln de casa estaban Oliver, Tristan y Gabriel sentados en el sof y hablando
animadamente entre ellos. Extrao, s, pero no era eso lo que me haba sorprendido, sino la
pulcritud que reinaba all, no haba pinceles ni peridicos pringados de pintura, ni polvo
La habitacin estaba impecable. Mir a Gabriel pidiendo explicaciones con la mirada, sin
embargo no me dio ninguna, se limit a guiarme un ojo y a sonrer.
Hola, pequea salud Gabriel a Danielle, pero a pesar del buen humor con que
la recibi, me di cuenta que estaba intranquilo por algo. Tena el ceo levemente fruncido
por la preocupacin.
Me qued junto a ellos observando lo que haca tiempo que haba descubierto, que
inexplicablemente se caan bien.
Hola, Gabriel, me alegro de verte contest ella sonriendo con sinceridad.
Pues creo que eres la nica.
Siempre me ha gustado ser diferente brome Danielle con los ojos brillantes de
risa.
Eres realmente fantstica, no s qu narices haces con un tipo tan aburrido como
Oliver pinch.
Oliver no es aburrido le defendi fingiendo indignacin.
Pequea, he vivido a su lado mucho ms tiempo que t. Creme: lo es, ya lo
descubrirs Gabriel hablaba con el semblante serio, pero la risa brillaba en sus ojos
pardos.
Bueno, a veces un poco, pero no se lo digis dijo mirando a su novio, que
conversaba tranquilamente con Tristan.
Los tres nos remos quitando tensin al momento, desde que haba regresado a
Armony y le haba contado a Oliver las verdaderas causas sobre la muerte de Isabella,
ninguno de nosotros haba tenido muchos motivos para hacerlo.
El tema que haba propiciado la reunin era peliagudo para todos. Tristan se haba
presentado en casa con una nica finalidad: avisarnos, o ms bien exigirnos, que nos
mantuviramos alejados de su hermano. El problema era que ninguno de nosotros saba
cul iba a ser el prximo paso de Adrien, aunque todos sospechaban que, fuera cul fuera,
su movimiento iba a estar relacionado directamente conmigo.
As que, casi sin darme cuenta, se decidi que iba a necesitar un guardaespaldas
pendiente de cada uno de mis movimientos hasta que Tristan se ocupara de su hermano.
No me gust cmo sonaba eso de ocuparse, pero saba que era algo que bamos a
tener que hacer, sobre todo estando en Armony y tan dispuesto a salirse con la suya.
No me pill desprevenida que Gabriel se ofreciera a quedarse conmigo en casa, lo
que me descoloc fue que nadie pusiera ninguna objecin y que, de repente, vernos juntos
no supusiera ningn shock para nadie ms que para nosotros mismos.
Quedaron de ese modo establecidos ciertos turnos para tenerme vigilada. No tena
muy claro que Danielle pudiera hacer algo si Adrien se presentaba ante nosotras durante su
turno, pero ella aleg que poda llamar para alertar a Gabriel o a Fausto, incluso noquearle
con alguna de las llaves que haba aprendido en las clases de defensa personal a las que
Oliver le haba obligado a apuntarse. Finalmente, tras una mirada exasperada de su novio,
decidi que lo que mejor se le daba era alertar o gritar. Quedaban fuera los enfrentamientos
directos con un demonio de ms de setecientos aos.
Gabriel no se opuso a lo de los turnos, no obstante, supe, por la mirada que me ech,
que no tena pensado separarse de m, por muchos guardaespaldas que me pusieran.
Oliver por su parte centr toda su ira en mantenerme alejada de Adrien, se pas la
tarde haciendo grficos para delimitar los horarios de los turnos de vigilancia.
Lo gracioso, o deprimente, segn se mirara, era que pensaran que yo, un ngel
principado, mensajero de Dios y encargado de dirigir a las legiones del cielo en su eterna
batalla contra los hijos de las tinieblas, y antiguamente arcngel, no supiera defenderse sola.
Sin embargo me call, sintindome por una vez arropada y protegida.


Captulo 32


Poco a poco fueron marchndose y nuevamente me encontr a solas con Gabriel. Su
mirada era tan intensa que haca que me costara ordenar mis pensamientos, de modo que
opt por lo fcil y brome con l sobre sus dotes de ama de casa.
Eres una cajita de sorpresas, ahora resulta que sabes limpiar le dije intentando
romper el incmodo silencio.
Lo aprend con las monjas, supongo que es algo que no he olvidado desde
entonces coment encogindose de hombros con indiferencia.
Lo siento.
Por qu? Por ser tan desastre? coment intentando quitarle importancia al
hecho que hubiese sacado a relucir un tema tan doloroso como era su infancia.
Le mir fingiendo enfado ante su alusin a mi incapacidad de mantener mi casa en
orden. Aunque fuera cierto, no estaba dispuesta a permitir que lo pensara, puede que
pareciera que mi casa era un caos, pero por increble que pudiera parecer, yo siempre
encontraba lo que buscaba sin mucho esfuerzo. Al comienzo de mi vida fuera de Florencia
haba echado de menos a mi doncella Juliette, me resultaba muy complicado peinarme sola,
o incluso vestirme, y por muchas chicas que tomara nunca me duraban ms de unos pocos
meses, puesto que no parbamos de viajar de un lado a otro. Al final tuve que
acostumbrarme a hacerlo todo por m misma, de ah que fuera un poco desastre con ciertas
tareas, nadie se haba molestado nunca en ensearme.
Por traerte recuerdos desagradables confes volviendo a centrarme en nuestra
conversacin.
No hay ningn recuerdo relacionado contigo que sea malo me dijo sin separar
sus felinos ojos de los mos.
Supe que ese era el mejor momento para iniciar la charla que tenamos pendiente
desde el ao 1535. Estaba nerviosa y al mismo tiempo ilusionada. Las cartas por fin estaban
sobre la mesa.


Haba llegado el momento de acercar posiciones, los dos lo sabamos, y yo no poda
esperar ms. Haba esperado demasiado tiempo y la impaciencia me carcoma.
Horas antes, cuando me despert en el sof solo, me entr el pnico. Varias
opciones, igual de alarmistas, rondaban por mi cabeza: que Adrien se la haba llevado o que
ella haba huido de m. Cuando mi mente termin de despabilarse comprend que lo que
haba buscado era un poco de espacio para pensar en las ltimas veinticuatro horas. Por eso
haba decidido aprovechar mi tiempo libre de un modo productivo y haba buscado a
Tristan para que me pusiera al da sobre sus planes acerca de su hermano. No me result
difcil localizarle, solo tuve que llamar a Oliver para encontrarle, tal y como haba supuesto,
mi antiguo compaero de fatigas le haba buscado para ofrecerle sus servicios.
Inesperadamente, ninguno de los dos puso objeciones a reunirse conmigo, ni a ponerme al
da sobre sus planes.
La nica parte negativa del encuentro era la atroz historia que haba escuchado
horrorizado de boca de Tristan y que haca que mi corazn latiera asustado al pensar que
Cline estuviera en la misma ciudad que mi antiguo maestro.
Cline ya haba tenido su espacio para decidir cmo pretenda que siguiera nuestra
relacin, yo necesitaba aclarar de una vez por todas que estbamos juntos en esto hasta el
final, que no pensaba abandonarla nunca ms.
Rachel, tenemos que hablar.
Llmame Cline me pidi tmidamente.
Una sonrisa de absoluta felicidad se instal en mis labios, con ese pequeo
comentario haba dicho ms de lo que poda hacerlo con una larga charla.
Te quiero le dije riendo.
Lo s.
Sent que las palabras se quedaran cortas para expresar todo lo que estaba sintiendo,
no haba manera de poder explicar toda esa felicidad.
Cline pens lo mismo, porque en un instante se arroj a mis brazos y me bes con
dulzura, pasin y entrega.


Captulo 33


Eran las ocho y media de la maana cuando llamaron a la puerta insistentemente.
Durante quince segundos estuve tentada a darme la vuelta y seguir durmiendo, pero saba
que Danielle no se dara por vencida. Segn la tabla que haba confeccionado Oliver le
tocaba a ella pasar la maana conmigo, as que puntualmente estaba aqu para ejercer su
misin.
Ser mejor que le abras, no va a cansarse me dijo Gabriel dndose la vuelta
para seguir durmiendo.
No necesito que sea mi niera me quej levantndome de la cama y
ponindome la ropa.
No, pero no te vendra mal una amiga contest mirndome expectante.
Tienes razn conced ms ilusionada. La idea de una niera me desagradaba
profundamente, en cambio la de una amiga me haca sonrer como una tonta.
Una vez vestida, con unos vaqueros ceidos y un jersey grueso de lana amarillo
plido, me encamin a abrir la puerta a mi nueva amiga.
Danielle estaba a punto de fundirme el timbre cuando le abr. Estaba acompaada
por su amigo de siempre, el chico rubio, Samuel. Ni siquiera me permiti saludarla, me
orden, misteriosa, que cogiera mis cosas y nos dirigiramos al coche de Samuel, un mini
blanco y rojo, deduje que era de su madre. No quise comprobar la veracidad de mis
suposiciones entrando en su mente, si bamos a ser amigos tendra que comenzar por darles
cierta intimidad, y al mismo tiempo practicar con la confianza.
Conforme el coche avanzaba me di cuenta sorprendida, que nos dirigamos al
instituto de Armony. No pude aguantar mucho tiempo sin preguntar.
Dnde vamos? pregunt incapaz de dejarme llevar.
Es una sorpresa contest Danielle con los ojos brillantes y una sonrisa
ilusionada en su rostro. Vi como le guiaba un ojo a Samuel, que rea divertido por mi
impaciencia.
Qu tipo de sorpresa? no recordaba haber recibido nunca ninguna, as que la
perspectiva de hacerlo ahora me asustaba y me emocionaba a partes iguales.
Una que te gustar.
Decid aceptar sus palabras y me mantuve a la espera de mi sorpresa. En diez
minutos aparcamos en el parking del instituto. Me alegr de no vestir de negro, con mis
nuevas ropas me senta acorde con Samuel y Danielle, como si yo perteneciera tambin a su
grupo. Me sent aceptada.
Nos adentramos en los pasillos mientras Samuel nos contaba sobre su cita con Anna,
una chica pelirroja preciosa con la que nos cruzamos camino de donde quisiera que
furamos. Samuel se qued rezagado hablando con ella, era ms que evidente, por su
rostro, que estaba completamente colgado de la bonita chica.
Finalmente Danielle y yo nos paramos frente a una puerta en la segunda planta.
Qu hacemos aqu? pregunt incapaz de seguir callada.
Bueno, pens que el instituto era el mejor lugar para pasar mi vigilancia. Aqu
siempre hay demasiada gente, Adrien no se atrever a intentar nada con tantos testigos
me pareci una deduccin inteligente, pero mi pregunta iba por otros caminos.
Me refera a qu hacemos frente a esta puerta.
Ah! Esta es tu sorpresa dijo al tiempo que abra la puerta.
En el aula haba varios alumnos que reconoc inmediatamente y Peter More, el que
haba sido mi profesor de pintura favorito. Al entrar me olvid de Adrien, de Isabella y de
todas las penas que nos asolaban minutos antes.
Sonre agradecida a Danielle y a Samuel, que haba vuelto con nosotras tras su
conversacin con Anna, y me dediqu a reencontrarme con antiguos compaeros. Cuando
termin de abrazar y saludar a todo el mundo, comprend el porqu de que Danielle me
hubiese trado hasta el aula, mis compaeros estaban practicando nuevas tcnicas de
pintura: veladuras, impasto, frotado Me pregunt cmo haba sabido que me iba a
interesar el tema, pero yo misma me respond. Era el deber de una buena amiga anticiparse
a los deseos de su compaera.
Cuando regres a casa, cuatro horas despus, estaba realmente convencida que
regresar a Armony era la mejor decisin que haba tomado en toda mi existencia.


Me cost ms de lo imaginado permitir que Cline se marchara con Danielle y
quedarme en casa esperndola. Si bien ya saba cul era la idea de Danielle y tambin que
iban a estar en todo momento rodeadas de gente, la inquietud de tenerla lejos me tena
mortificado.
Vague en la cama hasta que finalmente decid que el movimiento hara que la
espera no se hiciera tan larga.
Me prepar el desayuno, casi mecnicamente, mientras le daba ms y ms vueltas a
la historia que me haba contado Tristan sobre su hermano.
Con la mente dispersa en funestas visiones me acerqu hasta el iPod de Cline, que
estaba conectado a dos pequeos altavoces situados a ambos lados del mueble del saln, le
di a encender y una conocida meloda invadi mi mente borrando de golpe todo aquello que
segundos antes me haba atormentado. Stairway to heaven
[16]
, le dio la bienvenida a mis
recuerdos.
Londres, 8 de noviembre de 1971


Oliver y yo habamos regresado nuevamente a Londres, esta vez dispuestos a
hacernos con el nuevo disco de la banda de rock ms grande que hubiera existido nunca.
Esa misma maana se pona a la venta el nuevo trabajo de Led Zeppelin. Debido a las
malas crticas que haba recibido el Led Zeppelin III, ni siquiera le haban puesto ttulo al
lbum, lo que haca que estuviera ms que interesado en hacerme con l cuanto antes.
En la pequea tienda de discos en la que nos encontrbamos, sonaba una y otra vez
la misma cancin del disco Led Zeppelin IV, Stairway to heaven.
Me molest profundamente ser consciente de que la letra me recordaba a una
persona a la que pretenda olvidar, pero ni siquiera eso consegua que la cancin me gustara
menos.
Decid que lo mejor para olvidarme de mi malestar era dedicarme a molestar a
Oliver, as que cumpl con el cometido que me haba autoasignado en la vida.
Parece que tu gusto musical mejora con los aos le dije a Oliver, contento de no
volver a escuchar una pera en mucho tiempo.
T, en cambio, pareces no tener de eso me respondi irritado.
Puedo asegurarte que reservo mis delicados gustos para temas ms excitantes que
la msica.
La rubia que haba tras el mostrador me sonri interesada. Estaba a punto de
acercarme a ella cuando las campanas que anunciaban la entrada de un nuevo cliente
sonaron. Instintivamente me gir para toparme con los mismos ojos azules, casi
transparentes, que me perseguan en sueos. No nos habamos visto en meses y ahora
regresaba a buscarnos, consciente de que Oliver podra cometer un desliz involuntario y
permitirme acercarme as al alma de las inocentes personas que se encontraban en la tienda.
Lament que tuviera tan buen ojo para pillarme in fraganti y decid vengarme de la
mejor forma que saba. Sin apartar la mirada de Cline, me acerqu a la rubia y le sonre
desplegando mi mejor cara.
A qu hora sales de trabajar, preciosidad? pregunt consciente de que si me
daba una respuesta era que estaba interesada.
La rubia mir su reloj de pulsera con gestos que pretendan ser sensuales, pero que
me parecieron estudiados y poco naturales.
Dentro de dos horas. Vas a invitarme a una copa?
Dalo por hecho, preciosa. En un par de horas te paso a buscar.
Cline se acerc a nosotros sonriendo como si no le importara mi provocacin, y me
encontr conjeturando si realmente le era indiferente.
Mala idea le dijo a la rubia.
Error, pens exultante. S que le importaba, por mucho que fingiera.
La muchacha me mir interrogante ante la actitud de su nueva cliente.
No le hagas caso, preciosa. Solo est celosa, es una antigua amiga dije
remarcando amiga, como para darle a entender que nunca haba sido nada ms que eso.
Cline no dijo nada, intercambi una mirada cargada de significado con Oliver y se
adentr en la pequea tienda, mientras, Stairway to heaven daba vueltas y ms vueltas en
el tocadiscos de la tiendecita.
Dos horas despus, haba dejado a Oliver escuchando Led Zeppelin IV y yo haba
regresado a por la rubia con la absoluta certeza que una morena preciosa no se iba a perder
mi visita a la tienda.
No me defraud. Cline estaba entre las sombras a la espera de que yo dejara pasar
mi oportunidad con la chica. Una esperanza vana, sobre todo porque yo era consciente de
mi pblico, y adems tena una deuda pendiente con ella desde el ao 1825. Y yo siempre
cobraba mis deudas.
Tras un repaso exhaustivo al iPod de Cline comprend que ella tambin haba
guardado cada instante que habamos compartido, tanto los buenos como los malos.
Cuando horas despus regres a casa, sent el impulso de pedirle disculpas por cada
uno de los malos momentos que le haba hecho pasar, pero termin por dejarlo correr.
Ahora que estbamos bien no quera que ningn mal recuerdo pudiera enturbiar nuestra
felicidad.


Captulo 34


Despus de pasar la maana con Danielle tena ganas de disfrutar un poco de la
compaa de Gabriel y quizs de hacer algo normal como ver la televisin o leer un libro.
De hecho, tena una larga lista que haba confeccionado esa misma maana hablando con
Danielle de libros que era imposible no leer.
Nunca haba sido una gran lectora. A parte de los libros dedicados al arte y a sus
tcnicas, nunca me haba interesado por nada ms, sin embargo, al ver el entusiasmo con el
que Danielle hablaba, me plante que quizs me haba estado perdiendo una parte
importante de la diversin de vivir: leer un buen libro.
En esas lides me encontraba cuando, por segunda vez en el da, volvieron a llamar
insistentemente a la puerta. Escuch a Gabriel rer a carcajadas desde la cocina y tuve que
reprimir las mas propias cuando comprend que era Oliver, con su tabla de horarios, quien
estaba tras la puerta. Estuve tentada a hacer odos sordos pero Oliver me caa bien y, sobre
todo, tena buenas intenciones.
Vienes solo? pregunt.
S, Danielle coma hoy con su padre. Adems, es mi turno dijo al tiempo que
sacaba su libreta del bolsillo.
No me re, a pesar de lo cmico que se vea con aquella libretita en la mano, no lo
hice. Saba que para l cuidar de m era una especie de terapia, me estaba protegiendo
porque no haba podido hacerlo con Isabella.
Gabriel est en la cocina y yo tengo hambre, te quedas a comer?
Por supuesto dijo sealando la libreta.
Por supuesto conced divertida.
De hecho, voy a haceros unos spaghettis a lo Basani que os van a encantar
antes de poder replicar ya estaba en la cocina con el delantal puesto.
Gabriel y l se compenetraban sin hablar, los aos que haban pasado juntos se
notaban en cada uno de sus movimientos. Mientras uno herva la pasta el otro picaba la
cebolla y frea el tomate, todo ello sin cruzar una sola palabra, no porque evitaran el
contacto sino porque no lo necesitaban. Parecan entenderse sin palabras.
Disfrut la comida de un modo especial, y no solo porque los spaghettis a lo Basani
estuvieran deliciosos, sino porque la conversacin fue amena, y porque al fin estbamos los
tres juntos sin ningn ataque verbal de por medio.
Intent indagar sobre el por qu de tanta obsesin con mi seguridad. Estaba segura
que haba algo detrs que no me queran contar.
Se me hace extrao estar as con vosotros coment mientras tombamos el caf.
Una costumbre mediterrnea que no habamos olvidado ninguno de los tres.
Supongo que era inevitable coment Oliver.
El qu?
Que nos hiciramos amigos se encogi de hombros. Al fin y al cabo me he
pasado toda mi vida con vosotros. Dicen que el tiempo lo cura todo, y esto es una prueba de
que es cierto.
Not que Gabriel permaneca callado, con la mirada clavada en su taza. Su expresin era
indescifrable, pero se notaba la tensin en la fuerza con la que apretaba la cucharilla. Decid
presionarlo, si se mantena distante conmigo nunca llegaramos a tener una verdadera
relacin, la confianza era primordial.
Creis que hubisemos sido felices en Florencia?
No, creo que de alguna manera necesitbamos movernos y crecer, aunque nada de
lo que pas hubiese sucedido. La necesidad de conocer mundo nos hubiera empujado a
viajar.
Ests de acuerdo, Gabriel?
S, creo que Oliver tiene razn coment escueto.
No estaba dispuesta a dejar las cosas como estaban, as que me lanc a por la
pregunta que cambiara su actitud para bien o para mal.
Qu es para vosotros la felicidad? pregunt clavando la vista en Gabriel, que
me mir airado.
La felicidad, para m, son cada uno de los malditos momentos que estoy contigo
dijo levantndose rpidamente de la silla.
Ests contenta? pregunt con la cabeza enterrada en la almohada.
Mucho respond mientras le segua al piso de arriba. Qu sucede?
Sucede que no entiendo cmo has podido perdonarme despus de todo lo que te
he hecho se call incapaz de seguir hablando.
Bueno, soy un ngel dije bromeando, intentando quitarle importancia.
Me mir exasperado, y se dej caer boca abajo en la cama. Me sent a su lado y
comenc a acariciarle el cabello, esperando a que se calmara. Cuando por fin lo hizo pegu
mi boca a su odo y le habl muy despacio.
Porque te amo, te he perdonado porque te amo.
Me levant en silencio y le dej asimilando cada una de mis palabras.


Durante horas me qued all, debatindome entre la culpabilidad (un sentimiento
nuevo para m) y la emocin ms absoluta al constatar que Cline no me guardaba rencor,
que me amaba a pesar de todo lo que habamos vivido.
De nuevo tena emociones, me estaba volviendo demasiado humano, sin embargo
descubr que tampoco me importaba mucho, siempre y cuando tuviera a Cline junto a m.


Captulo 35


Cuando me despert al da siguiente me sent como si las ltimas semanas hubieran
sido un sueo. Fue el cuerpo de Gabriel dormido a mi lado lo que me trajo de golpe a la
realidad.
Me levant sin hacer mucho ruido y me propuse salir de compras, en un principio
me plante la posibilidad de invitar a Danielle a mi escapada, pero finalmente decid ir sola,
todava no saba muy bien cmo llevar nuestra reciente amistad.
Me puse unos vaqueros ajustados, mis botines negros y una blusa de color amarillo
plido con el cuello baby. Aunque lo ms sorprendente de mi atuendo fue que cambi mi
vieja mochila por un bolso del mismo color que los zapatos y lo suficientemente grande
como para poder meter dentro todo lo que paseaba en mi mochila de una punta a otra del
globo terrqueo.
Cuando regres a casa tres horas despus con las manos cargadas de bolsas de
diversas tiendas, Gabriel estaba sentado mirando la televisin.
Arque una ceja inquisitivo cuando entr. Era plenamente consciente de su mal
humor, que no pudiera acceder a sus pensamientos no quera decir que no pudiera ver su
ceo fruncido y su mandbula apretada.
Debo suponer por las bolsas que has estado de compras?
Si lo haces, acertars dije bromeando, intentando que se borraran las arrugas de
su frente.
No es divertido, estaba preocupado por ti confes an enfadado.
Tmatelo de otro modo, acabas de descubrir un nuevo sentimiento y encima lo
has experimentado. Estoy plantendome cobrarte por ello le dije riendo.
Pareci que mis palabras le hicieron gracia porque sus arrugas se alisaron y una
chispa de diversin brill en sus ojos pardos, su boca segua sin sonrer.
Me acerqu a l en dos segundos y me sent a su lado. Antes de que pudiera
regaarme por mi desaparicin (Adrien era peligroso para m y bla, bla, bla) le di un beso
en la mejilla y le pregunt qu estbamos viendo.
En realidad no estoy viendo nada, solo pensaba.
En qu pensabas? pregunt intrigada.
Quieres venir al cine conmigo esta noche?
Al cine? Contigo?
S. Ya sabes, ese sitio donde ponen pelculas y comes palomitas y
Ya s lo que es el cine. Me refiero a que, me ests pidiendo una cita? pregunt
de repente nerviosa, yo nunca haba tenido una cita.
S, te estoy pidiendo una cita.
En ese caso acepto le dije pensando en que la falda azul que me haba
comprado le iba de maravilla a la camiseta blanca con letras rojas.


Definitivamente nunca haba visto a Rachel tan guapa como esa noche, la falda que
se haba puesto dejaba al descubierto sus bien torneadas piernas. Sentados en el silln del
cine, apenas poda separar la vista de ellas. Para m la oscuridad no era un problema, poda
discernir cada parte de ella como si estuviramos a pleno sol, y ahora lo nico en lo que
poda pensar era en tocar sus suaves muslos.
Tenso e incapaz de adivinar su reaccin, mov con cuidado la mano hasta situarla
encima de la rodilla que tena cruzada. Sent su respingo de sorpresa, pero no se apart.
Con la misma parsimonia fui lentamente acercando mis labios a su cuello, que la coleta alta
que llevaba dejaba expuesto para m. Con cuidado comenc a besarlo, de arriba abajo,
despacio, muy despacio. Cline se gir para clavar sus ojos en los mos y adivinar mis
intenciones. Al no conseguirlo me pregunt.
Qu haces? su voz susurrante haca que se me erizara la piel.
Te beso respond divertido.
Eso ya lo veo.
Estamos en una cita, simplemente estamos siguiendo las normas.
Las normas? no me pas desapercibida la sonrisa de su voz.
S, una de las reglas de oro de las citas son los besos dije volviendo a acercar
mi boca a su cuello.
Una de las reglas es que hay ms de una?
Quiere jugar, me dije contento.
S, hay varias. Tambin estn las caricias dije paseando mi mano por su mejilla.
Hmmm, me gusta esto de las citas, alguna regla ms que deba conocer?
Tan importante no. Estas dos son las imprescindibles.
A ver si lo he entendido bien, las reglas ms importantes son los besos y las
caricias.
Asent fascinado por su presencia.
La gente se gasta dinero para venir al cine y hacer lo mismo que pueden hacer en
sus casas?
Me re tan fuerte que me gan varias miradas desaprobadoras y algn que otro
gruido.
Todos los adolescentes no tienen la suerte que tenemos nosotros le dije an con
el corazn acelerado por la risa.
Vale, ahora lo entiendo. Y bueno, teniendo en cuenta que hemos pagado como
todos los dems, lo mejor es que sigamos las normas, no crees?
Por supuesto. Las normas siempre hay que respetarlas.
Esta vez fue ella la que no pudo evitar rerse. Ansioso por besarla y por evitar que
nos echaran a la calle por escandalosos, pos mis labios sobre los suyos y me beb su risa
dulce y juvenil.
Mientras la besaba y me perda en las sensaciones que su contacto me transmita, me
vino una idea a la mente. Nunca, ni en Florencia siquiera, la haba visto sonrer con tanta
alegra y felicidad como esta noche.
Por fin se haba dado cuenta que esta vez era la definitiva? La sombra de Adrien
plane oscura y peligrosa sobre nuestra felicidad, sin embargo no me amedrent, la luz
siempre terminaba con las sombras, y si haba algo realmente fuerte y llamativo en mi vida,
era sin duda la luz clida y dorada que emita Rachel.


Captulo 36


Despus de un par de das de tranquilidad en los que haba vuelto a adaptarme a la
ciudad, a Gabriel y a tener gente a mi alrededor, Tristan volvi a pasar por casa para cubrir
su turno de guardaespaldas. Gabriel haba ido a casa de Oliver para recoger ropa y comprar
comida, as que tena un nuevo celador.
Iba a quejarme por el exagerado cuidado que tenan conmigo cuando llamaron a la
puerta. Apart la mirada de la televisin y me levant a abrir, not cmo Tristan se tensaba
y se levantaba para acompaarme.
Creo que puedo abrir sola la puerta me quej molesta.
Es Adrien.
Me qued paralizada a medio camino del pasillo.
Le abro? pregunt. Me sent ridcula, Adrien nunca me haba dado miedo,
nunca se haba portado mal conmigo. La actitud sobreprotectora que tenan mis amigos me
estaba volviendo paranoica.
Asinti.
Si no le abres entrara por sus medios, sabe que estoy aqu.
En ese instante comenc a preocuparme de verdad, si Adrien estaba en mi casa era
con la finalidad de encontrar a Tristan, no a m. Camin los escasos pasos que me
separaban de la puerta y abr para toparme con un sonriente y confiado Adrien.
Hola, ma chrie me salud como acostumbraba a hacerlo.
Hola, Adrien le respond al tiempo que me apartaba para dejarle entrar. No era
buena idea que se pusieran a discutir en plena calle.
Veo que has recuperado tus modales me dijo sonriendo.
Entr majestuosamente en mi saln y no pude evitar sentir que desentonaba en la
sencillez de mi hogar, era demasiado sofisticado.
No hubo ningn tipo de comunicacin verbal entre los dos hermanos durante varios
minutos que se me hicieron eternos y en los que no me atrev a intervenir.
Finalmente, y como si hubieran hablado todo lo que tenan que hablar con la mirada,
Adrien rompi el silencio.
Preparado, hermanito? pregunt recogindose el cabello dorado en una coleta.
Lo estoy cuando t lo ests.
Siempre tan legal, deberas haber aprovechado la ventaja. Yo lo habra hecho
coment riendo.
Yo no soy t respondi Tristan con un brillo malicioso en sus ojos oscuros.
Su sonrisa se acentu, acariciando el triunfo.
Ella queda fuera de esto pidi Tristan sealndome.
Estoy de acuerdo, jams la lastimara contest seriamente.
Permteme que lo dude.
La quiero a mi lado. Puedes confiar en mi palabra, al menos en este nico aspecto
su sonrisa era perversa y absolutamente deslumbrante.
Repentinamente, en lo que dur un parpadeo, Adrien portaba un tridente de mango
largo. No era como los tpicos tridentes de los disfraces de diablos que terminaban en punta
de flecha, en este las puntas eran una especie de cuchillos afilados y brillantes, del mismo
color que sus ojos de acero, capaces de rebanarle el cuello a cualquiera.
Tristan se qued parado un segundo mientras pasaba su brazo derecho por encima
de su hombro, hacia su espalda, y sacaba de la nada una espada que, a juzgar por su
tamao, deba pesar muchsimo. Tena una larga hoja de acero, de unos ochenta y cinco
centmetros de longitud, con una base ancha que iba hacindose ms estrecha a medida que
se acercaba a la punta.
En ese instante no saba discernir cul de los dos hermanos pareca ms letal. Adrien
frunci tanto el ceo, que su bello rostro se descompuso.
La espada de padre dijo simplemente.
Es ma ahora respondi Tristan
Bueno, ser ma en cuanto te mate, sabes que soy muy paciente.
No te hagas ilusiones. Voy a terminar contigo con ella, paradjico verdad? Voy a
matarte con la misma espada con la que t mataste a nuestro padre.
Un jadeo de sorpresa se escap de mis labios. Me llev las manos a la boca, pero ya
era demasiado tarde, Adrien me estaba mirando fijamente.
Ella no debera saber eso le dijo iracundo a su hermano. Ahora pagars por
ello.
Te molesta que ella lo sepa? la sorpresa apareci en su voz junto con un matiz
muy parecido al triunfo.
No sigas por ah le avis al tiempo que blanda su tridente contra l.
Cline, quieres saber por qu Adrien mat a nuestro padre?
Asent con la cabeza sin poder pronunciar ninguna palabra.
No puedo mirarte querida, o mi hermano tomara ventaja de mi gesto, podras
decirlo en voz alta? me pidi mientras los dos iban dando vueltas en crculo, tantendose,
esperando pillarse con la guardia baja.
S, Tristan, quiero saberlo contest lo ms fuerte que me permiti mi voz.
Haba una chica se call ante el ataque inesperado de Adrien con el tridente.
Se notaba la destreza en cada movimiento, lo llevaba cogido por las dos manos, la
derecha adelantada y la izquierda ms atrs. Con la mano adelantada guiaba cada uno de
sus movimientos.
No sigas! le exigi alzando la voz.
Marion era realmente hermosa, con dorados cabellos y profundos ojos verdes, los
dos estbamos medio enamorados de ella. Adems de hermosa, era dulce y amable como
t.
El ataque de Adrien se volvi desesperado, haban dejado de tantearse. Ahora la
batalla era a muerte, poda ver cmo se tensaban los msculos de los brazos de los dos.
El tridente y la espada lanzaban chispas cada vez que se topaban. Los dos se movan
como si estuvieran danzando, con giles y elegantes movimientos.
Una tarde, padre nos llam a los dos para informarnos que haba firmado un
contrato de matrimonio con el padre de Marion. En nuestra poca los matrimonios eran
simples contratos en los que primaban los intereses.
Te matar! amenaz Adrien con los dientes apretados y los ojos brillantes de
furia.
Justo en ese instante, una de las afiladas cuchillas del tridente desgarr la camiseta
de Tristn con un corte limpio y rpido. Mi amigo se llev la mano izquierda al pecho para
comprobar el dao, pero la cuchilla no haba llegado a tocar la piel.
Aun as, era un aviso de lo que poda llegar a pasar si continuaba contando su
historia.
Marion iba a ser mi esposa, Adrien iba a casarse con la hermana mayor, puesto
que l es el mayor de los dos dijo retomando la historia. Pero mi hermanito no estaba
de acuerdo, le rog a nuestro padre que le permitiera a l casarse con Marion, pero no
obtuvo lo que tanto deseaba. As que esa misma tarde esper a Marion en el bosque que ella
cruzaba cada da al regresar de casa de sus abuelos y la atrap.
Basta! He dicho que te calles, maldito grit completamente fuera de s.
Adrien estaba tan furioso que el tridente temblaba en sus manos. Lanz una estocada
a la desesperada, pero Tristan la par sin mucho trabajo con la espada. Los dos sudaban por
el esfuerzo pero, mientras que en Adrien se notaba el cansancio, en Tristan no apareca tal
en su rostro.
Me tap la cara consciente de cmo iba a terminar la historia, la actual y la pasada.
Abus de ella y despus la mat, si no iba a ser para l tampoco poda ser ma. Mi
padre descubri que haba sido l y le reclam su vil acto, entonces lo mat tambin a l.
Sin fuerzas para escuchar nada ms me desplom en el suelo de rodillas, tapndome
los odos con las manos.
Te matar, Tristan. Terminar lo que no hice la otra vez.
Cierto dijo con cierto aire de burla Tristan, mi querido hermano intent
acabar conmigo despus de hacerlo con mi padre, pero no hubo suerte, y aqu estoy para
librar al mundo de su maldad.
Esta vez no fallar. He esperado pacientemente por ella, y ahora t has hecho que
todo haya sido una prdida de tiempo.
Ella nunca te hubiera elegido, aunque no hubiera escuchado la historia. Mrala, no
es como t eso era exactamente lo que estaba haciendo, mirarme.
Adrien no estaba tan atento a los envites de Tristan como antes, ahora su mirada se
diriga ms asiduamente a m que a su oponente. Sin embargo, los golpes seguan cayendo,
pareca que no se cansaran nunca. Pero entonces Adrien tom ventaja, con los dientes
apretados y los ojos brillantes de rabia lanz una estocada mortfera al estmago de Tristan,
que logr apartarse, pero no lo suficientemente rpido como para que no le tocara, la
camiseta blanca que llevaba comenz a teirse de un rojo oscuro.
Mi grito de terror reson en toda la casa, no poda permitir que Adrien matara a mi
amigo. Sin pensarlo mucho me acerqu hasta ellos con el corazn salindome por la boca y
me puse delante de Tristn, que haba cado al suelo de rodillas.
Aljate de l me pidi Adrien con la mirada enloquecida.
No!
Voy a acabar con l y ni t ni nadie me lo va a impedir me dijo cada vez ms
violento.
Pues hazlo, mtale, pero antes tendrs que matarme a m.
Sent como los dedos de Tristan me agarraban con fuerza intentando apartarme, pero
estaba perdiendo demasiada sangre y las fuerzas comenzaban a fallarle. No era una herida
mortal puesto que solo morira si le cortaban la cabeza, pero si le debilitaba durante un rato,
Adrien podra aprovechar para seccionrsela.
Cline, aprtate ahora mismo me grit.
Sabes que no lo voy a hacer, as que haz lo que debas.
No estaba siendo temeraria, simplemente estaba intentando ganar tiempo para que
Tristan se recuperara y pudiera levantarse y luchar por nuestra vida. Una diminuta parte de
m tena la esperanza de que Adrien no fuera capaz de matarme.
Sent como Adrien iba deshinchndose, cada vez ms consciente de que iba a tener
que sacrificar mi vida si pretenda llegar a su hermano.
En una fraccin de segundo me asi con fuerza del antebrazo y tir de m para dejar
al descubierto a Tristan, que segua de rodillas y respiraba con dificultad.
No! grit con todas mis fuerzas.
Adrien se gir para mirarme, iba a decir algo, cuando la punta de la espada se abri
paso en su pecho.
Vete de aqu me pidi Tristan, es mejor que no veas lo que viene ahora.
Sent cmo las lgrimas calientes rodaban por mis mejillas. Los ojos de Adrien
estaban fijos en m, era como si se sostuviera de pie, porque Tristan lo tena ensartado con
su espada y lo mantena sobre sus piernas.
Me acerqu a l y le di un suave beso en la mejilla. l no hizo ningn movimiento,
solo cerr los ojos.
Adis, Adrien me desped.
No dijo nada mientras yo sala fuera y los dejaba, plenamente consciente de lo que
iba a suceder. Estaba ya en la puerta que daba al saln cuando me llam.
Cline!
Me gir todava llorando.
Yo amaba a Marion, y te amo a ti, lo que sucede es que nunca supe hacerlo mejor
confes quedamente.
Asent con la cabeza y las lgrimas se hicieron ms copiosas. Apenas poda ver nada
tras la cortina de agua que envolva mis ojos.
Ni siquiera el Kandinsky pudo hacer que mi corazn latiera a un ritmo normal


Captulo 37


Me alej de mi casa todo lo que pude. No quera sentir a Tristan, no quera escuchar
los sonidos de lucha, los gritos de la muerte no quera ser consciente de que la existencia
de Adrien haba terminado para siempre.
Unos fuertes brazos me arroparon y acogieron mis sollozos, di gracias al cielo
porque Gabriel no hubiera estado en mi casa cuando Adrien apareci, no habra podido
soportar que su vida corriera peligro.
Segu llorando por Adrien, por Isabella, por m, por Marion y por todo lo que esta
eterna existencia nos haba arrebatado.
Te amo, Cline susurr Gabriel en mi odo.
Las nicas palabras que en aquellos momentos podan calmar mi ansiedad.


Abrac a Cline con ms fuerza, le susurr palabras de calma, pero nada consegua
apaciguar sus temblores y sollozos. Yo mismo estaba afectado considerablemente con la
desaparicin de mi maestro, pero era algo que tenamos que hacer si queramos que ella
estuviera a salvo.
Adrien ya haba dado un paso adelante cuando intent besarla a la fuerza, la
paciencia de la que siempre haba hecho gala con Cline se haba agotado, y con sus
antecedentes no podamos arriesgarnos a que le hiciera dao.
Entonces comprend qu necesitaba, que me entregara a ella completamente, tal y
como haba hecho ella la noche anterior.
Te amo, Cline.
Los sollozos comenzaron a desaparecer poco a poco pero el peso que senta en mi
pecho no haba desaparecido con la confesin, an me quedaban palabras por pronunciar,
verdades que dejar expuestas
Csate conmigo, esta vez no te fallar le propuse emocionado.
Esta vez no te dejar hacerlo contest an hipando por el llanto.
Eso es un s?
S, me casar contigo.
En ese instante sent que mi vida iba a cambiar definitivamente, que por fin iba a
poder dejarme llevar por m mismo.
Crees que Oliver querr ser mi padrino? pregunt bromeando.
Estoy segura de que lo har, aunque solo sea para evitar que vuelvas a salir
corriendo coment con cierta dificultad, los hipidos provocados por el llanto le impedan
hablar del tirn.
Quizs le puedes pedir a Danielle que sea tu dama de honor.
Es un consejo o una peticin? pregunt perspicaz.
Las dos cosas. Ya sabes, nunca viene mal ver una cara amiga el da de tu boda
le dije riendo, aunque en realidad la chica me caa realmente bien.
Sent el impulso de ponerme a saltar de dicha. Por fin bamos a estar juntos para
siempre, ya no haba nada que pudiera arruinarnos el momento, ni siquiera yo mismo.
Saber que iba a estar con ella por el resto de mi existencia haca que me replanteara
lo que iba a hacer con ella.
Preciso es que el placer tenga sus penas
y el dolor sus placeres.
Fausto, Goethe


Eplogo


La inminencia de la ceremonia me tena nerviosa y alterada. Danielle se haba
convertido en mi carcelera personal, por lo visto traa mala suerte que los novios se vieran
antes de la boda, razn por la que haba sacado a Gabriel casi a la fuerza de mi casa.
Me par frente al espejo de cuerpo entero de mi armario y rec para que todo fuera
bien, para que se me permitiera amar a la persona que yo haba elegido, para que fusemos
aceptados como la pareja que siempre habamos sido.
Qu te preocupa? me pregunt Tristan tras de m.
Le sonre a travs del espejo y me gir para abrazarle.
Ya sabes lo que me preocupa le rega con la cabeza apoyada en su pecho.
Hoy no deberas preocuparte por nada. Nunca ms, a decir verdad.
Pero
El amor es algo inesperado, nadie puede decidir a quin amar, como tampoco
puede hacer que desaparezca el sentimiento. Amar es un don, un regalo de nuestro padre,
no se puede castigar a nadie por hacer uso de l.
Lo s, pero Gabriel es un demonio.
Y sin embargo sabe amar y es capaz de amarte. Gabriel es ms que un demonio,
l naci siendo humano y ha conservado esa humanidad a lo largo de todos estos aos.
Adrien no supo hacerlo, desde el instante en que se transform perdi cualquier rasgo
humano que pudo haber tenido. En cambio, en Gabriel eso no sucedi, siempre hubo esa
dualidad que le mantena en el lmite, nunca se decant por la maldad pura, siempre se
debata entre el bien y el mal, incluso en los momentos en los que su nueva naturaleza hizo
acto de presencia nunca dej de amarte, y t no hubieras podido quererle si no hubieses
visto esto mismo en l. Ahora, con vuestro matrimonio, el vnculo que os une se cerrar
definitivamente, de manera que esa dualidad que rige el mundo estar presente en los dos.
Es cosa vuestra elegir el camino correcto. No dudo que t lo hagas, puesto que siempre lo
has hecho y no dudo que l te siga, puesto que he comprobado que no est dispuesto a
perderte.
Tristan me bes en la frente y, tan inesperadamente como haba venido, se fue.
Avanc del brazo de Oliver en la pequea iglesia. Las palabras de Tristan an
retumbaban en mis odos, nada iba a cambiar despus de intercambiar nuestros votos. Yo
iba a seguir siendo yo, mi eleccin haba sido tomada mucho tiempo atrs y Gabriel iba a
poder contar conmigo. Instintivamente me par en mitad del recorrido, Oliver arque una
ceja interrogante.
Necesito hablar con Gabriel antes de seguir con esto le susurr para que nadie
ms pudiera escucharnos.
En seguida vuelvo dijo.
Me dej parada en medio de pasillo de bancos y se acerc hasta el altar en el que
Gabriel me esperaba. Se inclin sobre su odo para hablarle.
Mefisto asinti con la cabeza y sin comentar nada se acerc hasta m, con paso firme
y decidido. Cuando lleg frente a m, me sonri, como dndome nimos, y me empuj
suavemente hasta el despacho del prroco.
Qu te preocupa? me pregunt dulcemente.
Nosotros susurr.
Nosotros?
Somos tan diferentes Necesito que sepas algo antes de casarnos. Te quiero, as
como eres, con lo bueno y lo malo que hay en ti, no quiero que creas que voy a obligarte a
cambiar por m. No lo har.
Cline susurr, t eres lo nico bueno que hay en m, pero te prometo que
har lo que sea necesario para que no tengas que arrepentirte de esto.
A eso me refiero, no quiero que cambies tanto que no te reconozcas a ti mismo
por mi culpa. Necesito que estar conmigo te haga feliz confes por fin.
Estar contigo siempre me ha hecho feliz. Incluso en los peores momentos, t
siempre has trado luz a mi vida.
Me bes, acallando de ese modo las protestas que quera hacerle.
El cura por fin nos dio la bendicin y yo pude sentir cmo nos unan con ms fuerza
los lazos inmortales que siempre nos haban enlazado el uno al otro.
Te quiero dije feliz.
Te quiero Cline, Claire, Rachel y te querr por el resto de mi existencia.
Entrelazamos nuestros dedos y nos giramos para recibir el cario de nuestros
amigos. Unos amigos de los que ni siquiera era consciente que los tena hasta haca unos
pocos das.
Sabes que es lo que ms me gusta de ti? pregunt cuando nos separamos.
Gabriel neg con la cabeza, sorprendido por mi inesperada pregunta.
Que eres lo que me falta a m. En todos los sentidos confes y volv a besarle
aunque esta vez no tena pensado separarme hasta que me resultara necesario respirar.
Fin



OLGA SALAR, naci en Valencia un veintids de enero. Pas su niez entre los
libros de El pequeo vampiro de Angela Sommer Bodenburg, y desde entonces no ha
parado de leer, su aficin literaria se convirti en algo ms cuando se licenci en Filologa
Hispnica.
En diciembre de 2009 cre el blog literario Luna Lunera (Diario de una Luntica)
del que es administradora. Gracias a l es conocida en la red como Olga Lunera. Es tambin
la fundadora del Club Cadena de Favores en Facebook Reparte su atencin entre la
literatura juvenil y la romntica adulta.Y ser en estos dos gneros en los que se ubicarn
sus novelas.

Notas


[1]
En italiano: Demonio. <<
[2]
En francs: Mi querido amigo. <<
[3]
En francs: Perfecto!. <<
[4]
En francs: joven amigo. <<
[5]
Museum Of Modern Art. <<
[6]
En francs: mi amor. <<
[7]
Chorreras. <<
[8]
En ingls: Quiero que sepas. <<
[9]
En francs: hijo. <<
[10]
En ingls: del mismo lado, en el mismo juego. <<
[11]
En francs: mi pobre nia. <<
[12]
Nombre que se dio a los revolucionarios franceses de 1789 ms radicales, en su
mayora trabajadores manuales: los sans-culottes recibieron este nombre por no llevar
calzones como los nobles. <<
[13]
En francs: La condenacin de Fausto. <<
[14]
En francs: mi querida nia. <<
[15]
En ingles: Se mueve como Jagger. <<
[16]
En ingls: Escalera al cielo. <<