Revista Cristiana

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U N A P U B L I C A C I N D E M I N I S T E R I O S E N C O N TA C T O | A B R I L 2 0 1 4

COMIENCE A
DISFRUTAR DE UNA
VIDA NUEVA

Al aceptar a Jesucristo como su Salvador


personal ha tomado la decisin ms importante
de toda su vida, pero como nuevo creyente se
puede estar preguntando y ahora qu?

VIDA NUEVA
EN CRISTO
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A B R I L

2 0 1 4

artculos
17
La vida de santidad

Aunque los creyentes somos declarados justos, no siempre


actuamos como tales. Pero Dios nos llama a tener una vida
enfocada en lo espiritual, cada da del ao.
por Charles

22

F. Stanley

Los hombres que


salvaron la Pascua
Usted puede pensar que ha escuchado todo sobre la crucifixin y
la Resurreccin, pero qu sabe de los dos hroes inslitos que
arriesgaron todo por lo que crean?
por Andy Stanley

27

SECCIN ESPECIAL

Devocionales y Estudios
Bblicos de Pascua
Haga de su tiempo con el Seor uno muy
especial mientras se prepara para recordar
su muerte y celebrar su resurreccin.

A B R I L

2 0 1 4

Esta publicacin de

departamentos

es para la Gloria de Dios

Dr. Charles F. Stanley


PRESIDENTE Y FUNDADOR

C. Phillip Bowen
DIRECTOR EJECUTIVO

John E. Courtney, Jr.


VICEPRESIDENTE
DESARROLLO Y MERCADEO

Cameron Lawrence

en la PALABRA

EDITOR EN JEFE

por el CAMINO

Victor M. Rodriguez

Cordones sueltos y
viento recio
Cuando llegan los
problemas, se enfoca
usted en lo que puede
controlar o confa en
Aqul que lo gobierna
todo?
p o r J O H N VA N D E N O E V E R

11

Un da de fiesta
Muchas cosas pueden
servir para compartir
las buenas nuevas de la
gracia, incluso las donas.
por W I N N CO L L I E R

15

DIRECTOR DE CONTENIDO

Martha Alvarez Restrepo


EDITORA

Tom Sabonis-Chafee
DIRECTOR DE SERVICIOS CREATIVOS

La novia se
visti de rojo

Nora T. Hernndez
COORDINADORA DE MERCADEO

Jess enfatiz el amor


por encima de las
tradiciones religiosas, y
nosotros debemos estar
dispuestos a hacer lo
mismo.

Diana Chavez
COORDINADORA DE CONTENIDO

Steve R. Lindsey
DIRECTOR DE MATERIALES

por G I N G E R G A R R ET T

Y DISTRIBUCIN

David Blahnik
GERENTE DE PRODUCCIN

otras secciones
6

Palabras del
Dr. Stanley

27

Meditaciones
diarias
Devocionales diarios
extrados de los mensajes
del Dr. Stanley.

La Palabra de Dios.

Las notas del Dr. Stanley.


Una combinacin poderosa.
Aproveche la sabidura del Dr. Stanley
con esta Biblia, que incluye notas y
artculos de ms de treinta aos de
su ministerio. Y adems, descubra
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Revista En Contacto, abril de 2014. Tomo XIV, no 7. Todos los derechos reservados..
No se aceptan manuscritos que no hayan sido solicitados. Impresa en los Estados Unidos de Amrica.

MINISTERIOS EN CONTACTO, P.O. Box 48900 Atlanta, Georgia 30362


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La revista En Contacto no se hace responsable de la publicacin ni distribucin de ediciones internacionales, ya sea en ingls o traducidas,
a no ser que la edicin haya sido autorizada por el personal administrativo de la revista In Touch. A menos que se indique lo contrario, las
citas bblicas son tomadas de la versin Reina Valera de 1960, Sociedades Bblicas Unidas.

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Foto del Dr. Stanley


por Corey Lack Pictures

palabras del DR. STANLEY

Una razn para celebrar


Ha pensado usted en los sentimientos que experimentamos durante la Semana Santa?
El Viernes Santo sentimos dolor y pesadumbre por el sufrimiento y la muerte de Cristo,
pero el Domingo de Resurreccin nos llenamos de gratitud, esperanza y gozo.
Si preguntamos cul es la definicin de gozo, alguien que no sea cristiano podra
decir que es lo que se siente cuando se est feliz. Aunque las palabras parecen
sinnimas, en realidad son muy diferentes.
Felicidad es el sentimiento que tenemos
cuando se produce algo bueno, o cuando
la vida marcha de la manera que nos
gusta. Pero gozo es lo que sentimos,
independientemente de las circunstancias,
pues ste fluye de conocer a Cristo.
La muerte, sepultura y resurreccin de
Jess nos abrieron el camino para comenzar
una relacin con Dios. A los que tienen fe,
el Padre celestial les enva su Espritu Santo
para que more en ellos; l es quien produce
el fruto del gozo en nuestra vida (G 5.22).
Gozo es lo que sentimos,
Si Jess es el objeto de nuestro amor,
independientemente de las
no podemos sino regocijarnos. Cuando el
mundo nos mira, es importante que vean el
circunstancias, pues ste fluye
gozo que hay en nuestros corazones para
de conocer a Cristo.
que se sientan atrados. Sin embargo, el
Seor no desea que nuestro gozo dependa
de momentos felices, como el Domingo de Resurreccin. l quiere que sea evidente en
nosotros cada da. Aunque los problemas puedan venir uno tras otro, nuestra relacin
con Jess nunca cesar. Incluso cuando las circunstancias parezcan robar nuestra paz, l
todava est con nosotros.
Hay maneras de regocijarse, sin importar lo que est sucediendo. Primero, ponga sus
ojos en Cristo, no en su situacin. Considere lo que l ha hecho por usted, y tome la
decisin de alabarlo. Luego, rndase a su voluntad. Es posible que a usted no le guste su
circunstancia, pero el entender que el Seor la utilizar para bien, le permitir sentir gozo.
Si usted est pasando por una situacin difcil en este momento, afrrese a las
palabras del Salmo 30.5: Por la noche durar el lloro, y a la maana vendr la alegra.
As como el Domingo de Resurreccin vino despus del Viernes Santo, una paz confiada
llegar en su debido tiempo. Esprela, porque la ver.

e n l a PA L A B R A

ILUSTRADO POR JEFF GREGORY

PERSPECTIVA

CORDONES
SUELTOS Y
VIENTO RECIO
Cuando se vea atrapado
en la tormenta, recuerde quin
sostiene el cordel de su vida.
por John VandenOever

en la PAL A B R A

adison tena tres aos cuando tuvo su


primera cometa. Hurg en la hierba plstica
de su cesta de Pascua, un largo paquete
adornado con un jovial personaje infantil
popular en ese momento. Yo haba anticipado
iniciarla en una danza deslumbrante en el cielo,
pero descubr pronto que yo estaba mucho ms
interesado que ella en la cometa. Madison prefera
claramente las cosas que estaban en el fondo
de la cesta: malvaviscos y dulces de chocolate,
merengues azucarados, y una multicolor mezcla
de caramelos. Mientras probaba estas cosas, yo
preparaba la cometa de plstico, ansioso por
ensearle todo lo que saba sobre el viento, la
tensin y el manejo del cordel.
Afuera, en el patio, sus pequeos
dedos agarraban firmemente el cordel,
mientras yo la invitaba a que corriera y
moviera la cometa para atrapar el viento.
Ve! Ahora! El viento est perfecto.
Echa a correr, y mira esto tan
hermoso.
Sin la ms mnima idea de lo
que tena que hacer, sali disparada mientras la cometa chocaba
contra la hierba. Deja que pap
te ensee, le dije apretando el
cordel con mis gruesos dedos y
agitando mi mueca en el aire.
La cometa se elevaba cada vez
ms a medida que se desenrollaba el cordel. Madison me lo
quit y se apoder de la cometa,
solo para ver que se iba a pique,
estrellndose al igual que su roto
corazn.
As que la persuad con ruegos
a que volviera a elevar la cometa,
pero con mis manos sobre las de ellas
en el cordel, manejando la tensin en
la parte superior mientras mi hija se
emocionaba cada vez ms. La cometa se
levant y se elev por encima de noso8 ABRIL 2014 EN CONTACTO

tros, y encontr
el momento que
haba deseado.
Pero cuando me
volv a ver el
alegre rostro de
mi niita, lo que
vi ms bien fue
una expresin de
frustracin en su
cara enrojecida.
Su semblante se
transform en un
mar de sollozos, mientras
apuntaba con su
dedo tembloroso
a sus zapatitos rosados que se le haban
desatado. El triunfo que haba tenido
en el cielo haba sido tragado por unos
cordones sueltos.
As es la vida en Cristo. La nuestra

es una historia escrita desde antes del


tiempo, un futuro en el que Dios hace
que todas las cosas resulten de acuerdo
con su plan (Ef 1.11 NTV), y dejamos que
el equivalente espiritual de los cordones

sueltos sea nuestra ruina. Nos sentimos


atrados por las cosas terrenales por lo
que podemos palpar y controlar y
nos
perdemos de lo que Cristo est haciendo.
Eso le sucede a todos. El profeta Elas
proclam una sequa de tres aos, viva
de una jarra sin fondo de aceite, resucit
a muertos, e hizo descender fuego del
cielo; sin embargo, se sinti deprimido
por la amenaza de una reina (1 R 19.2).
Despus de quitar su mirada de las
victorias del pasado y de las promesas
del futuro, corri desaforadamente al
desierto para salvar su vida.
Los hijos de Abraham tuvieron tambin
esta tendencia. Olvidando su liberacin
de Egipto y rechazando la ruta directa
a la Tierra Prometida, se desesperaron
quejndose a Dios y aborreciendo los
mismsimos regalos que l les haba dado.
Despus se deslizaron las serpientes, una
queja terrenal como nunca se haba visto.
La gente fue mordida, y muchos de ellos
murieron (Nm 21.4-6). Sin embargo, como
respuesta a sus gritos desesperados de
que los salvara, Dios les dio una imagen perfecta de la manera de salir de la
conmocin. Moiss deba tomar la misma
imagen de lo que los haba daado, y ponerla en un poste para todo el que haba
sido mordido la mirara y viviera.
Esa cuerda de salvamento es precisamente la esperanza de rescate que tenemos hoy. Cuando levantamos a Jess,
muy por encima de nuestros problemas,
sustituimos la frustracin, el temor y la
muerte por la paz, la fe y la vida. Como
escribi Pablo a los corintios: Al que no
conoci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos
justicia de Dios en l (2 Co 5.21). Este es
nuestro rescate, nuestro lugar de partida,
y donde debemos poner nuestra mirada.
Ms de 3.000 aos despus, es muy
fcil mirar con desdn la queja de esos

Cuando levantamos a
Jess, muy por encima
de nuestros problemas,
sustituimos la frustracin,
el temor y la muerte por la
paz, la fe y la vida.
quejumbrosos peregrinos bblicos, y
burlarnos de su miopa espiritual. Su
falta de fe convirti a una caminata de
40 das desde Egipto a Canan, en una
peregrinacin de 40 aos, y sus circunstancias solamente empeoraron en cada
captulo de xodo. Pero somos nosotros
realmente tan diferentes, incluso en
este lado de la Encarnacin? Con qu
frecuencia dice el cristiano occidental
que est murindose de hambre, agotado o perdindose de lo que todos los
dems tienen o llegan a hacer?
Somos demasiado rpidos para
medirnos por una escala terrenal por
lo que tenemos y a quien conocemos, y
tambin por nuestras oportunidades y
desafos, y por nuestras dificultades y
bendiciones. Sabemos que estos son instrumentos poco confiables en comparacin con la excelencia del conocimiento
de Cristo, y sin embargo, los usamos de
todos modos. Mientras que la obra de
Dios en nuestra vida est destinada a
crear un hermoso vuelo, somos aplastados, abatidos y se nos enrojece el rostro
una y otra vez cuando quitamos los
ojos de las cosas que l est haciendo,
preocupndonos por nuestros cordones
de zapatos.
Los estndares humanos siempre nos
defraudarn, de la misma manera que
ENCONTACTO.ORG

en la PAL A B R A

lo hacen las reglas y los ritos carentes


del Espritu. Hay una razn para que las
Escrituras utilicen el lenguaje de la luz
y de la vida, y del agua que brota la fe
salvadora tiene una riqueza y una vitalidad que captan no solamente nuestra
realidad, sino tambin nuestra pasin
y nuestra imaginacin. Hemos sido
resucitados con Cristo y, como resultado,
tenemos una nueva identidad y tambin
la libertad de reordenar nuestra manera
de pensar y de valorar.
Las dificultades de la vida son muy
reales, no importa qu tan fuerte sea
nuestra fe. Tienen importancia cuando
nuestras finanzas se desploman; cuando
la persona en quien confibamos resulta
ser deshonesta; y cuando recibimos
un diagnstico fatal. Cosas como estas

pueden y deben tocarnos. Pero cuando


lo hacen, hay que recordar quin mece
al viento.
Con mi hija derrumbada delante de
m, me agach para atar los cordones
que la haban deshecho. Su reaccin
fue extrema, pero no quise enfocarme
en una nimiedad cuando haba tanto
que ver arriba en el cielo. As que, con
dulzura y con una sonrisa en mis labios,
comenzamos de nuevo, dos seres aprovechando el poder que haba en lo alto.
Juntos, corrimos hacia adelante, dando
tropezones y cayndonos, con la cometa
en ascenso en una corriente de aire. De
mi garganta salan llamadas de aliento
mientras me desprenda del cordn y
dejaba que Madison siguiera corriendo
llena de alegra. l

CUNDO COMIENZA
LA ETERNIDAD?
A lo largo de esta serie, el
Dr. Charles Stanley enfatiza que
el da en que aceptamos a Cristo
como nuestro Salvador personal es el da
en que comenzamos a vivir eternamente.
Basndose en esta realidad, nos ensea de
qu manera podemos dejar de vivir para
alcanzar triunfos sin valor eterno, y as poder
empezar a vivir con propsito y alegra.

VIDA ETERNA

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p o r el C A M I N O
C E L E B R A C I N

UN DA DE FIESTA
Una iglesia lleva las buenas nuevas de la
Resurreccin de manera poco tradicional.

F O T O P O R A N D R E W T H O M A S L E E . T O M A D A E N R E V O L U T I O N D O N U T S , D E C AT U R , G A .

por Winn Collier

ENCONTACTO.ORG

11

por el CA M I N O

i solo se pudiera apartar un da del ao para


hacer una fiesta en mi iglesia, entonces ese da
sera el Domingo de Resurreccin. Ese da santo se ha convertido en el pinculo de nuestro
ao, cuando hacemos todo lo que est en nuestras
manos para llevar la celebracin a las calles, y lo
mejor de todo es que la celebracin incluye donas.
En la Pascua, la vida resurge al quitarnos de encima nuestra ropa sepulcral y deleitarnos en la vida nueva en
Cristo. En la Pascua, la audacia de la
asombrosa accin de Dios en Jess nos
aturde, y la esperanza simplemente se
niega a refrenarse. En la adoracin del
Domingo de Resurreccin gritamos
aleluyas. Cantamos con ms fuerza de
lo que lo hacemos cualquier otro da
del ao. La predicacin, la msica y la
gente irradian una energa exuberante.
En el Domingo de Resurreccin la vida
resurge por todas partes.
Al vivir todo el drama cristiano,
tenemos que experimentar, con Jess,
la agona de nuestro
pecado y las innumerables maneras en
que nos lastimamos
a nosotros mismos y
a otros (y tambin las
innumerables maneras en que hemos
sido heridos por
otros). Sin embargo,
la cruz no es el evento principal; es el
preludio. La Pascua,
el da cuando la resurreccin sorprendi al mundo, revela
la victoria perfecta de Dios. Y cuando
Dios triunfa, se desata siempre una alegra ensordecedora.
Hace varios aos, esa conciencia
condujo a nuestra iglesia a reconsidera
la manera de celebrar la resurreccin.
12 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

Mientras que
las semanas
previas a la
Pascua llaman al
arrepentimiento y, algunas
veces, a la grave
reflexin, el
Domingo de Resurreccin en s llama a
tener una fiesta. Jess inici su ministerio pblico en una fiesta de bodas en
Can, y siempre estuvo apareciendo
en celebraciones, alimentando a multitudes hambrientas, y compartiendo
momentos festivos con los cansados y
trabajados. Desde el principio, nuestra
iglesia ha querido solidarizarse con la
generosidad y la hospitalidad del Seor
Jess. Algunas personas saborean la
gracia antes de creer en la gracia. Jess
vino para ser celebrado por todo la
humanidad, y creemos que Dios quiere
que nuestra iglesia sea una celebracin
para nuestra ciudad.
Todo esto nos ha
llevado a hacer nuestra
la prctica espiritual
de la planificacin de
la fiesta. En la Pascua,
nuestra fiesta incluye
la contratacin de
nuestro amigo Matt,
para que prepare rosquillas durante varias
horas el Domingo de
Resurreccin. Mark
estaciona su restaurante ambulante de
color rojo en el centro de la ciudad, en
una importante interseccin peatonal.
Elegimos el mejor lugar para poder captar a la muchedumbre de personas que
se pasean buscando un lugar donde
comer algo, o yendo al parque de la ciudad lleno de gente en los clidos das

Miembros de la Iglesia comparten las buenas nuevas del Domingo de Resurreccin con otros
residentes del rea, mientras hacen fila para echar mano de las deliciosas creaciones de Matt.
(Fotografa de Jared McComb)

de la primavera. Matt pone al rojo vivo


su freidora, deja caer la fresca masa y
produce, una tras otra, cantidades enormes de ricuras para el paladar.
El ao pasado, cuando tratbamos
de calcular a cuntas personas podramos dar de comer, Matt nos dijo: Voy
a mantenerme sacando rosquillas tan
rpido como pueda durante dos horas.
Las donas de Matt, hechas con huevos
orgnicos del lugar, harina y zumo de
manzana, son muy populares. Cada vez
que l estaciona su remolque rojo en
cualquier lugar de la ciudad, se forman
filas rpidamente en las aceras. Mi
parte favorita de nuestras fiestas del
Domingo de Resurreccin es ver a la
gente tomar sus bolsas de rosquillas
calientes, sacar su dinero para pagarlas,
y luego ver su expresin cuando Matt
les dice: No, hoy las donas son gratis.

La noticia de la resurreccin
de Jess no puede ser
algo que nos reservemos
calladamente para nosotros
mismos, agazapados
dentro de nuestro privado
enclave cristiano.
Los clientes usualmente lucen desconcertados, y preguntan por qu. Mueven
la cabeza sorprendidos, pero a medida
que se alejan, vemos montones y montones de sonrisas. Cuando le pregunt
ENCONTACTO.ORG

13

p or el CA M I N O

La Pascua, el da cuando la resurreccin sorprendi


al mundo, revela la victoria perfecta de Dios. Y cuando
Dios triunfa, se desata siempre la alegra.
a uno de mis amigos de la iglesia lo
que ms disfrutaba de nuestra fiesta de
Pascua, me respondi: La expresin
de incredulidad que veo en las personas cuando se dan cuenta de que les
estamos dando algo sin pedirles nada a
cambio.
Un ao tuvimos msica en vivo
interpretada por msicos de la ciudad.
Por lo general, planeamos actividades para los nios en el parque que
inevitablemente se convierten en un
caos masivo con nios corriendo por
toda la hierba. Cada ao, ofrecemos
caf caliente, y recientemente aadimos jugo de manzana a la mezcla. La
escena es festiva, alegre y abierta. La
Semana Santa no inspira una simple
celebracin, inspira una fiesta pblica.
La buena noticia de la resurreccin de
Jess no puede ser algo que nos reservemos calladamente para nosotros
mismos, agazapados dentro de nuestro
privado enclave cristiano. Cuando las
primeras mujeres que estuvieron en
el sepulcro de Jess se dieron cuenta
del extraordinario hecho de su resurreccin de los muertos, corrieron a
toda velocidad adonde estaban los
discpulos, desbordantes de gozo por el
sorprendente giro de los acontecimientos. No pudieron contenerse. Mientras
que las horas anteriores haban estado
llenas de pesar y lgrimas, la euforia
de ahora haba hizo aicos la tristeza
de los discpulos. La resurreccin nos
produce un gozo incontrolable. Para
14 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

nuestra iglesia, esta es la razn por


la que queremos llevar la Pascua de
Resurreccin a las calles. Queremos
lanzar la invitacin a todas partes.
Queremos invitar a toda la ciudad a
nuestro jolgorio.
Durante un par de horas cada
Domingo de Resurreccin, nos sentamos en el centro de nuestra ciudad,
conocemos nuevos amigos, y comemos
ms rosquillas que cualquier ser humano normal debiera consumir en la vida.
Compartimos conversaciones y risas.
Cada vez que alguien nos pregunta por
qu lo hacemos, le respondemos simplemente: Porque Jess resucit de los
muertos. Esa es una oportunidad para
hacer fiesta.
En la bulliciosa fiesta del Domingo
de Resurreccin del ao pasado, tuve
una conversacin con un hombre que
me habl de su pesar en cuanto a la
iglesia, de las muchas maneras que
haba sido decepcionado, y de los
muchos hipcritas que haba encontrado en diversas congregaciones cristianas. Este seor me enumer mltiples
razones por las que haba abandonado
la iglesia. Sin embargo, antes de marcharse (y entre su primera y segunda
ida al camin de donas), me pidi que
orara por l: Ore por m, pastor. Pdale
a Dios que est conmigo. Lo hice y
creo que Dios lo har. Es por esto que
celebramos. Gracias a la Resurreccin,
Dios vive. Dios, en Jess, est siempre
con nosotros. l

C U L T U R A

LA NOVIA SE VISTI DE ROJO


Lo que importa no es cmo celebramos, sino a quin.
por Ginger Garrett

o haban pasillos en este mercado, solo una


multitud de personas yendo de un sitio a
otro. Puestos iluminados ofrecan todo tipo
de comidas, incluyendo unos que Marcia no
saba que existan. Por no poder leer las etiquetas
de los envases ni los precios, solo compr tallarines
y un pastel de chocolate. El da siguiente iba a
ser Domingo de Resurreccin, y ella esperaba
ansiosamente poder disfrutar de una cena tranquila
antes de su da preferido del ao.
Pero cuando Marcia serva la cena, se dio
cuenta de su error. El pastel estaba lleno de
pasta de frijoles negros, no de chocolate.
Desde que lleg a Japn con su esposo,
haca tres semanas, haba cometido muchos
errores parecidos. Era
por eso que se senta tan
entusiasmada en cuanto al
Domingo de Resurreccin.
Marcia se haba enterado
de que haba una iglesia
que se reuna en un apartamento cercano. Qu maravilloso sera adorar con
otros creyentes y hacer algo
que ella conoca. De modo
que, el Domingo de Pascua por la maana
se puso su mejor vestido de color pastel.
Desde el exterior, el edificio se vea como
cualquier otro. Pero una vez dentro, Marcia
hizo una pausa para quitarse los zapatos
y estudi las diferencias. El apartamento
estaba dividido por puertas corredizas de
papel blanco y madera. No haba ninguna
obra de arte en las paredes. Marcia not
la ausencia de colores, hasta que entr en

la habitacin
principal. Todas
las mujeres estaban vestidas
de color rojo
brillante, de todos los matices,
desde el cereza
hasta el granate. Afortunadamente, una
de las mujeres presentes hablaba ingls; la
cual le explic que llevaban puesta ropas rojas para honrar el sacrificio de la sangre de
Jess, y su triunfo sobre la muerte. El rojo
era un color muy estimado en su cultura,
que simbolizaba felicidad y
respeto.
Las otras mujeres estaban
igualmente intrigadas por
Marcia. Por qu usaba ella
colores suaves y fros en esta
importante maana? Marcia
no tena ninguna explicacin, mas que era parte del
Domingo de Resurreccin en
su pas. Se sinti incmoda,
hasta que una mujer le tom la mano para
orar. Cuando los creyentes de esa minscula iglesia local se tomaron de las manos
y elevaron oraciones en este extrao pero
hermoso lenguaje, Marcia saba que estaba
lejos de su casa, pero rodeada por una familia. Por primera vez en semanas, sinti gozo.
Marcia experiment lo que significa ser
una persona extraa en su propia fe. Lo que
ella no saba era que en Japn todo el que
ENCONTACTO.ORG

15

En qu piensa
cuando ve
una cruz?
Probablemente al ver
una cruz, lo primero
que le venga a la mente
no sea esperanza. Sin
embargo, el Dr. Charles
Stanley ensea que el
dominio del pecado fue
destruido en la cruz, y
gracias al sacrificio de
Jess tenemos esperanza
para hoy, maana y la
eternidad.

LA CRUZ, NUESTRA
ESPERANZA
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16 F E B R E R O 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

cree en Jess es un extrao. Aproximadamente el uno por ciento de la poblacin es


cristiana. Aunque una versin secular de la
Navidad es una fiesta importante en Japn,
la Pascua de Resurreccin no se celebra.
Compartir una tradicin con otra persona se siente muy parecido a compartir
la celebracin, aunque con una diferencia.
Las tradiciones pueden excluir a las personas; el amor nunca lo hace. Jess vino para
los extraos; para los pecadores que no
podan alcanzar la justicia de los fariseos.
Vino por los enfermos, los dbiles y los
heridos. Y al hacerlo, rompi muchas veces
con sus propias tradiciones judas. Comi
con el peor de los pecadores, y tuvo duras
palabras para los hombres ms religiosos.
Permiti que las mujeres se acercaran a
l libremente, y ofreci sanidad a quienes
tenan almas y cuerpos daados. Jess no
escogi a los mejores y ms brillantes para
que fueran sus discpulos. Vino a cumplir
la ley, pero de una manera inesperada.
Despus de una brutal crucifixin, el
Hijo de Dios se levant de la muerte dentro
de una oscura tumba. Acompaado por
dos ngeles, Jess dobl perfectamente
su sudario y sali al amanecer apacible.
Lo primero que hizo fue dar una caminata.
Quera ver a sus amigos; tena una buena
noticia para ellos. Esa maana desafi todo
lo que la humanidad crea en cuanto al
pecado y la salvacin, la vida y la muerte.
Jess cre un espacio entre lo que se espera y lo que Dios est dispuesto a hacer.
Al igual que Marcia, algunos nos
sentimos abrumados y asustados por una
situacin o una nueva etapa de la vida.
No tenemos la comodidad de lo familiar.
Podemos sentirnos como extraos, pero
el milagro de la Pascua de Resurreccin
es que nada puede impedir que el Seor
venga a nosotros. No importa donde est
usted o lo que enfrente, el amor siempre le
encontrar porque Dios es su Padre. l

ABRIL 2014

ARTCULOS

ENCONTACTO.ORG

17

ILUSTRADO POR JEFF GREGORY

18 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

La vida de

Santidad
Para los cristianos, todos los das de la
semana deben ser santos.

por Charles F. Stanley

l Domingo de Resurreccin es un da en el que, con toda seguridad, habrn pocos asientos disponibles en las iglesias debido a
la asistencia de personas que no las frecuentan. Incluso los fieles que
asisten con regularidad actan de manera diferente en este da; nos
comportamos lo mejor posible, y somos ms conscientes de nuestra fe.
Pero la vida de santidad a la que Dios nos llama exige que le prestemos
atencin a los asuntos espirituales todos los das del ao, no solamente
en los especiales como el Domingo de Resurreccin y la Navidad.
Es bueno dar ms atencin a los das santos, pero si esa es la nica
vez que nos esforzamos por vivir de la manera que Dios quiere, qu
dice eso acerca de nuestra fe? La santidad es ms que un buen comportamiento. Si bien incluye hacer lo correcto a los ojos del Seor, es solo
una parte de la descripcin. La vida de santidad se refiere a la experiencia de tener una vida abundante en Cristo, y esa debe ser una bsqueda
diaria. Tal vez el problema es que no entendemos lo que significa la
santidad.
Aclaremos este tema examinando lo que dice la Biblia. La palabra
santo trasmite la idea de separacin del pecado y consagracin a
Dios. Tambin puede traducirse como santificado (de la misma raz
de santo). Cuando el apstol Pablo escribi sus cartas a las iglesias en
varias ciudades, las iniciaba por lo general dirigindose a los destinatarios como santos (Ef 1.1). Si usted ha aceptado a Jesucristo como su
Salvador, esa palabra se aplica a usted tambin!
La santidad describe nuestra nueva posicin con el Seor. l nos

ENCONTACTO.ORG

19

Cualquier cosa a la que se entregue


que no sea Cristo le destruir.
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

escogi para que fusemos santos y sin


mancha delante de l (Ef 1.4). Nuestros
cuerpos son el templo de su Espritu,
y cualquier parte en la que l habite la
convierte en santa. Sin embargo, nuestra
conducta no armoniza algunas veces con
esta verdad. Somos declarados justos, pero
no siempre actuamos como tales.
El problema es que muchos cristianos
no se ven como Dios los ve. Dicen: No soy
realmente un santo, pero tampoco soy tan
pecador. Por tanto, se colocan en algn
punto intermedio. Pero, en realidad, no hay
nada en medio de la santidad y el pecado.
Usted es, o bien una cosa o bien otra.
La Biblia describe a la santificacin
como un proceso (Ro 6.19). En Efesios 4.1,
Pablo lo asemeja a una caminata que se
realiza durante toda la vida. Despus de
exhortarnos con las palabras que andis
como es digno de la vocacin con que
fuisteis llamados, habla del dramtico
contraste entre la manera en que solamos comportarnos antes de ser salvos, y
la manera en que somos llamados a vivir
ahora (vv. 17-24). Este estilo de vida no
ocurre de un momento para otro; hay que
escogerlo intencionalmente para practicarlo a medida que crecemos en la fe.

Busque la verdad. Dado que nuestras


acciones fluyen de nuestros pensamientos,
necesitamos mentes llenas de la verdad de
Dios (v. 23). No podemos vivir de manera santa si seguimos pensando como lo
hacamos antes de ser salvos. Segn Pablo,
los no creyentes andan en la vanidad
de su mente, teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que hay en ellos (vv. 17,
18). Puesto que estamos rodeados de esta
clase de mentalidad mundana, sta ejerce20 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

r su influencia en nosotros a menos que


renovemos nuestras mentes con la Palabra
de Dios. Si nos aferramos a los principios
bblicos y los aplicamos, seremos fortalecidos para no volver a los viejos caminos.

Escuche al Espritu Santo. l es


quien nos alerta y nos declara culpables
cuando lo que hacemos no corresponde
con Cristo. Antes de ser salvos podamos
jugar en el barro y no sentirnos mal por
ello, pero ahora el pecado nos incomoda,
gracias a que la santidad de Cristo y la
pecaminosidad del hombre no pueden
vivir en el mismo cuerpo.
Sin embargo, si ignoramos o resistimos
una y otra vez los avisos del Espritu,
nuestros corazones se endurecern (vv.
18, 19). Hay personas que me han dicho:
Sabe, yo sola escuchar a Dios hablando
a mi espritu cuando oraba y lea la Biblia,
pero ahora no lo escucho. Si eso le est
sucediendo, esa es una seal de advertencia de que est en una posicin peligrosa.
Usted no perder su salvacin, pero si su
comunin con el Seor disminuye, las
cosas de este mundo le alejarn de l.
No podemos permitirnos jugar con el
pecado justificndolo. He odo con mucha
frecuencia a personas que defienden su
desobediencia diciendo: Nadie es perfecto. La santidad no significa que seamos
perfectos, sino que estamos apartados
para Dios, y que debemos vivir de acuerdo
con sus designios. En vez de excusar nuestros pecados, debemos confesarlos, arrepentirnos y decidir obedecer al Seor.
Deje a un lado su antiguo yo.

Desde el momento en que usted acept a


Cristo, se convirti en una nueva criatura
(2 Co 5.17). Sin embargo, sus viejos esque-

mas siguen todava con usted, que es la


Cristo, nuestras acciones correspondern
razn por la que a veces peca. Dado que
con nuestra identidad.
esas tendencias arraigadas no pueden ser
Tome una decisin. Quiero dejarle
reformadas o mejoradas, la nica manera
algo muy claro hoy: Si usted ha credo en
de vencerlas es con una poltica de cero
tolerancia. Pablo dice que hay que dejar a Cristo, entonces, usted es un santo. En
un lado la antigua manera de vivir porque vez de verse a s mismo como un pecador
salvado por la gracia, reconozca que es un
est corrompida por los deseos engaosanto que ha sido creado en la justicia y la
sos (Ef 4.22 NVI).
Si usted comienza a escuchar las mensantidad de Cristo. Es hora de que acte
tiras de su vieja vida en cuanto a los
como tal cada da de su vida. Dios le ha
placeres del pecado, quedar atrapado.
dado todo lo que necesita para vivir en
Pronto descubrir que la satisfaccin que
santidad (2 P 1.3). Si camina rectamente,
se obtiene de las bsquedas mundanas
es fugaz, y que su
Nadie es
deseo solo aumenta.
capaz de vivir una vida santa sin haber sido primero declaEl resultado final
rado justo delante de Dios. Pero solamente una persona ha
de este camino desvivido una vida perfectamente santa Jesucristo. l tom
cendente se ve en la
los pecados de usted y los clav en la cruz (Col 2.13, 14).
descripcin que hace
En lugar de ellos, l le dar su justicia perfecta (2 Co 5.21).
Pablo de los incrTodo lo que tiene que hacer es arrepentirse de sus pecadulos que se han
dos, creer en l, y recibir su regalo de la salvacin. Puede
entregado a la inmoralidad, y no sacian
utilizar esta oracin o sus propias palabras:
de cometer toda clase
Seor Jess, creo que eres verdaderamente el Hijo de Dios.
de actos indecentes
Confieso que he pecado contra ti en pensamiento, palabra
(v. 19). Cualquier cosa
y obra. Te ruego que perdones todos mis pecados, y que me
a la que usted se d
permitas relacionarme contigo a partir de este momento.
que no sea Cristo
le destruir.
Te recibo como mi Salvador personal, aceptando la obra
En vez de ceder
que realizaste a mi favor en la cruz. Aydame a tener una
a nuestros deseos
vida que sea agradable a ti. Amn.
pecaminosos, neceCon mucho gusto le enviaremos nuestro material gratuito
sitamos rendirnos a
Cristo, y dejar que
Vida nueva en Cristo, para ayudarle a dar el siguiente
l gobierne nuespaso en su relacin con Dios. Puede llamar al 800-303tras vidas. Por qu
0033, o visitar encontacto.org para ms informacin.
queremos conservar
las ropas sucias y
podridas de nuestro antiguo estilo de vida la gente notar algo diferente en usted,
y sern atradas al Salvador. Aunque la
cuando se nos ha dado el manto de la
justicia de Cristo? Tal vez es hora de hacer Pascua Florida no debe ser la nica vez
que usted decida vivir en santidad, no
un cambio de vestimenta de ponerse
hay mejor ocasin que el Domingo de
el ropaje de la nueva naturaleza, creada
Resurreccin para comenzar a andar cada
a imagen de Dios, en verdadera justicia
da en novedad de vida. l
y santidad (v. 24). Si nos revestimos de

Conoce usted a Dios?

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21

ON LA
R
A
V
L
A
QUE S

Sin Nicodemo y Jos de Arimatea, la historia de


la resurreccin de Jess pudo haber sido muy diferente.
por Andy Stanley
22 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

Cada historia tiene una


historia de fondo.
Esta historia registra los acontecimientos como un prefacio que tuvieron lugar antes del desarrollo de la historia
principal. Y aunque la historia de fondo no cambia el cmo, el
quin o el cundo de una historia, sin duda cambia el por qu.
En la historia de la Pascua sucede lo mismo. Seguramente
usted sabe que hace dos mil aos, cuando un puado de seguidores de Jess se apareci en su tumba para llorar su muerte y
ocuparse de su cuerpo, la tumba estaba vaca. Pero, entonces de
que sirve conocer la historia de fondo?
Es importante porque gracias a ella fue que los cristianos
del primer siglo tuvieron la prueba de que, cuando vieron a
Jess caminando durante las semanas siguientes a su crucifixin, no estaban viendo un fantasma. Es la razn por la que
generaciones de creyentes desde entonces tienen la confirmacin de que Jess realmente resucit de los muertos. La
legitimidad de la fe cristiana depende de un solo acontecimiento: la Resurreccin. Y sin dos hroes inslitos en esta
historia, la muerte de Jess pudo haber pasado a la historia
de una manera muy distinta.
Esto es lo que hubiera sucedido: Jess habra resucitado
de los muertos en una fosa comn, en un vertedero de basura, en un valle llamado Gehena en las afueras de Jerusaln,
completamente solo. Histricamente, cuando una persona
era crucificada, su cuerpo era abandonado en la cruz hasta
descomponerse, como una muestra de la autoridad de Roma.
Finalmente, era arrancado de la cruz, tirado en un vagn con
otros cadveres, y arrojado en una fosa comn. A nadie ni
siquiera a la familia del muerto se le permita llorar su
muerte. Era como si nunca hubiera vivido. Y eso es exactamente lo que habra sucedido con el cuerpo de Jess de no
haber sido por Nicodemo y Jos de Arimatea.
A estos hombres los encontramos entre un grupo de lderes
religiosos dedicados a hacer el bien que pensaban que tal vez,
solo tal vez, l era el anhelado Mesas enviado por Dios. La
ENCONTACTO.ORG

23

Nadie estuvo parado fuera de la tumba


esperando una resurreccin. Pero Jess
apareci vivo, entero, resucitado.
historia comienza en Juan 3: Haba entre
los fariseos un dirigente de los judos llamado Nicodemo. ste fue de noche a visitar a Jess. Rab le dijo, sabemos que
eres un maestro que ha venido de parte de
Dios, porque nadie podra hacer las seales que t haces si Dios no estuviera con
l (vv. 1, 2)
Nicodemo haba estado preparndose
para hacer la gran pregunta, pero Jess la
respondi antes de que ste la hiciera: De
veras te aseguro que quien no nazca de
nuevo no puede ver el reino de Dios (v. 3)
Me pregunto cmo lo saba, debi haber
pensado Nicodemo. Porque Jess ve lo
que hay en el interior de los corazones,
saba que Nicodemo y todo el mundo,
en realidad quera tener la respuesta a
la pregunta: Hay manera de saber con
certeza que tenemos entrada en el reino
de Dios?
En la manera tpica de Jess, su respuesta fue muy desconcertante. Cmo
puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo?
pregunt Nicodemo. Acaso puede entrar
por segunda vez en el vientre de su madre
y volver a nacer? (v. 4)
Pero Jess no estaba hablando del nacimiento fsico. l dijo: Quien no nazca de
agua y del Espritu, no puede entrar en el
reino de Dios. Lo que nace del cuerpo es
cuerpo; lo que nace del Espritu es espritu (vv. 5, 6). Estaba diciendo que si va a
haber un nacimiento en el reino de Dios,
el Espritu de Dios tiene entonces que ser
parte de ese nuevo nacimiento espiritual.
En otras palabras, as como nacimos fsicamente de nuestros padres, hay un nacimiento espiritual interior que nos conecta
con Dios de una manera que jams puede
ser desconectada. La respuesta de Jess
24 A B R I L 2 0 1 4 E N C O N T A C T O

hizo aicos todo lo que los fariseos crean


en cuanto a cmo ser santo.
Cmo es posible que esto suceda?
pregunt Nicodemo (v. 9). Este buen judo
conoca la Tora como la palma de su mano.
Por eso Jess sac a colacin la historia
de Moiss en el desierto, cuando el campamento de los israelitas fue invadido por
serpientes. Aquello fue un desastre. Las
serpientes se deslizaban en las camas, mordiendo a hombres, mujeres y nios. Como
no podan simplemente empacar y marcharse, Dios le dijo a Moiss que hiciera
una serpiente de bronce y que la colocara
en alto en un poste, para que todos los que
la miraran se salvaran (Vea Nmeros 21.
4-9.) No era exactamente la enseanza que
Nicodemo esperaba, pero no era un tema
para debatir.
Como levant Moiss la serpiente en
el desierto, dijo Jess a Nicodemo, as
tambin tiene que ser levantado el Hijo
del hombre, para que todo el que crea en
l tenga vida eterna (vv. 14, 15). Desde el
mismo comienzo de su ministerio, Jess
profetiz cmo y por qu tena que morir.
l, tambin, sera levantado en un madero,
para que todo aquel que crea en l no
que hace el bien por l pueda tener
entrada en el reino de Dios.
Despus de eso, Nicodemo probablemente habl con Jos de ese encuentro,
y los dos, sin duda, reflexionaron en la
enseanza poco comn de Jess, porque
al parecer se mantuvieron siguindole
de lejos.
Mientras tanto, Jess continu enseando acerca de la fe versus las obras. El
Espritu versus la carne. La fe versus la
religin. Sigui sanando enfermedades y
ganando nuevos seguidores. El enojo de

los fariseos era cada vez mayor, hasta que


Jess hizo lo inimaginable resucit a su
amigo Lzaro de los muertos.
Indignados, los fariseos orquestaron un
plan para deshacerse de Jess un plan
que inclua traicin, testigos falsos, y un
juicio en un tribunal improvisado que era
completamente ilegal. Arrastraron a Jess
a la casa de Poncio Pilato, un oficial romano que serva bajo la autoridad del emperador Tiberio Csar. Al no encontrar ninguna
falta, Pilato intent calmar al populacho
haciendo azotar a Jess casi hasta matarlo,
pero la impaciente muchedumbre comenz a gritar una y otra vez: Crucifcalo!
Acaso voy a crucificar a su rey? pregunt Pilato, y la muchedumbre grit: No
tenemos ms rey que el emperador romano. Esto era problemtico porque ahora
Jess era puesto como un enemigo de
Roma. Entonces Pilato lo entreg para que
lo crucificaran (19.15, 16).
Nicodemo, Jos, Mara, Pedro, Juan y
todos los seguidores de Jess no podan
creer que se hubiera llegado a esto a la
muerte por crucifixin! Lo vieron arrastrar
su cruz hasta el Glgota, donde los clavos
atravesaron sus manos y sus pies. Vieron
la cabeza de Jess levantarse lentamente
por encima de la multitud. Luego su cuello,
sus brazos Y de repente Nicodemo y Jos
recordaron que como levant Moiss la
serpiente en el desierto, as tambin tiene
que ser levantado el Hijo del hombre.
Esto es lo que l quiso decir! Esto es
lo que l esperaba! Esto es parte de la
historia! Seguramente otros pasajes de las
Escrituras vinieron a sus mentes. Acaso
no dijo el profeta Isaas: l fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por
nuestras iniquidades; sobre l recay el
castigo, precio de nuestra paz, y gracias a
sus heridas fuimos sanados (Is 53.5)?
Nicodemo y Jos decidieron que no
podan permanecer en secreto por ms
tiempo, por lo que hicieron lo impensable.
Despus de ver a Jess asfixiarse y morir

desangrado en esa cruz, valientemente


pidieron a Pilato su cuerpo. Jos llev el
cadver a la tumba que haba reservado
para s mismo y para su familia. Entonces
l y Nicodemo, juntos, ungieron a Jess
con mirra y loe 75 libras (34 kg) en
total (Jn 19.39). De acuerdo con las costumbres funerarias judas, lo envolvieron
en especias y franjas de lino.
Como la puesta del sol se acercaba,
rodaron la pesada piedra para sellar la
tumba, y se marcharon sin la esperanza
de ver a Jess vivo otra vez. Nadie se
qued fuera de la tumba esperando la
resurreccin. Sus amigos y sus parientes
no saludaron la maana de la Pascua con
el sonoro conteo regresivo de 10, 9, 8, 7....
Pero, para sorpresa incluso de quienes
lo haban escuchado profetizar repetidamente su muerte y su resurreccin, Jess
apareci vivo, entero y resucitado.
La fe, el valor y la preocupacin por
el cuerpo del Seor de estos hombres,
hicieron posible que los espectadores
del primer siglo de Jerusaln creyeran
sin una sombra de duda que Jess ciertamente haba muerto y que estaba vivo
otra vez. Si Jess hubiera resucitado de
las cenizas del Gehena y entrado caminando a la ciudad con el cuerpo mordido
por las ratas y apestando a basura, aun
eso habra sido asombroso. Pero habra
sido explicable: claramente que no haba
muerto, habran razonado. Result entonces que, las acciones de Nicodemo y Jos
proporcionaran una prueba irrefutable de
que Jess haba, en realidad, resucitado.
Sin la proclamacin pblica de su fe, sin
su indiferencia por la posicin o la popularidad, sin su compasivo cuidado por
el cuerpo de Jess, esta habra sido una
historia muy diferente.
Fue as como dos hombres llamados
Nicodemo y Jos salvaron la Pascua. l
Todas las referencias son de la Biblia Nueva
Versin Internacional.
ENCONTACTO.ORG

25

Iniciativas

UNIDOS PARA
LLEVAR EL
EVANGELIO
A medida que el amor de Cristo transforme su vida,
aydenos a transformar la vida de otros.
Con su apoyo podemos alcanzar a ms personas
e ir a ms lugares.
Para ms informacin,
visite encontacto.org
o llame al 800-303-0033.

meditaciones s diarias
EXTRADAS DE LAS PREDICACIONES DE CHARLES F. STANLEY

V I S TA D E S D E U N T E M P L O E N O E T Z , T I R O L , A U S T R I A

F O T O P O R C H A R L E S F. S TA N L E Y

ENCONTACTO.ORG

27

i se nos preguntara cul es el evento


religioso ms importante del ao, la
mayora de nosotros diramos probablemente que es la Navidad, cuando en
realidad la respuesta debera ser la Semana
Santa. Sin duda, la Navidad conmemora en efecto la asom-

brosa verdad de que el Creador se hizo carne y vivi entre los


hombres. Sin embargo, la encarnacin fue apenas la primera
escena en el drama fundamental de toda la historia. El Hijo
de Dios vino a la tierra para morir como nuestro Salvador
para que nosotros pudiramos ser reconciliados con el Padre
celestial y disfrutar de su presencia por toda la eternidad.
Luego, despus de derramar su sangre por nosotros, Jess
resucit, confirmando cada afirmacin y cada promesa que
haba hecho.
Para enriquecer su comprensin y su experiencia de la
Pascua, los escritores de En Contacto han creado esta seccin
especial. Adems de nuestro acostumbrado estudio bblico
de dos pginas, hay un estudio adicional intercalado entre las
meditaciones devocionales para resaltar las diferentes facetas
de la vida de Jess. Ilustraciones especiales y reflexiones ampliadas en cuanto a la Semana Santa incluyendo algunas de
escritores invitados que tienen que ver con acontecimientos de los evangelios, desde el recorrido hecho por Cristo el
Domingo de Ramos, hasta la resurreccin.
No se conforme este ao con hacer el papel de espectador.
Cuanto ms activamente se involucre con el relato, ms
impactar y bendecir ste su vida.

28

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

M AT E O 3 . 1 3 - 1 7

uando admiramos a alguien, es


natural que tratemos de identificarnos con esa persona. Esto lo vemos en los
nios que disfrutan imitar la manera de
hablar, de vestir y de actuar de sus superhroes. A los adultos tambin les gusta
adoptar las caractersticas de los modelos que han escogido; y, nosotros, como
creyentes, estamos llamados a imitar al
Seor Jesucristo.
Nuestro Salvador nos ha mandado a seguir su ejemplo en todas las cosas, incluyendo al bautismo (Mt 28.19). Al comienzo
de su ministerio pblico, Jess decidi
bautizarse. Juan el Bautista estaba llamando al pueblo judo a confesar sus pecados
y demostrar arrepentimiento por medio
de la inmersin en el ro Jordn. Jess, el
nico que no conoci pecado, se uni a la
muchedumbre en el ro, y le pidi a Juan
que lo bautizara. Al seguir su ejemplo en
las aguas del bautismo, estamos confesando pblicamente nuestra fe en el Salvador,
e identificndonos con l.
Por medio del bautismo proclamamos
nuestra relacin con Jess, y tambin
con otros creyentes, bajo la autoridad del
mismo Seor. Pero recuerde que ni el bautismo ni ninguna otra obra son necesarios
para la salvacin; somos salvos solo por
la gracia de Dios, por medio de la fe en
Jesucristo (Ef 2.8, 9). No obstante, Dios ha
mandado que nos bauticemos despus de
nuestra redencin, por lo que este paso es
un asunto de obediencia.
La fe en Jess no es para ser escondida
como una luz que se pone debajo de un
almud (Lc 11.33). Por el contrario, debe
expresarse en palabras y acciones. Ha
demostrado usted su fe por medio del
acto del bautismo?

MI E

MAR

La importancia del
Bautismo

Ocuparnos de
nuestra salvacin
FILIPENSES 2.12, 13

u quiere decir ocuparnos de


nuestra salvacin? Muchas personas piensan errneamente que Pablo
nos estaba diciendo que trabajramos
para lograr nuestra salvacin. Pero el
apstol estaba diciendo algo completamente diferente: su experiencia de la salvacin no es el final de su peregrinacin
espiritual; es el catalizador que activa su
modo de operacin.
Por eso, despus de haber puesto su
fe en Jess como Salvador, usted puede
comenzar a vivir la vida abundante que
Dios le tiene preparada. Si usted le ha
entregado su corazn al Seor, el Espritu Santo habita en usted para siempre.
Es el Espritu de Dios actuando en y a
travs de usted, permitindole poner en
prctica su salvacin. El grado hasta el
cual se rinda al Espritu Santo afectar
la obra que l llevar a cabo por medio
de usted, y los cambios que l har en
su vida.
A medida que su fe y su relacin con
Dios se desarrollen, comenzar a notar
que l se mueve en su vida. Cuando
comparta su fe y sus bendiciones con los
dems, se dar cuenta de que Dios est
trabajando de ms maneras. Mantngase
sirviendo al Seor, y las semillas que
Dios ha sembrado en usted florecern (Is
55.10, 11). Por eso, cuando la Biblia habla
de ocuparnos de nuestra salvacin, quiere decir que hemos sido llamados a vivir
con reverencia lo que ya nos ha sido
dado, y permitir que la vida de Cristo en
nosotros d fruto.
Su salvacin debe ser un reflejo de
Jess dondequiera que usted vaya. Al
vivirla en medio de amigos, familiares e
incluso de extraos.

E N C O N T A C T O . O R G 29

M AT E O 7 . 7 - 1 1

ess conoca la importancia de la oracin, y la practicaba con regularidad.


Se escabulla con frecuencia para estar en
comunin con Dios. Despus reciba la direccin y la fuerza necesaria para realizar
la obra de su Padre.
Al ensear acerca del poder de la
oracin, Jess utiliz tres palabras para
ayudarnos a orar de manera efectiva:
PedidDebemos venir a Dios con
nuestras peticiones. Al hacerlo, estamos
reconociendo tanto nuestra necesidad
como la capacidad de Dios de atenderla.
El Seor Jess nos asegura que toda peticin ser concedida en conformidad con
lo mejor que tenga el Padre celestial para
nosotros y para otras personas.
BuscadA veces, el Seor nos pide
que nos involucremos en la situacin por
la que estamos orando. Por ejemplo, podemos estar pidindole que nos ayude a
encontrar un nuevo empleo. l quiere que
busquemos su instruccin y su gua, pero
tambin que demos pasos prcticos para
descubrir nuevas oportunidades.
LlamarPara llevar a cabo el plan del
Padre celestial nos encontraremos con
obstculos en el camino. Para vencerlos,
es posible que tengamos que orar de manera sostenida y persistente. Llamar implica un nivel de fuerza que se aplica para
que la puerta se abra. Una vez que Dios
presente la solucin, ya no necesitamos
seguir pidiendo. Cuando el Seor abre un
camino, debemos andar por ste.
La oracin es muy poderosa (Stg 5.16).
Involucra al Seor en las vidas de las
personas, y tambin en los asuntos de gobierno. Es la manera para experimentar la
unidad con nuestro Padre y recibir lo que
hace falta para llevar a cabo su obra.

30

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

VI E

J UE

El poder de la
oracin

Cuando sufrimos
JUAN 16.33

a Biblia nos ensea varias lecciones


prcticas sobre el sufrimiento:
Primero, est bien pedir una alternativa al sufrimiento, como lo hizo Jess, pero
debemos elegir la voluntad de Dios por
encima de todo. Nuestra mejor respuesta
a la adversidad es Seor, qu quieres
que aprenda por medio de esto?
Segundo, en la noche que fue traicionado, el Seor Jess pidi a sus amigos ms
cercanos que se mantuvieran despiertos
para orar. Necesitamos contar con el apoyo de amistades cristianas, especialmente
durante las pruebas. Los amigos verdaderos nos dirn la verdad con afabilidad,
animarn y orarn por nosotros.
Tercero, es natural que tengamos
dificultades para orar cuando el dolor es
intenso. En esos momentos, un simple
Aydame es suficiente. Dios quiere que
reconozcamos su seoro, pero no espera
que tengamos las palabras perfectas. l
sabe lo que necesitamos antes de pedir, y
tiene el poder de drnoslo.
Cuarto, debemos resistir la tentacin
de culpar a otros. Jess fue traicionado y
rechazado, pero le pidi a Dios que perdonara a quienes lo crucificaron. Del mismo
modo, no debemos culpar a los dems por
nuestro dolor. Al acudir a Dios en tiempos
difciles, elegimos confiar en su autoridad
final. Es posible que nuestro Padre celestial no haya causado la dificultad, pero s
la permiti, y la usar para su gloria y para
nuestro bien.
Por amor, Dios permite el dolor, pero
tambin le pone un lmite a su duracin
e intensidad. Usted no sufre sin que est
presente Aquel que le sostendr, ayudar y, al final, le sacar adelante en su
angustia.

La gua divina para


vivir en victoria
PROVERBIOS 3.5, 6

i usted se extraviara en un bosque, y


encontrara una brjula en su bolsillo,
es muy posible que no ignorara su orientacin por seguir su propia intuicin.
Al igual que una brjula, la Biblia
ofrece una gua segura para la vida. Un
pasaje particularmente til es Proverbios
3.5, 6 (NVI), porque resume cuatro verdades fundamentales:
1. Confa en el Seor. Dios merece
nuestra plena confianza pues l nunca
cambia (He 13.8; Stg 1.17).
2. No confes en tu propia inteligencia. Puesto que la mente humana
es finita, su entendimiento es limitado.
Slo Dios es omnisciente. l lo ve todo,
incluso los pensamientos y los motivos
(He 4.13).
3. Reconcelo en todos tus caminos.
Como el Creador de todo y el Planificador de la salvacin, Dios tiene el derecho
de hacer planes para cada vida. l entreteje la vida de cada persona en el vientre
materno, ofrece la salvacin por medio
de Jesucristo, y da los dones espirituales
para que sean utilizados en su nombre.
As como el nio acude a su padre en
busca de ayuda, los creyentes debemos
depender de nuestro Padre celestial.
4. Dios promete enderezar tus sendas.
Espiritualmente, el camino directo es
ms rpido y ms fcil para viajar, pero
no est libre de obstculos. Si obedecemos los tres primeros puntos, el
Padre celestial actuar para derribar los
obstculos que haya a lo largo de nuestro
camino. Se dejar usted guiar por la
brjula de Dios, y confiar en l? Al rechazar la autosuficiencia, y al reconocer
su dependencia de l, se mantendr en la
senda recta de la vida de santidad.

L UN

fin de semana

Nuestro hogar
celestial
FILIPENSES 3.20, 21

omo creyentes, tenemos garantizado


un lugar en el cielo, y anhelamos tener una idea de cmo ser. Aunque todas
nuestras preguntas no sern contestadas
antes de que lleguemos all, la Biblia s
ofrece informacin en cuanto a la vida
futura del cristiano.
Quines estarn all? La verdad ms
maravillosa que sabemos es que estaremos en la presencia de nuestro Dios
trino: el Padre, el Hijo, y el Espritu Santo.
Adems de miles y miles de ngeles (Ap
5.11), all estarn los santos del Antiguo
Testamento y todos los creyentes.
Cmo seremos diferentes fsicamente? Tendremos cuerpos glorificados, y
la Biblia ofrece pistas en cuanto a lo que
esto significar. Despus de la resurreccin, Jess tuvo una forma material
visible, por lo que sabemos que nosotros,
tambin, tendremos un cuerpo fsico.
Nuestra forma ser incorruptible, y tendr una imagen celestial (1 Co 15.42, 49).
Aunque la Biblia no describe el proceso
de glorificacin, sabemos que nuestros
cuerpos transformados estarn adaptados perfectamente a nuestro nuevo
ambiente.
Nos reconoceremos unos a otros?
Aunque diferentes, nuestros cuerpos sern identificables. Mara, aunque estuvo
confundida al comienzo, reconoci al
Jess resucitado (Jn 20.1416). Porque
seremos como l, seremos reconocidos
en nuestra forma resucitada, y reconoceremos a los dems.
Trate de imaginar cmo ser estar en
su cuerpo glorificado, con creyentes de
todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas (Ap 7.9). La vida en el cielo superar
sus ms grandes sueos y expectativas.

E N C O N T A C T O . O R G 31

LUCAS 15.11-24

ndependencia espiritual significa vivir


fuera de la voluntad de Dios, y elegir
agradarnos a nosotros mismos.
Lamentablemente, los deseos pueden
cegarnos. O bien queremos lo que no
tenemos, o bien no estamos satisfechos
con lo que s tenemos. Nos exasperamos
ante la invitacin a negarnos a nosotros
mismos para obedecer a Dios (Lc 9.23).
La satisfaccin personal se convierte en
una prioridad, exponindonos al engao.
El enemigo pinta un cuadro hermoso,
pero falso, de cmo sern las cosas si
simplemente se produce un cambio en
nuestras circunstancias. Empezamos a
creer la mentira de que la gratificacin
puede encontrarse en otra parte, y a olvidar la verdad de que nuestra vida est
completa en Cristo (Ef 1.3).
Cuando esta mentira nos influencia,
es crucial que tomemos decisiones centradas en Cristo. A menos que filtremos
nuestros deseos a la luz de la voluntad
de Dios y nos aferremos a la verdad de
que su gracia es suficiente (2 Co 12.9),
tomaremos decisiones que parecern
buenas y que aparentarn ser inofensivas, pero nos apartaremos de la buena y
perfecta voluntad de Dios. Durante un
tiempo podemos encontrar placer en
caminar fuera de su plan. Hacer lo que
queremos en vez de lo que Dios quiere
produce placer temporal, pero luego
viene la desesperacin y, muchas veces,
el desastre.
No importa cun lejos haya usted vagado espiritualmente, vuelva al Seor. Al
igual que el padre en la historia del hijo
prdigo, Dios espera darle una calurosa
bienvenida. En l, usted encontrar todo
lo que necesita (Ef 3.18, 19).

32

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

MI E

MAR

El camino de la
independencia
espiritual

Cmo tener paz


interior
LUCAS 8.22-25

ess prometi darnos su paz (Jn 14.27),


la misma que le permiti mantenerse
dormido durante una feroz tormenta. Sin
esa paz, seramos como los discpulos que
se sintieron perdidos y asustados. Pero
con ella, tendremos serenidad interior en
medio de la tormenta.
Para tener la paz del Seor, debemos
cumplir ciertos requisitos. El primero
es recibir al Seor Jess como nuestro
Salvador personal. Antes de ser salvos
ramos, por naturaleza, contrarios a Dios.
Pero nuestra redencin nos cambi. La
Biblia dice que ahora tenemos paz con l
(Ro 5.10) y somos miembros de su familia,
en vez de ser sus enemigos. El temor a la
muerte una de las razones por las que
carecemos de paz desaparece cuando
conocemos la gloriosa verdad de que
pasaremos la eternidad con Dios.
Creer en la soberana del Seor es la
segunda condicin para tener un corazn tranquilo. En este mundo aquejado
de problemas, la seguridad personal es
una gran preocupacin. Para combatir el
temor, debemos confiar en que Dios est
en control de todas las cosas.
La tercera cosa que debemos hacer
es entender que Dios conoce nuestras
necesidades, y que ha prometido ocuparse
de ellas (Fil 4.19). l es un Padre que se
deleita en dar cosas buenas a sus hijos. Es
posible que no recibamos todo lo que queremos, pero nos dar lo que sea necesario
para llevar a cabo su plan para nosotros.
Una vez que hayamos recibido a Cristo
como nuestro Salvador, el Espritu Santo
nos recordar que nuestro futuro est
asegurado, y que nuestro amoroso y soberano Dios se encargar de que tengamos
todo lo que necesitamos.

JUAN 11.3-6

uando uno se siente decepcionado,


es fcil culparse a uno mismo y
a los dems. Con frecuencia, es difcil
saber qu decir o qu hacer debido a lo
doloroso que es identificar la causa o el
propsito de la frustracin.
La decepcin es una respuesta emocional a nuestro propio fracaso o al de
otra persona por alcanzar un sueo
o una meta. Esto puede resultar en la
prdida de fe en una persona en quien
confibamos.
El Evangelio de Juan nos dice que
Jess amaba a Marta, Mara y Lzaro.
Por esto, las dos mujeres no sintieron la
necesidad de decirle al Seor nada ms
que el que amas est enfermo (Jn 11.3).
Su expectativa era que tan pronto como
el Seor Jess oyera estas palabras vendra a sanar a Lzaro. Pero el Seor no se
present sino dos das ms tarde.
Cuando Marta se encontr con el Seor Jess, estaba decepcionada porque
l no haba venido de inmediato, y su
demora permiti que Lzaro muriera.
No entenda por qu no haba respondido a tiempo.
Pero, en verdad, Dios tiene una razn
para las decepciones que permite en
nuestra vida. Podra evitarlas, pero
quiere que descubramos su propsito.
Su deseo es que vivamos por fe, y que
permitamos que nuestras circunstancias
lo glorifiquen (Jn 11.4, 25).
Cuando vengan las decepciones,
se apartar de la voluntad del Seor
para su vida? O descubrir que est
comenzando a entender el propsito de
Dios, para que pueda aprender de esas
situaciones? La respuesta correcta es
simplemente confiar en l.

VI E

J UE

10

Ms all de la
decepcin

11

La marcha del
creyente a la cruz
JUAN 12.23-27

odos sabemos que Jess march al


Calvario, pero saba usted que los
creyentes tambin marchamos a la cruz?
Todos hemos sido crucificados con Cristo,
pero los que tienen hambre de l participan de una experiencia ms profunda de
esta realidad. Jess toma amorosamente
sus manos y les gua a la cruz. Aunque
este es el ltimo lugar adonde cualquier
persona quisiera ir, es la nica manera de
ser partcipes de lo mejor que tiene Dios
para nuestras vidas.
El camino a la cruz no es uno que usted
hace con su familia o sus amigos. Es un
viaje solitario con el Seor Jess. l le
quita todas las personas y todo de lo cual
ha dependido para que aprenda a confiar
solamente en l. Mientras estamos en la
cruz, l quita las capas de las mentiras que
hemos credo hasta que comenzamos a
vernos a nosotros mismos como l nos ve.
Pronto nuestro egocentrismo, insuficiencia y fracasos son puestos al desnudo.
La cruz nos quebranta para que demos
fruto. Si nos aferramos a nuestras vidas, y
nos negamos a hacer este recorrido, seremos como un grano de trigo que nunca es
sembrado y jams germina. Pero quienes
estn dispuestos a morir a s mismos
producirn abundante fruto espiritual. La
nica manera en que Cristo puede vivir
por medio de nosotros es permitindole
que nos crucifique.
Dios no quiere que usted est satisfecho con solamente su salvacin. Hay
mucho ms que desea darle y llevar a
cabo por medio de usted. Est dispuesto
a marchar a la cruz con l? S, es doloroso,
pero las recompensas en esta vida y en la
eternidad superan con creces cualquier
sufrimiento que usted experimentar.

E N C O N T A C T O . O R G 33

FIN DE SEMANA
DOMINGO DE RAMOS

13 Apasionado y protector
MARCOS 11.15-17

sta no fue la primera vez que


Jess estuvo en el templo.
Sus padres lo dejaron all
accidentalmente una vez
cuando era un nio, y tambin haba
enseado en ese mismo lugar algunas
veces durante su ministerio. Pero esta
visita fue diferente. Esta vez sorprendi a los asistentes al templo con ms
que sus palabras. En esta ocasin se
air ardientemente por las actividades que tenan lugar en el patio del
templo.
Una ira ardiente no es lo que
esperamos de Jess. Pero Dios siente
pasin por su pueblo, y su pueblo
estaba a merced de mercaderes en
el templo. Eso tena que cesar. Por
eso, Jess volc las mesas, expuls a
los explotadores, y cit frases de los
profetas para demostrar que estaba
en lo cierto. El templo de Dios es un
lugar de oracin para las naciones, no
un negocio.
Este suceso nos ensea claramente
que Dios est en contra del engao y
la codicia, pero hay un mensaje mucho
ms profundo en el hecho. La intensidad de la reaccin de Jess refleja
el amor del Padre por su pueblo. La
pasin que l demostr en el templo
no era por el edificio; era por los fieles
que se haban reunido y, a mayor
escala, por las naciones que ellos representaban. Evidentemente, Dios no
toma a la ligera nuestros corazones. l
nos protege apasionadamente, pues es

34

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

celoso de nuestra adoracin y celoso


de nuestro amor.
Cuando Salomn dedic el primer
templo de Jerusaln, los sacerdotes se
postraron sobre sus rostros mientras
Dios llenaba poderosamente el edificio con su presencia. Esta edificacin

Si Jess pudo ser provocado


tan profundamente por un
templo de piedra, cunto ms
por el cuerpo de creyentes?
era tierra santa, un lugar de pureza
y oracin. Siglos ms tarde, cuando
Jess volc las mesas de los cambistas, demostr la intensa pasin de
Dios por esta misma tierra santa. Pero
qu sucede hoy da? Los fieles ya no
se renen en un templo en Jerusaln.
A dnde dirige Dios su pasin? A
nosotros. En el Nuevo Testamento,
el pueblo de Dios se convierte en el
templo de su presencia. El edificio
da paso al cuerpo. Si Jess pudo ser
provocado tan profundamente por un
templo de piedra, cunto ms por
el cuerpo de creyentes? La pureza y
la devocin del lugar donde el Seor
mora le importan profundamente. El
Seor Jess entra a nuestros corazones con celo para expulsar toda
influencia pecaminosa y para hacernos suyos.
Chris Tiegreen

14 La leccin de la higuera
LUNES

LUCAS 13.6-9

uando Jess entr en Jerusaln, los hosannas y las


manifestaciones de adoracin fueron evidentes y
entusiastas. Eso debi haber parecido
un triunfo impresionante.
Pero Jess saba que las apariencias externas no indican necesariamente un consenso general o incluso
autntico. De hecho, se estaba dirigiendo al templo, donde los cambistas
eran muestra de esa verdad. Nuestro
Salvador haba llorado mientras se
acercaba a la ciudad, porque el pueblo
no conoci el tiempo en que Dios
vino a salvarle (cp. Lc 19.44 NVI), o la
manera de evitar lo que ahora era el
juicio ineludible.
Los escritores de los evangelios
insertaron una curiosa ancdota en
cuanto a la aproximacin de Jess a
una higuera distante que tena hojas,
ya que tena hambre. Marcos 11.13, 14
nos dice que solo encontr hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces
le dijo: Nadie vuelva jams a comer
fruto de ti!
Por qu Jess, el Creador de las
higueras, maldijo a una de ellas por
no tener fruto fuera de temporada? La
pregunta parece desconcertante, salvo
para quienes estaban familiarizados
con las cosechas de frutas del Oriente
Medio, quienes se daran cuenta de
que unas pequeas protuberancias comestibles, o taqsh en rabe, aparecen
con las hojas y se caen antes de que

se desarrolle la fruta real. El erudito


F. F. Bruce (Are The New Testament
Documents Reliable? Son confiables
los documentos del Nuevo Testamento?) dice: Si las hojas aparecen sin la
compaa de las taqsh, no habr higos
ese ao. Por lo tanto, era evidente para
nuestro Seor... [que] a pesar de su bello follaje, era un rbol estril e intil.
Marcos aade luego un detalle importante: Y lo oyeron sus discpulos
(v. 14). La maldicin de la higuera por
parte de Jess no fue un arrebato caprichoso o de disgusto, como algunos
suponen. Fue una demostracin perfecta en cuanto al fruto que nace de la
fe genuina, en contraste con religiosidad vaca que acababan de presenciar
en el templo.
Esta fue una enseanza crucial
para los discpulos del primer siglo,
as como lo es para los discpulos del
siglo 21. Nuestra utilidad importa
mucho a Dios, pero solo cuando es
fruto del Espritu que se produce si
permanecemos en la vid, Jesucristo
(G 5.22, 23; Jn 15.5). No importa cun
impresionante puedan ser, las obras
que se hacen solo mediante el esfuerzo
humano carecen de valor a los ojos de
nuestro Padre celestial.
Qu pasara si el Seor nos examinara? Hallara algo nutritivo? O
encontrara un impresionante exhibicin de hojas que resulta ser apenas
una hermosa apariencia?
Sandy Feit

E N C O N T A C T O . O R G 35

15 Dios y el hombre
MARTES

M AT E O 2 2 . 4 1 - 4 6

os fariseos detestaban que


tantas personas creyeran que
el hombre que estaba frente a
ellos era el Mesas. Este vulgar
galileo no tena ningn abolengo. Es
verdad que poda dejar asombradas a las
personas con su inexplicable sabidura,
pero sin duda no era, segn ellos, el Rey
que haba venido.
No solo respondieron de manera
equivocada, sino que tambin hicieron
la pregunta equivocada. Pensaban

Cristo estaba sealndoles a


ellos y tambin a nosotros
la sorprendente verdad de que
l es Rey, Salvador y Dios.
que la prominencia cada vez mayor
de Cristo simplemente aumentaba la
posibilidad de que l fuera el Mesas
que haba llegado. Pero Cristo les seal
una verdad ms profunda, de la que
dependa la salvacin del hombre.
Qu piensan ustedes acerca del
Cristo, les pregunt: De quin es
hijo?(Mt 22.42 NVI).
Ellos saban la respuesta, as como
tambin tenan conocimiento de los
rumores en cuanto a este lejano descendiente de David. Pero David tena
muchos descendientes. El Cristo sera
respondieron: hijo de David.
Cmo es que David, hablando por
el Espritu, lo llama Seor pregunt

36

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

Cristo diciendo: Dijo el Seor a mi


Seor: Sintate a mi derecha, hasta que
ponga a tus enemigos debajo de tus
pies? (vv. 43, 44 NVI).
Se refera al Salmo 110, en el que el
Espritu Santo habla por medio de David
para explicar la divinidad de Cristo.
Los fariseos pensaban que este debate
era sobre si Cristo era el Mesas. En un
instante, Cristo llev la conversacin a
un nivel ms alto.
Sus interlocutores eran testarudos,
pero inteligentes. Reconocieron la implicacin de la pregunta que les fue hecha.
Por supuesto, David no habra llamado
Seor a un descendiente suyo despus
de muchas generaciones. Un rey dara
ese honor solamente al Dios vivo.
Cristo estaba sealndoles a ellos y
tambin a nosotros la sorprendente
verdad de que l es Rey, Salvador y Dios.
Tal afirmacin era exorbitante, pero
tambin el nico camino a la salvacin.
Dios se hizo carne, vivi sin pecar hasta
la muerte, y resucit para vida eterna,
destruyendo as al pecado y a la muerte
sobre la humanidad. Dios se hizo hombre para que el hombre pudiera volver
a Dios.
Esto aterroriz a los fariseos, as que
se quedaron en silencio, y desde ese
da ninguno se atreva a hacerle ms
preguntas (Mt 22.46).
Dios nos perdona cuando estamos de
igual modo en silencio. Cristo es el Dios
resucitado. Cuntele eso al mundo.
Tony Woodlief

16

MIRCOLES

Un amor extravagante
M AT E O 2 6 . 6 - 1 3 ; J U A N 1 1 . 1 - 4 6

lla fue la nica que crey


en l. Siempre que Jess
hablaba de su propia muerte,
los dems se encogan de
hombros o dudaban, pero Mara crey
porque l hablaba con la misma firmeza con que le habl la vez que ella
dudo de l.
Ella haba cuestionado el amor de
Jess por su familia cuando no lleg
a tiempo. Seor, si hubieses estado
aqu, mi hermano no habra muerto.
Pero ella vio que Jess llor con
ella.
Y l pronunci despus las palabras.
Lzaro, ven fuera! Y despus de
estar cuatro das en una tumba sellada
por una piedra, Lzaro sali.
Mientras Mara besaba las manos,
ahora clidas de su hermano que haba
muerto haca poco, se volvi y vio a
Jess. l estaba sonriendo.
Ella nunca volvera a dudar de sus
palabras.
As que, cuando l hablaba de su
muerte, ella lo crey.
Mara llev el voluminoso frasco
de perfume de su casa a la de Simn.
No fue un gesto improvisado, pero s
extravagante. El perfume costaba el
salario de un ao. Tal vez era la nica
cosa de valor que ella tena. No era lgico lo que haca, pero desde cundo
ha sido guiado el amor por la lgica?
El sentido comn no habra llorado
ante la tumba de Lzaro, pero el amor

s. Era un amor extravagante y arriesgado que aprovech la oportunidad.


Alguien tena que mostrar lo mismo al Dador de tal amor.
Por eso fue que Mara lo hizo. Se
acerc a Jess y derram el frasco.
Sobre su cabeza, sus hombros y su
espalda. Ella se habra derramado a s
misma por l, de haber podido.
La fragancia del dulce ungento
se esparci rpidamente por toda la
habitacin.
Respira el aroma y recuerda a
quien te ama, deca ese gesto. Cuando te sientas abandonado, recuerda
que eres amado.
Los discpulos se burlaron de su extravagante gesto, pero recordemos la
manera en que Jess defendi a Mara.
Por qu molestis a esta mujer? pues
ha hecho conmigo una buena obra.
Esta no era tampoco la primera
vez que la haba defendido. Cuando
su hermana, Marta, exigi que Mara
la ayudara con las tareas de la casa en
vez de estar sentada a sus pies, Jess
dijo: Hay una sola cosa por la que
vale la pena preocuparse. Mara la ha
descubierto (Lc 10.42 NTV).
El mensaje de Jess es tan poderoso hoy como lo fue entonces: Hay un
tiempo para el amor arriesgado. Hay
un tiempo para sentarse a los pies de
Aquel que usted ama, de derramar su
amor sobre l, y que debe aprovechar
cuando llega.
Max Lucado

E N C O N T A C T O . O R G 37

17 Oracin en la hora de
JUEVES SANTO

la desesperacin
M AT E O 2 6 . 3 6 - 4 6

l sufrimiento de Jess no
comenz con los latigazos
que recibi o con su lenta y
agonizante marcha al Calvario. La Biblia nos dice que el Seor
sufri durante sus oscuras horas en
Getseman, el lugar en donde comenz a entristecerse y a angustiarse (Mt 26.37). Sabiendo que pronto
se entregara a s mismo al inmenso
horror de la cruz, Jess acept el asfixiante peso de todo lo que vendra.
Las palabras que dijo a Pedro, Jacobo
y Juan revelan su agudo dolor: Mi
alma est muy triste, hasta la muerte
(v. 38). Este hecho todava nos deja
estupefactos: Jess, el Hijo de Dios,
experiment la desesperacin profunda conoci cada temor humano,
cada ansiedad. No hay ninguna tentacin o temor humanos que Jess no
experimentara.
El evangelio de Juan resalta que
Getseman era un huerto (18.1), y su
narracin est llena de imgenes de
la creacin desde las primeras frases
hasta las escenas de la resurreccin.
El escritor, al parecer, quiere que
conectemos al Getseman con otro
huerto, donde una serpiente abord a
Adn y Eva. Juan quiere estar seguro
de que entendamos que, aunque ellos
sucumbieron a la tentacin, Jess
no lo hara. Donde fallaron el primer
hombre y la primera mujer, el Hijo del
Hombre triunfara. Aunque nosotros
sucumbimos bajo el peso del temor

38

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

o de la seduccin del pecado, Jess


triunfa.
Pero antes de la victoria hubo
muerte, separacin y fracaso aparente. Antes de la resurreccin, hubo un
largo perodo donde pareca que la
esperanza se haba disipado, donde

Nuestro Seor, en su
desesperacin, hizo
lo que su alma saba
hacer: orar.
uno se preguntaba si el amor haba
fracasado.
En el huerto, mientras se acercaban
las horas del mal, el corazn de Jess
se derramaba. Nuestro Seor, en su
desesperacin, hizo lo que su alma
saba hacer: Jess or, diciendo: Padre mo, si es posible, pasa de m esta
copa... (Mt 26.39). Jess no se limit
a practicar su disciplina espiritual o
a darnos un ejemplo a imitar. En vez
de eso, su alma haba quedado al desnudo, y fue al nico que puede estar
con nosotros en tales profundidades.
Jess fue al Padre celestial.
A veces tendemos a pensar que la
oracin es solo un tiempo de calma
e introspeccin. Pero la oracin nace
a menudo de una simple necesidad.
Cuando oramos, buscamos direccin,
y simplemente gritamos: Socorro!
Winn Collier

E S T U D I O

B B L I C O

JESS LAVA LOS PIES


DE SUS DISCPULOS
JUAN 13.1-17

omo haba amado a los suyos que estaban suciedad de sus


en el mundo, los am hasta el fin (v. 1). El pecados.
amor es algo fcil de fingir. Las personas nos Un amor de esa
dicen a menudo que nos aman, y pueden
profundidad es
ser muy convincentes. Pero, lamentablemente, difcil de entender.
nos damos cuenta de que esas palabras son con Quin es capaz de
frecuencia vacas, y nos quedamos anhelando un entender realmente
la humildad divina?
amor ms profundo y ms autntico.
En su ltima celebracin de la Pascua, la
misma noche que l saba que iba a ser
arrestado, Jess hizo lo impensable: Tom
una toalla y se inclin para lavar los pies de
sus discpulos. En esa cultura, donde usar
sandalias era lo normal, solo el esclavo ms

El sacrificio
divino? Fue la misericordia de Dios dando
evidencias de s misma.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1. El amor de padres es tierno; el amor de


pareja es romntico; el amor de amigos es
recproco. Pero Jess modela aqu un amor
sacrificial y humilde. De qu manera este
amor es diferente a los otros tipos de amor?
2. Una cosa es ser humillado por alguien de
una posicin ms alta que la de uno, pero
otra es humillarse uno mismo delante de
una persona de rango inferior. Alguna vez
am usted a alguien que no lo mereciera?
Estuvo tentado a no seguir hacindolo?
Qu le dice eso acerca del acto de Jess
de lavar los pies de los discpulos? De qu
manera le anima su ejemplo?

humilde realizaba esa desagradable tarea


en la casa. Pero ahora su Maestro y Mesas
les estaba lavando el polvo, la suciedad,
y peor an, los pies. Pronto su sangre
perfecta e inocente les lavara tambin la

3. Dios se humill a s mismo, primeramente al convertirse en hombre, y despus, al


someterse a burlas, golpes y a la crucifixin. Cmo ha respondido usted a su tal
sacrificio? Cul es la respuesta adecuada?

E N C O N T A C T O . O R G 39

VIERNES SANTO

18 La soledad soportada

por nosotros
M AT E O 2 7 . 2 6 - 5 0

ace veinte aos tuve el


privilegio de hacer el papel
de Jess en la pelcula El
Evangelio de Mateo. La
experiencia cambi mi vida cuando
llegu a entender al Seor de maneras
que nunca haba imaginado. Descubr
su gozo, su sufrimiento y su pasin.
Tambin descubr cun extraordinariamente solo estuvo Jess cuando
anduvo en la Tierra.
Despus de todo, quin podra entender a un hombre cuya manera de ser

Quin podra entender a un


hombre cuya manera de ser e
ideas eran tan asombrosamente
diferentes a las de cualquier
otra persona?
e ideas eran tan asombrosamente diferentes a las de cualquier otra persona?
Incluso sus amigos ms cercanos nunca
lo entendieron sino hasta despus de
que ascendi a su Padre. Qu tan solo
deja eso a un hombre? Especialmente
en ese da del Glgota.
Cuando filmamos las escenas de
la crucifixin, llegu al set despus de
un trabajo de maquillaje de tres horas;
era tan autntico, que ninguno de los
miembros del equipo de filmacin
poda soportar mirarme. Recuerdo que
pens en el pasaje: escondimos de l

40

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

el rostro (Is 53.3), y me di cuenta de que


eso haba sido muy real.
Despus comenz el rodaje, y la
crueldad era impresionante. Estbamos simulando, pero la atrocidad era
indescriptible. Recuerdo cuando estaba
all colgado, y viendo los rostros a mi
alrededor, simplemente mirando. Una
nia de la aldea local donde estbamos filmando lloraba y lloraba. Todos
habran querido ayudarme de alguna
manera. Pero era algo que yo tena que
soportar solo.
Pens cuando Jess vea a su madre, a Juan y a otros. Por mucho que lo
amaran, no haba manera de que ellos
pudieran entender sus motivaciones
ese da. Por mucho que habran querido
ayudarlo de alguna manera, era algo
que l tena que hacer solo.
Despus lleg el momento de estar
solo ms all de toda soledad. Dios
mo, Dios mo, por qu me has desamparado? (Mt 27.46). Para que pudiramos nacer de nuevo.
Hoy es un da para despojarnos de
todo lo que queremos, y vivir como el
Seor desea: agradecidos. Tenemos el
privilegio de entenderle como nunca
pudieron hacerlo quienes anduvieron
a su lado, y nuestra respuesta no puede
ser otra que postrarnos sobre nuestros
rostros en profunda gratitud. Gloria a
Jess!
Bruce Marchiano

19

SBADO

Diferente de lo que pareca


M AT E O 1 6 . 2 1

n la historia de la Pascua, el
Sbado de Gloria normalmente
se desperdicia.
Sin embargo, los das e
incluso los pocos aos que le precedieron
estuvieron llenos de acontecimientos y
de palabras sorprendentes. Si se hubiera
tratado de una sinfona, sta habra
aumentado a un resonante pero horrible
crescendo: el arresto y el juicio, los azotes
y la crucifixin; la agona en la cruz; la
muerte; el da transformndose en la ms
absoluta oscuridad; la tierra sacudindose como si fuera a partirse; el desgarramiento del velo en dos... Y luego, al
igual que la famosa pausa en el Mesas
de Handel, todo se detiene completamente. Jess es sepultado y todo ha
terminado.
Al no estar ya Jess, los discpulos se
quedaron nicamente con su recuerdo y
sus palabras, ninguno de los cuales parecan estar afectndoles, pues se escondieron temerosos ese sbado, teniendo
poca fe en lo que l haba prometido.
Los discpulos haban trazado su propia
imagen de lo que se supona que deba
ser el Mesas.
Cuntos de nosotros; los creyentes,
vivimos con una mentalidad de sbado
en algn punto entre la verdad de la
vida terrenal de Jess, y la resurreccin
gloriosa que valid todo lo que l dijo e
hizo? Es fcil quedarse perplejos ante el
temor de los discpulos y su falta de fe,

pero somos nosotros, en realidad, muy

diferentes a ellos? Tenemos nuestros


propios planes para Dios? Creemos
convenientemente que lo mejor para
nosotros es que Dios y todos los dems hagan lo que esperamos?
Se inclina usted a decir palabras
que transmiten cada vez ms falta de
esperanza? Son palabras de desnimo, pesimismo, condenacin
tal vez
incluso de desesperacin?
Delante de quienes vivimos con
una mentalidad as hay dos opciones.
O bien intentamos intilmente hacer
las cosas a nuestra manera, o bien
volvemos a enfocarnos en la verdad
de lo que Dios nos ha dicho: la verdad
acerca de s mismo, y la verdad sobre
nosotros; la verdad en cuanto a lo que
l nos ha pedido que hagamos en la
desilusin del sbado.
Los discpulos no haban recibido
todava el Espritu Santo, pero nosotros lo tenemos ahora por completo.
Ellos no tenan la abundancia de la
Palabra de Dios, pero nosotros la
tenemos toda al alcance inmediato.
Ellos estaban viviendo del otro lado
de la resurreccin, y nosotros la vivimos en su realidad.
Porque la verdad es que la msica
se reanudar. El domingo viene!
Qu sbado tan maravilloso se nos
ha dado!
Del Tackett

E N C O N T A C T O . O R G 41

DA DE LA RESURRECCIN

20 Da de triunfo!
2 CORINTIOS 4.14-18

oy es un da muy especial.
En todo el mundo, personas
de todas las edades estn
asistiendo a la iglesia. Pero
la Pascua Florida es mucho ms que ir a
la iglesia. Si hemos entendido verdaderamente lo que se logr en el Da de la
Resurreccin, seremos las personas ms
agradecidas y victoriosas que existan.
Cmo lo s? Al observar a los discpulos de Cristo, los primeros testigos del
milagro ms asombroso de Jess. Cuando
ellos creyeron finalmente que Jess estaba vivo, todo cambi: esos hombres llenos
de dudas y descorazonados se transformaron en predicadores apasionados del
evangelio.
No le gustara a usted vivir con esa
misma confianza y determinacin?
Puede hacerlo, al considerar lo que logr
la resurreccin de Cristo y permitir que
esa realidad llegue a ser fundamental en
todo lo que usted piense, diga y haga.
Comience reflexionando en tres verdades
extraordinarias:
Primero, Jess est vivo y activo, no
solo en el cielo, sino tambin en nuestras
vidas. Est sentado a la diestra del Padre
nadie mejor que el Dios-hombre, que
experiment personalmente la debilidad humana, que conoce cada detalle
de nuestras circunstancias, y que est
presente en nuestro interior por medio de
su Espritu para interceder por nosotros
(Ro 8.34). Su poder sobrenatural (v. 11)
est siempre al alcance para transformar
nuestro carcter, fortalecernos, darnos

42

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

discernimiento, y guiarnos a hacer la


voluntad de Dios.
Segundo, el Seor es absolutamente
digno de confianza. Puesto que Jess
venci la muerte, tal como lo anunci,
podemos saber que todo lo dems que
dijo tambin es verdad y que todas las
promesas de Dios son seguras. Estas
incluyen el convencimiento de que
nuestros pecados han sido perdonados
si ponemos la fe en el Seor como Salvador. Al levantar a su Hijo de entre los
muertos, Dios proclam que el sacrificio
de Cristo fue suficiente para pagar el
castigo por nuestros pecados.
Tercero, la muerte no es el final. Por
el contrario, es el comienzo de la vida
como Dios quiso que fuera libre del
pecado y de todas sus consecuencias,
de sufrimiento, enfermedad y dolor. La
resurreccin de Jess garantiza que los
creyentes tambin resucitaremos, y que
recibiremos cuerpos nuevos fuertes,
perfectos y eternos. Adems, tendremos
el gozo de reencontrarnos con seres queridos en Cristo, y ver a nuestro Salvador
cara a cara.
Cuando una persona entiende lo
que logr la resurreccin de Jess, no
tiene ninguna razn para permitir que
las penas y las preocupaciones del mundo le lleven a la desesperanza (v. 18).
Por eso, invirtamos en nuestro futuro
eterno, viviendo con la perspectiva de
la resurreccin, y sirviendo fielmente al
Salvador resucitado.
Charles F. Stanley

1 PEDRO 1.17-19

u valora usted? Tal vez sea una


reliquia familiar que no solamente
es costosa sino que tambin tiene un valor
sentimental. O tal vez los seres que ms
ama. O pueden ser su salvacin, la Biblia,
o su familia de la iglesia; pero si usted
es realmente sincero, la sangre de Jess
probablemente no estuvo en la lista.
La cultura cristiana de hoy necesita una
versin objetiva de la salvacin. Hablamos
de la gracia y el perdn de Dios, y cantamos de su amor por nosotros, pero rara
vez mencionamos la sangre de Jess. Sin
embargo, esa es la nica base para nuestra salvacin. Porque el Seor es recto y
justo, l no puede amar a los pecadores de
modo que alcancen el cielo, o perdonarlos,
simplemente porque se lo pidan. Cada
pecado cometido tiene que recibir su justo
castigo, y la paga del pecado es la muerte
(Ro 6.23).
El Seor tuvo solo dos disyuntivas para
ocuparse de la humanidad cada. Poda
dejar que la justicia llevara a la condenacin a toda la humanidad, o poda proveer
un sustituto para que pagara el castigo
por cada persona. Pero este sustituto tena
que ser sin defecto (Dt 17.1). La nica manera de salvarnos de la separacin eterna
en el infierno, fue enviar a su Hijo amado
a la Tierra como el Dios-hombre, quien
vivira sin cometer pecado y morira en
nuestro lugar.
La sangre que man de las heridas de
Cristo compr nuestra salvacin. Si quiere
valorar realmente lo que l hizo, piense
en l colgando en esa cruz solo por usted.
Con ese pensamiento en mente, considere cmo debera vivir. l se entreg sin
reservas por usted, qu le est dando
usted a l?

MAR

L UN

21

La sangre preciosa
de Jess

22

El Seoro
de Jess
FILIPENSES 2.5-11

a sea que usted haya sido creyente por


muchos aos, o puesto su fe en Cristo
como su Salvador hace poco tiempo, hay
una cosa importante que debe determinar
en su corazn. Muchos cristianos entienden que Jess muri en la cruz por sus
pecados. Pero quin es l hoy?
La Biblia nos dice que Jess es el Hijo
de Dios, que se hizo carne y que entr en
nuestro mundo en la forma de un siervo.
Vino a vivir entre nosotros y a hacer
posible que conociramos a Dios. Luego,
despus de su muerte, su sepultura y su
resurreccin, fue exaltado de nuevo a su
legtimo lugar como Seor y Soberano.
Es esencial que todo creyente entienda
la persona y la posicin de Jesucristo. A
menudo lo llamamos Seor, pero qu
significa eso? La respuesta es que, como
Seor y Creador, l hizo y sostiene todas
las cosas (Col 1.16, 17). Al poner nuestra
fe en el Salvador, aceptamos su legtimo
lugar en nuestra vida.
Como Seor, l tiene autoridad sobre
cada aspecto de nuestra vida. Somos
ovejas que debemos seguir al Pastor (Jn
10.2-15). Se niega usted a reconocer que
l tiene el derecho de determinar lo que
hace y dnde va? Puede tener la seguridad de que el plan de Dios resulta siempre
en plenitud de vida.
Jess no es un gobernante distante y
arbitrario; es su maravilloso y comprensivo Seor que le ama y ha preparado el
terreno para que usted sea salvo, despus
de haber vivido una vida humana y sufrido inimaginablemente. Por eso, cuando l
dice: Sgueme; yo har que tu vida tenga
significado, puede tener la seguridad de
que el Seor es digno de su confianza en
todo momento.

E N C O N T A C T O . O R G 43

LEVTICO 22.29-33

i alguna vez ha ledo el libro de


Levtico completo, es posible que se
haya preguntado por qu Dios dio a los
israelitas tantas reglas y tantos detalles
en cuanto a los sacrificios y las formas
de adoracin. Cuando era nio, recuerdo haber pensado que todas esas vacas
podran haber alimentado a mucha gente.
Para m, los sacrificios parecan un gran
desperdicio, pues no entenda lo que el
Seor estaba enseando a su pueblo.
Hoy tenemos las Sagradas Escrituras
completas para ayudarnos a entender
quin es Dios y lo que desea de nosotros.
Pero en los das del Antiguo Testamento,
l enseaba a su pueblo con ejemplos.
Quera que entendieran tres cosas: su
santidad; el pecado y las consecuencias
de la desobediencia; y el cuidado que tena de ellos que l era la fuente de todo
bien. Las normas y los reglamentos que
l instituy eran ejemplos visibles.
En cada detalle, Dios revelaba su
santidad y en cada sacrificio, el costo
del pecado. Las reglas del tabernculo
enseaban al pueblo que no tomaran la
adoracin ligeramente. Era un privilegio
serio y maravilloso acercarse a un Dios
santo y justo.
Hoy da, es muy fcil perder de vista la
santidad del Seor. Por tanto, es bueno
reexaminar el sistema de sacrificios del
Antiguo Testamento para mantener presente la seriedad de la adoracin.
Dios es nuestro Padre celestial, y tenemos acceso inmediato a la sala del trono,
pero debemos preguntarnos si lo estamos
tratando con la reverencia que se merece.
En la iglesia, en lugar de estar desatentos
y distrados, debemos recordar el gran
privilegio que es venir a su presencia.

44

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

J UE

MI E

23

Para entender la
santidad de Dios

24

La clave para el
contentamiento
FILIPENSES 4.6, 7

ientras se encontraba preso, Pablo


escribi preciosas palabras acerca
de la suficiencia de Cristo. Tenemos la
tendencia de acompaar la idea del goce
(o contentamiento) con vacaciones en
la playa o en la montaa, pero el apstol
escribi que no debemos estar ansiosos
en ninguna circunstancia, porque tenemos
la paz del Seor.
El contentamiento es el patrimonio del
creyente. La paz es parte del fruto espiritual que nos pertenece cuando ponemos
nuestra fe en el Salvador (G 5.22). El
pasaje de hoy lo describe como una paz
interior que sobrepasa todo entendimiento (Fil 4.7). Jess experiment el conflicto
con una sensacin de paz interior; y gracias a su Espritu que mora en nosotros,
esa paz asombrosa pertenece tambin a
los hijos de Dios, incluso en los momentos
en que nos encontramos con problemas
que no tienen solucin terrenal.
He aqu la otra cara de la moneda: No
hay paz para el malvado, dice el Seor
(Is 48.22 NVI). La cultura moderna llama
malvado a quien comete las acciones ms
viles, pero la definicin de Dios es mucho
ms amplia. Malvado es quien deliberadamente rechaza el derecho que tiene
Dios de perdonar sus pecados y de tener
el seoro sobre su vida. Si usted no le ha
entregado su vida a Cristo, no es capaz
de experimentar el contentamiento real y
duradero.
Cuando nacemos de nuevo (Jn 3.3-8),
nos convertimos en hijos del Dios vivo,
y herederos legtimos de todo lo bueno
que ofrece. Esto incluye la paz interna y
el gozo que pueden soportar cualquier
prueba. Qu dao puede sufrir aquel que
le pertenece al Seor (He 13.6)?

VI E

fin de semana

25

Nuestro Salvador
resucitado

La verdad que
nos hace libres

1 CORINTIOS 15.12-19

JUAN 8.25-32

a vida, la muerte y la resurreccin de


Jess constituyen la base de nuestra
fe. La Biblia nos dice que Jess vivi sin
cometer pecado. Como el Cordero de
Dios inmaculado, l fue voluntariamente
a la cruz y se sacrific por nosotros (1 P
1.18, 19). Cristo llev nuestros pecados y
sufri nuestro castigo para que pudiramos ser reconciliados con Dios.
La muerte del Salvador fue aceptada
por el Padre celestial como el pago total
por nuestros pecados, y despej el camino
para que podamos estar en paz con l (Ro
5.1). Tres das despus de la crucifixin,
Jess fue levantado de la muerte a la
vida. El Cristo resucitado haba vencido la
tumba. Ascendi victoriosamente al cielo
y ahora est sentado a la diestra del Padre.
La muerte y la resurreccin de Cristo
son una ilustracin de lo que sucedi en
el momento que fuimos salvos. Al reconocernos como pecadores que no podan
pagar sus transgresiones, expresamos fe
en nuestro Salvador. Entonces, nuestro
viejo hombre fue crucificado juntamente
con l (Ro 6.6), y renacimos espiritualmente. Por su sacrificio, fuimos perdonados, reconciliados con Dios y adoptados
en su familia.
Pablo enfatiz la importancia de la resurreccin, pues, de no haber sido cierta,
nuestra fe sera vana.
El Cristo resucitado apareci a muchas
personas. Dej que Toms lo tocara para
que supiera que estaba vivo. Despus
que el Seor ascendi al cielo, el Padre
envi a su Espritu Santo a morar en los
creyentes y a dar testimonio de la verdad
de la resurreccin. Nuestra fe est basada
en el fundamento seguro de un Salvador
resucitado.

ios desea lo mejor para cada uno de


sus hijos, pero a veces quedamos
atrapados por hbitos, conceptos y sentimientos negativos que interfieren con sus
planes para nosotros. Pero el Seor Jess
nos ofrece una salida. Si continuamos en
su Palabra, conoceremos la verdad que
nos hace libre de todo lo que nos est
manteniendo cautivos.
Continuar en la Palabra significa
leerla regularmente y aplicarla a nuestra
vida. Entonces sabremos lo que Dios
dice, y seremos capaces de reconocer las
artimaas que amenazan con atraparnos.
Adems de esto, entenderemos los beneficios que acompaan a nuestra salvacin
y que nos permiten mantenernos firmes
en la verdad para no ser extraviados.
Estos beneficios incluyen...
Nuestra posicin: Por la fe en Cristo,
hemos comenzado una relacin personal
con Dios. Ahora, como sus hijos, tenemos libre acceso a su trono, junto con la
seguridad de que l escucha nuestras
oraciones.
Nuestra provisin: Dios nos dio la
Biblia para guiarnos y alentarnos.
Nuestras promesas: Al confiar en las
promesas que l nos ha dado, seremos
participantes de la naturaleza de Dios, y
escaparemos de la influencia corruptora
del mundo (2 P 1.4).
Nuestra proteccin: Al caminar con
Cristo, l nos fortalece y nos protege
para que no caigamos en las trampas del
maligno (2 Ts 3.3).
El primer paso para vivir en libertad
es reconocer cualquier pecado que est
dominando su vida. Luego, apyese en la
verdad de la Biblia y reclame las promesas y la provisin de Dios por fe.

E N C O N T A C T O . O R G 45

ROMANOS 6.1-7

a seccin de libros de autoayuda de


las libreras no se vera tan concurrida si ms personas aceptaran la
solucin de Dios para su bienestar. La
redencin del hombre no es la superacin personal, sino el reemplazo total de
la vieja naturaleza carnal.
Quienes reciben a Jess como
Salvador y aceptan su sacrificio por su
pecado, son crucificados juntamente con
l. Su viejo yo, lleno de pecado muere,
y un nuevo Espritu sin mancha hace su
residencia en el interior de la persona.
El bautismo es un acto simblico que
representa la transicin de muerte a
vida. No solo simboliza la muerte, la sepultura y la resurreccin de Jess, sino
tambin manifiesta nuestra experiencia
de ser sepultados con el Cristo crucificado, y resucitados para vivir con l.
En nuestra nueva vida, somos libres
de la esclavitud del pecado, y aunque
nos parezca que no podemos alcanzar
una vida de santidad, nos esforzamos
ms para hacer lo correcto. A veces,
volvemos a la seccin de autoayuda,
cuando lo que deberamos hacer es volver al Libertador. Al redimirnos, Cristo
se convirti en nuestra vida. l vive en
nosotros por su Espritu que mora en
nuestro interior, y seguir viviendo si le
permitimos que lo haga.
Las personas no pueden cambiarse a
s mismas. Jess llama a los creyentes a
una relacin en la que son transformados. Cuando l es el centro de nuestra
vida cuando leemos con entusiasmo
la Sagrada Escritura, oramos pidiendo
que se haga su voluntad, y procuramos
andar en su senda cambiamos positiva
y permanentemente.

46

A B R I L 2 0 1 4 E N C O N TA C T O

MAR

L UN

28

Bautizados a una
nueva vida

29

Equipados para
hacer su voluntad
XO D O 3 . 1 - 1 4

e conocido a personas que saben


que Dios las ha llamado a hacer
algo, pero estn tan enfocadas en lo que
piensan en cuanto a sus capacidades, que
siguen dicindole: Es que no puedo.
Saba usted que esa es una forma de
rebelin? Es decirle al Seor que no es
lo suficientemente poderoso como para
equiparlas, y que el cumplimiento de su
voluntad depende de las capacidades
naturales de cada persona.
Al ser llamado a sacar a los israelitas de
la esclavitud, Moiss se quej de que l
no era la persona adecuada para la tarea
con la excusa de que no saba hablar bien
(x 4.10). La respuesta de Dios enfatiza
que l no solo era ms que capaz de equipar a su lder escogido, sino que tambin
lograra sus propsitos con o sin Moiss.
Es el Seor quien nos da la capacidad
de vivir dentro de su voluntad. Dios ha
prometido que si le creemos y seguimos
adelante en obediencia, nos mostrar lo
que quiere que hagamos, y despus nos
capacitar para hacerlo. Filipenses 2.13
dice: Dios es el que en vosotros produce
as el querer como el hacer, por su buena
voluntad. No hay nada que temer; usted
nunca tendr que hacer algo para Dios
para lo cual l no le haya equipado. Nuestro Padre celestial se ha comprometido a
equipar a sus hijos para que hagan lo que
les pida.
Como seguidor de Cristo, usted tiene
la responsabilidad personal de decir s
cuando Dios le llame, y permitir que l
logre sus propsitos por medio de usted.
Dios no le defraudar. Ver cmo trabaja
en su vida fortalecer su fe e impulsar
el proceso de conformarle a la imagen
de Cristo.

MI E

hhh

30

Porque l vino,
debemos ir

En cuanto a la

Resurreccin de Cristo

JUAN 20.19-23

uede usted imaginar la impresin


de los discpulos cuando Jess se
les apareci? Despus de das de estar
escondidos, temiendo por sus vidas y
lamentando la prdida de su Maestro, los
seguidores de Cristo quedaron atnitos
al verlo de pie ante ellos en una habitacin que estaba cerrada con llave.
Como si el impacto que les caus su
aparicin no hubiese sido suficiente, les
hizo la siguiente declaracin: Como me
envi el Padre, as tambin yo os envo
(Jn 20.21). El peso de esas palabras debi
haberles parecido abrumador. Despus
de aos de escuchar a Jess hablar de
su propsito divino, ahora los discpulos reciban un encargo semejante. As
como el Padre haba enviado a Jess, l
los estaba enviando ahora al mundo para
extender el evangelio, sanar a los enfermos, servir a los necesitados y glorificar
al Padre celestial.
Muchos cristianos leen este pasaje, y
piensan: Me alegro de no haber estado
all para recibir esa orden de movilizacin. Pero sabe una cosa? S estaba.
Esa habitacin no albergaba solo a los
once apstoles restantes. Lucas 24.33
dice que otros seguidores estaban con
ellos. De modo que, cuando Jess dijo
en Juan 20.21: As tambin yo os envo,
estaba hablando a todo el cuerpo de
creyentes.
El mandato de Jess de hacer discpulos de todas las naciones (Mt 28.19)
es una tarea demasiado grande para un
puado de personas. Es un llamado para
que cada creyente, de cada pas y en cada
generacin, acepte la misin nuevamente.
Cristo le est enviando a algn lugar con
un propsito. Est listo para ir?

Tomando Jess a los doce, les dijo: He


aqu subimos a Jerusaln, y se cumplirn
todas las cosas escritas por los profetas
acerca del Hijo del Hombre. Pues ser
entregado a los gentiles, y ser escarnecido, y afrentado, y escupido. Y despus que
le hayan azotado, le matarn; mas al tercer
da resucitar.

Lc 18.31-33
Respondi Jess y les dijo: Destruid
este templo, y en tres das lo levantar. Dijeron luego los judos: En cuarenta y seis
aos fue edificado este templo, y t en
tres das lo levantars? 21Mas l hablaba
del templo de su cuerpo.

Jn 2.19-21
No est aqu, pues ha resucitado, como
dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto
el Seor.

Mt 28.6
... y que fue sepultado, y que resucit al
tercer da, conforme a las Escrituras.

1 Co 15.4
Luego dijo a Toms: Pon aqu tu dedo,
y mira mis manos; y acerca tu mano, y
mtela en mi costado; y no seas incrdulo,
sino creyente. Entonces Toms respondi
y le dijo: Seor mo, y Dios mo!.
Jn 20.27, 28
Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que durmieron
es hecho .

1 Co 15.20

E N C O N T A C T O . O R G 47

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