Iliada y La Odisea. Castellano.
Iliada y La Odisea. Castellano.
Iliada y La Odisea. Castellano.
NDICE
Introduccin 1
pica Griega.2
La Ilada.2 al 7
INTRODUCCIN
PICA GRIEGA
LA ILADA
-Oh Aquiles, amado por Zeus! Deseas que explique la clera de Apolo, del
dios que hiere de lejos. Pues bien, hablar; pero antes declara y jura que
ests pronto a defenderme de palabra y de obra, pues temo irritar a un varn
que goza de gran poder entre los argivos todos y es obedecido por los
aqueos. Un rey es ms poderoso que el inferior contra quien se enoja; y, si
bien en el mismo da refrena su ira, guarda luego rencor hasta que logra
ejecutarlo en el pecho de aqul. Dime, pues, si me salvars.
Respondindole Aquiles, el de los pies ligeros le dijo:
-Manifiesta, deponiendo todo temor, el vaticinio que sabes; pues por Apolo,
caro a Zeus; a quien t, Calcas, invocas siempre que revelas orculos a los
dnaos!, ninguno de ellos pondr en ti sus pesadas manos, cerca de las
cncavas naves, mientras yo viva y vea la luz ac en la tierra, aunque
hablares de Agamenn, que al presente se jacta de ser en mucho el ms
poderoso de todos los aqueos.
Entonces cobr nimo y dijo el eximio vate:
-No est el dios quejoso con motivo de algn voto o hecatombe, sino a causa
del ultraje que Agamenn ha inferido al sacerdote, a quien no devolvi la hija
ni admiti el rescate. Por esto el que hiere de lejos nos caus males y
todava nos causar otros. Y no librar a los dnaos de la odiosa peste,
hasta que sea restituida a su padre, sin premio ni rescate, la joven de ojos
vivos, y llevemos a Crisa una sagrada hecatombe. Cuando as le hayamos
aplacado, renacer nuestra esperanza.
-Dichas estas palabras, se sent. Levantse al punto el poderoso hroe
Agamenn Atrida, afligido, con las negras entraas llenas de clera y los ojos
parecidos al relumbrante fuego; y, encarando a Calcas la torva vista,
exclam:
-Adivino de males! jams me has anunciado nada grato. Siempre te
complaces en profetizar desgracias y nunca dijiste ni ejecutaste nada bueno.
Y ahora, vaticinando ante los dnaos, afirmas que el que hiere de lejos les
enva calamidades, porque no quise admitir el esplndido rescate de la joven
Criselda, a quien anhelaba tener en mi casa. La prefiero, ciertamente, a
Clitemnestra, mi legtima esposa, porque no le es inferior ni en el talle, ni en
el natural, ni en inteligencia, ni en destreza. Pero, aun as y todo, consiento
en devolverla, si esto es lo mejor; quiero que el pueblo se salve, no que
perezca. Pero preparadme pronto otra recompensa, para que no sea yo el
nico argivo que sin ella se quede; lo cual no parecera decoroso. Ved todos
que se va a otra parte la que me haba correspondido.
Y le contest el divino Aquiles, el de los pies ligeros:
-Atrida gloriossimo, el ms codicioso de todos! Cmo pueden darte otra
recompensa los magnnimos aqueos? No sabemos que existan en parte
algunas cosas de la comunidad, pues las del saqueo de las ciudades estn
repartidas, y no es conveniente obligar a los hombres a que nuevamente las
junten. Entrega ahora esa joven al dios, y los aqueos te pagaremos el triple o
el cudruple, si Zeus nos permite algn da tomar la bien murada ciudad de
Troya.
-Cierre: Mndame ahora, sin tardanza, a la cama, oh alumno de Zeus, para
que, acostndonos, gocemos del dulce sueo. Mis ojos no se han cerrado
desde que mi hijo muri a tus manos, pues continuamente gimo y devoro
innumerables congojas, revolcndome por el estircol en el recinto del patio.
Ahora he probado la comida y rociado con el negro vino la garganta, pues
desde entonces nada haba probado.
Dijo. Aquiles mand a sus compaeros y a las esclavas que pusieran camas
debajo del prtico, las proveyesen de hermosos cobertores de prpura,
extendiesen sobre ellos tapetes y dejasen encima afelpadas tnicas para
abrigarse. Las esclavas salieron de la tienda llevando antorchas en sus
manos, y aderezaron diligentemente dos lechos. Y Aquiles, el de los pies
ligeros, chancendose, dijo a Pramo:
-Acustate fuera de la tienda, anciano querido; no sea que alguno de los
caudillos aqueos venga, como suelen, a consultarme sobre sus proyectos; si
alguno de ellos lo viera durante la veloz y obscura noche, podra decirlo
enseguida a Agamenn, pastor de pueblos, y quizs se diferina la entrega
del cadver. Mas, ea, habla y dime con sinceridad durante cuntos das
quieres hacer honras al divino Hctor, para, mientras tanto, permanecer yo
mismo quieto y contener el ejrcito.
Respondile en seguida el anciano Pramo, semejante a un dios:
-Si quieres que yo pueda celebrar los funerales del divino Hctor, hacindolo
que voy a decirte, oh Aquiles, me dejaras complacido. Ya sabes que vivimos
encerrados en la ciudad; y la lea hay que traerla de lejos, del monte, y los
troyanos tienen mucho miedo. Durante nueve das to lloraremos en el
palacio, el dcimo to sepultaremos y el pueblo celebrar el banquete fnebre,
CLASIFICACIN
Aquiles
Protagonista
Agamenn
Principal
Hctor
Principal
Helena
Secundarios
Menelao
Secundarios
Paris
Secundarios
Patroclo
Espordicos
Pramo
Espordicos
Ulises
Secundarios
Zeus
Principal
Afrodita
Espordicos
Apolo
Espordicos
Hrcules
Secundarios
Hermes
Secundarios
PERSONAJES
DESCRIPCIN
Aquiles
Agamenn
Hctor
Helena
Menelao
Paris
Patroclo
Pramo
Ulises
Zeus
Afrodita
Apolo
Hrcules
Hermes
CONCLUSIN
BIBLIOGRAFA
Referencias Bibliogrficas:
Referencias electrnicas:
http://quizlet.com/5601995/personajes-la-iliada-flash-cards/
http://www.apocatastasis.com/iliada-homero-1.php#axzz2hjvnlfMd
http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89pica
http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20060824235740AA
XiRtS
ANEXOS