Resumen Caso Yakye Axa
Resumen Caso Yakye Axa
Resumen Caso Yakye Axa
Paraguay
Obligacin de respetar los derechos, Deber de adoptar
disposiciones de derecho interno, Derecho a la vida,
Garantas judiciales, Propiedad privada, Proteccin
judicial, Obligacin de reparar
Hechos de la demanda: supuesta violacin de los artculos 4o. (Derecho
a la Vida); 8o. (Garantas Judiciales); 21 (Derecho a la Propiedad Privada) y 25 (Proteccin Judicial) de la Convencin Americana, en relacin
con las obligaciones establecidas en los artculos 1.1 (Obligacin de Respetar los Derechos) y 2o. (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho
Interno) de la misma, en perjuicio de la Comunidad indgena Yakye Axa
del Pueblo Enxet-Lengua y sus miembros. La Comisin aleg que el
Estado no ha garantizado el derecho de propiedad ancestral de la Comunidad indgena Yakye Axa y sus miembros, ya que desde 1993 se encontrara en tramitacin la solicitud de reivindicacin territorial de la citada
Comunidad, sin que se haya resuelto satisfactoriamente. De acuerdo con
lo manifestado por la Comisin en su demanda, lo anterior ha significado
la imposibilidad de la Comunidad y sus miembros de acceder a la propiedad y posesin de su territorio y ha implicado mantenerla en un estado
de vulnerabilidad alimenticia, mdica y sanitaria, que amenaza en forma
continua la supervivencia de los miembros de la Comunidad y la integridad de la misma.
Fecha de interposicin de la denuncia ante la comisin: 10 de enero
de 2000
Fecha de interposicin de la demanda ante la Corte: 17 de marzo de
2003
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A) Fondo
Prueba (consideraciones generales, principio del contradictorio,
recepcin y valoracin)
28. Antes de examinar las pruebas ofrecidas, la Corte realizar, a la luz
de lo establecido en los artculos 44 y 45 del Reglamento, algunas consideraciones desarrolladas en la jurisprudencia del Tribunal y aplicables
a este caso.
29. En materia probatoria rige el principio del contradictorio, que respeta el derecho de defensa de las partes. El artculo 44 del Reglamento
contempla este principio, en lo que atae a la oportunidad en que debe
ofrecerse la prueba para que haya igualdad entre las partes.1
30. Segn la prctica del Tribunal, al inicio de cada etapa procesal las
partes deben sealar qu pruebas ofrecern en la primera oportunidad
que se les concede para pronunciarse por escrito. Adems, en ejercicio
de las potestades discrecionales contempladas en el artculo 45 de su Reglamento, la Corte o su Presidente podrn solicitar a las partes elementos
probatorios adicionales como prueba para mejor resolver, sin que ello se
traduzca en una nueva oportunidad para ampliar o complementar los alegatos, salvo que el Tribunal lo permita expresamente.2
31. La Corte ha sealado, en cuanto a la recepcin y valoracin de la
prueba, que los procedimientos que se siguen ante ella no estn sujetos
a las mismas formalidades que las actuaciones judiciales internas, y que
la incorporacin de determinados elementos al acervo probatorio debe
ser efectuada prestando particular atencin a las circunstancias del caso
concreto y teniendo presentes los lmites que impone el respeto a la seguridad jurdica y al equilibrio procesal de las partes. Adems, la Corte
ha tenido en cuenta que la jurisprudencia internacional, al considerar que
los tribunales internacionales tienen la potestad de apreciar y valorar las
1 Cfr.
Caso Caesar, Sentencia del 11 de marzo de 2005, Serie C, No. 123, prr. 41;
Caso de las Hermanas Serrano Cruz, Sentencia del 1 de marzo de 2005, Serie C, No. 120,
prr. 31, y Caso Lori Berenson Meja, Sentencia del 25 de noviembre de 2004, Serie C,
No. 119, prr. 62.
2 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 32; Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 63; y Caso Molina Theissen. Reparaciones (art. 63.1 Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Sentencia del 3 de julio de 2004, Serie C,
No. 108, prr. 22.
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Caso Caesar, supra nota 1, prr. 42; Caso Hermanas Serrano Cruz, supra nota
1, prr. 33, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 64.
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Prueba testimonial
39. El 4 y 5 de marzo de 2005 la Corte recibi en audiencia pblica las
declaraciones de los testigos y peritos propuestos por la Comisin Interamericana y por los representantes (supra prr. 21). []
Valoracin de la prueba
Valoracin de la prueba documental (prueba de hecho
superviniente, documentos de prensa)
40. En este caso, como en otros,4 el Tribunal admite el valor probatorio de aquellos documentos presentados por las partes en su oportunidad
procesal, o como prueba para mejor resolver de conformidad con el artculo 45.2 de su Reglamento, que no fueron controvertidos ni objetados,
ni cuya autenticidad fue puesta en duda.
41. Por otra parte, la Corte admite, de conformidad con el artculo 44
del Reglamento, la prueba presentada por los representantes en relacin
con los hechos supervinientes a la presentacin de la demanda (supra
prr. 24).5
42. De igual forma, el Tribunal considera til los documentos presentados por los representantes junto con sus alegatos finales escritos, en relacin con las costas y gastos (supra prr. 24), los cuales sern valorados
teniendo en cuenta las observaciones del Estado (supra prr. 26).
43. En relacin con los testimonios y los peritajes escritos rendidos
ante fedatario pblico (affidvits) por los testigos y peritos propuestos por
la Comisin y los representantes y por el Estado (supra prrs. 38.a, 38.b,
38.c, 38.d, 38.e, 38.f, 38.g y 38.h), conforme a lo dispuesto por el Presidente mediante Resolucin del 31 de enero de 2005, la Corte los admite
en cuanto concuerdan con el objeto que fue definido en la referida Resolucin y los valora en el conjunto del acervo probatorio, aplicando las reglas
de la sana crtica y tomando en cuenta las observaciones presentadas por
4 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 46; Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 1, prr. 37, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 77.
5 Cfr. Caso De la Cruz Flores, Sentencia del 18 de noviembre de 2004, Serie C, No.
115, prr. 58; Caso Myrna Mack Chang, Sentencia del 25 de noviembre de 2003, Serie C,
No. 101, prr. 128; y Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre de 2003, Serie C, No.
100, prr. 57.
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las partes (supra prr. 22). En este sentido, la declaracin del seor Albino
Fernndez, por tratarse de una de las presuntas vctimas y tener un inters directo en este caso, no puede ser valorada aisladamente, sino dentro
del conjunto de las pruebas del proceso. Como ya ha sealado esta Corte,
en materia tanto de fondo como de reparaciones, las declaraciones de las
presuntas vctimas, as como las de sus familiares, son tiles en la medida
en que pueden proporcionar mayor informacin sobre las alegadas violaciones que pudieren haber sido perpetradas y sus consecuencias.6
44. La Corte considera tiles para la Resolucin del presente caso los
documentos presentados por el Estado durante la audiencia pblica del
presente caso (supra prr. 21), as como la documentacin presentada por
el perito Bartomeu Meli i Lliteres (supra prr. 21), mxime cuando no
fueron controvertidos ni objetados, ni su autenticidad o veracidad fueron
puestas en duda, por lo cual este Tribunal los agrega al acervo probatorio,
de conformidad con el artculo 45.1 del Reglamento.
45. El Estado objet la declaracin unilateral del [seor] Esteban
Lpez, rendida ante Escribano Pblico, respecto a certificar el fallecimiento de las personas en cuyo nombre reclama indemnizaciones, la
cual fue remitida por los representantes como parte de la prueba para mejor resolver (supra prr. 26). Este Tribunal considera til dicha declaracin y la valora en el conjunto del acervo probatorio, aplicando las reglas
de la sana crtica y tomando en cuenta las observaciones presentadas por
el Estado. Por lo tanto, se agrega al acervo probatorio, conforme al artculo 45.1 del Reglamento.
46. Finalmente, en cuanto a los documentos de prensa presentados por
las partes, este Tribunal ha considerado que an cuando no tienen el carcter de prueba documental propiamente dicha, podran ser apreciados
cuando recojan hechos pblicos y notorios, declaraciones de funcionarios
del Estado o corroboren aspectos relacionados con el presente caso.7
Valoracin de la prueba testimonial y pericial
47. En relacin con las declaraciones rendidas por los testigos propuestos por la Comisin, los representantes y el Estado en el presente
6 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 47; Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 1, prr. 40; y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 78.
7 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 43; Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 80, y Caso De la Cruz Flores, supra nota 9, prr. 70.
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caso (supra prr. 39.a, 39.b, 39.c, 39.d, 39.e, 39.f y 39.g), la Corte los
admite en cuanto concuerden con el objeto del interrogatorio establecido
por el Presidente mediante Resolucin del 31 de enero de 2005 (supra
prr. 14) y les da valor probatorio.
48. En este sentido, este Tribunal estima que el testimonio de los seores Esteban Lpez, Toms Galeano e Inocencia Gmez (supra prr. 39.a,
39.b y 39.c), por tratarse de presuntas vctimas y tener un inters directo
en este caso, no puede ser valorado aisladamente, sino dentro del conjunto de las pruebas del proceso. Por las razones ya sealadas por el Tribunal
(supra prr. 43), estos testimonios resultan tiles en el presente caso.8
49. Por lo expuesto, la Corte apreciar el valor probatorio de los documentos, declaraciones y peritajes presentados por escrito o rendidos ante
ella. Las pruebas presentadas durante el proceso han sido integradas a un
solo acervo, que se considera como un todo.9
Consideraciones previas (igualdad ante la Ley
de Comunidades Indgenas)
Debido a que el presente caso trata sobre los derechos de los miembros de una comunidad indgena, la Corte considera oportuno recordar
que, de conformidad con los artculos 24 (Igualdad ante la Ley) y 1.1
(Obligacin de Respetar los Derechos) de la Convencin Americana, los
Estados deben garantizar, en condiciones de igualdad, el pleno ejercicio
y goce de los derechos de estas personas que estn sujetas a su jurisdiccin. Sin embargo, hay que resaltar que para garantizar efectivamente
estos derechos, al interpretar y aplicar su normativa interna, los Estados
deben tomar en consideracin las caractersticas propias que diferencian
a los miembros de los pueblos indgenas de la poblacin en general y que
conforman su identidad cultural. El mismo razonamiento debe aplicar la
Corte, como en efecto lo har en el presente caso, para valorar el alcance
y el contenido de los artculos de la Convencin Americana, cuya violacin la Comisin y los representantes imputan al Estado.
8 Cfr.
Caso Caesar, supra nota 1, prr. 47, Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 1, prr. 45, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 78.
9 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 46; Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 87, y Caso Carpio Nicolle y otros, Sentencia del 22 de
noviembre. 2004, Serie C, No. 117, prr. 75.
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62. Los recursos efectivos que los Estados deben ofrecer conforme
al artculo 25 de la Convencin Americana, deben ser sustanciados de
conformidad con las reglas del debido proceso legal (artculo 8o. de la
Convencin), todo ello dentro de la obligacin general a cargo de los
mismos Estados de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos
reconocidos por la Convencin a toda persona que se encuentre bajo su
jurisdiccin.11 En este sentido, la Corte ha considerado que el debido
proceso legal debe respetarse en el procedimiento administrativo y en
cualquier otro procedimiento cuya decisin pueda afectar los derechos
de las personas.12
63. En lo que respecta a pueblos indgenas, es indispensable que los
Estados otorguen una proteccin efectiva que tome en cuenta sus particularidades propias, sus caractersticas econmicas y sociales, as como
10 Cfr.
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su situacin de especial vulnerabilidad, su derecho consuetudinario, valores, usos y costumbres (supra prr. 51).
64. En el presente caso, el anlisis de los artculos 8o. y 25 de la Convencin debe hacerse desde dos perspectivas: a) debe analizarse si existe
o no un procedimiento efectivo para responder a las reclamaciones territoriales de los pueblos indgenas que rena las caractersticas ya sealadas; y b) debe establecerse si el procedimiento penal instaurado en contra de los miembros de la Comunidad, seguido ante el Juez de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de la Circunscripcin
Judicial de Concepcin, respet las garantas consagradas en el artculo
8.2 de la Convencin Americana.
a) Existencia de un procedimiento efectivo para la reivindicacin
de tierras indgenas (existencia del recurso, plazo razonable)
65. Al analizar el proceso administrativo de reivindicacin de tierras
indgenas en el presente caso, la Corte examinar, en primer trmino, la
existencia formal de un recurso que permita solicitar la reivindicacin
de tierras indgenas. En segundo trmino, compete a la Corte analizar la
efectividad del mencionado recurso, lo que implica examinar, inter alia,
el respeto al principio del plazo razonable. Para ello, la Corte recuerda
que para determinar la razonabilidad del plazo en el que se desarrolla un
proceso es preciso tomar en cuenta tres elementos: a) complejidad del
asunto, b) actividad procesal del interesado y c) conducta de las autoridades judiciales.13
66. En razn de lo anterior, el Tribunal analizar las distintas fases del
procedimiento administrativo en el presente caso, a saber: i) el proceso
de reconocimiento de los lderes de la Comunidad Yakye Axa; ii) el proceso de reconocimiento de personera jurdica a la mencionada Comunidad; y iii) la efectividad del citado proceso de reivindicacin de tierras.
i. Proceso de reconocimiento de lderes
67. En lo referente al reconocimiento de lderes, el artculo 12 de la
Ley No. 904/81 dispone que
13 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 67; Caso Tibi, Sentencia del 7 de septiembre de 2004, Serie C, No. 114, prr. 175, y Caso Ricardo Canese,
Sentencia del 31 de agosto de 2004, Serie C, No. 111, prr. 141.
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[l]os lderes ejercern la representacin legal de su comunidad. La nominacin de los lderes ser comunicada al Instituto [Paraguayo del Indgena], el que la reconocer en el plazo de treinta das a contar desde la fecha
en que tuvo lugar dicha comunicacin y la inscribir en el Registro Nacional de Comunidades Indgenas.
192
Yakye Axa de regresar a su territorio tradicional y solicit la legalizacin de un mnimo de 15.000 hectreas. Por otro lado, el Estado sostiene que las gestiones que deben considerarse como vlidas para acceder
a la propiedad comunitaria de la tierra son aquellas posteriores al 10 de
diciembre de 2001, fecha en la cual la Comunidad Yakye Axa recibi el
reconocimiento de su personera jurdica.
79. El artculo 62 de la Constitucin Poltica del Paraguay establece
que
[e]sta Constitucin reconoce la existencia de los pueblos indgenas, definidos como grupos de cultura anteriores a la formacin y organizacin del
Estado paraguayo.
80. Por su parte, las normas pertinentes de la Ley No. 904/81 sealan
que:
Artculo 7o.- El Estado reconoce la existencia legal de las comunidades
indgenas, y les otorgar personera jurdica conforme a las disposiciones
de esta ley.
Artculo 8o.- Se reconocer la personera jurdica de las comunidades
indgenas preexistentes a la promulgacin de esta ley y a las constituidas
por familias indgenas que se reagrupan en comunidades para acogerse a
los beneficios acordados por ella.
81. Ahora bien, de los citados artculos surge que la obtencin de personera jurdica es indispensable para la transferencia de la tierra, mas no
para la iniciacin del trmite de reivindicacin.
82. La Corte considera que el otorgamiento de personera jurdica sirve para hacer operativos los derechos ya existentes de las comunidades
indgenas, que los vienen ejerciendo histricamente y no a partir de su
nacimiento como personas jurdicas. Sus sistemas de organizacin poltica, social, econmica, cultural y religiosa, y los derechos que ello apareja, como la designacin de sus propios lderes y el derecho a reclamar sus
tierras tradicionales, son reconocidos no a la persona jurdica que debe
inscribirse para cumplir con un formalismo legal, sino a la comunidad en
s misma que la propia Constitucin paraguaya reconoce como preexistente al Estado.
83. La comunidad indgena, para la legislacin paraguaya, ha dejado
de ser una realidad fctica para pasar a convertirse en sujeto pleno de de-
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Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 69; Caso Ricardo
Canese, supra nota 17, prr. 142, y Caso 19 Comerciantes, supra nota 177, prr. 191.
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sirvan a este fin han de ser efectivas (principio del effet utile), lo que significa que el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias para que
lo establecido en la Convencin sea realmente cumplido.
102. De conformidad con el artculo 2o. de la Convencin debern instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurdico nacional para procesar las reivindicaciones de tierras de los pueblos indgenas
interesados. Los Estados debern establecer dichos procedimientos a fin
de resolver los reclamos de modo que estos pueblos tengan una posibilidad real de devolucin de sus tierras. Para ello, la obligacin general de
garanta establecida en el artculo 1.1 de dicho tratado impone a los Estados el deber de asegurar que los trmites de esos procedimientos sean
accesibles y simples y que los rganos a su cargo cuenten con las condiciones tcnicas y materiales necesarias para dar oportuna respuesta a las
solicitudes que se les hagan en el marco de dichos procedimientos.
103. En el presente caso, el Paraguay no ha adoptado las medidas adecuadas de derecho interno necesarias para asegurar un procedimiento
efectivo que d una solucin definitiva a la reclamacin planteada por
los miembros de la Comunidad Yakye Axa, en los trminos del prrafo
anterior.
104. Por todo lo anteriormente expuesto, la Corte considera que el
procedimiento legal de reivindicacin de tierras instaurado por los miembros de la Comunidad Yakye Axa desconoci el principio del plazo razonable y se mostr abiertamente inefectivo, todo ello en violacin de los
artculos 8o. y 25 de la Convencin Americana, en concordancia con
los artculos 1.1 y 2o. de la misma.
105. En cuanto al recurso de amparo y a las acciones de no innovar y
anotacin en la litis, la Corte considera que son procesos accesorios, que
dependen del proceso administrativo de reivindicacin de tierras, que ya
fue calificado por la Corte como inefectivo. Por lo que no hay necesidad
de entrar en ms detalles.
b) Procedimiento penal instaurado en contra de los miembros
de la Comunidad
108. Al referirse a las garantas judiciales o procesales consagradas
en el artculo 8o. de la Convencin, esta Corte ha manifestado que en el
proceso se deben observar todas las formalidades que sirv[a]n para pro-
198
18 Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 1, prr. 132; Caso Herrera Ulloa, supra nota
19, prr. 147, y Caso Maritza Urrutia, Sentencia del 27 de noviembre de 2003, Serie C,
No. 103, prr. 118.
19 Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 1, prr. 132; Caso Herrera Ulloa, supra nota
19, prr. 147, y Caso Maritza Urrutia, supra nota 22, prr. 118.
20 Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 1, prr. 133; Caso Herrera Ulloa, supra nota
19, prr. 146, y Caso Myrna Mack Chang, supra nota 9, prr. 200.
21 Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 1, prr. 133; Caso Juan Humberto Snchez,
Sentencia del 7 de junio de 2003, Serie C, No. 99, prr. 120, y Caso Bmaca Velsquez,
Sentencia del 25 de noviembre de 2000, Serie C, No. 70, prr. 189.
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200
solicitar la intervencin en el proceso penal y solicit se expidan fotocopias de lo actuado hasta esa fecha. El 11 de septiembre del mismo ao el
Juez declar no ha lugar la solicitud de intervencin. El 15 de septiembre de 2000 el abogado de la Comunidad interpuso un recurso de apelacin contra la providencia que deneg su participacin, recurso que fue
rechazado por el Juez el 18 de septiembre de 2000 (supra prr. 50.86).
116. Durante el referido proceso penal se llevaron a cabo varias diligencias probatorias, entre ellas, declaraciones de testigos, levantamientos de datos de los miembros de la Comunidad, inspecciones en el lugar
de los hechos (supra prrs. 50.80, 50.82 y 50.83). De igual forma, se
otorgaron medidas provisionales a favor de la parte actora, consistentes
en la prohibicin de ingreso de los miembros de la Comunidad al territorio de la Estancia Loma Verde (supra prr. 50.85); se decomisaron
varios cajones de apicultura pertenecientes a la Comunidad (supra prr.
50.84), y se orden el levantamiento de las viviendas de la Comunidad
(supra prr. 50.87). Todas estas gestiones se llevaron a cabo sin que
los miembros de la Comunidad Yakye Axa fueran odos y participaran
a travs de un abogado de su eleccin. Asimismo, los miembros de la
Comunidad no pudieron presentar pruebas de descargo ni interrogar a
los testigos propuestos por la contraparte. Esta indefensin de los miembros de la Comunidad se prolong hasta el 14 de septiembre de 2001,
cuando el Juez acept la participacin del INDI como representante de
la Comunidad Yakye Axa (supra prr. 50.88). De acuerdo con el expediente obrante en el presente caso, la causa penal no prosigui ms all
del sumario.
117. La Corte considera, como lo ha hecho anteriormente,22 que la
falta de un abogado defensor constituye una violacin a las garantas judiciales establecidas en el artculo 8o. de la Convencin Americana. De
igual forma, la Corte Interamericana ha sealado que el inculpado tiene
derecho, con el objeto de ejercer su defensa,23 a examinar a los testigos
que declaran en su contra y a su favor, as como el de hacer comparecer
a personas que puedan arrojar luz sobre los hechos.24
22 Cfr.
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Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 14, prr. 148.
Caso de los Hermanos Gomez Paquiyauri, Sentencia del 8 de julio de 2004,
Serie C, No 110, parr. 165; Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota
14, prr. 146; Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros), supra nota 20,
prr. 193, y El Derecho a la Informacin sobre la Asistencia Consular en el Marco de las
Garantas del Debido Proceso Legal, Opinin Consultiva OC-16/97 de 14 de noviembre
de 1997, Serie A, No. 16, prr. 114.
27 Cfr. Eur. Court H.R., Tyrer v. The United Kingdom, 5856/72, judgment of 25 April
1978. Series A, No. A26, prr. 31.
26 Cfr.
202
129. Debe tenerse en cuenta, adems, que en virtud del artculo 29.b)
de la Convencin ninguna disposicin de sta puede ser interpretada en
el sentido de limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad
que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los
28 Cfr.
Caso Tibi, supra nota 17, prr. 144; Caso de los Hermanos Gomez Paquiyauri,
supra nota 30, parr. 164; Caso de los Nios de la Calle (Villagran Morales y otros),
supra nota 20, parrs. 192 y 193; y El Derecho a la Informacin sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantas del Debido Proceso Legal, supra nota 30, prr. 113.
29 Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinin Consultiva OC-18/03 de 17 de Septiembre de 2003, Serie A, No. 18, prr. 120, y cfr. El
Derecho a la Informacin sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantas del
Debido Proceso Legal, supra nota 30, prr. 115.
203
Estados partes o de acuerdo con otra convencin en que sea parte uno de
dichos Estados.
130. El Convenio No. 169 de la OIT contiene diversas disposiciones
que guardan relacin con el derecho a la propiedad comunal de las comunidades indgenas que se examina en este caso, disposiciones que pueden
ilustrar sobre el contenido y alcance del artculo 21 de la Convencin
Americana. El Estado ratific e incorpor el referido Convenio No. 169
a su derecho interno mediante la Ley No. 234/93.
131. Haciendo uso de los criterios sealados, este Tribunal ha resaltado que la estrecha relacin que los indgenas mantienen con la tierra
debe de ser reconocida y comprendida como la base fundamental de su
cultura, vida espiritual, integridad, supervivencia econmica y su preservacin y transmisin a las generaciones futuras.30
135. La cultura de los miembros de las comunidades indgenas corresponde a una forma de vida particular de ser, ver y actuar en el mundo,
constituido a partir de su estrecha relacin con sus territorios tradicionales y los recursos que all se encuentran, no slo por ser estos su principal medio de subsistencia, sino adems porque constituyen un elemento
integrante de su cosmovisin, religiosidad y, por ende, de su identidad
cultural.
136. Lo anterior guarda relacin con lo expresado en el artculo 13 del
Convenio No. 169 de la OIT, en el sentido de que los Estados debern
respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relacin con las tierras o territorios, o con ambos, segn los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra
manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relacin.
137. En consecuencia, la estrecha vinculacin de los pueblos indgenas sobre sus territorios tradicionales y los recursos naturales ligados a
su cultura que ah se encuentren, as como los elementos incorporales que
se desprendan de ellos, deben ser salvaguardados por el artculo 21 de la
Convencin Americana. Al respecto, en otras oportunidades, este Tribunal ha considerado que el trmino bienes utilizado en dicho artculo 21,
contempla aquellas cosas materiales apropiables, as como todo derecho
que pueda formar parte del patrimonio de una persona; dicho concepto
comprende todos los muebles e inmuebles, los elementos corporales e
30 Cfr. Caso Masacre Plan de Snchez. Reparaciones (art. 63.1 Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Sentencia del 19 de noviembre 2004, Serie C, No. 116,
prr. 85, y Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 14, prr. 149.
204
205
139. Por su parte, el artculo 3o. de la Ley No. 43/89 seala que el
asentamiento de las comunidades indgenas comprende un rea fsica
conformada por el ncleo de casas, recursos naturales, cultivos, plantaciones y su entorno, ligados en lo posible a su tradicin cultural [].
140. Ahora, en el presente caso no se discute la existencia del derecho
de los miembros de las comunidades indgenas, especficamente de la
Comunidad Yakye Axa, a sus territorios, en el entendido de lo que la tierra significa para sus miembros, ni se discute el hecho que la caza, pesca
y recoleccin sea un elemento esencial de su cultura. Hay un consenso
entre las partes respecto de la normativa interna que consagra los derechos territoriales de los miembros de las comunidades indgenas. Lo que
est en discusin es la realizacin efectiva de estos derechos.
141. Como ya fue sealado, Paraguay reconoce el derecho a la propiedad comunitaria de los pueblos indgenas, pero, en el presente caso, la
Corte debe determinar si lo ha hecho efectivo en la realidad y la prctica.
Est probado (supra prr. 50.24) que los miembros de la Comunidad iniciaron desde 1993 los trmites establecidos en la legislacin interna para
la reivindicacin de los territorios que reclaman como propios, sin que
hasta la fecha sus derechos territoriales hayan sido materializados. En
efecto, el Estado en su contestacin a la demanda reconoc[i] que por
circunstancias de hecho y de derecho no ha podido satisfacer este derecho hasta la fecha.
142. El Estado aleg que el derecho a la propiedad de los miembros de
la Comunidad no ha podido efectivizarse porque los representantes de la
misma han mantenido una actitud intransigente en la obtencin de 18.000
[hectreas] de la Estancia Loma Verde y porque el Congreso ha considerado la productividad o la utilizacin econmica de la tierra como criterio
para negar la expropiacin de los territorios reivindicados, hacindose imposible que el Estado confisque tierras en desconocimiento del derecho a
la propiedad privada de sus actuales dueos.
206
(mutatis mutandi) Caso Ricardo Canese, supra nota 17, prr. 96; Caso Herrera
Ulloa, supra nota 19, parr. 127, y Caso Ivcher Bronstein, supra nota 14, parr. 155.
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208
152. En el presente caso, no se ha llegado a un acuerdo entre los miembros de la Comunidad y el Estado respecto de los ofrecimientos de tierras
alternativas que este ltimo ha realizado. El testigo Esteban Lpez, en la
audiencia pblica llevada ante este Tribunal, sostuvo qu
[l]astimosamente para el Gobierno yo creo que no han trabajado en forma
en donde corresponde, en forma legal, digamos as, el Gobierno de Paraguay puede hacer lo que quiera, no consultar a los pueblos indgenas, podemos hacer la aclaracin, porque si la Cmara de Diputados tena inters
de solucionar el problema, por qu no se llega a la Comunidad, se rene
con la gente, queremos preguntar esta oferta, tenemos un lugar, [] buscamos una solucin, usted podr estar de acuerdo, o no estar de acuerdo,
pero nosotros recibimos la notificacin sin consulta, as rpidamente se
quiso hacer y despus viendo a los propietarios con papel en su mano, toda
la noche anda por mi casa, [] hay que saber, hay que entender, entonces,
eso es una violacin, [] si hubiese sido la voluntad del Estado de buscar
una salida, bueno, nos reunimos otras veces, llegamos a un acuerdo, firmamos todos, no hay problema, no se puede hacer jugar un indgena [...].
Nosotros conocemos las leyes, para la buena salida se tiene que consultar a los pueblos indgenas, los Estados, si se llega a un acuerdo con la
Comunidad yo creo que se solucionara el problema, pero depende ya de
los grupos, de los miembros de la Comunidad, pero el acercamiento al Estado tiene que ser, no s, cada semana, porque como estoy diciendo, estoy
expresando nuestra lucha ya propusimos que es una lucha sagrada, hemos
pasado momentos difciles y la lucha no se puede vender no ms en un da
ni en ocho das, y hay que dialogar, llevara mucho tiempo.
153. Debe recordarse que, con fundamento al artculo 1.1 de la Convencin, el Estado est obligado a respetar los derechos reconocidos en la
Convencin y a organizar el poder pblico para garantizar a las personas
bajo su jurisdiccin el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos. 33
154. La garanta del derecho a la propiedad comunitaria de los pueblos
indgenas debe tomar en cuenta que la tierra est estrechamente relacionada con sus tradiciones y expresiones orales, sus costumbres y lenguas,
sus artes y rituales, sus conocimientos y usos relacionados con la naturaleza, sus artes culinarias, el derecho consuetudinario, su vestimenta, filo33 Cfr. Caso Juan Humberto Snchez, supra nota 25, prr. 142; Caso Ivcher Bronstein, supra nota 14, prr. 168, y Caso del Tribunal Constitucional, Sentencia del 31 de
enero de 2001, Serie C, No. 71, prr. 109.
209
sofa y valores. En funcin de su entorno, su integracin con la naturaleza y su historia, los miembros de las comunidades indgenas transmiten
de generacin en generacin este patrimonio cultural inmaterial, que es
recreado constantemente por los miembros de las comunidades y grupos
indgenas.
155. Si bien el Paraguay reconoce el derecho a la propiedad comunitaria en su propio ordenamiento, no ha adoptado las medidas adecuadas
de derecho interno necesarias para garantizar el uso y goce efectivo por
parte de los miembros de la Comunidad Yakye Axa de sus tierras tradicionales y con ello ha amenazado el libre desarrollo y transmisin de su
cultura y prcticas tradicionales, en los trminos sealados en el prrafo
anterior.
156. Por todo lo expuesto, la Corte concluye que el Estado viol el
artculo 21 de la Convencin Americana, en perjuicio de los miembros
de la Comunidad Yakye Axa, en relacin con los artculos 1.1 y 2o. de
la misma.
Violacin del Derecho a la vida (artculo 4.1) en relacin
con la Obligacin de respetar los derechos (artculo 1.1)
(condiciones de vida mnimas compatibles con la dignidad
de la persona humana, condiciones de salud, especial
situacin de nios y ancianos)
161. Este Tribunal ha sostenido que el derecho a la vida es fundamental en la Convencin Americana, por cuanto de su salvaguarda depende la
realizacin de los dems derechos.34 Al no respetarse el derecho a la vida,
todos los dems derechos desaparecen, puesto que se extingue su titular.35 En razn de este carcter fundamental, no son admisibles enfoques
restrictivos al derecho a la vida. En esencia, este derecho comprende no
slo el derecho de todo ser humano de no ser privado de la vida arbitra34 Cfr.
210
211
212
213
Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 38, prr. 160; Caso de
los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 30, prrs. 124, 163-164, y 171; Caso Bula-
214
215
216
180. Tal como lo ha sealado la Corte, el artculo 63.1 de la Convencin Americana refleja una norma consuetudinaria que constituye uno de
los principios fundamentales del Derecho Internacional contemporneo
sobre la responsabilidad de los Estados. De esta manera, al producirse un
hecho ilcito imputable a un Estado, surge de inmediato la responsabilidad internacional de ste por la violacin de la norma internacional de
que se trata, con el consecuente deber de reparacin y de hacer cesar las
consecuencias de la violacin.44
181. La reparacin del dao ocasionado por la infraccin de una obligacin internacional requiere, siempre que sea posible, la plena restitucin (restitutio in integrum), la cual consiste en el restablecimiento de
la situacin anterior a la violacin. De no ser esto posible, cabe al tribunal internacional determinar una serie de medidas para que, adems de
garantizar el respeto de los derechos conculcados, se reparen las consecuencias que produjeron las infracciones y se establezca el pago de
una indemnizacin como compensacin por los daos ocasionados.45 La
obligacin de reparar, que se regula en todos los aspectos (alcance, naturaleza, modalidades y determinacin de los beneficiarios) por el Derecho
Internacional, no puede ser modificada o incumplida por el Estado obligado, invocando disposiciones de su derecho interno.46
182. Las reparaciones, como el trmino lo indica, consisten en las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza y su monto dependen del dao ocasionado en los planos tanto material como inmaterial. Las reparaciones no pueden implicar
ni enriquecimiento ni empobrecimiento para la vctima o sus sucesores.47
183. De conformidad con los elementos probatorios recogidos durante
el proceso y a la luz de los anteriores criterios, la Corte procede a analizar las pretensiones presentadas por la Comisin y por los representantes
y las consideraciones del Estado respecto de las reparaciones, con el objeto de determinar, en primer lugar, quines son los beneficiarios de las
44 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 121; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
87, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 134.
45 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 122; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
88, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 135.
46 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 122; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
88, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 135.
47 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 123; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
89, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 136.
217
Caso Masacre Plan de Snchez. Reparaciones, supra nota 34, prr. 86.
Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr. 93; Caso de las Hermanas Serrano
Cruz, supra nota 1, prr. 150, y Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota
38, prr. 283.
49 Cfr.
218
demnizacin por dichos gastos, pues tienen un nexo causal directo con
los hechos violatorios de este caso y no se trata de erogaciones realizadas
por motivo del acceso a la justicia.50 (infra prr. 232).
195. Al respecto, la Corte toma nota de que algunos de dichos gastos
fueron asumidos por la organizacin Tierraviva, representante de las vctimas, y que se trata de gastos generados como consecuencia de las violaciones declaradas en esta Sentencia. En consecuencia, la Corte fija, en
equidad, la cantidad de US$ 45.000,00 (cuarenta y cinco mil dlares de
los Estados Unidos de Amrica) o su equivalente en moneda paraguaya,
por concepto de los referidos gastos en que incurrieron los miembros de
la Comunidad Yakye Axa, algunos de los cuales fueron sufragados por
Tierraviva. Dicha cantidad ser puesta a disposicin de los lderes de la
Comunidad, quienes debern reintegrar a la organizacin Tierraviva el
monto que corresponda y el saldo restante ser utilizado en lo que los
miembros de la Comunidad indgena decidan conforme a sus propias necesidades y formas de decisin, usos, valores y costumbres.
C) Dao inmaterial (concepto, alcance, sentencia como
forma de reparacin, fondo de desarrollo comunitario)
199. El dao inmaterial puede comprender tanto los sufrimientos y las
aflicciones causados a las vctimas directas y a sus allegados, el menoscabo de valores muy significativos para las personas, as como las alteraciones, de carcter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la
vctima o su familia. No siendo posible asignar al dao inmaterial un preciso equivalente monetario, slo puede, para los fines de la reparacin integral a las vctimas, ser objeto de compensacin, y ello de dos maneras.
En primer lugar, mediante el pago de una cantidad de dinero o la entrega
de bienes o servicios apreciables en dinero, que el Tribunal determine
en aplicacin razonable del arbitrio judicial y en trminos de equidad. Y,
en segundo lugar, mediante la realizacin de actos u obras de alcance o
repercusin pblicos, tales como la transmisin de un mensaje de reprobacin oficial a las violaciones de los derechos humanos de que se trata y
de compromiso con los esfuerzos tendientes a que no vuelvan a ocurrir y
que tengan como efecto, entre otros, el reconocimiento de la dignidad de
50 Cfr.
219
las vctimas.51 El primer aspecto de la reparacin de los daos inmateriales se analizar en esta seccin y el segundo en la siguiente.
200. La jurisprudencia internacional ha establecido reiteradamente
que la sentencia constituye, per se, una forma de reparacin. No obstante, tomando en cuenta las circunstancias del presente caso, las alteraciones de las condiciones de existencia de las vctimas y sus consecuencias
de orden no material o no pecuniario, la Corte estima pertinente que los
daos inmateriales deben ser reparados.52
201. Al valorar los daos inmateriales causados en el caso sub judice,
la Corte ha tomado en consideracin lo manifestado por el seor Albino
Fernndez en su declaracin rendida ante fedatario pblico (supra prr.
38.a), y por los seores Esteban Lpez, Toms Galeano e Inocencia Gmez en sus testimonios rendidos ante este Tribunal durante la audiencia
pblica (supra prr. 39.a, 39.b y 39.c), en cuanto a que los daos ocasionados a stos son representativos de aquellos producidos al resto de las
vctimas, quienes en su totalidad pertenecen a la Comunidad indgena
Yakye Axa. Igualmente, esta Corte ha tomado en cuenta lo manifestado
por los seores Jos Alberto Braunstein y Teresa de Jess Vargas en sus
declaraciones rendidas ante fedatario pblico (supra prr. 38.d y 38.e), y
por los seores Rodrigo Villagra y Bartomeu Melia i Lliteres en sus declaraciones rendidas ante esta Corte durante la audiencia pblica (supra
prr. 39.e y 39.f).
202. Este Tribunal observa que la falta de concrecin del derecho a
la propiedad comunal de los miembros de la Comunidad Yakye Axa, as
como las graves condiciones de vida a las que se han visto sometidos
como consecuencia de la demora estatal en la efectivizacin de sus derechos territoriales deben ser valoradas por la Corte al momento de fijar el
dao inmaterial.
203. De igual forma, la Corte observa que la significacin especial
que la tierra tiene para los pueblos indgenas en general, y para la Comunidad Yakye Axa en particular (supra prr. 137 y 154), implica que toda
denegacin al goce o ejercicio de los derechos territoriales acarrea el
menoscabo de valores muy representativos para los miembros de dichos
pueblos, quienes corren el peligro de perder o sufrir daos irreparables
51 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 125; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
96, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 156.
52 Cfr. Caso Caesar, supra nota 1, prr. 126; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
97, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 157.
220
221
210. En este apartado el Tribunal entrar a determinar aquellas medidas de satisfaccin que buscan reparar el dao inmaterial, que no tienen
alcance pecuniario, as como tambin dispondr medidas de alcance o
repercusin pblica. Estas medidas tienen especial relevancia en el presente caso por el carcter colectivo de los daos ocasionados.53
a) Entrega de los territorios tradicionales a la Comunidad
indgena Yakye Axa
211. Las violaciones a los derechos humanos ocasionadas a los miembros de la Comunidad Yakye Axa declaradas en la presente Sentencia
tienen como base comn primordialmente la falta de materializacin de
los derechos territoriales ancestrales de los miembros de la Comunidad,
cuya existencia no ha sido discutida por el Estado. Adems, el Estado ha
manifestado a lo largo del presente trmite ante la Corte su disposicin
de entregar tierras a los miembros de la Comunidad. As, en su escrito de
contestacin a la demanda seal que
[t]eniendo en cuenta el inters general que persigue la cuestin de fondo,
aun no compartiendo los fundamentos de la demanda, el Estado de Paraguay se allana al pedido de reparacin y en consecuencia, dispondr por
medio de las autoridades competentes la restitucin de las tierras de la [C]
omunidad peticionaria, dentro del territorio ancestral de la [C]omunidad,
en la cantidad autorizada por la legislacin vigente, es decir, 100 hectreas
por familia, para lo cual comprometer recursos financieros que ya se han
solicitado al Congreso de la Nacin [].
El inmueble a ser entregado a la [C]omunidad ser adquirido por el
Estado en la forma y condiciones que le permita la legislacin vigente, sin
afectar derechos de terceros igualmente protegidos por esta, y la Convencin Americana, por lo que no compromete ningn tipo de confiscacin ni
expropiacin ilegtima [].
Caso Caesar, supra nota 1, prr. 129; Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr.
102, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 165.
222
213. En los alegatos orales vertidos en la audiencia pblica del presente caso, el Estado seal que
no es cualquier tierra [] la que el Estado pretende otorgarles a los miembros de esta [C]omunidad. Es la tierra que ellos determinen en su momento
dentro del territorio ancestral y dentro de lo que esa comunidad Chanawatsan en su momento ha manifestado ser parte de ese territorio, que por cierto reitero, es mucho ms amplio que las dieciocho mil hectreas que hoy
se reclama como un territorio insustituible [].
215. A la Corte no le compete determinar cul es el territorio tradicional de la Comunidad indgena Yakye Axa, pero s establecer si el Estado
ha respetado y garantizado el derecho a la propiedad comunal de sus
miembros, como en efecto lo ha hecho en la presente Sentencia (supra
prrs. 123 a 156). Por la razn anterior, corresponde al Estado delimitar,
demarcar, titular y entregar las tierras, de conformidad con los prrafos
137 a 154 de la presente Sentencia.
216. Para ello, es necesario considerar que las vctimas del presente
caso poseen hasta hoy conciencia de una historia exclusiva comn; son
la expresin sedentarizada de una de las bandas del pueblo indgena de
los Chanawatsan, de la familia lingstica de los Lengua-Maskoy, que
tenan un modo de ocupacin tradicional de cazadores-recolectores (supra prrs. 50.1, 50.2 y 50.3). La posesin de su territorio tradicional est
223
224
tura sanitaria, un centro de salud y un establecimiento escolar. Igualmente evidenciaron la necesidad de entregar atencin mdica y educacional
pertinente culturalmente en forma permanente a los miembros de la Comunidad, teniendo presente las costumbres y tradiciones de la misma.
Por su parte, el Estado seal que
se allana igualmente a la solicitud de establecimiento de un puesto de salud, una escuela, provisin de agua potable e infraestructura sanitaria para
la Comunidad, en el lugar que el Estado pueda establecer dichos servicios
lo ms cercano posible de un asentamiento provisorio.
221. En vista de lo anterior, el Tribunal dispone que, mientras la Comunidad se encuentre sin tierras, dado su especial estado de vulnerabilidad y su imposibilidad de acceder a sus mecanismos tradicionales de subsistencia, el Estado deber suministrar, de manera inmediata y peridica,
agua potable suficiente para el consumo y aseo personal de los miembros
de la Comunidad; brindar atencin mdica peridica y medicinas adecuadas para conservar la salud de todas las personas, especialmente los
nios, nias, ancianos y mujeres embarazadas, incluyendo medicinas y
tratamiento adecuado para la desparasitacin de todos los miembros de
la Comunidad; entregar alimentos en cantidad, variedad y calidad suficientes para que los miembros de la Comunidad tengan las condiciones
mnimas de una vida digna; facilitar letrinas o cualquier tipo de servicio
sanitario adecuado a fin de que se maneje efectiva y salubremente los
desechos biolgicos de la Comunidad; y dotar a la escuela ubicada en el
asentamiento actual de la Comunidad, con materiales bilinges suficientes para la debida educacin de sus alumnos.
c) Adecuacin de la legislacin interna a la Convencin
Americana
222. En el presente caso, la Corte estableci que el Paraguay viol los
artculos 8o., 21 y 25 de la Convencin en relacin con los artculos 1.1
225
Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr. 111; Caso de las Hermanas Serrano
Cruz, supra nota 1, prr. 194, y Caso Carpio Nicolle y otros, supra nota 14, prr. 136.
226
Caso Masacre Plan de Snchez. Reparaciones, supra nota 34, prr. 100.
Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 194, y Caso Masacre
Plan de Snchez. Reparaciones, supra nota 34, prr. 100.
57 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 194; Caso Masacre
Plan de Snchez. Reparaciones, supra nota 34, prr. 100, y Caso Myrna Mack Chang,
supra nota 9, prr. 278.
58 Cfr. Caso Huilca Tecse, supra nota 47, prr. 96; Caso de las Hermanas Serrano
Cruz, supra nota 1, prr. 194, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 1, prr. 240.
56 Cfr.
227
Costas y gastos
231. Como ya lo ha sealado la Corte en oportunidades anteriores,59
las costas y gastos estn comprendidos dentro del concepto de reparacin
consagrado en el artculo 63.1 de la Convencin Americana, puesto que
la actividad desplegada por las vctimas y sus representantes con el fin de
obtener justicia, tanto a nivel nacional como internacional, implica erogaciones que deben ser compensadas cuando la responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una sentencia condenatoria. En
cuanto a su reembolso, corresponde al Tribunal apreciar prudentemente
su alcance, que comprende los gastos generados ante las autoridades de
la jurisdiccin interna, as como los generados en el curso del proceso
ante el sistema interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del
caso concreto y la naturaleza de la jurisdiccin internacional de la proteccin de los derechos humanos. Esta apreciacin puede ser realizada con
base en el principio de equidad y tomando en cuenta los gastos sealados
por las partes, siempre que su quantum sea razonable.
232. La Corte toma en cuenta que los miembros de la Comunidad
Yakye Axa actuaron a travs de representantes, tanto en el mbito interno como ante la Comisin y esta Corte. A tal efecto, el Tribunal estima
equitativo ordenar al Estado que pague la cantidad de US $15.000,00
(quince mil dlares de los Estados Unidos de Amrica) o su equivalente
en moneda paraguaya, que deber ser entregada a los lderes de la Comunidad, por concepto de costas y gastos en el proceso interno y en el
procedimiento seguido ante el sistema interamericano de proteccin de
los derechos humanos.
Modalidad de cumplimiento
233. Para dar cumplimiento a la presente Sentencia, el Estado deber
efectuar el pago de la indemnizacin por concepto de dao material (supra prr. 195), el reintegro de costas y gastos (supra prr. 232), la creacin del fondo destinado a la adquisicin de tierras para la Comunidad
(supra prr. 218), el acto pblico de reconocimiento de responsabilidad
59 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 1, prr. 205; Caso Carpio
Nicolle y otros, supra nota 14, prr. 143, y Caso Masacre Plan de Snchez. Reparaciones,
supra nota 34, prr. 115.
228
internacional (supra prr. 226) y la publicacin y difusin de los extractos de la presente Sentencia (supra prr. 227) dentro del plazo de un ao.
Asimismo, el Estado deber identificar, delimitar, demarcar, titular y entregar gratuitamente las tierras tradicionales de la Comunidad Yakye Axa
o las tierras alternativas cuando lo anterior fuese imposible, conforme a
los prrafos 211 a 217 de esta Sentencia, dentro de un plazo mximo de
tres aos. Todos estos plazos se contaran a partir de la notificacin de la
presente Sentencia.
234. Adems, el Estado debe implementar el programa y el fondo de
desarrollo comunitario en un plazo que no exceder dos aos, contado a
partir de la entrega de las tierras (supra prrs. 205 y 206). Mientras tanto, el Estado deber suministrar inmediatamente y de manera peridica,
agua, alimentos, atencin mdica, medicinas y materiales escolares a los
miembros de la Comunidad (supra prr. 221).
235. El Estado deber adoptar en su derecho interno las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos consagrados en la Convencin
Americana, de conformidad con los trminos del prrafo 225 de la presente Sentencia, dentro de un plazo razonable.
236. Los pagos correspondientes al reintegro de costas y gastos generados por las gestiones realizadas por los representantes de la Comunidad
en el proceso interno as como en el internacional ante el sistema interamericano de proteccin de los derechos humanos, se realizar segn lo
dispuesto en el prrafo 232 de la presente Sentencia.
237. El Estado puede cumplir sus obligaciones de carcter pecuniario
mediante el pago en dlares de los Estados Unidos de Amrica o en una
cantidad equivalente en moneda nacional del Estado, utilizando para el
clculo respectivo el tipo de cambio entre ambas monedas que est vigente en la plaza de Nueva York, Estados Unidos de Amrica, el da anterior al pago.
238. Si por causas atribuibles a los beneficiarios de las indemnizaciones no fuese posible que las reciban dentro del indicado plazo de un ao,
contado a partir de la notificacin de la presente Sentencia, el Estado consignar dichos montos a su favor en una cuenta o certificado de depsito
en una institucin bancaria paraguaya solvente, en dlares estadounidenses y en las condiciones financieras ms favorables que permitan la legislacin y la prctica bancaria. Si al cabo de diez aos la indemnizacin no
ha sido reclamada, la cantidad ser devuelta al Estado con los intereses
devengados.
229
239. Los montos asignados en la presente Sentencia bajo los conceptos de indemnizacin del dao material e inmaterial y el reintegro de
costas y gastos no podrn ser afectados, reducidos o condicionados por
motivos fiscales actuales o futuros. En consecuencia, debern ser entregados a los beneficiarios en forma ntegra conforme a lo establecido en
la Sentencia.
240. En caso de que el Estado incurriese en mora, deber pagar un
inters sobre la cantidad adeudada, correspondiente al inters bancario
moratorio en el Paraguay.
241. Conforme a su prctica constante, la Corte se reserva la facultad
inherente a sus atribuciones de supervisar el cumplimiento ntegro de la
presente Sentencia. El caso se dar por concluido una vez que el Estado
haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en el presente fallo. Dentro
del plazo de un ao, contado a partir de la notificacin de esta Sentencia,
Paraguay deber rendir a la Corte un primer informe sobre las medidas
tomadas para darle cumplimiento.
Etapa de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo,
Reparaciones y costas
Corte I.D.H. Caso Comunidad Indgena Yakye Axa, solicitud de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo, Reparaciones y costas (art. 67
Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Sentencia del 6 de
febrero de 2006, Serie C, No. 142.
Composicin de la Corte*: Sergio Garca Ramrez, Presidente; Alirio
Abreu Burelli, Vicepresidente; Oliver Jackman, Juez; Antnio A. Canado Trindade, Juez; Cecilia Medina Quiroga, Jueza; Manuel E. Ventura Robles, Juez, y Diego Garca-Sayn, Juez, presentes, adems, Pablo
Saavedra Alessandri, Secretario, y Emilia Segares Rodrguez, Secretaria
Adjunta.
Asuntos en discusin: C) Interpretacin de la Sentencia: Admisibilidad; Respecto del territorio a identificar (punto resolutivo sexto de la
sentencia de fondo, reparaciones y costas); Respecto de los plazos para
la identificacin del territorio y para la constitucin del fondo que pro* El Juez Diego Garca-Sayn inform a la Corte que, por motivos de fuerza mayor,
no podra estar presente en la deliberacin y firma de la presente Sentencia.
230
veer el dinero para su adquisicin (punto resolutivo octavo de la sentencia de fondo, reparaciones y costas).
C) Interpretacin de la Sentencia
Admisibilidad
13. El artculo 29.3 del Reglamento establece que [c]ontra las sentencias y resoluciones de la Corte no procede ningn medio de impugnacin.
14. La Corte ha constatado que los representantes interpusieron la demanda de interpretacin el 14 de octubre de 2005, dentro del plazo establecido en el artculo 67 de la Convencin (supra prr. 11), ya que la
Sentencia de fondo fue notificada a los representantes el 14 de julio de
2005.
15. Por otro lado, tal como lo ha dispuesto anteriormente este Tribunal, una demanda de interpretacin de una sentencia no debe utilizarse
como un medio de impugnacin, sino nicamente debe tener como objeto desentraar el sentido de un fallo cuando una de las partes sostiene
que el texto de sus puntos resolutivos o de sus consideraciones carece
de claridad o precisin, siempre y cuando esas consideraciones incidan
en dicha parte resolutiva y, por tanto, no se puede pedir la modificacin
o anulacin de la sentencia respectiva a travs de una demanda de interpretacin.60
16. Asimismo, la Corte ha establecido que la demanda de interpretacin de sentencia no puede consistir en el sometimiento de cuestiones de
hecho y de derecho que ya fueron planteadas en su oportunidad procesal
y sobre las cuales el Tribunal ya adopt una decisin.61
60 Cfr.
Caso de las Hermanas Serrano Cruz. Solicitud de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo, Reparaciones y costas (art. 67 Convencin Americana sobre Derechos
Humanos), Sentencia del 9 de septiembre de 2005, Serie C, No. 131, prr. 14; Caso Lori
Berenson Meja. Solicitud de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo, Reparaciones
y Costas (art. 67 Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Sentencia del 23 de
junio de 2005, Serie C, No. 128, prr. 12, y Caso Juan Humberto Snchez. Solicitud de
Interpretacin de la Sentencia sobre Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones.
(art. 67 Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Sentencia del 26 de noviembre de 2003, Serie C, No. 102, prr. 14.
61 Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz. Solicitud de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo, Reparaciones y costas, supra nota 64, prr. 15; Caso Lori Berenson
231
17. Para analizar la procedencia de la demanda de interpretacin presentada por los representantes y, en su caso, aclarar el sentido o alcance
de la Sentencia de fondo emitida el 17 de junio de 2005, seguidamente la
Corte Interamericana analizar de forma separada los dos aspectos planteados por los representantes (supra prr. 6).
Respecto del territorio a identificar (punto resolutivo sexto
de la sentencia de fondo, reparaciones y costas)
21. La Corte estima que es claro el alcance de lo dispuesto en la Sentencia de fondo respecto a la entrega de los territorios tradicionales a la
Comunidad Yakye Axa. Sin embargo, en aras de disipar las dudas de los
representantes al respecto, el Tribunal considera conveniente establecer
el sentido de lo dispuesto en el punto resolutivo sexto de la referida Sentencia de fondo, en el cual se dispuso que el Estado deber identificar el
territorio tradicional de los miembros de dicha Comunidad y entregrselos de manera gratuita.
22. Lo dispuesto en el punto resolutivo sexto de la Sentencia de fondo
debe entenderse tomando en cuenta lo declarado por la Corte en otras
partes del mismo fallo, tales como los prrafos 50.4 a 50.6, 137 a 154, y
211 a 217. Particularmente, en el prrafo 215 la Corte consider que
no le compete determinar cul es el territorio tradicional de la Comunidad
indgena Yakye Axa, pero s establecer si el Estado ha respetado y garantizado el derecho a la propiedad comunal de sus miembros, como en efecto
lo ha hecho en la [] Sentencia []. Por la razn anterior, corresponde al
Estado delimitar, demarcar, titular y entregar las tierras, de conformidad
con los prrafos 137 a 154 de la [] Sentencia.
23. De esta forma, la Corte Interamericana dej establecido con claridad que es el Estado a quien corresponde la tarea de la identificacin
del territorio de la Comunidad, y su posterior delimitacin, demarcacin,
titulacin y entrega, puesto que es el Estado el que posee los medios
tcnicos y cientficos necesarios para la realizacin de dichas tareas. No
obstante, como se desprende del Captulo de Hechos Probados de la Sentencia de fondo, ya existen ciertos recaudos y diligencias procesales ante
Meja. Solicitud de Interpretacin de la Sentencia sobre Fondo, Reparaciones y Costas,
supra nota 64, prr. 11, y Caso Juan Humberto Snchez. Solicitud de Interpretacin de la
Sentencia sobre Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, supra nota 64, prr. 40.
232
las instituciones estatales competentes que se han elaborado con tal fin,
lo que indudablemente deber ser tomado en cuenta por el Estado a la
hora de identificar el territorio y la extensin del mismo a entregarse a
la Comunidad Yakye Axa. Asimismo, el Tribunal reconoci en el prrafo
216 de la Sentencia de fondo, que la posesin [del] territorio tradicional
est marcada de forma indeleble en [la] memoria histrica [de los miembros de la Comunidad Yakye Axa], y que dentro del proceso de sedentarizacin, dicha Comunidad adopt una identidad propia relacionada con
un espacio geogrfico determinado fsica y culturalmente. Esa memoria
histrica e identidad propia debern ser especialmente consideradas al
identificarse el territorio a serles entregado.
24. Por otro lado, como se desprende del texto de la Sentencia de
fondo emitida en el presente caso, la Corte previ la posibilidad de que,
luego de concluidas las diligencias necesarias, las autoridades estatales
competentes establezcan que el territorio tradicional de la Comunidad
Yakye Axa corresponde a la totalidad o a una parcialidad de una o ms
propiedades que se encuentren en manos privadas. En efecto, de presentarse tal supuesto, el prrafo 217 de la Sentencia de fondo dispone que el
Estado deber valorar la legalidad, necesidad y proporcionalidad de la
expropiacin o no de esas tierras con el fin de lograr un objetivo legtimo
en una sociedad democrtica, y que para ello, deber tomar en cuenta
las particularidades propias de la Comunidad indgena Yakye Axa, as
como sus valores, usos, costumbres y derecho consuetudinario.
25. La Corte anticip igualmente que [s]i por motivos objetivos y
fundamentados, la reivindicacin del territorio ancestral de los miembros
de la Comunidad Yakye Axa no fuera posible, el Estado deber entregarle
tierras alternativas, que sern electas de modo consensuado con la Comunidad, conforme a sus propias formas de consulta y decisin, valores,
usos y costumbres.62 Al respecto, debe tenerse en cuenta que, de conformidad con los prrafos 144 a 149 de la Sentencia de fondo, el hecho
de que el territorio tradicional de la Comunidad se encuentre en manos
privadas, no sera per ser un motivo objetivo y fundamentado que impida la reivindicacin.
26. De esta forma, el Tribunal deja establecido con claridad que la
tarea de identificar el territorio tradicional de la Comunidad Yakye Axa
corresponde al Paraguay. No obstante, dicha labor deber atenerse a lo
62 Caso
233
234
34. Se desprende, entonces, que el Estado tiene una serie de obligaciones que concluyen con la entrega definitiva de la tierra tradicional a la
Comunidad Yakye Axa. Estas obligaciones estatales, por la propia naturaleza del trmite interno, son secuenciales: primero se debe identificar el
territorio de la Comunidad, lo que a su vez significa establecer sus lmites
y demarcaciones, as como su extensin. Concluida la identificacin del
territorio y sus lmites, de resultar que el mismo se encuentra en manos
privadas, el Estado debe iniciar los procedimientos para su compra o
valorar la conveniencia de expropiarlo, en los trminos de los prrafos
217 y 218 de la Sentencia de fondo. De darse motivos objetivos y fundamentados que imposibiliten que el Estado reivindique el territorio identificado como el tradicional de la Comunidad, deber entregarle tierras
alternativas, que sern electas de manera consensuada. Finalmente, sea
que se expropien o se elijan de manera consensuada las tierras, el Estado
debe titularlas y entregarlas fsica y formalmente a la Comunidad. Todos
estos pasos deben darse en un plazo mximo de tres aos.
35. Por su parte, el plazo de un ao para la creacin del fondo destinado a la compra o expropiacin de las tierras, en la eventualidad de que
stas se encuentren en manos privadas, tiene como objetivo asegurar la
disponibilidad monetaria del Estado para la adquisicin de tal territorio,
y as, proseguir con las dems obligaciones sealadas en el prrafo anterior.
36. Lo deseable sera que el Estado haya identificado el territorio tradicional de la Comunidad con anterioridad a la creacin del fondo, de
tal suerte que se presupueste la asignacin del dinero necesario para su
compra o eventual expropiacin. No obstante, de no ser esto posible, el
Estado, de conformidad con la Sentencia de fondo, debe crear el fondo
que proveer el dinero de todas maneras, y establecer una cantidad que
asegure que el trmite de compra o expropiacin no se vea afectado por
falta de recursos.