Ashbery Por Volkow
Ashbery Por Volkow
Ashbery Por Volkow
AUTORRETRATO
ENUN
ESPEJO CONVEXO
SELF-PORTRAIT IN A CONVEX
MIRROR / AUTORRETRATO
EN UN ESPEJO CONVEXO
SELF-PORTRAIT
IN A CONVEX
MIRROR / AUTORRETRATO
EN UN ESPEJO CONVEXO
John Ashbery
Edicin bilinge
Traduccin y prlogo de Vernica Volkow
I1LOGo
r
que padece el mundo, la imagen se erige aqu en testimonio
de la verdad, ella es la develacin de una esencia, ella contiene,
en su contrapuntO, el desciframiento de la realidad. El sentido
de la cosa no est en la cosa, se ubica en otra parte en su
sombra, en su alma, su doble, su imagen, suge, por lo tanto,
no desde s misma sino desde un desdoblamiento. La imagen
aqu va a sostener el contrapunto. La verdad se refracta, y las
apariencias persisten de este modo impermeables. La desilu
sin ante una realidad sin esencias es por lo tanto inevitable,
pero se sostiene, al menos en la imagen, un lugar de las
esencias. Es la imagen, frente a la oquedad de la realidad, la
que va a sustentar la posibilidad de la esencia.
De muy diferente manera, en el poema de John Ash
bery, es con una desilusin de la imagen con lo que nos vamos
a topar; hay una imposibilidad aqu de acomodar en ella a una
esencia. No hay una manera de darle cabida al alma dignamen
te. La convexidad del autorretrato la hace avanzar y retroceder
burlonamente, la contiene en su cavidad inexistente, la agita
en su falso movimiento. El alma no es un alma, nos dice el
poeta, no tiene secreto, es pequea y cabe en su hueco
perfectamente.
El alma en el autorretrato de Parmegianino no es ms
que la imagen, de ah la afliccin. Se encuentra atrapada en la
irrealidad de su sustancia, no puede escaparse de su miserable
condicin, y la desnudez de la ficcin la lastima. Esa mirada
de Parmegianino entre divertida, tierna y melanclica, como
echando de menos algo, resulta, en su poderosa restricc
in,
insostenible por mucho tiempo. El lugar del alma, la ficcin
,
es el de un intolerable desengao.
Si la desilusin en Donan Gray se presenta por el desfase
entre realidad y apariencia, por el rompimiento del ideal
plat
nico de una unin entre belleza y bondad, en Ashbery se mani
fiesta al queremos salir a un imposible, al intentar rebasa
r una
irrealidad maniliesta, la irrealidad del alma.
Finalmente, la imagen en Wilde es todava el lugar
donde se atrapa algo, se muestra un rostro oculto de las
cosas,
de otra forma inaccesible; la imagen es, al soportar la esencia
,
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As 1 start to lorget it
It prcsCfltS itS sLercotype again
l3ut it is an unfamiliar stercotypc, the lace
Riding at anchor, issued from hazards, soon
To accost others, rather angel than man (Vasari).
Pcrhaps an angel looks like everything
We havc forgotten, 1 mean forgotten
Things that dont seem familiar when
Wc mect them again, lost beyond telling,
Which were ours once. This would be thc point
Of invading the privacy of this man who
Dabbled in alchemy, but whose wish
-Icre was riot to examine thc subtletics of art
In a detached, scicntific spirit: he wished through them
To impart the sense of novelty and amazament to the
spectator
(Freedbcrg). Later portraits such as the Ufluzi
G entieman, the Borghese Young Prclatc and
The Naples Antea issue form Mannerist
Tensions, but here, as Freedherg points out,
The surprise, thc tension are in thc concept
Rather than its realization.
The consonance of the Fligh Renaissance
Is present, though distorted by the mirror.
What is novel is thc extreme care in rendcring
Thc vclleities of the roundccl rcllccting surface
Ot is the first mirror portrait),
So that you could be foolcd 1 or a moment
Before you realize the reflection
Isnt yours. You feel then like one of those
Hoffmann eharaeters who have been depriveci
Of a refiection, except that the whole of me
Is seen Lo be supplanted by the strict
Otherness of the painter in his
Othcr roorn. Wc have surprised him
AL work, but no, he has surprised us
As he works. Thc picture is almost finished,
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NDICE
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