Libro TresPaises
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Libro TresPaises
La familia Gassmann cuenta en su haber valiosos testimonios escritos por el abuelo Nicols.
Entusiasta, como pocos, dej su tierra natal para buscar un mejor porvenir para los suyos. En sus
Crnicas se revelan las motivaciones del largo viaje y el coraje, en sus decisiones de lder, para
emprender la aventura hacia el Plata.
Su hijo Nicols nos ha legado en sus pginas sus sentimientos en los momentos que dejaban
sus ms clidos afectos all en el lejano Volga:
"Quien nunca abandon su vieja patria, quien por ltima vez estrecha las manos de sus
padres, de sus abuelos, de sus queridos hermanos, siente que el corazn se le desgarra sin poder
contener las lgrimas. Quien no ha tenido esa experiencia no sabe lo que significa semejante
despedida".
Nuestra nica intencin es dar vida a estas historias, impregnarlas de sentimiento y hacerlas
conocer. Si logramos algunos de estos objetivos estaremos muy satisfechos.
INDICE
1.
2.
3.
4.
5.
A modo de prlogo --------------------------------------------------------Primera parte : Historia del peregrinar de un pueblo --------------Segunda parte: Valle Mara tu nombre, Mariental tu espritu----Tercera parte: Historias para no olvidar ----------------------------ANEXOS: 1. Un viaje cultural al lejano Chaco -------------------2.. Una calle para Nicols -------------------------------6. Despedida: Plantemos un rbol ------------------------------------------
Pg. 3
Pg. 4
Pg. 35
Pg. 47
Pg. 56
Pg. 76
Pg. 86
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A MODO DE PRLOGO
1762 - ALEMANIA
La guerra todo lo ha destruido.
Ya no te ata el agitado RHIN.
Los bosques y prados no te detienen.
Abandonaste tu historia, tu patria por una promesa.
1765 - RUSIA.
Las aguas de la Madre VOLGA te llevaron corriente abajo
hasta un desierto de estepa.
Clavaste con ahnco el arado y se convirti en pradera
y el rubio trigo se transform en rico pan en tu mesa.
La soledad, el fro y los salvajes no te asustaron.
En Cristo y Mara siempre confiaste.
Tu familia fue bendecida con creciente generosidad.
Han pasado ya cien aos y el dolor te jug una nueva partida.
Viendo que el peligro se cerna sobre tu familia,
nuevamente decidiste partir.
El tren hizo desandar el centenario camino
y Alemania te recibi extraa, indiferente.
No te detuviste.
1878 - ARGENTINA:
Cruzaste mares y ocanos hacia el sur, hacia Amrica
La Providencia sorte el Brasil
y el Plata te abraz como a tantos inmigrantes.
Un viejo barco remont por el grandioso PARAN;
nuevamente clavaste con ahnco el arado
y el rubio trigo se transform en rico pan en tu mesa.
PRIMERA PARTE
Segn las Crnicas de la familia Gassmann, Juan (Johann), nuestro ancestro, se rene con los
aldeanos en Ulm (Wttenberg) y parten hacia Rusia en el ao 1765. Juan, segn el rbol genealgico de
la familia, habra nacido hacia 1739. Podemos imaginar a Juan, con 25 aos de edad, y a su joven
esposa, Ana Mara, partir hacia las dilatadas tierras del Volga soando con una nueva patria para ellos
y sus hijos. El campanario de la Iglesia protestante de Ulm es el ms alto del mundo (161,60 m) y fue
terminado en 1890.
2. RUMBO AL VOLGA
Hacan diez largos meses que haban partido de su patria.
Era un da de intenso calor. Desnutridos y agotados, los viajeros ven pasar las
horas, mientras el lanchn desciende por las agitadas aguas del Volga. El celeste cielo
se corta en las colinas circundantes.
Ya estn prximos a Saratov, para iniciar el ltimo tramo de un viaje
interminable. El silencio se hace sentir. En la retina de todos se ha grabado a fuego
cada momento vivido.
Cmo no recordar la llegada al puerto de Oranienbarum (Lomonosov), en las
mismas puertas de la capital rusa, San Petersburgo, despus de un agotador viaje desde
Ulm!.
Semanas despus, en rsticos e incmodos carretones, formando largas
columnas devoraron enormes distancias de camino.
En verano la temperatura fue sofocante. El largo, cruel e insoportable invierno,
los obligaba a detenerse en las aldeas rurales de los hospitalarios y desaliados rusos y
convivir con ellos y sus animales domsticos, en grandes habitaciones.
Los dramas y las tristezas se notaban en sus rostros mientras el tiempo
transcurra. Unos vieron perder a sus ancianos padres. Otros, la muerte de uno de sus
pequeos hijos. El clima y la falta de alimentos haba calado muy hondo en todos. El
sufrimiento de este pueblo qued marcado por las silenciosas cruces que quedaron en el
camino, a travs de la inmensidad rusa.
Junto a un vetusto tonel del barco, los nios Juan y Paulina, dormitan
plcidamente mientras son observados por su madre. El viaje los ha cambiado mucho.
Ya no son esos chicos lozanos y alegres que los abuelos despidieron con gran dolor en
Ulm. A pesar de todo, estn bien y es un consuelo para Juan y Ana Mara.
Ir al Lejano Volga, ante la enorme distancia (3.000 Km), debi ser muy doloroso y muchos,
especialmente ancianos y nios, quedaron en el camino como testigos mudos de tanto sacrificio. Ms de
30.000 personas, desde 1763, llegaron al Volga.
3. ESTEPA Y DESOLACIN
El lanchn se detuvo por unos momentos en el muelle de Saratov y cruz
despus a la orilla izquierda. All todos descendieron.
"Nuevamente otros viejos carros avanzaban por una regin desrtico e inhspito,
sin rboles, sin pastos, sin flores. Slo, ante sus ojos incrdulos, vean un cielo azul que
se recortaba en un horizonte de estepa"1.
Todos se miraron. Haban llegado! Pero dnde?. Junto al arroyo Carman y
frente a unas pequeas lomas, que se alzaban hacia el este, la caravana se detuvo.
De inmediato plantaron una cruz y, elevando los ojos a Dios, le confiaron
suplicantes su porvenir.
1
4. DRAMA DE UN DESHIELO
Haban pasado ya unos meses en el Volga.
Formaban parte de los primeros habitantes de esas lejanas tierras y deban pagar
el derecho de piso frente a un clima y un pas muy distinto y desconocido.
El largo y cruel invierno se fue alejando y la suave primavera hizo su lenta
aparicin.
La nieve se fue derritiendo y flua hacia el arroyo. Cada da sus aguas crecan
ms y ms. Los aldeanos comenzaron a preocuparse. Sin embargo nada haca prever de
un peligro inmediato. Estamos a fines de abril.
La cueva que albergaba a Juan y a su familia era muy amplia: una sola
habitacin de seis por cuatro y tres de profundidad. El techo, sostenido por tirantes y
ramas, estaba cubierto por la tierra extrada y, como puerta, unos maderos.
Oscureci rpidamente. Despus de una cena frugal, se fueron a dormir. Para
mantener caldeado el ambiente, el hombre dispuso unos leos en el horno. Ana acostaba
a los nios hacindoles rezar previamente y entonando algunas canciones de cuna.
Ya acostados, en el silencio de la noche, el matrimonio susurraba ambiciosos
planes y soaba con un primer hijo en la nueva patria.
De repente la noche se transform en un horror. Las glidas aguas del arroyo
salieron de su cauce inundando las cuevas que albergaban a los desprevenidos
habitantes y la desesperacin por salvarse se transform en un infierno.
Juan y Ana apenas tuvieron tiempo para alzar a sus aterrados hijos y salir con
titnico esfuerzo, arrastrndose, hacia la superficie, a travs del lodo y las fras aguas en
un mar oscuro. Atrs dejaban sepultados los pocos lazos de su Alemania muy lejana.
Las primeras y nicas lgrimas de un hombre curtido por tantos sacrificios,
abrazando a su familia, fueron conmovedores. Una vez ms continuaban unidos, pero
hasta cundo habran de seguir las desventuras?
Muchos pudieron salvar sus vidas esa noche perdiendo sus enseres y hasta sus
objetos ms preciados trados desde el Rhin. Otros, la muerte los encontr durmiendo y
jams despertaron.
En la maana del nuevo da, a pesar de la desolacin y el dolor, el pueblo
enfrent su destino. En lo alto de la loma, rodeado de las turbulentas aguas del arroyo,
todos, con lgrimas en los ojos, imploraron a Mara su proteccin.
Esta historia no corresponde con las Crnicas de la Familia Gassmann. Varias familias sufrieron la
inundacin de sus viviendas .Los habitantes de Marienthal debieron experimentar el vivir bajo tierra. Un
siglo despus aplicaron el mismo sistema de construccin presionando a las autoridades argentinas
para que se les permitiera vivir en aldeas. Debido a este comportamiento, durante mucho tiempo, los
vecinos denominaron a la aldea Valle Mara (Entre Ros) vizcachera.
5. BUEN COMIENZO
Muy pronto un nuevo espritu empez a reinar en la colonia. El buen tiempo
permiti organizar el poblado en un lugar ms alto, siempre cerca del arroyo Carman.
Se traz una avenida principal ancha y varias calles transversales ms estrechas.
Sobre la calle mayor se emplaz la futura iglesia y la escuela.
Con mucho esfuerzo se construyeron las casas de familia.
Ana denotaba felicidad viendo su pequeo ranchito de adobe de blanca cal,
recin pintado por sus manos, mientras sus hijos corren en el patio con otras criaturas y
juegan con huesos de animales o con muecas de trapo. Ya habr tiempo para lograr
mayores comodidades. Su familia ahora estaba bien y esperaban pacientes a su tercer
hijo con el que sellaran su estada definitiva en estas latitudes.
La aldea, en poco tiempo, adquiri su propia fisonoma en la inhspita estepa
rusa.
Era el momento de arar las tierras vrgenes y conseguir el alimento antes del
siguiente invierno.
Muy pocos eran labradores de profesin. Pero con la colaboracin de los ms
experimentados, lentamente todos fueron adquiriendo, con voluntad y sacrificio, el
manejo en la tarea rural.
Hacia mitad de abril comenzaron arando los campos cercanos a sus viviendas
con el nico medio de traccin: el caballo. De inmediato se sembr el trigo; luego, maz
y centeno. Y varios lotes con cebada para los animales.
La siembra llevaba todo el da, de sol a sol durante un mes. Era el trabajo de los
hombres.
A mediados de mayo cada familia preparaba su quinta.
A la par de Juan podemos ver a Ana, encinta, sembrando papas, cebollas y
verduras. Conocan muy bien el oficio. Contaban con poco tiempo. El lote no era ms
grande que las ilusiones, despus de un da de trabajo en la tierra y en la espera de unos
frutos lozanos.
La aldea se vio adornada con las primeras flores que aparecieron en los jardines
de los frentes de cada casa.
Al llegar el atardecer, el descanso reparador era un blsamo para nuestros
sacrificados antepasados.
Pero... las noches, en ese primer verano, ms bien eran cortas. Mientras, muy de
madrugada, Ana ordeaba las tres vacas lecheras, alimentaba una chancha preada y
algunas gallinas, Juan levantaba un pequeo establo cubierto, junto a la casa, con el fin
de preservar del futuro fro invernal a un par de vacas, cabras y cerdos. Necesitaba de
un espacio cerrado para esos animales.
Al mismo tiempo debi construir un depsito para guardar los granos, los fardos
de pasto y hortalizas, y un galpn contiguo para reparar sus herramientas en invierno.
En esos primeros y difciles aos las tareas se llevaban a cabo ayudndose entre
los vecinos. Gracias a la solidaridad entre los alemanes, sali el pueblo adelante.
Para completar la casa, Juan construy, como sus vecinos, un stano, junto a la
cocina, con el objeto de almacenar los alimentos.
Dicen las Crnicas que Juan, nuestro ancestro, estaba feliz. Viva en una casa de campo con jardn y
era amante de la caza. Pronto cultiv una quinta con verdura y algunos rboles frutales, en especial,
una parra trada personalmente de Ulm.
6. ACONTECIMIENTOS FELICES
Otoo de 1767. Haca muy poco tiempo que se haban radicado en el Volga.
Los signos del progreso llegaban a paso seguro. La cosecha pasada satisfizo a los
aldeanos. Lentamente fueron acostumbrndose a la nueva vida emprendida en las
praderas. Juan, amante de la caza, gozaba de paz y tranquilidad y trabajaba duramente.
Marienthal viva un da especial. En la casa de la familia Gassmann reinaba un
ambiente de fiesta. Varias de sus vecinas concurrieron a media maana a participar de
la alegra del nacimiento del cuarto hijo, el segundo nacido en el Volga. La tarea de la
partera de la aldea haba sido excelente.
Haca unas horas que las campanas de la iglesia comunicaban la feliz noticia a la
comunidad, especialmente los que estaban en el campo trabajando. All precisamente se
encontraba Juan, quien concurri, de inmediato, para compartir la alegra junto a su
familia.
Juan Miguel, el nio recin nacido, dorma en el regazo de su madre mientras
que Santiago, de slo dos aos, contemplaba a su hermanito desde su andador.
An faltaban Juan y Paulina. Eran muy chicos para ir a la escuela pero el
maestro se haba ofrecido a ensear las primeras letras con los otros nios. Los
resultados eran sorprendentes y el novel sacristn, muy piadoso y dedicado, gozaba en
la colonia de un merecido prestigio.
All, en la Iglesia, fue la vecina a buscar a los nios, pues los reclamaba su
madre.
Como era costumbre bautizar antes de los tres das a la nueva criatura, Juan
aprovech la oportunidad para pedir nuevamente a la familia Bernhardt, sus vecinos
ms cercanos, aceptaran ser los padrinos del recin nacido. Providencialmente, ambos,
gustosos, se comprometieron a acompaarlo en sus necesidades futuras.
Cuando Juan y Ana Mara llegan al Volga tenan dos hijos pequeos: Juan y Paulina. En Rusia nacen
dos hijos ms: Santiago en 1765 y Juan Miguel en 1767. En las Crnicas se menciona a Santiago como
ahijado de la familia Bernhardt.
8. MALONES ASITICOS
Tras ardua tarea, Ana Mara ha preparado con lo mejor que tiene a sus cuatro
hijos para participar del oficio religioso. La nia luca un largo vestido de color marrn
claro, con ruedo, y un pauelo bordado con adornos y flecos que apenas cubra sus
largas trenzas. Los nios, una camisa sin cuello y un saco, largo y abrigado, con piel de
oveja, todo cerrado. As era en las fiestas.
Ese domingo amaneci hermoso y desde temprano se vio a la gente caminando
hacia la Iglesia.
La religiosidad de las aldeas volguenses se respetaba con suma rigidez,
especialmente la observancia del domingo y las fiestas. En la vida cotidiana nunca
faltaba la oracin de la maana, de la noche, antes y despus de comer y el rezo del
ngelus con el toque de las campanas, deteniendo las faenas del campo.
Estamos en primavera, a principios de abril de 1774. Al fondo de la calle,
cruzando el puente del arroyo Caraman, llegaban varias familias en carro. Eran de una
aldea vecina, que desde muy temprano venan a Misa.
Ms atrs, por entre las suaves lomas del naciente, se levantaba una tenue
polvareda, como si se acercaran unos jinetes al galope. Nadie les prest atencin.
El Padre Juan dio comienzo a la Santa Misa con el toque de las campanas.
Todos estaban presentes.
Muy pronto el templo se llen de la suave msica religiosa que este pueblo
labriego supo cultivar en todas las colonias del Volga.
Mientras tanto, afuera, se preparaba una pesadilla terrorfica que jams nuestros
alemanes soaran. Eran los Quirguises, trtaros del Asia Central, sobrevivientes de las
hordas de mongoles, sanguinarios, ladrones y vengativos.
En el momento en que el sacerdote iniciaba su sermn desde el plpito, estos
hombres primitivos, lanzando gritos salvajes, hicieron su aparicin violenta desde el
fondo de la Iglesia. Unos se dedicaron al saqueo; los ms comenzaron a enlazar del
cuello a los hombres. El buen Padre, habiendo permanecido atnito junto al altar,
tambin fue cruelmente enlazado.
Los arrastraron como animales fuera del templo y, atados con cuerdas a los
caballos, se alejaron del pueblo entre los gritos y el polvo.
Ana Mara corri hacia la calle en busca de su marido. Sus hijos, aferrados a su
larga pollera, corran aterrados junto a su madre. Juan, como todos, no pudo ni supo
intervenir en defensa de los prisioneros y los vio partir.
El miedo y la desesperacin cundi en la aldea. Impotentes vieron cmo su
sacerdote y un grupo de padres de familias, eran llevados brutalmente a lo desconocido,
a la esclavitud. Cunto dolor y cuntos lamentos por la desaparicin o la muerte del
padre, de la madre o de un hijo!
Ese mismo da varias aldeas sufrieron el mismo azote.
Los alemanes, que llegaron al Volga en busca de paz y trabajo, fueron
miserablemente engaados. Debieron frenar el avance de estas sanguinarias hordas de
Quirguises, que, junto con las bandas de ladrones que asaltaban los caminos, se
arrogaban la titularidad de las inmensas estepas rusas. Nuestra gente pagaba un duro
derecho por esas tierras.
Slo una raza que funda su esperanza en Dios, pudo salir adelante, acrisolada en
el dolor y el sacrificio.
Marienthal fue invadida por los Quirguises en abril y agosto de 1774. Estos hechos marcaron
profundamente en el alma de nuestros aldeanos.
9. FIESTA DE LA ASUNCIN
Entre las colonias se organiz, con mucho entusiasmo, un grupo de rescate. Se
reclutaron 150 hombres. Sin armas adecuadas, sin organizacin, sin experiencia
partieron hacia el este. Pronto se produjo el encuentro. Los gritos de guerra y el
aspecto salvaje de la horda los amedrent. Derrotados los campesinos, los sanguinarios
Quirguises se ensaaron con estos pobres aldeanos. Los atroces tormentos dejaron a
muchos sin vida y los cadveres quedaron esparcidos por la estepa para comida de las
aves de rapia.
No contentos con el botn, los salvajes siguieron merodeando, arrastrando tras s
a los cautivos que, atados con cuerdas, debieron sufrir el hambre y el fro en sus
lacerados cuerpos.
Era el da 15 de agosto de 1774. Madrugada en las estepas.
Hay una pequea brisa, en esa fra maana, proveniente del oeste. Los
prisioneros, atados de pies y manos, ven pasar su triste y dolorosa noche iluminados por
las estrellas. Nada pueden hacer, slo sufrir.
Al amanecer reinician la marcha. El velo de la noche daba lento paso a la
tenue luz del nuevo da. Era muy temprano y slo se ve a unos pocos pasos. Una densa
neblina comenz a cubrir la tierra. Los salvajes acechan. El Kan, jefe del grupo, para
llegarse a las aldeas se dirige a los prisioneros pidiendo la correcta orientacin. Ellos,
por no querer delatar a sus hermanos de Marienthal, la aldea ms prxima, sealaron la
direccin contraria.
Lamentablemente en ese momento se echan a vuelo las campanas de la iglesia
para anunciar la Misa. Era la fiesta de la Asuncin de Mara.
Los salvajes, dndose cuenta del engao, tomaron cruel venganza de los
prisioneros. Martirizaron hasta dejar sin vida a los responsables. De inmediato
irrumpieron violentamente en la aldea. Los forajidos, con gritos amedrentadores,
destruyeron o incendiaron lo que encontraban a su paso. Nios y ancianos caan
decapitados. Todo lo consuma el fuego.
Nuevamente muchos hombres y mujeres fueron arrastrados y llevados
prisioneros.
Los esposos Gassmann, con sus cuatro hijos, ingresaban al templo cuando las
campanas anunciaban el comienzo de la Misa.
Los gritos salvajes que llegaban del exterior provocaron el desbande general.
Juan, como muchos otros, inici la retirada de la familia. Abrazados por el
pnico llegaron a la puerta. En ese preciso instante un grupo de jinetes se interpuso,
atropellndolos y enlazando hbilmente a la madre y a sus dos hijos mayores. Los ms
pequeos, desesperados, escaparon milagrosamente y desaparecieron en la oscuridad.
Juan, mientras tanto, intent seguirlos. Era intil. Desisti. Corri en busca de
una escopeta que tena escondida bajo un arbusto en el jardn de su casa. Unos salvajes
lo siguieron muy de cerca. No pudo llegar. Sus perseguidores pisaban sus talones. En
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alocada carrera penetr en el granero y subi a un altillo para esconderse entre la paja de
trigo. Los salvajes, al no encontrarlo, perforaron con sus lanzas el pajar y se marcharon.
Al da siguiente, sus vecinos, hallaron en el establo una gran mancha de sangre
que haba cado del altillo. Juan, con tan solo 35 aos, haba muerto. Termin su vida
ofrendndola para mantener unida a su familia. No pudo lograrlo.
Marienthal, en una sola voz acongojada, elev la Salve a Mara al final de la
triste jornada: a Ti suspirarnos gimiendo y llorando en este valle de lgrimas
La presencia de los Quirquises dej una huella muy profunda en nuestro pueblo y el horror toc muy de
cerca a muchas familias que guardaron en la memoria, por un largo tiempo, los nombres de sus seres
queridos llegados a la esclavitud y que nunca ms volvieron.
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olvidara sus nombres, pues ambos supieron dar con su sangre el testimonio de amor de
familia.
De inmediato regresaron a la aldea. Santiago, su hermano de sangre no pudo ir,
estaba enfermo desde haca unos das. Con la muerte de sus padres y la desaparicin de
sus hermanos mayores debieron crecer hurfanos, siempre bajo la proteccin de sus
vecinos, padrinos de bautismo.
Slo la Providencia sabr la historia que escribieron en la esclavitud nuestros
queridos antepasados: Juan y Paulina. El destierro fue su triste final.
En las Crnicas los relatos son dramticos...< la persecucin y los hechos abominables no
haban tenido fin>. Ana Mara de vuelta a la aldea, fallece poco despus sin poder recuperarse del
horror vivido al ver el trato que daban a sus hijos cautivos y a su esposo, muerto trgicamente. Santiago
a los 27 aos se cas con una viuda y tuvo tres hijos. Juan Miguel es nuestro ancestro.
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13
Juan Miguel II - mismo nombre que su padre, naci en 1797. En 1818 se cas con Brbara
Werbach nacida en 1800 y se fue a vivir a la casa de su suegro.
16
Gruter pg.46
17
Pocos das mas tarde las casas de los emigrantes estaban completamente
vacas. A los que partan slo les quedaba su equipaje como sitio donde sentarse o en
casa de sus parientes, mientras sus casas vendidas iban siendo ocupadas por los nuevos
dueos. 5
El lunes 14 por la maana toda la familia se rene por ltima vez en la iglesia.
El 13 se haban confesado. Participan de la Santa Misa para implorar al buen Dios y a
su Santsima Madre su proteccin y la ayuda en tan largo y peligroso viaje.
Todo el pueblo est presente y se hace un nudo en la garganta de los aldeanos
ante las palabras de despedida del sacerdote: Viajen hermanos y hermanas, en nombre
de Dios y que el santo arcngel Rafael sea el gua y protector durante el viaje. En la
Patria Celestial esperamos vemos reunidos nuevamente.
"Cuntas madres de familia se arrodillaban por ltima vez ante el cuadro de la
Madre Dolorosa y lentamente salan sin abandonar con la mirada la querida casa de
Dios". 6
A la salida de la Iglesia el sacerdote bendijo a cada viajero, como haca 100 aos
en
Ulm,
mientras el coro
del
templo
entonaba
canciones
tan
queridas
que
hacan
vibrar
sus
recuerdos
profundos. Un
llanto
general
afloraba entre
los que se iban y
los que se quedaban. Era un adis definitivo.
As era Marienthal
Toda la familia, catorce mayores y cuatro nios, se trasladan a la casa de don
Pedro Kinderknecht, suegro de Nicols. All se sirve el ltimo desayuno.
Mientras tanto Antonio, Juan, Pedro y Jos, todos hermanos de la abuela Ana
Mara e hijos de don Pedro, han preparado los cuatro grandes carros con el equipaje.
Todo era tristeza, sollozos y silencio. Nadie se animaba a dar el primer paso en
la despedida.
Cuntos interminables abrazos!
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Todos
acompaaron en el
rezo, con sus ojos
llenos de lgrimas.
Los carros
avanzaron
lentamente,
mientras tanto, por
las
polvorientas
estepas slo el
silencio amargo les
acompaaba
en
esta aventura.
Al
atardecer,
la
caravana se detuvo junto al Volga. Los cansados peregrinos descendieron y las sombras
de la noche cubrieron en silencio la ltima noche en la estepa. En una posada
encuentran comida y hospedaje. Pronto el sueo invadi la noche.
Gruter pg.50
Gruter pg.27
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20
Durante los ocho das que dur el viaje los volguenses debieron ingeniarse para
hacer ms entretenido el viaje. Rezaban el rosario y las letanas diariamente,
recordaban a los parientes que haban dejado en Rusia, imaginaban el futuro en
Amrica, cantaban y jugaban a las cartas.
Cuando la locomotora se detena en las estaciones, los viajeros descendan para
aflojar sus huesos entumecidos y cambiar el aire enrarecido por tanto encierro.
El ingreso en Alemania, al sptimo da, se expres con cnticos tradicionales
para mostrar su alegra. Haban pasado 114 aos de aquella partida de Juan y Ana
Mara. Sus descendientes jams haban soado regresar a la tierra de sus mayores.
Alemania no era su destino. Un continente, allende los mares, los esperaba y en
l cifraban sus esperanzas.
Finalmente llegan al puerto de Bremen, norte de Alemania.
Son recibidos cordialmente por la compaa que los trasladaran a Amrica.
El da previo a la partida los viajeros participan de la Eucarista y piden a Mara
un feliz viaje hacia el Brasil.
Estamos a mediados de diciembre de 1877.
En el puerto de Bremen (Alemania) parten dos buques con 1006 pasajeros del Volga. La familia de
Nicols Gassmann estaba compuesta por 17 personas y se embarc en el buque ms grande: el SALIER.
Buque Salier9
17. POR EL MAR
Haca largos das que el
navo "SALIER", abarrotado de
campesinos alemanes, surcaba el
Atlntico hacia el sur.
Aquel
inmenso mar, siempre igual,
confunda los sentimientos de
tristeza y soledad de aquella gente
con la ilusin de cada maana de llegar finalmente a destino.
Hubo das de mal tiempo, especialmente los primeros, durante los cuales
permanecan encerrados mientras todo rodaba o se sacuda en medio de un coro de
lloros y lamentos. Hubo otros de absoluta calma, mar sereno, en que los das se
sucedan interminables y donde mar y cielo y cielo y mar no acababan.
Como todas las tardes, un grupo de hombres conversaba animadamente en
cubierta. Apoyados en la borda disfrutaban ese da de un excepcional buen tiempo. El
tema se reiteraba a diario: Cul deba ser su destino final? Haban partido del Volga
hacia el Brasil y ahora, desde la salida del puerto de Bremen en Alemania, crecan los
rumores de que el barco haba puesto proa hacia la Argentina. Tenan datos precisos y
una fundada intranquilidad.
- No me cabe la menor duda que nuestro futuro est en Brasil - afirmaba Nicols
Gassmann, clavando su vista en el horizonte. Los mayores asentan con la cabeza.
En los das previos, all en el ya lejano Volga, los emisarios haban prometido
un Brasil rico con un clima propicio para el trigo, su fuerte. Don Nicols no poda
aceptar un cambio tan repentino.
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Este hombre, de buen porte, luca una avanzada calvicie a sus cincuenta aos, tal
vez ms. Haba sido uno de los promotores de la partida de Rusia hacia el Brasil y por
eso su palabra era escuchada con respeto.
- Lo que me llama mucho la atencin son los destinos de nuestros pasajes indicaba don Juan Dening, maestro y sacristn de Marienthal, mientras mostraba
nerviosamente, entre sus apuntes de viaje, unos papeles poco legibles. -Cmo es
posible que la agencia nos haya dado estos pasajes a Buenos Aires y no al Brasil como
corresponda!-.
- Es que en Ro de Janeiro hay una epidemia de clera - respondi
inocentemente don Pedro Salzmann, acomodando su larga pipa en la boca.
- Ese argumento es precisamente lo que me llena de duda - terci don Juan, el
maestro, ya ms nervioso. - Brasil, no tiene otros puertos en el mar? Estoy seguro que
es una maniobra para dejamos en la Argentina! - y se separ por un instante del grupo.
Los ms jvenes, ms maleables a un cambio de rumbo, si era necesario y
conveniente, participaban tambin en el ruedo.
Matas, joven de 25 aos, era uno de ellos. Hijo de Nicols y padre de Santiago,
nio de un ao, haba escuchado con atencin y crea oportuno participar:
- Yo no s si ustedes recuerdan aquel hombre que nos salud en la estacin de
tren cuando llegamos a Alemania.
- Claro que lo recuerdo!- interrumpi su joven y memorioso hermano Nicols
con la infaltable libreta en mano. - Fue en Egdtkuhnen, la primera estacin de
ferrocarril en Alemania. Recuerdo aquella gran alegra que tenamos al pisar la tierra de
nuestros antepasados. Cmo sonaban los acordes del acorden y las canciones que
entonbamos entre grandes y chicos! Hubo un instante de silencio, sorprendidos por sus vibrantes palabras. Pero el
tema no daba para nostalgias.
- Ese Seor - rompi el silencio Matas - nos dijo que conoca Sudamrica y nos
aconsejaba que debamos ir a Argentina.- Y con mirada suplicante se dirigi al sacristn
para lograr su apoyo: -no es as, maestro?
- Efectivamente - particip el maestro, orgulloso por poder demostrar sus
conocimientos de geografa. - "La Argentina es un pas llano y con un clima templado,
mientras que el Brasil es caluroso y selvtico. Nos record adems que Brasil es tierra
de porotos, no de trigo"10. - prosigui el maestro, apoyado en la borda, mientras
mantena sus manos en los bolsillos de su largo saco negro, vestimenta que
ordinariamente lucan esos hombres. A pesar de todo, en su intimidad, don Juan soaba
con Brasil y con un guio se lo hizo saber a don Nicols.
Hess, capitn del barco, hombre muy amable y conversador con todos los
pasajeros, se integr al grupo silenciosamente en el momento en que el maestro expona
sus saberes geogrficos.
- Buenas tardes, seores, - interrumpi educadamente el capitn con una ligera
inclinacin de cabeza.
- Buenas tardes - respondieron a coro los aldeanos, muchos de ellos con la
sorpresa de su repentina presencia, honrosa al fin.
Estos rudos campesinos estaban muy agradecidos al Capitn. La comida a
bordo haba sido buena y abundante como la atencin deferente de toda la tripulacin.
Siempre se haba prestado gustoso a entrar en conversacin con los de mayor edad para
hacerse contar sus historias de un largo peregrinaje por Rusia o se haba deleitado con la
alegre msica de estos humildes aldeanos.
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Gruter pg. 31
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Tena, a su vez, mucha simpata hacia ellos y una gran admiracin por la
conducta y espritu religioso de todo este pueblo, demostrado en estas cuatro semanas
de travesa. Sin muchos rodeos, el Capitn les quera dar una noticia:
- En la madrugada del da de maana el barco estar anclado en el Ro de la
Plata.- Y ante la agradable sorpresa de la noticia prosigui:
- "A la salida del sol, un pequeo vapor se arrimar y los llevar al puerto;
luego, unas carretas tiradas por bueyes, los dejar con todos sus equipajes en tierra
firme".11
- Seor Capitn, queremos expresarle nuestro eterno agradecimiento por
habernos trado sanos y salvos. Que Dios lo bendiga.- expres emocionado don Nicols
y todos esos hombres apoyaron sus palabras.
- El agradecido soy yo, seores.- dijo el Capitn y con amabilidad se despidi de
todos, afirmando haber aprendido a quererlos y a respetarlos, y agreg: - "Deseo
felicitar a la Argentina por acoger a un noble grupo familiar para integrarlo a su
futura poblacin, y que el cielo los bendiga a ustedes y sus descendientes". - Y antes de
que lo interrumpieran, solemnemente, agreg: -"Cuando ustedes se hayan habituado a
su nueva patria y se sientan felices, acurdense tambin del capitn que los trajo hasta
aqu"12. - Y se despidi con un gesto sonriente.
Todos se retiraron a comentar las novedades a sus respectivas familias. Slo
qued all, por unos instantes, el joven Nicols estampando en su libreta de viaje las
ltimas palabras del capitn Hess.
.La ilusin de llegar definitivamente a Brasil y encontrarse inesperadamente Buenos Aires signific un
duro desengao pues este puerto que no estaba en los planes de los alemanes.
Gruter, pg. 32
Gruter pg. 32
23
personaje. Ahora haba que esperar noticias mientras se sucedan encuentros, visitas y
propuestas de radicacin en el litoral.
Ya haban pasado diez das desde la llegada. Un enjambre de inmigrantes
pululaba por todas partes del hotel. Razas, lenguas y religiones se confundan en un
reducido espacio poco propicio para convivir. La higiene, el descanso, la cocina y otras
muchas necesidades mnimas, de cada grupo familiar, numeroso por cierto, eran
insalvables, a pesar de la buena disposicin del gobierno.
Una maana, muy temprano, corri la triste noticia de la muerte de una nia.
Grande fue la conmocin en todo este grupo de alemanes. El luto, el silencio, la
tristeza y la nostalgia llena de sombras los rostros.
Juliana, de slo dos aos falleca. Nicols Gassmann, aquel joven entusiasta con
su libreta de viajes, era su padre. Nada pudo hacer cuando aquella criaturita se despeda
en sus brazos. La improvisada habitacin se llen de sollozos, prolongados abrazos y la
oracin hacia Jess y Mara fortaleci la fe de estos humildes aldeanos en la voluntad de
Dios, como una prueba ms de su llegada a la Amrica que soaron.
En la maana del domingo una reducida comitiva se diriga, en carro, hacia el
camposanto para dar cristiana sepultura a Julianita. Sus padres no perdan de vista esa
pequea caja blanca mientras guardaban su triste silencio. Poco importaban los bruscos
movimientos del carro en esos malos caminos de tierra, ni los gritos de los mercaderes
tan abundantes en plazas y calles de ese Buenos Aires. Slo la oracin fortaleca sus
corazones destrozados. En un momento, Gertrudis rompi el silencio, dirigindose a su
afligido esposo:
-"Nicols, la Argentina ser nuestra nueva patria. Aqu, Jess quiso que
descansase nuestra hija, aqu descansaremos tambin nosotros".
Nicols no respondi. Comparti el sentimiento y se lo prometi a su hija.
Mientras tanto en el Hotel de los Inmigrantes las voces de partida se
acrecentaban. Se deca que el gobierno argentino, alertado, haba intervenido la
correspondencia con respuesta favorable enviada desde el Brasil por don Nicols. Todo
eran rumores, cosas que se decan, nada ms.
Cuando las campanas de la Iglesia de San Ignacio comenzaron a repicar, un
numeroso grupo de hombres, mujeres y nios, se encamin al centro de la ciudad para
asistir a la Santa Misa, como acostumbraban hacerlo diariamente.
La caravana empez a subir la cuesta en direccin hacia la Aduana y el antiguo
Fuerte.
Cruzaron por un corredor que separa los dos cuerpos de edificio: Casa de
Gobierno y Casa de Correos y Telgrafos e ingresaron a la plaza 25 de Mayo, antiguo
mercado y ahora adornada con jardines y calles de rboles. Los bajos y viejos edificios
que rodean la plaza estn atestados de almacenes y agencias martimas, caballerizas,
sastreras.
El Teatro Coln, prximo al fuerte, es lo ms llamativo. Todo es novedad para
ellos.
Cruzando la Recova, un edificio con un arco central y doce arcadas en cada lado,
se ingresa a la Plaza de la Victoria. La presencia de los inmigrantes, con sus tpicas
vestimentas, corta, por un momento, el bullicio de mercaderes y forasteros agolpados
bajo las galeras de la Recova para vender sus productos o protegerse del fuerte sol del
verano.
Al ingresar a la Plaza de la Victoria, la nota sobresaliente es el majestuoso
frontis y las columnatas de la Catedral. Por un instante se detienen a saludar al grupo de
aldeanos protestantes, mucho ms reducido que ellos, que regresaban al hotel despus
de haber participado de un oficio religioso en un templo cercano.
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26
27
1926. Cuatro generaciones: Lucas (1 ao), Antonio (27), Santiago (50), Matas (76)
28
climticas. All siempre estaba Paulina para ayudar, a una madre, en esos momentos tan
importantes de la vida: el nacimiento de un hijo.
Hoy, muchos hombres y mujeres, que andan por el pas y, peinan canas, le
deben a doa Paulina Gerstner de Gassmann un eterno agradecimiento porque ella fue
la primera persona que los recibi con tanto cario en este mundo, antes que su misma
madre.
Santiago Gassmann, nuestro ancestro, nace el Marienthal (Rusia) el 2 de febrero de 1876. A los dos
aos de edad viene a Argentina acompaando a su padre Matas. Paulina Gerstner nace en la misma
aldea el 10 de enero de 1880. Se casan en Valle Mara el 1 de marzo de 1897. Participan en la
fundacin de San Miguel en 1899. Son bendecidos con 16 hijos (cuatro fallecidos de pequeos): Antonio,
Vernica, Esteban, Mara, Wilibald (Hno. Godofredo, Marista), Agustn, Silvestre, Vicente, Decla, Jos,
Eulalia y Ana (Hna. Anita). Antonio es nuestro ancestro.
Fallecen en San Miguel; Paulina el 15 de mayo de 1961 y Santiago el 10 de diciembre de 1962.
Esta historia fue relatada por mi padre, Lucas. Esa noche naca su hermano menor: Carlos Oscar.
vieja Iglesia.
DonAntonio,
maestro en la
29
Paulina y Antonio
30
Kranewitter), Lucio Sebatin Mara (se cas con rica Derfler de San Miguel), Tecla Imelda (se cas
con Cornelio Simn Gaier), Catalina Beatriz (se cas con Ricardo Gervacio Wendler), Adela Mara,
Josefa Antonia Ins (se cas con Celestino Rothar) y Carlos Oscar (se cas con Felisa Esnarriaga)
Fallecieron cuatro nios: Juan, Celestino, Cecilio, y Adela Mara.
14
31
32
BIBLIOGRAFA
LOS ALEMANES DEL VOLGA. V Popp - N. Dening. Buenos Aires. 1977
EL LTIMO PUERTO 0. Weyne. De. Tesis. Buenos Aires. 1987
ALEMANES DEL VOLGA, El pueblo que emigr dos veces. Orlando Britos, Entre Ros 1996.
HISTORIA DE LA ARGENTINA F.Luna. Ed. Hyspanoamrica. Buenos Aires. 1992. Libros: de 1880 1890.
CUADERNOS DE BUENOS AIRES (M.C.B.A) Los barrios de Buenos Aires. 1975
EL EXPOSITOR RURAL (Crespo). E. R.) N 14 4 Trimestre de1985 (pg. 36).
REVISTA TIME. Marzo 14 de 1986. "In West Germany... "
PETIT SOMME MARIALE Dubois. Tome II. 1961.
33
ANTIGUAS TRADICIONES DE LOS ALEMANES DEL VOLGA. H. Maier S. - J.C. Melchior. Coronel Surez,
1998.
DE ALEMANIA A RUSIA. DE RUSIA A AMRICA. Dr. Alejandro Guinder. Santa Rosa. 1998.
DEL VOLGA A LA PAMPA. Dr. Alejandro Guinder. Santa Rosa. 1999.
SANTA ANITA. Olga Honeker, Mara Jacob. C. de U. 2000
LA LUZ Y EL FUEGO Juan Alberto Mierez
TRADUCCIONES:
CONMEMORACION DE LOS 50 AOS DE LOS ALEMANES DEL VOLGA P. Lubger Gruter S. VD.
1928. Traduccin: Vicente Kranewitter (V. Mara. 1992)
CRONICAS DE LA FAMILIA DE NICOLAS GASSMANN. Transcripcin: Antonio Gassmann. Traduccin:
Juan Weinhold
CRONICAS DE LA FAMILIA DE NICOLAS GASSMANN (padre). Traduccin: Vicente Kranewitter y equipo:
Pbro. Silvestre Gassmann, J.N. Gassmann, A. B. Gassmann, T V Gassmann, Juan B. Gassmann,...
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SEGUNDA PARTE
1. EN CAMINO
Campos azules de lino se amalgaman con los
colores del cielo, perdindose ms all de las
cuchillas. La brisa mece los trigales, sueo
hecho realidad de hombres rubios que han
clavado con esfuerzo el arado, por primera
vez, en el generoso suelo argentino.
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hijos, se dio la oportunidad. Cuando ya todos presentes dieron paso a las damas
con sus sabrosas masitas y el mate, incorporado a las costumbres germanas.
El abuelo no quiso esperar mucho y continu con sus ideas:
- El 21 de junio de 1876 envi a mi hijo Pedro a Norteamrica y con el
consentimiento de mi familia vend todas mis pertenencias, es decir, casa, terreno,
corral, galpones y cercos. Todo por 700 rublos! - qu poca cosa! - pens -, pero
no lo dijo, no haca falta. Todos lo entendieron.
- El 10 de noviembre de 1877 tenamos todo listo para emigrar. Nuestro
capital se compona de 3.575 rublos. Sin detenerse y con una memoria
prodigiosa, para su edad, concluy: - El 14 de noviembre dejamos la hermosa
Marienthal y el 15 cruzamos el ro Volga en bote de remos.
La emocin contagi a todos los presentes. Ante una comunidad tan
sensibilizada, pens Rast, mejor es acercarse ms al tiempo.
3. EMBAJADOR DE SU PUEBLO
La buena gente no cedi en su pedido e
insisti en que hiciera el viaje, hasta que
finalmente acced y decid dejar a mi familia
e ir a Brasil para exponer a su gobierno
nuestro problema Juntaron solamente 40
marcos pero juraron que a mi regreso me
pagaran todos los gastos que hiciera.
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- Cuando llegu de vuelta con mi gente y les cont todo lo que haba
pasado, no haba nadie que hiciera algo al respecto, solamente yo me mova y
hablaba, - y en su semblante afloraba un dejo de dolor por la actitud pasiva de su
gente. - Me dirig al cnsul ruso, pero no se ocup para nada de nuestro problema
Fue entonces cuando me convenc que no poda contar con nadie.
- Cul fue el paso siguiente? - se interes el interlocutor.
- Aqu fue cuando la gente me pidi, por amor de Dios, que fuera
personalmente a Brasil, que me dirigiera al gobierno para que se ocupara de
nuestra situacin. Eso me cost mucho. La buena gente no cedi en su pedido e
insisti en que hiciera el viaje, hasta que finalmente acced y decid dejar a mi
familia e ir a Brasil para exponer a su gobierno nuestro problema Juntaron
solamente 40 marcos pero juraron que a mi regreso me pagaran todos los gastos
que hiciera. Su rostro se ensombreci por un instante.
Caa lentamente el atardecer. El abuelo se retir, por un instante al
interior de la casa. Rast, viendo a los chicos muy entretenidos, se acerc y los vio
jugando con unos simples huesos, algunos pintados y colocados en pequeos
corrales, simulando ser caballos de tiro, de carrera,... Con tan poco se
entretienen?, pens.
Apenas regresado, el anciano prolong, sin esfuerzo, su relato:
- Dos semanas tardo para llegar a Ro. Al da siguiente me recibieron las
autoridades para que yo expusiera los motivos de mi presencia y lo que pretenda.
Tuve que hacer un escrito historiando toda nuestra trayectoria Un empleado hizo
la traduccin al portugus; dos das despus una autoridad ministerial mand un
telegrama a Buenos Aires para que el cnsul de Brasil, sin demora alguna, obviara
todo trmite para que el agricultor que quisiera ir a Brasil lo pudiera hacer con
todos los gastos pagos.
Lentamente prendi la pipa y continu: - Cuando el telegrama lleg a
Buenos Aires, ese domingo antes del medioda, nuestra gente estaba asistiendo a
Misa. De todo eso me enter luego, a mi regreso.
Rast debi ser representante del gobierno en esa oportunidad, esto lo
saba, aunque su complicidad supo disimularla cambiando rpidamente de tema.
Por un instante se hizo silencio. Reinaba una temperatura agradable. El
sol desapareca lentamente tras el ro Paran. En esa direccin poda an verse un
carro que marchaba all a lo lejos.
- Son parientes nuestros - coment el joven Santiago.
4. CHOQUE DE CULTURAS
Le tenamos temor porque a ms de uno de
los nuestros lo puso de plantn junto a un
poste y no le permita moverse pero tuvimos
que salir y nos obligaron a poner en ronda.
41
5. ABRIENDO SURCOS
Miles de palabras bondadosas, de consuelo y
de aliento surgieron de nosotros tres para
que nuestra pobre gente se mantuviera firme
y unida.
frutos de las cosechas, el gobierno nos ampli la racin otro ao ms. Las familias
recibieron, para cada chacra: 2 caballos y una yegua; 2 vacas y 2 toros; un arado,
una pala, un hacha, Todo esto lo tenan que pagar en un lapso de 20 aos.
- Una vez que les entregaron las tierras cmo fueron las primeras
jornadas de trabajo?.
Don Nicols se tom de la cabeza y qued un instante pensativo, sin
responder.
Ante esta reaccin el visitante pens: Habr hecho mal la pregunta?
El anciano guard silencio, mir fijamente al interlocutor, pens bien lo
que iba a decir y, finalmente se decidi hablar:
- Eso es algo difcil de describir y explicar a alguien que haya estado
ajeno a nuestra situacin y quiera hacer un relato verdadero de cmo acontecieron
los hechos. Desde luego nos referimos a los inicios de los trabajos rurales.
Los hijos presentes, todos agricultores, se sonrieron.
- Fjese un detalle, seor Rast: aqu en Amrica cuando uno mira un
caballo ve que tienen la misma textura que los que tenamos en Rusia, pero su
fortaleza no es la misma, aunque sean gordos Cuando va con ellos a Diamante o a
Paran, ya sea tirando de un carro o montando, se debe parar dos o tres veces a la
vera del camino y dejar que se alimenten porque siempre estn cansados.
- Qu notable!. Es posible que el tipo de alimento sea distinto y
beneficie su fortaleza. - se expres el hombre de ciudad ajeno por completo a las
cosas del campo.
El anciano, gesticulando con sus manos, profundiz el tema:
- Cuando hubo que arar clambamos al cielo. Se tenan que juntar dos o
tres familias con todos sus caballos para roturar la tierra con un solo arado.
Cuando haban dado tres o cuatro vueltas, ya estaban cansados, casi no podan
avanzar, gordos como estaban no resistan ningn esfuerzo. Los de afuera rean,
nosotros llorbamos!.
- Realmente, seor Gassmann, estoy sorprendido de lo que me cuenta.
- Vea seor, no se puede describir la angustia que sentamos por la
miseria que tenamos que padecer en ese tiempo. Quien sea labrador se puede
imaginar lo mal que nos fue a los inicios - concluy con resignacin mientras
jugaba con el bastn en sus manos.
- Me contaba su nieto Santiago, hace un instante, que los primeros carros
los hicieron de rueda maciza?
- Efectivamente!. Estaban cortados de una sola pieza. Cuando el seor
Navarro vio lo que habamos hecho se asombr e hizo venir un fotgrafo porque
le pareci una obra maravillosa. Nos hizo reunir y nos pidi que nos sentramos
en los carros, nos hizo poner a todos en fila para fotografiarnos con carros y
animales, todos en la misma foto; luego la envi a Buenos Aires.
- Por supuesto que nunca vimos esa foto! - coment, con una sonrisa
irnica, Matas.
6. PIEDRAS EN EL CAMINO
Viendo la ubrrima tierra que les haba
tocado, de un da para otro estos tres
individuos dijeron: Todo esto es nuestro!. Y
se apropiaron todo. Cuando vendieron parte
del fruto del esfuerzo de todos, se lo
43
44
El Seor Rast crea conveniente concluir con la siguiente pregunta: Despus de dejar, junto a los suyos, la patria donde naci cul es su mejor
recuerdo de esta su aldea Valle Mara?
Como buen conocedor de las Sagradas Escrituras, Don Nicols se tom
de ellas para responder: - En el Libro l de los Reyes, cap. Vlll, vers. 18 dice:
"Dentro de tu corazn proyectaste construir un templo a mi nombre, y has hecho
muy bien en pensar as" - y con satisfaccin, que no poda disimular a pesar de su
cansancio, continu: - El 22 de junio de 1885 estbamos todos los jefes de familia,
de nuestra comunidad de Valle Mara, reunidos en la escuela, todos muy unidos y,
de comn acuerdo, arreglarnos que cada jefe deba aportar en dinero cinco
nacionales, por chacra, para comenzar la construccin de la nueva iglesia. El 19
de diciembre de 1886, en cl nombre del Seor, fue bendecida nuestra iglesia por el
Padre Tewes. Fue durante el ltimo domingo de Adviento.
Con el rostro de un hombre satisfecho y orgulloso de su iglesia,
concluy:
- Nuestra iglesia fue bendecida bajo el amparo y la advocacin de la
Inmaculada Concepcin de la Bienaventurada Virgen Mara. Amn.
Se hizo silencio y la noche pint sin estrellas el espacio.
A lo lejos, muy lejos, se oa repetir un coro: Amn! Amn! Amn! No
poda comprender nada. Dnde estaba?. No lo saba. El abuelo haba
45
desaparecido y sus hijos... los nios... todos se haban ido!. . hasta el periodista!
Era un silencio sin respuesta.
Cuando me despert sent una sensacin de paz y felicidad. Es que haba
conocido aquel anciano de nombre Nicols. S, el de la foto que haba en el
comedor de la casa y que tanto me haba hablado el abuelo Antonio.
No! Era distinto!
De repente me sent en la cama y comprend: haba soado con sus
Crnicas. Slo pude atinar a mirar el cuadro del Buen Dios que haba en mi
habitacin y agradecerle.
De las Crnicas de Nicols Gassmann (padre) se han extrado las
respuestas. La excelente traduccin y redaccin de las Crnicas es
del equipo de Vicente Kranewitter (Valle Mara en la Pcia. de Entre.
Ros).
46
TERCERA PARTE
2.
RECONCILIACIN Y DESPEDIDA
47
3.
En Diamante nos esperaban con carros los colonos de Valle Mara y San
Francisco y nos condujeron a estas dos aldeas donde tenamos todos los parientes.
En Valle Mara me convidaron con el primer mate. Yo crea que esto era
tabaco y que deba fumarse en una pipa bastante diferente de la que usbamos. Chup
fuerte, como es natural. Las consecuencias eran una formidable neblina que produje con
mi resoplido al sentir la quemazn. La gente se mora de risa. Para ellos el mate ya
haba desalojado el t de China que tombamos en Rusia.
Ahora soy un gran amigo del mate y me siento muy argentino al tomarlo.
Don Pedro Goette. Sali de Rusia en 1886 con otras 800 personas para fundar la Aldea San
Jos, hoy Crespo.
4.
Conmemoracin de los ciento quince aos de Valle Mara (E.R.) pg. 113.
48
Miguel y Catalina
generosa hospitalidad de esta familia, cerr la primera noche de estos jvenes alemanes
en suelo argentino.
El canto de los pjaros despert a Miguel. Catalina permaneci dormida.
El criollo lo esper sentado en el patio. Miguel acept unos amargos.
Desacostumbrado, al agua tan caliente, en su garganta qued el ardor por un largo
tiempo.
Era una maana fresca y hermosa. Un cardenal amarillo, encaramado en un
jacarand florido, cantaba con estridencia. Miguel, observando distradamente, detuvo
su vista en un hermoso caballo criollo, entre muchos, de reluciente pelaje tobiano y...
qued prendado del animal.
Cuando el sol comenz a elevarse sobre el paisaje, unas duras galletas y una
buena taza de mate cocido, anim a los viajeros a continuar su camino. Con gestos
amigables agradecieron la hospitalidad de la familia y emprendieron el camino.
A los quinientos metros Miguel se detuvo. Expuso a Catalina su preocupacin:
-Necesitamos de un caballo para seguir!
Catalina, en silencio, record lo que llevaba entre su equipaje y decididamente
volvi sobre sus pasos. Miguel la sigui sin comprender.
Los lugareos, que an permanecan junto al camino, los vieron regresar.
Sorpresa y silencio eran una misma cosa.
Catalina, cuando estuvo frente a ellos, abri lentamente unos de los pequeos
bultos y apareci ante la vista de todos con un hermoso vestido de novia que su madre
bord para ella y que ofreci a cambio de un caballo.
La duea de casa no tard mucho en convencer a su marido del intercambio y
Miguel, sin vueltas, se acomod sobre la montura del caballo tobiano; ayud a montar a
su joven seora y pronto dos siluetas se recortaban en un paisaje de esteros.
Una semana despus aparecieron en tierras de sus asombrados parientes. Felices
a pesar del agotamiento. El reencuentro con sus familiares les hizo olvidar tantos
sufrimientos y, en la memoria de Catalina qued para siempre grabado su vestido de
novia
Hay muchos testigos, an hoy da, de esta historia en la que debieron cambiar el vestido de
novia por un caballo tobiano para llegar a destino; historia relatada por don Miguel y escuchada, entre
otros, por mi padre. Importante: Hay personajes y hechos novelados.
En Valle Mara se cuenta que Catalina y Miguel llegaron a la aldea en busca de la familia
Kranewitter. La casa, como todas las de su poca, careca de puerta al exterior. Haba que entrar por un
costado. Cuentan que Miguel se arrim al tapial para ver el interior del patio y los Kranewitter se
sorprendieron de su presencia, pues se conocan de la aldea Obermontschou. Cuando descendieron a
Catalina del caballo se sorprendieron verla embarazada y sus ropas totalmente desgarradas por el sol
y las lluvias en ese largo peregrinaje.. Su llegada semejaba a Jos y Mara, embarazada, entrando
pobremente a Beln16. Esta historia no la podemos olvidar.
Miguel Seib nace el 16 de febrero de 1858 en Colonia Obermontschou en el Volga. Es uno de
los primeros aldeanos que debi hacer el servicio militar en Siberia durante varios aos. Por esa razn
hablaba muy bien el ruso. A su regreso le haban elegido una esposa. Su negativa origin un serio
conflicto familiar17 y se cas con su novia. Catalina Begler nace en la misma Colonia el 8 de abril de
1870. Ambos se casan en su aldea natal el 17 de febrero de 1886 y eligen Brasil como futura patria y
hacia all se encaminan en 1887. Viven en Campo Garca (Crespo) y Federal (Km. 113). Fueron
16
Lo cuenta Ema Kranewitter de Gassmann en la misma casa de sus abuelos. Testigos de este relato de
Ema fueron Beatriz Gassmann de Wendler y el autor del artculo un da de mayo de 2009.
17
En la puerta de la Iglesia, arroja su sombrero al piso (era un grave gesto para su poca) en seal de
protesta. Recibi un castigo ejemplar y pblico por parte del sacerdote que cumpli al pie de la letra, pero
se cas con la mujer que quera. Lo recuerda con emocin, de la misma boca de su abuelo Miguel, la Sra.
Beatriz Gassmann de Wendler.
50
bendecidos con 16 hijos. Dos hijas (Catalina y Paulina) se casan con dilectos hijos (Miguel y Antonio) de
la aldea San Miguel. El 18 de febrero de 1936 fallece Catalina en Federal.
Miguel vive sus ltimos tiempos en Campo Garca, en casa de su yerno Antonio, el primer
maestro de la aldea. Fallece all el 1 de noviembre de 1951.
18
51
6. MARIENTHAL
La Virgen de Marienthal, Madre Dolorosa, se venera desde 1350 en toda la
regin del Alto Rhin. Desde la Edad Media era un centro de peregrinacin en Alsacia y
Lorena, territorios siempre disputados entre Alemania y Francia. La Baslica est
prxima a la ciudad de Strasbourg (Haguenau). La regin hoy pertenece a Francia pero
otrora fue un reino alemn.
Estevo Mller19, Hno. Marista que naci en Marienthal Municipio de Lapa,
Paran, Brasil -, asegura que el nombre de Marienthal (Valle Mara) nace en el
Santuario de Nuestra Seora de los Dolores de Marienthal, en la aldea de Bischofsheim,
en Renania a tres Km del Rhin, cerca de la ciudad de Mainz. Es un lugar de
peregrinacin que se remonta del siglo XII y se venera a la Virgen negra (ennegrecida
por las velas durante siglos)
Es muy posible que el nombre de la aldea tenga su origen en la devocin
mariana que se extenda entre esos dos santuarios marianos del Rhin.
El nombre Marienthal fue llevado desde Rusia a Estados Unidos, Canad, Brasil
y Argentina.
7. EXPERIENCIA DE UN INMIGRANTE
19
Alm dos Mares a Libertade paggs. 107-108. 1998. San Pablo, Brasil.
52
53
su corazoncito de 18 aos, Margaret Seitz, hija del seor Peter Seitz, su compatriota de
viaje.
Peter y Margaret se unieron en santo Matrimonio, en la Iglesia de la Misin de
Santa Marys, por el reverendo William P. Vander Heyden, S. J. Esto ocurri el 30
junio de 1880. En ese tiempo Peter era el director de esa seccin de la escuela y el
negocio marchaba muy bien. Fruto del duro trabajo y el ahorro, Peter supo comprar una
linda cabaa, no muy lejos de la escuela. Recin en 1888 pudo cumplir con su gran
deseo de viajar. Peter y Margaret tenan tres hijos: Nicols de seis aos, Ana Mara de
tres y Katherine que acababa de cumplir un ao. Peter y su querida esposa decidieron
vender la casa para ir a vivir a Sudamrica. Fue difcil, para la joven y cariosa madre,
despedirse de sus queridos padres y familiares.
En mayo de 1888, Peter y su pequea familia se encaminaron hacia Argentina.
Un mes dur el viaje, en tren y en barco, para llegar a destino. Dos hermanos de Peter
les salieron al encuentro para llevarlos hasta la aldea Valle Mara, donde el abuelo
Nicols y familia residan. El reencuentro fue emocionante para todos mientras el viejo
padre y su hijo, no dejaban de abrazarse.
Valle Mara, tena una bella iglesia, y una cmoda escuela donde asistan
alemanes y espaoles. Mientras estos aldeanos se apegaban al habla alemn,
conservndolo en sus hogares, el espaol era la lengua oficial y se enseaba en las
escuelas.
Peter esperando residir definitivamente en Valle Mara, se asoci con uno de sus
hermanos y compraron una buena racin de alimentos deshidratados e instalaron un
almacn de variedades. Hizo muchas pruebas e inversiones pero el negocio aventurero
no prosperaba y era causa de pesares y preocupaciones.
El 15 de octubre de 1888 naci Mara Elizabeth, la cuarta hija del matrimonio.
Despus de este feliz evento, Margaret, entr en una profunda depresin, extraando a
su lejana Kansas y a sus padres. Peter, cada vez ms insatisfecho y desilusionado, no
slo en lo que a negocios se refera, sino tambin a la falta de progreso del pas, al
clima, al idioma y sus costumbres, decidi regresar a Kansas, llevando consigo a su
afligida esposa y a sus pequeos hijos.
En mayo de 1889, justo un ao despus de su llegada a Valle Mara soportaron,
con mucho dolor otra triste despedida. Fue difcil para Peter alejarse de su amado padre.
El abuelo Nicols muri el 4 de febrero de 1900 a la edad de 74 aos. Sus restos
descansan en el Valle Mara, Entre Ros, Argentina.
El viaje de regreso a los Estado Unidos fue largo y con muchas contrariedades.
El barco Southerland que parti de Buenos Aires, se encontr con una terrible tormenta
en el mar, debi dirigirse hacia Southampton, Inglaterra. All el barco qued amarrado
muchos das y, finalmente, parti para Nueva York. Con mucha algaraba fueron
recibidos en St. Marys, Kansas.
La reciente aventura result muy onerosa hasta el punto de ver Peter consumidos
sus ahorros, no slo por los costos del viaje sino tambin las prdidas sufridas en su
negocio en Argentina. Adems, el trabajo en la misin haba sido ocupado por otro
hombre.
Peter, nuestro padre, abri un negocio de su propiedad en la seccin comercial
del pueblo. Eran aos difciles, pocos compraban porque los trabajos eran mal pagos.
Nuestro padre sufri muchos aos de frustracin, pero con imaginacin, sacrificio y
ahorros de ambos, supieron mantener una adorable familia de seis hijos y cinco hijas,
felices y saludables. Uno de los nios, William, muri en la infancia.
En mi libro MEMORIAS DE CASA describo la vida y el estilo de hogar
que Peter y Margaret supieron legar a su gran familia. Lo escrib una vez que todos los
54
chicos partieron. Para ese entonces qued sola, a cargo de mi anciano padre Peter, quien
muri calladamente en su viejo hogar, el da 30 de julio de 1940, a la edad de 85 aos.
Mam haba muerto quince aos antes a la edad de 62 aos. Era el 7 de abril en 1925.
El RECORD of the PETER GASSMANN (1855 -1940) ANCESTRY es parte de una
hermosa historia familiar escrita por su hija Ana Mara Gassmann (1885-1977) en enero de1973. En la
misma nos dice que los hechos pertenecientes a los registros de generaciones ms viejas en Amrica y
de nuestros abuelos maternales fueron recopilados en conversaciones que recuerdo haber tenido con mis
padres y por notas en mi diario personal. Por esto considero que todos los datos son bastantes
autnticos. Finalmente expresa que en mis 88 aos de edad he escrito y recopilado estos datos para
quien sea amante de ellos.
Agradezco el envo de este documento desde Kansas, Estados Unidos, por parte de Denis Grau
Gassmann y a la paciente tarea de traduccin, en colaboracin, de Nadia Soledad Gassmann.
55
ANEXOS
1. UN VIAJE CULTURAL AL LEJANO CHACO
.
en San Antonio
Rancho
centenario
que
perteneciera a Juan Dreher
56
INTRODUCCIN
Se define a la genealoga como la ciencia que tiene por objeto la bsqueda
del origen y de la filiacin de las personas y de las familias.
El genealogista es el que realiza esa bsqueda. En realidad es el
incomprendido de la familia, un personaje extrao para otros; un buceador de
informacin e infatigable visitador de iglesias, bales, archivos y cementerios con la
titnica misin de buscar el eslabn perdido, armador de rompecabezas uniendo
nombres, desde arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, para formar el rbol
genealgico familiar.
Deberamos saber que con su tarea preserva una rica historia y evita que el
tiempo y la indiferencia proyecten su implacable poder destructivo enterrando el
pasado con sus ricas tradiciones y lucha contra un nuevo mundo sin identidad, sin
valores, sin personas, sin familias, sin futuro.
El genealogista observa cmo han ido cambiando los nombres cristianos con el
tiempo: de Juan, Pedro, Santiago, Ana Mara, Mariana y Brbara, pasamos a Ernesto,
Guillermo, Antonio, Aurora, Yolanda y Marciana, luego a Carlos, Enrique, Lucas,
Carmen, Amalia y Teresa y, finalmente a Jonathan, Franco, Nahuel, Analey, Marisa y
Nadia. A su vez, con una entendible aparicin en el rbol de apellidos italianos,
espaoles y criollos; pasando de familias numerosas con alta mortalidad infantil a
familias con muy baja natalidad y mortalidad; desde pequeas aldeas pasan diluidos y
dispersos en grandes ciudades, desconociendo su origen y su historia. Finalmente,
surge la aparicin de uniones sin compromisos o divorcios en puerta, desconocidos en
otras pocas y que dificultan el sistemtico seguimiento de personas.
Pero entre tantas reflexiones, un genealogista descubre personas, que por su
meritoria vida merecen un prrafo especial y no es bueno que queden en el olvido: unos
por ser padres ejemplares, otros destacados en su profesin, en su vocacin, y otros
eternos viajeros, como la persona que intento descubrir y comprender y cuyo ttulo
espero sea el ms parecido reflejo de la realidad. Descubramos, entonces y de una vez,
a este caballero!
PARTIDA PARA AMRICA
Mariental es una aldea que se encuentra en las praderas orientales del Volga, all
en la lejana Rusia. La familia Gassmann, como todos sus vecinos, son humildes
campesinos. Han llegado a esas tierras hace ms de cien aos y conservan fuertemente
las costumbres y el idioma trado por sus antepasados desde Alemania. Las aldeas son
prsperas y tranquilas, y las familias, muy numerosas por cierto.
Nicols, un hombre de unos cuarenta y cinco aos, con la ayuda de sus hijos
mayores, cultiva las tierras y tiene una pequea carpintera en la casa. Su abuelo Juan
haba llegado desde Ulm (Alemania) y dej en heredad el oficio.
Nicols es un hombre culto, gusta de la lectura y transmite esa aficin a sus
hijos. Ana Mara tiene, como toda madre, una especial dedicacin a los quehaceres de la
casa y el cuidado de sus hijos.
El da lunes 17 de septiembre de 1862 un nuevo retoo llega a la familia: Jos, el
6 hijo varn.
Como es costumbre, al da siguiente el nio es bautizado en la hermosa iglesia
de Mariental. Son sus padrinos Jos Weigel y Ana Mara Gross de Becker.
El 21 de setiembre de 1868 es confirmado siendo su padrino Juan Herrmann.
Ms adelante llegarn tres hermanas ms.
57
edad.
Es en ese clima pueblerino donde Jos creci junto a otros muchos nios de su
Tres pases, tres ros, tres historias de una familia. Mario Gassmann. Buenos Aires. 2000 pg. 38
Tres pases pg. 39
58
59
60
Sudamrica. Fue difcil, para la joven y cariosa madre, despedirse de sus queridos
padres y familiares.
En mayo de 1888, Peter y su pequea familia se encaminaron hacia Argentina,
Sudamrica. Un mes dur el viaje, en tren y en barco, para llegar a destino. Dos
hermanos de Peter les salieron al encuentro para llevarlos hasta la aldea Valle Mara,
donde el abuelo Nicols y familia residan. El reencuentro fue emocionante para todos
mientras el viejo padre y su hijo, no dejaban de abrazarse.
Valle Mara, tena una bella iglesia, y una cmoda escuela donde asistan
alemanes y espaoles. Mientras estos aldeanos se apegaban al habla alemn,
conservndolo en sus hogares, el espaol era la lengua oficial y se enseaba en las
escuelas.
Peter confiando residir en forma definitiva en Valle Mara, se asoci con uno de
sus hermanos y compraron una buena racin de alimentos deshidratados e instalaron
un almacn de variedades. Hizo muchas pruebas e inversiones pero el negocio
aventurero no prosperaba y era causa de pesares y preocupaciones.
El 15 de octubre de 1888 naci Mara Elizabeth, la cuarta hija del matrimonio.
Despus de este feliz evento, Margaret, entr en una profunda depresin, extraando a
su lejana Kansas y a sus padres. Peter, cada vez ms insatisfecho y desilusionado, no
slo en lo que a negocios se refera, sino tambin a la falta de progreso del pas, al
clima, al idioma y sus costumbres, decidi regresar a Kansas, llevando consigo a su
afligida esposa y a sus pequeos hijos33.
En mayo de 1889, justo un ao despus de su llegada a Valle Mara soportaron,
con mucho dolor otra triste despedida.
Mientras tanto, Jos participa en las tareas de campo, en las cosechas y fabrica
en la carpintera de su padre ruecas para hilar, cunitas, bales, mangos de herramientas,
mesas, sillas y bancos,... En 1892 el Padre L. Gruter, de la Congregacin Verbita, le
encomienda a Jos la fabricacin del plpito de la Iglesia de Valle Mara.34 En 1896 es
contratado como sacristn de Valle Mara con un sueldo de $450 anuales.35 Su cultura le
permite llevar adelante los libros de la parroquia, colaborar con el sacerdote en la
liturgia, en los cantos,...
En 1897 Jos e Ignacio Seib hacen construir la pequea y hermosa torre de
nuestra iglesia. Pagaron por ello 25 nacionales36
Entre el campo, la carpintera, y el oficio de sacristn apenas sostiene a su
numerosa familia. Con el comienzo del nuevo siglo el abuelo Nicols cae enfermo. En
el lecho de su dolor hace entrega a Jos, el hijo varn que an permanece con su padre,
el libro de la familia. Jos estampa en el libro el siguiente escrito: El presente libro
me fue entregado por ser el hijo menor. As lo dispuso mi padre Nicols antes de morir.
Yo no me voy a desprender nunca de esta propiedad, mientras viva37 Fue verdad, en
todo su peregrinaje lo llev consigo, y en el lecho de su muerte se lo entreg a su hijo
Juan.38
33
El RECORD of the PETER GASSMANN (1855 -1940) es parte de una hermosa historia familiar
escrita por su hija Ana Mara Gassmann (1885-1977) en enero de1973.
34
Memorias pg. 129
35
Memorias pg. 129
36
Memoria pg.117
37
Memorias pg. 135 Las Memorias de Nicols Gassmann constituyen el principal testimonio de los
Alemanes Volga desde la partida del Volga hacia el Plata.
38
Memorias pg. 135 Juan escribi despus: Recib este valioso libro despus de la muerte de mi
padre y por disposicin de mi abuelo siguiendo la lnea masculina en el rbol genealgico. Lo guardar
en mis manos como algo sagrado, mientras viva. Diamante, enero 1936. Juan Gassmann
61
62
La fiesta se haca en la casa del novio donde desde ese momento quedara
viviendo la pareja de contrayentes48
44
ApuntesObra citada.
Schn o Schen.
46
Antiguas tradiciones pg. 107
47
Antiguas tradiciones pg. 108
48
Santa Anita pgs. 273 y 274
45
63
Ana Mara ser, por un tiempo, una nueva integrante de la familia hasta que el
padre de familia autorizara a la pareja y sus hijos, que iban a llegar, a que se
independizaran definitivamente.
Una situacin difcil sobreviene a la familia estando en Guamin, pues, la joven
mam, Mariana, se enferma gravemente. Debe marcharse a Buenos Aires para ser mejor
atendida. La acompaar su marido.
Mariana sabe que nunca va a volver. Con ojos llorosos se despide de sus hijos.
Los nios intuyen la realidad y escondidos entre las viejas paredes ven cmo el carro se
aleja lentamente hacia la estacin de tren y sus hmedos ojos de cielo y de inocencia
empaan el atardecer de aquella jornada.
Mariana tena apenas 38 aos cuando falleci, alejada de sus queridos hijos que,
seguramente, la siguieron esperando en silencioso dolor durante mucho tiempo.
En el libro de la familia, Jos escribe: El 12 de agosto de 1907 falleci nuestra
querida madre y esposa, a los 38 aos, 3 meses y cuatro das, enferma de los pulmones
y el hgado, en el Hospital Rivadavia. Expir serena y tranquilamente.. Fue sepultada
en el cementerio de la Chacarita 49
Jos tiene en estos momentos 45 aos. Se lo ve dolorido y preocupado. Cmo
seguir sosteniendo su numerosa familia? Cmo enfrentar el desafo de la educacin de
sus hijos sin su esposa?
Un da, en uno de sus viajes por Buenos Aires, conoce a Ana Mara Rudolf
Sacks.50
Esta buena mujer haba nacido en el Volga el 15 de agosto de 1873. Debi
crecer en una familia de buena posicin.51 Del primer matrimonio naci Brbara Kruger
y ante la muerte de su esposo volvi a casarse y naci su segunda hija, Catalina
Haberkorn. No sabemos los nombres y las procedencias de sus dos maridos ni dnde
vivieron.52 Viuda por 2 vez y desamparada en Buenos Aires, consigue, por compasin,
un trabajo de limpieza en un hotel.53
Venida a menos, la pobre Ana Mara, demuestra su poca habilidad para los
trabajos de hogar.54 Es en esa situacin que se produce el encuentro con Jos y el 12 de
marzo de 1908 se casan y marchan al encuentro de la familia del esposo en la Provincia
de Buenos Aires.
All supo Ana Mara toda la verdad sobre el nmero de sus nuevos hijos
adoptivos, en esos momentos, dispersos entre los familiares.55
En la Colonia San Miguel (Provincia de Buenos Aires), un 23 de noviembre de
1908 nace el primer hijo de ambos: Clemente.
Jos , hijo, el 5 de abril de 1910 se casa con Ana Mara Helwing y permanece
unos aos con su padre.
49
64
65
Apuntes O.c. Agustn Dreher interpreta que la razn principal de su partida fue su mala relacin con
el sacerdote del lugar.
58
Coinciden plenamente Olga Gassmann, Clementina Gassmann y Agustn Dreher.
59
Clementina Gassmann se refiere a una foto (se perdi) en donde se vea el mal estado fsico de los
nios en Brasil. Adems recuerda el testimonio de su padre Andrs.
60
Apuntes O.c. Durante la entrevista, Agustn Dreher, sin la ayuda de un mapa describe muy bien el
viaje de regreso de Jos y su familia: Cruzan a caballo, a la altura de Paso de los Libres, en una de las
bajantes poco comunes del ro Uruguay. Se instalan detrs de la Rural. Este relato se lo escuch a
Sivestre Gassmann y a su hermana Berta.
66
este testimonio: Muchos de los grupos llegados de La Pampa y Entre Ros los
albergamos en Curuz Cuati. Eran 28 familias de colonos en busca de tierras en
Corrientes. En total eran 72 personas. Una familia estuvo 45 das, la mayora uno a
tres das albergado61
Aqu nace Berta un 4 de julio de 1913.
Qu vida social llevaban nuestros aldeanos? El trabajo fue siempre una
obligacin principal pero, a su vez, estaba muy prendido en sus costumbres ir de
visitas por la noche. Se haca una visita al vecino para cantar sus canciones
tradicionales, jugar a los naipes, para pasar un rato agradable y se esperaba que ste
devolviera la visita. Los domingos a la maana, despus de misa, se acostumbraba
visitar parientes y quedarse a almorzar.
La solidaridad obligaba al colono acompaar a parientes y vecinos enfermos.
Era una costumbre tambin muy tpica trada del Volga comer semillas de
girasol.
En nuestra tierra aprendieron a tomar mate. Se convirti en costumbre levantarse
a la maana o despus de la siesta y tomarse unos mates amargos con un terrn de
azcar, los que lo deseaban, acompaados de unos sabrosos Kreppel o alguna galletita
casera.
En 1915, Jos Gassmann y toda la familia, dejan el negocio e inician la sptima
mudanza. Se radicarn en Corrientes (Capital).62 Aqu nacen Nicols el 5 de setiembre
de 1915 y Clementina el 25 de noviembre de 1917.
Se casa Rosa con Santiago Schunk el 30 de octubre de 1916 y se marchan a La
Pampa
Tambin se casa Silvestre el 27 de noviembre de 1917 con su hermanastra
Catalina Haberkorn Rudolf.
Entre 1916 y 1919 la abuela Ana Mara ha debido sufrir cuatro operaciones en
Corrientes y Paran; en 1926 dos operaciones ms: Diamante y Buenos Aires (Sanatorio
Palermo).
A esta altura de la vida de Jos podramos enumerar las personas que formaban
la gran familia Gassmann en esos aos de 1918 en Corrientes. Estaba el abuelo Jos con
sus 56 aos y la abuela Ana Mara de 45 aos; Ana Mara,63 la mayor, con su esposo y
sus hijos; el hijo Juan (N84) con 30, su esposa Mara y sus hijos: Mara, Yolanda,
gueda, Elena, Victoria64 y Guillermo65; Jos (N85) y Rosa con sus respectivas
familias no se encuentran en la comitiva; Silvestre con 25 aos, su esposa Catalina y sus
hijos Luis y Guillermo; Simn, posiblemente casado, con 23 aos; despus los hijos
menores: Mara de 19 aos, Apolonia tena 16, Brbara unos 15, Clemente tena 10,
Andrs 7, Berta con 5, Nicols tena 3 y la menor de un ao: Clementina. Haciendo las
cuentas podemos hablar de unas 25 personas.
En el sistema patriarcal se necesitaba una familia numerosa para realizar las
mltiples tareas en el campo y en el hogar. Las mujeres (madre, esposa, hija y nuera)
llevaban una vida muy activa, pues, madrugaban muy temprano para ordear,
preparaban el desayuno y la comida, lavaban, confeccionaban todas las vestimentas,
hilaban la lana, tejan los abrigos. Adems criaban los hijos, bordaban, pintaban,
61
67
66
68
Testimonio escrito por parte de Simn Gassmann, el hijo menor de Simn (Anglica Santa Fe junio
de 2005)
72
Ana Mara Schn
73
Simn Gassmann
74
En realidad Simn naci en Valle Mara (ER) un 1 de diciembre de 1895.
75
Hermanos de mi mam: Santiago Schn casado con Ana Mara Gassmann; Juan se cas con Alejandra
Herrmann; Matas casado con Brbara Kippes; Margarita casada con Andrs Becker; Mariana con Juan
Gassmann; Catalina con Jos Scharnescki, Pedro que falleci muy joven; Enrique casado con Elisa Sacks,
Ana (mi mam) casada con Simn Gasssmann; Rosa falleci, creo, recin casada; Antonio casado con
Elisa Guvint.
76
Ana Mara Gassmann se casa con Santiago Schn, Mariana Schn con Juan Gassmann y Ana Schn
con Simn Gassmann.
77
Eran mellizas.
78
Saba que estaba casada con Dreher.
79
69
por un camino del monte chaqueo80, a unas cinco o seis leguas adentro. Quien lo
encontr avis a la polica y ellos ubicaron a un gringo, amigo de mi padre, de apellido
Wasinger. Ante la premura del caso y la distancia, l avis a mam y dio cristiana
sepultura al difunto evitando que ella, por el estado del cadver, participara del
entierro. Mis hermanos, Alfonso y Domingo, atestiguan del hecho. Los hermanos de
pap vivan muy lejos (Charata) y no vinieron.
En esas pocas Alfonso y Domingo trabajaban para un seor llamado Domingo
Carballo81.
Mam y mis hermanos82, trabajaban en el tambo, juntaban la hacienda, Era
una gran ayuda la tarea que realizaban mis hermanos y por ello, este Seor, que no
tena hijos, los apreciaba mucho.
Cuando mam dej el Chaco y se fue a Entre Ros, tanto Alfonso como Domingo
se quedaron. Carballo les daba un pequeo sueldo y dos o tres vaquillonas por ao y la
ropa. Ellos cuando vendan algn animal, ahorraban dinero y se lo giraban a mam.
Alfonso, que contaba unos 17 aos y Domingo unos 15 marcharon, ms
adelante, a casa de mam. Siempre recordaron y extraaron su Chaco, conservando el
oficio de camperos y muy buenos domadores. 83
Mientras tanto, hacia 1922 o 1923, en un amplio rancho de paja y barro, en
Charata (Chaco), lo encontramos a Jos con su familia en la parte opuesta del pueblo,
cerca de las vas, visto desde la carpintera de Silvestre.84
Es la dcima mudanza de los Gassmann. Aqu debieron quedarse unos cinco o
seis aos. Se casan Mara y Apolonia85 con los hermanos F. y G. Micunda 86 y se
agregan al grupo familiar mientras permanecen en Charata.
Es precisamente en esos aos que un contingente de alemanes del Volga,
provenientes directamente de Valle Mara, llegan al Chaco y fundan la Colonia San
Antonio, muy cerca de Gral. Pinedo. Es el ao 1921.87
Silvestre desde Charata los acompaar en esta patriada durante esos primeros
difciles aos cuando fracasaron las primeras cosechas y el desaliento general ayud a
que dos familias regresaran a Entre Ros.
Nuestra historia, a partir de esta ltima fundacin, empieza a mezclarse entre las
localidades de Charata y Gral. Pinedo y una Colonia prxima que es San Antonio. Es
que la familia de Jos Gassmann se radicar definitivamente en el Chaco, ms
precisamente en la Colonia San Antonio. As la familia pag el duro precio del
desarraigo con la 11. mudanza la ltima en el final del camino
En el ao 1926 el abuelo Jos, con la excusa que las cosechas de esos aos no
era muy buena suea nuevamente con mudarse a Entre Ros. En una carta a su hija
Brbara y fechada el 15 de junio de 1926 y desde Charata le escribe:
80
70
Testimonio de Agustn Dreher. Clementina Gassmann y Olga Gassmann ven en esta partida a la
Colonia una iniciativa que impidiera a Jos pensar en una nueva mudanza. A su regreso el mismo
Silvestre llev a su padre a la Colonia, comenta Agustn.
89
Memorias OC. Juan describe con todo lujo de detalles su viaje a Alemania.
71
Ana Mara, la hija mayor, tambin permanecer hasta su muerte en Entre Ros90.
Ana Mara vino en busca de trabajo a Valle Mara; en ese tiempo se aloj en
la casa de su hermana Rosa y Santiago Schunk. Ms tarde lleg toda la familia a la
aldea. Vivieron en una propiedad de una familia Ortmann hasta comprar su propia
casa.
En Valle Mara fue partera. Uno de los primeros nacimientos que ella atendi
fue el de Mximo Unrein en el ao 1933. Prest ese servicio hasta el ao 1960.
El marido, Santiago Schn haba nacido en Santa Anita el 14 de noviembre de
1903 y falleci en Valle Mara el 20 de julio de 1957.
Aos posteriores, al enfermar Ana Mara, junto a su hija Victoria fue llevada a
la ciudad de Crdoba por su hija Ana Margarita (casada con Gette). All falleci. Sus
restos fueron trados a Valle Mara y descansan en el cementerio local junto con los de
su esposo.
Tuvo 15 hijos (5 varones y 10 mujeres) --esto es lo que recuerda mi abuela-uno falleci haciendo el servicio militar y 3 fallecieron de pequeos. Jos, Juan, Pedro,
Sofa, Rosa, Catalina, Amalia (casada con Volant), Ana Margarita, Mnica, Victoria.
Encontr el acta (N 564) de matrimonio de Mnica en la parroquia de Valle
Mara. El 11 de mayo de 1948 contrajeron enlace Ernesto Alfredo Janosch, 27 aos,
alemn, hijo de Ernesto Janosch y Aub Thielmann, domiciliados en Federal (E.R.), con
Mnica Schn, 18 aos, de San Isidro, hija de Santiago Schn y Ana Mara
Gassmann.91
Volvamos al Chaco. La Colonia San Antonio, recin fundada, fue adquiriendo
fisonoma propia. Despus de algunos aos que tardaron en desmontar, cada familia fue
a su chacra hacia el ao 1927 y no se formar una aldea tradicional. Las dificultades
iniciales fueron lentamente superadas. Se adaptaron al clima y la comunidad empez a
tener esperanzas. El Chaco fue el nuevo hogar y la profunda espiritualidad del pueblo lo
quiso expresar con la construccin de una capilla.
Siempre hallaron en la religin el sostn espiritual y el consuelo ante tantas
adversidades e injusticias. La Iglesia fue el refugio de nuestro pueblo, el lugar dnde
acudan para encontrar la paz y el descanso. Por esa fe y entrega total a Dios
lucharon sin bajar los brazos convencidos que las generaciones futuras viviran un
poco mejor92
Con la ayuda de los colonos se construye una pequea capilla. Jos se ofrece a
fabricar el altar y algunos bancos.93
Ms tarde la Colonia tendr su escuela. La Misa de los domingos y las
fiestas patronales de San Antonio congregaron muchas familias, en aquellos aos.
Quedar siempre en el recuerdo ese ambiente religioso y festivo.
En aquellos aos un poco ms tranquilos, cuando el trabajo rompa las largas
siestas del verano, el abuelo Jos se accidenta. Un toro bravo ataca al anciano y lo deja
bastante maltrecho. Es llevado primero a Aatuya (Santiago del Estero) y despus a
Santa Fe en el Hospital de la Caridad. Era el 11 de marzo de 1931.94
Ya nunca recuper su buena salud. Los problemas estomacales acompaaron a
Jos durante un largo tiempo. Para Navidad del ao 1934 su salud decae con rapidez. La
vida agitada, de muchas privaciones, hicieron mella en su cuerpo. Tena 72 aos de
edad.
90
91
Los tres ltimos hijos de Ana Mara, de quince en total, nacen en Federal (norte de Entre Ros).
72
Para una mejor atencin, a pesar del largo viaje, se va a Buenos Aires y se
interna en el Hospital Alemn. Lo acompaan sus hijos: Silvestre desde Charata y desde
Diamante (Entre Ros) se une Juan.
Rodeado de sus dos fieles hijos, en los comienzos de 1935, entrega su alma al
Seor. Nuestro padre Jos el 11 de enero de 1935 por trastornos estomacales, despus
de dos meses de sufrimiento y despus de 6 das internado en el Hospital Alemn
falleci a las 09,15. Fue sepultado en el cementerio Alemn. Con mi hermano Silvestre
lo acompaamos....95 En su lpida se escribi: Aqu descansa quien se durmi en el
Seor Joseph Gassmann, nacido el 17 de setiembre de 1982 y fallecido el 11 de enero
de 1935.
La noticia de la muerte del abuelo lleg al lejano Chaco. Sus hijos y sus nietos lo
extraaron largo tiempo pero el abuelo nunca regres.
Es Clemente, en los primeros tiempos, luego Andrs quienes llevaron la parte
ms difcil del trabajo en el campo. Fueron Berta y Brbara, las hijas, quienes pusieron
el alma en el hogar junto a su madre Ana Mara.
Ms tarde Andrs instala una carpintera y llega a tener merecida fama. An hoy
se dice: las ruedas de carro ruso fabricadas por Andrs son las ms perfectas y
duraderas de todo Chaco96
Pasando el tiempo, los hijos menores se hicieron grandes y cada uno se fue
volando del hogar: Nicols se casa con Catalina Dreher, Clementina con Francisco
Detleing y Alfonso con Genoveva Dreher.
La casa fue quedando vaca, las voces se fueron acallando y slo las mquinas
de la carpintera de Andrs siguieron luchando contra la dureza del quebracho.
Alfonso, el ms pequeo de la familia, despus de trabajar un tiempo en San
Antonio de Areco, se hace de un capital, regresa con su familia a Pinedo, compra una
chacra y trae consigo a su madre Ana Mara Rudolf97 que estaba en Charata, en casa de
Silvestre y, con mucha paciencia soportar su carcter difcil y, con cario, acompaar
a la abuela en sus ltimos aos.
Ya muy anciana, recordando aquellos aos jvenes del hotel, le dir a su nieta
Olga: Cmo hubiese querido regresar al Volga en aquellos das y no lo pude hacer!
Finalmente, Ana Mara, fallece en Pinedo el 16 de octubre de 1958.98
CONCLUSIN
He podido describir, con algunas dificultades, el itinerario recorrido por Don
Jos Gassmann. Su vida empez en el Volga y la paradoja del destino hizo que
culminara en Buenos Aires, nada menos que a mil kilmetros de donde se encontraba su
familia, en una pampita del monte chaqueo.
95
Memorias pg. 303. Apuntes O.c. El 28 de diciembre de 2004 visit el Cementerio Alemn para ubicar su
tumba. Ya no estaba, haban pasado muchos aos. Supe despus, en boca de Alejandro Gassmann (Pinedo), que
muchos aos antes su padre Alfonso Gassmann tambin haba querido visitar su tumba y ya la haban levantado.
96
Testimonio de Agustn Dreher, Alejandro Gassmann (Gral. Pinedo), (varios ms). Hoy en da ha quedado una
tapera de lo quera fue el ltimo hogar de la familia de Jos Gassmann. El bosque ir cubriendo lentamente la
carpintera del difunto Andrs como mudo testigo de las historias y ms historias de unos protagonistas que ya no
estn y el tiempo las ir borrando irremediablemente.
97
Amalia Gassmann, hija de Jos, recuerda que cuando nia sus padres visitaban la carpintera de Silvestre en
Charatay all se encontraba la abuela Ana Mara.
98
Testimonio de Olga Gassmann. Olga, fruto de sus afirmaciones, sus recuerdos y sus preguntas, me
impuls a escribir sobre su abuelo Jos. En un momento lo describi como carpintero, maestro y detective
internacional. Ahora lo podemos decir porque de aquel entonces ya nadie vive. Entre los familiares del
Chaco nadie pudo corroborar esta afirmacin pero sent, a partir de all, un halo de misterio en la figura de
Don Jos Gassmann.
73
Por qu esa vida tan agitada deambulando de un lugar a otro con toda su
familia? Tuvo siempre la esperanza que en cada traslado iba a encontrar la prosperidad
de los suyos? Era realmente un bohemio, un idealista? Fue un detective internacional?
Fue un eterno viajero sin retorno o un buceador en bsqueda de luz en la oscuridad?
Sus contemporneos ya no viven, tal vez el tiempo permita encontrar algunas de esas
respuestas.
Dejando de lado las ancdotas, hay gestos importantes que no podemos obviar:
Don Jos form una hermosa familia, numerosa por cierto y a pesar de las adversidades
y de las privaciones, se fundament en la unidad; conserv las tradiciones, prepar a
los hijos para luchar en la vida; fue un hombre cristiano y en el calor del hogar su fe la
heredaron sus descendientes.
Sus hijos, ya grandes, si bien buscaron su independencia, en cada vuelta del
camino, volvan a encontrarse con su padre.
Nuestro querido Dios nos preserve a todos de renegar de nuestra fe, que
perder bienes y dinero es perder mucho; pero perder salud y buen nombre es perder
ms, pero perdida la fe, todo se perdi(Nicols Gassmann ).99
Cuando el sol comienza a perderse detrs del monte, en el lejano Chaco, y las
sombras invaden el patio, el anciano se sienta en su mecedora y empieza a desgranar sus
vivencias, a rescatar su pasado, a desempolvar la memoria sobre la heroica historia
que supieron escribir los mayores con esfuerzo y sudor y hasta con su sangre.
Sepamos que todo abuelo tiene una profunda necesidad de ser escuchado, para que esas
historias no se mueran de la misma manera que, por la implacable excusa del hacha de
la modernidad, se precipitan al suelo los quebrachos colorados, ltimos exponentes del
orgullo chaqueo.
Mientras exista memoria, seguiremos andando una y otra vez el camino de
aquellos gringos. Sus nombres, sus sombras, sus voces, retornarn siempre bajo el sol,
la lluvia o el viento, porque no se fueron. Siguen fundando aldeas en la soledad de la
noche y en el corazn, eternamente100
2 . CARTA A LOS FAMILIARES GASSMANN DEL CHACO,
DESCEDIENTES DE JOS
Buenos Aires, 4 de marzo de 2005
Estimados amigos del lejano, querido y caluroso Chaco:
Me he permitido escribir sobre la vida de Jos, el abuelo trotamundo. Y
quiero explicarles por qu me permit escribir sobre su vida. No ha sido por simple
coincidencia, sino por circunstancias especiales.
En el primer viaje que hicimos al Chaco, en un almuerzo en la casa de
Alex, Olga Gassmann me hizo una serie de comentarios y preguntas sobre su abuelo y
realmente no supe contestar. En mi segunda visita al Chaco me acompa un pequeo
grabador he inici una serie de reportajes a familiares de aquellas tierras.
Luego fui leyendo algunos comentarios de familia y por ltimo un manuscrito
de Juan Gassmann (hijo de Jos) encontrado en Ituzaing (Corrientes), me ayud
99
100 100
74
mucho a recorrer el camino seguido por este hombre. Olga, espero que en este escrito
encuentres algunas respuestas, no todas.
En segundo lugar debo agradecer a Alex que me ha ayudado a descubrir esos
polvorientos caminos y conocer y visitar parientes. Los record a todos escribiendo la
biografa de Jos. Lstima el calor del verano!
Debo sealar tambin el entusiasmo de Clementina Gassmann cuando habla de
su padre Andrs. Gracias por la foto que supo prestarme y que me ha permitido conocer
los rostros de los principales protagonistas. No olvidar su acto de generosidad y
confianza hacia un desconocido.
Hay personas que tambin me han ayudado como Silvestre y Ral Gassmann
desde Charata. He debido remarcar la figura de su abuelo Silvestre, un adelantado en el
Chaco y en esa regin precisa. Los Gassmann de Hermoso Campo, descendientes de
Jos, hijo, a quien tambin sealo en esa historia tienen tambin mucho que decir. Tal
vez nos ayuden a encontrar personas descendientes de Brbara, Mara, Apolonia
mujeres de las que tenemos muy poca informacin pero que han vivido y muerto en
esos pagos.
Debo agradecer a Juan Alberto Mierez la amistad que me ha sabido prodigar y el
espacio en la radio Mocob para saludar a su audiencia tan numerosa, por cierto.
Adems sus escritos hablan a las claras de su inters por nuestros gringos llegados de
muy lejos.
Por ltimo debo hablar de Agustn Dreher. Un abuelo sabio que ha demostrado
una buena memoria. Puedo confirmar sus conocimientos con estos dos hechos fortuitos:
a) sin un mapa ha sabido describir el itinerario en la vida de Jos. b) cuando hablamos
de un antepasado de nombre Simn, seguramente fallecido en forma trgica, coment
Don Dreher que un hijo de Simn visit la aldea San Antonio por la dcada del 60 y que
slo estuvo una tarde, crea que era militar y tena un hermano. En estos das por
casualidad me comuniqu, gracias a un telfono que me dio Ral, con una hija de
Simn de nombre Rosa y s tiene un hermano militar (muy pronto nos encontraremos y
recibiremos informacin despus de ms de 50 aos sin tener noticias de ellos). Gracias
Agustn por su sabidura. Sepa que no me cansar de hablar de usted y espero tener
nuevamente la gracia de volver a visitarlo para escuchar sus relatos y los cantos
tradiciones.
Deb visitar en esos das de enero y, antes de marcharme del Chaco, las
localidades de Tres Isletas y Castelli, ms al norte, para encontrarme con un grupo de
misioneros de mi congregacin llegados desde Buenos Aires. Al regresar, era mi idea
pasar por Misiones y visitar un amigo.
Viajando solitario en el auto desde Corrientes a Posadas, veo en la ruta un cartel
que sealaba la localidad de Ituzaingo. Enseguida me lleg a la memoria la figura de
nuestro pariente, el Padre Silvestre Gassmann, fallecido unos tres o cuatro aos antes;
decido entrar.
Me llego hasta la Iglesia parroquial, estaba cerrada. Pregunto a una persona por
el frente y me dice que hable con una persona muy cercana al fallecido sacerdote. Me
dieron la direccin del barrio y lo encontr. El hombre, Osvaldo Gonzlez, fue criado y
educado por el Padre Silvestre. Ha sabido formar una familia y tiene un recuerdo muy
especial por su padre adoptivo, como le gusta sealar.
Muy generoso con su tiempo, expuso a mi vista los libros que hered y entre
ellos descubro un manuscrito de Juan Gassmann (2 hijo de Jos). Como no lo conoca
me acompa amablemente a sacar copia del mismo. Le agradec y nos despedimos.
Al llegar a Misiones descubr en esas fotocopias un verdadero tesoro. Despus
de la genealoga de la familia, al final del mismo describe sintticamente el itinerario de
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su padre (Jos) sealando aos y lugares. Fue providencial. Eso me permiti ir uniendo
los eslabones de sus 11 mudanzas por el pas y el extranjero. Comprob que tanto
Clementina como Olga y Agustn estaban en el buen camino de la informacin.
Espero que el escrito sea del agrado de ustedes.
Un abrazo en Jess.
Mario Gassmann s.c.
INTRODUCCIN
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Ervino (Mendoza). Adems del coro dirigido por Carina y los actores dirigidos
por Ana, ambas de Valle Mara. Perdn si me olvido de algunos!
A todos mis felicitaciones. Ha sido un verdadero placer trabajar con todos ellos.
Y, gracias a Dios, la fiesta fue todo un xito.
F. De. Su
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PROGRAMA:
16,00.
*Acto de apertura del nombre de una calle Nicols Gassmann. Participacin
del grupo de Teatro de Valle Mara.
* Foto familiar (480 personas)
* Acto en el Cementerio. Bendicin de una placa. Participacin del Coro de
Valle Mara.
19,00.
* Santa Misa pidiendo por todos los descendientes Gassmann difuntos. Celebra
en Arzobispo de Paran. Participacin del Coro de Valle Mara.
* Fuegos artificiales.
* Presentacin del rbol Genealgico (Marcelo Kralik )
20,30:
* Gran Cena de homenaje. Participacin del grupo de baile de Valle Mara y la
orquesta Maravillas alemanas (participaron 700 personas).
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------------------------------------El recuerdo de uno de los mejores das de mi vida, puedo sentirlo cada vez que
pienso en cada detalle vivido en la aldea Valle Mara, la emocin de ver tanta fuerza
puesta para un mismo fin, el de conmemorar a alguien tan importante como puede ser el
fundador de un pueblo, el iniciador de un asentamiento de personas llenas de sueos que
eligieron quedarse en un lugar Sueo con que se vuelva a repetir ese encuentro, con
que nuestro libro sea uno de los tesoros que pase de generacin en generacin, porque
no hay nada mas lindo que saber de adonde uno viene, ese cosquilleo que genera las
cosas que tienen que ver con uno y las desconoce, y cuando uno toma contacto con esa
parte adormecida, se convierte un momento en algo muy importante, y lo aos vuelven
para quedarse.
Gracias a todos los que participaron y pusieron su corazn en todo esto, para que
despus de un ao aun me sienta tan feliz.
Sonia Noelia Gassmann.
------------------------------------------Es un acontecimiento que ayer recordbamos con mis hermanos, que hoy hara
un ao de tan grato momento, una produccin hecha por ustedes que nunca olvidaremos
Espero que Dios nos de otra oportunidad. Vergenza me da que no pueda
ofrecerles algo similar pero Dios nos enva con diferentes misiones y yo respeto su
voluntad aunque no todas las veces est de acuerdo.
Gracias mil gracias son los deseos de
Ral Armando Gassmann
Charata (Chaco)
-----------------------------------Hermosos recuerdos, hoy en la mesa nos acordbamos de ese momento tan lindo
que nos has hecho pasar, por que sin vos esto no se hubiese realizado jams....si como te
lo digo jams se hubiese realizado. En mi retina quedo grabado toda esa fiesta
maravillosa.
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vidas.
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------------------------------------------Y pensar que el tiempo transcurre tan rpido que a veces pienso cuando ir a
reencontrarme con tanta de esa gente que nos juntamos previo al evento para lograr esa
hermosa reunin y la verdad en mi corazn siempre hay una lucecita que brilla y se
ilusiona de poder volver a estar una vez mas juntos as sea los pocos que estuvimos
preparando esa fiesta divina.
Mara de los ngeles Gassmann
Buenos Aires
---------------------------------------------Cmo me gustara volver a pasar tan lindo y emotivo momento! Reunirnos con
tantas familias, desconocida hasta ese momento,
Ojala se pueda repetir. Con cario.
Elisa Gassmann
Buenos Aires
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Todos esos Gassmann fueron Lzaros que tu empeo logr resucitar en estos
das al pasar de boca en boca sus nombres y sus recuerdos.
Un fuerte abrazo
Carlos Ral Gassmann
Ituzaing Pcia. de Bs. As.
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DESPEDIDA
PLANTEMOS UN RBOL
El Timb plantado por pap
Un da me propuse llegar a un
rincn olvidado donde pas lindos
aos de mi niez. Era una pequea
chacra en Campo Garca, cerca de
Crespo, Entre Ros.
Haca muchos aos que mi
abuelo Antonio haba esa propiedad y
se haba mudado con su familia desde
la cercana aldea San Miguel para
iniciar un pequeo emprendimiento.
All Lucas, mi pap, vivi su
juventud y siempre nos record que
desde su llegada sinti la necesidad de
plantar rboles. Debieron ser varios.
Mi primo Ernesto Bernhardt Gassmann, hoy propietario del campo, mientras
pasebamos por el amplio patio se detuvo un instante frente a un rbol y me dijo: - Este
rbol lo plant tu pap.
Era un rbol gigantesco, imponente que brinda una fresca sombra a la familia y
en sus ramas las aves encuentran proteccin, hogar.
Al contemplar el timb, mi sensacin, fue sentir cerca a pap. Era su obra.
Desde el cielo, junto al buen Dios, la protega, la mimaba. Senta fluir la generosa savia
de la planta y me recordaba a los mos, a mis abuelos, a mis ancestros. Y pensaba en las
frondosas ramas que haba tejido, en su rbol familiar y en su historia. Porque cada
familia tiene su historia. Aquellos que nos precedieron nos gritan: cuenten nuestra
historia!
Todos lo estamos haciendo. Estamos redescubriendo nuestro frondoso y
gigantesco rbol familiar, porque cuando hacemos genealoga hablamos de personas,
damos el clido soplo de vida a todos aquellos que se han ido antes.
Recordarlos es decir a nuestros abuelos que tienen en nosotros una maravillosa
familia de la que pueden estar orgullosos. Que sus esfuerzos contribuyeron a lo que
somos hoy.
Y debemos ser agradecidos!
Por eso hace unos aos escrib: Cuando el sol comienza a perderse detrs del
horizonte y las sombras invaden el patio, el anciano se sienta en su mecedora y empieza
a desgranar sus vivencias, a rescatar su pasado, a desempolvar la memoria sobre la
heroica historia que supieron escribir ellos y sus mayores con esfuerzo y sudor y hasta
con su sangre. Las arrugas de su frente son un signo de sus luchas. Sus ojos, profundos
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y azules, nos miran con afecto mientras titilan como estrellas. Sus manos arrugadas
buscan asirse al tiempo que pasa.
Sepamos que todo abuelo tiene una profunda necesidad de ser escuchado, para
que esas historias no se mueran y el olvido, la indiferencia ganen la partida.
Hoy contamos la historia de la familia. Confiamos que en la prxima generacin
otros respondern al llamado con mayor generosidad y con ms medios, tal vez, y
tomarn el lugar en la larga fila de los cuentistas de la familia y continuarn plantando
rboles.
Esta es la razn por la que hacemos la genealoga de nuestra familia Gassmann.
Porque un pueblo que tiene memoria tambin tiene esperanza.
Mario Gassmann s.c.
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