Patrimonio Cultural Inmaterial
Patrimonio Cultural Inmaterial
Patrimonio Cultural Inmaterial
Participacin Comunitaria
Mnica Lacarrieu*
TEMAS
1. De la poltica de los objetos a las polticas de los bienes comunes.
2. Definicin de patrimonio cultural inmaterial segn la Convencin para
la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial: destacando el lugar de la
comunidad.
3. La Convencin para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial
y las Directrices Operativas. Qu se dice de las comunidades y su participacin?
Dnde se menciona a la comunidad y la participacin comunitaria?
5. Participacin de la comunidad
a- Por qu es necesaria la participacin de la comunidad?
b- En qu actividades debe participar la comunidad?
c- Cmo se desarrolla la participacin? De qu tipo de participacin hablamos?:
revisando estrategias de participacin comunitaria.
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Son avances y nuevos desafos que se presentan al campo del patrimonio sobre
todo al patrimonio arquitectnico e histrico, tambin al patrimonio local/localizado
que, particularmente en el caso de los primeros, se constituyeron en ausencia de
sujetos-, pero que, aunque involucra sectores sociales no expertos en lo
patrimonial, y parecen posicionarse en situacin de sujetos activos, quedan
relegados a la condicin de demandantes o reclamantes que ven en el
patrimonio cierta potencialidad para la resolucin de otros temas, al mismo tiempo
que encuentran en este campo la posibilidad de llegada a los actores
gubernamentales con buena escucha cuando se trata de temas culturales y
patrimoniales.
A continuacin elaboramos un cuadro con los tres tipos de Polticas que sirven para
reflexionar crticamente sobre el patrimonio cultural.
Visin
asociada
a la
cultura y
el
patrimoni
o
POLTICAS DE
LOS OBJETOS
POLTICAS DEL
ACCESO
POLTICAS DE LO
COMN Y DE LOS
BIENES COMUNES
-Objetivista
-Conservacionista/
Preservacionista
-Ligado a la
excelencia
cultural, a las
bellas artes, a la
monumentalizaci
n.
-Subjetivista
-Bienes comunes: no son
objetos, ni espacios. Son
recursos compartidos por
comunidades.
-Vinculadas a las
comunidades y
movimientos sociales que
cuentan con recursos,
normas y formas de
gobernarse. Maneras
colectivas de gestionar los
recursos.
-No superioridad
moral/matriz plural.
-Se pasa de una idea de
cultura como objetos a
otra que se basa en la
identificacin y
reconocimiento de las
comunidades con gestin
compartida.
Polticas
Sectoriales de la
Cultura
Polticas de
Acceso/Democratizaci
n/Democracia
Cultural (Distributiva)
Idea de
Patrimoni
o
-Patrimonio como
sustantivo/cosa.
-Patrimonio como
monumento.
-Patrimonio de acceso y
difusin hacia los
equipamientos (museos,
monumentos, edificios
Polticas de lo
Cultural/Polticas de lo
Comn (Redistributiva)
-Patrimonio como lo
patrimonial (adjetivo)
-Procesos de
Patrimonializacin
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Tipo de
patrimonio
que se
activa
Modelo de
Poltica
Patrimonio
Material:
-Arquitectnico
/construido
-Histrico
-Artstico
-Monumental
-Arqueolgico
-Museos
Con posterioridad:
-Natural
-Subacutico
Estatista
Intervencionista y
verticalista.
histricos, sitios
arqueolgicos, etc.).
-Intentos de
democratizacin y de
democracia cultural.
Patrimonios de
proximidad: por ejemplo,
museos locales
producidos en
colaboracin entre
estados nacional y
locales y sociedad.
-Paradigma dialgico:
colaboracin/interaccin
entre actores estatales y
comunidades.
-Implicancia activa de las
comunidades en la
confeccin de inventarios,
registros, planes de
salvaguardia y en la
organizacin de museos
comunitarios,
Patrimonio Material
(arquitectnico-histricoarqueolgiconatural)/Patrimonio
Inmaterial (culturas
vivas)
Patrimonio Inmaterial
Patrimonio Vivo
Estatista
Colaborativa y dialgica
Intervencionista/de
entre lo pblico y lo
proximidad/desconcentr
comunitario.
aModelo mayormente
dora.
comunitario.
Intentos horizontalistas
en relacin a
comunidades locales.
Liderazgo
Estado
Estado-MercadoComunidades + Estado
Usuarios
Elaboracin propia retomando a los autores Barbieri, Nicols; Abreu, Regina.
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La Convencin para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) es un acuerdo jurdico
vinculante entre los Estados. La misma contiene objetivos comunes y formula mtodos y normas para
alcanzarlos.
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Las Directrices Operativas son los lineamientos que permiten ayudar a los Estados Parte a aplicar la
Convencin en los planos nacional e internacional. Son elaboradas por el Comit para su aprobacin por la
Asamblea General. A diferencia del texto de la Convencin, las Directrices Operativas pueden ser cambiadas,
adaptadas o ampliadas, todo cambio deber ser aprobado por la Asamblea General. Incluyen criterios,
procedimientos y reglamentaciones para: 1) la presentacin de propuestas de inscripcin de elementos
La elaboracin de solicitudes al fondo; 2) Organizar la salvaguardia del PCI por parte de los Estados partes; 3)
Fomentar la sensibilizacin respecto del PCI.
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Como ya hemos sealado las DO pueden cambiar, sin embargo, hasta el momento no han cambiado
sustancialmente: las DO fueron redactadas en 2008, enmendadas en 2010, vueltas a revisar en 2012 y
finalmente revisadas nuevamente en 2014. En ese sentido, es que los captulos que estamos retomando no
han sufrido grandes alteraciones, a lo sumo modificaciones en su redaccin pero no en el significado de lo
dicho.
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Estos, entre otros criterios, son los que se evalan en cada postulacin. En este
sentido, ciertos puntos del formulario que debemos llenar en caso de postular a
las listas de Unesco- apuntan a la delimitacin de la comunidad y la participacin
comunitaria. Por ejemplo en la Lista Representativa, nos referimos a:
Como se observa, y aun cuando el elemento sigue siendo el eje alrededor del cual
pivotea la elaboracin de la candidatura en el formulario5, es evidente que las
comunidades, explcitamente, y la participacin comunitaria, de manera mas
indirecta o menos explcita, sin embargo, vista como un requisito clave; son
asuntos de primera importancia en el proceso de patrimonializacin y luego, en el
de evaluacin.
En qu otro lugar de las DO aparece la participacin de las comunidades, grupos
y/o individuos? Explcitamente en el Captulo III:
La presencia explcita del elemento en los diferentes puntos del formulario responde a la lgica
convencional y naturalizada del patrimonio. De all que, aun cuando el PCI requiere de un lugar crucial para
las comunidades, el modelo que se sigue para el llenado del formulario tiende a privilegiar el elemento. Este
dato no es menor y debe ser considerado a la hora de una presentacin: nosotros mismos, quienes solemos
formar y/o gestionar procesos vinculados al patrimonio, solemos estar atravesados por la lgica del
bien/elemento de valor patrimonial, de all que nos resulta mucho mas sencillo apelar a su protagonismo,
volviendo a ausentar, en forma parcial, el rol de las comunidades y de su participacin.
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4. Comunidad: definicin
Como hemos analizado en los tpicos 2 y 3, el vocablo comunidad es clave en el
campo del PCI. De hecho, tanto en la definicin como en los formularios de
postulacin para las listas y en los criterios de evaluacin de las candidaturas, es
sumamente importante la delimitacin de la comunidad asociada al elemento que
se postula. Al seguir la lgica convencional del patrimonio, el elemento aparece en
primer plano, sin embargo, como hemos planteado, es la comunidad la que lo
define, la que debe sentirlo como propio y a partir de la cual es legitimado. Esta
cuestin surge de las primeras reuniones en las que se debati acerca de quin
sera la autoridad competente y legtima, con capacidad para definir los diferentes
aspectos del PCI: si las instituciones estatales, los expertos profesionales o los
grupos y/o individuos practicantes6. A pesar de los mltiples desafos que este
asunto plante, los expertos consideraron que esa autoridad debera recaer en
los grupos sociales7. Desde esta perspectiva, y como remarcamos la relacin
entre el PCI y las comunidades es vinculante, o sea se definen mutuamente,
partiendo de que son manifestaciones o expresiones culturales preexistentes a su
activacin patrimonial, por ende reconocidas as por las comunidades, grupos y/o
sujetos que las crean, producen, reproducen, circulan, transmiten. Es debido a ello
que la nocin de PCI viene redefinindose como patrimonio vivo las
comunidades pertenecen al mundo actual, ms all de que sus manifestaciones
culturales puedan proceder de generaciones previas-.
La nocin de comunidad es integrada a la nocin de PCI desde que comenz a
pensarse en la necesidad de introducir nuevos patrimonios como en el caso del
patrimonio intangible tal como se lo denomin previamente a la Convencin-. Si
bien, el campo del PCI llev inevitablemente a la idea de comunidad, no sucedi lo
mismo con la participacin comunitaria: en efecto, las primeras definiciones de
patrimonio inmaterial estuvieron estrechamente asociadas al folklore y la cultura
popular, colocando en primer plano las costumbres y manifestaciones culturales
adheridas a las personas, o sea objetivndolas o reificndolas como si se tratara
de patrimonios de piedra, es decir, como si fueran grupos e individuos
caracterizados y estabilizados en torno de una cultura congelada.
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No obstante, esta idea de comunidad fue tambin la que gener un fuerte debate
en relacin a la pertinencia de la nocin ya sabemos que para que el patrimonio
exista como tal, el estado a travs de sus instituciones y los expertos suelen ser
quienes taxonomizan, clasifican y ordenan a travs de categoras que permiten
extraer precariedades del, en este caso, mundo del PCI, pero tambin sabemos
que en torno de este patrimonio, fue UNESCO a travs de sus documentos,
comits, etc., quien integr un men de vocablos, supuestamente apropiados,
como en el caso de comunidad-.
Por diversas razones, que ya pasaremos a comentar, la categora de comunidad
trajo consigo numerosos debates y reflexiones. En los comienzos del PCI, los
expertos europeos en diversas reuniones organizadas por Unesco, plantearon sus
dudas en torno de algunos dilemas relativos a glosario y contenidos/significados
de los trminos. Entre ellos, uno de los que mas suscit inters fue el de la
convergencia material-inmaterial, pero tambin el de la nocin de comunidad.
Cuando an no se haba redactado la Convencin, e incluso con posterioridad a la
misma, los expertos europeos llamaban la atencin sobre la imposibilidad de
extrapolar y/o traducir el trmino comunidad a las poblaciones, grupos y/o
personas que forman parte del continente europeo. Es decir que no se sentan
representados por dicha categora, o mas bien no encontraban comunidades
reales en sus pases de hecho, en los primeros aos, previamente y con
posterioridad a la Convencin, fueron escasas las presentaciones de pases
europeos a las Listas de Unesco. Solo recientemente, particularmente, en los
ltimos 3 aos aproximadamente, ha habido candidaturas aprobadas de pases
como Francia, Espaa, Blgica e incluso de una regin entera como en el caso de
la dieta mediterrnea que es un buen ejemplo de comunidad ampliada, solo
delimitada por el elemento a contrapelo de lo que la propia definicin nos dice-, o
algunos intentos de recrear la comunidad en el sentido tradicional o folklrico
del trmino, como ha sido la postulacin de Blgica sobre la pesca del camarn a
caballo, aprobada en 2013 en la Lista Representativa.
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Ejecutantes
Depositarios
Custodios
Transmisores
Pblico
Usuarios
En esta perspectiva, puede observarse un sesgo funcionalista, en el sentido dado por los antroplogos de
principios de siglo XX (Malinowski o Radcliffe Brown pensaban e interpretaban las culturas indgenas en
torno de esta mirada, por ende, consideraban que dentro de las culturas, las instituciones y personas deban
cumplir funciones articulables entre s. De all que explicaban el conflicto como parte de la disfuncin o
desarticulacin de funciones). Desde esta postura, el concepto de comunidad es viable: la funcionalidad
supone armona, equilibrio, integracin social y no conflicto (de hecho, el segundo autor mencionado
hablaba de comunidades).
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Este caso resulta interesante para pensar en los nfasis construidos en torno de
una visin comunitaria convencional y tradicional. Los derviches no solo son
bailarines o danzantes, tal como se los observa en la imagen y como se los ha
presentado en la candidatura aprobada. Los derviches tienen origen en una orden
prohibida por el gobierno a comienzos del siglo XX y luego restituida en la dcada
de los 50, aunque nunca mas dentro del mismo sentido que haba tenido9.
Aunque esta explicacin est en el expediente presentado, el nfasis puesto en el
danzante, niega otros roles, clausura al derviche en un solo rol, lo estanca en su
produccin, solo y aparentemente vinculada a la danza, y lleva a la prdida de
sentido del para qu y el por qu se despliega la danza (como se observa en la
historia, la danza tena un sentido para la creencia, tanto como la msica).
La estrechez con la que se vincula a la comunidad, ha tendido a salvarse con la
flexibilidad a partir de la cual los expertos dicen que se trata de colectivos sin
nmero definido de integrantes y con amplitud para que la comunidad no sea
pensada como homognea. No obstante, estas apreciaciones no resuelven el
tema de la identificacin-representatividad de los miembros, como tampoco la
cuestin de las funciones equilibradas y articuladas entre s que niegan mezclas,
cambios, discontinuidades, conflictos.
Los mevlevi son una orden asctica suf fundada en 1273 en Konya, desde donde se extendieron
progresivamente a travs del imperio otomano. Hoy, se pueden encontrar mevlevi en muchas comunidades
turcas de todo el mundo, pero los centros ms activos y famosos de la actividad de la orden estn en Konyamy Estambul
(citado en el expediente UNESCO). Como resultado de las polticas de secularizacin, todos los mevlevihane
fueron cerrados en 1925. El gobierno turco comenz a permitir representaciones de nuevo, aunque slo en
pblico, en los aos cincuenta. Las restricciones cesaron en los aos noventa. Algunos grupos privados estn
reestableciendo el carcter espiritual e ntimo original de la Sema. Sin embargo, treinta aos de prctica
clandestina han privado a las representaciones de una parte de su significacin religiosa, ya que la
transmisin se ha centrado en la msica y en los cantos, en detrimento de las tradiciones espirituales y
religiosas. Hoy da, muchas ceremonias ya no son representadas en su contexto tradicional, sino ante un
pblico de turistas, y se han acortado y simplificado para responder a la demanda comercial.
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El hecho de que los procesos vinculados a estos patrimonios intersectan las vidas
sociales y culturales de sujetos y grupos sociales diversos, a partir de los cuales
las mismas son producidas y transformadas, del mismo modo, en que los grupos
tienden a reinterpretar y a apropiarse de categoras externas en trminos de sus
dinmicas culturales internas; es que estas nuevas activaciones conllevan una
serie de problemas de gran envergadura. Pero es indudable que pensar en
patrimonio y comunidad, tiende a evadir la idea misma de procesos y
apropiaciones, mas all de que en cualquier situacin de gestin del PCI, aquellos
son parte inevitable de la realidad con la que nos encontraremos.
b- La comunidad como problema
En el mdulo I, dictado por Marian Moya, ustedes contaron con un cuadro que
vuelvo a reproducir y retomo para que conectemos aquello que ya vieron, con los
contenidos de este mdulo:
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,
El Yaokwa, ritual del pueblo enawene nawe para el mantenimiento del orden social y
csmico (para leer el expediente presentado y aprobado en Unesco:
http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011&USL=00521)
Los payadores
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Comida colombiana
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5. Participacin de la comunidad
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Por el otro, y en lo que mas nos ocupa y preocupa para este mdulo, la
problemtica de la participacin comunitaria se ha incrementado en cuanto al
asunto que es inherente al PCI, pero al mismo tiempo todo un reto, pues el campo
del patrimonio se ha constituido histricamente por fuera o en los mrgenes de las
sociedades del presente, es decir sin una implicacin efectiva de las personas10.
Antonio Arantes (2007) refiere a esta problemtica partiendo de un primer asunto:
la cuestin de la formacin de una esfera pblica global y al mismo tiempo de
una agenda transnacional que, sin embargo, no funciona mecnica ni linealmente,
en tanto arenas donde no solo lo nacional, sino tambin donde los antagonismos
regionales o subregionales estn en disputa y en donde las hegemonas son
formadas. De all que el autor seala que existen mltiples mediaciones que
llevan a que los representantes nacionales en dichas arenas se conviertan en
traductores de disputas internas a sus pases y que, por lo tanto, no reproduzcan
en forma automtica los acuerdos internacionales. Volviendo sobre las palabras
de Arantes: Los expertos nacionales y otros agentes sociales como burcratas
estatales y personal tcnico, actan como brockers e intrpretes en este mltiple
proceso de traduccin cultural, que ocurre alrededor de esta esfera multiinstitucional. Pero en el caso del PCI, adems, se agrega la relevancia dada a los
sujetos practicantes, quienes adquieren legitimidad, revelando que este patrimonio
como seala Arantes- pertenece a las comunidades, pero que al mismo tiempo
es incrustado en los procesos sociales y culturales a travs de los cuales sus
vidas sociales son producidas y transformadas. En este sentido, los dichos de
este autor, muestran parte de la problemtica vinculada a la participacin: el
estatus patrimonial (Bortolotto Op.cit) otorgado a un elemento por parte de
polticas pblicas y de instituciones estatales se entromete en la trama y dinmica
de los grupos, interfiriendo en los procesos sociales (Arantes, Op.cit.) y
obviamente, en el valor patrimonial establecido (Bortolotto Op.cit), ya no por
expertos o tcnicos, sino por el conjunto de los sujetos vinculados a determinada
manifestacin.
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Basta con mirar algunos ejemplos de patrimonios monumentales, o de paisajes culturales, declarados
como tales desde la Convencin del Patrimonio Mundial de UNESCO de 1972, para encontrar esa negacin
de las personas, obviamente de quienes viven hoy en lugares patrimoniales y/o de quienes dan sentido a
esos patrimonios. Casos como las ciudades histricas en Europa, patrimonios arqueolgicos como el Machu
Pichu en Per, paisajes culturales como la Quebrada de Humahuaca, en algunos casos con escasos
residentes y mas turistas (en Machu Pichu por ejemplo las poblaciones locales no habitan el sitio pero s
estn prximas), en otros con una vasta proporcin de grupos locales (como en la Quebrada), muestran el
efecto patrimonial sobre la presencia negada de los sujetos. E incluso hay casos como el de Fez en
Marruecos, cuya medina se encuentra profundamente marcada por la cultura viva pero que, sin embargo,
ha sido patrimonializada por el carcter construido e histrico de aquella.
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Aqu van algunos ejemplos de fichas (en algunos casos acompaadas de mapeos)
marcadas por un corte netamente antropolgico-geogrfico. Ha habido
antecedentes de este tipo de modelo en diferentes pases del mundo: desde Mali
hasta Quebec, en Canad, siguieron esta lgica de un modelo de ficha
estandarizado a fin de recolectar informacin respecto de los portadores de la
tradicin, como sealan Turgeon y Forget en el ejemplo del IREPI de Quebec. El
modelo de Inventario Nacional de Referencias Culturales que elabor Antonio
Arantes a pedido del IPHAN de Brasil en el 2000, luego de que el presidente
aprobara el Registro del PCI a nivel nacional, se convirti hasta la actualidad en un
modelo referencial y a seguir por otros pases, particularmente los
latinoamericanos. Si bien este modelo no se focalizaba solo en una ficha de
relevamiento, como puede observarse era mas complejo y solo comprensible en
relacin al Registro sancionado por Decreto, que contiene Libros donde inscribir
manifestaciones o referencias culturales de PCI, el levantamiento de la ficha
solo un captulo dentro del Manual referido (INRC 2000, traduccin al castellano)fue tomado como prototipo a seguir y de lo que deba hacerse para producir los
inventarios sugeridos por la Convencin de 2003. Debe destacarse que la idea de
la ficha implicaba ante todo partir del supuesto ligado a una aparente ignorancia o
falta de informacin sobre las manifestaciones de grupos antes olvidados o
negados dentro del campo patrimonial, y desde ya a la necesidad de dar
continuidad a la visin patrimonialista del producto/objeto.
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Es por ello que, por ejemplo, a nivel de nuestro pas, no solo hubo relevamientos
hechos en base a esta lgica como el Atlas de Fiestas, Celebraciones y Rituales
de la ciudad de Buenos Aires, obviamente importante para aqul momento y sobre
todo para la localidad donde se realiz, pues efectivamente sirvi a los fines de
visibilizacin de grupos preexistentes pero relegados de las polticas pblicas de la
cultura, pero tambin hubo otros en algunas provincias como Buenos Aires y La
Pampa-, sino sobre todo que hubo (y an hay) intentos de producir una ficha
genrica y nica que pudiera completarse a nivel nacional, extrada y
descontextualizada de los mbitos sociales y culturales en los que debera
realizarse.
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La llegada del antroplogo como experto del PCI se dio casi natural y
automticamente. Al tratarse de grupos o colectivos sociales en general definidos
por su carcter tnico como indgenas-, o bien localizados en poblados alejados
de los centros urbanos, entre otros, el antroplogo apareci como el tcnico mas
apropiado para la produccin de metodologas, e incluso para los relevamientos,
inventarios, planes de gestin vinculados al PCI. En Amrica Latina, Brasil fue
pionero en la inclusin de la antropologa como hemos visto el Manual de
Inventario de Referencias Culturales fue elaborado por un antroplogo reconocido
que incluso lleg a Presidente del IPHAN-, produciendo incluso debates a nivel de
la Asociacin Brasilera de Antropologa para los primeros aos del siglo XXI
cuando este pas ya haba decretado el Registro comentado, esta Asociacin
discuta acerca de la pertinencia de activar como patrimonio una comida bahiana,
por poner solo un ejemplo-.
Pero mas tarde, cuando el PCI se socializ en varios pases que ratificaron la
Convencin, la mayor parte de los equipos de PCI a nivel nacional se conformaron
con antroplogos es el caso del equipo colombiano coordinado por Adriana
Molano, a quien han tenido de docente en otro mdulo, pero tambin el de
Ecuador, si bien hay instituciones que conservan expertos vinculados al patrimonio
material que se han antropologizado a los fines de dar cuenta del PCI-.
Ahora bien en lo que nos parece mas interesante respecto de traer al antroplogo
a este mdulo, tiene relacin, no solo con su rol de experto en las instituciones del
estado, sino fundamentalmente como herramienta de participacin comunitaria,
siendo desde este lugar en que se convierte en mediador.
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Un ejemplo interesante para evaluar este rol es el de los wayapi, cuyo grafismo
fue patrimonializado primero a nivel nacional y luego a nivel de UNESCO. Pero
antes de ello, fue uno de los primeros casos de registro brasilero (se registr el
arte kusiwa-pintura corporal y arte grfica wajapi). Dominique Gallois es una
reconocida antroploga que haba estudiado a los wajapi y que apoyada por el
Museo del Indio haba montado una exposicin, pero tambin un dossier,
resultado de mas de 15 aos de investigaciones etnogrficas. Ella junto al
director del Museo, llevaron su propuesta al IPHAN de registrar el arte kusiwa
como PCI del Brasil (2002) y efectivamente lograron el reconocimiento oficial.
Lo destacable es que con el paso del tiempo esta manifestacin fue inscripta en
las Listas de UNESCO y que con posterioridad a este hecho, una
patrimonializacin que se supona muy exitosa, entr en cuestin por efecto de
qu rol haba tenido la antroploga y cul la comunidad. En los ltimos aos, los
wajapi, an despus de haber colaborado con Gallois en la realizacin de un
libro para nios sobre el arte, comenzaron a dudar y debatir con la
patrimonializacin, planteando que dicho arte no es de ellos, que los dioses son
quienes les ofrecieron el mismo o bien que lo toman prestado de etnias vecinas.
Esta situacin ha puesto en jaque el papel del antroplogo, que no solo forma
parte de Instituciones, Consejos o Agencias de patrimonio, sino que tambin ha
funcionado como Mediador o Traductor cultural a los fines de activar
patrimonios en comunidades fuertemente trabajadas por ellos. (Para revisar el
caso sugerimos leer Abreu 2005: 50).
Abreu respecto a este ejemplo, se pregunta (Op.Cit.:50):
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Dos ejemplos con diferentes destinos, pero que en cualquier caso, ponen en
debate qu lugar toca al antroplogo, no solo como experto, sino sobre todo
como mediador o intermediario, en lo que parece ser un atajo a la
participacin comunitaria, pero que acaba en la portacin de informacin clave
recogida en trabajos de campo previos, mediante los cuales se ha obtenido una
confianza que puede aparentemente, facilitar el proceso comunitario, pero
que, por efecto de traducciones propias del experto, puede acabar produciendo
distorsiones.
Las estrategias clsicas de la participacin comunitaria provienen de las
propuestas vinculadas al desarrollo, las que comentamos al inicio de este
acpite. En contextos de priorizacin de poblaciones locales y de consideracin
de factores locales a fin de producir programas de mayor xito que los
intervencionistas, la participacin social/comunitaria ha sido una de las
herramientas de mayor protagonismo. La imagen que sigue es una muestra de
la puesta en escena y significacin dada a este tipo de modelo.
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Recientemente y a raz de un evento organizado por un grupo de Buenos Aires que retoma el candombe
afro-uruguayo, quienes se autodefinen como afro-argentinos colocaron en escena el conflicto entre dos
pases, particularmente entre dos tipos de comunidades que se supone usan distintos trminos, realizan
distintas prcticas, etc.
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Cuando decimos que el equipo de Colombia tiene los procesos de participacin en contexto comunitario
bastante aceitados, no queremos decir que sea el modelo a seguir, puesto que cada contexto y situacin
puede ser bien diferente. De hecho, este equipo ha venido trabajando con una lgica estrechamente
asociada a la perspectiva antropolgica, si bien con arreglo en negociaciones y mediaciones especficas y
singulares respecto de las comunidades (debemos destacar que las mismas no son colectivos urbanos, sino
mas bien pueblos originarios, localizados en poblaciones pequeas, etc., cuestin que facilita el
procedimiento).
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Este es un punto clave en el caso de los inventarios u otras herramientas de registro que derivan de los
mandatos de la Convencin de la Unesco de 2003.
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Conviene examinar los elementos que no forman parte del consentimiento libre,
previo e informado antes de intentar analizarlos por separado y describirlos. El
consentimiento libre, previo e informado no es un compromiso participativo, una
negociacin ni una consulta, sino ms bien medios que permiten lograr dicho
consentimiento. El consentimiento libre, previo e informado puede describirse
como parte del proceso de creacin de condiciones en virtud de las cuales las
personas ejercen su derecho fundamental de negociar los trminos, polticas,
programas y actividades (como la confeccin de inventarios) que pueden incidir
directamente en sus medios de vida y de conceder o negar su consentimiento.
Mientras ms participativo sea el proceso de confeccin de inventarios, habr que
hacer menos hincapi y dedicar menos tiempo a garantizar el consentimiento,
pues las comunidades ya habrn definido activamente los procesos y resultados
del inventario.
En el contexto de la Convencin, libre significa que las personas:
tienen la opcin de participar o no;
no estn sometidas a manipulacin, intimidacin o coercin (por ejemplo,
soborno); y
tienen la libertad de poner fin a su participacin incluso despus de iniciado
el proyecto.
El facilitador debe entablar un breve debate con los participantes en torno a estas
preguntas y asuntos.
Cmo puede definirse y garantizarse en la prctica este consentimiento?
Por ejemplo, si las personas se sienten presionadas a dar su aprobacin,
entonces el consentimiento no se obtiene libremente y, por consiguiente, no
es vlido. Qu puede hacerse para verificar que el consentimiento se
obtuvo libremente? Quin obtiene el consentimiento? Quin presta el
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Fuente: web de Filete Porteo del Instituto Histrico de la Ciudad de Buenos Aires.
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Bibliografa/Webgrafa
ABREU, Regina (2005) Quando o campo o patrimonio: notas sobre a participacao de
antroplogos nas questes do patrimonio en: Sociedade e Cultura, v. 8, N. 2, Jul./Dez.
2005, pp. 37-52.
ARANTES, Antonio (2007) Diversity, Heritage and Cultural Politics en: Theory, Culture
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