Unmei Datta No Ka Na
Unmei Datta No Ka Na
Unmei Datta No Ka Na
Ttulo:
Unmei datta no ka na.
Me pregunto si estaba destinado
Autora: Kawano Sora
Correctora: Kami
Ao: 2013
Todos los derechos reservados.
La cafetera estaba llena de gente y adornos navideos. Los abrigos se apoyaban
como una retahla entre los asientos y de los tazones de los clientes sala un agradable
aroma de chocolate y caf. El lugar era algo ruidoso, sin embargo, no dejaba de tener su
encanto debido a su tamao pequeo y muebles de colores marrones claros. Dentro de
la ciudad de Tokyo, un lugar as era casi un refugio para los transentes que se atrevan
a pasear por las calles fras y nevadas.
Kou, sentado en una mesa para dos y acompaado de su gran abrigo, le daba
vueltas a su taza de caf mientras alzaba la mirada de vez en cuando, observndolo todo
a travs de sus anteojos de pastas negras. Ocho meses, treinta y dos semanas,
doscientos veinticuatro das y quinientos cafs. Le gustaba ms contarlo a travs de
los cafs quizs porque de esa manera sonaba ms romntico. Pattico totalmente
pattico.
Era el segundo caf que se peda. Pero lo cierto es que incluso se le estaba
pasando por la mente la posibilidad de pedir otro ms. De esa manera, tendra la excusa
perfecta para hablar con l de nuevo.
Sakurai! Trae por aqu uno de esos pastelitos! Grit un cliente justo detrs
de Kou.
S! Ahora mismo, Satou-san! Contest el joven desde la barra.
Kou se le qued mirando por encima de sus anteojos. Sakurai Junpei.
Posiblemente, el chico con la sonrisa ms bonita de este mundo. Agach la cabeza
cuando pas por su lado, dndole un buen sorbo a su caf caliente. Y, posiblemente
tambin, el ltimo chico que se fijara en m.
Lo cierto es que, incluso antes de que la cafetera abriese, Kou ya se senta
intrigado por el local que estaban reformando. La calle era la misma donde est el
edificio en el que trabaja, por esa razn, pasaba por delante de la tienda cada da. Antes
de la cafetera, el lugar haba albergado una horrible tienda de segunda mano de
electrnicas y, fue por esa razn que, en la inauguracin, Kou qued fascinado por el
cambio. La horrible tienda vieja y sucia haba dejado paso a una preciosa cafetera estilo
occidental, con bonitos ventanales que guardaban macetas de flores y cortinas de cocina
a cuadros. Los tonos blancos y azulados tanto de fuera como de dentro le daban un
toque de poca victoriana londinense. El chico que hubiese diseado la cafetera deba
tener un gusto exquisito, haba pensado Kou cuando dio los primeros pasos a travs de
la puerta.
De ese momento haban pasado ya ocho meses, treinta y dos semanas,
doscientos veinticuatro das y quinientos cafs
Kou apret ms la taza, impotente. Aunque llevaba yendo ah cada da, sin
saltarse ni uno solo ni siquiera se atreva a decirle algo diferente a su platnico
encargado a parte de: un caf, por favor.
Ocultndose entre sus ropas anchas y sueltas, Kou se dej caer en su asiento,
sintindose tan pequeo como una hormiga. Su pelo, abundante y negro, le caa por la
frente sin ningn orden. En dnde queda esa valenta infantil que nos caracteriza
cuando somos nios?, pens mientras se agarraba un mechn. Aunque creo que ni
siquiera de nio llegu a ser valiente
La taza de caf, ya vaca sobre la mesa, poda bien ser reflejo de sus
sentimientos. Una taza siempre desea estar llena de algo alz la mirada al notar que
Junpei volva a pasar por su mesa y se qued mirando su espalda al caminar. Y yo
deseo que mi taza est llena de l
Feliz navidad, Sakurai! Unos clientes se despedan desde la puerta, la cual
tintine cuando fue abierta.
Igualmente! Que pasen buena noche! Junpei levant la mano y sonri a sus
clientes. Incluso despus de que ellos se fueran, la sonrisa segua pintada en su rostro.
Junpei sonrea de manera sincera, de esas sonrisas que salen del corazn y se quedan
por largos segundos en los rostros.
Y esa era una de las tantas cosas que tena a Kou completamente enamorado.
Mi adiccin y mi loca fantasa.
Se levant de la silla, colocndose el abrigo con rapidez mientras miraba al suelo
y se ajustaba los anteojos con la palma de la mano. Cada vez que pasaba por delante de
la barra senta una vergenza terrible por saber que Junpei estara observndolo para
despedirlo.
Todos los compaeros se echaron a rer con la frase e incluso a Kou le hizo algo
de gracia el chiste. Quizs para esa persona, su matrimonio es como este trabajo para
m: un infierno.
Kou nunca haba sido alguien exigente con la vida. Haba crecido en una gran
familia de campo, incluso los abuelos de sus padres vivan con ellos. Puede decirse que
era un hogar un tanto alocado y bullicioso como para crecer con normalidad, pero Kou
siempre haba sido feliz entre tanto alboroto. Quizs porque compensaba su timidez.
Haba ido a Tokyo a estudiar Econmicas y Empresariales, no porque realmente
fuese un sueo hacer algo as, sino porque su padre le haba aconsejado que estudiase
algo que le sirviese para muchos oficios. Estudiando econmicas puedes trabajar en
cualquier lado, Kou-chan. Todas las empresas necesitan siempre a un economista. Y en
parte, su padre s que tena razn. Gracias a las notas y a un golpe de suerte, no le fue
difcil encontrar empleo en pleno centro de la ciudad pero eso signific renunciar al
campo.
Cuando voy a la cafetera de Junpei siento como si me trasladase de nuevo a
aquellos tiempos. El olor del caf de la abuela, los gritos de los nios, el bullicio de la
gente Mi casa siempre estaba llena de gente, desde los amigos del abuelo, hasta los
nietos de los mismos. Nunca estabas solo.
Para Kou no slo fue adaptarse a la vida en ciudad, sino aprender a vivir por su
propia cuenta y aceptar que, al llegar a casa, no habra nadie. Es como si me hubiese
trasladado a otra dimensin.
Sin embargo, en los cinco aos que llevaba viviendo en Tokyo, el ltimo haba
sido sin duda, el mejor. Y todo gracias a una cafetera pequea, bulliciosa y calentita.
Todo gracias a una sonrisa
Kou apoy la frente en la mesa de su escritorio al recordar la forma en que se
haba ido cohibido de la cafetera. Seguro que piensa que soy el cliente ms extrao y
maleducado del mundo, pens mientras suspiraba.
Hashimoto, necesito que me enves los datos para hoy Kou peg un brinco y
se puso recto. Y no te duermas en los laureles.
E-entendido.
Uy, perdn Ella recompuso su postura como una seora digna y movi la
mano. Adelante.
Junpei, moviendo la cabeza, se rio, incrdulo.
Definitivamente todas las seoras sois unas cotillas Dijo, agachndose y
acusndola.
Y todos los jvenes siempre tienen algo emocionante que contar, as que
sultalo.
Junpei se mordi el labio. Le daba algo de vergenza hablar sobre el tema, ya
que no lo saba nadie y ni siquiera l mismo lo acababa de aceptar.
Es una persona que siempre viene a la cafetera.
Oh, dios mo, eso significa que me he encontrado con ella!
S, probablemente Dijo sonriendo. Aunque pasa desapercibido esa esa
persona no parece interesarse demasiado en m, as que ni siquiera s por qu se lo
cuento cuando s que nunca llegar a nada.
Bueno, pero si viene todos los das ser por algo no?
Creo que trabaja por aqu Dijo con un suspiro. No lleva nada ms que el
abrigo y la cartera.
Y viene sola?
S. Nunca ha venido con alguien.
Mmm creo que a esa chica le tiene que interesar algo de la cafetera, estoy
segura.
Junpei trag saliva y se trab un poco con las palabras.
Minamoto-san esto ella no es, ya sabe no es una chica Dijo
agachando la cabeza y sonrojndose por completo.
A la oyente se le abrieron los ojos de par en par y se tap la boca con los dedos.
Vlgame dios! Es un chico, Sakurai-kun?
l afirm con la cabeza, sin poder mirarla a la cara.
padre y su madre poltica nunca le prestaron la atencin debida a Junpei y ste creci
sintindose una molestia.
Lo peor de todo para Junpei no era el que su familia no sintiese amor por l, sino
el modo de vida falso y lujoso que llevaban. Tanto su padre como la mujer eran casi
incultos, sin alma en sus corazones, sin una sonrisa clida en el rostro y sin nada
profundo de lo que poder hablar. En definitiva, para Junpei, amante del arte y del
pensamiento, eran almas vacas.
En lo nico en lo que pensaban era en fiestas, dinero y programas basura de
televisin...
Por suerte a los quince aos comenz la escuela secundaria superior en Tokyo, y
gracias a los ahorros de los trabajos a medio tiempo, haba conseguido ahorrar para vivir
por su cuenta desde aquel momento. La ltima vez que haba visto a su familia haba
sido en las navidades de sus diecinueve y de eso haca ya seis aos. Junpei haba
llamado a su padre haca pocos das y, en esa llamada telefnica, prcticamente haban
dejado clara la separacin entre ellos.
Pero de esta manera me siento ms tranquilo puedo comenzar de cero sin que
en mi mente est la culpa o el resentimiento.
Simplemente, ramos personas incompatibles.
Junpei termin de secar y colocar la vajilla justo en el momento en el que una
pareja joven entraba por la puerta, haciendo sonar el cascabel. Alz la mirada para
sonrerles y saludarlos desde el fondo y, mientras iba a buscarles una mesa, cogi la
carta de cafs y dulces por el camino.
Siempre que el cascabel suena me salta el corazn al pensar que puede ser
l.
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Qu ests diciendo, Hashimoto!?
Kou apret los puos mientras el labio inferior le temblaba. Ni siquiera se
atreva a la levantar la mirada del suelo y sus rodillas estaban a punto de fallarle por
culpa del pnico.
Q-q-q-ue me retiro no voy a volver a trabajar aqu.
Poda haber una casualidad ms fantstica que aquella? Kou lo miraba casi
fascinado mientras tragaba saliva y se colocaba los anteojos una y otra vez, pensando en
que una oportunidad as no poda repetirse de nuevo.
Oh dios mo, y de qu le hablo ahora?. Se haban puesto a caminar y Kou se
senta tan tieso como un palo.
Viniste a Tokyo por trabajo?
Eh? Junpei caminaba a paso rpido, aunque Kou supona que era gracias a la
altura de sus piernas.
Me dijiste que vivas en el campo no?
Ah, eso. S. Fue por trabajo.
Sueles venir mucho por la cafetera Al decir esas palabras, Junpei apart la
mirada, trabajas cerca de aqu?
S, en la empresa K., era uno de los contables.
Oh, vaya eres un to listo, entonces.
No, no, para nada Kou siempre se pona ms nervioso con los halagos que
con las crticas negativas. Slo se me dan bien los nmeros.
Pero Giraron a la derecha al llegar a la esquina. Lo has dicho en pasado.
Ya no trabajas ah?
Al recordarlo, Kou sinti como si una losa de mil kilos hubiese cado en su
cabeza.
Hoy lo he dejado.
Oh, vaya, lo siento. Dije algo indebido Se disculp Junpei, algo avergonzado.
No, para nada. Ms bien felictame. Era el peor trabajo del mundo.
El jefe, supongo Dijo sonriendo Junpei.
S.
Suele pasar. Antes de la cafetera pas por muchos tipos de jefes algunos
eran insoportables y dejaba el trabajo a la pocas semanas.
Lo cierto es que yo llevaba dos aos. Tena miedo de dejarlo por si luego no
encontraba nada ms Confes Kou.
Ests ests buscando trabajo?
Bueno creo no? Dijo riendo. Y, nada ms hacerlo, se dio cuenta de que
era la primera vez que rea delante de Junpei en esos ocho meses. Cohibido, apart la
mirada. Y, sin saberlo, Junpei se le haba quedado mirando fascinado.
El caf est yendo muy bien y llevaba un tiempo pensando en buscar a otra
persona si si te apetece puedes trabajar en la cafetera mientras buscas otro empleo.
Kou dej de caminar al escuchar esas palabras, se mordi el labio mientras
miraba hacia el suelo. Pattico, pattico casi ni siquiera me puedo mantener en pie.
Junpei, preocupado, se apresur a disculparse.
Lo siento, no he querido ponerte en un compromiso por supuesto, no me
molestar si dices que no. Es tu decisin
Acepto Dijo Kou en voz ms alta de la que pretenda. Por suerte, sus cabellos
le ocultaban el rostro colorado. Inclin la espalda, con los brazos pegados a su cuerpo,
para agradecer la oferta. Acepto encantado.
Tras eso, unos segundos de silencio dominaron el ambiente. Se poda or el
murmullo de la gente mientras caminaba por la avenida, las voces de los nios gritando,
el sonido de los tacones de las mujeres y los latidos fuertes y desenfrenados del
corazn de Kou.
Ambos parecan estar en una cuerda tiesa que se encuentra a punto de quebrarse,
y Kou supona que, el ambiente tan tenso, se deba slo a sus nervios y estupidez.
Jams hubiese imaginado que Junpei estaba casi tan nervioso como l.
Oh, eso eso es una noticia estupenda Sonri, esa sonrisa sincera y brillante,
y Kou casi envidi la manera en que sonrea. Puedes empezar el 26, pasado maana.
Te parece bien?
No puedo imaginar que esto est pasando es tan irrealista, ridculo, perfecto
y a la vez vertiginoso que me dan ganas de acercarme al primer rbol y darme
cabezazos contra la madera.
S. Me parece muy bien.
Ambos volvieron a ponerse en marcha, pero esta vez, Kou se dio cuenta de que
Junpei haba reducido la velocidad en la que caminaba. Apret con las dos manos el asa
del maletn que tena cruzado por el pecho. Cuando llegaron hasta la entrada de la
estacin, Junpei se detuvo frente a ella.
Sonri. Aunque esta vez fue una sonrisa melanclica.
En verdad no tengo ganas de volver a casa Dijo mirando hacia otro lado.
Kou se sorprendi ante sus palabras, casi puede decirse que le provocaron una
visin nueva y diferente de ese joven que tena en frente. Y entonces comenz a
preguntarse qu clase de vida llevara Junpei fuera del caf vivira solo o le esperara
alguien en su hogar? Tendra novia? Estara feliz con su vida?
Por la forma en que lo miraba, Kou sinti que su vida no era tan esplndida
como su sonrisa.
Yo tampoco quiero volver Le dijo con sinceridad.
Quizs, para Kou era uno de esos momentos en la vida tan importantes que el
rumbo de tu destino cambia. Senta que cada palabra, cada respiracin y cada mirada
tenan un significado especial. Y en aquellos momentos lo ltimo que quera era alejarse
de Junpei para descubrir que todo haba sido un dulce sueo.
Podramos dar una vuelta Sugiri Junpei mirando hacia el cielo nocturno
estrellado. Volvi a bajarla y centr sus ojos en los de Kou. Todava no s tu nombre
Le dijo algo cohibido.
Kou. Hashimoto Kou Contest casi inmediatamente l.
Junpei volvi a sonrer.
Puedo llamarte Kou? Tu apellido es demasiado serio para tu rostro Dijo
divertido.
Kou baj la mirada, avergonzado.
C-como quieras.
Lo cierto es que, escuchar su nombre en los labios de l haba sido una dulce
tortura. No s cuntas veces he soado que lo pronuncia en gruidos, mientras. Su
corazn palpit bruscamente al recordar sus fantasas.
Yo me llamo Sakurai
taza con delicadeza, ponindosela frente a Kou. Y la manera de girar la mueca fue lo
suficiente excitante como para que Kou se atreviese a alzar la mirada y se encontrase
con sus ojos por primera vez.
Desde ese primer da estuve condenado a estar fascinado por l.
Quieres probar? Le dijo Junpei subiendo y dejando caer una piedra sobre la
palma de su mano y con una media sonrisa en el rostro.
Te advierto que soy muy malo Kou puso la mano bajo la de l y ste dej
caer la piedra. Se puso de lado y, antes de lanzar, se asegur de colocar bien sus gafas.
All va.
Kou movi el brazo con demasiada fuerza y, debido a la humedad de la hierba,
resbal con el pie.
Kou, cuidado!
Sin poder mantener el equilibrio, Kou vio el reflejo de su cara en el agua
acercarse cada vez. De repente, sinti unas manos que lo sujetaban por la cintura y, un
segundo despus, caa al lago estrepitosamente.
El fro del agua se le clav en la piel como agujas, aguant la respiracin con los
ojos cerrados a la vez que mova los brazos y las piernas con frenes. Se impuls hacia
arriba y cuando sali a la superficie dio una gran bocanada de aire.
Sin embargo, cual fue su sorpresa al ver que a su lado, Junpei estaba tan mojado
como l. Asombrado, vio como empezaba a rerse escandalosamente mientras mova los
pies para flotar en el agua.
Tienes un alga en la cabeza Le dijo alzando la mano y quitndole la hierba
verde a Kou. Inevitablemente, Kou se sonroj ante esa muestra de cario.
L-l-o siento mucho, soy un desastre Se disculp Kou, sintindose totalmente
culpable.
Nunca me haba redo tanto, en serio A Junpei le brillaban los ojos mientras
deca esas palabras.
Un seor de mediana edad se acerc al borde del lago.
Chicos, estis bien? Pregunt preocupado. Venga, os ayudo a subir, denme
la mano.
Esta vez, Kou afirm moviendo la cabeza hacia arriba y abajo y, como
consecuencia, sus gafas se resbalaron por el puente de su nariz. Se las recoloc con la
palma de la mano y, nada ms hacerlo, Junpei se rio suavemente.
Definitivamente eres muy gracioso.
Gracioso? Lo cierto es que le haban dicho muchas cosas, pero jams haba
escuchado que alguien le llamase gracioso.
Pues bien tendrs que guiarme, no s dnde est tu casa Aadi Junpei con
las manos en los bolsillos y las piernas abiertas apoyadas en la gravilla de parque.
Ah, claro, m-mi casa Kou se dio la vuelta y camin. Junpei fue tras l pero, a
los pocos segundos, tuvo que darse la vuelta de nuevo. E-es por el otro lado dijo
avergonzado caminando hacia el lado contrario por el que haba ido.
Junpei, riendo, le sigui en silencio.
Me muero de vergenza. Esto no puede estar pasando.
Con la cabeza agachada camin junto a Junpei atravesando el parque y haciendo
ruido con el sonido de sus zapatos sobre las piedrillas, bajo un cielo navideo
completamente estrellado.
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Kou se desliz en la pequea baera hasta que su nariz estuvo tapada con el agua.
Solt aire por la boca y las burbujitas salieron eufricas para romper contra la superficie.
Haba echado unas sales para el bao que lo tean de color azul cielo y, mientras
intentaba relajar la mente, jugaba a salpicar el jabn contra el agua.
Junpei se haba baado primero y ahora lo esperaba fuera. Le haba dejado un
pantaln deportivo y una camisa blanca bsica. Por suerte le haban sentado a la
perfeccin, pues Kou siempre compraba una talla ms en sus ropas.
Est aqu. En mi casa. No es un sueo.
Al ser consciente cien por cien de la situacin un ataque de nervios le domin
por completo y meti toda la cabeza bajo el agua de golpe para soltar un grito. Millones
de burbujas salieron en respuesta a ello. La sac a los pocos segundos jadeando y
sintindose tan nervioso como un nio pequeo.
No puede ser
Suspir y decidi salir de la baera. Haba hecho esperar a Junpei por demasiado
tiempo. Se quedar aqu a dormir?, pens mientras se secaba el cuerpo con la toalla.
Al momento cogi los anteojos que dejaba siempre sobre un mueble antes de ducharse y
se los puso. Pero fue entonces cuando se dio cuenta de que se haba olvidado de lo ms
importante.
Oh, maldicin el pijama, pens nervioso. Se acerc hasta la puerta del
bao y la abri un poquito, lo suficiente para ver a travs de ella. Por la rejilla vio sobre
la cama su pijama, pero no haba rastro de Junpei por ningn lado. Sac un poco ms la
cabeza para ver si estaba en la cocina, pero tambin estaba vaca. El piso no tena
habitaciones, simplemente era una estancia con una pequea cocina en la entrada y una
cama al fondo, bajo la ventana. Tena en el centro un sof para tres personas que haba
encontrado en una tienda de segunda mano por un precio increblemente bajo y, en
frente del sof, haba una televisin bastante antigua.
Kou se extra pero sali hasta la cama de puntillas y se puso el pijama de color
azul marino lo ms rpido que pudo, se dej la toalla sobre sus hombros para no
mojarse la ropa con la humedad de su pelo. Entonces fue cuando pudo afirmar
rotundamente que Junpei no estaba por ningn lado.
Se habr ido? Se subi a la ventana para asomarse a la ventana. Poda ver el
parque y, gracias a que viva en un octavo, se vea parte de la avenida. Quizs me
intent avisar y no le o por estar en el agua.
Sentado en la cama, Kou acab deprimindose al pensar en las peores
posibilidades. Se ha sentido incmodo, definitivamente. Mi piso es un desastre, tengo
ropa tirada por todos lados y encima le he fastidiado la nochebuena. Pens que, ya
de por s, haba sido extrao que Junpei hubiese aceptado ir a baarse a casa de un
desconocido, porque aunque llevaban vindose todos los das durante esos ocho meses,
nunca haban intercambiado unas palabras hasta ese momento.
De repente la noche se sinti solitaria y fra, y fue incluso como si las estrellas
hubiesen perdido el brillo. El parque, a lo lejos, pareca tenebroso y oscuro, como si
guardase en l un secreto perverso y oculto. Todo se haba vuelto ttrico y fnebre. Y
Kou se dio cuenta en ese instante, que esa era la vida que estaba llevando. Slo cuando
entraba el caf de Junpei, la oscuridad desapareca. Pero haba averiguado en esos
instantes que no era la cafetera, ni el bullicio de la gente, ni el olor del caf el que
causaba esa calidez, era Junpei.
Ya deca yo que todo iba demasiado perfecto ni siquiera s si debo volver a
pisar el caf, quizs se ha arrepentido de ofrecerme el puesto de trabajo.
Se levant de la cama con pesadez para ir a hacerse algo de cenar, aunque no
tena hambre. Con lo que ha pasado me da vergenza ir maana a tomar el caf de
siempre.
Encendi el fogn y puso en l una sartn. Quizs una tortilla con ktchup le
quitase el mal sabor de boca. Sac dos huevos de la nevera y, cuando el aceite estuvo lo
suficientemente caliente, los rompi para que cayesen dentro. Desanimado se puso a
revolverlos con una paleta de cocina. Haba en el piso un silencio incmodo y
desagradable. Despus de tener algo tan divertido como lo de hoy, es difcil volver a la
rutina de siempre.
A los pocos minutos, la tortilla estaba dorada. Sac un plato de la alacena y,
moviendo la sartn, hizo que cayese sobre l. Luego fue a por el ktchup y para intentar
animarse le hizo una sonrisa a su pequea tortilla, pero le sali tan pattica que incluso
fue an ms deprimente.
Definitivamente soy nefasto para hacer cosas bonitas Pens mientras coga
el plato y lo miraba suspirando. Por lo menos es comestible.
Sinti algo de envidia al recordar las formas que Junpei sola ponerle a la
espuma del caf cuando tena tiempo, siempre eran diferentes y Kou nunca haba visto
una forma repetida. Y aqu me encuentro yo, hacindoles sonrisas torcidas y ojos
pegados a una tortilla no me sorprendera si los nios que viesen esto me odiasen de
por vida.
Kou iba decidido a disfrutar de su plato deformado aunque eso significase perder
totalmente el orgullo. Pero justo cuando se dio la vuelta pis mal la pequea alfombra
que tena bajo los pies con la mala suerte de resbalarse y perder por completo el
equilibrio. Casi a cmara lenta Kou vio como la tortilla saltaba de su plato para ir a
estrellarse contra el suelo con un sonido pegajoso y, seguido a eso, el plato se reventaba
en cientos de pedazos.
Kou poda sentir el corazn de Junpei por sus venas. Quizs pudiese parecer
exageracin, pero as era para l. Unidos por la piel y unidos por la mirada.
Las manos de Junpei aferraron ms fuerte sus hombros y Kou se dio cuenta de
que poco a poco se estaba acercando a l. Va a besarme, pens mientras bajaba los
ojos hasta sus labios.
Y con ternura, como si esos labios estuviesen en aquel cuerpo y en aquel espritu
especficamente para besar a Kou, Junpei pos la boca sobre la de l. Al principio,
temerosos, simplemente sintieron la suavidad de los labios de cada uno, pero a medida
que el cuerpo exiga calor, sus bocas se abrieron paso para conocerse y saborearse por
primera vez.
El beso. S, el beso era quizs una de las expresiones culminantes de un
momento de emocin, quizs un primer paso hacia el camino de la comunicacin entre
cuerpos o quizs, la forma ms simple de expresar un sentimiento.
Para Kou, aquel beso era magia. Porque esa boca que lo estaba besando
contena la sonrisa ms hermosa del mundo.
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Y ahora haces as y luego esto, ves? Ya est.
Kou miraba asombrado la taza que contena el descafeinado hecho por Junpei,
sobre la espuma haba dibujado el rostro de un conejo.
No Dijo enojado. No lo digas como si fuese as de fcil, esto es peor que
hacer un acertijo matemtico.
Junpei se rio.
Qu exagerado eres. Lo que pasa es que no lo has probado. Toma, ten Junpei
le dio su taza de caf. Hazlo aqu.
Ni hablar.
Venga Suplicaba l cariosamente.
Va a salir la caca ms caca del mundo.
Da igual Se retaron con la mirada durante unos segundos y al final,
suspirando, Kou se dej vencer.
quedaron vacas de caf y palabras, ambos buscaron con urgencia el sabor en sus bocas,
rememorando el beso que se haban dado sobre una tortilla escachada.
Entonces, el sonido de sus bocas se volvi hmedo y los gemidos sustituyeron al
ruidito del sorbo de caf. La lluvia, incesante, comenzaba a arraigar ms fuerte,
acompaando a Kou y Junpei en la meloda de sus gargantas.
Ni siquiera quisieron ir a la cama. Tras desnudarse despacio, sin detener los
besos, Junpei haba tomado a Kou en el mismo sof, sin preocuparse por otra cosa que
no fuese su cuerpo. Ests bien?, preguntaba de vez en cuando, Te duele?.
A Kou le dola, pero el tener sobre su cuerpo a Junpei estaba por encima de
cualquier dolor. Poder sentir su piel, el sudor de su espalda, escuchar sus gruidos cerca
de su odo o notar el movimiento de su pelvis entre sus caderas, era placer suficiente
para ir redimiendo el dolor que pudiese sentir.
Y fue as como, largos minutos despus, su cuerpo se acostumbraba de manera
maravillosa al tamao y a la forma de Junpei, abrindose en cuerpo y alma y
entregndose de una manera que jams hubiese podido imaginar que exista.
Junpei, con cuidado, trataba de ir despacio, sabiendo que para Kou, aquella
experiencia sera dolorosa aunque l dijese lo contrario. Haba querido mantener sus
anteojos puestos, para poder verte, haba dicho, y lo cierto es que ese detalle le
encantaba a Junpei.
Hicieron el amor con la meloda de la lluvia y el sabor del descafeinado en sus
bocas, y en cada beso, en cada caricia, Junpei senta que aquel lugar era el sitio ms
hermoso del mundo. Nunca pens que pudiese existir este sentimiento o estas
emociones. Parece como si el mundo dejase de existir, pensaba mientras observaba
los ojos cerrados y la boca abierta de Kou bajo su cuerpo. Sus gemidos, la manera en
que sujeta con sus dedos mi piel, la forma en que sube las caderas deseoso de mi
cuerpo es hermoso, es lo ms hermoso que he hecho nunca.
Junpei senta que haba encontrado un sitio al que pertenecer
Y justo cuando el torrente de lluvia se volvi estrepitosamente fuerte, sus
cuerpos llegaron al clmax. Durante varios minutos, Junpei cerr los ojos y se mordi el
labio para aguantar todo lo posible hasta que Kou se desvaneciese en sus manos. Fue as
Jun-jun psame ese plato La abuela Chiyo estaba sentada dos lados hacia su
derecha. Gracias Le dijo cuando Junpei se lo pas.
Por algn extrao motivo, todos los abuelos haban comenzado a llamar a Junpei
Jun-jun y, como consecuencia, ahora toda la familia lo llamaba as.
Mientras coman, Kou le dio un suave codazo.
Mira, ves al to Shunsuke y al to Makoto? Con la barbilla Kou hizo un gesto
y seal a dos hombres que estaban en el fondo, comiendo al lado de dos nias y un
nio de unos cinco aos.
S.
Ellos Se sonroj un poco mientras lo deca, estn juntos, ya sabes Le
susurr.
Al momento de decirlo, Junpei tambin se sonroj un poco.
El to Shunsuke estaba casado, pero se divorci hace cuatro aos y lleg a la
familia el to Makoto Explic Kou. El to Makoto perdi a su mujer en el parto de sus
tres mellizos hace cinco aos.
Junpei volvi a mirarlos. Una de las nias coma con la abuela, a la otra la
atenda el to Shunsuke y al pequeo el to Makoto.
Pero ahora son felices Termin Kou con una sonrisa. Sus gafas se movieron
un poco.
S, ya lo veo Le contest Junpei sonriendo tambin.
Algunos nios que terminaban de comer salan corriendo al jardn entre gritos de
sus padres para que no corriesen. Los ms pequeos descansaban en los pechos de sus
madres y algunos padres se levantaban para supervisar a los cros que se haban
escapado. Poco a poco, cada uno fue buscando un sitio diferente, los abuelos volvieron
a la sala de juegos, algunos adultos se fueron a tomar una cabezadita y otros buscaron
una esquina agradable para hablar.
Junpei y Kou se sentaron en el borde de la entrada que daba al jardn mientras
vean como los pequeos jugaban con la nieve. El padre de Kou se acerc a ellos y les
dio una hoja alargada a cada uno.
Kou, Jun-jun, esto es para despus. Tenis que pensar lo que habis hecho mal
el ao pasado y proponerse metas para este ao de acuerdo?
Kou mir a Junpei de forma cmplice, pues ya le haba contado la costumbre
que tena su padre cada ao.
S, Hashimoto-san Respondi educadamente Junpei.
l, en respuesta, le dio unas sonoras palmadas en la espalda.
As no, as no. Prefiero que me digas To Asami, que estamos en familia.
E-est bien Contest l bajando la cabeza.
En verdad Dijo Kou cuando su padre se hubo marchado, la familia hace esto
el da 28 de diciembre. Pero como yo estoy en Tokyo, lo hago ahora Se levant del
suelo. Venga, vamos.
A dnde?
Kou ense los papelitos.
Al templo.
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Varios das despus
Bienvenidas Junpei levant la cabeza al ver entrar a un grupo de chicas. Kou,
por favor, puedes ir t?
Kou cogi la carta de la barra y fue hacia las jvenes para buscarles una mesa.
Por aqu, por favor Escuch les deca Junpei. Sonri sin poder evitarlo, Kou
se vea tan gracioso con el uniforme y esas gafas.
Sigui haciendo sobre las tazas las formas en la espuma. Esta vez, Osos Pandas.
Ya est Susurr, dndoles el toque final. Las coloc sobre una bandeja blanca
de madera antigua y, cuando Kou se acerc para darle el papel del pedido, Junpei le
extendi la bandeja. A la mesa cinco.
S.
El cascabel de la puerta volvi a sonar. Junpei dirigi all su mirada y vio entrar
a la seora Minamoto.
nunca falt de nada, pero cada piedra que se interpona en su camino, haca ms fuerte
el amor que sentan el uno por el otro.
Oye, Jun Kou mir hacia la diosa de la fortuna. Estaban frente al templo al
que iban todos los aos a celebrar la navidad con la familia.
Hm? Pregunt l.
Te quiero.
Junpei desliz los dedos para cogerle de la mano.
Yo tambin.