El Paradigma Del Éxodo
El Paradigma Del Éxodo
El Paradigma Del Éxodo
Revista internacional
de Teologa
SEPARATA
del n.O 209
Enero 1987
E. Dussel:
EL PARADIGMA DEL EXODO
EN LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION
La relectura del xodo atraviesa la historia de la Iglesia latinoamericana. A mediados del siglo XVI, poco despus de la conquista,
el santo obispo de Popayn, Juan del Valle, dice que estos primitivos habitantes estn peor tratados que los esclavos en Egipto l. El valiente revolucionario, el inca Tupac Amaru, en el acta
por el que convocaba a cientos de miles de indgenas a levantarse
contra Espaa en el Per, el 14 de noviembre de 1780, escribe:
El catlico celo de un hijo de la Iglesia, como profeso cristiano
en el sacrosanto bautismo ... esperando que otro y otros sacudiesen
el yugo de este faran, los corregidores, sal a la voz y defensa de
todo el reino ... Los designios de mi sana intencin son que consiguiendo la libertad absoluta de todo gnero de opresiones a mi
nacin
2.
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1.
PERTINENCIA
PARA
EL
DEL
PARADIGMA
TERCER
MUNDO
DEL
EXODO
HOY
El xodo aparece en un lugar central en la Teologa de la Liberacin africana 5 -no debindose olvidar que el teatro del relato exdico fue el norte del frica real-o Lo mismo puede decirse
de la Teologa de la Liberacin asitica 6, donde, quiz ms pertinentemente que en la misma Amrica Latina, la opresin y la explotacin de los pobres es un hecho inocultable, evidente. En Amrica Latina, desde el comienzo recurrimos siempre al xodo. Recuerdo que, desde 1967, nicaba mis cursos en el IPLA (Instituto
Pastoral Latinoamericano del CELAM en Quito) con la exgesis
del xodo 7; all se encontraban, explcitas, las grandes categoras
de la Teologa de la Liberacin. De la misma manera, en diversos
tiempos, los telogos de la liberacin debieron siempre referirse
a los textos constituyentes del xodo 8.
Fidel Castro, La revolucin cubana 1953-1962 (Mxico 1976) 39.
Este uso excesivo del xodo fue indicado al comienzo de los aos setenta
por Hctor Borrat (cf. mi trabajo Hiptesis para una historia de la teologa
en Amrica Latina, en A History of the Church in Latin America (Grand
Rapids 1981) 324ss, o en Historia de la Teologa en Amrica Latina (San
Jos 1981) 421ss.
5 Considrese
Une lecture africaine de l'bxode en el trabajo de Jean Marc
Ela Le cri de l'homme africain (Pars 1980) 40-5l.
6 Tissa Balasuriya, Planetary Theology
(Nueva York 1984) 154.
7 Cf. Caminos
de liberacin latinoamericana (Buenos Aires 1972) 11ss,
donde la exgesis del xodo iniciaba toda la reflexin teolgica.
8 Consltese
Hugo Assmann, Teologa desde la praxis de la liberacin
(Salamanca 1973) 54-55; Samuel Silva Gotay, La liberacin del xodo como
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Rubem Alves, desde 1970, expresa: El xodo fue la experiencia generadora de la conciencia del pueblo de Israel. l se
constituy en el centro estructurante que determina su manera de
organizar el tiempo y el espacio. Ntese que no estoy diciendo
simplemente que el xodo es parte del contenido de la conciencia
del pueblo de Israel. Si as fuese, el xodo sera una informacin
entre otras. Ms que informacin, es su centro estructurante, pues
determina la lgica integradora, el principio de organizacin e interpretacin de los hechos de la experiencia histrica. Por eso el
xodo no permanece como una experiencia secundaria... Pasa a
ser el paradigma para la interpretacin de todo el espacio y de
todo el tiempo 9. Hace diecisis aos que el gran telogo brasileo
protestante indic explcitamente (hasta en su denominacin: pa- ~
radigma) el tema que nos ocupa. Veamos la cuestin por partes .
Queremos indicar por paradigma, matriz generante o esquema (en el sentido kantiano ms bien), la estructura que, en base
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. ..
'
.,...
..
srSTEMA DE
DECAPO
TRASCENDENCIA
(totalidad)
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1. Egipto.
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(extel'orick1d)
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(PasaJe,
pascua, ptueba)
tiempo intcrmectio
El caminar histrico, del "Pueblo de Dios
3. Tierra pt:ometida
(Segunda tietIa)
futuro
Las relaciones constituyentes, desde las categoras, de la estructura del paradigma son nueve, esencialmente: a) la dominacin o el
pecado (x 1,1-22); b) el grito del pueblo (x 3,7); c) la conversin, e111amado de la Palabra al profeta (x 2,11-4,17); d) interpelacin del dominador, pecador (x 4,18-6,1); e) interpelacin al
pueblo de Dios (x 6,2-27); f) la salida, la liberacin (x 7,8ss);
g) la accin proftica crtica, aun contra el sacerdote Aarn (dialctica profeta-sacerdote) (en todo el relato del pasaje por el desierto); h) entrada, construccin del nuevo sistema (Jos 3,16ss);
i) salvacin, Reino, comunidad de vida, que puede ser un nuevo
10 Vase mi artculo
Dominacin-liberacin: Concilium 96 (1974) 328352; ya usbamos de hecho todas estas categoras, relaciones y mbitos
(pasado-Egipto, presente-Desierto, futuro-tierra prometida).
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n.
DIACRONICO
DESPLIEGUE
DEL
PARADIGMA
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como una Iglesia pobre (el Papa, Vaticano, obispos, sacerdotes, militants, con espritu de pobreza, sin triunfalismos, donando las riquezas innecesarias, las tierras, etc.).
En segundo lugar, el pasaje de dicha pobreza subjetiva, como
virtud o infancia espiritua1, al hecho objetivo de el pobre,
el otro. Ya no es Moiss pobre en el desierto; es Moiss que descubre al pobre maltratado por el mayordomo (x 2,11-12).
En tercer lugar, el pasaje del pobre descubierto en la experiencia espiritual del evangelio, a la determinacin de dicho pobre (gracias a las ciencias sociales como mediacin hermenutica) como clase -primero en ciertos pases- y posteriormente como pueblo
-en otros pases latinoamericanos-o Se haba pasado de la subjetividad (pobreza-virtud) a la objetividad (pobre-clase-pueblo).
En cuarto lugar, el pasaje de dicho pobre, clase, pueblo como
objeto de una opcin-por (yo, subjetividad, opto-por otro), a la
afirmacin de dicho pobre, clase, pueblo como sujeto de la Iglesia y de la historia (se pasa del pueblo como objeto, de retorno,
a l mismo como sujeto). Slo ahora surge (gracias a la mediacin superada de la Iglesia popular, pero mediacin necesaria) la
Iglesia de los pobres, pero no ya como en tiempos del Concilio
Vaticano Ir como Iglesia pobre (obispos, sacerdotes, etc.), sino
la Iglesia que tiene por sujeto privilegiado al pueblo histrico
cristiano de los pobres reales y concretos, de carne, hueso, hambre
y opresin, y al cual las estructuras jerrquicas (Papa, Vaticano,
obispos, sacerdotes, etc.) deben servir y tener como referencia.
Y, por ltimo, en quinto lugar, la diacrona quiz ms en consonancia con el xodo. Es decir, el pueblo cristiano va releyendo la
Escritura desde su situacin histrica concreta. En la opresin, las
dictaduras, la explotacin sin esperanza como un Egipto latinoamericano (E) (hoy, 1986, en Chile; pero, en 1976, Brasil, Argentina,
Nicaragua, etc.). En las situaciones prerrevolucionarias, como en la
terrible situacin de las plagas de Egipto (hoy Guatemala, por
ejemplo; el momento x de la flecha f: el comienzo de la liberacin).
En situaciones propiamente revolucionarias como en El Salvador
(momento z de la flecha f: la salida al desierto). El momento de
internarse en el desierto, la persecucin violenta de los ejrcitos
del faran (los contras en Nicaragua? As lo interpretan las comunidades eclesiales de base en Estel), la traicin de Aarn (el
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sacerdote; hoy el obispo? .. ), la furia del profeta ( Miguel d'Escoto?, concordismos nuestros? ... ), etc. Al fin, la construccin del
nuevo orden (ante el 1 Encuentro Nacional Eclesial Cubano
-ENEC-,
en febrero de 1986, nos pareciera ver ya un nuevo
orden que, de todas maneras, nunca es el Reino final 14. Veamos
todo esto por partes, siempre resumidamente, ms como sugerencia que como acabado anlisis.
III.
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TERCER DESLIZAMIENTO:
A LA CLASE Y EL PUEBLO
Quin es el pobre? El pobre abstracto o el pobre individual concreto? Bien pronto, y en El Escorial se plante el tema,
el pobre es una clase social tambin. Pero puede, igualmente,
ser el pueblo. Pobre, aun para el pensamiento marxista 25, no
puede identificarse con clase social, pero se lo tom ambiguamente para darle toda su relevancia social y evanglica. Una lnea
chilena (en pleno gobierno de la Unidad Popular) y peruana afirmaba ms el clasismo. La lnea del Cono Sur argentina (con la
experiencia del retorno del peronismo) se inclinaba hacia la categora pueblo 26. El clasismo tena algo de parcial; el popu25 Vase mi obra La produccin
terica de Marx. Un comentario de los
Grundrisse (Mxico 1985) cap. 7.1 (pp. 138ss), cap. 13.5 (pp. 265ss). Pauper
(en latn frecuentemente) para Marx es el miserable que no est en la relacin capital-trabajo asalariado (el sin trabajo, pero como trabajo disponible).
Bblicamente (d. EIsa Tmez, op. cit.), el pobre es tanto la clase explotada
como el miserable sin trabajo.
Vase J. L. Segundo, Sociologismo, populismo y fe ante la religin popular, en op. cit. (pp. 21855), contra Bntig, Gera y Scannone. En el mismo
sentido, Pablo Richard, La teologa de la liberacin en la situacin poltica
actual de Amrica Latina: Servir 67 (1977) 50-53, o Roberto Oliveros,
Liberacin y teologa. Gnesis y crecimiento de una reflexin, 1966-1967
(Mxico 1977), en especial Una vertiente de la teologa de la liberacin: la
teologa populista (pp. 34955). Es interesante que en esta lnea argentina se
critica a Gera y Scannone. Sin embargo, recuerdo que fui el que comenc en
1968 estas cuestiones (con una conferencia sobre teologa y cultura en Villa
Devoto). En la teologa argentina hubo una lnea perfectamente crtica del
populismo que, sin embargo, apoyaba al pueblo como el sujeto de la historia. Esta corriente, paradjicamente, terminar por imponerse (y el populismo posterior de mis amigos Gera y Scannone, antimarxista expreso, es
ms bien un proceso que se define, acenta y retrotrae, desde 1975 en adelante, cuando la dictadura se acrecienta).
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27 Vase,
sobre clase y pueblo, una discusin explcita en mi obra
Mtodo para una filosofa de la liberacin (Salamanca 1974) 222ss: De la clase
al pueblo. He tratado esto, en defensa, en la polmica con Horado Cerutti sobre el populismo, en el cap. 18: La cuestin popular, de mi obra reciente La
produccin terica de Marx, pp. 400-413, y en Cultura latinoamericana ms
all del populismo y del dogmatismo: Cristianismo y Sociedad 80 (1984)
9-45. Es populista la reciente obra editada por J. c. Scannone Sabidura
popular, smbolo y filosofa (Buenos Aires 1984), y el mismo profesor Peperzak o Levinas lo dejan ver, acertadamente, por ejemplo, en la exposicin de
Mareque (pp. 25ss). Pero no todo lo elaborado en el Cono Sur desde 1969 a
1975 es populista; es ms, la posicin de que el pueblo es el 'sujeto de la
historia ser asumida por la Teologa de la Liberacin continental, y muy
especialmente por Nicaragua, como veremos en la obra de G. Girardi.
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tu acin como punto de partida. Hoy (1986) la mayora latinoamericana se encuentra todava en Egipto, y la Teologa de la Liberacin cumple una labor propedutica, proftica, de interpelacin al faran (flecha d) y al mismo pueblo de Dios (flecha e).
y en esta accin permanecer hasta que Dios, por su historia, le
muestre otra tarea 30. Hay veces que al telogo le entra la tentacin
de exclamar: Para qu me has enviado? Desde que me present
al faran para hablar en tu nombre el pueblo es maltratado y t
no has liberado a tu pueblo (x 5,22-23).
Hay, sin embargo, y como hemos ya indicado, pueblos como
el de Guatemala que estn en una situacin prerrevolucionaria.
Nos pareciera que el tiempo de las plagas se aproxima: El
faran se ha puesto terco y se niega a dejar marchar al pueblo
(x 7,14). All el telogo vive la angustia de una situacin cada
vez ms tensa; con represin creciente (aunque comenz en el
lejano 1954).
Ms clara es la tercera situacin (momento x de la flecha f)}
cuando un pueblo cristiano entra en la situacin propiamente revolucionaria como El Salvador: Toda el agua del Nilo se convirti
en sangre. Los peces murieron, el Nilo apestaba y los egipcios no
podan beber agua, y hubo sangre por todo el pas de Egipto (x
7,21).
La sangre de los Rutilo Grande, Oscar Arnulfo Romero y tantos millares de mrtires, hroes y santos ha inundado el Golfo de
Fonseca en el Pacfico. All la Teologa de la Liberacin, la del
pueblo mismo que lucha, los de las zonas liberadas 31 reflexionan
sobre el dolor de las plagas de Egipto, porque el faran se empeaba en no dejar marchar a los israelitas de su territorio (x
11,10) 32.
30 La coleccin Teologa y Liberacin,
con siete series y ms de cincuenta volmenes, editada primeramente por Vozes (Petrpolis) y Paulinos (Madrid-Buenos Aires), es el comienzo de la expresin sistemtica, inicial, perfectible, criticable del equipo de telogos de la liberacin latinoamericana. Es
parte de una tarea preparatoria en Egipto todava.
31 Cf. mi artculo El pueblo
de El Salvador: un Job comunitario: Concilium 189 (1983) 416-427.
32 Aunque
a muchos les parezca una ridcula analoga, para las comunidades eclesiales de base es claro que los ataques de los contrarrevolucio-
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cientfica la cuestin de la Tierra Prometida (como utopa histrica que nunca se confunde con el Reino o la Tierra Prometida
final: la utopa escatolgica.
Cabra todava una ltima posicin latinoamericana. Despus
del afianzamiento de una revolucin (como la cubana, por ejemplo), los cristianos (y con ellos sus telogos, pinsese en el texto
de la Teologa de la Reconciliacin, que en Cuba tiene un sentido
inverso al de otras partes: conciliacin con la revolucin)) habiendo atravesado el desierto, habiendo tambin atravesado los
muros de Jeric, comienzan a vivir la nueva vida sin aparentes
contradicciones. El mismo papa Juan Pablo II envi un mensaje
al Encuentro Nacional Eclesial Cubano, realizado entre el 17 al 23
de febrero de 1986: Los resultados de la encuesta y de las consultas llevadas a cabo... dan a la Iglesia en Cuba un renovado
entusiasmo apostlico, gracias a la fidelidad personal de los miembros del pueblo de Dios y a su esfuerzo conjunto de evangelizacin 36.
El paradigma del xodo no ha terminado ... porque no debemos olvidar que la Jerusaln a la que aspiraban Moiss o Josu ...
puede matar a los profetas. El Reino totalmente cumplido no es
histrico, ,aunque comienza ya cada da que servimos al pobre, que
damos de comer al hambriento ... Pero al mismo tiempo comienza
la institucionalidad, el sacrificio para eliminar todo sacrificio
futuro ... , pero sacrificio al fin.
E. DussEL
9 de abril de 1986
" Mensaje del Papa a la Iglesia cubana: Vida cristiana 1130 (La Habana, 16 de marzo de 1986) 1.