Segrelles Serrano
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TEMAS 1 y 2
CONTENIDOS, EVOLUCIN EPISTEMOLGICA Y FUENTES DE LA
GEOGRAFA RURAL
acuerdo casi unnime respecto a que el objeto primordial de esta disciplina es el estudio de las
variaciones zonales de la agricultura. Esta opinin la sostuvieron autores como Bernhard,
Otremba, Reeds o Hillman. Pese a este consenso generalizado acerca de la importancia que para
la Geografa Agrcola tiene la variacin zonal de los sistemas agrarios, existen discrepancias
referentes al contexto en el que deben estudiarse dichas variaciones.
La Geografa Agrcola, adems de tener un carcter ms tcnico y econmico que humano y
geogrfico, concede mayor importancia a la agronoma y a la economa de la produccin
agrcola. En muchas de las discrepancias mencionadas han participado tanto agrnomos y
economistas como gegrafos, mezclndose respecto a la posicin relativa de esta disciplina las
opiniones de la Geografa, la Agronoma y la Economa. H. F. Gregor afirma que para autores
como Bernhard, Robinson y Keasbey la Geografa Agrcola participa de la Agronoma y de la
Geografa, ya que de la primera toma su objeto y de la segunda su enfoque. En cualquier caso,
sobre todo en el mbito anglosajn, la Geografa Agrcola se entenda desde una perspectiva
econmica y productiva y dentro de una tradicin que perdur hasta la dcada de los aos
ochenta del siglo XX, dedicndose a estudiar la produccin agraria, los tipos de actividad
productiva, la evolucin de los sistemas agrarios y la estructura espacial de la actividad
agropecuaria.
Por su parte, E. Otremba seala que el grado de superposicin entre Geografa Agrcola y
Economa es el mismo que se da entre Geografa Agrcola y el resto de la Geografa, y que no es
aconsejable trazar lmites temticos estrictos en las distintas ciencias. De aqu se deduce que
Otremba considera la Geografa Agrcola como una ciencia limtrofe y de correlacin.
L. Waibel defini en 1933 el objeto y la posicin de la Geografa Agrcola, otorgndole tres
orientaciones bsicas: ecolgica, fisionmica y estadstica. La Geografa Agrcola ecolgica se
dedicara al estudio de las relaciones entre el paisaje agrcola y el medio natural, aunque a
diferencia de la escuela determinista, el medio fsico no determinara el paisaje cultural ni los
sistemas agrcolas, que dependen, en ltima instancia, de las condiciones econmicas y sociales
de cada grupo humano. Para este gegrafo alemn la Geografa Agrcola fisionmica debera
ocupar un lugar preeminente porque no slo pretende describir el paisaje condicionado por la
agricultura y los elementos del proceso agrcola, sino tambin determinar la estructura y
distribucin espacial de los diversos paisajes. Por su parte, la Geografa Agrcola estadstica se
limitara a contabilizar y representar cartogrficamente la distribucin de la produccin por
zonas agropecuarias.
Hacia mediados del siglo XX el gegrafo francs D. Faucher aporta una nueva interpretacin
geogrfica de la agricultura a la que denomina Geografa Agraria, cuyo carcter cualitativo la
relaciona ms con la Geografa Humana que con la Geografa Econmica o con la Agronoma.
Aunque la Geografa Agraria solicite de la Agronoma algunos de sus datos esenciales, el punto
de vista del agrnomo, que investiga las condiciones tcnicas de la produccin y los medios de
mejorarla, no puede coincidir exactamente con el del gegrafo, ya que la Geografa Agraria se
halla ms atenta a los resultados del cultivo que a sus procedimientos (Faucher, 1949; versin
espaola en 1975). Del mismo modo, la Geografa Agraria, cualitativa y evolutiva, tambin se
diferencia de la Geografa Econmica porque sta ltima estudia las producciones, el empleo de
los productos y su circulacin, es decir, se basa en la estadstica y aparece como una disciplina
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1.- Desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, periodo en el que
encontramos el neto predominio de la Geografa regional de influencia francesa.
2.- Desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta finales de la dcada de los aos sesenta.
Este es el momento cuando nace, se desarrolla y difunde la Geografa neopositivista,
fundamentalmente en los pases anglosajones.
3.- Desde finales de la dcada de los aos sesenta, aproximadamente, hasta el momento actual.
Aqu se produce la reaccin contra los postulados de la New Geography y surgen dos nuevas
corrientes geogrficas: la crtica y la humanista. No obstAnte, se puede distinguir dentro de esta
etapa un subperiodo cuyo inicio se podra fijar a partir de comienzos de la dcada de los aos
noventa con la Reforma de la Poltica Agrcola Comn (PAC) de la Unin Europea en 1992.
Durante este ltimo periodo coexisten todo tipo de enfoques, metodologas y corrientes de
pensamiento en el estudio de la Geografa Rural, haciendo de ella una disciplina polifactica y
plural, pero las temticas cultivadas cambian sustancialmente para adaptarse a las nuevas
condiciones agrorurales, econmicas, sociales, polticas y ambientales.
Durante la primera etapa, muy prolongada en el tiempo, la Geografa Rural se convierte en uno
de los campos de estudio ms importantes de la Geografa Humana. De hecho ocupaba un lugar
destacado y prcticamente exclusivo en las investigaciones geogrficas, ya que las actividades
agrcolas y ganaderas configuraban la base econmica de la mayor parte de los pases. Esta
Geografa era en realidad agraria, esto es, estudiaba preferentemente los paisajes y las
estructuras socio-econmicas ligadas a la agricultura (Chapuis, 1995). El inters se centraba ms
en los paisajes agrarios, las producciones y las explotaciones, y menos en los hombres que los
crean, las prcticas de cultivo que adoptan y las condiciones en que se llevan a cabo sus
opciones. En esencia, las investigaciones se reducan fundamentalmente al estudio particular de
la morfologa agraria y el hbitat y poblamiento rurales.
En esta etapa los estudios rurales constituyen la columna vertebral de la interpretacin que sobre
el paisaje (Landschaft) realizan las escuelas alemana y culturalista estadounidense. La primera
representada por autores como O. Schlter, R. Gradmann, J. G. Herder o A. Hettner, mientras
que la segunda fue creada en Berkeley (California) en torno a C. Sauer. Se puede decir que el
paisaje agrario constituye el perfil dominante de la Geografa Rural regionalista y cultural
(Ortega Valcrcel, 2000).
Sin embargo, el tratamiento y anlisis del medio rural alcanza su esplendor en la escuela
regional francesa fundada por P. Vidal de la Blache, hasta el punto de que, como seala A.
Buttimer (1971), lo rural y lo regional son conceptos que prcticamente se consideran sinnimos
en el enfoque posibilista de gegrafos como J. Brunhes, A. Demangeon, M. Sorre, P. Gourou,
A. Cholley o M. Le Lannou. En este contexto no es exagerado advertir que durante dicho
periodo la Geografa Rural se funda e identificaba plenamente con la misma investigacin
geogrfica.
Por lo que respecta a la Geografa Rural espaola, ya a finales de esta etapa y en gran parte de la
siguiente, el predominio de los estudios agrarios es casi exclusivo en el seno de un enfoque
geogrfico con acentuado carcter regional (Mata, 1987), fruto de la marcada influencia de la
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escuela vidaliana francesa sobre los gegrafos J. M. Casas Torres y M. de Tern lvarez y sus
respectivos discpulos. El enorme predicamento de los estudios agrarios en la Geografa
espaola posterior a la Guerra Civil ha sido puesto de relieve por J. Estbanez (1986) mediante
un laborioso rastreo de los artculos publicados en la revista Estudios Geogrficos desde su
fundacin. Los temas rurales son hegemnicos y siempre superan a los que tienen por objeto la
Geografa Urbana o la Geografa de la Industria.
Tras la Segunda Guerra Mundial, las cuestiones agrarias, que estaban en el centro del estudio de
la Geografa Humana con anterioridad al conflicto blico, pierden relevancia como
consecuencia de la creciente importancia de la industria y la urbanizacin en los pases
desarrollados y de los profundos cambios metodolgicos y capacidad de anlisis de la Geografa
Urbana, la Geografa del Comercio, la Geografa de los Transportes, la Geografa de la Industria
o la Geografa de la Poblacin.
La economa de los pases desarrollados deja de ser eminentemente agropecuaria y los estudios
geogrficos urbanos e industriales comienzan a multiplicarse. La reaccin contra el posibilismo
regionalista de Vidal de la Blache y el desarrollo de los objetivos y mtodos postulados por la
Geografa teortico-cuantitativa contribuyeron de forma decisiva a la nueva situacin. Se
produce una transformacin fundamental tanto en la temtica como en los mtodos y enfoques
de la Geografa Humana.
Pese a la prdida de importancia relativa, la Geografa Rural sigui cultivndose bajo una nueva
ptica, puesto que como opina M. D. Garca Ramn (1992), desde finales de la dcada de los
aos cincuenta y mediados de la de los sesenta se generaliza la acusacin de que la Geografa
Rural tradicional es propensa a utilizar esquemas poco tericos, de ser excesivamente
descriptiva y clasificatoria, y de abundar en metodologas poco rigurosas.
La New Geography, o Nueva Geografa, se inicia en Estados Unidos, Suecia y el Reino Unido a
partir de la segunda mitad del siglo XX, extendindose ms tarde por otros pases. Para su
desarrollo fue fundamental el conocimiento de la obra de varios economistas agrarios como von
Thnen. Entre la abundante produccin cientfica existente en torno a este enfoque destacan los
trabajos de M. Chisholm (1962), L. Symons (1967), H. F. Gregor (1970), W. B. Morgan-R.
Munton (1971), M. D. Clout (1972), D. B. Grigg (1974), J. R. Tarrant (1974) o el clsico
manual de W. Found (1971), paradigma este ltimo de la perspectiva espacialista de esta
nueva Geografa Rural (Garca Ramn et al, 1995). La Geografa Rural nomottica se
distingue por la utilizacin de mtodos cuantitativos, la aplicacin de teoras sobre localizacin
y el enfoque sistmico. Se define, asimismo, como una ciencia de anlisis que busca
asociaciones espaciales, pudiendo transformarlas en modelos y leyes.
Durante este periodo la Geografa Rural francesa se desarroll en un ambiente de cierta
continuidad respecto a la etapa anterior a travs de las obras de autores como A. Perpillou
(1964), R. Lebeau (1969), J. Bonnamour (1973) o G. Gilbank (1974), ya que no introducen
ninguna renovacin metodolgica o conceptual acorde con las nuevas geografas. La Geografa
teortico-cuantitativa penetr en la Geografa Rural francesa bastante ms tarde, con autores
como V. Rey (1983), M. C. Robic (1983) o G. Sautter (1986), pero nunca de forma tan
generalizada como en los pases anglosajones.
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Coloquio de Geografa Rural, celebrado en Lleida en 2000, y que han sido objeto de un
excelente libro editado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin y la Universitat
de Lleida, con la coordinacin de F. Garca Pascual (2001).
Como corolario se puede apuntar que la evolucin de la Geografa Rural en los pases
desarrollados durante las dcadas de los aos ochenta y noventa del siglo XX camina con
decisin hacia concepciones pluralistas y multidisciplinares, ya que, segn opinan M. D. Garca
Ramn et al (1995), cada vez ms los gegrafos rurales ensean, investigan y publican
conjuntamente con profesionales de otras disciplinas, como por ejemplo la Economa Regional,
la Planificacin y Ordenacin del Territorio, la Sociologa, la Antropologa y la Ecologa. Se
puede afirmar que este carcter pluridisciplinar, as como la inclusin de la prctica en la teora
del conocimiento, constituyen el principal mrito cientfico y el legado ms importante del
enfoque marxista a la Geografa Rural. Del mismo modo que la creciente abstraccin de los
anlisis, el rigor metodolgico y el empleo de tcnicas cuantitativas procede de los postulados
de la Geografa neopositivista.
3. LA EVOLUCIN DEL PENSAMIENTO GEOGRFICO
La Geografa Rural constituye una de las ramas fundamentales y ms cultivadas y arraigadas de
la Geografa Humana. Si bien, como se puso de manifiesto en los apartados precedentes, no han
faltado periodos de marginacin y olvido, en muchos momentos la identificacin entre ambas
ha sido tal que se han desarrollado y enriquecido en perfecta comunin a lo largo del tiempo. La
Geografa Rural participa indirectamente de todas aquellas corrientes de pensamiento, ideas,
enfoques cientficos y postulados filosficos que han influido sobre la Geografa Humana. Por
lo tanto, el hilo conductor de los captulos siguientes se basar en la estructura cientfica y el
marco terico de la Geografa Humana, aunque hagamos mltiples referencias a la Geografa
Rural y sus aportaciones al acervo comn geogrfico.
La evolucin cientfica de la Geografa Humana, los objetivos perseguidos y la metodologa
utilizada en cada momento se han visto influidas por diferentes corrientes filosficas desde sus
inicios en la segunda mitad del siglo XIX. De ah el bagaje epistemolgico y la pluralidad de
enfoques y escuelas que jalonan su devenir histrico-cientfico y que culminan actualmente en
la coexistencia de varios postulados conceptuales, a veces compatibles y en ocasiones en franca
contraposicin.
Es cierto, como recogen R. J. Johnston y P. Claval (1986), que los gegrafos han ido
interesndose cada vez ms por las cuestiones gnoseolgicas y por la evolucin histrica de su
disciplina, pero su atencin se ha centrado sobre todo en la etapa anterior a la Segunda Guerra
Mundial y con una perspectiva descriptiva y cronolgica ms que contextual y explicativa.
Pese a la relativa escasez de estudios actuales sobre la historia de la Geografa Humana, algunas
de las ideas ms difundidas y que han influido en su desarrollo son las expresadas por el fsico
terico T. S. Kuhn en 1962 (versin espaola en 1971), que interpret la evolucin cientfica
como un cambio de paradigma, es decir, logro cientfico universalmente reconocido que
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Segn su opinin, la historia de una disciplina no puede reducirse a una sucesin de paradigmas,
ya que le parece inadmisible que los cambios se produzcan de forma abrupta y que los
gegrafos partan de una tabula rasa. Adems, el hecho de que acontezca una ruptura no
significa que necesariamente la tenga que aceptar la totalidad del colectivo geogrfico, en cuya
produccin cientfica suele predominar la continuidad.
J. Gmez Mendoza, J. Muoz y N. Ortega (1986) piensan que las interpretaciones
paradigmticas propuestas en Geografa poco han ayudado a la comprensin de sus estructuras
de conocimiento y de la naturaleza de los cambios, pero quizs lo ms importante para estos
autores es que la explicacin de la historia geogrfica a travs de paradigmas oculta la
continuidad del pensamiento geogrfico y el verdadero proceso de cambio de la disciplina.
Asimismo, de acuerdo con las ideas de J. Mostern (1982), las ltimas tendencias del
pensamiento geogrfico insisten ms en la proximidad de los diferentes enfoques geogrficos
que en sus disimilitudes.
El modelo kuhniano tambin es cuestionado por el gegrafo N. Ortega (1988), quien seala que
la tradicin geogrfica muestra continuidades y permanencias, pero sin ignorar el exacto
alcance de los cambios de rumbo ocurridos. Adems, tambin indica que debajo o detrs de
las innovaciones tan a menudo resaltadas en las reconstrucciones histricas al uso, aparecen en
la tradicin geogrfica moderna ciertos hilos conductores, ciertas lneas de fuerza, ciertas
inquietudes y actitudes que traspasan toda su trayectoria. En este contexto es fundamental
revisar la tradicin y sus razonamientos, as como reconocer sus fundamentos y aportaciones
para comprender la Geografa actual.
Despus de todo lo expuesto se puede afirmar que la tendencia de la mayora de los gegrafos
actuales se encamina a considerar que la Geografa Humana no evolucion traumticamente,
sino ampliando sus mtodos, temticas, perspectivas, objetivos y enfoques de forma lenta, a
travs de un prolongado proceso de enriquecimiento y consolidacin.
Esta idea de continuidad es la que permite hoy en da la convivencia de diversos enfoques
distintos sin necesidad de que se excluyan, pues los cambios acontecidos en el devenir de
nuestra disciplina no son negativos y, como seala J. Estbanez (1982), estn relacionados con
el mundo exterior de la Geografa y con los intereses de la comunidad de gegrafos. En efecto,
la pluralidad geogrfica existente, basada en conceptos y mtodos de diverso origen y
antigedad, refleja diversas interpretaciones de su naturaleza y de sus necesidades. R. J.
Johnston (1986) y M. D. Garca Ramn (1985) coinciden en resaltar la importancia del entorno
social y sus demandas y desafos sobre la historia del pensamiento geogrfico, ya que los
gegrafos hacen la Geografa que determinan las circunstancias que existen en el presente y las
que ha legado el pasado.
A continuacin expondremos, sin nimo de exhaustividad, las diferentes etapas que han
articulado la evolucin del pensamiento geogrfico desde sus orgenes hasta nuestros das,
analizando el contexto filosfico y conceptual en el que se desarrollan sus distintos mtodos,
enfoques y objetivos, ya que el anlisis de la estructura cientfica de nuestra disciplina y su
marco terico pueden ayudar a la comprensin de la Geografa Humana que se realiza en la
actualidad.
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y mtodos geogrficos, aunque exista un inters comn por defender la Geografa ante la
amenaza invasora de otros campos del conocimiento y no acabe siendo absorbida por las otras
ciencias, segn la expresin que J. Gmez Mendoza, J. Muoz y N. Ortega (1982) atribuyen a
R. Hartshorne. Estos autores distinguen dos perspectivas distintas, aunque no rotundamente
separadas, dentro del pensamiento geogrfico clsico: la general o sistemtica, con claras
pervivencias positivistas, y la regional o corolgica, que se halla relacionada con el historicismo,
potencia las dualidades Naturaleza-Historia y Medio Fsico-Hombre, ocupa el vaco dejado por
la crisis del determinismo y supera el peligro de escisin de la Geografa.
El pensamiento geogrfico vidaliano constituye el principal exponente de la perspectiva
corolgica, ya que la sntesis regional es el objetivo ltimo de la tarea del gegrafo, el nico
terreno sobre el que se encuentra l mismo, segn manifiesta el propio Vidal de la Blache
(Estbanez, 1982). El mtodo que se sigue al estudiar una regin es analizar en primer lugar el
medio fsico, para pasar al estudio de cmo el hombre lo ha transformado a travs de la Historia
y cual ha sido el resultado de dicha transformacin, que se plasma en la estructura geogrfica
actual en sus aspectos humanos y econmicos: poblacin, agricultura, ganadera, poblamiento
rural y urbano, etc. (Herrero, 1995).
Adems del enfoque paisajstico-regional, otras nociones fundamentales aportadas por Vidal de
la Blache fueron las de gnero de vida, concepto que abarca la identidad espacial y social de
aquellas agrupaciones humanas cuya identidad econmica, social, espiritual y psicolgica se
imprime en el paisaje, y medio, que no se trata de un mero escenario, sino de un complejo de
vida formado por la combinacin de elementos vivientes. Sin embargo, a pesar de aumentar la
carga humana en el estudio geogrfico, este gegrafo no rompe totalmente con la visin
naturalista. De ah la afirmacin de que la Geografa es una ciencia de los lugares y no de los
hombres. Vidal de la Blache fue hostil al pensamiento abstracto y al raciocinio especulativo,
pues propona el mtodo emprico-inductivo por el cual slo se formulan juicios a partir de los
datos de la observacin directa, se considera la realidad como el mundo de los sentidos y se
limita la explicacin a los elementos y procesos visibles.
Como opinan H. Capel y J. L. Urteaga (1982), no siempre es sencillo delimitar una regin
homognea, tanto desde el punto de vista natural como desde la perspectiva humana y cultural.
Ms difcil todava es que coincidan ambos tipos de regiones. Por ello, ante la frecuente
presencia de lmites regionales mltiples y dinmicos, los gegrafos optaron a menudo por la
utilizacin de espacios meramente administrativos, en el seno de los cuales se esforzaban por
elaborar la sntesis regional. Las monografas regionales se confeccionaban siguiendo una
metodologa rgida. Primero el anlisis de los diversos componentes del medio fsico, despus el
de las actividades humanas y, finalmente, las interrelaciones que se establecen. Por otro lado, el
proceso investigado no se agota a partir de una realidad directamente vivida. Lo concreto no es
nicamente lo visible.
El enfoque regional tuvo gran difusin gracias a la labor geogrfica de sus discpulos J.
Brunhes, E. de Martonne y A. Demangeon, pese a que tras la muerte de Vidal, y por espacio de
casi dos dcadas, la Geografa francesa se viera hasta tal punto absorbida por sus
investigaciones regionales, que no dej lugar posible para la aparicin de ningn nuevo tratado
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(Claval, 1974). En todos ellos prevaleci el enfoque paisajstico aplicado al mundo rural, ya que
la Geografa vidaliana es rural en casi su totalidad (Estbanez, 1986).
Otros autores franceses de gran influencia por sus estudios paisajstico-regionales fueron M.
Sorre, que adapt la nocin de gnero de vida e integr el enfoque ecolgico de raz ratzeliana
en los estudios sobre el paisaje, y P. Pinchemel, cuya preocupacin geogrfica se orient hacia
el anlisis y clasificacin de los paisajes humanizados. Para este ltimo gegrafo, el estudio del
paisaje y el estudio de la organizacin del espacio son trminos sinnimos, ya que este aspecto
es el nico que, segn l, puede dar unidad a la Geografa.
En la Geografa alemana el enfoque regional est representado por la figura de A. Hettner.
Segn H. Capel (1981), la preocupacin fundamental de la obra de Hettner se diriga a
ahuyentar el peligro del dualismo geogrfico, asegurando tericamente la unidad de la ciencia y
mostrando, a la vez, su especificidad respecto a las disciplinas prximas. Asimismo, propugn
para la Geografa un enfoque corolgico como un fin en s mismo, es decir, el estudio
explicativo y causal de las relaciones de fenmenos en el seno de una regin concreta e
individual.
Para los gegrafos alemanes O. Schlter, S. Passarge, L. Waibel, W. Credner o H. Lautensach,
el trmino Landschaft equivala tanto al concepto paisaje como al concepto regin. La
combinacin e interaccin de diversos fenmenos sobre la superficie terrestre se traduca en
diferentes tipos de paisajes. Cada regin se traduce en un paisaje, el cual se constituye en reflejo
de la diferenciacin espacial. Segn H. Capel (1981), la insistencia en el paisaje permita
identificar un objeto especfico para la ciencia geogrfica, diferencindola claramente de la
ecologa y de las diferentes disciplinas que contribuyen tambin al estudio de la superficie
terrestre. Asimismo, el estudio del paisaje evitaba la amenaza de separacin entre la Geografa
Fsica y la Geografa Humana.
Los postulados de los gegrafos alemanes son asimilados por C. Sauer y la escuela californiana
en el estudio de los paisajes culturales, es decir, unidades espaciales cuya caracterizacin
depende fundamentalmente de la actividad del hombre. C. Sauer (1925, 1931) considera que el
objeto de la Geografa es comprender la transformacin desde el paisaje natural al cultural,
determinando las diferentes fases del proceso mediante un mtodo especficamente histrico,
adems del morfolgico. A partir de este autor comenz a hablarse ms de Geografa cultural
que de paisajes culturales. Para C. Sauer, en palabras de T. Unwin (1995), la Geografa est
basada en la realidad de la unin de elementos fsicos y culturales del paisaje. Esta expresin
constituye el intento ms palpable de este gegrafo estadounidense por acercar la Geografa
Fsica a la Geografa Humana a travs del estudio del paisaje.
Adems de los esfuerzos de C. Sauer, tambin en el mbito anglosajn, R. Hartshorne se
inscribe entre los gegrafos impulsores de las ideas regionales o corolgicas emanadas de los
textos del gegrafo alemn A. Hettner. Para Hartshorne, que no admite el determinismo ni la
separacin entre los elementos naturales y los humanos, no es posible que la Geografa formule
leyes universales, y por ello debe consagrarse de forma prioritaria al conocimiento y
comprensin de casos individuales y singulares que se identifican con el concepto de regin. A
este respecto cabe indicar la opinin de P. Birot cuando sealaba que, frente a las perspectivas
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En este caso, sucede lo mismo en los trabajos de los fundadores de la Geografa espaola y de
sus discpulos. Los estudios agrarios con fuerte base regional se prolongan hasta nuestros das
entre los gegrafos espaoles, incluso en el momento en que el enfoque clsico comenz a
cuestionarse en la Geografa francesa. El estudio del medio rural por parte de J. M. Casas Torres
y M. de Tern se concibe dentro de un mbito regional, pero consigue una atencin prioritaria
debido a las caractersticas eminentemente rurales de los lugares estudiados. Sin embargo, esto
no significa que exista incompatibilidad entre el anlisis de los aspectos rurales y el enfoque
regional, sino ms bien al contrario. Ambos gegrafos trataron de forma diferenciada y
compartimentada el medio fsico y el espacio agrario para evitar que se les considerara
deterministas. Por eso, segn R. Mata (1987), en su obra son escasas las interconexiones
explicativas de los componentes naturales y humanos del paisaje regional. Todo ello se
transmite a los estudios agrarios realizados por sus discpulos y lleva consigo un
empobrecimiento de la comprensin integrada del territorio y de los resultados de la utilizacin
de la nocin gnero de vida, tan til en el estudio de las sociedades agrarias tradicionales por
parte de la escuela vidaliana.
La pretensin de globalidad y sntesis suele ser alcanzada en la mayora de las monografas
elaboradas por los gegrafos pertenecientes a los crculos de discpulos de los profesores J. M.
Casas y M. de Tern (A. Lpez Gmez, A. Cabo, J. Garca Fernndez, V. M. Rossell, A.
Floristn, M. Ferrer o J. Vil), tanto en la comprensin de los paisajes agrarios actuales como en
la reconstruccin del paisaje histrico (Mata, 1987), pero progresivamente se introducen nuevos
aspectos, mtodos, tcnicas e interpretaciones que ms que incorporar un rumbo distinto en la
investigacin geogrfica rural lo que hacen en muchos casos es enriquecer y remodelar los
esquemas y enfoques regionales, sin que exista ruptura, pese a la existencia de notables
excepciones, con la tradicin rural de la Geografa espaola y su peculiar enfoque geogrficoregional para explicar y comprender el campo.
3.4. La revolucin cuantitativa y la filosofa neopositivista
A partir del final de la Segunda Guerra Mundial acontecen fundamentales cambios
metodolgicos en todas las ciencias humanas, lo que en el caso concreto de la Geografa se
manifiesta en la aparicin del enfoque teortico-cuantitativo como reaccin contra los anteriores
postulados posibilistas e historicistas.
Esta nueva corriente de pensamiento est estrechamente vinculada con los cambios econmicos
y sociales ocurridos despus del conflicto blico y tambin con las inquietudes de la comunidad
cientfica. Sus races filosficas, fundamentos y mtodos se hallan en el neopositivismo lgico
que desarrollan los llamados Crculo de Viena y Grupo de Berln. El exilio de muchos de sus
componentes (Neurath, Popper, Reichnbach, Carnap o Hempel) a Gran Bretaa y Estados
Unidos, coincidiendo con el ascenso del nacionalsocialismo al poder, difundi los postulados
neopositivistas en la escuela anglosajona.
La finalidad del neopositivismo lgico, representado por el Crculo de Viena, era formular
proposiciones al modo de las ciencias empricas. Por ello no reconoce ningn conocimiento
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vlido que no derive de la razn pura y ninguna clase de juicio sinttico a priori; slo conoce
proposiciones empricas sobre las cosas de todo tipo y proposiciones analticas de la lgica y de
las matemticas (Herrero, 1995). El neopositivismo hace hincapi en la idea tradicional de la
unidad de la ciencia, en la experiencia como punto de partida ineludible, en la bsqueda de un
lenguaje comn, claro y riguroso mediante el uso de las matemticas y la lgica, y todo ello con
el propsito de conceder validez universal a los resultados de la investigacin.
La formulacin de leyes implica la adopcin de un mtodo cientfico vlido. La influencia de la
obra de K. R. Popper en los neopositivistas generaliza la aplicacin del mtodo hipotticodeductivo, donde se elaboran teoras, previa identificacin de un problema como punto de
partida para interpretar los fenmenos observados, y se intentan verificar las hiptesis
planteadas. En el enfoque positivista se sita la investigacin emprica al final del proceso, y no
al principio como suceda en otros enfoques precedentes, con la pretensin de comprobar la
validez de las hiptesis planteadas.
Se consideran, asimismo, las ciencias naturales como modelo cientfico y se insiste en la
prediccin como autntica meta de la ciencia. sta debe ser neutral, excluyendo la subjetividad
y los juicios de valor y afirmando el carcter positivo de la ciencia. Ahora se cambia el
empirismo de la observacin por un empirismo ms abstracto.
Como sntesis de lo expuesto cabe resaltar la opinin de A. Bailly y H. Beguin (1992) cuando
consideran que el enfoque neopositivista es aquel que, al contrario del estricto positivismo de
Comte, da prioridad a la teora para llegar a unas reglas generales explicativas mediante un
procedimiento deductivo; insiste en el rigor cientfico y emplea la observacin para comprobar
la teora.
Los cambios metodolgicos provocados por el neopositivismo tambin afectaron a la
Geografa, aunque algo ms tarde que en otras disciplinas sociales como la Economa o la
Sociologa. Esta transformacin fue conocida como revolucin cuantitativa y de ella surgi la
Nueva Geografa o New Geography. En palabras de T. Unwin (1995), cuatro obras en particular
dominaron la literatura geogrfica, sobre todo referidas a la Geografa Humana: Der Isolierte
Staat in Beziebung auf Landwirtschaft und Nationalkonomie de von Thnen (1826), que sent
la base terica de la Geografa Agrcola, Uber den Standort der Industrien de Weber (1909),
sustento de la teora de localizacin industrial, Die zentralen Orte in Sddeutschland de
Christaller (1933) y Die rumliche Ordnung der Wirtschaft de Lsch (1940). Estas dos ltimas
constituyeron el ncleo de la Geografa de los asentamientos humanos.
M. D. Garca Ramn (1985) sita el origen de la corriente neopositivista en Geografa en la
obra que W. Christaller elabor en 1933 sobre la teora del lugar central, aunque en consonancia
con otros autores (Claval, 1974; Capel, 1981; Estbanez, 1982; Vil, 1983) considera que es el
influyente artculo de F. K. Schaefer, titulado Excepcionalism in Geography y publicado en
1953 por la Asociacin de Gegrafos Americanos, el verdadero bastin filosfico de la Nueva
Geografa. Con este trabajo, Schaefer se propona demostrar el error que supone considerar la
Geografa como una ciencia de lo nico, como una disciplina idiogrfica o un estudio de casos
excepcionales, es decir, cuestiona la interpretacin que de la ciencia geogrfica hicieron Hettner
o Hartshorne y proclama la necesidad de realizar estudios generales, ya que, segn l, los
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deuda que la Geografa Agraria tiene con la teora econmica, a la cual, sin duda alguna, debe su
desarrollo.
En este contexto se debe destacar la figura del economista alemn J. H. von Thnen, cuya teora
(1826) fue ampliamente utilizada y difundida, tanto por gegrafos como por economistas
posteriores. Von Thnen elabor un modelo de utilizacin de la tierra basado en el concepto de
renta econmica partiendo del postulado de que los agricultores pretenden normalmente obtener
el mximo beneficio posible de su tierra. Este deseo les lleva a realizar diversos usos del suelo
con diferentes localizaciones, pero siempre en funcin de la distancia al mercado. Por lo tanto,
se practicara una agricultura menos intensiva conforme se alejaran las explotaciones del centro
de consumo y aumentaran los costes del transporte. Ello llevara a una disposicin de los
aprovechamientos en reas circulares concntricas en torno a la ciudad.
Pese a las observaciones que se han sealado al esquema terico de von Thnen, sobre todo las
relacionadas con su carcter esttico y el desarrollo posterior de los transportes y tambin con
las crticas acerca de la carencia de validez actual de dicho modelo, lo cierto es que las
evidencias empricas han revalidado el esquema en varias ocasiones en las ltimas dcadas,
aunque con sensibles modificaciones, gracias a los trabajos que en varios pases en vas de
desarrollo han realizado autores como R. J. Horvath, L. Waibel, A. Melamid o P. M. Blaikie.
Una contribucin fundamental, terica y emprica, es la de J. R. Peet (1967, 1969, 1972), que
explicaba la expansin de la agricultura comercial en el siglo XIX mediante el modelo de von
Thnen, aunque tambin destaca la modificacin de R. Sinclair (1967), que trata de construir un
modelo de localizacin agrcola alrededor de las grandes ciudades modernas a travs de la
ptica de von Thnen, y la aportacin de T. Hgerstrand mediante un modelo simulado para
conocer la difusin de varias innovaciones introducidas por los agricultores de una zona de
Suecia (Garca Ramn, 1981).
El conocimiento de las obras de economistas agrarios como von Thnen y los principios de
teora econmica han sido esenciales en el desarrollo del enfoque teortico-cuantitativo aplicado
a la Geografa Rural. As lo demuestran, segn sealan J. Estbanez (1986) y M. D. Garca
Ramn (1992), las obras de M. Chisholm (Rural Settlement and Land Use, 1962) y W.C. Found
(A Theoretical Approach to Rural Land-Use Patterns, 1971). Este ltimo libro supone la
concrecin y consolidacin del enfoque teortico-cuantitativo en la Geografa Agraria.
A pesar de las coincidencias entre la Geografa y la Economa en cuanto a los objetos de
estudio, los gegrafos sostienen que la diferencia esencial que les separa de los economistas
radica en el punto de vista espacial.
La corriente filosfica neopositivista influye en la Geografa Agraria de forma muy similar a
como lo hace en otras disciplinas geogrficas y en el resto de las ciencias sociales. Su objetivo
primordial estriba en el estudio de las configuraciones espaciales creadas por las actividades
agrcolas. Para ello parte de la realidad y elabora una serie de hiptesis que ayudarn a verificar
esa realidad. La confirmacin de las hiptesis llevar a la formulacin de leyes que entran a
formar parte de la teora.
23
neopositivista, puesto que la conducta real del hombre y sus decisiones no estn regidas por
criterios de pura racionalidad econmica. Aunque la Geografa de la percepcin acept los
supuestos bsicos del positivismo, J. Gmez Mendoza, J. Muoz y N. Ortega (1982) piensan
que ambos enfoques se hallan en diferentes dimensiones epistemolgicas.
La problemtica comportamental, conductista o behaviorista, que caracteriza a la Geografa de
la percepcin, se fundamenta en que la esencia de los fenmenos (fenomenologa) no se
encuentra en la apariencia, sino en el mundo subjetivo del ser humano y en la manera en que el
individuo representa y se presenta los objetos (Bailly y Beguin, 1992).
La Geografa del comportamiento, no obstante, tiene sus antecedentes en la escuela culturalista
californiana estructurada en torno a C. Sauer, donde ya estaba impregnada la idea de que la
interpretacin de la cultura forjaba los paisajes humanos a partir del medio. Otros antecedentes
los encontramos en el concepto de conciencia regional de la escuela vidaliana y tambin en la
terrae incognitae de J. K. Wright (1947), es decir, aquello que se encuentra en la mente de los
hombres pero con rasgos compartidos con otros miembros del grupo socio-cultural al que
pertenece. Este autor estadounidense inst a los gegrafos a examinar en sus investigaciones el
papel de la imaginacin y el mundo privado de los individuos, al mismo tiempo que centr la
atencin de sus investigaciones en torno a la relacin entre el mundo exterior y la imagen que
de l tenemos en la mente (Wright, 1947).
Para T. Unwin (1995) se puede considerar el artculo Historical Geography and the Concept of
the Behavioural Environment de W. Kirk (1952) como el origen conceptual de los estudios
sobre la Geografa del comportamiento, ms tarde ampliados por Lowenthal (1961). Por su
parte, J. Gmez Mendoza, J. Muoz y N. Ortega (1982) piensan que las ideas comportamentales
penetran en la Geografa contempornea debido a la influencia del nuevo anlisis econmico
regional de H. A. Simon, por un lado, y del anlisis de la percepcin del paisaje urbano de la
Escuela de Chicago liderada por K. Lynch, por otro. En cualquier caso se trata de dos
concepciones metodolgicas ajenas y diferentes. No obstante, J. Estbanez (1982) considera que
los pilares esenciales de la Geografa del comportamiento se apoyan en las ideas de K. Boulding
sobre el concepto de imagen o realidad percibida, que se define como el eslabn que existe entre
el medio real y la conducta humana.
Puede decirse que la obra de H. A. Simon, Models of Man: Social and Rational (1957),
constituye el hito a partir del cual comienzan a ser atacados los postulados de la corriente
neopositivista, puesto que entre los modelos extremos del hombre todo razn y del hombre todo
sentimiento opta por el modelo del hombre de racionalidad limitada, segn el cual el hombre
acta dentro de una estructura de conocimiento del mundo objetivo, de la racionalidad limitada
por el volumen de informacin, por la calidad de la misma y por su capacidad de asimilacin. El
libro de H. A. Simon presenta las diversas motivaciones que influyen en las decisiones
econmicas y que no estn slo basadas en el estudio racional del espacio, sino tambin en
diversos comportamientos.
J. Wolpert aplica las ideas de H. A. Simon a la Geografa desde mediados de la dcada de los
aos sesenta del siglo XX, sobre todo por lo que respecta al estudio de los factores de
comportamiento en las migraciones, puesto que consider que para entender este fenmeno
25
haba que introducir un enfoque conductista. Segn H. Capel (1981), los planteamientos de
Wolpert suscitaron cuestiones hasta entonces desconocidas en la Geografa, como son el
comportamiento, la informacin o la decisin.
Todo ello enlaza con los problemas de la percepcin abordados desde comienzos de la dcada
de los aos sesenta por algunos urbanistas, entre los que destaca el mencionado K. Lynch y sus
trabajos sobre la imagen de la ciudad. En este campo las investigaciones centran su atencin en
la imagen que tiene el ciudadano de la ciudad segn su edad, actividad y clase social a la que
pertenece. A partir de estos estudios se pueden elaborar mapas mentales identificando las
imgenes que guardan los individuos acerca de reas concretas.
La Geografa de la percepcin y el estudio del subjetivismo han puesto de manifiesto que la
imagen tiene gran importancia en el comportamiento espacial del ser humano. Por consiguiente,
la percepcin geogrfica ha representado un papel de primer orden en el estudio de los riesgos
naturales, sobre todo en Estados Unidos, donde algunos gegrafos como G. F. White y R. Kates
investigaron durante los aos sesenta la percepcin popular del riesgo de inundaciones. Ms
tarde estas investigaciones se extendieron a una amplia gama de fenmenos naturales: sequas,
tormentas, terremotos o erupciones volcnicas.
H. Capel y J. L. Urteaga (1982) insisten en que los estudios sobre la percepcin del paisaje han
resultado de gran ayuda en la planificacin del territorio, pues en la gestin del medio se deben
tener en cuenta tanto las caractersticas objetivas del mismo como las consideraciones
emocionales y estticas que dependen de la percepcin selectiva del hombre. A este respecto
citan a D. Lowenthal, estudioso ambiental, que demostr que la valoracin del entorno natural y
el aprecio popular por determinados paisajes han cambiado histricamente, as como las
diferencias valorativas que existen en la actualidad segn la procedencia rural o urbana del
individuo, la situacin econmica, la clase social o el nivel de instruccin.
3.6. La Geografa crtica, marxista o radical
Si para J. Estbanez (1982) el enfoque comportamental y de la percepcin ms que un
paradigma excluyente o alternativo al cuantitativismo aparece como un intento de salvar el
positivismo, el desarrollo de la corriente de pensamiento crtico o radical supone la ruptura con
el pensamiento anterior. Los gegrafos radicales, a diferencia de los positivistas, apuestan por
una transformacin de la realidad social y proponen asumir el contenido poltico del
conocimiento cientfico mediante una Geografa militante que luche por una sociedad ms justa.
La ascensin al poder de los movimientos fascistas, el proceso de descolonizacin, la crisis
econmica de los aos setenta, la aparicin de movimientos revolucionarios en el Tercer
Mundo, la desigualdad creciente entre los pases y regiones, el conflicto Norte-Sur y Este-Oeste,
los graves problemas sociales en los pases en vas de desarrollo, el deterioro de las condiciones
de vida en el campo y la ciudad, los movimientos pacifistas, las reivindicaciones estudiantiles o
los problemas ecolgicos, fueron, entre otros factores, el principal impulsor del nuevo
movimiento crtico, ya que se cuestionan los fundamentos conceptuales y eficacia metodolgica
del enfoque neopositivista y se resalta su incapacidad para dar respuestas a estos problemas.
26
Esta nueva corriente crtica, que no es exclusiva de la Geografa, sino semejante a lo que ocurre
en otras ciencias sociales, "se fija como tarea prioritaria la denuncia del conservadurismo e
ideologismo cientficos y la responsabilidad de reasumir el compromiso geogrfico con la
prctica de la persecucin de la justicia social" (Gmez Mendoza, Muoz y Ortega, 1982).
Para J. B. Racine (1977), el enfoque radical no se conforma con someter a severa crtica los
estudios geogrficos, ya se inscriban en el paradigma econmico (W. Christaller y A. Lsch), en
el sociolgico (espacio social urbano) o en el llamado behaviorista o conductista. En efecto, la
crtica tambin va dirigida contra los contenidos tericos. Todos estos trabajos hacen
abstraccin, directa o indirectamente, de la problemtica de las clases y del modo de
produccin, nica manera de enfrentarse con la realidad concreta de las relaciones sociales y el
anlisis del espacio. J. B. Racine sostiene que el espacio no existe independientemente de las
prcticas sociales.
A partir de una ptica acadmica, la Geografa radical hace una severa crtica al desmedido
empirismo de la geografa positivista, desmitifica su objetividad y pone de relieve cmo el
discurso geogrfico escamotea las contradicciones sociales. Desde una perspectiva filosfica
resurge la cuestin sobre la pertinencia de aplicar el mtodo cientfico de las ciencias naturales a
las ciencias humansticas. Cada vez se tienen en ms consideracin los postulados de la Escuela
de Frankfurt, cuyo objetivo, desde su fundacin en el primer tercio del siglo XX, "fue el de
establecer una base integradora para el conjunto de las ciencias sociales, utilizando
rigurosamente la teora marxista y procurando ligar la teora y la praxis" (Capel, 1981).
La Escuela de Frankfurt, constituida en torno al Instituto de Investigaciones Sociales, se
configur alrededor de figuras como C. Grnberg, M. Horkheimer, F. Pollock, T.W. Adorno, E.
Fromm, L. Lowenthal, H. Marcuse, W. Benjamin o K.A. Wittfogel. Sus principios sobre lo
mediatizados que se encuentran los cientficos por el contexto poltico y socio-econmico, lo
errneo en las ciencias sociales de soslayar la Historia y el rechazo a los modelos matemticos
debido a su escasa significacin social, tuvieron una enorme repercusin entre la comunidad
cientfica internacional. En efecto, "se propugna un antipositivismo y la elaboracin de una
ciencia holstica con un objetivo esencial: elaborar teoras sociales desde el anlisis de la
realidad histrica concreta" (Estbanez, 1982).
Segn H. Capel (1981), desde el comienzo de los aos setenta se extiende a la Geografa la
insatisfaccin ante los mtodos y objetivos del enfoque teortico-cuantitativo. Precisamente
fueron los principales tericos de la Geografa neopositivista los que ahora reconvierten su
postura y se erigen en lderes destacados de los planteamientos radicales. D. Harvey, autor del
mejor tratado de metodologa en la Geografa neopositivista (Explanation in Geography)
evoluciona paulatinamente hacia un enfoque marxista (Marxist Geography). Lo mismo ocurre
con W. Bunge, autor de la obra Theoretical Geography, que a finales de los aos sesenta se
declara partidario de una geografa al servicio del pueblo (Garca Ramn, 1977). Precisamente
es la excelente reputacin teortico-cuantitativa de Harvey y Bunge en el mundo acadmico lo
que les evit en su nueva faceta marxista las acres crticas de muchos colegas.
27
tambin en el trabajo y accin directa con el pueblo, segn manifiesta M. D. Garca Ramn
(1985) apoyndose en J. D. Racine (1975).
Sin embargo, D. Harvey representa el esfuerzo ms destacado para la sistematizacin
epistemolgica de la Geografa crtica. Su obra Social Justice and the city (1973) constituye el
hito fundamental en la evolucin de los postulados geogrficos radicales. Este autor piensa que
slo desde el marxismo se poda formular una teora que fuese a la "raz" de los problemas de la
sociedad. Para Harvey lo ms importante que debe extraerse del estudio de la obra de Marx es
la concepcin del mtodo.
La introduccin del enfoque marxista se produce en Europa hacia comienzos de la dcada de los
aos setenta del siglo XX. En algunos pases la reaccin crtica se produjo casi a la par que la
neopositivista, lo que origin una profunda crisis, una confusin generalizada y muchas
incoherencias (Capel, 1981).
En este sentido destaca Francia, donde la Geografa crtica hunde sus races en el sector ms
progresista de la Geografa regional, contexto en el que destaca inicialmente J. Dresch. La
difusin de las ideas radicales en la Geografa de este pas se debe a la existencia de una
tradicin marxista ligada a los estudios histricos y al mundo acadmico. La primera
manifestacin clara de la renovacin hacia posturas ms crticas se detecta en la obra colectiva
La Gographie Active (versin espaola en 1967) que marc a toda una generacin de
gegrafos. La propuesta de este trabajo colectivo era la de ejecutar un tipo de anlisis que
mostrase las contradicciones del modo capitalista de produccin en los diferentes marcos
regionales.
Con posterioridad, los planteamientos del radicalismo geogrfico francs se vertebran de forma
progresiva en torno a la Universidad de Vicennes y a la figura de Y. Lacoste, que en 1976
funda la revista Hrodote, e intentan clarificar los contenidos ideolgicos y estratgicos del
saber geogrfico en sus relaciones con el poder, as como denunciar la obra de mistificacin de
gran amplitud del saber acadmico, cuya funcin es precisamente impedir el desarrollo de una
reflexin poltica sobre el espacio y enmascarar las estrategias espaciales de los detentadores del
poder, segn sealan J. Gmez Mendoza, J. Muoz y N. Ortega (1994) parafraseando a Y.
Lacoste (1976).
La asimilacin de la tradicin marxista por parte de la Geografa francesa fue ms sencilla que
en otros lugares por sus especiales condiciones ambientales, pero no faltaron actitudes de
rechazo en el seno de la comunidad acadmica. En cualquier caso, y pese a la presencia de
notables excepciones, no se puede hablar de un seguimiento generalizado, ni mucho menos de
una produccin geogrfica consistente y homognea.
En Alemania e Italia tambin fue el marxismo la corriente de pensamiento que proporcion el
marco terico para la nueva Geografa crtica. El Informe sobre la Situacin de la Geografa
Alemana (1969) cuestion los tradicionales conceptos de regin y paisaje, al mismo tiempo que
acusaba a la Geografa acadmica de practicar una ciencia al servicio del sistema y de no
observar su responsabilidad con la sociedad. Por su parte, los gegrafos italianos tambin se
29
esforzaron por incorporar el enfoque marxista en sus investigaciones, pese a la tarda llegada de
los postulados teortico-cuantitativos (Capel, 1981).
Del mismo modo que sucede con la Geografa neopositivista, tampoco puede hablarse en
Espaa de una difusin aceptable de la Geografa radical. Algunos crculos de gegrafos han
incorporado ciertos principios crticos en sus investigaciones y una interpretacin marxista de
los hechos geogrficos, pero siguen siendo minora respecto a los que continan empleando
enfoques y esquemas tradicionales. Sin embargo, merecen ser destacadas las revistas GeoCrtica, fundada por H. Capel en la Universidad de Barcelona, y Documents d`Anlisi
Geogrfica de la Universidad Autnoma de Barcelona, que han difundido entre los gegrafos
espaoles las ideas de varios autores crticos internacionales, se preocupan esencialmente de los
aspectos terico-conceptuales de la Geografa y tratan temticas ms acordes con los problemas,
necesidades y demandas de la sociedad desde una ptica crtica. A este respecto, no olvidemos
que Geo-Crtica se subtitula Cuadernos Crticos de Geografa Humana, lo que demuestra sus
intenciones y objetivos prioritarios, es decir, una crtica de la Geografa y desde la Geografa,
segn consta en la presentacin de la propia revista y nos recuerda J. Bosque Maurel (1986).
La Geografa crtica, radical o marxista se ha dedicado de forma preferente al estudio de la
pobreza y los pobres, los grupos sociales marginados, la repercusin espacial de las
contradicciones de clase en los pases desarrollados y subdesarrollados, los procesos de
acumulacin capitalista, los conflictos sociales, las condiciones de la vida urbana, el problema
de la accesibilidad espacial y social a los servicios pblicos esenciales, el subdesarrollo, la
dialctica centro-periferia, la explotacin del campo por la ciudad, la proletarizacin del
campesinado, el paisaje social y los modelos geogrficos del imperialismo, entre otros temas,
pero en cualquier caso, lo que prima es la opinin de que primero se debe abordar el anlisis de
los procesos sociales, dejando en segundo trmino las cuestiones espaciales, es decir, siguiendo
un procedimiento inverso al que imperaba en la Geografa teortico-cuantitativa.
El marxismo constituye una teora cientfica y un sistema intelectual completo que sintetiza,
como es sabido, la filosofa clsica alemana (Hegel, Feuerbach), la economa poltica inglesa
(Smith, Ricardo) y el socialismo utpico (Saint-Simon, Fourier, Owen), pero tambin es un
potente instrumento de accin por medio de la incorporacin del mtodo dialctico al enfoque
de los fenmenos investigados. Es decir, el marxismo encierra un cuerpo terico poderoso y
actual que permite no slo comprender y transformar el mundo en el que vivimos y trabajamos
mediante eficaces instrumentos analticos, sino tambin explicar aquellos fenmenos que
normalmente calificamos como geogrficos.
La cada del muro de Berln (noviembre 1989) y el posterior desmembramiento de la Unin
Sovitica (diciembre 1991) marc el principio del fin de unos regmenes totalitarios,
burocrticos e ineficaces, pero no puede sostenerse de forma demaggica que la expiracin del
socialismo real equivale al ocaso del pensamiento marxista. Segn puso de manifiesto J.
Albarracn en una conferencia pronunciada en la Universidad de Alicante en 1994, el marxismo
no es un sistema inmutable, dogmtico e inerte, pues aprende de la prctica, se ve influido por
ella y est en continuo desarrollo. El marxismo est abierto e incorpora muchos de los
movimientos sociales que aparecen en la actualidad, como es el caso del ecologismo, la
emancipacin de la mujer, la convivencia de los pueblos o la integracin de las minoras tnicas.
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En palabras del filsofo francs J. Derrida (1995), el marxismo sigue siendo necesario e
indispensable para luchar contra la injusticia y la desigualdad, siempre y cuando se le
transforme y adapte a las nuevas condiciones. La esencia de estas ideas ya fue defendida en su
da por V. I. Lenin cuando seal que no se puede enfocar en absoluto la teora marxista como
algo acabado e intangible, pues Marx y Engels slo colocaron las piedras angulares de la ciencia
que los marxistas deben impulsar en todas direcciones, si no quieren quedar rezagados en la
vida (Buzuev y Gorodnov, 1987).
El inters de la Geografa marxista por los temas agrorurales es escaso, aunque la produccin
cientfica de los pocos gegrafos radicales que trabajaron sobre el mundo rural es sugerente,
diversificada, innovadora y muy interdisciplinaria (Garca Ramn, 1992). En las revistas
Antipode y Economic Geography aparecen en las ltimas dcadas investigaciones sobre la
pobreza rural en el mundo industrializado, las zonas rurales en los pases subdesarrollados, la
desertizacin del campo, la dependencia que los mecanismos de mercado introducen en amplias
zonas rurales del Tercer Mundo, el impacto urbano sobre el medio rural o la proletarizacin del
campesinado, temas donde suelen predominar unos planteamientos comprometidos, crticos y
con fuerte influencia de las teoras marxistas.
En estos trabajos se puede observar el tratamiento de una Geografa Rural caracterizada por un
alto nivel de abstraccin y conceptualizacin que se esfuerza por eliminar la sectorializacin
tradicional del paisaje, toda vez que los procesos y agentes que configuran un territorio tienden a
ser globales y no se puede ofrecer una realidad espacial simple y limitada.
La Geografa crtica analiza el paisaje como el escenario donde se producen y desarrollan los
conflictos sociales. La consideracin de que el espacio es un producto social constituye una de
las conceptualizaciones fundamentales de la Geografa marxista. De este modo, la explicacin
de los espacios rurales se basa en el anlisis del conflicto existente por el uso y apropiacin del
suelo entre grupos con estrategias e intereses distintos, desde los propios agricultores hasta los
turistas, los usuarios de segundas residencias, las inmobiliarias, los industriales e inclusive el
capital financiero-industrial, que intenta participar en el sector agropecuario. En todo ello,
adems de la utilizacin de una perspectiva pluridisciplinar y la colaboracin con otros
profesionales, reside la principal aportacin de la Geografa radical a los estudios rurales.
3.7. La Geografa humanista
Adems de la Geografa de la percepcin y la Geografa radical o crtica, la reaccin contra el
positivismo lgico tambin inspira el surgimiento de la Geografa humanista, o antropocntrica,
como la denominan D. Ley y M. Samuels (1978). La Geografa humanista, al rechazar la ciencia
tecnocrtica, cuantitativa y analtica, es crtica con aquellos que excluyen de sus investigaciones
los sentimientos, significados, intenciones y valores, es decir, las experiencias de los hombres
que crean, actuan y viven en el espacio.
Los antecedentes ms inmediatos de esta corriente geogrfica, que ha adquirido gran relieve en
las dos ltimas dcadas, se encuentran en varios gegrafos clsicos como von Humboldt, Sauer,
Vidal de la Blache y Lowenthal, pero las races ms evidentes, como seala M. D. Garca
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Sin embargo, los enfoques tradicionales no son los nicos cultivados en la actualidad por los
gegrafos, pues en el seno de la Geografa existen diversas corrientes de pensamiento que
entroncan con tendencias filosficas e ideolgicas muy variadas. Esta coexistencia se debe a la
proliferacin de enfoques surgidos sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, hecho
que sin duda alguna ha contribuido al desarrollo y enriquecimiento de la Geografa Humana y
de la Geografa Rural.
La bsqueda de teoras y leyes, las tcnicas de cuantificacin y la construccin de modelos, que
se desarrollan con el nacimiento de la Geografa teortico-cuantitativa, han ayudado a renovar la
ciencia geogrfica para que mejorara su posicin respecto a las dems ciencias humanas y
pudiera responder a las demandas sociales.
En el caso de la Geografa Rural este enfoque reforz el desarrollo de las teoras de localizacin
de la actividad agrcola, al mismo tiempo que ayud a explicar, mediante el empleo de
sofisticados ndices y otras tcnicas matemticas, las variaciones de la actividad agraria. De
hecho, la introduccin de los postulados teortico-cuantitativos supuso una renovacin
importante de los estudios rurales, cuyas aportaciones instrumentales, unidas a la revolucin
informtica aplicada a la estadstica y a la cartografa , son de gran utilidad hoy da.
La preocupacin por las cuestiones sociales del medio rural est relacionada con la corriente
radical, crtica o marxista. Este enfoque hace hincapi en las relaciones sociales de produccin y
en aquellos problemas relacionados con la apropiacin de la tierra, proceso fundamental que
ayuda a explicar las condiciones de vida de la poblacin rural, penetra en el terreno del xodo
rural y en aquellos factores que inducen a la proletarizacin de la fuerza de trabajo rural. Los
postulados geogrficos radicales tambin aportan a la Geografa importantes fundamentos
conceptuales, tericos y metodolgicos. Los instrumentos crticos son de notable importancia
para el anlisis espacial, dotando a la Geografa de nuevos temas de estudio e investigacin,
como son las relaciones centro-periferia, el intercambio desigual, los desequilibrios sociales, la
marginacin, la pobreza o la divisin del trabajo, entre otras temticas ms puntuales. Un
enfoque minoritario que tambin parte de los postulados crticos es el de la Geografa del
bienestar, que aborda el problema de la desigualdad y la calidad de vida.
El enfoque comportamental, conductista o behaviorista introduce en la Geografa los valores de
la percepcin subjetiva del ser humano, dando prioridad a los procesos cognitivos individuales
en la toma de decisiones en vez de a los criterios de pura racionalidad econmica. J. Estbanez
(1982) considera que la Geografa de la percepcin constituye un paradigma que acta de
puente o nexo entre la Geografa teortico-cuantitativa y la humanista, ya que si bien presenta
muchas afinidades con esta ltima, como por ejemplo los rasgos antropocntricos, los estudios
locales y el carcter inductivo, los gegrafos conductistas no rompen con el enfoque espacial ni
con el mtodo propuesto por la Geografa neopositivista.
El tema de los valores paisajsticos y simblicos del medio rural constituye un tema muy
cultivado en la Geografa humanista, que insiste en los valores humanos, tiene una perspectiva
antropocntrica y existencial, busca el conocimiento a partir de los datos del propio
conocimiento y se basa en las experiencias vividas. De ah que cobren carta de naturaleza
nuevas nociones como las de lugar, topophilia o mundo vivido, que recuperan y enriquecen los
35
conceptos vidalianos clsicos como el de gnero de vida. Esta joven corriente geogrfica cuenta
con un notable bagaje terico que puede contribuir con sus aportaciones conceptuales y tericas
a un nuevo debate en nuestra disciplina que estimule su desarrollo. Desde la perspectiva
humanista se enlaza fcilmente con otros enfoques significativos: la Cronogeografa, la
Geografa histrica y la Geografa del gnero.
Como manifest M. Derruau, se puede decir que en la actualidad existen tantas geografas como
gegrafos. Buena prueba de ello es que dentro de las corrientes radicales coexisten posturas
marxistas, anarquistas y liberales, mientras que en el seno de la Geografa humanista participan
diversos enfoques apoyados en la fenomenologa, el existencialismo y el idealismo. A. Garca
Ballesteros (1986), basndose en los trabajos de A. R. H. Baker, seala que la vertiente
fenomenolgica de la Geografa humanista tiende a desarrollarse enlazando con el
resurgimiento de la Geografa histrica, en cuyo interior se ha iniciado una de las ms
interesantes aproximaciones entre fenomenologa y marxismo. Pese a las discrepancias entre
ambos enfoques, M. D. Garca Ramn (1985) tambin seala que algunos gegrafos de
izquierda, como D. Ley, D. Gregory o M. Quaini, mantienen viva la esperanza de que un
progreso terico de la Geografa humanista pueda llevar al redescubrimiento de un nuevo
materialismo histrico, que ha sido denominado humanismo marxiano.
Asimismo, la introduccin de los postulados teortico-cuantitativos supuso una renovacin
importante en los estudios rurales, cuyas aportaciones instrumentales son de gran utilidad hoy
da, aunque como seala J. Bosque Sendra (1986) siempre debe existir un mnimo indispensable
de coherencia entre el pensamiento geogrfico y las tcnicas o medios instrumentales
empleados.
Parecidos planteamientos cabe sealar respecto a los conceptos propios de las corrientes
geogrficas radicales, pues proporcionaron pautas novedosas de anlisis espacial y temticas
muy sugerentes. Incluso por parte de la Geografa fenomenolgica y de la Geografa humanista
se ha estudiado con un enfoque peculiar la percepcin diferencial del medio rural. J. Nogu, en
su libro sobre el paisaje geogrfico-humanstico de la Garrotxa (1985), estudia la experiencia
ambiental de cinco grupos de poblacin, a saber, los agricultores, los neorrurales, los
veraneantes, los excursionistas y los pintores paisajistas.
Para M. D. Garca Ramn (1995) la Geografa Rural actual es polifactica y pluralista, ya que si
bien continan cultivndose temticas tradicionales como la reconstruccin histrica de los
paisajes, las producciones agropecuarias o la propiedad y tenencia de la tierra, se han
incorporado nuevos temas que responden a nuevas condiciones y necesidades.
Entre ellos alcanzan notable protagonismo los relacionados con la inestabilidad y crisis de la
agricultura, as como los relativos a su proceso de modernizacin. En relacin con estos dos
grandes bloques temticos se han configurado otros temas como la integracin de la agricultura
en el complejo agroalimentario, la integracin vertical, las grandes agroempresas y el
movimiento cooperativo agrario, la crisis de la explotacin familiar, la pluriactividad rural, el
trabajo de la mujer campesina, la agricultura periurbana, el ambiente y su contaminacin, las
polticas conservacionistas, las segundas residencias, la industria y el turismo rurales, el
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parcelas pertenecientes a cada uno de los trminos. Esa lnea administrativa territorial
imaginaria que divide el campo en partes distintas no afectar a la titularidad de las tierras.
3.) El titular catastral. Resulta lgico que la persona que figure como titular catastral deba ser
considerada el propietario real de la parcela; sin embargo son innumerables las fincas que no
tienen una exacta delimitacin: linderos reinvidicados por ms de una persona; fincas que son
reclamadas por ms de un titular; falta de inscripcin o dobles inmatriculaciones; fincas
abandonadas que han sido cultivadas por personas ajenas a la propiedad, etc. El papel del
Catastro est en identificar los bienes inmuebles, en todas sus caractersticas, y si bien es
verdad que la titularidad es una de ellas, tambin es cierto que es una de las ms
provisionales. Por este motivo se debe identificar al presunto titular sin que el hecho de
figurar como tal en las bases de datos catastrales confiera el dominio sobre las parcelas, sino
slo su presunta propiedad.
4.) La identificacin grfica. La necesidad imperiosa de dinero de la Hacienda Pblica
siempre incentiva la imaginacin o la recuperacin de iniciativas anteriores en materia de
imposicin fiscal.
Lamentablemente el catastro, concebido como un inventario detallado de los bienes
inmuebles, no presenta la flexibilidad que pudiera encontrarse en otros hechos imponibles. La
descripcin fsica de los bienes, la identificacin de su titular y la asignacin de un valor no
son actividades que puedan abordarse de un da para otro. Asimismo, la elaboracin de un
catastro fiable requiere la inversin de recursos econmicos durante un determinado tiempo y
un proceso poltico-administrativo que mantenga su confeccin como una actividad
permanente del Estado y no como el proyecto de un gobierno en particular.
Puesta de manifiesto la necesidad de contar con una documentacin grfica sobre la que
delimitar, identificar e individualizar las fincas y evitar duplicidades, el paso siguiente es
georreferenciarlas: disear un geocdigo que permita la identificacin biunvoca de la parcela
con su referencia; y realizar un clculo automtico que satisfaga todas las necesidades de las
administraciones y particulares que la usen. La localizacin de parcelas en una cartografa
continua de todo el territorio debe llevarse a cabo sin recurrir a laboriosos procesos de
seguimiento visual de numeraciones correlativas o a la adivinacin de la ubicacin de las
parcelas procedentes de segregaciones de otras anteriores.
El sistema de localizacin de las parcelas por medio del nombre de la finca o de la zona en la
que estn ubicadas fue vlido durante siglos, en una sociedad muy diferente de la actual. Hoy
en da sera impensable apoyar la identificacin de las parcelas en este procedimiento. Entre
otros motivos que justifican esta lnea de actuacin cabe enumerar los siguientes:
El nombre con que se conoce la finca puede comprender un paraje en el que estn
incluidas otras ms.
Las posteriores divisiones de una parcela implicaran que todas las nuevas
explotaciones tuviesen asignada la misma identificacin.
40
Con el paso del tiempo los parajes pueden cambiar de nombre y las nuevas
denominaciones pueden penetrar con dificultad en el vocabulario local presentndose,
consecuentemente, duplicidades.
Las relaciones de parajes agrarios suelen estar obsoletas (cuando existen) y son
incompletas.
Las delimitaciones de los parajes suelen coincidir con lmites geogrficos que no han
tenido que mantenerse obligatoriamente con el transcurso del tiempo.
Se han expuesto argumentos suficientes para desechar cualquier alternativa catastral que no
cuente con una cartografa para georreferenciar las unidades definidas. Cualquier
procedimiento capaz de relacionar una base de datos literales con otra grfica es adecuado,
siempre y cuando:
Sea posible adecuarse a las nuevas tecnologas y a los requisitos catastrales que surjan.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadstica (INE) y el Ministerio de Medio Ambiente y
Medio Rural y Marino (MARM) son las dos entidades oficiales que mayor cantidad de
fuentes directas de informacin realizan, publican y difunden para el estudio del sector
agropecuario espaol.
Una de las principales aplicaciones del INE para el estudio de la actividad agrcola, ganadera
y
forestal
en
Espaa
es
el
Censo
Agrario
<http://www.ine.es/inebmenu/mnu_agricultura.htm>. Se trata de una operacin estadstica
peridica que se inici en 1962 y cuyo propsito fue que se elaborara cada diez aos por
recomendacin de la FAO. En la actualidad se cuenta con los censos de 1962, 1972, 1982,
1989 y 1999.
Esta plataforma estadstica se sustenta en la utilizacin de la explotacin como unidad
elemental de anlisis y proporciona datos obtenidos mediante cuestionarios que se refieren a
la organizacin y estructura del sector y a la utilizacin de recursos como la tierra, el agua, la
maquinaria y la mano de obra. Segn consta en el Censo Agrario de 1999, los objetivos
fundamentales de esta fuente son los siguientes:
La informacin estadstica que ofrece el Censo Agrario se distribuye segn su escala entre los
datos estatales, autonmicos, provinciales, comarcales y municipales. Se trata de una fuente
de informacin cuya fiabilidad es alta, siempre considerando las limitaciones propias de la
obtencin de datos mediante el uso de cuestionarios, el carcter efmero de muchos
aprovechamientos ganaderos y su revisin cada diez aos.
En un primer nivel de consulta se puede obtener informacin nacional, autonmica y
provincial. En concreto, ofrece informacin relativa a las explotaciones con tierras, las
explotaciones sin tierras y la titularidad de ambas por parte de personas fsicas. Las
explotaciones sin tierras son las que se asocian a la actividad ganadera.
Existe un segundo nivel donde se ofrece informacin relativa a las Comunidades Autnomas,
que se concreta en la clasificacin de las explotaciones segn la superficie total, la superficie
agrcola utilizada, la superficie total por superficie agrcola utilizada y la superficie agrcola
utilizada por superficie de tierras labradas. Respecto a la titularidad de las mismas, la
informacin se estructura de acuerdo con las clasificaciones segn la superficie total, la
42
Superficie Agraria til (SAU), la Unidad de Trabajo Agrcola (UTA) y la Unidad Ganadera
(UG).
Por ltimo, un tercer nivel proporciona informacin estadstica provincial, comarcal y
municipal. Se trata de la clasificacin de las explotaciones segn la superficie total, la
superficie agrcola utilizada y la superficie total por superficie agrcola utilizada. Adems,
incluye datos estadsticos en materia de titularidad de las personas fsicas distribuidas segn
la superficie total, la SAU, las UTA y las UG.
La
Encuesta
sobre
la
Estructura
de
las
Explotaciones
Agrcolas
<http://www.ine.es/inebmenu/mnu_agricultura.htm> es otro instrumento estadstico del INE
que presenta datos sobre las explotaciones agropecuarias espaolas y europeas. La obtencin
de los datos nacionales se realiza mediante cuestionarios, mientras que los datos europeos
proceden de EUROSTAT.
Los datos nacionales y autonmicos relativos a la actividad agropecuaria se concretan en los
tipos de cultivos y ganados, el trabajo familiar y el trabajo asalariado fijo. Se trata de una serie
de indicadores que se estructuran en los siguientes apartados:
43
El
MARM
ofrece
por
medio
de
su
portal
web
<http://www.mapa.es/es/ganaderia/ganaderia.htm> un nmero importante de fuentes de
informacin relativas a la actividad pecuaria en Espaa. El objetivo de este portal es difundir
la informacin estadstica, reguladora y de actividad ms interesante para el conocimiento del
sector pecuario, haciendo hincapi en cuestiones como la identificacin y registro de bovinos,
la sanidad ganadera, el sistema de identificacin y movimiento de los ganados bovino y
porcino, el mapa comarcal ganadero de Espaa, el comercio exterior pecuario, los sectores de
carne de porcino, aves de puesta, carne de aves, apcola, cuncola, equino y heliccola, la
trazabilidad del ganado y la alimentacin animal, entre otros.
El MARM ofrece tambin en su portal web un apartado dedicado a estadsticas concretas
<http://www.mapa.es/es/estadistica/infoestad.html> relacionadas con la actividad pecuaria
que pueden ser de inters para el estudio de la actividad. Una de ellas es la Encuesta
Ganadera, es decir, uno de los principales instrumentos para conocer el sector pecuario en
Espaa. Se trata de una exhaustiva fuente que ofrece los siguientes datos referidos a los
ganados bovino, ovino, caprino y porcino:
Aos 2007-2009. Comparativa que recoge las cifras del nmero de animales
sacrificados y del peso total obtenido en toneladas, incluyendo diversos grficos que
permiten seguir la evolucin mensual.
Aos 2004-2006. Mayor explotacin estadstica con indicadores como el destino de la
carne o la forma de obtencin de la misma.
44
Censos pecuarios: ganado bovino, ganado de lidia, animales vivos, ganado ovino,
ganado caprino, ganado porcino y ganado equino.
Carnes: carne de bovino, carne de ovino, carne de caprino, carne de porcino, carne de
equino y carne de aves y conejos.
Otras producciones ganaderas: leche y productos lcteos, huevos, lana, cueros y pieles
y miel y cera.
La
pgina
web
tambin
incluye
el
Informe
Semanal
de
Coyuntura
<http://www.mapa.es/es/estadistica/infoestad.html>. Es un instrumento editado por el
MARM que presenta los precios medios nacionales y provinciales, comentarios y grficos y
los precios en mercados representativos de la Unin Europea de los siguientes productos de
origen agropecuario.
La
fuente
Precios
OrigenDestino
en
Alimentacin
<http://www.mapa.es/es/estadistica/infoestad.html> es un instrumento que permite conocer
los precios en origen, los precios de los mayoristas y los precios en destino de los productos
agropecuarios. Se trata de un material muy interesante para conocer la evolucin de los
precios a lo largo de la cadena de valor de la actividad, desde la produccin a la
comercializacin. Para ello, se consideran costes como la limpieza, el envasado (mallas,
bandejas, bolsas), el transporte, los costes de gestin de residuos, los costes de embalajes,
envases y su gestin, la ocupacin de espacio en los almacenes y en los puntos de venta, las
mermas, la gestin comercial, los seguros y los impuestos, entre otros.
Otra
herramienta
importante
es
la
Renta
Agraria
<http://www.mapa.es/es/estadistica/infoestad.html>, que ofrece el valor generado por la
actividad agropecuaria a nivel nacional y autonmico y mide la remuneracin de todos los
factores de produccin (tierra, capital y trabajo).
La informacin incluida en esta fuente se estructura del siguiente modo:
Por ltimo, se debe indicar que el MARM publica en su web la aplicacin CEXGAN
<http://cexgan.mapa.es>. Es un instrumento que rene una amplia informacin relativa a los
procesos comerciales exteriores (importacin y exportacin) que incluye informacin general
de los mercados, los certificados necesarios para el comercio exterior de productos
agropecuarios, la legislacin aplicable segn los productos y mercancas y los certificados
veterinarios necesarios para el comercio exterior, entre otros. Esta informacin aparece
desagregada por pases, si bien la falta de actualizacin representa un obstculo notable, por
lo que es necesario acudir a la fuente principal para cerciorarse de la existencia de posibles
nuevas normativas.
5.1.2. Fuentes directas para el estudio de la agricultura y la ganadera a nivel internacional
El estudio de las fuentes de informacin sectorial sobre agricultura y ganadera a nivel
internacional permite conocer la situacin del sector agropecuario en los distintos pases del
mundo. Con ello se facilita la comprensin de los flujos comerciales internacionales, las
desigualdades y desequilibrios alimentarios y la regulacin de los mercados, entre otras
46
Por su parte, los datos relativos al sector de la alimentacin en la Unin Europea son los
siguientes:
El consumo de alimentos.
Los productos con marcas distintivas.
Produccin y venta de los productos alimenticios.
Insumos para la cadena alimentaria.
Los actores involucrados en la cadena alimentaria.
Asimismo,
el
Sistema
de
Informacin
Agropecuaria
SIAGRO
<http://www.eclac.org/estadisticas/bases>, elaborado por la Oficina Estadstica de la
Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPALSTAT), es una aplicacin que
ofrece datos estadsticos sobre el sector agropecuario para Latinoamrica y el rea caribea
disgregados por pases, tipo de valor, valor de la produccin agropecuaria y aos (19512008).
La informacin referida a la actividad ganadera por esta herramienta se organiza en los
siguientes apartados:
Trminos de bsqueda.
Tipo: noticias, blogs, web, exhaustivo y grupos.
Frecuencia: cuando se produzca la noticia, una vez al da o una vez a la semana.
derivados de la actividad agrcola y ganadera y el gasto familiar en productos con este origen,
entre otras cuestiones.
El INE publica varias bases de datos que ofrecen informacin interesante sobre el consumo y
el gasto familiar en productos alimenticios. Entre stas destaca el ndice de Precios al
Consumo (IPC) <http://www.ine.es/inebmenu/mnu_nivel_vida.htm>. Se trata de un
instrumento que mide la evolucin de los precios de la cesta de la compra (productos y
servicios) de los hogares espaoles. Se incluye el IPC de varios productos agropecuarios de
consumo habitual. Este ndice contiene los datos nacionales, autonmicos y provinciales y los
despliega a nivel anual y mensual.
Otra aplicacin interesante del INE es la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares
<http://www.ine.es/inebmenu/mnu_nivel_vida.htm>, que incluye la informacin relativa al
gasto familiar, individual y por hogares, en productos de consumo diario, lo que resulta
fundamental para conocer las cantidades que destinan las familias a la adquisicin de
productos de origen agropecuario. Dicha fuente ofrece informacin nacional y autonmica.
El INE, adems, publica en su pgina web la Encuesta Anual de Comercio
<http://www.ine.es/inebmenu/mnu_comercio.htm>. Se trata de un instrumento que ofrece los
siguientes datos europeos, nacionales y autonmicos referidos a la actividad comercial de
Carne y Productos Crnicos y Productos Lcteos, Huevos, Aceites y Grasas Comestibles:
Nmero de empresas.
Nmero de locales.
Volumen de negocio.
Valor de la produccin.
Valor aadido a precios de mercado.
Valor aadido al coste de los factores.
Gastos de personal.
Compras y gastos en bienes y servicios.
Compras de bienes y servicios para la reventa.
Inversin bruta en bienes materiales.
Personal ocupado.
Personal remunerado.
indicadores relativos al sector de la alimentacin, las bebidas y el tabaco, como son los que a
continuacin se indican:
Balanza comercial.
Clasificacin de pases y zonas de destino de las importaciones espaolas.
Clasificacin de pases y reas de destino de las exportaciones espaolas.
Clasificacin de los principales sectores exportados.
Clasificacin de los principales sectores importados.
Informacin sobre pases: Incluye informacin sobre los canales mercantiles, los
pases y el rgimen de importacin, as como informes de diferentes organismos
internacionales.
Informacin sectorial. Incluye informacin general, por sectores y estadsticas de
comercio exterior. Se debe destacar el informe Balanza Comercial Agroalimentaria.
Estadsticas e informes. Incluye, entre otros, las siguientes estadsticas e informes: La
empresa exportadora espaola, Informe ndice de Tendencia de la Competitividad y
Encuesta de Coyuntura de la Exportacin.
Publicaciones. Incluye Revista de Economa, Boletn Econmico, Cuadernos
Econmicos, Sector Exterior y Boletn de Comercio Exterior.
Informe sobre precios origen-destino en alimentacin.
Otra aplicacin interesante publicada por el INE es la denominada Principales Resultados del
Comercio Exterior <http://www.ine.es/inebmenu/mnu_comerext.htm>. Se trata de un
instrumento que ofrece el ndice de precios de comercio exterior y las mercancas importadas
y exportadas por seccin, captulo arancelario y ao a nivel nacional. Los datos que se figuran
en esta fuente estadstica provienen de la Agencia Estatal de la Administracin Tributaria
(AEAT), por lo que la informacin ms actualizada se encuentra en la fuente original.
Por ltimo, a nivel autonmico, se debe destacar el instrumento Recursos Estadsticos,
<http://www.prodeca.cat>, de la Promotora dExportacions Catalanes S.A. (PRODECA), es
decir, la empresa pblica creada por la Generalitat de Catalunya cuyo objeto es fomentar el
comercio exterior entre las empresas agroalimentarias catalanas. Se trata de una fuente
relevante porque ofrece la siguiente informacin sobre esta actividad comercial en uno de los
principales territorios agropecuarios y agroalimentarios de Espaa:
Feria Virtual - Buscador de empresas. Buscador que permite identificar las empresas
catalanas agroalimentarias que se dedican a la importacin, exportacin y distribucin
internacional. Incluye informacin sobre los productos que ofertan, la poltica
empresarial y las singularidades que las distinguen.
Buscador del sector agroalimentario. Buscador de empresas que permite identificar las
firmas del sector crnico y del sector ecolgico agroalimentario que estn vinculadas
al comercio exterior.
Datos del sector agroalimentario. Incluye datos estadsticos sobre el sector crnico y
de la produccin ecolgica, entre otros, referidos a Catalua.
Una aplicacin interesante para el estudio de esta cuestin es la base de datos de Alimarket
<http://www.alimarket.es>. Se trata de un buscador de empresas de diferentes sectores, entre
ellos el agropecuario y el de la alimentacin, que se estructura a partir de tres niveles de
bsqueda y que permite obtener la siguiente informacin:
Establecimientos crnicos.
Evolucin de la produccin crnica.
Evolucin de la produccin de alimentos elaborados.
Evolucin del comercio exterior (exportaciones e importaciones).
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