Beijo Do Inferno
Beijo Do Inferno
Beijo Do Inferno
John, que miraba fijamente el halo que brillaba ante sus ojos, levantó la cabeza.
Era el hombre que lo había traído aquí. El hombre, que parecía tener más de
treinta años, dijo que se llamaba Carter Simpson y era el secretario de Ryan
Lindbergh.
Lo había sentido desde la primera reunión, pero John era un niño silencioso.
Aunque podía hacer muchas preguntas, no había manera de que preguntara algo
primero, y si no era necesario responder, se quedaba en silencio.
Su calma, era un poco pasada por alto por Carter. Hace aproximadamente un
mes, John era un niño de once años que había perdido a su madre. Además,
ahora se dirigía a ver a su padre, a quien nunca había conocido antes.
Nunca había tratado con un niño, pero Carter sabía que la reacción de John no
era común. Entonces decidió hablar con John, aunque él no estuviera interesado
en el trabajo de otras personas.
Cuando Carter se sentó en el asiento vacío, que estaba en frente, John, que
estaba inclinado, volvió la cabeza. Un par de ojos verde oscuro se volvieron hacia
Carter.
—¿Has ido a Inglaterra antes?
—No, mi mamá siempre estaba ocupada. Esta es la primera vez que tomo un
avión. No estoy seguro, pero, ¿Todos los aviones son como este?
John acarició el asiento de cuero con la punta de los dedos e hizo la pregunta.
Carter se encogió de hombros en lugar de responder. Lo que estaban montando,
era un avión de lujo de la serie Gulfstream, que constaba más de 40 millones de
libras.
Quizá la mayoría de las personas, podría vivir con lo que costaba un avión
privado. Carter acomodó la parte interior de su cuello y posó las dos manos
afiladas sobre sus muslos.
—Si, es correcto.
Debajo del cabello castaño oscuro, estaba sentada una cara pálida y delgada. Los
ojos verdes rodeados de motas cobrizas, tenían un brillo sombrío y los labios finos
cerrados en una línea recta, parecían sensibles.
Objetivamente, John era un chico muy hermoso. Nadie podía estar en desacuerdo
en que sería un chico muy guapo cuando creciera. Sin embargo, la impresión de
siempre estar deprimido, socavaba su encanto natural.
Entonces, inesperadamente había decido traer a John a vivir con él. ¿Qué estaba
pensando Ryan? Estaba planeando presentar un hijo ilegitimo a pesar de tener
una bella esposa y un hijo encantador. Carter no lo podía creer. Era difícil para
Carter adivinar, si los demás miembros de la familia aceptarían a John, o no.
John, que se había levantado del asiento, miró a Carter. Con sus grandes ojos
inquietos, Carter estuvo a punto de acariciarle la cabeza a John, sin darse cuenta.
En su lugar, Carter apartó la mano y agarró su maletín.
Aunque Emily, solo fue el romance de una noche de verano, John sabía que todo
era una coincidencia.
—En primer lugar, estarás cansado por el desfase horario, así que saluda al
Señor Lindbergh y vete a la habitación que ya está lista para que descanses.
Pensemos en el futuro.
—Sí, lo haré.
—¡John!
—¡…!
Tropezando en reacción, John retrocedió y miró al niño con los ojos bien abiertos.
—¿No es así?
Tenía como seis años de edad. Era un niño hermoso como un hada. Sus brillantes
pies de platino y su rostro inmaculado, era como el de los ángeles, y sus grandes
ojos azules, como el zafiro, le recordaban al mar. Los gruesos labios eran
intensamente rojizos, como si fueran pétalos de rosa, y parecía tener un sabor
dulce el morder las mejillas sonrosadas que se habían calentado con anticipación.
El niño miró a John, con una mirada de alegría. A John le latió el corazón deprisa.
—¿A mí?
Para John, la primera impresión de Ryan, fue la imagen de una revista deportiva,
con una raqueta de tenis y sonriendo. El cabello rubio bien peinado, piel
bronceada, como un animal carnívoro que exudaba confianza.
Suena como una excusa, pero quiero que sepas, que me enteré tarde de tu
nacimiento y que entiendas que no había nada que yo pudiera hacer.
Estaré allí.
John frunció el ceño. Fue extraño ver a su padre, por primera vez desde que
nació.
John, sorprendido por lo inesperado, hizo un ruido fuerte. Parecía que Carter lo
había notado. A los diez años, Valentine parecía mucho más joven que
eso. Aunque John era delgado, era más alto que sus compañeros, e incluso
teniendo en cuenta eso, la cabeza del niño solo podía alcanzar su pecho.
—La mayoría de las personas que han visto por primera vez a Valentine,
piensan lo mismo. Por cierto, parece que le gustaste bastante al niño.
Normalmente, es un niño gentil, pero es la primera vez que tiene esa
reacción.
—… ¿De verdad?
—Bueno, los dos son hermanos. No hay nada malo en que sean unidos,
¿verdad?
Emily, que había estado siempre con él, se había ido. Y el padre y el hermano
menor, que había visto por primera vez intentaban tomar su lugar. Todo era
extraño, como si el cielo y la tierra estuvieran invertidos. John murmuró en voz
baja.
Sin Emily.
Carter todavía estaba ansioso, pero lo condujo al piso ignorando las palabras de
John. El interior de la mansión, era tan abrumador como el exterior. John
—¿No te gusta?
—No… No, es solo que esta habitación es tan grande como una casa.
La habitación, con su ventana delantera, era lujosa y espaciosa como las que
aparecían en la serie 007. En medio del techo alto, colgaban deslumbrantes
candelabros de cristal y las paredes estaban decoradas con mármol natural. Se
colocaron alfombras Kashizadeh con patrones delicados en el piso y un gran
balcón afuera de la puerta de vidrio. La cantidad de muebles que componían la
habitación era pequeña, pero todos tenían un brillo lujoso.
—Será difícil debido al desfase horario, por lo que es mejor que duermas. Me
informaron que prepararon la ropa para que te duches, después de
levantarte. Vendré a despertarte antes de la cena.
—Eh… Carter.
—¿Sí?
—… .
—Ah…sí. Aquí.
Puede saber con certeza, cuando recuperó la conciencia. Había algo pesado en
su pecho y su estómago. Sintió un cálido aliento, soplar uniformemente alrededor
de su pecho. Con una cara tensa, John extendió sus manos libres y miró por la
esquina de la sábana. Entonces, tan pronto como vio la pequeña cabeza en el
espacio entre las mantas, casi gritó.
John se mordió los labios, por el susto momentáneo, pero tuvo el valor de intentar
mirar de cerca.
—…ah.
Un breve gesto de sorpresa surgió de la boca de John, al confirmar que era el niño
que había visto antes. Valentine estaba dormido, aferrado al costado de John.
Aunque la manta estaba cargada, el niño dormía bien, con sus cortos brazos
alrededor de su cintura.
—¿Qué hora es? Esto es lo que había estado haciendo desde entonces.
John reflexionó por un momento, pero concluyó que nunca podría levantarse así.
Cuidadosamente sacudió el hombro del niño.
—Hmm…oye.
—… .
—¿Quieres despertar?
—… .
—… ¿Valentine?
—¿Qué?
—Eso es porque John no despertaba. Fue por eso que me quedé dormido,
por culpa de John.
Lo había sentido antes, pero en opinión de John, Valentine parecía mucho más
joven en apariencia y en personalidad. Los chicos precoces, como los amigos de
John, ya estaban muy interesados en todo lo sexual, y John no estaba tan lejos,
pero, sin embargo, él sabía muy bien sobre la situación de los adultos.
Aunque John tenía una cara sombría, miró a Valentine con pureza. Entonces
Valentine, que tenía una mirada relajada, miró a John como si él fuera un misterio.
Una pequeña mano tocó la frente pálida de John, los huesos de sus cejas
curvadas, la nariz estrecha y alta, y los labios protuberantes. Valentine miró
fijamente su rostro durante mucho tiempo, entrecerró un poco los ojos y extendió
la mano.
—¿Emily?
—Sí, mi mamá.
Cuando John se rió y respondió, Valentine abrió mucho los ojos. Solo entonces,
John pensó que el joven Valentine podría no conocer todos los detalles. John puso
los ojos en blanco, mientras tomaba la mano que tocaba su rostro.
—¿Sí? Me alegro.
—Mi mama se llama Grace. Emily debió haber sido muy bonita.
—¿Qué?
Al final, John había atado los cabos sobre Valentine. Pero no era que estuviera
realmente de mal humor, sino que tenía un gran propósito al tratar de seguir sus
locas palabras. Era extraño. No le molestaba, ni odiaba esa conversación con ese
niño pequeño. No, más bien…
—Disculpa que sea bonito para ser un hombre. Deberías decir que soy
genial.
No lo odió, más bien lo disfrutó. Pensó que era la única persona, que le mostraba
sus buenos sentimientos en este lugar. Después de mucho pensar, John tocó en
broma, los gorditos cachetes de Valentine. Entonces Valentine asintió mucho.
—Si, bonito, genial y varonil. ¿Cómo me veo ante los ojos de John?
—¿Tú?
—¿Te gusto?
—¿Me odias?
—… tengo hambre.
Dijo John, mirando abajo a Valentine, que aún colgaba de él. De repente, John
sintió un hambre feroz que le hizo arrugar la frente. Desde el momento, en que
había seguido a Carter, estuvo nervioso y no había podido comer nada.
—¿Qué?
—Huh.
—… .
John tenía una cara sombría. De repente, se sentía como un idiota que tenía una
conversación seria con Valentine. Mirando el final de esas promesas infantiles,
estaba claro que Valentine todavía era un niño, que no sabía nada.
Pero entre eso y aquello, a John que no le importaba, puso su dedo sobre el corto
dedo de Valentine. En ese momento, se dibujó una sonrisa melosa en la cara de
Valentine. Sus brillantes ojos azules, se curvaron alegremente y sus mejillas, se
englobaron en un círculo. Era una bonita sonrisa con un aroma especial.
—Lo prometo.
John, que vertía leche en el cereal, parecía idiotizado. ¿Qué acababa de decir Carter? Se
tragó el plátano que estaba masticando en la boca y se frotó los labios con una servilleta.
—Ryan tiende a proteger su privacidad, pero hay algunas cosas que no se pueden
evitar. El equipo de relaciones públicas responderá, de la manera más proactiva
posible, pero aún existe la posibilidad de que esté expuesto a los medios de
comunicación.
Carter no pudo evitar bajar la cara. Era una celebridad, por lo que incluso la búsqueda de
“Ryan” en el cuadro de búsqueda de Google, expondría a “Ryan Lindbergh” en la parte
superior de los términos de búsqueda automática.
Intentando que comprendiera sus palabras, Carter le explicó gradualmente a John, como era
Ryan. Solo entonces John, supo que Ryan era un magnate, mucho más poderoso de lo que
pensaba. Según Carter, el grupo Lindbergh, que se formó a mediados del siglo XVII como
un negocio de préstamos, ahora ejercía gran influencia en diversos campos de los negocios,
como la logística, las finanzas y el petróleo en Europa y América del Norte.
Y Ryan Lindbergh, miembro del clan británico, era el jefe de Loyal&Trust, el grupo de
inversión en medios más grande del mundo. Carter explicó que el grupo L&T actualmente,
tiene emisoras, revistas de periódicos y distribuidores de películas en los Estados Unidos y
Europa. Al ver a John confundido, porque no entendía, Carter trató de contarle todo
nuevamente, con palabras de un niño de once años.
—No tienes que hacer nada especial. Pero nunca hables con nadie del pasado.
Especialmente cuando es algo tan privado. Ya sea a un reportero o a un amigo.
¿Bueno?
John asintió con la cabeza, vertiendo un poco de leche en el cereal ablandado. De repente,
se sintió mal del estómago. Fue porque sintió, como si se hubiera convertido en una
cenicienta, en lugar de sentirse como un príncipe heredero. John todavía no tenía el poder
para digerir todos estos cambios.
—Sí, entiendo.
John asintió y se levantó. Luego se subió al Rolls Royce Phantom, estacionado frente a la
mansión. Desde el día que llegó, Carter era a la única persona que había visto John, desde
el primer día.
Ya habían pasado varios días desde que John llegó a Richmond. En la primera noche, Ryan
se fue de viaje de negocios y Grace todavía estaba en el exterior. Valentine también regresó
al internado y no pudo volver a verlo desde ese vez. En ausencia de todos, John estuvo
preparando todo lo necesario para vivir en el Reino Unido, como pruebas de capacidad
académica, y controles de salud. Y hoy, era su primer día de escuela.
Las calificaciones de John no eran malas, pero solo estaba al nivel de los niños de las
escuelas públicas. John no hablaba otro idioma que no fuera inglés y nunca había
practicado esgrima, ni equitación. Entonces Ryan decidió, que sería mejor contratarle a un
tutor, en lugar de ingresarlo directamente al internado.
Para John, todo era lo mismo. Sin embargo, tan pronto como decidió asistir a la escuela, se
sintió mal al saber que Valentine, estuvo llorando porque no podía abandonar el internado.
Viajaron por treinta minutos y finalmente la escuela Willingham hizo su aparición. Los
viejos edificios con ladrillos rojos sobre el césped, se enfrentaban entre sí. La emoción y la
tensión que sentían los niños que iban a la escuela, cambió el corazón de John.
—Hola Señor.
—Mucho gusto, John. Como todos son buenos niños aquí, no tendrás dificultades para
adaptarte. Si tienes algún problema, dímelo en cualquier momento.
—Gracias.
Afortunadamente, el supervisor fue amable y saludó a John con cálida cortesía. John, que
se volvió más decidido que de costumbre, lo siguió a la clase a la que fue asignado. Era
inusual que los estudiantes entraran durante el semestre, por eso un par de alumnos
curiosos, se volvieron hacia John. La maestra comenzó a hablar, mientras miraba a todos
los integrantes de la clase.
—Ahora, tendrán un nuevo amigo, que estará con ustedes a partir de hoy. John, ¿Por
qué no te presentas?
—Hola. Soy John Lindbergh, por favor sean mis amigos en el futuro.
El acento americano de John, hizo que las expresiones de los niños fueran más interesantes.
John no lo había notado, pero los uniformes hechos a la medida, que la mucama le había
arreglado, lo hacían parecer todo un caballero.
—Si es Los Ángeles, ¿No es donde está Hollywood? ¿Entonces, debes haber visto
muchas celebridades?
—Mi casa quedaba un poco lejos de allí, pero pude ver algunas de ellas. Muy
ocasionalmente.
—Bueno. A Ironman… .
—¡Eso es genial!
John logró llevarse bien con los niños el primer día de clases. La clase consistía en quince
estudiantes, la mayoría de ellos Alfa y Omega. Muy pocos niños eran beta, como John, y
recibían una estricta educación. Los niños no se discriminaban entre sí.
El día pasó rápidamente. Los niños internos se fueron a sus clases después de la escuela, y
John se preparó para despedirse. Cuando salió del edificio, fue contactado por el conductor
que había llegado.
—Oye.
—¿…?
—¿Eres John?
Mirando hacia atrás, vio a un chico alto y pelirrojo. Tenía ojos claros y feroces, sus labios
gruesos, con una línea inclinada como sonrisa, se veían vulgares. Cuando John asintió en
silencio, se acercó. Luego miró directamente a John.
—¿Qué?
En respuesta, a la pregunta directa del niño, John puso los ojos en blanco. Al principio, lo
hizo porque no sabía quién era el niño frente a él, y también recordó lo que Carter le había
dicho en la mañana, y por eso no sabía que decir. En lugar de responder, John le preguntó.
— No sé nada. De todos modos, no has respondido mi pregunta. Dicen que eres el hijo
oculto de Ryan, ¿Pero es eso verdad?
Joseph preguntó de nuevo. Aunque John era alto, Joseph también lo era y tenía esa
peculiaridad de chico problema. John frunció el ceño. No sabía quién era Joseph, pero era
muy molesto. Prácticamente estaba indicando, que John no era hijo de Ryan.
Mientras se enfrentaba a Joseph, que era mucho más alto que él, Valentine no se encogió en
absoluto. Por el contrario, Joseph, que estaba un poco abrumado, de repente arrugó su
expresión, como si se diera cuenta de que estaba actuando como un tonto. John se paró
lejos y miró a los dos.
—¿Qué?
Joseph desapareció, mordiéndose los labios, con una expresión de derrota y dándoles la
espalda. Valentine miró la espalda de Joseph con una expresión de frialdad. Después de que
se fue, hubo un silencio misterioso. Para neutralizar la pesada atmósfera, John tocó el
hombro de Valentine.
No odiaba el hecho de que Valentine estuviera tan feliz de verlo, pero se sentía incómodo.
Envolviendo la pequeña espalda en sus brazos, inconscientemente se preguntó qué decir.
—Ese bastardo, estoy seguro de que lo oyó como una rata, en alguna parte.
—¿Qué?
—Joseph. El abuelo de ese tipo y mi padre, son miembros del mismo club. Ese idiota
no puede mantener la boca cerrada, cuando se entera de los secretos de los demás.
Entonces, John, yo te protegeré de él.
—… .
John se obsesionó de repente, con extrañas emociones. El niño que me da su cariño, trató
de protegerme, e incluso se ofreció a hacerlo. Cuando John no dijo nada, Valentine lo
soltó. Parecía sorprendido por el comportamiento de John, pero no lo notó.
—¿Estas cansado por ser tu primer día de escuela? Vete a casa pronto.
—Está bien.
Valentine extendió la mano, y John dudó un instante antes de sostenerla. Entonces, los dos
unieron sus hombros y se despidieron.
01. SINCERE WELCOMING
PARTE 5
La mayor parte de su vida diaria en Richmond, se había vuelto loca.
Al principio, era difícil adaptarse a una vida completamente diferente, por lo que no
podía permitirse preocuparse por nada más. Pero su vida cambió. Cuando se
acostumbró a usar ropa a la medida, perdió una sensación de espacio, y un
sentimiento de pérdida tardío invadió el pecho de John.
De hecho, Emily no había sido una buena madre, para empezar. A menudo,
abandonaba la casa, cambiaba constantemente de amante y solía dejar a John
solo. Era una madre inmadura, que incluso confiaba en que él podía arreglárselas
solo.
Mientras salía el sol, John estaba resuelto, maduro y tranquilo. Sin embargo,
cuando el tiempo dominado por la oscuridad se levantaba, se quitaba la máscara
que llevaba puesta durante el día y sufría debido a sus pensamientos. Durante el
día, John estaba lo suficientemente bien, como para que nadie pensara lo
contrario, pero por la noche, se acurrucaba con la cara manchada de sudor y
lágrimas. Sollozaba cuando recordaba a Emily y saludaba al sol de la mañana,
con los ojos bien abiertos en la oscuridad, para evitar las pesadillas.
A media noche, la oscuridad artificial creada por las persianas, ocultaba los
nervios de John, hasta el límite. John, que de alguna manera intentó conciliar el
sueño, finalmente no aguantó más y se bajó de la cama. Era una noche profunda,
por lo que todo estaba perfectamente tranquilo, excepto por el sonido de las
manecillas del reloj.
Una luna grande y pálida flotaba por la ventana. Una tenue luz del jardín bien
mantenido, iluminaba la habitación. John se paró frente a la ventana y continuó
mirando el jardín vacío. Inconscientemente, sus pálidas mejillas seguían
burbujeando con lágrimas. En ese momento, todo tipo de pensamientos negativos,
asaltaron su mente.
John susurró durante mucho tiempo, para luego respirar su tembloroso aliento.
Cuando se frotaba las mejillas húmedas al azar, el sonido de la puerta abriéndose
y una voz débil atrapó el oído de John.
—¿John?
—… ¡Vete!
—¿John?
La voz llorosa tembló, como si hubiera sufrido un colapso. Maldita sea, y John se
mordió la lengua. Sintió una gran vergüenza, por el hecho de que Valentine, lo
hubiera encontrado llorando. John ansiaba que lo dejaran solo y desaparecer,
pero Valentine, cruzó la habitación, en lugar de cerrar la puerta en silencio. Le
preguntó a John, con una voz que sugería que no lo había entendido.
—John, ¿Por qué lloras?
—No. … no mires.
—John, John… .
Sabía que se veía horrible, frente a su hermano menor, pero ¿Se había sentido
mal, por qué temblaba solo en la oscuridad? Tan pronto, como la temperatura
corporal cálida de Valentine lo alcanzó, un sollozo imparable salió de la boca de
John.
—… .
—No es así… .
John se puso rígido ante sus palabras, apuñalaban sus oídos, como si hubiera
leído su interior. Valentine acariciaba suavemente, la cabeza de John, y le susurró.
—…Valentine.
John fue consolado por sus palabras. Y solo entonces se dio cuenta. El hecho de
que quería, seguir escuchando a alguien. Durante casi un mes, John continuó solo
y se estaba acercando al colapso. En ese momento, Valentine apareció
mágicamente y le extendió la mano.
Y así fue. En lugar de empujarlo, para que no dijera palabras inútiles, miró al tierno
pecho y murmuró como un suspiro.
Esa noche, durmieron juntos en una cama. Entonces, a partir de ese día,
naturalmente se acostumbraron a dormir juntos. La temperatura cálida,
completamente encerrada en los brazos, expulsó los pensamientos negativos de
John y le dio una buena noche de sueño.
—¡Valentine!
La habitación tranquila, de repente se volvió ruidosa, y la voz de una mujer, que buscaba a
Valentine, se escuchó desde lejos. La cara de Valentine, brillaba emocionada. Cuando vio
la expresión confusa de John, dijo con una gran sonrisa.
—… ¿Mamá?
—¿Estás aquí?
Una mujer, alta y delgada, apareció en la entrada de la sala, con el sonido de tacones altos.
Era una belleza, delicada y espléndida. En el momento en que vio a Valentine, se arrodilló
con los brazos abiertos.
—¡Valentine, te extrañé!
—¡Mamá!
Valentine corrió rápidamente y la sostuvo en sus brazos. La mujer que sostenía a Valentine,
se frotaba contra sus mejillas con fuerza.
—¡Nuestro pequeño demonio! Acaso, ¿No has crecido un poco desde que te vi?
—¿Me estás tomando del pelo otra vez? No he crecido nada, no mientas.
—Jajaja.
John, quien se levantó, se tambaleó torpemente. Fue porque sintió que su presencia, era la
de una persona desconocida, que no debía estar frente a una reunión tan emocional.
La mujer, que se había dedicado a besar las mejillas de Valentine por un tiempo y a aplastar
su cabello, reconoció un poco tarde, la presencia de John. La mujer que levantó su cuerpo,
se acercó a él. John agarró la pieza del rompecabezas en su mano y evitó su mirada. La
mujer que lo miró a la cara, dijo algo con palabras suaves.
—¿Señora Lindbergh?
—Es muy difícil decir señora Lindbergh. Mi nombre es Grace. Me gustaría que me
dijeras madre, pero tal vez te sientas incómodo ¿verdad?, entonces, llámame, Grace.
—… sí, Grace.
Grace extendió la mano, presentándose a sí misma. John asintió, mientras juntaban sus
manos. Grace, exageró un suspiro, mientras sostenía la mano de John,
—¿Eh?
—Ryan tenía un camino más patético de lo que parecía, por lo que sabía que algún día
iba a tener un accidente, pero no sabía que ya lo había hecho. Mientras tanto, ¿Te
dejó solo por completo? Un hombre que vive sin pensar en los demás, es una persona
muy estresante. ¿No es así?
—… .
—Lamento mucho lo que te pasó. Que difícil debió haber sido para ti. Es posible que
no pueda entender todo tu dolor, pero lo superarás con el tiempo. De todos modos, me
alegro de no haberte dejado solo. Es un placer conocerte.
Era totalmente diferente, a lo que había esperado. Tal vez, su personalidad era
genial. Mientras tanto, John inclinó la cabeza, con un humor incómodo.
—No debes evitar mirarme, John.
Grace, agarró la barbilla de John, con una fuerza gentil. Luego, miró de cerca su cara. John
apartó los ojos, de su persistente mirada. Grace se rió de John, sonriendo con amplitud.
De hecho, el hijo era como la madre. De repente, se le vino a la mente, su primera reunión
con Valentine, y John se echó a reír. Entonces Valentine, tiró del collar de Grace y le dijo,
con una voz sincera.
En ese momento, Grace ignoró las palabras de Valentine, y con sinceridad, agarró las
mejillas de John.
Valentine, que alejó a Grace de John, la contuvo con fuerza, haciendo cumplir las palabras
de John. Grace levantó las cejas y miró alternadamente a su hijo y a John, quien tenía una
mirada avergonzada.
—Hmm.
Como si lo hubiera entendido todo, Grace miró a John con una sonrisa traviesa. Entonces,
con una mano, empujó la frente de Valentine.
—… Así es.
Había pensado que Valentine, era el único con ese espíritu jovial, pero cuando apareció
Grace, observó que tenía una personalidad muy similar. John literalmente sintió, que algo le
salía del alma. Asintiendo lo antes posible, Grace sonrió alegremente y acarició ligeramente
la cabeza de John. Entonces, cuando lo miró a los ojos dijo suavemente.
Algún día, John también tendría que recibir la gran educación, que Valentine
recibía, pero a Ryan, aún le parecía difícil quitarle la libertad, a un niño, que
había estado ocupado jugando con sus amigos después de la escuela. Así que
Ryan, decidió liberar a John, los fines de semana.
—Guau, Guau.
—Guau, Guau.
John lanza la pelota de goma, tan fuerte como puede, esperando que Max y
Thunderbolt, corrieran como una bala. Mientras se desplomaban, unos sobre
otros, con una pelota pequeña, John se sentó en el césped y contuvo el
aliento. Ya había pasado más de una hora, desde que estaba lidiando con dos
perros grandes él solo. Se acercaba al límite de su energía. Eso pensaba John,
mientras estaba acostado de espaldas en el suelo.
Pensó que la sombra iba a caer sobre su cabeza y pudo ver la cara de Ryan.
Sorprendido por la inesperada aparición, John se despertó en el acto, y luego
gritó avergonzando a Ryan por su reacción.
John se frotó la punta de la nariz por la incomodidad y eligió las palabras que
iba a decir.
De repente, dos perros que mordían una pelota, frotaron sus cuerpos en las
piernas de John.
John se tambaleó un poco, por la fuerza de los perros, pero no ocultó su risa.
John, Max y Ryan, miraron alternativamente a Thunderbolt, sonrieron y luego
lentamente Ryan abrió la boca.
—¿Qué?
Para John, la propuesta de Ryan fue muy sorprendente. John, que intentó
hablar, para rechazarlo sin darse cuenta, volvió a callarse. Ahora, que lo
pensaba, su propuesta no parecía tan mala.
—… bueno.
—Y… …Quizás no todos los días, pero a veces, ¿Qué tal si me invitas
también?
—¿Qué?
Los ojos verdes de John, se redondearon ante las palabras de Ryan. Luego,
lentamente, una risa de algodón de azúcar, se extendió por su rostro. Ryan
también sonrió frente a John. La solidaridad, que solo los hombres que sudan
juntos pueden compartir, surgió finalmente en ese momento.
El tiempo, que no fue incómodo, pasó sin una conversación. En ese momento,
John, que miraba hacia el cielo azul, mientras estaba acostado por un
momento, levantó la parte superior de su cuerpo. Al final de su mirada,
encontró un pequeño pie, con botas de cuero. Los ojos de John se abrieron un
poco. Lo hizo porque vio, la cara inexpresiva de Valentine, mirándolo fijamente.
—… ¿Valentine?
—No lo sé… .
—No estoy seguro, pero Valentine, no se veía bien. … ¿Es por mi culpa?
—¿Qué pasa?
—¿Qué pasa?
—… no, no es nada.
Los labios de John eran pequeños. Sin ninguna razón, sus mejillas estaban
rojas y sus labios se hincharon.
John, que parecía estar bien, en su opinión, tocó su flequillo. Ryan se echó a
reír brevemente, cuando vio la perplejidad en la cara del tímido John, y luego
entró a la casa.
—¿Estás aquí?
—¿Valentine?
Ryan estaba confundido, ante la respuesta incorrecta, que no tenía nada que
ver con lo que estaba preguntando.
— ¿Qué?
Hace unos diez minutos, Valentine había estado desesperado por ir al jardín,
después de la clase de equitación. Quería encontrarse con John, que lo estaba
esperando. Pero lo que Valentine descubrió allí, fue inesperadamente, a John
con Ryan.
Y pronto se dio cuenta de la familiaridad, que no existía hasta ayer, entre ellos.
La mirada de John a Ryan fue de aprecio, e incluso parecía emocionada. Los
ojos color oliva, brillaban como la luz del sol reflejada sobre la superficie del
agua.
—¿Lo olvidaste?
Valentine sonrió y preguntó. Sin embargo, los ojos que aún estaban fríos y la
sonrisa creada artificialmente, eran discordantes, como una disonancia
sinfónica.
—… .
—Eres el padre, que abandonó a John.
—Tú… .
—John es mío.
Si Ryan había tenido uno de los objetos más preciados del mundo,
definitivamente era Valentine. Una apariencia angelical, un cerebro brillante y,
un cuerpo pequeño, pero robusto. Valentine, era, en sí mismo, un brillante
alarde de la sangre Lindbergh. Además, él era también, un espécimen raro, un
Alfa, extremadamente dominante.
Valentine, era un niño que se haría cargo del reino que Ryan, había logrado, y
Ryan estaba dispuesto, a hacer cualquier cosa por él. Y la razón decisiva, por
la cual, Ryan había traído a John a vivir con ellos, fue porque Valentine así lo
quería.
Si Valentine, no hubiera sido tan persistente, era claro que Ryan, no hubiera
traído a John a su casa.
Ryan, que se preguntaba, cual respuesta, sería la más acertada, abrió los ojos
lentamente.
—Por supuesto, jugaste un papel importante para que John llegará aquí.
No lo negaré.
—… .
—Lo sé… .
Inclinando la cabeza en un ángulo, Valentine golpeaba el suelo regularmente,
con un Tuk-tuk y se tocaba la punta de la nariz. Las largas pestañas doradas,
revoloteaban lentamente en el aire. Valentine, que miró el suelo por un rato,
pareció aclarar sus pensamientos y volvió a levantar la vista. Los ojos, donde
no había ninguna vacilación, eran claros como el cielo. La voz tan clara como
los ojos firmes, fluyó a través de la boca pequeña.
Valentine era inteligente, por lo que sabía que, todo lo que sucedía, no era un
misterio. Toda su libertad, voluntad, futuro y derechos, estaban limitados a lo
que Ryan decidiera. Pero para él, John, era el primero, no Ryan.
La mirada inocente, de una criatura débil, que se basa solo en sí misma, una
sonrisa inofensiva, triste pena y un favor que ni siquiera, puede encontrar una
duda. Cada sentimiento, que John le ofrecía a Valentine, era una sensación tan
vívida e intensa, y no tenía intención de compartirla con nadie.
—Valentine.
Un joven algo pálido, pero atractivo estaba parado frente al espejo. Su cara,
debajo del cabello castaño oscuro, era delicada, sus vívidos ojos verdes, su
nariz agudamente estirada y sus delgados labios, le daban una apariencia
sensible y aristocrática. El cuerpo delgado, también estaba bien entrenado y
era tan resistente como un dóberman.
Sin embargo, la mirada de John sobre sí mismo, era algo insensible. Poco
después de perder interés, se miró en el espejo y agarró la camisa que había
sacado previamente.
El tiempo fluyó tan rápido, como una flecha que deja la mano.
Cuando abrió la puerta del baño, el vapor comenzó a esparcirse. Ya eran más
de las diez, pero el dormitorio todavía estaba vacío. Cuando miró la cama
vacante de su compañero de cuarto, se acercó al escritorio. Por fuera de la
ventana, flotaba una luna llena, grande y pálida. Pero en lugar de bajar las
persianas, abrió la ventana de par en par. La suave brisa de primavera, le tocó
la frente a su paso.
—John.
—¿Esperaste mucho?
—Mucho.
—Ugh… .
—Bueno, sé que es absurdo. Las otras cosas que podía usar, ya las han
tomado los demás.
Cuando el avergonzado John, respondió, como excusándose, Valentine se
echó a reír.
—Tu expresión lo dice todo. Incluso, tengo que hacer una presentación
con esto. Es una terrible realidad.
—¿Y?
—¿Y? ¿Eh?
—Jaja.
Los ojos de Valentine se curvaron, con una cara que no podía sentir
vergüenza.
No había razón para no amarlo, así que cualquiera amaba a Valentine y quería
recibir su amor. Para un beta como John, era un área desconocida, pero según
los Omegas, las feromonas de Valentine, volvían loca a la gente.
Valentine era amable con todos, pero al mismo tiempo indiferente. Quizás su
indiferencia natural, se debía, a que nunca había estado enamorado de nadie,
desde que nació… Era el pensamiento al que John le daba vueltas.
—… uh, no.
—No, gracias.
—Entonces, olvidaré todo lo que no sea esto, y abriré los brazos así.
John se rió del verso de Valentine, que había transformado las líneas de la
obra de Shakespeare. Valentine, que no perdió el tiempo, lo jaló y lo abrazó
con fuerza. Todo el cuerpo de John, estaba envuelto en una fuerte presión.
—Eres cálido.
—Sabes, Valentine.
—Sí, John.
—¿Extraño?
Ante esa respuesta inesperada, John abrió los ojos. Entonces, Valentine
inmediatamente lo miró a los ojos. El tenue reflejo de la pálida luz de la luna,
dejó un tono escultórico. John, que sacudió los labios, negó con la cabeza en
silencio.
—No es eso… Es solo que creo, que debería aprender a dormir solo
ahora.
—¿Solo?
—¿Quién es?
—¿Qué?
—No hay tal persona. Solo pensé, que sería extraño que otros lo vieran…
No, vamos a dormir.
John, que originalmente, no era muy elocuente, enterró las mejillas en los
brazos de Valentine en lugar de hablar. El aroma refrescante, pero dulce, le dio
la bienvenida a John, suavemente. En lugar de seguir preguntando, Valentine
se dio la vuelta en silencio y abrazó a John, con mayor comodidad. El delgado
cuerpo de John, estaba completamente atrapado, en los brazos de Valentine.
Poco después, una respiración uniforme comenzó a fluir, entre los labios de
John. Valentine, que no se movió, hasta que John se durmió, abrió lentamente
los ojos. Sus ojos, que eran diferentes a los de antes, estaban oscuramente
hundidos, y la luz de la luna se reflejaba profundamente en ellos. Valentine,
que levantó la parte superior del cuerpo, miró a John.
—Hermoso.
—Dulces sueños.
Cuando John giró por el pasillo para bajar a la cafetería del primer piso, chocó
cara a cara con alguien, que estaba corriendo a toda velocidad de forma
descuidada por el pasillo. Los libros que llevaba en los brazos cayeron al suelo
e hicieron un fuerte ruido por el choque inesperado.
—… ¡Ugh!
John, que casi se cae, apenas pudo sostener el centro de su cuerpo y levantó
la cabeza. Y en el momento en que su mirada se encuentra con su asombrado
oponente, un suspiro inconsciente surgió de sus labios delgados. Y como era
de esperarse, el sarcasmo voló directamente hacia él.
—¿Quién lo diría?
—¿Qué?
Cuando terminó de hablar, John lo ignoró e intentó marcharse, pero Joseph fue
más rápido y lo agarró por el brazo. Los libros de texto volvieron a caer al suelo
sin poder evitarlo debido al movimiento brusco.
—Ten cuidado… .
Esta vez, John, que estaba realmente molesto, levantó la voz. Pero lo que dijo,
no condujo a una oración completa. Fue porque tuvo la intuición, de que algo
era diferente. Impresionantemente, las pupilas de Joseph, que miraban a John
con un montón de arrugas, brillaron gradualmente en una forma difícil de
describir.
—Tú… .
—Suéltame, me duele.
Preguntó John con una cara sombría, pero Joseph parecía no escucharlo. No,
en realidad lo ignoraba, a pesar de que lo escuchaba. John pudo sentirlo,
cuando el flequillo rojo de Joseph, redujo la distancia para pasar cerca de su
mejilla.
—Joseph Pierce.
—Oh, ya veo, hoy estás peleando con John como un perro callejero, eres
un tipo muy consistente. ¿No es así?
—Tú.
—¿Sí?
Los labios de Joseph que parecían que tuvieran algo más que decir,
rápidamente se cerraron y luego él le dio la espalda sin decirle nada. Su pelo
rojo, que se balanceaba al ritmo de su marcha expresaba su enojo.
—A mí tampoco me gusta.
Gritó John, que dejó el sándwich y el plato de ensalada sobre la mesa. Lo hizo,
porque el plato de Gregory, tenía tres grandes rebanadas de pizza, una tarta
de frambuesa llena de azúcar y muchas papas fritas. Tenía buen cuerpo, pero
su dieta estaba lejos de ser saludable.
—No importa cuánto entrenes, si comes papas fritas todos los días, ¿De
qué servirá? No creo que el Jiu-jitsu, detenga la hiperlipidemia.
—Jaja, ¿De dónde crees que proviene esta fuerza física? Deberías comer
más. ¿Crees que algún bastardo pueda enfrentarse a mí en esta escuela?
Lo único que John pudo sentir fue el olor a comida, pero Dominic y Gregory
parecían percibir otra cosa. Dominic no hacía comentarios sarcásticos hacia los
omegas como Gregory, pero igualmente su expresión no era muy agradable.
Si eso era así… ¿Julian era una persona con la cual Valentine querría
salir?
—Hey, chicos.
—¿Eh?
—Hmm … ¿Entonces?
—… .
—¡Bluagh!
John y Gregory se rieron al mismo tiempo. Dominic frunció el ceño y levantó el
dedo índice y el dedo medio, pero ninguno de los dos se molestó. Entonces
John respondió con una voz risueña mientras se sacudía las migajas con la
punta de sus dedos.
—Cállate John.
—Hijos de puta. Por cierto, ¿ya leyeron el libro ‘Hombre moral, sociedad
inmoral’?
Dominic, que hacía muchos gestos, habló sobre el tema principal de la tarea
que les habían asignado. Era obvio que todos lo habían leído, pero John
decidió dejarlo pasar. Aunque se burlaba de Dominic, estaba orgulloso del
hecho de que un Alfa que pensaba de esa manera, era su amigo. Incluso, sin
tener en cuenta su vida privada.
—Sí… .
—La clase terminó un poco tarde, así que apenas voy a comer.
—¿En serio…?
—John, no me lo dijiste.
—¿Eh?
El interés de la cara roja de Gregory, fue traído de vuelta hacia Valentine. Este
seguía sonriendo dulcemente, pero por alguna razón, su risa era más tenue de
lo habitual. John, que estaba tratando de asentir con la cabeza, de repente se
tardó en responder.
—Sí, sería mejor, que estudiáramos juntos de todos modos. John y yo.
—… .
—Que… .
—….
—No puedo adaptarme, cada vez que lo veo. Un chico que no parece
parpadear de la manera habitual…Ugh.
Valentine y John, estaban sentados uno al lado del otro, en un sofá ubicado en medio de su
gran habitación. Ambos estaban cómodos y tenían una conversación sobre el libro.
Valentine, le daba una explicación detallada a John, mientras revisaba, capítulo por
capítulo.
—¿Qué si me fue de ayuda? Eres el mejor, Valentine. En este momento, creo que
todos tus deseos, pueden hacerse realidad.
John, que luchaba por escribir, respondió con una cara emotiva. Valentine, sonrió
levemente y señaló la nota primaveral de John.
—¿Quieres saber cómo conectarte con el ensayo de Graham? Nunca toques el tema
del imperialismo. Es demasiado cliché.
—¿Quieres agua?
—Uh, gracias.
John se recostó en el sofá mientras él le entregaba una botella de agua. Con su explicación
detallada estaba seguro de poder entender el libro. Y de repente, una cara extraña, le vino a
la mente. ¿Por qué se acordaba ahora de Julian, si nunca había pensado en él?
—….
John levantó la mirada. El cuello de Valentine se movía constantemente mientras bebía
agua sentado sobre el reposabrazos del sofá. Y mientras lo miraba inconscientemente, se
despertó de su ensueño con un poco de vacilación.
—Valentine, tu.
—¿Qué?
—Um.
Valentine asintió, con una mirada casual. En respuesta a su horrible asentimiento, John
guardó silencio. De repente se sintió como un hermano inconsciente que interfería en los
asuntos amorosos de su hermano menor. ¿Es así? Y por extraño que le pareciera, las
preguntas ‘sobre el romance’ que varias veces le había hecho a Gregory o a Dominic, no
parecía ser un asunto sencillo cuando se trataba de Valentine.
John, que estaba acostado sobre su espalda, sintió que una mirada se clavaba en su mejilla y
levantó la cabeza. Valentine, lo miraba con ojos curiosos. —Oh… John, que no supo que
decir como excusa, se mantuvo silencio.
Valentine, que escuchaba las implacables palabras de John, colocó la botella de agua sobre
su rodilla. Su mirada observadora, vagó por el rostro de John. Y después de permanecer en
silencio por un momento, se rió como si hubiera escuchado algo interesante.
—Es Omega.
—Y tú eres beta.
John nunca quiso ser Alfa. Pero sus nervios se elevaron por alguna razón ante la actitud
hacia los beta de Valentine, quien parecía estar trazando una línea divisoria entre géneros.
Una sensación desagradable hizo que se molestara al escucharlo.
—Es verdad… .
Siguiendo las palabras de John, Valentine murmuró excitado. Y mientras se ponía de pie,
una fuerte presencia se sacudió en el aire. Entonces sonrió ampliamente frente a John.
—¿Y?
—¿Eh?
Las palabras de Valentine, llegaron tarde a la cabeza de John. Era una palabra que
realmente, no pensó que saliera de la boca de Valentine, el cual siempre se expresaba con
un acento noble y de muy alta alcurnia. Entonces cuando John lo miró con la cara perdida,
sus ojos se entrecerraron con burla.
—Um…eso.
Valentine se sentó en una alfombra mullida que estaba frente al sofá. Luego apoyó la
barbilla sobre las rodillas de John. Sus ojos azules parpadearon lentamente como si
buscaran su mirada.
—….
Fue extraño. Era Valentine, quien tenía que responder a su pregunta, pero al final él le
había respondido como si hubiera sido interrogado. Y por alguna razón, John cerró la boca
de repente como si su estado de ánimo se hubiera venido al piso. Entonces Valentine le
agarró las piernas como si le pidiera una respuesta. Su agarre era poderoso, y su
temperatura corporal que atravesaba sus delgados pantalones, era más caliente de lo
habitual. Entonces John endureció su rostro sin darse cuenta, ante su expresión
indescriptible.
—¿Qué?
— … ¿Qué?
Los ojos verdes de John temblaron ligeramente, en una tensión desconocida. Valentine, que
miraba obstinadamente a John, curiosamente curvó sus labios. Los dientes blancos, a lo
largo de las dos mejillas que se enrollaron ligeramente, se mostraron y desaparecieron.
—Si cambias tus gustos, avísame primero. Estoy listo para organizar un evento queer
para ti, con la bandera del arco iris en cualquier momento.
—¿Qué?
John se echó a reír de lo que Valentine dijo con mucha seriedad. Y al mismo tiempo, la
heterogeneidad que sintió se dispersó en el aire.
—Bueno… .
John se acercó a la rubia cabellera de Valentine. El cabello, de aspecto dulce, que parecía
haber sido trenzado con miel, suavemente rodó entre sus dedos.
—….
—Y creo que nunca veré a Julian de esa manera, ni haré nada parecido en el futuro.
Sin embargo, agradezco tus intenciones.
Valentine entrecerró los ojos como tratando de leer su verdad. Y de repente, envolvió la
mejilla de John con una de sus manos.
—¿Eh?
Ante ese comentario cosquilleante y desagradable, John se rió, pero Valentine no cambió su
expresión seria, como si sus cejas estuvieran distorsionadas. Entonces, mirándolo con ojos
nublados, Valentine le preguntó algo con una voz más baja de lo habitual.
—Eh… .
En ese momento, John hizo una pausa y asintió con la cabeza, sin darse cuenta. Valentine
sonrió y levantó su cuerpo. Tocando la mejilla de John mirándolo a sí mismo, dijo con voz
profunda.
—… ¿Ideas?
John, que estaba avergonzado en ese momento, dijo: —Oh. Y sus mejillas que
generalmente eran blancas, se pusieron rojas. Valentine, que se burlaba de él como si fuera
algo divertido, se alejó rápidamente. Su figura desapareció en el baño y pronto se escuchó
el sonido del agua cayendo.
Al quedarse solo en la habitación, trató de pensar en la razón por la cual se sentía extraño,
pero no tuvo éxito en su intento.
02. FULL MOON PARTE 4
< ¿Qué paso mientras tanto? Tenía que mirar los ojos de Schultz con
firmeza. Estaba tan feliz que no podía controlarme. >
−Aunque es un saludo banal, ¿Qué tal la vida escolar? ¿Te ha ido bien?
−Jajaja, ya que dices eso no parezco ser una buena madre. ¿Acaso no
puedo llamarte?
−Sí, ya lo sé. Por cierto, ¿Qué vas a hacer este fin de semana?
—¿Fin de semana?
−La reunión del concesionario terminó temprano, así que tengo tiempo
libre este fin de semana. También me gustaría ver sus caras, y me
gustaría que los tres nos reuniéramos, después de dejar a Ryan. ¿Qué te
parece?
Grace, dirigía una cadena mundial de hoteles y ahora estaba en Italia para
lanzar un nuevo hotel boutique. Su propuesta le sonó bastante bien a John.
Eso era porque no tenía algún problema que resolver con urgencia el fin de
semana, y también quería ver a Grace, a quien no había podido ver en mucho
tiempo.
—Jajaja, ya veo.
—Ah… ¿Bueno?
John, que salió de la clase sin obtener nada, caminó a toda prisa por el pasillo
para dirigirse a la siguiente clase. Mientras tanto, pensó en Valentine y Julian
sin razón. Hacen una buena pareja, si es que están saliendo. Pueden ser
socios inagotables, el uno para el otro, tanto externa, como internamente.
—Eh… .
Los pasos sin sentido de John, por las escaleras, se detuvieron. Y fue porque
vio algo que le era familiar fuera de la ventana, que le llamó mucho la atención.
Una gran cantidad de estudiantes, estaban moviéndose de un lado a otro en el
campus, y Valentine y Julian, estaban parados en un lugar. Pero no fue eso, lo
que hizo que abriera los ojos.
—….
Si Valentine tuviera un amante, era natural que John se sintiera impaciente. Sin
embargo, no podía negar que fue él, quien tuvo la mayor influencia en John.
Pero ante los ojos de John, el Valentine interesado en las citas y el sexo no
existía. El día de Valentine fluía regularmente y parecía no tener lugar para el
romance. Su estilo de vida invadido por libros de texto, era incluso abstinente
en algunos aspectos. La idea de que Valentine, que siempre había sido
considerado perfecto para todos, no era diferente al que conocía, tranquilizó a
John.
John parpadeó lentamente, ante la vaga sensación de ansiedad que sintió por
primera vez.
02. FULL MOON PARTE 5
El sábado por la mañana, los dos abordaban el Legacy 500, rumbo a Italia.
Uno de los nobles pasatiempos de Ryan era coleccionar aviones privados, y en
el que actualmente viajaban, había sido su regalo para John en su último
cumpleaños. Si John moría antes que él, Ryan estaría a cargo de la gestión de
la aeronave.
John respondió con una voz risueña, quien lucía mucho más británico que
Valentine con una camisa blanca de punto y Jeans. La textura de la ropa era
delgada por lo que era fácil que se enredara incluso con el viento. Su cabello
castaño claro brillaba intensamente con la luz, y sus ojos verdes eran
igualmente luminosos.
Tanto John como Valentine destacaban mucho, por lo que los ojos de las
personas que pasaban los alcanzaban y descansaban sobre ellos
repetidamente. Sin embargo, esas miradas curiosas no era un signo de
preocupación para ninguno de los dos porque ya estaban acostumbrados a
eso. John sonreía con frecuencia con las mejillas sonrojadas sintiéndose muy
feliz con el viaje, y Valentine solo lo miraba tranquilamente.
John estiró su rostro hacia adelante, apoyado contra la barandilla. Una suave y
refrescante brisa primaveral pasó por sus mejillas. Se sentía tan bien que abrió
los ojos y disfrutó del sol. Valentine se acercó y extendió la mano hacia el
cabello de John. Su cabello suave ondeaba como una bandera entre sus
dedos.
—John, tu cabello, se pone un poco rojo con la luz del sol. ¿Lo sabías?
—¿Qué pasa?
— … ¿Qué haces?
Valentine era gentil con todo lo que se relacionaba con John. Pero no era tan
generoso, cuando sabía que él estaba escondiéndole algo o evitando decirle
algo. John era muy consciente de la expresión de Valentine, pero no podía
decirle a la cara que eso se debía a que recordaba haberlo visto besándose
con Julian. Dudando, John decidió cambiar de tema. Entonces apartó la mano
incómoda que sostenía su barbilla.
John todavía se sentía inquieto por la rara expresión de Valentine, pero este
solo sacó su teléfono celular sin demora al escuchar que él tenía hambre.
—Um… ¿Carne?
Ante las palabras de John, llamó al conductor sonriendo como si supiera que
así sería. Entonces, los dos fueron a un famoso restaurante local con vista al
rio Arno y comieron una gran cantidad de carne. Después de eso, pasaron un
tiempo deambulando lentamente hasta el atardecer.
Solo por el hecho de que estuvieran fuera de la escuela, se reían con más
frecuencia de lo habitual y disfrutaron de las pequeñas cosas. Se tomaron fotos
desenfocadas el uno al otro, compraron pulseras que normalmente no
comprarían en tiendas de antigüedades a lo largo del camino y usaron la
lengua para lamer helados dulces y pegajosos. Mientras tanto, el brillante sol
se marchitó y cayó por debajo del suelo.
—¿Ya llegó?
—Sí, está en el hotel ahora. Vamos a cenar de inmediato, ¿Volvemos?
—¡Chicos!
—¿Cómo estás?
—Estamos bien.
—Si han venido a Italia, ¿No deberían comer mariscos? Incluso, aunque
todavía sean menores de edad, una copa de vino no les caería mal.
—No saben lo feliz que estoy de que hayan venido. Ahora soy la mujer
más feliz del mundo.
El cielo, donde el sol desapareció por completo, adquirió un vivo color azul. Las
luces redondas que colgaban en el aire se iluminaban una a una, y la ciudad
debajo de la colina también comenzó a brillar como una isla de luciérnagas.
Desde ese momento, una melodía romántica fluyó a través del viento.
El camarero que trajo una copa nueva, sirvió el vino con gran habilidad.
Valentine sonrió y se llevó el vino a los labios. Un hombre apuesto y brillante
sentado frente a un paisaje pintoresco definitivamente era del tipo que llamaba
la atención. John tragó el vino, mirando con atención mientras la oscuridad azul
se posaba sobre la brillante cabellera rubia. La acidez pesada y suave,
humedeció su lengua.
Cuando el vino entró, uno tras otro, se aflojaron los tornillos de la mente y el
cuerpo. Mientras tanto, John perdió sus modales, levantó los brazos sobre la
mesa y sonrió. Con ojos entrecerrados, pupilas candentes, labios rojos y
mejillas sonrojadas. Era una cara que parecía de ensueño. John, mirando
fijamente al cielo por un momento, respiró hondo y cerró los ojos. Las pestañas
densamente rellenas, estaban ligeramente temblorosas.
John, que había estado sintiendo la brisa por un tiempo, abrió lentamente los
ojos. Y lo primero que vio, fueron unos ojos azules como el mar. Los ojos de
Valentine, lo miraban fijamente. John se rió con picardía, levantando los labios
en ángulo.
—¿Yo?
—¿Qué dijiste?
—Sí. Valentine.
—¿Me contestarás?
Ante las palabras de Valentine, el cuerpo de John se puso rígido. Fue porque
era una pregunta que nunca pensó que respondería. Sin embargo, a diferencia
de John, que se sentía avergonzado, Valentine solo parecía curioso.
Pam.
Perplejo, John se mordió los labios. Al contacto con la piel, sus labios ardían
como si estuvieran excitados por el calor. Y como si Valentine respondiera,
sostuvo la mano en su brazo. Y afortunadamente, la voz de John, que fluyó
más tarde que un latido no cambió.
—¿Y?
—Eh.
¿Por qué haces esto? John se muerde los labios doloridos. Su cabeza se
volvió un poco clara por el hormigueo del dolor de la sensible membrana
mucosa. Fue cuando John de alguna manera trató de capturar su conflicto
interno. Valentine se apresuró a responder, tirando ligeramente del brazo que
sostenía.
—….
—¿Sí?
John, que vaciló por un momento, asintió lentamente. De hecho, nunca había
hecho algo como un beso, y nunca pensó en querer hacerlo, pero
honestamente sentía que su orgullo estaba herido por alguna razón.
—Huh… ya veo.
Ese sentimiento hizo que John mintiera. Y en respuesta, los ojos de Valentine
brillaron más azules que lo habitual. El frío silencio golpeó la mesa, como si el
hielo se derramara y todo se congelara de forma intangible.
Entonces Valentine, miró a John fijamente y le preguntó con una voz temeraria.
—¿Lo hiciste?
—… .
—¿Cuándo?
—….
—¿Con quién?
Era una pregunta que no podía responderse porque no había otra persona en
primer lugar. Cuando el mudo John gimió, Valentine golpeó la mesa con cierto
ritmo, como si estuviera pensando en algo. Y después de un momento de
silencio, levantó la cabeza de nuevo, y John, quien fue apuñalado, evitó de
forma antinatural su mirada.
—….
—¿Eh?
—Sí… .
—Dijiste que Julian era bonito, pero la lengua que me metió en la boca, y
la cosa que se pegó a mis muslos, fueron desagradables.
Si le decía que estaba preocupado por la relación de él con Julian, que estaba
impaciente porque se había convertido en un adulto antes que él, ¿Cómo se
vería Valentine, cuando le dijera eso? Incapaz de ser completamente
honesto, John pensó en cómo salir de esa difícil situación.
—Eso es solo… no fue nada. Acaso, ¿No estabas saliendo con Julian?
—Eh.
—….
—Te besaste con alguien, dices que te gustó, por eso me siento extraño.
—¿Por qué?
—….
—Dijiste que había estado bien, ¿Pero por qué estás así?
—Tal vez fue porque Julian, no te gustaba mucho. Creo que te sentirás
diferente, con alguien que realmente te guste… .
—¿Tú crees?
— … ¿Quizás?
No lo había probado, pero tal vez tenía razón. La verdad, es que aunque
dudaba, John asintió y tragó saliva. Valentine, mirando a John tan
desesperado, se rió un poco. Luego, como si fuera difícil de adivinar, echó la
cabeza hacia atrás y entrecerró los ojos.
—Eh.
—¿Puedo intentarlo contigo?
Las palabras que salieron de su boca, eran de un tipo que John nunca hubiera
imaginado. John, que había estado parpadeando durante unos segundos,
reconoció un poco tarde las palabras de Valentine. A pesar de eso, todavía
preguntó, porque aún no podía aceptar, el significado de inmediato.
—¿Qué?
—Hazlo conmigo.
—Entonces… .
—Bésame.
De repente, el flujo del aire se sintió en sus mejillas. John se rió con la
impresión, de que había escuchado una broma extraña, pero Valentine, solo lo
miró sin cambiar su expresión. Debido a esto, la sonrisa antinatural en la boca
de John, pronto se dispersó como arena.
—¿No?
—….
—¿Recuerdas?
—¿Qué?
—Cuando te ayudé con las tareas, ¿No dijiste que podías hacer por mi lo
que quisiera?
—Espera, eso… .
—Vamos.
—¡Espera…!
John trató de pensar de la manera más racional posible, incluso en ese estado
de insensatez. Sin embargo, el cerebro que dejó de funcionar hace un tiempo,
no pensaba correctamente. Bum Bum. El corazón que latía contra las costillas,
saltaba tan fuerte, como si quisiera salirse de su pecho.
Ding.
Cuando el ascensor abrió su boca, reapareció la habitación del hotel, que
había estado desocupada durante el día. Valentine condujo a John, y caminó
hacia la habitación con gran calma.
John nunca había pensado en sí mismo como alguien físicamente inferior, pero
no fue suficiente para detener a Valentine. Su cuerpo tambaleante, se movió
impotente ante Valentine, y en pocos segundos apareció una cama ancha.
—¡Valentine!
Justo antes de ser arrojado a la cama, John sacó fuerzas y tiró de Valentine. El
extraño Valentine, lo enfrentó puramente. John, apresuradamente abrió la
boca.
—….
La voz que no pudo terminar la oración, tembló con un terrible sonido. Pero
Valentine solo se rió de él, como si hubiera escuchado una broma muy
divertida.”
—….
—….
Fue extraño. Era difícil para un beta entender algo como las feromonas alfa,
pero el corazón de John se sacudió ante las palabras descaradas de Valentine.
El cerebro, que había sido erosionado por la intoxicación, finalmente se volvió
loco y un rincón de su cabeza pareció derretirse. Lamiendo la cara rígida de
John con sus ojos, Valentine le susurró al oído en voz baja.
—….
Fue cuando John planteó una pregunta de sentido común en su cabeza. Algo
suave y cálido tocó los labios del vigilante John. En el momento en que el
cuerpo de John reconoció que eran los labios de Valentine, su cuerpo tembló.
Valentine, alertado por la intención de John de escapar, lo empujó con fuerza
contra la pared.
—¡Ugh …!
John trató de alejar a Valentine, pero su cuerpo sólido era como un bulto. Por
el contrario, se tomó un descanso, y una lengua caliente y húmeda se metió en
su boca. El sentimiento era realmente… el vino que tomó por la noche pareció
estallar en su mente como una burbuja en su cabeza. Y en poco tiempo, su
cuerpo perdió poder.
—Uh… .
—…Ahhh.
John abrió la boca para inhalar por falta de oxígeno. Valentine, que le dio un
momento para respirar, volvió a poner los labios sobre los suyos. El
movimiento de lamer su boca como un helado, hizo que John se sintiera
inseguro de lo que estaba pasando.
—Huh… .
—….
—….
Valentine inclinó la cabeza y acercó los labios húmedos a las orejas de John.
La sensación de la piel de sus labios, que se volvió más caliente de lo habitual,
acarició su cuello sensible, haciendo que sus hombros temblaran. Valentine
dijo algo mientras sostenía las muñecas de John con fuerza.
—Eres mi primero.
—… por eso quiero hacerlo un poco más.
Asustado ante sus palabras, Valentine una vez más le cubrió los labios. La
temperatura que colisionaba con su cuerpo, era lo suficientemente alta, como
para llevar a John a otro mundo. Una vez más, sintió como un rincón de su
cerebro se derretía alcanzando el punto de ebullición, y John cerró los ojos sin
darse cuenta.
Era algo que no podía decir con certeza, lamentaba mucho que el viaje… .
John, dirigido por la mano de Valentine, se sentó en la cama y una sábana fría
le tocó la espalda. Un cuerpo enorme creó una sombra oscura sobre John. Las
mejillas atrapadas en las enormes palmas se alzaron, como si estuvieran
ardiendo. Chupó sus labios y enrolló su lengua desde la base hacia abajo, la
estimulación que le hizo cosquillas en el paladar, se extendió desde su pecho,
con un sonido excitante.
John pensó con la cabeza mareada. Una advertencia inconsciente de que esto
era un error parpadeaba en su cabeza. Había bebido demasiado. En ese
momento, la sensación de unirse a los labios de Valentine era tan buena, que
no pudo pensar racionalmente.
Pero sin importar que señal enviara su razón, el hecho importante era que el
destino ya había sido trazado sin piedad. Después de esa noche, un día los
estaba esperando, pero John que tenía miedo de pensar, prefería cerrar los
ojos.
Al final, todo lo que pudo hacer fue tragarse un suspiro y enterrar su cabeza en
la gran mano que cubría su mejilla.
02. FULL MOON PARTE 6
John, que se despertó por la mañana, ni siquiera pudo dar la cara ante lo que había
sucedido. Fue porque realmente no tenía el coraje para enfrentar a Valentine. Y mientras
fingía dormir un rato, al final no pudo aguantarlo más y abrió los ojos, pero
afortunadamente la habitación estaba vacía.
—Ugh… .
Quizás Valentine había salido a comer con Grace. Parecía haber bebido mucho y una
desagradable resaca le hervía en el estómago. Ayer, no pudo lavar su cuerpo correctamente
y se quedó dormido, por lo que su cuerpo también se sentía incómodo. Entonces fue
directamente al baño sin demora.
John, que se preguntaba si Valentine regresaría mientras estaba en el baño, tenía más prisa
que de costumbre. Estaba agonizando bajo el agua caliente. ¿Con qué tipo de cara debería
enfrentar a Valentine? Después de preguntarse eso decenas de veces, finalmente no pudo
encontrar una respuesta y tuvo que salir del baño sin ningún progreso.
La habitación aún estaba vacía cuando salió con rudeza vestido con una bata. John suspiró
de alivio y se vistió rápidamente. Fue cuando acababa de salir del dormitorio, vestido con
una camisa y unos pantalones. El ascensor ubicado dentro de la sala de estar se abrió de par
en par como si esperara. Fue realmente un maldito momento.
Después de todo, fue Valentine quien apareció ante él. Con una camisa blanca, pantalones
envueltos alrededor de sus piernas largas, su cabellera rubia perfectamente peinada hacia
atrás y la aparición de periódicos y revistas a un costado lo hacían parecer un joven CEO.
Entonces al acercarse al congelado John, se echó a reír.
—Veo que aún no estás despierto. Pedí servicio a la habitación, así que puedes comer
lo que quieras. Ayer bebiste mucho, ¿Te sientes bien?
Valentine entró en la cocina, colocando sus pertenencias sobre la mesa de mármol. Era una
actitud tan casual que le preocupaba. John parpadeó y siguió su camino sin comprender.
Valentine caminó hacia el refrigerador, sacó una botella de agua y la vertió en un vaso. Y
se acercó a John, todavía preguntando con voz tierna.
Fue John quien estaba bastante confundido por su actitud casual que incluso pensó que lo
que había ocurrido anoche podría ser un sueño. Tan pronto como le entregaron el vaso,
tragó mecánicamente el agua. No, más bien sintió que revivía cuando su sed se calmó con
la humedad. Y mientras sostenía el vaso vacío en la mano, miró a Valentine.
No tenía la menor idea de si podía actuar como si nada hubiera pasado al igual que
Valentine, o qué actitud mostrar. Sin siquiera saberlo, arqueó las cejas. Y Valentine, con un
vaso en la mano se inclinó hacia él.
—¡…!
Y fue su lengua la que se introdujo a través de sus cautelosos labios. En el momento en que
su lengua caliente pasó por la membrana mucosa de su labio inferior, el corazón de John
cayó al suelo. La lengua, que barrió ligeramente el interior de su boca, pronto se apartó,
pero la conmoción permaneció en el consternado John.
Al reaccionar tardíamente, tartamudeó con voz temblorosa. Luego preguntó de nuevo con
una cara perpleja, como si estuviera diciendo por qué.
—¿Qué?
—… .
—¿No quieres?
—¡Claro que...!
Las palabras de John, no pudieron continuar hasta el final. Fue porque los labios de
Valentine se superpusieron nuevamente. John trató de empujarlo reflexivamente, pero sus
muñecas fueron agarradas y pudo ser dominado con facilidad. La lengua se enterró en su
boca abierta, para detener su protesta.
—…¡Uh!
Su gruñido silencioso continuó intermitentemente. Ninguno de los dos estaba cerrando los
ojos, por lo que pudieron captar la apariencia del otro en una visión distorsionada. Al final,
John fue quien cerró los ojos primero sin poder derrotar la mirada que la atravesó.
—¡Uh, ah…!
Cuando los labios atacados se llenaron de aliento, John empujó a Valentine con todas sus
fuerzas. Entonces Valentine vagó satisfactoriamente por su boca y dio un paso atrás. Los
labios de ambos estaban húmedos de saliva y enrojecidos por la irritación. Y mientras John
presionaba sus labios con el dorso de su mano, miró a Valentine. La punta de sus orejas
expuestas debajo de su cabello castaño permanecían rojas.
—¿Cuál es la diferencia entre los abrazos y los besos que nos hemos dado hasta
ahora?
—¿…Qué?
—John.
Después de un breve silencio, Valentine suspiró un largo tiempo. Y luego se tocó el cuello
de la camisa como si estuviera frustrado.
—¿Qué?
—¿Cuándo hemos estado preocupados sobre los estándares de los demás? A la gente
le parecería extraño que durmiéramos juntos todos los días.
—…eso es.
Valentine se acercó un paso y apretó con fuerza los brazos de John. La temperatura
corporal de las dos manos grandes era tan caliente que quemaba.
¿Lo odiaste…?
El tiempo que pasaron juntos hasta ahora… … ¿Sería imposible continuar de ese modo
en el futuro?
Con esa suposición, John sintió menos temor. Sabía que a partir de ese momento, no
podrían estar juntos. Pero en ese momento, no estaba tan seguro de querer abandonar su
rutina diaria. Una corriente de viento suave atravesó su corazón. John, que solo parpadeó
sin comprender, miró a Valentine. Cuando sus ojos se encontraron con los ojos azules, sus
labios rígidos se movieron solos.
—No… No lo odié.
—Eso es suficiente.
—….
Sabía que lo que pensaba era fruto de su auto raciocinio. Incluso aunque sabía que había
pulsado el botón incorrecto, no pudo evitarlo. Sin embargo, John luchó por apartarse de su
voz interior. Fue porque la tensión incómoda que se formó entre Valentine y él, pesaba más
que la ansiedad de tomar el camino equivocado.
John trató de comprender sus sentimientos tan complejos como un hilo enredado, pero en
un segundo, las palabras que invadieron sus pensamientos, se dispersaron como humo.
02. FULL MOON PARTE 7
Si haces algo con frecuencia, te acostumbras.
Valentine parecía pensar que besar a John, era como cambiar de máscara. Y
eso le gustaba mucho. Se preocupaba por no aplastar su boca donde otros los
pudieran ver, pero cuando estaban solos no podía despegarse de los labios de
John.
—Uf…qué.
—…espera, Valentine.
John, que empujó el pecho de Valentine, agarró el vibrante teléfono celular. El
nombre de Ryan apareció en la pantalla. Mientras sostenía la cintura de John,
Valentine miró la pantalla.
—¿Padre?
—No.
—Sí, papá.
− ¿Qué sucede?
—… No es nada.
‘Para’. John sonrió y empujó la cara de Valentine, quien esta vez le mordía el
dedo con sus labios. Sus hombros se encogieron, cuando la lengua suave
lamió la carne sensible entre sus dedos. La piel de gallina se extendió
densamente en su espalda.
—¿Esta semana?
—Huh. Si no hay problema, iremos… No, ¿No tienes que prepararte para
el examen?
—Entonces vamos.
—¿A mí?
—Ah… .
John se detuvo, cerrando los labios, tratando de no hablar de más. Fue porque
no era una conversación que quisiera tener frente a Valentine. John, que dudó
por un momento, decidió cambiar de tema en lugar de responderle a Ryan. Su
voz no sonaba natural, a pesar de que pudo escucharla.
—¿Estás bien?
—Eh.
—¿Cuál expresión?
Cuando John, que fue empujado, volvió la cabeza, Valentine, que no perdió
impulso, le volvió a empujar el hombro. En ese momento, Valentine se acostó
sobre John. Mientras John gemía bajo una fuerte presión, Valentine envolvió la
barbilla de John con una mano.
—¿No te dije que no evitaras mis ojos?
—No te evité.
Cuando John lo miró a los ojos y le respondió, Valentine, que miraba su figura
como si fuera algo divertido, inclinó la cabeza. La esquina de sus labios se
alisó. Un dedo largo recorrió lentamente la frente, los ojos y las mejillas de
John, separándole los labios.
—… .
Con un susurro, Valentine inclinó la cabeza sobre los labios de John. Al mismo
tiempo, una sombra oscura se derramó sobre su cuerpo. John abrió los labios y
sintió como su lengua se entregaba a su boca completamente.
02. FULL MOON PARTE 8
Afortunadamente, el fin de semana fue soleado. Pasaron mucho tiempo en el automóvil que
los había esperado frente al dormitorio desde muy temprano en la mañana, antes de que se
revelara un paisaje familiar y nostálgico. Como siempre, la propiedad Lindbergh los recibía
con el frescor de su vegetación.
Después de un largo paseo por el sendero del bosque suavemente curvado, apareció una
magnifica mansión. Un hombre, vestido con un traje elegante, los estaba esperando en la
entrada.
John salió del auto y caminó mientras Carter corría hacia adelante. A continuación,
Valentine también sonrió brillantemente y lo siguió.
—No podía quedarme quieto. Hace mucho tiempo que no los veo.
—Ustedes dos se ven cada vez mejor. Ni el príncipe de Inglaterra luciría tan elegante.
Cuando John frunció el ceño con duda, Carter le respondió firmemente como si hubiera
hablado.
—¿Acaso no sabes que no soy el tipo de persona que habla por hablar?
—Eso… .
Desde el momento en que se acercó a John, quien había quedado solo después de perder a
Emily, Carter se había convertido en su amigo íntimo. A John realmente le gustaba Carter,
que era callado pero atento. A veces se sentía más cómodo con él, que con su padre Ryan.
El afecto de John por Carter no era un sentimiento unilateral. Carter también sentía un
apego especial por John. Al ver al joven luchando por adaptarse de alguna manera, junto
con una mezcla de arrepentimientos, observó a John crecer con dignidad y no ocultaba su
orgullo.
—Me gustaría… .
—¿…?
—Me he tomado vacaciones para este fin de semana. Lamentablemente, hice una
promesa.
Las palabras de Carter fueron silenciosas cuando John farfulló. Aunque tenía más de
cuarenta años, Carter seguía soltero y resuelto a buscar el romance. Parecía que no había
estado saliendo por un tiempo, y tenía una cita recientemente. Pero, Carter era un tipo
bastante atractivo. Con eso en mente, John se rió muy fuerte.
—Si es una cita, no interferiré. En cambio, por favor preséntame más tarde.
Sin dudarlo un poco, el amable Carter sonrió con calma, y solo después de ver esa sonrisa
familiar, John se dio cuenta de que realmente estaba en casa.
Por la noche, cuatro personas, excepto Carter, estaban comiendo. Aunque la cantidad de
comida servida en la mesa grande, era demasiado abundante, de todos modos fue un
momento divertido.
—John.
Incluso antes de mudarse a la sala de recepción, tuvo un mal presentimiento. Grace se sentó
al lado de John y Valentine se levantó y se dirigió a la mesa del café. John, que estaba
conversando con Grace, levantó la cabeza. Cuando los ojos se encontraron, Valentine
sonrió y señaló la puerta.
—Voy a llevar a los chicos a caminar después de un tiempo, ¿Te gustaría ir conmigo?
—Ah… Ve solo. Como estoy en casa, me quedaré con mis padres un poco más.
—¿De verdad?
—No sé qué es, ¿Pero tienen algo que hablar entre hombres?
—Gracias.
Ryan encendió el azúcar empapado en el brandy, y pronto una llama azul comenzó a
balancearse sobre la cuchara. Ryan contempló el baile de llamas y quedó absorto por un
tiempo. Pero con su personalidad inconfundible, luego retomó inmediatamente el tema
principal.
—No tengo una razón para ello. Es solo, que no estoy interesado en estudiar en la
universidad. Hay algo que quiero hacer en este momento, así que no quiero
retrasarme.
—Pero, ¿No podrías hacer esas cosas después de ser más competente? No estoy seguro
de que no haya otra razón. Entonces, siento esta impaciencia inútil porque ahora eres
un adulto… .
Aunque Ryan habló apresuradamente, John notó con rapidez lo que quería decir. Una leve
sonrisa se dibujó en el rostro de John y rápidamente se borró. John, que cruzaba los dedos,
levantó lentamente la cabeza. La pupila verde reflejada en la luz, brillaba tenuemente.
—Solo estoy muy agradecido. Pero lo sabes. No hay lugar para mí aquí.
La expresión de Ryan se debilitó ante la voz que sonaba con firmeza. John volvió a sonreír,
pero Ryan solo pudo mirarlo con una expresión indescifrable. John glorificó su rostro con
un sensación de frescura.
Los brillantes ojos azules de Ryan, que fueron heredados a Valentine, fue el primer símbolo
que la gente que los conocía, relacionaba con Lindbergh Street. Ryan y Valentine eran lo
suficientemente similares como para que cualquiera se diera cuenta que eran padre e hijo.
Pero no era lo mismo para John. Si no le hubieran hecho una prueba de paternidad, nadie
hubiera aceptado el hecho de que era un hijo perdido.
—No tengo intención de trabajar en tu compañía, y tampoco quiero tener nada que
ver con la gerencia.
—… .
Ryan, que tenía la boca cerrada como si no supiera que decir, respondió con una expresión
pensativa.
—No sé lo que estás pensando, pero John, también estoy pensando en ti como mi
sucesor. No es solo porque eres mi hijo, sino también por tu inteligencia.
—Gracias por decir eso, padre. Pero he tomado mi decisión desde el principio.
Cuando llegue el momento de ser autosuficiente, voy a recorrer mi propio camino a
voluntad, sea lo que sea.
—… .
—Eso no significa que no esté agradecido con esta casa. Es solo…solo quiero ser un
buen adulto.
Cuando terminó de hablar, John miró a Ryan con los ojos claros. ¿Cuándo creció así el niño
que era pequeño cuando llegó? Ryan miró al hijo frente a él con una parte de vergüenza y
otra parte de sentimiento. Todavía era un adolescente, pero inconscientemente tenía un
aspecto muy maduro.
John atendió en silencio la mirada de Ryan y volvió a plantearse la pregunta que se había
hecho muchas veces. ¿Lo habría traído a su mansión si Emily no hubiera muerto en ese
accidente repentino?
La respuesta a ese interrogante siempre era la misma. Ryan no lo hubiera hecho. Y debido a
esa convicción, para John, esta casa solo era un nido temporal que iba a dejar en cualquier
momento. Desde su llegada a Inglaterra, había perdido el control de su vida. La sensación
de alienación en la que parecía ser un espectador de su propia vida, lo ponía impaciente,
pero todavía era un menor y no podía hacer nada.
Sin embargo, John sabía que no sería un niño para siempre. El deseo de vivir
subjetivamente a medida que su cabeza crecía, se expandió dentro de él. No era diferente al
puro deseo de convertirse en un verdadero adulto. Y para hacer eso, quería independizarse
por primera vez de Ryan.
Ryan era un hombre de rápida inteligencia, por lo que inmediatamente pudo notar el estado
mental inestable de John. Pero no tenía la capacidad para intentar convencer o forzar a
John. A diferencia de Valentine, que había sido criado como un sucesor desde el principio,
no estaba seguro de que tipo de vida preparar para un hijo que repentinamente le cayó del
cielo y tampoco sabía si tenía derecho a hacerlo. Ryan puso las manos juntas sobre las
rodillas y abrió la boca.
—John, siempre pensé que eras un chico inteligente. Es por eso que estaba tratando
de que manejases la empresa. Sin embargo, es posible que no me creas. Por supuesto,
también pensé que quería prepararte para el mejor futuro que te podría dar.
—… .
—Entonces, ¿Por qué estás tan triste? Parece que todavía tienes un muro en tu mente.
La respuesta prudente de Ryan, estaba llena de infelicidad. John lo sintió, sonrió y sacudió
la cabeza.
—No papá. En realidad no es eso. Siempre estaré agradecido contigo y con Grace.
Todavía estoy lo suficientemente feliz. Solo quiero hacer lo correcto.
Por supuesto, era una mentira, si creía que su decisión era solo impulso de juventud.
También existía la gran posibilidad de convertirse en un perdedor y regresar a la cómoda
sombra de Ryan. Sin embargo, pensó que valía la pena intentarlo al menos una vez.
—…Sí, entiendo.
Ryan asintió suavemente en lugar de continuar con el tema. Parecía que la conversación iba
a terminar, pero Ryan, que estaba a punto de levantarse de su asiento, de repente redujo la
brecha.
—Pero John, ¿Por qué quieres mantenerlo en secreto para Valentine? De todos
modos, lo sabrá pronto.
John no sabía cómo desentrañar esta historia, por eso eligió las palabras para armar la
expresión correcta.
Durante el tiempo que han estado juntos, Valentine ha renunciado fácilmente a cualquier
cosa por John, sin excepción. Conociendo a Valentine, John no quería que su elección
tuviera algún efecto en su camino, incluso si tenía que engañarlo.
—Um. Desde la infancia Valentine ha estado muy apegado a ti. Se sintió muy feliz de
tener un hermano mayor después de estar tanto tiempo solo… .
Ryan hizo una pausa por un momento, tomando un sorbo de café y murmurando.
—De todos modos, John. Parece que existe un vínculo entre ustedes, que no puedo
explicar.
—Si, papá.
John asintió en silencio, y luego una quietud inesperada se instaló en sus pensamientos.
Después de hablar con Ryan, John salió de la mansión. En el alto cielo nocturno, una gran
luna llena floreció como una flor, y el borde del horizonte fue bañado con un color púrpura
oscuro. Una suave brisa sacudió el cabello de John mientras se erguía. La pálida luz de la
luna tocó su frente recta.
—…Haa.
Estaba nervioso a pesar de que no había razón, y sus mejillas estaban más calientes de lo
normal. Presionando las mejillas calientes con el dorso de la mano, John se movió
lentamente hacia el bosque que estaba detrás de la mansión. Quería aclarar sus
pensamientos y tomar aire fresco.
—John.
Después de un tiempo, John volvió la cabeza hacia la voz que lo llamaba desde la distancia.
Valentine estaba caminando con los dos perros, Max y Thunderbolt, y cuando se
encontraron con John, sacudieron sus colas violentamente, revolotearon y saltaron en su
lugar. John sonrió ampliamente y se acercó a ellos.
—Um… .
John, que tenía problemas para mirar a Valentine, naturalmente bajó la mirada y se
arrodilló en el suelo. Entonces Max saltó a sus brazos como si lo estuviera esperando.
Cuando John retrocedió y rascó ligeramente el cuello de Max, este sacó la lengua y lamió
su cara. John sonrió con el ceño fruncido y se apoyó contra la cabeza de Max.
—Me haces cosquillas, Max. Ahora que lo pienso… ahora eres un abuelo.
—Um, Valentine.
—Sí, dime.
El ambiente general espeluznante y extraño, estaba en la base. Sin embargo, el suave reflejo
de la luz de la luna sobre la superficie del lago tranquilo, era a la vez sombrío y hermoso.
Sobre todo, se encontraban en la propiedad privada de Lindbergh, por lo que nada podría
amenazarlos. Era una naturaleza salvaje, pero tanto Valentine como John, sabían que las
inteligentes cámaras de vigilancia, se encontraban en todas partes.
—Si. Sin embargo, hay mucho rocío sobre la hierba… ¿Está bien? Creo que mis
pantalones se mojarán.
Ante las palabras de John, Valentine se quitó el abrigo que llevaba sin dudarlo y lo puso en
el suelo. Luego bajó primero a la hierba mojada.
Con una sonrisa traviesa, Valentine lo agarró por la muñeca. John, que se había descuidado
mientras lo regañaba, cayó sobre él. Sin notar el momento donde había perdido el
equilibrio, quedó unido fuertemente al cuerpo de Valentine.
—Espera… .
—… .
Los labios de Valentine susurraron mientras tocaba los labios de John con sus ojos. La oreja
de John se sonrojó ante esas palabras inesperadas. La mano de Valentine trazó el dorso de
la no de John, y luego acarició la carne tierna dentro del dedo.
—¿Estaría bien?
—… ¿Qué?
Valentine torció cínicamente sus labios, apuntando a la cámara, que estaría escondida entre
los árboles con la barbilla. John parpadeó lentamente y respondió un poco tarde.
—Qué… el hecho de tomarse las manos, ¿Acaso es una caricia que cumple con los
estándares universales?
Valentine sonrió ligeramente sobre sus hombros, como si estuviera leyendo un comic
divertido. Entonces, apoyó su cabeza sobre el hombro de John. El cabello rubio, que
revoloteaba le hacía cosquillas en la barbilla a John, y un dulce aroma se sacudió en la
punta de su nariz. Cuando John, que no pudo superar la sensación de cosquilleo, se
paralizó, Valentine le apretó con fuerza las manos rígidas.
Entonces, se sentaron uno al lado del otro y observaron el lago por un rato. Era una noche
impresionantemente tranquila en medio de la oscuridad, excepto por el aliento de los dos
perros que tenían a sus pies.
Después de mucho tiempo, John fue el primero en romper el silencio. Valentine, aún
apoyado en el hombro de John, extendió la mano que tenía libre y cruzó los dedos como si
estuviera contando.
Cuando lo pensó, John, que quería hacer una pregunta estúpida, se desanimó. El homenaje
de Valentine a John, era una barbilla sobre su hombro.
Reflejadas por la luz de la luna, las pupila azules miraron directamente a John. Era una
mirada de exploración, como si tratara de descubrir lo que le estaba ocultando. John, sin
palabras, escapó de su mirada.
John respondió, reprochándose a sí mismo por ser inútilmente emocional. Fue cuando
quedó estupefacto, que cavó el suelo mojado con el talón.
—John.
—…Sí.
—Te apoyaré sin importar lo que hagas. Y comenzaré desde ese punto también.
El corazón de John se apretó sin razón. Pesado pero silencioso, la identidad de sus
emociones temblorosas era desconocida y John se mordió los labios. Eligiendo que decir,
apenas pudo darle una respuesta tonta.
—… .
Cuando John se quedó sin palabras ante su imponente pregunta, puso los ojos en blanco y
atrajo la mano de Valentine hacía sí mismo. El cuerpo de Valentine se inclinó y movió su
cabeza. En ese momento, los suaves labios le acariciaron la mejilla.
—Valentine… .
Cuando John, sorprendido, abrió los ojos en círculo, Valentine le acarició la cabeza con
ternura y volvió a preguntar.
—…No es eso.
—Es eso.
Valentine se rió débilmente cuando John respondió. John también hizo una mueca de risa
después de él, pero tuvo que dar un suspiro ante sus sentimientos complicados.
—… .
Las luces tenues del jardín se reflejaban en las persianas, por lo que iluminaban un poco la
habitación. John miró la cara dormida de Valentine.
Era una cara rebosante de un color blanquecino, como si se pareciera al Arcángel Miguel.
La frente, ubicada debajo del cabello rubio que fluye naturalmente, dejaba una sombra
profunda en el abultado hueso de la ceja. Las largas pestañas debajo de los párpados eran
abundantes, y la nariz recta y los labios gruesos eran espléndidos. Todos los elementos que
componían a Valentine, eran extremadamente delicados y coloridos. John pensó todo eso,
formándose una nueva admiración por su belleza.
—… .
Sin embargo, los pensamientos de John seguían siendo los mismos, incluso si no estaba
dispuesto a aceptarlo. Era porque no podría borrar la ansiedad de que viviría una vida
dirigida por alguien toda la vida, si no intentaba desafiarse por completo al menos una vez.
—Valentine, si tú… .
John extendió la mano y tocó la cabeza de Valentine ligeramente. La bella cabellera rubia
se dispersó entre los dedos sin resistencia. Incluso en la oscuridad, era hermosa.
John, que miró la cara lo suficiente como para poseerla, susurró en silencio con los labios
endulzados.
Al amanecer, fue Valentine quien abrió los ojos primero. Se quedó quieto, mirando John,
quien dormía todavía en silencio en sus brazos como un niño, con la cara inexpresiva. Era
una mirada tan dulce como si viera algo encantador, pero era también una mirada mezclada
con impurezas que no podían ocultarse.
//N.T//Café brulé, quemado o diablo: Se calienta una copa de brandy o coñac con una
cáscara de limón, una vez caliente se añade a un café solo y en una cucharilla se prende un
copo de brandy caliente con un terrón de azúcar. //
03. SPRING FEVER PARTE 1
Incluso después de regresar a Heritage College, los días ocupados continuaron por un
tiempo. Era la temporada en la que tenían que prepararse para la entrada a la universidad a
toda regla.
A diferencia de lo habitual, John fue directamente al dormitorio justo después de las clases.
Lo hizo porque su cuerpo no estaba en buena forma. La temperatura corporal no era tan
alta, pero de alguna manera los escalofríos no se detuvieron en todo el día. Fue cuando se
frotaba los párpados pesados y rígidos e intentaba pasar por el salón de la planta baja, que
escuchó una risa familiar y un cinismo vicioso que atrapó su oído.
—Eso es lo que quiero decir. ¿Alguien sabe cómo entró ese niño en la casa Lindbergh?
Aunque haya sido aceptado, debe ser bastante desvergonzado.
—Bueno, si lo soportas por unos meses, finalmente no tendrás que verlo más,
¿Verdad?
Incluso si no lo hubiera comprobado con sus propios ojos, podría adivinar su identidad.
Además, sabía por quién eran tan sarcásticos.
Lo sabía.
Como John lo esperaba, era la pandilla de Joseph. Todos pertenecían a familias prestigiosas
de aristócratas Alfa, eran un grupo de personas que se dividían y discriminaban entre sí,
con un fuerte sentido de superioridad. Una sonrisa momentánea, fluyó en los labios de
John. Era gracioso que no pudieran soportarlo solo porque era beta.
Joseph Pierce, era nieto del ex primer ministro, era el sucesor de una familia noble de alto
rango. También era un joven alfa dominante, de aspecto algo beligerante, pero
sorprendentemente brillante. Como tal, siempre había un grupo similar de personas a su
alrededor.
Al menos dentro del Heritage College, no se le daba preferencia a ningún estudiante debido
a su origen nativo. Y John claramente transgredió las normas de la escuela, aunque sus
trastornos del sueño fueran la razón. Por eso John sabía lo suficientemente bien, que había
personas que lo despreciaban.
En ese momento, John, que había estado distraído por un momento, se despertó. Incluso
entonces, Joseph, que aún estaba en silencio, se dijo a sí mismo.
—… .
—Es molesto.
John sonrió amargamente una vez más y se frotó las mejillas con las palmas. No importaba
lo comprensivo que fuera, no era agradable ser insultado sin haber cometido una falta. Lo
pensó por un momento, pero al final decidió entrar a la sala de recepción. Era porque no
tenía necesidad de dar un paso adelante. Cuando John tira de la manija de la puerta de la
sala, el área de luz que cruza el pasillo, se expande rápidamente.
—Hola.
Ante el saludo de John, las sonrisas vulgares se congelaron rápidamente. John se rió
deliberadamente, sintiendo las miradas sobre él. Los chicos no podían ocultar sus gestos
burlones, mientras él sonreía. John, que miró cuidadosamente a todos, dijo como si
estuviera presentando una broma ligera.
—Escuché tu apasionada confesión de amor. Estoy impresionado de que te preocupes
tanto por mí.
—… .
—Pero si tienes que decirme algo en el futuro, solo hazlo. Es muy lamentable que te
tengas que desahogar a escondidas, ¿Verdad?
Cuando terminó de hablar, John le dio la espalda sin demora. Fingió no importarle, y se
dispuso a subir las escaleras más rápido de lo habitual. Tampoco estaba en buena forma,
por lo cual no tenía idea como enfrentarlos, si esos bastardos trataban de golpearlo de
inmediato.
—John.
—… .
— Detente.
Una voz firme y ruda se incrustó en su oído. John, que se detuvo al instante, se volvió
lentamente. Y como era de esperarse, Joseph apareció frente a él. Pero en lugar de la
arrogancia habitual, lo que flotaba en su rostro era la impaciencia. Joseph intentó abrir la
boca y se detuvo abruptamente. Fue porque John, lo miró con una mirada espantosa que
nunca había visto antes.
John se acercó a Joseph a toda prisa. A medida que la distancia entre los dos se reducía, la
expresión de Joseph se distorsionaba. La tensión entre sus miradas era más fuerte que
nunca. John, quien se enfrentó a Joseph a corta distancia, levantó su labio en ángulo. Una
risa clara se superpuso en sus labios tensos. Y una voz fría, no muy diferente a su
expresión, se volvió hacia Joseph.
—Joseph. No sé por qué me odias tanto, pero ¿No crees que esto es ridículo?
—… ¿Qué?
Las palabras de John, causaron una leve distorsión en la cara de Joseph. John miró
directamente a sus ojos agitados y habló entonando cada sílaba. En su voz se escuchaba la
burla.
—… .
Pensando cínicamente, John le dio la espalda. La idea de encontrarse con una cama blanda,
lo puso cada vez más ansioso. Si se duchaba en agua caliente, si se enterraba en una manta
mullida y escuchaba su música favorita, estaba seguro de que se sentiría mejor. Fue cuando
John estaba a punto de subir las escaleras.
—¡…!
De repente, su cuerpo fue tirado por detrás y se volvió. John, que casi se cae por el apretón
de Joseph en su muñeca, giró la cabeza sin ocultar su molestia. Cuando la fría mirada se
volvió hacia él, Joseph apretó los labios y se dispuso a hablar. Una voz terca fluyó en sus
labios curvados.
—… .
—…Tú.
Y mientras John subía las escaleras, notó que pasó mucho tiempo, antes de que Joseph se
moviera de nuevo.
03. SPRING FEVER PARTE 2
Sin importar cuán indiferente sea John, todavía solo tiene solo 18 años. La aversión de
tener que enfrentarse a ese tipo de situaciones con una mala condición física, quedó tan
fuertemente impresa en su cerebro, que lo dejó mentalmente agotado. Quizá de verdad le
dolía. Cualquiera que sea esa incomodidad desagradable, hizo que John actuara con frialdad
y se alejara de Joseph.
Joseph tampoco era consciente de sus actos, pues increíblemente, no le hizo nada a John.
Cuando se encontró con él, lo miró con una cara de impaciencia, como si algo lo estuviera
persiguiendo.
Pero honestamente, eso no le importaba. Para odiar a alguien se debía tener mucha energía.
John, que siempre ha estado tratando de no odiar a Joseph, se sintió un poco triste porque la
situación había terminado así.
Valentine parecía haber notado el estado de ánimo depresivo de John. Cuando después de
bañarse, John suspira y se sienta en el sofá, Valentine, que estaba leyendo un libro sentado
contra la cabecera de la cama, se levantó.
—¿Qué pasó?
Valentine, que caminó relajadamente hacia él, puso una toalla sobre su cabeza. Los ojos de
John se aflojaron por el suave cepillado. Sacudió la cabeza en silencio, dejando a Valentine
con más dudas.
—Nada.
—Mientes. Dices que no es nada, pero ¿Por qué tienes esa expresión en tu cara?
—Cuál es mi expresión… .
John levantó la cabeza ante la ligera reprimenda de Valentine. Con una leve sonrisa
Valentine lo miró. La punta de un dedo manicurado se deslizó por la mejilla de John. Sus
manos se arrastraron por la mano que tocaba los contornos de sus labios. Con una cara más
relajada, John murmuró suavemente.
—…Valentine.
En la superficie, solo era una tierna solicitud, pero en realidad había sido dicha en tono de
mando. John, que sintió esa incongruencia momentánea, no pudo decir nada, y Valentine
que esperó su respuesta por un momento, se sentó en la mesa del sofá. Sus miradas se
enredaron a una altura similar. Como era consciente de la tensión de John, Valentine
preguntó con voz suave.
John suspira y levanta la cabeza. Estaba mirando al techo, donde la luz se reflejaba y
dijo: ‘Bueno…’ y frunció el ceño.
—No es nada importante, pero si lo piensas, es raro que un beta permanezca alojado
en este dormitorio desde el principio.
—…Valentine, me gustas.
—No…Quiero decir, nunca pensé en que quería ser un Alfa. Pero ahora no estoy
seguro por qué me siento así.
—¿Por ejemplo?
—Bueno. Creo que estoy un poco aburrido ahora. Siento como si estuviera entrando
en secreto por la puerta de atrás y no por la puerta de entrada.
Ante las palabras de John, Valentine cruzó los brazos, con la espalda recta. Como si
buscara un motivo, los ojos que miraban a John, se estrecharon. En ese momento, John, que
no puso soportar su mirada, puso los ojos a un lado.
—¡…!
De repente, Valentine besó los labios de John. Las pupilas de John se expandieron debido
al contacto inesperado. Una lengua húmeda y caliente se frotó a través del espacio entre los
labios que se abrieron de par en par. La punta de su lengua presionó su paladar.
—¡Hmm…!
Valentine con una rodilla en el sofá presionó el cuerpo de John desde arriba. El sofá tocó
suavemente la espalda de John, que no tenía la capacidad de resistir adecuadamente. Su
cuello fue inclinado por completo.
—¡…!
Mientras John aceptaba el beso de Valentine, su cintura fue ligeramente apretada. En ese
momento Valentine empujó la rodilla hasta la ingle de John. Y al sentir que sus áreas
sensibles fueron presionadas sin cuidado, John se sacudió como pez en un arpón.
—… ¡Va, lentín!
John estaba tan sorprendido que rápidamente apartó a Valentine y se tragó su áspero
aliento. Cuando sus ojos se encontraron, Valentine arqueó los labios. La curvas claras
estaban más hinchadas que de costumbre, dándoles un color brillante y húmedo. La escena
en la que la punta roja de la lengua de Valentine, lame su labio inferior queda impresa en
los ojos de John, como en cámara lenta.
John negó con la cabeza confundido. La sangre de todo su cuerpo rápidamente retorció las
hebras de los vasos sanguíneos y el corazón se sacudió vigorosamente. Incluso si no quería
pensar en eso, la ingle que acababa de tocar la rodilla de Valentine todavía estaba
consciente y los muslos estaban apretados.
Fue cuando John, de alguna manera trató de calmarse, que Valentine preguntó en tono
ligero.
—¿Qué pasa?
—… ¿Qué?
Cuando John no pudo decir nada, Valentine se acercó. John no lo sabía, pero sus orejas que
no podían mentir estaban rojas.
—Uh…nada.
Los hombros de John se encogieron cuando sus pulcros dedos redondeaban el lóbulo de su
oreja. Los largos párpados temblaron. John, que no podía ocultar su incomodidad, le lanzó
una mirada perpleja y Valentine le susurró en voz baja.
—No pienses en cosas inútiles. Ni siquiera escuches las palabras de esos tontos. Ya te
lo he dicho. Solo te tengo a ti.
En ese momento, la expresión de John se relajó, ante esas palabras de confianza. La mano
que vagaba por su mejilla se deslizó hasta tocar su cuello. De repente, la presión alrededor
de la nuca congela a John, como si estuviera paralizado.
—Y tú, John… .
En lugar de responderle, John sonrió levemente y se apoyó contra John. Valentine, que se
apoyaba libremente en su hombro, todavía susurraba en su oreja roja brillante.
—Es solo…Ha sido así desde la primera vez que te vi. Así que sea cual sea el motivo,
no me abandones, John.
La expresión de John estaba sutilmente desorganizada por las palabras que parecían ansiar
afecto. Aunque Valentine era tranquilo y maduro, hubo momentos en que se desarmaba
como si hubiera regresado a la infancia de repente. Como sucedía ahora mismo.
—¿Eh? John… .
—… .
Tal vez ahora era un poco más sensible que antes. No era irrazonable pensar que
simplemente era eso, pero el mecanismo instintivo de defensa le advertía que no siguiera
pensando de más. John sacudió la cabeza como si tratara de sacudirse la incomodidad que
le causaba dolores en la espalda. Olvídalo, olvídalo. Las pupilas que lo miraban desde abajo
le pedían una respuesta. John tosió y dijo ligeramente.
Solo entonces una sonrisa se extendió por la cara de Valentine. Con los ojos cerrados, frotó
sus mejillas en la nuca de John. Era el mismo gesto que hacían los gatos y los demás
animales. John se encogió de hombros ante las cosquillas, pero no lo apartó.
John era impotente ante el sincero afecto de Valentine. La razón era simple. Era porque
nadie en el mundo lo necesitaba tanto como Valentine. Su afecto, a veces incluso ciego, era
uno de los pocos apoyos psicológicos en los que John podía apoyarse. Debido a esto, John
se sentía impotente y debilitado cada vez que Valentine se apoyaba en él, lo obligaba o le
exigía algo.
Era lo mismo ahora. John tocó el cabello de Valentine con una cara tranquila. Valentine,
que se apoyaba en silencio, sostenía la muñeca de John. Sus ojos se encontraron, y
Valentine sonrió e inclinó la cabeza. Los labios rojos dejaron un beso en el dorso de la
mano de John.
Sorprendido, John apartó la mano. Entonces Valentine sonrió y abrazó su cintura. Las
suaves mejillas blancas se presionaron contra el vientre plano. El aliento cálido se extendió
uniformemente a través de la camisa delgada.
—… .
—¡Ugh…!
Cuando terminó de hablar. Valentine lo abrazó sin siquiera darle tiempo a decir nada.
Aunque no tanto como Valentine, John también era alto y tenía un físico bien equilibrado.
La fuerza de Valentine para levantarlo con ligereza estaba más allá de lo común.
John, quien fue empujado a la cama tal y como estaba, repentinamente fue envuelto en
sábanas. Valentine, que envolvió a John sin darle tiempo para escapar, lo atrapó
fuertemente en sus brazos y entrelazó sus extremidades con fuerza.
—Duérmete rápido.
—Eh.
John finalmente se rió cuando lo escuchó hablar como un niño. Valentine también sonrió
perezosamente y lo abrazó con más fuerza.
03. SPRING FEVER PARTE 3
La comodidad de Valentine iluminaba el corazón de John. El hecho de que era
necesario para Valentine, que no carecía de nada, le daba a John una extraña
sensación de estabilidad. Había una conciencia de que ese sentimiento de
satisfacción no era saludable, pero gracias a él de todos modos, pudo escapar
de la frustración que lo había acosado durante días. A pesar de que se
encontraba con Joseph ocasionalmente, no sentía molestia alguna.
John caminó responsablemente. Debido a que tuvo que lavarse la cara con
agua fría para limpiar su sudor, su flequillo se mojó y derramaba agua, y por
ello se desabrochó la camisa. No se podía decir que su apariencia fuera
ordenada, pero a John ahora no le era posible preocuparse por eso. Fue
cuando estaba a la vuelta de la esquina del edificio.
Que John, que casi tuvo que toparse con un hombre que estaba bloqueando
su camino de la nada, levantó la cabeza. Después de confirmar a la otra
persona, emitió un grito sin darse cuenta. Fue porque Joseph estaba de pie
con una expresión incómoda. Tenía mucha urgencia, pero cuando apareció
esa persona molesta, su expresión se enfrió por si sola.
—No me ignores.
John intentó pasar de él, pero Joseph lo detuvo primero. A cada paso que John
daba como si estuviera huyendo de un animal, Joseph le cortaba el camino
como si fuera un fantasma. El encorvado Joseph levantó los labios en ángulo.
—Solo un minuto.
—¿De qué estás hablando?
—…lo siento.
—… .
John miró a Joseph como si fuera una criatura alienígena. Valía la pena ver
ese rostro, con el orgullo y la humillación rotos, pero Joseph era demasiado
extraño para que pudiera entenderlo. ¿Por qué tienes que disculparte por
odiarme tanto?
—… .
Pero, sin lugar a dudas, recibir su disculpa lo hizo sentir muy feliz.
Aparentemente, no fue por el hecho de que las emociones desaparecieron de
inmediato, sino que era sorprendente que la persona que se disculpaba fuera
Joseph. John, que guardó silencio por un momento, suspiró con la cara floja.
Al escuchar una voz que no era demasiado alta, Joseph parecía frustrado y
contuvo el aliento.
Los ojos de Joseph se abrieron ante las palabras de John. Mirándolo a la cara,
como si estuviera aburrido, John agregó algo más porque no quería tener
malentendidos inútiles.
—Entonces tú… .
—¿Sí?
Joseph ahora era un completo desconocido para John. No sabía por qué
Joseph se disculpó con él o por qué estaba obsesionado con que aceptara sus
disculpas. Extrañamente cautivado, John se quedó callado. La luz dorada que
brillaba intensamente bajo la luz del sol se reflejó cuidadosamente en la cara
de John. Con una voz torpe, preguntó.
—Hey, muévanse.
Unos trozos de metal corrieron hacia ellos con un agudo grito desgarrador.
Antes de que John se diera cuenta de su verdadera naturaleza, Joseph lo
atrajo con unos tremendos reflejos. John, que se sacudió inconscientemente
golpeó su nariz contra el pecho de Joseph, y un par de cuerpos entrelazados,
perdieron el equilibrio y se estrellaron contra el suelo.
¡Pam!
Fue el tractor de césped que corrió hacia ellos. Un tractor no controlado hizo un
ruido fuerte y se chocó contra un muro de piedra roja. Los estudiantes que
pasaban por allí gritaron un poco y salieron corriendo por todas partes.
Aunque apenas pudo evitar el tractor, John se tumbó sobre Joseph y cayó.
Gracias a la amortiguación intencional de Joseph, no hubo un shock físico,
pero pudo darse cuenta de que se encontraba sentado sobre sus caderas.
—¿Estás bien?
Joseph, que estaba gimiendo de dolor, gruñó cuando movió la parte superior
de su cuerpo. El jardinero que se bajó del tractor apresuradamente estaba
avergonzado con una cara consternada. Ningún empleado de la escuela
desconocía el mal genio de Joseph. Su rostro estaba blanco al pensar que
estuvo a punto de matarlos.
—… Está bien, así que deshazte de esa mierda que está delante de mí.
Joseph, mirándolo con una cara de asco, chasqueó la lengua. No era una
forma muy amigable, pero significaba que no sería un gran problema, por lo
que el jardinero inclinó la cabeza y condujo apresuradamente el tractor y
desapareció. Sin embargo, aunque Joseph tenía una mirada disgustada, John
abrió la boca cuidadosamente.
—… .
Sus ojos, que reflejaban la luz del sol, generalmente brillaban lo suficiente para
ser difíciles de enfrentar y se volvieron hacia John. A primera vista, se reveló la
intensidad que era difícil de asimilar y luego desapareció. Bajo presión, John
intentó levantar su cuerpo girando la cabeza.
—…solo un rato.
La cintura de John se inclinó hacia adelante una vez más cuando la mano
extendida sostuvo ambos brazos y tiró de él. Debido a que su centro de
gravedad colapsó, John tuvo que inclinar la cabeza con un breve respiro. El
cabello mojado de John se estiró sobre la frente de Joseph y se elevó sobre su
nariz. Estaba lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro.
—¿Por qué?
John, que echó la cabeza hacia atrás, preguntó, pero no hubo respuesta. Con
esa extraña mirada que vio ese día, Joseph miró a John. Los estudiantes que
van y vienen sin dudarlo, arrojan expresiones interesantes, sin tratar de
ocultarlas. El cuello de John fue movido por la tensión.
—Ah.
John, que no podía soportar la presión, sacudió los brazos. Solo entonces,
Joseph abrió las manos con una breve respuesta. Sus muñecas estaban rojas
por lo fuerte que las sostenía. Al despertar sus brazos espumosos, John se
levantó. Entonces Joseph, también se puso de pie para sacudirse el polvo de
los pantalones.
No hubo respuesta. Joseph mirando a John una vez más dio un paso atrás. De
repente, cuando volvió a la normalidad, torció un labio con una expresión
desafortunada.
—Porque sí.
Fue una respuesta que no se sintió sincera. Joseph, encogiendo los hombros
hacia el avergonzado John, le dio la espalda.
Sabía que tenía que darse prisa por un tiempo, pero no podía moverse
fácilmente por alguna razón. John miró la espalda distante como si nada
hubiera pasado.
—…No entiendo.
—Estoy cansado… .
Mientras murmuraba, John se tocó los hombros cansados. Entonces abrió la puerta del
dormitorio. Como se esperaba, la habitación estaba vacía. Sabía que Valentine debía estar
en la biblioteca, sin tener que comprobarlo.
John nunca fue débil, pero Valentine parecía ser una fuente que nunca se secaba. Hacía
ejercicio regularmente todos los días, al final de las clases regulares, después de lo cual,
estudiaba hasta la medianoche. Si no se hubiera preocupado por el trastorno del sueño de
John hasta ahora, podría haberse quedado despierto toda la noche en la biblioteca.
John sintió pena por ese hecho, pero a la larga, a Valentine no le importó. De todos modos,
incluso en el nivel actual, tenía una sólida posición superior, y estaba claro que sería
fácilmente admitido en la universidad deseada en cualquier lugar.
John gimió profundamente en el sofá y bostezó por mucho tiempo. Tan pronto como
almorzó hoy, se sintió en malas condiciones, probablemente porque salió corriendo del
patio de recreo. Su estómago estaba incómodo y el área del ombligo le hormigueaba. John
dejó su mirada nublada en el techo.
Sin embargo, como si la gravedad se hubiera duplicado, todo su cuerpo estaba mojado.
John, quien lentamente parpadeó, no pudo superar la somnolencia y finalmente cerró los
ojos. Después de entrar en la pesadilla, cayó en la madriguera del conejo.
John, atrapado en un sueño oscuro donde no tenía ningún control, se sacudió y exhaló un
suspiro de miedo. Como atrapado en un tiempo de eternidad, un miedo tremendo le paralizó
el cerebro. Fue cuando John de alguna manera intentó escapar de la oscuridad. De repente,
el oxígeno escapó de todo su cuerpo. —Ah, dijo, se sostenía el cuello con ambas manos,
pero no podía respirar en absoluto, solo por el sonido del viento cayendo.
‘¡No, Ugh…!’
—¡Ahhh…!
John, que había endurecido dolorosamente todo su cuerpo, cerró los ojos. Cuando la parte
superior del cuerpo se levantó como un rebote, los alrededores estaban todos oscuros. Su
corazón latía como un loco, como desgarrándose.
—…. Haa…Ahhh… .
Tan pronto como la razón volvió un poco, esta vez un fuerte miedo comenzó a golpear a
John. No sabía en qué momento se quedó dormido, pero ahora se encontraba solo en la
oscuridad. Tan pronto como se dio cuenta de eso, todo su cuerpo tembló como un álamo
tembloroso. A la sombra de la oscuridad, había un olor a muerte. John se tragó su entorno
con los ojos abiertos.
—Val…Valentín.
En una cabeza vacía, el nombre de una sola persona apareció repetidamente. Fue cuando
John gimió el nombre con un jadeo.
—¿Dónde estás?
John sacudió la cabeza con una voz lenta y resonante. Solo entonces, una sombra, acostada
en un ángulo junto a él, le llamó la atención.
El brazo se sostenía con la mano extendida hacia el cuerpo balanceado que se alzaba sobre
la sábana. Sintió la temperatura corporal familiar cuando envolvió su cintura, y finalmente
pudo respirar tranquilamente. Apoyando la mejilla contra la sábana, John tembló y
parpadeó.
—¿Buenos días?
Preguntó, mientras el cuerpo de Valentine colgaba sobre la espalda de John. Cuando John
apretó su cabeza bajo la presión de su pecho sobre el colchón, Valentine enterró su nariz.
La punta alta de la nariz, le hizo cosquillas en la piel como si fuera una broma. John repitió
brevemente su aliento y tartamudeó.
—¿Cuándo llegaste?
—Más temprano.
No estaba solo. Con tranquilidad, John buscó en la sábana y sostuvo la mano de Valentine.
Fue un acto inconsciente para salir del miedo. John murmuró calladamente, mientras
sostenía sus manos con fuerza.
—… .
—¿Eh?
—… .
Valentine se echó a reír y le susurró al oído. A primera vista, era un tono ligero, incluso
parecía una broma, pero sintió la nitidez en él. Fue cuando John, que no entendió su
pregunta, quiso preguntar tontamente.
—¡ ...Ugh!
John endureció su cuerpo debido al dolor agudo en su cuello. Valentine estaba mordiendo
la nuca de John sin compasión. John, que se puso rígido por el dolor momentáneo, se dio
cuenta de la situación un latido más tarde y se retorció. El corazón, que percibió el calor,
antes que su sexo, comenzó a gritar y a correr.
—Dime, John.
—Ahora qué… .
La voz que sonaba profunda le era desconocida. La ominosidad no identificable lo dejó sin
aliento. De alguna manera, John se retorció para intentar escapar de Valentine.
—… ¡Ugh!
Sin embargo, la mano de Valentine agarró la barbilla de John, sin siquiera pensar en lo que
estaba haciendo. Una lengua caliente invadió la boca abierta sin resistencia.
John intentó girar la cabeza, pero el débil intento, solo se convirtió en un error debido al
agarre poderoso de su mandíbula.
—¡Ah…!
John, de alguna manera trató de empujar a Valentine, pero sus manos extendidas estaban
más bien apretadas y presionadas contra la sábana. John, luchando, apartó la cabeza de
Valentine con todas sus fuerzas. Solo entonces, la lengua que se pegaba obstinadamente y
codiciaba en su boca temblorosa, salió. John jadeaba bruscamente, tratando de suplir el
déficit de oxígeno.
Ambas manos estaban agarradas, y todo el cuerpo estaba presionado contra el peso rocoso
de Valentine. Las cosas no estaban bien. John suplicó con un aliento jadeante.
El cuerpo de John se puso rígido como un trozo de madera. Si no era una ilusión, algo
pesado y duro se frotaba lentamente en el hueco de sus nalgas. Aunque él mismo John era
un hombre, no podía saber qué era. Parecía que su corazón palpitante se le iba a salir por la
garganta. El congelado John, apenas movió la lengua y dijo con voz temblorosa.
—Esto…qué…es, suéltame… .
La voz susurrante era tan dulce como de costumbre, pero se sentía más fría. Cuando John
no dijo nada, Valentine se rió como si hubiera escuchado una broma graciosa.
—No deberías haber estado de aquí para allá, armando un escándalo con Joseph.
—… ¿Qué?
—Espera, Valentine… .
El grito desesperado de John se dispersó en el aire sin ningún uso. Con una mano
sosteniendo la muñeca de John, Valentine le bajó los pantalones con la otra. Luego agarró
el pene de John sin dudarlo. Los ojos de John parpadearon hasta quedar en blanco, cuando
sintió que las manos de otra persona lo tocaban por primera vez. —Ugh, al estirar el cuello
sintió un largo espasmo.
—¡Ugh…!
Con un aliento cálido, la suave lengua llegó al oído de John. Cuando Valentine le lamió el
lóbulo de la oreja, el cuerpo de John se sacudió y rebotó como un pez arrojado fuera del
agua. Valentine, que no perdió oportunidad, comenzó a acariciar lentamente sus genitales
con la mano.
Su espalda se arqueó y los músculos de todo su cuerpo se pusieron rígidos. John luchó por
escapar de alguna manera, pero no podía dejar de pensar en la estimulación que sintió por
primera vez en su vida. Había una conciencia de que la situación era un error, pero eso fue
todo. La mano de John, moviéndose con un claro propósito, sufrió más de la cuenta al
rebelarse, y solo pudo frotar la mejilla en la sábana.
—Ah…detente… .
Su aliento se llenó todo el tiempo, con el toque estimulante de su miembro, desde los
testículos hasta la punta. Cuando la gran mano le apretó el glande, su barriga se tensó y la
sangre se le acumuló en la cintura cada vez que frotaba suavemente sus testículos. Los
genitales se volvieron tan duros, como los de Valentine. En medio del ardor de la parte
posterior de su espalda, sintió un escalofrío.
Valentine sonrió, apretando y empujando su pene erecto. A primera vista, era una voz
casual, pero por lo bajo, un calor extraño estaba aumentando.
—Haa…Shhh… .
Cada vez que la mano de Valentine se movía hacia arriba y hacia abajo como un pistón, la
visión de John se ponía borrosa. La humedad comenzó a crecer incluso en el aliento que
exhalaba. John, se mordió los labios, mientras apretaba la sábana. Pero cada vez que se
tragaba un gemido, la mano que apretaba su pene lo hacía más fuerte, y al final su
respiración se ampliaba con una sensación de placer que se mezclaba con el dolor.
Los fluidos corporales que salían de la punta del glande emitían un chirrido en las manos de
Valentine. Los dedos húmedos frotaron las arrugas debajo del glande, y los testículos
rodaron a través de los dedos como pelotas. John sintió que veía estrellitas, mientras lo
frotaba como si estuviera apretando el perineo ampliamente. En medio de un corazón
ardiente de vergüenza, surgió un gemido de placer agresivo.
—Ahhh… .
Los hombros de John temblaron nuevamente cuando sintió que le chupaban la nuca
fuertemente. El volumen del roce entre las sábanas se añadió a los débiles gemidos. El
aliento que llegaba a la nuca era delicado y a la vez caliente.
Fue cuando John, que no soportaba la sensación de eyaculación, trató de alejar a Valentine.
De repente, los pantalones fueron arrastrados hacia abajo, junto con los calzoncillos. Una
piel caliente y dura tocó la brecha entre sus muslos. La espalda de John, que acaba de
sentirse intoxicada, se endureció. Valentine, que enterró su pene entre las nalgas de John, se
rió un poco.
—John… .
Valentine agarró el culo de John con fuerza. Cuando recogió la carne y apretó los genitales
comenzó a mover lentamente la cintura. Cada vez que el pene se movía repetidamente a
través de la carne normalmente cerrada, el área frotada se calentaba.
—Ahora… por tu culpa, estoy mareado.
Las rodillas de Valentine empujaron una de las rodillas de John hacia adelante, haciéndolo
quedar sin aliento. El enorme pene fue empujado hacia el hueco entre sus nalgas. El gran
glande se apretó contra los testículos, y las puntas se apilaron debajo de una columna
sólida.
Parecía que el débil rechazo de John no pudo ser escuchado, y Valentine sostuvo su muslo.
El pene grueso entrelazado firmemente entre la brecha apretada. Valentine suspiró porque
la presión era buena. Y mientras disfrutaba de la sensación de tensión, comenzó a mover la
cintura con brusquedad.
—¡Ugh! ¡No!
Mientras Valentine se sacudía, John tembló cuando sintió los labios en su espalda. Su pene
se frotó entre sus muslos, haciendo que pareciera arder. Los fluidos corporales de los
genitales de cada uno, se mezclaron armando un desastre.
Cuando John, que se estremecía, giró la cabeza hacia un lado, Valentine se acercó a él y lo
besó como si lo estuviera esperando. Cada vez que Valentine lamía el interior de la boca
que no podía cerrarse correctamente, la saliva que se derramaba mojaba la cama. Sabía que
no podía hacer esto, pero su cerebro parecía haberse derretido por completo. John estaba
indefenso y estaba distraído por los placeres que estaba sintiendo.
—John, mírame.
Al ver a John decaído, Valentine sonrió. John parpadea y lo mira con los ojos borrosos.
Cuando Valentine presionó su pene con fuerza, como si fuera urgente, el cuerpo de John
saltó como un rayo. Valentine susurró suavemente, mordiéndole suavemente las mejillas.
—Ahhh… .
—Date prisa.
—Va…Va, lentín… .
Al escuchar su nombre entrecortado, Valentine besó sus ojos rojos como si lo hubiera
hecho bien. Inconscientemente, la frente y los ojos de John estaban húmedos de sudor. En
lugar de acosar a John, Valentine liberó su pene apretándolo desde abajo.
—¡Ah…!
John se desahogó. Estaba convulsionando por el placer como una marea, y las palmas de
Valentine estaban empapadas de semen. Entonces el emocionado Valentine también
eyaculó en el muslo de John.
—… .
John, que estaba desmayado sin pulso, se cubrió los ojos con ambas manos. Cuando todo
terminó, su mente se profundizó. Al pensar en lo que acababan de hacer, el shock tardío
paralizó su cabeza. No tuvo el coraje de enfrentar a Valentine.
El susurro de la tela perturbó la oreja de John. Los pasos que se habían alejado, se
acercaron y una toalla mojada le tocó la ingle. A pesar de la estimulación directa en sus
áreas sensibles, John ni siquiera tuvo el poder de mover los labios. Después de limpiarlo
bruscamente, Valentine tocó la mejilla de John.
—… .
—Mírame, John.
John aguantó lo más fuerte que pudo, pero sus manos fueron removidas fácilmente como si
hubiera sido en vano. Con una cara más reminiscente de lo habitual, Valentine miró a John.
Su cabello estaba desordenado, sus ojos brillaban como un sueño y sus mejillas estaban
sonrojadas. La cara que lucía somnolienta después de la eyaculación brillaba intensamente
en la oscuridad.
Por otro lado, John sintió una sensación indescriptible y solo pudo poner una cara como si
fuera a llorar. Valentine inclinó la cabeza y lo miró a los ojos. La dulzura era expulsada
mientras la distancia se reducía.
—¿Por qué pones esa cara? Es como si te hubiera pasado algo muy malo.
Valentine sonrió mientras hablaba y le tocó la frente. John lo miró sin ocultar sus absurdos
sentimientos. Los labios de Valentine se abren y su lengua se extiende. Cuando la lengua
roja lamió la membrana mucosa dentro de sus labios, John gritó y lo apartó.
—Para.
—¿Qué?
—…todo, esto.
—¿Por qué?
La cabeza de Valentine se sacudió con una expresión que realmente no conocía. Tal vez
verdaderamente no lo sabía o pretendía no saberlo, pero Valentine lucía absolutamente
abominable para John. Sin embargo, las palabras elocuentes que dijo Valentine a
continuación, encendieron su cara.
—¿Te gustó? Tan pronto como te toqué, te pusiste a gemir y a gemir, y mi jodida
polla se volvió tan… .
—¡Cállate!
—¿No lo sentiste?
—¿Qué?
Sabía que estaba siendo atrapado en el ritmo de Valentine, pero no podía evitarlo. Fue
cuando John respondió inconscientemente a esa pregunta, que le respondió como si se
reprendiera a sí mismo. Valentine dejó escapar un largo suspiro, mientras su nariz reposaba
en la nuca de John. Luego susurró en voz baja como un murmullo.
—Te estoy mezclando con mi aroma en este momento. Como si fueras mío.
—… .
Una mano grande envolvió la frente de John. La mano de Valentine tocó la cabeza de John
una y otra vez, con un toque suave. John lo miró y estiró los labios.
John se vio obligado a escuchar lo que susurraba como si fuera una canción de cuna,
mientras Valentine capturaba todo su cuerpo. Generalmente hablaban de la escuela, pero
hoy no podrían preocuparse por eso, porque debían sostener una espantosa conversación
sobre lo que acababa de suceder.
Una somnolencia comenzó a formarse en los ojos de John, que había estado inmerso en sus
propios pensamientos con una mente complicada. Una voz baja y susurrante, como si fuera
un hechizo hizo que comenzara a dormirse. Con un espíritu intermitente, John pensó sin
comprender.
De alguna manera trató de ordenar sus pensamientos, pero sus párpados finalmente se
redujeron al caos incontrolable. Poco después, la oscuridad golpeó su cabeza. Pero a
diferencia de antes, era una sensación suave, no amenazante.
03. SPRING FEVER PARTE 5
John estuvo enfermo durante varios días. En lugar de presentar un síntoma en especial, su
cuerpo parecía estar en malas condiciones en general, tanto física como mentalmente,
después de cuatro meses de trabajo duro.
Valentine se sintió culpable cuando vio que John estaba sufriendo. No sintió culpabilidad
por el acto en sí, sino que se reprendió por no haberse dado cuenta de la condición de John
de antemano. Es por eso que Valentine regresaba al dormitorio y lo cuidaba
inmediatamente después de las clases regulares, a pesar de lo abrumado que pudiera estar.
Cada vez que John se despierta y abre los ojos con asombro, siempre lo calma con una
caricia.
De hecho John, estaba firmemente molesto con Valentine. Fue porque se sintió disgustado
con el hecho de que Valentine ignorara a su médico y se comportara a voluntad. Detrás de
ello, estaba la culpa y la confusión de haber hecho, algo que no debería haber hecho, pero
John fingió no saberlo.
Pero alejarse no lo hacía sentirse bien. A veces, el recuerdo de ese día sacudía a Jon sin
previo aviso. El aliento que rozó el lóbulo de su oreja, el peso que presionó todo su cuerpo
con fuerza, y el calor de la mano que lo acarició sin dudarlo. Cuando recordaba esas cosas,
John se sentía como el ser más bajo.
Estaba decidido a guardar silencio porque tenía miedo de confirmar los pensamientos de
Valentine. Él también había tratado a John casualmente, sin mencionar nada al respecto. En
cualquier caso, ambos parecían tener una vida cotidiana como antes.
Se sintió extraño cuando vio a un Valentine casual, pero la presión de esas emociones
complejas se desvaneció con el tiempo. John era un poco escéptico sobre su tendencia a
evitar el tema, pero no pudo hacer nada al respecto. Eso lo hizo sentir un poco impotente.
Un domingo por la mañana, después de dormir más de lo habitual, el estado de John volvió
a la normalidad. Valentine, que acababa de entrar en la habitación, le dio una taza. John,
que recibió el té de manzanilla caliente, exhaló un pequeño bostezo.
Una mano grande levantó su flequillo y envolvió su frente. Con una temperatura corporal
moderadamente cómoda, John se apoyó en la palma de su mano sin darse cuenta.
Valentine, sosteniendo las mejillas de John con ambas manos, le frotó ligeramente los ojos
con el pulgar como si estuviera atendiendo a un niño. La piel sensible se puso roja como si
acabara de llorar. Valentine, que miró atentamente el rostro de John, frunció ligeramente las
cejas.
John que había sufrido mucho, no había podido beber agua ni comer adecuadamente.
Debido a eso, su rostro estaba más agudo y más rígido de lo habitual. Los ojos verdes
brillantes y vívidos, habían sido desplazados por unos ojos rojos, una nariz afilada y una
cara pálida como una hoja de papel, que le daban un aspecto demacrado.
Valentine suspiró y miró a John a la cara. Su gran mano le tocó la mejilla como si fuera un
calmante.
Hasta el momento no había pensado en tomar el examen en serio, así que no hubo estrés.
Pero John, que no podía ser completamente honesto, rió incómodo y empujó a Valentine.
La distancia era demasiado corta y le preocupaba su toque conmovedor. Sin embargo, era
difícil enfrentarlo de esta manera.
—¿Puedo ayudarte?
—¿Qué?
—A bañarte.
Debido al olor corporal, el movimiento de John en su camisa se detuvo. John, que
permaneció en silencio por un momento, pronto distorsionó sus labios. Era consciente de
que estaba exagerando, pero también era cierto que Valentine era insensible.
—No, gracias.
—Quiero ayudarte.
—No lo necesito.
John miraba a esos ojos azules que brillaban con alegría, pero de repente Valentine quién se
levantó de su lugar, tiró de él. John al darse cuenta se retorció con fuerza para tratar de
liberarse. Los pies que no alcanzaron a tocar el piso se resistieron y su centro colapsó, y
John que golpeó su barbilla contra el hombro de Valentine, tuvo que tragarse un gemido
doloroso.
—¡Valen…!
Sin embargo, las palabras pronunciadas se dispersaron antes de completarse con oraciones
adecuadas. Fue porque el risueño Valentine se sacó la camiseta por la cabeza. Su cabello
dorado se desordenó, dejando una apariencia increíble.
Cuando el avergonzado John se quedó quieto, sucedió algo aún más sorprendente. Sin
llamar la atención de John, Valentine se quitó los pantalones y los calzoncillos que llevaba
puestos.
—…Tú.
Con un corazón palpitante y apretado, John tropezó. En un lugar tan iluminado ni siquiera
podía imaginar que se enfrentaría a algo como eso. Pero esa no fue la única razón por la
que se sorprendió. Fue porque el enorme pene tenía una erección y llegaba hasta el
ombligo. Era inevitable que su mirada se dirigiera al pene rígido con una tremenda
sensación de volumen.
—¿Si? John… .
Aunque Valentine se sentía cómodo estando desnudo, fue John quien no pudo soportarlo.
Valentine se acercó lentamente a él con los ojos bien abiertos. John retrocedió
inconscientemente, pero sus intentos de mantenerse alejado terminaron sorpresivamente.
Fue porque una mano extendida le apretó el brazo. El agarre en la muñeca fue fuerte, lo que
hizo que su cuerpo se calentara. Valentine tiró de su cintura. En ese momento, su corazón
se congeló cuando sus cuerpos se conectaron estrechamente.
—¿Qué haces?
La distancia entre ellos era demasiado corta, y su campo de visión estaba afectado con las
diferentes capas superpuestas de Valentine. Y mientras tanto él saca su lengua roja y se
lame los labios lentamente. Luego le susurra algo al oído de John, que olvidó respirar y se
congeló.
La cara de John se puso roja al instante. Todavía alerta, empuja el pecho de Valentine y
gira la cabeza. Su corazón se sacudió como si quisiera salirse de sus costillas. Su mente
rápidamente se volvió distante y todo su cuerpo comenzó a picarle. Una voz que no era tan
refinada producto de su mente confundida fluyó desde sus labios.
La punta de la nariz estaba unida a la suya y el aliento húmedo lo estaba mareando. Cuando
Valentine lame los labios de John, aunque antes estaban agrietados sin ninguna dificultad se
suavizaron. Valentine que puso los labios en la oreja de John, susurró.
—Somos como mestizos, solo compartimos la mitad de la sangre que fluye a través de
nuestro cuerpo, ¿Seremos castigados por hacer esto?
—Valentine… ¿Por qué demonios me estás diciendo eso?... ¿Por qué haces esto?
—No tengo ninguna intención. No puedo dejar de pensar en sacudir mi polla una y
otra vez cuando estás a mi lado. ¿Realmente crees que no es tu culpa también?
—…Valentine.
John se congeló al final de sus palabras. Sin lugar a dudas, su pene también se estaba
hinchando poco a poco, traicionando la voluntad de su maestro.
—…aléjate.
John empujó el pecho de Valentine con una mano temblorosa. Sin embargo, en lugar de
retroceder, Valentine se acercó y le pidió una respuesta.
—¿Sí, John?
Su piel vibró cuando sintió la voz de Valentine que tenía las mejillas en su cuello. Mientras
John reflexivamente se encogía de hombros, Valentine le quitó los pantalones y la ropa
interior de una sola vez.
—¡Ah, no lo hagas!
John luchó, pero tan pronto como sus pantalones rodaron hasta sus muslos, su pene levantó
la cabeza como si hubiera estado esperando ser liberado. Tal como estaban las cosas, sus
genitales se frotaron mutuamente. John jadeó, inclinando la cabeza. Una sensación de
humillación y emoción rápidamente lo hizo sentir mareado.
—¿Te gustaría admitirlo?
—…Ah.
John exhaló un jadeo cuando sintió que acariciaba su cintura. Sus manos se estiraron para
empujarlo, y de repente temblaron y se apretaron en puños. El calor que golpeó los
genitales se concentró en su centro. Valentine agarró el cuerpo casi desmoronado de John y
mientras lo abrazaba se dirigió hacia el baño. Cerró la puerta de la cabina de la ducha y el
agua caliente se vertió de inmediato sobre sus cuerpos.
John se concentró con la vista puesta en el agua, mientras Valentine le apretaba el culo con
fuerza. Bajo el agua, sus cuerpos desnudos estaban fuertemente enredados. John no sabía si
no podía respirar debido al agua que fluía o por causa de Valentine.
—Si tienes miedo de ser honesto, puedes alejarte como lo haces ahora. Solo quédate
así.
—Haa…Hmm… .
—Puedes decir que soy un egoísta. Entonces, John, deshazte de tu culpa inútil… .
Al mismo tiempo, el cuerpo de John se puso al revés. En pánico, John se apoyó en la pared
con los brazos mientras el agua se derramaba en su espalda. Inconscientemente, el interior
de la cabina de la ducha, estaba lleno de vapor y calor. John estaba confundido y sacudía la
cabeza. No sabía lo que estaba haciendo.
—John.
Y desde la parte de atrás, Valentine junta su cuerpo, empujando su grueso pene en el hueco
entre sus muslos. Se escuchó una carcajada desde atrás cuando John tembló, al sentir que su
ingle se llenaba. Valentine movió lentamente su cintura, besando los hombros secos de
John.
—… Mi John.
Y las palabras que susurró, mezcladas con las olas, fluyeron hacia las alcantarillas antes de
ser entregadas a John.
03. SPRING FEVER PARTE 6
John nunca se había considerado una persona indecisa. Y, en la mayoría de
las situaciones, era moderadamente decidido y tendía a ser muy firme. Pero
cuando se trataba de Valentine, la historia era completamente diferente.
John era impotente ante Valentine. Era una afirmación que se basaba en sus
experiencias del pasado. Sin embargo, ni siquiera podía imaginar que estaría
tan indefenso ante él, en esta situación.
Valentine era como un hombre que abrió los ojos a un mundo nuevo. No había
dudas en la mano que se acercaba a John. El placer de tocar los nervios
periféricos al límite fue una experiencia completamente diferente a la de
compartir un beso juguetón. Era excesivamente irritante, tan caliente como el
infierno y a en algunas ocasiones, incluso, violento.
—Ugh… .
—…Haa.
John, que abrió los labios, miró a Valentine con los ojos nublados. Su cara, que
normalmente era ordenada estaba teñida de un placer sensual. Valentine, que
lo miró cuidadosamente sonrió con satisfacción. Exhaló un largo suspiro y
volvió a superponer sus labios.
—…No.
—¿Por qué?
Parecía difícil aguantar el breve momento en el que compartieron esa
pregunta. Valentine acarició la mejilla de John con la punta de la nariz y se
mordió los labios. Luego los deslizó por su mandíbula, hacia el lóbulo de su
oreja, pero esta vez lo hizo incluyendo la lengua. John, que sacudía los
hombros ante una creciente sensación de inclinación, apenas pudo empujar los
hombros de Valentine. Los ojos azules, húmedos de placer, se distorsionaron
mientras intentaba alcanzarlo de nuevo. Pero John, a quien todavía le quedaba
un poco de razón, sacudió la cabeza y lo empujó otra vez.
Como dijo Valentine, ambos estaban hinchados. John se muerde los labios con
dificultad. Valentine se echó a reír y apoyó la frente sobre su hombro. Y luego
susurró con voz sincera y tocó la cintura de John. Fue un toque de
arrepentimiento.
—… Cállate, Valentine.
Un gran cuerpo envolvió a John por detrás. Cuando John encogió los hombros,
al sentir algo fuertemente apretado en el trasero, Valentine inclinó la cabeza y
le mordió la mejilla.
—¿Otra cosa?
—¿Por ejemplo?
—No lo sé… creo que pensaría en cualquier otra cosa que no seas tú.
John sonrió inconscientemente mientras Valentine murmuraba, frotando las
mejillas contra su nuca. Dándose la vuelta y mirándolo, John le acarició el
cabello. —Shhh, le dijo, al observar el cabello rubio desordenado en su mano,
sin ninguna resistencia.
Valentine, que besó suavemente los labios de John, sonrió y levantó las manos
como para no quitarle más tiempo. Después de comprobar la hora, John salió
de la sala de arte sin demora. No podía decirle a nadie que estaban juntos, así
que corrió para intentar llegar a tiempo. Este anexo era el más alejado al
edificio principal. Tenía que darse prisa porque estaba bastante lejos de la
siguiente clase. Y de repente, el celular que llevaba en la mano vibró.
Era un mensaje que venía con un lindo Emoji. John, quien se rió
inconscientemente, de repente quedó consternado. Valentine era el
responsable de que una esquina de su corazón se derritiera sin previo aviso.
No importaba cuánto lo pensara, era tan irresistible que incluso aunque
estuviera vigilante, su mente se volvía pesada. En ese momento, un
sentimiento autodestructivo que surgió sin ninguna señal, le enredó la mente
en un instante.
—… .
Sus labios estaban hinchados por la irritación, tenía una sensación de malestar
estomacal y un calor se acumuló en su centro sin resolverse. Tenía una nueva
conciencia de lo que acababan de compartir. Eso no era más que el placer
inmoral, inusual y perenne. De repente, perdido en el camino, John parpadeó
lentamente.
—Haa, un fuerte suspiro salió entre sus labios delgados. John sacudió la
cabeza, moviendo a la fuerza el cuerpo detenido, ante ese pensamiento
desconocido. No hubo dudas en sus pasos, pero sabía que los pensamientos
que guardaba al interior de su mente no se dispersarían.
Cuando salió del edificio, el aire fresco primaveral se posó en sus mejillas
calientes. La sombra del leve sol de la tarde se extendía hasta sus pies.
Caminó mecánicamente con los párpados caídos. Con un colmillo afilado
mordía la piel de sus labios, mientras pensaba distraídamente.
Sabía que su relación con Valentine no era normal. Si alguien conociera sus
secretos, ese juego peligroso los llevaría a una catástrofe. A veces, la culpa y
el miedo, lo estrangulaban.
—… .
—¡Son tonterías…!
Julian, quien sonrió como si dijera algo interesante, pronto se encontró con
John. La cara donde brillaban sonrisas hermosas como flores, rápidamente se
volvió inexpresiva. Él asintió levemente como tratando de sustituir un saludo, y
John también le respondió con una risa incómoda. La distancia entre ellos se
redujo cuando John estuvo a punto de pasar a su lado.
—…Espera un minuto.
De repente, una fuerza que sostenía su muñeca impidió que John caminara.
Cuando Julian, el centro de la multitud, dejó de caminar, las miradas de sus
acompañantes se volvieron hacia John. Él se enfrenta a Julian, quien lo mira
con una mirada extraña, y luego observa a sus amigos.
—¿…Por qué?
—Es extraño.
—¿Qué?
—John, tú eres extraño. ¿Sabes que siempre puedo sentir las feromonas
de Valentine sobre ti?
—¿Eh…?
Ante esas palabras inesperadas, John parpadeó. Era la primera vez que
escuchaba hablar de las feromonas de Valentine. Nadie le había contado nada
al respecto. Mirando el rostro apagado de John, Julian se rió como si supiera lo
que estaba pasando. Un sonido sarcástico y agudo fluyó de sus bonitos labios.
—Imagino que nadie te lo dijo. Eso se debe a que todos se han
acostumbrado a ese olor sobre ti.
John también sabía lo que significaba para un Alfa dejar su feromona sobre su
Omega. Siendo suyo, era una especie de señal de que nadie podía tocarlo.
Pero Valentine y él, eran Alfa y Beta, y antes de eso, eran hermanos. Nunca
había oído hablar de que un Alfa, dejara sus feromonas sobre un beta.
¿Será que eso se debe a que pasan mucho tiempo juntos? Fue cuando
John frunció el ceño que se sumió en sus propios pensamientos. Julian le
respondió con si pudiera leerle la mente.
—¿Diferente?
—…Ah.
—… .
—¿Qué?
—Usted es… .
John sonrió torpemente ante las palabras que lanzó, mirándolo con los ojos
entrecerrados. Aunque omitió las palabras finales, pudo razonar lo suficiente
sobre lo que Julian estaba tratando de decirle. La palabra beta, eso era lo que
faltaba.
John, incapaz de encontrar una palabra que decir, finalmente se quedó callado.
Luego, como si esperara, Julian comenzó a decir algunas frases como si
fueran consignas.
Ante las palabras de Julian, John parpadeó con una expresión en blanco. Ya
sabía que había algo entre ellos. Aun así, cuando pudo confirmarlo a través de
la boca de Julian, se sorprendió. Su corazón se hundió prematuramente.
John presionó sus labios con el dorso de la mano para ocultar su expresión
temblorosa. No tenía idea de qué decir, pero era difícil fingir que ni siquiera
veía a Julian, que parecía desesperado, por lo que intentó consolarlo como
pudo. Ni siquiera sabía de qué estaba hablando porque sus nervios eran
evidentes por todas partes.
—Ah… es verdad. Por qué Valentine haría… .
—… .
—De todos modos, John, ¿No sabes si Valentine se está viendo con
alguien ahora?”
—Eh, no.
— Huh…entiendo.
Cuando John respondió, un silencio turbio se posó entre los dos. Como parecía
que la conversación había terminado, John estuvo a punto de decirle que debía
irse. Pero Julian murmuró con vacilación.
—Gracias, John.
03. SPRING FEVER PARTE 7
Ni siquiera podía decir como había pasado la tarde. John trató de concentrarse en la clase,
pero la conversación que tuvo con Julian surgió en su mente de repente, lo que le
dificultaba hacerlo.
Incluso aunque no fuera cierto, era una sensación de que su mente se estaba volviendo más
compleja. Cautivado por los sentimientos desagradables que sentía por primera vez en su
vida, John no sabía qué hacer. Estaba impaciente y parecía que los nervios fuertemente
forjados se internaban en lo más profundo de su pecho.
Aunque trató de pensar así, sus emociones palpitaban como una tetera hirviendo. Sabía que
no valía pena sentirse de esa manera. Sin embargo, lo que John sintió fue una extraña
traición de parte de Valentine. No, es algo diferente a la traición…
No sabía por qué estaba tan frustrado con lo qué pasó, y John suspira una vez más.
Finalmente, fue cuando no pudo concentrarse en estudiar que soltó el bolígrafo sobre el
escritorio. Su teléfono celular sonó y anunció la recepción de un mensaje.
—… .
Recientemente, parecía que había estado obsesionado con algo. No, más bien era como si
estuviera poseído. Si no, no habría razón para sentir tanta emoción de esa manera. John,
que vio el mensaje de Valentine, sin darse cuenta, se mordió los labios. Ya no parecía estar
enojado.
Besaste a Julian y… y.
—…ah.
Y en ese momento, John se dio cuenta. El hecho de reconocer que el nombre de la emoción
que lo molestaba, eran los celos. Cuando se dio cuenta de eso, sintió una consternación
momentánea y tuvo que cerrar los ojos.
—Mierda.
John enterró la nariz en sus manos, como si fuera una aguja. Los confundidos ojos verdes
que parecían no tener rumbo, temblaban. De todos modos, no tenía confianza para enfrentar
a Valentine en ese momento. Fue porque pensó que gritaría como un tonto si lo viera en ese
estado. John, que había estado preocupado por un momento, se levantó de su asiento
después de guardar sus cosas en el bolso. El lugar al que se dirigía era al gimnasio, no al
dormitorio.
John, pensando que si corría en la cinta hasta que perdiera la conciencia, corrió con más
fuerza hasta el límite que pudo soportar. Cuando drenó todo su cuerpo, su cabeza parecía
vacía. Le temblaron las piernas, pero se sintió un poco mejor. Después de una relajante
ducha, John regresó al dormitorio.
—¿Estás aquí?
—… lo olvidé.
—Lo siento.
Valentine, parecía mirarlo de una forma aparentemente agradable sin ningún pensamiento.
Y de nuevo, John sintió que sus sentimientos se hundían sin ningún esfuerzo. Mientras
tanto, John, que no sabía cómo manejar esa agitación emocional, se sentía raro e
incómodo. Deseó no pensar en cosas inútiles. Se repitió eso en su mente, mientras se
volvía hacia el armario, ignorando a Valentine. Sintió una risa cálida, aproximándose desde
atrás, sin embargo, se quitó la camisa pretendiendo no haberla escuchado.
—¿Hiciste ejercicio?
—Eh.
—Ah… .
Dos grandes manos sostuvieron su espalda, luego se subieron a su costado y costillas, para
cubrir su pecho. John tropezó y perdió su centro de gravedad, cuando la punta de su dedo
frotó intencionalmente su pezón. Valentine, pegó la parte inferior de su cuerpo a su trasero,
mientras le susurraba.
—… .
La cintura de John fue levantada antes de que terminara la conversación. Valentine, que
abrazó a John, lo puso sobre su hombro. Mientras cargaba a un hombre adulto sobre su
hombro, como si fuera un niño, solo se rió sin hacer ningún esfuerzo. Cuando John, cuya
visión cambió en un instante, no pudo moverse, Valentine fue a la cama a toda prisa y lo
dejó sobre las sábanas.
—…Ugh.
John intentó levantarse de inmediato, pero Valentine se sentó rápidamente sobre él. Ambas
muñecas fueron apretadas sobre su cabeza antes de que pudiera evitarlo. John, que estaba
atado, frunció el ceño.
Valentine sonrió e inclinó la cabeza. Y justo antes de que los labios del otro se
superpusieran, la conversación con Julian surgió en la mente de John como un flashback.
En ese momento, John giró instintivamente la cabeza para evitar el beso de Valentine.
Valentine, que era reacio al rechazo, miró a John fijamente. Cuando vio la expresión
desconocida, su frente se distorsionó cada vez más. La expresión que no podía capturar
todas sus emociones se hizo evidente. ¿Probablemente Valentine también se haya
comportado así con Julian? Cuando sus pensamientos fueron tan lejos, sus labios se
movieron sin dudar.
—¿Por qué lo hiciste?
—¿Qué?
—El beso… .
Cuando se lo preguntó sin darse cuenta, John se sorprendió y se quedó callado. Sin
embargo, era imposible borrar las palabras que ya se habían dicho. Valentine frunció el
ceño y apretó con más fuerza las muñecas de John. Era una señal de que su paciencia
comenzaba a acortarse por esa conversación misteriosa.
—Eso no… .
En ese punto, sabía que tenía que cerrar la conversación. Sin embargo, la razón y la
emoción que comenzaron a correr en direcciones opuestas, no se pusieron de acuerdo en
ese momento. Las dudas que tenía en su corazón durante todo el día aumentaron tan rápido,
como si fuera a explotar si no decía nada.
Solo quería decirlo, para por fin, sentirse cómodo consigo mismo.
Valentine no dijo nada. John, que se sintió como si fuera apuñalado, agregó más palabras.
John levantó la cabeza ante la pregunta que fue devuelta. Valentine lo miraba con una
expresión de frialdad. Hay una sensación de presión desconocida, y está muy mezclada con
el aire circundante. En una atmósfera desconocida, John cerró la boca y solo entonces, los
labios de Valentine se enrollaron como si fuera consciente de su expresión. Todavía, con
sus ojos fríos y una máscara de suavidad, preguntó con una voz un poco menos
amenazadora.
—… .
En la superficie, tenía el mismo tono de siempre, pero sintió la frialdad que enfrentó por
primera vez en su vida. En respuesta a la línea aparentemente dibujada, John sintió que su
mente se enfriaba. Valentine se hizo a un lado, soltando el brazo de John que todavía estaba
sujeto. Los ojos azules lo miraron como si estuviera pidiendo una respuesta. John se quedó
en silencio, sintiendo mucha consternación. Los sentimientos que trató de ocultar, fluyeron
en un lenguaje sin refinar.
—… .
John, que había terminado de hablar no podía enfrentar a Valentine e inclinó la cabeza. El
lóbulo de la oreja se calentó en un estado de ánimo oscuro, que lo hacía sentir mal.
Cautivado por sus sentimientos, John no vio la sorpresa en la cara de Valentine y sus ojos
bien abiertos, y tampoco como una sonrisa brillante como una flor se extendió por su
rostro.
Tic-tac-tic-tac-.
Fue solo el sonido leve de un segundero lo que rompió el silencio cada vez más pesado. Y
no fue hasta que Jonn ya no pudo quedarse quieto, que Valentine abrió la boca.
—Como seguías hablando de Julian, me preguntaba qué tan especial era para ti.
—¿Qué?
—Así que no vuelvas a hablar de él frente a mí, John. Me enojo cada vez que haces
eso.
—… .
John cerró los ojos con fuerza, tragándose las palabras que no podía decir. Su cuerpo se
agitó y su corazón latió con fuerza. En cierto momento se sintió mareado, a punto de
desmayarse. John no podía negar que las emociones que ahora siente son aparentemente
alegría. El interior de sus garganta, que estaba apretado hasta el momento, ahora se sentía
diferente.
Solo por asegurarme de que Valentine no piensa en Julian como alguien especial, estoy
tan feliz… ¿Es eso normal? Un corazón manchado de alegría y confusión asustó a John.
—Mírame, John.
John obstinadamente evitó su mirada, pero como siempre, el ganador fue Valentine. La
muñeca fue bajada a la fuerza y se reveló una expresión oscilante. La cara pálida estaba
sonrojada y los ojos verdes estaban más oscuros de lo habitual. Una respiración superficial
tuvo lugar entre sus labios rojos. Una brillante sonrisa se extendió por la cara de Valentine.
John recoge cada grano de emoción que no puede ocultar y susurra.
—Julian no tiene nada de grandioso para mí. Así que no debe importarte.
—… .
—Prefiero que pienses en otra cosa en este momento. En cómo debemos divertirnos
más.
—… .
John no pudo responder. Valentine inclinó lentamente la cabeza. Los labios de cada uno se
tocaron y se intercambiaron el aliento más cálido. Cuando el corazón explotó, John no pudo
respirar de tanto jadear. Después de un breve beso, que solo le tocó la superficie de los
labios, John apoyó la cabeza sobre el hombro de Valentine. Todo su cuerpo estaba
somnoliento y sin fuerza. Siguiendo ese estado de ánimo, la voz de John tembló débilmente
con una vela justo antes de apagarse.
—… .
—¿Qué quieres?
—… ¿Qué?
La emoción y los mareos que habían abrumado a John hasta ahora, se volatilizaron. John
abrió la boca sin darse cuenta. Quería que fuera una broma, pero su mirada era más seria
que nunca. Con su cara perpleja y sus labios revoloteando, respondió tardíamente.
—He tocado tu polla lo suficiente como para dibujarla con los ojos cerrados, entonces
¿Cuál es el problema?
John, que tenía los ojos bien abiertos y parecía estar obstruido, sacudió la cabeza con
retraso. Era como hablarle a una pared.
Los dos estaban peleando seriamente por un tema tonto. Pero, como siempre, el ganador
fue Valentine. Finalmente, John tembló de humillación, sentado en una posición que nunca
hubiera imaginado desde que nació.
John llevaba una camiseta de manga corta, pero estaba desnudo de la cintura para abajo.
Estaba sentado con las piernas abiertas sobre la cama. Su cuello estaba manchado de rojo
por la vergüenza.
Valentine estaba tendido boca abajo, encaramado en el puente entre las piernas de John.
Los ojos que miraban descaradamente la ingle de John, no mostraban ninguna expresión.
En su lugar, el dedo de Valentine tocó el pene flácido con la punta del dedo y se echó a reír.
Valentine mira el pene de John y lo sopla. Con un aliento cálido, la piel sensible dentro del
muslo comienza a erigirse. Valentine, sosteniendo sus muslos con ambas manos, inclinó la
cabeza. La lengua húmeda lamió la piel dentro del muslo y la chupó como si quisiera
absorberla.
—Ah… .
Ante la estimulación directa, John sacudió los hombros e inclinó la cabeza. Los ojos azules
miraron a John desde abajo.
—…haa.
John sacudió los párpados e inclinó la cabeza. Los genitales comenzaron a levantarse poco
a poco. Valentine que parecía satisfecho, sonrió con alegría mientras levantaba lentamente
la cabeza.
—Te excitaste mucho más rápido de lo que pensaba.
—Cállate… .
Valentine se apoyó en los muslos de John como si fuera a mirar en serio. Con su mirada fija
en la ingle, los genitales se erigieron perfectamente. Incluso en esa situación, John se sentía
avergonzado y a la vez emocionado.
—Tócate.
—… .
—Es como si estuviera viendo porno. Es tan salvaje que no se puede comparar con lo
que me imaginaba.
—…cállate, Valentine.
Valentine, que levantó la parte superior del cuerpo como si estuviera acostado, susurró con
una voz risueña. Los labios de John temblaron ligeramente cuando su mirada lo barrió
descaradamente.
—…Ah… .
No quería admitirlo, pero la profunda mirada de Valentine atrajo cada vez más calor a su
ingle. Valentine codició a John con soplo la mirada, sin tocarlo. El fuego se extendió a
donde sus ojos llegaron. John exhaló su aliento ardiente. Las emocionantes yemas de los
dedos se redujeron en sí mismas y estimularon la sensible epidermis.
Me siento mareado… .
John, que cerró los ojos, lentamente comenzó a mover su mano. A pesar de que estaba
moviendo sus manos mecánicamente, el calor comenzó a aumentar. El fluido corporal que
goteaba en la punta era espeso y se deslizaba por su miembro.
—…haa…ah… .
John, inmerso en su placer, apretó los labios mientras levantaba la barbilla. Los músculos
estaban tensos y tenía espasmos al interior del muslo. Los nervios de todo su cuerpo
parecían estar concentrados en sus genitales. El cerebro, las células, todo se derritió y fue
remplazado con el placer. Las extremidades se volvieron distantes y su cintura tembló
ligeramente.
—Ugh… .
John apretó los genitales de arriba abajo, exhalando un gemido intermitente. Debido a los
estímulos repetidos, el glande, que generalmente brillaba, se volvió rojo como si se hubiera
quemado.
—Haa…mierda.
Cada vez que sus delgados labios se abrían, su aliento caliente se detenía y su lengua roja
aparecía, una y otra vez. Cada aliento exhalado en sus gemidos reprimidos lo hacía
humedecerse.
—Ahhh… .
John abrió los ojos y miró el techo. Su campo de visión estaba borroso. Una mano que se
extendió desde abajo cubrió su mejilla. Cuando bajó la cabeza ante la fuerza suavemente
conductora, sus ojos azules lo miraron de inmediato. Era una mirada llena de codicia por él.
—No te detengas.
Cuando John, detuvo su mano sin darse cuenta, Valentine puso la mano sobre la suya. La
mano entrelazada fue movida para guiarlo.
John gimió ante el estímulo que no veía, pero Valentine no se detuvo. John inclinó la parte
superior de su cuerpo hacia adelante. La frente sudorosa tocó la espalda de Valentine. Este
murmuró en voz baja, soportando completamente el peso de John.
—¡Ah, ah…uf…!
Quería refutar sus palabras blasfemas, pero no dijo nada con su boca abierta. John gimió y
sacudió la cabeza como si estuviera llorando. El clímax se acercaba gradualmente. Tratando
de recoger los muslos, John empujó a Valentine.
—¡Ugh…!
Y sin perder la oportunidad, Valentine le abre las piernas de par en par. El cuerpo se John
se puso completamente rígido y se echó hacia atrás. La elasticidad húmeda se unió al
aliento caliente, y el placer explotó al final del pene.
—¡…!
John, que se quedó rígido por un momento, se derrumbó. Su espalda estaba tensa y perdió
toda su fuerza, y los músculos del estómago que se habían contraído como si hubiera
sufrido una convulsión, se aflojaron. Cuando John, que tembló por un momento de
emoción, bajó la mirada parpadeante, el asombro pasó por su rostro relajado. Fue porque su
semen se había pegado en la cara de Valentine.
—… .
Nadie dijo nada, ya que Valentine y John, parecían haber perdido la voz. Cuando Valentine
parpadeó, el semen que se había pegado a sus largas pestañas se deslizó hacia su nariz.
—Ah…lo siento… .
John, que había estado somnoliento, se despertó. La cara pálida y cansada rápidamente se
puso roja. John, que se mordió los labios, cubrió las mejillas de Valentine.
Sin embargo, las palabras de John, no pudieron continuar. Fue porque Valentine lamió el
semen que fluía hacia sus labios. Sorprendido por sus acciones, John exclamó con un dolor
en la garganta.
Fue cuando John intentó quitarle el semen que salpicaba su rostro, que Valentine,
agarrando sus muñecas con fuerza, saca la lengua y prueba una vez más el semen de John.
La ceja suave se estrechó como si hubiera tomado una medicina amarga. Con una cara
desordenada, Valentine se rió y dijo, —¡Puaj!
—… .
Al final, la cara de John se hinchó como si fuera a explotar. Pero el beso de Valentine fue
más rápido que la reacción de John. Valentine quien levantó su cuerpo tomó la cara de John
en sus manos y le cubrió los labios con los suyos. Dentro de la boca abierta, su lengua llena
de semen tembló.
—¡Ugh…!
Los fluidos corporales de semen y saliva se mezclaron en sus bocas y se frotaron a través
de las lenguas entrelazadas. Ah. Después del breve beso, lo único que quedaba era el sabor
del semen aplicado meticulosamente en su lengua. John se había excitado en una situación
que nunca había imaginado experimentar. Valentine, que lo vio rígido, se echó a reír. Con
una sonrisa que no tenía nada que decir en la oscuridad, John perdió la oportunidad de
expresar lo que había preparado.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 1
Sin avisar, una perfecta primavera llegó. El rastro del frío invierno desapareció y le dio
paso a la frescura de las plantas. La ropa de los estudiantes de Heritage también se volvió
más cómoda. Abrigos ligeros y vestidos ondeantes inundaron todo el campus.
Aunque había una ligera diferencia en el horario dependiendo de si la escuela donde se iba
a continuar los estudios era local o en el extranjero, el examen de ingreso era el principal
desafío, independientemente de la elección que se tuviera en mente. Entre los futuros
graduados, había una atmósfera más pesada que nunca. Por supuesto, John se sentía
completamente libre de ese peso.
—John.
—¿Sí?
—Sabes.
John levantó la cabeza mientras sumergía el pan en una salsa caliente. Dominic estaba
sentado frente a él, mirándolo con una expresión compleja. Era raro que estuvieran
almorzando los dos solos después de un tiempo, ya que en los últimos días no habían
podido hacerlo. Dominic, que estuvo callado durante toda la comida, por fin habló.
—¿Qué sucede?
John se tragó el trozo de carne que estaba masticando y arqueó las cejas. Dominic
permaneció en silencio como si tratara de elegir sus palabras y sacudió la cabeza.
—Nada.
Eso significaba que había un ciento por ciento de posibilidades de que quisiera decir algo.
John sonrió y se limpió los labios con una servilleta.
Sin embargo, aunque bromeó un poco, la expresión de Dominic no cambió. Solo entonces,
John se puso un poco serio y borró la sonrisa de su rostro.
—Qué. ¿Qué está pasando?
—… .
—Dime.
—¿Qué?
—No es bueno ni malo. Para ser honesto, es más bien extraño. Como si algo
inesperado hubiera surgido repentinamente de un arbusto.
—…Dominic, sé que eres un romántico que ama la literatura, pero yo no. Entonces,
¿Puedes explicar fácilmente lo que eso significa?
Como John estaba confundido, Dominic no parecía poder organizar las ideas. Era como un
apuesto gánster que se comportaba como un filósofo ansioso. Era de dominio público, que
era capaz de dirigir una conferencia, pero ahora parecía que le era imposible encontrar las
palabras adecuadas.
En respuesta a John, Dominic levantó uno de sus labios como si ya supiera lo que le iba a
decir. John, que estaba incómodo, le preguntó de manera agresiva.
—Cállate. ¿Lo has conseguido tú?
—… .
—No sabía que era tan popular. Tan pronto como apareció el aviso de la graduación,
me contactaron de muchas partes.
Ante esa respuesta descarada, John no pudo ocultar que se sentía mal. Dominic se rió
brevemente de la forma en la que John masticaba el pan, pero pronto borró la sonrisa de su
cara. Un dedo alargado trazó la superficie de la lata de bebida. La mirada de John todavía
se veía molesta.
—Ja, de verdad.
Ante la respuesta de John, Dominic lo miró más sorprendido. Sin embargo, John solo se
quedó mirándolo sin comprender lo que estaba pensando. Finalmente, Dominic le explicó
gradualmente.
—Normalmente, entre betas, los hombres le piden a las mujeres que salgan con ellos.
Especialmente para tales eventos. ¿Por qué actúas como si no lo supieras?
—… .
El rostro de John era tan expresivo, que incluso la luz se reflejó en él.
John abrió los ojos cuando escuchó unos nombres que nunca había considerado. Las chicas
mencionadas por Dominic, son todas sus compañeras de clase, y además son betas muy
bonitas. El único punto de contacto entre él y ellas era que atendían la misma clase, y no
tenían más nada en común. Al menos, eso era lo que él sentía. Después de un breve
silencio, Dominic gritó “Ja” La vacilación se mostró en palabras que se pronunciaron un
poco más de lo habitual.
—¿Entonces con quién? Todos tus amigos cercanos ya han conseguido pareja.
Lo ojos de John se hicieron más grandes de lo normal, ante la oferta inesperada. Rara vez
había mirado a Dominic con un rostro inexpresivo, pero esta vez sus ojos se llenaron de
irritación. Cuando John no dijo nada, Dominic agregó casualmente.
No había problema si un Alfa y un Omega del mismo sexo iban juntos a la fiesta. Sin
embargo, las parejas del mismo sexo de alfa y beta, omega y beta, e incluso combinaciones
de beta y beta, no eran tan comunes. Además, Dominic era un Alfa popular, aunque
pretendía desconocerlo, pero en realidad debería ir con un omega, no con un beta.
—En serio, no soy un ser humano tan lamentable como para estar a la altura de tu
simpatía.
—¿Simpatía?
—¿Por qué?
Dominic movió los labios, pero no pudo decir nada. En su lugar, sonrió y murmuró como si
fuera una broma.
Mientras estaba atrapado en su propios pensamientos, John notó tardíamente que Joseph se
acercaba desde el otro lado. No fue sino hasta que los dos se acercaron, cuando John
levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Joseph. A diferencia de John, él parecía
muy atento.
—… .
Aunque era reacio a perdonarlo, Joseph se había disculpado con él de todos modos, y desde
entonces los dos se miraban de una manera diferente que antes. Ya no se hablaban
sarcástica ni agresivamente, pero eso no significaba que la conversación entre ellos fuera
fluida. Ocasionalmente, Joseph era quien lo evitaba primero.
John no lo considera amigable, pero tampoco lo encontraba complicado. Pero ahora, Joseph
no era tan molesto como antes, sino que le parecía extraño. John se sintió confundido
acerca de cuál era su mejor versión.
—…Oye.
Y así fue. Esta vez, impulsivamente llamó a Joseph, quien lo miró mientras pasaba. Puso
una expresión de mucha sorpresa ante el hecho de que John lo hubiera llamado primero,
pero en se detuvo al instante. Al darse la vuelta, levantó la barbilla y le respondió.
—Qué.
Tan pronto como escuchó la voz altanera de Joseph, John lamentó haberlo llamado.
Después de dudar por un momento, le lanzó la pregunta que Dominic le había hecho. La
graduación y el baile de graduación era una preocupación para todos, y era un tema que era
seguro compartir con cualquiera.
Joseph era un hombre honesto, y tan pronto como escuchó su pregunta, no pudo ocultar su
expresión de duda, al no saber por qué le estaba preguntando eso. Los oídos de John se
calentaron debido a su expresión. Al parecer, era suficiente con verlo para comprender lo
absurdo que a Joseph, debió haberle parecido su pregunta.
—… .
Era una pregunta irrefutable, y todo lo que John pudo hacer fuer permanecer en silencio.
Cuando John no dijo nada, Joseph se mordió los labios nuevamente.
—¿Eh?
—¿Qué?
Cuando John se sintió avergonzado por esas palabras inesperadas, Joseph respondió
ferozmente con una sonrisa retorcida.
—Qué estás diciendo… No tuve ninguna intención de pedirte eso desde el principio.
—… .
—En realidad, solo tenía curiosidad de saber si asistirías al baile de graduación, pero
veo que fue un error preguntarte.
Esta vez Joseph cerró la boca. Ante el incómodo silencio, John suspiró. Era indudable que
no debió haberle preguntado eso. Y como quería terminar esa conversación de alguna
manera, mostró sus sentimientos honestos con desesperación.
—Debiste hacerlo después de la graduación, te disculpaste muy pronto.
—… .
—Pensé que ese gesto significaba que querías borrar todos nuestros roces del pasado.
—… .
John se encogió de hombros, aún mirando la expresión afilada de Joseph. No tenía sentido
disculparse, porque sabía que eso no dañaría gravemente su ego. Pero era mejor disculparse
cien veces y terminar con eso, en lugar de tener que enfrentar esa cara tan desafortunada.
Con ese pensamiento en mente, John estuvo a punto de marcharse.
—Lawrence Connelly.
—… .
John, que no pudo comprender la información de inmediato, se dio cuenta que esa era la
respuesta a la pregunta que le había hecho antes y pronunció una respuesta tonta: —
Oh. Lawrence pertenecía a una familia aristocrática y era una hermosa niña omega. No
sabía si era justo, pero serían una pareja muy impactante.
Cuando John respondió con franqueza, Joseph levantó una esquina de su boca con una
mirada arrogante. Sin embargo, a diferencia de su expresión facial, su voz estaba llena de
impaciencia.
Como John volvió a preguntar con una cara confundida, Joseph frunció el ceño. Luego,
cerró la boca como si fuera un tonto y un silencio antinatural se posó entre los dos. John
entrecerró los ojos. Las orejas de Joseph parecían rojas, pero no podía decir si tal vez, lo
estaba imaginando.
—Aún no lo he decidido.
—Ah.
Tan pronto como escuchó la respuesta de John, la cara arrugada de Joseph se estiró. No
solo eso, parecía estar diciendo con ella, que en parte ya lo sabía. El estado de ánimo de
John se debilitó por su sórdida expresión.
John, que había perdido por completo el deseo de continuar la conversación, le dio la
espalda, sabiendo que era un acto descortés.
—… ¡Oye!
Joseph lo llamó inmediatamente, pero John siguió caminando, fingiendo que no lo había
escuchado. Luego lo persiguió y exclamó una vez más con una voz ligeramente nerviosa.
Los pasos de John, que caminaba por el pasillo sin pensar, se detuvieron abruptamente,
como si estuviera en presencia de un incendio.
Inmediatamente, en su mente surgieron varios candidatos. Estaba claro que Valentine sería
capaz de llevar a cualquiera al baile de graduación siempre que tuviera la intención. Todos
lo anhelaban y querían acercarse a él. Puede que Valentine, ya haya recibido propuestas de
varias personas sin saberlo. Cuando sus pensamientos fueron más lejos, John sintió que una
brisa helada soplaba en un rincón de su pecho.
—… .
John no entendía por qué había perdido la compostura y estaba irritado con solo pensar en
eso. No, ya sabía la razón, pero no quería admitirlo. Su yo reciente, era extraño y
peligroso. Tuvo que cambiar sus pensamientos, porque temía que el pensar más en ello,
pudiera revelarle la verdad.
Sin embargo, lo que empezó como una curiosidad, persistió en su cabeza. Se sentía
impaciente cuando imaginaba a Valentine entrando cariñosamente en el pasillo con alguien
a quien no conocía, para luego empezar a bailar con esa persona e intercambiar una
conversación amistosa. Su estómago se sacudió. Qué demonios sucedía con el baile de
graduación, cuando siempre había sido un evento, al cual nunca le había prestado atención,
pero ahora estaba molesto porque no podía evitarlo.
—Haa.
Finalmente, John suspiró y trató de pensar en otra cosa. El nerviosismo, que ni siquiera
existía antes, ahora aparecía con frecuencia para aplastarlo fuertemente. Realmente no se
sentía bien. Lo que más odiaba, era la sensación de que no podía hacerle la misma pregunta
a Valentine, como lo había hecho con Dominic o Joseph.
No sabía cómo llamar a su relación con Valentine. Era una relación ambigua, vaga y sin
sentido, en la que temía incluso definir algo. No había otra explicación para la trampa en la
que estaban sumidos.
¿Para Valentine realmente no es nada, o pronto estará tan confundido con sus
sentimientos como yo? Quizás ahora actuaba despreocupado, pero Valentine pronto se
daría cuenta. Después de eso, no podía saber cómo reaccionaría. Tal vez se arrepentiría de
sus acciones.
De repente, su corazón parecía estar perforado, y John sacudió la cabeza como si fuera un
pecador. Con la mente debilitada, un nudo lleno de ansiedad se formó en su garganta.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 2
A diferencia de otras escuelas, Heritage le ha dado a los estudiantes la
discreción de elegir sus clases. Debido a esto, los estudiantes eran libres de
elegir las clases que tomarían en cada semestre.
En lugar de tener clases separadas, la escuela asignó un tutor por cada cinco
estudiantes, con el propósito de darles libertades con ciertas condiciones. Y
mientras no tenían problemas, compartieron con ellos varias preocupaciones
sobre sus carreras durante el año.
Hoy John tenía una consulta con su tutora, Sam. Alrededor de las ocho de la
tarde, hora de la cita, se dirigió al anexo oeste. Al pasar por un campo de
césped artificial, miró alrededor del campus con tranquilidad.
Los edificios que se erigen bajo el cielo azul oscuro parecían más antiguos con
las luces brillantes, e incluso más adelante, el campo era espacioso y se sentía
su belleza. Pensó que echaría de menos este paisaje por un tiempo, después
de graduarse, y luego se apresuró para llegar a su cita.
—Adelante, John.
John miró el plato sobre el escritorio. En el plato había unas galletas grandes
llenas de chocolate M&M. John sonrió levemente y sacudió la cabeza.
—Estoy bien. Por cierto, ¿No te dijo el médico que deberías tener cuidado
por la diabetes?
Sam, que quedó embarazada a los cuarenta años, tenía diabetes gestacional.
Para ella, que amaba a los dulces, no poder comerlos era una tortura. Aunque
tenía mucha paciencia con su embarazo, parecía haber llegado al límite. —
Shhh, Sam se levanta haciendo un sonido y se acerca a John con un sobre en
la mano. Se sentó en una mesa y levantó sus anteojos.
—Sí, lo sé.
En lugar de decir algo, John se echó a reír. Al confirmar con eso que ya había
tomado una decisión, ella también sonrió levemente. Luego agregó, en un tono
que apenas mostraba su deseo de persuadirlo.
—¿Sabes que tus calificaciones son bastante buenas, incluso entre tus
compañeros de clase? De hecho, el ensayo que enviaste durante la clase
de sociología fue comentado positivamente por todos los maestros.
John sonrió y respondió torpemente. Sabía que sus notas eran buenas. Sin
embargo, los pensamientos que compartió con Ryan esa noche seguían
firmes, era como la conclusión que tuvo después de una larga angustia.
—Hmm… .
—¿Qué es esto?
—La empresa para la que trabaja tu amiga… ¿Y eso que tiene que ver
conmigo?
John agita los papeles y examina cuidadosamente el contenido. Los ojos que
leían eran serios. Sam abrió la boca, mirando la actitud de John.
—… ¿En serio?
Los latidos del corazón de John aumentaron su ritmo sin darse cuenta. Aunque
su cara seguía estando muy tranquila. Sam asintió con la cabeza.
—Por supuesto, hay una vacante. Solo piénsalo y házmelo saber por
escrito. Con sinceridad te digo que voy a animarte en cualquier camino
que tomes, además es una buena oportunidad, que cumple con tu
objetivo.
—… .
—¿No te parece interesante? Tal vez en una década, puedas convertirte
en una celebridad, al menos en este campo, para que puedas superar a tu
padre.
—… Gracias, Sam.
John respondió en voz baja sin ocultar la timidez, y Sam sonrió cálidamente y
extendió la mano.
—… .
Ahora solo había una cosa que haría que John dudara en cambiar. Sus ojos
verdes se oscurecieron.
—…Valentine.
Fuera lo que fuese, era algo para pensarlo con tiempo. Su relación con
Valentine, su futuro.
Entonces John, decidió pensar solo en el futuro. Hasta entonces, pensó que
cosas, como su confusión actual y sus preocupaciones sobre la vida adulta, se
mantendrían en secreto. Con esa determinación en mente, dobló el sobre y lo
escondió detrás del escritorio.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 3
El tiempo pasó pacíficamente sin ningún inconveniente. Era un sábado caluroso, pero
Valentine estuvo atrapado en la biblioteca todo el día, preparándose para su examen de
graduación. John también estudió un poco durante el día, luego vio una película, y por la
noche se dedicó a leer y a trotar.
A medida que se acercaba la graduación, solo era posible que los dos se vieran la cara a
altas horas de la noche o temprano por la mañana. Cuando John se durmió, Valentine
regresó a casa con la cara cansada y se quedó dormido justo después de la ducha. Y aunque
no pasaron tiempo juntos durante el día, John sintió que tuvo mucha suerte.
Y en la mañana del domingo, abrió los ojos todavía medio dormido, ante una mano que
ondeaba por todas partes.
—John.
—…Um.
—Despierta.
Una voz quebrada salió de los labios de John. El amanecer todavía estaba oscuro. Cuando
bostezó y abrió los ojos, vio una silueta mirándolo. Aunque no era suficientemente claro
para estar seguro, pudo ver a Valentine sonriendo incluso en la oscuridad.
—Es domingo.
—He estado estudiando con mucha disciplina, pero ahora siento que ya no puedo
hacerlo más.
—… ¿Qué?
—Vamos a caminar.
La cabeza de John se volvió ante la interesante oferta. Al mirarlo fijamente, vio que los
labios de Valentine brillaban ligeramente. John entrecerró los ojos y giró la cabeza, pero
Valentine no lo dejó ir.
—Entonces, ¿Quieres que hagamos otro cosa? No me importa, después que pueda
mover mi cuerpo.
—… ¡Ugh!
El cuerpo de John, aún errante convulsionó. Fue debido a la mano que se extendía por su
cuerpo hasta agarrar su centro. John la apartó y le habló con rudeza.
—¡Detente…!
John de alguna manera retorció su cuerpo para intentar escapar, pero no pudo liberarse de la
fuerza que lo atrapaba. Valentine, que estimuló sus genitales sobre su delgada ropa, dejó de
acariciarlo solo cuando mostraba signos de levantarse.
—No te enfades, John. Realmente quiero tocarte. Pero no hemos podido salir del
dormitorio recientemente. ¿No crees que Seth te extrañe?
—¿Seth…?
—Sí.
Valentine asintió cuando John lo miró con los ojos bien abiertos. Seth era el nombre de un
caballo propiedad de John. Ya estaba completamente despierto, pero John aún no quería
hacer un ejercicio intenso como montar a caballo desde la madrugada. Cuando no dijo
nada, Valentine se inclinó sobre su frente. Un suspiro risueño se escapó de sus labios.
—… .
Sin embargo, era cierto que Valentine dudaba cuando se daba por vencido. Ya sea que sepa
cómo se siente John o no, Valentine se recuesta en sus brazos y le palmea la espalda. A
primera vista, incluso parecía no tener intenciones, incluso cerró los ojos primero, pero
John sabía que lo que veía no era todo.
Cuando John lo miró, Valentine lo miró como si no entendiera de que hablaba. Sin
embargo, los delgados ojos curvos estaban llenos de una alegría que no podía ocultar.
Valentine sabía muy bien que John era débil con esa mirada. Era cierto que la apariencia
era descuidada, pero también se sintió un poco triste de que hubiera estado atrapado en la
biblioteca todo el día recientemente. En lugar de revelar sus sentimientos, John aceptó y
frunció el ceño.
—No mientas.
John, que se levantó primero, presionó el vientre de Valentine con los pies. A pesar de su
exageración, Valentine finalmente estalló en una carcajada de satisfacción.
El amanecer, antes de que saliera el sol, aún era frío. Después de una larga conversación,
caminaron un rato hasta los límites del bosque. Desde allí pudieron ver la pista de
equitación. Los cursos de Educación Física en Heritage College, incluían una variedad de
deportes como la equitación. Entre ellos, el remo, el golf y la equitación eran
particularmente populares, por lo que la escuela estaba equipada con los últimos
implementos.
La empleada, que miró a los jóvenes que aparecieron para montar desde el amanecer,
cuando aún todo estaba inmerso en la oscuridad, no ocultó su expresión de sorpresa.
Valentine, quien le lanzó un saludo amistoso, le entregó su tarjeta de identificación. Luego,
apoyó su torso en el mostrador y le sonrió.
—Si es posible, nos gustaría dar un paseo por el bosque. ¿Podemos hacer eso?
Por razones de seguridad, los grados inferiores solo podían práctica en el campo de
prácticas interno, o en los campos cercados. Sin embargo, tanto Valentine como John, eran
competentes y estaban a punto de graduarse, por lo que el personal los dejaban entrar sin
ninguna restricción.
John, vestido con un traje de entrenamiento se miró en el espejo con una gorra de montar.
La chaqueta acolchada azul, los pantalones ecuestres que se aferran a las piernas y las botas
largas, hacían que su cuerpo se viera muy esbelto, lo que lo hacía lucir más elegante y alto
de lo habitual.
—¿Ya te vestiste?
—Um.
Valentine, acercándose a la espalda de John, se inclinó sobre su hombro. John hizo contacto
visual con él en el espejo. Los bellos ojos azules que se asomaban bajo la gorra negra y los
labios rojos como pétalos de rosa, pertenecientes a un hombre que se veía hermoso en lugar
de guapo, le susurraron al oído.
—¿Nos vamos?
John asintió suavemente y fue atraído por la mano de Valentine. Su espalda era amplia y
cada vez que se daba un paso, los músculos cubiertos con una capa de ropa ecuestre, se
movían elásticamente.
—Bueno, ya lo veremos.
Cuando entraron en el establo, los caballos de pie en silencio, resoplaron como pidiendo
comida. En el interior, las palabras Seth, de parte de John, y Kane, de parte de Valentine
fueron escuchadas por los caballos, que estaban parados uno frente al otro. Seth era de
color marrón claro y Kane era de color negro. Ambos eran de raza alemana.
Cuando notaron a los dueños que acudieron a ellos después de un tiempo, el aliento de los
dos caballos se volvió áspero. Valentine le tocó la nariz, como si tratara de corregir a Kane.
Ante sus palabras, el feroz caballo inclinó su cabeza suavemente.
—Seth, te extrañé.
John también saludó a Seth, mientras le acariciaba el cuello. Entonces Seth sacudió sus
grandes ojos. Tal vez era por la personalidad del maestro, pero Kane era beligerante y Seth
era gentil.
John, que seguía acariciando a Seth como si fuera lindo, le quitó la cubierta de la espalda.
Entonces Seth se dio cuenta que iban a dar un paseo, y dio un paso al frente. La herradura
sonó en el tranquilo pasillo en un tono de alegría. Colocaron las sillas de montar en cada
caballo, las anudaron firmemente con una brida de cuero, y luego dieron varias vueltas en
el campo de práctica.
Los caballos, que no habían podido correr libremente por un tiempo, fueron sofocados y se
movieron rápida y ágilmente mientras los dueños conducían las riendas. Como si con eso
les afirmaran que estaban listos para correr.
—Está bien.
John había venido a regañadientes, pero cuando se sentó en la silla, se sintió un poco
emocionado. Desde el exterior, los dos contemplaron un enorme bosque agazapado en la
distancia. El amanecer todavía estaba oscuro, y la naciente luz del sol estaba coloreando los
bordes. John aprieta los muslos y se establece firmemente la parte superior de su cuerpo.
Valentine, parado al lado de John, levantó los labios y habló provocativamente.
—Dime hasta donde quieres llegar. ¿Qué tan lejos puedes ir?
—A donde quieras.
Valentine silbó primero y rugió furiosamente mientras animaba a Kane. El caballo saltó
hacia adelante sin dudarlo cuando escuchó la señal de inicio, como si fuera un fantasma. Su
piel era bastante fina y delicada, por lo que Kane era conducido por Valentine sin que este
tuviera que usar espuelas o látigos.
—¡Yah!
John también animó a Seth y empuñó sus riendas. Entonces el cuerpo del caballo debajo de
sus muslos, se sacudió como si estuviera esperando entrar en acción. John se emociona con
el movimiento salvaje que siente después de mucho tiempo.
Del mismo modo, los dos corrieron hacia adelante sin mirar atrás, hasta internarse en el
bosque que parecía no tener fin. Mantenerse a cuestas de un caballo que corre a toda
velocidad sin caerse requiere mucho entrenamiento. Al principio John siempre mantuvo su
trasero pegado al lomo de Seth, pero después de un tiempo, comenzó a interactuar con él
como si fueran un solo cuerpo.
El viento que pasaba por sus orejas era agresivo, y los músculos que se balanceaban debajo
de los muslos rebosaban vitalidad. Cuando la herradura de Seth golpeó el suelo y rebotó, el
cuerpo de John revoloteó mientras su corazón latía con fuerza. Cuanto mayor es la
velocidad, más rápido se eleva la sangre en todo su cuerpo. Los objetos pasan a una
velocidad inimaginable para el impulso de un ser humano.
Los caballos, que corrían a toda velocidad se movían bruscamente en el campo abierto,
ajustando su velocidad, cuando entraron en el denso bosque lleno de árboles. La capacidad
de Valentine y de John, para maniobrar con palabras era similar, por lo que los dos
corrieron hacia adelante sin descanso.
Pasó mucho tiempo antes de que pudieran llegar al lago. Cuando lo encontraron, ya el
sudor era visible a través de sus chalecos. John, que detuvo a Seth tirando de las riendas
abruptamente, de repente habló con una voz agitada.
—Hemos llegado.
Alrededor del vasto lago, había una niebla húmeda, lo que hacía difícil que la gente pudiera
encontrarlo en medio de la espesa hierba. Sobre sus cabezas, los enormes árboles, con sus
densos follajes le cerraban el paso a la luz.
Valentine acarició la crin del caballo como felicitándolo por haberlo hecho bien y ató la
rienda a un árbol. Luego se quitó la gorra y se cepilló la cabeza con los dedos, mientras
miraba a John, que seguía sentado en la silla.
—Quién lo diría.
John, quien se rió, también se bajó del caballo después de deslizarse del estribo. No pasó
mucho tiempo corriendo sobre el caballo, pero al tocar la tierra con los pies, tuvo una
sensación extraña.
Valentine le preguntó a John, señalando un gran árbol. Era un árbol gigante ubicado cerca
de la orilla del lago, de casi 100 años. Los dos se sentaron de espaldas en el soporte de
madera.
—John.
—¿Eh?
Valentine miraba el lago cubierto de neblina sobre los hombros de John. Valentine, que
miraba a John desde la parte inferior de su barbilla, estiró el cuello. Justo cuando los labios
del otro se superponían. Los labios, que seguían siendo amables, se abrieron lentamente y
la lengua suave acarició los labios de John.
—Um… .
Las pestañas de John, que cerraron reflexivamente los ojos, temblaron. El grito de un pájaro
desde la distancia se escuchó débilmente. La tierra húmeda y suave se frotaba debajo de las
palmas que se sacudían sobre ella.
Valentine miró la boca de John y rápidamente abrió sus labios. El cariño que no pretendía
ocultar se desborda en sus ojos azules. La ternura apuñaló a John sin ninguna razón.
Mientras miraba hacia abajo, John murmuró en voz baja, acariciando su flequillo.
Valentine le respondió tranquilamente, como si fuera algo sin importancia. Los dos
mantuvieron sus manos juntas y miraron el paisaje silencioso por un momento. El lugar
estaba tranquilo, excepto por el canto intermitente de los pájaros. El silencio del bosque le
transmitía tranquilidad a su corazón.
Pero la breve paz duró muy poco tiempo. Fue porque la lluvia, que había empezado con
unas pocas gotas, rápidamente se convirtió en una fuerte aguacero que cayó del cielo, sin
previo aviso.
Estaba menos mojado debajo del árbol que les servía como techo, pero no les servía de
mucho. Los dos, que no tenían paraguas ni impermeables, se mojaron con la lluvia
torrencial, y la situación no era diferente para Kane y Seth, que estaban muy separados de
ellos. Los dos caballos, que estaban siendo golpeados por la lluvia, sacudieron sus grandes
ojos.
John se levantó y se quejó cerca del árbol. El traje de montar húmedo se aferraba
fuertemente a todo su cuerpo. Valentine también se levantó y se puso al lado de John. Se
limpió el pelo empapado y suspiró por lo bajo.
—Es cierto. Por cierto, vas a realizar el examen pronto, ¿Qué tal si te resfrías?
—¿Por mí?
Al final de la traviesa respuesta de John, Valentine lo tomó en sus brazos. Los cuerpos
empapados se adhirieron estrechamente. Valentine inclinó la cabeza y pasó la mano por la
frente húmeda de John. Al mismo tiempo, envolvió su abrigo sobre sus hombros. Atrapado
en los brazos de Valentine, John pestañeó. Las gotas de agua que no podían ser absorbidas
por la tela rodaron hasta el suelo sin descanso.
—Debe ser un aguacero pasajero, así que estaremos bien mientras estemos abrazados.
En las películas, las personas se abrazan cuando están en apuros.
—¿Cuándo se detendrá?
—No lo sé.
En un clima lluvioso, existía el gran riesgo de caerse del caballo, por lo que no podían
hacer nada más que esperar a que la lluvia se detuviera rápidamente. Los dos miraron la
lluvia torrencial, confiando en la temperatura corporal del otro. Y a medida que pasaba el
tiempo, una extraña sensación de estabilidad se alzó en el corazón de John. Todo estaba
envuelto en silencio y lo aburrido de la situación, lo tranquilizó. John respiró
uniformemente con la comodidad de que la lluvia ya no le era molesta.
—John.
John levantó la vista lentamente hacia la voz que lo llamaba. Los ojos azules lo miraron de
inmediato. Valentine, que estaba mojado y más amargado de lo habitual, parecía pensativo.
Cuando John sacudió los párpados para quitarse el agua de lluvia, Valentine se frotó los
ojos con los dedos.
Ante esa respuesta, Valentine le envolvió las mejillas con ambas manos. Los oscuros ojos
azules estaban muy abiertos. Valentine, que guardó silencio, apoyó la cabeza cerca de sus
mejillas. Con una respiración lenta, los susurros fluyeron al oído de John.
—¿Por qué no escapamos a donde solo los dos podamos estar?
—… .
La expresión de John fue temblorosa al final de ese momento. Tal vez era una broma como
de costumbre, pero su voz sonaba tan sincera… —No. John sacudió la cabeza. Era
necesario suprimir los pensamientos inútiles, no debería pensar mucho en esas palabras.
John, que lo había evadido por un tiempo, finalmente se decidió. La semana pasada, cuando
volvió a visitar a Sam, le dijo que aceptaría hacer la entrevista. Sam le dijo que no sería
difícil unirse como interno, a menos que ocurriera un grave incidente. En ese momento,
John reservó una cita para visitar la sede de GOFIE en Londres, en la última semana de
mayo, cuando terminara con sus exámenes de graduación.
Sin embargo, John aún no se lo había dicho a Valentine. Sabía que no era bueno esperar
más tiempo, pero no podía decírselo tan fácilmente. Además fue porque Valentine estaba al
borde de presentar una prueba importante, pero también se debía a la vacilación que tenía
en su interior.
Mientras tanto pensó, que incluso si se ponía triste al principio, eventualmente lo apoyaría.
Al menos, eso es lo que pensó que haría el Valentine que conocía. John, que tenía tales
pensamientos, tuvo el coraje de hablar. Sintió la necesidad de aprovechar el momento.
—Valentine, sabes.
—Sí, John.
—¿Qué cosa?
No sabía cómo empezar, pero en medio de sus palabras vagas, Valentine dice: —Bueno…
. Sin embargo, regresó a su actitud habitual y le respondió en tono juguetón.
Valentine, que se quedó instantáneamente en blanco, levantó la boca. Luego, con una cara
casual, atrajo la cintura de John un poco más cerca. Una voz tranquila fluyó de sus labios.
—Así que ese es tu sueño. ¿Por qué estás hablando de esto de repente?
—Porque… .
John hizo una pausa sin darse cuenta. Fue porque la sensación de que algo había cambiado,
le hizo sentir nervios. La cara sonriente de Valentine era irremediablemente perfecta, pero
la temperatura que lo rodeaba se enfrió de repente. Cuando John, que se quedó
momentáneamente sin palabras, no pudo decir nada, Valentine volvió a preguntar con voz
suave.
—… por nada.
John sacude la cabeza para borrar esa terrible sensación y no dice nada. No se había
imaginado cómo reaccionaría Valentine, pero no estaba teniendo en cuenta todas las
posibilidades. Debido a la vergüenza, las palabras que preparó se borraron de su cabeza. En
últimas, se le ocurrió la suposición de que podría haberlo pensado demasiado.
La cabeza de John fue levantada a la fuerza al sostener su barbilla. Valentine miró a John
en línea recta. Ya no estaba sonriendo. La expresión desconocida de Valentine y el flujo
inesperado de la conversación. Cada vez más, los malos pensamientos inundaron su cabeza.
John trata de sacudirse esa terrible sensación y pronuncia palabras que son difíciles de
escuchar.
—El hecho de que no vaya a la universidad fue una suposición aproximada. Estoy
pensando en conseguir un trabajo de inmediato. No puedo sentarme a jugar. Después
de que ingreses a la universidad, nos vamos a separar de todos modos, y si ese es el
caso… .
Sus palabras gruñonas fueron cortadas por las palabras frías. Los labios de John se pusieron
pálidos y giró la cabeza. Su enojo solo había empeorado.
—Pronto será la graduación… Después de eso, no podemos seguir como ahora. Los
dos lo sabemos.
—Iré contigo.
—¿Qué…?
—Dime si algo ha sido decidido. Todavía hay tiempo antes del examen.
Esta vez John se quedó sin palabras para decir mientras miraba fijamente a Valentine. Él
estaba hablando de su futuro con la ligereza con la que elegiría un menú para la cena.
Una voz más fría de lo habitual, brotó de los labios de John sin que este lo notara. Ante su
decidida negativa, Valentine lo miró con los ojos brillantes. En respuesta a esa mirada, John
habló.
—¿Entonces cómo?
Valentine dijo con voz risueña. John endureció su rostro, porque sintió que su risa era falsa
por alguna razón. Valentine le jaló el brazo para acercarlo más a él. Luego le frotó la nariz
con la suya y el aliento que perdía calor se mezcló en los labios. Cada vez que Valentine
susurraba con voz amigable, sus labios acariciaban a los de John.
—Dime, John. ¿Hay algo más importante que tenernos el uno al otro?
—…Valentine.
—Si dices que te vas a alguna parte, no creo que te deje ir tan fácilmente.
La punta de su nariz se frotó en sus mejillas como si fuera una caricia. Como la forma de
hablar y actuar de Valentine, y la atmósfera que lo rodeaba era extraña, John sintió que en
la espalda, la piel se le ponía de gallina. En ese momento John, que se había quedado sin
palabras, no supo que hacer. Valentine de repente acercó la parte inferior de su cuerpo y le
mordió el lóbulo de la oreja.
—¡Ugh…!
El cuerpo fue rechazado por la fuerza, poniendo sus sentidos alerta ante el dolor repentino.
Cuando trató de levantarse, las dos manos de John fueron sujetadas contra el árbol. Bum,
bum, bum. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente con un siniestro latido. John, que
casi no podía hablar, apenas pudo sacar su voz de la garganta. Al mirar a Valentine, se
estremeció.
—… ¿Qué?
Sintió como si alguien le golpeara la cabeza con un martillo gigante. John tembló.
Valentine debería haberse reído inocentemente, en lugar de mostrar esa desaprobación que
se había levantado sobre su rostro. Muac, le besó ligeramente la mejilla y los labios, sin
parar de reír.
—¡Val, Valentine…!
Al instante, le soltó la hebilla de los pantalones y una mano fría y húmeda se clavó en su
ropa interior. John intentó escapar y se retorció, pero no pudo vencer a Valentine.
—¡Uh…!
La mano grande agarró los flácidos genitales. Al principio, cuando comenzó a agitarlos
despiadadamente solo sintió dolor, pero gradualmente, el pene, que fue energizado por la
estimulación física, comenzó a hincharse sin control. John exhaló y luchó por escapar de
alguna manera de Valentine.
Evidentemente, no estaba de acuerdo con las palabras que había dicho. Valentine le lamió
la oreja cuando volvió la cabeza en una sensación mezclada con dolor y placer. Ante el
placer violento, John gimió ardientemente. La cintura, que estaba endurecida por la tensión,
temblaba ligeramente y su cabeza estaba mareada como si la sangre de todo su cuerpo se
hubiera bajado a sus pies. Sus pantalones fueron bajados hasta los muslos, sin apartarlos
completamente.
—Haa, no… .
—Ah… .
—Val, Valen… .
Se sentía muy expuesto al aire libre. El miedo de que alguien los estuviera mirando se elevó
hasta lo más profundo de su cerebro. Sin embargo, el nerviosismo fue remplazado por una
sensación de urgencia, que hizo que John se volviera más sensible. En ese estado, solo
podía escuchar el sonido de la lluvia vertiéndose sobre sus oídos.
John de alguna manera trató de controlar sus pensamientos, pero sus débiles intentos
llegaron a su fin. La vergüenza y el placer invadieron su mente desordenada. Su pecho
estaba frío y su estómago invadido de calor. La diferencia entre esas dos sensaciones, le
paralizó el cerebro, los pensamientos y la razón.
—Haa…Ah… .
Estaba a punto de alcanzar el clímax. John se derrumbó con impotencia y solo tembló
mientras Valentine lo seguía acariciando. Las dos manos, que perdieron su voluntad de
resistirse, de repente se agarraron al árbol. Las terminales nerviosas de todo su cuerpo se
concentraron en sus genitales.
—Hmmm… .
Y, sin previo aviso, un grueso pene se introdujo en la hendidura entre sus muslos, de una
manera enérgica y temblorosa. El extremo romo del glande frotaba y rozaba lentamente la
piel sensible. John inclinó la cabeza y aguantó un gemido. Valentine, levantó la cintura y se
movió como una flecha. La mano que se extendía hacia adelante, le apretó los genitales, y
el duro glande apuñaló repetidamente sus testículos.
—¿Sabes qué?
—Hmm, ah… .
—Ahora la única parte que no conozco de tu cuerpo es lo que está aquí adentro.
—¡…!
Entre las amplias caderas abiertas, el extremo grueso del glande estaba fuertemente
entrelazado. Cuando el frustrado John tembló y echó la espalda hacia adelante, Valentine le
acarició la mejilla ligeramente como para calmarlo.
—Um… .
—Todavía, no.
—¡Ah…!
Desde los testículos hasta la punta de su pene, una fuerza atronadora surgió de repente.
John inclina la cabeza hacia atrás. La ardiente boca se abrió de par en par y dejó escapar un
gemido silencioso. Al instante, sus ojos se pusieron blancos y los músculos de todo su
cuerpo se contrajeron al extremo. El placer agresivo y emocionante, finalmente explotó en
la punta de su miembro. El semen se derramó con violencia.
—…Huh.
Cuando John eyaculó, Valentine no tardó mucho tiempo para correrse también en el hueco
del muslo. Los fluidos corporales que habían derramados en la ingle se deslizaron con la
lluvia y se mezclaron en sus pantalones. Una vez que pasó el placer, John apoyó la cabeza
sobre su espalda y respiró hondo. Todo el cuerpo se enfrió bajo la lluvia, pero sus ojos aún
estaban calientes. John cerró los ojos y se mordió los labios con fuerza.
La suposición que nunca se había hecho antes, hizo brotar las terribles emociones que
estaban en su interior. El placer que causó que todo su cuerpo se abrumara desapareció, y la
expresión de John se endureció. Ya sea que lo notara o no, Valentine lo abrazó por detrás.
El abrazo, que siempre le había dado calidez, ahora se sentía muy extraño. Ante eso, la
barbilla de John comenzó a temblar sin control.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 4
John cayó enfermo de nuevo. Tuvo un problema de salud y recientemente parecía hincharse
fácilmente incluso con un pequeño impacto externo. Afligido por el calor que excita todo
su cuerpo, John rueda en la cama. Su cabello estaba pegado a su frente, empapado con
sudor frío. En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió.
Una mano fría envolvió su frente caliente. Ante esa sensación agradable, John sacudió la
cabeza, pero pronto sintió una fuerza sujetándolo detrás de su cuello. Cuando John, que se
vio obligado a levantar la parte superior de su cuerpo, abrió los pesados y rígidos ojos, lo
que encontró fue a Valentine sosteniéndolo en sus brazos.
Valentine, que le sostenía el cuerpo con los muslos, le puso un vaso en los labios. El agua
tibia fluyó en el espacio entre sus labios secos. Luego le puso unas cápsulas en la boca. Era
una pastilla para dormir que John usualmente bebía y un antipirético común. Valentine,
quien confirmó que se había tragado la medicina, le limpió la cara sudorosa con una toalla.
—… .
En lugar de responder, John empujó el pecho de Valentine con manos impotentes. Luego se
dio la vuelta y gimió. Cuando John puso la manta sobre su cabeza, Valentine le acarició la
espalda. Todo su cuerpo se mareó al mismo tiempo, como si sus ojos se estuvieran
apagando en mitad del infierno.
John miró a Valentine. En sus verdes pupilas, había una ira aguda, y sus labios hinchados
eran de un color rojo brillante. Pero Valentine solo lo miraba, sin darle ninguna excusa.
Un silencio pesado los empapó como la lluvia. Mientras Valentine miraba a John, bajó su
mirada y observó cuidadosamente sus manos. La palma estaba mezclada con fluidos
corporales, y el dorso de la mano estaba lleno de sangre debido al roce con el tronco del
árbol. La sangre que fluía por el dorso de la mano humedeció sus mangas con un color rosa
claro.
Desde entonces, John ha estado evitando unilateralmente a Valentine. Y no era solo porque
estaba enojado. Con motivo de lo que ocurrió ese día, ciertamente se dio cuenta de que esa
relación no era buena para ninguno de los dos. Pero no pudo averiguar exactamente cuál era
el problema, por eso no sabía de qué hablar con Valentine. En esas situaciones, la evasión
era la solución más fácil que pudo elegir.
—¿Eh? No… .
John se rió torpemente cuando Gregory chasqueó la lengua. Su cuerpo también estaba
físicamente enfermo y sufría un estrés considerable. Nunca se había enfermado en la vida,
pero él mismo estaba desconcertado de que su condición corporal se hubiera estropeado
recientemente. Sin embargo, su personalidad original y tranquila no le permitió tomárselo
en serio.
En lugar de continuar con el incómodo tema, John le hizo esa pregunta a Gregory, pero él
solo frunció el ceño y sacudió la cabeza.
—Solo voy a intentarlo. Debido a que tengo tantas preocupaciones, te envidio por no
tener que pensar en eso en absoluto. Bueno, no tengo tanto coraje sin medida como
tú.”
—Jaja… mierda.
—Cuando termine esa maldita prueba, ¿Te animarías a viajar con nosotros? Todos se
marcharán antes de eso… Uh, tu hermano está allí.
Ante las palabras de Gregory, John volvió la cabeza reflexivamente. Valentine estaba
caminando por el pasillo. El sol de la mañana que brillaba por la ventana se reflejó sobre su
rubia cabellera bien arreglada, dejando una deslumbrante imagen a su paso. Valentine
siempre estaba pulcramente vestido, e incluso con su rostro inexpresivo, siempre lucía
genial.
—…vamos.
John sacudió la cabeza mientras agarraba a Gregory, y caminaba de regreso por el pasillo.
—Tú nunca… .
—… .
—Cállate.
Las palabras de John no terminaron en una oración completa. Fue porque su cuerpo se
volvió repentinamente ante la fuerza de tracción que alguien ejercía en su espalda. Gregory,
que no entendía lo que pasaba, volvió la cabeza con una expresión de sorpresa. Valentine
estaba mirando a John con una cara endurecida.
—… .
John estaba obstinadamente silencioso, y Valentine no dijo nada. La mano que sostenía su
muñeca se fortaleció. Gregory, que tenía una expresión preocupada ante esa atmósfera
inusual, intervino con torpeza y golpeó el hombro de John.
—…Uh, les recomiendo que hablen. Bueno, yo me marcharé primero.
Cuando Gregory se marchó, el pesado silencio se calmó como el polvo. Aunque Valentine
sacudió la mano si le estuviera suplicando, John todavía no lo miraba.
Fue Valentine quien rompió el silencio primero. La voz que era más baja de lo habitual,
estaba llena de una impaciencia que no podía ocultarse.
—¿Realmente no lo sabes?
Incluso, cuando se lo preguntó con tanta pasión, los ojos de Valentine parpadearon como si
no comprendiera. Finalmente, John se echó a reír. En los últimos días, le pareció que su
mente iba a explotar, pero Valentine no percibía que pasara nada serio. John se sintió
incluso triste por el hecho de que eso confirmaba que estaba solo.
—Suéltame, Valentine.
—No.
—John.
—Si realmente no sabes por qué, no vale la pena que sigamos hablando.
John giró la muñeca para zafar su mano, pero Valentine era terco. Finalmente John perdió
la paciencia y cínicamente puso los labios en línea recta. El discurso espinoso que había
querido contener se zafó de la punta de su lengua.
—… .
Era la primera vez que John, que siempre obedecía sus palabras, estaba enojado. Y como si
sufriera un shock, la cara de Valentine se puso pálida. Sus ojos azules lucían enrojecidos.
De hecho, aunque John fue inconscientemente sarcástico, su corazón se agitó como si
hubiera pasado algo por alto.
Sabía que no era racional, pero era inevitable que la ansiedad se asentara en su vacío
corazón después de derramar su ira. Mientras John se detenía, Valentine bajó lentamente el
brazo. Después de un largo suspiro, se rió débilmente, pero pronto su sonrisa desapareció
como el humo. Las pupilas de un azul más oscuro de lo habitual se movieron lentamente.
—¿Entonces lo odias?
—… .
—…Valentine.
Valentine le dio la espalda sin darle tiempo a decirle nada. Mirándolo partir, como si
trazara una línea entre ellos, John se muerde los labios. Y como si un agujero se abriera en
su estómago, un mal presentimiento lo invadió. Su corazón comenzó a latir de forma
inquieta.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 5
La manecilla de la hora en el reloj señalaba la una de la madrugada. Y
Valentine todavía no había llegado a casa. John esperó a que llegara y, a
medianoche, ya no pudo soportarlo más y yacía en la cama despierto. Sin
embargo, su mente todavía estaba frustrada. Había inevitablemente melancolía
en la mirada que estaba fija en el techo.
Desde que se separaron ese día, Valentine no se contactó ni una sola vez con
John. El hecho era que se preocupaba de que sus estudios se salieran de
control, pero John no pudo contactarse con él primero. Fue porque era la
primera vez que discutían de esa manera.
Cuanto más larga era la espera, más ansioso se ponía, y luego se dejó invadir
por la ira. Haz lo que quieras, niño malcriado. John, que ya estaba cansado
de esperar, apagó la luz y se acostó, pero tan pronto como lo hizo, tuvo que
levantar su cuerpo nuevamente ante un miedo inquietante. Al final, solo suspiró
por un largo tiempo, tendido impotente en la cama del dormitorio totalmente
iluminado.
—…Maldición.
Se sintió triste porque ni siquiera podía dormirse sin Valentine. Pero no fue solo
por esa razón por la que no podía dormir ahora. Le preocupaba lo que
Valentine pudiera hacer al recordar su pálido rostro.
John, que estaba jugando con su teléfono celular, cerró los ojos. De todos
modos, si algo le sucediera a Valentine, él sería el primero en
saberlo. Valentine debería estar estudiando, e incluso si no es así, no
puede salir del dormitorio, así que lo más seguro es que tenga que volver
a casa. John estaba acostado tratando de tranquilizarse.
Valentine, que llegó a la cama con paso lento, puso el bolso a sus pies. El
proceso de quitarse la chaqueta, desabrocharse el reloj de pulsera y ponerlo
sobre el escritorio fue lento, como si lo hiciera en cámara lenta, y John observó
todos sus movimientos sin dudarlo. No fue hasta que Valentine se dio la vuelta,
que John vio su mirada completamente insensible. Cuando sus ojos se
encontraron, sus labios se curvaron en un ángulo.
—… .
Fue cuando John le dio la espalda a Valentine, que sus hombros se volvieron
por la fuerza. Tuvo que arrugar la frente ante su malvado agarre. Valentine lo
miró desde arriba, mientras sostenía sus hombros. Un aura peligrosa comenzó
a mezclarse en el aire. Y lentamente se pasó la mano por la cabeza.
Sus ojos se encontraron muy cerca. Una sensación de rechazo surgió sobre el
rostro de John. Las pupilas azules que lo notaron se volvieron más oscuras. El
silencio se alargó de forma antinatural y la tensión era abrumadora. Fue
cuando John, que ya no podía soportar la presión, volvió la cabeza.
—Estoy furioso.
—… .
—… .
—¿Odias verme?
John, que miró la cara de Valentine, silenciosamente cerró la boca. Fue porque
lo miraba como si fuera un perro abandonado. Una mano prolija y alargada
tocó su mejilla. La mano que acarició alrededor de sus ojos, mejilla, mentón y
orejas, bajó hasta su cuello, el hombro, el brazo y finalmente llegó hasta la
mano de John. Los dedos de cada uno se entrelazan y el calor corporal se
invierte. Valentine apartó la mano entrelazada. Luego, como si lo estuviera
acariciando, se frotó su propia mejilla con el dorso de la mano de John.
Cada vez que sus labios suaves se movían, un tierno aliento rozaba su mano.
John se endureció sin decir nada.
—Sé que… estaba equivocado. Así que por favor no te enojes. Mírame de
nuevo y sonríe, John.
—… .
—No puedo hacer nada por tu culpa.
Desde el punto de vista de Valentine, pensó que podría haber sido un acto
irreflexivo. Había una parte que no era tan simple de comprender, pero no
quería revelar su carácter desconocido. Dudando, John eventualmente
envolvió sus brazos alrededor de la espalda de Valentine. Sintió los rígidos
músculos debajo de la palma de su mano.
Y antes de que terminara sus palabras, la parte superior del cuerpo de John se
tambaleó. Fue porque Valentine lo sostuvo muy fuerte. John lanzó un gemido
corto debido al fuerte agarre en su espalda. Mientras leía su dolorosa señal,
Valentine, preguntó en voz alta.
—Uh…no.
—Sí.
—¿Me lo prometes?
John rozó ligeramente la frente de Valentine y puso una ligera sonrisa en sus
labios. Solo entonces, lentamente, una brillante sonrisa apareció en la cara de
Valentine. Los labios rojos le recordaron a una fruta madura.
—… .
Una voz que sonó más débil que lo normal apuñaló el punto débil de John.
Valentine sabía que no había nada más que lo pudiera debilitar tanto, pero era
inevitable que su corazón se sintiera tan patético.
—Sí, lo sé.
Fue el momento en que acabó la brecha que separaba a los que hicieron el
examen y a los que no lo hicieron. En general, una vibra distractora y bulliciosa
invadió la escuela. Los graduados, que ya no necesitaban tomar clases se
divertían mucho preparándose para la universidad o para salir del dormitorio.
Sin embargo, la vida diaria de John, que no estaba relacionada con la prueba,
no había cambiado mucho.
El único cambio fue que la reunión que había programado con el personal de
GOFIE se pospuso indefinidamente. Sam fue discreta cuando le comentó que
no podía presentarse a la entrevista en ese momento.
‘Eso es…’
‘Si es difícil para ti, no tienes que forzarte a decírmelo. Pero John, esta es
una oportunidad que no vas a conseguir tan fácilmente de nuevo. Cuando
estés dispuesto a sostenerla en tus brazos, tendrás que mantenerla
apretada sin arrepentirte. Así que por favor, dime cuando cambies de
opinión.’
Hubiera sido una mentira si no fuera desafortunado por dejar pasar esa
oportunidad tan anhelada. De hecho, no sabía si en el futuro lamentaría su
decisión actual. Sin embargo, lo más importante para John fue eventualmente
Valentine.
‘¿Cómo te fue?’
—Valentine.
—Sí, John.
Era una noche de un viernes. Los dos estaban sentados en la cama del
dormitorio viendo una película de terror. John, que estaba viendo el momento
de la matanza en una pantalla gigante, que no era más que una pared vacía
alimentada por un proyector, inclinó la cabeza. Al acariciar el cabello de
Valentine sobre sus piernas, lentamente abrió los labios.
Valentine lo miró con una expresión de tranquilidad. Sus ojos nublados por la
borrachera estaban rojos y su boca estaba más hinchada de lo habitual. A los
pies de los dos, había cubos de hielo derretido, una botella de ginebra vacía y
los restos de una comida. Como habían estado bebiendo desde la tarde,
ambos estaban completamente borrachos.
—Es sorprendente que todavía tengas preguntas que hacerme.
—Es que… .
Valentine extendió la mano y tocó la mejilla de John. Los ojos azules que lo
miraban, brillaron con diversión. John frunció el ceño y sacudió la cabeza
lentamente. —Jaja, el Valentine que lo sostenía con las manos parecía
realmente emocionado.
El dedo que acariciaba su mejilla trepó por su cuello. Valentine envolvió la nuca
de John y se rió mientras lo atrapaba. Los labios de John que cayeron sin
resistencia, se enredaron con los de Valentine. Los gritos de los protagonistas
de la película, las cabezas mareadas y las lenguas en las bocas que se movían
lentamente no coincidían en disonancia. Cuando John se tambaleó sin darse
cuenta, Valentine le envolvió la cintura con los brazos.
—Ah… ya sabes.
—Estoy escuchando.
Hasta ahora, John no había buscado a una pareja. Mientras tanto, aunque
algunos de sus juniors le pidieron que los acompañara, él todavía dudaba.
Gregory se enteró de que Julian tenía otro compañero. John se sintió aliviado y
feliz por ese hecho. Si no era con Julian, tenía curiosidad de saber con quién
asistiría Valentine a la fiesta.
Con una cara más compleja que un laberinto, John volvió a preguntar: —
¿Ellen? La cara de Valentine se inclinó sobre las piernas de John con una
expresión indeterminada. Pero la voz que respondió fue contundente.
—Seguramente Ellen se ve bien ante tus ojos. No sabía que ella era de tu
tipo. ¿Estás interesado en ella?
—Es porque dijiste que era alguien sexy. De todos modos, entonces…
¿De quién se trata?
El nombre que salió de la boca de Valentine fue inesperado para John. Ante la
sorpresa, no hizo más que señalar su rostro con las manos.
—Sí, tú.
—Ahhh… .
La frente de John tocó la espalda de Valentine. Su sonrisa era baja, como
expresando que el peso que caía sobre su cuerpo era satisfactorio.
—Sí pero… .
—…Bueno.
Valentine, que miró atentamente la cara nublada por los sentidos, se echó a
reír.
—Mira, John.
—… ¿Qué?
El campus, más brillante que nunca, se había convertido en un salón de banquetes perfecto.
Frente al salón donde se celebraba la fiesta, se alineaban varios sedanes y limusinas de lujo.
Los estudiantes, con coloridos vestidos y trajes elegantes, entraban al salón con una
expresión de alegría.
John todavía estaba en el dormitorio. Para ser precisos, Dominic y él estaban pasando un
rato tranquilo en la habitación de Gregory.
—Cállate.
A diferencia de lo habitual, John estaba vestido con un lujoso esmoquin. Su cabello estaba
perfectamente arreglado con cera y el traje personalizado preparado para la fecha, fluía
perfectamente a lo largo de su figura. Los menores que normalmente vestían con camisetas
teñidas, lucían muy maduros ahora.
—Tengo que pasar por la casa de Elena como… ¿En diez minutos?
La pareja de baile de Gregory era una amiga de la infancia que asistía a otra escuela. Y él
iba a confesarse con ella hoy. En el día de su batalla sentimental, una limusina blanca ya se
encontraba esperándolo frente al dormitorio. Dominic, que sacó un cigarrillo y lo encendió,
enrolló una esquina de su boca en ángulo.
—Buena suerte. Aunque no eres un tipo perfecto, espero que todo te salga bien. Estoy
diciendo eso bajo la premisa de que ella sea una filántropa.
Dominic, quien confirmó la hora se levantó. Decorado de pies a cabeza con el buen gusto
de su madre actriz, Dominic estaba orgulloso de su brillante aspecto, más de lo habitual.
Parecía evidente que hoy estaría a la altura de Valentine y recibiría mucha atención.
—¿Lila?
—Um.
Dominic, que se miraba en el espejo, asintió con una cara inexpresiva. Hoy, su compañera
era una chica omega llamada Lila, quien era similar a Julian en popularidad en el campus.
Ella había expresado públicamente su interés en Dominic y su insistencia parecía haber
dado frutos.
Dominic y Lila eran una pareja que combinaba bien solo en la imaginación. Qué divertido
habría sido que el que acompañara a Dominic fuera él, y no ella. Con ese pensamiento en
mente, John golpeó el hombro de Dominic con su puño. Luego, él se echó a reír y desechó
el cigarrillo en un bote de basura metálico.
—Qué… .
—¿Me estás tomando del pelo? Después de todo, ustedes son el uno para el otro
—… No puedo evitarlo.
Con un poco de vacilación, John respondió y mientras intentaba decir algo más, Dominic
suspiró y cerró la boca. Luego extendió la mano y le tocó los hombros a John. Mirando a la
cara al mismo nivel, sus ojos se enredaron y las pupilas oscuras de Dominic tenían un brillo
juguetón.
—¿En serio? Realmente nunca lo había pensado, pero con esa ropa te ves muy
atractivo. ¿A dónde se fue el habitual John?
Un dedo largo y estirado tocó la sien de John, era una caricia ligera que se deslizó hasta la
punta de su barbilla. John sonrió casi con lágrimas en los ojos y apartó su mano.
—Bueno, tal vez lo haga después de que me emborrache. Supongo que le gustará.
—Pretendes… .
—De todos modos, te veré más tarde en el baile. Vamos a divertirnos juntos.”
—Si, te contactaré.
—¿Qué?
Valentine se fue este mañana sin revelar su destino. John salió del dormitorio con una
expresión de consternación. Luego, debajo de los escalones de piedra del gran salón
principal, una figura alargada, parada delante de un lujoso sedán le llamó la atención. Las
mejillas de John estaban rojas y una sonrisa brillante se dibujó en su boca.
Hoy, Valentine lucía más sorprendente que nunca. Al volver la cabeza, pudo ver que
llevaba puesto un clásico esmoquin negro, con una camisa blanca, una corbata de moño, y
un fajín a juego.
Era como si el aire alrededor de Valentine fuera diferente y su figura fuera lo único que
pudiera percibir con sus ojos. Los ojos de la gente que lo rodeaba estaban fijos en él, sin
importar que fueran hombres o mujeres. A pesar de las miradas curiosas, a la única persona
que miró fue a John. Ese hecho hizo que se sintiera muy tímido y a la vez feliz.
Cuando John estaba a solo unos pasos de Valentine, él entrecerró los ojos.
Ante la conmovedora mirada de Valentine, John evitó sus ojos y frunció el ceño.
John, que usualmente usaba ropa cómoda, también lucía elegante y refinado. Su cabello
castaño oscuro estaba bien arreglado y brillante, y sus mejillas, que generalmente eran
pálidas, parecían anticiparse al evento. Además, sus ojos húmedos brillaban con un tóxico
verde oscuro. Valentine lo miraba con los ojos muy abiertos.
—No, es en serio. No lo digo para que te sientas bien, probablemente hoy eres la
persona más perfecta del planeta.
—En realidad no… ¿Dónde has estado hasta ahora? No contestaste mis llamadas.
John inesperadamente abrió los ojos como platos. Valentine agarró su muñeca y apuntó con
su palma hacia el cielo. Fue la llave del auto lo que Valentine le puso allí. John, que se
detuvo apresuradamente por un momento, finalmente miró el sedán plateado que estaba
detrás de ellos. Y mientras miraba las llaves y al auto, alternativamente, preguntó con voz
débil.
—… ¿Qué es esto?
—Estaba pensando mucho en qué diseño sería el adecuado para ti. Mientras tanto,
aunque sé que originalmente no necesitabas un auto, ahora es diferente. Quería
mostrárselo a mis padres también.
Sin importar cuántos supercoches se desbordaran en casa, todos eran propiedad de Ryan.
John era un adolescente, y, al igual que sus compañeros, estaba muy interesado en los
automóviles. Además, ahora era dueño de uno muy especial. Era difícil saber cómo
Valentine le preparó ese regalo, en medio de toda la ocupación de sus pruebas. Por eso
cuando mira el auto como si estuviera poseído, los labios de Valentine se arquean con
satisfacción.
Al despertar un poco tarde de su estupor, John se mordió los labios como si estuviera en
problemas. Entonces Valentine, sonrió levemente y empujó su espalda. Abrió la puerta del
conductor y le respondió.
—¿Qué es eso?
—Gracias, de verdad… .
—No hay de qué.
La distancia al Evergreen Hall, era de solo cinco minutos a pie, pero John agarró fácilmente
el volante. El baile de graduación, ni siquiera había comenzado en serio, pero el estado de
ánimo en general era agradable. A corta distancia, los dos tuvieron una conversación
hilarante y se rieron de las bromas. Cuando llegaron al salón de banquetes, la fiesta ya
estaba en su apogeo.
Evergreen Hall era el salón más grande y espléndido de la escuela. El interior del lujoso
salón ya estaba saturado con el zumbido de la música y los estudiantes.
—¿Entramos?
Valentine sonrió como el azúcar y extendió la mano. John dudó por un momento, pero al
final lo aceptó. La mano de Valentine lo impulsó a grandes zancadas, mientras sostenía su
mano con fuerza. Estaba claro que era una vista ridícula, ver a un par de hermanos tomados
de las manos, entrando al baile de graduación, pero en ese punto, el hecho en sí ya no lo
avergonzaba.
Un grupo de estudiantes, sentados en una gran mesa redonda, al lado del salón principal,
levantaron la mano. Eran sus amigos de la escuela Willingham. Los dos se unieron
inocentemente. Varias botellas de champán Bollinger ya rodaban debajo de la mesa.
Beber, fumar y consumir drogas estaba estrictamente prohibido dentro del campus, excepto
en las fiestas de graduación. La escuela se hacía la vista gorda, siempre y cuando los
estudiantes no causaran problemas serios, y fingían no saber cuánto alcohol estaban
bebiendo, ni cuando lo estudiantes se tomaban una copa de vino sin previo aviso.
Adriana, que estaba sentada a su lado, sacó el champán. Era un desperdicio beber eso en un
vaso de plástico barato, pero nadie en la mesa estaba preocupado por eso.
—Gracias.
John, que aceptó la copa sin dudarlo, la saludó y ella se inclinó de cerca. A medida que se
acercaba, su ligera fragancia, el olor a cigarrillos y la reverberación del champán se
mezclaron. Cuando sus ojos se encontraron, le giñó un ojo y sacudió una bolsa con
cremallera frente a la nariz de John. El plástico contenía pequeñas pastillas blancas. Pudo
ver que era una especie de alucinógeno, incluso sin tener que preguntarle.
—¿Te gustaría poner una en tu bebida?
—Bueno. Tal vez es demasiado temprano. Dime si necesitas una más tarde.
Sabía cómo jugaban las pandillas de Holton y Adriana. Y John, que no estaba
particularmente interesado en tal ‘juego’, se rió y evitó responderle. De todos modos, el
sabor del champán envuelto alrededor de su lengua era bueno.
Bebían champán y miraban a los estudiantes bailando o charlaban entre ellos. Cuando se
acabó el champán que trajeron en secreto, comenzaron a beber vodka. Luego, se
emborracharon, bebiendo vodka diluido con cola y jugo.
La situación no era muy diferente de otras mesas. A medida que pasaba el tiempo, se
aburrió de ver parejas que no tenían ninguna relación hasta ayer, compartiendo fuertes
caricias a diestra y siniestra. Los ritmos sensacionales de la música comenzaron a fluir, y la
iluminación se volvió un poco más oscura.
Como era el primer y único baile de graduación, numerosos chicos y chicas a los que les
gustaba Valentine, habían intentado sacarlo a bailar, pero él nunca bailó con nadie. Y
sucedió lo mismo con John.
Cuando entraron por primera vez, todo el mundo se quedó en silencio en la mesa donde
estaban sentados y comenzaron a susurrar entre ellos. Unos chicos guapos con trajes
elegantes eran suficiente para llamar la atención de los demás estudiantes.
Pasaron mucho tiempo en ese estado, y en una atmósfera cada vez más holgada, la mano de
Valentine sostuvo la mano de John debajo del largo mantel. Cuando el sorprendido John
gira la cabeza, Valentine le susurra al oído con una voz risueña.
—¿Qué estabas hablando con Adriana antes? Pensé que iba a entregarte algo.
—No dijo mucho. Dijo que iría a la fiesta de Holton más tarde.
John, quien solo dijo eso, dudó por un momento y luego agregó.
—¿Quieres ir?
—Yo tampoco. ¿No sería mejor si los dos nos marchamos solos?
—¿Nos vamos?
—¿Qué?
—¿…?
—¿Qué?
Cuando John preguntó con los ojos bien abiertos, Valentine sacudió sus labios
juguetonamente. El cuerpo de John se estaba levantando, sin una nueva respuesta. Las
miradas consternadas de sus compañeros, se quedaron atrapadas en los dos al mismo
tiempo. Valentine, sosteniendo los hombros de John como si mirara hacia arriba, inclinó la
cabeza. Una voz imponente se volvió hacia sus amigos.
No tenía intenciones de hacer el ridículo, pero Valentine solo estaba guiando a John sin
pensar. John, que se quedó quieto con las orejas teñidas de vergüenza, se vio obligado a
seguir lo que Valentine dirigía.
Pero por el contrario, el escenario se vio perturbado por la aparición de dos personas tan
prominentes. John, a quien no le gustaba llamar la atención, mira a su alrededor con
vergüenza. Su cuerpo se puso rígido por sí mismo.
Valentine tiró fuertemente de la cintura de John. Los dos estaban en contacto cercano, y
John lo miró con ojos sorprendidos. Valentine lo miró a la cara y frunció el ceño.
Lentamente, la música de ritmo lento se volvió pegajosa. Los estudiantes que bailaban los
miraban fijamente. Todos parecían pensar que estaban borrachos o haciendo una broma. Si
no fuera así, no podrían escuchar los comentarios: “Son muy buenos partidos” o “Me
aseguraré de votar por él como el Rey del baile de graduación.”.
John, que dudó brevemente, suspiró un momento. Su ansiedad no duró mucho, y una vez
que pensó, la acción no se detuvo. Quizás ya estaba borracho. De todos modos, el estado de
ánimo era bueno y el champán olía de forma agradable. Era la primera y la última noche de
graduación, así que no había razón para no bailar con Valentine.
En su lugar, John abrió los ojos graciosamente, pero los ojos de Valentine se abrieron como
si lo hubiera esperado, y luego se echó a reír. John también sonrió y parecía muy feliz.
Todo brillaba y fue una noche agradable como si los dedos de sus pies flotaran en el aire.
No sabía si era por haber bebido alcohol, pero John comnezó a sentir dolor de cabeza y
torpeza. Desafortunadamente, Valentine no estaba en ese momento a su lado. Dijo que tenía
algo que verificar acerca de ir a la universidad, pero parecía que le habia tomado más
tiempo del esperado.
John esperó a Valentine, apoyado en un sofá al lado del pasillo, pero su condición
gradualmente se intensificó hasta volverse insoportable. No fue hasta que su cuerpo
empeoró lo suficiente como ponerse pálido, que John dejó de esperar a Valentine y se
levantó.
Estuvo a punto de escapar del salón Evergreen, pero Adriana, quien había desaparecido por
un tiempo, parecía asombrosamente borracha. En raras ocasiones, la hembra Alfa Adriana,
quien era pareja certificada del omega masculino, Holton, mostraba orgullosamente su
condición de Alfa. Mirando el vestido arrugado y manchado, se notaba que había estado
luchando con Holton para descargar un poco de energía. Aunque estaba de pie, giró la
cabeza y John respondió escasamente con sus mejillas cansadas.
—¿Estás hablando del edificio A? Parece que allá todo es un desastre en este
momento.
Pequeña y altiva, Adriana saca la lengua en lugar de responder. Vio una pastilla que se
derritió y manchó de blanco la punta de su lengua. John sacudió la cabeza con una cara
cansada. No podía creer que la gente estuviera consumiendo drogas en el dormitorio de la
escuela. En un lugar tan estricto y conservador como Heritage.
—¿Qué pasa si me atrapan? ¿Vas a ir a la villa de Holton? Hubiera sido mejor ser
paciente.
—… .
Adriana, quien tocaba las mejillas de John como cuando era niña, se levantó y entró al
salón de baile. La alegría que había sentido antes se borró, dando paso a escalofríos y
sudores que estremecían todo su cuerpo y que comenzaron a aumentar en intensidad.
Parado en blanco, John se apoyó de la pared e inclinó la cabeza. El aliento caliente se
dispersó en el aire.
Sin embargo, su estado físico empeoró. Su campo de visión estaba borroso y el piso se
acercaba y se alejaba cada vez que caminaba. ¿Qué demonios le está pasando a mi cuerpo
últimamente? Qué está pasando… John niega con la cabeza una vez más y saca su
teléfono celular.
−Voy al dormitorio.
Incluso al escribir una frase tan corta, tuvo problemas para mover sus dedos. John, que
apenas pudo enviarle ese mensaje a Valentine, metió su teléfono celular en le bolsillo y
comenzó a caminar con dificultad.
Cuando llegó al edificio A, el interior era un desastre, como había dicho Adriana. El
Evergreen Hall todavía estaba lleno de gente, y la iluminación era brillante, por lo podía ver
bien a primera vista. El dormitorio estaba en un estado donde el aire impuro y decadente
fluía a medida que algunos estudiantes se reunían a consumir alcohol y drogas.
—… .
Los pasos de John se detuvieron cuando abrió la puerta del salón del primer piso. La sala de
estar, que generalmente era cómoda, le parecía completamente desconocida.
Botellas de vodka vacías rodaban por el suelo, fracs arrugados, un olor repugnante a
marihuana y el humo denso del cigarrillo era lo que podía ver por todos lados. También
había estudiantes sentados alrededor e inhalando polvo por la nariz. Vasos vacíos, tabaco,
filtros y papeles, rodaban a sus pies.
—Haa… .
John gimió brevemente e inclinó la cabeza. Sintió que todo su cuerpo era apuñalado por
agujas afiladas. Sus manos temblaron con escalofríos.
Fue en ese momento que John, estuvo a punto de subir las escaleras al otro lado de la sala,
porque parecía estar disgustado por su condición.
—¡Apesta…!
—¡Ugh…!
Como si el oxigeno estuviera siendo expulsado por los poros de todo su cuerpo, su mente se
volvió loca. Después de una larga respiración, John se derrumbó sobre una alfombra gruesa
y tembló como si tuviera convulsiones. Fue cuando inclinó la parte superior de su cuerpo,
que no pudo soportar estar de pie.
—¡Ugh…!
Inmediatamente después de reconocer ese hecho, varios aromas que no podía distinguir a la
vez acudieron en un instante para hacer explotar su cerebro. Una bola de fuego le golpeó el
vientre con la sensación de que todo su cuerpo estaba hundido en las llamas del infierno, y
el calor insoportable se exrendió como un incendio forestal. El sudor frío se deslizó sobre
su frente que palideció en un instante.
John se dio cuenta instintivamente. Esas fragancias que lo cubrían fuertemente como si lo
atacaran a sí mismo… eran las feromonas de los alfas que lo rodeaban.
Pero lo que no entendía era por qué, un beta liberaría feromonas de omega.
John, que estaba luchando por soportar el dolor, más tarde se dio cuenta de que su entorno
estaba extrañamente tranquilo. Era raro que la sala de recepción estuviera totalmente en
silencio en ese momento. Y cuando levantó la cabeza, que no podía mover bien, finalmente
se dio cuenta de que las miradas de sus compañeros borrachos estaban todas sobre él.
—… .
Su mente mareada no podía reconocer la situación en ese momento, pero solo una cosa era
segura. Su cuerpo se estaba calentando lo suficiente como para controlarlo. El calor similar
a la lava, estalló por todo su ser, haciendo que quisiera rascarse la piel. El pene atrapado en
sus pantalones ya estaba erecto.
Sabía que había alfas y omegas que a menudo se desarrollaban después de sus
características sexuales secundarias. Pero John nunca consideró la posibilidad de que le
sucediera algo así. Emily era una omega recesiva y el nacimiento beta de un omega
recesivo era muy común.
Sin siquiera aceptar la conmoción de haberse manifestado como Omega, sintió que alguien
se acercaba lentamente. John exhaló un suspiro y levantó sus párpados sudorosos. La punta
lisa de un zapato quedó a la vista.
El chico parado frente a él, no era otro que un miembro perteneciente a la pandilla de
Joseph, que fingía conocer a John. También fue la última persona que lo insultó en la
escuela. Cuando sus ojos se encontraron, las pupilas erosionadas por el deseo brillaron. El
chico que sonreía abiertamente, miró a su alrededor y levantó los brazos de manera
exagerada.
Aun así, el lugar seguía lo suficientemente callado como para escuchar el sonido del agua
goteando. John tembló, y de alguna manera trató de pararse y darle fuerza a sus piernas. El
chico que se reía solo, de algo que le parecía divertido, siguió hablando.
—Joder, nunca olí un aroma tan descarado. Me gusta… .
—… .
Junto con las palabras finales, los ojos que brillaban con hostilidad y deseo sexual se fijaron
precisamente en John. La sonrisa que lo miraba era extraña, a diferencia de la habitual que
pretendía ser sarcástica. Cuando sus miradas se encontraron, la sonrisa del chico se hizo
más profunda.
Glu, la saliva seca fue tragada inconscientemente por sí misma. John apenas pudo
levantarse, se tambaleó y dio un paso atrás. Bum, una botella vacía a sus pies se dio la
vuelta y golpeó el pie de otro chico. Era un compañero de John, que a veces asistía a clases
de geografía con él. Tartamudeó asombrado.
—Bastardo, no tiene caso preguntarle algo así. ¿Crees que un beta puede tener ese
tipo de feromonas? Genial… John, nunca lo dijiste abiertamente.
—… .
De repente, la mente de John recordó lo que un amigo beta le había dicho en el pasado.
‘¿Sabías que en los llamados lugares prestigiosos, el club de violación todavía existe
tras bambalinas? Es realmente una cosa muy jodida, pero en realidad es un mal
hábito. John, ¿Conoces los hechos? Si tienes curiosidad…’
Mira a su alrededor.
Los Alfas que se despertaron tardíamente, ahora golpeaban la puerta como si quisieran
romperla. John se tambaleó y corrió por el pasillo. El miedo endureció la punta de su
lengua y la razón desapareció de su cabeza. Intentó correr de alguna manera con sus piernas
rebeldes, pero perdió la concentración y cayó. Su cuerpo se volvió extremadamente
sensible, y dondequiera que pasaba su mano, le picaba como si tuviera una fiebre.
—Ugh… .
Mientras lograba ponerse de pie, levantó la mano temblorosa y sujetó la barandilla de las
escaleras. La idea de dónde y cómo evitar a los Alfas se borró por completo de su mente. Se
vio obligado a volver a la habitación y se quedó sin aliento.
Sin embargo, como para reírse de sus súplicas, una risa fuerte estalló desde arriba cuando
subía por las escaleras a mitad de camino. Un grupo de estudiantes borrachos, dejaron de
caminar en estado de shock. John y ellos intercambiaron una mirada congelada con las
escaleras de por medio.
—… ¿John Lindbergh?
Estaban asombrados, como si no pudieran creer que fuera John, quien siempre había estado
en el dormitorio hasta ahora, el que estuviera esparciendo esas intensas feromonas de
omega. Ante los aterrorizados ojos de John, ellos lucían amenazadores, al igual que sus
feromonas.
¡Bang!
—Si ignoras una señal tan terrible, ¡No eres un orgulloso heredero!
Aun así, era un grupo al que normalmente no le caía bien. Como si estuviera jugando, una
voz risueña llevó su horror al extremo. Se asfixió al sentir a la multitud acercarse. Tan
pronto como John, que había estado luchando por subir por la salida de emergencia, entró
en el pasillo de ese piso, sintió el ruido de los pasos que saltaban ruidosamente desde abajo.
John, que había vivido toda su vida como beta, no tenía idea de cómo controlar las
feromonas desde el principio. Como resultado, un clara reverberación permaneció como un
rastro en cada paso que daba. Él no lo sabía, pero era como una tentación demasiado
explícita y torpe.
—…Haa.
John, que cerró la puerta con manos temblorosas, se aferró a la pared. Y junto con el
chasqueo del pomo al girarse, se escuchó un sonido impactante, que llamaba
inmediatamente a la puerta, como si quisiera romperla.
—¡Estás aquí!
Con voces alegres, como si estuvieran cazando un conejo, se burlaron de él. La razón para
perseguir a John en primer lugar se había desvanecido hace mucho tiempo. Para ellos, él
era simplemente una presa para hacer más agradable su entretenimiento violento.
—... Ugh ... .
John, que caminó hacia atrás, fue bloqueado por una puerta de vidrio que conducía al
balcón. Estaba lo más lejos posible de la puerta que parecía iba a abrirse en cualquier
momento, pero no era una lejanía razonable para estar completamente libre de la feromona
de Alfa. El instinto sin escrúpulos de querer ser atrapado y el increíble deseo sexual, lo
invadieron por completo. Su pecho estaba hinchado, y su ropa interior estaba toda mojada
debido al pene erguido.
Mientras luchaba con sus deseos sexuales, el pasillo se volvió silencioso en algún
momento. Fue cuando John, que se dio cuenta de eso tardíamente, miró fijamente la puerta
sin comprender, con un rostro emocionado.
Y la que escuchó fue la voz inesperada de Dominic. No sabía que había pasado, pero era
Dominic quien estaba detrás de la puerta en lugar de la multitud que lo perseguía como un
loco. En el momento en que reconoció el hecho, las yemas de sus dedos de repente se
adormecieron como si la sangre circulara correctamente.
Sin embargo, Dominic también era un Alfa, así que no podía sentirse aliviado fácilmente.
En lugar de responder, John se acercó más a la pared. Lágrimas inexplicables se
derramaron mientras sus ojos temblaban.
—… .
—No te preocupes por los chicos de antes. Si no quieren que los expulsen después de la
graduación, no te tocarán.
Entonces, como si una represa estallara, las lágrimas corrieron por sus ojos. Atrapado en
sentimientos de consuelo y pánico, John se quejó con voz llorosa.
—Dominic, mi cuerpo está extraño. Por qué, por qué sucedió esto…yo.
—… .
—Así que ábreme. Es más peligroso que estés así.
Ante eso, John lentamente dio un paso que no cayó correctamente. La mano temblorosa
giró el pomo de la puerta y esta se abrió. A través de la rendija, Dominic parecía estar
viendo algo extraño. Mientras parpadeaba con sus ojos húmedos, gruesas lágrimas se
deslizaban por sus mejillas. La mandíbula de Dominic cayó con fuerza mientras miraba a
John.
—Oh, gracias…Dominic.
Mientras decía hola, sintió una feromona intensa que nunca antes había sentido. Tenía un
aroma rico y dulce como el chocolate. John contuvo la respiración para soportar el
sentimiento de angustia. Se sintió terrible por estar en celo junto a su amigo cercano, pero
su instinto le envió una fuerte señal a Dominic, de que quería ceder.
John tartamudeó, tratando de cubrir su centro hinchado tanto como le fuera posible.
—¡…!
Y en ese momento.
Dominic, que sostenía el hombro de John a su alrededor, lo golpeó en el estómago con gran
fuerza. En una fuerte conmoción que pareció aplastar sus órganos internos, John vaciló y
exhaló un breve suspiro. Debido a la presión sobre su punto vital, el cuerpo del que se
liberó el oxígeno colapsó momentáneamente. El brazo de Dominic evitó su caída.
—…Lo sabía.
Fue cuando John, que no pudo superar la conmoción, cerró los ojos. Dominic murmuró
para sí mismo con una voz más baja de lo habitual. John trató de responderle algo, pero
todo quedó oscuro después de eso.
05. PROM QUEEN PARTE 4
—Ah… .
John abrió los ojos presa del pánico, volcando sus intestinos. Su conciencia regresó
lentamente. Sin darse cuenta al instante de la situación en la que se encontraba, endureció
tardíamente su rostro. Estaba en la habitación de Dominic, con las muñecas fuertemente
atadas y fijadas a la cabecera de la cama.
—… ¿Dominic?
—Cuando te veo así… me doy cuenta por qué. Nunca creí que fueras beta, ¿No es
extraño?
—…Do, minic… .
—Ahora sé por qué. Mientras tanto, me has estado engañando de una forma tan
adorable.
—¡Eh…!
John gimió y torció la espalda. Fue porque Dominic derramó sus feromonas aterradoras
hasta el límite. Dominic se acercó al jadeante John y le secó suavemente la mejilla. El
interior de su cuerpo se agitó como si estuviera enojado con ese toque ligero, haciendo que
John se sintiera moribundo. Dominic, inclinando la cabeza, le susurró al oído.
—Qué dices…cállate.
—De lo contrario, no entiendo por qué ese bastardo siempre quiere matarme cada vez
que me ve.
Dominic, que se rió en voz baja como si sus palabras fueran interesantes, le habló con
amabilidad.
—De todos modos, mientras estés en celo, debes tener sexo con un Alfa. Yo te ayudaré,
John. Somos amigos.
—Haa…ah… .
—Uh…hmm… .
—Si hubiera sabido que sería así, no me habría aguantado tanto tiempo.
Los labios que rozaban el lóbulo de su oreja eran suaves. Incluso con un ligero toque, las
células se levantaron con entusiasmo, y el hormigueo del placer se levantó hasta su nuca.
Mientras John levantaba su mirada llena de calor, Dominic lo besó suavemente en la
mejilla. El rechazo, al contrario de la difusión coercitiva del placer, lo hizo tensar el interior
del cuello.
Y cuando la mano de Dominic tocó la hebilla de sus pantalones, John comenzó a luchar
como un loco, al recobrar la razón por un momento. Se impulsó con los pies en la cama, y
Dominic, cuya barbilla fue golpeada limpiamente por los pies extendidos al azar, sacudió la
parte superior de su cuerpo. John no pasó por alto esa oportunidad y agitó sus brazos que
estaban sujetos en la cabecera de la cama.
—Mierda…!
De repente, Dominic volvió a la cama y lo golpeó en la mejilla con mucha fuerza. ¡Zaz!
Con un sonido de explosión agudo, un sabor a sangre se esparció por la boca de John. Su
cuerpo se inclinó una vez más porque recibió un golpe lo suficientemente fuerte como para
sacudir su cabeza, y Dominic, que no perdió el tiempo, le agarró los pantalones y se los
abrió.
—Ah…No... .
—Ahora es muy inútil hacer eso.
Los pantalones fueron bajados hasta sus rodillas. Dominic, que vio el pene erguido, sonrió
y tocó el pilar como si fuera una broma. La libido ardiente, la vergüenza y la desesperación
envolvieron a John. Trató de recuperar sus sentidos de alguna manera, pero cuando el pene
de Dominic se frotó contra su muslo, su cuerpo colapsó por sí solo.
—Ugh… .
Si corazón era miserable, como si estuviera roto, pero con solo tocarlo, sintió que el interior
de su cuerpo se retorcía y se regocijaba. John desvió su mirada borrosa a un lado. Dominic
lo toca suavemente con los dedos, deslizándolos suavemente sobre los labios rasgados de
John.
La confesión, que no coincidía con la situación era como una burla. John de alguna manera
trató de empujar a Dominic, pero este superó ligeramente su débil resistencia y se instaló
entre sus piernas abiertas. Cuando Dominic le empujó la espalda, su miembro erguido se
presionó contra la húmeda entrada.
—…Ugh... .
No hubo más disposición a rebelarse. John, que preferiría no tener pensamientos, apoyó
lentamente la cabeza en la cama. Fue cuando renunció y simplemente cerró los ojos.
En un instante, tuvo la ilusión de que el aire se estaba volviendo pesado. Dominic miró
hacia arriba, mientras intentaba insertar su pene con los muslos de Johan bien abiertos. John
también abrió los ojos. Cuando volvió la cabeza, vio una figura de pie junto a la puerta. El
instinto respondió antes que sus ojos. Era Valentine.
Valentine se acercó a ellos con un ritmo pausado. A medida que la distancia se estrechaba,
su fuerte presencia se balanceaba y se extendía. Dominic levantó la parte superior de su
cuerpo con el rostro rígido. Sin embargo, desde el principio, a Valentine le parecía invisible
y solo tenía la mirada fija en John.
—John.
Fue Valentine quien rompió el silencio con una voz tan afilada como una espada. Puso los
labios en línea recta y se rió suavemente, pero lo que estaba en sus profundos ojos azules
era una ira fría y congelada. Y esa ira estaba dirigida completamente a John.
—¿Sabes lo que es esto?
El enfoque volvió a los ojos de John, que no tenía idea de lo que estaba hablando. Lo que
estaba en la mano de Valentine era la aplicación a GOFIE, que había escondido y olvidado.
Nunca le había contado esa historia a Valentine, por lo que era una situación
incomprendida para él. John, que también olvidó su situación, tartamudeó y abrió la boca.
—… ¡Hmm!
Thud.
En ese momento, los ojos de John casi se cerraron. Fue porque la feromona, que era
diferente a la anterior, pesaba mucho en todo su cuerpo. Era como si su cuerpo hubiera
caído en una oscuridad infinita. John convulsionó ante la abrumadora sensación de que se
disolvían incluso sus células. Dominic también vaciló y se retiró de la cama.
—¡Ah…!
—Lo admitiré.
Frente a John, que tenía una convulsión dolorosa, sin saber cómo aceptar sus feromonas,
Valentine se arrodilló lentamente. Al desatar la corbata de sus muñecas, el nudo apretado se
aflojó y sus manos quedaron libres.
Valentine, que acarició suavemente las marcas rojas de su muñeca, le besó la piel. John
jadea como si llorara ante la sensación de placer que se extendió por todo su cuerpo. Varios
sentidos explotaron desde el área en contacto con Valentine.
—Ah…uh… .
—Pensé que estabas en mis manos.
Valentine susurró un poco, metiendo su dedo en la boca de John. Cada vez que movía la
mano, la saliva bajaba por su barbilla. Valentine, que miraba a John jadeando, levantó los
labios en ángulo como si se estuviera burlando.
—John, si de verdad creías que podrías escapar de mí, eres demasiado ingenuo.
—… ¡Déjalo en paz!
La expresión de Valentine rápidamente se volvió más fría con la voz que venía de detrás de
su espalda. Sin quitarle los ojos de encima a John, Valentine se volvió y miró a Dominic.
—Oh...Dominic.
Dominic ya estaba abrumado por la presencia de Valentine. Aunque también era un alfa
dominante, el dominio instintivo determinado por los genes, lo convertía en un perdedor al
frente de Valentine.
—No quería ser rudo frente a John, es por eso que me quedé en silencio y esperé.
Frente a Dominic, Valentine se rió con un largo suspiro por la nariz. Sus ojos, brillando
más oscuros de lo habitual, tenían una luz peligrosa. Mientras Valentine se despertaba
lentamente, el aire denso se arremolinaba.
—¡Agh…!
Fue inesperado. Dominic, quien recibió un golpe en la cabeza mientras estaba en guardia,
cayó al suelo con un breve grito. Y Valentine, con el rostro endurecido, comenzó a aplastar
la silla contra su cuerpo.
La pata de la silla de madera maciza se rompió y voló por los aires. No pasó mucho tiempo
para que las gotas de sangre de color rojo oscuro salpicaran la alfombra, ante un estallido
sordo de repetición. Dominic estaba colapsado y sin moverse, pero Valentine parecía no
tener ninguna intención de detenerse. No hubo vacilación en la mano que lo golpeaba con
la silla. La crueldad que Valentine había estado ocultando se reveló por primera vez ante
John.
—Valentine… .
—Uh, no… .
—… .
John no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que escuchó su voz sollozante. Valentine
giró la cabeza y sonrió pálidamente mientras lo miraba. Las manchas rojas se hicieron
prominentes en las mejillas color marfil salpicadas de sangre. La feromona, mezclada con
el olor a sangre, era grotesca.
Una mano empapada de sangre agarró la barbilla de John. Él gimió ante su agarre cruel.
Un dedo alargado limpió las lágrimas que fluían de sus ojos.
—…Valentine.
John murmuró con una cara de éxtasis. Valentine, que le dio un ligero beso en la mejilla, se
levantó. Luego agarró a Dominic por la espalda, quien estaba desmayado. No parecía
pesado, pero fue al balcón donde Valentine lo llevó con un paso ligero.
—¡Valen…!
El grito de John fue cortado como si hubiera caído a un acantilado. Fue porque Valentine
empujó a Dominic por el balcón sin dudarlo. Un estallido sordo sonó en sus oídos, y el
lugar se quedó en silencio. John pareció haber perdido la cabeza. En vano, finalmente se
impacientó y se arrodilló. Las lágrimas mezcladas con golpes y sudor cayeron por la punta
de su nariz y sobre la alfombra.
Cuando abra los ojos, espero que se desarrolle el mismo día que ayer, Dios.
Pero su situación era real, y John jadeó impotente, perdiendo incluso el poder de
controlarse. Valentine, que se acercó de nuevo, frotó casualmente su mano contra las
sábanas. La sangre manchaba la sábana en cada trayectoria de movimiento.
Luego se inclinó con sus manos manchadas de sangre y acarició la mejilla de John. Los
ojos, incapaces de leer sus emociones, lo miraron. John tartamudeó, sin saber de qué estaba
hablando, y le suplicó a Valentine.
—Yo estaba con la guardia baja. No sabía que te manifestarías en este momento.
—… .
—Fue agradable creer que eras beta. Me gustaría que fuera así para siempre, si eso
fuera posible.
—¿Por qué crees que siempre derramé mis feromonas sobre ti?
—…Ah…Hmm… .
Los hombros de John temblaron. Esta vez, una feromona más suave y pegajosa se vertió en
su cuerpo. El calor, acompañado de picazón, distrajo su mente.
—Oh… .
John no podía admitir su reacción. Incluso en esta situación, donde no sabía si Dominic
estaba vivo o muerto, se sentía emocionado.
—Vamos, John.
Preguntó Valentine, mientras caminaba por el pasillo. Su voz sonaba emocionada, como de
costumbre. John solo exhaló, jadeando intermitentemente y cayendo en sus brazos. Y
luego, Valentine le hizo una oferta increíble.
—Déjame imprimirte.
El rostro de John se endureció. Imprimirse, era el acto de pertenecerse el uno al otro. No era
lo suficientemente estúpido como para no saber lo que eso significaba. Pero en esta
situación, no valía la pena tratar de razonar con Valentine.
—No…déjame.
—… .
—Valentine… ¡Detente!
John, que quedó en shock brevemente, comenzó a luchar. Sin embargo, como si se riera de
su desesperación, Valentine volvió a derramar sus feromonas, y ante una avalancha de
sensaciones que se precipitaron sobre él sin piedad, John volvió a colapsar.
Su cuerpo, que no había sido atendido mientras progresaba su primer celo, llegó al límite.
John frotó su cabeza contra el pecho de Valentine ante un calor sobre el cual no tenía
control.
John sollozó y pronunció en voz alta palabras de súplica. Pero fue empujado a la cama, sin
si quiera darse cuenta de que ya habían entrado en la habitación.
—Uf…hmm… .
John se acurrucó de dolor y levantó la cabeza. Valentine se puso de pie y se desabrochó
tranquilamente la camisa. Tuk, Tuk. Una parte de su torso blanco y sólido, se reveló a lo
largo de la abertura. Cuando sus miradas se encontraron, Valentine inclinó la cabeza.
—He estado preocupado, pero creo que es difícil matar a todos los Alfas del mundo
por ti.
—…Hmm… .
La erótica sensación que recorrió todo su cuerpo ahora era dolorosa. Ni siquiera lo había
tocado, pero debido a que había eyaculado muchas veces, la parte inferior de su cuerpo ya
estaba mojada hace mucho tiempo. Su cabeza se sentía nebulosa como si hubiera sido
drogado, y el cuerpo que no podía vencer el ardor temblaba de calor y escalofríos. John se
dio cuenta de que se estaba acercando al límite.
—Valentine…por favor.
Incluso aunque lo escuchó, su voz cayó en oídos sordos. Sin darle respuesta y sin prisas,
Valentine le quitó la ropa. En el momento en que su mano le agarró el pene, un profundo
gemido salió de la boca de John.
—Haa…Ah…Hmm.
Todo lo que quedaba en la mente de John era el deseo de liberarse de ese sentimiento
erógeno que quemaba todo su cuerpo. Era algo tan básico, como el instinto de
supervivencia. Valentine se rió profundamente mientras lo miraba como si esperara su
caída.
—Uf…ah… .
Un sollozo se filtró por la hendidura de los labios de John. Quería suplicarle a Valentine
que no hiciera eso, que se detuviera, pero su cabeza estaba vacía, como si hubiera perdido
el lenguaje. —No, despierta. John se dijo a sí mismo. Como ya habían pasado demasiadas
cosas, era posible que ahora no pudiera revertirlas.
—…amo.
Pero las palabras que fluyeron por los labios de John traicionaron la voluntad del maestro.
Valentine se inclinó y puso el oído sobre sus labios. John jadeó y repitió las mismas
palabras como un gemido.
—A ti…te amo… .
—…Te amo.
—… .
—Te amo…Valentine.
Ante la forzada confesión de amor, una sonrisa llena de alegría se dibujó en el rostro de
Valentine. Él sonrió feliz, con ojos brillantes y mejillas sonrojadas, como aquel día en que
se conocieron. El rostro sonriente y pálido parecía inquietante e inocente al mismo tiempo.
John solo lo miró con una mirada vacía, llena de sudor, lágrimas y fluidos corporales.
Atrapado en algún punto entre el placer venidero y la desesperación, John cerró los ojos y
una enorme sombra cayó sobre su cuerpo.
—Ugh… .
Valentine volteó fácilmente el cuerpo de John. Sus pezones rígidos se frotaron contra la
sábana, lo que hizo que John sacudiera los hombros. Y cuando Valentine se apoderó de su
pene erecto, un gemido se escapó de su boca.
El placer que apenas había reprimido estalló en su cabeza como un petardo. John gimió
desesperado y arqueó la espalda concentrado en la mano de Valentine. Era como si todo su
cuerpo se hubiera convertido en una zona erógena. Dondequiera que esa mano lo tocaba, su
piel florecía con un placer vertiginoso, y sus deseos instintivos crecían superponiéndose a
su razón, que se desvanecía como la marea baja.
—Ugh... .
Cuando los dedos de Valentine tocaron su agujero, John gimió y se estremeció. Solo un
dedo había atravesado su entrada, pero su espalda ya temblaba con anticipación. Su cuerpo
tembloroso era vergonzoso, pero no podía ser controlado. Cuando le agarró el culo, y John
abrió los ojos con cuidado, Valentine parpadeó lentamente.
—…sí, ya estás listo.
Un dedo grueso entró gradualmente en el agujero que ya estaba húmedo. Las arrugas se
adhieren al dedo como si lo estuvieran esperando, y la pared interior vibra finamente.
—¡Hmm…Ah…!
A medida que el ángulo del dedo se hacía más profundo, la sensación fue tan placentera
como para derretir todo su cuerpo, por lo que John soltó un profundo gemido. Su pene
erguido se pegó firmemente a su estómago y el líquido preseminal se filtró por la punta del
glande.
—¡Ah…Ugh, ah...!
Valentine, que sostenía el vientre de John con una mano, empujó el dedo en su interior. El
interior de John estaba caliente y húmedo. Cada vez que las yemas de sus dedos frotaban y
frotaban las arrugas de la pared interior, un placer como un rayo se chocaba contra la
cabeza de John.
Mientras un dedo daba paso a dos y luego a tres, todo lo que John podía hacer era agarrar la
sábana mientras su cuerpo se estremecía. Sus manos temblaban. El propio John podía sentir
como su agujero jubiloso chupaba los dedos de Valentine. Las arrugas estaban tensas, pero
no sentía dolor. La brutalidad del acto, fue pronto reemplazada con el placer y eso hizo que
aumentara su calor.
—... ¡Ugh!
Valentine dejó de moverse, asombrado de que John hubiera eyaculado con solo tocar su
ano, pero pronto se rió en voz baja y se sentó detrás de él. John, que respiraba con la parte
superior del cuerpo hacia abajo, tembló ante la fuerte presión que sintió detrás de su
espalda. Se le puso la piel de gallina cuando unas enormes manos recorrieron su piel.
—Oh…Joder.
El grueso glande frotó lentamente la abertura del agujero de John, antes de que ese pequeño
juramento pudiera llegar a sus oídos. John negó con la cabeza en una débil rebelión, pero
los genitales estimulados por las feromonas Alfa volvieron a erigirse.
—…Val, Valentine… .
La razón, que pensó que había desaparecido resurgió en John con fuerza. Se volvió y miró a
Valentine. Los ojos llenos de miedo y placer estaban enrojecidos. Valentine con el pecho
sobre la espalda de John, saca la lengua. Ante su impulso de lamer sus globos oculares,
John derramó más lágrimas.
—… ¡Ugh!
Poco después, un grueso glande comenzó a penetrar su agujero. John soltó un largo gemido
ante la tensión de sus esfínteres.
—¡Oh, Ahhh!
—Ah… .
—Ah, Ugh… .
Valentine soltó un gemido bajo, como si la fuerte presión que ejercía el interior de John,
fuera tan fuerte como para cortar sus genitales. La punta redondeada del glande se empuja
constantemente a través de las arrugas de la pared interior. La tensión que parecía querer
abrir los huesos de su cadera, lo dejó sin aliento. Entre el dolor de estar atrapado en una
gruesa lanza y el placer de poseerla, John casi se desmaya.
El pene, que se enterró hasta lo más profundo de su ser, dejó de moverse en algún momento
y pudo percibir como el vientre plano de Valentine se chocaba con la parte posterior de sus
nalgas. Tenía el estómago lleno con su pene enorme. Cuando la parte superior del cuerpo
de John colapsó bajo presión, Valentine susurró, sujetándole la espalda con ambas manos.
—Hmm… .
Un gemido como un grito brotó de la boca de John. Puck, Puck. Mientras lo penetraba,
Valentine tiraba de la cintura de John. A medida que las partes que los unían se
entrelazaban más profundamente, John comenzaba a jadear.
—¡Ugh, Ahhh!
—Eres mi amante.
Valentine se inclinó y besó la boca abierta de John. Las lenguas de color rojo brillante se
entrelazaron derramando saliva. En ese momento John, que estaba sin aliento, movió sus
nalgas inconscientemente y Valentine gimió de placer. Las venas gruesas de su vientre
musculoso, se erigieron como tierra agrietada.
Con cada movimiento el pene largo y grueso de Valentín golpeaba profundamente sus
paredes internas. El placer se deslizó por su columna vertebral y todo su cuerpo fue
arrastrado por la pasión. El deseo sin escrúpulos de ser poseído por completo le derritió el
cerebro. Los dos cuerpos parecían fundirse y mezclarse. John sollozó locamente y movió su
cintura sin darse cuenta.
El cuerpo de John se regocijaba sinceramente y temblaba de placer, pero su mente no. John
gimió cuando el placer se precipitó como una ola y lo llevó a un estado de lujuria
interminable, pero al mismo tiempo, experimentaba la desesperación, de que el mundo que
lo había sostenido colapsaba.
Y como si hubiera notado que John pensaba de manera diferente, Valentine comenzó a
acelerar sus movimientos. El cuerpo de John se sacudió ante el violento ritmo. Con los
brazos detrás de la espalda y con la cintura levantada a la fuerza, John miró hacia el techo
con los ojos en blanco. Una luz flotante se posó cómodamente sobre su mejilla.
Las lágrimas que había retenido, se hincharon y cayeron sobre sus sonrojadas mejillas.
05. PROM QUEEN PARTE 5
Valentine abrazó a John toda la noche de manera persistente y constante.
Como un niño que abría los ojos por primera vez al sexo, fue imparable y se
sumergió en John hasta que todo su cuerpo se manchó con flores de calor
moteadas.
John, que no pudo soportar todo ese sexo brutal, se desmayó sin darse cuenta
y cuando volvió a abrir los ojos, la oscuridad le estaba dando paso a un
amanecer azulado. Y cuando intentó levantarse, el intenso dolor en su espalda
baja se lo impidió.
—…Ugh
Anoche, el celo, que ardía con el impulso de querer tragárselo por completo,
desapareció sin dejar rastro. Solo el dolor de su cuerpo, que sufrió sin piedad
toda la noche, permaneció intacto. Mientras yacía en ángulo y miraba
impotente a la pared, John notó tardíamente el brazo envuelto alrededor de su
cintura y la temperatura corporal cálida que siente a sus espaldas.
—… .
Su trasero estaba caliente y el interior de sus muslos estaba pegajoso con sus
fluidos corporales. John se retorció para intentar escapar de los brazos de
Valentín, pero ese leve movimiento lo despertó. Valentine, tirando de la cintura
de John hacia atrás, murmuró con voz adormilada.
—… ¿Ya despertaste?
—…John.
—… .
—John.
—Yo… .
Valentine, que se levantó sin demora, se puso la ropa que estaba tirada en el
suelo con indiferencia. El cuerpo desnudo, que se reflejaba en una sombra azul
profunda, dibujó una curva perfecta como una escultura, pero ahora ese
cuerpo solo despertaba miedo en John.
—Está lloviendo.
John levantó la cabeza ante la voz pacífica, que sonaba como si nada hubiera
pasado durante la noche. Cuando Valentine abrió la ventana, el olor de la lluvia
y el aire fresco ventiló la feromona pesada que quedaba en la habitación de
inmediato. Además del olor a lluvia y hierba, otras cosas se mezclaban con el
aire fresco que llevaba el viento. Era la feromona de Valentine. Como John
ahora era un Omega, podía sentirla.
John negó con la cabeza y le entregó el vaso que sostenía. Valentine, que lo
miraba en silencio, tomó un vaso y bebió agua. Su garganta se movía a un
ritmo regular. Después de beber unos sorbos, inclinó la cabeza y besó a John
05. PROM QUEEN PARTE 6
—Haa… .
No tenía tiempo para lavarse. John apenas tomó una camisa y unos
pantalones arrugados y miró a Valentine, que estaba dormido. Con solo ese
breve movimiento, su fuerza física se agotó y las yemas de sus dedos, que se
habían detenido varias veces, temblaron.
John había colocado una pastilla para dormir en el vaso sin que Valentine se
diera cuenta. Era una pastilla para dormir incolora e inodora que siempre
llevaba con él, debido a su trastorno del sueño. Mientras Valentine todavía
sostenía el vaso, John sintió que el corazón se le encogía de miedo. Sin
embargo, sabía que él no se imaginaba que había puesto esa pastilla en el
vaso.
—… .
Mientras John caminaba por el pasillo, miró a su alrededor con una mirada
ansiosa. Sus piernas se retorcieron, preguntándose si la multitud que lo había
perseguido ayer como un preso, aparecería en cualquier momento, pero el
dormitorio estaba en perfecto silencio.
Shaaa…
Como había dicho Valentine, estaba lloviendo. Cuando llegó a los escalones
de piedra en la entrada del dormitorio, John extendió la mano lentamente. Las
palmas que sobresalían del techo se mojaron rápidamente con la lluvia
torrencial. John se quedó parado mirando la fuerte lluvia y volvió la cabeza
ante el repentino sentimiento de que no estaba solo.
—… .
Joseph estaba parado unos pasos detrás de John. Como todavía llevaba
puesto el esmoquin de la fiesta, parecía que no había salido del dormitorio.
Joseph estaba mirando a John con una expresión indescriptible. John también
lo miró de forma insensible. El sonido de la fuerte lluvia cubrió el silencio entre
ellos.
Fue Joseph quien rompió el inestable silencio. Murmuró para sí mismo con una
voz oscuramente apagada. John no respondió, pero eso por sí solo fue una
respuesta suficiente para él.
Sólo entonces John recordó la actitud de Joseph, que a veces era extraña.
Torció los labios. ¿Por qué no conocía las señales de cambio que incluso
Joseph sentía?... Se mordió los labios, porque si se descuidaba un poco,
estallaría en carcajadas.
—… .
—… .
Sin embargo, contrario a su temerosa imaginación, la mano extendida solo le
cerró el cuello de la camisa que se había abierto. Sus manos, que temblaban
con excesiva fuerza, cerraron torpemente los botones.
John miró a Joseph con una expresión en blanco. Joseph se disfrazó con una
expresión feroz como de costumbre, pero sus ojos estaban rojos. Era como si
estuviera conteniendo las lágrimas. En ese momento, John tuvo que tragarse
un nudo en la garganta.
Joseph, que había cerrado todos los botones, levantó la cabeza. De cerca, la
mirada llena de emociones oscilantes se entrelazó con la suya. Joseph
preguntó en voz baja y quebrada.
No podía ser, pero era una pregunta que parecía de preocupación. John, que
parpadeó lentamente, inclinó la cabeza. Era extraño. El hecho de que Joseph,
que nunca había sido amable, fuera un cierto consuelo para él en ese
momento.
Shaaa…
Esa suposición era terrible para John, quien había vivido como un Beta. En ese
caso, solo había una persona en la que podía confiar. Fue cuando acababa de
salir de la puerta de la escuela.
¡Piii…!
Un sedán negro que venía desde el otro lado de la carretera vacía se estacionó
al frente de John con prisa. La ventana polarizada bajó, y fue Joseph quien
apareció dentro del auto. Se estiró y abrió la puerta del pasajero y luego tiró de
John.
—… .
—¿No me escuchaste?
En cuanto a John, no tenía ningún deseo de estar con un alfa como Joseph en
un espacio cerrado. Su repentina bondad también era cuestionable. Además,
Valentine y Dominic también lo habían traicionado. Joseph podría tener
muchas más razones para hacerlo. Al final, fue cuando John, que ya no tenía
dudas, estuvo a punto de pasarlo.
—¡Súbete!
¡Paang-!
—¿A dónde vas así? ¿Quieres que todo el mundo se dé cuenta de lo que
pasó?
—… .
Sólo entonces John vaciló y se subió al coche. Cuando John se sentó, Joseph
pisó el acelerador sin demora.
El coche, que anduvo más de una hora en silencio, llegó a la finca Lindbergh.
La lluvia todavía era torrencial, pero el calentador dentro del auto estaba
funcionando lo suficiente bien como para que Joseph se sintiera
congestionado, por lo que el cuerpo de John, que era como un iceberg, se
sentía muy relajado.
—... Gracias.
John, que dudó por un momento sosteniendo la manija de la puerta del auto,
finalmente le dio las gracias. Joseph, que había mantenido la boca cerrada
hasta el final, inclinó la parte superior de su cuerpo y apoyó la mejilla contra el
volante. Los ojos ámbar, oscurecidos, parpadearon lentamente. Mientras
estaba en silencio, hizo algunas preguntas sin contexto.
—... bueno.
—Qué es esto… .
—¡John!
—Ah, papá… .
—... tú.
Era una situación tan obvia que no había necesidad de preguntar. El arruinado
John todavía llevaba encima la feromona del ciclo del calor, que estaba
mezclada con la feromona de Valentine. Al darse cuenta de lo que eso
significaba, Grace se sentó y se tapó la boca con ambas manos.
—... Oh Dios.
—John… .
Ryan, presa del pánico, se acercó a John pasando junto a Grace, se quitó la
bata que llevaba puesta y se la puso sobre los hombros. El familiar olor a
cigarrillos y colonia le frotó la punta de la nariz, y John sollozó, apoyando la
frente contra él como si se derrumbara. Desde el interior de su garganta, sentía
náuseas tan densas como para asfixiarse.
Ryan agarró los hombros de John. Sin importar lo grande que fuera, John
todavía era un menor de edad que necesitaba el cuidado de un adulto. Ryan lo
sostuvo, mientras lloraba con una expresión terrible.
John levantó la cabeza, sorprendido por su repentina voz fuerte. Entonces, sus
labios temblaron, porque se sintió aterrorizado.
Sólo entonces Ryan se mordió los labios con una expresión confusa, como si
se diera cuenta de lo que había hecho. Luego, como si quisiera dejar eso de
lado, trató de distraer su cabeza.
—… .
En el momento en que escuchó eso, John se sintió aún más tembloroso por
alguna razón. Una sensación de heterogeneidad que no podía explicarse le
oprimía la garganta. Sus ojos, que vagaban por el aire, se volvieron hacia
Grace. Mientras ella lo miraba con un rostro encantado, evitó su mirada. Sus
labios, que siempre sonreían alegremente, ahora temblaban.
—John… .
—… .
—¿Valentine no te anudó?
Solo quería que me abrazaras y me dijeras que todo iba a estar bien... .
No podía precisarlo, pero seguía sintiéndose mal. Y en el momento en que vio
a Grace, que parecía aliviada como si suspirara por su respuesta, la
premonición se hizo clara. El rostro de John se endureció en un instante. Y
como si quisiera hundirlo en su desesperación, Ryan acosó al petrificado John.
—… .
—…a nadie.
Tan pronto como se dio cuenta de eso, los ojos de John se cerraron
débilmente. De repente, una risa de desprecio salió de sus labios torcidos.
Se sintió como un idiota que nunca volvería a existir en el mundo, y que nunca
había encontrado un lugar donde poner su corazón.
—… .
John estaba atrapado en una venganza irracional. Solo tenía una forma de
lastimar a Valentine, que solo había poseído su cuerpo. Era débil y
autodestructivo, pero era la única carta que tenía.
Incluso cuando lo escuchó, una voz fría fluyó a través de sus labios. Ryan y
Grace lo miraron consternados. Y luego abrió la boca y dijo con frialdad.
John contuvo el aliento por un momento, luego pronunció sus últimas palabras,
ayudándose con un suspiro.
Pero Dios no estuvo del lado de John hasta el final. Ryan asintió lentamente
con mucha rapidez, y rompió la cadena familiar que apenas lo sostenía.
Gruesas lágrimas corrieron por las secas mejillas de John.
... ¿Por qué la bata que cubre mis hombros está tan fría?
Como si no pudiera enfrentarlo, Grace escapó con una cara llorosa, y Ryan no
pudo despedirse de él porque tenía que lidiar con Valentine.
Todo el mundo estaba molesto por lo que le había hecho a John, pero al
principio parecía que Valentine estaba ansioso por encontrarlo sin importarle
nada más. Sin embargo, ese era un problema que no tenía nada que ver con
John. Era algo nuevo y extraño. El hecho de que incluso cuando escuchaba el
nombre de Valentine, su corazón era insensible.
Debido a tales circunstancias, fue solo Carter, quien lo había llevado por
primera vez a esa casa, quien finalmente lo despidió. Los dos permanecieron
en silencio durante mucho tiempo uno frente al otro, frente a una mansión
cerca de San Francisco. Como si no supiera qué decir, Carter frunció el ceño.
—… .
—… .
—Te amaba mucho. Estaba orgulloso de ti y te quería. Por cierto…al verte
ahora, me arrepiento de todo.
Carter extendió la mano con cuidado y cubrió la mejilla de John. Él gimió, pero
no lo evitó. Sus cálidos dedos frotaron suavemente la costra de sus labios.
Como siempre, su rostro cariñoso miró gentilmente a John.
—Si hubiera sabido que el tiempo que pasaríamos juntos sería tan corto,
lo habría aprovechado mejor.
—… .
—Tómalo, John. Podrás vivir sin necesidades durante al menos dos años.
John empujó el bolso hacia atrás, liberando un suspiro parpadeante, con los
ojos enrojecidos.
—…Lo siento Carter, lo que sea que salga de esa casa…No quiero
recibirlo.
—¿No sabes que ya eso es imposible? Lo que sea que esa casa te dé,
debes tomarlo. La realidad siempre es más brutal de lo que imaginamos.
—… .
—…Gracias.
Solo después de ver la tarjeta de presentación en su mano, John se dio cuenta
de que ahora estaba solo para siempre. Parecía que le habían hecho un
agujero en el fondo de su corazón. Sintió como si todo su cuerpo fuera
devorado por la oscuridad. Carter también se quedó allí pasmado, como si no
pudiera alejarse.
De los dos, que se habían quedado de pie durante mucho tiempo, fue John
quien dio la espalda primero. Al girar la manija metálica de la puerta, se revela
un interior limpio y espacioso. John, que cerró la puerta principal, se sentó de
espaldas contra ella, como si se hubiera derrumbado. Luego, con la cabeza
apoyada en las rodillas, se quedó allí sentado. Pasó un largo rato antes de que
escuchara al auto de Carter moverse.
—… .
Y como si tratara de consolarse a sí mismo, John cerró los ojos. Una brisa
intempestiva le acarició la frente con suavidad.