Este documento presenta los antecedentes de un caso judicial en el que los familiares de Ramón Carmona Vásquez demandaron al Estado venezolano por daños y perjuicios materiales y morales. Se detallan las etapas del proceso, incluyendo la admisión de la demanda, la oposición de cuestiones previas por parte del Estado, la evacuación de pruebas como testimoniales y periciales, la designación de nuevos peritos, la presentación de informes, y la finalización de la relación del caso. El documento también resume los
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Este documento presenta los antecedentes de un caso judicial en el que los familiares de Ramón Carmona Vásquez demandaron al Estado venezolano por daños y perjuicios materiales y morales. Se detallan las etapas del proceso, incluyendo la admisión de la demanda, la oposición de cuestiones previas por parte del Estado, la evacuación de pruebas como testimoniales y periciales, la designación de nuevos peritos, la presentación de informes, y la finalización de la relación del caso. El documento también resume los
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Este documento presenta los antecedentes de un caso judicial en el que los familiares de Ramón Carmona Vásquez demandaron al Estado venezolano por daños y perjuicios materiales y morales. Se detallan las etapas del proceso, incluyendo la admisión de la demanda, la oposición de cuestiones previas por parte del Estado, la evacuación de pruebas como testimoniales y periciales, la designación de nuevos peritos, la presentación de informes, y la finalización de la relación del caso. El documento también resume los
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SALA POLTICO ADMINISTRATIVA
Magistrado ponente HADEL MOSTAF PAOLINI
Exp. No. 14658
En fecha 12 de mayo de 1998, los abogados LUISA AMELIA CARRIZALEZ, EFREN LOPEZ DEL CORRAL y JORGE BAHACHILLE MERDENI, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 534, 3.520 y 5.158, respectivamente, actuando en su carcter de apoderados judiciales de los ciudadanos GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA, RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE, titulares de las cdulas de identidad N V.- 1.688.763, 6.810.365, 6.966.646 y 6.335.887, respectivamente, consignaron ante esta Sala, escrito de Demanda por Daos y Perjuicios Materiales y Morales contra de la Repblica de Venezuela. El 13 de mayo de 1998, se dio cuenta en Sala, se orden el pase del expediente al Juzgado de Sustanciacin y se envi el 26 del mismo mes y ao. En fecha 7 de julio de 1998, el Juzgado de Sustanciacin, observando que el expediente tiene un volumen que hace difcil su manejo, orden abrir nueva pieza signada con el nmero dos (2), de conformidad con el artculo 108 del Cdigo de Procedimiento Civil. I ANTECEDENTES El da 12 de mayo de 1998, comenz el presente juicio con motivo de la demanda interpuesta en las que los ciudadanos GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD viuda de CARMONA, RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE, demandaron a la Repblica (hoy Bolivariana) de Venezuela. La demanda fue admitida por el Juzgado de Sustanciacin de la Sala Poltico Administrativa mediante auto de fecha 18 de junio de 1998, en el cual se orden la citacin del Procurador General de la Repblica, conforme al artculo 39 de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica. El da 10 de noviembre de 1998, compareci ante el Juzgado de Sustanciacin la representante de la Repblica a los fines de oponer a la parte actora, la cuestin previa de defecto de forma del libelo de la demanda, contenida en el ordinal 6 del artculo 346 del Cdigo de Procedimiento Civil. En escrito de fecha 12 de noviembre de 1998, los apoderados judiciales de la parte actora subsanaron parcialmente y contradijeron la cuestin previa que les fue opuesta por la representante de la Repblica. En escrito presentado el da 2 de diciembre de 1998, los apoderados judiciales de la demandante promovieron pruebas con ocasin a la cuestin previa opuesta, siendo admitidas por auto del Juzgado de Sustanciacin de fecha 8 de diciembre de 1998. En fecha 20 de enero de 1999, reconstituida la Sala con la incorporacin de los Magistrados Hermes Harting, Hctor Paradisi Len y Beln Ramrez Landaeta, se design ponente al Magistrado Hctor Paradisi Len. En fecha 7 de noviembre de 1999, la Sala Poltico Administrativa declar sin lugar la cuestin previa de defecto de forma del lbelo, contenida en el ordinal 6 del artculo 346 del Cdigo de Procedimiento Civil, opuesta por la representante de la Repblica en contra de los actores. En escrito de fecha 30 de noviembre de 1999, la representante de la Repblica dio contestacin a la demanda rechazando, negando y contradiciendo la presente causa en toda y cada una de sus partes tanto en los argumentos de hecho como en los de derecho. En fecha 2 de febrero de 2000, la ciudadana GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD viuda de CARMONA, actuando en su carcter de parte actora, asistida de abogados, consigna escrito de pruebas y promueve: testimoniales, documentales, de informes y de experticias. El da 8 de febrero de 2000, la apoderada judicial de la Repblica present escrito de pruebas, y solicit de este Juzgado que fueren admitidas, tramitadas conforme a derecho y apreciarlas en la definitiva en todo su valor, incluso de ser necesario, como indicio, de conformidad con el artculo 510 del Cdigo de Procedimiento Civil. Por auto de fecha 23 de febrero de 2000, el Juzgado de Sustanciacin admiti los respectivos escritos de pruebas presentados por cada una de las partes. El da 29 de febrero de 2000, da y hora fijada para que tuviese lugar el acto de designacin de los expertos, en la experticia promovida por la parte actora en el capitulo quinto de su escrito de promocin, design al ciudadano Jess Antonio Nieves Luque. Vista la no comparecencia de la parte demandada, el Juzgado de Sustanciacin design por sta al ciudadano Angel Rafael Boscn Urdaneta y como tercer experto por parte del Tribunal, al ciudadano Angel Gamboa. Mediante oficio N 450 de fecha 9 de marzo de 2000, el Juzgado de Sustanciacin de esta Sala comision al Juzgado Primero de Municipio de la Circunscripcin Judicial del rea Metropolitana de Caracas para evacuar las pruebas testimoniales. El da 13 de marzo de 2000, el Juzgado Primero de Municipio de la Circunscripcin Judicial del rea Metropolitana de Caracas dej constancia de haber dado entrada a la comisin encomendada por el Tribunal de Sustanciacin de la Sala Poltico Administrativa, bajo el N C- 00-210, tal como fue ordenado. Al respecto, en fechas subsiguientes, el Tribunal Primero de Municipio de la Circunscripcin Judicial del rea Metropolitana de Caracas, evacu las pruebas testimoniales promovidas en el segundo captulo del escrito de pruebas desde el da 13 de marzo de 2000 hasta el 22 de marzo de 2000. En fecha 23 de marzo de 2000, el Juzgado de Sustanciacin de esta Sala, evacu la prueba testimonial de reconocimiento por va testimonial, contenida en el capitulo tercero numeral siete (7) marcada con la letra "h" cinta magnetofnica que contiene programa radial "Personaje de la Semana" efectuado al occiso por el periodista Humberto Zarraga, en la emisora Radio Tiempo. En diligencia de fecha 6 de junio de 2000, renuncian los expertos designados en este juicio, ciudadanos Jess Antonio Nieves Luque y Alberto Jos Serrano Gonzlez, por razones laborales y falta de tiempo necesario para la realizacin del informe pericial. Por auto de fecha 14 de junio de 2000, el Juzgado de Sustanciacin de la Sala Poltico Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia design como nuevos expertos a los ciudadanos VALERIO LOPEZ PEA, por la parte actora, y ERNESTO ARIAS CRUZ, por el Tribunal. En escrito de fecha 1 de agosto de 2000, los prenombrados expertos consignaron las resultas de la experticia que les fuera encomendada relativa a los ingresos promedio del occiso Ramn Carmona Vsquez, compuesto por 5 folios y cuatro anexos. En fecha 9 de agosto de 2000, compareci ante el Juzgado de Sustanciacin, el abogado Carlos Karim Masrie, actuando con el carcter de apoderado de la parte actora, solicit que el presente expediente fuese remitido a la Sala Poltico Administrativa, en virtud de que haba vencido el lapso probatorio a los fines de que se nombrara ponente y se fijara la oportunidad para la presentacin de los informes. El Juzgado de Sustanciacin por auto de fecha 20 de septiembre de 2000, habiendo advertido la conclusin de la sustanciacin en el presente juicio, acord pasar el expediente a la Sala, lo cual ocurri en fecha 21 del mismo mes y ao. En fecha 26 de septiembre se dio cuenta en Sala, se design como ponente al magistrado Jos Rafael Tinoco, y se fij el quinto da de Despacho el comienzo de la relacin. En fecha 5 de octubre de 2000 se dio inicio a la relacin y se fij el 1 da siguiente al vencimiento de 15 das continuos, contados a partir de la fecha previamente reseada, para el acto de informes. El 24 de octubre de 2000, oportunidad fijada para que tuviese lugar el acto de informes, se hizo el anuncio de Ley, y la Sala dej constancia de la comparecencia de las partes y de la consignacin de los respectivos informes. En fecha 1 de noviembre de 2000, tanto la parte actora como la parte demandada presentaros escritos con las respectivas observaciones a los informes. En fecha 22 de noviembre de 2000, finaliz la relacin en el presente juicio y se dijo VISTOS. Realizado el estudio del expediente, pasa esta Sala a decidir, previa las siguientes consideraciones:
II FUNDAMENTOS DE LA DEMANDA
En el libelo, la parte accionante, luego de hacer una amplsima referencia de las particularidades que enmarcaron tanto a los hechos que dieron lugar al homicidio del ciudadano RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ, como a los juicios que se siguieron, expone como argumentos fundamentales de hecho y de derecho, los siguientes: Que la Organizacin del Estado est integrada por un conjunto de personas pblicas a cuyo cargo est la realizacin de las actividades pblicas. Tales personas expresan su voluntad por medio de personas fsicas. Es necesario para el ejercicio de las funciones pblicas que determinados individuos de la especie humana adopten decisiones y emitan manifestaciones de voluntades en nombre de esas personas jurdicas, pero cuando la Repblica, a travs de quienes lo representan, con intencin, con imprudencia, negligencia, omisin o inobservancia de las leyes, rdenes o reglamentos, causan un dao a una persona, es obvio que a la Repblica le corresponde una responsabilidad especfica para responder del dao causado, pues tal responsabilidad consiste cabalmente en la eliminacin de las desigualdades y los riesgos. As se desprende de la literal interpretacin del artculo 47 de la Constitucin Nacional, que es del tenor siguiente: En ningn caso podrn pretender los venezolanos ni los extranjeros que la Repblica, los Estados o los Municipios les indemnicen por daos, perjuicios o expropiaciones que no hayan sido causados por autoridades legtimas en el ejercicio de su funcin pblica.
Lo que a su vez se reitera en el contenido del artculo 206 de la Carta Magna, que establece: `La jurisdiccin contencioso-administrativa corresponde a la Corte Suprema de Justicia y a los dems Tribunales que determine la ley. Los rganos de la jurisdiccin contencioso-administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviacin de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparacin de daos y perjuicios originados en responsabilidad de la administracin, y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurdicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.(Subrayado es nuestro). Con lo cual es obvia la responsabilidad del Estado incorporada en nuestro Texto fundamental. Luego de expresar lo anterior, los demandantes a continuacin sealan que: el delito de homicidio calificado de que fuera vctima RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ, fue cometido por funcionarios pblicos adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, los cuales responden a los nombres de XAVIER JESS ANUEL PACHECO y PABLO JOS DAZ MARTNEZ: el primero como autor material del hecho, y el segundo como su cmplice en el delito ya sealado, a cuyos efectos se interpuso contra ellos formal Acusacin, consignada oportunamente en fecha 6 de noviembre de 1.978, a travs de la cual se exigi la imposicin de las penas correspondientes al hecho por ellos cometido. As mismo, la parte actora refiere que, igualmente, participaron en el homicidio los funcionarios JESS ENRIQUE VILLARROEL y DOMINGO SNCHEZ SNCHEZ, quienes cumplieron la pena que les fue impuesta como cmplices en el delito; y que, no obstante lo antes expuesto, los mencionados ciudadanos no actuaron en forma autnoma, sino, por el contrario, en su condicin de subordinados de su jefe inmediato, como lo era el ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI, Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial y Jefe del Grupo de Apoyo Tctico Operacional, conocido tambin con las siglas `G.A.T.O.. En relacin con el ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI (hoy fallecido), los demandantes exponen que la funcin pblica por l desempeada, por su misma naturaleza, es considerada como de plena confianza del Ejecutivo Nacional, pues sencillamente pesa sobre la persona del Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial el supremo control de dicha polica, del cual eran integrantes, no solo los homicidas sino todos los que se concertaron de una manera u otra para favorecer o encubrir el crimen, siendo el director del Cuerpo de libre nombramiento y remocin del ejecutivo nacional, de conformidad con lo establecido en el artculo 13 de la Ley de Polica Judicial, as como tambin los dems funcionarios de dicho Cuerpo Policial, quienes son designados por el Ejecutivo Nacional, de acuerdo con lo establecido en el artculo 15 ejusdem. LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO ES INCUESTIONABLE. Luego de aludir al artculo 58 de la Constitucin de 1961, el cual seala que: El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podr establecer la pena de muerte ni autoridad alguna aplicarla; los demandantes expresan que corresponde al Estado Venezolano garantizarle a cada ciudadano el derecho a vivir en paz y a desenvolverse plenamente en la actividad lcita de su preferencia, tal como lo establece el artculo 43 de la Carta Magna; que en el caso de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, el Estado no solamente NO GARANTIZ SU VIDA, SINO QUE FUERON SUS DEPENDIENTES QUIENES EJECUTARON LA MUERTE, utilizando los medios idneos para consumar tan vil asesinato, como lo fueron los policas que lo siguieron hasta darle muerte; armas de pertenencia de la Repblica de Venezuela; el vehculo utilizado en el homicidio era recuperado por el Cuerpo y camuflajeado para tal fin; las tcticas utilizadas para encubrir el crimen; las prdidas de los proyectiles extrados del cuerpo de RAMON CARMONA VASQUEZ de la Medicatura Forense del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial; la implantacin de huellas dactilares en el vehculo comprometido en el hecho de personas ajenas al mismo, quienes hasta la fecha se encuentran desaparecidos; el evitar que patrullas pertenecientes al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, transitaran por la zona en el momento en que se consumaba el homicidio, y otras, que quedaron suficientemente demostradas en el expediente contentivo del juicio, cuyo mrito favorable invocamos. Expresado por los demandantes lo precedentemente expuesto, en particular mencionan que la responsabilidad del Estado, en estos casos, se halla prevista en el artculo 1.191 del Cdigo de Civil, que es del tenor siguiente: Los dueos y los principales o directores son responsables del dao causado por el hecho ilcito de sus sirvientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado.
El Estado, como persona jurdica susceptible de derechos y obligaciones, debe responder civilmente por el hecho ilcito cometido por su subordinado en el ejercicio de sus funciones. El funcionamiento de esta responsabilidad tiene su origen en la denominada teora de la `culpa in vigilando y teora de la `culpa in eligendo, segn la cual el dueo o principal responde porque ha vigilado o elegido mal o defectuosamente a las personas sobre las cuales tiene el poder de darle rdenes o instrucciones. Esa incorrecta vigilancia constituye una culpa personal que es una causa indirecta del dao causado por el sirviente y constituye motivo suficiente para que el dueo o principal tenga que soportar la obligacin de reparar el dao causado por su (s) sirviente (s). Para ello basta que el dependiente cause el dao cuando est ejerciendo las funciones tpicas de su cargo, y para ser sujeto calificado de esa modalidad en responder, basta con que se disponga del poder de dar rdenes o instrucciones. Concluyen los demandantes expresando que: suficientemente demostrado como qued la responsabilidad penal de los ciudadanos XAVIER JESS ANUEL PACHECO, PABLO JOS DAZ MARTNEZ, JESS ENRIQUE VILLARROEL y DOMINGO SNCHEZ SNCHEZ, al igual que todos los dems que participaron de una u otra forma y que se encuentran supra mencionados, como funcionarios policiales activos en el asesinato de que fue vctima RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ, actuando como funcionarios adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial a las rdenes de su entonces director, ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI, es obvio que se cumple la conditio `sine qua non de la responsabilidad, en el sentido de que el dao causado por el dependiente ocurre mientras actuaron en ejercicio de las funciones que mantenan para esa poca, pues los hechos que condujeron a la muerte de RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ se desencadenaron a raz de un operativo policial, en el que estaban involucrados una gran cantidad de funcionarios de ese Cuerpo, cuyo fin era su asesinato. Como fundamento de iure, la parte actora basa su pretensin en las siguientes normas del Cdigo Civil Venezolano: Artculo 19: Son personas jurdicas y por lo tanto, capaces de obligaciones y derechos:
1.- La Nacin y las Entidades polticas que la componen.
Artculo 1.185: El que con intencin, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un dao a otro, est obligado a repararlo....
Artculo 1.191: Los dueos y los principales o directores son responsables del dao causado por el hecho ilcito de sus sirvientes y dependientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado.
Artculo 1.196: La obligacin de reparacin se extiende a todo dao material o moral causado por el acto ilcito. El Juez puede, especialmente, acordar una indemnizacin a la vctima en caso de lesin corporal, de atentado a su honor, a su reputacin, o a los de su familia, a su libertad personal, como tambin en el caso de violacin de su domicilio o de un secreto concerniente a la parte lesionada. El Juez puede igualmente conceder una indemnizacin a los parientes, afines, o cnyuge, como reparacin del dolor sufrido en caso de muerte de la vctima.
Artculo 1.396: La demanda de daos y perjuicios por razn de los causados por un acto ilcito, no puede ser desechada por la excepcin de cosa juzgada que resulte de la decisin de una jurisdiccin penal que, al estatuir exclusivamente sobre la cuestin de culpabilidad, hubiera pronunciado la absolucin o el sobreseimiento del encausado.
Artculo 1.397: La presuncin legal dispensa de toda prueba a quien la tiene en su favor.
Por su parte, del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal aluden a las normas siguientes:
Artculo 1: De todo delito o falta nace accin penal para el castigo del culpable. Tambin puede nacer accin civil para el efecto de las restituciones y reparaciones de que trate el Cdigo Penal.
Artculo 3: La accin Civil podr intentarse junto con la penal en el juicio de esta ltima especie o separadamente en el juicio Civil. Tambin podr la parte perjudicada, sin formalizar la accin Civil en el juicio Penal, siempre que presente la demanda a ms tardar el ltimo da del trmino que para la presentacin del escrito de cargos establece el artculo 218. En tal caso, quien se constituye en parte Civil adquiere, si recae condenatoria, los mismos derechos que corresponden por restituciones y reparaciones, al que ha propuesto la accin Civil junto con la accin Penal o separadamente de ella:
1.- No podr, sin embargo, ejercer la accin Civil conjuntamente con la Penal, cuando la suma reclamada sea mayor que la cuanta, por la cual puede conocer en causas Civiles, el Juez que intervenga en lo criminal, o el de igual categora en lo civil, si su jurisdiccin la ejerce solo en lo Criminal. 2.- En las acusaciones contra funcionarios pblicos por infraccin de los deberes de su cargo, la sentencia definitiva que declare la responsabilidad penal del funcionario, deber proceder a la accin civil, salvo que la pena se hubiere extinguido antes de prescribir aqulla.
Del Cdigo Penal refieren a los siguientes artculos:
Artculo 113: Toda persona responsable criminalmente de algn delito o falta, lo es tambin civilmente.
La responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se extingan stas o la pena, si no que durar como las dems obligaciones civiles, con sujecin a las reglas del derecho civil. Sin embargo, el perdn de la parte ofendida respecto a la accin penal produce la renuncia de la accin civil si no se ha hecho reserva expresa. Se prescribir por diez aos la accin civil que proceda contra funcionarios pblicos por hechos ejecutados en el ejercicio del cargo.
Artculo 120: La responsabilidad civil establecida en los artculos anteriores comprende:
1 La restitucin. 2 La reparacin del dao causado. 3 La indemnizacin de perjuicios.
Artculo 122: La indemnizacin de perjuicios comprender no slo los que se hubiesen causado al agraviado, sino tambin los que se hubieren irrogado por razn del delito, a su familia o a un tercero. Los Tribunales regularn el importe de esta indemnizacin en los mismos trminos prevenidos para la reparacin del dao en el artculo precedente.
En cuanto a la Constitucin de 1961, mencionan las siguientes normas:
Artculo 46. Todo acto del Poder Pblico que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitucin es nulo, y los funcionarios y empleados pblicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, segn los casos, sin que les sirvan de excusa rdenes superiores manifiestamente contrarias a la Constitucin y a las leyes Artculo 58. El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podr establecer la pena de muerte ni autoridad alguna aplicarla. Artculo 206. La jurisdiccin contencioso-administrativa corresponde a la Corte Suprema de Justicia y a los dems Tribunales que determine la ley. Los rganos de la jurisdiccin contencioso-administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviacin de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparacin de daos y perjuicios originados en responsabilidad de la administracin, y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurdicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa. Igualmente, los accionantes hacen alusin a las siguientes normas de la Ley de Polica Judicial: Artculo 13: El Cuerpo Tcnico de Polica Judicial es una direccin del Ministerio de Justicia y estar a cargo de un Director, un Sub-Director, un Secretario general y un Asesor Jurdico, quienes sern de libre eleccin y remocin del Ejecutivo Nacional. Artculo 15: Los dems funcionarios del cuerpo, clasificados en la categora policial, tcnica y administrativa, sern designados por el Ejecutivo Nacional por rgano del Ministerio de Justicia, con sujecin a las disposiciones de esta ley y su reglamento. Finalmente, a ttulo de conclusin de lo expuesto, la parte actora seala que La Repblica de Venezuela, como vigilante que es de las personas fsicas investidas de autoridad y de representacin en las distintas reas de la Administracin Pblica, mantiene una responsabilidad de carcter solidaria y, por ende, debe responder por los ilcitos cometidos por sus subalternos en el desempeo de las funciones que le han sido encomendadas, tal como qued establecido por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos de la Organizacin de Estados Americanos en el caso conocido como El Amparo, aprobado por la comisin en su sesin Nro. 29/93, caso Nro. 10.602, celebrada el 12 de octubre de 1993. En el petitorio, los accionantes sealan: Que demandan a la Repblica de Venezuela para que convenga, o, a ello sea condenada por este Tribunal Supremo de Justicia, en lo siguiente: a) En que son ciertos los hechos narrados y el derecho invocado. b) A pagar a su representada la cantidad de CUATRO MIL DOSCIENTOS DIECINUEVE MILLONES CUATROCIENTOS VEINTICINCO MIL BOLIVARES (Bs. 4.219.425.000,oo), por daos y perjuicios materiales y CUATRO MIL MILLONES DE BOLIVARES por daos morales. Es decir, estiman la demanda en la cantidad de OCHO MIL DOSCIENTOS DIECINUEVE MILLONES CUATROCIENTOS VEINTICINCO MIL BOLIVARES (Bs. 8.219.425.000, oo). c) Igualmente solicitan la indexacin del monto referido.
III CONTESTACIN DE LA DEMANDA
Como punto previo, la representacin de la Repblica aleg la prescripcin de la presente accin civil, argumentando al respecto lo siguiente: Que de la narracin de los hechos que sustentan la presente demanda qued establecido que el homicidio de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, fue cometido el da 28 de julio de 1978. Que es precisamente en esa fecha que las personas que participaron en el referido delito, pudieron ocasionar los supuestos daos objeto de la presente demanda, es decir, que el hecho ilcito que pudiera dar lugar a la indemnizacin de daos y perjuicios reclamados por los demandantes ocurri el da 28 de julio de 1978. Contina sealando la parte demandada que es significativo indicar que el artculo 1952 del Cdigo Civil establece los siguiente: La prescripcin es un medio de adquirir un derecho o de libertarse de una obligacin, por el tiempo y bajo las dems condiciones determinadas por la Ley.
Igualmente, el encabezamiento del artculo 1.977 del Cdigo Civil expresa:
Todas las acciones reales se prescriben por veinte aos y las personales por diez, sin que pueda oponerse a la prescripcin la falta de titulo ni de buena fe, y salvo disposicin contraria de la Ley....
En tal contexto menciona la representacin de la Repblica que Como puede observarse, los artculos mencionados regulan la figura de la prescripcin como medio de adquirir o extinguir un derecho. En el caso que nos ocupa, evidentemente nos interesa todo lo relativo a la prescripcin extintiva, que es aquella mediante el cual una persona se libera del cumplimiento de una obligacin por el transcurso del tiempo. En este sentido, la doctrina venezolana ha expresado lo siguiente:
`La prescripcin extintiva o liberatoria es un medio o recurso mediante el cual una persona se libera del cumplimiento de una obligacin recuperando su libertad natural por el transcurso de un determinado tiempo y bajo las dems circunstancias sealadas en la Ley; no supone la posesin de una cosa, sino la inercia, negligencia, inaccin, o abandono del acreedor en hacer efectivo su crdito durante ese determinado tiempo.
Por otra parte, la demandada seala que: la prescripcin extintiva libera tanto las acciones personales como las acciones reales, tal como lo establece el encabezamiento del precitado artculo 1.977 del Cdigo Civil, antes indicado. La presente pretensin constituye el ejercicio de una accin personal, por cuanto se trata de la exigencia que hace una persona a otra del cumplimiento de una obligacin derivada de un delito (hecho ilcito), y en consecuencia, dicha accin prescribe a los diez aos conforme lo establece el ordenamiento jurdico venezolano. No obstante que el precepto jurdico establece la figura de la prescripcin, tambin prev un dispositivo tendente a interrumpir dicha institucin, ya sea natural o civil. En este sentido, el Cdigo Civil en sus artculos 1.967 y 1.969, establece lo siguiente: Artculo 1.967: `La Prescripcin se interrumpe natural o civilmente.
Artculo 1.969: `Se interrumpe civilmente en virtud de una demanda judicial, aunque se haga ante un Juez incompetente, de un decreto o de un acto de embargo notificado a la persona respecto de la cual se requiere impedir el curso de la prescripcin, o de cualquier otro acto que la constituya en mora de cumplir la obligacin. Si se trata de prescripcin de crdito basta el cobro extrajudicial. Para que la demanda judicial produzca interrupcin, deber registrarse en la Oficina correspondiente, antes de expirar el lapo de la prescripcin, copia certificada del libelo con la orden del Juez, a menos que se haya efectuado la citacin del demandado dentro de dicho lapso.
De estos artculos se desprende, que a los fines de interrumpir la prescripcin es necesario la interposicin de la correspondiente demanda, independientemente que sean ante un Juez incompetente y su registro ante la Oficina Subalterna de Registro, o en su defecto, la orden de comparecencia, cuando ya se hubiere citado al demandado. En el caso particular de las demandas contra la Repblica, la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, establece como requisito previo e indispensable, el cumplimiento del antejuicio administrativo, lo cual constituye una de las prerrogativas de la Repblica. Dicho procedimiento tiene por finalidad evitar la instauracin de procesos contra la Repblica sin el conocimiento adecuado por parte de sta, de las pretensiones de los demandantes. De manera tal, que debemos entender que para el caso particular de las acciones que se ejercen contra la Repblica, la prescripcin de las mismas se interrumpe con la debida interposicin del antejuicio administrativo y en su defecto, con la interposicin de la demanda y su registro ante la Oficina Subalterna de Registros, y cuando ya hubiere sido citado al demandado, con la orden de comparecencia. En este sentido, es importante destacar que los demandantes interponen el antejuicio administrativo a que se contraen los artculos 30 y siguientes de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica en fecha 12 de febrero de 1998 (y la presente demanda fue admitida por ese Juzgado de Sustanciacin en fecha 18 de junio de 1998) y la causa que supuestamente dara lugar a la indemnizacin de los daos objeto de la presente pretensin, ocurri el 28 de julio de 1978. Ahora bien, desde la fecha que sucedi el delito (hecho ilcito) y la fecha de interposicin del antejuicio administrativo transcurrieron DIECINUEVE AOS, SEIS MESES Y CATORCE DIAS, lo que implica que la presente accin se encuentra prescrita, por cuanto la parte demandante no la interrumpi, interponiendo en el transcurso de los diez aos, a contar desde la comisin del delito, el antejuicio administrativo respectivo (o al menos, registro el libelo de demanda por ante la Oficina Subalterna de Registro, interpuesta ante cualquier Juez, independientemente de su competencia), el cual hubiere interrumpiendo la prescripcin (sic), hasta tanto existiere decisin en lo penal. Por ello, al regirse por las normas del Cdigo Civil el lapso de prescripcin de la accin civil derivada de un delito, sta comienza a contarse desde el da de la comisin del hecho ilcito (delito), y una vez ejercida aqulla, sin que existiere decisin en lo penal, la accin queda en suspenso (se interrumpe la prescripcin), hasta tanto se produzca dicha decisin. En el caso bajo anlisis, oper indefectiblemente la prescripcin de la accin civil, por cuanto no se ejerci dentro de los lapso establecido en el artculo 1.977 del Cdigo Civil, por lo cual, solicit a este Honorable Corte declare la PRESCRIPCIN de la presente accin civil. Expuesto como punto previo lo anterior, la representacin de la Repblica de seguidas seala: Para el caso negado que se desestime el anterior alegato, paso a desvirtuar, las pretensiones de los demandantes, de la siguiente manera: (omissis) De los hechos narrados por la parte actora, se evidencia claramente que entre los ciudadanos MANUEL MOLINA GASPERI y RAMON CARMONA VASQUEZ exista enemistad manifiesta debido a numerosas circunstancias extensamente sealadas en las copias certificadas consignadas de las sentencias dictadas por los Tribunales Penales. Por otra parte, segn la parte actora, esta enemistad manifiesta fue el motivo por el cual el ciudadano Manuel Molina Gsperi organiz un operativo policial con miembros del extinto Grupo de Apoyo Tctico Operacional (G.A.T.O.), con la finalidad de asesinar al hoy occiso Ramn Carmona Vsquez. Ahora bien, el fundamento jurdico de la presente pretensin descansa principalmente en el artculo 1.191 del Cdigo de Civil, que expresa que los dueos y los principales o directores son responsables del dao causado por el hecho ilcito de sus sirvientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado. As pues, el caso que nos ocupa, se fundamenta en la pretendida responsabilidad civil extracontractual del Estado, derivada de un delito cometido por funcionarios pblicos. En este sentido, es menester hacer las siguientes precisiones: Los artculos 46, 121 y 232 de la Constitucin, establecen, respectivamente: Artculo 46: Todo acto del Poder Pblico que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitucin es nulo, y los funcionarios y empleados pblicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, segn los casos, sin que les sirvan de excusa rdenes superiores manifiestamente contrarias a la Constitucin y a las leyes. Artculo 121: El ejercicio del Poder Pblico acarrea responsabilidad individual por abuso de poder o por violacin de la ley. Artculo 232. El Estado no reconocer otras obligaciones que las contradas por rganos legtimos del Poder Pblico, de acuerdo con las leyes. Como puede observarse, del alcance de los artculos transcritos, la responsabilidad civil del Estado se encuentra consagrada de manera expresa en nuestro texto constitucional, la cual reconoce por los hechos ilcitos de sus rganos legislativos, judiciales y administrativos. (omissis) A los efectos de determinar la responsabilidad civil o patrimonial del Estado, de acuerdo a lo estipulado en los artculos transcritos supra, es requisito indispensable que el hecho ilcito que se imputa a la administracin, hubiere sido cometido por funcionarios pblicos en ejercicio de sus atribuciones, vale decir, que el particular que haya sufrido una lesin de sus situaciones jurdicas subjetivas no podr pretender que el Estado le repare los daos causados, cuando los hechos ilcitos hayan sido ejecutados por las personas que ejerzan cargos pblicos desprovistos de la cualidad de funcionarios, esto es, no encontrndose en el ejercicio de las funciones que la Ley le atribuye. La logicidad de este supuesto establecido por el constituyente a primera vista es aparente. Pues resulta adecuado pensar que los actos personales del funcionario no pueden ser imputados al Estado. Resulta entonces, que el constituyente venezolano estableci la nocin de falta de servicio, desarrollada ampliamente en Francia, por el Consejo de Estado, en el sentido de considerarse que cuando los daos causados an encontrndose el funcionario en el ejercicio de sus funciones, pero con culpa o intencin dolosa a ellos imputables, la responsabilidad no incumbe a la administracin sino a estos ltimos. Este criterio ha sido acogido por la jurisprudencia patria, al sealarse: El precepto evolutivo del precepto constitucional en referencia, tal como ha queda expuesto, revela el propsito del constituyente venezolano, de limita la responsabilidad del estado, en cuanto se refiere a los daos o perjuicios causados a los particulares por actos de la Administracin Pblica, a aquellos casos en que los hechos determinantes de tales daos o perjuicios fueran realizados por organismos o funcionarios competentes , actuando en el radio de sus atribuciones legales. Lo cual significa por argumento en contrario, que, cuando los daos o perjuicios emergen de actos realizados por funcionarios pblicos fuera del radio de sus atribuciones, o procediendo sin acatar las directrices de su funcin pblica especfica, el Estado no es responsable por tales daos o perjuicios. Con base a estos principios, la doctrina moderna ha calificado como faltas no imputables a la administracin, sino personalmente al funcionario, no slo las faltas cometidas al margen del ejercicio de la funcin pblica, sea o no en el seno de la vida privada, pero en todo caso, en circunstancias extraas a aquel ejercicio, sino, adems, las faltas cometidas aparentemente en ejercicio de la funcin pblica, pero que intelectualmente puedan ser separadas de la misma, por tratarse de faltas intencionales o de faltas graves, esto es, debidas a un error inexcusable, De modo, pues, que, segn tal doctrina, para que la finalidad incorrecta pueda ser considerada, no como falta de la administracin, sino, en todo caso, como generadora de la responsabilidad personal del funcionario, es preciso que haya sido inspirada por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares. ...Por otra parte, en el orden prctico, la teora sostenida por el actor en este juicio, segn la cual el estado debe responder por todos los daos y perjuicios que a los particulares puedan ocasionar quienes ejercen funciones pblicas, an cuando acten fuera de los lmites de sus atribuciones legales, ampliara hasta el infinito el mbito de responsabilidad del Estado, comprometiendo gravemente su estabilidad econmica.
De la sentencia transcrita se evidencia, que la responsabilidad patrimonial de la Repblica no puede extenderse, cuando el hecho generador del dao cuya indemnizacin se reclama, fue cometido al margen de la actividad desempeada por el o los funcionarios pblicos que lo causaron, ms an, si dicho est inspirado por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares. De manera tal, que para que se configure la responsabilidad patrimonial del Estado por las faltas cometidas por sus dependientes es necesario: a. Que el hecho generador del dao sea ocasionado por organismo o funcionario competente. b. Que el funcionario competente hubiera actuado dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de su funcin pblica especfica. En el presente caso, resulta indispensable determinar entonces, si el hecho generador del dao fue ocasionado por funcionarios competentes, actuando dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de su funcin pblica especfica. En este sentido se observa, que el hecho generador fue cometido por funcionarios adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, Direccin del Ministerio de Justicia, la cual, adems de las funciones que ejerce como rgano auxiliar en las investigaciones sumariales de los delitos de accin pblica (artculo 74 al 75K del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal), de acuerdo con el artculo 23 de la Ley de Polica Judicial (vigente para la fecha), dicho rgano tena atribuidas las siguientes competencias: `1 Cooperar en la vigilancia y control de vagos y maleantes, de conformidad con la Ley que rige la materia... 2 Auxiliar accidentalmente a los servicios policiales de la nacin, de los Estados y de las Municipalidades a fin de reforzarlos cuando resulten insuficientes para mantener el orden pblico. 3 Auxiliar de las autoridades competentes en la vigilancia y control de extranjeros; 4 Funciones de prevencin de los delitos comunes, especialmente para impedir delitos contra las personas y la propiedad, la distribucin y consumo de estupefacientes; prostitucin, la corrupcin y trfico de menores; 5 Las dems que le atribuyen las Leyes.
De lo anterior se evidencia, que no es competencia del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, ni mucho menos una funcin inherente a su actividad, la organizacin de operativos policiales con la finalidad de asesinar personas, tal como lo aseveran los demandantes, por ello, mal pueden esos funcionarios adscritos para aquel entonces a dicho organismo, haber actuado dentro del radio de sus atribuciones legales. Adicionalmente, en la sentencia definitiva se establece claramente la calificacin del delito como HOMICIDIO CALIFICADO CON ALEVOSIA Y POR MOTIVOS FUTILES, lo que significa, que dichos ex funcionarios, actuaron de manera innoble, movidos por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares, de manera que su actuacin encuadra dentro de las denominadas faltas imputables a los funcionarios, y no a la Administracin, por cuanto fue cometida en circunstancias extraas al ejercicio de sus funciones pblicas. De lo antes expuesto, se colige claramente la no existencia de Responsabilidad Patrimonial de la Repblica de Venezuela, a consecuencia del homicidio del ciudadano Ramn Carmona Vsquez y as solicito sea declarado por esta Corte. Con relacin a la valoracin de la demanda, este Despacho se opone por excesiva, ms an, cuando no existe ningn comprobante de que las sumas de dinero que utilizan como base de clculo para la estimacin de los daos son ciertas y ni siquiera, se hace referencia de la oficina o lugar donde se encuentren dichos documentos; Igualmente, con respecto al dao moral estimado, solicito sea desestimada la valoracin hecha por los demandantes, y que en el supuesto negado que prospere la demanda interpuesta sea esta Corte quien proceda a realizar dicha estimacin. Por todos los alegatos anteriormente expuestos, la representacin de la Repblica solicit: 1.- Se admita y sustancie su escrito de contestacin de la demanda. 2.- Declare Sin Lugar la demanda interpuesta contra la Repblica de Venezuela por los ciudadanos GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA y de los ciudadanos RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE. 3.- Que de conformidad con lo previsto en el artculo 274 del Cdigo de procedimiento Civil, se condene en costas a los demandantes.
IV DE LAS PRUEBAS A) Pruebas de la parte actora: Durante el desarrollo del proceso, la parte actora promovi las siguientes pruebas: a.- Reprodujeron el mrito favorable de los autos de los cuales, la Sala destaca: a.1.- Copia Certificada de la sentencia definitivamente firme dictada en fecha 4 de enero de 1990 por el Juzgado Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, mediante la cual se conden a los procesados XAVIER JESUS ANUEL PACHECO y PABLO JOSE DIAZ MARTINEZ, por el delito de Homicidio Calificado con Alevosa y por Motivo Ftiles, a cumplir la pena principal de veintin (21) aos y nueve (9) meses de presidio al primero de los nombrados, y catorce (14) aos y nueve (9) meses de presidio al segundo procesado mencionado. a.2.- Copia Certificada de la Sentencia dictada en fecha 4 de agosto de 1988 por el Juzgado Superior Quinto en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda. a.3.- Copia Certificada del Auto de Ejecucin de la Sentencia dictado en fecha 5 de junio de 1992 por el Juzgado Quinto de primera Instancia en lo Penal y de Salvaguarda de patrimonio Pblico de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda. a.4.- Copias simples de los Cargos Fiscales formulados por los representantes del Ministerio Pblico ciudadanos Mireya Santos Matute y Marcell Marcano Lpez. a.5.- Partida de Matrimonio de RAMN CARMONA VSQUEZ (f) y GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA, de fecha 9 de junio de 1962. a.6.- Partida de Defuncin del ciudadano RAMN CARMONA VSQUEZ. a.7.- Partidas de Nacimiento de los ciudadanos RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE. b.- Testimoniales de los ciudadanos: FEDERICO CARMONA, OSWALDO LAFFEE, JOSE DE JESS SALCEDO AGERO, CARLOS LANDAETA ARIZALETA, EDUARDO AGUILAR GORRONDONA, LUIS RAMREZ GRAZZIANI, LEONARDO CASADIEGO, IMELDA ROMERO DE RAMREZ, LUIS EDUARDO GARCIA DE SAN JUAN, AGUSTN ANDRADE CORDERO, EDGAR LUGO VALVUENA, JORGE NOEL NEZ, RAUL SALOMN BAPTISTA, REINALDO DI POLO, RAFAEL ESPINA FARIAS, MANUEL BARRETO BAUTE, JULIAN CABRERA GONZALEZ, ALVARO RODRGUEZ BESS, HECTOR SALAZAR, HUGO NEGRETE y RICARDO MARQUEZ, titulares de las cdulas de identidad N 81.566, 949.254, 2.786.924, 1.909.897, 930.673, 2.653.727, 2.134.397, 2.566.293, 3.248.220, 1.140.900, 2.937.495, 2.105.469, 1.736.726, 2.958.941, 124.503, 5.222.820, 971.198, 1.885.571, 2.145.802, 221.573 y 952.215, respectivamente. c.- Documentales: c.1.- Documento de Propiedad del inmueble que serva de asiento de habitacin de la familia de Ramn Carmona Vsquez, otorgado ante la Oficina Subalterna del segundo Circuito de Registro del Departamento Libertador del Distrito Federal, hoy Municipio Libertador, el da 21 de mayo de 1973, bajo el N 22, tomo 47, protocolo primero, de los libros respectivos. c.2.- Pasaporte N 519243 perteneciente al ciudadano Ramn Carmona Vsquez (f) c.3.- Copia Certificada de la Declaracin Sucesoral de los bienes que dej a su muerte el ciudadano Ramn Carmona Vsquez. c.4.- Constancia suscrita por el ciudadano Miguel Arellano, representante de la Entidad Mercantil Galipn C.A., en la cual se deja asentado la cantidad que la referida compaa le adeudaba al ciudadano Ramn Carmona Vsquez. c.5.- Captulo 8 del libro THE MAGICAL STATE, NATURE, MONEY AND MODERNITY IN VENEZUELA, del autor venezolano Fernando Coronil. Libro titulado CONVERSACIONES CON CARLOS ANDRS PEREZ, VOLUMEN II, del autor venezolano Alfredo Pea. c.6.- Cinta magnetofnica del programa radial Personaje de la Semana, efectuado al ciudadano Ramn Carmona Vsquez por el periodista Humberto Zrraga, en la Emisora Radio Tiempo. c.7.- Remitido suscrito por el ciudadano Ramn Carmona Vsquez y titulado CARTA A LOS JUECES PENALES, de fecha 8 de mayo de 1978, publicado en el Diario El Nacional el da 13 de mayo de 1978, en la pgina D-4. c.8.- Copia de la averiguacin de nudo hecho que introdujo el ciudadano Ramn Carmona Vsquez, en representacin del ciudadano Marcelo Jaimes Ramrez (f), en contra de los funcionarios del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial Martn Echeverra, Manuel Molina Gsperi y Carlos Guzmn Vera. c.9.- Certificaciones expedidas por la Oficina Central del Banco del Caribe expedidas en fecha 17 de octubre de 1978. c.10.- Quince (15) comprobantes de pago de la tarjeta de crdito N 4545052000247, perteneciente a la ciudadana Gladis Josefina Jorge de Carmona. d.- Por va de Informes a tenor de lo pautado en el artculo 433 del Cdigo de Procedimiento Civil, la parte actora promovi: d.1.-constancia suscrita por la Oficina Nacional de Identificacin y Extranjera (ONI-DEX) de los movimientos migratorios pertenecientes al ciudadano RAMN CARMONA VSQUEZ (f), a la ciudadana GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA y a los ciudadanos RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE, titulares de las cdulas de identidad N 2.086.398, 1.688.763, 6.810.365, 6.966.646 y 6.335.887, respectivamente. d.2.- Informe suscrito por la Oficina Central de Estadstica e Informtica (OCEI), relativo al promedio de vida del venezolano tipo nacido en 1942. d.3.- Informe suscrito por el Banco del Caribe del saldo que presentaba el ciudadano RAMN CARMONA VSQUEZ en su cuenta corriente N 150-0-147683, y la ciudadana GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA en su cuenta corriente N 180.0- 31504 y en su cuenta de ahorros N 180-1-54672, para el mes de julio de 1978. e.- Experticias: Unico: Informe de Experticia practicada por los ciudadanos Valerio Antonio Lpez Pea, Luis Alberto Schilling Borges y Cruz Ernesto Arias Vargas, titulares de las cdulas de identidad Nros. 3.725.132, 28.140 y 3.716.821, respectivamente, relativa al ingreso promedio devengado por el ciudadano RAMN CARMONA VSQUEZ, desde el ao 1966 al ao 1978; y sobre lo que hubiese percibido en cantidades dinerarias el prenombrado ciudadano desde el momento de su fallecimiento, 28 de julio de 1978 hasta el 12 de febrero de 1998. Todas las pruebas promovidas por la parte actora son apreciables en el presente proceso, salvo la correspondiente a la declaracin testifical del ciudadano Eduardo Aguilar Gorrondona, por cuanto la misma no pudo ser evacuada, dada la no comparecencia de ste al acto respectivo, y de otro modo, slo se valoran con carcter de indicio lo contenido tanto en el libro THE MAGICAL STATE, NATURE, MONEY AND MODERNITY IN VENEZUELA, del autor venezolano Fernando Coronil, as como lo contenido en el Libro titulado CONVERSACIONES CON CARLOS ANDRS PEREZ, VOLUMEN II, del autor venezolano Alfredo Pea, por cuanto su contenido no fue ratificado en el presente juicio. B) Pruebas de la parte demandada: La representacin de la Repblica, por su parte, promovi el mrito favorable de las pruebas cursantes en autos, sealando textualmente que en nombre de nuestra representada hago valer el PRINCIPIO DE LA COMUNIDAD DE LA PRUEBA, en tal sentido reproducimos el mrito probatorio de los autos en cuanto favorezcan a m representada, incluso los que se evidencien de las pruebas aportadas, evacuadas y los que se encontraren en algunos escritos presentados por nuestra contraparte (...) . V INFORME PARTE ACCIONANTE
Que el 12 de mayo de 1998, la viuda y los hijos de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ demandaron a la Repblica (hoy Bolivariana) de Venezuela, para que sta los indemnizase por los daos sufridos, tanto materiales como morales, debido a la muerte innoble que le produjeron al joven abogado RAMON CARMONA VASQUEZ, a manos de sus ejecutores miembros del Grupo G.A.T.O., adscritos a la Direccin del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, la cual, para ese momento, se encontraba al mando de MANUEL MOLINA GASPERI. Que ese acto ominoso priv de la vida a un ser lleno de buenas cualidades, padre amoroso y honesto ciudadano, buen abogado, cuyo futuro se vea venir pleno de grandes realizaciones y ms xitos. Que se encuentra suficientemente demostrado con la copia certificada de la sentencia condenatoria que acompaa al libelo de la demanda que, RAMON CARMONA VASQUEZ el 28 de julio de 1978, a las 2:00 de la tarde, transitaba a pie por la Avenida Andrs Bello, de esta ciudad de Caracas, frente al Edificio conocido como "Centro Andrs Bello", cuando fue abordado e interceptado, en presencia de numerosos testigos, por dos sujetos que formaban parte de un grupo de cuatro, que se desplazaban en un vehculo marca "Ford Fairlane 500", modelo 1975 que, en ese momento, estaba identificado con las placas de circulacin ALZ-392, establecindose posteriormente la dudosa procedencia de tales placas. Que las dos personas en cuestin encaonaron con armas de fuego al prenombrado RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, quien en todo momento opuso resistencia. Una de esas personas se identific como funcionario adscrito al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial y, a tales efectos, exhibi sus documentos de identificacin como funcionario policial. Que ante la resistencia opuesta por el ciudadano RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, a ser sometido por dichos sujetos, uno de ellos lo persigui y lo hiri gravemente de varios disparos con un arma de fuego, que interesaron varias zonas de su humanidad. Que los autores del hecho se dieron a la fuga en el vehculo antes mencionado, mientras que RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ fue recogido por algunos transentes y llevado de inmediato al centro asistencial ms cercano a ese lugar, como lo era la "Cruz Roja Venezolana", situado en la misma avenida donde ocurri el suceso, y a los pocos minutos de haber ingresado a dicho centro asistencial falleci debido a una intensa hemorragia interna producida como consecuencia directa de los disparos de que fuera vctima. Que para ese momento, RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, contaba con treinta y seis (36) aos de edad. Que la persecucin de la que fue objeto RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ por parte de funcionarios policiales, se deba a la animadversin que, el Cuerpo Policial, como entidad, haba desarrollado en contra de l, en vista de las numerosas crticas que ste haba realizado en forma pblica, por diversos medios de comunicacin, a la gestin del Director del precitado Cuerpo y al aprovechamiento que de ese cargo hacan l y su esposa, abogada MAYRA VERNET, quien en el ejercicio de su profesin, usaba y abusaba del Organismo, para obtener, con su marido, prebendas de ndole profesional, que le permitan resolver los casos antes de llegar a los tribunales, en detrimento de los profesionales del derecho y de la justicia, haciendo que el Cuerpo perdiera su esencia y desvirtuando su funcin, en los casos en que tenan inters los MOLINA-VERNET. Que esto desnaturaliz la situacin confrontada en un caso en el que se encontraban de contraparte MAYRA VERNET y RAMON CARMONA VASQUEZ, en virtud de que, al enfrentarse profesionalmente y existir la situacin probada en autos, MANUEL MOLINA GASPERI, en uso de las atribuciones que le confera el cargo, utiliz para fines distintos a los creados, a unos hombres, los cuales, valindose de armas, carros, radios y otros instrumentos pertenecientes a la Repblica (hoy Bolivariana) de Venezuela, privaron de la vida a RAMON CARMONA VASQUEZ. Que lo ms grave es que todo el Cuerpo se solidariz con tan horrendo crimen, al extremo de que como consta en la sentencia definitivamente firme, que cursa en autos, colaboraron dactiloscopia, transmisiones, vehculos, armamento, medicatura forense, etc., para que el crimen se consolidara y se evadieran las averiguaciones de la autoridad (es decir, la de ellos mismos). Este movimiento orquestado, donde se involucraron tantas divisiones, slo se pudo llevar a cabo la anuencia y participacin, directa e indispensable, del Directo del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial y Jefe del Grupo G.A.T.O., quien para ese entonces, como ya hemos sealado, era MANUEL MOLINA GASPERI. Que debe destacarse que, por la trayectoria profesional de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, fue muy solicitado con relacin a la prestacin de sus servicios, llevndolo tal circunstancia a obtener ingresos considerables de dinero y al fallecer, desmejor considerablemente la situacin matrimonial y moral de nuestros representados, quienes tuvieron que soportar las necesidades que tal hecho acarrea, siendo -en lo sucesivo- muy apremiantes sus vidas, gravitando siempre sobre los hombros de GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA la responsabilidad de levantar a tres hijos pequeos con todos los gastos que ello implica, como fueron educacin, vivienda, vestimenta, medicinas, alimentos, etc., sacrificios stos realizados por nuestra representada con su trabajo y vendiendo, entre otros bienes, la casa donde viva la Familia CARMONA JORGE, tal y como qued aprobado en autos. Que no se puede obviar la situacin moral de la familia CARMONA JORGE, quienes tuvieron durante muchos aos una vida distinta a la que puede tener cualquier familia venezolana. Que GLADYS CARMONA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA se tuvo que enfrentar a un proceso que dur muchsimos aos, agotando parte de su vida en esta loable misin, esclareciendo, a capa y espada, el homicidio de su joven esposo; se enfrent a todo un cuerpo policial, con el riesgo de su vida, custodiada por guarda-espaldas pertenecientes a otro Cuerpo Policial y que fueron asignados por el Estado y manejndose en un mundo al que no estaba acostumbrada. Ello conllev a un sacrificio moral y patrimonial de incalculables magnitudes. Que en este orden de ideas, los hijos nacidos del matrimonio de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ y GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD, es decir, RAMON OSCAR, CARLOS EDUARDO y OSWALDO JOSE, quienes para el momento de ocurrir el deceso de padre tenan quince (15), doce (12) y ocho (8) aos de edad, respectivamente, sufrieron los embates de una vida absolutamente distinta a la que tenan cuando el padre viva, como era el caso de estar custodiados permanentemente, bajo un evidente estado de temor y provistos de una gran incertidumbre, amenazados en sus vidas, viviendo con el terrible miedo que engendra un hecho como el que tuvieron que soportar y tratar de superar con el tiempo, y a la vez, sin poder salir a la calle durante varios aos por existir el temor fundado de que algo pudiera ocurrirles, por estar presentes sobre ellos constantes amenazas que se traducan en atentados contra su humanidad. Esto se haca para tratar que GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA no continuase con el llamado "CASO CARMONA", pero ello no evit que lo hiciese, y continu hasta poner tras las rejas a quienes de una forma directa atentaron contra la estabilidad familiar del ncleo CARMONA-JORGE. Es indudable que tales circunstancias son conformadoras de una ineludible afrenta moral que transforma las vidas de quienes la padecen. As lo vivi y lo vive la familia CARMONA JORGE, y quizs ese recuerdo sostenido en el hecho de sentir de cerca la muerte violenta de un ser querido, lo tengan que llevar por el resto de sus vidas en sus mentes y en sus corazones. Que desde el mismo momento en que ocurrieron los hechos, GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) DE CARMONA, seal pblicamente que su esposo no fue vctima de simples delincuentes, sino, por el contrario, se afirm que su desaparicin fsica fue obra del entonces Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial MANUEL MOLINA GASPERI, hoy fallecido, quien tambin diriga un grupo especial denominado "Grupo de Apoyo Tctico Operacional", identificado tambin con las siglas G.A.T.O., pues a toda costa se buscaba silenciar a RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ para que no denunciara la podredumbre que en ese momento reinaba en el nombrado Cuerpo Policial. Luego de practicadas las averiguaciones de rigor, se dictamin que los autores materiales de tan abominable hecho fueron, efectivamente, funcionarios adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, como as lo estableci la justicia venezolana. Que en la oportunidad a la contestacin de la demanda, la Repblica (hoy Bolivariana) de Venezuela, aleg la excepcin perentoria de la prescripcin de la accin intentada, basndose para ello en lo dispuesto en los artculos 1952 y 1977 del Cdigo Civil, que regula la figura de la prescripcin, el uno estableciendo en que consiste ella, y el otro, instituyendo cualitativamente el trmino para las acciones reales y las personales. A continuacin hace una exposicin sobre la interrupcin de la prescripcin, para concluir que la accin intentada por la familia CARMONA JORGE contra la Repblica Bolivariana de Venezuela, se encuentra prescrita, porque en una forma "sumamente simple" comienzan a correr el trmino de la prescripcin a partir del da de la comisin de lo hechos, es decir, a partir del da 28 de julio de 1978. Y manifiestan que es una posicin simplista, porque no toma en cuenta el punto fundamental que da nacimiento a la accin civil, es decir, la condena definitivamente firme de los responsables del delito. Razn por la cual los accionantes se preguntan Podramos haber intentado una accin contra la Repblica Bolivariana de Venezuela, sin que un Tribunal competente en la materia determinara quienes eran los autores del hecho mediante Sentencia Definitivamente Firme?. EVIDENTEMENTE QUE NO. Que la Ley, la doctrina y la jurisprudencia les otorgan la razn. Que la Ley, que los Representantes de la Repblica no quisieron leer, establece en el artculo 1965, numeral 2do. del Cdigo Civil que: No corre tampoco la prescripcin: (omissis)
2.- Respecto de los derechos condicionales, mientras la condicin no est cumplida (...).
Que la Legislacin Punitiva, cuya prescripcin es la aplicable y no la general del Cdigo Civil establece en el Ttulo XI, Libro Primero del Cdigo Penal, bajo el subttulo DE LA RESPONSABILIDAD, SU EXTENSIN Y EFECTO, artculo 113, tercer aparte. Que es evidente que la condicin para poder accionar no se haba cumplido el 28 de julio de 1978, da que se comete el homicidio y fecha que el Representante de la Repblica pretende tomar como inicio de la prescripcin extintiva, ni en los aos subsiguientes, sino que comenz a correr desde la Sentencia Definitivamente Firme, siendo a partir de este momento cuando nace el derecho, y, repetimos, es a partir de este momento cuando comienza a correr la prescripcin. Que las Leyes son uniformes en su contexto. Es indudable que los criterios sustentados en un cuadro evidentemente armnico, son firmes en determinar que la accin civil se intenta despus que la Sentencia Penal se encuentre Definitivamente Firme. No existen dudas al respecto, y el tiempo para la prescripcin no haba transcurrido cuando intentamos el antejuicio administrativo. Que con relacin a lo sostenido por el Representante de la Repblica de Venezuela, en lo que respecta a la Responsabilidad Civil Compleja de la Repblica, la cual la consideran improcedente, alegamos que la demandada, s est obligado a indemnizar a nuestros representados porque estamos en presencia de responsabilidad civil extra-contractual por hecho ajeno, ya que el dao cuya reparacin reclamamos al responsable civil es de naturaleza extra- contractual, cuya peculiaridad radica precisamente, como ya antes mencionamos, uno o unos son los autores del dao ilcito y otro es el llamado a resarcirlo, no obstante que el primero no acte en representacin del ltimo y an cuando haya actuado contra la expresa voluntad suya. Que es caracterstica de ese tipo de responsabilidad el factor de dependencia o subordinacin del que comete el ilcito al que debe responder por los daos causados. No se requiere que las instrucciones para cometer el hecho generador de la responsabilidad hayan sido ordenadas por este ltimo, como absurdamente lo pretende la repblica por medio de sus apoderados. El artculo 1191 del Cdigo Civil, claramente pauta que: "Los dueos y los principales o directores son responsables del dao causado por el hecho ilcito de sus sirvientes y dependientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado.
Que el mal uso de las funciones del dependiente o subordinado no exonera de responsabilidad al dueo o principal, porque funciona lo que en derecho se conoce como la culpa in eligendo. Que es un hecho notorio (no necesita prueba) que el grupo conocido como G.A.T.O era dependiente del Ministerio de Justicia, cuya eleccin y nombramiento era hecho por esta entidad oficial, de la cual eran dependientes administrativamente, pero funcionalmente dependan del Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, -quien a su vez depende del ejecutivo- de quienes reciban las rdenes e instrucciones directas para su funcionamiento y trabajo. Tambin es un hecho notorio, que el grupo G.A.T.O cometi numerosos desmanes y crmenes no obstante no ser esa su funcin, pero, s le cabe al Estado la responsabilidad civil por los ilcitos cometidos por ese grupo, porque entre otras cosas, lo consinti, hasta que la magnitud del caso Carmona, donde se vio involucrado el grupo y casi todo el cuerpo, termin con la sucesin de crmenes. Que el artculo 43 de la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, as como el artculo 58 de la anterior Constitucin, consagra como garanta de primer orden el DERECHO A LA VIDA. Que el artculo 43 ejusdem, le impone al Estado la obligacin de indemnizar integralmente a las vctimas de violaciones a los derechos humanos que le sean imputables a la nacin. Que la idea de la responsabilidad de una persona por el hecho ilcito de otra es una idea muy antigua, arranca desde las sociedades tribales y se ha mantenido hasta nuestros das. La tendencia moderna es ampliarla en lugar de reducirla. Que se encuentra suficientemente comprobado en los autos, con la copia certificada de la Sentencia Condenatoria Definitivamente Firme que acompaamos al libelo, que uno de los asesinos se le identific a RAMON CARMONA VASQUEZ como funcionario del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, exhibindole, al efecto, su credencial, mientras que otro, cuando le dispararon a RAMON CARMONA VASQUEZ, alej a los curiosos haciendo disparos al aire. Esto queda demostrado con la declaracin rendida por el testigo presencial ARMANDO PARDO BECHARA, que trabajaba, para ese momento, en la Floristera ubicada a muy escasos metros del lugar del homicidio, la cual cursa en el expediente penal, especficamente en la pieza Nro. 1, folios 18 y 19. Que lo sealado por el testigo presencial, "echa por tierra", entre otras cosas, lo argumentado por la Representacin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, en la contestacin de la demanda, cuando afirm que los autores materiales del asesinato no actuaron en el ejercicio de sus funciones. Con lo que dijo el testigo presencial qued establecido que s actuaron en el ejercicio de sus funciones y as ha quedado demostrado. Que adminiculado a lo anterior qued igualmente evidenciado que, las armas que se usaron para asesinar a RAMON CARMONA VASQUEZ pertenecan al Cuerpo Tcnica de Polica Judicial; el carro que utilizaron era un vehculo recuperado por unos funcionarios y maquillado por otros, ello con el fin de cometer el delito en cuestin; los radios utilizados para despejar la zona, a objeto de que ninguna patrulla o funcionario policial interfiriera con la accin desplegada por los criminales en el instante en el cual estaban asesinando a RAMON CARMONA VASQUEZ, pertenecan al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial; en fin, los funcionarios actuaron y se identificaron como tales y los instrumentos que se usaron para cometer el crimen y asegurar su impunidad, eran los de trabajo de los funcionarios actuantes en la muerte de RAMON CARMONA VASQUEZ, as como de otros funcionarios adscritos a diversas dependencias del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial. Todo ello asentado y mantenido inclume en la ltima Sentencia Condenatoria Definitivamente Firme dictada por el ente jurisdiccional respectivo, y la cual acompaamos al libelo accionante. Que el crimen de RAMON CARMONA VASQUEZ, no hubiese podido ser cometido en la forma y modalidades en que qued establecido, si no hubiesen sido sus autores funcionarios del Cuerpo Policial anotado, pues fue esta circunstancia la que les permiti actuar a plena luz del da, en presencia de testigos, usando un caro maquillado, utilizando armas del estado, aparatos de radio-comunicacin pertenecientes al cuerpo y por ende al mismo estado y poder alejarse del sitio de la comisin del crimen, sin que los numerosos curiosos pudiesen detenerlos, ni intentarlo siquiera, por tratarse de funcionarios policiales en ejercicio de sus funciones. Que la responsabilidad civil del tercero por el hecho ilcito de su dependiente o subordinado, no supone en ningn caso que la funcin de ste sea la de cometer hechos ilcitos, pues en ese caso estaramos en presencia de asociacin para delinquir; la funcin debe estar en el campo de la licitud, y es all donde se comete el ilcito que genera la responsabilidad. De otra forma no es posible concebir la responsabilidad extracontractual y el artculo 1191 del Cdigo Civil sera necesario eliminarlo por inoperante. Que es abundante la jurisprudencia patria en el sentido de que la obligacin de reparar el dao por parte del principal es una presuncin juris et de jure. No admite prueba en contrario. Si eligi a las personas, los emple, los dot de los instrumentos de trabajo, los provey de sus credenciales, pero no los vigil, no atendi al clamor de la colectividad contra las actividades ilegales de estos funcionarios, definitivamente debe responder conforme a los trminos del artculo 1191 del Cdigo Civil. Que en conclusin y contrariamente a los que sostiene la representacin de la Repblica, es procedente la indemnizacin porque el hecho ilcito (asesinato) fue cometido por funcionarios pblicos en el ejercicio de sus funciones, usando su cargo, sus credenciales, sus armas, sus radios, en suma valindose de su condicin de funcionarios pblicos, en da y hora absolutamente laborables (Viernes 28 de julio de 1978), lo cual da satisfaccin al presupuesto establecido en el artculo 1191 de Cdigo Civil, que seala que, el hecho ilcito debe ser cometido en el ejercicio de las funciones en que los han empleado y no en el ejercicio de las "atribuciones2, como en forma desleal plantea la Repblica Bolivariana de Venezuela, con el propsito de confundir al Tribunal Supremo de Justicia. Que la Repblica debe responder no solamente por el dao material sino tambin por el dao moral. El artculo 1196 del Cdigo Civil pauta que: `La obligacin de reparacin se extiende a todo dao material o moral causado por el acto ilcito...el Juez puede igualmente, conceder una indemnizacin a los parientes, afines o cnyuges, como reparacin del dolor sufrido en caso de muerte de la vctima. Que el dao en el Derecho Civil es el primer elemento constitutivo de la responsabilidad civil y de la consecuente obligacin de repararlo. Puede definirse como toda desventaja en los bienes jurdicos de una persona; el dao se clasifica en: dao emergente y lucro cesante. El primero hace referencia a la disminucin patrimonial directa derivada de la actuacin daosa, mientras que el segundo se refiere a la ganancia dejada de obtener por ellas, la prdida de algo que haba llegado a formar parte del patrimonio si el evento daoso no se produce. Tambin se reconocen los llamados daos morales que son los que lesionan los derechos derivados de la personalidad y entre los que destacan aquellos que afectan la vida, la salud, la libertad, el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen. En el caso de muerte, el dao moral es el producido a los parientes de la vctima por el dolor que el hecho mismo les ha ocasionado. Que en este sentido se ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia, en abundante y pacfica jurisprudencia. Que la forma en que fue asesinado RAMON CARMONA VASQUEZ demostr un absoluto desprecio por el bien ms preciado que tiene el hombre: La Vida. Que El dolor de su viuda, ciudadana GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (vda.) DE CARMONA, resistindose a aceptar la manera artera en la que fue asesinado su marido, la llev, durante ms de una dcada, a luchar denodadamente contra un grupo, que para aqul entonces, se senta poderoso y seguro. Sin embargo, su ardua batalla y la permanente conviccin de lo que deba realizar, la llevaron a conseguir el resultado que siempre se traz: La condena de los asesinos, como un principio de justicia. Que en ello emple muchos aos jvenes y productivos de su vida, y ese dao debe ser resarcido, evidencindose todo lo que se precisa para cuantificarlo, de los propios trminos de la Sentencia, donde qued demostrado como asesinaron a RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ y el sufrimiento de su viuda. Que este sufrimiento se hizo extensivo hasta sus hijos, quienes siendo dos adolescentes y un nio, tuvieron que presenciar y or y ser vctimas inocentes de lo que le haba sucedido a su padre, adems de observar toda la angustia que un hecho de esa magnitud genera, y las consecuencias que de ello deriv: durante aos tuvieron que vivir con guardaespaldas, perdieron el derecho de transitar libremente, perdieron el derecho a una padre rector y ductor de sus vidas y lo ms importantes perdieron el derecho de ser jvenes.
En cuanto a las pruebas que produjo en autos la parte actora a fin de demostrar el dao causado, sta seala: Que conforme a los trminos como qued planteada la litis, nos correspondi probar las afirmaciones formuladas en el libelo de la demanda, relativas a la demostracin de los hechos causantes de los daos materiales reclamados en su reparacin, conforme a la causa que nos ocupa; en este sentido se promovi una amplia prueba testimonial conforme a la normativa de los artculos 477 y siguientes del Cdigo de Procedimiento Civil, que en su conjunto y no obstante el derecho de repreguntas ejercido por la representacin de la demandada, resultaron veraces por lo concordante de cada una de las declaraciones que califican como contestes a los declarantes, respecto de los hechos sobre los cuales fueron interrogados, hechos estos que, en lneas generales, estn referidos a la fama profesional del abogado RAMON CARMONA VASQUEZ quien para el momento de su muerte, tal como lo afirman todos los testigos evacuados, gozaba de un slido prestigio profesional tanto en el foro venezolano, como frente a la sociedad en general; igualmente las disposiciones correspondientes a las citadas pruebas testimoniales, en forma unsona, pusieron de manifiesto el progresivo incremento del "STATUS" econmico de RAMON CARMONA VASQUEZ en virtud del ejercicio de la profesin de abogado especialista en la rama del Derecho Penal y con base a las abundantes relaciones personales que tena para el momento de su fallecimiento. Que esto qued demostrado con las declaraciones firmes y contestes, rendidas por los diversos deponentes en la etapa probatoria. Que las exposiciones absolutamente consolidadas de aquellos que declararon en la casa de marras, no fueron desvirtuadas en la fase demostrativa del juicio, por lo que su manifestacin se mantiene estructuralmente imperturbable. A decir de los demandantes, de esta forma habra quedado demostrado lo siguiente: 1.- La personalidad descollante de RAMON CARMONA VASQUEZ, quien se distingui como profesional del Derecho en la rama penal. 2.- Que el ejercicio de la profesin, le proporcion cuantiosos honorarios profesionales a RAMON CARMONA VASQUEZ, representados en ingresos econmicos sustanciosos, debido a su gran capacidad intelectual y laboral. 3.- Que las expectativas de seguir percibiendo elevados honorarios fueron truncadas por el artero asesinato de que fue vctima a manos del Grupo G.A.T.O., quienes eran funcionarios dependientes de la Repblica de Venezuela. Igualmente, los demandantes exponen que: dada la concordancia existente entre las deposiciones de los testigos promovidos y evacuados y las caractersticas personales de cada uno de ellos, profesionales del derecho, banqueros, jueces, fiscales del Ministerio Pblico, cientficos, etc., incluido el "MODUS VIVENDI" de cada uno, la prueba en cuestin debe examinarse y valorarse conforme a la regla contenida en el artculo 508 ibdem, y as debe establecerlo esa Ilustre Sala al sentenciar, por ser de estricto derecho; as con todo respeto llamamos la atencin del sentenciador sobre un aspecto bastante singular que emerge de las contadas intervenciones efectuadas por la representacin de la demandada, en el sentido de que al haber preguntado a varios de los declarantes, sistemtica y uniformemente si a dichos testigos les constaba que RAMON CARMONA hubiere hecho algn postgrado, interrogacin esa que consideramos abiertamente impertinente toda vez que ninguno de los deponentes fue requerido en este sentido por la parte que los promovi, y porque adems y en todo caso, la falta presunta de tal postgrado de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia podra minimizar aquel slido prestigio profesional del cual gozaba la vctima al momento de su muerte, bien ganada por su recto proceder en el ejercicio de su profesin y en sus relaciones humanas. En el mismo contexto de exaltar la capacidad profesional y solvencia econmica del ciudadano Ramn Carmona Vsquez, la parte demandante expresa que, igualmente, promovieron prueba instrumental que acredita la propiedad que detentaba RAMON CARMONA sobre el inmueble que le serva de hogar a l y a su grupo familiar, aspecto ste que tiene relevancia como soporte para acreditar el incremento progresivo del caudal econmico de RAMON CARMONA y que pone de manifiesto la posicin que en este norte ya ocupaba para el momento de su muerte, documento aquel que debe examinarse y valorarse conforme a las normas de los artculos 1.357 y siguientes del Cdigo de Procedimiento Civil, en armona con el artculo 507 ejusdem; as con todo respeto pedimos que lo determine esa Suprema Sala al sentenciar, por ser de rigurosa justicia. Que as mismo promovieron la prueba del movimiento migratorio de RAMON CARMONA VASQUEZ, no obstante se expidi, solamente, parte de ste y, pasaporte que le haba otorgado la Direccin Nacional de Identificacin, donde constan los frecuentes viajes al exterior que dicho ciudadano haba efectuado en el lapso de algunos aos, instrumentos estos que tienden a demostrar, complementariamente, la capacidad econmica de que gozaba el citado RAMON CARMONA VASQUEZ antes de su muerte, prueba documental sta que califica como elemento probatorio indubitable por mandato del artculo del Cdigo Civil con la fuerza probatoria que le otorga el artculo 1.360 ejusdem, cuya calificacin de prueba instrumental determinante, se le otorga el artculo 1.356 ibidem, normas sta de valoracin que deben aplicarse por mandato del artculo 507 del Cdigo de Procedimiento Civil, y as debe establecerlo esa Honorable Sala al sentenciar por ser de estricto derecho. Que adems promovieron la copia certificada de la declaracin sucesoral de los bienes quedantes al fallecimiento de RAMON CARMONA VASQUEZ, que evidencia sin lugar a dudas, la capacidad econmica de que disfrutaba para la fecha de su muerte, todo adquirido como consecuencia de su ejercicio profesional, valoradas de conformidad con lo establecido en los artculos 1357 y 1360, ambos del Cdigo Civil, en relacin con el artculo 507 del Cdigo de Procedimiento Civil. En relacin con las pruebas, que segn la parte actora, acreditan que, asimismo acompaaron al libelo y la hicieron valer, copia certificada de la sentencia definitivamente firme dictada en la causa criminal que se le sigui a Funcionarios Policiales dependientes del Estado Venezolano, con motivo del asesinato de RAMON CARMONA VASQUEZ, en cuya decisin, con eficacia de cosa juzgada formal y material, qued establecida tanto la autora intelectual como material de los encausados, respecto del citado asesinato, hecho todo de singular y relevante importancia por cuanto constituye el nexo de las relacin de causalidad entre el hecho generador del dao, su autora y el dao mismo, cuyos efectos se producen por mandato del artculo 273 del Cdigo de Procedimiento Civil, en concordancia con el pargrafo tercero del artculo 1.395 del Cdigo Civil, y en virtud de ello la expresada prueba debe examinarse y valorarse en funcin de las reglas contenidas en las normas de derecho antes citadas y a tenor de lo establecido en el artculo 507 del Cdigo de Procedimiento Civil. Que tambin hicieron valer como prueba un casette contentivo de la entrevista efectuada por el periodista HUMBERTO ZARRAGA a RAMON CARMONA VASQUEZ, en el programa que el primero difunda por la Emisora Radio Tiempo, distinguido como "El Personaje de la Semana", a cuyo programa eran citados aquellos personajes que en determinado momento constituan un factor de inters para la opinin pblica, con cuya prueba abundamos sobre la fama profesional de la cual gozaba el abogado RAMON CARMONA VASQUEZ y demostrando un elemento ms de la enemistad existente entre ste, MANUEL MOLINA GASPERI y el Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, cuya acreditacin deviene del mismo hecho de haber sido llamado o requerido en el expresado programa radiofnico, prueba esta que no obstante est contenida en un medio mecnico, sin embargo fue objeto de ratificacin en el juicio por mandato del propio Juzgado de Sustanciacin de esa Ilustre Sala, de manera que a dicha prueba debe aplicrsele por analoga la regla de valoracin contenida en el artculo 431 del Cdigo de Procedimiento Civil, al haberse producido aquella ratificacin, armonizada dicha norma, por analoga con el artculo 503 ejusdem, analogas ambas que se aplican por mandato del artculo 395 ibidem y cuyo valor debe acogerse segn las reglas del artculo 507 del Cdigo adjetivo in comento; as debe apreciarlo esa Suprema Sala al sentenciar por ser de rigurosa justicia. Que en el citado escrito, se promovi el movimiento migratorio de RAMON CARMONA VASQUEZ y su grupo familiar, constituido por su esposa e hijos, constante de los ltimos diez (10) aos con respecto a los viajes realizados por ellos al exterior, esto con el fin de abundar la prueba de la capacidad econmica de la cual gozaba ese grupo de personas, que debe valorarse en su eficacia, por reunir los requisitos exigidos en el artculo 1357 del Cdigo Civil y sentir los efectos que le atribuye el artculo 1360 ejusdem, concordados ambos con el artculo 1356 ibidem, valoracin que se produce por mandato del artculo 507 del Cdigo de Procedimiento Civil, y as con todo respeto solicitamos lo aprecie esa Ilustre Sala al sentenciar por ser de derecho y justicia. Que con fundamento en el artculo 433 del Cdigo de Procedimiento Civil, se promovi prueba de informacin requerida a la Oficina Central de Estadstica e Informtica (O.C.E.I.), a los fines de que este organismo suministrara la determinacin referente al promedio de vida del venezolano tipo, nacido en el ao 1942. Esta prueba informativa es de incuestionable importancia, determinante para la litis propuesta, toda vez que de ella debe establecerse la expectativa de vida y por va de consecuencia, evidente productividad, del abogado RAMON CARMONA VASQUEZ, esa expectativa la fij el ente oficial en un periodo de veinte (20) aos que malamente se le rest a quien se encontraba en la plenitud de su produccin intelectual, que traduca una amplia forma profesional y una indiscutible base generadora de proventos econmicos, prueba radical sta que constituye el fundamento de clculo de los daos materiales reclamados en su reparacin, toda vez que el ncleo familiar directo de la vctima integrado por su esposa y tres (3) hijos menores para la poca, qued evidentemente privado del caudal pecuniario que pudo haber generado mediante el ejercicio de dicho grupo. Esta prueba de capital importancia, debe su legitimidad a lo pautado en el artculo 433 del Cdigo adjetivo y debe ser examinada y valorada atendiendo a su condicin de una presuncin consolidada, al no haber sido desmentida en juicio, y que se debe al enlace de naturaleza ontolgica entre un hecho material y una observacin y experiencia de ndole cientfica, que indudablemente permite establecer aquella expectativa de vida y produccin que antes citamos, cuya calificacin jurdica se debe al postulado del artculo 1.394 del Cdigo Civil y su valoracin corresponde a lo establecido en el artculo 1.399 ejusdem, y en virtud de la aplicacin del artculo 507 del Cdigo de Procedimiento Civil; as con igual respecto solicitamos que se declare en la sentencia por ser de estricta justicia. Que, igualmente, promovieron a los fines de abundar aun ms sobre la capacidad econmica de RAMON CARMONA VASQUEZ, el saldo bancario del matrimonio CARMONA JORGE, correspondiente a las cuentas corrientes que ambos haban abierto en la Oficina Principal del Banco del Caribe, signadas con los Nros. 150-0-147683, 180-0-31504 y 180-1- 54672, respectivamente, la cual fue solicitada por la va informativa establecida en el artculo 433 del Cdigo de Procedimiento Civil, valorada de conformidad con el artculo 507 ejusdem. Que tambin promovieron la prctica de una experticia a fin de que se determinase con base a las pruebas consignadas y evacuadas, el ingreso dinerario promedio que dej de percibir el abogado RAMON CARMONA VASQUEZ entre 1978, fecha de su muerte y 1998, cuando introdujeron el antejuicio administrativo. Esta prueba arroj la cantidad de NOVECIENTOS TREINTA MILLONES DOSCIENTOS SETENTA Y NUEVE MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y UNO CON SESENTA Y SIETE CENTIMOS (Bs. 930.279.451,67). Dicha prueba debe ser valorada de conformidad con lo establecido en los artculos 451 y siguientes, 506 y 507 del Cdigo de Procedimiento Civil, en relacin con los artculos 1.422 y siguientes del Cdigo Civil. Que solicitan a esta Sala ordene practicar una experticia complementaria del fallo, a fin de reajustar esta cantidad a los niveles econmicos a la fecha de la decisin. Dejaron constancia expresa de que la representacin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, nunca impugn la experticia consignada. Por otra parte, los demandantes expresan que al margen de lo expuesto se permiten pronunciarse sobre dos pruebas importantes contenidas en el legajo probatorio que produjeron oportunamente y que evacuadas como fueron, las mismas deben articularse para la adecuada estructuracin del dao material causado por el acto ilcito criminal y la cuanta de dicho dao; tales pruebas son la informacin de expectativa de vida dimanada de la Oficina Central de Estadstica e Informtica (O.C.E.I.) y la experticia contable que no fue impugnada en ninguna forma de derecho como antes se dijo, ello tomando en consideracin la prueba que conden a los agentes autores del referido ilcito criminal, constituido por funcionarios policiales adscritos al Estado Venezolano, cuya prueba deriva del poder probatorio que emerge de la cosa juzgada penal, la cual se acredita en virtud de la determinacin contenida en el artculo 1396 del Cdigo Civil. Conforme a todo este desideratum contenido en el presente captulo, estimamos haber acreditado con amplitud las caractersticas propias del hecho ilcito que amerita reparacin y que consiste en: 1. El agente autor de hecho ilcito; 2. La Intencionalidad; 3. La relacin de causalidad entre los citados aspectos con el hecho propiamente dicho (asesinato de una persona); y 4. La magnitud del dao causado. Continan los demandantes expresando que la consignacin de todos esos elementos se subsume en los postulados del artculo 1.185 del Cdigo Civil, del cual deriva igualmente la obligacin de reparar, y sirve de fundamento tambin a la obligacin de resarcir igualmente en los trminos del artculo 1.196, ejusdem, pues de un simple y sencillo razonamiento lgico formal, se pone de evidencia el dolor que sufren los familiares directos de la vctima de un homicidio, que en el caso que nos ocupa se encuentra en razn a la minoridad de los hijos dejados por el difunto RAMON CARMONA VASQUEZ, al tiempo de su asesinato, situacin esta ltima que tiene una clara y directa incidencia en la salud psquica de su vida y sus menores hijos, quienes se obligaron a desarrollarse sin la asistencia afectiva de su legtimo padre lo cual constituye un innegable factor de dolor moral. Que, asimismo, promovieron como prueba documental, un recibo de honorarios profesionales pagando la cantidad de CIENTO VEINTE MIL BOLIVARES (Bs. 120.000,oo) emitido por la Entidad Mercantil GALIPAN, C.A., como culminacin de una cuenta de mayor suma que ascenda a la cantidad de TRESCIENTOS MIL BOLIVARES (Bs. 300.000,oo). Dicho recibo fue ratificado por el Ingeniero HUGO NEGRETE, en representacin de la citada Empresa, en la etapa de evacuacin de pruebas, demostrndose, indudablemente, los altos ingresos que perciba el abogado RAMON CARMONA VASQUEZ en el ejercicio de su profesin. Dicho recibo no fue impugnado en su contenido o desconocido en su firma, por lo que debe otorgrsele su pleno valor de conformidad con lo establecido en el artculo 431 en relacin con el 506 y siguientes, todos del Cdigo de Procedimiento Civil. Por otra parte, los actores mencionan que en base a las consideraciones contenidas en reciente Jurisprudencia dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, extrada de INTERNET, en la direccin www.tsj.gov.ve, de fecha quince de marzo de dos mil (2000) expediente N 146 Magistrado Ponente: JESUS EDUARDO CABRERA ROMERO, la cual acompaa(n) al presente escrito, se precisa que, las informaciones aparecidas en los diversos medios de comunicacin masiva de carcter publicacional, constituyen, evidentemente, un hecho pblico y notorio, por lo que, en uso de las facultades que nos concede la citada decisin, consignamos, constante de SETENTA Y SEIS (76) FOLIOS UTILES, un conglomerado sustancial de informaciones de prensa, publicadas, entre otras, a lo largo del proceso, en las cuales se detalla la participacin directa en el homicidio de RAMON CARMONA VASQUEZ de miembros, para la poca, del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, adscritos activamente a varias de sus divisiones, cometido en las circunstancias debidamente probadas en el decurso de la presente causa. Finalmente, los demandantes sealan que todo qued demostrado y que as consta en autos, por lo que solicitan a esta Sala se declare con lugar la demanda con todos los pronunciamientos de ley. VI INFORME PARTE ACCIONADA
Por su parte, la representacin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, en su escrito de informes fundamentalmente reitera textualmente lo que expusiera en su escrito de contestacin de la demanda lo cual se circunscribe, en primer lugar, a exaltar que, en su criterio, en el presente caso ha operado la prescripcin de la accin civil; que, por otra parte, la demandante no acredit haberse cumplido el antejuicio administrativo dispuesto en la Ley Orgnica de la Contralora General de la Repblica, requisito este previo de necesario cumplimiento para que pueda ser intentada una demanda contra la Repblica, por lo que a tenor de lo establecido en el artculo 36 de la referida Ley, en concordancia con lo dispuesto en el artculo 84 de la Ley Orgnica de la Corte Suprema de Justicia, la demanda no debe ser admitida. Finalmente, en caso de que ninguno de los anteriores argumentos los apreciare esta Sala, alegan que en el caso sub examine, queda excluida la responsabilidad patrimonial de la Repblica Bolivariana de Venezuela, por cuanto, en su criterio, qued demostrado que se trata de una responsabilidad personal de los funcionarios pblicos que cometieron el hecho delictivo, que excluye a la del Estado. De lo expuesto, en tal sentido, en el escrito de informes presentado por la Procuradura General de la Repblica, cabe destacar lo siguiente: En cuanto a la prescripcin, se desprende de la exposicin de la representacin de la Repblica que, segn lo establecido en el Cdigo Civil (artculos 1.952, 1.967, 1.969 y 1.977), en concordancia con los artculos 30 y siguientes de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, debe entenderse que para el caso particular de las acciones que se ejercen contra la Repblica, la prescripcin se interrumpe con la debida interposicin del antejuicio administrativo y, en su defecto, con la interposicin de la demanda (se refieren a la accin penal) y su registro ante la Oficina Subalterna de Registros, y cuando ya hubiere sido citado al demandado, con la orden de comparecencia. En tal sentido, seala la representacin de la Repblica que en el presente caso, oper indefectiblemente la prescripcin de la accin civil, por cuanto no existen pruebas en contrario de que en el caso que nos ocupa se ejerci dentro de los lapsos establecidos en el artculo 1.977 del Cdigo Civil, por lo cual, solicit a este honorable Tribunal Supremo declare la Prescripcin de la presente accin civil en la presente causa. En relacin con el antejuicio administrativo previo, de lo que reitera en su exposicin la representacin de la Repblica, se destaca que seala, que el artculo 36 de la Ley Orgnica de la Contralora General de la Repblica constituye una de las prerrogativas de la Repblica, cuyo procedimiento tiene por finalidad evitar la instauracin de procesos contra la Repblica sin el conocimiento adecuado por parte de sta, de las pretensiones de los demandantes. Razn por la cual al no haberse cumplido con el antejuicio administrativo previo, procede la prohibicin de admitir la accin propuesta a tenor del ordinal 5 del artculo 84 de la Ley Orgnica de la Corte Suprema de Justicia. En relacin con la situacin de fondo que se debati en el juicio, como se expres, la representacin de la Repblica reitera textualmente casi todo lo que seal en su escrito de contestacin de la demanda, aadiendo algunas particularidades que, en su criterio, se desprendieron del juicio, de lo que destaca lo siguiente: Que la parte actora expuso que en el ao de 1976 se enfrentan RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ y MANUEL MOLINA GASPERI, como consecuencia de un problema surgido con sus cuados MARCELO JAIMES RAMIREZ Y GEORGINA JORGE DE JAIMES, quienes eran funcionarios del Cuerpo de Polica Tcnico Judicial y a quienes el Director de ese Cuerpo Policial Manuel Molina destituy arbitrariamente. Que igualmente exponen los apoderados de los demandantes, que en el transcurso de su actividad profesional se produjeron mltiples roces entre RAMON CARMONA VASQUEZ y MOLINA GASPERI, acarreando tal situacin que, el primero de los nombrados, fuese declarada persona no grata dentro del medio de la Polica Tcnica Judicial, tratando, inclusive, de prohibrsele la entrada a la Sede del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial. Que tambin es digno destacar, que los apoderados de la parte Actora consignaron al libelo de la demanda, la sentencia dictada por el Juzgado Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, en fecha 4 de enero de 1990, mediante la cual condenan a los procesados XAVIER JESUS ANUEL PACHECO y PABLO JOSE DIAZ MARTINEZ, ambos por el delito de Homicidio Calificado con Alevosa y por Motivos Ftiles, a cumplir la pena principal de veintin (21) aos y nueve (9) meses de presidio al primero de los nombrados y catorce (14) aos y nueve (9) meses de presidio al segundo procesado mencionado. Demostrndose de esta manera que los mencionados acusados tomaron la justicia por su propia cuenta, como es del conocimiento de los apoderados judiciales de la parte actora. Que igualmente es destacable, que el articulado que conform la Constitucin de 1961, fue el que se aplic al momento de la contestacin de la demanda, y en la de 1999 vigente en la actualidad, el Legislador no ordena a los funcionarios de la administracin pblica aplicar el ajusticiamiento como normativa, por tal hecho, fueron castigados a presidio, como se demuestra en la sentencia consignada por la parte actora. Que la parte actora basa su pretensin conforme al numeral 1 del artculo 19 del Cdigo Civil, que establece que la Administracin Pblica est integrada por un conjunto de personas jurdicas entre las cuales se encuentra la Repblica. Asimismo determinan, que cuando la Repblica, a travs de quienes la representan, con intencin, por imprudencia, negligencia, omisin o inobservancia de las leyes, rdenes o reglamentos, causan un dao a una persona, deben responder (la Repblica) por los daos causados. En este sentido, hace mencin del artculo 47 de la Constitucin Nacional de 1961 que expresa lo siguiente: En ningn caso podrn pretender los venezolanos ni los extranjeros que la Repblica, los Estados o los Municipios les indemnicen por daos, perjuicios o expropiacin que no haya sido causados por autoridad legtima en el ejercicio de su funcin pblica.
Que en cuanto a la Responsabilidad Patrimonial del Estado, el artculo 140 de la Constitucin Bolivariana de Venezuela de 1999, expresa:
El Estado responder patrimonialmente por los daos que sufran los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesin sea imputable al funcionamiento de la Administracin Pblica.
Que los demandantes expresan que el delito de homicidio calificado perpetrado en la persona de RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, fue cometido por funcionarios pblicos adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, refirindose a los ciudadanos XAVIER JESUS ANUEL PACHECO y PABLO JOSE DIAZ MARTINEZ. Que as mismo los demandantes exponen, que igualmente participaron en el referido homicidio, en calidad de cmplices los ciudadanos JESUS ENRIQUE VILLARROEL y DOMINGO SANCHEZ SANCHEZ y que todas estas personas, actuaron bajo las ordenes del ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI, quien era para ese momento el Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial. Que dicho lo anterior, la parte actora establece que la responsabilidad de la Repblica es cuestionable, por cuanto todos los funcionarios que participaron en el delito cometido en la persona del occiso RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, fueron designados por el ejecutivo Nacional por rgano del Ministerio de Justicia (hoy Ministerio del Interior y Justicia), de conformidad con lo establecido en los artculos 13 y 15 de la Ley de Polica Judicial. Expresado lo anterior por la representacin de la Repblica, sta precisa que es improcedente la pretensin mediante la cual se exige la responsabilidad civil compleja de la Republica, por cuanto: Que de los hechos descritos por los apoderados judiciales de la parte actora, se evidencia notoriamente que entre los ciudadanos MANUEL MOLINA GASPERI y RAMON CARMONA VASQUEZ, ambos de profesin abogados, exista enemistad visiblemente pblica, debido a numerosas circunstancias extensamente sealadas en las copias certificadas de las sentencias dictadas por los Tribunales Penales y consignadas por la parte actora en su oportunidad. Que es bueno acotar, que segn la parte actora, esta enemistad ostensible fue el motivo por el cual el ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI, organiz un operativo policial con miembros del extinto Grupo de Apoyo Tctico Operacional (G.A.T.O.), con la finalidad de asesinar al hoy occiso Ramn Carmona Vsquez. Que ahora bien, el fundamento jurdico de la presente pretensin descansa principalmente en el artculo 1.191 del Cdigo de Civil, que expresa que los dueos y los principales o directores son responsables del dao causado por el hecho ilcito de sus sirvientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado. Que los apoderados de la parte actora se fundamentan en la pretendida responsabilidad civil extracontractual del Estado, derivada de un delito cometido por funcionario pblico. Que a los efectos de determinar la responsabilidad civil o patrimonial del Estado, de acuerdo a lo estipulado en los artculos sealados supra, es requisito indispensable que el hecho ilcito que se imputa a la administracin, hubiere sido cometido por funcionarios pblicos en ejercicio de sus atribuciones, vale decir, que el particular que haya sufrido una lesin de sus situaciones jurdicas subjetivas no podr pretender que el Estado le repare los daos causados, cuando los hechos ilcitos hayan sido ejecutados por las personas que ejerzan cargos pblicos desprovistos de la cualidad de funcionarios, esto es, no encontrndose en el ejercicio de las funciones que la Ley le atribuye. Que la logicidad de este supuesto establecido por el constituyente a primera vista es aparente. Pues resulta adecuado pensar que los actos personales del funcionario no pueden ser imputados al Estado. Que la responsabilidad patrimonial de la Repblica no puede extenderse, cuando el hecho generador del dao cuya indemnizacin se reclama, fue cometido al margen de la actividad desempeada por el o los funcionarios pblicos que lo causaron, ms an, si dicho hecho est inspirado por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares. Que de manera tal, que para que se configure la responsabilidad patrimonial del Estado por las faltas cometidas por sus dependientes es necesario: Que el hecho generador del dao sea ocasionado por organismo o funcionario competente. Que el funcionario competente hubiera actuado dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de su funcin pblica especfica. Que en el presente caso, resulta indispensable determinar entonces, si el hecho generador del dao fue ocasionado por funcionarios competentes, actuando dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de su funcin pblica especfica. Que en este sentido se observa, que el hecho generador fue cometido por funcionario adscrito al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, Direccin del Ministerio de Justicia, la cual, adems de las funciones que ejerce como rgano auxiliar en las investigaciones sumariales de los delitos de accin pblica (artculo 74 al 75K del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal), de acuerdo con el artculo 23 de la Ley de Polica Judicial (vigente para la fecha), dicho rgano tena atribuidas las siguientes competencias: `1 Cooperar en la vigilancia y control de vagos y maleantes, de conformidad con la Ley que rige la materia... 2 Auxiliar accidentalmente a los servicios policiales de la nacin, de los Estados y de las Municipalidades a fin de reforzarlos cuando resulten insuficientes para mantener el orden pblico. 3 Auxiliar de las autoridades competentes en la vigilancia y control de extranjeros; 4 Funciones de prevencin de los delitos comunes, especialmente para impedir delitos contra las personas y la propiedad, la distribucin y consumo de estupefacientes; prostitucin, la corrupcin y trfico de menores; 5 Las dems que le atribuyen las Leyes.
Que asimismo, la Ley de Polica Judicial estableca en su ordinal 7mo., artculo 8 para el momento de cometerse el crimen:
Los funcionarios o empleados pblicos que en el ejercicio de sus funciones de investigacin, examen o control, que les asignan las Leyes, verifiquen o descubran la comisin de hechos punibles. Las actuaciones de dichos funcionarios o empleados se limitarn a las que sean inherentes al servicio que presten.
El ordinal 4 del artculo 22 de la Ley mencionada estableca como atribuciones de la polica para el momento de la insercin de la demanda: `Funciones de prevencin de los delitos comunes, especialmente para impedir delitos contra las personas y la propiedad.... Que igualmente, es bueno acotar, que la Ley de Polica Judicial establece a los funcionarios pblicos las pautas necesarias para llevar a cabo sus funciones y en ningn caso ordena quitar la vida a ningn ciudadano nacional ni extranjero, como pretende hacer creer la parte demandante. Que de lo anterior se evidencia, que no es competencia del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, ni mucho menos una funcin inherente a su actividad, la organizacin de operativos policiales con la finalidad de asesinar personas, tal como lo aseveran los apoderados Judiciales de la parte actora, por ello, mal puede esos funcionarios adscritos para aquel entonces a dicho organismo haber actuado dentro del radio de sus atribuciones legales. Que adicionalmente, en la sentencia definitiva se establece claramente la calificacin del delito como "HOMICIDIO CALIFICADO CON ALEVOSIA Y POR MOTIVOS FUTILES", lo que significa, que dichos ex funcionarios, actuaron de manera innoble, movidos por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares, de manera que su actuacin encuadra dentro de las denominadas "faltas imputables a los funcionarios", y no a la administracin, por cuanto fue cometida en circunstancias extraas al ejercicio de sus funciones pblicas. Que de lo antes expuesto, se colige claramente la ausencia de existencia de Responsabilidad Patrimonial de la Repblica Bolivariana de Venezuela, a consecuencia del homicidio del ciudadano Ramn Carmona Vsquez y as solicito sea declarado por este Tribunal Superior(sic) de Justicia. Que para el caso negado que se desestime el anterior alegato. Paso a desvirtuar, las pretensiones de los demandantes de la siguiente manera. Que en este mismo sentido en sentencia la Corte Suprema de Justicia (hoy Tribunal Supremo de Justicia), con ponencia de la Dra. Hildegard Rondn de Sans, en el juicio de Kirsy Henrquez Franco contra la decisin del Consejo de la Judicatura del 23 de enero de 1990, en el expediente N 14.266, sentencia N 788, de fecha 19 de noviembre de 1998: Que este criterio ha sido acogido por la jurisprudencia patria, al sealarse: ...el vicio de abuso de poder consiste en que el funcionario en su actuacin rebasa la norma que le atribuye la competencia es decir existe una ilegalidad material;....
Que la Repblica Bolivariana de Venezuela no tiene responsabilidad patrimonial en el acto llevado a cabo por el entonces director de la Polica Tcnica Judicial, por encontrarse viciado de abuso de poder, por cuanto en su criterio el entonces director de ese organismo actu con la finalidad distinta a la de asegurar la vida de los ciudadanos, por cuanto el funcionario en su actuacin rebas la norma que le atribuye la competencia es decir, una ilegalidad material y la misma se encuentra probada, debido a que las actuaciones del director para ese entonces de la Polica Tcnica Judicial son diferentes a las previstas por la norma que rige el Organismo y establecidas en la Constitucin y dems Leyes de la Repblica. Que por cuanto, el ciudadano Manuel Molina Gasperi actu en forma personal, tal y como lo exponen los apoderados de la parte actora en el escrito de la demanda, que entre el occiso y el homicida exista enemistad conocida pblicamente, desvirtuando de esta manera las pretensiones de los demandantes y as lo confirma la sentencia dictada por el Juzgado Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda. En orden a lo antes expuesto y con carcter de conclusin, la representacin de la Repblica finalmente expresa: Que de las pruebas presentadas por la demandante se desprende que sta pretende escudar la responsabilidad particular de los homicidas en responsabilidad del estado, cuando estos actuaron de manera innoble, movidos por la malevolencia, el deseo de venganza o por pasiones o debilidades similares, de manera que sus actuaciones encuadran dentro de las faltas imputables a los funcionarios y no a la administracin, por cuanto fueron cometidas en circunstancias ajenas al ejercicio de las funciones pblicas. Que al respecto, sin haber aportado algn hecho o circunstancias, sobre el cual apoye de manera cierta y contundente la que dice ser la realidad fctica de los apoderados Judiciales de la parte actora, y de la suya propia, sin mayor abundamiento debemos concluir que los mismos argumentos por nosotros utilizados para desvirtuar los esgrimidos por la parte actora sirven de fundamento para desvirtuar los de la parte actora. Que por todos los alegatos anteriormente expuestos, solicita de esta Sala se sirva declarar PRESCRITA la accin tal y como lo establece el artculo 1.977 del Cdigo Civil; INADMISIBLE en razn del carcter de orden pblico del procedimiento administrativo previo que prev la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, tal y como lo presupone el artculo 212 del Cdigo de Procedimiento Civil; y SIN LUGAR por el abuso de poder esgrimido por los homicidas en contra del occiso RAMON CARMONA VASQUEZ, por cuanto contravienen las disposiciones consagradas en la Constitucin y las dems Leyes de la Repblica.
VII CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
A) Puntos Previos 1) De la Prescripcin de la Accin Civil
Alegada por la representacin de la parte demanda, la prescripcin de la accin civil en el presente juicio, la Sala pasa a pronunciarse al respecto en los siguientes trminos: Desde tiempos pretritos se ha pregonado reiteradamente el principio de la autonoma que goza el derecho administrativo frente al derecho comn (civil, penal, mercantil, etc.). No obstante, de manera regular se reconoce la necesidad que aquel no pocas veces, tiene que orientarse y asistirse de los principios y preceptos que regulan al derecho comn. Tal principio permite sealar para los casos como el que nos ocupa, que no puede establecerse rigurosa conexin entre las particularidades que enmarcan a las demandas entre los particulares y aquellas que se interpongan contra las Administraciones Pblicas; es decir, no puede drseles idntico tratamiento, siendo que en las ltimas -las demandas contra los entes pblicos- existe un evidente inters pblico involucrado, que amerita la aplicacin del rgimen jurdico especial, el del derecho administrativo, y su trmite ante una jurisdiccin especializada, la contencioso-administrativa. No puede darse entonces estricta aplicacin a los preceptos que sobre la materia tiene el derecho comn (en nuestro caso las desprendidas del Cdigo Civil, el Cdigo Penal y el Cdigo Orgnico Procesal Penal) sino que deben, a falta de regulacin expresa en materia contencioso administrativa, adminiculando aquellos preceptos, drseles la debida armonizacin y adecuacin a las realidades que envuelven a la materia de la responsabilidad administrativa por hechos ilcitos tipificados penalmente, cometidos por sus agentes en el ejercicio de sus funciones. Mencionado a titulo introductivo lo anterior, menester es hacer hincapi, tal como las partes lo definieron en la litis, que el tema evaluado se contrae en concreto: a la responsabilidad patrimonial extracontractual de las Administraciones Pblicas, por los daos antijurdicos consecuencia de la accin delictiva de los agentes pblicos en el ejercicio de sus funciones. La precisin reseada tiene importancia suma en el examen que debe operar sobre el tema de la prescripcin que prima facie nos ocupa, en razn de lo siguiente: a) El tratamiento jurdico (sustantivo, adjetivo y jurisdiccional) de los ilcitos penales y de la responsabilidad de tal especie, guarda caractersticas propias que lo distinguen de los ilcitos civiles y de la responsabilidad que esta ltima comporta. b) Pero adems, por su parte, la responsabilidad civil que se debate en el derecho comn; es distinta a la que se evala en relacin a la responsabilidad patrimonial (sea contractual o extracontractual) de las Administraciones pblicas. Consecuencia de lo expresado, es entonces, que la responsabilidad civil que es conexa a la penal, debatidas en el derecho comn, es indudablemente distinguible a la responsabilidad patrimonial de las Administraciones Pblicas producto de los daos antijurdicos ocasionados por hechos delictivos (ilcitos penales) realizados por sus agentes (los funcionarios pblicos). No obstante lo expresado, hay que sealar que no existen normas especializadas que en el contencioso administrativo venezolano regulen el tema de la prescripcin de la accin que por responsabilidad patrimonial se instaure contra las Administraciones Pblicas. A fuerza de lo anterior debe el juez contencioso administrativo, como no pocas veces tiene que hacerlo, auxiliarse de normas del derecho comn (en nuestro caso penales y civiles), para orientarse por ellas y armonizarlas con los principios propios del derecho administrativo, a los cuales debe siempre atender. As, al observar el ordenamiento jurdico positivo vigente, tenemos que el Cdigo Penal Venezolano, sobre la materia que examinamos dispone que: Artculo 113.- Toda persona responsable criminalmente de algn delito o falta, lo es tambin civilmente. La responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se extingan stas o la pena, si no que durar como las dems obligaciones civiles, con sujecin a las reglas del derecho civil. Sin embargo, el perdn de la parte ofendida respecto a la accin penal produce la renuncia de la accin civil si no se ha hecho reserva expresa. Se prescribir por diez aos la accin civil que proceda contra funcionarios pblicos por hechos ejecutados en el ejercicio del cargo. (negrilla de la Sala)
Por su parte, el Cdigo Orgnico Procesal Penal (observable en el presente caso a tenor del imperativo constitucional dispuesto en el artculo 24 de la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela: ...Las leyes de procedimiento se aplicarn desde el momento mismo de entrar en vigencia aun en los procesos que se hallaren en curso ...) recepta lo siguiente: Artculo 47. Ejercicio. La accin civil se ejercer, conforme a las reglas establecidas por este Cdigo, despus que la sentencia penal quede firme; sin perjuicio del derecho de la vctima de demandar ante la jurisdiccin civil. Artculo 48. Suspensin. La prescripcin de la accin civil derivada de un hecho punible se suspender hasta que la sentencia penal est firme. Artculo 415. Procedencia. Firme la sentencia condenatoria, quienes estn legitimados para ejercer la accin civil podrn demandar, ante el juez unipersonal o el juez presidente del tribunal que dict la sentencia, la reparacin de los daos y la indemnizacin de perjuicios. Igualmente cabe destacar que el Cdigo Civil establece en su artculo 1977: Todas las acciones reales se prescriben por veinte aos y las personales por diez, sin que pueda oponerse a la prescripcin la falta de titulo ni de buena fe, y salvo disposicin contraria de la Ley.... (Negrillas de la Sala) En particular referencia al artculo 47 del Cdigo Orgnico Procesal Penal, se observa que la inteligencia de esta norma (su espritu, propsito y razn), permite establecer que en materia penal por principio, queda consagrada la prejudicialidad penal, cuando el ejercicio de la accin civil que es conexa con la accin penal conducente, vaya a ser instaurada ante la propia jurisdiccin penal (evidentemente circunscrita a la responsabilidad de personas fsicas). Nomottica que deriva de una sano juicio y acorde metodologa, por cuanto atiende a la regular inherencia que las causas y efectos de una tiene sobre la otra, buscndose la debida uniformidad entre las respectivas decisiones, ms cuando son ventiladas ante la misma jurisdiccin penal. Con lo que la prescripcin de la accin civil tal como lo establece el artculo 48 eiusdem, queda suspendida hasta que la sentencia penal quede firme. No obstante, no se trata de una prejudicialidad general extensible a todo caso, segn lo desprendido de la parte in fine del propio artculo 47 del Cdigo Orgnico Procesal Penal, por cuanto se reconoce la opcin que la vctima tiene de entablar demanda ante la jurisdiccin civil ordinaria, donde el trmite se desarrollar segn los principios, preceptos y tipos que informan a esta ltima jurisdiccin (tribunales civiles). Con lo que sabiamente el legislador no solo ha respetado la voluntad de los particulares, sino adems, los principios universalmente reconocidos de la autonoma existente entre las distintas jurisdicciones. En este caso la Sala considera que en cuanto a la prescripcin de la accin civil, el juez civil atender estrictamente a las normas del Cdigo Civil venezolano (Ttulo XXIV del Cdigo Civil), que en materia de daos y perjuicios slo da cabida a la prescripcin ordinaria de 10 aos (artculo 1.977 Cdigo Civil) y que consagra la figura ya no de la suspensin de la accin civil (tal como se establece en materia penal) sino de la interrupcin de la misma de la forma que ese Cdigo consagra (artculo 1.969 Cdigo Civil). Ahora, si bien en similar contexto los principios que informan al contencioso administrativo en materia de responsabilidad de las Administraciones Pblicas, excluyen con carcter general la prejudicialidad de lo decidido en instancias judiciales del derecho comn, esto es, que las decisiones contenciosas no estn condicionadas por lo decidido por los jueces ordinarios (penales, civiles, mercantiles, etc), y adems, que se puedan por los mismos hechos tramitarse, paralelamente a las pretensiones seguidas ante la jurisdiccin ordinaria, pretensiones ante la contencioso-administrativa, a lo cual es intrnseco que en materia de prescripcin la misma sera independiente para cada caso; tal principio, sin embargo, considera la Sala, encuentra laxitud en los casos, que por su entidad o naturaleza, la determinacin de los hechos que se debaten en la jurisdiccin ordinaria es en alto grado determinante para precisar armnicamente la responsabilidad patrimonial de la Administracin Pblica. Justamente el caso objeto de la presente litis se delinea en tal orden, no porque est expresada la posibilidad (el temor) de decisiones contradictorias, ya que no existiendo prejudicialidad, se excluye tal posibilidad, sino, porque las particularidades que lo definen (en particular la estrecha relacin de causa y efecto que la envuelve), exigen la bsqueda de soluciones armnicas y uniformes que descansen en los ms altos principios constitucionales que enmarcan a la tutela judicial efectiva y, en general, a la seguridad jurdica. Corolario de lo expuesto es que en criterio de esta Sala, a falta como se expres de disposicin expresa en materia de prescripcin dentro del contencioso administrativo, la prescripcin de la accin que por responsabilidad patrimonial de la Repblica se intente como consecuencia del dao antijurdico ocasionado por acciones penalmente enjuiciables cometidas por funcionarios de sta, en presunto ejercicio de la funcin pblica que tenan encomendada, prescribe a los diez (10) aos, contados a partir de la fecha en que se cometi el delito, pero tal prescripcin se suspende, con la interposicin de la accin penal, hasta que se dicte la sentencia definitivamente firme donde queden establecidos los hechos y tipos delictivos y definidos sus autores (queda as expresada una prescripcin extraordinaria); sin perjuicio que la victima o victimas opten ejercer la accin patrimonial ante una jurisdiccin distinta a la penal antes que sea decidida la accin penal, es decir, ante la civil en caso que se demanden a los funcionarios (persona fsica que presuntamente cometi el hecho), o en los casos como el objeto del presente juicio ante la contencioso-administrativa cuando se demande a las administraciones pblicas, en cuyo caso, en cuanto a la prescripcin, deben seguirse las reglas del Cdigo Civil (prescripcin ordinaria). Solucin, que como claramente se deduce, orientada en lo preceptuado en los artculos 47 y 48 del Cdigo Orgnico Procesal Penal, 113 del Cdigo Penal y 1977 del Cdigo Civil. Adems de lo explicitado, considera la Sala que es inherente a esa justa solucin, el hecho de que no debe establecerse una excesiva y obligante carga sobre los perjudicados por el hecho delictivo, en el sentido que se les fuerce a llevar paralelamente dos juicios, a no ser que el perjudicado as quiera hacerlo (pero en todo caso esa es una opcin para l y no una obligacin). Establecido lo anterior, se observa que en el caso sub litis el hecho que caus el dao antijurdico fue cometido en fecha 28 de julio de 1978, por su parte la accin penal (acusacin) fue ejercida por los aqu demandantes en fecha 6 de noviembre de 1978, con lo que la prescripcin de la accin civil se suspendi desde esta ltima fecha (habiendo solo trascurrido respecto a la misma tres (3) meses y ocho (8) das), hasta que se dict la sentencia penal definitivamente firme en fecha 4 de enero de 1990 por el Juzgado Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, y la interposicin del antejuicio administrativo ocurri en fecha 12 de febrero de 1998, es decir, ocho (8) aos, un (1) mes y ocho (8) das despus, que sumados a los ya transcurridos tres (3) meses y ocho (8) das antes que se intentara la accin penal hace un total de ocho (8) aos cuatro (4) meses y diecisis (16) das. En consecuencia, no habiendo transcurrido los diez (10) aos sealados, en el presente caso no existe prescripcin de la accin que por responsabilidad patrimonial de la Repblica se ha intentado como consecuencia del dao antijurdico ocasionado por funcionarios de sta, en presunto ejercicio de la funcin pblica que tenan encomendada. 2) Del Antejuicio Administrativo: La representacin de la Repblica en su escrito de informes aleg: En este caso en particular se observa la falta de cumplimiento del antejuicio administrativo previo en el artculo 30 de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica cuando la demandada es la Repblica y este funciona como requisito de admisibilidad de la demanda...a este respecto, cuando el actor omite demostrar junto con su demanda el haber cumplido con los trmites del antejuicio administrativo previo, tal cual lo ordena el artculo 30 de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, en concordancia con el ordinal 5 del artculo 84 de la Ley Orgnica de la Corte Suprema de Justicia.... Al respecto se observa que en el libelo de la demanda incoada contra la Repblica (hoy Bolivariana) de Venezuela, la parte actora seala en los folios 2 y 3, lo siguiente: "...Acudimos ante esa Honorable Sala para demandar, como en efecto lo hacemos, a la Repblica de Venezuela, agotada la va administrativa, segn lo dispuesto en el artculo 30 de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, y conforme al recibo del respectivo escrito, que marcado con la letra "A" se acompaa, por los daos materiales y morales que les fueron causados a nuestros representados con ocasin del Homicidio del Abogado RAMON OSCAR CARMONA VASQUEZ, cometido por funcionario del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, dirigidos por el entonces Director del precitado Cuerpo Policial, MANUEL MOLINA GASPERI, y ejecutado, concatenadamente, para lograr la impunidad del mismo, por varios miembros del precitado organismo, de los cuales resultaron responsables los funcionarios XAVIER DE JESUS ANOUEL PACHECO, PABLO JOSE DIAZ MARTINEZ, JESUS ENRIQUE VILLARROEL RAMOS Y DOMINGO ALFREDO SANCHEZ SANCHEZ, establecindose en igualdad de circunstancias, la participacin directa de los funcionarios, para aqul momento, ISRAEL PINCHEVSKI UZCATEGUI, EUCLIDES JOSE BRICEO FIGUEROA, LUIS ENRIQUE SANDREA BESABE, CARLOS EDUARDO ROA ROA, DIMAS OLIVEROS SIFONTES, RAFAEL ANGEL NUEZ DIAZ, JESUS LORENZO JIMENEZ, NELSON RAFAEL FUENTES TORREALBA, JESUS ANTONIO MENDEZ SANCHEZ Y GILBERTO JESUS CASTILLO...
Adicionalmente, se observa que riela en el folio uno (1) de la primera pieza que contienen los anexos, que la parte actora consign en autos el escrito de la solicitud de antejuicio administrativo ante el ministerio correspondiente (Ministerio de Justicia), encontrndose marcada con la letra "A, y que la misma fue introducida ante tal ministerio en fecha 12 de febrero de 1998, segn sello hmedo de acuse de recibo. Igualmente, es relevante sealar que se observa del escrito de contestacin de la demanda presentado por la representacin de la Repblica, (Folio 553, Segunda Pieza) que seala en las pginas 16 y 17, lo siguiente: En este sentido, es importante destacar que los demandantes interponen el antejuicio administrativo a que se contraen los artculos 30 y siguientes de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica en fecha 12 de febrero de 1998 (y la presente demanda fue admitida por ese Juzgado de Sustanciacin en fecha 18 de junio de 1998) y la causa que supuestamente dara lugar a la indemnizacin de los daos objeto de la presente pretensin, ocurri el 28 de julio de 1978. Ahora bien, desde la fecha que sucedi el delito (hecho ilcito) y la fecha de interposicin del antejuicio administrativo transcurrieron DIECINUEVE AOS, SEIS MESES Y CATORCE DIAS, lo que implica que la presente accin se encuentra prescrita, por cuanto la parte demandante no la interrumpi, interponiendo en el transcurso de los diez aos, a contar desde la comisin del delito, el antejuicio administrativo respectivo (o al menos, registro el libelo de demanda por ante la Oficina Subalterna de Registro, interpuesta ante cualquier Juez, independientemente de su competencia), el cual hubiere interrumpiendo la prescripcin (sic), hasta tanto existiere decisin en lo penal.(Negrillas de la Sala)
Lo antes expuesto fue igualmente reiterado por la representacin de la Repblica en su escrito de Informes en la pgina ocho (8). Luego, es necesario exaltar que la parte actora en el escrito de observaciones a los informes, presentados por la representacin de la Repblica (escrito este ltimo donde fue alegada la causal de inadmisibilidad establecida en el ordinal 5 del artculo 84 de la Ley Orgnica de la Corte Suprema de Justicia: no cumplimiento del procedimiento administrativo previo) menciona expresamente que:
Es oportuno acotar que, el escrito contentivo de la solicitud de antejuicio sealada anteriormente, se introdujo en fecha 12 de febrero de 1998, ante el respectivo rgano administrativo y, la admisin de la demanda se verific el da 18 de junio del mismo ao, es decir, cuatro meses y seis das despus, lo cual es reconocido por la representante de la Procuradura, en el folio 8 de sus informes. Pasaron ms de cuatro meses sin obtener respuesta del Estado. Todo lo anterior demuestra el cumplimiento de todas las evidencias legales. Pues bien, determinadas las situaciones fcticas suficientemente descritas, cumplen indudablemente, con los supuestos del artculo 30 y siguientes de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, cuando se dirigieron por escrito, al Ministerio de Justicia. Despus de agotar los mltiples requerimientos y de habernos entrevistado con el Ministerio de Justicia para la poca. Dr. Hilarin Cardozo, oper el silencio administrativo, por lo cual se asegur la atribucin contenida en el artculo 4to. de la Ley Orgnica de Procedimientos Administrativos y el numeral 5to. del artculo 84 de la Ley Orgnica de la Corte Suprema de Justicia. Lo que seala que la representante de la Procuradura, es el supuesto de que no se haya iniciado el antejuicio administrativo pautado en el artculo 30 de la ley en referencia.
Visto todo lo anterior, considera la Sala que de autos queda evidenciado que la parte actora cumpli con el trmite que le impone el artculo 30 de la Ley Orgnica de la Procuradura General de la Repblica, es decir, present el escrito respectivo (el que contiene la pretensin contra la Repblica) ante el rgano administrativo correcto, Ministerio de Justicia (hoy Ministerio del Interior y Justicia) a fin de dar pie al antejuicio administrativo previo. Ahora bien, no obstante que en autos no est acreditado que se dio lugar al resto del trmite dispuesto en la referida Ley, debi ser la representacin de la Repblica quien tena que demostrar, que de haber sido as, ello fue por causas sobrevenidas imputables al demandante, y que los rganos administrativos s cumplieron con las obligaciones que la Ley les impone. Al no haberlo demostrado de tal forma, se observa de autos que la presente demanda fue incoada el da 18 de junio del ao 1998, es decir, cuatro meses y seis das despus de la presentacin, en fecha 12 de febrero de 1998, del escrito precitado, debe concluirse que oper el silencio administrativo y que s fue llevado a cabo el antejuicio administrativo previo. As se declara.
B) FUNDAMENTOS DE FONDO DE LA PRESENTE DECISIN:
Planteado los trminos de la presente controversia, que se circunscriben a determinar si existe o no responsabilidad extracontractual del Estado (de la Repblica) por los daos antijurdicos consecuencia de hechos delictivos ejecutados por funcionarios pblicos, pasa la Sala a decidir con fundamento en los siguientes razonamientos: Como premisa fundamental se debe exaltar que el tema de la responsabilidad extracontractual de la Administracin Pblica, de manera especial dentro de los temas del derecho administrativo y del desarrollo del sistema jurdico contenciosos administrativo, guarda complejidades de grado sumo y transita en caminos escabrosos que conducen a una diversidad de opiniones o comunidad de posiciones, es decir, jurdicamente hablando, sus principios, teoras y preceptos son mltiples y no siempre uniformes, ya que ello depende de la perspectiva que se tenga, dentro de cada Estado de Derecho, en relacin al SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. La razn, que bien puede ser explicada a travs de la ciencia de la sociologa jurdica, es que lo jurdico responde a las realidades polticas, sociales y econmicas, imperantes en determinada sociedad en un perodo especfico, ms an en cuanto se refiere al tema de la responsabilidad estatal. Realidades ests que en definitiva se proyectan en el estamento jurdico de cada sociedad. Ello se verifica al observar la evolucin que tal instituto ha tenido. Al efecto, slo se recuerda brevemente, sin que sea necesario abundar sobre lo antes sealado ya que ha sido ampliamente exaltado y explicado por la doctrina y la jurisprudencia, fundamentalmente del derecho comparado (sin excluir los aportes de la nuestra), lo siguiente: Partiendo del dogma pregonado en el Siglo XIX en el derecho anglosajn, de un Estado irresponsable; the King can do not wrong: el Rey no puede cometer ilcito; se pas posteriormente al principio de la responsabilidad del Estado por los daos ocasionados por sus funcionarios, atribuido universalmente, como padre de dicho principio, al Consejo de Estado Francs, a raz de sus decisiones en los casos Rotschild (1855), Blanco (1873) y Pelletier (1873). A partir de all, mltiples han sido los criterios y teoras que al respecto se han construido, observndose que en el derecho comparado el cual sin duda es orientador para el del foro, pero que indudablemente responde a realidades distintas al de ste, los criterios que una vez fueron restringidos respecto a la responsabilidad del Estado, han pasado a ser sumamente laxos en los actuales momentos, no slo porque imperan criterios de responsabilidad objetiva, sino, porque reducidos son los limites que a tales criterios se les ha impuesto. En tal marco ya es inveterado el precepto que pregona la sumisin absoluta del Estado al derecho. Ello es incontrovertible dentro de los Estados de Derecho. As, es inherente a tal esencial postulado de los sociedades democrticas, el principio de la Responsabilidad del Estado cuando cause daos a sus miembros. La doctrina seala que los motivos que indujeron a la conversin de la responsabilidad de los funcionarios a la responsabilidad del Estado fue, primariamente, situar a las posibles vctimas frente a un deudor solvente, en pro de la equidad, la seguridad y la justicia. En sus inicios el sistema de responsabilidad de la administracin pblica se configur jurisprudencialmente en base a los criterios de la culpa. As, atendiendo a principios y preceptos de derecho privado (en particular del derecho civil), la responsabilidad del Estado, entendida como indirecta, se fundament en las denominadas culpa in eligendo y culpa in vigilando, es decir, en funcin de la culpa del amo o patrono (en este caso el Estado) en la eleccin o vigilancia de sus criados o dependientes (en este caso de los agentes pblicos). Posteriormente, la precitada teora cede en gran medida (basada exclusivamente en criterios de culpa), en tanto que, por un lado, nicamente opera cuando poda identificarse al funcionario que caus con su actuar el dao antijurdico, mas no cuando dicha individualizacin no es posible (daos annimos), lo cual de manera no poco frecuente ocurre, y por el otro, por cuanto no se ajusta a las realidades que involucra el alto intervensionismo Estatal en las actividades de los particulares y los avances tcnicos que el desarrollo industrial ha supuesto. Esas realidades son un aumento sustancial de los riesgos de causar daos como consecuencia de la prestacin del servicio pblico o de inters pblico, lo cual, a su vez, implica, por una parte, que no sea posible en muchos casos subsumir la actividad daosa a los supuestos o tipos de culpa existentes, y en otras, que la entidad de la cuanta resultante de los daos ilcitos deja en evidencia la exigidad del patrimonio del individuo que produce el dao, para repararlo pecuniariamente. En la medida de los supuestos descritos, el esquema tradicional se hizo insuficiente y fue entendido como inacabado, razn por la cual en la actualidad, atendiendo a principios de derecho pblico, el acento no est en los criterios de culpa, sino en orden de garantizar la reparacin de quien sufre el dao antijurdico, basado en los criterios de falta o falla de servicio e, incluso del riesgo o dao especial (los cuales, a su vez, se fundamentan en los principios de equidad, solidaridad social, igualdad ante las cargas pblicas, o al hecho de la insolvencia del agente pblico para responder al dao), que expresan en alto grado, un sistema de responsabilidad objetiva, es decir, que en menor o mayor medida atienden al dao causado (no obstante que tcnicamente para algunos autores tienen sustanciales diferencias con lo que es responsabilidad objetiva, en tanto que para stos strictu sensu la responsabilidad objetiva supone que siempre se ser responsable, excluyndose as supuestos eximentes de la misma: culpa exclusiva de la victima, hecho de un tercero, la fuerza mayor) y donde la responsabilidad del estado entendida como indirecta pasa entonces a ser directa.. Ahondando brevemente sobre las teoras precedentemente expuestas, cabe destacar en cuanto a la primera de ellas, la que funda la responsabilidad en la falta o falla del servicio, que la falta (la accin o hecho antijurdico) es entendida en un sentido que trasciende a lo subjetivo (criterios de culpa) proyectndose en el hecho objetivo, es decir, el dao antijurdico causado. All la responsabilidad del Estado es con ocasin de un defectuoso funcionamiento del servicio o por la impropia conduccin del mismo. En tal contexto su ratio fundamental es no dejar sin salvaguarda los daos antijurdicos, donde no pueda identificarse al agente (funcionario pblico) causante del dao (daos annimos). En similar contexto se sucede la segunda de ellas, la teora del riesgo, la cual se suma, con carcter excepcional, a la de falta o falla de servicio, es decir, la complementa, a fin de proteger a la victima (reparar el dao sobre ella causado) en aquellos casos donde la teora de la falta o falla de servicio es insuficiente, por no haber quedado de manifiesto el funcionamiento anormal del servicio, aun cuando se ocasion un dao, y donde adems, incluso, en casos de daos ocasionados por causa lcita deben ser reparados y la colectividad debe soportar dicha carga de reparo, en virtud del principio de igualdad ante las cargas pblicas. As, esta teora en grado sumo expresa un sistema de responsabilidad objetiva. Ahora bien, como claramente se observa, la motivacin que dio lugar a esas teoras fue, en el marco del alto intervensionismo estatal, no dejar sin posibilidad de reparacin a la victima en los casos de los denominados daos annimos, es decir, donde no est identificado el funcionario pblico causante del dao, o identificable ste por la insuficiencia de su patrimonio, o incluso en casos de falta impersonal (donde no puede atribuirse a un individuo en especfico, sino al servicio considerado en abstracto). Casos todos en los cuales es insuficiente los criterios basados en la culpa. En suma, su fin no es otro que asegurar la reparacin del dao. Si bien se reconoce la sanidad y pertinencia de estas teoras a fin de atender a los ms altos principios de equidad y justicia, no obstante, en cuanto a sus motivaciones, lo sealado slo expresa una parcela de la realidad. As, no solo cabe la lectura efectuada (si as nicamente se hiciese fuere sesgada), en tanto que desde otro punto de vista ese mismo intervensionismo estatal, que implica un ensanchamiento tal de las actividades que desarrolla el Estado y, consecuencialmente, un aumento muy sustancial de los agentes o funcionarios que participan en la prestacin de los servicios pblicos, supone que no pueda existir un control absoluto de toda la actividad que sus agentes despliegan, ni que por lo tanto el Estado tenga que responder patrimonialmente, sin ms, en todos y cada uno de los casos de daos por aquellos ocasionados. Deben entonces tener dichas teoras sus adecuados lmites que permitan una legtima vlvula de escape a esa responsabilidad Estatal. Es por ello que la responsabilidad administrativa soportada en criterios en alto grado objetivista, como el riesgo excepcional, debe ser interpretada bajo criterios restringidos, a fin de evitar generalizaciones impropias e inconducentes que excluyan los supuestos necesarios eximentes de la responsabilidad, tales como, hecho exclusivo de un tercero, culpa exclusiva de la vctima, fuerza mayor o caso fortuito. Se impone entonces siempre un anlisis guardando la debida ponderacin o prudencia en la aplicacin de la teora del riesgo, con omisin de la falla o falta del servicio, porque si se extiende o exagera en demasa su aplicacin, sin lmites, ello podra conllevar a que la administracin tenga que hacerse prcticamente responsable de todas las situaciones de dao, lo cual como se precisar infra puede establecer una injustificada y excesiva onerosidad sobre la hacienda pblica. Igualmente, an en el marco de los criterios que modernamente imperan en relacin con la responsabilidad del Estado y que como se observ se suceden en amplia garanta de los administrados, sin embargo, no puede establecerse que quede excluida la bsqueda del responsable de ser ello posible, por lo que la responsabilidad subjetiva, basada en la culpa del agente, se mantiene, pero su utilidad o radio de accin se reduce (ms no por ello deja de ser fundamental) a los supuestos de daos ocasionados por la accin personal del agente pblico, es decir, donde quede de manifiesto una completa ruptura de su conexin con el servicio pblico. En tal sentido, lo que se impone no es abandonar por completo los criterios de culpabilidad, ni excluir de lmites a los criterios objetivos, sino yuxtaponer stos con las tendencias modernas, a fin de armonizar el sistema de la responsabilidad de la Administracin Pblica. Surgen as las siguientes precisiones que realiza la Sala: No obstante las exaltadas tendencias de la doctrina moderna, dirigidas a ampliar (algunas veces en extremo) la responsabilidad de la administracin pblica, en garanta de los derechos ciudadanos y basadas en el elemento reparabilidad del dao, abandonndose el elemento culpabilidad; subsisten, acertadamente, los criterios que distinguen la falta personal de la falta de servicio. Ese contexto expresa as, una armnica asociacin o yuxtaposicin de tales criterios o teoras. As, compartiendo con Laferrire cuando expresa: si el acto perjudicial es impersonal, si revela un administrador, un mandatario del Estado, ms o menos sujeto a error, y no al hombre con sus debilidades, sus pasiones, sus imprudencias, el acto es administrativo, mientras, si por el contrario, la personalidad del agente se manifiesta por faltas de derecho comn, por una va de hecho, un dolo, entonces la falta es imputable a l, y no al ejercicio de la funcin pblica; de suyo, el acto o accin pierden su entidad administrativa. Se impone, por lo tanto, para establecer la sealada diferencia, explorar la voluntad, incluso el nimo (actitud subjetiva) del agente pblico al momento de ejecutar el hecho (su accin), y si en esta prevalece la intencin daosa, el propsito delictivo, la falta es personal. No puede, en consecuencia, dejar de advertirse que la administracin pblica realiza las funciones que le son inherentes a travs de personas naturales, que no en pocas oportunidades actan bajo el impulso de lo que ordinariamente se denomina bajas pasiones, cometiendo hechos ilcitos; valindose incluso de los poderes y ventajas inherentes a su carcter de agentes pblicos para cometer esos actos delictivos, en relacin con los cuales en multiplicidad de oportunidades, la administracin pblica permanece ajena. En este marco, estima la Sala, que si al cometer su accin el funcionario pblico ex profeso utiliza los medios administrativos puestos a su alcance para alcanzar un beneficio particular, saciar una venganza personal y no servir a la finalidad pblica, la falta ser siempre personal. La falta personal entonces se evidencia, al quedar apartada la accin del funcionario de la prestacin del servicio pblico. Es lo que la doctrina, en especial la francesa, ha catalogado como falta extrafuncional: el agente pblico acta por fuera de la funcin pblica que tiene encomendada. En tal sentido, existe una ruptura o falta de conexin entre la conducta daosa ejecutada por la persona fsica que desarrolla el cometido estatal del servicio pblico y el servicio mismo. Al contrario, por principio general responder tambin la Administracin, si las acciones o actos imputables al agente pblico conforman actos de servicio pblico o ejecutados evidentemente con ocasin del mismo y, en tal sentido, los vicios en su actuar son inseparables de la funcin pblica por l cumplida. De manera que debe quedar de manifiesto la inseparabilidad de la accin o acto realizado por el agente pblico, respecto de la labor que el orden jurdico le atribuye en la realizacin de los fines del servicio pblico, para que exista responsabilidad de la Administracin. No obstante an en este ltimo caso, puede quedar exculpada de responsabilidad la Administracin, si queda acreditado que la accin del funcionario fue dolosa o en alto grado culposa. En conclusin, la falta personal queda delineada cuando la actuacin del funcionario es ajena a la funcin pblica que l debe desarrollar, excediendo el mbito de esta ltima, al realizar actos que no incumben al servicio pblico, y por medio de los cuales produce un dao. Por tanto, los casos donde queden de manifiesto faltas graves, expresadas en errores fcticos o de iure flagrantes y groseros, y tambin, en situaciones de violacin de la ley penal, son todos en principio faltas personales, a no ser que quede incuestionablemente acreditada la indivisibilidad del actuar del funcionario con la funcin pblica que licencia su accionar (esto ltimo en el sentido de que se est ciertamente ejecutando la funcin pblica -actos de servicio- pero que por alguna circunstancia la misma traiga consecuencias dainas antijurdicas), y es criterio de esta Sala que dicha evaluacin debe ser de carcter estricta y restringida, con una ponderacin en grado sumo, por estar los intereses pblicos involucrados, lo que a su vez implica que est el patrimonio del colectivo en juego, el cual en principio debe ser destinado a la realizacin de la funcin pblica, y que solo puede ser mermado, en cuanto a la responsabilidad del Estado, cuando realmente ello incontrovertiblemente se justifique, como ya fue observado. Si el acto esta dentro de los lmites de mal funcionamiento que hay que esperar de la diligencia mediana, la falta es del servicio. Si desborda esos lmites, la falta es personal. No queda entonces comprometida la responsabilidad administrativa por los actos delictuosos con dolo o culpa grave cometidos por sus agentes, debido a su magnitud y la evidente intencin y mvil daoso que involucran o persiguen, lo cual establece una clara disociacin con la gnesis de la funcin pblica. De los eventos daosos que se producen por esas acciones ladinas, debe responder personal y exclusivamente con su patrimonio el individuo que los caus. La accin dolosa tipificada penalmente e incluso apreciable desde el punto de vista de la responsabilidad patrimonial, establece una ruptura respecto a la relacin orgnica. De manera que de la accin delictiva dolosa del agente pblico, no puede derivar la responsabilidad de la Administracin, es decir, no pueden ser endosadas las consecuencias patrimoniales a esta ltima, por aquella accin. En suma, cuando no existe conexin alguna entre la accin del funcionario generadora del dao y el servicio, la responsabilidad no puede proyectarse a la administracin, ya que esto resultara tanto inicuo como excesivamente gravoso para el erario pblico. De manera que no encuentra fundamento slidamente sustentable el que pretenda establecer una situacin de onerosidad o carga en el patrimonio de las Administracin Pblica, por el simple hecho de atender a la reparacin de un dao. Debe entonces demostrarse contundentemente que la Administracin si tiene que responder y soportar dicha carga. Los agentes pblicos son a ttulo personal econmicamente responsables frente a las vctimas por los resultados nocivos de sus actos, cuando stos no estn vinculados con el servicio, excluyndose la responsabilidad de la Administracin, por ser la causa del dao absolutamente extraa al ejercicio de la actividad administrativa. Es concluyente pues, que ante la evidencia de faltas personales del funcionario pblico no tiene porque quedar compelida la responsabilidad patrimonial de la Administracin, en virtud de que si el hecho es personal del funcionario (en el sentido de desligado del servicio) no es de servicio, y viceversa. Una excluye a la otra. Expuesto lo anterior como marco fundamental a la resolucin de la presente controversia, debe sealarse que lo expresado no son meras consideraciones doctrinarias generales o presupuestos no soportados en nuestro ordenamiento jurdico, por el contrario guarda plena consonancia con lo que se proyecta. En particular, de nuestras regulaciones normativas constitucionales y, especficamente, en relacin con el presente caso, los presupuestos jurdicos expresados en la Constitucin de 1961, aplicables ratione temporis, donde se aprecia la evidente intencin del constituyentista de 1961, de que por principio general hacer pesar exclusivamente sobre el funcionario pblico la responsabilidad patrimonial originada de los actos daosos ejecutados por stos fuera del ejercicio de la funcin pblica. Y en tal sentido, expresamente se excluye en tales casos, la responsabilidad de la Administracin Pblica. Lo aludido se desprende indubitablemente de la adminiculada y armnica inteligencia de lo receptado en los artculo 47, 46, 121 y 206 de la Constitucin de 1961, que sealaba: Artculo 47. En ningn caso podrn pretender los venezolanos ni los extranjeros que la Repblica, los Estados o los Municipios les indemnicen por daos, perjuicios o expropiaciones que no hayan sido causados por autoridades legtimas en el ejercicio de la funcin pblica. Artculo 46. Todo acto del Poder Pblico que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitucin es nulo, y los funcionarios y empleados pblicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, segn los casos, sin que les sirvan de excusa rdenes superiores manifiestamente contrarias a la Constitucin y a las leyes. Artculo 121. El ejercicio del Poder Pblico acarrea responsabilidad individual por abuso de poder o por violacin de la ley. Artculo 206. La jurisdiccin contencioso-administrativa corresponde a la Corte Suprema de Justicia y a los dems Tribunales que determine la ley. Los rganos de la jurisdiccin contencioso-administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviacin de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparacin de daos y perjuicios originados en responsabilidad de la administracin, y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurdicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa. Estima la Sala entonces, que de los artculos transcritos es concluyente que hay un presupuesto forzoso para determinar la responsabilidad patrimonial extracontractual del Estado por los daos producto de hechos ilcitos cometidos por sus funcionarios. Tal presupuesto o requisito es, que tales agentes pblicos hayan cometido el hecho antijurdico en el ejercicio de sus funciones. De manera tal que para que se configurara, en fundamento a la Constitucin de 1961, la responsabilidad patrimonial del Estado por las faltas cometidas por sus dependientes era necesario: a. Que el hecho generador del dao fuese ocasionada por organismo o funcionario competente. b. Que el funcionario competente hubiera actuado dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de su funcin pblica especfica. En el presente caso, resulta indispensable determinar, entonces, si el hecho generador del dao fue ocasionado por funcionarios competentes, actuando dentro del radio de sus atribuciones legales o acatando las directrices de la funcin pblica especfica. Ahora bien, lo anterior tiene, a su vez, como presupuesto, dilucidar previamente qu significa, por un lado, ser autoridad legtima (entendida como funcionario pblico ya que por definicin autoridades legitimas son aquellas investidas por la Ley para ejercer la funcin pblica) y, por el otro, que define que se est en ejercicio de la funcin pblica. Al respecto se observa que el funcionario pblico es quien cumple la funcin pblica, la persona fsica que ejecuta las generalidades y particularidades del servicio; en otras palabras, es un agente del Estado (en sentido lato) provisto de autoridad para el ejercicio de determinadas funciones; participa permanente o accidentalmente del ejercicio de la funcin pblica, bien por eleccin popular o por nombramiento de la autoridad pblica competente, en tal sentido, con su accin opera en representacin del rgano pblico al cual est adscrito, expresa la voluntad de este. Ahora, quien es funcionario pblico, per se tiene esa cualidad las 24 horas del da, en palabras populares: esa cualidad se la lleva para su casa; por ello, por ejemplo, las regulaciones normativas de carcter general o particular destinadas a prohibir que mientras se es funcionario se puedan ejercerse otros cargos pblicos o incluso privados que se contrapongan con la actividad de servicio pblico correspondiente (con las excepciones legales, tal como aceptacin de cargos de docencia, etc.). Pero ello no significa en modo alguno que siempre se est ejerciendo dicho cargo, as, si bien siempre se tiene esa cualidad de funcionario (al menos mientras no haya operado una destitucin, suspensin, renuncia, etc.), ello no significa que siempre se est ejerciendo la funcin pblica. Para que esto ltimo ocurra deben estarse efectuando los cometidos o funciones del servicio. Por lo que cabe apuntar adicionalmente, que es perfectamente deslindable el hecho de que se estuviere dentro del horario o espacio de tiempo establecido para cumplir con la funcin pblica o incluso que se est aparentemente realizando sta, del hecho cierto e inequvoco de que se est realizando dicha funcin, es decir, en los dos primeros supuestos sealados no puede entenderse que necesariamente se est ejecutando el servicio. Por ello consideramos un equvoco lo expresado por la representacin de la Repblica en cuanto que consideran que se pierde la cualidad de funcionario pblico cuando no se est en formal ejercicio de las funciones que la Ley les atribuye; dichos estos que pudieran llevar a pensar, por argumento en contrario, que cuando se ejerce una funcin pblica se es necesariamente funcionario pblico. Aun cuando se comprende la intencin de sus dichos, en tanto que su consecuencia es idntica a los fines de expresar la exclusin de la responsabilidad del Estado, no obstante, como se observ, ello no es tcnicamente preciso, ya que puede haber una persona que est usurpando actividades funcionariales y en tal sentido ejecutndolas, pero que no tiene la cualidad de servidor pblico, en cuyo caso el Estado, por principio general, no tiene porque responder de las consecuencias de la accin de aqul. Para ser ms grficos y en el marco del caso objeto de debate, puede resultar que un ciudadano comn asuma (con absoluta buena fe) que es un polica (o un hroe como lo de los comics) y que realice las funciones que son propias de la polica (prevenir e impedir delitos, entre otras), y en tal ejercicio cometa daos antijurdicos a terceros. En tal caso, definitivamente al no ser un funcionario pblico, el Estado no es patrimonialmente responsable. Pero de otro modo, a la luz de la Constitucin de 1961 (insistimos aplicable rationes temporis al presente caso), la Sala considera ajustada a derecho la tesis de la representacin de la Repblica en cuanto a que el constituyente venezolano de 1961 acogi el criterio de la falta o falla de servicio. Es decir, precisa esta Sala, que el rgimen de responsabilidad de la administracin, descansa en el criterio iuspublicista de falta o falla del servicio, para cuya configuracin es necesario que se presenten, segn la doctrina y la jurisprudencia, los siguientes elementos estructurales: a) Una falta en la prestacin del servicio por retardo, irregularidad, ineficacia, omisin o ausencia del mismo; b) Un dao que configure la lesin de un bien jurdicamente tutelado; y c) Un nexo causal entre la falta en la prestacin del servicio, a que la administracin est obligada, y el dao. Pero, igualmente, la doctrina y la jurisprudencia han subrayado, de manera ajustada, como notas caractersticas de la tesis de la falla o falta de servicio, los siguientes presupuestos eximentes de responsabilidad del Estado: hecho atribuible personalmente a un tercero o a la victima, los casos fortuitos y la fuerza mayor. Eximentes estas incorporadas a la materia iuspublicista que como se ve tienen sus orgenes en el derecho civil. Expresin clara sta de la armonizacin entre los distintos criterios ut supra explicitada. As, ha de entenderse que existe una exclusin de la responsabilidad del Estado, cuando queda establecida una clara separacin o desconexin del servicio pblico con la accin de sus agentes; no slo en el incontrovertible caso de que el funcionario no ste ejerciendo el cometido pblico que la ley le compele, sino incluso, cuando en aparente ejercicio de la funcin pblica o actuando supuestamente con ocasin del mismo, haya producido daos con culpa grave o intencin dolosa a ellos imputables. Es decir, cuando quede expresada la eximente de responsabilidad definida como el hecho de un tercero. Entonces hay que sealar, que el carcter de la responsabilidad de la Administracin Pblica en la Constitucin del 1961, no era general ni absoluta, as como tampoco lo es ahora en la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, en donde si bien estima la Sala se ha ampliado el sistema de responsabilidad, hacindose hincapi en un sistema objetivo, que permite evaluar determinadas situaciones hasta bajo los criterios de la teora del riesgo, no obstante ello, siempre tiene sus precisas y adecuadas limitantes. En efecto, a la luz de la Constitucin vigente queda establecida de una manera expresa y sin necesidad de recurrir a interpretacin alguna, la responsabilidad patrimonial de la Administracin Pblica por los daos que sufran los administrados como consecuencia de su actividad. En efecto, la autonoma de la responsabilidad del Estado deriva -entre otras- de las disposiciones constitucionales contenidas en los artculos 3, 21, 30, 133, 140, 259 y 316. As, el artculo 140 eiusdem dispone: Artculo 140.- El Estado responder patrimonialmente por los daos que sufran los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesin sea imputable al funcionamiento de la Administracin Pblica.
Por su parte, el artculo 259 constitucional, establece la competencia de la jurisdiccin contencioso-administrativa para condenar al pago de sumas de dinero y a la reparacin de daos y perjuicios originados en responsabilidad de la Administracin. Por su parte, el principio de igualdad o equilibrio ante las cargas pblicas, que exalta de la concordada inteligencia de lo previsto en los artculos 21, 133 y 316 de la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, constituye el fundamento principal de la responsabilidad extra-contractual de la Administracin, y su fundamento se encuentra en que la Administracin persigue la satisfaccin y tutela de los intereses colectivos; por lo que si en ejercicio de sus potestades -por rgano de autoridad legtima- causa un dao a un particular, ste no puede sufrir individualmente las cargas de la actividad daosa de la Administracin. En consecuencia, no debe en funcin del colectivo someterse a un ciudadano a una situacin ms gravosa que la que soporta la generalidad de los administrados y, de ocurrir, el desequilibrio debe restablecerse mediante la indemnizacin correspondiente. As, independientemente de que la actividad de la Administracin fuese lcita o ilcita, con o sin culpa, si sta ha causado un dao a un administrado, se debe responder patrimonialmente. Conforme a lo anterior, la Constitucin de 1999 establece un rgimen de responsabilidad administrativa de carcter objetivo, es decir que atiende al dao causado, que comporta tanto la llamada responsabilidad por sacrificio particular o sin falta, que no es ms que una expresin de la teora del riesgo excepcional, como el rgimen de responsabilidad administrativa derivada del funcionamiento anormal del servicio pblico, segn el cual los usuarios de los servicios pblicos deben ser indemnizados por los daos que puedan surgir del mal funcionamiento de stos. De tal manera que el sistema de responsabilidad patrimonial del Estado dispuesto en el artculo 140 de la Constitucin vigente, al referirse a la responsabilidad derivada del funcionamiento de la Administracin, lo hace respecto al funcionamiento normal como anormal, es decir, lo determinante, como se ha expuesto, es que los particulares no estn obligados a soportar sin indemnizacin el dao sufrido, indistintamente si el dao ha sido causado por el funcionamiento normal o anormal, como se ha indicado. Por otra parte, cabe destacar que del espritu del Constituyente se deriva la voluntad de consagrar un sistema integral de responsabilidad patrimonial del Estado, que abarca los daos ocasionados por cualquiera actividad derivada del ejercicio de las funciones prestadas por los rganos del Poder Pblico. Pero, no obstante todo lo anterior, en similar sentido a lo que expresaba la Constitucin de 1961, la premisa impretermitible es precisamente, que el dao sea producto o con ocasin de la prestacin del servicio, es decir, que se revele incuestionablemente que se est cumpliendo las funciones inherentes al servicio pblico de que se trate, y que tal ejercicio es el que ha causado el dao. En tal contexto, la Sala observa, que con carcter general la funcin pblica es toda la actividad destinada a realizar los intereses del colectivo. Lo cual es por antonomasia la ratio de la prestacin del servicio pblico llevada a cabo por la Administracin Pblica. Esa funcin pblica en especfico est tanto delineada como regulada por el ordenamiento jurdico. As, en particular ex lege y reglamentariamente se estatuye las competencias y atribuciones que los agentes pblicos tienen, y as mismo, los fines que se persiguen con su ejercicio y sus lmites, las cuales por principio, como se expres, atienden a la realizacin del inters pblico, y en tal sentido, como es obvio, excluyen absolutamente propsitos quebrantadores de la Ley, o en general de los principios, derechos y garantas que soportan a un Estado de Derecho. Sin que sea necesaria una evaluacin in extenso de como se proyecta lo dicho en el caso concreto examinado, ya que por s solo se explica; slo brevemente se har referencia a como queda definido el ejercicio de la funcin de Polica desplegada por los agentes de la Polica Tcnica Judicial venezolana en nuestro ordenamiento jurdico. El Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, Direccin del Ministerio de Justicia, hoy Ministerio del Interior y Justicia, adicionalmente a las funciones que tena atribuidas como rgano auxiliar en las investigaciones sumariales de los delitos de accin pblica (segn los artculos 74 al 75 K del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal aplicable ratione temporis), de acuerdo con el artculo 23 de la Ley de Polica Judicial (igualmente aplicable ratione temporis), tena as mismo, atribuidas las siguientes competencias: 1 Cooperar en la vigilancia y control de vagos y maleantes, de conformidad con la Ley que rige la materia... 2 Auxiliar accidentalmente a los servicios policiales de la nacin, de los Estados y de las Municipalidades a fin de reforzarlos cuando resulten insuficientes para mantener el orden pblico. 3 Auxiliar de las autoridades competentes en la vigilancia y control de extranjeros; 4 Funciones de prevencin de los delitos comunes, especialmente para impedir delitos contra las personas y la propiedad, la distribucin y consumo de estupefacientes; prostitucin, la corrupcin y trfico de menores; 5 Las dems que le atribuyen las Leyes.
Siendo estas sus atribuciones legales, las cuales atienden a la seguridad ciudadana, es casi impertinente tener que sealar, por lo explcito de la situacin, que no es inherente a las funciones desarrolladas por el Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, encaminar sus acciones a la comisin de hechos delictivos. Ahora bien, pronunciado todo lo anterior, se revela de los autos lo siguiente: Expuso la parte demandante como argumento fundamental de su pretensin lo siguiente: suficientemente demostrado como qued la responsabilidad penal de los ciudadanos XAVIER JESS ANUEL PACHECO, PABLO JOS DAZ MARTNEZ, JESS ENRIQUE VILLARROEL y DOMINGO SNCHEZ SNCHEZ, al igual que todos los dems que participaron de una u otra forma (...) como funcionarios policiales activos en el asesinato de que fue vctima RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ, actuando como funcionarios adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica Judicial a las rdenes de su entonces director, ciudadano MANUEL MOLINA GASPERI, es obvio que se cumple la conditio `sine qua non de la responsabilidad, en el sentido que el dao causado por el dependiente ocurre mientras actuaron en ejercicio de las funciones que mantenan para esa poca, pues los hechos que condujeron a la muerte de RAMN OSCAR CARMONA VSQUEZ se desencadenaron a raz de un operativo policial, en el que estaban involucrados una gran cantidad de funcionarios de ese Cuerpo, cuyo fin era su asesinato. En el mismo contexto, igualmente, expres, que era prueba demostrativa de que los funcionarios estaban en el ejercicio de sus funciones el hecho que uno de ellos al momento inmediatamente previo a la comisin del homicidio se identific como funcionario de polica. As, la situacin que expresa lo expuesto en su libelo por la parte actora, y en base a la cual dirigi como premisa fundamental su accin probatoria para determinar la responsabilidad patrimonial extracontractual de la Repblica: el Estado debe responder patrimonialmente por el dao ocasionado como consecuencia de un hecho planificado de carcter delictivo cometido por sus funcionarios pblicos; analizada bajo las premisas o presupuestos a los cuales ut supra in extenso se han hecho alusin y declarado en la presente decisin, revela una contradiccin in natura, paradjica en extremo, en tanto que no puede quedar de manifiesto una prestacin de servicio de polica (como premisa necesaria de la responsabilidad estatal en el presente caso) en la comisin de hechos delictivos ejecutados con absoluta intencionalidad daosa y con carcter premeditado. Es decir, se excluye por definicin: OPERATIVO POLICIAL, con el fin que la misma parte actora denuncia como mvil de esos hechos: UN ASESINATO u HOMICIDIO. Ahora bien, del acervo probatorio que obra dentro de los autos, adicionalmente la Sala, por cuanto abonan a lo expresado, otorga especial mrito a lo dispuesto por las siguientes pruebas e indicios: Copia Certificada de la Sentencia definitivamente firme dictada en fecha 4 de enero de 1990 por el Juzgado Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, mediante la cual se conden a los procesados XAVIER JESUS ANUEL PACHECO y PABLO JOSE DIAZ MARTINEZ, por el delito de Homicidio Calificado con Alevosa y por Motivos Ftiles, a cumplir la pena principal de veintin (21) aos y nueve (9) meses de presidio al primero de los nombrados, y catorce (14) aos y nueve (9) meses de presidio al segundo procesado mencionado. Copia Certificada de la Sentencia dictada en fecha 4 de agosto de 1988 por el Juzgado Superior Quinto en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda. Copias simples de los Cargos Fiscales formulados por los representantes del Ministerio Pblico ciudadanos Mireya Santos Matute y Marcell Marcano Lpez (la cual se valora como un indicio) Captulo 8 del libro THE MAGICAL STATE, NATURE, MONEY AND MODERNITY IN VENEZUELA, del autor venezolano Fernando Coronil. Libro titulado CONVERSACIONES CON CARLOS ANDRS PEREZ, VOLUMEN II, del autor venezolano Alfredo Pea (la cual se valora como un indicio al no haber sido ratificada). Cinta magnetofnica del programa radial Personaje de la Semana, efectuado al ciudadano Ramn Carmona Vsquez por el periodista Humberto Zrraga, en la Emisora Radio Tiempo. Remitido suscrito por el ciudadano Ramn Carmona Vsquez y titulado CARTA A LOS JUECES PENALES, de fecha 8 de mayo de 1978, publicado en el Diario El Nacional el da 13 de mayo de 1978, en la pgina D-4 (la cual se valora como un indicio al no haber sido ratificado su contenido). Copia de la averiguacin de nudo hecho que introdujo el ciudadano Ramn Carmona Vsquez, en representacin del ciudadano Marcelo Jaimes Ramrez (f), en contra de los funcionarios del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial Martn Echeverra, Manuel Molina Gsperi y Carlos Guzmn Vera. De las pruebas e indicios sealados exaltan una serie de elementos de conviccin que no da espacio a dudas a estos juzgadores que los motivos que dieron lugar a los hechos delictivos se proyectan en la esfera personalsima de sus actores: odios personales, venganzas, bajas pasiones, etc., donde por lo tanto no existe conexin alguna con el servicio pblico de polica, ya que el hecho circunstancial de que por un lado el ciudadano Carmona era un penalista de alto relieve que por la entidad de los casos que manejaba y su posicin crtica pblica frente a situaciones que rodeaban al sistema judicial, haba generado en contra de su persona enemistades con funcionarios policiales, y por la otra que justamente fueron funcionarios policiales quienes cometieron el crimen, de lo cual puede deducirse que esa enemistad y odios se gesta a propsito de realidades circundantes al mbito policial, pero que en definitiva al no ser inherentes o propias del servicio de polica, por el contrario inicuas, perversas e ignominiosas respecto al mismo, en suma le son absolutamente accidentales, lejos de revelar la prestacin del servicio de polica, en definitiva lo excluyen. En efecto, circunscritos al acervo probatorio cursante en autos se observan las siguientes particularidades que como se mencion, abonan a lo ut supra sealado. As, a la vista de la decisin dictada por el Tribunal Superior Quinto en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, en fecha 4 de agosto de 1988, se observa que en el cuerpo de la misma a propsito del pronunciamiento correspondiente en cuanto a la reposicin de la causa solicitada por los Defensoras definitivas del procesado Xavier Jess Anuel Pacheco, que ese Tribunal expres: Est demostrado en los autos que los encausados eran funcionarios adscritos al Cuerpo Tcnico de Polica judicial para el momento en que se perpetraron los hechos incrimindoles (sic); no as, el hecho de que esos funcionarios estuviesen en el ejercicio de sus funciones para el momento en que se cometi el evento criminal (...) Este Superior Tribunal entiende que estando comprobado en los autos que los funcionarios del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, para el instante de haberse perpetrado los hechos punibles, no estaban en el ejercicio de sus funciones en los trminos del artculo 374 y siguientes del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal, la reposicin solicitada (...) debe declararse SIN LUGAR ... (Pieza 3, folios 67 y 68 del presente juicio contra la Repblica); Igualmente, se observa que los efectos de tal pronunciamiento quedaron confirmados en la sentencia penal definitivamente firme, dictada en fecha 4 de enero de 1990, por el Tribunal Cuarto de Reenvo en lo Penal de la Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda; y que en dicha decisin se constatan los fundamentos que dieron lugar a tal declaratoria, lo cual fue, lo siguiente: De autos se evidencia que al (folio 218, Pza. 7), cursa diligencia efectuada por los Representantes del Ministerio Pblico (...) en la cual expusieron: ... Por cuanto del Oficio N 9700-001-861 (...) emanado de la Direccin de la Polica Tcnica Judicial (...) de que los funcionarios Gilberto Castillo, Nelson Fuentes Torrealba, Xavier Anuel Pacheco, Pablo Daz, Jess Villarroel y Jess Mndez Snchez, se encuentran suspendidos de sus respectivos cargos por medidas disciplinarias, no encontrndose por lo tanto en los actuales momentos en ejercicio de sus respectivas funciones; opinamos que en el presente caso, no se hace necesario el procedimiento especial establecido en el Artculo 374 y siguientes del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal, o sea, solicitar informacin de Nudo Hecho. Debindose por lo tanto, continuar la presente averiguacin por la va penal ordinaria ... ( Folios 11 y 12 del presente juicio contra la Repblica). Es decir, en el propio juicio penal se dictamin que los agentes de polica no estaban en ejercicio de sus funciones, en los trminos supra expuestos. Ahora, si bien comparte la Sala lo expresado por los tribunales penales, en cuanto a que los funcionarios no estaban en el ejercicio de sus funciones, no obstante no as respecto de los razonamientos que dieron lugar a esa conclusin, ya que como se observa la misma tuvo como fundamento una opinin de la Representacin del Ministerio Pblico la cual consider que por cuanto los funcionarios al tiempo en que se les segua el juicio penal no se encontraban en el ejercicio de sus funciones no era necesario se siguiese contra los mismos una averiguacin de nudo hecho, interpretacin que esta Sala, igualmente reputa como errada, por cuanto a la vista de lo preceptuado en el artculo 374 del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal (vigente al tiempo de la ocurrencia de los hechos delictivos), el cual es del texto siguiente: El representante del Ministerio Pblico est obligado a denunciar ante los Tribunales competentes, los delitos que en su jurisdiccin cometieren los funcionarios pblicos en ejercicio de su cargo, y cualquier particular puede establecer acusacin contra ellos; es obvio que la norma se circunscribe o refiere al tiempo en que ocurriesen los hechos y no a uno posterior. Tal razn obliga a considerar desacertado colegir que los funcionarios no estaban en el ejercicio de sus cargos al tiempo de la ocurrencia de los hechos por los argumentos expuestos en las sentencias penales ni en la opinin de los Fiscales del Ministerio Pblico, esta ltima fundamento de aquellas, sino por los razonamientos ut supra declarados por esta Sala en la presente decisin. De otra forma (y en el mismo contexto que de autos se evidencia traslucido el hecho de que los funcionarios no estaban en el ejercicio de sus cargos), qued igualmente expresado en la sentencia definitivamente firme dictada en el juicio penal, que la calificacin de los hechos delictivos fue la siguiente: HOMICIDIO CALIFICADO CON ALEVOSIA Y POR MOTIVOS FTILES. Segn lo expresado en el numeral 1 del artculo 77 del Cdigo Penal venezolano hay alevosa cuando el culpable obra a traicin o sobreseguro; por su parte el motivo ftil consiste, segn la doctrina, en un impulso cuya fuerza no alcanza aquel mnimo que en la conciencia colectiva representa un motivo proporcionado, an cuando criminoso; es decir, un motivo frvolo e insignificante, prcticamente sin razn y desproporcionado frente a la entidad del dao causado. Es importante destacar la motivacin que dio lugar a la calificacin de motivos ftiles declarada por el Juez Penal, a saber: ... apreciadas de conformidad al encabezamiento del Artculo 261 del Cdigo de Enjuiciamiento Criminal, acreditan que con anterioridad al acontecimiento, asumi RAMON CARMONA la defensa de RENATO CAMPETI, ya que DANTONA. lo extorsionaba, siendo su abogada la ex cnyuge del Director del Cuerpo Tcnico de Polica Judicial, motivando divergencias de la vctima con ex Directivos del mencionado organismo, lo cual en lealtad de los funcionarios con sus Superiores e Institucin les cre una conciencia con odio hacia el hoy occiso; tal hecho origin el suceso y a criterio del Sentenciador debe catalogarse de motivo ftil, circunstancia por la cual los susodichos encausados efectuaron un seguimiento al Doctor CARMONA y al tratar de introducirlo en un Vehculo, ste se resisti y posteriormente en una accin personal de ANUEL PACHECO lo ultim de varios disparos.... Igualmente, la situacin inicua expresada: enemistad manifiesta, odios existentes, problemas intersubjetivos, se revela del concordado anlisis del contenido de la cinta magnetofnica, as como del libro THE MAGICAL STATE, NATURE, MONEY AND MODERNITY IN VENEZUELA, del autor venezolano Fernando Coronil y del Libro titulado CONVERSACIONES CON CARLOS ANDRS PEREZ, VOLUMEN II, del autor venezolano Alfredo Pea, todos cursantes en autos. Ahora bien, y no obstante el disentimiento expresado ut supra por la Sala (en cuanto a los fundamentos que soportaron en el juicio penal la declaratoria de que los funcionarios no estaban en servicio), el cual se ha efectuado licenciado por la autonoma de esta jurisdiccin contenciosa administrativa y con el nico propsito de dejar precisada la correcta inteligencia de la situacin bajo examen, lo cierto es que tanto en el proceso penal, como en el presente juicio, quedo acreditado que los funcionarios policiales no se encontraban en el ejercicio de sus cargos, por cuanto en relacin al presente juicio, fueron esas sentencias pruebas fundamentales presentadas en el mismo, apreciadas por est Sala en sus precisos y ajustados trminos, e, igualmente las mismas fueron debidamente concordadas tanto con lo expuesto por el demandante en su libelo y en su escrito de informes, as como con el resto de los elementos probatorios e indicios cursantes en autos. Es decir, si bien en abstracto no tenan porque necesariamente vincular esas sentencia el juicio o apreciacin que en materia de responsabilidad del Estado se sigue, en nuestro caso siendo la prueba fundamental presentada, si son (ms que orientadoras) ampliamente apreciables, en tanto que justamente fueron presentadas como una de las pruebas fundamentales de la presente accin, as como de la contestacin de la misma (en virtud del principio de comunidad de las pruebas) todo lo que fue objeto o materia de en ese juicio penal. Y an ms, como se mencion, apreciada tal prueba en el presente caso en conjuncin con los dichos, dems pruebas e indicios presentados, qued aqu plenamente acreditado, que los funcionarios no podan haber estado en ejercicio de la funcin pblica, ya que se excluye de sta el carcter altamente doloso del delito cometido, as como, sus motivaciones mismas: enemistades personales manifiestas, odios, venganzas, etc.. En conclusin, ello ilustra a esta Sala sobre el universo de situaciones todas las cuales concurrieron para demostrar que indubitablemente los daos causados son atribuibles, en cuanto a la responsabilidad, personalmente a los funcionarios que cometieron los hechos delictivos, y en caso alguno a la Repblica. As se decide. Contundentemente qued demostrado en el juicio Penal, lo cual se ratific del acervo probatorio del presente juicio, la autora de los agentes de la polica adscritos al denominado Grupo Gato, del hecho criminal que culmin con la muerte (homicidio) del ciudadano Carmona, sin que se evidencie alguna razn que permita concluir que estuviesen en cumplimiento de una funcin pblica. Por el contrario lo que qued acreditado es que no estaban en ejercicio de la misma. Todo lo expresado se basta por s mismo para declarar igualmente la improcedencia de los dichos de la parte actora, en cuanto a que el hecho de que al momento de cometer el homicidio uno de sus causantes se identificara como funcionario pblico, sera elemento concluyente de que los funcionarios estaban en cumplimiento de sus funciones. En definitiva en el caso sub-examine no puede concluirse que se dio la falla o falta del servicio o desde otro punto de vista el mal funcionamiento del mismo, que conlleve a la responsabilidad patrimonial de la Repblica. No obstante lo expresado, la Sala considera necesario advertir y precisar, que en materia de responsabilidad administrativa es permisible que aun cuando en un juicio de naturaleza penal se exculpe de toda responsabilidad a agentes pblicos de determinados hechos presuntamente delictivos, por no haber queda demostrada en cabeza de aquellos la autora del delito, en el juicio por responsabilidad civil si puede quedar determinada la responsabilidad de los mismos, e incluso la del Estado en materia de responsabilidad patrimonial extracontractual de las Administraciones Pblicas. Y ello no significa en estricto derecho que se estn produciendo sentencias contradictorias. Y es que an en tal caso, no es posible la existencia de sentencias encontradas ya que podr absolverse penalmente al funcionario o a los funcionarios y resultar comprometida la responsabilidad de la Administracin por falla de servicio o viceversa, porque en tales eventos ordinariamente se da un doble juzgamiento, sujeto cada uno a normatividades aplicables diferentes (tal como se hizo en el presente juicio), as: de un lado, el enjuiciamiento de la conducta del servidor oficial con sujecin al ordenamiento penal; y de otro, el enjuiciamiento de esa conducta desde la perspectiva de las norma y principios que informan el funcionamiento del servicio pblico. La aplicacin, pues, de normatividades distintas (la penal para la persona humana, el funcionario sindicado de violacin de la ley penal, y la administrativa o responsabilidad administrativa para la persona que acta por o para el Estado) no deja margen a la existencia de decisiones contradictorias y despoja las inquietudes que puedan surgir al respecto de darse el caso descrito. De aceptarse la tesis de que solo podra condenarse en el proceso de responsabilidad por falla de servicio del funcionario cuando penalmente estuvieran demostrados los supuestos de la imputabilidad penal contra ste, habra que concluir que todos los asuntos de responsabilidad administrativa tendran que manejarse con la regla de la prejudicialidad, o sea que todos deberan suspenderse hasta tanto la justicia penal decidiera lo suyo. La suerte de prejudicialidad penal a la que se hizo alusin en el tema de la prescripcin del presente juicio, est referida directamente en relacin a las acciones civiles que se incoen ante la propia jurisdiccin penal por los daos ocasionados por delitos. Y no se extiende a la que se instaure ante la jurisdiccin civil o bien como en el caso de autos ante la contencioso administrativa . Por eso es que al analizar como elemento probatorio en el presente juicio las sentencias penales cursantes en autos, en lneas precedentes qued implcito, que no necesariamente dentro del juicio contencioso administrativo, la prueba de la autora de los agentes en el hecho daoso ni la responsabilidad patrimonial que el Estado pueda tener por los hechos cometidos por aquellos, obedecen forzosamente a lo que se defina dentro del proceso penal, sino del mrito que el acervo probatorio tenga dentro de la valoracin que se haga ante la jurisdiccin contencioso administrativa. Es definitivo que tuvo fuerza demostrativa en el presente juicio una serie de elementos probatorios e indicios que condujeron a poner en evidencia que fue una conducta de terceros (en nuestro caso, agentes policiales) quienes no estaban en cumplimiento del servicio pblico de polica, los que ocasionaron los hechos daosos, por lo que es a ellos personalmente imputables en cuanto a la responsabilidad patrimonial que puedan proyectar y no a la Repblica Bolivariana de Venezuela. As se declara. DECISIN En mrito de los razonamientos precedentemente expuestos, esta Sala Poltico Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la Republica Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR la demanda por Daos y Perjuicios Materiales y Morales contra la Repblica de Venezuela, interpuesta por los abogados LUISA AMELIA CARRIZALEZ, EFREN LOPEZ DEL CORRAL y JORGE BAHACHILLE MERDENI, actuando en su carcter de apoderados judiciales de los ciudadanos GLADYS JOSEFINA JORGE SAAD (viuda) de CARMONA, RAMON OSCAR CARMONA JORGE, CARLOS EDUARDO CARMONA JORGE y OSWALDO JOSE CARMONA JORGE, titulares de las cdulas de identidad N V.- 1.688.763, 6.810.365, 6.966.646 y 6.335.887, respectivamente. Dada la naturaleza del fallo no hay condenatoria en costas a la parte actora. Publquese, regstrese y notifquese. Archvese el expediente. Dada, firmada y sellada en la Saln de Despacho de esta Sala Poltico Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los once (11) das del mes de mayo de dos mil uno (2001). Aos: 191 de la Independencia y 142 de la Federacin.
El Presidente,
LEVIS IGNACIO ZERPA El Vicepresidente-ponente,
HADEL MOSTAF PAOLINI
Magistrada,
YOLANDA JAIMES GUERRERO
La Secretaria,
ANAS MEJA CALZADILLA
Exp. No. 14.658 Sent. N 00943 En quince (15) de mayo del ao dos mil uno, se public y registr la anterior sentencia bajo el N 00943.