Libro TresPaises

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La familia Gassmann cuenta en su haber valiosos testimonios escritos por el abuelo Nicols.
Entusiasta, como pocos, dej su tierra natal para buscar un mejor porvenir para los suyos. En sus
Crnicas se revelan las motivaciones del largo viaje y el coraje, en sus decisiones de lder, para
emprender la aventura hacia el Plata.
Su hijo Nicols nos ha legado en sus pginas sus sentimientos en los momentos que dejaban
sus ms clidos afectos all en el lejano Volga:
"Quien nunca abandon su vieja patria, quien por ltima vez estrecha las manos de sus
padres, de sus abuelos, de sus queridos hermanos, siente que el corazn se le desgarra sin poder
contener las lgrimas. Quien no ha tenido esa experiencia no sabe lo que significa semejante
despedida".
Nuestra nica intencin es dar vida a estas historias, impregnarlas de sentimiento y hacerlas
conocer. Si logramos algunos de estos objetivos estaremos muy satisfechos.

Mario Gassmann s.c.

INDICE
1.
2.
3.
4.
5.

A modo de prlogo --------------------------------------------------------Primera parte : Historia del peregrinar de un pueblo --------------Segunda parte: Valle Mara tu nombre, Mariental tu espritu----Tercera parte: Historias para no olvidar ----------------------------ANEXOS: 1. Un viaje cultural al lejano Chaco -------------------2.. Una calle para Nicols -------------------------------6. Despedida: Plantemos un rbol ------------------------------------------

Pg. 3
Pg. 4
Pg. 35
Pg. 47
Pg. 56
Pg. 76
Pg. 86

--------------------------------------------------

A MODO DE PRLOGO
1762 - ALEMANIA
La guerra todo lo ha destruido.
Ya no te ata el agitado RHIN.
Los bosques y prados no te detienen.
Abandonaste tu historia, tu patria por una promesa.
1765 - RUSIA.
Las aguas de la Madre VOLGA te llevaron corriente abajo
hasta un desierto de estepa.
Clavaste con ahnco el arado y se convirti en pradera
y el rubio trigo se transform en rico pan en tu mesa.
La soledad, el fro y los salvajes no te asustaron.
En Cristo y Mara siempre confiaste.
Tu familia fue bendecida con creciente generosidad.
Han pasado ya cien aos y el dolor te jug una nueva partida.
Viendo que el peligro se cerna sobre tu familia,
nuevamente decidiste partir.
El tren hizo desandar el centenario camino
y Alemania te recibi extraa, indiferente.
No te detuviste.
1878 - ARGENTINA:
Cruzaste mares y ocanos hacia el sur, hacia Amrica
La Providencia sorte el Brasil
y el Plata te abraz como a tantos inmigrantes.
Un viejo barco remont por el grandioso PARAN;
nuevamente clavaste con ahnco el arado
y el rubio trigo se transform en rico pan en tu mesa.

PRIMERA PARTE

HISTORIA DEL PEREGRINAR DE UN PUEBLO


1. VSPERAS DE UN LARGO VIAJE
La torre de la Iglesia de Ulm se alzaba imponente en ese atardecer de invierno
de 1765. Los parroquianos, reunidos de distintas aldeas de la comarca, cuando el reloj
del campanario sealaba las siete de la tarde, empezaron a marcharse sigilosamente,
desde el templo, a sus respectivas granjas.
Juan Gassmann, joven de 25 aos, no tard mucho en llegar a casa. Su esposa,
Ana Mara, lo esperaba con un plato caliente. En el rostro del marido se adivinaba la
decisin tomada entre todos: abandonar la patria.
No quedaba otra solucin. La regin del centro y sur de Alemania se encontraba
destruida por la guerra. Las tropas de cada uno de los pequeos reinos que la rodeaban
les arrebataban a los campesinos sus magras cosechas. El forzoso reclutamiento de
hombres para la guerra les dejaba a su suerte para que el hambre y la miseria
consumiera los despojos de sus seres ms queridos.
El sacerdote, en secreto, los haba reunido para darles a conocer un Manifiesto
que llegaba de la lejana Rusia con formales promesas de paz y prosperidad.
El Imperio Ruso era gobernado por la Zarina alemana, Catalina II La Grande.
Haba subido al trono ante la muerte de su esposo, el Zar Pedro III.
En los comienzos de su reinado tuvo la visin de civilizar las dilatadas regiones
del sur ruso, surcadas por el ro Volga. Esas tierras vrgenes y deshabitadas, resultaban
ser un refugio de desertores del ejrcito, siervos, fugitivos y tribus nmadas.
Era preciso poblarlas y frenar el avance de las hordas del centro asitico. Con el
fin de conseguir colonos lanz ese Manifiesto, en secreto, en la Europa central. En el
mismo se describan enormes ventajas para emigrar: respeto por la religin, por el
idioma y la educacin; excepcin del servicio militar; entrega de tierras y herramientas.
Juan y sus compaeros escuchaban con atencin al cura. Este buen sacerdote
consideraba que deban partir para buscar paz y trabajo y un mejor futuro para sus hijos.
Confiaba en estos hombres de iniciativa y coraje para emprender semejante empresa.
Ana Mara estaba decidida a buscar nuevos horizontes. Saba lo difcil que
resultaba un adis definitivo pero no conoca otro camino mejor: el Volga los esperaba.
Juan y Paulina, de 3 y 2 aos respectivamente, eran muy chicos para comprender lo que
estaba sucediendo a su alrededor y su madre no saba explicrselos.
Los preparativos, en cada hogar, se hicieron con suma rapidez. Era poco lo que
tenan. La pobreza se haba comido hasta los ltimos ahorros y en los bales slo
caban ilusiones y esperanzas de un futuro mejor.
En una pequea gruta de la Virgen Marienthal, en las afueras de Ulm, se
reunieron los viajeros con sus respectivas familias.
El sacerdote les dio la bendicin y, con lgrimas en los ojos, abraz a cada uno
de sus aventureros y los dej partir, en silencio, hacia el norte, en busca del Mar Bltico.

Segn las Crnicas de la familia Gassmann, Juan (Johann), nuestro ancestro, se rene con los
aldeanos en Ulm (Wttenberg) y parten hacia Rusia en el ao 1765. Juan, segn el rbol genealgico de
la familia, habra nacido hacia 1739. Podemos imaginar a Juan, con 25 aos de edad, y a su joven

esposa, Ana Mara, partir hacia las dilatadas tierras del Volga soando con una nueva patria para ellos
y sus hijos. El campanario de la Iglesia protestante de Ulm es el ms alto del mundo (161,60 m) y fue
terminado en 1890.

2. RUMBO AL VOLGA
Hacan diez largos meses que haban partido de su patria.
Era un da de intenso calor. Desnutridos y agotados, los viajeros ven pasar las
horas, mientras el lanchn desciende por las agitadas aguas del Volga. El celeste cielo
se corta en las colinas circundantes.
Ya estn prximos a Saratov, para iniciar el ltimo tramo de un viaje
interminable. El silencio se hace sentir. En la retina de todos se ha grabado a fuego
cada momento vivido.
Cmo no recordar la llegada al puerto de Oranienbarum (Lomonosov), en las
mismas puertas de la capital rusa, San Petersburgo, despus de un agotador viaje desde
Ulm!.
Semanas despus, en rsticos e incmodos carretones, formando largas
columnas devoraron enormes distancias de camino.
En verano la temperatura fue sofocante. El largo, cruel e insoportable invierno,
los obligaba a detenerse en las aldeas rurales de los hospitalarios y desaliados rusos y
convivir con ellos y sus animales domsticos, en grandes habitaciones.
Los dramas y las tristezas se notaban en sus rostros mientras el tiempo
transcurra. Unos vieron perder a sus ancianos padres. Otros, la muerte de uno de sus
pequeos hijos. El clima y la falta de alimentos haba calado muy hondo en todos. El
sufrimiento de este pueblo qued marcado por las silenciosas cruces que quedaron en el
camino, a travs de la inmensidad rusa.
Junto a un vetusto tonel del barco, los nios Juan y Paulina, dormitan
plcidamente mientras son observados por su madre. El viaje los ha cambiado mucho.
Ya no son esos chicos lozanos y alegres que los abuelos despidieron con gran dolor en
Ulm. A pesar de todo, estn bien y es un consuelo para Juan y Ana Mara.
Ir al Lejano Volga, ante la enorme distancia (3.000 Km), debi ser muy doloroso y muchos,
especialmente ancianos y nios, quedaron en el camino como testigos mudos de tanto sacrificio. Ms de
30.000 personas, desde 1763, llegaron al Volga.

3. ESTEPA Y DESOLACIN
El lanchn se detuvo por unos momentos en el muelle de Saratov y cruz
despus a la orilla izquierda. All todos descendieron.
"Nuevamente otros viejos carros avanzaban por una regin desrtico e inhspito,
sin rboles, sin pastos, sin flores. Slo, ante sus ojos incrdulos, vean un cielo azul que
se recortaba en un horizonte de estepa"1.
Todos se miraron. Haban llegado! Pero dnde?. Junto al arroyo Carman y
frente a unas pequeas lomas, que se alzaban hacia el este, la caravana se detuvo.
De inmediato plantaron una cruz y, elevando los ojos a Dios, le confiaron
suplicantes su porvenir.
1

Pop Dening Pg. 8

Pfannenstiel, fue el primer nombre de la aldea. Era el 25 de mayo de 1766.


Marienthal se llam despus.
Con ayuda de unos alemanes llegados a la primera hora pusieron manos a la
obra. No haba mucho tiempo y el invierno, largo y cruel, los apuraba. Ante la falta de
madera, los ms, para construir sus casas buscaron el calor del vientre de la tierra, como
muchos lugareos.
La presencia de nuestros alemanes se denotaba en los montculos de tierra y en
algunos ranchos en la desolada regin, durante ese primer y cruel invierno.
Aquellos valientes hombres y mujeres, con trabajos y tambin con lgrimas, abrieron los surcos del
progreso en esos parajes alejados de toda civilizacin.

4. DRAMA DE UN DESHIELO
Haban pasado ya unos meses en el Volga.
Formaban parte de los primeros habitantes de esas lejanas tierras y deban pagar
el derecho de piso frente a un clima y un pas muy distinto y desconocido.
El largo y cruel invierno se fue alejando y la suave primavera hizo su lenta
aparicin.
La nieve se fue derritiendo y flua hacia el arroyo. Cada da sus aguas crecan
ms y ms. Los aldeanos comenzaron a preocuparse. Sin embargo nada haca prever de
un peligro inmediato. Estamos a fines de abril.
La cueva que albergaba a Juan y a su familia era muy amplia: una sola
habitacin de seis por cuatro y tres de profundidad. El techo, sostenido por tirantes y
ramas, estaba cubierto por la tierra extrada y, como puerta, unos maderos.
Oscureci rpidamente. Despus de una cena frugal, se fueron a dormir. Para
mantener caldeado el ambiente, el hombre dispuso unos leos en el horno. Ana acostaba
a los nios hacindoles rezar previamente y entonando algunas canciones de cuna.
Ya acostados, en el silencio de la noche, el matrimonio susurraba ambiciosos
planes y soaba con un primer hijo en la nueva patria.
De repente la noche se transform en un horror. Las glidas aguas del arroyo
salieron de su cauce inundando las cuevas que albergaban a los desprevenidos
habitantes y la desesperacin por salvarse se transform en un infierno.
Juan y Ana apenas tuvieron tiempo para alzar a sus aterrados hijos y salir con
titnico esfuerzo, arrastrndose, hacia la superficie, a travs del lodo y las fras aguas en
un mar oscuro. Atrs dejaban sepultados los pocos lazos de su Alemania muy lejana.
Las primeras y nicas lgrimas de un hombre curtido por tantos sacrificios,
abrazando a su familia, fueron conmovedores. Una vez ms continuaban unidos, pero
hasta cundo habran de seguir las desventuras?
Muchos pudieron salvar sus vidas esa noche perdiendo sus enseres y hasta sus
objetos ms preciados trados desde el Rhin. Otros, la muerte los encontr durmiendo y
jams despertaron.
En la maana del nuevo da, a pesar de la desolacin y el dolor, el pueblo
enfrent su destino. En lo alto de la loma, rodeado de las turbulentas aguas del arroyo,
todos, con lgrimas en los ojos, imploraron a Mara su proteccin.
Esta historia no corresponde con las Crnicas de la Familia Gassmann. Varias familias sufrieron la
inundacin de sus viviendas .Los habitantes de Marienthal debieron experimentar el vivir bajo tierra. Un
siglo despus aplicaron el mismo sistema de construccin presionando a las autoridades argentinas

para que se les permitiera vivir en aldeas. Debido a este comportamiento, durante mucho tiempo, los
vecinos denominaron a la aldea Valle Mara (Entre Ros) vizcachera.

5. BUEN COMIENZO
Muy pronto un nuevo espritu empez a reinar en la colonia. El buen tiempo
permiti organizar el poblado en un lugar ms alto, siempre cerca del arroyo Carman.
Se traz una avenida principal ancha y varias calles transversales ms estrechas.
Sobre la calle mayor se emplaz la futura iglesia y la escuela.
Con mucho esfuerzo se construyeron las casas de familia.
Ana denotaba felicidad viendo su pequeo ranchito de adobe de blanca cal,
recin pintado por sus manos, mientras sus hijos corren en el patio con otras criaturas y
juegan con huesos de animales o con muecas de trapo. Ya habr tiempo para lograr
mayores comodidades. Su familia ahora estaba bien y esperaban pacientes a su tercer
hijo con el que sellaran su estada definitiva en estas latitudes.
La aldea, en poco tiempo, adquiri su propia fisonoma en la inhspita estepa
rusa.
Era el momento de arar las tierras vrgenes y conseguir el alimento antes del
siguiente invierno.
Muy pocos eran labradores de profesin. Pero con la colaboracin de los ms
experimentados, lentamente todos fueron adquiriendo, con voluntad y sacrificio, el
manejo en la tarea rural.
Hacia mitad de abril comenzaron arando los campos cercanos a sus viviendas
con el nico medio de traccin: el caballo. De inmediato se sembr el trigo; luego, maz
y centeno. Y varios lotes con cebada para los animales.
La siembra llevaba todo el da, de sol a sol durante un mes. Era el trabajo de los
hombres.
A mediados de mayo cada familia preparaba su quinta.
A la par de Juan podemos ver a Ana, encinta, sembrando papas, cebollas y
verduras. Conocan muy bien el oficio. Contaban con poco tiempo. El lote no era ms
grande que las ilusiones, despus de un da de trabajo en la tierra y en la espera de unos
frutos lozanos.
La aldea se vio adornada con las primeras flores que aparecieron en los jardines
de los frentes de cada casa.
Al llegar el atardecer, el descanso reparador era un blsamo para nuestros
sacrificados antepasados.
Pero... las noches, en ese primer verano, ms bien eran cortas. Mientras, muy de
madrugada, Ana ordeaba las tres vacas lecheras, alimentaba una chancha preada y
algunas gallinas, Juan levantaba un pequeo establo cubierto, junto a la casa, con el fin
de preservar del futuro fro invernal a un par de vacas, cabras y cerdos. Necesitaba de
un espacio cerrado para esos animales.
Al mismo tiempo debi construir un depsito para guardar los granos, los fardos
de pasto y hortalizas, y un galpn contiguo para reparar sus herramientas en invierno.
En esos primeros y difciles aos las tareas se llevaban a cabo ayudndose entre
los vecinos. Gracias a la solidaridad entre los alemanes, sali el pueblo adelante.
Para completar la casa, Juan construy, como sus vecinos, un stano, junto a la
cocina, con el objeto de almacenar los alimentos.

Dicen las Crnicas que Juan, nuestro ancestro, estaba feliz. Viva en una casa de campo con jardn y
era amante de la caza. Pronto cultiv una quinta con verdura y algunos rboles frutales, en especial,
una parra trada personalmente de Ulm.

6. ACONTECIMIENTOS FELICES
Otoo de 1767. Haca muy poco tiempo que se haban radicado en el Volga.
Los signos del progreso llegaban a paso seguro. La cosecha pasada satisfizo a los
aldeanos. Lentamente fueron acostumbrndose a la nueva vida emprendida en las
praderas. Juan, amante de la caza, gozaba de paz y tranquilidad y trabajaba duramente.
Marienthal viva un da especial. En la casa de la familia Gassmann reinaba un
ambiente de fiesta. Varias de sus vecinas concurrieron a media maana a participar de
la alegra del nacimiento del cuarto hijo, el segundo nacido en el Volga. La tarea de la
partera de la aldea haba sido excelente.
Haca unas horas que las campanas de la iglesia comunicaban la feliz noticia a la
comunidad, especialmente los que estaban en el campo trabajando. All precisamente se
encontraba Juan, quien concurri, de inmediato, para compartir la alegra junto a su
familia.
Juan Miguel, el nio recin nacido, dorma en el regazo de su madre mientras
que Santiago, de slo dos aos, contemplaba a su hermanito desde su andador.
An faltaban Juan y Paulina. Eran muy chicos para ir a la escuela pero el
maestro se haba ofrecido a ensear las primeras letras con los otros nios. Los
resultados eran sorprendentes y el novel sacristn, muy piadoso y dedicado, gozaba en
la colonia de un merecido prestigio.
All, en la Iglesia, fue la vecina a buscar a los nios, pues los reclamaba su
madre.
Como era costumbre bautizar antes de los tres das a la nueva criatura, Juan
aprovech la oportunidad para pedir nuevamente a la familia Bernhardt, sus vecinos
ms cercanos, aceptaran ser los padrinos del recin nacido. Providencialmente, ambos,
gustosos, se comprometieron a acompaarlo en sus necesidades futuras.
Cuando Juan y Ana Mara llegan al Volga tenan dos hijos pequeos: Juan y Paulina. En Rusia nacen
dos hijos ms: Santiago en 1765 y Juan Miguel en 1767. En las Crnicas se menciona a Santiago como
ahijado de la familia Bernhardt.

7. LUGAR DE PAZ Y ORACIN

Los aldeanos, despus del primer difcil ao de permanencia en aquellas tierras


ignotas, tenan como principal preocupacin levantar la Iglesia del pueblo y ofrecer a
Dios y a Mara, por esta causa, sus mejores esfuerzos.
El Padre Juan, polaco de nacimiento, era el principal animador y el ms
entusiasta ante un pueblo admirablemente emprendedor y religioso. Las paredes del
templo comenzaron muy pronto a levantarse con el aporte y el esfuerzo de todos.
La Iglesia, ms bien pequea, luca hermosa con su torre central. Sus campanas,
all en lo alto, eran el latido del corazn de esos aldeanos, que saban distinguir desde
muy lejos, segn su taido, los acontecimientos, tristes o alegres, de la colonia.
Era costumbre, en los primeros tiempos, convertir la sacrista en escuela con el
fin de ensear las primeras letras. El maestro - sacristn cumpla tan delicado y
reconocido oficio.

El bautismo de Juan Miguel congreg en la iglesia a los piadosos feligreses, que


acompaaron a los padrinos en su compromiso de fidelidad y gua.
Para este pueblo el bautismo era una buena oportunidad de celebracin.
Cada familia aport unos ricos platos tradicionales. Y, al finalizar, los clsicos
cantos trados del lejano Rhin pusieron su sello de alegra.

8. MALONES ASITICOS
Tras ardua tarea, Ana Mara ha preparado con lo mejor que tiene a sus cuatro
hijos para participar del oficio religioso. La nia luca un largo vestido de color marrn
claro, con ruedo, y un pauelo bordado con adornos y flecos que apenas cubra sus
largas trenzas. Los nios, una camisa sin cuello y un saco, largo y abrigado, con piel de
oveja, todo cerrado. As era en las fiestas.
Ese domingo amaneci hermoso y desde temprano se vio a la gente caminando
hacia la Iglesia.
La religiosidad de las aldeas volguenses se respetaba con suma rigidez,
especialmente la observancia del domingo y las fiestas. En la vida cotidiana nunca
faltaba la oracin de la maana, de la noche, antes y despus de comer y el rezo del
ngelus con el toque de las campanas, deteniendo las faenas del campo.
Estamos en primavera, a principios de abril de 1774. Al fondo de la calle,
cruzando el puente del arroyo Caraman, llegaban varias familias en carro. Eran de una
aldea vecina, que desde muy temprano venan a Misa.
Ms atrs, por entre las suaves lomas del naciente, se levantaba una tenue
polvareda, como si se acercaran unos jinetes al galope. Nadie les prest atencin.
El Padre Juan dio comienzo a la Santa Misa con el toque de las campanas.
Todos estaban presentes.
Muy pronto el templo se llen de la suave msica religiosa que este pueblo
labriego supo cultivar en todas las colonias del Volga.
Mientras tanto, afuera, se preparaba una pesadilla terrorfica que jams nuestros
alemanes soaran. Eran los Quirguises, trtaros del Asia Central, sobrevivientes de las
hordas de mongoles, sanguinarios, ladrones y vengativos.
En el momento en que el sacerdote iniciaba su sermn desde el plpito, estos
hombres primitivos, lanzando gritos salvajes, hicieron su aparicin violenta desde el
fondo de la Iglesia. Unos se dedicaron al saqueo; los ms comenzaron a enlazar del
cuello a los hombres. El buen Padre, habiendo permanecido atnito junto al altar,
tambin fue cruelmente enlazado.
Los arrastraron como animales fuera del templo y, atados con cuerdas a los
caballos, se alejaron del pueblo entre los gritos y el polvo.
Ana Mara corri hacia la calle en busca de su marido. Sus hijos, aferrados a su
larga pollera, corran aterrados junto a su madre. Juan, como todos, no pudo ni supo
intervenir en defensa de los prisioneros y los vio partir.
El miedo y la desesperacin cundi en la aldea. Impotentes vieron cmo su
sacerdote y un grupo de padres de familias, eran llevados brutalmente a lo desconocido,
a la esclavitud. Cunto dolor y cuntos lamentos por la desaparicin o la muerte del
padre, de la madre o de un hijo!
Ese mismo da varias aldeas sufrieron el mismo azote.
Los alemanes, que llegaron al Volga en busca de paz y trabajo, fueron
miserablemente engaados. Debieron frenar el avance de estas sanguinarias hordas de
Quirguises, que, junto con las bandas de ladrones que asaltaban los caminos, se

arrogaban la titularidad de las inmensas estepas rusas. Nuestra gente pagaba un duro
derecho por esas tierras.
Slo una raza que funda su esperanza en Dios, pudo salir adelante, acrisolada en
el dolor y el sacrificio.
Marienthal fue invadida por los Quirguises en abril y agosto de 1774. Estos hechos marcaron
profundamente en el alma de nuestros aldeanos.

9. FIESTA DE LA ASUNCIN
Entre las colonias se organiz, con mucho entusiasmo, un grupo de rescate. Se
reclutaron 150 hombres. Sin armas adecuadas, sin organizacin, sin experiencia
partieron hacia el este. Pronto se produjo el encuentro. Los gritos de guerra y el
aspecto salvaje de la horda los amedrent. Derrotados los campesinos, los sanguinarios
Quirguises se ensaaron con estos pobres aldeanos. Los atroces tormentos dejaron a
muchos sin vida y los cadveres quedaron esparcidos por la estepa para comida de las
aves de rapia.
No contentos con el botn, los salvajes siguieron merodeando, arrastrando tras s
a los cautivos que, atados con cuerdas, debieron sufrir el hambre y el fro en sus
lacerados cuerpos.
Era el da 15 de agosto de 1774. Madrugada en las estepas.
Hay una pequea brisa, en esa fra maana, proveniente del oeste. Los
prisioneros, atados de pies y manos, ven pasar su triste y dolorosa noche iluminados por
las estrellas. Nada pueden hacer, slo sufrir.
Al amanecer reinician la marcha. El velo de la noche daba lento paso a la
tenue luz del nuevo da. Era muy temprano y slo se ve a unos pocos pasos. Una densa
neblina comenz a cubrir la tierra. Los salvajes acechan. El Kan, jefe del grupo, para
llegarse a las aldeas se dirige a los prisioneros pidiendo la correcta orientacin. Ellos,
por no querer delatar a sus hermanos de Marienthal, la aldea ms prxima, sealaron la
direccin contraria.
Lamentablemente en ese momento se echan a vuelo las campanas de la iglesia
para anunciar la Misa. Era la fiesta de la Asuncin de Mara.
Los salvajes, dndose cuenta del engao, tomaron cruel venganza de los
prisioneros. Martirizaron hasta dejar sin vida a los responsables. De inmediato
irrumpieron violentamente en la aldea. Los forajidos, con gritos amedrentadores,
destruyeron o incendiaron lo que encontraban a su paso. Nios y ancianos caan
decapitados. Todo lo consuma el fuego.
Nuevamente muchos hombres y mujeres fueron arrastrados y llevados
prisioneros.
Los esposos Gassmann, con sus cuatro hijos, ingresaban al templo cuando las
campanas anunciaban el comienzo de la Misa.
Los gritos salvajes que llegaban del exterior provocaron el desbande general.
Juan, como muchos otros, inici la retirada de la familia. Abrazados por el
pnico llegaron a la puerta. En ese preciso instante un grupo de jinetes se interpuso,
atropellndolos y enlazando hbilmente a la madre y a sus dos hijos mayores. Los ms
pequeos, desesperados, escaparon milagrosamente y desaparecieron en la oscuridad.
Juan, mientras tanto, intent seguirlos. Era intil. Desisti. Corri en busca de
una escopeta que tena escondida bajo un arbusto en el jardn de su casa. Unos salvajes
lo siguieron muy de cerca. No pudo llegar. Sus perseguidores pisaban sus talones. En
10

alocada carrera penetr en el granero y subi a un altillo para esconderse entre la paja de
trigo. Los salvajes, al no encontrarlo, perforaron con sus lanzas el pajar y se marcharon.
Al da siguiente, sus vecinos, hallaron en el establo una gran mancha de sangre
que haba cado del altillo. Juan, con tan solo 35 aos, haba muerto. Termin su vida
ofrendndola para mantener unida a su familia. No pudo lograrlo.
Marienthal, en una sola voz acongojada, elev la Salve a Mara al final de la
triste jornada: a Ti suspirarnos gimiendo y llorando en este valle de lgrimas
La presencia de los Quirquises dej una huella muy profunda en nuestro pueblo y el horror toc muy de
cerca a muchas familias que guardaron en la memoria, por un largo tiempo, los nombres de sus seres
queridos llegados a la esclavitud y que nunca ms volvieron.

10. QUINCE AOS DESPUS


Estamos muy cerca de las fiestas de Navidad de 1789. Reina una profunda
calma en esa maana invernal.
La nieve cubre de color blanco el horizonte. Es muy temprano. La silueta de
dos personas se pierde en la distancia. Van en un trineo tirado por un caballo.
En un bosquecito de cipreses se detienen. Un joven desciende y abre con fuerza
la puerta de hierro para ingresar al predio. El silencio del camposanto se interrumpe por
un instante.
La dama marcha adelante adivinando el sendero cubierto de nieve. Su rostro
est triste. Lleva un vestido largo de color negro, hecha, como era costumbre, por sus
propias manos. Un chal del mismo tono cubre su cabeza y sus hombros. El color delata
su reciente viudez.
Cruzan la gran Cruz central del cementerio y se desvan hacia la izquierda.
Finalmente se detienen ante dos tumbas gemelas.
Hace fro. Una gorra de piel de oveja cubre la cabeza del muchacho. Un saco
de lana, largo y grueso y abrochado hasta el cuello, lo defiende del fro. Viste, adems,
altas botas de cuero.
Con el paso del tiempo apenas se pueden leer en las rsticas cruces los nombres
de los difuntos: Ana Mara y Juan Gassmann.
En un momento se rompe el silencio. El apuesto muchacho, con visible
congoja, pide a su madrina le recuerde la historia de sus progenitores. Ella no se hace
rogar:
Ana Mara era una buena mam. Los quera muchsimo. Pero un da vinieron
los salvajes de la estepa, a la salida de la iglesia. La tomaron prisionera, maltratndola
cruelmente. Tambin a dos de sus hijos, tus hermanos mayores. Juan, tu padre, quiso
salvarlos pero lo mataron con una lanza.
El relato de esta buena dama se interrumpi un instante. En las mejillas del
joven se deslizaban unas gruesas gotas, lgrimas de dolor.
Ya no sentan fro. Abrazando a su ahijado, prosigui con su relato:
Poco despus, un mayor alemn, con un pequeo y efectivo cuerpo de
soldados, redujo a los salvajes y Ana Mara fue salvada de la esclavitud y regres al
pueblo. Aqu supo que su esposo haba muerto. Juan y Paulina, muy chicos e
indefensos, nunca ms regresaron. La profunda pena de tu madre aceler el camino
hacia el Padre.
Juan Miguel, abrazando a su madre adoptiva, con gran esfuerzo silabe una
oracin ante la tumba de sus queridos padres y les prometi que su descendencia jams

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olvidara sus nombres, pues ambos supieron dar con su sangre el testimonio de amor de
familia.
De inmediato regresaron a la aldea. Santiago, su hermano de sangre no pudo ir,
estaba enfermo desde haca unos das. Con la muerte de sus padres y la desaparicin de
sus hermanos mayores debieron crecer hurfanos, siempre bajo la proteccin de sus
vecinos, padrinos de bautismo.
Slo la Providencia sabr la historia que escribieron en la esclavitud nuestros
queridos antepasados: Juan y Paulina. El destierro fue su triste final.
En las Crnicas los relatos son dramticos...< la persecucin y los hechos abominables no
haban tenido fin>. Ana Mara de vuelta a la aldea, fallece poco despus sin poder recuperarse del
horror vivido al ver el trato que daban a sus hijos cautivos y a su esposo, muerto trgicamente. Santiago
a los 27 aos se cas con una viuda y tuvo tres hijos. Juan Miguel es nuestro ancestro.

11. HISTORIA DE AMOR


El verano es implacable. Falta el aire en ese medioda de julio. El lento
revolotear de las mariposas multicolores acompaa al abrasador viento de las estepas.
Un jinete que avanza al trote sobre un soberbio caballo blanco, corta el paisaje
ondulado. Absorto en sus pensamientos no distingue las negras columnas de humo que
se alzan en el horizonte cercano.
Juan Miguel, joven de unos veinte aos, regresa a la aldea Louis despus de
pasar unos das en su Marienthal natal. Con el permiso estatal, necesario en la poca
para desplazarse, ha podido participar de las largas fiestas celebradas con motivo del
casamiento de su hermano Santiago.
Los rubios trigales anuncian tiempo de cosechas. Los segadores, inclinados
sobre las maduras espigas, realizan su labor silenciosa. Los campos deben estar
trillados antes de que lo impidan las tempraneras lluvias de otoo.
Mientras sus pensamientos juegan recordando los buenos momentos vividos en
el casamiento, no puede dejar de pensar en la fatigosa tarea que le espera esa misma
tarde, agregndose a los otros aldeanos, en los campos conocidos con el nombre de "la
viuda Obholz".
La buena seora, ante la trgica muerte de Juan Obholz, su marido, en los
primeros ataques de los Quirguises, hered su riqueza floreciente en ganado, campos y
galpones. Esto le permita tener un buen pasar y educar con dedicacin, a sus tres hijos
ya adolescentes. Juan Miguel, hace dos aos que est al frente de la prspera hacienda,
desde su casamiento con la seora.
En un momento los pensamientos del joven se interrumpen; densas nubes de
humo se desplazan en todo el frente y el fuego invade la aldea. Los campesinos
abandonan la tarea, suben a sus carros y se lanzan en auxilio de sus familias.
Juan Miguel sujeta las riendas de su fogoso animal y observa, slo un instante,
desde lo alto de la loma, el dantesco espectculo: el pueblo arrasado y todo reducido a
cenizas. A lo lejos, el precipitado arreo de vacas, ovejas y caballos, es lo poco que
algunos aldeanos, con coraje, intentan salvar.
Pensando en su mujer y en sus hijos, afloja las riendas del animal y desanda el
camino en bajada. Al cruzar el puente del ro Carman vuelve a detenerse. All
encuentra a su seora sentada a la vera del camino, llorando sin consuelo. Los tres
hijos, abrazados a su madre, muestran rostros de temor y desesperacin. Ya nada
tienen. Todo lo han perdido y slo un par de bultos son los mudos testigos de tan cruel
destino.

12

Apeado, el muchacho se hace cargo de la escena de espanto, de amargura. Esa


misma tarde con la mujer y los nios se marcha a Marienthal.
Vende su casa paterna y se asienta junto al arroyo en una pequea loma.
La humilde casa cobijar a sus hijos adoptivos hasta que se hiciesen hombres.
Su esposa le dio tres hermosos hijos ms: Santiago, como su hermano, Juan Miguel,
como l y Pedro, el ms pequeo.
El Seor lo llev a los 34 aos. Sus seis hijos nunca olvidaron sus ejemplos
como las flores no se olvidan de aparecer en cada primavera en la campia volguense,
an hoy da.
Juan Miguel naci en 1767 y muri a los 34 aos en 1801. Se cas a los veinte aos con una viuda
apellidada Obhols. De su matrimonio nacieron tres hijos: Santiago, Juan Miguel II y Pedro. Juan
Miguel II es nuestro ancestro.

12. LA FAMILIA ANTE TODO


Estamos a orillas del arroyo. La primavera va lentamente apareciendo. Las
flores silvestres, a fines de mayo, brotan por todas partes. Un suave perfume acompaa
el da que culmina.
Una joven pareja, sentada en la verde pradera, contempla en silencio el
atardecer. No hacen falta las palabras cuando las miradas se cruzan, cuando el amor es
grande.
Un da antes el casamentero haba logrado la aprobacin de los padres para
que se unieran en matrimonio.
Brbara y Juan Miguel se prometen eterna fidelidad y un beso sincero ilumina
las lomas del paisaje ruso y las aguas del arroyo se truecan en color azul, se hacen cielo.
Es la maanita de un sbado de 1818.
Las calles de Marienthal vibran en sones de fiesta, en cada carro adornado, en
las guirnaldas y las flores, en las coloridas prendas de las mujeres, en los jvenes
responsables de hacer ruido con la plvora, en los habitantes que esperan frente a la
Iglesia la llegada de la novia ataviada con su blanco vestido y perfume de rosa.
Unas horas despus, los nuevos esposos son llevados a la fiesta, entre el ruido de
plvora y la algaraba general. All se congregan los aldeanos para expresar su alegra
en las comidas, los bailes y los cantos. El acontecimiento se prolonga por das
atendiendo las visitas.
Siempre el casamiento signific unos momentos de mximo regocijo. Todos
colaboraban en la larga preparacin. Era una necesidad participar. Las ricas comidas y
los postres ms surtidos endulzaban la larga fiesta.
Juan Werbach, el suegro, ha ampliado la casa para recibir a los recin casados.
As deba ser. Un nuevo hijo ha llegado al hogar. Y hasta que no se independicen
formarn parte de la familia.
La vivienda es grande y an hay lugar para los hijos que llegarn, si Dios lo
permite. Y, como la mayor parte de las familias, siempre se esperan muchos
descendientes.
La unidad de las familias, bendecidas con muchos hijos, y la confianza en Dios
fueron los pilares que les permitieron crecer en la paz y consolidarla en el trabajo.

13

Juan Miguel II - mismo nombre que su padre, naci en 1797. En 1818 se cas con Brbara
Werbach nacida en 1800 y se fue a vivir a la casa de su suegro.

13. PIEDRAS EN EL CAMINO


Es el da 6 de mayo de 1829. La comunidad de Marienthal vive una fiesta
especial. Se inicia la construccin de una nueva iglesia, ms grande y el pueblo est
presente. La que tienen actualmente es muy pequea para tantos feligreses.
La construccin avanz hasta que se amuraron las primeras ventanas. Una
circunstancia hizo que la obra se detuviera.
Juan Miguel II, agricultor como su padre, casado con Brbara desde 1818, se
haba ido a vivir a la casa de su suegro, Adam Werbach. Generoso en el trabajo,
realizaba las tareas en el campo. Era padre de tres hijos: Elisabeth, Nicols y Susana.
Cierta noche de verano de 1831 se escucharon unas fuertes palmadas en la
oscuridad del patio de la familia Werbach. Silencio y preocupacin haba en el rostro
de todos por las noticias que corran en el pueblo. Estaban por sentarse a la mesa para
saborear una rica sopa que Brbara retiraba del fuego.
-Mala hora para visitas! - sentenci don Adam, sentado a la cabecera de la
mesa, como deba ser, mientras se secaba sus gruesos bigotes amarillentos con la
servilleta que le cubra el pecho y apartaba de su lado un sabroso chorizo casero, el
ltimo de la temporada.
Se levant Juan Miguel II, abri la puerta y a la luz tenue del candil descubri la
presencia del sacerdote del pueblo.
-Buenas noches, Padre! Qu lo trae por aqu a estas horas? - salud con una
respetuosa reverencia, como era tradicin en las aldeas.
-Buenos noches, amigo! - contest el seor cura. Con pocas palabras invit al
joven a acompaarlo a la casa parroquial.
-Qu Dios los bendiga! - salud el sacerdote a los moradores que se haban
puesto respetuosamente de pie.
En el despacho se encontraron con el mdico y algunos hombres del pueblo. Se
haba confirmado la noticia. Muchos ancianos y nios haban amanecido enfermos con
los mismos sntomas y con el mismo grado de gravedad. Dos acababan de fallecer
recin iniciada la noche. La epidemia, como teman, comenzaba a hacer sus estragos.
Pronto se pusieron de acuerdo para colaborar con el mdico: unos visitando a
las familias, previendo contagios, manteniendo el orden en la aldea y otros, con la
penosa tarea de enterrar, de inmediato, a las vctimas.
En la agenda del Padre se lea: 18 de junio de 1831.
La terrible epidemia destrua los hogares. Hubo das que fallecan 12, 14 y hasta
17 personas mayores, que fueron diariamente inhumadas.
Frente a la grave situacin de la epidemia la gente estaba desesperada; teman
morir todos.
El equipo de voluntarios debi desarrollar una actividad muy intensa.
Brbara no poda disimular su preocupacin. Sus hijos, pequeos, lo perciban.
El da 4 de julio Juan Miguel II amaneci con una fiebre muy alta. Su suegro,
presuroso, se lleg hasta la iglesia en busca del seor cura. Rodeado de los suyos,
falleca a los 34 aos. Dejaba en la soledad a su joven esposa con tres pequeos hijos.
El Padre Tulselwischz, un hombre de mucha fe, ante la desesperacin de la
gente, expuso el Santsimo Sacramento sobre el altar durante tres das y tres noches.
Fueron das de vigilia y de oracin en la que todos participaron. Al cabo de ellos ces
completamente la peste que asolaba el lugar.
14

La epidemia dur en Marienthal 18 das. En este lapso murieron 87 personas.


Cuando ya la cruel enfermedad hubo cesado, se derrumb la vieja iglesia,
porque las paredes de la nueva ya estaban muy altas y circundaban a la vieja. As, con
los restos de la vieja iglesia, se construy una pequea ermita en la otra margen del ro
Carman, sobre una loma, en el monte, como recuerdo de las vctimas de la peste y que
servira de Iglesia hasta que la nueva se terminara.
El pueblo fue nuevamente convocado. Entre la multitud de aldeanos una dama
de negro estaba de pie y abrazaba a tres pequeas criaturas. Brbara era su nombre.
Baada en lgrimas oraba en silencio por su fiel esposo fallecido.
Brbara, desde el primer momento, impone un gran respeto, una profunda moral
y un sincero amor a Dios en cada uno de sus tres hijos.
El da 14 de setiembre de 1834 se inauguraba la nueva iglesia. La advocacin
patronal se consagr a la Asuncin de Mara que se conmemora el 15 de agosto.
El 6 de enero de 1833 se volvi a casar Brbara con Juan Gross quien, como
buen padre, supo querer a sus hijos adoptivos como propios.
Juan Miguel II, nuestro ancestro, muere a los 34 aos. Brbara fallece en 1872, es decir, antes
que su hijo Nicols se marchara hacia Amrica.De los siete hijos, slo tres llegaron a grandes:
Elisabeth, Nicols, nuestro ancestro, y Susana.
Elisabeth se cas con Juan Ortmann y fue parte de la expedicin hacia Amrica. Susana se
qued en Rusia, se cas con Juan Hoffmann en la aldea Roleder.
Alguno de estos datos fueron extrados de nuestra historia familiar. Juan Miguel II, muri muy
joven. Su muerte coincidi con la peste que azot la aldea. En las Crnicas no se habla de los motivos de
su muerte.

14. AIRES DE PARTIDA


Desde haca un tiempo llegaban a Marienthal voces de adelantados que traan
noticias con horizontes de bonanzas desde los Estados Unidos, Canad y Brasil.
Era el 15 de octubre de 1877.
El sol de otoo irradiaba sus ltimos rayos sobre las aguas del ro Carman e
iluminaba a la sobre poblada aldea de Marienthal.
Un grupo de colonos entraba en la taberna de Josepf Feiz. Entre estos hombres
estaba Nicols Gassmann y Juan Dening. Los animados comentarios sobre la marcha
de los acontecimientos migratorios se sucedan en todos los mbitos. Todos, o casi
todos, estaban involucrados en ese tema y el riguroso invierno se les aproximaba. Entre
copa y copa desmenuzaban el problema los hroes del da.
A eso de la medianoche entr en el local Pedro Salzmann. Juan Dening al verlo
se le adelant a todos con la pregunta:
- De dnde vienes a esta hora? Algo importante debe haber ocurrido para que
ests a estas horas aqu.
- Claro que s! - respondi Salzmann. - Sepan ustedes que esta noche regres
nuestro comisionado Maier desde BrasilNi bien me enter fui a su casa y la encontr
colmada de gente curiosa, incluso en el patio haba tanta gente que perd la esperanza
de entrevistarlo o escuchar lo que deca. Por suerte el Seor Maier logr calmar a la
gente y, subindose a un banco para que lo pudieran ver, logr imponer silencio y
poder as hablar.
- Mi querida gente! El gran Reino brasileo es un pas muy frtil, muy apto
para la agricultura El gobierno brasileo nos ofrece los mejores campos de la
provincia en las cercanas de la ciudad de Porto Alegre. Para el inicio, el gobierno nos
facilita las semillas necesarias, la maquinaria agraria, los caballos, la necesaria
15

manutencin y nos da la vivienda. Naturalmente el colono deber restituir estos


adelantos en cmodas cuotas anuales Entonces, mi querida gente, si estas
condiciones les gustan y quieren viajar con nosotros, les dir que se apuren en
transformar sus bienes en dinero para organizar el viaje Por indecisos podemos
llegar tarde. Piensen rpidamente qu les parece lo mejor.
- Viva Brasil! - aclamaban los presentes. Todos se fueron retirando para
comunicar lo recin odo a los familiares y vecinos.
-Por Dios, Pedro! - dijo Gassmann. - Te mandaste esta noche un discurso de
abogado. - Tabernero, srvale al orador otra copa! Se lo gan! Por eso camaradas,
choquemos las copas por la salud y el bienestar de Peter Salzmann.
- Salud y bienestar! - retumbaba en la ronda.
- Mira - prosigui Gassmann dirigindose a Salzmann, - ese ofrecimiento de
campos de parte del gobierno brasileo me viene al pelo, como para que lo
desperdicie. Muchas veces medit sobre cmo podra dar las espaldas a esta Rusia,
pero nunca encontr la oportunidad como la que nos ofrece ahora el gobierno
brasileo con condiciones tan favorables2
Muchos factores se unen para que el desnimo se manifieste visiblemente en las
aldeas y coincidan con lo que Nicols explicaba esa noche.
ltimamente las cosechas eran muy malas. La escasez de lluvias fue un castigo
para los sufridos campesinos.
La obligacin del servicio militar, una poltica de rusificacin, especialmente en
la cultura, impuls a muchos a emigrar.
Los campos se haban subdividido en demasa, producto de un asombroso
crecimiento de poblacin. Hay una falta de planificacin del gobierno impidiendo la
expansin de territorios.
-Entonces, escchenme; - contina Gassmann. - Si emigramos eludimos
nosotros y nuestros hijos esta tragedia y de paso le hacemos un gran favor a los que se
quedan. Nos lo agradecern ellos, sus hijos, sus nietos.
-Nosotros emigraremos! Viajaremos! - retumbaban en el espacio. Gassmann
tiene razn!
- Choque esas copas y brindemos por la nueva patria!. - concluy Nicols
Viva Brasil!
- Viva!!! - Repetan todos
- Bueno, ahora djennos ir a casa, - opinaba Dening. - El entusiasmo por Brasil
es otro motivo que nos induce hacia fines ms elevados.
Se estrecharon las manos en son de despedida, en la seguridad de haber vivido
una noche alegre e importante. En el camino a casa la luna llena les hizo una mirada
esquiva bueno... s, en Brasil la vern desde otro ngulo3
En muchas familias de Marienthal comenz a fortalecerse la ilusin de una
partida hacia una nueva patria.
Nicols, fruto de la estricta educacin de su madre Brbara, ha sabido ganarse
un profundo respeto entre sus hijos, yernos y nietos que conviven bajo un mismo techo.
Es una familia numerosa, como tantas otras,
El 21 de junio de 1871 su quinto hijo, Pedro, de slo diecisis aos, abandon la
aldea natal hacia los Estados Unidos, con el deseo de suerte y la bendicin de sus
padres.
Cinco aos despus, Nicols ha tomado un camino similar. Rene a sus hijos
mayores y les anuncia la decisin de partir hacia el Brasil. Todos estn de acuerdo.
2
3

Remembranzas pgs. 9 al 11.


Remembranzas pgs. 11 al 13.

16

Convencido de las promesas de los emisarios llegados de Sudamrica, se


dispone, junto a sus hijos, a vender los bienes y partir.
Estamos en 1877. La partida se fija para noviembre.
La Providencia de Dios, con ayuda de los enviados del gobierno argentino bajo
la presidencia de Avellaneda, dispuso que el destino final de este grupo de inmigrantes
no llegara a Brasil sino a Argentina.
Nicols es nuestro ancestro. Naci en Marienthal el 8 de mayo de 1826. Qued hurfano de
padre a los 5 aos. A los 20 se cas - 3 de octubre de 1844 - con Ana Mara Kinderknecht nacida el 8 de
setiembre de 1827. Se casaron y se fueron a vivir a la casa del suegro, don Pedro Kinderknecht durante
siete aos. Tuvieron doce hijos, todos nacidos en Rusia: Brbara, Juan, Nicols, Matas, Jos I, Pedro,
Adn, Vernica, Jos, Elisabeth, Catalina y Mara Luisa. Brbara y Jos I fallecieron nios. Matas es
nuestro ancestro.

15. ADIS DEFINITIVO


La aldea natal ejerce sobre el hombre una atraccin enorme. Si, adems, lo que
se conoce es el trabajo del campo, la iglesia y las colonias vecinas, no es de extraar lo
afectivamente traumtico que significaba abandonar la aldea para ir a remotas y
desconocidas tierras.
Slo un pueblo fuertemente unido poda enfrentar un nuevo desafo como lo
haba hecho sus abuelos de antao.
Se viven en Marienthal momentos de partida, momentos muy tristes y
pintorescos, a la vez.
En veinte sitios distintos se remataban moblaje y herramientas. Ya en los
primeros das los colonos ms pudientes de las aldeas haban comprado para sus hijos
las casas y predios de los emigrantes y, como an quedaban muchos compradores ms,
los precios se mantenan altos. Los que compraban, en los remates: ropa de cama,
muebles, maquinaria, herramienta, etc los llevaban inmediatamente a sus domicilios;
esto haca que las calles de las aldeas asemejaran a una feria ambulante en plena
accin comercial. Se vean muchachos rodando tambores, carros transportando
grandes cerdos, una seora arreando una vaca lechera, con un ternerito, hacia su
corral 4
Nicols, con el constante apoyo de su esposa Ana Mara y de sus hijos, ha
comenzado a vender los carros, arados, animales, campos heredados y otros comprados
cerca de la aldea, los establos, galpones y herramientas. No era slo vender sino
desprenderse de lo ms caro de la familia, de lo que cost sacrificios conseguirlo.
Sencillamente era malvender.
Por ltimo, le toc a la preciada casa. Era una gran casa de 40 metros de
largo. Con lgrimas en los ojos debieron desprenderse del hogar de sus antepasados en
el que todos haban crecido.
Qu recuerdos deban encerrar sus paredes, sus habitaciones, su cocina y qu
difcil result dejarla!. Era necesario hacerlo.
Qu dolor debi sufrir el nio regalando su perrito, el joven malvendiendo su
caballo, la madre o el padre entregando la mesa o la cocina con todos sus recuerdos de
comidas y sobremesas!.
Para el 10 de Noviembre todo estaba listo. Nicols ha recaudado por la venta
unos 3575 rublos. Es poco por todo lo entregado pero suficiente para el viaje de los
diecisiete miembros de la familia Gassmann.
4

Gruter pg.46

17

Pocos das mas tarde las casas de los emigrantes estaban completamente
vacas. A los que partan slo les quedaba su equipaje como sitio donde sentarse o en
casa de sus parientes, mientras sus casas vendidas iban siendo ocupadas por los nuevos
dueos. 5
El lunes 14 por la maana toda la familia se rene por ltima vez en la iglesia.
El 13 se haban confesado. Participan de la Santa Misa para implorar al buen Dios y a
su Santsima Madre su proteccin y la ayuda en tan largo y peligroso viaje.
Todo el pueblo est presente y se hace un nudo en la garganta de los aldeanos
ante las palabras de despedida del sacerdote: Viajen hermanos y hermanas, en nombre
de Dios y que el santo arcngel Rafael sea el gua y protector durante el viaje. En la
Patria Celestial esperamos vemos reunidos nuevamente.
"Cuntas madres de familia se arrodillaban por ltima vez ante el cuadro de la
Madre Dolorosa y lentamente salan sin abandonar con la mirada la querida casa de
Dios". 6
A la salida de la Iglesia el sacerdote bendijo a cada viajero, como haca 100 aos
en
Ulm,
mientras el coro
del
templo
entonaba
canciones
tan
queridas
que
hacan
vibrar
sus
recuerdos
profundos. Un
llanto
general
afloraba entre
los que se iban y
los que se quedaban. Era un adis definitivo.
As era Marienthal
Toda la familia, catorce mayores y cuatro nios, se trasladan a la casa de don
Pedro Kinderknecht, suegro de Nicols. All se sirve el ltimo desayuno.
Mientras tanto Antonio, Juan, Pedro y Jos, todos hermanos de la abuela Ana
Mara e hijos de don Pedro, han preparado los cuatro grandes carros con el equipaje.
Todo era tristeza, sollozos y silencio. Nadie se animaba a dar el primer paso en
la despedida.
Cuntos interminables abrazos!

Cuntas lgrimas derramadas! Era un adis para siempre.


Y lleg la despedida final de lo que les era valioso y amado en el Volga, para
marchar hacia el Oeste, hacia Amrica:
Adis, queridos hermanos y hermanas.
Adis, querida madre y amigos.
Adis, querida y maravillosa iglesia.
Por ltima vez te veo, Santsima Cruz sobre la torre.
Adis, hermosa
Marienthal.
Adis, seres queridos que descansan bajo tierra.
En vuestras tumbas ya no podremos rezar.
5
6

Gruter pg. 47.


Gruter pg.47

18

Adis, querida cruz, junto al camino.


T eres la ltima cruz que veremos entre los prados.
Alabado sea Jesucristo. Amen..
Entonces nuestro anciano padre hizo la seal de la cruz y rez tres
Padrenuestros, tres Avemaras y tres Glorias" 7

Viaje de despedida hacia el Volga para siempre

Todos
acompaaron en el
rezo, con sus ojos
llenos de lgrimas.
Los carros
avanzaron
lentamente,
mientras tanto, por
las
polvorientas
estepas slo el
silencio amargo les
acompaaba
en
esta aventura.
Al
atardecer,
la
caravana se detuvo junto al Volga. Los cansados peregrinos descendieron y las sombras
de la noche cubrieron en silencio la ltima noche en la estepa. En una posada
encuentran comida y hospedaje. Pronto el sueo invadi la noche.

16. VUELTA A CASA


Nicols es un joven inquieto. Tiene 27 aos. Cuarto hijo del jefe de familia y
padre de dos criaturas. Le ha impresionado mucho la partida. Hay en su mente una rara
mezcla de nostalgia y de aventura. Tanto es as que una pequea libreta siempre lo
acompaa y va anotando fechas y lugares que ms le llaman la atencin.
En esa primera noche fuera de casa, le cuesta conciliar el sueo. Repasa cada
momento vivido en ese da y con el corazn sangrando de nostalgia escribe:
"Quien nunca abandon su vieja patria, quien por ltima vez estrecha las
manos de sus padres, de sus abuelos, de sus queridos hermanos, siente que el corazn
se le desgarra sin poder contener las lgrimas. Quien no ha tenido esa experiencia no
sabe lo que significa semejante despedida". 8 El amanecer lo sorprende an despierto.
Es muy temprano y la orden de levantarse lo encuentra vestido. El sol no ha
salido, el fro es intenso. Toma un ligero desayuno y mientras su esposa Gertrudis
prepara a los nios, parte hacia el embarcadero. Ha querido ser de los primeros en ver
el gran ro que identifica a su pueblo. Queda, como todos, perplejo ante la vista del
Volga en ese mes de noviembre. Es inmensamente grande, desbordado e impacta por el
rpido avance de los bloques de hielo, flotando en sus aguas. Temor y silencio se
confunden.
7

Gruter pg.50
Gruter pg.27

19

Lentamente los grupos de aldeanos se concentran en el muelle, dispuestas para


un largo viaje. Son familias numerosas, provenientes de distintas aldeas. En todos est
la misma inquietud de partir hacia lo muy lejano, lo desconocido. All estn abuelos,
padres, hijos y nietos. Se ha juntado un millar.
Mientras tanto, atracan pequeas, rsticas e indefensas embarcaciones. Los
viajeros las observan incrdulos y se preguntan: es posible que puedan cruzar
semejante ro?
Llega la orden de partida. Hombres, mujeres y nios se acomodan con lentitud.
Pocos hablan.
Se sueltan las amarras y uno de los lanchones comienza a avanzar.
La corriente aumenta a medida que penetra en el ro y los hielos son ms
grandes. Cada bloque que golpea contra la barcaza provoca la angustia entre los
pasajeros. La pericia del capataz y sus hombres no los tranquiliza.
Uno de los nios, ajeno por completo a lo que se viva a su alrededor, seala la
costa de enfrente que comienza a dibujarse en el horizonte.
Las mujeres, encomendndose a la Virgen Mara, van desgranado las cuentas del
rosario entre sus manos.
Hay tensin.
De repente un grito se escuch en el pasaje sealando a estribor. Todos giran
sus cabezas. Un tmpano se aproxima con rapidez. En los ojos de los peregrinos se
dibuja el miedo.
La plataforma sigue avanzando. Ahora est ms cerca. Los marineros, curtidos
en estos peligros, esperan.
Cuando ya est prximo, sus largos remos se apoyan sobre el gigante y con
firmeza logran desviarlo, pero no pueden evitar que toque la popa del lanchn
provocando un fuerte estremecimiento. El pnico asoma en los rostros y los nios
prorrumpen en llanto.
Despus del medioda, la nave atraca en el puerto de Saratov. La zozobra ha
pasado y un gracias a Dios! surge en las gargantas de los recin llegados.
Mientras disfrutan de un merecido almuerzo, comparten con otros viajeros sus
experiencias.
Nicols, junto a otros jvenes, ha decidido explorar. Encerrados en su pequea
aldea no haban tenido la oportunidad de salir. Todo era nuevo. Al llegar a la estacin
del ferrocarril el asombro es mayor. Jams haban visto un tren. Quedan estupefactos
ante la presencia de la locomotora y de sus numerosos vagones, las ruedas de hierro
sobre rieles, el fuego de sus calderas, la nube de humo y el estridente ruido de la
mquina.
Regresan al grupo a contar los resultados de sus exploraciones.
Todos se apresuran a juntar sus muchas pertenencias para trasladarse a la
estacin. Las puertas corredizas de los vagones se abren. Lentamente, con cara de
asombro y ansiedad, ingresan a los mismos.
Naturalmente se ordenan en grupos homogneos de aproximadamente cien
personas, de la misma aldea y de la misma religin, si es posible.
Los vagones eran cerrados, con bancos de madera dispuestos en ronda y unos
pocos cruzados. En el centro ya estaba encendido un horno grande que mitigaba el
intenso fro de la poca. No tardaron mucho las abuelas en colocar una gran olla y,
segn costumbre del Volga, se sirvi permanentemente el t entre los viajeros.
El agudo silbato de la locomotora fue la orden de partida y, ahora s, el tren
comenz a desandar el centenario camino de sus antepasados.

20

Durante los ocho das que dur el viaje los volguenses debieron ingeniarse para
hacer ms entretenido el viaje. Rezaban el rosario y las letanas diariamente,
recordaban a los parientes que haban dejado en Rusia, imaginaban el futuro en
Amrica, cantaban y jugaban a las cartas.
Cuando la locomotora se detena en las estaciones, los viajeros descendan para
aflojar sus huesos entumecidos y cambiar el aire enrarecido por tanto encierro.
El ingreso en Alemania, al sptimo da, se expres con cnticos tradicionales
para mostrar su alegra. Haban pasado 114 aos de aquella partida de Juan y Ana
Mara. Sus descendientes jams haban soado regresar a la tierra de sus mayores.
Alemania no era su destino. Un continente, allende los mares, los esperaba y en
l cifraban sus esperanzas.
Finalmente llegan al puerto de Bremen, norte de Alemania.
Son recibidos cordialmente por la compaa que los trasladaran a Amrica.
El da previo a la partida los viajeros participan de la Eucarista y piden a Mara
un feliz viaje hacia el Brasil.
Estamos a mediados de diciembre de 1877.
En el puerto de Bremen (Alemania) parten dos buques con 1006 pasajeros del Volga. La familia de
Nicols Gassmann estaba compuesta por 17 personas y se embarc en el buque ms grande: el SALIER.

Buque Salier9
17. POR EL MAR
Haca largos das que el
navo "SALIER", abarrotado de
campesinos alemanes, surcaba el
Atlntico hacia el sur.
Aquel
inmenso mar, siempre igual,
confunda los sentimientos de
tristeza y soledad de aquella gente
con la ilusin de cada maana de llegar finalmente a destino.
Hubo das de mal tiempo, especialmente los primeros, durante los cuales
permanecan encerrados mientras todo rodaba o se sacuda en medio de un coro de
lloros y lamentos. Hubo otros de absoluta calma, mar sereno, en que los das se
sucedan interminables y donde mar y cielo y cielo y mar no acababan.
Como todas las tardes, un grupo de hombres conversaba animadamente en
cubierta. Apoyados en la borda disfrutaban ese da de un excepcional buen tiempo. El
tema se reiteraba a diario: Cul deba ser su destino final? Haban partido del Volga
hacia el Brasil y ahora, desde la salida del puerto de Bremen en Alemania, crecan los
rumores de que el barco haba puesto proa hacia la Argentina. Tenan datos precisos y
una fundada intranquilidad.
- No me cabe la menor duda que nuestro futuro est en Brasil - afirmaba Nicols
Gassmann, clavando su vista en el horizonte. Los mayores asentan con la cabeza.
En los das previos, all en el ya lejano Volga, los emisarios haban prometido
un Brasil rico con un clima propicio para el trigo, su fuerte. Don Nicols no poda
aceptar un cambio tan repentino.
9

Como dato anecdtico el buque SALIER naufraga en el Atlntico el da 8 de diciembre de 1896.


Perecen 113 colonos del Volga que navegaban hacia nuestra patria

21

Este hombre, de buen porte, luca una avanzada calvicie a sus cincuenta aos, tal
vez ms. Haba sido uno de los promotores de la partida de Rusia hacia el Brasil y por
eso su palabra era escuchada con respeto.
- Lo que me llama mucho la atencin son los destinos de nuestros pasajes indicaba don Juan Dening, maestro y sacristn de Marienthal, mientras mostraba
nerviosamente, entre sus apuntes de viaje, unos papeles poco legibles. -Cmo es
posible que la agencia nos haya dado estos pasajes a Buenos Aires y no al Brasil como
corresponda!-.
- Es que en Ro de Janeiro hay una epidemia de clera - respondi
inocentemente don Pedro Salzmann, acomodando su larga pipa en la boca.
- Ese argumento es precisamente lo que me llena de duda - terci don Juan, el
maestro, ya ms nervioso. - Brasil, no tiene otros puertos en el mar? Estoy seguro que
es una maniobra para dejamos en la Argentina! - y se separ por un instante del grupo.
Los ms jvenes, ms maleables a un cambio de rumbo, si era necesario y
conveniente, participaban tambin en el ruedo.
Matas, joven de 25 aos, era uno de ellos. Hijo de Nicols y padre de Santiago,
nio de un ao, haba escuchado con atencin y crea oportuno participar:
- Yo no s si ustedes recuerdan aquel hombre que nos salud en la estacin de
tren cuando llegamos a Alemania.
- Claro que lo recuerdo!- interrumpi su joven y memorioso hermano Nicols
con la infaltable libreta en mano. - Fue en Egdtkuhnen, la primera estacin de
ferrocarril en Alemania. Recuerdo aquella gran alegra que tenamos al pisar la tierra de
nuestros antepasados. Cmo sonaban los acordes del acorden y las canciones que
entonbamos entre grandes y chicos! Hubo un instante de silencio, sorprendidos por sus vibrantes palabras. Pero el
tema no daba para nostalgias.
- Ese Seor - rompi el silencio Matas - nos dijo que conoca Sudamrica y nos
aconsejaba que debamos ir a Argentina.- Y con mirada suplicante se dirigi al sacristn
para lograr su apoyo: -no es as, maestro?
- Efectivamente - particip el maestro, orgulloso por poder demostrar sus
conocimientos de geografa. - "La Argentina es un pas llano y con un clima templado,
mientras que el Brasil es caluroso y selvtico. Nos record adems que Brasil es tierra
de porotos, no de trigo"10. - prosigui el maestro, apoyado en la borda, mientras
mantena sus manos en los bolsillos de su largo saco negro, vestimenta que
ordinariamente lucan esos hombres. A pesar de todo, en su intimidad, don Juan soaba
con Brasil y con un guio se lo hizo saber a don Nicols.
Hess, capitn del barco, hombre muy amable y conversador con todos los
pasajeros, se integr al grupo silenciosamente en el momento en que el maestro expona
sus saberes geogrficos.
- Buenas tardes, seores, - interrumpi educadamente el capitn con una ligera
inclinacin de cabeza.
- Buenas tardes - respondieron a coro los aldeanos, muchos de ellos con la
sorpresa de su repentina presencia, honrosa al fin.
Estos rudos campesinos estaban muy agradecidos al Capitn. La comida a
bordo haba sido buena y abundante como la atencin deferente de toda la tripulacin.
Siempre se haba prestado gustoso a entrar en conversacin con los de mayor edad para
hacerse contar sus historias de un largo peregrinaje por Rusia o se haba deleitado con la
alegre msica de estos humildes aldeanos.
10

Gruter pg. 31

22

Tena, a su vez, mucha simpata hacia ellos y una gran admiracin por la
conducta y espritu religioso de todo este pueblo, demostrado en estas cuatro semanas
de travesa. Sin muchos rodeos, el Capitn les quera dar una noticia:
- En la madrugada del da de maana el barco estar anclado en el Ro de la
Plata.- Y ante la agradable sorpresa de la noticia prosigui:
- "A la salida del sol, un pequeo vapor se arrimar y los llevar al puerto;
luego, unas carretas tiradas por bueyes, los dejar con todos sus equipajes en tierra
firme".11
- Seor Capitn, queremos expresarle nuestro eterno agradecimiento por
habernos trado sanos y salvos. Que Dios lo bendiga.- expres emocionado don Nicols
y todos esos hombres apoyaron sus palabras.
- El agradecido soy yo, seores.- dijo el Capitn y con amabilidad se despidi de
todos, afirmando haber aprendido a quererlos y a respetarlos, y agreg: - "Deseo
felicitar a la Argentina por acoger a un noble grupo familiar para integrarlo a su
futura poblacin, y que el cielo los bendiga a ustedes y sus descendientes". - Y antes de
que lo interrumpieran, solemnemente, agreg: -"Cuando ustedes se hayan habituado a
su nueva patria y se sientan felices, acurdense tambin del capitn que los trajo hasta
aqu"12. - Y se despidi con un gesto sonriente.
Todos se retiraron a comentar las novedades a sus respectivas familias. Slo
qued all, por unos instantes, el joven Nicols estampando en su libreta de viaje las
ltimas palabras del capitn Hess.
.La ilusin de llegar definitivamente a Brasil y encontrarse inesperadamente Buenos Aires signific un
duro desengao pues este puerto que no estaba en los planes de los alemanes.

18. PUERTO DE BUENOS AIRES


Tarde de enero de 1878.
El calor es sofocante. Apenas una suave brisa del ro refresca los curtidos rostros
de marineros, inmigrantes y changarines que se mezclan en el pequeo y agitado puerto
de Buenos Aires. Una multitud de barcazas, vapores de ros, pesadas carretas anfibias y
caballos juegan al suave ritmo de la siesta.
Las lavanderas de la ciudad, mujeres de color y algunas gringas, concurren con
sus canastos y utilizan los pozos naturales y las orillas de tosca para sus quehaceres.
Nios y no tan nios se refrescan en sus turbias aguas.
Un pequeo grupo de hombres, despus de abandonar un endeble muelle de
madera, va subiendo la pendiente hacia el norte, en medio de un lodazal, bordeando la
redonda silueta de la Aduana, en busca del Hotel de los Inmigrantes. Por sus trajes
largos y oscuros y su andar pausado son forasteros. Han ido a despedir a don Nicols
Gassmann que march hacia Brasil, patria que soaron desde el Volga, como delegado
de los mil pasajeros recientemente llegados a fin de solicitar la intervencin de su
gobierno.
Apenas pisaron tierra, el gobierno de Avellaneda, dispuso su traslado hacia el
interior pero se encontr con la firme y terca oposicin de los alemanes venidos de
Rusia a radicarse en Argentina. Confiaban en una posible intervencin carioca y hacia
all fue enviado uno de sus hombres. Emisarios del gobierno y ocasionales hombres de
la ciudad, no pudieron convencerlos. Entre los ocasionales estaba Nast, un enigmtico
11
12

Gruter, pg. 32

Gruter pg. 32

23

personaje. Ahora haba que esperar noticias mientras se sucedan encuentros, visitas y
propuestas de radicacin en el litoral.
Ya haban pasado diez das desde la llegada. Un enjambre de inmigrantes
pululaba por todas partes del hotel. Razas, lenguas y religiones se confundan en un
reducido espacio poco propicio para convivir. La higiene, el descanso, la cocina y otras
muchas necesidades mnimas, de cada grupo familiar, numeroso por cierto, eran
insalvables, a pesar de la buena disposicin del gobierno.
Una maana, muy temprano, corri la triste noticia de la muerte de una nia.
Grande fue la conmocin en todo este grupo de alemanes. El luto, el silencio, la
tristeza y la nostalgia llena de sombras los rostros.
Juliana, de slo dos aos falleca. Nicols Gassmann, aquel joven entusiasta con
su libreta de viajes, era su padre. Nada pudo hacer cuando aquella criaturita se despeda
en sus brazos. La improvisada habitacin se llen de sollozos, prolongados abrazos y la
oracin hacia Jess y Mara fortaleci la fe de estos humildes aldeanos en la voluntad de
Dios, como una prueba ms de su llegada a la Amrica que soaron.
En la maana del domingo una reducida comitiva se diriga, en carro, hacia el
camposanto para dar cristiana sepultura a Julianita. Sus padres no perdan de vista esa
pequea caja blanca mientras guardaban su triste silencio. Poco importaban los bruscos
movimientos del carro en esos malos caminos de tierra, ni los gritos de los mercaderes
tan abundantes en plazas y calles de ese Buenos Aires. Slo la oracin fortaleca sus
corazones destrozados. En un momento, Gertrudis rompi el silencio, dirigindose a su
afligido esposo:
-"Nicols, la Argentina ser nuestra nueva patria. Aqu, Jess quiso que
descansase nuestra hija, aqu descansaremos tambin nosotros".
Nicols no respondi. Comparti el sentimiento y se lo prometi a su hija.
Mientras tanto en el Hotel de los Inmigrantes las voces de partida se
acrecentaban. Se deca que el gobierno argentino, alertado, haba intervenido la
correspondencia con respuesta favorable enviada desde el Brasil por don Nicols. Todo
eran rumores, cosas que se decan, nada ms.
Cuando las campanas de la Iglesia de San Ignacio comenzaron a repicar, un
numeroso grupo de hombres, mujeres y nios, se encamin al centro de la ciudad para
asistir a la Santa Misa, como acostumbraban hacerlo diariamente.
La caravana empez a subir la cuesta en direccin hacia la Aduana y el antiguo
Fuerte.
Cruzaron por un corredor que separa los dos cuerpos de edificio: Casa de
Gobierno y Casa de Correos y Telgrafos e ingresaron a la plaza 25 de Mayo, antiguo
mercado y ahora adornada con jardines y calles de rboles. Los bajos y viejos edificios
que rodean la plaza estn atestados de almacenes y agencias martimas, caballerizas,
sastreras.
El Teatro Coln, prximo al fuerte, es lo ms llamativo. Todo es novedad para
ellos.
Cruzando la Recova, un edificio con un arco central y doce arcadas en cada lado,
se ingresa a la Plaza de la Victoria. La presencia de los inmigrantes, con sus tpicas
vestimentas, corta, por un momento, el bullicio de mercaderes y forasteros agolpados
bajo las galeras de la Recova para vender sus productos o protegerse del fuerte sol del
verano.
Al ingresar a la Plaza de la Victoria, la nota sobresaliente es el majestuoso
frontis y las columnatas de la Catedral. Por un instante se detienen a saludar al grupo de
aldeanos protestantes, mucho ms reducido que ellos, que regresaban al hotel despus
de haber participado de un oficio religioso en un templo cercano.

24

Junto al Cabildo, un monumento con arcadas e historia, la caravana dobla hacia


el sur internndose en una de las pocas calles adoquinadas de la ciudad para ingresar al
templo de San Ignacio. Por un instante unos jvenes se atrasan un poco contemplando
esa bandera celeste y blanca en lo alto de un edificio. Las rubias miradas se fraguan con
aires de patria.
El rito en latn, practicado en todo el universo catlico, rompa la barrera del
idioma, de la comunicacin. Su participacin en la liturgia era entusiasta y una gran
devocin penetraba en sus fibras ms ntimas. Era el consuelo de un sufrido pueblo que
se senta sin patria y con valenta pona toda su confianza en Dios.
De regreso al Hotel se vieron sorprendidos con la orden del gobierno de
prepararse en un tiempo perentorio para partir. Entre Ros era su destino. No se
opusieron mayormente.
El cansancio haba minado la voluntad de los campesinos y la necesidad de un
hogar definitivo peda a gritos un final feliz en el largo peregrinaje de este pueblo.
Nicols Gassmann parte hacia Brasil como delegado de los volguenses. Si bien sus tratativas
fueron exitosas la delegacin prefiri permanecer en Entre Ros cansados de tanto peregrinar. A su
llegada a Entre Ros recibe la triste noticia de la muerte de su esposa ocurrida en Diamante.

19. ENTRE ROS: NUEVA HISTORIA


En un atardecer de invierno entrerriano. La oscuridad va invadiendo
implacablemente el paisaje, extensin sin lmites. Ha llovido muy lentamente y los
zorzales rompen el letargo con sus trinos. Calandrias y benteveos juegan con sus silbos
mientras persiguen hormigas voladoras. All, en la loma, se escucha un relincho sonoro
de un bagual que se despereza. A cada paso un arroyo de cuyas aguas bajan tonos de
suavidad y melancola.
Haca ya largos meses que se haban instalado los alemanes del Volga en la
Colonia Alvear, al sur de Paran, capital de la Provincia. Ubicados en incmodos
galpones y carpas provisorias esperan una solucin definitiva para radicarse en aldeas,
como en el Volga. El Administrador se opone. Cada grupo familiar debe construir su
casa en su chacra sorteada previamente. La propuesta no es aceptada. La solucin no
llega. El invierno avanza y la tierra virgen debe ser trabajada prontamente.
Un galpn cobija a un grupo de hombres que conversan animadamente mientras
el humo de sus largas pipas juega sobre sus cabezas. Don Nicols Gassmann,
recientemente llegado del Brasil, est entre ellos. Una profunda pena lo embarga. En
su ausencia ha fallecido su amada esposa. Todos sus hijos presentes comprenden y
respetan su dolor. Mientras tanto se interesa por los acontecimientos vividos desde su
separacin. Habla en ese instante su hijo Matas:
- Sus telegramas, padre, enviados
desde el Brasil, jams llegaron a nuestras manos.
- Efectivamente, - interrumpi Nicols, hijo -. Es previsible que el gobierno los
haya interceptado y ante la respuesta favorable del gobierno brasileo hayan decidido
traemos prontamente aqu.
- La sorpresa fue muy grande - continu Matas - Regresbamos de la iglesia
cuando se nos present la polica con la orden de abandonar el Hotel - concluy.
Por un instante se interrumpi la conversacin. Un grupo de mujeres hizo su
ingreso ofreciendo un humeante t acompaado con Riwwel kuche, torta tpica, recin
sacada del horno de barro.
Algunos jvenes pidieron mate, dispuestos a integrarse lentamente al folklore
lugareo. A los ms maduros tal decisin no les cay de sorpresa.
25

En son de ancdota, su hijo Nicols, prosigui con el tema mientras saboreaba la


rica torta:
- No puede usted imaginar aquel barco que nos trajo!. Era un viejo vapor que
tard ms de tres das en llegar a Diamante.- Y, para sentirse ms seguro, concluy: Cruzar el Volga no fue tan peligroso!.
- An no he podido olvidar cuntas penurias han debido sufrir los nios, las
madres y los ancianos viendo pasar las horas, con hambre y sed, en ese vetusto barco intervino Juan, el hijo mayor, que hasta ese momento haba permanecido en silencio.
As, paso a paso, don Nicols, fue informndose de los acontecimientos hasta la
misma llegada, en larga caravana de carretas con ms de mil volguenses, hacia la tierra
prometida: Colonia Alvear.
Lo dems es historia reciente.
Estamos a principios de junio. Todos esperan una respuesta definitiva del
gobierno. La multitud sigue viviendo en carpas y galpones de chapa o paja. La
impaciencia colma a un aldeano y cava en el suelo una habitacin de dos metros de
profundidad y de cuatro metros por cuatro. Otros lo imitan. Esta originalidad preocupa
al Administrador.
A pesar de tanta incomodidad, mientras se realizaban los trabajos finales de
agrimensura, se organizan para encontrar lea, construir sus hornos de cocina y los ms
ingeniosos, inventan, ante su ausencia, medios de transporte y herramientas tiles para
desplazarse y trabajar la tierra virgen. Los ms optimistas suean ya con verdes
praderas y campos florecientes de alfalfa y lino, maz y trigo.
De un tronco un campesino construy una cruz y con una campana de la
Administracin, se lanzaron a los aires por vez primera esos sonidos, voz de los ngeles,
para congregar a los aldeanos a rezar el rosario y una Hora Santa.
Ya se han sorteado las chacras. Los grupos se han formado segn su regin de
origen y religin. Cuatro comunidades catlicas, una protestante.
Fines de junio.
Es necesario roturar la tierra y sembrar el maz. La tensin crece. No hay
cambios de postura en los aldeanos.
El Administrador amenaza con la polica montada de Diamante. El temor invade
a los humildes aldeanos. Mujeres y nios lloran y se encierran en sus carpas.
Reunidos en asamblea los colonos se mantienen firmes. Nicols Gassmann
oficia de vocero.
Cuando el Juez hubo terminado de explicar lo dicho por el Administrador, yo
habl y le dije: dgale al seor Navarro que si no nos permite estar juntos en aldeas e
insiste en obligamos a ir por la fuerza cada uno a su chacra, ningn alemn venido de
la zona del Volga se quedar aqu en el pas.
El seor Navarro pregunt al Juez qu es lo que yo haba dicho, y este se lo
tradujo todo al espaol. El seor Navarro contest que por el momento las cosas
quedan como estn, lo que vendr ms adelante l no lo sabe, pues su obligacin es
ahora comunicar esta novedad al gobierno en Buenos Aires, que l no tiene autoridad
para permitir lo que est sucediendo13
Catorce das despus llega la respuesta: el gobierno les permite a los colonos
fundar sus "propias aldeas".
Gran triunfo. La tensin da paso al jbilo.
Da 21 de julio de 1878: nacen, a orillas del Paran, las siguientes aldeas: Valle
Mara (Marienthal), Spatzenkutter, San Francisco (Pfelfer), Salto (Kehler) y Protestante.
13

Memorias de Nicols Gassmann (1826-1900)

26

Han triunfado porque las profundas races de la fe y la unidad producen frutos


admirables de progreso y crecimiento. Tanto es as que muy pronto las aldeas
florecieron y los hijos buscaron ms tierras vrgenes para fundar nuevas comunidades.
La aldea de Valle Mara estaba compuesta por 32 familias distribuidas en 64 chacras. En sus comienzos
estaba muy unida. Como Director de la aldea fue designado Nicols Gassmann; secundado por Pedro
Hoffsteter y Nicols Becker como vocales.

20. SAN MIGUEL: PAGO CHICO


Por los caminos polvorientos de Entre Ros avanza, muy lentamente, una
caravana de carros.
Numerosas familias han partido de su colonia: Valle Mara. En la aldea San Juan
se agregan dos ms.
Van hacia el interior de la Provincia.
Los alegres cantos de esperanza se unen a los trinos de los pjaros que los
contemplan sorprendidos a la vera del camino.
Hombres, mujeres y nios se marchan hacia un nuevo destino llevando en sus
bales las mismas ilusiones de sus antepasados cruzando mares.
Otoo de finales de siglo. Las praderas, an, se visten de fiesta y miles de
flores acompaan el paso de los alemanes del Volga. Campos vrgenes se cortan en lo
alto de las lomas y lo ondulado del terreno alegra la vista de los inmigrantes.
La suave brisa del campo mece los rubios cabellos de los nios y en sus ojos se
refleja un cielo azul sin nubes. Cuntos sueos en la frente del campesino! Cuntas
esperanzas de una madre con hijos pequeos! Cuntas alegras de los nios por el largo
viaje en carro!
A orillas de un arroyo la caravana se detiene. El canto del ngelus puso su nota
sagrada para que una cruz en la curva del camino marcara para siempre la presencia de
una nueva aldea.
San Miguel, la bautizaron.
Era el da 21 de mayo de 1899.
Todos miraron al cielo para que el santo ngel los bendijera. All estaban de pie
las familias en pleno: hombres y mujeres, nios y ancianos, en el camino de entrada;
juntos, todos sus fundadores grabaron sus nombres para el recuerdo: Felipe Derfler Andrs Krapp - Nicols Kessler - Jos Dreher - Federico Schweigert - Pedro Schunk Conrado Krapp - Pedro Neiff - Eduardo Oberling - Jos Gerstner - Matas Gassmann Antonio Boos - Miguel Neiff - Adn Gassmann - Antonio Seib.
Matas, nuestro ancestro, hijo de Nicols, junto a su hermano Adn fundan, entre muchos, la aldea San
Miguel. Nace en Marienthal el 4 de diciembre de 1852. Catalina Herrmann nace en la misma Colonia en
1856. Se casan en Marienthal el 28 de octubre de 1874. Ingresan al pas en 1878 con un hijo: Santiago,
de dos aos. Se instalan en la aldea Valle Mara (E.R.) Fueron bendecidos con once hijos: Santiago,
Margarita, Jos, Brbara, Juan, Ana (Hna. Julia, Sp.Santo), Nicols, Catalina, Miguel, Agata, Matas.
Brbara fallece a los 18 aos.

21. LA PARTERA DE MI ALDEA


Paulina Gerstner, la partera
Ros).

Corre el ao 1943 en la aldea San Miguel (Entre

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Sentado en su reposera, don Santiago Gassmann deja pasar las horas. Se ha


aflojado la faja negra de su cintura y se ha desprendido sus tiradores; es ms cmodo.
Hombre de unos 65 aos, alto y delgado; est fumando su pipa mientras juega con las
bocanadas de humo haciendo crculos sobre su cabeza.
Las flores violetas del alfalfar cercano llenan el amplio patio de un rico perfume.
La calle, con sus azulados cardos que se levantan en sus orillas, se va dejando envolver
por la apacible noche. En la cocina, a la luz de una lmpara, las mujeres han culminado
la limpieza y se han retirado a descansar.
Los grillos anuncian su presencia con el canto. Todo es tranquilidad. De pronto
los ladridos de los perros cortan el silencio de las cuchillas. Un carro se aproxima por la
larga calle, en la oscuridad, del lado de la iglesia. A una orden los caballos se detienen
frente a la casa. Los perros reconocen al recin llegado; es de la familia. Don Santiago
se ha puesto de pie. En la pieza una luz se enciende.
La arboleda de la casa es ya un macizo de sombras.
El recin llegado, Lucas, es un muchacho de 18 aos; el primognito de tantos
nietos que tiene don Santiago.
En la casa esperaban de un momento a otro al visitante. Su madre est con
sntomas de tener familia. Ha venido a buscar a la infatigable partera, su abuela Paulina,
esposa de don Santiago.
Paulina, que escuchaba desde el interior, no tard en ascender al carro. Un breve
saludo y el joven Lucas espole los caballos y el carro verde se perdi en las tinieblas,
hacia Villa Crespo.

1926. Cuatro generaciones: Lucas (1 ao), Antonio (27), Santiago (50), Matas (76)

Media hora despus llegaron al establecimiento "Los Ceibos" donde los


esperaba Antonio visiblemente nervioso. Salud cariosamente a su madre, agradeci a
su hijo Lucas el recado, y ambos cruzaron el patio hacia la casa. Las hijas mayores
esperaban en la cocina. Los dems se quedaron hablando afuera, junto al carro.
Don Antonio caminaba nerviosamente bajo la galera. En el interior, Paulina,
haca su paciente trabajo ayudando a la madre a traer un nio al mundo.
Una hora despus se escucharon gritos de alegra; las mujeres se apresuraron a
anunciar a todos el nacimiento de un nio. La casa se llen de rostros alegres.
A los pocos das, durante el bautismo del nuevo nieto, la abuela Paulina se sinti
nuevamente feliz.
San Miguel y la comarca, goz por mucho tiempo de sus servicios; un
verdadero apostolado. No importaba ni el tiempo ni la hora ni las condiciones

28

climticas. All siempre estaba Paulina para ayudar, a una madre, en esos momentos tan
importantes de la vida: el nacimiento de un hijo.
Hoy, muchos hombres y mujeres, que andan por el pas y, peinan canas, le
deben a doa Paulina Gerstner de Gassmann un eterno agradecimiento porque ella fue
la primera persona que los recibi con tanto cario en este mundo, antes que su misma
madre.
Santiago Gassmann, nuestro ancestro, nace el Marienthal (Rusia) el 2 de febrero de 1876. A los dos
aos de edad viene a Argentina acompaando a su padre Matas. Paulina Gerstner nace en la misma
aldea el 10 de enero de 1880. Se casan en Valle Mara el 1 de marzo de 1897. Participan en la
fundacin de San Miguel en 1899. Son bendecidos con 16 hijos (cuatro fallecidos de pequeos): Antonio,
Vernica, Esteban, Mara, Wilibald (Hno. Godofredo, Marista), Agustn, Silvestre, Vicente, Decla, Jos,
Eulalia y Ana (Hna. Anita). Antonio es nuestro ancestro.
Fallecen en San Miguel; Paulina el 15 de mayo de 1961 y Santiago el 10 de diciembre de 1962.
Esta historia fue relatada por mi padre, Lucas. Esa noche naca su hermano menor: Carlos Oscar.

22. SAN MIGUEL Y SU MAESTRO RURAL


Don Antonio Gassmann. Nacido en Valle Mara (E.R.) el 9 de setiembre de
1899. Vive en San Miguel y desde nio aprende nuestra lengua y el alemn en Valle
Mara y Santa Anita. En 1925 se hizo cargo de la direccin de la escuela particular de
su pequea aldea. En
esa poca funcionaba
en la misma Iglesia.
Con singular
entusiasmo y acierto
tambin prepar a los
nios de la comunidad
a la 1ra. Comunin y a
la Confirmacin. En
1928 y en 1929
interrumpe por un
tiempo la docencia.

vieja Iglesia.

DonAntonio,
maestro en la

Regresa en 1930 y contina hasta 194l. En febrero de 1934 obtiene el


Certificado de Enseanza Particular del Consejo de Educacin de la Provincia. Durante
la 2da. Guerra Mundial cunde en el Ministerio de Educacin de Entre Ros una
profunda "germanofobia" y es destituido injustamente y sin ninguna explicacin, como
ocurri en tantas colonias de los alemanes del Volga.
Integr, como ciudadano pblico, trascendiendo ms all de su aldea, varios
"consejos" de la Cooperativa L.A.R. de Crespo y el Directorio del Frigorfico Crespo
S.A. Hombre eminentemente intelectual se apoy en su esposa: Paulina Seib (Col.
Alvear, 18 de setiembre de 1901- Crespo, 4 de octubre de 1984) y en sus 9 hijos para
llevar adelante las tareas rurales del Establecimiento "Los Ceibos".
Amante de la lectura y apasionado por la historia de nuestros antepasados, supo
legar en sus descendientes, ese mismo entusiasmo y cario.

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23. AUTOBIOGRAFA DE ANTONIO GASSMANN


Nac en Valle Mara, Entre Ros, el 9 de
setiembre de 1899. Fui bautizado el mismo da
por el Padre Wilhelm Glocke. Jos Gassmann,
mi to, fue padrino y Matilde Straupener, la
madrina.
Ms adelante mi madrina se hizo
Religiosa en las Hijas de San Jos con el nombre
de Octavia.

Paulina y Antonio

Monseor Abel Bazn y Bustos me confirm en Valle Mara. Mi padrino fue


Jakob Sokolowsky. La Primera Comunin la tom en Valle Mara el 18 de junio de
1911 con el Padre Johannes Vosen.
A los siete aos regres a la aldea natal, desde San Miguel, para concurrir a la
escuela. Fue en 1907. Cada ao regresaba. En 1913 egres con buenas notas. La
excepcin fue en 1912 donde concurr a la escuela parroquial de Santa Anita.
Al egresar de la escuela trabaj en la construccin.
Debo mencionar un paso muy importante en mi vida. El 12 de abril de 1921
cerr el pacto de por vida y entr en el santo estado del matrimonio con Paulina Seib,
hija de Miguel Seib y Katharina Begler. Fuimos casados, en San Miguel, por el Padre
Peter Webwe, S.V.D., cura prroco de Crespo, Entre Ros. El Padre atenda
espiritualmente nuestra comunidad de San Miguel. Testigos fueron: Jos Gassmann, mi
padrino de bautismo, y Johannes Unrein, padrino de bautismo de mi esposa.
En 1925 tom la direccin de la escuela privada en nuestra aldea de San Miguel.
Asum y ejerc la docencia entre 1925 y 1927.
Volv despus al trabajo en construccin.
En 1930 tom nuevamente la direccin de la escuela. A partir de la fecha me
independic de mis padres, pues la docencia, me serva como medio de vida. Dirig la
escuela hasta 1941. El Consejo Escolar de Paran clausur en abril de ese ao la
escuela. No me dieron las causas pero era la germanofobia, especialmente intensa en
nuestra Provincia, durante la Guerra Mundial (1939 -1945).
Deb pensar cmo seguir econmicamente con nuestra familia que contaba ya
con diez personas. Haca uno o dos aos que habamos comenzado con un pequeo
criadero de pollos, cuidada por mi esposa y los hijos mayores. Con eso debimos
mantenernos.
En noviembre de 1941 compramos 13,50 hectreas de tierra que estaban a la
venta entre San Miguel y Crespo. El precio era de $180 por hectrea. Dado que los
ahorros para esta compra no alcanzaban, mi cuado y su hermana: Alejandro y Mara
Nierenberger, me prestaron lo faltante. As pudimos instalarnos, de a poco, sobre
nuestra propiedad.
Con el criadero de pollos trabajamos algunos aos. Los chicos se hicieron
grandes, se casaron y se independizaron.
Con los aos vendimos todo y nos trasladamos a la ciudad de Crespo.
Antonio es nuestro ancestro. Los trece hijos de Antonio y Paulina son: Juan Lino, Celestino
Wenelino, Lucas Arturo (se cas con Rosa Bernhardt), Irma (se cas con Juan Bernhardt), Cecilio
Bruno, Nlida Bernardita (se cas con Santiago Gette), Benito Bruno (se cas con Emma Blanca

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Kranewitter), Lucio Sebatin Mara (se cas con rica Derfler de San Miguel), Tecla Imelda (se cas
con Cornelio Simn Gaier), Catalina Beatriz (se cas con Ricardo Gervacio Wendler), Adela Mara,
Josefa Antonia Ins (se cas con Celestino Rothar) y Carlos Oscar (se cas con Felisa Esnarriaga)
Fallecieron cuatro nios: Juan, Celestino, Cecilio, y Adela Mara.

24. UNA CAPILLA PARA EL BARRIO14


La tarde es la continuacin del triste gris con que arranc ese sbado de otoo,
un tanto fro y bastante hmedo, como para marcar mejor el avance de la noche sobre
las horas de claridad.
Luego de una corta siesta, Doa Rosa, con balde y escoba en mano, comienza a
impartir indicaciones entre sus hijas:
- A ver chicas, que hay que levantar todo del "garash" porque ya baldeo, y
ustedes, los varones, vengan a ayudar con lo ms pesado!
- Pero mam, si falta mucho para la Misa - protesta su hija mientras mira la
televisin.

Rosa y Lucas padrinos de la nueva Iglesia Santa Rita (Castelar)

- Pero con esta humedad no se va a secar el piso


y todo va a ser un enchastre. - replic Doa Rosa - y
ya me ests trayendo el secador y el trapo de piso del
lavadero que estoy apurada. - termin dando por tierra
con tan pobre argumento de sus hijas.
Lentamente, la desordenada cochera queda vaca
y limpia, para luego ubicar una mesa mediana cubierta
con un blanqusimo pao bordado, que hace las veces de
mantel mientras se van juntando todas las sillas y
bancos de la casa y se los acomoda por hileras mirando
hacia el fondo. Y cada uno que llega va reacomodando
las sillas por formato y estado, en un vano intento por
dar algo de simetra a tanta variedad y tamao. Y para
peor, varias de esas sillas son de plstico y un color
naranja llamativo, que en nada ayuda a crear ese mbito
de solemnidad, muy deseado por los anfitriones.
A todo esto, Don Lucas, con uno de los varones,
est instalando en el techo de la Ranchera un altavoz metlico en forma de cono, con el
que debe propalar por las calles del barrio el repetido estribillo:
"Seores vecinos: Hoy, a partir de las 18hs. se celebrar la Santa Misa en la casa
de la Familia Gassmann, en la calle Enrique Larreta cuatro mil trescientos cuarenta y
seis, entre Santos Vega y Segundo Sombra. Se ruega llegar a horario."
Y luego, una hora antes de la ceremonia, parte Don Lucas hacia al Colegio del
Lourdes para traer al anciano Padre David Menapache, quien quiere realizar la
ceremonia, y aprovechar para hacer pblico un sueo muy esperado.
Falta media hora para la misa y ya se va acercando el pblico. Los primeros lo
constituyen un pequeo grupo de seis jvenes: dos seminaristas y cuatro chicos de
Accin Catlica. Vienen a acompaar al Padre David con sus guitarras para que con su
entusiasmo animen a los buenos vecinos a participar de la Eucarista.

14

Escrito por Carlos Gassmann

31

De todas formas los vecinos ya estn acostumbrados a que se celebren misas en


la casa de "Los Gassmann" pues estas se repetan desde haca varios aos, a veces con
breves interrupciones. La falta de una capilla en el barrio generaba el xodo de los
chicos en su preparacin para recibir de la catequesis de Primera Comunin.
Pero la decisin de los esposos Rosa y Lucas Gassmann de no dejar al
vecindario sin misas siempre se mantuvo firme, y es por eso que siempre brindaron su
hogar y el esfuerzo de ellos y sus hijos para este fin.
La ceremonia, en realidad, no comenzaba a las seis de la tarde. Y no era por
impuntualidad, sino por pequeos pasos previos que el sacerdote deba realizar: recibir
los afectuosos saludos y brindar un poco de atencin personalizada, tanto al comienzo
como al final, y que predisponen positivamente a los feligreses. Luego, en un rincn
algo alejado, realizar algunas confesiones, normalmente muy pocas, un poco por
timidez ante la falta de anonimato que genera normalmente una iglesia mayor.
Don Lucas, ya ejerciendo funciones de sacristn, prepara todos los elementos y
designa a los voluntarios para las lecturas e instruye a los monaguillos. Mientras tanto
Doa Rosa y sus hijos van invitando a todos a ocupar su lugar a fin de dar comienzo a la
liturgia. Todos van acallando sus charlas y los rostros van adquiriendo la seriedad y
sumisin que genera el lugar. El sacerdote se va revistiendo parsimoniosamente frente
al altar. Con la seal de la cruz da comienzo la ceremonia.
Al llegar al sermn, y sin muchos rodeos, explica a los vecinos que se va a
cumplir con el proyecto del matrimonio Gassmann, y que cumple con el sueo de ellos
y del Padre en especial: construir un templo en unos terrenos sobre la calle Segundo
Sombra. El mismo Padre David pide que el nombre de "Santa Rita" sea designado para
esta obra.
Luego contina la misa pero les cuesta a Rosa y Lucas sustraerse de pensar en
el trabajo que tenan por delante. Al final, y luego de la bendicin, todos se quedan para
comentar este acontecimiento. Se tiran ideas, se imaginan obras, se suea....
Los anhelos, tantos aos guardados en el corazn de estos dos pioneros llegados
hace muchos aos a un naciente barrio, hoy comienzan a ser realidad.
Y ... el tiempo pas...
Hoy todo visitante que pasa por sus calles ver el fruto del esfuerzo solidario de
Rosa y Lucas en los sueos de una capilla para el barrio.
La piedra fundacional de la Capilla Santa Rita fue colocada el da 22 de mayo de 1983 en la
confluencia de las calles Segundo Sombra y Carlos Reyles, en la localidad de Ituzaing. Hoy, una gruta
con la figura de Santa Rita recuerda este lugar. Ambos apadrinaron la inauguracin del templo.
Si bien para su construccin el Padre David Menapache destin un dinero producto de su herencia
familiar esto fue un comienzo y se debieron recaudar fondos haciendo kermeses, asados, locros,
especialmente en las festividades religiosas. Los vecinos fueron aunando fuerzas con Rosa y Lucas lo que
conllev a un acercamiento entre todos que se mantiene an hoy. Cuando Rosa falleci la Iglesia result
chica por la participacin del barrio y sus amigos en la Capilla Viviente.

25. PAP EN EL HIMALAYA


Un da, como tantos, lleg visita en casa. Queran ver a pap y proponerle una
difcil empresa: organizar un criadero de conejos angora en la India. Al principio
rein la incredulidad, ms adelante, la incertidumbre y, finalmente, la posibilidad
econmica los anim a tan duro desafo: el desarraigo de un padre y el desamparo de la
familia por dos aos,...

32

El da 15 de mayo de 1966 pap parta, primero hacia Nueva Delhi (India)- va


Alemania- y, ms adelante, al destino final: Kul (Punjab), al pie del inmenso
Himalaya.
El idioma y las costumbres tan distintas, no fueron un obstculo insalvable para
nuestro emprendedor y sacrificado pap y con el apoyo del gobierno Ind y los aldeanos
confiados a su cuidado, sali airoso de la empresa y el criadero fue una realidad que
entusiasmaba hasta el ms incrdulo.
El contrato era por dos aos pero pap regres al cabo de un ao; extraaba
mucho a su esposa, a sus hijos, a su patria. A pesar de lo mucho que conoci en tan
lejano pas y el excelente trabajo realizado, la India, por la larga separacin, fue una
experiencia difcil en nuestra historia familiar y, el tiempo lo fue borrando como el tan
lejano Himalaya.

Lucas y una nia de Kul.

Lucas estuvo trabajando en el


criadero de conejos angora en un pequeo
pueblo del norte de la India (Kul). Entre sus
recuerdos ms valiosos fue su lucha por la
causa de sus obreros y sus familias. El
emocionante reconocimiento final fue el
broche de oro que mereci pap cuando una
caravana de nios, mujeres y hombres lo
acompa, arrojando flores, hasta las afueras
de la aldea manifestando, con lgrimas en los ojos, todo su afecto y su reconocimiento
por lo que haba hecho por ellos, mientras el coche lo iba llevando de regreso a casa, a
la Argentina.
Lucas, el hijo primognito, es nuestro padre. Se casa en la Iglesia de Ntra. Seora del Rosario (Crespo)
con Rosa Bernhardt el 22 de abril de 1947. Rosa haba nacido en Campo Garca el 26 de mayo de
1926. Viven poco tiempo en Mar del Plata y Munro. Finalmente se radican en Ituzaing. Rosa fallece el
23 de octubre de 1988 en Ituzaing (Bs.As.).
El 22 de enero de 2004 fallece Lucas en Castelar. Del matrimonio nacieron: Ana Mara, Mario Arturo,
Marta Paulina, Beatriz Carmen, Carlos Ral, Miguel Angel, Eduardo Roberto, Rosa Cndida, Nancy
Mabel, Daniel Lucas, Patricia Alejandra, Mariana Elizabeth y Diego Martn. Mario Arturo y Carlos
Ral escribieron estas historias. Slo esperan que otros tomen la posta en este desafo.

BIBLIOGRAFA
LOS ALEMANES DEL VOLGA. V Popp - N. Dening. Buenos Aires. 1977
EL LTIMO PUERTO 0. Weyne. De. Tesis. Buenos Aires. 1987
ALEMANES DEL VOLGA, El pueblo que emigr dos veces. Orlando Britos, Entre Ros 1996.
HISTORIA DE LA ARGENTINA F.Luna. Ed. Hyspanoamrica. Buenos Aires. 1992. Libros: de 1880 1890.
CUADERNOS DE BUENOS AIRES (M.C.B.A) Los barrios de Buenos Aires. 1975
EL EXPOSITOR RURAL (Crespo). E. R.) N 14 4 Trimestre de1985 (pg. 36).
REVISTA TIME. Marzo 14 de 1986. "In West Germany... "
PETIT SOMME MARIALE Dubois. Tome II. 1961.

33

ANTIGUAS TRADICIONES DE LOS ALEMANES DEL VOLGA. H. Maier S. - J.C. Melchior. Coronel Surez,
1998.
DE ALEMANIA A RUSIA. DE RUSIA A AMRICA. Dr. Alejandro Guinder. Santa Rosa. 1998.
DEL VOLGA A LA PAMPA. Dr. Alejandro Guinder. Santa Rosa. 1999.
SANTA ANITA. Olga Honeker, Mara Jacob. C. de U. 2000
LA LUZ Y EL FUEGO Juan Alberto Mierez
TRADUCCIONES:
CONMEMORACION DE LOS 50 AOS DE LOS ALEMANES DEL VOLGA P. Lubger Gruter S. VD.
1928. Traduccin: Vicente Kranewitter (V. Mara. 1992)
CRONICAS DE LA FAMILIA DE NICOLAS GASSMANN. Transcripcin: Antonio Gassmann. Traduccin:
Juan Weinhold
CRONICAS DE LA FAMILIA DE NICOLAS GASSMANN (padre). Traduccin: Vicente Kranewitter y equipo:
Pbro. Silvestre Gassmann, J.N. Gassmann, A. B. Gassmann, T V Gassmann, Juan B. Gassmann,...

34

SEGUNDA PARTE

VALLE MARA TU NOMBRE, MARIENTAL


TU ESPRITU
La familia Gassmann cuenta en su haber valiosos testimonios escritos por
nuestro abuelo Nicols. Entusiasta, como pocos, dej su tierra natal para buscar
un mejor porvenir para los suyos. En sus Crnicas se revelan las motivaciones del
largo viaje y el coraje, en sus decisiones de lder, para emprender la aventura
hacia el Plata.
Por qu no dejar correr la imaginacin para animarse a una aventura:
adentrarse en los escritos de nuestros abuelos.
Es un apasionante juego de preguntas entre Nast, periodista imaginario
de un medio tan importante hoy da como el de prensa; en un tiempo: a fines de
siglo XIX, exactamente a cien aos; en un lugar: Valle Mara, la naciente
Marienthal, un nombre tan caro como la aldea madre en el Volga; un ambiente,
pueblerino, que crece y que experimenta cmo sus hijos nuevamente parten en
busca de nuevos horizontes; y, finalmente, el personaje central: don Nicols, de
muy avanzada edad, todo un patriarca.

1. EN CAMINO
Campos azules de lino se amalgaman con los
colores del cielo, perdindose ms all de las
cuchillas. La brisa mece los trigales, sueo
hecho realidad de hombres rubios que han
clavado con esfuerzo el arado, por primera
vez, en el generoso suelo argentino.

Ao 1898. Est cayendo el teln del siglo XIX.


Por las turbias aguas del Paran va remontando un moderno vapor de
pasajeros. Despus de un largo viaje, atraca en un muelle de madera. El paisaje
se corta bruscamente hacia el este por unas altas barrancas. Arriba se encuentra
Diamante. Hacia el oeste las verdes islas salpican un ancho ro amarronado y se
pierden en el horizonte.
Descienden algunos pocos pasajeros. Uno de ellos, Rast, hombre ya
mayor, periodista de un importante diario de Buenos Aires. Comienzan a

35

ascender el empinado camino en zigzag. Diamante los espera. El silencio


pueblerino de la siesta se rompe con el canto de un cardenal orgulloso de su rojo
copete. Una bandada de loros se levanta sobre la barranca. El barco zarpa hacia
el norte. Unos pescadores detienen su marcha respetando el paso de los viajeros
que ascienden lentamente. El sudor y la agitacin invaden sus cuerpos.
En lo alto divisan la torre de la iglesia. Estn a unas pocas cuadras.
En la plaza se separan. Gonzlez, un anciano lugareo, ofrece hospedaje al
visitante porteo. Vive en el ngulo NO de la plaza central. Como hace veinte
aos, supo ganarse el afecto y el respeto del contingente volguense; hoy es su
portavoz. "No hay alemn que se llegue a Diamante y no pase a saludar al viejo
criollo", sentenci un vecino. Rast se alegra de la eleccin y, como reportero
grfico, est interesado en conocer sus progresos.
Primeras luces de la maana. Afuera, Matas Gassmann lo aguarda;
adentro, el viajero se dispone a partir hacia una colonia. Por su semblante se
deduce que ha debido acostarse muy tarde. Historias y ms historias prolongaron
la velada. Rast ha conocido a los alemanes en su llegada a Buenos Aires, ms
an, les aconsej que partieran a Entre Ros; Gonzlez los recibi en Diamante y
colabor durante su estada.
Don Matas Gassmann ha venido con su hermano Adn. Ambos han
aprovechado el viaje para acordar algunos detalles de una prxima emigracin.
Junto con otros campesinos fundarn una nueva colonia. Esperan en su "carro
ruso" pintado de verde, como todos. Dos mansos caballos estn atados a su lanza.
Pronto tres siluetas se pierden en lo alto de la loma, a las afueras del
poblado.
Despus de un largo camino llegan al arroyo Ensenada, de escarpadas
orillas. Cruzan el puente, obra arquitectnica, construido hace cinco anos y es el
orgullo de la Provincia.
Por unos momentos se han detenido. Los caballos merecen un
descanso. Unas alforjas generosas surgen bajo el asiento delantero del carro. No
hay brisas. Slo silencio. El ambiente salvaje se recorta en las suaves lomadas
que caen en el Paran. Todas tierras vrgenes, hambrientas de trabajo.
Avanzado hacia el norte por los caminos de toscas crecen aisladas
islas de florecidos alfalfares y campos, cambiando la monotona del paisaje.
Lentamente la mano del gringo hace su aparicin en el agreste ambiente.
Al atravesar el arroyo Crespo, las suaves lomas se han convertido en
ricas tierras de cultivo. Campos azules de lino se amalgaman con los colores del
cielo, perdindose ms all de las cuchillas. La brisa mece los trigales, sueo
hecho realidad de hombres rubios que han clavado con esfuerzo el arado, por
primera vez, en el generoso suelo argentino.
2. AORANZAS DEL VOLGA.
Nuestro querido Dios nos preserve a todos de
renegar de nuestra fe, que perder bienes y
dinero es perder mucho; pero perder salud y

36

buen nombre es perder ms, pero perdida la fe,


todo se perdi".

El carro hace su ingreso, a


paso cansino de los caballos, por la
calle ancha de la aldea. Valle Mara
es su nombre, Marienthal su espritu.
Las blancas casas lucen por
su limpieza. Son bajas. Techos de
caa y paja. Amplios patios, bien
cercados con pequeos canteros de
flores. Parasos y ctricos prodigan
su sombra. Las gallinas y otras aves
de corral se despiojan en la tierra.
Han llegado. Don Nicols
Gassmann los espera.
Recin
levantado de la siesta se ha dispuesto
su mecedora de mimbre a la sombra
de una enredadera azulada, como lo
haca todas las tardes.
Por la calle un enjambre de
nios salen de la escuela de las
Hermanas del Espritu Santo, toda
una bendicin desde su llegada hace
tres aos. Una pequea campana de
Nicols Gassmann
la Iglesia de enfrente ha dado las
cuatro. "El ao que viene, si Dios quiere, llegan desde Francia tres grandes
campanas". - se adelant Jos, el hijo menor.
Con gran esfuerzo, el anciano se ha levantado para recibir al visitante.
Bien vala la pena cuando hay tanto para contar; y si enfrente hay buen
interlocutor, mejor. Primero debe espantar a los perros, alborotados por la visita.
El saludo es generoso. La conversacin se centra por unos instantes en el
tiempo, las cosechas, luego en los acontecimientos de Buenos Aires y del mundo.
Un visitante de la gran ciudad siempre trae noticias frescas para una pequea
aldea. A pesar de ello un agricultor puede tener una visin muy aguda de la
realidad. "Qu profundidad logra el hombre en el silencio del campo!." - pens
el visitante escuchando al viejo agricultor.
Rast ha quedado observando la figura seera de Don Nicols. De mirada
profunda, ojos claros y vivaces, rectas las cejas. Los cabellos, blancos y lacios, a
ambos lados de su profunda calva. Viste totalmente de negro, sacn largo y
grueso. Altas botas de cuero. Manos pequeas y arrugadas por el tiempo,
sosteniendo un bastn. Lo defini como buen observador y agudo crtico.
Interiormente pens: Todo un patriarca!
El visitarte lo llev a su terreno: un vuelo hasta el mismo Volga.
- Abandonar el pas, la tierra donde uno nace, debe ser muy difcil y
poderosas razones hay que tener para emigrar, Seor Gassmann, podra usted
sealarlas?

37

- Bien - dijo el anciano, y se acomod en el silln. Tomndose todo el


tiempo, comenz: - Un da, all en la aldea natal, ante claros ofrecimientos del
Brasil, nos reunimos los padres de familia y recuerdo que cuando me dieron la
palabra les dije: "Muchas veces he analizado cmo podra yo dar la espalda a esta
cambiada Rusia, pero no poda encontrar ni el lugar ni la oportunidad de
condiciones tan favorables como las que nos ofrece ahora el gobierno brasileo.
Me quiero ir porque de aqu en ms no tenemos garanta de libertad religiosa.
Vean, despus de haberse apoderado de nuestros "derechos alemanes" nos quieren
quitar nuestras escuelas y en su lugar poner escuelas - distritos en las que la
religin catlica, la religin de nuestros padres y de nuestros hijos ya no tendrn
cabida. Este es el principio de la propaganda de los borrachos papas de la
ortodoxia rusa en las colonias alemanas catlicas, que fundaron nuestros padres
con esfuerzo y sudor y defendieron con su sangre, donde por ms de cien aos
florecieron genuinas costumbres alemanas catlicas. Yo temo, y con fundamento,
que aqu ocurra dentro de unos aos lo que ocurri en Polonia, donde numerosos
catlicos fueron golpeados y maltratados a causa de su fe. A nuestros
eclesisticos les espera el destierro en Siberia o cosas peores. Nuestro querido
Dios nos preserve a todos de renegar de nuestra fe, que perder bienes y dinero es
perder mucho; pero perder salud y buen nombre es perder ms, pero perdida la fe,
todo se perdi".
Por un instante se hizo silencio. Rast ha quedado impresionado por la
claridad meridiana de este anciano campesino tan comprometido con su fe y con
su gente.
Sin mucho esfuerzo prende Don Nicols su larga pipa y al comps de las
bocanadas recuerda: "Qu ms podremos extraar en la tierra donde nacieron
nuestros padres, nosotros y nuestros hijos, pero qu podemos hacer contra la
realidad, si en cada redistribucin de tierras se achican los predios y el gobierno
no tiene disponibles en esta zona?".
Ha terminado. Se toma un respiro y mira a su alrededor.
Un pequeo perrito duerme bajo el silln de mimbre; ms lejos, los
dems. La calle se ha vuelto nuevamente transitada. Es que hay un gran nmero
de aldeanos dispuestos a emigrar. El tema de los colonos despus de regresar del
campo: - Discuten precios de tierras en distintas comarcas de la Provincia - afirma
Nicols hijo. Su padre sabe que Matas y Adn estn a punto de emigrar. Hay
buenas perspectivas para el prximo ao, segn testimonio de Felipe Derfler,
proveniente de la aldea San Juan. Hasta piensan ponerle a la nueva aldea el
nombre de San Miguel.
-Hubo algn otro motivo para dejar Rusia? - retom Rast la
conversacin.
- S lo hubo: la incorporacin al ejrcito, cinco aos de servicio, a partir
del l de mayo de 1880. Diez aos antes los alemanes tenan el derecho de
abandonar libremente Rusia; si se quedaban, deban formarse a las normas y
disposiciones que regan para el resto de los ciudadanos, Esto se hizo conocer en
todo el pas y fue ledo en todas partes. Para m ya fue suficiente razn para
emigrar.
-Recuerda usted la partida? - pregunt Rast sin perder tiempo.
- Cmo para olvidarlo! - contest el anciano, y en el brillo de sus ojos se
reflej la nostalgia de su patria tan lejana.
Sorprendido y temiendo que unas lgrimas empaaran la entrevista, el
visitante quiso cambiar la conversacin. Con el ingreso de Juan y Adn, sus otros

38

hijos, se dio la oportunidad. Cuando ya todos presentes dieron paso a las damas
con sus sabrosas masitas y el mate, incorporado a las costumbres germanas.
El abuelo no quiso esperar mucho y continu con sus ideas:
- El 21 de junio de 1876 envi a mi hijo Pedro a Norteamrica y con el
consentimiento de mi familia vend todas mis pertenencias, es decir, casa, terreno,
corral, galpones y cercos. Todo por 700 rublos! - qu poca cosa! - pens -, pero
no lo dijo, no haca falta. Todos lo entendieron.
- El 10 de noviembre de 1877 tenamos todo listo para emigrar. Nuestro
capital se compona de 3.575 rublos. Sin detenerse y con una memoria
prodigiosa, para su edad, concluy: - El 14 de noviembre dejamos la hermosa
Marienthal y el 15 cruzamos el ro Volga en bote de remos.
La emocin contagi a todos los presentes. Ante una comunidad tan
sensibilizada, pens Rast, mejor es acercarse ms al tiempo.
3. EMBAJADOR DE SU PUEBLO
La buena gente no cedi en su pedido e
insisti en que hiciera el viaje, hasta que
finalmente acced y decid dejar a mi familia
e ir a Brasil para exponer a su gobierno
nuestro problema Juntaron solamente 40
marcos pero juraron que a mi regreso me
pagaran todos los gastos que hiciera.

- Recuerdo la llegada de ustedes al puerto de Buenos Aires.- se expresa el


periodista mirando al anciano. Ese mismo da estaba en el puerto observndoles.
Haba recibido comentarios en el mismo gobierno - cosa que era cierta - sobre el
arribo de un numeroso contingente.
- S. Eramos 1006 personas en total - intervino Nicols, hijo. - Vinimos
en dos buques. El nuestro era el "SALIER", - y record en ese momento una
noticia que lleg a la aldea: Saba usted que el barco naufrag hace dos aos,
ms precisamente el 8 de diciembre de 1896?. En el barco venan 113 colonos del
Volga.
- S. Se divulg en todos los medios de Buenos Aires - respondi el
periodista, mientras observaba con detenimiento la destreza de estos hombres
comiendo semillas de girasol, en esa tarde tan apacible.
Don Nicols, ansioso de ser escuchado, permaneci en el tema dejado
hace unos instantes:
- Nosotros no queramos venir aqu. El agente en Bremen (Alemania)
nos prometi que desembarcaramos en Ro de Janeiro donde ni siquiera hizo
escala. Simplemente el capitn nos trajo a Buenos Aires. Al principio no
quisimos desembarcar - concluy el anciano.
- Qu es lo que intentaron hacer entonces?
- Me dirig al consulado alemn El principal me escuchaba y trataba de
calmarme, quera hacerme razonar, segn sus puntos de vista... tratando de
convencerme para que nos quedramos aqu y conociramos el pas.
- Cul fue la actitud de sus conciudadanos recin llegados?- pregunt
Rast.

39

- Cuando llegu de vuelta con mi gente y les cont todo lo que haba
pasado, no haba nadie que hiciera algo al respecto, solamente yo me mova y
hablaba, - y en su semblante afloraba un dejo de dolor por la actitud pasiva de su
gente. - Me dirig al cnsul ruso, pero no se ocup para nada de nuestro problema
Fue entonces cuando me convenc que no poda contar con nadie.
- Cul fue el paso siguiente? - se interes el interlocutor.
- Aqu fue cuando la gente me pidi, por amor de Dios, que fuera
personalmente a Brasil, que me dirigiera al gobierno para que se ocupara de
nuestra situacin. Eso me cost mucho. La buena gente no cedi en su pedido e
insisti en que hiciera el viaje, hasta que finalmente acced y decid dejar a mi
familia e ir a Brasil para exponer a su gobierno nuestro problema Juntaron
solamente 40 marcos pero juraron que a mi regreso me pagaran todos los gastos
que hiciera. Su rostro se ensombreci por un instante.
Caa lentamente el atardecer. El abuelo se retir, por un instante al
interior de la casa. Rast, viendo a los chicos muy entretenidos, se acerc y los vio
jugando con unos simples huesos, algunos pintados y colocados en pequeos
corrales, simulando ser caballos de tiro, de carrera,... Con tan poco se
entretienen?, pens.
Apenas regresado, el anciano prolong, sin esfuerzo, su relato:
- Dos semanas tardo para llegar a Ro. Al da siguiente me recibieron las
autoridades para que yo expusiera los motivos de mi presencia y lo que pretenda.
Tuve que hacer un escrito historiando toda nuestra trayectoria Un empleado hizo
la traduccin al portugus; dos das despus una autoridad ministerial mand un
telegrama a Buenos Aires para que el cnsul de Brasil, sin demora alguna, obviara
todo trmite para que el agricultor que quisiera ir a Brasil lo pudiera hacer con
todos los gastos pagos.
Lentamente prendi la pipa y continu: - Cuando el telegrama lleg a
Buenos Aires, ese domingo antes del medioda, nuestra gente estaba asistiendo a
Misa. De todo eso me enter luego, a mi regreso.
Rast debi ser representante del gobierno en esa oportunidad, esto lo
saba, aunque su complicidad supo disimularla cambiando rpidamente de tema.
Por un instante se hizo silencio. Reinaba una temperatura agradable. El
sol desapareca lentamente tras el ro Paran. En esa direccin poda an verse un
carro que marchaba all a lo lejos.
- Son parientes nuestros - coment el joven Santiago.
4. CHOQUE DE CULTURAS
Le tenamos temor porque a ms de uno de
los nuestros lo puso de plantn junto a un
poste y no le permita moverse pero tuvimos
que salir y nos obligaron a poner en ronda.

- Regreso del Brasil a fines de junio. - coment el anciano muy


compenetrado en el tema.
- Me reencuentro con mi familia, que est ubicada en el monte,
cubierta por un techo provisorio que comparta con otras en la misma situacin
que la ma. Con voz entrecortada sigui: - En mi ausencia haba fallecido mi
amada esposa, as llegu yo, con el corazn triste y resignado, aceptando
mansamente la voluntad de Dios, que cuanto hace siempre est bien.
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Mara Elisa, su hija menor, recin llegada de la cocina y escuchando sus


ltimas palabras acarici a su anciano padre ayudndole a superar su dolor. Con
entereza, el anciano dirige su mirada al cielo: - Oh Seor, dale el descanso
eterno! ; y todos agregan al unsono: - Y que la luz brille siempre para ella.
Amn
En esa hora de la tarde puso una nota alegre el canto del chingolo. Maana habr viento -, sentenci Juan, que recin llegaba del campo. Rast,
hombre de ciudad, no comprendi esos dichos.
- Tras mi llegada, la gente viene a preguntar cmo estn las cosas en
Brasil. Hasta donde llegu y lo que he visto, no me gust nada. Pero Brasil es
muy grande y es posible que puedan encontrarse lugares mejores. No!, contest
la mayora, si a usted no le gust, ni siquiera intentaremos ir.
-Recuerda usted, Seor Gassmann, lo que ocurri despus?
Se acomoda por un instante sus botas, deja a un costado su pipa y alarga
ceremoniosamente la conversacin:
- A mediados de julio me traslado con mi familia al terreno que nos
corresponde en la aldea y enseguida levantamos un galpn grande donde
podamos vivir todos los de mi familia, hasta poder construir una vivienda con las
dependencias necesarias. La mayora no tuvo otra salida que cavar un hueco en el
suelo y cubrirlo con lo que poda, hacer una escalera para bajar y subir mientras
rogaban a Dios poder superar pronto esta situacin, pues no haba dinero para
comprar nada.
Rast, admirado por la claridad en los conceptos de su interlocutor no
quiso dejar temas en el tintero:
- Es muy posible que la situacin fuera tirante con el administrador
Navarro debido a la oposicin de ustedes a vivir en las chacras. Cmo concluy
ese enfrentamiento?
- El administrador retorn un da domingo acompaado por diez soldados
del ejrcito y el nuevo juez, dirigindose directamente hacia donde vivamos
nosotros que estbamos encerrados en nuestras casas, sintiendo cierto temor,
Le tenamos temor porque a ms de uno de los nuestros lo puso de plantn junto a
un poste y no le permita moverse. Tuvimos que salir y nos obligaron a poner en
ronda. El seor Navarro se puso en el centro y todos debamos escucharlo en
silencio. Nadie entendi una sola palabra del idioma castellano. El nuevo Juez
nos habl en alemn. Comenz diciendo que el seor Navarro nos hace saber que
desde este momento en adelante nadie debe construir algo ms en estos terrenos,
que cada colono debe ir a su chacra y levantar all su vivienda y no aqu todos
juntos, bajo tierra, como las vizcachas.- Don Nicols se calla por un instante
como queriendo recordar algo.
Desde ese momento a nuestra aldea le dicen "Vizcachera" - coment
Adn, dndole tiempo al abuelo a pensar lo que iba a decir:
- Cuando el Juez hubo terminado de explicar lo dicho por el
administrador, yo habl y le dije: Dgale al seor Navarro que si no nos permite
estar juntos en aldeas e insiste en obligamos a ir por la fuerza cada uno a su
chacra, ningn alemn venido de la zona del Volga se quedar aqu en el pas. El
seor Navarro contest que por el momento las cosas quedan como estn, lo que
vendr ms adelante l no lo sabe, pues su obligacin es ahora comunicar esta
novedad al gobierno en Buenos Aires, que l no tiene autoridad para permitir lo
que est sucediendo.

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5. ABRIENDO SURCOS
Miles de palabras bondadosas, de consuelo y
de aliento surgieron de nosotros tres para
que nuestra pobre gente se mantuviera firme
y unida.

La actitud y la firmeza de sus palabras no dejaban margen de dudas. Era


todo un desafo para el periodista conocer el nacimiento de una aldea de
inmigrantes tan peculiares.
-Cmo estaba compuesta la comunidad de Valle Mara en sus inicios?,
pregunt.
Don Nicols no se hizo esperar: - Nuestra comunidad estaba compuesta
por 32 familias distribuidas en 64 chacras. La comunidad estaba muy unida. Fui
nombrado Director junto con los vocales Pedro Hoffsteter y Nicols Becker para
encauzar las inquietudes y deseos de la comunidad.
El Director o Vorsteher o intendente de la aldea era nombrado por el
consejo de ancianos. Lo secundaban dos vocales. Su autoridad moral no se
cuestionaba en las aldeas.
- He llegado a las mismas fuentes - pens el visitante que no saba de tal
nombramiento en los inicios. -Qu es lo que primero hizo esa comisin?.
- Lo primero que hicimos fue levantar un oratorio; cada familia deba
aportar 200 ladrillos y de cada chacra se deban traer 10 gavillas de pasto.
Haciendo todo muy precario compramos tacuaras y cueros de caballo para
impermeabilizar el techo, tambin compramos algunas maderas para las aberturas.
Todos contribuyeron en forma pareja, sin embargo haba algunos que estaban en
mejor posicin para ser generosos y no lo fueron. - lamentaba el anciano y en sus
palabras no haba ningn reproche pero s una sentencia en ese atardecer
entrerriano: Oh, cuntos haba entre nosotros que no tenan un centavo en el
bolsillo!, pero no se quisieron forzar las posiciones de nadie... Oh Dios
misericordioso, t sabes todo mejor!. Miles de palabras bondadosas, de consuelo
y de aliento surgieron de nosotros tres para que nuestra pobre gente se mantuviera
firme y unida.
Los ladridos de los perros interrumpieron, por un instante. Una persona,
junto al cerco de flores, golpe las manos. Juan, el hermano mayor, se levant.
Todos se detuvieron a mirar con curiosidad. Era el carpintero que traa unos
bales. Juan y Matas los haban encargado para la futura mudanza de sus familias
a unas ocho leguas al interior, hacia nuevos horizontes.
El periodista se anim a preguntar ante la mirada ansiosa del anciano
campesino: - Y qu pas con el oratorio?.
-A principios de setiembre comenzamos a techar nuestro pobre oratorio.
Con mucho esfuerzo y sacrificio lo pudimos terminar a fines de noviembre de
1878. Por fin todos pudimos reunimos y realizar juntos nuestras oraciones!.
Cuntas Santas Misas fueron celebradas all!, por eso agradecemos y decimos:
Mil gracias a Dios, mientras vivamos en esta tierra!.
Qu hombres de fe! - pens el agnstico porteo. -Tenan algn
acuerdo con el gobierno?
- S. El gobierno se haba comprometido a darnos la manutencin
alimentaria durante un ao, pero como ese primer ao no fue bueno en cuanto a
42

frutos de las cosechas, el gobierno nos ampli la racin otro ao ms. Las familias
recibieron, para cada chacra: 2 caballos y una yegua; 2 vacas y 2 toros; un arado,
una pala, un hacha, Todo esto lo tenan que pagar en un lapso de 20 aos.
- Una vez que les entregaron las tierras cmo fueron las primeras
jornadas de trabajo?.
Don Nicols se tom de la cabeza y qued un instante pensativo, sin
responder.
Ante esta reaccin el visitante pens: Habr hecho mal la pregunta?
El anciano guard silencio, mir fijamente al interlocutor, pens bien lo
que iba a decir y, finalmente se decidi hablar:
- Eso es algo difcil de describir y explicar a alguien que haya estado
ajeno a nuestra situacin y quiera hacer un relato verdadero de cmo acontecieron
los hechos. Desde luego nos referimos a los inicios de los trabajos rurales.
Los hijos presentes, todos agricultores, se sonrieron.
- Fjese un detalle, seor Rast: aqu en Amrica cuando uno mira un
caballo ve que tienen la misma textura que los que tenamos en Rusia, pero su
fortaleza no es la misma, aunque sean gordos Cuando va con ellos a Diamante o a
Paran, ya sea tirando de un carro o montando, se debe parar dos o tres veces a la
vera del camino y dejar que se alimenten porque siempre estn cansados.
- Qu notable!. Es posible que el tipo de alimento sea distinto y
beneficie su fortaleza. - se expres el hombre de ciudad ajeno por completo a las
cosas del campo.
El anciano, gesticulando con sus manos, profundiz el tema:
- Cuando hubo que arar clambamos al cielo. Se tenan que juntar dos o
tres familias con todos sus caballos para roturar la tierra con un solo arado.
Cuando haban dado tres o cuatro vueltas, ya estaban cansados, casi no podan
avanzar, gordos como estaban no resistan ningn esfuerzo. Los de afuera rean,
nosotros llorbamos!.
- Realmente, seor Gassmann, estoy sorprendido de lo que me cuenta.
- Vea seor, no se puede describir la angustia que sentamos por la
miseria que tenamos que padecer en ese tiempo. Quien sea labrador se puede
imaginar lo mal que nos fue a los inicios - concluy con resignacin mientras
jugaba con el bastn en sus manos.
- Me contaba su nieto Santiago, hace un instante, que los primeros carros
los hicieron de rueda maciza?
- Efectivamente!. Estaban cortados de una sola pieza. Cuando el seor
Navarro vio lo que habamos hecho se asombr e hizo venir un fotgrafo porque
le pareci una obra maravillosa. Nos hizo reunir y nos pidi que nos sentramos
en los carros, nos hizo poner a todos en fila para fotografiarnos con carros y
animales, todos en la misma foto; luego la envi a Buenos Aires.
- Por supuesto que nunca vimos esa foto! - coment, con una sonrisa
irnica, Matas.
6. PIEDRAS EN EL CAMINO
Viendo la ubrrima tierra que les haba
tocado, de un da para otro estos tres
individuos dijeron: Todo esto es nuestro!. Y
se apropiaron todo. Cuando vendieron parte
del fruto del esfuerzo de todos, se lo

43

guardaron injustamente en sus bolsillos y se


fueron con sus bolsos llenos de plata.

La tarde iba cayendo lentamente. Rast continuaba preguntando. El


abuelo, interesado en contar sus historias, no demostraba cansancio. El sol rojizo
del horizonte se dibujaba molesto en el rostro del interlocutor. Mientras se corra
disimuladamente continu con sus preguntas:
- Dado que las familias eran tantas cmo era el ambiente en la
comunidad?.
El anciano se apresur a contestar:
- Al principio se hicieron acuerdos y convenios entre s para compartir en
forma colectiva los campos, a veces para la crianza y engorde de animales y otras
para el sembrado en comn, de diferentes tipos de granos y forrajes. El 14 de
octubre de 1879 llegan inmigrantes del pueblo ruso de Obennunschuer, desde
Brasil a nuestra aldea. As nuestra comunidad creci. La componen ahora 97
familias. A partir de ese da la armona y la unidad que haba antes se fue
destruyendo.
- A simple vista concluyo que han debido tener un mal recuerdo de esos
los hombres. No es as don Nicols?.
- Cristo, Nuestro Seor, entre sus doce apstoles tambin tena un Judas.
En nuestra comunidad tenamos tres Judas...
En ese instante el anciano se expresa con mucho dolor. Sus hijos
aprueban cada palabra con leves inclinaciones de cabeza.
- Ellos tenan sus chacras junto a nuestra aldea. Luego de los hechos
sucedidos nos dimos cuenta de que haban elegido quedarse cerca de nosotros con
la aviesa intencin de fastidiamos intensamente y atemorizamos. Debido a que el
gobierno segua presionando para que furamos a vivir al campo, estos tres
individuos se soliviantaron entre s ponindose de acuerdo, amenazndonos con
ponerse de parte del gobierno yendo a vivir a sus chacras, que estaban a la vista de
la aldea. Eran las ms cercanas.
- Cunta injusticia cometieron estos tres hombres!
- Por el sistema colectivo que aplicaban es muy difcil tener armona coment el visitante.
- Efectivamente. Desde el principio de nuestras tareas rurales, y hasta
que adquiriramos experiencia del lugar y nos surtiramos de los implementos
necesarios, nos habamos puesto todos de acuerdo en trabajar los campos en
conjunto, compartiendo tambin en conjunto los beneficios que se obtuvieran.
Las chacras de estas tres personas estaban muy bien ubicadas, casi junto a la
aldea. Un arroyo las cruzaba brindando agua adicional cuando fuera necesario.
Esos lugares fueron destinados para hacer huertas, todo bien cercado y plantado.
Cada familia hizo lo suyo; haba, sectores con alfalfa, con repollo, papas, batatas,
y sabe Dios qu mas plantado en ese hermoso sector. La comunidad haba
estimado, en general, el valor de lo all plantado entre tres y cuatro mil patacones.
Viendo la ubrrima tierra que les haba tocado, de un da para otro estos tres
individuos dijeron: Todo esto es nuestro!. Y se apropiaron todo. Cuando
vendieron parte del fruto del esfuerzo de todos, se lo guardaron injustamente en
sus bolsillos y se fueron con sus bolsos llenos de plata.
-Dios, qu injusticia! - afirm, con un gesto de rebelda, el joven
Santiago.

44

Juan, en ese momento, se levant para espantar unas gallinas que se


haban pasado a un cajn de verdura. Uno de los nios se hizo presente con un
balde lleno de huevos. - Como hay mucho maz las gallinas tienen buen rinde coment Matas.
- Cul es su sentimiento, despus de esta injusticia cometida con esa
comunidad?
Con un dejo amargo, sin rencor, pens su respuesta: - Lo dijo San
Agustn y eso se cumpli muchas veces: "todo aquel que se aduea de los bienes
ajenos, stos no llegan a la tercera generacin." - y con notable tranquilidad
concluy: Desde lo ms profundo de mi corazn yo les deseo lo mejor,
especialmente para sus almas. Nosotros, pobres hombres agobiados, debemos
pensar en Daniel cuando estaba en la cueva de los leones y el Angel del Seor
llev a Habacuc para que le entregase el alimento que ste haba preparado y
Daniel exclam: "Oh Seor, t nunca abandonas a los tuyos". As decimos
nosotros ahora, y lo diremos en todos los tiempos: Gracias a Dios Todopoderoso y
Bondadoso que nunca nos abandonas.
Ya la tarde caa rpidamente. Varias mujeres, junto al pozo central,
estaban lavando a sus hijos, con la ayuda de grandes palanganas. Suciedad y
rebelda se mezclaban con gritos, lloros y algunos merecidos chirlos. El jabn
hizo lo suyo. La premisa de las santas mujeres era: limpieza a fondo antes que el
da termine!. Todo concluy cuando los nios estuvieron lavados y peinados.
7. UN SUEO: AYER Y HOY
Senta una felicidad muy grande por haber
conocido a Nicols... S, el de la foto que
haba en el comedor de la casa y que tanto
me haba hablado el abuelo Antonio...

El Seor Rast crea conveniente concluir con la siguiente pregunta: Despus de dejar, junto a los suyos, la patria donde naci cul es su mejor
recuerdo de esta su aldea Valle Mara?
Como buen conocedor de las Sagradas Escrituras, Don Nicols se tom
de ellas para responder: - En el Libro l de los Reyes, cap. Vlll, vers. 18 dice:
"Dentro de tu corazn proyectaste construir un templo a mi nombre, y has hecho
muy bien en pensar as" - y con satisfaccin, que no poda disimular a pesar de su
cansancio, continu: - El 22 de junio de 1885 estbamos todos los jefes de familia,
de nuestra comunidad de Valle Mara, reunidos en la escuela, todos muy unidos y,
de comn acuerdo, arreglarnos que cada jefe deba aportar en dinero cinco
nacionales, por chacra, para comenzar la construccin de la nueva iglesia. El 19
de diciembre de 1886, en cl nombre del Seor, fue bendecida nuestra iglesia por el
Padre Tewes. Fue durante el ltimo domingo de Adviento.
Con el rostro de un hombre satisfecho y orgulloso de su iglesia,
concluy:
- Nuestra iglesia fue bendecida bajo el amparo y la advocacin de la
Inmaculada Concepcin de la Bienaventurada Virgen Mara. Amn.
Se hizo silencio y la noche pint sin estrellas el espacio.
A lo lejos, muy lejos, se oa repetir un coro: Amn! Amn! Amn! No
poda comprender nada. Dnde estaba?. No lo saba. El abuelo haba

45

desaparecido y sus hijos... los nios... todos se haban ido!. . hasta el periodista!
Era un silencio sin respuesta.
Cuando me despert sent una sensacin de paz y felicidad. Es que haba
conocido aquel anciano de nombre Nicols. S, el de la foto que haba en el
comedor de la casa y que tanto me haba hablado el abuelo Antonio.
No! Era distinto!
De repente me sent en la cama y comprend: haba soado con sus
Crnicas. Slo pude atinar a mirar el cuadro del Buen Dios que haba en mi
habitacin y agradecerle.
De las Crnicas de Nicols Gassmann (padre) se han extrado las
respuestas. La excelente traduccin y redaccin de las Crnicas es
del equipo de Vicente Kranewitter (Valle Mara en la Pcia. de Entre.
Ros).

46

TERCERA PARTE

HISTORIAS PARA NO OLVIDAR


HISTORIA DEL PEREGRINAR DE UN PUEBLO
1. FRANCISCO EL MENTIROSO
El servicio militar significaba la separacin ms dolorosa de un joven,
separacin de la aldea y de la familia para partir a regiones desconocidas, gentes
desconocidas, lengua y religin desconocida.
Entre las historias surgidas de esta experiencia, est la de un muchacho llamado
Francisco. El pobre fue uno de los primeros afectados al cumplimiento y por
consiguiente, al traslado hacia una remota regin rusa, posiblemente los Urales o, quiz
ms all: Siberia. Una de tantas experiencias, en su larga ausencia de 5 a 7 aos, fue el
descubrimiento del "tren".
Su regreso a la aldea debi ser conmovedor. Haba crecido, madurado, era todo
un hombre. Todos queran conocer sus aventuras y nuestro soldado se senta dichoso de
ser protagonista ante un auditorio tan selecto, ser centro de atraccin de hombres y
mujeres, mejor dicho, de mujeres y de hombres.
Todo iba bien hasta que describe un coche motor gigante que corra sobre rieles
y llevaba, adems de una mquina a vapor, varios vagones para trasladar a "todos" los
soldados del regimiento al que haba perteneca.
All termin sus aventuras y empez su calvario. Slo conocan los
marienthalistas el caballo, el trineo y el carro. El tren era una invencin del recluta
impostor. Desde aquel da sufri el pobre Francisco el epteto de "mentiroso".
Con el tiempo muchos jvenes regresaron y, si bien confirmaron la existencia
del tren, el sobrenombre le acompa hasta la tumba.
Desde pequeo lo o de mis abuelos en la aldea San Miguel (E.R.).

2.

RECONCILIACIN Y DESPEDIDA

Los preparativos eran intensos antes de la partida para Amrica. Marienthal


viva un clima muy especial. En la mente de todos la despedida era para siempre, hasta
la eternidad.
El da 14 de noviembre de 1877 se celebraba la ltima Santa Misa en la aldea.
Haba lgrimas en los ojos y un nudo en la garganta en los que se iban y en los que se
quedaban. El sacerdote los despeda - "En la Patria Celestial esperamos vernos reunidos
nuevamente".

47

Una dama, que se quedaba en la aldea, al terminar la ceremonia religiosa, se


acerca a una seora, su vecina que va a partir. Viene a suplicarle perdn. Haca tiempo
atrs que su nio le haba vaciado un ojo a un hijo de esta familia que parta. Dichas
circunstancias las haba callado esta buena seora para evitar posibles conflictos. Ella,
en ese da de partida quera reconciliarse con Dios y con su conciencia y hermanarse
con sus vecinos. El abrazo de perdn puso su nota alegre en la tristeza de la despedida.
Historia de la familia Bernhardt que me cont mi madre Rosa.

3.

UN MATE PARA EL RECIN LLEGADO15

En Diamante nos esperaban con carros los colonos de Valle Mara y San
Francisco y nos condujeron a estas dos aldeas donde tenamos todos los parientes.
En Valle Mara me convidaron con el primer mate. Yo crea que esto era
tabaco y que deba fumarse en una pipa bastante diferente de la que usbamos. Chup
fuerte, como es natural. Las consecuencias eran una formidable neblina que produje con
mi resoplido al sentir la quemazn. La gente se mora de risa. Para ellos el mate ya
haba desalojado el t de China que tombamos en Rusia.
Ahora soy un gran amigo del mate y me siento muy argentino al tomarlo.
Don Pedro Goette. Sali de Rusia en 1886 con otras 800 personas para fundar la Aldea San
Jos, hoy Crespo.

4.

POR UN VESTIDO DE NOVIA

Cae la tarde lentamente detrs de las sierras. La sombra de la noche va


invadiendo el paisaje y aparecen las primeras estrellas en el cielo.
Un hombre rubio, de unos cincuenta aos, detiene la marcha de la carreta junto
al camino. Sus bueyes necesitan un reparador descanso despus de una agotadora
jornada. Es Juan Shtok, que ha heredado de su padre, un viejo alemn radicado de nio
en Brasil, el oficio de carretero.
Dos veces al ao se llega hasta la gran ciudad de Porto Alegre con su carreta
tirada por cuatro bueyes. Compra en el mercado toda clase de productos y transforma la
carreta en una tienda ambulante: bolsas de azcar, arroz, caf, t, dulcesjunto a telas,
ropa, hilados, agujas, medicinas Una vez hecho el negocio se marcha hacia el interior,
hasta la misma frontera argentina, vendiendo la mercadera en el camino.
Los campesinos lo conocen, saben de su honradez y esperan su paso. El largo
camino de retorno dura mas de tres meses.
Esta vez no viaja slo. Una pareja de recin casados lo acompaa. Son Miguel
Seib y Catalina Begler. Han venido del Volga, en ese ao 1888, para radicarse en Brasil
junto a un contingente de alemanes. Esperaban encontrarse con sus parientes que haban
salido antes desde Rusia. Apenas llegados, supieron del abandono de Brasil y que se
haban radicado en Entre Ros, Argentina. No esperaron y, desatendiendo los consejos
15

Conmemoracin de los ciento quince aos de Valle Mara (E.R.) pg. 113.

48

de sus compatriotas, se marcharon. Don Juan, conociendo su historia, se ofreci a


conducirlos hasta la frontera. Despus quedaran a merced de sus esfuerzos.
Al paso lento de los animales, la curiosidad de los jvenes aldeanos se detena
en contemplar el paisaje de selvas y campos ondulados, montaas cubiertas de una
densa vegetacin, anchos ros de fuerte color marrn.
Los das transcurran lentamente.
La nostalgia llevaba a Catalina a extraar el lejano Volga. Su mirada se
entristeca y las lgrimas caan de sus mejillas recordando aquella ltima despedida, con
sus padres, cuando el carro se fue alejando de la calle principal de la aldea natal. En ese
momento abrazaba en silencio su pequeo equipaje de nostalgias que contena, entre
otras pocas, un regalo muy apreciado por una mujer. Miguel, ms distendido,
colaboraba con don Juan subiendo y bajando mercadera.
Cada parada en la noche era una buena oportunidad para alimentarse, pues sus
estmagos siempre estaban hambrientos.

Miguel y Catalina

As fueron pasando los das y


los meses hasta que, por fin, llegaron
al majestuoso ro Uruguay. All se
despidieron y un barquero los cruz a
la otra orilla.
Ahora quedaban a merced de
su propio destino, solos y en un suelo
nunca soado desde las lejanas
estepas.
Muy de maana iniciaron la
marcha. Unas pocas alforjas llevaban
para el camino. Dejaron el pueblo y se
internaron en el campo correntino
siempre hacia el sur. El sol implacable
caa sobre estos jvenes inmigrantes.
Un rbol junto al camino les daba un
nuevo aliento pero la llegada de los
tbanos y los mosquitos haca
imposible
permanecer
quietos,
debiendo reanudar la cada vez ms
pesada marcha, sin quejarse.
A la tardecita se detuvieron a
la sombra de un gigantesco omb. Sus
rostros, marcados por el agotamiento,
eran un vivo reflejo del polvo del
camino, amasados por la misma transpiracin. Miguel comenz a sentir remordimientos
viendo a su joven esposa tan demacrada. Comprendi que haba que buscar otra forma
de viajar. Caminar bajo los rayos ardientes era temerario. La noche, sin luna, constitua
un peligro. Volver atrs, imposible.
Tenan hambre y sed.
Muy entrada la noche observaron un rancho; hacia all se encaminaron,
encomendndose a Dios. Un gaucho, comprendiendo su condicin de gringos, con
seales amigables los hizo pasar. A la luz de un candil gozaron de una rica sopa de
gallina. La buena seora les hizo un lugar en la pequea habitacin y, sin ms trmite,
se dieron a un reparador descanso. Una breve oracin de agradecimiento a Jess, por la
49

generosa hospitalidad de esta familia, cerr la primera noche de estos jvenes alemanes
en suelo argentino.
El canto de los pjaros despert a Miguel. Catalina permaneci dormida.
El criollo lo esper sentado en el patio. Miguel acept unos amargos.
Desacostumbrado, al agua tan caliente, en su garganta qued el ardor por un largo
tiempo.
Era una maana fresca y hermosa. Un cardenal amarillo, encaramado en un
jacarand florido, cantaba con estridencia. Miguel, observando distradamente, detuvo
su vista en un hermoso caballo criollo, entre muchos, de reluciente pelaje tobiano y...
qued prendado del animal.
Cuando el sol comenz a elevarse sobre el paisaje, unas duras galletas y una
buena taza de mate cocido, anim a los viajeros a continuar su camino. Con gestos
amigables agradecieron la hospitalidad de la familia y emprendieron el camino.
A los quinientos metros Miguel se detuvo. Expuso a Catalina su preocupacin:
-Necesitamos de un caballo para seguir!
Catalina, en silencio, record lo que llevaba entre su equipaje y decididamente
volvi sobre sus pasos. Miguel la sigui sin comprender.
Los lugareos, que an permanecan junto al camino, los vieron regresar.
Sorpresa y silencio eran una misma cosa.
Catalina, cuando estuvo frente a ellos, abri lentamente unos de los pequeos
bultos y apareci ante la vista de todos con un hermoso vestido de novia que su madre
bord para ella y que ofreci a cambio de un caballo.
La duea de casa no tard mucho en convencer a su marido del intercambio y
Miguel, sin vueltas, se acomod sobre la montura del caballo tobiano; ayud a montar a
su joven seora y pronto dos siluetas se recortaban en un paisaje de esteros.
Una semana despus aparecieron en tierras de sus asombrados parientes. Felices
a pesar del agotamiento. El reencuentro con sus familiares les hizo olvidar tantos
sufrimientos y, en la memoria de Catalina qued para siempre grabado su vestido de
novia
Hay muchos testigos, an hoy da, de esta historia en la que debieron cambiar el vestido de
novia por un caballo tobiano para llegar a destino; historia relatada por don Miguel y escuchada, entre
otros, por mi padre. Importante: Hay personajes y hechos novelados.
En Valle Mara se cuenta que Catalina y Miguel llegaron a la aldea en busca de la familia
Kranewitter. La casa, como todas las de su poca, careca de puerta al exterior. Haba que entrar por un
costado. Cuentan que Miguel se arrim al tapial para ver el interior del patio y los Kranewitter se
sorprendieron de su presencia, pues se conocan de la aldea Obermontschou. Cuando descendieron a
Catalina del caballo se sorprendieron verla embarazada y sus ropas totalmente desgarradas por el sol
y las lluvias en ese largo peregrinaje.. Su llegada semejaba a Jos y Mara, embarazada, entrando
pobremente a Beln16. Esta historia no la podemos olvidar.
Miguel Seib nace el 16 de febrero de 1858 en Colonia Obermontschou en el Volga. Es uno de
los primeros aldeanos que debi hacer el servicio militar en Siberia durante varios aos. Por esa razn
hablaba muy bien el ruso. A su regreso le haban elegido una esposa. Su negativa origin un serio
conflicto familiar17 y se cas con su novia. Catalina Begler nace en la misma Colonia el 8 de abril de
1870. Ambos se casan en su aldea natal el 17 de febrero de 1886 y eligen Brasil como futura patria y
hacia all se encaminan en 1887. Viven en Campo Garca (Crespo) y Federal (Km. 113). Fueron

16

Lo cuenta Ema Kranewitter de Gassmann en la misma casa de sus abuelos. Testigos de este relato de
Ema fueron Beatriz Gassmann de Wendler y el autor del artculo un da de mayo de 2009.
17
En la puerta de la Iglesia, arroja su sombrero al piso (era un grave gesto para su poca) en seal de
protesta. Recibi un castigo ejemplar y pblico por parte del sacerdote que cumpli al pie de la letra, pero
se cas con la mujer que quera. Lo recuerda con emocin, de la misma boca de su abuelo Miguel, la Sra.
Beatriz Gassmann de Wendler.

50

bendecidos con 16 hijos. Dos hijas (Catalina y Paulina) se casan con dilectos hijos (Miguel y Antonio) de
la aldea San Miguel. El 18 de febrero de 1936 fallece Catalina en Federal.
Miguel vive sus ltimos tiempos en Campo Garca, en casa de su yerno Antonio, el primer
maestro de la aldea. Fallece all el 1 de noviembre de 1951.

5. SACERDOTE MISIONERO EN FILIPINAS18.


Luego del ataque japons a Pearl Harbor, el 7 de Diciembre de 1941, se produce
el 22 del mismo mes el desembarco nipn en territorio filipino. El 3 de enero de 1942
Manila, la capital, cae en su poder.
Desde esos das aciagos el Padre Alfonso Gassmann, sacerdote catlico
argentino, misionero en esa ciudad, perdi todo contacto con su familia.
El 4 de marzo de 1945, luego de incontables das de enfrentamientos cruentos,
casi casa por casa, la lucha cesa en Manila con la victoria de los soldados
norteamericanos.
Esta carta que lleg a Argentina, desde Filipinas, hizo llorar de alegra a toda
una familia. Deca as:
Viva Dios Uno y Trino en nuestros corazones!
Manila, 15 de marzo de 1945
Mis queridos padres y hermanos:
Rpidamente unas lneas para decirles que an estoy con vida. Lo mismo
espero que todos ustedes se encuentren bien. Todos los argentinos que aqu lo hemos
pasado, gracias a Dios, estamos con vida. Que estemos con vida slo es por un milagro
de Dios. Tengo que terminar pronto esta carta porque un sacerdote norteamericano,
liberado por el ejrcito de su pas, regresa a su patria y yo aprovecho la oportunidad
para mandar la carta que l desde Norteamrica enviar a ustedes; por lo menos tendrn
noticias mas.
Lo que los japoneses han hecho aqu es imposible de describir. No son
realmente seres humanos, peores que fieras.
Tras largos aos hemos padecido preocupaciones y angustias
No hemos olido ni probado en estos aos pan, leche, ni manteca. No hemos
visto ni cebollas ni arroz. La gente coma pasto hervido. Muchos murieron de hambre.
Crueldades que cometieron los japoneses no registra la historia de la humanidad.
Mucho ms de la mitad de la ciudad de Manila fue quemada y destruida. La intencin
de los japoneses era destruir toda la ciudad y matar a sus habitantes. Por lo menos
asesinaron a 85 sacerdotes. En nuestra Iglesia haban colocado 39 minas para hacerla
volar por el aire; por eso dije que solamente por milagro nos encontramos con vida.
No puedo ponderar lo suficiente a los americanos como soldados enviados
del cielo, verdaderos hombres, valientes soldados. Hombres de corazn y juicio recto
que vinieron para salvarnos.
Ahora tengo que terminar. Mi direccin es la de antes: Parroquia del
Espritu Santo. Manila.
Los mejores saludos para todos.
En el amor vuestro hijo y hermano.

18

Padre Alfonso Gassmann. SVD.

51

6. MARIENTHAL
La Virgen de Marienthal, Madre Dolorosa, se venera desde 1350 en toda la
regin del Alto Rhin. Desde la Edad Media era un centro de peregrinacin en Alsacia y
Lorena, territorios siempre disputados entre Alemania y Francia. La Baslica est
prxima a la ciudad de Strasbourg (Haguenau). La regin hoy pertenece a Francia pero
otrora fue un reino alemn.
Estevo Mller19, Hno. Marista que naci en Marienthal Municipio de Lapa,
Paran, Brasil -, asegura que el nombre de Marienthal (Valle Mara) nace en el
Santuario de Nuestra Seora de los Dolores de Marienthal, en la aldea de Bischofsheim,
en Renania a tres Km del Rhin, cerca de la ciudad de Mainz. Es un lugar de
peregrinacin que se remonta del siglo XII y se venera a la Virgen negra (ennegrecida
por las velas durante siglos)
Es muy posible que el nombre de la aldea tenga su origen en la devocin
mariana que se extenda entre esos dos santuarios marianos del Rhin.
El nombre Marienthal fue llevado desde Rusia a Estados Unidos, Canad, Brasil
y Argentina.
7. EXPERIENCIA DE UN INMIGRANTE

Peter y Margaret y familia


Nicols, el nico hijo (varn)
de Miguel, naci en Marienthal,
Rusia, el 8 de mayo de 1826.
Contaba con 6 aos de edad
cuando muri su padre y fue
dejado slo con su madre.
En 1833 su madre se
cas con John Gross, un viudo
que tena tres hijos. Nicols
vivi con su madre y su
padrastro hasta la edad de 15
aos. Despus se inscribi
como aprendiz, pues, era muy
inteligente y ambicioso.
A la edad de 18 aos,
Nicols se cas con una joven y
hermosa seorita, llamada Ana Mara Kinderknecht; era el da 3 de octubre de 1844.
Seis hijos y cuatro hijas nacieron de esa unin: John, Nicols, Matas, PETER, Adam,
Vernica, Jos, Elizabeth, Katherine, y Mara Elizabeth. Todos oriundos de Marienthal.
El abuelo era un experto carpintero; sin embargo, tambin, disfrutaba trabajar en
la granja. Supo mantener bien a su familia, y como todos los aldeanos de su comunidad,
disfrut de aos de paz y prosperidad, una recompensa a su duro y honesto trabajo. Este
bienestar, sin embargo, dur poco. Los aos haban pasado sobre ellos cuando se dieron
cuenta de que un cambio era inevitable.

19

Alm dos Mares a Libertade paggs. 107-108. 1998. San Pablo, Brasil.

52

Haban expirado cien aos de independencia. Un siglo dur la promesa. Estas


personas que establecieron sus colonias alemanas en la regin del Volga, haca un siglo,
iban a ser incorporadas como ciudadanas de Rusia, y como consecuencia, sujetas a sus
leyes. Por esto los hombres jvenes, a la edad de 21 aos, seran seleccionados para la
armada rusa. Tal seleccin ocurrira cada tres aos. Para escapar de ese diablico futuro,
muchas familias decidieron abandonar Rusia. El xodo masivo comenz en los
tempranos aos de 1870. Muchas familias regresaron a Alemania, otras cruzaron el
ocano hacia Amrica y a otros lugares.
Peter, cuarto hijo del abuelo Nicols Gassmann, con anuencia de sus padres,
decidi partir antes que los otros miembros de su familia, con apenas 20 aos; slo le
faltaban dos meses para alcanzar sus 21 aos.
En junio de 1876 Peter se despidi de su hogar y junto con muchos otros jvenes
de su misma edad navegaron hasta Amrica, constituyendo las primeras oleadas de
emigrantes. Muchas familias de Marienthal, nios y grandes, tambin partieron; entre
ellos se encontraba la familia de Peter Seitz. La primognita de la familia Seitz, la
bonita y tmida Margaret, con tan slo 12 aos, estara destinada, seis aos ms
adelante, a convertirse en la esposa de Peter.
Los aldeanos de este barco de inmigrantes se asentaron en el oeste medio de
EEUU, muchos en Kansas. Peter estaba entre los que llegaron al pueblo de la Misin de
St. Mary, Kansas. Haba pueblerinos, precursores, instalados como empleados o
granjeros.
Peter tuvo dificultades para asentarse, porque estaba esperando ansiosamente la
llegada de su amada familia. La mayora de sus acompaantes se ofrecan como
ayudantes de granjeros, pero a Peter ese trabajo no le agradaba. Trat de conseguir
empleo en el pueblo, con poco xito, debido a sus dificultades de lengua y costumbres.
Sin embargo, apenas conoci el oficio de zapatero, logr conseguir empleo, en la
escuela de la Misin Jesuita, localizada en el final este del pueblo, recientemente
abierta. Peter mantuvo este puesto por muchos aos y adquiri buena experiencia,
constituyendo un medio de sostenimiento de su familia.
Haba pasado ms de un ao desde la llegada de Peter a Kansas. La nostalgia lo
invada porque no haba odo nada sobre sus padres, ni de la fecha de su llegada.
Cuando por fin tuvo noticias, se enter que haban partido de su tierra natal y haban
embarcado hacia los EEUU. Era el 14 de noviembre de 1877. Pero nunca alcanzaron el
tan deseado destino.
Lo que sucedi fue que, junto con sus compatriotas inmigrantes que alcanzaban
ms de 200 familias, fueron, desafortunadamente conducidos por promotores de tierras,
a un barco que tena como destino Amrica del Sur. Recin descubrieron el fraude
cuando desembarcaron en el puerto de Buenos Aires. Sus lderes intentaron cambiar el
rumbo. Pero debido a dificultades en la lengua y encontrarse en una tierra extraa, sin
consejeros, fueron dejados a la merced de los mentirosos promotores. Finalmente,
aceptaron las tierras que les fueron ofrecidas en la provincia de Entre Ros, Argentina.
No mucho tiempo despus de la llegada del abuelo a la Argentina, la abuela
Ana Mara Gassmann muri, con el corazn destruido, porque ansiaba ver a su amado
Peter en el lejano Norteamrica. El solitario chico, en Kansas, cuando supo de la muerte
de su querida madre sufri, tambin, ese triste desengao, agregndose la impensada y
prolongada separacin de su familia.
Peter, de ah en ms, resolvi trabajar hasta obtener los medios necesarios que
le permitiran viajar a Sudamrica, para estar cerca de su familia y acompaar a su
padre en la ancianidad. Esta oportunidad lleg muchos aos despus que se casara con

53

su corazoncito de 18 aos, Margaret Seitz, hija del seor Peter Seitz, su compatriota de
viaje.
Peter y Margaret se unieron en santo Matrimonio, en la Iglesia de la Misin de
Santa Marys, por el reverendo William P. Vander Heyden, S. J. Esto ocurri el 30
junio de 1880. En ese tiempo Peter era el director de esa seccin de la escuela y el
negocio marchaba muy bien. Fruto del duro trabajo y el ahorro, Peter supo comprar una
linda cabaa, no muy lejos de la escuela. Recin en 1888 pudo cumplir con su gran
deseo de viajar. Peter y Margaret tenan tres hijos: Nicols de seis aos, Ana Mara de
tres y Katherine que acababa de cumplir un ao. Peter y su querida esposa decidieron
vender la casa para ir a vivir a Sudamrica. Fue difcil, para la joven y cariosa madre,
despedirse de sus queridos padres y familiares.
En mayo de 1888, Peter y su pequea familia se encaminaron hacia Argentina.
Un mes dur el viaje, en tren y en barco, para llegar a destino. Dos hermanos de Peter
les salieron al encuentro para llevarlos hasta la aldea Valle Mara, donde el abuelo
Nicols y familia residan. El reencuentro fue emocionante para todos mientras el viejo
padre y su hijo, no dejaban de abrazarse.
Valle Mara, tena una bella iglesia, y una cmoda escuela donde asistan
alemanes y espaoles. Mientras estos aldeanos se apegaban al habla alemn,
conservndolo en sus hogares, el espaol era la lengua oficial y se enseaba en las
escuelas.
Peter esperando residir definitivamente en Valle Mara, se asoci con uno de sus
hermanos y compraron una buena racin de alimentos deshidratados e instalaron un
almacn de variedades. Hizo muchas pruebas e inversiones pero el negocio aventurero
no prosperaba y era causa de pesares y preocupaciones.
El 15 de octubre de 1888 naci Mara Elizabeth, la cuarta hija del matrimonio.
Despus de este feliz evento, Margaret, entr en una profunda depresin, extraando a
su lejana Kansas y a sus padres. Peter, cada vez ms insatisfecho y desilusionado, no
slo en lo que a negocios se refera, sino tambin a la falta de progreso del pas, al
clima, al idioma y sus costumbres, decidi regresar a Kansas, llevando consigo a su
afligida esposa y a sus pequeos hijos.
En mayo de 1889, justo un ao despus de su llegada a Valle Mara soportaron,
con mucho dolor otra triste despedida. Fue difcil para Peter alejarse de su amado padre.
El abuelo Nicols muri el 4 de febrero de 1900 a la edad de 74 aos. Sus restos
descansan en el Valle Mara, Entre Ros, Argentina.
El viaje de regreso a los Estado Unidos fue largo y con muchas contrariedades.
El barco Southerland que parti de Buenos Aires, se encontr con una terrible tormenta
en el mar, debi dirigirse hacia Southampton, Inglaterra. All el barco qued amarrado
muchos das y, finalmente, parti para Nueva York. Con mucha algaraba fueron
recibidos en St. Marys, Kansas.
La reciente aventura result muy onerosa hasta el punto de ver Peter consumidos
sus ahorros, no slo por los costos del viaje sino tambin las prdidas sufridas en su
negocio en Argentina. Adems, el trabajo en la misin haba sido ocupado por otro
hombre.
Peter, nuestro padre, abri un negocio de su propiedad en la seccin comercial
del pueblo. Eran aos difciles, pocos compraban porque los trabajos eran mal pagos.
Nuestro padre sufri muchos aos de frustracin, pero con imaginacin, sacrificio y
ahorros de ambos, supieron mantener una adorable familia de seis hijos y cinco hijas,
felices y saludables. Uno de los nios, William, muri en la infancia.
En mi libro MEMORIAS DE CASA describo la vida y el estilo de hogar
que Peter y Margaret supieron legar a su gran familia. Lo escrib una vez que todos los

54

chicos partieron. Para ese entonces qued sola, a cargo de mi anciano padre Peter, quien
muri calladamente en su viejo hogar, el da 30 de julio de 1940, a la edad de 85 aos.
Mam haba muerto quince aos antes a la edad de 62 aos. Era el 7 de abril en 1925.
El RECORD of the PETER GASSMANN (1855 -1940) ANCESTRY es parte de una
hermosa historia familiar escrita por su hija Ana Mara Gassmann (1885-1977) en enero de1973. En la
misma nos dice que los hechos pertenecientes a los registros de generaciones ms viejas en Amrica y
de nuestros abuelos maternales fueron recopilados en conversaciones que recuerdo haber tenido con mis
padres y por notas en mi diario personal. Por esto considero que todos los datos son bastantes
autnticos. Finalmente expresa que en mis 88 aos de edad he escrito y recopilado estos datos para
quien sea amante de ellos.
Agradezco el envo de este documento desde Kansas, Estados Unidos, por parte de Denis Grau
Gassmann y a la paciente tarea de traduccin, en colaboracin, de Nadia Soledad Gassmann.

8. HACIENDO PATRIA (Buenos Aires, 2000)


En el verano de 1878, Buenos Aires dio la bienvenida a las primeras oleadas
de alemanes del Volga, inmigrantes campesinos provenientes de aquella remota regin
rusa. Con esfuerzo esos hombres rubios clavaron por primera vez el arado en el
generoso suelo argentino y las brisas del campo mecieron sus lozanos frutos: los
trigales.
Despus de cien aos es difcil hallar una regin de nuestra patria en donde
no se encuentren radicados descendientes de aquellos aldeanos.
Podemos mencionar un ejemplo, como muchos otros, en la lejana Tierra del
Fuego.
Un joven matrimonio lleg a orillas del lago Fagnano el 1 de junio de 1980,
provenientes del Gran Buenos Aires: Silvia y Roberto Gassmann. Roberto estrenaba su
ttulo de meteorlogo de la Fuerza Area. Ya haba participado en una misin en la
Antrtida, que repetir otra vez, ms adelante y prolongando la estada en ms de un
ao.
All en la isla, en donde el crudo invierno cubra todo de nieve y el fuerte
viento penetraba en cada rincn del Eolo, un solitario e imponente edificio, nacieron
sus cuatro hijos. En esa poca, desde las ventanas, podan completar cmo se
desplazaban libremente familias de cauquenes, avutardas, conejos, zorros y guanacos,
rodeados de un hermoso paisaje de montaas y lagos.
Siete aos despus se trasladan a una corta distancia; a Tohuin, un pequeo
poblado fundado en 1972. En idioma ona significa corazn de la isla. All echaron sus
races definitivamente. Hoy participan activamente en el crecimiento y desarrollo del
pueblo. Silvia reelecta Concejal por su gente invierte muchos de sus esfuerzos como
Presidenta del Concejo Deliberante y Roberto, Jefe de la Estacin Meteorolgica, es
referencia importante como veterano conocedor de esos sitios.
Uno de sus hijos, Eric Eduardo Gassmann, nacido el 29 de noviembre de
1982 (conflicto de Malvinas) es el 1er. inscripto en los registros de nacimientos de
Tolhuin, un descendiente de aquellos alemanes llegados del Volga a nuestro pas.

55

ANEXOS
1. UN VIAJE CULTURAL AL LEJANO CHACO
.

Cruz fundacional de la Colonia San


Antonio

en San Antonio

Rancho
centenario
que
perteneciera a Juan Dreher

1 . ETERNO VIAJERO SIN RETORNO - JOS GA SSMANN


(1862 - 1935)
Que las gambetas del olvido no le jueguen una mala pasada a la memoria.

Buenos Aires, marzo de 2005

56

INTRODUCCIN
Se define a la genealoga como la ciencia que tiene por objeto la bsqueda
del origen y de la filiacin de las personas y de las familias.
El genealogista es el que realiza esa bsqueda. En realidad es el
incomprendido de la familia, un personaje extrao para otros; un buceador de
informacin e infatigable visitador de iglesias, bales, archivos y cementerios con la
titnica misin de buscar el eslabn perdido, armador de rompecabezas uniendo
nombres, desde arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, para formar el rbol
genealgico familiar.
Deberamos saber que con su tarea preserva una rica historia y evita que el
tiempo y la indiferencia proyecten su implacable poder destructivo enterrando el
pasado con sus ricas tradiciones y lucha contra un nuevo mundo sin identidad, sin
valores, sin personas, sin familias, sin futuro.
El genealogista observa cmo han ido cambiando los nombres cristianos con el
tiempo: de Juan, Pedro, Santiago, Ana Mara, Mariana y Brbara, pasamos a Ernesto,
Guillermo, Antonio, Aurora, Yolanda y Marciana, luego a Carlos, Enrique, Lucas,
Carmen, Amalia y Teresa y, finalmente a Jonathan, Franco, Nahuel, Analey, Marisa y
Nadia. A su vez, con una entendible aparicin en el rbol de apellidos italianos,
espaoles y criollos; pasando de familias numerosas con alta mortalidad infantil a
familias con muy baja natalidad y mortalidad; desde pequeas aldeas pasan diluidos y
dispersos en grandes ciudades, desconociendo su origen y su historia. Finalmente,
surge la aparicin de uniones sin compromisos o divorcios en puerta, desconocidos en
otras pocas y que dificultan el sistemtico seguimiento de personas.
Pero entre tantas reflexiones, un genealogista descubre personas, que por su
meritoria vida merecen un prrafo especial y no es bueno que queden en el olvido: unos
por ser padres ejemplares, otros destacados en su profesin, en su vocacin, y otros
eternos viajeros, como la persona que intento descubrir y comprender y cuyo ttulo
espero sea el ms parecido reflejo de la realidad. Descubramos, entonces y de una vez,
a este caballero!
PARTIDA PARA AMRICA
Mariental es una aldea que se encuentra en las praderas orientales del Volga, all
en la lejana Rusia. La familia Gassmann, como todos sus vecinos, son humildes
campesinos. Han llegado a esas tierras hace ms de cien aos y conservan fuertemente
las costumbres y el idioma trado por sus antepasados desde Alemania. Las aldeas son
prsperas y tranquilas, y las familias, muy numerosas por cierto.
Nicols, un hombre de unos cuarenta y cinco aos, con la ayuda de sus hijos
mayores, cultiva las tierras y tiene una pequea carpintera en la casa. Su abuelo Juan
haba llegado desde Ulm (Alemania) y dej en heredad el oficio.
Nicols es un hombre culto, gusta de la lectura y transmite esa aficin a sus
hijos. Ana Mara tiene, como toda madre, una especial dedicacin a los quehaceres de la
casa y el cuidado de sus hijos.
El da lunes 17 de septiembre de 1862 un nuevo retoo llega a la familia: Jos, el
6 hijo varn.
Como es costumbre, al da siguiente el nio es bautizado en la hermosa iglesia
de Mariental. Son sus padrinos Jos Weigel y Ana Mara Gross de Becker.
El 21 de setiembre de 1868 es confirmado siendo su padrino Juan Herrmann.
Ms adelante llegarn tres hermanas ms.

57

edad.

Es en ese clima pueblerino donde Jos creci junto a otros muchos nios de su

El ambiente pacfico cambia desde 1870. Se anuncian desde el gobierno ruso


quitas de privilegios en las colonias alemanas, participacin obligatoria del servicio
militar
Numerosos campesinos ante el temor de perder sus derechos y teniendo la
autorizacin de emigrar, optan por marcharse en bsqueda de nuevos horizontes. Los
primeros grupos migratorios van hacia los Estados Unidos. En uno de ellos viaja Pedro,
el 4 hijo varn de la familia, un 21 de junio de 1876. Tena 21 aos. Lo enva su padre
a Kansas para evitar hacer el servicio militar, obligatorio a partir del prximo ao.
Los pobladores de las aldeas estn alborotados. Muchos desean emigrar. Los
emisarios prometen buenas ofertas del Brasil y hacia all don Nicols hizo su opcin.
Unos se quedan. Otros muchos, con gran dolor en el alma, deben dejar sus cosas
ms queridas, sus afectos, sus amigos, su familia y marchar, hombres y mujeres, nios y
abuelos a tierras lejanas y desconocidas quedando marcado a fuego en el alma de esos
aldeanos esa triste despedida.
Nicols, hijo, nos ha legado en sus pginas la profundidad del sufrimiento
interior, en la odisea de desprenderse de sus ms clidos afectos all en el lejano Volga:
"Quien nunca abandon su vieja patria, quien por ltima vez estrecha las
manos de sus padres, de sus abuelos, de sus queridos hermanos, siente que el corazn
se le desgarra sin poder contener las lgrimas. Quien no ha tenido esa experiencia no
sabe lo que significa semejante despedida"20
Jos contaba a la sazn 15 aos, no debi ser la excepcin, tampoco sus
hermanos. Sufrir ese desarraigo a una edad temprana, tal vez, facilite el camino a
nuevos desprendimientos. Al menos nos ayuda a la comprensin de sus historias
personales.
El da 14 de noviembre de 1877, despus de una emotiva despedida en la Iglesia,
despedida hasta la eternidad, la caravana emprende el camino hacia el Volga. Al da
siguiente cruzan el peligroso ro y, en la estacin de Saratov, toman el tren que los
llevar al norte de Alemania.
El ingreso en Alemania, al sptimo da, se expres con cnticos tradicionales
para mostrar su alegra. Haban pasado 114 aos de aquella partida de Juan y Ana
Mara. Sus descendientes jams haban soado regresar a la tierra de sus mayores.
Alemania no era su destino. Un continente, allende los mares, los esperaba y en l
cifraban sus esperanzas. Finalmente llegan al puerto de Bremen, norte de Alemania21
Dieciocho personas componen el grupo familiar: Nicols y Ana Mara; Juan, el
mayor, con su esposa e hija; Nicols, la seora y dos hijos; Matas, su esposa y un hijo
pequeo. Se agregan los hijos solteros: Adn, Vernica, Jos, nuestro protagonista,
Elizabeth, Catalina y Mara Elisa.
Corran los primeros das de enero de 1878. En un da hmedo y caluroso de
verano, despus de la travesa por el Atlntico, llegan al puerto de Buenos Aires. Los
Alemanes del Volga son alojados en el antiguo Hotel de los Inmigrantes. All la familia
Gassmann sufre la prdida de Julianita, una pequea nia de dos aos, hija de Nicols,
hijo, y Gertrudis, su madre.
El destino deba ser Brasil pero llegan engaados a Buenos Aires. Nicols se
encuentra en un dilema: Aqu fue cuando la gente me pidi, por amor de Dios, que
fuera personalmente a Brasil, que me dirigiera al gobierno para que se ocupara de
20
21

Tres pases, tres ros, tres historias de una familia. Mario Gassmann. Buenos Aires. 2000 pg. 38
Tres pases pg. 39

58

nuestra situacinhasta que finalmente acced y decid dejar a mi familia e ir a Brasil


para exponer a su gobierno nuestro problema22
Mientras tanto el gobierno argentino, sordo a los reclamos, fleta un viejo vapor
que tard ms de tres das en llegar a Diamante. Cruzar el Volga no fue tan peligroso!,
comentaban. De all el numeroso contingente de unas mil personas, es trasladado en
carretas hacia unas pocas leguas al norte.
Un nuevo golpe recibe la familia Gassmann. Ana Mara, la mam, a los 51 aos
de edad fallece el 29 de abril de 1878 y deja hurfano a Jos, a sus hermanos y
hermanas.
Al regresar Nicols de su viaje de Brasil encuentra a su gente deseosa de
quedarse, vencida por el cansancio. Me reencuentro con mi familia, que est ubicada
en el monte, cubierta por un techo provisorio que comparta con otras en la misma
situacin que la ma. En mi ausencia haba fallecido mi amada esposa, as llegu yo,
con el corazn triste y resignado, aceptando mansamente la voluntad de Dios, que
cuanto hace siempre est bien23
En julio de 1878 se fundan cinco aldeas, entre ellas Valle Mara, centro de
nuestro relato.
Don Nicols Gassmann debe hacerse fuerte en la adversidad y emprende con
bros la organizacin de una nueva vida. A mediados de julio me traslado con mi
familia al terreno que nos corresponde en la aldea y enseguida levantamos un galpn
grande donde podamos vivir todos los de mi familia, hasta poder construir una
vivienda con las dependencias necesarias 24
Este galpn sirvi de albergue a la familia de Nicols. Construyen a la par
una pequea carpintera, como en el Volga, y all sus hijos aprenden rudimentariamente
el oficio.25
Junto a los dems aldeanos roturan la tierra y hacen sus primeros cultivos de
trigo, maz,...
Fui nombrado Director junto con los vocales Pedro Hoffsteter y Nicols
Becker para encauzar las inquietudes y deseos de la comunidad. Lo primero que
hicimos fue levantar un oratorio Miles de palabras bondadosas, de consuelo y de
aliento surgieron de nosotros tres para que nuestra pobre gente se mantuviera firme y
unida. Por fin todos pudimos reunimos y realizar juntos nuestras oraciones! Mil
gracias a Dios, mientras vivamos en esta tierra!26
La familia sigue creciendo. Hijos, nueras y nietos comparten el mismo techo.
Nicols vuelve a casarse a sus 53 aos, un 1 de mayo de 1879, eligiendo por
compaera a Ana Delwa y Obbolz, nacida el 10 de setiembre de 1825.
El 30 de diciembre de 1879 llamo a toda mi familia a una reunin en mi casa,
realizamos en comn una oracin y les di una bendicin paternal. A partir de esa fecha,
trabajan mis tres hijos cada uno por su cuenta: Juan, Nicols, Matas, A partir de
ahora cada uno administrar por su cuenta, y en nombre de Dios, con su bendicin,
que su voluntad se cumpla27
Pocos das despus se casa Vernica con Guillermo Herrmann y se marchan al
tiempo, en 1887, a Estados Unidos.
22

Tres pases pg. 71


Memorias de Nicols Gassmann. Pg.91
24
Memorias pg. 93
25
El historiador de Valle Mara, don Vicente Kranewitter, ubic la casa de Nicols en el actual baldo
entre Jansen y San Martn (Valle Mara); hoy una casuarina seala el lugar. Otros sealan la propiedad a
la derecha de la Iglesia (familia de Nicols, hijo)
26
Tres pases pg. 73
27
Memorias pg. 259
23

59

Guillermo, en la noche del 25 de marzo de 1882, estaba cuidando el pastoreo


de una tropilla de caballos en la zona. Apareci un nativo,28 de nombre Lujn, que se
dirigi directamente hacia nuestro campo.
Lleg de noche pretextando que nuestros animales haban invadido su campo y
su monte. Era un enemigo declarado de Guillermo. Pretendi una indemnizacin que
no fue aceptada. Amenaz matarlo esgrimiendo un gran cuchillo. Entonces Guillermo
lo amenaz con un revlver. El nativo se abalanz tres veces sobre l con el cuchillo en
la mano. En el ltimo intento tom el cuchillo por el lado de la hoja para lanzrselo al
cuerpo. Cuando vio esto quiso asustarlo y Guillermo dispar su arma hacia el suelo. El
nativo subi a su caballo y huy.
Hermann no saba si lo haba herido. Se qued con su caballada hasta las ocho
de la maana. Cuando vio que el nativo no volva a insistir, comenz a preocuparse y
pens que poda haberlo herido. Fue a su casa y le cont lo sucedido a su mujer. Ella le
aconsej que desapareciera un tiempo hasta que se aclarara si el criollo estaba herido.
Y as se alej el 25 de marzo de 1882 a las ocho de la maana29. En el hogar
quedaron la mam y la pequea hija de un ao. Y as pasaron desgraciadamente
cinco aos y un mes hasta que, con la ayuda de Dios, se reencontraron otra vez el 25 de
abril de 1887 en la ciudad de Buenos Aires, desde donde juntos, viajaron a
Norteamrica con su pequea hija Gertrudis que ya tena seis aos de edad. All los
esperaba Pedro Gassmann, hermano de Vernica, el 11 de junio de 1887, en la ciudad
de Kansas.30 En aquel pas nacieron sus otros hijos: Enrique, Pedro, Juan, Ana,
Nicols y Mara.
Jos ha cumplido sus 21 aos y el 24 de
febrero de 1884 se casa con una joven de 16 aos,
Mariana Asselborn.
El sistema patriarcal, imperante entre los
Alemanes del Volga, haca que los recin casados se
incorporaran al clan familiar del esposoLa nuera
era liberada de todo lo tradicional en su familia a fin
de adoptar todo el costumbrismo de su esposo.31
Van a permanecer en la casa de sus padres
hasta 1900. All nacen sus hijos: Santiago, Ana Mara,
Enrique, Juan, Jos, Nicols, Silvestre, Simn, Rosa,
Mara y Alfonso. Tres de ellos fallecen muy pequeos:
Santiago, Enrique y Nicols.

Vernica y Guillermo en Estados Unidos

El 16 de agosto de 1884 trabaja mi hijo Adn tambin por su cuenta. De


comn acuerdo con l y toda su familia, mi bendicin paternal, reparto con l lo mejor
que puedo y deseo que Dios lo bendiga en cuerpo y alma.32
En 1888, llega desde los Estados Unidos, Pedro y se incorpora a la familia de
Valle Mara. Junto a su mujer, Margarita Seitz, y sus tres hijos venden su casa en
Kansas y vienen a vivir a Valle Mara.
Recin en 1888 pudo cumplir con su gran deseo de viajar. Peter y Margaret
tenan tres hijos: Nicols de seis aos, Ana Mara de tres y Katherine que acababa de
cumplir un ao. Peter y su querida esposa decidieron vender la casa para ir a vivir a
28

En la terminologa actual sera un criollo.


Memorias pg. 229
30
Memorias pg. 231
31
Antiguas tradiciones de los Alemanes del Volga. H. Maier y J. Melchior. T.A. 1998 pg. 109
32
Memorias pg. 261
29

60

Sudamrica. Fue difcil, para la joven y cariosa madre, despedirse de sus queridos
padres y familiares.
En mayo de 1888, Peter y su pequea familia se encaminaron hacia Argentina,
Sudamrica. Un mes dur el viaje, en tren y en barco, para llegar a destino. Dos
hermanos de Peter les salieron al encuentro para llevarlos hasta la aldea Valle Mara,
donde el abuelo Nicols y familia residan. El reencuentro fue emocionante para todos
mientras el viejo padre y su hijo, no dejaban de abrazarse.
Valle Mara, tena una bella iglesia, y una cmoda escuela donde asistan
alemanes y espaoles. Mientras estos aldeanos se apegaban al habla alemn,
conservndolo en sus hogares, el espaol era la lengua oficial y se enseaba en las
escuelas.
Peter confiando residir en forma definitiva en Valle Mara, se asoci con uno de
sus hermanos y compraron una buena racin de alimentos deshidratados e instalaron
un almacn de variedades. Hizo muchas pruebas e inversiones pero el negocio
aventurero no prosperaba y era causa de pesares y preocupaciones.
El 15 de octubre de 1888 naci Mara Elizabeth, la cuarta hija del matrimonio.
Despus de este feliz evento, Margaret, entr en una profunda depresin, extraando a
su lejana Kansas y a sus padres. Peter, cada vez ms insatisfecho y desilusionado, no
slo en lo que a negocios se refera, sino tambin a la falta de progreso del pas, al
clima, al idioma y sus costumbres, decidi regresar a Kansas, llevando consigo a su
afligida esposa y a sus pequeos hijos33.
En mayo de 1889, justo un ao despus de su llegada a Valle Mara soportaron,
con mucho dolor otra triste despedida.
Mientras tanto, Jos participa en las tareas de campo, en las cosechas y fabrica
en la carpintera de su padre ruecas para hilar, cunitas, bales, mangos de herramientas,
mesas, sillas y bancos,... En 1892 el Padre L. Gruter, de la Congregacin Verbita, le
encomienda a Jos la fabricacin del plpito de la Iglesia de Valle Mara.34 En 1896 es
contratado como sacristn de Valle Mara con un sueldo de $450 anuales.35 Su cultura le
permite llevar adelante los libros de la parroquia, colaborar con el sacerdote en la
liturgia, en los cantos,...
En 1897 Jos e Ignacio Seib hacen construir la pequea y hermosa torre de
nuestra iglesia. Pagaron por ello 25 nacionales36
Entre el campo, la carpintera, y el oficio de sacristn apenas sostiene a su
numerosa familia. Con el comienzo del nuevo siglo el abuelo Nicols cae enfermo. En
el lecho de su dolor hace entrega a Jos, el hijo varn que an permanece con su padre,
el libro de la familia. Jos estampa en el libro el siguiente escrito: El presente libro
me fue entregado por ser el hijo menor. As lo dispuso mi padre Nicols antes de morir.
Yo no me voy a desprender nunca de esta propiedad, mientras viva37 Fue verdad, en
todo su peregrinaje lo llev consigo, y en el lecho de su muerte se lo entreg a su hijo
Juan.38

33

El RECORD of the PETER GASSMANN (1855 -1940) es parte de una hermosa historia familiar
escrita por su hija Ana Mara Gassmann (1885-1977) en enero de1973.
34
Memorias pg. 129
35
Memorias pg. 129
36
Memoria pg.117
37
Memorias pg. 135 Las Memorias de Nicols Gassmann constituyen el principal testimonio de los
Alemanes Volga desde la partida del Volga hacia el Plata.
38
Memorias pg. 135 Juan escribi despus: Recib este valioso libro despus de la muerte de mi
padre y por disposicin de mi abuelo siguiendo la lnea masculina en el rbol genealgico. Lo guardar
en mis manos como algo sagrado, mientras viva. Diamante, enero 1936. Juan Gassmann

61

El 24 de febrero de 1900 fallece mi padre Nicols despus de estar cinco meses


enfermo de la terrible fiebre amarilla. El reloj marcaba la una de la maana. 39
La muerte de Nicols pudo significar un cambio profundo en la tranquila vida de
Jos y el de toda su familia. En Navidad de 1900 nuestro protagonista inicia una vida de
andariego por los polvorientos caminos de la patria y del exterior, siempre en
permanente bsqueda de un destino mejor. Jos y su familia pagaron el duro precio del
desarraigo. Slo con la muerte concluir semejante odisea.
En aquellos tiempos el Padre Enrique Becker, un entusiasta sacerdote de la
Congregacin del Verbo Divino, recorre las aldeas con la intencin de ofrecer a aquellas
familias ms pobres y con muchas dificultades econmicas, sin tierras y sin porvenir,
adquirir con grandes facilidades una propiedad en el interior de Entre Ros, en el
Departamento de Uruguay.
Al pasar por Valle Mara, Jos no debi dudar mucho y se anota de inmediato.
Un 26 de diciembre de 1900, junto a toda su familia, parte, posiblemente en tren, hacia
el centro de la Provincia de Entre Ros y participa de la fundacin de Santa Anita.40
El Padre Becker, desde los comienzos fue buen organizador. Sin la ayuda de
crditos, es imposible fundar una aldeayo andaba con gente pobre que no tenan
campo, ni ropa, solamente saban cmo manejar bien el arado y con ellos fund la
aldea41
Jos y familia forman parte de los primeros colonos. Se destinaron algunas
hectreas para fundar el pueblo y unas 100 hectreas para cada colono. Como trabajo
previo hubo que lotear y mensurar las tierras.
El colono deba pagar su chacra para ser propietario con un porcentaje de la
cosecha anual: no era un regalo s debieron pagarlo con el esfuerzo y el trabajo de
muchos aos42
En el incipiente pueblo se necesit de un pozo colectivo. Despus se inici la
tarea de desmontar la zona, quitar rboles y pastizales e introducir el arado en una tierra
dura que jams fue trabajada. Con las primeras cosechas se logr el sustento, la
reivindicacin del trabajo y el paulatino pago de las deudas.
El Padre Becker supo inculcar a sus colonos el amor al trabajo y la
economa43
Los Gassmann hicieron su rancho en la nueva aldea y la familia sigui
creciendo. Nacen nuevos hijos: Apolonia, Brbara y Guillermo. Guillermo slo vivi
unos das. El 10 de noviembre de 1903 su hija mayor, Ana Mara, se casa con Santiago
Schn.
Han pasado cinco aos. Jos suea con ir a los Estados Unidos. All viven sus
hermanos Jos y Vernica. Busc nuevos horizontes para su familia? Recibi una
propuesta concreta para viajar tan lejos? No sabemos la razn de su viaje. En abril de
1905 suben al tren y llegan a Buenos Aires. Unos das despus se embarcan hacia
Estados Unidos.
Ana Mara, la hija mayor, no va a ser de la partida, pues, despus del
casamiento, se integr a la familia de su esposo, en Santa Anita. Para ese entonces
tenan dos hijos.
39

Memorias pg. 295


Apuntes de Juan Gassmann. Su padre form parte de los fundadores de la aldea. En la lista de
fundadores de Santa Anita (Santa Anita o/c pg. 73) es posible que Jos Gassmann aparezca como Jos
Glassmann.
41
Santa Anita. Olga Honeker, Mara Jacob. C. de U. 2000 pg. 62
42
Santa Anita. Pg. 66
43
Santa Anita pg. 74
40

62

Juan, el hijo mayor, escribe: En Norteamrica estuvimos en el ao 1905.


Salimos de aqu el 25 de abril, volvimos en julio de 1905. Nuestro barco era ingls
(Tespis). El viaje de Buenos Aires a Nueva York dur 35 das. El regreso 32 das a
bordo de un barco alemn de nombre Gabriel. Nuestra familia era numerosa, 11
personas. Nuestro padre Jos y nuestra madre Mariana Gassmann y nosotros, 9 hijos.
Nuestro viaje a Norteamrica cost, ms o menos, 5500 pesos. El pasaje de
Buenos Aires a Nueva York cost, por persona, 140 pesos. En ferrocarril en
Norteamrica viajamos tres das pasando por las principales ciudades hasta nuestro
punto terminal, Gorham Russel Co, Kansas. New York, Filadelfia, Washington, San
Luis, Luisville, Chicago, Kansas. En Nueva York estuvimos 10 das hospedados en el
hotel Leo Hause en Fisco Park44
No sabemos los motivos del viaje hacia tierras tan lejanas. En Kansas viven
Pedro y Vernica, hermanos de Jos. Por qu regresaron tan pronto a la Argentina?
Fracas el proyecto que tenan? Creemos que s.
Regresaron en julio de 1905. Subieron al tren y se establecieron en Guamin
(Provincia de Buenos Aires). Por qu fueron all? Muy probablemente tendran algn
contacto con conocidos, algn pariente A empezar por tercera vez!
Nos imaginamos a Jos trabajando en las cosechas con alguno de sus hijos,
haciendo trabajos sencillos como carpintero,...
El da 23 de abril de 1907 su segundo hijo, Juan, contrae matrimonio con Mara
Ana Schn45.
La vida dura del campo daba a los colonos pocos momentos festivos. El
casamiento como la fiesta del santo patrono era la excepcin. Una fiesta de
casamiento siempre fue la expresin de la alegra, el canto y las buenas relaciones
entre los invitados46
Las fiestas podan durar tres das, de acuerdo a las posibilidades econmicas de
los padres de ambos contrayentes. Los preparativos se hacan con mucha antelacin
para ofrecer lo mejor de cuanto poda disponerse para los convidados a la fiesta, era
un acontecimiento de gran relevancia social, donde se vertan muchas lgrimas de
emocin y tambin de alegra47
Las bodas se hacan por la maana. Con las primeras
luces, la banda de msica escoltaba a los novios camino al
templo, ya sea a pie o en carro. Los carros y caballos eran
elegantemente adornados con guirnaldas, cencerros,
campanillas de bronce y flores de vistosos colores que
significaban la primavera de la nueva vida que naca de cada
matrimonio. Una vez sellada la unin, con la bendicin de la
Iglesia, comenzaba el festejo con pompas y tiros al aire y el
son de los mgicos instrumentos de viento Los casamientos
eran un evento que reuna a la comunidad, todo el pueblo
estaba de fiesta!

Mariana Asselborn de Gassmann

La fiesta se haca en la casa del novio donde desde ese momento quedara
viviendo la pareja de contrayentes48

44

ApuntesObra citada.
Schn o Schen.
46
Antiguas tradiciones pg. 107
47
Antiguas tradiciones pg. 108
48
Santa Anita pgs. 273 y 274
45

63

Ana Mara ser, por un tiempo, una nueva integrante de la familia hasta que el
padre de familia autorizara a la pareja y sus hijos, que iban a llegar, a que se
independizaran definitivamente.
Una situacin difcil sobreviene a la familia estando en Guamin, pues, la joven
mam, Mariana, se enferma gravemente. Debe marcharse a Buenos Aires para ser mejor
atendida. La acompaar su marido.
Mariana sabe que nunca va a volver. Con ojos llorosos se despide de sus hijos.
Los nios intuyen la realidad y escondidos entre las viejas paredes ven cmo el carro se
aleja lentamente hacia la estacin de tren y sus hmedos ojos de cielo y de inocencia
empaan el atardecer de aquella jornada.
Mariana tena apenas 38 aos cuando falleci, alejada de sus queridos hijos que,
seguramente, la siguieron esperando en silencioso dolor durante mucho tiempo.
En el libro de la familia, Jos escribe: El 12 de agosto de 1907 falleci nuestra
querida madre y esposa, a los 38 aos, 3 meses y cuatro das, enferma de los pulmones
y el hgado, en el Hospital Rivadavia. Expir serena y tranquilamente.. Fue sepultada
en el cementerio de la Chacarita 49
Jos tiene en estos momentos 45 aos. Se lo ve dolorido y preocupado. Cmo
seguir sosteniendo su numerosa familia? Cmo enfrentar el desafo de la educacin de
sus hijos sin su esposa?
Un da, en uno de sus viajes por Buenos Aires, conoce a Ana Mara Rudolf
Sacks.50
Esta buena mujer haba nacido en el Volga el 15 de agosto de 1873. Debi
crecer en una familia de buena posicin.51 Del primer matrimonio naci Brbara Kruger
y ante la muerte de su esposo volvi a casarse y naci su segunda hija, Catalina
Haberkorn. No sabemos los nombres y las procedencias de sus dos maridos ni dnde
vivieron.52 Viuda por 2 vez y desamparada en Buenos Aires, consigue, por compasin,
un trabajo de limpieza en un hotel.53
Venida a menos, la pobre Ana Mara, demuestra su poca habilidad para los
trabajos de hogar.54 Es en esa situacin que se produce el encuentro con Jos y el 12 de
marzo de 1908 se casan y marchan al encuentro de la familia del esposo en la Provincia
de Buenos Aires.
All supo Ana Mara toda la verdad sobre el nmero de sus nuevos hijos
adoptivos, en esos momentos, dispersos entre los familiares.55
En la Colonia San Miguel (Provincia de Buenos Aires), un 23 de noviembre de
1908 nace el primer hijo de ambos: Clemente.
Jos , hijo, el 5 de abril de 1910 se casa con Ana Mara Helwing y permanece
unos aos con su padre.
49

Memorias pg. 299


Poco conocemos de Ana Mara. Entrevist a Olga Gassmann (Pinedo), Clementina Gassmann Roth
(Charata) y Agustn Dreher, un memorioso anciano (Colonia San Antonio). Clementina agrega en un
manuscrito el apellido Sacks, dictado por su padre Andrs Gassmann.
51
Testimonio de Olga Gassmann. Ana Mara falleci cuando tena 15 aos y recuerda muy bien las
historias que su abuela contaba.
52
Amalia Rosa Gassmann (hija de Jos) nos cuenta que cuando era pequea gustaba escuchar los relatos
de la abuela Ana Mara. Recuerda que el primer marido falleci de peritonitis y el segundo esposo
falleci al caerse de un caballo.
53
Amalia Rosa nos cuenta que la abuela qued muy sola en Buenos Aires o el Gran Buenos Aires. Como
empleada le ocupaba todo el da y sus hijas pequeas la necesitaban. Tanto es as que recordaba lo mal
que se senta cuando sus hijas se enfermaron de pediculosis y no las poda atender convenientemente.
54
Testimonio de Olga Gassmann
55
Testimonio de Olga Gassmann y Agustn Dreher.
50

64

La pobreza de aquellos tiempos obligaba a la familia a mudarse a otros


horizontes con la esperanza de mejorar la situacin familiar y encontrar la
tranquilidad y el bienestar. Es que el hombre para su realizacin necesita un trabajo
digno, tierras para cultivar y un lugar donde reunirse para continuar sus costumbres y
practicar su religin56
Jos, padre, vive esta realidad. Es por ello que, en 1910, la familia inicia, con
esperanza de un futuro mejor, su cuarta mudanza: Pampa Central (Guatrach) en la
Provincia de La Pampa.
Juan, con su familia, es autorizado por su padre a independizarse y permanecer
un tiempo en Guamin.
Esta vez, dada su pobreza, debieron utilizar el carro ruso con toldo como el
medio para llegar a La Pampa. Al paso cansino de los caballos recorren el camino de
tierra de unos 100 Km entre Guamin Carhu Guatrach.
Y all nuevamente a empezar, a acomodarse como colonos experimentados en
nuevas tierras vrgenes, a buscar la manera de sostener la familia. Una vez adjudicado
las tierras, viene el trabajo de la limpieza, la construccin de la vivienda.
La vivienda era muy modesta, fruto del sacrificio y del trabajo. Las paredes eran
de adobe y el techo de paja o zinc doble agua. La paja protega la casa de los calores del
verano y los fros del invierno. Las paredes interiores se revocaban con barro y los pisos
se cubran con el mismo material y con cierto espesor. Al regarlos se hacan parejos y
firmes. Luego se pintaba todo a la cal o carburo y, como adorno en el interior, se
dibujaban guardas de azul con ovillos de lana estampadas en azul de la ropa.
A los alrededores de la casa deba haber buena sombra y en una de las ramas de
los rboles colgaba la fiambrera. En muchas regiones se plantaba el paraso, un rbol de
rpido crecimiento y que la langosta no atacaba.
Junto a la cocina, por supuesto de lea, se encontraba el lavadero o la pieza de
hornear, el horno de barro y la despensa en un subsuelo. Se colocaba una pequea
ventana como ventilacin. La temperatura se mantena uniforme todo el ao y permita
guardar all los embutidos, las bolsas de papa, de cebollas, de azcar, las botellas de
aceite, dulces, grasas
Lejos de la casa se encontraba el bao (nuschnik).
No podan faltar los frutales, las flores y una pequea huerta con hortalizas:
repollos, papas, batatas, zapallos y verduras. Las gallinas deambulaban por el patio y
aportaban su alimento. Unas vaquitas y algunas ovejas completaban la granja familiar.
Los alemanes del Volga saban que con trabajo e ingenio, con paciencia y
perseverancia podan sostenerse.
En aquellas pocas, el cultivo principal de nuestros aldeanos era el trigo. Con
mucho esfuerzo y con la ayuda de hombres y mujeres clavaron en esas tierras vrgenes,
con abundantes pastos y saturada de races, el arado de mancera tirada por un caballo; se
sembraba a mano. Las lluvias renovaban lentamente el paisaje y, cuando la mies
maduraba, un canto de esperanza y gratitud a Dios surga de las entraas de nuestros
aldeanos. Luego vena la trilla para el trigo o la juntada a mano del maz
Varios inconvenientes encontraron los que vivan del campo. Adems de los
factores climticos que muchas veces dejaron a los colonos al borde la miseria estaba el
flagelo de las langostas que nada dejaban a su paso y las vacas y caballos moran de
hambre.
De acuerdo a los registros, un nuevo hijo se agrega a la familia Gassmann; en el
Km 49, Campo Anasagasti de Guatrach, nace Andrs, un 30 de enero de 1911.
56

Santa Anita pg. 78

65

Don Jos suea nuevamente en mudarse. En el sistema del patriarcado un padre


o el ms anciano es el que tiene la ltima palabra.
El padre reuna a sus hijos, casados o no, informaba de una decisin e
independizaba, cuando lo crea oportuno y necesario, a algunos de sus hijos.
En la mesa, el padre se sentaba en la punta y decida el inicio de la oracin o la
comida. Normalmente los nios coman aparte.
En 1912 Jos, patriarca de la familia, decide partir al extranjero. La familia viaja
nuevamente a Buenos Aires y se embarca nada menos que a Brasil.57
Sus hijos mayores no son de la partida. Ana Mara sigue viviendo en Entre Ros,
lo mismo Juan en Guamin y Jos, padre, independiza a Jos, hijo, que permanecer un
tiempo en Pampa Central.
Los dems embarcan en Buenos Aires y en direccin a Ro Grande do Sud.
Ingresaron a Brasil por Porto Alegre? Es posible. Desde all se habran trasladado a
alguna de las tantas aldeas que los Alemanes del Volga han sabido fundar en aquel
Estado. No contamos con ningn escrito que pueda asegurarnos ese itinerario.
Los testimonios hablan de una poca muy difcil, de hambre. Slo tenan
porotos negros, caf y batatas58
La falta de adaptacin, las privaciones y la pobreza mellan en el nimo de la
familia. El nio Andrs est muy mal de salud.59
Todas estas dificultades son menores si tenemos en cuenta el duro golpe que
sufre la familia.
El toque de las campanas es el anuncio de un deceso. El da 10 de agosto de
1912 Alfonso, un nio de 12 aos, falleca. La costumbre es velarlo en casa, en una
cama.
Horas ms tarde, despus del funeral en el templo, el cortejo fnebre marcha en
silencio al cementerio. Nios de su edad transportan el fretro.
Las mujeres y las nias visten de negro; los hombres llevan un brazalete del
mismo color. Una fosa est preparada en el sector de nios del campo santo. All se
detienen. Las primeras paladas conmueven en lo ms profundo, quiebra el llanto en
todos los presentes y brotan melodas de los aldeanos con el Das Schicksal.
En los das sucesivos los nios, ante la ausencia de su hermanito, lloran en la
soledad y un velo de dolor ensombrece por largo tiempo el alma de su padre.
Frente a la encrucijada, Jos decide partir por sexta vez y regresar a su patria. Es
posible que hayan viajado nuevamente en carretas, en direccin a Uruguayana. Cruzan
el ro Uruguay y llegan a Paso de los Libres.60
Muy cerca se encuentra Curuz Cuati, en tierras de la Provincia de Corrientes.
La casa se ubica detrs de la Rural. Jos inaugura un hospedaje para aquellas familias
que llegaban de Entre Ros o de la Provincia de Buenos Aires para establecerse en las
tierras fiscales que se ofrecan a buen precio en la Provincia de Corrientes, en esos
tiempos.
Juan, ms interesado en el negocio de su padre que en el trabajo de colono, con
su esposa e hijos, abandona Guamin (Pcia. de Bs.As.) y se incorpora a la familia. Deja
57

Apuntes O.c. Agustn Dreher interpreta que la razn principal de su partida fue su mala relacin con
el sacerdote del lugar.
58
Coinciden plenamente Olga Gassmann, Clementina Gassmann y Agustn Dreher.
59
Clementina Gassmann se refiere a una foto (se perdi) en donde se vea el mal estado fsico de los
nios en Brasil. Adems recuerda el testimonio de su padre Andrs.
60
Apuntes O.c. Durante la entrevista, Agustn Dreher, sin la ayuda de un mapa describe muy bien el
viaje de regreso de Jos y su familia: Cruzan a caballo, a la altura de Paso de los Libres, en una de las
bajantes poco comunes del ro Uruguay. Se instalan detrs de la Rural. Este relato se lo escuch a
Sivestre Gassmann y a su hermana Berta.

66

este testimonio: Muchos de los grupos llegados de La Pampa y Entre Ros los
albergamos en Curuz Cuati. Eran 28 familias de colonos en busca de tierras en
Corrientes. En total eran 72 personas. Una familia estuvo 45 das, la mayora uno a
tres das albergado61
Aqu nace Berta un 4 de julio de 1913.
Qu vida social llevaban nuestros aldeanos? El trabajo fue siempre una
obligacin principal pero, a su vez, estaba muy prendido en sus costumbres ir de
visitas por la noche. Se haca una visita al vecino para cantar sus canciones
tradicionales, jugar a los naipes, para pasar un rato agradable y se esperaba que ste
devolviera la visita. Los domingos a la maana, despus de misa, se acostumbraba
visitar parientes y quedarse a almorzar.
La solidaridad obligaba al colono acompaar a parientes y vecinos enfermos.
Era una costumbre tambin muy tpica trada del Volga comer semillas de
girasol.
En nuestra tierra aprendieron a tomar mate. Se convirti en costumbre levantarse
a la maana o despus de la siesta y tomarse unos mates amargos con un terrn de
azcar, los que lo deseaban, acompaados de unos sabrosos Kreppel o alguna galletita
casera.
En 1915, Jos Gassmann y toda la familia, dejan el negocio e inician la sptima
mudanza. Se radicarn en Corrientes (Capital).62 Aqu nacen Nicols el 5 de setiembre
de 1915 y Clementina el 25 de noviembre de 1917.
Se casa Rosa con Santiago Schunk el 30 de octubre de 1916 y se marchan a La
Pampa
Tambin se casa Silvestre el 27 de noviembre de 1917 con su hermanastra
Catalina Haberkorn Rudolf.
Entre 1916 y 1919 la abuela Ana Mara ha debido sufrir cuatro operaciones en
Corrientes y Paran; en 1926 dos operaciones ms: Diamante y Buenos Aires (Sanatorio
Palermo).
A esta altura de la vida de Jos podramos enumerar las personas que formaban
la gran familia Gassmann en esos aos de 1918 en Corrientes. Estaba el abuelo Jos con
sus 56 aos y la abuela Ana Mara de 45 aos; Ana Mara,63 la mayor, con su esposo y
sus hijos; el hijo Juan (N84) con 30, su esposa Mara y sus hijos: Mara, Yolanda,
gueda, Elena, Victoria64 y Guillermo65; Jos (N85) y Rosa con sus respectivas
familias no se encuentran en la comitiva; Silvestre con 25 aos, su esposa Catalina y sus
hijos Luis y Guillermo; Simn, posiblemente casado, con 23 aos; despus los hijos
menores: Mara de 19 aos, Apolonia tena 16, Brbara unos 15, Clemente tena 10,
Andrs 7, Berta con 5, Nicols tena 3 y la menor de un ao: Clementina. Haciendo las
cuentas podemos hablar de unas 25 personas.
En el sistema patriarcal se necesitaba una familia numerosa para realizar las
mltiples tareas en el campo y en el hogar. Las mujeres (madre, esposa, hija y nuera)
llevaban una vida muy activa, pues, madrugaban muy temprano para ordear,
preparaban el desayuno y la comida, lavaban, confeccionaban todas las vestimentas,
hilaban la lana, tejan los abrigos. Adems criaban los hijos, bordaban, pintaban,

61

Memorias pg. 329


Apuntes O.c.
63
Tres hijas de Ana Mara: Rosa, Ludvina y Amalia nacen en la ciudad de Corrientes. Se deduce que
tambin Ana Mara con su esposo y sus nueve hijos se encontraban prximos al grupo familiar.
64
Apuntes OC Victoria se recibe en Paran de Tenedora de Libros (1935).
65
Apuntes OC. Guillermo estudia en Esperanza (1930) y Concepcin del Uruguay (1934)
62

67

atendan el jardn y la huerta, a los animales y aves de corral y en pocas de la cosecha


ayudaban a recoger el maz
Los nios al nacer se bautizaban de inmediato y era una tradicin la eleccin de
los padrinos entre los familiares confiando en una moral a toda prueba. La madre
cuidaba mucho de su educacin en la fe y en respeto y en las rodillas del padre
aprendan a balbucear la seal de la cruz. Todos deban realizar pequeos menesteres
en la casa y los varones antes de los diez aos comenzaban a ayudar en el cultivo del
campo y en la cosecha. Las nias se quedaban con su madre y aprendan su futuro
papel de mujer66
En los juegos, los nios se entretenan haciendo corrales y con los huesos
representaban caballos, se divertan jugando a la escondida, la bsqueda de huevos en
los nidos sobre los rboles, corran con aros de hierro guiados por un alambre y otros
muchos entretenimientos que el campo brindaba, muy especialmente a la hora de la
siesta.
Seguimos en Corrientes. Ya no estn en el contingente los hijos mayores: Ana
Mara en Entre Ros y Jos en La Pampa. Juan a los 30 aos se separa definitivamente
y viaja el 15 de mayo de 1918 con Mara Ana y sus seis hijos a Diamante - Todo
nuestro dinero alcanzaba a los 1600 pesos -67 y Silvestre se muda al Chaco abriendo
la brecha para que, dentro de muy poco tiempo, siguiera la historia hacia all.
Yo, Silvestre con mi esposa y 2 hijos salimos en 1918 de la casa de mis padres,
con las manos vacas, hacia el Chaco y me inici en Charata con herrera y carpintera.
Y as, en este duro oficio, con mi familia trabajo hasta hoy, ao 1935. Aqu
tengo mi propiedad, terreno, casa-habitacin, galpones con las mquinas y 3
electromotores68
Durante 3 aos trabaja duramente en Laguna Blanca (Chaco) y consolida una posicin
que le permitir entre 1921 o 1923 trasladarse a Charata e instalar una importante
carpintera. Desde esos aos, Silvestre se convirti en principal referente para quienes
llegaran al Chaco.
Un ao despus, 1919, llega a Laguna Blanca Jos con la comitiva familiar y
muy pronto los encontramos con una nueva mudanza en Senz Pea. Podemos
reconocer a Mara, Apolonia, Brbara, Clemente, Andrs, Berta, Nicols y Clementina.
Aqu nace Alfonso 5 de noviembre de 1920, el nmero 20 y ltimo de la familia.
En Laguna Blanca se independiza Simn y all se queda. Tiempo despus se
sabr de su muerte69. Ya casado y con varios hijos falleci alcanzado por un rayo, el 4
de febrero de 1932, cuando tena apenas 36 aos cumplidos. Esto le sucedi mientras
recorra el campo montado a caballo. Quienes lo hallaron, lo enterraron a la vera del
camino, dejando una cruz que sealara el lugar y dieron aviso a sus deudos que lo
estaban buscando, sin saber lo que haba sucedido70

66

Antiguas tradiciones pg. 73


Apuntes
68
Memorias pg. 281
69
A partir de 1932 no hemos sabido nada de los hijos de Simn. Sin embargo, en marzo de 2005, una de
sus hijas, Rosa, telefnicamente me confirma la existencia de diez hijos (seis varones y cuatro mujeres).
70
Memorias Seccin Genealoga.
Apuntes Juan escribe: Mi hermano Simn Ha sido matado por un rayo el 4 de febrero de 1932, a las
8 de la maana. Estaba cabalgando a 7 leguas de Resistencia (Chaco). Fue enterrado junto al camino.
Tena 36 aos, 2 meses y 3 das de edad. Dej a su mujer con 9 hijos. Dreher recuerda que Simn tuvo
dos hijos varones y que uno de ellos, desde Buenos Aires, visit en una oportunidad la Colonia San
Antonio acompaado por Silvestre pero no pudo hacer memoria de su nombre.
67

68

Al hablar de mi pap Simn debo recordar los dichos de mi mam y de mis


hermanos mayores, testimonios muy anteriores a mi nacimiento71.
Mam72, segn me cont, naci en el ao 1899 y pap73 naci en 189674.
Se casaron en 1916 en la Iglesia de Santa Anita (Entre Ros). Pap tena 20
aos y mam 16. Fueron a la Estacin Urquiza y trabajaron en la herrera del Seor
Honneker Poco tiempo despus se independiz y en la Estacin Lbaros instal un
taller en un pequeo galpn de chapa que llegu a conocer, pues, subsisti hasta 1967,
aproximadamente.
El abuelo Schn tena un campo muy cerca de la Est. Lbaros; pero sus hijos,
muchos por cierto75, vivieron y crecieron en la aldea Santa Anita. Tres de estos hijos se
casaron con tres hermanos, hijos de Jos Gassmann, mi abuelo paterno76.
Muy pronto pap y mam partieron hacia el norte y se radicaron en el Chaco.
S que tuvieron varias mudanzas: Concordia, Juan Pujol, Mocoret (Corrientes),
Desconozco las fechas y los lugares.
Mi familia estuvo compuesta por Alfonso, Mnica, Domingo, Pedro, Humberto,
Elena, Adolfo, Ema y Rosa77 y Simn, quien escribe. Desconozco cundo y dnde
nacieron mis hermanos.
Mam siempre hablaba del abuelo Jos Gassmann y de la abuela Asselborn y
que los Asselborn de Santa Anita eran sus parientes. Tambin hablaba de los tos:
Silvestre y Alfonso Gassmann78. Jams tuvimos contacto con ellos. Mi hermano
Alfonso algo saba de ellos, pero era muy poco.
Jos y familia en Charata
Sobre la muerte
de mi padre haba
muchas habladuras,79
lamentables
rumores
surgidos en Santa Anita.
Esto lo deca siempre
Brbara Kippes y el to
Matas Schen. Ta
Mariana
Schen
aseguraba, en palabras
de Juan Gassmann,
hermano de Simn, que
un rayo lo haba matado
cuando iba a caballo
71

Testimonio escrito por parte de Simn Gassmann, el hijo menor de Simn (Anglica Santa Fe junio
de 2005)
72
Ana Mara Schn
73
Simn Gassmann
74
En realidad Simn naci en Valle Mara (ER) un 1 de diciembre de 1895.
75
Hermanos de mi mam: Santiago Schn casado con Ana Mara Gassmann; Juan se cas con Alejandra
Herrmann; Matas casado con Brbara Kippes; Margarita casada con Andrs Becker; Mariana con Juan
Gassmann; Catalina con Jos Scharnescki, Pedro que falleci muy joven; Enrique casado con Elisa Sacks,
Ana (mi mam) casada con Simn Gasssmann; Rosa falleci, creo, recin casada; Antonio casado con
Elisa Guvint.
76
Ana Mara Gassmann se casa con Santiago Schn, Mariana Schn con Juan Gassmann y Ana Schn
con Simn Gassmann.
77
Eran mellizas.
78
Saba que estaba casada con Dreher.
79

Que no haba muerto y que haba hecho abandono del hogar,

69

por un camino del monte chaqueo80, a unas cinco o seis leguas adentro. Quien lo
encontr avis a la polica y ellos ubicaron a un gringo, amigo de mi padre, de apellido
Wasinger. Ante la premura del caso y la distancia, l avis a mam y dio cristiana
sepultura al difunto evitando que ella, por el estado del cadver, participara del
entierro. Mis hermanos, Alfonso y Domingo, atestiguan del hecho. Los hermanos de
pap vivan muy lejos (Charata) y no vinieron.
En esas pocas Alfonso y Domingo trabajaban para un seor llamado Domingo
Carballo81.
Mam y mis hermanos82, trabajaban en el tambo, juntaban la hacienda, Era
una gran ayuda la tarea que realizaban mis hermanos y por ello, este Seor, que no
tena hijos, los apreciaba mucho.
Cuando mam dej el Chaco y se fue a Entre Ros, tanto Alfonso como Domingo
se quedaron. Carballo les daba un pequeo sueldo y dos o tres vaquillonas por ao y la
ropa. Ellos cuando vendan algn animal, ahorraban dinero y se lo giraban a mam.
Alfonso, que contaba unos 17 aos y Domingo unos 15 marcharon, ms
adelante, a casa de mam. Siempre recordaron y extraaron su Chaco, conservando el
oficio de camperos y muy buenos domadores. 83
Mientras tanto, hacia 1922 o 1923, en un amplio rancho de paja y barro, en
Charata (Chaco), lo encontramos a Jos con su familia en la parte opuesta del pueblo,
cerca de las vas, visto desde la carpintera de Silvestre.84
Es la dcima mudanza de los Gassmann. Aqu debieron quedarse unos cinco o
seis aos. Se casan Mara y Apolonia85 con los hermanos F. y G. Micunda 86 y se
agregan al grupo familiar mientras permanecen en Charata.
Es precisamente en esos aos que un contingente de alemanes del Volga,
provenientes directamente de Valle Mara, llegan al Chaco y fundan la Colonia San
Antonio, muy cerca de Gral. Pinedo. Es el ao 1921.87
Silvestre desde Charata los acompaar en esta patriada durante esos primeros
difciles aos cuando fracasaron las primeras cosechas y el desaliento general ayud a
que dos familias regresaran a Entre Ros.
Nuestra historia, a partir de esta ltima fundacin, empieza a mezclarse entre las
localidades de Charata y Gral. Pinedo y una Colonia prxima que es San Antonio. Es
que la familia de Jos Gassmann se radicar definitivamente en el Chaco, ms
precisamente en la Colonia San Antonio. As la familia pag el duro precio del
desarraigo con la 11. mudanza la ltima en el final del camino
En el ao 1926 el abuelo Jos, con la excusa que las cosechas de esos aos no
era muy buena suea nuevamente con mudarse a Entre Ros. En una carta a su hija
Brbara y fechada el 15 de junio de 1926 y desde Charata le escribe:

80

Recuerdo que se hablaba que la jurisdiccin era Senz Pea.


Este hombre era padrino de mis hermanas Rosa y Ema.
82
Desconozco el nombre del pueblo en el que vivan
83
Era una constante, en las conversaciones ese berretn de la libertad que mamaron en el monte chaqueo desde muy
chicos.
84
Clmentina Gassmann aporta la foto y la ubicacin del rancho en Charata all por 1924.
85
La foto de casamiento de Apolonia con Guillermo Micunda fue sacada en Corrientes. No tenemos la fecha precisa
de ese acto. Por lo tanto es posible que los hermanos Micunda hayan estado en la partida al Chaco desde la ciudad de
Corrientes.
86
Aparece escrito: Mikunda y Micunda
87
Juan Alberto Mierez en La luz y el fuego y Santiago Dreher en Fundacin de la Colonia San Antonio sealan
que Silvestre Gassmann form parte del grupo de familias fundadoras de la Aldea San Antonio (ao1921). Silvestre
ingres en 1918 a Laguna Blanca (1918) desde Corrientes y despus se muda a Charata. Nunca vivi en la Colonia
San Antonio, menos pudo ser uno de los fundadores. Esta afirmacin me la hizo notar Agustn Dreher y se corrobora
en los apuntes de Juan Gassmann (hijo).
81

70

Nuestra cosecha es mala. Tenemos poco algodn, y el precio es bajo El


maz se sec todo por los golpes de calor... Parece que este invierno pasa como ya
hemos pasado dos sin lluvia ninguna y as vendr la cosecha venidera, mal noms. Muy
poca esperanza tenemos de adelantar en este paraje.Pero el gobierno mismo no tiene
fe en estas tierras o clima, y ofert que buscaran mejores tierras en otra Provincia, que
l la hace trasladar con todos sus elementos y familias, gratis.
Y as se van maana tres colonos a ver un campo de una Estancia en Concordia,
Entre Ros, y si agrada ste, est grabado en la Hipoteca, se coloniza los tres primeros
aos en arrendamiento a 25 por ciento del producto de cosecha y despus a 240$ la
hectrea, a 30 aos de plazo. As es el primer Estanciero que le sacan el campo y lo
dan al colono si el campo agrada.
Nosotros tambin nos vamos all, avisaremos unos das mas tarde, cual va a ser
el da que pasamos en tren por Senz Pea. En esta ocasin nosotros podemos salir del
Chaco a Entre Ros que produce all mejor, y gratis.
Podemos llevar carro, sulky, arado, caballos, lecheras y todo. Una vez all, se
busca, si no es este mismo Estanciero, algn otro campo bueno, la cuestin es salir del
Chaco. Y luego todos los Colonos Alemanes se van.
Si sus sueos se hubieran cumplido, tal vez la historia los hubiera alejado
definitivamente del Chaco. Pero Dios tena otro plan para los Gassmann.
Aprovechando uno de tantos viajes del abuelo Jos, posiblemente a Buenos
Aires, un familiar, don Nicols Becker casado con Catalina Gassmann (hija de Adn de
la aldea San Miguel E. R.), radicado en la Colonia San Antonio, compadecido por la
situacin de pobreza en la que se encontraba doa Ana Mara Rudolf y familia,
consigue un campo fiscal en la Colonia y con la ayuda de Silvestre, los mudan all. Era
el ao 1928, aproximadamente. Al regreso de su viaje, all los encontrar Jos.88
Aqu sus hijos menores crecen con ms libertad, y podrn aquerenciarse de una
vez, amarn su Chaco y se identificarn con el algodn y el quebracho colorado.
Clemente se casa en esos das con Eugenia Schuamberger (2/7/1929) y as,
sigue aumentando la familia. Lo mismo hace Brbara con Jordn. Ms tarde Andrs se
casa con Laura Roth y Berta con Alejandro Bohon (7/6/1933).
Jos, hijo, desde la Pampa Central (La Pampa) se traslada hacia 1930 a Charata
y se une, por un tiempo, a la empresa de Silvestre en la carpintera. Por 1932 se radica
en Campo Los Guayco (cerca de Las Piedritas). Ser agricultor. Sus numerosos hijos se
criarn all. En la colonia haba muchos descendientes de nuestros alemanes. Jos
emprende la construccin de una hermosa Capilla, un centro de encuentro entre los
colonos. Los aos pasaron y nuestros colonos se fueron mudando hacia Hermoso
Campo. Definitivamente, en Santa Silvina, Jos encontrar la muerte el 27 de julio de
1948.
Tambin Rosa y su familia los atrae el Chaco y abandonan La Pampa y van a
vivir un tiempo en Tres Mojones (Chaco) y se mudarn definitivamente a Valle Mara,
Entre Ros.
Juan, con su familia permanecer en Diamante. Comprar un Hotel, un negocio
de ramos generales, Del 5 de junio al 25 de octubre de 1936 realiza con su esposa un
viaje a Alemania89.
Posteriormente, por problemas econmicos se mudar hacia la ciudad de
Gualeguay. Fallecer el 13 de enero de 1960 a los 71 aos.
88

Testimonio de Agustn Dreher. Clementina Gassmann y Olga Gassmann ven en esta partida a la
Colonia una iniciativa que impidiera a Jos pensar en una nueva mudanza. A su regreso el mismo
Silvestre llev a su padre a la Colonia, comenta Agustn.
89
Memorias OC. Juan describe con todo lujo de detalles su viaje a Alemania.

71

Ana Mara, la hija mayor, tambin permanecer hasta su muerte en Entre Ros90.
Ana Mara vino en busca de trabajo a Valle Mara; en ese tiempo se aloj en
la casa de su hermana Rosa y Santiago Schunk. Ms tarde lleg toda la familia a la
aldea. Vivieron en una propiedad de una familia Ortmann hasta comprar su propia
casa.
En Valle Mara fue partera. Uno de los primeros nacimientos que ella atendi
fue el de Mximo Unrein en el ao 1933. Prest ese servicio hasta el ao 1960.
El marido, Santiago Schn haba nacido en Santa Anita el 14 de noviembre de
1903 y falleci en Valle Mara el 20 de julio de 1957.
Aos posteriores, al enfermar Ana Mara, junto a su hija Victoria fue llevada a
la ciudad de Crdoba por su hija Ana Margarita (casada con Gette). All falleci. Sus
restos fueron trados a Valle Mara y descansan en el cementerio local junto con los de
su esposo.
Tuvo 15 hijos (5 varones y 10 mujeres) --esto es lo que recuerda mi abuela-uno falleci haciendo el servicio militar y 3 fallecieron de pequeos. Jos, Juan, Pedro,
Sofa, Rosa, Catalina, Amalia (casada con Volant), Ana Margarita, Mnica, Victoria.
Encontr el acta (N 564) de matrimonio de Mnica en la parroquia de Valle
Mara. El 11 de mayo de 1948 contrajeron enlace Ernesto Alfredo Janosch, 27 aos,
alemn, hijo de Ernesto Janosch y Aub Thielmann, domiciliados en Federal (E.R.), con
Mnica Schn, 18 aos, de San Isidro, hija de Santiago Schn y Ana Mara
Gassmann.91
Volvamos al Chaco. La Colonia San Antonio, recin fundada, fue adquiriendo
fisonoma propia. Despus de algunos aos que tardaron en desmontar, cada familia fue
a su chacra hacia el ao 1927 y no se formar una aldea tradicional. Las dificultades
iniciales fueron lentamente superadas. Se adaptaron al clima y la comunidad empez a
tener esperanzas. El Chaco fue el nuevo hogar y la profunda espiritualidad del pueblo lo
quiso expresar con la construccin de una capilla.
Siempre hallaron en la religin el sostn espiritual y el consuelo ante tantas
adversidades e injusticias. La Iglesia fue el refugio de nuestro pueblo, el lugar dnde
acudan para encontrar la paz y el descanso. Por esa fe y entrega total a Dios
lucharon sin bajar los brazos convencidos que las generaciones futuras viviran un
poco mejor92
Con la ayuda de los colonos se construye una pequea capilla. Jos se ofrece a
fabricar el altar y algunos bancos.93
Ms tarde la Colonia tendr su escuela. La Misa de los domingos y las
fiestas patronales de San Antonio congregaron muchas familias, en aquellos aos.
Quedar siempre en el recuerdo ese ambiente religioso y festivo.
En aquellos aos un poco ms tranquilos, cuando el trabajo rompa las largas
siestas del verano, el abuelo Jos se accidenta. Un toro bravo ataca al anciano y lo deja
bastante maltrecho. Es llevado primero a Aatuya (Santiago del Estero) y despus a
Santa Fe en el Hospital de la Caridad. Era el 11 de marzo de 1931.94
Ya nunca recuper su buena salud. Los problemas estomacales acompaaron a
Jos durante un largo tiempo. Para Navidad del ao 1934 su salud decae con rapidez. La
vida agitada, de muchas privaciones, hicieron mella en su cuerpo. Tena 72 aos de
edad.
90
91

Los tres ltimos hijos de Ana Mara, de quince en total, nacen en Federal (norte de Entre Ros).

Cintia Wendler (Valle Mara, 6 de mayo de 2006)


92
Santa Anita pg.78
93
Testimonio de Agustn Dreher y Nicols Becker (Colonia S. Antonio).
94
Apuntes O.c. Nuestro padre Jos fue llevado al Hospital Caridad de Santa fe el 11 de marzo de 1931 por fratura
de pierna. Coincide con el testimonio de Agustn Dreher.

72

Para una mejor atencin, a pesar del largo viaje, se va a Buenos Aires y se
interna en el Hospital Alemn. Lo acompaan sus hijos: Silvestre desde Charata y desde
Diamante (Entre Ros) se une Juan.
Rodeado de sus dos fieles hijos, en los comienzos de 1935, entrega su alma al
Seor. Nuestro padre Jos el 11 de enero de 1935 por trastornos estomacales, despus
de dos meses de sufrimiento y despus de 6 das internado en el Hospital Alemn
falleci a las 09,15. Fue sepultado en el cementerio Alemn. Con mi hermano Silvestre
lo acompaamos....95 En su lpida se escribi: Aqu descansa quien se durmi en el
Seor Joseph Gassmann, nacido el 17 de setiembre de 1982 y fallecido el 11 de enero
de 1935.
La noticia de la muerte del abuelo lleg al lejano Chaco. Sus hijos y sus nietos lo
extraaron largo tiempo pero el abuelo nunca regres.
Es Clemente, en los primeros tiempos, luego Andrs quienes llevaron la parte
ms difcil del trabajo en el campo. Fueron Berta y Brbara, las hijas, quienes pusieron
el alma en el hogar junto a su madre Ana Mara.
Ms tarde Andrs instala una carpintera y llega a tener merecida fama. An hoy
se dice: las ruedas de carro ruso fabricadas por Andrs son las ms perfectas y
duraderas de todo Chaco96
Pasando el tiempo, los hijos menores se hicieron grandes y cada uno se fue
volando del hogar: Nicols se casa con Catalina Dreher, Clementina con Francisco
Detleing y Alfonso con Genoveva Dreher.
La casa fue quedando vaca, las voces se fueron acallando y slo las mquinas
de la carpintera de Andrs siguieron luchando contra la dureza del quebracho.
Alfonso, el ms pequeo de la familia, despus de trabajar un tiempo en San
Antonio de Areco, se hace de un capital, regresa con su familia a Pinedo, compra una
chacra y trae consigo a su madre Ana Mara Rudolf97 que estaba en Charata, en casa de
Silvestre y, con mucha paciencia soportar su carcter difcil y, con cario, acompaar
a la abuela en sus ltimos aos.
Ya muy anciana, recordando aquellos aos jvenes del hotel, le dir a su nieta
Olga: Cmo hubiese querido regresar al Volga en aquellos das y no lo pude hacer!
Finalmente, Ana Mara, fallece en Pinedo el 16 de octubre de 1958.98
CONCLUSIN
He podido describir, con algunas dificultades, el itinerario recorrido por Don
Jos Gassmann. Su vida empez en el Volga y la paradoja del destino hizo que
culminara en Buenos Aires, nada menos que a mil kilmetros de donde se encontraba su
familia, en una pampita del monte chaqueo.
95

Memorias pg. 303. Apuntes O.c. El 28 de diciembre de 2004 visit el Cementerio Alemn para ubicar su
tumba. Ya no estaba, haban pasado muchos aos. Supe despus, en boca de Alejandro Gassmann (Pinedo), que
muchos aos antes su padre Alfonso Gassmann tambin haba querido visitar su tumba y ya la haban levantado.
96
Testimonio de Agustn Dreher, Alejandro Gassmann (Gral. Pinedo), (varios ms). Hoy en da ha quedado una
tapera de lo quera fue el ltimo hogar de la familia de Jos Gassmann. El bosque ir cubriendo lentamente la
carpintera del difunto Andrs como mudo testigo de las historias y ms historias de unos protagonistas que ya no
estn y el tiempo las ir borrando irremediablemente.
97
Amalia Gassmann, hija de Jos, recuerda que cuando nia sus padres visitaban la carpintera de Silvestre en
Charatay all se encontraba la abuela Ana Mara.
98

Testimonio de Olga Gassmann. Olga, fruto de sus afirmaciones, sus recuerdos y sus preguntas, me
impuls a escribir sobre su abuelo Jos. En un momento lo describi como carpintero, maestro y detective
internacional. Ahora lo podemos decir porque de aquel entonces ya nadie vive. Entre los familiares del
Chaco nadie pudo corroborar esta afirmacin pero sent, a partir de all, un halo de misterio en la figura de
Don Jos Gassmann.

73

Por qu esa vida tan agitada deambulando de un lugar a otro con toda su
familia? Tuvo siempre la esperanza que en cada traslado iba a encontrar la prosperidad
de los suyos? Era realmente un bohemio, un idealista? Fue un detective internacional?
Fue un eterno viajero sin retorno o un buceador en bsqueda de luz en la oscuridad?
Sus contemporneos ya no viven, tal vez el tiempo permita encontrar algunas de esas
respuestas.
Dejando de lado las ancdotas, hay gestos importantes que no podemos obviar:
Don Jos form una hermosa familia, numerosa por cierto y a pesar de las adversidades
y de las privaciones, se fundament en la unidad; conserv las tradiciones, prepar a
los hijos para luchar en la vida; fue un hombre cristiano y en el calor del hogar su fe la
heredaron sus descendientes.
Sus hijos, ya grandes, si bien buscaron su independencia, en cada vuelta del
camino, volvan a encontrarse con su padre.
Nuestro querido Dios nos preserve a todos de renegar de nuestra fe, que
perder bienes y dinero es perder mucho; pero perder salud y buen nombre es perder
ms, pero perdida la fe, todo se perdi(Nicols Gassmann ).99
Cuando el sol comienza a perderse detrs del monte, en el lejano Chaco, y las
sombras invaden el patio, el anciano se sienta en su mecedora y empieza a desgranar sus
vivencias, a rescatar su pasado, a desempolvar la memoria sobre la heroica historia
que supieron escribir los mayores con esfuerzo y sudor y hasta con su sangre.
Sepamos que todo abuelo tiene una profunda necesidad de ser escuchado, para que esas
historias no se mueran de la misma manera que, por la implacable excusa del hacha de
la modernidad, se precipitan al suelo los quebrachos colorados, ltimos exponentes del
orgullo chaqueo.
Mientras exista memoria, seguiremos andando una y otra vez el camino de
aquellos gringos. Sus nombres, sus sombras, sus voces, retornarn siempre bajo el sol,
la lluvia o el viento, porque no se fueron. Siguen fundando aldeas en la soledad de la
noche y en el corazn, eternamente100
2 . CARTA A LOS FAMILIARES GASSMANN DEL CHACO,
DESCEDIENTES DE JOS
Buenos Aires, 4 de marzo de 2005
Estimados amigos del lejano, querido y caluroso Chaco:
Me he permitido escribir sobre la vida de Jos, el abuelo trotamundo. Y
quiero explicarles por qu me permit escribir sobre su vida. No ha sido por simple
coincidencia, sino por circunstancias especiales.
En el primer viaje que hicimos al Chaco, en un almuerzo en la casa de
Alex, Olga Gassmann me hizo una serie de comentarios y preguntas sobre su abuelo y
realmente no supe contestar. En mi segunda visita al Chaco me acompa un pequeo
grabador he inici una serie de reportajes a familiares de aquellas tierras.
Luego fui leyendo algunos comentarios de familia y por ltimo un manuscrito
de Juan Gassmann (hijo de Jos) encontrado en Ituzaing (Corrientes), me ayud

99

Tres pases pg. 68


La luz y el fuego de Juan Alberto Mierez, pg. 35

100 100

74

mucho a recorrer el camino seguido por este hombre. Olga, espero que en este escrito
encuentres algunas respuestas, no todas.
En segundo lugar debo agradecer a Alex que me ha ayudado a descubrir esos
polvorientos caminos y conocer y visitar parientes. Los record a todos escribiendo la
biografa de Jos. Lstima el calor del verano!
Debo sealar tambin el entusiasmo de Clementina Gassmann cuando habla de
su padre Andrs. Gracias por la foto que supo prestarme y que me ha permitido conocer
los rostros de los principales protagonistas. No olvidar su acto de generosidad y
confianza hacia un desconocido.
Hay personas que tambin me han ayudado como Silvestre y Ral Gassmann
desde Charata. He debido remarcar la figura de su abuelo Silvestre, un adelantado en el
Chaco y en esa regin precisa. Los Gassmann de Hermoso Campo, descendientes de
Jos, hijo, a quien tambin sealo en esa historia tienen tambin mucho que decir. Tal
vez nos ayuden a encontrar personas descendientes de Brbara, Mara, Apolonia
mujeres de las que tenemos muy poca informacin pero que han vivido y muerto en
esos pagos.
Debo agradecer a Juan Alberto Mierez la amistad que me ha sabido prodigar y el
espacio en la radio Mocob para saludar a su audiencia tan numerosa, por cierto.
Adems sus escritos hablan a las claras de su inters por nuestros gringos llegados de
muy lejos.
Por ltimo debo hablar de Agustn Dreher. Un abuelo sabio que ha demostrado
una buena memoria. Puedo confirmar sus conocimientos con estos dos hechos fortuitos:
a) sin un mapa ha sabido describir el itinerario en la vida de Jos. b) cuando hablamos
de un antepasado de nombre Simn, seguramente fallecido en forma trgica, coment
Don Dreher que un hijo de Simn visit la aldea San Antonio por la dcada del 60 y que
slo estuvo una tarde, crea que era militar y tena un hermano. En estos das por
casualidad me comuniqu, gracias a un telfono que me dio Ral, con una hija de
Simn de nombre Rosa y s tiene un hermano militar (muy pronto nos encontraremos y
recibiremos informacin despus de ms de 50 aos sin tener noticias de ellos). Gracias
Agustn por su sabidura. Sepa que no me cansar de hablar de usted y espero tener
nuevamente la gracia de volver a visitarlo para escuchar sus relatos y los cantos
tradiciones.
Deb visitar en esos das de enero y, antes de marcharme del Chaco, las
localidades de Tres Isletas y Castelli, ms al norte, para encontrarme con un grupo de
misioneros de mi congregacin llegados desde Buenos Aires. Al regresar, era mi idea
pasar por Misiones y visitar un amigo.
Viajando solitario en el auto desde Corrientes a Posadas, veo en la ruta un cartel
que sealaba la localidad de Ituzaingo. Enseguida me lleg a la memoria la figura de
nuestro pariente, el Padre Silvestre Gassmann, fallecido unos tres o cuatro aos antes;
decido entrar.
Me llego hasta la Iglesia parroquial, estaba cerrada. Pregunto a una persona por
el frente y me dice que hable con una persona muy cercana al fallecido sacerdote. Me
dieron la direccin del barrio y lo encontr. El hombre, Osvaldo Gonzlez, fue criado y
educado por el Padre Silvestre. Ha sabido formar una familia y tiene un recuerdo muy
especial por su padre adoptivo, como le gusta sealar.
Muy generoso con su tiempo, expuso a mi vista los libros que hered y entre
ellos descubro un manuscrito de Juan Gassmann (2 hijo de Jos). Como no lo conoca
me acompa amablemente a sacar copia del mismo. Le agradec y nos despedimos.
Al llegar a Misiones descubr en esas fotocopias un verdadero tesoro. Despus
de la genealoga de la familia, al final del mismo describe sintticamente el itinerario de

75

su padre (Jos) sealando aos y lugares. Fue providencial. Eso me permiti ir uniendo
los eslabones de sus 11 mudanzas por el pas y el extranjero. Comprob que tanto
Clementina como Olga y Agustn estaban en el buen camino de la informacin.
Espero que el escrito sea del agrado de ustedes.
Un abrazo en Jess.
Mario Gassmann s.c.

2. UNA CALLE PARA NICOLS


ENCUENTRO DE LA FAMILIA GASSMANN
VALLE MARA, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2009

INTRODUCCIN

Hno. Mario Gassmann sc.

Pasaron los aos y un acontecimiento a idea de encontrarnos.


Recordar es volver a pasar por el corazn aquello que tenemos atesorado en la
memoria: personas, acontecimientos, sensaciones, sentimientos
Gracias al recuerdo de acontecimientos pasados, vemos la mano de Dios en
nuestra vida; su Providencia se hace evidente y nos muestra que su voluntad siempre
fue lo mejor para nosotros101.
Mirando a la distancia este lapso de tiempo transcurrido (1878 / 2009), nos
surgen dos vigorosos sentimientos: por un lado un sentimiento de gratitud a Dios por el
ejemplo de vida de todos los que nos han precedido; y por otro, un deseo irrefrenable de
celebrar.
La gratitud la expresaremos participando de la Eucarista y los distintos actos
organizados para tal fin: nombre de una calle, placa en el Cementerio, Santa Misa, cena
de homenaje, foto del recuerdo, encuentro pertenencia a la gran familia Gassmann.
Esos recuerdos que nos embargan tienen nombre, tienen rostro, tienen corazn,
tienen espritu. Son los que nos movieron a llegar a Valle Mara porque queramos
compartirlo con un corazn la esperanza. Nuestros abuelos hace mucho se separaron
con gran dolor en el alma: salida de Alemania, salida del Volga, salida de Valle
Mara, y, lo ms trascendente de este encuentro, los que llegamos a Valle Mara
hemos cerrado con nuestras manos un crculo de fraternidad.
Nuestras palabras no alcanzan a expresar todo lo que se ha vivido en 131 aos;
nuestras palabras no alcanzan para reflejar la gratitud manifestada en esta celebracin;
por eso recurro a las palabras de Nicols cuando se termin de construir la iglesia de
Valle Mara, sueos felices hecho realidad: Por fin todos pudimos reunimos y realizar
juntos nuestras oraciones; cuntas Santas Misas fueron celebradas all, por eso
agradecemos y decimos: Mil gracias a Dios, mientras vivamos en esta tierra.
------------------------------------------------------Cuntas veces habr escuchado entre nuestra gente el deseo de un encuentro de
la familia Gassmann?

101

Hno. Roberto De Luca .s.c.

76

Ms de uno me sugiri que tomara la iniciativa. Era todo un desafo me que


superaba su convocatoria. No poda responder algunas preguntas: Cmo, por qu y
dnde hacerlo? Con qu autoridad lo poda hacer? Debieron pasar algunos aos y
hechos, que paso a relatarlos, para encontrar providencialmente una razn de peso y
lanzarme a hacer una invitacin de tamaa magnitud. La respuesta super todos mis
pronsticos.
Hace unos aos tuve oportunidad de conocer a nuestros familiares de Pinedo,
de Charata, localidades que siempre o hablar a mi abuelo Antonio cuando era muy
pequeo. Realic dos o tres viajes al lejano Chaco acompaado por algunos familiares y
gente del Centro Cultural Wolgadeusch. Fueron momentos muy fuertes un
reencuentro de los Gassmann de Entre Ros y del Chaco. Se arm un vnculo que nos
llev a una bsqueda de sus races, de su idntidad.
En agosto de 2008, frente a una feliz iniciativa del Centro Cultural
Wolgadeusch, participo de un concurso de historia de los Alemanes del Volga entre
alumnos de las escuelas de las aldeas madres: Valle Mara, Protestante, Salto, Brasilera,
Salto,...
Un sbado, por la tarde, decid hacer una visita por las calles de Valle Mara.
Pas por la Iglesia, admir las viejas casonas alemanas que an se mantienen en pie casas sin puertas al exterior y ventanas muy pequeas - unas con techo de doble agua,
otras con cuatro cadas,
Segu caminando. Ingres al Cementerio para visitar la tumba de Nicols
Gassmann quien falleci en 1900. Todo era silencio. All, mientras dejaba correr la
imaginacin me surgi una pregunta:
Por qu Nicols, el hombre que lider el numeroso grupo que abandon el
Volga no tiene una calle que lleve su nombre? No ser un acto de justicia
proponerlo? No es acaso la oportunidad de invitar a la gran familia Gassmann
para hacer un acto de homenaje a Nicols?
Decidido, visit al Sr. Juan Carlos Klein, Intendente. Gentilmente me recibi en
su domicilio. Estuve acompaado por Celso Unrein del Centro Cultural. El Intendente
escuch con atencin mis argumentos, le interes la propuesta y me sugiri que
escribiese una carta. A los pocos das desde Lomas de Zamora sali la correspondencia
hacia Valle Mara sabiendo interiormente que de su aprobacin podra surgir una gran
movida, metera en un gran lo a mucha gente y no me equivoqu.
Unos meses despus el jefe comunal, Juan Carlos Klein, aceptaba la iniciativa y
ofreca llevarla adelante. La carta lleg al Concejo y con un Decreto se promulgaba que
una calle llevase el nombre de Nicols Gassmann.
Posteriormente se inici la invitacin de algunos referentes de las aldeas y de la
gran ciudad para hacer un equipo. Aparecieron nombres. Todos contestaron que s, con
entusiasmo. Se form un equipo con representacin de distintas aldeas
En marzo de 2009 se realiz la primera reunin en Valle Mara, en mayo la
segunda, en julio la ltima. Llamadas telefnicas, correos electrnicos, entusiasmo,
adhesiones, ofrecimientos, todo por una calle para Nicols.
Qu extraordinaria disposicin y voluntad de trabajo que encontr para formar
un equipo tan unido a pesar de encontrarnos tan lejos unos de otros!
No puedo olvidar sus nombres:
Albino y Gabriela (Ramrez), Puby, Victoria, Mara y Ernesto (Crespo),
Edgar (Viale), Ins y Ariel (Paran), Marcelo, Orlando, Daniel, Mara de los
ngeles, Amando (Buenos Aires), Beatriz, Walter, Oscar, Griselda, Yolanda y
Cintia (Valle Mara). Ms la colaboracin de: Norma (Rafaela), Alejandro e Isabel
(Gral. Pinedo), Carmen, Nadia, Miguel, Mariana y Diego (Buenos Aires), P.

77

Ervino (Mendoza). Adems del coro dirigido por Carina y los actores dirigidos
por Ana, ambas de Valle Mara. Perdn si me olvido de algunos!
A todos mis felicitaciones. Ha sido un verdadero placer trabajar con todos ellos.
Y, gracias a Dios, la fiesta fue todo un xito.
F. De. Su

-------------------------------------

FIESTA DE LA FAMILIA GASSMANN


Los pueblos con memoria guardan recuerdo de sus abuelos

78

PROGRAMA:
16,00.
*Acto de apertura del nombre de una calle Nicols Gassmann. Participacin
del grupo de Teatro de Valle Mara.
* Foto familiar (480 personas)
* Acto en el Cementerio. Bendicin de una placa. Participacin del Coro de
Valle Mara.
19,00.
* Santa Misa pidiendo por todos los descendientes Gassmann difuntos. Celebra
en Arzobispo de Paran. Participacin del Coro de Valle Mara.
* Fuegos artificiales.
* Presentacin del rbol Genealgico (Marcelo Kralik )
20,30:
* Gran Cena de homenaje. Participacin del grupo de baile de Valle Mara y la
orquesta Maravillas alemanas (participaron 700 personas).

VOCES QUE ACOMPAARON LA PATRIADA


1. Qu recuerdos te han quedado?
Los mejores, desde la primera reunin hasta aquella ltima. Personalmente fue
una experiencia nica. Creo que se dio con un grupo de gente maravilloso, de los cuales
tengo los mejores recuerdos, especialmente como grupo o equipo de trabajo. Y el
encuentro? Qu puedo decir?
Me siento orgullosa de lo que se logr. Imagino que nuestros abuelos desde
donde estn sentirn mucho ms que lo que siento yo y todos los que fuimos parte. Le
agradezco a Dios y a usted Mario por haberme tenido en cuenta y haberme permitido
ser parte del grupo, del que indudablemente aprend y llevo entre mis mejores
recuerdos.
Personalmente, mi amor por la historia de los Alemanes del Volga sigue, y sigo
trabajando en actividades. Slo espero que nos volvamos a juntar, y que este encuentro
sirva de ejemplo para que otros tomen la iniciativa e intenten lo mismo. Vale la pena!!!!
Cintia Wendler
Valle Mara (Entre Ros)

---------------------!!!Cmo no voy a recordar esta fecha!!!.

79

Cuntos nervios, dudas, alegras, preparativos.


Me acuerdo que cuando sonaba el telfono en casa me tomaba la cabeza porque
seguro era mi primo que algo mas se le ocurra.
Realmente me traen hermosos recuerdos, tanta gente conocida y que nunca nos
relacionbamos, y tanta otra gente que nunca imaginbamos y ahora son grandes
amigos.
Creo que comenzamos a valorarnos y enorgullecernos de pertenecer a esta gran
familia, llena de historia. An hoy me encuentro contando detalles de la fiesta y de todo
el encuentro en distintas charlas.
No dudara en ningn momento repetir la experiencia.
Mara Gaier
Crespo (Entre Ros)

------------------------------------El recuerdo de uno de los mejores das de mi vida, puedo sentirlo cada vez que
pienso en cada detalle vivido en la aldea Valle Mara, la emocin de ver tanta fuerza
puesta para un mismo fin, el de conmemorar a alguien tan importante como puede ser el
fundador de un pueblo, el iniciador de un asentamiento de personas llenas de sueos que
eligieron quedarse en un lugar Sueo con que se vuelva a repetir ese encuentro, con
que nuestro libro sea uno de los tesoros que pase de generacin en generacin, porque
no hay nada mas lindo que saber de adonde uno viene, ese cosquilleo que genera las
cosas que tienen que ver con uno y las desconoce, y cuando uno toma contacto con esa
parte adormecida, se convierte un momento en algo muy importante, y lo aos vuelven
para quedarse.
Gracias a todos los que participaron y pusieron su corazn en todo esto, para que
despus de un ao aun me sienta tan feliz.
Sonia Noelia Gassmann.

------------------------------------------Es un acontecimiento que ayer recordbamos con mis hermanos, que hoy hara
un ao de tan grato momento, una produccin hecha por ustedes que nunca olvidaremos
Espero que Dios nos de otra oportunidad. Vergenza me da que no pueda
ofrecerles algo similar pero Dios nos enva con diferentes misiones y yo respeto su
voluntad aunque no todas las veces est de acuerdo.
Gracias mil gracias son los deseos de
Ral Armando Gassmann
Charata (Chaco)

-----------------------------------Hermosos recuerdos, hoy en la mesa nos acordbamos de ese momento tan lindo
que nos has hecho pasar, por que sin vos esto no se hubiese realizado jams....si como te
lo digo jams se hubiese realizado. En mi retina quedo grabado toda esa fiesta
maravillosa.

80

Cmo me hubiese gustado estar nuevamente en ese lugar, y en el mismo


momento. Es un sueo que me gustara revivirlo.
Slo me queda decirles, lo que dije ya unas cuantas veces: gracias por llenarme
el corazn de tanta alegra....
Carlos Alberto Gassmann
Glew. Buenos Aires

---------------------------------------------Mi abuelo, Agustn, fue muy importante en mi vida, charlbamos mucho y me


transmiti ese orgullo que senta por sus antepasados.
Sus historias de la aldea San Miguel y de su infancia me transportaban hacia esa
poca con mi imaginacin. Gracias a Dios pude visitar todos esos lugares con l y ese
recuerdo lo llevo muy presente. Siento ese pedazo de Entre Ros de una forma muy
especial.
Ahora, el lazo que me une a mi gente es la charla telefnica muy espordica
con Raquel, Walter o Beatriz, pero es ms o menos suficiente para sentirme en contacto.
Eduardo Neil Gassmann
Moreno. Pcia. Bs. As.

------------------------------------------------Ya un ao de aquel hermoso da lleno de emociones. Nos quedan muchos


recuerdos, pero el ms importante fue que gracias a esta reunin encontramos a
familiares que ni imaginbamos. Seguimos conectados.
Adems, gracias al rbol genealgico, supe que aquel conocido termin siendo
de la familia.
Uno de mis sueos sera que mis hijos tengan la oportunidad de vivir esto
y adems que lo sientan de corazn como lo sent yo.
Lstima que no pude compartirlo con mis padres, ya no los tengo, pero s que
desde donde estn, nos vieron.
Espero que se repita pronto esa gran fiesta.
Sandra Gassmann
Becar. Pcia. Bs. As.

----------------------------------------Gracias, por tu esfuerzo y ganas de unir a la familia, siempre agradecidos.


Un abrazo y les recordamos siempre
Norma y Ernesto Gassmann

---------------------------------

vidas.

Nos qued un recuerdo imborrable.


Fue para nosotros lo ms hermoso que nos pudo ocurrir a esta altura de nuestras

81

Nuestros sueos seran encontrarnos nuevamente en una reunin con nuestra


gente. Ojala se haga. Por todo, pero por todo, quedamos eternamente agradecidos, y
siempre festejaremos el 12 de septiembre, porque nosotros tenemos recuerdos y
memoria de nuestros Abuelos.
Miguel A. Gassmann
Buenos Aires

------------------------------------------Y pensar que el tiempo transcurre tan rpido que a veces pienso cuando ir a
reencontrarme con tanta de esa gente que nos juntamos previo al evento para lograr esa
hermosa reunin y la verdad en mi corazn siempre hay una lucecita que brilla y se
ilusiona de poder volver a estar una vez mas juntos as sea los pocos que estuvimos
preparando esa fiesta divina.
Mara de los ngeles Gassmann
Buenos Aires

---------------------------------------------Cmo me gustara volver a pasar tan lindo y emotivo momento! Reunirnos con
tantas familias, desconocida hasta ese momento,
Ojala se pueda repetir. Con cario.
Elisa Gassmann
Buenos Aires

---------------------------------------------Soy Carina la hija menor de Victoria y Pubi. Gassmann.


Jams nos vamos a olvidar, mis hermanos (Elba, Gladis, Daro, Humberto y
Damin) y yo, a igual que mis padres, de ese gran da.
Agradezco a Dios y a mi Virgen amada haber podido vivir eso. Desde los
homenajes, esa calle con mi apellido!... Haber conocido el cementerio, la misa que fue
tan emotiva.... y esa gran fiesta donde nos divertimos tanto!
Fueron muchos das de comentarios. Todo sali muy bien.
Amo a mis padres, a mis hermanos y toda mi familia, pero esto demostr que ese
sentimiento los tenemos todos los que llevamos ese gran apellido; apellido que lo digo
muy honrada y con el orgullo a flor de pie. Todos somos una gran, gran familia.
Jams se borrar de nuestra memoria a Nicols Gassmann...
Carina Gassmann
Crespo. Entre Ros

----------------------------------------------

82

Estamos orgullosos de haber podido participar del encuentro de los Gassmann


aquel 12 de septiembre del 2.009.
Nunca no nos vamos a olvidar de ese da noche. Es algo muy lindo ver tanto
trabajo para ustedes y una fiesta para nosotros imposible de olvidar. Nos encontramos
con parientes de varios lugares.
Una verdadera fiesta!
.Muchas gracias. Un abrazo enorme de parte de mi familia, en especial de
Amalia; nos veremos pronto
Ins Burgart de Gassmann
Garn Pcia. de Bs. As.

----------------------------------------------

VOCES CERCANAS QUE LLEGAN AL CORAZN


Cuando emprendimos el desafo de unir a toda la familia Gassmann en Entre
Ros, nada menos, y con la intencin de homenajear a nuestros ancestros, una de las
gratas sorpresas que sent en esos das fue el acompaamiento de todos mis hermanos,
mi familia ms cercana, all en Valle Mara.
Fue una emocin muy grande y recuerdo que en esa maana tan especial
visitando los lugares ms importantes en que se iban a desarrollar los actos, entr en la
Iglesia acompaado por Diego. All, en silencio, le expres mi inmensa gratitud a la
Virgen Mara, nuestra Madre, porque con la presencia de toda mi familia hacamos el
mejor homenaje a Rosa y Lucas, nuestros padres, porque nos trajeron al mundo y nos
ensearon que en la pobreza y en las dificultades tambin podamos crecer en unidad.
Creo que tres de mis hermanos, a quienes agradezco sus testimonios que me
emocionan en el alma, sintetizan esa vivencia, ese encuentro que no olvidaremos.
---------------------------------------------Querido Mario:
El da del primer aniversario me trajo muchos recuerdos de lo que ocurri ese
da A lo largo de estos 12 meses se ha despertado en mi un reconocimiento de todos
los dones heredados desde la familia Gassmann, he dado gracias por ellos, he
reconocido muchos de esos talentos en cada uno de mis 12 hermanos, de mis padres,
tos, primos y en mi, proponindome transmitirlo a travs de mi hija.
Realmente me cuesta poner en palabras escritas todo lo que he vivido antes,
durante y ahora despus del encuentro del 2009.
Doy gracias a todos y en especial a Mario por haberme permitido tener un poco
de protagonismo en la realizacin de lo seguramente fue un sueo de Nicols Gassmann
que entre todos hicimos realidad.
Daniel Gassmann
Buenos Aires

--------------------------------------------- Este es el cumplimiento de un sueo que no slo es tuyo sino que es el de


nuestros padres, tos, abuelos sueo alimentado con fotos ajadas y amarillentas que tu
esfuerzo hizo que vieran la luz luego de dcadas de olvido.

83

Todos esos Gassmann fueron Lzaros que tu empeo logr resucitar en estos
das al pasar de boca en boca sus nombres y sus recuerdos.
Un fuerte abrazo
Carlos Ral Gassmann
Ituzaing Pcia. de Bs. As.

------------------------------------Quiero compartir la sensacin de entusiasmo que senta cuando viajaba hacia


Buenos Aires.
Aquellos que amamos a nuestra familia y nos encontramos tan lejos de todo
sufrimos esa distancia pero saboreamos de una forma especial el reencuentro.
Increblemente me llegu a sentir como en casa cuando comparta en Valle Mara los
preparativos del encuentro.
El acompaarte en ese sueo tan noble de encontrarnos con los nuestros,
hacindolo desde los recorridos previos hasta el disfrutar de la msica y los bailes de
madrugada. El poder ver a la distancia de tiempos los recorridos de nuestros
antepasados y sentirme parte de esa historia que nos atrapa dentro de ella con este
ENCUENTRO ESPECIAL de tantos Gassmann.
Mis sueos se viven cuando mis reencuentros se concretan en el abrazo con los
mos sintiendo que uno ama a su familia de una manera especial.
El haber tenido la oportunidad de volver a recorrer los paisajes de Valle Mara
este verano pasado fue la oportunidad concretada de mostrarle a mis hijos y mi esposa
lo lindo y especial de ese lugar cargado de mi historia. El compartir con mi madrina y
mis primos el reencuentro y el cario que no se pierde con el tiempo y la distancia, sino
que aumenta. Slo puedo tener palabras de agradecimiento a los que lo hicieron posible
que ese encuentro se haya concretado.
Diego Gassmann
Ro Grande - Tierra del Fuego

--------------------------------------

RBOL GENEALGICO GASSMANN


De acuerdo a los testimonios que fuimos heredando debemos empezar por recordar que
NICOLS GASSMANN (1826-1900) abri el camino de los genealogistas de nuestra familia
y de nuestro pueblo: Yo Nicols Gassmann tengo que mencionar a mis ascendientes. Mi
bisabuelo se llamaba Johan Gassmann. Vino del estado alemn de Wtemberg habiendo
iniciado su emigracin desde la ciudad de Ulm.102
Quien continu con la tarea y en forma sistemstica fue JUAN NICOLS
GASSMANN N 195. Debemos reconocer que fue el genealogista de la familia Gassmann. De
los ms de 600 antepasados que registr, a cada uno le fue poniendo un N para su
identificacin103. A Johan Gassmann, quien fue de la partida de Alemania al Volga, recibi el N
0 punto de partida de su obra .

102

Crnicas de Nicols Gassmann - CD Reencuentro de los abuelos. Libro 2. Pg. 14.


Juan Nicols nos explica las razones de los nmeros: Los nmeros, si bien son progresivos, no
indican la cantidad de personas, as como los que estn puestos en la puerta de la calle, no indican
cantidad de casas. Son slo un medio seguro de identificacin.
103

84

El 12 de setiembre de 2009 se llev a cabo un encuentro de la Familia Gassmann en


Valle Mara: Por una calle. Fue una oportunidad para continuar con el rbol genealgico
organizado por Juan Nicols. Desde los ms diversos rincones del pas fueron llegando sus
pequeos rboles genealgicos y en algunos pocos meses tenamos una informacin muy
importante y dismil.
Junto con MARCELO KRALIK GASSMANN, un joven genalogista, emprendimos la
paciente tarea de ordenar nuestro rbol. El trabajo fue arduo. Para la fiesta habamos llegado a la
bonita suma de ms de 2500 miembros.
Continuamos la tarea y hemos podido elaborar el rbol de la familia Gassmann con
ms de 3600 descendientes. An esperamos ms informacin y confiamos envirselos a los
interesados como recuerdo de familia.
Queremos agradecer de corazn a todos aquellos que colaboraron con entusiasmo
enviando informacin. Fueron muchos, sera muy largo nombrarlos y la obra que presentamos
es fruto de la informacin recibida. Hemos recibido informaciones de casi todas las Provincias
de Argentina y de otros pases como Blgica, Suiza, Espaa, Estados Unidos, Uruguay, Brasil,
Paraguay, Chile, Per, todos descendientes de Nicols.
Confiamos que puedan disfrutarlo sabiendo que cada uno de los que aparecen en el
rbol tiene nombre, tiene rostro, tiene corazn, tiene espritu. Que con su lectura podamos decir
con Nicols viendo crecer su familia como las arenas del mar: Mil gracias a Dios, mientras
vivamos en esta tierra104.
Que las gambetas del olvido no le jueguen una mala pasada a la memoria.

104

Crnicas de Nicols Gassmann - CD Reencuentro de los abuelos. Libro 2. Pg.. 29

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DESPEDIDA
PLANTEMOS UN RBOL
El Timb plantado por pap

Un da me propuse llegar a un
rincn olvidado donde pas lindos
aos de mi niez. Era una pequea
chacra en Campo Garca, cerca de
Crespo, Entre Ros.
Haca muchos aos que mi
abuelo Antonio haba esa propiedad y
se haba mudado con su familia desde
la cercana aldea San Miguel para
iniciar un pequeo emprendimiento.
All Lucas, mi pap, vivi su
juventud y siempre nos record que
desde su llegada sinti la necesidad de
plantar rboles. Debieron ser varios.
Mi primo Ernesto Bernhardt Gassmann, hoy propietario del campo, mientras
pasebamos por el amplio patio se detuvo un instante frente a un rbol y me dijo: - Este
rbol lo plant tu pap.
Era un rbol gigantesco, imponente que brinda una fresca sombra a la familia y
en sus ramas las aves encuentran proteccin, hogar.
Al contemplar el timb, mi sensacin, fue sentir cerca a pap. Era su obra.
Desde el cielo, junto al buen Dios, la protega, la mimaba. Senta fluir la generosa savia
de la planta y me recordaba a los mos, a mis abuelos, a mis ancestros. Y pensaba en las
frondosas ramas que haba tejido, en su rbol familiar y en su historia. Porque cada
familia tiene su historia. Aquellos que nos precedieron nos gritan: cuenten nuestra
historia!
Todos lo estamos haciendo. Estamos redescubriendo nuestro frondoso y
gigantesco rbol familiar, porque cuando hacemos genealoga hablamos de personas,
damos el clido soplo de vida a todos aquellos que se han ido antes.
Recordarlos es decir a nuestros abuelos que tienen en nosotros una maravillosa
familia de la que pueden estar orgullosos. Que sus esfuerzos contribuyeron a lo que
somos hoy.
Y debemos ser agradecidos!
Por eso hace unos aos escrib: Cuando el sol comienza a perderse detrs del
horizonte y las sombras invaden el patio, el anciano se sienta en su mecedora y empieza
a desgranar sus vivencias, a rescatar su pasado, a desempolvar la memoria sobre la
heroica historia que supieron escribir ellos y sus mayores con esfuerzo y sudor y hasta
con su sangre. Las arrugas de su frente son un signo de sus luchas. Sus ojos, profundos
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y azules, nos miran con afecto mientras titilan como estrellas. Sus manos arrugadas
buscan asirse al tiempo que pasa.
Sepamos que todo abuelo tiene una profunda necesidad de ser escuchado, para
que esas historias no se mueran y el olvido, la indiferencia ganen la partida.
Hoy contamos la historia de la familia. Confiamos que en la prxima generacin
otros respondern al llamado con mayor generosidad y con ms medios, tal vez, y
tomarn el lugar en la larga fila de los cuentistas de la familia y continuarn plantando
rboles.
Esta es la razn por la que hacemos la genealoga de nuestra familia Gassmann.
Porque un pueblo que tiene memoria tambin tiene esperanza.
Mario Gassmann s.c.

Lomas de Zamora, 20 de mayo de 2010


En el Ao del Bicentenario de la Revolucin de Mayo

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