Platón y La Masonería
Platón y La Masonería
Platón y La Masonería
Como todos sabis, en relacin con la Historia de la Masonera hay dos pocas:
Antes del 24 de junio 1717 y desde esa fecha hasta nuestros das.
En la primera poca, los ms lejanos vestigios de la Masonera son los denominados Misterios de
la India, que se supone datan de cincuenta siglos antes de la era vulgar. En su orden de
antigedad le siguen, quienes ponen los orgenes en los tiempos antediluvianos de Lamech,
Zoroastro (660-583 a. C.), Confucio (571 a. C) y el ms moderno y creble, el gran Pitgoras
(fechas probables: n. entre 592-569 a. C. y m. 510-470 a. C.). Si as fuese, si los ms antiguos
principios masnicos nacieron en esos tiempos, no habra que pensar nada ms: el filsofo
ateniense fundament su obra en las ms antiguas enseanzas masnicas. Al contrario, si
aceptamos que los ideales masnicos nacen el 24 de junio 1717, tendramos que pensar que
fundamentado en los principios, morales, ticos y humansticos de las civilizaciones que
precedieron a la Grecia clsica, Platn escribi su obra, y que los primeros redactores de los
principios masnicos se inspiraron en buena parte de la doctrina platnica.
enfurecen y tratan de matarlo: lo que hicieron otros oscurantistas a Scrates. Platn concluye
que: Solo la educacin puede dar a conocer la realidad del mundo.
El mito de la caverna es supremamente rico en figuras, imgenes y smbolos masnicos. Quiz
nadie haya encontrado an todas las respuestas. Releyendo el libro VII de la Repblica, se pueden
sacar un sinfn de conclusiones.
En primer lugar, todos somos prisioneros de la ignorancia y de la oscuridad, y cuanto escuchamos
proviene de la las sombras. A esa misma conclusin lleg Saramago, en su novela La caverna:
Esas personas somos nosotros, yo, t, Marcial, el Centro, todo, probablemente el
mundo(SARAMAGO, Jos. La caverna. Bogot, Alfaguara, 2001, p. 436.).
En segundo lugar, hay varios grados o etapas en la obtencin de la luz. Un primer momento, es
aquel en el que el liberado puede mover la cabeza y los primeros rayos de luz le golpean sus ojos.
Pero luego, a la fuerza es arrastrado por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes
de llegar a hasta la luz del sol. Cuando ya est en la superficie, fuera de la caverna, por
hallarse encandilado slo ve las sombras de los hombres y despus las figuras de los hombres y
de los objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos []. Finalmente,
podra percibir el sol, no ya en imgenes en el agua o en otros lugares que le son extraos, sino
contemplarlo como es en s y por s, en su propio mbito.
En tercer lugar, no es tarea fcil para quien haya visto la luz y desee descender a las tinieblas
para ensear sus experiencias a quienes se hallan atados a la ignorancia de la caverna. Porque,
por una parte, tendra ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol. Y
por la otra, al interesarse en desatar a quienes estn encadenados y conducirlos hacia la luz,
intentarn matarlo, si pudieran tenerlo en sus manos.
En cuarto lugar, una vez se ha alcanzado la luz, esta ser la causa de todas las cosas rectas y
bellas. Sin embargo, los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de perturbaciones: uno al
trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz. Pero cada uno a su turno,
quien haya adquirido la luz, debe descender hacia la morada comn de los dems y habituarse a
contemplar las tinieblas.
Finalmente para no seguir exprimiendo la sabidura del pensador ateniense, hago la ltima cita:
los contendientes que luchan por alcanzar el poder, compiten entre s como entre sombras y
disputan las instancias del gobierno, como si stas fueran algo de gran valor. He ah el porque
de tanta simulacin, de tanta maniobra, de tanto crimen de Estado que nuestro imaginario
colectivo denomina falsos positivos, de tanta sangre, de tanta injusticia, de tanta iniquidad
por conquistar el poder o por afianzarse en l. A esa iniquidad, a esa injusticia, a esas matanzas
se opone la orden universal de libertad, igualdad y fraternidad, como un grito de dolor y de
esperanza. As concibo la Masonera Universal.
Q:.H:. Rafael Balln
Logia Pitgoras n 28, Bogot, Colombia