Beijo Do Inferno

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EL BESO DEL INFIERNO

Nombre: El beso del infierno | The Kiss From Hell | 지옥의 키스 | 스 프롬 헬


Autor| Ilustrador: Irobi |이로비
Género | Categoría: Drama | Romance | Omegaverse | Obsesión |
hermanastros | amor | Odio
Año: 2018
Volúmenes: 4
Editorial: Piache Publishing | 피아체 출판
Estado de traducción: En proceso

Original en: RIdibooks


Original en: Google Play books

Incluso en el infierno, estaremos juntos hasta el final. Después de perder a su


madre de la noche a la mañana, siguió a su padre, a quien conocía por primera
vez y se mudó a Inglaterra. Allí se encontró con un ángel que sacudió su vida.
Era su medio hermano Valentine, del que ni siquiera sabía que existía antes.
—Prométeme John, que siempre seremos lo más importante, el uno para el
otro. Valentine, hábilmente había atrapado a John, dominando su mundo,
domesticándolo todas las noches con sus brazos. A medida que pasa el
tiempo, la relación entre los dos se vuelve mucho más estrecha, y la obsesión
de Valentine con John, llega a extremos insospechados. Y un día antes de
graduarse de la escuela secundaria, ocurre un incidente que cambia
instantáneamente la relación entre los dos.
01. SINCERE WELCOMING
PARTE 1
Por fuera de la ventana de un lujoso avión privado, las nubes que parecían
esponjosas se extendían sin cesar.

—¿Te sientes bien?

John, que miraba fijamente el halo que brillaba ante sus ojos, levantó la cabeza.
Era el hombre que lo había traído aquí. El hombre, que parecía tener más de
treinta años, dijo que se llamaba Carter Simpson y era el secretario de Ryan
Lindbergh.

—…Sí, estoy bien.

Cuando John asintió arter levantó la muñeca y miró la hora.

—Llegarás a Inglaterra pronto. Dicen que estamos a punto de aterrizar, en


unos treinta minutos.

—Ah… ¿Sí? Gracias por hacérmelo saber.

John respondió con una leve risa. Carter lo miró en silencio.

Así que solo tiene once.

Lo había sentido desde la primera reunión, pero John era un niño silencioso.
Aunque podía hacer muchas preguntas, no había manera de que preguntara algo
primero, y si no era necesario responder, se quedaba en silencio.

Su calma, era un poco pasada por alto por Carter. Hace aproximadamente un
mes, John era un niño de once años que había perdido a su madre. Además,
ahora se dirigía a ver a su padre, a quien nunca había conocido antes.

Nunca había tratado con un niño, pero Carter sabía que la reacción de John no
era común. Entonces decidió hablar con John, aunque él no estuviera interesado
en el trabajo de otras personas.

Cuando Carter se sentó en el asiento vacío, que estaba en frente, John, que
estaba inclinado, volvió la cabeza. Un par de ojos verde oscuro se volvieron hacia
Carter.
—¿Has ido a Inglaterra antes?

—Hum…No. Solo he estado en LA.

—No has vivido en otro lugar en Estados Unidos.

—No, mi mamá siempre estaba ocupada. Esta es la primera vez que tomo un
avión. No estoy seguro, pero, ¿Todos los aviones son como este?

John acarició el asiento de cuero con la punta de los dedos e hizo la pregunta.
Carter se encogió de hombros en lugar de responder. Lo que estaban montando,
era un avión de lujo de la serie Gulfstream, que constaba más de 40 millones de
libras.

Quizá la mayoría de las personas, podría vivir con lo que costaba un avión
privado. Carter acomodó la parte interior de su cuello y posó las dos manos
afiladas sobre sus muslos.

—Probablemente Richmond, será un buen lugar para vivir.

—¿Es ahí a dónde vamos?

—Si, es correcto.

—¿Cómo es ese lugar?

—No lo sé. Es un barrio tranquilo con hermosos parques, casas antiguas y


tiendas exclusivas.

Ante la respuesta de Carter, John asintió como si ya lo supiera, y luego volvió a


mirar por la ventana. Parecía que su intento de hablar con el niño había fallado.
Carter miró la cara del niño, en lugar de decir algo más.

…El hijo ilegitimo oculto de Ryan Lindbergh.

Debajo del cabello castaño oscuro, estaba sentada una cara pálida y delgada. Los
ojos verdes rodeados de motas cobrizas, tenían un brillo sombrío y los labios finos
cerrados en una línea recta, parecían sensibles.

Objetivamente, John era un chico muy hermoso. Nadie podía estar en desacuerdo
en que sería un chico muy guapo cuando creciera. Sin embargo, la impresión de
siempre estar deprimido, socavaba su encanto natural.

Hablando de Ryan Lindbergh, él era un hombre totalmente diferente a John. Era


extremadamente atractivo y su personalidad también era extrovertida y ostentosa.
Mirándolo de cerca, parecía que tenían algunas similitudes, pero estaba claro,
que, si se colocaban el uno al lado del otro, nadie notaría que eran familia.

Además, el chico decía que era beta.

La familia de Lindbergh era predominantemente alfa y omega, con un alto


porcentaje de dominio. Era un hecho conocido que practicaron el incesto hace
unos pocos siglos, para mantener la legitimidad de los parientes consanguíneos.

John, que era un beta y no tenía cualidades particularmente sobresalientes, no era


un niño que pudiera llamar la atención de Ryan. Carter rara vez se equivocaba en
sus especulaciones. Aparentemente, solo hace un mes, Ryan se enteró que la
madre de John había muerto.

Entonces, inesperadamente había decido traer a John a vivir con él. ¿Qué estaba
pensando Ryan? Estaba planeando presentar un hijo ilegitimo a pesar de tener
una bella esposa y un hijo encantador. Carter no lo podía creer. Era difícil para
Carter adivinar, si los demás miembros de la familia aceptarían a John, o no.

Sin embargo, eso parecía no importarle a Ryan.

Con el tiempo, un miembro de la tripulación se acercó y anunció que pronto iban a


aterrizar. Carter asintió y se levantó para que John pudiera disfrutar de algún
tiempo a solas.

El avión comenzó su descenso a través del rio Támesis, preparándose para


aterrizar. Después de pasar por un campo verde, una tierra aislada y vasta se
extendió por la ventana. Y una magnifica mansión construida al estilo
neorrenacentista se alzaba en el vasto terreno.

Pronto el avión se sacudió levemente y se quedó pegado al suelo. El avión se


detuvo por completo, solo después de dar algunas vueltas en la pista. Carter,
sosteniendo su teléfono celular en la mano, apareció cuando John, se estaba
quitando el cinturón de seguridad.

—Sí, hemos llegado.

John, que se había levantado del asiento, miró a Carter. Con sus grandes ojos
inquietos, Carter estuvo a punto de acariciarle la cabeza a John, sin darse cuenta.
En su lugar, Carter apartó la mano y agarró su maletín.

—Te veré en la biblioteca en 20 minutos.

John se subió al Rolls-Royce Phantom, que lo estaba esperando junto a Carter.


Su rostro no revelaba sus emociones, pero en realidad estaba bastante
sorprendido.
Fue sorprendente que hubiera un área exclusiva dispuesta para el aterrizaje del
avión, al lado de la propiedad privada, pero también fue sorprendente que la
distancia entre la pista y la mansión fuera lo suficientemente grande como para
tener que conducir. Para John, que había vivido en un departamento cerrado con
su madre Emily, todo esto era surreal.

Aunque Emily, solo fue el romance de una noche de verano, John sabía que todo
era una coincidencia.

Aun así, si pensaba en que se habían separado en la etapa de citas…

Esa situación lo llevó a dudar de que Emily fuera realmente consciente de la


identidad de su padre. Todos los hombres que Emily conoció fueron los peores,
pero ¿Qué pasaba con Ryan? Parecía que él no era una buena persona, incluso
nunca vio su rostro, mientras Emily luchaba para sobrevivir. Entonces, John solo
esperaba que no fuera un asesino, un pervertido o que lo hubiera traído con un
oscuro propósito.

De repente, los vastos jardines verdes se revelaron a través de los espesos


huecos de los árboles, y entre ellos, una lujosa y enorme mansión se erguía.

—En primer lugar, estarás cansado por el desfase horario, así que saluda al
Señor Lindbergh y vete a la habitación que ya está lista para que descanses.
Pensemos en el futuro.

—Sí, lo haré.

John asintió ante las palabras de Carter.

John, no te dejes engañar por las apariencias. Así parezca bueno, no lo


creas. De todos modos, ten cuidado de no ser atrapado por personas malas.
Vámonos.

¿Cuál era la razón de que las palabras de Emily, de repente le vinieran a la


mente? John frotó sus palmas sudorosas en los pantalones y se alejó del auto
estacionado. Vio los céspedes bien cuidados y sintió el aroma de la hierba
meciéndose con la brisa del viento, el cielo era tan brillante que dolía. E incluso,
aunque fuera hermoso, tenía miedo de todo lo que estaba pasando. John estuvo a
punto de salir corriendo, de lo aterrado que estaba.

—¡John!

Al medio día, en un ambiente tranquilo y relajado, la voz vigorosa de un niño


resonó. En ese momento, John volvió la cabeza inconscientemente. Algo blanco y
brillante rodeado de luz blanca, corría violentamente hacia él. El rubio parpadeante
se reflejó en la luz del sol, dejando una imagen deslumbrante. Cuando John
frunció el ceño ligeramente, el niño, que se estaba acercando, saltó hacia su
pecho.

—¡…!

Tropezando en reacción, John retrocedió y miró al niño con los ojos bien abiertos.

—¿No es así?

Y en el momento en que el niño levantó la cabeza, algo dentro de John murió.

Tenía como seis años de edad. Era un niño hermoso como un hada. Sus brillantes
pies de platino y su rostro inmaculado, era como el de los ángeles, y sus grandes
ojos azules, como el zafiro, le recordaban al mar. Los gruesos labios eran
intensamente rojizos, como si fueran pétalos de rosa, y parecía tener un sabor
dulce el morder las mejillas sonrosadas que se habían calentado con anticipación.

El niño miró a John, con una mirada de alegría. A John le latió el corazón deprisa.

—…sí, soy John.

—Lo noté inmediatamente. Te estaba esperando.

—¿A mí?

—Sí, soy Valentín, tu hermano. Tu eres mi hermano y estaremos juntos de


ahora en adelante.

Cuando terminó de hablar, Valentine volvió a abrazar la cintura de John. Mientras


frotaba las mejillas sobre el pecho de John, se extendió el suave y peculiar aroma
de un niño pequeño. En respuesta, John miró al niño con una bonita sonrisa.
01. SINCERE WELCOMING
PARTE 2
El primer encuentro con su padre, Ryan, fue más tarde de lo esperado. Era una
sensación de entumecimiento y rigidez de oficina, como si compartiera los mismos
preceptos de un internado.

Para John, la primera impresión de Ryan, fue la imagen de una revista deportiva,
con una raqueta de tenis y sonriendo. El cabello rubio bien peinado, piel
bronceada, como un animal carnívoro que exudaba confianza.

Desde el momento en que lo conoció, John se dio cuenta de que no serían


capaces de llevarse bien con facilidad. Y Ryan parecía sentir lo mismo. Ryan,
barrió su barbilla con una expresión incómoda, como si no tuviera idea de qué
decir.

John has crecido mucho. Bueno, lamento lo que le sucedió a Emily.

Gracias por venir.

Suena como una excusa, pero quiero que sepas, que me enteré tarde de tu
nacimiento y que entiendas que no había nada que yo pudiera hacer.

Bueno. Debes estar cansado…Te veré para la cena.

Estaré allí.

Ese fue el fin de la conversación.

Con un escape desgarrador de la biblioteca, John recordó su breve conversación


con Ryan. No se sentía como un padre, pero no parecía ser un psíquico, un
asesino o un amante extraño. John estaba un poco aliviado por ese hecho. Carter,
que caminaba junto a él, miró hacia abajo.

—La conversación terminó mucho antes de lo que esperaba, pero ahora el


señor Lindbergh también debe estar avergonzado… Eso se debe a que lleva
tiempo acostumbrarse.

—Estoy bien. Gracias por su preocupación.

—Tal vez piensas muchas cosas, pero solo debes relajarte.


—Um… no realmente.

John frunció el ceño. Fue extraño ver a su padre, por primera vez desde que
nació.

Todavía no sabía cómo hablarle. No, más bien…

Sorpresivamente, un pequeño niño rubio, surgió en sus pensamientos. Había sido


alejado de él rápidamente por la mano de alguien, pero fue bastante
impresionante. ¿Por qué le había dejado una impresión tan fuerte? Ya sea
porque saltó a sus brazos sin dudarlo, o porque él, había sido encantado con sus
bonitos ojos como joyas, John no pudo determinar la razón exacta.

John, que dudó un momento, miró a Carter.

—Um, Señor Simpson.

—Puedes llamarme Carter.

—Carter, ese niño… .

—Ah, te refieres a Valentine.

—Si, ese Valentine es…. Dijo que era mi hermano.

—Si. Ahora tiene diez años, es un año menor que tú.

—¿Eh? ¿Tiene diez años?

John, sorprendido por lo inesperado, hizo un ruido fuerte. Parecía que Carter lo
había notado. A los diez años, Valentine parecía mucho más joven que
eso. Aunque John era delgado, era más alto que sus compañeros, e incluso
teniendo en cuenta eso, la cabeza del niño solo podía alcanzar su pecho.

—Todavía es un poco pequeño. Sin embargo, dado que su genética es


favorecida, tanto por su ascendencia materna como paterna, crecerá pronto,
cuando sea un adolescente.

—Que tonto... Pensé que era más joven.

—La mayoría de las personas que han visto por primera vez a Valentine,
piensan lo mismo. Por cierto, parece que le gustaste bastante al niño.
Normalmente, es un niño gentil, pero es la primera vez que tiene esa
reacción.
—… ¿De verdad?

—Bueno, los dos son hermanos. No hay nada malo en que sean unidos,
¿verdad?

—Hermano. John quien remplazó su respuesta, asintiendo torpemente, se frotó la


mejilla. La piel que tocaba la palma de la mano, estaba más excitada por el calor,
que de costumbre.

Emily, que había estado siempre con él, se había ido. Y el padre y el hermano
menor, que había visto por primera vez intentaban tomar su lugar. Todo era
extraño, como si el cielo y la tierra estuvieran invertidos. John murmuró en voz
baja.

Nuevo hogar, nuevo entorno, nueva tierra, nueva… familia.

… Una nueva familia.

Sin Emily.

Mientras sus pensamientos se alejaban, hubo una repentina sensación de


disociación. El vacío que nunca había sentido antes, perforaba su corazón. John,
que quedó atrapado en una ola de intensa emoción momentáneamente, tropezó
sin darse cuenta. Carter se inclinó asombrado y lo enfrentó.

—¿Te sientes mal?

—… No. Solo quiero descansar.

Carter tocó la frente y la garganta de John, quien palidecía. Después de confirmar


que su temperatura corporal no era alta, Carter lo agarró por el brazo.

—Primero, ve a la habitación a acostarte, yo llamaré a un médico… .

—No, Carter, No estoy enfermo. De verdad… Estoy cansado y solo quiero


dormir.

Carter todavía estaba ansioso, pero lo condujo al piso ignorando las palabras de
John. El interior de la mansión, era tan abrumador como el exterior. John

siguió a Carter, pasando los coloridos y grandes salones y muchas habitaciones


para llegar a su destino.

—De verdad… ¿Es esta mi habitación?


John, que parpadeó lentamente, le preguntó a Carter.

—¿No te gusta?

—No… No, es solo que esta habitación es tan grande como una casa.

La habitación, con su ventana delantera, era lujosa y espaciosa como las que
aparecían en la serie 007. En medio del techo alto, colgaban deslumbrantes
candelabros de cristal y las paredes estaban decoradas con mármol natural. Se
colocaron alfombras Kashizadeh con patrones delicados en el piso y un gran
balcón afuera de la puerta de vidrio. La cantidad de muebles que componían la
habitación era pequeña, pero todos tenían un brillo lujoso.

—Di si no te gusta el interior. Intentaré reflejar tu gusto, lo mejor posible.

—Quiero… todo es genial.

Cuando Carter presionó un botón en la pared, la persiana se bajó lentamente y se


tragó la luz. Pronto, la habitación se oscureció a excepción de la suave luz de una
lámpara de humor, colgada de la pared.

—Será difícil debido al desfase horario, por lo que es mejor que duermas. Me
informaron que prepararon la ropa para que te duches, después de
levantarte. Vendré a despertarte antes de la cena.

John asintió y se subió a la cama. Mientras se acuesta y se mete entre las


sábanas, Carter disminuye el brillo de las luces.

—Entonces, tómate un descanso.

—Eh… Carter.

—¿Sí?

—Gracias. Por todo.

—Este es mi trabajo, así que no tienes que agradecerme.

Después de eso, Carter desapareció detrás de la puerta. Era un poco franco,


pero era un buen hombre. Más tarde, John cerró los ojos, decidido a despedirse
nuevamente. Emily emergió como una imagen secundaria y pronto, algo más
oscuro que la propia oscuridad, golpeó rápidamente a John.
0.1 SINCERE WELCOMING
PARTE 3
—Si… .

John se sintió frustrado. Todo su cuerpo estaba sudoroso, demasiado caliente y


sentía la garganta seca. John, que deambulaba en sus sueños, no pudo soportarlo
más y abrió los ojos en medio de sus pesadillas.

—… .

Era un lugar completamente extraño. —Donde estoy… Un suspiro bajo, fluyó a


través del espacio entre los labios de John, quien recordó por un momento.

—Ah…sí. Aquí.

Solo entonces, los sentidos volvieron a todo el cuerpo, enterrado en la mullida


ropa de cama. John intentaba secarse la frente sudorosa. Tenía el cuerpo rígido.

—Alguna cosa… Ahí está.

Puede saber con certeza, cuando recuperó la conciencia. Había algo pesado en
su pecho y su estómago. Sintió un cálido aliento, soplar uniformemente alrededor
de su pecho. Con una cara tensa, John extendió sus manos libres y miró por la
esquina de la sábana. Entonces, tan pronto como vio la pequeña cabeza en el
espacio entre las mantas, casi gritó.

John se mordió los labios, por el susto momentáneo, pero tuvo el valor de intentar
mirar de cerca.

—…ah.

Un breve gesto de sorpresa surgió de la boca de John, al confirmar que era el niño
que había visto antes. Valentine estaba dormido, aferrado al costado de John.
Aunque la manta estaba cargada, el niño dormía bien, con sus cortos brazos
alrededor de su cintura.

—¿Qué hora es? Esto es lo que había estado haciendo desde entonces.

John entrecerró los ojos, ante la dificultad de liberarse. Aunque trataba de


levantarse, no podía porque Valentine estaba envuelto, alrededor de su cintura y
sus muslos, y por eso John, estaba sudoroso. La frente redonda del niño también
estaba tibia.

John reflexionó por un momento, pero concluyó que nunca podría levantarse así.
Cuidadosamente sacudió el hombro del niño.

—Hmm…oye.

—… .

—¿Quieres despertar?

—… .

—… ¿Valentine?

El pequeño cuerpo de Valentine se sacudió sin resistencia, cuando John lo


sacudió. No fue hasta que se durmió de nuevo, y después de algunos intentos,
que Valentine gritó y se lamió los labios. John miró la cara del niño sin que lo
notara. Le había sorprendido antes, pero era un niño hermoso. Como si lo
hubieran hecho de azúcar.

Abrió los ojos. Las pestañas largas y espesas se abrieron lentamente y


aparecieron los grandes ojos azules. En el momento en que esos ojos borrosos se
volvieron hacia John, la expresión de Valentine se iluminó rápidamente.

Justo cuando se reía, ante la expectativa de que se apartara de su cuerpo,


Valentine se subió un poco más y abrazó su cuello con fuerza. John abrazó la
espalda del niño. Valentine murmuró con voz de alegría, frotando su cabello
alrededor de la nuca de John.

—Finalmente estás despierto, John.

—¿Qué?

—¿Por qué ni siquiera me saludaste y solo dormiste? Seguí esperando que


te levantaras… .

—Espera un minuto… ¿Tú también estabas durmiendo?

—Eso es porque John no despertaba. Fue por eso que me quedé dormido,
por culpa de John.

—Ja, ja… Eres un poco desvergonzado.


A John le causó mucha gracia y se rió un poco. Entonces Valentine, abrazó con
más fuerza su cuello. John, reflexivamente envolvió la espalda de Valentine y se
rió entre dientes, como si fuera feliz. Pensó John, estrechando la frente.

¿Tenía 10 años de edad?

Lo había sentido antes, pero en opinión de John, Valentine parecía mucho más
joven en apariencia y en personalidad. Los chicos precoces, como los amigos de
John, ya estaban muy interesados en todo lo sexual, y John no estaba tan lejos,
pero, sin embargo, él sabía muy bien sobre la situación de los adultos.

Pero cuando Valentine preguntó: —¿Sabes que es el sexo?, Parecía estar


sonriendo con una mirada inocente. Anteriormente, Carter le había dicho que
Valentine era gentil… Parecía que estaba completamente equivocado. Con
este pensamiento en mente, John miró hacia el techo y Valentine, que se
abrazaba a su torso, también miró hacia arriba.

—John, no me evites, muéstrame tu cara.

Aunque John tenía una cara sombría, miró a Valentine con pureza. Entonces
Valentine, que tenía una mirada relajada, miró a John como si él fuera un misterio.
Una pequeña mano tocó la frente pálida de John, los huesos de sus cejas
curvadas, la nariz estrecha y alta, y los labios protuberantes. Valentine miró
fijamente su rostro durante mucho tiempo, entrecerró un poco los ojos y extendió
la mano.

—No te pareces a mí. ¿Por qué es eso?

—Bueno, me parezco mucho a Emily.

—¿Emily?

—Sí, mi mamá.

Cuando John se rió y respondió, Valentine abrió mucho los ojos. Solo entonces,
John pensó que el joven Valentine podría no conocer todos los detalles. John puso
los ojos en blanco, mientras tomaba la mano que tocaba su rostro.

—Eh… entonces. Tú y tu padre son iguales, y que hay de tu madre.

—Somos hijo de papá, ¿No? Se lo que significa ser medio hermano.

—¿Sí? Me alegro.

—Mi mama se llama Grace. Emily debió haber sido muy bonita.
—¿Qué?

—Porque John también es muy bonito.

Al final, John había atado los cabos sobre Valentine. Pero no era que estuviera
realmente de mal humor, sino que tenía un gran propósito al tratar de seguir sus
locas palabras. Era extraño. No le molestaba, ni odiaba esa conversación con ese
niño pequeño. No, más bien…

—Disculpa que sea bonito para ser un hombre. Deberías decir que soy
genial.

No lo odió, más bien lo disfrutó. Pensó que era la única persona, que le mostraba
sus buenos sentimientos en este lugar. Después de mucho pensar, John tocó en
broma, los gorditos cachetes de Valentine. Entonces Valentine asintió mucho.

—Si, bonito, genial y varonil. ¿Cómo me veo ante los ojos de John?

—¿Tú?

—¿Te gusto?

La expresión, mientras preguntaba era tan seria, que John se rió


inconscientemente. Los ojos de Valentine brillaron al ver su sonrisa. John, levantó
su torso para evitar que Valentine se cayera. Aún sentado en los muslos de John,
Valentine comenzó a engancharse a él.

—Rápido, John. Aún no has respondido. ¿Yo te gusto?

—Ja, ja. Llegaste a la meta.

—¿Me odias?

—No. Suenas divertido. Ok.

Solo entonces, Valentine sonrió. Incluso mucho antes de quedarse dormido, el


sentimiento de John, de que estaba infinitamente deprimido, parecía desaparecer.

—… tengo hambre.

Dijo John, mirando abajo a Valentine, que aún colgaba de él. De repente, John
sintió un hambre feroz que le hizo arrugar la frente. Desde el momento, en que
había seguido a Carter, estuvo nervioso y no había podido comer nada.

—Será mejor que bajemos de la cama ahora.


—Uh, sí, bien. En cambio, prométeme una cosa, John.

De repente, el dedo de Valentine alcanzó la nariz de John.

—¿Qué?

—Somos hermanos. En el futuro, deberíamos estar cerca, el uno del otro.

—Huh.

—Me lo prometes, John. Vas a estar más cerca de mí en el futuro.


¿Entendido?

—… .

—Siempre seremos los primeros.

John tenía una cara sombría. De repente, se sentía como un idiota que tenía una
conversación seria con Valentine. Mirando el final de esas promesas infantiles,
estaba claro que Valentine todavía era un niño, que no sabía nada.

Pero eso… se trata de acertar o equivocarse.

No iba a ser un problema.

—Sí. Está bien. Por favor, cuida de mi en el futuro.

Pero entre eso y aquello, a John que no le importaba, puso su dedo sobre el corto
dedo de Valentine. En ese momento, se dibujó una sonrisa melosa en la cara de
Valentine. Sus brillantes ojos azules, se curvaron alegremente y sus mejillas, se
englobaron en un círculo. Era una bonita sonrisa con un aroma especial.

—Lo prometo.

Valentine apretó su dedo con fuerza y respondió susurrando. En lugar de


responder a las palabras de Valentine, John asintió y se echó a reír.
01. SINCERE WELCOMING
PARTE 4
—Reportero o paparazzi… ¿Por qué?

John, que vertía leche en el cereal, parecía idiotizado. ¿Qué acababa de decir Carter? Se
tragó el plátano que estaba masticando en la boca y se frotó los labios con una servilleta.

—Pero no sé. ¿Por qué debo tener cuidado con ellos?

—Ryan tiende a proteger su privacidad, pero hay algunas cosas que no se pueden
evitar. El equipo de relaciones públicas responderá, de la manera más proactiva
posible, pero aún existe la posibilidad de que esté expuesto a los medios de
comunicación.

—Ryan es… ¿Un actor?

Carter no pudo evitar bajar la cara. Era una celebridad, por lo que incluso la búsqueda de
“Ryan” en el cuadro de búsqueda de Google, expondría a “Ryan Lindbergh” en la parte
superior de los términos de búsqueda automática.

Pero todavía eres un niño, así que quizás no lo sepas.

Intentando que comprendiera sus palabras, Carter le explicó gradualmente a John, como era
Ryan. Solo entonces John, supo que Ryan era un magnate, mucho más poderoso de lo que
pensaba. Según Carter, el grupo Lindbergh, que se formó a mediados del siglo XVII como
un negocio de préstamos, ahora ejercía gran influencia en diversos campos de los negocios,
como la logística, las finanzas y el petróleo en Europa y América del Norte.

Y Ryan Lindbergh, miembro del clan británico, era el jefe de Loyal&Trust, el grupo de
inversión en medios más grande del mundo. Carter explicó que el grupo L&T actualmente,
tiene emisoras, revistas de periódicos y distribuidores de películas en los Estados Unidos y
Europa. Al ver a John confundido, porque no entendía, Carter trató de contarle todo
nuevamente, con palabras de un niño de once años.

Entonces, la mitad de las películas, dibujos animados, noticias y programas de televisión


que ves, se hacen a través de Ryan.

—Wow… ¿Eso es real?


—La gente siempre se pregunta sobre la privacidad de Ryan. Nadie desaprovecharía
la oportunidad de decirle a Ryan que tiene un hijo de la nada.

—Ahora entiendo. Entonces yo… ¿Qué debo hacer?

—No tienes que hacer nada especial. Pero nunca hables con nadie del pasado.
Especialmente cuando es algo tan privado. Ya sea a un reportero o a un amigo.
¿Bueno?

John asintió con la cabeza, vertiendo un poco de leche en el cereal ablandado. De repente,
se sintió mal del estómago. Fue porque sintió, como si se hubiera convertido en una
cenicienta, en lugar de sentirse como un príncipe heredero. John todavía no tenía el poder
para digerir todos estos cambios.

John, que perdió el apetito, finalmente tomó unas cucharadas.

Emily debió haber visto algunas noticias…

Desafortunadamente, Emily no estaba interesada en los temas de la sociedad. Si hubiera


tenido interés en los asuntos de actualidad, la búsqueda de su padre habría sido un poco
diferente. Con ese pensamiento en mente, John se rascó la punta de la nariz.

—Nos marcharemos cuando termines de comer. El auto está esperando.

—Sí, entiendo.

John asintió y se levantó. Luego se subió al Rolls Royce Phantom, estacionado frente a la
mansión. Desde el día que llegó, Carter era a la única persona que había visto John, desde
el primer día.

Ya habían pasado varios días desde que John llegó a Richmond. En la primera noche, Ryan
se fue de viaje de negocios y Grace todavía estaba en el exterior. Valentine también regresó
al internado y no pudo volver a verlo desde ese vez. En ausencia de todos, John estuvo
preparando todo lo necesario para vivir en el Reino Unido, como pruebas de capacidad
académica, y controles de salud. Y hoy, era su primer día de escuela.

Las calificaciones de John no eran malas, pero solo estaba al nivel de los niños de las
escuelas públicas. John no hablaba otro idioma que no fuera inglés y nunca había
practicado esgrima, ni equitación. Entonces Ryan decidió, que sería mejor contratarle a un
tutor, en lugar de ingresarlo directamente al internado.

Para John, todo era lo mismo. Sin embargo, tan pronto como decidió asistir a la escuela, se
sintió mal al saber que Valentine, estuvo llorando porque no podía abandonar el internado.
Viajaron por treinta minutos y finalmente la escuela Willingham hizo su aparición. Los
viejos edificios con ladrillos rojos sobre el césped, se enfrentaban entre sí. La emoción y la
tensión que sentían los niños que iban a la escuela, cambió el corazón de John.

—Tú eres John.

—Hola Señor.

—Mucho gusto, John. Como todos son buenos niños aquí, no tendrás dificultades para
adaptarte. Si tienes algún problema, dímelo en cualquier momento.

—Gracias.

Afortunadamente, el supervisor fue amable y saludó a John con cálida cortesía. John, que
se volvió más decidido que de costumbre, lo siguió a la clase a la que fue asignado. Era
inusual que los estudiantes entraran durante el semestre, por eso un par de alumnos
curiosos, se volvieron hacia John. La maestra comenzó a hablar, mientras miraba a todos
los integrantes de la clase.

—Ahora, tendrán un nuevo amigo, que estará con ustedes a partir de hoy. John, ¿Por
qué no te presentas?

—Hola. Soy John Lindbergh, por favor sean mis amigos en el futuro.

El acento americano de John, hizo que las expresiones de los niños fueran más interesantes.
John no lo había notado, pero los uniformes hechos a la medida, que la mucama le había
arreglado, lo hacían parecer todo un caballero.

—Soy Jane. ¿De dónde eres?

La niña sentada junto a la ventana abrió la boca. John se encogió de hombros.

—Viví en Los Ángeles, antes de venir aquí.

Esta vez, el niño sentado frente a Jane dijo emocionado.

—Si es Los Ángeles, ¿No es donde está Hollywood? ¿Entonces, debes haber visto
muchas celebridades?

—Mi casa quedaba un poco lejos de allí, pero pude ver algunas de ellas. Muy
ocasionalmente.

—¿A quién has visto?

—Bueno. A Ironman… .
—¡Eso es genial!

John logró llevarse bien con los niños el primer día de clases. La clase consistía en quince
estudiantes, la mayoría de ellos Alfa y Omega. Muy pocos niños eran beta, como John, y
recibían una estricta educación. Los niños no se discriminaban entre sí.

El día pasó rápidamente. Los niños internos se fueron a sus clases después de la escuela, y
John se preparó para despedirse. Cuando salió del edificio, fue contactado por el conductor
que había llegado.

—Oye.

—¿…?

—¿Eres John?

Mirando hacia atrás, vio a un chico alto y pelirrojo. Tenía ojos claros y feroces, sus labios
gruesos, con una línea inclinada como sonrisa, se veían vulgares. Cuando John asintió en
silencio, se acercó. Luego miró directamente a John.

—No son muy similares.

—¿Qué?

—¿Eres el hijo de Ryan Lindbergh?

En respuesta, a la pregunta directa del niño, John puso los ojos en blanco. Al principio, lo
hizo porque no sabía quién era el niño frente a él, y también recordó lo que Carter le había
dicho en la mañana, y por eso no sabía que decir. En lugar de responder, John le preguntó.

—¿Y quién eres tú?

—Soy Joseph Pierce. Al igual que tú, estoy en quinto grado.

—Bueno. Pero Joseph, ¿Sabes quién soy?

— No sé nada. De todos modos, no has respondido mi pregunta. Dicen que eres el hijo
oculto de Ryan, ¿Pero es eso verdad?

Joseph preguntó de nuevo. Aunque John era alto, Joseph también lo era y tenía esa
peculiaridad de chico problema. John frunció el ceño. No sabía quién era Joseph, pero era
muy molesto. Prácticamente estaba indicando, que John no era hijo de Ryan.

—Joseph, ¿Qué tiene que ver eso contigo?


Una voz tranquila vino de detrás de su espalda. Joseph y John volvieron la cabeza al mismo
tiempo. Era Valentine, al que no había visto hace unos días. Incluso en su uniforme, seguía
siendo tan encantador como un joven griego. Tap, Tap. Los zapatos de Valentine sonaban
sobre un piso libre de polvo. Cuando llegó al lado de John, miró a Joseph con los ojos fríos.

—Te pregunté. ¿Qué tiene que ver eso contigo?

Mientras se enfrentaba a Joseph, que era mucho más alto que él, Valentine no se encogió en
absoluto. Por el contrario, Joseph, que estaba un poco abrumado, de repente arrugó su
expresión, como si se diera cuenta de que estaba actuando como un tonto. John se paró
lejos y miró a los dos.

—Estaba hablando con ese niño, ¿Por qué me estás interrumpiendo?

Joseph se lo reveló a Valentine. Entonces, Valentine sonrió levemente, como si le hubieran


contado un chiste gracioso. A primera vista, parecía una risa inocente, pero se sintió un
escalofrío. Valentine mantenía su frialdad, mientras sonreía.

—¿Sabes qué Joseph?, A mí me pareció que estabas peleando con John.

—¿Qué?

—A tu bisabuelo no le gustaría que fueras tan estúpido.

—… eres tan descarado, Valentine. Bastardo.

Joseph desapareció, mordiéndose los labios, con una expresión de derrota y dándoles la
espalda. Valentine miró la espalda de Joseph con una expresión de frialdad. Después de que
se fue, hubo un silencio misterioso. Para neutralizar la pesada atmósfera, John tocó el
hombro de Valentine.

—Tenía mucho tiempo sin verte.

Y en el momento en que los ojos de los dos, se encontraron, la atmósfera se invirtió.


Valentine sonrió brillantemente, con una cara tranquila. Sus ojos brillaban y brillaban, y las
mejillas elegantes lucían animadas. Fue un cambio tan dramático, como si la primavera
llegara repentinamente tras el invierno.

—Te extrañé, John.

Incluso sin pretenderlo, se convirtieron en el centro de atención de los compañeros que


pasaban junto a ellos. Sin embargo, Valentine parecía incapaz de ver tal cosa, y sostuvo los
brazos de John. Al verse sostenido con fuerza, John reflexivamente, intentó empujarlo, pero
en lugar de zafarse, Valentine cavaba más profundo en sus brazos.
¿Son tan amigables?

No odiaba el hecho de que Valentine estuviera tan feliz de verlo, pero se sentía incómodo.
Envolviendo la pequeña espalda en sus brazos, inconscientemente se preguntó qué decir.

—Ha pasado tiempo… Gracias.

—Ese bastardo, estoy seguro de que lo oyó como una rata, en alguna parte.

—¿Qué?

—Joseph. El abuelo de ese tipo y mi padre, son miembros del mismo club. Ese idiota
no puede mantener la boca cerrada, cuando se entera de los secretos de los demás.
Entonces, John, yo te protegeré de él.

—… .

—No te preocupes por eso, ¿Entendido?

John se obsesionó de repente, con extrañas emociones. El niño que me da su cariño, trató
de protegerme, e incluso se ofreció a hacerlo. Cuando John no dijo nada, Valentine lo
soltó. Parecía sorprendido por el comportamiento de John, pero no lo notó.

—Gracias, Valentine. Um… tengo un hermano muy fuerte.

—Por supuesto. Te protegeré de ahora en adelante.

—… Realmente no soy tan débil. Gracias de verdad.

Con la barbilla de Valentine en el pecho, Valentine levantó la vista y sonrió ampliamente.


Mientras abrazaba a John, susurraba como encantado.

—¿Estas cansado por ser tu primer día de escuela? Vete a casa pronto.

—Está bien.

Valentine extendió la mano, y John dudó un instante antes de sostenerla. Entonces, los dos
unieron sus hombros y se despidieron.
01. SINCERE WELCOMING
PARTE 5
La mayor parte de su vida diaria en Richmond, se había vuelto loca.

Sin embargo, cuando se acostumbró a los cambios, surgieron cosas inesperadas


que comenzaron a acosar a John. Una de ellas, era el insomnio.

Al principio, era difícil adaptarse a una vida completamente diferente, por lo que no
podía permitirse preocuparse por nada más. Pero su vida cambió. Cuando se
acostumbró a usar ropa a la medida, perdió una sensación de espacio, y un
sentimiento de pérdida tardío invadió el pecho de John.

De hecho, Emily no había sido una buena madre, para empezar. A menudo,
abandonaba la casa, cambiaba constantemente de amante y solía dejar a John
solo. Era una madre inmadura, que incluso confiaba en que él podía arreglárselas
solo.

Sin embargo, John amaba a Emily sinceramente. A pesar de su inseguridad y


debilidad. Y a pesar de toda la torpeza, el amor que Emily le dio a John, fue
real. Un par de almas imperfectas, a veces se sentían perfectas cuando estaban
juntas. Era una paz, sin problemas.

Poco después de la muerte de Emily, John inconscientemente se alejó de su


muerte. Lo hizo, porque no pudo aceptar el hecho, de que la persona que había
estado con él, había desaparecido. El no pensar deliberadamente en Emily, fue un
mecanismo de defensa de John, cercano a su instinto de supervivencia. Sin
embargo, con el paso del tiempo, las secuelas del shock, comenzaron a fluir poco
a poco, como réplicas.

Mientras salía el sol, John estaba resuelto, maduro y tranquilo. Sin embargo,
cuando el tiempo dominado por la oscuridad se levantaba, se quitaba la máscara
que llevaba puesta durante el día y sufría debido a sus pensamientos. Durante el
día, John estaba lo suficientemente bien, como para que nadie pensara lo
contrario, pero por la noche, se acurrucaba con la cara manchada de sudor y
lágrimas. Sollozaba cuando recordaba a Emily y saludaba al sol de la mañana,
con los ojos bien abiertos en la oscuridad, para evitar las pesadillas.

John no quería que nadie conociera su debilidad. Todos en la mansión Lindbergh


eran amables y gentiles, pero John solo les mostraba su lado bueno. Tales
esfuerzos habían tenido algo de éxito, y su espíritu debilitante, se había asentado
en la oscuridad, sin que nadie lo supiera.

A media noche, la oscuridad artificial creada por las persianas, ocultaba los
nervios de John, hasta el límite. John, que de alguna manera intentó conciliar el
sueño, finalmente no aguantó más y se bajó de la cama. Era una noche profunda,
por lo que todo estaba perfectamente tranquilo, excepto por el sonido de las
manecillas del reloj.

Una luna grande y pálida flotaba por la ventana. Una tenue luz del jardín bien
mantenido, iluminaba la habitación. John se paró frente a la ventana y continuó
mirando el jardín vacío. Inconscientemente, sus pálidas mejillas seguían
burbujeando con lágrimas. En ese momento, todo tipo de pensamientos negativos,
asaltaron su mente.

Miedo, miedo y asfixia.

Estoy completamente solo ahora.

Quiero ver a Emily.

Emily… ¿Por qué me dejaste?

Aquí no es donde quiero estar.

John susurró durante mucho tiempo, para luego respirar su tembloroso aliento.
Cuando se frotaba las mejillas húmedas al azar, el sonido de la puerta abriéndose
y una voz débil atrapó el oído de John.

—¿John?

Valentine en pijama, estaba de pie junto a la puerta. Reflexivamente, John giró la


cabeza y agarró su rostro, como si lo atacaran. Y le respondió nervioso.

—… ¡Vete!

—¿John?

—Vete, Valentine. Ahora es… No puedo jugar contigo.

La voz llorosa tembló, como si hubiera sufrido un colapso. Maldita sea, y John se
mordió la lengua. Sintió una gran vergüenza, por el hecho de que Valentine, lo
hubiera encontrado llorando. John ansiaba que lo dejaran solo y desaparecer,
pero Valentine, cruzó la habitación, en lugar de cerrar la puerta en silencio. Le
preguntó a John, con una voz que sugería que no lo había entendido.
—John, ¿Por qué lloras?

—Um… Valentine, por favor, solo vete.

John sacudió los hombros y se cubrió la cara. Desafortunadamente, las lágrimas


no pararon. Valentine sujetó la cintura de John con fuerza. El dulce aroma del niño
pequeño, llegó a John. Valentine, que contorsionó su rostro como si estuviera
llorando, se detuvo y le dijo.

—Estoy contigo, John. ¿OK?

—No. … no mires.

—John, John… .

Sabía que se veía horrible, frente a su hermano menor, pero ¿Se había sentido
mal, por qué temblaba solo en la oscuridad? Tan pronto, como la temperatura
corporal cálida de Valentine lo alcanzó, un sollozo imparable salió de la boca de
John.

—…Por favor, no mires.

Finalmente, John se arrodilló. Entonces Valentine, le envolvió el cuello y los


hombros al mismo tiempo, e inclinó la cabeza. El aliento que se posó en su mejilla,
fue cálido.

—¿No estás enfermo?

—… .

—Estás bien, John… .

Valentine susurró en la cabeza de John. La temperatura corporal cálida, que se


transmitió a su espalda y a sus hombros, fue suficiente para romper un rincón del
corazón de John, endurecido por la ansiedad y la soledad. Entonces, en lugar de
empujar a Valentine, abrazó su pequeña espalda. Fue un acto inconsciente, de
perseguir su calor. Valentine le susurraba a John, de una manera poderosa.

—Estás bien, nadie puede lastimarte aquí.

—No es así… .

John puso una mejilla en el pecho de Valentine, y soltó un aliento caliente. El


pijama de Valentine se mojó, con las lágrimas de John.
John murmuró repetidamente, como un gemido.

—No es por eso, Valentine… .

—No te preocupes por nada. No te dejaré.

John se puso rígido ante sus palabras, apuñalaban sus oídos, como si hubiera
leído su interior. Valentine acariciaba suavemente, la cabeza de John, y le susurró.

—Nunca te voy a dejar. Entonces, John, no tengas miedo.

—…Valentine.

—Me tienes ahora.

John fue consolado por sus palabras. Y solo entonces se dio cuenta. El hecho de
que quería, seguir escuchando a alguien. Durante casi un mes, John continuó solo
y se estaba acercando al colapso. En ese momento, Valentine apareció
mágicamente y le extendió la mano.

Y así fue. En lugar de empujarlo, para que no dijera palabras inútiles, miró al tierno
pecho y murmuró como un suspiro.

—Bueno… no voy a ir a ningún lado, ahora déjame.

—Seguiré estando contigo en el futuro. Prometes no dejarme a mí también,


John.

—Sí, estaremos juntos. En el futuro… .

Escuchando el susurro de Valentine, John se dejó caer. El corazón, ansioso como


si fuera a estallar, recuperó gradualmente un ritmo estable. Valentine, frotó la cara
de John con su manita y besó su mejilla. En los labios que se levantan y caen
reconfortantes, John sonrió levemente con los ojos húmedos. Valentine también
sonrió, cara a cara y lo llevó a la cama.

Esa noche, durmieron juntos en una cama. Entonces, a partir de ese día,
naturalmente se acostumbraron a dormir juntos. La temperatura cálida,
completamente encerrada en los brazos, expulsó los pensamientos negativos de
John y le dio una buena noche de sueño.

—John, ¿Dormiste bien?


Por la mañana, Valentine despertó a John suavemente, con una pequeña mano
cálida. Cuando John abrió los ojos, la pupila del afecto, siempre lo miraba. A partir
de ese momento, John hizo de Valentine, su ser especial.

01. SINCERE WELCOMING


PARTE 6
Sucedió un día, después de una cena temprana.

John y Valentine, juntaron sus cabezas, en un salón en el primer piso y armaron un


rompecabezas de mil piezas. El pastor alemán, Max y el Golden Retriever, Thunderbolt,
dormitaban en el suelo, cerca de la chimenea. De hecho, era un momento de paz. Mientras
los dos temblaban y llenaban algunas de las esquinas del rompecabezas.

—¡Valentine!

La habitación tranquila, de repente se volvió ruidosa, y la voz de una mujer, que buscaba a
Valentine, se escuchó desde lejos. La cara de Valentine, brillaba emocionada. Cuando vio
la expresión confusa de John, dijo con una gran sonrisa.

—¡Es mamá, John!

—… ¿Mamá?

—¿Estás aquí?

Una mujer, alta y delgada, apareció en la entrada de la sala, con el sonido de tacones altos.
Era una belleza, delicada y espléndida. En el momento en que vio a Valentine, se arrodilló
con los brazos abiertos.

—¡Valentine, te extrañé!

—¡Mamá!

Valentine corrió rápidamente y la sostuvo en sus brazos. La mujer que sostenía a Valentine,
se frotaba contra sus mejillas con fuerza.

—¡Nuestro pequeño demonio! Acaso, ¿No has crecido un poco desde que te vi?

—¿Me estás tomando del pelo otra vez? No he crecido nada, no mientas.
—Jajaja.

John, quien se levantó, se tambaleó torpemente. Fue porque sintió que su presencia, era la
de una persona desconocida, que no debía estar frente a una reunión tan emocional.

—¿Oh? Estás aquí.

La mujer, que se había dedicado a besar las mejillas de Valentine por un tiempo y a aplastar
su cabello, reconoció un poco tarde, la presencia de John. La mujer que levantó su cuerpo,
se acercó a él. John agarró la pieza del rompecabezas en su mano y evitó su mirada. La
mujer que lo miró a la cara, dijo algo con palabras suaves.

—Ah, tú eres John, el hijo de Ryan.

—… Hola, Señora Lindbergh.

—¿Señora Lindbergh?

La mujer se rió y le estrechó la mano, como si fuera divertido.

—Es muy difícil decir señora Lindbergh. Mi nombre es Grace. Me gustaría que me
dijeras madre, pero tal vez te sientas incómodo ¿verdad?, entonces, llámame, Grace.

—… sí, Grace.

Grace extendió la mano, presentándose a sí misma. John asintió, mientras juntaban sus
manos. Grace, exageró un suspiro, mientras sostenía la mano de John,

—Esto es realmente una cuestión de adultos.

—¿Eh?

—Ryan tenía un camino más patético de lo que parecía, por lo que sabía que algún día
iba a tener un accidente, pero no sabía que ya lo había hecho. Mientras tanto, ¿Te
dejó solo por completo? Un hombre que vive sin pensar en los demás, es una persona
muy estresante. ¿No es así?

—… .

—Lamento mucho lo que te pasó. Que difícil debió haber sido para ti. Es posible que
no pueda entender todo tu dolor, pero lo superarás con el tiempo. De todos modos, me
alegro de no haberte dejado solo. Es un placer conocerte.

Era totalmente diferente, a lo que había esperado. Tal vez, su personalidad era
genial. Mientras tanto, John inclinó la cabeza, con un humor incómodo.
—No debes evitar mirarme, John.

Grace, agarró la barbilla de John, con una fuerza gentil. Luego, miró de cerca su cara. John
apartó los ojos, de su persistente mirada. Grace se rió de John, sonriendo con amplitud.

—Entonces, ¿Resulta que también eres bonito?

De hecho, el hijo era como la madre. De repente, se le vino a la mente, su primera reunión
con Valentine, y John se echó a reír. Entonces Valentine, tiró del collar de Grace y le dijo,
con una voz sincera.

—Mamá, no le digas eso a John. Él dijo que lo odiaba.

—¿Pero ¿cómo debo decirle, a alguien que se ve bonito?

En ese momento, Grace ignoró las palabras de Valentine, y con sinceridad, agarró las
mejillas de John.

—No lo toques así. A John no le gusta que lo toquen.

Valentine, que alejó a Grace de John, la contuvo con fuerza, haciendo cumplir las palabras
de John. Grace levantó las cejas y miró alternadamente a su hijo y a John, quien tenía una
mirada avergonzada.

—Hmm.

Como si lo hubiera entendido todo, Grace miró a John con una sonrisa traviesa. Entonces,
con una mano, empujó la frente de Valentine.

—A este sujeto, debes haberle gustado bastante.

—… Así es.

—Pero, Valentine, también necesita un hermano, que pueda enseñarle modales


educados porque es un tipo egoísta. ¿Qué puedes hacer? ¿Podrías decirle algo, a este
niño descarado?

—¿Sí?—Si actúas mal con una mujer, pueden malinterpretarte.

Había pensado que Valentine, era el único con ese espíritu jovial, pero cuando apareció
Grace, observó que tenía una personalidad muy similar. John literalmente sintió, que algo le
salía del alma. Asintiendo lo antes posible, Grace sonrió alegremente y acarició ligeramente
la cabeza de John. Entonces, cuando lo miró a los ojos dijo suavemente.

—De todos modos, bienvenido a mi familia. John.


01. SINCERE WELCOMING
PARTE 7
La aceptación implícita de Grace, parecía haber aliviado la carga emocional de
Ryan. Después de verla quedarse con John, Ryan intentó acercarse a él. John
tampoco rechazó a Ryan. Entonces, los dos, que nunca parecían acercarse,
comenzaron a hacerlo. Al menos en la superficie, una bonita atmósfera familiar
se formó.

Nuevamente, pasó una semana, y llegó el fin de semana que esperaba.


Incluso el día sábado, Valentine tenía un día ajetreado, repleto de clases de
cultura general. Mientras Valentine tenía sus clases de equitación, John daba
un paseo por el jardín con Max y Thunderbolt.

Algún día, John también tendría que recibir la gran educación, que Valentine
recibía, pero a Ryan, aún le parecía difícil quitarle la libertad, a un niño, que
había estado ocupado jugando con sus amigos después de la escuela. Así que
Ryan, decidió liberar a John, los fines de semana.

—Vamos, vayan por ella.

—Guau, Guau.

—Guau, Guau.

John lanza la pelota de goma, tan fuerte como puede, esperando que Max y
Thunderbolt, corrieran como una bala. Mientras se desplomaban, unos sobre
otros, con una pelota pequeña, John se sentó en el césped y contuvo el
aliento. Ya había pasado más de una hora, desde que estaba lidiando con dos
perros grandes él solo. Se acercaba al límite de su energía. Eso pensaba John,
mientras estaba acostado de espaldas en el suelo.

—Si duermes así, te resfriarás.

Pensó que la sombra iba a caer sobre su cabeza y pudo ver la cara de Ryan.
Sorprendido por la inesperada aparición, John se despertó en el acto, y luego
gritó avergonzando a Ryan por su reacción.

—Siento mucho haberte sorprendido.


—No…no es eso.

John se frotó la punta de la nariz por la incomodidad y eligió las palabras que
iba a decir.

—No sabía que estabas en casa.

—Acabo de llegar. Tendré que irme pronto de todos modos.

—Ah… que mal.

—¿Estabas lanzando la pelota?

—Sí, estaba jugando con estos muchachos.

De repente, dos perros que mordían una pelota, frotaron sus cuerpos en las
piernas de John.

John se tambaleó un poco, por la fuerza de los perros, pero no ocultó su risa.
John, Max y Ryan, miraron alternativamente a Thunderbolt, sonrieron y luego
lentamente Ryan abrió la boca.

—Entonces, ¿La lanzamos juntos?

—¿Qué?

—La pelota, será un poco difícil tratar con ellos tu solo.

Para John, la propuesta de Ryan fue muy sorprendente. John, que intentó
hablar, para rechazarlo sin darse cuenta, volvió a callarse. Ahora, que lo
pensaba, su propuesta no parecía tan mala.

Honestamente, se estaba cansando de hacer esto solo…

—… bueno.

Cuando John asintió, la expresión nerviosa de Ryan, mientras esperaba su


respuesta, se relajó. Cuando Ryan se subió las mangas de la camisa, el
jardinero que los miraba, en una esquina del jardín, notó rápidamente la pelota,
el guante de beisbol y el frisbee y se los entregó. Ryan hizo rodar la pelota en
su mano y se la ofreció a John.

—¿Puedes apostar quien puede lanzarla más lejos?


—No lo sé… ¿No crees que obviamente yo perderé?

—Entonces, la tiraré por detrás. ¿Valdría la pena?

—Um, estoy de acuerdo… .

—Bueno. Entonces, veamos quién es mejor.

Aunque, todavía estaban incómodos entre sí, sudaban y corrían, y lanzaban la


pelota más fuerte de lo necesario. Gracias a Ryan, que jugaba duro, los perros
se sienten mejor y tienen más energía de lo habitual.

—Jaja… … Realmente no puedo correr ahora.

Después de correr, durante mucho tiempo, John, que finalmente estaba


exhausto, yacía en el césped. Entonces Max, corrió hacia él, y le lamió toda la
cara.

—Eres mejor de lo que pareces.

Ryan sonrió y se sentó junto a John.

—Vaya… … Estoy realmente cansado ahora.

—Suena bastante bien. Creo que existe una máquina, completamente


automática para lanzar pelotas. Busquémosla.

—De verdad. Creo que sería conveniente tener algo así.

—Y… …Quizás no todos los días, pero a veces, ¿Qué tal si me invitas
también?

—¿Qué?

—A este tipo de juegos.

Los ojos verdes de John, se redondearon ante las palabras de Ryan. Luego,
lentamente, una risa de algodón de azúcar, se extendió por su rostro. Ryan
también sonrió frente a John. La solidaridad, que solo los hombres que sudan
juntos pueden compartir, surgió finalmente en ese momento.

El tiempo, que no fue incómodo, pasó sin una conversación. En ese momento,
John, que miraba hacia el cielo azul, mientras estaba acostado por un
momento, levantó la parte superior de su cuerpo. Al final de su mirada,
encontró un pequeño pie, con botas de cuero. Los ojos de John se abrieron un
poco. Lo hizo porque vio, la cara inexpresiva de Valentine, mirándolo fijamente.

—Uh, Valentine, ¿Terminó la clase?

John no ocultó la alegría y se levantó de su asiento. Pero a diferencia de lo


habitual, Valentine, no dijo nada. No solo eso, sino que no pudo ver ninguna
risa. Mientras John se detenía, ante la expresión fría que veía por primera vez,
Valentine le dio la espalda.

—… ¿Valentine?

Aunque debió haber escuchado la voz de John, llamándolo, Valentine caminó


hacia la mansión, sin titubear. Ryan, que se levantó después de John, frunció
el ceño.

—¿Por qué está haciendo eso?

—No lo sé… .

Ryan y John se miraron confundidos. John se rascó la cabeza y estrechó los


ojos. No podía adivinar, por qué Valentine, había cambiado completamente su
actitud. Finalmente, John, que renunció a encontrar la respuesta, le preguntó a
Ryan, en tono ansioso.

—No estoy seguro, pero Valentine, no se veía bien. … ¿Es por mi culpa?

—Bueno. No lo creo. Ah, Dios mío.

—¿Qué pasa?

—Mira la hora que es.

Ryan comprobó la hora y chasqueó la lengua. Ante la mirada de John, Ryan


deshizo su expresión rígida y le explicó el por qué.

—En realidad, tengo que ir a Sídney por la noche a trabajar. Debo


prepararme. También debes descansar luego de hacer ejercicio. Si haces
más, te podrías desmayar.

—Sí, lo haré. Pero, más que eso, Valentine… .

—Iré con él. No es nada importante, así que no te preocupes.


—Sí… .

—Entonces, entremos, John.

Tuk-tuk, Ryan se sacudió la hierba del pantalón y acarició suavemente la


cabeza de John. Cuando John se detuvo ante su caricia, Ryan parecía
desconcertado. Quizás no se había dado cuenta de lo que hacía.

—¿Qué pasa?

—… no, no es nada.

Los labios de John eran pequeños. Sin ninguna razón, sus mejillas estaban
rojas y sus labios se hincharon.

Nunca he tenido un padre, así que no sé cómo se siente. … … Tal vez,


¿Tener un padre se siente así?

John, que parecía estar bien, en su opinión, tocó su flequillo. Ryan se echó a
reír brevemente, cuando vio la perplejidad en la cara del tímido John, y luego
entró a la casa.

Ryan, quien entró rápidamente a la mansión, estaba a punto de subir a las


escaleras.

—¿Estás aquí?

—¿Valentine?

Valentine, que pensaba, que acababa de salir de la habitación, estaba parado


en el porche. Al acercarse a Valentine, Ryan lo miró cuidadosamente a la cara.
Como antes, su expresión seguía siendo fría y firme. Ryan enfrentó a su hijo,
con una mirada preocupada.

—¿Qué está pasando?

—Debes haber estado cerca de John.

Ryan estaba confundido, ante la respuesta incorrecta, que no tenía nada que
ver con lo que estaba preguntando.

— ¿Qué?

—Ese lugar es mío.


Los ojos azules de Valentine, miraron a Ryan con frialdad.

Hace unos diez minutos, Valentine había estado desesperado por ir al jardín,
después de la clase de equitación. Quería encontrarse con John, que lo estaba
esperando. Pero lo que Valentine descubrió allí, fue inesperadamente, a John
con Ryan.

Y pronto se dio cuenta de la familiaridad, que no existía hasta ayer, entre ellos.
La mirada de John a Ryan fue de aprecio, e incluso parecía emocionada. Los
ojos color oliva, brillaban como la luz del sol reflejada sobre la superficie del
agua.

¿John alguna vez me ha mirado así?

En el momento en que sus pensamientos llegaron a ese punto, la temperatura


del aire que rodeaba a Valentine, cayó en un instante.

—Valentine… ¿De qué estás hablando?

Ryan le preguntó a Valentine, sin ocultar su absurdo sentimiento. También lo


hizo, porque nunca imaginó que Valentine, estuviera enojado con él, por esa
razón.

Más bien, sería comprensible si Valentine, estuviera celoso de John. Era un


sentimiento natural, que se sentiría cuando un niño que era adicto al afecto de
sus padres, pensaba que estaba siendo alejado de ellos. Pero el objeto de los
celos de Valentine, era sin lugar a dudas, él mismo. Eso era vergonzoso para
Ryan.

—¿Lo olvidaste?

Valentine sonrió y preguntó. Sin embargo, los ojos que aún estaban fríos y la
sonrisa creada artificialmente, eran discordantes, como una disonancia
sinfónica.

—Lo que recibí como regalo de cumpleaños, este año.

La expresión de Ryan se endureció, por lo que dijo Valentine. Pero en lugar de


detenerse, Valentine terminó, sacando la verdad, que Ryan había querido
ocultar.

—¿Cómo conseguiste a John?

—… .
—Eres el padre, que abandonó a John.

—Tú… .

—John es mío.

Si Ryan había tenido uno de los objetos más preciados del mundo,
definitivamente era Valentine. Una apariencia angelical, un cerebro brillante y,
un cuerpo pequeño, pero robusto. Valentine, era, en sí mismo, un brillante
alarde de la sangre Lindbergh. Además, él era también, un espécimen raro, un
Alfa, extremadamente dominante.

Valentine, era un niño que se haría cargo del reino que Ryan, había logrado, y
Ryan estaba dispuesto, a hacer cualquier cosa por él. Y la razón decisiva, por
la cual, Ryan había traído a John a vivir con ellos, fue porque Valentine así lo
quería.

Fue el año pasado que Valentine, se dio cuenta de la existencia de John.


Valentine se escondió en la biblioteca, para darle una sorpresa a Ryan, y
escuchó accidentalmente la conversación, que tuvieron él y Carter. Desde ese
momento, Valentine se interesó mucho, en el desconocido John.

Si Valentine, no hubiera sido tan persistente, era claro que Ryan, no hubiera
traído a John a su casa.

—Pero aun así… .

Ryan, que se preguntaba, cual respuesta, sería la más acertada, abrió los ojos
lentamente.

—Por supuesto, jugaste un papel importante para que John llegará aquí.
No lo negaré.

—… .

—Pero Valentine, John no es tu juguete.

—Por supuesto que lo sé.

Valentine se rió, como si hubiera escuchado un chiste gracioso. La sonrisa en


su delicado rostro, era tan hermosa como siempre, pero salió con frialdad.

—Lo sé… .
Inclinando la cabeza en un ángulo, Valentine golpeaba el suelo regularmente,
con un Tuk-tuk y se tocaba la punta de la nariz. Las largas pestañas doradas,
revoloteaban lentamente en el aire. Valentine, que miró el suelo por un rato,
pareció aclarar sus pensamientos y volvió a levantar la vista. Los ojos, donde
no había ninguna vacilación, eran claros como el cielo. La voz tan clara como
los ojos firmes, fluyó a través de la boca pequeña.

—Pero el hecho, de que soy la persona más importante para John, no


cambia.

Valentine era inteligente, por lo que sabía que, todo lo que sucedía, no era un
misterio. Toda su libertad, voluntad, futuro y derechos, estaban limitados a lo
que Ryan decidiera. Pero para él, John, era el primero, no Ryan.

La mirada inocente, de una criatura débil, que se basa solo en sí misma, una
sonrisa inofensiva, triste pena y un favor que ni siquiera, puede encontrar una
duda. Cada sentimiento, que John le ofrecía a Valentine, era una sensación tan
vívida e intensa, y no tenía intención de compartirla con nadie.

Valentine, dijo una vez más, vigorosamente.

—Nadie puede tomar ese lugar.

—Valentine.

—Ni siquiera, mi padre.

Los ojos azules de Valentine, se desbordaron con un sentimiento de


posesión. Era como un animal en celo, que marcaba a su hembra. En el
momento en que se dio cuenta, Ryan se sintió un poco nervioso.
02. FULL MOON PARTE 1
John se miraba en el espejo, mientras usaba el lavabo.

Estaba empapado, porque acababa de darse una ducha. La iluminación


saturada del baño, se aferraba a su cuerpo delgado y elástico.

Un joven algo pálido, pero atractivo estaba parado frente al espejo. Su cara,
debajo del cabello castaño oscuro, era delicada, sus vívidos ojos verdes, su
nariz agudamente estirada y sus delgados labios, le daban una apariencia
sensible y aristocrática. El cuerpo delgado, también estaba bien entrenado y
era tan resistente como un dóberman.

Sin embargo, la mirada de John sobre sí mismo, era algo insensible. Poco
después de perder interés, se miró en el espejo y agarró la camisa que había
sacado previamente.

El tiempo fluyó tan rápido, como una flecha que deja la mano.

John, que tenía 11 años cuando llegó a Richmond, de repente, ya había


cumplido 18 años. Y a lo largo de esos años, había sufrido muchos cambios,
tanto internos, como externos.

Su cuerpo desgarbado creció rápidamente y se transformó en un cuerpo


delgado, pero equilibrado y daba la impresión de que su lado depresivo y débil,
también había desaparecido hace mucho tiempo. Excepto por un pequeño
defecto, que no podía mencionar a los otros, John había crecido en gran
medida como un joven brillante.

Cuando abrió la puerta del baño, el vapor comenzó a esparcirse. Ya eran más
de las diez, pero el dormitorio todavía estaba vacío. Cuando miró la cama
vacante de su compañero de cuarto, se acercó al escritorio. Por fuera de la
ventana, flotaba una luna llena, grande y pálida. Pero en lugar de bajar las
persianas, abrió la ventana de par en par. La suave brisa de primavera, le tocó
la frente a su paso.

—No puedo dormir así, de todos modos… .

En lugar de acostarse después de calmar un poco su angustia, se sentó en el


escritorio y abrió la computadora portátil. Escuchó su voz mientras llevaba
tiempo tratando de escribir un ensayo. Una voz profunda acarició sus oídos al
entrar a la habitación.

—John.

Entonces, giró la cabeza. Y como era de esperar, Valentine estaba de pie,


junto a la puerta. Ya sea que estuviera entrenando o no, siempre vestía una
cómoda sudadera con capucha, pantalones de entrenamiento y una bolsa de
deporte.

—¿Por qué tan tarde?

Girando la silla, John abrió la boca, frente a Valentine. No pretendía ocultarlo,


pero se escuchó un inevitable tono de alegría en su voz.

—¿Esperaste mucho?

Aunque había leído la impaciencia en la voz de John, Valentine preguntó en


broma, con una sonrisa burlona en sus labios. Al escucharlo reír, tenía la
ilusión de que el interior de la habitación se iluminaba cuando sonreía y ponía
esa hermosa cara a la que todavía no podía acostumbrarse.

—Mucho.

John se encogió de hombros, cuando respondió. Extrañado, a solo unos pasos


al otro lado de la habitación, Valentine miró el monitor.

—He estado trabajando en esta tarea hasta ahora. Estoy ansioso.

—Ugh… .

Cuando Valentine se inclinó sobre el cuerpo de John, su espalda se hundió por


su peso. Cuando John gimió como si le doliera, Valentine estiró los brazos y se
apoyó en el escritorio. Atrapado en sus brazos, John parpadeó en su sombra.
Valentine, que leyó el monitor con una cara seria, murmuró como si tuviera un
diálogo consigo mismo.

—Es la clase de Graham. Tema… ¿Cómo afecta el patriotismo al


desarrollo nacional de Irán?

—Bueno, sé que es absurdo. Las otras cosas que podía usar, ya las han
tomado los demás.
Cuando el avergonzado John, respondió, como excusándose, Valentine se
echó a reír.

—¿Acaso he dicho algo?

—Tu expresión lo dice todo. Incluso, tengo que hacer una presentación
con esto. Es una terrible realidad.

—Graham le da una buena puntuación a las personas que saben


expresarse. Y también es alguien con un pensamiento muy conservador.

—¿Y?

—¿Y? ¿Eh?

—Gracias por tu consejo. … … Si ese es el caso, la tarea es aún más


difícil. Ahora debo cambiarlo todo.

—Jaja.

El coqueto Valentine, sonrió levemente, dejó la bolsa deportiva en el suelo y


caminó hacia el armario. John, que no estaba familiarizado con la redacción de
un ensayo, preguntó a espaldas de Valentine, quién se estaba cambiando de
ropa.

—¿Por qué llegaste tan tarde hoy?

—Estaba haciendo ejercicio. Luego me di una ducha, para poder venir a


dormir de inmediato. ¿Tienes mucho sueño?

—Lo siento, si tuviste que venir por eso.

—Yo lo siento también.

Cuando Valentine se quitó la capucha de la cabeza, un fino cabello rubio se


esparció en el aire. Después de barrer su cabello, se quitó la camiseta que
llevaba puesta. El abdomen, que se reveló brevemente, estaba estrechamente
tejido con músculos tensos. Mientras John lo miraba con ojos envidiosos,
Valentine sacó el agua del refrigerador y agregó casualmente.

—Ya sabes. Es mejor estar contigo.

—…suenas, realmente gracioso.


—Soy sincero.

Los ojos de Valentine se curvaron, con una cara que no podía sentir
vergüenza.

Así como John había cambiado, Valentine también lo había hecho.

La apariencia, que era irrealmente hermosa, no cambió, pero el pequeño


cuerpo, pasó por un periodo de crecimiento explosivo. Su esqueleto se volvió
enorme y media casi 1,98 cm. Aunque tenía una voz celestial increíble cuando
era niño, su voz cambió a un tono bajo y profundo, después de la
metamorfosis.

Valentine, también era un hombre talentoso, que simplemente no era lo


suficientemente inteligente. Prometió que solo se graduaría con John, y
rechazó el ofrecimiento de ir a la Universidad en Heritage Collage, que cuenta
con la tasa más alta de admisiones entre todas las prestigiosas universidades
de todo el mundo.

No había razón para no amarlo, así que cualquiera amaba a Valentine y quería
recibir su amor. Para un beta como John, era un área desconocida, pero según
los Omegas, las feromonas de Valentine, volvían loca a la gente.

Nunca lo he visto, saliendo con nadie…

Valentine era amable con todos, pero al mismo tiempo indiferente. Quizás su
indiferencia natural, se debía, a que nunca había estado enamorado de nadie,
desde que nació… Era el pensamiento al que John le daba vueltas.

—John, ¿Cuánto tiempo vas a estar ahí?

—Haa, los labios de Valentine acariciaron el lóbulo de la oreja de John,


mientras se acercaba. John, sorprendido, giró la cabeza e inesperadamente
chocó su nariz con él. Comparado con el avergonzado John, la expresión de
Valentine era calmada. La pupila azul parpadeó lentamente, a una distancia, lo
suficientemente cercana como para superponer sus miradas.

—¿Por qué? ¿Debería ayudarte?

—… uh, no.

—Entonces, vamos a dormir. Yo también tengo sueño.


Después de sostener los hombros de John, con fuerza, Valentine se dirigió a la
cama. Las camas de los dormitorios en los que vivían, eran mucho más
grandes que las de tamaño estándar. Suficiente, para que dos hombres adultos
duerman. John, que dudó por un momento, pronto se levantó de su asiento con
la computadora portátil. Valentine, inclinándose hacia adelante, en la cabecera
de la cama, extendió sus manos hacia John. Abrió los ojos y dijo con picardía.

—Vamos, John. ¿Te gustaría cantar una canción de cuna?

—No, gracias.

—Entonces, olvidaré todo lo que no sea esto, y abriré los brazos así.

John se rió del verso de Valentine, que había transformado las líneas de la
obra de Shakespeare. Valentine, que no perdió el tiempo, lo jaló y lo abrazó
con fuerza. Todo el cuerpo de John, estaba envuelto en una fuerte presión.

—Eres cálido.

Valentine, que sostenía la espalda de John con un brazo grueso, enterró la


nariz, alrededor de su cuello. El cabello caído, le hacía cosquillas en la barbilla,
pero John cerró los ojos en silencio, en lugar de empujar a Valentine.

Este era el defecto pequeño y misterioso, que tenía John. Debido a su


trastorno del sueño, que ocurrió cuando llegó por primera vez a Richmond,
John no podía dormir bien sin Valentine. El resultado, fue que el patrón que
continuó desde la infancia, se solucionó sin ningún tratamiento.

—¿Cómo estuvo tu día hoy?

Valentine, que respiró hondo como si bebiera su aroma, le preguntó a John


suavemente por la espalda. La expresión de John, se calmó, en una mano
amiga. El nudo de la mente nerviosa, estaba sereno, y sus ojos parpadeantes
se habían detenido. Los brazos de Valentine, que han estado junto a él,
durante unos siete años, ahora le dan a John, una sensación de estabilidad
más profunda, que cualquier otra cosa en el mundo.

—Bueno, fue lo mismo hoy… .

John respondió, con una voz somnolienta, infiltrándose inconscientemente en


los brazos de Valentine y poniendo sus piernas, sobre las suyas. Entonces,
Valentine se echó a reír. Su risa, le acarició suavemente las mejillas.

—Te vi, delante de la sala de química.


—¿Y entonces?

—Estabas sonriendo, pero ¿Qué era eso tan interesante?

John pensó sin comprender, mientras escuchaba la voz susurrante. En el


pasado, era él quien abrazaba a Valentine, pero ahora, se mira un poco
divertido. ¿Cuándo creció el pequeño ángel Valentine así? Ante esa nueva
impresión, en lugar de responder a sus palabras, John dijo algo inesperado.

—Sabes, Valentine.

—Sí, John.

—Ahora somos demasiado grandes… Creo que esto es un poco extraño.

Valentine se sorprendió por sus palabras. Trato de ignorarlo, pero cuando lo


pensó mejor, preguntó con una voz profunda.

—¿Extraño?

—Bueno, dos muchachos grandes, en una cama… ¿Solo durmiendo?

—¿Por qué? ¿Ahora soy demasiado grande y asqueroso?

Ante esa respuesta inesperada, John abrió los ojos. Entonces, Valentine
inmediatamente lo miró a los ojos. El tenue reflejo de la pálida luz de la luna,
dejó un tono escultórico. John, que sacudió los labios, negó con la cabeza en
silencio.

—No es eso… Es solo que creo, que debería aprender a dormir solo
ahora.

—¿Solo?

—La graduación está cerca, pero no puedo dormir sin ti. …


Honestamente, es cierto que me apoyé demasiado en ti.

Valentine, escuchó a John, con una expresión indescifrable. El iris se iluminó


momentáneamente y flotó desde el interior de los ojos azules, que siempre
brillaban con calidez. Pero antes, de que John sintiera alguna insatisfacción,
Valentine, lanzó un grito de alegría, y superpuso su cuerpo sobre el de John.

—¿Por qué crees eso John? ¿Me dejarás cuando te gradúes?


Normalmente, Valentine se comportaba como un adulto, menos con John. Era
hora de que John, se riera de él, como un niño. Valentine, susurró al oído de John,
sosteniendo su cintura muy cerca.

—¿Quién es?

—¿Qué?

—La persona que te hizo decir esas cosas extrañas.

—No hay tal persona. Solo pensé, que sería extraño que otros lo vieran…
No, vamos a dormir.

John, que originalmente, no era muy elocuente, enterró las mejillas en los
brazos de Valentine en lugar de hablar. El aroma refrescante, pero dulce, le dio
la bienvenida a John, suavemente. En lugar de seguir preguntando, Valentine
se dio la vuelta en silencio y abrazó a John, con mayor comodidad. El delgado
cuerpo de John, estaba completamente atrapado, en los brazos de Valentine.

—Buenas noches, John.

—Si, para ti también.

Poco después, una respiración uniforme comenzó a fluir, entre los labios de
John. Valentine, que no se movió, hasta que John se durmió, abrió lentamente
los ojos. Sus ojos, que eran diferentes a los de antes, estaban oscuramente
hundidos, y la luz de la luna se reflejaba profundamente en ellos. Valentine,
que levantó la parte superior del cuerpo, miró a John.

—Hermoso.

Valentine, trazó lentamente la frente redonda de John, los huesos abultados de


las cejas y la nariz puntiaguda. Sobre los delgados labios de John, trazó una
línea con su dedo.

—Dulces sueños.

Junto con un suspiro a sí mismo, los gruesos labios de Valentine, presionaron


la frente de John. Incluso, sin darse cuenta, John respiraba sin aliento.
Valentine, acostado de nuevo en la cama, abrazó el cuerpo de John, con
fuerza. Luego, inconscientemente, John buscó profundizar el contacto, con su
piel cálida. Valentine, que respiró profundamente, enterró la nariz en su largo
cuello, finalmente cerró los ojos con una expresión de satisfacción. Un suspiro,
que era más como un susurro, fluyó perezosamente, entre sus labios rojos.
—Mi John.

02. FULL MOON PARTE 2


Después de la clase de la mañana, John entró en la cafetería. A primera vista,
su uniforme, un abrigo negro, parecía incómodo, pero a falta de un chaleco y
con dos botones de la camisa abiertos demostraba su comodidad.

Cuando John giró por el pasillo para bajar a la cafetería del primer piso, chocó
cara a cara con alguien, que estaba corriendo a toda velocidad de forma
descuidada por el pasillo. Los libros que llevaba en los brazos cayeron al suelo
e hicieron un fuerte ruido por el choque inesperado.

—… ¡Ugh!

John, que casi se cae, apenas pudo sostener el centro de su cuerpo y levantó
la cabeza. Y en el momento en que su mirada se encuentra con su asombrado
oponente, un suspiro inconsciente surgió de sus labios delgados. Y como era
de esperarse, el sarcasmo voló directamente hacia él.

—Maldita sea, ¿Eres tú otra vez?

—¿Quién lo diría?

De repente, el ferviente enemigo de John, Joseph Pierce, lo estaba mirando


ferozmente. Desde la escuela Willingham, hasta Heritage Collage, los lazos
entre los dos habían continuado. Y aunque John no sabía por qué, Joseph
siempre ha sido infeliz porque parecía no poder soportarlo.

—¿Acaso eres idiota? Deberías mirar al frente.

Pasaba lo mismo otra vez, la actitud de Joseph seguía siendo imponente,


porque a pesar de que él era quien había cometido el error, no lo aceptaba. No
había nada nuevo en su rígida actitud, por lo tanto no tuvo nada que decirle al
respecto.

—Eso no es asunto tuyo. ¿Quién estaba corriendo por el pasillo como un


caballo sin freno?

—¿Qué dices? Bastardo.


La cara de Joseph, rápidamente se arrugó, ante la respuesta inocente que
John le dio mientras recogía los libros esparcidos en el suelo. Frenar el caballo,
era un término utilizado tanto en el apareamiento con yeguas, como para
detener, el calor de las yeguas en celo. De hecho, comparar a Joseph con esa
referencia, era una observación notable en muchos sentidos dadas sus
muchas implicaciones. Sin embargo, la expresión de John todavía era
tumultuosa.

—Eres inteligente. Espero que entiendas esas palabras.

—¿Qué acabas de decir?

John se acercó a Joseph sosteniendo bruscamente su libro. Fue en ese punto,


cuando Joseph cambió su expresión. Se estaba poniendo rígido, mientras John
se acercaba. Incluso, cuando la brecha entre los dos se redujo, su expresión
furiosa fue muy notable. Joseph estaba muy molesto, porque odiaba a John
con todo su poder. Pero John, realmente no sentía lo mismo. Para él, Joseph
era simplemente una molestia.

—Tú, te ves como si estuvieras flotando en una nube… .

El tartamudeo, amenazó los frágiles ojos de Joseph, que vagaban de un lado a


otro, comprobando que la distancia no fuera muy estrecha. John
deliberadamente sonrió y levantó la barbilla.

—De qué estás hablando, estoy impresionado.

—¿Qué?

John respondió con un tono amable, golpeando el hombro de Joseph,


mirándolo a los ojos, con una expresión incierta.

—Tu vocabulario aumenta día a día. Ahora tu padre, se sentirá


recompensado por pagar decenas de miles de libras cada año.

—Ja, joder. ¿De verdad quieres morir?

—De ninguna manera.

Cuando terminó de hablar, John lo ignoró e intentó marcharse, pero Joseph fue
más rápido y lo agarró por el brazo. Los libros de texto volvieron a caer al suelo
sin poder evitarlo debido al movimiento brusco.

—Ten cuidado… .
Esta vez, John, que estaba realmente molesto, levantó la voz. Pero lo que dijo,
no condujo a una oración completa. Fue porque tuvo la intuición, de que algo
era diferente. Impresionantemente, las pupilas de Joseph, que miraban a John
con un montón de arrugas, brillaron gradualmente en una forma difícil de
describir.

—Tú… .

Joseph parpadeó lentamente. Lo observaba como si viera a una criatura rara


que veía por primera vez. Y John se detuvo debido al extraño sentimiento de
incongruencia que vio en él. Joseph lo agarró por los hombros. La frente de
John estaba fruncida por su inesperado agarre.

—Suéltame, me duele.

Pero independientemente de su súplica, Joseph sacudió la cabeza. Sus ojos


dorados escanearon persistentemente la nuca de John, como si tratara de
encontrar algo.

—Tu… ¿Qué estás haciendo?

Preguntó John con una cara sombría, pero Joseph parecía no escucharlo. No,
en realidad lo ignoraba, a pesar de que lo escuchaba. John pudo sentirlo,
cuando el flequillo rojo de Joseph, redujo la distancia para pasar cerca de su
mejilla.

—Oye, ¿No deberías controlarte?

Unas voces de repente se escucharon desde atrás y ambos se giraron al


mismo tiempo. Allí estaban Dominic Williams y Gregory Perth. La expresión de
Joseph cambió, mientras buscaba la manera de aplacarse. Los dos chicos
eran los mejores amigos de John.

—Joseph Pierce.

Gregory, quien deliberadamente pronunció el nombre de Joseph con


sarcasmo, se acercó a ellos. Cada vez que giraba el cuello, un grueso tendón
aparecía de forma amenazadora.

—Oh, ya veo, hoy estás peleando con John como un perro callejero, eres
un tipo muy consistente. ¿No es así?

Gregory, tenía una habilidad en jiu-jitsu de nivel maestro, y su contextura física


también era épica. Era un oponente muy difícil, incluso para Joseph quien era
bueno con los puños. Sin embargo, Joseph no pareció encogerse en absoluto,
sino que levantó la voz con firmeza.

—¿Qué, sentiste el olor a cerdo y por eso viniste?

—¿No sientes que el cerdo va a explotar hoy?

—Jaja, solo puedo escuchar su gruñido.

—Bueno, eres sarcástico a voluntad. Si quieres enfrentarte a mi ahora, te


daré tu merecido. ¿Cuál es tu respuesta?

De repente, Gregory se acercó a la nariz de Joseph y le preguntó gruñendo.


Joseph, era un poco más alto, pero Gregory era físicamente abrumador.
Además, incluso Joseph, no dudaba en aventar sus puños en el campus como
un rayo. Joseph, que miró a Gregory, como si estuviera preocupado, decidió no
continuar con el enfrentamiento y volvió la mirada hacia John.

—Tú.

—¿Sí?

Los labios de Joseph que parecían que tuvieran algo más que decir,
rápidamente se cerraron y luego él le dio la espalda sin decirle nada. Su pelo
rojo, que se balanceaba al ritmo de su marcha expresaba su enojo.

—¿Estás bien, John?

—¿Eh?... Si… Gracias.

Joseph había sido diferente, y eso lo preocupaba de alguna manera. Debido a


eso, John miraba fijamente al fondo de la distancia y solo pudo reaccionar ante
la voz de Dominic, quien estaba recogiendo los libros de texto para
entregárselos.

—Tal vez ese chico, incluso te tiene cariño. A mí no me gusta nada.

—A mí tampoco me gusta.

—Jaja… … No seas tonto, vamos a comer.

Dominic se encogió de hombros, mientras miraba a John. Los tres bajaron a la


cafetería. Heritage Collage, era una de las escuelas secundarias de internado,
más prestigiosas, con una historia célebre, que constaba de un edificio
principal, en estilo barroco, cinco anexos y cuatro dormitorios: alfa, omega,
beta masculino y beta femenino.

Debido a la estricta separación de los dormitorios, la atmósfera que


generalmente se ajustaba entre los dormitorios se conformaba implícitamente.
John era el único beta en el dormitorio alfa, y por eso la mayoría de sus amigos
alfa, al igual que Dominic y Gregory, también eran alfas dominantes.

—¿Qué vas a comer hoy?

—Um… creo que lasaña.

—Yo miraré y decidiré.

La cafetería, que parecía un invernadero de vidrio, con techo redondo, ya


estaba llena de estudiantes. Los tres, que decidieron ver de cerca, los pilares
de comida, se dispersaron y comenzaron a llenar sus platos para ponerlos,
sobre la mesa.

—Greg, necesitas comer algo saludable.”

Gritó John, que dejó el sándwich y el plato de ensalada sobre la mesa. Lo hizo,
porque el plato de Gregory, tenía tres grandes rebanadas de pizza, una tarta
de frambuesa llena de azúcar y muchas papas fritas. Tenía buen cuerpo, pero
su dieta estaba lejos de ser saludable.

—Está bien, porque paso mucho tiempo entrenando.

Gregory se encogió de hombros, con un gran trozo de pizza en la boca. Pero


esta vez, Dominic fue sarcástico.

—No importa cuánto entrenes, si comes papas fritas todos los días, ¿De
qué servirá? No creo que el Jiu-jitsu, detenga la hiperlipidemia.

—Jaja, ¿De dónde crees que proviene esta fuerza física? Deberías comer
más. ¿Crees que algún bastardo pueda enfrentarse a mí en esta escuela?

—Bueno, hay un bastardo que puede hacer eso.

La cabeza de John y Gregory, señalaron con la barbilla hacia Dominic. Y en


ese mismo momento, Valentine estaba entrando en la cafetería.

—Tu hermano, tiene una fuerte presencia hoy.


Como dijo Gregory, Valentine todavía se jactaba de tener una presencia
deslumbrante hoy. El cabello rubio, que brillaba casi blanco bajo la luz, estaba
peinado hacia atrás, y su figura era impecablemente perfecta. Su postura recta
lo hacía ver más alto de lo que era. A diferencia del desordenado uniforme
escolar de John, su camisa con un corte ajustado y un abrigo sin ninguna
arruga, creaba una atmósfera aristocrática.

No fue una ilusión de John, que el aire cambiara extrañamente desde el


momento en que Valentine entró en la cafetería. Los ojos de los omegas se
llenaron de luz al encontrarse con la mayor celebridad de Heritage.

—Maldición, ¿Están los omegas en celo nuevamente?

John se volvió hacia el murmullo de Gregory. Y este dejó el tenedor en el plato


limpiándose la boca con una servilleta como si hubiera perdido las ganas de
comer.

—¿De qué estás hablando?

—Huele a feromonas. Es asqueroso, porque todas están mezcladas.

Lo único que John pudo sentir fue el olor a comida, pero Dominic y Gregory
parecían percibir otra cosa. Dominic no hacía comentarios sarcásticos hacia los
omegas como Gregory, pero igualmente su expresión no era muy agradable.

Era una feromona que se esparcía deliberadamente, pero ese no era un


mundo conocido para él aunque estaban en el mismo espacio. John, ignorante
de todo lo que sucedía solo pudo morder la pajita con sus labios. Y Gregory se
echó a reír como si no pudiera soportarlo.

—Oh, parece que el grupo de Valentine, se unió al de Julián.

No era cierto, pero Julian Seymour, de repente se acercó a Valentine. Era el


nieto del físico Murdoch, ganador del Premio Nobel y un omega dominante
masculino. Para el beta y heterosexual John, él era solo un niño bonito, pero
estaba claro que probablemente era un oponente muy codiciado por los Alfas.

Aunque Julian era un hombre, estaba orgulloso de su aspecto atractivo y


sonrió alegremente al lado de Valentine como si fuera una pintura. John, que
los observó por un momento, bajó la mirada hacia su plato en silencio.
Entonces, apuñaló una pequeña zanahoria con la punta del tenedor y comenzó
a pensar en cosas sin sentido.
La forma en la que se sienten los Alfas, cuando ven a Julian ¿No es
probablemente similar a lo que siento, cuando veo a una mujer
bonita? Puedo distraerme, y preocuparme un poco. Y eso tampoco es
muy diferente para Valentine.

Si eso era así… ¿Julian era una persona con la cual Valentine querría
salir?

—Hey, chicos.

—¿Eh?

—¿Están emocionados por Julian?

De repente, el curioso John preguntó, mirando a Gregory y a Dominic. Y


Gregory, que era vulnerable a las personas hermosas no lo negó, pero Dominic
frunció el ceño y sacudió la cabeza. E incluso agregó palabras de negación con
un tono bastante agudo.

—Que sea un Alfa no significa que solo esté interesado en Omegas


Dominantes. Cada quien tiene sus propios gustos.

—Hmm … ¿Entonces?

Dominic era un lector nato, nacido entre el presidente de un conglomerado de


barcos y su madre era una actriz famosa que era una mujer muy hermosa. Él
también era una de las celebridades más populares en el campus pero no al
nivel de Valentine. Si lo deseaba, él podía tomar fácilmente a cualquier omega.
John, que parpadeó lentamente, se rascó la mejilla.

—Sin embargo, aunque no me parece tan hermoso, Julian también se ve


lindo ante mis ojos. Aunque sea un chico.

—Bueno, no puedo negar que las feromonas fisiológicas, han tenido un


gran impacto en toda mi vida. Pero yo… .

—… .

—La simpatía… … Creo que es más importante, pensar en los encantos,


gustos y valores de las personas.

—¡Bluagh!
John y Gregory se rieron al mismo tiempo. Dominic frunció el ceño y levantó el
dedo índice y el dedo medio, pero ninguno de los dos se molestó. Entonces
John respondió con una voz risueña mientras se sacudía las migajas con la
punta de sus dedos.

—Esa es el ideal de un chico que considera a My Fair Lady como la mejor


película.

—Cállate John.

—¿Verdad? Es una criatura tan encantadora y rara. Sería más confiable


que esa fuera su tipo de declaración ideal.

—Hijos de puta. Por cierto, ¿ya leyeron el libro ‘Hombre moral, sociedad
inmoral’?

Dominic, que hacía muchos gestos, habló sobre el tema principal de la tarea
que les habían asignado. Era obvio que todos lo habían leído, pero John
decidió dejarlo pasar. Aunque se burlaba de Dominic, estaba orgulloso del
hecho de que un Alfa que pensaba de esa manera, era su amigo. Incluso, sin
tener en cuenta su vida privada.

—Solo he leído la mitad. Simplemente, me quedo dormido cada vez que


abro el libro, y no puedo continuar.

—¿Cuándo lo leerás todo? Es para mañana.

—Sí… .

Gregory le dijo a John en forma burlona, que estaba en problemas.

—Aunque es muy aburrido, ya lo leí hace mucho tiempo.

—Eh, ¿Realmente terminaste de leer el libro?

—John, ¿Qué reacción tan grosera es esa?

—No…Honestamente, es un poco sorprendente.

John se sintió, extrañamente traicionado por el hecho, de que incluso Gregory,


había leído el libro. Esta vez, era hora de que John, que hablaba siempre en
serio, mirara la ensalada tristemente desmantelada. Dominic azotó la mesa y
llamó la atención de John.
—John, ¿Te gustaría que nos viéramos en la biblioteca esta noche?

—¿Por qué dices eso de la nada?

—Resumí el libro mientras lo leía, puedo explicártelo si quieres. Nos


vemos después de la cena. ¿Qué te parece?

—¿De verdad? Eso… .

—Si es el libro de Reinhold Niebuhr, yo también lo leí.

John no pudo responder a la sugerencia de Dominic. La conversación terminó


al escuchar una voz que venía de atrás. Cuando llegó, Valentine los miró con
desprecio. Entonces abrió los ojos angustiosamente, cuando su mirada se
encontró con la de John. Y luego habló con una voz amigable.

—¿Almorzaste bien, John?

—Sí, ¿Aún no has comido?

—La clase terminó un poco tarde, así que apenas voy a comer.

La mirada de Valentine se enfocó completamente en John. Era como si


Gregory y Dominic, fueran invisibles y los estuviera excluyendo a propósito. De
hecho, Valentine no era muy cercano a ellos, pero aun así, los rostros de
ambos se endurecieron cuando fueron tratados por él como personas
invisibles. John guardó silencio, porque se dio cuenta de que la atmósfera se
había vuelto incómoda por alguna razón. Era como si un silencio incómodo se
hubiera adueñado de la mesa.

—¿No es este ambiente un poco serio, para conversar?

—Uh, Julian, Hola.

Julian asomó la cabeza por detrás de Valentine. Fue sorprendente que él


hablara primero. Durante varios años en Heritage, cuando Julian y ellos se
encontraban solo compartían saludos de cortesía con los ojos. Era por eso que
no compartía ningún punto de contacto con Julian, quien era una persona muy
popular.

—Hola, Gregory, Dominic y… John.

Dijo Julián, pero como Valentine estaba en el medio, se vio obligado a


saludarlo amistosamente. John sonrió amargamente y le respondió.
—No tienes que saber mi nombre. Probablemente nadie en el campus lo
conoce.

—¿En serio…?

La cara de Julian, quien inclinaba la cabeza con una expresión aparentemente


insegura, era ciertamente bonita para John. Aunque soy un beta… Pero
cuando volvió la cabeza, observó a Gregory, cuya cara se había puesto color
rubí al ver de cerca al ídolo del campus. Era un chico muy ingenuo. Mientras
John se tragaba una carcajada, siguió mirando a su lamentable amigo.

—John, no me lo dijiste.

—¿Eh?

—Que había algo en lo que podía ayudarte. ¿No tienes que ir a la


biblioteca hoy?

El interés de la cara roja de Gregory, fue traído de vuelta hacia Valentine. Este
seguía sonriendo dulcemente, pero por alguna razón, su risa era más tenue de
lo habitual. John, que estaba tratando de asentir con la cabeza, de repente se
tardó en responder.

—Sí, pero aun así… .

—Sí, sería mejor, que estudiáramos juntos de todos modos. John y yo.

Dominic cortó las palabras de John, e intervino. La mirada de Valentine llegó a


Dominic, quien se sumergió durante la conversación. Entonces Dominic, puso
los labios en ángulo y se echó a reír. A cualquiera le parecería obvio, que sus
ojos mirando a Valentine, no eran muy amigables. Y Valentine, quien enfrentó
a Dominic con una cara inexpresiva, que no mostraba lo que estaba pensando,
también sonrió.

—Bien, sin embargo… Me preocupa que John se tome tu tiempo. Gracias


por tu preocupación, pero para John sería más fácil, obtener mi ayuda.

—… .

—¿No es así, John?

A pesar de que el sujeto que rechazó la propuesta de Dominic fue Valentine,


este solo fue modesto en la superficie, porque la expresión de Dominic se
endureció cuando sintió su decidido rechazo. La mirada que Valentine le dirigía
a Dominic, se volvió un poco más oscura. Y Julian, que estaba al lado de
Valentine, simplemente los miró alternativamente sin ocultar su expresión
interesante y divertida.

—… Bueno, Dominic. Creo que hoy probablemente no podremos


reunirnos.

La atmósfera extrañamente pesada, presionó a John cada vez más. Y


finalmente, rompió el silencio con una voz tranquila, ya que no pudo soportar
las tensas emociones que fluctuaban a su alrededor. En concordancia con la
acción de John, los ojos de Valentine se iluminaron como si mostraran su
satisfacción. Y aunque Dominic todavía parecía insatisfecho, al final asintió en
silencio.

—Entonces me retiraré temprano hoy. Hasta luego, John.

Valentine presionó ligeramente el hombro de John, e inclinó la cabeza. John


asintió suavemente, al escuchar una voz susurrante en el oído.

—Sí, Valentine. Espero que también comas un almuerzo delicioso.

Después de que Valentine y Julian se marcharon, el silencio se posó en la


mesa junto con sus pensamientos. Fue cuando John le tocó la espalda de muy
mal humor que Gregory suspiró exageradamente y se rascó la punta de la
nariz.

—Odio admitirlo, pero Valentine es un hombre perfecto a primera vista.


Tiene una cara hermosa y es inteligente. ¿No es así?

—Que… .

—Lo único malo que tiene, es ese maldito complejo de hermano.

—….

—No puedo adaptarme, cada vez que lo veo. Un chico que no parece
parpadear de la manera habitual…Ugh.

John se vio obligado a mirar a Gregory con vergüenza y él solo se encogió de


hombros como si estuviera diciendo algo casual.
02. FULL MOON PARTE 3
Heritage Collage se ha caracterizado por siempre mantener todas sus instalaciones
actualizadas a diferencia de su exterior anticuado. El dormitorio también era en esencia
extravagante, incluso más allá de la comparación con otras escuelas privadas. Entre ellos, la
habitación donde se hospedaban Valentine y John, estaba en el último piso del dormitorio
A, y era aproximadamente, del tamaño de dos dormitorios generales combinados.

Valentine y John, estaban sentados uno al lado del otro, en un sofá ubicado en medio de su
gran habitación. Ambos estaban cómodos y tenían una conversación sobre el libro.
Valentine, le daba una explicación detallada a John, mientras revisaba, capítulo por
capítulo.

—El autor, no es proclive a la construcción de una sociedad, completamente pacífica y


justa. No importa cuán ideal sea el grupo, es prácticamente imposible ser una entidad
perfectamente moral. En conclusión, parece que una sociedad no tan violenta, es lo
suficientemente significativa como resistir los desastres, que las comunidades
humanas, pueden cometer. ¿Qué te parece, te fue de ayuda?

—¿Qué si me fue de ayuda? Eres el mejor, Valentine. En este momento, creo que
todos tus deseos, pueden hacerse realidad.

John, que luchaba por escribir, respondió con una cara emotiva. Valentine, sonrió
levemente y señaló la nota primaveral de John.

—¿Quieres saber cómo conectarte con el ensayo de Graham? Nunca toques el tema
del imperialismo. Es demasiado cliché.

—¿De verdad? Ah, ahora entiendo un poco más… .

John asintió lentamente mientras leía el contenido. Entonces Valentine se levantó, le


desordenó la cabeza y caminó hacia el refrigerador.

—¿Quieres agua?

—Uh, gracias.

John se recostó en el sofá mientras él le entregaba una botella de agua. Con su explicación
detallada estaba seguro de poder entender el libro. Y de repente, una cara extraña, le vino a
la mente. ¿Por qué se acordaba ahora de Julian, si nunca había pensado en él?

—….
John levantó la mirada. El cuello de Valentine se movía constantemente mientras bebía
agua sentado sobre el reposabrazos del sofá. Y mientras lo miraba inconscientemente, se
despertó de su ensueño con un poco de vacilación.

—Valentine, tu.

—¿Qué?

—Pareces ser muy cercano con Julian.

—Um.

Valentine asintió, con una mirada casual. En respuesta a su horrible asentimiento, John
guardó silencio. De repente se sintió como un hermano inconsciente que interfería en los
asuntos amorosos de su hermano menor. ¿Es así? Y por extraño que le pareciera, las
preguntas ‘sobre el romance’ que varias veces le había hecho a Gregory o a Dominic, no
parecía ser un asunto sencillo cuando se trataba de Valentine.

John, que estaba acostado sobre su espalda, sintió que una mirada se clavaba en su mejilla y
levantó la cabeza. Valentine, lo miraba con ojos curiosos. —Oh… John, que no supo que
decir como excusa, se mantuvo silencio.

—No, no quise decir nada. Oh, él es realmente lindo. Si lo miras de cerca… .

Valentine, que escuchaba las implacables palabras de John, colocó la botella de agua sobre
su rodilla. Su mirada observadora, vagó por el rostro de John. Y después de permanecer en
silencio por un momento, se rió como si hubiera escuchado algo interesante.

—No importa cuán lindo sea Julian, ¿Acaso no es un hombre?

—Es Omega.

—Y tú eres beta.

— … solo estoy diciendo la verdad.

John nunca quiso ser Alfa. Pero sus nervios se elevaron por alguna razón ante la actitud
hacia los beta de Valentine, quien parecía estar trazando una línea divisoria entre géneros.
Una sensación desagradable hizo que se molestara al escucharlo.

—Es verdad… .

Siguiendo las palabras de John, Valentine murmuró excitado. Y mientras se ponía de pie,
una fuerte presencia se sacudió en el aire. Entonces sonrió ampliamente frente a John.
—¿Y?

—¿Eh?

—¿Te parece lindo?

—¿De qué estás hablando?

—¿Estás cachondo por él?

Las palabras de Valentine, llegaron tarde a la cabeza de John. Era una palabra que
realmente, no pensó que saliera de la boca de Valentine, el cual siempre se expresaba con
un acento noble y de muy alta alcurnia. Entonces cuando John lo miró con la cara perdida,
sus ojos se entrecerraron con burla.

—¿Acaso he dicho algo malo? He estado observándote…¿Acaso no puedo hablar de


esa manera también?

—Um…eso.

John sonrió y sacudió la cabeza. Bueno, Valentine no debería. A diferencia de los


adolescentes comunes, él generalmente no usaba jergas ni blasfemias en absoluto.

—Entonces dime, John.

Valentine se sentó en una alfombra mullida que estaba frente al sofá. Luego apoyó la
barbilla sobre las rodillas de John. Sus ojos azules parpadearon lentamente como si
buscaran su mirada.

—¿Cómo te sentiste porque Julian era bonito?

—Creo que podría haberlo pensado… .

—Sí, eres heterosexual.

—….

—Entonces, ¿Por qué de repente sentiste curiosidad?

—Jaja… Eso no es lo acabo de decir, Valentine.

Fue extraño. Era Valentine, quien tenía que responder a su pregunta, pero al final él le
había respondido como si hubiera sido interrogado. Y por alguna razón, John cerró la boca
de repente como si su estado de ánimo se hubiera venido al piso. Entonces Valentine le
agarró las piernas como si le pidiera una respuesta. Su agarre era poderoso, y su
temperatura corporal que atravesaba sus delgados pantalones, era más caliente de lo
habitual. Entonces John endureció su rostro sin darse cuenta, ante su expresión
indescriptible.

—Que… No importa, lo que sea.

Los ojos de Valentine se entrecerraron, mientras miraba su cara avergonzada.

—En su lugar, John.

—¿Qué?

—Me lo dirás primero. ¿Entendido?

— … ¿Qué?

Los ojos verdes de John temblaron ligeramente, en una tensión desconocida. Valentine, que
miraba obstinadamente a John, curiosamente curvó sus labios. Los dientes blancos, a lo
largo de las dos mejillas que se enrollaron ligeramente, se mostraron y desaparecieron.

—Si cambias tus gustos, avísame primero. Estoy listo para organizar un evento queer
para ti, con la bandera del arco iris en cualquier momento.

—¿Qué?

—¿Podría Grace, participar con una entrevista también?

I stand for queer Betas. (Yo apoyo a los beta gay).

John se echó a reír de lo que Valentine dijo con mucha seriedad. Y al mismo tiempo, la
heterogeneidad que sintió se dispersó en el aire.

—Bueno… .

John se acercó a la rubia cabellera de Valentine. El cabello, de aspecto dulce, que parecía
haber sido trenzado con miel, suavemente rodó entre sus dedos.

—No estaba pidiéndote eso.

—….

—Y creo que nunca veré a Julian de esa manera, ni haré nada parecido en el futuro.
Sin embargo, agradezco tus intenciones.
Valentine entrecerró los ojos como tratando de leer su verdad. Y de repente, envolvió la
mejilla de John con una de sus manos.

—No estoy bromeando, John.

—¿Eh?

—Puedo aceptar todo lo que hagas. No importa lo que sea.

Ante ese comentario cosquilleante y desagradable, John se rió, pero Valentine no cambió su
expresión seria, como si sus cejas estuvieran distorsionadas. Entonces, mirándolo con ojos
nublados, Valentine le preguntó algo con una voz más baja de lo habitual.

—¿Harías lo mismo por mí?

—Eh… .

En ese momento, John hizo una pausa y asintió con la cabeza, sin darse cuenta. Valentine
sonrió y levantó su cuerpo. Tocando la mejilla de John mirándolo a sí mismo, dijo con voz
profunda.

—Tengo que bañarme. Mientras tanto, mantén tus ideas organizadas.

—… ¿Ideas?

—Hombre moral y sociedad inmoral. Me temo que no reconocerás ni siquiera tu letra


más tarde.

John, que estaba avergonzado en ese momento, dijo: —Oh. Y sus mejillas que
generalmente eran blancas, se pusieron rojas. Valentine, que se burlaba de él como si fuera
algo divertido, se alejó rápidamente. Su figura desapareció en el baño y pronto se escuchó
el sonido del agua cayendo.

Así que era, solo eso.

Al quedarse solo en la habitación, trató de pensar en la razón por la cual se sentía extraño,
pero no tuvo éxito en su intento.
02. FULL MOON PARTE 4

Gracias a la ayuda de Valentine, John pudo pasar sus discusiones y ensayos


con éxito. Una vez que pudo entender lo fundamental, comprendió las causas y
consecuencias para poder construir un argumento.

< ¿Qué paso mientras tanto? Tenía que mirar los ojos de Schultz con
firmeza. Estaba tan feliz que no podía controlarme. >

La cara de John recordando las palabras que le dijo a Dominic, se llenó de


orgullo. Después de un trabajo duro, necesitaba descansar para tranquilizar su
mente. Y mientras tarareaba escaleras abajo, el teléfono celular que tenía en el
bolsillo vibró avisando la entrada de una llamada. Sus brillaron como si tuvieran
luz propia al ver la pantalla. Entonces presionó el botón de llamada sin demora.

—Grace, ¿Qué estás haciendo en este momento?

−Oh, Dios mío. Respondiste de inmediato. ¿Puedes hablar?

—Sí, acabo de terminar mi clase.

A diferencia de la estricta disciplina de otras escuelas, Heritage College,


permitía a los estudiantes, llevar teléfonos celulares. Eso era porque las
restricciones las tenían en las casas, donde las cosas podrían ponerse serias
de inmediato si ocurriera incluso un problema menor. La alegre voz de Grace
sonó, cuando John se acomodó el celular en la oreja.

−Aunque es un saludo banal, ¿Qué tal la vida escolar? ¿Te ha ido bien?

—Todo va bien. De todos modos, me preocupa que llames de repente,


¿Qué está pasando?

−Jajaja, ya que dices eso no parezco ser una buena madre. ¿Acaso no
puedo llamarte?

Ryan y Grace, siempre estaban ocupados en sus respectivos negocios. Ha


pasado mucho tiempo desde que se habían reunido en un evento familiar
desde que Valentine y John, comenzaron su vida de internado en toda regla.
John, que no quería sonar tan insensible, murmuró una excusa.
—No quise decir eso.

−Sí, ya lo sé. Por cierto, ¿Qué vas a hacer este fin de semana?

—¿Fin de semana?

−Sí, ¿Por qué no vienen los dos a Florencia?

—Florencia… ¿Estás hablando de Italia?

−La reunión del concesionario terminó temprano, así que tengo tiempo
libre este fin de semana. También me gustaría ver sus caras, y me
gustaría que los tres nos reuniéramos, después de dejar a Ryan. ¿Qué te
parece?

Grace, dirigía una cadena mundial de hoteles y ahora estaba en Italia para
lanzar un nuevo hotel boutique. Su propuesta le sonó bastante bien a John.
Eso era porque no tenía algún problema que resolver con urgencia el fin de
semana, y también quería ver a Grace, a quien no había podido ver en mucho
tiempo.

—Yo puedo. Le preguntaré a Valentine si quiere ir.

−Sí, pregúntale y házmelo saber. Si los dos pueden venir, prepararé el


vuelo directamente con mi secretaria.

—Sí, te contactaré pronto.

−Bueno. Entonces, esperaré pacientemente.

—Jajaja, ya veo.

Después de terminar su conversación con Grace, John se dirigió a la zona C,


donde tenía una clase de derecho. Lo hizo para transmitir el mensaje de
Grace, y darle las gracias a Valentine, por haberlo ayudado con la tarea de
Schultz. Sus pasos hacia su clase no dudaron, ya que sus horarios, estaban
estrechamente relacionados.

Pero Valentine no estaba en el aula. Entonces, mientras estaba de pie junto a


la puerta con los ojos bien abiertos, le preguntó a un estudiante que estaba
cerca y jugaba con un teléfono celular.

—¿Has visto a Valentine?


—Sí, pero Julian vino y se lo llevó.

—Ah… ¿Bueno?

Tan pronto como escuchó el nombre de Julian, se sintió inconscientemente


mal, y por eso se mordió los labios darse cuenta. Entonces el chico se encogió
de hombros y agregó unas palabras que no necesitaba escuchar.

—Sí, hay algo entre ellos… .

—Por desgracia, sé a qué te refieres. De todas formas … Gracias.

John, que salió de la clase sin obtener nada, caminó a toda prisa por el pasillo
para dirigirse a la siguiente clase. Mientras tanto, pensó en Valentine y Julian
sin razón. Hacen una buena pareja, si es que están saliendo. Pueden ser
socios inagotables, el uno para el otro, tanto externa, como internamente.

—Eh… .

Los pasos sin sentido de John, por las escaleras, se detuvieron. Y fue porque
vio algo que le era familiar fuera de la ventana, que le llamó mucho la atención.
Una gran cantidad de estudiantes, estaban moviéndose de un lado a otro en el
campus, y Valentine y Julian, estaban parados en un lugar. Pero no fue eso, lo
que hizo que abriera los ojos.

El cuerpo de Julian, estaba parado cerca de Valentine, de forma muy cercana.


Julian, con sus ojos nublados, susurró algo en el oído de Valentine. Era difícil
verificar la expresión en la cara de Valentine, porque estaban detrás del
edificio, pero los dos parecían ser un ejemplo perfecto, de amantes que
compartían un momento a solas.

Mientras admiraba la escena, Julian, quien miró el rostro de Valentine,


lentamente acercó su cara a él. Cuando la distancia entre ellos, fue tan
cercana que sus narices estaban entrelazadas, John se volvió reflexivamente.
Luego comenzó a caminar de nuevo.

—….

Sin ninguna razón, el lóbulo de su oreja se calentó y su corazón latió con


fuerza. Aunque estaban en un lugar popular, parecía estar fuera de este
mundo. ¿Pero por qué tu cara se pone caliente? No lo vi todo, pero
probablemente se besaron. Audazmente, en el campus, donde tantos
estudiantes van y vienen.
Cuando John entró en el aula, la imagen en su mente no desapareció.

Pero, todavía está en mis ojos… .

Valentine era un hombre sin culpa, un alfa superdominante y el objetivo de la


mayoría de los omegas. No podía haber tenido una vida privada, que John no
conociera. Él mismo, nunca había pensado en tal posibilidad.

John era un adulto perfecto físicamente, pero en lo que respecta al sexo,


todavía tenía solo 18 años. El mismo John pensó vagamente, que era una
persona heterosexual, pero en realidad nunca estuvo seguro, porque nunca
había tenido un sentimiento de amor hacia nadie. En los últimos años, es
posible que no le haya hecho falta algo así.

Nunca pensó que fuera por el estilo de crianza de Emily, o la ausencia de su


padre en la primera infancia. Aunque sus amigos se burlaban de él, por no
mostrar interés en alguien, esa característica de sí mismo, nunca había sido un
problema.

¿Por qué demonios sería Valentine, vagamente similar a mí?... … ¿Acaso,


estaba condicionado a voluntad?

Si Valentine tuviera un amante, era natural que John se sintiera impaciente. Sin
embargo, no podía negar que fue él, quien tuvo la mayor influencia en John.

Pero ante los ojos de John, el Valentine interesado en las citas y el sexo no
existía. El día de Valentine fluía regularmente y parecía no tener lugar para el
romance. Su estilo de vida invadido por libros de texto, era incluso abstinente
en algunos aspectos. La idea de que Valentine, que siempre había sido
considerado perfecto para todos, no era diferente al que conocía, tranquilizó a
John.

Sin embargo, al parecer la realidad era diferente y cuando pensó en la


posibilidad de que él no se lo hubiera contado, todo se hizo trizas de repente.
Se sentía un poco nervioso sin razón y su corazón estaba agitado. Era como si
lo hubiera dejado solo.

—… ¿Qué es este sentimiento?

John parpadeó lentamente, ante la vaga sensación de ansiedad que sintió por
primera vez.
02. FULL MOON PARTE 5
El sábado por la mañana, los dos abordaban el Legacy 500, rumbo a Italia.
Uno de los nobles pasatiempos de Ryan era coleccionar aviones privados, y en
el que actualmente viajaban, había sido su regalo para John en su último
cumpleaños. Si John moría antes que él, Ryan estaría a cargo de la gestión de
la aeronave.

Gracias de su salida anticipada, pudieron llegar a Peretola, al aeropuerto de


Florencia alrededor de la hora del almuerzo. La intensa luz del sol de Italia caía
sobre sus hombros.

—El coche llegará al aeropuerto en 30 minutos.

El cabello de Valentine colgaba naturalmente sobre su frente y llevaba puestas


gafas de sol. Su deslumbrante piel blanca y su rubia cabellera contrastaban
con su buzo gris y sus pantalones negros.

—¿No podemos encontrarnos con Grace hasta la noche?

—Sí, estará ocupada hasta entonces.

—Grace siempre está demasiado ocupada.

John respondió con una voz risueña, quien lucía mucho más británico que
Valentine con una camisa blanca de punto y Jeans. La textura de la ropa era
delgada por lo que era fácil que se enredara incluso con el viento. Su cabello
castaño claro brillaba intensamente con la luz, y sus ojos verdes eran
igualmente luminosos.

Tanto John como Valentine destacaban mucho, por lo que los ojos de las
personas que pasaban los alcanzaban y descansaban sobre ellos
repetidamente. Sin embargo, esas miradas curiosas no era un signo de
preocupación para ninguno de los dos porque ya estaban acostumbrados a
eso. John sonreía con frecuencia con las mejillas sonrojadas sintiéndose muy
feliz con el viaje, y Valentine solo lo miraba tranquilamente.

Pronto vinieron a recogerlos, y después de un largo viaje a lo largo de una


extensa carretera sinuosa, llegaron a un hotel antiguo ubicado en la colina.

—Wow… Valentine, mira esto. El paisaje es increíble.


Cuando John entró en la habitación, se emocionó y corrió hacia el balcón. En
la cima de la colina de Fiesole, el lujoso hotel tipo villa ofrecía vistas
panorámicas de Florencia. Como era un hotel con larga historia, el interior era
espacioso y confortable y el ambiente de calma se sentía en el aire.

John estiró su rostro hacia adelante, apoyado contra la barandilla. Una suave y
refrescante brisa primaveral pasó por sus mejillas. Se sentía tan bien que abrió
los ojos y disfrutó del sol. Valentine se acercó y extendió la mano hacia el
cabello de John. Su cabello suave ondeaba como una bandera entre sus
dedos.

—John, tu cabello, se pone un poco rojo con la luz del sol. ¿Lo sabías?

—¿Rojo? No, no lo sabía.

—Es muy brillante. Si hubiéramos tenido el mismo color de cabello, ¿No


seríamos más similares?

La expresión de John, era incómoda mientras Valentine susurraba con una


dulce sonrisa. Era inútil pensar en eso.

Si es así conmigo que soy su hermano… Probablemente, Valentine sea


mucho más dulce con su amante.

Mientras pensaba en eso, recordó a Julian. Incluso, rememoró esa escena


donde sus caras se superponían.

— … ahora parece que fueras rubio.

Por alguna razón, John apartó la mano de Valentine. Y luego, se cepilló el


cabello con los dedos y bajó la mirada.

—¿Qué pasa?

Valentine envolvió la barbilla de John con su mano, cuando notó su tono


astutamente diferente. Al volver su cabeza, John abrió los ojos y lo miró.
Valentine frunció el ceño un poco molesto y lo miró fijamente. Entonces John
apartó los ojos de su mirada.

— … ¿Qué haces?

—Incluso así, sigues evitando mis ojos.

—No te estoy evitando.


—Mientes.

Valentine era gentil con todo lo que se relacionaba con John. Pero no era tan
generoso, cuando sabía que él estaba escondiéndole algo o evitando decirle
algo. John era muy consciente de la expresión de Valentine, pero no podía
decirle a la cara que eso se debía a que recordaba haberlo visto besándose
con Julian. Dudando, John decidió cambiar de tema. Entonces apartó la mano
incómoda que sostenía su barbilla.

—No es eso. ¿No quieres comer algo? Yo tengo mucha hambre.

John todavía se sentía inquieto por la rara expresión de Valentine, pero este
solo sacó su teléfono celular sin demora al escuchar que él tenía hambre.

—¿Qué quieres comer?

—Um… ¿Carne?

Ante las palabras de John, llamó al conductor sonriendo como si supiera que
así sería. Entonces, los dos fueron a un famoso restaurante local con vista al
rio Arno y comieron una gran cantidad de carne. Después de eso, pasaron un
tiempo deambulando lentamente hasta el atardecer.

Solo por el hecho de que estuvieran fuera de la escuela, se reían con más
frecuencia de lo habitual y disfrutaron de las pequeñas cosas. Se tomaron fotos
desenfocadas el uno al otro, compraron pulseras que normalmente no
comprarían en tiendas de antigüedades a lo largo del camino y usaron la
lengua para lamer helados dulces y pegajosos. Mientras tanto, el brillante sol
se marchitó y cayó por debajo del suelo.

—Oh, espera. Es Grace.

Fue cuando Valentine acababa de poner un ridículo sombrero fedora de cuero


sobre la cabeza de Johan en una tienda de diseñadores. El rostro de John se
iluminó cuando sacó el teléfono de su bolsillo. Agarró la mano de Valentine y
apretó el botón de llamada. El calor corporal de ambos se entrelazaba. Cuando
la cabeza de Valentine se inclinó en ángulo para mirar la mano con un rostro
inexpresivo, John le habló a Grace.

—Grace, ¿Ya terminaste? Eh… ¿Estás en el hotel? Ahora estamos en el


centro. No estamos lejos, así que iremos de inmediato. Sí, me encanta.

—¿Ya llegó?
—Sí, está en el hotel ahora. Vamos a cenar de inmediato, ¿Volvemos?

—Bien, me pondré en contacto con el chofer.

Al llegar al hotel, se dirigieron directamente al restaurante al aire libre. Aunque


no era muy grande, el restaurante con vista panorámica de Florencia estaba
decorado de manera romántica y lujosa. Y en el fondo del restaurante, donde
el paisaje ofrecía la mejor vista, una belleza con un ajustado vestido Hermes
bebía un trago antes de comer.

—Madre, estamos aquí.

—¡Chicos!

Grace, al descubrir a John y Valentine, se levantó de un salto y abrió los


brazos. Sus hijos, que habían crecido demasiado para ser sostenidos en sus
delicados brazos, se inclinaron silenciosamente ante ella.

—Ha pasado mucho tiempo.

—¿Cómo estás?

—Sí, cada vez que los veo, están más grandes.

—Grace, es mucho más hermosa cuanto más la veo.

—Oh, John, eres tan dulce.

Grace sonrió enérgicamente y despeinó el cabello de John. Incluso a la edad


de 40 años, todavía era una mujer joven y hermosa. De lo contrario, no habría
razón para que los camareros conquistados la miraran incesantemente.

—Sentémonos. ¿Tienen hambre?

—Estamos bien.

—Si han venido a Italia, ¿No deberían comer mariscos? Incluso, aunque
todavía sean menores de edad, una copa de vino no les caería mal.

Grace, que estaba asombrada de verlos a los dos, pidió inmediatamente


ensaladas, mariscos y vino blanco. John y Valentine ni siquiera tuvieron la
oportunidad de abrir el menú. Su voluntad reacia, era un legado que Valentine
había heredado.
Grace levantó su copa de vino y gritó.

—No saben lo feliz que estoy de que hayan venido. Ahora soy la mujer
más feliz del mundo.

El cielo, donde el sol desapareció por completo, adquirió un vivo color azul. Las
luces redondas que colgaban en el aire se iluminaban una a una, y la ciudad
debajo de la colina también comenzó a brillar como una isla de luciérnagas.
Desde ese momento, una melodía romántica fluyó a través del viento.

Hermosos paisajes, comidas deliciosas, vino moderadamente agradable e


incluso a sus personas favoritas. Todo hizo que la noche fuera perfecta.

De hecho, incluso si Grace no se hubiera emborrachado demasiado rápido,


habría sido la noche perfecta.

—Debemos llevarla primero.

—…Te dije que bebieras despacio.

—No he podido dormir adecuadamente debido al trabajo pesado, y tenía


ganas de ver a mis hijos para sentirme mejor.

—Nos encargaremos de eso.

Una secretaria y un grupo de guardaespaldas que los observaban desde la


distancia se acercaron y levantaron a Grace. Menos de una hora después de
sentarse, Grace ,quien había bebido vino constantemente, comenzó a dormitar
en algún momento.

Al principio, a la secretaria, que solo estaba mirando, le fue difícil contenerse


cuando Grace casi puso la cabeza sobre la mesa. Los dos que se quedaron en
la mesa se miraron y soltaron carcajadas absurdas. Valentine murmuró,
presionando sus párpados con las yemas de los dedos.

—Nos trajo a Florencia y solo la vimos una hora. ¿Puedes creerlo?

—Qué… podemos desayunar con ella. Ojalá podamos saludarla.

—Deseo que así sea.

Valentine, quien respondió con anticipación, levantó la mano ligeramente y


llamó al camarero. Luego le pidió una botella de vino adicional. Y John le
preguntó con una mirada de sorpresa.
—¿Vas a beber más?

—Estamos fuera de la escuela y Grace ya debe estar dormida. ¿Acaso ya


estás borracho?

Ante la pregunta de Valentine, John sacudió la cabeza. Lo hizo porque no


había nada de malo en tomarse una o dos copas de vino y sintió pena que la
noche terminara de esa manera.

El camarero que trajo una copa nueva, sirvió el vino con gran habilidad.
Valentine sonrió y se llevó el vino a los labios. Un hombre apuesto y brillante
sentado frente a un paisaje pintoresco definitivamente era del tipo que llamaba
la atención. John tragó el vino, mirando con atención mientras la oscuridad azul
se posaba sobre la brillante cabellera rubia. La acidez pesada y suave,
humedeció su lengua.

—Hoy realmente… me siento bien.

Cuando el vino entró, uno tras otro, se aflojaron los tornillos de la mente y el
cuerpo. Mientras tanto, John perdió sus modales, levantó los brazos sobre la
mesa y sonrió. Con ojos entrecerrados, pupilas candentes, labios rojos y
mejillas sonrojadas. Era una cara que parecía de ensueño. John, mirando
fijamente al cielo por un momento, respiró hondo y cerró los ojos. Las pestañas
densamente rellenas, estaban ligeramente temblorosas.

—Realmente… es como estar en el cielo.

John, que había estado sintiendo la brisa por un tiempo, abrió lentamente los
ojos. Y lo primero que vio, fueron unos ojos azules como el mar. Los ojos de
Valentine, lo miraban fijamente. John se rió con picardía, levantando los labios
en ángulo.

—¿Por qué te ves así?

—¿Qué quieres decir?

—Te ves como obsesionado.

—¿Yo?

—Sí, tu. A veces, me miras así. ¿No te habías dado cuenta?

Las palabras, que normalmente no diría, atravesaron la brecha y fluyeron


libremente. Valentine levantó la barbilla, con una expresión de ignorancia,
como si no lo hubiera escuchado. Sin embargo, obviamente, era interesante
como cambió inmediatamente su rostro. Valentine, con los brazos cruzados,
suspiró y luego sonrió.

—Pensé que sería aburrido, pero no lo fue.

—¿Qué dijiste?

—Nada. Más que eso.

—Sí. Valentine.

—Tengo una pregunta. ¿Puedes responderme?

Valentine preguntó, inclinando la cabeza como si dudara. Su mano, estirada


sobre la mesa, agarró suavemente el codo de John. Los hombros de John
temblaron levemente ante el toque de un lento tanteo sobre la delgada camisa.
Mi cuerpo se calentó porque me emborraché y me preocupaba el contacto
insignificante. —¿Qué?

—¿Me contestarás?

—Sí, lo haré. ¿Qué quieres saber?

—¿Alguna vez has besado a alguien?

Ante las palabras de Valentine, el cuerpo de John se puso rígido. Fue porque
era una pregunta que nunca pensó que respondería. Sin embargo, a diferencia
de John, que se sentía avergonzado, Valentine solo parecía curioso.

—… ¿Por qué me preguntas eso?

John, que no pudo detenerse, le devolvió la pregunta a Valentine en lugar de


responderle inocentemente. Y como mecanismo de defensa, su voz se
agudizó. Sin embargo, Valentine respondió audazmente con una cara
despreocupada, como si estuviera reclamando sus derechos.

—No me has respondido.

—No, ¿Por qué me preguntas eso en primer lugar?

—Si te digo por qué, ¿Me responderás honestamente?

Valentine miró a John y habló con sinceridad.


—Besé a Julian.

Pam.

Y ante las palabras de Valentine, un trozo de piedra que se había alojado en lo


profundo del corazón de John dio un vuelco. Era lo que esperaba, pero cuando
lo confirmó a través de la boca de Valentine, de repente sintió como si
estuviera despertando de su ensueño.

—… ¿Por qué estás haciendo esto?

Perplejo, John se mordió los labios. Al contacto con la piel, sus labios ardían
como si estuvieran excitados por el calor. Y como si Valentine respondiera,
sostuvo la mano en su brazo. Y afortunadamente, la voz de John, que fluyó
más tarde que un latido no cambió.

—¿Y?

—Eh.

—Eh… no tienes más que decir. Vamos a celebrar… .

—Me sorprendió cuando me metió la lengua. ¿Eso es normal?

La expresión de John se derrumbó una vez más, a pesar de sus comentarios


flagrantes y los esfuerzos que hizo. Pero mientras tanto, pensó: ‘¿Fue esa la
primera vez para Valentín?’ Si Valentine hubiera sido bueno en eso, como se
imaginaba, no habría hecho esa pregunta en primer lugar.

Mientras pensaba en ello, se sintió extrañamente aliviado y eso lo puso aún


más confundido. Después de ser sorprendido por las palabras de Valentine, se
sintió aliviado por su inesperada inmadurez, pero cuando se imaginó a los dos
enredados, no pudo saber la razón por la que su corazón se volvió impaciente
de nuevo.

¿Por qué haces esto? John se muerde los labios doloridos. Su cabeza se
volvió un poco clara por el hormigueo del dolor de la sensible membrana
mucosa. Fue cuando John de alguna manera trató de capturar su conflicto
interno. Valentine se apresuró a responder, tirando ligeramente del brazo que
sostenía.

—John, te pregunté. ¿Lo has hecho alguna vez?

—….
—¿Sí?

John, que vaciló por un momento, asintió lentamente. De hecho, nunca había
hecho algo como un beso, y nunca pensó en querer hacerlo, pero
honestamente sentía que su orgullo estaba herido por alguna razón.

Si lo pensaba bien, Gregory lo hizo cuando tenía 12 años y Dominic, cuando


tenía 15, así que era lo normal. Era John, quien siempre estaba orgulloso de
ese hecho, pero por alguna razón sintió vergüenza al no poder revelarle a
Valentine que nunca había besado a nadie. De todos modos, él era mayor que
Valentine y no quería ser menospreciado.

—Huh… ya veo.

Ese sentimiento hizo que John mintiera. Y en respuesta, los ojos de Valentine
brillaron más azules que lo habitual. El frío silencio golpeó la mesa, como si el
hielo se derramara y todo se congelara de forma intangible.

Entonces Valentine, miró a John fijamente y le preguntó con una voz temeraria.

—¿Lo hiciste?

—… .

—¿Cuándo?

—….

—¿Con quién?

—…No puedo decirte eso.

Era una pregunta que no podía responderse porque no había otra persona en
primer lugar. Cuando el mudo John gimió, Valentine golpeó la mesa con cierto
ritmo, como si estuviera pensando en algo. Y después de un momento de
silencio, levantó la cabeza de nuevo, y John, quien fue apuñalado, evitó de
forma antinatural su mirada.

Mientras miraba al tembloroso John, Valentine murmuró en voz baja como si lo


hiciera para sí mismo.

—Pensé que lo sabía todo de ti, pero supongo que no es cierto.

—¿De qué estás hablando?


—No puedo imaginar con quien lo hiciste.

—….

—Bueno, algún día lo sabrás.

El ambiente era extraño por alguna razón. La cabeza de John se volvió


gradualmente hacia el suelo bajo una extraña presión. La boca de Valentine se
curvó, dando fuerza a la mano que sostenía su brazo. Sin embargo, ambos
ojos todavía estaban fríos.

—Entonces, ¿Te gustó?

—¿Eh?

—¿Te sentiste bien cuando besaste a esa persona?

— … Creo que sí.

—Yo no me sentí bien.

John se sorprendió ante su respuesta inesperada. Y después de permanecer


en silencio durante un rato sin saber qué decir, asintió de mala gana, incapaz
de vencer la mirada de Valentine que le pedía una respuesta.

—Sí… .

—Dijiste que Julian era bonito, pero la lengua que me metió en la boca, y
la cosa que se pegó a mis muslos, fueron desagradables.

John no pudo ocultar su expresión de sorpresa, ante las descaradas palabras


de Valentine. Entonces puso los ojos en blanco, sin darse cuenta. No podía
decir que eran amigos, pero de alguna manera, se sintió mal por Julian.

—Bien… no sé qué decir. Julian… debió haber estado sorprendido. Me di


cuenta, de que le caías bastante bien.”

—John, ¿Por qué te preocupas de repente por Julian?

—¿Qué? ¿Y por qué razón me cuentas esa historia?

—Has estado hablando de él, desde la última vez.


Valentine volvió a agarrar la muñeca de John con expresión de insatisfacción.
John cerró los labios con una expresión preocupada. Sabía que Valentine
estaba malinterpretando algo, pero no pudo encontrar la manera de explicarlo.

No me importaba Julian. No me importaba él ... .

Si le decía que estaba preocupado por la relación de él con Julian, que estaba
impaciente porque se había convertido en un adulto antes que él, ¿Cómo se
vería Valentine, cuando le dijera eso? Incapaz de ser completamente
honesto, John pensó en cómo salir de esa difícil situación.

—John. Te hice una pregunta.

Valentine pidió una respuesta y barrió la suave carne dentro de la muñeca de


John. Fue un toque viscoso. El dedo de John se dobló solo debido a un
cosquilleo inesperado. Sacudió la cabeza mientras trataba de deshacerse del
sutil sentimiento.

—Eso es solo… no fue nada. Acaso, ¿No estabas saliendo con Julian?

—¿Yo? ¿Por qué pensaste eso?

Su sonrisa sangrienta contenía un evidente ridículo. En ese momento, un


descontento desconocido despertó a John. En ese punto, escuchó una
advertencia del sexo opuesto de que sería mejor desviar la conversación, pero
su boca se extravió. Una pregunta sin refinar, como una flecha, se volvió hacia
Valentine.

—Entonces, ¿Por qué lo besaste?

—Eso no es lo que quería.

En respuesta, a su respuesta irresponsable, John gimió sin razón. Su voz que


respondió por sí sola, se hizo más rápida.

—Entonces, ¿Dejaste que pasara? Si no te gusta, entonces por qué… .

—Eh.

—….

—¿No puedes adivinarlo?


Ahora, esa era una pregunta que lo hacía sentir incluso un poco juguetón.
Aunque a veces existía ese lado en él, el Valentín de hoy era particularmente
difícil de entender. John, que no tenía palabras que decirle, cerró la boca,
como si tuviera una mordaza. La melodía del violín se mezcló con el incómodo
silencio que fluía entre los dos.

—Te besaste con alguien, dices que te gustó, por eso me siento extraño.

Cuánto tiempo ha pasado. Valentine murmuró para sí mismo con una


expresión sombría. Una mirada de melancolía apareció en su hermoso rostro, y
cuando su cabeza se volvió hacia abajo, su rubia cabellera, como si tuviera
mechones sueltos de miel, revoloteó en su frente recta. Y tan pronto como vio
ese rostro muerto, John, sin saberlo, pronunció palabras de consuelo.

—Es extraño… no es así.

—¿Por qué?

—….

—Dijiste que había estado bien, ¿Pero por qué estás así?

—No se… no estoy seguro.

Valentine, elegiste el objeto equivocado para darte consejos, te


equivocaste. Con ese pensamiento en mente, John le apretó la cabeza con
fuerza.

—Tal vez fue porque Julian, no te gustaba mucho. Creo que te sentirás
diferente, con alguien que realmente te guste… .

—¿Tú crees?

— … ¿Quizás?

No lo había probado, pero tal vez tenía razón. La verdad, es que aunque
dudaba, John asintió y tragó saliva. Valentine, mirando a John tan
desesperado, se rió un poco. Luego, como si fuera difícil de adivinar, echó la
cabeza hacia atrás y entrecerró los ojos.

—Si eso es así, John.

—Eh.
—¿Puedo intentarlo contigo?

Las palabras que salieron de su boca, eran de un tipo que John nunca hubiera
imaginado. John, que había estado parpadeando durante unos segundos,
reconoció un poco tarde las palabras de Valentine. A pesar de eso, todavía
preguntó, porque aún no podía aceptar, el significado de inmediato.

—¿Qué?

—Hazlo conmigo.

—Entonces… .

—Bésame.

Fue extraño. Aparentemente, sus oídos estaban destapados, pero no pudo


entender en absoluto, de lo que Valentine le estaba diciendo. Aunque había
sido algo momentáneo, una esquina de su corazón, que reaccionó más rápido
que su cabeza se tensó como si estuviera en llamas.

—De qué estás hablando.

De repente, el flujo del aire se sintió en sus mejillas. John se rió con la
impresión, de que había escuchado una broma extraña, pero Valentine, solo lo
miró sin cambiar su expresión. Debido a esto, la sonrisa antinatural en la boca
de John, pronto se dispersó como arena.

—¿No?

—…no, por supuesto.

—Solo me imaginaba, que contigo estaría bien.

—….

—Cualquier cosa estaría bien si es contigo. Entonces John, vamos a


besarnos.

Valentine me pidió que lo besara.

La cara de John, que ya no podía escapar de la realidad, rápidamente se puso


roja. John no podía decir que era por la fiebre o por la bebida, o simplemente
por otra razón.
—Oye, a que te refieres. Que palabras más ridículas.

John respondió apresuradamente barriendo su flequillo. Aunque podía


escuchar su propia voz, la sintió temblando con un sonido débil. Valentine, que
observaba a John con cuidadosa atención, mientras pronunciaba sus palabras
infantiles, sonrió levemente. Y como de costumbre, una voz tranquila fluyó
lentamente de sus labios rojos.

—¿Recuerdas?

—¿Qué?

—Cuando te ayudé con las tareas, ¿No dijiste que podías hacer por mi lo
que quisiera?

—Espera, eso… .

—Aprovecharé esa oportunidad ahora.

El brazo de Valentine tiró del brazo de John terriblemente después que la


conversación terminó. En medio del forcejeo, una copa de vino, que se chocó
con el brazo de John, cayó, dejando un rastro rojo en el mantel blanco. John
estaba sorprendido con la actitud de Valentine. Sus ojos azules, con una
mirada juguetona, lo miraron con placer.

—Vamos.

—¡Espera…!

Valentine no parecía escuchar, el débil rechazo de John. Mientras John estaba


en medio de todo eso, tratando de controlar su mente, Valentine dio un paso
adelante. Valentine, que pasó por delante de los guardaespaldas, quienes ni
siquiera podían imaginar la conversación que estaba ocurriendo entre ellos,
presionó el botón del elevador hacia la suite, sin dudarlo. Todavía seguía
apretando la muñeca de John.

John trató de pensar de la manera más racional posible, incluso en ese estado
de insensatez. Sin embargo, el cerebro que dejó de funcionar hace un tiempo,
no pensaba correctamente. Bum Bum. El corazón que latía contra las costillas,
saltaba tan fuerte, como si quisiera salirse de su pecho.

Ding.
Cuando el ascensor abrió su boca, reapareció la habitación del hotel, que
había estado desocupada durante el día. Valentine condujo a John, y caminó
hacia la habitación con gran calma.

—Hey, espera… ¡Valentine!

John nunca había pensado en sí mismo como alguien físicamente inferior, pero
no fue suficiente para detener a Valentine. Su cuerpo tambaleante, se movió
impotente ante Valentine, y en pocos segundos apareció una cama ancha.

—¡Valentine!

Justo antes de ser arrojado a la cama, John sacó fuerzas y tiró de Valentine. El
extraño Valentine, lo enfrentó puramente. John, apresuradamente abrió la
boca.

—Esto, no hagas esto.

—….

—No puedes hacer esto. Ya sabes, ah, uh, ya lo sabes.

La voz que no pudo terminar la oración, tembló con un terrible sonido. Pero
Valentine solo se rió de él, como si hubiera escuchado una broma muy
divertida.”

—¿Por qué? ¿Porque eres mi hermano?

—….

—Puede que no tengamos que definirlo en términos tan generales.

—Valentine, pero quiero decir… .

—Eres solo tú. Soy solo yo.”

—….

—Ahora solo quiero unir tu lengua con la mía.

Fue extraño. Era difícil para un beta entender algo como las feromonas alfa,
pero el corazón de John se sacudió ante las palabras descaradas de Valentine.
El cerebro, que había sido erosionado por la intoxicación, finalmente se volvió
loco y un rincón de su cabeza pareció derretirse. Lamiendo la cara rígida de
John con sus ojos, Valentine le susurró al oído en voz baja.

—Sabes lo que han hecho nuestros antepasados, como excusa para


mantener la autenticidad de nuestro linaje.

—….

—Permíteme hacerlo, no es como si fuéramos a tener relaciones


sexuales.

—… ¿Quién es el hombre frente a mí? ¿Eres realmente el Valentine que


he conocido hasta ahora?

Fue cuando John planteó una pregunta de sentido común en su cabeza. Algo
suave y cálido tocó los labios del vigilante John. En el momento en que el
cuerpo de John reconoció que eran los labios de Valentine, su cuerpo tembló.
Valentine, alertado por la intención de John de escapar, lo empujó con fuerza
contra la pared.

—¡Ugh …!

John trató de alejar a Valentine, pero su cuerpo sólido era como un bulto. Por
el contrario, se tomó un descanso, y una lengua caliente y húmeda se metió en
su boca. El sentimiento era realmente… el vino que tomó por la noche pareció
estallar en su mente como una burbuja en su cabeza. Y en poco tiempo, su
cuerpo perdió poder.

La lengua que acariciaba los labios y entraba en el fondo, estaba caliente y


resbaladiza. Frotó y barrió la boca de John como una criatura que vive por sí
misma. Cada vez que la lengua de Valentine estimulaba la membrana mucosa,
el cerebro de John perdía su función. Los dos puños que había levantado para
empujar a Valentine, inconscientemente estaban apretando el dobladillo de su
camisa.

—Uh… .

Valentine se entregó a la boca de John sin siquiera mirarlo. Cuando a John se


le doblaron las piernas en su estado de locura momentánea, Valentine sostuvo
su cuerpo, que se derrumbó sobre su muslo.

—…Ahhh.
John abrió la boca para inhalar por falta de oxígeno. Valentine, que le dio un
momento para respirar, volvió a poner los labios sobre los suyos. El
movimiento de lamer su boca como un helado, hizo que John se sintiera
inseguro de lo que estaba pasando.

—Huh… .

Ante el movimiento de Valentine, John, que lo seguía impotente, no pudo


soportarlo más y volvió la cabeza. La falta de aliento se dispersó en el aire. El
pecho plano de John también se hinchó y exhaló. Valentine, que había liberado
a John, se rió y le susurró inocentemente al oído.

—John, puedes respirar mientras te besas.

—….

—¿Ninguno de tus antiguos amantes te lo dijo?

Cuando Valentine terminó de hablar, un calor explosivo se elevó en la cara de


John. Lo notó intuitivamente. Que Valentine se había dado cuenta desde el
principio, del hecho que su experiencia con los besos era falsa. La vergüenza
que lo enfureció de inmediato, amenazó con estallarle en el corazón.

—Sí, bueno. … acaba con esto ya.

John sacudió la cabeza y empujó el pecho de Valentine. Todavía sin aliento, su


delgado pecho subía y bajaba abruptamente. John cerró los ojos y trató de
escapar de Valentine de alguna manera. No tuvo el coraje de mirar la cara, que
lo estaba observando fijamente. Pero, ante su impaciencia, no sabía si su
cuerpo sólido retrocedería.

—No, todavía no es suficiente.

—….

—Es extrañamente bueno. Es esto normal, John… .

Valentine inclinó la cabeza y acercó los labios húmedos a las orejas de John.
La sensación de la piel de sus labios, que se volvió más caliente de lo habitual,
acarició su cuello sensible, haciendo que sus hombros temblaran. Valentine
dijo algo mientras sostenía las muñecas de John con fuerza.

—Eres mi primero.
—… por eso quiero hacerlo un poco más.

Asustado ante sus palabras, Valentine una vez más le cubrió los labios. La
temperatura que colisionaba con su cuerpo, era lo suficientemente alta, como
para llevar a John a otro mundo. Una vez más, sintió como un rincón de su
cerebro se derretía alcanzando el punto de ebullición, y John cerró los ojos sin
darse cuenta.

Era algo que no podía decir con certeza, lamentaba mucho que el viaje… .

John, dirigido por la mano de Valentine, se sentó en la cama y una sábana fría
le tocó la espalda. Un cuerpo enorme creó una sombra oscura sobre John. Las
mejillas atrapadas en las enormes palmas se alzaron, como si estuvieran
ardiendo. Chupó sus labios y enrolló su lengua desde la base hacia abajo, la
estimulación que le hizo cosquillas en el paladar, se extendió desde su pecho,
con un sonido excitante.

Esto es una locura. Ambos estamos locos… .

John pensó con la cabeza mareada. Una advertencia inconsciente de que esto
era un error parpadeaba en su cabeza. Había bebido demasiado. En ese
momento, la sensación de unirse a los labios de Valentine era tan buena, que
no pudo pensar racionalmente.

Esto es… No puedo.

Pero sin importar que señal enviara su razón, el hecho importante era que el
destino ya había sido trazado sin piedad. Después de esa noche, un día los
estaba esperando, pero John que tenía miedo de pensar, prefería cerrar los
ojos.

Al final, todo lo que pudo hacer fue tragarse un suspiro y enterrar su cabeza en
la gran mano que cubría su mejilla.
02. FULL MOON PARTE 6
John, que se despertó por la mañana, ni siquiera pudo dar la cara ante lo que había
sucedido. Fue porque realmente no tenía el coraje para enfrentar a Valentine. Y mientras
fingía dormir un rato, al final no pudo aguantarlo más y abrió los ojos, pero
afortunadamente la habitación estaba vacía.

—Ugh… .

Quizás Valentine había salido a comer con Grace. Parecía haber bebido mucho y una
desagradable resaca le hervía en el estómago. Ayer, no pudo lavar su cuerpo correctamente
y se quedó dormido, por lo que su cuerpo también se sentía incómodo. Entonces fue
directamente al baño sin demora.

John, que se preguntaba si Valentine regresaría mientras estaba en el baño, tenía más prisa
que de costumbre. Estaba agonizando bajo el agua caliente. ¿Con qué tipo de cara debería
enfrentar a Valentine? Después de preguntarse eso decenas de veces, finalmente no pudo
encontrar una respuesta y tuvo que salir del baño sin ningún progreso.

La habitación aún estaba vacía cuando salió con rudeza vestido con una bata. John suspiró
de alivio y se vistió rápidamente. Fue cuando acababa de salir del dormitorio, vestido con
una camisa y unos pantalones. El ascensor ubicado dentro de la sala de estar se abrió de par
en par como si esperara. Fue realmente un maldito momento.

—Ah, ¿Ya estás despierto?

Después de todo, fue Valentine quien apareció ante él. Con una camisa blanca, pantalones
envueltos alrededor de sus piernas largas, su cabellera rubia perfectamente peinada hacia
atrás y la aparición de periódicos y revistas a un costado lo hacían parecer un joven CEO.
Entonces al acercarse al congelado John, se echó a reír.

—Veo que aún no estás despierto. Pedí servicio a la habitación, así que puedes comer
lo que quieras. Ayer bebiste mucho, ¿Te sientes bien?

—… Uh, estoy bien.

Valentine entró en la cocina, colocando sus pertenencias sobre la mesa de mármol. Era una
actitud tan casual que le preocupaba. John parpadeó y siguió su camino sin comprender.
Valentine caminó hacia el refrigerador, sacó una botella de agua y la vertió en un vaso. Y
se acercó a John, todavía preguntando con voz tierna.

—¿No tienes sed?


—Gracias… .

Fue John quien estaba bastante confundido por su actitud casual que incluso pensó que lo
que había ocurrido anoche podría ser un sueño. Tan pronto como le entregaron el vaso,
tragó mecánicamente el agua. No, más bien sintió que revivía cuando su sed se calmó con
la humedad. Y mientras sostenía el vaso vacío en la mano, miró a Valentine.

¿Está realmente bien …?

No tenía la menor idea de si podía actuar como si nada hubiera pasado al igual que
Valentine, o qué actitud mostrar. Sin siquiera saberlo, arqueó las cejas. Y Valentine, con un
vaso en la mano se inclinó hacia él.

—¡…!

Y fue su lengua la que se introdujo a través de sus cautelosos labios. En el momento en que
su lengua caliente pasó por la membrana mucosa de su labio inferior, el corazón de John
cayó al suelo. La lengua, que barrió ligeramente el interior de su boca, pronto se apartó,
pero la conmoción permaneció en el consternado John.

—…Tú, que acabas de hacer.

Al reaccionar tardíamente, tartamudeó con voz temblorosa. Luego preguntó de nuevo con
una cara perpleja, como si estuviera diciendo por qué.

—¿Qué?

—… .

—¿No quieres?

—¡Claro que...!

Las palabras de John, no pudieron continuar hasta el final. Fue porque los labios de
Valentine se superpusieron nuevamente. John trató de empujarlo reflexivamente, pero sus
muñecas fueron agarradas y pudo ser dominado con facilidad. La lengua se enterró en su
boca abierta, para detener su protesta.

—…¡Uh!

Su gruñido silencioso continuó intermitentemente. Ninguno de los dos estaba cerrando los
ojos, por lo que pudieron captar la apariencia del otro en una visión distorsionada. Al final,
John fue quien cerró los ojos primero sin poder derrotar la mirada que la atravesó.

—¡Uh, ah…!
Cuando los labios atacados se llenaron de aliento, John empujó a Valentine con todas sus
fuerzas. Entonces Valentine vagó satisfactoriamente por su boca y dio un paso atrás. Los
labios de ambos estaban húmedos de saliva y enrojecidos por la irritación. Y mientras John
presionaba sus labios con el dorso de su mano, miró a Valentine. La punta de sus orejas
expuestas debajo de su cabello castaño permanecían rojas.

—Tú, ¿Estás loco?

—No estoy loco.

—¿Todavía estas dormido?

—John, ¿Por qué estás enojado?

—Ja, no estoy enojado contigo… .

—¿Cuál es la diferencia entre los abrazos y los besos que nos hemos dado hasta
ahora?

—¿…Qué?

—Quiero besarte y lo haré en el futuro. No seas demasiado complicado.

El discurso de John fue bloqueado por la imponente respuesta de Valentine. ¿Valentine


realmente piensa que esto no es un problema? John lo miró a la cara buscando respuestas,
pero finalmente no encontró nada.

—John.

Después de un breve silencio, Valentine suspiró un largo tiempo. Y luego se tocó el cuello
de la camisa como si estuviera frustrado.

—A ti, ¿Cuándo te han importado los demás?

—¿Qué?

—¿Cuándo hemos estado preocupados sobre los estándares de los demás? A la gente
le parecería extraño que durmiéramos juntos todos los días.

—…eso es.

—Piénsalo de esta manera. Me gustó besarte… ¿Tu lo odiaste?

Valentine se acercó un paso y apretó con fuerza los brazos de John. La temperatura
corporal de las dos manos grandes era tan caliente que quemaba.
¿Lo odiaste…?

Ya sabía la respuesta de esa pregunta. Lamentablemente, no lo había odiado. Si no le


hubiera gustado, no hubiera estado tan absorto anoche. Entonces pensó que ese era un
problema mucho más grave. Los hermanos normales no confirman su buena relación con el
otro besándose.

Pero la razón por la que no podía decir eso era… .

—¿Lo odiaste, John?

Valentine parpadeó lentamente como si se sintiera inseguro. Con un poco de impaciencia,


lo miró a la cara buscando señales, y John cerró los labios. Era como si estuviera
obsesionado con algo. Sabía que tenía que ser contundente, pero no dijo nada. La
vacilación cubrió a la razón impotente.

Si decía que lo odiaba, Valentine ya no lo forzaría a nada, pero estaría decepcionado.

¿Su relación se volvería incómoda?

El tiempo que pasaron juntos hasta ahora… … ¿Sería imposible continuar de ese modo
en el futuro?

Con esa suposición, John sintió menos temor. Sabía que a partir de ese momento, no
podrían estar juntos. Pero en ese momento, no estaba tan seguro de querer abandonar su
rutina diaria. Una corriente de viento suave atravesó su corazón. John, que solo parpadeó
sin comprender, miró a Valentine. Cuando sus ojos se encontraron con los ojos azules, sus
labios rígidos se movieron solos.

—No… No lo odié.

Los ojos de Valentine se oscurecieron en respuesta a las palabras de John, después de su


silencio. Al mismo tiempo, los labios se curvaron y dibujaron una suave sonrisa. Valentine
extendió la mano sin ocultar, su expresión de satisfacción y alegría. Una mano grande
cubrió la mejilla ligeramente calentada de John, y un dedo acarició sus labios rojos con
ternura.

—Eso es suficiente.

—….

—Sí tú estás de acuerdo, no habrá problema.

¿Era realmente cierto?


Sabía que no era tan simple, pero John silenciosamente guardó silencio, ignorando ese
hecho deliberadamente. La relación entre él y Valentine estuvo lejos de ser normal desde el
principio. Entonces así es… Solo finge que no sabes, y tal vez podamos pasar
desapercibidos.

Sabía que lo que pensaba era fruto de su auto raciocinio. Incluso aunque sabía que había
pulsado el botón incorrecto, no pudo evitarlo. Sin embargo, John luchó por apartarse de su
voz interior. Fue porque la tensión incómoda que se formó entre Valentine y él, pesaba más
que la ansiedad de tomar el camino equivocado.

Qué demonios… es lo que sientes.

John trató de comprender sus sentimientos tan complejos como un hilo enredado, pero en
un segundo, las palabras que invadieron sus pensamientos, se dispersaron como humo.
02. FULL MOON PARTE 7
Si haces algo con frecuencia, te acostumbras.

Valentine parecía pensar que besar a John, era como cambiar de máscara. Y
eso le gustaba mucho. Se preocupaba por no aplastar su boca donde otros los
pudieran ver, pero cuando estaban solos no podía despegarse de los labios de
John.

Desde entonces John, también se acostumbró a besarse con Valentine. La


conciencia de crisis que sintió al principio se volvió más tenue a medida que
pasaban los días, por lo que ya no tenía idea de lo que había pensado antes.
Porque no hacían nada más que besarse. No hubo caricias o emociones
antinaturales. Por lo tanto, John consideró que el beso que compartían, era
como el acto de los animales que se lamían entre ellos desde su misma
concepción. Pero él sabía que estaba poniéndose una venda en los ojos.

Como de costumbre, los dos estaban pasando un rato tranquilo en la


habitación. Valentine leía un libro y John estaba acostado en la cama
dormitando. De repente, la calma terminó y un cuerpo pesado aplastó el suyo.

—Uf…qué.

Cuando John gimió, los codos de Valentine se apoyaron en la parte superior de


su cuerpo. Valentine lo miró a los ojos, sonrió e inclinó la cabeza. Los
hermosos labios frotaron el flácido lóbulo de su oreja.

—John, ¿Tienes sueño?

—Si… ¿Has terminado de estudiar?

—Sí, ¿Te gustaría abrir la boca?

La lengua de Valentine se deslizó en su boca, como si esperara que los labios


de John se abrieran. Con la lengua que nadaba suavemente en la membrana
mucosa, los gemidos comenzaron a fluir de la boca de John. En medio de su
somnolencia, los párpados delgados y erosionados volvieron a cerrarse. El
teléfono celular que dejó en la mesita de noche vibró ruidosamente en la
oscuridad.

—…espera, Valentine.
John, que empujó el pecho de Valentine, agarró el vibrante teléfono celular. El
nombre de Ryan apareció en la pantalla. Mientras sostenía la cintura de John,
Valentine miró la pantalla.

—¿Padre?

—Sí, que estás haciendo.

Cuando Ryan y Grace tenían problemas maritales, llamaban a John, no a


Valentine. John, que se dio cuenta de ese hecho rápidamente, sabía que era el
fruto de su amabilidad no porque sintieran alguna clase de preferencia.
Entonces, a menos que fuera inevitable, debía siempre responder las dos
llamadas.

—Dile que lo llamarás mañana.

—No.

Era lo mismo de siempre, y John presiona el botón de llamada sin dudarlo,


empujando a Valentine lejos de su muñeca como si estuviera tratando de
detenerlo.

—Sí, papá.

−John, ¿Estabas durmiendo?

—Apenas iba a acostarme.

Como si no hubiera entendido su desprecio, Valentine se inclinó sobre el


cuerpo de John y enterró los labios en su antebrazo. Sin preocuparse,
comenzó a rascarle la piel desnuda. Sin poder evitarlo, unas risitas fluyeron de
los labios de John. Cuando Ryan lo escuchó, preguntó del otro lado del
auricular.

− ¿Qué sucede?

—… No es nada.

‘Para’. John sonrió y empujó la cara de Valentine, quien esta vez le mordía el
dedo con sus labios. Sus hombros se encogieron, cuando la lengua suave
lamió la carne sensible entre sus dedos. La piel de gallina se extendió
densamente en su espalda.

—Hey… ¿Qué estás haciendo?


La voz que salía de los labios de John, temblaba con un poco de vergüenza.
John, que se apartó por completo de Valentine, levantó la parte superior de su
cuerpo. Todavía podía sentir los labios de Valentine en sus dedos.

− ¿Qué vas a hacer esta semana?

—¿Esta semana?

−Sí, ha pasado un tiempo desde que Grace y yo estuvimos juntos en


casa. Creo que sería bueno si tuviéramos un tiempo para asistir a un
concierto juntos. ¿Qué te parece?

—Uh, estoy de acuerdo, pero también le preguntaré a Valentine. Estoy


con él ahora.

− ¿Eh? Está bien.

—Espera un momento. Valentine, ¿Puedes ir a casa esta semana?

—¿Por qué? ¿Me estás pidiendo que vaya?

—Huh. Si no hay problema, iremos… No, ¿No tienes que prepararte para
el examen?

John murmuró con una mirada ligeramente deprimida. Pronto sería la


graduación, y los alumnos de decimotercer grado tenían prisa por acelerar su
preparación de nivel A. Valentine observó la mirada suplicante de John.

—Qué hay de ti. ¿Quieres ir?

—… a menos que no haya inconvenientes.

Después de una breve vacilación, John asintió y Valentine parpadeó y dijo


alegremente.

—Entonces vamos.

—¿En serio no hay problema?

—Está bien. Tengo tiempo de sobra.

—Sí, entonces…Papá, creo que si podemos ir.


Temiendo la respuesta de Valentine, John respondió al auricular. Ryan, quien
esperaba pacientemente a que terminara su conversación, se rió por lo bajo,
contento. Luego, tan pronto como terminó su saludo, inmediatamente cambió
de tema como si estuviera pensando en algo.

−Ahora que lo pienso, tenía algo que decirte, pero no sé si es buen


momento.

—¿A mí?

−Si. John, ¿Sigues pensando en tu carrera?

—Ah… .

John se detuvo, cerrando los labios, tratando de no hablar de más. Fue porque
no era una conversación que quisiera tener frente a Valentine. John, que dudó
por un momento, decidió cambiar de tema en lugar de responderle a Ryan. Su
voz no sonaba natural, a pesar de que pudo escucharla.

—Te visitaré el fin de semana. Hablaremos de eso entonces.

−…bueno, está bien.

Afortunadamente, Ryan notó la reticencia de John y colgó el teléfono. En ese


momento, John, que suspiró involuntariamente, presionó el botón de finalizar la
llamada.

—¿Qué dijo papá?

—…nada importante. Dijo que se reuniría con su familia después de un


tiempo.

—¿Estás bien?

—Eh.

—Pero, ¿Por qué pones esa expresión?

—¿Cuál expresión?

Cuando John, que fue empujado, volvió la cabeza, Valentine, que no perdió
impulso, le volvió a empujar el hombro. En ese momento, Valentine se acostó
sobre John. Mientras John gemía bajo una fuerte presión, Valentine envolvió la
barbilla de John con una mano.
—¿No te dije que no evitaras mis ojos?

—…No te estoy evitando.

—Cuando te miré a la cara, apartaste los ojos.

—No te evité.

Cuando John lo miró a los ojos y le respondió, Valentine, que miraba su figura
como si fuera algo divertido, inclinó la cabeza. La esquina de sus labios se
alisó. Un dedo largo recorrió lentamente la frente, los ojos y las mejillas de
John, separándole los labios.

—Si, entonces te creo.

—… .

—No importa. Está bien.

Con un susurro, Valentine inclinó la cabeza sobre los labios de John. Al mismo
tiempo, una sombra oscura se derramó sobre su cuerpo. John abrió los labios y
sintió como su lengua se entregaba a su boca completamente.
02. FULL MOON PARTE 8
Afortunadamente, el fin de semana fue soleado. Pasaron mucho tiempo en el automóvil que
los había esperado frente al dormitorio desde muy temprano en la mañana, antes de que se
revelara un paisaje familiar y nostálgico. Como siempre, la propiedad Lindbergh los recibía
con el frescor de su vegetación.

Después de un largo paseo por el sendero del bosque suavemente curvado, apareció una
magnifica mansión. Un hombre, vestido con un traje elegante, los estaba esperando en la
entrada.

—Ya están aquí.

—¡Carter! Ha pasado mucho tiempo.

John salió del auto y caminó mientras Carter corría hacia adelante. A continuación,
Valentine también sonrió brillantemente y lo siguió.

—No tenías que esperar a que llegáramos.

—No podía quedarme quieto. Hace mucho tiempo que no los veo.

Al observarlos, la admiración y el orgullo llenaron los ojos de Carter, mientras alternaba su


mirada entre Valentine y John.

—Ustedes dos se ven cada vez mejor. Ni el príncipe de Inglaterra luciría tan elegante.

—Jaja… Creo que Carter exagera cada vez más.

—Son solo palabras.

Cuando John frunció el ceño con duda, Carter le respondió firmemente como si hubiera
hablado.

—¿Acaso no sabes que no soy el tipo de persona que habla por hablar?

—Eso… .

—Entremos primero. Incluso en la primavera, los rayos ultravioletas son bastante


fuertes.
Mientras seguían a Carter, John y Valentine intercambiaron sonrisas. Aunque se veía muy
serio por fuera y parecía no tener sentimientos, por dentro rebosaba ternura. John miró la
espalda de Carter y recordó el día en que lo conoció.

Desde el momento en que se acercó a John, quien había quedado solo después de perder a
Emily, Carter se había convertido en su amigo íntimo. A John realmente le gustaba Carter,
que era callado pero atento. A veces se sentía más cómodo con él, que con su padre Ryan.

El afecto de John por Carter no era un sentimiento unilateral. Carter también sentía un
apego especial por John. Al ver al joven luchando por adaptarse de alguna manera, junto
con una mezcla de arrepentimientos, observó a John crecer con dignidad y no ocultaba su
orgullo.

Solo habían pasado siete años.

—El señor Lindbergh se encuentra en la biblioteca ahora y su esposa llegará a tiempo


para la cena. Vamos a prepararles su comida favorita para la cena.

—Gracias. ¿Carter vas a comer con nosotros?

En respuesta a la pregunta de Valentine, Carter respondió en tono de disculpa.

—Me gustaría… .

—¿…?

—Me he tomado vacaciones para este fin de semana. Lamentablemente, hice una
promesa.

—Uh, ¿Tal vez es una cita?

Las palabras de Carter fueron silenciosas cuando John farfulló. Aunque tenía más de
cuarenta años, Carter seguía soltero y resuelto a buscar el romance. Parecía que no había
estado saliendo por un tiempo, y tenía una cita recientemente. Pero, Carter era un tipo
bastante atractivo. Con eso en mente, John se rió muy fuerte.

—Si es una cita, no interferiré. En cambio, por favor preséntame más tarde.

—Por supuesto. Déjame presentarte primero.

Sin dudarlo un poco, el amable Carter sonrió con calma, y solo después de ver esa sonrisa
familiar, John se dio cuenta de que realmente estaba en casa.
Por la noche, cuatro personas, excepto Carter, estaban comiendo. Aunque la cantidad de
comida servida en la mesa grande, era demasiado abundante, de todos modos fue un
momento divertido.

—John.

Incluso antes de mudarse a la sala de recepción, tuvo un mal presentimiento. Grace se sentó
al lado de John y Valentine se levantó y se dirigió a la mesa del café. John, que estaba
conversando con Grace, levantó la cabeza. Cuando los ojos se encontraron, Valentine
sonrió y señaló la puerta.

—Voy a llevar a los chicos a caminar después de un tiempo, ¿Te gustaría ir conmigo?

—Ah… Ve solo. Como estoy en casa, me quedaré con mis padres un poco más.

—¿De verdad?

Afortunadamente, parecía que Valentine no percibió nada extraño en la respuesta


amortiguada de John. John miró a Ryan después de que Valentine se pusiera una chaqueta
de lana y saliera del salón. Entonces Ryan asintió levemente, como si estuviera esperando
esa señal. Después de cambiarse de asiento, Grace lo miró a los dos con una alternancia
significativa y abrió la boca.

—No sé qué es, ¿Pero tienen algo que hablar entre hombres?

—Bueno, no es un secreto. Pero pensé que estabas cansada.

—No soy tan inconsciente. Me lavaré primero y hablaremos más tarde.

Después de la rápida desaparición de Grace, Ryan y John se fueron al estudio. Poco


después de sentarse en el sofá de cuero acolchado frente a la ventana, una empleada colocó
dos tazas de café brulé sobre la mesa y desapareció.

—Casi no contiene alcohol, así que puedes beberlo.

—Gracias.

Ryan encendió el azúcar empapado en el brandy, y pronto una llama azul comenzó a
balancearse sobre la cuchara. Ryan contempló el baile de llamas y quedó absorto por un
tiempo. Pero con su personalidad inconfundible, luego retomó inmediatamente el tema
principal.

—Hablando francamente, John, quería que fueras a Cambridge. De veras, eso es lo


que quiero, por eso es un poco sorprendente que ni siquiera vayas a ir a la
universidad. Además, ¿Quieres ser independiente después de la graduación?
Ryan parecía estar en problemas, y cerró la boca con la mano en la barbilla. John, que había
estado en silencio hasta entonces, probó su suerte.

—No tengo una razón para ello. Es solo, que no estoy interesado en estudiar en la
universidad. Hay algo que quiero hacer en este momento, así que no quiero
retrasarme.

—Pero, ¿No podrías hacer esas cosas después de ser más competente? No estoy seguro
de que no haya otra razón. Entonces, siento esta impaciencia inútil porque ahora eres
un adulto… .

Aunque Ryan habló apresuradamente, John notó con rapidez lo que quería decir. Una leve
sonrisa se dibujó en el rostro de John y rápidamente se borró. John, que cruzaba los dedos,
levantó lentamente la cabeza. La pupila verde reflejada en la luz, brillaba tenuemente.

—Es cierto que no siempre puedo depender de mi padre.

—… ¿Qué significa eso?

—Solo estoy muy agradecido. Pero lo sabes. No hay lugar para mí aquí.

La expresión de Ryan se debilitó ante la voz que sonaba con firmeza. John volvió a sonreír,
pero Ryan solo pudo mirarlo con una expresión indescifrable. John glorificó su rostro con
un sensación de frescura.

Los brillantes ojos azules de Ryan, que fueron heredados a Valentine, fue el primer símbolo
que la gente que los conocía, relacionaba con Lindbergh Street. Ryan y Valentine eran lo
suficientemente similares como para que cualquiera se diera cuenta que eran padre e hijo.
Pero no era lo mismo para John. Si no le hubieran hecho una prueba de paternidad, nadie
hubiera aceptado el hecho de que era un hijo perdido.

Teniendo cuidado de no alzar la voz, John volvió a repetir con certeza.

—No tengo intención de trabajar en tu compañía, y tampoco quiero tener nada que
ver con la gerencia.

—… .

—Nunca tuve la intención de competir con Valentine o ser su ayudante.

Ryan, que tenía la boca cerrada como si no supiera que decir, respondió con una expresión
pensativa.

—No sé lo que estás pensando, pero John, también estoy pensando en ti como mi
sucesor. No es solo porque eres mi hijo, sino también por tu inteligencia.
—Gracias por decir eso, padre. Pero he tomado mi decisión desde el principio.
Cuando llegue el momento de ser autosuficiente, voy a recorrer mi propio camino a
voluntad, sea lo que sea.

—… .

—Eso no significa que no esté agradecido con esta casa. Es solo…solo quiero ser un
buen adulto.

Cuando terminó de hablar, John miró a Ryan con los ojos claros. ¿Cuándo creció así el niño
que era pequeño cuando llegó? Ryan miró al hijo frente a él con una parte de vergüenza y
otra parte de sentimiento. Todavía era un adolescente, pero inconscientemente tenía un
aspecto muy maduro.

John atendió en silencio la mirada de Ryan y volvió a plantearse la pregunta que se había
hecho muchas veces. ¿Lo habría traído a su mansión si Emily no hubiera muerto en ese
accidente repentino?

La respuesta a ese interrogante siempre era la misma. Ryan no lo hubiera hecho. Y debido a
esa convicción, para John, esta casa solo era un nido temporal que iba a dejar en cualquier
momento. Desde su llegada a Inglaterra, había perdido el control de su vida. La sensación
de alienación en la que parecía ser un espectador de su propia vida, lo ponía impaciente,
pero todavía era un menor y no podía hacer nada.

Sin embargo, John sabía que no sería un niño para siempre. El deseo de vivir
subjetivamente a medida que su cabeza crecía, se expandió dentro de él. No era diferente al
puro deseo de convertirse en un verdadero adulto. Y para hacer eso, quería independizarse
por primera vez de Ryan.

Ryan era un hombre de aspecto

Ryan era un hombre de rápida inteligencia, por lo que inmediatamente pudo notar el estado
mental inestable de John. Pero no tenía la capacidad para intentar convencer o forzar a
John. A diferencia de Valentine, que había sido criado como un sucesor desde el principio,
no estaba seguro de que tipo de vida preparar para un hijo que repentinamente le cayó del
cielo y tampoco sabía si tenía derecho a hacerlo. Ryan puso las manos juntas sobre las
rodillas y abrió la boca.

—John, siempre pensé que eras un chico inteligente. Es por eso que estaba tratando
de que manejases la empresa. Sin embargo, es posible que no me creas. Por supuesto,
también pensé que quería prepararte para el mejor futuro que te podría dar.

—… .

—Entonces, ¿Por qué estás tan triste? Parece que todavía tienes un muro en tu mente.
La respuesta prudente de Ryan, estaba llena de infelicidad. John lo sintió, sonrió y sacudió
la cabeza.

—No papá. En realidad no es eso. Siempre estaré agradecido contigo y con Grace.
Todavía estoy lo suficientemente feliz. Solo quiero hacer lo correcto.

Por supuesto, era una mentira, si creía que su decisión era solo impulso de juventud.
También existía la gran posibilidad de convertirse en un perdedor y regresar a la cómoda
sombra de Ryan. Sin embargo, pensó que valía la pena intentarlo al menos una vez.

—…Sí, entiendo.

Ryan asintió suavemente en lugar de continuar con el tema. Parecía que la conversación iba
a terminar, pero Ryan, que estaba a punto de levantarse de su asiento, de repente redujo la
brecha.

—Pero John, ¿Por qué quieres mantenerlo en secreto para Valentine? De todos
modos, lo sabrá pronto.

—Como acabas de decir…Valentine ya sabe que no me estoy preparando para el


examen de ingreso. Pero… .

John no sabía cómo desentrañar esta historia, por eso eligió las palabras para armar la
expresión correcta.

Durante el tiempo que han estado juntos, Valentine ha renunciado fácilmente a cualquier
cosa por John, sin excepción. Conociendo a Valentine, John no quería que su elección
tuviera algún efecto en su camino, incluso si tenía que engañarlo.

Finalmente, cuando John se quedó callado, asintió como si Ryan lo comprendiera.

—Um. Desde la infancia Valentine ha estado muy apegado a ti. Se sintió muy feliz de
tener un hermano mayor después de estar tanto tiempo solo… .

Ryan hizo una pausa por un momento, tomando un sorbo de café y murmurando.

—De todos modos, John. Parece que existe un vínculo entre ustedes, que no puedo
explicar.

—Si, papá.

—Voy a apoyar lo que elijas. En cambio, no me quites la opción de apoyarte como un


padre. Ese es también mi deber.

John asintió en silencio, y luego una quietud inesperada se instaló en sus pensamientos.
Después de hablar con Ryan, John salió de la mansión. En el alto cielo nocturno, una gran
luna llena floreció como una flor, y el borde del horizonte fue bañado con un color púrpura
oscuro. Una suave brisa sacudió el cabello de John mientras se erguía. La pálida luz de la
luna tocó su frente recta.

—…Haa.

Estaba nervioso a pesar de que no había razón, y sus mejillas estaban más calientes de lo
normal. Presionando las mejillas calientes con el dorso de la mano, John se movió
lentamente hacia el bosque que estaba detrás de la mansión. Quería aclarar sus
pensamientos y tomar aire fresco.

—John.

Después de un tiempo, John volvió la cabeza hacia la voz que lo llamaba desde la distancia.
Valentine estaba caminando con los dos perros, Max y Thunderbolt, y cuando se
encontraron con John, sacudieron sus colas violentamente, revolotearon y saltaron en su
lugar. John sonrió ampliamente y se acercó a ellos.

—¿Se acabó el paseo?

—Sí, ya voy a entrar. ¿Por qué saliste?

—Um… .

John, que tenía problemas para mirar a Valentine, naturalmente bajó la mirada y se
arrodilló en el suelo. Entonces Max saltó a sus brazos como si lo estuviera esperando.
Cuando John retrocedió y rascó ligeramente el cuello de Max, este sacó la lengua y lamió
su cara. John sonrió con el ceño fruncido y se apoyó contra la cabeza de Max.

—Me haces cosquillas, Max. Ahora que lo pienso… ahora eres un abuelo.

—Sin embargo, todavía es muy fuerte.

—Um, Valentine.

—Sí, dime.

—Si no estás demasiado cansado, ¿Caminarías conmigo un poco más?

Ante la oferta de John, Valentine entrecerró los ojos y asintió.

—Tanto como quieras.


Entonces Valentine caminó al lado de Thunderbolt y John agarró el collar de Max.
Mientras caminaban por un largo sendero lejos de la mansión, un gran lago apareció. Todo
estaba tranquilo y tan oscuro como el ébano.

El ambiente general espeluznante y extraño, estaba en la base. Sin embargo, el suave reflejo
de la luz de la luna sobre la superficie del lago tranquilo, era a la vez sombrío y hermoso.

Sobre todo, se encontraban en la propiedad privada de Lindbergh, por lo que nada podría
amenazarlos. Era una naturaleza salvaje, pero tanto Valentine como John, sabían que las
inteligentes cámaras de vigilancia, se encontraban en todas partes.

—¿Me puedo sentar?

—Si. Sin embargo, hay mucho rocío sobre la hierba… ¿Está bien? Creo que mis
pantalones se mojarán.

Ante las palabras de John, Valentine se quitó el abrigo que llevaba sin dudarlo y lo puso en
el suelo. Luego bajó primero a la hierba mojada.

—¿Por qué no te sientas?

—Valentine, ahora hace frío. Vístete de nuevo rápidamente.

Con una sonrisa traviesa, Valentine lo agarró por la muñeca. John, que se había descuidado
mientras lo regañaba, cayó sobre él. Sin notar el momento donde había perdido el
equilibrio, quedó unido fuertemente al cuerpo de Valentine.

—¿Ves? No hace frío en absoluto.

Frente a la nariz de John, la boca de Valentine se arrugó mucho. A una distancia lo


suficientemente cercana como para sentir incluso su respiración, sus ojos se mezclaron.
Siendo consciente de ese hecho, John giró el cuello hacia atrás.

—Espera… .

—Quiero besarte ahora.

—… .

“A menos que otros ojos nos estén mirando.

Los labios de Valentine susurraron mientras tocaba los labios de John con sus ojos. La oreja
de John se sonrojó ante esas palabras inesperadas. La mano de Valentine trazó el dorso de
la no de John, y luego acarició la carne tierna dentro del dedo.
—¿Estaría bien?

—… ¿Qué?

—Si ellos nos ven.

Valentine torció cínicamente sus labios, apuntando a la cámara, que estaría escondida entre
los árboles con la barbilla. John parpadeó lentamente y respondió un poco tarde.

—Qué… el hecho de tomarse las manos, ¿Acaso es una caricia que cumple con los
estándares universales?

Valentine sonrió ligeramente sobre sus hombros, como si estuviera leyendo un comic
divertido. Entonces, apoyó su cabeza sobre el hombro de John. El cabello rubio, que
revoloteaba le hacía cosquillas en la barbilla a John, y un dulce aroma se sacudió en la
punta de su nariz. Cuando John, que no pudo superar la sensación de cosquilleo, se
paralizó, Valentine le apretó con fuerza las manos rígidas.

Entonces, se sentaron uno al lado del otro y observaron el lago por un rato. Era una noche
impresionantemente tranquila en medio de la oscuridad, excepto por el aliento de los dos
perros que tenían a sus pies.

—Ahora realmente falta muy poco tiempo para graduarme.

Después de mucho tiempo, John fue el primero en romper el silencio. Valentine, aún
apoyado en el hombro de John, extendió la mano que tenía libre y cruzó los dedos como si
estuviera contando.

—Sí. Faltan dos meses para la graduación.

—¿Qué quieres hacer cuando te gradúes?

—¿Estás hablando de mí?

Valentine sonrió ligeramente, como si hubiera escuchado un chiste gracioso. También lo


hacía porque su futuro ya se había decidido lo suficiente para poder contar las piedras que
rodaban por el camino. Iba a heredar todo el patrimonio después de graduarse de la
universidad. Valentine iría a Cambridge de inmediato, después haría un MBA y finalmente
dirigiría L&T. Entonces sucedería a Ryan, como el gobernante de su espléndido reino.

Cuando lo pensó, John, que quería hacer una pregunta estúpida, se desanimó. El homenaje
de Valentine a John, era una barbilla sobre su hombro.

—¿Por qué me haces una pregunta cómo esa?


—Es solo… .

—Ah, ¿Por qué de repente me preguntas eso?

Reflejadas por la luz de la luna, las pupila azules miraron directamente a John. Era una
mirada de exploración, como si tratara de descubrir lo que le estaba ocultando. John, sin
palabras, escapó de su mirada.

—…No es por nada.

John respondió, reprochándose a sí mismo por ser inútilmente emocional. Fue cuando
quedó estupefacto, que cavó el suelo mojado con el talón.

—John.

—…Sí.

—Te apoyaré sin importar lo que hagas. Y comenzaré desde ese punto también.

El corazón de John se apretó sin razón. Pesado pero silencioso, la identidad de sus
emociones temblorosas era desconocida y John se mordió los labios. Eligiendo que decir,
apenas pudo darle una respuesta tonta.

—Por qué… ¿Estás seguro de que quieres hacer eso?

—Bueno. Aún no he pensado en la razón.

—… .

—¿Debería haber una razón?

Cuando John se quedó sin palabras ante su imponente pregunta, puso los ojos en blanco y
atrajo la mano de Valentine hacía sí mismo. El cuerpo de Valentine se inclinó y movió su
cabeza. En ese momento, los suaves labios le acariciaron la mejilla.

—Valentine… .

Cuando John, sorprendido, abrió los ojos en círculo, Valentine le acarició la cabeza con
ternura y volvió a preguntar.

—¿Realmente necesitamos una razón para estar juntos?

—…No es eso.

—Es eso.
Valentine se rió débilmente cuando John respondió. John también hizo una mueca de risa
después de él, pero tuvo que dar un suspiro ante sus sentimientos complicados.

Después de mucho tiempo, se quedaron dormidos juntos en la habitación de John. Todo en


la habitación no ha cambiado desde hace siete años, solo ellos dos habían crecido. Ya sea
que estuviera cansado, Valentine se durmió a toda prisa cuando sostuvo a John en sus
brazos. John se mantuvo en silencio en los brazos de Valentine. Pero el sueño no fue fácil,
y finalmente, cuando el aliento de Valentine se estabilizó, levantó lentamente la parte
superior de su cuerpo.

—… .

Las luces tenues del jardín se reflejaban en las persianas, por lo que iluminaban un poco la
habitación. John miró la cara dormida de Valentine.

Era una cara rebosante de un color blanquecino, como si se pareciera al Arcángel Miguel.
La frente, ubicada debajo del cabello rubio que fluye naturalmente, dejaba una sombra
profunda en el abultado hueso de la ceja. Las largas pestañas debajo de los párpados eran
abundantes, y la nariz recta y los labios gruesos eran espléndidos. Todos los elementos que
componían a Valentine, eran extremadamente delicados y coloridos. John pensó todo eso,
formándose una nueva admiración por su belleza.

¿Puedo renunciar a los brazos de Valentine?

No sabía si podría estar bien sin Valentine.

Incluso solo… no se si podré hacerlo bien.

—… .

Sin embargo, los pensamientos de John seguían siendo los mismos, incluso si no estaba
dispuesto a aceptarlo. Era porque no podría borrar la ansiedad de que viviría una vida
dirigida por alguien toda la vida, si no intentaba desafiarse por completo al menos una vez.

—Valentine, si tú… .

Estoy seguro de que lo entenderás.

John extendió la mano y tocó la cabeza de Valentine ligeramente. La bella cabellera rubia
se dispersó entre los dedos sin resistencia. Incluso en la oscuridad, era hermosa.

John, que miró la cara lo suficiente como para poseerla, susurró en silencio con los labios
endulzados.

‘Buenas noches, Valentine.’


John se sentó en la cama y se acurrucó. Entonces Valentine sacudió su cuerpo en silencio y
tiró de él. La tensión de John se aflojó con los brazos familiares y la temperatura corporal
cálida. Parpadeó lentamente, luego cerró los ojos, cavando en los cálidos brazos.

Al amanecer, fue Valentine quien abrió los ojos primero. Se quedó quieto, mirando John,
quien dormía todavía en silencio en sus brazos como un niño, con la cara inexpresiva. Era
una mirada tan dulce como si viera algo encantador, pero era también una mirada mezclada
con impurezas que no podían ocultarse.

Y como si realmente estuviera tratando de descubrir lo que John le estaba ocultando,


Valentine inclinó lentamente la cabeza.

//N.T//Café brulé, quemado o diablo: Se calienta una copa de brandy o coñac con una
cáscara de limón, una vez caliente se añade a un café solo y en una cucharilla se prende un
copo de brandy caliente con un terrón de azúcar. //
03. SPRING FEVER PARTE 1
Incluso después de regresar a Heritage College, los días ocupados continuaron por un
tiempo. Era la temporada en la que tenían que prepararse para la entrada a la universidad a
toda regla.

John, que no pretendía ir a la universidad, estaba algo relajado. Pero la situación de


Valentine, que tenía el propósito claro de ir a la escuela, no fue tan fácil. Era brillante y
estaba más que obsesionado con lo que se había propuesto. Entonces, en lugar de confiar
demasiado en sus habilidades, Valentine se quedó todo el tiempo en la biblioteca, excepto
cuando tenía que ir a clases.

Como resultado, el tiempo que pasaban juntos, también se redujo considerablemente. Y


por la ausencia de Valentine, John se dio cuenta nuevamente del papel tan importante que
jugaba en su vida diaria. Pensando que no debería actuar como un niño, John estaba
obsesionado con lo inevitable. Pero todo lo que podía hacer era esperar que sus pruebas
terminaran rápidamente.

A diferencia de lo habitual, John fue directamente al dormitorio justo después de las clases.
Lo hizo porque su cuerpo no estaba en buena forma. La temperatura corporal no era tan
alta, pero de alguna manera los escalofríos no se detuvieron en todo el día. Fue cuando se
frotaba los párpados pesados y rígidos e intentaba pasar por el salón de la planta baja, que
escuchó una risa familiar y un cinismo vicioso que atrapó su oído.

—El cachorro beta, que se esconde detrás de Valentine Lindbergh.

Los pasos de John fueron inesperadamente detenidos. Tuvo un mal presentimiento. Y,


como había intuido, las palabras que dijo fueron las mismas.

—Eso es lo que quiero decir. ¿Alguien sabe cómo entró ese niño en la casa Lindbergh?
Aunque haya sido aceptado, debe ser bastante desvergonzado.

—Maldición, él ha estado invadiendo este dormitorio por años.

—Bueno, si lo soportas por unos meses, finalmente no tendrás que verlo más,
¿Verdad?

Incluso si no lo hubiera comprobado con sus propios ojos, podría adivinar su identidad.
Además, sabía por quién eran tan sarcásticos.

—¿No es así, Joseph?

Lo sabía.
Como John lo esperaba, era la pandilla de Joseph. Todos pertenecían a familias prestigiosas
de aristócratas Alfa, eran un grupo de personas que se dividían y discriminaban entre sí,
con un fuerte sentido de superioridad. Una sonrisa momentánea, fluyó en los labios de
John. Era gracioso que no pudieran soportarlo solo porque era beta.

Joseph Pierce, era nieto del ex primer ministro, era el sucesor de una familia noble de alto
rango. También era un joven alfa dominante, de aspecto algo beligerante, pero
sorprendentemente brillante. Como tal, siempre había un grupo similar de personas a su
alrededor.

Sin embargo, el temperamento intranquilo y la mente discriminativa fueron suficientes para


desvanecer las fortalezas naturales de Joseph. En una sociedad británica con pretensiones
educadas, era un hombre muy honesto en algunos aspectos, pero ser honesto no era del todo
positivo.

Tal, como ahora.

‘Ya sabía lo que todos pensaban de mí…’

Al menos dentro del Heritage College, no se le daba preferencia a ningún estudiante debido
a su origen nativo. Y John claramente transgredió las normas de la escuela, aunque sus
trastornos del sueño fueran la razón. Por eso John sabía lo suficientemente bien, que había
personas que lo despreciaban.

En ese momento, John, que había estado distraído por un momento, se despertó. Incluso
entonces, Joseph, que aún estaba en silencio, se dijo a sí mismo.

—Ese bastardo… Con solo mirarlo parece estar retorciéndose.

—… .

—Es molesto.

John sonrió amargamente una vez más y se frotó las mejillas con las palmas. No importaba
lo comprensivo que fuera, no era agradable ser insultado sin haber cometido una falta. Lo
pensó por un momento, pero al final decidió entrar a la sala de recepción. Era porque no
tenía necesidad de dar un paso adelante. Cuando John tira de la manija de la puerta de la
sala, el área de luz que cruza el pasillo, se expande rápidamente.

—Hola.

Ante el saludo de John, las sonrisas vulgares se congelaron rápidamente. John se rió
deliberadamente, sintiendo las miradas sobre él. Los chicos no podían ocultar sus gestos
burlones, mientras él sonreía. John, que miró cuidadosamente a todos, dijo como si
estuviera presentando una broma ligera.
—Escuché tu apasionada confesión de amor. Estoy impresionado de que te preocupes
tanto por mí.

—… .

—Pero si tienes que decirme algo en el futuro, solo hazlo. Es muy lamentable que te
tengas que desahogar a escondidas, ¿Verdad?

Cuando terminó de hablar, John le dio la espalda sin demora. Fingió no importarle, y se
dispuso a subir las escaleras más rápido de lo habitual. Tampoco estaba en buena forma,
por lo cual no tenía idea como enfrentarlos, si esos bastardos trataban de golpearlo de
inmediato.

Afortunadamente, ninguno de ellos tuvo la oportunidad de seguir a John para desquitarse


por lo que había hecho. John apretó los labios y se frotó las mejillas porque se sentía muy
cansado.

…Quiero subir rápido y descansar.

Con ese pensamiento en mente, John solo alcanzó a sostener la barandilla.

—John.

—… .

— Detente.

Una voz firme y ruda se incrustó en su oído. John, que se detuvo al instante, se volvió
lentamente. Y como era de esperarse, Joseph apareció frente a él. Pero en lugar de la
arrogancia habitual, lo que flotaba en su rostro era la impaciencia. Joseph intentó abrir la
boca y se detuvo abruptamente. Fue porque John, lo miró con una mirada espantosa que
nunca había visto antes.

John se acercó a Joseph a toda prisa. A medida que la distancia entre los dos se reducía, la
expresión de Joseph se distorsionaba. La tensión entre sus miradas era más fuerte que
nunca. John, quien se enfrentó a Joseph a corta distancia, levantó su labio en ángulo. Una
risa clara se superpuso en sus labios tensos. Y una voz fría, no muy diferente a su
expresión, se volvió hacia Joseph.

—Joseph. No sé por qué me odias tanto, pero ¿No crees que esto es ridículo?

—… ¿Qué?
Las palabras de John, causaron una leve distorsión en la cara de Joseph. John miró
directamente a sus ojos agitados y habló entonando cada sílaba. En su voz se escuchaba la
burla.

—Eres molesto y desagradable.

—… .

—Eso es lo que eres.

Inesperadamente, una marca roja se extendió en un instante en la cara de Joseph. Lo que le


vino a los ojos fue una vergüenza muy embarazosa. No importaba cuanto discutiera con
Joseph, John nunca le había demostrado aversión o insulto. Esta era la primera vez que
John, que siempre se había quedado callado, se enfrentaba a la provocación de Joseph. Eso
parecía avergonzarlo. Y no solo era vergüenza lo que sentía, en sus pupilas pudo observar
otro tipo de emociones.

No deberías mirarme así, te lo mereces.

Pensando cínicamente, John le dio la espalda. La idea de encontrarse con una cama blanda,
lo puso cada vez más ansioso. Si se duchaba en agua caliente, si se enterraba en una manta
mullida y escuchaba su música favorita, estaba seguro de que se sentiría mejor. Fue cuando
John estaba a punto de subir las escaleras.

—¡…!

De repente, su cuerpo fue tirado por detrás y se volvió. John, que casi se cae por el apretón
de Joseph en su muñeca, giró la cabeza sin ocultar su molestia. Cuando la fría mirada se
volvió hacia él, Joseph apretó los labios y se dispuso a hablar. Una voz terca fluyó en sus
labios curvados.

—Todavía no he terminado de hablar.

—No me interesa lo que tengas que decir.

—… .

—No quiero saber lo que estás pensando.

—…Tú.

—Así que déjame en paz.


Ante la frialdad de John, las manos de Joseph comenzaron a soltarse gradualmente. Tan
pronto como sus manos cayeron, John sacudió su muñeca como si estuviera aburrido.
Luego le dio la espalda a Joseph sin arrepentimientos.

Y mientras John subía las escaleras, notó que pasó mucho tiempo, antes de que Joseph se
moviera de nuevo.
03. SPRING FEVER PARTE 2
Sin importar cuán indiferente sea John, todavía solo tiene solo 18 años. La aversión de
tener que enfrentarse a ese tipo de situaciones con una mala condición física, quedó tan
fuertemente impresa en su cerebro, que lo dejó mentalmente agotado. Quizá de verdad le
dolía. Cualquiera que sea esa incomodidad desagradable, hizo que John actuara con frialdad
y se alejara de Joseph.

Joseph tampoco era consciente de sus actos, pues increíblemente, no le hizo nada a John.
Cuando se encontró con él, lo miró con una cara de impaciencia, como si algo lo estuviera
persiguiendo.

Pero honestamente, eso no le importaba. Para odiar a alguien se debía tener mucha energía.
John, que siempre ha estado tratando de no odiar a Joseph, se sintió un poco triste porque la
situación había terminado así.

Valentine parecía haber notado el estado de ánimo depresivo de John. Cuando después de
bañarse, John suspira y se sienta en el sofá, Valentine, que estaba leyendo un libro sentado
contra la cabecera de la cama, se levantó.

—¿Qué pasó?

Valentine, que caminó relajadamente hacia él, puso una toalla sobre su cabeza. Los ojos de
John se aflojaron por el suave cepillado. Sacudió la cabeza en silencio, dejando a Valentine
con más dudas.

—Nada.

—Mientes. Dices que no es nada, pero ¿Por qué tienes esa expresión en tu cara?

—Cuál es mi expresión… .

—Sabes mejor que nadie, que no puedes engañarme.

John levantó la cabeza ante la ligera reprimenda de Valentine. Con una leve sonrisa
Valentine lo miró. La punta de un dedo manicurado se deslizó por la mejilla de John. Sus
manos se arrastraron por la mano que tocaba los contornos de sus labios. Con una cara más
relajada, John murmuró suavemente.

—Es…Valentine. Ahora realmente necesito intentar alejarme de ti.


En ese punto, Valentine dejó de moverse. La mano que tocaba los labios paró y envolvió la
barbilla de John de inmediato. John, forzado a levantar la cabeza, miró a Valentine. Este de
repente volvió la cara con una expresión de frialdad. Un extremo de los labios rojos se
curvó ligeramente.

—Qué significa eso, ¿Por qué sigues diciendo palabras extrañas?

—…Valentine.

—Explícame, para que no te malentienda.

En la superficie, solo era una tierna solicitud, pero en realidad había sido dicha en tono de
mando. John, que sintió esa incongruencia momentánea, no pudo decir nada, y Valentine
que esperó su respuesta por un momento, se sentó en la mesa del sofá. Sus miradas se
enredaron a una altura similar. Como era consciente de la tensión de John, Valentine
preguntó con voz suave.

—¿Alguien te dijo algo? ¿Quién fue el bastardo?

—No, en realidad no. Es solo… .

John suspira y levanta la cabeza. Estaba mirando al techo, donde la luz se reflejaba y
dijo: ‘Bueno…’ y frunció el ceño.

—No es nada importante, pero si lo piensas, es raro que un beta permanezca alojado
en este dormitorio desde el principio.

—No sé por qué eso es extraño.

—…Valentine, me gustas.

—Tú también me gustas.

—No…Quiero decir, nunca pensé en que quería ser un Alfa. Pero ahora no estoy
seguro por qué me siento así.

—¿Por ejemplo?

—Bueno. Creo que estoy un poco aburrido ahora. Siento como si estuviera entrando
en secreto por la puerta de atrás y no por la puerta de entrada.

Ante las palabras de John, Valentine cruzó los brazos, con la espalda recta. Como si
buscara un motivo, los ojos que miraban a John, se estrecharon. En ese momento, John, que
no puso soportar su mirada, puso los ojos a un lado.
—¡…!

De repente, Valentine besó los labios de John. Las pupilas de John se expandieron debido
al contacto inesperado. Una lengua húmeda y caliente se frotó a través del espacio entre los
labios que se abrieron de par en par. La punta de su lengua presionó su paladar.

—¡Hmm…!

A diferencia de lo habitual, los movimientos en la boca eran despiadados, e incluso


agresivos. En un instante, su aliento se desplazó hasta su barbilla. Fue difícil seguir el
movimiento brusco y despiadado, como cuando se habían besado por primera vez. Cuando
John, que no pudo soportar el estímulo, jadeo y giró la cabeza, dos manos se estiraron para
evitar que su rostro se escapara.

Valentine con una rodilla en el sofá presionó el cuerpo de John desde arriba. El sofá tocó
suavemente la espalda de John, que no tenía la capacidad de resistir adecuadamente. Su
cuello fue inclinado por completo.

—¡…!

Mientras John aceptaba el beso de Valentine, su cintura fue ligeramente apretada. En ese
momento Valentine empujó la rodilla hasta la ingle de John. Y al sentir que sus áreas
sensibles fueron presionadas sin cuidado, John se sacudió como pez en un arpón.

—… ¡Va, lentín!

John estaba tan sorprendido que rápidamente apartó a Valentine y se tragó su áspero
aliento. Cuando sus ojos se encontraron, Valentine arqueó los labios. La curvas claras
estaban más hinchadas que de costumbre, dándoles un color brillante y húmedo. La escena
en la que la punta roja de la lengua de Valentine, lame su labio inferior queda impresa en
los ojos de John, como en cámara lenta.

—Hey, qué demonios… .

John negó con la cabeza confundido. La sangre de todo su cuerpo rápidamente retorció las
hebras de los vasos sanguíneos y el corazón se sacudió vigorosamente. Incluso si no quería
pensar en eso, la ingle que acababa de tocar la rodilla de Valentine todavía estaba
consciente y los muslos estaban apretados.

No… no pienses en eso.

Fue cuando John, de alguna manera trató de calmarse, que Valentine preguntó en tono
ligero.

—¿Qué pasa?
—… ¿Qué?

—Pusiste una cara graciosa.

Cuando John no pudo decir nada, Valentine se acercó. John no lo sabía, pero sus orejas que
no podían mentir estaban rojas.

—Uh…nada.

Los hombros de John se encogieron cuando sus pulcros dedos redondeaban el lóbulo de su
oreja. Los largos párpados temblaron. John, que no podía ocultar su incomodidad, le lanzó
una mirada perpleja y Valentine le susurró en voz baja.

—No pienses en cosas inútiles. Ni siquiera escuches las palabras de esos tontos. Ya te
lo he dicho. Solo te tengo a ti.

En ese momento, la expresión de John se relajó, ante esas palabras de confianza. La mano
que vagaba por su mejilla se deslizó hasta tocar su cuello. De repente, la presión alrededor
de la nuca congela a John, como si estuviera paralizado.

Cuando Valentine le dio fuerza a su mano, su cuello se tensó de repente. Debido a la


extraña tensión, John tragó saliva seca sin darse cuenta. Tal vez al notar como temblaba, la
sonrisa de Valentine trató de tranquilizarlo. La gran mano se extendió por el aire y se
sacudió suavemente. Era como si le estuviera diciendo que no le haría daño.

—Y tú, John… .

Cuando John se detuvo, con un sentimiento desconocido de heterogeneidad, Valentine


inclinando la cabeza, le dijo en voz baja. Las pupilas que habían engrosado sus ojos
parpadearon lentamente mientras refinaba sus pensamientos.

—Debes estar completo.

—… ¿Qué significa eso?

En lugar de responderle, John sonrió levemente y se apoyó contra John. Valentine, que se
apoyaba libremente en su hombro, todavía susurraba en su oreja roja brillante.

—Es solo…Ha sido así desde la primera vez que te vi. Así que sea cual sea el motivo,
no me abandones, John.

La expresión de John estaba sutilmente desorganizada por las palabras que parecían ansiar
afecto. Aunque Valentine era tranquilo y maduro, hubo momentos en que se desarmaba
como si hubiera regresado a la infancia de repente. Como sucedía ahora mismo.
—¿Eh? John… .

Valentine se apresuró a preguntar, frotando la punta de su nariz contra la nuca de John. El


tono extrañamente jovial de Valentine solo era visible para él. John dejó caer la mano en el
aire, sobre la espalda ancha. Entonces, Valentine cavó más profundamente en su nuca. La
tensión que había sentido en todo el día desapareció.

—… .

Tal vez ahora era un poco más sensible que antes. No era irrazonable pensar que
simplemente era eso, pero el mecanismo instintivo de defensa le advertía que no siguiera
pensando de más. John sacudió la cabeza como si tratara de sacudirse la incomodidad que
le causaba dolores en la espalda. Olvídalo, olvídalo. Las pupilas que lo miraban desde abajo
le pedían una respuesta. John tosió y dijo ligeramente.

—…Por qué te dejaría. De ningún modo.

Solo entonces una sonrisa se extendió por la cara de Valentine. Con los ojos cerrados, frotó
sus mejillas en la nuca de John. Era el mismo gesto que hacían los gatos y los demás
animales. John se encogió de hombros ante las cosquillas, pero no lo apartó.

John era impotente ante el sincero afecto de Valentine. La razón era simple. Era porque
nadie en el mundo lo necesitaba tanto como Valentine. Su afecto, a veces incluso ciego, era
uno de los pocos apoyos psicológicos en los que John podía apoyarse. Debido a esto, John
se sentía impotente y debilitado cada vez que Valentine se apoyaba en él, lo obligaba o le
exigía algo.

Era lo mismo ahora. John tocó el cabello de Valentine con una cara tranquila. Valentine,
que se apoyaba en silencio, sostenía la muñeca de John. Sus ojos se encontraron, y
Valentine sonrió e inclinó la cabeza. Los labios rojos dejaron un beso en el dorso de la
mano de John.

—¿Por qué haces eso?

Sorprendido, John apartó la mano. Entonces Valentine sonrió y abrazó su cintura. Las
suaves mejillas blancas se presionaron contra el vientre plano. El aliento cálido se extendió
uniformemente a través de la camisa delgada.

—¿No puedo besarte en el dorso de la mano?

—… .

—Deja de pensar cosas inútiles y vámonos a la cama.

—¡Ugh…!
Cuando terminó de hablar. Valentine lo abrazó sin siquiera darle tiempo a decir nada.
Aunque no tanto como Valentine, John también era alto y tenía un físico bien equilibrado.
La fuerza de Valentine para levantarlo con ligereza estaba más allá de lo común.

John, quien fue empujado a la cama tal y como estaba, repentinamente fue envuelto en
sábanas. Valentine, que envolvió a John sin darle tiempo para escapar, lo atrapó
fuertemente en sus brazos y entrelazó sus extremidades con fuerza.

—… ¿Y ahora qué estás haciendo?

John, que rápidamente se convirtió en un capullo, no ocultó sus absurdos sentimientos.


Valentine sonrió libremente con los ojos cerrados.

—Duérmete rápido.

—¿Por qué estás haciendo esto ahora?

—Eh.

—Oye… libérame. Esto es realmente incómodo.

—No. Hoy haré lo que quiera.

John finalmente se rió cuando lo escuchó hablar como un niño. Valentine también sonrió
perezosamente y lo abrazó con más fuerza.
03. SPRING FEVER PARTE 3
La comodidad de Valentine iluminaba el corazón de John. El hecho de que era
necesario para Valentine, que no carecía de nada, le daba a John una extraña
sensación de estabilidad. Había una conciencia de que ese sentimiento de
satisfacción no era saludable, pero gracias a él de todos modos, pudo escapar
de la frustración que lo había acosado durante días. A pesar de que se
encontraba con Joseph ocasionalmente, no sentía molestia alguna.

De todos modos, se graduaría en unos meses, y los malditos supremacistas


Alfas también se separarían para siempre. Es por eso que John, una vez más,
decidió no desperdiciar su corazón en cosas inútiles.

John se apresuraba para tomar la clase de la tarde inmediatamente después


del almuerzo. La siguiente clase tenía lugar en el anexo que quedaba bastante
alejado del edificio principal, pero había perdido tiempo porque se quedó
haciendo apuestas de futbol con sus amigos.

‘De todos modos, solo el hecho de apostar es una locura…’

John caminó responsablemente. Debido a que tuvo que lavarse la cara con
agua fría para limpiar su sudor, su flequillo se mojó y derramaba agua, y por
ello se desabrochó la camisa. No se podía decir que su apariencia fuera
ordenada, pero a John ahora no le era posible preocuparse por eso. Fue
cuando estaba a la vuelta de la esquina del edificio.

—Habla conmigo por un segundo.

Que John, que casi tuvo que toparse con un hombre que estaba bloqueando
su camino de la nada, levantó la cabeza. Después de confirmar a la otra
persona, emitió un grito sin darse cuenta. Fue porque Joseph estaba de pie
con una expresión incómoda. Tenía mucha urgencia, pero cuando apareció
esa persona molesta, su expresión se enfrió por si sola.

—No me ignores.

John intentó pasar de él, pero Joseph lo detuvo primero. A cada paso que John
daba como si estuviera huyendo de un animal, Joseph le cortaba el camino
como si fuera un fantasma. El encorvado Joseph levantó los labios en ángulo.

—Solo un minuto.
—¿De qué estás hablando?

Finalmente, John suspiró y levantó la barbilla resignado. Joseph, al mirarlo


maldijo un poco y se agarró la cabeza. Aunque se atrevió a detener a John,
parecía que no tenía nada que decir. En un estado de confusión, fluyó un
silencio misterioso. John, impaciente por llegar tarde a clase, lo empujó a un
lado.

—Si no tienes nada que decir, vete.

—…lo siento.

John, que acababa de pasar junto a Joseph, se detuvo reflexivamente. ¿Qué


acababa de decir Joseph? John volvió la cabeza, sin ocultar su expresión de
incredulidad. Joseph, mantuvo su postura mordiéndose los labios. Como si no
estuviera satisfecho, la frente se estrechó y la cara estaba más roja de lo
habitual.

John preguntó, sin ocultar su sorpresa.

—¿Qué acabas de decir?

—Dije que lo sentía.

—… .

—Joder, siento mucho lo que dije antes… .

John miró a Joseph como si fuera una criatura alienígena. Valía la pena ver
ese rostro, con el orgullo y la humillación rotos, pero Joseph era demasiado
extraño para que pudiera entenderlo. ¿Por qué tienes que disculparte por
odiarme tanto?

—… .

Pero, sin lugar a dudas, recibir su disculpa lo hizo sentir muy feliz.
Aparentemente, no fue por el hecho de que las emociones desaparecieron de
inmediato, sino que era sorprendente que la persona que se disculpaba fuera
Joseph. John, que guardó silencio por un momento, suspiró con la cara floja.

—Realmente no me importa lo que digas. Entonces no tienes que


disculparte. No es así. De hecho, si te molesto tanto, puedes darte la
vuelta.
John, quien acababa de decir eso, frunció el ceño y murmuró como si tuviera
un diálogo interno.

—No sé por qué me odias tanto.

Al escuchar una voz que no era demasiado alta, Joseph parecía frustrado y
contuvo el aliento.

—Maldición, eres tú quien me odia… .

Pero las palabras pronunciadas estaban dispersas con oraciones incompletas,


y Joseph dudó y se calló. Mirando la expresión molesta, era como si tuviera
algo más que decir, pero que le era difícil hacerlo, o no podía organizar las
palabras. Sin embargo, si lo pensaba bien, Joseph contaba con una habilidad
sobresaliente en educación física e hidráulica, pero era una persona
completamente pésima en literatura y lingüística. John lo miró fijamente, y dijo.

—Joseph, en realidad no te odio tanto.

Los ojos de Joseph se abrieron ante las palabras de John. Mirándolo a la cara,
como si estuviera aburrido, John agregó algo más porque no quería tener
malentendidos inútiles.

—Lo que quiero decir es que no te odio. Solo te considero molesto.

Cuando las palabras de John continuaron, Joseph se sintió abrumado por la


impresión, pero a diferencia de lo habitual, no espoleó ni maldijo. En cambio,
con un breve suspiro, le preguntó a John.

—Entonces tú… .

—¿Sí?

—¿Vas a aceptar mi disculpa?

Joseph ahora era un completo desconocido para John. No sabía por qué
Joseph se disculpó con él o por qué estaba obsesionado con que aceptara sus
disculpas. Extrañamente cautivado, John se quedó callado. La luz dorada que
brillaba intensamente bajo la luz del sol se reflejó cuidadosamente en la cara
de John. Con una voz torpe, preguntó.

—¿Por qué es tan importante para ti…?

—Hey, muévanse.
Unos trozos de metal corrieron hacia ellos con un agudo grito desgarrador.
Antes de que John se diera cuenta de su verdadera naturaleza, Joseph lo
atrajo con unos tremendos reflejos. John, que se sacudió inconscientemente
golpeó su nariz contra el pecho de Joseph, y un par de cuerpos entrelazados,
perdieron el equilibrio y se estrellaron contra el suelo.

¡Pam!

Fue el tractor de césped que corrió hacia ellos. Un tractor no controlado hizo un
ruido fuerte y se chocó contra un muro de piedra roja. Los estudiantes que
pasaban por allí gritaron un poco y salieron corriendo por todas partes.

Aunque apenas pudo evitar el tractor, John se tumbó sobre Joseph y cayó.
Gracias a la amortiguación intencional de Joseph, no hubo un shock físico,
pero pudo darse cuenta de que se encontraba sentado sobre sus caderas.

—¿Estás bien?

—Ah… Lo siento. No sé qué pasó…por qué… .

Joseph, que estaba gimiendo de dolor, gruñó cuando movió la parte superior
de su cuerpo. El jardinero que se bajó del tractor apresuradamente estaba
avergonzado con una cara consternada. Ningún empleado de la escuela
desconocía el mal genio de Joseph. Su rostro estaba blanco al pensar que
estuvo a punto de matarlos.

—… Está bien, así que deshazte de esa mierda que está delante de mí.

Joseph, mirándolo con una cara de asco, chasqueó la lengua. No era una
forma muy amigable, pero significaba que no sería un gran problema, por lo
que el jardinero inclinó la cabeza y condujo apresuradamente el tractor y
desapareció. Sin embargo, aunque Joseph tenía una mirada disgustada, John
abrió la boca cuidadosamente.

—Muchas gracias por todo… ¿Puedes dejarme ir ahora?

Incluso entonces, Joseph permaneció firmemente agarrado del antebrazo de


John y este permanecía sentado sobre sus muslos. Solo entonces, Joseph
regresó a la realidad y se sobresaltó. Los brazos de John deambulan por el
aire, apuntando a una pila de polvo seco. Como los ojos de ambos se
encontraron, se tejieron a la distancia más cercana.

—… .
Sus ojos, que reflejaban la luz del sol, generalmente brillaban lo suficiente para
ser difíciles de enfrentar y se volvieron hacia John. A primera vista, se reveló la
intensidad que era difícil de asimilar y luego desapareció. Bajo presión, John
intentó levantar su cuerpo girando la cabeza.

—…solo un rato.

La cintura de John se inclinó hacia adelante una vez más cuando la mano
extendida sostuvo ambos brazos y tiró de él. Debido a que su centro de
gravedad colapsó, John tuvo que inclinar la cabeza con un breve respiro. El
cabello mojado de John se estiró sobre la frente de Joseph y se elevó sobre su
nariz. Estaba lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro.

—¿Por qué?

John, que echó la cabeza hacia atrás, preguntó, pero no hubo respuesta. Con
esa extraña mirada que vio ese día, Joseph miró a John. Los estudiantes que
van y vienen sin dudarlo, arrojan expresiones interesantes, sin tratar de
ocultarlas. El cuello de John fue movido por la tensión.

Finalmente, fue John quien primero evitó la mirada.

—…Déjame ir. Tengo que ir a la clase.

—Ah.

John, que no podía soportar la presión, sacudió los brazos. Solo entonces,
Joseph abrió las manos con una breve respuesta. Sus muñecas estaban rojas
por lo fuerte que las sostenía. Al despertar sus brazos espumosos, John se
levantó. Entonces Joseph, también se puso de pie para sacudirse el polvo de
los pantalones.

—… ¿Por qué acabas de hacer eso?

No hubo respuesta. Joseph mirando a John una vez más dio un paso atrás. De
repente, cuando volvió a la normalidad, torció un labio con una expresión
desafortunada.

—Porque sí.

Fue una respuesta que no se sintió sincera. Joseph, encogiendo los hombros
hacia el avergonzado John, le dio la espalda.
Sabía que tenía que darse prisa por un tiempo, pero no podía moverse
fácilmente por alguna razón. John miró la espalda distante como si nada
hubiera pasado.

—…No entiendo.

John murmuró, mirando el polvillo blanco sobre el traje. Todavía no podía


comprender el comportamiento anómalo de Joseph, pero sin embargo… Pensó
que tal vez, que no podría ser tan malo.
03. SPRING FEVER PARTE 4
Fue un día demasiado exitoso. No pudo desocuparse sino hasta que terminó de hacer la
última de sus tareas, por lo que el edificio tenía un ambiente tranquilo en general. Eran más
de las diez cuando llegó al dormitorio, arrastrando sus tumultuosos pasos. Los motivos del
dormitorio estaban principalmente en el examen de ingreso, al nivel de resolver la cama y
el desayuno en la biblioteca, por lo que el edificio lucía desocupado.

—Estoy cansado… .

Mientras murmuraba, John se tocó los hombros cansados. Entonces abrió la puerta del
dormitorio. Como se esperaba, la habitación estaba vacía. Sabía que Valentine debía estar
en la biblioteca, sin tener que comprobarlo.

John nunca fue débil, pero Valentine parecía ser una fuente que nunca se secaba. Hacía
ejercicio regularmente todos los días, al final de las clases regulares, después de lo cual,
estudiaba hasta la medianoche. Si no se hubiera preocupado por el trastorno del sueño de
John hasta ahora, podría haberse quedado despierto toda la noche en la biblioteca.

John sintió pena por ese hecho, pero a la larga, a Valentine no le importó. De todos modos,
incluso en el nivel actual, tenía una sólida posición superior, y estaba claro que sería
fácilmente admitido en la universidad deseada en cualquier lugar.

—Haa… me siento cansado.

John gimió profundamente en el sofá y bostezó por mucho tiempo. Tan pronto como
almorzó hoy, se sintió en malas condiciones, probablemente porque salió corriendo del
patio de recreo. Su estómago estaba incómodo y el área del ombligo le hormigueaba. John
dejó su mirada nublada en el techo.

‘…necesito darme una ducha.’

Sin embargo, como si la gravedad se hubiera duplicado, todo su cuerpo estaba mojado.
John, quien lentamente parpadeó, no pudo superar la somnolencia y finalmente cerró los
ojos. Después de entrar en la pesadilla, cayó en la madriguera del conejo.

‘Tengo que levantarme.’

John, atrapado en un sueño oscuro donde no tenía ningún control, se sacudió y exhaló un
suspiro de miedo. Como atrapado en un tiempo de eternidad, un miedo tremendo le paralizó
el cerebro. Fue cuando John de alguna manera intentó escapar de la oscuridad. De repente,
el oxígeno escapó de todo su cuerpo. —Ah, dijo, se sostenía el cuello con ambas manos,
pero no podía respirar en absoluto, solo por el sonido del viento cayendo.
‘¡No, Ugh…!’

Entonces, mientras John luchaba, sus piernas lentamente se asentaron en la pegajosa


oscuridad. El pantano del abismo sin fondo abrió su boca al máximo, revelando la
anticipación de la próxima depredación.

—¡Ahhh…!

John, que había endurecido dolorosamente todo su cuerpo, cerró los ojos. Cuando la parte
superior del cuerpo se levantó como un rebote, los alrededores estaban todos oscuros. Su
corazón latía como un loco, como desgarrándose.

—…. Haa…Ahhh… .

Tan pronto como la razón volvió un poco, esta vez un fuerte miedo comenzó a golpear a
John. No sabía en qué momento se quedó dormido, pero ahora se encontraba solo en la
oscuridad. Tan pronto como se dio cuenta de eso, todo su cuerpo tembló como un álamo
tembloroso. A la sombra de la oscuridad, había un olor a muerte. John se tragó su entorno
con los ojos abiertos.

—Val…Valentín.

En una cabeza vacía, el nombre de una sola persona apareció repetidamente. Fue cuando
John gimió el nombre con un jadeo.

—¿Dónde estás?

John sacudió la cabeza con una voz lenta y resonante. Solo entonces, una sombra, acostada
en un ángulo junto a él, le llamó la atención.

—No tienes que despertarte.

El brazo se sostenía con la mano extendida hacia el cuerpo balanceado que se alzaba sobre
la sábana. Sintió la temperatura corporal familiar cuando envolvió su cintura, y finalmente
pudo respirar tranquilamente. Apoyando la mejilla contra la sábana, John tembló y
parpadeó.

Resultó que se quedó dormido en el sofá, pero ahora estaba acostado en la


cama. Valentine…me moviste. El corazón de John todavía estaba ansioso, y era incapaz de
pensar correctamente, pero su corazón se calmó gradualmente.

—¿Buenos días?

Preguntó, mientras el cuerpo de Valentine colgaba sobre la espalda de John. Cuando John
apretó su cabeza bajo la presión de su pecho sobre el colchón, Valentine enterró su nariz.
La punta alta de la nariz, le hizo cosquillas en la piel como si fuera una broma. John repitió
brevemente su aliento y tartamudeó.

—… ¿Qué hora es?

—Las dos de la madrugada.

—¿Cuándo llegaste?

—Más temprano.

No estaba solo. Con tranquilidad, John buscó en la sábana y sostuvo la mano de Valentine.
Fue un acto inconsciente para salir del miedo. John murmuró calladamente, mientras
sostenía sus manos con fuerza.

—Pensé que no estabas allí. Pensé que estaba solo… .

—… .

—Todavía… Ni siquiera me he duchado, así que iré al baño.

—John, ¿Duermes sin mí ahora?

—¿Eh?

John respondió en respuesta a la pregunta. No pudo confirmar la expresión de Valentine


pero solo pudo ver que su voz era más baja de lo habitual. Por alguna razón, el ambiente era
inusual. John, que se había volcado para escapar de la presión sobre su espalda,
rápidamente se rindió y escupió una respuesta descuidada.

—No he dormido nada, lo sabes mejor que yo.

—… .

—Lo odio… Lo que acaba de pasar.

—Entonces, ¿Tuviste un buen sueño?

—Qué buen sueño. De todos modos, Valentine… .

—¿Qué tipo de olor es este?

Valentine se echó a reír y le susurró al oído. A primera vista, era un tono ligero, incluso
parecía una broma, pero sintió la nitidez en él. Fue cuando John, que no entendió su
pregunta, quiso preguntar tontamente.
—¡ ...Ugh!

John endureció su cuerpo debido al dolor agudo en su cuello. Valentine estaba mordiendo
la nuca de John sin compasión. John, que se puso rígido por el dolor momentáneo, se dio
cuenta de la situación un latido más tarde y se retorció. El corazón, que percibió el calor,
antes que su sexo, comenzó a gritar y a correr.

—¡¿Qué estás haciendo?!

—Dime, John.

—Ahora qué… .

—¿De dónde sacaste este olor a Alfa?

La voz que sonaba profunda le era desconocida. La ominosidad no identificable lo dejó sin
aliento. De alguna manera, John se retorció para intentar escapar de Valentine.

—… ¡Ugh!

Sin embargo, la mano de Valentine agarró la barbilla de John, sin siquiera pensar en lo que
estaba haciendo. Una lengua caliente invadió la boca abierta sin resistencia.

John intentó girar la cabeza, pero el débil intento, solo se convirtió en un error debido al
agarre poderoso de su mandíbula.

—¡Ah…!

No fue un beso suave como un saludo ordinario. Se sintió un propósito distinto en el


movimiento coercitivo y brusco de la boca. Cada vez que la lengua sin vacilar aplastaba la
débil membrana mucosa, los pensamientos se esparcían dejando en blanco la cabeza de
John. Ahora, el beso de Valentine era pegajoso como si fuera una caricia sexual.

John, de alguna manera trató de empujar a Valentine, pero sus manos extendidas estaban
más bien apretadas y presionadas contra la sábana. John, luchando, apartó la cabeza de
Valentine con todas sus fuerzas. Solo entonces, la lengua que se pegaba obstinadamente y
codiciaba en su boca temblorosa, salió. John jadeaba bruscamente, tratando de suplir el
déficit de oxígeno.

—Val, lentín… Por qué.

Ambas manos estaban agarradas, y todo el cuerpo estaba presionado contra el peso rocoso
de Valentine. Las cosas no estaban bien. John suplicó con un aliento jadeante.

—Qué, estás haciendo… .


—¿Con quién estuviste hoy?

El cuerpo de John se puso rígido como un trozo de madera. Si no era una ilusión, algo
pesado y duro se frotaba lentamente en el hueco de sus nalgas. Aunque él mismo John era
un hombre, no podía saber qué era. Parecía que su corazón palpitante se le iba a salir por la
garganta. El congelado John, apenas movió la lengua y dijo con voz temblorosa.

—Esto…qué…es, suéltame… .

—Incluso aunque trato de no actuar como un niño, no funciona.

La voz susurrante era tan dulce como de costumbre, pero se sentía más fría. Cuando John
no dijo nada, Valentine se rió como si hubiera escuchado una broma graciosa.

—No deberías haber estado de aquí para allá, armando un escándalo con Joseph.

—… ¿Qué?

—No sabes cómo me sentí cuando lo escuché, niño bonito.

—Espera, Valentine… .

El grito desesperado de John se dispersó en el aire sin ningún uso. Con una mano
sosteniendo la muñeca de John, Valentine le bajó los pantalones con la otra. Luego agarró
el pene de John sin dudarlo. Los ojos de John parpadearon hasta quedar en blanco, cuando
sintió que las manos de otra persona lo tocaban por primera vez. —Ugh, al estirar el cuello
sintió un largo espasmo.

—¡Ugh…!

Con un aliento cálido, la suave lengua llegó al oído de John. Cuando Valentine le lamió el
lóbulo de la oreja, el cuerpo de John se sacudió y rebotó como un pez arrojado fuera del
agua. Valentine, que no perdió oportunidad, comenzó a acariciar lentamente sus genitales
con la mano.

—…Ahhh, Va, lentín… .

Su espalda se arqueó y los músculos de todo su cuerpo se pusieron rígidos. John luchó por
escapar de alguna manera, pero no podía dejar de pensar en la estimulación que sintió por
primera vez en su vida. Había una conciencia de que la situación era un error, pero eso fue
todo. La mano de John, moviéndose con un claro propósito, sufrió más de la cuenta al
rebelarse, y solo pudo frotar la mejilla en la sábana.

—Ah…detente… .
Su aliento se llenó todo el tiempo, con el toque estimulante de su miembro, desde los
testículos hasta la punta. Cuando la gran mano le apretó el glande, su barriga se tensó y la
sangre se le acumuló en la cintura cada vez que frotaba suavemente sus testículos. Los
genitales se volvieron tan duros, como los de Valentine. En medio del ardor de la parte
posterior de su espalda, sintió un escalofrío.

—Creo que se siente bien.

Valentine sonrió, apretando y empujando su pene erecto. A primera vista, era una voz
casual, pero por lo bajo, un calor extraño estaba aumentando.

—Haa…Shhh… .

Cada vez que la mano de Valentine se movía hacia arriba y hacia abajo como un pistón, la
visión de John se ponía borrosa. La humedad comenzó a crecer incluso en el aliento que
exhalaba. John, se mordió los labios, mientras apretaba la sábana. Pero cada vez que se
tragaba un gemido, la mano que apretaba su pene lo hacía más fuerte, y al final su
respiración se ampliaba con una sensación de placer que se mezclaba con el dolor.

—Mis manos, están resbaladizas.

Los fluidos corporales que salían de la punta del glande emitían un chirrido en las manos de
Valentine. Los dedos húmedos frotaron las arrugas debajo del glande, y los testículos
rodaron a través de los dedos como pelotas. John sintió que veía estrellitas, mientras lo
frotaba como si estuviera apretando el perineo ampliamente. En medio de un corazón
ardiente de vergüenza, surgió un gemido de placer agresivo.

—Ahhh… .

Los hombros de John temblaron nuevamente cuando sintió que le chupaban la nuca
fuertemente. El volumen del roce entre las sábanas se añadió a los débiles gemidos. El
aliento que llegaba a la nuca era delicado y a la vez caliente.

—Mi…por favor ahora…solo… .

Fue cuando John, que no soportaba la sensación de eyaculación, trató de alejar a Valentine.
De repente, los pantalones fueron arrastrados hacia abajo, junto con los calzoncillos. Una
piel caliente y dura tocó la brecha entre sus muslos. La espalda de John, que acaba de
sentirse intoxicada, se endureció. Valentine, que enterró su pene entre las nalgas de John, se
rió un poco.

—John… .

Valentine agarró el culo de John con fuerza. Cuando recogió la carne y apretó los genitales
comenzó a mover lentamente la cintura. Cada vez que el pene se movía repetidamente a
través de la carne normalmente cerrada, el área frotada se calentaba.
—Ahora… por tu culpa, estoy mareado.

Las rodillas de Valentine empujaron una de las rodillas de John hacia adelante, haciéndolo
quedar sin aliento. El enorme pene fue empujado hacia el hueco entre sus nalgas. El gran
glande se apretó contra los testículos, y las puntas se apilaron debajo de una columna
sólida.

—Ah, no, no… .

Parecía que el débil rechazo de John no pudo ser escuchado, y Valentine sostuvo su muslo.
El pene grueso entrelazado firmemente entre la brecha apretada. Valentine suspiró porque
la presión era buena. Y mientras disfrutaba de la sensación de tensión, comenzó a mover la
cintura con brusquedad.

—¡Ugh! ¡No!

Mientras Valentine se sacudía, John tembló cuando sintió los labios en su espalda. Su pene
se frotó entre sus muslos, haciendo que pareciera arder. Los fluidos corporales de los
genitales de cada uno, se mezclaron armando un desastre.

—¡Ugh! Hmm… ¡Uf!

Cuando John, que se estremecía, giró la cabeza hacia un lado, Valentine se acercó a él y lo
besó como si lo estuviera esperando. Cada vez que Valentine lamía el interior de la boca
que no podía cerrarse correctamente, la saliva que se derramaba mojaba la cama. Sabía que
no podía hacer esto, pero su cerebro parecía haberse derretido por completo. John estaba
indefenso y estaba distraído por los placeres que estaba sintiendo.

—John, mírame.

Al ver a John decaído, Valentine sonrió. John parpadea y lo mira con los ojos borrosos.

—¿Puedes decir mi nombre?

Cuando Valentine presionó su pene con fuerza, como si fuera urgente, el cuerpo de John
saltó como un rayo. Valentine susurró suavemente, mordiéndole suavemente las mejillas.

—Si lo haces, te haré eyacular.

—Ahhh… .

—Date prisa.

—Va…Va, lentín… .
Al escuchar su nombre entrecortado, Valentine besó sus ojos rojos como si lo hubiera
hecho bien. Inconscientemente, la frente y los ojos de John estaban húmedos de sudor. En
lugar de acosar a John, Valentine liberó su pene apretándolo desde abajo.

—¡Ah…!

John se desahogó. Estaba convulsionando por el placer como una marea, y las palmas de
Valentine estaban empapadas de semen. Entonces el emocionado Valentine también
eyaculó en el muslo de John.

—… .

El silencio fluyó hacia el lugar donde soplaba un sentimiento agradable.

John, que estaba desmayado sin pulso, se cubrió los ojos con ambas manos. Cuando todo
terminó, su mente se profundizó. Al pensar en lo que acababan de hacer, el shock tardío
paralizó su cabeza. No tuvo el coraje de enfrentar a Valentine.

El susurro de la tela perturbó la oreja de John. Los pasos que se habían alejado, se
acercaron y una toalla mojada le tocó la ingle. A pesar de la estimulación directa en sus
áreas sensibles, John ni siquiera tuvo el poder de mover los labios. Después de limpiarlo
bruscamente, Valentine tocó la mejilla de John.

—¿Cuánto tiempo has estado haciendo eso?

—… .

—Mírame, John.

John aguantó lo más fuerte que pudo, pero sus manos fueron removidas fácilmente como si
hubiera sido en vano. Con una cara más reminiscente de lo habitual, Valentine miró a John.
Su cabello estaba desordenado, sus ojos brillaban como un sueño y sus mejillas estaban
sonrojadas. La cara que lucía somnolienta después de la eyaculación brillaba intensamente
en la oscuridad.

Por otro lado, John sintió una sensación indescriptible y solo pudo poner una cara como si
fuera a llorar. Valentine inclinó la cabeza y lo miró a los ojos. La dulzura era expulsada
mientras la distancia se reducía.

—¿Por qué pones esa cara? Es como si te hubiera pasado algo muy malo.

Valentine sonrió mientras hablaba y le tocó la frente. John lo miró sin ocultar sus absurdos
sentimientos. Los labios de Valentine se abren y su lengua se extiende. Cuando la lengua
roja lamió la membrana mucosa dentro de sus labios, John gritó y lo apartó.
—Para.

—¿Qué?

—…todo, esto.

—¿Por qué?

La cabeza de Valentine se sacudió con una expresión que realmente no conocía. Tal vez
verdaderamente no lo sabía o pretendía no saberlo, pero Valentine lucía absolutamente
abominable para John. Sin embargo, las palabras elocuentes que dijo Valentine a
continuación, encendieron su cara.

—¿Te gustó? Tan pronto como te toqué, te pusiste a gemir y a gemir, y mi jodida
polla se volvió tan… .

—¡Cállate!

—¿No lo sentiste?

—¿Qué?

Sabía que estaba siendo atrapado en el ritmo de Valentine, pero no podía evitarlo. Fue
cuando John respondió inconscientemente a esa pregunta, que le respondió como si se
reprendiera a sí mismo. Valentine dejó escapar un largo suspiro, mientras su nariz reposaba
en la nuca de John. Luego susurró en voz baja como un murmullo.

—Te estoy mezclando con mi aroma en este momento. Como si fueras mío.

—Te dije que no dijeras eso… .

—No pienses cosas inútiles, John. Si te sientes bien, ya está hecho.

—… .

—Ahora que te tengo conmigo, puedo dormir. Fue un día agotador.

Una mano grande envolvió la frente de John. La mano de Valentine tocó la cabeza de John
una y otra vez, con un toque suave. John lo miró y estiró los labios.

—Tenemos que hablar de esto…no intentes evadirlo.

—Shhh, ya son las tres de la madrugada. Tengo que dormirme rápido.


Debido a que los labios de Valentine se agitaban cada vez que suplicaba algo, John no
podía hacer nada en absoluto. El cerebro le dejó de funcionar debido a la sensación de
disfunción después de la eyaculación, y los hilos de su pensamiento se dispersaron sin
remedio.

John se vio obligado a escuchar lo que susurraba como si fuera una canción de cuna,
mientras Valentine capturaba todo su cuerpo. Generalmente hablaban de la escuela, pero
hoy no podrían preocuparse por eso, porque debían sostener una espantosa conversación
sobre lo que acababa de suceder.

Una somnolencia comenzó a formarse en los ojos de John, que había estado inmerso en sus
propios pensamientos con una mente complicada. Una voz baja y susurrante, como si fuera
un hechizo hizo que comenzara a dormirse. Con un espíritu intermitente, John pensó sin
comprender.

Qué estamos haciendo…

De alguna manera trató de ordenar sus pensamientos, pero sus párpados finalmente se
redujeron al caos incontrolable. Poco después, la oscuridad golpeó su cabeza. Pero a
diferencia de antes, era una sensación suave, no amenazante.
03. SPRING FEVER PARTE 5
John estuvo enfermo durante varios días. En lugar de presentar un síntoma en especial, su
cuerpo parecía estar en malas condiciones en general, tanto física como mentalmente,
después de cuatro meses de trabajo duro.

John rechazó la sugerencia de Valentine de ir al hospital. Fue porque no quería que lo


trataran por un resfriado común y no estaba dispuesto a pasar la noche solo en ese lugar. Si
embargo, en lugar de tomárselo a la ligera, tuvo que quedarse en la cama sin ir a clases,
durante varios días.

Valentine se sintió culpable cuando vio que John estaba sufriendo. No sintió culpabilidad
por el acto en sí, sino que se reprendió por no haberse dado cuenta de la condición de John
de antemano. Es por eso que Valentine regresaba al dormitorio y lo cuidaba
inmediatamente después de las clases regulares, a pesar de lo abrumado que pudiera estar.
Cada vez que John se despierta y abre los ojos con asombro, siempre lo calma con una
caricia.

De hecho John, estaba firmemente molesto con Valentine. Fue porque se sintió disgustado
con el hecho de que Valentine ignorara a su médico y se comportara a voluntad. Detrás de
ello, estaba la culpa y la confusión de haber hecho, algo que no debería haber hecho, pero
John fingió no saberlo.

Pero alejarse no lo hacía sentirse bien. A veces, el recuerdo de ese día sacudía a Jon sin
previo aviso. El aliento que rozó el lóbulo de su oreja, el peso que presionó todo su cuerpo
con fuerza, y el calor de la mano que lo acarició sin dudarlo. Cuando recordaba esas cosas,
John se sentía como el ser más bajo.

Estaba decidido a guardar silencio porque tenía miedo de confirmar los pensamientos de
Valentine. Él también había tratado a John casualmente, sin mencionar nada al respecto. En
cualquier caso, ambos parecían tener una vida cotidiana como antes.

Se sintió extraño cuando vio a un Valentine casual, pero la presión de esas emociones
complejas se desvaneció con el tiempo. John era un poco escéptico sobre su tendencia a
evitar el tema, pero no pudo hacer nada al respecto. Eso lo hizo sentir un poco impotente.

—¿Ya despertaste? ¿Cómo está tu cuerpo?

Un domingo por la mañana, después de dormir más de lo habitual, el estado de John volvió
a la normalidad. Valentine, que acababa de entrar en la habitación, le dio una taza. John,
que recibió el té de manzanilla caliente, exhaló un pequeño bostezo.

—Ahora estoy bien. Gracias.


—¿Estás realmente bien?

—Sí, creo que ya no tengo fiebre.

Una mano grande levantó su flequillo y envolvió su frente. Con una temperatura corporal
moderadamente cómoda, John se apoyó en la palma de su mano sin darse cuenta.
Valentine, sosteniendo las mejillas de John con ambas manos, le frotó ligeramente los ojos
con el pulgar como si estuviera atendiendo a un niño. La piel sensible se puso roja como si
acabara de llorar. Valentine, que miró atentamente el rostro de John, frunció ligeramente las
cejas.

—Parece que estás perdiendo peso.

—¿Sí? No estoy seguro… .

John que había sufrido mucho, no había podido beber agua ni comer adecuadamente.
Debido a eso, su rostro estaba más agudo y más rígido de lo habitual. Los ojos verdes
brillantes y vívidos, habían sido desplazados por unos ojos rojos, una nariz afilada y una
cara pálida como una hoja de papel, que le daban un aspecto demacrado.

—Definitivamente bajaste de peso. Vamos a comer algo delicioso cuando te sientas


bien.

Valentine suspiró y miró a John a la cara. Su gran mano le tocó la mejilla como si fuera un
calmante.

—¿Por qué te enfermaste así?

—Um… No he estado en buena forma recientemente. No sé por qué.

—¿Estás estresado por el examen de ingreso?

Hasta el momento no había pensado en tomar el examen en serio, así que no hubo estrés.
Pero John, que no podía ser completamente honesto, rió incómodo y empujó a Valentine.
La distancia era demasiado corta y le preocupaba su toque conmovedor. Sin embargo, era
difícil enfrentarlo de esta manera.

—Necesito bañarme primero. Ni siquiera me he duchado correctamente durante días,


así que lo siento.

—¿Puedo ayudarte?

—¿Qué?

—A bañarte.
Debido al olor corporal, el movimiento de John en su camisa se detuvo. John, que
permaneció en silencio por un momento, pronto distorsionó sus labios. Era consciente de
que estaba exagerando, pero también era cierto que Valentine era insensible.

—No, gracias.

—Quiero ayudarte.

—No lo necesito.

—No seas educado, ven aquí, John.

John miraba a esos ojos azules que brillaban con alegría, pero de repente Valentine quién se
levantó de su lugar, tiró de él. John al darse cuenta se retorció con fuerza para tratar de
liberarse. Los pies que no alcanzaron a tocar el piso se resistieron y su centro colapsó, y
John que golpeó su barbilla contra el hombro de Valentine, tuvo que tragarse un gemido
doloroso.

—¡Valen…!

Y en un instante, la camisa enrollada desde abajo se desprendió de su cuello. John lo


miraba mientras seguía atento a sus movimientos. El aire frío fue empujado sobre su piel
desnuda. Cuando John vio la camisa en su mano y se dio cuenta muy tarde de la situación,
frunció el ceño.

—¡Qué estás haciendo…!

Sin embargo, las palabras pronunciadas se dispersaron antes de completarse con oraciones
adecuadas. Fue porque el risueño Valentine se sacó la camiseta por la cabeza. Su cabello
dorado se desordenó, dejando una apariencia increíble.

Un trapo ligeramente texturizado cayó sobre la alfombra. Valentine se cepilló suavemente


el cabello. Incluso con pequeños movimientos, los músculos apretados se mueven
delicadamente, creando sombras sobre la piel suave. Su torso ancho y sólido era como una
escultura sofisticada, y el propio Valentine parecía saberlo muy bien.

—Vamos a bañarnos juntos.

Cuando el avergonzado John se quedó quieto, sucedió algo aún más sorprendente. Sin
llamar la atención de John, Valentine se quitó los pantalones y los calzoncillos que llevaba
puestos.

—…Tú.
Con un corazón palpitante y apretado, John tropezó. En un lugar tan iluminado ni siquiera
podía imaginar que se enfrentaría a algo como eso. Pero esa no fue la única razón por la
que se sorprendió. Fue porque el enorme pene tenía una erección y llegaba hasta el
ombligo. Era inevitable que su mirada se dirigiera al pene rígido con una tremenda
sensación de volumen.

—Te ayudaré a bañarte, John.

Valentine se rió fervientemente mientras miraba su expresión de asombro. Luego barrió


lentamente su pene como si lo estuviera mirando. De acuerdo con su movimiento, la
columna de venas abultadas revoloteó como un ser vivo y levantó la cabeza.

—¿Si? John… .

Aunque Valentine se sentía cómodo estando desnudo, fue John quien no pudo soportarlo.
Valentine se acercó lentamente a él con los ojos bien abiertos. John retrocedió
inconscientemente, pero sus intentos de mantenerse alejado terminaron sorpresivamente.
Fue porque una mano extendida le apretó el brazo. El agarre en la muñeca fue fuerte, lo que
hizo que su cuerpo se calentara. Valentine tiró de su cintura. En ese momento, su corazón
se congeló cuando sus cuerpos se conectaron estrechamente.

—¿Qué haces?

La distancia entre ellos era demasiado corta, y su campo de visión estaba afectado con las
diferentes capas superpuestas de Valentine. Y mientras tanto él saca su lengua roja y se
lame los labios lentamente. Luego le susurra algo al oído de John, que olvidó respirar y se
congeló.

—Estoy así por tu culpa.

La cara de John se puso roja al instante. Todavía alerta, empuja el pecho de Valentine y
gira la cabeza. Su corazón se sacudió como si quisiera salirse de sus costillas. Su mente
rápidamente se volvió distante y todo su cuerpo comenzó a picarle. Una voz que no era tan
refinada producto de su mente confundida fluyó desde sus labios.

—Ah, tú estás loco, tú… .

—¿Por qué estoy loco, hermano?

La simpatía al usar deliberadamente la palabra que generalmente no usaba, era tenebrosa.


Ante su humor burlón, John miró a Valentine con ojos deformados. Luego, como si
Valentine hubiera esperado esa reacción, comenzó a frotarse lentamente contra la cintura
que mantenía apretada. John podía sentir la textura enorme de su pene más allá de sus
delgados pantalones de entrenamiento. Al profundizarse la fricción lanzó un gemido bajo
sin darse cuenta.
—Dime.

La punta de la nariz estaba unida a la suya y el aliento húmedo lo estaba mareando. Cuando
Valentine lame los labios de John, aunque antes estaban agrietados sin ninguna dificultad se
suavizaron. Valentine que puso los labios en la oreja de John, susurró.

—Somos como mestizos, solo compartimos la mitad de la sangre que fluye a través de
nuestro cuerpo, ¿Seremos castigados por hacer esto?

—… Hey, ¿Acaso estás hablando de perros?

—Lamento mucho si te he ofendido.

—Valentine… ¿Por qué demonios me estás diciendo eso?... ¿Por qué haces esto?

En respuesta a la pregunta devastadora de John, Valentine permaneció en silencio mientras


pensaba. Pero pronto respondió, moviendo la boca brillantemente.

—No tengo ninguna intención. No puedo dejar de pensar en sacudir mi polla una y
otra vez cuando estás a mi lado. ¿Realmente crees que no es tu culpa también?

—…Valentine.

—Entonces John, dime. ¿Por qué estás emocionado ahora?

John se congeló al final de sus palabras. Sin lugar a dudas, su pene también se estaba
hinchando poco a poco, traicionando la voluntad de su maestro.

—…aléjate.

John empujó el pecho de Valentine con una mano temblorosa. Sin embargo, en lugar de
retroceder, Valentine se acercó y le pidió una respuesta.

—¿Sí, John?

Su piel vibró cuando sintió la voz de Valentine que tenía las mejillas en su cuello. Mientras
John reflexivamente se encogía de hombros, Valentine le quitó los pantalones y la ropa
interior de una sola vez.

—¡Ah, no lo hagas!

John luchó, pero tan pronto como sus pantalones rodaron hasta sus muslos, su pene levantó
la cabeza como si hubiera estado esperando ser liberado. Tal como estaban las cosas, sus
genitales se frotaron mutuamente. John jadeó, inclinando la cabeza. Una sensación de
humillación y emoción rápidamente lo hizo sentir mareado.
—¿Te gustaría admitirlo?

Valentine le susurró a John con la frente en su hombro.

—El hecho de que lo deseas.

—…Ah.

John exhaló un jadeo cuando sintió que acariciaba su cintura. Sus manos se estiraron para
empujarlo, y de repente temblaron y se apretaron en puños. El calor que golpeó los
genitales se concentró en su centro. Valentine agarró el cuerpo casi desmoronado de John y
mientras lo abrazaba se dirigió hacia el baño. Cerró la puerta de la cabina de la ducha y el
agua caliente se vertió de inmediato sobre sus cuerpos.

John se concentró con la vista puesta en el agua, mientras Valentine le apretaba el culo con
fuerza. Bajo el agua, sus cuerpos desnudos estaban fuertemente enredados. John no sabía si
no podía respirar debido al agua que fluía o por causa de Valentine.

—Si tienes miedo de ser honesto, puedes alejarte como lo haces ahora. Solo quédate
así.

—Haa…Hmm… .

—Puedes decir que soy un egoísta. Entonces, John, deshazte de tu culpa inútil… .

Hagamos lo que nunca hemos hecho.

Al mismo tiempo, el cuerpo de John se puso al revés. En pánico, John se apoyó en la pared
con los brazos mientras el agua se derramaba en su espalda. Inconscientemente, el interior
de la cabina de la ducha, estaba lleno de vapor y calor. John estaba confundido y sacudía la
cabeza. No sabía lo que estaba haciendo.

—John.

Y desde la parte de atrás, Valentine junta su cuerpo, empujando su grueso pene en el hueco
entre sus muslos. Se escuchó una carcajada desde atrás cuando John tembló, al sentir que su
ingle se llenaba. Valentine movió lentamente su cintura, besando los hombros secos de
John.

—… Mi John.

Y las palabras que susurró, mezcladas con las olas, fluyeron hacia las alcantarillas antes de
ser entregadas a John.
03. SPRING FEVER PARTE 6
John nunca se había considerado una persona indecisa. Y, en la mayoría de
las situaciones, era moderadamente decidido y tendía a ser muy firme. Pero
cuando se trataba de Valentine, la historia era completamente diferente.

John era impotente ante Valentine. Era una afirmación que se basaba en sus
experiencias del pasado. Sin embargo, ni siquiera podía imaginar que estaría
tan indefenso ante él, en esta situación.

Valentine era como un hombre que abrió los ojos a un mundo nuevo. No había
dudas en la mano que se acercaba a John. El placer de tocar los nervios
periféricos al límite fue una experiencia completamente diferente a la de
compartir un beso juguetón. Era excesivamente irritante, tan caliente como el
infierno y a en algunas ocasiones, incluso, violento.

A veces, cuando John estaba abrumado por la culpa, Valentine susurraba,


como si fuera un hechizo, que todo estaba bien en su oído. A medida que la
relación continuó, el estado de alerta de John se paralizó. Simplemente no
sabía cómo detener a Valentine. Además, cautivado por su primera experiencia
placentera, ni siquiera podía pensar en detenerse.

—Ugh… .

Un sonido húmedo se escuchó en la sala de arte vacía. Dos sombras estaban


enredadas en la esquina de una sala de arte abandonada, con caballetes
polvorientos, estatuas y un banco de trabajo. John, sentado en el banco, y
Valentine, de pie frente a él, se daban un beso violento.

—…Haa.

John, que abrió los labios, miró a Valentine con los ojos nublados. Su cara, que
normalmente era ordenada estaba teñida de un placer sensual. Valentine, que
lo miró cuidadosamente sonrió con satisfacción. Exhaló un largo suspiro y
volvió a superponer sus labios.

—…No.

John sacudió la cabeza, evitando a Valentine con un gesto intermitente.

—¿Por qué?
Parecía difícil aguantar el breve momento en el que compartieron esa
pregunta. Valentine acarició la mejilla de John con la punta de la nariz y se
mordió los labios. Luego los deslizó por su mandíbula, hacia el lóbulo de su
oreja, pero esta vez lo hizo incluyendo la lengua. John, que sacudía los
hombros ante una creciente sensación de inclinación, apenas pudo empujar los
hombros de Valentine. Los ojos azules, húmedos de placer, se distorsionaron
mientras intentaba alcanzarlo de nuevo. Pero John, a quien todavía le quedaba
un poco de razón, sacudió la cabeza y lo empujó otra vez.

—Tengo que irme ahora.

—Ambos estamos excitados, ¿De verdad te vas a ir así?

Como dijo Valentine, ambos estaban hinchados. John se muerde los labios con
dificultad. Valentine se echó a reír y apoyó la frente sobre su hombro. Y luego
susurró con voz sincera y tocó la cintura de John. Fue un toque de
arrepentimiento.

—¿Por qué no te pierdes la clase?

—No. Ni siquiera puedo imaginar lo que harías si no voy.

Cuando John, que se bajó del banco, preguntó susurrando, Valentine


respondió sin dudarlo.

—Te follaría de pie. Hasta hacerte gritar.

—… Cállate, Valentine.

—Qué frío eres.

Un gran cuerpo envolvió a John por detrás. Cuando John encogió los hombros,
al sentir algo fuertemente apretado en el trasero, Valentine inclinó la cabeza y
le mordió la mejilla.

—Bueno. Sal tú primero. Voy a pensar en otra cosa.

—¿Otra cosa?

—No puedo salir sin calmarme.

—¿Por ejemplo?

—No lo sé… creo que pensaría en cualquier otra cosa que no seas tú.
John sonrió inconscientemente mientras Valentine murmuraba, frotando las
mejillas contra su nuca. Dándose la vuelta y mirándolo, John le acarició el
cabello. —Shhh, le dijo, al observar el cabello rubio desordenado en su mano,
sin ninguna resistencia.

—De todas formas… Me iré primero. Escucharé atentamente la clase.

—Bueno. Nos vemos más tarde.

Valentine, que besó suavemente los labios de John, sonrió y levantó las manos
como para no quitarle más tiempo. Después de comprobar la hora, John salió
de la sala de arte sin demora. No podía decirle a nadie que estaban juntos, así
que corrió para intentar llegar a tiempo. Este anexo era el más alejado al
edificio principal. Tenía que darse prisa porque estaba bastante lejos de la
siguiente clase. Y de repente, el celular que llevaba en la mano vibró.

−Vuelve pronto. Debemos terminar lo que empezamos.

Era un mensaje que venía con un lindo Emoji. John, quien se rió
inconscientemente, de repente quedó consternado. Valentine era el
responsable de que una esquina de su corazón se derritiera sin previo aviso.
No importaba cuánto lo pensara, era tan irresistible que incluso aunque
estuviera vigilante, su mente se volvía pesada. En ese momento, un
sentimiento autodestructivo que surgió sin ninguna señal, le enredó la mente
en un instante.

—… .

Sus labios estaban hinchados por la irritación, tenía una sensación de malestar
estomacal y un calor se acumuló en su centro sin resolverse. Tenía una nueva
conciencia de lo que acababan de compartir. Eso no era más que el placer
inmoral, inusual y perenne. De repente, perdido en el camino, John parpadeó
lentamente.

No…No pienses tanto en eso.

—Haa, un fuerte suspiro salió entre sus labios delgados. John sacudió la
cabeza, moviendo a la fuerza el cuerpo detenido, ante ese pensamiento
desconocido. No hubo dudas en sus pasos, pero sabía que los pensamientos
que guardaba al interior de su mente no se dispersarían.

Cuando salió del edificio, el aire fresco primaveral se posó en sus mejillas
calientes. La sombra del leve sol de la tarde se extendía hasta sus pies.
Caminó mecánicamente con los párpados caídos. Con un colmillo afilado
mordía la piel de sus labios, mientras pensaba distraídamente.

‘No puedo ser así para siempre…’

La vez que besó a Valentine, tartamudeó y jadeó mientras le sostenía el pene.


Un sentimiento complejo que no podía definirse como culpa se hinchó con
fuerza hasta presionarle el pecho. Su cabeza se volvió muy lejana como si de
repente el cielo se le hubiera caído encima.

Valentine y yo… ¿Qué estamos haciendo?

Sabía que su relación con Valentine no era normal. Si alguien conociera sus
secretos, ese juego peligroso los llevaría a una catástrofe. A veces, la culpa y
el miedo, lo estrangulaban.

‘Pero por qué estoy…’

Si Valentine se comporta así… su mente se pone en blanco y no sabe que


hacer. John recordó la sonrisa de Valentine. Mirándolo dulcemente, su mano lo
tocaba como si fuera la cosa más preciosa del mundo.

—… .

Y en ese momento, John sintió un dolor en lo más profundo de su corazón. De


repente se detuvo, extendió la mano y se frotó el área del pecho. Si hacía eso,
podría reconocer la identidad de ese dolor. Sin embargo, el dolor en su pecho
solo se hacía más fuerte en lugar de disminuir. John inclina la cabeza y vomita.

De hecho, quería saber qué sentía y a la vez no quería saberlo. Forzó la


ansiedad profundamente dentro de su pecho y dio un paso nuevamente. Fue
cuando acababa de llegar al edificio principal, que una risa estruendosa resonó
en el otro pasillo. Julian caminaba con un grupo de estudiantes.

—¡Son tonterías…!

Julian, quien sonrió como si dijera algo interesante, pronto se encontró con
John. La cara donde brillaban sonrisas hermosas como flores, rápidamente se
volvió inexpresiva. Él asintió levemente como tratando de sustituir un saludo, y
John también le respondió con una risa incómoda. La distancia entre ellos se
redujo cuando John estuvo a punto de pasar a su lado.

—…Espera un minuto.
De repente, una fuerza que sostenía su muñeca impidió que John caminara.
Cuando Julian, el centro de la multitud, dejó de caminar, las miradas de sus
acompañantes se volvieron hacia John. Él se enfrenta a Julian, quien lo mira
con una mirada extraña, y luego observa a sus amigos.

—¿…Por qué?

Una mirada espeluznante se volvió y alcanzó a Julian otra vez. La pregunta de


John hizo que su rígida cara se abriera. Julian, que solo miraba a John como si
estuviera consternado, se olvidó de sonreír brillantemente, y le dijo a sus
amigos.

—Vayan primero. Tengo que hablar un segundo con John.

Incluso después de que sus amigos desaparecieron, Julian, que se quedó


quieto durante mucho tiempo, condujo a John como si estuviera inconsciente.
Luego, salió del edificio caminando en zancadas. John de repente, al ver la
espalda de Julian, tiró de su brazo, pero no pudo zafarse.

—Julian… ¡Detente! ¿Qué estás haciendo?

Finalmente, solo después de mucho tiempo, Julian liberó a John. Después de


ver que no había nadie alrededor, Julian dio un paso atrás y se cruzó de
brazos. Fue más difícil de manejar de lo que pensaba, si analizaba su esbelta
apariencia. Él había estado sosteniendo su muñeca sin ninguna dificultad. Con
ese pensamiento en mente, era hora de que John tocara su muñeca adolorida.

—Es extraño.

—¿Qué?

En respuesta a su expresión confusa, los ojos de Julian se entrecerraron con


mayor severidad. Tenía una expresión de sospecha y levantó la barbilla con
orgullo.

—John, tú eres extraño. ¿Sabes que siempre puedo sentir las feromonas
de Valentine sobre ti?

—¿Eh…?

Ante esas palabras inesperadas, John parpadeó. Era la primera vez que
escuchaba hablar de las feromonas de Valentine. Nadie le había contado nada
al respecto. Mirando el rostro apagado de John, Julian se rió como si supiera lo
que estaba pasando. Un sonido sarcástico y agudo fluyó de sus bonitos labios.
—Imagino que nadie te lo dijo. Eso se debe a que todos se han
acostumbrado a ese olor sobre ti.

—¿A qué te refieres?

John también sabía lo que significaba para un Alfa dejar su feromona sobre su
Omega. Siendo suyo, era una especie de señal de que nadie podía tocarlo.
Pero Valentine y él, eran Alfa y Beta, y antes de eso, eran hermanos. Nunca
había oído hablar de que un Alfa, dejara sus feromonas sobre un beta.

¿Será que eso se debe a que pasan mucho tiempo juntos? Fue cuando
John frunció el ceño que se sumió en sus propios pensamientos. Julian le
respondió con si pudiera leerle la mente.

—¿Me entiendes? Lo he sentido sobre ti desde la primera vez que te vi.


Pensaría que eres un Alfa, si no hubiera conocido a Valentine primero.
Más tarde descubrí que eres su hermano y traté de entenderlo pero… es
extraño pensar en eso. Y ahora se siente diferente.

—¿Diferente?

—Su concentración es demasiado oscura. Si alguien te ve, pensará que


has dormido con él.

—…Ah.

John, que se congeló consternado, y después de pensarlo se asustó. Sus


oídos se calentaron porque no se sentía bien. Se levantó la camisa para
cubrirse la cara y la olió, pero por supuesto, no pudo sentir ningún aroma. Los
ojos de Julian, que miraban a John todavía lucían sospechosos. John, que no
entiende nada sobre las feromonas, exclama como si estuviera inventando una
excusa.

—¿Podría ser porque soy su compañero de cuarto? Paso mucho tiempo


con Valentine… .

—Olvídalo. Nunca he oído hablar de tal caso. Y decir eso… .

—… .

—…no puede ser.

—¿Qué?
—Usted es… .

John sonrió torpemente ante las palabras que lanzó, mirándolo con los ojos
entrecerrados. Aunque omitió las palabras finales, pudo razonar lo suficiente
sobre lo que Julian estaba tratando de decirle. La palabra beta, eso era lo que
faltaba.

John enderezó su espalda, sintiéndose un poco aliviado. Julian inclinó la


cabeza en silencio. Y como por arte de magia, la cara llena de melancolía,
ahora lucía limpia y ordenada. Después de un breve silencio, John hizo una
pregunta cautelosa.

—¿Acaso…conoces mucho a Valentine?

Julian respondió bruscamente como si estuviera llorando.

—Te lo estoy preguntando porque lo conozco, ¿Me estás tomando el


pelo?

—…no, esa no fue mi intención.

John, incapaz de encontrar una palabra que decir, finalmente se quedó callado.
Luego, como si esperara, Julian comenzó a decir algunas frases como si
fueran consignas.

—Sinceramente no entiendo. Pensé que íbamos bien.

Julian movió el pulgar y levantó sus ojos de gato. Había ansiedad en su


mirada.

—Cada vez que me besaba, de repente se enfriaba…No sé dónde estuvo


mi error.

Ante las palabras de Julian, John parpadeó con una expresión en blanco. Ya
sabía que había algo entre ellos. Aun así, cuando pudo confirmarlo a través de
la boca de Julian, se sorprendió. Su corazón se hundió prematuramente.

… ¿Por qué está conmigo?

John presionó sus labios con el dorso de la mano para ocultar su expresión
temblorosa. No tenía idea de qué decir, pero era difícil fingir que ni siquiera
veía a Julian, que parecía desesperado, por lo que intentó consolarlo como
pudo. Ni siquiera sabía de qué estaba hablando porque sus nervios eran
evidentes por todas partes.
—Ah… es verdad. Por qué Valentine haría… .

—Bueno. No puedo adivinarlo en absoluto. Si supiera el motivo, no me


sentiría frustrado de esta manera.

—… .

—De todos modos, John, ¿No sabes si Valentine se está viendo con
alguien ahora?”

John inclinó la cabeza.

… Valentine está conmigo.

—Eh, no.

Después de un breve silencio, John respondió, y al mismo tiempo la expresión


de Julian, se iluminó un poco. Una cara bonita se superpuso sobre su cara
triste en un instante. Y como si quisiera tener más confianza con John, Julian
puso una leve sonrisa en su boca.

—Si alguna vez sabes de alguien que se interese en Valentine… ¿Me


puedes avisar? No quiero perder el tiempo con falsas expectativas.

— Huh…entiendo.

Cuando John respondió, un silencio turbio se posó entre los dos. Como parecía
que la conversación había terminado, John estuvo a punto de decirle que debía
irse. Pero Julian murmuró con vacilación.

—Gracias, John.
03. SPRING FEVER PARTE 7
Ni siquiera podía decir como había pasado la tarde. John trató de concentrarse en la clase,
pero la conversación que tuvo con Julian surgió en su mente de repente, lo que le
dificultaba hacerlo.

‘Cada vez que me besaba, de repente se enfriaba…’

Incluso aunque no fuera cierto, era una sensación de que su mente se estaba volviendo más
compleja. Cautivado por los sentimientos desagradables que sentía por primera vez en su
vida, John no sabía qué hacer. Estaba impaciente y parecía que los nervios fuertemente
forjados se internaban en lo más profundo de su pecho.

‘No, no importa lo que hagan en primer lugar…’

Aunque trató de pensar así, sus emociones palpitaban como una tetera hirviendo. Sabía que
no valía pena sentirse de esa manera. Sin embargo, lo que John sintió fue una extraña
traición de parte de Valentine. No, es algo diferente a la traición…

—Ah, maldita sea.

No sabía por qué estaba tan frustrado con lo qué pasó, y John suspira una vez más.
Finalmente, fue cuando no pudo concentrarse en estudiar que soltó el bolígrafo sobre el
escritorio. Su teléfono celular sonó y anunció la recepción de un mensaje.

− ¿Llegarás tarde hoy?

—… .

Recientemente, parecía que había estado obsesionado con algo. No, más bien era como si
estuviera poseído. Si no, no habría razón para sentir tanta emoción de esa manera. John,
que vio el mensaje de Valentine, sin darse cuenta, se mordió los labios. Ya no parecía estar
enojado.

Valentine, ¿Cómo puedes estar bien?

Besaste a Julian y… y.

—…ah.
Y en ese momento, John se dio cuenta. El hecho de reconocer que el nombre de la emoción
que lo molestaba, eran los celos. Cuando se dio cuenta de eso, sintió una consternación
momentánea y tuvo que cerrar los ojos.

—Mierda.

John enterró la nariz en sus manos, como si fuera una aguja. Los confundidos ojos verdes
que parecían no tener rumbo, temblaban. De todos modos, no tenía confianza para enfrentar
a Valentine en ese momento. Fue porque pensó que gritaría como un tonto si lo viera en ese
estado. John, que había estado preocupado por un momento, se levantó de su asiento
después de guardar sus cosas en el bolso. El lugar al que se dirigía era al gimnasio, no al
dormitorio.

Estaba seguro de que estaría bien después de sudar.

John, pensando que si corría en la cinta hasta que perdiera la conciencia, corrió con más
fuerza hasta el límite que pudo soportar. Cuando drenó todo su cuerpo, su cabeza parecía
vacía. Le temblaron las piernas, pero se sintió un poco mejor. Después de una relajante
ducha, John regresó al dormitorio.

—¿Estás aquí?

Valentine ya estaba en la habitación. Estaba recostado en su cama, leyendo un libro y le


sonrió gentilmente.

—¿Por qué no contestaste el teléfono?

—… lo olvidé.

—Dijiste que vendrías pronto, pero ya es muy tarde.

—Lo siento.

Valentine, parecía mirarlo de una forma aparentemente agradable sin ningún pensamiento.
Y de nuevo, John sintió que sus sentimientos se hundían sin ningún esfuerzo. Mientras
tanto, John, que no sabía cómo manejar esa agitación emocional, se sentía raro e
incómodo. Deseó no pensar en cosas inútiles. Se repitió eso en su mente, mientras se
volvía hacia el armario, ignorando a Valentine. Sintió una risa cálida, aproximándose desde
atrás, sin embargo, se quitó la camisa pretendiendo no haberla escuchado.

—¿Hiciste ejercicio?

—Eh.

—Es por el olor del champú.


Valentine puso los labios sobre la nuca de John. Su cuerpo se puso rígido, por la suave
lengua que le lamía la piel ligeramente. Pero en lugar de detenerse, Valentine bajó la
camisa de su hombro.

—Ah… .

Dos grandes manos sostuvieron su espalda, luego se subieron a su costado y costillas, para
cubrir su pecho. John tropezó y perdió su centro de gravedad, cuando la punta de su dedo
frotó intencionalmente su pezón. Valentine, pegó la parte inferior de su cuerpo a su trasero,
mientras le susurraba.

—John, te he estado esperando.

—… .

—Quiero hacer, lo que no te hice antes.

—…Ahora no, ¡Ugh...!

La cintura de John fue levantada antes de que terminara la conversación. Valentine, que
abrazó a John, lo puso sobre su hombro. Mientras cargaba a un hombre adulto sobre su
hombro, como si fuera un niño, solo se rió sin hacer ningún esfuerzo. Cuando John, cuya
visión cambió en un instante, no pudo moverse, Valentine fue a la cama a toda prisa y lo
dejó sobre las sábanas.

—…Ugh.

John intentó levantarse de inmediato, pero Valentine se sentó rápidamente sobre él. Ambas
muñecas fueron apretadas sobre su cabeza antes de que pudiera evitarlo. John, que estaba
atado, frunció el ceño.

—No me gusta jugar así. Es peligroso.

—Sí, no volveré a hacerlo.

Valentine sonrió e inclinó la cabeza. Y justo antes de que los labios del otro se
superpusieran, la conversación con Julian surgió en la mente de John como un flashback.
En ese momento, John giró instintivamente la cabeza para evitar el beso de Valentine.

Valentine, que era reacio al rechazo, miró a John fijamente. Cuando vio la expresión
desconocida, su frente se distorsionó cada vez más. La expresión que no podía capturar
todas sus emociones se hizo evidente. ¿Probablemente Valentine también se haya
comportado así con Julian? Cuando sus pensamientos fueron tan lejos, sus labios se
movieron sin dudar.
—¿Por qué lo hiciste?

—¿Qué?

—El beso… .

Cuando se lo preguntó sin darse cuenta, John se sorprendió y se quedó callado. Sin
embargo, era imposible borrar las palabras que ya se habían dicho. Valentine frunció el
ceño y apretó con más fuerza las muñecas de John. Era una señal de que su paciencia
comenzaba a acortarse por esa conversación misteriosa.

—Besar a alguien. ¿A ti?

—Eso no… .

En ese punto, sabía que tenía que cerrar la conversación. Sin embargo, la razón y la
emoción que comenzaron a correr en direcciones opuestas, no se pusieron de acuerdo en
ese momento. Las dudas que tenía en su corazón durante todo el día aumentaron tan rápido,
como si fuera a explotar si no decía nada.

Solo quería decirlo, para por fin, sentirse cómodo consigo mismo.

El impulso momentáneo fue emocionante, pero muy tentador. Finalmente, se sintió


abrumado por la emoción y John respondió en voz baja.

—¿Por qué besaste a Julian…?

Valentine no dijo nada. John, que se sintió como si fuera apuñalado, agregó más palabras.

—No, no estoy diciendo que tienes que decírmelo, pero… .

—¿Por qué de repente sientes curiosidad?

John levantó la cabeza ante la pregunta que fue devuelta. Valentine lo miraba con una
expresión de frialdad. Hay una sensación de presión desconocida, y está muy mezclada con
el aire circundante. En una atmósfera desconocida, John cerró la boca y solo entonces, los
labios de Valentine se enrollaron como si fuera consciente de su expresión. Todavía, con
sus ojos fríos y una máscara de suavidad, preguntó con una voz un poco menos
amenazadora.

—John, ¿Por qué te preocupas por Julian?

—… .

—Y precisamente en este momento.


—…Valentine.

—No me gusta que hables de eso.

En la superficie, tenía el mismo tono de siempre, pero sintió la frialdad que enfrentó por
primera vez en su vida. En respuesta a la línea aparentemente dibujada, John sintió que su
mente se enfriaba. Valentine se hizo a un lado, soltando el brazo de John que todavía estaba
sujeto. Los ojos azules lo miraron como si estuviera pidiendo una respuesta. John se quedó
en silencio, sintiendo mucha consternación. Los sentimientos que trató de ocultar, fluyeron
en un lenguaje sin refinar.

—No me importa Julian… .

—… .

—Lo que quiero saber es… si sigues interesado en él.

John, que había terminado de hablar no podía enfrentar a Valentine e inclinó la cabeza. El
lóbulo de la oreja se calentó en un estado de ánimo oscuro, que lo hacía sentir mal.
Cautivado por sus sentimientos, John no vio la sorpresa en la cara de Valentine y sus ojos
bien abiertos, y tampoco como una sonrisa brillante como una flor se extendió por su
rostro.

Tic-tac-tic-tac-.

Fue solo el sonido leve de un segundero lo que rompió el silencio cada vez más pesado. Y
no fue hasta que Jonn ya no pudo quedarse quieto, que Valentine abrió la boca.

—Solo en ti, nunca me he interesado en más nadie más.

Cuando John levantó la cabeza con una expresión de desconocimiento, Valentine


suavemente envolvió su barbilla. Las delgadas puntas de sus dedos acarician ligeramente
sus finos labios. Valentine se volvió de repente, como siempre, e inclinó la cabeza. Una
mirada parpadeante vagó por el rostro de John.

—Como seguías hablando de Julian, me preguntaba qué tan especial era para ti.

—¿Qué?

—Así que no vuelvas a hablar de él frente a mí, John. Me enojo cada vez que haces
eso.

—… .

—Me pongo celoso.


Los ojos verdes temblaron como si estuvieran hablando telepáticamente. Lentamente, el
fuego del lóbulo de la oreja se extendió sobre las pálidas mejillas. John, quien solo
parpadeó en blanco, se mordió los labios dándole la espalda. Una voz que tembló tanto
como sus ojos, fluyó de sus labios.

—Qué dices…eso es raro.

Pero me alivia escucharlo y no puedo evitarlo.

John cerró los ojos con fuerza, tragándose las palabras que no podía decir. Su cuerpo se
agitó y su corazón latió con fuerza. En cierto momento se sintió mareado, a punto de
desmayarse. John no podía negar que las emociones que ahora siente son aparentemente
alegría. El interior de sus garganta, que estaba apretado hasta el momento, ahora se sentía
diferente.

Solo por asegurarme de que Valentine no piensa en Julian como alguien especial, estoy
tan feliz… ¿Es eso normal? Un corazón manchado de alegría y confusión asustó a John.

—Mírame, John.

John obstinadamente evitó su mirada, pero como siempre, el ganador fue Valentine. La
muñeca fue bajada a la fuerza y se reveló una expresión oscilante. La cara pálida estaba
sonrojada y los ojos verdes estaban más oscuros de lo habitual. Una respiración superficial
tuvo lugar entre sus labios rojos. Una brillante sonrisa se extendió por la cara de Valentine.
John recoge cada grano de emoción que no puede ocultar y susurra.

—Julian no tiene nada de grandioso para mí. Así que no debe importarte.

—… .

—Prefiero que pienses en otra cosa en este momento. En cómo debemos divertirnos
más.

—… .

—¿Lo prometes, John?

John no pudo responder. Valentine inclinó lentamente la cabeza. Los labios de cada uno se
tocaron y se intercambiaron el aliento más cálido. Cuando el corazón explotó, John no pudo
respirar de tanto jadear. Después de un breve beso, que solo le tocó la superficie de los
labios, John apoyó la cabeza sobre el hombro de Valentine. Todo su cuerpo estaba
somnoliento y sin fuerza. Siguiendo ese estado de ánimo, la voz de John tembló débilmente
con una vela justo antes de apagarse.

—Esto realmente…Esto es raro, Valentine.


—No es raro.

—… .

—No es extraño. Siempre haremos lo correcto, y estaremos bien en el futuro.


¿Entendido?

Cuando John asintió lentamente, Valentine acarició suavemente su espalda como si lo


estuviera felicitando por haberlo hecho bien. Un rato después, Valentine inclinó la cabeza
de cerca y miró a John. El rostro de John, todavía en confusión, recorrió los ojos azules que
brillaban más que nunca. Era una lujuria flagrante que se agitaba como una ola en ellos.
Valentine, mirando a John como un glotón, curvó lentamente los labios.

—John. Si es así, ¿Puedes hacerme un favor?

John no pudo ocultar su expresión de confusión en ese momento.

—¿Qué quieres?

—¿Puedes enseñarme como te masturbas?

—… ¿Qué?

La emoción y los mareos que habían abrumado a John hasta ahora, se volatilizaron. John
abrió la boca sin darse cuenta. Quería que fuera una broma, pero su mirada era más seria
que nunca. Con su cara perpleja y sus labios revoloteando, respondió tardíamente.

—¿Estás loco? No digas disparates.

—¿Por qué? Realmente quiero verlo.

—De ninguna manera. No lo haré ni muerto.

—He tocado tu polla lo suficiente como para dibujarla con los ojos cerrados, entonces
¿Cuál es el problema?

John, que tenía los ojos bien abiertos y parecía estar obstruido, sacudió la cabeza con
retraso. Era como hablarle a una pared.

—Eso, es diferente que esto.

—Si te da vergüenza hacerlo, te mostraré como lo hago.

—Qué… no quiero ver nada de eso.


—Quiero ver cómo te corres. Entonces, muéstrame rápido.

Los dos estaban peleando seriamente por un tema tonto. Pero, como siempre, el ganador
fue Valentine. Finalmente, John tembló de humillación, sentado en una posición que nunca
hubiera imaginado desde que nació.

¿Por qué estaba pasando esto?

John llevaba una camiseta de manga corta, pero estaba desnudo de la cintura para abajo.
Estaba sentado con las piernas abiertas sobre la cama. Su cuello estaba manchado de rojo
por la vergüenza.

Valentine estaba tendido boca abajo, encaramado en el puente entre las piernas de John.
Los ojos que miraban descaradamente la ingle de John, no mostraban ninguna expresión.
En su lugar, el dedo de Valentine tocó el pene flácido con la punta del dedo y se echó a reír.

—¿A qué horas vas a empezar a hacer esto?

—…huh, estás más loco de lo que pensaba.

—Sí. Pero no puedes quedarte toda la noche despierto en este estado.

Valentine mira el pene de John y lo sopla. Con un aliento cálido, la piel sensible dentro del
muslo comienza a erigirse. Valentine, sosteniendo sus muslos con ambas manos, inclinó la
cabeza. La lengua húmeda lamió la piel dentro del muslo y la chupó como si quisiera
absorberla.

—Ah… .

Ante la estimulación directa, John sacudió los hombros e inclinó la cabeza. Los ojos azules
miraron a John desde abajo.

—¿Puedo dejar una marca?

Aunque se lo preguntó, no tenía la intención de pedirle permiso. Valentine nuevamente


puso los labios en los muslos de John. La sensación se sintió un poco más fuerte y más
rápida que antes, y pronto la tierna carne se puso roja. La lengua de Valentine barrió una y
otra vez la piel enrojecida.

—…haa.

John sacudió los párpados e inclinó la cabeza. Los genitales comenzaron a levantarse poco
a poco. Valentine que parecía satisfecho, sonrió con alegría mientras levantaba lentamente
la cabeza.
—Te excitaste mucho más rápido de lo que pensaba.

—Cállate… .

Valentine se apoyó en los muslos de John como si fuera a mirar en serio. Con su mirada fija
en la ingle, los genitales se erigieron perfectamente. Incluso en esa situación, John se sentía
avergonzado y a la vez emocionado.

—Tócate.

—… .

—No importa cuán sucia sea tu imaginación, no puedes eyacular si no te tocas.

Valentine murmuró suavemente. John bajó su mano de forma involuntaria y sostuvo su


pene. La piel le picaba allí donde el ojo de Valentine lo miraba. A diferencia del toque de
Valentine, al cual no era reacio, sus genitales estaban temblorosos e irritados por la
estimulación de la epidermis. Valentine suspiró cuando la mano que sostenía el miembro se
movió torpemente.

—Es como si estuviera viendo porno. Es tan salvaje que no se puede comparar con lo
que me imaginaba.

—…cállate, Valentine.

—Muéstrame todo de principio a fin.

Valentine, que levantó la parte superior del cuerpo como si estuviera acostado, susurró con
una voz risueña. Los labios de John temblaron ligeramente cuando su mirada lo barrió
descaradamente.

—…Ah… .

No quería admitirlo, pero la profunda mirada de Valentine atrajo cada vez más calor a su
ingle. Valentine codició a John con soplo la mirada, sin tocarlo. El fuego se extendió a
donde sus ojos llegaron. John exhaló su aliento ardiente. Las emocionantes yemas de los
dedos se redujeron en sí mismas y estimularon la sensible epidermis.

Me siento mareado… .

John, que cerró los ojos, lentamente comenzó a mover su mano. A pesar de que estaba
moviendo sus manos mecánicamente, el calor comenzó a aumentar. El fluido corporal que
goteaba en la punta era espeso y se deslizaba por su miembro.

—…haa…ah… .
John, inmerso en su placer, apretó los labios mientras levantaba la barbilla. Los músculos
estaban tensos y tenía espasmos al interior del muslo. Los nervios de todo su cuerpo
parecían estar concentrados en sus genitales. El cerebro, las células, todo se derritió y fue
remplazado con el placer. Las extremidades se volvieron distantes y su cintura tembló
ligeramente.

—Ugh… .

John apretó los genitales de arriba abajo, exhalando un gemido intermitente. Debido a los
estímulos repetidos, el glande, que generalmente brillaba, se volvió rojo como si se hubiera
quemado.

—Haa…mierda.

Cada vez que sus delgados labios se abrían, su aliento caliente se detenía y su lengua roja
aparecía, una y otra vez. Cada aliento exhalado en sus gemidos reprimidos lo hacía
humedecerse.

—Ahhh… .

John abrió los ojos y miró el techo. Su campo de visión estaba borroso. Una mano que se
extendió desde abajo cubrió su mejilla. Cuando bajó la cabeza ante la fuerza suavemente
conductora, sus ojos azules lo miraron de inmediato. Era una mirada llena de codicia por él.

—No te detengas.

Cuando John, detuvo su mano sin darse cuenta, Valentine puso la mano sobre la suya. La
mano entrelazada fue movida para guiarlo.

—Uf, ah…No lo hagas, Valentine… .

John gimió ante el estímulo que no veía, pero Valentine no se detuvo. John inclinó la parte
superior de su cuerpo hacia adelante. La frente sudorosa tocó la espalda de Valentine. Este
murmuró en voz baja, soportando completamente el peso de John.

—No tienes idea…de cómo te ves ahora.

—¡Ah, ah…uf…!

—Creo que nací para ver esto.

Quería refutar sus palabras blasfemas, pero no dijo nada con su boca abierta. John gimió y
sacudió la cabeza como si estuviera llorando. El clímax se acercaba gradualmente. Tratando
de recoger los muslos, John empujó a Valentine.
—¡Ugh…!

Y sin perder la oportunidad, Valentine le abre las piernas de par en par. El cuerpo se John
se puso completamente rígido y se echó hacia atrás. La elasticidad húmeda se unió al
aliento caliente, y el placer explotó al final del pene.

—¡…!

John, que se quedó rígido por un momento, se derrumbó. Su espalda estaba tensa y perdió
toda su fuerza, y los músculos del estómago que se habían contraído como si hubiera
sufrido una convulsión, se aflojaron. Cuando John, que tembló por un momento de
emoción, bajó la mirada parpadeante, el asombro pasó por su rostro relajado. Fue porque su
semen se había pegado en la cara de Valentine.

—… .

Nadie dijo nada, ya que Valentine y John, parecían haber perdido la voz. Cuando Valentine
parpadeó, el semen que se había pegado a sus largas pestañas se deslizó hacia su nariz.

—Ah…lo siento… .

John, que había estado somnoliento, se despertó. La cara pálida y cansada rápidamente se
puso roja. John, que se mordió los labios, cubrió las mejillas de Valentine.

—¿Estás bien, Valentine…?

Sin embargo, las palabras de John, no pudieron continuar. Fue porque Valentine lamió el
semen que fluía hacia sus labios. Sorprendido por sus acciones, John exclamó con un dolor
en la garganta.

—Hey, no hagas eso, ¿Estás loco?

Fue cuando John intentó quitarle el semen que salpicaba su rostro, que Valentine,
agarrando sus muñecas con fuerza, saca la lengua y prueba una vez más el semen de John.
La ceja suave se estrechó como si hubiera tomado una medicina amarga. Con una cara
desordenada, Valentine se rió y dijo, —¡Puaj!

—Pensé que todo lo que salía de tu cuerpo era dulce… .

—… .

—Honestamente, esto no sabe bien.

Al final, la cara de John se hinchó como si fuera a explotar. Pero el beso de Valentine fue
más rápido que la reacción de John. Valentine quien levantó su cuerpo tomó la cara de John
en sus manos y le cubrió los labios con los suyos. Dentro de la boca abierta, su lengua llena
de semen tembló.

—¡Ugh…!

Los fluidos corporales de semen y saliva se mezclaron en sus bocas y se frotaron a través
de las lenguas entrelazadas. Ah. Después del breve beso, lo único que quedaba era el sabor
del semen aplicado meticulosamente en su lengua. John se había excitado en una situación
que nunca había imaginado experimentar. Valentine, que lo vio rígido, se echó a reír. Con
una sonrisa que no tenía nada que decir en la oscuridad, John perdió la oportunidad de
expresar lo que había preparado.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 1
Sin avisar, una perfecta primavera llegó. El rastro del frío invierno desapareció y le dio
paso a la frescura de las plantas. La ropa de los estudiantes de Heritage también se volvió
más cómoda. Abrigos ligeros y vestidos ondeantes inundaron todo el campus.

Y la graduación también estaba un paso más cerca.

Aunque había una ligera diferencia en el horario dependiendo de si la escuela donde se iba
a continuar los estudios era local o en el extranjero, el examen de ingreso era el principal
desafío, independientemente de la elección que se tuviera en mente. Entre los futuros
graduados, había una atmósfera más pesada que nunca. Por supuesto, John se sentía
completamente libre de ese peso.

—John.

—¿Sí?

—Sabes.

John levantó la cabeza mientras sumergía el pan en una salsa caliente. Dominic estaba
sentado frente a él, mirándolo con una expresión compleja. Era raro que estuvieran
almorzando los dos solos después de un tiempo, ya que en los últimos días no habían
podido hacerlo. Dominic, que estuvo callado durante toda la comida, por fin habló.

—¿Qué sucede?

John se tragó el trozo de carne que estaba masticando y arqueó las cejas. Dominic
permaneció en silencio como si tratara de elegir sus palabras y sacudió la cabeza.

—Nada.

Eso significaba que había un ciento por ciento de posibilidades de que quisiera decir algo.
John sonrió y se limpió los labios con una servilleta.

—¿Acaso no eres mi amigo? No te preocupes por la gente, dímelo rápido.

Sin embargo, aunque bromeó un poco, la expresión de Dominic no cambió. Solo entonces,
John se puso un poco serio y borró la sonrisa de su rostro.
—Qué. ¿Qué está pasando?

—… .

—Dime.

Dominic, que parecía obsesionado con la hambruna de John, finalmente respondió en un


tono poco dispuesto.

—Creo que la atmósfera a tu alrededor ha cambiado por alguna razón.

—¿Qué?

—Si. Pero es un poco extraño. No estoy seguro de qué decir, pero… .

John le respondió reflexivamente a Dominic. La atmósfera ha cambiado ¿A qué se


refiere? Tuvo tiempo de recordar por un momento, pero no tenía ninguna pista. Finalmente,
John abandonó sus preocupaciones y le hizo la pregunta más importante.

—No sé de qué hablas pero, ¿Eso es bueno o malo?

—No es bueno ni malo. Para ser honesto, es más bien extraño. Como si algo
inesperado hubiera surgido repentinamente de un arbusto.

—…Dominic, sé que eres un romántico que ama la literatura, pero yo no. Entonces,
¿Puedes explicar fácilmente lo que eso significa?

—…Bueno. Yo tampoco lo sé.

Como John estaba confundido, Dominic no parecía poder organizar las ideas. Era como un
apuesto gánster que se comportaba como un filósofo ansioso. Era de dominio público, que
era capaz de dirigir una conferencia, pero ahora parecía que le era imposible encontrar las
palabras adecuadas.

—Bueno, no es importante. Por cierto, ¿Conseguiste un compañero de baile?

Finalmente, Dominic decidió cambiar de tema y John le siguió la corriente.

—No, aún no.

—Es la misma respuesta de siempre, y ya me estoy cansando de eso.

En respuesta a John, Dominic levantó uno de sus labios como si ya supiera lo que le iba a
decir. John, que estaba incómodo, le preguntó de manera agresiva.
—Cállate. ¿Lo has conseguido tú?

—Por supuesto. ¿Qué no es obvio?

—… .

—No sabía que era tan popular. Tan pronto como apareció el aviso de la graduación,
me contactaron de muchas partes.

—…que niño tan desafortunado.

—Gracias por tu radical homenaje.

Ante esa respuesta descarada, John no pudo ocultar que se sentía mal. Dominic se rió
brevemente de la forma en la que John masticaba el pan, pero pronto borró la sonrisa de su
cara. Un dedo alargado trazó la superficie de la lata de bebida. La mirada de John todavía
se veía molesta.

—Uh, ¿Todavía no le has pedido a nadie que sea tu pareja?

—Qué…sí, pero nadie quiere ir conmigo.

—Ja, de verdad.

Dominic chasqueó la lengua, con una cara perpleja.

—John, debes haberlo olvidado, pero eres un beta.

—¿Y eso qué?

Ante la respuesta de John, Dominic lo miró más sorprendido. Sin embargo, John solo se
quedó mirándolo sin comprender lo que estaba pensando. Finalmente, Dominic le explicó
gradualmente.

—Normalmente, entre betas, los hombres le piden a las mujeres que salgan con ellos.
Especialmente para tales eventos. ¿Por qué actúas como si no lo supieras?

—…Oh, en serio, no lo sabía.

—… .

El rostro de John era tan expresivo, que incluso la luz se reflejó en él.

—¿Crees que no lo sé? Es solo que no he pensado en ello profundamente.


—Será mejor que consigas un compañero ahora. Si no quieres asistir solo como si
fueras un miserable estudiante graduado.

—Bueno…Realmente no me gustaría terminar así.

—¿Qué tal Chloe? O Joey, a ti…te gustan las mujeres.

John abrió los ojos cuando escuchó unos nombres que nunca había considerado. Las chicas
mencionadas por Dominic, son todas sus compañeras de clase, y además son betas muy
bonitas. El único punto de contacto entre él y ellas era que atendían la misma clase, y no
tenían más nada en común. Al menos, eso era lo que él sentía. Después de un breve
silencio, Dominic gritó “Ja” La vacilación se mostró en palabras que se pronunciaron un
poco más de lo habitual.

—¿Entonces con quién? Todos tus amigos cercanos ya han conseguido pareja.

—Tengo que pensarlo. Todavía tengo algo de tiempo, ¿Verdad?

—…Si no consigues pareja, ¿Te gustaría ir conmigo?

Lo ojos de John se hicieron más grandes de lo normal, ante la oferta inesperada. Rara vez
había mirado a Dominic con un rostro inexpresivo, pero esta vez sus ojos se llenaron de
irritación. Cuando John no dijo nada, Dominic agregó casualmente.

—Tal vez sea muy aburrido para un graduado ir solo.

No había problema si un Alfa y un Omega del mismo sexo iban juntos a la fiesta. Sin
embargo, las parejas del mismo sexo de alfa y beta, omega y beta, e incluso combinaciones
de beta y beta, no eran tan comunes. Además, Dominic era un Alfa popular, aunque
pretendía desconocerlo, pero en realidad debería ir con un omega, no con un beta.

John, no tenía intención de servir como el primer y último compañero de la fiesta de


graduación de Dominic. También era cierto que su orgullo estaba herido, porque parecía
lamentar que Dominic le hubiera hecho esa sugerencia. Entonces, se rió y rechazó la
propuesta a la ligera.

—En serio, no soy un ser humano tan lamentable como para estar a la altura de tu
simpatía.

—¿Simpatía?

—Bueno. No veo otra razón para que me hagas esa propuesta.

—¿Por qué?
Dominic movió los labios, pero no pudo decir nada. En su lugar, sonrió y murmuró como si
fuera una broma.

—Tal vez estoy interesado en ti.

Después de despedirse de Dominic, John caminó solo por el pasillo. Durante la


conversación a la hora del almuerzo, recordó que la graduación realmente estaba muy
cerca. Aunque pretendió estar muy seguro frente a Ryan, todavía se encontraba dudando
mucho de sus decisiones. Era porque tenía miedo de dejar atrás las expectativas de su
futuro. Todavía no tenía la experiencia mental suficiente, pero sentía que estaba haciendo lo
correcto.

Mientras estaba atrapado en su propios pensamientos, John notó tardíamente que Joseph se
acercaba desde el otro lado. No fue sino hasta que los dos se acercaron, cuando John
levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Joseph. A diferencia de John, él parecía
muy atento.

—… .

Aunque era reacio a perdonarlo, Joseph se había disculpado con él de todos modos, y desde
entonces los dos se miraban de una manera diferente que antes. Ya no se hablaban
sarcástica ni agresivamente, pero eso no significaba que la conversación entre ellos fuera
fluida. Ocasionalmente, Joseph era quien lo evitaba primero.

John no lo considera amigable, pero tampoco lo encontraba complicado. Pero ahora, Joseph
no era tan molesto como antes, sino que le parecía extraño. John se sintió confundido
acerca de cuál era su mejor versión.

—…Oye.

Y así fue. Esta vez, impulsivamente llamó a Joseph, quien lo miró mientras pasaba. Puso
una expresión de mucha sorpresa ante el hecho de que John lo hubiera llamado primero,
pero en se detuvo al instante. Al darse la vuelta, levantó la barbilla y le respondió.

—Qué.

Tan pronto como escuchó la voz altanera de Joseph, John lamentó haberlo llamado.
Después de dudar por un momento, le lanzó la pregunta que Dominic le había hecho. La
graduación y el baile de graduación era una preocupación para todos, y era un tema que era
seguro compartir con cualquiera.

—¿Vas a asistir al baile?

Joseph era un hombre honesto, y tan pronto como escuchó su pregunta, no pudo ocultar su
expresión de duda, al no saber por qué le estaba preguntando eso. Los oídos de John se
calentaron debido a su expresión. Al parecer, era suficiente con verlo para comprender lo
absurdo que a Joseph, debió haberle parecido su pregunta.

Sin embargo, contrario a la expectativa de John, de que le respondería de forma sarcástica,


Joseph asintió levemente con una mirada atenta. John que se animó al verlo, le preguntó
una vez más.

—¿Con quién vas a ir?

—¿Y eso a ti que te importa?

—… .

Era una pregunta irrefutable, y todo lo que John pudo hacer fuer permanecer en silencio.
Cuando John no dijo nada, Joseph se mordió los labios nuevamente.

—Te acabo de preguntar, ¿Por qué quieres saber eso?

—… No lo sé, debo haber enloquecido por un momento.

Joseph parecía vacilante, mientras miraba fijamente hacia otro lado.

—De ninguna manera.

—¿Eh?

—¿No estarías tratando de pedirme que sea tu pareja?

—¿Qué?

Cuando John se sintió avergonzado por esas palabras inesperadas, Joseph respondió
ferozmente con una sonrisa retorcida.

—Si es así, despierta.

—Qué estás diciendo… No tuve ninguna intención de pedirte eso desde el principio.

—… .

—En realidad, solo tenía curiosidad de saber si asistirías al baile de graduación, pero
veo que fue un error preguntarte.

Esta vez Joseph cerró la boca. Ante el incómodo silencio, John suspiró. Era indudable que
no debió haberle preguntado eso. Y como quería terminar esa conversación de alguna
manera, mostró sus sentimientos honestos con desesperación.
—Debiste hacerlo después de la graduación, te disculpaste muy pronto.

—… .

—Pensé que ese gesto significaba que querías borrar todos nuestros roces del pasado.

—… .

—Pero veo que todo fue mi ilusión. Perdón por molestarte.

John se encogió de hombros, aún mirando la expresión afilada de Joseph. No tenía sentido
disculparse, porque sabía que eso no dañaría gravemente su ego. Pero era mejor disculparse
cien veces y terminar con eso, en lugar de tener que enfrentar esa cara tan desafortunada.
Con ese pensamiento en mente, John estuvo a punto de marcharse.

—Lawrence Connelly.

—… .

—Ese es el nombre de mi pareja de baile.

John, que no pudo comprender la información de inmediato, se dio cuenta que esa era la
respuesta a la pregunta que le había hecho antes y pronunció una respuesta tonta: —
Oh. Lawrence pertenecía a una familia aristocrática y era una hermosa niña omega. No
sabía si era justo, pero serían una pareja muy impactante.

—Se verán muy bien juntos.

Cuando John respondió con franqueza, Joseph levantó una esquina de su boca con una
mirada arrogante. Sin embargo, a diferencia de su expresión facial, su voz estaba llena de
impaciencia.

—Solo vamos a ir a la fiesta juntos, así que no me malinterpretes como un imbécil.

—¿Qué? De qué estás hablando.

Como John volvió a preguntar con una cara confundida, Joseph frunció el ceño. Luego,
cerró la boca como si fuera un tonto y un silencio antinatural se posó entre los dos. John
entrecerró los ojos. Las orejas de Joseph parecían rojas, pero no podía decir si tal vez, lo
estaba imaginando.

—¿Y quién es tu pareja?


Joseph, le preguntó con una voz afligida. Su propósito de cambiar el tema era obvio, y
John, familiarizado con su temperamento ardiente, respondió con firmeza en lugar de
burlarse de él con sarcasmo.

—Aún no lo he decidido.

—Ah.

Tan pronto como escuchó la respuesta de John, la cara arrugada de Joseph se estiró. No
solo eso, parecía estar diciendo con ella, que en parte ya lo sabía. El estado de ánimo de
John se debilitó por su sórdida expresión.

‘Parece que hice algo bien.’

John, que había perdido por completo el deseo de continuar la conversación, le dio la
espalda, sabiendo que era un acto descortés.

—… ¡Oye!

Joseph lo llamó inmediatamente, pero John siguió caminando, fingiendo que no lo había
escuchado. Luego lo persiguió y exclamó una vez más con una voz ligeramente nerviosa.

—¿Por qué te marchas sin despedirte?

John todavía permanecía en silencio, y aunque lo escuchó hablando a sus espaldas, no se


detuvo. Valía la pena señalar que la actitud de Joseph hacia John era completamente
infantil. Sin embargo, pensó que ese era el límite de su relación. Era evidente que la línea
entre ellos dos, se dividiría en paralelo para siempre.

Los pasos de John, que caminaba por el pasillo sin pensar, se detuvieron abruptamente,
como si estuviera en presencia de un incendio.

‘… ¿Quién será la pareja de Valentine?’

Inmediatamente, en su mente surgieron varios candidatos. Estaba claro que Valentine sería
capaz de llevar a cualquiera al baile de graduación siempre que tuviera la intención. Todos
lo anhelaban y querían acercarse a él. Puede que Valentine, ya haya recibido propuestas de
varias personas sin saberlo. Cuando sus pensamientos fueron más lejos, John sintió que una
brisa helada soplaba en un rincón de su pecho.

—… .

John no entendía por qué había perdido la compostura y estaba irritado con solo pensar en
eso. No, ya sabía la razón, pero no quería admitirlo. Su yo reciente, era extraño y
peligroso. Tuvo que cambiar sus pensamientos, porque temía que el pensar más en ello,
pudiera revelarle la verdad.

Sin embargo, lo que empezó como una curiosidad, persistió en su cabeza. Se sentía
impaciente cuando imaginaba a Valentine entrando cariñosamente en el pasillo con alguien
a quien no conocía, para luego empezar a bailar con esa persona e intercambiar una
conversación amistosa. Su estómago se sacudió. Qué demonios sucedía con el baile de
graduación, cuando siempre había sido un evento, al cual nunca le había prestado atención,
pero ahora estaba molesto porque no podía evitarlo.

—Haa.

Finalmente, John suspiró y trató de pensar en otra cosa. El nerviosismo, que ni siquiera
existía antes, ahora aparecía con frecuencia para aplastarlo fuertemente. Realmente no se
sentía bien. Lo que más odiaba, era la sensación de que no podía hacerle la misma pregunta
a Valentine, como lo había hecho con Dominic o Joseph.

‘No hubiera sido así antes…’

No sabía cómo llamar a su relación con Valentine. Era una relación ambigua, vaga y sin
sentido, en la que temía incluso definir algo. No había otra explicación para la trampa en la
que estaban sumidos.

¿Para Valentine realmente no es nada, o pronto estará tan confundido con sus
sentimientos como yo? Quizás ahora actuaba despreocupado, pero Valentine pronto se
daría cuenta. Después de eso, no podía saber cómo reaccionaría. Tal vez se arrepentiría de
sus acciones.

… ¿Qué haría si Valentine lo hiciera?

De repente, su corazón parecía estar perforado, y John sacudió la cabeza como si fuera un
pecador. Con la mente debilitada, un nudo lleno de ansiedad se formó en su garganta.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 2
A diferencia de otras escuelas, Heritage le ha dado a los estudiantes la
discreción de elegir sus clases. Debido a esto, los estudiantes eran libres de
elegir las clases que tomarían en cada semestre.

En lugar de tener clases separadas, la escuela asignó un tutor por cada cinco
estudiantes, con el propósito de darles libertades con ciertas condiciones. Y
mientras no tenían problemas, compartieron con ellos varias preocupaciones
sobre sus carreras durante el año.

Hoy John tenía una consulta con su tutora, Sam. Alrededor de las ocho de la
tarde, hora de la cita, se dirigió al anexo oeste. Al pasar por un campo de
césped artificial, miró alrededor del campus con tranquilidad.

Los edificios que se erigen bajo el cielo azul oscuro parecían más antiguos con
las luces brillantes, e incluso más adelante, el campo era espacioso y se sentía
su belleza. Pensó que echaría de menos este paisaje por un tiempo, después
de graduarse, y luego se apresuró para llegar a su cita.

—Sam, estoy aquí.

—Adelante, John.

John llega frente a la oficina personal de Sam, da un ligero golpe a la puerta y


la abre. Sam desvió su mirada del monitor y saludó a John con una sonrisa.

—Te gustaría probar algunas galletas?

John miró el plato sobre el escritorio. En el plato había unas galletas grandes
llenas de chocolate M&M. John sonrió levemente y sacudió la cabeza.

—Estoy bien. Por cierto, ¿No te dijo el médico que deberías tener cuidado
por la diabetes?

—Solo las miro. Es como una especie de tortura.

Sam, que quedó embarazada a los cuarenta años, tenía diabetes gestacional.
Para ella, que amaba a los dulces, no poder comerlos era una tortura. Aunque
tenía mucha paciencia con su embarazo, parecía haber llegado al límite. —
Shhh, Sam se levanta haciendo un sonido y se acerca a John con un sobre en
la mano. Se sentó en una mesa y levantó sus anteojos.

—En realidad no te llamé para comer galletas, ¿Lo sabes?

—Sí, lo sé.

—Te preguntaré directamente. ¿De verdad estás pensando en no ir a la


universidad?

En lugar de decir algo, John se echó a reír. Al confirmar con eso que ya había
tomado una decisión, ella también sonrió levemente. Luego agregó, en un tono
que apenas mostraba su deseo de persuadirlo.

—¿Sabes que tus calificaciones son bastante buenas, incluso entre tus
compañeros de clase? De hecho, el ensayo que enviaste durante la clase
de sociología fue comentado positivamente por todos los maestros.

—Qué… gracias por sus buenos comentarios.

John sonrió y respondió torpemente. Sabía que sus notas eran buenas. Sin
embargo, los pensamientos que compartió con Ryan esa noche seguían
firmes, era como la conclusión que tuvo después de una larga angustia.

—Sin embargo, Sam, mi decisión no ha cambiado. Si realmente cambio


de opinión más adelante, lo pensaré seriamente.

—Hmm… .

—Ser una persona correcta y contribuir a la sociedad. Este es el lema de


Heritage. Solo estoy tratando de contribuirle a la sociedad un poco más
rápido que los demás.

Sam asintió ante la firme voluntad de John. En lugar de persuadirlo, le ofreció


el sobre que sostenía en la mano. Pero cuando John intentó tomarlo, Sam
levantó los papeles en el camino, y los sacudió en el aire.

—Tres tercios de los graduados de Heritage van a Cambridge, el resto a


Manchester, Warwick y King’s College… ¿Sabes que nuestros egresados
están dispersos en algunos de los mejores lugares del mundo? De
verdad, eres alguien muy inusual.
—Afortunadamente conocí a una tutora respetable. Sam Mathews, gracias
por darme la oportunidad de cambiar mi vida.

Sam sonrió ante el agradecimiento de John y le entregó los papeles. El nombre


del grupo GOFIE estaba escrito en el sobre brillante. John miró fijamente a
Sam.

—¿Qué es esto?

—La empresa para la que trabaja mi amiga.

—La empresa para la que trabaja tu amiga… ¿Y eso que tiene que ver
conmigo?

—Se desempeña como vicepresidente de una organización sin fines de


lucro. Es un grupo internacional de derechos humanos y un lugar para
luchar por la libre expresión y el intercambio de información entre la
humanidad en todo el mundo. Me reuní con ella hace un tiempo, así que
me lo contó y me pareció muy interesante.

Solo entonces, John abrió el sobre. Se incluía una breve introducción a la


organización, junto con los documentos de respaldo. Como dijo Sam, se
trataba de una organización centrada en la libertad de expresión y el
intercambio de información sin restricciones, y parecía funcionar principalmente
en Asia, África, el suroeste de Asia y América Latina.

John agita los papeles y examina cuidadosamente el contenido. Los ojos que
leían eran serios. Sam abrió la boca, mirando la actitud de John.

—Si te parece, puedo concertar una entrevista con ella.

—… ¿En serio?

Los latidos del corazón de John aumentaron su ritmo sin darse cuenta. Aunque
su cara seguía estando muy tranquila. Sam asintió con la cabeza.

—Por supuesto, hay una vacante. Solo piénsalo y házmelo saber por
escrito. Con sinceridad te digo que voy a animarte en cualquier camino
que tomes, además es una buena oportunidad, que cumple con tu
objetivo.

—… .
—¿No te parece interesante? Tal vez en una década, puedas convertirte
en una celebridad, al menos en este campo, para que puedas superar a tu
padre.

—… Gracias, Sam.

John respondió en voz baja sin ocultar la timidez, y Sam sonrió cálidamente y
extendió la mano.

Después de terminar su conversación con Sam, John regresó a la habitación y


se paró frente a la ventana por un momento.

Su angustia no disminuyó, porque le habían ofrecido una oportunidad


inesperada. Recordó cuidadosamente cada punto de su conversación con
Sam.

‘Si trabajo para GOFIE, vivir en el extranjero es probablemente inevitable.


También es probable que me asignen un área peligrosa como África, y
aunque no sea así, los viajes de negocios serán frecuentes.’

Como es un grupo internacional, Sam le explicó que incluso si la oficina central


se encuentra en Londres, la mayor parte del año la pasará en el extranjero. La
personalidad del trabajo en grupo parecía ajustarse a la aptitud de John, y su
vida en el extranjero era lo que esperaba, ya que soñaba con trabajar para una
organización sin ánimo de lucro. Sin embargo, cuando su objetivo que parecía
distante, se presentaba como una oportunidad clara, se sintió confundido.

—… .

Inconscientemente, John estaba mordiendo sus labios. Sam no era


particularmente vulnerable, pero, dada su naturaleza prudente, esta propuesta
debe haber sido una oportunidad difícil de conseguir. Sin embargo, John
estaba lo suficientemente feliz como para avergonzarse.

Antes no lo hubiera pensado tanto, lo hubiera aceptado de inmediato sin


preocuparse por nada. Pero ahora se sentía diferente. El mundo de John había
cambiado sin darse cuenta. Se dio cuenta de eso solo hasta ahora, y eso lo
desanimó.

Ahora solo había una cosa que haría que John dudara en cambiar. Sus ojos
verdes se oscurecieron.

‘Deja a Valentine y vete a otro lugar…’


Después de la graduación, no sabía que debía alejarse de Valentine. Era algo
que esperaba, debido a su resolución, pero ahora dudaba. La brisa de
primavera soplaba por la ventana abierta. Solo después de que el viento fresco
golpeó su piel, se dio cuenta de que la temperatura de su cuerpo era más alta
de lo habitual.

—…Valentine.

Mientras sacaba su nombre de su boca, un sentimiento parecido a la fiebre


rompió el corazón de John. Las emociones, de las que trató de alejarse, se
asentaron como un sedimento en el fondo de su pecho, y comenzaron a florar.
La culpa y la ansiedad a las que estaba acostumbrado, ahora se le suben a la
cabeza. Pero no fue lo único. Lo que surgió detrás de eso, fue el deseo inusual
de permanecer en ese estado para siempre.

Valentine y él, han transitado por el camino equivocado durante demasiado


tiempo para poder regresar. Sería imposible volver al pasado, cuando solo la
amistad existía entre los dos, como una verdadera hermandad.

Yo… ¿Acaso soy un ser humano tan débil?

La bolsa de papel se arrugó en su mano, al apretarla con fuerza. Solo


entonces, John se sorprendió y sacudió la cabeza. Necesitaba calmar su
mente de alguna manera. Un suspiro seco e inconsciente fluyó a través de sus
delgados labios.

Fuera lo que fuese, era algo para pensarlo con tiempo. Su relación con
Valentine, su futuro.

Entonces…No tienes que decir nada todavía.

El habitual John, no le guardaba secretos a Valentine, pero por alguna razón


era difícil decirle la verdad ahora. Primero quería tener confianza, y no quería
poner ansioso a Valentine antes de una prueba tan importante.

Entonces John, decidió pensar solo en el futuro. Hasta entonces, pensó que
cosas, como su confusión actual y sus preocupaciones sobre la vida adulta, se
mantendrían en secreto. Con esa determinación en mente, dobló el sobre y lo
escondió detrás del escritorio.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 3
El tiempo pasó pacíficamente sin ningún inconveniente. Era un sábado caluroso, pero
Valentine estuvo atrapado en la biblioteca todo el día, preparándose para su examen de
graduación. John también estudió un poco durante el día, luego vio una película, y por la
noche se dedicó a leer y a trotar.

A medida que se acercaba la graduación, solo era posible que los dos se vieran la cara a
altas horas de la noche o temprano por la mañana. Cuando John se durmió, Valentine
regresó a casa con la cara cansada y se quedó dormido justo después de la ducha. Y aunque
no pasaron tiempo juntos durante el día, John sintió que tuvo mucha suerte.

Y en la mañana del domingo, abrió los ojos todavía medio dormido, ante una mano que
ondeaba por todas partes.

—John.

—…Um.

—Despierta.

—Um…Valentine, qué pasa… .

Una voz quebrada salió de los labios de John. El amanecer todavía estaba oscuro. Cuando
bostezó y abrió los ojos, vio una silueta mirándolo. Aunque no era suficientemente claro
para estar seguro, pudo ver a Valentine sonriendo incluso en la oscuridad.

— Por qué…todavía es de noche… .

John aún murmuraba, todavía somnoliento. Valentine inconscientemente lo abrazó por la


espalda, enterrando sus mejillas en la almohada. Él respondió con una voz relajada,
mordiéndole el cuello juguetonamente.

—Es domingo.

—Si, entonces por qué demonios… .

—He estado estudiando con mucha disciplina, pero ahora siento que ya no puedo
hacerlo más.
—… ¿Qué?

—Vamos a caminar.

La cabeza de John se volvió ante la interesante oferta. Al mirarlo fijamente, vio que los
labios de Valentine brillaban ligeramente. John entrecerró los ojos y giró la cabeza, pero
Valentine no lo dejó ir.

—Por qué de repente quieres caminar… .

—Necesito distraer mi cabeza, ¿Por qué no salimos y hacemos algo?

—…Primero dime, ¿Qué hora es?

—Las cuatro en punto.

—Haa, ¿Estás bromeando?

—Entonces, ¿Quieres que hagamos otro cosa? No me importa, después que pueda
mover mi cuerpo.

—… ¡Ugh!

El cuerpo de John, aún errante convulsionó. Fue debido a la mano que se extendía por su
cuerpo hasta agarrar su centro. John la apartó y le habló con rudeza.

—¡Detente…!

John de alguna manera retorció su cuerpo para intentar escapar, pero no pudo liberarse de la
fuerza que lo atrapaba. Valentine, que estimuló sus genitales sobre su delgada ropa, dejó de
acariciarlo solo cuando mostraba signos de levantarse.

—Maldición… ¡Deja de burlarte de mí!

John estaba muy enojado y empujó el hombro de Valentine. Recientemente, se había


sentido muy ansioso, por lo que no era raro que le contestara de una manera tan violenta.
Sin embargo, Valentine no se sintió enojado, sino que tomó la muñeca de John y la apretó.
Los cálidos y suaves labios tocaron las descaradas mejillas. Valentine, susurró, besando la
frente arrugada, los párpados y la barbilla de John.

—No te enfades, John. Realmente quiero tocarte. Pero no hemos podido salir del
dormitorio recientemente. ¿No crees que Seth te extrañe?

—¿Seth…?
—Sí.

—En otras palabras, ¿Quieres que vayamos a montar ahora?

Valentine asintió cuando John lo miró con los ojos bien abiertos. Seth era el nombre de un
caballo propiedad de John. Ya estaba completamente despierto, pero John aún no quería
hacer un ejercicio intenso como montar a caballo desde la madrugada. Cuando no dijo
nada, Valentine se inclinó sobre su frente. Un suspiro risueño se escapó de sus labios.

—Si no quieres ir, no te obligaré. Solo quería hacer algo contigo.”

—… .

—Lamento despertarte, vamos a dormir un poco más.

Sin embargo, era cierto que Valentine dudaba cuando se daba por vencido. Ya sea que sepa
cómo se siente John o no, Valentine se recuesta en sus brazos y le palmea la espalda. A
primera vista, incluso parecía no tener intenciones, incluso cerró los ojos primero, pero
John sabía que lo que veía no era todo.

—… ¿Estás haciendo esto a propósito?

Finalmente, John suspiró y levantó la parte superior de su cuerpo nuevamente. Valentine,


que normalmente no dejaba que John se soltara de sus brazos fácilmente, lo soltó
apresuradamente.

—¿Qué estás haciendo?

Cuando John lo miró, Valentine lo miró como si no entendiera de que hablaba. Sin
embargo, los delgados ojos curvos estaban llenos de una alegría que no podía ocultar.
Valentine sabía muy bien que John era débil con esa mirada. Era cierto que la apariencia
era descuidada, pero también se sintió un poco triste de que hubiera estado atrapado en la
biblioteca todo el día recientemente. En lugar de revelar sus sentimientos, John aceptó y
frunció el ceño.

—Deja de actuar y levántate.

—Actuar, no puede ser.

—No mientas.

—Me hieres, John.

John, que se levantó primero, presionó el vientre de Valentine con los pies. A pesar de su
exageración, Valentine finalmente estalló en una carcajada de satisfacción.
El amanecer, antes de que saliera el sol, aún era frío. Después de una larga conversación,
caminaron un rato hasta los límites del bosque. Desde allí pudieron ver la pista de
equitación. Los cursos de Educación Física en Heritage College, incluían una variedad de
deportes como la equitación. Entre ellos, el remo, el golf y la equitación eran
particularmente populares, por lo que la escuela estaba equipada con los últimos
implementos.

Valentine y John pertenecían al departamento de equitación, y ambos tenían mucho talento.


Cuando comenzaron a montar, Ryan les regaló un caballo a cada uno de cientos de miles de
libras, y desde entonces, han sido buenos socios.

—Hola, ¿Vinieron a practicar desde la madrugada?

—Sí, esta será nuestra práctica final antes de graduarnos.

La empleada, que miró a los jóvenes que aparecieron para montar desde el amanecer,
cuando aún todo estaba inmerso en la oscuridad, no ocultó su expresión de sorpresa.
Valentine, quien le lanzó un saludo amistoso, le entregó su tarjeta de identificación. Luego,
apoyó su torso en el mostrador y le sonrió.

—Si es posible, nos gustaría dar un paseo por el bosque. ¿Podemos hacer eso?

—No importa, pero no vayan demasiado lejos.

—Por supuesto. Gracias, Christine.

Por razones de seguridad, los grados inferiores solo podían práctica en el campo de
prácticas interno, o en los campos cercados. Sin embargo, tanto Valentine como John, eran
competentes y estaban a punto de graduarse, por lo que el personal los dejaban entrar sin
ninguna restricción.

John, vestido con un traje de entrenamiento se miró en el espejo con una gorra de montar.
La chaqueta acolchada azul, los pantalones ecuestres que se aferran a las piernas y las botas
largas, hacían que su cuerpo se viera muy esbelto, lo que lo hacía lucir más elegante y alto
de lo habitual.

—¿Ya te vestiste?

—Um.

Valentine, acercándose a la espalda de John, se inclinó sobre su hombro. John hizo contacto
visual con él en el espejo. Los bellos ojos azules que se asomaban bajo la gorra negra y los
labios rojos como pétalos de rosa, pertenecientes a un hombre que se veía hermoso en lugar
de guapo, le susurraron al oído.
—¿Nos vamos?

John asintió suavemente y fue atraído por la mano de Valentine. Su espalda era amplia y
cada vez que se daba un paso, los músculos cubiertos con una capa de ropa ecuestre, se
movían elásticamente.

—¿Están los dos durmiendo?

—Bueno, ya lo veremos.

Cuando entraron en el establo, los caballos de pie en silencio, resoplaron como pidiendo
comida. En el interior, las palabras Seth, de parte de John, y Kane, de parte de Valentine
fueron escuchadas por los caballos, que estaban parados uno frente al otro. Seth era de
color marrón claro y Kane era de color negro. Ambos eran de raza alemana.

—¿Cómo estás Kane?

Cuando notaron a los dueños que acudieron a ellos después de un tiempo, el aliento de los
dos caballos se volvió áspero. Valentine le tocó la nariz, como si tratara de corregir a Kane.
Ante sus palabras, el feroz caballo inclinó su cabeza suavemente.

—Seth, te extrañé.

John también saludó a Seth, mientras le acariciaba el cuello. Entonces Seth sacudió sus
grandes ojos. Tal vez era por la personalidad del maestro, pero Kane era beligerante y Seth
era gentil.

John, que seguía acariciando a Seth como si fuera lindo, le quitó la cubierta de la espalda.
Entonces Seth se dio cuenta que iban a dar un paseo, y dio un paso al frente. La herradura
sonó en el tranquilo pasillo en un tono de alegría. Colocaron las sillas de montar en cada
caballo, las anudaron firmemente con una brida de cuero, y luego dieron varias vueltas en
el campo de práctica.

—Parece que Seth recuerda como moverse.

Los caballos, que no habían podido correr libremente por un tiempo, fueron sofocados y se
movieron rápida y ágilmente mientras los dueños conducían las riendas. Como si con eso
les afirmaran que estaban listos para correr.

—Creo que el calentamiento ha terminado, ¿Te gustaría salir?

—Está bien.

John había venido a regañadientes, pero cuando se sentó en la silla, se sintió un poco
emocionado. Desde el exterior, los dos contemplaron un enorme bosque agazapado en la
distancia. El amanecer todavía estaba oscuro, y la naciente luz del sol estaba coloreando los
bordes. John aprieta los muslos y se establece firmemente la parte superior de su cuerpo.
Valentine, parado al lado de John, levantó los labios y habló provocativamente.

—Dime hasta donde quieres llegar. ¿Qué tan lejos puedes ir?

—A donde quieras.

—Entonces, ¿Te gustaría ir al lago que está dentro del bosque?

Aunque no se encontraba dentro del patrimonio de Heritage, el lago estaba en lo más


profundo del bosque. Se ubicaba a más de 30 minutos de camino. John toca a Seth con la
punta del pie y le pregunta: —Seth, ¿Estás bien? Entonces el caballo levantó la vista como
si hubiera escuchado las preocupaciones de su dueño. John se rió entre dientes. Valentine,
que también los miraba, se echó a reír.

—¿Es cierto que Seth no es bueno para correr?

—¿Eso crees? Empieza primero. Yo te alcanzaré.

—Bueno. ¡Kane, vamos!

Valentine silbó primero y rugió furiosamente mientras animaba a Kane. El caballo saltó
hacia adelante sin dudarlo cuando escuchó la señal de inicio, como si fuera un fantasma. Su
piel era bastante fina y delicada, por lo que Kane era conducido por Valentine sin que este
tuviera que usar espuelas o látigos.

—¡Yah!

John también animó a Seth y empuñó sus riendas. Entonces el cuerpo del caballo debajo de
sus muslos, se sacudió como si estuviera esperando entrar en acción. John se emociona con
el movimiento salvaje que siente después de mucho tiempo.

Del mismo modo, los dos corrieron hacia adelante sin mirar atrás, hasta internarse en el
bosque que parecía no tener fin. Mantenerse a cuestas de un caballo que corre a toda
velocidad sin caerse requiere mucho entrenamiento. Al principio John siempre mantuvo su
trasero pegado al lomo de Seth, pero después de un tiempo, comenzó a interactuar con él
como si fueran un solo cuerpo.

El viento que pasaba por sus orejas era agresivo, y los músculos que se balanceaban debajo
de los muslos rebosaban vitalidad. Cuando la herradura de Seth golpeó el suelo y rebotó, el
cuerpo de John revoloteó mientras su corazón latía con fuerza. Cuanto mayor es la
velocidad, más rápido se eleva la sangre en todo su cuerpo. Los objetos pasan a una
velocidad inimaginable para el impulso de un ser humano.
Los caballos, que corrían a toda velocidad se movían bruscamente en el campo abierto,
ajustando su velocidad, cuando entraron en el denso bosque lleno de árboles. La capacidad
de Valentine y de John, para maniobrar con palabras era similar, por lo que los dos
corrieron hacia adelante sin descanso.

Pasó mucho tiempo antes de que pudieran llegar al lago. Cuando lo encontraron, ya el
sudor era visible a través de sus chalecos. John, que detuvo a Seth tirando de las riendas
abruptamente, de repente habló con una voz agitada.

—Hemos llegado.

Alrededor del vasto lago, había una niebla húmeda, lo que hacía difícil que la gente pudiera
encontrarlo en medio de la espesa hierba. Sobre sus cabezas, los enormes árboles, con sus
densos follajes le cerraban el paso a la luz.

—Buena carrera, Kane.

Valentine acarició la crin del caballo como felicitándolo por haberlo hecho bien y ató la
rienda a un árbol. Luego se quitó la gorra y se cepilló la cabeza con los dedos, mientras
miraba a John, que seguía sentado en la silla.

—Supongo que todavía no me he oxidado, John.

—Quién lo diría.

John, quien se rió, también se bajó del caballo después de deslizarse del estribo. No pasó
mucho tiempo corriendo sobre el caballo, pero al tocar la tierra con los pies, tuvo una
sensación extraña.

—¿Te gustaría sentarte?

Valentine le preguntó a John, señalando un gran árbol. Era un árbol gigante ubicado cerca
de la orilla del lago, de casi 100 años. Los dos se sentaron de espaldas en el soporte de
madera.

—John.

—¿Eh?

—Me siento muy feliz.

Valentine miraba el lago cubierto de neblina sobre los hombros de John. Valentine, que
miraba a John desde la parte inferior de su barbilla, estiró el cuello. Justo cuando los labios
del otro se superponían. Los labios, que seguían siendo amables, se abrieron lentamente y
la lengua suave acarició los labios de John.
—Um… .

Las pestañas de John, que cerraron reflexivamente los ojos, temblaron. El grito de un pájaro
desde la distancia se escuchó débilmente. La tierra húmeda y suave se frotaba debajo de las
palmas que se sacudían sobre ella.

Valentine miró la boca de John y rápidamente abrió sus labios. El cariño que no pretendía
ocultar se desborda en sus ojos azules. La ternura apuñaló a John sin ninguna razón.
Mientras miraba hacia abajo, John murmuró en voz baja, acariciando su flequillo.

—Tienes que estudiar más tarde… ¿No es esto demasiado?

—Está bien por un día. Quiero estar más tiempo así.

Valentine le respondió tranquilamente, como si fuera algo sin importancia. Los dos
mantuvieron sus manos juntas y miraron el paisaje silencioso por un momento. El lugar
estaba tranquilo, excepto por el canto intermitente de los pájaros. El silencio del bosque le
transmitía tranquilidad a su corazón.

Pero la breve paz duró muy poco tiempo. Fue porque la lluvia, que había empezado con
unas pocas gotas, rápidamente se convirtió en una fuerte aguacero que cayó del cielo, sin
previo aviso.

Estaba menos mojado debajo del árbol que les servía como techo, pero no les servía de
mucho. Los dos, que no tenían paraguas ni impermeables, se mojaron con la lluvia
torrencial, y la situación no era diferente para Kane y Seth, que estaban muy separados de
ellos. Los dos caballos, que estaban siendo golpeados por la lluvia, sacudieron sus grandes
ojos.

—Uf… maldición, ¿Por qué está lloviendo ahora?

John se levantó y se quejó cerca del árbol. El traje de montar húmedo se aferraba
fuertemente a todo su cuerpo. Valentine también se levantó y se puso al lado de John. Se
limpió el pelo empapado y suspiró por lo bajo.

—No sabía que pasaría esto. No te hubiera obligado a venir.

—Es cierto. Por cierto, vas a realizar el examen pronto, ¿Qué tal si te resfrías?

—Estoy bien. Más bien estoy preocupado por ti.

—¿Por mí?

—Siempre estás enfermo.


—…Gracias por preocuparte. ¿No me estás ignorando también?

Al final de la traviesa respuesta de John, Valentine lo tomó en sus brazos. Los cuerpos
empapados se adhirieron estrechamente. Valentine inclinó la cabeza y pasó la mano por la
frente húmeda de John. Al mismo tiempo, envolvió su abrigo sobre sus hombros. Atrapado
en los brazos de Valentine, John pestañeó. Las gotas de agua que no podían ser absorbidas
por la tela rodaron hasta el suelo sin descanso.

—Debe ser un aguacero pasajero, así que estaremos bien mientras estemos abrazados.
En las películas, las personas se abrazan cuando están en apuros.

—…Incluso aunque no hagas eso, no nos congelaremos, ni moriremos en este clima.

Aunque respondió de forma juguetonamente sarcástica, John inclinó sus mejillas


suavemente sobre los hombros de Valentine. Entonces él, puso la barbilla sobre su cabeza y
apretó su espalda con los brazos. El cuerpo cálido hace que el frio desaparezca y la
temperatura corporal se restablece. John parpadeó confundido, colgando de los brazos de
Valentine.

—¿Cuándo se detendrá?

—No lo sé.

En un clima lluvioso, existía el gran riesgo de caerse del caballo, por lo que no podían
hacer nada más que esperar a que la lluvia se detuviera rápidamente. Los dos miraron la
lluvia torrencial, confiando en la temperatura corporal del otro. Y a medida que pasaba el
tiempo, una extraña sensación de estabilidad se alzó en el corazón de John. Todo estaba
envuelto en silencio y lo aburrido de la situación, lo tranquilizó. John respiró
uniformemente con la comodidad de que la lluvia ya no le era molesta.

—John.

John levantó la vista lentamente hacia la voz que lo llamaba. Los ojos azules lo miraron de
inmediato. Valentine, que estaba mojado y más amargado de lo habitual, parecía pensativo.
Cuando John sacudió los párpados para quitarse el agua de lluvia, Valentine se frotó los
ojos con los dedos.

—¿No sientes como si fuéramos libres del mundo?

—…Estaba pensando de manera similar.

Ante esa respuesta, Valentine le envolvió las mejillas con ambas manos. Los oscuros ojos
azules estaban muy abiertos. Valentine, que guardó silencio, apoyó la cabeza cerca de sus
mejillas. Con una respiración lenta, los susurros fluyeron al oído de John.
—¿Por qué no escapamos a donde solo los dos podamos estar?

—… .

—No estoy bromeando. Puedo hacer eso cuando quiera.

La expresión de John fue temblorosa al final de ese momento. Tal vez era una broma como
de costumbre, pero su voz sonaba tan sincera… —No. John sacudió la cabeza. Era
necesario suprimir los pensamientos inútiles, no debería pensar mucho en esas palabras.

John, que lo había evadido por un tiempo, finalmente se decidió. La semana pasada, cuando
volvió a visitar a Sam, le dijo que aceptaría hacer la entrevista. Sam le dijo que no sería
difícil unirse como interno, a menos que ocurriera un grave incidente. En ese momento,
John reservó una cita para visitar la sede de GOFIE en Londres, en la última semana de
mayo, cuando terminara con sus exámenes de graduación.

Sin embargo, John aún no se lo había dicho a Valentine. Sabía que no era bueno esperar
más tiempo, pero no podía decírselo tan fácilmente. Además fue porque Valentine estaba al
borde de presentar una prueba importante, pero también se debía a la vacilación que tenía
en su interior.

Si le cuento… ¿Cómo reaccionará Valentine?

Mientras tanto pensó, que incluso si se ponía triste al principio, eventualmente lo apoyaría.
Al menos, eso es lo que pensó que haría el Valentine que conocía. John, que tenía tales
pensamientos, tuvo el coraje de hablar. Sintió la necesidad de aprovechar el momento.

—Valentine, sabes.

—Sí, John.

—Si me gradúo… ¿Qué harías si decidiera hacer otra cosa en lugar de ir a la


universidad?

—¿Qué cosa?

—Como ayudar a los demás, vivir en… ese tipo de cosas.

No sabía cómo empezar, pero en medio de sus palabras vagas, Valentine dice: —Bueno…
. Sin embargo, regresó a su actitud habitual y le respondió en tono juguetón.

—¿Ese es tu sueño? Resulta que ahora serás San John.

—No estoy bromeando.


Solo entonces, Valentine que se puso un poco más serio, acarició ligeramente la espalda de
John.

—Si, lo siento. ¿Cómo quieres ayudar a la gente específicamente?

—Um… Hay organizaciones voluntarias, Organizaciones internacionales, y otras


muchas sin ánimo de lucro…. Ir a un país que necesita ayuda, o tal vez trabajar de
otras maneras.

Al principio, los ojos azules de Valentine brillaron con astucia.

Valentine, que se quedó instantáneamente en blanco, levantó la boca. Luego, con una cara
casual, atrajo la cintura de John un poco más cerca. Una voz tranquila fluyó de sus labios.

—Así que ese es tu sueño. ¿Por qué estás hablando de esto de repente?

—Porque… .

—Te quedarás en Londres de todos modos.

John hizo una pausa sin darse cuenta. Fue porque la sensación de que algo había cambiado,
le hizo sentir nervios. La cara sonriente de Valentine era irremediablemente perfecta, pero
la temperatura que lo rodeaba se enfrió de repente. Cuando John, que se quedó
momentáneamente sin palabras, no pudo decir nada, Valentine volvió a preguntar con voz
suave.

—¿Por qué estás hablando de eso?

—… por nada.

John sacude la cabeza para borrar esa terrible sensación y no dice nada. No se había
imaginado cómo reaccionaría Valentine, pero no estaba teniendo en cuenta todas las
posibilidades. Debido a la vergüenza, las palabras que preparó se borraron de su cabeza. En
últimas, se le ocurrió la suposición de que podría haberlo pensado demasiado.

—John, ¿No hay algún lugar específico?

La cabeza de John fue levantada a la fuerza al sostener su barbilla. Valentine miró a John
en línea recta. Ya no estaba sonriendo. La expresión desconocida de Valentine y el flujo
inesperado de la conversación. Cada vez más, los malos pensamientos inundaron su cabeza.
John trata de sacudirse esa terrible sensación y pronuncia palabras que son difíciles de
escuchar.

—El hecho de que no vaya a la universidad fue una suposición aproximada. Estoy
pensando en conseguir un trabajo de inmediato. No puedo sentarme a jugar. Después
de que ingreses a la universidad, nos vamos a separar de todos modos, y si ese es el
caso… .

—¿Por qué piensas eso?

Sus palabras gruñonas fueron cortadas por las palabras frías. Los labios de John se pusieron
pálidos y giró la cabeza. Su enojo solo había empeorado.

—Pronto será la graduación… Después de eso, no podemos seguir como ahora. Los
dos lo sabemos.

—Iré contigo.

—¿Qué…?

—Dime si algo ha sido decidido. Todavía hay tiempo antes del examen.

—Eh… ¿Qué significa eso?

—Quiero decir que iré a donde quiera que vayas.

Esta vez John se quedó sin palabras para decir mientras miraba fijamente a Valentine. Él
estaba hablando de su futuro con la ligereza con la que elegiría un menú para la cena.

—… Se que suena extraño.

—No puedo, Valentine.

Una voz más fría de lo habitual, brotó de los labios de John sin que este lo notara. Ante su
decidida negativa, Valentine lo miró con los ojos brillantes. En respuesta a esa mirada, John
habló.

—No se trata de decidir de esa manera. No es así de simple… .

—¿Entonces cómo?

Valentine dijo con voz risueña. John endureció su rostro, porque sintió que su risa era falsa
por alguna razón. Valentine le jaló el brazo para acercarlo más a él. Luego le frotó la nariz
con la suya y el aliento que perdía calor se mezcló en los labios. Cada vez que Valentine
susurraba con voz amigable, sus labios acariciaban a los de John.

—Dime, John. ¿Hay algo más importante que tenernos el uno al otro?

—…Valentine.
—Si dices que te vas a alguna parte, no creo que te deje ir tan fácilmente.

La punta de su nariz se frotó en sus mejillas como si fuera una caricia. Como la forma de
hablar y actuar de Valentine, y la atmósfera que lo rodeaba era extraña, John sintió que en
la espalda, la piel se le ponía de gallina. En ese momento John, que se había quedado sin
palabras, no supo que hacer. Valentine de repente acercó la parte inferior de su cuerpo y le
mordió el lóbulo de la oreja.

—¡Ugh…!

El cuerpo fue rechazado por la fuerza, poniendo sus sentidos alerta ante el dolor repentino.
Cuando trató de levantarse, las dos manos de John fueron sujetadas contra el árbol. Bum,
bum, bum. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente con un siniestro latido. John, que
casi no podía hablar, apenas pudo sacar su voz de la garganta. Al mirar a Valentine, se
estremeció.

—Qué estás haciendo… .

—John, ¿Te gustaría tener sexo?

—… ¿Qué?

Sintió como si alguien le golpeara la cabeza con un martillo gigante. John tembló.
Valentine debería haberse reído inocentemente, en lugar de mostrar esa desaprobación que
se había levantado sobre su rostro. Muac, le besó ligeramente la mejilla y los labios, sin
parar de reír.

—No estoy bromeando. Endereza tu cabeza.

—¡Val, Valentine…!

Al instante, le soltó la hebilla de los pantalones y una mano fría y húmeda se clavó en su
ropa interior. John intentó escapar y se retorció, pero no pudo vencer a Valentine.

—¡Uh…!

La mano grande agarró los flácidos genitales. Al principio, cuando comenzó a agitarlos
despiadadamente solo sintió dolor, pero gradualmente, el pene, que fue energizado por la
estimulación física, comenzó a hincharse sin control. John exhaló y luchó por escapar de
alguna manera de Valentine.

—¡No lo hagas, Valentine. Si alguien nos ve…!

—Nadie pasa por aquí a esta hora.


—De verdad… ¡En lugar de enfadarte, déjame ir!

—John, dime ¿A dónde ibas sin decirme?

Evidentemente, no estaba de acuerdo con las palabras que había dicho. Valentine le lamió
la oreja cuando volvió la cabeza en una sensación mezclada con dolor y placer. Ante el
placer violento, John gimió ardientemente. La cintura, que estaba endurecida por la tensión,
temblaba ligeramente y su cabeza estaba mareada como si la sangre de todo su cuerpo se
hubiera bajado a sus pies. Sus pantalones fueron bajados hasta los muslos, sin apartarlos
completamente.

—Mira, ya la tienes dura.

—Haa, no… .

En la punta de los genitales que se erguían firmemente, brotaba un líquido pegajoso.


Cuando John sacudió la cabeza con irritación, Valentine enterró la nariz en su nuca. El
aliento caliente estimuló la piel sensible de la parte posterior de su espalda.

—Ah… .

Cada vez que intentaba apartarse, se agregaba un enganche a la muñeca de John,


manteniéndola fija contra el árbol. Cuando John gimió de amargura, Valentine notó la
incomodidad y le envolvió la muñeca contra la espalda.

—Val, Valen… .

Se sentía muy expuesto al aire libre. El miedo de que alguien los estuviera mirando se elevó
hasta lo más profundo de su cerebro. Sin embargo, el nerviosismo fue remplazado por una
sensación de urgencia, que hizo que John se volviera más sensible. En ese estado, solo
podía escuchar el sonido de la lluvia vertiéndose sobre sus oídos.

¿Por qué de repente… ocurrió esta situación?

John de alguna manera trató de controlar sus pensamientos, pero sus débiles intentos
llegaron a su fin. La vergüenza y el placer invadieron su mente desordenada. Su pecho
estaba frío y su estómago invadido de calor. La diferencia entre esas dos sensaciones, le
paralizó el cerebro, los pensamientos y la razón.

—Haa…Ah… .

Estaba a punto de alcanzar el clímax. John se derrumbó con impotencia y solo tembló
mientras Valentine lo seguía acariciando. Las dos manos, que perdieron su voluntad de
resistirse, de repente se agarraron al árbol. Las terminales nerviosas de todo su cuerpo se
concentraron en sus genitales.
—Hmmm… .

Y, sin previo aviso, un grueso pene se introdujo en la hendidura entre sus muslos, de una
manera enérgica y temblorosa. El extremo romo del glande frotaba y rozaba lentamente la
piel sensible. John inclinó la cabeza y aguantó un gemido. Valentine, levantó la cintura y se
movió como una flecha. La mano que se extendía hacia adelante, le apretó los genitales, y
el duro glande apuñaló repetidamente sus testículos.

—¿Sabes qué?

—Hmm, ah… .

—Ahora la única parte que no conozco de tu cuerpo es lo que está aquí adentro.

—¡…!

Entre las amplias caderas abiertas, el extremo grueso del glande estaba fuertemente
entrelazado. Cuando el frustrado John tembló y echó la espalda hacia adelante, Valentine le
acarició la mejilla ligeramente como para calmarlo.

—No tengas miedo. No estoy realmente molesto contigo.

—Um… .

—Todavía, no.

—¡Ah…!

Desde los testículos hasta la punta de su pene, una fuerza atronadora surgió de repente.
John inclina la cabeza hacia atrás. La ardiente boca se abrió de par en par y dejó escapar un
gemido silencioso. Al instante, sus ojos se pusieron blancos y los músculos de todo su
cuerpo se contrajeron al extremo. El placer agresivo y emocionante, finalmente explotó en
la punta de su miembro. El semen se derramó con violencia.

—…Huh.

Cuando John eyaculó, Valentine no tardó mucho tiempo para correrse también en el hueco
del muslo. Los fluidos corporales que habían derramados en la ingle se deslizaron con la
lluvia y se mezclaron en sus pantalones. Una vez que pasó el placer, John apoyó la cabeza
sobre su espalda y respiró hondo. Todo el cuerpo se enfrió bajo la lluvia, pero sus ojos aún
estaban calientes. John cerró los ojos y se mordió los labios con fuerza.

Qué es este sentimiento… .


Para John, Valentine era su mejor amigo antes que su hermano menor y el único con el que
podía contar en este mundo. John compartió todas sus emociones y secretos con él, y pensó
que apoyaría seriamente su elección. Pero eso no era más que su ilusión, y la realidad era lo
opuesto a su imaginación.

‘Hasta ahora, Valentine había respetado mis decisiones… .’

Tal vez fue porque nunca lo contradije.

La suposición que nunca se había hecho antes, hizo brotar las terribles emociones que
estaban en su interior. El placer que causó que todo su cuerpo se abrumara desapareció, y la
expresión de John se endureció. Ya sea que lo notara o no, Valentine lo abrazó por detrás.
El abrazo, que siempre le había dado calidez, ahora se sentía muy extraño. Ante eso, la
barbilla de John comenzó a temblar sin control.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 4
John cayó enfermo de nuevo. Tuvo un problema de salud y recientemente parecía hincharse
fácilmente incluso con un pequeño impacto externo. Afligido por el calor que excita todo
su cuerpo, John rueda en la cama. Su cabello estaba pegado a su frente, empapado con
sudor frío. En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió.

—John, ¿Podrías abrir los ojos por un segundo?

Una mano fría envolvió su frente caliente. Ante esa sensación agradable, John sacudió la
cabeza, pero pronto sintió una fuerza sujetándolo detrás de su cuello. Cuando John, que se
vio obligado a levantar la parte superior de su cuerpo, abrió los pesados y rígidos ojos, lo
que encontró fue a Valentine sosteniéndolo en sus brazos.

—Toma tus medicamentos y vuelve a dormir.

Valentine, que le sostenía el cuerpo con los muslos, le puso un vaso en los labios. El agua
tibia fluyó en el espacio entre sus labios secos. Luego le puso unas cápsulas en la boca. Era
una pastilla para dormir que John usualmente bebía y un antipirético común. Valentine,
quien confirmó que se había tragado la medicina, le limpió la cara sudorosa con una toalla.

—Me quedaré contigo hasta que te duermas. Así que no te preocupes.

—… .

—Vendré justo después de clases más tarde.

En lugar de responder, John empujó el pecho de Valentine con manos impotentes. Luego se
dio la vuelta y gimió. Cuando John puso la manta sobre su cabeza, Valentine le acarició la
espalda. Todo su cuerpo se mareó al mismo tiempo, como si sus ojos se estuvieran
apagando en mitad del infierno.

En el bosque, cuando cabalgaban al amanecer, John se derrumbó en su lugar tan pronto


como eyaculó. El líquido corporal atorado en sus muslos fue rápidamente arrastrado por la
lluvia, pero la textura pegajosa se mantuvo.

‘… ¿Sabes lo que acabas de hacer?’

John miró a Valentine. En sus verdes pupilas, había una ira aguda, y sus labios hinchados
eran de un color rojo brillante. Pero Valentine solo lo miraba, sin darle ninguna excusa.
Un silencio pesado los empapó como la lluvia. Mientras Valentine miraba a John, bajó su
mirada y observó cuidadosamente sus manos. La palma estaba mezclada con fluidos
corporales, y el dorso de la mano estaba lleno de sangre debido al roce con el tronco del
árbol. La sangre que fluía por el dorso de la mano humedeció sus mangas con un color rosa
claro.

Pero increíblemente, Valentine se inclinó ligeramente y lamió su palma. El semen restante


fue tomado por la punta de su lengua roja. John que se encontró con sus ojos fríos, relajó su
mirada y su angustia pasó.

Desde entonces, John ha estado evitando unilateralmente a Valentine. Y no era solo porque
estaba enojado. Con motivo de lo que ocurrió ese día, ciertamente se dio cuenta de que esa
relación no era buena para ninguno de los dos. Pero no pudo averiguar exactamente cuál era
el problema, por eso no sabía de qué hablar con Valentine. En esas situaciones, la evasión
era la solución más fácil que pudo elegir.

Valentine lo estaba cuidando sin tener en cuenta su comportamiento. Era como si no le


importara cual fuera su actitud mientras permanezca a su lado. Pasaron unos días en ese
estado ambiguo, y John se recuperó lo suficiente como para levantarse.

—No te he visto la cara en estos días… ¿Estabas muy enfermo?

—¿Eh? No… .

—No. Pero tu cara dice lo contrario.

John se rió torpemente cuando Gregory chasqueó la lengua. Su cuerpo también estaba
físicamente enfermo y sufría un estrés considerable. Nunca se había enfermado en la vida,
pero él mismo estaba desconcertado de que su condición corporal se hubiera estropeado
recientemente. Sin embargo, su personalidad original y tranquila no le permitió tomárselo
en serio.

—¿Estás listo para el nivel A?

En lugar de continuar con el incómodo tema, John le hizo esa pregunta a Gregory, pero él
solo frunció el ceño y sacudió la cabeza.

—Solo voy a intentarlo. Debido a que tengo tantas preocupaciones, te envidio por no
tener que pensar en eso en absoluto. Bueno, no tengo tanto coraje sin medida como
tú.”

—Jaja… mierda.

—Cuando termine esa maldita prueba, ¿Te animarías a viajar con nosotros? Todos se
marcharán antes de eso… Uh, tu hermano está allí.
Ante las palabras de Gregory, John volvió la cabeza reflexivamente. Valentine estaba
caminando por el pasillo. El sol de la mañana que brillaba por la ventana se reflejó sobre su
rubia cabellera bien arreglada, dejando una deslumbrante imagen a su paso. Valentine
siempre estaba pulcramente vestido, e incluso con su rostro inexpresivo, siempre lucía
genial.

‘Todavía no quiero ver su cara…’

Su apariencia, que normalmente hubiera sido agradable, ahora le parecía incómoda. A


diferencia de John, sin embargo, la cara de Valentine lucía notablemente más brillante
cuando se encontraba con sus ojos. Y en el momento en que sus labios se abrieron como
para decir su nombre, John se dio la vuelta sin previo aviso.

—…vamos.

—Uh, ¿No lo vas a saludar?

John sacudió la cabeza mientras agarraba a Gregory, y caminaba de regreso por el pasillo.

—La clase va a empezar.

—Tú nunca… .

—… .

—¿Peleaste con Valentine? A esta edad eso es tan infantil… .

—Cállate.

Cuando John se sonrojó, Gregory sacudió la cabeza como si no pudiera creerlo.

—¿Qué te hizo tu hermano que no lo quieres ni ver?

—Te dije que te callaras… .

Las palabras de John no terminaron en una oración completa. Fue porque su cuerpo se
volvió repentinamente ante la fuerza de tracción que alguien ejercía en su espalda. Gregory,
que no entendía lo que pasaba, volvió la cabeza con una expresión de sorpresa. Valentine
estaba mirando a John con una cara endurecida.

—… .

John estaba obstinadamente silencioso, y Valentine no dijo nada. La mano que sostenía su
muñeca se fortaleció. Gregory, que tenía una expresión preocupada ante esa atmósfera
inusual, intervino con torpeza y golpeó el hombro de John.
—…Uh, les recomiendo que hablen. Bueno, yo me marcharé primero.

Cuando Gregory se marchó, el pesado silencio se calmó como el polvo. Aunque Valentine
sacudió la mano si le estuviera suplicando, John todavía no lo miraba.

—John, ¿Qué pasa?

Fue Valentine quien rompió el silencio primero. La voz que era más baja de lo habitual,
estaba llena de una impaciencia que no podía ocultarse.

—Si ya estás bien … ¿Por qué me estás ignorando?

Ante su tono de ignorancia, la expresión de John se distorsionó rápidamente. Cuando


levanta la cabeza, lo mira con una cara firme. El único movimiento de esa cara fija, donde
parecía que el tiempo se hubiera detenido, fue el ligero temblor de los ojos. John tuerce los
labios en ángulo y pregunta con voz fría.

—¿Realmente no lo sabes?

Incluso, cuando se lo preguntó con tanta pasión, los ojos de Valentine parpadearon como si
no comprendiera. Finalmente, John se echó a reír. En los últimos días, le pareció que su
mente iba a explotar, pero Valentine no percibía que pasara nada serio. John se sintió
incluso triste por el hecho de que eso confirmaba que estaba solo.

Y continuando con sus sentimientos intensos, un pensamiento sarcástico le pasó por la


mente. John apretó los labios con fuerza y trató de liberar su mano. Pero Valentine era
como un peso muerto, y no pudo vencerlo por la fuerza. Los ojos que estaban sobre él
chocaron en el aire.

—Suéltame, Valentine.

—No.

—Te dije que me soltaras.

—John.

—Si realmente no sabes por qué, no vale la pena que sigamos hablando.

John giró la muñeca para zafar su mano, pero Valentine era terco. Finalmente John perdió
la paciencia y cínicamente puso los labios en línea recta. El discurso espinoso que había
querido contener se zafó de la punta de su lengua.

—Tú, nunca sabes lo que estoy pensando, ni lo que estoy sintiendo.


Y de repente un muñeco con ojos de cristal que no podía leer sus emociones se volvió hacia
él. John se rió fervientemente, evitando su mirada.

—Sí, haz lo que quieras. ¿Cómo podría vencerte?

—… .

—Pero, ¿Quieres hacerlo aquí? Será problemático si me desnudas en medio del


campus. Por eso te pido Valentine, que por favor nos vayamos a un lugar privado.

La expresión de Valentine se congeló ante el sarcasmo que se apoderó de su ser. La fuerza


alrededor de la muñeca se debilitó y se liberó del vínculo. John sacude la mano y retrocede.
Ante su repentino rechazo, una grieta sin control se abrió sobre la cara de Valentine.

Era la primera vez que John, que siempre obedecía sus palabras, estaba enojado. Y como si
sufriera un shock, la cara de Valentine se puso pálida. Sus ojos azules lucían enrojecidos.
De hecho, aunque John fue inconscientemente sarcástico, su corazón se agitó como si
hubiera pasado algo por alto.

… ¿Fui demasiado lejos?

Sabía que no era racional, pero era inevitable que la ansiedad se asentara en su vacío
corazón después de derramar su ira. Mientras John se detenía, Valentine bajó lentamente el
brazo. Después de un largo suspiro, se rió débilmente, pero pronto su sonrisa desapareció
como el humo. Las pupilas de un azul más oscuro de lo habitual se movieron lentamente.

—¿Entonces lo odias?

—… .

—No sabía que pensabas eso.

—…Valentine.

—Me voy, John.

Valentine le dio la espalda sin darle tiempo a decirle nada. Mirándolo partir, como si
trazara una línea entre ellos, John se muerde los labios. Y como si un agujero se abriera en
su estómago, un mal presentimiento lo invadió. Su corazón comenzó a latir de forma
inquieta.
04. BEATING THE WOODS
PARTE 5
La manecilla de la hora en el reloj señalaba la una de la madrugada. Y
Valentine todavía no había llegado a casa. John esperó a que llegara y, a
medianoche, ya no pudo soportarlo más y yacía en la cama despierto. Sin
embargo, su mente todavía estaba frustrada. Había inevitablemente melancolía
en la mirada que estaba fija en el techo.

Desde que se separaron ese día, Valentine no se contactó ni una sola vez con
John. El hecho era que se preocupaba de que sus estudios se salieran de
control, pero John no pudo contactarse con él primero. Fue porque era la
primera vez que discutían de esa manera.

Cuanto más larga era la espera, más ansioso se ponía, y luego se dejó invadir
por la ira. Haz lo que quieras, niño malcriado. John, que ya estaba cansado
de esperar, apagó la luz y se acostó, pero tan pronto como lo hizo, tuvo que
levantar su cuerpo nuevamente ante un miedo inquietante. Al final, solo suspiró
por un largo tiempo, tendido impotente en la cama del dormitorio totalmente
iluminado.

—…Maldición.

Se sintió triste porque ni siquiera podía dormirse sin Valentine. Pero no fue solo
por esa razón por la que no podía dormir ahora. Le preocupaba lo que
Valentine pudiera hacer al recordar su pálido rostro.

‘A pesar de eso… no estoy dispuesto a contactarlo primero.’

John, que estaba jugando con su teléfono celular, cerró los ojos. De todos
modos, si algo le sucediera a Valentine, él sería el primero en
saberlo. Valentine debería estar estudiando, e incluso si no es así, no
puede salir del dormitorio, así que lo más seguro es que tenga que volver
a casa. John estaba acostado tratando de tranquilizarse.

Esperaba que llegara pronto, pero al contrario de lo que imaginaba, Valentine


regresó a las 3 de la mañana. Mientras el sueño y el cansancio ocupaban su
cerebro como una nube oscura, John, que estaba a punto de quedarse
dormido, levantó la cabeza al escuchar el sonido de la puerta abriéndose.
—… ¿Llegaste?

Valentine miró a John, de pie junto la puerta. En raras ocasiones, su rostro


inexpresivo le daba una idea de lo que estaba pensando. Sin embargo, cuando
se encontró con sus ojos, una leve sonrisa se extendió por su rostro cansado.

Valentine, que llegó a la cama con paso lento, puso el bolso a sus pies. El
proceso de quitarse la chaqueta, desabrocharse el reloj de pulsera y ponerlo
sobre el escritorio fue lento, como si lo hiciera en cámara lenta, y John observó
todos sus movimientos sin dudarlo. No fue hasta que Valentine se dio la vuelta,
que John vio su mirada completamente insensible. Cuando sus ojos se
encontraron, sus labios se curvaron en un ángulo.

—¿Todavía no te has dormido?

—… .

—Ah, ya veo. No puedes dormir sin mí.

La expresión de John se endureció ante esas palabras descaradamente


sarcásticas. Valentine se apoyó contra su escritorio y colocó sus brazos frente
a su pecho. Ante su mirada inquisidora, John sonrió cínicamente.

—Solo estaba preocupado.

Fue cuando John le dio la espalda a Valentine, que sus hombros se volvieron
por la fuerza. Tuvo que arrugar la frente ante su malvado agarre. Valentine lo
miró desde arriba, mientras sostenía sus hombros. Un aura peligrosa comenzó
a mezclarse en el aire. Y lentamente se pasó la mano por la cabeza.

—John, no me des la espalda.

—¿Qué estás haciendo?

Sus ojos se encontraron muy cerca. Una sensación de rechazo surgió sobre el
rostro de John. Las pupilas azules que lo notaron se volvieron más oscuras. El
silencio se alargó de forma antinatural y la tensión era abrumadora. Fue
cuando John, que ya no podía soportar la presión, volvió la cabeza.

—Qué estás haciendo… .

—Jaja. Después de sonreír, Valentine inclina su torso. Al mismo tiempo, la


tensión que pesaba sobre ellos desapareció temporalmente. El pesado cuerpo
se inclinó y una frente recta alcanzó el pecho de John. Ante el enorme peso,
John soltó un pequeño gemido, pero Valentine no se levantó.

—Estoy furioso.

—… .

—Quiero hacerte saber que todavía me necesitas.

Ante sus inesperadas palabras, John queda perplejo.

—Entonces… ¿Por qué has regresado?

—John, ¿Por qué eres tan frío conmigo?

—… .

—¿Odias verme?

John, que miró la cara de Valentine, silenciosamente cerró la boca. Fue porque
lo miraba como si fuera un perro abandonado. Una mano prolija y alargada
tocó su mejilla. La mano que acarició alrededor de sus ojos, mejilla, mentón y
orejas, bajó hasta su cuello, el hombro, el brazo y finalmente llegó hasta la
mano de John. Los dedos de cada uno se entrelazan y el calor corporal se
invierte. Valentine apartó la mano entrelazada. Luego, como si lo estuviera
acariciando, se frotó su propia mejilla con el dorso de la mano de John.

—Tal vez puedes estar bien sin mí. Pero yo no puedo.

Cada vez que sus labios suaves se movían, un tierno aliento rozaba su mano.
John se endureció sin decir nada.

—¿Es tan malo que me enoje porque quieres dejarme?

La pregunta directa bloqueó el discurso de John. Cuando Valentine presionó el


dorso de su mano contra sus labios, John encogió sus dedos sin darse cuenta.
Valentine, que tenía la parte superior del cuerpo inclinada, sostenía a John en
sus brazos. La punta de su nariz estaba cerca de su cuello. Repitió su
respiración en ese estado y susurró en voz baja.

—Sé que… estaba equivocado. Así que por favor no te enojes. Mírame de
nuevo y sonríe, John.

—… .
—No puedo hacer nada por tu culpa.

Esas palabras finalmente aplastaron la sensación de rechazo que estaba en


juego en el interior de John. Sabía que tal vez no era cierto, pero para John.
Valentine ahora se sentía como un ser muy frágil. Sus pensamientos de enojo
y decepción fueron arrastrados fácilmente y se debilitaron tanto como para
colapsar. Atrapado en los brazos de Valentine, parpadeó lentamente.

Pero, si lo pienso… Si alguien me insinuara que Valentine se marcharía


repentinamente, también me habría sentido molesto y avergonzado.

Desde el punto de vista de Valentine, pensó que podría haber sido un acto
irreflexivo. Había una parte que no era tan simple de comprender, pero no
quería revelar su carácter desconocido. Dudando, John eventualmente
envolvió sus brazos alrededor de la espalda de Valentine. Sintió los rígidos
músculos debajo de la palma de su mano.

—Valentine, escucha. ¡No estoy enojado…!

Y antes de que terminara sus palabras, la parte superior del cuerpo de John se
tambaleó. Fue porque Valentine lo sostuvo muy fuerte. John lanzó un gemido
corto debido al fuerte agarre en su espalda. Mientras leía su dolorosa señal,
Valentine, preguntó en voz alta.

—¿Realmente no estás enojado ahora?

—Uh…no.

—¿Vas a tener una conversación conmigo?

—Sí.

—De ahora en adelante… ¿Nos quedaremos juntos?

Solo la última pregunta no pudo ser respondida fácilmente. Luego, cuando


Valentine, apretó con más fuerza a John, una voz que susurró como un
suspiro, se quedó en su oído y colapsó. Si continuaba con Valentine como lo
estaba ahora, postergaría su ruptura, pero nunca pensó en que ese tipo de
vida continuaría.

… Pero, ¿Tiene que ser ahora?

—Bueno… está bien.


John, que se había quedado en silencio por un momento, finalmente asintió.
Luego besó su mejilla como si Valentine lo hubiera esperado. La cara que
miraba fijamente a John le recordó un momento del pasado. El día que se
conocieron, la noche que entrelazaron sus dedos por primera vez.

—¿Me lo prometes?

—… sí, te lo prometo. Así que ahora, ni siquiera pienses en cosas inútiles,


solo concéntrate en el examen. ¿Entendido?

John rozó ligeramente la frente de Valentine y puso una ligera sonrisa en sus
labios. Solo entonces, lentamente, una brillante sonrisa apareció en la cara de
Valentine. Los labios rojos le recordaron a una fruta madura.

—Haré todo lo que me pidas.

—… .

—Contigo…estoy seguro de que no tendré malos pensamientos.

John acarició suavemente la espalda de Valentine, tratando de ocultar el


conflicto en su mente.

—Es una mala idea, no eres un niño.

—De verdad. Te necesito.

—Nunca lo olvides, John.

Una voz que sonó más débil que lo normal apuñaló el punto débil de John.
Valentine sabía que no había nada más que lo pudiera debilitar tanto, pero era
inevitable que su corazón se sintiera tan patético.

—Sí, lo sé.

Al decir eso, John abrazó la cintura de Valentine y frotó la mejilla contra su


cuello. Luego cerró los ojos y sintió que su cuerpo se inclinaba hacia adelante.
Puede que Valentine haya crecido lo suficiente como para soportarlo, pero
ahora le recuerda al hermoso niño pequeño de su infancia.

Pero Valentine tenía una mirada diferente a la triste imaginación de John.


Mientras lo abrazaba, puso sus labios en las mejillas de John y miró a la pared
con unos ojos oscuros y profundos.
05. PROM QUEEN PARTE 1
Las semanas de exámenes terminaron.

Fue el momento en que acabó la brecha que separaba a los que hicieron el
examen y a los que no lo hicieron. En general, una vibra distractora y bulliciosa
invadió la escuela. Los graduados, que ya no necesitaban tomar clases se
divertían mucho preparándose para la universidad o para salir del dormitorio.

Sin embargo, la vida diaria de John, que no estaba relacionada con la prueba,
no había cambiado mucho.

El único cambio fue que la reunión que había programado con el personal de
GOFIE se pospuso indefinidamente. Sam fue discreta cuando le comentó que
no podía presentarse a la entrevista en ese momento.

‘¿Qué es lo que no puedes decirme?’

‘Eso es…’

‘Si es difícil para ti, no tienes que forzarte a decírmelo. Pero John, esta es
una oportunidad que no vas a conseguir tan fácilmente de nuevo. Cuando
estés dispuesto a sostenerla en tus brazos, tendrás que mantenerla
apretada sin arrepentirte. Así que por favor, dime cuando cambies de
opinión.’

‘… Gracias Sam. Y lamento decepcionarte.’

‘No, John. Nunca me has decepcionado, así que no digas eso.’

Hubiera sido una mentira si no fuera desafortunado por dejar pasar esa
oportunidad tan anhelada. De hecho, no sabía si en el futuro lamentaría su
decisión actual. Sin embargo, lo más importante para John fue eventualmente
Valentine.

La inexorable debilidad de Valentine hizo que la voluntad de John fuera


impotente. Aunque trató de no sentirse abrumado por las emociones del
momento, John no podía dejarlo. Su conclusión fue que no era el momento de
separarse de él.
John planeó averiguar lo que podía hacer a nivel nacional. Y cuando llegara el
momento en el que ambos puedan mantener una distancia adecuada, no sería
demasiado tarde para decidir su futuro. John solo deseaba haber tomado la
decisión correcta.

Valentine volvió a la verdadera libertad después de la prueba. No habló sobre


como le había ido en el examen, pero al mirar su rostro gruñón, parecía que no
tuvo problemas.

‘¿Cómo te fue?’

La cara de Valentine se mantenía enterrada en el hombro de John mientras


este le pedía una respuesta. Luego, como si lo hubiera planeado de antemano,
lo arrastró con él y se subieron a un avión. Después de eso, todo lo que
hicieron fue volar a las Vegas y jugar hasta que agotaron su resistencia.

Al principio, parecían estar incómodos, pero cuando comenzaron a pasar


tiempo juntos, todo volvió a la normalidad. Valentine en particular, no se apartó
del lado de John como si tratara de llenar todo el tiempo que habían perdido.
En ese tiempo, los dos asistían a las fiestas que organizaban sus amigos o se
iban de viaje, y algunas veces bebían en el dormitorio lo suficiente como para
comenzar a hablar disparates.

En medio de todo eso, el baile de graduación se acercaba, como agregando


más calor a la atmósfera excitada.

—Valentine.

—Sí, John.

Era una noche de un viernes. Los dos estaban sentados en la cama del
dormitorio viendo una película de terror. John, que estaba viendo el momento
de la matanza en una pantalla gigante, que no era más que una pared vacía
alimentada por un proyector, inclinó la cabeza. Al acariciar el cabello de
Valentine sobre sus piernas, lentamente abrió los labios.

—Tengo una pregunta para ti.

Valentine lo miró con una expresión de tranquilidad. Sus ojos nublados por la
borrachera estaban rojos y su boca estaba más hinchada de lo habitual. A los
pies de los dos, había cubos de hielo derretido, una botella de ginebra vacía y
los restos de una comida. Como habían estado bebiendo desde la tarde,
ambos estaban completamente borrachos.
—Es sorprendente que todavía tengas preguntas que hacerme.

—Es que… .

Valentine extendió la mano y tocó la mejilla de John. Los ojos azules que lo
miraban, brillaron con diversión. John frunció el ceño y sacudió la cabeza
lentamente. —Jaja, el Valentine que lo sostenía con las manos parecía
realmente emocionado.

—¿Qué quieres saber?

El dedo que acariciaba su mejilla trepó por su cuello. Valentine envolvió la nuca
de John y se rió mientras lo atrapaba. Los labios de John que cayeron sin
resistencia, se enredaron con los de Valentine. Los gritos de los protagonistas
de la película, las cabezas mareadas y las lenguas en las bocas que se movían
lentamente no coincidían en disonancia. Cuando John se tambaleó sin darse
cuenta, Valentine le envolvió la cintura con los brazos.

—¿Qué es lo que quieres saber?

—Ah… ya sabes.

Mientras acaricia el cabello presionado contra el vientre plano, John vuelve a


superponer sus labios. Y cuando Valentine frota sus mejillas contra él, el rubio
brillante se esparce por el tejido de su ropa.

—Estoy escuchando.

—¿Te has decidido por tu compañero de baile? ¿A quién vas a llevar?

Hasta ahora, John no había buscado a una pareja. Mientras tanto, aunque
algunos de sus juniors le pidieron que los acompañara, él todavía dudaba.

Gregory se enteró de que Julian tenía otro compañero. John se sintió aliviado y
feliz por ese hecho. Si no era con Julian, tenía curiosidad de saber con quién
asistiría Valentine a la fiesta.

—Um… ¿Puedes decírmelo?

John asintió vacilantemente, mientras le preguntaba. Entonces Valentine, puso


los labios en línea recta y respondió.

—Adivina. Tú lo sabes bien.


—¿Sí? Quién es… dame algunas pistas.

—Bueno, es alguien muy sexy.

Con una cara más compleja que un laberinto, John volvió a preguntar: —
¿Ellen? La cara de Valentine se inclinó sobre las piernas de John con una
expresión indeterminada. Pero la voz que respondió fue contundente.

—Seguramente Ellen se ve bien ante tus ojos. No sabía que ella era de tu
tipo. ¿Estás interesado en ella?

—No, no es así. ¿De qué estás hablando?

—Entonces, ¿Por qué pensaste que era ella?

—Es porque dijiste que era alguien sexy. De todos modos, entonces…
¿De quién se trata?

—De repente, se me quitaron las ganas de decirte.

—No hagas eso, Valentine.

—Es John Lindbergh, él es quien será mi compañero.

El nombre que salió de la boca de Valentine fue inesperado para John. Ante la
sorpresa, no hizo más que señalar su rostro con las manos.

—Qué… ¿Estás hablando de mí?

—Sí, tú.

—No digas tonterías.

—¿Por qué no?

Valentine presionó la ingle de John con la barbilla. John soltó un pequeño


gemido sin darse cuenta, ante la impresión de que le aplastaran sus zonas
sensibles descuidadamente. Entonces Valentine sonrió y le bajó los pantalones
de entrenamiento y la ropa interior. Como habían estado bebiendo, sus
cuerpos estaban en un estado de excitación tremendo. Al mirar la carne
abultada frente a sus ojos, Valentine sacó la lengua y le lamió el pene. Ante la
placentera sensación, la cintura de John vaciló y se inclinó hacia adelante.

—Ahhh… .
La frente de John tocó la espalda de Valentine. Su sonrisa era baja, como
expresando que el peso que caía sobre su cuerpo era satisfactorio.

—Me gustaría que pasáramos nuestros últimos momentos en el


dormitorio juntos.

—Sí pero… .

—Como mi pareja, ¿Hay alguien que pueda ser mejor que tú

—Eso parece ser lo mismo para ti también.

Mientras tanto, los labios de John se curvaron en medio de una sensación de


placer e intoxicación. La propuesta de Valentine fue inesperada, pero estaba
feliz de ser honesto. Le ocurrió todo lo contrario a cuando rechazó con firmeza
la propuesta que le hizo Dominic el otro día.

Yo… ¿Quería ir con Valentine?

—¿Así que cual es tu opinión?

Cuando John no dijo nada, los labios de Valentine se retorcieron ligeramente, y


finalmente respondió.

—…Bueno.

La inocente respuesta de John hizo florecer una brillante sonrisa en el rostro de


Valentine. Luego le levantó la camiseta y deslizó las manos por su piel. La
cintura delgada, los hombros anchos, y la parte posterior de su columna
evidenciaron el toque de sus palmas. Cuando los labios, que recorrieron su
espalda, cubrieron su pecho plano por un momento, un aliento caliente se
derramó de la boca de John.

Valentine, que miró atentamente la cara nublada por los sentidos, se echó a
reír.

—Mira, John.

—… ¿Qué?

—Eres la persona más sexy del mundo.Valentine sonrió durante mucho


tiempo, sacando la lengua de nuevo para lamer el pene de John. Agarrando
fuertemente su cintura, Valentine susurra, frotando el pilar juguetonamente con
la punta de la nariz.… Solo yo sé, lo sexy que eres
05. PROM QUEEN PARTE 2
La noche del baile era extraordinaria.

El campus, más brillante que nunca, se había convertido en un salón de banquetes perfecto.
Frente al salón donde se celebraba la fiesta, se alineaban varios sedanes y limusinas de lujo.
Los estudiantes, con coloridos vestidos y trajes elegantes, entraban al salón con una
expresión de alegría.

John todavía estaba en el dormitorio. Para ser precisos, Dominic y él estaban pasando un
rato tranquilo en la habitación de Gregory.

—No puedo creer que realmente me esté graduando ahora.

—En lo que no puedo creer es en tu apariencia, Gregory. Es casi un cambio evolutivo.

—Cállate.

Gregory, quien se miraba cuidadosamente en el espejo, causaba mucha impresión. John y


Dominic, que lo miraban mientras ocupaban el sofá y la cama, intercambiaron miradas
burlonas. Y de repente, John aplasta una lata de cerveza y abre los labios.

—No, te ves muy diferente. Te queda bien.

—Gracias, John. Comparado a un imitador como Dominic, eres realmente un ángel.

A diferencia de lo habitual, John estaba vestido con un lujoso esmoquin. Su cabello estaba
perfectamente arreglado con cera y el traje personalizado preparado para la fecha, fluía
perfectamente a lo largo de su figura. Los menores que normalmente vestían con camisetas
teñidas, lucían muy maduros ahora.

—¿A qué hora te vas?

Después de verificar la hora en su reloj, Dominic miró a Gregory y a John. —Oh…


. Gregory, que se frotó la barbilla, respondió lentamente.

—Tengo que pasar por la casa de Elena como… ¿En diez minutos?

La pareja de baile de Gregory era una amiga de la infancia que asistía a otra escuela. Y él
iba a confesarse con ella hoy. En el día de su batalla sentimental, una limusina blanca ya se
encontraba esperándolo frente al dormitorio. Dominic, que sacó un cigarrillo y lo encendió,
enrolló una esquina de su boca en ángulo.
—Buena suerte. Aunque no eres un tipo perfecto, espero que todo te salga bien. Estoy
diciendo eso bajo la premisa de que ella sea una filántropa.

Gregory gruñó ante las sarcásticas palabras de aliento y frunció el ceño.

—Dominic Williams, ¿Insinúas que quieres probar mi puño nuclear antes de


graduarte?

—De ninguna manera. Ah, yo también debo irme pronto.

Dominic, quien confirmó la hora se levantó. Decorado de pies a cabeza con el buen gusto
de su madre actriz, Dominic estaba orgulloso de su brillante aspecto, más de lo habitual.
Parecía evidente que hoy estaría a la altura de Valentine y recibiría mucha atención.

—Tengo que ir a buscar a la princesa.

—¿Lila?

—Um.

Dominic, que se miraba en el espejo, asintió con una cara inexpresiva. Hoy, su compañera
era una chica omega llamada Lila, quien era similar a Julian en popularidad en el campus.
Ella había expresado públicamente su interés en Dominic y su insistencia parecía haber
dado frutos.

—Que bien galán. Nos vemos más tarde.

Dominic y Lila eran una pareja que combinaba bien solo en la imaginación. Qué divertido
habría sido que el que acompañara a Dominic fuera él, y no ella. Con ese pensamiento en
mente, John golpeó el hombro de Dominic con su puño. Luego, él se echó a reír y desechó
el cigarrillo en un bote de basura metálico.

—Sí, lo de ustedes es definitivamente complejo de hermanos.

—Qué… .

—¿Me estás tomando del pelo? Después de todo, ustedes son el uno para el otro

—Ya sea que lo admitas o no.

—… No puedo evitarlo.

Con un poco de vacilación, John respondió y mientras intentaba decir algo más, Dominic
suspiró y cerró la boca. Luego extendió la mano y le tocó los hombros a John. Mirando a la
cara al mismo nivel, sus ojos se enredaron y las pupilas oscuras de Dominic tenían un brillo
juguetón.

—Hubiera sido más divertido si yo fuera tu compañero. Ojalá no te arrepientas más


tarde.

—Jaja… solo estás tratando de burlarte de mí.

—¿En serio? Realmente nunca lo había pensado, pero con esa ropa te ves muy
atractivo. ¿A dónde se fue el habitual John?

Un dedo largo y estirado tocó la sien de John, era una caricia ligera que se deslizó hasta la
punta de su barbilla. John sonrió casi con lágrimas en los ojos y apartó su mano.

—Dile eso a Lila. Tal vez a ella le gustaría.

—A ella le gustaría cualquier cosa que yo dijera.

— Oye, ¿No es tu confianza demasiado alta?

—Bueno, tal vez lo haga después de que me emborrache. Supongo que le gustará.

—Pretendes… .

—De todos modos, te veré más tarde en el baile. Vamos a divertirnos juntos.”

—Si, te contactaré.

Gregory, que todavía se miraba en el espejo, miró a Dominic.

—Dominic, ¿Ya vas a salir?

—¿Te gustaría irte también?

—Uh, es mejor ir un poco más temprano. Hasta luego, John.

—Si, nos vemos. Se ven muy guapos los dos.

Cuando Gregory y Dominic se marcharon, la habitación rápidamente se quedó en silencio.


John se rascó la nariz y también salió de la habitación, porque no tenía sentido estar allí sin
su dueño. Luego caminó lentamente por el pasillo, preguntándose si debía seguir
caminando o ponerse en contacto con Valentine. Y, en el momento más oportuno, su
teléfono celular sonó cuando llegaba al final del pasillo. En la pantalla apareció el nombre
de Valentine. John contestó la llamada sin ocultar su sonrisa.
—Valentine.

−John, ¿Dónde estás ahora? ¿En el dormitorio?

—Sí, ¿Dónde estás?

−Al frente del dormitorio. Vine a recogerte.

—¿Qué?

−Estoy en la puerta principal. Ven.

Valentine se fue este mañana sin revelar su destino. John salió del dormitorio con una
expresión de consternación. Luego, debajo de los escalones de piedra del gran salón
principal, una figura alargada, parada delante de un lujoso sedán le llamó la atención. Las
mejillas de John estaban rojas y una sonrisa brillante se dibujó en su boca.

—Ya estoy aquí.

Hoy, Valentine lucía más sorprendente que nunca. Al volver la cabeza, pudo ver que
llevaba puesto un clásico esmoquin negro, con una camisa blanca, una corbata de moño, y
un fajín a juego.

Era como si el aire alrededor de Valentine fuera diferente y su figura fuera lo único que
pudiera percibir con sus ojos. Los ojos de la gente que lo rodeaba estaban fijos en él, sin
importar que fueran hombres o mujeres. A pesar de las miradas curiosas, a la única persona
que miró fue a John. Ese hecho hizo que se sintiera muy tímido y a la vez feliz.

Cuando John estaba a solo unos pasos de Valentine, él entrecerró los ojos.

—John, ¿Por qué luces tan atractivo hoy?

—Mira quien lo dice.

Ante la conmovedora mirada de Valentine, John evitó sus ojos y frunció el ceño.

John, que usualmente usaba ropa cómoda, también lucía elegante y refinado. Su cabello
castaño oscuro estaba bien arreglado y brillante, y sus mejillas, que generalmente eran
pálidas, parecían anticiparse al evento. Además, sus ojos húmedos brillaban con un tóxico
verde oscuro. Valentine lo miraba con los ojos muy abiertos.

—No, es en serio. No lo digo para que te sientas bien, probablemente hoy eres la
persona más perfecta del planeta.

—Valentine… deja de avergonzarme.


—Lo digo en serio. Por cierto, ¿Has esperado mucho?

—En realidad no… ¿Dónde has estado hasta ahora? No contestaste mis llamadas.

—Estaba buscando tu regalo de graduación.

John inesperadamente abrió los ojos como platos. Valentine agarró su muñeca y apuntó con
su palma hacia el cielo. Fue la llave del auto lo que Valentine le puso allí. John, que se
detuvo apresuradamente por un momento, finalmente miró el sedán plateado que estaba
detrás de ellos. Y mientras miraba las llaves y al auto, alternativamente, preguntó con voz
débil.

—… ¿Qué es esto?

—Estaba pensando mucho en qué diseño sería el adecuado para ti. Mientras tanto,
aunque sé que originalmente no necesitabas un auto, ahora es diferente. Quería
mostrárselo a mis padres también.

El sedán, construido en asociación con un fabricante de autos famoso por construir


superdeportivos personalizados, y el artesano italiano Karocelia, era un diseño exclusivo
solo para John. El chasis tenía una curva elegante y suave, y el color plateado metálico,
mezclado con perlas de diamante brillaba por todas partes. Era un diseño hermoso que era
suficiente para dejar por fuera el alma con solo mirarlo. Las mejillas de John que observaba
sin mostrar ninguna expresión, lentamente se calentaron de emoción.

Sin importar cuántos supercoches se desbordaran en casa, todos eran propiedad de Ryan.
John era un adolescente, y, al igual que sus compañeros, estaba muy interesado en los
automóviles. Además, ahora era dueño de uno muy especial. Era difícil saber cómo
Valentine le preparó ese regalo, en medio de toda la ocupación de sus pruebas. Por eso
cuando mira el auto como si estuviera poseído, los labios de Valentine se arquean con
satisfacción.

—No preparé nada para ti… .

Al despertar un poco tarde de su estupor, John se mordió los labios como si estuviera en
problemas. Entonces Valentine, sonrió levemente y empujó su espalda. Abrió la puerta del
conductor y le respondió.

—Solo hay una cosa que quiero obtener de ti.”

—¿Qué es eso?

—Te lo diré después. ¿Te gustaría conducirlo?”

—Gracias, de verdad… .
—No hay de qué.

La distancia al Evergreen Hall, era de solo cinco minutos a pie, pero John agarró fácilmente
el volante. El baile de graduación, ni siquiera había comenzado en serio, pero el estado de
ánimo en general era agradable. A corta distancia, los dos tuvieron una conversación
hilarante y se rieron de las bromas. Cuando llegaron al salón de banquetes, la fiesta ya
estaba en su apogeo.

Evergreen Hall era el salón más grande y espléndido de la escuela. El interior del lujoso
salón ya estaba saturado con el zumbido de la música y los estudiantes.

—¿Entramos?

Valentine sonrió como el azúcar y extendió la mano. John dudó por un momento, pero al
final lo aceptó. La mano de Valentine lo impulsó a grandes zancadas, mientras sostenía su
mano con fuerza. Estaba claro que era una vista ridícula, ver a un par de hermanos tomados
de las manos, entrando al baile de graduación, pero en ese punto, el hecho en sí ya no lo
avergonzaba.

—¡Valentine! ¡Aquí estamos!

—¿Por qué llegas tan tarde?

Un grupo de estudiantes, sentados en una gran mesa redonda, al lado del salón principal,
levantaron la mano. Eran sus amigos de la escuela Willingham. Los dos se unieron
inocentemente. Varias botellas de champán Bollinger ya rodaban debajo de la mesa.

Beber, fumar y consumir drogas estaba estrictamente prohibido dentro del campus, excepto
en las fiestas de graduación. La escuela se hacía la vista gorda, siempre y cuando los
estudiantes no causaran problemas serios, y fingían no saber cuánto alcohol estaban
bebiendo, ni cuando lo estudiantes se tomaban una copa de vino sin previo aviso.

—¿Te gustaría beber?

Adriana, que estaba sentada a su lado, sacó el champán. Era un desperdicio beber eso en un
vaso de plástico barato, pero nadie en la mesa estaba preocupado por eso.

—Gracias.

John, que aceptó la copa sin dudarlo, la saludó y ella se inclinó de cerca. A medida que se
acercaba, su ligera fragancia, el olor a cigarrillos y la reverberación del champán se
mezclaron. Cuando sus ojos se encontraron, le giñó un ojo y sacudió una bolsa con
cremallera frente a la nariz de John. El plástico contenía pequeñas pastillas blancas. Pudo
ver que era una especie de alucinógeno, incluso sin tener que preguntarle.
—¿Te gustaría poner una en tu bebida?

—No, estoy bien así.

—Bueno. Tal vez es demasiado temprano. Dime si necesitas una más tarde.

—Jaja… me abstendré. De todos modos, ¿De dónde sacaste eso?

—Eso es un secreto, porque es la base de mi negocio. Continuaremos la fiesta en la


villa de Holton alrededor de la media noche. Entonces… Bueno, tal vez vendrán
muchos de ellos. Tú y Valentine deberían venir.

Sabía cómo jugaban las pandillas de Holton y Adriana. Y John, que no estaba
particularmente interesado en tal ‘juego’, se rió y evitó responderle. De todos modos, el
sabor del champán envuelto alrededor de su lengua era bueno.

Bebían champán y miraban a los estudiantes bailando o charlaban entre ellos. Cuando se
acabó el champán que trajeron en secreto, comenzaron a beber vodka. Luego, se
emborracharon, bebiendo vodka diluido con cola y jugo.

La situación no era muy diferente de otras mesas. A medida que pasaba el tiempo, se
aburrió de ver parejas que no tenían ninguna relación hasta ayer, compartiendo fuertes
caricias a diestra y siniestra. Los ritmos sensacionales de la música comenzaron a fluir, y la
iluminación se volvió un poco más oscura.

—¿No estás aburrido ahí sentado? ¿Bailarías conmigo, Valentine?

—Lo siento, quiero quedarme así un poco más.

Como era el primer y único baile de graduación, numerosos chicos y chicas a los que les
gustaba Valentine, habían intentado sacarlo a bailar, pero él nunca bailó con nadie. Y
sucedió lo mismo con John.

Cuando entraron por primera vez, todo el mundo se quedó en silencio en la mesa donde
estaban sentados y comenzaron a susurrar entre ellos. Unos chicos guapos con trajes
elegantes eran suficiente para llamar la atención de los demás estudiantes.

Pasaron mucho tiempo en ese estado, y en una atmósfera cada vez más holgada, la mano de
Valentine sostuvo la mano de John debajo del largo mantel. Cuando el sorprendido John
gira la cabeza, Valentine le susurra al oído con una voz risueña.

—¿Qué estabas hablando con Adriana antes? Pensé que iba a entregarte algo.

—No dijo mucho. Dijo que iría a la fiesta de Holton más tarde.
John, quien solo dijo eso, dudó por un momento y luego agregó.

—Deberías venir conmigo.

—¿Quieres ir?

—En realidad, no.

—Yo tampoco. ¿No sería mejor si los dos nos marchamos solos?

—¿Nos vamos?

—Sí, tengo algo que decirte.

—¿Qué?

—Te contaré un poco más tarde. Más… .

—¿…?

—Bailemos antes de que termine la fiesta, John.

—¿Qué?

Cuando John preguntó con los ojos bien abiertos, Valentine sacudió sus labios
juguetonamente. El cuerpo de John se estaba levantando, sin una nueva respuesta. Las
miradas consternadas de sus compañeros, se quedaron atrapadas en los dos al mismo
tiempo. Valentine, sosteniendo los hombros de John como si mirara hacia arriba, inclinó la
cabeza. Una voz imponente se volvió hacia sus amigos.

—Bailaremos y nos marcharemos.

—¿Y qué con John?

—Seguramente, ¿Estás tratando de ser gracioso?

No tenía intenciones de hacer el ridículo, pero Valentine solo estaba guiando a John sin
pensar. John, que se quedó quieto con las orejas teñidas de vergüenza, se vio obligado a
seguir lo que Valentine dirigía.

Pero por el contrario, el escenario se vio perturbado por la aparición de dos personas tan
prominentes. John, a quien no le gustaba llamar la atención, mira a su alrededor con
vergüenza. Su cuerpo se puso rígido por sí mismo.

—Valentine, tal vez esto sea un poco… .


—¿Por qué te importan los demás?

Valentine tiró fuertemente de la cintura de John. Los dos estaban en contacto cercano, y
John lo miró con ojos sorprendidos. Valentine lo miró a la cara y frunció el ceño.

—Eres mi pareja… ¿No es natural que las parejas hagan esto?

Lentamente, la música de ritmo lento se volvió pegajosa. Los estudiantes que bailaban los
miraban fijamente. Todos parecían pensar que estaban borrachos o haciendo una broma. Si
no fuera así, no podrían escuchar los comentarios: “Son muy buenos partidos” o “Me
aseguraré de votar por él como el Rey del baile de graduación.”.

Qué estamos haciendo…

John, que dudó brevemente, suspiró un momento. Su ansiedad no duró mucho, y una vez
que pensó, la acción no se detuvo. Quizás ya estaba borracho. De todos modos, el estado de
ánimo era bueno y el champán olía de forma agradable. Era la primera y la última noche de
graduación, así que no había razón para no bailar con Valentine.

—Entonces, tú lidera el baile.

En su lugar, John abrió los ojos graciosamente, pero los ojos de Valentine se abrieron como
si lo hubiera esperado, y luego se echó a reír. John también sonrió y parecía muy feliz.

Todo brillaba y fue una noche agradable como si los dedos de sus pies flotaran en el aire.

Deseaba que ese día continuara para siempre.

Con eso en mente, Valentine continuó mirando la cara de John.


05. PROM QUEEN PARTE 3
Lamentablemente el buen humor no duró.

No sabía si era por haber bebido alcohol, pero John comnezó a sentir dolor de cabeza y
torpeza. Desafortunadamente, Valentine no estaba en ese momento a su lado. Dijo que tenía
algo que verificar acerca de ir a la universidad, pero parecía que le habia tomado más
tiempo del esperado.

John esperó a Valentine, apoyado en un sofá al lado del pasillo, pero su condición
gradualmente se intensificó hasta volverse insoportable. No fue hasta que su cuerpo
empeoró lo suficiente como ponerse pálido, que John dejó de esperar a Valentine y se
levantó.

—John Lindberg, ¿A dónde vas?

Estuvo a punto de escapar del salón Evergreen, pero Adriana, quien había desaparecido por
un tiempo, parecía asombrosamente borracha. En raras ocasiones, la hembra Alfa Adriana,
quien era pareja certificada del omega masculino, Holton, mostraba orgullosamente su
condición de Alfa. Mirando el vestido arrugado y manchado, se notaba que había estado
luchando con Holton para descargar un poco de energía. Aunque estaba de pie, giró la
cabeza y John respondió escasamente con sus mejillas cansadas.

—Estoy un poco cansado… creo que necesito descansar en el dormitorio.

—¿Estás hablando del edificio A? Parece que allá todo es un desastre en este
momento.

—¿Qué quieres decir con eso?

Pequeña y altiva, Adriana saca la lengua en lugar de responder. Vio una pastilla que se
derritió y manchó de blanco la punta de su lengua. John sacudió la cabeza con una cara
cansada. No podía creer que la gente estuviera consumiendo drogas en el dormitorio de la
escuela. En un lugar tan estricto y conservador como Heritage.

—¿Qué pasa si me atrapan? ¿Vas a ir a la villa de Holton? Hubiera sido mejor ser
paciente.

—Todos están borrachos. Así que no vamos a ir.

—Haa… De todos modos, deberías beber con moderación.


—Oh, bien. Pero John, tu condición se ve peor que la mía.

—… .

—Entra y descansa. Asegúrate de cerrar la puerta. Hoy es un dia peligroso para


andar por ahí. ¿Entendido?

Adriana, quien tocaba las mejillas de John como cuando era niña, se levantó y entró al
salón de baile. La alegría que había sentido antes se borró, dando paso a escalofríos y
sudores que estremecían todo su cuerpo y que comenzaron a aumentar en intensidad.
Parado en blanco, John se apoyó de la pared e inclinó la cabeza. El aliento caliente se
dispersó en el aire.

… ¿Será que Adriana me dio alguna droga en la bebida?

Sin embargo, su estado físico empeoró. Su campo de visión estaba borroso y el piso se
acercaba y se alejaba cada vez que caminaba. ¿Qué demonios le está pasando a mi cuerpo
últimamente? Qué está pasando… John niega con la cabeza una vez más y saca su
teléfono celular.

−Voy al dormitorio.

Incluso al escribir una frase tan corta, tuvo problemas para mover sus dedos. John, que
apenas pudo enviarle ese mensaje a Valentine, metió su teléfono celular en le bolsillo y
comenzó a caminar con dificultad.

Cuando llegó al edificio A, el interior era un desastre, como había dicho Adriana. El
Evergreen Hall todavía estaba lleno de gente, y la iluminación era brillante, por lo podía ver
bien a primera vista. El dormitorio estaba en un estado donde el aire impuro y decadente
fluía a medida que algunos estudiantes se reunían a consumir alcohol y drogas.

—… .

Los pasos de John se detuvieron cuando abrió la puerta del salón del primer piso. La sala de
estar, que generalmente era cómoda, le parecía completamente desconocida.

Botellas de vodka vacías rodaban por el suelo, fracs arrugados, un olor repugnante a
marihuana y el humo denso del cigarrillo era lo que podía ver por todos lados. También
había estudiantes sentados alrededor e inhalando polvo por la nariz. Vasos vacíos, tabaco,
filtros y papeles, rodaban a sus pies.

Un sentimiento de instinto primitivo se despertó en su interior. Era una atmósfera extraña,


como si algo fuera a suceder. John no pudo dar un paso más, se paró en la entrada del salón
y miró el desastre que había a su alrededor.
—…Oh, ¿Quién es este?

Alguien que estaba inhalando polvo en la esquina, se levantó tambaleándose de su asiento.


Sin embargo, fue dificil discernir quien era. Incluso le dolía la cabeza, intentando ver su
figura borrosa.

—Haa… .

John gimió brevemente e inclinó la cabeza. Sintió que todo su cuerpo era apuñalado por
agujas afiladas. Sus manos temblaron con escalofríos.

—…No puedo soportarlo más.

Fue en ese momento que John, estuvo a punto de subir las escaleras al otro lado de la sala,
porque parecía estar disgustado por su condición.

—¡Apesta…!

Y ese ‘hecho’ sucedió en un instante.

—¡Ugh…!

Como si el oxigeno estuviera siendo expulsado por los poros de todo su cuerpo, su mente se
volvió loca. Después de una larga respiración, John se derrumbó sobre una alfombra gruesa
y tembló como si tuviera convulsiones. Fue cuando inclinó la parte superior de su cuerpo,
que no pudo soportar estar de pie.

De repente sintio un aroma desconocido y a la vez familiar, frotando la punta de su nariz.

No era otro que la fragancia de su propio cuerpo.

—¡Ugh…!

Inmediatamente después de reconocer ese hecho, varios aromas que no podía distinguir a la
vez acudieron en un instante para hacer explotar su cerebro. Una bola de fuego le golpeó el
vientre con la sensación de que todo su cuerpo estaba hundido en las llamas del infierno, y
el calor insoportable se exrendió como un incendio forestal. El sudor frío se deslizó sobre
su frente que palideció en un instante.

John se dio cuenta instintivamente. Esas fragancias que lo cubrían fuertemente como si lo
atacaran a sí mismo… eran las feromonas de los alfas que lo rodeaban.

Pero lo que no entendía era por qué, un beta liberaría feromonas de omega.
John, que estaba luchando por soportar el dolor, más tarde se dio cuenta de que su entorno
estaba extrañamente tranquilo. Era raro que la sala de recepción estuviera totalmente en
silencio en ese momento. Y cuando levantó la cabeza, que no podía mover bien, finalmente
se dio cuenta de que las miradas de sus compañeros borrachos estaban todas sobre él.

—… .

En un silencio amenazador, John lentamente reconoció su situación.

Él era el culpable de todo.

‘Por qué…Qué es esto…’

Su mente mareada no podía reconocer la situación en ese momento, pero solo una cosa era
segura. Su cuerpo se estaba calentando lo suficiente como para controlarlo. El calor similar
a la lava, estalló por todo su ser, haciendo que quisiera rascarse la piel. El pene atrapado en
sus pantalones ya estaba erecto.

‘¿Por qué yo…? …¿Por qué?’

Sabía que había alfas y omegas que a menudo se desarrollaban después de sus
características sexuales secundarias. Pero John nunca consideró la posibilidad de que le
sucediera algo así. Emily era una omega recesiva y el nacimiento beta de un omega
recesivo era muy común.

Tac, tac, tac.

Sin siquiera aceptar la conmoción de haberse manifestado como Omega, sintió que alguien
se acercaba lentamente. John exhaló un suspiro y levantó sus párpados sudorosos. La punta
lisa de un zapato quedó a la vista.

—Jaja… ¿Qué pasa John?

El chico parado frente a él, no era otro que un miembro perteneciente a la pandilla de
Joseph, que fingía conocer a John. También fue la última persona que lo insultó en la
escuela. Cuando sus ojos se encontraron, las pupilas erosionadas por el deseo brillaron. El
chico que sonreía abiertamente, miró a su alrededor y levantó los brazos de manera
exagerada.

—Chicos ¿No creen que huele a Omega en celo?

Aun así, el lugar seguía lo suficientemente callado como para escuchar el sonido del agua
goteando. John tembló, y de alguna manera trató de pararse y darle fuerza a sus piernas. El
chico que se reía solo, de algo que le parecía divertido, siguió hablando.
—Joder, nunca olí un aroma tan descarado. Me gusta… .

—… .

—Parece que lo estuvieras deseando.

Junto con las palabras finales, los ojos que brillaban con hostilidad y deseo sexual se fijaron
precisamente en John. La sonrisa que lo miraba era extraña, a diferencia de la habitual que
pretendía ser sarcástica. Cuando sus miradas se encontraron, la sonrisa del chico se hizo
más profunda.

—¿No es así, John.?

Glu, la saliva seca fue tragada inconscientemente por sí misma. John apenas pudo
levantarse, se tambaleó y dio un paso atrás. Bum, una botella vacía a sus pies se dio la
vuelta y golpeó el pie de otro chico. Era un compañero de John, que a veces asistía a clases
de geografía con él. Tartamudeó asombrado.

—John, tú… ¿Eres Omega?

—…yo, ah, no… esto… .

—Bastardo, no tiene caso preguntarle algo así. ¿Crees que un beta puede tener ese
tipo de feromonas? Genial… John, nunca lo dijiste abiertamente.

—… .

—Solo quiere que lo follen.

De repente, la mente de John recordó lo que un amigo beta le había dicho en el pasado.

‘¿Sabías que en los llamados lugares prestigiosos, el club de violación todavía existe
tras bambalinas? Es realmente una cosa muy jodida, pero en realidad es un mal
hábito. John, ¿Conoces los hechos? Si tienes curiosidad…’

Mira a su alrededor.

En ese momento, John se dio cuenta.

Si ellos lo atrapaban, lo iban a violar.

Como si la predicción de John no fuera incorrecta, algunos de los Alfas congelados se


levantaron tambaleándose de sus asientos. Habían estado empapados de drogas y alcohol
incluso antes de que llegara John, y las feromonas de Omega, que eran indudablemente de
celo, parecía quitarles la razón.
Hasta entonces, John que había estado indefenso e inconsciente, salió corriendo de la sala
con todas sus fuerzas. La puerta gruesa estaba apenas cerrada y la silla vintage, que había
sido colocada en el pasillo para uso interior, ahora estaba colgada de la manija de la puerta.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

—¡Joder, bastardo! ¡Abre!

—¡Atrapen a ese bastardo!

Los Alfas que se despertaron tardíamente, ahora golpeaban la puerta como si quisieran
romperla. John se tambaleó y corrió por el pasillo. El miedo endureció la punta de su
lengua y la razón desapareció de su cabeza. Intentó correr de alguna manera con sus piernas
rebeldes, pero perdió la concentración y cayó. Su cuerpo se volvió extremadamente
sensible, y dondequiera que pasaba su mano, le picaba como si tuviera una fiebre.

—Ugh… .

Mientras lograba ponerse de pie, levantó la mano temblorosa y sujetó la barandilla de las
escaleras. La idea de dónde y cómo evitar a los Alfas se borró por completo de su mente. Se
vio obligado a volver a la habitación y se quedó sin aliento.

‘Por favor…hasta que llegue a la habitación…que nadie…’

Sin embargo, como para reírse de sus súplicas, una risa fuerte estalló desde arriba cuando
subía por las escaleras a mitad de camino. Un grupo de estudiantes borrachos, dejaron de
caminar en estado de shock. John y ellos intercambiaron una mirada congelada con las
escaleras de por medio.

—… ¿John Lindbergh?

Estaban asombrados, como si no pudieran creer que fuera John, quien siempre había estado
en el dormitorio hasta ahora, el que estuviera esparciendo esas intensas feromonas de
omega. Ante los aterrorizados ojos de John, ellos lucían amenazadores, al igual que sus
feromonas.

No, el más peligroso eres tú.

… Me estoy volviendo loco porque me pica el interior.

De algún modo… cualquier cosa por favor.

…Alguien…que haga algo.


Las feromonas de Alfa penetraron en sus cinco sentidos y su cintura tembló ligeramente. El
deseo sexual instintivo envolvió su cerebro. Mordiéndose los labios, bajó las escaleras
tambaleando con su cuerpo tembloroso. El único camino que le quedaba era la salida de
emergencia, que ahora conducía al sur. Fue cuando John, que acababa de cerrar la puerta de
la salida de emergencia, pasó por la puerta principal y cruzó el pasillo.

¡Bang!

—¿A dónde fuiste, bastardo?

—Por el olor, siento que estás cerca.

—Si ignoras una señal tan terrible, ¡No eres un orgulloso heredero!

Aun así, era un grupo al que normalmente no le caía bien. Como si estuviera jugando, una
voz risueña llevó su horror al extremo. Se asfixió al sentir a la multitud acercarse. Tan
pronto como John, que había estado luchando por subir por la salida de emergencia, entró
en el pasillo de ese piso, sintió el ruido de los pasos que saltaban ruidosamente desde abajo.

—¿Estás aquí, John?

John, que había vivido toda su vida como beta, no tenía idea de cómo controlar las
feromonas desde el principio. Como resultado, un clara reverberación permaneció como un
rastro en cada paso que daba. Él no lo sabía, pero era como una tentación demasiado
explícita y torpe.

Afortunadamente, no había muchos estudiantes en el dormitorio y había varias habitaciones


de sus amigos en ese piso. John se tambaleó, se acercó a la habitación más cercana y, como
si ayudara al pomo de la puerta, la puerta se abrió sin resistencia.

—…Haa.

John, que cerró la puerta con manos temblorosas, se aferró a la pared. Y junto con el
chasqueo del pomo al girarse, se escuchó un sonido impactante, que llamaba
inmediatamente a la puerta, como si quisiera romperla.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

—¡Estás aquí!

—¡Es inútil esconderse!

Con voces alegres, como si estuvieran cazando un conejo, se burlaron de él. La razón para
perseguir a John en primer lugar se había desvanecido hace mucho tiempo. Para ellos, él
era simplemente una presa para hacer más agradable su entretenimiento violento.
—... Ugh ... .

John, que caminó hacia atrás, fue bloqueado por una puerta de vidrio que conducía al
balcón. Estaba lo más lejos posible de la puerta que parecía iba a abrirse en cualquier
momento, pero no era una lejanía razonable para estar completamente libre de la feromona
de Alfa. El instinto sin escrúpulos de querer ser atrapado y el increíble deseo sexual, lo
invadieron por completo. Su pecho estaba hinchado, y su ropa interior estaba toda mojada
debido al pene erguido.

Mientras luchaba con sus deseos sexuales, el pasillo se volvió silencioso en algún
momento. Fue cuando John, que se dio cuenta de eso tardíamente, miró fijamente la puerta
sin comprender, con un rostro emocionado.

Toc, Toc. Se escuchó un ligero golpe en la puerta.

—… John, soy yo. Abre la puerta.

Y la que escuchó fue la voz inesperada de Dominic. No sabía que había pasado, pero era
Dominic quien estaba detrás de la puerta en lugar de la multitud que lo perseguía como un
loco. En el momento en que reconoció el hecho, las yemas de sus dedos de repente se
adormecieron como si la sangre circulara correctamente.

Sin embargo, Dominic también era un Alfa, así que no podía sentirse aliviado fácilmente.
En lugar de responder, John se acercó más a la pared. Lágrimas inexplicables se
derramaron mientras sus ojos temblaban.

John, que había tragado saliva seca, tartamudeó y le respondió.

—Ahora…no. Por favor, vete.

—No te preguntaré nada…abre la puerta, John.

—… .

—No te preocupes por los chicos de antes. Si no quieren que los expulsen después de la
graduación, no te tocarán.

Entonces, como si una represa estallara, las lágrimas corrieron por sus ojos. Atrapado en
sentimientos de consuelo y pánico, John se quejó con voz llorosa.

—Dominic, mi cuerpo está extraño. Por qué, por qué sucedió esto…yo.

—…Te llevaré donde la Doctora Lorwyn. Ella sabrá qué hacer.

—… .
—Así que ábreme. Es más peligroso que estés así.

Para ti o para mí.

Ante eso, John lentamente dio un paso que no cayó correctamente. La mano temblorosa
giró el pomo de la puerta y esta se abrió. A través de la rendija, Dominic parecía estar
viendo algo extraño. Mientras parpadeaba con sus ojos húmedos, gruesas lágrimas se
deslizaban por sus mejillas. La mandíbula de Dominic cayó con fuerza mientras miraba a
John.

—Oh, gracias…Dominic.

Mientras decía hola, sintió una feromona intensa que nunca antes había sentido. Tenía un
aroma rico y dulce como el chocolate. John contuvo la respiración para soportar el
sentimiento de angustia. Se sintió terrible por estar en celo junto a su amigo cercano, pero
su instinto le envió una fuerte señal a Dominic, de que quería ceder.

John tartamudeó, tratando de cubrir su centro hinchado tanto como le fuera posible.

—Afuera, todavía hay mucha gente… ¿Cómo voy a salir?

—No te preocupes, John.

—¡…!

Y en ese momento.

Dominic, que sostenía el hombro de John a su alrededor, lo golpeó en el estómago con gran
fuerza. En una fuerte conmoción que pareció aplastar sus órganos internos, John vaciló y
exhaló un breve suspiro. Debido a la presión sobre su punto vital, el cuerpo del que se
liberó el oxígeno colapsó momentáneamente. El brazo de Dominic evitó su caída.

—…Lo sabía.

Fue cuando John, que no pudo superar la conmoción, cerró los ojos. Dominic murmuró
para sí mismo con una voz más baja de lo habitual. John trató de responderle algo, pero
todo quedó oscuro después de eso.
05. PROM QUEEN PARTE 4
—Ah… .

John abrió los ojos presa del pánico, volcando sus intestinos. Su conciencia regresó
lentamente. Sin darse cuenta al instante de la situación en la que se encontraba, endureció
tardíamente su rostro. Estaba en la habitación de Dominic, con las muñecas fuertemente
atadas y fijadas a la cabecera de la cama.

Dominic, sentado en la esquina de la cama, miraba a John con un rostro inexpresivo. Lo


que tenía en la mano era un vaso de brandy donde empezó a derretirse el hielo en el fondo.
Cuando se enfrentó a su mirada insensible, su corazón comenzó a latir siniestramente. John
intentó abrir su boca seca y apenas pronunció su nombre.

—… ¿Dominic?

—John, siempre he tenido curiosidad.

Cuando Dominic sonrió, sus sentimientos de desgana solidificaron fríamente a John. Él


había sido un amigo muy cercano durante varios años. Lo había sido, pero ahora solo se
sentía desconocido, como si fuera una persona a la que veía por primera vez en la vida.
Después de ver a John retorcerse, Dominic sonrió con burla.

—Cuando te veo así… me doy cuenta por qué. Nunca creí que fueras beta, ¿No es
extraño?

—…Do, minic… .

—Ahora sé por qué. Mientras tanto, me has estado engañando de una forma tan
adorable.

—¡Eh…!

John gimió y torció la espalda. Fue porque Dominic derramó sus feromonas aterradoras
hasta el límite. Dominic se acercó al jadeante John y le secó suavemente la mejilla. El
interior de su cuerpo se agitó como si estuviera enojado con ese toque ligero, haciendo que
John se sintiera moribundo. Dominic, inclinando la cabeza, le susurró al oído.

—John, ¿Te has acostado alguna vez con Valentine?

—Qué dices…cállate.
—De lo contrario, no entiendo por qué ese bastardo siempre quiere matarme cada vez
que me ve.

—Dominic, por favor… .

—¿O tal vez pudo leer mi mente?

Dominic, que se rió en voz baja como si sus palabras fueran interesantes, le habló con
amabilidad.

—De todos modos, mientras estés en celo, debes tener sexo con un Alfa. Yo te ayudaré,
John. Somos amigos.

—Haa…ah… .

—No te preocupes por nada. Soy muy bueno.

—Uh…hmm… .

—Si hubiera sabido que sería así, no me habría aguantado tanto tiempo.

Los labios que rozaban el lóbulo de su oreja eran suaves. Incluso con un ligero toque, las
células se levantaron con entusiasmo, y el hormigueo del placer se levantó hasta su nuca.
Mientras John levantaba su mirada llena de calor, Dominic lo besó suavemente en la
mejilla. El rechazo, al contrario de la difusión coercitiva del placer, lo hizo tensar el interior
del cuello.

—... ¡Por favor déjame ir!

Y cuando la mano de Dominic tocó la hebilla de sus pantalones, John comenzó a luchar
como un loco, al recobrar la razón por un momento. Se impulsó con los pies en la cama, y
Dominic, cuya barbilla fue golpeada limpiamente por los pies extendidos al azar, sacudió la
parte superior de su cuerpo. John no pasó por alto esa oportunidad y agitó sus brazos que
estaban sujetos en la cabecera de la cama.

—Mierda…!

De repente, Dominic volvió a la cama y lo golpeó en la mejilla con mucha fuerza. ¡Zaz!
Con un sonido de explosión agudo, un sabor a sangre se esparció por la boca de John. Su
cuerpo se inclinó una vez más porque recibió un golpe lo suficientemente fuerte como para
sacudir su cabeza, y Dominic, que no perdió el tiempo, le agarró los pantalones y se los
abrió.

—Ah…No... .
—Ahora es muy inútil hacer eso.

Los pantalones fueron bajados hasta sus rodillas. Dominic, que vio el pene erguido, sonrió
y tocó el pilar como si fuera una broma. La libido ardiente, la vergüenza y la desesperación
envolvieron a John. Trató de recuperar sus sentidos de alguna manera, pero cuando el pene
de Dominic se frotó contra su muslo, su cuerpo colapsó por sí solo.

—Ugh… .

Si corazón era miserable, como si estuviera roto, pero con solo tocarlo, sintió que el interior
de su cuerpo se retorcía y se regocijaba. John desvió su mirada borrosa a un lado. Dominic
lo toca suavemente con los dedos, deslizándolos suavemente sobre los labios rasgados de
John.

—John, ¿Te gustaría salir conmigo?

La confesión, que no coincidía con la situación era como una burla. John de alguna manera
trató de empujar a Dominic, pero este superó ligeramente su débil resistencia y se instaló
entre sus piernas abiertas. Cuando Dominic le empujó la espalda, su miembro erguido se
presionó contra la húmeda entrada.

—…Ugh... .

No hubo más disposición a rebelarse. John, que preferiría no tener pensamientos, apoyó
lentamente la cabeza en la cama. Fue cuando renunció y simplemente cerró los ojos.

—¿Qué están haciendo?

En un instante, tuvo la ilusión de que el aire se estaba volviendo pesado. Dominic miró
hacia arriba, mientras intentaba insertar su pene con los muslos de Johan bien abiertos. John
también abrió los ojos. Cuando volvió la cabeza, vio una figura de pie junto a la puerta. El
instinto respondió antes que sus ojos. Era Valentine.

—Les pregunté qué están haciendo.

Valentine se acercó a ellos con un ritmo pausado. A medida que la distancia se estrechaba,
su fuerte presencia se balanceaba y se extendía. Dominic levantó la parte superior de su
cuerpo con el rostro rígido. Sin embargo, desde el principio, a Valentine le parecía invisible
y solo tenía la mirada fija en John.

—John.

Fue Valentine quien rompió el silencio con una voz tan afilada como una espada. Puso los
labios en línea recta y se rió suavemente, pero lo que estaba en sus profundos ojos azules
era una ira fría y congelada. Y esa ira estaba dirigida completamente a John.
—¿Sabes lo que es esto?

Valentine inclinó la cabeza y se rió. Los documentos en su mano revoloteaban ligeramente


en el aire.

—Encontré algo interesante en la habitación. Al parecer ya decidiste adónde ir


después de la graduación.

El enfoque volvió a los ojos de John, que no tenía idea de lo que estaba hablando. Lo que
estaba en la mano de Valentine era la aplicación a GOFIE, que había escondido y olvidado.
Nunca le había contado esa historia a Valentine, por lo que era una situación
incomprendida para él. John, que también olvidó su situación, tartamudeó y abrió la boca.

—Eso es ... Tú no entiendes… .

—Dijiste que no me abandonarías. ¿Fue una mentira?

—… ¡Hmm!

Thud.

En ese momento, los ojos de John casi se cerraron. Fue porque la feromona, que era
diferente a la anterior, pesaba mucho en todo su cuerpo. Era como si su cuerpo hubiera
caído en una oscuridad infinita. John convulsionó ante la abrumadora sensación de que se
disolvían incluso sus células. Dominic también vaciló y se retiró de la cama.

—¡Ah…!

Las feromonas de Valentine eran como criaturas vivientes. Al contrario de su apariencia


brillante, sus feromonas eran intensas, oscuras y agresivas, como si quisieran derretirle el
cerebro. No fue hasta este momento que John sintió que Valentín era perfecto.

—Lo admitiré.

Frente a John, que tenía una convulsión dolorosa, sin saber cómo aceptar sus feromonas,
Valentine se arrodilló lentamente. Al desatar la corbata de sus muñecas, el nudo apretado se
aflojó y sus manos quedaron libres.

—Estaba tan confiado.

Valentine, que acarició suavemente las marcas rojas de su muñeca, le besó la piel. John
jadea como si llorara ante la sensación de placer que se extendió por todo su cuerpo. Varios
sentidos explotaron desde el área en contacto con Valentine.

—Ah…uh… .
—Pensé que estabas en mis manos.

Valentine susurró un poco, metiendo su dedo en la boca de John. Cada vez que movía la
mano, la saliva bajaba por su barbilla. Valentine, que miraba a John jadeando, levantó los
labios en ángulo como si se estuviera burlando.

—John, si de verdad creías que podrías escapar de mí, eres demasiado ingenuo.

—… ¡Déjalo en paz!

La expresión de Valentine rápidamente se volvió más fría con la voz que venía de detrás de
su espalda. Sin quitarle los ojos de encima a John, Valentine se volvió y miró a Dominic.

—Oh...Dominic.

Dominic ya estaba abrumado por la presencia de Valentine. Aunque también era un alfa
dominante, el dominio instintivo determinado por los genes, lo convertía en un perdedor al
frente de Valentine.

—No quería ser rudo frente a John, es por eso que me quedé en silencio y esperé.

Frente a Dominic, Valentine se rió con un largo suspiro por la nariz. Sus ojos, brillando
más oscuros de lo habitual, tenían una luz peligrosa. Mientras Valentine se despertaba
lentamente, el aire denso se arremolinaba.

—¡Agh…!

Fue inesperado. Dominic, quien recibió un golpe en la cabeza mientras estaba en guardia,
cayó al suelo con un breve grito. Y Valentine, con el rostro endurecido, comenzó a aplastar
la silla contra su cuerpo.

¡Bam! ¡Bam! ¡Bam…!

La pata de la silla de madera maciza se rompió y voló por los aires. No pasó mucho tiempo
para que las gotas de sangre de color rojo oscuro salpicaran la alfombra, ante un estallido
sordo de repetición. Dominic estaba colapsado y sin moverse, pero Valentine parecía no
tener ninguna intención de detenerse. No hubo vacilación en la mano que lo golpeaba con
la silla. La crueldad que Valentine había estado ocultando se reveló por primera vez ante
John.

—Valentine… .

… ¿Quién es esa persona?

¿Es el Valentín que siempre he conocido?


Para John, todas estas situaciones solo se sintieron como una terrible pesadilla. La escena
reflejada en sus ojos era demasiado desastrosa como para decir que era una realidad y no
podía creerlo. Después de estar en blanco por un tiempo, se bajó de la cama como si se
arrastrara. Su mano temblorosa tiró del dobladillo de Valentine.

—Uh, no… .

—… .

—¡Va, Valentine…morir…Se va a…morir…!

John no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que escuchó su voz sollozante. Valentine
giró la cabeza y sonrió pálidamente mientras lo miraba. Las manchas rojas se hicieron
prominentes en las mejillas color marfil salpicadas de sangre. La feromona, mezclada con
el olor a sangre, era grotesca.

—No me importa si se muere.

La silla en la mano de Valentine rodó sobre la alfombra.

—Pero ahora me detendré solo por ti, bonito… .

Una mano empapada de sangre agarró la barbilla de John. Él gimió ante su agarre cruel.
Un dedo alargado limpió las lágrimas que fluían de sus ojos.

—No me provoques más.

—…Valentine.

John murmuró con una cara de éxtasis. Valentine, que le dio un ligero beso en la mejilla, se
levantó. Luego agarró a Dominic por la espalda, quien estaba desmayado. No parecía
pesado, pero fue al balcón donde Valentine lo llevó con un paso ligero.

—¡Valen…!

El grito de John fue cortado como si hubiera caído a un acantilado. Fue porque Valentine
empujó a Dominic por el balcón sin dudarlo. Un estallido sordo sonó en sus oídos, y el
lugar se quedó en silencio. John pareció haber perdido la cabeza. En vano, finalmente se
impacientó y se arrodilló. Las lágrimas mezcladas con golpes y sudor cayeron por la punta
de su nariz y sobre la alfombra.

Por favor, espero que todo esto sea una pesadilla…

Cuando abra los ojos, espero que se desarrolle el mismo día que ayer, Dios.
Pero su situación era real, y John jadeó impotente, perdiendo incluso el poder de
controlarse. Valentine, que se acercó de nuevo, frotó casualmente su mano contra las
sábanas. La sangre manchaba la sábana en cada trayectoria de movimiento.

Luego se inclinó con sus manos manchadas de sangre y acarició la mejilla de John. Los
ojos, incapaces de leer sus emociones, lo miraron. John tartamudeó, sin saber de qué estaba
hablando, y le suplicó a Valentine.

—…Para. Por favor, no hagas eso. Valentine... .

Valentine, que lo sostenía por los hombros, le susurró al oído.

—Yo estaba con la guardia baja. No sabía que te manifestarías en este momento.

—… .

—Fue agradable creer que eras beta. Me gustaría que fuera así para siempre, si eso
fuera posible.

El cuerpo de John se endureció ante palabras inesperadas.

Valentín... ¿Sabías que me manifestaría como un omega?

Valentine sonrió tiernamente mientras analizaba su mirada inquisidora. El toque en su


mejilla fue tan suave como ayer.

—¿Por qué crees que siempre derramé mis feromonas sobre ti?

—…Ah…Hmm… .

Los hombros de John temblaron. Esta vez, una feromona más suave y pegajosa se vertió en
su cuerpo. El calor, acompañado de picazón, distrajo su mente.

—Oh… .

John no podía admitir su reacción. Incluso en esta situación, donde no sabía si Dominic
estaba vivo o muerto, se sentía emocionado.

—Vamos, John.

Tanto si conocía la desesperación de John como si no, Valentine lo sostuvo fácilmente.


John se rebeló débilmente para escapar de sus brazos, pero no fue suficiente. El rostro, que
estaba lleno de sudor frío y lágrimas, parecía evocar un impulso sádico con solo mirarlo.
Valentine, que besó su frente sudorosa, dijo.
—No te preocupes por nada. Estoy contigo.

Incluso en esa situación, al ver la expresión conmovedora de Valentine, John sintió un


miedo terrible. Pero al mismo tiempo, tenía el deseo de creer lo que decía, aunque sabía que
era mentira. En medio de esa situación confusa, no podía juzgar si estaba loco por confiar
en Valentine, o si estaba loco desde el principio. Debido a eso, las lágrimas fluyeron por
sus mejillas nuevamente.

—¿Recuerdas que te dije que quería algo de ti?

Preguntó Valentine, mientras caminaba por el pasillo. Su voz sonaba emocionada, como de
costumbre. John solo exhaló, jadeando intermitentemente y cayendo en sus brazos. Y
luego, Valentine le hizo una oferta increíble.

—Déjame imprimirte.

El rostro de John se endureció. Imprimirse, era el acto de pertenecerse el uno al otro. No era
lo suficientemente estúpido como para no saber lo que eso significaba. Pero en esta
situación, no valía la pena tratar de razonar con Valentine.

—No…déjame.

—… .

—Valentine… ¡Detente!

John, que quedó en shock brevemente, comenzó a luchar. Sin embargo, como si se riera de
su desesperación, Valentine volvió a derramar sus feromonas, y ante una avalancha de
sensaciones que se precipitaron sobre él sin piedad, John volvió a colapsar.

—Haa…ah, ah, ah… .

Su cuerpo, que no había sido atendido mientras progresaba su primer celo, llegó al límite.
John frotó su cabeza contra el pecho de Valentine ante un calor sobre el cual no tenía
control.

No lo hagas, por favor. No, Valentine. Por favor, por favor…

John sollozó y pronunció en voz alta palabras de súplica. Pero fue empujado a la cama, sin
si quiera darse cuenta de que ya habían entrado en la habitación.

—Uf…hmm… .
John se acurrucó de dolor y levantó la cabeza. Valentine se puso de pie y se desabrochó
tranquilamente la camisa. Tuk, Tuk. Una parte de su torso blanco y sólido, se reveló a lo
largo de la abertura. Cuando sus miradas se encontraron, Valentine inclinó la cabeza.

—He estado preocupado, pero creo que es difícil matar a todos los Alfas del mundo
por ti.

—…Hmm… .

—Así que John, te voy a hacer mío.

La erótica sensación que recorrió todo su cuerpo ahora era dolorosa. Ni siquiera lo había
tocado, pero debido a que había eyaculado muchas veces, la parte inferior de su cuerpo ya
estaba mojada hace mucho tiempo. Su cabeza se sentía nebulosa como si hubiera sido
drogado, y el cuerpo que no podía vencer el ardor temblaba de calor y escalofríos. John se
dio cuenta de que se estaba acercando al límite.

—Valentine…por favor.

Incluso aunque lo escuchó, su voz cayó en oídos sordos. Sin darle respuesta y sin prisas,
Valentine le quitó la ropa. En el momento en que su mano le agarró el pene, un profundo
gemido salió de la boca de John.

—Haa…Ah…Hmm.

Todo lo que quedaba en la mente de John era el deseo de liberarse de ese sentimiento
erógeno que quemaba todo su cuerpo. Era algo tan básico, como el instinto de
supervivencia. Valentine se rió profundamente mientras lo miraba como si esperara su
caída.

—John, solo yo puedo liberarte.

—Uf…ah… .

—Es suficiente con que digas que me amas.

Un sollozo se filtró por la hendidura de los labios de John. Quería suplicarle a Valentine
que no hiciera eso, que se detuviera, pero su cabeza estaba vacía, como si hubiera perdido
el lenguaje. —No, despierta. John se dijo a sí mismo. Como ya habían pasado demasiadas
cosas, era posible que ahora no pudiera revertirlas.

—…amo.
Pero las palabras que fluyeron por los labios de John traicionaron la voluntad del maestro.
Valentine se inclinó y puso el oído sobre sus labios. John jadeó y repitió las mismas
palabras como un gemido.

—A ti…te amo… .

—¿Me amas, John?

—…Te amo.

—… .

—Te amo…Valentine.

Ante la forzada confesión de amor, una sonrisa llena de alegría se dibujó en el rostro de
Valentine. Él sonrió feliz, con ojos brillantes y mejillas sonrojadas, como aquel día en que
se conocieron. El rostro sonriente y pálido parecía inquietante e inocente al mismo tiempo.

—Yo también te amo, John.

John solo lo miró con una mirada vacía, llena de sudor, lágrimas y fluidos corporales.
Atrapado en algún punto entre el placer venidero y la desesperación, John cerró los ojos y
una enorme sombra cayó sobre su cuerpo.

—Ugh… .

Valentine volteó fácilmente el cuerpo de John. Sus pezones rígidos se frotaron contra la
sábana, lo que hizo que John sacudiera los hombros. Y cuando Valentine se apoderó de su
pene erecto, un gemido se escapó de su boca.

—¡Haa, ah, ah…!

El placer que apenas había reprimido estalló en su cabeza como un petardo. John gimió
desesperado y arqueó la espalda concentrado en la mano de Valentine. Era como si todo su
cuerpo se hubiera convertido en una zona erógena. Dondequiera que esa mano lo tocaba, su
piel florecía con un placer vertiginoso, y sus deseos instintivos crecían superponiéndose a
su razón, que se desvanecía como la marea baja.

—Ugh... .

Cuando los dedos de Valentine tocaron su agujero, John gimió y se estremeció. Solo un
dedo había atravesado su entrada, pero su espalda ya temblaba con anticipación. Su cuerpo
tembloroso era vergonzoso, pero no podía ser controlado. Cuando le agarró el culo, y John
abrió los ojos con cuidado, Valentine parpadeó lentamente.
—…sí, ya estás listo.

Un dedo grueso entró gradualmente en el agujero que ya estaba húmedo. Las arrugas se
adhieren al dedo como si lo estuvieran esperando, y la pared interior vibra finamente.

—¡Hmm…Ah…!

A medida que el ángulo del dedo se hacía más profundo, la sensación fue tan placentera
como para derretir todo su cuerpo, por lo que John soltó un profundo gemido. Su pene
erguido se pegó firmemente a su estómago y el líquido preseminal se filtró por la punta del
glande.

—¿Sabes que tu interior me chupa los dedos?

—¡Ah…Ugh, ah...!

Valentine, que sostenía el vientre de John con una mano, empujó el dedo en su interior. El
interior de John estaba caliente y húmedo. Cada vez que las yemas de sus dedos frotaban y
frotaban las arrugas de la pared interior, un placer como un rayo se chocaba contra la
cabeza de John.

—¡Um…Haa, ah, ah!

Mientras un dedo daba paso a dos y luego a tres, todo lo que John podía hacer era agarrar la
sábana mientras su cuerpo se estremecía. Sus manos temblaban. El propio John podía sentir
como su agujero jubiloso chupaba los dedos de Valentine. Las arrugas estaban tensas, pero
no sentía dolor. La brutalidad del acto, fue pronto reemplazada con el placer y eso hizo que
aumentara su calor.

—... ¡Ugh!

Y cuando los dedos de Valentine se enterraron profundamente dentro de su cuerpo, la boca


de John se ensanchó. Todos sus músculos se contrajeron al mismo tiempo como si el
clímax estuviera a punto de invadir su estómago. Al final, el pene de John, que había estado
rígido como un trozo de madera, silenciosamente derramó su semilla. El semen blanco se
esparció sobre la sábana.

—Jaja... John, ni siquiera he empezado todavía.

Valentine dejó de moverse, asombrado de que John hubiera eyaculado con solo tocar su
ano, pero pronto se rió en voz baja y se sentó detrás de él. John, que respiraba con la parte
superior del cuerpo hacia abajo, tembló ante la fuerte presión que sintió detrás de su
espalda. Se le puso la piel de gallina cuando unas enormes manos recorrieron su piel.

—Oh…Joder.
El grueso glande frotó lentamente la abertura del agujero de John, antes de que ese pequeño
juramento pudiera llegar a sus oídos. John negó con la cabeza en una débil rebelión, pero
los genitales estimulados por las feromonas Alfa volvieron a erigirse.

—…Val, Valentine… .

La razón, que pensó que había desaparecido resurgió en John con fuerza. Se volvió y miró a
Valentine. Los ojos llenos de miedo y placer estaban enrojecidos. Valentine con el pecho
sobre la espalda de John, saca la lengua. Ante su impulso de lamer sus globos oculares,
John derramó más lágrimas.

—… ¡Ugh!

Poco después, un grueso glande comenzó a penetrar su agujero. John soltó un largo gemido
ante la tensión de sus esfínteres.

—¡Oh, Ahhh!

—Ah… .

Al mismo tiempo que el glande intenta penetrarlo, la feromona de Valentine se fortalece y


el impulso lo deja sin palabras. Cuando el pene gigante entró en el agujero, este se expandió
como si fuera a romperse, pero la feromona que se extendió por todo su cuerpo barrió el
dolor en un instante.

—Ah, Ugh… .

Valentine soltó un gemido bajo, como si la fuerte presión que ejercía el interior de John,
fuera tan fuerte como para cortar sus genitales. La punta redondeada del glande se empuja
constantemente a través de las arrugas de la pared interior. La tensión que parecía querer
abrir los huesos de su cadera, lo dejó sin aliento. Entre el dolor de estar atrapado en una
gruesa lanza y el placer de poseerla, John casi se desmaya.

El pene, que se enterró hasta lo más profundo de su ser, dejó de moverse en algún momento
y pudo percibir como el vientre plano de Valentine se chocaba con la parte posterior de sus
nalgas. Tenía el estómago lleno con su pene enorme. Cuando la parte superior del cuerpo
de John colapsó bajo presión, Valentine susurró, sujetándole la espalda con ambas manos.

—Está todo adentro.

—Hmm… .

—Finalmente, nos tenemos el uno al otro.


La cabeza de John se inclinó mientras Valentine se movía lentamente. El sudor se deslizó
de su cabello ante un violento retroceso. Siempre que el pene de Valentine llegaba hasta lo
más profundo y empujaba con fuerza, su pared interior se frotaba y se calentaba.

—¡Agh! ¡Ugh! Ah, ah, ah, ah…!

Un gemido como un grito brotó de la boca de John. Puck, Puck. Mientras lo penetraba,
Valentine tiraba de la cintura de John. A medida que las partes que los unían se
entrelazaban más profundamente, John comenzaba a jadear.

—Ahora sí, John.

—¡Ugh, Ahhh!

—Eres mi amante.

Valentine se inclinó y besó la boca abierta de John. Las lenguas de color rojo brillante se
entrelazaron derramando saliva. En ese momento John, que estaba sin aliento, movió sus
nalgas inconscientemente y Valentine gimió de placer. Las venas gruesas de su vientre
musculoso, se erigieron como tierra agrietada.

—¡Uf, ah! ¡Ahhh…!

Con cada movimiento el pene largo y grueso de Valentín golpeaba profundamente sus
paredes internas. El placer se deslizó por su columna vertebral y todo su cuerpo fue
arrastrado por la pasión. El deseo sin escrúpulos de ser poseído por completo le derritió el
cerebro. Los dos cuerpos parecían fundirse y mezclarse. John sollozó locamente y movió su
cintura sin darse cuenta.

—Ah, uf, ah… ¡Ahhh…!

Honestamente se sentía muy bien.

Quería estar así para siempre si eso fuera posible.

El cuerpo de John se regocijaba sinceramente y temblaba de placer, pero su mente no. John
gimió cuando el placer se precipitó como una ola y lo llevó a un estado de lujuria
interminable, pero al mismo tiempo, experimentaba la desesperación, de que el mundo que
lo había sostenido colapsaba.

Hoy era un día completamente diferente al de ayer. Su nueva identidad, era la de un


Omega, que recibía los genitales de Valentine, acostado boca abajo. Valentine y él ya no
eran hermanos o amigos. Eran solo un Alfa y un Omega, que habían perdido la cabeza por
el celo.
—¡Uf…!

Y como si hubiera notado que John pensaba de manera diferente, Valentine comenzó a
acelerar sus movimientos. El cuerpo de John se sacudió ante el violento ritmo. Con los
brazos detrás de la espalda y con la cintura levantada a la fuerza, John miró hacia el techo
con los ojos en blanco. Una luz flotante se posó cómodamente sobre su mejilla.

Las lágrimas que había retenido, se hincharon y cayeron sobre sus sonrojadas mejillas.
05. PROM QUEEN PARTE 5
Valentine abrazó a John toda la noche de manera persistente y constante.
Como un niño que abría los ojos por primera vez al sexo, fue imparable y se
sumergió en John hasta que todo su cuerpo se manchó con flores de calor
moteadas.

John, que no pudo soportar todo ese sexo brutal, se desmayó sin darse cuenta
y cuando volvió a abrir los ojos, la oscuridad le estaba dando paso a un
amanecer azulado. Y cuando intentó levantarse, el intenso dolor en su espalda
baja se lo impidió.

—…Ugh

Anoche, el celo, que ardía con el impulso de querer tragárselo por completo,
desapareció sin dejar rastro. Solo el dolor de su cuerpo, que sufrió sin piedad
toda la noche, permaneció intacto. Mientras yacía en ángulo y miraba
impotente a la pared, John notó tardíamente el brazo envuelto alrededor de su
cintura y la temperatura corporal cálida que siente a sus espaldas.

—… .

Valentine estaba dormido con él en sus brazos. El rubio enmarañado, las


pestañas alargadas y los labios ligeramente ensanchados seguían siendo
hermosos, pero ahora John conocía la crueldad que acechaba en ellos.

Su trasero estaba caliente y el interior de sus muslos estaba pegajoso con sus
fluidos corporales. John se retorció para intentar escapar de los brazos de
Valentín, pero ese leve movimiento lo despertó. Valentine, tirando de la cintura
de John hacia atrás, murmuró con voz adormilada.

—… ¿Ya despertaste?

En lugar de responderle, John trata de levantarse, pero Valentín, de nuevo se


lo impide. Luego mira a John, acostado de espaldas sobre las sábanas, y le
acaricia ligeramente la barbilla con los dedos.

—…John.
—… .

—John.

Valentine levantó la cabeza y lo besó en la boca. Ante el repentino beso, John


quedó perplejo y solo pudo parpadear lentamente. A diferencia de lo habitual,
el beso con Valentine tuvo un sabor seco, sin calidez, consuelo o emoción.

Dominic está muerto…

Una sensación de realidad que no podía aceptar, invadió su garganta en un


instante. John apenas pudo tragarse una masa caliente que subía desde lo
más profundo de su ser. Sintió que sus ojos se pondrían rojos si no se
contenía, así que tuvo que ajustar su respiración una y otra vez.

—Yo… .

Después de practicar varias veces en su interior, John apenas pudo formar su


voz habitual. La mirada clara de Valentine vagó por sus labios irregulares. John
habló de la manera más casual posible.

—Quiero beber…agua tibia.

—Sí, espera un minuto.

Valentine, que se levantó sin demora, se puso la ropa que estaba tirada en el
suelo con indiferencia. El cuerpo desnudo, que se reflejaba en una sombra azul
profunda, dibujó una curva perfecta como una escultura, pero ahora ese
cuerpo solo despertaba miedo en John.

—Iré a buscarla de inmediato, así que duerme un rato más.

Cuando terminó de vestirse con una camisa y unos pantalones deportivos, le


besó la frente. El sonido de la puerta cerrándose llegó a oídos de John que
tenía los ojos cerrados. Poco después de la desaparición de Valentine, exhaló
un largo suspiro, sujetándose los hombros.

—Ahora, qué hago.

Un rato después, Valentine regresó a la habitación y le entregó un vaso a John.


Él lo recibió en silencio. Valentine pasó junto a la ventana, acariciando su
garganta que estaba seca.

—Está lloviendo.
John levantó la cabeza ante la voz pacífica, que sonaba como si nada hubiera
pasado durante la noche. Cuando Valentine abrió la ventana, el olor de la lluvia
y el aire fresco ventiló la feromona pesada que quedaba en la habitación de
inmediato. Además del olor a lluvia y hierba, otras cosas se mezclaban con el
aire fresco que llevaba el viento. Era la feromona de Valentine. Como John
ahora era un Omega, podía sentirla.

—¿Te ayudo a bañarte?

John negó con la cabeza y le entregó el vaso que sostenía. Valentine, que lo
miraba en silencio, tomó un vaso y bebió agua. Su garganta se movía a un
ritmo regular. Después de beber unos sorbos, inclinó la cabeza y besó a John
05. PROM QUEEN PARTE 6
—Haa… .

No tenía tiempo para lavarse. John apenas tomó una camisa y unos
pantalones arrugados y miró a Valentine, que estaba dormido. Con solo ese
breve movimiento, su fuerza física se agotó y las yemas de sus dedos, que se
habían detenido varias veces, temblaron.

John había colocado una pastilla para dormir en el vaso sin que Valentine se
diera cuenta. Era una pastilla para dormir incolora e inodora que siempre
llevaba con él, debido a su trastorno del sueño. Mientras Valentine todavía
sostenía el vaso, John sintió que el corazón se le encogía de miedo. Sin
embargo, sabía que él no se imaginaba que había puesto esa pastilla en el
vaso.

—… .

Después de echarle un último vistazo a Valentine, quien estaba profundamente


dormido, John salió corriendo. Su corazón se impacientaba al pensar, que si se
retrasaba incluso un momento, él abriría los ojos y lo perseguiría.

Mientras John caminaba por el pasillo, miró a su alrededor con una mirada
ansiosa. Sus piernas se retorcieron, preguntándose si la multitud que lo había
perseguido ayer como un preso, aparecería en cualquier momento, pero el
dormitorio estaba en perfecto silencio.

Shaaa…

Como había dicho Valentine, estaba lloviendo. Cuando llegó a los escalones
de piedra en la entrada del dormitorio, John extendió la mano lentamente. Las
palmas que sobresalían del techo se mojaron rápidamente con la lluvia
torrencial. John se quedó parado mirando la fuerte lluvia y volvió la cabeza
ante el repentino sentimiento de que no estaba solo.

—… .

Joseph estaba parado unos pasos detrás de John. Como todavía llevaba
puesto el esmoquin de la fiesta, parecía que no había salido del dormitorio.
Joseph estaba mirando a John con una expresión indescriptible. John también
lo miró de forma insensible. El sonido de la fuerte lluvia cubrió el silencio entre
ellos.

—Después de todo tú… ¿Eres Omega?

Fue Joseph quien rompió el inestable silencio. Murmuró para sí mismo con una
voz oscuramente apagada. John no respondió, pero eso por sí solo fue una
respuesta suficiente para él.

—Lo sabía. A veces tenía una sensación extraña.

Sólo entonces John recordó la actitud de Joseph, que a veces era extraña.
Torció los labios. ¿Por qué no conocía las señales de cambio que incluso
Joseph sentía?... Se mordió los labios, porque si se descuidaba un poco,
estallaría en carcajadas.

Tal vez no hubiera caído en el juego de Valentine que fingía no saberlo,


mientras él creía que era Beta. Si eso fue así…

Pero ninguna de esas suposiciones significaba nada ahora. Porque el mundo


de John estaba irreversiblemente devastado después de todo.

Un cinismo inconsciente apareció en los labios de John. Luego se volvió hacia


Joseph y entrecerró los ojos. Joseph miró a través de él con una mirada
recelosa. John asintió lentamente y respondió con una voz sin sentido.

—Sí, no lo sabía, pero yo siempre he sido Omega.

—… .

—¿Por qué lo preguntas? ¿Tú también quieres violarme?

La expresión del rostro de Joseph se distorsionó ante las palabras de John. De


pie firmemente en su sitio, se acercó lentamente a él en lugar de responder. A
medida que la distancia se acortaba la expresión de John se transformaba. Su
fuerza física estaba agotada y le era difícil mantener la espalda erguida como
si se hubiera lastimado. Si Josep tomaba una decisión, ni siquiera podría
rebelarse adecuadamente. Entonces, cuando Joseph extendió la mano, John
decidió cerrar los ojos.

—… .
Sin embargo, contrario a su temerosa imaginación, la mano extendida solo le
cerró el cuello de la camisa que se había abierto. Sus manos, que temblaban
con excesiva fuerza, cerraron torpemente los botones.

John miró a Joseph con una expresión en blanco. Joseph se disfrazó con una
expresión feroz como de costumbre, pero sus ojos estaban rojos. Era como si
estuviera conteniendo las lágrimas. En ese momento, John tuvo que tragarse
un nudo en la garganta.

Joseph, que había cerrado todos los botones, levantó la cabeza. De cerca, la
mirada llena de emociones oscilantes se entrelazó con la suya. Joseph
preguntó en voz baja y quebrada.

—¿A dónde vas?

No podía ser, pero era una pregunta que parecía de preocupación. John, que
parpadeó lentamente, inclinó la cabeza. Era extraño. El hecho de que Joseph,
que nunca había sido amable, fuera un cierto consuelo para él en ese
momento.

John se tragó una sonrisa amarga en su corazón y le dio la espalda sin


responder.

Shaaa…

John caminó bajo la lluvia y rápidamente se empapó. La lluvia era lo


suficientemente fuerte como para formar charcos en la tierra. Sintió como si
todo mi cuerpo estuviera congelado hasta los huesos, pero la fuerte lluvia lo
alegró bastante. Las feromonas y los rastros de fluidos que quedaban en su
cuerpo serían arrastrados por la lluvia.

Después de caminar unos veinte minutos desde la escuela, se encontró con la


ciudad de Londres. Era temprano en la mañana, pero si tenía suerte, podría
conseguir un taxi vacío. John siguió caminando, limpiando el agua de lluvia que
oscurecía su visión. Cuando recordó el semen que podría haber quedado en
su cuerpo, se sintió asqueado.

Si… ¿Y si estoy embarazado?

Esa suposición era terrible para John, quien había vivido como un Beta. En ese
caso, solo había una persona en la que podía confiar. Fue cuando acababa de
salir de la puerta de la escuela.

¡Piii…!
Un sedán negro que venía desde el otro lado de la carretera vacía se estacionó
al frente de John con prisa. La ventana polarizada bajó, y fue Joseph quien
apareció dentro del auto. Se estiró y abrió la puerta del pasajero y luego tiró de
John.

—Entra al coche. Te llevaré a donde quieras.

Tan pronto como John se acomodó en su lugar, la expresión de Joseph, que


no era muy paciente desde el principio, comenzó a empeorar. Y luego le
escupió como si gruñera.

—No tardes mucho, sube.

—… .

—¿No me escuchaste?

En cuanto a John, no tenía ningún deseo de estar con un alfa como Joseph en
un espacio cerrado. Su repentina bondad también era cuestionable. Además,
Valentine y Dominic también lo habían traicionado. Joseph podría tener
muchas más razones para hacerlo. Al final, fue cuando John, que ya no tenía
dudas, estuvo a punto de pasarlo.

—¡Súbete!

¡Paang-!

Como Joseph no pudo soportar su ira y golpeó el volante, un pito ruidoso


rompió el silencio del amanecer. Cuando John se detuvo, Joseph exhaló
violentamente, como para soportar la ira. Su puño blanco y fuerte temblaba
levemente mientras sujetaba el volante.

—¿A dónde vas así? ¿Quieres que todo el mundo se dé cuenta de lo que
pasó?

—… .

—Demonios…No te haré nada, así que por favor, sube.

Sólo entonces John vaciló y se subió al coche. Cuando John se sentó, Joseph
pisó el acelerador sin demora.

—¿A dónde quieres que te lleve?


Después de subir al auto, Joseph, que ni siquiera miró a John, preguntó en
voz baja. John, que trató de responderle, se quedó en silencio. Debido a que la
visera estaba baja, pudo ver su rostro cansado. Se veía igual que ayer,
pero ¿por qué se sentía completamente desconocido? Después de mirarse
en el espejo, abrió los labios.

—Ve a Richmond. Tengo que ir…a casa.

El coche, que anduvo más de una hora en silencio, llegó a la finca Lindbergh.
La lluvia todavía era torrencial, pero el calentador dentro del auto estaba
funcionando lo suficiente bien como para que Joseph se sintiera
congestionado, por lo que el cuerpo de John, que era como un iceberg, se
sentía muy relajado.

—... Gracias.

John, que dudó por un momento sosteniendo la manija de la puerta del auto,
finalmente le dio las gracias. Joseph, que había mantenido la boca cerrada
hasta el final, inclinó la parte superior de su cuerpo y apoyó la mejilla contra el
volante. Los ojos ámbar, oscurecidos, parpadearon lentamente. Mientras
estaba en silencio, hizo algunas preguntas sin contexto.

—Tú… ¿No volverás?

—... Sí, no voy a volver.

—... bueno.

Joseph, que parecía cansado, se frotó la mejilla con la palma e inclinó la


cabeza. John le dio la espalda, abrió la puerta del coche y estiró la pierna. El
agua fría del amanecer volvió a caer en su cabeza, ahuyentando su calor.

—Qué es esto… .

El guardia de seguridad, que encontró a John caminando de una forma tan


errática, parecía sorprendido. Corrió rápidamente con un gran paraguas y una
manta y lo envolvió. Un Rolls-Royce, que salpicaba agua fangosa, se detuvo
frente a John por un momento mientras caminaba al lado del guardia. Fue
Carter quien se apresuró a salir del coche. Y sostuvo a John como si se
estuviera derrumbando.

—John, ¿por qué de repente…?


El rostro de Carter, que trataba de decir algo, rápidamente se endureció. Como
era un Alfa, había notado intuitivamente de quien era la feromona que había
sido dejada en el cuerpo de John y tenía miedo de imaginar lo peor. En lugar
de preguntar por la historia completa del incidente, Carter subió al auto con los
hombros de John fuertemente envueltos.

—¡John!

Cuando John llegó a la mansión, Ryan y Grace corrieron después de escuchar


la repentina noticia. Con la llegada del único ser digno de confianza para él,
John comenzó a derramar todas las lágrimas que había contenido desde que
llegó a Richmond.

—Ah, papá… .

John respiró hondo y bajó la cabeza. En un instante, las lágrimas nublaron su


visión.

—... tú.

Era una situación tan obvia que no había necesidad de preguntar. El arruinado
John todavía llevaba encima la feromona del ciclo del calor, que estaba
mezclada con la feromona de Valentine. Al darse cuenta de lo que eso
significaba, Grace se sentó y se tapó la boca con ambas manos.

—... Oh Dios.

—John… .

Ryan, presa del pánico, se acercó a John pasando junto a Grace, se quitó la
bata que llevaba puesta y se la puso sobre los hombros. El familiar olor a
cigarrillos y colonia le frotó la punta de la nariz, y John sollozó, apoyando la
frente contra él como si se derrumbara. Desde el interior de su garganta, sentía
náuseas tan densas como para asfixiarse.

—Este… ¿Cómo puedo...?

—John... Oh, Dios mío.

Ryan agarró los hombros de John. Sin importar lo grande que fuera, John
todavía era un menor de edad que necesitaba el cuidado de un adulto. Ryan lo
sostuvo, mientras lloraba con una expresión terrible.

—Valentine... Dónde está ahora.


John tartamudeó, incapaz de respirar correctamente.

—Probablemente está durmiendo. Porque tomó pastillas para dormir… .

—¿Pastillas para dormir? Cuántas ... ¿Cuántas tomó?

John levantó la cabeza, sorprendido por su repentina voz fuerte. Entonces, sus
labios temblaron, porque se sintió aterrorizado.

—No, no lo sé. No mucho... .

Sólo entonces Ryan se mordió los labios con una expresión confusa, como si
se diera cuenta de lo que había hecho. Luego, como si quisiera dejar eso de
lado, trató de distraer su cabeza.

—Lamento gritarte, John. Esta situación no se puede arreglar… .

—… .

—Entonces Valentine ... ¿No está en peligro?

En el momento en que escuchó eso, John se sintió aún más tembloroso por
alguna razón. Una sensación de heterogeneidad que no podía explicarse le
oprimía la garganta. Sus ojos, que vagaban por el aire, se volvieron hacia
Grace. Mientras ella lo miraba con un rostro encantado, evitó su mirada. Sus
labios, que siempre sonreían alegremente, ahora temblaban.

—John… .

Todavía evitando la mirada de John, Grace lo llamó por su nombre. Y mirando


obstinadamente la pared vacía, preguntó con voz temblorosa.

—Seguramente… ¿No te anudó?

—… .

—¿Valentine no te anudó?

El interior de su garganta parecía haberse aplastado. John negó con la cabeza,


haciendo caso omiso de la sensación en su garganta. Se dio cuenta que
ignoraba tales cosas, y por eso no podía conocer adecuadamente su condición
física. Luego jadeó brevemente, apretando los puños y temblando sin control.

Solo quería que me abrazaras y me dijeras que todo iba a estar bien... .
No podía precisarlo, pero seguía sintiéndose mal. Y en el momento en que vio
a Grace, que parecía aliviada como si suspirara por su respuesta, la
premonición se hizo clara. El rostro de John se endureció en un instante. Y
como si quisiera hundirlo en su desesperación, Ryan acosó al petrificado John.

—¿Quién más lo sabe?

—… .

—A quien… ¿Le contaste esto?

—…a nadie.

—Bueno…está bien. La prioridad…es llamar a un médico confiable.

Con las últimas palabras de Ryan, la sensación no identificada de


heterogeneidad que había estado alentando sus nervios de repente se hizo
evidente. John se enfrentó lentamente a la realidad. El hecho de que a pesar
de que sus padres estaban justo frente a sus ojos, pero sus preocupaciones se
dirigían completamente hacia Valentín. Era evidente, porque Valentine era su
único hijo, y el pilar de esa endeble familia.

Tan pronto como se dio cuenta de eso, los ojos de John se cerraron
débilmente. De repente, una risa de desprecio salió de sus labios torcidos.

Este realmente...Es un día muy largo y cruel.

Se sintió como un idiota que nunca volvería a existir en el mundo, y que nunca
había encontrado un lugar donde poner su corazón.

¿Qué esperabas? Tu familia nunca ha existido desde que Emily falleció.

—… .

En ese momento, el rostro de Valentine, sonriendo alegremente pasó por la


cabeza de John. Y al mismo tiempo sintió una intensa ira hacia él. Era una
sensación abrumadora, que lo incitaba a querer estrangularlo si se pusiera
frente a él ahora. Varias voces comenzaron a zumbar en su mente.

Valentine, ¿por qué me hiciste eso?

¿Por qué debería sentirme así por ti?


Si no lo hubiera sabido, podría haberme quedado de la misma manera en
el futuro.

¿Qué debería hacer ahora?

…Te guardo rencor.

Quiero hacerte daño.

John estaba atrapado en una venganza irracional. Solo tenía una forma de
lastimar a Valentine, que solo había poseído su cuerpo. Era débil y
autodestructivo, pero era la única carta que tenía.

—... No haré que ustedes dos se preocupen por eso.

Incluso cuando lo escuchó, una voz fría fluyó a través de sus labios. Ryan y
Grace lo miraron consternados. Y luego abrió la boca y dijo con frialdad.

—Por favor, borra mi existencia.”

—John, eso... de qué estás hablando.

—Sé que no puedo esconderme simplemente ocultándome. Pero… Si mi


padre me echa una mano, la historia será diferente.

John contuvo el aliento por un momento, luego pronunció sus últimas palabras,
ayudándose con un suspiro.

—Por favor, no dejes que Valentine me encuentre.

En el momento en que dijo esas palabras, sintió que su cabeza se mareaba.


Ya era irreversible, pero sin embargo, el deseo desesperado de que no lo
abandonaran aún permanecía y lo atormentaba.

Yo también soy tu hijo, y si me dices que no puedes hacer eso …

Pero Dios no estuvo del lado de John hasta el final. Ryan asintió lentamente
con mucha rapidez, y rompió la cadena familiar que apenas lo sostenía.
Gruesas lágrimas corrieron por las secas mejillas de John.

... ¿Por qué la bata que cubre mis hombros está tan fría?

Para ocultar sus manos temblorosas, completamente desangradas, John tuvo


que volver a apretar los puños.
05. PROM QUEEN PARTE 7
Le dieron medicación. Y después de unos días de descanso en una mansión
suburbana, cuando se recuperó, se subió a un avión privado con un bolso lleno
de inhibidores. Todo sucedió sorprendentemente rápido. Ante una situación
que cambiaba de forma tan repentina, John se rió prematuramente.

Todo era tan fácil.

Como si no pudiera enfrentarlo, Grace escapó con una cara llorosa, y Ryan no
pudo despedirse de él porque tenía que lidiar con Valentine.

Todo el mundo estaba molesto por lo que le había hecho a John, pero al
principio parecía que Valentine estaba ansioso por encontrarlo sin importarle
nada más. Sin embargo, ese era un problema que no tenía nada que ver con
John. Era algo nuevo y extraño. El hecho de que incluso cuando escuchaba el
nombre de Valentine, su corazón era insensible.

Debido a tales circunstancias, fue solo Carter, quien lo había llevado por
primera vez a esa casa, quien finalmente lo despidió. Los dos permanecieron
en silencio durante mucho tiempo uno frente al otro, frente a una mansión
cerca de San Francisco. Como si no supiera qué decir, Carter frunció el ceño.

—¿Realmente necesitabas venir a Estados Unidos?

—… .

—Bueno, no significa que no entienda tu deseo de alejarte de esa casa.


Todavía… Busqué un lugar donde estuvieras lo más cómodo posible,
pero no sé qué más hacer.

—…Gracias por todo, Carter.

Ante el seco saludo de John, Carter gimió pesadamente. Cuando recordó la


imagen de John, que había resultado herido hace unos días, su expresión
volvió a colapsar.

—Fui yo quien te trajo primero. Pero ahora debo despedirte.

—… .
—Te amaba mucho. Estaba orgulloso de ti y te quería. Por cierto…al verte
ahora, me arrepiento de todo.

Carter extendió la mano con cuidado y cubrió la mejilla de John. Él gimió, pero
no lo evitó. Sus cálidos dedos frotaron suavemente la costra de sus labios.
Como siempre, su rostro cariñoso miró gentilmente a John.

—Si hubiera sabido que el tiempo que pasaríamos juntos sería tan corto,
lo habría aprovechado mejor.

—… .

—Sé que decir esto no es apropiado en esta situación, pero me duele


mucho. Un montón.

Las lágrimas lo golpearon sin poder soportarlo. Tratando de no desmoronarse


con una sensación de desesperación, John inclinó la cabeza para aguantar el
llanto de alguna manera. Un bolso de documentos sobresale frente a sus ojos.

—Tómalo, John. Podrás vivir sin necesidades durante al menos dos años.

John empujó el bolso hacia atrás, liberando un suspiro parpadeante, con los
ojos enrojecidos.

—…Lo siento Carter, lo que sea que salga de esa casa…No quiero
recibirlo.

—¿No sabes que ya eso es imposible? Lo que sea que esa casa te dé,
debes tomarlo. La realidad siempre es más brutal de lo que imaginamos.

—… .

—Y esto es de parte mía, no de esa familia. Así que acéptalo.

Carter, que le hizo recibir a la fuerza el bolso, a un John obstinadamente


renuente, al fin pudo convencerlo. Después de acomodar el bolso en su
hombro, rebuscó en su bolsillo y le entregó una tarjeta de presentación.

—Y este es mi número que solo Lindbergh conoce. Contáctame en


cualquier momento que necesites ayuda. Te ayudaré a conseguir
cualquier cosa.

—…Gracias.
Solo después de ver la tarjeta de presentación en su mano, John se dio cuenta
de que ahora estaba solo para siempre. Parecía que le habían hecho un
agujero en el fondo de su corazón. Sintió como si todo su cuerpo fuera
devorado por la oscuridad. Carter también se quedó allí pasmado, como si no
pudiera alejarse.

De los dos, que se habían quedado de pie durante mucho tiempo, fue John
quien dio la espalda primero. Al girar la manija metálica de la puerta, se revela
un interior limpio y espacioso. John, que cerró la puerta principal, se sentó de
espaldas contra ella, como si se hubiera derrumbado. Luego, con la cabeza
apoyada en las rodillas, se quedó allí sentado. Pasó un largo rato antes de que
escuchara al auto de Carter moverse.

Después de mucho tiempo, John se levantó. Mientras caminaba hacia la


ventana, miró al cielo invernal. El amanecer azul se extendía desde el borde
del cielo. El cielo de su ciudad natal, a la que regresó después de unos años,
era tan extraño como si fuera la primera vez que lo viera.

—… .

De todos modos, el tiempo pasa y la gente sigue viva.

No, estoy vivo.

…entonces, también estaré bien.

Y como si tratara de consolarse a sí mismo, John cerró los ojos. Una brisa
intempestiva le acarició la frente con suavidad.

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