La Adaptación Del Menor Al Proceso de Acogimiento Familiar
La Adaptación Del Menor Al Proceso de Acogimiento Familiar
La Adaptación Del Menor Al Proceso de Acogimiento Familiar
Presentada por:
Alicia Ballester Comins
Dirigida por:
Dra. Lidn Villanueva Badenes
Castelln, 2010
A mi madre,
Agradecimientos
Esta tesis no hubiera sido posible sin el apoyo de varias personas que, de una
manera u otra, influyeron para que llegara a trmino y a quienes me gustara dar las
gracias:
INDICE
Presentacin.................................................................................................................... 9
I. FUNDAMENTACIN TERICA
Captulo 4. Resultados
4.1. Caractersticas del menor .......................................................................................... 115
4.1.1. Historia previa ............................................................................................... 115
4.1.2. Autoconcepto................................................................................................. 122
4.1.3. Historia previa y autoconcepto ...................................................................... 123
4.2. La familia de acogida ................................................................................................ 125
4.2.1. Caractersticas y capacidades educativas de los acogedores ......................... 125
4.2.2. Acogedores y caractersticas del menor ........................................................ 130
4.3. Adaptacin del menor al proceso de acogimiento..................................................... 135
4.3.1. La perspectiva del menor: resultados de EAM.............................................. 135
4.3.2. Influencia de la historia previa y del autoconcepto ....................................... 137
4.3.3. Influencia de las capacidades educativas de los acogedores ......................... 140
4.4. Seguimiento de la adaptacin del menor................................................................... 141
4.4.1. Valoracin de los profesionales..................................................................... 143
4.4.2. Nmero y diversidad de contactos con los tcnicos ...................................... 145
4.4.3. Problemas de adaptacin ............................................................................... 149
Presentacin
En esta investigacin se analiza la adaptacin al proceso de acogimiento familiar
de un grupo de menores que se encuentra, en la actualidad, inmerso en este recurso de
proteccin infantil en la provincia de Castelln. El anlisis se visualiza a travs de un
enfoque ecolgico, que permite apreciar las relaciones existentes en los diferentes
ambientes que afectan a la vida de estos menores. Entre otras variables, el estudio
contempla principalmente la propia percepcin del menor sobre el proceso de
acogimiento familiar, la influencia de las familias acogedoras1 y la de los profesionales
encargados del seguimiento. Hubiera sido de nuestro inters incorporar a las familias
biolgicas de los menores en la presente investigacin, pero debido a dificultades de
accesibilidad a ellos se ha tenido que prescindir de este colectivo. An as, los principales
protagonistas del acogimiento se encuentran representados, asumiendo el papel principal
los menores en acogimiento.
Ciertamente, el proceso de integracin y la dinmica de las relaciones
interpersonales y educativas en las familias acogedoras muestra rasgos diferenciales
respecto a lo que ocurre en una familia convencional. Puesto que a ella se incorporan
menores con historia previa (tpicamente problemtica) que deben relacionarse con
personas a las que desconocan, la dinmica misma y el resultado final de la adaptacin
mutua plantearn seguramente muchos elementos de inters, que incidirn, sin duda
alguna, sobre la satisfaccin mutua, sobre el estrs experimentado en las relaciones, sobre
las necesidades de ayuda y apoyo, etc. (Jimnez y Palacios, 2008; Palacios y Jimnez,
2009).
A nivel experimental, uno de los problemas endmicos en todo lo relacionado con
el sistema de proteccin de la infancia es poder acceder a datos cuantitativos que sean
actuales y fiables. Y si ello es cierto para el sistema de proteccin en general, es
particularmente verdad en el caso del acogimiento familiar. A ello contribuye la
diversidad de modalidades existentes, el carcter fronterizo de algunas de ellas (el
acogimiento preadoptivo puede contabilizarse con propiedad como una forma de
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Sin embargo, tal como sealan Torres- Gmez et al. (2006), las medidas de
proteccin infantil han de perseguir la satisfaccin de las necesidades de los menores
como medio para promover un desarrollo evolutivo adecuado, y en definitiva, su
bienestar integral. En consonancia con este planteamiento, algunos autores han sealado
recientemente que la inclusin generalizada de medidas de bienestar infantil en las
evaluaciones del acogimiento familiar constituye el principal reto para el siglo XXI en
este campo (Altshuler y Gleeson, 1999; Torres- Gmez et al., 2006). Teniendo presente
dicho reto y focalizando nuestro inters en la adaptacin del menor al proceso de
acogimiento, se pretende en la medida de lo posible, detectar variables relacionadas con
el bienestar de los nios y nias en acogida.
Por estos motivos, el presente estudio analiza una variable esencial del proceso de
acogimiento, la adaptacin del menor. Pretende aportar un anlisis relacional sobre las
variables ms relevantes que afectan al menor en acogida, para garantizar su buen
funcionamiento en el proceso de acogimiento familiar. Presentando al menor como centro
de atencin, ya que es la figura principal para quien este recurso social ha sido creado, se
especifican sus circunstancias previas al acogimiento, es decir, sus antecedentes
personales y las situaciones de desproteccin que conllevaron la realizacin del
acogimiento familiar, as como su autoconcepto. Se analiza la posible influencia que estas
variables hayan podido ejercer en el nivel de adaptacin del menor en acogimiento
valorado en sus diferentes ambientes (familia de acogida, biolgica, la comunidad, el
sistema de proteccin), de acuerdo con un enfoque ecolgico. A su vez, se analiza la
importancia de las capacidades de personalidad funcional para proporcionar cuidado a un
menor por parte de los acogedores como variable influyente en la adaptacin del nio/a.
Cabe destacar que la variable adaptacin del menor est valorada desde dos perspectivas
diferentes: la propia percepcin del menor sobre su adaptacin, y la valoracin del tcnico
de seguimiento, dos aos despus de la primera medida del menor.
Asimismo, como indicadores de la adaptacin del menor al acogimiento, se
analizan los problemas de adaptacin que, tras el periodo de seguimiento, han surgido en
los menores acogidos, as como el tipo de intervencin realizada con la finalidad de
superar sus dificultades.
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I. FUNDAMENTACIN TERICA
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CAPITULO 1
Proteccin de la infancia: el acogimiento familiar
1.1. La familia y sus funciones
Como han referido diversos autores (DeMause, 1982; Aris, 1987; Jimnez, Oliva
y Saldaa, 1996; Clemente, Villanueva y Adrin, 2002; De Pal y Arruabarrena, 2005;
Arruabarrena, 2009), el nio ha carecido histricamente de reconocimiento y proteccin
jurdica. Durante la mayor parte de la historia, la sociedad mantuvo hacia los nios y
nias una actitud contradictoria: no tenan ningn derecho o reconocimiento, pero al
mismo tiempo eran legalmente tan responsables como los adultos de sus actos. No ha sido
sino hasta bien entrado el siglo XX cuando se han consagrado definitivamente los
derechos de la infancia y la responsabilidad de los poderes pblicos en la salvaguarda de
esos derechos. An as, la idea de que el menor es un ser vulnerable que debe ser
protegido es, sin embargo, muy antigua. A lo largo de la historia, la evolucin de las
sociedades y las culturas ha obrado importantes cambios en la forma en la que se ha
plasmado esta idea de proteccin. Desde los primeros testimonios histricos, hasta el
carcter reivindicativo y clasista de la lucha contra la explotacin de los sindicatos
obreros durante el siglo XIX, pasando por los conceptos puramente caritativos de la Edad
Media, por las ideas ilustradas o por el redentorismo puritano.
Hoy en da, se afirma que la familia es el mejor lugar posible para la atencin al
menor. Desde el punto de vista evolutivo, la familia desempea un papel central en el
ajuste psicosocial del nio y del adolescente; unas relaciones familiares slidas suponen
un requisito necesario para el xito del desarrollo de la persona (Carreras, 2004;
Arruabarrena, 2009). Pero no se reconoce con la misma frecuencia que la familia es al
mismo tiempo el lugar de ms riesgo para el menor. La mayora de los casos de abuso
(fsico, sexual y emocional) del menor se producen en el seno familiar. Esto no contradice
la primera afirmacin, pero indica que un alto nmero de familias tienen problemas a la
hora de educar a sus hijos (Morente, 1997; Gimeno, 1999; Moreno- Torres, 2005).
Los ejes de responsabilidad de la familia con los menores son principalmente el
afecto y la identificacin de modelos adultos de aprendizaje (Savater, 1997; Arranz y
Oliva, 2010). El papel de la familia, respecto de los menores, se representa bajo tres
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historia familiar adquiere consistencia y realidad (Turiel, Enesco y Linaza, 1989; Rodrigo
y Palacios, 1998; Lancaster, 1999; Melina, 2001).
Adems del componente afectivo y emocional expuesto, los padres tambin deben
asumir su responsabilidad de encauzar el comportamiento de su hijo, poner lmites a sus
deseos, hacerles soportar las frustraciones y procurarles satisfacciones. Este conjunto de
tareas recibe el nombre de estrategias de socializacin, debido a que su objetivo es
moldear a travs de la intervencin educativa el tipo de conductas que los padres valoran
como apropiadas para sus hijos, tanto para su desarrollo personal como para su
integracin social. La tarea de socializar es posterior evolutivamente al establecimiento
del apego y requiere por parte de los padres una serie de toma de decisiones, una serie de
comportamientos y tensiones que tpicamente no se dan en las relaciones de apego. Las
estrategias de socializacin, y por tanto la adquisicin de valores en familia, estn
relacionadas con el tono de la relacin, con el nivel de comunicacin, con la expresin del
afecto, etc. Los estilos de socializacin son estilos de relacin entre los padres e hijos
situados en el contexto de la comunicacin y la conducta.
Ahora bien, se observa que la familia est inmersa en un proceso de cambio
estructural y funcional que paulatinamente ha llevado a los estudiosos de la misma a tener
que reconstruir el concepto de familia tradicional con el fin de quedarse con sus
elementos esenciales. Tradicionalmente, se pueden identificar tres estadios distintos por
los que ha pasado la evolucin del modelo de familia (Coleman, 1990; Arranz y Oliva,
2010; Triana y Rodrigo, 2010):
1.
por ambos miembros de la pareja, los hijos son considerados como bienes y
agentes de consumo, y la responsabilidad de la autoridad es delegada en las
instituciones pblicas o privadas encargadas de la educacin formal de los
menores.
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individual debe centrarse en los contextos sociales en los que tiene lugar el desarrollo
fsico, cognitivo y emocional del sujeto, considerando que el desarrollo de los nios es un
proceso social y culturalmente mediado (ms que un proceso dirigido desde dentro y, en
buena parte, impermeable a la influencia externa), lo que lleva a considerar la importancia
de los contextos, donde este crecimiento personal se hace realidad.
Entender la familia como contexto de desarrollo se debe fundamentalmente a las
aportaciones de Bronfenbrenner (1987) que han enmarcado el desarrollo humano en
determinados contextos, considerando el cambio evolutivo como una progresiva
interrelacin entre un sujeto en evolucin y un entorno que lo influencia en diversos
niveles (ver captulo siguiente). En este sentido, las Administraciones Autonmicas,
asesoradas por los profesionales e investigadores que sealan la importancia del
desarrollo del menor en un contexto familiar estable, han advertido la necesidad de
establecer polticas globales sobre la familia en sus territorios. Unas polticas que han
venido acompaadas de la implantacin de rganos administrativos con competencia en
familia, y la elaboracin de programas de actuacin sobre la familia. Las Comunidades
Autnomas de Catalua, Galicia o Castilla y Len constituyen ejemplos de programas de
actuacin sobre la familia en la esfera de sus competencias en sus territorios.
En todo caso, sobre los lmites de intervencin pblica existe consenso. La
intervencin debe orientarse hacia el reforzamiento o sustitucin de la familia por otra. La
sustitucin por instituciones se encuentra postergada como solucin adecuada para la
crianza de los nios sin familia. Las dos soluciones ms adecuadas son la instalacin en
una familia adoptiva, o bien prestar ayuda a sus parientes para que asuman la crianza del
nio, o realizar acogimiento en familia acogedora desconocida por el menor y su familia
de origen (Iglesias de Ussel, 1998; Fernndez del Valle, Bravo y Lpez, 2009).
Cuando la familia no ejerce las funciones que le corresponde, el ejercicio de la
proteccin infantil debe dar respuesta a diferentes derechos, responsabilidades y
necesidades que muchas veces entran en contradiccin. As, an cuando los intereses del
menor estn por encima de los intereses de la familia, la proteccin del menor debe tener
como base el posibilitar el derecho del nio a tener una familia, que siempre que sea
posible, debe ser la propia de origen. Por otra parte, los derechos y responsabilidades de
la familia son la prevencin del abuso o el maltrato de sus hijos y el derecho a obtener la
ayuda y el apoyo necesario para ejercerlos. Las polticas de la infancia deben dirigirse
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En Europa, el modelo de Reino Unido fue copiado por la mayora de los pases
europeos despus de la Segunda Guerra Mundial. Se amplan las tipologas de
acogimiento previstos por la legislacin del estado de bienestar, recogiendo cada uno las
peculiaridades de organizacin de sus comunidades y adaptndose a las necesidades
cambiantes de la realidad. Se pueden encontrar sistemas de acogimiento familiar para
deficientes, para ancianos, para toxicmanos, y para jvenes infractores. Tambin se
diversifica el acogimiento familiar en funcin de su duracin (desde unos das hasta
varios aos), y en funcin de la voluntariedad de la familia de origen del menor en su
puesta en acogimiento o, si por el contrario, se prescribe de forma judicial (Colton y
Hellinckx, 1993).
La figura del acogimiento familiar aparece ya en la legislacin inglesa del siglo
XVI en las llamadas Leyes de Pobres. Sin embargo, la atencin a los nios colocados en
familias diferentes de la propia fue inexistente hasta la modificacin del ao 1834 de la
Ley de Pobres. En el siglo XIX los movimientos filantrpicos intentaron ofrecer a los
nios hurfanos otras alternativas que no fueran las casas de trabajo parroquiales. El eje
de la nueva poltica benfica fue un nuevo organismo controlador, llamado Junta de
Tutores, que asuma la tutela de los nios acogidos en las Unions. Las Unions eran
asociaciones vecinales de parroquias, fundadas para hacerse cargo de las acciones
benficas correspondientes a sus respectivas zonas geogrficas. En este contexto se
iniciaron las acogidas familiares en Chesire en 1853. En 1869 la Junta de la Ley de
Pobres autoriz la colocacin de algunos grupos de nios fuera del territorio
correspondiente a su Unin, con la aplicacin de reglamentos para evitar que fuesen
explotados y para garantizar su educacin escolar.
En aquellos aos ya se empezaban a conocer los efectos desfavorables de la
institucionalizacin prolongada de nios. Evidentemente, no se trataba de estudios
psicolgicos sino de valoraciones sobre la calidad de la insercin social lograda por los
nios institucionalizados. El primer estudio apareci en 1870, concluyendo que la mitad
de los nios institucionalizados fracasaban en su puesto de trabajo, entendiendo por
fracaso laboral la incapacidad de conservar el puesto de trabajo, el recurrir a la asistencia
pblica o los embarazos prematuros entre jvenes. Dicho estudio cre un estado de
opinin desfavorable a las instituciones y a favor del desarrollo de familias de acogida
(Ripoll- Millet y Rubiol, 1990; Padial y Toldr, 2007).
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En 1980 destaca en Reino Unido la aprobacin de una ley marco que regula todas
las acogidas del pas (Foster Children Act) tanto si las realizan entidades conocidas y
homologadas como si son gestionadas privadamente. Las acogidas se clasifican segn su
duracin, de ms o de menos de dos meses. La primera revisin del caso se realiza a los
tres meses de la disposicin inicial (Colton y Hellinckx, 1993). Segn los reglamentos
posteriores a la ley, el menor nicamente puede ser acogido por parejas casadas o mujeres
solas. Tambin pueden acoger al menor los abuelos, tos y hermanos mayores del
acogido. Detallan la obligatoriedad de realizar certificados mdicos sobre el estado de
salud del menor antes, despus y durante la acogida. Adems la Administracin puede
retirar al nio del hogar acogedor en cualquier momento. La ley concreta el rgimen de
visitas por parte de la familia biolgica.
Hoy en da, en Reino Unido aparecen dos modalidades de acogimiento familiar, la
privada y la pblica; dichas modalidades tambin pueden encontrarse en otros pases
como Blgica y Luxemburgo, siendo organizado de manera privada en Dinamarca. Se
conoce como acogida familiar privada a la concertada directamente por los padres o
tutores de los nios, sin intervencin de los servicios de acogida de la Administracin
Pblica
ni
de
entidades
autorizadas;
an
as,
la
Administracin
mantiene
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centros
para
tratamientos
familiares
domicilio),
mayor
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Segn Barjau (2001), el acogimiento familiar versa en torno a los siguientes ejes
de actuacin: 1) economa, orientada hacia la prevencin de estas situaciones,
principalmente porque evitar el gasto emocional que se produce con la separacin, o
hacerlo en la mayor medida posible es, entre otras cosas, economizar energa social y
psicolgica; 2) proximidad, relacional y espacial (sin prdida de sus paisajes habituales);
3) temporalidad, el acogimiento familiar es reversible; 4) voluntariedad, incluso de la
familia biolgica, ya que se obtienen mejores resultados, y del propio menor, y; 5)
inclusividad, colaboracin entre las dos familias.
Por todo ello, se puede decir que la finalidad del acogimiento familiar es triple.
Por una parte pretende asegurar una familia al menor que, por diversas circunstancias, no
puede o no debe permanecer, temporalmente, en su entorno familiar. En segundo lugar,
supone un esfuerzo por mantener y potenciar las relaciones del nio con su familia
biolgica, a la vez que incide sobre las causas que motivaron la separacin. Y por ltimo,
su objetivo primordial es reintegrar al menor en su familia, una vez la problemtica haya
sido resuelta. En consecuencia, es fundamental la capacidad educativa de la familia
acogedora como criterio bsico de valoracin a la hora de seleccionar tales familias.
Igualmente, quienes acogen al nio deben tener absolutamente claro el carcter de
transitoriedad del acogimiento, as como que su actuacin debe estar orientada al inters
del menor y supeditada a l.
Una vez se considera que el acogimiento familiar es la medida ms oportuna para
un menor, conviene tener presente que las fases de tal programa son: captacin de
familias de acogida, seleccin y preparacin de las familias de acogida, acoplamiento,
seguimiento, preparacin de retorno y finalizacin del acogimiento (Amors y Palacios,
2004). La finalidad de cada una de las fases se concretiza en:
1) Captacin de familias de acogida: las administraciones responsables de la
proteccin a la infancia deben de crear mecanismos de sensibilizacin a la sociedad y
captar familias que puedan asumir el reto del acogimiento. El diseo de una campaa
debe en primer lugar determinar los contenidos que se deben exponer para que exista una
captacin de aquellas personas que puedan ser familias de acogida y que delimite la
posible captacin de familias que desean otro tipo de alternativa social como pueda ser la
adopcin. Entre los principales contenidos a difundir tendramos: qu es el acogimiento
familiar y sus modalidades, la regulacin legal, los deberes y derechos de la
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Acogimiento preadoptivo.
b.
Acogimiento ordinario.
Acogimiento especializado.
c.
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contactos con aquellas figuras familiares que le faciliten un clima afectivo adecuado. El
nio permanecer con la familia acogedora hasta la mayora de edad o hasta que se le
encuentre una opcin ms adecuada. La mayora de las veces, este acogimiento implica
convivir con la familia acogedora y mantener visitas con la familia de origen.
- Acogimiento preadoptivo:
El objetivo de esta modalidad es facilitar un tiempo de convivencia y adaptacin
al nio y a la familia acogedora antes de realizar la adopcin definitiva. Se trata de un
perodo de acoplamiento y adaptacin entre el menor y la familia acogedora con la
finalidad de complementar la adopcin con xito. El rgimen jurdico es similar al de la
adopcin, con la salvedad de que si no existe oposicin puede ser constituido por la
entidad pblica, sin necesidad de intervencin judicial, y adems se trata de una medida
reversible, tanto si los acogedores desisten de continuar, como si el menor rechaza la
familia, como si por los equipos tcnicos que realizan el seguimiento se descarta la
prosecucin del camino iniciado, o el juez lo decreta por alguna de las causas previstas
legalmente.
- Acogimiento especializado:
El acogimiento familiar especializado tambin es denominado acogimiento
familiar profesionalizado o teraputico, apareciendo en ingls como treatment foster
care, specialized foster care, specialist family care, profesional foster care, family-based
treatment and community care, therapeutic foster care.
Surge de la necesidad de encontrar familias acogedoras que acepten atender a
nios y jvenes con caractersticas especiales, como pueden ser preadolescentes, grupos
de hermanos, menores infractores, nios y nias con discapacidades fsicas y psquicas,
con trastornos del comportamiento y/o con enfermedades crnicas. Esta modalidad de
acogimiento ofrece un cuidado familiar a unos nios y jvenes que anteriormente tenan
dificultades para ser acogidos. Juntamente con la atencin familiar se ofrecen todos
aquellos tratamientos que responden a las necesidades de cada menor. Las familias
educadoras reciben formacin especfica para llevar a cabo este acogimiento. Este tipo de
acogimiento implica considerar al mismo como un trabajo, en la medida en que las
familias forman parte del personal de plantilla de los diferentes programas que lo llevan a
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trmino y obtienen una retribucin econmica por el acogimiento, la cual dista de ser una
mera ayuda para la familia acogedora en cuanto a los gastos derivados de las necesidades
bsicas del menor. Por otra parte, supone la idea de atender y tratar a los menores desde la
comunidad y no desde la institucin, evitando as largos perodos de internamiento en
centros. Esta modalidad de acogimiento queda recogida en la nueva ley de Derechos y
Oportunidades de la Infancia y Adolescencia (2010), del Parlamento de Catalua.
- Acogimiento en familia extensa:
Esta modalidad de acogimiento permite que los menores convivan con miembros
pertenecientes a su familia. En l existe una previa relacin de parentesco (sea por
consanguinidad o afinidad) entre el acogedor y el menor. Esta modalidad de acogimiento
posee preferencia sobre el acogimiento en familia ajena, ya que no separa al menor de su
entorno familiar. El acogimiento en familia extensa, la no separacin de los hermanos y
tener en cuenta el inters del menor en todo momento siendo odo en caso de ser mayor
de doce aos o bien si siendo menor de doce aos posee suficiente juicio, son tres
priorizaciones bsicas en toda medida de implantacin de acogimiento familiar (MorenoTorres, 2005).
Para que pueda constituirse se requiere: que haya familiares que deseen acoger al
menor, que esos familiares hayan mostrado anteriormente inters por su bienestar y hayan
establecido con el menor un vnculo de afectividad, tener capacidad para preservarlo de la
situacin que origin el desamparo, aptitud educadora y que las personas que convivan
con el familiar que desea acogerlo no se opongan.
En inters del menor, se prescinde del procedimiento ordinario de seleccin de
acogedores; los acogedores son seleccionados de entre los familiares que, reuniendo los
requisitos anteriormente referidos, estn dispuestos a asumir el acogimiento. A su vez,
tanto en acogimiento permanente como en acogimiento en familia extensa, la
Administracin puede solicitar al juez que atribuya a los acogedores aquellas facultades
de la tutela que faciliten el desempeo de sus responsabilidades, es decir, se concibe el
acogimiento como una especie de sucedneo de la tutela ordinaria, ya que el acogimiento
se prev para largo perodo (Moreno- Torres, 2005).
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Una vez conocida la situacin del menor a travs de los informes de los Equipos
Base de Servicios Sociales, los tcnicos de la Administracin valoran la posibilidad de
aplicar el acogimiento, en funcin de las caractersticas del nio y su familia, realizndose
la propuesta para familia educadora cuando existe constancia de que las condiciones son
adecuadas.
El acogimiento se extiende tambin a aquellos casos en los que no existe el
consentimiento de los padres biolgicos para su aplicacin pero en donde, las
circunstancias aconsejan la salida del menor de su familia biolgica. Sobre la dcada de
los ochenta, tal circunstancia se denominaba acogimiento judicial, diferencindolo del
acogimiento administrativo, el cual se caracterizaba por la autorizacin de la familia
biolgica para mantener a su hijo en acogimiento. Hoy en da dicha clasificacin del
acogimiento ha quedado en desuso, empleando la clasificacin expuesta anteriormente
(Amors et al., 2003). An as, no existe un consenso claro y general sobre la
clasificacin de las tipologas de acogimiento familiar, ya que dependiendo de la fuente
literaria consultada se puede obtener una u otra clasificacin.
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CAPTULO 2
El Modelo ecolgico en acogimiento familiar
2.1. Perspectiva ecolgica
El enfoque terico actual aceptado mayoritariamente por los investigadores de la
familia como contexto de desarrollo surge de la contribucin de dos teoras ya clsicas: la
teora general de sistemas y la teora de campo (Rodrigo y Palacios, 1998). A partir de la
unin de ambas se configura el pilar ecolgico- sistmico. La familia se considera como
un sistema en el que las acciones y actitudes de cada miembro afectan a los otros y son
afectados por las de aquellos. La familia tiene una estructura y unas pautas reguladoras de
su funcionamiento, que tienden a mantenerse estables, aunque transformando algunas
pautas para adaptarse a circunstancias nuevas, sin dejar por ello de constituirse como
referente para sus componentes. Desde el punto de vista sistmico no slo es importante
la estructura de subsistemas de la familia, sino fundamentalmente el funcionamiento
adaptativo de la misma ante presiones y cambios externos. La familia es un sistema
dinmico de relaciones interpersonales recprocas, enmarcado en mltiples contextos de
influencia que sufren procesos sociales e histricos de cambio (Carreras, 2004). Segn
esta teora, para comprender completamente la naturaleza de las relaciones familiares es
necesario reconocer la interdependencia entre los roles y funciones de todos los miembros
de la familia, ya que stos se influencian recprocamente de forma directa e indirecta.
Para estudiar a las familias son necesarios distintos niveles de anlisis: individual, las
relaciones entre los miembros de la familia y la familia como unidad de anlisis. Bajo la
influencia de Bronfenbrenner (1987) se considera que la familia est inmersa en una
variedad de otros sistemas sociales, incluyendo tanto sistemas formales como informales;
hay que prestar atencin a la forma en que los cambios en la sociedad afectan a la familia.
Esta perspectiva concibe al ambiente ecolgico como un conjunto de estructuras
seriadas y estructuradas en diferentes niveles, en donde cada uno de esos niveles contiene
al otro. Bronfenbrenner (1987) denomina a esos niveles el microsistema, el mesosistema,
el exosistema y el macrosistema. El microsistema constituye el nivel ms inmediato en el
que se desarrolla el individuo (usualmente la familia); el mesosistema comprende las
interrelaciones de dos o ms entornos en los que la persona en desarrollo participa
activamente; el exosistema lo integran contextos ms amplios que no incluyen a la
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acogido y los profesionales que formalizan dicho proceso en nuestro marco legal y
administrativo. La complejidad de interacciones y variables que afectan al proceso de
acogimiento requieren una perspectiva ecolgica en su estudio. Mediante el enfoque
ecolgico- sistmico se pueden determinar las variables implicadas en la adaptacin de un
menor al proceso de acogimiento.
Aplicando la perspectiva ecolgica al presente campo de investigacin, se observa
como en el microsistema se produce todo un conjunto de relaciones entre el menor y el
ambiente prximo en el que se desenvuelve. La familia de acogida sera el microsistema
ms relevante en estos nios, incluyendo en ella a sus acogedores e hijos biolgicos.
Otros microsistemas en que participaran estos nios seran su familia biolgica, la clase y
los grupos de amigos con quienes comparten juegos.
En el mesosistema se encuentran las influencias contextuales debidas a la
interrelacin entre los microsistemas en los que participan las personas en un punto
determinado de su vida. Este conjunto de relaciones e interconexiones resulta
significativo para la vida de un menor en acogida, ya que la familia biolgica deber
relacionarse con el menor sabiendo que ste convive con otra familia. En este sentido son
clave las relaciones entre la familia biolgica y acogedora. Las interconexiones que se
producen entre los diversos colectivos de acogimiento aparecen en este momento de
estudio. Es en el mesosistema donde surge el conflicto de lealtades que se produce en los
nios en acogimiento y donde se detecta una de las variables ms significativas para el
xito de un acogimiento: las visitas por parte de los padres biolgicos a su hijo en
acogida.
Adems, las relaciones que se dan en el interior del microsistema estn influidas
por sistemas externos a l, sistemas en los que el nio no participa. Se trata del
exosistema, el cual comprende aquellas estructuras sociales formales e informales que,
aunque no contienen a la persona en desarrollo, influyen y delimitan lo que tiene lugar en
su ambiente ms prximo. Ejemplos de exosistema en estos nios y nias seran la vida
cotidiana de sus padres biolgicos y de acogida (trabajo, pareja, amigos, etc.). Tambin
dentro del exosistema se debe considerar la influencia que ejercen los profesionales del
sistema de proteccin en los menores, ya que su toma de decisiones afecta de forma
relevante en las experiencias vitales de estos nios/as.
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Por ltimo, el macrosistema est compuesto por los valores culturales, las
creencias, las circunstancias sociales y los sucesos histricos acaecidos a la comunidad
que pueden afectar a los otros sistemas ecolgicos. Por ejemplo, algo tan tangible como
los estilos de vida en nuestra sociedad o la asistencia de los nios a centros de educacin
infantil. Asimismo, dentro del macrosistema se puede situar la influencia que ejerce el
marco legislativo en materia de acogimiento familiar.
A continuacin, se presentan los colectivos principales implicados en el
acogimiento familiar (familia biolgica, familia acogedora, sistema de proteccin y
menor). En primer lugar se comenta, a partir de la literatura consultada, el tipo de
problemtica que suelen presentar las familias biolgicas del menor, circunstancias por
las cuales se origina el proceso de acogimiento. Seguidamente, se comentan las
caractersticas y funciones de las familias acogedoras. En tercer lugar, se incorpora el
contexto del sistema de proteccin. Y por ltimo, se profundiza sobre la problemtica de
los menores antes de iniciar el acogimiento, los efectos que esta medida les produce y los
factores ms relevantes que afectan a su bienestar en el acogimiento.
2.2. La familia biolgica
Prcticamente en todas las ocasiones en que se produce acogimiento, la familia
biolgica del
menor
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amigos y vecinos. Asimismo son escasas las muestras de afecto a los hijos y la estabilidad
de normas en la familia. No obstante, en general, las familias biolgicas se muestran
conformes y colaboradoras con las intervenciones profesionales.
Los datos ofrecidos anteriormente sobre las caractersticas de las familias
biolgicas en el programa Familias Canguro pertenecen al inicio de tal investigacin.
Los seguimientos continuos que fueron realizando los tcnicos colaboradores de dicha
investigacin indican que aparecen mejoras en muy pocas familias. El primer seguimiento
lo realizaron en torno al 6-9 mes, y el segundo a los 18 meses de dicho inicio. Los autores
concluyen que existe alta correspondencia entre los valores iniciales y los valores
observados en el seguimiento de las familias biolgicas, sea cual sea la variable a
considerar. La situacin socioeconmica guarda relacin de partida con la evolucin de la
salud del padre y la dinmica familiar. La situacin de salud inicial guarda relacin a su
vez con la evolucin de la familia de cara al retorno del menor. El apoyo familiar y social
de la valoracin inicial se relaciona con una mejor predisposicin a colaborar y a valorar
positivamente el retorno del menor. Se puede decir que variables de partida como el nivel
socioeconmico, la disposicin a colaborar, la dinmica familiar en el momento del inicio
del acogimiento, el apoyo familiar y el estado de salud de los padres biolgicos producen
un retorno con mayor xito del menor a su hogar. Las reas en las que se observa mayor
concordancia entre los esfuerzos de intervencin y los resultados obtenidos son las de
apoyo material e intervenciones sanitarias (Amors et al., 2003).
Otros estudios, en los cuales se describen las situaciones sociodemogrficas de los
menores en acogimiento residencial y en acogimiento en familia extensa (Fernndez del
Valle et al., 2002; Molero, Moral, Albiana y Gimeno, 2006; Montserrat y Casas, 2006;
Montserrat, 2007; Bernedo, Fuentes y Fernndez, 2008), sealan a su vez la existencia de
varias adversidades en las familias biolgicas de los menores, enfatizando que se trata de
familias multiproblemticas con expectativas muy dbiles sobre el retorno del menor con
sus padres biolgicos. Especial mencin requiere el estudio llevado a cabo por Jimnez y
Palacios (2008) en la comunidad de Andaluca. La muestra de dicho estudio la componen
53 familias con modalidad de acogimiento en familia ajena y 151 familias con modalidad
de acogimiento en familia extensa. En dicho estudio se indica que los padres de los
menores acogidos muestran caractersticas sociodemogrficas con altas tasas de
conflictividad en las relaciones de pareja, tienen muy bajos niveles educativos y se
50
su nueva familia de acogida. Dentro de ese contexto los padres han de proporcionar
cuidado, adaptado a las necesidades del nio en funcin de su edad y de su propia
idiosincrasia, una relacin afectiva clida que proporcione seguridad y comprensin,
disciplina basada en el razonamiento, que persiga el respeto en los menores respecto a
ciertos lmites y les permita controlar su conducta. La familia de acogida debe ser capaz
de detectar las necesidades del menor en cada momento y proporcionarle un ambiente
rico y lleno de experiencias que estimulen el desarrollo en todas sus facetas, desarrollar
las potencialidades de los menores con independencia de los dficits que estos puedan
presentar y buscar la realizacin personal en funcin de la problemtica de cada nio y de
sus posibilidades, favorecer la formacin de una personalidad equilibrada y autnoma y,
promover la integracin social de los menores en su propio medio (Asensio y Gonzlez,
2000; Trenado et al., 2009).
Siguiendo a Daz- Aguado (2005), resulta conveniente responder con sensibilidad
y consistencia a las demandas de atencin del nio, lo cual le permitir desarrollar la
confianza necesaria para influir en los dems y saber cmo conseguirlo. A su vez la
seguridad del nio, con respecto a la relacin con los padres y el establecimiento del
apego, le permite desarrollar expectativas positivas acerca de s mismo y afrontar
dificultades. El proporcionar a los menores un ambiente protegido en el que el adulto
ayuda al nio a reflexionar sobre sus procesos psicolgicos, en donde el nio obtenga
retroalimentacin sobre sus pensamientos, sentimientos, conductas, as como el poder
expresar sus emociones en conflicto, facilita el desarrollo emocional y se convierte en un
mecanismo de afrontamiento del estrs para los nios que vienen de un ambiente social y
familiar desestructurado. Al tener el nio un ambiente seguro en el que puede explorar y
ampliar su autonoma, se le permite adquirir independencia personal, el nio se percibe
como importante para los adultos y la familia, se reconoce su propia historia y origen, lo
cual propicia la construccin de un sentido de identidad del menor. Las familias
educadoras tanto derivadas de un acogimiento especializado como tradicional han de
dispensar una actitud tolerante hacia la marginalidad y la aceptacin del medio social y
cultural del menor, as como hacia la discapacidad o problemtica del menor.
En la mayora de los casos, la familia acogedora decide de manera altruista
colaborar, brindando su ayuda a aquellos menores que necesitan una alternativa a su
familia. Son familias que muestran una gran conciencia social en lo que a su
52
54
que realizan. Estas diferencias son ms evidentes entre las modalidades de acogimiento
simple y permanente respecto a las modalidades de urgencia- diagnstico y de familia
extensa. Comentan que los acogedores de familia extensa tienen una edad ms avanzada,
suelen ser los abuelos de los menores, presentan un nivel bajo de estudios y se encuentran
en situacin laboral de jubilacin. Los acogedores que presentan un nivel de estudios ms
avanzado son los de acogimiento permanente y los de urgencias, quienes a su vez, suelen
convivir con alguien de su familia extensa. Los acogedores de familia extensa suelen
presentar un estilo educativo impreciso y variante, con escasos niveles de participacin y
cooperacin familiar, a su vez, son los acogedores que se muestran ms insatisfechos con
el acogimiento familiar y cooperan en menor medida con los tcnicos. Respecto a la
motivacin para iniciar el acogimiento, en comparacin con la motivacin social y
altruista de los acogimientos simple, permanente y de urgencias, existe una motivacin
familiar en los acogedores de familia extensa.
A lo largo del proceso de acogida los tcnicos destacan las siguientes conclusiones
(Amors et al., 2003): los acogedores de familia extensa y los de acogimiento simple son
los que presentan mejor capacidad de observacin, mientras los acogedores de urgencia y
permanente son los que desarrollaron una relacin afectiva con el menor ms
satisfactoria. La relacin entre los hijos biolgicos y los de acogida mejora conforme van
pasando los das, aunque, algo ms difcil fue la relacin con amigos y compaeros de
colegio, apareciendo un 37% de casos con relaciones poco satisfactorias durante los 6
meses siguientes; a partir de los 18 meses tal situacin mejora. El 60% de las familias
dice haber tenido que realizar bastantes cambios para adaptarse al acogimiento. Adems
existe una correlacin significativa entre la vivencia de apoyo y los contactos entre la
familia acogedora y el equipo tcnico, tal sentimiento de apoyo disminuye en el momento
que se reducen los contactos. Los acogimientos permanentes son los que menos contactos
realizan con las familias biolgicas. Tambin se observaron cambios respecto a la actitud
ante la despedida del menor; estos cambios tienden a ser negativos respecto a la
aceptacin de la despedida conforme se alarga la estancia del acogimiento. Las
caractersticas bsicas de las familias de acogida y sus relaciones familiares no se ven
alteradas por la realizacin de un acogimiento, son familias estables; adems existe un
alto grado de homogeneidad (en actitudes, respuestas educativas, pensamientos) entre las
familias de acogida, con excepciones en acogimiento en familia extensa.
55
56
58
60
del grupo y de cada uno de los miembros. A travs de la elaboracin conjunta del
genograma, diagrama en el que se recoge la historia y estructura de la familia, as como
del mapa de relaciones familiares, la familia se va informando al tiempo que informa al
tcnico. En esta entrevista es aconsejable que estn presentes tanto el trabajador social
como el psiclogo, puesto que la dinmica que se da en el grupo familiar ofrece una gran
cantidad y diversidad de matices. Tambin se registran datos sobre el tipo de acogimiento
que la familia desea realizar, sobre el reparto de tareas, experiencias anteriores en
acogimiento, ideologa y valores culturales, costumbres y tradiciones de la familia
educadora. Se debe avanzar hacia la construccin de lo que representa para cada familia
la realizacin de la acogida, hacia las razones que le llevan a dar este paso y las posibles
dificultades que puedan aparecer. En la conclusin se devuelve a la familia oferente la
facultad de concertar una tercera cita insistiendo as tcitamente en la posibilidad de
autoseleccin.
d) Tercera entrevista: el equipo interdisciplinario, entre los encuentros con la
familia oferente, elabora una hiptesis cuya verificacin ayude a entender el
funcionamiento peculiar de cada una de ellas. La tercera entrevista tendr lugar en el
hogar de la familia candidata. Esta entrevista debe contar tambin con todos los miembros
de la familia y con los dos tcnicos del Servicio. El instrumento de investigacin del
grupo familiar es, en esta ocasin, el ecomapa, diagrama que refleja las relaciones de la
familia con su entorno. Interesan, en este encuentro, los datos sobre las distintas
ocupaciones de cada miembro de la familia, la participacin en actividades asociativas,
las formas de utilizacin del tiempo libre y otros datos que permitan captar el grado de
cohesin del grupo y del sentimiento de pertenencia al medio social en el que se
encuentra, as como su competencia en l.
e) Valoracin: si la familia oferente mantiene su participacin hasta este momento
y ha asumido los principios de voluntariedad, temporalidad, proximidad e inclusividad
sobre los que se ha visto que se desarrolla el acogimiento familiar, se debe entender que
su autovaloracin es positiva. El Servicio debe quedar abierto en todo momento para
recibir nuevas informaciones procedentes de la familia que modifiquen la evaluacin. La
aparicin de transiciones en su ciclo vital familiar puede dar lugar a cambios en su
motivacin para el acogimiento. El equipo tcnico debe llegar a una valoracin que ha de
transmitir a la familia.
61
sociales
mnimas,
autoestima,
autopercepcin,
estilo
de
relacin,
de pareja y con sus hijos biolgicos, duelos pendientes o bien elaboracin satisfactoria de
los mismos, posible infertilidad, estilos educativos con sus hijos biolgicos.
C) Capacidades educativas: reflexiones acerca de sus estilos educativos y sus
experiencias en caso de tener hijos previos al acogimiento familiar.
D) Necesidades de los nios: ideas sobre su desarrollo, actitudes hacia los nios,
afrontamiento del crecimiento del menor, apoyo y comprensin al nio.
E) Estilo de vida familiar (el genograma): realizar un retrato de cmo trabaja y
opera la familia. La calidad de las interacciones dentro de la familia y entre la familia y el
resto del mundo. Se trata pues, de elaborar un mapa del sistema familiar que permitir
observar cmo se caracteriza en el momento actual y cmo son sus cambios. Hartman
(1979) denomina a este mapa el ecomapa, y lo entiende como una visin ecolgica que
no slo reconoce los puntos de estrs y conflicto que forman parte del sistema vital, sino
que se hace un balance entre estrs y apoyo social, entre los recursos y los lmites que
tiene un sistema para sobrevivir y crecer. Este mapa ofrece respecto del sistema familiar
una visin global sobre sus puntos de tensin y distensin.
F) Motivacin para acoger a un menor: toma de decisin sobre el acogimiento,
reacciones de familiares y amigos, acuerdo en la familia, capacidad para adaptarse y
responder a las necesidades de otra persona.
G) Actitud hacia la familia de origen del menor y respeto a su pasado: actitudes y
sentimientos hacia los padres biolgicos, hablar sobre las circunstancias del acogimiento
familiar y la disponibilidad de visitas con la familia biolgica del nio. Capacidad de
conversacin con el menor respecto a su pasado y sus circunstancias. Comprender y
aceptar las posibles reacciones del nio ligadas al acogimiento familiar.
H) Disponibilidad y acoplamiento padres-hijos: caractersticas del menor que
desean acoger, disponibilidad de tiempo, temores y preguntas, expectativas sobre el
menor. Se trata de valorar conjuntamente con la familia acogedora qu nio desean
acoger, qu comportamiento toleraran del menor y cmo piensan hacerles frente.
63
64
de Kirk (1964, citado por Triseliotis, 1993) fueron pioneras en este tema. Dicho autor
propuso la idea de utilizar tcnicas de grupo educativo como mtodo de seleccin y la
idea de preparar a los futuros padres acogedores.
Trabajos posteriores (Triseliotis, Borland y Hill, 2000; Mestre, Samper y Tur
2003; Arruabarrena, 2009) han demostrado que la preparacin grupal de los futuros
padres acogedores facilita el aprendizaje y la interaccin entre los solicitantes y los
tcnicos, ayuda a los solicitantes a compartir ideas y opiniones semejantes sobre el
acogimiento familiar, reduce la sensacin de evaluacin que tienen los futuros padres
acogedores, se comparten intereses entre personas que utilizan un mismo recurso y se
logran cambios de actitud con mayor facilidad. El cumplimiento de nuevos papeles y
tareas que requieren preparacin y aprendizaje se logra con mayor facilidad mediante la
discusin y el intercambio de informacin, la actividad ayuda a la adquisicin de las
destrezas y por ltimo, la disposicin para asumir nuevos papeles y responsabilidades en
relacin a los hijos se valora mejor mediante el trabajo en grupo. El modo a travs del
cual se prepara y valora a los padres acogedores parece estar directamente relacionado
con el modo en que dichos padres se perciben a s mismos y perciben su relacin con las
autoridades locales.
Por ltimo, cabe sealar la aportacin globalizadora de Palacios (2007), quien
desarrolla un modelo de intervencin profesional en adopcin internacional basado en el
anlisis de necesidades y capacidades entre menor y familia adoptiva. Dicho modelo parte
de la necesidad de conectar las diferentes fases del proceso adoptivo, ya que las
experiencias tenidas en la fase de preparacin no encuentran reflejo en la fase de
valoracin. Asimismo, surge de la necesidad de definir las necesidades concretas que
presentan los menores adoptados y las capacidades psicolgicas que la familia adoptiva
debe presentar para obtener una adaptacin ptima entre ambos.
Segn Palacios (2007), cada uno de los momentos de la intervencin profesional
(informacin, formacin, valoracin, asignacin, seguimiento, apoyo) tiene su propia
lgica, no existiendo actualmente coherencia entre los contenidos de las actuaciones
relacionados en cada uno de ellos. A su vez, los contenidos que se incluyen en cada una
de las actuaciones tienen escasa articulacin interna; adems, los profesionales que
intervienen en las distintas fases tienen diferente grado de familiarizacin con la temtica
especfica de la adopcin. En este sentido, el autor propone un modelo de intervencin
65
66
de su familia biolgica porque sta reconoce que no puede hacerse cargo de l, que un
menor que ha sufrido malos tratos o cualquier tipo de abuso.
A su vez, tal y como indican estudios recientes (Casas y Montserrat, 2009), entre
los distintos conjuntos de jvenes que no alcanzan la educacin superior se encuentra un
porcentaje muy alto de chicos y chicas que estn o han estado en el sistema de proteccin
social en la infancia. En Espaa, el estudio coordinado por Ingls (2005) sobre jvenes ex
tutelados entre 16 y 21 aos que participaban en algn programa de apoyo en ocho
comunidades autnomas, mostraba que un 81.7% no estaba siguiendo ninguna formacin.
Entre las causas de dicho fracaso escolar, Casas y Montserrat (2009) refieren que los
sistemas educativos no reconocen a los menores del sistema de proteccin como un
conjunto de la poblacin escolar con necesidades especiales, como poblacin de alto
riesgo de exclusin social cuando entran en el sistema de proteccin y despus de haber
estado en el mismo. En este sentido, los diferentes cambios de escuela que suelen
experimentar estos menores se relacionan con un aumento de sus problemas de conducta
(Sullivan, Jones y Mathiesen, 2010).
Tampoco se dispone de estadsticas regulares sobre los resultados educativos de
los jvenes ex tutelados por los sistemas de proteccin a la infancia, siendo Reino Unido
el nico pas que recientemente ha incorporado la obligacin de realizar dicho registro
(O Sullivan y Westerman, 2007). Es bien sabido que la falta de datos ha sido argumento
tradicionalmente utilizado para negar la existencia de un problema social. En este caso,
no obstante, no se trata de un problema que afecta a unos pocos ciudadanos, sino a
muchos miles en cada estado miembro de la Unin Europea. Concretamente en Espaa, al
acabar el ao 2005 haba 33.332 menores residiendo fuera de su familia biolgica bajo
tutela del sistema de proteccin (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2007).
En funcin de las variables y factores que afecten al desarrollo del menor
procedente de una familia desestructurada se disear su plan de acogimiento ms
adecuado, y dada la complejidad de dicha variable, en algunos casos los menores
requieren un acogimiento especializado. Aspectos como la edad del menor, problemas de
salud, problemas emocionales y psicolgicos graves, entre otros, necesitan intervenciones
especficas e individualizadas llevadas a cabo por profesionales, adems de que suponen
una dedicacin mayor no solo en tiempo sino tambin en recursos personales y
materiales.
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Muchos de los nios estudiados por Reeuwijk y Berben (1988, citado por
Triseliotis, Borland y Hill, 2000) procedan de familias cuyos padres se han divorciado
(55%), cerca de un 16% de los acogidos haban perdido por fallecimiento a uno de sus
progenitores, un 8% eran hijos de madres solteras, un 2% de los menores presentaban
encarcelamiento de uno de los progenitores, y un 19% presentaba otros motivos. Los
autores estudiaron las circunstancias vividas por los nios antes de ser acogidos en otras
familias, sealando que un 64% de los menores haba sufrido problemas de relacin con
sus padres, un 31% incapacidad pedaggica de sus padres biolgicos, 29% de los casos
problemas de relacin afectiva entre sus padres, 17% abusos, 15% drogodependencias,
12% abandono afectivo, 12% incesto, 8% delincuencia y 3% prostitucin. En torno a un
58% de los adolescentes haban vivido con otras familias de acogida. Reeuwijk y Berben
sealaron que nicamente un 53% de los menores haban pasado directamente de su
familia natural a una familia de acogida; del 46% restante, un 24% de los nios procede
de otras familias de acogida, un 10% de acogimiento residencial, y los dems de otros
centros asistenciales. Actualmente, la poltica social, influenciada por las tendencias
procedentes de Blgica y Holanda especialmente, insiste en el desarrollo e implantacin
reglada de acogimientos especializados. Como indican Daz- Aguado y Martnez (2006),
los recursos de acogimiento, sea residencial o familiar, deben priorizar y mejorar sus
programas dirigidos a reforzar la adaptacin de esta poblacin en el sistema educativo en
aras a compensar las desigualdades iniciales.
La mayora de los nios en situacin de acogimiento o adopcin han
experimentado traumas significativos en sus cortas vidas, cambios de residencia y
escuela, falta de apoyos, dificultades por falta de atencin y concentracin, problemas de
salud e insatisfaccin de las necesidades bsicas, prdidas de personas significativas, y en
algunos casos estancias con diferentes familias educadoras. Entre los problemas ms
comunes destacan (Asensio y Gonzlez, 2000; Simms, Dubowitz y Szilagyi, 2000:
Fernndez del Valle, lvarez y Bravo, 2003; Gonzalvo, 2003; Mulas et al., 2003; Jimnez
y Palacios, 2008; Ringeisen, Casanueva, Urato y Cross, 2008; Casas y Montserrat, 2009):
1) Dificultades de aprendizaje e inadaptacin escolar: hbitos de estudio
inexistentes, baja motivacin hacia el aprendizaje, falta de atencin, no consecucin de
objetivos educativos bsicos como lectura, escritura, etc., lo cual lleva a una
68
Dificultades
de
comunicacin:
los
nios
procedentes
de
familias
71
lo largo del proceso de acogida. Tambin indican que conformen transcurren los aos en
acogida resulta ms difcil que un menor regrese con su familia biolgica.
Tal y como comentan Amors et al. (2003), a lo largo del proceso de acogimiento,
la gran mayora de menores experimentan cambios positivos en su desarrollo fsico,
desarrollo emocional, hbitos cotidianos, desarrollo intelectual y lingstico. Estos
cambios se producen con rapidez, aunque varan en cada caso concreto siendo los
menores que presentan maltrato quienes evolucionan con mayor lentitud. An as, se debe
destacar que incluso ao y medio despus del acogimiento existe un 40% de menores que
presenta todava dificultades de integracin y rendimiento escolar. No obstante, su
integracin social mejora considerablemente; al ao y medio de seguimiento aparece un
4% de menores con problemas de integracin social nicamente. Existen discrepancias
entre las opiniones respecto a los contactos con la familia biolgica, ya que un 55% de los
menores lo ha experimentado como bueno, frente a un 40% de los menores que lo ha
experimentado como poco satisfactorio. En cuanto a las relaciones afectivas entre los
menores y sus familias biolgicas se producen cambios desfavorables en un 20% de los
casos. La integracin con la familia de acogida por parte de estos nios no est exenta de
problemas (temor, indiferencia, pasividad...), an as se producen buenos progresos entre
sus relaciones afectivas e integracin en la familia de acogida.
La prediccin de probabilidad de reunificacin familiar de un menor en acogida
no parece hacerse sobre la base de un nico indicador aislado. El retorno es menos
probable cuando en la situacin familiar inicial coinciden datos muy negativos en los
mbitos de organizacin de la vida cotidiana, relaciones padres-hijos, y actitud ante el
acogimiento y la intervencin. Determinadas circunstancias de partida como la existencia
de maltrato fsico y el imposible cumplimiento de los deberes parentales se asocian con
menor probabilidad de retorno. La problemtica de la familia biolgica y el tipo de
tratamiento que reciben muestra relacin con la probabilidad de retorno del menor,
adquiriendo gran relevancia su adhesin a programas de rehabilitacin por dependencia
de sustancias, ya que dicha circunstancia suele ser la problemtica ms comn que
presentan (Brook y McDonald, 2009; Meyer, McWey, McKendrick y Henderson, 2010).
El tipo y duracin del acogimiento tambin es importante para predecir la
probabilidad de retorno del menor, as, los acogimientos de urgencia y los de menor
duracin se asocian a mayor porcentaje de retornos, por el contrario, cuando se prolonga
72
73
(28%), negacin y confusin de su historia personal (14%), ansiedad ante las tareas
escolares (14%) y problemas de autoestima (9%). En relacin a los conflictos sociales
obtienen: agresividad fsica y verbal (62%) e incumplimiento de normas (57%). Del
conjunto de los problemas de adaptacin indicados, los ms frecuentes son las agresiones
verbales por parte del menor acogido (amenazas y agresividad verbal), as como el
incumplimiento de normas.
Este tipo de problemtica requiere atencin especializada por parte de los
servicios de seguimiento (Gonzlez et al., 2001; Jimnez y Palacios, 2008). Segn Barth
y Miller (2000), los servicios post- adopcin deben ser de cuatro tipos: de carcter
educativo- formativo (reuniones o seminarios para tratar temas concretos), de facilitacin
de redes de apoyo, de carcter clnico y de carcter asistencial (ayudas econmicas).
Al respecto, Palacios (2007) indica que la mayor parte de las familias adoptivas
acuden a los servicios de post- adopcin a raz de algn problema que el adoptado
presenta. Aunque esos problemas pueden estar relacionados con cualquier aspecto, el
autor indica que existen una serie de dificultades que se presentan en la mayor parte de
los casos. Dichas dificultades hacen referencia a siete grandes reas: salud, desarrollo,
problemas de conducta, apego, sentimientos de prdida, comunicacin sobre la adopcin
y bsqueda de orgenes. Palacios (2007) destaca el carcter de ayuda educativa y
psicolgica de estos servicios, sealando a su vez que se trata de un servicio de gran
ayuda a las familias adoptivas que debe ser potenciado y estructurado de forma ms
homognea, generalizada y profesionalizada. Segn Rushton, Monck, Upright y
Davidson (2006), las familias adoptivas deben beneficiarse de un asesoramiento que les
ayude a entender los problemas que sus hijos o la situacin adoptiva les estn planteando,
as como a abordarlos de la manera ms eficaz posible con estrategias educativas
adecuadas, siendo ms intenso dicho apoyo en funcin de la gravedad de la problemtica
existente.
Sobre las problemticas ms frecuentes que se producen en cada una de las reas
indicadas por Palacios (2007) destaca en primer lugar, en el rea de la salud, los
problemas de crecimiento, desnutricin y enfermedades mdicas en un 30% de los
menores. Este tipo de problemtica suele recuperarse tras tres aos de la llegada del
menor a su familia adoptiva. Por lo que se refiere al desarrollo psicolgico, los menores
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suelen presentar problemas de retraso para la edad cronolgica (44%) en todos los
mbitos (motricidad, comunicacin, desarrollo cognitivo, etc.). Pasado un periodo de tres
aos tambin se observan mejoras en el desarrollo psicolgico, aunque no tan
generalizadas como en el desarrollo fsico.
Enfatizando la labor que desempean las familias de acogida, Jimnez y Palacios
(2008), comentan que la caracterizacin que hacen los acogedores de los nios y nias al
inicio del acogimiento es negativa (en un 62% de los casos) sea por razones fsicas
(delgadez, desnutricin, etc.) o psicolgicas (tristeza, nerviosismo, etc.). Tras el periodo
de adaptacin inicial, la evolucin es en general satisfactoria y se relaciona con diversos
factores personales (cuantos ms problemas de conducta, menos satisfaccin) y del hogar
(cuanto menos estimulante es el hogar, menos favorable es la evolucin de la adaptacin).
Ahora bien, investigaciones actuales sealan la necesidad de implicar en mayor
medida a todos los contextos y niveles que interaccionan con el menor, ya que la
responsabilidad principal de su evolucin y progreso del menor no es exclusiva de la
familia de acogida sino que tambin se encuentran implicados otros contextos que
resultan relevantes en el desarrollo del menor en acogida (Martn y Gonzlez, 2007;
Martn, Torbay y Rodrguez, 2008).
2.6. Factores asociados al xito del acogimiento familiar
El trabajo directo con los protagonistas del acogimiento familiar (menor, familia
educadora y familia biolgica) ha permitido a los profesionales tomar conciencia de
numerosos factores ligados al xito o fracaso de esta medida. Factores como la edad del
menor, la existencia de problemas de conducta y la historia de acogimientos previos
suelen mostrar mayor probabilidad de rupturas en los nuevos acogimientos del menor. A
su vez, la relacin establecida entre el menor con sus acogedores resulta un factor de
proteccin esencial en la estabilidad del acogimiento (Sinclair y Wilson, 2003;
Oosterman, Schuengel, Slot, Bullens y Doreleijers, 2007).
An as, como sealan diferentes autores (Altsuler y Gleeson, 1999; Shaw, 2010),
las evaluaciones respecto al xito del acogimiento familiar se han focalizado
mayoritariamente en la seguridad de los menores as como en el tiempo de permanencia
de stos en el acogimiento, sin que se haya progresado suficientemente en la
75
nivel de integracin que alcanzan, en sus familias de acogida, los menores sometidos a la
experiencia de acogimiento familiar como medida de proteccin infantil. Sus resultados
indican que para que el acogimiento constituya un recurso de proteccin adecuado para el
menor, no debe obligarle a renunciar a su identidad familiar. El nio ha de percibir que su
familia de acogida siente gran respeto hacia su familia natural y el hecho de estar acogido
no debe privarle de la presencia fsica y psicolgica de su familia biolgica. De esta
forma, se evita que el menor desarrolle un conflicto de lealtades que dificultara en gran
medida su integracin en la familia acogedora. A pesar de dicho resultado, existen
discrepancias entre las opiniones respecto a los contactos con la familia biolgica, ya que
algunos menores parecen adaptarse bien a dicha situacin pero, existe un gran porcentaje
de nios y nias que no logran asimilar las emociones y discrepancias que les provoca
dicha situacin (Amors et al., 2003; Mestre et al., 2003).
En lo que respecta a la validez del instrumento, aunque el reducido tamao
muestral no permite garantizar la estabilidad de la solucin factorial, el anlisis de
componentes principales llevado a cabo para examinar su dimensionalidad mostr una
estructura de 3 factores que presentaban una gran coherencia terica: la percepcin por
parte del nio de que sus sentimientos y su relacin con su familia biolgica son
aceptadas por la familia de acogida, los sentimientos de pertenencia afectiva del nio a la
familia de acogida y la percepcin que el nio tiene sobre la relacin que mantiene su
familia acogedora con sus progenitores. En general, los datos parecen constatar que el
IMFA posee una adecuada validez de criterio. No obstante, este trabajo solo considera los
vnculos familiares entre el menor, sus progenitores y su familia de acogida, mientras que
otros estudios aaden otras variables que pueden predecir el ajuste del nio, como son sus
expectativas de futuro o su relacin con otros contextos como el barrio o los vecinos
(Chapman, Anda, Feliti, Dube, Edwards y Whitfield, 2004), objetivo que pretende cubrir
tambin este trabajo.
Balluerka et al. (2002), concluyen que dada la importancia del acogimiento
familiar de larga duracin como medida de proteccin infantil efectiva es fundamental
prestar atencin a la calidad de los vnculos que se establecen entre las partes implicadas,
as como al nivel de bienestar que presenta el menor en acogida; el grado de integracin
del menor en la familia de acogida puede ser considerado como un buen reflejo de la
adaptacin del mismo en sus diferentes contextos de interaccin, as como de la medida
77
78
79
respecto, Herce et al. (2003) indican que los menores de siete aos de edad suelen tener
mayor facilidad de integracin en la familia de acogida, existiendo una mayor
probabilidad de experimentar dificultades en nios con edades superiores a los siete aos.
Asimismo, Walsh y Walsh (1990) encontraron que los menores que haban permanecido
con varias familias acogedoras o que haban sido institucionalizados en varias ocasiones,
tenan mayores dificultades de integracin con su familia acogedora actual.
Entre los predictores ms significativos que influyen sobre la integracin del
menor en la familia de acogida suelen sealarse: ausencia de acogimientos previos,
menores con pocos problemas emocionales y conductuales, relacin afectiva con la
familia de acogida, as como el establecimiento de un horario y control sobre las visitas
con su familia biolgica (Redding, Fried y Brietner, 2000).
A largo plazo, diversas adversidades experimentadas por estos menores, como
suelen ser situaciones de malos tratos previos al acogimiento, la inestabilidad en las
medidas de acogimiento posteriores, problemas psicolgicos o historia de abuso de
drogas en la adolescencia, se asocian a bajos niveles escolares y a dificultades de
integracin laboral, pudiendo afectar a su nivel de bienestar econmico en el inicio de la
edad adulta (Pecora, Kessler, O`Brien, Soller, Williams, Hiripi, English, White y Herrick,
2006; Naccarato, Brophy y Courtney, 2010; Stott y Gustavsson, 2010). Este aspecto
muestra la necesidad de apoyar y mejorar los servicios de seguimiento de estos menores
as como el tipo de intervencin que con ellos se realiza (Leathers, Atkins, Spielfogel,
McMeel, Wesley y Davis, 2009).
B) Autoconcepto
Histricamente, disponemos en psicologa de una muy rica tradicin de
aproximaciones a toda la problemtica del yo. Las primeras formulaciones se remontan a
principios de siglo y llevan a James y su distincin entre el yo (el sujeto, el que conoce)
y el mi (el yo como objeto, como lo conocido); llevan tambin a las primeras
propuestas del interaccionismo simblico a travs de autores como Cooley, Mead o
Baldwin, que insistieron en el yo como una construccin social, enfoque
paradigmticamente reflejado en la frmula de Cooley de el yo como espejo (es decir,
las personas significativas para el nio constituyen el espejo en el que se mira para tomar
conciencia de la visin que de l tienen los dems, visin que luego incorporar como su
80
propia forma de verse a s mismo). Tambin las aportaciones de Freud remarcan que el yo
constituye la instancia psquica encargada de resolver los conflictos entre los deseos
internos profundos y las imposiciones externas, una instancia sujeta a un largo proceso de
desarrollo. Estn adems los puntos de vista netamente sociogenticos propuestos por
Wallon en Francia (el yo como biparticin ntima de las relaciones con el otro, con el
que al principio est confundido en una simbiosis de sociabilidad sincrtica) y por
Vygotski en la Unin Sovitica (la individualidad se refracta a travs del prisma de las
relaciones con otras personas) (Hidalgo y Palacios, 2005).
En la aproximacin evolutiva ms actual sobre el conocimiento de s mismo, es
posible encontrar retomadas muchas de estas formulaciones tempranas. As, la postura
dualista respecto al yo defendida por James es reconocible en la distincin que realizan
Lewis y Brooks-Gunn entre el yo existencial (la conciencia de uno mismo como
diferente de los dems) y el yo categorial (el yo como objeto, constituido por las
capacidades, actitudes y valores que componen el propio concepto de s mismo) para
referirse al surgimiento del conocimiento de s mismo durante la primera infancia.
Igualmente, los presupuestos interaccionistas y constructivistas presentes tanto en los
planteamientos de Mead y Cooley, como en los de Wallon y Vygotski, han sido
ampliamente retomados en los anlisis evolutivos recientes, entre los que predomina una
forma de entender el desarrollo del conocimiento de s mismo como un proceso de
construccin social, ntimamente relacionado con el conocimiento que elaboramos acerca
de las otras personas y del mundo social y en el que, desde los primeros momentos de la
vida, se atribuye un papel activo a la persona (Hidalgo y Palacios, 2005).
El autoconcepto, la imagen de nosotros mismos, se refiere al conjunto de
caractersticas o atributos utilizados para definirnos a nosotros mismos como individuos y
para diferenciarnos de los dems. El autoconcepto se relaciona con los aspectos
cognitivos del sistema del yo e integra el conocimiento que cada persona tiene de s
misma como ser nico. Se trata de un conocimiento que no est presente en el momento
del nacimiento, sino que es el resultado de un proceso activo de construccin por parte del
sujeto a lo largo de todo su desarrollo. El autoconcepto empieza a definirse durante la
primera infancia, aunque son los restantes aos de la infancia y la adolescencia las etapas
en que conoce una mayor elaboracin (Prez y Garaigordobil, 2004).
81
82
83
Torres-Gmez et al. (2006), indican que los menores que se encuentran integrados
plenamente en su familia acogedora presentan un mejor autoconcepto. Dicha
investigacin incide en la relevancia que adquiere para el menor su relacin con la familia
biolgica y la posibilidad de mantener contactos formales con stos. Las autoras indican
que aquellos menores que se sienten queridos por sus padres biolgicos presentan un
mejor autoconcepto.
El nivel de integracin del menor en su familia de acogida tambin afectaba al
desarrollo del autoconcepto. Segn Torres-Gmez et al. (2006), los menores con bajo
nivel de integracin en su familia de acogida muestran problemas de autoconcepto; las
situaciones de desproteccin (malos tratos fsicos, abandono emocional e incapacidad
parental) se asocian con peores resultados en la dimensin del autoconcepto de
popularidad.
Un estudio realizado por Martn-Martn (1999), a travs de un diseo cuasi
experimental, analiza los efectos del maltrato en el autoconcepto de un conjunto de
adolescentes, comparando dos grupos (en uno los sujetos haban sufrido maltrato y en el
otro no). Los resultados muestran diferencias en las puntuaciones de autoconcepto
general, nivel de salud, ajuste emocional y ansiedad, siendo significativamente peores en
el grupo que haba sufrido maltrato (Salas, Bernedo, Fuentes y Garca, 2010).
Jimnez y Palacios (2008), midieron el nivel de autoestima de los menores en
diferentes modalidades de acogimiento a partir de tres escalas de autoestima (escala de
autoestima de Rosenberg, escala Pictorial scale of perceived competence and social
acceptance for young children y escala The perceived competence scale for children
aplicadas en sus versiones espaolas) en funcin de la edad del menor. Los autores
indican que las puntuaciones se sitan mayoritariamente en los niveles medios de
desarrollo, obteniendo peores puntuaciones los menores con antecedentes de
desproteccin y con historia de acogimiento.
Dentro de esta temtica, en el estudio realizado por Milan y Pinderhughes (2000)
se observa que, al inicio del acogimiento, el autoconcepto de los menores se encuentra
significativamente relacionado con la severidad de los malos tratos experimentados en su
familia biolgica. El autoconcepto predeca de forma significativa la percepcin que los
menores acogidos tenan de su relacin subsiguiente con sus madres de acogida. As, los
84
menores que tenan mejor autoconcepto tendan a percibir sus nuevas relaciones con las
madres de acogida como ms positivas afectivamente y se mostraban ms deseosos de
una relacin cercana con sus acogedoras. En esta misma lnea, el trabajo de Price y
Landsverk (1998), explica como los nios en acogimiento que han sufrido experiencias
previas de malos tratos tienden a procesar la informacin social a partir de los esquemas
cognitivos que han generado en dichas experiencias familiares tempranas, afectando esto
a su nivel de integracin social y provocndoles problemas de conducta.
Siguiendo a Torres- Gmez et al. (2006), algunos trabajos muestran cmo el
autoconcepto elevado supone un factor de resiliencia en los menores vctimas de malos
tratos. La autoras comentan que estos resultados son consistentes con el consenso
existente en la actualidad acerca de la emergencia del autoconcepto en el contexto de las
interacciones del nio con sus principales cuidadores y, ms especficamente, con las
predicciones derivadas tanto desde la teora del apego, como desde los modelos sobre el
procesamiento de la informacin social, acerca de la influencia de las relaciones
familiares tempranas en la formacin de los esquemas o modelos internos del
conocimiento y en los sentimientos sobre uno mismo, los otros y las relaciones.
Diferentes estudios muestran la importancia de fomentar la autonoma y autoeficacia de
estos menores como mecanismo de proteccin ante la adversidad que experimentan
(Daining y DePanfilis, 2007; Samuels y Pryce, 2008). Entre los factores que promueven
la resiliencia en este colectivo de menores destacan el sentido de competencia, las metas u
objetivos de futuro, el apoyo social y la insercin en actividades o servicios de la
comunidad (Hass y Graydon, 2009).
Con carcter mas reciente, Salas, Bernedo, Fuentes y Garca (2010) midieron el
autoconcepto en un grupo de menores que se encuentran en acogimiento por familia
ajena. En dicho estudio se concluye que los nios y nias presentan un nivel elevado de
autoconcepto. A su vez, las situaciones de malos tratos previos experimentadas por estos
menores no muestran relacin con su autoconcepto actual, atribuyendo este resultado a
los efectos positivos que la medida de acogimiento familiar ha podido ejercer sobre la
adaptacin de los menores, ya que stos se encontraban en acogimiento permanente,
presentando una media de 4.5 aos de duracin del acogimiento actual. Los autores
tambin indican que gran parte de la investigacin nacional sobre el nivel de
autoconcepto de los menores en acogimiento familiar estudia de forma conjunta a
85
86
detectar las necesidades del menor, el nivel de apoyo social que recibe y el estilo
educativo democrtico.
Diferentes estudios sealan una serie de competencias previas en la familia
acogedora que facilitan la buena integracin del menor en acogida. En este sentido,
Buehler, Rhodes, Orme y Cuddeback (2006) indican doce competencias de los
acogedores que tienden a garantizar el buen funcionamiento del acogimiento:
proporcionar un ambiente seguro al menor, proporcionar un modelo de crianza y un
ambiente estable en la familia, proporcionar educacin y motivacin de xito, conocer las
necesidades de salud del menor (fsicas y psicolgicas), promover el desarrollo social y
emocional del nio, apoyar y tolerar la historia previa del menor as como sus orgenes
culturales, ofrecerle apoyo permanente, promover el bienestar en la familia de acogida y
superar las diferentes demandas que surgen en el proceso de acogimiento, tolerar y apoyar
al menor en sus visitas con la familia biolgica y trabajar conjuntamente con todas las
personas implicadas en el acogimiento.
Otros estudios (Harden, Meisch, Vick y Pandohie-Johnson, 2008) refieren seis
indicadores de calidad del acogimiento por parte de los acogedores, los cuales facilitan la
buena integracin del menor en acogida: nivel de compromiso y motivacin con el
acogimiento, predisposicin para ayudar al menor a superar sus problemas,
predisposicin para participar y tolerar las relaciones que el menor establezca con su
familia biolgica, tener parentesco familiar con el menor, tener experiencia en el
acogimiento y mantener una buena relacin con los servicios profesionales encargados de
la gestin del acogimiento. Entre estos seis indicadores, los autores sealan como
indicador ms potente el nivel de compromiso de los acogedores respecto al cuidado del
menor, explicando dicho compromiso como la capacidad para establecer un vnculo de
apego con el menor acogido.
Por su parte, Jimnez y Palacios (2008), sealan una serie de indicadores
asociados a la familia de acogida que muestran relacin con el buen funcionamiento del
acogimiento. Indican que las familias de acogida satisfechas con el funcionamiento del
acogimiento facilitan la adaptacin del menor en su familia; estas familias presentan un
estilo educativo democrtico y con niveles bajos de estrs parental. Los autores destacan
la importancia de la estimulacin educativa por parte de la familia de acogida hacia el
87
menor, de tal manera que existe un desarrollo ms ptimo en aquellos menores que tienen
acogedores con habilidades educativas ms idneas (de estilo democrtico).
Tambin Amors et al. (2003), refieren la existencia de factores en la familia de
acogida que pueden beneficiar la integracin del menor en sta, siendo dichos factores la
calidad de la relacin de pareja establecida entre los acogedores, sus capacidades
educativas y su percepcin de apoyo profesional recibido en el proceso de acogimiento.
As, por un lado destacan los recursos personales (nivel educativo, situacin laboral y
econmica) y sociales (apoyo familiar y social), factores que se han mostrado
significativamente relacionados con las mejoras en el desarrollo cognitivo y de la
personalidad de los nios de la muestra; y por otro lado, las relaciones de pareja, las
estrategias educativas y la evolucin de la dinmica familiar durante el acogimiento,
factores que se han mostrado significativamente asociados con prcticamente todos los
mbitos de desarrollo psicolgicos tratados en la presente temtica.
Adicionalmente, como indicadores que predicen un buen funcionamiento del
acogimiento, garantizando con ello su estabilidad, suelen sealarse la capacidad de los
acogedores para poner lmites al menor y el nivel de apoyo social que presenta la familia
de acogida (Brown, 2007; Crum, 2010), as como la existencia de determinadas
caractersticas del menor acogido, entre las que destacan su edad, historia de
acogimientos previos, antecedentes de maltrato y el buen funcionamiento de la relacin
que establece con sus cuidadores (Rhodes, Orme y McSurdy, 2003; Smith, 2003).
En la modalidad de acogimiento por familia extensa, estudios previos (Fuentes,
Bernedo y Fernndez- Molina, 2008; Fuentes y Bernedo, 2009) concluyen que los
adolescentes que perciben a sus abuelos y abuelas ms afectivos y con estilo inductivo de
establecer las normas presentan menos problemas de conducta. A su vez, desarrollar
programas de asesoramiento a las familias acogedoras, as como fomentar la colaboracin
entre las dos familias del menor (biolgica y acogedora) pueden ayudar a disminuir los
problemas de conducta externalizantes que presentan algunos menores en acogimiento
(Linares, Montalto, Li y Oza, 2006).
Algunos autores (Shapiro, Shapiro y Paret, 2001; Snchez, 2002), consideran un
factor de riesgo el que los menores vivan con sus abuelos en el mismo entorno social que
tenan con sus padres porque pueden manifestar problemas de conducta, emocionales,
88
escolares, sociales, de salud, etc. En cambio, otros autores (Starr et al., 1999; Keller et al.,
2001) indican que los menores acogidos por sus familias presentan menos problemas de
conducta y sociales.
Los problemas conductuales del menor, as como el nmero de hijos biolgicos
que conviven con la familia acogedora muestra relacin con el nivel de integracin del
menor acogido (Leathers, 2006; Barth, Weigensberg, Fisher, Fetrow y Green, 2008). Otro
estudio realizado por Herce et al. (2003), indica que existe una mejor integracin del
menor en la familia de acogida cuando los acogedores no presentan hijos biolgicos o
nicamente tienen un hijo, cuando los acogedores son menores de 50 aos de edad y
acuden al acogimiento porque desean realizar un acto de solidaridad, y aceptan la relacin
del menor con su familia biolgica. Sealan las autoras que la situacin ms favorable
para el menor, con relacin a la frecuencia de las visitas por parte de su familia biolgica,
parece ser aquella en la que el menor mantiene contacto regular con ellos pero dejando
transcurrir un determinado intervalo temporal entre los diversos contactos. Se observa la
necesidad de establecer un horario predeterminado para las visitas del menor con su
familia biolgica, pudiendo surgir problemas emocionales y de conducta en menores que
padecen desrdenes en el mantenimiento de sus contactos con la familia biolgica,
interfiriendo en su integracin con la familia de acogida (Leathers, 2003).
Apoyando los resultados de los estudios sobre acogimiento, tambin se han
encontrado ms problemas de conducta en los adoptados cuando las familias adoptivas
tienen conflictos familiares importantes, que en los menores que viven en familias
adoptivas sanas. La aparicin del trastorno depresivo en la vida adulta de los adoptados se
asoci, en los chicos, con la presencia de un miembro de la familia adoptiva con
problemas de alcohol, y en las chicas, con la presencia de problemas de conducta o
ruptura familiar adoptiva por separacin o divorcio. Asimismo, la presencia de trastornos
psiquitricos en los padres adoptivos se asoci con depresin en los adoptados (Ferr,
2000).
Berry, Cabazos, Barth y Needell (1998), comentan una serie de caractersticas en
las familias adoptivas que contribuyen a la buena adaptacin del menor adoptado, como
la aceptacin de su historia previa antes de la adopcin, el nivel de apertura de la
adopcin y la intimidad familiar o percepcin de los padres adoptivos de su relacin de
afecto y comunicacin con el hijo. La influencia del grado de apertura de la adopcin, en
89
cuanto a la colaboracin entre la familia biolgica y adoptiva ha sido uno de los aspectos
estudiados en la adaptacin del menor adoptado (Grotevant, Ross, Marchel y McRoy,
1999; Jonson, 2002), indicando que el nivel de apertura de la familia adoptiva para
comunicarse con la familia biolgica del menor y aceptar su historia previa resulta
beneficioso en el proceso de adaptacin del menor adoptado.
Fernndez (2004), al analizar las relaciones entre padres e hijos adolescentes en
familias adoptivas comprob que los padres adoptivos que obtuvieron menores
puntuaciones en el factor crtica- rechazo hacia los hijos y en la forma rgida de poner las
normas, y mayores puntuaciones en la forma inductiva, fueron los que consideraron que
sus hijos tenan menos problemas de conducta, aumentando su satisfaccin con el recurso
de adopcin. Tambin Snchez (2002), indica que los menores adoptados que evalan
como satisfactoria su relacin con su familia adoptiva presentan menos problemas de
conducta y emocionales.
A su vez, Palacios (2009) destaca que los menores adoptados con mayor nmero
de problemas de conducta y de mayor edad muestran ms dificultades de integracin en la
familia adoptiva; a su vez indica que la preparacin de los padres adoptivos, as como su
motivacin en la adopcin, resultan esenciales para facilitar la adaptacin del menor.
Destaca la relevancia de los vnculos de apego establecidos entre el menor y su familia
adoptiva, como factor principal que garantiza la integracin familiar del menor. Para ello,
es importante que los padres adoptivos cuenten con servicios profesionalizados de
seguimiento y de apoyo tras la adopcin.
90
91
92
CAPTULO 3
Metodologa de la investigacin
Seguidamente se plantean los objetivos e hiptesis de la investigacin, las
caractersticas del mtodo desarrollado, concretando los participantes, instrumentos y
procedimiento llevado a cabo, as como una breve indicacin del anlisis de resultados
realizado.
El objetivo principal del presente trabajo consiste en analizar variables del menor
y de la familia acogedora que se relacionan con un nivel ptimo de adaptacin del nio/a
al proceso de acogimiento. El estudio de dicho objetivo principal comprende los
siguientes objetivos especficos:
a.
b.
c.
Detectar la relacin que pueda existir entre las variables del menor, de la
familia de acogida y el nivel de adaptacin al proceso de acogimiento
(valorado por el menor y por los tcnicos).
d.
93
c) Los menores que tengan un nivel ms elevado de autoconcepto, con una historia
de desproteccin menos problemtica y que presenten familias de acogida con las
caractersticas psicolgicas descritas, obtendrn niveles de adaptacin ms
elevados.
3.2. Mtodo
3.2.1. Participantes
Los participantes son tres colectivos: los menores en acogimiento familiar, las
familias de acogida y los tcnicos encargados del seguimiento.
95
Edad
Menores
7- 10
11- 13
14- 16
Mujeres acogedoras
34- 40
41- 53
54- 67
Varones acogedores
39- 48
49- 58
59- 71
Frecuencia
8
6
7
38
29
33
5
10
9
21
42
37
8
6
5
42
32
26
96
mientras, los varones presentan una edad media de 52 aos, abarcando el intervalo entre
los 39 y 71 aos de edad (ver tabla 1).
3.2.2. Instrumentos
barrio en el que vive y el colegio. Dichos tems (basados en el estudio de Chapman et al.,
2004) intentan captar el grado de conocimiento y bienestar que presentan los menores de
acogida respecto al sistema de proteccin infantil, englobndose en diez escalas: relacin
con la familia de acogida, expectativas de reunificacin, visitas con la familia biolgica,
relaciones entre las dos familias (de acogida y biolgica), relaciones con la comunidad,
toma de decisiones, relacin con el sistema de proteccin, satisfaccin con el sistema,
funcionamiento del sistema y deseabilidad social.
98
Subescala 3. Visitas con la familia biolgica (FB): informa sobre los sentimientos
y pensamientos que tiene el menor respecto a las visitas que recibe por parte de su
familia de origen (padres, hermanos, abuelos, etc.). Por ejemplo: Estar en
contacto con mi familia es muy importante para m.
99
Subescala 10. Deseabilidad social (DS): valora la tendencia del sujeto a responder
los tems de forma positiva, sobrevalorando sus cualidades y ocultando los
defectos o problemas. Por ejemplo: Soy el/la ms simptico/a de todo el colegio.
N de tems
6
11
5
7
7
3
4
5
4
2
Alpha de Cronbach
0.89
0.88
0.86
0.86
0.83
0.72
0.64
0.63
0.25
0.24
en
orden
aleatorio
de
cada
uno
de
los
tems
por
100
tienen sus compaeros sobre l en estos temas, a travs de frases de este tipo: se
me olvida lo que aprendo, soy listo, a mis amigos les gustan mis ideas, etc.
Factor III, autoconcepto fsico: trata de detectar los juicios que el nio tiene sobre
su cuerpo, rostro y aspecto fsico en general. Algunos tems representativos son:
soy guapo, tengo los ojos bonitos, etc.
Factor VI, autoconcepto de ansiedad (en sentido inverso): intenta captar el estado
de nimo o equilibrio emocional general que despliega el nio en su vida diaria.
Los tems son semejantes a las escalas que evalan la ansiedad o la estabilidad
emocional, por ejemplo: duermo bien por la noche, me pongo nervioso cuando
me pregunta el profesor, etc.
que componen cada dimensin del autoconcepto, as como los coeficientes alpha de
Cronbach obtenidos en las subescalas del Cuestionario Piers-Harris por los participantes.
Al respecto, se observa que la mayor parte de las dimensiones del autoconcepto obtienen
ndices de consistencia interna superiores a 0.66, con la excepcin del autoconcepto
intelectual (0.51) y el autoconcepto de felicidad (0.33).
N tems
18
12
12
12
17
9
Alpha de Cronbach
0.83
0.82
0.73
0.66
0.51
0.33
102
103
104
105
cada subescala del Cuestionario CUIDA, as como los ndices de consistencia interna que
presentan.
Subescala
Sociabilidad
Autoestima
Equilibrio emocional
Tolerancia a la frustracin
Capacidad de resolver problemas
Deseabilidad social
Reflexividad
Capacidad de resolver el duelo
Empata
Asertividad
Apertura
Altruismo
Independencia
Capacidad de establecer vnculos de apego
Flexibilidad
N tems
13
13
14
13
13
11
13
13
13
11
12
12
11
11
11
Alpha de Cronbach
0.86
0.86
0.85
0.84
0.80
0.79
0.77
0.77
0.76
0.68
0.66
0.64
0.62
0.61
0.56
Fecha de nacimiento.
106
Buena relacin con la familia de acogida: este tem valora la calidad de la relacin
que tiene el menor con sus acogedores, si se encuentra integrado en su familia de
acogida, si le tratan como a uno ms, etc.
107
Buenas relaciones con colegio y barrio: informa sobre el nivel de bienestar que
tiene el menor respecto a su entorno, las relaciones con sus iguales y con los
adultos con los que interacciona.
Buena relacin con los tcnicos: valora la relacin que mantiene el profesional
con el menor, si escucha al menor, si se preocupa por l/ella.
1) Contactos telefnicos: se realizan como mnimo una vez al mes para concertar
la visita domiciliaria; an as pueden producirse diferentes contactos telefnicos al mes
entre la familia de acogida, el menor y los tcnicos, ya que se trata del recurso de
seguimiento ms utilizado para consultar temas puntuales sobre el acogimiento.
109
3) rea afectiva: problemas de relacin con los acogedores, celos de los hijos
biolgicos que conviven con la familia acogedora, tristeza y desmotivacin, bajo
autoconcepto y autoestima, inmadurez/ conductas infantiles, dependencia emocional,
dificultades de comunicacin personal (reservado/ inhibido) y rabia/ frustracin.
110
3.2.3. Procedimiento
2007
2008
2010
A su vez, se han realizado diversos anlisis de regresin lineal simple, los cuales
permiten detectar relaciones entre el nivel de adaptacin del menor al proceso de
acogimiento, su autoconcepto y las caractersticas de la familia de acogida. As, la
variable adaptacin del menor se encuentra medida en dos espacios temporales diferentes.
En un primer momento, por parte del menor, sobre su propia percepcin. Y en segundo
112
lugar, transcurridos dos aos, se obtiene el nivel de adaptacin del menor a partir de la
valoracin de los tcnicos encargados del acogimiento, y a partir del tipo y cantidad de
conflictos existentes en el seguimiento.
113
114
CAPTULO 4
Resultados de la investigacin
Seguidamente se presentan en diferentes apartados los resultados que se han
obtenido en el estudio de las variables del menor (historia previa y autoconcepto), las
variables de la familia de acogida (perfil CUIDA), medicin del nivel de adaptacin que
obtiene cada menor a partir de la escala EAM, la relacin entre las variables estudiadas y
por ltimo, el anlisis de la adaptacin tras el seguimiento de dos aos.
115
Frecuencia
N = 21
Porcentaje %
2
3
5
11
9.6
14.3
23.7
52.4
4
8
7
2
19
38.1
33.3
9.5
17
4
81
19
12
4
4
3
3
2
2
57
19
19
14.3
14.3
9.5
9.5
8
13
38
62
8
8
5
4
3
3
3
3
2
38.1
38.1
23.8
19
14.3
14.3
14.3
14.3
9.5
17
4
81
19
11
10
52
48
7
6
2
2
2
33.3
28.6
9.5
9.5
9.5
12
8
1
57
38
5
116
comparacin con las nias (23%). Teniendo en cuenta la variable edad, si se divide a los
menores en dos grupos en funcin de la edad (menores y mayores de 10 aos), se
obtienen diferencias significativas con los antecedentes de toxicomana en los padres
biolgicos (Chi2 (1) = 3.59; p = .05). En este sentido, el resultado indica que los nios
mayores de 10 aos tienen padres con problemas de toxicomanas (87.5%) en mayor
medida que los nios con edad inferior a los 10 aos (12.5%). No existen otras
diferencias significativas con las variables control edad y gnero.
De cara a determinar la posible existencia de diferencias estadsticamente
significativas entre las variables de la historia previa del menor, se realizan anlisis de
datos categricos (prueba Chi2) entre las variables dicotmicas. Como se puede observar
en la tabla 7, se han obtenido en primer lugar diferencias significativas con la variable
existencia de hermanos biolgicos. Existen diferencias significativas entre la existencia
de hermanos y la existencia de visitas (Chi2 (1) = 4.49; p = .03). Los resultados muestran
que la totalidad de los menores que reciben visitas tienen hermanos (100%). No obstante,
destaca el alto porcentaje de menores que, teniendo hermanos, no recibe visitas (63.6%).
La existencia de hermanos tambin muestra diferencias significativas con los
antecedentes personales de los padres biolgicos, en concreto con la existencia de
renuncia al menor (Chi2 (1) = 5.14; p = .02) y ausencia de paradero desconocido o
antecedentes de fallecimiento en alguno de ellos (Chi2 (1) = 8.02; p = .006), indicando
dicho resultado que los nios con hermanos presentan en la mayor parte de los casos
padres biolgicos que no han renunciado al menor (88.9%) y adems, stos padres
biolgicos del menor se encuentran localizables (100%).
Tienen visitas
No tienen visitas
Existe renuncia parental
Sin renuncia parental
Padres biolgicos en paradero desconocido
Padres biolgicos localizables
Con hermanos
100%
63.6%
33.3%
88.9%
50%
100%
Sin hermanos
0%
36.4%
66.7%
11.1%
50%
0%
118
11.55; p = .001). De tal manera que la mayor parte de los menores que recibe visitas son
por parte de su madre y de sus hermanos (tabla 8).
No le visita la madre
S le visita la madre
No le visita los hermanos
S recibe visitas de los hermanos
Sin visitas
73.3%
0%
78.6%
0%
Con visitas
26.7%
100%
21.4%
100%
Tabla 9: Historia previa del menor: menores con y sin problemas psicolgicos.
119
Tabla 10: Historia previa del menor: menores con y sin problemas de atencin.
La variable existencia de varias adversidades en la familia biolgica presenta
diferencias significativas con los antecedentes de abuso sexual en el menor (Chi2 (1) =
3.5; p = .05), renuncia del menor (Chi2 (1) = 5.6; p = .01), problemas de atencin en el
120
menor (Chi2 (1) = 3.5; p = .05), toxicomanas en los padres biolgicos (Chi2 (1) = 3.5; p
= .05) y encarcelamiento de alguno de los padres biolgicos (Chi2 (1) = 4; p = .04).
Como puede verse en la tabla 11, estos resultados indican que los menores procedentes de
familias biolgicas con una adversidad suelen tener antecedentes de renuncia por parte de
sus padres biolgicos y antecedentes de abuso sexual. A su vez, existen ms problemas de
atencin en el menor as como antecedentes de toxicomanas y de encarcelamiento en los
padres biolgicos cuando el menor procede de familias multiproblemticas.
Abuso sexual
No abuso sexual
Renuncia
No renuncia
Probl. Atencin
No probl. Atencin
Toxicomanas
No toxicomanas
Encarcelamiento
No encarcelamiento
Fam. Bio.
multiproblemtica
0%
68.4%
0%
72%
88%
46%
88%
54%
100%
50%
Fam. Bio.
una adversidad
100%
31.6%
100%
28%
12%
54%
12%
54%
0%
50%
121
del nio (Chi2 (1) = 3.7; p = .05). En este sentido, la totalidad de los menores que ha
sufrido negligencia pertenecen a familias biolgicas que no han renunciado de forma
definitiva al menor y que presentan antecedentes de retraso mental en alguno de los
padres biolgicos.
A modo de resumen se pueden establecer los siguientes resultados ms relevantes
en la historia previa del menor: se trata de menores en acogimiento permanente con una
media alrededor de los seis aos de permanencia en su familia de acogida actual, con
antecedentes de acogimiento residencial, procedentes de familias multiproblemticas, con
hermanos y con antecedentes de desproteccin infantil (principalmente negligencia). La
mitad de los menores tiene contactos con su familia biolgica, principalmente con sus
hermanos y con su madre. A su vez, la mayora de los nios no presenta ningn problema
psicolgico destacable, y cuando lo presenta, suele ser en el rea de la atencin. La casi
totalidad de menores con problemas de atencin posee unos padres biolgicos con
antecedentes de incapacidad parental, alcoholismo, encarcelamiento y abandono
emocional del menor. En cambio, no existen estos problemas de atencin cuando los
padres biolgicos han fallecido o se encuentran ilocalizables. Por ltimo, el maltrato
fsico y emocional de los menores, est asociado con problemas de personalidad en los
padres biolgicos, mientras que la negligencia lo est con el retraso mental de los
mismos.
4.1.2. Autoconcepto
Inicialmente, se han realizado anlisis estadsticos con la finalidad de detectar la
influencia de las variables edad y gnero en el autoconcepto global. En cuanto a la
variable edad, el resultado obtenido mediante las correlaciones de Pearson no resulta
significativo (r = -.04); a su vez, tampoco resultan significativas las diferencias en
autoconcepto mediante la prueba no paramtrica U de Mann- Whitney si se divide a los
menores en dos grupos en funcin de su edad, menores y mayores de 10 aos (U = 49.5;
p = .85). En cuanto a la variable gnero, la prueba Chi2 indica que el gnero no influye
sobre el autoconcepto global (Chi2 (1) = 18.9; p = .33). A su vez, los diferentes anlisis
estadsticos realizados con la finalidad de detectar la posible influencia de las variables
edad y gnero en los subtipos del autoconcepto tampoco han resultado significativos.
122
Media
13.14
11.81
10.24
9
7.7
7.4
60
DT
4.2
2.7
2.1
2.6
1.1
2.5
9.5
Rango
2-18
7-16
5-12
2-12
5-9
4-12
39-76
los antecedentes de los padres biolgicos, los resultados muestran puntuaciones elevadas
en autoconcepto global (U = 6; p = .03), intelectual (U = 7.5; p = .04) y puntuaciones
bajas en autoconcepto ansioso (U = 2; p = .01) cuando existe trastorno psicolgico en los
padres biolgicos; puntuaciones ms altas en autoconcepto de popularidad cuando existen
problemas de toxicomanas en los padres biolgicos (U = 19; p = .01); y puntuaciones
ms altas en autoconcepto global (U = 10.5; p = .03) y puntuaciones ms bajas en
autoconcepto ansioso (U = 1; p = .00) cuando existe retraso mental en los padres
biolgicos.
Autoconcepto
A. Global
A. Global
A. Global
A. Global
Maltrato fsico
50.50 (9.1)
Maltrato emocional
50.25 (8.9)
Trastorno Ps. Padres
70.67 (8.3)
Retraso Mental Padres
69 (8)
No maltrato fsico
61.29 (8.6)
No maltrato emocional
61.35 (8.5)
No trastorno Ps. Padres
57.33 (8.4)
No Retraso Mental Padres
56.94 (8.4)
U
12.5
P
.05
11
.03
.03
10.5
.03
Tabla 13: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) del autoconcepto global
en funcin de la historia previa del menor.
Tal y como puede verse en la tabla 14, el autoconcepto tambin muestra
diferencias significativas con la existencia de problemas psicolgicos y con problemas de
atencin/ concentracin en el menor, de tal manera que aquellos menores que tienen
mejor autoconcepto ansioso presentan ausencia de problemas de atencin/ concentracin
(U = 25; p = 0.04) y adems no tienen problemas psicolgicos (U = 20; p = 0.01).
Autoconcepto
A. Ansioso
A. Ansioso
Problemas Ps.
6 (1.87)
Problemas atencin
6.13 (1.9)
No problemas Ps.
8.5 (2.43)
No Problemas atencin
8.23 (2.52)
U
20
U
25
P
0.01
P
0.04
Tabla 14: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre el nivel de autoconcepto
en funcin de la existencia de problemas psicolgicos y de atencin.
Concretando los resultados ms importantes que se han obtenido entre las
diferentes variables del menor (historia previa y autoconcepto) se puede sealar que: 1)
124
aquellos nios que no han padecido situaciones de desproteccin (maltrato) tienen mejor
autoconcepto, y 2) los antecedentes de los padres biolgicos ejercen influencia sobre el
autoconcepto de los nios, de tal manera que existen puntuaciones ms altas en el
autoconcepto en menores que poseen padres con adversidades (trastorno psiquitrico,
toxicomanas y retraso mental en los progenitores).
4.2. La familia de acogida
4.2.1. Caractersticas y capacidades educativas de los acogedores
Como puede verse en la tabla 15, los resultados descriptivos de las familias
acogedoras muestran que de la totalidad de las personas (N = 43), existen 34 con hijos
biolgicos (79.1%) y su estado civil ms frecuente es el de casado (90.7%). Cabe destacar
que la mayor parte de las personas han realizado acogimientos sucesivos (56%), tienen
estudios bsicos mayoritariamente (58% en mujeres y en varones) y, un 37.5% de las
mujeres acogedoras se dedica a labores del hogar, mientras que la mayor parte de los
varones acogedores trabajan por cuenta ajena (58%).
125
Hijos biolgicos
Con hijos
Sin hijos
Estado civil
Casado
Soltero/ viudo
Experiencia en acogimiento
Acogimientos sucesivos
Acogimiento nico
Estudios Mujer
Bsicos
F.P. / B.U.P.
Superiores
Profesin Mujer
Labores del hogar
Empleo fijo por cuenta ajena
Personal cualificado
Estudios Varn
Bsicos
F.P. / B.U.P.
Superiores
Profesin Varn
Labores del hogar
Empleo fijo por cuenta ajena
Personal cualificado
Frecuencia
34
9
79.1
20.9
39
4
90.7
9.3
24
19
56
44
14
6
4
58
25
17
9
9
6
37.5
37.5
25
11
3
5
58
16
26
1
11
7
5
58
37
126
Subescalas
Deseabilidad social
Inconsistencia de respuesta
Altruismo
Equilibrio Emocional
Capacidad resolucin duelo
Resolucin Conflictos
Sociabilidad
Cuidado afectivo
Cuidado responsable
Reflexividad
Capacidad vnculo de apego
Empata
Tolerancia frustracin
Sensibilidad
Autoestima
Independencia
Apertura
Flexibilidad
Asertividad
Agresividad
Invalidez del Test
Medias
6.5
5.7
5.6
5.5
5.5
5.5
5.5
5.3
5.2
5.2
5.2
5.2
5.1
5.1
4.8
4.8
4.8
4.7
4.7
4.6
0.6
D.T.
1.9
2.9
1.9
1.7
1.6
2
1.8
1.7
1.9
2.2
2.1
2.2
1.8
2.1
1.8
2.2
1.9
2
1.9
2.1
1.6
127
Subescalas
Perfil general
Edad
Estudios
Cuidado afectivo
-.50**
.22
Capacidad de resolver duelos
-.17
.21
Resolver conflictos
-.28
.17
Sociabilidad
-.34*
.08
Cuidado responsable
-.33*
.18
Capacidad de vnculos de apego
-.40**
.16
Empata
-.51**
.09
Tolerancia a la frustracin
-.42**
.16
Sensibilidad
-.57**
.23
Autoestima
-.36*
.29
Apertura
-.40**
.31*
Flexibilidad
-.44**
.21
Asertividad
-.28
.26
Agresividad
.39**
-.15
*La correlacin es significativa al nivel .05; **La correlacin es significativa al nivel .01
Tabla 17: Correlaciones bivariadas del CUIDA con la edad y el nivel de estudios de los
acogedores en su totalidad.
Tras el anlisis de las puntuaciones del perfil general del CUIDA que han
obtenido la totalidad de los participantes, se analiza la posible existencia de diferencias
significativas teniendo en cuenta el gnero del acogedor, mediante la prueba no
paramtrica U de Mann- Whitney o bien mediante el anlisis de correlaciones bivariadas.
En funcin del gnero del acogedor existen diferencias significativas en las
subescalas: equilibrio emocional (U = 152; p = .05), cuidado responsable (U = 132; p =
.01) y deseabilidad social (U = 147; p = .04). Tal y como puede verse en la tabla 18, las
mujeres presentan puntuaciones ms altas en dichas subescalas.
Subescalas
Equilibrio emocional
Cuidado responsable
Deseabilidad social
Mujeres
6 (1.3)
5.9 (1.9)
6.9 (2.1)
Varones
4.8 (2)
4.4 (1.7)
6 (1.4)
U
152
132
147
P
.05
.01
.04
Tabla 18: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) del CUIDA segn del
gnero del acogedor.
128
Mujeres
Varones
Edad Estudios Edad Estudios
Cuidado afectivo
-.60**
.44*
-.20
.24
Resolver conflictos
-.43*
.10
-.00
.01
Sociabilidad
-.51**
.13
.02
.14
Capac.vnc.apego
-.52**
.23
-.12
.26
Empata
-.49*
.06
-.37
.46*
Sensibilidad
-.59**
.26
-.34
.29
Autoestima
-.44*
.39
-.20
.18
Asertividad
-.41*
.45*
-.01
.24
*La correlacin es significativa al nivel .05; **La correlacin es significativa al nivel .01
Tabla 19: Correlaciones bivariadas del CUIDA en relacin con la edad y el nivel de
estudios de los acogedores.
En cuanto al nivel de estudios, los resultados sealan que las mujeres acogedoras
presentan correlaciones positivas con el cuidado afectivo (r = .44*) y con asertividad (r =
.45*). Es decir, a mayor nivel de estudios en la mujer acogedora existe un mayor nmero
de conductas o caractersticas de personalidad asertiva y con mayor capacidad para el
cuidado afectivo. Respecto al varn acogedor, se observa que existe correlacin positiva
entre el nivel de estudios y la empata (r = .46*); as, son ms altas las puntuaciones de
empata en los varones que poseen un nivel de estudios ms elevado (ver tabla 18).
En referencia al nivel profesional, en la mujer acogedora no se han obtenido
resultados significativos respecto a las puntuaciones en el perfil CUIDA. En cambio, en
los varones acogedores se obtienen puntuaciones ms elevadas en sensibilidad (r = .49*),
cuidado afectivo (r = .46*), tolerancia a la frustracin (r = .50*) y equilibrio emocional (r
= .48*), conforme aumenta su categora profesional.
129
Acogimientos
sucesivos
Acogimiento
nico
6.54 (1.1)
5.36 (1.2)
37.5
.04
5.3 (2.7)
2.9 (2.3)
33.5
.02
Tabla 20: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre el perfil CUIDA y
el acogimiento sucesivo/nico.
Concretando los resultados ms importantes que se han obtenido en el presente
apartado, se puede indicar que la mayor parte de las familias de acogida han realizado
acogimientos sucesivos, tienen hijos biolgicos y estudios bsicos. A su vez, se obtienen
perfiles diferenciales para proporcionar cuidado a un menor en funcin del gnero del
acogedor, de su edad, nivel de estudios y profesin. Entre las variables analizadas,
destaca la edad de la mujer acogedora, obteniendo puntuaciones ms negativas conforme
aumenta su edad. En el varn acogedor destaca el nivel profesional, obteniendo
puntuaciones ms elevadas en el perfil CUIDA conforme aumenta su categora
profesional. Otras variables, como el nivel de estudios y la realizacin de acogimientos
sucesivos, tambin afectan a algunas caractersticas del perfil, aunque en menor amplitud
que las anteriormente indicadas.
4.2.2. Acogedores y caractersticas del menor
Para conocer si existen diferencias significativas entre las caractersticas
sociodemogrficas de los acogedores (edad, nivel de estudios, profesin, hijos biolgicos,
acogimientos sucesivos/nico y puntuaciones del Cuestionario CUIDA) respecto a las
variables del menor (historia previa, autoconcepto) se han realizado anlisis mediante la
prueba Chi2 o bien la prueba no paramtrica U de Mann-Whitney.
130
Sin hijos
biolgicos
100%
20%
100%
20%
Con hijos
biolgicos
0%
80%
0%
80%
Tabla 21: Historia previa del menor e hijos biolgicos en la familia de acogida.
La realizacin de acogimientos sucesivos/nico por parte de la familia de acogida
tambin muestra diferencias significativas, en concreto sobre las visitas al menor (Chi2
(1) = 7.1; p = .008). As, los resultados muestran que la mayor parte de los menores que
recibe visitas (89%) se encuentra en una familia de acogida que realiza un acogimiento
nico. Cabe destacar tambin el alto porcentaje de menores (75%) que no recibe visitas y
que se encuentra en una familia de acogida que ha realizado acogimientos sucesivos
(tabla 22).
Sin visitas
Con visitas
Acogimiento Acogimientos
nico
sucesivos
25%
75%
89%
11%
131
.00 (.00)
Una Adversidad
2.4 (.08)
3.3 (1.1)
2 (.00)
Sin incapacidad
parental
1.2 (.06)
Multiproblemtica
1.08 (.02)
1.2 (.64)
1 (.44)
.02
2
1.5
1.5
.00
.01
.01
Tabla 23: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre historia previa del
menor y el nivel de estudios y de empleo en los acogedores.
Con la finalidad de conocer si existen diferencias significativas entre las variables
del menor (historia previa, autoconcepto) y las puntuaciones del perfil del cuestionario
CUIDA obtenidas por los acogedores en funcin del gnero, se ha realizado la prueba no
parmetrica U de Mann- Whitney cuando exista alguna variable dicotmica y
correlaciones de Pearson cuando las variables son cuantitativas.
En primer lugar, tal y como se observa en la tabla 24, existen diferencias
significativas en las puntuaciones del perfil CUIDA obtenidas por los acogedores y las
acogedoras en funcin del gnero del menor que tienen en acogimiento. En este sentido,
los resultados indican que las acogedoras presentan puntuaciones ms elevadas en
apertura (U = 24.5; p = .03) y asertividad (U = 24.5; p = .03) cuando tienen un nio varn
acogido. En cuanto a los acogedores, existen puntuaciones ms altas en altruismo (U =
25.5; p = .03), apertura (U = 27.5; p = .05), asertividad (U = 18; p = .01), autoestima (U =
26.5; p = .04), reflexividad (U = 21.5; p = .01), capacidad de vnculos de apego (U = 27.5;
132
Nio
5.6 (1.4)
5.6 (1.4)
Nia
3.5 (1.9)
4 (2)
U
29.5
24.5
P
.03
.03
6 (2.7)
4.8 (2.2)
4.6 (1.8)
4.1 (2.3)
4.9 (1.9)
5.5 (2.3)
5.2 (2.1)
5.3 (2.3)
3.3 (3.1)
2.7 (2.3)
2 (2)
2.2 (2)
2.4 (2.2)
3.1 (2.9)
2.6 (2.4)
2.7 (2.6)
25.5
27.5
18
26.5
21.5
27.5
22.5
26
.03
.05
.01
.04
.01
.05
.02
.04
Tabla 24: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre el perfil CUIDA
del acogedor/a en funcin del gnero del menor acogido.
Tambin se han realizado correlaciones de Pearson entre la edad de los menores y
las diferentes variables del CUIDA de los acogedores obteniendo una correlacin
significativa positiva entre la edad de los nios/as y la capacidad para formar vnculos de
apego del varn acogedor (r = .57**). Se denota pues que los varones acogedores tienen
un mayor contacto emocional con los nios de acogida de mayor edad.
La variable realizacin de visitas tambin muestra diferencias significativas con el
perfil del cuestionario CUIDA de las acogedoras. En este sentido, tal y como se presenta
en la tabla 25, se aprecia en los resultados que aquellos menores que no reciben visitas
tienen acogedoras con puntuaciones ms elevadas en apertura (U = 24.5; p = .02),
capacidad de vnculos de apego (U = 19; p = .01), cuidado afectivo (U = 26; p = .03),
adems de acogedores con puntuaciones ms altas en asertividad (U = 25; p = .03) y en
equilibrio emocional (U = 27; p = .04). Este resultado indica un perfil diferencial de
cuidado por parte de la acogedora y del acogedor en relacin a la existencia de contactos
del menor con su familia biolgica.
133
Acogedoras
Apertura
Capacidad vnculos
apego
Cuidado afectivo
Acogedores
Asertividad
Equilibrio emocional
Con visitas
3.8 (1.8)
4.4 (1.7)
Sin visitas
5.6 (1.6)
6.6 (1.8)
U
24.5
19
P
.02
.01
4.8 (1.3)
6.3 (1.6)
26
.03
2.4 (2.1)
3 (2.4)
4.5 (2)
5 (2.3)
25
27
.03
.04
Tabla 25: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) del perfil CUIDA del
acogedor en funcin del mantenimiento de visitas con la familia del menor.
Tambin, como puede verse en la tabla 26, existen diferencias significativas en el
perfil del cuestionario CUIDA de la acogedora en funcin de la existencia de problemas
psicolgicos en el menor, existiendo puntuaciones ms altas en la capacidad de resolver
duelos por parte de la acogedora en el grupo de menores que no presenta problemas
psicolgicos (U = 13; p = .00). La variable problemas de atencin/ concentracin del
menor tambin muestra diferencias significativas, en concreto estas diferencias se
encuentran en el equilibrio emocional de la mujer acogedora (U = 21; p = .02) y en su
capacidad para resolver duelos (U = 28.5; p = .00), indicando dicho resultado que las
acogedoras que tienen nios sin problemas de atencin/ concentracin presentan niveles
ms altos de equilibrio emocional y capacidad para resolver duelos.
Adems, tal y como se indica en la tabla 26, se han obtenido diferencias
significativas con las mujeres acogedoras en la variable nmero de adversidades de la
familia biolgica del menor, de tal manera que las mujeres acogedoras que tienen nios
acogidos de familias biolgicas con una adversidad o problemtica obtienen puntuaciones
ms altas en apertura (U = 26.5; p = .05) y en sensibilidad (U = 25; p = .04), respecto a las
acogedoras que tienen nios de familias biolgicas multiproblemticas. Los varones
acogedores no presentan diferencias significativas en las puntuaciones del perfil CUIDA
respecto a esta variable.
Con la finalidad de analizar las caractersticas del autoconcepto de los menores en
funcin del perfil del cuestionario CUIDA obtenido por los acogedores, se han realizado
correlaciones de Pearson entre dichas variables. Los resultados indican ausencia de
134
Equilibrio emocional
Capacidad resolver
duelos
Apertura
Sensibilidad
Problemas Ps.
4.2 (1.6)
U
13
P
.00
Problemas atencin
5.1 (0.9)
4.1 (1.7)
Sin problemas
atencin
6.4 (1.2)
6.2 (1)
21
28.5
.02
.00
Una Adversidad
5.7 (1.6)
6.5 (2.6)
Multiproblemtica
4.1 (1.9)
4.5 (1.9)
26.5
25
.05
.04
Tabla 26: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) del perfil CUIDA de la
acogedora segn los problemas psicolgicos del menor.
Concretando los resultados ms relevantes de este apartado, se han obtenido
perfiles diferenciales para proporcionar cuidado a un menor en funcin de las
caractersticas que ste presenta. En concreto, cuando el menor acogido es un varn se
obtienen caractersticas ms positivas en el perfil CUIDA de los acogedores,
principalmente en el caso del varn acogedor. A su vez, la capacidad para crear vnculos
de apego en el varn acogedor tambin es ms alta cuando tiene acogido a un menor de
mayor edad. Las variables existencia de visitas y problemas psicolgicos en el menor
tambin muestran perfiles diferenciales en los acogedores, obteniendo caractersticas ms
positivas los acogedores que tienen a nios sin problemas psicolgicos y que no reciben
visitas.
4.3. Adaptacin del menor al proceso de acogimiento
4.3.1. La perspectiva del menor: resultados de la Escala EAM
En la Escala EAM, que valora la adaptacin del menor desde su propia
perspectiva, se puede obtener una puntuacin mxima de 162 puntos, indicando sta una
percepcin muy ptima sobre el nivel de adaptacin que siente el menor con el recurso de
acogida. Los menores en acogimiento han obtenido una puntuacin media de 107.4 en la
Escala EAM, siendo su desviacin tpica igual a 15, con un rango de puntuaciones que
135
oscila entre los 76 y 129 puntos. En la tabla 27 pueden observarse las medias y
desviaciones tpicas de las subescalas, as como de la puntuacin total en la Escala EAM.
Nombre de la subescala
Relacin con familia acogedora (RFA)
Relacin con el sistema (RS)
Visitas con familia biolgica (FB)
Relacin entre familia acogedora- biolgica (RFAB)
Toma de decisiones (TD)
Satisfaccin con el sistema (SS)
Funcionamiento del sistema (FUN)
Expectativas reunificacin (EXP)
Relacin con la comunidad (RCO)
Deseabilidad social (DS)
Total EAM
Media
27
15.3
14.2
11.8
9.5
9
8
7.5
5.2
4.5
107.4
DT
5
4.7
5.3
5
2.9
2.2
2.2
3.3
1.1
2
15
Rango
10-30
7-21
5-24
3-18
5-15
4-12
3-12
4-15
2-6
2-9
76-129
Subescalas
Expectativas reunificacin
Toma de decisiones
Satisfaccin con el sistema
Nios
6.3 (2.5)
10.6 (2.6)
9.8 (1.7)
Nias
9.1 (3.7)
8 (2.7)
7.7 (2.4)
U
24
26
28
P
.02
.04
.05
137
proteccin (U = 20.5; p = .01). Este resultado muestra que los nios que tienen a sus
padres biolgicos localizables obtienen puntuaciones ms altas en adaptacin global al
proceso de acogimiento, en percepcin positiva de los contactos con su familia biolgica
y en satisfaccin con el sistema de proteccin.
Subescalas de EAM
Toma decisiones
Satisfaccin visitas fam. biol.
Rel fam. biol.- acog.
Relacin con fam. acog.
Adaptacin global
Satisfaccin visitas fam. biol.
Satisfaccin sistema proteccin
Abuso sexual
6 (1.4)
Hermanos biol.
15.4 (5)
12.9 (4.5)
Problema Ps.
24.6 (6.5)
Paradero
desconocido
98.5 (16.1)
11.25 (5.4)
7.5 (2.3)
Sin antecedentes
de abuso sexual
9.8 (2.7)
Sin hermanos biol.
8.7 (2.6)
6.7 (3.3)
Sin problema Ps.
28.6 (2.3)
Sin paradero
desconocido
112.9 (11.8)
16 (4.6)
9.8 (1.8)
3.5
.05
7.5
8.5
.01
.02
28
.05
24
22
20.5
.04
.02
.01
Tabla 29: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre historia previa y
adaptacin.
An as, como puede verse en la tabla 30, el mayor nmero de diferencias
significativas se obtiene cuando se compara la existencia formal de visitas del menor con
la familia biolgica (la realizacin de visitas en base a un horario establecido) respecto a
diferentes variables de adaptacin del menor al proceso de acogimiento. Estas diferencias
se obtienen con: la puntuacin en adaptacin global al proceso de acogimiento (U = 22.5;
p = .02), expectativas de reunificacin (U = 10.5; p = .00), percepcin de contactos con la
familia biolgica por parte del menor (U = 19.5; p = .01) y relacin entre sus dos familias
(U = 7; p = .00). A su vez, se obtienen diferencias significativas entre visitas y relacin
con la familia de acogida (U = 28; p = .04), y participacin en la toma de decisiones (U =
29; p = .05). Este resultado muestra que los nios que tienen contactos formales
establecidos con su familia biolgica presentan puntuaciones ms altas en adaptacin
global al proceso de acogimiento, en expectativas de reunificacin, en visin positiva
sobre los contactos con su familia biolgica y en una relacin ptima entre sus dos
familias, siendo sus puntuaciones ms bajas en las subescalas de relacin con la familia
de acogida y en la de toma de decisiones.
138
Subescalas de EAM
Expectativa reunificacin
Satisfaccin visitas fam. biol.
Relacin fam. biol.- aco.
Relacin con fam. aco.
Toma decisiones
Adaptacin global
Visitas
9.9 (3.4)
17.6 (5.4)
15.7 (3.5)
25.5 (5.8)
8.1 (2.2)
114.6 (15.4)
Sin visitas
5.3 (0.8)
11 (3)
8.1 (2.8)
28.2 (3.6)
10.7 (2.9)
100.9 (11.8)
U
10.5
19.5
7
28
29
22.5
P
.00
.01
.00
.04
.05
.02
Tabla 30: Medias y desviaciones tpicas (entre parntesis) sobre las visitas y la
adaptacin.
Para detectar la relacin entre el nivel de autoconcepto de los menores con la
variable adaptacin al acogimiento se han realizado correlaciones de Pearson. Los
resultados ms significativos se obtienen entre el autoconcepto conductual y el nivel de
adaptacin global del menor (r = .46*), siendo positiva esta correlacin. Este resultado
indica que los menores con mayor autoconcepto conductual tienen un nivel ms elevado
de adaptacin global al proceso de acogimiento. En cuanto a las diferentes subescalas de
la Escala EAM las correlaciones de Pearson entre stas y las diferentes modalidades de
autoconcepto muestran correlacin significativa negativa entre el funcionamiento del
sistema y el autoconcepto de felicidad de los menores (r = -.43*), lo cual indica que el
sentimiento de felicidad de los nios es menor cuando tienen un mayor conocimiento del
funcionamiento del sistema de proteccin.
Para finalizar este apartado, y con el objetivo de comprobar la contribucin de las
variables objeto de estudio en el nivel de adaptacin del menor en acogida, se han
realizado anlisis de regresin lineal simple para las variables de edad y gnero del
menor. Como puede observarse en la tabla 31, la edad y el gnero no presentan
diferencias significativas. Este resultado indica que por s solas, las variables edad y
gnero no parecen contribuir a explicar la varianza en la adaptacin del menor al
acogimiento.
Variables
dependientes
Edad del menor
Gnero del menor
R
cuad.
.003
.001
-.05 -.21
.03 .14
rp
-.05
.03
.82
.88
Tabla 31: Regresin lineal simple sobre adaptacin del menor con edad y gnero.
139
Variables dependientes
Menor: autoconcepto conductual
R cuad.
.22
B
.46
t
2.3
rp
.46
p
.032
140
tambin aparecen correlaciones positivas entre la capacidad de resolver los duelos por
parte de la acogedora con la toma de decisiones por parte de los nios/as (r = .46*), y
correlaciones negativas entre la capacidad de resolver duelos por parte de la acogedora y
la relacin del menor con el sistema de proteccin (r = -.44*). Estos resultados indican
que las acogedoras con mayor capacidad en la resolucin de duelos tienen menores
acogidos con niveles ms altos en toma de decisiones y ms bajos en relacin con el
sistema de proteccin.
Edad
.22
Resolver duelos
-.24
Empata
-.02
Expectativas
reunificacin
Relacin fam. bio..20
-.52*
-.20
-.24
-.02
aco.
Relacin comunidad
.18
-.04
-.48*
-.22
-.52*
Toma decisiones
.12
.30
-.01
.46*
-.25
Relacin sistema
.03
-.16
-.26
-.44*
-.04
*La correlacin es significativa al nivel .05; **La correlacin es significativa al nivel .01
Tabla 33: Correlaciones de Pearson entre puntuaciones del CUIDA de los acogedores y la
Escala EAM.
141
continua
cese
Entre los menores que continan en la misma modalidad de acogimiento (N= 18),
el 50% (N = 9) realiza visitas con su familia biolgica. Cabe recordar que en la
primera valoracin (dos aos antes), el 48% de los menores reciba visitas de su
familia biolgica (grfico 2).
50
40
30
visitas
sin visitas
20
10
0
menores
142
24- 26
21- 23
14- 20
143
Variables
dependientes
Edad del menor
Gnero del menor
R
cuad.
.028
.037
rp
Tabla 34: Regresin lineal simple sobre adaptacin del menor con edad y gnero.
144
Variables dependientes
Menor: autoconcepto popularidad
R cuad.
.27
B
.52
t
2.65
rp
.52
p
.016
145
Contactos
Reuniones
1%
2%
Interv. psicol
97%
17- 49
50- 62
63-77
146
Sin reuniones
2-3 Reuniones
Sin intervencin
psicolgica
Con intervencin
147
17- 43
44- 62
63- 84
Los resultados muestran que existe relacin entre la puntuacin obtenida por los
menores en la dimensin del autoconcepto de felicidad y la cantidad de reuniones que se
establecen entre Conselleria y familia de acogida (r = -.71**). A su vez, la subescala de
satisfaccin con el sistema (perteneciente a la Escala EAM) muestra relacin con la
148
Contactos telefnicos/
visitas domiciliarias/
coordinacin otros profesionales.
Apertura
.49*
Asertividad
.45*
Flexibilidad
.59*
Tolerancia a la frustracin
.56*
Capacidad de vnculos de apego
.51*
Capacidad de resolver duelos
.65**
Cuidado afectivo
.50*
Sensibilidad
.49*
*La correlacin es significativa al nivel .05; **La correlacin es significativa al nivel .01
149
Porcentaje
71.4
28.5
28.5
23.8
14.2
4.7
en los que el menor se niega a recibir ayuda, se orienta a los acogedores para que
consideren que dicho rechazo puede obedecer a que, para el menor, el aceptar ayuda
implica poner en evidencia su carencia de conocimientos. Adicionalmente, suelen
practicarse programas de orientacin en habilidades sociales y comunicativas, con el
objetivo de facilitar la interaccin positiva del menor con su grupo de iguales.
Entre otros problemas que se observan en esta rea, aunque en menor porcentaje,
pueden citarse el absentismo escolar y la tendencia a relacionarse con compaeros
conflictivos.
En el rea conductual, como puede verse en la tabla 38, se obtiene que un 28.5%
presenta problemas de falta de responsabilidad, realizando actividades ldicas sin
finalizar sus tareas escolares, atendiendo en muy poca medida a horarios y planificacin
de tareas.
151
Porcentaje
28.5
28.5
23.8
23.8
19
19
14.2
14.2
9.5
9.5
9.5
4.7
Porcentaje
38
23.8
19
19
14.2
9.5
4.7
4.7
Un 23.8% de los nios mostraba celos hacia los hijos biolgicos de la familia
acogedora, los cuales conviven con l. Para evitar este tipo de celos, los tcnicos
recomendaban a los acogedores no otorgar a sus hijos biolgicos mayores la
responsabilidad de imponer y hacer cumplir las normas y los castigos, evitar poner como
ejemplo constante y sistemtico a los hijos biolgicos para conseguir el control de la
conducta del menor acogido, o para diferenciar lo correcto de lo incorrecto, especialmente
cuando en las comparaciones se destacan las deficiencias de la conducta del menor
153
El rea final de problemas versa sobre las visitas con la familia biolgica. Como
puede verse en la tabla 40, un 28.5% de los nios muestra un deterioro de su relacin con
la familia biolgica, por aburrimiento o falta de inters por parte del menor. En esta rea
se obtiene que en un 19% de los casos surge un rechazo explcito por parte del menor
hacia su familia biolgica, de tal manera que el nio se niega a realizar las visitas o
contactos con ellos. En contra, un 19% de los menores expresa su deseo de aumentar los
contactos con su familia biolgica. Tambin existe un 4.7% que expresa su deseo de
154
reducir las visitas con su familia de origen, y un 4.7% de los casos en los que la familia
acogedora se opone a que el menor mantenga contacto con su familia biolgica.
Porcentaje
28.5
19
19
4.7
4.7
conductual
escolar
afectiva
visitas
156
Variables dependientes
Edad del menor
Gnero del menor
R
cuad.
.08
.04
rp
.19
.34
.29
-.21
1.33
-.97
.29
-.21
Tabla 41: Regresin lineal simple sobre los problemas de adaptacin con edad y
gnero.
Variables dependientes
Autoconcepto conductual
Autoconcepto global
R cuad.
.35
.33
B
-.59
-.57
t
-3.25
-3.08
rp
-.59
-.57
p
.004
.006
157
Variables dependientes
Puntuacin de adaptacin (Escala EAM)
R cuad.
.21
B
-.45
t
-2.25
rp
-.45
p
.036
Tabla 43: Regresin lineal simple sobre los problemas de adaptacin y puntuacin
de EAM.
158
CAPTULO 5
Discusin y conclusiones
En el siguiente captulo se exponen las conclusiones del trabajo y se comenta el
apoyo que reciben las hiptesis planteadas al principio de la investigacin, una vez
examinados los resultados. En primer lugar, se presentan las conclusiones obtenidas en
torno a las caractersticas de los menores acogidos. En segundo lugar, las capacidades que
muestran los acogedores para proporcionan cuidado a un menor. En tercer lugar, las
conclusiones sobre la adaptacin del menor al proceso de acogimiento, en base a las
relaciones obtenidas entre las diferentes variables estudiadas. Posteriormente, se comenta
el seguimiento de la adaptacin de los menores. Y por ltimo, se sintetizan las
conclusiones ms relevantes que se han obtenido en la investigacin.
5.1. Discusin
Entre las variables recogidas en la historia previa del menor destaca que los
menores han padecido diversas situaciones de desproteccin, siendo en primer lugar la
negligencia, seguida del maltrato fsico y del maltrato emocional, las situaciones de
159
y antecedentes de
A su vez, en el presente estudio, la mayor parte de los nios con antecedentes por
maltrato fsico y emocional tienen padres biolgicos con problemas de personalidad.
Adems, la totalidad de los menores que han sufrido negligencia pertenecen a familias
biolgicas que no han renunciado de forma definitiva al menor y que presentan
antecedentes de retraso mental en alguno de los padres biolgicos. Datos similares haban
sido ya encontrados por estudios nacionales e internacionales, apuntando la problemtica
familiar de los menores antes de formar parte del sistema de proteccin infantil (Villalba,
2002; Balluerka et al., 2002; Amors et al., 2003; Bernedo, 2004; Vig, Chinitz y
Shulman, 2005; Montserrat 2007; Bruskas, 2007).
competencia social. No obstante, este alto porcentaje podra explicarse por el hecho de
que el criterio de seleccin de los participantes era que llevaran al menos dos meses con
la familia acogedora, con lo cual, los efectos positivos del acogimiento podran no haber
aparecido todava.
Jimnez y Palacios, 2008), en los cuales se seala que los menores en acogimiento suelen
proceder de familias que han tenido varios hijos. Resulta de especial mencin dicho
resultado, ya que muestra relacin con el mantenimiento de los contactos que realizan los
menores con su familia biolgica. Los resultados indican que la totalidad de los menores
que tienen hermanos realiza visitas con su familia biolgica, fundamentalmente con los
hermanos y con la madre. Se observa que la existencia de hermanos en el menor acogido
es un vnculo de unin con su familia biolgica.
De acuerdo con esto, los autores Salas, Fuentes, Bernedo, Garca y Camacho
(2009) indican que en menores en familia ajena suele existir poco contacto entre familias
biolgicas y acogedoras, con bajo cumplimiento del rgimen de visitas establecido y con
evaluacin negativa de las visitas por parte de los tcnicos. Los autores inciden sobre la
necesidad de investigar sobre el funcionamiento de las visitas en esta modalidad de
acogimiento, ya que en otros trabajos (Haight, Black, Workman y Tata, 2001) se
considera beneficiosa la realizacin de visitas a lo largo del periodo de acogimiento
porque facilita el ajuste del nio a su nuevo entorno, disminuyendo la probabilidad de
fracaso del acogimiento y reduciendo el tiempo medio de estancia del menor con la
familia de acogida. Adems, segn Benedict y White (1991), los contactos regulares de
los padres con sus hijos en acogimiento contribuyen a la continuidad de los vnculos
afectivos entre padres e hijos.
162
164
siendo las dimensiones de autoconcepto fsico y ansioso las que obtienen las medias ms
altas.
Este resultado es interesante, ya que otros trabajos (Cameron, 2007; Mallon, 2007;
Casas y Montserrat, 2009) resaltan la importancia de variables como la autoconfianza,
autoestima y el apoyo social que reciben menores en situaciones de vulnerabilidad social
semejantes, como factores clave para potenciar su seguimiento en el sistema educativo.
Cameron (2007), destaca la importancia de la autoconfianza en los nios y nias en
acogimiento como factor de resiliencia que fomenta la accin y la iniciativa para
solucionar y gestionar sus propios asuntos, as como para ampliar su formacin
acadmica.
Sobre las relaciones entre historia previa y autoconcepto del menor, se ha podido
comprobar que las situaciones de desproteccin afectan al desarrollo del autoconcepto.
Los menores que no han padecido malos tratos fsicos ni emocionales tienen un nivel de
autoconcepto global ms elevado. Tambin resulta ms elevado el nivel de autoconcepto
intelectual en los nios que no han padecido malos tratos fsicos. Los problemas
psicolgicos y los problemas de atencin y concentracin afectan al autoconcepto
ansioso, obteniendo peores puntuaciones en esta dimensin quienes tienen estas
problemticas.
165
Estos resultados se muestran en la misma lnea que los obtenidos por TorresGmez et al. (2006) y por Palacios et al. (2008). Estas primeras autoras sealan que el
maltrato fsico, el abandono emocional, la incapacidad parental y la renuncia de los
progenitores sobre el cuidado y la atencin del menor, muestran diferencias significativas
para la dimensin de autoconcepto social- popularidad. Los peores resultados los obtienen
los nios que haban padecido estas situaciones de desproteccin, exceptuando el caso de
renuncia parental, donde los resultados son en sentido contrario; ahora bien, los menores
de renuncia parental eran de corta edad cuando iniciaron el acogimiento, quizs por esto
su autoconcepto social- popularidad sea alto.
Como limitaciones de sus resultados, comentan que las variables duracin del
acogimiento, as como la severidad y cronicidad de las situaciones de desproteccin,
deberan tenerse en cuenta para especificar mejor el resultado, ya que variables como la
edad del menor interactan con los efectos de las situaciones de desproteccin sufridas.
Por ejemplo, los nios mayores de 12 aos con experiencias de malos tratos fsicos,
obtienen peor autoconcepto fsico y de felicidad que los menores del resto de grupos de
edad y que tambin haban padecido esta forma de maltrato, sugiriendo as que, el factor
edad se revela como importante. A su vez, Torres- Gmez et al. (2006) sealan ausencia
de diferencias en el autoconcepto de los menores en funcin de las experiencias previas
de acogimiento, resultado congruente con el obtenido en el presente estudio.
167
Asimismo, dichos resultados son semejantes a los hallados por Bernedo, Fuentes,
Fernndez y Bersab (2007). Aunque con familias adoptivas (dado el escaso nmero de
estudios existentes con familias acogedoras), estas autoras encontraron un perfil de afecto
y comunicacin en las mismas. Como posible explicacin, plantean la alta motivacin de
estas familias para adoptar as como su paso por procesos de seleccin. Otros trabajos con
menores adoptados revelan un clima familiar y unas relaciones padres-hijos democrticas
y positivas (Palacios, Snchez-Sandoval y Snchez-Espinosa, 1996; Fuentes, Gonzlez,
Linero, Barajas, De La Morena, Goicoechea y Fernndez, 2001; Palacios y SnchezSandoval, 2005).
Se aprecia que las diferencias significativas entre los diferentes perfiles analizados
se concentran en variables emocionales (de la afectividad y la comunicacin con el
menor), ms que en variables que fomenten la autonoma e independencia del menor,
como suele ser ms habitual en acogimiento residencial. As, comentan Fernndez del
Valle et al. (2009), que los educadores que trabajan con menores en acogimiento
residencial potencian en sus diversos programas de educacin las habilidades de
independencia y autonoma. Este fenmeno indica la gran diferencia del ambiente
educativo entre los menores en acogimiento familiar respecto a los de residencial.
Respecto al gnero de los menores, se observa que las acogedoras potencian sus
caractersticas de apertura y asertividad cuando tienen a su cuidado un varn. A su vez,
los acogedores que tienen un varn acogido presentan niveles ms altos de altruismo,
apertura, asertividad, autoestima, reflexividad, capacidad de vnculos de apego, cuidado
afectivo y sensibilidad. Esto sugiere que los acogedores presentan un desarrollo ms
elevado de habilidades educativas en los casos en los que tienen un nio varn en
acogimiento, mientras que las acogedoras potencian sus rasgos de seguridad en s mismas
y apertura al cambio.
La realizacin de visitas por parte del menor tambin muestra relacin con el
perfil de cuidado obtenido en los acogedores. Las mujeres presentan niveles ms altos de
apertura, capacidad de vnculos de afecto y cuidado afectivo con los menores que no
tienen contacto con su familia biolgica; mientras, los acogedores con nios que no tienen
contacto con su familia biolgica presentan niveles ms altos de asertividad y equilibrio
emocional. As pues, se observa que los acogedores desarrollan mayor implicacin
emocional con el menor que no tiene contacto con su familia de acogida, ejerciendo este
hecho un factor de proteccin emocional y seguridad de cara a fortalecer sus lazos
afectivos. Por el contrario, el hecho de realizar visitas o mantener contactos el menor con
su familia biolgica se muestra como un factor de riesgo para el equilibrio emocional de
las relaciones entre el menor con sus acogedores (como ya se haba comentado
anteriormente) teniendo que superar stos determinados dilemas emocionales para poder
aceptar que el menor se relacione con su familia de origen. El presente resultado remarca
que no slo son los nios quienes tienen que adaptarse a mantener contacto entre sus dos
familias, sino que los acogedores pueden convertirse en un factor facilitador/
problemtico en estas situaciones. Si se tiene en cuenta la relevancia que para la
171
adaptacin del menor en acogimiento tiene el hecho de mantener contacto con su familia
biolgica, se detecta que este factor es clave en el xito/ fracaso del acogimiento.
Los ambientes que se miden a partir de la Escala EAM son la familia de acogida,
la familia biolgica, el entorno inmediato del menor y el sistema de proteccin. En cuanto
a la familia de acogida, se incluye la percepcin que tiene el menor respecto a su relacin
con los acogedores as como la relacin entre sus dos familias (de acogida y biolgica);
sobre la familia biolgica, se incluyen expectativas de reunificacin y visitas; en
referencia al entorno inmediato del menor, su relacin con la comunidad; y finalmente, en
el sistema de proteccin se incluye su satisfaccin con el sistema, toma de decisiones,
funcionamiento del sistema y relacin con los tcnicos.
Analizando los datos que nos ofrece la Escala EAM, los menores han obtenido
una puntuacin media de 107.4 puntos, abarcando un rango que oscila entre 76 y 129.
Teniendo en cuenta que la puntuacin mxima posible a obtener es de 162 puntos, se
observa un nivel alto de adaptacin al acogimiento en los participantes. Los anlisis
realizados tambin muestran que no existen diferencias en la adaptacin global al
acogimiento en funcin de la edad y el gnero. No obstante, s se observa que el gnero
del menor tiene influencia sobre alguna de las subescalas. Las nias obtienen
puntuaciones ms altas en expectativas de reunificacin, mientras que los nios obtienen
173
Sobre la historia previa del menor y el nivel de adaptacin, se debe indicar que
otros estudios (Herce et al., 2003; Torres- Gmez et al., 2006), sealan como edad de
corte los siete aos, indicando que los nios menores de esta edad tienen una percepcin
ms positiva de las relaciones que mantiene su familia acogedora con su familia
biolgica, beneficiando esta percepcin su nivel de adaptacin. A partir de los resultados
que se han obtenido en el presente trabajo no se aprecia influencia de las variables edad y
gnero sobre el nivel de adaptacin de los menores, an as se debe recordar que la
muestra objeto de estudio la componen nios mayores de 7 aos, mientras que en los
estudios precedentes se analizan menores entre 0 y 18 aos de edad.
Resulta destacable que los menores con padres biolgicos localizables obtienen
mejores niveles de adaptacin al acogimiento, siendo ms positiva su percepcin sobre
los contactos con su familia biolgica y su nivel de satisfaccin con el sistema de
proteccin. Complementando a dicho resultado, se ha obtenido que los nios que
disfrutan de visitas o contactos con su familia biolgica tienen puntuaciones ms altas en
adaptacin al acogimiento, en percepcin sobre expectativas de reunificacin, en
174
Destaca as que los menores con visitas, tengan una mejor adaptacin global, pero
una menor relacin con la familia acogedora. Este fenmeno, as como el hecho de que
los menores con mayor nivel de adaptacin sean los que tienen padres biolgicos
localizables, puede indicar la necesidad de cierto distanciamiento del menor respecto a su
familia de acogida para poder mantener contactos con sus padres biolgicos.
Posiblemente, el menor busque mantener relacin con sus dos familias, mostrando para
ello cierta desvinculacin de sus acogedores, quizs por la negativa, no explcita en la
mayora de los casos, de los acogedores a que se realicen visitas. Parece ser que el
equilibrio relacional se obtiene de esta manera, contribuyendo en ltimo lugar a un nivel
ms ptimo de adaptacin. Tambin, el tener a los padres biolgicos localizables parece
contribuir en el menor a percibir que sus padres se preocupan por l, ya que se esfuerzan
por mantener las visitas, y a mostrarse ms satisfecho con el sistema de proteccin.
Comportamientos semejantes han sido ampliamente comentados en la literatura sobre
menores adoptados, los cuales indican que cuando un menor se incorpora a su familia
adoptiva aparece inicialmente un periodo de luna de miel, sin embargo, pasada esta
etapa inicial, surgen conflictos relacionales conforme se estrechan las interacciones con
los miembros de la familia, ya que el menor realiza esfuerzos por preservar su identidad,
mostrando para ello un distanciamiento de sus padres adoptivos (Gimeno, 1996).
Este resultado se muestra de gran importancia, ya que existen estudios que sealan
la influencia que tiene para la adaptacin del menor el percibir una relacin cordial entre
sus dos familias as como mantener contactos preestablecidos con su familia de origen
(Bueno y Prez, 1999; Herce et al., 2003; Len y Palacios, 2004; Torres- Gmez et al.,
2006; Martn et al., 2008). Leathers (2003), seala que la presencia de los padres
biolgicos y el mantenimiento de las visitas con el menor influyen sobre los vnculos de
apego que establece, y por lo tanto sobre su nivel de adaptacin. De tal manera que,
cuando el menor mantiene un rgimen de visitas organizado y continuo, tiende a
experimentar niveles ms altos de satisfaccin, siendo sus emociones ms positivas que
cuando existe un periodo muy prolongado entre los contactos que establece con su familia
biolgica (Bueno y Prez, 1999; Len y Palacios, 2004). Tambin Martn et al. (2008),
175
Molero et al. (2007), indican que los menores en acogimiento con familia extensa
tienen un nivel alto de informacin sobre el recurso de acogimiento, existiendo un 75%
de los participantes con niveles medio- altos sobre el funcionamiento del sistema de
proteccin. Sin embargo, otros estudios (Amors et al., 2003; Jimnez y Palacios, 2008),
sealan un nivel bastante bajo de conocimiento sobre el funcionamiento del acogimiento
en los menores, obteniendo que como media, hasta los seis aos de edad, los menores
desconocen sus antecedentes y el funcionamiento del recurso de acogimiento. El asunto
es de la mayor importancia, como ha sealado, entre otros, Sinclair (2005). Los acogidos
necesitan un buen nivel de comunicacin sobre su situacin para no sentirse perdidos o
confusos en medio de la situacin de acogimiento y para poder desarrollar un adecuado
sentido de identidad personal y familiar, a pesar de que ese conocimiento pueda disminuir
su sensacin de bienestar y felicidad.
177
178
el menor con su familia biolgica, influyendo esto de forma negativa sobre la adaptacin
de los menores.
179
En esta ltima hiptesis se indicaba que las relaciones obtenidas entre las
variables del menor, de la familia de acogida y de la adaptacin del menor permaneceran
tras el periodo de seguimiento de dos aos, lo cual ha podido confirmarse parcialmente,
destacando la influencia del autoconcepto sobre el proceso de adaptacin del menor.
Tambin indicar que, en trminos generales, segn los profesionales, los menores
se encuentran bien adaptados al proceso de acogimiento, resultado congruente con el
obtenido por la Escala EAM. Asimismo, no se obtuvieron diferencias en esta variable en
funcin del gnero y edad del menor.
181
Este resultado se muestra congruente con otros estudios (Landsverk et al., 1996;
Starr et al., 1999; Fernndez y Fuentes, 2001; Amors et al., 2003; Chamberlain et al.,
2006; Molero et al., 2007; Jimnez y Palacios, 2008; Fernndez del Valle et al., 2009;
Casas y Montserrat, 2009; Bernedo et al., 2010), en los que se obtienen problemas
conductuales, escolares y emocionales en los menores, siendo los ms frecuentes los
problemas conductuales. En concreto, en el estudio desarrollado por Jimnez y Palacios
(2008) se obtienen en mayor medida problemas de conducta, seguidos de hiperactividad y
problemas emocionales. En el estudio realizado por Fernndez del Valle et al. (2009), se
indica que el 63% de los nios/as presenta problemas escolares relacionados con el bajo
rendimiento escolar, seguidos de los problemas de comportamiento en un 57% de los
menores.
Por ltimo, en el rea de problemas en relacin con las visitas que mantiene con
su familia biolgica, se observa que los problemas ms frecuentes hacen referencia a un
deterioro de la relacin entre menor y familia biolgica (28.5%), rechazo por parte del
nio/a hacia su familia de origen (19%), deseo de aumentar las visitas por parte del menor
(19%), oposicin de los acogedores respecto a las visitas (4.7%) y deseo de reducir las
visitas por parte del menor (4.7%).
Segn Palacios (2007), los problemas de conducta son los que con mayor
frecuencia llevan a los adoptantes a pedir ayuda en los servicios post- adopcin. Los
problemas relacionados con la hiperactividad y los problemas de atencin (impulsividad,
dificultad de concentracin, conductas molestas para los dems) son los ms frecuentes
183
entre los adoptados. Con la dificultad aadida de que los problemas en esas reas tienden
a mantenerse en el tiempo y se traducen fcilmente en dificultades en el rendimiento
acadmico y en problemas en las relaciones con compaeros, coincidiendo con los
problemas ms frecuentes que se obtienen en la presente investigacin. Tambin suelen
presentar conductas desafiantes, mentiras, agresividad verbal y/o fsica, rabietas y robos,
entre otros, en ambas investigaciones.
Algunos autores (Van Ijzendoorn y Juffer, 2006), comentan que los problemas de
apego suelen desaparecer tras un periodo de adaptacin con la familia adoptiva, an as,
pasado dicho periodo, los nios adoptados suelen mostrar ms problemas de apego en
comparacin con la poblacin infantil general, con la presencia menor de apego seguro y
una mayor incidencia de apego desorganizado.
5.2. Conclusiones
Como resumen de todo lo expuesto, se ofrece una sntesis final sobre las
caractersticas de los menores en acogimiento y sus familias de acogida, resaltando las
variables ms relevantes que influyen en la adaptacin de estos menores al proceso de
acogimiento.
Entre los diferentes contextos, tal y como indica Palacios (2009) en menores
adoptados, destaca la relevancia del microsistema. En concreto, los resultados obtenidos
en el presente trabajo muestran la relevancia de las variables de autoconcepto del menor,
problemas de adaptacin y relacin con la familia educadora, como factores ms
influyentes dentro del microsistema. En el mesosistema resulta esencial la conexin que
se establece entre menor y su familia biolgica, siendo conveniente organizar estas visitas
conforme a un horario establecido que proporcione seguridad y estabilidad al menor. En
el exosistema adquieren relevancia las redes sociales de apoyo de la familia acogedora, y
principalmente la relacin que establecen con los servicios profesionales de seguimiento
del acogimiento, destacando en el presente estudio el nmero y diversidad de contactos
con los tcnicos. En este sentido, el instrumento EAM, diseado para esta investigacin,
ha demostrado su eficacia para contemplar estos contextos, as como su relacin con
criterios de adaptacin del menor. No obstante, resulta necesaria su mejora psicomtrica
en estudios futuros.
185
segn el gnero y la edad del acogedor. Estos resultados muestran los beneficios de
seleccionar familias acogedoras ms jvenes y con mayor nivel de estudios, para lo cual
sera necesario difundir el recurso de acogimiento en foros como colegios profesionales
de ciencias de la salud y de la educacin. Quizs estas caractersticas de los acogedores se
encuentren ejerciendo un efecto mediador entre el autoconcepto del nio y su adaptacin
al acogimiento. Posteriores estudios deberan incluir ambas variables (de los acogedores y
del menor) en anlisis de interaccin. Tal y como indica Palacios (2007), los servicios de
intervencin en adopciones deberan potenciar la conexin entre las necesidades de los
menores y las capacidades de los padres adoptivos, ajustndose stas a los requerimientos
que surgen en el proceso de adopcin. En base a dicho modelo propuesto por Palacios
(2007), ms que valorar capacidades parentales generales a partir de instrumentos de
medida psicomtricos, los cuales no se ajustan a las particularidades del proceso adoptivo,
se debe potenciar un modelo de intervencin en todas las fases del proceso (informacin,
formacin, valoracin, etc.) que refleje las capacidades parentales en funcin de las
necesidades del menor.
Por ltimo, se han planteado una serie de limitaciones a este trabajo que se pasan a
comentar. En un principio, desde el enfoque ecolgico del acogimiento familiar, puede
ser una limitacin el hecho de no haber incluido al colectivo de las familias biolgicas.
Dada la influencia que ejerce sobre el menor su relacin con la familia biolgica, resulta
de gran inters profundizar sobre este colectivo, especialmente en el tema de las visitas.
Del mismo modo, en este trabajo no se han tenido en cuenta las diferentes modalidades de
acogimiento familiar: simple, urgencias- diagnstico, familia extensa, etc., debido a su
escaso nmero en esta comunidad autnoma. Y sin embargo, resulta un aspecto
interesante para incluir en futuros trabajos, ya que ciertas variables (como por ejemplo, el
autoconcepto) pueden estar relacionadas con la duracin y modalidad del acogimiento
que realizan los menores.
A su vez, existen trabajos previos (Bravo y Fernndez del Valle, 2003) en los que
destaca la importancia del apoyo social percibido por los menores en acogimiento
residencial, como factor de proteccin en la adaptacin de los menores al acogimiento.
Por lo cual, de cara a futuros estudios podra investigarse la influencia que puedan ejercer
otras variables como el apoyo social o la resiliencia (Manciaux, 2003) en el proceso de
adaptacin del menor al acogimiento.
188
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214
ANEXOS
215
216
1.1. Escala EAM cumplimentada por los nios/as de acogimiento, con anlisis
discriminante de items
Subescala
N
tem
RFA
RFA
RFA
RFA
RFA
RFA
DS
RFA
RFA
2
3
4
5
6
7
8
9
RCO
RFA
RFA
RFA
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12
13
DS
TD
TD
14
15
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RFA
RFA
17
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RFA
19
RFA
RFA
20
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RFA
RFA
22
23
RFA
RFA
RFA
RFC
24
25
26
27
ITEMS
Si
No
No
lo s
Correlacin
con el total
de la escala
.15
.00
.75
.00
-.01
.62
.61
.69
.56
.33
.00
.09
.26
.57
.37
.33
.55
.02
.64
.77
.00
.02
.00
-.04
.00
.16
.67
217
Subescala
N
tem
ITEMS
RFC
28
RFA
29
RFC
30
RFA
RFA
31
32
RFA
33
RCO
RCO
RCO
RFC
RFA
34
35
36
37
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RFA
39
RFA
40
RFC
41
RFC
42
DS
RFA
EXP
RFA
43
44
45
46
FB
FB
47
48
FB
FB
TD
FUN
49
50
51
52
FB
53
DS
FB
54
55
EXP
RFA
56
57
Si
No
No
lo s
Correlacin
con el total
de la escala
.61
.13
.85
.00
.08
.00
.26
-.01
-.06
.94
.49
.72
.00
.97
.56
.70
.00
.22
-.27
.68
.87
.73
.33
.83
.73
.24
.00
.71
.77
.75
218
Subescala
N
tem
ITEMS
EXP
58
EXP
EXP
59
60
FUN
61
TD
TD
TD
FUN
62
63
64
65
FB
TD
RS
RS
RS
RS
RS
SS
66
67
68
69
70
71
72
73
EXP
74
RFA
75
FUN
76
SS
77
RS
SS
FUN
78
79
80
FB
SS
RS
SS
SS
SS
DS
FUN
81
82
83
84
85
86
87
88
FUN
FUN
89
90
FUN
91
Cuando viva con mis padres otra vez, creo que ser
diferente.
Quisiera vivir con mis padres tranquilamente.
El ao que viene estar viviendo todava con esta
familia.
Cuando hay problemas familiares, lo ms importante
son los mayores.
Quisiera ser ms mayor para decidir sobre mi vida.
Mis paps pueden decidir donde voy a vivir yo.
Mi vida depende de las decisiones de los dems.
Los nios eligen a la familia educadora con la que
quieren vivir.
Estoy ms alegre y feliz si no veo a mis padres.
Estoy de acuerdo con la medida que tengo ahora.
Me siento atendido por Conselleria.
Me siento escuchado y protegido por Conselleria.
Me siento tranquilo cuando voy a Conselleria.
Siento que en la Conselleria no me entienden.
Pienso que la Conselleria me controla.
Permanecer con una familia de acogida es una buena
idea.
S que en un futuro volver con mi familia de
origen.
Mi familia de acogida me cuenta de forma clara lo
que puede pasar y lo que no.
Las familias educadoras eligen al nio/a que vivir
con ellos.
Estar en una familia de acogida ha sido lo mejor que
me ha ocurrido en mi vida.
Conselleria se preocupa por m.
Los cambios en mi vida me han hecho sufrir.
Cuando vives con una familia de acogida ya es para
siempre.
Me gusta ver a mis padres, hermanos y abuelos.
Estoy satisfecho con mi vida actual, me siento bien.
Entiendo lo que me explican en Conselleria.
Recuerdo con tristeza mi vida anterior.
Conselleria podra hacer ms cosas por m.
En general, pienso que soy feliz.
Todos los nios son amigos mos.
Cuando hay problemas familiares, lo ms importante
son los nios/as.
Conselleria quiere lo mejor para m.
Una familia de acogida puede abandonarte en
cualquier momento.
Mi vida puede cambiar de un da a otro.
Si
No
No
lo s
Correlacin
con el total
de la escala
.74
.80
.66
.52
.59
.56
.65
.07
.61
.17
.75
.76
.79
.67
.25
.00
.64
.74
.30
.53
.61
.67
.09
.23
.50
.48
.75
.39
.59
.14
-.21
.20
-.10
.27
219
220
Subescala
RFA
RFA
DS
RFA
RFA
RCO
TD
TD
RFA
RFA
RFA
RFC
RFC
RFC
RCO
RFC
RFA
RFA
RFC
RFC
DS
FB
FB
FB
N tem
ITEMS
Si
No
No lo s
Subescala
FB
FB
DS
FB
EXP
RFA
EXP
EXP
EXP
FUN
TD
TD
TD
FB
RS
RS
RS
RS
RS
EXP
RFA
FUN
RS
SS
N tem
ITEMS
Si
No
No lo s
222
Subescala
SS
RS
SS
SS
FUN
FUN
N tem
ITEMS
Si
No
No lo s
ITEMS INVERSOS: 2, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 25, 26, 28, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 42, 43, 46, 48, 51, 52.
Relacin con familia acogedora (RFA); Expectativas de reunificacin (EXP); Visitas con familia biolgica
(FB); Relacin con la comunidad (RCO); Relacin entre familia acogedora- biolgica (RFAB); Toma de
decisiones (TD); Relacin con el sistema (RS); Satisfaccin con el sistema (SS); Funcionamiento del
sistema (FUN); Deseabilidad Social (DS).
223
SI
NO
SI
NO
SI
NO
SI
NO
SOY LISTO/A
SI
NO
SOY TMIDO/A
SI
NO
SI
NO
MI CARA ME DISGUSTA
SI
NO
SI
NO
10
SI
NO
11
SI
NO
12
SI
NO
13
SI
NO
14
SI
NO
15
SOY FUERTE
SI
NO
16
SI
NO
17
SI
NO
18
SI
NO
19
SI
NO
20
SI
NO
21
SI
NO
22
SI
NO
23
DIBUJO BIEN
SI
NO
24
SI
NO
25
SI
NO
26
SI
NO
27
SI
NO
28
SOY NERVIOSO/A
SI
NO
29
SI
NO
224
30
SI
NO
31
SI
NO
32
SI
NO
33
SI
NO
34
SI
NO
35
SI
NO
36
TENGO SUERTE
SI
NO
37
SI
NO
38
SI
NO
39
SI
NO
40
SI
NO
41
SI
NO
42
SI
NO
43
SI
NO
44
SI
NO
45
ODIO EL COLEGIO
SI
NO
46
SI
NO
47
SI
NO
48
SI
NO
49
SI
NO
50
SOY DESGRACIADO/A
SI
NO
51
SI
NO
52
SOY ALEGRE
SI
NO
53
SI
NO
54
SOY GUAPO/A
SI
NO
55
SI
NO
56
ME PELEO MUCHO
SI
NO
57
SI
NO
58
LA GENTE SE APROVECHA DE MI
SI
NO
59
SI
NO
60
SI
NO
61
SI
NO
225
62
SI
NO
63
SI
NO
64
SOY PATOSO/A
SI
NO
65
SI
NO
66
SI
NO
67
SI
NO
68
ME ENFADO FACILENTE.
SI
NO
69
SI
NO
70
LEO BIEN.
SI
NO
71
SI
NO
72
SI
NO
73
SI
NO
74
SI
NO
75
SI
NO
76
SI
NO
77
SI
NO
78
SI
NO
79
LLORO FCILMENTE.
SI
NO
80
SI
NO
226
Nombre y Apellidos:
Edad:
Sexo:
227
Toxicomanas
Retraso mental
Problemas de personalidad
Desorganizacin familiar
Encarcelamiento
Paradero desconocido
Otros
228
Buena relacin con la familia de acogida: este tem valora la calidad de la relacin
que tiene el menor con sus acogedores, si se encuentra integrado en su familia de
acogida, si le tratan como a uno ms, etc.
Buenas relaciones con colegio y barrio: informa sobre el nivel de bienestar que
tiene el menor respecto a su entorno, las relaciones con sus iguales y con los adultos
con los que interacciona.
Buena relacin con los tcnicos: valora la relacin que mantiene el profesional con
el menor, si escucha al menor, si se preocupa por l/ella.
229
Menor:
Familia acogedora:
REAS DE VALORACIN:
Buena relacin con la familia de acogida
Expectativas de reunificacin
Visitas satisfactorias con la familia biolgica
Buenas relaciones con colegio y barrio
Buenas relaciones familia acogedora-biolgica
Toma decisiones de forma independiente
Buena relacin con los tcnicos
Satisfaccin con el sistema de acogimiento
Conocimiento sobre el recurso de acogimiento
No
No lo s
230
231
232