La Doctrina Cristológica
La Doctrina Cristológica
La Doctrina Cristológica
CLAUDIO BASEVI
SUMARIO: 1. Introduccin. 2. Cristo es el Hijo del amor del Padre (v. 1, 13) y lleva a
cabo la del hombre (v. 14). 3. El Hijo es imagen del Dios invisible,
prmognito de toda criatura (v. 15: ,
). 3. . 3.2. . 4. Jesucristo: su
poder universal y su primado ontologico (w. 16y 17). 4.1. Todo ha sido creado en l,
por ly para l (v. 16). 4.2. Elprimado ontologico de Cristo (. 17). 5. Cristo cabeza,
principio y primognito en la obra de la Redencin (v. 18). 5.1. . 5.2.
. 5.3. . 5.4. . 6. Cristo
como Hijo de Dios (v. 19). 7. La obra de la Redencin (v. 20). 7. La reconciliacin
(). 7.2. La pacificacin (). 7.3. La universalidad
de la Redencin. 8. Una mirada de conjunto. 9. Conclusiones.
1.
Introduccin
En trabajos anteriores se ha estudiado la estructura literaria de Col
1. C. BASEVI, Las caractersticas literarias del texto de Col 1, 15-20y su doctrina cristolgica en Biblia, exegesis y cultura. Estudios en honor del Prof. D. Jos Mara Casciaro,
Pamplona 1994, 349-362.
2. C. BASEVI, Col 1, 15-20. Las posibles fuentes del himno cristolgico y su importancia para la interpretacin en Ser. Theol. 30 (1998) 779-802.
3. Cuando decimos pgina de gran valor especulativo, queremos decir que el autor
inspirado no se limit a expresar un misterio revelado, sino que manifiesta su consiSCRIPTATHEOLOGICA31 (1999/2) 317-344
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deracin sistemtica y teolgica, y su elaboracin de lo revelado (conexin de los misterios entre s, modelos, terminologa). En la extensa bibliografa sobre el himno, los
estudios que se dedican a los aspectos doctrinales son relativamente poco numerosos.
Son imprescindibles y fundamentales las dos monografas de A. FEUILLET, Chrstologie
paulinienne et Tradition biblique, Paris 1973; y Le Christ, Sagesse de Dieu, Paris 1966.
Tambin la monografa de J. N. ALETTI, Colossiens 1, 15-20. Genre et exgse du texte,
junction de la thmatique sapientielle, Rome 1981, dedica un captulo a la doctrina cristolgica. Nos ha resultado muy til la sntesis de . RlGAUX, Dieu Va ressucit, pp. 154158; y nos parece que no se puede renunciar a la lectura de L. CERFAUX, Jesucristo en
San Pablo, Bilbao 1963. En el terreno no catlico, dejando de lado los libros de la
escuela liberal, de la Religiongeschichte, y de la Redaktiongeschichte, queda muy poco:
algn escrito de F.F. BRUCE, St. Paul in Rome. 3. The Epistle to Colossians, en BullJRylLib 48 (1965-66) 268-285; un artculo de E. LOHSE, Pauline Theology in the Letter to
the Colossians, en NewTestSt 15 (1968-69) 211-220, y otro de P. BEASLEY-MURRAY, An
Early Christian Hymn Celebrating the Lordship ofr. Christ, en Pauline Essays Presented to
Professor E E Bruce, ed. D.A. HAMER y M. J. HARRIS, Exeter-Grand Rapids, 1980, pp.
169-183.
318
1.19 TL
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20c
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A pesar de la dificultad de ordenar su contenido doctrinal, la estruc
tura literaria del himno nos ayuda a poner en evidencia las afirmaciones
fundamentales. Casi todos los intrpretes estn de acuerdo en reconocer
en el texto la presencia de dos estrofas o stanze (15-17 y 18-20). Algunos autores consideran, en cambio, que las estrofas son tres (15-l6e; I6f18a; 18b-20)4. En este segundo caso, los versos de la segunda estrofa tendran simplemente una funcin de enlace5, as que el contenido se puede
siempre agrupar alrededor de dos temas: la obra de la Creacin y la obra
de la Redencin. En efecto, esto es el elerhento ms relevante de todo el
himno: la correspondencia y continuidad entre la Creacin y la Redencin6. El himno es como un dptico, cuyo eje es la Persona del Logos-
4. La generalidad de los estudiosos acepta la divisin en dos partes, pero muchos, por
motivos de paralelismo, hacen empezar la segunda estrofa con 18b que es paralelo a
15a. En este caso, los w. 17 y 18a, tal vez con la aadidura de I6f, parecen tener una
unidad propia. Cfr. P. BENOIT, Lhymne christologique de Col. 1, 15-20. Jugement critique sur Vtat des recherches tu Exgse et Thologie, IV, Pars 1982, 159-220; F. F. BRUCE,
Colossians Problems. Part 2: The Christ Hymn of Colossians 1, 15-20 en Bibl. Sacra
14/562 (1984) 99-111 cit. en R. FABRIS, Inno cristobgico (Col 1, 15-20) en Lettere di
San Paolo ed altre lettere, dir. por A. SACCHI, Torino-Leumann 1995, pp. 497-509. En
el mismo sentido se expresa N. T. WRIGHT, Poetry and Theology in Colossians 1, 15-20,
en NewTestSt36 (1990) 444-468. Mucho ms radical es la propuesta de J. MURPHYO'CONNOR, Tradition and Redaction in Col 1:15-20 en Rev. Bibl. 102 (1995) 231-241,
que distingue entre el himno original y la redaccin paulina; los w. 17-18a seran una
aadidura del Apstol.
5. Se trata de los w. I6f, 17 y 18a:
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En realidad el v. I6f repite y cierra con una inclusin todo el v. 16 (cfr. 16a). El v. 17
no hace ms que resumir el contenido de la primera estrofa (w. 15-16). El v. 18a
marca el comienzo de una nueva serie de consideraciones (cfr. w. 15a; 17a), luego, ms
que cerrar, abre una estrofa. Por esto nos parece que el esquema de dos estrofas es ms
sencillo.
6. Bastara esta sencilla consideracin para desbaratar la hiptesis de una procedencia gnostica del himno, puesto que los gnsticos oponan la Creacin a la Redencin,
como subraya N. T. WRIGHT, Poetry and Theology..., 45Is. Cfr. J. N. ALETTI, Colossiens
l 15-20..., p. 115.
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17. Cfr. U VANNI, Uimmagine di Dio invisibile, primogenito... cit., pp. 95-97; P.
BEASLEY-MURRAY, An Early Christian Hymn...cit., pp. 170s.
18. El concepto de imagen, de modo especial en el mundo semita, no slo representaba al Dios, sino que lo haca realmente o virtualmente presente. Es la diferencia
entre el hebreo tselem y demuth, que los LXX tradujeron respectivamente por y
. Pero su traduccin invirti los matices del hebreo: tselem tiene un sentido
ontolgico, mientras que demuth es simplemente una representacin sensible (un
retrato, una fotografa, etc.).
19. La conexin se debe, como es evidente, a Gen 1, 26, donde la Septuaginta pone
' . El Salvador es concebido como un nuevo Adn.
20. Cfr. nuestro Estudio literario y teolgico del himno cristolgico de la epstola a los
Filipenses (Phil 2, 6-11) en Ser. Theol. 30 (1998) 439-472.
21. En griego clsico indica una reproduccin ofigura,en pintura o escultura.
ste es el sentido que el trmino tiene en los evangelios sinpticos en el episodio de la
pregunta sobre si pagar o no el tributo a los Romanos: Jess seala la imagen del Csar
en las monedas (cfr. Mt 22, 20; Me 12, 16; Le 20, 24). En latn el trmino correspondiente es imago,figura,effigies. Cfr. O. FLENDER, Image, en The New Interna
tional Dictionary of New Testament Theohgy, eds. C. BROWN, L. CoENEN, E. BEYEREUTHER, H. BlETENHARD, vol. II, Exeter 1971, pp. 286-288.
22. En Le Christ, Sagesse de Dieu, pp. 861 ss.
324
23. PLATN, Timeo, 92c: el texto habla del cosmos como de un dios sensible imagen del inteligible. Cfr. H. KLEINKNECHT, . C. Luso greco di en GLNT,
vol. Ill, Brescia 1967, cols. 160-164.
24. La enumeracin ms completa de textos la proporciona P. D'AQUINO, Cristo
Figlio di Dio e Figlio dell'uomo (Col 1, 15-20), en Studia Ierosolimitana, in onore di B.
Bagatti, Jerusalem 1976, 135-145, sobre todo en nota 5: De confusione linguarum, 47;
Defuga,\0\; De somniis, I, 115.239; II, 45; De specialibus legibus, I, 80. P. BEASLEYMURRAY, Colossians 1:15-20...; 170 aade PHILO, Leg. All., I, 43; R. FABRIS, Inno cristobgico..., 501 menciona Leg. All., I, 65.
25. Cfr. F. MONTAGNINI, Linee di convergenzafrala Sapienza veterotestamentaria e
l'inno di Col. 1, en La Cristologia in San Paolo. Atti della XXIII Settimana Biblica, Brescia 1976, pp. 37-56. El tema de la imagen ha sido siempre un objeto importante de
estudio. Vid. la clsica monografa de J. JERVELL, Imago Dei. Gen. 1, 26f. im Sptjudentum, in der Gnosis und in den paulinischen Briefen, Gttingen I960, que, sin
embargo, es excesivamente tributaria de los principios de la Religionsgescichte.
26. Cfr. un buen resumen de los estudios en J.M. CASCIARO-J.M. MONFORTE, Dios,
el mundo y el hombre en el mensaje de la Biblia, Pamplona 1992, pp. 228-231.
27. El tema del Logos en el judaismo helenista es un tema muy debatido; se discute
desde su existencia a su personalidad y a su naturaleza. En el caso de Alejandra, el problema se planteaba por el deseo de leer los escritos platnicos en clave monotesta. En
la obra de Filn, que fue tal vez el representante ms ilustre del platonismo medio, no
acaba de quedar claro si el Logos es una propiedad de Dios o una criatura o, de cualquier modo, una persona. Los ltimos libros del AT, que reflejan la sensibilidad religiosa
del judaismo de la dispora, no hablan del Logos, sino de la Sabidura, que ensalzan por
encima de todo lo creado y a la que atribuyen prerrogativas divinas y casi-personales.
Sus textos y sus reflexiones dieron lugar a una literatura sapiencial que abarca desde
las expresiones de sabidura popular, hasta la consideracin de la incomprensibilidad de
Dios. En el caso de algunas sectas gnsticas, como la que invocaba a Barbelo, como divinidad-madre, la Sabidura era un en emanado por Dios. En cada hombre se encontraba una chispa de esta Sabidura, y la ascesis consista en liberar esta chispa de la materia y hacer que volviera a Dios. Todo este ambiente cultural contribua a confundir
Logos con Sabidura. Esto explica por qu la teologa del Verbo haya tardado bastante
en formularse. Pero la afirmacin fundamental est ya presente en el NT, y, entre otros,
en el himno que consideramos y el Prlogo del Evangelio de San Juan: el Verbo o la
Palabra, o la Sabidura, no son propiedades, potencias o atributos de Dios, sino que son
una persona.
325
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3.2.
El valor semntico de afecta tambin al sentido de "
porque pone en evidencia su dimensin trinitaria29. El Hijo es
? no slo porque ha sido engendrado antes de la creacin, con
prioridad temporal y ontolgica30, sino tambin porque es el unignito,
TOKOS*
28. La literatura sapiencial es, en este sentido, la principal fuente literaria del himno
de Col 1, 15-20; es la tesis que desarrollan, entre muchos, A. FEUILLET, Le Christ Sagesse
de Dieu..., pp. 363-373.394-396; IDEM, Christologiepaulinienne et Tradition biblique...,
pp. 50-56; J.N. ALETTI, Colossiens 1, 15-20. Genre et exgse du texte, function de h thmanque sapiennelk.... La interpretacin de imagen del Dios invisible ha dividido, a lo
largo de la historia, a los exgetas en dos escuelas: los que entienden que aqu se habla
del ? ? y los que lo entienden del ? ?. Aunque tal dis
tincin sea til para clarificar las ideas y separar lo que pertenece a la Trinidad y lo que
es propio de la oikonomia, nos parece, sin embargo, que en San Pablo todava no hay
una distincin tan neta. Cristo es, en este sentido, el Verbo eterno del Padre y su manifestacin histrica.
29. ? tiene 8 presencias en el NT, de las cuales 6 en San Pablo (3 veces
en Heb). Tiene un sentido jurdico, relacionado con la Ley (cfr. Le 2, 7; 2, 22-24), y en
San Pablo, fuera de Heb, indica la primaca de Cristo sobre la creacin (Col 1, 15), su
primaca en el orden de la redencin (Col 1, 18) y su relacin de fraternidad con los
hombres (Rom 8, 29). Este ltimo texto es particularmente interesante porque afirma
que los que Dios ha llamado, los ha llamado a ser conformes a la imagen de su Hijo, de
modo que el Hijo sea el primognito entre muchos hermanos. Jesucristo es primognito entre muchos hermanos porque es el ejemplar al cual nos conformamos.
30. Es preciso recordar en este punto la exegesis arriana que defenda la naturaleza
creada del Hijo, precisamente a partir del ?. Por eso San Juan Crisstomo
precisa: ? , ? (In ep, ad co loss,
horn., 3, 2; Opera omnia, ed. . DE MONFAUCON, vol. XI, Parisiis 1838, p. 396).
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35. Es la tesis que defienden P. D'AQUINO, Cristo Figlio di Dio e Figlio dell uomo (Col
1, 15-20), en Studia Ierosolimitana, in onore di B. Bagatti, Jerusalem 1976, 135-145; P.
BEASLEY-MURRAY, Colossians 1: 15-20: An Early Chrisnan Hymn... pp. 171s, relativa al
sentido de prottokos.
36. Si se consideran los cuatro sintagmas , ,
se encuentra que el primero aparece 79 veces en San Pablo, el segundo 46 veces, el ter
cero 19 y el cuarto 10 veces.
37. As por ejemplo en Gal 2, 17; 1 Cor 4, 10 (sinnimo de ); 2 Cor
2, 14; Rom 6, 23; Eph 2, 10; 3, 11; 2 Tim 1, 9.
38. No se pueden reducir al valor instrumental las expresiones que hablan de la fe,
la caridad o la gracia que est en Cristo Jess (cfr. Gal 2, 4; 3, 26; ICor 15, 19.31;
328
16, 24; Rom 3, 24; 8, 39; Phil 2, 1; Col 1, 4; Eph 1, 12; 1 Tim 1, 14; 3, 13; 2 Tim 1,
1; 1, 13; 2, 1; 2, 10; 3, 15). De modo semejante hay veces que parece que nos encontramos en presencia casi de un genitivo posesivo: cfr. 1 Thes 2, 14; Gal 1, 22; 1 Cor 1,
2; 3, 1; 2 Cor 12, 2; Rom 8, 1; Phil 1, 1; 2, 5; 4, 21; Eph 1, 1; 3, 6.
39. Apuntan a un lugar metafrico las expresiones del tipo ser en Cristo, estar en
Cristo: cfr. 1 Thes 3, 8; Gal 3, 28; 5, 6; 1 Cor 1, 30; 7, 22.39; 9, 1.2; 2 Cor 5, 17; Rom
12, 5; 16, 3.7.9.11; Phil 4, 1; Col 3, 20; 4, 17; Eph 2, 6; 5, 8.
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40. Aparece 16 veces, de las que 14 pertenecen al corpuspaulinunr. Gal 2, 18; 2 Cor
3, 1; 4, 2; 5, 12; 6, 4; 7, 11; 10, 12; 10, 18 (bis); 12, 11; Rom 3, 5; 5, 8; 16, 1; Col 1,
17; Le 9, 32; 2 Pet 3, 5.
41. En este sentido, literalmente, en 2 Pet 3, 5 y, en sentidofigurado,en Gal 2, 18;
Rom 16, 1.
42. Sobre todo en los textos de 2 Cor 10, 12.18; 12, 11.
330
5.1.
En el uso que San Pablo hace de esta palabra se distinguen dos gru
pos semnticos bien diferenciados: en 1 Cor y Rom, tiene sentido literal propio, como, por ejemplo, en el aplogo del cuerpo humano de 1
Cor 12, o sentido metafrico para expresar un grado superior de autoridad. En este segundo sentido, el Apstol afirma que Cristo es cabeza de
todo varn, el marido es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo
(1 Cor 11, 3). En las epstolas de la cautividad, en cambio, y concretamente en Col (3 veces) y Eph (4 veces) el trmino se emplea en contextos eclesiolgicos y expresa la particular relacin entre Cristo, Cabeza, y
su Cuerpo, que es la Iglesia (Col 1, 18; 2, 19; Eph 1, 22-23; 4, 15-16;
5, 23). La excepcin es Col 2, 10, donde Cristo es llamado la cabeza de
principados y potestades. En ningn texto Cristo es la Cabeza de un
cuerpo que coincide con el cosmos, como algunos proponen43, porque
43. Cfr. P. BENOIT, Lhymne christologique de Col I, 15-20..., pp. 180s seala entre
los varios defensores de esta opinin a G. Bornkamm y E. Ksemann.
331
CLAUDIO BASEVI
5.2.
Es una palabra de gran tradicinfilosfica,puesto que fue empleada por los pensadores jnicos para indicar el principio del universo, es
decir, el elemento material o el factor inmaterial del cual proceda el universo actual. La palabra, que inicialmente sealaba el trmino inicial de
un proceso, en el tiempo o en el espacio, adquiri un sentido abstracto
de causa material universal. Se encuentra en San Pablo 11 veces, ms 6
veces en Heb, sobre un total de 55 presencias en el NT. En las epstolas
de San Pablo el sentido habitual (9 veces)46 es el de una categora anglica, frecuentemente asociada a las potestades ( ; 8
veces). Slo en Phil 4, 15; y en las citas de Heb indica el comienzo de
un tiempo o de una accin47. Este segundo sentido es el que ms se apro-
44. Cfr. E. SCHWEIZER, La carta a los colosenses, Salamanca 187, pp. 58s, aun defendiendo la opinin, segn la cual el de Cristo en Col 1, 18 es el cosmos y no la
Iglesia, admite que hay pocos y dudosos testimonios (himnos rficos, Filn, Cornuto y
Din Crisstomo) acerca de Zeus, el Logos, el cielo o el ter como cabeza del cosmos.
Pero slo Filn y Cornuto son anteriores a San Pablo y su testimonio es el que no es
seguro. Cfr. P. D'AQUINO, Cristo Figlio di Dio e Figlio dellVomo..., 139-142.
45. Cfr. A. FEUILLET, L'Eglise plrme du Christ d'aprs Ephs. I, 23 en NRT 78
(1956) 449-472; 79 (1956) 593-418.
46. Cfr. 1 Cor 15, 24; Rom 8, 38; Eph 1, 21; 3, 10; 6, 12; Col 1, 16; 2, 10.15; Ti
3,1.
47. Heb 1, 10 cita de Ps 101, 26-28; 2, 3; 3, 14; 5, 11; 6, 1; 7, 3.
332
TOKOS'
5.3.
48. En el uso de los LXX el trmino traduce el hebreo que indica el comienzo,
el principio, incluyendo tambin la idea de primaca. A veces los LXX traducen con
el mismo trmino 27 despojado de cualquier connotacin temporal. Cfr. P.
BEASLEY-MURRAY, Colossians 1:15-20..., 175s.
49. Cfr. P. D'AQUINO, Cristo Figlio di Dio..., 140-141.
333
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5.4.
50. El verbo aparece 21 veces en NT. San Pablo lo emplea 11 veces, ms 3 en Heb:
1 Thes 2, 8; 3, 1; 2 Thes 2, 12; Gal 1, 15; 1 Cor 1, 21; 10, 5; 2 Cor 5, 8; 12, 10; Rom
334
15, 26.27; Col 1, 19; Heb 10, 6.8.38 cita de Hab 2, 4. Se trata de una palabra helenstica, con semantismo especial en la Biblia, donde se refiere al plan providencial de
Dios: ser del beneplcito divino. El sustantivo aparece 9 veces en NT, de las
cuales 6 en San Pablo: Mt 11, 26; Le 2, 14; 10, 21; 2 Thes 1, 11; Rom 10, 1; Eph 1,
5.9; Phil 1, 15; 2, 13.
51. El trmino cuenta con 17 presencias en el NT, de las cuales 12 pertenecen al corpus paulinum: Me 2, 21; 6, 43; 8, 20; Mt 9, 16; Ioh 1, 16; Gal 4, 4; Rom 11, 12.25;
13, 10; 15, 29; 1 Cor 10, 26 (cita de Ps 24, 1); Eph 1, 10.23; 3, 19; 4, 13; Col 1, 9; 2,
9. Vid. G. CALANDRA, Il senso di Pienezza, elementi del mondo, primogenito di ogni creatura nelle lettere paoline della cattivit en Introduzione alla Bibbia, con antologia esegetica, ed. T. BALLERINI, S. LYONNET y S. VIRGULIN, vol. V, 2, Torino, 1968, pp. 259-275;
P. BENOIT, The Plerma in the Epistle to the Colossians and the Ephesians, en Svensk. Exeg.
Arsb, 49 (1984), pp. 136-158.
335
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Consideramos probable que San Pablo haya empleado una terminologa proto-gnstica, segn la cual el plroma indicaba la esfera de los
seres divinos, despojndola de todas las adherencias politestas. El Hijo
encierra en s toda la riqueza de la divinidad o, lo que es lo mismo, es la
nica hipstasis que viene por generacin del Padre.
Es probable que, de modo anlogo a 2, 9, el v. 1, 19 considere la plenitud de la divinidad del Hijo Encarnado, lo que, como es evidente, es
propio tambin del Hijo en el seno de la Trinidad. As que 1, 19 afirma
que Jesucristo posea, incluso en su encarnacin, en forma de siervo, toda
la plenitud de la divinidad o, simplemente, toda la plenitud. Esta riqueza
de poder y gloria es la que hace que Cristo sea lo primero en todo.
La palabra posee, adems, un rico sentido eclesiolgico
y soteriolgico. Para ponerlo en luz es suficiente tener en cuenta, a lado
de Col 1, 1 y 2, 9, tambin Eph 1, 22-23:
?
, ? ,
. En este texto muy relevante
se equiparan dos modelos de las relaciones entre Cristo y la Iglesia: el
modelo Cabeza-Cuerpo, y el otro de la Iglesia plroma de Cristo, plroma a su vez de todas las cosas. Esto quiere decir que, como explica 1
Cor 15, 28-29, Cristo, por decreto del Padre, somete a S todas las cosas
y se somete y las somete a Dios Padre, para que sea Dios todo en todas
las cosas. La Iglesia es, en esta circularidad y omnipresencia divina, el
plroma de Cristo, es decir, lo que llena (sentido activo) a Cristo, en el
sentido que es su acabamiento, y es llenada (sentido pasivo) por Cristo.
Cristo y la Iglesia se llenan mutuamente, porque Cristo es el salvador
de la Iglesia (cfr. Eph 5, 23), el que la alimenta (cfr. Eph 5, 29) y la hace
crecer (Eph 4, 16; Col 2, 19), el sustentador y el santificador (cfr. Eph
5, 26); y la Iglesia es, recprocamente, la que, en sus miembros, completa
lo que falta a la Pasin de Cristo (cfr. Col 1, 24).
7.1. La reconciliacin
()
l,20aKai ' ,
Notemos, en primer lugar, que el infinitivo
depende sintcticamente de y tiene, por lo tanto, como
sujeto implcito a Dios Padre. Del Padre viene la iniciativa de reconciliar
todas las cosas consigo por medio de Jesucristo. El verbo
es un verbo de doble preposicin, hapax paulino absoluto y poco
frecuente (3 presencias en el NT) 52 , de sentido parecido al ms habitual
(6 presencias, todas en San Pablo)53. Ambos indican la
reconciliacin, el restablecimiento de la amistad, pero el primero tiene el
matiz de un cambio debido a una conversin, como se desprende de Col
1, 21-22: Y a vosotros, que en otro tiempo erais extraos y enemigos
por vuestros pensamientos y malas obras, ahora sin embargo os reconcili mediante la muerte sufrida en su cuerpo de carne, para presentaros
santos, sin mancha e irreprochables delante de l. Ya este texto, inmediatamente siguiente al que estamos comentando, asocia la reconciliacin a la muerte de cruz. Sin embargo, un paralelo an ms estrecho y
esclarecedor lo encontramos en 2 Cor 5, 18-20, que vale la pena reproducir: Y todo proviene de Dios, que nos reconcili consigo por medio
de Cristo ( ? ?
) y nos confiri el ministerio de la reconciliacin.
Porque en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo (
? ), sin imputar
les sus delitos, y puso en nosotros la palabra de reconciliacin. Somos,
CLAUDIO BASEVI
7.2. La pacificacin ()
20b
El inciso por medio de la sangre de su Cruz precisa de modo oportuno cmo se llev a cabo la obra mediadora (cfr. Col 1, 22; 2, 13-15;
Eph 2, 1-6; 14-18)54. Estamos en el caso de un sacrificio kippur55 corno
dejaba entender Rom 3,24-25 y explicitar Hebr 9,11-12. Por otra parte,
la alusin estaurolgica, nos reconduce a Gal 6, 14; 1 Cor 1, 17-18; y
especialmente a Phil 2, 8. Se ha sealado, por otra parte, el paralelismo de
lo que Col 1, 20 afirma concisa y sobriamente con lo que se encuentra
esparcido aqu y all en Eph 2, 14-16. Lo que s desarrollan, en cambio,
Col y Eph 5, 25 es la dimensin eclesiolgica del Sacrificio de la Cruz. De
la Cruz viene la paz, de la Cruz nace la Iglesia (cfr. Eph 2, 16)56.
\ \ TO *.
54. Heb 9, 22 explicar que, segn la mentalidad judaica, sin sangre no hay remisin de los pecados. Generalmente los comentadores opinan que se trata de una glosa.
Es cierto que la expresin la sangre de su Cruz resulta, en griego, bastante dura; pero,
si se piensa en hebreo, con un estado constructo, ya lo es menos porque disminuye la
fuerza de la metonimia debida a la commutano del trmino de referencia. En hebreo es
una construccin frecuente: cfr. los sintagmas del tipo la sangre de la Alianza; el da
de Yahweh; Thr 1,12: el da de su ardiente clera (el da en que se manifestar)"; 1,
14: el yugo de mis rebeldas (el yugo que mis rebeldas han merecido). No es un genitivo subjetivo, tiene algo de genitivo objetivo, o de posesivo sui generis. Esta expresin
la sangre de su Cruz viene ms bien a confirmar la proximidad entre las expresiones paulinas y la teologa jonica: cfr. Ioh 19, 34; 1 loh 1, 7; 5, 6.
55. . RlGAUX, Dio Vha risuscitato, p. 223, recuerda que, pace Ksemann, Lohmeyer
sita el Sitz im Leben de Col 1, 15-20, no en el culto gnstico al Urmensch, sino en el
ceremonial judo del yom kippur.
56. Esta afirmacin encaja muy bien con una visin soteriolgica de Cristo nuevo
Adn.
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57. Es precisamente sta la esencia del mysterion que San Pablo debe revelar por mandato divino: cfr. Eph 3, 2-6; Col 1, 26-28.
58. La terminologa de redemptio subjectiva no es muy feliz, porque o bien supone
que el sujeto merezca de algn modo ser redimido, o bien porque parece insinuar
alguna diferencia con respecto a la redencin objetiva. En realidad, las dos redenciones
no difieren en nada entre s, se distinguen con una distincin de razn, segn el sujeto
que es redimido: en un caso son todos los hombres, en general, en el otro un sujeto concreto hie et nunc. En las Grandes Epstolas la Redencin, reconciliacin o justificacin
se consideran en relacin con este hombre. En las Epstolas de la cautividad prevalece,
en cambio, la consideracin de todos los hombres, de la sociedad y del cosmos. Por otro
lado la ampliacin del campo de observacin es del todo natural. Superada la fase fundacional, la iglesia local adquiere conciencia de su tarea misionera, necesariamente
catlica, es decir universal.
59. Cfr. Cat. Igl. Cat., Madrid 1992, nn. 399-401.
60. El libro del Gnesis, en sus primeros captulos, subraya precisamente la progresiva extensin del pecado: la tierra deja de producir sus frutos (Gen 3, 17.19); el trabajo
se vuelve duro y fatigoso; se llega al homicidio y al fratricidio (Gen 4, 3-15) y a una
forma de degradacin universal que merece el castigo divino (Gen 6, 5-12). Es el efecto
del desorden que el hombre ha introducido. La creacin material estaba sometida al
hombre, en la medida en que el hombre estaba sometido a Dios.
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del Cielo y las de la tierra (cfr. Col 1, 20), por esto puede decirse que es
pacificador (?)61 y recapitula en S (cfr. Eph 1,10:
)62 todo el universo. As como se puede decir que el Hijo es la
cabeza de todas las cosas creadas (incluidos los ngeles), porque todas
han sido creadas por medio de l, en l subsisten y hacia l van dirigidas,
del mismo modo Cristo es la nueva cabeza de la nueva creacin63.
9. Conclusiones
El himno de Col es sin duda un texto muy denso y de gran
altura teolgica, y, como tal, muy importante para la Revelacin del NT,
y, ms en concreto, para conocer el Evangelio sobre Cristo que los primeros cristianos crean y transmitan. La singularidad de Col es la de ser,
a la vez, tambin un importante testimonio de la fe y de la liturgia protocristianas. Su contenido doctrinal puede ser resumido en un esquema
del tipo siguiente:
1. La obra del Hijo en la Creacin manifiesta su preexistencia
(Logos asarkos) porque:
1.1. El Hijo es el Hijo del amor del Padre.
1.2. El Hijo es Imagen perfecta del Padre (Logos-Sabidura).
1.3. Todo ha sido creado en l y todo subsiste en l.
1.4. Por lo tanto, el Hijo es Causa y Fin universal de toda criatura,
incluidos los ngeles.
61. El verbo es un septuaginismo, para traducir Prv 10, 11; el sustantivo
correspondiente ? es un neologismo de Jenofontes para indicar el que
establece la paz. El Apstol emplea el participio aoristo para indicar que la accin de Cristo
es a-temporal, es decir, permanente. El matiz que sugieren tanto el texto de Prv como las
obras de Jenofontes es la accin de quien establece la paz con la autoridad o la fuerza.
62. El verbo, como se sabe, es de difcil traduccin, y su significado puede variar
entre resumir, condensar (cfr. Rom 13, 9) y ponerse a la cabeza, mandar. La Vg tradujo interpretando instaurare; la NeoVg, ms fiel pero menos explcita, recapitulare. La idea, sin embargo es la misma: Dios Padre quiso que Cristo fuera la cabeza,
el jefe y el compendio del Universo. Vid. J.M. CASCIARO, Estudios sobre Cristobga
del Nuevo Testamento, pp. 308-323.
63. San Pablo llama varias veces con el nombre de koin ktsis tanto al hombre justificado, como todo el Universo despus de la Encarnacin. Por lo que se refiere al individuo: cfr. Gal 6, 15; 2 Cor 5, 17; Eph 4, 24; cfr. tambin 2 Cor 4, 16 y Col 3, 10. Por
lo que se refiere al aspecto universal, lo primero que se debe sealar es la
(1 Cor 11, 25) y, como resultadofinal,el hacer nuevas todas las cosas (cfr. 2 Cor 5, 17).
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