Alvar Nuñez Cabeza de Vaca
Alvar Nuñez Cabeza de Vaca
Alvar Nuñez Cabeza de Vaca
De esta edicin:
Parnaseo y el autor Juan F. Maura
Octubre de 2008
Coleccin: Estudios y Libros de Parnaseo-Lemir
I.S.S.N.: 1579-735X
Diseo de la cubierta:
J. L. Canet
Dibujos de la Portada:
Hernando Maura
Maquetacin:
Jos Luis Canet y Hctor Hernndez Gass
Publicaciones de Parnaseo
http://parnaseo.uv.es
Este libro se incluye dentro del Proyecto de Investigacin del Ministerio de Ciencia
y Tecnologa, referencia HUM2005-01334
NDICE
Dedicatoria
Introduccin
Captulo primero: por ser ms corto que largo
Captulo segundo: el imaginario europeo
Captulo tercero: las Amazonas, El Dorado y el Rey Blanco en los
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Bibliografa
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Dedicatoria
Quiero agradecer a Jos Luis Canet, una vez ms, y a su equipo editorial el enorme
esfuerzo que estn haciendo con su publicacin electrnica Parnaseo. Quiero agradecer especialmente el apoyo documental recibido de Mara Jos Luna del Instituto
Hispano Cubano de Sevilla; de Isabel Aguirre del Archivo de Simancas; de Isabel Sim
Rodrguez, del Archivo Histrico Provincial de Sevilla; del profesor Juan Gil asiduo
investigador de dicho archivo y de Agustn Pinto; de Asuncin Miralles de Imperial,
Julio Garca, Beatriz Mara Esther Gonzlez Ibarra de la Real Academia de la Historia; de Juan Malpartida y Mara del Carmen Dez Hoyo de la Agencia Espaola de
Cooperacin Internacional; de Juan Delgado Casado de la Biblioteca Nacional, de los
bibliotecarios de la Casa de Velzquez, as como el de todos aquellos que a lo largo de
los aos me han apoyado en diferentes archivos y bibliotecas. Pero este libro est personalmente dedicado a mi querida compaera Tania Arias que ha tenido la paciencia
de revisar la versin final del manuscrito de este libro.
Tambin quiero agradecer a la biblioteca Bayle-Howe de la Universidad de Vermont
y su excelente grupo de profesionales que han hecho posible la localizacin de textos en remotas bibliotecas nacionales y extranjeras. Finalmente, pero no por ello en
ltimo lugar, agradecer la colaboracin de mi querido hermano Hernando Maura al
ilustrar el presente libro con una portada de un hidalgo espaol del siglo xvi.
Introduccin
Dejar un nombre! Efectivamente, dejarlo, y no llevrselo consigo. Dejar un nombre en la historia! Qu locura junto a llevarse un alma a la
eternidad! Parece imposible que se ame ms al nombre que a s propio.
He aqu otra forma de esa mortal esclavitud que hace que sacrifiquemos
nuestra realidad a la apariencia que de nosotros hay en las mentes ajenas,
que sacrifiquemos nuestro propio ser al concepto que de nosotros se ha
formado el mundo (Unamuno, Diario ntimo).
Aunque algunos vean en este estudio un ataque a la mtica figura de uno de los grandes iconos cristianos de la conquista de Amrica, como ejemplo de hombre bueno y
piadoso en su sentido ms autntico de la palabra, no hay nada ms lejano en mi intencin. La reputacin de hombre cristiano y misericordioso la gan Cabeza de Vaca
en Naufragios, narracin que hizo de su experiencia norteamericana, que es sobre la
que se ha centrado la opinin general y la crtica acadmica desde sus primeros tiempos. Resulta realmente sorprendente ver cmo su segunda narracin, Comentarios, ha
pasado practicamente desapercibida para la mayora. El Cabeza de Vaca conquistador
con ejrcitos de hasta 10.000 indgenas, con infantera y arcabucera espaola en su
lucha contra los guaycurues del Paraguay (cap. 22, fol. 29v.),1 tiene muy poco que ver
con el retrato cuasi hagiogrfico que hace en Naufragios de s mismo en cuanto al tratamiento de los indios se refiere. La desconfianza con sus mismos aliados guaranes
tambin sorprende despus de toda la retrica a favor del indgena norteamericano
que ha hecho que se le comparase al padre Las Casas o al padre Crdoba. Escribe
Alvar Nez en sus Comentarios: [L]os ballesteros con sus ballestas armadas, y los arcabuceros cargados los arcabuces y las mechas encendidas (segn tal caso convena);
porque aunque los indios guaranes iban en su compaa y eran tambin sus amigos,
tenan todo cuidado en recatarse y guardarse de ellos tanto como de los enemigos,
porque suelen hacer mayores traiciones y maldades si con ellos se tiene algn descuido y confianza; y as suelen hacer de las suyas (cap. 23, fol. 30r).
Para m, como para la mayora de los que hemos ledo la primera parte de su obra,2
la figura de Cabeza de Vaca me inspir respeto, misericordia e incluso cierta rabia al
ver como el Consejo de Indias le maltrat injustamente despus de haber sobrevivido a las penalidades que tuvo que pasar para poder salir con vida de tantas desdichas y
sufrimientos. Fue sta una de las razones que hizo que yo terminase mis estudios por
1. En lo que respecta a la obra Comentarios, utilizar la edicin original de 1555 publicada en Valladolid, de
la que afortunadamente se conservan algunos ejemplares en bibliotecas madrileas (Biblioteca del Monasterio de El Escorial, Biblioteca de Palacio, y la Biblioteca Hispnica de la AECI). Me he permitido actualizar la
grafa y acentuar las palabras que lo requieran, siguiendo por lo dems fielmente el texto original. Para la obra
Naufragios sigo mi edicin (Madrid: Ctedra, 1989, 2005). La paginacin de esta edicin ser la utilizada en el
presente trabajo sobre los Naufragios.
2. Yo la le a los 18 aos.
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las tierras por las que l anduvo y una de las razones de que me decidiese a realizar mi
tesis doctoral sobre este personaje.
A mi llegada a Estados Unidos y durante mis ms de dos aos de estudios en la Universidad de Texas en El Paso,3 fund una revista de literatura estudiantil, Ecos Hispanos,
y cre la Sociedad Cabeza de Vaca. La editorial del primer nmero de la revista la dediqu a ensalzar la figura del noble conquistador jerezano e incluso consegu autorizacin
para recaudar fondos y poner una estatua de dicho personaje en el jardn de uno de los
museos de la universidad.4 Hoy, sigo pensando que este genial jerezano se merece una
estatua, aunque su rostro debera mostrar la mueca burlona y algo malvada de alguien
que ha sabido hacerse pasar hasta el presente por lo que no era, superando en picarda
y descaro a cualquiera de los personajes literarios del Siglo de Oro.
Posteriormente pas a la Universidad de Nuevo Mexico, en Albuquerque, donde pude realizar mi sueo de hacer mi tesis doctoral sobre este explorador. Ya empezada la
investigacin de mi tesis y a partir de dos viajes que hice a varios archivos espaoles
en los aos 1985 y 1986, sobre todo al de los duques de Medina Sidonia, fue donde
cambi mi percepcin de tan carismtico explorador. Pas de ser un hroe cristiano a
un genial manipulador por medio de sus acciones y su obra. Paradjicamente, su figura
cobr para m mucho ms inters por la extraordinaria capacidad de conviccin en su
estudiada retrica que ha hecho que su obra siga siendo hasta el presente motivo de
discusin y debate.5 Fue a partir de entonces cuando el caballero jerezano pas a ser
el gran burlador de las gentes de su tiempo y de la mayora hasta el presente. Todo
esto hace que para m resulte sorprendente el que en Espaa no se haya dado a este
personaje ni a su obra el relieve que merece. Las razones pueden ser mltiples ya que lo
mismo ha ocurrido con otras figuras sobresalientes que igualmente han pasado y pasan
desapercibidas a la crtica convencional espaola. Como se observar, salvo honrosas
excepciones, los trabajos ms importantes hechos sobre Cabeza de Vaca se han realizado fuera de Espaa. El inters que este personaje est suscitando y suscitar sobre
todo en el mundo anglosajn hace que en muy poco tiempo las pantallas y libreras de
habla inglesa empiecen a comerciar y sacar partido del enorme potencial pico-histrico y riqueza literaria que lleva consigo este periodo inigualable de expansin ibrica
por todos los mares y ocanos de nuestro planeta. Si este individuo hubiese sido un
explorador protestante no dudo por un momento que ya tendra su nombre en todas
las calles y lugares pblicos de su pas. Quiero pensar que esta actitud de cierta apata
en valorar lo nuestro, lo espaol, lo hispnico en general, est empezando a cambiar. El
peligro aparece cuando dejamos que sean otros los que manipulen a su propio gusto y
con sus propios errores la historia de Espaa e Hispanoamrica.6 De la misma manera
y tambin hay que decirlo, gracias a la labor de muchos autores y acadmicos extranjeros enamorados de la historia y literatura hispnica, tenemos un nmero cada vez ms
numeroso de estudiosos que traducen e investigan el riqusimo acervo cultural que, ya
3. En la que termin mis estudios empezados en la Universidad Complutense de Madrid.
4. Cosa que no se lleg a cumplir porque la estatua costaba mucho ms de que lo nuestro pequeo grupo de
estudiantes y amigos se poda permitir.
5. Hasta el presente (2008) se sigue defendiendo a capa y espada la figura este enigmtico personaje. Vanse
entre otras obras, La Odisea de Cabeza de Vaca de Ruben Caba.
6. Vanse sobre este tema mis artculo Cobarda, crueldad y oportunismo espaol y La hispanofobia....
Introduccin
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10. En la Historia de Herrera y Tordesillas, se sustituye Italia por Europa (Herrera, Dec. 6, Lib. 1, cap. 4).
Introduccin
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Introduccin
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suplicar a V. mag. que teniendo rrespeto a lo que en esto han trabajado y padescido y a la voluntad que tienen de continuallo alla y aca
donde se les mandare les haga alguna merced y por parescerme cossa
justa su gratificacion y ser ellos personas tan honradas y en quien
cabe escrivi esta para suplicaros a V. mag. les mande hacer en lo que
se les ofreciere toda la mrd. que hubiere lugar porque de mas de aver
tambien merescido la que se les hiciere sera animar a otros que hagan
lo mismo...Mexico.11 de febrero de 1537 aos [firmado: Antonio de
Mendoza] (AGI, Patronato 184, Ramo 27).
Aunque es imposible saberlo con precisin, se calcula en ms de 8000 kilmetros
el territorio recorrido por estos supervivientes, la mayor parte por tierras nunca antes
vistas por el hombre europeo, demostrando que el continente americano se ensanchaba en el norte de Mxico. Cabeza de Vaca, Dorantes, Esteban y Alonso de Castillo
pasaron dos meses en Mxico, tras los cuales lvar Nez y Andrs Dorantes fueron
a Veracruz para volver a Espaa. lvar Nez regres a Espaa despus de haber pasado casi diez aos en el continente americano. Goodwin confirma con pruebas documentales el regreso a Espaa de Andrs Dorantes, donde le seran concedidas dos
encomiendas.17
The testimonies of two witness called by Baltasar Dorantes in 1573,
Gonzalo de las Casas and Sebastin Granado, show that Andrs
Dorantes eventually reached Spain where he received royal favour in
the form of two encomiendas. It is therefore likely that Dorantes, like
Cabeza de Vaca, should have taken some written account of his Florida
service with him in his petition that would have been related to the
report sent to Santo Domingo in 1539. Indeed, Dorantes may have
posted that report at Havana, on his way to Spain (Goodwin 3).18
17. Existe diversidad de pareceres sobre si Andrs Dorantes lleg a volver a pisar tierra espaola y dar cuenta al emperador de los hechos realizados. Adorno y Pautz, no comparten esa opinin: Thus on the basis of
the joint petition brought to the Castillian court by Cabeza de Vaca in 1537, Santa Cruz in the sixyeenth century, Herrera y Tordesillas in the seventeenth, and Barcia in the eighteenth all assumed incorrectly that
Cabeza de Vaca and his copetioner, Andrs Dorantes, had appeared together (Adorno y Pautz 3: 50).
18. Existe una carta relativamente conocida, recogida por Buckingham Smith perteneciente al Archivo de
Simancas, con copia en la Academia de la Historia y un fragmento en la CDI, en la que Antonio de Mendoza cuenta al emperador los planes de los cuatro supervivientes de la expedicin de Narvez, y de como cree
haber convencido a Andrs Dorantes para participar en la expedicin a Cbola. Muy al revs le saldran los
planes al virrey. Veamos el siguiente fragmento: Cabeza de Vaca i Dorantes, que son de los que escrevi V.M.
que aportaron a esta tierra del armada de Panfilo de Narvaez, despues de haver llegado aqui determinaron de
irse en Spaa, i viendo que si V.M. era servido de enbiar aquella tierra alguna gente para saber de cierto lo que
era no quedava persona que pudiese ir con ella ni dar ninguna razon, compre a Dorantes para este efetto un
Negro que vino de alla, se hallo con ellos en todo, que se llama Estevan, por ser persona de razon: despues
subcedio como el navio en que Dorantes iva se bolvio al puerto, i sabido esto yo le escrevi a la Vera Cruz
rogandole que viniese aqui, i como llego a esta Ciudad yo le hable, diciendole que huviese por bien de bolver
esta tierra con algunos Relijiosos i gente de cavallo acaballa i saber de cierto lo que en ella havia; i el, vista
mi voluntad i el servicio que yo le puse delantre que hacia Dios i V.M. me respondio que holgava dello,
asi estoy determinado de enbialle alla con la gente de cavallo i Relijiosos que digo, pienso que ha de redundar
dello gran servicio dios i a V.M. En el adreszo de Dorantes i desta gente que con el ha de ir, creo que se podra
gastar hasta tres mill i quinientos quatro mill pesos (Smith 135-136).
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Introduccin
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Vaca han dejado arrinconados los Comentarios, obra publicada en 1555 en Valladolid
junto con los Naufragios que trata de su estancia en el Ro de la Plata como gobernador y capitn general. Algunos de los investigadores ms serios s se han adentrado a
comentar algunos pasajes de su segundo viaje al sur de Amrica incluidos en los Comentarios, sin embargo, citan esta obra a travs de terceros:
Enrique de Ganda nos relata que, durante la travesa la carabela en
que viajaba Cabeza de Vaca tuvo que afrontar una tormenta muy
severa frente a las costas del Brasil; al parecer, algunos de los oficiales
a bordo, entre ellos Alonso Cabrera y Garca Venegas, interpretaron
el mal tiempo como represalia divina ante las injusticias cometidas
contra Nez, quien, apesar de todo, era el legtimo representante
de la Corona. Nos dice De Ganda que el Adelantado y sus compaeros fueron puestos en libertad y que se negaron all las acusaciones
hechas contra l. Gracias a esa afortunada conveniencia, Nez fue
puesto en libertad y de inmediato la tormenta comenz a disiparse.
Por placenteros que parezcan esos acontecimientos sospecho que
influidos por la leyenda21 veremos que los infortunios de Cabeza
de Vaca reaparecen al ste tomar tierra en Espaa hacia el 15 de agosto de 1545. Como era de esperar,22 en Castilla no se reconocern las
reivindicaciones hechas a bordo. Sin mayores aplazamientos, Nez
tuvo que comparecer en enero de 1546 ante el siempre impredecible Consejo de Indias23 para escuchar las numerosas acusaciones que
contra l hacan los que haban usurpado su mandato (Pupo Walker,
Los Naufragios 38).
El que la cita anterior se base en la informacin del investigador argentino Enrique
de Ganda, no tiene ninguna lgica ni sentido, sobre todo cuando esta informacin
nos la da el mismo lvar Nez Cabeza de Vaca (o en su defecto su escribano Pero
Hernndez) en su obra Comentarios. Quiz sea precisamente por eso, porque al dar
otro la informacin no tendr el mensaje propagandstico, y en este caso mesinico,
que tendra si la diese el mismo Cabeza de Vaca como en realidad ocurre. La otra razn sera que el investigador Pupo Walker no hubiese tenido la oportunidad de haber
ledo la segunda parte de la obra de Alvar Nez, cosa muy poco probable. Escribe
Alvar Nez [Pero Hernndez]:
Los oficiales que traan preso al gobernador les pareci que por el
agravi y sinjusticia que le haban hecho y hacan en le traer preso y
aherrojado era Dios servido de darles aquella tormenta tan grande.
Determinaron de le soltar y quitar las prisiones, y con este presupuesto se las quitaron, y fue Alonso de Cabrera, el veedor, el que se las
21. Legtima sospecha. La otra opcin sera un milagro.
22. Como era de esperar. Si el autor citado tiene conocimiento especfico de alguna irregularidad en alguna de estas reivindicaciones o acusaciones hechas en Castilla, debera mencionarlas. Quiso decir quiz que
en Castilla nunca se reconocan las reivindicaciones de sus gobernadores?
23. Debera ser ms especfico. Opino que el Consejo de Indias fue totalmente justo en este caso, escuchando a ambas partes, y no unicamente al gobernador.
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lim, y l y Garci-Venegas le besaron el pie, aunque l no quiso, y dijeron publicamente que ellos conocan y confesaban que Dios les haba
dado aquellos cuatro das de tormenta por los agravios y sinjusticias
que le haban hecho sin razn, y que ellos manifestaban que le haban
hecho muchos agravios y sinjusticias, y que era mentira y falsedad
todo lo que haban dicho y depuesto contra l, y que para ello haban
hecho hacer dos mil juramentos falsos, por malicia y por envidia que
de l tenan, porque en tres das haba descubierto la tierra y caminos
de ella, lo que no haban podido hacer en doce aos que ellos haca
que estaban en ella; y que le rogaban y pedan por amor de Dios que
les perdonase y les prometiese que no dara aviso a Su Majestad de como ellos le haban preso. Y acabado de soltarle ces el agua y viento y
tormenta, que haca cuatro das que no haba escampado (Comentarios,
cap. 84, fol. 138r.).
El mensaje propagandstico est claro, el cielo est del lado de Alvar Nez. Pero atribuir emociones o sentimientos humanos a la naturaleza, entrara ms dentro de lo que
conocemos como falacia pattica. Por eso sorprende que una persona tan inteligente
como Pupo Walker haga comentarios en referencia a estos sucesos como sospecho
que influidos por la leyenda. No existe ninguna leyenda. Se refiere a la obra de Alvar
Nez Cabeza de Vaca? Creo que es algo ms que una sospecha o que una leyenda,
ms bien una astuta y hasta cierto punto ingenua manipulacin de un texto escrito nueve aos despus para el beneficio y exculpacin de todos los cargos imputados contra
el gobernador del Ro de la Plata, que es al mismo tiempo el autor de una obra apologtica de s mismo. De igual manera, el citado investigador hace comentarios gratuitos
y sin fundamento directo como: el siempre impredecible Consejo de Indias. Esta
afirmacin no tienen ninguna base ya que no hay noticia de que exista ninguna prueba
en contra del juez modlico de este impredecible Consejo que llev el caso de Alvar
Nez, el licenciado Juan de Villalobos. Fue este mismo juez el que llev igualmente
hasta su muerte el caso de Martn de Orue, cuando Alvar Nez Cabeza de Vaca fue
hecho prisionero.
En efecto, tanto los Naufragios como los Comentarios contienen una elaborada combinacin de elementos reales y concretos, moldeados y prefigurados en una estructura
de crnica o relacin realizada al gusto y beneficio de su autor. En el caso de Naufragios, Cabeza de Vaca relata con asombrosa meticulosidad los sucesos acaecidos en
la desafortunada expedicin de Narvez a la Florida, omitiendo e insertando datos a su
propia discrecin, de manera que su persona y sus hechos no pasarn desapercibidos en
ningn momento durante el relato. No ocurrir lo mismo con los otros supervivientes
que escaparon con Cabeza de Vaca, relegados a un papel secundario en la narracin,
de forma que el lector no sentir ninguna identificacin o simpata por sus personas.
Como resultado de esta tcnica narrativa, el lector de esta obra sentir una gran admiracin y respeto por un protagonista que lucha constantemente por sobrevivir cristianamente en un mar de tragedias y desdichas que le van ocurriendo a lo largo de los nueve
aos que pasar perdido por los bosques y desiertos americanos.
Como ya he escrito anteriormente (1987), Alvar Nez ha sido comparado con otros
defensores de los indios, por el tratamiento que les hace en Naufragios, sobre todo con
Introduccin
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el padre Las Casas. Han sido tambin muchos los eptetos que se le han adjudicado
por esta causa, llegando a ser considerado por algunos como santo por los milagros
que realizaba segn su obra escrita.24 Es ms, ha sido considerado el nico conquistador capaz de transformarse en el otro a travs de todas sus experiencias y contacto
ntimo con sus congneres americanos.25 Esto sera cierto si nicamente nos basamos
en lo que l escribe en su primera y ms conocida obra Naufragios. Curiosamente, esta
tendencia sigue desarrollndose hasta el presente aunque las razones sean fciles de
explicar. Hasta hace relativamente poco tiempo, los artculos escritos sobre este personaje eran pocos, pero en los ltimos veinte aos, sobre todo en Estados Unidos, se ha
multiplicado el inters por el autor de la primera obra escrita sobre las tierras y gente
del citado pas. Sin embargo, el trabajo de archivo ha sido muy limitado e incluso algunos archivos fundamentales por poseer documentacin clave sobre la vida de nuestro
conquistador, como el de Protocolos de Sevilla o el de Medina Sidonia, han sido raramente incluidos en la bibliografa de la mayor parte de los investigadores, salvo honrossimas excepciones como las de Juan Gil. Pero esa visin popular que quiere vestir
de santo a Cabeza de Vaca tiene muy poco que ver con la realidad. Su lucha y su
ambicin por conseguir poder queda patente cuando se hace investir con los ttulos de
gobernador, capitn general y adelantado del Ro de la Plata por el emperador Carlos
V. La pregunta que surge inevitablemente es cmo fue posible que un hombre que lo
nico que trajo fueron noticias confusas de Norteamrica pudo haber conseguido esos
privilegios. Por eso la obra escrita y la persuasin de este personaje sobre los lectores
de ayer y hoy merecen crdito. Sin haber conquistado nada, ni conseguido nada, pudo
con sus novelas hacer creer al emperador y a todos los amigos que le ayudaron en su
empresa, que su propuesta y su persona bien valan todos esos privilegios. Por estas
razones la obra Naufragios merece elogio, porque con ella el autor ha sabido captar el
inters y el asombro no slo de nosotros, lectores modernos, sino el de todos aquellos
que en su poca tenan que proporcionarle lo que estaba buscando: fama, poder y riquezas. Nada nuevo por otra parte, ya que eran muchos los que estaban haciendo lo
mismo, con la diferencia que no se hacan pasar por mrtires cristianos ni por milagreros. La pregunta que debemos hacernos es la de cmo es posible que casi quinientos
aos despus, la opinin general actual no haya cambiado nada. Slo es necesario
pasar por la bibliografa ms reciente para darnos cuenta. La respuesta, o ms bien la
que yo doy, est en la manera en que el autor de Naufragios ha pasado al papel una
de las crnicas ms interesantes y cautivadoras sobre el continente americano. De ah
tambin su valor literario. En ella nos muestra ese poder de chamn con el que ha
pasado al cine y con el que sigue encantando a la inmensa mayora de los que leen
su obra. No es para menos, cualquiera que no se identifique con un ser que tiene a dios
en sus labios la mayor parte del tiempo y que todo su afn es el de ayudar a los seres
que le rodean, podra poner su calidad moral en entredicho.26
24. Vanse en referencia a estos eptetos: Carlos Lacalle, Noticia sobre Alvar Nez Cabeza de Vaca: hazaas
americanas de un caballero andaluz, Antonio Ardoino, Examen apologtico de la histrica narracin de los naufragios
peregrinaciones, i milagros de Alvar Nez Cabeza de Baca, en las Tierras de la Florida y Nancy Hamilton, Painting
Depicts Cabeza de Vaca, First Texas Surgeon.
25. Vase, Beatriz Pastor, Discursos Narrativos de la conquista: mitificacin y emergencia.
26. Uno de los mejores artculos a la hora de plantear dudas sobre las historias de Alvar Nez ha sido el
de Robert Lewis, Los Naufragios de Alvar Nez como construccin narrativa.
20
Cuando se leen los Naufragios, una de las primeras cosas a las que damos crdito son
las detalladas descripciones de los diferentes grupos tnicos que Alvar Nez presenta
en su recorrido norteamericano, entre otras cosas porque son las primeras realizadas
sobre el suroeste de Estados Unidos y norte de Mxico. Estas descripciones son en
apariencia bastante autnticas si tenemos en consideracin otras crnicas contemporneas donde se presenta al indio en un contexto bastante alejado de la realidad
que le rodea. Como ya he mencionado anteriormente, ya fuese por razones literarias,
religiosas o polticas, la imagen del indgena americano ha variado dependiendo de los
interesas del autor que lo describa.27 Pero la obra Naufragios posee la autenticidad de
alguien que ha vivido desde dentro las culturas que nos est describiendo. No quiero
decir con esto que la informacin no est manipulada cantidades, fechas, nombres,
etc. en beneficio de su autor, todo lo contrario; sin embargo, nadie le podr quitar el
crdito a este hidalgo de haber pasado un buen nmero de aos entre los indios y el haber vivido desde dentro su cultura. Este terreno es un poco delicado, ya que ha dado
pie a que una parte de la crtica empezase a hablar de la metamorfosis que ha sufrido el
conquistador espaol en su paulatina transformacin a indgena americano, algo que en
mi opinin nunca ocurri pese a haber sido esclavo de diferentes tribus por varios aos
como l nos cuenta.28 Por eso las comparaciones entre Alvar Nez Cabeza de Vaca y
Bartolom de las Casas que han hecho algunos estudiosos no tienen una base slida ni
crtica, sino puramente emocional. Lo cual habla por s slo una vez ms de la calidad
literaria de la obra. Que sea el espaol el esclavo y el explotado por sus amos rompe
el esquema de los que presentan al indio americano como al buen salvaje. No es as,
los indios presentados por Alvar Nez no son ni mejores ni peores que los espaoles
que llegan a sus costas. Tambin es interesante observar que en su periplo norteamericano slo se menciona un solo nombre propio indgena en los Naufragios, el del lder
Dulchancheln. Pero el arte no slo est en conseguir dinero para una expedicin totalmente fracasada, sino en aprovechar las experiencias vividas y poder pasarlas al papel.
Alvar Nez consigui las dos cosas, otros contemporneos suyos no corrieron la misma suerte. Luis de Cames, el ms famoso de los escritores portugueses tambin sufri
naufragios y cautiverio; sus experiencias le ayudaron a escribir Os Luisiadas, su obra
maestra, por la cual recibi 15000 ris anuales (Moises 67). El veneciano al servicio de
Portugal, Luis de Cadamosto (1433-1488), se adelant a su paisano Antonio de Pigafetta
(1491-1534) en curiosas y maravillosas descripciones de la geografa y habitantes del
continente africano. En referencia a la diferencia entre los habitantes de una y otra orilla
del ro Senegal, que segn el citado autor era un afluente del Nilo, escribe: It appears
to me a very marvellous thing that beyond the river all men are very black, tall and big,
their bodies well formed; and the whole country green, full of trees, and fertile: while on
this side, the men are brownish, small, lean, ill nourished, and small in stature: the country sterile and arid (Cadamosto 28). Igualmente, si no hubiera sido por la desafortunada
vida de Cervantes de cautiverios e infortunios no tendramos hoy el Quijote.
Naufragios, segn nos cuenta Alvar Nez, es la historia de un desastre, la crnica de
una expedicin donde la ineptitud de los pilotos, desorientados y perdidos, la diferencia de opinin entre el gobernador y el tesorero, la posibilidad de encontrar oro y la
27. Vase la introduccin de mi edicin de Naufragios (1989).
28. Tengo serias dudas sobre el cautiverio (o cautiverios) de Alvar Nuez.
Introduccin
21
mala suerte, tuvieron como resultado una de las peores jornadas jams emprendidas.
Pocas eran las alternativas para que el cronista pudiese sacar partido y despertar inters en la Corona, y una de ellas era la de siempre: oro: [H]allamos tambin muestras
de oro. Por seas preguntamos a los indios de adonde haban habido aquellas cosas;
sealaronnos que muy lejos de all haba una provincia que se deca Apalache, en la
cual haba mucho oro, y hacan sea de haber muy gran cantidad de todo lo que nosotros estimbamos en algo (Cp. 4, 35).
Hoy, la informacin que nos ha llegado a nosotros de Cabeza de Vaca sobre las caractersticas, costumbres y geografa de los indgenas y de las tierras de lo que es hoy
Estados Unidos y Mxico en la poca del descubrimiento y conquista es de un valor
incalculable, aunque la autenticidad del testimonio expuesto se haya puesto y ponga
en duda a cada momento. Esta caracterstica no le resta, sin embargo, valor, ya que es
precisamente la informacin presentada la que proporciona a su autor los privilegios
que anda buscando y que se materializarn en los ttulos de adelantado, capitn general y gobernador del Ro de la Plata. Lejos de querer buscar en Naufragios informacin
histrica, o como algunos han querido ver cientfica, la crnica fue diseada para
complacer al emperador Carlos V. La diseminacin de la fe cristiana por todo el mundo as como todo el aparato econmico necesario para llevar a cabo esta monumental
empresa no era tarea fcil. Menos an con enemigos tan poderosos como los turcos
que poco a poco se iban adueando del Mediterrneo y que estaban permanentemente presentes en las mentes de los monarcas peninsulares, o los piratas franceses
o ingleses que siempre andaban a la caza de algn navo espaol. Alvar Nez era
consciente de esto, no en vano toda su obra es una continua imitacin de la vida de
Cristo, suplementada con bienes potencialmente explotables: Hay muestras grandes
y seales de minas de oro y plata; la gente de ella es muy bien acondicionada; sirven a
los cristianos (los que son amigos) de muy buena voluntad (Cp. 34, 162).29
Dificilmente calificaremos esta informacin de cientfica si no la podemos verificar.30 Pero esta tcnica ha sido la utilizada desde el primer cronista hasta el ltimo de
los que queran ser enviados como adelantados y gobernadores de las tierras americanas, como hizo Cristbal Coln con los Reyes Catlicos, para despertar ms an
su inters. Por eso en los ltimos aos la crtica especializada ha venido presentando
el dilema de poder distinguir en la obra de Nez Cabeza de Vaca la aparente autobiografa real con las historietas novelescas que aparecen en los 38 captulos de su
obra. Exageracin y detalle se combinan para resaltar las tremendas peripecias que
el protagonista tendr que superar en las ms adversas circunstancias. Una cosa est
clara, un hombre capaz de superar esclavitud, hambrunas, enfermedades por tantos
aos seguidos y salir airoso, debi poseer unas cualidades fsicas y mentales extraordinarias. No slo poder de persuasin para convencer a sus captores indgenas de su
utilidad entre ellos si no una envidiable resistencia corporal acompaada de un agudo
ingenio que har que sea una de los cuatro supervivientes de todos sus compaeros.
Fue esta cualidad de ingenio ms que cualquier otra la que caracteriza al cronista jerezano. Su fe en dios, la palabra ms usada en Naufragios, se puede poner en duda, ms
29. Vase mi tesis doctoral, Alvar Nez Cabeza de Vaca: o el arte de la automitificacin.
30. Sobre una aproximacin cientfica a la ruta seguida por Alvar Nez y sus compaeros, vase: Alex
Krieger, We came naked and barefoot: The journey of Cabeza de Vaca across North America.
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bien se le podra atribuir la del tan largo me lo fiis del arquetpico don Juan. Cruzar
de costa a costa el continente americano merece crdito, pero ms an el embarcarse
nuevamente y de forma voluntaria en otra expedicin a tierras de Brasil, Argentina y
Paraguay. Por eso pienso que la meta de este hidalgo espaol no fue material sino una
necesidad an ms fuerte que su propia vida, la de hacer pasar su nombre con letras de
oro a la posteridad. Si se hiciese un estudio psicolgico de este hombre veramos como
desde su infancia debi haber algn factor de tal magnitud que le inyect a l, ms que
a ninguno de sus hermanos, ese ansia de gloria.
Volviendo a sus descripciones del territorio recorrido, resulta hasta cierto punto cmico observar el nmero de personas que hasta el presente han intentado trazar la ruta
exacta realizada por Alvar Nez en Norteamerica. Hasta el momento, las trazadas
por Krieger, Saber y Hallenbeck entre otros han sido las ms aceptadas, pero dada la
ms que dudosa informacin geogrfica y cronolgica del texto de Alvar Nez no
podemos tomar en serio dichos trabajos, aunque algunos de sus autores pretendan
darles una aureola epistemolgica al calificarlos de cientficos. Hoy por hoy es imposible trazar la ruta exacta.31 En mi opinin, no hubo una ruta sino varias, esto es, que
adems de la ruta que ms o menos aparece narrada en Naufragios, existieron otras a
lo largo de esos casi nueve aos que por razones de conveniencia no aparecen en Naufragios. Incluso en el texto mismo es imposible trazar una ruta exacta: Not surprisingly, in recounting their journey across the North American continent, Cabeza de Vaca
and his companions often failed to indicate their precise travel route. This imprecision
has led to numerous different interpretations (Reef 44). Una diferencia de cien leguas
ms al oeste o al sur no creo que le importase excesivamente al autor cuando estaba
escribiendo su libro en Espaa, incluso son algunas las ocasiones en el texto donde el
protagonista y autor admite haberse perdido: ms como por la tierra no haba caminos, luego nos perdimos, y ans anduvimos cuatro leguas, y al cabo de ellas llegamos a
beber a un agua adonde hallamos las mujeres que nos seguan, y nos dijeron el trabajo
que haban pasado para alcanzarnos (Cp. 27, 129-130). Ya fuesen olvidos sinceros o
estudiadas coartadas para evitar que el lector y la justicia de su tiempo le inculpasen de
no haber seguido la ruta ms lgica hacia el sur por la costa o para sacar partido, como efectivamente hizo, de su imprescindible experiencia por esos territorios, hoy por
hoy seguimos sin saber con exactitud la ruta que Alvar Nez hizo por Norteamrica.
Cmo puede alguien trazar la ruta exacta llevada a cabo por los cuatro supervivientes
cristianos cuando el mismo protagonista reconoce no saber dnde est? No descarto
que en el futuro exista alguna manera de determinar el itinerario recorrido, pero hasta
la fecha son todo conjeturas.
Una de estas conjeturas o manera indirecta de averiguar el recorrido seguido por el
grupo de Cabeza de Vaca es buscar a testigos presenciales que puedan dar testimonio
del paso de los cristianos por aquellos lugares.32 En la Relacin del capitn Juan de Jaramillo, en la que narra la expedicin de Francisco Vzquez de Coronado sobre Quivira
y Cibola, se menciona un episodio importante. Entre los cuales -indios- estaba uno
ciego y viejo y barbado que nos di a entender por seas que nos haca que haba visto
31. Herbert E. Bolton, en su obra Coronado, menciona que existen referencias a un mapa perdido realizado
por Alvar Nez Cabeza de Vaca y Dorantes a peticin del virrey de Mxico Antonio de Mendoza (472).
32. A este respecto vase el artculo de R.T.C. Goodwin, De lo que sucedi a los dems que entraron en las
Indias: Alvar Nez Cabeza de Vaca and the Other Survivors of Panfilo Narvezs Expedition.
Introduccin
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muchos das haba, a cuatro de nosotros que cerca de all y ms al Sur de la Nueva
Espaa, seal haber visto y as lo entendimos y presumimos ser Dorantes y Cabeza
de Vaca (AGI. Patronato 20, N. 5, Ramo 8). Se supone que cuando el indio ciego los
vio su visin estara mejor que en ese momento, algunos han aceptado este episodio como irrefutable proof del paso de Cabeza de Vaca por el noroeste de Texas
(Hallenbeck 211-212). En la Relacin de la Ysla de la Florida de Luis Hernndez de
Biedma, en un par de ocasiones se menciona a la expedicin de Narvez y la evidencia de sus actividades en la costa de la Florida: [F]uimos a buscar la Mar que estaria
nuebe leguas deste pueblo i allamos a la orilla della donde Panfilo de Narvaez hizo las
barcas por que allamos el asiento de la fragua e muchos huesos de los caballos (Real
Academia de la Historia, Coleccin Muoz, A/108, fol. 124 v.). Unas pginas ms
adelante se vuelve a hacer mencin de una posible presencia de miembros de la tropa
de Narvez por esos territorios: [Ll]egamos a un Rio caudal que creemos que es el
Rio que va a salir a la vaya [Baha] de Chuse, aqui tuvimos nueba como avian llegado
las barcas de Narbaez con necesidad de agua, i que se quedo aqui entre estos Yndios
un cristiano que se llamaba Don Teodoro, i un negro con el nos mostraron un pual
quel cristiano traya... (Fol. 229 r.).33 Otro contemporaneo del explorador jerezano,
Bartolom de las Casas, tambin se pregunta (como igualmente hicieron Fernndez de
Oviedo y otros) por la ruta seguida por Alvar Nez. Algo percibe el sagaz dominico
que no le cuadra en la narracin que ofrece Alvar Nez. Si es verdad que pasaron
tantos aos tierra adentro, se pregunta Las Casas, por qu se nos dan tan pocos datos
sobre los indgenas del interior? Al contrario de la informacin que se nos da de los
indgenas del litoral atlntico, que es mucho ms rica y precisa, la presentada sobre
las sofisticadas tribus del interior est narrada como de pasada. Las Casas destaca
agudamente que Cabeza de Vaca recogi muy poca informacin de los indgenas de
la tierra adentro como si fuese muy de camino:
Pueblo hay en aquella tierra del cual la mayor parte de los moradores
eran de nubes tuertos y algunos dellas del todo ciegos. Todas estas
costumbres refiere Cabeza de Vaca de diversas gentes y lenguas, no
todas de cada una, sino que unas tenan unas y otras otras. Finalmente, todas aquellas gentes o la mayor parte de dellas, que Cabeza de
Vaca vido y convers y de quien cuenta las costumbres dichas, son
las cercanas a la costa de la mar del norte y las vecinas a ellas, y no
de munchas leguas la tierra adentro, puesto que despus se desvi
muncho de la mar, entrando ms en la tierra, y top otras naciones
munchas y diversas y ms polticas, de cuyas costumbres pudo saber
muy poco, como [si] fuese muy de camino (Casas, Apologtica, lib. 3,
cap. 206, 1327).
33. De este cristiano se hace mencin dos veces en Naufragios, primero en el captulo octavo y despus en
el noveno, donde se escribe: Como los llamamos, vinieron a nosotros, y el gobernador, a cuya barca haban
llegado, pidiles agua, y ellos la ofrescieron con que les diesen en qu la trajesen, y un cristiano griego, llamado Doroteo Teodoro (de quien arriba se hizo mencin), dijo que quera ir con ellos; el gobernador y otros
se lo procuraron estorbar mucho, y nunca lo pudieron, sino que en todo caso quera ir con ellos; as se fue y
llev consigo un negro, y los indios dejaron en rehenes dos de su compaa (Cap. 9, 110-111).
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entre pases de esos territorios, decidieron continuar hacia el lmite oriental de aquel
reino. Cruzaron el ro Tigris y un largo desierto hasta llegar a Bacora, la ms importante
de las ciudades persas. En esta ciudad se encontraron con el embajador del Gran Can
que, informado de los deseos de su seor de tener trato con cristianos, les condujo por
largos y difciles caminos hasta su presencia. El Gran Can les manifesto sus deseos de
mandar un embajador al Papa para que ste le enviase un centenar de hombres doctos
y discretos que le enseasen a l y a su pueblo la religin catlica. As pues, partieron
con dicho embajador hacia Europa pero su muerte les oblig a proseguir solos el viaje
hasta llegar a la ciudad de Acre en 1272. Fernndez de Navarrete destaca que esta fecha
no coincide con la del manuscrito original publicado por Ramusio:
[]poca que parece equivocada en la traduccin de Santaella, pues en
el original publicado por Ramusio se seala el ao 1269; que conviene
mejor con la serie de los sucesos posteriores. All supieron la muerte
del Papa Clemente IV que en efecto haba fallecido en Viterbo a 29 de
noviembre de 1268; y un legado de Roma que se enter de la embajada
que traan, les aconsej que esperasen a la eleccin de nuevo Papa. Entre tanto partieron ellos para Negroponto y de all a Venecia donde hallaron que haba muerto la mujer de Nicolau dejando un hijo llamado
Marco de edad de 15 aos de quien quedaba embarazada cuando parti
su marido para este viaje. He aqu un error evidente de cronologa, porque si la vuelta fue en 1272, el viaje debi emprenderse en 1257, y si
fue en 1269, la salida de Venecia no pudo verificarse sino en 1251, y en
ninguno de estos casos en 1250 como se dice al principio (http://www.
cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01350507533559381776680/
index.htm) [2007].
Cabeza de Vaca saba perfectamente que si Corts haba hablado de ciudades ms
grandes que cualquiera de las espaolas y de riquezas nunca antes vistas, a l no le
costara mucho trabajo hacer admitir al monarca una pequea dosis de elementos fantsticos y sobrenaturales. Que aunque en ella se lean cosas muy nuevas y para algunos
muy dificiles de creer, pueden sin duda creellas (Dedicatoria). Fue Corts un modelo
para Cabeza de Vaca a la hora de escribir su dedicatoria al rey? Vase la semejanza de
las lneas anteriores con la segunda carta de relacin de Corts:
[M]s como pudiere dir algunas cosas de las que vi, que aunque mal dichas, bien s que sern de tanta admiracin, que no se podrn creer, porque los de ac con nuestros propios ojos las vemos, no las podemos con
el entendimiento comprender. Pero puede V.M. ser cierto que si alguna
falta en mi relacin hobiere, que ser antes por corto que por largo, as
en esto como en todo lo dems de que diere cuenta V.A., porque me
pareci justo mi prncipe y seor decir muy claramente la verdad, sin
interponer cosas que las disminuyan ni acrecienten (Corts 102).
A falta de factores econmicos que llamasen la atencin, aunque el oro aparezca citado en unas cuantas ocasiones, el autor de los Naufragios tiene que recurrir a otros elementos sustitutivos que mantengan el inters de quien va a leer la obra. La conversin
de los indios por un lado de ah su funcin apostlica y la descripcin pormeno-
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rizada de gentes y territorios por otro, todo ello con tal nivel de precisin en cuanto
a la exactitud de datos, nombres, fechas, cantidades, distancias e incluso nmero de
lenguas seis de las que se hace sabedor, que resulta difcil de creer. Todo ello,
claro est, sin disponer de ningn tipo de instrumento sobre el que pudiese registrar
tal cantidad de informacin ms que su admirable memoria. A pesar de todo, Cabeza
de Vaca no es el nico en dirigirse al monarca con el propsito de hacerle creer todo
cuanto se le relata. El mismo Corts, una vez ms, utiliza una dialctica parecida en la
descripcin de las riquezas del pueblo azteca.
[L]as cuales, dems de su valor, eran tales y tan maravillosas, que
consideradas por su novedad y extraeza, no tenan precio, ni es de
creer que alguno de todos los prncipes del mundo de quien se tiene
noticia las pudiese tener por tales y de tal calidad. Y no le parezca a
V.A. fabuloso lo que digo, pues es verdad que todas las cosas criadas
as en la tierra como en el mar, de que el dicho Muteczuma pudiese
tener conocimiento, tena contrahechas muy al natural, as de oro y
plata como de pedrera y de plumas, en tanta perfeccin que as ellas
mismas se parecan (Corts 100-102).4
El elemento fabuloso o difcil de creer no es por lo tanto patrimonio nico de las
novelas de caballera, sino que se adeca perfectamente a las primeras descripciones
sobre las caractersticas de las culturas recin descubiertas. Claro est que la cantidad
de fbula suele variar; podemos encontrar desde una moderada exageracin hasta una
flagrante mentira, todo dependiendo del alcance de la empresa llevada a cabo. Sera
absurdo querer comparar las acciones de un Corts, rebelde con unas imcomparables
dotes polticas y diplomticas unidas a un valor a toda prueba, que no slamente es
capaz de conquistar el imperio ms importante de Norte Amrica con un puado
de hombres, sino que adems derrota a los propios espaoles cuando stos intentan
apresarle, con el superviviente de una expedicin que lo nico que trajo fueron noticias confusas sobre los indios y riquezas de los territorios por donde anduvo. La informacin dada por Cabeza de Vaca sobre estos territorios fue, como se sabe, la que
motiv las posteriores expediciones de Fray Marcos de Niza y de Francisco Vzquez
de Coronado, quienes no encontraron ms que pobreza y desilusin al presenciar
cuan diferentes se les haban descrito dichos territorios. As pues, vuelvo a incidir en
que el valor de Cabeza de Vaca no est en la autenticidad de sus palabras, sino en la
forma o manera en que las pasa al papel. En la crnica de Alvar Nez el elemento
imaginativo se desborda de los cauces de la realidad dando paso a episodios que ponen en seria duda la legitimacin del testimonio expuesto. Efectivamente, si se analiza
singularmente el contenido de la obra, sus cualidades de exageracin o de fantasa
irn por un lado en detrimento de la informacin global de la historia que se est
contando y por otra agilizarn mucho ms el contenido narrativo, consiguiendo as
mantener en tensin al lector a medida que transcurra el relato. Pero si pasamos a analizar la obra en su conjunto, esto es, comparndola con obras similares en cuanto a su
estructura historiogrfica y que adems posean carcter autobiogrfico, la impresin
global cambia por completo. Como vimos anteriormente, la novela de aventuras
4. Vase mi tesis doctoral, pp. 38-40.
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tiene sus orgenes en los principios de la Humanidad; la relacin de sucesos sobrenaturales existi desde un primer momento. Egipcios, griegos y otros pueblos orientales,
ya fuese de manera oral o escrita, continuaron una tradicin que ha seguido viva hasta
nuestros das.
Conoci la antigedad helnica un gran nmero de narraciones fabulosas histricas y geogrficas, muchas de origen oriental, asirio, persa
o egipcio, como las que de buena fe sin duda recogi Herodoto de
boca de los interpretes de Menfis, y todas las maravillas que contenan
los libros de Ctesias, frecuentemente citados por Didoro Sculo. Basta
leer el satrico y ameno tratado de Luciano sobre El modo de escribir la
Historia para comprender a que punto lleg el furor de mentir en los
historiadores de la decadencia, incluso en los que escriban de cosas de
su tiempo, como los bigrafos de Alejandro (Menndez y Pelayo 14).
No es nuevo pues el incluir historias ajenas al dictado de la realidad, ni siquiera se salvan de esto los textos histricos, como bien dice Luciano de Samosata, donde la verdad
tiene que estar sujeta, no a adornar los hechos, sino a enumerarlos siendo justo juez y
no estar movido por la amistad, la paga, el pudor o la vergenza. Pues tal ha de ser mi
historiador: sin miedos, incorruptible, libre y noble, lleno de franqueza y amigo de la
verdad... (Luciano de Samosata 455). Sin embargo, es difcil encontrar el testimonio de
un individuo libre de prejucios y de que las circunstancias ya sea de manera consciente
o inconsciente, influyan en su obra.
El protagonista nuevamente es un hidalgo que en las ms crticas situaciones tiene
que ingenirselas para no morirse de hambre. Acaso no critica de la misma manera
Alvar Nez el tratamiento de los indios por parte de los espaoles? Este tipo de crtica
social, que tambin aparecer en El Lazarillo, pertenece a una forma de ver el mundo y
las estructuras que lo gobiernan desde un punto de vista mucho ms humanista. Encontramos en la obra de Alvar cierta irona burlona a la hora de presentar algunos valores
sociales que recuerdan nuevamente al hidalgo, amo de Lzaro, que prefiere morirse de
hambre con tal de mantener a salvo las apariencias de su clase social. Tampoco es una
casualidad que tanto Mendes Pinto como Cabeza de Vaca pertenezcan ambos a esa
clase de hidalgos que, por razones de la Fortuna y por haber quedado hurfanos desde
nios, tuvieron que optar por buscarse su futuro en las recin descubiertas fronteras.
Ambos escribieron una sola obra en su vida de la que adems fueron autores y protagonistas. Mendes Pinto fue tambin uno de los cinco supervivientes de un naufragio
acaecido durante una travesa hacia Sumatra. La emocin que se respira en la obra del
portugus es ms de aventura que de supervivencia. Pese a haber cado varias veces
prisionero a lo largo de los 21 aos que estuvo en la India, sus descripciones de China y
Japn, de sus ciudades, templos y mercados son sin duda alguna de un gran valor documental al haber sido uno de los primeros europeos en recorrer esas tierras, de la misma
manera que Alvar Nez fue uno de los primeros europeos en recorrer las tierras de
Norteamrica. Sin embargo, la crnica de Mendes Pinto, obra bastante ms voluminosa, muestra mayor variedad de personajes, algunos tan reales y conocidos como San
Francisco Javier, del que fue amigo personal.
Esta amistad le llev a tomar los hbitos de la Compaia de Jess, orden a la que
se entreg para dedicarse por entero a predicar el Evangelio, aunque aos despus la
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son debidos que los tienen en dichos libros con el hbito del seor de
Santiago que son 12000 maraveds cada ao (ADMS, legajo 937).
Aun as, en su narracin abusa de tal forma en la cantidad de datos que muchas
veces nos hace poner en duda su veracidad. El historiador Henry R. Wagner, en su
libro The Spanish Southwest, pone en duda muchos de los datos presentados en la relacin de Cabeza de Vaca: itinerario, alusiones a los bisontes, omisin de los perros
de las praderas (praire dogs), descripciones geogrficas e incluso la construccin del
texto como documento histrico. One of the curious things about Cabeza de Vacas
narrative is that the early wanderings are detailed with much greater precision than
those of the latter part of the journey. The vagueness of the description would seem
to be intentional, and in view of the statement made by the Knight of Elvas, it would
appear that Cabeza de Vaca did hear something which he did not wish to put in his
book (Wagner 43). En la Relacin Conjunta, Cabeza de Vaca se permite la libertad
de poner nombres propios a algunos lugares geogrficos por los que pasaron, como
es el de la Isla del Mal Hado nombre que perfectamente podra incluirse en un libro
de caballeras pues en la primera relain no le pusieron nombre, ni l se le puede
dar detalle este mencionado por Gonzalo Fernndez de Oviedo (Relacin Conjunta
615, Lib. 35, cap. 7). Esta no ser sin embargo la nica vez en la que aparezca esta
cualidad del autor.
En la isla de Mal Hado hay dos lenguas: a los unos llaman de Coaques
y a los otros llaman de Han. En la Tierra Firme, enfrente de la isla, hay
otros que se llaman de Chorruco, y toman el nombre de los montes
donde viven. Adelante, en la costa del mar, habitan otros que se llaman Doguenes, y enfrente de ellos otros que tienen por nombre los
de Mendica. Ms adelante, en la costa estn los quevenes, enfrente de
ellos, dentro en la Tierra Firme, los mariames; y yendo por por la costa adelante, estn otros que se llaman guaycones, y enfrente de estos,
dentro en la Tierra Firme, los iguaces. Cabo de estos estn otros que
se llaman atayos, y detrs de estos, otros acubadaos, y de stos hay
muchos por esta vereda adelante. En la costa vimos otros llamados
quitoles, y enfrente de estos, dentro de la Tierra Firme, los avavares.
Con estos se juntan los maliacones, y otros cutalchiches, y otros que
se llaman susolas, y otros que se llaman comos, y adelante en la costa
estn los camoles y en la misma costa adelante otros a quien nosotros
llamamos los de los higos (Cp. 26).
Dieciocho tribus indias en sucesin, algunas con nombres tan dudosos que parecen
sacados de la imaginacin del propio autor. Hodge y Lewis, en su ya clsico trabajo
Spanish Explorers in the Southern United States, mencionan al respecto: None of these
Indians have thus far conclusively been identified with later historical tribes, with the
possible exception of the Atayos and the Quevenes (87 n.1). En el captulo 26 de los
Naufragios, en la primera edicin de Zamora de 1542, aparece un nombre ms, omitido
en las restantes ediciones. Nada ms empezar el captulo dice: Tambin quiero contar
sus naciones y lenguas que desde la isla del Malhado hasta los ltimos Cuchendados
hay. Se supone que estos Cuchendados que, como digo, no aparecen en ninguna
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otra edicin de los Naufragios ms que en la de Zamora, seran otra tribu de indios con
lo cual sumaran 19. Fernndez de Oviedo, por poner en duda las afirmaciones de Cabeza de Vaca en su Relacin Conjunta, tambin ha tenido que sufrir la crtica de algunos
investigadores modernos. En su edicin de Naufragios, Pupo-Walker, comparando las
diferencias entre el manuscrito conservado en el Archivo de Indias, la Relacin Conjunta,
as como las ediciones de Naufragios de Zamora y Valladolid, calificar a Fernndez de
Oviedo de caprichoso y mordaz. Escribe Pupo-Walker:
No es fcil, sin embargo, proceder al cotejo informado entre R [Relacin inacabada manuscrita conservada en el Archivo General de Indias] y la versin subsiguiente. Me refiero a la que Nez enva desde
la Habana a La Espaola cuando iba rumbo a Espaa. Se supone que
ese texto resume el parecer de los tres espaoles que sobrevivieron, y
como tal debi ser una relacin ms explcita. Slo que Oviedo la comentar tan caprichosamente como lo hizo con otras relaciones de su
afamada Historia general. (68).
Unas lneas ms adelante escribe: Al contrastar la relacin que Oviedo glosa con Z
[Zamora 1542], nos dir con su habitual mordacidad... (68). Pupo-Walker, en vez de
plantearse que las diferentes aadiduras y disparidades de los diferentes textos que
poseemos sobre las acciones llevadas a cabo por estos supervivientes en Norteamrica
es algo que de alguna manera deslegitima el testimonio de estos caballeros andantes,
muestra la reaccin opuesta: echar la culpa a quien pasa al papel dichos testimonios.
En este caso Gonzalo Fernndez de Oviedo, que como cronista mayor tena todo el
derecho del mundo a dudar de las diferentes versiones y nombres que aporta Alvar
Nez.
O mal agravado pela preocupao de ser minucioso meio literrio de promover
credibilidade (Introduccin, 44). No significa que tanto un relato como el otro carezcan de sinceridad y sobre todo de un gran humanismo, sino que de alguna forma ambos autores procuran adaptar sus experiencias vividas incluyendo informacin
complementaria, ya sea cronolgica o etnogrfica que, si bien es difcil de comprobar,
enriquece las posibilidades literarias del relato. Ni Cabeza de Vaca ni Fernam Mendes
fueron enviados a esas regiones en calidad de historiadores o cientficos. Si analizamos
cuales eran las lecturas de la poca, adems de los libros de caballera, encontraremos
otros tipos de lecturas. Uno de ellos, aunque ya tena antecedentes en la literatura griega adquiere en Espaa una enorme popularidad gracias a la traduccin de obras clsicas que se multiplicaron con la nueva visin del mundo y del hombre llegadas con el
Renacimiento. Me refiero a las novelas bizantinas. Viene esto a cuento para preparar
una revisin del aprecio de la novela griega de aventuras amorosas, llamada bizantina.
El libro de Heliodoro, Historia Etipica, o por otro nombre, La historia de los leales amantes
Tegenes y Clariclea pertenece a un fondo comn europeo que a partir de 1534 se esparce por los varios idiomas y sirve de riego vivificante para el desarrollo de los relatos de
imaginacin (Lpez Estrada 17-19).
La definicin clsica de la novela bizantina que encontramos en las historias de la
literaturada, es la de una novela procedente de las narraciones griegas de la poca helenstica cuyo modelo es la historia de Teagenes y Clariclea, de Heliodoro, escrita en el
siglo tercero. Una de sus caractersticas es la narracin de naufragios y aventuras que
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separaban a los protagonistas hasta un futuro reencuentro. Tienen adems un trasfondo histrico (ngel del Ro 1: 707). Las similitudes con la crnica novelada de Alvar
Nez son claras. Esto nos hara preguntarnos si La Relacin es un modelo nico de ese
tipo de experiencias naufragios, cautiverios, esclavitud, etc o si por el contrario
entra dentro de la esttica bizantina. Hasta este momento se ha visto la figura de Cabeza de Vaca como la de un apstol de las Indias, un ejemplo de virtudes cristianas
capaz de soportar las mayores tribulaciones con infinita paciencia y fe en Dios. No se
pretende en ningn momento quitarle el mrito que se merece por haber sobrevivido
a tan extraordinarias experiencias. Por otro lado, su obra de carcter totalmente autobiogrfico s posee las caractersticas de la novela bizantina. Ms concretamente en
su modalidad de cautiverios. A lo largo de todo el siglo xvi y xvii, fueron miles los
espaoles que sufrieron prolongadas penas de esclavitud y cautiverio, en la mayora
de los casos en mazmorras y galeras turcas. Esta realidad histrica produjo un incremento de este tipo de literatura, escrita en algunos casos por las propias vctimas de
tales situaciones. Pese a ello, no parece habrsele reconocido a la novela bizantina la
importancia que sta tuvo en su momento. A este respecto escribe Emilio Carilla:
Es curioso observar que mientras se habla de la extraordinaria difusin de los libros de caballeras (difusin que sera inutil negar, sobre
todo en la primera mitad del siglo xvi; y difusin, por otra parte, ineludible al hablar de la gnesis del Quijote), es curioso repito que,
comparativamente, poco se hable de la irradiacin de la novela bizantina (traduciones, imitaciones), de manera especial a comienzos
del siglo xvii. Y, sin embargo, se trata de un hecho autntico, de verdadera dimensin europea (Carilla 275).
Emilio Carilla, en su artculo La novela bizantina en Espaa, presenta sus rasgos
ms sobresalientes, pudiendo observarse una directa coincidencia de muchos de ellos
con los aparecidos en la obra de Alvar Nez: aventuras en un paisaje cambiante en el
cual suele ocupar un papel importante el mar, con sus naufragios, raptos, piratas, etc.;
separaciones, encuentros, reconocimientos, equvocos...; un eje amoroso los protagonistas y puesto a prueba por las separaciones y desencuentros un amor que, en el caso de Alvar Nez, estar canalizado, de forma cristiana, en el tratamiento que hace
a los indgenas, abundancia de personajes episdicos; movimiento inusitado; los
sueos, las visiones y la presencia circunstancial de la magia, as como toques de humor (la magia, en el caso de Alvar Nez, entrar dentro de la esttica cristiana de los
milagros) El relato se presentar in media res, o lo que es lo mismo, comenzando
por un episodio avanzado para ir descubriendo despus su inicio y encadenamiento.
Un fondo moral respaldado con sentencias, discursos y elementos religiosos. A pesar
de su carga ficcional, todo el relato estar envuelto en un marco de verosimilitud que
acabar en un final venturoso y en paz como premio y compensacin a tantas peripecias y sufrimientos pasados (Carilla 285-286). Se muestra por lo tanto un mundo de
realidad y ficcin que llegar a su mxima expresin en la vida y obra del autor de El
Quijote. Efectivamente, en la Segunda Parte, en el captulo del morisco Ricote, aparecen claras alusiones del peligro que representaban las incursiones turcas en las costas
espaolas en busca de cristianos y de la amenaza que suponan. No obstante, una de
las mejores historias de cautiverios la encontramos en la Primera Parte, la historia de
40
El Cautivo, donde se puede ver fielmente reflejadas gran parte de las experiencias
personales que el propio Cervantes tuvo que sufrir. George Camamis, en un excelente
estudio sobre el cautiverio, dice al respecto:
Con la enorme popularidad y aceptacin de las novelas italianas y el
nuevo interes despertado por las narraciones bizantinas, se inicia en la
evolucin de nuestro tema una fase que podemos denominar precervantina. En esta poca, que comprende a las primeras obras de Cervantes o sea, de 1545 a 1585 ms o menos el cautiverio como motivo literario se presenta en su forma ms esteriotipada, estrechamente
vinculado a las modalidades de la novela bizantina ya en su forma
original, ya en su transmutacin italiana y con poqusimas concesiones a las verdaderas experiencias de cautiverio que los espaoles
iban sufriendo con ritmo acelerado a medida que avanzaba el siglo xvi
(Camamis 31).
Para poder afirmar que los Naufragios de Alvar Nez se salen de su papel especficamente limitado de crnica, hay que basarse en hechos fehacientes. No limitndose
a comparar su obra con otras crnicas contemporneas, ya que su Relacin no ofrece
ningn inters histrico no se mencionan importantes batallas ni conquistas de civilizaciones explendorosas salvo la informacin que se da sobre la etnografa, fauna
y flora, de la que Alvar Nez sabr sacar muy buen partido ya que ser lo nico que
pueda dar crdito a su testimonio. Los Naufragios de Alvar Nez son la historia de un
fracaso. En efecto, es la crnica de una expedicin, donde la ineptitud de los pilotos al
encontrarse totalmente equivocados y desorientados sobre su posicin geogrfica,
la divisin de pareceres entre el gobernador y el tesorero, la posibilidad de encontrar
oro y la mala suerte hicieron que desembocase en una de las ms desastrosas expediciones jams emprendidas. Eran pocas las alternativas y una de ellas era la de mostrar
tierras que de alguna manera despertasen el inters de la Corona: [H]allamos tambin
muestras de oro. Por seas preguntamos a los indios de adonde haban habido aquellas
cosas; sealaronnos que muy lejos de all haba una provincia que se deca Apalache,
en la cual haba mucho oro, y hacan seas de haber muy gran cantidad de todo lo que
nosotros estimbamos en algo.
Es francamente difcil ponerse a analizar los pormenores de una accin llevada a cabo
en el primer cuarto del siglo xvi, donde la bsqueda de metales preciosos para la Corona
por un lado y la consecucin de la fama por otro, constituan dos de los factores ms
importantes para embarcarse en tamaas aventuras. El mero hecho de la informacin
dada sobre las caractersticas de los indgenas, sus costumbres y geografa de lo que
en estos momentos constituyen Los Estados Unidos y Mjico, resulta hoy de un valor
incalculable, sobre todo por ser el primer testimonio escrito sobre estos lugares pese a
ponerse en duda en muchos casos la veracidad de las mismas. Lo cual no significa que
en ese momento no lo fuese: ser, precsamente gracias a la informacin presentada en
esta crnica por lo que se le otorgarn ms tarde a su autor los ttulos de adelantado
gobernador y capitn general del Ro de la Plata -ttulo que nicamente podra sustentar
en el caso de que Ayolas, designado anteriormente por el virrey don Pedro de Mendoza, hubiese muerto o desaparecido-. Se trata pues de una crnica hecha y puesta en
letra de molde, al gusto del entonces emperador de la Corona espaola Carlos V. La
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propagacin de la fe cristiana por todo el orbe, as como los medios econmicos para
poder sufragar la defensa del Imperio frente a enemigos tan temibles como los turcos, que poco a poco se iban haciendo dueos del Mediterrneo, no dejaban muchas
alternativas. Religin y oro. Alvar Nez fue de una forma u otra consciente de esta
realidad y no es de extraar que toda su Relacin no sea ms que una continua imitacin de la Vida de Cristo, suplementada con sugestivas alusiones al rey de los metales entre otras riquezas. Tiene muchas frutas y muy hermosos ros, y otras muchas
aguas muy buenas. Hay muestras grandes y seales de minas de oro y plata; la gente
de ella es muy bien acondicionada; sirven a los cristianos (los que son amigos) de muy
buena voluntad (Cap. 34, 206) Cmo se puede comprobar que toda la informacin
que se da es cierta? No us Cristbal Coln palabras muy parecidas para atraerse la
atencin de los Reyes Catlicos? Este problema sobre la veracidad de lo narrado no es
nuevo, hace ya algunos aos se plante el mismo problema con el mismo Herodoto,
conocido como el Padre de la Historia.
We have considered the evidence, never as ample as we could
wish, for Herodotus life and travels, the composition of his work,
the sources available to him, and the question of his indebtedness
to earlier historical literary sources. It is time finally, since his is a
work of history, to consider the question of credibility; and for an
introducer of readers to such a work to come off the fence and
speak in the first person. He must not try to dictate views which
he does not hold; but he should suggest principles for the critical
reader, especially the questions which the reader have always at the
threshold of consciousness, and be ready to ask when the moment
occurs. The question of credibility of Herodotus breaks up into three:
(i) What were his sources? (ii) Is he honest? (iii) When we have very
little other evidence, how far and by what methods can we critize
Herodotus out of Herodotus own story, with any hope of getting
closer to what relly happened? (Herodotus 28).
Si se aplican las mismas preguntas a los Naufragios, nos encontraremos frente al difcil dilema que significa distinguir entre una narracin autobiogrfica de aventuras, no
exenta de elementos de ficcin, de suspense, con una construccin cronolgica aparentemente real pese a existir lapsos de tiempo de ms de seis aos, y una Relacin en la que se da noticia detallada de la tremenda lucha por la supervivencia del
autor en las ms adversas circunstancias. Un hombre que fue capaz de sobreponerse
a una de las ms penosas situaciones de esclavitud, amenazas de muerte por parte de
los indios, hambre, dolor fsico etc., tuvo que tener algunas dotes extraordinarias. No
solamente las necesarias para poder persuadir a los indios de que no le mataran, sino
de resistencia fsica y sobre todo de ingenio. Esta ltima caracterstica y no otra hizo
posible que fuese uno de los nicos cuatro supervivientes de los trescientos que se
internaron en la expedicin de Narvez.
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bin aadir toda una serie de ejemplos que vienen de la literatura medieval europea
(impregnada de la oriental a travs del Islam), as como algunos de tradicin oral.
Algunos de ellos fueron recogidos por Terence Hanbury White, nacido en 1906 en
Bombay y criado en Inglaterra, donde realiz sus estudios. Su traducin del latn del
Book of Beasts (siglo xii) fue por muchos aos la nica realizada de un bestiario medieval. Malaxechevarra, en su Bestiario medieval, nos ofrece la traducin al castellano de
algunos fragmentos del citado libro, as como de otros bestiarios medievales. As por
ejemplo, respecto al elefante, el Book of Beast nos dice:
La gestacin de los elefantes dura dos aos; paren una sola vez, y no
varias cras simultneamente, sino una sola. Viven trescientos aos.
Si uno de ellos desea criar, se encamina a Oriente, hacia el Paraso;
all crece un rbol llamado Mandrgora, al que se acerca el elefante con su pareja. Primero prueba l del rbol, y a continuacin da a
probar a la hembra. Cuando mastican la planta quedan seducidos, y
ella concibe en su vientre de inmediato. Cuando llega el momento
indicado para el parto, la elefanta se introduce en un lago, hasta que
el agua le llega a las ubres. Entretanto, el padre la vigila, mientras est
dando a luz, ya que existe un dragn que es enemigo de los elefantes.
Adems, si llega a pasar una serpiente, el padre la mata y la pisotea.
El elefante tambin es temible para los toros...y sin embargo, los ratones le asustan (Cambridge, 24-28; Malaxechevarra 73-74).
La historia del jardn del Edn o del paraso terrenal se encuentra evidentemente en
la Biblia. All, custodiados por Dios, se encontraban dos rboles, llamados el rbol de
la ciencia del bien y del mal y el rbol de la vida; rbol ste que ofrece interesantes
semejanzas con la Mandrgora mencionada anteriormente. Esta planta tambin es
conocida como la manzana de Satn, la manzana del amor o la planta de Circe.
En La Odisea de Homero, su casa aparece descrita de igual manera que el paraso, una
mansin de piedra en un claro del bosque donde cohabitaban dcilmente animales
como lobos y leones que eran vctimas de su magia. Desde la antiguedad se le atribuyeron a la planta de la mandrgora propiedades mgicas debido a la forma antropomrfica de su raz, as como afrodisacas y estimulantes de la frtilidad. En ese jardn
se encontraban Adn y Eva, y por supuesto la serpiente. Era el lugar donde Dios le
otorgara al hombre todo aquello que necesitase para disfrutar en placer y armona,
sin que nunca le faltase nada. A lo largo de la antigedad, la imagen del jardn siempre
ha estado asociada a un lugar idlico donde reinaba la paz y la armona entre todas las
criaturas, ubicado frecuentemente en el Oriente, en lugar frondoso y rodeado de agua
con abundancia de flores y rboles. Este lugar legendario lo comparten varias culturas
y pueblos: al Edn bblico del Gnesis que hemos visto se unen el paraso persa del
Avesta, el mismo cielo de los Evangelios y, segn la escatologa musulmana, el Jardn
del Edn, paraso en el que fue creado Adn.
En el bestiario de J. Berger de Xivrey, Propietez des bestes en Traditions tratologiques, aparece la siguiente mencin del elefante en referencia a la natural rivalidad
existente entre ellos y los dragones: El dragn desea la muerte del elefante, porque la
sangre de ste, que es fra, apaga el enorme calor y ardor del veneno del dragn, cuando la bebe. As el dragn se coloca al acecho en los caminos por donde sabe que pasan
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los elefantes, y enrosca su cola al muslo del elefante, y lo oprime con tal fuerza que lo
hace caer a tierra, matndolo a continuacin (Malaxechevarra 77).
San Isidoro de Sevilla (570-636 circa), cuya obra fue editada en el ao 1599 gracias a
la labor del padre Mariana, fue uno de los que recogi los saberes de los antiguos, entre
ellos Plinio el Viejo. Sus Etimologas no resultan interesantes nicamente por la utilizacin que har de ellas Covarrubias en su Diccionario, sino por ser la base sobre la que
descansar la sabidura hispano-cristiana durante una gran parte de la Edad Media. San
Isidoro, en su obra, har gala de estereotipos y prejucios culturales que se han transmitido hasta el da de hoy.
Veamos cuatro ejemplos extraordinarios de monstruos includos en las Etimologas
de San Isidoro: el grifo, el yculo, la salamandra y el dragn. Sobre el primer ejemplo
nos dice el sabio sevillano: Llamase grifo a un animal dotado de alas y de cuatro
patas. Semejante clase de fieras habita en los montes hiperbreos. Su cuerpo es, en su
conjunto, el de un len; por sus alas y su cabeza se asemejan a las aguilas. Son terriblemente peligrosos para los caballos. Del mismo modo despedazan a los hombres que
encuentran a la vista (xii 2, 17). Habr que abstenerse de cruzar los montes hierbreos
(algunos escritores antiguos los localizan en la extremidad del mundo). La definicin
del yculo es la siguiente:
El yculo es una serpiente voladora, de ella escribe Lucano (9, 720): Y
los voladores yculos. Estn encaramadas a los rboles, y cuando un
animal se encuentra a su alcance, se lanzan sobre l y lo matan; por eso
se los conoce como yculos. Por otra parte, en Arabia existen serpientes provistas de alas y llamadas sirenas, que aventajan a los caballos
en la carrera y adems, segn cuentan, tambin vuelan; su veneno es
tan poderoso que la muerte sobreviene antes de sentir el dolor de la
picadura (xii 4, 29).
La descripcin del siguiente monstruo es una de las ms logradas e interesantes.
Aparece en casi todos los bestiarios medievales con el adjetivo de apagallamas, como
una criatura que puede vivir en el fuego como los peces en el agua. De su veneno se dice
que es el ms potente de todos:
La salamandra debe su nombre a que tiene poder contra los incendios.
Es el ms venenoso entre todos los animales de su especie, pues los
dems causan dao a personas aisladas, mientras que ste mata al mismo tiempo a muchas. As trepa a un rbol, infecciona con su veneno
todos sus frutos, de manera que produce la muerte de todos cuantos
los coman. Del mismo modo, cuando cae en un pozo, la potencia de
su veneno pone fin a la vida de los que beban. Siendo incompatible con
los incendios, es el nico animal capaz de apagar el fuego; y as vive en
medio de las llamas sin sentir dolor y sin consumirse, y no solo por que
no se quema, sino porque, adems, extingue las llamas (xii 4, 36).
Veamos lo que nos dice el ya citado Plinio sobre el mismo animal:
This animal [the salamandra] is so intensely cold as to extinguis fire by
its contact, in the same way as ice does. It spits forth a milky matter
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from its mouth; and whatever part of the human body is touched
with this, all the hair falls off, and the parts assumes the appearence
of leprosy (Lib. 10, cap. 86, p.546). Este animal [la salamandra] es
tan intnsamente fro que apaga el fuego a su contacto de la misma
manera que lo hace el hielo. Escupe una sustancia lechosa por la boca
y cualquier parte del cuerpo humano que es alcanzada por sta la
hace perder el pelo y tener la apariencia de lepra [Trad. del autor].
El dragn, al igual que la salamandra, aparece descrito en casi todos los bestiarios.
San Isidoro nos dice de l lo siguiente:
El dragn es el mayor de todas las serpientes, e incluso de todos los
animales que habitan en la tierra. Los griegos le dan el nombre de
drakn, derivado del cual es el latino draco. Con frecuencia, saliendo
de sus cavernas, se remonta por los aires y por su causa se producen
ciclones. Est dotado de cresta, tiene la boca pequea, y unos extrechos conductos por los que respira y saca la lengua. Pero su fuerza no
radica en los dientes, sino en la cola, y produce ms dao cuando la
emplea a modo de ltigo que cuando se sirve de su boca para morder.
5. Es inofensivo en cuanto al veneno, puesto que no tiene necesidad
de l para provocar la muerte: mata siempre asfixiando a su vctima.
Ni siquiera el elefante, a pesar de su magnitud, est a salvo del dragn: este se esconde al acecho cerca de los caminos por los que suelen
transitar los elefantes, y se enrosca a sus patas hasta hacerlos perecer
de asfixia. Se cran en Etiopa y en la India viviendo en el calor en medio del incendio que provocan en las montaas. (xii 4, 4-5).
Desde que en 1611 se public en Espaa el primer diccionario de uso de la lengua
espaola, hemos podido comprobar de forma directa que no todas las especulaciones
pueden ser acertadas aunque estn escritas por las autoridades ms importantes de
la poca. Veamos la definicin que nos trasmite Covarrubias del Bisonte, ya en pleno siglo xvii: Segn Pausanias, es un animal feroz, de una clin muy larga y en todo
lo dems es semejante al ciervo, y tiene en medio de la frente un cuerno Ni siquiera
Aristteles se permite esos lujos imaginativos sobre el bisonte. Dice Aristteles: Es
del tamao del toro, y ms mazizo que un buey. Pues no es alargado. Su piel, extendida en el suelo, ocupa un espacio suficiente para tumbarse siete personas. Su aspecto
es similar al del buey en lo dems, pero difiere de l en que tiene crines que le llegan
hasta las agujas igual que el caballo (Historia Animal, Libro 9, cap. 45, 547).5
5. La primera mencin de este animal al que los espaoles llamarn vacas corcovadas aparece al final
del captulo 18 de Naufragios de Alvar Nez Cabeza de Vaca. Escribe el cronista jerezano: Por la tierra hay
muchos venados y otras aves y animales de los que atrs he contado. Alcanzan aqu vacas, y yo las he visto
tres veces y comido de ellas, y parsceme que sern del tamao de las de Espaa; tienen los cuernos pequeos, como moriscas, y el pelo muy largo, merino, como una bernia; unas son pardillas, y otras negras, y a mi
parescer tienen mejor y ms gruesa carne que las de ac. De las que no son grandes hacen los indios mantas
para cubrirse, y de las mayores hacen zapatos y rodelas; stas vienen de hacia el Norte por tierra adelante
hasta la costa de la Florida, y tindense por toda la tierra ms de cuatrocientas leguas; y en todo este camino,
por los valles por donde ellas vienen, bajan las gentes que por all habitan y se mantienen de ellas, y meten en
la tierra grande cantidad de cueros (147).
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Esta admiracin por los paquidermos se mantendr por lo menos hasta el siglo xviii;
un ejemplo de ello nos lo ofrece el poco conocido manuscrito escurialense J. iii. 34, en
donde se narra el transporte desde Filipinas a Espaa de un elefante regalo a Carlos
III y de la admiracin que este animal caus a su paso por los diferentes pueblos de la
pennsula hasta su llegada a San Lorenzo de El Escorial. Curiosamente, en poca de
Felipe II se haba trado otro elefante, el mismo da y mes que el antes citado y que
aparece citado en el mismo manuscrito:
Aviendose dignado S.M. dispensar el honor de q. trajesen el elefante
a este de S. Lorenzo para que se divirtiese la Com. con su vista, y llegado aqui el dia nueve de octubre de 1773 se not la rara casualidad
de que igual caso sucedi en el mismo da y mes con pocas horas de
diferencia el ao de 1583 con otro que el Sr. Phelipe segundo mando
venir aqui para el mismo efecto, cuya noticia se conserva entre otras
que acaecieron en el tiempo que duro la fundacion del monasterio y
que N.C. Ma. [Nuestra Catlica Majestad] Carlos tercero tuvo a bien
ver y examinar en el mismo codice original escrito a mano de Fray
Juan de San Geronimo el segundo que le presentaron a S.M. el R. P.
[Reverendo Padre] Prior Fray Julian de Villegas, y Fr. Juan Nuez Bibliotecario Mayor a quien mando el soberano lo notase para lo sucesivo (Manuscrito J.III. 34, fols. 172-174, bis).
No menos curiosa e ingenua es la descripcin de otro animal que lleg ese mismo
ao al monasterio de San Lorenzo y que tambin aparece citada en el manuscrito.
En el folio 173, a cuyo margen aparece escrita la palabra rinoceronte, se cuenta lo
siguiente: En xiii de octubre de 83 [1583] metieron por mandado de su Ma. el rinoceronte en el jardin para verle dende alli y como venia caluroso le echaron en el cuerpo
y cabeza muchos cubos de agua con que se refresco y de contento se rebolco en el
suelo y gimio. [E]s animal feo melancolico y triste esta como armado es animal ingrato
y desconocido que no conoce a los que le hazen bien que para darle de comer se lo
echan detras del (Manuscrito J.III. 34, fol 173).6
Estas mismas caractersticas pasarn a las crnicas o libros de viajes sobre el Nuevo Mundo y as, por ejemplo, encontramos al conquistador alemn al servicio del
gobernador Alvar Nez cabeza de Vaca, Ulrico Schmidl, haciendo mencin de una
serpiente de gran tamao aunque en ningn momento deje entrever que este animal
sea de una especie desconocida, ni ningn monstruo, como parece indicar el investigador contemporneo Enrique de Ganda, sino tal como el mismo autor dice: una gran
serpiente, larga como de veinticinco pies, medida que coincide exactamente con la
6. En el verso de la pgina viii de dicho manuscrito (J.III. 34) aparece la siguiente nota: Estas Memorias, assi
de lo perteneciente a este Real Monasterio de San Lorenzo desde los principios de su fundacin hasta los fines
del siglo de seiscientos, con lo demas que toca de varias cosas de esta Monarquia, y aun de fuera de ella, han
venido corriendo de mano en mano hasta este ao de 1752, que se encontraron en poder del P. Fray Antonio
de S. Joseph, que murio en l, y es comun sentir ser por la mayor parte de mano del P. F. Juan de S. Geronimo,
professo de Guisando, y uno de los que hicieron profession en este monasterio, cuyo dictamen se confirma
por la letra de los Actos Capitulares de dicho monasterio hasta el ao 1590, que todos eran firmados de este
religioso. Llamose por su humildad Fray J. de San Geronimo el segundo, para diferenciarse de otro Fr. Juan de
San Geronimo que hubo al mismo tiempo professo de Salamanca, aunque professo aqui despues de esotro,
y que fue el sexto Prior de esta Casa. (fol. viii v).
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ofrecida por el cronista Ruy Daz. Hoy sabemos que muy bien poda haber sido una
Anaconda o un reptil de esta familia. La cita de Shmidl es la siguiente:
Mientras estbamos con esos Mocorets, casualmente encontramos
en tierra una gran serpiente, larga como de veinticinco pies, gruesa
como un hombre salpicada de negro y amarillo, a la que matamos de
un tiro de arcabuz. Cuando los indios la vieron se maravillaron mucho,
pues nunca haban visto una serpiente de tal tamao; y esta serpiente
haca mucho mal a los indios, pues cuando se baaban estaba sta en
el ro y enrollaba su cola alrededor del indio y lo llevaba bajo el agua
y lo coma, sin que la pudieran ver, de modo que los indios no saban
cmo poda suceder que la serpiente se comiera a los indios. Yo mismo he medido a la tal serpiente a lo largo y a lo ancho, de manera que
bien s lo que digo. Los Mocorets tomaron ese animal, lo cortaron
a pedazos, que llevaron a sus casas y se lo comieron asado y cocido
(Cap. 17, 151).
El cronista espaol ms importante de su tiempo, Antonio de Herrera y Tordesillas,
nos relata otro suceso semejante; esta vez se trata de una serpiente con pies y alas:
Y habiendo ido a pescar una noche de luna muy clara, ms de treinta
indios de Acatepeque, estando hablando, oyeron cerca de s grandes
silbos, y vieron un animal que les miraba, con ojos como de fuego, y
de miedo se subieron a los rboles y como lleg vieron que era como
culebra, y que tena los pies como de un palmo y una forma de alas
encima, y era largo como un caballo, y andaba despacio, y deste miedo
no volvieron ms all. Tres indios de los Quelenes, certificaron, que pasando por aquel ro haban visto aquel animal, dando silbos, y dieron
las seas del, y dijeron que les pareca que bajaba a beber al ro, y un
indio iba detrs de los otros, tan espantado que muri luego (Dcada
4; libro 10, Cap. 12, 283).
El mismo cronista vuelve a hacer mencin de otras culebras tan fantsticas como la
anterior, dando pie a que la imaginacin se dispare, incluso en el caso de los historiadores ms escrupulosos.
Hay tambin culebras y vboras como las de Castilla: hay otras grandes pardas, como de palo podrido, con cuatro ventanas de narices, y
vise picar a un caballo, y luego comenz a sudar sangre por todas
las coyunturas, y no volvi ms de un da: hay otras pintadas y otras
negras, y largas, no escapa cosa que piquen, y en la creciente no hacen
mal, y en siendo menguante la luna se embravecen: otras de dos palmos tienen dos cabezas, y en forma de un Tao, y no solo mueren de su
picadura pero de hollar su rastro, cuando ha poco que pas...(Dcada
4. Libro 10. Cap. 12, 283).
Si continuamos investigando sobre la informacin vertida por los cronistas de Indias,
encontraremos que ni siquiera el ms respetado y concienzudo, considerado padre de
la etnologa moderna, fray Bernardino de Sahagn, , se escapa a la fbula. En su Historia
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General de las cosas de la Nueva Espaa nos ofrece dos ejemplos de culebras: Hay otra
culebra que tambin se llama mazacatl (y) es pequea, tiene cuernos, es prieta, no
hace mal, ni tiene eslabones en la cola. De la carne de sta usan los que quieren tener
potencia para tener cuenta con muchas mujeres; los que la usan mucho, o tomn demasiado de cantidad, siempre tienen el miembro armado y siempre despiden simiente, y mueren de ello (653; lib. 11, cap. 5).
Esta serpiente, cuyo nombre en lengua nauhatl es mazacoatl, tiene unas propiedades afrodisiacas que podramos comparar con las de ciertos medicamentos que existen actualmente. Otro ejemplo que nos ofrece la obra de Fray Bernardino de Sahagn
es el de la culebra bicfala:
Hay una culebra en esta tierra que tiene dos cabezas: una en el lugar
de la cabeza, otra en el lugar de la cola, y llmase maquizcatl; tiene dos cabezas (y) en cada una de ellas tiene ojos, boca y dientes y
lengua; no tiene cola ninguna. No es grande, ni es larga...Anda hacia
ambas partes, a las veces gua la una cabeza, a las veces la otra; y
esta culebra se llama culebra espantosa, raramente parece (652; Lib.
11, cap. 5).
El inca Garcilaso de la Vega recrea igualmente el mito del ave Fnix en sus Comentarios Reales cuando comenta las plumas que llevaban algunos emperadores incas en la
cabeza: Parece que semeja esto a lo del ave fnix, aunque no s quin la haya visto...
(Garcilaso, lib. 6, cap. 28, p. 261). Phillipe de Than, en Le Bestiere, da a este ave de
color prpura una dimensin cristiana, siguiendo la habitual tendencia llevada a cabo
durante la Edad Media: Sabed, pues, que tal es su suerte: muere por su voluntad, y
de la muerte vuelve a la vida; od lo que esto significa. Este pjaro representa a Jess,
hijo de Mara, pues tuvo el poder de morir a su albedro, y de muerte regreso a la
vida, y esto representa el fnix: para salvar a su pueblo, quiso sacrificarse en la cruz
(vv. 2217-2320; Malaxechevarra 176). Las dudas del inca Garcilaso no son gratuitas,
ya que Plinio el Viejo (23-79 d. de C.) muestra las mismas inquietudes mil quinientos
aos antes en su Historia: AEthiopia and India, more especially, produce birds of diverse plumage, and such as quite surpass all description. In the front rank of these is
the phoenix, that famous bird of Arabia; though I am not quite sure that its existence
is not a fable. It is said that there is only one in existence in the whole world (lib. 10,
cap. 3, p. 479-80).
Es francamente difcil poder separar la ficcin del testimonio histrico cuando ste
va cargado de exageraciones que rayan en lo novelesco, sobre todo si esta informacin
nos viene dada por fuentes consideradas tradicionalmente como fidedignas. Desde los
tiempos antiguos, escritores como Homero o Luciano de Samosata han sido conscientes de esta dualidad. Al mismo Herodoto, considerado por muchos como el padre de
la Historia, se le achacan no pocas digresiones fantsticas. Por ello podramos considerar en cierta forma a estos cronistas como los padres de la literatura.
Entre los libros de viaje de la literatura ibrica, merece un lugar relevante La Peregrinacin (Peregrinaam) de Ferno Mendes Pinto (c. 1509-1581), mencionada unas lneas
antes. El descubrimiento del Oriente por los portugueses fue simultneo al descubrimiento de Amrica por los espaoles. Vasco de Gama descubre la India en 1498, slo
seis aos despus de que Coln descubriese Amrica. Esta coyuntura histrica hizo
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que los libros de viaje tuviesen gran demanda tanto en Espaa como en Portugal. La
Peregrinacin es un libro de accin, en el que podemos encontrar naufragios, viajes,
saqueos, y masacres por tierras y gentes desconocidas. De igual forma podra decirse
que se trata de un libro costumbrista, al descubrir el mundo de los chinos y japoneses
en forma documental y una novela de aventuras en la que el protagonista es un hidalgo
que en las ms crticas situaciones tiene que ingenirselas para no morirse de hambre.
No creo que existiese ningn otro europeo que tuviese la oportunidad de recorrer por
tanto tiempo y de una manera tan intensa las costas de la India, China y Japn como lo
hizo Mendes Pinto, pero si existe alguin consciente de este hecho es precisamente l.
El tener conciencia de ser un hombre de mundo le dar pi para ponerse en un plano
superior al del lector de su tiempo, dicindole que slo aquellos que nunca han viajado
son los que no pueden creer en las maravillas que ocurren en aquellas remotas tierras de nuestro planeta... Viendo por entre los rboles de la selva una gran cantidad de
cobras y bichos de tan admirable grandeza y facciones que es mucho para a treverme
a contarlo, por lo menos a las personas de poco mundo, porque stas como han visto
muy poco, acostumbran a dar poco crdito a lo mucho que los otros vieron (Cap. 14,
51).7 De igual manera, desde el principio hasta el fin de la obra de Alvar Nez, se pueden apreciar una serie de recursos en los que el narrador exagera hasta el lmite sus
propias experiencias. Si se empieza por las exageraciones, dejando al margen lo histrico o novelesco de las situaciones, ya desde el primer captulo nos encontramos algunas
tan sealadas como la del huracn que sufrieron en la isla de Cuba: [O]mos toda la noche, especialmente desde el medio de ella, mucho estruendo y grande ruido de voces,
y gran sonido de cascabeles y flautas y tamborinos y otros instrumentos, que duraron
hasta la maana que la tormenta ces. En estas partes nunca otra cosa tan medrosa se
vio... (Cap. 1, 80). Hasta qu punto son originales estas maravillas? Ya hemos visto
que tendramos que remontarnos a la Biblia o, en este caso particular, a Marco Polo. En
el captulo 57 de sus Viajes, De la ciudad de Lop, escribe:
Pero oiris de l una maravilla que os contar:Si cabalgando de noche
por ese desierto alguien se aleja de la caravana y se queda distante de
sus compaeros para dormir o para otra necesidad, al querer alcanzarlos oye voces que le hablan como si fueran sus compaeros de viaje, y
que le llaman hasta por su nombre. Esto les hace perderse ms y ms,
de forma que se extravan por completo. De este modo perecieron y se
perdieron muchos viajeros. Hasta durante el da os las voces de esos
espritus y os parece or instrumentos extraos, as como tambores
(Marco Polo).
Como reaccin a estas lneas aparece en el lector un mecanismo de defensa por miedo a caer en ese grupo de gente de poco mundo incapaz de creer ms que en lo que
ven, dejando desguarnecidas las defensas del sentido comn y permitiendo el paso a
7. El texto original es el siguiente: Vimos aquy tambem ha muito nova maneyra, & estranha feyo de bichos,
a que os naturaes da terra chamo Caqueseito, do tamanho de ha grande pata, muyto pretos, conchados pelas
costas, com ha ordem de espinhos pelo fio do lombo do comprimento de ha penna de escrever, & com azas
da feio das do morcego, co pescoo de cobra, & ha unha a modo de espora de gallo na resta, co rabo myto
comprido pintado de verde & preto, como sa los lagartos desta terra. Estes bichos de voo, a modo de salto, cao
os bugios, & bichos por cima das arvores, dos quais se mantem (Cap. 14, 51-52).
Captulo segundo
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maravilloso lo que hace que se conjuguen en una sola obra la imaginacin y la propia
experiencia. En el captulo 52 del libro sexto de la primera parte de su Natural y General
Historia de las Indias, Fernndez de Oviedo nos habla de los grifos y de una criatura
que es mitad mono, mitad ave poseedora de un canto ms dulce que el del ruiseor y
la calandria. Escribe Oviedo: Yo he tenido por costumbre en estas mis historias, de dar
los testigos en aquellas cosas que no he visto, de que otros me han informado; y al
propsito de lo que de suso apunt del grifo, ha venido mi notiia otra cosa que no es
menos maravillosa que los grifos (Lib. 6, cap. 52, 259). As es, al parecer la mujer principal del hermano del inca Atahualpa tena este animalito, que no lleg a tierra espaola
porque por descuido unos criados lo pisaron sin querer, dejndolo sin vida. La descripcin de este animal es la siguiente: La cual cuentan que, en la tierra austral del Per, se
ha visto un gatico monillo, destos de colas luengas, el qual, desde la mitad del cuerpo,
con los braos cabea, era todo aquello cubierto de pluma de color parda, otras mixturas de color; la mitad deste gato para atrs, todo l, las piernas cola, era cubierto
de pelo rasito e llano de color bermejo como leonado claro (Lib. 6, cap. 52, 259).
Los monstruos de formas antropocntricas aparecen igualmente descritos en los
bestiarios y las crnicas desde las ms remota antiguedad llegando hasta la primera crnica de americana, esto es, la de Cristbal Coln. Juan de Mandavila (John Mandeville),
algunos aos antes que Coln, ya saba muy bien de la redondez de la tierra en el siglo
xiv: Porque paresce a los simples que hombre no puede rodear todo el mundo de baxo
y de alto...Y de aqu se concluye que hombre puede rodear el mundo, pero acertar a
tornar a su tierra es cosa de ventura (lib. 2, cap. 2), escribe Mandeville:
En Egipto, en las montaas altas, hava un buen hombre hermitao en
un monesterio y hava gran tiempo, el qual contava que en el desierto
de Egipto hava un hombre con cuernos grandes y tajantes en la frente,
el qual tena el cuerpo hasta la cintura como hombre y de all a baxo
tena cuerpo de cabra, al qual, como el dicho hermitao lo vido, lo conjur por Dios que le dixesse quin era, el qual respondi que era criatura mortal, ass como aquella qual Dios hava hecho, la qual estava
en aquel desierto buscando su sustentacin, y rog al hermitao que
rogasse a Dios por l y por el humanal linage, el qual hava descendido
del cielo y hava nascido de la Virgen Sancta Mara y hava padescido muerte y passin como nosotros sabemos, por el cual nosostros
bivimos y somos. Y an oy en da est la muestra de los cuernos en
Alexandra por una gran maravilla (Lib. 1, Cap. 13).
No olvidemos lo que nos cuenta el primer cronista-cuentista, Cristbal Coln, en su
primer viaje sobre las criaturas que tuvo el privilegio de ver segn aparece en su diario
de a bordo, un martes 9 de enero de 1493: El da pasado, cuando el Almirante iba al Ro
de Oro, dijo que vido tres se[i]renas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan
hermosas como las pintan, que en alguna manera tenan forma de hombre en la cara.
Dijo [el almirante] que otras veces vido algunas en Guinea, en la costa de Mangueta
(Coln 124). Estos monstruos que, como dice el almirante, tenan forma de hombre
en la cara, probablemente fuesen casos reales de alguna foca bigotuda o algn manat,
comunes en el Caribe. No es el caso del escritor portugus Luis de Cames, que en su
pica Os Luisiadas, rememorando el viaje que hizo el marino portugus Vasco de Gama
Captulo segundo
57
a la India cinco aos despus de Coln, presenta igualmente sirenas. Estos dos recursos artsticos, como se puede apreciar, se conjugan perfectamente, creando un panorama esttico capaz de cautivar al lector de su tiempo acostumbrado a leyendas, fbulas, novelas de viajes y libros de caballera. La esttica mitolgica se conjuga con el
realismo conciso y fiel de hechos y lugares concretos. La influencia de la poesa pica
de Homero y de Virgilio resulta indudable en la obra de Camoens, al igual que ocurre
en todos los escritores de aquel siglo pertenecientes a culturas de tradicin clsica. Se
llega por tanto a la disyuntiva de elegir un estilo propio y caracterstico del pueblo al
que se pertenece Espaa, Portugal o el de seguir los moldes impuestos por escritores italianizantes. Camoens encuentra hasta cierto punto la solucin: utiliza a los
dioses sin darles el relieve que cobraran en un texto clsico pero recrando con ellos
su relato, dndole as la belleza necesaria. Por eso, en un verso del ltimo canto de Os
Luisiadas, dice: So para fazer versos deleitosos/Servimos... (Canto x, 82). Los dioses
se convierten por lo tanto en un medio para embellecer los versos y no un en fin para
testimoniar la veracidad de los hechos. Con ello queda de relieve, una vez ms, que
la nocin de dar una base puramente testimonial a cualquier obra literaria es limitarla, y es precsamente esto lo que ocurre con Os Luisiadas. Cames sigue fielmente el
modelo clsico de las sirenas de la Odisea y la Envida, como tambin har el cronista
y autor de la primera pica americana Alonso de Ercilla y Ziga en la Araucana. Pero
no siempre el cronista y testigo presencial de un hecho tiene que mentir, y sera injusto conceder el mismo crdito a la flagrante mentira de un Cabeza de Vaca o un de
Mendes Pinto que la una ms o menos interesada descripcin de un Corts. Cuando
Corts nos habla de las extraordinarias cualidades de la ciudad de Tenochtitlan, con
una finalidad igualmente dirigida a despertar en la Corona el inters por sus hechos y
conquistas, lo hace desde una perspectiva mucho ms realista y descriptiva: Tena en
esta casa un cuarto en que tena hombres y mujeres y nios blancos de su nacimiento
en el rostro y cuerpo y cabellos y cejas y pestaas (Corts 81). De la misma manera, cuando nos habla de monstruos no da rienda suelta a su imaginacin si no que se
limita a ofrecer una visin ms ajustada a la realidad: Tena otra casa donde tena
muchos hombres y mujeres monstruos, en que haba enanos, corcovados, y otros con
otras disformidades, y cada una manera de monstruos en su cuarto por s; e tambin
haba para stos personas dedicadas para tener cargo dellos (Corts 82). Sin embargo,
si volvemos a nuestro conocido cronista y explorador Alvar Nez Cabeza de Vaca,
vemos que adems de darnos pormenores sobre las gentes, flora y fauna de las tierras
norteamericanas, aade en el captulo 22 de su obra un pasaje inslito pero curiossimo sobre un ser hermafrodita que viva bajo la tierra:
Estos y los de ms atrs nos contaron una cosa muy extraa, y por la
cuenta que nos figuraron paresca que haba quince o diez y seis aos
que haba acontescido, que decan que por aquella tierra anduvo un
hombre, que ellos llaman Mala Cosa, y que era pequeo de cuerpo,
y que tena barbas, aunque nunca claramente le pudieron ver el rostro, y que cuando vena a la casa donde estaban se les levantaban los
cabellos y temblaban, y luego paresca a la puerta de la casa un tizn
ardiendo; y luego, aquel hombre entraba y tomaba al que quera de
ellos, y dbales tres cuchilladas grandes por las ijadas con un peder-
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nal muy agudo, tan ancho como una mano y dos palmos en luengo,
y meta la mano por aquellas cuchilladas y sacbales las tripas; y que
cortaba de una tripa poco ms o menos de un palmo, y aquello que
cortaba echaba en las brasas; y luego daba tres cuchilladas en un brazo, y la segunda daba por la sangradura y desconcertbaselo, y dende
a poco se lo tornaba a concertar y ponale las manos sobre las heridas,
y deciannos que luego quedaban sanos, y que muchas veces cuando
bailaban aparesca entre ellos, en hbito de mujer unas veces, y otras
como hombre; y cuando l quera, tomaba el buho o casa y subala en
alto, y dende a poco caa con ella y daba muy gran golpe. Tambin nos
contaron que muchas veces le dieron de comer y que jams comi; y
que le preguntaban dnde vena y a qu parte tena su casa, y que les
mostr una hendedura de la tierra, y dijo que su casa era all debajo.
De estas cosas que ellos nos decan, nosotros nos reamos mucho, burlando de ellas; y como ellos vieron que no lo creamos, trujeron muchos de aqullos que decan que l haba tomado, y vimos las seales
de las cuchilladas que l haba dado en los lugares en la manera que
ellos contaban (159-60).8
El pasajero italiano Antonio de Pigafetta tuvo la oportunidad de escribir su Relacin
del Primer viaje alrededor del Mundo en el transcurso del viaje que hizo con Magallanes
(1519-21), y darnos as noticia y testimonio sobre los naturales, flora y fauna, as como
sobre las tierras por donde navegaron. Algunas descripciones son bastantes ingenuas o
estn llenas de humor, otras rayan con el mal gusto y otras son testimonios de terceros,
y en ellas la mitologa clsica se confunde con la realidad, como cuando nos describe
a unos monstruos que nos recuerdan a los de ciertas fbulas medievales: Nos cont
nuestro piloto moluqus que en estos parajes hay una isla, llamada Arucheto, cuyos habitantes, hombres y mujeres, no tienen ms de un codo de alto, y con orejas ms largas
que todo el cuerpo, de tal manera que cuando se acuestan una les sirve de colchn y la
otra de manta... (Primer viaje en torno al globo 165). Estas descripciones, por otra parte,
cuya original naturaleza tiene el efecto de mantener viva la curiosidad del lector, captando su atencin a causa de sus peregrinas costumbres. As, por ejemplo, encontramos
pasajes como el de Cadamosto, viajero veneciano al servicio de Portugal en el siglo xv,
en el que nos cuenta que el jefe de la tribu Budumel le haba prometido obsequios a
cambio de ensearle cmo poder mantener relaciones sexuales con muchas mujeres:
These negroes, both men and women, are exceedingly lascivious: Budomel demanded
of me importunately, having been given to understand that Christians knew how to do
many things, wheather by chance i could give him the means by which he could satisfy
many women, for which he offered me a great reward. They are also very jealous, and
allow no one to enter the huts where their wives live not even trusting their own
sons (38). Lo ms interesante de todo esto es que a menudo esta fantasa est dirigida
a personajes conocidos por su sentido comn, poco inclinados a creer en este tipo de
historietas o cuentos.
8. Sera interesante saber a ciencia cierta si este curioso ser fue sacado de la mitologa clsica, de la del indgena norteamericano o bien de la imaginacin de su creador. Me inclino ms por lo ltimo.
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Captulo segundo
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9. Ay ms en la dicha India una tierra bien grande en la qual habitan hombres y mugeres los quales tienen seys dedos en cada mano y otros seys en cada pie.
10. Partimos de aquesta tierra y llegamos a una provincia la qual era muy abundosa
y muy frtil de muchos rboles y de muchas maneras de frutales modernos a nosotros,
en la qual tierrra todas las mugeres tienen barvas como si fuessen hombres y no tienen
cabellos en la cabea.13
11. De aqu fuemos a una provincia que se llama Etiopia occidental, en la qual habitan una manera de hombres que tienen en medio de la frente quatro ojos y veen con
cualquiera dellos.
12. Un doctor llamado Sigon y otro que [se] dize Menfodoro escriven que en frica
ay mugeres barbudas las quales saben tantas artes diablicas que hazen secar los rboles y matan los nios de ojo.
13. Ay en las Indias una isla en la qual biven hombres de gran forma como gigantes, y
no tienen sino un ojo en la frente, los quales no comen sino carne y pescado sin pan.14
14. De aquesta isla va hombre a una provincia llamada Sitia en la qual ay un valle
muy grande y muy hermoso que se llama en griego Antropophagos, y ay unas gentes
que tienen los pies al revs de nosotros y son grandes corredores y andan siempre entre
las bestias salvages (Juan de Mandavila, Lib. 2, cap. 10).
El narrador-cronista se permite ofrecer tamaas descripciones sin dar noticia de sus
fuentes de informacin. Como se puede apreciar, el lector va recibiendo sorpresa tras
sorpresa, algo que parece no detener al autor a la hora de incluir en su narracin tanta
novedad. La psicologa de los autores queda as reflejada en el agudo conocimiento
que tienen de los lectores de sus obras. Parece como si tuviesen que poner freno a su
poderosa imaginacin a regaadientes por culpa de esos espritus de cortos entendimientos que en un momento dado pudieran llegar a dudar de lo extraordinario de las
experiencias que ellos mismos haban podido presenciar con sus propios ojos o, todava peor, de los casos que les fueron trasmitidos a travs de escrituras clsicas, y en
algunas ocasiones hasta sagradas, y cuya veracidad sera peligroso para el lector de la
poca poner en duda. Adems de los ejemplos citados, se podran incluso incluir infinidad de ejemplos pertenecientes a la hagiografa cristiana, incluyendo la aparicin de
un caballero en el aire con la espada en la mano, en un caballo blanco, peleando para
los espaoles en diversas batallas ocurridas en tierras americanas, aunque con ello nos
adentraramos en un terreno ajeno al presente trabajo (Acosta, Lib. 7, cap. 27, 499).15
13. Vase el cuadro de la mujer barbuda del pintor espaol Jos Ribera (1631), localizado en el Hospital
Tavera de Toledo. (http://www.fisterra.com/human/3arte/pintura/mujer_barbuda.asp) (20 de junio de 2007).
14. Recurdese a los cclopes, como Polifemo en la Odisea. En la Historia del infante Don Pedro de Portugal, tambin se cita a estos seres extraordinarios, probablemente por influencia directa de Mandeville. En el captulo 9
de esta obra: Carta del Preste Juan de las Indias para el rey D. Juan el segundo de Castilla, en la que se da cuenta
de los ritos y ceremonias, de su reino, y costumbres de los habitantes que le pueblan, podemos leer: Tengo
en mis Estados un territorio cuyos habitantes no tienen ms de un ojo en medio de la frente: cuando muere
alguno se le comen entre sus parientes, a los cuales llaman gomeos; habitan entre dos sierras tan speras, que
ni pueden llegar hasta nosotros ni nosotros ellos por la profundidad del valle en que se cran: siendo en tanto
nmero los que hay, que si Dios no hubiera permitido que estuvieran encerrados all por la naturaleza, podan
cubrir mucha parte de la tierra; habiendo tradicin que no saldrn de aquel sitio hasta que venga el Ante-Cristo
(Gmez de Santistevan 22).
15. La figura del apostol Santiago aparece en varias crnicas de la conquista de Amrica.
El mito de las Amazonas ser una constante en un buen nmero de crnicas americanas del siglo xvi, y en la obra de Cabeza de Vaca tampoco sern una excepcin. Ya
aparecen mencionadas en la Iliada, donde Homero escribe sobre Pentesilea, princesa
amazona muerta en combate. En el siguiente pasaje de la rapsodia 6, encontramos la
mencin de stas:
Y as que tuvo la funesta nota, orden a Belerofonte que lo primero
de todo matara a la ineluctable Quimera, ser de naturaleza no humana, sino divina, con cabeza de len, cola de dragn y cuerpo de cabra,
que respiraba encendidas y horribles llamas; y aqul le dio muerte,
alentado por divinales indicaciones. Luego tuvo que luchar con los
afamados slimos y deca que ste fue el ms recio combate que con
hombres sostuvo. En tercer lugar, quit la vida a las varoniles amazonas (Iliada 6: 165.)
Igualmente aparecen en la cermica griega, en vasijas donde se las dibuja con escudos en forma de luna, quiz porque Artemisa, diosa de la caza y de la luna, era su protectora. La palabra Amazona, segn escribe Lyn Webster Wilde en su libro On the Trail
of the Women Warriors, es Armenia y significa mujer-luna: Donald Sobol thinks the
name could refer to the Indian goddes Uma and gives Uma Soona =.children of Uma.
Amastris (an early Black Sea sttlement) then becomes Umas women (Stri = women). Another derivation for Amazon could be Pheonician Am = mother, and Azon
or Adon, lord, given motherland (15). Sobre el origen etimolgico de este vocablo
tambin se ha afirmado que corresponde en griego aproximadamente a sin pecho.
Como es notorio en la tradicin literaria, las guerreras Amazonas tenan la costumbre
de amputarse el pecho derecho. Elizabeth Baynham en su artculo Alexander and the
Amazons escribe: Even outside Alexander historiography the Amazons are among
the most emotive and evocative figures in Greek culture. Amazon ethnography is a
complex subject. Most traditions purporting to be historical regard them as a race
of female warriors, who dwelt around the Thermodon river, close by the Black Sea
in remote Scythian territory (115). Tim Newark, igualmente presenta importantes
razones a favor de la existencia de estas indomables guerreras y sobre el contexto en
que aparecen en la historia:
To some, the war between the Amazons and the Greeks is symbolic
of the struggle for domination between men and women. The
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Captulo tercero
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corriente de los ros, de modo imprevisible; por eso slo trajinaban los indios ciertos
meses del ao (116).
Pese a todos estos impedimentos, los hombres y mujeres de Orellana deciden
recorrer el ro ms caudaloso del mundo con toda suerte de amenazas, desde las terribles y devoradoras piraas hasta los caimanes y las gigantescas anacondas. Por si
esto fuera poco, muchos de los indios pobladores de este ro untaban sus flechas con
curare, mortfero veneno que haca mucho ms temibles los enfrentamientos. Las
fiebres, hambres y la desesperacin de algunos de los miembros de la expedicin, no
frenaron al capitn Orellana en seguir adelante. Fray Gaspar de Carvajal fue miembro
de dicha expedicin y testigo ocular de la presencia de las mujeres antes citadas. La
descripcin fsica de stas, su valenta y arrojo en las batallas en contra de los cristianos, en la que citado testigo perdi un ojo de un flechazo, resulta sorprendente.
Cuenta el cronista que los indios, al saber de la llegada de los espaoles, fueron a pedir ayuda a las amazonas, llegando en nmero de diez o doce. Estas indias peleaban
a la vanguardia de los indios y con tanto nimo que los indios no se atrevan a huir,
y si alguno lo intentaba ah mismo lo mataban a palos, siendo sta la causa por que
los indios se defendan tan bien. En cuanto a su descripcin fsica, nos dice Carvajal:
Estas mujeres son muy blancas y altas, y tienen muy largo el cabello y entrenzado y
revuelto a la cabeza; y son muy membrudas y andan desnudas en cueros, tapadas sus
vergenzas con sus arcos y flechas en las manos haciendo tanta guerra como diez indios; y en verdad que hubo mujer de stas que meti un palmo17 de flecha por uno de
los bergantines, y otras que menos, que parecan nuestros bergantines puerco espn
(80-81). Carvajal tambin anota los pormenores de un minucioso interrogatorio que
el capitn Francisco de Orellana hizo a un indio sobre las caractersticas y costumbres
de estas formidables mujeres.
El Capitn le pregunt qu mujeres eran aquellas (que) haban venido a les ayudar y darnos guerra: el indio dijo que eran unas mujeres
que residan la tierra adentro siete jornadas de la costa, y por ser este seor sujeto a ellas, haban venido a guardar la costa...El Capitn
pregunt si estas mujeres eran muchas: el indio dijo que s, y que l
saba por nombre setenta pueblos, y contlos delante de los que all
estbamos, y que en algunos haba estado (85-86).
Por el tipo de preguntas que se le van haciendo al indio, parece que ya exista una
fuerte predisposicin por parte de los cristianos a creer en el estereotipo clsico de la
amazona de los textos antiguos. Prosiguiendo el interrogatorio sobre si estas mujeres
tenan hijos, el indio dijo que s, preguntando Orellana cmo era posible quedarse preada sin presencia de varn, el indio respondi que estas indias en tiempos y cuando les viene aquella gana declaran la guerra a un cacique vecino suyo, trayendo a la
fuerza a los indios varones para tenerlos el tiempo que consideran conveniente, hasta
que se quedan embarazadas y los devuelven a su tierra. Cuando llega el momento de
parir, si nace varn lo matan y se lo envan a sus padres, si nace hembra la cran con
muy gran solemnidad y la educan en el arte de guerrear. Refirindose a la jefa de estas
17. Palmo. Medida de longitud, cuarta parte de la vara, dividida en doce partes iguales o dedos, equivalente
a unos 21 centmetros, y se supone que es el largo de la mano de un hombre abierta y extendida desde el
extremo del pulgar hasta el del meique. Diccionario de la Lengua Espaola (RAE: Madrid, 1970).
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indias, el indio dijo: que entre todas estas mujeres hay una seora que subjeta y tiene
todas las dems debajo de su mano y jurisdiccin, la cual seora se llama Coori (Carvajal 86). La informacin dada por el indio coincide con la clsica y generalizada idea
de que si naca el nio varn, lo mataban. Carvajal insiste en su crnica de que cuanto
dice es cierto: y todo lo que este indio dijo y ms nos haban dicho a nosotros a seis leguas de Quito, porque de estas mujeres haba all muy gran noticia, y por las ver vienen
muchos indios ro abajo mil y cuatrocientas leguas; y as nos decan arriba los indios
que el que hubiese de bajar a la tierra de estas mujeres haba de ir muchacho y volver
viejo (87). Aunque fray Gaspar de Carvajal es la fuente ms directa que se tiene de estas mujeres, hubo posteriores expediciones que vinieron a confirmar, en cierta forma, lo
dicho. El soldado alemn al servicio de Espaa, Ulrico Schmidl (1510-1567), nos cuenta
lo siguiente en su Relacin del viaje al Ro de la Plata: Tienen esas mujeres un solo
pecho y se juntan y tienen comunicacin carnal con sus maridos tres o cuatro veces en
el ao. Si entonces se prean y nace un varoncito, lo envan a la casa del marido; pero si
es una nia la guardan con ellas y le queman el seno derecho para que este no crezca y
pueda as usar sus armas, los arcos, pues ellas son mujeres guerreras (Schmidl 182).
El investigador argentino Roberto Levillier, en su popular obra El Paititi (1976), termina su captulo sobre las Amazonas diciendo que estas mujeres pudieron subsistir
mientras no lleg otra raza superior a ellas. Dice Levillier que a causa de la presencia de
la raza blanca tuvieron que refugiarse en los remotos y vastos espacios de la Amazonia
donde: segn algunos investigadores, viven sus descendientes--los Wauras--conservando sus caractersticas primitivas en claros abiertos de la selva del Xing (159).
Si estas afirmaciones fuesen ciertas, tendramos en estas mujeres, no ya un inslito
ejemplo de sociedad matriarcal, sino un ejemplo de feminismo llevado a la prctica en
una de las sociedades ms primitivas. En la obra Historia del Infante Don Pedro de Portugal,
donde se narran las andanzas del hermano del famoso infante Enrique el navegante,
obra que tuvo una amplia difusin desde el siglo xv, tambin aparecen estos mticos
seres. En esta obra se dice adems que estas mujeres son cristianas. En el captulo
sexto, tras el paso de los viajeros por la Meca, podemos leer: [P]asndonos por un lado
hacia la ciudad de Sonterra, donde habitan las amazonas, cuyas mujeres son cristianas
y viven sin hombre alguno: estn sujetas al Preste Juan: eligen entre ellas reina que las
dirija y justicia que las gobierne: labran sus campos, ejercitan todas las artes y dirigen
sus pueblos sin que hombre alguno se entrometa en nada (Gmez de Santisteban 1516). Al parecer, los viajeros se metieron sin querer en territorio de las amazonas y fueron amonestados por ello:
Una de las camaristas de la reina nos inform de todas las costumbres,
dicindonos: sabed que entre nosotras no hay hombres sino en los tres
meses de Marzo, Abril y Mayo: en este tiempo, y no en otro, se juntan
los hombres con nosotras para que no se acabe la generacin: pasado
este tiempo nos separamos sin que por ningn motivo pueda quedar
ningn hombre entre nosotras, ni ninguna mujer irse con ellos; y si alguno alguna falta esta ley, luego al momento se le da ignominiosa
muerte. Al tiempo de retirarse los hombres, dejan cada uno su nombre
por escrito, como tambin el pueblo y sitio donde van residir, recibiendo igualmente un papel de sus mujeres para que se reconozcan y
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no haya confusin al tiempo de juntarse. Luego que nacen las criaturas les ponemos en las espaldas cinco cruces con un hierro encendido;
si es varn lo criamos tres aos y con los que vienen al ao siguiente
se le lleva su padre para que lo crie y ensee trabajar; si es hembra,
le cortamos el pecho izquierdo para que pueda manejar el arco y flecha, y sta se queda entre nosotras, guardando los ritos y ceremonias
ya expresadas (Gmez de Santisteban 16).
Sin embargo, me inclino a pensar que la fuente ms directa sobre la existencia de estas mticas mujeres en la que beben las crnicas del Nuevo Mundo sera una novela de
caballeras relativamente conocida terminada sobre los aos 1495-97 y conocida con
el ttulo de Las sergas de Esplandn. En ella Garci Rodrguez de Montalvo nos cuenta
las hazaas de Esplandin, hijo del famoso Amads, y las aventuras de la hermosa
reina Calafa y sus mujeres guerreras. Como escribe Sainz de la Maza en su edicin
de este libro: Calafa amalgama rasgos de dos populares modelos amaznicos de la
Edad Media: Pentesilea, la guerrera muerta por Pirro en los relatos troyanos, y Thalestris, la decidida enamorada de Alejandro magno (72-73). La descripcin que aparece
en esta novela de caballeras es la siguiente:
Sabed que a la diestra mano de las Indias ovo una isla llamada California mucho llegada a la parte del Paraso terrenal, la cual fue poblada de mugeres negras sin que algn varn entre ellas oviesse, que
casi como las amazonas era su estilo de bivir, estas eran de valientes
cuerpos y esforados y ardientes coraones, y de grandes fueras. La
nsula en s, la ms fuerte de los riscos y bravas peas que en el mundo se fallava. Las sus armas eran todas de oro, y tambin las guarniciones de las bestias fieras en que, despus de aver amansado, cavalgavan; que en toda la isla no haba otro metal alguno. Moravan en
cuevas muy bien labradas. Tenan navos muchos que salan a otras
partes a hazer sus cavalgadas; y los hombres que prendan llevvanlos consigo, dndoles las muertes que adelante oiris. E algunas vezes
que tenan pazes con sus contrarios mezclvanse con toda segurana
unos con otros y avan sus ayuntamientos, de donde se segua quedar
muchas dellas preadas; y si paran hembra guardvanla, y si varn
luego era muerto. La causa dello, segn se saba, era porque en sus
pensamientos tenan firme de apocar los varones en tan pequeo nmero que sin trabajo los pudiessen seorear con todas sus tierras, y
guardar aquellos que entendiessen que cumpla para que la generacin no pereciese (727-28).
Francisco de Orellana descubri el Amazonas en el ao 1542, el mismo ao en
que los portugueses empezaban a comerciar con Japn.18 Al poco tiempo, Orellana
regres a Espaa y pidi al rey el privilegio de la conquista y pacificacin de dicho
ro. La corona le ofreci el ttulo de Adelantado y Capitn General de dichas tierras,
aunque se vio privado, entre otras cosas y pese a su insistencia, de un elemento blico primordial a la hora de la conquista de tan inmenso territorio: la artillera. En los
18. El ro en cuestin haba sido conocido en los mapas espaoles anteriores con el nombre de Maran.
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Captulo tercero
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de los urtuese y aburues, llegaron a ellos otros muchos indios principales de pueblos comarcanos a hablar con l. Curiosamente, al igual que en la descripcin que se
hace de la isla California en Las sergas de Esplandin, tambin aqu aparecen indios
negros. Estos le trajeron plumas, a manera de las de Per, as como planchas de
chafalonia.20 El capitn, hablando con cada uno de los indios, se inform de las poblaciones y gente que se encontrara ms adelante:
[Y] los dichos indios, en conformidad, sin discrepar, le dijeron que a
diez jornadas de all, a la banda del oesnorueste, habitaban y tenan
muy grandes pueblos unas mujeres que tenan mucho metal blanco
y amarillo, y que los asientos y servicios de sus casas eran todos del
dicho metal y tenan por su principal una mujer de la misma generacin, y que es gente de guerra y temida de la generacin de los indios;
y que antes de llegar a la generacin de las dichas mujeres estaba una
generacin de los indios (que es gente muy pequea), con los cuales,
y con la generacin de stos que le informaron, pelean las dichas mujeres y les hacen guerra, y que en cierto tiempo del ao se juntan con
estos indios comarcanos y tienen con ellos su comunicacin carnal,
y si las que quedan preadas paren hijas, tinenselas consigo, y los
hijos los cran hasta que dejan de mamar, y los envan a sus padres;
y de aquella parte de los pueblos de las dichas mujeres haba muy
grandes poblaciones y gente de indios que confinan con las dichas
mujeres, que lo haban dicho sin preguntrselo; a lo que le sealaron,
est parte de un lago de agua muy grande, que los indios nombraron
la casa del Sol; dicen que all se encierra el Sol; por manera que entre
las espaldas de Santa Marta y el dicho lago habitan las dichas mujeres, a la banda del oesnorueste; y que adelante de las poblaciones
que estn pasados los pueblos de las mujeres hay otras muy grandes
poblaciones de gentes, los cuales son negros, y a lo que sealaron, tienen barbas como aguileas, a manera de moros. Fueron preguntados
cmo saban que eran negros. Dijeron que porque los haban visto
sus padres y se lo decan otras generaciones comarcanas a la dicha
tierra, y que eran gente que andaban vestidos, y las casas y pueblos
los tienen de piedra y tierra, y son muy grandes, y que es gente que
poseen mucho metal blanco y amarillo, en tanta cantidad, que no se
sirven con otras cosas en sus casas de vasijas y ollas y tinajas muy
grandes y todo lo dems (Comentarios/Relacin de Hernando de Ribera,
fols. 141v-142r ).
Esta Relacin de apenas tres pginas, escrita a modo de eplogo en los Comentarios, no ha sido incluida ni mucho menos de forma gratuita por el escribano de Alvar Nez, Pero Hernndez. Pongo seriamente en duda que el autor fuese el mismo
Hernando de Ribera y que ste tuviese la oportunidad de llegarla a ver y mucho menos contrastar. Recurdese que los Comentarios aparecen publicados en Valladolid en
20. Chafalona. Segn el Diccionario de la RAE, Conjunto de objetos inservibles de plata u oro, para
fundir.
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1555 junto con los Naufragios. La inclusin de alusiones a mitos clsicos o a metales
preciosos de fbula, ya sea de Amazonas o del Dorado, eran un acicate empleado
por estos conquistadores, testigos presenciales, para obtener una serie de prerrogativas
sobre estas tierras antes que los otros conquistadores que estaban esperando su turno.
Sin embargo, no todos encontraron imperios como el azteca o el inca, aunque estos
estuviesen en la fantasa de la mayora, y ninguno se resign a que esos reinos fueran
los nicos con semejante cmulo de riquezas. Esto era lo que la Corona quera or y
esto era lo que los conquistadores cronistas ofrecan en sus crnicas. Unas lneas ms
adelante escribe Pero Hernndez (Alvar Nez): y pregunt a los dichos indios a qu
parte demoraban los pueblos y habitacin de la dicha gente negra, y sealaron que
demoraban al norueste, y que si queran ir all, en quince jornadas llegaran a las poblaciones vecinas y comarcanas a los pueblos de los dichos negros (Comentarios/Relacin
de Hernando de Ribera).
Por supuesto, que ms puede interesar a la Corona o al Consejo de Indias que escuchar que el metal amarillo sobrabaEn cuanto al mito del Dorado, la misma Relacin nos ofrece una variante ms de dicha fbula: Y que asimismo por la banda del
Oeste haba un lago de agua, muy grande y en el que no apareca tierra de la una banda
a la otra; y a la ribera del dicho lago haba muy grandes poblaciones de gentes vestidas
y que posean mucho metal, y que tenan piedras, de que traan bordadas ropas, y relumbraban mucho; las cuales sacaban los indios del dicho lago... (Comentarios/Relacin
de Hernando de Ribera). Una de las versiones de la leyenda de El Dorado deca que el
cacique sucesor al trono de los muiscas, en el territorio que hoy correspondera a Bogot, cruzaba desnudo y cubierto de polvo de oro la laguna de Guatavita sobre una gran
balsa de troncos atados. El futuro cacique haca una ofrenda de oro y esmeraldas en la
mitad del lago y al volver a la orilla era investido como nuevo lder de su pueblo.
Esta mtica leyenda de El Dorado, basada por otra parte en las historias reales que se
contaban sobre los tesoros de los herederos incas o sobre la plata del Potos en Bolivia,
fue la que impuls a muchos buscadores de fortuna, honor y fama (no necesariamente
en ese orden) a salir en busca de tesoros inimaginables. Sin embargo, este ritual nunca
fue presenciado por los conquistadores, de ah que existan distintas versiones del mito.
Las ms conocidas son las de Gonzalo Fernndez de Oviedo, Juan de Castellanos, Juan
Rodrguez Freyle, Pedro Simn, Basilio Vicente de Oviedo y la que ahora nos ocupa
incluida al final de los Comentarios de Alvar Nez Cabeza de Vaca en la Relacin de
Henando de Ribera.
Otro pasaje inslito de la Relacin de Hernando de Ribera es la mencin de cristianos por esas latitudes. Este es un tema interesante ya que el mito de Quetzalquatl del
hombre blanco barbado vuelve a aparecer en diferentes formas y versiones por todo el
continente. Lo lgico sera pensar que nos estemos refiriendo a tempranas expediciones
espaolas que fueron por el Pacfico, tales como las de Pizarro, Alvarado o Soto; sin embargo, estos cristianos a los que nos referimos eran de tiempos pasados.
[Y] entre las dichas poblaciones hay otra gente de cristianos, y haba
grandes desiertos de arenales, y no haba agua. Fueron preguntados
como saban que haba cristianos de aquella banda de las dichas poblaciones, y dijeron que en los tiempos pasados los indios comarcanos de
las dichas poblaciones haban odo decir a los naturales de los dichos
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les dieron en las Canarias, el viaje a lo largo de la costa del Brasil por San Agustn y Pernanbuco, as como la diversidad de la flora, costumbres antropfagas y rituales de los
indios Tupinambo. Igualmente se menciona por primera vez el grupo indgena de los
Guarens. Pero lo ms importante es que en el Ro de la Plata se encontraron a quince
cristianos supervivientes de la expedicin de Loaysa, de los que haban ido en la nao de
Rodrigo de Acua, que a su vez le contaron haber conocido a supervivientes de la expedicin de Juan Daz de Sols. Se cuenta sus andanzas por los Ros Paran, Uruguay y
Paraguay en busca de metales preciosos. Si estos cristianos de la expedicin de Ramrez
llegaron al Paraguay, bien pudieron ser algunos de los cristianos que se mencionan en
la Relacin del capitn de lvar Nez Cabeza de Vaca, Hernando de Ribera. Tambin
se habla de los periodos de hambre y enfermedad que tuvieron que sufrir y de los problemas surgidos con sus navos. Bautizaron algunos lugares como el Puerto de Santa
Catalina o San Lzaro, y en la confluencia del ro Carcaran con el Paran tuvieron la
oportunidad de conocer a los indios querandis, que manejaban con destreza y habilidad dos bolas unidas por una cuerda. En la boca del Paraguay se encontraron con la
expedicin dirigida por el capitn Diego Garca de Mojer, el tesorero real Fernando Caldern, y con Rojel Barlo (Campos 438-39). Algunas de las descripciones de los naturales
que aparecen en la Carta de Luis Ramrez a su padre, recuerdan a las primeras que hizo
Cristbal Coln en su primer viaje: La gente desta tierra es muy buena e de muy buenos gestos ansi los ombres como las mugeres son todos de mediana estatura muy bien
proporcionados de color de canarios algo mas oscuros (V.II.4, fol. 115 r.). Aparte de lo
dicho anteriormente, la citada carta-relacin de Ramrez posee muchas similitudes con
la primera obra de Cabeza de Vaca, Naufragios, y no slo porque los hechos transcurran
en el mismo espacio y tiempo.24 Si exceptuamos el hecho de que Alvar Nez pasa a
ser esclavo de los indios en varias ocasiones, encontraremos que ambos autores narran
sus experiencias ensalzando el sufrimiento y la horrorosa hambre y sed que tuvieron
que pasar. Ambos narran por primera vez la etnografa, flora y fauna de las tierras que
recorren y, sobre todo en el caso de Ramrez, son tantas veces que menciona el oro y la
plata que invita a la Corona/lector, adems de a su padre a quien va dirigida la carta, a
disparar la imaginacin. Al principio de su carta ya escribe claramente:
[Q]ue sean vras mdes[Vuestras Mercedes] iertos si dios alla me buelve
boluere de arte con que pueda seruirlas muchas mdes que siempre he
rreiuido y al presente espero rreiuir y esto pueden vras mdes tener
por ierto segund lo que esperamos sera ansy como digo y a todo lo
que vras mdes oyeren de la bondad de la tierra pueden dar entero credito porque yo les certifico no pueden decir tanto como es y por nros
[nuestros] mismos ojos avemos visto (fol. 115 r.).
Una vez ms, nos encontramos con la tcnica de todos los cronistas que van a insertar cosas difciles de creer y a llamar hombres de poco mundo a todos aquellos
que por no haber salido de su regiones no son capaces de comprender la cantidad de
maravillas que estos testigos presenciales han tenido la experiencia de observar de
primera mano. Ramrez menciona al mtico Rey blanco e incluso se inventa criaturas
disformes al modo de Mala Cosa en Naufragios: Esta generacin nos dio muy buena
24. Alvar Nez llega en el ao 1528 a la Florida.
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de 20 quilates (446). Por supuesto, este oro nunca llegar a aparecer ya que el autor se
ocupar en presentar diferentes excusas por las que no pudieron llevarlo consigo. En
cualquier caso, el testimonio de este singular viajero est narrado como si hubiese sido
el nico que pudiese testimoniar tan extraordinarias experiencias: [Y]o bine de santa
catalina asta aqui en la galeota y como mi enfermedad fue grande y en ella abia muy
poco abrigo pase enfinitos trabajos y tantos que yo doy fe a vra md no creo bastante
lengua de onbre a poderlos contar mas plugo a la majestad devina de me sacar dellos
para meterme en otros mayores como v.m. por esta carta adelante bera (fol. 117 v.).
Por mucha lgica, sentido comn y razn que los lectores de la poca, as como los
miembros del Consejo de Indias empleasen a la hora de asimilar toda la informacin
ofrecida por estos exploradores, el no haber visto y sentido en persona todas las
maravillas descritas en sus Relaciones, no les dejaba ms remedio que aceptar una
buena dosis de la informacin que reciban por muy maravillosa que esta fuese.
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A lo largo de estas lneas vamos a destacar algunos de los ejemplos ms representativos de una de estas posturas. Se trata de aquella que, pese a ser la menos popular tambin es la ms valiosa al negarse a aceptar sin ms la cualidades serficas de tan singular
caminante como fue Cabeza de Vaca. Igualmente, en este trabajo que est principalmente orientado a los estudiosos ya familiarizados con los aspectos ms sobresalientes
de la vida y obra de Alvar Nez, no se repetir toda la cronologa de sus hechos.
Con el respeto que se merece la labor investigadora de los que dan carcter de fehaciente a la informacin presentada por Alvar Nez en su testimonio escrito, y de
los que defienden la dignidad y honradez de su persona, las conclusiones a las que yo
he llegado tras el estudio de su obra y vida son muy distintas.29 La ambicin de Alvar
Nez de convertirse en adelantado, gobernador y capitn general de la Florida, aparece incluso antes del inicio de su viaje a Amrica en 1527. Esto explicara su continua
animosidad contra su superior Pnfilo de Narvez, a quien fueron adjudicados dichos
ttulos. Tanto la informacin presentada por los supervivientes de la expedicin de Narvez ante la Audiencia de Santo Domingo, como la obra Naufragios, tienen una finalidad
clara y precisa. Especular sobre la posible ruta por Norteamrica o sobre la veracidad de
los nombres atribuidos a los diferentes grupos indgenas con los que se encontr Alvar
Nez (v.g.: chimeneos, piraputanas, malicones, estarapecoces, cuchendados, etc.) no
tiene ningn sentido si ste no est diciendo la verdad.30 Entre los estudiosos heterodoxos de Cabeza de Vaca ms convincentes destacara a Henry Wagner y a Robert
E. Lewis. Aunque Jaques Lafaye no entra en esta categora, en cierta manera intuye la
desvergenza de Alvar Nez en adjudicarse la autora de los milagros que aparecen
en su obra. Merece la pena mencionar cmo aos ms tarde de la publicacin de Naufragios, Lope de Vega adoptase el nombre de Dulcanquelln para uno de los personajes
indgenas principales de su comedia El Nuevo Mundo descubierto por Coln, variante del
nico nombre propio de indgena aparecido en la obra de Cabeza de Vaca: Dulchanchelln, lo que en cierta forma vendra a confirmar la familiaridad con Naufragios por parte
de Lope (vase Maura, Naufragios 93n13, 1998 ed.). Alvar Nez no hubiese sacado
ningn provecho si nicamente hubiese seguido la ruta ms lgica hacia el sur (Pnuco,
hoy Tampico) para ser as rescatado por los cristianos. En pocos meses habra llegado
a su destino y su peregrinaje habra pasado sin pena ni gloria. Su superior, Pnfilo de
Narvez, si hubiese sobrevivido hubiese sido, como ya tena pactado en sus capitulaciones con la Corona, el nuevo gobernador, adelantado y capitn general de la Florida
y esto era algo que Alvar Nez no iba a permitir. Al igual que no permitir en el Ro
de la Plata que su competidor, el lugarteniente de Juan de Ayolas, Domingo Martnez
de Irala, le quitase la gobernacin del Ro de la Plata, por lo que le degradar cada vez
que tenga oportunidad en sus Comentarios. Me inclino a pensar, que fue la ambicin de
Alvar Nez la que se deshizo de su inmediato superior y de aquellos que estaban de su
parte, para conseguir dichos privilegios para s mismo. An siendo Pnfilo de Narvez
29. Vase mi trabajo, Nuevas aportaciones documentales para la biografa de Alvar Nez Cabeza de Vaca.
Bulletin Hispanique 2 (2004) 645-685.
30. La variedad de nombres indgenas es lo suficientemente formidable como para volver locos a los antroplogos, sobre todo en Comentarios (v.g.: guaranes, chamases, iguazs, piquers agaces, guaycures, guatataes,
merchireses, arabuces, xarayes, imperes, naperes, mayaes, guatos, sarcoses, chimeneos, carcaraes, gorgotes, payzuoes, estarapecoces, candirees, artanases, atabares, guayviaos, itaques, guazanis, tabares, tapa,
juriquizaba, carcoses, guajurapos, arrianicoses, socorinos, soces, etc, etc.).
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Ambicioso en extremo; ms adelante pedir tambin el diezmo del oro y otra serie de
privilegios. Lo que no saba Narvez, lo que ni siquiera sospechaba el veterano soldado
de la conquista de Mxico, es que en su armada llevaba a un individuo mucho ms ambicioso que l y con muchos menos escrpulos, que adems no tendr que arriesgar sus
bienes y que intentar lograr con todas sus fuerzas e inteligencia la manera de conseguir
todas las mercedes y privilegios que su superior peda al emperador. Alvar Nez no
tendr reparos en deshacerse de su inmediato superior, creando una trama creble, y a
partir de ah empezar una desesperada lucha por conseguir la capitana general y la
gobernacin de las tierras de la Florida por las que tanto arriesg el malogrado Narvez.
Esta frialdad acompaada de un comportamiento en ocasiones violento saldr repetidamente a la luz en varias de las acusaciones que se hicieron posteriormente contra
Alvar Nez ante el Consejo de Indias sobre su actuacin en Ro de la Plata. Al igual
que no hay rastro ni pruebas de lo ocurrido con la muerte de Narvez, encontramos un
caso paradigmtico con el intrprete Domingo en el viaje que hizo desde el Brasil a la
Asuncin. Podemos leer en el siguiente fragmento del documento Informaion hecha
a pedimiento de Gari Venegas contra Alvar Nuez Cabeza de Vaca sobre la muerte
de un yndio (fols. 1024-1036): Muy poderosos seores. Que mando matar a domingo
lengua a pualadas. Garia Venegas dize que en el camyno que hizo albar nuez cabea
de vaca desde la ysla de sancta catalina y costa del brasil para la cibdad de asunion
ques en el reino del paraguay mando matar a domingo lengua a pualadas y echalle con
una piedra en un rrio para que nunca mas paresiese... (AGI, Legajo 1131, fol. 1025).
Pienso que Alvar Nez estuvo igualmente implicado en la supuesta desaparicin de
su superior Pnfilo de Narvez, no obstante, no nos ha llegado ningn testimonio sobre
esta suposicin.
Como escribe Fernndez de Oviedo en el prohemio del libro 35 de su Historia General y Natural, refirindose a la ciega codicia de algunos de estos conquistadores que
teniendo una buena hacienda, una buena mujer e hijos, dan con el juicio al travs y
arriesgan todo por conseguir una conquista ms: haen unos fines que ningn cuerdo
los puede haber envidia sino lstima (580). Escribe Fernndez de Oviedo sobre Pnfilo
de Narvez:
Si Pamphilo de Narvaez no perdiera la memoria de cmo fu tractado
en la Nueva Espaa, mirra qun al revs le salieron sus pensamientos, no buscra otros torbellinos fatigas, contentrase con que seyendo un hidalgo que pass estas partes con una espada una capa
buscar la vida, alcan honra muger virtuosa hijadalgo, le dio
Dios hijos haienda con que bastantemente pudiera passar, segund
el ser de su persona: que era virtuoso hombre de gentil criana de
limpia sangre, quando convino se avia mostrado en la miliia no menos esforado que diestro soldado despues capitn. l fue el que
despues acab de paificar conquistar la isla de Cuba, y en aquella
vivia y estaba bien heredado prospero; aun despues que sali de la
prission uas de Corts, hall su muger Mara de Valenuela, que
avia algunos aos que le atendia en tan buena fama reputaion, como pudo estar Penlope: puesto que no texia destexia, como aquella,
por la dubda que tenia esperana de la venida de su marido Ulixes,
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tenga que ir en busca de cristianos con los otros tres supervivientes, har exactamente
lo contrario. Se meter tierra adentro, despus de haber esperado varios aos en la costa, hasta llegar casi a la costa del Pacfico. Esto es lo que escribe en el captulo cuarto:
Y otro da que fue primero de mayo, el gobernador llam aparte al
comisario y al contador y al veedor y a m, y a un marinero que se llamaba Bartolom Fernndez, y a un escribano que se deca Jernimo de
Alaniz, y as juntos, nos dijo que tena voluntad de entrar por la tierra
adentro y los navos se fuesen costeando hasta que llegasen al puerto,
y que los pilotos decan y crean que yendo la va de las Palmas estaban
muy cerca de all; y sobre esto nos rog le disemos nuestro parescer.
Yo responda que me paresca que por ninguna manera dejar los navos
sin que primero quedasen en puerto seguro y poblado, y que mirase
que los pilotos no andaban ciertos, ni se afirmaban en una misma cosa,
ni saban a qu parte estaban; y que allende de esto, los caballos no
estaban para que en ninguna necesidad que se ofresciese nos pudisemos aprovechar de ellos; y que sobre todo esto, bamos mudos y
sin lengua, por donde mal nos podamos entender con los indios, ni
saber lo que de la tierra queramos, y que entrbamos por tierra de que
ninguna relacin tenamos, ni sabamos de qu suerte era, ni lo que en
ella haba, ni de qu gente estaba poblada, ni a qu parte de ella estbamos; y que sobre todo esto, no tenamos bastimentos para entrar
adonde no sabamos; porque, visto lo que en los navos haba, no se
poda dar a cada hombre de racin para entrar por la tierra ms de una
libra de bizcocho y otra de tocino, y que mi parescer era que se deba
embarcar e ir a buscar puerto y tierra que fuese mejor para poblar, pues
la que habamos visto, en s era tan despoblada y tan pobre, cuanto
nunca en aquellas partes se haba hallado (cap. 4, 87-88).
Con estas palabras, unas lneas ms adelante, hace recaer todo el fracaso de la expedin en su superior, al que requiri de parte de Vuestra Majestad, aunque l mismo le
siga tierra adentro por eso del qu dirn o, lo que es lo mismo, para que no se pusiese
su honor en entredicho.
El gobernador sigui su parescer y lo que los otros le aconsejaban. Yo,
vista su determinacin, requerile de parte de Vuestra Majestad que no
dejase los navos sin que quedasen en puerto y seguros, y as lo ped
por testimonio al escribano que all tenamos. El respondi que, pues l
se conformaba con el parescer de los ms de los otros oficiales y comisario, que yo no era parte para hacerle estos requerimientos, y pidi al
escribano le diese por testimonio cmo por no haber en aquella tierra
mantenimientos para poder poblar, ni puerto para los navos, levantaba el pueblo que all haba asentado, e iba con l en busca del puerto y
de tierra que fuese mejor; y luego mand apercibir la gente que haba
de ir con l, que se proveyesen de lo que era menester para la jornada;
y despus de esto provedo, en presencia de los que all estaban, me
dijo que, pues yo tanto estorbaba y tema la entrada por tierra, que me
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quedase y tomase cargo de los navos y de la gente que en ellos quedaba, y poblase si yo llegase primero que l. Yo me excus de esto, y
despus de salidos de all aquella misma tarde, diciendo que no le paresca que de nadie se poda fiar aquello, me envi a decir que me rogaba que tomase cargo de ello; y viendo que importunndome tanto,
yo todava me excusaba, me pregunt qu era la causa por que hua
de aceptarlo; a lo cual respond que yo hua de encargarme de aquello
porque tena por cierto y saba que l no haba de ver ms los navos,
ni los navos a l, y que esto entenda viendo que tan sin aparejo se
entraban por la tierra adentro; y que yo quera ms aventurarme al
peligro que l y los otros se aventuraban, y pasar por lo que l y ellos
pasasen, que no encargarme de los navos, y dar ocasin a que se dijese que, como haba contradicho la entrada, me quedaba por temor,
y mi honra anduviese en disputa; y que yo quera ms aventurar la
vida que poner mi honra en esta condicin (89-90).
Pero el lugar donde el lector pierde el respeto y la simpata de una forma definitiva
por Narvez es aquel donde el gobernador deja a la mano de dios a los que viajaban
en una barca cercana a la suya. Aqu Alvar Nez, con un dramatismo conmovedor,
nos hace creer que Narvez es un ser que no se merece el ttulo de gobernador y que
lo nico que busca es su propia supervivencia. Desde un punto de vista literario es uno
de los momentos ms logrados y emocionantes de su obra Naufragios.
[Y] como amaneci, cada barca se hall por s perdida de las otras; yo
me hall en treinta brazas, y siguiendo mi viaje a hora de vsperas vi
dos barcas, y como fui a ellas, vi que la primera a que llegu era la del
gobernador, el cual me pregunt qu me pareca que debamos hacer.
Yo le dije que deba recobrar aquella barca que iba delante, y que en
ninguna manera la dejase, y que juntas todas tres barcas, siguisemos
nuestro camino donde Dios nos quisiese llevar. El me respondi que
aquello no se poda hacer, porque la barca iba muy metida en el mar
y l quera tomar la tierra, y que si la quera yo seguir, que hiciese que
los de mi barca tomasen los remos y trabajasen, porque con fuerza
de brazos se haba de tomar la tierra, y esto le aconsejaba un capitn
que consigo llevaba, se llamaba Pantoja, dicindole que si aquel da
no tomaba la tierra, que en otros seis no la tomara, y en este tiempo
era necesario morir de hambre. Yo, vista su voluntad, tom mi remo,
y lo mismo hicieron todos los que en mi barca estaban para ello, y
bogamos hasta casi puesto el Sol; mas como el gobernador llevaba
la ms sana y recia gente que entre toda haba,33 en ninguna manera lo podimos seguir ni tener con ella. Yo, como vi esto, le ped que,
para poderle seguir, me diese un cabo de su barca, y l me respondi que no haran ellos poco si solos aquella noche pudiesen llegar
a tierra. Yo le dije que, pues va la poca posibilidad que en nosotros
haba para poder seguirle y hacer lo que haba mandado, que me di33. Imposible de comprobar, dependemos de la palabra del autor de la crnica.
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barco y a sus hombres y, segundo, porque se conserva un rastro documental del incidente en el Archivo de Indias en Sevilla. Se trata del primer documento escrito por Cabeza de Vaca desde Amrica, con fecha de noviembre de 1527. Contamos adems con
la respuesta escrita casi un ao despus por el doctor Beltrn, obispo de Ciudad Real,
un 27 de marzo de 1528:
Real Cdula a Alvar Nez Cabeza de Vaca, tesorero del Ro de las
Palmas y La Florida, en respuesta a su carta escrita en el Puerto de Pagua de la Isla Fernandina a 28 de Noviembre del ao anterior, sobre lo
siguiente: Que le desagrada la prdida de los navos que en la costa de
dicha Isla dice se perdieron de la Armada de Pnfilo de Narvez y de la
gente que se ahog, y que le tiene en servicio, el cuidado que ha tenido
en escribirle avisndole de lo sucedido (AGI, Indiferente General 421,
l. 13, fol. 254 v.).
Que le desagrada la prdida... (hame desplazido), escribe el obispo. Buena
forma de expresar el dolor ante tamao desatre mientras Cabeza de Vaca, en calidad
de tesorero al mando de esos dos navos, se cubra las espaldas con esta carta al tiempo
que su superior se encontraba en el Puerto de Santa Cruz, tal como aparece en Naufragios. El texto del documento en cuestin es el siguiente:
Alvar nuez cabea de baca nro. theo. [tesorero] del rrio de las palmas
y la florida vi vra. letra escripta en el puerto de pagua de la ysla fernandina de veynte y ocho de noviembre del ao pasado y hame desplazido de la perdida de los navios que en la costa de la dha ysla dezis que
se perdieron de la armada de panfilo de narbaez nro governador de la
dha provinia y de la gente que en ellos se ahogo a vos os tengo en serviio el cuydado que tuvistes de me escrivir e avisar de lo subcedido en
esse viaje...Madrid veynte siete dias del mes de maro de myll e qutos
beinte y ocho aos (AGI, Indiferente General 421, l. 13, fol. 254 v.)
Se trata de un suceso similar ocurrido en esa misma costa pero en lado Este de la isla
de Cuba. La culpa del incidente volver a recaer en su superior, Pnfilo de Narvez, no
en l, y por eso se apresurar a dar cuenta a las autoridades espaolas dando su parecer
sobre lo ocurrido.
Una vez en Espaa, Cabeza de Vaca se neg a volver a la Florida con Hernando de Soto precisamente porque para l no tena sentido limitarse a ayudar a que otro se llevase
los laureles de la fama; por eso decidi embarcarse en otra expedicin, esta vez bajo su
mando. Incluso Morrish Bishop, gran defensor de la vocacin cristiana del explorador
jerezano, escribi sobre la actitud poco solidaria que Alvar Nez tuvo con aquellos
que fueron a la Florida bajo el mando de Hernando de Soto: He could give them no
advice. Shrewdly they interpreted his answers; he was hiding his knowledge, not for
the king, but for himself. He was hoping that Sotos expedition would fail, that then
he might step in, and go directly to the cities where all the glory and all the gold lay
waiting (170). Si penssemos que Alvar Nez es el portador de virtudes cristianas que
l dice ser, su obra escrita tendra mucho ms crdito (no ms calidad). Sin embargo,
la evidencia demuestra que tanto en su texto (al igual que en el de Gonzalo Fernndez
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de Oviedo) como fuera de l, hay pruebas suficientes para dudar de sus buenas intenciones. Si existe alguna razn por la que ha pasado a la historia popular, esta ha sido
el ser el nico conquistador al que se ha podido calificar de santo. Sin embargo, al
margen de su obra escrita, su comportamiento se acerca ms al de un pirata que al de
un caballero. Por esta razn muchos estudiosos e investigadores han querido y quieren correr un tupido velo sobre su vida real para salvaguardar el mito de su bondad
a travs de su obra escrita. Pese a todo, este personaje tuvo que sufrir tal calvario de
pleitos interminables, y finalmente pobreza y enfermedad, que nos permitira decir
que expi en vida sus muchos desmanes y tropelas. A lo largo de estos ltimos aos
he podido recopilar una serie de documentos que resultan fundamentales para esclarecer la vida y obra de Alvar Nez Cabeza de Vaca.36 La documentacin ms temprana que he encontrado sobre la actividad de Alvar Nez registrada en esa casa es
de 1513. Se trata de una cuenta general de gastos en la que podemos leer: Que pago
Alvar Nez de los maravedis de su cuenta de este ao 1800 [sic] que dio a ciertos []
y una labrandera y de gasto que fizo el en los caminos que asi de Vejer hasta Sevilla y
al condado de Niebla por mandado de mi seora segun parescio por su cuenta (Legajo
2430). Tambin sabemos que en 1515 estuvo en Plasencia como camarero del duque
de Medina Sidonia en la boda de Ana de Aragn (nieta de Fernando el Catlico) con
Alonso de Guzmn (Legajo, 937).
Gracias a la biografa acumulada hasta el presente sobre este explorador se puede
afirmar que su vida sobrepasa en inters a su obra escrita, pese a la enorme atencin
que ha despertado esta ltima.
En la publicacin de Rolena Adorno y Patrick Charles Pautz, lvar Nez Cabeza de
Vaca, hasta la fecha la ms voluminosa sobre dicho explorador, se siguen manteniendo de forma sorprendente todas o casi todas las alabanzas y bienaventuranzas que el
autor y protagonista de Naufragios quiso transmitir sobre su persona, lo que hace que
sean varios los puntos, sobre todo sus aspectos biogrficos e histricos, los que no se
ajusten del todo a la realidad documental. Esta publicacin es, dejando aparte los
ya clsicos estudios de Morris Bishop, Enrique de Ganda, Sancho de Sopranis, Henry
Wagner, y en los ltimos aos Enrique Pupo-Walker, la ms seria realizada sobre la
biografa y la obra de Alvar Nez. Sin embargo, se apoya frecuentemente en la repeticin de lo ya dicho por otros estudiosos del tema y deja mucho que desear a la hora
de especular sobre aspectos genealgicos o geogrficos. Igualmente, en su artculo
The Negotiation of Fear in Cabeza de Vacas Naufragios publicado en 1991, Adorno
no menciona tampoco que buena parte de lo expuesto sobre la interesantsima utilizacin del miedo por parte del grupo de Cabeza de Vaca como recurso de control y
poder sobre los indgenas (y que volver a destacarse en Alvar Nez Cabeza de Vaca,
2: 310-317), haba aparecido ya en el captulo Elementos picarescos en la persona y
la obra de Alvar Nez, de mi tesis doctoral de 1987.37 La informacin bibliogrfica
36. Sobre documentacin referente a la actividad de Alvar Nez en la casa de Medina Sidonia, vase mi
trabajo Los Naufragios de Alvar Nez Cabeza de Vaca: o el arte de la automitificacin.
37. Vase (Maura, Arte 87-96). Entre cosas escribo: En muchas de las descripciones que aparecen en el texto, la relacin afectiva existente entre el grupo de Cabeza de Vaca y los indios, aparenta ser de una absoluta
tirana, en la que a la menor insubordinacin de estos ltimos la ira de los amos slo se podr frenar con un
sacrificio de esta magnitud. Pese a todo Alvar Nez refirindose a este acontecimiento afirma: y a la verdad,
nosotros recibamos tanta pena de esto, que no poda ser mayor... Pese a todo Alvar Nez y sus compaeros
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citado repetidamente por Fernndez de Oviedo, u a otro cosmgrafo contemporneo.39 La redaccin del manuscrito en cuestin, como he podido comprobar, posee una
grafa que es idntica a otros documentos del cosmgrafo Santa Cruz.40 Tambin he
comprobado que tampoco corresponde a Cspedes41 nombre que aparece en el propio
manuscrito en su margen superior derecho de la primera pgina, de igual manera opino que la referencia a uno de los libros de Herrera y Tordesillas (iv, 2, 4) sea gratuita.42
Pupo-Walker piensa que este manuscrito es parte del texto que los supervientes de la
expedicin de Narvez entregaron al virrey a su llegada a la Nueva Espaa, igualmente
indica que las diferencias entre dicho manuscrito y las ediciones de Zamora y Valladolid no son de gran alcance. Escribe Pupo-Walker: A pesar de su brevedad y tono impersonal, es evidente que esta relacin constituye el texto primario de los Naufragios.
En conjunto, lo que en ella se relata sirve de esqueleto a los primeros dieciseis captulos
de la narracin. Ciertamente hay discrepancias apreciables entre esa Relacin inicial y
los textos posteriores, pero no son de gran alcance (Naufragios 67).
No comparto de ninguna manera que el autor sea el mismo Cabeza de Vaca como indica Pupo-Walker, ni que lo fuera Jernimo de Alaniz como sugiere Barrera. Lo
primero porque el autor del manuscrito nunca se equivocara escribiendo su propio
nombre con el de Vaca de Castro, ni tampoco hablara de los caseros de Vizcaya
si nunca hubiera estado all. Lo segundo, porque el escribano Alaniz dificilmente habra podido ponerse a escribirlos. Adems si los hechos que narra corresponden a los
aos 1528-1533 cuando los supervivientes se encontraban en la baha de Galveston,
la mencin de Vaca de Castro est fuera de lugar ya que este personaje no tendr
ninguna relevancia hasta el ao de 1536 fecha en que ocupa el puesto de oidor en la
Audiencia de Valladolid para pasar a detentar tres aos ms tarde la gobernacin del
Per. Segn Porras Barrenechea en su artculo Cervantes y el Per, la figura de Vaca
39. De Alonso de Chvez, aparte de las copias que existen de su Espejo de Navegantes, en la Real Academia de la Historia, no se conserva, que tenga noticia, ningn trabajo. Es muy posible que en los diferentes
incendios que se produjeron en el monasterio de El Escorial, se perdiesen sus obras cartogrficas junto con
las de otros conocidos autores. Vase, P. Castaeda, M. Cuesta, et al. Alonso de Chaves y el libro iv de Espejo de
Navegantes.
40. En la Real Academia de la Historia, en la Coleccin San Romn, Caja 3, N.5, se conserva un manuscrito
original de Alonso de Santa Cruz del ao 1541 (vase Apndice G), dirigido al emperador Carlos V, sobre un
viaje cartogrfico a las Indias. En este caso particular, la grafa de Santa Cruz, tiene muy poco que ver con la
del documento de Cabeza de Vaca del Archivo de Indias (Patronato 20, N.5, Ramo 3, fols. 1r-4r). La grafa de
Cspedes y Herrera, tampoco se corresponde con la del redactor del citado documento, segn manuscritos
autgrafos de la Academia de la Historia y la Biblioteca Nacional.
41. Tampoco es de Herrera y Tordesillas segn documentacin manuscrita encontrada sobre ste en la
Biblioteca Nacional como se ver.adelante.
42. La letra tampoco es de Cspedes como podemos comprobar gracias al manuscrito que se conserva de
l en la Academia de la Historia: Theoricas de Planetas de Jorge Purbachio con el comento de Andrs Garca de Cspedes
Cosmgrafo mayor del Rey nro Seor traducidas por el mismo y acrecentadas de muchas figuras (Mss. 9/5630). Andrs
Garca de Cspedes era ya conocido internacionalmente como cosmgrafo en el siglo xvi. Todava no se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento, pero s la de su defuncin, 1611. Se dedic a la construccin e
invencin de gran nmero de instrumentos de Matemticas y Astronoma, llegando a proponer al rey Felipe
II la creacin de un gabinete de Astronoma en El Escorial. La correccin de las tablas de Alfonso el Sabio y
de Coprnico, as como la rectificacin de las cartas de marear que entonces se usaban fueron otros de sus
logros. Garca de Cspedes fue el cosmgrafo mayor del rey, pero tambin estuvo en Portugal al servicio del
archiduque Alberto. Igualmente, escribi en Burgos un Tratado de Hidrografa, y escribi un manuscrito con
figuras iluminadas, que se conserva en la Biblioteca de Palacio (Madrid).
90
de Castro y todos sus episodios y cartas a su mujer como gobernador del Per servirn a
Cervantes de fuente de inspiracin en los captulos de Sancho Panza como gobernador
de la nsula Barataria.
En Valladolid pudo recoger Cervantes la tradicin relativa a los manejos de Vaca de Castro como gobernador del Per. Como la familia
de Vaca segua viviendo en la ciudad y el hijo ocupaba situacin prominente, perdurara el recuerdo del ruidoso proceso que se le sigui a
Vaca, cuando regres del Per, acusndole de haber obtenido en l inmensas riquezas. El licenciado Vaca de Castro haba ido pobre a pacificar a Pizarro y Almagro, y haba regresado inmensamente rico. Desde
Amrica envi gruesos lingotes de plata, obtenidos del repartimiento
de los hijos de Pizarro, que puso en su cabeza, y se dio maa para que
esa fortuna no pasara por la Casa de Contratacin de Sevilla, sino que
llegase por la va de Lisboa (Porras Barrenechea).
Adorno y Pautz hacen un excelente trabajo buscando la fecha y la autora de este
manuscrito. Rechazan las opiniones de varios investigadores, as como las Barrera y
Pupo-Walker, con slidos argumentos. A pesar de todo cuando Adorno y Pautz escriben que la clave de la fecha del manuscrito y de su posible autor est localizada en el
mismo encabezamiento del documento se equivocan. The remaining piece of information necessary to prove that the Short Report is a partial copy of the 1542 relacin
and to give the probable identity of its author is provided by the AGI manuscript
itself. As observed above, a notation in the upper-left hand corner of the first leaf of the
document states: De Santa Cruz, de los papeles de Sevilla (Adorno y Pautz 3: 82).43 Se
basan en que el mismo Juan Bautista Muoz, al final de la transcripcin del documento
escribiese [E]s relacin de letra al parecer del cosmgrafo Santa Cruz. Pero si miramos
el manuscrito del AGI (Short Report), observaremos que aparecen cinco anotaciones
en la parte superior del documento y que la letra de ellas, que es la misma en todas las
anotaciones, no corresponde a la letra del manuscrito original. Las anotaciones o apostillas son las siguientes: Primera. De Santa Cruz de los papeles de Sevilla.
Segunda. 1527.
Tercera. Vid. Herr. iv.2.4.
Cuarta. Cabea de Vaca.
Quinta. espedes.
La anotacin de Cspedes, nos interesa porque Andrs Garca de Cspedes pasar a
ser el cosmgrafo oficial un ao despus de la muerte de Felipe II, esto es en 1599. Lo
mismo ocurre con Antonio de Herrera y Tordesillas (1549-1625) que todava no haba
nacido cuando se escribi el manuscrito. Por lo tanto, est claro que hay un lapsus de
ms o menos medio siglo entre la letra de estas apostillas y el texto en s del manuscrito. A pesar del cuidadoso anlisis que hacen del manuscrito, Adorno y Pautz, no
43. Dicho documento (Patronato, 20, N.5, R.3), se encuentra digitalizado y puede ser consultado en la pgina
web del Ministerio de Cultura, Portal de Archivos Espaoles (pares.mcu.es). Para acceder al documento debe
seguir los siguientes pasos: Realizar la bsqueda por SIGNATURA SENCILLA introduciendo el nombre CABEZA DE VACA y poniendo las fechas de bsqueda desde 1527 hasta 1527. Tras obtener el primer resultado
(Relacin del viaje de pnfilo de Narvez), seleccionarlo; a continuacin tendr acceso al icono de la cmara
azul a partir de la cual puede visualizar, imprimir o guardar las imgenes del documento.
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visto tres veces y comido de ellas, y parsceme que sern del tamao de las de Espaa;
tienen los cuernos pequeos, como moriscas, y el pelo muy largo, merino, como una
bernia; unas son pardillas, y otras negras, y a mi parescer tienen mejor y ms gruesa
carne que las de ac (cap. 18, 147). Veamos por otra parte lo que escribe Herrera sobre el sabor de estos rumiantes: Estando pues con estos indios de las tunas, padecan
hambre, porque no haba para todos; haba en aquella tierra vacas pardas y negras, de
carne ms pesada que la Castilla y de pelo largo y no mayores que berberiscas (Dec.
6, lib. 1, cap. 3). Ciertamente no es lo mismo mejor y ms gruesa que de carne ms
pesada. Henry Wagner opina que esta mencin del bisonte fue tomada de una de
las relaciones de la expedicin de Coronado y fue aadida posteriormente en Naufragios. Segn l Cabeza de Vaca no tuvo realmente la oportunidad de llegarlos a ver (The
Spanish Soutwest 1542-1794, 47-48). Sin embargo, Adorno y Pautz hacen una aguda
observacin sobre el historiador Herrera y Tordesillas en referencia a las fuentes en
que se apoy para escribir su informacin sobre Cabeza de Vaca:
Although it is evident that he wrote his account of the Narvez
expedition from a copy of the relacin published in 1555, added an
event that is not found in any of the accounts we have already mentioned: [I]t seemed to these Christians that the distance in crossing
from one sea to the other, where they had crossed, would have been
two hundred leagues, and thus they certified in the villa of San Miguel, where they made a declaration about this and everything else
referred to here, swearing to its truth before an escribano on 15 May
of this year. (Adorno & Pautz 3: 12).
Como vemos las menciones originales en Herrera sobre Alvar Nez no se limitan
a una sla tal y como afirman Adorno y Pautz: Herrera y Tordesillas (12: 43 [dec.
6, bk. 1, chap. 7]) added an event that is not found in any of the accounts we have
already mentioned (3:12). Siguiendo con el tema de la documentacin historiogrfica, los mismos autores especulan, acertadamente en mi opinin, con la posibilidad
de que Herrera hubiese tenido acceso a otras fuentes: Apart from Cabeza de Vacas
histrica narracin, Herreras mention of the 15 May 1536 certification at San Miguel
de Cualiacn may have come from a copy of the Joint Report that had been sent to
Spain (3: 12). Resulta evidente que en su crnica se incluye mucha informacin que
no aparece en la Relacin Conjunta y en la que aleja a Cabeza de Vaca del protagonismo que hace gala en su obra. En otras palabras pienso que la informacin que lleg a
las manos de Herrera muy bien pudiera venir de uno de los otros supervivientes que
llegaron a Mxico y dieron al virrey su versin de los hechos. Me estoy refiriendo a
Alonso del Castillo o Andrs Dorantes. Ya he mencionado en un trabajo anterior a
ste (1987), como en la Historia del Reino de Galicia de Matas de la Mota y Padilla, es
Andrs Dorantes y no Cabeza de Vaca quien se encuentra con los primeros cristianos
despus de su peregrinacin norteamericana. En dicha obra publicada en Guadalajara (Mxico) en 1742 ya en el mismo ttulo se dice que la informacin est sacada de
documentos inditos que se encuentran guardados en el Archivo Municipal.45 En la
Historia de la Mota y Padilla slo se menciona una vez el nombre de Cabeza de Vaca al
45. No he tenido la oportunidad de verlos. Pero solo por el hecho de que no tengamos ninguna copia de lo
que declararon estos supervivientes al virrey Mendoza hace despertar la curiosidad de que en dicho archivo
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arriba, y entonces el indio da con el mazo en la estaca y de esta manera la tapa, de manera que no puede resollar, y la ata una soga de
bejuco al pescuezo, y amarrada a la misma canoa la lleva remolcando; y sta tienen por buena comida, y con ella se mantienen mucho
tiempo (87; Dc. 4, lib. 4, cap. 7).
La doma de ballenas de los indgenas de esta costa parece precursora del rodeo
que ser tan popular despus. Quiz al ser una ancdota un tanto exagerada no fuera
incluida dentro de lo que pasara a ser la historia oficial de la peregrinacin de estos
cuatro supervivientes. Por su parte, Herrera no incluir la historia de Mala Cosa. Ser, que yo tenga noticia, la nica ocasin en toda la historiografa de las andanzas de
Cabeza de Vaca en que aparece tan inslito pasaje. Como ya dijimos, Herrera debi
de tener a mano una fuente diferente a las tradicionales ediciones de Zamora y Valladolid, a la Relacin Conjunta de Fernandez de Oviedo, al manuscrito sevillano (AGI,
Patronato 20, n. 5, ramo 3, fols.1r-4r) o al manuscrito de Viena. Sera importante saber
la procedencia de la in formacin que lleg a Herrera, ya que se aprecian numerosas
diferencias con las otras versiones escritas. Todo esto nos sirve para afirmar que este
historiador, bastante fiel a sus fuentes, tuvo informacin sobre Cabeza de Vaca que
no nos ha llegado por la va escrita. Pero tambin sera mucho presumir que Herrera
le hubiese conocido personalmente, ya que cuando Cabeza de Vaca muri l tendra
poco ms de ocho aos.
Adorno y Pautz reclaman para s el descubrimiento de una obra publicada hace
menos de cien aos (1925), y ampliamente citada por especialistas del emperador
Carlos V, como si de un precioso manuscrito indito se tratase: Our discovery of
the account of the Narvez expedition in Santa Cruzs Crnica del emperador Carlos V
gives meaning to the notation De Santa Cruz on the AGI Patronato 20 manuscript
and it corroborates Muozs observation that the Short Report document seems to
have been penned by the first royal cosmographer of the Casa de Contratacin (3:
83). Siendo los estudios y el inters sobre Cabeza de Vaca mucho ms prolfico en
los ltimos aos, es lgico que vayan saliendo a la luz obras que traten sobre su vida.
De cualquier forma, el testimonio de Santa Cruz en el captulo que dedica a Cabeza
de Vaca, en su Crnica del emperador Carlos V, ser importante para subrayar las discrepancias entre lo que Alvar Nez dijo en su crnica Naufragios y lo que dice en el
presente captulo. En primer lugar en la Crnica de Alonso de Santa Cruz, el autor, a
diferencia del que escribiese el manuscrito de Sevilla (Patronato 20, n. 5, fols. 1 r. - 4
r.), no se equivoca con el nombre de Cabeza de Vaca, como ocurre con el documento
sevillano al que llaman Vaca de Castro, por el contrario s lo har con el apellido del
compaero de Alvar Nez al que llama Andrs de Doranto y al que unas pginas ms
adelante llamar Orantes as como con Alonso del Castillo al que bautizar con el
nombre de Andrs(Santa Cruz 479 y 484).47 En la siguiente pgina, Santa Cruz vuelve a equivocarse con el nombre del comisario de la expedicin de Narvez, fray Juan
Surez al que llama fray Juan Gutirrez (480).
47. Herrera y Tordesillas tambin utlizar la variante Orantes para el apellido de Andrs Dorantes. Dorantes ser la versin apocopada del apellido (de Orantes) que es la utilizada por Cabeza de Vaca. Lo mismo
ocurri anteriormente con el apellido Dvila (de vila), del gobernador de Castilla del Oro.
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y el de Alberto Cantino de 1502. Este dato resulta igualmente importante para nosotros, no slo por el elevado nmero de espaoles que participan en la expedicin de
Lucas Vzquez de Aylln, de los que muy poco sabemos y que en ningn momento
son mencionados por Cabeza de Vaca, sino porque bien nos podra dar explicacin a
la aparicin de las misteriosas cajas de Castilla que se mencionan en el captulo vi de
Naufragios: All hallamos muchas cajas de mercaderes de Castilla, y en cada una de
ellas estaba un cuerpo de hombre muerto, y los cuerpos cubiertos con unos cueros de
venado pintados. Al comisario le pareci que esto era especie de idolatra, y quem la
caja con los cuerpos (Cap. 4, 86-87). En el ltimo captulo de Naufragios, aadir adems que estos muertos eran cristianos: y cinco leguas ms abajo de donde habamos
desembarcado hallaron el puerto, que entraba siete o ocho leguas la tierra adentro, y
era el mismo que nosotros habamos descubierto, adonde hallamos las cajas de Castilla que atrs se ha dicho, a do estaban los cuerpos de los hombres muertos, los cuales
eran cristianos. Fernndez de Oviedo aade adems sobre este incidente: Assimesmo se hallaron pedaos de apatos lieno, preguntados los indios, dixeron por
seas que lo avian hallado en un navio que se avia perdido en aquella costa baha
(Historia Lib. 35, cap. 1, 583).52 Ms que idolatra, como nos cuenta Alvar Nez en
boca del comisario fray Juan Surez, me inclino a pensar que el autor de Naufragios,
utiliza este episodio como un recurso literario para dar cierto misterio a su narracin.
Entre otras cosas porque como no quedaban testigos presenciales de este hecho, poda
haber dicho lo que le diese la gana, como pienso que hizo. Tambin es muy probable
que nos estemos refiriendo a los cuerpos de algunos de los seiscientos cristianos que
participaron en la expedicin de Lucas Vzquez de Aylln dos aos antes. A travs
del madrileo Fernndez de Oviedo sabemos que uno de los padres supervivientes de
la expedicin fue ni ms ni menos que Antonio Montesinos, protagonista del primer
grito de libertad en Amrica e inspirador de Las Casas en su defensa de los indgenas.
Gracias a las capitulaciones que hizo Aylln con el emperador en 1523, sabemos que
este oidor de la Isla Espaola tena permiso para volver nuevamentea unas tierras
que ya haba descubierto en la costa norteamericana:
Por cuanto vos, el licenciado Lucas Vazquez de Ayllon, nuestro oidor
de la nuestra Audiencia Real de las Indias que reside en la Isla Espaola, me hicistes relacin que dos carabelas vuestras y del licenciado
Matienzo, oidor de la dicha Audiencia; e de Diego Caballero, nuestro
escribano dlla, vecinos de la dicha Villa espaola, descubrieron nuevamente, tierra, de que hasta entonces no se tena noticia, la parte
del Norte; la cual, dicha tierra, diz quest en treinta y cinco, y treinta
y seis, y treinta y siete, grados, Norte-Sur, con la isla Espaola... (CDI
14: 504).
Es interesante observar que la ciudad que est hoy a 37 grados de latitud corresponde a la conocida Jamestown fundada por ingleses (1607) 81 aos despus del ltimo
viaje de Aylln por esas costas. Al parecer, Aylln no lleg tan al norte, aunque s sabemos que un ao antes (1525), el veterano portugus al servicio de Espaa, Esteban
52. Fueron varias las expediciones a la costa de la Florida, despus de Ponce de Len. Anteriores a Aylln
encontramos entre otros a Salazar, Miruelo, Gordillo, Quejo, etc.
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Gmez ya haba bautizado algunos ros que llegaban hasta los 58: Desde aquella
vuelta que hae, la tierra torna al Norte, passa por la dicha baha va discurriendo
treynta leguas hasta el ro de Sanct Antonio, que est Norte Sur con la dicha rinconada de esta baha; y el ro de Sanct Antonio est en quarenta un grados apartado de
la equinocial de nuestro polo (Oviedo, Historia, Lib.21, cap. 9, 146). Un ao antes de
Esteban Gmez, el florentino, Giovanni de Verrazzano, al servicio del rey francs Francisco I, explor esas costas y ha sido reconocido por algunos como el primer europeo
en haberlo hecho. Si miramos en un atlas contemporneo qu ro se encuentra en esa
latitud, veremos que corresponde al ro Hudson junto al que actualmente se encuentra
Nueva York. No cabe duda de que Gmez explor a fondo el ro Hudson, conocido en
mapas espaoles como Ro de Gamas o Ro Grande mencionado por Francisco Lpez
de Gmara en el captulo 12 de su Historia de las Indias (1555), nos da un repaso geogrfico de la costa norte de los actuales Estados Unidos (vase el mapa de Diego Gutirrez
publicado siete aos ms tarde que la obra de Gmara).
Lo ms setentrional de las Indias est en par de Gruntlandia y de Islandia. Corre doscientas leguas de costa, an no est bien andada, hasta
ro Nevado. De ro Nevado, que cae a sesenta grados, hay otras doscientas leguas hasta la baha de Malvas; y toda esta costa casi est en
los mismos sesenta grados, y es lo que llaman Tierra del Labrador, y
tiene al sur la isla de los Demonios. De Malvas a cabo de Marzo, que
est en cincuenta y seis grados, hay sesenta leguas. De all a cabo Delgado hay cincuenta leguas. Desde cabo Delgado, que cae en cincuenta
y cuatro grados, sigue la costa doscientas leguas por derecho de poniente, hasta un gran ro dicho San Lorenzo, que algunos lo tienen por
brazo de mar, y lo han navegado ms de doscientas leguas arriba; por
lo cual muchos lo llamaron el estrecho de los Tres Hermanos. Aqu se
hace un golfo como cuadrado, y boja de San Lorenzo hasta la punta
de Bucallaos harto ms de doscientas leguas. Entre aquesta punta y
cabo Delgado estn muchas islas bien pobladas, que llaman Cortes
Reales, y que cierran y encubren el golfo Cuadrado, lugar en esta costa
muy notable para seal y descanso. Desde la punta de Bacallaos ponen ochocientas y setenta leguas a la Florida, contando as: de la punta
de Bacallaos, que cae a cuarenta y ocho grados y medio, hay setenta
leguas de costa a la baha del ro. De aquesta baha, que est algo ms
de cuarenta y cinco grados, hay otras setenta leguas a otra baha que
llaman de los Isleos, y que est en menos de cuarenta y cuatro grados.
De la baha de Isleos a ro Fondo hay setenta leguas, y de l a otro ro,
que dicen de las Gamas, hay [23] otras setenta leguas, y estn ambos
ros en cuarenta y tres grados. Del ro de Gamas hay cincuenta leguas
al cabo de Santa Mara, del cual hay cerca de cuarenta leguas al cabo
Bajo, y de all al ro de San Antn cuentan otras ms de cien leguas.
Del ro de San Antn hay ochenta leguas por la costa de una ensenada
hasta el cabo de Arenas, que est en casi treinta y nueve grados (Cap.
12, 28-29).
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Escribe Oviedo que una vez salidos del ro Jordn, navegaron la costa adelante hacia la costa occidental, e fueron a un grande ro (quarenta o quarenta y cinco leguas
de all, pocas ms o menos) que se dice Gualdape: [] all assentaron su campo real
en la costa dl, conmenaron haer casas, porque no las ava, sino algunas caseras lexos unas de otras (Lib. 37, cap. 1, 628). Al parecer, el rastro de los ochenta o
noventa caballos muy buenos (Lib. 27, cap. 1, 627), que llevaron se ha conservado.
Escribe Joseph Szadkowski, en el Washington Post: The horses were brought to North Carolinas Outer Banks as early as 1521, when Spanish explorer Lucas Vasquez de
Ayllon landed near what was thought to be Cape Fear. The Spanish brought horses
bred in the Spanish colony of Puerto Rico. Upon meeting resistance from American
Indians, they were forced to flee, leaving behind their livestock, including the horses.
Si miramos mapas portugueses, espaoles y holandeses de los siglos xvi y xvii veremos
que por el norte de la costa atlntica de lo que es Estados Unidos aparecen numerosos
nombres espaoles. En cuanto al origen de estos caballos mustang o mesteos, parece que no hay duda. Escribe Szadkowski:
They compared a number of physical characteristics of Spanish
mustangs and the Corolla horses, including size and stature of the
horses, the facial quality, the gait, how the legs are positioned,
the tails and so forth. The Corolla horses are equal to the original
Spanish mustangs. More scientific evidence also was gathered. Using
past autopsies, it can be shown that the wild horses of Corolla share
skeletal similarities with the Spanish horses that American-bred
horses dont. The Spanish and Corolla horses both have 13 pairs
of ribs, as opposed to 12, and they are missing their sixth vertebra.
(Szadkowski, The Outer Banks Mysterious Mustangs).
La primera exploracin documentada a las tierras de lo que hoy es Canad fue realizada por Giovanni Caboto. Parti Caboto de Bristol en Mayo de 1497 en una pequea nave con 18, junto con otras tres o cuatro que le acompaaban. En Agosto de ese
mismo ao ya estaba de vuelta con noticias del descubrimiento de una isla, y de haber
visto seales de indgenas y animales. El erudito espaol Fernndez Duro, considerando que los ingleses han inflado en demasa esta historia comenta:
Cualquiera que conozca las declamaciones de los escritores contra
la ingratitud de Espaa por no haber satisfecho Coln en lo que
correspondiera los productos futuros de Mjico y del Per, creer
que el soberano de Inglaterra adivinara al punto haberle dado el navegante veneciano minas ms ricas en Terranova, minas subsistentes,
minas inagotables, y con ellas el fundamento de la prepotencia martima, y que excediendo la largueza con que los Reyes Catlicos
acordaron al Almirante, Virrey y Capitn general de las Indias occidentales, honras y ovenciones, subsanando al mismo tiempo el olvido del nombre de Coln en cualquiera de las regiones nuevas, aplicara el de Caboto las que ste haba visto y afirmaba eran parte del
imperio del Gran Can, fijndolas en el mapa-mundi. La esplendidez
100
53. Se especula con que su padre Joo ya haba estado en Terranova desde 1472. Es difcil de provar, aunque
conociendo la extraordinaria pericia y experiencia de los navegantes portugueses no sera nada extrao. Recurdese que la islas ms occidentales de las Azores, Flores y Corvo, estn a mitad de camino entre Europa y
Canada. En el mapa de Diego Gutirrez aparece un islote o arrecife con el nombre de Santana a medio camino
entre las Azores y Terranova.
54. Efectivamente, muchos de estos nombres han pasado al ingls por transmisin oral (por lo tanto de difcil
comprobacin documental) como Alligator [el lagarto], Bahamas [Bajamar], Buckaroo [vaquero], hoosgau [juzgado], lasso [lazo], chaps [chaparreras], mustang [mesteo], etc., etc. Ocurre lo mismo con numerosos nombres
geogrficos. Hay que tener en cuenta que buena parte de los espaoles que llegaron en los primeros aos tena
pronunciacin andaluza o extremea, y al pasar oralmente estas palabras al ingls, terminaban escribindose
como se ha visto.
Captulo cuarto
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In April 1534, James Cartier sailed from the port of St. Malo with two
ships of 60 tons each, and 120 men. He arrived on the 10th of May
following on the coast of Newfoundland; and finding the country
covered with ice and snow, sailed to the southward, and entered in
to a bay which bears at the present the name of Spanish Harbour,
where he went on shore. It is reported, that the Spaniards had long
before discovered this coast, but were in a hurry to go off again,
crying out in their language Aca Nada, that is, there is nothing here;
which words the Indians remembering, when the French came on
shore, cried out also Aca Nada, Aca Nada! which the French took for
the name of the country so it has ever since called Canada. This is a
strange derivation; but as we find it in the best French authors, it may
be worth remarking (Owen; citado en Capa 13).
Slo falta dirigirnos directamenete a la referencia que hace Cartier sobre la primera
mencin de Canad en el captulo primero de su libro Relations, publicado en 1545, en
donde escribe: E par les deux sauvaiges que avyons prins le premier voitage nous fut
dict que cestoit une ysle et que par le su dicelle estoit le chemyn aller de Honguedo
o nous les avions prins lan precedant Canada (132) [Y por los dos salvajes que
habamos tomado en el primer viaje, nos fue dicho que era una isla y que por encima
de ella se encontraba el camino para ir a Honguedo de donde nosotros les habiamos
tomado el ao anterior en Canad]. Ms adelante, en el captulo 11, escribe:
Et aussi en fut adverty par aucuns dudit Canada. Et aussi que nous
apersumes de leur malice parce quilz voullurent retirer les troys
enffans que ledit Donnacona avoit donnez audit cappitaine et de faict
firent fuyr la plus grande des filles des navires. Apres laquelle ainsy
fuye fict ledit cappitaine prendre garde aulx aultres et par [32 r] l
advertissement desdictz Taignoany et Domagaya se abstinerent et
depporterent lesdits Canadians de venyr avecq nous quatre ou cinc
jours synon aulcuns qui venoyent en grande peur et craincte (163).
Que los indios digan Canad, no confirma categoricamente la hispanidad del vocablo pero tampoco la niega. En la edicin de Robert Lahaise y Marie Couturier de
la Relation de Cartier, escrita en francs moderno, los autores dan su opinin sobre el
origen del trmino Canada: Terme qui proviendrait du language huron-iroquois, et
qui signifierait ville ou villege. Dapres le Sieur C. Le Beau (souvent suave...): La Partie Septentrionale de la Nouvelle France, tire son nom de ce que les Espagnols ayant
reconnu les premiers ses Ctes et ses Montagnes, quils virent couvertes de neiges,
les abandonnrent en les nommant Capo di Nado, cst a dire, Cap de Rien, dou est
venu par corruption le nom de Canada (Aventure du Sr. C. Le Beau...Amsterdam 1738,
rdit par Johnson Reprint, I: 80).55 En la interesante obra del Sr. Claude LeBeau, que
55. Nota 14 de la pgina 83, del citado libro. Sin embargo, algunos autores estn convencidos de que la
palabra iroqus, o Iroquois, en su pronunciacin francesa, proviene del euskara, hilokoa, hablado por
los nativos de esa zona y que vendra a significar gente asesina. A este respecto escribe Peter Bakker: The
fact that we have hirokoa and not the Basque-base form hilokoa (an /r/ instead of an /l/) is easily explained.
The native languages of the area around 1600 (Micmac, Montagnais, and Saint Lawrence Iroquian) all lack
the /l/ sound. European /l/ us automatically replaced by /r/ in such languages. Vase Peter Bakker, A Basque
102
cuenta de forma autobiogrfica su viaje a las tierras de Canad en el siglo xviii, se nos da
informacin adicional sobre la presencia espaola por esas aguas, anterior incluso a la
portuguesa. Segn el citado autor, pescadores vascos siguiendo a las ballenas llegaron
a un enorme banco de peces (bacalaos) situado frente a las costas de Terranova que l
llama Le Grand Banc. Segn LeBeau, esto ocurri cien aos antes del descubrimiento oficial de Cristbal Coln. LeBeau afirma igualmente que fueron los popios vascos
quienes informaron a Coln de la existencia de dichas tierras:
Chacune de ses parties est plate: cest una Roche remplie de quantit
de coquillages & de petits Poissons dont les Morus se nourrissent.
On tient que ce font les Basques qui en poursivant les baleines ont
dcouvert le grand & le petit Banc des Morus , cent ans avant la
navigation de Christophle Colomb, aussi bien que le Canada & la Terre
neuve de Baccalaos, qui signifie Moru, parce que ces Terres abondent
aussi en Baleines dont ils font fort friands & que se fut un Basque Terreneuvier, qui en porta la premiere nouvelle Christophle Colomb, comme
temoignent plusieurs Cosmographes (43).
Seguiremos investigando sobre expediciones espaolas y portuguesas por esas aguas,
un tanto fras quiz para el gusto espaol pero no tanto para el francs o el ingls. Algo que se entiende mejor si adems tenemos en cuenta que el principal propsito era
encontrar un estrecho para llegar a Asia (Indias).56 Si analizamos el vocablo Canada
tal cual, bien podra derivar, como hemos dicho antes, del espaol Ac nada (ac, del
latn eccum hac, he aqu), aunque se encontrara an ms cerca del portugus. Es decir, estara compuesto por el adverbio de lugar c (aqu) ms el pronombre indefinido
nada. Esta explicacin bastara para resolver el problema etimolgico del origen portugus de la palabra. En un artculo publicado en 1888 por A. Marshall Elliot, titulado
Origin of the name Canada, podemos leer cmo define como popular la posible
etimologa espaola:
According to a recent lecturer on Geography at the Collge de France,
it was Father Hennepin and La Potherie that relate how the Spanish
came to Canada about the time it was discovered by Cabot (1497),
and finding there nothing but a desert and ice-bound mountains,
instead of the gold fields for which they sought, they withdrew crying
out meanwhile: Ac Nada! Here nothing! This expresion (ce mot, as
the writer naively puts it) altered, and repeated later to the French by
the natives, was taken for the name of the country itself.57 The only
variation of this popular etymology which I have been able to find is
Etimology for the Word roquois. Vase tambin de Laurier Turgeon, Basque-Amerindian trade in the Saint
Lawrence during the Sixteenth Century: New documents, new perspectives.
56. LeBeau, hace mencin de que Verrazano, al contrario de los espaoles, piensa que dichas tierras son
explotables y toma posesin de ellas para Francisco I, rey de Francia. He tenido, y por el momento tengo, el
placer de haber vivido en Vermont ms de 18 aos y mi opinin es que los meses de enero, febrero y marzo
son extremadamente fros. No as el resto del ao. Los otoos de esta zona, como es opinin general, son de
los ms agradables y espectaculares del mundo.
57. Podemos leer en la nota 3 de este artculo: Choix de Lectures de Gographie par L. Lanier, Amerique,
Paris, Belin et fils, 1883, p.53.
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104
embargo, los que llevamos algunos aos trabajando con crnicas del siglo xvi, observamos cun comn es que los nativos reciban a sus visitantes con noticias de que en sus
tierras no hay nada, pero que sin embargo tienen noticia de que a varias leguas de su
pueblo existen grandes tesoros y riquezas. Todo con el fin de quitarse de encima a tan
importunos visitantes, algo perfectamente lgico y que ha hecho que los ejemplos sean
mltiples. La etimologa de la palabra Yucatn sera un buen ejemplo. Es Canada un
nombre aislado dentro de la toponimia ibrica en Norteamrica o corresponde por el
contrario a una multitud de nombres que aparecen en las zonas de Terranova y sus alrededores? El anteriormente citado John Barrow, nos ofrece varios ejemplos sacados de
mapas antiguos y de traducciones del portugus.
It has been already stated that, in the course of this voyage, Cortereal
dicovered many islands, which found well inhabited, and to which he
gave Portugueze [sic] names. Ramusio, in his map, lays down the Ilha
dos Bacalaos (Cod Island) almost joining Terra de Cortereal; the island
of Boa Vista; and another which he names Monte de Trigo (wheat
heap or hill); and in the map of Ortelius there is laid down, in lat. 43,
Ilha Redonda (Round Island); in lat. 47, Ilha da area (Sand Island); and
in lat. 57, Ilha dos Cysnes (Swan Island); and finally in the mouth of
Hudsons Straits, he places a little islet under the name of Caramilo
from which it may almost be concluded that the Portugueze had
been here also, as this name is only a mis-spelling of the Portuguese
word Caramelo or Icicle (Barrow 44). 62
Barrow tambin nos dice que fue Joo Vaz Costa Cortereal, caballero de la corte del
infante Don Fernando, el que acompaado de Alvaro Martens Hornen y explorando
los mares del norte por orden de Alfonso V, descubri la Terra de Baccalhaos llamada
ms tarde Newfounland (37). El mismo autor nos cuenta que este viaje es mencionado por Cordeiro aunque sin especificar la fecha exacta, que podra oscilar entre 1463 y
1464. A su regreso de dicho viaje, llegaron a la isla Terceira y pidieron su capitana que
haba quedado vacante tras la muerte de Jacome de Bruges. De acuerdo a este autor, la
capitana les sera concedida un 2 de abril de 1464 (38). Si verificamos la mencin del
jesuita Cordeiro, observaremos que confirma las afirmaciones de Barrow, aadiendo
adems nueva informacin: 12. Estando pois vaga a Capitania da Terceira pela falta
do primeiro Capito Jacome de Bruges, succedeo aportarem Terceira dous fidalgos,
que vinho da terra do bacalhao, que por mandado del-Rei de Portugal tinho ido
descubrir, hum se chamava Joo Vaz Cortereal, e o outro Alvaro Martins Homem, e
informando-se da terra, lhes contentou tanto, que em chegando a Portugal, a pediro
de merc por seus servios (Cordeiro, vol. 2, cap. 2, 11). Cordeiro cuenta que el infante don Enrique el navegante ya haba muerto y que el infante don Fernando reparti
las capitanas de Praia a Alvaro Martins Homem: E porque a Doao da Capitania de
el visn, la gardua, la comadreja, la chinchilla o la jineta. La palabra hurn no signific nada en francs hasta
la llegada de los franceses a Canad. Lo ms lgico es pensar que los espaoles al ver a los indgenas de los
alrededores del ro San Lorenzo con pieles de hurones les bautizasen con ese nombre y que los franceses lo
adoptasen posteriormente.
62. Efectivamente, adems de tener la misma acepcin que en espaol de dulce de azucar, tambin tiene esta
de gelo sobre el terreno. No olvidemos el nombre que dan los portugueses al gran pen de Ro de Janeiro
(Po de Aucar).
Captulo cuarto
105
Praya, dada a Alvaro Martins Homem, deve estar no tombo da Camera da dita Praya;
e a de Joo Vaz Cortereal est, e vi no libro antigo do tombo da Camera de Angra fol.
243, e nella se faz meno da Doao feita a Alvaro Martins Homem, por isso no seu
antigo estylo ponho aqui a Doao feita ao dito Cortereal Capito de Angra (Cordeiro, vol. 2, cap. 2, 12). El mismo Barrow nos ofrece otra fuente para investigar sobre el
supuesto viaje de Joo Vaz Cortereal a Terranova:
But there is another indirect testimony afforded by Francisco de
Souza [Tratado das Ilhas Novas, & c. 1570], who in 1570 wrote a
treatise on the New Islands, and of their discovery; as also concerning
those Portugueze who went from Vianna, and from the islands of the
Azores, to people the Terra Nova do Baccalhao twenty years before
that period; which would prove that the Portuguese not only were
in the habit of fishing on the banks of Newfoundland, but of settling
there also, towards the close of the fifteenth century. (Barrow 39).
Efectivamente, en la obra de Francisco de Souza, Tratado das Ilhas Novas, se mencionan viajes a las costas de Terra Nova do Bacalho. La publicacin de esta obra es de
1570 y como se indica al final del ttulo, estos viajes se llevaron a cabo sesenta aos
antes de lo narrado en el citado librito. Dos portuguezes que foro de Viana e das
Ilhas dos Azores a povoar a Terra Nova do Bacalho, vay en sessenta annos, do que
sucedeo o que adiante se trata (Ttulo). Por lo tanto, la cronologa de estos viajes no
se puede precisar con exactitud; podran corresponder a la ltima mitad del siglo xv o
a principios del xvi. Tambin es importante la mencin de la permanente presencia de
Biscainhos en aquellas aguas. Escribe Souza:
Haver 45 annos ou 50 (3) que de Vianna (4) se ajuntaro certos
homens fidalgos, e pela informao que tiveram da terra Nova do
Bacalho se determinaram a ir a povoar alguna parte della, como
de feito foram em uma no e uma caravella, e, por acharem a terra
muito fria, donde io determinados correram para a costa de Leste
Oeste t darem na de Nordeste-Sudoeste, e ahi habitaram, e por se
lhe perderem os Navios no houve mais noticia delles smente por
via de Biscainhos, que continuam na dita Costa a buscar e a resgatar
muitas coisas que na dita Costa h (Souza 5).
Si nos fijamos en mapas como el del genovs Vesconte de Maggiolo de 1527, veremos cmo en la regin nombrada Corte Reale, correspondiente a Terranova, aparece un abundante nmero de palabras en portugus y espaol (Santiago, Muitas gentes,
Ro de S. Paulo, Ro Pinto, Tera de Pascaria, Once Mil Virgenes, etc.). Tambin vuelve
a aparecer el nombre de Ro Jordn. Lo mismo ocurre otra vez con el de Corte Reale,
no dando nombre a toda la regin, como acontece con otros mapas, sino a un punto
especfico (cabo o baha) de la parte superior de Terranova o Terra del Rey de Portugall, tal y como aparece en el mapa de Cantino (1501-1502).63 Esto hace conjeturar si
no se trat del lugar original de desembarco de los dichos navegantes.
63. Igualmente en este mapa, en la zona correspondiente a Terranova, se hace alusin a Manuel I, rey de
Portugal (1469-1521).
106
En el mapa de Diego Gutirrez de 1562 (primer mapa donde consta la palabra California), la mayor parte de los nombres que aparecen a lo largo de la costa norteamericana
son nombres espaoles, algunos con influencia portuguesa o italiana. Desde la Tierra del
Labrador hasta la Tierra de los Bacalaos o Terranova, encontramos los siguientes nombres: Cabo de Labrador, Isola de Fortuna, Cabo de Marco [podra ser Maro], San Pedro,
San Francisco, Cabo de Gamas, Baha de Oos [Osos], Isola de Fuego, Buenaventurata
de aves, Monte de Trigo, Isola de Frey Luis, Isola de Aves, Baha de San Ciria, Baha de
Corybicion, Cabo de Espera, Cabo Raso, Monte Cristo, Cabo de Santa Mara, y Onze
mylvirgenes. En la costa de Terranova, si miramos de norte a sur, nos encontramos con
nombres como: Ro de Mucha Gente, Ro de dos Bocas, Ro de Palmas, Ro de Oces,
Entrada del Ostre, Ro de Nieves, Ro de Corrientes, Ro de Caaveral, Costa Brava,
Malabrigo, Mal Riparo, Baha Hermosa, Ro Grande, etc. Me llama la atencin, no obstante, que en el documentado anlisis que de estos mapas hace Henry Harrisse, cuando
se refiere a este mapa en concreto se centre ms en su nomenclatura francesa:
The importance of this map was first made known by M. Cornelio
Desimoni, as a weighty argument in the controversy concerning the
authenticity of the voyage of Verrazano across the ocean in 1523-1524.
It is unquestionable that the designations: Francesca and Terra Francesca nuper lustrata, with series a French names and the royal arms of
France in maps of 1527 and 1529, not to speak just now of the corroboration furnished by other maps and globes of about the same period,
confirm the statements made in the middle of the sixteenth century
by Ramusio and others, as regards a French voyage of discovery to our
north-east coast, accomplished before the expeditions of Jacques Cartier, who visited North America for the first time in 1534. What could
that early French exploration be if it was not Verrazanos? (554).
En el mapa Terra Nova (Amsterdam, entre 1602-1606) de Petrius Bertius (15651629), igualmente puede observarse cmo al sur de la tierra de El Labrador, casi tocando Terranova, se hace mencin de Terra de Ioan Vaz [Cortereal], que un poco
ms al Oeste aparece el R[o]. de Ioan Vaz, y un poco ms al sur la I. da Tormenta
e Ilha da Fortuna. Interesa observar cmo el nombre de Peti Canada se encuentra
includo como una villa ms, situada al Oeste y al otro lado de la Terra de Ioan Vaz
(Vase Bibliografa). En el mapa de Abraham Ortelius Amaericae sive novi orbis nova
descriptio localizado en una de las salas del monasterio de San Lorenzo de El Escorial,
tambin aparece el nombre de Canada, mientras que un poco ms abajo de donde se
encuentra la actual ciudad de Quebec, aparece el nombre Canado. Una posible variante de ganado?
Debemos tener muy en cuenta a la familia Cortereal de navegantes portugueses establecidos definitivamente en las Azores desde 1464. El hecho de que esta familia de
marinos se encontrase en las islas Azores, situadas a medio camino entre Terranova y
Portugal, explica claramente la familiaridad de los lusos con esas aguas. El archipilago
de las Azores est formado por nueve islas de origen volcnico: Terceira, Graciosa, San
Jorge Pico y Faial (conocida como isla azul), que componen el grupo central, San Miguel y Santa Mara el grupo oriental, y Flores y Corvo el grupo occidental, el que ms
interesa a nuestra investigacin. Pero, desde cundo se tiene noticias de estas islas? Si
Captulo cuarto
107
dejamos a un lado las historias de que los fenicios y cartagineses ya viajaban por esos
mares e islas en busca de estao,64 y nos limitamos a la documentacin escrita, encontraremos algunas menciones a tener en cuenta.
El acadmico Jos Luis Conde, a travs de las traducciones hechas de manuscritos
rabes, nos da noticia de un viaje realizado poco tiempo despus del reinado del ltimo califa de Crdoba, Hisam II. Gran parte de su informacin la saca de Al-Idrisi,
cartgrafo, gegrafo y viajero rabe que vivi en la corte de Roger II de Sicilia. Su lugar
de nacimiento no poda estar mejor ubicado, ya que naci en la actual ciudad espaola
de Ceuta por esas fechas perteneciente a los almorvides (ao 405 1014 de la era
cristiana): En este tiempo unos vecinos de Alisbona, en nmero de ochenta hombres,
amigos entre s, y de una alcabila se embarcaron a buscar nuevas tierras en lo interior
del ocano Atlntico; pero no pudieron pasar de unas islas en que fueron embestidos
de una infinita multitud de azores, y se volvieron contando cosas maravillosas de su
viaje, y fueron llamados los emprendedores, y dieron nombre a la calle en que moraban en Alisbona, que en adelante se llam calle de los Almogavares (Conde 293).
El historiador ingls Peter Rusell afirma que era totalmente plausible que marinos
italianos, mallorquines o castellanos, volviendo a la pennsula ibrica desde las Canarias, hubiesen sido desviados por vientos y corrientes pudiendo divisar dichas islas
(100). Tambin menciona que ya existan noticias de la existencia de unas islas adentradas en el Atlntico desde el siglo xiv: Belief in the existence of the mid-atlantic
islands, as these were depicted by fourteenth century cartographers, was doubtless
reinforce by the existence of the spurious Book of Knowledge of all the World whose inventive Castilian author listed and gave the names of eight of them which he claimed
to have visited in his imaginary Atlantic travels aboard a Moorish ship (Rusell 100).
Sin embargo, tambin se ha dicho que el nombre de las Azores no viene del ave
rapaz, sino del color azul que tienen las islas desde lejos por la cantidad de ortensias
de este color. En realidad, las islas Azores, si fueron esas las que se encontraron, ya
haban sido utilizadas por los cartagineses para extraer estao. Aunque posiblemente se estaban refiriendo a un resdescubrimiento de dichas islas, lo ltimo que quera
escuchar Coln o sus descendientes era que el crdito y la gloria de haber hallado la
ruta a las Indias no les correspondiese. Por eso, cuando se hace notoria la evidencia de
la presencia de cartagineses por aquellos parages, el hijo natural que el almirante tuvo
con Beatriz Enrquez, Hernando Coln, dedicar todo un captulo del libro dedicado
a la biografa de su padre a rebatir dicha informacin. As, en el captulo x de dicho
libro, Hernando Coln comienza definiendo como falso que los espaoles conociesen desde antiguo las Indias del Mar Ocano, citando a Fernndez de Oviedo como
culpable de la diseminacin de la dicha noticia. Refutando a este autor, que se basa en
Aristteles y su isla de Atlante y de Seboso y las Hespridas, dice que la intencin no
es otra que la de desprestigiar a su padre y quitarle por envidia el mrito de haber sido
el primero en llegar a Amrica. Se ha especulado sobre si Joo Cortereal lleg veinte
64. Teniendo en cuenta que la calidad de sus navos era la mejor de su poca, tanto en cuanto a la madera
como respecto a las velas, adems de los modernos diseos de sus naves y sus experimentadsimos pilotos,
no se debe descartar la posibilidad de la llegada de estos marinos. Por otro lado, un factor que a menudo no es
tenido en cuenta, es que la evolucin tecnolgica de las naves entre la poca de los fenicios y el siglo xvi, no es
tan dramtica como se podra pensar. No es hasta la invencin de la carabela portuguesa cuando las tcnicas
de cabotaje y navegacin de altura empiezan a cambiar. Vase, Peter Russell. Prince Henry the Navigator.
108
aos antes que Coln a Amrica, algo que a falta de un documento escrito no se puede
comprobar. Sin embargo, es importante destacar que ya en los mapas de 1502 el nombre empleado para denominar la zona de Terranova es el de Tierra de los Corte Real y
que dicha familia recibira varios ttulos gracias a sus descubrimientos. Tambin habra
que preguntarse por qu se le otorga a Joo Corte Real la isla Tercera del dicho archipilago. Sera, como dicen algunos, por haber descubierto la Terra Nova do Bacalhau?
Eso explicara el nerviosismo de la Corona portuguesa al conocer la partida de Coln
hacia Amrica y tambin el porqu una vez vuelto Coln a Espaa y presentado a los
reyes en Barcelona, los portugueses mandaron una delegacin de expertos a los monarcas espaoles reclamando las tierras descubiertas como portuguesas.65 Si realmente
los portugueses saban dnde estaba el otro continente y el peligro que corran dejando
que Cristbal Coln pasase el codiciado secreto a los castellanos, lo ms probable es
que intentasen de alguna manera estorbar que la expedicin del almirante genovs se
llevase a cabo. As fue, como nos cuenta el propio Cristbal Coln en su Diario, el da
6 de septiembre:
Dice aqu el Almirante que se acuerda que estando en Portugal el ao
de 1484 vino uno de la isla de la Madera al Rey a le pedir una carabela para ir a esta tierra que va, el cual juraba que cada ao la va y
siempre de una manera. Y tambin dice que se acuerda que lo mismo
decan en las islas de los Azores y todos stos en una derrota y en
una manera de seal y en una grandeza. Tomada, pues, agua y lea y
carnes y lo dems que tenan los hombres que dej en la Gomera el
Almirante cuando fue a la isla de Canaria a adobar la carabela Pinta,
finalmente se hizo a la vela de la dicha isla de la Gomera con sus tres
carabelas jueves a 6 das de septiembre. Jueves 6 de septiembre. Parti
aquel da por la maana del puerto de la Gomera y tom la vuelta para
ir a su viaje. Y supo el Almirante de una carabela que vena de la isla
del Hierro que andaban por all tres carabelas de Portugal para lo tomar: deba de ser la invidia que el Rey tena por haberse ido a Castilla
(Cristbal Coln 18).
Ms que invidia por parte del rey portugus, sera miedo de perder el control tan
costosamente custodiado del monopolio de unos mares desconocidos para el resto de
los europeos. Fue aqu donde los portugueses perdieron la oportunidad de retrasar algunos aos ms algo que tarde o temprano terminara por descubrirse. No por eso el
rey de Portugal se dio por vencido. Cuando Coln volvi de su primer viaje, tras desembarcar en Lisboa, fue extraordinariamente recibido, no slo por el rey, sino incluso
por la reina, lo cual dio mucho que hablar a los castellanos. A qu se deba tan calurosa
acogida? Fue nicamente para cerciorarse que no haba tocado en las tierras del Brasil,
de las que los castellanos no tenan ni idea, y as proceder ese mismo ao de 1493, en
el tratado de Tordesillas, a reclamar en las negociaciones que se trasladase la lnea de
65. Se baraja la fecha de 1476 para la llegada de Coln a Portugal casndose unos aos despus con Felipa
Moiz Perestrello hija del gobernador de la isla de Porto Santo (Madeira), Bartolom Perestrello y de Isabel
Moiz, mujer al parecer de origen hebraico. Bartolom su padre estuvo muy unido al rey Enrique el navegante
y fue gobernador de Porto Santo desde 1446, lo que permite suponer que conoca muchos de los secretos de
los portugueses.
Captulo cuarto
109
demarcacin 370 leguas ms hacia el Oeste, tal y como ocurri? La recepcin de los
reyes de Portugal a la llegada de Cristbal Coln no fue gratuita. Coln saba algo
ms que los castellanos ignoraban y por eso no permiti que los Pinzn navegasen en
la direccin que ellos deseaban, sino que mantuvo el rumbo en una direccin mucho
ms larga hasta llegar al Caribe. Veamos lo que escribe Coln el 9 de marzo en su diario sobre ese encuentro en en el que el rey de Portugal le dice que aquella conquista
le perteneca:
El Rey le mand recibir a los principales de su casa muy honradamente, y el Rey tambin les recibi con mucha honra y le hizo mucho
favor y mand sentar y habl muy bien, ofrecindole que mandara
hacer todo lo que a los Reyes de Castilla y a su servicio compliese
complidamente y ms que por cosa suya; y mostr haber mucho placer del viaje haber habido buen trmino, y se haber hecho, ms que
entenda que en la capitulacin que haba entre los Reyes y l que
aquella conquista le perteneca. A lo cual respondi el Almirante que
no haba visto la capitulacin ni saba otra cosa sino que los Reyes
le haban mandado que no fuese a la mina ni en toda Guinea, y que
as se haba mandado a pregonar en todos los puertos del Andaluca
antes que para el viaje partiese. El Rey graciosamente respondi que
tena l por cierto que no habra en esto menester terceros (Cristbal
Coln 152).
En esos momentos era la decisin ms sabia que poda tomar Juan II de Portugal,
mucho mejor que la de declarar una guerra a Castilla por territorios de ultramar, en
donde tendra mucho que perder, y de este modo cerciorarse de que al menos poda
quedarse con una buena parte del Brasil y con la punta de Terra Nova (Newfoundland). Hugh Thomas, con una gran percepcin de los hechos pero perdiendo de
vista el punto central, comenta las acciones del rey portugus nada ms llegar Coln
a Lisboa. ste no se conformar con dar un gran recibimiento al almirante sino que a
sus espaldas se encargar de efectuar un minucioso interrogatorio a los dos miembros
portugueses de la expedicin que fueron con Coln. Algunos de los consejeros del rey
pensaban por su parte, que la mejor manera de zanjar ese asunto era la de deshacerse
de Coln para que no pudiese contar a los castellanos lo sucedido. Inteligentemente el
rey portugus no hizo tal cosa, ya que de haber sido as y de pasar a proclamarse rey
de las nuevas tierras descubiertas, habra dejado bien claro quin se habra encargado de hacer desaparecer a Coln y con ello violado el tratado de Tordesillas. Escribe
Thomas:
After he had left for Spain, on 13 March, King Joo interrogated
extensively the two Portuguese who had been with Columbus and
who had remained in their native land. He decided inmediately to
send a fleet under Francisco de Almeida to search for the lands found
by Columbus. One Portuguese chronicler, Rui da Pia, says that
some courtiers of Joo suggested that Columbus should be murderer
before he reached Spain so that they could take advantage of the
success of the expedition (91).
110
Contamos con dos documentos, uno procedente del Archivo de Indias y otro del
de Simancas (recogidos en la Coleccin de Documentos Inditos). El primero de ellos est
dirigido a Fernando el Catlico y no tiene fecha.66 El segundo, que es posterior, est
dirigido a su hija doa Juana, con fecha de octubre de 1511, y en l se habla de una
expedicin que se va a realizar a la Isla de los Bacallaos, que se llama Terra Nueva. El
proyecto parte de un cataln de Lrida, Xoan de Agramonte, algo poco comn en las
empresas americanas, como sugiere el documento.67 Lo ms interesante de este proyecto es que se nos dice que el tal Xoan de Agramonte ha venido nuevamente y que
adems trae consigo a dos yndios que thenia: Aqu a venido nuevamente, un Xoan
de Agramonte, catalan, a thomar empresa de yr a descubrir a su costa una tierra nueva,
e Yo le e dado lycencia para ello en cierta forma, que vaya con dos navios a su costa e
sygund descian dos yndios que thenia, diz que es tierra muy provechosa e donde hay
oro e otras cosas (CDI, 32, 400). A rengln seguido, el rey se queja de que no vayan
ms a proponer este tipo de proyectos: Estoy maravillado que estando ay vosotros
[Laredo e Santander], non vaya alguno a ofrecrsenos con semejantes viaxes, sabiendo
quest a vuestro cargo esta negocyacion. Non s si la cabsa es non thener vosotros alguna prtica o yntelixencia sobrello. (CDI, vol. 32, 401).
Como en el caso de Aylln, pero quince aos antes, los indios de Juan de Agramonte, probablemente capturados contra su voluntad, decan maravillas de su tierra. Algo
totalmente lgico dado que, como cualquier individuo que ha sido privado de libertad,
buscar exagerar y despertar el inters por el lugar al que quiere regresar a toda costa
para poder volver a estar con los suyos. Como hemos visto, en el caso del viaje de Vzquez de Aylln, el final result trgico. En cuanto al de Juan de Agramonte, no se vuelve
a tener noticia ni de l ni de lo acontecido con la expedicin.
La segunda carta, Sobre carta de la Reina Doa Juana en que se inserta el Asiento
fecho por rden del Rey su Padre, con Juan de Agramonte, para ir con dos navios al descobrimiento de Terranova, se nos ofrece informacin importante para hacernos una
idea de cmo se desarrollaban las expediciones espaolas a esas tierras.68 En esta carta
se cita el acuerdo que anteriormente se haba establecido entre el rey y Juan de Agramonte: [P]ara ir a saber el secreto de la terra nova: Primeramente, que vos podais ir e
vayais con dos navios del grandor que vos paresciere, que sean de Mis vasallos sbditos
e naturales, e asi mesmo la gente que llevredes sean naturales de estos Reynos, ecebto
que dos pilotos que llevredes sean bretones, de otra nacion que all hayan estado...
(CDI, vol. 32, 203). Por la informacin que se nos da en dicho documento, parece que
en ese tiempo se consideraba a los bretones como los marinos ms diestros y conocedores de esas tierras. Casi con toda seguridad el rey se est refiriendo a los pescadores
de la localidad vecina a Espaa de Capbreton y no a los mucho ms distantes bretones
de Saint Malo. Tambin se nos informa de la existencia de otros pilotos de naciones que
por all hayan estado. Aunque se podra especular algo ms sobre este punto, ya unas
lneas ms adelante el mismo documento se encarga de desvelarlo cuando se advierte al
dicho Agramonte que se abstenga de tocar en la parte que pertenesce al Serensimo
66. Por el contenido podemos colegir que se trata de un documento de 1511 o antes ya que en l se habla se
tener por gobernador a Nez de Balboa.
67. Los cartgrafos mallorquines fueron considerados de los mejores en la Edad Media.
68. En la nota 1 del presente documento de dice que falta la conclusin y la fecha parece ser de octubre de
1511.
Captulo cuarto
111
69. No en vano los locales muestran el dicho In Cod We Trust, aunque parece que ahora se est poniendo
inters en la langosta y el cangrejo a causa del turismo.
114
Nez en el capitulo 28 de su obra para quedarse todos esos aos tierra adentro, como
la de poder dar despus informacin de dichos territorios: [Y] tenamos por mejor de
atravesar la tierra, porque la gente que est metida adentro, es ms bien acondicionada,
y tratbannos mejor, y tenamos por cierto que hallaramos la tierra ms poblada y de
mejores mantenimientos. Lo ltimo, haciamos esto porque, atravesando la tierra, vamos muchas particularidades de ella; porque si Dios nuestro Seor fuese servido de
sacar alguno de nosotros, y traerlo a tierra de cristianos, pudiese dar nuevas y relacin
de ella (178-79). Estas razones son exactamente las contrarias que dar en el captulo 4
a su superior para no internarse tierra adentro. Me inclino por lo tanto, basndome en
las continuas contradiciones y mentiras del autor de Naufragios, a pensar que Alvar
Nez y los otros tres supervivientes esperaron todo ese tiempo en la costa para cerciorarse que ningn otro cristiano, ningn testigo presencial, pudiese dar cuenta en Pnuco
o la Nueva Espaa de los desacatos cometidos en la persona de Narvez, as como de
las escalofriantes escenas de canibalismo y necrofagia que sabemos ocurrieron entre
ellos: y cinco cristianos que estaban en el rancho en la costa llegaron a tal extremo, que
se comieron los unos a los otros, hasta que qued uno solo, que por ser solo no hubo
quien lo comiese (Cap.14, 125., vase tambin el captulo 17). El autor, Alvar Nez,
nos dice que esos cristianos se comieron los unos a los otros, por supuesto, sin incluirse l. No obstante, cita los nombres de los cinco cristianos y la repercusin que sus acciones pudieron haber tenido: Los nombres de ellos son stos: Sierra, Diego Lpez,
Corral, Palacios, Gonzalo Ruiz. De este caso se alteraron tanto los indios, y hubo entre
ellos tan gran escndalo, que sin duda si al principio ellos lo vieran, los mataran, y todos
nos viramos en grande trabajo (125). Al final acaba diciendo que si estos actos de canibalismo hubiesen sido presenciados por los indios, nos viramos en mucho trabajo.
Pero, quin sera ese cristiano que se salv, que por ser uno solo no hubo quien lo comiese?, a quin o quines se refiere ese nos? (125). Por simple eliminacin, creo que
a Alvar Nez o a sus compaeros. Como supervivientes, debieron ser los que ms
activamente participaron en tan triste actividad. Ya hemos visto, en el captulo 22 de
Naufragios, los pocos escrpulos que tenan en comer carne cruda cuando la ocasin se
presentaba. Si Alvar Nez se hubiese hecho responsable de estos actos, difcilmente
hubiese conseguido ningn privilegio como adelantado, gobernador o capitn general,
tal y como efectvamente conseguira una vez en Espaa. Por otro lado, como la narracin de Cabeza de Vaca est hecha con un fin interesado y no didctico, no tiene ninguna lgica intentar fijar la posible ruta geogrfica seguida por estos supervivientes por
Norteamrica. Si la relacin que dieron sobre esos territorios y pueblos hubiese sido
totalmente altruista e informativa, habran ofrecido un acceso directo a toda la informacin y secretos acumulados a lo largo de esos aos a la persona a quien se enconmedase la gobernacin de la Florida, es decir, a Hernando de Soto. Pero no fue as. Ya hemos
mencionado que el historiador Henry Wagner, en su libro The Spanish Southwest, pone
en duda muchos de los detalles enumerados por Alvar Nez en su obra (Wagner 43).
Hallenbeck, an siendo consciente de las anomalas histricas y las diferencias entre la
Relacin Conjunta mandada a Santo Domingo y lo que aparece en Naufragios, contina dando crdito histrico a la obra de Alvar Nez: Naufragios does contain some
exaggerations, misstatements of fact, and contradictions; nevertheless, Nez honestly
tried to tell the truth. His discrepancies are the result of confused recollections and not
of intentional misrepresentation (28). Por lo tanto, la pregunta fundamental de por qu
Captulo quinto
115
Alvar Nez decidi pasar todos esos aos sin continuar hacia el sur sigue abierta.
Fueron casi seis aos el tiempo que yo estuve en esta tierra solo entre ellos y desnudo, como todos andaban. La razn por que tanto me detuve fue por llevar conmigo un
cristiano que estaba en la isla, llamado Lope de Oviedo (Cap. 16, 134). En Naufragios,
el vaco temporal y cronolgico tampoco se explica. Qu fue realmente lo que ocurro
durante esos seis aos?72 Lo acontecido durante ese lapso de tiempo, ese salto cronolgico de seis aos, fue precsamente lo ms importante. Creo firmemente que Alvar
Nez se deshizo de todas las pruebas que le pudiesen inculpar como responsable de
asesinato y desobediencia a su superior al igual que el ser directo responsable de la
eliminacin sistemtica de todos los testigos que lo saban y contradecan, exceptuando sus tres compaeros supervivientes.73 Mis opiniones y recelos sobre la desaparicin oficial de Pnfilo de Narvez, se basan en mi desconfianza en el testimonio y en
las acciones de Alvar Nez. Slo existe el testimonio de un historiador que de una
versin diferente a la habitual sobre la sospechosa muerte de Narvez, esto es, a la de
que el viento a medianoche empuj la barca de la orilla hacia el mar sin que nunca
jams se volviera a tener noticia del gobernador ni de sus dos pajes. Esta versin es la
defendida, una vez ms, por Herrera y Tordesillas, que escribe: Estvose Cabeza de
Vaca con sus indios hasta dicho tiempo, y de Pnfilo de Narvez nunca se supo nada,
aunque se dijo que con seis compaeros aport a la mar del Sur (Dec. 4, Lib.4, Cap.7).
Esta afirmacin, realizada en tercera persona, en cierta forma confirma mis sospechas
a la vez que vuelve a crear nuevas hiptesis sobre el desdichado fin del pobre gobernador, cenizo y aguafiestas para las ambiciones de quien, a fin de cuentas, quera la
mismsima gobernacin que Pnfilo de Narvez detentaba en ese momento. Que sepamos, los nicos que aportaron a la Mar del Sur fueron Alvar Nez y sus tres
compaeros. De nuevo, Herrera y Tordesillas volver a sorprendernos con otra de sus
afirmaciones. En este caso escribir que cuando los cuatro supervivientes llegan a la
Nueva Espaa (Mxico) se encontrarn con otros ms: Hallaron en Nueva Espaa
algunos de aquella infelice armada y otros en Espaa (Dec. 6, lib. 1, cap. 7). Herrera
no puntualiza si estos supervivientes de la infelice armada formaban parte de aquellos que no se internaron con el gobernador porque se quedaron en los navos o fueron
72. Con todo mi respeto a quellos que han dedicado toda su vida a trazar el itinerario de Cabeza de Vaca
por tierras americanas, basndose en su obra, no creo que tenga ms valor que el que podamos dar a Don
Quijote por paseando por tierras de la Mancha. Por mucho caracter cientfico que algunos antroplogos
quieran dar a sus trabajos, si Alvar Nez no est diciendo la verdad, lo nico que estarn haciendo es crear
ciencia-ficcin. Alex Krieger en su reciente libro critica a autores como Pupo-Walker y Adorno y Pautz por
no estar a la altura en nociones geogrficas y antropolgicas de los territorios por donde supuestamente Alvar
Nez anduvo. En referencia al trabajo de Adorno y Pautz dice el plogo de la obra de Krieger escrito por
Thomas R. Hester: I shall focus on volume 2, as it most nearly touches on our present concerns. The volume
has a decidedly nonscientific perspective. Indeed, the authors note Kriegers dissertation and his overemphasis of time and distance. (What shall we ever do with archeologist who pay so much attention to intensive
research?) (Krieger 151). Slo me queda aadir que la ciencia tiene que estar al servicio del sentido comn
y no al de los intereses de un hidalgo con grandes dotes imaginacin para conseguir hacer realidad sus delirios
de grandeza. Una vez ms Alvar Nez se burla de sus biografos y cientficos viendo como nos enfrentamos unos con otros tratando de encontrar la postura ms veraz.
73. Como agudamente comenta e intuye el novelista Abel Posse en su novela basada en la vida de Alvar
Nez, El largo atardecer del caminante, resulta descarado y evidente que el silencio de seis aos sea vea resuelto en una pgina y media.
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algunos de los que bajaron por la costa hacia Pnuco (Naufragios, cap. 4, 89).74 En el lapsus cronolgico de seis aos que nos da el autor de Naufragios, pudieron ocurrir muchas
cosas y el hecho de que no aparezcan en la obra es porque no debieron ser particularmente buenas o al menos beneficiosas para los futuros intereres del que llegara a ser
gobernador del Rio de la Plata.
Como sabemos, al final Alvar Nez no consigui la gobernacin que deseaba por
lo que rechaz ir como segundo en la expedicin de Hernando de Soto. El fracaso de la
expedicin de Francisco Vzquez de Coronado en busca de las famosas siete ciudades
de Cbola habla por s solo. Cabeza de Vaca mantuvo en secreto todo lo que saba sobre su experiencia norteamericana. Se tiene noticia indirecta de que Alvar Nez tambin rechaz ir como adelantado a la Tierra de los Bacalaos, esto es, a Terranova. La
Corona espaola estaba preocupada por toda la serie de incursiones que los franceses
estaban llevando a cabo por esos territorios, y en especial por los viajes de Cartier y
Roverbal. El mercader burgals Cristbal de Haro, hombre de confianza del emperador,
se haba comprometido a ayudar en esta empresa y, adems de mandar a espas Francia
para enterarse de lo que estaba ocurriendo en los diferentes puertos atlnticos franceses, decidi proponer a Cabeza de Vaca dicha empresa. Existe un documento conservado en la Torre do Tombo de Lisboa (Corpo Chronologico, parte 3, Mao 14, doc. 37),
que nos proporciona el archivero canadiense H.P. Biggar en su documentadsima obra
A Collection of Documents Relating to Cartier and the Sieur de Roberval. Se trata de la carta
que un tal Joo Fernando Lagarto dirige al Rey Juan III de Portugal y en la que se hace
mencin a Cabeza de Vaca como participante en este asunto, aunque equivocando el
nombre propio del explorador jerezano: [A]qui soube dum capito que se chama foan
cabea de vaca que foy cometido de Christovo de faro burgales que fose a descobrir
ao Rio dos bacalhos o que dise del Rey de frana e que tinha licema do comselho das
Indias e ele me dise que n quisera por ser cosa devidosa e partio daqui avera oyto dias
pera o Rio da Prata... (Biggar, Doc. 75, 81).75 Parece que el Consejo de Indias estaba
buscando a un inocente que se hiciese cargo de dicha gobernacin, hacindole creer
que sera una iniciativa totalmente privada y fuera de confabulacin poltica, algo que
no se corresponda en absoluto con la realidad. La autntica intencin era la de conseguir una iniciativa privada que les solventase el problema de la presencia francesa en
aquellas alejadas y fras tierras, y les quitase el temor de que en cualquier momento,
74. En un artculo de publicacin reciente, R.T.C. Goodwin, menciona el testimonio de un tal Alonso de la
Barrera, superviviente al parecer de la armada de Pnfilo de Narvez y que supuestamente lleg a Mxico en
1528 1529. Escribe Goodwin: Barrera initially claims to have spent four years in Florida, en la dicha provincia but later states that he returned to Cuba while 300 men quedaron en la dicha tierra. Moreover, it is not
clear exactly who became separated from whom in the phrase se perdieron los unos a los otros, nor precisely
what is meant by por la gente que hasta alli vivio. The confuse state of the text is important because of the implication that the search for Narvez may have continued for four years, hitherto a possibility, albeit an unlikely
one (Goodwin, De lo que sucedi a los dems que entraron en las indias: lvar Nez Cabeza de Vaca and
Other Survivors of Pnfilo de Narvezs Expedition. No creo que el texto sea tan confuso en lo referente a se
perdieron los unos a los otros. Sabemos que las desavenencias entre unos y otros llevaron a estos supervivientes a cometer actos de canibalismo.
75. La fecha que nos proporciona Biggar con una interrogacin es la de un 22 de enero de 1539, sin embargo,
debera ser dos aos posterior esto es, enero de 1541. Esta carta est sacada de: From the Archivo Nacional da
Torre do Tombo at Lisbon. Corpo Chronologico, parte 3, Mao 14, doc.37. Original. This document, which is
unpublished, was kindly sent to me by Senhor Pedro A. dAzevedo, of Lisbon, to whom I desire to express my
warmest thanks for his valuable discovery (Biggar, Letter LXXV, 81).
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ya fuese tiempos de guerra o de paz los franceses contasen con una base permanente
desde la que poder mandar sus armadas contra los intereses espaoles en el Caribe.
Por esta razn, el Consejo de Indias se excusa de decir la verdad al pretendiente de la
susodicha capitulacin para as hacerla ms apetecible. Cabeza de Vaca no cay en
la trampa: [E]le me dise que n quisera por ser cosa devidosa (Biggar, doc.75, 81).
Es ms, despus de que Cartier hubo poblado esas tierras, ya fue demasiado tarde.
Podemos leer en el siguiente documento del Archivo General de Indias, que nos proporciona Buckingham Smith:
Se debe procurar con alguna persona de autoridad en quien concurran las calidades que son necesarias para Capitan General desta Armada, que pida la conquista y descubrimiento de aquella costa, y que
se capitule con el, y se le de la orden que se acostumbra hacer [en]
otras capitulaciones, de manera que aunque el Armada se haga en la
berdad costa de Su Magd. y lo publico sea en nombre deste Descubridor y Poblador, y esto se podra hacer con el secreto y disimulacin
que conviene... (Smith 110).
En referencia a estas caractersticas de secreto y disimulacin, no le servirn de
mucho a la Corona, que intentar aprovecharse de la candidez de algn Adelantado
para que vaya como tal a poblar tierras tan problemticas, a sabiendas de antemano
que no haba ninguna riqueza y que lo nico que se iba a encontrar eran un clima
despiadado y enemigos franceses e ingleses. En el caso que nos ocupa la situacin
ser diametralmente opuesta. Ser nuestro Adelantado quien mejor que nadie sabr
sacar partido al secretismo de sus acciones a la vez que hacer pasar sus hechos como
poco menos que sobrenaturales hasta el da de hoy. La Corona en este caso no pudo
embaucar en esta empresa a un hombre que superaba en astucia y descaro a cualquiera de los conquistadores ms veteranos de ese momento. En otras palabras, un hombre de armas, un militar, que segn sus escritos saba hacer milagros. Aquellos que
tildaron en el pasado o en el presente de embustero y manipulador a don Alvar Nez
Cabeza de Vaca, concurrirn siempre con la furia y el enojo de sus fieles y devotos seguidores.76 No voy a hablar de las crticas que personalmente he recibido desde 1987
en que publiqu mi tesis doctoral sobre la figura de este genial conquistador y protonovelista, pero s mencionar algunos casos paradigmticos.
Uno de los ms interesantes testimonios escritos que tenemos sobre el corpus de Cabeza de Vaca aparece en el ataque que en 1736 Antonio Ardoino, marqus de Sorito,
militar espaol y gobernador de Tarragona har a los escritos Novi Orbis Indiae Occidentales, obra del supuesto padre benedictino Honorius Philoponus.77 Esta obra est
dedicada a Caspar Plautius, abab del Monasterio Seittenstetten en el sur de Austria
en 1621, y segn algunos, su verdadero autor fue Caspar Plautius, quien la escribira
bajo el nombre de Honorius Philiponus. Dicho trabajo, el Nova Typis, no es una tesis
negando la existencia de milagros del grupo de Cabeza de Vaca en el Nuevo Mundo
(Adorno y Pautz 3: 162), sino una crnica de la historia de dicho continente y de las
76. Vase mi artculo: Nuevas aportaciones documentales para la biografa de Alvar Nez Cabeza de
Vaca.
77. Ibid.
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var Nez sobre s mismo, algo que difcilmente llegaremos a saber.79 Todo indica que
la tendencia principal seguir siendo la de mantener una resistencia secular sobre este
hidalgo, defensa que tendr como punto positivo que cada vez tengamos ms datos
sobre l.80 Afortunadamente, en su ltimo trabajo sobre Cabeza de Vaca, Adorno y
Pautz reconocen tmidamente, aunque slo le dediquen unas lneas en todo el libro,
que Although he advocated peaceful conversion as to the path more certain in the
1542 relacin (f57v), Cabeza de Vaca would later defend the enslavement of indians
taken in the war in the Gran Chaco. Thus it would be an exaggeration to portray
Cabeza de Vaca as unmitigatedly pro-Indian (Adorno & Pautz 1: 332). Esta postura
se ha distanciado algo de la presentada por Adorno aos antes en sus artculos The
Discursive Encounter of Spain and America: The Authority of Eyewitness Testimony
in the Writing of History, y Peaceful Conquest and Law in the Relacin of Alvar
Nez Cabeza de Vaca, en los que retrata a Cabeza de Vaca como modelo a seguir
por el padre Las Casas en la evangelizacin del Nuevo Mundo.81 Escribe Adorno en
The Authority of Eyewitness:
When Alvar Nez Cabeza de Vaca wrote his final report to the
emperor on his years of travail in North America (although quite
close in time to the events recorded), he did it with the knowledge of
the conquest of New Spain and New Galicia. His original account of
his experiences was already mediated by the reports he had heard of
those events. There is no doubt that he was truly moved by what he
had heard and seen in Nueva Galicia and that his literary effort was
motivated by a vision of compasion and justice much broader than
the narrow needs of his own failed conquest experience. (227-228)82
Por mi parte, sigo defendiendo que Cabeza de Vaca estaba posedo por unos terribles delirios de grandeza, como buen hidalgo que era, y tena que demostrar (al rey)
a cualquier precio, incluyendo el de su propia vida y por supuesto la de los dems,
que l por herencia sanguinea y por sus hechos era merecedor de todas las posibles
79. Enrique Pupo-Walker, de la misma forma, se niega a aceptar culpabilidad en la persona de Alvar
Nez: Aunque la mayor parte de los investigadores responsables reconocen las injusticias cometidas contra Nez, otros, como Serrano y Sanz, y sus seguidores, han repetido las mismas y a veces contradictorias
acusaciones contra Cabeza de Vaca (Naufragios 38n.90). No reconocer las injusticias cometidas, segn el
citado autor, nos pone en el lado de los investigadores irresponsables y en el de los seguidores de Serrano
y Sanz. Afortunadamente, Serrano y Sanz ha sido uno de los investigadores ms dedicados y responsables
que ha tenido Espaa.
80. En los ltimos aos hemos conseguido tener una idea mucho ms completa de la vida y obra de Alvar
Nez. Todo parece indicar que el inters por este cronista seguir vivo en los prximos aos.
81. La primera protesta religiosa frente a los excesos cometidos contra los naturales de los territorios conquistados no es la de Fray Antonio de Montesinos en la Espaola sino de la Fr. Mendo de Viedma, en las Canarias, cuando acude ante Juan II en protesta contra la venta de guanches como esclavos por parte de Maciot,
y despus, en unin de nobles espaoles y el clero, ante l Pontfice Eugenio iv (Vias y Mey 63n25).
82. En Peaceful conquest and Law in the Relacin of Alvar Nez Cabeza de Vaca, Adorno compara las
labores apostlicas de lvar Nez con las de otros santos varones en el tratamiento dado a los indgenas: In
the first place, Cabeza de Vacas account echoes the type of peaceful conversion attempted by Fray Pedro de
Crdoba on the Pearl Coast, Fray Jacobo de Tastera in Yucatn, and Las Casas himself in Vera Paz, Guatemala. Cabeza de Vacas advocacy of humane treatment for native peoples made him a Lascasista by experience
rather than by reading (84).
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mercedes. Por eso tenemos hoy su apasionante testimonio histrico y su obra escrita.
Creo igualmente que pag sobradamente todos sus desmanes en los ltimos aos de
su vida.
Segn Adorno y Pautz, el ltimo documento del que disponemos actualmente para
demostrar que Cabeza de Vaca estaba vivo en 1559 es el magnnimo y noble rescate
pagado por este ltimo para liberar a su deudo Hernn Ruiz Cabeza de Vaca cautivo en
Argel. Los citados autores nos dicen al respecto: The only surprising aspect of this important document is that it has gone unnoticed by even to most recent Cabeza de Vaca
scholars, despite its being in print in the widely circulated Revista de Indias since 1963
(Adorno & Pautz 1: 407). El parentesco que exista entre el adelantado Alvar Nez y
Hernn Ruiz Cabeza de Vaca era segn los citados autores, basndose nuevamente en
la genealoga de Pellicer, el de primo segundo de su padre (Adorno & Pautz 1: 409-410).
Despus de hacer todo tipo de malabarismos genealgicos, Adorno y Pautz plantean
la siguiente duda:
The ransom payment document suggests one lingering doubt. Was it
in fact the adelantado Alvar Nez Cabeza de Vaca who provided for
the Algerian ransom of Hernn Ruiz Cabeza de Vaca? We know that
the ransomed Hernn Ruiz also had a son, mentioned above, named
Alvar Nez Cabeza de Vaca who might have done the deed (see
table 2, sixteenth generation). The ransom document does not identify
Cabeza de Vaca by the title adelantado, which had commonly appeared
in documents of the years 1551 and 1552 (Sancho de Sopranis, Notas
239-40). (1: 410)
La razn que dan Adorno y Pautz es que al hijo de Hernn Ruiz le faltaban casi dos
aos para alcanzar la mayora de edad, por lo que he could not have acted on his own
behalf a little more than a year and a half later to ransom his father (1: 410).83 Sin
plantearse que puedan darse excepciones al mantenimiento de esta regla de la mayora de edad, concluyen con estas palabras: Since there is no trustee (curador) named in
the document where it would necessarily appeared, we can safely deduce that it was
the adelantado Alvar Nez Cabeza de Vaca who ransomed the cousin whose greatuncle had served as a surrogate trustee for Cabeza de Vaca in his youth (1: 410). Sin
embargo, Adorno y Pautz no nos presentan toda la evidencia. En el artculo de donde
Adorno y Pautz sacan la informacin, Notas y documentos..., Sancho de Sopranis nos
previene de la posible confusin de personas con el mismo nombre de Cabeza de Vaca
y de que esto puede inducir a errores (226-228). Afortunadamente, Sancho de Sopranis
facilita los datos de otros personajes coetneos con el mismo nombre del adelantado
Alvar Nez y que vivan en Jerez de la Frontera. Primero se menciona a un fraile Alvar
Nez, que la tradicin le quiere franciscano y ello tiene su apoyo en que, efectivamente, por estos aos un deudo del explorador del Plata tom el hbito de San Francisco.... (Sancho de Sopranis 226) El segundo que menciona Sancho de Sopranis es Alvar
Nez Cabeza de Vaca, el de Hernando de Villavicencio. Dice Sancho de Sopranis que
fue riguroso coetneo del explorador de la Florida y su prximo pariente, como hijo
83. Como dice Friede: Las normas administrativas influyen directamente sobre el volumen y calidad de la
emigracin, pudiendo dirigirse hacia una definida capa social, o excluir otra. Pocas veces en la historia americana es la ley escrita la que decide la realidad (Friede 477).
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do que empear incluso lo ms preciado en su vida: un repostero con sus armas de gobernador.87 Segn los documentos que encontr durante el verano de 1999 en la Real
Chancillera de Valladolid, se nos dice que a 27 das de marzo de 1555 Alvar Nez
Cabeza de Vaca vecino de Sevilla y residente en la corte de Valladolid en un pleito que
tiene con doa Jernima de Sotomayor88 vecina de esta corte recupera una cama un
camafeo y un repostero. (De Doa Geronima de Sotomaior con Alvar Nuez Caveza
de Baca. Real Chancillera de Valladolid. Seccin: Pleitos civiles Moreno (olvidados)
Caja 580-12) En este caso, se trata de una cama de seda, un camafeo de seda morada
con una medalla de oro con un San Jorge guarnecido y un repostero de armas.
En uno de los ocho documentos que sobre este pleito tenemos, se puede leer:
Juan gimenez [tachado en el original] En nombre de doa Jernima
de Soto mayor vezina desta villa En el pleyto que trata Con Albaro
nuez Cabeza de baca digo que a my noticia a benido que vuesa md.
Dio sentencia contra la dicha mi parte en que la ordeno le retituyese
a la parte contraria un cama y un camafeo y un repostero: En cierta
forma y en quanto la dicha sentencia es o puede ser contra la dicha mi
parte salbo el derecho del mi [adad] apelo della y de vuesa md. Para
delante de los seores presidente y oidores de la Real audiencia que
reside en esta villa de Valladolid y pido los [] de esta my apelacion
una dos y treynta vezes y pidolo por testimonio. (Real Chancillera
de Valladolid, Pleitos Civiles: Moreno (olvidados). Caja: 580-12).
Tenemos noticia adicional sobre estos bienes de Alvar Nez gracias a la documentacin existente en el Archivo General de Indias. En la ciudad de la Asuncin, el 4 de
marzo de 1545, los oficiales reales pidieron a Cabeza de Vaca que inventariase todos
los bienes que al presente tena y posea en esta provinciahasta que su real magestad sobre ello determinase lo que a su real servicio convena de fazer (AGI, Justicia
1131, pieza 6A, f. 383r). Entre estos bienes encontramos mencionados en el mismo
documento adems de un libro de mano de la relacin de la Florida (f. 383v) y un
cuaderno de genealoga de linaje de los Vera (f. 384r), dos reposteros nuevos con las
armas del gobernador Cabeza de Vaca (f. 384r),89 una cama de campo cunplida de
torna sol guarnecida con sus franjas de seda y trenzas y cordones con unas hebillas
de metal que tuvo toda ella diez piezas (f. 384v), un camafeo de franjas de seda colorada con una medalla de oro que tiene una [] de la figura de San Jorge (f. 384v).
Parece que, por lo tanto, el pobre Alvar Nez tuvo que empear diez aos ms tarde
lo poco que le quedaba de su vuelta del Ro de la Plata. Enrique de Ganda, en su Historia de la conquista del Ro de la Plata, nos da informacin adicional obtenida a travs de
la probanza hecha por los oficiales reales en el pleito que tuvieron con Alvar Nez:
el testigo Juan Cerrudo declara en la pregunta LIV que los indios guarans e los de la
tierra cargados de muchas cargas demasiadas de cajas pequeas e otras cosas de las
quales no se acuerda e una cama de campo e ansimismo vido como los yndios prenci87. Pao cuadrado con las armas del seor que se colocaba sobre su cabalgadura (Covarrubias 905).
88. Como se afirma en algn documento podra tratarse de la mujer del contino del duque de Lerma (Astrana Marn, t. 5, 548).
89. En la vuelta de esa hoja se mencionan tres reposteros nuevos con las armas del gobernador (f. 384v).
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pales guarans llevaban de las dichas cargas e ansimismo vido como llevaban en Redes
los dichos yndios a la muger e hija de hernando de Ribera mayordomo del dicho alvar
nuez cabea de vaca (145n 131).90
La mujer e hija del capitn de Alvar Nez, Hernando de Ribera, tambin constituirn un elemento de anlisis debido a la relacin que el gobernador pudo haber tenido
con alguna de ellas.
90. Recurdense las sospechas de abuso sexual que hubo entre lvar Nez y la mujer de su lugarteniente,
el capitn Hernando de Ribera.
La defensa que Adorno y Pautz hacen del gobernador Cabeza de Vaca, en cuanto al
mal tratamiento que hizo a los indios (la guerra justa 3: 110-11) durante su gobernacin en el Ro de la Plata, tiene una base documental limitada y en cierta manera
contradictoria con anteriores declaraciones de Adorno donde se calificaba a este conquistador de Lascasista by experience (Peaceful conquest 84).91 A pesar de todo,
algunos crticos modernos siguen viendo en Cabeza de Vaca un portador de valores
lascasianos. El trabajo ms conocido en este sentido sera el de Beatriz Pastor: Enlazando directamente con el discurso crtico de Las Casas, los procesos desmitificadores
de la relacin de Alvar Nez cuestionaban implicitamente los modelos de representacin del discurso mitificador (236). Pero el hecho de que el protagonista y autor de
Naufragios se presente como un mrtir y defensor de los indgenas no significa que Alvar Nez lo fuera. Muchos de los crticos de su obra, incluyendo a los ms conocidos,
no ven o no quieren ver una manipulacin consciente en la informacin presentada
por Alvar Nez: Nezs text offers a rational, straightforward account of his recollection of the lands through which he wandered over a period of nine years. Nezs
America is no myth. It is a vast, wild, hostile territory, almost uninhabitable for the
natives, entirely so for the Europeans (Pastor, The Armature 130). La actitud oportunista de Nez, la adicin o sustraccin de cantidades y nombres y los cambios de
la cronologa en los episodios, demuestran ms bien lo contrario. La percepcin que
muestra Pastor de los Naufragios responde con exactitud a la meta que busca conseguir
su autor. Tambin es la que nos gustara compartir a la mayora de los lectores. Escribe Pastor: En el relato de Alvar Nez, la riqueza, la gloria y la adquisicin de poder
han desaparecido totalmente como objetivos y como motores de la accin (Pastor,
Discursos 221). Ms recientemente, Jos Rabasa nos ofrece una visin un tanto apologtica de la obra de Alvar Nez: La trama trgico-apologtica de los Naufragios, en su
falta de resolucin explcita, tambin implica una apologa de las culturas indgenas.
Alvar Nez nos ofrece una serie de datos de carcter etnogrfico que entrelazara la
resolucin apologtica de la intriga con una apologa de la cultura india: su apologa
se acerca al criterio lascasiano que valora las costumbres y creencias indgenas en sus
propios trminos, y no segn una capacidad de ser cristianos (182). Poner en su de91. Vase mi artculo, Nuevas aportaciones documentales para la biografa de Alvar Nez Cabeza de
Vaca.
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La severa crtica de D. Flix Azara hall bastantes errores en los Comentarios; niega
que se concediese Nez Cabeza de Vaca, segn dicen estos, el dozavo de lo que
en el Ro de la Plata se cogiera, entrase y saliese, pues tal cosa no constaba en las capitulaciones hechas con el Emperador; que las peripecias del viaje la Cananea son
increibles; que no pudieron ir la isla de Santa Catalina aquellos nueve desertores de
Buenos Aires, pues esta ciudad estaba despoblada haca dos aos y medio; que Felipe
de Cceres, y no Pedro de Estopian, fue quien llev Buenos Aires los espaoles que
haban quedado en la isla de Santa Catalina; hablando de los diez y ocho puentes que
Alvar Nez dice haber echado en un da sobre ros y cinagas, escribe Azara: no le
creo; ni tampoco cuando sus gentes slo caminando podan digerir lo que coman;
confundir el ro Periqu con el Paran; que no pudo construir los vergantines de que
habla en los Comentarios en el captulo xv; juzga duramente Cabeza de Vaca, afirmando que era spero, incomplaciente, impoltico con indios y espaoles y que por esto
le aborrecan generalmente...(Serrano y Sanz, Naufragios y Comentarios V, 21-22.).
Efectivamente, Azara nos deja en su obra Descripcin historia del Paraguay y del Ro
de la Plata, publicada en 1847, un perfil poco alageo de Alvar Nez:
8. Alvar Nez Cabeza de Vaca, fue el ao de 1542 continuar aquella conquista; y disgust tanto a sus subditos que estos le despacharon preso Espaa en 1544 juntamente con su confidente el escribano Pedro Hernndez. El consejo supremo vi el proceso que le haban
formado; y oidos sus descargos, le conden privacin de empleo sin
indemnizarle los gastos que habia invertido, y un presidio en Africa. Mientras duraba su causa, poco despus escribi unos comentarios del tiempo de su gobierno, que se han impreso poco h; porque
no tuvo l impudencia para hacerlo estando tan fresca su sentencia.
Esta obra es veces tan confusa, que no se entiende, y otras altera y
cambia los nombres. Por supuesto que no se queda corto en su apologa, y que sabe aplicarse cosas buenas hechas despus de estando
l preso en Madrid. Tampoco es escaso acriminar sus contrarios,
no perdonando medios ni invectivas y aun achacndoles la avaricia y
otros vicios que eran suyos (Azara 6).
Tras las suplicaciones hechas por Cabeza de Vaca, ste vi su sentencia reducida el
23 de marzo de 1552 (AGI, Justicia 1131, pieza 1a, fol. 88).94 Adorno y Pautz hacen
una interpretacin personal de la citada sentencia y vuelven a apoyarse en Pero Hernndez con el fin de presentar la imagen de un Cabeza de Vaca totalmente exculpado
y libre de toda obligacin: Pero Hernndezs remarks at the conclusion of the Comentarios suggest that Cabeza de Vaca considered himself exonerated by this outcome
(Adorno & Pautz 1: 401). Sin embargo, las sugerencias de Pero no son ms que una
94. Adorno y Pautz basndose en esta sentencia transcrita en su totalidad por Rodrguez Carrin (151) y
citndola slo parcialmente y modernizando la ortografa escriben: the reader should be advised that Rodrguez Carrin (151) recent transcription [1985] is flawed (1: 400). No dicen, sin embargo, dnde se encuentra
el error en la trascripcin. Rodrguez Carrin se equivoca en la paginacin citando la hoja 84 en vez de 88.
El investigador debe saber que este legajo (AGI. Justicia, 1131) consta de 23 piezas con 1411 hojas, y que la
ltima de ellas (p. 23, ff. 1402-1411), que contiene el Memorial del pleito del licenciado Villalobos fiscal de
S.M. con Alvar Nez Cabeza de Vaca, gobernador del Ro de la Plata es incompleta.
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apologa de las acciones de su superior. Incluso el cronista mayor Oviedo, que segn
Adorno y Pautz did not condemn Cabeza de Vaca but seems to have found him personally sympathetic (1: 401), menciona la brutalidad mostrada por Alvar Nez con los
indios agaces y su negligencia como gobernador (Historia 2: 205-208 [lib. 23, cap. 16]).
[D]e manera que en poco tiempo el Cabea de Vaca estuvo mal quisto
de la gente que llevaba y aun de la que hall en la tierra. Y doblse esta
mala opinion contra l, causa que iertos indios de los que llaman
agaces tomaron dos indias de las que servian los chripstianos que
estaban en una roa;95 y enojado desto, el gobernador envi llamar
al prinipal Abacoteo de los dichos agaes, el qual, por estar enfermo
de un ojo, no pudo yr, y envi en su lugar dos hijos suyos y otros indios manebos, para saber lo que mandaba Cabea de Vaca. El qual
llegados, los hizo prender hizo poner unos en poder de los indios
caribes, nuestros amigos, para que los matassen y comiessen, como lo
hicieron, y parte de los otros puso en casa del veedor Alonso Cabrera,
y parte de dellos en casa de Gari Venegas, thesorero, y al hermano
del dicho Albacoten96 en casa de Domingo de Irala. Los que estaban
en casa de Garci Venegas hzolos dar los indios de la frontera de los
indios agaes, para que quando viniessen all, los viessen ahorcados.
(205; lib. 23, cap. 16).
Uno de los individuos ante quin Alvar Nez muestra una animosidad ms manifiesta durante su estancia en el Paraguay, es el vizcaino Martn de Ore. El Archivo
General de Indias conserva algunos documentos en los que quedan patentes las acusaciones que se hacen uno a otro. Esta documentacin resulta de gran importancia por
ofrecernos las razones que se presentan y sobre todo por mostrar cmo este escribano
de oficio qued exculpado de las acusaciones que se le hicieron y pudo volver al lugar
de los hechos: el Ro de la Plata. El ao en que termina su proceso, 1553, tambin es
significativo. En otras palabras, uno de los sospechosos ms importantes en el proceso
contra Cabeza de Vaca ser absuelto de todos los delitos que se le imputaban, lo cul
indica la falsedad de muchas de las acusaciones, tal y como queda reflejado en el siguiente documento:
Martn de Orue digo que yaes notorio el mucho tiempo que ha resido en esta corte despus que vine dellas provincias del Ro de la Plata. Suplicando en su nombre a V. al. Mandase y rremediar. aquellas
provyncias lo qual V. al. a sido servido mandar que de orden para el
dicho remedio y despus yo tengo cumplido y fecho lo que conbena
en ello tengo voluntad de yr a la ciudad de Sevilla ansi para solventar
y procurar el buen aviamento y adereo de los navos y gente y en
lo demas que conviene y V. mag. es servido bayan la dicha jornada
como para me aparejar y aviar para yr el dicho viajeque lleban los
despachos yque V. al. les ha concedido y fecho md. Y ael oficio
de escrybana de mynas de que ansi mismo V. al me hizo md. como
95. Campo que se roza y limpia para sembrar.
96. Arriba haba dicho Abacoteo.
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would safeguard liberty and justice for the Indians of the New World.
Although this Spanish soldier and official understood the goal of conquest as did the other soldiers of his era, he differed in his beliefs about
the means used to gain that goal. He sought a conquest that was just
and humane, true to Spanish religion and law (xi).
Loables palabras que, aunque no sean ciertas, dan crdito a la habilidad y capacidad
de conviccin del maestro Alvar Nez. Recordemos que la opinin de estos autores
sobre la integridad de Cabeza de Vaca es la de la inmensa mayora hasta el presente,
incluyendo a Pupo-Walker (Pesquisas para una nueva lectura 518).
En cuanto a Pellicer, cronista del Reino de Aragn, Adorno y Pautz nos advierten de
las suspicacias y disputas que ste ha levantado sobre sus escritos genealgicos (v.g.:
Salazar y Castro, Sancho de Sopranis, Pupo-Walker y Snchez Saus).98 A pesar de todo
y con todo el lastre que representa ser genealogista y cronista oficial, dada la dependencia al reino al que se representa (raramente se criticar la causa y la genealoga del
monarca que te da de comer), se le presenta como ejemplo de pulcritud crtica: the
scrupolous nature of the seventeenth century genealogists research (1: 408).99 Adorno
y Pautz nos dicen sobre l:
Pellicers great tribute to Cabeza de Vaca in his 1652 elogio is also
convincing. There were heroes enough to single out in the Cabeza de
Vaca line without adding Alvar Nez to the pantheon if his honor
were seen as dubious; on the contrary, the prestigious and extremely
critical cronista mayor of the kingdoms ruled by Aragon saw him as a
modern exemplar of the tradition that began with thirteenth-century
Castilian caballeros who helped take back southern Spain from the
Muslims. (1: 413)
Sin embargo, observamos que Pellicer no slo se equivoca en hacer acreedor de la orden de Santiago al padre de Alvar Nez, Francisco de Vera, sino tambin con el propio
Alvar Nez (Pellicer 35v; Adorno y Pautz 1: 330). Esta es la parte biogrfica que ms
me interesa. Los cuatro primeros siglos de la genealoga de Alvar Nez tienen un inters perifrico, sobre todo cuando vemos la falta de precisin del cronista.100
Adorno y Pautz, al basarse en Pellicer, contradicen a Gonzalo Fernndez de Oviedo,
sin dar crdito al gran historiador madrileo, que hace remontar el origen del apellido
Cabeza de Vaca al pastor Alhaja. Ignoran de la misma manera el trabajo de otros genealogistas que ofrecen la misma historia del pastor y del crneo de la vaca antes que
98. La nica documentacin que he encontrado anterior a su condena de marzo de 1551 en la que Cabeza de
Vaca todava conserva cierta preeminencia respecto a algunas acciones llevadas a cabo en Jerez de la Frontera,
es un documento indito del Archivo General de Simancas del ao 1550. En l Cabeza de Vaca expone sus razones para oponerse a que Francisco Gallegos ocupe la corredura mayor de Jerez de la Frontera: Albaro nuez
cabea de baca en nobre dela cibdad de xerez dela frontera digo q. V.M. dio una su rreal edula a pedimiento de
francisco de gallegos[]sobre si sera util e dapnoso facerle md. de la corredoria mor. de la dicha cibdad[]el
dapo grande y perjuycio quela dha ibdad y sus ve. rrecebirian sy la dha md. se le fiziese (Archivo General
de Simancas, Guerra y Marina. Legajo 35. Doc. 203).
99. Ms adelante dirn lo mismo del historiador Gonzalo Fernndez de Oviedo: Oviedos scrupulously
critical approach (3: 18).
100. En el citado trabajo de Adorno y Pautz ocupan cincuenta pginas.
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reflejado en mi tesis doctoral (Vase Apndice A).111 Alvar Nez dej de ser para m el
desmitificador por excelencia del conquistador (como ha sido para la mayora hasta
la fecha) para pasar a ser un hidalgo con muy pocos escrpulos y con una gran dosis de
ingenio literario y picarda que le sirvieron para poder conseguir una serie de privilegios
y favores por parte del monarca.112 Por alguna razn Adorno y Pautz, en vez de verificar
el dato, se limitan a especular con la idea de que la documentacin encontrada por m
pueda ser falsa o manipulada. De la misma manera ponen en mi pluma hipotticas elucubraciones sobre la homosexualidad de Cabeza de Vaca u opiniones sobre si el duque
de Medina Sidonia sufra o no de impotencia sexual. Todo eso es, cuanto menos, una
mala lectura por parte de los citados autores. En mi edicion de Naufragios (173), en una
nota a pie de pgina en donde el calificativo que Alvar Nez da al ver a un hombre casado con otro es el de diablura, escribo que es una simptica y pcara alusin a la homosexualidad como diablura. Adorno y Pautz, al analizar la palabra diablura, citan
a Covarrubias precisando que se trata de algo diablico ms que de una travesura, opinin que no comparto y que en este caso es incompleta: The simple fact that he [Alvar
Nez] chose to report rather than supress that sodomy was practiced among some of
the Indians he encountered might suggest [la cursiva es ma] that his opinion of the act
was negative, since for all practical purposes his account translated into the accusation
of a criminal act in sixteenth-century Castile (2: 271). Covarrubias tambin dice: diablura, la travesura y el mal hecho (468, 40a). Igualmente, al dar la definicin de travieso dice: El inquieto y desasosegado, que haze algunas cosas dignas de reprehensin,
quasi transversus, y de all travesura y travesar. Es propio de gente moa (976, 40a). No
leo nada diablico en las palabras de Alvar Nez. Por el contrario s veo algo poco
cristiano, aunque fuese la visin generalizada en su sociedad, en la interpretacin que
sobre este pasaje que menciona Cabeza de Vaca en su obra, hace fray Bartolom de las
Casas cuando califica este hecho de error de la naturaleza y monstruosidad.113
Hay en alguna parte unos hombres mariones, impotentes, y que andan
cubiertos como mujeres y hacen los oficios como ellas y que no tiran
arco ni flecha. Son muy membrados y por esto llevan muy grandes cargas; dsto se vido uno casado con un hombre de los otros. No se sabe
si aquella impotencia se causan ellos por cerimonia y religin, como
los gallos dedicados a la diosa Berycinthia de que arriba dejimos largo,
o porque la naturaleza, errando, haya causado aquella monstruosidad
(Casas, Apologtica, lib. 3, cap. 206, 1326).
Sera interesante saber el porcentage de monstruosidad que haba en aquellos momentos entre los dominicos u otras rdenes religiosas, catlicas o no, con voto de ce111. Legajo 937. (1507-1538) Archivo Ducal de Medina Sidonia. Sevilla (Marzo 19 de 1532),
de 1536), (Marzo 24 de 1537).
(Octubre 31
112. Para un estudio serio sobre la desmitificacin del conquistador vase Beatriz Pastor. Discursos Narrativos
de la conquista: mitificacin y emergencia.
113. De la misma manera que aparece en la Biblia, Santo Toms, o en las Siete Partidas de Alfonso x, el sabio.
Por el contrario, en la descripcin de Alvar Nez veo un tono ms parecido al de Vlez de Guevara en su Diablo
Cojuelo. Sera interesante saber el porcentage de monstruosidad que haba en aquellos momentos entre los
dominicos o entre otras rdenes religiosas, catlicas o no, de carcter clibe. En cuanto al calificativo dominico equiparndolo a cobarde contamos con con una interesante mencin en unas mujeres contemporneas de
Hernn Corts. Vase mi trabajo, Espaolas de Ultramar, 183.
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En el primer libro de su triloga (1: 377), Adorno y Pautz mencionan como indito un
documento de Cabeza de Vaca: The last royal provision that Cabeza de Vaca earned
to the Indies was a grant (unmentioned by previous scholars) for his appointment as regidor, or councilor, of the first municipality to be established and populated in the new
land (AGI, Casa de la Contratacin 3309, 32-4-29/35, f37v-38v).115 Desconocen por
tanto la publicacin Papeles de Amrica en el Archivo Ducal de Alba de 1991, donde se citan
las reales cdulas concediendo a Nez Cabeza de Vaca un regimiento y nombrndole
tesorero.116 Efectivamente, en este archivo ducal se encuentran copias manuscritas con
fecha de 1527 de dichos documentos, en los que se refleja cmo los servicios prestados
por Alvar Nez en Italia y en las luchas de las Comunidades no pasaron desapercibidos: Y los servicios que nos aveis hecho y esperamos que nos fareis de aqui en adelante y en alguna hemienda e remuneracin dellos es ntra mrd e boluntad que agora e de
aqui adelante quando ntra mrd e boluntad fuere seays ntro regidor del primero pueblo
que en la dicha tierra se hizieren e poblaren (Archivo Ducal de Alba, Carpeta 68, Doc.
66 y 68, Foja 1).
Para m, lo ms interesante de todo esto, como ya mencion en un artculo sobre
Cabeza de Vaca publicado en 1995 en la Revista Iberoamericana y por alguna razn no
includo en la bibliografa del libro de Adorno y Pautz, es la dimensin manipuladora
y criminalesca de Cabeza de Vaca que tanto estos investigadores como otros se niegan
a reconocer.117 Esta inclinacin a querer defender este personaje del siglo xvi a como d
lugar es lo que hace que su figura siga siendo fascinante hasta hoy. En la introduccin
de su libro, Adorno y Pautz dejan ver su punto de vista: Alvar Nez Cabeza de Vaca
was a Castilian whose account of his experience in North America suggested that he
had honored his countrys noblest aims: service to the king, maintenance of the standards of personal honor and integrity, and devotion to the cause of the peaceful evangelization of Americas indigenous peoples (1: xv). Estoy completamente de acuerdo
con esta afirmacin exceptuando: whose account of is experience in North America
suggested... No obstante, del dicho al hecho, o de lo que sugiera la relacin escrita a
la realidad histrica, hay un buen trecho. Dificilmente se podr discutir, o hacer ver
un planteamiento diferente, a los que por tantos aos han tenido fe en el Mesas del
Nuevo Mundo. Pero esta pasin en la disparidad de pareceres sobre la persona de Cabeza de Vaca no es nueva. Girolamo Benzoni en su Historia del Mondo Nuovo, en pleno
siglo xvi, se queja de la falsedad de los milagros del grupo de Cabeza de Vaca: En fin,
de los seiscientos espaoles que haba llevado [Narvez], no se vieron sino diez de regreso, los cuales al llegar a Mxico decan pblicamente que haban resucitado a tres
muertos. Pero para m, y Sus Seoras me perdonarn, me parece ms fcil creer que
la carencia documental de los citados autores resta solidez a su argumento. En el citado proceso de nulidad de
matrimonio, Cabeza de Vaca aparece citado en casi una docena de ocasiones. Segn aparece en el lomo del citado Breve Papal podemos leer las fechas de las sentencias: Sevilla. Marzo 19 de 1532, Octubre de 1536, Marzo
24 de 1537 (Archivo Ducal de Medina Sidonia, Legajo 937).
115. El lector familiarizado con la investigacin de archivo sabr que muchos de los documentos que se
encuentran sobre Cabeza de Vaca en el Archivo de Indias ya han sido publicados (v.g.: Serrano y Sanz, Morris
Bishop, Enrique de Ganda y Torre Revell.) Y que los de la coleccin Muoz de la Real Academia de la Historia
as como el material manuscrito sobre este explorador de la Biblioteca Nacional son copias del siglo xviii.
116. Vase Papeles de Amrica en el Archivo Ducal de Alba.
117. Vase mi trabajo: Veracidad en los Naufragios: la tcnica narrativa de Alvar Nez Cabeza de Vaca.
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119. Tuve ocasin de verificar el citado documento en el Archivo de Indias, Manda al alcalde mayor que de
el yerro al contador para herrar los esclavos y la fecha que da Revello de 1544 debe ser 1541 (A. G. I. Justicia.
Legajo 1131, fol. 100 r.).
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otro era todo una misma cosa. Obviamente, no son una misma cosa. Aunque los editores saban que se trataba de dos libros, no sabemos hasta qu punto los del Consejo fueron conscientes de que la primera parte de esta edicin (Naufragios) era un libro
que no tena nada que ver con la armada en la que Alvar Nez fue como gobernador.
De cualquier manera, se le dio licencia para que fueran impresos juntos: [P]odays
imprimir y vender en estos nuestros reynos los dichos libros que de suso se haze mencion, ambos en un volumen.
Lo qual era obra muy provechosa para las personas que avian de passar aquellas partes. Y porque el un libro y el otro era todo una misma
cosa, y convenia que delos dos se hiziesse un volumen, nos suplicastes os diessemos licencia y facultad, para que por diez o doze aos
los pudiessedes imprimir y vender, atento el provecho y utilidad que
dello se seguia o como la nuestra merced fuesse. Lo qual visto por los
del nuestro consejo, juntamente con los dichos libros que de suso se
haze mencion, fue acordado que deviamos mandar dar esta nuestra
cedula en la dicha razon: por la qual vos damos licencia y facultad,
para que por tiempo de diez aos primeros siguientes que se cuenten del dia de la fecha desta nuestra cedula en adelante, vos o quien
vuestro poder oviere podays imprimir y vender en estos nuestros reynos los dichos libros que de suso se haze mencion, ambos en un
volumen: siendo primeramente tassado el molde dellos por los del
nuestro consejo: y poniendose estra nuestra cedula con la dicha tassa
al principio del dicho libro, y no en otra manera (Licencia de impresin, fol. 1 vta).
Los documentos que conservamos hoy nos invitan a pensar que Alvar Nez muri
tan slo dos aos despus en la misma ciudad de Valladolid donde se imprimi esta
edicin. Poco provecho pudo sacar de una obra que con los aos prob ser una de las
crnicas ms populares de Espaa y del extranjero, algo que queda certificado por
su traduccin a varias lenguas.
Y mandamos que durante el dicho tiempo delos dichos diez aos
ninguna otra persona lo pueda imprimir ni vender sin tener el dicho
vuestro poder sopena que pierda la impresion que assi hiziere y vendiere, y los moldes y aparejos qon que lo hiziere y mas incurra en
la pena de diez mil maravedios: los quales sean repartidos, la tercia
parte para la persona que lo acusare, y la otra tercia para el juez que
lo sentenciare, y la otra parte para la nuestra camara. Y mandamos a
todas y qualesquier nuestras justicias, y a cada una en su jurisdicion
que guarden, cumplan y executen esta dicha nuestra cedula, y lo en
ella contenido: y contra el tenor y forma della no vayan ni passen, ni
consientan yr ni passar por alguna manera, sopena de la nuestra merced, y de diez mil marauedis para la nuestra camara, a cada uno que
lo contrario hiziere. Fecha en la villa de Valladolid a veynte y un dias
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que Dios hizo a su subdito. Despues queriendo su altissima magestad continuar comigo sus maravillas,128 movio al Emperador vuestro
abuelo a que me embiasse el ao de. x l. con vn armada al rio del
Parana (que llamo Solis de la Plata) a socorrer la gente: y proseguir el
descubrimiento de D. Pedro de Mendoa (que dixeron de Guadix).129
En lo qual pase muy grandes peligros y trabajos, como V.A. muy particularmente vera en estos commentarios (que con grande diligencia
y verdad130 escriuio Pero fernandez secretario del adelantamiento y
gouernacion, a quien yo los encargue) los quales van juntos con mis
primeros sucessos, porque la variedad de las cosas, que en la vna parte y en la otra se tractan, y la de mis acontecimientos:
Vaya la memoria, testimonio y exemplo de las mercedes que Dios hizo a su subdito, escribe el autor de estas lneas, mercedes que espera sean reciprocadas por los que
autorizarn la publicacin de la obra como exemplo cristiano de los que la leern.
Fue escrita, segn su autor, con grande diligencia y verdad por su secretario Pero
Hernndez. Este dato es significativo ya que muestra cmo su secretario mantendr
un contacto continuado con su seor durante el resto de sus das. Sin duda, si haba
alguien que conoca todos los secretos de Alvar Nez, ste no era otro que Pero Hernndez. Por esas fechas de 1555, Ulrico Schmidel public su Viaje al Ro de la Plata,
ofreciendo una versin muy diferente de los hechos all acontecidos. En ese mismo
ao de 1555, Domingo Martnez de Irala, muy a pesar de Alvar Nez, fue repuesto
como gobernador del Ro de la Plata. Contina el Prohemio:
[D]etenga a. V. A. con algun gusto en esta leccion. Que cierto no hay
cosa que mas deleyte a los lectores, que las variedades de las cosas y
tiempos: y las bueltas de la fortuna, las quales aun que al tiempo que
se experimentaron no son gustosas, quando las traemos a la memoria y leemos, son agradables.131 He acordado que como N. S. ha sido
seruido de lleuar adelante comigo su misericordia y beneficios: que
seria cosa muy justa y muy deuida, que [pasa a fol. 56] para el restimonio [sic] y exemplo que arriba dixe: yo tambien lleuare adelante
la memoria y alabana dellos, y assi como los primeros dirigi a su M.
dirigir estos a V. A. para quien Dios encomiena a mostrar el seorio
y predicacion de tantas tierras y gentes, porque en abriendo los ojos
de su niez vea. V.A. quan liberalmente reparte Dios su misericordia
con los hombres. Y porque en esta nueua edad se encomienen a
criar en V. A. desseos de recoger con grande clemencia y amor, y con
costumbres christianas y leyes tan sanctas y piadosas, tantas gentes como Dios va sacando a la luz del Euangelio de IESVCHRISTO
128. Retrica falsa pero altamente efectiva. Dios estar siempre del lado del protagonista.
129. Don Pedro de Mendoza, primer gobernador del Ro de la Plata, dej poder a Juan de Ayolas para que
actuase en su nombre tras salir para Espaa a causa de sus enfermedades. No pudo llegar a la pennsula muriendo en las Azores.
130. Diligencia posiblemente, verdad en absoluto.
131. Aqu observamos las grandes dotes novelsticas del autor de esta obra que como de costumbre sabr
dar a sus lectores lo que le piden, vindose apoyado como siempre por la voluntad divina.
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el papel que en su da correspondi a Juan de Ziga con Felipe II. Pero la educacin del
infante Carlos no recay exclusivamente en Honorato Juan, tambin tuvo influencia en
ella el fraile agustino Juan de Muatones, que era adems su confesor. Si continuamos
con el Prohemio de Alvar Nez, podemos leer:
Porque D. Antonio de rojas y velasco, demas de su muy antiguo y muy
ilustre linaje (que tan grande ornamento es para los que estan tan cerca
de los reyes) su grande christiandad, y prudencia, y modestia, y experiencia en el seruiio de las casas y personas reales, con todas las otras
virtudes y gracias que son necessarias en caualleros a quien tan importante negocio se encomendo, y la larga experiencia que sus M.TT. de
su persona y costumbres tenian, por hauer seruido tanto tiempo y [pasa a fol.56v.] en officio de tanta calidad al Rey Principe vuestro padre,
y la buena quenta que siempre de todo ha dado: constrieron a su. M.
a que le apartasse de si, y le encargasse la criana de su hijo.
En cuanto a la crianza del infante, recurdese que con tan solo cuatro das de edad,
qued hurfano de madre y fue su aya Leonor de Mascarenhas y posteriormente sus
tas doa Juana y doa Mara las que hicieron el papel de madre hasta que se lo impidieron sus compromisos matrimoniales. Su padre, el rey, pasaba largas temporadas fuera, como en el caso de su viaje a Inglaterra, y el nio tuvo que sufrir las consecuencias
(Sanchs 150-151). Pero Antonio de Rojas morir un ao despus de la publicacin de
Comentarios, en 1556, y ser sustituido por Garca de Toledo.
Con el mesmo zelo eligieron sus MM. a Honorato Iuan: a quien encomendaron el enseamiento y erudicion de. V.A. por tener conoscida
su mucha christiandad, virtudes y letras, de los muchos aos que en
sus casas reales ha seruido, y particularmente el Rey Principe. N.S. en
sus estudios: el qual despues de ser cauallero muy conoscido del antiguo linaje de los Iuanes de Xativa: y de tener grande cumplimiento
de bienes naturales: su sciencia en todo genero de letras es tanta y
tan rara: que todos los verdaderamente doctos deste tiempo, Italianos,
Alemanes, Franceses, Flamencos, Ingleses y Espaoles, admirados: han
dado testimonio de su muy peregrino ingenio: y del mucho y hondo
conoscimiento que en los autores griegos y latinos, y en la philosophia
natural y moral y disciplinas mathematicas tiene.136 En todas las quales, como si las hubiera deprendido en el tiempo de los antiguos (que
ellas mas florecieron) satisfaze scriuiendo y hablando en ellas con la
synceridad del estilo de los antiguos, a las particularidades que solo
en aquel su tiempo, y de aquellos sus singulares auctores se podian
satisfazer: con tanta llaneza y perspicuydad,137 que los que le oyen,
136. La filosofa natural equivala antiguamente a lo que hoy entendemos como ciencia. Carta del 3 de
julio de 1554. CDI, tomo 26. citado por el jesuita T.H. Anasthasius Kircher p.146. Principis Christiani Archetypum,
p.131.cit.32.
137. Perspicuidad (clarividencia, claridad). Uno de los argumentos para pensar que Alvar Nez e incluso
Pero Hernndez no fueron los redactores de este prohemio es la del uso de cultismos como ste. Es la nica
vez en toda la obra de lvar Nez donde aparece. Este tipo de vocablos s aparecen en Pero Mexa, uno de
los historiadores del emperador. Sin embargo, Pero Mexa muri en el ao de 1551, esto es, unos cuatro aos
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vro. abuelo, el qual (como el rey Iosias en Israel) limpio en el Occidente las abominaciones y falsos sacrificios del demonio, & introduxo y
confirmo la libertad Euangelica? y del Rey, Principe vuestro padre, cuya memoria juntamente con la de la christianissima y bienaventurada
reyna146 (como dize el ecclesiastico del mesmo rey Iosias) entrara
en toda composicion como cosa cordial, y en toda boca sera dulce su
nombre como terron de miel,147 por hauer restituido la antigua christiandad de su reyno de Inglaterra a Dios, abriendo le los templos (que
las ceguedades y errores hauian cerrado) con las llaues de la obediencia del summo Pontifice?148 y de la grande obediencia que V. A. tiene
a Dios primeramente, y a sus M.TT. y amor y respecto a vro. ayo
y maestro? y de vro. admirable ingenio: del qual vemos fructos, en
esta vra. tierna, y no madura edad, en que como en la primauera los
campos, suelen los ingenios delos otros florescer, con tanta perficion
y madurez, como suelen coger en los aos fertiles, y maduro tiempo
de algunos muy claros y altos entendi[pasa al folio 57 v.]mientos.149
El autor de estas lneas, con un estilo marcadamente cristiano/renacentista, se defiende de la invidia de la necessaria obra que estaban realizando los espaoles
en la conquista y exploracin de territorios nunca antes visitados ni evangelizados.
Si bien dicha informacin no es sorprendente, ya que haca poco tiempo se haban
promulgado las Leyes Nuevas y doctos telogos haban debatido sobre el tema, lo
cierto es que en la opinin pblica general de los espaoles de ultramar todava primaban las razones econmicas sobre las cristianas. Alvar Nez nunca habra escrito
estas lneas ya que su discurso, desde la publicacin de 1542 (Naufragios), se identifica
ms con el discurso lascasista, aunque slo en lo que respecta a la teora. Por esa razn, Alvar Nez cuidar con mucho celo presentarse como un buen siervo de Cristo
que nicamente har uso de la fuerza cuando no exista otra alternativa. Lpez Grigera
escribe a este respecto que durante el invierno y la primavera de 1539 Francisco de
Vitoria llev adelante sus revolucionarias ideas plasmadas en sus conocidas Relecciones
De Indiis et de Jure Belli. En esta obra se pone en tela de juicio la legitimidad de Espaa
en la conquista de las Indias.
Ante todo Vitoria considera que cuando los espaoles llegaron a
Amrica, los indios eran los legtimos dueos de sus propiedades, y
sus verdaderos prncipes y soberanos. Despus de desechar los ttulos que Seplveda sustenta para legitimar la conquista: la gravedad
de los delitos de los indios idolatra y pecado contra natura, el vivir en estado brbaro e incivil, las injurias que hacan unos indios a
otros, sacrificndolos y comindolos y que, para la eficacia de la
predicacin, era mejor que estuvieran previamente sujetos a Espaa,
146. Mara de Portugal.
147. Ser dulce su nombre como terrn de miel, este tipo de matforas tampoco es caracterstica del estilo
del cronista jerezano.
148. Lo mismo ocurre con este signo de interrogacin, lo cual hace pensar en una deficiencia de imprenta.
149. Habra que preguntarse qu contactos tena el antiguo gobernador del Ro de la Plata en la Corte. Me
inclino a pensar que fue el mismo Florin de Ocampo o alguien de su entorno quien redact estas lneas.
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como Dios los hizo entre todos los del mundo sealados en christiandad, y gente clarissima, y en todas las riquezas y bienes temporales:
y la paz y sossiego y accrecientamiento que en vuestro tiempo ha de
tener toda la republica christiana: y el grande temor y espanto que
de las nuevas de. V.A. ahora tienen los infieles, y despues tendran de
sus obras. Porque no se ha de esperar, sino que de tales y tan grandes
principios han de salir semejantes prouechos y bienes: ni las obras de
los Reyes, y Principes se han de estrechar en angostos terminos, sino
estenderse por todas partes para el bien y prouecho de todos.
Con Estos reynos tan abundantes de todo gnero de virtudes y letras, sealados
en christiandad, el autor se est refiriendo adems de Inglaterra, ltimo reino en ser
mencionado en el presente proemio, a los reinos de ultramar que pasaron a formar
parte del imperio espaol. No es ningn secreto que las sociedades limea y mexicana llegaron a poseer a mediados del siglo xvi un alto grado de sofisticacin en teatro,
moda, arquitectura, poesa y otras artes. Para darse cuenta tan slo es necesario leer
las leyes dictadas por los reyes para intentar frenar tanto gasto en bienes suntuarios en
los que incurran los espaoles del otro lado. Concluye el Proemio:
Y esto es lo que principalmente aconsejan y ensean a. V.A. su ayo
y maestro (con la grande conformidad que en christiandad, virtud
y amistad siempre tuuieron) quando le crian & instituyen con preceptos de christiandad, caualleria, y philosophia, porque saben que
los que administraron sus reynos: con estas tan seguras, firmes, y
perpetuas fueras, de muy angostos los dexaron muy anchos: y de
muy sospechosos, muy seguros: y de muy mudables muy firmes, y
de muy varios muy constantes y permanescientes, y finalmente de
Reyes mortales se hizieron inmortales. Mas los que sin ellas quisieron reynar, aun que con grandes fueras de riquezas y exercitos, no
fueron poderosos para detener a sus contrarios, que no hiziessen en
sus reynos grandes impressiones y estragos, ensangostandoselos mucho,151 y algunas vezes mudandoselos del todo, dexando a ellos muy
aborrecidos & infames. De los vnos y de los otros vera. V.A. assaz
exemplos en las historias que leyere. Y como no ay cosa estable ni
perpetua en el reyno, sino la que esta atada con ligaduras de christiandad, sabiduria, justicia, verdad, fortaleza y prudencia.152 Y principalmente de humanidad, y liberalidad, que tan necessarias son en los
reyes, y tan amables los hazen y semejantes a Dios, del qual solo se
ha de esperar la abundancia y perpetuydad de todas las cosas.
Creo que estas palabras, tanto en vocabulario como en estilo, muestran que es obvio que no fueron escritas por el escritor jerezano ni por su escribano. Por el contrario, como ya destaqu, el autor del proemio pertenece a un grupo muy cercano al rey
151. Una vez ms este vocabulario no es caracterstico de Alvar Nez.
152. Al contrario que el autor de estas lneas, Alvar Nez o en su caso Pero Hernndez no usan nunca
una concatenacin tan excesiva de adjetivos. Por el contrario, el estilo de Alvar Nez es mucho ms parco
y directo.
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Slo unas lneas ms adelante, Alvar Nez dice que Su Majestad le hizo merced de
la gobernacin y capitana de aquella tierra por medio de una capitulacin. Como sabemos, esto no es del todo cierto, ya que primero fue l quien se ofreci y adems la
Corona no poda darle la gobernacin y capitana de una tierra que ya tena gobernador
y capitn general. Como Alvar Nez no haba conseguido la gobernacin de la Florida,
tuvo que conformarse con la del Rio de la Plata, an sin saber si el legtimo gobernador,
el vizcano Juan de Ayolas, haba muerto en la expedicin que emprendi al norte de la
provincia. En las clasulas establecidas entre Alvar Nez y la Corona, queda bien claro que Alvar Nez pasara a llevar estos ttulos slo si el anterior gobernador hubiera
muerto. Por lo tanto, Alvar Nez parte del puerto de Sanlcar sin saber a ciencia cierta
si el puesto de gobernador estaba vacante. Si estudiamos, no solamente las clausulas
que aparacen en las capitulaciones entre Cabeza de Vaca y la Corona (AGI, Indiferente General, fols. 148v.-158r), sino el proceso que mantuvo Martn de Ordua en 1546,
en nombre de Juan de Ayolas contra Alvar Nez Cabeza de Vaca, queda patente cmo
Cabeza de Vaca hizo trampa y enga al emperador, o en su caso a los oficiales reales,
para poder conseguir dichas capitulaciones con la Corona. En los Comentarios, sin embargo, podemos leer: Y por la capitulacin y asiento que con su Majestad tom, le hizo
merced de la gobernacin y de la capitana general de aquella tierra y provincia, con
ttulo de adelantado de ella; y asimismo le hizo merced del dozavo de todo lo que en
en esta tierra y provincia se hubiese y lo que ella entrase y saliese [...] y as l se parto
luego a Sevilla, para poner en obra lo capitulado y proveerse para el dicho socorro y
armada (Cap. 1, fol. 58 r.). De Sevilla llegaron a la isla de la Palma, donde tuvieron que
recalar durante nueve das hasta que el tiempo mejorase. En su obra, no se mencionan
obviamente las acusaciones que se presentaron sobre el robo de vacas por parte de sus
hombres a los habitantes de estas islas. Tampoco se menciona el robo de comida a mercadares burgaleses que se encontraban en las islas de Cabo Verde.
En Comentarios, al igual que en el ltimo captulo de Naufragios, se nos ofrece la visin
proftica de una supesta mora de Hornachos que dijo que aquellos que sobreviviesen
la epopeya norteamericana seran causa de que Dios realizase muchos milagros: entre
los cuales quedaban diez mujeres casadas, y una de ellas haba dicho al gobernador
muchas cosas que le acaecieron en el viaje, antes de que le sucediesen, y esta le dijo
que cuando entraba por la tierra que no entrase, porque ella crea que que ni l ni ninguno de los que con l iban no saldran de la tierra y que, si alguno saliese, que hara
Dios por eso muy grandes milagros; pero crea que fuesen pocos los que escapasen o
ninguno (Naufragios, Cap.38, 219-220). Una vez ms de una manera indirecta con una
voz imposible de localizar, una mora de Hornachos, se habla de milagros y sobre todo de elegidos por Dios al poder sobrevivir a algo inaudito. En el primer captulo de
los Comentarios ya aparece una exageracin no exenta de este mesianismo proftico en
referencia a los elegidos de la isla de Cabo Verde: Esta isla es viciosa y muy enferma
de verano; tanto, que la mayor parte de los que all desembarcan se mueren en pocos
das, en los cuales no se muri ningn hombre de ella, y de esto se espantaron los de la
tierra, y lo tuvieron por gran maravilla (Comentarios, cap. 1, fol. 58 v.). Igualmente nos
dice que cuando una de las naos empez a hacer agua, fue arreglada por el mejor buzo
que haba en Espaa. Sin embargo, no nos deja su nombre.
Al igual que en Naufragios, el elemento novelesco que despierta la atencin y curiosidad del lector aparece desde el primer instante. Aunque en principio vaya en detrimen-
Captulo octavo
165
to de la veracidad histrica per se, constituye un valor aadido como expresin literaria e imaginativa a la narracin. Me estoy refiriendo al simptico y curioso incidente
con el grillo, que pasar a ser la salvacin de cuatrocientos hombres y 30 caballos.
Episodio este exagerado en grado sumo, pero que transmite la incertidumbre, vulnerabilidad y fragilidad de aquellas navegaciones, a la vez que el milagroso poder divino
por medio de un insignificante grillo:
Y es que yendo con los navos a dar en tierra en unas peas muy altas,
sin que lo viese ni sintiese ninguna persona de los que venan en los
navos, comenz a cantar un grillo, el cual meti en la nao en Cdiz
un soldado que vena malo con deseo de or la msica del grillo, y
haca dos meses y medio que navegbamos y no lo habamos odo
ni sentido, de lo cual el que lo meti vena muy enojado, y como
aquella maana sinti la tierra, comenz a cantar, y a la msica de l
record toda la gente de la nao y vieron las peas, que estaban a un
tiro de ballesta de la nao y comenzaron a dar voces para que echasen
anclas, porque bamos al travs a dar en las peas; y as las echaron, y
fueron causa que no nos perdisemos; que es cierto que si el grillo no
cantara nos ahogramos cuatrocientos hombres y treinta caballos; y
entre todos se tuvo por milagro que Dios hizo por nosotros... (Cap.
2, fol. 59 r.).
Al igual que ocurre en Naufragios, la figura de Dios aparecer continuamente en el
texto, legitimizando una a una las acciones de su narrador y protagonista. De igual
manera que en Naufragios deslegitimiza a Narvez una y otra vez, en Comentarios har
lo mismo con su potencial y ms tarde directo rival y segundo de Ayolas, Domingo
Martnez de Irala:
[Y] que de todos los cristianos e indios slo haba escapado un mozo de la generacin de los chamaes, a causa de no haber hayado en
el dicho puerto de la Candelaria los bergantines que all haba dejado
que le aguardasen hasta el tiempo de su vuelta, segn lo haba mandado y encargado a un Domingo de Irala, vizcano, a quin dej por
capitn de ellos; el cual antes de ser vuelto dicho Juan de Ayolas, se
haba retirado, y desamparado el puerto de la Candelaria; por manera
que, por no los hallar el dicho Juan de Ayolas para recogerse en l, los
indios los haban desbaratado y muerto a todos, por culpa del dicho
Domingo de Irala, vizcano , capitn de los bergantines (Cap. 4, fol.
60 v.).
Unas lneas ms adelante y en el mismo captulo vuelve a insistir en la culpabilidad
de Irala en todo lo sucedido con su superior Ayolas y su gente: y que estaba por teniente de gobernador en la tierra y provincia Domingo de Irala, vizcano, por quien
sucedi la muerte y perdiccin de Juan Ayolas y de todos los cristianos que consigo
llev (Cap. 4, fols. 60v.-61r.). En este mismo captulo cuarto y en el siguiente, se ve
cmo en vez de acudir personalmente a salvar y socorrer a los espaoles que estaban
en el puerto de Buenos Aires, Alvar Nez manda al contador Felipe de Cceres, prefiriendo concentrar la mayor parte de su armada en la empresa de la Asuncin. Todo
166
esto a raz de la informacin que unos renegados espaoles le haban contado de lo que
estaba sucediendo en ambos lugares. Obviamente, al gobernador Alvar Nez le pareci mucho ms suculenta la posibilidad de adentrarse en la tierra y encontrar mayores
riquezas que las que podra conseguir entre un grupo de desesperados y hambrientos
espaoles: y contra la voluntad y parecer del contador Felipe de Cceres y del piloto
Antonio Lpez, que queran que fuera con toda la armada al puerto de Buenos Aires
(Cap. 5, fol. 61v.).154 Tambin contradiciendo lo que dice la capitulacin entre la Corona
y Alvar Nez: y la gente espaola nuestros suditos que en la dicha provincia estan
por la neesidad en que nos somos ynformados questan de mantenimientos y vestidos
y armas y municin y otras cosas neesarias para proseguir la dha conquista y descubrimiento fuesen socorridos. Y vos alvar nuez cabea de Vaca con deseo de del serviio
de dios nuestro seor y nuestro y acreientamiento de nuestra corona real y porque los
espaoles que en la dicha provincia estan no perezcan os abeis ofrecido y ofrecis a gastar ocho millducados (AGI, Indiferente General, Leg. 415, fol. 149r.). Las prioridades
de Alvar Nez eran otras que las de socorrer a esos pobres, ya que tard tres meses y
medio, segn cuenta en Comentarios, en esperar las noticias de el factor Pedro Dorantes
sobre las tierras del interior. Una vez en el interior, toma posesin de esas tierras nuevamente descubiertas y las bautiza con el nombre de su apellido paterno, Vera: [E]l
gobernador tomo la posesin, como tierra nuevamente descubierta, y la intitul y puso
por nombre la provincia de Vera, como aparece en los autos de la posesin, que pasaron
por ante Juan de Araoz, escribano de su Majestad (Cap. 6, fol. 63r.). Esa ser una de las
acusaciones que presentar el Consejo de Indias, la de poner los pendones familiares
en vez de los reales. Alvar Nez estaba muy orgulloso de su apellido parterno Vera,
sobre todo por el protagonismo, cuestionable por otra parte, de este ltimo en la conquista de las islas Canarias. En el captulo 7 de Comentarios se nos ofrece una vez ms la
continua demostracin de afecto que tienen los indgenas para con l y el placer que
estos muestran de estar en su compaa. Nos recuerda la misma tcnica utilizada en
Naufragios, teniendo como fondo los Evangelios:
Lo cual caus dar el gobernador a los indios tanto y ser con ellos tan
largo, especialmente con los principales, adems de pagarles los mantenimientos que le traan, les daba graciosamente muchos rescates, y
les haca muchas mercedes y todo buen tratamiento; en tal manera que
corra la fama por la tierra, y todos los naturales perdan el temor, y
venan a ver y traer todo lo que tenan, y se lo pagaban segn es dicho
(Cap. 7, fol. 63 v.).
Recurdense estas palabras del Evangelio segn San Mateo: Y una gran muchedumbre de gentes tendan por el camino sus vestidos; otros cortaban ramos los rboles, y
los ponan por donde haba de pasar; y tanto las gentes que iban delante, como las que
iban detrs, clamaban diciendo: Hosanna, salud y gloria al hijo de David; bendito sea
el que viene en nombre del Seor; hosanna en lo ms alto de los cielos (Mateo 21, 810). En este mismo captulo 7, nos cuenta cmo el indio Miguel les quiso acompaar
voluntariamente, algo de lo que no podemos estar seguros. A lo largo de toda la obra
154. La paginacin correspondiente al captulo 6 de Comentarios, es errnea debe ser fol. 62, en vez de 61
como aparece en la edicin de 1555.
Captulo octavo
167
de Alvar Nez se puede ver cmo se repiten este tipo de situaciones una y otra vez.
No se debe olvidar que la promulgacin de las Leyes Nuevas tom efecto poco tiempo
despus de que Cabeza de Vaca partiese para el Ro de la Plata, pero que ya se estaban
debatiendo desde 1540 en Valladolid. Pienso que Alvar Nez es consciente de dicha
situacin cuando escribe su obra varios aos despus de la promulgacin de las Leyes;
en otras palabras, quiere contar lo que las autoridades quieren oir y que sabe le puede
beneficiar sobre todo despus del dursimo proceso por el que estaba pasando. Una
vez ms, al igual que ocurriera con su experiencia norteamericana, la expedicin termina en fracaso y el nico tesoro que podr traer consigo, al menos en el papel, ser
su labor apostlica y caritativa. A pesar de todos sus esfuerzos, Alvar Nez morir
tan solo un par de aos despus de la publicacin de Comentarios. Volvamos a leer en el
captulo 7: [M]ando dar graciosamente algunos rescates de tijeras y cuchillos y otras
cosas, y de all pasaron prosiguiendo el camino, dejando a los indios de este pueblo
tan alegres y contentos, que de placer bailaban y cantaban por todo el pueblo (Cap.
7, fol. 64r.). Pocas lneas ms adelante contina: [S]u principal se llamaba Abangobi, l y todos los indios de su pueblo, hasta las mujeres y nios los salieron a recibir,
mostrndo grande placer con la venida del gobernador y gente, y les trajeron al camino muchos bastimentos; los cuales se los pagaron, segn lo acostumbraban (Cap. 7,
64v.).155 En el mismo captulo insiste nuevamente en la alegra y placer que mostraban
los indios de verle y en la magnanimidad del gobernador: [D]e manera que todos los
pueblos por donde haba de pasar los hallaban muy pacficos, y los salan a recibir a los
caminos antes de que llegasen a los pueblos, cargados de bastimentos; los cuales se los
pagaban a su contento segn es dicho (fol. 64v.). Como aparece repetidamente en el
legajo 1131 del AGI, los bastimentos fueron comprados por los criados de Cabeza
de Vaca para posteriormente ser vendidos a precios ms elevados a los miembros de
la expedicin. Es importante destacar que una apologa de este calibre y hasta cierto
punto tan descarada, slo puede estar hecha en tercera persona. Ni siquiera en Naufragios es tan patente la continua autoalabanza. Es tanta la insistencia del narrador de
esta crnica en ensalzar las virtudes de generosidad del gobernador, que hace pensar
en el conocido refrn: Dime de qu presumes y te dir de qu careces. As es, en el
segundo cargo dirigido en su contra por los excesos que cometi en el Ro de la Plata
aparece: [P]or todo el camino que hizo desde las yslas de santa catalina a la Asuncion
vedo que todos los xpianos [cristianos] no comprasen de los yndios bastimentos ningunos los quales traian muchos para rescatar con los xpianos e por esta causa padesieron neesidad los xpianos (AGI, Justicia, legajo 1131, fol. 1404 r.).
Provana del fiscal. Articula el dho fiscal que en la quinta pregunta
que llegado el dho albar nuez a la ysla de santa catalina y en el tiempo que en ella estovo et despues por todo el camino que hizo por
tierra hasta llegar al pueblo de la asuncion por sus mandamientos et
bandos vedo et proyvio que ningun xpiano [cristiano] no comprase
de los yndios de la tierra ningun bastimento para comer aunque los
yndios de la dha ysla et camino trayan a los xpianos muchos bastimentos de la dha tierra harina et patos y gallinas e otras cosas por
155. Obsrvese como a diferencia de Naufragios donde slo aparece un nombre indgena en toda la obra
(Dulchachellin), no ocurrir lo mismo en Comentarios donde aparecen en repetidas ocasiones.
168
aver algun rescate e los xpianos por causa de los dhos vedamientos no
lo osavan comprar a causa de lo qual los dhos xpianos padesieron mucha neesidad. [A continuacin] Esta pregunta se prueva con muchos
testigos que dizen que la saben como en ella se contiene por que lo
vieron como la pregunta dize (AGI, Justicia, Legajo 1131, fol. 1404 v.).
La gente estaba fatigada, nos repite una y otra vez la crnica; y deba estarlo ya que
parece que la prioridad nmero uno de Alvar Nez es la de llegar cuanto antes a Asuncin para presentar sus credenciales de gobernador. En el tercero cargo presentado
por el fiscal leemos: Y por todo el camino que hizo por tierra dio mucha fatiga a la gente que la dexava que a el no se le dava nada... (AGI, Justicia, legajo 1131, fol. 1404 v.).
Provana del fiscal: Articula el dho fiscal en la sesta pregunta que en
todo el camino que hizo por tierra el dho Alvar nuez desde la ysla de
santa catalina hasta la Asunion traxo muy mala horden e se dexava la
gente rrezagada e derramada en poder de los yndios por la gran fatiga
que les dava e de las grandes jornadas e dezia que no se le dava nada
aunque [...] se perdiese mas de llegar al paraguay con su cavallo e porta
cartas de escrituras (AGI, Justicia, legajo 1131, fol. 1405 r.).
Pasando al captulo octavo, casi al principio nos vuelve a mostrar una vez ms la misma imagen de los indios recibindole con los brazos abiertos: Y el dicho da diecinueve
de dicho mes, llegaron a un lugar de indios de la generacin de los guaranes, los cuales
con su principal, y hasta las mujeres y nios mostrando mucho placer, los salieron a
recibir al camino a dos leguas del pueblo, donde trajeron muchos bastimentos de gallinas, patos y miel y batatas y otras frutas, y maiz y harina de piones (fol. 65r). Lo
ms destacable de este captulo es la crueldad mostrada por el gobernador al no dejar
tomar respiro a los pobres expedicionarios durante las fechas navideas, todo por una
condicin mdica sacada de la imaginacin de Cabeza de Vaca para poder proseguir su
viaje sin ninguna pausa:
En este lugar de Tugui se detuvo el gobernador y su gente la Pascua
del Nacimiento, as por la honra de ella como porque la gente reposase
y descansase; donde tuvieron que comer, porque los indios les dieron
muy abundosamente de todos sus bastimentos; y as los espaoles,
con la alegra de la Pascua y con el buen tratamiento de los indios, se
regocijaron mucho, aunque el reposar era muy daoso porque, como
la gente estaba sin ejercitar el cuerpo y tenan tanto de comer, no digeran lo que coman, y luego les daban calenturas; lo que no hacan
cuando caminaban, y porque luego como comenzaban a caminar las
dos jornadas primeras, desechaban el mal y andaban buenos; y al principio de la jornada la gente fatigaba al gobernador que reposase algunos das, y no lo quera permitir, porque ya tena experiencia de que
haban de adolecer, y la gente crea que lo haca por darlos mayor trabajo, hasta que por experiencia vinieron a conocer que lo haca por su
bien, porque comer de mucho adolecan, y de esto tena el gobernador
mucha experiencia (fols. 65r-65v).
Captulo octavo
169
156. En dicha Relacin General, se incluye documentacin proveniente del Archivo General de Indias, Justicia 1181 en adelante.
157. Segn Flix de Azara aquellos nueve desertores de Buenos Aires no pudieron ir a la isla de Santa Catalina porque haca dos aos que se haba despoblado (Serrano y Sanz, Naufragios y Comentarios V, 21-22.).
170
En el captulo noveno Alvar Nez aprovecha para criticar a dos de los frailes que
le acompaaban, fray Bernaldo de Armenta y fray Alonso, por adelantarse a coger los
bastimentos. Al parecer, el monopolio de la comida era exclusivo del gobernador: [A]
unque los frailes fray Bernaldo de Armenta y fray Alonso, su compaero, se adelantaban a recoger y tomar los bastimentos, y cuando llegaba el gobernador con la gente no
tenan los indios qu dar (fol. 66v). Cuenta el cronista que la gente se querell repetidamente ante el gobernador y que ste les amonest para que no lo hiciesen y no diesen
de comer a ciertos indios intiles que llevaban con ellos, cosa a la que como buenos
cristianos estos frailes se negaron a hacer. Dice la crnica que toda la gente estuvo movida para los derramar y que al final se separaron del grupo en contra de la voluntad del
gobernador, sin provecho ya que el gobernador los volvi a recoger (fol.66v-67r). Es
importante observar esta temprana animosidad de los misioneros que vean los abusos
del gobernador, hombres estos que no tenan ms codicia y ambicin que la de hacer
su misn apostlica y que fueron los primeros en oponerse a los abusos de su superior.
Tenemos testimonios presentados posteriormente ante el Consejo de Indias por testigos que pudieron experimentar en sus propias carnes la crueldad y vileza de un capitn
general que lo nico que quera era llegar cuanto antes a la Asuncin para presentar sus
credenciales de gobernador, sin el menor miramiento ante los que enfermaban por el
camino o no podan seguir su marcha endemoniada. As, uno de los testigos nos cuenta
cmo pudo sobrevivir cuando tras haber cado enfermo e incluso despus de que uno
de los que llevaban caballos le invitase a subir a la grupa, Cabeza de Vaca le prohibi
terminantemente que les siguiese porque los caballos no estaban para llevar enfermos
(Vase mi propia transcripcin de este memorial en su totalidad en el Apndice C).
El ttulo del captulo dcimo, Del miedo que los indios tienen a los caballos, es casi
un ttulo novelesco que despierta la curiosidad del lector. [T]enan muy gran temor a
los caballos, y rogaban al gobernador que les dijese a los caballos que no se enojasen,
y por los tener contentos los traan de comer (Cap. 10, fol. 67r.). Otra vez ms, la voz
narrativa de la crnica nos reitera la alegra y el placer con que salan los indios guaranes a recibir al gobernador: [T]odos los cuales los recibieron con mucho placer, y los
venan a ver y traer maz, gallinas y miel y de otros mantenimientos; y como el gobernador se lo pagaba tanto a su voluntad, traanle tanto, que lo dejaban sobrado por los
caminos (Cap. 10, fol. 67r.). Esta imagen, la ms repetida en toda la narracin, tiene
un claro propsito, muy similar al conseguido en la primera obra de Alvar Nez: el
de hacerse pasar por un nuevo Mesas, portador de virtudes cristianas no compartidas
por los otros espaoles que estaban por esas tierras, una especie de San Nicols o Santa
Klaus, que trata a los indgenas como nios o como adultos que no han conseguido an
una madurez intelectual. Un desprecio soterrado e hipcrita parecido al polticamente
correcto existente hoy en da en algunos pases occidentales con sus minoras. Unas
lneas ms adelante, en el mismo captulo, escribe: porque siempre el gobernador les
haca buen tratamiento (Cap.10, Fols. 67r.-67v.). Se repetir igualmente en el captulo
11: [T]odos los cuales les salan a recibir a los caminos con muchos bastimentos mostrando grande placer y contentamiento con su venida, y a los indios principales seores
de los pueblos les daba muchos rescates, y hasta las mujeres viejas y nios salan a ellos
a los recibir (Cap.11, fol. 68r.). De nuevo en el captulo 12, escribe: [Y] todos los indios de estos pueblos, pasado el ro Paran, les acompaaban de unos pueblos a otros,
y les mostraban y tenan muy grande amor y voluntad, sirvindoles y hacindoles so-
Captulo octavo
171
172
fol. 67v.), para pasar a continuacin a decirnos que dio muchos rescates al indio principal del pueblo y a otros para dejarles muy contentos. Cul fue la suerte de estos quince
pobres desdichados?
Al llegar al captulo 14 se nos dice Cmo llegaron a la ciudad de la Ascensin los
espaoles que quedaron malos en el ro Piquer, que contaron cmo los indios les atacaron, cmo a uno se lo comi un jaguar (al que definen como un tigre) y cmo estuvieron catorce das y catorce noches sin poder dormir debido a la continua persecucin
a la que fueron sometidos. Tambin se nos cuenta que una vez llegado el contingente
de Alvar Nez al ro Iguaz (que desemboca en el Ro de la Plata), se enteraron de que
los indios del lugar haban matado a una expedicin de portugueses enviada por un tal
Fernando Sosa a descubrir aquella tierra. Los mismos indios aliados le dijeron a Alvar
Nez que los indios del Piqueri son mala gente (Cap.11, fol. 68v.). Tambin se nos
informa que para asegurar mejor la avanzada hacia la Asuncin, parte del grupo fue
por tierra a lo largo de la ribera y otros lo hicicieron en unas balsas que Alvar Nez
haba comprado a los indios. La descripcin fsica que ofrece sobre la intensidad de la
corriente del ro es espectacular, pareciera que nos encontramos en l: Y yendo por el
dicho ro de Iguaz abajo era la corriente de l tan grande, que corran las canoas por l
con mucha furia; y esto causlo que muy cerca de donde se embarc da el ro un salto
por unas peas abajo muy altas, y da el agua en lo bajo de la tierra tan grande golpe, que
muy lejos se oye (Cap. 11, fol. 68 v.). Contina contando que la espuma que produce
tal golpe de agua sube en alto dos lanzas y ms y que por esta razn fue necesario
llevar las canoas a fuerza de brazos. Esta descripcin es real, hoy sabemos que las
cataratas del ro Iguaz son de las ms espectaculares del mundo. Por eso la narracin
cobra fuerza al narrar con total precisin todo el dramatismo de la naturaleza. Lo mismo ocurre con la descripcin fsica de los indgenas de aquel lugar, plasmada con tal
colorido y sensacin visual que hace que practicamente palpemos el ambiente: y en
la ribera del ro estaban muy gran nmero de los indios de la misma generacin de los
guaranes, todos muy emplumados con plumas de papagayos y almagrados, pintados
de muchas maneras y colores, y con sus arcos y flechas en las manos hechos un escuadron de ellos, que era muy gran placer de los ver (Cap. 11, fol. 69r.).
Uno de los captulos ms interesantes para el tema que nos ocupa es el 12. Por varias
razones, la principal por demostrarnos la fragilidad de Alvar Nez y su gente que apenas pueden llegar a su destino y la segunda por informarnos del cada vez mayor nmero de dolientes y fatigados por las dursimas marchas y el ritmo sobrehumano que el
gobernador estaba marcando para llegar a la Asuncin. Segn Cabeza de Vaca, la razn
de ir a la Asuncin y no a Buenos Aires era la de ir a socorrer a los espaoles de dicha
ciudad, pero la realidad era todo lo contrario. Alvar Nez manda cartas pidiendo socorro a Domingo de Irala y sus capitanes para que le manden unos bergantines y pueda
recoger a sus heridos y defenderse de los indios traidores.160
Tras haber pasado con su gente el ro Paran, qued muy confuso al percatarse de que
no haban llegado los dos bergantines que haba enviado pedir a los capitanes para su
socorro porque: [L]os enfermos eran muchos y no podan caminar, ni era cosa segura
detenerse all donde tantos enemigos estaban, y estar entre ellos sera dar atrevimiento
160. Por supuesto no desaprovecha la oportunidad de criticar la lentitud de Domingo de Irala en enviarle
socorro. Hoy sabemos que Irala tuvo que pagar a su costa dichos bergantines.
Captulo octavo
173
para hacer alguna traicin, como es su costumbre (Cap.12, fol. 69v.). Palabras muy
significativas que por un lado nos indican que Alvar Nez no estaba en condiciones
de socorrer a nadie y por otra la total falta de confianza en el elemento indgena. Esto
es importante dado que la crtica literaria actual se ha preocupado mnimamente de
la obra Comentarios, donde se personifica un personaje diametralmente opuesto a ese
otro que iba semidesnudo ayudando y haciendo milagros a los indios de Norteamrica. Queda patente que Alvar Nez no estaba cumpliendo sus capitulaciones con la
Corona, en virtud de las cuales deba acudir a socorrer a los espaoles del Ro de la
Plata y no pasar a ser ellos los socorridos por los espaoles de la Asuncin.
Si bien es verdad que Cabeza de Vaca, segn cuenta, envi a los 30 enfermos junto
con 50 hombres de proteccin en camino hacia los famosos bergantines que vendran
a socorrerles mientras l se diriga hacia la Asuncin, lo cierto es que esos 30 infelices
pudieron llegar a lugar seguro de milagro. Alvar Nez los meti enfermos y debilitados en unas balsas y los puso en manos de un indio llamado Iguarn en confianza de
que en el camino encontraran los bergantines (Cap.12, fol. 69v.). En otras palabras, si
ocurra algn incidente en el camino, el gobernador Alvar Nez en ningn momento
se hara responsable:161
[A]l cabo de treinta das que hubo llegado a la ciudad [Asuncin] vinieron al puerto los cristianos que haba enviado en las balsas, as enfermos como sanos, desde el ro Paran, que all adolecieron, y venan
fatigados del camino; de los cuales no falt sino uno slo que lo mat
un tigre, y de ellos supo el gobernador y fue certificado que los indios
naturales del ro haban hecho gran junta y llamamiento por toda la
tierra, y por el ro en canoas, y por la ribera del ro haban salido ellos,
yendo por el ro abajo en sus balsas muy gran nmero y cantidad de
los indios, y con grande grita y toque de tambores los haban acometido, tirndoles muchas flechas y muy espesas, juntndose a ellos con
ms de doscientas canoas por los entrar y tomar las balsas, para los
matar, y que catorce das con sus noches no haban cesado poco ni
mucho de los dar el combate, y que los de la tierra no dejaban de les
tirar juntamente (segn que los de las canoas), y que traan unos garfios grandes para, en juntndose las balsas a tierra, echarles mano; y
con esto era tan grande la vocera y alaridos que daban los indios que
pareca que se juntaba el cielo con la tierra (Cap. 14, Fol. 71v.-72r.).
No fue hasta llegar a las tierras de un indio aliado llamado Francisco, que pudieron
ponerse a salvo, comer y recuperarse de las heridas. De cualquier forma, Alvar Nez
pierde en su crnica la nocin del nmero de enfermos, que se van sumando en su viaje de socorro a la Asuncin. Por fin los bergantines llegaron y los supervivientes pudieron alcanzar la Asuncin treinta das despus que Alvar Nez (Cap. 14, fol. 71v.).
Una vez llegado a la Asuncin se decidir por fin a mandar construir unos bergantines
para ayudar a los 140 espaoles que haba enviado desde la isla de Santa Catalina
hasta el puerto de Buenos Aires, reconociendo el peligro en el que se encontraban.
161. Ya veremos ms adelante como Cabeza de Vaca nunca pagar los gastos que Irala haba tenido cuando
mand construir los bergantines dado que segn l la hacienda de l y la suya eran lo mismo.
174
Captulo octavo
175
pus las ponen por la ribera del ro hincadas en unos palos altos, y que adems son
valientes y traidores, merece la pena tenerles respeto (Cap. 17, fol. 74v.). Ya nos advierte Alvar Nez: Es una gente muy temida de todas las naciones de aquella tierra.
Slo una persona de un nivel moral superior, muy por encima de la ferocidad de estos
hombres, podr atraerlos a su causa: Hecho su mensaje, el gobernador los recibi con
todo buen amor y les dio por respuesta que era contento de los recibir por vasallos de
Su Majestad y por amigos de los cristianos (Cap. 17, fol. 75r.). Pero este amor que
tiene a los indios ms sanguinarios, enemigos naturales de los guaranes, no es otro
que el mismo que tiene por continuar su viaje hacia el Norte, hacia donde le dijeron
que se encontraba el metal amarillo que le quitaron a Juan de Ayolas cuando regresaba de su expedicin por tierra de los indios charcas. Por muy feroces que sean los
indios o por muy impenetrables que sean las selvas, Alvar Nez continuar y usar
todos sus recursos amorosos al menos hasta donde le sea humanamente posible.
Pero para sobrevivir en esas situaciones hacan falta fuerzas sobrehumanas
Recordemos que Naufragios y Comentarios se publican ms de diez aos despus
de ocurridos los hechos y que durante ese tiempo lvar Nez sufri un dursimo
proceso del que nunca se vio completamente libre. De igual forma que la finalidad de
la obra Naufragios fue la de conseguir una serie de privilegios como los de lograr una
gobernacin (lvar Nez quera la de la Florida), su segundo libro tiene como meta,
como nos dice al final del mismo, conseguir alguna compensacin econmica:
Y despus de haber estado preso y detenido en la corte ocho aos,
le dieron por libre y quito; y por algunas causas que le movieron, le
quitaron la gobernacin, porque sus contrarios decan que si volva a
la tierra, que por castigar a los culpables habra escndalos y alteraciones en la tierra; y as se la quitaron, con todo lo dems, sin haberle
dado recompensa de lo mucho que gast en el servicio que hizo en
socorrer y descubrir (Cap. 84, fol.139r.).
Sin haberle dado recompensa, palabra esta ltima clave para comprender la finalidad con que se escribi esta obra. Alvar Nez se encuentra en ese momento pobre
y enfermo en la Corte y necesita dineros.
El captulo 18 presenta la animosidad de los colonos de la Asuncin frente a los oficiales del rey. Sin decirlo directamente, el gobernador quiere, una vez ms, socavar la
carismtica figura de Domingo Martnez de Irala al tiempo que l se pone en el plano
del salvador y defensor de los dbiles y menesterosos. Como siempre, como si de
una comitiva de los Reyes Magos se tratase, Alvar Nez empezar a regalar de forma
filantrpica y altruista a diestro y siniestro: Luego dende a pocos das que fue llegado
a la ciudad de la Ascensin el gobernador, visto que haba en ella muchos pobres y
necesitados, los provey de ropas, camisas, calzones y otras cosas, con que fueron remediados, y provey a muchos de armas que no las tenan; todo a su costa, sin inters
alguno;162 y rog a los oficiales de Su Majestad [Domingo Martnez de Irala] que nos
les hiciese agravios y vejaciones que hasta all les haban hecho y hacan (Cap. 18, fol.
162. No es exactamente la doctrina del Evangelio en donde se dice que de lo que d la mano izquierda no
se tiene que enterar la derecha: Mas t, cuando das limosna, haz que tu mano izquierda no perciba lo que
hace tu derecha: para que tu limosna quede oculta, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensar (Mateo,
6, 3-5).
176
75v.). Un falso profeta que llega predicando a los poblados y que se ocupa de que su
obra sea de principio a fin testigo de su magnanimidad: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros disfrazados con pieles de ovejas, mas por dentro son lobos
voraces: por sus frutos u obras los conoceris. Acaso se cogen uvas de los espinos, o
higos de las arzas? (Mateo 7, 15-17). Cabeza de Vaca contina criticando duramente la
cantidad de impuestos y gravmenes que los oficiales reales imponan a los pobladores
de la ciudad. Por ello y por no consentir que sucediera, el mismo autor nos cuenta que
le cobraron grande odio y enemistad (Cap. 18, fol. 76r.). Todo esto para poder dejar
claro que hasta la fecha, la gobernacin de la Asuncin por parte de Domingo Martnez
de Irala, lugarteniente y persona encomendada por el fallecido Juan de Ayolas, no estaba funcionando adecuadamente. Resulta por lo tanto paradjico que despus de todo
el proceso, la Corona le encargase nuevamente al mismo Irala volver a tomar el mando
de la gobernacin de dicha provincia, justo en el mismo ao que la obra Comentarios es
publicada. Podemos leer en una Real Orden del entonces prncipe Felipe II: [P]orque Al
servicio de dios nuestro seor y nuestro conviene que aya persona que tenga la dicha
gobernacin acatando lo que vos domingo de yrala nos aveys servido y confiado de
vos que soys tal persona...es nuestra voluntad de vos proveer de la dicha gobernacin
(Machan, Irala 265). A pesar de todo, en la defensa que hizo Alvar Nez durante su
proceso, quiso pintar la naciente ciudad de la Asuncin como una Sodoma donde los
oficiales lo nico que hacan era abusar de todas sus prerrogativas y cometer todo tipo
de excesos:
Otro sy, tenan aceso carnal con madre hija, dos hermanas, tas
sobrinas y otras parientas, y las yndias libres crystianas vendian, trocaban y canbiaban unos con otros como sy fueran esclavas, y especialmente el dicho Domingo de Yrala lo hizo, otorg cartas de benta
ante escribano, de las yndias libres que bendio, demas desto estaban
amancebados cada uno con treynta y quarenta y cinquenta mugeres;
yo puse diligencia en apartarlos de tan grabe pecado y ofensa de Dios,
y lo cometi [sic] a un clerigo que con los ynterpetres [sic] delante el
escribano exsaminase los parentescos, y desta manera apart quit
muchas mugeres, de que se agrabiaron y me tomaron mucho odio
((Relacin de Cabeza de Vaca al Consejo de Indias XLV, 29).
El gobernador, como se aprecia, cuida por el bien moral de la naciente ciudad y de
paso critica a sus enemigos, destacando que si le odiaban era precisamente por esa causa. Sin embargo, toda esta integridad moral de la que presume no sale de la pluma de
sus discpulos, sino de la suya propia, y la autoalabanza no es muy elegante, sobre todo
cuando es a costa de otros.
El captulo 19 es un captulo breve pero con el sello indiscutible de lvar Nez. En
l, el autor vuelve a emplear un recurso narrativo, o si se prefiere novelesco, que ya utiliz en su obra anterior, Naufragios (Cap. 18, 145). Me refiero al hecho de que los indgenas cansen corriendo a los venados hasta poderlos coger con las manos. Escribe Alvar
Nez en sus Comentarios, como si fuera de pasada, como si realmente se tratase de algo
que no mereciese ms comentario: [Y] son tan ligeros y recios que corren tanto tras los
venados, y tanto les dura el alimento, y sufren tanto el trabajo de correr, que los cansan
y toman a mano y otros muchos matan con las flechas, y matan muchos tigres y otros
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177
animales bravos (Cap. 19, fol. 76r.). En Naufragios podemos leer una versin anterior
a este tipo de caza: Estn tan usados a correr, que sin descansar ni cansar corren desde la maana hasta la noche, y siguen un venado; y de esta manera matan muchos de
ellos, porque los siguen hasta que los cansan, y algunas veces los toman vivos (Cap.
18, 145). Lo ms interesante es que Alvar Nez Cabeza de Vaca no es original en su
informacin. Como se mencion anteriormente, en una carta de 1528 escrita por Luis
Ramrez, uno de los supervivientes de la expedicin de Sebastian Caboto, que igualmente estuvo por los territorios aledaos al Ro de la Plata y Brasil, nos ofrece una
informacin muy parecida. Este ltimo supera, si esto es posible, a Alvar Nez en la
cantidad de material difcil de creer que presenta: Estos quirandes son tan ligeros
que alcanzan un venado por pies; pelean con arcos y flechas y con unas pelotas de
piedra redondas como una pelota y tan grandes como el puo, con una cuerda atada
que la gua los cuales tiran tan certeros que no hierran a cosa que tiran. Estos mismos
indios tambin les informaron sobre la existencia del Rey blanco y de otros indios
que de la rodilla abajo que tienen los pies de avestruz y de otras generaciones extraas a nuestra natura, lo cual yo por parezer cosa de fabula, no lo escribo (fol. 118
v.). La antigua y eficientsima tcnica del dejo de contar para hacer que se dispare la
curiosidad e imaginacin del lector.
Otra caracterstica que observamos en Comentarios es la capacidad del gobernador
de repartir su responsabilidad, que le correspondera a l como mxima autoridad, entre todos los que le rodean. Esto slo sucede cuando lo que se va a realizar es algo que
va en contra de los principios cristianos, en situaciones como pueden ser una guerra
en contra de aquellos indgenas que no quieren colaborar con los intereses de Alvar
Nez Cabeza de Vaca. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando el gobernador
quiere ir a como d lugar hacia el norte, pero los guaycurues no le permiten atravesar
su territorio; algo que har por las buenas o por las malas. Por esta razn, el adelantado mandar juntar a los religiosos y oficiales para justificar una guerra justa contra
los guaycures. De esta manera Alvar Nez mandar leerles el requerimiento, que
obviamente los guaycures al no hablar espaol no comprendern, y les declarar
la guerra oficialmente como enemigos capitales. El gobernador llevaba para esta
contienda, adems de sus aliados indgenas, hasta doscientos hombres arcabuceros
y ballesteros, y doce de a caballo y con ellos parti de la Asuncin el doce de julio de
1542. La descripcin del ejrcito de sus aliados guaranes merece la pena citarse por su
belleza y colorido, dando un fuerte tono pico a una narracin supuestamente escrita
por un hombre de paz:
[Y] por el camino pasaban grandes escuadrones de indios de la generacin de los guaranes, que se haban de juntar en el lugar de Tapua
para ir en compaa del gobernador. Era cosa de ver la orden que llevaban, y el aderezo de guerra, de muchas flechas, muy emplumado
con plumas de papagayos, y sus arcos pintados de muchas maneras y
con instrumentos de guerra, que usan entre ellos, de atabales y trompetas y cornetas, y de otras formas (Cap. 20, fol. 77v.).
Este ejrcito de Alvar Nez no tena nada que envidiar al de Hernn Corts, ya que
segn nos cuenta entre espaoles y guaranes habra bien diez mil hombres: [Q]ue
era cosa muy de ver cmo iban todos pintados de almagra y otros colores y con tantas
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cuentas blancas por los cuellos, y sus penachos, y con muchas planchas de cobre, que
como el sol reverberaba en ellas, daban de s tanto resplandor que era maravilla de ver
(Cap, 22, fol. 79v.). Como nota curiosa, son las mujeres indgenas las porteadoras, las
que cargan la municin y el avituallamiento de los espaoles. [Y] luego la infantera de
los espaoles, arcabuceros y ballesteros, con el carruaje de las mujeres que llevaban la
municin y bastimentos de los espaoles, y los indios llevaban su carruaje en medio de
ellos (Cap. 22, fol. 79r.). Sin duda por la poca confianza que tena el gobernador a sus
homlogos masculinos. Un maquiavelismo que permea en casi todas las acciones que
el gobernador llevaba a cabo:
[M]and que por la misma orden fuesen todava caminando todos
adelante sobre aviso, los ballesteros con sus ballestas armadas, y los
arcabuceros cargados los arcabuces y las mechas encendidas (segn
que en tal caso convena); porque, aunque los indios guaranes iban en
su compaa y eran tambin sus amigos, tenan cuidado de recatarse
y guardarse de ellos tanto como de los enemigos, porque suelen hacer
mayores traiciones y maldades si con ellos se tiene algn descuido y
confianza; y as suelen hacer de las suyas (Cap. 23, fol. 80r.).
Parece como si Alvar Nez, llamado por algunos crticos el desmitificador del conquistador por excelencia, despus de tantos aos de predicar una conversin pacfica,
al menos en teora, pudiera ejercer por fin de lo que siempre so y quiso: de conquistador.
En el captulo 24, durante la marcha por la selva en persecucin de los enemigos,
acontece un singular episodio. Pienso que la inclusin de esta ancdota no es ni mucho
menos gratuita sino que ayuda a mantener la tensin narrativa de la obra. Se trata de un
tigre que se cruza por donde marchaba el ejrcito de Alvar Nez. Cuenta el narrador
que la tropa da la alarma creando confusin entre indios y espaoles, y que estos ltimos reaccionaron disparando varios tiros de arcabuz pensando que se trataba de una
traicin de los indios. Segn Alvar Nez, esta situacin ofreci una oportunidad y permiti una reaccin premeditada de los hombres de su ms directo enemigo y competidor, Domingo Martnez de Irala, para apartarle a l del poder: [Y] hubieran herido con
dos arcabuzazos al gobernador, porque le pasaron las pelotas a raz de la cara; los cuales
tuvo por cierto que le tiraron maliciosamente por lo matar, por complacer a Domingo
de Irala, porque le haba quitado el mandar en la tierra como sola (Cap. 24, fol. 80v.).
Como dice el refrn castellano, cree el ladrn que todos son de su condicin. No dudo
que algo parecido urdiera Cabeza de Vaca para quitarse de encima a su antiguo superior Pnfilo de Narvez en la costa de Tejas. Sin embargo, en este caso su contrincante
ser un hombre ms carismtico y fuerte. Despus de este incidente, los indios salieron
huyendo escondindose en el monte. Una vez ms es Alvar Nez quien les convence
para que salgan, entre otras cosas porque sin su ayuda no poda llevar a cabo ninguno
de sus planes: porque si se rompiera con los indios, y no se pusiera remedio, todos
los espaoles que estaban en la provincia no se pudieran sustentar ni vivir en ella, y la
haban de desamparar forzosamente (Cap. 24, fol. 81r.). Un amor a los indios que no
es altruista ni cristiano, como muchos han querido ver, sino bien medido e interesado.
Sera injusto negar el contenido pico a la expedicin de Alvar Nez, aunque no conquistase nada ni encontrase ningn oro. En cierta forma, es un mercenario ms que est
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el caballero y con tres flechas que llevaba en la mano dio por el pescuezo a la yegua,
que se lo pas por tres partes, y no lo pudieron quitar hasta que all lo mataron. Y si no
se hallar presente el gobernador, la victoria por nuestra parte estuviera dudosa (Cap.
26, fols. 82v.-83r.). Autopropaganda continua y descarada a lo largo de la narracin
con la descripcin de todas las virtudes del protagonista: valor, generosidad, entrega,
compaerismo, lealtad a la Corona y comportamiento cristiano. Como sera excesivo
enumerar todas estas virtudes una detrs de otra, algo que adems ya haba hecho anteriormente en Naufragios, Alvar Nez, se arma de un escribano, Pero Hernndez, para
que todo esto se diga en tercera persona, Y si no se hallara presente el gobernador...
La tcnica narrativa del autor y su estrategia a la hora de manipular los hechos, resulta
en algunos casos ingenua y contradictoria. Segn el narrador, a estos indios guaycures
nunca nadie los haba vencido antes, ninguna nacin los venci si no fueron lo espaoles, para afirmar a continuacin, Tienen por costumbre que si alguno los venciese,
se le daran por esclavos (Cap. 26, fol. 83r.). Si nunca han sido vencidos antes, como se
afirma, cmo pueden tener la costumbre de darse por esclavos? Para que exista una
costumbre tienen que haberse dado unos antecedentes similares a lo largo del tiempo;
adems, la opcin de darse por esclavos no depende de los derrotados, sino de los
vencedores. Todo esto para que el gobernador pueda justificar la esclavizacin de estos
valientes indgenas que no estn dispuestos de ninguna manera a ser humillados en el
nombre de un dios y de un rey invisible. Unas lneas ms adelante concreta el nmero de esclavos tomados en esta batalla: Tomaron en aquella jornada el gobernador y
su gente hasta cuatrocientos prisioneros, entre hombres, mujeres y muchachos (Cap.
26, fol. 83r.). Pero los supuestamente vencidos guaycures, no lo deban estar tanto ya
que siguieron al gobernador en todo su camino de regreso a la Asuncin: y yendo por
el camino, los indios guaycures por muchas veces los siguieron y dieron arma, lo cual
dio causa a que el gobernador tuviese mucho trabajo en traer recogidos los indios que
consigo llev [guaranes], porque no se los matasen los enemigos que haban escapado
de la batalla (Cap. 26, fol. 83r.). No contento con estas afirmaciones, el gran cronista/
narrador nos sorprende una vez ms con una peregrina y curiosa afirmacin: Las mujeres tienen por costumbre y libertad que, si cualquier hombre que los suyos hubiesen
prendido y cautivado querindolo matar, la primera mujer que lo viera lo liberta, ya no
puede morir y menos ser cautivo; y queriendo estar entre ellos el tal cautivo, lo tratan
y quieren como si fuese de ellos mismos. Y es cierto que las mujeres tienen ms libertad que la que dio la reina Isabel, nuestra seora a las mujeres de Espaa (Cap. 26, fol.
83r.). Parece que est preparando el camino para incluir a esa sociedad matriarcal de
mujeres guerreras, ms conocidas como amazonas, algo que no ocurre hasta el final
del libro, en la supuesta Relacin de Hernando de Ribera.
Dista mucho la figura que aparece en Naufragios de un Alvar Nez Cabeza de Vaca
semidesnudo, curandero y defensor del indgena, recorriendo los desiertos de Norteamrica, al Cabeza de Vaca de los Comentarios, conquistador, recolector de esclavos y
desesperado por encontrar el metal amarillo. Llama la atencin tambin cmo se
recrea en la matanza de animales: [Y] se mataron muchos venados y avestruces, y as
mismo la gente espaola con las espadas mataron algunos venados que venan al escuadrn huyendo de la gente de a caballo y de los indios, que era cosa de ver y de muy
gran placer ver la caza que se hizo ese da (Cap. 27, fol. 83v.). Al final del captulo 27 y
principios del 28, se nos cuenta que el gobernador haba dejado un contingente de 250
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181
hombres en Asuncin al cuidado de un tal Gonzalo de Mendoza, y este dato es importante por varias razones. Por un lado nos demuestra que para Alvar Nez haba
prioridades ms importantes que la seguridad de dicha poblacin, ya que si no, no se
habra llevado a la mayor parte de los hombres consigo. Por otro, dado que, segn se
cuenta en Comentarios, los indios agaces, con los que teoricamente haban hecho las
paces antes de partir, atacaron el poblado llevndose a 30 mujeres cautivas, consigue
de esta manera una excusa perfecta para declarar en toda regla la guerra a este grupo
que igualmente estaba poniendo impedimientos a sus incursiones hacia norte. Alvar
Nez echa la culpa a las mujeres de los agaces que haban sido rehenes los cristianos.
Estas, segn Comentarios, pudieron huir y dar cuenta a los de su grupo que los espaoles se encontraban en una posicin vulnerable al haberse quedado con poca gente.
Al igual que en otros casos, como queda reflejado en la obra, el gobernador rene a
clrigos y oficiales para poder de esta manera justificar su guerra a fuego y sangre.
De otra manera estara violando la legislacin vigente en cuanto al buen tratamiento
que se deba hacer a los indgenas y que por esas fechas culminara en las Leyes Nuevas (1542). Al final del captulo 28 se nos informa que ya haban muerto ms de mil de
estos indgenas a manos de los espaoles, [P]or los males que en la tierra continuamente hacan (Cap. 28, fol. 85r.).163 Simple justificacin para confirmar la maldad
de estos indgenas que, de cualquier manera y desde una ptica moderna, desarrollan
una accin plenamente justificada a la hora de defender sus intereses y sus tierras
atacando a los nuevos intrusos. No ocurre lo mismo con los invencibles guaycures
que, como ya destacamos y segn nos cuenta Alvar Nez, se ofrecen ellos mismos
como esclavos: y ellos no haban sido vencidos de ninguna generacin ni lo pensaron
ser; y que pues haban hallado otros ms valientes que ellos, que venan a poner en su
poder y a ser sus esclavos, para servir a los espaoles (Cap. 30, fol. 85v.). Actitud sin
duda sorprendente. Cuntos pueblos en la historia de la humanidad se han entregado
voluntariamente a sus enemigos como esclavos? Ms bien parece un recurso narrativo del autor para justificar sus acciones y ensalzarse en sus acciones: haban hallado
otros ms valientes. Recurso narrativo?, sin duda. El lector de esta historia queda
sorprendido al ver cmo estos temibles guerreros se ofrecan como dciles vasallos
al gobernador. Alvar Nez utiliza un lenguaje ms intenso: lo cual puso espanto y
temor a toda la tierra. Los lectores de hoy no sabemos exactamente qu ocurri entre
Alvar Nez y los guaycures. Conociendo las maas de Alvar Nez me inclino a
pensar que hubo coaccin, amenazas o negociaciones de algn tipo: [Y] afirmaron
otra vez que ellos queran ser vasallos de Su Majestad, y desde entonces daban la obediencia y vasallaje, y se apartaban de la guerra de los guaranes, y que desde entonces
en adelante vendran a traer en la ciudad todo lo que tomasen, para provisin de los
espaoles; y el gobernador se lo agradeci (Cap. 31, fol. 86v.). El generoso gobernador, segn se nos dice en Comentarios, reparti a los principales muchas joyas y rescates (Cap. 31, fol. 86v.). Interesante la mencin de un Alvar Nez que va en busca del
oro y plata de los indgenas y que a la vez les va repartiendo joyas. Sin duda, se trata
de un eufemismo de alguna cuenta, bagatela real o ficticia ofrecida a los guaycures
o a nosotros lectores si nos creemos lo que cuenta.
163. La paginacin es errnea, debera ser 85, pero pone 83 (Comentarios 1555).
182
En este mismo captulo se regala a la lengua castellana un americanismo nuevo: barbacoa: [E]sta barbacoa es como unas parrillas, y estn dos palmos altas del suelo, y
son de palo delgados, y echan la carne escalada encima, y as la asan... (Cap. 31, 86v.).
Una de las expresiones ms caractersticas de la prosa de Alvar Nez en Naufragios,
es el uso continuado de frases donde se incluye la palabra mundo de modo superlativo.164 En Comentarios volver a hacer lo mismo: y pasan el ro a esta contratacin
doscientas canoas juntas, cargadas de estas cosas [maz, mandioca, mandubs, arcos,
flechas], que es la ms hermosa cosa del mundo verlas ir (Cap. 31, 86v.). Esta dimensin superlativa que Alvar Nez da a sus construcciones narrativas, no es en absoluto
gratuita ya que har que el lector se sorprenda por lo inslito, incluso contradictorio de
ellas. Un ejemplo es la risa que les da a los mercaderes guaranes y guaycures. No es
una risa, ni una situacin cualquiera. Se ren porque su mercanca se va al agua y adems la risa les dura por dos das. Clara anttesis, acentuada por una risa tan exagerada
que puede durar dos das: y, como van con tanta prisa, algunas veces se encuentran las
unas con las otras, de manera que toda la mercadura y ellas van al agua; y los indios
a quienes acontece lo tal, y los otros que estn en tierra esperndoles, toman tan gran
risa, que en dos das no se apacigua entre ellos el regocijo (Cap. 31, 86v.). Recurdese
que en el captulo 12 de Naufragios, no ser la risa sino el llanto lo que crear una situacin similar, aunque por un espacio temporal considerablemente menor. Los indios, de
ver el desastre que nos haba venido y el desastre en que estbamos, con tanta desventura y miseria, se sentaron entre nosotros, y con el gran dolor y lstima que hobieron de
vernos en tanta fortuna, comenzaron todos a llorar recio, y de tanta verdad, que lejos de
all se poda or, y esto les dur ms de media hora. Media hora de llanto o dos das de
risas, tanto monta al crear una situacin inslita de un dramatismo digno de la pluma
de tan insigne novelista.
Lo ms sobresaliente del captulo 32 es, sin duda, el ofrecimiento de las hijas de los
indios aperes a los cristianos. Segn se nos dice, estos indios, al ver como fueron derrotados los indios ms temibles e invictos de la zona, los guaycures, fueron en busca
del principal de los cristianos a ofrecerle paz y amistad entregando de paso a sus hijas
para ello: [Y] que en seal de la paz y amistad que queran tener y conservar con los
cristianos, trajeron consigo ciertas hijas suyas, y le rogaron al gobernador las recibiese,
y para que ellos estuviesen ms ciertos y seguros y les tuviesen por amigos las daban
en rehenes (Cap. 32, fol. 87r.-87v.). Esta generosidad por parte de los varones aperes para con sus desdichadas hijas, no es rechazada por el gobernador Alvar Nez
que recibi las mujeres e hijas que le dieron (Cap. 32, fol. 87v.). Segn Comentarios,
el gobernador las recibi para que no se enojasen, pasndoselas posteriormente a los
clrigos para que las adoctrinasen en la fe cristiana y las pusiesen en buenos usos y
costumbres (Cap. 32, fol. 87v.). Paradojicamente, cuando el gobernador pregunt a
los clrigos si estos indios podan atraerse a la fe catlica, estos respondieron que no,
ya que nunca estn quietos en ningn sitio y siempre andan en busca de comida. Si
realmente era as, qu inters poda tener el gobernador en quedarse con sus hijas para adoctrinarlas? Clara contradiccin esta, como la presentada en el siguiente captulo
donde se hace la guerra a fuego y sangre a los indios agaces, que se interponan en
su camino de expansin. Ciertamente, esta no es la doctrina cristiana que predic en
164. Como en su da mencion en mi tesis doctoral sobre este personaje.
Captulo octavo
183
Norteamrica, o mejor dicho en su obra Naufragios. Claro est que antes de declarar
la guerra a sus enemigos pedir su parecer, al menos en el papel, a clrigos y oficiales
de Su Majestad. De esta manera conden a muerte a trece o catorce ahorcando a
algunos de ellos (Cap. 33, fol. 88r.).
En el captulo 34, el gobernador enva a socorrer, por fin, a los que se encontraban
en el puerto de Buenos Aires.165 En el mismo captulo, Cabeza de Vaca, cubrindose
una vez ms las espaldas para conseguir sus fines de adentrarse en busca de oro en el
territorio de lo que sera hoy Bolivia, pide el parecer de los clrigos y de los oficiales
del rey: Y habiendo platicado entre todos sobre ello, todos conformes dijeron que su
parecer era que luego con toda brevedad se enviase a buscar tierra poblada por donde se pudiese ir a hacer la entrada y descubrimiento, por las causas y razones que el
gobernador haba dicho y propuesto, y as qued aquel da asentado y concertado
(Cap. 34, fol. 89r.). A partir de aqu, todos los esfuerzos y recursos de la Asuncin se
destinarn a satisfacer el hambre de oroy de curiosidad por otros reinos de Alvar
Nez. Todava no ir l en persona, dejar esta empresa en manos de Domingo Martnez de Irala. La expedicin partir un 20 de noviembre de 1542 con tres bergantines
y noventa cristianos, subiendo todo el ro Paraguay acompaados por un indio principal de la tierra llamado Aracar, que dar mucho que hablar por interponerse en los
planes del gobernador. El citado Aracar, respetado y temido por los indios de la zona,
sublev a los ochocientos indios que llevaban los espaoles, incitndoles a quemar los
campos por donde pasaban para dar seal y aviso a los del lugar para que atacasen a
los cristianos y los matasen, porque los cristianos eran malos... (Cap. 35, fol. 90r.).
Vemos aqu a un enemigo declarado de Alvar Nez Cabeza de Vaca que intentar
frenar sus ansias de grandeza.
Como observamos desde el principio de la narracin, el elemento crematstico en la
narracin de Alvar Nez ser siempre una constante. Alvar Nez quiere dejar claro
en todo momento que todo lo que toma de los indgenas les es siempre generosamente remunerado. Es tanta la insistencia en este punto, que levanta ciertas sospechas en
el lector. Si aplicamos el conocido refrn, dime de qu presumes y te dir de qu careces, llegaremos a la conclusin de que esa aparente largueza y liberalidad para con los
indgenas, quiz no lo fuese tanto. Uno de los muchos ejemplos de esta generosidad
aparece en el captulo 36, donde mand pagar sus trabajos:
Y el gobernador personalmente fue por los montes y campos de la
tierra con los oficiales y maestros de bergantines y aserradores; los
cuales en tiempo de tres meses aserraron toda la madera que les pareci que bastaba para hacer la carabela y diez navos de remos para la
navegacin del ro y descubrimiento de l,166 la cual trajo a la ciudad
165. La carta que unos aos ms tarde y desde la Asuncin escribi Isabel de Guevara a la princesa doa
Juana, es sin duda un testimonio de primera mano de la aportacin femenina en el proceso de la conquista del
Ro de la Plata. Nos da una idea de lo que signific en muchos casos el valor y entrega constantes de muchas
de estas mujeres que, an a riesgo de perder sus vidas, no dudaron en luchar al lado de los hombres por una
causa que consideraban comn. La relevancia histrica de dicha carta hace que la incluya en el texto del
presente libro.Vase tambin mi trabajo, Espaolas de Ultramar 164-166.
166. La navegacin con navos de remos no era nada fcil y necesitaba de muchos hombres. Como veremos ms adelante, fueron los indgenas los encargados de hacer los trabajos ms duros, incluyendo la sirga,
esto es, tirar de cuerdas y maromas desde la orilla para que la embarcacin pudiese seguir avanzando.
184
de la Ascensin por los indios naturales, a los cuales mand pagar sus
trabajos, y de la madera con toda diligencia se empezaron a hacer los
dichos bergantines (Cap. 36, fol. 90 v.).
Con toda diligencia escribe el gobernador. Est claro que la prisa de Alvar Nez,
aparece como una constante a lo largo de toda su vida. Recordemos cmo ya el Inca
Garcilaso de la Vega menciona en su Florida del Inca esta caracterstica al hablar de la
priesa que tenan los cuatro cristianos supervivientes de la expedicin de Pnfilo de
Narvez de volver a Espaa a pedir nuevas gobernaciones, en vez de quedarse entre los
indgenas haciendo milagros:
[C]omo lo cuenta en sus Naufragios Alvar Nez Cabeza de Vaca que
fue con l por tesorero de la Haciensa Real. El cual escap con otros
tres espaoles y un negro y, habindoles hecho Dios Nuestro Seor
tanta merced que llegaron a hacer milagros en su nombre, con los
cuales haban cobrado tanta reputacin y crdito con los indios que
les adoraban por dioses, no quisieran quedarse entre ellos, antes en
pudiendo, se salieron a toda priesa de aquella tierra y se vinieron a
Espaa a pretender nuevas gobernaciones, y, habindolas alcanzado,
les sucedieron las cosas de manera que acabaron tristemente, como lo
cuenta todo el mismo Alvar Nez Cabeza de Vaca, el cual muri en
Valladolid, habiendo venido preso del Ro de la Plata, donde fue por
gobernador (Garcilaso, El Inca 16-17).
Aguda percepcin la de Garcilaso, capaz de destacar la premura de Cabeza de Vaca
por defender sus intereses personales antes que cumplir con sus labores caritativas.
Alvar Nez, una vez construda la carabela y los navos, nos cuenta que vuelve a
organizar la entrada, esta vez con cuatro indios principales (Juan de Salazar Cupirat,
Lorenzo Moquiraci, Timbuay y Gonzalo Mayrairu), junto con mil quinientos indgenas
y algunos cristianos. Tras partir un 15 de diciembre de 1542, caminarn treinta das sin
parar por tierras despobladas en las que morirn algunos indios de hambre y sed, sin
llegar a encontrar nada. Viendo que estaban perdidos, decidirn regresar, comiendo lo
que buenamente podan encontrar por el camino: comiendo por todo el camino cardos
salvajes, y para beber sacaban zumo de los cardos y otras yerbas, y al cabo de cuarenta
y cinco das volvieron a la ciudad de la Ascensin; y venido por el ro abajo, el dicho
Aracar les sali al camino y les hizo mucho dao, mostrndose enemigo capital de los
cristianos y de los indios que eran amigos, haciendo guerra a todos; y los indios y cristianos llegaron flacos y muy trabajados (Cap. 37, fol. 91). Como ya destaqu, el tema
del hambre tendr una importancia singular en toda la obra de Cabeza de Vaca. La carta de Luis Ramrez a su padre (1528), crnica anterior a la de Alvar Nez que tambin
narra una expedicin por tierras del sur de Brasil, nos cuenta pasajes muy parecidos.
Cul era el precio a pagar si se estorbaban los siempre urgentes planes del gobernador, como estaba haciendo Aracar? Sencillamente, la pena de muerte. Eso s, siempre
conforme a derecho y con la aprobacin de oficiales de Su Majestad y de religiosos:
y hecho y fulminado el proceso conforme a derecho, fue sentenciado a pena de muerte corporal, la cual fue ejecutada en el dicho Aracar indio, y a los indios naturales les
fueron dichas y dadas a entender las razones y causas justas que para ello haba habido
Captulo octavo
185
(Cap. 37, fol. 91v.). Este fue el precio que tuvo que pagar este desdichado mrtir del
ro Paraguay por querer defender sus tierras y su gente de un intruso con ambiciones
de gloria.
La segunda parte del captulo 37 nos habla del socorro que dio a los supervivientes que quedaban en el puerto de Buenos Aires. Recordemos que se haba enviado a
su deudo Pedro Estopin Cabeza de Vaca, el cual encontr una carta debajo de un
mstil hincado en la tierra.167 La carta estaba firmada por Alonso Cabrera y Domingo
de Irala que, segn nos cuenta Alvar Nez, se hizo nombrar teniente de gobernador
de la provincia. Una vez ms, la mencin de Irala no es gratuita. Alvar Nez aprovechar cualquier coyuntura u oportunidad para responsabilizar a este carismtico
capitn de todos los fracasos ocurridos en Buenos Aires y ms tarde en Paraguay.168 En
pocas palabras, Alvar Nez viene a decir que si el socorro que mand a Buenos Aires
hubiese tardado un da ms, todos hubiesen muerto a manos de los indios, y que el
responsable no habra sido otro que Domingo Martnez de Irala. Otro aspecto interesante de este captulo, tpicamente caracterstico de Cabeza de Vaca, es la forma de
narrarlo, llena de misterio y suspense que nos recuerda la sobrecogedora descripcin
de la formidable tormenta que aparece en el captulo primero de Naufragios. Escribe el
gobernador: A este capitn Gonzalo de Mendoza, siempre la vspera o da antes de
Todos los Santos le aconteca un caso desastrado... (Cap. 37, folo. 92r.). Qu mejor
forma para mantener la atencin del curioso lector? Dos lneas mas adelante escribe:
y viniendo navegando aconteci un caso extrao (Cap. 37, fol. 92r.). Como de costumbre, todas sus experiencias son nicas, aunque en este caso todo parece indicar
que se trataba de un temblor de tierra:
Estando la vspera de Todos los Santos surtos los navos en la ribera del ro junto a unas barranqueras altas, y estando amarrada a un
rbol la galera que traa Gonzalo de Mendoza, tembl la tierra, y
levantada la misma tierra se vino arrollada como un golpe de mar
hasta la barranca, y los rboles cayeron en el ro y la barranca dio
sobre los bergantines, y el rbol donde estaba amarrada la galera
dio tan grande golpe sobre ella que la volvi de abajo a arriba, y as
la llev ms de media legua llevando el mstil debajo y la quilla encima; y de esta tormenta se le ahogaron en la galera y otros navos
catorce personas entre hombres y mujeres;169 y segn dijeron los que
se hallaron presentes, fue la cosa ms temerosa que jams pas (Cap.
37, Fol.. 92r.-93v.).
Fue la cosa ms temerosa que jams pas. En el captulo 1 de Naufragios escribe:
En estas partes nunca otra cosa tan medrosa se vio (Cap. 1, 80). Como ya mencion
en mi tesis doctoral hace algunos aos, Alvar Nez utiliza en su tcnica narrativa el
elevar al mximo sus experiencias por medio del empleo de expresiones superlativas
167. Segn Flix de Azara fue Felipe de Cceres, y no Pedro de Estopian, quien llev Buenos Aires los
espaoles que haban quedado en la isla de Santa Catalina.
168. Quin mejor ha estudiado esta rivalidad ha sido el argentino Lafuente Machan en su libro, El gobernador Domingo Martnez de Irala.
169. Importante la mencin de la presencia de mujeres espaolas en este contingente. Es la nica mencin
de mujeres espaolas que aparece en toda la narracin.
186
(ms, mejor, etc). Es importante destacar que en ningn momento stas se limitan a un
slo plano, sino que abarcan todos los niveles (temor, amor, tamao, misterio, sonidos,
comida, etc.), incluyendo aquellas ocasiones en que habla o relata experiencias vividas
por otros cristianos, porque haban venido y estado en el tiempo ms recio del mundo (Naufragios, cap. 17, 139). O cuando estos mismos cristianos son tomados como esclavos por los indios: fueron tan maltratados de ellos los indios como nunca esclavos ni hombres de ninguna suerte lo fueron (Naufragios, cap. 18, 142). La acumulacin
sucesiva de este tipo de informacin va calando en el lector de manera casi inconsciente, algo hasta cierto punto lgico dado que el texto que se est leyendo es presentado
como histrico, como una relacin dirigida al propio monarca sin otro fin aparente
que el de dar fe de los sucesos acaecidos en la expedicin al Ro de la Plata. Luego el
lector, en principio, no tiene porqu dudar del verdadero propsito del escritor (Maura,
El arte, 140). Sera ingenuo pensar que esta manera de exponer las propias experiencias
es nueva. Sin tener que remontarnos ms de un siglo de la obra de Cabeza de Vaca,
vemos cmo el explorador veneciano Luis de Cadamosto hace exactamente lo mismo
cuando describe a los africanos con los que se encuentra en sus viajes. En cierta ocasin
pone a prueba la destreza de dos voluntarios negros hacindoles llevar una carta hasta
su barco, que se encontraba a tres millas de distancia:
I cannot narrate the difficulties they encountered in attempting to pass
those banks in that sea. Whenever they dissappeared from sight for
a considerable time. I thought that they disappeared from sight for a
considerable time. I thought that they must have been drowned. At
last one could no longer withstand such buffeting from the waves, so
many were breaking over him, and turned back; but the other stood
firm, and fought for a long hour on the bank. In the end, he crossed it,
and bore the letter to the ship, returning with a reply. This was to me a
marvellous action, and I concluded that these coast negroes are indeed
the finest swimmers in the world (37).
La tcnica narrativa de Alvar Nez, tanto en Naufragios como en Comentarios, ser
la misma; los fines, no obstante, son diferentes. En el primer caso, busca el reconocimiento y el favor del monarca; en el segundo, se defiende de una multitid interminable
de acusaciones y denuncias por su mala gestin como gobernador de las tierras encomendadas.
188
Paraguay, llegando hasta el puerto de los Reyes. Como ancdota curiosa a la vez que
literaria, o sencillamente informativa, se da noticia de un grupo de indgenas que cran
patos y gallinas para defenderse de los grillos: porque de la cumbre de las casas caen
muchos de ellos a buscar qu roer, y entonces dan los patos en ellos con tanta prisa que
se los comen todos; y esto hacen dos o tres veces al da que ellos salen a comer, que es
hermosa cosa de ver la montanera con ellos (Cap. 39, fol. 93v.). A estos indios, escribe
Alvar Nez, se les haba visto piezas de oro y plata, y estaban dispuestos a guiar a
los espaoles hasta el lugar donde se encontraban dichos metales.171 Igualmente se nos
cuenta que Domingo Martnez de Irala, dejaba los naturales de l [puerto de los Reyes]
con gran deseo de ver a los espaoles y que el gobernador fuese a los conocer (Cap.
39, fol. 93v.). Ms que los indios quisiesen conocer al gobernador, como nos cuenta la
crnica, ser l quien quiera ir en persona a verificar la noticia de la presencia del metal amarillo. Como de costumbre, para justificar su viaje a esas tierras y su inapelable
propsito, juntar a clrigos y oficiales para pedirles su parecer y a continuacin salir a
cumplir el que siempre fue su objetivo desde que lleg a las costas del Brasil: encontrar
oro. El dictamen del grupo que convoc para presentar el proyecto fue, cmo no, que
con toda presteza se hiciese la entrada por el puerto de los Reyes (Cap. 39, fol. 94r.).
As fue, mand tener listos los diez bergantines que tena preparados para dicho propsito. Lo ms interesante de esta operacin ser la necesidad de comprar bastimentos
a los indgenas, ya que el gobernador se haba quedado sin ellos despus del incendio.
No sabemos si su apremiante necesidad le hizo pedirlos por las buenas o por las malas,
aunque l se apresure a decir que les dio rescates para contentarles:172
[E]nvi al capitn Gonzalo de Mendoza con tres bergantines por el
[ro] Paraguay arriba a la tierra y lugares de los indios sus amigos y vasallos de Su Majestad que les tomasen los bastimentos, y mand que
los pagase a los indios y les hiciese muy buenos tratamientos, y que
los contentase con rescates, que llevaba mucha copia de ellos; y que
mandase y apercibiese a las lenguas que haba de pagar a sus indios los
bastimentos, los tratase bien y no les hiciesen agravios ni fuerzas, so
pena que seran castigados, y que as lo guardasen y cumpliesen (Cap.
39, Fol.. 94r.-94v.).
Sabemos que como gobernador, Alvar Nez es muy consciente de la existencia de
las Leyes Nuevas y de cmo esta crnica le servira para justificar su actuacin como gobernador del Ro de la Plata y as como el tratamiento que dio tanto a espaoles
como a indgenas. Por lo tanto, aprovechar todas las ocasiones que estn en su mano
para probar que dio un trato intachable a los naturales, particularmente en las situaciones ms dudosas, como la que acabamos de mencionar. En esta ocasin, dos lderes
indgenas no estn de acuerdo con las demandas de bastimentos exigidas a sus pueblos
171. El lector familiarizado con crnicas de Amrica, observar que esta actitud de decir a los visitantes que
el oro se encuentra siempre un poco ms all, ser utilizada por la mayora de los indgenas. Sin embargo, los
espaoles no dudaron en ir ms all, aunque esto significase cruzar el Pacfico, o dar la vuelta al mundo en
busca de los mticos tesoros del rey Salomn.
172. Son varias las acusaciones que le hace el Consejo de Indias de robar a cristianos (Canarias, Cabo Verde,
etc.) y de abusar de los indgenas. Como hemos visto desde un principio, Alvar Nez expoliar a todos los
que tenga a mano para conseguir sus propsitos.
Captulo noveno
189
190
eufemismos que en una cultura polticamente correcta como la nuestra resultan, por
desgracia, demasiados familiares.
En el captulo 42, Cabeza de Vaca vuelve a hacer uso del elemento novelesco para
imprimir mayor carcter a su relato. Aunque muchos crticos se oponen a querer ver
en la obra de este cronista algo que se salga de lo puramente testimonial, es la ficcin
lo que hace grande su prosa y la eleva al plano de la literatura, algo que queda reflejado
en el siguiente ejemplo. Cuenta Alvar Nez que en la guerra que tuvieron contra estos
indios rebeldes, Tabare y Guazani, algunos cristianos fueron heridos. De estos cristianos, cuatro o cinco murieron por los excesos que hicieron ya que las heridas que
recibieron eran muy pequeas y no eran de muerte ni de peligro (Cap. 42, fol. 96r.).
Segn Alvar Nez, parece que las flechas envenenadas de los indios slo tenan efecto
si aquellos que eran heridos haban tenido relaciones sexuales con mujeres: [P]orque
el uno de ellos, de slo un rasguo que le hicieron con una flecha en la nariz de soslayo, muri, porque las flechas traan yerba; y cuando los que son heridos de ella no se
guardan mucho sin tener excesos con mujeres, porque en lo dems no hay qu temer la
yerba de aquella tierra (Cap. 42, fol. 96r.). Moralismo gratuito, sin ninguna base cientfica pero de una gran riqueza literaria. Como el cronista Alvar Nez no da puntada
sin hilo, que dira la Celestina, deberamos preguntarnos la causa de la inclusin de
este episodio. Nos est diciendo que l no tena por qu preocuparse por no tener este
tipo de relaciones sexuales? O quiz por todo lo contrario? Sabemos que fue acusado
de llevar en su expedicin al puerto de los Reyes a la mujer de su lugarteniente Hernando de Ribera. Lo cierto es que el gobernador, segn nos cuenta, consigue firmar la paz
con Guazani y Atabare y que en nombre de Su Majestad les perdonaba el desacato y
la desobediencia pasada (Cap. 42, fol. 96v.). La determinacin de llevar esta empresa
adelante le hace conseguir los bastimentos que requera. De esta forma: [E]n pocos
das le trajeron los indios naturales ms de tres mil quintales de harina de mandioca y
maz, y con ello se acabo de cargar todos los navos de bastimentos, los cuales pago
mucho a su voluntad y contento (Cap. 42, fol. 96v.). Aunque el gobernador Cabeza de
Vaca no estuvo presente en esta empresa, no deja escapar la oportunidad de llevarse el
mrito por la paz conseguida con Guazani y Atabare. Como sabemos, fue Domingo
Martnez de Irala el encargado por Alvar Nez de favorecer a los indios amigos. Sin
embargo, en ningn momento de los Comentarios se concede a Irala ningn tipo de reconocimiento ni gratitud por la paz conseguida. Ms bien se da a entender que si hubo
paz, sta se consigui gracias a los rescates de San Alvar. Dado el cnico, abusivo y
sumamente egoista comportamineto de Alvar Nez, algunos de sus frailes, que slo
son mencionados por Alvar Nez como pieza para justificar sus matanzas, deciden
escaparse y dar cuenta de los desacatos de su gobernador al monarca: [Y] llevasen ciertas cartas para Su Majestad dndole a entender por ellas que el gobernador usaba mal
de la gobernacin que Su Majestad le haba hecho merced, movidos con mal celo por
el odio y enemistad que le tenan, por impedir y estorbar la entrada y descubrimiento
de la tierra que iba a descubrir... (Cap. 43, fol. 97r.). Los franciscanos fray Bernaldo de
Armenta y fray Alonso Lebrn merecen crdito y respeto por haber tenido el valor de
desobedecer a su superior. Viendo los atropellos y abusos que el gobernador cometa
con los indios y la explotacin que haca de sus bastimentos para llevar adelante su
empresa, estos frailes a riesgo de sus vidas decidieron dar noticia al emperador pese a
las consecuencias que ello pudiese traerles. El argumento que utiliza Alvar Nez para
Captulo noveno
191
desacreditar a los frailes y a sus enemigos es el que estos le queran impedir que siguiese imponiendo un impuesto arbitrario que ellos llamaban quinto, y sobre todo
que los frailes se llevaban con ellos al Brasil, en contra de su voluntad, a las hijas de
los indios principales. Segn Alvar Nez, al ver que los frailes se llevaban a treinta y
cinco mozas, envi tras ellos y habida informacin contra los frailes y oficiales,
mand prender a los oficiales, y mand proceder contra ellos por el delito que contra
Su Majestad haban cometido (Cap. 43, fol. 97v.). Estos pobres frailes lo que intentaban hacer era salvar a esas pobres desgraciadas de manos del Alvar y sus muchachos.
Pero estos incidentes no frenaron en ningn momento a Alvar Nez en su determinacin de seguir hacia el norte en busca del metal amarillo. El gobernador ya tena
preparados diez bergantines y cuatrocientos hombres arcabuceros y ballesteros, de los
cuales la mitad fueron a caballo por la ribera y la otra mitad en los bergantines. Junto al
gobernador fueron el factor Pedro Dorantes y el contador Felipe de Cceres, quedando como lugarteniente en Asuncin el capitn Juan de Salazar de Espinosa acompaado de doscientos arcabuceros y todo lo necesario que era menester para la guarda
de ella, y seis de a caballo (Cap. 44, fol. 98r.). Solamente tenemos que imaginarnos la
tremenda bofetada moral y humillacin que constituira para Domingo Martnez de
Irala y su gente el ver cmo colocaban por encima suyo a un extrao. Adems, Alvar
Nez les dej con slo seis caballos para defender la ciudad y l se fue con un ejrcito
que, adems de los diez bergantines antes mencionados, llevaba 120 canoas y 1200
indios en ellas. Un aspecto caracterstico de la narracin, y de la prosa de Alvar Nez
en general, es no desaprovechar ninguna ocasin o situacin para la autoalabanza. En
este caso se nos cuenta que el da de Nuestra Seora, en septiembre, dej hecha la
iglesia, muy buena que el gobernador trabaj con su persona en ella siempre (cap.
44, fol. 98r.). Esto nos lleva irremediablemente a pensar en la imagen de un hombre
po y justo, siempre preocupado por la salvacin moral y espiritual de las almas de su
pueblo... Sin embargo, esta imagen piadosa contrasta sin duda con la siguiente, que
es nada menos que una descripcin de fuerza y podero digna de una narracin pica,
mucho ms acorde con los delirios de grandeza del gobernador, adelantado y capitn
general Alvar Nez Cabeza de Vaca: Parti del puerto con los diez bergantines y
ciento veinte canoas, y llevaba mil doscientos indios en ellas, todos hombres de guerra, que pareca extraamente bien verlos ir navegando en ellas, con tanta municin
de arcos y flechas; iban muy pintados, con muchos penachos y plumera, con muchas
planchas de metal en la frente, muy lucias, que cuando les daba el sol resplandecan
mucho (Cap. 44, fol. 98r.). Esta no es la imagen del Cabeza de Vaca cristiano y pacfico que algunos insisten en defender. Slo tenemos que imaginarnos el pavor de los
indios comarcanos al ver pasar a semejante ejrcito, que adems, como dice la crnica,
iba con la mayor grita y placer del mundo (Cap. 44, fol. 98r.). Sin duda Alvar Nez
ya se vea hecho un Hernn Corts o un Francisco Pizarro, e incluso haba dejado
encargado a su lugarteniente Juan de Salazar Espinosa que acabase de construir una
carabela, destinada a dar noticia a Su Majestad en cuanto volviese: [D]e la entrada y
todo lo sucedido en la tierra (Cap. 44, fol. 98r.). Es aqu donde donde podemos ver
reflejanda esa fenomenal megalomana que tambin mostraron otros conquistadores,
que soaban con volver a Espaa a dar cuenta de los fabulosos imperios y riquezas
conquistadas. Pero Alvar Nez no fue un Alejandro Magno ni un Julio Csar, y tampoco consigui emular a sus paisanos conquistadores del Per o Mxico. Una grande-
192
za efmera por la que han dado la vida muchos hombres, con la intencin de dejar sus
nombres impresos en la Historia con letras de oro, unos con xito y otros no.
A lo largo de su camino se fue encontrando con indios que venan a recibirle y l, como siempre, sin ningn inters: [Y] el gobernador les prometa de les hacer siempre
buenos tratamientos y les aprovechar, como siempre lo haba hecho; y luego les dio y
reparti a ellos y a sus hijos y parientes muchos rescates de los que llevaba, graciosamente, sin ningn inters; y as quedaron contentos y alegres (Cap. 44, fol. 98r.). De
eso se trataba, de dejar a los indios contentos y alegres, como si de chiquillos se tratase, as como de demostrar una vez ms su graciosa generosidad. Paternalismo condescendiente y autoalabanza habitual en Alvar Nez. Sin embargo, ya hemos visto lo
que les ocurre a aquellos otros indios que deciden defender sus pueblos y tierras, indios
que no haban quedado tan contentos y alegres con las demandas del gobernador y a
los que se les har la guerra a fuego y sangre.
En el captulo 45 se menciona el exceso de bastimentos que llevaban y que les obliga a dejar en el puerto de Tapua ms de doscientos quintales. Si ya hemos visto la
suerte que corrieron aquellos indgenas que se cruzaron en los intereses de Cabeza de
Vaca, ahora podremos ver la insufrible explotacin de los indios amigos. Una explotacin que llega a tal extremo que no puede por menos que calificarse de esclavitud.
En este puerto de Tapua pidi a los indios ms principales que guardasen la paz a los
espaoles que quedaban en la Ascensin dejando, como de costumbre, a los naturales muy contentos y alegres. Una vez llegado al puerto de Guazani, que es de donde
se haba rebelado Atabare, vinieron a verle los indios en son de paz, por lo que el gobernador les mostr mucho amor, y les dio muchos rescates graciosos (Cap. 46, fol.
99r.); y como aquellos indios eran la cabeza principal de los naturales de aquella tierra,
el gobernador les habl lo ms amorosamente que pudo (Cap. 46, fol. 99r.). Atabare
les acompa, lo que hizo que el gobernador le quedase muy agradecido, dndole ms
rescates que a otro ninguno de los principales de aquel ro. El otro lder, Guazani,
ms cauto, decidi permanecer en aquel ro. En este ro se le muri el caballo a Pedro
Dorantes, dejando a su hijo que le sustituyese.174 A 24 das del mes de septiembre, nos
cuenta Alvar Nez, llegaron los cristanos al puerto que se llama Ipananie. Este dato
es importante porque aqu se encontraba un indio guaran que haba sido cautivo durante muchos aos de los indios payaguaes. Cabeza de Vaca estaba muy interesado en
hablar con los payaguaes porque ellos fueron los que haban matado a Juan de Ayolas
y a sus hombres. Recurdese que Juan de Ayolas fue el sucesor del gobernador Pedro
de Mendoza y que Alvar Nez era el designado en reemplazarle como gobernador en
caso de que hubiese muerto segn las capitulaciones establecidas entre Alvar Nez y
la Corona. Parece ser que a la vuelta de su viaje al norte, Ayolas fue atacado por estos
indios payaguaes y que le robaron todos los tesoros que traa. Por esta razn Cabeza de
Vaca tena tanto inters en hablar con este indio en particular, ya que era lengua y poda interpretar a los otros: [Y] saba su lengua y saba su tierra y asiento donde tenan
sus pueblos, y por lo traer consigo para hablar con los indios payaguaes (que fueron los
que mataron a Juan de Ayolas y cristianos), y por va de paz haber de ellos el oro y plata
174. Recurdese que uno de los supervivientes de la expedicin de Alvar Nez en su experiencia norteamericana, se llamaba Andrs Dorantes, hijo de Pablo Dorantes y natural de Bjar. Sera muy probable que
nos estemos refiriendo a un pariente suyo. Por lo que se aprecia, tanto el padre como el hijo son personas de
confianza de Alvar Nez.
Captulo noveno
193
que le tomaron y robaron (Cap. 46, fol. 100r.). Cabeza de Vaca quera el oro que
haba trado Juan de Ayolas, probablemente de las inmediaciones de Bolivia y Per.
Fiel a su estilo literario, Alvar Nez quera conseguirlo por va de paz, porque de
otra manera ya se puede imaginar el lector cul poda ser la otra va para lograrlo. Tres
das despus de haber sido llamado, el dicho indio intrprete lleg a donde estaba el
gobernador. Cuenta la narracin que junto a l (en ningn momento se menciona su
nombre) se hizo a la vela hasta llegar al puerto que se llama Guayviao, que es donde
acababa la poblacin de los guaranes. Es interesante observar, como nos cuenta Alvar
Nez en su narracin, que este indio se ofreci a ir en su compaa (Cap. 47, fol.
100r.). Sabiendo el inters que Alvar Nez tena por conseguir ese oro y sobre todo
la fuente de donde provena, no hace falta pensar en lo que hubiese sido capaz de hacer Cabeza de Vaca por conseguir persona tan indispensable para su negocio. Lo ms
importante, no obstante, es ver cmo con un tejido narrativo finsimo, Alvar Nez
es capaz de crear un mito entorno a su persona. Bien pudiera haber escrito: Yo como
gobernador le orden que subiera a nuestra nave y nos diera entera noticia de todo
cuanto se saba de este negocio. No lo hizo, entre otras cosas porque Comentarios est
escrito como un descargo de acusaciones de todo tipo, muchas de ellas sobre abusos
a indgenas y espaoles, y lo ltimo que quera el autor era presentar una imagen autoritaria con los naturales de aquellas regiones.
Una caracterstica inusitada del captulo 48, a diferencia de muchos otros en la obra
de Cabeza de Vaca, es la de destacar el exceso de comida. Aunque a lo largo de toda su obra el hambre aparece como una constante, tanto en el Norte como el Sur de
Amrica, en esta ocasin ser todo lo contrario, quiz para mostrar la abundancia de
esta tierra: Y en todo el tiempo de la navegacin el gobernador daba de comer as a
los espaoles como a los indios, e iban tan provedos y hartos que era gran cosa de
ver, y grande la abundancia de las pesqueras y caza que mataban, que lo dejaban
sobrado (Cap. 49, fol. 101r.). A continuacin se nos describe por primera vez a un
mamfero acuatico, probablemente el tapir, del que tambin menciona tienen mucha
carne de comer: [Y] en ello haba una montera de unos puercos que andan continuo
en el agua, mayores que los de Espaa; estos tienen el hocico romo y mayor que estos otros de ac de Espaa; llamndolos de agua; de noche se mantienen en la tierra,
y de da andan siempre en el agua, y en viendo a la gente dan una zambullida por el
ro y mtense en lo hondo, y estn mucho debajo del agua, y cuando salen estn a un
tiro de ballesta de donde se zambulleron (Cap. 48, fol. 101r.). Era tanta la cantidad
de comida que toda la gente iba tan gorda y recia que pareca que salan entonces de
Espaa (Cap. 48, fol. 101r.). Durante la estancia en este puerto mand el gobernador
desembarcar a su gente, aposentndose todos a lo largo del ro. La belleza descriptiva
de esta narracin constituye uno de los pocos momentos de paz y sosiego en toda la
obra: [Y] con buena guarda durmi en tierra, y los indios guaranes ponan sus canoas
junto a los bergantines, y los espaoles, y los indios tomaban y ocupaban una gran
lengua de tierra por el ro abajo, y eran tantas las lumbres y fuegos que hacan que era
gran placer verlos (Cap. 48, fol. 101r.).
El 12 de octubre de 1542 Alvar Nez lleg a un puerto que llamaban de la Candelaria. Fue precisamente en este puerto donde se deca que los indios payaguaes haban
matado a Juan de Ayolas y a los 80 hombres que le quedaban (de los 150 que le acompaaron) mientras esperaba a Domingo Martnez de Irala. Como Irala se march tras
194
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da dos o tres flechazos y, muerto, enva a llamar a su mujer (si la tiene), y dale una cuenta, y con esto le quita el enojo de la muerte. Si no
tiene cuenta, dale dos plumas, y cuando este principal ha de escupir,
el que ms cerca de l se halla pone las manos juntas, en que escupe.
Estas borracheras y otras de esta manera tiene este principal, y en
todo el ro no hay ningn indio que tenga las cosas que ste tiene
(Cap. 49, fol. 102v.).
Pero en esta ocasin, el gran burlador fue burlado. Esper un da, dos, tres, cuatro..., pero el astuto jefe nunca apareci. El gobernador Alvar Nez pregunt al intrprete a qu se deba tanta tardanza. ste le contest que los indios payaguaes eran
muy maosos y cautelosos, y que lo que probablemente hizo el lder mientras le esperaban era levantar sus pueblos e internarse en la selva. El intrprete tambin le dijo
que deba seguirlos con toda presteza, ya que estos indios deban ir muy cargados y
no podran avanzar muy rpido, consejo que Alvar Nez seguira: Fue navegando
por el ro arriba, unas veces a la vela y otras al remo y otras a la sirga (Cap. 50, fol.
102v.). Adems de descripciones de la fauna, en esta obra encontramos igualmente
descripciones de la flora, elevando Comentarios a la misma altura que su homloga
Naufragios en valor documental: Por donde fue navegando hay muchas frutas salvajes
que los espaoles y los indios coman, entre las cuales hay una como un limn ceut
muy pequeo as en el color como en la cscara; en el agrio y en el olor no difieren
al limn ceut de Espaa, que ser como un huevo de paloma, esta fruta es en la hoja
como el limn (Cap. 50, fol. 103v.). En ella tambin se habla de la diversidad y extraeza de los pescados.
El gobernador continuar su incansable marcha en busca de ese metal amarillo al
que por un momento haba pensado dar alcance. En esta ocasin mantendr su rumbo
ro arriba, dividiendo a los numerosos indios y cristianos que llevaba en dos grupos
para as no llamar la atencin y ahuyentar a los indios del ro. El gobernador quera
llegar hasta la generacin de los indios guaxarapos, que vivan en la ribera del ro
Paraguay y eran vecinos de los indios del puerto de los Reyes, lugar al que se dirigan.
Como de costumbre, una vez llegados a la tierra de los guaxarapos, el gobernador les
ofreci su amistad y les dio rescates dejndolos a todos contentos.
Durante su estancia entre estos indios, el gobernador recibi noticias del portugus
Alejo Garca (segn algunos, superviviente de la expedicin de Sols), que haba llegado a esas tierras a travs de otro ro que desembocaba en el Paraguay, con tanta
corriente que pona espanto. La siguiente cita es, no solamente interesante, sino importante por darnos noticia adicional de un cristiano mulato que haba acompaado
a Garca por esas tierras:
[Y] era por donde dicen los antiguos que vino Garca el portugus, e
hizo guerra por aquella tierra, y haba entrado por ella con muchos
indios, y le haban hecho muy gran guerra en ella y destruido muchas
poblaciones, y no traa consigo ms de cinco cristianos, y toda la otra
eran indios; y los indios dijeron que nunca ms lo haban visto volver; y traa consigo un mulato que se llamaba Pacheco, el cual volvi
a la tierra de Guazani, y el mismo Guazani le mat all, y el Garca se
volvi al Brasil (Cap. 50, fol. 104).
196
Al igual que con Esteban de Dorantes, ms conocido como Estebanico en Naufragios, aqu aparece el mulato Pacheco, un superviviente de la expedicin de Sols. Se
trata de una de las primeras menciones sobre un explorador de sangre africana en tierra
firme americana. Pacheco acabar muriendo a manos de Guazani [el lder compaero
de Atabare que iba con Alvar Nez], mientras que en el caso de Estebanico, como se
ver ms adelante, conseguir su libertad a base de una serie de estratagemas dignas
del ms renombrado pcaro.
Ruy Daz de Guzmn, en el captulo quinto de su obra La Argentina (1612), De una
entrada, que cuatro portugueses del Brasil hicieron por tierra, hasta los confines del Per, menciona a Alejo Garca diciendo que se intern por tierras del interior, hasta los
confines del Per, no en 1516 como miembro de la expedicin de Juan Daz de Sols,
sino en 1526 por orden de Martn Alonso de Sosa.175 Sin embargo, es frecuente en este
autor equivocarse en fechas y datos:
[Y] es el caso, que el ao de 1526 salieron de San Vicente cuatro portugueses por orden de Martn Alonso de Sosa, seor de aquella capitana,
a que entrasen por aquella tierra adentro, y descubriesen lo que haba,
llevando en su compaa algunos indios amigos de aquella costa, el
uno de los cuatro portugueses se llamaba Alejo Garca estimado en
aquella costa por hombre prctico, as en la lengua de los Carijos, que
son los Guaranes, como de los Tupies, y Tamoyos, el cual caminando
por sus jornadas por el sertn [llanura] adentro con los dems compaeros, vinieron a salir al Ro de Paran, y de l atravesando la tierra
por pueblos de indios Guaranes, llegaron al Ro de Paraguay, donde
siendo recibidos y agasajados de los moradores de saquella provincia, convocaron toda la comarca, para que fuer[a]n juntamente con
ellos a la parte del poniente a descubrir y reconocer aquellas tierras,
de donde traeran muchas ropas de estima, y cosas de metal (Daz de
Guzmn, cap. 5, 85).
Hace ya algunos aos Charles E. Novell, en su artculo Aleixo Garcia and the White
King, asegura que las fechas que da Daz de Guzmn son errneas. Que la capitana de
San Vicente no se haba fundado an y que Sousa, o Sosa, no lleg al Brasil hasta 1531.
Que adems, segn fuentes incaicas, el lder inca que estaba en el poder a la llegada de
Alejo Garca era Huayna Cpac y que ste muri en 1526. Por lo tanto, la llegada de
estos portugueses tuvo que ser anterior. Escribe Novell:
Aleixo [Alejo] and his Portuguese comrades were originally members
of the Juan Daz de Sols expedition.This left Spain in 1515 and explore
the Ro de la Plata, which for some years thereafter the Spaniards
generally termed Ro de Sols. The leader was lost in an Indian fight on
the coast of Uruguay and his ships returned. As they sailed northward,
one vessel was wrecked off the Brazilian island of Yuru minrin (Santa
Catherina) and eighteen survivors remained, perhaps on the island
and perhaps at Puerto de los Patos a short distance away on the
mainland. They included Aleixo Garcia and three others whom we
175. Este Martn Alfonso de Sosa, ya es mencionado en el captulo 11 de Comentarios.
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198
reemos que tienen mucho metal, porque la otra tierra que est fuera del ro, en la comarca y paraje de las tierras, es muy montuosa, de grandes rboles y de mucha yerba;
y porque las sierras que estn el ro no tienen nada de esto, parece seal que tienen
mucho metal, y as, donde lo hay, no cra rbol ni yerba; y los indios nos decan que en
otros tiempos sus antepasados sacaban de all el metal blanco (Cap. 53, fol. 107r.).176
Prosigui su camino el gobernador ro arriba hasta llegar a la tierra de los sacoces,
saqueses y chaneses, no sin algunos contratiempos, ya que por falta de agua tuvieron que subir los navos a hombros para poder seguir adelante: [Y] mand salir [de los
navos] a toda la gente, y que saltasen al agua, la cual no les daba a la rodilla; y, puestos
los indios y cristianos a los bordos y lados del bergantn que se llamaba Sant Marcos,
toda la gente que poda caber por los lados del bergantn lo pasaron a hombro y casi en
peso y a fuerza de brazos, sin que lo descargasen, y dur el bajo ms de tiro y medio
de arcabuz; fue muy gran trabajo pasarlo a fuerza de brazos... (Cap. 53, fol. 107v.).
Hicieron lo mismo con los otros bergantines, que al parecer no eran tan grandes como
el primero. Una vez ms, cabe preguntarse hasta qu punto los indgenas y los cristianos realizaban este tipo de trabajo extenuante de forma voluntaria, o por el contrario el
gobernador explotaba a propios y extraos de tal manera que explicara las revueltas e
insubordinaciones que surgieron a raz de esta exploracin. Igualmente se nos muestra
una determinacin a prueba de fuego por conseguir a cualquier precio la localizacin
de los ansiados metales, aunque, como dira don Quijote: se escondiesen como una lagartija. Una vez llegados al Puerto de los Reyes, Cabeza de Vaca utilizar la misma retrica cristiana para poder someter y controlar a las poblaciones ribereas del citado
puerto: [Y] l les inform de cmo Su Majestad le enviaba para que les apercibiese y
amonestase que fuesen cristianos, y recibiesen la doctrina cristiana, y creyesen en Dios,
creador del cielo y de la tierra, y a ser vasallos de Su Majestad, y sindolo, seran amparados y defendidos por el gobernador y por los que traa, de sus enemigos y de quien
les quisiese hacer mal... (Cap. 53, fol. 108r.). Palabras huecas, como veremos ms adelante, dado que el nico inters de la presencia de Alvar Nez en aquellas tierras no es
otro que el de encontrar el preciado metal del que tena noticia y no el salvamento de
la colonia espaola de Buenos Aires, como tena estipulado. Para la consecucin de sus
objetivos, Cabeza de Vaca no dudar en poner al lmite los recursos humanos y materiales a su alcance, tanto suyos como de los indgenas comarcanos. Con estos ltimos
mostrar un paternalismo continuo, y si en algn momento surge algn problema entre
estos y los cristianos, el gobernador jams asumir ninguna responsabilidad, antes al
contrario culpar a sus propios hombres: [P]orque la cosa que los indios ms sienten y
aborrecen, y por que se alteran, es por ver que los indios y cristianos van a sus casas, y
les revuelven y toman las cosillas que tienen en ellas... (Cap. 53, fols. 108r-108v.). No
es l mismo, como gobernador y capitn general, el responsable de las acciones de los
cristianos? Parece como si se estuviera cubriendo las espaldas ante los desrdenes que
se sucedern a continuacin. De cualquier manera, el hecho de que estos nativos se alteren cuando les toman sus cosillas no creo que sea algo exclusivo de ellos, si no ms
bien atribuible a cualquier otro individuo, tribu o nacin.
176. El padre Jos de Acosta confirma las mismas descripciones fsicas de las tierras donde era ms fcil encontrar plata. Si la fundacin de la ciudad de Potos data de 1545, no debe olvidarse que Alvar Nez publica
su obra diez aos despus, probablemente con total conocimiento de la riqueza de esas tierras. Una manera de
despertar el inters y dar ms importancia a la informacin presentada en su obra.
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a parte, y es tan grandsimo el dolor como el que pasa al que es mordido de hormigas, mas tiene un remedio para que luego se quite el dolor,
y es que los indios conocen una yerba que, luego como el hombre es
mordido, la toman, y majada, la ponen sobre la herida de la raya, y en
ponindola se quita el dolor, mas tiene ms de un mes que curar en la
herida... (Cap. 54, fol.109r.-109v.).
Hasta qu punto es gratuita la inclusin y concentracin de tanta sabandija en este
lugar especfico (Puerto de los Reyes)?. Como la informacin presentada por Cabeza de
Vaca no es necesariamente gratuita e informativa, cabe preguntarse si con tanto bicho
y tanto dolor est disuadiendo en cierta medida a posibles futuros exploradores de
acudir a esa zona. Tambin sabemos, por la informacin que ha llegado a nosotros, de
las enormes desaveniencias que durante la estancia de Alvar Nez hubo entre cristianos e indios en aquellos parajes.
En este mismo captulo Cabeza de Vaca nos habla tambin de un grupo de indgenas
que viven en las inmediaciones de este ro del puerto de los Reyes. Me refiero a los
orejones. Este nombre, que ya hemos mencionado anteriormente, no es nuevo en la
nomenclatura de los pueblos indgenas del sur de Amrica, incluso aparece en la crnica
de Rodrigo Montezuma de finales del siglo xvi, denominando en Norte Amrica al ro
que hoy se llama Columbia. Cabeza de Vaca hace una descripcin de este pueblo y del
origen del nombre, obviamente dado por los espaoles y en este caso, como en muchos
otros, con mucha probabilidad por el mismo autor de Comentarios, aunque l diga que
son los indios comarcanos los que les llaman as. Si fuese as, tendra que tratarse de una
traduccin o de un nombre completamente diferente en su lengua verncula:
Los indios de esta tierra son medianos de cuerpo, andan desnudos en
cueros y sus vergenzas de fuera; las orejas tienen oradadas, y tan
grandes que por los agujeros que tienen en ellas les cabe un puo cerrado, y traen metidas por ellas unas calabazuelas medianas, y de continuo van sacando aqullas y metiendo otras mayores; y as las hacen
tan grandes que casi llegan cerca de los hombros, y por esto les llaman
los otros indios comarcanos orejones, y se llaman como los otros indios del Per que se llaman orejones (Cap. 54, fol. 109v.).
Como bien dice Alvar Nez, tambin llamaban as a algunos indios del Per, tal
como aparece en las crnicas de Agustn de Zrate, Pedro Cieza de Len o Guaman
Poma de Ayala. Pero estos indios, que adoraban dolos de madera, informaron a Alvar
Nez de que ms adelante, siempre es ms adelante, haba otras tribus que tenan
sus dolos de oro y plata. Suficiente razn, al parecer, para que Alvar Nez decida
construir una iglesia. La retrica ser la misma que la utilizada en casi todas las ocupaciones militares: la religiosa. Alvar Nez nunca presentar razones econmicas de
forma directa, sus motivos siempre irn revestidos de una aureola de santidad y amor
al prjimo. En este caso amor a lo que ofrece el prjimo, metal a ser posible. Despus
de decirles que quemasen sus dolos y que adorasen a Dios seor de todas las cosas,
bajo la razn de que a quien ellos adoraban era al diablo: [Y] que lo que ellos adoraban era el diablo, que los traa engaados; y as quemaron muchos de ellos [dolos],
aunque los principales de los indios andaban atemorizados, diciendo que los matara el
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diablo, que se mostraba muy enojado; y luego que se hizo la iglesia y se dijo misa, el
diablo huy de all, y los indios andaban asegurados, sin temor (Cap. 54, fol. 109v.).
Recurdese que Alvar Nez utilizar en el captulo 30 de Naufragios el mismo maquiavelismo y retrica cristiana con los indgenas de Norteamrica para atraerlos al
rebao de la iglesia:
[Y] que l [Dios] daba galardn y pagaba a los buenos, y pena perpetua de fuego a los malos; y que cuando los buenos moran los llevaba
al cielo, donde nunca nadie mora, ni tenan hambre, ni fro, ni sed,
ni otra necesidad ninguna sino la mayor gloria que se podra pensar;
y que los que no le queran creer ni obedecer sus mandamientos, los
echaba debajo de la tierra en compaa de los demonios y en gran
fuego, el cual nunca se haba de acabar, sino atormentarlos para siempre (Naufragios 35, 114).
El uso del miedo como elemento negociador o disuasorio por parte de Alvar Nez
frente a los indgenas fue tema de un captulo de mi tesis ya en 1987.177 Como veremos, en Comentarios repite la misma tcnica. Sin embargo, la obra Comentarios no ha
recibido la misma atencin por parte de los estudiosos modernos y se la incluye muy
pocas veces en la crtica sobre Cabeza de Vaca. En 1987 escrib lo siguiente sobre el
uso que hace del miedo Alvar Nez en Naufragios:
La moral de Cabeza de Vaca queda en entredicho, ya que ms que
servir a los indios como l pretende demostrar se sirve de ellos abusando de su autoridad para conseguir sus fines. En otro pasaje dice
que cuando los indios volvan de cazar mostraban todas sus presas a
los cristianos sin atreverse a coger ninguna hasta que stos hubiesen
dado el visto bueno. finalmente todo cuanto aquella gente hallaban
y mataban nos lo ponan delante, sin que ellos osasen tomar ninguna
cosa, aunque muriesen de hambre... (Cap. 29, 184) En cierta ocasin
menciona Cabeza de Vaca que los indios intentan disuadirles de
seguir el camino que ellos tenan predispuesto con miras a encontrar
a otros cristianos. Al ver que los indios porfiaban en su determinacin se enfadaron de tal manera que los indios llenos de pnico rogndonos que no estuvisemos ms enojados no consiguieron con
sus splicas cambiar el estado de nimo de stos. El resultado de este
suceso da un saldo de ocho muertos: sucedi una cosa extraa, y
fue que este da mesmo adolescieron muchos de ellos, y otro da siguiente murieron ocho hombres (Cap. 30, 187-188). En muchas de
las descripciones que aparecen en el texto, la relacin afectiva existente entre el grupo de Cabeza de Vaca y los indios, aparenta ser de
una absoluta tirana, en la que a la menor insubordinacin de estos
ltimos la ira de los amos slo se podr frenar con un sacrificio de
esta magnitud. Pese a todo Alvar Nez refirindose a este acontecimiento afirma: y a la verdad, nosotros recibamos tanta pena de
177. Aos ms tarde, Rolena Adorno sac un artculo, The Negotiation of Fear in Cabezas de Vaca Naufragios, en donde repite el mismo argumento, aunque sin citarme.
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esto, que no poda ser mayor... Pese a todo Alvar Nez y sus compaeros siguen en el rumbo determinado por ellos desde un principio
(Maura, Arte 91).
Una vez ms queda manifiesto el cinismo pseudocristiano de nuestro autor. Recurdese que Naufragios se public en 1542 (se redact unos aos antes) y Comentarios en
1555. Como se aprecia una y otra vez, el estilo narrativo y la psicologa del autor son
los mismos en ambas obras (si exceptuamos el proemio de Comentarios). Alvar Nez
sabr sacar partido de todo aquello que le permita obtener control y poder sobre los
pueblos por los que pasa. Si va con un ejrcito, har uso de la fuerza de las armas, si va
desnudo, har uso de aquello que los indios teman o respeten ms. Recurdese el smbolo de la calabaza y los poderes mgicos que se le atribuyen, que ser tan importante
en Naufragios: [P]ara que se fuesen seguros y los otros viniesen, les dimos un calabazo
de los que nosotros traamos en las manos (que era nuestra principal insignia y muestra
de gran estado), y con ste ellos fueron y anduvieron por all siete das, y al fin ellos vinieron y trajeron consigo tres seores de los que estaban alzados por las sierras (Cap.
35, 209). Dos captulos ms adelante, nos dar la razn del poder de este fruto: Traan
las calabazas horadadas, con piedras dentro, que es la cosa de mayor fiesta, y no las
sacan sino a bailar o para curar. No las osa nadie tomar sino ellos. Y dicen que aquellas
calabazas tienen virtud y que vienen del cielo, porque en aquella tierra no las hay, ni
saben donde las haya, sino que las traen de los ros cuando veienen de avenida (Cap.
27, 88). No las osa nadie tomar; sin embargo, nuestro personaje bien que hace uso de
ellas.178 Lo mismo har con las cuentas y regalos que ir dando a los indios a lo largo de
todo su recorrido; y cuando estas ddivas y promesas no funcionen, terribles amenazas
o incluso guerra a fuego y sangre sern el camino a seguir.
En el captulo 55, Alvar Nez vuelve a mencionar al portugus Garca en trminos
positivos: [Y] a cuatro leguas estn otros dos pueblos de los chaneses que poblaron
en aquella tierra, de los que atrs dije que trajo Garca de la tierra adentro; y tomaron
mujeres en aquella tierra, que muchos de ellos vinieron a ver y conocer, diciendo que
ellos eran muy alegres y muy amigos de los cristianos por el buen tratamiento que les
haba hecho Garca (Cap. 55, fol. 110r.). Se nos menciona, unas lneas ms adelante,
que las gallinas y los patos eran como los de Espaa y que el gobernador dej a estos
indios muy alegres con los rescates que les ofreci y que los recibi por vasallos de Su
Majestad.
Alvar Nez prosigue su ruta hacia el norte buscando El Dorado y preguntando a
los indios comarcanos por dnde vino el susodicho Garca. Sin embargo, las respuestas
que recibe del principal de los indios chaneses, aunque ambiguas, siempre le invitan a ir
un poco ms all. En este caso, los chaneses invitan a Cabeza de Vaca a que pregunte
a los guaranes que habitan en las montaas. De esta manera pasan la pelota a otros
pobres que harn lo mismo cuando les llegue su turno:
[Y] que este indio chans y otros de su generacin, que se escaparon,
se vinieron huyendo por la ribera del Paraguay arriba, hasta llegar al
pueblo de los sacoces, donde fueron recogidos, y que no osaron ir por
178. Sobre este punto vase el artculo de Maureen Ahern, The Cross and the Gourd: The Appropriation of Ritual Signs in the Relaciones of Alvar Nunez Cabeza de Vaca and Gonzalo Fernandez de Oviedos Illustrations.
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el propio camino que haban venido con Garca, porque los guaranes
los alcanzaran y mataran; y a esta causa no saben si estn lejos ni
cerca de las poblaciones de la tierra adentro, y que por no lo saber, ni
saber el camino, nunca ms se han vuelto a su tierra; y que los indios
guaranes que habitan en las montaas de esta tierra saben el camino
por donde van a la tierra; los cuales lo podan bien ensear, porque
van y vienen a la guerra contra los indios de la tierra adentro (Cap.
56, fol. 110 v.).
Alvar Nez ir as contando cmo va preguntando a unos y a otros, llegando a
las tierras donde se encuentran unas ovejas grandes, esto es, las llamas. Nos cuenta
tambin que los indios de estas tierras, situadas obviamente en las proximidades de
los Andes, mantienen una guerra con unos indios que se llaman chimeneos. Nombre original sin duda, como lo pudiera ser el de los orejones, que invita a pensar
que muchos de estos grupos indgenas fueron bautizados con nombres espaoles o
simplemente fueron fruto de la imaginacin de su autor y aadidos posteriormente
a la narracin. En las siguientes lneas sigue ampliando la lista con otros grupos indgenas, esta vez con nombres un poco ms convincentes: carcaraes, gorgotoques,
payzuoes, estarapecoces y candirees. Estos grupos, al parecer, llevan una vida
sedentaria dedicada a la agricultura, adems de a la cra de ovejas, gallinas y patos.
Siembran maz, mandioca y batatas e intercambian arcos, flechas y mantas por mujeres. Muy contento con esta informacin, Alvar Nez mandar un destacamento de
espaoles e indgenas en busca de estas tribus guaranes que habitan en las montaas,
que al cabo de seis das regresar con la siguiente noticia: [Y] fueron por donde los
guas los llevaron; y al cabo de seis das volvieron, y dijeron que los indios guaranes
se haban ido de la tierra, porque sus pueblos y casas estaban despoblados, y toda la
tierra as lo pareca, porque diez leguas a la redonda lo haban mirado, y no haban
hallado persona (Cap. 57, fol. 111r.). Todo invita a pensar que estaban engaando a
Alvar Nez para que este no siguiese adelante con su ejrcito de espaoles e indios
aliados esquilmando los vveres de los pueblos por donde pasaban. Claro est, cuando
Alvar Nez pregunta por las razones de estos pueblos, le responden de la manera
ms inteligente, sin olvidarse de mencionar el metal blanco y amarillo: [Y] crean
que se iran a juntar con otros pueblos de los guaranes que estaban en la frontera de
una generacin de indios que llaman xarayes; con los cuales y con otras generaciones
tienen guerra, y que los indios xarayes es gente que tienen alguna plata y oro que les
dan los indios de la tierra adentro... (Cap. 57, fol. 111r.-111v.). Como era de esperar,
al oir la noticia Alvar Nez despachar inmediatamente a Hctor de Acua y Antn
Correa, junto con intrpretes y con indios sacococes y guaranes, para que se informen sobre aquellas tierras y traben amistad con su principal. Para esto les provee de
algunos presentes: [Y] dio a los espaoles muchos rescates y un bonete de grana, para
que diesen al principal de los dichos xarayes, y otro tanto para el principal de los guaranes... (Cap. 58, fol. 112r.). Pero las noticias que empez a recibir no fueron buenas.
Uno de sus capitanes, Agustn de Campos, cuando suba con sus navos por el ro, fue
atacado por los indios guaxarapos que mataron a cinco cristianos, a los que se uni
un tal Juan de Bolaos que muri ahogado. Teniendo en cuenta que el gobernador ya
haba hecho amistad con estos indios y los tena por aliados, la noticia no fue muy
204
bien recibida. Sobre todo por un rumor que se empez a propagar por los alrededores
del puerto de los Reyes sobre que los cristianos tenan las cabezas tiernas, motivo que
provoc que algunos de los aliados (que no deban serlo tanto) se empezaran a levantar
contra ellos: La muerte de los cristianos fue muy gran dao para nuestra reputacin,
porque los indios guaxarapos venan en sus canoas a hablar y comunicar con los indios
del puerto de los Reyes, que tenan por amigos, y les dijeron cmo ellos haban muerto
a los cristianos y que no ramos valientes, y que tenamos las cabezas tiernas, y que nos
procurasen matar, y que ellos los ayudaran para ello (Cap. 58, fol. 112r.). Relacionada
con esta informacin existe una carta del vizcano Francisco de Andrada que autoriza
al gobernador Alvar Nez Cabeza de Vaca a hacer la guerra justa contra los indios:
16 de febrero de 1544 aos. Conformandome con lo que el derecho
dispone en la guerra justa digo que la presente guerra que v. illa _
[vuestra ilustrsima seora] quiere hazer contra los yndios llamados
guaxarapos y los que fueron y son en su ayuda y favor es justa por las
Razones siguientes / la primera por ser publico y notorio ellos aver
muerto seis xpnos sobre amistad aviendoles dado V. illa _ de sus Resgates y no les haziendo mal nynguno. Lo segundo por aver venido ha
hazer elada de noche ha este puerto de los Reyes con mano armada a
la voca de un estero por donde los xpos del dho puerto salieron a pescar para sustentar sus personas onde tomaron o mataron quatro xpos
y iertos yndios guaranies xpos lo qual todo es muy gran deserbiio de
dios y de su ma./ que son las dos condiiones que el derecho dispone
ser la guerra justa contra los delinquentes por tanto my pareer es que
V. S. les puede hazer la guerra justamente y asi lo firmo de mi nombre.
Francisco de Andrada [AGI, Legajo 1131, fol. 103 r.].179
De cualquier forma, a pesar de estas muertes, los intereses de Alvar Nez siguen
localizados en su bsqueda de metales preciosos. Ocho das despus de partidos Antn
Correa y Hctor de Acua, volvieron con un natural de aquella regin que el cacique les
haba dado y con nuevas noticias de su incursin en tierra de los xarayes. Dijeron que
haban llegado a una regin poblada por unos indios que se llamaban artaneses y que
eran gente grande de cuerpo pero muy feos de rostros porque se horadaban el labio
inferior y se labraban la cara. El camino fue muy dificultoso ya que estaba lleno de cinagas y estaba el cieno tan caliente, y herva con la fuerza del sol tanto, que les abrasaba las piernas y les haca llagas en ellas, de que pasaban mucho dolor; y allende de
179. Entre los aos 1526 y 1560, dentro de lo que se ha venido en llamar La escuela espaola de la paz,
Francisco de Vitoria, catedrtico de Teologa de la universidad de Salamanca, Domingo de Soto y Melchor
Cano, junto con sus discpulos predilectos y artfices de esta escuela, vinieron a definir el concepto de guerra
justa. Gracias a los planteamientos cristianos presentados, el emperador ordenar una paralizacin total de la
poltica llevada hasta entonces y un estricto seguimiento de las llamadas Leyes Nuevas orientadas a favorecer a
los habitantes americanos. Aunque, desgraciadamente, los objetivos econmicos primaran sobre los cristianos,
no ha habido precedente de esta actitud en los otros pases europeos. Vitoria plantear y formular postulados
mucho ms objetivos que los que las Casas propuso con su sincera pero maniquea, vehemente y poco objetiva
defensa de los recin descubiertos habitantes americanos, consiguiendo con un espritu mucho ms moderno
que la mayora de la gente de su tiempo, separarse de la tradicin medieval. Su tesis de la Communitas Urbis
es revolucionaria por salirse del marco histrico en que fue creada convirtindose en una utopa. Francisco de
Vitoria fue un hombre con visin de futuro y con valor para exponer sus ideas, por lo que est considerado en
estos momentos como el maestro de la paz internacional.
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esto tuvieron por cierto de morir el dicho da de sed... (Cap. 59, fol. 113r.). As continuaron su camino otros dos das con las mismas dificultades hasta que antes de que
anocheciese vieron venir a ms de quinientos indios xarayes a los recibir con mucho
placer, todos muy galanes, compuestos con muchas plumas de papagayos y avantales
[delantales] de cuentas blancas con que cubran sus vergenzas.... (Cap. 59, fol 113v.).
Las mujeres iban cubiertas de ropas largas de algodn que llaman tipoes.180 Quiz lo
ms importante de este captulo sea la autoalabanza que hace Alvar Nez de s mismo, en esta ocasin en boca del jefe de los xarayes: [P]orque mucho tiempo haca que
deseaba ver a los cristianos, y que desde el tiempo que Garca haba andado por aquellas tierras tena noticia de ellos, y que las tena por sus parientes y amigos; y que asimismo deseaba mucho ver al principal de los cristianos, porque haba sabido que era
bueno y muy amigo de los indios, y que les daba cosas y no era escaso... (Cap. 59,
fol. 113v.-114r.). El jefe pregunt a los cristianos el motivo de su visita y se ofreci en
darles todo lo que estuviera en su mano. El motivo de la visita, como muy claramente
dirn los cristianos y que en realidad era el motivo de toda la estancia de Alvar Nez
en el Ro de la Plata, ser el mismo: la bsqueda de oro. Y por lengua del intrprete le
dijeron y declararon cmo el gobernador los enviaba para que dijese y declarase el
camino que haba desde all hasta las poblaciones de la tierra, y los pueblos y gente
que haba desde all a ellos, y en qu tantos das se podra llegar donde estaban los
indios que tenan oro y plata... (Cap. 59, fol. 114r.). Por supuesto, los cristianos no se
olvidaron de decir que el gobernador quera ser su amigo. Pero el principal de estos
indios, que se llamaba Camire, no les indic el camino por donde tenan que ir para
encontrar el deseado oro, porque deca que con la cada de aguas todas esas tierras se
quedaban anegadas y que no tena noticia de que hubiese tal camino. Adems, les
dijo que l era enemigo de los guaranes. Cuando anocheci, el principal les invit a
su casa, les dio de comer, les provey de redes de algodn181 (hamacas) para que durmiesen y les convid a que si quisiese cada uno su moza, que se la daran, pero no las
quisieron, diciendo que venan cansados... (Cap. fol. 114v.). Alvar Nez no deja de
mencionar que en este pueblo tambin tenan patos para que se comiesen a los grillos.
Paradjicamente, el intrprete de Camire era un indio de la generacin de los guaranes, que haca mucho tiempo que estaba entre ellos y estaba casado all con una india
de la generacin de los xarayes, y lo queran muy bien y lo tenan por natural (Cap.
59, fol. 113v.). Este indio ser minuciosamente interrogado por el ansiado oro una vez
los cristianos regresaron al campamento donde se encontraba Alvar Nez: Fue preguntado si, al tiempo que los de su generacin hicieron guerra a los naturales de la
tierra, si vio que tenan oro y plata. Dijo que en los pueblos que saquearon haba habido muchas planchas de plata y oro, y barbotes [pieza de la armadura que protege la
barbilla], y orejeras, y brazaletes y coronas, y hachuelas, y vasijas pequeas, y que
todo se lo tornaron a tomar cuando los desbarataron... (Cap. 60, fol. 116r.). Esto era
todo lo que Alvar Nez necesitaba or para ponerse en marcha, no sin antes amenazar al indio en cuestin de lo que le podra pasarle si estaba mintiendo: Fue preguntado si tiene voluntad de irse en su compaa y de los cristianos a ensear el camino.
180. Primera y ltima ocasin en que Avar Nez utiliza esa palabra. Tnica larga, generalmente de lienzo
o algodn, con escote cuadrado y mangas muy cortas (Diccionario, RAE).
181. La palabra hamaca aparece por primera vez en la Carta de Luis Ramrez a su padre desde el Brasil
(1528).
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Dijo que s, que de buena voluntad lo quera hacer, y que para lo hacer le envi su principal. El gobernador le apercibi y dijo que mirase que dijese la verdad de lo que saba
del camino, y no dijese otra cosa, porque de ello le podra venir mucho dao... (Cap.
60, Fol.. 116r.-116v.). Bien se ha visto de lo que era capaz el gobernador con aquellos
que se interponan o simplemente no le apoyaban en sus intereses. Se nos cuenta que
el gobernador sali del puerto de los Reyes un 26 de noviembre de 1543 con 300 arcabuceros y ballesteros y dejando en el dicho puerto a cien hombres cristianos y hasta
doscientos indios guaranes bajo el mando de Juan Romero. Bien podemos imaginar
que el gobernador se llevase a la gente ms sana dejando a los otros infelices a su suerte junto con doscientos guaranes que ya haban aprendido que los cristianos eran de
cabezas tiernas. Algo parecido a lo que hizo con el poblado de la Asuncin. Pero el
camino que haban elegido no les iba a resultar tan fcil ya que cuanto ms bamos por
l lo hallbamos ms cerrado de rboles y yerbas muy altas y espesas... (Cap. 61, fol.
117r.). Por fin llegaron a una gran laguna donde indios y cristianos tomaron a manos
pescado;182 sacaron miel de los rboles e incluso mataron algunos puercos salvajes.
Probaron una fruta parecida al arrayn o mirto que tena muy buen sabor pero que les
hizo vomitar. Al quinto da continuaron caminando siguendo al gua por caminos de
difcil acceso. En el siguiente captulo (62) observamos cmo el gua empieza a desatinar: En este ro del agua caliente comenz a desatinar la gua, dicindoles que como
haca tanto tiempo que no haba andado el camino, lo desconoca, y no saba por donde
haba de guiar, porque los caminos viejos no se parecan... (Cap. 62, fol. 117v.). En el
camino se encontraron con algunos indios guaranes de los que quedaban en aquellos
desiertos durante las guerras pasadas y que se mantenan de maz que sembraban,
miel, caza y frutas. As, les preguntaron si saban el camino para ir a las poblaciones de
tierra adentro y cunto tiempo necesitaran para llegar, a lo que ellos respondieron,
que, como ellos eran muy pequeos cuando anduvieron el dicho camino, nunca ms
anduvieron por l, ni lo han visto, ni saben ni se acuerdan de l, ni por donde le han de
tomar ni qu tanto tiempo se llegar all (Cap. 62, fol. 118r.). Como era habitual, le
dicen al gobernador que a dos jornadas de donde se encontraban viva un cuado de
ellos y que ha ido muchas veces por l [camino], y lo sabe, y dir por dnde han de ir
por l (fol. 118r.). As pues, el gobernador mand a dos espaoles y un intrprete para
que fuesen a la casa del dicho cuado para informarse de los caminos y tres das despus recibi una carta de manos de un indgena en la que les haca saber que haban
llegado a la casa de los dichos indios y que haban hablado con el indio que saba el
camino de la tierra adentro: [Y] deca que desde aquella su casa hasta la primera poblacin de adelante, que estaba cabe aquel cerro que llamaban Tapuaguazu (que es una
pea alta), que subido en ella se aparece mucha tierra poblada; y que desde all hasta
llegar a Tapuaguazu habr dieciseis jornadas de despoblados, y que era camino muy
trabajoso, por estar muy cerrado el camino de arboledas y yerbas muy altas y muy
grandes malezas (Cap. 63, fol. 118v.). Pero el gobernador no se conform con recibir al
mensajero con la carta, sino que quiso hablar directamente con el que conoca el camino. Una vez a su lado, le hizo una serie de regalos y le habl muy alegremente rogn182. Poder coger un pez con las manos suena a exageracin y posiblemente lo sea. Sin embargo, no es extraordinario escuchar en algunos pueblos rivereos espaoles que peces como las truchas se hayan cogido con
las manos, sobre todo cuando stas se sitan bajo las rocas.
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dole que con toda verdad le descubriese el camino de la tierra poblada (Cap. 64, fol.
118v.-119r.). A ello respondi el indio con las escusas siguientes:
El dijo que haca muchos das que no haba ido por l, pero que el
lo saba y lo haba andado muchas veces yendo a Tapaguazu, y que
desde all se ven humos de toda la poblacin de la tierra; y que l
iba a Tapua por flechas, que las hay en aquella parte, y que ha dejado muchos das de ir por ellas, porque, yendo a Tapua, vio antes de
llegar humos que se hacan por los indios, por lo cual conoci que se
comenzaban a venir a poblar aquella tierra los que solan vivir en ella
que la dejaron despoblada en tiempo de las guerras, y porque no lo
matasen no haba osado ir por el camino, el cual est ya tan cerrado
que con muy gran trabajo se puede ir por l, y que le parece que en
dieciseis das iban hasta Tapua yendo cortando rboles y abriendo
camino (Cap. 64, fol. 119r.).
Al preguntarle si estaba dispuesto a acompaar a los cristianos por el dicho camino,
dijo que lo hara de buena voluntad aunque con miedo a los indios de la tierra. A raz
de la informacin dada por el indio, el gobernador Alvar Nez Cabeza de Vaca mand juntar a los oficiales de Su Majestad, clrigos y oficiales para pedir consejo sobre
lo que se deba hacer en esa situacin. Segn se nos cuenta, los oficiales dijeron que
sera muy arriesgado seguir adelante dado que no tenan suficientes vveres, por haberlos gastado alegremente creyendo que esas eran tierras ricas en bastimento, como
les haban dicho los indios. Que slo les quedaban vveres para seis das y que pasados
estos no tendran qu comer. Porque adems, [M]ayormente que los indios nunca
dicen cosa cierta; que podra ser que en donde dice la gua que hay dieciseis jornadas,
hubiese muchas ms, y que cuando la gente hubiese de dar la vuelta no pudiese, y de
hambre se muriesen todos... (Cap. 64, fol. 119v.). En otras palabras, que su parecer
era que deban volver al puerto de los Reyes para poder rehabastecerse si decidan
volver y que si fuese necesario se lo requeriran de parte de Su Majestad. Magnfica
forma de cubrirse las espaldas por parte de Alvar Nez, diciendo que la decisin de
volverse al puerto de los Reyes no es suya en vez de tomar la responsabilidad como
mayor autoridad que era en ese momento. Ya se ha visto repetidamente cmo Cabeza de Vaca utiliza a los oficiales de Su Majestad, a los clrigos y a los capitanes cada
vez que quiere justificar una empresa o iniciativa. En este caso, si no puede conseguir
el ansiado y deseado oro no ser por su culpa, ya que jams se responsabilizar de
ninguna de sus acciones, sino que har responsables a aquellos que le aconsejaron lo
contrario. Es importante no perder de vista que es el gobernador quien tiene la ltima
palabra y quien, a fin de cuentas, es el responsable de las acciones de los cristianos
en aquellas partes. Desde el punto de vista tico, Alvar Nez no ofrece ninguna solvencia, ms bien al contrario. Es el mayor cnico de todos nuestros cronistas, no tiene
ningn reparo en mentir, manipular, amenazar, saquear y presentarse siempre como
un hombre entregado al servicio de Dios y a los intereses de su monarca. Por todas
estas razones merece crdito; no en el sentido moral, sino en el literario. Muy pocos
han conseguido llegar tan lejos en la historia como este astutsimo jerezano, capaz de
engaar a la mayor parte de los hombres de su tiempo as como a la mayor parte de
los crticos literarios e historiadores del nuestro. Lo interesante sera descubrir la razn
208
de la mrbida atraccin que suscita este siniestro personaje. La respuesta no puede ser
otra que la de su capacidad de saber pasar al papel sus supuestos atributos con tal extraordinaria maestra que muchas veces se le defienda de manera irracional, como una
madre puede defender la inocencia de un hijo culpable. Por ello, repito, Alvar Nez
Cabeza de Vaca merece un lugar preponderante entre los cronistas de Indias. No nos
debemos olvidar, ni mucho menos, de la enorme aportacin geogrfica, antropolgica,
lingstica, as como de la informacin sobre fauna y flora que su obra ofrece, aunque
por encima de todas tengamos que destacar su calidad literaria. Sin duda, pese a que
fueron varios los santos varones que deambularon por todas las selvas, desiertos y
ocanos del mundo en aquella poca, muy pocos dejaron un testimonio de tan alta calidad como este encantador personaje. Alvar Nez Cabeza de Vaca nunca se dio por
vencido hasta el da de su muerte. Nunca alcanz la meta de ver cumplidos sus sueos
como lo hicieran los grandes conquistadores (que en su inmensa mayora tuvieron
muertes violentas), pero no dej de intentarlo hasta su ltimo aliento. Tramposo y sin
ningn tipo de escrpulo, sin duda, pero con un espritu competidor digno de los ms
grandes campeones, Alvar Nez nunca tir la toalla. Su lema, el donjuanesco tan largo me lo fiis, lo llev a la prctica hasta que se lo llevaron arrastrado a los infiernos.
Merecen crdito las obras de los artistas que no son buenas personas? Por supuesto.
Frente a la decisin del grupo de Alvar Nez de no seguir adelante tras haber odo
los argumentos expuestos y los riesgos que corran si continuaban, el gobernador mostrar una postura totalmente contraria. No debemos olvidarnos en ningn momento
que la finalidad de toda la narracin de Comentarios es la de defender las acciones de
Alvar Nez; por lo tanto, en este caso el autor nicamente se est lavando las manos, de manera retroactiva, respecto a los sucesos y desrdenes que tendrn lugar ms
adelante:
Y visto el parecer de los clrigos y oficiales y capitanes, y la necesidad
de la gente, y la voluntad que todos tenan de dar la vuelta, aunque el
gobernador les puso delante el gran dao que de ello resultaba, y que
en el puerto de los Reyes era imposible hallarse bastimentos para sustentar tanta gente y para fornecerlo de nuevo, y que los maces no estaban para los coger, ni los indios tenan que les dar, y que se acordasen
que los naturales de la tierra les decan que presto vendra la crecida
de las aguas, las cuales pondran en mucho trabajo a nosotros y a ellos
(Cap. 65, fol. 119v.).183
Pero si Alvar Nez era el gobernador, por qu no impuso su autoridad tan bien como lo haba hecho en otras ocasiones tan arriesgadas como esa? La respuesta que nos
da, empapada del ms puro cinismo del mejor sofista, es la siguiente:184 Conocida su
demasiada voluntad [de los oficiales, capitanes, clrigos, etc.], lo hubo de hacer [el gobernador], por no dar lugar a que hubiese algn desacato por donde hubiese de castigar
a algunos; y as los hubo de complacer, y mand apercibir para que otro da se volviesen desde all para el puerto de los Reyes (Cap. 65, fol. 119v.). En realidad no sabemos
a ciencia cierta qu estaba pasando por la mente de Alvar Nez en ese momento, ni
183. El captulo 65 est enumerado como 62 en el original, error tipogrfico (Comentarios 1555).
184. Mis respetos por Protgoras, primer sofista, del que poco nos ha llegado pero todo muy interesante.
Captulo noveno
209
hasta qu punto era verdad la presin a la que se vea sometido para volver al puerto
de los Reyes. A pesar de todo y segn nos cuenta en la crnica, se guard una carta
bajo la manga, la de mandar a Tapua al capitn Francisco de Ribera con seis cristianos
y once indios principales. A estos ltimos los amenaz ordenndoles que los aguardasen y acompaasen [a los cristianos], y no los dejasen hasta que los volviesen donde
el gobernador estaba, y les apercibi de que si los dejaban que los mandara castigar
(Cap. 65, fol. 120r.). Paradjico contraste entre la complacencia que tiene con los cristianos que quieren volver y el tono autoritario que adapta con los indios que van a
acompaar a su capitn. A los ocho das, Cabeza de Vaca ya haba llegado al puerto de
los Reyes, bien descontento por no haber pasado adelante (Cap. 65, fol. 120r.). Una
vez all, fue informado por Juan Romero, a quien haba dejado como lugarteniente,
de los indios naturales de l y de la isla que est a una legua del puerto trataban de
matar a todos los cristianos que haban quedado (Cap. 66, fol. 120r.). Recurdese que
ya haban descubierto que los cristianos tenan las cabezas tiernas. Al parecer, todos
los indios comarcanos tenan intencin de atacar el poblado cristano por la noche y
tomarles los bergantines. Una vez enterado de todo, el gobernador reaccion de una
forma tan paternalista e ingenua que resulta poco creble:
[S]abido esto el gobernador mand juntar a los indios principales de
la tierra, y les mand hablar y amonestar, de parte de Su Majestad,
que asosegasen y no quebrantasen la paz que ellos haban dado y
asentado, pues el gobernador y todos los cristianos le haban hecho
y hacan buenas obras como amigos, y no les haban hecho ningn
enojo ni desplacer, y el gobernador les haba dado muchas cosas, y
los defendera de sus enemigos; y que si otra cosa hiciesen, los tendra por enemigos y les hara la guerra; lo cual les apercibi y dijo
estando presentes los clrigos y oficiales, y luego les dio bonetes colorados y otras cosas...(Cap. 66, Fol.. 120r-120v.).
Maquiavelismo en grado sumo con el temor al castigo siempre presente. Este Cabeza de Vaca que se parece ms al dios de la guerra, poco tiene que ver con la imagen
que muestra de si mismo en su peregrinage por Norteamrica. Muchos han querido
ver en l una transformacin en el otro, en el vencido, un sincretismo de los valores
europeos con los amerindios. Pero ahora que va de adelantado, gobernador y capitn
general, se comporta al ms puro estilo conquistador. En este captulo podemos
ver adems una flagrante contradiccin con la presentada en un captulo anterior. En
el captulo 61, se nos cuenta que sali el gobernador del puerto de los Reyes el 26 de
noviembre de 1543 con 300 arcabuceros y ballesteros, y que dej el puerto con cien
hombres cristianos y cerca de doscientos indios guaranes bajo el mando de un Juan
Romero. En otras palabras, que dej el puerto de los Reyes con un total de 300 hombres (entre indios y cristianos). En el captulo 66 se nos dice sin embargo lo siguiente:
Dende a dos das despus de que el gobernador hubo llegado al puerto de los Reyes, como se hay con tanta gente de espaoles e indios,
y esperaba con ellos tener gran necesidad de hambre, porque a todos
haba de dar de comer, y en toda la tierra no haba ms bastimento
que lo que l tena en los bergantines que estaban en el puerto, lo cual
210
estaba muy tasado, y no haba para ms de diez o doce das para toda
la gente, que eran entre cristianos y indios, ms de tres mil...(Cap. 66,
fol. 120v.).
Entre trecientos y tres mil hay una diferencia respetable. No olvidemos que estas mismas exageraciones las emple anteriormente en Naufragios, usando el chantaje emocional y el recurso dramtico del hambre una y otra vez, para ganarse la identificacin
del lector. En el captulo 29 de Naufragios, Alvar Nez escribe: y muchas veces traamos con nosotros tres y cuatro mil personas (Cap. 29, 185). Con el cinismo acostumbrado, cuando habla de los saqueos que su grupo cometa sobre aquellos por cuyas
tierras pasaban, no slo no se responsabiliza de las acciones de stos sino que adems
los llama mentirosos y ladrones. Como podemos apreciar claramente, estos calificativos de mentirosos y ladrones encajan como un guante a nuestro personaje, que se
supera con los aos. De cuatro mil que dice que iban con l en Norteamrica, pasa a tres
mil despus de habernos dicho anteriormente que slo eran trescientos. Un descuido
casi ingenuo si no fuera por la enorme cantidad de vctimas que moran en esas expediciones, tanto de amigos como de enemigos, y el sufrimiento que tuvieron que padecer
todos los que iban en su compaa. Igualmente, confirma que tanto la tcnica, la construccin narrativa, como la manipulacin de los hechos empleados en Naufragios son
muy parecidos a los de Comentarios. En este mismo captulo 66, Alvar Nez pregunta
dnde podra conseguir bastimentos, es decir comida para todos los que iban consigo,
para lo que manda llamar a todos los indios principales de la zona que le dijeron: [Q]ue
a nueve leguas de all estaban en la ribera de unas grandes lagunas unos indios que se
llamaban arrianicoses, y que estos tienen muchos bastimentos en gran abundancia,
y que estos daran lo que fuese menester (Cap. 66, fol 120v.). Cita que constituye el
eptome de la actitud mostrada por Cabeza de Vaca durante toda su vida. Realmente
no sabemos si lo que le dijeron los indios principales era verdad, ni tampoco si los dichos arrianicoss existan, pero lo que s sabemos es que antes de tomar una decisin
comprometida o importante, Alvar Nez se cubrir las espaldas con el consejo o la
autorizacin de otros. Si las cosas salen bien, el mrito ser suyo, si las cosas salen mal,
ser de la persona o personas que le aconsejaron. Cuando vemos las razones que Alvar
Nez dio a su superior, Pnfilo de Narvez, por no quedarse con los navos en el viaje
que hicieron a lo Florida en 1528, comprobamos cmo desobedece a su superior. Adems, a agua pasada, ya que los acontecimientos que narra haban ocurrido aos antes
de que escribiese su obra Naufragios, vaticina ante su superior, como si fuera un profeta,
lo que iba a ocurrir en caso de obedecerle.
A lo cual respond que yo hua de encargarme de aquello porque tena
por cierto y saba que l no haba de ver ms los navos, ni los navos
a l, y que esto entenda viendo que tan sin aparejo se entraban por la
tierra adentro; y que yo quera ms aventurarme al peligro que l y los
otros se aventuraban, y pasar por lo que l y ellos pasasen, que no encargarme de los navos, y dar ocasin a que se dijese que, como haba
contradicho la entrada, me quedaba por temor, y mi honra anduviese
en disputa; y que yo quera ms aventurar la vida que poner mi honra
en esta condicin (Cap. 4, 90).
Captulo noveno
211
Las razones que da Alvar Nez a su superior no pueden ser ms claras: porque
tena por cierto y saba que l no haba de ver ms los navos. Y por qu lo saba?
Sencillamente, porque cuando escribi la obra ya haban ocurrido los hechos y no
quedaba ningn testigo que le contradijese. De esa manera, no solamente queda exculpado, sino que adems pasa por persona sabia y hasta cierto punto elegida. No
es necesario decir que el pobre Narvez pas a la historia, adems de por su derrota
contra Corts, por convertirse en su expedicin a la Florida en un irresponsable que
puso en peligro a todos sus hombres en una expedicin que ya estaba maldita de
antemano.
Pasando a Comentarios, Alvar Nez ir con toda su tropa de indios y cristianos
hambrientos a pedir comida a los arrianicoses, sencillamente porque algunos indios comarcanos, de los que no tenemos noticia, se lo haban aconsejado. Qu podan
hacer estos pobres indgenas ribereos ante tamaa invasin?, qu opciones tenan?
Como la decisin era difcil y comprometida desde el punto de lo que se consideraba
una guerra justa, Alvar Nez har lo que siempre haca en estos casos: cubrirse
las espaldas con el consejo de sus oficiales y clrigos hasta llegar al siguiente acuerdo:
[L]os cuales todos juntamente le dijeron que deba enviar a los pueblos de los indios
la mayor parte de la gente, as para se mantener y sustentar como a comprar bastimento, para que enviasen luego a la gente que consigo quedaba en el puerto, y que si
los indios no quisiesen dar los bastimentos comprndoselos, que se los tomasen por
fuerza; y si se pusiesen a defender, los hiciesen guerra hasta se los tomar (Cap. 67, fol.
121r.). Que los hiciesen guerra hasta se los tomar. Ese tipo de actitud no estaba estipulada en las leyes Nuevas en cuanto al trato que se deba dar a los indgenas y dista
mucho de ser una actitud cristiana, aureola de la que se ha querido recubrir, incluso
por parte de algunos miembros de la iglesia actual, a Cabeza de Vaca.185 La razn que
da Alvar Nez para adoptar esa actitud es la de que si no lo haca, sus hombres le
desobedeceran y se le escaparan o simplemente se moriran de hambre. Tena realmente tan poca autoridad sobre ellos? Quin es el responsable de que se mueran de
hambre y fatiga indgenas y espaoles para satisfacer la sed de oro de su superior? Sin
embargo, Alvar Nez es todo menos tonto, por lo que siempre justificar sus acciones diciendo que primero se deber pedir la comida con amorosas razones, pero que
si no fuera posible obtenerla as, se deber hacer por la fuerza, dado que el hambre
que tienen no sufre otra cosa. La principal consigna que da a su capitn Gonzalo de
Mendoza, encargado de ir a por los bastimentos, es la siguiente:
[Y] llegado a los pueblos, pediris a los indios donde vais que os den
de los mantenimientos que tuvieren, para sustentar las gentes que
llevis, ofrecindoles la paga y rogndoselo con amorosas palabras y,
si no os lo quisiesen dar, requerrselo habis una y dos y tres veces,
y ms, cuntas de derecho pudiereis y debiereis, y ofreciendoles primero la paga; y si todava no os lo quisiesen dar, tomarlo habis por
la fuerza; y si os lo defendieren con mano armada, hacerles habis la
guerra, porque el hambre en que quedamos nos sufre otra cosa (Cap.
67, fol. 121v.).
185. Vase entre otros trabajos, David A. Howard, Conquistador in Chains.
212
Con estas rdenes, cuenta la crnica, mand a Gonzalo de Mendoza con ciento veinte cristianos y seiscientos indios flecheros. Una vez ms con el parecer de los clrigos y oficiales y capitanes. Como era poca de crecida de aguas y los navos podan
navegar, tambin mand al capitn Hernado de Ribera en un bergantn por el ro Iguatu
arriba con cincuenta y dos hombres hasta los pueblos de los indios xarayes (Cap. 68,
fol 122r.). Este capitn sali el 20 de diciembre de 1543.186 En cuanto a la expedicin de
Gonzalo de Mendoza en busca de comida, los indios le respondieron, segn el intrprete que mandaron: [Q]ue no fuesen los cristianos a su tierra, y que no les queran
dar ninguna cosa; antes los haban de matar a todos, y que para ello les haban venido
a ayudar los indios guaxarapos, que eran muy valientes (Cap, 68, fol. 122v.). Recurdese que estos guaxarapos eran los que decan que los cristianos tenan las cabezas
tiernas. En pocas palabras, los indios les estn diciendo que se vayan en buena hora
y que les dejen en paz. Pero los hombres de Alvar Nez no les dejaron en paz, ms
bien al contrario. Viendo que no les daban comida despus de haberla pedido repetidas veces, mataron a dos de ellos con arcabuces. Despus de este incidente, los indios
huyeron de sus casas y los cristianos entraron en ellas a saco donde se proveyeron de
todo lo que pudieron: maz, mandubes y otras yerbas y races. Los indios no queran
volver a sus casas, incluso preferan quemarlas antes de drselas a los cristianos. Actitud valiente y lgica la de defender sus vidas y sus haciendas. Es ms, estos arranicoses
se coaligarn con los guaxarapos y guatos para defenderse de los cristianos.187 Viendo
Alvar Nez que su poltica de mano dura no estaba funcionando, les mando decir
que [P]rocurase de tornar los indios a sus casas, y no les consistiese hacer ningn mal
ni dao ni guerra, antes les pagase todos los bastimentos que les haban tomado, y les
dejasen en paz, y fuesen a buscar bastimentos por otras partes (Cap. 68, fol. 123r.). Un
poco tarde ya para palabras amorosas.
186. Segn la opinin de algunos, Cabeza de Vaca manda a Hernando de Ribera a una misin imposible para
poder quedarse con su mujer, que tambin estaba en el campamento.
187. Segn la informacin que nos da Alvar Nez Cabeza de Vaca. No se sabe a ciencia cierta si alguno de
los nombres de estos grupos son inventados por el autor.
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de plata y unas orejeras de oro. A ello Alvar Nez aadir que este capitn tambin
vio:190 [Q]ue de unas tinajas grandes que estaban dentro de la casa llenas de maz vio
sacar ciertas planchas y hachuelas y brazaletes de plata, y echarlos fuera de la casa por
las paredes que eran de paja (Cap. 70, fol. 144r.). Estos indgenas que tenan a dos
orejones por esclavos, le dijeron que a tres jornadas de all haba ciertos cristianos con
una tribu que se llaman payzunoes. Tambin inform el citado capitn que la distancia
que haba entre el puerto de los Reyes y Tapaguazu era de 70 leguas de camino. El gobernador le pregunt que de dnde sacaban estos indios la plata y el oro, y el capitn
le respondi que de otros indios que lo daban a cambio de flechas, arcos y esclavos (en
este orden) que tomaban de otras generaciones. Que los payzunoes lo conseguan de
los chaneses y chimenoes y carcaraes y candirees, que lo tenan en mucha cantidad. El
grupo indgena chimenoes, que tambin aparece en otro captulo como chimeneos,
es otro de los nombres de origen dudoso que aparecen en la abundante lista etnogrfica
de esa zona que generosamente nos proporciona Alvar Nez. Una de las caractersticas ms interesantes que nos ofrece el captulo 70, no es el mensaje propagandstico
sobre esas regiones repletas de comida y con muestras de oro y plata, sino el hablarnos
adems de la calidad de ese oro y plata, seguramente para convencer al lector de que
se est hablando de metal de primera calidad. En nuestras manos queda la libertad de
aceptar o no el testimonio que llega hasta nosotros: Fueles mostrado un candelero de
azfar muy limpio y claro, para que lo viesen y declarasen si el oro que tenan en su
tierra era de aquella comarca; y dijeron que lo del candelero era duro y bellaco, y lo de
la tierra era blanco y no tena olor y era ms amarillo; y luego les fue mostrada una sortija de oro, y dijeron que s era de aquello mismo lo de su tierra (Cap. 70, fol. 125v.).
Lo mismo hicieron con la plata, ensendoles un plato de estao primero y luego una
copa de plata que dijeron haber de aquello en su tierra muy gran cantidad, en vasijas,
coronas, hachuelas, planchas y otras piezas. Dicindonos todo esto en boca de un tercero, Alvar Nez nos quiere convencer que su intencin de continuar su expedicin
era la correcta. De esta forma se exculpa. Recurdese que Comentarios se escribi diez
aos despus de ocurridos estos hechos, tras el tremendo fracaso que supuso, en gastos
de todo tipo y sobre todo de vidas humanas, no solamente su expedicin hacia el norte
sino toda su gobernacin en el Ro de la Plata. Quiz con la esperanza de volver a ser
enviado nuevamente a esas tierras, algo que jams volvera a ocurrir.
A partir de este momento, en el captulo 71, se observar cmo la fortuna de Cabeza
de Vaca habr llegado a su fin. La relacin del capitn Francisco de Ribera, ser el canto
del cisne de una fbula que nunca lleg a cumplirse: Y como fue venido Francisco de
Ribera con los seis espaoles que venan con l del decubrimiento de la tierra, toda la
gente que estaba en el puerto de los Reyes comenz a adolecer de calenturas, que no
haba quien pudiese hacer la guarda en el campo (Cap. 71, fol. 125v.- 126r.). Algunos
indios guaranes sufrieron igualmente esas fiebres y murieron; la causa que de ello se
nos da es que con la crecida de las aguas, stas se haban hecho salobres. Esa debilidad de los cristianos hizo que los indios les perdiesen el respeto. Por eso, una maana,
Nez est utilizando a su favor todo lo que el quiere decir y ponerlo en boca de un tercero del que no hay
rastro.
190. No se olvide que en 1536, cuando Alvar Nez y los otros tres supervivientes llegaron a Mxico dijeron
haber visto siete ciudades y que la ms pequea era ms grande que Mxico. No debemos perder la perspectiva
de las intenciones del autor cuando, por alguna razn, intenta incluir relaciones fabulosas.
Captulo dcimo
215
los indios xaqueses y socorinos raptaron a cinco cristianos, cuatro de ellos de poca
edad, junto con varios guaranes, [Y] despedazaron a los cinco cristianos e indios, y
los repartieron entre ellos a pedazos entre los indios guaxarapos y guatos (Cap. 71,
fol. 126r.). Ya envalentonados, empezaron a quemar el campamento cristiano y continuaron matando y comindose a aquellos que raptaban. Poco menos se poda esperar
por parte de estos indgenas que de la noche a la maana se vieron invadidos por grupos de extranjeros que les exigan mano de obra y alimentos a cambio de cuentas,
amenazndoles si no con la guerra. En esta ocasin los indios mataron cincuenta y
ocho cristianos, todo por la ambicin de un hombre que soaba con conseguir un
oro que cada vez pareca ms inalcanzable. Con ello los indios dejaron un mensaje
muy claro, ya que el gobernador les pidi que devolviesen a los cristianos que haban
raptado: [D]iciendo que la tierra era suya, y que no haban de pescar en ella los cristianos y los indios [amigos de los cristianos]; que nos fusemos de su tierra, si no que
nos haban de matar (Cap. 71, fol.126v.). Esta respuesta por parte de los indios no
coincida con los intereses de Cabeza de Vaca, por eso les dijo que si no devolvan a
los cristianos los tendra por enemigos. Visto, segn Alvar Nez, que los indios no le
hacan caso, fueron dados y pronunciados por enemigos para poderlos hacer la guerra; la cual se les hizo, y asegur la tierra de los daos que cada da le hacan (Cap. 71,
fol. 127r.). Por supuesto, todo esto con el parecer de los oficiales de Su Majestad y los
clrigos. Innecesarias matanzas de uno y otro lado, fruto casi siempre de la ambicin
y el egoismo de una minora, realizadas en nombre de Dios y la justicia.
En el captulo 72 se nos narra la llegada del capitn Hernando de Ribera el 30 de
enero de 1543 (debe leerse 1544) al puerto de los Reyes, encontrndose con que el gobernador estaba enfermo. Segn las relaciones de otros soldados, sabemos que la llegada de dicho capitn no fue del agrado de Alvar Nez, quien casi le hace ahorcar. Es
importante destacar que en este captulo, el ms maravilloso de toda la obra, apenas
dedica informacin a la relacin que dio Hernando de Ribera sobre los pueblos que
visit. Tampoco es gratuito que esta relacin se incluya en el captulo pstumo de los
Comentarios. En l tambin se hacen algunas descripciones negativas de los indgenas
del lugar: [Y] en toda esta tierra tienen por costumbre los naturales de ella de se matar
y comer los unos a los otros (Cap. 72, fol. 127r.).
Tres meses estuvo el gobernador en el puerto de los Reyes con la gente enferma de
calenturas. Finalmente, debido a los ataques de los indios, a los insoportables mosquitos y a las fiebres, segn cuenta Alvar Nez, tuvo que darse por vencido: [Y] porque
haban requerido al gobernador los oficiales de Su Majestad que se retirase y fuese del
dicho puerto abajo a la ciudad de la Ascensin, adonde la gente convaleciese, habido
para ello la informacin y parecer de los clrigos y oficiales, se retir... (Cap. 73, fol.
127v.). Sabemos por varias fuentes que Alvar Nez estaba enfermo y que llegase a
admitir que su intento por explorar esos territorios con todos los supuestos tesoros
que en ellos haba haba sido ftil, sera tarea poco menos que imposible. Ya se observa cmo pasa la responsabilidad de esa humillante decisin a los clrigos y oficiales
de Su Majestad. En este captulo ofrece una mencin interesante que ya haba aparecido antes, pero esta vez con un cariz diferente. Es la presencia de cien muchachas
indgenas que haban sido regaladas a algunos capitanes y personas sealadas y
que muy probablemente no se debiese nicamente a razones de doctrina como se
nos cuenta. Alvar Nez, siempre buscando alguna excusa ante la animadversin que
216
Captulo dcimo
Plata por las mujeres para ayudar a los hombres, y pidiendo repartimiento
para su marido. Asuncin, 2 de julio de 1556.
Muy alta y muy poderosa seora:
A esta provincia del Ro de la Plata, con el primer gobernador de
ella, don Pedro de Mendoza, hemos venido ciertas mujeres, entre las
cuales ha querido mi ventura que fuese yo la una; y como la armada
llegase al puerto de Buenos Aires, con mil quinientos hombres, y les
faltase el bastimento, fue tamaa el hambre, que, a cabo de tres meses, murieran los mil; esta hambre fue tamaa, que ni la de Jerusalem
se le puede igualar, ni con otra ninguna se puede comparar. Vinieron
los hombres en tanta flaqueza, que todos los trabajos cargaban de las
pobres mujeres, as en lavarles las ropas, como en curarles, hacerles
de comer lo poco que tenan, limpiarlos, hacer centinela, rondar los
fuegos, armar las ballestas, cuando algunas veces los indios les venan
a dar guerra, hasta cometer a poner fuego en los versos, y a levantar
los soldados, los que estaban para ello, dar arma por el campo a voces, sargenteando y poniendo en orden los soldados; porque en este tiempo, como las mujeres nos sustentamos con poca comida, no
habamos cado en tanta flaqueza como los hombres. Bien creer V.
A. que fue tanta la solicitud que tuvieron, que, si no fuera por ellas,
todos fueran acabados; y si no fuera por la honra de los hombres,
muchas ms cosas escribiera con verdad y los diera a ellos por testigos. Esta relacin bien creo que la escribirn a V.A. ms largamente,
y por eso cesar.
Pasada esta tan peligrosa turbunada, determinaron subir el ro arriba, as, flacos como estaban y en entrada de invierno, en dos bergantines, los pocos que quedaron vivos, y las fatigadas mujeres los
curaban y los miraban y les guisaban la comida, trayendo la lea a
cuestas fuera del navo, y animndolos con palabras varoniles, que
no se dejasen morir, que presto daran en tierra de comida, metindolos a cuestas en los bergantines, con tanto amor como si fueran
sus propios hijos. Y como llegamos a una generacin de indios que
se llaman tinbues, seores de mucho pescado, de nuevo los servamos en buscarles diversos modos de guisados, porque no les diese en
rostro el pescado, a causa de que lo coman sin pan y estaban muy
flacos.Despus determinaron subir el Paran arriba, en demanda de
bastimento, en el cual viaje, pasaron tanto trabajo las desdichadas
mujeres, milagrosamente quiso Dios que viviesen por ver que en ellas
estaba la vida de ellos; porque todos los servicios del navo los tomaban ellas tan a pechos, que se tena por afrentada la que menos haca
que otra, sirviendo de marear la vela y gobernar el navo y sondar de
proa y tomar el remo al soldado que no poda bogar y escotar191 el
navo, y poniendo por delante a los soldados que no se desanimasen,
que para los hombres eran los trabajos: verdad es, que a estas cosas
191. Sacar agua de un ro acequia o presa.
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Captulo dcimo
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por sus acciones hubiesen finalizado. En el captulo 74 podemos leer que su hacienda
vala a lo que dicen ms de cien mil castellanos:
Y tomaron todos sus bienes, ropas, bastimentos de vino y aceite, y
acero y hierro, y otras muchas cosas, y la mayor parte de ellas desaparecieron, dando saco en todo, llamndole tirano y otras palabras; y
lo que dejaron de la hacienda del gobernador lo pusieron en poder de
quien ms sus amigos eran y los seguan, so color de depsito, y eran
los mismos valedores que les ayudaban. Vala, a lo que dicen, ms de
cien mil castellanos193 su hacienda, a los precios de all, entre lo cual le
tomaron diez bergantines (Cap. 74, fol. 130r.).
Pero Hernndez centrar su crtica en la persona que a partir de ahora tomar las
riendas de la gobernacin del Ro de la Plata: Domingo Martnez de Irala. Segn cuenta Pero Hernndez, al da siguiente de haber prendido al gobernador, se juntaron los
oficiales con tambores delante de la casa del capitn Domingo de Irala. All leyeron un
pregn, libelo infame segn Pero Hernndez, que entre otras cosas deca que Cabeza
de Vaca tena ordenado tomarles sus haciendas y tenerlos por esclavos, y que por eso le
haban prendido, pasando posteriormente a nombrar por teniente de gobernador y capitn general de dicha provincia a Domingo Martnez de Irala. Segn Pero Hernndez,
a quien deban haber nombrado fue a Francisco Ruiz, pero por envidia y malicia le
desposeyeron contra todo derecho. Pero Hernndez, en boca de un tercero, pregunta
al veedor Alfonso Cabrera el por qu de la decisin de nombrar a Irala, y ste supuestamente responde: [Q]ue porque Domingo Martnez de Irala era el de menos calidad
de todos, y siempre hara lo que l mandase y todos los oficiales, por esto lo haban
nombrado (Cap. 75, fol. 130v.). Palabras interesadas, sin duda, de Pero Hernndez
pero que el tiempo se encargara de rebatir ya que Irala era querido y respetado por la
mayora y finalmente fue nombrado por la Corona con el ttulo de gobernador del Ro
de la Plata. Quiz lo que ms le doliese a Alvar Nez fuese que Irala quisiese continuar
las expediciones hacia el norte en busca de ese oro que l no haba podido conseguir. En
realidad, la idea de explorar el norte en busca de preciosos metales nunca fue original
de Cabeza de Vaca, ya que Irala haba realizado algunas expediciones con anterioridad,
pero siempre supona un enorme aliciente pensar que la Corona concedera un montn
de mercedes a aquellos que descubriesen esos metales. Escribe Pero Hernndez: Y luego los naturales y Domingo de Irala comenzaron a publicar que queran tornar a hacer
entrada por la misma tierra que el gobernador haba descubierto, con intento de buscar
alguna plata y oro... (Cap. 75, fol. 130v.). Afirmacin sta completamente falsa, ya que
el gobernador Cabeza de Vaca no haba descubierto nada, como se vio en el captulo
39, donde se menciona la vuelta de Domingo Martnez de Irala un 20 de febrero de
1543 habiendo llegado hasta el puerto de los Reyes. Segn Pero Hernndez, la razn de
encontrar ese oro en la expedicin que pensaban organizar no era otra que para que Su
Majestad, les perdonase, y con ello crean que le haba de perdonar el delito cometido
(Cap. 75, fol. 130v.). Tambin en este caso pura retrica narrativa, ya que Irala jams
hizo tal cosa.
193. Moneda castellana de oro. En un principio fue acuada por Enrique IV, posteriormente por los Reyes
Catlicos, en el ao 1483 vala 485 maraveds (conocida bajo el nombre de excelente). Se daba tambin este
nombre al alfonsi de oro, a la dobla y al enrique.
Captulo dcimo
221
En los siguientes captulos Alvar Nez, al igual que hizo en Naufragios, dar una
imagen de su persona con la cual el lector tender a identificarse. Si bien en su obra
sobre Norteamrica la imagen ofrecida fue la de un mrtir cristiano que semidesnudo
recorra los desiertos predicando la palabra de Dios y curando a sus hermanos indgenas, en Paraguay ser la de un hombre resignado a las injusticias de unos hombres
desalmados que slo buscaban satisfacer su concupiscencia con multitud de indgenas a la vez que conseguir oro y plata. Para lograr este ambiente, la obra se recrear,
no slo en tergiversar los hechos reales, sino sobre todo en distorsionar al mximo la
figura que podr llegar a hacerle sombra, la de Domingo Martnez de Irala. Con una
percepcin e intuicin notable, Alvar Nez saba que el nico individuo que poda
hacer peligrar su posicin de poder era Irala, como ms tarde el tiempo se encargara
en confirmar. Por esto, Pero Hernndez se centra especialmente en esta figura y en los
oficiales que le eran fieles como la causa de todos los trastornos, desdichas y amenazas que el gobernador tendr que sufrir: En viendo los oficiales dos o tres hombres
de la parcialidad del gobernador, y que estaban hablando juntos, luego daban voces
diciendo: Al arma, al arma! Y entonces los oficiales entraban armados donde estaba
el gobernador, y decan, puesta la mano en los puales: Juro a Dios que si la gente se
pone en sacaros de nuestro poder, que os habemos de dar de pualadas y cortaros la
cabeza, y echarla a los que os vienen a sacar, para que se contenten con ella (Cap.
76, fol. 131r.-131v.). Este victimismo, o si se prefiere chantaje emocional al lector, se
va superando a medida que avanza la narracin, tal como se aprecia en la sarcstica
pero logradsima descripcin de la prisin de Alvar Nez: En el tiempo que estas
cosas pasaban, el gobernador estaba malo en la cama, y muy flaco, y para la cura de
su salud tena unos muy buenos grillos a los pies, y a la cabecera una vela encendida,
porque la prisin estaba tan oscura que no se paresca al cielo, y era tan hmeda que
naca la yerba debajo de la cama (Cap. 77, fol. 132r.). Cuenta Pero Hernndez que
buscaron para su guarda al hombre de todos que ms mal le quisiese, siendo este un
tal Hernando de Sosa, al cual Cabeza de Vaca haba castigado, segn Pero Hernndez,
por haber maltrado a un indio principal. Paradjicamente, cuenta la crnica que pese
a tener una guarda de ms de ciento cincuenta hombres pagados con la hacienda del
gobernador, se las ingeniaron para meter a una india que al tiempo que le llevaba de
cenar le daba mensajes de sus amigos. Este hecho resulta tambin muy significativo
porque nos ofrece una imagen heroica de Alvar Nez en su prisin, que prefiere
permanecer en ella antes que el dao que pudiera ocasionar su libertad, si se escapaba como se lo aconsejaban sus seguidores. Estos supuestos seguidores, cuenta Pero
Hernndez, estaban dispuestos a dar sus vidas y las de sus indios por conseguir la
libertad de su gobernador. Tamaa generosidad, sobre todo en lo que toca a la vida de
los indios: [P]orque las tres partes194 de la gente estaban determinados a morir todos,
con los indios que les ayudaban para sacarle, y que lo haban dejado de hacer por el
temor que les pona, diciendo que, si acometan a sacarle, que luego haban de dar de
pualadas y cortarle la cabeza (Cap. 77, fol. 132r-132v.). Pero al mismo tiempo que se
dispone de la vida de los indios a placer en favor de los espaoles, la desconfianza de
Alvar Nez para con ellos es manifiesta; por esa razn decide no intentar escaparse
de la crcel ya que piensa que si lo hiciese y los espaoles se dividiesen en dos bandos
194. Probablemente se refiere a las tres cuartas partes.
222
enfrentados, los indios terminaran con ellos: [L]o cual el gobernador les estorb que
no hiciesen; porque no poda ser tan ligeramente sin que se matasen muchos cristianos,
y que comenzada la cosa, los indios acabaran todos los que pudiesen, y as se acabara
de perder toda la tierra y vida de todos (Cap. 77, fol. 132v.).
La descripcin que se ofrece de la india mensajera es una de las ms conseguidas
en toda la narracin. Crea un ambiente de suspense casi policaco que mantiene el
inters en la obra. Esta india cada tres noches le llevaba un mensaje a Alvar Nez. A
pesar de la rgida vigilancia, que segn el autor de Comentarios haba en la prisin del
gobernador, la india pudo y supo burlar los estrictos controles que le hacan pasar: [D]
esnudndola en cueros, catndole la boca y los odos, y trasquilndola porque no la
llevase entre los cabellos, y catndola todo lo posible, que por ser cosa vergonzosa no
lo sealo (Cap. 77, fol. 132v.). An as, se nos dice que la india se meta entre los dedos de los pies medio pliego de papel delgado tapado con cera negra. Tambin cuenta
la narracin que la misma mujer llevaba unos polvos de aquella tierra que con saliba
o agua tienen la propiedad de hacer tinta. Pero como los guardas sospechaban que el
gobernador saba lo que estaba pasando fuera de la prisin, decidieron buscar a cuatro
jvenes para que se envolviesen con la india. La opinin que tena Alvar Nez de
la liberalidad sexual de la mujer indgena es adems de despectiva, una generalizacin:
[E]n lo cual no tuvieron mucho que hacer, porque de costumbre no son escasas de sus
personas, y tienen por gran afrenta negarlo a nadie que se lo pida, y dicen que para qu
se lo dieron sino para aquello (Cap. 77, fol. 132v.). Esta afirmacin suena a fantasa de
Alvar Nez, ya que dificilmente esta pobre mujer tendra ganas de dejarse violar por
cuatro jvenes. Ms bien parece otro recurso novelesco para mantener vivo el inters
del lector en Espaa poco acostumbrado a estas situaciones. No tiene mucho sentido
meter a esta mujer-mensajera con cuatro hombres que abusaron de ella durante once
meses, igual que violaban su intimidad cada vez que pasaba los controles rutinarios,
y adems insultndola como fcil a ella y a todas las mujeres indgenas. Por si fuera
poco, esta afirmacin de Alvar Nez es totalmente contradictoria con la moral de restriccin sexual que supuestamente predicaba entre sus subordinados en el nombre de
Dios. Cuando prohibe que los espaoles tengan relaciones con las mujeres indgenas,
lo haca por el bien de ellos o de ellas? Ms bien parece un castigo a posteriori para
vengarse de los cristianos cada vez que estos desaprobaban la poltica que l llevaba a
cabo. Esta hipocresa y cinismo desplegados no son, no obstante, ninguna sorpresa para
los lectores que analizan con cuidado su obra. Si realmente saban que esta pobre mujer
estaba pasando informacin y saba algo, lo nico que tenan que hacer era sustituirla
por un cristiano o una cristiana que estuviese de su parte.
Pero las cualidades negativas que aparecen en la obra, como escrib unas lneas antes,
nunca se dirigirn a l sino a sus enemigos, a un enemigo en particular al que har responsable de todo cuanto ocurra: Estando el gobernador de esta manera, los oficiales
y Domingo de Irala, luego que le prendieron, dieron licencia abiertamente a todos sus
amigos y valedores y criados para que fuesen por los pueblos y lugares de los indios, y
les tomasen las mujeres y las hijas, y las hamacas y otras cosas que tenan por la fuerza
y sin pagrselo...(Cap. 78, fol. 133r.). Contina diciendo que estos seguidores de Irala
iban dando palos a los indios y aduendose de ellos por la fuerza para que trabajasen
en sus tierras. Tambin saca a relucir el aspecto religioso dentro del descontrol general
que achaca a Irala, aunque su propia relacin personal con los clrigos no fuese parti-
Captulo dcimo
223
cularmente buena: Muchos de los indios y sus mujeres y los hijos eran cristianos, y
apartndose perdan la doctrina de los religiosos y los clrigos, de la cual el gobernador
tuvo muy gran cuidado de que fuesen enseados (Cap. 78, fol. 173r.). Toda esta crtica est carente de fundamento dado que el propio Irala ya posea el control de la colonia antes de la llegada de Cabeza de Vaca y no tena porqu echar piedras contra su
propio tejado ahora que el gobernador estaba entre rejas. Pero el autor de estas lneas
quiere contrastar la generosidad de la que siempre haba hecho gala Cabeza de Vaca
en cada captulo con la supuesta crueldad y codicia de Domingo Martnez de Irala.
Como ya mencionamos anteriormente, otra de las cosas que enfurecieron a Cabeza
de Vaca fue la noticia de que Irala tena pensado continuar sus expediciones hacia el
norte en busca del supuesto oro que por esas tierras se encontraba. Aunque, como se
ha visto, Alvar Nez volvi con las manos vacas de su desastrosa y trgica entrada
hacia el norte, se otorga el privilegio del potencial descubrimiento de aquellos supuestos yacimientos y riquezas: Luego, pocos das despus de que lo hubiesen preso, desbarataron la carabela que el gobernador haba mandado hacer para por ella dar aviso
a Su Majestad de lo que en la provincia pasaba, porque tuvieron credo que pudieran
atraer a la gente para hacer la entrada, la cual dej descubierta el gobernador, y que
por ella pudieran sacar oro y plata, y a ellos se les atribuyera la honra y el servicio que
pensaban que a Su Majestad hacan (Cap. 78, fol. 123r-123v.). Est claro que el gobernador jams descubri ningn oro y que lo nico que trajo, adems de un sinnmero
de bajas, fueron algunas noticias confusas de supuestas naciones indgenas que posean el ansiado metal. El resultado de su expedicin fue el de un fracaso total a todos
los niveles, tanto de gobernacin de cristianos e indios, como de gastos de todo tipo,
incluyendo el de vidas humanas, por los enfrentamientos con todos aquellos pueblos
indgenas que se oponan a que pasasen los cristianos por sus tierras. Pero lo que tambin est claro es que desde que Cabeza de Vaca lleg a tierras de Brasil, su nica obsesin, su nica meta y el objetivo en el que puso todas sus energas fue conseguir
encontrar ese metal amarillo del que haba tenido noticia. Esos aires de grandeza que
haba mostrado desde su temprana juventud, esos miles de leguas que haba recorrido
por el Norte y el Sur de Amrica en bsqueda de riqueza y honores que l crea que estaba a punto de conseguir, haban acabado en humo, y lo que es peor, en la prdida de
su libertad. An as, desde su prisin sigui luchando por defender sus intereses y por
desprestigiar a su rival. De ah su libro Comentarios. Por eso querr dar la impresin de
que Irala tena el pueblo de la Asuncin en total anarqua, sin ningn tipo de justicia ni
orden que velase por los derechos de su gente y de su rey: Y como la tierra estuviese
sin justicia, los vecinos y pobladores de ella de continuo reciban tan grandes agravios
que los oficiales y justicia que ellos pusieron de su mano hacan a los espaoles, aprisionndoles y tomando sus haciendas, se fueron como descontentos ms de cincuenta
hombres espaoles por la tierra adentro, en demanda de la costa de Brasil... (Cap. 78,
fol. 133v.). Estos hombres queran, segn el autor de Cometarios, dar cuenta a Su Majestad de los grandes males y daos y desasosiegos que en la tierra pasaban... (Cap.
78, fol. 133v.). Recurdese que durante la gobernacin del mismo Alvar Nez ya hubo algunos frailes (fray Bernaldo de Armenta y fray Alonso Lebrn) que intentaron lo
mismo al ver las injusticias que el gobernador cometa contra indios y cristianos. Una
vez bajo la autoridad de Irala, estos mismos frailes pidieron permiso para ir a las costas del Brasil con el fin de pasar a Espaa y dar cuenta a Su Majestad de lo que estaba
224
sucediendo. Esta vez Irala les ayud a hacer el viaje junto con seis espaoles y algunas
indias de las que enseaban doctrina. Realmente es difcil saber a ciencia si la mencin
de estas indias en la narracin de Alvar Nez es deliberada. Durante el tiempo que
le tuvieron preso, cuenta Alvar Nez que le amenezaban a diario con que le iban a
cortar la cabeza o dar de pualadas, y que l unicamente les rogaba, y si era necesario
les requera de parte de Dios, que le dejasen confesarse con un religioso. A lo que le
respondan que tendra que ser con un tal Francisco de Andrada u otro vizcano y que
nunca quisieron ni consintieron que le entrase a confesar otro religioso ninguno, sino
los sobredichos (Cap. 79. fol. 134r.).195
La mencin de Dios e incluso de la milagrosa intervencin divina, al igual que la del
hambre, ser utilizada intermitentemente a lo largo de toda la narrativa de Cabeza de
Vaca. En algunos momentos de manera casi imperceptible y en otros de forma insolente, rozando lo sobrenatural y lo fantstico sin el menor empacho. De esta manera este
genial jerezano se cre su propio mito y as ha pasado a la historia hasta la fecha. En los
captulos 79 y 80 tambin menciona el maltrato que recibieron (crcel, azotes) sus partidarios y cmo algunos de ellos quedaron lisiados por los tormentos, culpabilizando
una vez ms de todo a Domingo Martnez de Irala: Y porque en algunas partes por las
paredes del pueblo escriban letras que decan: Por tu rey y por tu ley morirs, los oficiales y Domingo de Irala y sus justicias hacan informaciones para saber quin lo haba
escrito, y jurando y amenazando que si lo saban que lo haban de castigar a quien tales
palabras escriba (Cap. 80, fol. 134v.). La pregunta que hay que volver a hacerse es: cmo despus de vistos los hechos por el Consejo de Indias de nuevo se concedi a Irala
la gobernacin del Ro de la Plata?, acaso no era tan nefasto como Alvar Nez afirmaba? En el captulo 81 se nos cuenta como un tal Pedro de Molina quiso leer un requerimiento para que Alvar Nez mandase a alguien para tomar la gobernacin y cmo
Martn de Ore no lo acept, siendo este ltimo insultado y afrentado por un tal Garci
Venegas. El ttulo del captulo 82, es totalmente propagandstico: Como dieron licencia los alzados a los indios para que comiesen carne humana. Una vez ms est clara
la animadversin de Alvar Nez contra su contrincante Irala y cmo antes de aceptar
su derrota le intentar inflingir el mayor dao posible de la manera que sea. En este caso con su relacin autobiogrfica, Comentarios. Las acusaciones contra su enemigo y la
manera de pasarlas al papel llegaran a ser tan paternalistas con respecto a los indgenas
que parecern infantiles, pero eso s, de un gran dramatismo sobre todo en el tema del
canibalismo en el que Alvar Nez era un gran experto: Para valerse los oficiales y
Domingo Martnez de Irala con los indios naturales de la tierra, les dieron licencia para
que matasen y comiesen a los indios enemigos de ellos, y muchos de stos, a quienes
dieron licencia, eran cristianos nuevamente convertidos, y por hacerlos que no se fuesen de la tierra y les ayudasen; cosa tan contra el servicio de Dios y de Su Majestad, y
tan aborrecible a todos cuantos lo oyeren (Cap. 82, fol. 135r.). Ya vimos cmo de los
trescientos cristianos que llegarn a la Florida en la expedicin de Pnfilo de Narvez,
slo hubo cuatro supervivientes. Como el mismo Alvar Nez cuenta, hubo varios casos de canibalismo entre los cristianos a causa de las tremendas hambrunas. Quines
fueron los que ms carne humana comieron? Me inclino a pensar, por simple eliminacin, que los cuatro supervivientes. Siguiendo con los ataques a Irala y el paternalismo
195. Cabe preguntarse, cuntas veces necesitaba confesarse?
Captulo dcimo
225
antes mencionado, contina Alvar Nez: [Y] dijronles ms, que el gobernador era
malo, y que por ello no les consenta matar y comer a sus enemigos, y que por esta
causa le haban preso, y que ahora, que ellos mandaban, les daban licencia para que
lo hiciesen as como se lo mandaban (Cap. 82, fols. 135r.-135v.). Se nos cuenta que
Irala y sus oficiales, a causa de los desrdenes que en la tierra haba, decidieron sacar
de la provincia del Ro de la Plata a Alvar Nez en uno de los bergantines que el gobernador haba hecho para el descubrimiento de la tierra y conquista de la provincia
(Cap. 82, fol. 135v.). Igualmente, se nos cuenta que varios pensaban que Alvar Nez
estaba muerto porque haca tiempo que no lo haban visto y que por eso pidieron que
unos frailes lo vieran para certificar que estaba vivo antes de que lo embarcasen para
Espaa, pero que no lo permitieron.
El captulo 83 comienza con una simple defensa de las acusaciones que ms tarde
se le hicieron a Cabeza de Vaca: [D]ieron muchas minutas los oficiales para que por
ellas escribiesen a estos reinos contra el gobernador, para ponerle mal con todos, y
as las escribieron; y, para dar color a sus delitos, escribieron cosas que nunca pasaron
ni fueron verdad (Cap. 83, fol. 136r.). Cosas que nunca pasaron ni fueron verdad,
escribe en su obra el gobernador. Sin embargo, fueron muchos los testigos y los cargos para demostrar que s ocurrieron. En lo nico que s se puede dar crdito a Alvar
Nez es en su capacidad de novelar los hechos una y otra vez. Nos cuenta que en
el bergantn que estaban preparando para llevarle a Espaa unos carpinteros amigos
suyos (de los que no dice ningn nombre), con todo el secreto del mundo cavaron
un hueco en un madero tan grueso como el muslo y metieron en l un proceso de
una informacin general que el gobernador haba hecho para enviar a Su Majestad
(Cap. 83, fol. 136r.). Sorprendente informacin ya que se contradice, como ocurre a
menudo en Comentarios. Si realmente el gobernador estuvo preso y tan estrechamente
vigilado como deca, dificilmente habra podido sentarse a escribir un proceso legal
en su defensa. El ambiente de misterio y de novela, no obstante, est magistralmente
logrado: [Y] vena tan en secreto que todo el mundo no lo poda alcanzar a saber, y
dio el carpintero el aviso de esto a un marinero que vena en l, para que, en llegando
a tierra de promisin, se aprovechase de ello (Cap. 83, fol. 136r.). No se nos da ningn
nombre relacionado con este incidente. En el mismo captulo, se nos ofrece una nueva
muestra del mejor melodramatismo salido de la pluma de Alvar Nez al narrarnos
cmo por fin le sacan de la crcel, bien escoltado:
[R]ogles que le dejasen dar gracias a Dios; y como se levant, que
estaba de rodillas, trajronle all dos soldados de buenas fuerzas para
que lo llevasen en los brazos a le embarcar (porque estaba muy flaco
y tullido); y como le tomaron y se vio entre aquella gente, djoles:
Seores, sed testigos que dejo por mi lugarteniente al capitn Juan
de Salazar de Espinosa, para que por m, y en nombre de Su Majestad
provea lo que ms servido sea. Y como acab de decir esto, Garci
Venegas, teniente de tesorero, arremeti con el pual en la mano diciendo: No creo en tal, si al Rey mentis, si no os saco el alma (Cap.
83, fol. 136v.).
Segn Comentarios, el mismo Garci Venegas volvi a repetir las mismas palabras y a
arremeter contra Alvar Nez. Un Alvar Nez frgil pero determinado a decir lo que
226
piensa, que nos recuerda a Cristo camino del Calvario. Garci Venegas arremeti contra
el gobernador con mucha furia y, colocndole un pual junto a la sien, le dijo: No creo
en tal (como antes) si no os doy de pualadas; y diole en la sien una herida pequea,
y dio en los que le llevaban en los brazos tal empujn, que dieron con el gobernador y
con ellos en el suelo, y el uno de ellos perdi la gorra (Cap. 83, fol. 136v.). Esta es una
escena muy lograda, incluso por la mencin un tanto ingenua o absurda de la prdida
de la gorra. Pero el dramatismo de estos ltimos captulos no acaba aqu, ms bien al
contrario.196 Ya embarcado, y despes de dos das de navegacin, el gobernador rog
a los oficiales que le dejasen llevar consigo a dos criados suyos para que le sirviesen
por el camino y le hiciesen de comer (Cap. 83, fol. 137r.). Curiosa peticin sin duda,
sobre todo si era verdad que el trato que le estaban dando era tan malo como l deca.
Al final de este captulo 83, se cuenta cmo los oficiales enemigos de Cabeza de Vaca
reunieron firmas de aquellos que haban criticado sus acciones mientras fue gobernador: [Y] era que, al tiempo que le prendieron, otro da y otros tres, andaban diciendo
a la gente de su parcialidad y a otros amigos suyos mil males del gobernador, y al cabo
les decan: Qu os parece? Hicimos bien por nuestro provecho y servicio de Su Majestad? Y pues as es, por amor de m que echis una firma aqu al cabo de este papel.
Y de esta manera llenaron cuatro manos197 de papel (Cap. 83, fol. 137r.). Desesperada
e ingenua apologa del escribano Pero Hernndez de su seor para lograr limpiar la
fama del gobernador frente a los mil males que sus enemigos decan de l y que
enseguida veremos.
Sin duda el captulo 84, Cmo dieron rejalgar tres veces al gobernador viniendo en
este camino junto con la Relacin de Hernado de Ribera puede considerarse el captulo y eplogo ms importantes en trminos literarios de toda la narracin. La relacin
de Hernando de Ribera es a su vez la ms maquiavlica, entre otras cosas porque todo
apunta a que el dicho capitn poco tuvo que ver con lo que se cuenta en ella. De esta
forma, el autor de la obra Alvar Nez, pone en la pluma de uno de sus subordinados aquello que a l le conviene, destacando de forma laudatoria sus logros y descubrimientos.
El enfrentamiento de Alvar Nez con el elemento vizcano y cordobs del Ro de la
Plata parece ser una constante durante toda su estancia en aquel lugar. No slo por lo
ocurrido con Martnez de Irala, sino con todos aquellos que estaban de su parte. Durante la travesa ro abajo, los oficiales mandaron a un vizcano llamado Machn que
diese de comer y que le guisase a Alvar Nez. En otras palabras, nos est diciendo, o
mejor dicho contando, en sus Comentarios que le intentaron envenenar, dndole rejalgar
(una combinacin muy venenosa de arsnico y azufre) en tres ocasiones. Pero un elegido como Alvar Nez Cabeza de Vaca no puede morir envenenado de esa manera, y
as nos cuenta que para remedio de estas situaciones traa consigo una botija de aceite
196. Ocurre un fenmeno paralelo con su obra Naufragios. Cuando Alvar Nez y sus compaeros presentan
su versin de los hechos (Relacin Conjunta) a las autoridades reales en la isla de Santo Domingo, no incluirn ningn elemento sobrenatural que pueda poner al lmite su versin de los hechos (v. g.: Mala Cosa, la
isla del Mal Hado, el rbol ardiendo, etc.). Lo mismo ocurre con Comentarios, cuando Alvar Nez tiene que
testificar a los oficiales del Consejo de Indias, no aparecer la historia del unicornio, la tormenta milagrosa, etc.
El elemento de ficcin lo reserva para los lectores de a pie. Gracias a ese elemento narrativo su obra posee,
adems de su carcter histrico, un fuerte sabor literario.
197. Conjunto de cinco cuadernillos de papel o la vigsima parte de la resma (conjunto de 20 manos de
papel).
Captulo dcimo
227
y un pedazo de unicornio. De este modo, cuando sospechaba que le estaban envenenando...: [C]uando senta algo se aprovechaba de estos remedios de da y de noche
con muy gran trabajo y grandes vmitos, y plugo a Dios que escap de ellos (Cap. 84.
fol 137r.-137v.). Ms tarde pidi a los oficiales Alonso Cabrera y Garci Venegas que
permitiesen guisar de comer a sus criados porque no pensaba comer nada cocinado
por la mano de ninguna otra persona, amenazando con algo parecido a lo que hoy
sera una huelga de hambre. Segn cuenta en Comentarios, estuvo algunos das sin
comer hasta que finalmente sus captores accedieron a lo que demandaba. Este pasaje,
fantstico, es equivalente o incluso superior al de la profeca de la mora de Hornachos, al de la persucucin de piratas franceses, al de la invencin del nombre de la
isla Malhado o al de la historia de Mala Cosa de Naufragios. Gracias a un pedazo
de unicornio en polvo y a Dios, Cabeza de Vaca pudo salvar la vida. La inclusin de
Dios es, como siempre, una garanta a su piedad y a su celo religioso, del que siempre
sabr sacar la mayor rentabilidad. El unicornio es una licencia novelesca genial que
dar ms aire de misterio a una supuestamenente narracin histrica de sus hechos
en el Ro de la Plata. Sin embargo, cuando le toc presentar su versin de los hechos
en Espaa ante el Consejo de Indias, se cuid mucho de no mencionar el unicornio, o
la tormenta milagrosa que llegar a continuacin, siendo muchas de sus declaraciones
contradictorias con las que aparecen en Comentarios. Por ejemplo, en el documento
131 de la Relacin General podemos leer: Dende luego que Machn de Usaga y Lope
de Ugarte me daban de comer comenaron a tratarme la muerte, porque en el plato
de la bianda que me dieron, un dia echaron enteros dos pedaos del tamao de dos
garbanos de rejalgar, como hombres desatinados y turbados no miraron como lo
echaron, antes desto yo sent que me avian dado ponoa, porque estube muy malo,
y quatro dias no comi crey que me muriera (Relacin General, doc. 131, 89. Original
en AGI, Justicia 1131, fol. 1204r.).
En la obra Viajes del infante D. Pedro de Portugal en el siglo xv, escrita por un cronista
annimo, supustamente castellano o portugus, ms de un siglo antes que la presente, se narran las aventuras del infante portugus don Pedro, hermano de Enrique el
Navegante, por tierras tan remotas como la India. En esta curiosa narracin tambin
aparecen las amazonas, el preste Juan e incluso las prodigiosas propiedades curativas del polvo de unicornio.198 Cuando el infante don Pedro se adentra en las escabrosas y speras sierras, nos cuenta que ninguno de los animales que pueblan aquellas
remotas montaas bebe agua:
[H]asta que viene el unicornio, que por lo regular suele ser al medio
del da, hora que por su instinto saben todos: al llegar mete el cuerno o
asta que lleva en la frente, y separa el veneno que los muchos animales
ponzoosos que hay, como son dragones, serpientes, spides, escorpiones y vboras de terrible magnitud echan al agua; por cuya razn
ningn caminante se atreve a beberla, teniendo que llevarla en vasijas,
como tuvimos que hacer nosotros (Gmez de Santisteban 8).
198. La edicin de 1903 de esta obra cuenta con una interesante introduccin a cargo de Cesreo Fernndez Duro.
228
Pocos aos ms tarde de la muerte del infante don Pedro, la narracin del veneciano
Alvise de Cadamosto al servicio del infante don Enrique el navegante, citando de
nuevo The Voyages (Viajes), nos narra de una manera bastante realista todos los viajes
que hizo por las costas africanas a mediados del siglo xv. Sin embargo, aunque existan
algunas discrepancias en el orden cronolgico incluso geogrfico en sus descripciones y
distancias, sera injusto incluirle en la lista de escritores maravillosos. A pesar de todo,
existe un pasaje en su narracin en el que un esclavo africano cuenta a otra esclava que
habla su lengua, y que a su vez traduce al portugus, sobre la existencia del unicornio.
Teniendo en cuenta los filtros de las traducciones, todo invita a pensar que se trataba ni
ms ni menos que de una descripcin del rinoceronte y no de un caballo con un cuerno en la frente.199 Finally a negress, the slave of a Lisbon citizen, who had also come
from a far country, understood him, not through his own language but through another
known to both. What this negro told the king through this woman I do not know, save
that he said that among other things found in his native country were live unicorns
(Cadamosto 84).
Alvar Nez dice adems que el supuesto escribano de la narracin de Comentarios,
Pero Hernndez, tambin iba preso en el mismo bergantn. Otro aspecto curioso de este captulo es cuando se nos cuenta que a cierto nmero de personas de la Asuncin que
viajaban en la carabela porque stos no favoreciesen al gobernador ac y dijesen la verdad de lo que pasaba les hicieron volver a embarcarse rumbo a la Asuncin despus de
haber vendido sus casas. Lo ms interesante es observar la preocupacin y lstima del
autor de estas lneas por la prdida que sufrieron estos individuos al vender sus haciendas por menos de lo que valan: [H]abiendo vendido sus casas y haciendas por mucho
menos de lo que valan cuando los hicieron embarcar; y decan y hacan tantas exclamaciones que era la mayor lstima del mundo orlos (Cap. 84, fol. 137v.). Despus de
escribir sobre muertes, torturas, etc., Pero Hernndez [Cabeza de Vaca] saca a relucir el
aspecto crematstico empleando para describirlo expresiones tan dramticas como las
de que era la mayor lstima del mundo oirlos. No se sabe el margen de dolor en la
prdida de estas personas, pero una vez ms da sabor a una narracin que va tomando
enjundia a medida que se acerca a los ltimos captulos. Seguidamente, se nos cuenta
que a Alvar Nez le quitan a sus criados y lo que esto supuso emocionalmente para
el gobernador: [Q]ue fue la cosa que l ms sinti ni que ms pena le diese en todo
lo que haba pasado en su vida, y ellos no lo sintieron menos (Cap. 84, fol. 137v.). En
ningn momento se nos da el nombre de ninguno de estos criados, a los que aparentemente quera ms que a nada en el mundo. Tampoco se sabe la causa de tan intenso
afecto. Una vez llegados a la isla de San Gabriel, pasaron unos das durante los cuales
unos decidieron volver a la Asuncin y otros se dirigieron hacia Espaa, sealando que
en el bergantn donde iba el gobernador venan veintisiete personas. Nada ms adentrarse en el mar, se tuvieron que enfrentar con una extraordinaria tormenta que les hizo
perder los vveres y les puso a muy poco de naufragar: [Y] desde que a ella salieron [a
la mar] les tom una tormenta que llen todo el bergantn de agua, y perdieron todos
199. Ntese que la etimologa griega de la palabra hipoptamo (hyppos y potamos) viene a significar
caballo de ro. Pienso que en el presente caso se trataba ni ms ni menos que de un rinoceronte que tiene efectivamente un slo cuerno, a lo sumo dos, siendo el segundo de mucho ms pequeas dimensiones. Por su parte
en la etimologa latina, a su vez proveniente del griego, en rino nos encontramos con nariz y en ceronte
con cuerno. En otras palabras, cuerno sobre la nariz no muy distante de unicornio.
Captulo dcimo
229
los bastimentos; que no pudieron escapar de ellos sino una poca de harina y una poca
de manteca de puerco y de pescado, y una poca agua, y estuvieron a punto de perecer
ahogados (Cap. 84, fol. 138r.). Cuenta Alvar Nez que los oficiales pensaban que la
tormenta fue debida a la mala conciencia que tenan por llevar preso al gobernador.
Una especie de falacia pattica que viene a decirnos cmo Dios siempre estaba de su
lado y se enfadaba con aquellos que maltrataban a uno de sus elegidos; un hombre
que, como sabemos por su obra anterior, lleg a realizar milagros: A los oficiales que
traan preso al gobernador les pareci que por el agravio y sinjusticia que le haban hecho y hacan en le traer preso y aherrojado era Dios servido de darles aquella tormenta
tan grande (Cap. 84, fol. 138r.). Una vez ms el dramatismo vuelve a hacer aparicin,
en esta ocasin a travs de la naturaleza/Dios que se rebela ante las injusticias humanas. En vista de lo ocurrido y temiendo lo que poda acontecer si seguan maltratando
a un ser que tena poderes sobrenaturales, deciden quitarle las cadenas e incluso besarle el pie y confesar que toda la animosidad que se tena contra l era por envidia,
porque nadie antes haba conseguido descubrir tanta tierra y tantos caminos:
Determinaron de le soltar y quitar las prisiones, y con este presupuesto se las quitaron, y fue Alonso Cabrera, el veedor, el que se las lim,
y l y Garci-Venegas le besaron el pie, aunque l no quiso, y dijeron
publicamente que ellos conocan y confesaban que Dios les haba dado aquellos cuatro das de tormenta por los agravios y sinjusticias, y
que era mentira y falsedad todo lo que haban dicho y depuesto contra l, y que para ello haban hecho hacer dos mil juramentos falsos,
por malicia y por envidia que de l tenan, porque en tres das haba
descubierto la tierra y caminos de ella, lo que no haban podido hacer
en doce aos que ellos haca que estaban en ella (Cap. 84, fol. 138r.).
La propaganda y la apologa no puede ser ms clara, a tal extremo que peca de ingenua, tanto en su obra Naufragios como en la presente de Comentarios. Quiz esta
ingenuidad nos lleve a profundizar un poco ms en el aspecto psicolgico de este
individuo, que jams aceptar falta en sus acciones y siempre se ver merecedor de
los ms altos privilegios sea al precio que sea. Sin embargo, este tipo de individuo no
es nico en los aos de exploracin y descubrimiento de nuevas tierras. La diferencia
entre Alvar Nez y los otros ser su forma de pasar al papel sus experiencias, de gran
calidad literaria y fuerza dramtica: Y acabado de soltarle ces el agua y viento y tormenta, que haca cuatro das que no haba escampado (Cap. 84. fol. 138r.). Cuenta el
narrador que atravesaron dos mil quinientas leguas sin ver tierra y no comiendo ms
de una tortilla de harina frita con una poca de manteca y agua (fol. 138r.). Hambre
y ms hambre en la vida de este curtido explorador que sabe usar todos los recursos
humanos y divinos para que el lector se identifique con l por medio del chantaje
emocional. Pero siendo justos con su persona, si trazamos en un mapa la trayectoria
que hay entre el Ro de la Plata y las islas Azores, no podemos dejar de sorprendernos
por la enorme distancia que separa ambas regiones, aunque tres meses de navegacin
para recorrerla me parecen excesivos. Dice el narrador que no quisieron tocar en las
costas de Brasil o Santo Domingo por ir alzados, como hombres culpados que
venan huyendo. Sin embargo, si observamos un mapamundi, una parada en Santo
Domingo no tendra ningn sentido desde el punto de vista nutico ya que supondra
230
una desviacin enorme hacia el Oeste, incluso teniendo en cuenta los vientos atlnticos que tan bien conocan los portugueses por su experiencia regresando de la Mina,
del Brasil o de la India. Por lo tanto, creo que el autor est intentando exagerar una
vez ms su lucha contra la adversidad. De la misma manera que ocurre en Naufragios,
Alvar Nez har gala de un portugus ms que pobre cuando intenta defenderse de
los oficiales reales que le queran dejar en una de las islas de las Azores (Angra) a causa
de los robos que haba perpetrado durante su viaje de ida a las islas de Cabo Verde, en
territorio de Portugal: Porque su rey home que ninguen osase pensar en iso, ni tenia
a tan mal recado suos portos para que ningun osase o facer (Cap. 84, fol. 138v.). De
nuevo volver a recurrir al portugus para desacreditar la acusacin de haber robado
anteriormente a mercaderes burgaleses o del duque de Medina Sidonia en su viaje de
ida, y para demostrar que las autoridades portuguesas no tenan nada en contra suya.
Pero lo cierto es que las acusaciones de robos por parte de Cabeza de Vaca ya aparecen desde su primera escala en las Canarias. La crnica cuenta que Cabrera y Venegas
partieron de las Azores ocho das antes que el gobernador para Castilla. Esta actitud
resulta lgica sobre todo si consideramos que las autoridades espaolas no saban nada
de los hechos de Cabeza de Vaca. Si hubiesen llegado a la vez, lo primero que habran
hecho sera meter en la crcel a aquellos que tenan preso a un un gobernador de Su
Majestad. Se nos cuenta que los oficiales que acusaban a Cabeza de Vaca haban dado
cuenta al rey de Portugal y que despus se fueron a Madrid esperando que la Corte estuviese all, como as fue. Alvar Nez cuenta en su obra que por esas fechas muri el
presidente del Consejo de Indias y obispo de Cuenca, Sebastin Ramrez Arellano. Sin
embargo, la fecha de la muerte del citado obispo (1547) parece que fue dos aos posterior a la mencionada por Alvar Nez: [Y] en este tiempo muri el obispo de Cuenca,
que presida el Consejo de las Indias, el cual tena deseo y voluntad de castigar aquel
delito y desacato que contra Su Majestad se haba hecho en aquella tierra (Cap. 84, fol.
138v.). Uno de los aspectos ms interesantes de todo el proceso en contra de Cabeza de
Vaca es la misteriosa y cuasi milagrosa desaparicin de los dos testigos principales en
su contra. Cuenta Cabeza de Vaca que: Dende a pocos das despus de haber estado
presos ellos, y el gobernador igualmente, y sueltos sobre fianzas que no saldran de la
Corte, Garci Venegas, teniente de tesorero, que era el uno de los que haba trado preso
muri de muerte desastrada y sbita, que le saltaron los ojos de la cara, sin poder manifestar ni declarar la verdad de lo pasado (Cap. 84, fol. 138v.). Muerte esta sin duda
sospechosa, sobre todo por ocurrir antes de declarar. Una muerte sbita en la que se te
salten los ojos de la cara podra corresponder a algn tipo de envenenamiento. Pero
esta muerte no fue la nica, ya que al otro testigo tambin le ocurri algo parecido: [Y]
a Alonso Cabrera veedor, su compaero, perdi el juicio, y estando sin l mat a su mujer en Lora (Cap. 84, fol. 138v.). Ya es demasiada casualidad que los dos testigos, uno
por fallecimiento y otro por perdida de juicio, no puedan testificar en el juicio contra
Alvar Nez. Pero aqu no acaba todo ya que los frailes que tambin participaron en
los levantamientos contra el gobernador y que tambin haban llegado en aquel viaje,
murieron sbita y desastradamente (Cap. 84, fol. 139r.). Los poderosos tentculos
del gobernador Cabeza de Vaca llegan a todas partes; ni siquiera en nuestros das un
grupo mafioso podra haber hecho tan limpio trabajo. Claro est que la explicacin
que Cabeza de Vaca da a estos hechos no poda ser otra que la intervencin divina:
[Q]ue parece manifestarse la poca culpa que el gobernador ha tenido en ello (Cap. 84,
Captulo dcimo
231
fol. 139r.). O lo que podra traducirse con el conocido refrn: Dios castiga sin arma ni
palo. Las palabras finales de este ltimo captulo del libro tambin son importantes a
la hora de entender sus razones:
Y despus de le haber tenido preso y detenido en la Corte ocho aos,
le dieron por libre y quito; y por unas causas que les movi [al Consejo de Indias], le quitaron la gobernacin, porque sus contrarios decan que si volva a la tierra, que por castigar a los culpados habra
escndalos y alteraciones en la tierra; y as se la quitaron con todo
lo dems, sin haberle dado recompensa de lo mucho que gast en el
servicio que hizo en la ir a socorrer y descubrir (Cap. 84, fol 139r.).
Quiz est aqu la clave de Comentarios: pedir recompensa por todo lo gastado en
aquella empresa. Es sintomtico que nunca le devolviesen la gobernacin y s se la
diesen a Domingo Martnez de Irala. Obviamente, a los testigos del Ro de la Plata no
los pudo eliminar tan divinamente. Como colofn a su obra, Alvar Nez incluye
lo que l llama Relacin de Hernando de Ribera, de la que ya hemos escrito unas
pginas antes pero de la que, sin embargo, merece la pena incidir en algunos puntos.
Est claro que esta relacin no fue escrita ni vista jams por el autor que le da nombre.
Es ni ms ni menos que pura propaganda poltica de las acciones y extraordinarios
descubrimientos de oro y plata realizados por Cabeza de Vaca a travs de uno de sus
capitanes en el Ro de la Plata. Todo ello adems hecho por un tercero para dar un
carcter ms fehaciente a lo escrito por el mismo Cabeza de Vaca o por su escribano.
Pero Hernndez habla en primera persona como escribano de Alvar Nez desde la
Asuncin, aunque en el captulo anterior se nos dijese que se haba embarcado con
ste rumbo a Espaa: En la ciudad de la Ascensin, que es en el ro Paraguay, y de
la provincia del Ro de la Plata, a tres das de marzo, ao del nacimiento de Nuestro
Salvador Jesucristo de 1545 aos, en presencia de m escribano pblico (Relacin de
Hernando de Ribera, fol. 139r.). Las fechas no cuadran, a no ser que el escribano hubiese
vuelto a la Asuncin con alguno de los bergantines que acompaaron hasta la costa
a Alvar Nez en su camino hacia Espaa. Es paradjico observar cmo Cabeza de
Vaca, que ahora se aprovecha de la supuesta Relacin de Hernando Ribera, quiso matar
al dicho capitn a su regreso del puerto de los Reyes. Dice la Relacin que Hernando
de Ribera se adentr en tierra junto con 40 hombres para verla y descubrirla a vista
de ojos. De los indios con los que se encontr tom copiosa relacin para saber de
ellos la verdad como hombre que sabe la lengua cario (Hernando de Ribera), dejando
a la credulidad del lector aceptar si el citado capitn dominaba mucho o poco dicha
lengua. A continuacin se nos cuenta que por alguna otra razn, que igualmente desconocemos, el dicho Hernando de Ribera no quiso decir a Juan Valderas, escribano de
Su Majestad, la verdad de las cosas. En otras palabras, no tenemos ningn testimonio escrito oficial de esta Relacin, en mi opinin espuria, que cierra con broche de
oro las aventuras llevadas a cabo por Alvar Nez en esas tierras:
Y porque al dicho tiempo l llevo en su compaa a Juan Valderas,
escribano de Su Majestad, el cual escribi y asent algunas cosas del
dicho descubrimiento; pero que la verdad de las cosas, riquezas y poblaciones y diversidades de gentes de la dicha tierra no las quiso decir
232
al dicho Juan Valderas para que las asentase por su mano en la dicha
relacin, ni clara ni abiertamente las supo ni entendi, ni l las ha dicho ni declarado, porque al dicho tiempo fue y era su intencin de las
comunicar y decir al dicho seor gobernador, para que luego entrase
personalmente a conquistar la tierra, porque as convena al servicio de
Dios y de Su Majestad (Relacin de H.R. fol. 139v.).
En otras palabras el nico conocedor de los secretos de estas tierras era el gobernador
que haba tenido acceso directo al testimonio de su capitn. Todo este misterio sobre
lo que vio o dej de ver dicho capitn, recuerda directamente a las historias sobre
Las siete ciudades de Cbola que cont Alvar Nez junto con sus otres compaeros
supervivientes a la llegada a Mxico en 1536, despus de haber pasado casi nueve aos
perdidos. Existe la necesidad de convencer a la Corona y al lector de que en las tierras
por las que pas existen gentes con enormes cantidades de metal amarillo. Es a travs
de una relacin apcrifa, atribuida a uno de sus capitanes, como Alvar Nez nos quiere vender sus fbulas. Segn se nos cuenta, el capitn Hernando de Ribera no tuvo
la oportunidad de dar la Relacin al gobernador por encontrarse este enfermo y ms
tarde preso. Por esa razn, y por descargarse de su conciencia, declar la Relacin a
Pero Hernndez: [Y] por cumplir con el servicio de Dios y de Su Majestad, y del seor
gobernador en su nombre, ahora ante m escribano quiere hacer y hace relacin del
dicho descubrimiento (Relacin de H.R. fol. 140r.). Sigue contando que Hernando de
Ribera el 20 de diciembre de 1543 parti del puerto de los Reyes con 52 hombres a bordo del bergantn llamado el golondrino. Subi por el ro Iguat y en la sexta jornada
entr en la madre de estos ros (Yacareati y Yaiba) que, segn la relacin de los indios
naturales, procedan de las sierras del Per. Estando en los pueblos de los urtueses y
aburues, vinieron los principales de otros pueblos ms adentro a informarle de lo
que todos esperaban or:
[Y] los dichos indios, en conformidad, sin discrepar, le dijeron que a
diez jornadas de all, a la banda del Oesnoroeste, habitaban y tenan
muy grandes pueblos unas mujeres que tenan mucho metal blanco
y amarillo, y que los asientos y servicios de sus casas eran todos del
dicho metal, y tenan por su principal a una mujer de la misma generacin, y que es gente de guerra y temida de la generacin de los indios;
y que antes de llegar a la generacin de dichas mujeres estaba una generacin de los indios, que es gente muy pequea; con los cuales y con
la generacin de stos que le informaron, pelean las dichas mujeres y
les hacen guerra, y que en cierto tiempo del ao se juntan con estos
indios comarcanos y tienen con ellos su comunicacin carnal (Relacin
de H. de R. fol. 141v.-142r.).
Ni ms ni menos que el mito de las Amazonas, pero en este caso con oro a rebosar.
Qu poda despertar ms el inters y la curiosidad de la Corona y de los lectores de su
tiempo? Si en el caso de las siete ciudades de Cbola fue el padre Fray Marcos de Niza, y
ms tarde Francisco Vzquez de Coronado, el encargado de confirmar su existencia, en
este ser la supuesta relacin de un capitn del que ya no tenemos noticia y del que
nunca ms volveremos a or hablar porque desaparecer de la historia. El elemento fic-
Captulo dcimo
233
cional es formidable y no tiene que envidiar en nada a los que aparecen en su primera
narracin. Siguiendo con el mito tradicional de las Amazonas, se nos sigue contando
que cuando stas paren, si tienen un varn lo cran hasta que deja de mamar pero que
si tienen hijas se quedan con ellas. Tambin cuenta que estas mujeres habitan cerca de
un lago muy grande que los indios llaman casa del sol (Fol. 142r.).
Pero las sorpresas no acaban aqu ya que a continuacin de estas mujeres guerreras
dice que hay otras ms grandes poblaciones de gente, los cuales son negros, y a lo
que sealaron tienen barbas aguileas, a manera de moros (Fol. 142r.) Estas gentes, que al parecer andan vestidas y que tienen casas de piedra, posee mucho metal
blanco y amarillo, en tanta cantidad que no se sirven con otras cosas en sus casas de
vasijas y ollas y tinajas muy grandes (Fol. 142r.). La mencin del oro y de distintas
poblaciones parece que va creciendo a medida que vamos llegando al final de la obra.
Al mito de las Amazonas se le unir unas lneas ms adelante el mito de El Dorado:
[Y] que asimismo por la banda del Oeste haba un lago de agua, muy grande y en
el que no apareca la tierra de la una banda a la otra; y a la ribera de dicho lago haba
muy grandes poblaciones de gentes vestidas y que posean mucho metal, y que tenan
piedras, de que traan bordadas las ropas, y relumbraban mucho; las cuales sacaban
los indios de dicho lago (Fol. 142v.). El autor se va superando, no olvidemos que esta
obra se imprimi en 1555, invitndonos a imaginar un imperio muy cercano y parecido al que conquist Pizarro en 1532. Entre las poblaciones de las que le hablan los
indios haba unos que tenan las casas de tierra y que era buena gente, vestida y muy
rica, y que tenan mucho metal y criaban mucho ganado de ovejas muy grandes (Fol.
142v.). Tambin dentro de lo fabuloso o difcil de creer, se habla de la existencia
de poblaciones de cristianos y de que en los tiempos pasados los indios comarcanos
de las dichas poblaciones haban odo decir a los naturales de los dichos pueblos que,
yendo los de su generacin por los dichos desiertos, haban visto venir mucha gente
vestida, blanca con barbas y traan unos animales (Fol. 143r.). En los tiempos pasados? No se sabe si se estn refiriendo a expediciones recientes de Pizarro, Hernando
de Soto, Almagro, etc., o a expediciones anteriores a la conquista oficial del Per. Con
respecto a una posible incursin de hombres de la expedin de Juan Daz de Sols por
tierras del imperio inca, Novell escribe:
No writer from the Inca side shows any knowledge of a white man
accompanying and directing the invaders, which is an important
reason for believing that Aleixo Garcia and the other Portuguese kept
well in the background. They must have been seen by many Incas,
but as they had been shipwrecked at least eight years earlier their
European clothes had obviously been replaced long since by native
garb. Their beards, if they wore them, failed to attract attention.
The European also lacked firearms, since any use of these would
have impressed the Incas and have caused them to be remembered
(Nowell 458).
Estas historias de cristianos a caballo, lgicamente despertaran el inters no slo
del monarca espaol sino de cualquiera de las naciones involucradas en los viajes de
descubrimiento y conquista. Claro est que como es costumbre en Cabeza de Vaca, la
fuente de la informacin es ilocalizable: Fueron preguntados cmo lo saban los su-
234
sodichos, y dijeron que entre todos los indios de toda la tierra se comunicaba y saban
que era muy cierto, porque habian visto y comunicado con ellos, y que haban visto a
los dichos cristianos y caballos (Fol. 143r). Por si fuera poco, despus de escuchar todas
estas fbulas pone a jurar al supuesto e ilocalizable protagonista de ellas, Hernando
de Ribera, de que todo lo que se ha dicho es completamente cierto: La cual relacin de
suso contenida el capitn Hernando de Ribera dijo y declar haberle tomado y recibido
con toda claridad y fidelidad y lealtad, y sin engao, fraude ni cautela; y porque a la
dicha su relacin se pueda dar y d toda fe y crdito, y no se pueda poner ni ponga ninguna duda en ello ni en parte de ello, dijo que juraba, y jur por Dios y por santa Mara
y por las palabras de los santos cuatro evangelios (Fol. 143r.-143v.). Irreverencia y desafo absoluto ante Dios, el rey, la iglesia, la vida de sus enemigos, o cualquier otro valor establecido, que no frenarn a este hidalgo a la hora de conseguir su meta al precio
que sea. Todo apunta, como en este caso, a que el gobernador mand al pobre capitn
Hernando de Ribera a una misin imposible para quedarse con su mujer (Bishop 231).
Como se sabe, cuando Hernando de Ribera volvi de su misin, Alvar Nez no le pudo matar por la oposicin de muchos soldados. As pues, primero le quitar la mujer y
luego su voz para escribir una relacin a su gusto para su beneficio, nombre y gloria.
Dicho esto, sera injusto no incluir que despus de la expedicin de Juan de Daz de
Sols (1515-1516) expedicin espaola de la que algunos de sus supervivientes, como
el portugus Alejo Garca, trajeron increbles noticias de la existencia de un rey blanco
y de sierras de plata, Cabeza de Vaca no fue el nico o el primero en dejarse llevar
por la codicia que despertaban tan increbles historias. Las noticias sobre Alejo Garca
y de su expedicin hasta la frontera con el mismsimo imperio inca, llegaron sin duda a
la misma Espaa. De la misma manera, no tiene mucha lgica que diez aos ms tarde
toda la expedicin de Juan Sebastin Caboto (1526) se paralizase porque este piloto
mayor decidiese cambiar sus planes y en vez de irse a la Especiera en el Pacfico, como
haba estipulado con la Corona, tomase la determinacin de quedarse en el Ro de la
Plata e intentar seguir la ruta que haban llevado los supervivientes de Daz de Sols,
de los que sabemos que volvieron con grandes tesoros de oro y plata. A este respecto
escribe Nowell: [I]f Cabot were to explore the Ro de Sols he would certainly get to
the place where Aleixo [Alejo] had been. They had little of the treasure left to show,
but they did let Cabot see a few pieces of metal they had managed to saved. This, to
all appearences, was what finally cause the pilot major [Caboto] to explore the Ro
de la Plata, and not the fact that he had lost one of his ships, which is commonly
given a s a reason (462). Diego Garca de Moguer, que ya haba participado en la
expedicin de Sols en 1516, tambin abandonar su expedicin a la Especiera para
navegar las aguas del ro Paran y unirse a Caboto en su bsqueda de las Sierras de
plata. Los portugueses no tardarn mucho en crear pocos aos despus su primera
colonia permanente en las Amricas (1531), San Vicente, tambin cercana al Ro de
la Plata. A tal efecto, el rey Juan III mandar a Martim Afonso de Sousa al Brasil. Ruy
Daz de Guzmn, equivocndose en ms de diez aos, piensa que el citado Aleixo
Garcia aparece por primera vez en las expediciones que Sousa manda al interior de
Brasil (463).
En realidad, lo que hace Alvar Nez Cabeza de Vaca es recrear una expedicin anterior, de la que haba tenido noticia ya en Espaa, ya en la isla de Santa Catalina, e intentar dar alcance a tan esquivos tesoros. Escribe Nowell: We learn from a letter written
Captulo dcimo
235
in after years by Domingo Martnez de Irala that Aleixo Garcias group traveled by
much the same route that Adelantado Alvar Nez Cabeza de Vaca later took from
Santa Catherina to Asuncin. This means that the journey was made by way of the
falls of Iguass, of which the Comentarios of Alvar Nez furnish such an interesting
description, the first recorded impression of this wonder of nature (456). Lo mismo
ocurre con Rodrigo de Acua, capitn de la nao San Gabriel, una de las embarcaciones
de Garca Jofre de Loaysa, mandado por el emperador Carlos V en 1525 a dar la vuelta
al mundo.200 En vez de seguir a su seor alrededor del globo, repitiendo la gesta de
Magallanes, Rodrigo de Acua decidir por su cuenta y riesgo abandonar su armada e
ir a buscar el potencial tesoro que algunos de los supervivientes de Juan Daz de Sols
le haban contado que exista. Lo mismo ocurre con el primer capitn del Ro de la
Plata, Pedro de Mendoza, que manda a su lugarteniente, Juan de Ayolas, a buscar los
dichos tesoros, pero que morir a manos de los indios, al igual que le ocurrira a Garca
cuando volva cargado con estos.
Cabeza de Vaca har exactamente lo mismo, porque casi con toda seguridad antes de
salir de Espaa ya habra escuchado todas estas historias y rumores acerca de las aventuras de Garca, Ayolas, Ramrez y Caboto intentando llegar a ese mtico Dorado.
200. En esa misma expedicin al mando de la nao Anunciada, ir un tal Pedro de Vera, contino de la Casa
Real, con el mismo nombre que el abuelo de Alvar Nez, que desaparecer intentando llegar a las Molucas
a travs del Cabo de Buena Esperanza.
238
es notorio [...] y aunque tuviese posibilidad y no tuviese otro impedimento por las...enemistades que con los dchos. espaoles de la dcha.
governacion tiene no conviene que vaya por governador de ellos que
seria para tomar de ellos venganza de que la tierra se alteraria y causaria grandes inconvenientes quanto mas estando como esta culpado y
por mi culpado en este vro. rreal consejo de muchos y grandes delitos
contra los indios naturales de la tierra y otros por los cuales esta preso
en la carcel de esta corte... (AGI, Justicia, 1130, fol. 4).201
Villalobos, al igual que su paisano Alvar Nez, tuvo la oportunidad de ejercer su
cargo en Santo Domingo y Mxico. Al parecer entr en la universidad de Salamanca en
1505 (Bishop 276). Cabe preguntarse si habiendo nacido en la misma ciudad y siendo
de casi la misma edad que Alvar Nez, ambos se llegaron a conocer en su niez o infancia o incluso durante su estancia en Mxico.202 Sin embargo, el historiador Morris
Bishop confunde al oidor de la primera Audiencia de Santo Domingo (1510), Marcelo
de Villalobos, con el que fuese fiscal del Consejo de Indias (1530-1550), Juan de Villalobos. Este ltimo tuvo que enfrentarse a personajes tan conocidos como Hernn Corts,
No de Guzmn, Vaca de Castro, Jimnez de Quesada, adems del personaje que nos
ocupa. En referencia a la muerte del fiscal Villalobos contamos con el siguiente documento de la coleccin Muoz:
Carta al Emperador del Consejo de Indias. Valladolid, 13 de diciembre
1550. Muerte del licenciado Villalobos. El licenciado Villalobos fiscal
deste Co. [Consejo] q. [que] ha servido mui bien en l cerca de 19 a.
[aos] muri adeudado a 8 del prte. [presente]. Ser bien hacer alguna
mrd. [merced] para pagar sus deudas, para sustentacin a [de] su muger Da. [Doa] Menca de Carvajal, i para su hijo el habito de Santiago
que ya pidio su padre, pero no mrd. [merced] para traspasar los indios
que tiene en el No. [Nuevo] Reino, lo que est prohibido por las N.
[Nuevas] Leyes (Muoz A/112, fol. 321r.).203
Tambin tenemos noticias de su mujer, Menca de Carvajal, gracias a la siguiente documentacin sacada del Archivo General de Indias y publicada en el Catlogo de las consultas del Consejo de Indias. (31 de marzo de 1552): Madrid, Consejo. e) A doa Menca
201. La transcripcin es ma. Aade posteriormente Villalobos que el proceso contra Alvar Nez va a durar
cuatro o cinco aos por lo cual es necesario mandar a otra persona al Ro de la Plata como gobernador.
202. Teniendo en cuenta que son muchos los que han acusado al Consejo de Indias de injusto por el tratamiento que se dio a Alvar Nez durante en su juicio, sera oportuno contar con informacin adicional sobre el
fiscal de Villalobos, personaje clave en todos los procesos que se hicieron en su contra.
203. En la Coleccin de Documentos Inditos, igualmente se dice que muri tan pobre que por su testamento
pidi de merced un ao para pagar sus deudas y se le concedi por cdula de 13 de junio de 1553 y 27 de abril
de 1554 (CDI 2, v. 14, 242). En otro documento manuscrito relacionado con su muerte encontrado en la Coleccin Muoz de la Real Academia de la Historia leemos: Al emperador. Carta del Consejo de Indias. El marqus
[de Mondejar]. Licenciado Gutierre Lpez, Tello de Sandoval, Hernn Prez, Licenciado Vriviesca. Valladolid
13 Nov. 50 [1550]. El licenciado Villalobos fiscal deste Consejo que ha servido mui bien en l cerca de 19 aos
muri adeudado a 8 del presente. Ser bien hacer alguna merced para pagar sus deudas, para sustentacin a
su mujer Doa Menca de Carvajal, i para su hijo el hbito de Santiago que ya pidi su padre, pero no merced
para traspasar los indios que tiene en el Nuevo Reino, lo que est prohibido por las Nuevas leyes (A/112. fol
321r.).
Captulo undcimo
239
de Carvajal, viuda del fiscal licenciado Villalobos, se le han hecho mercedes por parte
de la reina de Bohemia y de su majestad: el Consejo consulta si han de segursele haciendo ambas mercedes. R.: [Que pues ya se hizo la merced que goze de entrambas
cosas] A.G.I. Indiferente General 737, 83 (Antonia Heredia 1: 61). Su nombre tambin aparece en las clusulas del testamento que dej el citado fiscal pidiendo que se
le haga merced de 200.000 maraveds para pagar las deudas que deja, lo cual indica
que no debera estar muy sobrado de dinero:
13 de diciembre de 1550. Consejo. Atendiendo a las peticiones que
dej hechas el licenciado Villalobos, fiscal del Consejo de las Indias
al Consejo, parece que se debe hacer merced de 200.000 maravedes
para pago de las deudas y concederle a su hijo un hbito de Santiago,
aunque no se le pueda hacer merced de traspasarle el repartimiento
que tena en Nueva Granada, por ir en contra de las leyes. Tambin
puede hacerse alguna merced a su viuda, doa Menca de Carvajal
para su sustento. AGI. Indiferente General, 737, fol. 62 (Citado en
Heredia 1: 50).
Tambin resultan interesantes los autos fiscales que tuvieron lugar entre los aos
1550 y 1553, esta vez con la intervencin de otro fiscal. Ao 1553= El fiscal con Martn de Orue sobre el cargo que contra este resulta por ser uno de los complices en la
prisin de Alvar Nez Cabeza de Baca, Adelantado y Capitn General en las provincias del Ro de la Plata. (AGI: Justicia, Legajo 1132, primer folio). En este documento
y despus de toda la documentacin presentada por los testigos de ambas partes para
demostrar la culpabilidad del contrario, se permite al dicho Martn de Orue partir
al Ro de la Plata. Esta sentencia del proceso dice mucho de la culpabilidad de Alvar
Nez: [L]os seores del consejo real de las indias de su mag. [majestad]. Aviendo
visto el negocio del fiscal con martin de orue en Madrid a veinte y quatro dias del mes
de enero de mill i quis [quinientos] e cincuenta e tres aos dieron licencia al dicho martin de orue para que pueda yr y vaya a las provincias del rio de la plata (A.G.I. Justicia
1132, ltimos folios del legajo).
La imagen que se nos ha ofrecido de Alvar Nez en sus ltimos aos como la de
un hombre rodeado de familiares influyentes, con prestigio social y suficiente dinero
para pagar rescates, no concuerda con la documentacin existente sobre la ltima etapa de su vida que nos demuestra ms bien lo contrario. Vemos incluso cmo algunos
de los parientes de Alvar Nez tienen que estar pidiendo literalmente limosna para
poder sobrevivir. La situacin que nos muestra el propio Cabeza de Vaca en abril de
1551 no es la mejor:
Alvar Nez Cabeza de Vaca governador y adelantado de las provincias del Rio de la Plata digo que ya V. A. sabe quanto tiempo ha
que estoy detenido en esta corte y no tengo de que me sustentar ni
con que seguir mi ju[] y estoy muy adeudado de lo que gaste en la
armada y socorro que hize en aquellas partes donde los oficiales que
me prendieron me tomaron toda mi hacienda e me tuvieron preso
desnudo pido y suplico a V. A. que se me remedie en buscar de que
me sustente y mantenga sea servido de mandarme salir de la carcele-
240
ria que me esta puesta e porque yo no puedo [de asi firmar] digo que
prestare [camion] juratoria con fee e pleyto homenaje de me presentar cada e quando que por V. A. me fuere mandado. E juro por Dios en
esta cruz que no tengo ni siento persona que me fie porque es notoria
mi pobrea que lo qual nstro. seor sera servido e yo recebire bien...
[Firmado]: Cabeza deVaca. En la Villa de Valladolid a once dias del
mes de abril de mill e quinientos e cincuenta y un aos (AGI, Leg.1131,
fol.70r.)
Parece que esta situacin no haba mejorado en 1554, tal como demuestra otro documento escrito por el prncipe Felipe desde Ponferrada, en donde se hace mencin de
la limosna que se ofrece a Alvar Nez Cabeza de Vaca de las sobras que les van a
dar a otros.204
El Principe. Ochoa de Luyando nro criado ya sabeis como por nos os
esta mandado que de la condenacion que esta hecha por la camara
de su mag. por los del consejo de las indias al liceniado cervantes de
loaisa/ oidor que fue de la audiencia real de la isla espaola que ha de
venir a nro. poder deis y pageis a franisco lopez tenorio cien ducados
y a gutierre de villa portero que fue del dicho Consejo treinta ducados
y porque nos hazemos md. [merded] y limosna de lo que cumplido lo
susodho. sobrado de la dha. condenacion de la camara a alvar nuez
cavea de Vaca/ o a quien su poder oviere lo que cumplido lo susodho. sobrare de la dha condenaion y viniere a vuestro poder y tomad
su carta de pago o de quien el dho su poder oviere con la qual y con
esta sin otro recaudo alguno mando que vos sea recebido y pasado en
quenta lo que en ello se montare fecha en Ponferrada a treze dias del
mes de junio de mill e quis. y inqta. y quatro aos yo el Principe refrendada de Samano sealada del marques de gregorio lopez sandoval
(AGI. Indiferente General, 425, L23, fol. 80r.)
En un memorial que encontr en 1999 en el Archivo de Simancas (firmado por el secretario Juan Vzquez que empieza en este oficio en 1556) sobre un deudo suyo, Juan
Estopin Cabeza de Vaca, cuado de Francisco de Vera, podemos leer:
CRM. [Cesrea Real Magestad]
Juan Estopin cabeza de baca natural de xerez de la frontera digo
que v.m. ynbio por juez oficial de las yslas de canaria en lo tocante a
yndias a fco de vera mi quado el qual biniendo a dar quenta a lo que
a vro servicio cunplia me dexo en su lugar en el dicho oficio y estando
aquy los del consejo de V.M. ynbiaron jueces letrados y el que fue a do
yo estaba con no hallarme cosa que no debiera como consta por la Residencia questa en vro Real consejo me tubo quatro aos a do si no me
lo daban...y la perlesia [parlisis] que tengo de questoy de todo el lado
ysquierdo tullido demas de aberme costado vidas de madre ermana y
204. Cdula del prncipe D. Felipe a Ochoa de Luyando para que entregue a Alvar Nez Cabeza de Vaca lo
que sobrare despus de pagar 100 ducados a Francisco Lpez Tenorio y 30 a Gutierre de la Villa (AGI. Indiferente General, 425, L23, fol. 80r.).
Captulo undcimo
241
mujer y aberme quedado una hija de ocho aos con tan poco remedio
como yo por mis pecados porque suplico a vra m. que pues al dicho
mi quado se le hizo md. Por su vida de ducientos ducados de renta
en el almojarifazgo de aquellas yslas y de la dicha md gozo hasta que
murio yo he servido y mi abuelo y estoy tan necesitado que no tengo
deque poderme sustentar y quando...perder quanto llebaba y haogarseme ocho onbres y salir yo como sali con gran peligro se me haga la
mesma md por las vidas mia y de mi hija con que sea en cadiz, xerez,
sebilla, cordoba esija carmona pues por mis enfermedades no estoy
para pasar la mar y en hazerlo asi hara V.M. grandes servicios a nuestro seor y a mi y a mi hija encarecida md. y limosna y de ser todo
asi verdad mostrare mis recados a quien se me mandare. [firmado:]
Juan Estopian cabea de baca. (AG.S. Cmara de Castilla, Personas,
leg. 9; fol 290-4).205
El genealogista Rafael Snchez Saus escribe con respecto al abuelo de Alvar Nez:
Podemos hallar ancianos desgraciados y amargados por su infortunio y por la ingratitud de los poderes pblicos hacia sus servicios como Pedro de Vera, caballero jerezano
conquistador de Gran Canaria, muerto casi en la pobreza tras una vida de intensa actividad poltica y militar (72). El autor tambin se hace eco de la condicin de miserable del ajuar domstico de Francisco de Vera, padre de Alvar Nez:
Sancho de Sopranis coment en numerosas ocasiones la sencillez y la
austeridad del ajuar domstico de la aristocracia jerezana del xv. Esta
impresin se desliza a veces hacia la consideracin de miserable, tal
como refleja la relacin de bienes del veinticuatro Francisco de Vera,
padre del clebre Alvar Nez Cabeza de Vaca: enseres viejos o maltratados, muebles modestos, ropas en las que en raras ocasiones se
emplean telas preciosas, pieles estimadas, etc producen una impresin deprimente del nivel de vida hogareo. (203) p. 9. En contraste
con ello, y dando cuenta de su verdadera posicin, importantes posesiones rsticas y urbanas. (109n2).
Paradjicamente, algunos autores defienden que la nocin de un Cabeza de Vaca
pobre y enfermo pertenece al mundo de la ficcin, mientras tienen por ciertas algunas
de las fantsticas aventuras y milagros que aparecen en los Naufragios (Vase mi trabajo, Maura, Arte 132-133). La persecucin por parte de piratas franceses al supuesto
navo de Cabeza de Vaca y el rescate de la armada de Portugal, cuyo capitn habla un
portugus macarrnico, merece particular anlisis. Ni siquiera Fernndez de Oviedo
205. En otro documento se lee: CRM. Juan Estopin cabeza de baca natural de xerez de la frontera digo
que aunque yo di un memorial a V.M. Representandole lo que en las yslas de canaria en vro servicio abia
gastado y cobrado la enfermedad que tengo de que estoy por mis pecados tullido y aberseme ahogado cinco
hombres y perdido todo el ...mi casa y escapado solo yo y un muchacho mi principal intento es manifestarle
los servicios de mis pasados en especial de mi abuelo que son muchos y muy sealados y asta oy no estan
pagados de que V.M....conciencia me esta obligado pues soy su natural eredero y en servicio de V.M. perdi
lo que digo y cobre lo que tengo que de todo mostrare bastantes recados porque le suplico como a mi seor
y Rey natural tenga misericordia y se ma haga a mi y a mi hija la md [merded] que suplico...besa las Reales
manos de V.M. su leal vasallo. Juan Estopin Cabeza de baca (RAS. Cmara de Castilla, Personas, leg. 9;
fol 290-1).
242
menciona este incidente en su Relacin y, sin embargo, algunos estudiosos lo toman actualmente como cierto (Adorno & Pautz 1: 269). Adorno y Pautz presentan un nuevo
e interesante ngulo del episodio, aunque la documentacin existente no confirme que
el cronista jerezano fuese testigo presencial de estos hechos. Cabeza de Vaca sazon
el penltimo captulo de su obra Naufragios con una historia de persecucin de piratas
franceses. Aunque en la obra de Alvar Nez los franceses burlan a los navos portugueses, en la documentacin encontrada en la Coleccin Muoz de la Real Academia de
la Historia (A/ 108 f. 66v.), stos ltimos echan a fondo las naos de los franceses. Pese
a que la amenaza de piratas franceses, como muy bien explican Adorno y Pautz, fuese
real (2: 397-400), la documentacin y las especulaciones presentadas por estos autores
no constituyen prueba suficiente. Adorno y Pautz escriben: Not knowing that they
had done so, Cabeza de Vacas ship went on to Cuba arriving at the port of Havana on
4 May 1537. We have discovered the confirmation of Cabeza de Vacas ship arrival there in a letter from Juan Velzquez to the Casa de Contratacin of 31 May as extracted
by Juan Bautista Muoz (Adorno y Pautz 2: 396; CDU 6: 22-23). Esta confirmacin es
inexacta y no pasa de ser una conjetura ya que en el citado documento original la fecha
que se da de la llegada de los navos es dos das anterior a la fecha del 4 de mayo en que
Cabeza de Vaca afirma llegar. Dice la carta de Juan Velzquez: En 2 de mayo lleg un
navo de Nueva Espaa habindose perdido dos en su conserva (Coleccin Muoz A/
108 f. 66v., tambin en CDU 6: 22-23). Pupo-Walker comenta sobre este suceso: This
incident has a decidedly imaginative ring to it, and the sentence quoted in Portuguese
is gramatically incorret (Castaways 145, n69). Otra conjetura histricamente incorrecta
de Adorno y Pautz en referencia a la citada persecucin de piratas franceses a los navos
espaoles que se halla en la carta mandada por la Casa de Contratacin a la emperatriz, es aquella en la que los citados investigadores confunden el puerto de la Habana
con el de la Jaguana en Cuba y donde adems no se cita a Cabeza de Vaca en ningn
momento. The Contratacin letter makes reference to three ships that had been lost
at Cuba when they went in pursuit of a French craft (galeoncillo) that was menacing
the area. These could well have been the three ships mentioned by Cabeza de Vaca (f.
64v.) when he stated that upon leaving Cuba on 2 June 1537 he and his shipmates feared encountering French vessels because they had taken three Spanish ships just a few
days earlier. We suggest a possible significant coincidence between events recounted
by Cabeza de Vaca and the 4 August 1537 Contratacin letter to the empress, because
the gold that those Spanish ships had left at port when they pursued the French corsair
was later boarded on a ship, coming from New Spain, at the port of La Jaguano (sic,
La Habana). This same craft, loaded with much silver and gold, arrived at Terceira in
the Azores (Adorno y Pautz 2: 398-99). En referencia a los puertos de la Habana y la
Jaguana contamos con otro documento unas pginas ms adelante en el mismo legajo
de la la coleccin Muoz: Los dos puertos ms principales destas islas, i adonde es corriente el escala de los navios que vienen de la Nueva Espaa i Tierra Firme son la Havana en Cuba, i la Jaguana en esta. Devese hacer en cada una torre do huviese artillera
para defender la entrada (A/ 108 f. 64r.) En la relacin de Cabeza de Vaca los franceses
burlan a los portugueses y se dan a la fuga; en el documento de la coleccin Muoz de
la Real Academia de la Historia, utilizado por Adorno y Pautz, estos ltimos no mencionan que los portugueses echaron al fondo a las naos de los franceses (Muoz A/
108 f.56r.). La diferencia es importante. El documento mandado a la emperatriz el 4 de
Captulo undcimo
243
agosto de 1537 es el siguiente: (Franceses) Ha venido nueva por cartas de Merc [mercaderes] de Portugal como a las islas de las Azores haba llegado una nao que decan
que vena del Per con m. cd. [mucha cantidad] de oro, por otr dicen que viene de
N E [Nueva Espaa] y trae m. cd.[mucha cantidad] de oro y plata; porque en Cuba en el puerto de la Jaguana tom el oro de las tres naos que all se havan perdido
cuando fueron en seguimiento del Galeoncillo Francs que all andaba; i que llegando
a la Tercera dos naos de franceses havan abordado en ella, y que estando as lleg el
armada de Portugal, i se la quit i ech a fondo las naos de los franceses. (Muoz A/
108 f.56r.) Cabeza de Vaca pudo muy bien haber recreado su relacin sobre hechos
reales como el anterior. Pese a existir semejanza entre ambas historias, las diferencias,
sobre todo el final trgico de las naos francesas que aparece en el documento de la
Casa de Contratacin por una parte y la informacin ofrecida por Cabeza de Vaca en
el captulo XXXVII de Naufragios por otra, son claras.
246
Cabeza de Vaca, who has now habituated to native ways, tells here of
his pursuit of his former companions. As he overtakes them, they are
astonished by his changed aspect: recebieron gran alteracin de verme
tan extraamente vestido y en compaa de indios. Estuvironme
mirando mucho espacio de tiempo, tan atnitos, que ni me hablaban
ni acertaban a decirme nada (97-98). The silence of the Spaniards
marks one of the most salient features of the Naufragios, which, as
Silvia Molloy has written, reveals for the king not only the untold
discoveries of the conquistador in his failed conquest but also, for the
modern reader, Cabeza de Vacas own discovery of himself in relation
to the other (449) [(Rubin 41)].
En cuanto a las honrosas excepciones, en los ltimos aos han aparecido artculos,
incluso libros que aportan documentacin nueva, que nos ayudan a perfilar y estudiar
ms a fondo la figura de Alvar Nez. Tambin se han publicado recientemente interesantes trabajos situando a Alvar Nez dentro de los estudios chicanos.207 Entre dichas
excepciones incluira el trabajo de Robert T.C. Goodwin, Texts and miracles in the
New and Old Worlds: Alvar Nez Cabeza de Vaca, y una versin ms pormenorizada del precedente artculo, De lo que sucedi a los dems que entraron en las indias:
lvar Nez Cabeza de Vaca and Other Survivors of Pnfilo de Narvezs Expedition,
por ofrecer nueva investigacin de archivo y por lo tanto nuevas perspectivas sobre la
biografa de Cabeza de Vaca, lnea que en mi opinin es la que ms puede aportar actualmente. A estos artculos aadira los trabajos realizados por Santiago Juan-Navarro,
Michael Agnew, o Genevive Fabry, que aunque no se centren en nueva investigacin
de archivo ni aporten nueva informacin biogrfica, se salen de la tradicional y politicamente correcta visin que de s mismo ofrece el explorador jerezano y dan una valiente
interpretacin de sus hechos.208 Escribe Agnew a este respecto: El paralelismo ms
importante, finalmente, es que lvar Nez, como protagonista de su propio relato y
como el ms atrevido y empedernido de entre sus compaeros, ejemplifica segn su
versin al ms eficaz portador de las leyes imperial y divina para los indgenas. A
este fin, el autor destaca su propia virtud frente a los otros espaoles a quienes superan
espiritualmente aun los nativos sin adoctrinamiento cristiano (Agnew 225). An sin
compartir necesariamente su punto de vista, Carmen V. Vidaurre Arenas, en su artculo
La interaccin de diversos tipos textuales en la obra de lvar Nez, nos proporciona por su parte valiosas interpretaciones de las acciones de Alvar Nez, acciones que
segn la citada autora se inclinan ms hacia una dimensin pica cristiana que hacia la
picaresca: Podemos observar que, pese a las similitudes que el escrito parece guardar
con respecto a las novelas picarescas, el autor escribe una obra pica, por lo que, la reiteracin del hambre y el aspecto de la supervivencia, no resultan suficientes elementos
para considerar como texto antipico a los Naufragios (Vidaurre 24). No est en mi nimo afirmar ni decir en ningn momento que los dems artculos o libros que se basan
en la narracin Naufragios dejen de tener valor, ni mucho menos, pero creo que slo presentan una parte del corpus que constituye la vida y obra de tan interesante personaje.
207. Vase, Sandra M. Prez-Linggi, Gaspar Prez de Villagr: Criollo or Chicano in the South West.
208. Como en su da hiciera Robert Lewis con su excelente artculo, Los Naufragios de Alvar Nez: historia
y ficcin.
Captulo duodcimo
247
Sin embargo, el crtico e investigador moderno debe comprender que estudiar slo
una parte de un todo, que adems est al alcance de nuestras manos, limita enormemente la obra. En otras palabras, podemos escribir cientos de artculos sobre la obra
Naufragios, pero con ello lo nico que haremos ser en cierta forma rizar el rizo. Si
bien no es necesario que todos los que analicen su obra tengan que hacer investigacin de archivo, s va siendo hora de que algunos se adentren con profundidad en la
segunda parte de su obra, Comentarios, algo que hasta la fecha no ha ocurrido.
Rubn Caba y Elosa Gmez-Lucena, acaban de publicar un libro titulado La Odisea
de Cabeza de Vaca (2008) que, a diferencia de otras publicaciones, incluye pasajes del
segundo periplo de Cabeza de Vaca por tierras de Sudamrica.209 Desgraciadamente,
no aportan investigacin de archivo nueva, pese a atribuirse el descubrimiento de
unos documentos de la Real Chancillera de Valladolid ya publicados en 2002: Este
pleito que ningn otro historiador menciona... (114).210 Igualmente, pero sin adjudicarse el descubrimiento, vuelven a incluir la documentacin encontrada en el Archivo
Ducal de Medina Sidonia ya publicada en mi tesis doctoral en 1987. Aunque la intencin de estos autores, que no es otra que la de rescatar a este carismtico hidalgo,
parece sincera, no tendrn empacho en calificar a todo lo que vaya en contra de su
persona de maliciosas interpretaciones (60). Si bien ambos autores se han tomado la
molestia de hacer buena parte del recorrido realizado por Alvar Nez en el Norte y
Sur de Amrica y de aportar algunos planteamientos valientes, se apoyan en una base
documental muy limitada, tanto en lo que se refiere a investigacin de archivo como
a bibliografa reciente.
Si por alguna razn la obra de este genial explorador ha seguido conquistando
adeptos, ha sido porque el lenguaje utilizado en su discurso literario, poltico, religioso o comercial ha actuado como arma sutil para manipular las defensas del sentido
comn del lector. Todo ello empleando un metatexto de espiritualidad y bondad que
a nivel inconsciente ha penetrado las defensas del lector, desprevenido en unos casos,
vido de encontrar un conquistador bueno en el otro en otros. Aceptando as, pasivamente, la informacin presentada y formndose una imagen muy parecida a la intencionalmente creada por su autor. Entre los cronistas de Amrica uno de los mejores
ejemplos para comparar con la representacin que de s mismo hace Alvar Nez en
su obra es sin duda el padre Las Casas. Algunos han querido dejar entrever una actitud marxista/cristiana del conquistador andaluz, sobre todo en cuanto a su identificacin y defensa con el oprimido. Sin embargo, tanto Las Casas como Alvar Nez,
permiten que los lectores disparen su imaginacin ms por lo que callan que por lo
que dicen. Escribe Las Casas: Si se hobiesen de contar las particulares crueldades y
matanzas que los cristianos en aquellos reinos del Per han cometido y cada da hoy
cometen, sin duda ninguna seran espantables y tantas, que todo lo que hemos dicho
de las otras partes se escureciese y pareciese poco, segn la cantidad y gravedad de
ella (Brevsima 164). En el captulo 18 de Naufragios leemos: [y] su hambre tan grande,
que comen araas y huevos de hormigas, y gusanos y lagartijas y salamanquesas y cu209. No debe confundirse con el libro de mismo ttulo en ingls publicado por Morris Bishop en 1933.
210. Vanse mis trabajos, Nuevos datos documentales para la biografa de Alvar Nez Cabeza de Vaca
(2002) y Nuevas aportaciones documentales para la biografa de Alvar Nez Cabeza de Vaca (2004). Los
documentos de la Real Chancillera de Valladolid los encontr en el verano de 1999. Estos artculos no estn
includos en la bibliografa de los citados autores.
248
lebras y vboras, que matan los hombres que muerden, y comen tierra y madera y todo
lo que pueden haber, y estiercol de venados, y otras cosas que dejo de contar (144).
Este modus operandi, esta forma de exagerar en beneficio de una propia causa, ha
existido desde el principio de los tiempos, pero no ha sido hasta nuestros das en que,
a travs de una sofisticada variedad de bancos de informacin, hemos podido contrarrestar y filtrar las diferentes historias y fuentes de opinin. Gracias al auge que han
tenido los estudios coloniales, post-coloniales, subalternos, etc., sobre todo en Estados
Unidos, han aparecido numerosas publicaciones que merecen atencin por plantear
perspectivas nuevas e interesantes sobre personajes como Cabeza de Vaca. Entre los
investigadores actuales que han presentado dimensiones dignas de reflexin sobre Cabeza de Vaca y otros aspectos de este periodo, encontramos a Jos Rabasa. En su libro
Writing Violence on the Northern Frontier, propone una lectura diferente de los textos de la
conquista: Therefore, this book not only seeks to explain what colonialist text do but,
in reflecting on what they do, to change our ways of thinking about colonial discourse.
In denouncing colonialism we should also explore new ways of feeling that will make
readers sensitive to how colonialism past and present affect not only our intellectual
work but also our daily lives (28). Parece que el leitmotif desde que han aparecido
los citados estudios coloniales y post-coloniales ha sido, como escribe Rabasa, el denouncing colonialism. Buenas y sinceras intenciones sin duda, aunque muchas veces
nuestro trabajo escrito a nivel universitario se reduzca a una retrica hueca que no llega
a la inmensa mayora, en parte por limitarse a publicaciones especializadas. Por esa
razn, cuando Rabasa menciona a los readers, se est refiriendo a esa pequea minora, en la que nos incluimos un buen nmero de investigadores acadmicos, que nos
permitimos poder plantear new ways of feeling plasmadas en libros publicados en
ingls, francs o espaol por las editoriales universitarias ms sofisticadas de los pases
colonizadores por excelencia del llamado Primer Mundo. Pese a ser sincera la identificacin de muchos escritores acadmicos por el dbil, yo me planteara la pregunta de
hasta qu punto es vlida y sincera la crtica de un remoto pasado colonial hecha desde
organismos de educacin y difusin meditica de un presente todava colonial o si se
prefiere, neocolonial o postcolonial.211 Una visin general respecto a los libros que se
211. Aunque las lenguas ibricas, espaol y portugus, se hablen en conjunto ms que el ingls, no creo que
exista ninguna duda que la lengua del poder sea actualmente esta ltima. Desde finales del siglo xvii no podemos hablar de una lengua espaola imperialista. Hace unos aos, con motivo del quincentenario de la llegada
de Coln a Amrica, quiero recordar que fue Fidel Castro el que afirm que el Fondo Monetario Internacional
obtena ms dinero en un ao de Latinoamrica que todo el oro y plata que sacarn los espaoles y portugueses
en en el siglo xvi. No es que las palabras contradictorias y oportunistas de Castro merezcan excesivo crdito
pero s cierta reflexin. Lo que quiero plantear, en otras palabras, es hasta qu punto es legtima la crtica de un
pasado colonial, aunque este sea paradigmtico (como es el caso de la colonizacin ibrica), cuando comodamente nos servimos de los instrumentos que nos proporciona un presente neoimperialista para realizarla. Buena parte de la crtica actual postmoderna-postcolonial est ms preocupada en especular sobre el tratamiento
que se hizo de los indgenas hace quinientos aos, antes que interesarse sobre cmo agoniza el continente africano, la invasin de naciones soberanas como Irak y los millones de desplazados a causa de estas invasiones,
lo que se est haciendo actualmente en las selvas de Guatemala y Mxico as como las perforaciones petroleras
llevadas a cabo por compaas del primer mundo con la aquiescencia de algunos gobiernos latinoamericanos,
en territorios pertenecientes a diferentes tribus indgenas de Ecuador, Colombia, Per, etc., hasta qu punto no
es puro virtuosismo intelectual o frivolidad acadmica? Sin dudar de la sinceridad de muchos estudiosos que
plantean diferentes ngulos dignos de reflexin, pienso que no deberamos caer en la demagogia que nos proporciona parte del gran mercado de la crtica y teora literaria actual. Aunque me parezca demasiado vaga la idea
de eurocentrismo que plantea Dirlik y otros muchos crticos actuales, estoy de acuerdo cuando afirma: What
Captulo duodcimo
249
publican actualmente en Estados Unidos sobre la conquista nos lleva a concluir sin
duda a que la tendencia predominante sigue siendo politicamente correcta Si tenemos en cuenta la enorme maquinaria e industria que supone el mundo editorial
y universitario de Estados Unidos, y del mundo angloparlante en general, comprenderemos cmo muchos de estos autores y acadmicos tienen/tenemos que publicar
para sobrevivir: Publish or perish, como dice el adagio universitario. Aunque pueda resultar paradjico, yo observo mucho ms racismo en esa visin paternalista y
condescendiente para con el otro. El europeo, sea del lugar que sea, aparecer
siempre como un ser explotador, racionalmente superior y malo. Parece como si los
indgenas fuesen todos seres homogneos que adems no tuviesen el derecho a ser
malos. Solo hace falta asomarse a las crnicas sobre las culturas precolombinas para
darse cuenta cmo la crueldad, la violencia o el abuso no fueron patrimonio nico de
europeos y que los indgenas americanos son, evidentemente, seres intrnsecamente
iguales a cualquier otro. De cualquier manera, simplificar la historia del siglo xvi como
una contraposicin entre europeos y americanos sera un grave error. La enorme
diversidad y riqueza tnica existente a ambos lados del Atlntico hace imposible una
generalizacin de ese tipo. Sin embargo, esta visin estereotpica y genrica de toda
una serie de naciones precolombinas es la que predomina actualmente. Algunos autores e investigadores universitarios que critican la retrica de los conquistadores cuando ensalzan sus hazaas, se olvidan que ellos estn haciendo exactamente lo mismo
para as publicar sus libros y conseguir una titularidad (tenure) o una promocin en
sus respectivas instituciones y poder asegurar su sustento y su seguridad laboral en un
mundo acadmico ferozmente competitivo. Algo muy parecido a lo que los conquistadores hacan al presentar sus acciones frente a la Corona y as conseguir una serie de
privilegios. A veces, no s si de manera inconsciente, el resultado de estos crticos que
elevan la retrica de un Corts a la de Cicern, mejor orador romano de su tiempo,
criticando con ello la manipulacin ejercida por el conquistador extremeo sobre sus
hombres, es el de sobrevalorar sin pretenderlo a los conquistadores. En otros casos
pecan yndose al otro extremo cuando de forma indirecta culpan y acusan a los espaoles de llevar la guerra bacteriolgica a las Amricas:
I do not consider the Spaniards who invaded Mexico in 1519 to have
been heroic, in spite of their courage and resourfulness, and in spite
of the attention I pay in these pages to their heroic stature, especially
that of Corts. The seductive nature of his version of events strikes
me as more alarming and more important precesely because he and
his men destroyed or enslaved those who opposed them and many
who did not. The conquistadors prevailed because they had horses,
attack dogs, brigantines to gain control of the lakes of the central
valley, larger ships that brought them reinforcements, superior
weaponry, and the aid of the Aztecs enemies; because they waged
total war against peoples who often tried to take live captives for
distinguishes the present from the past is the apparently seamless paradigmatic hegemony of that version of
the modernization narrative that is inscribed in the history of capitalism (132). Sin embargo, la economa
mercantilista llevada a cabo por Espaa y Portugal en el siglo xvi dista mucho de ser la misma que la actual.
250
Captulo duodcimo
251
trabajo; y aunque cada uno de ellos lo pudiera hacer mejor que yo, por ser ms recios
y ms mozos... (Cp. 23; 202).215 Cabe mencionar tambin que Las Casas es uno de
los que afirma que Cabeza de Vaca naci en Jerez de la Frontera: Lo mismo es en la
grande y luenga tierra que llamamos la Florida, donde caben inmensas naciones: ningn idolo ni templo, ni sacrificio sensible se halla; as lo afirman los que por diversos
tiempos y en diversas armadas por aquellas tierras han andado, y el que ms de ello
supo fue Alvar Nez Cabeza de Vaca, un caballero natural de Xerez de la Frontera
(Casas, Apologtica Historia 3, 428).
Creo tambin que el tema del nacimiento de la propaganda poltica en el siglo xvi y
xvii debera ser explorado en profundidad por parte la crtica actual para poder comprender mejor la de nuestros das. Parece como si todava existiese una Leyenda
Negra antihispnica por parte de pueblos que han maltrado mucho ms y que casi
han hecho desaparecer al elemento indgena dentro de sus fronteras, reducindolo en
algunos casos a poco ms del 1% y adems mantenindolo en un estado de apartheid, confinado en reservas con unos ndices de suicidio y alcoholismo escalofriantes. Tambin observamos perplejos el respeto con el que se trata hoy y cmo se
viola la soberana de otros pueblos que no comparten nuestro way of life. La falta
de libertad religiosa o poltica, el escaso respeto que se tiene al elemento femenino en
otras culturas, el tratamiento que se hace de nios explotndoles en la produccin de
bienes de consumo, o el maltrato y contaminacin de nuestro planeta y sus criaturas
son nuestras asignaturas pendientes en pleno siglo xxi. Dicho esto, no creo que nunca
haya existido esa Edad Dorada en donde los humanos hayan vivido en paz y armona. Ni en Asia, ni en Africa, ni en las Amricas, ni en Europa. Por esta razn merecen
todo el respeto aquellos quijotes que an sabiendo a lo que se enfrentan, no han
perdido la esperanza de conseguir un mundo mejor.
Resumiendo, creo que aunque exista en Estados Unidos un formidable aparato logstico que impulse la investigacin acadmica, con suficiente recursos para invertir
en bibliotecas, archivos, becas, sabticos, etc., el caso de Alvar Nez requiere profudizar ms en archivos ubicados fuera de Estados Unidos, especialmente en Espaa,
Paraguay, Argentina y por supuesto Mxico. De otra manera podemos caer en una
peligrosa espiral que nos puede llevar ad nauseam, a un callejn sin salida.
215. No cabe duda que trabajar con manuscritos del siglo xvi requiere mucha prctica incluso para personas nativas en espaol o portugus. El arte de la paleografa, slo se consigue dominar con muchas horas de
lectura de documentos manuscritos por diferentes escribanos y an as se cometen numerosos errores en las
trascripciones. Es ah, en la lectura de manuscritos, donde pienso que todava cojea la crtica colonial hecha,
sobre todo, desde fuera de los archivos ibricos.
254
Uno de los dos documentos citados es la concesin de un juro hecho por el conde de
Arcos a favor del gobernador Pedro de Vera, abuelo de Alvar Nez.
iii.
Captulo dcimotercero
255
256
peculaciones, cuando pasa a hablar del nmero 51 de su exhaustivo estudio genealgico, presenta cierta incertidumbre sobre la persona de Garca Marmolejo, dudas que no
son recogidas por Gil. Escribe Snchez Saus: 51) Filiacin y matrimonio con Isabel de
Herrera, hija de Bartolom Martnez de Herrera e Isabel Daz de Morales en idem, fol.
287 v. Quiz sea el mismo Garca Marmolejo que el 14 de octubre de 1504 compr el
heredamiento de Montaraz con casas, huertas, molinos y 70 ars. de olivar por 595.000
mrs. a mayor de Avellaneda, viuda de Pedro Ortiz (A.M.S., secc. 16, n. 958) (258). El
quiz sea ya muestra cierto margen de duda en cuanto a la paternidad de Mara Marmolejo. En la tabla genealgica (51) presentada por Snchez Saus sobre la genealoga
de los Marmolejo, no aparece ninguna hija llamada Mara Marmolejo. En el artculo de
Gil, aunque s se da documentacin referente a la persona de Mara Marmolejo, no se
presenta ningn documento en donde aparezca alguna referencia que la relacione de
alguna manera con Alvar Nez.221 En la informacin de mritos y servicios de Francisco de Marmolexo, Pedro de Fuentes y Alonso de Fuentes, que fueron en el ao de 1509
a la isla Espaola con el almirante Don Diego Coln y Mara de Toledo, encontramos
algunos datos que pueden resultar importantes para la biografa de la mujer de Cabeza
de Vaca.222 Pedro de Fuentes fue a la Nueva Espaa con Pnfilo de Narvez, Alonso de
Fuentes pas a Tierra Firme con Pedrarias Dvila y Francisco de Marmolexo fue a la
221. En el ao 2003, tuve la oportunidad de regresar al Archivo de Protocolos de Sevilla (ahora llamado Histrico Provincial), y tuve la enorme suerte de encontrarme con Juan Gil que se encontraba en ese momento en
el archivo dedicado a su tarea investigadora. Le presente mis dudas sobre la documentacin existente respecto
al citado matrimonio y l muy amablemente al da siguiente me obsequi con una copia de su artculo Notas
prosopogrficas. Como ya conoca el artculo en cuestin me dedique a leer y confirmar las citas documentales
que inclua. Encontr que la firma de algunos de los documentos que Gil cita en referencia a Mara Marmolejo,
aparece simplemente un tal Alvar Nez, y esto no es lo habitual en la firma del descubridor. Ante esta duda y
aprovechando la presencia de tan dedicado investigador, puse juntos dos documentos de la misma fecha (1525)
uno donde aparece nicamente la firma Alvar Nez (AHPS., signatura 3259 v.) y otro en el que se haca
referencia a una renta de una propiedad firmada por Cabeza de Vaca, prctica ms habitual en el explorador
jerezano (AHPS., legajo, 17453, fol.1423 v.). En presencia del archivero Agustn Pinto, compar las firmas y llegu a la conclusin de que se trataba de dos personas diferentes. Una vez ms molest al profesor Gil y frente a
los dos documentos y en vista de la diferencia de firmas reconoci que podan no ser los mismos. Me dijo que
seguira indagando. Al da siguiente, nos encontrabamos los dos trabajando en el mismo archivo cuando fue l
quin me pidi que me acercara a su mesa para ensearme dos documentos de mayo y junio de 1527 (pocos
das anterior a la salida de Alvar Nez hacia Amrica) en los que s se mencionaba claramente el nombre de
su mujer: Sepan quantos esta carta vieren como yo Alvar Nez cabeza de Vaca vezino que soy desta ciudad
de Sevilla en la collacin de Sant Andrs...a Mara Marmolejo my muger e a Juan Ximenes my criado ambos a
dos mismamente... (AHPS., Legajo 9135, fols. 390 r. y 390 v.). La firma de ese documento es la caracterstica
de Cabeza de Vaca. Gracias al profesor Gil pude salir de mis dudas sobre ese matrimonio. En ese mismo legajo en folio 473 r., nos encontramos con otro documento de Cabeza de Vaca y ah la firma es como la anterior
pero aparece incluido tambin el Alvar Nez. Esto es: Alvar Nez Cabeza de Vaca. Sin embargo, el Alvar
Nez, no es semejante al documento de la signatura 3259 v. Sin dudar que su mujer haya sido Mara Marmolejo tal y como dice el documento antes citado, tengo serias dudas sobre las firmas de los documentos (AHPS
3259 fol. 73 v. y AHPS 17453 fol. 1423r, este ltimo folio en mal estado). Sin duda se trata de dos Alvar Nez
que vivan en Sevilla por las mismas fechas, aunque en collaciones (distritos) diferentes. Lo que s queda claro
es que el nombre de su mujer era el de Mara Marmolejo y el de su criado Joan Ximenes.
222. Encontramos en la misma Isla Espaola a otro Francisco Marmolejo en 1512: Asunto: Antonio Torres,
vecino de Sevilla en la collacin de san Romn, en nombre de Pedro de Vadillo, vecino de San Juan de Maguana
(isla Espaola), hijo de Francisco Marmolejo y de Beatriz de Vadillo (difunta), se obliga para con el dicho Francisco Marmolejo a que su citado hijo le entregar la mitad de todo lo que sacar de los 200 indios concedidos
al dicho su padre por los Reyes. Libro del ao: 1512. Oficio: xvi. Libro: I. Escribana: Jernimo Prez. Folio:
20 vuelto. Fecha: 16 de febrero (CFAAPS, vol 4, 127, 34).
Captulo dcimotercero
257
Nueva Espaa con Diego de Tapia y muri en Sevilla a 22 de marzo [No dice el ao].
Todos fueron hijos de Pedro de Fuentes e Isabel Hernndez de Marmolexo (CDI 24,
53-148). Si Francisco Marmolejo, el mayor de sus hermanos, tena algo menos de 20
aos, eso significa que naceran poco antes del ao de 1490, fecha muy aproximada
a la del nacimiento de Alvar Nez. Entre los testimonios presentados por Diego de
Fuentes, jurado de Sevilla estante en la ciudad de Granada, para que sean enviados
al Consejo de Indias, se encuentra el siguiente: Item: si saben que al tiempo que los
dichos Francisco de Marmolexo,223 Pedro de Fuentes e Alonso de Fuentes pasaron a
las Isla Espaola, el mayor dellos no llegava veinte aos, e siendo page del Duque
de Medina e de Arcos, e del Marqus de Tarifa,224 se fueron juntos; y la dicha Isabel
Marmolexo, su madre, vendi cierta Hacienda que tena para proveellos de lo que
ovieron menester para su viaxe; por lo cual qued pobre e hasta oy en mucha necesidad (CDI 24, 76). Debemos recordar que en las deposiciones hechas con motivo
de la anulacin del matrimonio entre el duque de Medina Sidonia y Ana de Aragn,
includas en un Breve papal de 1533, aparece que Alvar Nez es primo de Fuentes
y muy su amigo.
En el tiempo que se acostaban juntos los Duques, pregunto a Alvar
Nez Cabeza de Vaca, camarero del Duque , el cual era primo de
Fuentes y muy su amigo, si el Duque tena parte carnal con la Duquesa. Y Alvar Nez respondi que s tenan. Y pregunt a Alvar
Nez si lo haba visto. Y Alvar Nez dijo que no, pero que las camisas que se desnudaba el Duque venan sucias y llenas de simiente
de varn, e que por esto crea e tena por cierto el dicho Alvar Nez.
le dijo Fuentes que aquello no era testigo de fe, porque poda ser
aquella simiente hecha por poluciones y por otras maneras. Y cree
que al fin Alvar Nez le dijo que no dudase de ello. Nadie ni Alvar
Nez le di ms particularidades sobre el tema. Alvar Nez fue
muerto en las Indias y no recuerda cuando se lo dijo (Procesos y autos
seguidos sobre la nulidad del matrimonio entre los duques Alonso de
Guzmn y Ana de Aragn y validacin del contrado por esta seora
con el seor duque Juan Alonso, marzo 19 de 1532 a marzo 24 de
1537).
No sabemos si estos Fuentes, que tambin son Marmolejo, tuvieron alguna relacin
con Mara Marmolejo mujer de Alvar Nez, aunque bien pudiera ser. La conexin de
la familia Fuentes-Marmolexo con Amrica es muy clara, al igual que es notorio que
uno de ellos sirvi a quin ms tarde tambin servira Alvar Nez: Pnfilo de Narvez. Sabemos tambin que a Francisco Marmolexo le fue encomendado el pueblo
223. Contamos con el siguiente documento sobre Francisco Fuentes Marmolejo. Asunto: Gonzalo Surez,
vecino de Sevilla en la collacin de San Julin, otorga poder al Comendador Antonio Serrano, vecino y regidor
de la ciudad de Santo Domingo, para que cobre a Francisco Fuentes Marmolejo, vecino de la villa de Puerto
Real (Isla Espaola), 141 pesos de oro que ste percibi en nombre del otorgante a Juan Texerma, vecino de
dicha isla. Libro del ao: 1521. Oficio: xx. Libro: I. Escribana: Juan Mexa. Folio: 462. Fecha: 25 de mayo.
Signatura: 13.452 (CFAAPS, vol. 8, 980, 267.
224. El marqus de Tarifa, don Fadrique Enrquez de Ribera, fue un conocido humanista que a su vuelta de
Jerusaln termin de edificar el famoso palacio sevillano conocido como la Casa de Pilatos.
258
225. Todo esto ocurri en el citado archivo sevillano entre los das 1 y 3 de diciembre de 2003.
226. Como. por ejemplo, Francisco Fuentes: Asunto: Juanes Astiarraga, seor de la nao Santa Cruz, y Miguel
Martnez Jaregui, mercader guipuzcuano, estante en Sevilla, se obligan a pagar a Francisco Fuentes, vecino
de la dicha ciudad de Sevilla en la collacin de santa Mara Magdalena, 132 ducados de oro que ste les haba
prestado para atender al abastecimiento y despacho de dicha nao en el viaje que hara al puerto de Nombre
de Dios. En 7 de enero qued cancelada la deuda por pago. Libro del ao 1520. Oficio: V. Libro: II. Escribana:
Francisco de Castellanos. Folio: 297. Fecha: 9 de mayo (CFAAPS, vol. 5, 1076, 336).
227. Privilegio muy estimado en Sevilla. Enrique III de Castilla (1390-1406) acu las llamadas blancas,
moneda castellana de plata de mala ley, con slo 15 gramos de metal fino que se redujeron a diez en las blancas
acuadas por Juan II (1406-1454) (Luis G. de Valdeavellano, 298-303).
228. Posteriormente pude encontrar documentacin adicional en el mismo archivo sobre Alvar Nez.
Captulo dcimotercero
(Firma de Alvar Nez Cabeza de Vaca. Archivo Histrico Provincial de Sevilla., Seccin
de Protocolos Notariales, legajo, 17453, folio,1423 v.)
259
260
El inicio de dicho documento cuya fecha del 5 de junio de 1527 es altamente significativa ya que parti para Amrica pocos das despus, es el siguiente:
Sepan quantos esta carta vieren como yo alvar nuez cabeza de vaca
vezino que soy de la cibdad de sevylla en la collacin de sant andrs
conozco que doy e otorgo el my poder conplido e libre, llenero y vastante segund...que lo doy e tengo e segund que mejor e mas conplidamente lo puedo e devo dar e otorgar e de derecho mas debe valer a
doa maria marmolejo mi muger e a Joan Ximenez mi criado a ambos
doss mismamente e a cada uno dellos...ynsolidun generalmente para
que por my e en mi nombre puedan pedir e demandar...(AHPS, leg.
9135, fol. 390 v.).229
Por otra parte, Gil s nos da noticia de un documento encontrado en el Archivo de
Protocolos de Sevilla, en el que tambin se menciona a su criado Juan Jimnez, que perfila el carcter de Alvar Nez y su falta de escrupulos, ya incluso antes de partir para
Norteamrica, al meter en la crcel a un criado que tena a su servicio del duque su seor. Este documento tambin hace pensar que sus relaciones posteriores con el duque
de Medina Sidonia no debieron ser tan cordiales:
Su estado social fue ascendiendo, pues en 1525 ya tena un criado, Juan
Jimnez, y con el criado subieron sus humos. En 1523, estando en la
Corte, vendi a Diego, cazador del duque, una mula por doce ducados,
y pasado un tiempo y a falta de pago meti al infeliz en la crcel del
concejo de Sevilla. Tuvo que acudir el noble en defensa de su sirviente: el 14 de febrero de 1525 fue Rodrigo de Escobar quien, en nombre
de don Pedro Enrquez, entreg a Juan Jimnez, en nombre de Alvar
Nez, los doce ducados de marras, y ste extendi el recibo correspondiente. (Gil 56)
Del mismo ao existe otro documento en el Archivo Histrico de Protocolos, referente
a unas casas arrendadas por nuestro protagonista y sobre el que yo tenga noticia, es la
primera vez que aparece publicado fuera del ndice del archivo. Este documento es importante porque nos da el nombre de la calle, el coste y el tiempo del arrendamiento:
Isabel de Virnes, viuda, vecina de Sevilla en la collacin de San Juan,
arrienda a Alvar Nez Cabeza de Vaca, vecino asimismo de Sevilla en
la collacin de San Salvador,230 unas casas propiedad de la otorgante,
sitas en la collacin de San Miguel, en calle de Armas. El plazo sera
de un ao y el precio de 5.000 maraveds (AHPS. Libro del ao 1525.-
229. En el documento en cuestin legajo del AHPS 9135, fol. 390v. aparece que el 5 de junio de 1527,
Alvar Nez Cabeza de Vaca es vezino de sevilla de la collacin de Sant Andrs... y en el mismo legajo, fol.
473r. a tres de mayo del mismo ao, Alvar Nez Cabeza de Vaca es vezino de Sevilla en la collacin de san
Miguel... Mi inters redica en saber hasta qu punto es normal pertenecer a dos collaciones distintas en espacios tan reducidos de tiempo. Parece que Alvar Nez fue vecino de la collacin de San Miguel por muchos
aos..., algo sobre lo que yo tengo algunas reservas.
230. Se trata del lvar Nez que menciona Hiplito Sancho de Sopranis y que viva en el distrito de San
Salvador?
Captulo dcimotercero
261
Oficio ix. Libro iii. Escribana: Pedro Fernndez.- Folio: 506 vto. del
cuaderno de 1 de agosto. Fecha: 4 de agosto).
Existen dos documentos ms, nunca antes mencionados, en el Archivo Histrico de
Protocolos de Sevilla, que datan del ao 1520 fecha en que, segn Gil, ya haba contrado matrimonio Alvar Nez. En estos documentos, en que se cita a Alvar Nez
como camarero del duque de Medina Sidonia, son los siguientes: Alvar Nez
Cabeza de Vaca, camarero del Duque de Medina Sidonia, vecino de Sevilla en la collacin de San Miguel, se obliga a pagar a Bernardo de la Torre, mercader, vecino de
Sevilla en la collacin de Santiago, 36.000 maraveds que por l pag como su fiador
a Francisco de la Corona, mercader, por ciertos aceites que le haba comprado.231 En
el siguiente documento la cantidad a pagar es considerablemente superior. Asunto:
Alvar Nez Cabeza de Vaca, camarero de don Alonso Prez de Guzmn, duque de
Medina Sidonia, en nombre de Pablo Nez de Villavicencio, veinticuatro y vecino
de Jerez de la Frontera, se obliga a pagar a Francisco de la Corona, jurado y vecino de
Sevilla, 132.000 maraveds por ciertos lienzos y manteles que en el dicho nombre le
haba comprado.232
Don Juan Alonso de Guzmn era el entonces (1520) Duque de Medina Sidonia. El
hecho que Alvar Nez fuese el encargado del duque en realizar este tipo de compras
y de llevar su contabilidad indica habilidad por su parte y total confianza por parte
del duque, en mi opinin cndido en exceso. No es de extraar, por lo tanto, que aos
ms tarde partiese como tesorero en la expedicin de Pnfilo de Narvez y que fuese
capaz incluso de negociar con las diferentes tribus con las que se encontrar a lo largo
de su periplo transcontinental. Estos documentos tambin nos indican que, casado o
no, pasaba buenas temporadas fuera de casa. Este otro documento que encontr en el
archivo de Medina Sidonia en 1985 (gracias a la duquesa), est fechado en 1525 y en
l se manda a Alvar Nez a Valladolid a comprar veinte varas de raso negro:
Pedro Daz Valdivieso mi criado y capelln yo vos mando que de los
maraveds de vuestro cargo deste presente ao deis a Alvar Nez
Cabeza de Vaca mi criado honce mil y seiscientos maravedis los cuales son quel a de aver por otros tantos quel gast por mi mandado en
20 varas de raso negro que compro para m en la villa de Valladolid
a precio de quinientos y ochenta maravedis la vara los quales dichos
honce mil y seiscientos maravedis le dad y pagad y tomad su carta
de pago o de la persona que con su poder los hobiese de haber con la
cual y con esta mi carta mando a mi contadormayor y oficiales de mis
libros que los os reciban y pasen en cuenta. Fecho en mi villa de la
Torre de Guzmn a 10 das del mes de junio de 1525 aos. Firmado:
el Duque (ADMS. Legajo 2438, hacia la mitad del legajo).
Aos ms tarde, segn dijo un testigo en las informaciones presentadas en el proceso que se sigui en contra de Alvar Nez, se gast todo el dinero de su mujer y
231. AHPS, Libro del ao 1520. Oficio V. Libro I. Escribana: Francisco de Castellanos. Folio 98vto. Fecha:
1 de enero. Debe ser 1 de febrero. Citado en CFAAPS, n. 1595. Tomo 7, 427.
232. AHPS. Libro del ao 1520. Oficio V. Libro iii. Escribana: Francisco de Castellanos. Folio: 323 vto. Fecha 30 de octubre. Signatura: 3.247.
262
sus amigos (Torres Ramrez 24). Bishop dice lo mismo: In documents of his old age
he twice mentions his wife, and the destitution to which she was reduced for his sake.
I have not found her name, nor anything of her character save the fact that, after her
husbands fifteen years of absences in the Americas, she loyalty spent all her substance
to preserve his honor. No record of any children has been discovered (10). Esta afirmacin viene corroborada, en parte, por el testimonio de Fidalgo de Elvas, uno de los
supervivientes de la expedicin de Hernando de Soto en el que Cabeza de Vaca dice a
sus amigos que vendiesen sus haciendas y se fuesen con l: Cabeza de Vaca les dijo
que si dejaba de ir con Soto era porque l esperaba pedir otra gobernacin y no quera
ir bajo la bandera de otro, y la conquista de la Florida, que l vena a pedirla, y pues ya
don Fernando de Soto la tena, que por causa del juramento no les poda decir lo que
queran saber, pero que les aconsejaba que vendiesen sus haciendas y fuesen con l, y
que en hacerlo as acertaran (39). Sabemos que en las capitulaciones con la Corona
Alvar Nez se comprometi a poner ocho mil ducados. A travs de su escribano Pero
Hernndez, como cuenta en sus Comentarios, sabemos algo de los gastos que tuvo Alvar
Nez en el Ro de la Plata y alguno de los nombres de sus prestamistas. Segn algunos
testigos, stos se gastaron en ayudarle al menos catorce mil ducados (2: 248). [E]ste
testigo [Pero Hernndez] le oyo decir al dicho tiempo al dicho Alvar Nez Cabea de
Vaca que para comprar las dichas cosas avia gastado grandes contias de maravedises e
que para la paga dello se avia empeado y adeudado, e que devia a Francisco Lpez,
vecino de Caliz (sic), cinco mill ducados, sin otras muchas contias que devia en estos
reynos (2: 247). Otro testigo, Gonzalo Prez de Gallegos, aade: que sabe quel dicho
Alvar Nuez Cavea de Vaca, en cumplimiento de la capitulacion que tenia fecha sobre
su yda la governacion del Rio de la Plata, adere e llev tres navios en el Puerto de
Santa Maria y en la baya de la cibdad de Cadis, los quales adere y compr todo lo
que convenia para el servicio e bastimento de los dichos navios, y en comprar cavallos e
yeguas y armas y herraje y artilleria e municiones e otras cosas necesarias para el dicho
viaje, porqueste testigo le dio diez doze yeguas, que al presente no tiene memoria
si fueron diez doce, otras tantas vacas, e dos cavallos muy buenos e ciertos tiros de
artilleria e cierta cantidad de cevada e otras coss de joyas e preseas, en cantidad de dos
mill ducados, poco mas menos, lo qual todo este testigo le dio al dicho Alvar Nuez
Cavea de Vaca en confiana de torna de viaje y asimismo le socorrio con cantidad de
maravedis, que al presente no tiene memoria que cantidad hera, que se remite una
escritura que dello le hizo; e que ansimismo oy decir este testigo que Martin Corts,
mercader, vecino de Cadis,233 le socorri al dicho Alvar Nuez Cavea de Vaca con dineros e otras cosas convinientes para el dicho viaje, e ansimismo otras personas que al
presente no se acuerda (2: 149-50). Al parecer Alvar Nez en su afn de ir de adelantado, gobernador y capitn general a socorrer a la gente de la provincia del Ro de la
Plata dej hipotecados a buena parte de amigos y deudos. Es sintomtica la carta que
el prncipe Felipe, futuro Felipe II, escribe a Juan de Sanabria en 1547 para su capitulacin: Por quanto vos Juan de Sanabria, vecino de la villa de Medellin,234 nos hecistes
rrelacion, que bien sabiamos el asiento que habiamos mandado tomar con Alvar Nuez
Cabeza de Vaca, sobre el socorro que se ofrecio de hazer a la gente que estava en la pro233. Comparte el mismo nombre que el hijo del conquistador de Mxico.
234. Sucesor de lvar Nez en el Ro de la Plata.
Captulo dcimotercero
263
vincia del rrio de la Platay que agora ha venido a vuestra noticia que por diferencias
y cosas que se ofrecieron entre el dicho Alvar Nuez Cabeza de Vaca y la gente que
havia en la dicha provincia, fue traido preso a estos Reynos el dicho Alvar Nuez, y
que no ha de volver mas a la dicha provincia porque no conbiene que vuelva a ella,
por lo qual, la gobernacion dela dicha provincia queda vaca (CDI 23: 118-19.). Si leemos la lista de pasajeros que fueron con el gobernador Alvar Nez al Ro de la Plata
(A.G.I. Justicia 1130, fol.85v), nos llama la atencin el nombre de uno de los tres pajes.
Los pajes en cuestin son los siguientes: Perico, asturiano, Juan Vizcaino Rodriguillo
y Alvar Nez Cabeza de Vaca. La inclusin de este nombre de paje en la expedicin
deja abiertas las puertas a la especulacin, tentacin en la que no se debe caer hasta
que se sepa ms de su matrimonio y su posible descendencia.
Pero lo cierto es que los problemas econmicos ya los tena Alvar Nez, o en su
caso su mujer, incluso antes de partir hacia el Ro de la Plata. Mientras Alvar Nez
se encontraba en tierras norteamericanas (en 1534), su mujer Mara Marmolejo, se
obliga a pagar un prstamo a Francisca Marmolejo (presumiblemente familiar suya y
muy probablemente su hermana) de 37500 maraveds.
Asunto: Mara Marmolejo, esposa de Alvar Nez Cabeza de Vaca,
vecina de Sevilla en la collacin de San Martn, se obliga a pagar a
Francisca Marmolejo, esposa de Alonso Riquelme, vecino de la misma ciudad y collacin, tesorero de la provincia del Per, 37.500 maraveds que le haba prestado. [Nota]: Legajo no foliado. No tiene fecha
visible el cuaderno. (AHPS, Libro del ao 1534. Oficio xii. Escribana:
Pedro de Coronado. Folio [sin foliar]. Fecha: 12 de octubre. Signatura:
7355. Citado en CFAAPS, Tomo 10, n. 704, 198).
A partir de este documento se pueden conjeturar algunas cosas, entre ellas que Alvar
Nez tena un cuado, Alonso de Riquelme, que era el tesorero de la provincia del
Per. Cuado suficientemente rico como para hacer prstamos a su olvidada mujer, y
quin sabe si para recomendarle para su segundo puesto como gobernador del Ro de
la Plata. Sobre la riqueza del dicho Alonso de Riquelme, tenemos algunos documentos
ms. En el siguiente se nos da a entender que su mujer, Francisca Marmolejo, no se
encontraba con l en el Per. Si fuese as, Mara Marmolejo muy bien pudiera haber
pasado largas temporadas con una de sus hermanas.
Asunto: Antonio Navarro, contador de Sus Majestades en la provincia
del Per, llamada Nueva Castilla, declara que los 660.220 maraveds
importe de una partida de oro que trajo del Per en la nao La Capitana, de la que era maestre Francisco de Leyva, y que fue embargada
por la Casa de la Contrataccin, pertenecen a Francisca Marmolejo,
vecina de Sevilla, esposa de Alonso de Riquelme, tesorero de Sus Majestades en la provincia del Per. Esta partida le fue entregada por el
dicho tesorero para que la trajera a su mujer. (AHPS, Libro del ao
1535. Oficio I. Escribana: Alonso de la Barrera. Folio: En cuaderno de
13 de mayo. Fecha: 14 de mayo. Signatura: 49. Citado en CFAAPS,
Tomo 10, n. 704, 260).
264
Una obra muy poco conocida pero de incalculable valor para el tema que nos ocupa,
y hasta ahora nunca relacionada con la biografa de Alvar Nez, es el cronicn de
Juan Daza, obra que trata sobre la terrible peste que sufri Jerez desde el ao 1518 hasta
el 1523 (recordemos que Alvar Nez parte para Amrica el ao 1527). Como podemos
ver en los Naufragios, el factor del hambre qued profundamente marcado en su vida.235
Escribe Daza:
[E]neste dicho ao con la grandsima hanbre que avia no asembraban
(?) cosa los honbres comian los asnos que echavan a los exidos apacer
assi mismo los que se morian de hanbre luego los hazian tasajos y los
llevaban a sus casas y los comian y tanbien hurtavan yeguas y cavallos
y hazianlos tasajos y comyanlos y vendianlos tanbien muchos onbres
hazian esto ca quedaron enseados pasado de la moria de las vacas
que no hazian syno como era la mortandad tan grande muchos yfinytos onbres andavan a hurtar vacas. (13)
La palabra hambre aparece 45 veces en los Naufragios, el verbo comer 67 veces y
slo la palabra Dios est por encima con 86 veces. A diferencia de crnicas como las del
propio Coln o Corts, no es la palabra oro la ms utilizada. En el mismo documento
de Daza aparecen actos de canibalismo y muchachos comiendo carne cruda al igual
que en los Naufragios:236
Allende de esto, Pantoja, que por teniente haba quedado, les haca mal
tratamiento, y no lo pudiendo sufrir Sotomayor, hermano de Vasco
de Porcallo, el de la isla de Cuba, que en la armada haba venido por
maestre de campo, se revolvi con l y le di un palo, de que Pantoja
qued muerto, y as se fueron acabando; y los que moran, los otros los
hacan tasajos, y comiendo de l se mantuvo hasta primero de marzo.
(141)
En relacin a la mencionada hambruna que a consecuencia de la peste azot Jerez de
la Frontera en el ao de 1522, Daza recoge en su Cronicn un ambiente parecido:
En este dicho ao acurrieron de toda la comarca ynfinyta gente especialmente muchachos andaban por las callas dando gritos que me
muero de hanbre y no abia quien se doliese dellos ny le diese cosa
nynguna y estos muchachos arrebatavan a los panaderos el pan y otras
cosas de mantinymientos como queso higos castaas bellotas nuezes
aqui desta fruta aun avia muy poca y cara y lo que estos muchachos
tomavan no avia quyen les fiziese mal ny los tuviese quando yvan hu235. La transcripcin de este documento corri a cuenta del infatigable Hiplito Sancho de Sopranis que nos
dice: El cronicn de que di repetida noticia el malogrado investigador Martn Ferrador, lleva un ttulo que probablemente no remonta ms all de mediados del siglo xviii y es como sigue: ESTRACTO DE LAS OCURRENCIAS DE LA PESTE QUE AFLIXI A ESTA CIUDAD EN EL AO DE 1518 HASTA EL DE 1523. Manuscrito
en papel de siete hojas, holgrafo; en buen estado de conservacin. Mide 130 m/m. Cosido con guardas de
papel en la cubierta, con caligrafa del siglo xviii la inscripcin, que parece tambin redaccin de dicha poca:
Estracto de las occur/rencias de la peste/que aflixi a esta/Ciudad en el ao de/1518/hasta el de 1523. Invertido el orden
de colocacin de los folios 6 y 7. Fecha. 1523, segn explicit que se copia. (Daza 8).
236. Para citas de Naufragios utilizo mi edicin (1998).
Captulo dcimotercero
265
yendo ny menos la justizia les costreya por ello porque ellos estavan
tales que poco les provechava esto que tomavan asy mismo ny dexan
perro ny gato por toda la cibdad que no lo matavan y lo comyan y
otras carnes muy peores. (13)
Si recordamos las acusaciones presentadas en contra de Cabeza de Vaca por el Consejo de Indias, podremos comprobar cmo la primera es precisamente el robo de vacas a los habitantes de las islas Canarias, as como de comida a mercaderes burgaleses.
Acusacin que ser reconocida por el mismo Alvar Nez, aunque no se haga responsable en ningn momento, ya que acusa a ciertos soldados e un maestro de su navo
agregando despus que al enterarse de lo ocurrido supo que los suso dhos [dichos]
avian muerto con los dhos perros tres vacas sabido por este confesante se se henojo
mucho de ello (Memorial del pleito del licenciado Villa lobos fiscal d. su magtt. con
Alvar nuez cabea de Vaca gobernador que fue del rrio de la plata:
Primero cargo. [Q]ue estando surto en la Palma con su armada, que
es una de las yslas de gran canaria mando tomar cinco o seis rreses
Vacunas contra la voluntad delos sus dueos e tomo alli una caravela
de cabo Verde e alli les tomo mucha harina, pasas, higos, vinos, aceites e otras mercaduras Contra su Voluntad y en las mesmas islas de
cabo Verde tomo de otro navio que estaba alli de mercaderes burgaleses para se partir a las Indias muchas mercadurias (A.G.I. Justicia.
Legajo 1131, folio 1402r).237
A continuacin en el mismo folio del legajo en cuestin, observamos como el castigo que pone el gobernador a sus soldados por haber robado y matado con perros
las cinco o seis vacas es el de tomarles las capas para pagar las dichas reses, pero
que a ruego de algunas personas se las bolvio. Al final, como siempre, el generoso
Don Alvar pagar de su bolsa las cinco o seis doblas que podan valer esas vacas. La
capacidad de Cabeza de Vaca de cambiar una acusacin en un elogio de su persona es
portentosa. Se le est llamando ladrn, cuatrero, responsable como persona de mayor
autoridad del robo de esas vacas. Sin embargo, Alvar Nez hace responsables a sus
soldados y a un maestre. Sale al paso diciendo que las pago de su propio bolsillo, reconociendo que al final las vacas se comieron entre la gente que estaba en los navos
(AGI, Justicia 1131, fol. 1402r). El documento en cuestin es el siguiente:
[Q]ue en quanto toca a las inco o seis reses vacunas contenydas en
la acusaion que a lo que se puede acordar este confesante dize que
iertos soldados e un maestre de su navio salieron en tierra en la ysla
de la Palma con iertos perros e a la buelta que bolvieron supo que los
suso dhos avian muerto con los dhos perros tres vacas e sabido por
237. Ntese que la siguiente trascripcin de Rodrguez Carrin, sobre este documento, no es fiel al manuscrito original: visto questando surto con su armada en la palma que es vna de las islas de gran canaria mando
tomar cinco o seis Reses vacunas contra la voluntad de los dueos y tomo alli una carauela de mercaderes del
Condado de niebla y tomada la enbio adelante a la isla de santiago del cabo verde. E alli les tomo mucha Arina
pasas ygos e aceyte e otras mercadurias (102). En mi opinin los errores en la transcripcin de Carrin, se
deben a una publicacin anterior, igualmente hecha en Jerez de la Frontera, del investigador Jos Torre Revell. Si comparamos los dos textos veremos que los errores son practicamente los mismos. Esta publicacin se
realiz en en Jerez en el ao 1931.
266
este confesante se henojo mucho dello e tomo las capas al dho maestre
e soldados para pagar las dhas vacas e a ruego de algunas personas les
bolvio las dhas capas e luego les pago de su bolsa en dineros inco o
seis doblas que podian valer las dhas vacas las quales se comieron entre la gente que estaba en los navios (AGI, Justicia 1131, fol. 1402r).
En el Cronicn de Daza encontramos una importante mencin a la patria de Estebanico, uno de los cuatro supervivientes de la expedicin de Narvez, tambin relacionada con el tema del hambre, as como informacin sobre la fecha de su posible llegada
a Espaa:
[E]ra maravilla de ver los carcasos tantos que avia destos dichos moros
y por esta cabsa avia tantos moros ca el ao pasado uvo tan grandsima
hanbre enallende lamar alla la via de afi y de azamor que los mismos
moros se venyan a los cristianos y les rogavan que los cativasen y los
trujesen a espaa y desta manera se trujeron tantos este ao de veynte
y dos aos que avia tantos que valian casy de balde ca valia un piea
muy buena que fuese moa o moo synco o seys ducados y los nyos
a dos ducados y a tres los viejos como venyan dolientes yo vide dar
algunos aducado y fue por cuenta que se entraron de allende para traer
aespaa sesenta mill anymas yvellos venyr era maravilla de los ver ca
venyan tan flacos y tan disformes de la gran hanbre que alla avian tenydo que era maravilla delos ver y destos dichos moros todos los ms
se murieron que muy pocos escaparon asy de la pestilencia como de
otras enfermedades en esta dicha pestilencia queque comeno por
mayo fu la mas bravisima que nunca los onbres vieron (Daza 1718).238
Este ambiente de desolacin, hambre y miseria aparece igualmente en los Naufragios,
con la diferencia de que Dios no har grandes milagros con los africanos como hizo con
los supervivientes cristianos:
Otro da siguiente partimos de Aute, y caminamos todo el da hasta
llegar donde yo haba estado. Fue camino en extremo trabajoso, porque ni los caballos bastaban a llevar los enfermos, ni sabamos qu
remedio poner, porque cada da adolecan; que fue cosa de muy gran
lstima y dolor ver la necesidad y trabajo en que estbamos. Llegados
que fuimos, visto el poco remedio que para ir adelante haba, porque
no haba dnde, ni aunque lo hubiera, la gente pudiera pasar adelante,
por estar los ms enfermos, y tales, que pocos haba de quien se pudiese haber algn provecho. (103)
238. Bishop, en referencia a Estebanico hace la siguiente suposicin: Don Andrs [Dorantes] took with him
his personal slave, Estebanico of Azamor in Morocco (who might have been enslaved in the expedition against
that city in 1513, in the course of which Ferdinand Magellan was lamed for life) (99-100). Gonzlez Barcia, en
su Ensayo Cronolgico para la Historia General de la Florida [1723], escribe: Esteban Negro, natural de Aamor, Ciudad de la Provincia de Ducalca, en el Reino de Marruecos, la Boca del Rio Omiravi, Plaa de Portugal, desde
el ao de 1508, que dejo el de 1540 (10).
Captulo dcimotercero
267
Daza nos dice en las ltimas lneas de su testimonio que tenemos que tener por
ciertas sus palabras porque l mismo fue testigo presencial de lo que nos cuenta: E
yo Juan daa vide todo esto que aquiest escrito por mis propios ojos y deveyslo creer
seores syn duda por quen la verdad an ms pas y ms espantoso delo que aqui se
pone (19). Recurdense las palabras de Alvar Nez en su prohemio: Lo cual yo
escrib con tanta certinidad, que aunque en ella se lean algunas cosas muy nuevas, y
para algunos muy difciles de creer, pueden sin duda creerlas: y creer por muy cierto,
que antes soy en todo ms corto que largo (76).239
Son doce aos los que separan la fecha de publicacin de los Naufragios (1542) y el
Lazarillo (1554), suponiendo que no hubiese ediciones anteriores de esta ltima obra
como se cree. Pero tanto por los hechos que narra como por el trasfondo histrico del
protagonista y autor de la obra, podemos decir que Naufragios se anticipa en cierta
forma a la novela picaresca. Son varias e importantes las similitudes entre estas obras,
tales como la figura del antihroe, la vida itinerante del protagonista siempre en busca
de comida, o el sobrevivir como mozo de muchos amos en el caso del Lzaro y esclavo de muchos ndios en el caso de Alvar Nez. No debemos olvidar que aunque un
caso sea ficticio y otro real, la figura del pcaro es una realidad social en la Espaa
del siglo xvi y xvii. Tambin podemos encontrar algunas semejanzas con el Guzmn de
Alfarache de Mateo Alemn.
El slo hecho de haber sido el causante de una de las expediciones ms costosas de
su tiempo, que se llevara a cabo al mando de Francisco Vzquez de Coronado, y
el haber recibido el ttulo de Adelantado, Capitn General y Gobernador del Ro de la
Plata, no slo demuestra determinacin en su carcter sino un gran ingenio. Una capacidad de persuasin francamente formidable; calificarlo de embaucador o de charlatn sera limitar enormemente las cualidades de este personaje. No seran pocos
los hidalgos sin recursos econmicos que estaran intentando conseguir un favor real,
para embarcarse en la aventura del Nuevo Mundo, enarbolando para ello credenciales
del linaje de sus antepasados o promesas de conseguir tal o cal conquista para el engrandecimiento de la Corona. Existe por lo tanto, un gran paralelismo entre este tipo
de hidalgo y el pcaro de su poca que tiene que valerse de su propio ingenio para sobrevivir. Como escribe Rafael Salillas: El engao picaresco no nace de una perversin
nativa de las privaciones de la pobreza. En un pas con deficiente base nutritiva, con
escaso capital circulante, con pocos poseedores y muchos solicitadores, sin actividades creadoras organizadas, sin verdadera industria, sin comercio franco, con limitaciones en los modos de adquirir, el capital ser necesariamente ms receloso y codicioso
que lo es por su ndole y el parasitismo afinar sus sutilezas(Salillas 70).
La literatura de la poca nos deja tambin muchos ejemplos de veteranos de las guerras de Flandes que exageraban sus bravuconadas hasta extremos inverosmiles, para
conseguir elevar su posicin entre sus semejantes. Lo ms probable es que la mayor
parte de estas experiencias fueran una serie de acciones insignificantes, ms no por eso
habrn dejado sus autores de ensalzarlas hacindolas parecer como si de ellos hubiera
dependido el resultado de tal o cual batalla. El hecho de que muchos espaoles de esta
poca viesen el trabajo como una accin innoble y poco digna de un caballero, habr
239. Vase la introduccin de mi edicin de Naufragios sobre las semejanzas entre la dedicatoria de Corts
y la de Alvar Nez (24-27).
268
Captulo dcimotercero
269
241. La razn de que este documento sobre la expedicin de Narvez no sea conocido es que no viene
includo en el Indice del catlogo de la Coleccin Muoz bajo Narvez.
242. No fue tan infecunda para su autor que pasara a ostentar los ttulos de gobernador, adelantado y capitn general del Ro de la Plata.
Captulo dcimocuarto
272
delantre que haca con ello Dios y V.M., me respondi que holgaba
de ello, y as estoy determinado a envialle all con gente de caballo y
religiosos que digo (CDI 2: 206-07).
Hammond y Rey nos presentan ms evidencia de la actitud inexplicable y extraa de
Dorantes.244 Despus de que el virrey hablase de gastar tres mill y quinientos cuatro
mill pesos (CDI 2: 207), Dorantes, sin motivo ni razn aparente, desaparece de toda
la empresa. Probablemente fuese el miedo a que toda la farsa de las ciudades fabulosas
fuese descubierta y l se encontrase en medio de todo el negocio.
After this, having here with me Andrs Dorantes, one of those who
went in the expedition of Pnfilo de Narvez, I consulted with him
many times. It semmed to me that he could render great service to
your Majesty if he were sent with forty of fifty horsemen to lay bare
the mysteries of that region. On that account I spent considerable
money in providing what was necessary for his journey, and I dont
know how it was that the plan fell through and the undertaking was
abandoned (Hammond & Rey 51-52).
Algunos estudiosos todava hacen conjeturas sobre dnde, cundo y cmo tuvo lugar
la muerte de Esteban. Adorno y Pautz mencionan las opiniones de Sauer, Hammond y
Rey, pero a su vez nos presentan sus dudas: As to the time and place of Estevanicos
death period sources and modern scholarship reject Fray Marcoss assestment. Sauer
(The Road 30) dismissed Fray Marcoss claim of having arrived at Cbola, and the
friar himself seems to have given up the notion when he accompanied Coronados expedition (2: 422). Finalmente, basndose en Sauer, los mismos autores lo arreglan con
un probably y un we can surmise:
Given Sauers calculations, Estevanicos death probably took place
farther north along or beyond the Cananea plateau, but certainly not all
the way to Zuni. Considering that Fray Marcos learned of Estevanicos
death shortly after arriving at the despoblado of northern Sonora on or
around 9 May (Sauer, The Road 28, The Credibility 234), we can
surmised that Estevanico met his death in northern Sonora sometime
in april 1539 (2: 242).
Otra de las fuentes originales en las que se menciona la muerte de Esteban es la Relacin del capitn Juan Jaramillo, aunque nicamente se limite a recordar de pasada su
muerte:245 [D]eaqu fuimos en dos dias de camino al dicho pueblo y primero de Cibola
son casas de aotea y las paredes de piedra y barro y aqui mataron a Estebanillo el ne244. Hammond y Rey, sacan la informacin de una carta enviada por el virrey Antonio de Mendoza a al
emperador en 1539: Traslated from the Italian in Ramusio, Viaggi, iii, fol. 355; traslated into French in TernauxCompans, Voyages, ix, pp. 285-290 (Hammond & Rey 50).
245. Recordemos que Corts casa a este capitn con su querida doa Marina, la Malinche, y que en el
presente caso Jaramillo habra sido una persona de confianza y una fuente de informacin para el conquistador
de Mxico. Escribe Bernal Daz: Y como doa Marina en todas las guerras de la Nueva Espaa y Tlaxcala y
Mxico fue tan excelente mujer y buena lengua, como adelante dir, a esta causa traa Corts siempre consigo.
Y en aquella sazn y viaje se caso con ella un hidalgo que se deca Juan Jaramillo, en un pueblo que se deca
Orizaba (61-62; cap. 37).
Captulo dcimocuarto
273
gro, que avia venido con dorantes, de la Florida y bolbia con fray Marcos de Nia
(AGI., Patronato 20, n.5. Ramo 8, fol.2r).246 Recordemos, una vez ms, las palabras
del virrey Antonio de Mendoza en una carta enviada a Juan de Aguilar sobre este tema (1539-43): Yo haba enbiado por la parte de la nueva Galicia, a descubrir la tierra
dentro, a un Religioso de la orden de San Francisco, con ciertos Indios i un Negro que
vino de la Florida con Cabeza de Vaca i sus compaeros, los quales me bolvieron con
la nueva de las siete ciudades que havreis oido. Con esta nueva provei, en nombre de
S.M. a Francisco Vazquez de Coronado con mucha i muy buena gente i bien proveido
con la nueva de la grandeza del descubrimiento de esta tierra (Coleccin Muoz A/
108, f. 218r.).247 Respecto a esta expedicin contamos tambin con una carta de Corts, sin fecha y dirigida a alguien con el tratamiento de Vuestra Seora, en la que deja
ver sus dudas sobre las noticias dadas por Fray Marcos.248 La carta contiene, en el mismo documento, una trancripcin glosada posterior del texto original. Escribe Corts:
Ilustre Seor
La carta de Vuestra Seora de las Nuevas de Fray Marcos rescib oy y
mucha merced y alegra con ella porque la tena muy deseada a cau246. Existe un documento escrito en Mxico muy importante y poco conocido conservado en el Archivo
de Indias (Patronato. Est. 1. Caja 2. Leg.3 y que hace relacin a los aos 1542 a 1552 en que dura el pleito,
que fue recogido en el captulo 41 de la Coleccin de Documentos de Indias (188-191). En l se nos habla de la hija
que tuvo la Malinche con este capitn y del pleito que sta, doa Mara Jaramillo y su marido Luis Quesada,
tuvieron con su padre Juan y su segunda mujer Doa Beatriz, po el que la citada hija legtima se queja de no
recibir ms de una tercera parte de la herencia que la corresponda y de que las otras dos terceras partes de su
herencia contra toda orden y derecho fuesen a parar a su madrastra. Pero lo ms importante de este documento es que muestra como desde una perspectiva legal se da el valor que se merece a la figura la conquistadora de Mxico. Dice un fragmento de dicho documento: Mxico. Mayo 16 de 1542 a Xunio 1. de 1552.
Muy poderosos Seores. Don Luis de Quesada, vezino de la Cibdad de Mexico en la Nueva Espaa, e Doa
Mara Xaramillo, su muger, fazen presentacin ante Vuestra Alteza destas ynformaciones signadas, las quales
son ciertas e verdaderas e ans lo xuran en forma, e dizen: que la dicha Doa Marina es fixa de Xoan Xaramillo
e de Doa Marina su legtima e primera muger, e como por las dichas ynformaciones paresce, la dicha Doa
Marina, muger que fue de Xoan Xaramillo, fizo en la conquista de la dicha Cibdad de Mexico e Provyncia de
Nueva Espaa, muy randes e notables servycios a Dios e a Vuestra Alteza, de tal manera que fueron mucha
parte para el buen suceso de la dicha conquista, e por si por la dicha Doa Marina no fuera, as el Marqus
del Valle como todos los otros Capitanes espaoles que se fallaron en aquella xornada, padecieran mucho; e
a parecer de todos los quen ello se fallaron, no se pudiera tambin acabar la dicha conquista, si la dicha doa
Marina no fyziera, las grandes dyligencias que fizo e avisos que di, lo qual fue de tal calidad, que mereci
ge le fyziesen grandes grandes mercedes, e as le fueron dados e rrepartidos en encomienda ciertos pueblos
en recompensa e gratificacin de sus trabaxos e servycios; e porquestos pueblos le fueron despues quitados
por ciertos espaoles que con ellos ge le alzaron, el dicho Marqus cas a la dicha Doa Marina com el dicho
Xoan Xaramillo, e le di e reparti el pueblo de Gilotepeque con su subxeto, del qual se sirvieron los dichos e
gozaron todo el tiempo que vyvieron casados: e durante entrellos el matrymonio obieron e procrearon por su
fixa legtima a la dicha Doa Mara, muger del dicho Don Luis de Quesada, e no tuvieron otro fixo ni fixa, e as
es, que despues de muerta la dicha Doa Marina, el dicho Xoan Xaramillo se cas segunda vez con Doa Beatriz, de la qual, aunque no a abido fixo ni fixa ni como dicho es, el dicho Xoan Xaramillo tiene otro heredero
y subcesor sino la dicha Doa Mara, por lo qual se cas con ella el dicho Don Luis de Quesada... (88-90).
247. El virrey Antonio de Mendoza debi de ser persona noble y sin doblez y, por lo visto, se crea con
bastante facilidad cuanto le contaban.
248. Con ocasin del congreso que celebraron los acadmicos de la Real Academia de la Historia en 1996
bajo el ttulo Espaa: Reflexiones sobre el ser de Espaa tuve ocasin de encontrar un documento de Corts
relacionado con este hecho. Esta carta de Corts, desconocida entre otras cosas por no estar catalogada, se
encuentra enmarcada y colgada de la pared de una de las salas de la Real Academia de la Historia. Agradezco
a D. Jos Meja que se me permitiera copiarla.
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Captulo dcimocuarto
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Este dixo que l era hijo de un mercader y su padre era muerto, pero
que, siendo l chiquito, su padre entrava la tierra adentro mercadear
con plumas ricas de aves para plumages, y que en retorno, traa mucha cantidad de oro y plata, que en aquella tierra lo ay mucho. Y que
l fue con l una o dos vees y que bido muy grandes pueblos, tanto
que los quiso comparar con Mxico y su comarca. Y que haba visto
siete pueblos muy grandes donde haba calles de platera (Mora 64).
La segunda razn que nos da Castaeda en el segundo captulo de su Relacin es
tambin la de las historias, bien diferentes de lo que pareci por verdad, que cont el grupo superviviente de Cabeza de Vaca a la vuelta de su peregrinaje. Escribe
Castaeda:
Acontei que a la san que llegaron Mxico tres espaoles y un
negro que avan por nombre Cabea de Vaca y Dorantes y Castillo
Maldonado, los cuales se avan perdido en la armada que meti Pmfilo de Narbaes en la Florida. Y stos salieron por la va de Culiacn
abiendo atrabesado la tierra de mar mar, como lo bern, los que
quisieren saber, por un tratado que el mismo Cabea de Vaca hio
dirigido al Prncipe Don Phelipe, que agora es Rey de Espaa y Seor
nuestro. Y stos dieron notiia el buen Don Antonio de Mendoa
en cmo por las tierras que atrabesaron tomaron lengua y notiia
grande de unos poderosos pueblos de altos de cuatro y inco doblados
y otras cosas bien diferentes de lo que pareio por verdad (Mora 66).
Cosas bien diferentes de lo que pareci por verdad, por no decir muy parecidas a
una mentira. No son menos importantes, no obstante, las instrucciones que el virrey
Antonio de Mendoza dio a Fray Marcos, entre otras cosas, porque nunca llegarn a
cumplirse: llevaris con vos Esteban de Dorantes por gua, al cual mando que obedezca en todo y por todo lo que vos le mandredes, como mi misma persona: y no
hacindolo as, que incurra en mal caso y en las penas que caen los que no obesdecen
las personas que tienen poder de S.M. para poderles mandar (CDI 3: 325-51; Mora
145-6). Pero Esteban, que iba en compaa de indios libertos, nunca obedeci.254 Qu
tena que perder? Esteban haba pasado de ser el esclavo de Dorantes a serlo del virrey,
y en ningn momento vislumbraba su libertad.255 Slo reciba amenazas si no cumpla
lo que el virrey, su nuevo amo le ordenaba. Sus amigos indios, con los que se poda
comunicar mejor que nadie, por conocer su lengua, se encargaron muy bien de repre254. El mismo haba sido comprado por el virrey a su antiguo amo Dorantes: y viendo que si V.M. era
servido de enviar aquella tierra alguna gente para saber de cierto lo que era, no quedaba persona que pudiese
ir con ella ni dar ninguna razn, compr Dorantes para este efeto un negro que vino de all y se hall con
ellos en todo, que se llama Estban, por ser persona de razon (CDI 2: 206). Algunas publicaciones modernas
como la de Krieger todava desconocen que Esteban nunca dej de ser libre una vez que su primer amo pas
a Espaa ya que entonces pas a ser esclavo del virrey.
255. Tomemos por ejemplo las palabras que sobre la libertad dijo don Quijote a Sancho: La libertad Sancho, es uno de los ms preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse
los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre. Por la libertad, as como por la honra, se puede y se debe
aventurar la vida. Y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres (Quijote
778; lib. 2, cap. 68). Esteban debi compartirlas y en cuanto tuvo la primera oportunidad se fue y nunca ms
se le volvi a ver.
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Captulo dcimocuarto
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Escribe Fray Marcos: me dixeron ques de un animal, que tiene slo un cuerno en la
frente y queste cuerno es corbo hacia los pechos (A.G.I. Patronato 20, n.5, ramo 10.
fol. 6v),259 y llegar incluso a la genial desfachatez de decirle que desde que se apart
de m, nunca haba tomado los indios en ninguna mentira (A.G.I. Patronato 20, n.5,
ramo 10. fol. 6v). Cuando los indios vuelven con la nueva de la muerte de Esteban,
Fray Marcos aparenta mostrar cierta reserva sobre su veracidad y escribe. Con las
cuales nuevas, algunos de los indios que iban conmigo comenzaron a llorar, yo con
las ruines nuevas tem perderme, y no tem tanto perder la vida, como no poder volver a dar aviso de la grandeza de la tierra, donde Dios Nuestro Seor puede ser tan
servido y su santa fe ensalzada y acrescentando el patrimonio Real de S.M. (A.G.I.
Patronato 20, n.5, ramo 10. fol.7v.). De qu grandeza de la tierra iba a dar noticia?
Ms bien refleja temor a perder la vida, al igual la haba perdido Esteban segn le haban contado los informantes indgenas. Pero toda la garanta de la supuesta muerte
de Esteban se limit a una hipottica suposicin por parte de los mensajeros indios
creemos que le flecharon cmo a los dems que iban con l, que no escaparon ms
de nosotros (A.G.I. Patronato 20, n.5, ramo 10. fol. 8r). El historiador Herrera y Tordesillas cuando menciona este relato varios aos despus en su Historia General de los
hechos de los castellanos, deja escapar la informacin de que fue uno de los indios que
Estebanico haba enviado el que habl al fraile sobre la existencia de una gran tierra
que llamaban Cbola: [Y] entre tanto envi personas a la mar por tres partes, y el uno
de los que fueron era Estebanico de Orantes, y al cabo de cuatro das volvieron mensajeros de Estebanico, avisando al P. Fr. Marcos que luego le siguiese, porque haba
hallado relacin de una gran tierra, que llamaban Cbola que estaba a treinta jornadas
de donde Estebanico se hallaba, y lo afirmaba uno de los indios que Estebanico haba
enviado (Dec. 6 Lib. 7, Cap. 7). De igual manera que Estebanico envi en esta ocasin
a un indio a decir mentiras, lo volver a hacer un poco ms tarde enviando a otro
indio amigo con el cuento, nunca mejor dicho, de su muerte. Herrera y Tordesillas en
el siguiente captulo nos vuelve a hacer mencin de otro misterioso indio que le ofrece
a Fray Marcos diferentes descripciones de las maravillas de algunas de esas ciudades:
[Y] aqu hall un natural de aquella ciudad que se haba ido huyendo del Gobernador
que tena puesto en ella el seor de las siete ciudades, el cual tena su asiento en la
que se llama Ahacus; era hombre de buena razn, y quiso irse con el P. Fray Marcos,
para que le alcanzase el perdn, y dio relacin de la forma de la ciudad, y que de la
misma eran las otras, y que la ms principal era Ahacus (Dec. 6, Lib. 7, Cap. 8). Parece que la picarda de los personajes del Lazarillo, del Buscn y del Guzmn de Alfarache,
quedan raquticas cuando las comparamos con las de este astutsimo Estebanico que
alimentaba una y otra vez la imaginacin del padre francs. De la misma manera que
muchos han credo en la veracidad de las historias de Naufragios, otros no han duda-
caminaba solo nunca haba tomado a los indios en mentira, por lo cual se les poda creer lo que decan de las
grandes tierras que haba. Esta afirmacin de la veracidad de los indios la confirma Fray Marcos en la siguiente lnea: [Y] as afirm el Padre que en ciento y doce leguas que haba caminado, desde el lugar adonde
tuvo la primera nueva de Cbola, siempre hay puntualmente cuanto le decan (Dec. 6, Lib. 7, Cap. 8).
259. Recordemos lo que escribe Covarrubias en su diccionario en 1611: Bisonte; Segn Pausanias, es un
animal feroz, de una clin muy larga y en todo lo dems es semejante al ciervo, y tiene en medio de la frente
un cuerno (217).
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Captulo dcimocuarto
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informado de la verdad de lo que en ella se hace mencin (A.G.I. Patronato 20, n.5,
ramo 10. fol. 9v).
Como muy bien escribe Sauer a este respecto en su libro Sixteenth Century North
America: The friars relation is a strange tissue of hearsay, fantasy, fact, and fraud. He
said that he has seen the city of Cibola (Zui) from a distance and that it was greater
than the City of Mexico. Also, he had met a native of Cibola in the valley of Sonora
who told of cities greater than Cibola, one having houses of ten stories. Fray Marcos added nothing to the exploration of the Southwest. His fictions were believed in
Mexico and assured the supply of recruits and funds to the expedition (127-28).
Disponemos de una carta escrita en 1546 por Fray Marcos de Niza al obispo de
Mxico, Juan de Zumrraga y de la contestacin de ste, que nos dice mucho de la
relacin entre los dos y de la capacidad de Fray Marcos para ganarse la voluntad de su
superior. Esta carta tambin nos informa de la existencia de esa indispensable medicina tan necesaria para la salud de ste ltimo. Si bien no es ningn secreto que el vino
siempre ha sido parte de la dieta mediterrnea, es la manera de presentar su necesidad
lo que nos hace pensar que el fraile franciscano elabor, una vez ms, otro de sus magistrales cuentos. Escribe Fray Marcos:
Reverendsimo Seor y Padre nuestro: Por la presente con toda reverencia y devocin B.P. y M. de V.S. [beso pies y manos de vuestra
seora], y con toda instancia y devocin pido su paternal bendicin.
Sabr V.S. que por haber dejado la tierra caliente me ha ido muy mal;
por esto nuestro Padre Provincial me manda volver a Xuchimilco, y
como yo, hurfano, no tengo padre ni madre, amigo ni abrigo sino
vuestra Seora, el cual he hallado ms que padre en todas mis necesidades y esto, sin yo merecerlo, por la sobrada y demasiada caridad
de vuestra Seora; por lo cual suplico a vuestra Seora que por si
algunos meses me pudiere hacer limosna de un poco de vino, de lo
que tengo tanta necesidad, por ser mi enfermedad falta de sangre y
de calor natural, recibir muy grandsima limosna; si esto pudiere,
escrbame por cuntos meses y cunto cada mes querr dar vuestra
Seora porque enve un indio a buscar su tiempo. Y con esto suplicando al Seor que guarde y salve la reverenda persona de vuestra
Seora. De esta su casa hoy viernes. Menor capelln y sbdito de
vuestra Seora. Fray Marcos de Nia.
[Contestacin del obispo Juan de Zumrraga:]
A esto digo, padre mo, siervo de Dios, que por los meses y aos que
yo viviere, mientras durase vuestra enfermedad y necesidad, cada
mes una arroba de vino se os dar; y desde agora os lo envo y pongo
en Martn de Aranguren que os d a mi cuenta de lo mejor que oviere;
y el enfermero Lucas o su compaero lo har dar al indio que vern
por ello, si no estuviere yo en la ciudad. Sbado de la Septuagsima
[27 de Febrero] de 1546. Fr. Juan, Obispo de Mxico. Y si ms fuere
menester, se dar de buena gana (Garca Icazbalceta 3: 264-265).262
262. En una nota a pie de pgina de este documento encontramos: [Copias sacadas de los originales en
282
No se sabe si Fray Marcos se lleg a curar de su enfermedad con una arroba (11.5
litros) de vino al mes. Cabe esperar que de alguna manera, gracias a la limosna del
obispo, por lo menos se le alegrase el cuerpo. Es importante observar adems del tono
un tanto lastimoso y zalamero del franciscano, la respuesta de su superior. sta nos
hace pensar que el fraile francs siempre conserv el apoyo, simpata y proteccin del
obispo Juan de Zumrraga. El cronista Juan de Castellanos menciona de pasada en su
obra Elegas de Varones ilustres de Castilla, a Fray Marcos de Niza, informado de razones
que no vido, en referencia a la crnica de ste sobre las acciones de Benalcazar con
el cacique Chamba en territorios que corresponden a lo que es hoy el sur de Colombia. Al parecer este franciscano, incluso durante su estancia en el sur del conteninente
americano, ya tena antecedentes dando interpretaciones personales engaosas de los
hechos ocurridos:
Diciendo que se hizo larga riza
Cuando Chamba con fuego fue punido
Por relacin de Fray Marcos de Niza
Informado de cosa que no vido,
Y ans de la verdad quebr la triza,
Porque con Alvarado era ya ido;
Pero su compaero fray Iodoco
Toca con gran verdad lo que yo toco
(Elegas, Parte 3, Elega a Benalczar, Canto 1, 450).
Como ya se ha visto, Fray Marcos tena antecedentes de dar cuenta de historias sacadas de terceros o de su propia imaginacin. La fascinante figura de Esteban y su misteriosa desaparicin y libertad, que consigue gracias a una elaborada y sutil serie de
mentiras, constituye un factor ms en la configuracin de toda la trama de la historia
narrada por Cabeza de Vaca y sus compaeros.263 No deja de tener mrito el xito pertiempo del Sr. Arzobispo de Mxico, D. Francisco Antonio Lorenzana y Butrn. Hllanse entre sus papeles en
la Biblioteca Provincial de Toledo, legajo rotulado: Negocios eclesisticos de Indias; sala reservada. Estante 11,
cajn 5. El copista, persona indocta, las titul de este modo: Copia de las cartas escriptas de el Sr. Fry. Juan
de Sumrraga, primer obispo de Mxico, su sobrino.-M. Jimnez de la Espada] (Garca Icazbalceta 3: 265).
263. Andrs Dorantes y Castillo Maldonado ofrecen alguna informacin: Icaza, hace la siguiente mencin en
su Diccionario: Castillo Maldonado; es fallecido; dex hijos; dize que es natural de la ciudad de Salamanca, y hijo
del doctor Castillo y de doa Aldona Maldonado; y que tovo muchos deudos que an servido a Su Magestad,
teniendo officios preeminentes de justiia en su Corte y en esta Nueva Espaa; y que pas a estas partes el ao
veynte y siete, con Pnfilo de Narvez, para la Florida, de donde pas muchos trabajos y estovo casi nueve aos
que se cas en esta iudad, y tiene tres hijos e hijas; y que para perpetuarse en esta tierra; vendi su legtima,
la qual ha gastado para sustentarse, atento a lo qual, Su Magestad le hizo mered de una edula, porque no
embargante que toviese yndios, Vuestra Seora Illustrsima le diesse corregimiento en lo ms comarcano a esta
iudad; y que tiene en encomyenda la quarta parte de Teguacn (187). En este mismo Diccionario se dice del otro
superviviente de la expedicin: Andrs Dorantes de Carranza, dize que es natural de Bjar, e hijo legtimo de
Pablo Dorantes y Beatriz de Carranza, natural de las Montaas; y que sirvi a su Magestad en las comunidades,
todo el tiempo que duraron, donde fue herido en el rostro; y el ao de veinte y siete pas a la Florida por capitn
en la armada que llev Narvez, donde se perdieron; y estuvo nueve aos siendo esclavo de los indios, andando
desnudo y sirvindoles como tal; y al cabo de este tiempo, por tierra, con muchos trabajos, vino a aportar a esta
Nueva Espaa, once aos ha, donde llegado, se cas con una viuda, mujer que haba sido de un conquistador
desta Nueva Espaa, cuyo nombre no declara, que dej un pueblo que se dice Maycalingo, ques en la costa
del norte, del qual ha ocho aos que deve, a la hija del primer marido, myll y cinquenta del censo, de mynas, y
por no ser pueblo de granjera y en tierra clida, y que cada da es menos, no se puede desempear, por lo qual
Captulo dcimocuarto
283
sonal de un hombre que siendo esclavo fue capaz de llevar al fracaso una costossima
expedicin gracias a los magistrales cuentos empleados en hacer ver un espejismo a
un fraile capaz de confundir un simple poblado de casas de adobe con la mayor de las
ciudades imaginables. Buen maestro tuvo Esteban en Alvar Nez Cabeza de Vaca, en
el arte de contar historias.264 Cabe tambin la posibilidad de que Hernn Corts se
hubiese confabulado con estos supervivientes y contribuido para que contasen estas
historias de las riquezas de Quivira y Cbola y as poder burlarse de su competidor el
virrey de Mxico al ver la inutilidad de las expediciones que se emprendieron a continuacin y que llegaron a tierras de lo que hoy es Kansas en Estados Unidos.
Existe un ejemplo parecido en la historia sobre esclavos como Estebanico que se
inventaron territorios maravillosos para poder conseguir su libertad. En este caso
siempre est en los montes, y que tiene un hijo y tres hijas legtimos, y siempre ha tenido sus armas e cavallo
para servir a su Magestad (1: 195-196). Vase tambien, Adorno y Pautz 2: 407-28.
264. Gracias a una Real Cdula, hecha en poca del emperador Carlos I en 1539, realizada a instancias de
Francisco Tllez en nombre de los conquistadores de la Nueva Espaa, tenemos el ms completo listado, tanto de mujeres como de hombres, de los que pasaron con Corts y con posteriores conquistadores a la Nueva
Espaa. El presente documento nos da fe, y legitimiza, la presencia de algunos conquistadores en la Nueva
Espaa como es el caso de los supervivientes de la expedicin de Pnfilo de Narvez a la Florida, Alonso del
Castillo y Andrs Dorantes. Los verdaderos conquistadores de la Nueva Espaa y la calidad de sus personas:
(Real Biblioteca del Monasterio del Escorial. Manuscrito &. II-7 ff. 423-453). Veamos el fragmento inicial:
S.C.C. Mad. Por una rreal cedula despachada en Madrid a cinco de Setiembre de quis e treynta y nueve ganada suplicacin de Francisco Tellez en nombre de los conquistadores desta Nueva Espaa que no tienen indios
V. M. me ynbio a mandar que informado de los que heran conquistadores y no tenan indios los proueyesse
de buenos corregimientos con que se pudiesen entretener hasta que vista la descrecin desta tierra se proveese en su gratificacin lo que convinesse y a la averiguacion que hiciese delos que verdaderamente son
conquistadores desta Nueva Espaa la ynbiasse a V. Md. en los primeros navios poniendo en ella los nombres
dellos y la calidad de sus personas para que vista se proueiesse lo que conviniese en quanto a proueerlos de
corregimientos ansi sea hecho y hara. En lo demas de averiguar los que verdaderamente son conquistadores
y la calidad de cada vno por todas las vias que e podido me he ynformado para saber y averiguar la verdad y
no ay de quien mejor lo sepa y de quien V.M. pueda ser ynformado que del marques del Valle que esta en Vra
Real corte porque el tiene noticia de los que con el passaron y de los que despues vinieron y de la calidad de
cada uno de los que yo me he ynformado y sabido que verdaderamente son conquistadores y de las calidades
de sus perssonas son los siguientes (fol. 423): En los folios 43335, encontramos la siguiente lista: MEMORIA
DE LOS POBLADORES QUE TIENEN YNDIOS ENCOMENDADOS EN ESTA NUEVA ESPAA SON LOS
SIGUIENTES: El lienciado Joan Altamirano, Francisco Vazquez de Coronado, Castillo Maldonado, Bernaldino del Castillo, Joan de Villa Seor, Francisco de Villegas, Gonzalo de Salazar, Joan de Carabajal, Joan de
Busto, Alonso Valiente, Joan de Cervantes, Antonio de Oliver, Alonso de Aguila, Jeronimo de Medina, Diego
de Villa Padierna, Jorge CaRillo, Andres Dorantes, Alonso de Baan, Joan de Laso el moo, Joan de Salamanca, Luis de la Torre, Baltasar de Obregon, Alonso Davila hijo de Gil Gonzalez, Joan de Cuellar, Gonzalo
Gomez vezino de Michoacan, Alonso Davila hijo de Gil Gonzalez, Joan de Cuellar, Gonzalo Gomez vezino
de Michoacan, Bernardo de Avila, Joan de la Pea Vallejo, Francisco de Herrera, Rodrigo de Ordua vezino
de Panuco, Alonso Martin...tidor, El licenciado Sandoval, El licenciado Tellez [tachado en el original] Diego
Tellez y Manuel Tellez, El licenciado Aleman, Maese Diego de Pedraa, Diego Pardo, Graviel de Aguilera, El
licenciado Pero Lopez, Pedro de Paz, El comendador Bacca, Joan de Samao, Diego Dordas, Antonio de Almaguer, Gonzalo de las Casas, Alvaro de Bracamonte, El Bachiller Bustamante, El maestre de Roa, Domingo
de Medina vezino de Mechoacan, Joan de Villa Gomez soltero, Alonso CaRillo, Ontaon de Angulo, Joan
Ortiz de ARiaga, Francisco Rodriguez Odrero, Francisco de Montalvo, Joan de Moscoso, Pedro de Fuentes,
Gonzalo Portillo, Doa Maria de la Cavalleria, Don Alonso Destrada con nieto hijo de don Luis, Cecilia Luzero muger de Xaramillo, Doa Beatriz de ayas muger de Peralta, La muger e hijos de Pedro de Baan, la muger
e hijos de Juan de Cuellar, Doa Francisca del Rincon muger de Pedro de Mendoza, La muger de Gregorio de
Billalobos, La muger e hijos de Tomas de la Madriz, La muger de Martin Cortes, Doa Juana de uiga muger
de Villa Fuerte, Gonzalo de Salazar hierno de Alonso de Avila, Antonio de la Cadena, Alonso Ruiz Portero,
Gonzalo Bernardo de los Valles, Francisco de Chavez, Jorge Vela de los Valles... [etc]. (fols. 43335).
284
tenemos que retroceder casi diez aos para comprobar que el explorador de la costa
Este de lo que es hoy Estados Unidos, Lucas Fernndez de Aylln, fue engaado por
un esclavo suyo que prometi llevarle a una extraordinaria tierra llamada Chicora.
Al igual que Fray Marcos con Estebanico, incluso ms en este caso, el licenciado Aylln tena total fe en su esclavo. Fernndez de Oviedo nos relata una conversacin que
mantuvo en el monastero de Guadalupe con Aylln sobre su esclavo: El [Aylln] me
respondi que el indio era ya muy ladino265 muy buen chripstiano, tena tanto amor
al lieniado como si fuera su hijo, qul le tractaba como si le engendrara; ass, este
propsito, me le lo tanto, que conos que le crea como si fuera evangelista: pero lo
que sac de su crdito, la historia lo dir (Historia, Lib. 37, Proemio, 626). Sin embargo,
esa extraordinaria tierra imaginaria llamada Chicora perteneca exclusivamente a la
poderosa imaginacin del esclavo de Vzquez de Aylln que, al igual que Estebanico,
estaba dispuesto a hacer ver un coro de ngeles cantores a su amo con tal de conseguir
su ansiada libertad. Una vez llegados a esa tierra, donde a diferencia de Fray Marcos,
Vzquez de Aylln s perdi la vida, Fernndez de Oviedo nos cuenta lo que ocurri:
Aquella tierra quel lieniado Aylln su armada fueron buscar, la
llama el chronista Pedro Mrtir, en su tractado, Chicora, porque aquel
indio, falso adalid quel lieniado llev, otras lenguas de aquella tierra
la nombraban ass; pero dende muy pocos das se huyeron la tierra
adentro, dexaron en blanco al lieniado los dems que de sus palabras se fiaban; y en toda la costa, ni en lo que dentro de la tierra vieron
los espaoles, ni se pudo ver ni aver notiia de provinia ni puerto, ni
ro ni poblain que tal nombre toviesse (Lib. 37, cap. 1, 628).
Ni ms ni menos que la famosa historia de Cbola y sus fabulosas siete ciudades.
Concluyo este trabajo con la satisfaccin de ver cmo en los ltimos aos hemos conseguido acercarnos mucho ms a la figura de Cabeza de Vaca. Tambin con la esperanza
de que los presentes y prximos descubrimientos documentales sobre su vida y obra
nos aporten nuevas dimensiones sobre su persona humanizando, si cabe, una figura
que trasciende el estereotipo del hidalgo espaol de esa poca por sus extraordinarios
y espeluznantes hechos. Aunque dude que algn da se resuelva la polmica sobre las
acciones llevadas a cabo a lo largo de la vida de Alvar Nez, el no darse por vencido
despus de las tragedias que vivi en Europa, Norteamrica y Ro de la Plata demuestra
algo, adems de la megalomana de algunos de estos conquistadores. Una sed insaciable de gloria, determinacin, imaginacin para escribir y perseverancia a prueba de fuego, que slo decenas de acusaciones y finalmente la pobreza, la enfermedad y la muerte
pudieron poner fin. Como buen espaol de su poca, creyente en el libre albedro,
quiz tuvo tiempo de arrepentirse en los postreros momentos de su agona y pronunciar algo parecido a los conocidos versos de Enrico, personaje malo por excelencia del
Condenado por desconfiado de Tirso de Molina:
Seor piadoso y eterno,
[Q]ue en vuestro alczar pisis
cndidos montes de estrellas,
mi peticin escuchad.
265. Que hablaba espaol.
285
Yo he sido el hombre ms malo
que la luz lleg a alcanzar
de este mundo, el que os ha hecho
ms que arenas tiene el mar
ofensas, mas, Seor mo,
mayor es vuestra piedad.
Vos, por redimir el mundo
por el pecado de Adn,
en una cruz os pusisteis;
pues merezca yo alcanzar
una gota solamente
de aquella sangre real.
Vos, Aurora de los cielos,
vos, Virgen bella, que estis
de paraninfos cercada,
y siempre amparo os llamis
de todos los pecadores,
yo lo soy, por m rogad.
Decilde que se acuerde
a su Sacra Majestad
de cuando en aqueste mundo
empez a peregrinar.
Acordalde los trabajos
que pas en l por salvar
los que inocentes pagaron
por ajena voluntad.
Decilde que yo quisiera,
cuando comenc a gozar
entendimiento y razn,
pasar mil muertes y ms
antes que haberle ofendido (Versos 2344-2616).
Por mi parte, el haber trabajado por tantos aos con un personaje que en cierta manera prefigura, y en muchos casos supera los arquetipos barrocos del Don Juan o en
este caso de Enrico, me ha llenado de satisfacciones y de algn que otro sinsabor. Le
quedo agradecido por la extraordinaria experiencia de haberme permitido ver de cerca
una vida tan rica en experiencias que superan a la misma ficcin de algunas novelas
de caballera, incluso de su propia obra escrita. Ha sido para m un camino rocambolesco a travs de su persona y su obra que ha ido del amor al odio, y finalmente a la
comprensin por habernos dejado su testimonio escrito y una apasionante biografa
diseminada en multitud de documentos y obras. Nunca ha sido indiferente o aburrida
la bsqueda de informacin sobre este hombre al que profesionalmente debo tanto y
al que quedo tan agradecido.
Apndice A
PROCESOS Y AUTOS SEGUIDOS sobre la nulidad de matrimonio de los Sns
Duques Dn. Alonso y Da.Ana de Aragn y validacin del contraido por esta Seora con el S Duque Don Juan Alonso, en que ay tres Sentencias conformes las dos
dadas por el S. Cardenal Dn. Alonso Manrique Arzobispo de Sevilla en esta ciudad
una a 19 de Marzo de 1532 ante Pedro de Len Notario Apostlico como Juez delegado por Breve de su Santidad y la otra dada por Fray Francisco de la Barca Prior
del Combento de Sto. Domindo de Xerez Juez tambin delegado por Breve de su
Santidad en Sevilla a 24 de Marzo de 1537 ante dho Notario Juan Surez en que
declararon las referidas nulidad y Validacin y...legtimo de dho segundo matrimonio al S Juan Claros y ms procedidos de l.
(A continuacin se incluyen algunos fragmentos de dicho proceso donde aparece mencionado el nombre de Alvar Nez Cabeza de Vaca)
Se acuerda que diciendo el Duque muchas veces que haba tenido parte con la Duquesa, un primo de este testigo que se deca Alvar Nez, que era camarero, deseaba
mucho saber que el Duque fuera para mujer, e le dixo a este testigo que le haba visto
al Duque sus partes vergonzosas, e que no hallaba em el Duque que oviese tenido
parte con su mujer, e que se lo haba hallado su miembro tan cerrado y sucio, que no
le pareca que haba tenido parte con mujer. Haba pasado el tiempo que tiene dicho,
y cree que es muerto Alvar Nez. En este tiempo, el testigo estaba fuera de casa de
estos seores. (Francisco Estopian.)
Oyo decir al Doc Mercado que haba visto el miembro del Duque, que pona que le
cortasen la cabeza si el Duque fuese para mujer porque no tena miembro para ello.
Hace dos aos que lo oyo decir. (Francisco Estopian).
Oyo decir a Alvar Nez e a mozos de camara, no en tiempo que el Duque dorma
con la Duquesa, que hallavan poluciones en las sabanas donde el Duque dorma.
Oyo decir al Marqus de la Tarifa [Fadrique Enrquez de Ribera], su seor que le
haba dicho que estando un da el Obispo de Almera, que fall al Duque haciendo la
pueta, y que el Obispo haba dicho que la Duquesa tena la culpa de aquello.
Que Fuentes y Luis Suarez le dijeron, con gran secreto que una persona haba visto
armado al Duque, y oyo decir al Sr Marqus que una duea de la Duquesa haba tomado la natura del Duque e metidola en la de la Duquesa. (Lo haba dicho el Marqus
de Tarifa) Martn Surez de Zuiga.
288
No tiene el Duque por hbil para tener parte con mujer, y a odo decir que le echaron
mujeres, e no haba sido hbil. Oyo decir a Alvar Nez un da:
-Mira aqu que dicen del Duque.
Y estaba metindole la camisa en la brageta, y no vio otra cosa.
A criados de la casa oyo decir que el Duque es inhabil para tener parte con mujer,
decan que porque tiene grande natura. (Diego Peres.)
En el tiempo que se acostaban juntos los Duques, pregunto a Alvar Nez Cabeza de
Vaca, camarero del Duque , el cual era primo de Fuentes y muy su amigo, si el Duque
tena parte carnal con la Duquesa. Y Alvar Nez respondi que s tenan. Y pregunt
a Alvar Nez si lo haba visto. Y Alvar Nez dijo que no, pero que las camisas que se
desnudaba el Duque venan sucias y llenas de simiente de varn, e que por esto crea e
tena por cierto el dicho Alvar Nez. le dijo Fuentes que aquello no era testigo de fe,
porque podIa ser aquella simiente hecha por poluciones y por otras maneras. Y cree
que al fin Alvar Nez le dijo que no dudase de ello. Nadie ni Alvar Nez le di ms
particularidades sobre el tema. Alvar Nez fue muerto en las Indias y no recuerda
cuando se lo dijo.
Vi un da que el Duque tena su natura alzada algo, estndole atando las calzas el
camarero, e que esto no sabe si era por tener ganas de orinar o si era de su natural de
querer alzar como hombre. Estaban presentes el camarero Alvar Nez e Iigo de Guzmn, e todos se rieron de ello. Preguntando porque se rean, dijo que por que este testigo nunca le haba visto de aquella arte. Preguntado en que posesin lo tenan, dice
que como hombre que no hiciera aquello, e que por esto se rieron de ello. Vio esto dos
o tres aos despus de casado al Duque. (Juan de Lasarte).
Siendo camarero del Duque Alvar Nez Cabeza de Vaca, l y este testigo quedaron
en meter una mujer al Duque despus de casado estando acostado en la cama. Y que
esta mujer vena limpia y olorosa y con camisa limpia para que hubiera acceso a ella,
para ver si era potente, y la dicha mujer dijo que ella trabajara con el Duque para que
oviera parte con ella. Y que este testigo y el dicho camarero Alvar Nez, que ya es
difunto, dejaron a la mujer con el Duque dentro de la camara y cerraron la puerta, y se
pasaron a escuchar. Y que entonces este testigo y el camarero oyeron como el Duque
daba voces y lloraba diciendo:
- Dexame! Dola al diablo, dola al diablo!
Y que ella lo alagaba y hablaba amorosamente, e l no por eso dexaba de llorar e decir
que se fuese, e que entonces la mujer sali a la puerta e se la abrieron e dixo al camarero
e a este testigo:
-En hora tal me metiste ac! Que no aprovechaba nada. Que no es para nada.
El Duque anda siempre entre mujeres mozas y hermosas, y nunca a visto ni odo que
tenga inclinacin alguna. (Juan de Saavedra)
Vi que algunas criadas de la Duquesa le decan al Duque:
Apndice A
289
-Abraceme VS- Y que las echaba con el diablo, e se aparataba dellas huyendo, y
nunca le vi tener inclinacin, a mujer aunque estaba entre ellas a cada hora, e que las
mujeres no le tenan en nada, y no se guardaban ms que con otra mujer como ellas.
(Mara Guiral).
Este testigo, con Alvar Nez Cabeza de Vaca, que es ya difunto e Villavicencio, e
Juan de Vera, hermano de Alvar Nez que as mismo cree es ya difunto, y otros, como deseaban mucho que el Duque fuese hombre para llegar a la Duquesa, echaron al
Duque 2 o tres mujeres en diversos tiempos, las cuales e cada una de ellas lo tomaban,
lo besaban e lo abrazaban, e tomaban su miembro en la mano e se lo trataban e lo trayan e incitaban sin provecho. E que no era si no una mujer como ellas. (Juan Manuel
Olando).Vase Maura, Juan Francisco. Los Naufragios de Alvar Nez Cabeza de Vaca: o
el arte de la automitificacin (31-33).1
Archivo Ducal de Medina Sidonia
Legajo 937
Sanlcar de Barrameda (Cdiz).
1. Estos documentos fueron encontrados en 1986, gracias a la ayuda prestada por Luisa Isabel lvarez de
Toledo, duquesa de Medina Sidonia y por Liliane Dalhman.
Apndice B
Martn de Ordua en nombre de Juan de Ayolas2 se queja de que se la haya dado
la gobernacin del Ro de la Plata a Cabeza de Vaca. Martn de Ordua escribe lo
siguiente al principio del citado proceso. Cabeza de Vaca una vez vuelto a Espaa,
despus de su periplo en el Ro de la Plata, pide volver como gobernador de la misma:
Martn de Ordua Vo. de Sa en nombre de Joan de Ayolas governador de la provincia del rrio de la plata e por mi propio interese [...] digo que a mi noticia es benida que
albar nunez cavea de vaca pide se le provea de la dha governacion y se le de titulo
della conforme a cierta capitulacion entre v. a. y el hecha [...] que cierto a gastos que
dize haber hecho en el viaje que hizo a las dhas provincias por comision de v.a. segun
se contiene en su pedimento a que me refiero sobre lo qual trata el peyto entre el suso
dho vro fiscal [Juan de Villalobos] [...] e en mi propio interese me conviene alegar de
nra.[...] en la dha causa por ende yo me opongo al dho pleyto e alegando de [...] digo
que no a lugar y v.a [...] desechar e dar por ninguno el [..] por el [l] hecho por lo siguiente. Lo primero porque no es hecho por pte [parte] ni en tpo ni en forma lo otro
que la dha governacion se proveyo por v.a. a don p. [Pedro] de mendoa ya difunto
con facultad que pudiese subceder en ella el heredero que el nombrase a persona que
dexase despues de su muerte siendo por v.a. aprovada el qual dho don pedro por virtud de la dha facultad me nombro a mi para proseguir dha conquista y proveer lo necesario della y me dio su poder bastante para el [...] v.a. aprovo por sus cedulas rreales
ansi en vida como despues de muerto. Lo otro porque ansimismo el dho don pedro
dexo por su heredero joan de ayolas mi parte el qual por rrazon de la dha herencia
pretende asimismo la dha governacion y asimismo por v. a. es aprovado por tal heredero y por la dha rrazon no se deve de justicia prover a persona alguna si no es al dho
mi parte e ansi por rrazon de los dhos dos [...] arriba dhos y hasta que se declare qual
de nosotros deve de aber no se puede hazer nueva ni md [merded] della y asi lo tengo
pedido a v. a. y me he opuesto por la dha rrazon a la dha governacion como se contiene en el proceso del pleyto que sobre ello pasa entre el dho fiscal y los otros opositores
que a la dha governacion nuevamente se han opuesto lo otro porque la capitulacin
que el dho albar nuez con v.a hizo la hizo con cautela y no declarando este derecho
que dho tengo[...] el dho albar nuez sabia que el dho mi parte [Ayolas] y yo estabamos en posesion del por que si el a v. a. declara la verdad dello v.a. no le prometiera
de le dar la dha governacion pues se trataba en perjuycio de mi [...] porque aunque
puesto caso que declaro el dho juan de ayolas ser governador no declaro tener derecho
como tengo a la dha governacion aunque el [Cabeza de Vaca] lo sabia por cierto y asi
le constara a v.a. por estas sus cartas mensibas [misivas] que a la dha sazon me escribio de que hago presentacion y pido a v. a. mande que las rreconozca por las cuales el
2. La trascripcin es ma. Aquellos lugares en los que aparecen corchetes corresponden a aquellos fragmentos de los que no he conseguido descifrar la grafa, o donde intento aclararla.
292
dho albaro nuez confiesa yo ser el que tenia y tengo derecho a la dha governacion y
porque a la sazon estaba ocupado no pude empedir [pasa al folio 9 v.] la su capitulacion
y pedir lo que agora pido ante v.a. aunque todavia os de aqueste derecho que tengo y
contradice al dho albar nuez la falsa rrelacion por el hecha a v. a. como parece por
este proceso que presento lo otro porque dado caso el dho albar nuez libremente e sin
perjuycio de tercero capitulaba con capitulo de v. a. y v. a. no es obligado a le conceder
lo prometido por la dha capitulacion por que demas de no haver cumplido lo capitulado
hizo perjuizio de v. a. y en perjuizio del dho mi parte e dao de mis bienes e hazienda
muchas cosas excesivas en la dha provincia segun parece por este otro testimonio que
presento y ademas de los delitos en el contenidos destribuyo y hecho a perder los pertrechos e aparejos que la dha mi parte y yo teniamos en la dha provincia para acabar
la conquista della sobre lo qual tengo puesta demanda ante v.a. los quales es obligado
a pagar de sus bienes y por la dha rrazon an destar [presentados] y enbargados que el
dize que v. a. les es obligado a pagar por rrazon de los dhos gastos que dize que hizo y
asimismo todos los demas bienes que [tomo?] en la dha provincia y en otras partes/ lo
otro porque el dho albar nuez no es [suficiente?] por las causas e rrazones contenidas
en el dho proceso que ya son notorias (AGI, legajo 1130 fols. 7r-9v.).
Madrid, 1546. Pleito del fiscal de S. M. con Alvar Nez Cabeza de Vaca sobre los excesos
cometidos durante su gobernacin.
Muy poderosos seores
El lieniado Villalobos vro fiscal en el pleito que trato con alvar nuez cabea de vaca/ digo que la parte contraria lleno termino para venir diziendo que no se me devia dar
los traslados de los testigos que contra el [Cabeza de Vaca] dixeron en el sumario juizio
en publica forma para que se rratificasen en ellos y se me diese los dhos de cada testigo
por si para el dho effeto/ por estar los testigos en distintas partes/ y a cada testigo no
se a de mostrar los dhos de los otros testigos salvo lo que ubiere dicho/ y pues la parte
contraria no a dicho contra ello en el termino que le fue dado/ yo le acuso la rebeldia pido y suplico a V. al. le mande acusar y aya por rrebelde/ y en su rrebeldia mande poner
en mi petiion como en ella lo pido y pido justiia y a vro. Real offiio imploro. (AGI.,
Justicia, Legajo 1131, fol. 47).
Apndice C
Consejo Ao de 1553. El fiscal de S.M. y Alvar Nuez Caveza de Vaca con Martin de Orue en esta Corte sobre ciertas cosas que le acusan. Secretario Samano.
Muy poderosos seores
Alvar nuez cabea de vaca, adelantado y governador del rrio de la plata digo quen
vro rreal con[sejo] de Yndias sean traydo y presentado ciertas ynfomaiones contra
martin de Urue delos delitos por el cometidos las quales se yieron a pedimiento de
vro fiscal y porque los delytos del dho martin de urue no queden syn castigo y porque
a otros sea dexemplo pido y suplico a vra alteza mande que se vean y se aga la justiia
con brevedad atenta la calydad de los dhos delitos para lo qual etcetera.
[firmado] Alvar Nez Cabeza de Vaca.
AGI. Justicia, Legajo 1132 [pp. 69 a la 134].3 Distrito de la Audiencia de Charcas.
Autos Fiscales, de los aos de 1553 a 1568 en 7 numeros. (N. 1 Ao de 1553 = El fiscal
con Martin de Oribe [sic] residente en Madrid sobre el cargo que contra este resulta
por ser uno de los complices en la prision de Alvar Nuez Cabeza de Baca Adelantado
y Capitan General en la provincias del Rio de la Plata = En dos piezas.
La acusaion [p. 5]
El lieniado Villalobos vro fiscal como mejor puedo y devo acusar criminalmente
a martin de dorue estante al presente en esta corte e digo que siendo pontifize en la
Y[glesia] de Dios en nro muy santo padre paulo terero y rreinando v. al. en estos
sus rreinos de castilla y leon y en las provinias del rrio de la plata y en las otras de
las yndias yslas e tierra firme del mar oceano y teniendo v. al. puesto en la dha governaion del rrio de la plata por su governador el adelantado y capitan general alvar
nuez cabea de vaca en gran des serviio de v. al. y del bien comun de la tierra y en
desacato del dho vro. gobernador con animo daado de des serviio a v. al. maquino
y trato y puso en platica y obra de alterar la tierra y hazer como hizo secretas ligas y
monipodios4 con muchas personas espaolas de la dha governaion subjetos al dho
governador y en los dias de los meses de henero hebrero maro y abril e mayo del
ao de mill e quinientos y quarenta y quatro aos [borrado en el original] y aconsejo
y dio favor e [ ] muchos espaoles de los que estavan en la dha governaion a que
se juntasen y con mano armada prendiesen como prendieron al dho governador y le
tuviesen como tuvieron puesto mucho tpo en prisiones en casa de los mismos que se
alteraron y levantaron contra vro. rreal serviio y por fuera de armas y contra su vo3. El presente documento, Legajo de Justicia 1132, n.1, viene sin foliar. Consta de 7 nmeros y 134 de sus
pginas corresponden al n.1, que es el que corresponde al ao 1553. La paginacin que me he permitido darle
va de la pgina 1 a la 134 y las transcripciones son mas. Las fotocopias de este documento de las que dispongo fueron realizadas en el ao de 1985 y entonces el estado del documento, salvo algunos borrones, no era
malo,. Desconozco cul ser su estado en la actualidad.
4. Monipodio: Convenio de personas que se asocian y confabulan para fines ilcitos.
294
Apndice C
295
en un proeso que se avia hecho al dho rreo por el dho bartolome gonalez notario de
la dha governaion y ansimismo hizo e cometio otros muchos delitos a v. al. pido e
suplico mande proeder contra el dho martin dorue a razon de los dhos delitos y cada
uno dellos a las mayores y mas graves penas en que por lo que este [rreo?] incurrio y
executarla en su persona e bienes porque sea a []l castigo y a otros exemplo e ynidentes v. al. de su rreal ofiio el qual hara todo lo neesario ynploro mered de condenar y conpeler y apremiar al dho rreo a que por los daos que con los dhos delitos
causo a vro rreal patrimonio de y pague a vro. fisco por rrazon de los yntereses de los
daos que causo con los dhos delitos a vro. fisco/ hasta en inquenta mill ducados en
que salva vra rreal tasaion estimo los dhos daos e yntereses/ e juro a dios en forma
que lo susodho no digo ni pido maliiosamente salvo por que lo entiendo provar y por
alcanar en tiempo ampliamente de sus quexas y vro rreal ofiio ynploro [p. 8]
Otrosi pido e suplico a v. al. me de mered de dar sus provisiones rreales para todas
las justiias de las iudades villas e lugares de estos rreynos que rresiban qualquier
ynformaion que erca de lo susodho por este de vro fisco les fuere da[do] y la entregen sinada en forma para traer a este vro rreal
Otrosi pido e suplico a vra al me de mered dar supervision rreal rrequisitoria [borrado] la ciudad de genova6 y su provinia para lo mismo.
El fiscal con Martin de Orue
Que se den las provisiones que pide el fiscal para que se haga la ynformaion
[Firma]. (AGI. Justicia, Legajo 1132 [pp. 69 a la 134]).7
Documentacin adicional sobre Martn de Ore
Relacion General que yo AlVAR NUEZ CABEA DE VACA Adelantado y Gobernador general de la provincia del rrio dela Plata, por merced de Su Magestad, HAGO PARA LE YNFORMAR Y LOS SEORES DE SU RREAL CONSEJO DE YNDIAS, DE LAS COSAS SUBCEDIDAS EN LA DICHA PROBINCIA DENDE QUE
POR SU MANDADO PART DE ESTOS REYNOS SOCORRER Y CONQUISTAR LA DICHA PROBINCIA. Archivo General de Indias. Simancas. Justicia.
Consejo. Distrito de la Audiencia de Charcas.-Autos fiscales, ao de 1552.Est. 52. Caj. 5. Leg, 2/10. Transcrito por Manuel Serrano y Sanz ocupando junto
con otros documentos del A.G.I., todo el volumen II de los Comentarios (xiii).
Sobre lo cual pasamos ciertos requerimientos respuesta ante Martn de Orue,
escribano que a la sazn era (Comentarios II, Cap. 43, 28. Madrid: Librera de Victoriano Surez, 1906). A pedimento de ciertos mercaderes del tenedor de bienes de
difuntos, por cierta informacin que dieron de la insuficiencia inhabilidad de Martn de Orue, que fue por escribano de la dicha provincia, le mand, so cierta pena, no
usase el dicho officio, por el dao y perjuicio de la repblica, de officio mand se
hiciese informacin cerca de la persona que ms abil fuese y legal se hallase que pudiese ussar el dicho officio, y por tal fue puesto en l Pero Hernandez, escribano de Su
6. Recurdese el abundante nmero de genoveses que se encontraba en el Ro de la Plata. Uno de ellos fue
testigo en este proceso, se trata de Cipin de Grimaldo, como aparece en espaol, o Scipio de Grimaldis de
Bracellis como aparece en latn junto a sus deposiciones en el presente legajo 1132, en las p.p. 93-99.
7. La transcripcin es ma.
296
Majestad, como ms largamente se contiene en los autos probanzas que de ello passaron, hasta tanto que Su Majestad el secretario Juan de Samano pusiese en el dicho
officio persona abil y suficiente de confianza (Comentarios II, Cap. 52, 33). Bueltos
los dichos frailes, por ciertos indicios mand prender Martn de Orue, y estando presente, los dichos officiales de Su Majestad parecieron ante mi dixeron que ellos tenian
la culpa en la yda de los frailes, porque ellos los enbiaban encubiertamente; que mandase soltar Martn de Orue, y porque esta sazon estava ocupado en los despachos
de la armada para yr descubrir conquistar la tierra, comet la causa Pedro Estopin Cabeza de Baca, el qual procedio contra ellos y los tubo presos los suspendio de
los officios y los remitio a Su Magestad... (Comentarios II, cap. 63, 42). Pedro de Fuente
hiri a Juan Ortiz (Comentarios II, cap. 109, 72). Una generacin de yndios que se llaman guaxarapos tienen sus pueblos ribera del rio por donde pas, a los quales dex de
paz les hize buenos tratamientos; Martin de Orue maniat un yndio de la dicha
generacin, diziendo que le habia tomado una hacha, el qual se le solt fue muy descontento, y benido a mi noticia dex el castigo que Martin de Orue mereca, para en
llegando al puerto, por que benamos navegando (Comentarios, cap. 69, 44). A quinze
dias del dicho mes de noviembre lleg Cnchalo [Gonzalo]de Mendoza con los seys
bergantines al dicho puerto, me dixo como beniendo navegando por tierra de los
guaxaropoes abian muerto seys crystianos; y como yo dex de paz los dichos yndios
quise saber la ocasin que se les dio para romper, por informacin paresci que Gonzalo de Mendoza avia contratado con los dichos yndios cierta ropa de algodn no se
la pag, por esto por aber maniatado Martin de Orue al otro yndio abian muerto a
los dichos crystianos (cap. 72, 46). y los dichos officiales ya me tenian echados unos
grillos los pies, estando en los huesos, enfermo, y me metieron dentro de una camara
de casa de Garcia Banegas, muy pequea, donde no entraba claridad, que hera despensa de sus criados, y all me pusieron grandes guardas de cordobeses y byzcainos me
dezian: agora, Albar Nuez, sabris como se an de tratar los caballeros como nosotros; y bisto
el grande escandalo que abia por el pueblo salio Garci Banegas, Martin de Orue, y
Bartolom Gonales, escribanos, acompaados de sus amigos, todos armados con un
atambor, pregonando por todas las calles que todos se metiesen en sus casas y que no
saliesen dellas, so pena de muerte de traydores, diziendo que lo mandaban los seores officiales de Su majestad, y todos los que encontraban por las calles, por fuera,
rempujones, y con amenazas los hazian entrar en sus casas (cap. 95, 61). Luego en la
misma hora fueron prender quitar las baras mi alcalde mayor alguaciles Martin
de Orue y Bartolom Gonalez y Juan Baldrs, escribano, con otros comuneros y con
grandes bozes, llamndolos de bellacos, traydores, pelandoles las barbas, les quitaron
las baras de la justicia de Su Majestad y los llebaron rempujones la carcel publica,
donde a la sazn estaba Luis de Bayllo condenado muerte porque mat Pedro de
Morales, bezino de Sevilla, y Hernando de Sosa y otros, presos por delitos, y todos los
soltaron, diciendo: libertad, libertad! Y echaron de cabeza en el cepo al dicho mi alcalde
mayor y alguaciles, y el dicho Martin de Orue, dende en adelante torn a usar el officio
de escribano de la provincia, que por mi mandamiento estaba suspendido, y quitaron
al que yo abia puesto, hasta que Su Majestad probeyese, el secretario Juan de Samano
en su nombre (cap. 96, 62). y ansimismo otras muchas escrituras y probisiones reales
que yo tenia en mis caxas y en unos dos porta cartas mios, todo lo vieron miraron,
tomaron las que quisieron de las dichas escripturas las que les parescio, para las ma-
Apndice C
297
298
sal bi toda la gente de los comuneros con las mechas de los arcabuzes encendidas, desbiados, puestos las bocas de las calles por donde me abian de pasar, dixe en boz alta
que todos oyeron: seores, sedme testigos como yo dexo por mi teniente de gobernador y capitan
general desta provincia, en su nombre de Su Magestad, al capitan Juan de Salazar; como
dixe estas palabras arremetio mi el dicho Garcia Benegas y poniendome un pual en
la garganta me dixo que callase; si no, que juraba Dios que me daria de pualadas; y
todavia quisse tornar a decir las dichas palabras y el dicho Garcia Benegas me puso la
mano en la boca y diome tan recio que hizo caer comigo los que los que me llevaban, lo qual hizo tres o cuatro veces hasta que me metieron dentro de la dicha carabela,
amenazandome que me daria de pualadas, yo le respondia que no abia benido otra
cosa aquella provincia mas que morir por el servicio de Dios y de Su Magestad (cap.
127, 84-85). Y teniendo preso, antes que me embarcasen acordaron embiar Martin
de Orue a este reyno, haziendo entender al pueblo que lo embiaban pedir merced
Su Magestad para todos, y que debaxo desta color harian que le diesen poder con el
qual en nombre de todos podria acusarme diziendo que abian sido en mi prision, hazerlos todos culpados; y asi para esto como para otras cosas que hicieron hordenaron contra mi se juntaron hazer cabildos y entraba en l el contador Felipe de Caceres
y otros comuneros, y un domingo a campana taida, llamaron la gente para que se juntasen en la yglesia...los quales no dexaban salir ninguna persona de los que metian por
fuera hasta que otorgasen el dicho poder, el qual otorgaron al dicho Martin de Orue
hasta ciento y beynte personas, poco mas menos, de los comuneros engaados y de
los traydos por fuera, Pedro de Molina, regidor, que se hallo presente, lo contradixo
poniendo macula y cabsas suficientes contra el dicho Martin de Orue (cap. 128, 85-86).
Dende luego que Machin de Usaga y Lope de Ugarte me daban de comer comenaron
tratarme la muerte, porque en el plato de la bianda que me dieron, un dia echaron
enteros dos pedaos del tamao de dos garbanos, de rejalgar, como hombres desatinados y turbados no miraron como lo echaron antes de desto yo senti que me avian
dado ponoa porque estuve muy malo, y cuatro dias no comi crey que me muriera,
y dende en adelante no quise comer cosa alguna que estos me truxesen; solamente comia alguna conserva que me embiaron mis criados, hasta que yo dixe los dichos offiales, por Andres Hernandez el Romo, que porque me querian matar con ponoa?; y
el dicho Andres Hernandez me dixo que tenia razon, porque el abia sabido que me
abian dado rejalgar, y de alli adelante no me dieron de comer los susosdichos; estos
officiales y Domingo de Yrala quisieron matarme con ponoa despues que me embarcaron, porque en el pueblo no se atrevieron porque sabian que los abian de matar los
servidores de Su Magestad, ansy les fueron escriptas cartas al dicho Lope de Ugarte
Martin de Orue, que lo hiziesen, porque conbenia al bien de sus negocios, de la qual
carta y del rejalgar que tom en el plato que me dio Lope de Ugarte har presentacion
ante su Magestad (cap. 131, 89). Martin de Orue, vizcayno, escrivano, e Bartolome
Gonzalez, escrivano, fueron luego a las casas de Francisco Peralta, alguacil, e llegaron a
el, e el dicho Martin de Orue le echo mano a la vara e le dixo: dejad esta vara, que no la
aveys vos de traer; el dicho alguazil dixo a los questavan presentes: seores, sedme testigos
como me quitan la vara de Su Magestad; e luego lo llevaron a la carcel a el e a Sebastian de
Fuentes el Rey alguacil, e los pusieron en el cepo con el alcalde mayor. Fueron luego a
casa de mi, el escrivano, con gran alboroto e escandalo, Andres Fernandez el Romo,
vezino de Cordova, e Francisco de Vergara, vizcaino, e Bartolome Fernandez el Romo,
Apndice C
299
vezino de Cordova, e Francisco de Vergara, vizcayno, e Bartolome Gonzalez, escrivano, e otros muchos, con las espadas desnudas, me las pusieron a los pechos en la cama, donde estaba enfermo, diciendo: libertad, libertad! biva el rey! e pasada la grita me
dixeron que Domingo de Yrala enviaba por las escripturas e processos que el governador avia fecho contra el, e los oficiales que les dijesen donde estaban e se las diese; yo
les dixe que no estaban en mi poder, questavan en una caja en casa del gobernador,
los cuales se fueron; luego a la misma ora paso el atambor pregonando, e con Martin
de Orue que le decia lo que pregonava: mandan los seores oficiales de Su Magestad que
ninguna persona sea osado de salir de su casa hasta la maana, so pena de traydor; y en acabando el pregon daban una grita los comuneros, diciendo: libertad, libertad!; iban
acompaando al atambor, Garcia Benegas, armado, con sus amigos, y desta manera
fueron por todo el pueblo, haciendo a la gente que no saliese de sus casas (Comentarios
339-340, Sacado de la, Relacin de las Cosas sucedidas en el Rio de la Plata por Pero Hernandez ao 1545. Archivo General de Indias. Patronato. Est. I. Caja.I. Legajo 2/29. ).
Apndice D
Madrid, 14 de diciembre de 1551. Memorial de los testigos que fueron tomados
en la provinia del Rio de la plata en las ynformaiones que se hizieron contra alvar
nuez caveza de vaca por los officiales de su magt. que en la dicha provinia del
Rio de la plata residian el vehedor garia de cabrera y el contador felipe de caeres
y garia venegas theniente de tesorero y el fator pedro de dorantes al tiempo que
los dhos officiales prendieron y tenian preso al dicho alvar nuez caveza de Vaca
governador y cap. general de la dicha provinia. Memoria de los testigos que se
rreibieron en el Rio de la plata en la informaion que los offiiales fizieron contra
El governador alvar nuez cabea de vaca.
Domingo de azpetia vizcayno
juoan cerrudo
pedro de monRoy
Andres varva
domingo de peralta
juoan de camargo
bartolome de la amarylla
juoan sanchez de vizcaya
nicholas de Rhodas maestre
Luys Ramyrez8
Diego Rodriguez vezino de fuente
del sauco
gonalo de acosta
juoan rodriguez de Vergara
Jayme Rasquin9
Cipion de grimaldo
Diego Lopez vezino de alcazar
de consuegra
hernando de cespedes
xpoval diaz
Juoan riquel vezino de hornos
Lope Ramos vezino de cadiz
Juoan bedoya [...]
andres de montalvo
pedro arias
alvaro de colondres
Diego descobar
Luis osorio
martyn suarez
cap. nuflo de chaves
[fol. 1313 v.] Juoan de arahoz
franisco gambarrota
luis pardo vezino de medina del campo
luis fernandez
julian lopez
Diego de labarrieta
Tristan de ballartas
Andres de arcamendia vizcayno
gonalo perez moreno
juoan perez lengua
hernando diaz
etor de acua
Ruy garia lengua
alvaro de chaves
sebastian de leon
diego de acosta lengua
franisco rodriguez lengua
juoan de [...] lengua
juoan lopez de ugarte
franisco de araujo
sebastian de leon flamenco
adame de olagarriaga
8. Podra tratarse de uno de los supervivientes de la expedicin de Sebastin Caboto y autor de la Carta,
una de las primeras descripciones del Brasil.
9. Valenciano, ms tarde capitn general del Ro de la Plata.
302
hernan gonalez
franisco martin frayre
diego de Torralva [?]
juoan porras de medina del campo
blas nuez
pedro [?] de solorzano
pero antonio aquino
garia ollero
gonalo de mendoa
don franisco de mendoa
melchor chacon [?]
Vicente chacon [?]
sancho de salinas
pedro de lasarte vizcayno
franisco de coynbra
garia de villalobos
franisco Romero
sebastian de fuente el Rey
pedro de zayas
maestre jaso
bartolome de moya
juoan de contreras
franisco de chaves [?]
juoan rodriguez
leonardo grisu flamenco
gaspar gutierrez
franisco martyn piloto
franisco de alcaraz
hernando de sosa
juoan nuo
Pedro alonso
Ruy gomez maldonado
juoan lopez de basauri
xpval de eslava
gonalo arevalo
pero gomez de mesa
fernan rodriguez
xpval de rueda
juoan [...]
[fol. 1314 r.] juoan rodriguez
vasco de rua
juoan de astorgarriba
juoan gabriel de lazcano vizcayno
franisco de [...]
Juoan garia sacristan
diego de [...]
juan nuez de segura
jorge fernandes portogues
pero gomez de mesa
juoan muoz
pedro de espinar
juoan delgado vezino de almodovar
tristan fernandez
jacome de padilla [?]
manuel de vizcaya
bartolome garia vezino de moron
bartolome de Roxas [?]
jacome luis piloto
juoan despinosa vizcayno
baltasar de herrera
Melchor montero maestre
Pero martyn vezino de calada
gaspar de ortuo
juoan de castro vezino de palma
pero de ochoa vizcayno criado
del vehedor
xpoval de arevalo artillero
alo. moreno vezino de truxillo
esteban vallejo vizcayno
martyn perez allo de la carel
galiano de neyra
hernando vizcayno carpyntero
lope duarte
gonalo peralta
juoan de arranz vizcayno
tristan de olaava vizcayno
Que dicho memorial de los dhos testigos pido que sea leydo a los testigos para que
declaren si saben que son todos mis henemigos capitales que favoresieron a los dichos
Apndice D
303
officiales para que me prendiesen y estando preso en su poder los dchos testigos me
guardaron con sus armas para sustentar mi prision y despues todos ellos [fol. 1314 v.]
fueron los que me hecharon de la provinia y la mayor parte Vinieron aconpaando
a los dichos garia Venegas y alonso cabrera hasta la boca de la mar donde me acabaron de hechar de la dicha tierra y algunos dellos vinieron hasta estos reynos a declarar
particularmente lo que aerca desto saben.10
[firmado] Cabeza de Vaca
En la villa de Madrid a catore dias del mes de diziembre de mill quinientos e cinquenta un aos. Memorial de los testigos del adelantado albar nuez cabeza de vaca.
[Firmado] Cedillo. [AGI, Legajo 1131, Fol.1313r.]
10. Cabeza de Vaca no deja escapar la ocasin de amenazar a los testigos de la parte contraria. Entre estos
se encontraba, adems de una mayora de vizcanos, el valenciano Jaime Rasqun, que despus sera gobernador y capitn general del Ro de la Plata, y probablemente el mismo Luis Ramrez, superviviente de otra
expedicin anterior llevada a cabo por Sebastin Caboto (1526-1530) y autor de una importante carta: Carta
de Luis Ramrez a su padre desde el Brasil.
Apndice E
Sin fecha. Memorial del pleito del lieniado Villalobos11 fiscal de su magtt. con
Alvar Nuez cabea de vaca gobernador que fue del rrio de la plata. (Probanza sobre la actuacin de Alvar Nez en su viaje desde la islas Canarias, Cabo Verde y
Santa Catalina hasta la Asuncin).12
Primero cargo
[Fol. 1402 r.] que estando surto en la palma con su armada ques una
de las yslas de gran canaria mando tomar inco o seis rreses vacunas
contra la voluntad de los dueos e tomo alli una caravela de cabo
verde e alli les tomo mucha harina pasas higos vinos azeites e otras
mercaderias contra su voluntad y en las mismas yslas de csbo verde
tomo de otro navio que estava alli de mercaderes burgaleses para se
partir a las yndias muchas mercaderias.
Lo que rresponde alvar nuez cabea de vaca en su confision es lo
siguiente.
[Q]ue en quanto toca a las inco o seis rreses vacunas contenydas que la acusaion
que a lo que se puede puede acordar este confesante dize que iertos soldados e un
maestro de su navio salieron en tierra en la ysla de la palma con iertos perros e a la
vuelta que bolvieron supo que los suso dhos avian muerto con los dhos perros tres
vacas e sabido por este confesante se henojo mucho dello e tomo las capas al dho
maestre e soldados para pagar las dhas vacas e a rruego de algunas personas les bolvio
despues las dhas capas e que luego les pago de su bolsa en dineros inco o seis doblas
que podian valer las dhas vacas las quales se comyeron entre la gente que estavan en
los navios.
Y en lo que toca al navio de mercaderes dixo que del dho puerto e ysla de la palma
donde estava este confesante salio el dho navio con una caravela del dho confesante
e se fueron de conserva fasta sanctiago de cabo verde e al tiempo que llego este confesante con los demas navios lo hallo en el dho puerto de sanctiago a alli le compro
iertas pipas de vino y dos de harina y dos seras13 de almendras que le dieron dadas
[sic] y que las dhas pipas [fol. 1402 v.] compro cada una dellas a inquenta castellanos
cada una para la primera fundiion que se hiziese en el rrio de la plata e que ay spturas
[escrituras] dello a las quales se refiere e quel dho navio hechas las dhas spturas se fue
libre mente e aun las dhas almendras le fueron dadas despues del otorgamiento della
y este confesante le dio iertos quintales de vizcocho en rrecompensa de la buena obra
que le avian fecho preguntado si les tomo lo suso dho por fuera e contra la voluntad
de los dueos de las dhas mercadurias despues les fizo sptura dello dixo que no si no
11. Recurdese que el licenciado Juan de Villalobos, que fue quien empez el caso, muri en 1550.
12. La transcripcin de este memorial es ma.
13. Una sera es una espuerta, una cesta grande regularmente sin asas.
306
que se lo dieron de su voluntad comprado de la manera que dho tiene si en las dhas
yslas de cabo verde tomo de otro navio de burgaleses iertos fardeles de lienos e harinas e otras mercadurias contra [la] voluntad de los dueos dixo que no tomo tal cosa
sino lo que pasa es que despues queste confesante partio de canaria para sanctiago hizo
su navio donde yva este confesante e sus bastimentos mucha agua en tanto grado que
subio diez palmos de alto de dentro del navio a cuya causa se le avian perdido todos
los bastimentos que en el llevaba e hablo a correa capitan de la dha ysla de sanctiago
para que le rremediase de algunos bastimentos el qual le rrespondio que no los avia en
la tierra que ao esteril pero que le socorriese con algo pues hera en serviio de dios e
de su magtt. por cuya interesion el dho capitan del dho navio que se llamava fulano de
Ayala le dio diez o doze pipas de harina e dos o tres fardos de angeo14 pequeo y iertas
botijas de azeite que no se acuerda que tantas eran y este testigo le dixo que se lo pagaria a la fundyion del rrio de la plata y el dho capitan rrespondio que no era menester
ny tan poco quiso que se le fiziese sptura dello antes el piloto del dho navio burgales
enbio presentados a este que declara iertos remos para su navio diziendo que algun dia
yria a donde este que declara toviese posibilidad de lo gratificar/ preguntado si tomo lo
suso dho al dho [fol. 1403 r.] capitan por fuera e contra su voluntad o si se lo dio por
temor que tenia que se lo avia de tomar dixo que no sino por lo que dho tiene e por
ynteresion del dho capitan de la ysla de sanctiago lo qual todo escrivio este confesante
e los ofiiales a su magestad e a los seores de su consejo rreal de yndias dando quenta
de lo que pasava e que estando en el dho puerto de sanctiago ques del serenysimo Rey
de portogal no podia fazer fuera al dho navio preguntado si conerto este confesante
con el dho capitan de la dha ysla prometiendole algo para que tomase las dhas mercaderias por fuera dixo que no so cargo del juramento que tiene hecho sino que quel dho
capitan de sanctiago rogo se fiziese el dho socorro.
Eebiones de Alvar nuez
Digo que en quanto al primero capitulo que sele pone sobre lo que dizen que fizo en
la ysla de la palma que allende que no pasa ansy sino como my parte tiene dho en su
confision erca de aquello pues que no es hecho en la governaion de my parte ny en el
distinto de las yndias esta claro que no puede ser acusado por el dho fiscal mayormente
siendo como es lo que lo en el dho capitulo se contiene ynterese de parte que lo podria
seguir si alguno pretendiese
Provana del fiscal
En este pleito durante el termyno provatorio el dho Alvar nuez cabea de vaca dio
por rreproduzidos en via hordinaria los testigos de una sumaria ynformaion que contra el se tomo en las provinias del rrio de la plata por los dhos de los quales el fiscal le
puso la acusaion sobre que ha oydo y es este pleito acordarse por rreproduzidos los
dhos testigos ambas partes rrenuniaron el termino provatorio e quedo el pleito concluso definitivamente e aunquesto hizo el [fol. 1403 v.] dho Alvar nuez con cargo de
Apndice E
307
tachar e contradezir los dhos testigos e paso el termino de poderlos tachar15 sin ponerles tachas.16
II Pregunta. Presupuesto esto articula el dho fiscal en la segunda pregunta que estando el dho alvar nuez con su armada en la ysla de la
palma mando salir a tierra ierta gente de su armada e que tomasen
iertas vacas e bueyes de los vezinos dela dha ysla e ansy tomaron
inco o seis rreses por fuera de los dueos e pastores dellas e las trajeron a la nao.
Descargo [tachado en el original]
En esta pregunta nynguno de los testigos que ay en ella deponen del mandato antes
dizen que el dho Alvar nuez pago las dhas rreses e rrio con los que avian salido del
dho navio avian tomado iertas rreses e por ellas quedo en rrehenes e prendas el contador felipe de caceres.
Pregunta. Articula ansymismo El dho fiscal en la terera pregunta
que estando el dho alvar nuez surto con su Armada en el dho puerto
de la palma mando entrar parte de su gente por fuera en un galeon
de mercaderes del condado de niebla17 a llevarlo a cabo Verde donde
tomo e hizo tomar del dho navio harinas e vinos azeites pasas almendras e otros muchas cosas de mercadurias e provision que llevaban
dhos mercaderes.
Esta provada esta pregunta con sufiiente numero de testigos.
[fol. 1404 r.] iv Pregunta. Iten Articula El dho fiscal en la quarta pregunta que estando el dho alvar nuez cabea de vaca surto con su
armada en la ysla de sanctiago de cabo verde como hizo tomar por
fuera otro galeon de mercaderes burgaleses que estava surto en el
dho puerto que yva para las yndias e tomo del contra voluntad de
los dueos lienos armas azeites e otras mercadurias e bastimentos a
causa de lo qual ovo por ello en el dho puerto grande escandalo.
Esta provada esta pregunta con sufiiente numero de testigos
Descargo nihil
Segundo cargo
Que Vedo por todo el camino que hizo desde las yslas de sancta catalina a la Asunion vedo que todos los xpianos [cristianos] no comprasen de los yndios bastimentos nyngunos los quales trayan muchos
para rrescatar con los xpianos e a esta causa padeieron neesidad
los xpianos.
iii
308
Que lo que pasa es que por hevitar muchos fraudes e cautelas que hazian en el conprar
de los mantenymientos pujando unos con otros para tornarlos a rrevender de lo qual
rredundava en la tierra dao y este confesante mando que no rrescatasen los dhos mantenymientos sino ante iertas lenguas que para ello avia diputado e que este confesante
rrescatava primero de los dhos mantenymientos para dar de comer a los pobres que
no tenyan rrescates e despues rrescatavan los que tenyan por ante [fol. 1404 v] las dhas
lenguas como dho tiene.
Eebiones
Dixo que no paso como en la dha acusaion se contiene y no como my parte lo tiene
confesado
Provana del fiscal
V. pregunta. Articula el dho fiscal en la quinta pregunta que llegado el dho Alvar nuez a la ysla sancta catalina y en el tiempo que en ella estovo e despues por todo el
camino que fizo por tierra hasta allegar al pueblo de la asunion por sus mandamientos
e vandos vedo e proyvio que nyngund xpiano no comprase de lso yndios de la tierra
mingun bastimento para comer aunque los yndios de la ysla e camino trayan a los xpianos muchos bastimentos de la dha tierra harina e patos y gallinas e otras cosas por aver
algun rrescate e los xpianos por causa de los dhos vedamientos no lo osavan comprar a
causa de lo qual los dhos xpianos padesieron mucha neesidad.
Esta pregunta se prueva con muchos testigos que dizen que la saben como en ellas se
contiene porque lo vieron como la pregunta lo dize
Descargo nihil [tachado en el original]
Tercero cargo
Y que por todo el camino que hizo por tierra dio mucha fatiga a la gente e la dexava rrezagada en poder de los yndios e dezia que a el no se le
dava nada quel no avia menester syno llegar al Paraguay con su cavallo
e porta cartas de spturas [escrituras] e dexo rreagados [fol. 1405 r.] treze xpianos e murieron dos dellos e los demas escaparon diziendo que
heran hijos de payzunue ques el comysario fray bernaldo de Armenta
frayle de la horden de san franisco.
Lo que responde Alvar nuez cabea de vaca en su confision es lo siguiente
[Q]ue lo niega como en el se contiene eepto que ierto dia en piquiri se quedo un
soldado llamado orejon18 por una mordedura de perro que le dejarreto por la pantorrilla
e con este se quedaron otros doze o treze amigos e parientes los quales dexo encomendados a unos prinipales de aquel rrio que les dexo rrescates para se mantener hasta
que fuesen a donde yva este que declara e que los dos dellos quel uno fue el mordido
murio de la enfermedad e los demas dellos fueron al paraguay a donde estava este confesante.
Apndice E
309
Eebiones
Dixo lo mismo que my parte nunca dixo lo que en el dho capitulo se
contiene
[fol. 1405 v.] vii Pregunta. Articula el dho fiscal en la setima pregunta
que durante el dho camino el dho albar nuez dexo por el treze xpianos muy rreagados entre los yndios de los quales murieron dos dellos e los demas escaparon con que dezian que eran fijos de payzume
que el padre fray Bernaldo de Armenta comisario de la orden de San
Francisco que los yndios le llaman asi que venyan con el dho alvar
nuez cabea de vaca.
[Testimonio de Juan Cerrudo en su viaje a Asuncin desde la isla de Santa Catalina.]
En esta pregunta dize un testigo que es Juan Cerrudo que la sabe como en ella se
contiene que preguntado como la sabe dijo que por que este testigo fue uno de los que
quedaron rresagados por enfermedad e que supo como ciertas personas que venian
con el dho Alvar Nuez que trayan cavallos se ofrecieron de lo traer cavallero a la sazon que enfermo porque no se quedase perdido entre los yndios e que no lo matasen
e quel dho Alvar Nuez avia dho que no traya el cavallos para traer a ninguno en ellos
porquel le avia enbiado a dezir a este testigo que se bolviese desde unos montes que
estava[n] en el dho camino que hasta tornar a la nao a santa catalina cuatro o inco
jornadas y este testigo no se oso bolver por miedo de tigres19 e yndios henemigos e
ansi e siguiendo su camino donde algunas vezes viendolo solo lo yntentaron de matar
los yndios especialmente en una casa donde le dixeron que Payunue hera bueno y el
dho Alvar Nuez puyaypa que en lengua guarani quiere dezir vellaco y este testigo
vino por remedio con ellos (para se salvar)20 por les mostrar un papel de ymagenes el
qual dezia hera una carta que le enbiaban a Payunue fray Bernaldo de Armenta/ otros
xpianos sus hijos que quedaban atras e ansy desta manera donde a mas de dos meses
de como el dho Alvar Nuez le dejo rreagado alcanzo a los otros xpianos que avian
quedado rreagados contenydos en la dha pregunta e ansy abria mas de cien leguas
de camino hasta do este testigo avia [fol. 1406 r.] quedado entre los quales xpianos
que alcano que luys osorio el qual dezia a los yndios que hera fijo de Payunue e los
19. Los espaoles llamaban tigre a este felino americano, pero terminaran adoptando la palabra guaran
yaguaret (jaguar).
20. Para se salvar sobreescrito a la misma altura de por les mostrar (Fol. 1406r.).
310
santiguava e luego con esto los yndios le trayan comida e dexaron pasar hasta que vinieron a esta dha cibdad de la Asuncion.
[Testimonio de Pedro de Monroy.]
Dize otro testigo que es Pedro de Monrroy que la sabe e dijo que este testigo fue uno
de los que quedaron rreagados y sabe como de los xpianos que quedaron se ahogo
uno en el parana pasando el dho rrio e los otros dos murieron e paso en hefetto lo en
ella contenydo.
[Testimonio de Domingo de Peralta.]
Dize otro testigo que es domingo de peralta que la sabe como en ella se contiene e
preguntado como la sabe dijo que porque este testigo fue uno de los rrezagados e vinyendo por el camino solo muchas vezes los yndios le querian quitar la rropa que traya
vestida e por que les dezia que era fijo de payzume se la dexaron e vido como paso en
hefetto lo demas contenydo en la pregunta.
[Testimonio de Bartolome de la Marilla.]
Dize otro testigo que es bartolome de la marilla que como dho tiene en la pregunta
antes desta el dho Alvar nuez dejo rreagados los xpianos en ella contenydos de los
quales murieron tres dellos los dos de enfermedades y el uno que se ahogo en el rrio
parana e vio este testigo questando en Piquin yva luis osorio con manuel por lengua a
las casas de los yndios e les dezia como el dho luys osorio hera fijo de payume ques el
padre fray Bernaldo de Armenta comisario de la horden de san francisco e asi por este
rrespeto les davan de comer muchas cosas sin rrescate nynguno e que esto sabe desta
pregunta.
[Testimonio de Luis Osorio.]
Dize otro testigo que luys osorio que la sabe como en ella se contiene e preguntado
como la sabe dijo que porque este testigo fue uno de los que quedaron rreagados en
la dha jornada.
Pregunta viii. Yten articula el dho fiscal en la octava pregunta que continuando el dho alvar nuez cabeza de vaca la horden que en su caminar avia traido hasta el rrio del parana enbio por el [l] abajo para
que viniesen a este pueblo de la Asuncion ien xpianos poco mas o
menos en canoas cosa muy dificultosa e peligrosa para ellos navegar
en canoas no obstante que fue avisado que los yndios del rrio se avian
juntado para matar los dhos xpianos los enbio en las dhas canoas como
dho es. Digan los testigos lo que saben. Esta probada esta pregunta con
suficientes testigos.
Pregunta IX. Yten articula el dho fiscal que la novena pregunta si saben
que los dhos xpianos que ansy fueron enbiados por el dho rrio en las
dhas canoas pasaron peligro de sus vidas ansi por la la continua guerra
que los dhos yndios les hizieron e de hambre e se ovieran de perder
sino fueran socorridos como lo fueron en tres vergantines e gente e
mantenimientos por el tesorero Garcia Vanegas [sic] e por mandado
Apndice E
311
312
de lieno e otros rrescates por ello porque este testigo no le hallo presente al tiempo que
mandava a los dhos sus criados que fuesen delante a tomar de las casas de los yndios lo
que en ellas avia mas de que le vido mandar que no pasase otra persona alguna adelante
de la vanguardia sino solamente sus criados e que esto sabe de esta pregunta.
[Testimonio de Diego de la Barba]
Dize otro testigo que es don diego de la barba que sabe quel dho alvar nuez cabeza
de vaca enbiava sus criados delante de la otra gente que con el venya a rrescatar a las
casas de los yndios bastimentos e aves e otras cosas por que los veya yr ordinariamente e que en el paraguay a el dho fator Pedro de orantes le le hablo diziendole que a su
notiia avia venido que un criado [fol. 1408 r.] suyo avia entrado aquella noche en su
boyo de alli con una candela que lo debia de mandar rremediar porque los yndios no
se alborotasen e hiziesen algun escandalo sobrello a lo qual rrespondio que la noche de
antes el se lo avia mandado e que los dhos criados del dho alvar nuez rrescatavan vido
que lo vendian a otras personas diziendo que lo hazian porque los xpianos no toviesen
contrataion con los yndios por que ansy dezian que les rrobavan a ellos como lo vendian porque este dho testigo no lo sabe.
[Testimonio del capitn Juan Camargo]
Dize otro testigo ques el capitan camargo ques verdad que el dho Alvar nuez cabea de vaca enbiava a sus criados una e dos jornadas adelante de toda la gente para
que oviesen e rrecogiesen todo lo que hallasen en casa de los yndios e que oyo dezir
publicamente que los dhos yndios se escandalizavan de aquello por que diz que les
tomavan los mantenimyentos syn les dar nada y este testigo les veya muchas vezes
que los criados del dho Alvar nuez vendian algunas cosas de comer a otras personas e
las davan al preio por ellas y en lo demas contenydo en la pregunta se refiere a lo que
sobrello se descrivio.
[Testimonio de Hernando de Cspedes]
Dize otro testigo ques hernando de espedes que la sabe como en la dha se contiene
preguntado como la sabe dixo que por que cada dia lo veya por vista de ojos y este testigo compro algunas cosas de los dhos criados e ecepto que no vido entrar de noche e
con lumbres en las casas de los yndios mas de lo que avia oydo dezir.
[Testimonio de Cristbal Dez]
Dize otro testigo que es xpoval diez que lo que sabe es que durante el camino e jornada quel dho Alvar nuez permitia e holgava que fuesen delante de toda la gente que
con el yva sus criados muchos dellos a las casas y ranchos de los yndios para que oviesen [fol. 1408 v.] e rrecogiesen para sy lo que hallasen por la tierra e que muchas vezes
acahecio yr los dhos sus criados dos dias antes que la gente e que lo demas contenido
en la pregunta era publico e notorio entre toda la gente del campo.
[Testimonio del capitn Gonzalo de Acosta]
Dize otro testigo que el capitn gonzalo de acosta sabe e vido que el dho alvar nuez
cabea de vaca durante su camino enbiava a algunos de sus criados delante de toda la
gente un dia de delantera para que rrecogiesen lo que avia en las casas de los yndios
espeialmente aves e carne e miel e que en una ierta parte este testigo fue avisado de
Apndice E
313
como los dhos criados del dho Alvar nuez avian entrado en una casa de noche con
lumbres para que lo dixese al dho cabea de vaca e luego este testigo se lo dixo y el
que avia ydo a la lumbre con la dha casa syn embargo desto se atraveso con el e ovieron muchas palabras e cometieron entrellos sobre lo qual el dho su criado por se aver
atravesado con este testigo e que lo demas contenydo en la dha pregunta no lo vido
mas delo aver oydo dezir.
[Testimonio de Luis Pardo]
Dize otro testigo que luis pardo vezino de medina del campo que algunas vezes
veya que pedro de orante e alguna lengua yvan e se adelantavan de toda la otra gente
pero que no sabe a que ny otra cosa desta pregunta.
[Testimonio de Pedro Lpez]
Pedro lopez die que este testigo veya muchas vezes como los criados del dho Alvar
nuez cabea de vaca al tiempo que venya por la tierra adentro desde sancta catalina
a esta dha cibdad yvan adelante de toda la gente para recoger todo lo que oviese en las
casas para el dho Alvar nuez e para los que vido este testigo una vez e ansy mysmo
de lo que avian vendian a la gente un dia en presenia [fol. 1409 r.] deste dho testigo
llego el factor pedro de orantes e dixo al dho alvar nuez que pusiese rremedio en sus
criados que no hiziesen desaguisado a los yndios por que se venyan a quexar dellos
yvan a sus casas de noche con lumbre a les buscar lo que tenyan e lo quel dho Alvar
nuez le respondio sobrello no se le acuerda a este testigo e que esto sabe desta pregunta.
[Testimonio de Andrs de Montalvo]
Dize otro testigo que andres de montalvo sabe que muchas vezes yvan los criados
del dho Alvar nuez cabea de vaca delante de toda la gente para aver e rrecoger todo
lo que oviese en las casas de los yndios para el dho Alvar nuez porque ansy veya
que quando la gente llegava tenya muchas cosas en sus ranchos e dello vendyan a los
demas e ansy este testigo compro algunas vezes dellos e que oyo dezir publicamente
que los dhos criados del dho Alvar nuez como yvan delante entravan en las casas de
los yndios de noche e de dia a les tomar lo que hallasen sobre lo qual todo el factor
pedro de orantes en presenia deste testigo dixo al dho alvar nuez que no permitiese se hiiese des aguisado ny agravio a los yndios por que no se diese causa a que se
alasen e alborotasen e que el dho Alvar nuez le rrespondio que lo mandava que se
hiziese e rrescatase e que otro nynguno le avia de yr a la mano ni reprehenderle lo que
hiziese por que le castigaria.
[Testimonio de Luis Hernndez]
Dize otro testigo que luis hernandez dize que vido como durante el dho Alvar nuez cabeza de vaca vino de sancta catalina para esta cibdad en todo el camino se adelantavan algunos criados suyos a rrecoger todo lo que pudyesen aver en las casas de
los yndios e algunas vezes como este testigo no podia aver lo que avia menester para
se sustentar como ellos por yr adelante se lo yva a comprar e compro por su rrescate
e que lo demas contenydo en la pregunta que no lo sabe.
314
Apndice E
315
avian sacado el bastimento a que le diesen algunos e porque no querian venir el dho
Alvar nuez con quatro o inco personas se allego a la dha casa de los yndios e mando
entrar la gente dentro para lo hablar e lo que pasaron con los yndios e[n]tones este
testigo no lo sabe porque estaba desviado un poco mas de que vido como los dhos
yndios salieron de la dha su casa alborotados e huyendo e poniendo mano a sus arcos
e frechas e el dho Alvar nuez visto lo suso dho para los atemorizar hizo [fol. 1410 v.]
poner fuego a un arcabuz el qual nunca pudo tomar fuego e luego como vieron que los
yndios estavan levantados se partieron de alli pero este testigo no vio quel dho gonalo de acosta hablase nada porque como dho tiene estava algo desviado.
[Testimonio de otro testigo]
Dize otro testigo que el capitan gonalo de acosta que llegando el dho alvar nuez
a la parte contenyda en la pregunta los yndios de la casa que alli estavan le sacaron a
el [l] e a la demas gente iertos calabaos de vino porque como sus criados siempre
yvan delante avian rrecogido los demas e despues de aver bebido comenaron a caminar delante y en este medio tiempo vino un xpiano corriendo e dixo como los yndios
avian dexado las cargas que trayan del dho Alvar nuez e se avian ydo e luego a salvador e a este testigo para que le fuesen a la dha casa de los dhos yndios a sacar algunos que heran menester para llevar las dhas cargas el qual dho salvador saco quatro o
inco yndios e los otros no querian salir e queriendo sacar los demas por fuera ellos
se alborotaron e aviendo myedo rrompieron su casa e se fueron huyendo a un bosque
e un yndio dellos enarco su arco contra los xpianos a lo qual este testigo hablo que no
oviese myedo que se asegurase e que con esto se vinieron su camino.
[Testimonio de Luis Hernndez]
Dize otro testigo ques luis hernandez que vido este dho testigo como pasado el parana los yndios contenydos en la pregunta sacaron al dho Alvar nuez e a la otra gente
que con el venya pan e vino e otras cosas para proveymiento de los xpianos e despues
de aver partido de alli vinieron a dezir al dho alvar nuez como [fol. 1411 r.] faltavan
unos yndios para unas cargas suyas e luego enbio a gonalo de acosta e a salvador su
criado e lengua al dho pueblo con iertos honbres e tras ellos que el dho salvador entro en casa de los dhos yndios a los sacar para llevar las cargas de lo qual alborotados
se salieron della viendo que les apremiava a que saliesen los dhos yndios para llevar
las cargas e uno dellos hizo de manera para querer arcar un arco contra los xpianos e
luego huyeron todos y el dho gonalo de acosta les empeo a hablar en su lengua A lo
qual no entendio este testigo.
pregunta. Articula el dho fiscal en las doce preguntas que viniendo
el dho alvar nuez cabea de vaca donde la mar su camino23 para esta
cibdad de la Asuncion encontro en el dho camyno veinte leguas poco
mas o menos de la casa de tocanguaa hasta do el factor pedro de
orantes avia descubierto desde la dha isla de sancta catalina a miguel
yndio natural de la dha ysla que yva al comisario con mandados del
governador domingo de Yrala el qual dho yndio dixo al dho cabea
xii
23. Al margen: confiesa el fiscal ser balsas y no canoas como fue articulado.
316
de vaca como toda la tierra estava de paz y heran amigos de los xpianos e se bolvio con el [l] e lo siguio hasta el parana que lo enbio con
las balsas digan lo que saben.
[Testimonio de Pedro de Monroy]
En esta pregunta dize un testigo ques pedro de monrroy que lo de que della sabe es
que vido como aviendo el dho alvar nuez cabea de vaca para esta cibdad de la Asuncion hallaron en el camino al dho miguel contenydo en la pregunta el qual dixo como la
tierra estava de paz con los xpianos e muy paifica e supo como avia hecho el dho miguel [fol. 1411 v.] casa en el piquin por no aver podido pasar a la ysla de sancta catalina
do yva e que sabe quel dho yndio rrevolvio con el dho governador Alvar nuez desde
la parte contenyda en la pregunta a esta dha cibdad de la asuncion e que lo demas contenydo en la pregunta no lo sabe porque no se hallo presente a la platica dello .
[Testimonio de Bernardino de Sandoval]
Dize otro testigo ques bernaldino de sandoval que lo que della sabe es quel dho alvar
nuez cabea de vaca e los que con el yvan de la ysla de sancta catalina para esta dha
cibdad tovo nueva como el dho myguel contenydo estava en la parte e lugar que la pregunta dize e lo enbio a llamar el qual vino luego e dixo como la tierra estava buena e
de paz e se bolvio e seguio al dho Alvar nuez hasta llegar al rrio del parana e de alli le
enbio con las balsas con los xpianos e que en lo que toca si el dho miguel yva con mandado al dho comisario o no que no se acuerda mas de que le parese que lo oyo dezir.
[Testimonio de Diego Barba]
Dize otro testigo ques diego barba que vido como hallaron al dho miguel yndio en
la parte e lugar contenyda en la pregunta el qual dixo como la tierra estava de paz e
los yndios amigos de los xpianos e que los guiaria e trayria por el camino que avia ydo
hasta llegar a esta cibdad porque hera tierra muy poblada y heran todos sus amigos e
ansy vino con el dho alvar nuez e la otra gente hasta allegar al rrio parana e desde alli
fue el las balsas rrio abaxo e despues lo vido en esta dha cibdad.
[Testimonio de otro testigo]
Dize otro testigo quel capitan juan de camargo sabe que el dho alvar nuez e la demas gente que con el venya para esta dha cibdad toparon a myguel yndio que yva desta
dha cibdad a la ysla de sancta [termina el documento y el legajo 1131].
AGI, Justicia, Leg. 1131, fols. 1405v-1411v.
Apndice F
Archivo Historico Nacional 141, Diversos, Colecciones, 24, n.8.24
(Juan muoz de carvajal en que informa de muchos agravios hechos a los naturales
por el governador y oficiales).
Sacra y c. y c. magt.
Lo sucedido despues de la prision de Cabeza de Vaca 1545 [la letra en cursiva es ms
reciente a la que precede]
[fol. 8r.] [C]on el debido acatamiento que debo como a mi rrey y seor natural juan
muoz subdito y basallo de vra magestad natural de la ibdad de plasenia conquistador en esta probinia del rrio de la plata estante en esta ibdad de la asunion deseando sienpre acertar en el serbiio de vra mgt. por esta hare rrelaion berdadera a vra
magt. de las cosas suedidas en esta probinia despues de la prision del governador cabeza de vaca con el qual yo bine desos Reynos de espaa y como siempre me paresio
mal esto de su prision por le conoser por governador y justiia en esta tierra por
probisiones de vra magt y tanbien por ber que no le prendieron los offiiales de vra
magt y al capitan Domingo de yrala por lo que tocaba al serbiio de vra magt sino por
sus pasiones e yntereses como luego paresio por la obra en los malos tratamientos
que luego hizieron en los naturales de la tierra echando sus casas y corredores por la
tierra Robando y destruyendo los yndios tomandoles sus mugeres paridas y preadas
y quitando a las paridas las criaturas de los pechos y tomandoles sus hijas que tenian
para su serbiio y quitandoles sus hamacas en que duermen y todas las otras cosas
neesarias que los miseros tenian para pasar su vida y de aqui susedio que viendo los
conquistadores que ellos destruyan la tierra y la gozaban les dieron a bilanteza a que
se encomenaron a derramar por la tierra Robando y destruyendo como los ofiiales
de vra magt y el capitan domingo dirala hazian con tanta crueldad que el dia que partian del pueblo donde allegaban avia tantos llantos los maridos por sus mugeres y las
mugeres por sus maridos y por las criaturas que dexaban que paresia rromper el ielo
pidiendo a dios misericordia y a vra magt justiia como a quien le es ecomen[da]do el
ofiio pastoral destas miseras obejas y esto a durado desde el dia de la prision del governador cabeza de vaca hasta el dia de la fecha desta que ansi traen manadas destas
mugeres para sus serviios como quien ba a una feria y trae una manada de obejas lo
qual a sido cabsa de poblar los ementerios de las yglesias desta cibdad y aber peresido en la tierra mas de beynte mill animas y aberse despoblado gran parte de la tierra25
pues agora que le binieron las probisiones de gobernador al dho domingo de yrala lo
24. La transcripcin es ma.
25. Esta carta posee un dramatismo extraordinario, aunque la informacin sea una clara apologa a las
acciones del gobernador Alvar Nez. Es el tipo de documento que inspir al padre las Casas a escribir su
Brevsima.
318
qual puso en muy gran confusion ansi en los naturales espaoles que al serviio de vra
magestad deseabamos como los propios naturales de la tierra ber que de nuebo se le encomendaba el cargo de governador de la tierra y serbiio de los naturales della tomando
para si y para quatro yernos que tiene y dando a los quatro offiiales de vra magestad
todo lo mas y mejor de la tierra y lo demas rrepartio entre sus amigos y a paniaguados y entre los que enbiaba a rrobar la tierra como dho tengo y entre estrangeros ansi
franeses como ytalianos como beneianos y ginoveses y de otras naiones fuera de los
rreynos de vra magt por que le an ayudado e favoresido a hazer estas cosas que dho
tengo y aun los otros que del peru binieron que alla ni aca no an hecho ningun serbiio
a vra magt por lo qual de una parte suplico a vra magt como su leal servidor no consienta quedar asi esto aunque sea por nosotros los que hemos estado al serbiio de vra
magt por no desanimar los que de aqui adelante aqui en esta tierra como en otras desea
el serbiio de vra magt esta rrelaion e hecho a vra magt por me pareser hazer lo que
debo al serbiio de dios y de vra magt dexando muchas cosas por la prolixidad y esta
es la berdad de todo y quando otra cosa vra magt hallase mandeme vra magt cortar la
cabea como a hombre que a su Rey y seor no die verdad [8 v.] nro seor jesucristo a
la esarea y catolica magestad de su persona de bida con mayor acreentamiento de rreynos y seorios en su serviio guarde y prospere por muy largos tiempos desta cibdad
de la asunion probinia del rrio de la plata a xv de junio de MDLVI [1556] aos.
omilde basallo de vra magt.
[Firmado] Juan Muoz Carvajal
Apndice G
De Santa Cruz
des26
1527
Vid. Herr.
iv.2.4.
Cabeza de Vaca
espe-
320
los de la nueva espaa hallaron muestras de oro dezian que en la provinia que se dezia
apalachen40 avia mucho oro pero determino el governador visto que aquella parte de
tierra era estrecha de mantenymientos de desaer el pueblo y yr a buscar otra mexor
tierra de poblar y puerto para los navios y fuese por tierra y dexo que los navios se fuesen por la mar en los quales puso por su teniente a uno que llamavan caravallo41 aunque
uvo contradiccion si todos yrian en los navios y no por tierra pues no tenyan aun puerto seguro y asi fueron por la tierra el governador con 300 hombres y 40 hombres de a
cavallo42 a cada uno de los quales se les dio dos libras de bizcocho y media de toino
hallavan por la tierra palmitos como los del andaluzia llegaron a un rio caudaloso que
pasaron con valsas donde vieron indios de los quales prendieron inco y estos los llevaron a sus casas do hallaron mucho maiz y estuvieron alli algun tiempo y procuraron de
ir a buscar la mar por ver si hallarian puerto y asi el governador enbio a cabea de vaca
con 4043 hombres donde descubrieron cierta baia baxa que entra mucho por la tierra
que era baxa y se volvieron diziendo que no avian44 pasar adelante y tornando a envyar
alla a un valenuela con 60 hombres45 y 6 de a cavallo46 hallo que avia [fol. 1 v.] descubierto el ancon y que era todo baxo y que avia visto canoas con indios que pasavan de
una parte a otra con penachos/ partieron de alli en demanda de la provinia que los indios llamavan palachen do hallaron en el camino indios los quales por ser enemigos de
los que yvan a buscar los llevaron consigo i el se fue con ellos para les cuidar47 pasaron
un rio do se les ahogo uno de a cavallo y pasado adelante encontraron muchos indios
de guerra y tomaron tres o quatro los quales les encaminaron a palachen todo este camino que anduvieron era aspero por los muchos montes y arboles caydos por tierra de
raios48 estaban hendidos de arriba a abaxo allegados a palachen hallaron mucho maiz y
mugeres y muchachos que los hombres no estavan en el pueblo pero desque vinieron
los comenzaron a flechar pero sin dao de ningun cristiano se bolvieron avia cueros de
venados y mantas de hilo49 con que las mugeres se cubren algo de sus personas las casas
eran 40 baxas y en lugares abrigados por causa de las tempestades que suele aver en
aquella tierra ay muchos pilagos de agua desde donde se desembarcaron hasta palachen es tierra llana el suelo de arena tierra donde hay nogales laureles cedros salvias
eninas pinos robles palmitos baxos como en castilla lagunas hondas las casas espari-
Apndice G
321
das por el campo a manera de caserios de vizcaia50 ay muchos animales como venados51 conejos liebres osos leones entre los cuales vieron un animal que trae los hijos en
una bolsa que tiene en la barriga hasta que saben buscar de comer y si estan fuera y
acude gente la madre recoxe sus hijos en su52 bolsa y luego huye53 tiene buenos pastos
para ganados y aves como ansares garotas garas perdies halcones neblis gavilanes
esmerejones54 estuvieron en este pueblo 2555 dias con algunas escaramuas con los
indios hizieron algunas entradas por la tierra hallose ser pobre de gente y mala de andar por los montes y lagunas el maior pueblo preguntandoles por la tierra que estava
hazia el sur respondieron que avia 9 jornadas a la mar y que avia un pueblo dicho Ante56 y que tenyan los indios del mucho maiz calabaas y frisoles y que por estar junto
al mar alcanavan pescados y vista la mucha guerra y trabaxo que tenyan en este pueblo con los indios determinaron de irse a la mar a bucar a Ante donde pasaron muchas
refriegas con indios de la tierra y57 en lagunas metidos los flechaban// todos los indios
que vieron hasta aqui son flecheros y gente bien dispuesta muy enxutos de grandes
fueras y ligerea [fol. 2 r.] los arcos que usan son gruesos como el brao de espesor58
o 12 palmos frechan 200 pasos con tan gran tiento que ninguna cosa cosa hierran de
manera que aviendo andado 9 dias de camino desde palachen allegaron a ante donde
50. Esta alusin a los caseros de Vizcaya es interesante e importante. Se sabe que Alvar Nuez estuvo en
Puente la Reina, Navarra, pero no hay ninguna noticia de que alguna vez estuviera en Vizcaya. Es la nica
ocasin en todos los manuscritos y ediciones sobre esta expedicin en la que se hace mencin al presente
lugar, por lo tanto el autor de esta Relacin es otro diferente al autor de Naufragios, o sus compaeros, Castillo Maldonado o Andrs Dorantes. En la edicin de Zamora y Valladolid, en el captulo 7, se dice Hay en
esta provincia muchos maizales, y las casas estn tan esparcidas por el campo, de la manera que estn las de
los Gelves. En el manuscrito de Viena est escrito igualmente Guelbes. Esta claro por lo tanto que por esta
diferencia y la de Vaca de Castro el narrador de esta Relacin no es Cabeza de Vaca. De Gelves a Vizcaya
hay una gran diferencia. Igualmente, el uso de la palabra casero refuerza an ms la clara comparacin con
ese tipo de vivienda tpica del Pas Vasco. Gelves es un pueblo de Sevilla (con quien Alvar Nez estaba mucho ms familiarizado) que hasta el da de hoy est urbanizado de forma longitudinal, a diferencia de otros
pueblos ibricos que estn construdos alrededor de una iglesia o un castillo. Fernndez de Oviedo escribe
que despus de encontrarse con Cabeza de Vaca en Madrid en 1547, le cont nueva informacin sobre la
que ya haban dado en 1537 a la Audiencia de Santo Domingo. Sobre las casas de los Gelves dice: casas
desparidas como en los Xelves (Historia, Lib.35, cap. 7). Es interesante observar como el mismo Fernndez
de Oviedo en el mismo libro unas pginas ms adelante y refirindose a las casas de los indgenas (en lo que
sera hoy Charlestown, en Carolina del Sur) escribe lo siguiente: Las poblaciones no las vieron estos espaoles que fueron con el lieniado Aylln, sino algunas casas o buhos a manera de caseros, lejos unos de
otros (Lib. 36, cap. 3).
51. No aparecen los venados en el manuscrito de Viena ni en las ediciones de Zamora y Valladolid.
52. En CDI, la.
53. Se estn refierendo a la pansacola o panzacola que aparece en varios documentos de la poca, que
posteriormente dio nombre a la ciudad de Pensacola en los Estados Unidos. El nombre moderno de este mamifero marsupial es el de zarigeya.
54. En el manuscrito de Viena y en las ediciones de Zamora y Valladolid incluye tambin dorales.
55. En Muoz 29, en CDI, veinticinco. En el original claramente 25.
56. En Muoz. Aute, en CDI, Ante. En el manuscrito de Viena Avte En las ediciones de Zamora y
Valladolid Aute. Es muy fcil confundir la grafa n con u en esta poca, creo que este es el caso.
57. En Muoz, si en lagunas.
58. Palabra de difcil lectura, de yerro en Muoz, de ocho en CDI. En Viena, Zamora y Valladolid, se
menciona que hubo hombres este da que juraron que haban visto dos robles cada uno dellos tan gruesos
como por la pierna por baxo [abaxo en el mss. de Viena], passados de parte a parte de las flechas de los indios. Parece como si fueran dos versiones diferentes de una misma exageracin.
322
ivan quando allegaron a ante donde ivan quando allegaron la gente era yda y quemaron
las casas antes que se fuesen hallaron mucho maiz calabaas frisoles de aqui fueron a
descubrir la mar59 y en el camyno hallaron un rrio que pusieron por nombre de la madalena y allegados hallaron unos ancones grandes baxos que entravan mucho por tierra
de manera que la costa de la mar estava lexos de alli visto esto algunos se quisieron
amotinar de la gente de cavallo y dexar la de pie pero sabido se apaiguo60 aqui procuro
de hazer herramientas y aparejos de fragua para hezer vergantines los quales se acabaron en 2561 dias y se calafatearon con las estopas de los palmitos y se breo con cierta tea
que se tomo de unos pinos y de la rropa de los palmitos y colas y crines de los cavallos
se hiieron cuerdas y jarcias y de sus camisas hizieron velas y en toda la tierra hallaron
piedras para lastre desollaron las piernas de los cavallos enteras y curtieron los cueros
dellas para hazer botas a esta baya se puso nombre de la .+. [cruz] hasta aqui anduvieron 280 leguas poco mas o menos murieronse en esta tierra sin los que los indios mataron mas de 40 hombres de enfermedad acavaronse de comer los cavallos enbarcados en
las 4 barcas en cada una 40 hombres62 y asi se metieron en la mar sin llevar ninguno que
supiese ni tuviese notiia del arte de marear aquella vaya do partieron tiene por nombre
la baya de los cavallos andando 7 dias por aquellos ancones entrados en el agua hasta
la cinta al cavo llegaron a una ysla do vieron venir 5 canoas de indios los quales las desmanpararon63 i hallaron unas casas en la dha isla muchas lisas y huevos dellas pasaron
por un estrecho que la isla haze con la tierra que pusieron nombre de s. miguel adobaron y engrandeieron los bergantines con las canoas de los indios y fueron camino del
rrio de palmas encontraron siempre muchos ancones y bayas que entravan mucho por
la tierra adentro todas baxas y peligrosas y ansi anduvieron 30 dias donde hallaron algunos pescados y gente pobre64 miserables padeieron gran neesidad de sed porque
estuvieron 6 dias65 sin osar salir a la mar y al cabo visto que bebian66 agua salada y que
muchos morian dello se determinaron a salir y vieron una punta que la tierra hazia donde tuvieron un poco de abrigo para la tormenta que padeian y vieron muchos indios
gente bien dispuesta no traian flechas ni arcos los quales huyeron dellos ellos les67 fueron siguiendo hasta sus casas do hallaron mucha agua y mucho pescado guisado y el
seor se ofreio al governador y lo llevo a su casa las casas destos eran de esteras pa59. [D]e ay fueron a descubrir la mar en Muoz.
60. [P]aciguo en Muoz.
61. En el mss. de Viena, y en las ediciones de Zamora y Valladolid, el tiempo que se tard en construir las
barcas fue superior a 25 das: comenzndolas a cuatro das de agosto, a veinte das del mes de septiembre eran
acabadas cinco barcas.
62. En el mss. de Viena, y en las ediciones de Zamora y Valladolid, el nmero de barcas es de 5 y el nmero
de hombres en cada una de ellas es superior a 40: y este da nos embarcamos por esta orden: que en la barca
del gobernador iban cuarenta y nueve hombres; en otra que dio al contador y comisario iban otros tantos; la
tercera dio al capitn Alonso del Castillo, y Andrs Dorantes, con cuarenta y ocho hombres, otra dio a dos
capitanes, que se llamaban Tllez y Pealosa, con cuarenta y siete hombres. La otra dio al veedor y a m con
cuarenta y nueve hombres.
63. En CDI, desampararon.
64. En Muoz, gente solar i miserables, en CDI, gente pobre y miserable.
65. [N]os detubo alli tres das en el mss. de Viena y en las ediciones de Zamora y Valladolid.
66. En Muoz, benia.
67. En Muoz, los.
Apndice G
323
reian estantes estando seguros dieron sobrellos y acometieron la casa donde el governador estava y lo hirieron de una piedra en el rrostro y prendieron al caique aunque
por estar los suyos tan erca lo dexaron y les dexo en las manos una manta de marta
zebellina que eran las mexores del mundo porque tenian un olor que pareia anbar el
governador se metio herido en las barcas68 y los que quedaron en tierra para rresistir
los indios todos fueron heridos de las flechas que los indios les tiravan hasta que les
dexaron y los cristianos les rompieron mas de 30 canoas tornaronse a embarcar y anduvieron tres dias y siguieron por un estero do vieron una canoa a la qual pidieron les
diese agua y dixeron que se la darian dandoles en que la truxesen y se le dieron y se
fueron dos cristianos con ellos y dexaron dos indios en rehenes la canoa torno a bolver
sin agua ni sin cristianos de lo qual quedaron muy confusos otro dia tornaron a ver
muchas canoas de indios cubiertos de mantas de martas y les pidieron los indios que
avian quedado por rrehenes y no se los queriendo dar les tiraron muchas piedras con
hondas y varas y hechos a la mar descubrieron un rrio grande pero no entraron en el
sino en una baia que hazia muchas isletas y desde la mar tomaron agua dule porque
el rrio entrava en la mar de avenida queriendo entrar por el rrio era la corriente tal que
nos torno a la mar do se hallaron en .30. brazas sin poder tomar fondo y asi caminaron
viendo por la costa muchos humeros y una noche se apartaron69 los unos de los otros
luego a la maana casi se vieron unos a otros y el governador tuvo por su parte por
allegar a tierra y salvar su vida sin salvar la vida sin procurar deesperar los otros y asi
hizo cada uno en esta tormenta se perdio la barca de tellez y pealosa y la de vaca de
castro70 fue con harto trabaxo toda una noche hasta que las grandes olas echaron la
barca fuera de tierra do71 la gente que casi yva muerta se rremedio con hazer lumbres
y tostar maiz para comer en la tierra do saltaron era isla do hallaron indios de gran
altura que les truxeron mucho pescado y unas rraizes como nuees que ellos comen la
maior parte dellas se sacan con trabaxo debaxo del agua des que se vieron con bastimentos procuraron echar la barca en la mar y tornar a navegar y con las grandes olas
de la mar les trastorno la barca y los72 tomo debaxo do se ahogo el veedor y otros dos
68. Esta informacin es muy importante para nosotros. Alvar Nez criticar durisimamente el comportamiento de su superior por querer ayudarles a remolcar su barca (Cap. 10, edicin de Valladolid), sin embargo,
si tenemos en cuenta que al pobre Narvez le haban literalmente partido la cara, no estara como para remolcar ni ayudar sino para decir un slvese quien pueda como parece ser que hizo. Cul sera el estado del
gobernador que no se pudo meter en la barca por s mismo: En el mss. de Viena escrito en tercera persona, se
nos dice: Los que all se hallaron, byendo al Gouernador herido, lo metieron en la barca... En las ediciones
de Zamora y Valladolid, Cabeza de Vaca se incluye entre los que le metieron en la barca: Los que all se hallaron, viendo al gobernador herido, lo metimos en la barca. Una vez ms, se observan diferencias notables
con el autor del manuscrito de Sevilla que parece ajeno a los hechos ocurridos.
69. Perdieron, tachado en el original.
70. Importantsimo lapsus o error por parte del copista del manuscrito de Sevilla que confunde el nombre
del protagonista con el del gobernador del Per (1539-1543) enviado en 1539 a sustituir al fallecido Pizarro.
La fecha tambin es importante ya que si la edicin de Zamora fue publicada en 1542 es difcil saber a ciencia
cierta si el manuscrito es anterior o posterior a la primera edicin. Sabemos que el juez Juan de Villalobos
se querell igualmente contra Vaca de Castro y tambin sabemos que Vaca de Castro y Cabeza de Vaca se
encontraban en el Sur de Amrica por las mismas fechas. El autor del manuscrito deba ser una persona muy
allegada al Consejo de Indias y al tanto de lo que estaba ocurriendo en ese momento. Este acto fallido no
es en absoluto gratuito.
71. En Muoz, de.
72. En Muoz, les.
324
y a los otros las olas los echo [fol. 3r.] en la tierra las grandes olas medio ahogados los
que escaparon quedaron desnudos y perdido todo lo que llevavan do hizieron lumbres
con los tizones que antes ally avian dexado todos muy tristes de se ver tales los indios
que antes trayan de comer vinieron otro dia y de vellos de tal manera despantados se
volvieron atras pero salidos a ellos y contandole el desastre aconteido y viendo los tres
cristianos73 muertos ovieron tanta lastima que comenzaron a llorar a muy grandes bozes por mas de media hora74 los quales visto el poco rremedio que tenian rrogaron a los
indios les llevasen a sus casas los quales dixeron que les plaian75 y los llevaron poniendo fuegos76 a trechos en el camyno para que se calentasen y llevaronlos muy de corrida
porque como era en la maior furia del invierno no se elasen con la poca rropa allegados
a sus casas les metieron en una que les tenian hecha con muchas lumbres aunque algunos [que han estado en la Nueva Espaa]77 no quisieron yr con ellos por temor de que
pensavan que los avian de sacrificar a sus idolos estando asi vinieron en seguimiento
dellos otro capitan dicho Dorantes y otro [dicho castillo]78 con toda la gente de su barca
los quales avian dado al traves legua y media de ally sin perderseles nada y todos juntos
procuraron de adovar la barca la qual estava tan mala que metiendola en el agua se desfizo visto esto y como era invierno y hazia mucho frio determinaron de invernar alli y
enbyar quatro hombres a panuco79 pensando que estaban erca del para hazer saber la
neesidad con que quedavan en la isla llevaron un indio de la isla que se llamava avian80
y como hazia mucho frio comenzaron a morir la gente porque .5.81 cristianos que avia
en Xancho82 en la costa llegaron a tal estrecho que se comieron unos a otros hasta quedar uno que no obo quien lo comiese de lo qual los indios se escandaliaron mucho a
tanto que de .80. hombres no quedaron sino .15. a los indios dio una enfermedad de
dolor de estomago que murio la mitad de la gente dellos a tanto que pensavan que eran
los cristianos la causa dello y los quisieron matar pero visto que tambien avian de ellos
muerto gran cantidad sin podello remediar vieron que no eran la causa y que era mejor
conservallos a esta isla se puso nombre malfado83 gente bien dispuesta tienen por armas
arcos y flechas los hombres tienen una teta huradada de una parte a otra [fol. 3 v.] y
algunos las dos por do meten una caa atravesada de dos palmos y medio de largo tan
73. En Muoz, los tres cristianos, en CDI, estos cristianos.
74. Al igual que en las otras ediciones, este conmovedor recurso dramtico dur el mismo tiempo.
75. En Muoz, placia.
76. En CDI, fuego.
77. Al margen en el original.
78. Al margen en el original.
79. Esta determinacin es la ms lgica. Por esta razn todava queda mucho por especular sobre la decisin
de Alvar Nez y los suyos de dejar apartada esta iniciativa y dirigirse hacia el interior.
80. En Muoz y en CDI, Avia. Este nombre propio no vuelve a aparecer en ningn manuscrito ni edicin.
En referencia a una variante de este nombre, Anian, se ha dicho que fue dado al estrecho, supuestamente descuvierto por Gaspar Cortereal que conectaba los dos ocanos. Tambin es mencionado por marco Polo como
una provincia de China. En japons significa hermano (Barrow 45).
81. En Muoz 9.
82. En Muoz, Xambo.
83. En Muoz y en la edicin de Barrera. Malfondo. Segn Trinidad Barrera el nombre fue cambiado con
posterioridad a Malhado (Barrera 9, n.28). Sin embargo, no veo ningn rastro de cambio o enmienda en el
documento original. Yo leo Malfado.
Apndice G
325
gruesa como dos dedos traen huradado el labio de abaxo y metido en el una caa delgada como medio dedo la abitaion que hazen en la isla es desde otubre hasta en fin
de febrero tienen pesces84 para este tiempo y las rraizes dichas despues deste tiempo
van a otras partes a buscar de que mantenerse aman mucho a sus hijos y hazenles gran
tratamiento quando acaee morirse algun nio lloranlo sus padres y parientes85 y todo
el pueblo por todo un ao cumplido y el llorar es a la maana y a medio dia a los viejos no lloran ni hazen caso dellos que dizen que van bien logrados y comian el mantenimiento a los nios entierran los muertos salbo a los fisicos que los queman y
mientras se queman todos hazen gran fiesta pasado un ao quando se hazen las onrras todos se sajan en ellas y a los parientes dan a bever los polvos embueltos en el
agua cada uno tiene muger conoida los fisicos tienen libertad de tomar dos y tres ay
otra costumbre que quando algun hijo o hermano muere en la casa do muere no buscan de comer antes se dejan morir de hambre y los parientes y vezinos les proveen ay
muchos mosquitos sus casas son de esteras sobre muchas cascaras de ostiones y sobrellos duermen en cueros y aqui estuvieron fasta86 en fin de abril y fueronse a la costa de la mar a do comieron moras de aras todo el mes en el aqui les hizieron medicos
para que los curasen que era soplando al que estava malo diziendoles una avemaria y
un pater noster87 y santiguandolos y asi dezian todos que aquello les sanava usan dar
cauterios de fuego sajarse88 de que rreiben gran benefiio y por este rrespeto los cristianos eran en mucho tenydos y les davan bien de comer los indios que tenyan a89
dorantes que eran de otra lengua y estaban en una isla que tenya .5. leguas de largo y
media de ancho toda esta gente anda desnuda, las mugeres traen algo cubierto con
una lana que se cria en los arboles parten lo que tienen entre si muy bien no tienen
seor todos los que son de un linaje andan juntos los que se visitan que no sean visto
mucho tiempo tienen por costumbre en viendose de estar media ora llorando90 y acabado esto el que es visitado se levanta [4 r.] primero y da al otro lo que posee y el otro
lo rreibe y de ay a un poco se va con ello tienen otras estraas costumbres los indios
de dorantes que estavan en la isla y cabea de vaca en la tierra firme los de dorantes
procuraron de verse con los de cabea de vaca y asi se fueron por luengo de costa de
la tierra firme sin verse con cabea de vaca que estava mal dispuesto el qual se determino de ir a los montes y entrarse por tierra adentro y hazer de mercader y traer tratos
con los indios lo principal de su trato es pedaos de caracoles de la mar coraones dellos y conchas con que cortan una fruta ques como frisoles con que se curan y hazen
sus bailes y fiestas y esta es la cosa de maior preio que entrellos ay el cobro y trueco
que por esto hazia la tierra dentro eran cueros almagro con que se untan y tien las
caras y cabellos pedernales para puntas de flechas engrudo caas duras y desta mane84. En Muoz. peces.
85. En CDI, llorando.
86. En Muoz, asta, en CDI, hasta. Son varias las ocasiones en que se utiliza la forma arcaica f en vez
de h, como en Malfado en vez de Malhado.
87. En Naufragios, un padrenuestro.
88. Sajarse, omitido en CDI.
89. En CDI, en.
90. Este recurso dramtico Alvar Nez lo utiliza en otro episodio en Naufragios. Sin duda es de un gran
efecto.
326
ra tenya libertad para yr do quisiese sin ser esclavo91 ni obligado a cosa ninguna y desta
manera era querido por todos y le daban bien de comer tuvole esto casi seis92 aos andava desnudo como ellos al cabo de los quales tomo consigo un cristiano que dorantes93
avia quedado malo en una ysla do estava quando paso a tierra firme y entrambos con
algunos indios de la tierra se fueron por la costa hasta llegar a un ancon que tenya una
legua de traves y es por todas partes que les paresio ser el que llaman del espiritu santo do vieron unos indios que les dixeron que de la otra parte avia tres hombres como
ellos y les dixeron los nombres dellos y preguntandoles por los demas los demas les
respondieron que todos eran muertos de frio y de hambre...[Aqu termina el
documento]94
Sevilla. A.G.I. Patronato, 20, n. 25, ramo 3, fols. 1r.-4v.
91. Es muy importante esta mencin, ya que nos confirma que no era esclavo, esto es, que tena libertad de
irse cuando quisiese.
92. Es aqu donde aparecen las preguntas y las sospechas. Son muchos aos y no sabemos a ciencia cierta
porqu no hubo ms intentos de viajar hacia el sur. Al final del documento se nos cuenta por boca de unos
indios annimos que todos eran muertos de fro y de hambre. Difcil de creer.
93. En CDI, queen Dorantes.
94. En Muoz, hay una nota al final de su copia (fol 14 r.) que dice: La relacion de letra al parecer del cosmografo Santa Cruz.
Apndice H
Carta original del famoso cosmgrafo Alonso de Santa Cruz al emperador Carlos V sobre un viaje cartogrfico las Indias. Ao 1541. Real Academia de la Historia,
Coleccin San Romn, Caja 8, Nm. 29.95
Como naciese en sino que me dedico al servicio de Vra Magt y en ello me hallase
dichoso siempre procure y trabaxe e dedique mi servicio imitase al incomparable merecimiento de vuestra Magestad que es infinito y como Vuestra Magestad se le ofreciese esta feliz jornada y de la vuelta no oviese nueba alguna e yo truxese al cabo las
cartas de cosmografia en que entendia considerando lo mucho que devia al servicio
de Vuestra Magestad e imaginando en que para mejor servir me podria [ilegible] en
un mesmo tiempo escribirme don Antonio de Mendoza lo mucho que a Vuestra Magestad podria servir en aquellas partes y asi mesmo me hablaron algunos del consejo
sobre cosas muy relevantes y necesarias que de mi ida se podrian seguir en aquellas
partes al servicio de Vuestra Magestad atento todo lo cual determine escribir a Vuestra
Magestad para que escogiese y como persona totalmente dedicada a su servicio me
mandase emplear en lo que mas pudiese servir sin despreciar trabajo ni peligro de mi
persona y en lugar de esta elecion vi un cap. [captulo] en la carta que Vuestra Magestad mando escribir al comendador mayor de Leon que da indicio que a causa de la
indisposicion de Vuestra Magestad se hizo Relacion Sumaria de mi carta pues solo se
trata en el capitulo que Vuestra Magestad me da licencia para ir a las Indias con condicion que deje acabadas las cosas que tengo comenzadas y que las deje a persona que
sea habil para que sepa darselas a entender a Vuestra Magestad cuando aca venga y
si Vuestra Magestad leyera mi carta conocera por ella que la licencia que demandaba
solo era por pensar que en aquellas partes podia yo mucho servir a Vuestra Magestad
en hacer su cosmografia y traer los lugares rios y puertos figurados por sus derrotas y
alturas y otros muchos avisos de las dichas tierras pero ya que conozco por por la condicion que Vuestra Magestad me pone en el poco deseo que tiene de que yo me ocupe
en otra cosa mas de lo que Vuestra Magestad me dejo mandado mi determinacion Seor no sera otra mas de cumplir lo que Vuestra Magestad me manda porque yo nunca
quise ni quiero sino gastar mi vida en servicio de Vuestra Magestad en presencia o en
ausencia como Vuestra Magestad lo mandare e yo entendiere que lo puedo hacer y
no solo estare en esta corte ocupandome en lo que Vuestra Magestad me ha mandado
mas aun esperare a ver lo que Vuestra Magestad mas mandare y prosiguire mis libros
los cuales segun la mucha ciencia que llevan y cosas que por ellos se declaran habra
bien que acabar y no menos las cartas de cosmografia todo lo cual declarare a Vuestra
Magestad que no podre yo hallar persona aunque sea docto en estas facultades que
tambien entienda mis trabajos como yo soy el autor dellos y allende desto no ponga
duda estar Vuestra Magestad satisfecho de la santidad con que he dado a entender a
95. La transcripcin es ma.
328
Vuestra Magestad lo mucho que destas ciencias sabe y asi tenga Vuestra Magestad por
cierto que pues ya conozco querer Vuestra Magestad proseguir lo que a tan buen principio a dado y lo que es servido que yo haga/ en ninguna cosa me compare aunque sea
de grande interese sino en aquello que especialmente Vustra Magestad mandare porque
ninguna otra cosa tengo por tan principal como emplearme en el servicio de Vuestra
Magestad y saber conocer en que sera de mi mas servido y asi suplico a Vuestra Magestad porque yo no me engae en elegir lo que es mas de su servicio me mande siempre
avisar en que me debo ocupar/ Ahi envio a Vuestra Magestad la carta para el Rey de
Romanos ella va con todo lo que Vuestra Mmagestad envio a pedir en ella y con algunos otros pormenores como Vuestra Magestad vera en ella/ Nuestro Seor la S.C.C.
persona de Vuestra Magestad guarde y acreciente por muchos mas reinos y seorios
como sus criados deseamos desta corte de Vuestra Magestad a 29 de agosto.
S:C:C:M:
Humilde criado de Vuestra Magestad que sus leales pies y manos besa. Alonso de
Santa Cruz.
Apndice I
Lucas Vzquez de Aylln. Explorador de la Florida, descubrimientos al norte entre los 35 37 grados en 1526 (Retraso en la salida de su armada).
[Fol. 326 r.] En la cibdad de Santo Domingo desta ysla epaola lunes inco dias del
mes de marzo del naimiento de nro salvador jhesuxpo de myll e quinientos e veynte e seys dias ante los seores lieniados marcelo de Villalobos e xpotoval lebron e
oydores de la abdiencia e chancelleria real de sus magts que en estas partes resyde y
en presencia de my pedro ledesma escrivano de sus magts e de la dha abdiencia real
pareio el lienciado lucas Vasquez deayllon oydor de la dha abdiencia real e presento ante los dhos seores oydores un escripto de pedimiento con ciertas preguntas en
el ynsertas e encorporadas en tenor del qual es este que se sigue
Muy poderoso seor
El lieniado lucas Vasquez deayllon oydor desta real abdiencia a dicho que por ynformar a la real persona de Vra magt. de como yo tengo adereado e proveydo todo
lo neesario para prosegir el descubrimiento de la tierra nueva e por la poblaion della
conforme a lo que por vra magt me a sydo mandado y questa la dha armada detenyda
solamente por esperar la flota despaa que a muchos dias que tarda por estar por su
real mandado detenyda por que en la dha flota me traen el artilleria e armas e otras
cosas que para la dha armada son menester suplico a Vra Magt mande a sus oydores
reiban la ynformaion dello e a los testigos que preguntare los mande preguntar y
examinar por las preguntas syguyentes
primeramente sy saben estos testigos que tengo en esta ysla quatro navios los tres
dellos en el puerto desta cibdad y el uno en el puerto de plata donde plaziendo a dios
nro seor a de partir el armada para la dha tierra nueva
Yten si saben estos testigos que tengo compradas tres myll cargas de pan caabi y
mas de myll hanegas de maiz para mantenymiento de la gente de la dha armada asy
para el viaje como para comer en la tierra despues de llegados alla en tanto que alla
descobrieren mantenimientos e asymesmo muchas reses vacunas de carnaje.96
[Fol. 326 v.] Yten sy saben estos testigos que desde que vinieron las caravelas del
dho descubrimiento de la dicha tierra que fue por el mes de agosto del ao pasado
tengo en mi casa y en esta cibdad y en la villa de puerto de plata mucha gente asy la
que vino en la dha armada como de la que ha venydo de espaa por yr en my compaya y otros que yvan a la nueva espaa y al golfo dho [hibueras?] e tierra firme
que an tenydo por bien de esperar para yr en la dha armada y que los he mantenido y
mantengo dandoles de comer a la contina asy en mi casa como raion en sus posadas
y reteniendoles lo mejor que yo he podido
96. Tasajo [carne seca], sealadamente cuando lo llevan las embarcaciones. RAE
330
Yten sy saben que a mas de ao y medio que enbie en espaa dineros para que me
truxesen artilleria y armas de todas suertes y otras cosas neesarias para forneimiento de la dha armada e que de alla me an escrito francisco vargas my sobrino que tiene
cargo de lo proveer que todo ello estava conprado y adereado e que encargava en un
navio que asy mismo alla me conpro el dho francisco vargas y que venya por el mes de
octubre pasado en la flota que en sevylla otra vez estava
Yten sy saben que por no aver venido y otra vez detenydo la dha flota yo he recebido
e recibo mucho dao y se me [ha] recreido e recree mucho gasto e costa con la dilaion porque fuera partido y por esperar la dha flota me a sydo y es forado detenerme
y esperar hasta que plaziendo a nro seor venga
Yten sy preguntado el dho lieniado lucas vasquez deayllon dixo que pedia e pidio
lo en el contenido
Y luego los dhos seores oydores dixeron que estavan e presente los testigos de que
en la dha razon se entiende a provechar e que se reibiran e que se hara lo que sea justiia
E luego el dho lieniado lucas Vasquez deayllon pidio que conforme a la recebion
y examen de los dhos testigos a my el dho escrivano porque los testigos son personas
ocupadas no podrian venir a la dha abdienia a jurar
[Folio 327 r.] E luego los dhos seores oydores dixeron que cometian e cometieron
a my el dho escrivano la recebion de los juramentos e dhos de los dhos testigos e me
dieron lienia e facultad para los poder tomar e reebir
Respondido a lo susodho martes seys dias del mes de maro del dho ao el dho
lieniado lucas Vasquez deayllon presento por testigos en la dha razon a Juan de Valdes e a Juan de orita e a bartolome bezerra e a graviel [sic] ifuentes e a pero diaz de
Cavallos e a Martin de la plaa de los quales e de cada uno dellos y del dicho escrivano por virtud de la lienia a my dada tome e reibi juramento en forma devida de [?]
por dios e por santa maria e por los santos evangelios e por la seal de la cruz en que
pusyeron sus manos derechas que bien e fielmente diran la verdad de lo que supiesen
e les fuere preguntado en este caso que son presentados por testigos e lo que los dhos
testigos dixeron e depusyeron syendo preguntados cada uno por sy secreta e apartadamente es lo syguiente
El dho Juan de Valdes testigo presentado en la dha razon aviendo jurado en forma de
derecho dixo lo syguiente
A la primera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo a
visto y conoe los dhos navios e los tres dellos estan al presente en el puerto de la ibdad y una caravela que era yda a Jamayca por pan es ya venida y esta en el puerto de
plata e que asy es publico e notorio
A la segunda pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
a visto por las cuentas del dho lieniado cosas que sobre ello le an escripto que tiene
la dha cantidad de pan en la ysla de la mora y en San german y en esta ysla en higuey
y en puerto de plata otras partes hasta las dhas tres myll cargas de caabi poco mas o
menos con lo que traxo de jamayca cuatro ientas o quinientas hanegas de mayz y que
la hazienda del dho lieniado que tiene en puerto de plata e cogieron mas de seisientas o seteientas hanegas
[Folio 327 v.] las que tiene para el dho viaje e que esto es publico e notorio e que asy
mesmo sabe que se llevaron a la dha villa de puerto de plata mucha cantidad de novillos
Apndice I
331
para hacer carnaje para el basteimiento de la dha armada y es publico e notorio que a
de llevar mucho bastimento en mas cantidad delo que dho ha de pan y carne de vaca
y puercos e ovejas e otras cosas
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque a visto e ve
que desde que vinieron las dhas caravelas quel dho lieniado enbio al dho decubrimiento que fue por el tienpo en la dha pregunta contenydo a tenydo e tiene a toda la
gente que en ellas vino en su casa y estania y haziendas dandoles de comer y a otros
raion en sus posadas e que asy mismo tiene otras muchas posadas e que asy mismo
tiene otras muchas personas de la misma manera que an querido e quieren y en la dha
armada que an querido y quieren yr en la dha armada que an venido de espaa e otras
partes e que an avido por bien esperar aqui para se yr con el dho lieniado en la dha
armada a los quales a visto e ve que les das e les a dado de comer e bever lo que an
menester a costa del dho lieniado e que asy es publico e notorio
[A] la quarta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
escrivio las cartas quel dho lieniado enbio al dho franisco de vargas quando le enbio los dineros para comprar lo contenydo en la pregunta e vido asy mysmo la carta
del dho franisco de vargas en que por ella le enbiava a dezir que tenya conprada una
caravela e la artilleria e armas e otras cosas con las que vendria a esta ysla para noviembre antes de la navidad que paso
[A] la quarta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene por lo que dho
tiene en las preguntas antes desta e que sy la dha flota fuera venyda por navidad el
dho lieniado dezia que se queria partir por el mes de enero e que a cabo de no aver
venido no era partido e que la tardana se le recree tanto e mucha costa por lo que
dicho tiene e que porque asy es publico e notorio e que esta es la verdad su cargo del
juramento que hizo e firmolo Juan de Valdes
[Fol. 328 r.] El dho Juan de orita testigo presentado en la dha razon aviendo jurado
dixo lo syguiente
[A] la primera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque a visto e
conoe los dhos navios e que los tres estan en esta cibdad en el puerto della y el uno
en el puerto de plata
[A] la segunda pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo a visto enbiar ropa e otras cosas a otras partes fuera desta ysla para aver caabi a
trueque dellas e que sabe y es notorio y asy lo a visto este testigo por las cartas que al
dho lieniado ayllon an escripto que tiene conpradas las dhas tres myll cargas de pan
poco mas o menos e que sabe que tiene las dhas myll hanegas de mayz en puerto de
plata las treszientas inquenta hanegas que le traxeron de Jamaica y las otras que a cogido de la dha villa en las haziendas e que a sy mismo tiene hecho y se esta haziendo
en la dha villa de puerto de plata mucho carnaje de novillos para la dha armada e que
es publico e notorio
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
asy lo a visto y vee y es publico e notorio como en la pregunta se contiene
[A] la quarta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
vido enviar los dineros para lo contenydo en la dha pregunta e vido las cartas que al
dho lieniado le an escripto diziendo que esta conprada e cargada una caravela de
las cosas contenydas en la dha pregunta e que venia en la flota contenyda en la dha
pregunta
332
[A] la quinta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque a visto y
vee y es notorio que sy no fuera por esperar la dha caravela que ha de venir ya el dho
lieniado ayllon fuera partido en la dha su armada e que por la esperar por que en ella
le traen todo lo que ha menester de armas e artilleria e otras cosas no era partido y que
cree e tiene por ierto que en viniendo la flota que se espera de espaa
[Fol. 328 v.] [L]uego se yra y que en se detener se le a recrecido e recrece mucha costa
y gasto con los dhos navios y gente y con otros eesivos gastos que con todo ello tiene
e que esta es la verdad con cargo del juramento que hizo e firmolo Juan de orita
El dho bartolome bezerra testigo presentado en la dha razon aviendo jurado dixo lo
syguiente
[A] la primera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque a visto e
conoe los dhos navios los tres dellos estan en el rio desta cibdad y el uno en el puerto
de plata e que asy es publico e notorio
[A] la segunda pregunta dixo que sabe quel dho lieniado tiene las dichas tres myll
cargas de pan caabi conpradas en la ysla de san juan y en la mona y en puerto de plata
y en otras partes e que este testigo a visto las cartas dello e como enbiava a comprar el
dho lieneiado e que asy mysmo sabe que tiene mas de las dhas myll hanegas de mayz
porque de Jamayca truxo la dha caravela que esta en puerto de plata erca de quatro
ientas y de seis haziendas en la dha villa tiene mas de [seteientas]97 e que tiene hecha
e se haze en la dha villa mucho carnaje de novillos para la dha armada e que asy es publico e notorio y este testigo lo a visto
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene por que este testigo
lo a visto y vee y es asy mas publico e notorio a la quarta pregunta dixo que la sabe
como en ella se contiene porque este testigo vido como el dho lieniado ayllon enbio
los dineros para lo contenydo en esta pregunta e despues aca a visto las cartas quel dho
franisco de vargas le a escrito diziendo que lo tiene todo conprado y adereado en una
caravela que a de venir en la primera flota de espaa e asy es publico e notorio.
[A] la quarta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
vido como el dho lieniado Ayllon enbio los dineros para lo contenydo en esta pregunta e despues aca visto las cartas quel dho franisco de vargas le a escrito diziendo que lo
tiene todo conprado y adereado en una caravela que a de venir en la primera flota que
de espaa se espera e asy es publico e notorio
A la quinta pregunta dixo que la sabe y es muy notorio e publico como en ella se contiene e asy lo a visto este testigo e que esta es la verdad e firmolo bartolome bezerra
[Fol. 329 r.] El dho pero diaz de cavallos testigo presentado en la dha razon dixo lo
siguiente
[A] la primera pregunta dixo que asy es verdad como en ella se contiene porque este
testigo conoe e a visto a los dhos navios
[A] la segunda pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene que tiene las dhas
tres myll cargas de pan caabi y mas en la mona y en san german y en higuey y en puerto de plata e conoe las personas de quien se an conprado e sabe como estan conpradas
e que asy mysmo sabe que tiene las dhas myll hanegas de mayz y mas las quatro ientas que le traxeron de jamayca e las seteientas que se cojieron de sus haziendas e que
97. Roto en el original, por el testimonio de los otros deponentes seran setecientas.
Apndice I
333
se haze en la dha villa de puerto plata mucho carnaje de novillos para la dha armada e
que todo es muy publico e notorio
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene y este testigo lo a
visto y vee y asy es muy publico e notorio
[A] la quarta pregunta dixo que este testigo vido enbiar los [roto en el original] [con]
prar todo lo contenydo en esta pregunta al dho franisco de vargas que a visto las
cartas que a escrito en que dize que tiene conprada una caravela e todo lo demas de
armas y artilleria e otras cosas e que venyan con la flota que al presente se espera e
que asy es publico e notorio
[A] la quinta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque a cabo de
no venir la dha flota la dha armada esta detenyda de que se le recree muy gran costa
e gasto al dho lieniado e que sy oviera venido que ya el dicho lieniado fuera partido con la dicha su armada e que esta es la verdad en cargo del juramento que hizo e
firmolo pero diaz de cavallos
[E]l dho martyn de la plaa testigo presentado aviendo jurado dixo lo siguiente
[A] la primera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo a visto e conoe los tres de los dhos navios que estan en el puerto desta iudad
al presente e quel otro es publico e notorio que esta en el puerto [Fol. 329 v.] de plata
que agora vino de Jamayca
[A] la segunda pregunta dixo que este testigo a oydo dezir al dho lieniado y publicamente como tiene el dho lieniado las tres myll cargas de pan caabi en la ysla de
san juan y en la ysla de la mona y en esta ysla en la villa de higuey y puerto de plata
e que asy mysmo a oydo dezir publicamente como traxo la dha caravela que vino de
Jamayca quatro ientas hanegas de mayz poco mas o menos e que se an traydo de
las haziendas del dho lieniado otras seteientas hanegas de mayz e que se haze en
la dha villa de puerto de plata mucho carnaje para la dicha armada e que esto es muy
publico e notorio
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque asy lo a
visto y vee y es publico e notorio
[A] la quarta pregunta dixo que lo contenydo en esta pregunta a oydo dezir publicamente a muchas personas cuyos nombres no recuerda
[A] la quinta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene por [roto en el original] a causa de venyr la dha caravela se le recree mucho [gasto] al dho lieniado
porque ya se oviera partido y por el esperar lo que en ella viene se detiene e que de
este caso no sabe otra cosa y que esto es verdad para el juramento que hizo e firmolo
martin de la plaa
El dho graviel [sic] de ifuentes testigo presentado en la dha razon aviendo jurado
dixo lo syguiente
[A] la primera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque conoe
e tiene notiia de los dhos navios e los a visto e que estan los tres dellos en el puerto
desta cibdad e una caravela en la villa de puerto plata
[A] la segunda pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque es muy
publico e notorio quel dho lieniado tiene conpradas las dhas tres myll cargas de pan
e mas en la ysla de la mona y en san german y en puerto de plata e que de Jamayca le
truxeron quinientas cargas e quatroientas hanegas de mayz e que de sus haziendas
en la dha villa [Fol. 330 r.] a cogido esta de mona mas de seteientas hanegas de mayz
334
e que a visto que se haze mucho carnaje de novillos para la dha armada en la dha villa
de puerto plata e que asy es publico e notorio
[A] la terera pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
lo a visto y vee y es publico e notorio en esta cibdad como en la pregunta lo dize
[A] la quarta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque este testigo
vido enbiar los dineros para ello en las naos de franisco Vara e lope sanchez e a visto
las cartas quel dho franisco de vargas a escripto en que dize que tiene conprada una
caravela e cargada de las cosas en la pregunta contenydas e de otras muchas que venya
en la flota que al presente se espera
[A] la quinta pregunta dixo que la sabe como en ella se contiene porque asy es publico
e notorio y este testigo asy lo a visto y vee e questa es la verdad para el juramento que
hizo e firmolo de su nombre [Graviel] de ifuentes
Otrosy tomados e reebidos los dhos testigos los dhos seores oydores mandaron
a mi el dho escrivano que de al dho lieniado lucas vasquez de ayllon un traslado
abtorizado o dos o mas e los que menester oviere errados e sellados en manera que
hagan fee para que los pueda presentar ante la persona Real de su magt o en consejo
o con donde mas a su [serviio] convenga e yo el dho escrivano por mandado de los
dhos seores oydores di esta dha pronvana en la manera que dicho es firmada e signada de my el dho escrivano que es fecha de los dhos dias mes e ao susodho E yo el
dicho pedro de ledesma escrivano susodho que a todo lo que dicho es presente fue e
por ende fize
[Fol. 330 v.] Firmada Pedro de Ledesma escrivano de su magt
Fize aqui este signo ques a tal [a modo de escudo de armas] en testimonio de verdad
(AGI, Patronato 172, n. 25, fols. 326r-330 v.).98
98. La transcripcin de este documento es ma. Existe otra transcripcin con puntuacin y ortografa no tan
literal en CDI, vol. 35, 547-562.
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