Husserl y El Tiempo 1
Husserl y El Tiempo 1
Husserl y El Tiempo 1
Tarea
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Biemel: " ... el examen fenomeno~gico de los actos simples que forman la base
de todo conocimiento superior, particularmente de la percepcin, examen realizado en la p'erspectiva de la temporalidad". (1)
En "Ideas ... ", por su parte, lqs anlisis temporales comprenden los & 81 a 83
inclusive del capitulo II de la Seccin Tercera, capitulo en el que se trata de las
"Estructuras universales de la conciencia pura" y se refiere al tiempo fenomenolgiCO como una "peculiaridad universal de todas las vivencias".
Reencontramos asilos dos planos que sealamos al comienzo: el gnoseolgico
(el tiempo como condicin de posibilidad de la experiencia de objetos) y el ontolgico (el tiempo como 'estructura universal de la conciencia pura). Corresponde
ahora examinar esta doble "naturaleza", o ms exactamente esta doble "funcin"
del tiempo, y explicar cmo se lleva a cabo.
El tema del tiempo como una de las estructuras universales de la conciencia
pura es desarrollado por Husserl en el captulo antes citado de "Ideas ... 1",
donde seala como estructuras de la conciencia pura: la reflexin, la temporalidad y la intencionalidad. Esta ltima, fundamental, indica la peculiaridad de
la conciencia de ser siempre conciencia de algo, de tener referencia objetiva:
" ... todas las vivencias participan de algn modo en la intencionalidad, aun
cuando no podamos decir en el mismo sentido de toda vivencia que tenga intencionalidad ... (2)
dice Husserl, y la expresin "participan de algn modo" as! como las aclaraciones siguientes son sumamente importantes, pues admite (o pareciera admitir) la existencia de vivencias no-intencionales. Ms adelante contina:
" ... (la intencionalidad) se asemeja a un medio universal que encierra en
81 todas las vivencias, incluso aquellas que no se caracterizan como intencio ..
nales". (8)
Las vivencias no intencionales son los datos de la sensacin, que constituyen
la materia de la percepcin y en sI mismos no son conciencia de algo; este concepto abarca tambin las impresiones sensibles de placer, dolor, etc. (las sensaciones) que constituyen la mater.la de la afectividad, y los momentos sensibles
de las tendencias en el plano de la voluntad.
Todos estos datos, impresiones, etc., constituyen la materia no intencional
o hyl. Por lo tanto, podemos decir que toda vivencia concreta se descompone
en materia y forma: esta ltima lleva en sI el carcter de intencionalidad:
M. W.
Les phas6a dcisive. dan.. le dveloppement d. la philo8ophi. de HU.8erl (en HUSSERL Ollhiere
de Royaumont, Ed. de Minuit, Pars, 1959. La traduccci6n del fragmento nos pertenece).
(1) BIEMEL,
Ideas relativas a una fenomenologa pura V una filosofa '.nomeno6g;ca, l. Mxico Buenos Air.-,
F. O. E., 1962, trad. J. Gaos. La n-esente cita corresponde al 84, p. 198.
(3) HUSSERL E.
"Lo que forma con las materias vivencias intencionales y aporta lo especIfico de la intencionalidad, es exactamente lo mismo que da al trmino de conciencia su acepcin especfica, segn la cual conciencia alude eo ipso a algo de
lo que ella es conciencia. (4)
Este "acto" por el 'cual la materia resulta informada, esta aprehensin interpretativa que otorga un sentido a las sensaciones y les da r~fel"cncia objetiva,
es lo que Husserl llama noesis. Por lo tanto, la intencionalidad i surge en el plano
de la noesis o aprehensin interpretativa. Los datos sensibles ( por su parte, se
presentan como materia para las formaciones intencionales.
La intencionalidad, dijimos, es siempre referencia objetiya, conciencia de.
y ese de del que la conciencia es consciente, puede ser ta:rp.bin ella misma
tomada como objeto, y esto es lo que constituye la reflexin, qu, marca, dirlamos,
la recuperacin de la conciencia. En este caso, la vivencia, adem~s de ser "vivida".
es tambin "reflejada". Al percibir algo, por ejemplo, la conc~encia "vive", "es"
esa percepcin, es conciencia de percepcin; pero al mismo tiemipo necesita volver
sobre sI, sobre esa vivencia que es y reaprehenderse como concienca de vivencia.
Caso contrario, la conciencia de percepcin sera una no-con~iencia de la conciencia, lo que es un contrasentido, pues para Husserl, "conciencia" es, por necesIdad, "ser consciente" en cada una de sus fases. Husserl dic~:
.' . " toda clase de "reflexin" tiene el carcter de una m,odificacin de la
conciencia. " De modificacin se habla aqu en tanto que toda reflexin surge
aasencialmente de cambios de actitud en virtud de los cuale~ una vivencia o
un componente vivencial previamente dado (no reflejado) ~xperimenta una
cierta transfol'Illacln, justo en el modo d'e la conciencia r~flejada (o de lo
consciente reflejamente)". (5)
En otras palabras, podemos decir que la reflexin es la ,pE!rce1pcin interna,
la percepcin de la conciencia por s misma. Pero es importante destacar que
esta percepcin no afecta al "estatuto ontolgico" de la conci~ncia, es decir no
afecta a su existencia. La conciencia existe con independencia de la percepcin interna, es, aunque no sea objeto de la reflexin. Esta ~eala la "tematizacin" de la conciencia, pero esta tematizacin slo es posible en virtud de
la existencia absoluta de la conciencia. Husserl caracteriza E1ste modo de ser
de la conciencia inde'pendientemente d'e la reflexin diciendo: que la conciencia est "pronta para la percepcin" (Wahrnehmungsbereit).
Esta posibilidad de percepcin significa: en primer lugar, Una extensin del
concepto de conciencia, que de esta manera se ampla hasta! abarcar no slo
la esfera "central" de la conciencia, la esfera de la percepcirj. y la conciencia
actual, sino tambin la esfera "marginal", de lo potencialmente perceptible y
consciente. Y esto es as porque la percepcin de un objeto implica al mismo
tiempo la percepcin del "horizonte" de ese objeto. Si yo en este momento per(4) Id. 78, p. 176.
{5) Id., D 1:15, p. 205.
cibo una silla, pDr ejemplo, dirijo mi atencin sobre ella CDn exclusin de otro
objeto, es decir la silla es el campo actua.l de mi percepcin; pero la silla
est en el espacio y en determinadas relaciDnes egaJacialescon otrDs Objetos:
est frente a la mesa, junto a la puerta, etc. TDdos estos objetos (mesa, puerta)
y las relaciones que mantiene con el Dbjeto de mi percepcin actual (la silla),
cDnstituyen el "horizonte" de mi percepcin. "Atencionalmente" tiendO' a un
objeto, pero "intencionalmente" percibo el "horizDnte" que lo rDdea, ID percibo
CDmD "objeto dentrO' de un horizonte". Esta percepcin es una cDnciencia
"marginal" pues mi conciencia "actual", "atenta", est dirigida sobre un objeto que "recorto" del "horizonte" en que est incluido. Y en segundO lugar,
esta pDsibilidad de percepcin alude al hecho de que en todo momento la
conciencia puede ser conciencia de ella misma sin necesidad de reflexin,por
cuanto todas y cada una de las vivencias participan de una "comunidad esencial" por la que se reCDnocen a cada momento. Esta "comunidad de esencia"
consiste en el hecho de que toda vivencia es
" . " una unidad temporal constituida en la conciencia fenomenDlgica
del tiempo .. .o'. (6)
Al hablar del tiempO' fenomenolgico y la conciencia del tiempo. Husserl
seala:
"La propiedad esencial a que el trmino de. temporalidad da expresin relativamente a las vivencias en general, no designa slo algo universalmente
inherente a cada vivencia aislada, sino una forma necesaria de unin de 11IlU
vivencias con otras... Toda vivencia tiene necesariamente un horizonte de
tiempo lleno e infinito por todos lados. Esto quiere decir al mismo tiempo: toda
vivencia pertenece a una corriente de vivencias infinita".
(7)
Esta corriente de vivencias, el tiempo interno propio de la conciencia, nos
remite al yo puro o trascendental, 10 ltimo y verdaderamente Oibsoluto, po'l"
cuya efectuacin (Leistung) esposLble hablar de tiempo, de Objetos en el
tiempo y en general de objetos. Por lo tanto, los anlisis sobre este tiempo inmanente permiten comprender acabadamente el ser de la conciencia.
Corresponde ahora examinar la Dtra funcin del tiempo, es decir su condicin de posibilidad de la experiencia de objetos.
Todo objeto est en el espaCio y en el tiempo. CDmo sa;bemos por lo anterior que hay una temporalidad inherente a la conciencia, resulta que todo objeto participa, a la vez, de una doble tempDralidad: una trascendente, objetiva en el sentido de ReaJitat, realidad natural y mundana que no tiene lugar
despus de la reduccin fenDmenolgica, y Dtra. inmanente, subjetiva, que tiene realidad en el sentido de Reell, lo real inmanente opuesto a lo real emprico. Por lo tanto, los objetos de que se trata son a la vez inmanentes y trascendentes.
(6) Id., 113, p. 226. (Cfr. asimismo al respecto: E. LEVINAS: Tho d& Z'intuition dona la phnomitIoOlogt. de H1IoIUri, Vri:n, PUI, 1968, p. 54. proa.
(7 ~ HUSSERL E.
Id., 81, p. 193.
(11) l!'enomenologa. de la, conciencia. del tiempo inmanente. Buenos Aires, Nova, 1959. tnd. O. ]l;
Langlelder. La presente cita corresponde al I l. p. 63.
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etc.
De esta manera, un objeto temporal en cuanto tal se constituye como objetividad inmanente, a travs de las distintas fases de su aparecer (percepcinrete!llcin-proteccin) que integran el "objeto en el cmo", o como tambin lo
designa Husserl ms especficamente, el "fenmeno transoursivo", que posibilita
la referencia de la conciencia al objeto en tanto que unidad.
Asl se aclara la afirmacin de Husserl:
" ... la continuidad transcursiva de un objeto duradero es un continuo cuyas
fases son los continuos de los modos transcursivos de lo diversos puntos temrajes de la duracin objetal" (17).
O sea: un objeto temporal duradero (melodfa), que en si mismo es una
sucesin de elementos temporales (tonos), se constituye como objeto (,como
identidad de los distintos elementos temporales) a travs de una continuidad
de modos transcursivos, es decir a travs de una sucesin de "ahoras" y "pasados" que pertenecen a la duracin objetal, y que en sI mismos son un continuo de modificaciones (retencin inmediata, retencin de retencin, etc,).
Vemos as que todo "ahora" cambia constantemente en "pasado", o sea
que toda percepcin (impresin) se convierte en retencin. Pero el pasado siempre es pasado de un ahora, la retencin siempre es retencin de una percepCin;
por lo tanto sin percepcin previa no puede haber retencin, pues sta remite
a aqulla. En consecuencia, ~a impresin precede necesariamente a la retencin. El experimentar sensaciones (la impresin) es la conciencia originaria de
tiempo. Slo a partir del dato de la sensacin se pone en marcha el proceso
constituyente de objetividad, en definitiva el proceso 'constituyente de tiempo,
mediante la inordinacin del objeto en la corriente temporal de la conciencia.
"El continuo constituyente de tiempo -dice Husserl (nosotros diramos ms
bien la corriente temporal subjetiva que constituye el tiempo objetivo)- es una
corriente de constante produccin de modificaciones" (18).
En otras palabras, lo que la conciencia "produce" son las modificaciones
(retenciones, escorzos) de un dato primario (la protoimpresin), que en cambio
no es "producido" por la conciencia, sino "recibido". Pero sin esas modificaciones no podrla haber objetividad; si la conciencia no ,conservara retencionalmente esos datos recibidos, no habra posibilidad de referirlos a un mismo
objeto, ya que slo experimentaramos datos sucesivos sin conexin alguna
entre si.
Por lo tanto, la sensacin es el modo originario de la conciencia temporal.
Al decir "modo originario" queremos significar que slo la percepcin nos
presenta el objeto "en carne y hueso" (Leibhaft), slo ella lo constituye "originariamente", tal como es en sI mismo.
Junto a la sensacin o 'conciencia originaria del tiempo, Husserl reconoce
otro modo de conciencia temporal: la rememoracin o reproduCCin, conciencia
(17) Id, lO, p, 76.
(18) Id., Anexo 1, p. 152.
102
106
The lormation 01 Husserl'a conoept 01 constitutio .., Martinus Nijhoff, The Hague, 1964 (Cfr. espeecap. IlI: Th. constitution p.rjormed l1J inner time, p. 75 ,Passim. La traducci6n nos pertenece).
107
"Es, por consiguiente, a la retencin, a la que debemos que sea posIble 'coavertir la conciencia en objeto". (21)
C) Conclusin. Problemas que plantea la teora husserliana del tiempo.
Antes de finalizar esta exposicin sobre el tema del tiempo en Husserl, tal
como se plantea en las "Lecciones sobre fenomenologa de la conciencia del
tiempo inmanente", qUisiramos sintetizar, en la medida de lo posible, los resID.:tados obtenidos:
1. Dijimos al comienzo de la segunda parte que el propsito de Husserl era
realiZar un anlisis ~nomenolgico de la conciencia temporal. Esto supon1a la
existencia de datos temporales puros, es decir independientes de cualquier
otro dato de la sensacin. Pero Husserl es llevado a admitir que no existen tales
datos temporales puros, sino que estos datos temporales acompaan a todo
tipo de datos hylticos. Es decir, retomando afirmaciones anteriores, no hay un
"dato hyltico" tiempo especifico, no hay una "materia" tiempo que pueda ser
informada, sino que el tiempo es la "forma" que anima a todos los contenidos
hylticos, es una aprehensin sin contenido aprehensivo.
Por lo tanto, en la constitucin temporal no es vlido el esquema materiaforma, aprehensin-contenido aprehensivo.
2. Toda percepcin va acompaada de un "horizonte" retencional y protenclonal: cada momento conserva el momento qwe acaba de pasar y se abre ya
sobre el que ha de llegar. La visin del tiempo abarca siemp1"e ms que el 1nstante momentneo (ahora), pues incluye igualmente lo que ya no es presente
:(retencin) Y lo que todava no es presente (protencin).
Por lo tanto, el tiempo es "ek-sttico": se caracteriza por desbordar el instante. (22)
3. Toda constitucin se remite, en ltima instancia, a unacorrtente 'conciencial absoluta poseedora de una estructura formal invariable, la estructura
"ahora-retencin-protencin" que es, en definitiva, la forma original constitutiva del tiempo.
4. Esta conclusin est relacionada con lae.nterlor y formula unaobjeel%l
a la misma, si la conciencia conserva en sI todos los momentos transcurridos,
balo la forma de la retencin, pareciera no haber oportunidad para el olvido.
Husserl aclara esto, si bien no expl1citamente,al afirmar que la serie continua de modificciones o escorzos va debilitndose cada vez ms, para acabar, en ltimo trmino, en la inadvertibilidad. Pero -creemos que de estaIllanera se reintroduce lo inconsciente en 'la conciencia, yaque'6sto inad\'ert1cta
HUSSERL E,
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