El Elefante y Los Ciegos
El Elefante y Los Ciegos
El Elefante y Los Ciegos
Los ciegos que haban examinado la cabeza del elefante dijeron: Majestad! Un elefante es
como un caldero. Quienes haban palpado la oreja del elefante dijeron: Un elefante es como un
gran abanico. Los que haban examinado el colmillo del elefante respondieron: Un elefante es
como una reja de arado. Aquellos de entre los ciegos, bonzos, que haban examinado la trompa
del elefante dijeron: Un elefante es como el timn de un arado. Y lo mismo ocurri con los
dems. Segn hubieran palpado el lomo, el pie, las nalgas, el rabo o la punta peluda del rabo,
compararon el elefante con un granero, un pilar, un almirez, una estaca o una escoba. Y, en medio
de los gritos de As es un elefante, un elefante es as; as no es un elefante, un elefante no es
as!, se liaron a puetazos. Mientras tanto, oh bonzos, el rey se diverta en extremo. Lo mismo les
ocurre, bonzos, a los ascetas ambulantes de algunas sectas. Ciegos y sin ojos, desconocen la
realidad: ignoran la verdad, no saben lo que ella es. En la ignorancia de lo que es la verdad, no
saben lo que ella es. En la ignorancia de lo que es la verdad, se golpean y se hieren unas a otras
esas personas pendencieras con palabras aceradas: As es la verdad, la verdad no es as!.
La faz del alma serena sufre en el cuerpo heridas provocadas por las uas del pensamiento.
Suponiendo que resuelva el problema, el pensador es como un nudo que aprieta un saco
vaco.
Has envejecido tratando de resolver tus problemas. Supongamos que resuelvas algunos
ms, de qu te servira?
Suponiendo que conocieras todas las definiciones de todas las sustancias y accidentes, de
qu te servira?
Y cuando conozcas tu propia definicin aljate de ella para llegar a Aquel que no
tiene definicin alguna.