LaVidaCotidianaEnPalenciaDuranteLaGuerraCivil PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 32

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA

DURANTE LA GUERRA CIVIL


(1936-1939)

Mara Jess del Egido Herrero


Araceli Alcalde Alonso
Mara del Mar Ayuela Fernndez

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

261

INTRODUCCIN
Lo que pretendemos en este apartado es situar el trabajo dentro de su contexto,
dentro de sus limitaciones, en funcin de las cuales puede decirse que se busca
un acercamiento a la realidad, a las mil caras a travs de las cuales puede
verse cmo se desarroll la vida en un tiempo tan crucial y tan especial como
fue el de la Guerra Civil espaola . Pensamos que una de esas caras puede ser
la que nos presenta la prensa.
El concepto de vida cotidiana nos parece ambigo por su amplitud Qu
es la vida cotidiana?, Puede ser el desenvolvimiento diario de las instituciones
y el trabajo, la vida religiosa y econmica? o las formas de diversin, costumbres y tradiciones?.
Creemos, adems, que es difcil desligar la vida cotidiana del trasfondo polticoideolgico y socio-econmico del momento y que, en todo caso, era inevitable
que la guerra se hiciera presente, se introdujera profundamente en el discurrir
diario de la vida . De hecho,la guerra se hace sentir en todos los mbitos : en
las condiciones de trabajo, las posibilidades econmicas, el clima de exaltacin
patritica, la libertad de movimiento, diversiones y costumbres . . . Por ello, la
orientacin dada al trabajo responde al deseo de analizar aquellos aspectos que
rompieron lo cotidiano, la ruptura de la normalidad en funcin de las circunstancias excepcionales que se vivieron.
El estudio de los peridicos ofrece amplias posibilidades de anlisis : anuncios, crnicas de los pueblos, apartados dedicados a actividades religiosas, registro
civil, carteleras de cine, espacios de sucesos y compraventas, gacetillas, comunicados de organismos oficiales y privados . . ., e incluso artculos sobre distintos
temas . Hemos intentado abarcar aspectos muy diversos, pero la prensa da mucho
ms de s ; es un campo abierto que es necesario profundizar y completar con
el estudio de otras fuentes archivos pblicos y privados, militares y eclesis-

262

VARIOS AUTORES

ticos, fuentes directas, . . . A travs de la prensa, al menos de la palentina, es


difcil conocer, aunque si intuir, muchos aspectos cotidianos : qu tipo de gente
acude a cines, bares o comercios de moda, hasta qu punto los palentinos aceptan
y cumplen los preceptos sobre moralidad, religiosidad o patriotismo, cules eran
las costumbres ms arraigadas ... cmo vivan realmente los sectores populares.
Esta dificultad responde en gran medida al carcter de las fuentes . Los peridicos de Palencia en esta poca son El Diario Palentino y El Da de Palencia;
ambos son conservadores y defienden los intereses agrarios provinciales . Si bien
el segundo tiene un matiz marcadamente catlico y el primero un cierto talante
liberal, desde el principio van a manifestar una adhesin total al Movimiento
Nacional. Son por ello fuentes parciales, porque reflejan la mentalidad, los intereses , el modo de ver la vida de los sectores sociales que representan y porque
se convirtieron en un factor fundamental de propaganda y defensa de los ideales
rebeldes . Todo lo cual no quiere decir que deban ser invalidadas como fuente
de trabajo, simplemente implica que nos van a dar una visin de la poca que
responde al modo de ver de un sector de la poblacin . Otras fuentes nos dirn
cmo se planteaban la vida otros sectores sociales y, en ltima instancia, siempre
se puede leer entre lineas buscando la otra cara de la moneda.
Las guerras civiles llevan incorporados elementos de radicalismo, de represin y de temor . Tambin la Guerra Civil espaola . Esto se refleja en el trabajo,
pese a no haberlo pretendido directamente . Las actitudes, los comportamientos
y los modos de expresin son un fiel reflejo del ambiente blico y deben entenderse dentro de ese ambiente.

PALENCIA EN LOS MESES ANTERIORES A LA GUERRA


Es difcil iniciar un estudio de la guerra civil espaola sin pararse a reflexionar sobre sus antecedentes, sobre todo los factores que desencadenaron la
guerra y la hicieron inevitable . Son muchos los trabajos existentes y por lo tanto
hay interpretaciones diversas ; no obstante, se suelen sintetizar en dos posturas:

1 . La de aquellos historiadores Vilar, Malefakis 1 , (. . .) que buscan los


precedentes de la guerra en la trayectoria histrica anterior y enlazan la Espaa

1 . P . VILAR : La Guerra Civil espaola . Barcelona, 1986 . E . MALEFAKIS: Reforma agraria y revolucin campesina en la Espaa del s . XX. Barcelona, 1980 .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

263

de 1936 con la Espaa del s . xtx, en concreto desde 1808 . Para ellos, la guerra
civil es resultado de la acumulacin de viejos problemas no resueltos . Es desde
la Guerra de la Independencia cuando se presenta de manera clara el concepto
de las dos Espaas polarizacin poltica que viene dada por un enfrentamiento
conservadores-liberales y que refleja las dificultades de adaptacin a los cambios
polticos, econmicos y sociales que se estaban produciendo en Europa . Con
el problema carlista se pasa a hablar de las tres Espaas y a medida que avanza
el siglo xx se van aadiendo nuevos elementos de presin movimiento obrero,
regionalismos, catolicismo social, extrema derecha, . .. de modo que los
problemas resurgen con mayor intensidad y complejidad . La Repblica trat
de dar un cambio sustancial a la vida espaola afrontando los problemas militar,
religioso y autonmico, a la vez que pona en marcha la reforma socio-econmica.
Si bien es cierto que este ambicioso programa provoc un ambiente de tensin
e incertidumbre, los partidarios de esta postura consideran que no se puede
achacar a la Repblica ni a los republicanos la responsabilidad de la guerra,
que recae en las condiciones histricas y los dirigentes del pasado, de forma
ms inmediata en los conspiradores militares . Siguiendo a Malefakis se dira
que la mayor responsabilidad recae sobre aquellos que no aceptaron un cambio
social de tal magnitud y tenan a su disposicin importantes medios de coercin
y la disciplina para emplearlos de manera eficaz.

2 . La segunda postura Alcal Zamora, Madariaga 2, (...) busca los


precedentes en acontecimientos ms inmediatos . En concreto se suelen sealar
dos momentos claves de la Segunda Repblica como los causantes de un evidente
clima de guerra civil:
La Revolucin de octubre de 1934 y las elecciones de febrero de 1936 . Los
sucesos del 34 porque anulan la posibilidad de una convivencia normal al entrar
en una fase de clara revolucin social y las elecciones del Frente Popular por
romper el equilibrio que haba defendido la Segunda Repblica y dividir al pas en
dos partes irreconciliables hasta el punto de que se habla de Primavera Trgica.
Sin entrar a hacer valoraciones sobre dichas tendencias interpretativas,
podemos sealar que todos estos factores que se plantean aparecen reflejados
de una forma u otra al estudiar la prensa palentina en los meses anteriores a
la guerra. Existe conflictividad social tanto en el campo como en la industria;
los sucesos de octubre del treinta y cuatro estn todava presentes con el Decreto
de Readmisin y el problema poltico se hace patente no slo por algunos enfren2 . ALCAL ZAMORA, N . : Memorias de Barcelona, 1977. MADARIAGA, S . DE : Espaa. Ensayo de
Historia Contempornea,. Madrid, 1978 .

264

VARIOS AUTORES

tamientos callejeros entre izquierdas y derechas, sino tambin por el choque


que supone el triunfo del Frente Popular a nivel nacional en las elecciones cuando
en la provincia palentina hay una clara victoria de las derechas.
En todo ello subyace una trayectoria histrica de defensa del conservadurismo, de la tradicin y los valores religiosos por parte de un sector mayoritario
de la sociedad palentina, pero tambin unos problemas derivados del desarrollo
desigual y dbil de Espaa : diferencia de desarrollo cultural y social entre la
ciudad y el campo, entre las regiones y entre las clases . Dentro de una Espaa
dual, Palencia forma parte de la Espaa agraria, ms atrasada e inmovilista.
Los problemas en el campo vinieron determinados por los temporales de
lluvias que impidieron un proceso normal de siembra y recoleccin, a la vez
que agravaron el paro campesino . Las inundaciones no slo perjudicaron las
labores agrcolas, sino que crearon dificultades de comunicacin as como
problemas dentro de algunas poblaciones : hundimiento de casas, rotura de
puentes, carreteras interceptadas por las aguas, barrios inundados, .. . No obstante,
esta conflictividad debe vincularse tambin, y de forma muy significativa, con
la actitud de la patronal agraria frente a las medidas de reforma tomadas por
el gobierno de la Repblica . Una prueba de ello son las dificultades surgidas
para el establecimiento y cumplimiento de las llamadas Bases para la Recoleccin, que llevaron a frecuentes enfrentamientos entre patronos y obreros . Las
apelaciones a instituciones y representantes palentinos se hicieron continuas, pero
como las medidas tomadas slo resolvan los problemas de una forma temporal,
las huelgas se planteaban casi diariamente y a la altura de julio se hablaba por
todas partes de huelga general.
La persistencia de las lluvias hizo que a mediados de abril, las perspectivas
de la cosecha de cereal fuesen poco halageas ; no se poda realizar la siembra
de avena y cebada, ni preparar la tierra para la siembra de la patata y la remolacha, a lo que se aadan las plagas producidas por el exceso de humedad.
Ante el retraso de las labores agrcolas y dada la falta de previsin social, los
obreros del campo se encontraban en una situacin cada vez ms precaria y
el Gobierno Civil se plante la posibilidad de nombrar un organismo dedicado
al tema del paro en los pueblos.
Si en un principio parece que hubo una buena disposicin por parte del
vecindario de cada pueblo para salvar la situacin y se hicieron reuniones entre
patronos y obreros, pronto los patronos rompieron los acuerdos establecidos pese
a las multas gubernativas que ello conllevaba.
El descontento de la patronal qued reflejado en la decisin de la Federacin Provincial Patronal Agraria de no celebrar ningn acto de confraternidad
con motivo de las fiestas de San Isidro Labrador y sobre todo en la retirada
de su representacin del Jurado mixto, encargado de establecer las Bases de

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

265

Trabajo. Las Bases fueron confeccionadas exclusivamente por los obreros y los
patronos recurrieron contra ellas alegando que no respondan a la realidad econmica de la provincia (ver Anexo 1) . Lo cierto es que en el mes de julio las huelgas
se intensificaron en funcin del incumplimiento de las Bases y el Gobierno Civil
intent evitar en lo posible estos conflictos actuando de mediador, pero se vio
en la necesidad de acudir al ministerio de Trabajo, que envi una circular estableciendo tres normas de obligado cumplimiento:
No utilizar mquinas para la siega.
Jornada de ocho horas.
Orden de inscripcin en las Oficinas de Colocacin.
Los problemas del obrero en la capital y en la zona minera tuvieron doble
vertiente: el paro y el tema de los readmitidos.
La falta de fondos para poner en marcha las obras necesarias que dieran
trabajo a los parados se hizo especialmente sensible . Autoridades provinciales
y parlamentarias solicitaron reiteradamente la concesin de fondos para dar
comienzo a proyectos de canales y carreteras, trabajos de repoblacin forestal,
construccin de edificios y otras obras pblicas alegando que el hambre y la miseria
se iban acrecentando en la provincia y que las circunstancias de los ltimos temporales de lluvias haban agravado la situacin al impedir dar colocacin a los obreros
en paro, de forma que se tema por la aparicin de conflictos de orden pblico
en la capital . De hecho, el descontento se hizo cada vez ms evidente y la Federacin local de sociedades obreras present un escrito a mediados de junio en
el Gobierno Civil convocando huelga general si no se daba colocacin a trescientos obreros locales ; se pensaba que haba suficientes proyectos en la ciudad
para solucionar el paro y que la burocracia estaba retrasando su puesta en prctica.
La readmisin de los obreros despedidos con motivo de los sucesos de octubre
de 1934 tambin trajo la amenaza de huelga general ante el proceder de algunos
patronos que ponan dificultades al cumplimiento exacto de las normas establecidas por la Comisin encargada de llevar a la prctica el decreto gubernativo.
Por su parte, la Unin de Sindicatos Catlicos directamente afectada por el
tema haca un llamamiento a la sensibilidad de los palentinos y les peda su
participacin en la suscripcin nacional para los obreros libres que haban quedado
sin trabajo en virtud de esta readmisin.
En este doble contexto tiene especial relieve la situacin de la cuenca minera
palentina, Barruelo, Santibaez de la Pea y dems zonas hulleras presentaron
tambin frecuentes oficios de huelga como forma de presin para solucionar
el paro y fueron afectados muy directamente por el tema de los readmitidos.
De hecho se cre una comisin especial para resolverlo . La precariedad de la

266

VARIOS AUTORES

zona llev al Gobierno Civil a preparar un informe sobre su situacin social y econmica con intencin de elevarlo al Ministerio de la Gobernacin . As mismo, el Comit
provincial encargado de distribuir los socorros enviados para los nios desamparados se ocupaba especialmente de los nios de la cuenca minera (ver Anexo 2).
Cabe tambin hacer referencia al tema de las subsistencias, concretamente
del pan . El Comit regulador del mercado triguero tuvo problemas con los panaderos en relacin con la fijacin de los precios del pan y las harinas intervenidas; algunos se negaron a retirar la harina que les haba correspondido y en
general consideraban que, con el rgimen existente, no era posible la vida de
su industria, siendo una de sus reivindicaciones principales el establecimiento
del libre mercado para el pan . Sin embargo, las mujeres palestinas no pensaban
lo mismo y cuando en julio se fij un nuevo precio para el pan se manifestaron
por la calle Mayor en protesta por la subida.
Con las Elecciones Generales las fuerzas de derechas lograron, aunque no
sin dificultades, presentar una candidatura unida : la candidatura contrarrevolucionaria que tena por objetivos : ir al copo, poder llegar a gobernar inmediatamente y que el resultado de Palencia ser el de toda Espaa . Se hizo una intensa
labor de propaganda orientada a captar fundamentalmente los votos de la poblacin campesina . Se establecieron comarcas para las elecciones, de modo que,
salvo en Palencia, donde se poda votar libremente a tres de las cuatro candidaturas, se asign una candidatura en cada comarca a la que haba que votar ntegramente . Las derechas procuraron incluso facilitar los desplazamientos a aquellos
electores que deban votar fuera de la capital . Su labor estuvo apoyada por sectores
catlicos, como la Federacin de Maestros Catlicos, que aconsej a todos los
profesores que contribuyeran al triunfo del frente contrarrevolucionario . As mismo
se organizaron actos religiosos para pedir por la salvacin de Espaa y, dado
que las elecciones coincidieron con un da festivo, se dieron todo tipo de facilidades para que los palentinos pudieran cumplir con sus celebraciones religiosas
celebrando misas en las distintas parroquias desde las cinco y media de la maana.
El xito fue rotundo en la provincia, pero en la capital, la derecha slo aventaj a la izquierda por mil seiscientos votos ; esta ltima aument sus porcentajes
normales de elecciones anteriores . Las razones que se dieron al respecto fueron
fundamentalmente dos : el apoyo de los radicales a la izquierda y la no asignacin de una candidatura concreta al igual que se hizo para los pueblos.
Los enfrentamientos entre Fascistas y Socialistas rompieron en alguna'ocasin
el discurrir normal de los das palentinos . La prensa local suele tratar estos temas
de forma escueta y un tanto especial, la primera vez que consta en El Da de
Palencia un enfrentamiento de este tipo seala : La sangre moza de un pequeo
grupo de fascistas y socialistas se repartieron unos mamporros para ahuyentar
el invierno que no acaba de llegar .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

267

Pese al intento de restar importancia a estos hechos, los sucesos del da ocho
de marzo obligaron a tomar medidas ms drsticas al resultar muerto un afiliado
de Accin Popular y otros varios de Falange Espaola heridos, en un enfrentamiento con la polica . A consecuencia de estos sucesos, se detuvo a los dirigentes fascistas de Palencia y se clausuraron los domicilios sociales de las asociaciones de carcter fascista. La alcalda decidi recoger temporalmente las armas
largas de can estriado y las cortas con sus correspondientes licencias . Este
tipo de problemas tuvieron tambin su importancia en Carrin de los Condes
y obligaron a la detencin de algunos conocidos derechistas carrioneses.
La vida municipal comenz a discurrir de forma azarosa a partir de las disposiciones que obligaron a reponer los ayuntamientos y concejales suspendidos
gubernativamente por los sucesos de octubre . Orden que afect en la provincia
a Barruelo, Braosera, Guardo, Alar del Rey, Aoza, Celada de Roblecedo y
Tariego . El municipio palentino se vio tambin afectado por la vuelta a la vida
pblica de los concejales de izquierda . La sesin del Ayuntamiento en que el
Gobernador Civil don Antonio Boix Roig repuso oficialmente en sus cargos a
estos concejales fue conflictivo : mientras el pblico que asisti demostr gran
entusiasmo, el Alcalde seor del Olmo presentaba su dimisin y los concejales
derechistas se retiraron como accin de protesta. Los concejales de derechas
optaron por no acudir a las sesiones municipales y hubo que reorganizar el Ayuntamiento nombrando un nuevo alcalde, el seor Escobar ; se intent incluso
eliminar a los concejales que no asistan a las sesiones . Este acontecimiento fue
muy comentado por los palentinos en sus tertulias . El conflicto qued solucionado con el nombramiento de un nuevo alcalde, el seor Pealba de Izquierda
Republicana, en el mes de junio, y con la resolucin favorable a los concejales
destituidos dada por la Audiencia Provincial en el mes de julio ; segn la cual
los concejales podan reintegrarse al ejercicio de sus cargos representativos en
el Municipio.
En este ambiente debe encuadrarse la postura de los palentinos al producirse la rebelin militar.

EL IMPACTO DE LA GUERRA
Actitud ante el Alzamiento
En los distintos sectores de la poblacin se produjeron pblicas manifestaciones de adhesin cuando se vio con claridad que los militares palentinos se
unan al Alzamiento . Segn la prensa, eran manifestaciones espontneas que

268

VARIOS AUTORES

extendan la noticia por toda la ciudad, organizndose luego una gran manifestacin presidida por las autoridades, donde se hacan entusiastas aclamaciones
a Franco, al Ejrcito y la Guardia Civil.
Los sectores dominantes de la capital se apresuraron a expresar su apoyo
a la causa ; el Crculo Mercantil, la Patronal de Comerciantes e Industriales y
el Partido Republicano Conservador, ofrecieron sus domicilios sociales al Gobierno
Militar, mientras la Patronal Agraria diriga una carta al presidente de la Junta
de Defensa Nacional testimoniando su adhesin incondicional.
La actitud favorable de la Iglesia qued patente muy pronto y el Obispo se
encarg, entre otras cosas, de que los fieles repitieran jaculatorias y celebraran
Semanas de Rogativas para pedir al Corazn de Jess que acelerara su reinado
sobre Espaa entera y los espaoles todos, al mismo tiempo que aleccionaba
a los palentinos a cumplir con su deber . Se celebraron tambin novenas con
idnticas intenciones ; pero lo ms significativo de la actitud eclesistica fue la
Alocucin pastoral publicada en la prensa con el ttulo de La leccin de la tragedia
presente, y cuyo objetivo era recoger las enseanzas que se obtenan de la guerra.
En esta alocucin se plantea la existencia de tres dilemas : O temor de Dios
o desenfreno de fieras rabiosas, O religin sinceramente practicada o selva,
O la cruz que redime y salva o la hoz y el martillo que deguella y destruye,
para concluir sealando que no es posible la existencia de trminos medios.
Es evidente el tono de cruzada que se da a la guerra.
Pero tambin hubo manifestaciones de apoyo por parte de sectores obreros
como los ferroviarios catlicos o los agentes postales rurales, que permanecieron
en as puestos de trabajo como prueba de adhesin.
La prensa local insiste en la entusiasta colaboracin ciudadana, tanto en la
normalizacin de todos los servicios como en las atenciones y agasajos al Ejrcito y a las personas que con l cooperaban . Lo cierto es que estas manifestaciones se sucedan cada vez que se haca algn avance liberacin de Toledo,
liberacin de Oviedo o cuando los rojos realizaban actos sacrlegos como
el bombardeo del Santuario del Pilar, que llev a los palentinos de capital y
provincia a realizar innumerables actos de desagravio.
La adhesin no se traduce slo en la celebracin de las victorias toma de
Mlaga, de Teruel, toma de Lrida sino que Palencia ofrece tambin homenaje a los heridos y convalecientes de guerra y expresa manifiestos de sentimiento por los jvenes cados en combate.
Un acontecimiento especialmente importante en Palencia y provincia fue la
toma de Santander a finales de 1937 pues supuso la desaparicin del frente
norte de Palencia en torno a Barruelo y Aguilar, siendo los ltimos pueblos
liberados Pomar de Valdivia y Villanueva de Henares ; con ello toda la provincia
se incorporaba a la zona nacional . El pueblo se volc desde el primer momento

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

269

con la poblacin del norte, enviando vveres y ropas, as como acogiendo a


los evacuados de la zona.
El sentimiento patritico de los palentinos queda manifiesto ; sin embargo hay
que plantearse si es tan generalizado como se pretende hacer ver . Independientemente del apoyo que prest una gran mayora de la poblacin al Movimiento
Nacional, es importante sealar que las fuerzas rebeldes utilizaron diversos medios
para favorecer este apoyo . Medios que abarcaban, desde la celebracin de una
comida en obsequio de los pobres en la Huerta de Guadian, la aparicin de
artculos en la prensa denunciando la insuficiente exteriorizacin por parte de
los palentinos de su satisfaccin por las victorias conseguidas, hasta la acusacin
que se hizo contra uno de los directivos de izquierdas, segn la cual, se haba
encontrado en su poder un documento confidencial que demostraba el alcance
del Movimiento comunista que se preparaba en toda Espaa para el veintinueve
de julio y cuya culminacin sera la implantacin de un Soviet Nacional.
Las sanciones sern un medio importante del que se vale el Gobierno Civil
para penalizar aquellas actitudes consideradas como reticentes . Entre los motivos
ms frecuentes de sancin encontramos las frases insolentes contra los milicianos,
comentarios en contra del movimiento, no saludar al paso de las banderas o
hacer campaa derrotista contra el prestigio de la patria . Hay que tener en cuenta
sobre este tema que no se trata de casos aislados, sino de una manifestacin
que se repite casi diariamente.
Los palentinos no se conformaron con dar su apoyo moral al ejrcito . Los
donativos en dinero, oro, ropas y productos de diversa ndole fueron abundantes.
Se abrieron suscripciones por parte de la Falange, Ayuntamiento, Gobierno Civil
y otras instituciones . As por ejemplo Colectivos como la Asociacin Nacional
de Magisterio o los jueces decidieron aportar un da de su sueldo, mientras que
los obreros de Cermica de Monzn de Campos optaron por trabajar una hora
extraordinaria todos los das mientras durara la guerra . Estas y otras manifestaciones similares como los planes organizados para celebrar la toma de Madrid
son una prueba de que haba una creencia generalizada en una pronta solucin
del conflicto.
La campaa de propaganda dirigida a promover estas aportaciones fue muy
intensa y se apelaba constantemente al patriotismo y a los ms altos sentimientos
altruistas . De entre todas las suscripciones, la que tuvo mayores vuelos en el
ao 36 y cre mayores problemas fue la abierta para adquirir el Avin Palencia,
que oblig a la comisin encargada de su recaudacin a publicar listas de descubiertos con los nombres de particulares, entidades y pueblos que se resistan
a colaborar . El descontento de algunos sectores se plasm en la prensa local,
donde se protestaba por el sistema de suscripciones, que acababan recayendo
sobre la clase media (ver Anexo 3) .

270

VARIOS AUTORES

La evolucin del Alzamiento Nacional hacia una guerra larga hace aumentar
progresivamente las necesidades econmicas de la zona nacional . Esto se traduce
en una diversificacin y sistematizacin de estas aportaciones econmicas . Se
puede hablar, por una parte, de donativos voluntarios y, por otra, de las imposiciones que hay que respetar con peligro de ser sancionados en caso de faltar
a tal obligacin . Como formas de colaboracin voluntaria hay que destacar : la
asistencia a frentes y hospitales, el auxilio a poblaciones liberadas, suscripcin
prodefensa nacional, .. . Cabra hablar tambin de otras aportaciones con menor
entidad como el da del herido de guerra, da del hospital, aguinaldo al combatiente, .. . a las que hay que aadir las celebraciones con carcter benfico . Pero
ms importancia tienen las aportaciones con carcter obligatorio, dentro de las
cuales la que tuvo mayor vigencia durante toda la guerra fue el Da del plato
Unico . Esta imposicin, que afectaba tanto a particulares como a establecimientos
pblicos, obligaba cada quince das a comer un solo plato, aportando la cuanta
que supone el resto de la comida para contribuir a la causa . Este donativo se
unificar posteriormente con otro de similares caractersticas Da semanal sin
postre, pasando a denominarse : Da del plato Unico y sin postre.
Para atender a las familias de los combatientes se establece el Subsidio
Procombatiente, que impone un recargo del 10% a algunos servicios y artculos
de lujo como por ejemplo el tabaco, las joyas, el oro y la plata, obras de arte, . ..
lista que paulatinamente se ir ampliando.
La requisa de chatarra ser otra forma de imposicin a los palentinos para
contribuir a la labor de reconstruccin iniciada por Franco . Para promover estas
aportaciones se hacan registros domiciliarios y se recurra incluso a los nios,
a los que se daban entradas de cine a cambio de la entrega de la chatarra (ver
Anexo 4).

Las aportaciones econmicas no fueron recibidas con buen agrado por todos
los palentinos, quienes vean peligrar sus economas por la gran cantidad de
suscripciones y donaciones que se les solicitaban . Por otra parte, estas aportaciones fueron consideradas por las autoridades como una forma ms de apoyo
a la causa y sirvieron para dejar de manifiesto la falta de patriotismo de algunos
palentinos ; por ello las sanciones gubernativas se hacan pblicas a travs de
la prensa local ; se pusieron multas a los no contribuyentes y a quienes lo hicieron
con tacaera, dentro de los tacaos, tanto personas acomodadas como aqullas
cuyo proceder pareca indicar su disconformidad con el Movimiento . Las listas
de personas sancionadas por no contribuir a las suscripciones alcanzan a veces
veinticinco o treinta personas en un mismo da, oscilando las sanciones entre
250 y 300 pesetas.
Por ltimo, cabe hacer referencia a la participacin directa en la guerra por
parte de los palentinos . Ya desde los primeros das del Alzamiento muchos

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

271

jvenes, sobre todo del campo, acudieron a alistarse en las Milicias Castellanas.
Los corresponsales de los pueblos manifestaron a sus peridicos el traslado de
sus jvenes falangistas a la capital como prueba de la lealtad de los pueblos
al Ejrcito y a la Patria . El ambiente de exaltacin que se viva era profusamente alimentado mediante campaas de propaganda, con proclamas tan aleccionadoras como : No te impacientes patriota espaol o Juventud el triunfo
es vuestro . Y se elogiaba a las madres palentinas que eran capaces de decir
a sus hijos vuelve si triunfas, pero vencido no vuelvas . Para favorecer esta
actitud voluntaria de alistamiento, instituciones como la Diputacin o el Ayuntamiento e incluso alguna firma particular resolvieron seguir pagando el sueldo
mientras durara la guerra a todos aquellos empleados que se ofrecieran como
voluntarios.
A lo largo de los aos 37 y 38 se producen sucesivos reclutamientos y como
consecuencia de esta participacin directa en la guerra se abre otro captulo,
el de los fallecimientos en el frente, a los que la prensa reserva su Galera de
hroes.
Las primeras medidas de las nuevas autoridades
Una vez controlados los distintos organismos oficiales, las nuevas autoridades
nombradas por el Gobierno Militar iniciaron una labor de anulacin de una serie
de disposiciones puestas en prctica por los representantes de la Repblica.
En el Ayuntamiento se decidi que la Corporacin deba acudir a todos los
actos religiosos a los que tradicionalmente vena asistiendo y que fueron interrumpidos en 1931, alegando que era su deber en aquellos momentos en que
se luchaba por la reivindicacin de los principios tradicionales . Se acord adems
colocar una lpida en el saln de sesiones, conmemorativa del 19 de julio . La
Diputacin, siguiendo argumentos parecidos, decidi hacer regresar la imagen
del Sagrado Corazn de Jess al Palacio Provincial.
Estas medidas fueron seguidas de otras similares como el restablecimiento
de la capilla de la Beneficencia o el Crucifijo en todas las escuelas pblicas de
la capital y provincia, medida esta ltima que dio motivo a grandes manifestaciones de exaltacin patritica y religiosa, hasta el punto de que el Da de Palencia
tuvo que pedir a sus corresponsales la limitacin de sus crnicas sobre este acto,
dado que no tenan espacio para su publicacin tras la restriccin de papel que
se les haba impuesto.
Junto a estas disposiciones, hubo otras de distinto signo, como la clausura
de los centros polticos de izquierdas y de establecimientos cuyos dueos eran
considerados extremistas ; la destitucin en sus cargos de los maestros que dirigan las Colonias Escolares del Monte ; la anulacin de las Bases del Trabajo

272

VARIOS AUTORES

para la recoleccin y la disolucin de la Mutualidad Mdico Farmacertica Obrera


por ser filial de la Casa del Pueblo ; y que las familias verdaderamente necesitadas fueran atendidas por la Beneficencia.
Paralelamente a todo esto se llev a cabo una labor de suspensin de empleo
y sueldo a todos aquellos funcionarios que haban sido partidarios de la Repblica y no apoyaron al Movimiento . Se lleg incluso a nombrar unos jueces especiales para resolver estos casos puesto que muchos empleados estaban en estas
condiciones . Los juicios de guerra sumarsima fueron frecuentes en los primeros
meses y tambin las ejecuciones cumplidas.
La labor de depuracin incidi de manera especial en el sector de la enseanza, destacando la detencin del inspector de primera enseanza, Arturo Martn
Suer, calificado como uno 'de los ms caracterizados marxistas de la capital.
La renovacin de los Consejos Locales de Primera Enseanza se hizo con
el fin de encauzar las actividades de la enseanza de acuerdo con el espritu
de las instrucciones emanadas de la Junta de Defensa Nacional . La Junta de
Accin Catlica hizo un llamamiento a los prrocos y alcaldes recordndoles
que nada es tan fundamental y trascendente en una nacin como la enseanza
primaria y nada tan funesto y abominable como una escuela sin Dios.
La preocupacin de las autoridades por evitar todo contacto de los palentinos con los llamados sectores marxistas llev a prohibir a cualquier persona
poseedora de aparatos de radio que conectase con emisoras clandestinas o al
servicio del enemigo . Se seal que los aparatos de radio instalados en hoteles,
cafs, bares y dems establecimientos pblicos no podan recibir ninguna informacin de tales emisoras bajo multa de cinco mil pesetas.
Participacin de Falange Espaola de las J .O.N.S.
La participacin de la Falange palentina en apoyo del Movimiento fue incondicional desde los primeros momentos, de manera que su actitud se hizo factor
fundamental en la creacin y mantenimiento del sentir patritico que se viva.
No slo porque muchos jvenes falangistas pasaban a engrosar las filas de voluntarios, sino tambin por su continua labor propagandstica tanto en radio como
en prensa . No olvidemos que la primera emisora de radio que tuvo Palencia,
estaba controlada por Falange . Su preocupacin por fomentar el patriotismo abarcaba a todos los mbitos de la sociedad, desde los nios, a quienes exhortaba
para que se hicieran flechas, hasta los mdicos, a los que recordaba que la
defensa de la Patria no se haca slo en las trincheras y por ello se les peda
que recetasen slo productos de la Patria y en su defecto, de las naciones dignas:
Italia, Alemania, Holanda y Portugal.
Su labor se orient a captar para su causa a los distintos sectores sociales,

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

273

pero sobre todo centr su inters en los estudiantes, obreros, hombres del campo
y en el magisterio palentino, que parece tena algunos sectores reticentes a entrar
en el Sindicato Unico . En este sentido y a juzgar por algunos artculos aparecidos en la prensa, Falange jug un papel importante como elemento de presin
hacia aquellos que no manifestaban suficientemente su apoyo . . . . Ostentar los
primeros cargos no es vanidad, es legtimo orgullo, pero rezagarse para cuando
todo est hecho a fuerza de sacrificios ajenos, es cobarda, astucia, diplomacia
significativa que no podemos dejar de notar . . ..
Pero la importancia de la Falange va todava ms all, pues la labor de control
de los elementos de izquierda fue directamente apoyada por ella . Como ejemplo
se puede sealar que la propia Falange quiso dejar claro ante la opinin pblica
su participacin en la detencin de San Martn (ver Anexo 5) . Para comprender
su papel, importa tener en cuenta cul puede ser el significado de las continuas
prohibiciones que Falange publica en la prensa:
Se prohibe a los camaradas falangistas recoger dinero o vveres sin autorizacin del comandante militar de la plaza.
Se prohibe la requisa de coches sin autorizacin.
Nadie que no sea afiliado a Falange puede llevar camisa azul.
Se prohibe actuar a las cuadrillas no autorizadas, ni circular con armas
aisladamente o en grupos fuera de los actos de servicio.
A estas prohibiciones de la propia Falange se aaden las frecuentes disposiciones del Gobierno Militar recordando que slo los agentes de la autoridad
pueden realizar detenciones, requisas y registros domiciliarios.
Falange hace referencia a noticias referidas a los desmanes cometidos por
algunos camaradas falangistas que desprestigian a la organizacin y seala la
llegada de cartas sin firmas en que se denuncian errores y actitudes, aunque
no se reconoce su validez.
A partir del Decreto de Unificacin en abril de 1937, la Falange qued como
el nico Organismo poltico que exista legalmente . Y su presencia no slo era
patente en el mbito de las altas esferas polticas, sino que se dejaba sentir en
la vida cotidiana ; a travs del protagonismo de la Seccin Femenina, la labor
sindical o la organizacin de actividades culturales como cursillos, campamentos
de verano, conferencias, etc . Desde la Seccin Femenina, todos los jueves mientras
dura la guerra, las mujeres llevan un donativo para los combatientes . Y tambin
en auxilio de estos, Falange crea la llamada Ficha Azul, que se enva a los
hogares y a la que pueden suscribirse en especie o en metlico.
Papel destacado desempea en las Comisiones organizadoras para la Recoleccin que la Delegacin Provincial de Trabajo crea en aquellas localidades

274

VARIOS AUTORES

donde se lleva a cabo una labor de ayuda en las faenas agrcolas . As como
en la tarea de repoblacin a la que estn obligados a asistir todos los afiliados
a F.E.T. y de las J .O.N.S . de diecisiete a cuarenta aos, pudiendo los mayores
de esta edad abonar el jornal a un obrero de la organizacin . Los obreros afiliados
al Sindicato que se encuentren en paro, pueden dedicarse a esta tarea.
Una ltima nota a destacar es la necesidad de pertenecer a F .E.T. para poder
desempear determinados trabajos.

LA INFLUENCIA DE LA GUERRA EN LA VIDA PALENTINA


A la altura del ao 38 la prensa irisiste en el tema de la paz en retaguardia.
Palencia, a juzgar por comentarios del peridico, no parece muy afectada por
la guerra en su vivir cotidiano, que transcurre, tal como pretenden hacernos
ver, con absoluta normalidad . Se insiste reiteradamente en la normalidad, afirmando que en nuestra retaguardia apenas se ha dejado sentir la crisis, el panadero llega diariamente a los domicilios palentinos, los mercados siguen surtidos,
no faltan vveres, no se pasa hambre.
Para avalar esto, podemos considerar significativas palabras textuales del
peridico :
... Veintisis meses de guerra civil no han sido bastante para dejar
sus huellas en las ciudades alejadas de los frentes, donde la vida discurre

apacible, normal . Como si fuesen espectadores . Hay siempre lleno en


las terrazas de los cafs . Y en los salones de espectculos . Los escaparates de los comercios ofrecen todava artculos de lujo . Las tiendas de
comestibles estn bien surtidas, los mercados bien abastecidos . La vida
es absolutamente normal y no a muchos kilmetros de aqu el can
retumba . No es un milagro?. Pues el artfice es Franco . . . 3.

La otra cara de la moneda podemos verla a travs de artculos que, si bien


menos frecuentes, reflejan cmo en la realidad cotidiana del palentino, la comida
era escasa, a base de legumbres, patatas y pan de trigo, mientras que la carne
era poco corriente en el consumo diario . As mismo el incremento de las necesidades de asistencia social y beneficencia por motivo de la guerra oblig a las
distintas instituciones y organismos oficiales a tomar medidas para paliar la precaria
3 . Diario Palestino : viernes, 24 de septiembre de 1938 .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

275

situacin de hurfanos, viudas, ancianos e incluso parados . Con este objetivo


se estableci el Subsidio Procombatiente para ayudar a las familias necesitadas
por tener alguno de sus miembros en el frente . Como ya hemos visto, la situacin era ya precaria antes de la guerra para algunos sectores de la poblacin.
Con la guerra se van creando una serie de necesidades econmicas donativos
de diversa ndole que limitan sus posibilidades.
Los palentinos, a pesar de todo, siguen acudiendo a sus lugares tradicionales de paseo : la orilla del ro, avenida de Valladolid, la carretera de Grijota,
la calle Mayor y cuando el tiempo es bueno, salen a pasar el da fuera de la
ciudad, al monte el Viejo, la Floresta de San Diego, Pan y Guindas, el Cerro
del Otero, la fuente de la Salud.
Los domingos palentinos, tal como describe el peridico, siguen conservando
su carcter festivo : los comercios cerrados, los escaparates sin abrir, las carteleras de los cines asomadas a las aceras, las terrazas de los bares mejor alineadas
que nunca . Cada hora del domingo tiene su fisonoma, primero las campanas
llamando a misa, despus de la misa es la hora del paseo de doce, amenizado
por banda de msica . . . Luego el caf . Despus el paseo campestre, ms tarde
el cine y por ltimo el paseo final por la ciudad 4.
Los comentarios en las tertulias de los cafs son indicativos de los temas
que preocupan al palentino de la calle, hablan del tiempo, los toros, las modas,
problemas de la vida local y en todas estas conversaciones se traduce la guerra:
Tema muy comentado fue el de la aurora boreal que se produjo en enero y
que los palentinos achacaron a la amenaza comunista . El xito de la falda
corta como una nueva moda, la desaparicin de las medias en las mujeres, la
reaparicin del abanico y tambin cmo no?, la posibilidad de un divorcio entre
la seora de tal y el seor de cual, fueron objeto de revisin en estas tertulias
que, sin duda, se hicieron eco de las campaas existentes en pro de las buenas
costumbres.
No pueden faltar los comentarios sobre aspectos de la vida local como la
conveniencia o no de sacudir las alfombras por la maana en la calle Mayor,
la urgencia de arreglar el reloj del Consistorio o el regular funcionamiento del
servicio de recogida de basuras . . . Temas stos que se encuadran en la preocupacin por mantener una buena imagen externa, ideal muy en consonancia con
los tiempos que se estn viviendo en la zona nacional.
La guerra se trata con marcado matiz trivial . Se oyen conservaciones como
la siguiente:

4 . Diario Palentino : lunes, 13 de junio de 1938 .

276

VARIOS AUTORES

Ha visto usted? Los rojos han vuelto a correr . Nuestras vanguardias se aproximan a Castelln de la Plana.
S, ya se puede cantar a voz en grito aquello de : Marina, costas
de Levante!. . . 5.

Puede apreciarse claramente el tono frvolo y mordaz con que se trata el


tema. En relacin con esto, Rafael Abella hace un comentario que puede ser
significativo:
.. . La insistencia en proclamar las huidas y desbandadas del enemigo
se hicieron tpicas . "Los rojos huyen ", "los rojos corren ", eran titulares
frecuentes que daban a la retaguardia franquista una imagen deformada de lo que era la realidad de la guerra. Y aunque eso se haca
para subestimar al adversario e impartir la creencia en su segura derrota,
a la larga la gente se preguntaba por qu diablos duraba tanto la guerra
si enfrente no haba ms que hombres corriendo. . . 6.

La vida sigue su curso, y una prueba de ello es el proceso de modernizacin


que se est llevando a cabo y que se traduce, por una parte, en proyectos de
construccin de nuevos edificios , tales como la fbrica Yutera o el edificio social
de la Cmara de la Propiedad Urbana y tambin en la reforma de algunos edificios
ya existentes, como la instalacin de aire acondicionado en el teatro cine Ortega,
adelanto que, segn la prensa, era muy poco corriente an en Espaa . As mismo
se lleva a cabo la urbanizacin de una serie de calles y plazas con el objetivo
de embellecer la ciudad y evitar los barrizales en perodos de lluvias . Podemos
citar como ejemplo la pavimentacin de algunos tramos de acera de la calle
Mayor, la construccin de aceras y jardines en la plaza de Len y la colocacin
de un palomar en el parque infantil.
En aras de la higiene y el prestigio de la ciudad se proyecta la reforma y
saneamiento de un amplio sector del barrio de La Puebla puesto que sus caserones ruinosos y sus calles angostas, aunque tpicas, no se ajustan a las normas
acordes con los tiempos.
Existe un grave problema de vivienda que empeora de forma considerable
con la llegada de nuevos habitantes a la ciudad y por el propio crecimiento natural.
Y para solucionarlo se plantea la construccin de casas econmicas y paralelamente la confeccin de un plano topogrfico como base para el ensanche de
la ciudad que al mismo tiempo ponga fin a la construccin anrquica de edifi5. Diario Palentino : jueves, 9 de junio de 1938.
6. R . ARELLA: La vida cotidiana durante la Guerra Civil/La Espaa Nacional .

P . 160 .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

277

cios. Todos estos proyectos se van llevando a cabo, no sin la oposicin por parte
de algunos sectores, como un grupo de constructoras que se enfrentan a la prensa
ante las crticas que sta hace sobre la anarqua de la construccin, hecho ante
el cual la Alcalda defiende la correccin de los informadores y el orden en
los asuntos de urbanismo.
Rafael Abella 7 relaciona este tema de la vivienda con las circunstancias
excepcionales que introduce la guerra ; hay una mayor afluencia de poblacin
a las provincias del centro, que se debe, entre otras razones, al xodo de gentes
de la zona republicana hacia la nacional . Por otra parte, con la formacin del
primer gobierno franquista los distintos ministerios se sitan en Burgos, Valladolid, Vitoria, Santander y Bilbao y esto produjo un proceso de atraccin hacia
la zona centro de industriales, comerciantes y otras personas.
En Palencia en concreto se observa como la desaparicin del frente norte
incidi en la llegada de poblacin a la capital . Adems la guerra trae tambin
consigo la necesidad de adecuar edificios para albergar a heridos y convalecientes.
Como puede apreciarse en todo lo visto anteriormente, la guerra est presente
en retaguardia pese a los intentos de aparentar absoluta normalidad . Hemos
visto las repercusiones que tuvo para muchos sectores de la poblacin en cuanto
a modificacin en las condiciones de trabajo, participacin en el frente, ... o en
la necesidad de hacer reajustes en sus economas para contribuir a los distintos
donativos que se crearon . Con el Alzamiento el ambiente de guerra se introdujo
rpidamente en la vida de los palentinos, de forma que se hace patente en los
aspectos ms cotidianos.
Las alteraciones en el normal funcionamiento de trenes, correos, telgrafos
y transportes crearon dificultades de diversa ndole . Los problemas de transporte llevaron a militarizar al personal de transportes de Obras Pblicas con
el objetivo de organizar el servicio y entrar lo ms rpidamente posible en la
vida normal . En el servicio de correos va a existir un retraso en la correspondencia dentro y fuera del pas, adems, las cartas deben echarse abiertas para
que la censura vea aligerado su cometido y se exhorta a la poblacin a que
emplee tarjetas postales.
Las posibilidades de movilidad de los palentinos de capital y provincia
quedaron reducidas, no slo por las dificultades de transporte, sino tambin
por la necesidad de solicitar permisos de ida y regreso, incluso personas que
realizaban servicios especiales como mdicos y veterinarios.
En los primeros das del Alzamiento los palentinos no tuvieron problemas
para abastecerse de alimentos, pero si hubo dificultades con el agua potable;

7 . R. ABELLA : La vida cotidiana durante la Guerra Civil /La Espaa Nacional .

278

VARIOS AUTORES

debido a la falta de transporte, no se tenan suficientes productos qumicos para


depurar las aguas del Otero, por lo que se recomendaba la utilizacin del agua
de los manantiales de Ramrez y para ello se acondicionaron varias fuentes de
la capital . Este problema de abastecimiento de agua es frecuente en todo el
perodo y va a estar relacionado muy directamente con el tema de la sequa
por lo que se estableci una hora de cierre para estas fuentes.
Tras los ataques realizados por un avin a Valladolid, se consider necesario organizar un plan de defensa contra aeronaves que trajo consigo, entre
otras medidas, la utilizacin de las campanas de la torre de San Miguel como
seal de alarma y con ella la prohibicin de tocar las campanas de la ciudad
para evitar confusiones . Posteriormente se instalaron unas sirenas de alarma
y esta prohibicin fue sustituida por otra que haca referencia a las bocinas de
aire de los automviles . No obstante, la actitud de los palentinos ante el paso
de aeronaves era ms de curiosidad que de temor, pues solia ser frecuente su
presencia imprudente segn las notas oficiales en las calles, plazas y balcones,
olvidando su obligacin de utilizar los refugios e impedir que los nios jugasen
en ellos . Es la situacin tpica de las ciudades de retaguardia donde no haba
un autntico peligro de bombardeo.
Los palentinos tuvieron que acostumbrarse a los altavoces colocados en la
calle Mayor que a las dos de la tarde y a las diez de la noche les permitan
escuchar las noticias ofrecidas por las emisoras oficiales que, al igual que la
prensa, los conciertos de la banda municipal y los diversos actos de exaltacin
patritica pretendan mantener un espritu optimista entre la poblacin.
Debido a la guerra se suspendieron las clases de adultos porque algunas
escuelas no reunan las condiciones de iluminacin y calefaccin adecuadas;
adems, los alumnos que podan ir a clase se encontraban en el frente o dentro
de las organizaciones juveniles patriticas . Efectivamente, la vida estudiantil se
va a ver afectada, y en la Normal y en el Instituto desciende el nmero de muchachos que van con sus libros bajo el brazo . Tal como seala textualmente el peridico : La estudiantina anda por los frentes y ha cambiado los libros de texto
por la bomba de mano.
Las casas comerciales redujeron la publicacin de anuncios en la prensa
y trataron de adaptarse a los nuevos tiempos . As, la Casa Martn, que era uno
de los comercios acreditados entre los elegantes de Palencia, antes de la guerra
solia anunciarse de esta forma:
Es la mujer palentina
muy bonita y arrogante
si quieres enamorarla
has de ser muy elegante

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

279

mas para alcanzar la hermosa


y por lograr tal fin
tienes que comprar una pluma
la corbata y la camisa
en la Casa de Martn 8.

Despus de comenzada la guerra la Casa Martn ha cambiado la orientacin


de su publicidad y dice:
El pueblo comenta con gran ilusin
desfila la gente, pero que a montn,
no temas disturbios! qu dicen al fin?
que el mejor comercio es el de Martn 9.

Una de las posibilidades de ocio de los palentinos era el cine . Lo comn


era la proyeccin de pelculas sin trascendencia alguna, sin complicacin como:
La tonta del bote, Basta de mujeres, . . . y una larga serie de ttulos en este
sentido que, sin implicaciones polticas, sin ningn tipo de tendenciosidad, no
tenan otro objetivo que el de distraer . Sin embargo, y aunque no es la tnica
general, tambin se ofrecen pelculas en consonancia con los tiempos que se
viven ; son ttulos tan significativos como : Reconstruyendo Espaa, A las rdenes
del Caudillo, El Fascismo es vida, La verdadera Espaa y la otra o La
gran victoria de Teruel 10
La reincorporacin en el diario Da de la seccin Filmor o Cine moral enlaza
con la preocupacin de las nuevas autoridades por reformar las costumbres que
pretendan crear un nuevo estilo de vida, basado en un costumbrismo ms austero
y ms sobrio . Las referencias a una Espaa nueva que se caracterizaba por la
religiosidad, el respeto a la tradicin, al orden, y por un afn de afirmacin
de lo espaolista servan como justificacin a toda una serie de medidas y actitudes.
En Palencia, al igual que en toda la zona nacional, se cambi el nombre
a numerosas calles, en especial aquellas cuyo nombre tena connotaciones con
todo lo que la Repblica defenda.
Calle Pablo Iglesias por Calle General Mola.
Glorieta de la Repblica por Hroes del Alcazar.
Avenida de la Libertad por Primo de Rivera.
8. Da de Palencia: 3 de enero de 1936.
9. Da de Palencia: 3 de agosto de 1936.
10. Diario Palentino : :1, 4, 8, 22 de marzo, 19 de julio de 1938 .

280

VARIOS AUTORES

Es significativo que el cambio de placas fuese costeado a veces por particulares.


En el registro civil no se admiten nombres como el de Libertad o Democracia por ser nombres sectarios, ni tampoco nombres vascos ni catalanes . Mientras
que en los organismos pblicos, colegios, comedores de Auxilio Social, ... se colocaron los retratos de Franco y Jos Antonio, junto al crucifijo o la imagen del
nio Jess, a lo que se aaden las banderas de Espaa y de Falange.
Los himnos patriticos se fueron haciendo familiares a chicos y grandes, pues
la Banda Municipal los inclua con frecuencia en sus tradicionales actuaciones
de los domingos y das festivos. Como ejemplo, el programa de la Banda en
un da concreto poda ser:
La cancin del legionario.
La leyenda del beso.
Perfmenes japoneses.
Mara sol.
Himno nacional alemn.
Marcha Real Italiana.
Himno de la J .A.P.
Marcha de Oriamendi.
Himno de F .E . de las J .O .N.S. 1 '
La nueva moral alcanza tambin a fiestas como el Carnaval, que fue suprimido por su carcter pagano, pidiendo a los palentinos que en los tres das
que hubiera durado se hiciesen actos de desagravio al Seor de tantas abominaciones, sacrilegios y pecados . As mismo, el carcter reivindicativo de la fiesta
del 1 de mayo se pierde al sustituirse esta fecha por la del 2 de mayo . A lo
que se aade la instauracin de fiestas nuevas como la commemoracin del Alzamiento o la Fiesta del Caudillo.
A travs de la prensa se puede ver como las fiestas tradicionales no se celebran con la misma brillantez que en circunstancias normales y se echan en falta
algunas notas que las animaban, como los gigantes y cabezudos, el tiovivo, el
organillo, .. . Estas fiestas pierden su carcter profano, intensificando su sentido
religioso y patritico . As, en la fiesta de Santo Toribio, el dinero del pan y el
queso que se arrojaba desde el balcn, fue entregado en dulces y frutas a los
heridos de los hospitales . Los cantares nocturnos, las rondas y los fuegos artificiales se suprimieron en la fiesta de San Juan . No obstante, hay una evolucin
en la forma de realizar estas celebraciones ; esto se ve especialmente en la fiesta

11 . Da de Palencia : 5 de enero de 1937 .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

281

mayor de San Antolin que, como consecuencia del levantamiento militar, no se


celebr porque, dadas las circunstancias, el Ayuntamiento consider ms conveniente dedicar el presupuesto a otros fines . Al ao siguiente, qued reducida
a los actos estrictamente religiosos y a la feria de ganado . Posteriormente, si bien
se mantiene la austeridad, hay ya ciertas notas que recuerdan su antiguo carcter,
la afluencia de forasteros en las calles, la nota alegre de unas bandas militares,
la celebracin de charlotadas, dieron una mayor animacin que de costumbre.
Para ofrecer una buena imagen de Palencia se llevaron a cabo una serie
de mejoras encaminadas a hacer desaparecer la mendicidad en las calles, a
dotar de ms luz a algunos barrios o a limpiar las chimeneas y fachadas de
las casas. La moralidad y la higiene sirvieron de argumento para prohibir la
utilizacin como evacuatorios de los soportales de la plaza Mayor y para ordenar
el traslado de vaqueras y abonos fuera de la ciudad.
El concepto de buena educacin se vinculaba en gran medida con el modo
de vestir, el modo de hablar, con la forma de relacionarse hombres y mujeres.
Esta preocupacin por las buenas formas se tradujo en medidas orientadas a
erradicar la blasfemia, los actos inmorales, la embriaguez, . . . y, en general, todo
aquello que se considerara como escndalo pblico . En funcin de esto se establece un rgimen de espectculos, cafs y establecimientos similares que seala
el horario de cierre : para tabernas y cantinas a las veintids horas y para cafs
y bares a la una y treinta de la madrugada (en los pueblos a la una) . Se da
el caso de cierre de determinados establecimientos alegando corrupcin y relajacin de costumbres (bar Tab) 12. Tambin por incumplimiento de las normas
establecidas sobre espectculos se reiteran las sanciones, en cuanta diversa,
que oscila entre quince y doscientas pesetas.
La costumbre de ir a baarse al ro era uno de los puntos dbiles de la moral
palentina, pues segn los defensores de las buenas costumbres, daba lugar a situaciones peligrosas . Por ello se dieron normas para separar los lugares de bao
de hombres y mujeres : la Carcavilla y San Romn era la zona de bao de las
mujeres ; mientras que el Sotillo y la Pesquera se destinaban para los hombres.
Adems, se peda que los baistas fueran provistos de baadores ajustados
a las naturales exigencias de la moralidad y decencia pblicas . Pese a ello, eran
frecuentes las sanciones a personas que merodeaban por los alrededores de las
zonas de bao que no les correspondan.
Como colofn a todo lo que hemos analizado es ilustrativo el siguiente texto
de Rafael Abella:

12 . Diario Palentino : 30 de marzo de :1938.

282

VARIOS AUTORES

Los dos aos que duraba aquella guerra, haban dado unas caractersticas peculiares a las ciudades que integraban el territorio nacionalista. La existencia pacfica de las capitales se haba acomodado
a vivir con la guerra y la vida cotidiana se haba hecho al incentivo
de seguir la contienda y sus alternativas como acontecimiento diario
suministrado por los peridicos . El fenmeno guerrero era vivencia colectiva que vinculaba a todos los espaoles, y su magnitud se sobrepona
a ocupaciones, distracciones, amores, a todo lo que forma el entramado
del vivir cotidiano . . . 13
. . .

LA ECONOMA Y LA GUERRA : CONTROL ECONMICO


La poltica econmica del Nuevo Estado estuvo dirigida a cubrir las necesidades de la guerra y su financiacin . Por ello, al igual que otros aspectos de la
vida, la economa tambin se va a encontrar afectada por la necesidad de establecer un control que asegurase el abastecimiento y evitase todas las lacras de
una poca de guerra acaparamientos, mercado negro, ocultacin de moneda,
La vida econmica est regulada por una normativa cuyo imcumplimiento
es sancionado por el Gobierno Civil a travs de la Junta Provincial de Abastos,
organismo cuyo fin es velar por el abastecimiento de nuestras poblaciones y
que los precios sean justos . Esta finalidad se traduce en un control sobre diversos
campos de la economa : precios, declaracin de existencias, requisa de productos,
exportaciones e importaciones de productos fuera de la provincia, . ..
Los precios de los productos son fijados rigurosamente, castigndose con
severidad la elevacin de los mismos, por lo que debe existir una presentacin
de los precios de cada gnero al por mayor y al detalle, a la vez que los industriales han de tener una lista de ellos en todos los artculos puestos a la venta.
Los precios han de ser mostrados de forma clara por los comerciantes . Los
alcaldes son los responsables de las infracciones que se cometan en la elevacin
de los precios sin estar autorizados.
La imposicin desde arriba de los precios se extiende cada vez a un mayor
nmero de productos, hasta llegar (al menos se pretenda) a una economa totalmente controlada . En muy escasas ocasiones se da un margen, dentro del cual,
los precios pueden oscilar.

13 . R . ABELLA :

La vida cotidiana durante la Guerra Civil/La Espaa Nacional . P . 330 .

LA VIDA COTIDIANA EN VALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

283

Uno de los productos que primero va a experimentar dicha regulacin, adems


de ser el que afecta a un mayor nmero de personas, es el de la harina y el pan.
El Estado ejerce un control sobre las existencias de los diferentes productos,
lo cual obliga a los propietarios a hacer declaracin de dichas existencias ante
la Junta Provincial de Abastos . As, se le pide declaracin jurada de diversos
productos : lana, cebada, patatas, legumbres, aceite, cueros, calzado, sacos,
azcar, . . . En esta tarea juegan un papel fundamental los alcaldes de los Ayuntamientos, ya que se encuentran obligados a cumplimentar todas las autorizaciones que les sean solicitadas de dicha Junta bajo declaracin jurada . Por tanto,
los alcaldes son los representantes de la Junta Provincial de Abastos y son
multados por la no presentacin de la existencia de artculos de consumo en
sus demarcaciones ; se les penaliza tambin por no cumplir decenalmente con
el servicio, por lo que efectan inspecciones para ver si son ciertas las relaciones,
ya que si no, pasarn a los Tribunales de Justicia, la omisin tambin puede
castigarse con la incautacin de las existencias ocultadas.
Existe tambin un estricto control sobre la circulacin y comercio de los diferentes productos, dentro y fuera de la provincia . A estos efectos, se establecen
normas para el transporte de mercancas . Para que la Junta pueda controlar
las transacciones de mercancas que se realizan en los mercados de la provincia,
se delega en los alcaldes de los Ayuntamientos la facultad de expedir guas para
el transporte de las mercancas que adquieren en ellos los comerciantes y los
particulares de la provincia . De igual forma, se capacita a los alcaldes y presidentes de las Juntas Vecinales para que faciliten a sus convecinos la gua para
el transporte con destino exclusivo a los mercados de esta provincia . Las mercancas que circulan sin la correspondiente gua son decomisadas, imponindose
sancin . As mismo, se establecen leyes que prohiben la exportacin fuera de
la provincia sin el conocimiento y permiso expreso de la Junta de cualquier tipo
de producto o vveres, siendo sancionados aquellos que no cumplan las leyes.
Los alcaldes poseen la facultad de autorizar la salida de dentro de la provincia
de determinados productos, siempre que quede abastecida la localidad.
La Junta Provincial de Abastos impone una serie de medidas a industriales
y comerciantes para evitar abusos en las transacciones, para unificar criterios
y para impedir retrasos en la autorizacin de precios de venta.
Hay una preocupacin por la mejora de la calidad de los productos . As,
ante las quejas existentes se inutilizan algunos productos como el pescado por
no reunir las condiciones precisas para su consumo y se dictan una serie de
normas relativas a la elaboracin y la calidad del pan (ver Anexo 6).
Es tambin competencia de la Junta el consumo de agua y energa elctrica . Por ello, ante la sequa existente con la llegada del verano, dada la escasez
de aguas del Carrin, en el ao 38 se dictan normas para el uso racional del

284

VARIOS AUTORES

agua de riego, de forma que no llegue a faltar agua para otros usos imprescindibles.
El problema del estiaje (que afecta a Navarra, Salamanca, Len, Valladolid,
Vizcaya, Palencia, Burgos, Guipzcoa y Zamora), llega a ser grave, por lo que
se adoptan medidas previsoras en el consumo de energa elctrica, medidas que,
en principio, son muy severas, afectando tanto a industriales y comerciantes,
establecimientos pblicos, .. . como a particulares, y castigando severamente las
infracciones . De estas restricciones se exceptan las industrias que afectan esencialmente a servicios pblicos, alimentacin, sanidad, . . . y aquellas de obligada
marcha en horas determinadas o que requieren un funcionamiento sin solucin
de continuidad, tales como panaderas, fbricas de hielo, frigorficos y similares.
A medida que avanza el ao, las medidas restrictivas se van haciendo menos
severas, normalizndose el consumo de energa en la mayora de las industrias
y servicios (domsticos, alumbrado pblico, cafs, hoteles y similares, .. .).
. . .El cumplimiento de toda esta normativa deja bastante que desear en numerosas ocasiones, tal como se deduce de las sanciones impuestas por la Junta Provincial de Abastos a tales efectos . Sanciones por motivos diversos que van desde
carecer de lista de precios, cuando es obligado tenerla, cobrar un precio excesivo
por los productos, suministrar al ejrcito material en malas condiciones, . . . hasta
el uso indebido del agua de riego . . . La cuanta oscila entre cincuenta y quinientas
pesetas . En algunas ocasiones, las multas impuestas a industriales y comercianes
por infraccin de las leyes vigentes llegan a alcanzar la cuanta de cinco mil pesetas.
Dentro del captulo econmico, un aspecto al que la prensa dedica una gran
atencin es el problema triguero, que tiene especial incidencia en el ao 37.
Se produce una paralizacin del mercado que coloca al labrador en una lamentable situacin, agravada por la prohibicin de toda operacin de compraventa
de trigos y por la obligacin de entregar a los fabricantes de harinas de Valladolid los trigos retenidos en Palencia . El control sobre este producto llega hasta
tal punto que todos los pueblos han de mandar una estadstica sobre las existencias de trigo al Servicio Nacional Agronmico . Esta mala situacin del labrador
lleva a la concesin de prstamos con finalidad exclusivamente social por parte
del Consejo de Caja de Provisin Social de Valladolid-Palencia.
Una vez obtenida la cosecha, la Junta Tcnica del Estado publica un decreto
que obliga a los labradores a vender sus existencias a precio de tasa al Servicio
Nacional del Trigo y les autoriza a comerciar libremente con determinadas condiciones . Entre otras medidas que se adoptan a partir de dicho decreto, todos
los productores y tenedores de trigo han de declarar la cosecha recogida, lo
que conservan, el consumo y las ventas . En funcin de ello, los tenedores de
trigo se dividen en dos tipos pequeos, cuando su trigo no excede los seis
mil kilogramos y grandes cuando se supere dicha cantidad .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

285

Se crean almacenes para la recogida del trigo y, segn la prensa, durante los
primeros das de recogida existe un retraimiento de esta actividad ; tambin parece
haber dificultades para el cobro de estos trigos, que se depositan en los almacenes.
Para terminar este apartado sobre economa, hay que hablar de los aspectos
monetarios, y, en este sentido, lo ms importante a tener en cuenta es la labor
que existe contra el acaparamiento de la plata, con disposiciones penales a quien
no las cumpla, adems de la posibilidad de efectuar registros domiciliarios . A
pesar de estas medidas, hay personas que retraen de la circulacin la moneda
divisionaria, poniendo dificultades al cambio y al desenvolvimiento de la vida
cotidiana por lo que el Gobierno Civil dicta una serie de normas para evitarlo
(ver Anexo 7).
En una valoracin final sobre la economa nos interesa resaltar cmo el control
econmico se ejerce en dos mbitos : el provincial a travs de la Junta Provincial de Abastos y el local mediante la implicacin de los alcaldes y secretarios
de los Ayuntamientos en el desenvolvimiento de la economa de sus municipios . Los alcaldes controlan precios, existencias y circulacin de productos, pero
en algunos momentos tienen un papel que va ms all, como prueba el hecho de
que en algunas ocasiones los vecinos de los pueblos tuvieron que presentar a
sus alcaldes respectivos una relacin jurada en la que detallaban las cantidades
de dinero que necesitaban sacar del banco ; los alcaldes tenan que decidir si
consideraban que esas cantidades eran absolutamente necesarias y en ese caso
autorizar la operacin bancaria correspondiente . Pensamos que, al menos en
teora, este control local es el que mejor puede reflejar la incidencia que tienen
en la vida cotidiana las transformaciones econmicas que produce la guerra.

ANEXO 1
LOS PATRONOS AGRCOLAS RECURREN CONTRA LAS
BASES PARA LA RECOLECCIN"

Este texto es una sntesis extrada del comunicado enviado por la Patronal
agraria a la prensa palentina:

No se admite la duracin de 60 das porque tratndose de un trabajo a


destajo no puede considerarse cumplido hasta que no se hayan ultimado las
operaciones fijadas al mismo . (Ley de Contrato de Trabajo de 1931).
14. Da de Palencia : 2 de julio de 1936 .

286

VARIOS AUTORES

Figuran inscritos en las Oficinas de Colocacin trabajadores que no estn


acreditados como tales obreros agrcolas, ni renen las condiciones de aptitud,
capacidad y edad que exige la legislacin vigente.
Hay que dejar ms libertad al patrn para que pueda aceptar dentro de
la colocacin de los obreros a aquel que rena ms condiciones . . . Hay que ocupar
preferentemente a mujeres y chicos entre 14 y 18 aos para las operaciones
de arranque.
La Ley de 1 de julio de 1931 establece que para las faenas de recoleccin,
acarreo de las simientes y mieses, etc ., se podr acordar la ampliacin de la
jornada legal hasta 12 horas pero jams podrn considerarse horas extraordinarias.
Los contratos de trabajo sealarn los das que hayan de disfrutar los obreros
de descanso semanal de 24 horas, admitindose la posibilidad de que el patrono
establezca en sustitucin del descanso semanal, el descanso dominical con arreglo
a la ley.
Ante las malas perspectivas de la cosecha . . . hay que aceptar una reforma
o revisin de los salarios.
La ley de Contrato determina la facultad de poder realizar trabajo a destajo,
de ser empleada una misma mquina en las labores de dos o ms patronos,
la siega a mquina, . . ..

ANEXO 2
EL PROBLEMA DE LOS SELECCIONADOS,
SU IMPORTANCIA EN LA CUENCA
CARBONFERA PALENTINA

Artculo publicado en el Da de Palencia en abril de 1936 . Lo sealamos


porque, independientemente de la orientacin que se da al tema, expresa la precaria
situacin social y econmica en que vive la minera palentina.

Tiene el problema de la readmisin tres aspectos : redimir al obrero que


abandon el trabajo para coger las armas de la revolucin; el golpe dado a la
colaboracin ciudadana con esta ley y el peligro de que sufran los propios obreros
las consecuencias de la falta de trabajo en aquellas industrias harto agobiadas
con las nminas del personal . . .. Ojala que el concurso ciudadano se preste
al Gobierno con la misma lealtad que lo prestaron esos miles de obreros y
empleados que ahora han tenido que dejar sus puestos a los que voluntariamente lo abandonaron . . .. El problema desde el punto de vista social reviste

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

287

caractersticas de tragedia cuando las empresas son pobres, como ocurre en


la serie de minas de la cuenca de Palencia.
Nadie como las autoridades provinciales para conocer la situacin de esta
industria natural de Palencia, tan abandonada de antiguo, hasta el punto de
que, en vez de ser una fuente de riqueza es una industria ruinosa, que no deja
de ser en absoluto de utilidad, gracias al mercado de Bilbao, al ferrocarril de
la Robla .... La zona de antracitas de Palencia sufre este ao una crisis agudsima debido a la bonanza del tiempo que se disfruta en el norte, donde este
carbn tiene su mercado para calefaccin [el artculo habla de una reduccin
superior al 50%] . Adems, la industria minera trae desde la revolucin de
octubre un atraso cuantioso [se seala en el artculo temas como el abandono
de las minas, el derribo de un puente ferroviario] .
. . . El minero, ciertamente, es el obrero que, con mayores sacrificios y riesgos

lleva el sustento a sus modestos hogares .. . Pero es justo dejar que se hundan
las empresas, que se queden los obreros sin trabajo y sobre todo, que con unas
y otras cosas se vayan anegando las galeras y hundiendo explotaciones . . .?.
El artculo concluye sealando el abismo que media entre la teora y la realidad.

ANEXO 3
QU VERGENZA! 15

Se necesitan 400 .000 pesetas para un avin que lleve el nombre de Palencia.
En la provincia existen millonarios, sin embargo, de buen grado, no se vio la
posibilidad de conseguirlos . . . . Ha habido necesidad de recurrir a la imposicin ..., y una vez ms se impone la astucia y el procedimiento de cargar sobre
la clase media, porque sigue siendo la ms dbil, la ms asequible, la ms
generosa . . ..
. . . Magnfica leccin estn dando esos pueblos palentinos desprendindose
de cuanto tienen sin parar mientes en la pronta iniciacin de un largo invierno
de privaciones....
. . . No es justo, puesto que, a quien se le defiende de su riqueza es el obligado en primer trmino a proporcionar los medios que posee . . ..

15 . Da cle Palencia : 19 de septiembre de 1936 .

288

VARIOS AUTORES

. . .No es proporcional, porque empieza por establecer un tope mximo de


5.000 pesetas de cotizacin, sin duda para no sacrificar a los que poseen
mucho.. ..

ANEXO 4
NORMAS RELATIVAS A LA REQUISA DE CHATARRA 16

1 . Que los nios entreguen cuanta chatarra recojan por la calle a cambio
de la cual se les entregar un tiket para las sesiones de cine en los Coliseos
de esta ciudad ( "Jeomin", "Cinema Espaa ", "Novedades " , "Ortega ").
2 . Los maestros de las Escuelas Nacionales y particulares cuyos alumnos
hagan entrega de chatarra, envan nota de ello a las oficinas de la Comisin
y a cambio se les enva las localidades.
El Gobierno Civil llega a hacer registros en las casas para encontrar chatarra.

ANEXO 5
POR LOS FUEROS DE LA VERDAD 17

Texto extrado de la seccin del Diario Da dedicada al Servicio de Informacin de Falange.

Queremos hacer constar que aunque a la Polica por sus atribuciones le


correspondi la realizacin material de la detencin del cabecilla socialista San
Martn, fue un jefe de Centuria de Falange de la JONS de Palencia quien con
una Escuadra a sus rdenes ha seguido la pista del detenido, cercando la casa,
verificando registros. .. ha sido Falange la que ha llevado a cabo su captura.
Sin que nuestra rplica signifique propsito de restar mritos a la valiosa
actuacin de la Polica local .. . hacemos constar esto para que resplandezca la
verdad y se vea la parte importantsima que lleva Falange en la detencin de
este sujeto.
16. Diario Palentino : viernes, 8 de marzo 1938.
17. Da de Palencia : 11 de septiembre de 1936 .

LA VIDA COTIDIANA EN PALENCIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

289

ANEXO 6
NORMAS SOBRE LA FABRICACIN
Y LA CALIDAD DEL PAN"

1 . Se vigilan las condiciones higinicas y alimenticias del pan que se presente


al consumo en los trminos municipales, decomisndose las piezas defectuosamente elaboradas por el empleo de harinas oscuras y falta de peso.
2. Obligacin de estampar el sello de la panadera en todos los panes.
3. Prohibicin de toda clase de harinas "extra " selectas o similares y slo
se permite la fabricacin de pan con harinas enteras o redondas.

ANEXO 7
NORMAS PARA EVITAR EL ACAPARAMIENTO
DE LA PLATA 19

1 . No podrn tenerse en casa particulares cantidades superiores a 100


pesetas en moneda divisionaria, debiendo llevarlas a los bancos o establecimientos
pblicos para su cambio en papel moneda.
2. Los establecimientos pblicos no pueden negarse ni poner dificultades
a las peticiones de cambio de los clientes.
3. Los bancos debern dar cuenta diaria a la Delegacin de Hacienda de
la cantidad divisionaria existente en los mismos.
4. Las personas que necesiten ms dinero en moneda divisionaria podrn
tenerlo dando cuenta a Hacienda de la cantidad que posee as como su destino.
5. Los agentes de la autoridad podrn ir a comprobar a los domicilios particulares, comercios y establecimientos que hubieran negado el cambio a un cliente.
6. Es derecho de todo ciudadano el denunciar a los infractores teniendo
derecho al percibo del 50% de la cantidad denunciada.
7. Se dar mxima publicidad a las sanciones como traiciones a la causa.

18. Diario Palentino : martes, 8 de septiembre de 1938.


19. Da de Palencia . 1937 .

También podría gustarte