Laura Milano - Usina Posporno

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Usina posporno

Laura Milano naci en Santa Fe, en 1984.


Comunicadora, investigadora y docente. Es Licenciada en Ciencias de la Comunicacin por
la Universidad de Buenos Aires. Escribe e
investiga sobre temticas vinculadas a las sexualidades disidentes, polticas visuales y comunicacin alternativa. Es integrante de un proyecto
de investigacin PICT-FONCyT vinculado al
cruce comunicacin, gnero y sexualidades. Colabora en el suplemento Soy del diario Pgina/12
y en otros medios de comunicacin grficos y
digitales. Particip como performer de eventos
posporno en Espaa y Argentina. Integr el
staff organizador de la Muestra de Arte Pospornogrfico que produjo muestras anuales de
pospornografa desde 2012 a 2014 en varias ciudades de Argentina. Ha participado en ciclos de
arte en la ciudad de Buenos Aires, a travs de la
gestin y la realizacin artstica.

L A UR A M I LAN O

USINA
POSPORNO
Disidencia sexual, arte
y autogestin en la pospornografa

Milano, Laura
Usina posporno : disidencia sexual, arte y autogestin en la pospornografa . - 1a ed.
- Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Ttulo, 2014.
158 p. ; 20 x 14 cm.
ISBN 978-987-45618-1-7
1. Estudios Culturales. I. Ttulo
CDD 306

Usina Posporo, por Laura Milano, se distribuye bajo una Licencia Creative
Commons Atribucin-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

Ttulo es un sello de Recursos Editoriales


www.recursoseditoriales.com
info@recursoseditoriales.com

Diseo de coleccin: Trineo Comunicacin


isbn: 978-987-45618-1-7

ndice

Introduccin

1. Se dice de m: Discursos sobre mi placer,


el tuyo, el nuestro

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Crnica I. La llegada a Catalunya y los talleres ecosex

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2. La maquinaria Porno

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1.1 Las condiciones del posporno


1.2 El placer est en la fuga
1.3 Un arma cargada de performatividad
1.4 Yo digo de m. De la heterodesignacin al posporno

2.1 Sistema de produccin y consumo del porno


mainstream
2.2 El cuerpo pornogrfico
2.3 Detrs de escena: orden sexual y pornografa

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Crnica II. Das marranos

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3. El camino hacia el posporno

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3.1 Feministas en guerra


3.2 Nuevos feminismos y la emergencia de las disidencias sexuales
3.3 Kit subversivo y posporno: apropiaciones, metodologas y herramientas
3.3.1 Hazlo t mismo, hazlo con otros
3.3.2 Nuevas tecnologas, cyberfeminismo, software
libre

Crnica III. La nia de flores y el carbn

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4. Cuerpos en (de)construccin

4.1 Cuerpos de poca: de la nocin moderna a lo cyber-post


4.2 Ms que performativo, prosttico
4.3 El casting posporno: nuevas corporalidades frente a
la cmara
4.3.1 Cuerpos drag
4.3.2 Cuerpos intersex
4.3.3 Cybercuerpos

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Crnica IV. La boda negra

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5. Contra-sexualidad y chau a los hbitos sexuales

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Crnica V . Mar de cuerpos, mar de palabras

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6. Posporno sud-ac

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104
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5.1 Prcticas BDSM o el juego del poder extremo


5.2 Ms all de la piel: el cybersexo en el mundo virtual
5.3 Prcticas ecosexuales
5.4 Falocentrismo y coitocentrismo cero: dildos + fist
fucking

6.1 Posporno latino: sucursal o emprendimiento?


6.2 Posporno argento: la disidencia en el medio de la
diversidad
6.3 Para hacer bien el amor hay que venir al sur: festivales posporno en Amrica Latina
6.4 Algunos interrogantes para seguir investigando

114
117

Postfacio al postporno: Fragmentos sobre el catlogo pornogrfico en la era del archivo virtual, por
Felipe Rivas San Martn

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Glosario Conceptual
ABC Posporno
Bibliografa
Videos citados
Agradecimientos

128
133
140
145
148

Por tener el s habilitado.


Permanentemente.

Introduccin

Usina. Potencia creadora. Cuerpos amontonados y abocados a la produccin. Cuerpos productores. Flujos corporales, lubricaciones, engranajes. Rtmica de los cuerpos y las maquinas produciendo. Tensin,
contraccin, dilatacin, construccin, destruccin. Energa. La pospornografa1 me recuerda a la imagen de una usina, candente, productora y
erticamente agotadora. Hablar de la usina posporno remite al carcter
potente y productivo que subyace a todas estas producciones en las que
arte y (pos)feminismo se juntan para dar cuenta de nuevas formas de
representar la sexualidad y la multiplicidad de deseos y prcticas existentes. La usina nos conecta con la potencia demoledora que puede extraerse de los recursos naturales, su finalidad no implica la produccin de una
mercanca-objeto sino la produccin de energa. Tal imagen sirve para
retratar aquello que se produce en la pospornografa: energa sexual dada
por la potencia infinita e inagotable de los cuerpos erotizados.
Nacida al calor de las luchas del movimiento queer, la reivindicacin del trabajo sexual en los movimientos Pro-Sex de los aos 80
y el pos-feminismo, la pospornografa aparece en escena como respuesta crtica al discurso pornogrfico comercial desde las disidencias
sexuales. Una crtica que ataca la mirada heteronormativa que subyace
1 Aunque muchos y muchas autores/artistas utilizan el vocablo postpornografa, en
este trabajo utilizar las expresiones pospornografa o posporno como una forma
de pensar estas expresiones artstico-polticas desde una lectura anclada en el
terreno geogrfico y simblico de Amrica Latina. Aquello que en otras latitudes
se nombra como postporn o postpornography, aqu lo nombramos posporno o
pospornografa, y la ausencia de la letra t no es un error de tipeo sino un desvo
lingstico que est hablando de nuestra apropiacin latinoamericana de estas
experiencias. Aqu usar las palabras pospornografa o posporno como sinnimos.
La misma aclaracin se debe hacer respecto del uso de las expresiones pornografa
y porno, que tambin sern utilizadas indistintamente.

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en el porno no desde una perspectiva censuradora y prohibicionista,


sino a partir de la creacin de producciones pornogrficas que rompan con los estereotipos de sexo-gnero reproducidos en el porno,
al tiempo que aspira a retratar la libre expresin de los gneros y la
plasticidad de los cuerpos desde una mirada disidente. Plantarse desde el trmino disidencias sexuales implica un posicionamiento crtico
frente a los discursos de la diversidades o minoras sexuales en donde
se oculta bajo la forma de una poltica de la igualdad, la integracin y la tolerancia una nueva forma de actualizar el orden sexopoltico heterosexual. Mientras lo diverso y/o lo minoritario actan
como una forma de invisibilizar las relaciones de poder en materia
sexo-genrica, apelar a lo disidente es un punto de fuga que busca
producir afectaciones y agenciamientos desde los mrgenes, lejos de la
seduccin permanente de los discursos integracionistas del Estado y
los nuevos nichos gay-friendly del mercado. Lejos de estar atados a
una categora identitaria, desde la disidencia sexual se busca promover
otras lecturas de las corporalidades no normativas y nuevas formas de
agenciamientos sexo-afectivos. Los/as activistas de la disidencia sexual encaran nuevas estrategias polticas que toman como plataforma
su propia corporalidad y sus deseos para criticar los efectos normalizadores y disciplinarios de toda formacin identitaria basada en las
dicotomas masculino/femenino u hombre/mujer impuestas desde el
orden sexual heteronormativo. El posporno es una de estas estrategias:
por medio de mltiples lenguajes expresivos intervenciones urbanas,
performance, fotografa, audiovisual los/as hacedores/as del posporno se apropian de las herramientas discursivas del porno y lo subvierten, habilitando otras representaciones de la sexualidad.
La pospornografa produce nuevas narrativas del placer que no slo
permiten la visibilidad de las sexualidades disidentes sino que adems
funciona como invitacin a experimentar la sexualidad de manera ldica, desprejuiciada y creativa. No pretende ser instructiva, ni aleccionadora. Todo lo contrario. Es inquietante, incmoda y perturbadora. La
pospornografa se aleja nuevamente del porno para mostrar otras corporalidades posibles, declaradamente artificiales, hbridas, tecnolgicas.
Las representaciones producidas no trabajan sobre la correspondencia
entre sexo, gnero y prctica sexual, sino que experimentan una autorizacin plena al juego y la libre combinacin entre estos tres elementos
inamovibles en la lgica heteronormativa. Esta es su mayor y ms deliciosa perturbacin.

Laura Milano

As como la pornografa comercial trabaja con los ciclos de produccin, distribucin y consumo tpicos de cualquier industria del
mercado capitalista, el posporno puede pensarse como una usina creativa y productora que genera nuevas formas de mostrar la sexualidad
desde una perspectiva no slo feminista, sino tambin autogestiva y
anticapitalista. Estas nuevas producciones pospornogrficas promueven una metodologa de produccin do it yourself (DIY ), o hazlo t
mismo, en las que las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin y el trabajo en red son herramientas al alcance de la mano.
La misma postura autogestiva se evidencia en los modos de circulacin y consumo de pospornografa, muchas veces motivado desde
festivales y talleres autogestionados en los que se socializan producciones, herramientas y experiencias.
Estos desvos que la usina posporno encara defensa de las sexualidades disidentes y autogestin hacen de estas producciones una interesante muestra de las expresiones artstico-polticas surgidas desde los
mrgenes de la sociedad contempornea abocadas a disputar los sentidos impuestos y proponer nuevas formas de socializacin y produccin
colectiva. Llegado a este punto, la usina posporno se desnuda como una
apuesta poltica y artstica. Poltica en tanto consideramos que intenta
modificar el orden actual de las cosas, desafiando las representaciones
de la pornografa comercial como parte del dispositivo de sexualidad
que funciona como reproductor de la diferencia sexual, la heterosexualidad obligatoria y que acta como norma-regla con la que se mide qu
es y qu no es sexo. Por otro lado, la pospornografa es un producto
surgido desde la disidencia sexual, lo cual implica que su emergencia es
sntoma de una necesidad de visualizacin en el marco de una disputa
social por la imposicin del sentido en torno a lo sexual. La pospornografa acta como prctica de empoderamiento para los sujetos que
siempre han sido excluidos por sus elecciones sexuales y como mensaje
en contra de la heteronormatividad y en pos de los placeres disidentes.
Pero esta crtica no toma la forma de un discurso panfletario, sino
que toma las herramientas y recursos del arte para comunicar su mensaje. Si lo pornogrfico busca venderse a s mismo como realidad o
como registro documental con el nico fin de conseguir la excitacin
del consumidor, la pospornografa no slo intenta comunicar su crtica
al sistema heteronormativo sino que tambin intenta hacerlo desde una
produccin artstica cuya intencionalidad sea superadora de la mera
excitacin del pblico y est orientada al goce esttico, cual si fuera una

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obra de arte. Para ello, utiliza expresiones estticas propias del campo
artstico tales como la fotografa, el art-performance o el net-art para
presentar sus propuestas y exhibir frente a un pblico presente o virtual.
Todo esto nos permite pensar a la pospornografa como una manifestacin de las nuevas posibilidades artsticas que proveen las nuevas
tecnologas desde una prctica autogestiva.
Hasta aqu la presentacin de este trabajo de investigacin sobre la
pospornografa en cuanto a algunos de los puntos de anlisis y reflexin
que sern desarrollados en los distintos captulos de este libro. Pero ha
de faltar una parte muy importante en esta introduccin y es presentar
la parte maldita que explica el recorrido que experiment a partir de
este trabajo de investigacin. Y que, por extensin, explica la organizacin caprichosa que hemos dispuesto para presentar las diferentes
partes de este libro.
Este trabajo ha tenido por background un proceso personal de experimentacin en el que puse en juego mi lugar como investigadora, como
practicante sexual y como periodista. La eleccin de experimentar en
primera persona aquellas opciones sexuales no-normativas y acceder a
los sentidos construidos acerca de la sexualidad que la usina posporno
pregonaba en sus producciones y en los discursos de sus referentes fue
el camino elegido desde el momento cero de esta investigacin. El devenir de esta investigacin no poda ser otro que un devenir posporno
en el que la experimentacin prctica le marcara el ritmo y el camino a
la reflexin terica. A partir de esta decisin inicial se abri un camino
de indagacin en el que se entrecruzaron de forma errante viajes, lecturas, conversaciones, intervenciones, desafos, curiosidades, aprendizajes, corporalidades, re-lecturas, boletos de avin y de bus, entrevistas,
grabaciones e infinitas des-grabaciones, registros de video y fotografa,
bitcoras de viaje, experimentaciones, aperturas.
Los escenarios elegidos para emprender este viaje hacia el posporno
fueron algunas ciudades de Argentina y Espaa, en las que indagu en
materiales pospornogrficos producidos all, entrevist referentes, asist
a talleres y festivales y particip junto con artistas locales del posporno de performance y presentaciones. Como resultado de este devenir
posporno tras-ocenico, comparto hoy esta experiencia de investigacin
sobre la pospornografa que integr el anlisis cultural del corpus pospornogrfico, el trabajo de campo, la indagacin periodstica y la experimentacin del cuerpo propio. Y la mejor forma de compartir el carcter
hbrido de esta investigacin es presentar este trabajo como un ensayo

Laura Milano

patchwork en el que encontrarn sueltos retazos de reflexiones tericas,


crnicas, fragmentos de entrevistas y charlas, preguntas disparadoras, cadveres exquisitos, fotografas y citas.
Ensayar un texto al igual que producir posporno es un trabajo de
ruptura de gneros, de experimentacin con los discursos ya conocidos,
de creacin sin lmites. En la presentacin de su ensayo Testo Yonqui,
Beatriz Preciado advierte que si el lector encuentra dispersos aqu, sin
solucin de continuidad, reflexiones filosficas, narraciones de sesiones de administracin de hormonas y relatos detallados de prcticas
sexuales es simplemente porque este es el modo en el que se construye
y se desconstruye la subjetividad (Preciado, 2008: 16). No encuentro
palabras mejores para explicar este ejercicio de ensayar. Ensayar no slo
es indagar en un tema, profundizar en sus conexiones con otras temticas afines y argumentar sobre el mismo en razn de nuestras opiniones
personales; tambin es compartir con un lector imaginario las idas y
vueltas del pensamiento; es expresar las confusiones de un sujeto que
se siente conmovido por un fenmeno y trata de buscarle explicaciones
a partir de sus palabras y de las palabras de otros. Ensayar es saber que
aquello que se dijo posiblemente no sea la ltima palabra sobre el tema
pero que vale la pena decirla porque representa una mirada, un contexto
y una experiencia.
Bienvenidos a la usina posporno donde la sexualidad es multiplicidad, juego, camaradera, creacin continua. Que la usina no pare, que
no pare nunca.

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1. Se dice de m:
Discursos sobre mi placer, el tuyo, el nuestro
Acaso la puesta en discurso del sexo no est dirigida a la
tarea de expulsar de la realidad las formas de sexualidad no
sometidas a la economa estricta de la reproduccin: decir no
a las actividades infecundas, proscribir los placeres vecinos,
reducir o excluir las prcticas que no tienen la generacin
como fin?
Michael Foucault, Historia de la sexualidad, tomo I
El placer de mirar se ha escindido en activo-masculino
y pasivo-femenino. La mirada determinante del varn
proyecta su fantasa sobre la figura femenina, a la que talla a
su medida y conveniencia. En su tradicional papel de objeto
de exhibicin, las mujeres son contempladas y mostradas
simultneamente con una apariencia codificada para
producir un impacto visual y ertico tan fuerte, que puede
decirse de ellas que connotan para ser mirabilidad.
La mujer expuesta como objeto sexual es el leitmotiv del
espectculo ertico, ella significa el deseo masculino, soporta su
mirada y acta para l.
Laura Mulvey, Placer visual y cine narrativo

Yo soy lo que dicen de m, lo que constantemente se dice de mi cuerpo? Mi sexualidad es una consecuencia de aquellos discursos que han
hablado en su nombre? Finalmente me pregunto: mi cuerpo tiene
voz? Quin tiene el poder de ponerle nombre a mis placeres? No es
azaroso que este ensayo comience formalmente con un captulo dedicado al discurso, dado que en l se evidencia el carcter subversivo de
la usina posporno. Es en el orden del discurso donde se observa quin
enuncia qu sobre algo, desde dnde habla y para qu lo dice. Es decir,
qu realidad se construye. La pospornografa emerge como un discurso
subversivo y crtico que lucha por visibilizar nuevas representaciones
de la sexualidad en el contexto de otros discursos acerca de la sexualidad que actan como dispositivos para nombrar, definir, ordenar y

Laura Milano

en consecuencia hegemonizar el sentido acerca de los cuerpos, los


placeres y las prcticas.
El discurso es la instancia de la vida social en la que las significaciones se producen, circulan, se desplazan, se fijan o se trastocan. All
se construye la realidad de lo social (y lo sexual), los sentidos sobre las
cosas que nos rodean y constituyen nuestro mundo. El lenguaje no es
meramente descriptivo de un mundo que ya existe fuera de nosotros y
sobre el que operamos con la inocente accin de nombrar. El lenguaje
tiene la capacidad de instaurar realidades en el mundo (de all su carcter performativo) e instalar ciertas definiciones de fenmenos y personas. A partir de esta creacin armamos nuestra grilla configuradora de
lo real: los discursos guardan la memoria de lo que somos o creemos
ser, armando una matriz del pensamiento y percepcin sostenida por
un universo simblico compartido.
Por otro lado, vale decir que en el saber est el poder. Toda representacin sobre las cosas est marcada por cierta imposicin de sentido, por cierto poder que ha producido una verdad sobre la misma.
Tal como afirma Michael Foucault en Microfsica del poder (1980),
en toda sociedad la produccin discursiva est a la vez controlada,
seleccionada y redistribuida por un cierto nmero de procedimientos que tienen por funcin nominar y ordenar los acontecimientos
de la vida social. El poder, para Foucault, no es algo negativo sino
tambin positivo en el sentido de que no solamente prohbe sino
que tambin produce discursos, saberes, verdades. La verdad no est
afuera del poder ni es sin poder; est producida por mltiples imposiciones y genera efectos de poder que resuenan en nuestra forma de
nombrar y ordenar el mundo.
Qu pasa, entonces, con los discursos de la sexualidad que circulan a nuestro alrededor? La sexualidad ese aspecto tan dinmico de nuestra subjetividad ha sido histricamente capturada por
mltiples discursos que han hablado sobre ella, entre los cuales sobresale actualmente la pornografa. La captura ha dado como resultado cierta nomenclatura normativa que de tanto ser repetida se ha
impregnado en nuestros cuerpos en forma de gneros y prcticas
sexuales concretas.
Se dice de m y en ese decir se construye una realidad, un orden
sobre m que se impone como una evidencia. En el examen sobre aquellos discursos sociales que dicen representar la sexualidad, la ideologa

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Usina posporno

dominante que los alimenta es la heteronormatividad2. Tal es la fuerza


significante de los discursos sociales hegemnicos que terminan configurndose como nuestro horizonte de inteligibilidad respecto a las
cosas, vistas siempre desde la lente de la heterosexualidad como norma.
Pero as como el sentido acerca de la cosas se construye, tambin se
destruye o, mejor dicho, se transforma. Y como ya se dijo, la transformacin surge desde el discurso mismo a partir de una lucha simblica
contra la imposicin de sentido. En la superficie del discurso no slo
se producen y circulan significaciones universalmente reconocibles que
organizan nuestra percepcin del mundo, sino que es tambin el lugar
de lucha por el sentido, es decir por los desplazamientos en las significaciones. Las enunciaciones de los sujetos intentan desplazar una
significacin, crear una nueva y re-interpretar as el entendimiento del
mundo. Esta es la batalla en la que est inmersa la pospornografa. No
es una salida por el abandono del discurso sino todo lo contrario: es
una apuesta discursiva combativa que aparece para disputar el sentido
que histricamente se ha construido sobre la sexualidad y para habilitar nuevas representaciones que atenten contra lo socialmente inteligible respecto a los cuerpos sexuados al mostrar otras corporalidades,
otras producciones del placer y otros deseos. En ese enunciar, la pospornografa disputa el sentido sobre la sexualidad que histricamente
ha alimentado la industria pornogrfica (paradigma del discurso hegemnico y heteronormativo sobre el sexo). En la pospornografa, la
disidencia sexual toma la palabra y construye sus propios relatos sin
intermediacin de una voz ajena que hable por ella; en esta apropiacin
del discurso pornogrfico se pone en acto una autodesignacin3 positiva
y reivindicativa, que es una de las claves del carcter poltico de la enunciacin pospornogrfica.
Pero adems de brindar el espacio para la visibilizacin de estos
cuerpos y prcticas ignoradas por el discurso pornogrfico comercial,
2 Al final del libro, el/la lector/a encontrar un Glosario Conceptual en el que se
definen ciertos conceptos claves para el anlisis de la pospornografa tal como
as lo propone este ensayo. All se sintetizan algunas de las conceptualizaciones
bsicas de las teoras de gnero y del feminismo, como tambin cierta
terminologa especfica del infinito mundo de las sexualidades. Cada uno de
los conceptos utilizados aqu son llaves que pueden abrir mltiples sendas de
investigacin; nuestra utilizacin no slo ha sido pragmtica sino tambin
poltica, pero creemos que no es la nica forma posible de utilizarlos.
3 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

la pospornografa abre la posibilidad de construir nuevas subjetividades respecto a lo sexual que puedan ser ms permeables a la experimentacin fuera de las normas sociales y las obligaciones impuestas
por el gnero. Si pensamos que en el discurso se juega la definicin
de lo real, nuevos discursos socio-sexuales pueden habilitar nuevas
realidades.

1.1 Las condiciones del posporno


Partiendo de los aportes de la teora de los discursos sociales de Eliseo
Vern, nos interesa la pospornografa en tanto fenmeno social que es proceso de produccin de sentido (Vern, 1993). Indagar en la dimensin discursiva de cierto producto es observar su valor significante y su dilogo
con el contexto social en el que emerge. Desde esta teora, el discurso
es una configuracin espacio-temporal de sentido que toma como soporte o inviste distintas materialidades (como en este caso pueden ser
las producciones audiovisuales, performativas, pictricas y fotogrficas).
Estos productos necesariamente tienen una relacin con las condiciones productivas que lo determinan: condiciones de produccin que dan
cuenta de las restricciones de generacin de ese discurso, y condiciones
de reconocimiento para las restricciones de su recepcin.
Entre las condiciones productivas de un discurso, siempre hay
otros discursos. Esto permite explicar que toda produccin de sentido
acerca de la sexualidad es reconocimiento de otros textos anteriores,
y viceversa. Slo en esta intensa y determinante relacin que se establece entre un discurso y otro se comprende la importancia del sentido resistente que la pospornografa propone. Es claro que el porno
funciona como gran condicin de generacin de la pospornografa y
que ella misma acta como respuesta al discurso del porno. Por ello es
interesante analizar las relaciones inter-discursivas que se establecen
entre ambos discursos. Desde esta perspectiva, la pospornografa es
el fenmeno de reconocimiento del discurso pornogrfico bajo ciertas condiciones sociales determinadas (que en esto caso remiten a
la emergencia del movimiento queer, a la confrontacin Pro-Sex y
anti-porno dentro del feminismo de los aos 80, la teora queer y
otras coyunturas socio-polticas que retomar en el captulo 3). Si
bien el porno tuvo su auge en los aos 70 a partir de su expansin
como industria, slo a partir de la lectura crtica que se le realiz en

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Usina posporno

los aos 80 y 90 pudieron surgir nuevos procesos de produccin de


textos sobre la sexualidad, como la pospornografa.
Es claro que ningn discurso puede prever completamente el
efecto de sentido que producir en la recepcin, dado que entre condiciones de produccin y reconocimiento media la circulacin de
ese discurso social en el transcurso del tiempo. La circulacin es el
proceso de desfase entre produccin y reconocimiento, desfase que
puede adquirir formas muy diferentes segn el tipo de produccin
significante considerada. La historia hace que un discurso pueda
provocar distintos efectos de sentido y, en consecuencia, provoque
nuevas producciones de textos crticos. Este es el caso del discurso
pospornogrfico que emerge como una lectura de la pornografa que
se da en el marco de un contexto social y poltico de crtica contra el
sistema sexo-gnero. La pornografa leda desde ciertas condiciones
de reconocimiento es re-interpretada crticamente para dar paso a la
produccin de nuevos discursos. As es que los textos pospornogrficos pueden entenderse como producciones-reacciones resistentes a
las representaciones heteronormativas que se reproducen en las pelculas del porno comercial. Sin porno no hay posporno, para sintetizar
en trminos discursivos.
Entonces, si la pospornografa es el producto que resulta de la gramtica de reconocimiento de la pornografa, cul es la gramtica de
reconocimiento de la pospornografa? Qu discursos surgen a partir
de una lectura del posporno? Podemos dar cuenta ya de qu pasa en
el ltimo eslabn del circuito de consumo discursivo de la pospornografa? Segn la teora de los discursos sociales, los efectos de sentido
de un discurso o representaciones pueden modificarse en razn de
las infinitas situaciones de recepcin de un producto significante. La
de-codificacin de un discurso depende del contexto en el que se recibe, lo cual habilita la posibilidad de infinitas lecturas. De hecho, la
diferencia entre las condiciones de produccin y las condiciones de
reconocimiento permiten dar cuenta de la historicidad de un discurso. Si bien el posporno intenta provocar ciertos efectos de sentido
en sus consumidores, incitando a la indagacin y experimentacin
sexual desprejuiciada, es imposible saber a priori qu pasar con el
producto posporno en la instancia de reconocimiento. Tal vez esto
pueda servir para comprender las distintas apreciaciones que actualmente estn circulando respecto de la pospornografa desde distintos
mbitos (la academia, el arte, el activismo queer) as como tambin las

Laura Milano

surgidas desde distintos escenarios (Europa, Estados Unidos, Amrica Latina). Qu lectura hacemos de los discursos pospornogrficos
desde la academia?, cmo se re-apropia la pospornografa desde el
arte contemporneo?, qu efecto de sentido tiene el posporno si es
consumido desde un museo o desde un espacio cultural ocupado y
autogestivo?, qu lectura del posporno europeo o estadounidense hacemos desde Amrica Latina?, qu productos pospornogrficos surgen desde la periferia a partir de estas lecturas? Todas estas preguntas
provienen de pensar a la pospornografa no como algo inmanente y
cerrado sino como un discurso en plena circulacin social, determinado por sus condiciones de produccin y abierto a distintas condiciones de reconocimiento.

1.2 El placer est en la fuga


Para quienes estamos interesados en la produccin de nuevos saberes
sobre la sexualidad que amplen nuestro horizonte de inteligibilidad
y experimentacin es menester no slo comprender cules son los
efectos de sentido de los discursos heteronormativos sobre la sexualidad sino tambin cules son los puntos de fuga o desvos que buscan
su lugar en la lucha por el sentido. Porque ninguna representacin
de la sexualidad y los gneros por ms totalizadora que parezca
puede agotar su significacin. En palabras de Teresa de Lauretis, lo
que permanece fuera del discurso como trauma potencial () puede
romper o desestabilizar cualquier representacin (De Lauretis 1996,
p. 9). Ese es nuestro campo de accin: traer al discurso aquellas expresiones de la sexualidad que histricamente estuvieron fuera o fueron
estigmatizadas.
Hablar de sexualidad implica dar cuenta de cierta definicin de la
misma y de la produccin de cuerpos que resultan inteligibles en el
horizonte de esa definicin. As lo comprendi Michel Foucault en
su anlisis de la Historia de la sexualidad al identificar el dispositivo a
travs del cual se configura un saber sobre el sexo. Frente a la hiptesis
represiva que proclama la liberacin de lo sexual a partir de su puesta
en discurso, el autor asegura que, desde el siglo XVIII en adelante, la
inmensa produccin de discursos acerca de la sexualidad en el marco
de las instituciones de poder no hizo ms que profundizar la normalizacin de las prcticas y los placeres. Esta abundancia de discursos

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Usina posporno

sobre la sexualidad se entiende en el marco de la sociedad moderna


que aplica una nueva concepcin del poder sobre la vida, denominada
biopoder, que integra dos vertientes tecnolgicas: la anatomopoltica del
cuerpo humano y la biopoltica de la poblacin.4 El dispositivo de sexualidad cont con cuatro expresiones de saber-poder que apuntaron al
control tanto del individuo como de la poblacin: 1) la histerizacin
del cuerpo de la mujer; 2) la pedagogizacin del sexo de los nios; 3)
la socializacin de las conductas procreadoras y 4) la psiquiatrizacin
de los placeres perversos. Sobre estos puntos se encar una prolfera
produccin de discursos (mdicos, psiquitricos, confesionales) que
permitiesen explicar estas expresiones de la sexualidad y producirlas
en los cuerpos.
Para Foucault, la sexualidad es producto de un conjunto de tecnologas y dispositivos productivos de saber-poder que construyen/crean/
limitan las prcticas sexuales y los deseos. La forma ms eficaz de organizar la sexualidad no es la censura o la prohibicin sino, ms bien, la
creacin de determinados usos del sexo, el placer y el deseo; y simultneamente haciendo ininteligibles, no-pensables, otros mltiples usos,
deseos y placeres. Es decir, la vinculacin saber-poder-sexualidad sera
lo que permite explicar la hegemona de cierto orden sexual frente a
mltiples sexualidades posibles.
El poder no es una entidad fija y vertical sino una red de relaciones, de discursos, prcticas e instituciones que atraviesan todo el
espacio social y a todos los sujetos de forma horizontal y permeable.
Decir la verdad acerca de la sexualidad es un ejercicio del poder
que encuentra sus canales de expansin en la medicina, psiquiatra,
pedagoga, confesin cristina, literatura ertica y ms contemporneamente en los medios de comunicacin. As, las tcnicas disciplinarias de la sexualidad funcionan como estructuras reproductoras de
normas prescriptivas sobre la misma ancladas en dicotomas jerarquizadas que generan las diferentes posiciones de sujeto de podersaber (hombre/mujer, heterosexual/homosexual, normal/perverso,
etc.). El gran logro del dispositivo, entonces, consiste en enmascarar
las violentas construcciones de gnero como naturales, estableciendo
complejos andamiajes de diferencia sexual y binarismos que se juegan
en el difcil terreno del adentro/afuera identitarios. A su vez, estos
4 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

discursos sobre la sexualidad proporcionan una gua de lectura de los


cuerpos. Se sexualizan los cuerpos a partir de los saberes acerca del
sexo que regulan las prcticas a modo de ordenarlas en los parmetros
de la normalidad. Todo aquello que implique un desvo de la sexualidad reproductiva heterosexual ser considerado anormal, abyecto: en
esta caracterizacin se ubican los locos, perversos, onanistas, histricas, homosexuales, etc.
El sexo, entonces, es el producto de complejas tecnologas y saberes
que estn estrechamente vinculados con la problemtica econmica y
poltica del control de las poblaciones. La conducta sexual debe dirigirse, insertarse, en sistemas de utilidad, regularse y administrarse a favor
del orden social imperante. Este biopoder que Foucault explica nos
permite comprender el origen de la normalizacin de las identidades y
prcticas sexuales como efectos de los discursos sobre el sexo.
A pesar de que no habra un afuera del dispositivo de sexualidad, la
concepcin del poder que maneja Foucault nos permite pensar posibilidades de desvo/fuga, ya que los puntos de resistencia estn presentes
en todas partes dentro de la red de poder. Es decir, donde hay poder hay
resistencia. La pospornografa surge como un desvo discursivo producido por aquellos sujetos sexualmente caracterizados como abyectos,
pervertidos, enfermos que hartos de ser invisibilizados o estigmatizados comienzan a visibilizar su resistencia a la heteronormatividad.
Su efecto es actuar como punto de fuga hacia nuevas representaciones
del placer, crticas y abiertas a la plenitud de la experiencia. Lo cual nos
ensea que la resistencia se da tanto en el orden de los cuerpos como
tambin de los discursos. Es desde all que podemos pensar la propuesta pospornogrfica como un nuevo discurso de la sexualidad inmerso
en el dispositivo pero resistente respecto a lo socialmente establecido,
lo cual habilita nuevos saberes-poderes no normativos acerca de los
cuerpos y los placeres.

1.3 Un arma cargada de performatividad


Judith Butler recupera los aportes de la Pragmtica para realizar una
genealoga de las categoras fundacionales del sexo, el gnero y el
deseo, develando que estas son efectos de una formacin especfica de poder y que como tales se construyen performativamente.
La autora afirma que el efecto sustantivo del gnero se construye de

21

22

Usina posporno

modo performativo y es impuesto por las normas reguladoras de la


coherencia de gnero que establecen una supuesta estabilidad entre
sexo, gnero y deseo. Esta continuidad es instaurada y mantenida por
las normas de gnero culturalmente hegemnicas que producen la
inteligibilidad social de los sujetos, la legitimidad de los cuerpos y sus
deseos a partir de la produccin de cuerpos biopolticamente delimitados y sexualidades prescriptivas (y siempre excluyentes). Adems,
Butler considera que las categoras de la identidad son el producto de
instituciones definitorias: el falogocentrismo5 y la heterosexualidad
obligatoria.6 En este sentido, la pretendida naturalidad heterosexual
es el resultado de estos actos performativos discursivamente restringidos que producen el cuerpo y la sexualidad mediante las categoras
de sexo y dentro de ellas.
Desde esta perspectiva, el gnero es la actuacin repetida del
cuerpo, la repeticin constante y regulada de determinadas acciones,
que se estanca para producir la apariencia de naturaleza del ser.
Pero a su vez, estos actos performativos que toman la apariencia de
naturaleza a fuerza de repeticin siempre tienen su espacio de fuga,
de resistencia, ya que crean ms de lo que estn destinados a crear,
un significante que excede a cualquier significante pretendido. Por
lo cual, el sujeto no puede reducirse a tales relaciones de poder. Si
intenta oponerse a su construccin en tanto relaciones de poder
limitantes deber hacerlo desde esa misma construccin que lo limita pero que, adems, lo habilita a hablar. Como consecuencia, la
dimensin performativa del lenguaje no slo provoca la sedimentacin de actos normativos, institucionalizados y naturalizados sobre
el gnero, sino que tambin deja abierta la posibilidad de una accin
insurgente por parte de los/as sujetos a partir de su ambivalencia
constitutiva. En consecuencia,
el gnero es siempre un hacer, aunque no un hacer por parte del
sujeto que se pueda considerar preexistente a la accin. () no
existe una identidad de gnero detrs de las expresiones de gnero; esa identidad se constituye performativamente por las mismas
expresiones que, al parecer, son resultado de sta. (Butler, 2001: 84)

5 Ver en Glosario Conceptual.


6 dem.

Laura Milano

Cmo ha impactado la teora de la performatividad de gnero de Judith Butler en las producciones pospornogrficas? La crtica a la naturalizacin de la trada sexo-gnero-deseo bien puede
verse reflejada en la pospornografa y en las representaciones de la
sexualidad que emanan de ella. La pospornografa trabaja sobre la
de-construccin del gnero a partir de la crtica a las identidades
sexuales esencializadas (y las respectivas jerarquas genricas que se
naturalizan en consecuencia) que aparecen en el porno. Las dicotomas tradicionales de masculinidad/femineidad, varn/mujer, penetrador/penetrado, activo/pasivo son asumidas como construcciones;
es decir, como posibilidades y no como esencias. La heteronorma
que arrastra el discurso pornogrfico en cada una de sus representaciones sexo-genricas es deconstruida para dar espacio a otras imgenes/sentidos acerca de las identidades sexuales que se definirn
por su prctica/puesta en acto.

Creo que todas las que estamos interesadas en esto del posporno somos personas
que no nos importa ponernos en tela de
juicio. No nos importa rompernos a nosotras mismas si es que podemos cuestionarnos un par de cosas. Comprendo que
da miedo abrirse a una serie de planteamientos. Pero no tenemos miedo a eso.
Mara Llopis (entrevista). Gijn, Espaa, 2011

Si lo pornogrfico es una apelacin a la cita del orden heterosexual tal como afirma Rivas San Martn (2006) podemos pensar
lo pos-pornogrfico como citaciones desviadas/resistentes sobre el
sexo y el placer; una resignificacin de los trminos que constituyen las categoras de identidad sexual, una desobediencia a la
pretendida naturalidad y coherencia entre sexo/gnero/deseo. Las
producciones pospornogrficas insisten sobre esta idea matriz: las
distintas identidades sexuales no son expresiones de cierta naturaleza asociada a un sexo-gnero y alineadas a ciertos deseos, sino que

23

24

Usina posporno

son elecciones ldicas de sujetos abiertos a la experimentacin de


los placeres. En esa bsqueda de poner en acto slo lo que se mueve
por la pulsin del deseo, la pospornografa explota ese espacio contradictorio de la construccin identitaria a partir de la reelaboracin
y resignificacin de esas normas de gnero, de esos ideales y usos
restringidos variando las posibilidades de accin, multiplicando los
usos de la sexualidad, experimentando otros deseos y espacios corporales, atacando a la estabilidad del gnero y desenmascarando
las relaciones de poder constitutivas de la sexualidad. El carcter
resistente y disruptivo del posporno se desprende de esta asumida
intencin de representar otras expresiones del cuerpo, del deseo y la
sexualidad diferentes a las hegemnicas. El trabajo es sacar a la luz
la performatividad naturalizada de roles de gnero en el plano de la
sexualidad y criticarlo desde la parodia, desde el desvo. Jugar, performatear, dominar, tecnificar, obedecer, penetrar. Todo en el acto,
ni antes ni despus.

1.4 Yo digo de m. De la heterodesignacin al posporno


Para Teresa de Lauretis el gnero de la misma forma que la sexualidad
en Foucault no es una manifestacin natural y espontnea del sexo ni
la expresin de unas caractersticas intrnsecas y especficas de los cuerpos sexuados en masculino o femenino sino que es una construccin
que se da a partir de la incorporacin de los modelos y representaciones
de masculinidad y feminidad difundidos por las formas culturales hegemnicas de cada sociedad.
Dentro de nuestras sociedades heteronormativas, las tecnologas de gnero actan como operadores y dadores de sentido en
lo que respecta a la asignacin de conductas de gnero inteligibles
dentro del binomio masculino-femenino. Estas seran, entonces,
categoras complementarias y mutuamente excluyentes dentro de
las cuales estn colocados todos los seres humanos dependientes
del sistema de gnero (descrito como un sistema de sentido)
dentro de cada cultura. Segn esta autora, en los procesos simblicos, el mecanismo de la representacin tendra la propiedad de asociar el sexo a contenidos culturales dentro de una escala de valores y
jerarquas sociales. Ciertas representaciones de gnero se producen
y reproducen en prcticas discursivas como el sistema educativo,

Laura Milano

prcticas de la vida cotidiana, el cine, los medios de comunicacin,


etc. Entonces
como la sexualidad, el gnero no es una propiedad de los cuerpos o algo que originalmente existe en los seres humanos, sino
el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales () por el despliegue de una
tecnologa poltica compleja. (De Lauretis, 1996: 8)
Estas tecnologas del gnero cumplen la doble funcin de nombrar, definir, plasmar o representar la feminidad o la masculinidad, y
al mismo tiempo tambin la crean. Por lo tanto, la construccin del
gnero es el producto y el proceso tanto de la representacin como
de la autorrepresentacin (De Lauretis, 1996: 15). Bajo estos lineamientos, cualquier nocin de naturaleza respecto al gnero es desterrada. Desde muy pequeos somos interpelados por discursos sociales
que nos dicen cmo ser, cmo actuar, qu prcticas estn bien y qu
prcticas estn mal segn el gnero que nos corresponde. El gnero
habla por nosotros, y acta como el horizonte que limita y da sentido
a nuestras prcticas. La construccin del gnero se da en el marco de
un sistema de relaciones sociales pre-existentes, cierta concepcin del
mundo y de la vida materializada en ciertos discursos que imponen
una jerarqua entre hombres y mujeres, una valorizacin de la heterosexualidad como norma y una estigmatizacin de aquellos que no
encuadran por su identidad sexual y/o de gnero en los parmetros de
lo normal. Vale recordar la lectura que De Lauretis hace de Althusser al afirmar que la ideologa funciona como tecnologa del gnero.
Si, como afirma Althusser (1988), toda ideologa tiene la funcin (que
la define) de constituir individuos concretos en cuanto sujetos, De
Lauretis afirma que el gnero tiene la funcin (que lo define) de
constituir individuos concretos en cuanto hombres y mujeres (1996:
12). Lo que es lo mismo que decir que el gnero es la tecnologa que
interviene en el proceso de subjetivacin de los individuos para definirlos socialmente como hombres o mujeres, a partir de la mediacin
de ciertas prcticas socioculturales, discursos e instituciones capaces
de crear tales efectos de sentido. Pero esta definicin no es inocente,
ni azarosa. La clasificacin genrica responde a ciertas formaciones
ideolgicas dominantes que en el proceso de interpelacin dado por
el lenguaje y la representacin construyen determinados sujetos

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Usina posporno

sexo-genricos y obstruyen otros. En el orden sexual heteronormativo los sujetos que no encajan en el binomio masculino-femenino y
en el horizonte de expectativas que se espera de ellos son socialmente
estigmatizados y excluidos. Lo que se sale fuera de la norma siempre
es lo otro, lo des-ordenado (en este caso, lo des-generizado).
Los aportes de Teresa de Lauretis sobre las concepciones culturales de lo masculino y lo femenino en el discurso cinematogrfico
nos permiten dar cuenta de cmo la feminidad ha sido producto de
una heterodesignacin7; y cmo esto se imprime en distintos discursos sociales de alta circulacin y consumo. Este concepto remite
al nombramiento realizado por los varones en el ejercicio de su
lugar de poder en la jerarqua social-sexual en el que instituyen a la
mujer como un otro, relegndola as a la esfera de la alteridad, la
inmanencia. Mediante esta relegacin, el varn se autodesigna como
sujeto asumiendo el estatuto de individuo autnomo y consciente
de s mismo. En el cine, la mujer (y vale decir tambin lo gay, lo
trans, lo intersex, lo abyecto) siempre ha sido construida en negativo
de lo masculino, tal como lo expresa Laura Mulvey al referirse a la
construccin de la mujer como objeto de exhibicin en el cine narrativo hollywoodense, en el epgrafe del comienzo de este captulo.
Esta perspectiva es importante recordarla al mirar pornografa: eso
que se muestra all es lo que la mirada masculina quiere ver. Implica una representacin especular tanto del gnero, de los cuerpos y
las prcticas sexuales. Pero ms importante resulta esta perspectiva
si observamos las nuevas propuestas resistentes y disruptivas de la
pospornografa: eso que se muestra en estos nuevos discursos no
slo no es lo que la mirada masculina dominante quiere ver, sino que
es visibilizacin de los deseos, cuerpos y prcticas que haban sido
excluidos por el discurso dominante.
En este punto es donde las palabras de Teresa de Lauretis cobran
ms peso en relacin a la disputa del sentido que se juega en los discursos pospornogrficos. La construccin de lo femenino que se imprime en la pornografa comercial es producto de una heterodesignacin y, por lo tanto, no slo responde a una mirada masculina acerca
de los roles asignados y jerarquizados para hombres y mujeres sino
que tambin responde a cierta idea de la sexualidad heteronormativa
7 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

y coitocentrista.8 Bien lo sintetiz Beatriz Preciado, al decir que la


pornografa, lejos de ser una representacin marginal, aparece como
una de las industrias centrales en la biopoltica global de produccin
y normalizacin del cuerpo (Rivas San Martn 2006). No hay que
menospreciar el rol fundamental que tiene este tipo de discurso social
en la produccin de subjetividades y, menos aun, considerando que la
pornografa no es un discurso marginal sino que es un producto de
consumo masivo inmerso en la enorme maquinaria de las industrias
culturales, como el cine o Internet.
En oposicin, la propuesta pospornogrfica avanza en el camino de
la autodesignacin y esta es una de las razones por las que demuestra su
carcter resistente. Es claro que la autodesignacin no es suficiente para
que un contenido sexual se transforme en posporno, pero es un factor
importante para su emergencia. Son los propios sujetos excluidos de la
pornografa y/o heterodesignados por ella los que toman la palabra para
ser sujetos enunciadores y disputar el sentido sobre la sexualidad en la
arena discursiva.

Trabaj veinte aos en la prostitucin y la


industria del sexo. Tambin fui modelo para
las revistas de sexo. Habr hecho cerca de
cien pelculas porno y luego empec a dirigir mis pelculas, en los 80. Estaba cansada
de la audiencia del porno, estaba cansada de
ser la fantasa de otros y ahora quera vivir
mi propia realidad y mis propias fantasas.

Annie Sprinkle, conferencia en la Muestra Marrana, Barcelona, 2011

En esta apropiacin del recurso, surgen nuevos discursos sociales


alejados de lo normativo que posibilitan nuevas significaciones y efectos de sentido sobre los placeres y los cuerpos. Si, en los trminos de
8 Ver en Glosario Conceptual.

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28

Usina posporno

De Lauretis, la construccin que se hace de lo femenino y masculino


y agregara de lo abyecto en ciertos discursos sociales es producto de
una heterodesignacin, es claro que la pospornografa aparece como una
desestabilizacin de las significaciones del discurso porno desde una autodesignacin y una crtica en relacin a los roles de gnero socialmente
estipulados en materia de sexualidad y placeres. Una apuesta que podra
resumirse as: yo no soy eso que dicen de m, yo soy (y me gusta) lo que
yo digo. Y en ese decir, me hago visible.

Performances, diplomas ecosexuales y baos de barro en la ltima jornada del


taller ecosex de Annie Sprinkle y Beth Stephens. Barcelona, Espaa, 2011.
(Foto: Carolina Checa Dumont)

30

Crnica I
La llegada a Catalunya
y los talleres ecosex

Una noche decid quedarme, varias horas de desvelo


y lectura me dieron el s definitivo. Estaba viajando por Europa haca un mes, todava me quedaba
otro tanto de ciudades por conocer pero yo ya saba
que quera quedarme. Esa noche en el andn de la
estacin de tren de Trieste, mientras mi compaera
trataba de dormir a la espera del da y del primer
tren que nos sacara de all, yo devor las pginas de
El posporno era eso, de Mara Llopis, durante horas.
Todas las ancdotas y recomendaciones que una a
una conformaban el relato global del libro me iban
acercando ms a la idea de que yo quera ver todo eso
y de que era el momento para hacerlo.
Pocas semanas despus hacia Barcelona me fui. El
primer evento de la temporada en la ciudad fue la
Boda ecosexual de Annie Sprinkle y su pareja Elizabeth Stephens, en la cual la unin sera con las rocas. Las bodas ecosexuales son un ritual que Annie y
Beth realizan desde hace aos en distintas partes del
mundo como parte del proyecto Love Art Laboratory,
en el que exploran el nexo entre arte, sexualidad y
naturaleza. En cada boda se busca afirmar la metfora de la Tierra como amante ms que como madre; desde esa visin se abre un mundo de erotismo
a explorar que puede desafiar las prcticas sexuales del orden heterocentrado. Junto a esto, el aporte

Laura Milano

principal de las bodas ecosexuales es su llamado de


atencin sobre el deterioro ambiental y un llamado a
la proteccin del medio ambiente. Un nuevo tipo de
accin ecolgica pensada desde la sexualidad.
En cada boda, ellas invitan a distintos/as artistas
a participar del evento para que armonicen la ceremonia con distintas expresiones artsticas. Claro,
siempre respondiendo a la consigna de la ecosexualidad. En este evento el desfile de performance fue
inagotable: cuerpos cyborgs revolcndose a los pies
del pblico, mujeres performateando el derrumbe de
las rocas, sacerdotisas dando odas a la Tierra como
amante, novias sacndose rocas de la vagina y gimiendo de placer, poetas oponindose a la boda con
blasfemias contra el patriarcado, la Iglesia y la institucin matrimonial.
Con este evento se dio por inaugurada la semana
ecosexual en Barcelona, signada por dos talleres en
la ciudad. Sin tener ninguna referencia ms que la
boda que acaba de presenciar, me anot en los talleres que Annie y Beth realizaran durante el mes
de junio. Si la asistencia a la boda marc un acercamiento como observadora a la temtica de la ecosexualidad, la participacin en los talleres implicaba
meterse de cuerpo entero en aquello estaba empezando a investigar.
La propuesta de los talleres ecosexuales era muy
simple pero el desafo implicaba algo sumamente
complejo para nuestros cuerpos adoctrinados bajo
la heteronorma y el coitocentrismo: erotizar nuestra
relacin con la naturaleza, encontrar placer en el
contacto con un rbol, con una roca, con el mar, con
el viento. Durante varias jornadas se trabaj la idea
de la ecosexualidad y cmo conquistar ese universo
mediante la meditacin, el trabajo intenso sobre la
respiracin y la realizacin de ejercicios ecosexuales

31

32

Usina posporno

que nos pusieran en un contacto ms ertico con la


naturaleza. Un ejercicio fue recurrente a lo largo de
los talleres: nos recostbamos sobre la hierba, con
los ojos cerrados y formando un crculo. Mientras algunas estaban lamiendo la hierba, salivando hojas y
races, otros frotaban sus genitales contra un rbol
mientras un gemido escapaba por sus labios; otros
buscaban puntos G entre las flores; otros penetraban
con sus dedos la tierra fresca de modo tan intenso
que luego quedaban tirados boca arriba, agotados y
sin aire, mirando al cielo.
Los primeros encuentros se realizaron en Hangar un
centro abierto para la investigacin y la produccin de
artes visuales ubicado en un antiguo galpn en el barrio de Poblenou pero al paso de los das nos fuimos
trasladando ms hacia la naturaleza: primero fue un
parque, luego, una playa en la ciudad, y por ltimo
nos trasladamos a una playa virgen en las afueras de
Barcelona. El escenario que se elige trata de ser lo
ms natural posible para que uno pueda soltarse y
conectar ms no slo con la naturaleza sino con los
compaeros de taller. Mediante juegos y ejercicios
ldicos que Annie y Beth nos propusieron, se gener
una complicidad grupal que habilit a disfrutar, a jugar entre todos, a compartir fantasas, a improvisar
pequeas performances ecosexuales.
En el transcurso de las dos semanas que duraron
estos tallares pude ir explorando en la experimentacin de mi propio cuerpo, en una expresin sexual
que desconoca. Mi percepcin sobre el contacto con
la naturaleza iba tomando otros matices jornada
tras jornada, ganando as en sensaciones, en olores,
en excitaciones. A partir de esta experiencia corporal, pude compartir de una manera ms prxima las
sensaciones que cada uno de los participantes manifestaba. Algunos decan que la experiencia ecosexual

Laura Milano

los haca recuperar algunas prcticas erticas de la


infancia cuando vivan en mbitos ms rurales o alejados de la ciudad; otros decan que encontraban en
la Naturaleza al amante siempre dispuesto; otros,
que por medio de la ecosexualidad podan reconciliarse un poco con el mundo que ya crean destruido
y que slo les despertaba ira; otros como yo confesaban tener poca vinculacin con la Naturaleza en la
vida cotidiana y que la propuesta de los talleres les
haba hecho retomar el amor por lo natural desde la
experiencia ertica.
Al trmino del segundo taller (realizado en una playa
solitaria) Annie nos entreg el diploma de ecosexuales. El gesto se multiplic en abrazos, besos, baos
de barro, bacanales de ricas comidas y caricias grupales. Luego, lleg la hora del chapuzn colectivo y
del encuentro eco-amoroso con el mar mediterrneo.
Junio de 2011
Barcelona, Espaa

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2. La maquinaria porno
El placer se petrifica en aburrimiento, pues, para que
siga siendo placer, no debe costar esfuerzos y debe por lo
tanto moverse estrechamente a lo largo de los rieles de las
asociaciones habituales.
Adorno y Horkheimer, Dialctica del Iluminismo
Cuando la gente protesta por la repetitividad del porno se
estn refiriendo a una mirada que se repite, a la mirada
del hombre blanco heterosexual que controla el mundo y el
negocio del porno. Hay un enfoque, que se repite una y otra
vez, que simplifica nuestra sexualidad al coito, ridiculiza las
sexualidades alternativas y polticamente se sita dentro del
sistema heterosexual capitalista. Esto es lo que aburre.
Mara Llopis, El postporno era eso
one thing is for sure, if you dot have the cumshots, you
dont have a porno picture.
Steven Ziplow, The Film Makers Guide to Pornography

Dicen que para muestra basta un botn. Y este dicho bien puede representar exactamente lo que la maquinaria pornogrfica produce: una
imagen totalizadora que condensa y sintetiza aquello que se dice que es
el sexo (y debe ser). Basta una pelcula porno para encontrar aquellos
recursos que una y otra vez se repiten en todas las otras pelculas del gnero. Ms all de las pequeas variaciones de cada relato, las secuencias
narrativas son siempre las mismas: el superpoderoso pene que penetra
lo que encuentra a su alcance; la mujer extasiada que en las mil y
una posiciones abre su vagina, su boca y su ano para recibir gustosa
al hroe falo; la infaltable proeza del mete-saca y la eyaculacin como
final. Una misma mercanca que una y otra vez sale expulsada de la
maquinaria pornogrfica.
La pornografa tiene sus inicios en la literatura ertica del siglo XIX
y ha tenido mltiples expresiones en distintos dispositivos. Pero la pornografa tal como la conocemos ahora tuvo su explosin a partir de

Laura Milano

los aos 70 (tomando como paradigma inicial a la pelcula Garganta


Profunda de Gerard Damiano) y foment el desarrollo de una industria
cinematogrfica sin precedentes que ahora encuentra nuevas formas
de expresin, expansin y consumo a partir de Internet y los nuevos
dispositivos tecnolgicos al alcance de un pblico masivo. ste es un
producto inmerso en el mercado de los bienes culturales masivos, donde la propuesta ya no es tanto promover la produccin de contenidos
sexuales autnticamente diversos sino aquellos que han demostrado su
efectividad y consumo.
Mercado. Cuerpo. Roles sexuales. La particular expresin que la
pornografa hace de estos tres elementos y la relacin que se establece
entre ellos es lo que la pospornografa criticar e intentar de-construir
para que nuevas modalidades de produccin, consumo, representacin
del cuerpo y de la sexualidad sean posibles.

2.1 Sistema de produccin y consumo del porno mainstream


La distincin entre la pornografa y la pospornografa no es una cuestin que slo pueda identificarse en el resultado discursivo, sino tambin en los modos de produccin de los contenidos. En este punto es
importante volver un paso atrs y preguntarse: Cmo se hace la pornografa mainstream9? Cul es su circuito de recepcin? Qu prcticas
de consumo promueve? Cmo se inserta en el sistema productivo y
de consumo capitalista? La importancia que revisten estas preguntas
permite ubicar a la pornografa dentro de las producciones simblicas
afectadas por los mecanismos de produccin y consumo masivo de las
industrias culturales.
De la mano de las innovaciones tcnicas y la incorporacin de las
tecnologas hogareas, la industria pornogrfica fue ajustndose a los
cambios para seguir manteniendo su nivel de produccin, consumo y
ganancia. La adaptacin en los dispositivos implic que a la difusin de
la pelcula porno en salas de cine le siguiera el video a partir del uso ampliado de videocaseteras y reproductores de DVD de uso domstico. De
este modo, el porno gan accesibilidad e inmediatez: cualquier persona
poda vivir la experiencia pornogrfica en el living de su casa. Pero este
9 Ver en Glosario Conceptual.

35

36

Usina posporno

retorno al mbito de lo privado toma su exacerbacin y su forma ms


realizada a partir de la aparicin de Internet. La red es el nuevo hbitat
del porno y el cambio le sienta como anillo al dedo. La disponibilidad
que ofrece la red de redes (acceso ilimitado a los contenidos producidos
en todo el globo, las 24 horas del da) abri un enorme mercado para la
produccin y comercializacin de contenidos pornogrficos. Ni lentos
ni perezosos, los grandes estudios ya no producen pelculas porno para
formato video o DVD, sino que han comprendido que en la actualidad
los contenidos deben circular por Internet y a travs de los nuevos dispositivos tecnolgicos habilitados para contenidos digitales: telefona
celular, tabletas, etc.
La maquinaria pornogrfica funciona como uno de los productos
que ms determinan nuestra cultura de masas y que ms caracterizan
el comportamiento del consumidor contemporneo. La pornografa
ofrece al mercado contenidos que se orientan de manera exclusiva a la
estimulacin sexual del espectador; pero al estar inmersa en la sociedad
de consumo actual caracterizada por el consumismo, la cultura de la
imagen, el individualismo, la redefinicin del espacio pblico y privado,
la atomizacin de las relaciones sociales, etc. responde a las mismas
lgicas de eficacia tcnica y satisfaccin garantizada que cualquier otra
mercanca. El espectador deviene en consumidor al exigir la eficacia del
producto cultural que compra (recordemos que el acceso a la pornografa muchas veces est habilitado para quienes pagan por ella). Esta
eficacia debe estar en relacin directa con la velocidad, la inmediatez
del consumo y la efectividad en el resultado, como si el porno fuera
un producto de fast food sexual, tal como lo expresan Barba y Montes
en su trabajo La ceremonia del porno (2007). Y esta comparacin no
es exagerada si pensamos que la maquinaria porno replica el sistema
fordista de la produccin en serie: miles y miles de contenidos de sexo
explcito producidos bajo la misma matriz ideolgica son expulsados al
mercado para su consumo masivo. La porno-comida alimenta da a da
el imaginario sobre la sexualidad de miles de sujetos que la consumen
por todos los medios, y acostumbra los paladares como si no hubiera
otros sabores diferentes.
En el marco de las industrias culturales tal como fueron pensadas por
Theodor Adorno y Max Horkheimer en su ensayo Dialctica del Iluminismo (1970), la maquinaria porno produce contenidos que no slo

Laura Milano

son seriados y pensados para un pblico masivo, sino que cumplen la


funcin de afirmar el orden social vigente anulando la autonoma y la
capacidad reflexiva y crtica de los receptores. As como las pelculas
hollywoodenses promueven para estos autores alemanes un estilo de
vida social relacionado al American way of life, vinculado al consumismo
y al individualismo, las pelculas porno promueven cierto estilo de vida
sexual, vinculado a la heterosexualidad y a las prcticas sexuales coitales.
Partiendo de esta matriz ideolgica, el discurso pornogrfico totaliza
la representacin de la sexualidad anulando la posibilidad de creacin
de otros imaginarios sobre nuestras posibilidades sexuales y realizando
continuas exhortaciones a la conformidad/normalidad. Y todo lo hace
creando un efecto de realidad, de modo que se pueda creer fcilmente
que el mundo exterior es la simple prolongacin del que se presenta
en el film. El universo pornogrfico que se ve en la pantalla es tan real,
o se expresa de una manera tan realista, que eclipsa completamente
cualquier otra representacin que los sujetos puedan hacerse respecto
a la sexualidad.
El porno funciona como el amusement10, donde no hay espacio para
la crtica, no hay imaginacin, no hay reflexin posible frente al carcter hegemnico de la industria cultural. Resulta fascinante la vigencia que revisten los aportes de los tericos de Frankfurt para analizar
la pornografa mainstream y su carcter repetitivo: frente a la tregua
ideolgica, el conformismo de los consumidores, as como la impudicia
de la produccin que estos mantienen en vida, conquista una buena
conciencia. Tal conformismo se contenta con la eterna repeticin de lo
mismo (Horkheimer y Adorno, 1970: 162). Visto desde este punto, el
porno slo cultiva repeticin y goce pasivo. Dado que el porno resulta sumamente efectivo en su intencionalidad, el consumidor recibe un
producto masticado cuya interpretacin ronda la obviedad. El porno
debe cumplir con una gran exigencia que se le impone: la excitacin del
espectador. Si una pelcula con imgenes de sexo explcito no estimula
la excitacin sexual, deja de ser un material pornogrfico. Lo cual trae
aparejado un desinters de la industria del porno por estimular otras
reacciones en sus consumidores que impliquen una prctica de recepcin ms activa, como ser un consumo crtico o un goce esttico del
material pornogrfico.
10 Ver en Glosario Conceptual.

37

38

Usina posporno

En general y dejando a un lado las mltiples prcticas de consumo pornogrfico en grupos y en pareja la pornografa est vinculada
al consumo secreto e individualizado. Si bien las salas de cine porno
funcionan como un espacio social en el que la proyeccin flmica es
una mera excusa que enmarca los encuentros sexuales furtivos que all
suceden, el ingreso del porno al hogar ha vuelto a reinsertar este tipo de
contenidos en el mundo de la intimidad. La proyeccin en sala haba
sacado del closet al porno y lo haba ubicado en un lugar intermedio
entre lo pblico y lo privado que comenz a quebrarse con la llegada
del VHS o DVD. Finalmente, el acceso a la pornografa a travs de
Internet ha cerrado definitivamente la puerta de casa para instalarse en
la pura intimidad de las personas y las pantallas de sus computadoras.
Pero el porno no se ha retirado totalmente del mbito pblico, sino
que lo ha reconvertido en virtualidad. Lo cual trae aparejado nuevos
hbitos de consumo que implican la transformacin del consumidor
pasivo en potencial sujeto pornogrfico. Gracias a las tecnologas domsticas de produccin de contenidos audiovisuales, como las webcam,
el consumidor es capaz de ser actor, director y productor de su propio
material porno; y as puede reinsertar su intimidad en el mbito pblico, tal como sucede en el porno amateur y en las salas de video chat. A
la vez pblico y privado, el porno en Internet abre la posibilidad a una
auto-pornificacin por parte del consumidor. El interrogante es saber si
la pornografa producida desde la esfera de los consumidores es reproductora del orden sexual vigente o si en cambio es crtica y resistente al
mismo. He aqu uno de los puntos claves en el paso de la pornografa a
la pospornografa: la apropiacin de las herramientas tcnicas y de los
canales de difusin por parte de los sujetos no slo est en funcin de
producir contenidos pornogrficos sino tambin en que stos tengan la
intencin de ser crticos a las representaciones que ofrece la pornografa
mainstream inaugurando una disputa en torno al sentido construido
sobre la sexualidad.

2.2 El cuerpo pornogrfico


La pornografa es uno de los discursos contemporneos de la sexualidad que ms cumple la funcin de ser pantalla de las prcticas sexuales
normales y gua de lectura de los cuerpos. Las producciones pornogrficas no slo ordenan las prcticas en los parmetros de lo hetero-

Laura Milano

normativo sino que tambin organizan lo sexualmente inteligible en


relacin a los cuerpos en escena. De aquellas infinitas sesiones sexuales
que la pornografa muestra en cada una de sus producciones se desprende una representacin respecto al cuerpo sexuado, como un cuerpo
fragmentado y genital, como una mquina que desempea sin margen
de error determinadas prcticas corporales que se ponen en juego en
la performance sexual. Esta representacin del cuerpo pornogrfico demuestra de forma reiterada los roles sexuales segn lo que se espera de
cada cuerpo asignado como femenino o masculino, contribuyendo as a
una naturalizacin del sexo en trminos heteronormativos.
Estas representaciones del cuerpo en el porno producen un saber y
una norma que iguala el sexo al coito, el sexo a la genitalidad. Siguiendo
la argumentacin de Javier Sez, podemos decir que
la pornografa logra objetivar el sexo, principalmente el masculino, ya que est producida hacia un consumo masculino, teniendo
en cuenta una mirada masculina, bsicamente heterocentrada, y
los genitales masculinos como centro de la narracin. (2003)
El porno como gnero trabaja siempre sobre la misma representacin: la del coito. Reitera de manera aleccionadora la misma ritualidad sexual: penetracin, eyaculacin y orgasmo. Esta representacin
responde a la concepcin de la sexualidad heteronormativa (donde lo
normal es lo hetero) y coitocentrada (donde el sexo es el coito y los
genitales son la nica zona ergena del cuerpo). La sexualidad deviene
en genitalidad como nico horizonte posible de sentido y exploracin.
Los rganos reproductivos devienen en rganos sexuales, en zonas hegemnicas del placer. El cuerpo pornogrfico es un cuerpo genital, penetrado o penetrante, una mquina sexual hecha de fragmentos, piezas
de encastre, recortes corporales sexualizados como si fueran el todo de
la sexualidad humana. Placer territorializado nicamente entre las piernas. Penes erectos que una y otra vez penetran vaginas, anos, bocas y
cuanto pliegue sea posible de invadir. La reiteracin frente a cmara de
ciertas prcticas deviene representacin globalizante de lo sexual frente
a otros usos-agenciamientos del placer no relatados en el porno.
Aquello que la cmara no muestra en el porno y aquello que muestra
hasta el hartazgo implica un tipo de registro flmico particular sobre el que
se opera un recorte sobre el cuerpo y un sealamiento del sexo. Para dar
cuenta de cierta representacin de la sexualidad, la pornografa recurre a

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Usina posporno

ciertos recursos estilsticos que se reiteran una y otra vez; lo cual contribuye
a trazar las intencionalidades reproductivas y normativas que este tipo de
discurso soporta en s mismo y ofrece a sus consumidores. Dentro de las
estrategias enunciativas que el gnero pornogrfico utiliza para construir
su mundo de genitalidad recurre fundamentalmente al uso de los primeros
planos; a partir de esta estrategia los cuerpos dejan de ser tales para ser zonas fragmentadas y amplificadas. Los planos de cumshot11 tpicos del porno,
donde una persona eyacula en el rostro de su compaero/a como tambin
los meat shot (tomas de partes del cuerpo fragmentadas que recuerdan a las
piezas de carne) y los medical shot (tomas de primersimo primer plano de
los genitales como si fuera una visin mdica) son los recursos ms ejemplares de esttica porno. En su trabajo Pospornografa, Fabin Jimnez
Gatto asegura que esta inmediatez de lo sexual sometido a la tecnologa
del zoom construye un discurso cinematogrfico centrado en erecciones,
penetraciones y eyaculaciones sin rostro (2008). Estas capturas de algunas zonas corporales funcionan como una sincdoque sexual: en el porno
los fragmentos corporales-genitales que se reiteran frente a cmara son
la parte que representa el todo, un supersigno aglutinador que representa
todo lo imaginable de la sexualidad. Los fragmentos son el sexo, no hay
nada por fuera de ellos. Su contundencia es inevitable.
Abocado a la reiteracin frente a la cmara de aquellos movimientos
mecanizados que dan cuenta de su sexualidad, el cuerpo pornogrfico
deviene en un cuerpo-mquina tal como un motor que una y otra vez
repite la misma secuencia mecnica. En el porno ya no se representa a las personas explorando su sexualidad mediante diversos usos del
cuerpo, es decir sujetos libres a la experimentacin de sus placeres. El
cuerpo pasa a ser un objeto puro, cosificado, un autmata condicionado
por la rtmica de las penetraciones y eyaculaciones.
Puede decirse que el porno recuerda al registro documental dando
la ilusin de que lo que se ve en pantalla es la revelacin de lo real. En
lneas generales, no hay mucha diferencia entre los documentales sobre
la reproduccin de animales salvajes y la muestra documental de la genitalidad entre los humanos que ofrece la pornografa. Los actos sexuales
en pantalla deben mostrarse con la misma pretensin de realidad que un
documental para que no pierdan su efecto de verdad sobre el espectador.
La accin genital as documentada resulta profundamente veraz y slo se
11 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

ve interrumpida por los lapsus en los que los personajes desarrollan las
acciones que hacen avanzar el relato. Estos momentos son los tiempos
muertos del porno, dado que all no est pasando nada en trminos pornogrficos, que es lo que importa en este tipo de contenidos.
Los relatos pornogrficos resultan una construccin audiovisual
que juega a mostrar la verdad del sexo bajo la gida de lo explcito como
lo verdadero ( Jimnez Gatto, 2008). Lo importante es que muestre lo
real, lo que realmente sucedi all. La eyaculacin es la evidencia de que
lo que ha pasado entre los actores frente a cmara ha sido verdadero,
por ello es el signo distintivo de la discursividad pornogrfica actual.
El sexo all representado por los actores no ha sido una ficcin, sino
un hecho real. De all resulta que en trminos de Braudrillard la
pornografa es obscena por profundizar en este rgimen de visibilidad
exacerbada que muestra insistentemente lo real, lo evidente. Lo obsceno quiere desnudar el cuerpo ms all de la desnudez, mostrar el
cuerpo sexuado de una manera clnica, microscpica y genital digna de
la ginecologa y la urologa. Lo cual implica no dejar distancia alguna
que pueda hacernos dudar acerca de que la verdad del sexo pasa all
donde est el lente de la cmara. En sntesis, el cuerpo pornogrfico resulta una construccin discursiva que muestra una corporalidad sexual
vinculada a lo mecnico, lo animal, lo genital eclipsando otras representaciones que puedan hacerse del cuerpo humano en vinculacin con
su sexualidad. Un cuerpo obsceno no tanto por su desnudez sino por la
violencia simblica de su presencia.

2.3 Detrs de escena: orden sexual y pornografa


El sexo en el porno es un juego de conquistas sexuales que no implica una actualizada batalla de los cuerpos erotizados sino una reiterada
proyeccin de las jerarquas que existen entre los gneros en el sistema
heteronormativo. En palabras de Javier Sez, el porno es un gnero
(cine) que produce gnero (masculino/femenino) (2003) y en este sentido es que funciona como refuerzo del orden sexual dominante.
Tal como asumen Barba y Montes, el porno reafirma el orden
social en que se asienta (). O, por lo menos, no lo perturba: el
porno no es, ni mucho menos revolucionario. No es cierto que el
porno no respete nada y vaya cada vez ms lejos en su violacin de
tabes (2007: 73) Si bien la pornografa tiende a ser pensada como

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Usina posporno

el discurso de apertura respecto a la sexualidad, como el lugar de


escape de todas aquellas represiones y censuras que las instituciones
de poder tratan de imponer a fin de evitar el desborde social/sexual,
tal cosa no es ms que una pantalla. La experiencia que otorga la
pornografa no implica un acercamiento a la liberacin o revolucin
de las sexualidades, sino que est mucho ms cerca de los discursos
educadores de la institucin escolar.
El porno ingresa en ese conjunto de discursos-saberes inmersos en
el dispositivo de sexualidad y que son dispositivos productores de verdad bajo cierto orden social/sexual. En este sentido, es bueno volver
sobre la consideracin acerca de que el discurso pornogrfico produce
un cierto saber e instala una verdad acerca de la sexualidad. El porno
ensea, refuerza y normaliza; funciona como tecnologa de sexo construyendo una representacin que se naturaliza. Reproduce el orden heterosexual dominante y como tal contribuye a la produccin de cuerpos
inteligibles dentro de esos parmetros, ubicando en el orden de lo sexual normal a ciertas prcticas y regiones corporales. Produccin y reproduccin van de la mano en los saberes que eyacula el porno. Saberes
que la pospornografa intentar de-construir a fin de habilitar un desvo
en lo que respecta a las representaciones de la sexualidad y el cuerpo.
No en vano se dice con mucha liviandad que el porno es un producto para hombres. Detrs de la enunciacin propuesta por el porno hay
una mirada masculina. Es por ello que el protagonista en las pelculas es
el pene erecto. No importa realmente el rostro del protagonista varn:
importa su pene, su performance sexual, su conquista y penetracin, su
eyaculacin como significante central de la discursividad pornogrfica.
A partir de los recursos cinematogrficos de hiper-realismo y exacerbada visibilidad, podemos pensar que la intencin del discurso pornogrfico es dar una sensacin de realidad tan eficaz en la que el espectador
no slo se sienta un voyeur sino, fundamentalmente, el protagonista de
la historia que ve en la pantalla. De ah que no importe el personaje
masculino en s como rostro sino como pene erecto. Es a partir de la
genitalidad que se da la identificacin entre el espectador y el protagonista. Jos Anta Flez nos recuerda que en el porno
lo que se busca es un modelo definitivo de identificacin, donde
es el poder de lo masculino (representado por el pene) sobre lo
femenino lo que recorre el eje de la pelcula. El espectador es totalmente integrado, por identificacin, a un modelo de creencias

Laura Milano

tipificadas, donde indudablemente existen lneas de poder tradicionalmente incontestables de predisposicin de la mujer para
con el hombre. (Anta Flez, 2001: 304)
En este sentido, el porno no es solamente una muestra de genitalidad sino tambin un ejercicio terico-ideal de formas concretas de
poder. La excitacin del espectador no se da simplemente por la visin
de ciertas escenas sino por el efecto de identificacin con el pene en
pantalla que demuestra su poder frente a una compaera (o compaero) entregada a sus intereses.

Creo que la pornografa ha hecho mucho


dao a los hombres, sobre todo dao interno. Muchas mujeres no han visto porno
nunca en sus vidas, en cambio es casi una
enseanza cultural el hecho de que los chicos vean porno. Y eso se te queda ah dentro. Entonces de repente se encuentran con
estas prcticas del posporno que son distintas de lo que ven en el porno, que no valoran aquello
que supuestamente era tan importante y claro, se quedan como desnudos.
Diana Pornoterrorista (entrevista). Espaa, 2012

El porno, entonces, asume la representacin de la conquista y dominacin masculina frente a la sumisin femenina como parte de su
leitmotiv argumentativo y, de este modo, se inserta dentro de los discursos sobre la sexualidad que apelan al sistema heteronormativo vigente.
En este sentido, el recorte del cuerpo que fomenta el porno desde una
mirada masculina-hegemnica refuerza la diferencia sexual y la asignacin de roles y gnero. El hombre es siempre el sujeto activo, penetrador frente a la mujer (u otro hombre, dado que parte del cine porno gay
muchas veces reproduce esta lgica) que es la parte pasiva, penetrable,
receptiva. En las pelculas porno todo es posible para el pene, menos

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perder la ereccin. Eso rompera el encanto. De este modo, se construye un relato pornogrfico donde la genitalidad es el nico territorio
de lo sexual, donde las identidades sexuales estn esencializadas y se
naturalizan las respectivas jerarquas genricas entre los sujetos, lo cual
contribuye a re-instalar la lgica heteronormativa, coitocentrada, que
domina la representacin de nuestras sexualidades. Las dicotomas tradicionales de masculinidad/femineidad, varn/mujer, penetrador/penetrado, activo/pasivo son asumidas por la pornografa con su implacable
fuerza discursiva y vueltas a poner en circulacin masivamente gracias
a la enorme estructura de la industria.
Identificar esta continuidad entre el orden sexual dominante y la pornografa mainstream nos permite afirmar que no hay nada revolucionario
bajo la propuesta pornogrfica, y lo que es aun ms inquietante no hay
intencin de ruptura alguna en pos de ampliar el imaginario sexual a
partir de nuevas representaciones. No hay quiebres de tab, ni los habr
mientras se siga poniendo la mirada en la ostentacin del poder masculino. En este sentido, la reflexin de Jos Anta Flez es sumamente interesante y acta como prembulo pospornogrfico: un cine pornogrfico
bajo un poder femenino sera radicalmente diferente (2001: 306).

Public Cervix para todos y todas, a cargo de Annie Sprinkle en la Muestra


Marrana. Barcelona, Espaa, 2011. (Foto: Laura Milano)

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Crnica II
Das marranos

Los das siguientes ya tenan marcada otra actividad posporno en la ciudad de Barcelona: la Muestra
Marrana, un festival de cine porno no convencional
que se realiza cada verano en la ciudad, de manera
gratuita y autogestiva. Su objetivo no slo es mostrar producciones audiovisuales relacionadas con el
posporno sino tambin crear un espacio de intercambio y debate acerca de las multiplicidades sexuales
subversivas y las prcticas que se encuentran en los
mrgenes del sistema heteronormativo.
La cita se dio en un antiguo galpn en donde funciona el centro de produccin de artes visuales Hangar, y que por tres das consecutivos fue el lugar de
encuentro de artistas posporno de distintos pases
de Europa. El primer da estuvo dedicado a las pelculas DIY (do it yourself o hazlo t mismo). Las
propuestas fueron de lo ms diversas: sexo por Internet, fist-fucking, sexo en la ruta, y ms. Algunos
de los actores y directores de los mismos se hicieron
presentes all para presentar sus trabajos y contar
sus experiencias con la pospornografa.
El segundo da comenz con la charla de Annie
Sprinkle, en la que cont cmo fue su vida como actriz
porno, prostituta y su posterior viraje a la pospornografa y la ecosexualidad. Adems de ser quien acu
el trmino posporno (a partir de uno de los shows que
llevaba el nombre de PostPorn Modernist), Annie fue

Laura Milano

una de las primeras actrices porno en producir y dirigir sus pelculas. Tambin ha dejado su huella en
el movimiento Pro-Sex, que integr con otras trabajadoras sexuales en Estados Unidos durante los aos
80, en las pocas de enfrentamiento con las feministas
anti porno.
A continuacin sigui la seccin Preadas Marranas
en la que se debati sobre la sexualidad y la maternidad. Quien tom la palabra fue Mara Llopis con
una charla acerca del deseo durante el embarazo. Su
propuesta a pensar fue el embarazo como mega estadio sexual de los cuerpos, en el cual el deseo sexual
de muchas mujeres se potencia como nunca antes haban experimentado. En relacin a esto, Mara afirm
que el embarazo, el parto y la crianza son estadios
sexuales. Negarlos supone una prdida de nuestro
potencial sexual. La medicina actual y la sociedad en
la que vivimos niegan de forma rotunda la sexualidad
de la mujer, reducen esta al coito con fin reproductivo, ya que cuando queda embarazada, se considera
que su sexualidad ya no es importante ni pertinente.
Para completar la seccin se presentaron pelculas
posporno donde las protagonistas eran mujeres embarazadas o madres brutalmente sexuales.
La jornada continu con la presentacin de art-performances: video-instalaciones, extrem body art con
perforaciones corporales y suspensiones, sesiones de
bondage y otras prcticas BDSM, etc. Luego, el cierre
estuvo a cargo de Annie Sprinkle con su legendaria
performance Public Cervix, en la que invita al pblico
presente a mirar su vagina por dentro cual doctores en
ginecologa. Tras una introduccin cmica acerca del
sistema reproductor femenino, Annie abri sus piernas como en un consultorio y con la ayuda de un espculo hizo pblico eso que siempre nos han dicho que
era privado. Todos hicimos fila para tomar la linterna

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Usina posporno

que Beth Stephens nos entregaba para mirar entre las


piernas de su esposa y compaera ecosex. Cmo se
ve todo por ah? Te gusta?, preguntaba Annie a cada
uno de los que pasaban.
Luego de las tres intensas jornadas de posporno en
Hangar, la fiesta de cierre no poda ser menos que
desbordante. Y as lo fue. Las marranas nos tenan
preparada una gran noche en un antiguo matadero
en espacio de fiesta: performance de extreme body
art a cargo de la artista Lady Pain, sesiones sadomasoquistas y msica a saco para descargar la energa
acumulada en estos tres das. A bailar, marranas, a
bailar como bestias hasta que amanezca!
Junio 2011
Barcelona, Espaa.

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3. El camino hacia el posporno

As que la caperucita roja del cuento, despus de ser violada,


golpeada y humillada durante siglos, quiere asumir el papel
del lobo. Pero son demasiados los abusos a los que ha sido
sometida, as que nos vemos obligadas a pegarnos entre
nosotras para poder abrir, sentir, llorar las heridas que
heredamos de generaciones y generaciones de fbulas. Y as
redimirlas y escribir nuevos cuentos.
Mara Llopis, El postporno era eso
La pornografa es como un espejo en el que podemos mirarnos.
A veces, lo que vemos no es muy bonito y nos puede hacer sentir
bastante mal. Pero es una ocasin maravillosa para conocerse
a s mismo, para aproximarse a la verdad y aprender.
La respuesta al porno malo no es la prohibicin al porno, sino
hacer mejores pelculas porno.
Annie Sprinkle, citada en Teora King Kong (Virginie
Despentes)

Si hasta hace unos aos la discusin en torno a la pornografa despertaba la irritacin de ciertos sectores del feminismo por considerarla una
de las manifestaciones de opresin hacia las mujeres, de un tiempo a
esta parte la accin poltica y creativa del activismo queer ha encontrado
una mejor arma de combate. Tal como expres Beatriz Preciado en un
artculo para el diario espaol El Pas, el mejor antdoto contra la pornografa dominante no es la censura, sino la produccin de representaciones alternativas de la sexualidad (2007). De esta intencin crtica
y productiva nace el posporno, una de las expresiones ms fuertes de
la conjuncin entre feminismo Pro-Sex, autogestin y arte. Un arma
que busca re-apropiarse del porno y hacer estallar por el aire todos los
estereotipos de sexo-gnero que en l se reproducen.
Este captulo tiene la intencin de dar cuenta de la emergencia de la
pospornografa a la luz de los fenmenos poltico-culturales que actuaron
como sus grandes influencias: el feminismo Pro-Sex, el posfeminismo, el

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Usina posporno

movimiento queer y la cultura punk DIY. Es a partir de estas grandes influencias que, hacia los aos 80 del siglo XX, surge una renovada y crtica
discusin sobre la pornografa, no ya como material a censurar y prohibir
sino como herramienta a intervenir polticamente para crear otros imaginarios porno. La posibilidad de demoler la pornografa desde adentro,
utilizando sus propios recursos y produciendo otro tipo de pornografa,
empezaba a tomar cuerpo. Una pornografa diferente que reivindique el
placer y la sexualidad como poltica frente a la opresin machista y que
acoja la representacin de la multiplicidad y la disidencia. Una pornografa que permita a las mujeres enfrentarse a la victimizacin y la estigmatizacin que tanto el Estado y el feminismo anti-sexo imprima sobre ellas.
En torno a esta idea comenzaron a aparecer expresiones artsticas como
las intervenciones urbanas, performances, obras literarias y producciones
audiovisuales que abrieron el camino para mostrar otras representaciones
acerca de la sexualidad que poco tienen que ver con lo que el cine porno
haba mostrado del sexo y de quienes lo protagonizan.
Basta ver la pelcula Mutantes: Punk Porn Feminist (2009), de Virginie
Despentes,11 para hacer un recuento de la corta pero intensa historia del
posporno y cmo estos fenmenos actuaron como activadores de nuevas
formas de expresin poltico-artsticas. Por un lado, la confluencia de las
revisiones encaradas por el feminismo postindustrial/postcolonial, el activismo de los movimientos queer y la reivindicacin del trabajo sexual
en Estados Unidos y Europa puso en escena a nuevos sujetos polticos
crticos del sistema heteronormativo cuyas proclamas se sintetizaron en
una poltica de la autonoma y de la toma de poder respecto a la identidad
y prctica sexual que siempre vieron coartada. Por otro lado, la influencia
de la cultura punk anticapitalista fue decisiva en la pospornografa ya que
brind una metodologa autogestiva (DIY) para la produccin de pornografa. Estos nuevos sujetos polticos producen sus propias imgenes
de la sexualidad siguiendo el mandato errante y nmade de sus deseos
y generando un circuito de produccin-distribucin-consumo ajeno al
mercado. De este modo, no slo critican los contenidos sexistas del porno
comercial sino tambin su modo de produccin capitalista marcado por
11 Al final del libro, el/la lector/a podr encontrar el ABC Posporno, con un resumen
de la biografa de cada artista o colectivo artstico posporno mencionado en este
trabajo. Ver ms sobre Virginie Despentes en esta seccin.

Laura Milano

la masividad en la distribucin y el consumo, la eficacia heterosexual de


sus contenidos y la posesin de los bienes de capital en manos de unos
pocos estudios cinematogrficos dueos del mercado del porno.

3.1 Feministas en guerra


Si bien en la actualidad la discusin acerca de la prohibicin de la pornografa suena vetusta e ingenua, hace unas dcadas la lucha en contra
del porno y la prostitucin instal un debate profundo en el feminismo
que marc un quiebre entre las corrientes ms reaccionarias y radicales. La consideracin de la poltica sexual como parte fundamental de
las reivindicaciones feministas sera el primer paso hacia la produccin
de pornografa realizada por mujeres desde una perspectiva radical y
post-feminista. Veinte aos despus, esta profunda vinculacin de la
pospornografa con cierta lnea del feminismo es la que ha marcado el
camino para muchas realizadoras y activistas.

Para m el posporno es una fase ms del


movimiento feminista. Abordar el tema
de nuestros cuerpos es parte de las polticas feministas. Todas las que estamos
aqu en el posporno venimos de las luchas
feministas. Pero estamos cansadas de que
en el feminismo se ignore la cuestin del
cuerpo y de las sexualidades. Por lo tanto,
haca falta que se tratara este tema dentro
de las luchas feministas.

Mara Llopis (entrevista). Gijn, Espaa, 2011

Hacia la dcada del 80, los debates en torno a la pornografa alcanzaron su punto ms caliente. Las campaas anti-pornografa que se emprendieron ferozmente en Estados Unidos y Canad unieron en el mismo bando a los polticos ms conservadores y a reconocidas feministas
como Andrea Dworkin, Catharine MacKinnon y Susan Brownmiller,

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Usina posporno

entre otras. Las llamadas Women Against Pornography (WAP) alertaban


sobre el peligro que supona la pornografa como producto cinematogrfico en el que se reproduca y estimulaba la violencia y la opresin contra
las mujeres. El porno es la teora, la violacin es la prctica era uno de
los lemas que repetan a fin de promover la defensa de los derechos de
las mujeres frente a la aberracin pornogrfica. El poder censor sobre lo
obsceno que desde las esferas del poder se trataba de instalar coincidi
con el pedido de prohibicin que reclamaban las feministas. Si en otras
pocas deba protegerse por medio del ocultamiento del material pornogrfico a ciertos sectores de la sociedad como los iletrados durante la
fase de la consolidacin de las democracias burguesas en los aos 70 y
80 el sujeto de la restriccin se reducira a las mujeres y a los menores. La
pornografa como paradigma discursivo de lo obsceno deba censurarse a
fin de evitar reproducir la violencia que la sociedad machista ejecutaba a
diario sobre las mujeres mediante la humillacin y explotacin reflejadas
en el material pornogrfico. Prohibir como forma de proteger. Censurar
como forma de ejercer una poltica de liberacin feminista.
Esta postura abolicionista de cierto sector del feminismo pretenda alzar la bandera de la censura, porque dicho sector vea a la
pornografa como el modelo de la opresin sexual de las mujeres. En
esta insistente batalla contra el porno, las feministas reivindicaron una
postura proteccionista que olvid por completo el placer y la indagacin en la sexualidad femenina como terreno a conquistar. Vala
ms la lucha feminista en pos de la prohibicin de la pornografa que
la investigacin de nuevas formas de representacin de sus deseos y
placeres. En esta lnea se explica la censura selectiva sobre el material
porno de la poca en Canad, que afect ms que nada a las representaciones sexuales del lesbianismo, el sadomasoquismo y los juegos
erticos con dildos y otros juguetes sexuales. Mientras tanto, la pornografa heterosexual no paraba de crecer y difundirse masivamente
luego de la explosin de Garganta profunda. Frente a esta censura
selectiva reaccion otro grupo de feministas, dando lugar a lo que se
conoci como las Guerras Feministas del Sexo (Feminist Sex Wars)
durante la dcada del 80 en Estados Unidos.
El quiebre que signific el enfrentamiento entre las feministas antisexo entre las que se encolumnaban Dworkin y MacKinnon, junto
con las abolicionistas y las feministas pro-sex entre las que se encon-

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traban Ellen Willis, Gayle Rubin y sus colegas de SAMOIS12, entre


otras reestructur profundamente el feminismo en torno a las posturas que uno y otro grupo tenan respecto a la sexualidad. Las posturas
de las feministas anti-sexo terminaron concluyendo en una completa
complicidad con la poltica conservadora del gobierno de Reagan, promoviendo legislaciones en contra de la pornografa. En pleno boom del
cine porno, la batalla contra la obscenidad llevada a cabo por el Estado
devino en una guetizacin de todo material considerado pornogrfico
y en la estigmatizacin de aquellas/os que participaran en actividades
sexuales vinculadas a la pornografa y la prostitucin.

Las feministas anti porno eran malas,


queran lo mejor para las mujeres, con
pasin, pero fueron a tal extremo para parar con la creacin de la pornografa que
pensaban que las mujeres estaran mejor
sin el porno porque obviamente estaban
forzadas a hacerlo, en contra de su voluntad. Nadie nos pregunt a nosotras las
actrices porno sobre nuestras vidas ni
sobre cmo sentamos. Pensaban que ramos victimas o putas. T crees que en los pases sin pornografa las mujeres estn mejor, que son ms libres? No
estaramos aqu si hubieran ganado las feministas antiporno. Haba mucho en juego. Pero ganamos nosotras!.
Annie Sprinkle (Conferencia en el Festival Muestra Marrana),
Barcelona, 2011

Si bien el feminismo anti-sexo nunca olvid la opresin y la violencia que conlleva el discurso pornogrfico, no pudo ver ms all de eso
ni pudo, por lo tanto, utilizar la pornografa como una herramienta a
12 Ver en Glosario Conceptual.

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Usina posporno

conquistar. Para ellas, las actrices porno y las mujeres en situacin de


prostitucin eran vctimas que deban ser protegidas por el Estado; por
lo cual buscaron el respaldo en las instituciones a fin de conseguir el
amparo necesario que pudiera detener la explotacin machista. Frente
a esta postura, comenz a alinearse un feminismo disidente que criticaba esta complicidad de cierto sector del feminismo con las estructuras
patriarcales del poder que reprimen y controlan el cuerpo de las mujeres
en la sociedad heterosexual. Ellen Willis fue la primera en denominar
feminismo Pro-Sexo a la corriente feminista que reivindic el cuerpo y el
placer femeninos como plataformas polticas de resistencia al control y
la normalizacin de la sexualidad.
En paralelo, la reivindicacin del trabajo sexual encabezado por las
prostitutas feministas nucleadas en el movimiento pro-sex de Estados
Unidos abri el debate dentro del feminismo acerca de la expresin libre
de la sexualidad femenina y del desplazamiento que implicaba salir de
la victimizacin tan recurrente en los discursos feministas de la poca,
crticos de la prostitucin y la pornografa. Un grupo de trabajadoras
sexuales comenzaron a reivindicar su trabajo, dando cuenta de que la
prostitucin no slo es una de las mayores expresiones de vejacin, explotacin y jerarquizacin entre hombres y mujeres tal como expresaban las feministas anti-sexo sino que puede ser una eleccin consciente y voluntaria de una mujer que siente la libertad de hacer con su
cuerpo y su sexualidad lo que le d la gana. Esta postura puso en jaque
la representacin de la mujer prostituta como vctima del sistema de
opresin masculino y dio voz a las trabajadoras que no eran escuchadas,
ni siquiera dentro del feminismo que deca representarlas. Lo mismo
empez a suceder dentro de la industria pornogrfica, y algunas actrices
comenzaron a correrse del lugar de mujer oprimida y explotada para el
goce masculino y a experimentar no slo la exploracin de sus propios
placeres frente a cmara sino su toma de poder en la produccin de contenidos sexuales diversos a los propuestos por la pornografa dominante.

3.2 Nuevos feminismos


y la emergencia de las disidencias sexuales
Para la dcada del 80, el feminismo atravesaba una revisin profunda
que comenz a dividir aguas dentro del movimiento. Si hasta el momento las disputas se daban en torno al feminismo de la igualdad frente

Laura Milano

al feminismo de la diferencia,13 la fractura se hizo inminente a partir de


los cuestionamientos que surgieron en torno a los conceptos de mujer
e identidad que hasta entonces se defendan. El trmino gnero,
pensado como una construccin social, permiti cuestionar la identidad
femenina como algo neutral y universal, tal como se poda leer en los
sustentos del movimiento feminista. Dicho sujeto poltico construido
desde el feminismo clsico dejaba afuera a muchas mujeres. En consecuencia, surgieron debates encabezados por estas otras mujeres que
entendan que la identidad mujer y, por lo tanto, las problemticas
que ataen al colectivo se cruza con la raza, la clase social, las religiones, las expresiones sexuales, etc. Denunciaron y atacaron el modelo de
mujer blanca, anglosajona, de clase media, heterosexual y acadmica,
por ser totalmente excluyente. La nueva ola posfeminista comenz a
replegarse por Europa y otras ciudades de Estados Unidos; los grupos
de lesbianas, sadomasoquistas, seropositivos y mujeres afro-americanas
se acercaron entre s formando un movimiento feminista disidente que
ampliara la categora de mujer, que hasta entonces proclamaba el feminismo, y que contemplara el cruce entre gnero, clase y raza. Emerga,
entonces, un nuevo sujeto feminista consciente de los entrecruzamientos entre mltiples sistemas de opresin y exclusin, haciendo base en
la legitimacin de las particularidades y las diferencias.
Unos aos ms adelante, el movimiento queer en Estados Unidos
implic un desprendimiento activista respecto a las luchas que vena llevando a cabo el movimiento de liberacin de gays y lesbianas enfocados
en la obtencin de igualdad de derechos y la integracin en una sociedad
a la que no cuestionaban. Aquellos sujetos alejados tanto del modelo
heterosexual como del homosexual integrado blanco, de clase media,
sanos denunciaron que su expulsin o estigmatizacin se repeta dentro de los movimientos de liberacin sexual. As es que todos aquellos
raros que no encajaban en los esquemas socialmente aceptables como
los transexuales, transgnero, intersex, lesbianas butch, sadomasoquistas,
drag queen y drag kings, seropositivos, no blancos rechazaron toda categorizacin vinculada a la normalizacin en el sistema heterocentrado
(mujer/hombre pero tambin gay/lesbiana) y reivindicaron su posicin
marginal apropindose del insulto queer y convirtindolo en el nombre
que los representara como sujetos polticos dentro de la escena pblica.
13 Ver en Glosario Conceptual.

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Usina posporno

Desde el activismo queer se denunciar que no existe base natural sexogenrica que pueda normalizar el comportamiento de los cuerpos y la
identidad de los sujetos, adhiriendo a una postura respecto al sexo y al
gnero como construccin y como eleccin propia.

El posporno ha conseguido que el feminismo


sea ms divertido y cachondo que antes, que sea
tambin menos discriminatorio y ms inclusivo. Creo que es uno de los mejores logros del
posporno: convertir el feminismo en una cosa
sexy. A nivel artstico tambin es muy importante, de hecho el posporno est modificando
el mundo del arte. En sntesis, los logros son
sexualizar el feminismo y sexualizar el mundo
del arte. Y hacerlo de una forma poltica, tica.
Diana Pornoterrorista (entrevista). Espaa, 2012

3.3 Kit subversivo y posporno:


apropiaciones, metodologas y herramientas
La pospornografa es una dinmica de empoderamiento de los sujetos
disidentes frente a la norma sexual dominante que utilizan tcticamente las herramientas de produccin simblica construidas por otros para
representar aquello que desean. El empoderamiento es
una dinmica social y cultural puesta en marcha por grupos de
individuos a quienes, por razones de marginalidad, les ha sido
negado el derecho a intervenir en el mbito dominante de la sociedad. Este mecanismo acta de tal modo que le permite acceder a mayores cotas de visibilizacin, aceptacin y participacin
en la toma de decisiones. (Garca del Castillo, 2011: 362)
Siguiendo esta definicin, vale decir que las diferentes tcticas que
los/as artistas-activistas del posporno llevan a cabo para representar
sus deseos actan a favor del empoderamiento. Y en este proceso de

Laura Milano

toma de poder el discurso hegemnico se pone en jaque, se critica, se


re-apropia.
En esta dinmica de empoderamiento se expresa una accin poltica de resistencia al poder, un proceso de subversin contra el discurso
hegemnico sobre el sexo que ser el background de la pospornografa.
La resistencia llevada a cabo por las disidencias sexuales se materializa
en la apropiacin que hacen del discurso pornogrfico, cuya produccin
les haba estado siempre vedada. La apropiacin es un concepto que nos
permite comprender las prcticas que los sectores populares realizan
al tomar para s las herramientas, discursos y dispositivos que fueron
ideados desde los sectores dominantes y que utilizan para sus propios
intereses en lo que respecta a la produccin simblica y a la visibilizacin de s mismos. Es decir, se apropian de aquello que fue construido
por otros para ciertos fines y lo modifican para darle el sentido que
desean. En esta lnea, la apropiacin implica una posicin activa en la
disputa por el sentido en la que los sectores marginados de la sociedad
toman los recursos ajenos para hacer escuchar su voz y ganar espacio
en la esfera pblica. En lo que respecta a los bienes simblicos (entre
los que podemos encuadrar a la pornografa), la apropiacin funciona
tambin como un ejercicio de lectura por parte de los consumidores,
una creacin de representaciones disidentes al discurso normativo.
Por otra parte, vale recordar los aportes de Michel de Certeau (1996)
sobre los usos y prcticas de los usuarios para dar cuenta de cmo el
discurso posporno funciona tcticamente en sus maneras de hacer resistentes. De Certeau afirma que detrs de los consumos que realizamos
cotidianamente hay una produccin invisible, que da cuenta del modo
particular en el que se realiza el consumo. Esta produccin queda oculta ya que no tiene un lugar donde mostrarse, dado que los sistemas de
produccin estn en manos de los sectores dominantes de la sociedad. A
estas maneras de hacer, que constituyen las mltiples prcticas a travs
de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado por los
tcnicos de la produccin sociocultural, De Certeau las llama tcticas.
La tctica se desempea en cada circunstancia particular, no tiene
un lugar propio desde donde observar y analizar los acontecimientos.
Realiza jugadas en el tiempo, en cada momento pero con los recursos
ajenos. Las tcticas de las que se valen los sectores marginados se encuentran determinadas por la ausencia de poder. De Certeau afirma
que la tctica es el arte del dbil frente al orden construido por el fuerte. En este sentido, la pospornografa acta tcticamente al apropiarse

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Usina posporno

de lo ajeno las herramientas del discurso pornogrfico pero con una


intencin estratgica al querer introducir esas producciones en la esfera
pblica y, de este modo, participar en la toma de decisiones respecto a la
representacin de nuestras sexualidades desde su lugar propio y crtico.
3.3.1 Hazlo t mismo, hazlo con otros
Mientras la industria pornogrfica contina produciendo un nico discurso acerca del sexo, la produccin de nuevos discursos acerca de las
sexualidades prolifera sin pausa. Y todo gracias a la iniciativa autogestiva de sus creadores. Porque el posporno no slo desafa los contenidos
sexuales ideolgicamente vinculados a la heteronormatividad, sino que
tambin implica un posicionamiento crtico contra las formas de produccin, circulacin y consumo de la industria del cine porno como parte
del engranaje capitalista. Este ltimo punto, vinculado a la metodologa
de produccin autogestionada y anticapitalista es aquel que el posporno
hereda de la cultura punk y su modalidad de accin do it yourself (DIY).
La propuesta es cultivar una forma de hacer pornografa autogestionada,
desde casa, con las herramientas y dispositivos que estn a la mano y,
principalmente, libre de cualquier imposicin marcada por el mercado o
el poder. Sin depender de nada ni de nadie, la metodologa DIY implica
hacerse cargo de producir por cuenta propia aquello que no existe en el
mercado porque no es acorde a los intereses de las fuerzas dominantes.

No somos tericas, venimos de activar


un trabajo prctico. Nosotras hacemos
cosas: damos talleres, hacemos videos,
perfos, etc. Entonces la nica forma que
encontramos de hablar del posporno es
contar nuestra experiencia personal. No
hacemos un anlisis desde afuera, tal vez
por eso hablamos y escribimos en primera persona. Yo no entiendo otra forma de
trabajo que no parta desde uno mismo.

Mara Llopis (entrevista). Gijn, Espaa, 2011

Laura Milano

Como contracara, el DIY tambin implica una postura crtica respecto a aquellos contenidos o productos que s existen en circulacin y
que se imponen como las nicas opciones posibles de consumo. Si no
existe, hazlo t mismo. Si no te apetece lo que hay, no lo consumas. Estas producciones posporno nacen desde la autogestin con la inquietud
de mostrar algo diferente a lo que existe en la industria pornogrfica.
Con mnimos presupuestos pero una dosis altsima de creatividad, las
pelculas porno DIY trabajan en pos de crear nuevas representaciones
acerca de la sexualidad, incorporando aquellas prcticas y deseos sexuales que en el porno comercial no se muestran.
La cultura punk le dar al posporno su forma de produccin y difusin fuera del mainstream o circuito comercial. En este sentido, el
hazlo t mismo implica un hazlo con otros, ya que slo el trabajo
colaborativo permite armar un circuito propio en el que las producciones pospornogrficas encuentran su pblico y su espacio de creacin
colectiva. La red de alianzas que se tejen entre los/as diferentes artistasactivistas del posporno se materializa en talleres, festivales y muestras
en las que se comparte material, se discute sobre los alcances polticos
del feminismo pro-sex y el arte pospornogrfico, se indaga sobre las
posibilidades de las nuevas tecnologas en pos de crear nuevas representaciones de la sexualidad y que tambin funcionan como espacios
de experimentacin con el cuerpo y aprendizaje de prcticas contrasexuales. Talleres de eyaculacin femenina, orgas, sesiones de bondage y
sadomasoquismo, encuentros de cyberactivismo en casas okupas, workshops ecosexuales en playas nudistas, talleres de drag-king, propuestas
de intervencin urbana colectiva, charlas sobre maternidades guarras y
otras tantas propuestas hacen de los festivales posporno un mbito de
socializacin de sexualidades alternativas ms que una mera exposicin
audiovisual y de art-performance. En este sentido, la herencia del punk
se ve plasmada en esta cultura de la autonoma, del intercambio, del
aprendizaje autodidctico y colectivo, de la generacin de espacios y cdigos propios como forma de oposicin al sistema capitalista. Tales caractersticas del posporno DIY pueden observarse en el documental Mi
sexualidad es una creacin artstica (2011), de la chilena Luca Egaa,14
en el que se muestra cmo se van tejiendo las redes entre diferentes
artistas posporno en la ciudad de Barcelona.
14 Ver en ABC Posporno.

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Usina posporno

3.3.2 Nuevas tecnologas, cyberfeminismo, software libre


En tiempos en los que cualquiera puede filmar, editar y subir a Internet
sus propios videos es fundamental tomar estas herramientas tecnolgicas como instrumentos de resistencia. As lo han comprendido aquellos
que impulsan la movida posporno. Por lo tanto, la pospornografa es una
prctica de empoderamiento, ya que toma para s los dispositivos y herramientas que antes slo le eran accesibles a unos pocos y los usa para sus
propios intereses. El desarrollo y acceso ampliado a las tecnologas de la
informacin y la comunicacin permite a las multitudes queer crear sus
propios contenidos pornogrficos y encontrar los medios de difusin para
compartirlos. Lo cual implica una nueva forma de activismo y arte feminista que lucha por ganar su espacio en los nuevos circuitos de informacin y comunicacin actuales, haciendo uso de sus posibilidades tcnicas.
El acceso a cmaras de video y software de edicin audiovisual, ms
la facilidad y amplitud infinita que permite la difusin por Internet
marcan una ruptura en los modos de produccin y distribucin en el
sistema capitalista actual. Si hasta hace poco tiempo las industrias culturales tenan el monopolio de la produccin y la distribucin, hoy es
posible pensar en modalidades ms horizontales, tal como observamos
en la pospornografa. Individuos que antes eran solicitados solamente
como consumidores, ahora tienen la posibilidad de convertirse en productores de su propia pornografa. Y de ese modo, introducir a la esfera
pblica discursos distintos a los que existen en circulacin. As lo han
entendido los/as artistas-activistas del posporno, que toman provecho
de las nuevas tecnologas para crear aquellos contenidos sexuales que
les apetece y que son diferentes a los que propone la pornografa. Las
tecnologas de la informacin y la comunicacin que fueron creadas
desde las esferas del poder ahora son herramientas potentes que los
sectores marginados toman en sus manos para producir los discursos
que los representen y visibilicen ante la sociedad.
Vale mencionar el cruce entre feminismo y uso de las tecnologas
de la informacin y la comunicacin en el nuevo espacio pblico virtual
que es Internet. El cyberfeminismo se presenta como una nueva forma
de activismo que toma las herramientas digitales y la red como plataforma para luchar por sus reivindicaciones. Toma la forma de activismo
digital contra el sexismo y la discriminacin, creacin artstica a travs
del net.art, desarrollo de las herramientas de software libre para acceder
a la libre produccin de pensamiento, entre otras infinitas posibilidades.

Laura Milano

Las nuevas tecnologas son una herramienta poderosa para el ejercicio de experimentacin con las expresiones de gnero, ya que permiten
crear, modificar y disear los nuevos cuerpos post-genricos dentro del
mundo virtual y la tecno cultura. Tal como se detallar en el captulo
siguiente, nadie puede negar que el mundo virtual sea nuestro campo
de accin y expresin cotidiana de manera cada vez ms profunda. Y
as como sucede en la publicidad, la televisin y el cine, en Internet
circulan las representaciones que organizan nuestra percepcin sobre
los cuerpos. Por lo cual, tambin es escenario de disputa por el sentido
en torno a las expresiones de gnero.

Si podemos librarnos de estas etiquetas en


nuestros cuerpos y la tecnologa es una extensin de los mismos entonces podemos/
debemos utilizar la tecnologa para representar
el quiebre. En la red hay cada vez ms cuerpos
que no se cien a las normas, cuerpos disidentes, sexualidades queer. Con su presencia alteran
el medio y hacen poltica, efectivamente. Representar sexualidades no normativas en Internet es un ejercicio de activismo cyberfeminista.
Marisol Salanova (entrevista). Buenos Aires,
Argentina, 2012

Otra de las experiencias que es interesante mencionar sobre la postpornografa y su vinculacin con las nuevas tecnologas es su expresin
tecno-DIY. Es decir, la pospornografa y las diferentes representaciones de la sexualidad y los gneros que se pueden crear a travs de
programas de software libre. La posibilidad de modificacin continua
del cdigo informtico se combina con la posibilidad de agenciamientos del cdigo genrico, dando paso a una prctica queer y antisistema
dentro de la tecno cultura audiovisual.

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Ronda ecosexual-afectiva en el taller de ecosexualidad a cargo de Annie


Sprinkle y Beth Stephens en el Laboral Centro de Arte y Creacin Industrial.
Gijn, Espaa, 2011.

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Crnica III
La nia de flores y el carbn

El verano posporno empez con una boda y termin


con otra. Dos eventos que signaron el camino que
transit desde la mera observacin a la participacin
activa y que ahora puedo unir en una cadena de situaciones que tienen como punto de partida y llegada
un s, quiero. El evento que cerrara mi experiencia
dentro de la movida posporno de Barcelona estaba
prximo a realizarse. Unas semanas antes, durante
la ltima jornada de los tallares ecosex, Annie y Beth
me propusieron que participara como performer en
su prxima boda ecosex a realizarse en el norte de Espaa hacia finales de julio. T podras ser una perfecta nia de las flores, sera muy bueno que vinieras
a Gijn. El s, quiero ya estaba habilitado.
La Boda Negra estaba programada para el 23 de julio
en el marco de la Semana Negra de Gijn, un evento
enorme que convoca a todo el pueblo. La convocatoria
a participar en la boda estaba abierta por iniciativa de
Annie, Beth y el Laboral Centro de Arte de Gijn. En
esta ocasin, la boda sera con el carbn; y la eleccin
de Asturias como escenario para este evento cobraba
total importancia. La comunidad asturiana es la regin espaola donde la industria minera arrasa indiscriminadamente contra el medioambiente.
Artistas de distintas regiones de Espaa se haban
acercado para participar del evento. Junto con los ta-

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Usina posporno

lleres de ecosexualidad impartidos por Annie y Beth


(en los que se recuperaron muchos de los contenidos y ejercicios realizados en los talleres de Barcelona), la propuesta implicaba la produccin total de la
boda: preparacin de los vestuarios y la escenografa, redaccin de los textos que se leeran frente al
pblico y creacin de las performances que subiramos al escenario.
Las actividades ecosexuales que habamos realizado
durante las primeras jornadas haban calado hondo
en el proceso de produccin de cada artista. Algunos
retomaban las sensaciones que haban dicho experimentar con la naturaleza a travs de la pintura;
otros, de la danza; otros desde la experimentacin en
videoarte; otros desde la palabra. Todos estbamos
canalizando en distintas expresiones aquello que nos
haba movilizado en los ejercicios ecosexuales realizados en el taller. Segn lo que algunos me contaban, haban encontrado su punto G ecosexual en la
sensacin del viento rozando su cuerpo, otros en el
contacto con la tierra y la hierba, otros con los huecos
cuasi clitorianos de los rboles. Yo poda comprender
esos relatos porque tambin haba encontrado mi
punto G en el carbn, encontraba que el contacto con
este elemento y el color negro que dejaba pegado en
mis dedos me produca una sensacin de placer que
nunca antes haba percibido. Comenc a tomar registro de estas sensaciones y a partir de all me dispuse
a trabajar sobre mi performance.
Junio 2011
Gijn, Espaa.

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4. Cuerpos en (de)construccin

Me reconozco y reconozco a los otros como cuerpos parlantes


y acepto, de pleno consentimiento, no mantener relaciones
sexuales naturalizantes, ni establecer relaciones sexuales
fuera de contratos contra-sexuales temporales y consensuados.
Beatriz Preciado, Manifiesto Contra-sexual
Para m, el hedonismo es a la moral lo que el anarquismo es a la
poltica: una opcin vital, exigida por un cuerpo con memoria.
() Un cuerpo reconciliado consigo mismo, soberano, libre,
independiente, autnomo, regocijado de ser lo que es en vez de
estar sufriendo en las redes del ideal asctico.
Michael Onfray, Poltica del rebelde
El cuerpo es una construccin simblica, no una realidad en
s mismo.
No es un dato indiscutible, sino el efecto de una construccin
social y cultural.
David Le Breton, Antropologa del cuerpo y Modernidad

Si la pornografa trabaja sobre una representacin del cuerpo sexuado


asociada al recorte de la superficie corporal en pos de una genitalidad
absoluta, la apuesta del posporno es presentar corporalidades asumidas
desde su construccin y volcadas a la experimentacin infinita de los
placeres. Las profundas diferencias que pueden identificarse en la representacin del cuerpo, el gnero y el sexo entre ambos discursos de
la sexualidad nos permiten dar cuenta del desvo pospornogrfico en
materia de corporalidad. En esta lnea, surgen un(os) cuerpo(s) pospornogrficos que evidencian la artificialidad del sexo que constantemente
es invisibilizada en el porno bajo su intencin de hiperrealismo (o vale
decir naturalismo?). De esto se desprende el carcter poltico-resistente de la propuesta corporal pospornogrfica: todo lo que el cuerpo
asume como placentero es una eleccin ldica desvinculada de las normas del orden heterosexual. Todo lo que sucede con el sexo es juego.

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Usina posporno

Los nuevos cuerpos que asoman en el posporno son desobedientes


a las normas del orden sexual vigente basado en la heterosexualidad
obligatoria porque escapan a cualquier pretensin de naturaleza que
se imponga sobre ellos. En las propuesta del posporno no hay nada
natural en el sexo, la genitalidad no es el nico territorio de lo sexual,
los roles sexuales no estn pre-asignados a la prctica y, por lo tanto,
no existen jerarquas a priori entre los sexos. Cuerpos artefactos, los
cuerpos de la pospornografa son demostraciones palpables de la construccin arbitraria de los sexos, gneros y deseos.

4.1 Cuerpos de poca:


de la nocin moderna a lo cyber-post
El desafo de adquirir una nueva corporalidad alejada de las distinciones genricas implica un posicionamiento crtico frente a la
nocin de cuerpo productivo que se cultiv en la Modernidad. El racionalismo cartesiano contribuy a fomentar una representacin del
cuerpo humano como un objeto ms, una sustancia regida por las leyes naturales. El cuerpo era la parte residual y la razn era la esencia
de lo humano. Mientras que el pensamiento fue elevado a la ms alta
jerarqua y considerado como puro e inagotable, el cuerpo era pensado como una materia que slo puede corromperse. Desde esta lnea
de pensamiento se alimentan las dicotomas que organizan nuestra
inteligibilidad hasta hoy da: cuerpo/mente, cultura/naturaleza, material/espiritual, hombre/animal. Este cuerpo-envase al igual que
cualquier otro objeto al alcance del hombre se puede intervenir,
modificar, disciplinar. Tal como expresa David Le Breton en su trabajo Antropologa del cuerpo y modernidad (2002), hacia el siglo XIX
el cuerpo humano ya haba transitado la diseccin de la medicina y
la anatoma, la incorporacin de las disciplinas corporales propias de
las instituciones como la escuela o la fbrica, y la sistematizacin de
discursos sobre su comportamiento (tal como describe Foucault respecto a la sexualidad). Los saberes sobre el cuerpo tenan la funcin
de nombrar, organizar y fortalecer los cuerpos considerados normales y productivos. El cuerpo-mquina que deba perfeccionarse para
la produccin slo era concebido como mano de obra en el sistema
productivo capitalista, y haba perdido en el camino de la Historia su
anclaje como lugar de expresin de la subjetividad de los individuos

Laura Milano

y de sus placeres. Tal representacin moderna del cuerpo humano es


la base sobre la que se construye la categorizacin heteronormativa
del cuerpo sexuado y segmentado en gneros, que el posporno tratar
de quebrar para dar paso a nuevas corporalidades.
Estas expresiones de la corporalidad que asoman en el discurso
pospornogrfico pueden pensarse como herederas de las concepciones posmodernas de la corporalidad orientadas al cuidado de s mismo y a la corporizacin de la subjetividad, as como tambin de las
concepciones del cuerpo post-humano y del cuerpo cyborg que han
surgido para explicar la experiencia humana en el marco de las sociedades postindustriales actuales.
Como rasgo principal, en el mundo contemporneo posmoderno se
vive una amplificada experiencia de individuacin: derrotados los grandes relatos e ideologas de la poca moderna, ahora el sujeto se propone
alcanzar el bienestar y la felicidad a travs de la realizacin individual
(el xito profesional, la prctica deportiva, terapias alternativas, la autoayuda, etc.). El foco ya no est puesto en el Partido, en la Nacin, en
lo colectivo, sino que se vive en una bsqueda narcisista surgida de los
procesos de personalizacin y estetizacin del yo. Es claro, entonces, el
papel que juega el cuerpo en la posmodernidad: no slo pasa a ser la
medida del lmite, la materia que posibilita la separacin entre el yo y
los otros, sino que es la plataforma en donde proyectar nuestra individualidad al mundo. Generar un culto del cuidado y la esttica corporal
es casi una consecuencia directa del individualismo.Es por ello que en
estos tiempos se cultiva tanto el cuidado esttico, las dietas, las intervenciones quirrgicas por cuestiones estticas, el auge de la vida deportiva y sana (a lo cual agregara tambin la actual tendencia a la bsqueda
de la espiritualidad individual desde el culto a la meditacin, el yoga, las
terapias alternativas, etc.). El cultivo del cuerpo contra la degradacin
material es estimulado por los discursos persuasivos de la publicidad y
el desarrollo del campo tecnolgico, abriendo as un enorme mercado
dedicado al cuidado esttico. Cuerpo y consumo, trminos que hoy deben pensarse de la mano. Yo soy lo que mi cuerpo muestra, lo que mi
cuerpo puede, lo que mi cuerpo hace y des-hace.
Soy lo que quiero, soy mi cuerpo. Esta representacin del cuerpo
humano es clave para considerar y examinar los cuerpos producidos
en la pospornografa como herederos de esta cosmovisin posmoderna acerca de la corporalidad y la subjetividad. La batalla encarada desde el posporno para crear representaciones acerca de las sexualidades

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Usina posporno

disidentes es otra forma de mostrar o comunicar la subjetividad por


medio de la accin de los cuerpos en escena.
Por otro lado, vale pensar el cuerpo posporno a la luz del posthumanismo y su representacin del cuerpo post-humano. El posthumanismo
se pregunta acerca de una humanidad hbrida, atravesada por el desarrollo tcnico dado especialmente por la biotecnologa y la gentica.
Considerar al ser humano a partir de su cdigo gentico es pensar a la
vida en trminos de informacin, al igual que cualquier otro sistema que
puede modificarse a partir de la manipulacin de su cdigo base. Este
desvelamiento tcnico permiti pensar nuevas formas de vida humana
superadoras del modelo humanista14 concebido en la Modernidad. El
post-humanismo pone en discusin el estado actual de lo humano en
un mundo en el que cada vez es ms difcil distinguir entre lo natural
y lo artificial, entre la naturaleza y la cultura/tcnica (Vsquez Rocca,
2003). El desarrollo tecnolgico que se ha producido en el ltimo siglo
deja al humanismo sin respuestas adecuadas ante la aparicin de mquinas cada vez ms poderosas y parecidas a los hombres. Del mismo
modo, se ha puesto en evidencia la posibilidad de modificar la vida a
partir de la intervencin cientfica, tcnica y mdica. Cmo pensar
dnde empieza lo tcnico y termina lo humano? Como respuesta, el
post-humanismo plantea la necesidad de desarrollar un pensamiento
ecolgico en su sentido ms amplio que tenga en cuenta no slo el
entorno natural sino tambin el tecnolgico. El posthumanismo considera que las nuevas herramientas tecnolgicas pueden promover un
pensamiento en comunidad (no slo humana). En este sentido, vale
una reformulacin completa de aquello que se ha pensado sobre el
cuerpo humano: si en el pensamiento humanista el cuerpo era aquella
huella animal del hombre, para el posthumanismo no hay distincin
entre lo natural y lo artificial identificable en la corporalidad. El hombre es un equipo tcnico, una especie cada vez ms hbrida atravesada
completamente por el desarrollo tecnolgico aplicado a s mismo. La
bio-tecnologa ampla los lmites de lo humano ms all de lo conocido,
como sucede con la clonacin humana y la manipulacin gentica.
Ms all de los debates en torno a los alcances y problemas ticos
de la intervencin biotecnolgica sobre la vida, esta nueva cosmovisin
habilita un campo de posibilidades para pensar cuerpos post-genricos,
14 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

libres de las ataduras modernas del sistema sexo-gnero. Bien sirve la


reflexin de Peter Sloterdijk sobre el hombre post-humano para vincularlo con la propuesta corporal que se vislumbra en la pospornografa:
Si hay hombre es porque una tecnologa lo ha hecho evolucionar a partir de lo pre-humano. Ella es la verdadera productora
de seres humanos, o el plano sobre el cual puede haberlos. De
modo que los seres humanos no se encuentran con nada nuevo
cuando se exponen a s mismos a la subsiguiente creacin y manipulacin, y no hacen nada perverso si se cambian a s mismos
auto tecnolgicamente, siempre y cuando tales intervenciones y
asistencia ocurran en un nivel lo suficientemente alto de conocimiento de la naturaleza biolgica y social del hombre, y se hagan
efectivos como coproducciones autnticas, inteligentes y nuevas
en trabajo con el potencial evolutivo. (2001)
Esta visin positiva acerca del cuerpo post-humano y de sus mltiples posibilidades en lo que respecta a la desestabilizacin del gnero recuerda a la figura del cyborg. Hace unas dcadas atrs la idea
de un cuerpo mitad humano y mitad mquina era slo parte de la
imaginaria futurista, una imagen de pelculas de ciencia ficcin. En
ese contexto, la investigadora norteamericana Donna Haraway escribi el Manifiesto Cyborg (1991), en el que pone como protagonista
de las polticas feministas a la figura del cyborg (criatura sin gnero,
mezcla de mquina y organismo) en un mundo de relaciones sociales
atravesadas por la ciencia y la tecnologa. No funciona como un robot comandado desde afuera por un humano, sino que es hibridacin
entre la naturaleza y la tecnologa. En este sentido, el cyborg es quien
amalgama o fusiona definitivamente dos mundos y neutraliza el binomio naturaleza/cultura a partir de una historia que se cierra. Segn la
autora, concebirnos como cyborgs nos permite devenir seres flexibles,
mutables, transformables. La fortaleza de esta nueva entidad hbrida
est en haber dejado atrs las marcas de gnero y raza que se le impusieron como algo natural a los cuerpos.
El imaginario sexual vinculado a las mquinas, los artefactos y lo
virtual es fuente de inspiracin constante para la creacin de corporalidades sexuales en la pospornografa. La idea de los seres hbridos
puede verse retratada, por ejemplo, en la pelcula posporno japonesa

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Usina posporno

I.K.U.(2001) de la artista conceptual y directora Shu Lea Cheang,15


en la que mquinas con cuerpos humanos salen a buscar datos sobre
los orgasmos humanos. Unos aos despus de su estreno, la fantasa cyberpunk creada por Lea Cheang se transform en UKI, una
performance colectiva que se realiz en el centro de arte Hangar de
Barcelona. Un galpn lleno de basura electrnica fue el escenario para
que estos cyborgs (ahora interpretados por performers de la movida
posporno barcelonesa) se reencontraran y pusieran en escena placeres
contra-sexuales que sus corporalidades hbridas les permitan experimentar.
Otro video que recupera esta idea de la corporalidad cyborg y sus
mltiples posibilidades post-genricas (y podemos decir tambin
post-sexuales?) es Fantasa PostNuklear (2006) realizado en una fbrica
ocupada de Barcelona, en el que diversas corporalidades cyborgs emergen de los pasillos de una fbrica abandonada mostrando otras fisonomas y rtmicas mecnicamente sensuales.

4.2 Ms que performativo, prosttico


Para profundizar el anlisis del cuerpo pospornogrfico en relacin a
la des-sexualizacin del cuerpo, vale recordar los aportes de Beatriz
Preciado respecto del carcter prosttico del gnero (2002). Segn la
autora, el gnero no debe considerarse nicamente como resultado de
actos performativos, sino tambin debe considerarse como prosttico; es decir, que se da en la materialidad de los cuerpos. Siguiendo el
legado de Foucault, Preciado entiende al gnero como una tecnologa que fabrica cuerpos sexuados. Estos mecanismos de produccin
sexo-prostticos le confieren a los gneros femenino y masculino de
manera dicotmica y jerarquizada su carcter sexual. La tecnologa
sexual remite al proceso de asignacin sexual a la que todo individuo
es sometido desde su nacimiento a partir de invocacin performativa
y que determina cierto orden socio-anatmico al que los cuerpos son
sometidos. Es por ello que Preciado habla del carcter prosttico del
gnero ya que el nombramiento inicial repercute en la materialidad de
los cuerpos asignando y recortando ciertas zonas corporales para un
15 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano

sexo y para el otro. Sus efectos delimitan los rganos y sus funciones,
su utilizacin normal o perversa.
Pero como toda mquina, la construccin nunca es perfecta y los
imperativos de gnero son asumidos de manera incompleta (y frustrante). Estos deben ser re-naturalizados constantemente, y toda falla o discontinuidad es representada como una excepcin perversa que
viene a reafirmar el carcter natural de las normas heterocentradas de
gnero. Pero la identidad sexual no debe considerarse como natural,
sino como un efecto de las reiteradas y constantes reinscripciones que
se ejercen en el cuerpo. Los roles y las prcticas sexuales, que suelen
aparecer como naturales a los gneros femeninos y masculinos, son un
conjunto de inscripciones culturales en los cuerpos que aseguran la
explotacin material de un sexo por el otro. La diferencia sexual es una
hetero-particin del cuerpo en la que no es posible la simetra (Preciado, 2002: 13).
Preciado afirma que el sistema sexo-gnero es un sistema de escritura. El cuerpo es un texto socialmente construido, un archivo orgnico donde los procesos histricos y polticos van sedimentando a
travs de produccin y reproduccin de normas cdigos en la materialidad de los cuerpos. Cdigos que a lo largo del tiempo aparecen
como naturales, excluyendo y clausurando otras expresiones posibles.
Para la autora, el cuerpo debe ser entendido como un papel sobre el
cual los actos performativos del gnero (trozos de discursos sobre el
sexo cargados histricamente de poder) imprimen sus huellas, invistindolos como cuerpos masculinos o femeninos y sancionando a los
cuerpos desobedientes que amenacen la coherencia del sistema sexo/
gnero. De esto se deriva que la fuerza de la resistencia deba buscarse
en la alteracin de las tecnologas de escritura del sexo y del gnero
como de sus instituciones.
Los cuerpos pospornogrficos se burlan de las imposiciones sociales
del gnero y se muestran abiertos a cualquier prctica y rol sexual que
logre satisfacer sus deseos. Lo que ha sido naturalizado como el sexo
de nuestros cuerpos es de-construido por estas nuevas corporalidades,
en las que las partes ergenas pueden ser infinitas siempre que estemos
dispuestos a crearlas. La pospornografa abre la posibilidad de representar una plataforma sexo-corporal ampliada, dispuesta a reescribir la
historia impregnada en los cuerpos.

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Usina posporno

4.3 El casting posporno:


nuevas corporalidades frente a la cmara
Asumidos en su construccin, en su constante dilogo entre lo biolgico y
lo tcnico, en su mutacin constante, estos cuerpos posporno se muestran
y expresan nuevos horizontes en la experimentacin de la sexualidad y los
placeres. Sin nimos de establecer un declogo ni de inaugurar una categorizacin corporal de la pospornografa, mencionar algunas de las expresiones corporales que se ponen en pantalla. Si bien la pospornografa remite
al conjunto de expresiones artstico-polticas (tales como la performance,
el cine, la fotografa, la literatura, las artes plsticas, el arte digital) que luchan por disputar el sentido que la pornografa ha sabido construir sobre la
sexualidad, en este apartado elijo centrarme en las producciones pospornogrficas audiovisuales y en las representaciones que all se construyen acerca
de la corporalidad sexuada. La eleccin responde no slo a la intencin de
rastrear la de-construccin de la representacin del cuerpo sino tambin a
la de dar cuenta de las herramientas enunciativas que permiten mostrar la
corporalidad en un enfoque completamente diferente al de la pornografa.
En esta ruptura con el qu mostrar y cmo mostrar, el cine pospornogrfico recurre a diferentes estrategias enunciativas que permiten indagar
ya no tanto en lo explcito del sexo (que nos remite a lo genital del porno) sino en la multiplicidad escnica de lo sexual. Esto se demuestra en
la eleccin de planos generales que suelen utilizarse: en oposicin a los
primeros planos tpicos del porno, se elige la escena total para desplazar
el foco de inters de lo genital a lo corporal. Tomemos como caso las
pelculas de temtica BDSM, como The Black Glove (1997) de la directora Maria Beatty,16 donde se recurre a la ampliacin del plano a fin de
recuperar la escenificacin del juego sexual sadomasoquista. Ya no interesa lo explcito del sexo que lo porno representa mediante el rgimen de
visibilidad exacerbada de lo genital, sino una exploracin visual por todas
las potencialidades erticas de dos cuerpos que se encuentran.
Describir y pensar algunas de las corporalidades pospornogrficas
es una invitacin a ampliar la comprensin y, especialmente, la imaginacin respecto a las potencialidades de nuestros cuerpos y las mltiples
expresiones del placer que podemos experimentar. Y es una invitacin
a seguir transformndolas.
16 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano

4.3.1 Cuerpos drag


La figura de la drag queen ha sido utilizada por Judith Butler como
ejemplo para dar cuenta de los mecanismos de produccin de la identidad de gnero en tanto que unidad ficticia entre los elementos de sexo
y gnero (2001). Lo drag considerando no slo las drag queen sino
tambin los drag king juega con el gnero, con los comportamientos
y la fachada que se espera socialmente de la femineidad y la masculinidad. Este uso pardico implica un desplazamiento, una cita desviada de aquellas frmulas y elementos que constantemente ponemos en
escena para la re-actualizacin de nuestras expresiones de gnero. Si
bien Butler asume que la mera cita desviada de lo drag no implica s o
s una subversin de los imperativos genricos, tal performance tiene la
potencialidad subversiva para desnaturalizar y desestabilizar la estructura de gnero dominante. Es por ello que una y otra vez encontramos
corporalidades drag en la pospornografa a fin de mostrar en la pantalla
los infinitos juegos que pueden darse a partir de la parodia de gnero.
Quisiera detenerme en algunos ejemplos de pelculas que trabajan
particularmente sobre esta construccin del cuerpo drag. La primera
que quisiera analizar es el corto Implantes (2010), del colectivo PostOp,17 en el que se muestran a dos bio-mujeres frente a cmara que van
realizando diferentes acciones y cuidados sobre sus cuerpos a fin de
construir y reforzar las identidades genricas elegidas. Una de las muchachas se pinta las uas de los pies, se depila las cejas y las piernas, se
peina el cabello, se maquilla los labios y prpados, se pone ropa ajustada
y vistosa, se sienta de piernas cruzadas. Se performatea como mujer.
Mientras tanto, la otra se faja los pechos, se pone una camiseta holgada,
se calza un bulto en la ropa interior, se corta el cabello y con esos restos
se arma una barba candado pegada al rostro por esmalte transparente,
se sienta de piernas abiertas. Se performatea como hombre. Dos cuerpos biolgicamente iguales devienen dos expresiones de gnero distintas, lo cual pone en escena que la linealidad entre sexo y gnero es una
construccin arbitraria, reforzada constantemente.
Ahora qu pasa con el deseo? Hay coherencia entre ste, la expresin de gnero y la prctica sexual? En el corto Siempre que t vuelves a casa (2004), tambin del colectivo Post-Op, se muestra la escena
17 Ver en ABC Posporno.

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Usina posporno

de una chica vestida cual ama de casa que prepara la comida mientras
llega su chica-chico vestida de obrero y barba drag king. La historia
que parece conducir al relato estereotipado en el que el hombre llega
al hogar para forzar a la mujer contra la cocina y penetrarla, deviene
en una parodia doble al gnero: por un lado se burla del discurso pornogrfico, ya que finalmente la chica hogarea termina penetrando
a su chica-chico con un pepino contra la mesada; por otro lado, se
burla de las imposiciones de sexo-gnero convirtiendo las identidades
sexuales en construcciones mviles y ldicas a favor del placer. La
misma cita desviada se realiza en la pelcula Love on the Beach (2003),
del colectivo Girls who like porno,18 en la que una mujer toma el rol
masculino, se viste y maquilla como muchacho para encarar a una
chica en la playa y finalmente tener sexo con ella. La resignificacin
de esas imposiciones por medio del juego o la parodia permite pensar
en cuerpos abiertos a la experimentacin de los placeres, a la desestabilizacin del gnero y a la explicitacin de las relaciones de poder
constitutivas de la sexualidad.
4.3.2 Cuerpos intersex
Escena. La voz en off interpela a los mdicos y les pregunta: Fue tu
miedo a la confusin lo que te llev a castrarme, Mister Smith? O
buscabas una armona desmesurada como la de un jardn ingls ya
que mi rama infantil sobresala del camino de mi feminidad? O lo
hiciste por hermafro-envidia?. Un cuerpo que socialmente ha sido
considerado como una aberracin se muestra como imparable mquina deseante.
La identidad intersex junto con la trans es una de las ms excluidas en nuestro orden sexual vigente. Ya sea por la va de la burla
o por la va del silencio, esta identidad es estigmatizada a partir de las
diferencias que sus cuerpos representan frente a los cnones de normalidad. La no coherencia entre sexo, gnero y deseo que experimentan
es condenada como enfermedad psquica o malformacin biolgica.
Los sujet*s intersex son interpelados por mltiples discursos mdicos,
psquicos, periodsticos y polticos que intentan explicar sus particula18 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano

ridades desde la vara de la heteronorma; al tiempo que son objeto de


mltiples intervenciones mdicas/quirrgicas que tratan de re-ordenar
sus cuerpos desobedientes para re-insertarlos en los moldes femeninos/
masculinos obligatorios.
Las operaciones de reasignacin de sexo y los tratamientos hormonales son las tecnologas mdicas que acompaan la vida de un cuerpo
intersex. La coherencia que debera dar la Naturaleza es asignada por
la Ciencia. Tal como lo expresa Beatriz Preciado en el Manifiesto Contrasexual, las operaciones de cambio o asignacin de sexo (que parecen
resolver las discordancias entre sexo, gnero y orientacin sexual) se
convierten en los escenarios visibles del trabajo de la tecnologa heterosexual: hacen manifiesta la construccin tecnolgica y teatral de la
verdad natural de los sexos (2002: 104). Los cuerpos intersex intervenidos quirrgicamente ponen de manifiesto el carcter prosttico del
gnero al mostrar en carne cruda cmo las imposiciones sexo-genricas
se hacen cuerpo en las corporalidades. Esta tecnologa a la que refiere
Preciado produce cuerpos sexuados a partir de un a priori anatmicopoltico reproductor del sistema heteronormativo y es una fragmentacin que todos experimentamos; de all el carcter prosttico del gnero
del que ya hemos hecho mencin antes. Pero los cuerpos intersex experimentan una segunda re-asignacin de gnero dada ahora por el bistur y las hormonas que busca garantizar una nueva coherencia en los
cuerpos desobedientes. El recorte del cuerpo ahora pierde su aspecto
metafrico para ser estrictamente fsico.
Pero esa obediencia total es imposible. Muchos sujetxs intersex
reivindican el desorden de sus corporalidades. La visibilizacin de
esta identidad y su incorporacin al debate queer y transfeminista19 ha venido de la mano de la aparicin de estos cuerpos en la
pospornografa. En la pelcula Born Queer: Dear Doctors (2003) se
pone en evidencia la potencialidad subversiva de las corporalidades intersexuales. Unx muchachx intersex declama en voz en off un
extenso poema dedicado a los doctores que intervinieron su cuerpo
hermafrodita en la niez y que fallaron en la tarea de re-acomodarla
a la identidad genrica femenina, dado que sus hormonas masculinas siguen intactas. Tal poema es acompaado del registro de un
encuentro sexual entre la/el narradora/narrador y otras personas en
19 Ver en Glosario Conceptual.

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Usina posporno

el que muestran usos del cuerpo y exploraciones erticas fuera de


cualquier imperativo heteronormativo y coitocentrado. Mientras es
penetradx en la imagen, la/el narradora/narrador agradece al mdico
que lx haya hecho penetrable: el hambre que siento ah abajo viene
de la necesidad de llenar el agujero que me practic y dej abierto.
En esta produccin posporno se exhibe el cuerpo intersex no desde una mirada clnica, sino desde una mirada deseante, voluptuosa,
insaciable y depredadora. Los tres cuerpos en escena, mezclados
entre s, penetrndose unos a los otros, hacen que el hermafroditismo est en toda la escena, impregnndolo todo, y no localizado
en un cuerpo aislado y observado. La interpelacin directa a los
doctores y la sexualidad desbordante de el/la protagonista recuerda
a la descripcin que Preciado hace de los hallazgos del Dr. John
Money. Este mdico fue el primero en teorizar y poner en prctica
las operaciones de asignacin de sexo en bebes intersexuales. Para
l, la intersexualidad era una anomala, una evolucin patolgica del
feto que poda corregirse quirrgica y hormonalmente hasta los 18
meses de edad. En ningn caso Money consideraba que estas ambigedades anatmicas desestabilizaran el orden sexual, sino que eran
meras malformaciones a corregir. Pero lo que se observa en Born
Queer: Dear Doctors es que los cuerpos intersex intervenidos quirrgicamente no obedecen a lo que el bistur impone sobre ellos, no
hay coherencia entre el sexo, el gnero y la orientacin sexual. Los
protagonistas de la pelcula demuestran que usan sus cuerpos y experimentan sus placeres sin seguir ninguna regla sexo/genrica. Tal
como expresa Preciado, evidentemente Money no haba pensado
que algunas de estas nias intersexuales seran bollos y reclamaran
ms adelante el uso alternativo de sus rganos (2002: 109).
El texto narrado por la voz en off va jugando con la imagen: a medida que la protagonista va relatando las intervenciones quirrgicas a las
que fue sometida/o, se muestran en pantalla los usos no normativos que
ese mismo cuerpo realiza en la bsqueda del placer junto con otros. Es
decir, si construyeron su cuerpo para que funcionara de determinada
forma, la voluntad y el deseo inclasificable del sujeto lo hacen funcionar de otra. No hay imposicin social ni recorte corporal que pueda
contener tanto deseo, tal como expresa la narradora hacia el final del
corto: Yo soy una sobreviviente que, con las cicatrices de un guerrero,
lanza un grito de pirata: A la mierda la polica del gnero! Y canto, ro
y amo. He salido del armario y lo proclamo con orgullo. Ahora me he

Laura Milano

vuelto ms fuerte que nunca al derribar a gritos los muros del templo
del gnero. mame, soy salvaje y libre.
4.3.3 Cybercuerpos
La vida de Alicia es lo que socialmente se piensa como deseable: trabaja en lo que le gusta, mantiene vnculos amistosos con otras personas
que comparten sus intereses, circula por ambientes interesantes, tiene
una vida sexual satisfactoria y se siente cmoda con su cuerpo sin caer
en las manas de la esttica o en los mandatos sociales acerca de lo
que debe ser por su gnero. Que este mundo suyo suceda dentro de
la pantalla de una computadora y en el marco de un juego online no
le quita realidad al asunto. Lo que sucede fuera de la pantalla (aquello
que los aficionados al juego llaman Real Life y el resto de los mortales
llamamos simplemente realidad) es slo el hardware necesario para
poder sostener y hacer crecer esta segunda vida virtual. El cuerpo real
tambin funciona para ella como un soporte fsico que est all slo
para hacer posible la conexin. Para Alicia, su cuerpo no es aquel que
est sentado frente al monitor horas y horas, sino ese avatar que ve en
pantalla y que vive en plena actividad a travs de las rdenes que ella
comanda desde su escritorio. La imagen que ella tiene de s misma no
es la que le devuelve el espejo sino la que construy a su antojo en la
configuracin de su personaje. Tiene el cuerpo que quiere, lo viste como
gusta, lo desgeneriza sin que nadie la seale o juzgue por eso, lo hace
moverse y realizar acciones. Esta es la historia que se muestra en RL:
Real Life (2011), un documental dirigido por Mara Llopis en el que
una persona construye su mundo en el juego online Second Life. As
como Alicia, miles de personas se encuentran en estos juegos online.
Los jugadores eligen los personajes/avatares que los representan y con
los que interactan mientras escogen los escenarios en donde se llevan
a cabo sus historias. En estos universos virtuales, la vida es lo que uno
quiere que sea y la experiencia de los cuerpos, el deseo y la sexualidad
no est atada a ninguna regla genrico-sexual determinada. Del mismo modo, las corporalidades virtuales nos permiten reflexionar sobre
la posibilidad de desdibujar el lmite entre organismo e instrumento,
en una lnea de-constructiva respecto al sexo y al gnero, como la que
describe Beatriz Preciado al enunciar el carcter prosttico del gnero.
No hay cuerpos naturales, ni sexualidades naturales encadenadas a un

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Usina posporno

gnero u otro. Hay materialidad intervenida y recortada desde el primer


da. Hay cuerpo-texto, por lo tanto hay posibilidad de re-escritura. Hay
cuerpos hbridos, cyborgs, tan mecnicos como orgnicos, tan virtuales
como reales.

La heteronormatividad en el mundo
virtual pierde fuerza cuando comienza a
ser comn el acceso de personas queer o
de gnero indefinido a las pginas para
practicar cybersexo. Hasta hace poco,
al entrar en un video chat de contactos
slo veas primeros planos de genitales
masculinos pertenecientes a usuarios
mayoritariamente heterosexuales. Por
suerte, ahora va siendo ms comn encontrar a mujeres y a transexuales. Tambin hay personas con cuerpos andrginos, que no se muestran por
completo y no puedes saber si tienen pene o vagina,
pero cuya presencia es excitante independientemente, y
eso es maravilloso.
Marisol Salanova (entrevista). Buenos Aires, Argentina, 2012

Vinculadas profundamente con el imaginario cyborg, las identidades


virtuales o avatares se presentan como nuevos escenarios para jugar con
las categoras de cuerpo, sexo y gnero. Y en consecuencia, crear cuerpos
transgenricos y ambiguos dentro de los juegos online puede repercutir
en una mayor representacin de las identidades queer. En estos mundos
virtuales, la posibilidad de creacin comienza desde la invencin del
avatar, que ser nuestro otro yo en ese universo paralelo que nos propone el juego. Un cuerpo 3D que creamos no a nuestra imagen y semejanza, sino diseado a partir de nuestros deseos. Si desde los aportes de la
teora queer pudimos entender que el gnero es una categora construida, no hace falta ms que ingresar a los juegos online para dar cuenta de
ello. Los cuerpos que uno encuentra al pasear por Second Life pueden

Laura Milano

pertenecer al mismo usuario o a varios, representar un cuerpo con formas femeninas y sin embargo corresponderse con un usuario hombre
o viceversa. Tambin es posible manipular la configuracin de avatares
propuesta por The Sims y crear personajes que no adscriban a un gnero
determinado. Tal como el sueo utpico de un mundo monstruoso sin
gnero al que Haraway hace referencia en su manifiesto. Un cuerpo
cyborg que no por ser virtual deja de ser verdadero.

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La nia de las flores se quema (por dentro y por fuera) en el evento Boda
Negra en la Semana Negra de Gijn, Espaa, 2011.
(Foto: Irma Collin)

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Crnica IV
La boda negra

Como manda la tradicin asturiana, la boda se inaugura al son de las gaitas. Los performers nos ponemos
en fila abriendo el paso en plena feria. La caravana
hacia la carpa principal nos encuentra con miradas
desconcertadas mientras avanzamos al grito de vivan las novias!
Hoy nos casamos con el carbn, porque amamos a
la Tierra y agradecemos sus minerales. Tambin deseamos llamar la atencin sobre el dolor que causa
en ella, la devastacin socio-ecolgica de la minera y
el consumo salvaje de sus recursos. El carbn nos ha
dado mucho, pero tambin nos ha quitado bastante.
Bienvenidos a la boda con el carbn, bienvenidos,
bienvenidos! dice Jordi Vall-Lamora, artista cataln que auspicia de maestro de ceremonia.
El bloque de presentaciones se abre con un discurso
a cargo de Mara Llopis sobre el carbn como hgado de la Tierra, como elemento que limpia y filtra
las impurezas. Las palabras de Mara sintetizan el
mensaje que la Boda Negra busca transmitir: crtica
a la industria de la minera, a sus efectos nocivos
sobre la sociedad y el medio ambiente pero tambin
valoracin del carbn puro como elemento mineral
fundamental de nuestra Tierra.
Comienza a escucharse luego un sonido confuso
mientras la sala permanece a oscuras. Es el inicio de

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Usina posporno

la performance en la que participo, la primera en la


Boda y la primera de mi vida. El ruido se limpia en
un sonido de pala picando en la piedra. Constante,
reiterativo, asfixiante. Ingreso al saln cubierta por
una tnica negra y un casco de minera en la cabeza.
Al pisar el escenario dejo caer la tnica y el casco,
para quedar desnuda frente al pblico y comenzar
el juego ecosexual que iba a performatear. Unos das
antes haba experimentado una sensacin ertica intensa con las piezas calientes de carbn y las manchas que deja en la piel, experimentacin que me
record mucho a las prcticas SM con las velas y el
calor, as que decid encarar la escena desde ese estmulo. Las llamas de las velas negras ardan entre
mis manos. No recuerdo haber sentido el ms mnimo dolor, las quemaduras que la cera caliente provocaron en mis brazos y piernas fueron entregadas
a los invitados con una sonrisa en el rostro. El juego
sexual que estuve experimentando en los ltimos
das a raz de lo explorado en los talleres ecosexuales lo hice pblico sin ninguna vergenza, y con un
goce nuevo en la exhibicin de mi cuerpo. Dos colegas espaolas completaron la escena: mientras una
de ellas me untaba con lquido de abedul luego de mi
experimento con las velas, la otra cantaba una tpica
cancin asturiana sobre la solidaridad entre los mineros. La performance termin en un abrazo fraterno y ertico entre estos tres cuerpos que en escena
recrearon una situacin dolorosa pero resignificada
desde el placer.
A continuacin se present la performance de Diana
Pornoterrorista: ella comienza a recitar sus poemas
mientras se saca carbones de la vagina, los lame, los
escupe, se masturba, eyacula, blasfema contra la minera y cae en el suelo extasiada. Pornoterrorismo
que ataca el orden de las cosas, de los cuerpos, de

Laura Milano

las palabras polticamente correctas, de las prcticas sexuales normativas. Poesa corrosiva en cuerpo
y voz, vagina parlante que grita como megfono.
El desfile de presentaciones contina con danza, video-arte y otras performances. Luego de este bloque
llega el momento de la homila. El rol tradicional del
sacerdote interpretado por el artista escocs Graham Bell recitando las palabras de unin del futuro
matrimonio fue transformado para crear un discurso
ecosexual acorde a la propuesta de la Boda Negra.
Annie y Beth dieron el s e intercambiaron sus anillos de carbn. El beso negro y la consumacin del
matrimonio a la vista del pblico fueron el cierre de
la Boda. Todos los acompaantes y espectadores salimos festivos de la sala, y continuamos la celebracin
entre sonidos de gaitas, sidras asturianas y cantos a
Santa Brbara, la virgen de los mineros.
Julio 2011
Gijn, Espaa

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5. Contra-sexualidad y chau a los hbitos sexuales

Es importante saber la cantidad de caras que tiene el sexo


para conocer lo que realmente nos gusta, para atrevernos a
descubrirlo.
Diana J. Torres, Pornoterrorismo
Mi hombra es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho ms duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compaero
Y esa es mi venganza.
Pedro Lemebel, Hablo por mi diferencia

La contra-sexualidad, tal como fue pensada por Beatriz Preciado, es


uno de los conceptos claves que han hecho eco en las producciones pornogrficas y que permite pensar en el carcter resistente de las prcticas
sexuales disidentes que en el posporno se promueven. La contra-sexualidad propone modificar las posiciones de enunciacin hegemnicas
es decir, heteronormativas para re-construir, re-apropiarse y re-significar otras sexualidades diversas. Este concepto remite a un anlisis
crtico de la diferencia de gnero y de sexo, producto del contrato social
heterocentrado, cuyas performatividades normativas han sido inscritas
en los cuerpos como verdades biolgicas y tiene como objetivo el fin
de la Naturaleza como orden que legitima la sujecin de unos cuerpos
a otros (2002: 13). Es decir, la contra-sexualidad es un intento de deconstruccin sistemtica de la naturalizacin de las prcticas sexuales
y de la jerarquizacin que de ella se desprende. Frente a una sexualidad
normalizadora que erige como paradigma del sexo a las prcticas heterocentradas y coitocentradas, la contra-sexualidad propone el acceso a
todas las prcticas significantes y a todas las posibilidades de enunciacin que la historia ha esencializado ocultando su construccin.
La contra-sexualidad define a la sexualidad como un artefacto, una
tecnologa que posibilita mltiples significaciones en la bsqueda del
saber-placer. La puesta en acto de este concepto se dara a partir de

Laura Milano

prcticas contra-sexuales que permitan otras exploraciones del placer


ms all de lo socialmente significado como lo natural del sexo. La
contra-sexualidad estara en la lnea de las estrategias contra-productivas mencionadas por Foucault como resistencias al dispositivo de
sexualidad, que implicaran la produccin de formas de placer-saber
alternativas al orden sexual dominante.
En esta lnea, la bsqueda que se propone la pospornografa mediante
la visibilizacin de prcticas contrasexuales es desterritorializar el cuerpo
sexuado. Es decir, desviarse de la ecuacin sexo = genitalidad para rastrear
otros usos del placer. La exploracin ertica en distintas partes del cuerpo,
como la puesta en escena de prcticas alternativas al coito, permite representar otros universos sexuales posibles. La propuesta no es cerrar lo sexual
a una representacin totalizante y normalizada sino explorar en sus mltiples manifestaciones. Es decir, poner en escena las contra-sexualidades que
los cuerpos crean en el escenario infinito del sexo. A continuacin, presentar algunas de las prcticas contra-sexuales que se ven representadas en la
pospornografa en sus diferentes formas de expresin (cine, performance,
fotografa, literatura, etc.). La seleccin y el anlisis de algunas prcticas
responde a su reiterada presencia en la pospornografa y a ser ejemplares
demostraciones de la propuesta contra-sexual en pos de otras exploraciones
de la sexualidad alejadas del orden sexual dominante.

5.1 Prcticas BDSM o el juego del poder extremo


Entre las mltiples prcticas que pueden pensarse como propuestas contra-sexuales, quiero detenerme brevemente en la prcticas BDSM20, las
cuales estn basadas en el traspaso de poder voluntario y consensuado,
sostenido por juegos de rol. El vnculo contractual entre las partes define
un rol para cada participante que determinar su conducta durante el
juego sexual: dominante o sumiso/a, amo/a o esclavo/a. El rol no es arbitrario sino que est en funcin del deseo personal y las expectativas puestas en el encuentro. La expresin de esta relacin jerarquizada entre los
participantes se da en un proceso de dar y recibir dolor mediante diversas
tcnicas aplicadas a los cuerpos que resultan placenteras para ambas partes. Por lo tanto, el dolor no funciona en el SM ms que como metfora
20 Ver en Glosario Conceptual.

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del poder, de manera que el elemento dinamizador y ms problemtico


no es el dolor sino la relacin de poder (Martnez Pulet, 2005: 218).
Desde la primera categorizacin realizada en 1885 por Krafft-Ebing
sobre el sadismo y el masoquismo, las prcticas vinculadas al BDSM
fueron analizadas desde varios estudios psicoanalticos, sociales y culturales. Pero siempre han tenido sobre s la etiqueta de la perversin,
lo cual ha alimentado su estigmatizacin y prejuicio. Slo a partir de la
lectura que las feministas pro-sex y la teora queer hicieron del BDSM,
se comenz a observar estas prcticas como potencialmente subversivas
o resistentes al orden social y sexual establecido. Es interesante recuperar
los argumentos que las feministas del anti-porno de los aos 80 declaraban en contra del BDSM para dar cuenta de la mala prensa con la
que contaban y cun radical result la reivindicacin de estas prcticas.
Las feministas anti-porno decan que las prcticas nucleadas en el SM
realizan una escenificacin del poder masculino y que, por lo tanto, no
era ms que una legitimacin del mismo. En oposicin, las feministas pro-sex y pro-SM defendieron estas prcticas como sexo high-tech,
como expresin de una sexualidad femenina profundamente radical que
subvierte no slo la construccin social de los gneros sino tambin los
modos de entender una relacin sexual. Es a partir de esta mirada que el
BDSM ingresa a la pospornografa como expresin de prcticas contrasexuales posibles fuera de la norma.
El primer aspecto a considerar del BDSM desde una perspectiva
queer es su elemento clave y sobre el que descansa su centro ertico:
el poder y las relaciones jerrquicas que se desprenden de su ejercicio.
El vnculo dominador/sumiso, amo/esclavo establece roles y funciones
a cada uno de los participantes en un juego que ser siempre seguro,
sano y consensuado, tal como expresa el lema del colectivo BDSM. La
definicin de cada rol no es arbitraria ni esttica sino que se da como
libre eleccin y como una negociacin permanente. El vnculo, por lo
tanto, implica una dinmica tensa en la que el poder se toma, se cede, se
renegocia, cambia de participante, se invierte. Tal como lo expresa Michel Foucault: el juego SM () aunque sea una relacin estratgica, es
siempre fluida. Hay papeles, claro, pero cada cual sabe que esos papeles
pueden ser invertidos (Foucault s/f ). La fluidez y la flexibilidad con la
que el poder es intercambiado por los participantes del juego es la clave
de su factor amenazador para el orden establecido. En este sentido, Pat
Califia una de las tericas lesbianas pro-sex defensoras del SM en la
dcada del 80 en Estados Unidos afirma que los roles sadomasoquistas

Laura Milano

no guardan relacin alguna con los roles que se dan en la estructura social donde el ejercicio del poder tiene que ver con los privilegios basados
en la raza, el gnero, la orientacin sexual o la clase social. En otras palabras, la autora entiende que la razn por la que el SM ha sido histricamente marginado y estigmatizado es porque nuestro sistema poltico
no puede digerir un concepto de poder desligado del privilegio (Califa,
2008: 149). Las prcticas de BDSM estaran poniendo en evidencia no
slo el sustento ertico de las relaciones jerrquicas, y reivindicndolo,
sino tambin la artificialidad de las relaciones de poder que se naturalizan en la vida cotidiana. El poder es en el SM elemento dinamizador y
catrtico, y no una mera reproduccin de los mecanismos que se observan en la vida social.
Por otro lado, las prcticas del BDSM son contra-sexuales ya que
permiten otras exploraciones de placer ms all de las prcticas coitocentradas asociadas a lo natural del sexo. Javier Sez dir que el S/M
supone un desplazamiento radical al dispositivo de sexualidad: se abandona la genitalidad como lugar esencial o principal de la sexualidad y
esta se ve desplazada a todo el cuerpo como lugar posible de experimentacin del placer (2003). Desde esta perspectiva, el cuerpo entero se
vuelve una zona ergena, desterritorializando lo genital como lo exclusivamente sexual. El BDSM produce otros usos diferentes del cuerpo ms
all de la penetracin, lo cual implica una creatividad que se desva de
la norma sexual; habilita prcticas-juegos sexuales que permiten pensar
el cuerpo como un mapa abierto a la exploracin de mltiples placeres.
Principalmente, los juegos que integran este universo estn marcados
por las prcticas vinculadas a la experimentacin con el dolor y el goce
fetichista, siempre enmarcados en el paradigma de los juegos de rol y
la teatralizacin del encuentro ertico. Golpes, ataduras, quemaduras,
control de la respiracin, humillacin, uso de dildos, tortura de genitales
o fist-fucking son prcticas recurrentes que se realizan para alcanzar el
placer. El dolor nunca es un fin en s mismo, sino un medio para alcanzar
ese xtasis placentero al que toda relacin BDSM aspira.
Foucault afirma que
el SM es la creacin real de nuevas posibilidades de placer, que
se haban imaginado con anterioridad. () Bien sabemos que lo
que esa gente hace no es agresivo, y que inventan nuevas posibilidades de placer utilizando ciertas partes inusitadas del cuerpo,
erotizando su cuerpo. Pienso que ah encontramos una especie de

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creacin, de empresa creadora, una de sus principales caractersticas es lo que llamo la desexualizacin del placer. (Foucault s/f )
Tal expresin de desexualizacin o desterritorializacin del placer es
trabajada desde la pospornografa a fin de mostrar otras manifestaciones
del goce diferentes a las transmitidas en la pornografa. En la ya referida
pelcula The Black Glove, es sumamente explcito este trabajo de desterritorializacin de lo sexual y erotizacin de lo corporal. La pelcula narra la historia de una pareja que en el juego sexual BDSM toma roles de dominante
y sumisa para la concrecin de una sesin. Los personajes que aparecen
son: el hombre-cross-dresser, la Ama (Morgana) y la sumisa (Mara Beatty).
Quien narra la historia es la sumisa, que acompaada por su compaero
de juego instaura un personaje fantasioso que es la Ama que la domina en
la sesin. Es decir, la pelcula muestra la fantasa de la sumisa que convierte a su compaero cross-dresser en una Ama en el marco de un juego sexual
BDSM. Hay una proyeccin fantasiosa estimulada por el juego sexual y
los roles representados por cada uno. El vnculo entre estos personajes surge a partir de la fantasa que los convoca: tanto el hombre fetichista que
se monta en una personificacin femenina como la mujer que elige el rol
sumiso y proyecta en su compaero la imagen de una Ama escenifican el
juego sexual que despliega sus deseos. All la desexualizacin se da a travs
de prcticas como la dominacin/sumisin, los golpes, ataduras, quemaduras, asfixiofilia y el fetichismo. Hay una exploracin sexual del cuerpo
todo que es reforzada en la utilizacin de distintos instrumentos (forsexs,
cuchillas, corta pasta ruleta) que la Ama aplica detalladamente al cuerpo
de la sumisa. Por otro lado, en la escena no hay ni pene, ni penetracin ni
eyaculacin. El centro significante del porno est completamente ausente.
No hay genitalidad como protagonista de la historia.
La misma intencin contra-sexual se ve en los films de Wired Pussy,21
en los que se explora en las prcticas de BDSM entre mujeres vinculadas
al uso de la electricidad en el cuerpo. Claro que todas estas prcticas toman
coherencia y forman un sistema en el marco de los juegos de rol del BDSM,
un juego que teatraliza las relaciones de poder en pos del deseo. Unas prcticas contra-sexuales que en los trminos de Beatriz Preciado no slo
permiten otras exploraciones de placer ms all de lo coitocentrado, sino
que realizan una citacin desviada de las identidades sexuales en el sistema
21 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano

heteronormativo. La utilizacin desviada del cuerpo y de instrumentos de


placer permite pensar en una nueva legibilidad de la cartografa corporal y
en nuevas construcciones de sentido contra-sexuales. La manipulacin de
los elementos que se incorporan en el juego sexual S/M, las maneras en que
se proporciona placer al otro/a, los roles fantsticos y las relaciones de poder implican una metamorfosis radical con relacin al sistema sexo/gnero
dominante que hoy tratan de socializarse por medio de la pospornografa.

5.2 Ms all de la piel: el cybersexo en el mundo virtual


Cuerpos sin gnero, inclasificables, erticamente ambiguos, salen al encuentro de otros cuerpos similares. Multiplicacin de opciones sexuales
en un mundo donde todo se puede crear. Hacer un click e ingresar al
mundo del sexo virtual puede ser una experiencia de lo ms excitante,
no slo por el hecho de que nos permite satisfacer deseos sexuales de
todo tipo sino tambin porque podemos experimentar con la representacin de nuestro cuerpo que ms se acomode a nuestros deseos.
El cybersexo por video chat es un encuentro virtual en el que dos o ms
personas conectadas a travs de la web intercambian mensajes e imgenes
sexualmente explcitas. En el momento en que se enciende la webcam comienza el show, una especie de exhibicionismo virtual en el que cada uno
es protagonista y director de su propio porno. Y en el mismo acto de estar
conectado y mirar, tambin es voyeurista de la imagen del cuerpo del otro.

Los entornos virtuales constituyen un lugar


idneo para la experimentacin: cada vez
son menores las opciones predefinidas para
los avatares y mayores las posibles variaciones. Pienso que es un modo tambin de
aprender sobre uno mismo, de realizar un
ejercicio de introspeccin, porque a veces se
nos olvida que todos esos avatares forman
parte de nosotros. No somos uno, contenemos multitudes, y la tecnologa puede ayudarnos a exteriorizarlas.
Marisol Salanova (entrevista). Buenos Aires, Argentina, 2012

89

90

Usina posporno

Pero si la mayor parte de la oferta de cybersexo (gratuito o pago) es


heterosexual y machista, para qu observar estas nuevas modalidades del
sexo en el mundo virtual? Lo interesante de este universo sexo-virtual es
que tiene la potencialidad de hacer visibles sexualidades disidentes a travs
de las imgenes que cada usuario produce con su cmara. Es cierto que en
las pginas que ofrecen estos contactos cybersexuales, la oferta es mayoritariamente heterosexual y no escapa al dominio de lo heteronormativo: las
imgenes siguen reiterando la genitalidad como lugar especfico del sexo
en el cuerpo, el coitocentrismo y los roles sexuales para hombres y mujeres siguen siendo los mismos que fuera de la pantalla. Pero la tecnologa
del video chat abre la posibilidad de experimentar con la propia imagen y
construir corporalidades virtuales post-genricas que escapen a cualquier
categora. El poder creador que se esconde en cada webcam es infinito.
Adems, es interesante observar el fenmeno de los video chats sexuales para luego de-construir y parodiar sus estrategias, tal como se hace en
el video posporno Tutorial para chat gay (2010) del artista chileno Felipe
Rivas San Martn.22 La pieza consiste en el registro de una sesin de chat
en un sitio web de citas sexuales para hombres. El ejercicio audiovisual
interroga utilizando el distanciamiento los modos de produccin de
la subjetividad sexual-gay en el contexto actual de la globalizacin e hipertecnologizacin de las comunicaciones, y adems parodia la dinmica
pedaggica del porno a travs de la dinmica pedaggica de los tutoriales
en Internet que le informan al usuario cmo debe hacer las cosas.
Por otro lado, los juegos online como Second Life o The Sims se han
convertido en lugares idneos para fantasear con las posibilidades de una
sexualidad cambiante en 3D, desde casa y a travs de la pantalla. La animacin resulta un recurso ideal para representar las prcticas contrasexuales: al no haber personas reales fsicamente, como en el cine convencional,
puede representarse sin limitaciones expresivas. Adems, las infinitas posibilidades de interaccin en estos metaversos23 hace que podamos producir
escenas erticas en las que nuestros avatares practiquen sexo en lugar de
atender a los objetivos principales del juego. Esta posibilidad nos abre la
puerta a explorar una sexualidad distinta, no atada a nuestros cuerpos reales, sino que encuentra el placer en la exploracin de prcticas erticas que
entran por los ojos a travs de la pantalla. Los cuerpos avatar se encuentran, reciben y se dan placer mutuamente, mientras que los usuarios de22 Ver ms en el captulo Posporno sud-ac y en el ABC Posporno.
23 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano

trs de ellos gozan viendo este show virtual que estn comandando. Una
sexualidad que se vive fuera de la pantalla porque sucede dentro de ella,
sin que ello desmerezca la intensidad del encuentro. Es as que para muchas personas la experiencia sexual en la virtualidad es uno de los modos
ms plenos que encuentran para llevar a cabo sus fantasas sexuales bajo
el anonimato que permite el mundo virtual. Si bien los mundos virtuales
que nacen de estos juegos online no estn al margen de los imperativos
sociales respecto a la sexualidad, pueden ser el semillero para una experimentacin de prcticas erticas que escapan a la norma sexual.
La oferta sexual dentro de estos juegos es tan grande (hasta existen prostbulos y trabajadores sexuales dentro de Second Life) que dio lanzamiento
a un nuevo producto de alta difusin en los portales porno de Internet: las
escenas pornogrficas 3D surgidas de los videojuegos online y protagonizadas por avatares. Estas pelculas porno son parte de la corriente Machinima
(trmino compuesto por las palabras machine y cinema), que implica la convergencia del cine, la animacin y el desarrollo de videojuegos. Este tipo de
videos aplica tcnicas cinematogrficas dentro de un espacio virtual interactivo donde los personajes y las distintas situaciones posibles pueden controlarse manualmente, creando as originales pelculas. Si bien estos contenidos
pornogrficos no se diferencian mucho de la pornografa tradicional, existe
la posibilidad de usar este recurso para crear contenidos porno que pongan
en escena sexualidades diferentes y personajes cuyo sexo no es necesario
explicitar. El registro de esas relaciones constituye un ejemplo de machinima
postporno, tal como se observa en el video Machinima Sexual Choreographies
(2011) de Marisol Salanova, en el que los protagonistas son cyber-cuerpos
erotizados que juguetean dentro de una casa de The Sims.
Mara Llopis document en dos producciones actuales el fenmeno
del cybersexo desde la prctica del video chat y los juegos online como
territorios a explorar por sexualidades radicales. Chatroulette (2011) es un
video donde Mara se documenta mientras se masturba frente a la pantalla de la computadora en plena sesin de sexo online va webcam. La
prctica del cybersexo es aqu puesta en escena para romper con la idea
de la sexualidad femenina como decorosa, ntima y romntica. En oposicin, se muestra la imagen de una mujer que se complace en mostrar sus
genitales, tener sexo online con desconocidos y apagar la computadora
luego de acabar. Una feminidad guarra y orgullosa. Por otro lado, el documental RL (Real Life) que ya hemos mencionado hace referencia a
las prcticas radicales de cybersexo que suceden en el metaverso Second
Life. Alicia, la protagonista del documental, experimenta una vida sexual

91

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Usina posporno

plena y satisfactoria: dentro de Second Life encontr a su media naranja


avatar y con ella disfruta de una sexualidad queer, lesbiana y transgresora.

5.3 Prcticas ecosexuales


Las prcticas ecosexuales son una expresin de la sexualidad que est
siendo representada en la pospornografa a partir de la militancia activa
de Annie Sprinkle y su pareja Elizabeth Stephens.24 Ellas son quienes
han acuado el trmino ecosexualidad para referirse a las prcticas que
buscan erotizar la relacin de los cuerpos con la Naturaleza. Se parte de la
metfora de la Tierra como amante ms que como madre para dar cuenta
de las infinitas experiencias placenteras que puede otorgarnos el contacto
con la Naturaleza el contacto con un rbol, con una roca, con el mar,
con el viento, tal como puede observarse en el video documental Ecosex:
Part Real, Part Imagination (2011) filmado durante uno de los talleres
ecosexuales de Annie Sprinkle y Beth Stephens en Espaa. Junto a esto,
el aporte principal de la ecosexualidad es su llamado de atencin sobre el
deterioro ambiental y el cuidado que debemos brindar a la Tierra. Una
nueva forma de activismo ecologista pensado desde la sexualidad.
Como experiencia ecosexual pospornogrfica, Annie y Beth realizan
cada ao las bodas ecosexuales, que son un ritual en donde exploran el nexo
entre arte, sexualidad y naturaleza. En ellas se ponen en escenas los roles de
una boda pero pardicamente, utilizando la erotizacin con la Naturaleza
como eje central del evento y como medio para denunciar la estructura
social vigente, tal como puede verse en el video Boda Negra (2011) en el que
se registr la boda ecosex de las activistas con el carbn en Espaa.
En el documental Goodbye Gauley Mountain: An Ecosexual Love
Story (2013), dirigido por Annie y Beth, se muestra la visita de Beth a
su pueblo natal en West Virginia, en donde encuentra que la minera
a cielo abierto est causando una catstrofe ambiental. Para manifestar
en contra de este proyecto minero, sensibilizar sobre el dao que se le
est haciendo al medio ambiente de la regin y en mayor escala a
la Tierra, Annie y Beth realizan una boda ecosex y se casan con las
montaas Apalaches. Este documental es una invitacin para que el
movimiento queer se involucre en el activismo ecologista, y utilice el
24 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano

cuerpo y la sexualidad como plataforma para activar un compromiso


ecosex con la naturaleza.

Empezamos a hacer las bodas queer como forma


de performances polticas porque no podamos casarnos en Estados Unidos. Nos casamos realmente
en Canad en un festival y al ao siguiente nos
casamos con la Tierra. Decidimos tomar la Tierra
como amante en lugar de pensarla como nuestra
madre. Ahora somos ecosexuales. Nos hemos casado ya
con el ocano, con la luna, con las montaas, con la nieve y
nuestro amor crece a proporciones universales.
Conferencia Annie Sprinkle. Julio 2012. Barcelona

Para dar cuenta de otras producciones que aporten a la temtica ecosexual desde la pospornografa, me gustara mencionar tres en las
que el placer est en el contacto y la degustacin de alimentos naturales. En el videoarte Fruit of our loins (2012), del colectivo argentino
Waska,25 dos muchachos exploran su sexualidad en contacto con frutas. Una construccin ertica contra-sexual en la que ya no existe la
distincin entre los elementos frutales y los cuerpos. Luego, el video
Sinestesia Cyborg (2013), de Nadege Lucas Prez,26 es una excitante
demostracin de cmo la experiencia tctil con los alimentos puede
ser sumamente ertica. El ingrediente nuevo en este relato es su hibridacin entre los elementos naturales y los dispositivos tcnicos, al
modo cyborg. Por ltimo, el video Conto Bioporn (2013), de Juliana
Dorneles e Hilan Bensusan,27 es un relato creado a partir de una
experimentacin performtica con lichis y frutos de la parte central
de Brasil, en el que una mujer comienza a experimentar los sabores
de los frutos al tiempo que reflexiona las relaciones inter-gneros en
el ecosistema.
25 Ver en ABC Posporno.
26 dem.
27 dem.

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Usina posporno

En sntesis, la ecosexualidad se presenta para cada uno como una


forma ms de explorar la propia sexualidad, partiendo desde el juego
desprejuiciado y desgenerizado de los cuerpos en busca del placer. Una
forma de salirse de la reproduccin de las prcticas sexuales normales
y conquistar otras formas de experimentar la sexualidad. En este caso,
con la naturaleza.

5.4 Falocentrismo y coitocentrismo cero: dildos + fist fucking


Para la contra-sexualidad, todo el cuerpo es una zona ergena a explorar; esto implica un desvo de la tecnologa que naturaliza ciertas
partes del cuerpo como sexuales y otras no. Esta naturalizacin es el
resultado de un recorte sobre los cuerpos dado por la tecnologa sexual, que tendr como funcin organizar y producir las sexualidades
correspondientes a cada tipo de cuerpo. Dentro del orden heterosexual
vigente el recorte ha dado como resultado la marcacin de los genitales
como lugar de distincin sexual-genrica y como escenario principal
de nuestra plenitud sexual. Los personajes en esta obra sexual reiterada
y gastada son el pene activo, penetrador, erecto, eyaculante, signo de
la masculinidad; y una vagina pasiva, abierta a la penetracin, frgil,
silenciosa, signo de la feminidad. Y el conflicto siempre resulta ser el
mismo: la penetracin, la conquista del falo sobre la vagina, la victoriosa eyaculacin del hroe. Tal historia toma la misma secuencia si los
protagonistas son un pene y un ano, dado que ste ocupa el lugar de la
pasividad, de lo no-masculino. El heterocentrismo funcionar como el
marco sobre el que se organiza la accin sexual de los personajes cuyo
nico dialogo ser coital. Por lo tanto, al dicho expresado por Beatriz
Preciado de que la arquitectura corporal es poltica (2002: 27), vale
agregar que la accin corporal tambin lo es.
Pero ya hemos dicho que la contra-sexualidad y en consecuencia la pospornografa como plataforma de representacin de ella intenta desterrar este esquema naturalizado del sexo y proponer nuevas
exploraciones erticas de nuestros cuerpos, nuevos personajes, nuevas
acciones a realizar en pos de la bsqueda del placer. En este sentido, es
sumamente interesante recuperar dos prcticas de la contra-sexualidad:
el uso del dildo y el fist fucking. Si bien estas prcticas aparecen y son de
uso recurrente dentro de los universos contra-sexuales ya mencionados,
vale detenerse especialmente en sus caractersticas, ya que proponen un

Laura Milano

desvo radical en los usos sexuales de la propia corporalidad que actan


cual dardos venenosos contra la naturalizacin del falocentrismo y el
coitocentrismo.
Partiendo de considerar la equivalencia de todos los cuerpos
parlantes, Beatriz Preciado dir en su Manifiesto Contra-sexual que
existen tres prcticas contra-sexuales que podran pensarse como tres
momentos de una mutacin post-humana del sexo: la utilizacin de
dildos, la erotizacin del ano y el establecimiento de relaciones SM
contractuales.
El dildo es el primer indicador de la plasticidad sexual del cuerpo
y de la posible modificacin prosttica de su contorno (2002: 63).
Su uso es recuperado para dar cuenta de que el pene no es ms que
otro tipo de dildo con el que los sujetos parlantes pueden servirse
para obtener placer. De este modo, el dildo como smbolo de objeto
penetrador apuala el falocentrismo y pone sobre la mesa la arbitrariedad con la que se ha nombrado al pene como rgano organizador
de la diferencia sexual y de gnero. El dildo es ajeno al rgano que
imita, es decir que no imita al pene sino que ste imita al dildo. Esta
impronta puede verse en la pieza de videoarte XD (2011) coproducida entre el colectivo Cuerpo Puerco28 y Acento Frentico.29 En este
trabajo de posporno argentino un cuerpo des-generizado se toca, se
deja penetrar por un brillante dildo metlico y goza, mientras la voz
en off repite un fragmento del Manifiesto Contrasexual de Preciado. El
dildo aparece como un agente diferente al pene, luminoso y atractivo
en su no-gnero, abriendo una carne que tampoco se sabe genrica.
La reiteracin de la secuencia de penetracin de forma exacerbada
recuerda la rtmica de las pelculas porno, pero esta vez como cita
desviada y contra-sexual.
Por otro lado, el fisting o fist-fucking es una alta tecnologa contra
sexual que implica la penetracin anal con un puo cerrado. El fisting realizado entre hombres muy comn dentro de la subcomunidad
leather SM puede pensarse como prctica profundamente radical e
insurrecta ya que implica una desterritorializacin extrema del placer
y una total arbitrariedad respecto a los roles asignados. Si dentro de la
comunidad gay an se ponen en juego la reproduccin de las identidades y roles sexuales signados por la heteronorma (pasivo, activo, pene28 Ver ms en el captulo Posporno sud-ac y en el ABC Posporno.
29 dem.

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Usina posporno

trado, penetrador, femenino, masculino), las prcticas realizadas por los


hombres leather ponen en jaque cualquier pretensin de naturaleza y
de marcacin ertica sobre el cuerpo: no se juzga como pasivo, frgil y
femenino a un hombre que se deja penetrar por un puo, sino que es un
sujeto dispuesto a un juego sexual extremo considerado profundamente
masculino. La sub-cultura leather exalta los artificios de la masculinidad al mismo tiempo que defiende deseos homosexuales y realiza usos
del cuerpo no signados por los caprichos del falo. Se abandonan los
genitales como ncleo y motor de la actividad sexual y se deja a un lado
la dinmica obligatoria de ereccin-eyaculacin tan recurrente en la
representacin pornogrfica.
Segn Javier Sez, esta prctica hace referencia a dos espacios perseguidos, reprimidos, condenados como abyectos: el ano y la mano. ()
El fist va a recuperar esos dos espacios proscriptos, el trabajo del culo
y la mano-brazo como objetos y sujetos de placer (2003: 2). Pero qu
implicacin subversiva o resistente tiene la recuperacin de estos dos
espacios corporales para la actividad sexual?
Respecto a la erotizacin del ano, Beatriz Preciado dir que 1) el
ano es un centro ergeno universal situado ms all de los lmites anatmicos impuestos por la diferencia sexual, donde los roles y los registros aparecen como universalmente reversibles; 2) el ano es una zona
de pasividad primordial, un centro de reproduccin de excitacin y de
placer que no figura en la lista de puntos prescriptos como orgsmicos;
3) el ano constituye un espacio de trabajo tecnolgico: es una fbrica de
reelaboracin del cuerpo contra-sexual. Por lo tanto, la re-sexualizacin
del ano implica un enfrentamiento con las prcticas heterocentradas
basadas en la dupla reproductiva vagina-pene (2002: 27).
Por ello, la unin perfecta entre ano y dildo que se da en el fistfucking es una de las prcticas que la pospornografa recoge en pos de
representar otros usos del cuerpo y agenciamientos del placer. Tal como
afirma Javier Sez
el fist lo que hace es cortocircuitar toda la economa productiva
y reproductiva: abandono de los genitales, y potenciacin de la
mano en un lugar intil (la mano, un rgano no reproductivo,
en el culo, otro rgano no reproductivo). Una mano y un brazo
que trabajan en el lugar equivocado, para abrir un cuerpo precisamente en el lugar de la prdida. (2003: 6)

Laura Milano

Los trabajos Wish (2011) y Post Porno Vrit (2011), de la directora


chilena Katia Seplveda,30 muestran cmo se le practica fist a un biohombre: uno con dildo-mano en el primer video y otro con dildoKenny en el segundo video. En ambos cortos, el foco de atencin y
deseo est puesto en el trabajo del ano cuya elasticidad y plasticidad no
parece tener fin. En ambos videos es sumamente interesante el trabajo
de la cmara que registra la escena y el montaje final. En la primera propuesta el corto empieza con el primer plano del ano del biohombre y la penetracin in crescendo de dos manos hasta entonces
irreconocibles genricamente y a medida que avanza la historia se va
ampliando el plano hasta llegar a observar la escena completa del acto
sexual en la que el hombre blanco es penetrado por un hombre y una
mujer morenos. En la segunda pelcula, se comienza con un plano general en donde se observa a un hombre (el mismo actor que en la otra
cinta) acostado boca arriba sobre una toalla y con las piernas recogidas,
un mueco tipo Kenny (ideal masculino del mundo de Disney) y un
frasco de lubricante. No hay escenografa. No hay otro personaje, slo
una mano que comenzar a lubricar el ano del hombre y a penetrarlo
con el mueco. El plano se va cerrando a medida que avanza la accin,
hasta llegar al final del corto con la ltima toma del primer plano del
ano con el mueco totalmente introducido en l hasta el punto de que
slo se ven sus dos piecitos plsticos. La figura del muequito varn
introducida en el ano de otro hombre sirve para parodiar aquella representacin del pene masculino como smbolo del falo penetrador.
Pero tambin la imagen busca parodiar la penetracin del capital en
la subjetividad y los cuerpos por medio de la figura de un muequito
como el Kenny. Tal objeto es un producto infantil masivo, una mercanca que acta como cono de la cultura de masas, modelo plstico
del hombre ideal de estos tiempos. Por medio de la publicidad, esos
conos penetran y modifican nuestra subjetividad, organizan nuestra
inteligibilidad acerca de los cuerpos y nos proveen de modelos a seguir.
Luego es interesante mencionar las prcticas de fisting vaginal que
aparecen en las performance de la artista espaola Diana Pornoterrorista.31 Conocida por realizar performances provocativas y violentas, Diana
promueve el concepto de pornoterrorismo como una forma de activismo
artstico y poltico en pos de elevar a la categora de deseables y temibles
30 Ver en ABC Posporno.
31 dem.

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Usina posporno

aquellas sexualidades que siempre fueron excluidas de la norma sexual.


En este sentido, Diana recupera la prctica del fist-fucking desarrollada
por las subculturas gay SM para usarla en sus presentaciones y dejarse
realizar fist vaginales por sus compaeras mujeres mientras ella recita
sus poemas frente a pblico. Al respecto, reflexiona en su libro Pornoterrorismo:
nuestros puos eternamente erectos quedarn para desbancar de
una vez por todas esa idea absurda () de que entre dos mujeres
no puede haber ningn elemento penetrador. Y no slo eso, sino
que se trata de un elemento penetrador no prosttico, est en el
cuerpo, hecho de carne y hueso y msculo, nos hace por completo
autosuficientes y mucho ms que eso: el orgasmo que se experimenta con un fisting supera con muchas creces al que pueda
provocar cualquier otra cosa. Es un orgasmo que nace del centro
del cuerpo, que estalla dentro como una galaxia, realmente se ven
las estrellas. () Por eso yo levanto un altar sagrado a la Virgen
del Puo, la nuestra propia, que nada tiene que ver con las tacaeras humanas sino ms bien con la glotonera de nuestros orificios
insaciables, inconformistas y sinvergenzas. (2011: 58)
Por ltimo, es interesante pensar que a partir de reflexin sobre el
dildo y el fist cualquier parte de nuestros cuerpos puede devenir uno u
otro. Cualquier cosa puede devenir dildo: una mano-brazo, una pierna,
un pene plstico, un pie. Todo objeto puede devenir penetrador y, por lo
tanto, todo cuerpo tambin puede hacerlo. Del mismo modo, cualquier
parte de un cuerpo puede devenir ano, lugar penetrado. Tal enseanza
contrasexual se retrata en el video Fisting (2012) realizado por el colectivo Post Op y Ben Berlin, en el que se realiza un ejercicio de desgenitalizacin y prcticas extremas del sexo descubriendo las posibilidades
de un cuerpo expandido ms all de la genitalidad convencional.

Palabras prendidas como piel, palabras que caen como piel en la performance
colectiva xD en La Plata, Argentina, 2012. (Foto Jimena Mejuto)

100

Crnica V
Mar de cuerpos, mar de palabras

Mordisco. Poros. Gusto. Mapas. Ano. Ruido. Abyect*.


Trans. Mquina. Interrupcin. Fluidos. Tecnologa.
Disidente. Despertar. Mutante. Poder. Las palabras
quieren pegarse a nuestra piel, quieren quedarse tatuadas en nuestros cuerpos como marcas de nuestra experiencia. Las palabras quieren etiquetarnos,
clasificarnos, ubicarnos en un espacio, mientras
nosotr*s no queremos tener nombre ni lugar. Las
palabras tienen la fuerza de la imposicin, del estigma, del sealamiento. Pero nuestras herramientas
son ms fuertes: tenemos nuestras manos, piernas,
brazos, pies, bocas, uas, lenguas. La resistencia deseante de nuestros cuerpos puede romper con el hechizo del lenguaje.
Esa noche en La Plata la cada de las palabras abri
paso a la experimentacin, a la contrasexualidad, al
juego sin nombre de nuestros deseos. La performance
dX estaba programada para el cierre de la segunda
noche de la Muestra Posporno en la Sala Polivalente
del Pasaje Dardo Rocha de la ciudad de La Plata, y
all estbamos reunidos l*s participantes alrededor
de un mar de palabras. Diego Stickar, artista platense que dirigi la performance, nos haba volcado en el
suelo muchas palabras impresas sobre vinilos transparentes y nos invit a que eligiramos algunas para
pegar en nuestros cuerpos. Sin pensarlo demasiado,

Laura Milano 101

comenzamos el juego de la seleccin de palabras y de


la quita de ropa; unos a otras nos fuimos desvistiendo y pegando palabras en las piernas, espaldas, brazos, tetas, culos, hombros, vientres, cuellos, cinturas,
pies, rodillas, muecas donde se pudiera. Cada significado impuesto a la piel la cubra en una extensin
y una espesura mayor que la propia anatoma.
Luego de un rato de entrenamiento, estbamos listos.
Volvimos a vestirnos tod*s, menos Fernanda. Ella se
qued sentada en un rincn de la sala, iluminada por
unas luces incandescentes color azul y rojo que proyectaban la sigla dX en su cuerpo. El pblico ingres
a la sala mientras ella lea unos fragmentos de un libro: patologas sexuales era el tema. Estadsticas de
casos clnicos, posibles recetas mdicas, tratamientos, resultados, fallas, desvos, nuevos tratamientos,
violencias. El resto de nosotr*s nos mezclamos entre
el pblico, llevando el disimulo en nuestras ropas.
Pero la voz de Fernanda nos convoc y lentamente
empezamos a sentir el cosquilleo. Un* a un* nos fuimos acercando a la escena, quitndonos las ropas y
mostrando las palabras que nos marcaban. Nuestros
cuerpos se fusionaron unos contra otros, deshacindose en un abrazo. Fernanda intentaba seguir leyendo, mientras la besbamos. Otro texto comenz
a circular entre nuestros cuerpos, ahora era Melina
la que lea fragmentos del Manifiesto Contrasexual
de Beatriz Preciado mientras se una al grupo. Los
textos rodaban de boca en boca, al tiempo que las
palabras adheridas a la piel comenzaban a caer. La
lectura se iba volviendo carne, en una suerte de nuevo ritual contrasexual. Los movimientos de nuestros
cuerpos amontonados se volvieron cada vez ms
bruscos, ms mecnicos, ms pornogrficamente explcitos. Nos empezamos a rascar all donde nos picaba. El xtasis lleg con la cada de la ltima palabra,

102 Usina posporno

con la revelacin de los cuerpos fuera de nombre y


de norma. Fernanda, Rosario, Melisa, Len, Fabiola, yo. No haba all seis cuerpos en escena. No haba una divisin entre lo que haba sobre m, debajo
de m, entre mis piernas, mis brazos, mi boca, mi
pelo, mis dedos, mis uas. Haba un poderoso mar
de cuerpos, que se mova y respiraba oscilante ante
la mirada atenta del pblico. Un mar que limpi con
todas las palabras que nos separaban.
Mayo, 2012
La Plata, Argentina

103

6. Posporno sud-ac

Qu es?, preguntaron.
Una revista de estudios cuir, atin a responder, usando la
palabra en ingls para que las gringas entendieran.
Cmo?, replicaron.
Cuir. Es de teora cuir, les aclar.
Cuir?, repitieron ellas, mirndose intrigadas, qu es cuir?.
Es cuir, cuir, como el insulto homofbico, o como raro en ingls.
A esas alturas, ya estaba angustiado.Cuir, cuier, cuiar,
repeta gesticulando y alterando los modos de pronunciacin,
intuyendo que el problema poda estar radicado ah.
De pronto las gringas se miraron y exclamaron: Ah
queer, queer!, dicindolo de una manera que nunca haba
odo en mis conversaciones con activistas y tericos de
Latinoamrica.
Felipe Rivas San Martn, Por un feminismo sin mujeres

La historia de la pospornografa merece contemplar su reapropiacin


desde otros escenarios geopolticos distintos, tal como est sucediendo
actualmente en Amrica Latina. La corta biografa posporno, sus referentes, sus temticas, sus sustentos tericos queer estn siendo revisados
desde nuestro continente a fin de encontrar las expresiones pospornogrficas propiamente latinas, acordes a los imaginarios sexuales a conquistar y a las reivindicaciones feministas que an no se han conseguido
alcanzar en estas tierras.
Desde hace un tiempo, diferentes artistas y activistas feministas trabajan desde mltiples plataformas para dar forma a las expresiones de la
sexualidad femenina vinculadas a nuestras culturas e historias latinoamericanas. Temas como el rol de las mujeres en la sociedad, su corporalidad,
su vinculacin con las expresiones espirituales y ancestrales de su pueblo,
y las cotidianas expresiones de opresin y negacin de derechos que las
mujeres experimentan en estas tierras (como la trata de personas, la violencia de gnero y el debate por la legalizacin del aborto seguro, slo
por mencionar las tres ms resonantes) han sido recogidos por aquellos

104 Usina posporno

interesados en el cruce entre arte y poltica desde una mirada feminista y


regional. En este marco y tras la llegada de la teora queer y el posporno
europeo a estas tierras empezaron a surgir, tanto desde el mbito activista como desde el campo del arte contemporneo, producciones artsticas
crticas al discurso hegemnico del porno y reivindicativas de las disidencias sexuales. Tales producciones son las que hoy nombramos como
pospornografa latinoamericana.
Atender a la pospornografa latinoamericana implica considerar las
nuevas producciones artsticas que trabajan en pos de visibilizar las diversas expresiones de la sexualidad que histricamente fueron estigmatizadas en nuestro continente. Pero tambin implica una lectura sobre
el problema de la hegemona cultural que impregna tanto al desarrollo
terico de las academias latinoamericanas como a la produccin artstica, y de la cual nuestra pospornografa no es ajena: tanto en el campo
del pensamiento crtico como en el de la expresin artstica el camino
siempre ha estado marcado por lo que haba sido discutido y producido
en los centros dominantes del mundo. Teniendo en cuenta esta cuestin,
este captulo intentar dar cuenta, as, de la emergencia del posporno en
Amrica Latina y su expresin particular respecto al posporno de raz anglo-europea; dar cuenta de las producciones latinoamericanas mostrando
sus caractersticas y sus profundas vinculaciones con las problemticas de
gnero que afectan actualmente a las mujeres y a los sujetos sexuales disidentes; y por ltimo, presentar las producciones locales pospornogrficas
que surgen como potentes cruces entre el campo del arte contemporneo y el posfeminismo. Esta presentacin tiene la intencin de rastrear
los rasgos distintivos de un posporno latinoamericano, que ha tomado
las discusiones y los aportes de la pospornografa europea para crear sus
propias vas de expresin artstico-poltica sobre la representacin de la
sexualidad desde una perspectiva latinoamericana. Pero tambin tiene la
intencin de legitimar su originalidad y procedencia. Bienvenida sea la
excusa para hablar del posporno del sur: el posporno sud-ac.

6.1 Posporno latino: sucursal o emprendimiento?


Una vez ms reviso las pelculas, los textos tericos, las referencias que
se dicen obligadas en materia de pospornografa y todo aquello que era
necesario saber para investigar este tema. Una vez ms completo renglones y renglones describiendo historias, argumentaciones y experien-

Laura Milano 105

cias que suceden en otras tierras, bien diferentes a las nuestras. La ausencia de referencias regionales y locales se hace evidente. Una vez ms
la influencia de los pases centrales delimita el camino de lo decible, de
lo pensable y la perspectiva de lo observable. Los centros de produccin
de conocimiento ms legitimados marcarn la agenda, incluso en los
temas de no-agenda pblica, como la pospornografa. La produccin
de teora, material audiovisual, fotogrfico y de otras expresiones que
nacen en los centros de arte y las academias europeas y estadounidenses sern aquellas que leeremos de este lado del mundo y que servirn
como material de formacin sobre el posporno. Y entonces diremos,
sin repetir y sin soplar, que sabemos qu es el posporno y que queremos
hacerlo y estudiarlo aqu tal como sucede en aquellas latitudes sin hacer
mucho caso a que a pesar de compartir el disgusto contra el sistema
heteronormativo y la reivindicacin de las sexualidades disidentes no
somos lo mismo.
Se plantea entonces la misma situacin paradjica que constantemente observamos y discutimos en nuestras universidades y centros de
arte latinoamericanos: se puede escapar a la influencia de las producciones simblicas de los pases centrales estando en la periferia? Se
puede producir conocimiento y expresin artstica con una perspectiva
ntegramente latinoamericana que ya no mire a Europa sino que se
mire e interprete a s misma? Cmo evitar la absorcin acrtica del
pensamiento y el arte producido fuera y tomar de aquello las herramientas tericas y expresivas que puedan sernos tiles para producir
desde nuestro continente? Y para abrir el debate de cmo esta paradoja
se ve reflejada en la pospornografa, vale pensar sobre estas preguntas:
cmo apropiarse del posporno para que sea una herramienta potente
para erotizar y activar nuestro imaginario sexual y no un simple dildo
colonizante de penetracin implacable e invasiva? Cmo llevar adelante una produccin pospornogrfica que no sea sucursal del posporno europeo sino un emprendimiento artstico-poltico con una mirada
local-regional?
A sabiendas de que gran parte de la produccin pornogrfica que
consumimos viene de los grandes centros de produccin, como Europa
o Estados Unidos, podramos caer en la misma dominacin cultural a
travs de la pospornografa si no pensamos una produccin y una reflexin sobre la misma. Por ello, es importante problematizar el espacio
de la pospornografa a nivel local y latinoamericano. Olvidar esto nos
llevara a consumir el discurso pospornogrfico anglosajn como un

106 Usina posporno

mero producto de importacin, sin tener una reflexin crtica sobre las
condiciones de produccin en las que fue configurado y las condiciones
de recepcin en las que es consumido en Amrica Latina.
De hecho, la lectura de la teora queer de raz europeo-estadounidense desde una perspectiva latinoamericana ha habilitado nuevos horizontes de anlisis que contemplan la opresin cometida hacia las disidencias
sexuales a la luz de los procesos histricos-polticos que signaron la relacin entre pases centrales y perifricos. La Coordinadora Universitaria por la Disidencia Sexual (CUDS) chilena puso en circulacin el
trmino cuir (espaolizacin de la palabra queer) para dar cuenta de la
apropiacin y re-lectura de las discusiones en torno a las sexualidades
disidentes y las polticas del gnero y la sexualidad. Por otro lado, habl
de la situacin cuir respecto a las producciones contemporneas sexodisidentes que cruzan el arte, la poltica y la crtica en Amrica Latina.
En este sentido, es interesante pensar lo cuir no como una
mera referencia a un Sur basada en la pertenencia identitaria y
esencialista de un sujeto al territorio latinoamericano, sino como
el trmino que le da nombre a la tensin que puede provocar ese
Sur frente al discurso hegemnico poscolonial expresado en lo
queer que ha intentado codificar todas las disidencias sexuales
(incluidas las situadas en Amrica Latina), bajo paradigmas de
lectura producidos en los centros metropolitanos del arte y el
saber. (Rivas San Martn 2012)
Al tiempo en que estas reflexiones emergen entre los/as artistas e
intelectuales latinoamericanos, se comienzan a revisar las expresiones artstico-politicas de las ltimas dcadas (especialmente aquellas surgidas
en los procesos dictatoriales y post-dictatoriales del siglo XX) y a generar
una genealoga entre artistas y colectivos de la disidencia sexual que han
actuado como precursores de la pospornografa latinoamericana actual.
La pospornografa pensada y realizada desde Amrica Latina presenta ciertas caractersticas que la diferencian de la pospornografa
europea. Por una parte, realiza una crtica al porno y al orden sexual
desde relatos que permiten recuperar no slo las expresiones estticas
de nuestras culturas latinoamericanas, sino tambin nuestras historias
polticas recientes. Respecto a este punto, me interesa detenerme en
los trabajos de dos jvenes artistas que actualmente son referentes en
Chile y Mxico.

Laura Milano 107

El primero es Felipe Rivas San Martn, activista, terico y artista


chileno integrante de la CUDS. En sus videos, Felipe logra sintetizar
sus reflexiones en el mbito de la teora queer y construir una crtica al
orden social-sexual a partir de ajustadas y filosas dosis de humor. Su
video Ideologa (2011), en el que se masturba y acaba al modo cumshot
porno sobre la foto de Salvador Allende, es una crtica a las condiciones
y mecanismos de produccin pornogrfica en la que el acto slo importa para ser registrado y toma valor pornogrfico en la eyaculacin frente
a cmara. Tanto la imagen de Allende como la eyaculacin comparten
la condicin de ser actos destinados a ser registrados. El video rene
aspectos biogrficos (como las experiencias sexuales de la infancia de
Felipe) que son narrados siguiendo el ritmo y el tono de los discursos
polticos, mientras la masturbacin frente a cmara se intercala con
imgenes importantes de la historia poltica de Chile. La eyaculacin
en primer plano sobre la foto del lder socialista chileno refuerza el
artificio del porno y pone en evidencia su efecto ideolgico.
El segundo artista que me parece interesante mencionar es el mexicano Felipe Osornio - Leche de Virgen Trimegisto.32 Una de las cuestiones ms potentes en su trabajo como artista performer es la presentacin del ano como una zona deseable y como paradigma de la
desterritorializacin del placer. Si el porno nos muestra que la sexualidad se encuentra focalizada en nuestros genitales, el trabajo performance y audiovisual de Leche de Virgen Trimegisto nos convoca para
erradicar esa verdad construida y mostrar otras partes del cuerpo posibles de ser zonas ergenas. Otro de los aspectos que es interesante de la
propuesta posporno de este artista es su erotizacin del cuerpo a travs
de lo abyecto, lo escatolgico y de una esttica marcadamente barroca
que lo alejan del canon corporal marcado por la pornografa, tal como
puede verse en su trabajo de videoperformance Stupra Purgata (2011).
Por otro lado, las producciones posporno surgidas en Amrica
Latina trabajan en la visibilizacin de las problemticas que aquejan a nuestro continente en materia de polticas de gnero. El valioso aporte que algunas producciones posporno latinoamericanas
estn haciendo en pos de la legalizacin del aborto y la denuncia a
la violencia de gnero abren la posibilidad de considerar a la pospornografa como canal de comunicacin y reflexin acerca de las
32 Ver en ABC Posporno al final del libro.

108 Usina posporno

preocupaciones actuales del feminismo latinoamericano y en un


sentido ms amplio de los sectores antisistema y libertarios. En
este sentido, vale mencionar el trabajo de la artista colombiana Nadia Granados quien, a travs de su personaje La Fulminante,33 desarrolla un arte altamente poltico y panfletario que quiere ir ms
all de lo simplemente esttico y lo pornogrfico. La Fulminante es
una mujer sexualmente provocativa, sacada de las fantasas erticas
construidas por la pornografa. Usa la sensualidad de su cuerpo y
la provocacin de sus gestos para la divulgacin de ideas libertarias contra la Iglesia, el Estado, la corrupcin, el poder poltico y,
fundamentalmente, contra el patriarcado. Una de sus banderas es
la denuncia a la opresin que viven las mujeres y el machismo que
impera en nuestras sociedades latinoamericanas. Usa la sexualidad
como una forma de llamar la atencin y poner en discusin temas
que no suelen ser tomados por los grandes medios de comunicacin. Su trabajo es una clara apropiacin pospornogrfica a partir de
usar los recursos y los clichs de la pornografa y de la sensualidad
femenina para dar un mensaje totalmente crtico. Si la pornografa
muestra a la mujer como objeto sexual, La Fulminante toma ese rol
que se ha impuesto sobre ella y lo usa para denunciar el sistema al
que se opone. En ese sentido, sus performance fusionan estos elementos sexualidad y denuncia de una forma ms que interesante:
La Fulminante se presenta vestida de ropa muy ligera y sensual, hace
bailes erticos junto a un poste de luz o un cao, se toca, gime,
grita, se refriega contra el pblico mientras su rostro est completamente tapado por una pantalla porttil en la que se leen frases
panfletarias contra el Gobierno, contra la Iglesia, contra las fuerzas
represivas, etc. Un cuerpo femenino de una sensualidad pornogrfica que funciona como sostn y como excusa para comunicar un
mensaje. Adems del intenso trabajo como artista performer, La
Fulminante cuenta con una plataforma web donde pueden verse sus
producciones audiovisuales. Slo por mencionar dos en las que se
denuncia la penalizacin del aborto, valen mencionar el video Maternidad obligatoria (2011), en el que ella hace un monlogo frente
a cmara acerca de la despenalizacin del aborto en Latinoamrica,
la pobreza y la obligatoriedad de mantener embarazos accidentales
33 Ver en ABC Posporno.

Laura Milano 109

o no deseados, mientras chupa sugestivamente un preservativo lleno


de semen; y el video Mujeres reventando cadenas (2011) en el cual se
va quitando pequeos muequitos-bebe de sus medias y metindolos en un condn. Luego, infla el preservativo con su boca y lo hace
estallar en mil pedazos.
En esta misma lnea se encuentra el trabajo de la artista performer
Roco Boliver - La Congelada de Uva,34 que concentra su propuesta
artstica en la crtica a las cargas ideolgicas represivas y a la violencia
de gnero en la que viven las mujeres mexicanas. En varios de sus trabajos, La Congelada de Uva muestra la opresin del cuerpo femenino a
travs de la exposicin de su cuerpo a tcnicas de mutilacin, aplicacin
de agujas y cortes en la piel, etc. Por otro lado, utiliza las tcnicas del
sadomasoquismo para mostrar otros abordajes erticos del cuerpo, ms
all de aquellos transmitidos por la pornografa comercial.
Otros de los artistas latinoamericanos o radicados en Amrica
Latina que no fueron analizados en este trabajo pero que han colaborado en la expansin de la pospornografa en nuestra regin son
Frau Diamanda (Per), Yla Ronson (Espaa-Argentina), Hija de Perra (Chile), Aily Habibi (Colombia-Argentina) y Edgar de Santo35
(Argentina), entre muchos otros artistas emergentes del campo del
arte contemporneo o el activismo de la disidencia sexual. La eleccin
de ciertas producciones aqu mencionadas y examinadas con mayor
profundidad ha sido a los fines argumentativos de este ensayo, lo cual
implica un recorte sobre la vasta produccin pospornogrfica que se
viene desarrollando en nuestra regin y que invitamos a conocer en
su totalidad.
En sntesis, la pospornografa producida desde nuestro continente no
slo tiene la potencia de dar visibilidad a los deseos de los sujetos sexuales
siempre marginados por la cultura profundamente machista y patriarcal de
nuestros pases, sino que tambin tiene la potencialidad de ser un discurso
de denuncia y crtica contra las mltiples opresiones clase, raza y gnero
que operan sobre estos sujetos. El posporno puede actuar como discurso
crtico no slo de rgimen heterosexual obligatorio, tal como lo expresa
Monique Wittig (1978), sino tambin como cuestionamiento de nuestro
orden social en todas sus dimensiones, especialmente aquella que atae a
las relaciones de dominacin entre los pases del centro y la periferia.
34 Ver en ABC Posporno.
35 De todos ellos, ver ms en ABC Posporno.

110 Usina posporno

6.2 Posporno argento:


la disidencia en el medio de la diversidad
El marco socio-poltico-cultural que actualmente se vive en Argentina
es el de ampliacin de derechos civiles para los sujetos que por su sexualidad siempre han sido marginados. Las leyes de matrimonio igualitario (Ley 26.618) e identidad de gnero (Ley 26.743) han marcado un
precedente en las polticas de Estado latinoamericanas respecto a la
inclusin social en materia de diversidad sexual y de gnero, al tiempo
que han abierto la puerta a una mayor visibilidad e incorporacin de
estos sujetos en la esfera pblica. Este clima de poca ha repercutido a nivel cultural en la magnitud de producciones simblicas (desde
la prensa, el cine, el teatro, la msica, la investigacin acadmica, los
contenidos educativos) surgidas desde los movimientos LGTTTBI36
y su circulacin en el mercado de bienes culturales. Desde el Estado
se promueve la temtica de la diversidad y el discurso de la ampliacin
de derechos (para todos, todas y tod*s). En materia de produccin cultural, esta emergencia de lo diverso se visualiza en el reconocimiento
institucional de organizaciones sociales en lucha por la diversidad, en
el financiamiento para proyectos culturales con temtica diversa como
festivales de cine y muestras de arte, en capacitaciones nacionales para
docentes en materia de educacin sexual con perspectiva inclusiva, as
como tambin en la promocin de ediciones con literatura sobre cuestiones de la diversidad, etc. Al mismo tiempo, el mercado no ha permanecido ajeno al cambio de poca y ha fogoneado el nuevo mercado
rosa o gay friendly, especialmente en las grandes ciudades como Buenos
Aires, Rosario y Crdoba. Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires
ha crecido de manera exponencial la cantidad de espacios culturales que
surgieron vinculados a la comunidad LGTTTBI, generando un nuevo
circuito cultural alternativo marcado por la temtica de la diversidad
sexual: boliches bailables, teatros, centros culturales, bares, tiendas de
ropa, etc.
Junto a este auge de la diversidad promovido por el Estado y el
mercado (expresado en las polticas pblicas y en los nuevos nichos de
consumo, respectivamente), en Argentina se observa una fuerte llegada
de la diversidad al campo acadmico y al campo del arte. El reconoci36 Ver en Glosario Conceptual.

Laura Milano 111

miento de las problemticas vinculadas a gneros y sexualidades dentro


del campo acadmico y, como consecuencia, el desarrollo de nuevas
reas de investigacin queer/diversa/LGTTTBI en las universidades
pblicas nacionales y en los institutos de investigacin, ha generado la
institucionalizacin de ciertos saberes y prcticas sobre la diversidad
que otrora slo interesaban a quienes estaban involucrados directamente en la experiencia cotidiana y el activismo. Actualmente, la prolfera
produccin terica sobre cuestiones vinculadas a la diversidad, la permanente vinculacin entre la Universidad y los activismos y la continua
apertura de nuevos espacios acadmicos especficos para tratar estos
temas (congresos, ctedras, seminarios, publicaciones, ciclos de charlas,
jornadas de investigadores, becas de estudio, posgrados) han instalado
la cuestin de la diversidad en el interior de las casas de estudios, siendo
an incipiente la perspectiva de la disidencia sexual, tal como fue descripto en la introduccin de este ensayo.
Por otra parte, en el campo del arte sucede algo similar a lo que ocurre en la academia: en los ltimos aos la proliferacin del arte queer/
diverso/LGTTTBI ha sido exponencial y ha ido de la mano del ingreso de estas producciones en las instituciones ms formales del campo
artstico (galeras, museos, exposiciones). Adems de las ya mencionadas nuevas tendencias gay-friendly de las industrias culturales actuales
(programas de TV, series online, obras de teatro, publicaciones, centros
culturales y festivales de cine con temtica diversa), la cuestin de la
diversidad ha sido capturada e incorporada a las grandes salas del arte
contemporneo. Vale entonces preguntarse, cmo ingresa la pospornografa en el campo del arte? Si bien la diversidad se impone como
un significante que todo lo envuelve, la disidencia tambin hace su llegada al campo del arte a travs de la pospornografa en un gesto que
integra tanto lo artstico como lo poltico. Tomando expresiones artsticas como la performance o happening, las intervenciones urbanas,
el diseo grfico, el video-arte y el net.art, han surgido creadores que
intentan dar forma a nuevas formas de representar la sexualidad desde
una mirada disidente que permita visibilizar otros deseos, otros cuerpos
y otras prcticas contrasexuales. Arte y poltica, una vez ms, se encuentran enlazados en pos de comunicar un mensaje resistente y crtico al
orden sexo-poltico imperante. En este sentido, creo interesante pensar
a la pospornografa local (y latinoamericana) como una produccin que
no slo se sabe contestataria al discurso heteronormativo que impregna
a la pornografa comercial, sino que se posiciona como una creacin

112 Usina posporno

artstica multidisciplinar que busca de-construir estticamente aquello


que critica.
Si bien existen varios artistas posporno en el panorama local, me interesa rastrear esta intencin de-constructiva del discurso porno en los trabajos de Acento Frentico y de Cuerpo Puerco, dos colectivos artsticos radicados en la ciudad argentina de La Plata. Acento Frentico es el nombre del
proyecto del artista Diego Stickar. En la pieza de videoarte Juntitos (2010)
se pone en jaque la idea de transparencia del discurso porno, al mezclarlo
con la porosidad del discurso amoroso. Este video es un proyecto autorreferencial en el que se combinan imgenes de sexo explcito con relatos
y escenas amorosas enternecedoras, lo cual permite pensar en una de las
nuevas aristas que la pospornografa explora en torno a la representacin
de la sexualidad: su vinculacin con el amor. La desnudez, entonces, ya no
est en los cuerpos sino en la apertura a mostrar las emociones.

Cuando hablo de intimidad, no estoy hablando de cuerpos literalmente desnudos, estoy


hablando del adentro, desde el adentro. A
partir de esto me interesa relacionar lo cotidiano y lo pornogrfico. Un punto de partida
es trabajar sobre la naturalizacin del hecho
pornogrfico y la re-significacin del mismo
para ver ms all de un gesto estereotipado, de
una determinada pose sexual o rol. El porno
puede hablar del amor y tambin de msica, pelculas, obras
literarias, etc. Quin no habla de amor?.
Diego Stickar (entrevista). Buenos Aires, 2012

Por otro lado, Cuerpo Puerco tiene como preocupacin intervenir


visualmente los recursos compositivos del porno para generar nuevas
formas de habitar el cuerpo, los gneros y las sexualidades. En este
sentido, su video XXXXX es una clara muestra del cuestionamiento al
discurso pornogrfico hegemnico y al sistema heteronormativo que
lo sostiene. En este video se intervienen escenas de pelculas porno-

Laura Milano 113

grficas y programas de cocina llevndolas al lmite de la legibilidad


a travs de los mismos elementos compositivos del lenguaje audiovisual pornogrfico: repeticin, uso del primersimo primer plano, fragmentacin desmaterializada. Un uso hiperblico del porno a fin de
demostrar su artificio.

La experiencia de ENDO en espacios de


reclamo y visibilidad nos habilita a repensar el lugar de las producciones visuales en
el entorno urbano. Creemos que ENDO
en el espacio pblico no slo deviene en
agente colectivo de enunciacin, poniendo
en tensin el dominio de lo pblico y lo
privado; sino que tambin transforma la
enunciacin del cuerpo ya no como sustantivo naturalizado sino como verbos y
adjetivos mviles que devienen en cuerpos polticos.
Cuerpo Puerco (entrevista). Buenos Aires, 2012

Lo interesante de ambos colectivos que trabajan juntos en varias


de sus producciones es que no slo producen contenidos audiovisuales sino que exploran los mismos interrogantes acerca del cuerpo,
la sexualidad y lo pospornogrfico en performances e intervenciones
urbanas. En este sentido, me interesa mencionar el proyecto ENDO,
una experiencia artstica performativa de intervencin en el espacio
pblico que co-produjeron ambos colectivos. En este trabajo se proponen indagar en la de-construccin de las identidades sexuales, de
gnero y en las corporalidades desobedientes. La propuesta mezcla
registro fotogrfico de cuerpos con una mirada desgenerizada, diseo
de afiches a partir de estas imgenes e intervencin de pegada de
afiches en eventos pblicos de inters poltico para los movimientos
LGTTTBI, tales como la sancin del matrimonio igualitario, el debate por la ley de identidad de gnero, etc.

114 Usina posporno

6.3 Para hacer bien el amor hay que venir al sur:


festivales posporno en Amrica Latina
Plantarse frente al porno, aqu o en otras latitudes tambin, es plantarse
contra un modo de distribucin y consumo de los contenidos sexuales
de la industria pornogrfica. En este sentido, la pospornografa latinoamericana comparte con la pospornografa producida en Europa y
Estados Unidos el hecho de generar sus propios canales de difusin y
consumo a travs de Internet y de generar espacios de encuentro a travs de la realizacin de festivales posporno. Tal como fue descripto en
el captulo 4, estos espacios funcionan no slo como lugares de difusin
de expresiones artsticas vinculadas a la sexualidad sino como usinas de
exploracin, debate y creacin pospornogrfica para todo aquel interesado en experimentar otras formas de sexualidad no normativas. Sin intencin de realizar un mapeo acabado de todos los festivales posporno
que existen en Amrica Latina, mencionar algunos a modo de presentar las particularidades de estos encuentros en nuestro continente y sus
relaciones cercanas o lejanas con las instituciones del arte y la cultura.
En Colombia surgi un proyecto itinerante y multimedia llamado
PorNo porSi PerformanSex. Por un lado, PorNo porSi se propuso ser
un puente entre realizadores latinoamericanos que buscan (re)significar
el uso de la sexualidad y del sexo en las expresiones artsticas y en las
formas de vida. El proyecto quiso conocer a quien hoy se dedica a crear
desde afuera de la industria del porno y del mercado del arte ertico,
reconociendo la disidencia en las representaciones de la sexualidad por
medio de la fotografa, del video, del cine, de la performance, de la
literatura, de la web y del cruce de esos lenguajes. Por otra parte, este
proyecto implica la produccin de festivales posporno, como los que se
realizaron en la ciudad de Bogot y Buenos Aires en el ao 2011. El
objetivo del Festival PorNo PorSi es promover un espacio de encuentro,
prcticas, talleres y charlas alrededor de movimientos contemporneos,
como el post-porno, el eco-porno, el pornoterrorismo, el BDSM y el
movimiento queer. En sus dos versiones, el festival ha contado con residencias pensadas como espacio de estudio, concentracin y realizacin cotidiana para artistas interesados en la temtica, presentacin de
performance y videos posporno, tertulias de literatura ertica, talleres
cuya finalidad sea la produccin de video, intervenciones y performance, recitales, etc. Como parte de este proyecto-festival, se ha realizado el

Laura Milano 115

video Chicas de la 26 (2011) de Fabiola Melca y Tais Lobo,37 en el que


se registr la performance colectiva y ensayo fotogrfico realizado en la
calle 26 de la ciudad de Bogot en una obra pblica con su escenario de
guerra, caos, mquinas, placas, caos, avisos, hombres. La accin gener
el calendario Chicas de la 26, una obra obscena, parodiando los tpicos calendarios de mujeres desnudas que decoran los talleres y lugares
de trabajo masculinos. Lo interesante del proyecto PorNo PorSi, y las
dos ediciones de sus festivales, ha sido el carcter crtico, autogestivo y
antisistema con el que encararon el abordaje a la pospornografa, lo cual
conecta esta experiencia con algunos festivales europeos enteramente
dedicados al posporno DIY.
Por otro lado, vale mencionar las iniciativas posporno que considerando el nuevo circuito de arte contemporneo independiente toman
la forma de exposiciones y exhibiciones orientadas a las nuevas expresiones artsticas sobre la sexualidad desde una mirada disidente, sea o
no activista. Tomemos como ejemplo la Muestra de Arte Pospornogrfico que se realiz por primera vez en Buenos Aires en 2012 y que ha
repetido la experiencia en 2013 y 2014 en varias ciudades del pas. Este
evento logr reunir a una importante variedad de artistas en fotografa,
artes plsticas, videoarte, cine expandido en sper 8, animacin en 3D,
performances e intervenciones urbanas. La impronta de esta muestra
fue la de abrir la mirada posporno a producciones artsticas no slo
vinculadas al activismo queer sino externas al mismo, y que tambin
construyen otros sentidos acerca de la sexualidad lejos de lo normativo
y de la pornografa mainstream. En este sentido, el evento fue una clara
muestra de la vinculacin de la pospornografa con el mbito del arte
contemporneo, ms all de su raz activista.
Con una impronta diferente, el festival de video arte porno Dildo
Rosa, que se realiza en Chile, ha vinculado las mltiples representaciones de la sexualidad surgidas en el posporno no slo con el mbito del
arte contemporneo sino tambin con instituciones educativas, gubernamentales y organizaciones. Tal es as que en 2012 este festival fue
parte de la primera Bienal Internacional de Arte y Sexo en Chile, con el
patrocinio de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), la Asociacin
de Pintores y Escultores de Chile (APECH), la Facultad de Arte de la
Universidad de Chile, UMCE y Arcis, junto a la Sociedad de Escultores
37 Ver en ABC Posporno.

116 Usina posporno

de Chile (SOECH), el Centro de Arte Alameda y el Centro Cultural


Caja Negra. En este marco, el festival Dildo Rosa premi a los videos
ganadores con estatuillas de un gran dildo intervenido por connotados
artistas visuales chilenos. Tambin se realiz un concurso de literatura
y una exposicin de artes visuales que dio espacio a artistas chilenos
y extranjeros, emergentes y consagrados en las disciplinas de Pintura,
Escultura, Fotografa y Performance, entre otras.
En la misma lnea, pero de este lado de la cordillera, a fin de 2012
se llev a cabo la tercera edicin de la Feria de Arte Qir en la ciudad de
Mendoza. Su objetivo fue constituirse como un espacio de intercambio
de producciones artsticas y generacin de nuevos discursos sobre sexualidades libres y disidentes. Su propuesta implicaba la deconstruccin
del lenguaje del sexo, del gnero, del cuerpo y del deseo basndose en
la teora queer pero aplicndola al contexto geopoltico, socioeconmico
y cultural latinoamericano. La Feria fue declarada de inters provincial
por el Poder Ejecutivo, se desarroll en el Cine Universidad y Centro de
Informacin y Comunicacin (CICUNC) de la UNCuyo, y cont con
el aval institucional de la Secretara de Bienestar Universitario de la UNCuyo y el Ministerio de Cultura de la provincia de Mendoza. Al tiempo
que eventos culturales como ste fueron creciendo en varias partes del
pas, en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires se termin de consolidar
el panorama de los festivales de cine LGTTTBI con la apuesta del festival internacional de cine sobre diversidad sexual Asterisco, que realiz su
primera edicin en 2014 con el apoyo de la Secretara de Derechos Humanos de la Nacin, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
(INCAA), la Universidad Nacional de Tres de Febrero, el canal de TV
educativo-pblico Encuentro, el Ministerio de Cultura y el Ministerio
de Desarrollo Social, entre otros organismos pblicos y privados. Este
festival que fue ampliamente apoyado por el pblico y la prensa tuvo
como eje central celebrar las diversas y mltiples maneras de ser, de amar
y de estar en el mundo; de relacionarse y formar familias, de convivir en
equidad y respeto por las diferencias (Fresneda 2014). El festival logr
cristalizar en un evento concreto los esfuerzos de los movimientos LGTTTBI, el contexto de ampliacin de derechos y acceso a la ciudadana
en materia sexo-genrica que el Estado est llevando adelante y el nuevo
mercado diverso que se abre dentro de las industrias culturales. El espritu de equidad y respeto que versa en el texto citado se intent retratar
en la seleccin de pelculas y en cada una de las actividades propuestas.
La pospornografa tambin tuvo su espacio en Asterisco, aunque no fue

Laura Milano 117

presentada como seccin o como campo de produccin a discutir en los


debates promovidos por el festival.
Estos tres ejemplos nos permiten dar cuenta de la vinculacin del
posporno con las universidades, centros culturales, sociedades de artistas, museos y organismos del Estado. Es decir, evidencian la prspera relacin que existe en Amrica Latina entre las instituciones y las
emergentes expresiones artsticas de la pospornografa regional, un en
el marco del discurso dominante de la diversidad.
Muchos festivales y muestras ms se han sumado en los ltimos aos
en distintos pases de Amrica Latina, como el I Festival de Arte Pospornogrfico de Chiapas (Mxico), festival 21nilla en la ciudad de Quertaro
(Mxico), festivales Sexuantes y Pornfero en la ciudad de Lima (Per),
muestra Circuito Posporno de la ciudad de Bogot (Colombia), festival
El deleite de los cuerpos en la ciudad de Crdoba (Argentina), entre otros
que siguen apareciendo. Toda una demostracin de la proliferacin y
vigencia del posporno aqu en estas tierras.
sta ha sido una indagacin mnima que invita a seguir profundizando sobre estos festivales a todo/a aquel investigador/a, artista y
activista, como quien suscribe.

6.4 Algunos interrogantes para seguir investigando


A partir de lo presentado en este captulo, y de algunos interrogantes
que han surgido durante el proceso de escritura, quisiera dejar planteadas
algunas cuestiones que pueden ser disparadores para prximas investigaciones sobre las expresiones de la pospornografa en Amrica Latina.
La primera hace referencia al posicionamiento de la pospornografa latinoamericana frente a la pospornografa producida en los pases
centrales. Es claro que las producciones posporno surgidas aqu han logrado despegarse de los modelos europeos y estadounidenses, construir
sus propias representaciones de la sexualidad y plantear sus propias
problemticas. Este despegue implica un posicionamiento crtico respecto a las tendencias estticas y acadmicas marcadas por los centros
de produccin simblica de los pases centrales. Volviendo entonces
a la cuestin de la autonoma del posporno latinoamericano, quisiera
recuperar algunas reflexiones que Luca Cavallero y Rosario Castelli

118 Usina posporno

colaboradoras en la 1 Muestra de Arte Pospornogrfico en Buenos


Aires esbozaron sobre este tema:
pensar un posporno situado no slo implica problematizar y descolonizar los contenidos sino tambin los espacios de circulacin,
la difusin, los artistas reverenciados, las formas de intervenir el
espacio pblico, la relacin entre artistas, obras y espectador al
que queremos interpelar. En una frase: re-pensar la relacin entre
sexualidades, arte y poltica. (Cavallero y Castelli, 2012: 38)
Un posporno latinoamericano que pueda cuestionar esta paradoja
que se establece entre el centro y la periferia en materia de produccin
simblica y que pueda dar a conocer sus propias reivindicaciones en
materia de gnero y sexualidad ser una verdadera experiencia subversiva y emancipadora. En este sentido, sera sumamente interesante
acompaar dicho cuestionamiento desde el desarrollo terico que surge
de las academias y del campo intelectual; donde actualmente hay muy
poco publicado sobre pospornografa en nuestro continente.
Un segundo punto tiene que ver con la relacin arte-poltica, considerando la fuerte vinculacin que existe entre el posporno y el arte
contemporneo en Amrica Latina. El interrogante surge a partir de
reflexionar en un arte pospornogrfico que oscila entre ser una expresin artstica de las multitudes queer crtica al orden sexual dominante
desde una perspectiva latinoamericana o convertirse en una mera expresin ms del arte y, como tal, ser una mercanca en el mercado de
bienes culturales. Junto a esta cuestin, surge la pregunta acerca de si el
ingreso de la pospornografa al mbito del circuito institucionalizado
del arte como las galeras o centros de exposicin junto con la legitimacin del posporno por parte de instituciones educativas y gubernamentales implica una prdida de la autonoma y del carcter subversivo
de sus orgenes o si, en todo caso, la pospornografa ser una expresin
artstica ms de un circuito cultural emergente signado por el inters en
la temtica queer y por su postura alternativa e independiente al circuito
oficial. Las potencialidades de la pospornografa en Amrica Latina y
las mltiples aristas a partir de las cuales puede problematizarse abren
la posibilidad a continuar investigando, experimentando y construyendo saberes; ahora s, desde nuestro continente.

119

Postfacio al postporno: Fragmentos sobre


el catlogo pornogrfico en la era del archivo virtual
Felipe Rivas San Martn

La invitacin de Laura: ceremonia del porno. Recorro la ciudad de


Buenos Aires de un extremo a otro un poco ansioso. Padezco de psima
orientacin y no conozco muy bien la capital, pero logro guiarme por
las seales del Subte que se organizan bajo el sistema internacional de
informacin. Llego algo atrasado a la comida en casa de Laura Milano,
a su primera invitacin. Nos habamos conocido haca unos das, en
la inauguracin de la muestra que haba hecho con Diego Stickar en
La Plata, donde pudimos al fin actualizar corporalmente en un abrazo lo que haba sido hasta ese momento una relacin virtual a partir
de la muestra de arte pospornogrfico de GARPA: mensajes de inbox,
comentarios de muro, likes, corazones hechos con < + 3.
La primera invitacin de Laura Milano fue el marco de otra invitacin: la invitacin a escribir sobre lo que sera su libro, que me mostr
despus de la comida en una versin impresa y anillada, material.
Experimentamos juntxs el pudor de esa primera vez: hojear las pginas,
observar las reacciones del otro, encontrar los nombres (el de mis amigxs del norte, del sur, el de uno mismo) en el contexto de un sistema de
lectura, en la escritura del postporno. Esa primera versin fue el regalo
que Laura me hizo al sellar el contrato de la escritura de este postfacio
y que hoy guardo como archivo y versin previa de su libro.
La segunda invitacin, pues, consisti en un pedido textual, un texto sobre otro texto, no como un anlisis sino como un texto sobre un
libro que sera tambin parte del libro mismo. He ah la paradoja suplementaria de los prlogos, los postfacios, las notas al pie, en la ambigedad de ser parte y no parte, constituir(se) texto desde un afuera que
tambin est adentro. Tomo entonces esta invitacin como lo que es: a
escribir suplementariamente un texto sobre otro texto que nos habla de
postporno. A escribir en ltima instancia sobre postporno atravesando
el libro de Laura como una interfaz, tambin cruzando los lmites con-

120 Usina posporno

textuales entre Chile y Argentina, entre Desobediencias y Disidencias


Sexuales, haciendo click en ciertas zonas sensibles de un libro que me
llevaron hipertextualmente hacia otros textos no previstos de antemano. No puedo dejar de hacerlo tambin desde un Sur que se acelera
localmente en su inscripcin global, interconectada. Escribimos en la
incertidumbre de un Sur que no sabemos a ciencia cierta dnde est
pero que llevamos con nosotrxs en los viajes, como el de Laura a Barcelona, donde observ el interior de la vagina de Annie Sprinkle, una
vagina aurtica de la que se dice naci el postporno y que ha tenido su
desplazamiento de inscripcin en el Museo, pues tambin se dice que el
postporno de Barcelona naci en el MACBA. Escribimos desde el Sur,
sobre un postporno que parece tener su inscripcin de origen tanto en
la vagina como en el Museo, aunque no podemos afirmar con absoluta
certeza que estemos hablando del mismo postporno, no lo s. Escribimos, en fin, desde un Sur de convulsiones y agitaciones materiales,
polticas, econmicas, que implican el cuerpo y la escritura: como dice
Laura, ponemos el cuerpo a disposicin de la experiencia y escribimos
con el cuerpo sobre porno y postporno. Escribimos desde el Sur con el
cuerpo (virtualizado) que tenemos.
1. Interfaz pornogrfica. Abro el sitio web porno de moda y escribo
en el espacio asignado como buscador las palabras clave que mi imaginacin porno-virtual me permiten. Conozco el vocabulario y cada vez
me vuelvo ms experto en conseguir lo que quiero, usando las palabras
precisas. En el origen era el verbo? Esas palabras expresan de alguna
forma mi deseo, un deseo que no s bien de dnde viene, pero que puedo suponer son el resultado de una produccin performativa del deseo
mismo. Alguna relacin de poder debe estar involucrada en todo esto.
Lo s porque mi deseo cambia, las palabras no son siempre las mismas,
supongo que depende de muchas cosas y sera imposible y hasta peligroso querer saberlo todo. Pero tambin mis deseos cambian porque la
plataforma lo permite, la pornointerfaz me hace actuar as, tal vez lo
incita de algn modo, no lo s. Al hacer click en la lupa del buscador, las
palabras clave, su conjugacin sintagmtica, arman un mosaico de posibilidades, un resultado. El resultado nunca es el mismo; aunque use las
mismas palabras, elabore la misma escritura, el resultado cambia. La interfaz es un plano de transformaciones constantes, el cambio de forma
es constitutivo de la interfaz. La interfaz de usuario es un plano ertico

Laura Milano 121

constituido por zonas sensibles que piden a gritos ser estimuladas. Un


plano paradjico, porque el triunfo ertico de la interfaz (ser estimulada
eficazmente) depende de su mxima invisibilizacin (el usuario debe
notar cada vez menos su presencia). Mi dedo ndice mueve el cursor del
mouse interviniendo el plano sensible de la pantalla que administra
el archivo pornogrfico en pequeos frames que resumen inicialmente
cada video. Paso el cursor por esos frames y activo el rollover fotogrfico
que hace aparecer una sucesin limitada de imgenes que me permiten
dar una idea algo ms amplia del contenido de cada archivo. Si me
convencen lo suficiente, los veo; si no, los desecho. A veces me decepciono y otras no, he aprendido a desconfiar de la imagen, pero tambin
a permitirme dar rienda suelta a la aventura de lo porno-desconocido.
Hace un tiempo descubr formas de complejizar mi bsqueda, puedo
preferir videos nuevos, me aseguro as de que no los haya visto antes.
O puedo buscar videos antiguos, los ms vistos de la plataforma, o los
ms votados: cuntas estrellitas tienes? , cuntos likes? Confiar en el
criterio de otros usuarios conecta de algn modo mi deseo con el de
ellos, como una comunidad deseante. A veces el resultado es bueno,
pero otras veces me parece que el resultado no es ms que un deseo
determinado por un gusto normal-normativo, el trmino medio de un
consenso en el gusto. Algo til a la mquina capitalista, sin duda. Es
informacin del gusto, diversidad.
Cam4 y el trabajo en la era postpornogrfica del porno. Mi amigo
Cristian Rojas, un marica socilogo interesado en temas como capitalismo postfordista, porno y tica protestante, me coment una vez que
para l, el video Ideologa marcaba una clausura de un tipo de porno
tradicional (programtico) y la entrada en vigencia de un nuevo tipo
de porno posibilitado por las tecnologas de informacin en red, con
sitios como Cam4. No lo conoca, as que entr a ver de qu se trataba.
El sitio es similar a Chatroulette aunque sin el carcter aleatorio de las
videoconferencias. La interfaz se asemeja mucho a las de un portal de
videos porno, pero en vez de videos, cada cono enlaza a una pgina
personal de usuario mostrndose por videoconferencia en vivo. Una vez
que actas en Cam4, puedes recibir pagos de los usuarios (propinas)
si realizas acciones que los visitantes te piden por el chat. La antigua
distincin entre trabajo y no trabajo se resuelve en esta entre vida retribuida y vida no retribuida (Virno 2002). Esas propinas son intercam-

122 Usina posporno

biables por dinero real. La plataforma recibe a cambio un porcentaje de


las propinas que cada usuario hace a otro.
Laura Milano acierta en alertarnos acerca de las transformaciones
en los modos de produccin y circulacin que las nuevas tecnologas
han inaugurado. Estas transformaciones implican, entre otras cosas, una
ruptura de las posiciones emisor/receptor, pues hoy existen sitios web
dedicados al porno donde las personas suben sus propios materiales
pornogrficos. O donde pueden recibir dinero, como en Cam4 u otros.
Lejos de cualquier utopa desinteresada, el sistema aprovecha esas posibilidades apropindose de la plusvala del trabajo sexual desregulado
y precario en la nueva industria postfordista del porno. Una complejizacin al planteamiento realizado por Preciado, puesto que el porno
no slo pone en marcha el devenir-pblico de aquello que se supone
privado (2008, p. 180) sino que cada vez ms privatiza para la mquina capitalstica el devenir-pblico de lo porno virtual, aprovechando la
plusvala de aquello que ya se supona privado. Dicho de otro modo, la
industria postfordista del porno en Internet se apropiar entonces de la
plusvala del trabajo pornogrfico on line, vinculando ejemplarmente lo
privado del capital-empresa con lo privado de la imagen sexual, a partir
de su circulacin semi-pblica en el contexto de la red virtual.
Una relativa uniformidad en la produccin masiva y comercial de
porno del fordismo (desde el cine hasta el DVD pasando por el VHS),
ha dado lugar a la diversificacin posfordista del mercado del porno
en red. Pienso en el actor porno que vi en Internet hace un tiempo en una
pelcula categora heterosexual y que volv a ver ms tarde en una pelcula categora gay. El flujo del capital atraviesa los cuerpos del porno desestabilizando las categoras sexuales: plusvala de la flexibilidad
sexolaboral del porno. Vemoslo as: Internet ha realizado el anhelo
postpornogrfico donde cada quien puede ser el productor de su propio porno y donde ste ya no est dominado por una nica forma
de representacin heterosexual sino por la multiplicacin cada vez
mayor de las categoras de lo pornogrfico. El postfordismo, mal que
mal, es entre otras cosas diversidad. Aplicando una lgica ya ideada
por Virno, hablaremos de la era postpornogrfica del porno como
la realizacin factual del modo de produccin postpornogrfico en el
marco mismo de la industria porno, pero sin su componente emancipador (Virno 2002).

Laura Milano 123

El archivo pornogrfico 1: valor categorial. Hoy, ver un video porno


en Internet es participar de una relacin archivstica. Una relacin que
conecta el flujo masturbatorio excitacin-frustracin (Preciado), con
la interfaz ertica de la pantalla (en su forma-presencia) y los archivos, encontrados gracias a operaciones algortmicas por la activacin de
buscadores. El porno funciona como archivo expandido o en expansin
acelerada, que administra los marcos posibles de la sexualidad (su medida de lo posible), ya no desde una lgica unvoca (heterosexual), sino
bajo el paradigma de lo que podramos llamar el valor categorial de la
circulacin pornogrfica. El archivo porno est sujeto en primer lugar
a una jerarqua de valor estadstico: el archivo es sometido a un control
estricto y a un examen en la plataforma (cantidad de visitas, votacin de
usuarios, importancia). En segundo lugar, el archivo porno est sujeto
a una etiqueta, un metadato que funciona como palabra clave para facilitar la recuperacin de un dato (archivo). La etiqueta rodea al archivo y
lo determina: ya no importar slo el contenido del dato, sino tambin
la funcin suplementaria del metadato, como posibilidad y lmite para la
circulacin del archivo. Circulacin que depende de la administracin
categorial del archivo, es decir, de una categora del porno.
El archivo pornogrfico 2: la democracia consensual y el disenso
pornogrfico. El lmite que el metadato (etiqueta) impone al dato almacenado (archivo pornogrfico), estar dado por el carcter consensual de la configuracin de las colecciones de archivos en Internet, la
denominada folcsonomia, que a diferencia de la taxonoma se configura
como indexacin social de los usuarios de Internet, medida ya no por
el parentesco cientfico de las relaciones sino por la eficacia dato-metadato y por el feedback (el intercambio de opiniones de los usuarios del
archivo, votos, visitas, etc.).
La ideologa consensual permea la folcsonoma, nos alerta sobre las
posibilidades de error: un mal uso de la etiqueta, etiquetas sin sentido,
etiquetas que slo tienen sentido para el usuario que la introdujo, las
homonimias o sinonimias propias del lenguaje. Las etiquetas defectuosas dificultan la fluidez en la relacin usuario-archivo, ponen trabas a la
recuperacin del dato, su eficacia. Un buen usuario no debera inventar
una etiqueta, un nuevo metadato. Debera ms bien limitarse a los metadatos ya existentes, ocupar los ms comunes para generar relaciones entre
archivos. Hacer conexiones de datos a partir de metadatos. Fortalecer la

124 Usina posporno

categora, el sentido comn de los consensos de archivo. Las etiquetas


se densifican en el plano de convenciones de la folcsonoma, se vuelven
pesadas, graves, estticas, tpicas. La folcsonoma del porno se constituye
como un dispositivo que dispone policialmente la distribucin til de los
archivos (del porno) en red.
Interrogaciones a lo Post 1: porno y vanguardia
sin porno no hay posporno
Laura Milano

Se ha dicho que lo post no es contra. La atenuacin del post ya no como


ruptura radical sino como un momento ms all, tendra la capacidad
as se plante al menos en la paradigmtica discusin de la postmodernidad, de no replicar en el mismo despliegue de lo post-moderno,
una lgica intrnsecamente moderna. De no ser as, lo postmoderno
repetira la misma exigencia modernista de ruptura con la tradicin
(vanguardia), convirtiendo al post de lo postmoderno en una suerte de Caballo de Troya de la modernidad dentro del mismo discurso
postmodernista.
Diremos con Laura Milano que sin porno no hay postporno, en primer lugar porque el postporno se relaciona con su antecedente (el porno) como quien lo hace en el marco antagonista de la lucha, una lucha
que es por la representacin: Esta es la batalla en la que est inmersa
la postpornografa, una batalla por la representacin, romper con los
estereotipos sexuales que impone la heteronorma a travs del porno:
el reforzamiento de los roles, la cosificacin del cuerpo de la mujer, la
predominancia de la figura masculina como penetradora, etc. Una batalla de las imgenes. Principalmente otras representaciones, es decir,
unas imgenes que se opondran polmicamente a las imgenes rutinarias y repetitivas que saturaran el porno tradicional. El postporno
no existira si no hubiera un porno. Y si el porno que hay no te gusta,
pues no slo hazlo t mismo (DIY), sino que adems entra en la batalla
cuerpo a cuerpo por la representacin y el sentido.
Sabemos que la vanguardia opera un doble movimiento: primero,
construye su pasado como una unidad absolutamente coherente en s
misma (por ejemplo, la institucin arte dominada por los valores burgueses). El segundo movimiento de la vanguardia es conformarse en

Laura Milano 125

aquella propuesta que se caracteriza por un deseo de corte o ruptura


radical con ese pasado. Ha sido la crtica postvanguardista la que ha
hecho notar precisamente la caducidad de la vanguardia debido a que
ya no es posible comprender las estructuras de poder como unidades
coherentes y cerradas en s mismas, sino como sistemas abiertos y fragmentados, sujetos ms bien a una rearticulacin constante.
Que el postporno necesite al porno para existir es lo de menos,
porque ms all de la paradoja retrica, si eso es as, el problema es que
el adversario del postporno, su antecedente, parece cambiar aceleradamente. Cul es el sentido del postporno si, como dice Fabin Gimnez
Gatto, el porno ya no es lo que era? Tal vez no soy el nico que ha escuchado en algunas ocasiones frases como vi un video postporno y me
pareci que no es nada nuevo, en el porno comercial uno puede encontrar gente haciendo las mismas cosas que se muestran en el postporno,
lo mismo se podra decir del arte de performance desde sus inicios en
los 60, donde el cuerpo y sus diferentes posibilidades (sexuales) fueron
llevados a extremos experimentales tremendamente interesantes, como
es el caso del accionismo viens. Se trata de comentarios precisamente
centrados en los contenidos, las imgenes, esas que el postporno hara circular, para disputar las representaciones hegemnicas del sexo. Si
pensamos que el postporno es slo una disputa por la representacin,
la pelea de unas imgenes con otras, entonces inevitablemente llega
Bugs Bunny, el molesto conejito interrumpe la performance, entra a
escena y nos dice: Qu hay de nuevo, viejo?
Cmo puede pensarse el posporno entonces ya no como una mera
disputa entre un supuesto tipo de imgenes versus otro supuesto tipo de
imgenes, cuando el repertorio del imaginario pornogrfico neoliberal
parece acaparar para s cada vez ms categoras que amplan y amplan
el archivo del porno comercial, ajustndose y al mismo tiempo produciendo una subjetividad deseante, al consumidor de porno, su deseo?
Laura Milano asegura acertadamente que la ruptura con el porno
comercial no podra ser posible si no se partiera de una metodologa de
produccin contrahegemnica que plasmara esta nueva discursividad
en modos diferentes de hacer y mostrar pornografa. El posporno no
produce nuevas imgenes, produce nuevas relaciones:
En la pospornografa, la disidencia sexual toma la palabra y
construye sus propios relatos sin intermediacin de una voz ajena que hable por ella; en esta apropiacin del discurso pornogr-

126 Usina posporno

fico se pone en acto una autodesignacin positiva y reivindicativa que es una de las claves del carcter poltico de la enunciacin
pospornogrfica.44
As, el posporno, su novedad con respecto al porno, pareciera pasar menos por lo que se muestra (la sucesin de imgenes sexuales
marginales o antihegemnicas), que por cmo se muestra: los planos, encuadres y montajes que estructuran audiovisualmente la imagen desprogramando la visualidad impuesta por la industria del porno
comercial. Pero el cmo se extiende tambin al proceso de produccin
de lo mostrado. Una dinmica de produccin que altera la normativa
de la maquinaria pornogrfica (su fuera de escena) y los lugares de
poder asignados a cada cual: las relaciones de trabajo precario y explotacin, las jerarquas entre directores, compaas y actores y actrices
porno, la relacin espectador-emisor. El posporno arma otra relacin,
otro proceso.
Interrogaciones a lo Post 2: postporno en s y postporno para s. Teniendo en cuenta que lo postporno es menos un tipo de imagen que un
modo procesual crtico de produccin de esas imgenes, el postporno
aparece como un aparato de produccin de comunidades disidentes,
comunidades de afectos. Pero cuando pensamos que ya tenemos algo
claro, inmediatamente nos surge un problema. Y es que aquel modo de
produccin y circulacin llamado postporno, que surgi del interior de
la vagina de Annie Sprinkle en el tiempo del VHS, hoy en el tiempo
de Internet est siendo replicado en varios aspectos por el modo general de produccin y circulacin de las imgenes pornogrficas en red:
hay acceso a una cantidad infinitamente mayor y diversa de porno, lejos
ya del clich de la hegemona heterosexual. Y los usuarios son a su vez
potenciales productores de porno, sin necesidad de la mediacin de un
director o una industria (al menos no del mismo tipo). Estamos ante la
realizacin plena del sueo DIY en el porno on line? Y ms aun, cual es
el lugar crtico de lo postporno si la fase actual de produccin y circulacin de la imagen pornogrfica mayoritaria se ha vuelto ella misma en
cierto modo postpornogrfica?
44 Ver pgina 19 de este mismo libro.

Laura Milano 127

Milano establece entonces la pregunta de si la pornografa producida desde la esfera de los consumidores es reproductora del orden
sexual vigente o si en cambio es crtica y resistente del mismo. La diferencia entre uno y otro radicara en la toma de posicin, algo as como
aquella vieja distincin marxista del en-s y el para-s. La etapa actual
del porno sera ya ella misma postpornogrfica pero an no consciente de s misma, esto es un postporno en-s, ingresando cada vez ms
rpido a la mquina de porno-plusvala capitalista, como es el caso de
los modelos que trabajan precarizadamente para Cam4 aparentemente
sin saberlo. Y que tendra una versin concientizada y voluntariosa (el
postporno para-s), representado por las escenas y prcticas definidas
como postporno que han emergido en diferentes lugares y a las que el
libro hace referencia. Un modelo planteado as, se ve enfrentado hoy a
la pregunta que instala Rancire en el debate sobre arte y poltica, puesto que la distincin entre sujetos concientizados y no concientizados
marca nuevamente una jerarqua de poder, esta vez de tipo polticopedaggica entre los que saben y los que no.
El archivo (pornogrfico) 3: preguntas sobre disenso y poltica. Es
posible pensar el metadato como un lugar de disrupcin poltica? La
pantalla es un reparto sensible? La interfaz es ertica? Qu oculta?
Qu muestra? Otra pantalla es posible? Quines son los sin parte
del porno on line? La multiplicacin tctica e infinita de las etiquetas
(metadatos), su alejamiento abismal de lo Uno, puede ser visto paradjicamente como un reclamo de igualdad? Es decir, lo mltiple puede
configurar un horizonte de igualdad? La poltica es siempre un reclamo de igualdad? El momento poltico del archivo porno es la interrupcin del consenso de las etiquetas? Podemos sabotear el consenso
democrtico del archivo (pornogrfico), la estabilizacin de su etiqueta,
a partir de una tctica basada en la tica del error?

128

Glosario Conceptual

Amusement: En su trabajo Dialctica del Iluminismo, Adorno y


Horkheimer utilizan este concepto para dar cuenta de la industria
del entretenimiento como una prolongacin del trabajo bajo el capitalismo tardo. Estos mismos productos de la industria cultural,
que son buscados por los consumidores para distraerse luego de su
intensa jornada laboral, son copias o reproducciones del proceso de
trabajo mecanizado del que supuestamente son paliativo. Adems,
la industria del entretenimiento que debe entretener deviene en
aburrimiento porque ofrece una y otra vez lo mismo. Tal como dicen los autores: De ello sufre incurablemente todo amusement. El
placer se petrifica en aburrimiento, pues, para que siga siendo placer,
no debe costar esfuerzos y debe por lo tanto moverse estrechamente
a lo largo de los rieles de las asociaciones habituales. El espectador
no debe trabajar con su propia cabeza: toda conexin lgica que
requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada.
Anatomopoltica del cuerpo - biopoltica de la poblacin: La anatomopoltica del cuerpo humano remite a las disciplinas del cuerpo,
mientras que la biopoltica de la poblacin remite a la regulacin de
las poblaciones. Los saberes producidos en torno a ambas cuestiones permiten pensar en un micro poder sobre el cuerpo as como
tambin en un control de totalidad del conjunto social.
Autodesignacin: Posicin de sujeto que puede autodenominarse. Es
una condicin bsica para la autonoma: para articular un proyecto
de vida individualizado es necesario que cada sujeto (en este caso las
disidencias sexuales y las mujeres) puedan decir lo que son sin que
nadie hable por ellos. Simone de Beauvoir afirm que la Mujer es
objeto de una heterodesignacin, es decir un objeto de discurso por

Laura Milano 129

parte de los varones. Lo cual hace que las mujeres no se nombren


a s mismas y los varones tomen esta posicin de autodesignacin
para s mismos (dejando a las mujeres y, en extensin, a todos aquellos no-hombres como la otredad). Es por ello que este concepto
cobra sumo valor en las luchas del feminismo y los movimientos
queer, dado que lograr la autodesignacin es ganar el espacio de la
autonoma.
BDSM: Universo de prcticas contrasexuales en las que se agrupan el
Bondage (ataduras), Dominacin, Sumisin y Masoquismo. Con
esta denominacin hacemos referencia tambin a las practicas S/M.
Coitocentrismo: Pensar que el sexo es sinnimo de penetracin y, en
consecuencia, limitar la superficie ergena de nuestros cuerpos a los
genitales es parte del pensamiento coitocentrista, en el que el sexo
es igual al coito. Muchas veces esta construccin reproductora del
orden sexual heteronormativo se nos escapa en pensamientos cotidianos, como cuando pensamos que no hemos tenido relaciones
con X porque no hubo penetracin o cuando minimizamos el contacto cuerpo a cuerpo y la exploracin de otros placeres en la amplia
plataforma corporal como si fueran solamente pasos o jugueteos
previos al verdadero sexo.
Cumshot: Uno de los elementos enunciativos tpicos del porno es el
primer plano de la eyaculacin en el rostro de una persona, especialmente en su boca. La importancia de este plano es registrar el
momento real del sexo en el que la excitacin culmina en eyaculacin. Junto a este tipo de plano, tambin podemos nombrar los meat
shot (tomas de partes del cuerpo fragmentadas que recuerdan a las
piezas de carne) y los medical shot (tomas de primersimo primer
plano de los genitales como si fuera una visin mdica).
Falogocentrismo: Judith Butler recurre al concepto de falogocentrismo de Luce Irigaray para dar cuenta del discurso univoco y hegemnico de lo masculino que acalla lo femenino como un lugar de
multiplicidad subversiva.
Feminismo de la igualdad - feminismo de la diferencia: El feminismo
de la igualdad cuyo apogeo fue en los aos 70 pero que puede re-

130 Usina posporno

montarse al feminismo de la Ilustracin denunciaba las diferencias


genricas como construcciones sociales que imprimen jerarquas y
desigualdades entre hombres y mujeres. La denuncia toma como
foco el patriarcado como estructura social que histricamente ha
sostenido el poder en manos de los hombres. Su objetivo principal
fue la eliminacin de las diferencias y el ingreso de las mujeres a las
esferas del poder. En cambio, el feminismo de la diferencia critica
la postura de la igualdad por considerar que ha cedido al paradigma
masculino al querer entrar a jugar con sus mismas reglas sin cuestionarlas. Bajo esta impronta, defiende a la mujer como diferente al
hombre y no como una igual, digna de una identidad: la feminidad.
Valor la diferencia sexual y propugn la autonoma de las mujeres
frente a los hombres. (Ver ms en: AA.VV. (1994). Dossier: Feminismo, entre la igualdad y la diferencia, en El Viejo Topo, N 73.
Barcelona).
Heterodesignacin: La heterodesignacin impone un discurso normativo acerca de la feminidad: qu somos las mujeres, quines somos y qu debemos ser y hacer. La construccin de lo femenino
ha sido realizada desde la mirada masculina hegemnica, en una
especie de representacin de lo otro dentro de la jerarqua que se da
en el sistema sexo-gnero.
Heteronormatividad: Institucionalizacin de la heterosexualidad
como categora universal, coherente, natural y estable, que funciona
como patrn de prcticas y sentidos sexuales, relaciones afectivas y
modos de ser y estar en el mundo. La heteronormatividad, tal como
lo expresa Alumin Moreno, es aquella que mediante la construccin de normas, hbitos e instituciones privilegia la heterosexualidad y devala las prcticas no heterosexuales y a quienes las realizan.
Heterosexualidad obligatoria: Definir la heterosexualidad como un
rgimen poltico implica desnudar la ideologa dominante que existe detrs de ella y mantiene en vigencia las relaciones jerrquicas
y desiguales entre hombres y mujeres, y entre lo heterosexual y las
disidencias sexuales. Dentro de este rgimen se producen elementos normativos, culturales y polticos que permiten institucionalizar
la heterosexualidad como nica posibilidad y excluir a quienes la
rechazan. De lo cual se desprende que la heterosexualidad se nos

Laura Milano 131

presente con el carcter de obligatoriedad, normalidad y por extensin naturaleza humana. Lo que no es hetero, no es.
Humanismo: Corriente filosfica surgida en el siglo XV que cultiv
una visin del mundo centrada en el hombre a partir de una nueva cultura independiente de la tradicin cristiana escolstica y en
contraposicin al sistema jerrquico de la sociedad feudal afirm
la dignidad y el valor de cada individuo. Lo que el hombre es est
dado por la razn que ser el valor esencial de la naturaleza humana, mientras que la cultura responde a aquellas diversas expresiones
que dan cuenta de la posibilidad de realizacin humana. Animal
racional, centro del Universo, el hombre pasa de escribirse con minscula a escribirse con mayscula, bien grande: Hombre, ni hombre
ni mujer (y no s qu es ms criticable de las omisiones). No hay
figura ms importante en la Tierra ni en el Cielo que se iguale a l.
Tal fue el complejo de ideas que contribuyeron a una domesticacin
racional del sujeto-hombre y a la expansin de su poder sobre el
entorno durante la Modernidad.
Metaverso: Este trmino se utiliza para referir a los entornos virtuales
donde los humanos interactan social y econmicamente en un cyberespacio como una metfora del mundo real, pero sin las limitaciones
fsicas. Los universos creados dentro de los juegos The Sims y Second
Life son ejemplos de metaversos, o mundos paralelos 2.0.
Movimientos LGTTTBI: Bajo este concepto podemos pensar a las
iniciativas de colectivos de lesbianas, gays, travestis, transexuales,
transgnero, bisexuales e intersexuales en pos de la ampliacin de
derechos civiles y aceptacin de sus opciones sexuales por parte de
la sociedad. El planteo de lo LGTTTBI remite a una integracin
a los modelos de normalidad y adecuacin social; en cambio, la
postura del activismo queer es totalmente crtica de la estructura
heteronormativa, que excluye a todo aquel que no cumpla con los
mandatos sociales respecto a la identidad sexual y sus prcticas.
Porno mainstream: Pornografa de produccin industrial y distribucin masiva que comenz a producirse en los aos 80 a partir de
la proliferacin del video y del VHS hogareo. Hablar de porno
mainstream tambin es hablar de los grandes estudios y firmas por-

132 Usina posporno

no, de las estrellas reconocidas y de sus estereotipos de gnero (mujeres delgadas, rubias, de tetas grandes y multiorgsmicas mientras
que los hombres son viriles, musculosos, y siempre erectos). Esta es
la corriente del porno que ser el centro de crticas del posporno y
que servir de plataforma a modificar en bsqueda de nuevas representaciones de la sexualidad.
SAMOIS: Organizacin lsbica feminista y BDSM situada en San
Francisco desde 1978 a 1983. Entre los miembros conocidos de este
grupo se incluyen a Pat Califia y Gayle Rubin. Reivindicaban las
prcticas sadomasoquistas entre mujeres y consideraban que eran
completamente compatibles con el feminismo. Esta postura hizo
que se enfrentaran enrgicamente con los grupos feministas antipornografa. El nombre de la organizacin fue tomado de la novela
Historia de O, de Pauline Rage, en la que se narra la historia de una
joven que ingresa al universo del sadomasoquismo y relata todas las
etapas de su entrenamiento. Samois era la finca donde se llevaba a
cabo este entrenamiento de sumisas.
Transfeminismo: Corriente feminista actual que promueve una idea
de mujer muy amplia ms all de lo biolgico y defiende los derechos de las personas transexuales, transgnero e intersexuales. Se
distingue del feminismo clsico por no partir de una nica categora
de mujer y por abogar por la despatologizacin de los sujetos trans,
adems de defender los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. El transfeminismo busca desde el activismo
romper con los estereotipos de gnero y reivindicar la ambigedad
genrica en los cuerpos.

133

ABC Posporno
Artistas y colectivos artsticos de aqu y all

Acento Frentico: Es el nombre del proyecto de Diego Stickar, un joven artista audiovisual radicado en la ciudad de La Plata (Argentina). El objetivo de Acento Frentico es romper con la heteronorma
sexual, proponiendo una renovacin del gnero porno y naturalizndolo como hecho artstico.
www.acentofrenetico.com
Aily Habibi: Artista performer colombiana. Es una inmigrante que no
se identifica con el pas en el que naci. Estudi con monjas claretianas durante toda su infancia y adolescencia. Ha realizado el
video El Sexorcismo de Aily Habibi (2012) y ha realizado potentes
y divertidas performances en eventos como Festival Porno PorSi
y la Muestra de Arte Pospornogrfico. Trabaja sobre las teoras de
la censura, la abyeccin, el morbo y lo asqueroso como categoras
estticas en relacin a lo audiovisual y las artes vivas.
Annie Sprinkle: Si bien la pospornografa ha surgido en varios pases
y con abordajes diversos, existe una coincidencia implcita en considerar a la estadounidense Annie Sprinkle como la precursora o
madre en este tipo de expresiones artsticas vinculadas a otras formas de representacin de la sexualidad. Luego de dedicarse muchos
aos a trabajar como actriz porno para la industria, y como prostituta, Annie comenz a presentar sus propias performances y dirigir
sus pelculas de contenido sexual. Es a partir de su trabajo Post Porn
Modernist que comienza a utilizarse el trmino pospornografa para
referir a estas expresiones artsticas.
www.anniesprinkle.org // www.loveartlab.org // www.sexecology.org

134 Usina posporno

Bruce La Bruce: Director queer enloquecido con los zombies.


www.brucelabruce.com
Cindy Sherman: Fotgrafa dedicada a explorar la deconstruccin de
gnero a partir de sus autorretratos sexuales.
www.cindysherman.com
Cuerpo Puerco: Colectivo de arte interdisciplinario que desde 2005
investiga y produce alrededor de la temtica de los cuerpos en la
vida contempornea. Este equipo de trabajo radicado en la ciudad
de La Plata (Argentina) est integrado por Fernanda Guaglianone
y Guillermina Morgan. Trabajan sobre diversos formatos, soportes
y acciones que van desde la intervencin de indumentaria a la pegatina de afiches en va publica.
https://vimeo.com/user7324590
Del LaGrace Volcano: Artista trans que ha popularizado en imgenes
las identidades drag king e hiperfemmes a travs de sus retratos fotogrficos.
www.dellagracevolcano.com
Diana Pornoterrorista: Diana J. Torres es una de las principales artistasactivistas del posporno en la ciudad de Barcelona. El proyecto artstico-poltico de Diana J. Torres (Madrid, 1981) abarca muchos campos
(poesa, ensayo, accin directa, talleres, video, Internet) pero se siente
como en casa en la performance y el spoken-word. Pornoterrorismo, su artefacto creado en 2006, lleva desde entonces arrastrndose
por los escenarios ms marginales y subterrneos de diferentes ciudades. Es autora del libro Pornoterrorismo (Ed. Txalaparta, 2011).
www.pornoterrorismo.com
Edgar de Santo: Artista radicado en la ciudad de La Plata (Argentina). Sus
cortos posporno, como Sin Forro (2011), Por oriente (2008) y occidente,
y Amoramor (2014) retratan las relaciones sexo-afectivas entre hombres
desde una mirada tan sutil como abrasadora. Dirigi la pelcula Andrea
(que protagoniza Susy Shock) y es un prolfero escritor y poeta maldito.
Elizabeth Stephens: Profesora de Arte en la Universidad de California, artista visual, performer y ecologista, junto con su esposa Annie

Laura Milano 135

Sprinkle crearon el concepto de ecosexualidad con el que trabajan el vnculo entre naturaleza, sexualidad y amor. Es directora del
documental Good bye Gauley Montain (2013) en donde presenta la
situacin ambiental de su pueblo natal arrasado por la minera a
cielo abierto.
www.elizabethstephens.org
Emile Jouvet: Directora francesa de la pelcula One Night Stand y el
documental Too much pussy!
www.emiliejouvet.com
Felipe Osornio - Leche de Virgen Trimegisto: Artista mexicano cuya
propuesta gira en torno al arte abyecto, el arte accin, la performance, la teora queer, la contrasexualidad, la pospornografa, las polticas anales, el arte extremo, la experiencia traumtica y el ritual. Ha
participado de manera activa en el circuito del posporno, adems de
ser un gestor de eventos contra-culturales en su pas.
www.lechedevirgen.com
Felipe Rivas San Martn: Artista visual chileno, terico y activista
de la Disidencia Sexual. Es fundador de la CUDS (Coordinadora
Universitaria por la Disidencia Sexual), en la que participa desde
2002. Junto con su produccin audiovisual y sus mltiples trabajos artsticos en performance, net.art, instalaciones e intervencin
urbana, Felipe cuenta con un extenso desarrollo terico teniendo
como eje la poltica sexual desde una mirada queer, postfeminista y
postmarxista que pueden rastrearse en sus artculos publicados en la
revista web DisidenciaSexual.cl.
www.feliperivas.com
Frau Diamanda: Performista peruano, a travs de su personaje Frau
Diamanda explora la enorme gama de posibilidades que la trasgresin genrica puede ofrecer.
www.frauweb.net
Girls who like porno: Colectivo radicado en la ciudad de Barcelona,
integrado por Mara Llopis y gueda Ban, que trabajaba la pospornografa desde el soporte audiovisual. Durante algunos aos,
realizaron mltiples producciones vinculadas a esta temtica y fue-

136 Usina posporno

ron unas de las pioneras en producir y difundir este tipo de contenidos sexuales para Hispanoamrica. Parte de su produccin an
puede verse online en www.girlswholikeporno.com
Hija de Perra: Performer trash, ha sido una de las artistas ms reconocidas de la disidencia sexual en Chile. Ha protagonizado la pelcula
trans-zombie Empana de Pino (director: Wincy, 2008) y el documental Perdida Hija de Perra (director: Vicente Barros, 2010) en
la que se narra un da en la vida de esta artista. Fue animadora de
eventos, instructora de enfermedades venreas, cantante, y mucho
ms. Al cierre de este libro nos encontramos despidindola.
www.facebook.com/pages/Hija-de-Perra-Oficial/262531673764090
Katia Seplveda: Directora chilena radicada en la ciudad de Colonia
(Alemania). Sus pelculas han participado en diversos festivales de
pospornografa de Europa y Amrica Latina.
www.katiaseplveda.com
Lady Pain: Artista de extreme body art, en sus presentaciones combina
disciplinas como el bondage, burlesque y perforaciones corporales.
Junto con el msico Cha Blasco integra KalistcK, proyecto audiovisual y escnico en donde mezclan lo mejor de cada una de sus artes.
www.vimeo.com/31144813
Luca Egaa Rojas: Artista independiente, streamer, blogger y switcher. En su trabajo son constantes las producciones colaborativas
que problematizan la construccin de imaginarios sociales de la
cultura popular, el feminismo, la basura y la tecnologa low-fi. Colabora con minipimer.tv. Vive en Barcelona.
www.lucysombra.org
Mara Beatty: Es una de las mujeres directoras y productoras referentes
en la pospornografa que trabaja con temtica fetish-sadomasoquista. Dirige su propia productora de contenidos sexuales: Blue Production. Sus pelculas son verdaderas piezas de arte que recuerdan
al expresionismo alemn y el cine negro norteamericano. Interpeta
algunas de sus pelculas, como puede verse en The Black Glove.
www.bleuproductions.com

Laura Milano 137

Mara Llopis: Artista espaola posporner, ha investigado y experimentado las heterosexualidades disidentes, las expresiones de la sexualidad en el mundo virtual y, actualmente, las maternidades guarras.
Fue cofundadora del colectivo Girls who like porno y es autora del
libro El postporno era eso (2010).
www.mariallopis.com
Marisol Salanova: Crtica y curadora espaola, con especializacin
en arte contemporneo relacionado con cuestiones de gnero,
transfeminismo y nuevas tecnologas. Autora del libro Pospornografa (Editorial Nausca, 2012), un ensayo en el que investiga los orgenes historiogrficos y conceptuales del movimiento
posporno.
www.marisolsalanova.com
Nadege Lucas Prez: (Hyper)vinculadx (T)ranshumante (T)rapecistx
(P)romiscux : // Sintestsikxs (H)ergenxs . (T)entando (K)amikazes .
Nadia Granados: Artista escnica y visual colombiana de pensamiento
subversivo. Ha realizado varias propuestas desde la comunicacin
visual popular a travs del video performance, el arte, el activismo, el
streaming de video y lo panfletario. A travs de su personaje de La
Fulminante, desarrolla un arte altamente poltico que quiere ir ms
all de lo simplemente esttico, usando elementos audiovisuales relacionados con la pornografia, el cuerpo sexualizado y el erotismo
como arma de transgresin.
www.nadiagranados.com - www.lafulminante.com
Post Op: Plataforma de investigacin de gnero y posporno radicada
en la ciudad de Barcelona. Sus integrantes son Elena Urko y Majo
Pulido. Post Op es un proyecto que apuesta por la resexualizacin
del espacio y la esfera pblica y la relectura crtica del discurso normativo. Cuentan con mltiples producciones audiovisuales y realizan talleres postporno. Actualmente estn trabajando sobre las posibilidades sexo-afectivas de los cuerpos de personas con diversidad
funcional y movilidad reducida. Participaron del documental Yes we
fuck, para el que realizaron un taller posporno enfocado al colectivo
con diversidad funcional y llevan adelante el proyecto Pornortopedia en el que crean juguetes, prtesis y ortopedia con fines sexuales,

138 Usina posporno

teniendo en cuenta tambin otras movilidades y maneras de sentir


el cuerpo.
www.postop-postporno.tumblr.com
Quimera Rosa: Laboratorio de experimentacin e investigacin sobre
identidades, cuerpo y tecnologa. Desde una perspectiva transdisciplinar desarrollan prcticas productoras de identidades cyborgs y
no naturalizantes.
www.quimerarosa.tumblr.com
Roco Boliver - La Congelada de Uva: Artista performer, cono de la
cultura underground en la ciudad de Mxico. Ha llevado sus performances a los grandes centros de arte contemporneo del mundo y
ha impartido talleres en centros y espacios culturales compartiendo
su mtodo pedaggico.
www.rocioboliver.com
Shu lea Cheang: Artista taiwanesa, conceptualista, cineasta y networker.
Ha trabajado en el campo de las instalaciones y las performances basadas en la red y las interfases. Dirigi la pelcula porno de ciencia ficcin
I.K.U. y la performance hermana UKI. Cyberpunk oriental del bueno.
www.mauvaiscontact.info
Virginie Despentes: Escritora francesa, rubia divina punk. Autora de
la novela Fllame (Baise-moi) y directora de su versin cinematogrfica. Escribi el ensayo Teora King Kong, libro de cabecera posporno. Bye bye blondie es su ltima novela, publicada en 2013.
Waska: Colectivo artstico que trabaja temticas vinculadas a la identidad LGTBIQ, la diversidad sexual y el amor. Sus producciones
son resultado del cruce entre varios soportes: publicacin impresa,
videos y fotografas, entre otros.
www.waskazo.com
Wired Pussy: Productora de contenidos sexuales para mujeres. La propuesta est centrada en las prcticas BDSM, en las relaciones de rol
y en el uso ertico de la electricidad. Su directora es la actriz porno
Madison Young, quien participa en las pelculas como actriz.
www.wiredpussy.com

Laura Milano 139

Yla Ronson: Directora, experimentadora del video arte, ha decidido


saldar las cuentas con la vida poniendo su cuerpo y el de otrxs al
servicio del amor y la pospornografia. Es directora de los cortos Vrtigo, Confusin y Fiebre (2011); Preludio a la carne viva 0.0 (2011);
y actualmente est trabajando en dos proyectos posporno: Pornodehesario y RATXILA. Dirige la productora La Ronson Pig Movies
en la que ofrece servicios de filmacin porno a pedido y a la carta.
Oriunda de Extremadura (Espaa), desde hace algunos aos vive
en Buenos Aires.
www.laronsonpigmovies.com

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Boda negra con el carbn (2014) - Directora: Elisabeth Stephens
https://vimeo.com/108965840 [20/10/2014]
Born Queer: Dear Doctors (2003) - Directora: Shorona Se Mbessakwiki
Chatroulette (2011) - Directora: Mara Llopis
http://www.mariallopis.com/portfolio/chatroulette [12/09/2014]
Chicas de la 26 (2011) - Directora: Fabiola Melca
http://vimeo.com/54393888 [12/09/2014]
Conto bioporn (2013) - Directoras: Juliana Dorneles y Hilan Bensusan
http://vimeo.com/64155670 [12/09/2014]
Ecosex, part real, part imagination (2011) - Directores: Maribel Forero
y Jorge Nava
http://www.youtube.com/watch?v=RQ1HW-vxS1Q [12/09/2014]
ENDO (2011) - Directores: Diego Stickar, Fernanda Guaglianone y
Guillermina Morgan
http://vimeo.com/32419133 [12/09/2014]
Fantasa PostNuklear (2006) - Cmara y edicin: Majo Pulido
http://postop-postporno.tumblr.com/videos [12/09/2014]
Fisting (2012) - Directores: PostOp & Ben Berlin
http://postop-postporno.tumblr.com/videos [12/09/2014]

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Fruit of lions (2012) - Directores: Colectivo Waska


http://muestraposporno.wordpress.com/artistas/audiovisual/waska/
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Ideologa (2011) - Director: Felipe Rivas San Martn
http://vimeo.com/27375737 [12/09/2014]
IKU (2001) - Directora: Shu lea Cheang
http://i-k-u.com [12/09/2014]
Implantes (2010) - Directora: Majo Pulido
http://generatech.org/es/postop/node/2639 [12/09/2014]
Juntitos (2010) - Director: Diego Stickar Acento Frentico
www.acentofrenetico.com.ar
Love on the beach (2003) - Directoras: Mara Llopis y gueda Ban
http://girlswholikeporno.com/shortfilms/love-on-the-beach/
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Machinima Sexual Choreographies (2011) - Directora: Marisol Salanova
http://vimeo.com/29941810 [12/09/2014]
Maternidad obligatoria (2011) - Directora: Nadia Granados La Fulminante
http://www.dailymotion.com/video/xl1bm0_maternidad-obligatoria_
webcam#from=embediframe [12/09/2014]
Mujeres reventando cadenas (2010) - Directora: Nadia Granados La
Fulminante
http://www.dailymotion.com/video/xld8j1_mujeres-reventando-cadenas_news#from=embediframe [12/09/2014]
Mutantes: Punk Porn Feminist (2009) - Directora: Virginie Despentes.
Pornoterrorismo (compilado) - Performer: Diana J. Torres
http://pornoterrorismo.com/mira/video-de-performances/ [12/09/2014]

Laura Milano 147

Post Porno Vrit (2011) - Directora: Katia Seplveda


http://xn--katiaseplveda-bob.com/works/verite.html [12/09/2014]
Real Life (2011) - Directora: Mara Llopis
http://www.mariallopis.com/portfolio/rl-real-life-2/ [12/09/2014]
Siempre que t vuelves a casa (2004) - Directora: Majo Pulido
http://generatech.org/es/postop/node/2641[12/09/2014]
Sinestesia Cyborg (2013) - Directora: Nadege Lucas Prez
https://archive.org/details/Sintestesia [12/09/2014]
Stupra Purgata (2011) - Director: Leche de Virgen Trimegisto
http://lechedevirgentrimegisto.blogspot.com/2012/09/stupra-purgata.
html [12/09/2014]
The Black Glove (1997) - Directora: Maria Beatty
http://www.bleuproductionsonline.com/films/the-black-glove/
[12/09/2014]
Tutorial para chat gay (2010) - Director: Felipe Rivas San Martn
http://vimeo.com/18268206 [12/09/2014]
Wish (2010/2011) - Directora: Katia Seplveda
http://xn--katiaseplveda-bob.com/works/wish.html [12/09/2014]
XD (2011) - Directores: Diego Stickar, Fernanda Guaglianone y Guillermina Morgan. Cuerpo Puerco
http://vimeo.com/27150728 [12/09/2014]
XXXXX (2008) - Directoras: Fernanda Guaglianone y Guillermina
Morgan. Cuerpo Puerco
http://vimeo.com/27058628 [12/09/2014]

148

Agradecimientos

Este proceso de investigacin y experimentacin, que empez hace ya


algunos aos, ha sido fortalecido y acompaado por muchas personas.
Los consejos, las experiencias, la compaa, las enseanzas, la paciencia
y la confianza que cada una de estas personas deposit en m, hoy se
traducen en una enorme sensacin de gratitud y cario. USINA POSPORNO tiene un montn de rostros detrs, algunos an presentes y
otros ya lejanos pero siempre recordados. Esta es una buena excusa para
volver a sonrer a la distancia a tod*s y decir gracias.
A mi tutora Mabel Campagnoli, por su paciencia y apoyo en cada
uno de los momentos inciertos de esta investigacin (antes, durante y
despus de la tesina de grado). Gracias por apostar a mi crecimiento y
curiosidad ms all de las fronteras acadmicas.
A Annie Sprinkle y Beth Stephens por abrirme la puerta a la experiencia posporno de una forma tan amena, casi sin conocerme. Esa
invitacin suya a ser la nia de las flores an me resuena intensamente
al recordarlas.
A las colegas posporno espaolas, que sin saberlo han sido piezas
fundamentales en este trabajo y en mi llegada al mundo de la pospornografa. Todos aquellos hermosos momentos compartidos en Barcelona y en Gijn han sido un sueo cumplido y una fuente de inspiracin
inagotable durante estos aos.
A l*s coleg*s de Argentina en especial a Fernanda Guaglianone,
Luna Acosta, Rosario Castelli que me abrieron las puertas a nuevas
amistades, redes, circuitos, reflexiones y vivencias que me han fortalecido en mltiples niveles. Gracias por afectarme, por seducirme, por
inquietarme y por abrazarme a pesar de las diferencias.
A Felipe Rivas San Martn, por leer crtica y amorosamente este trabajo.
Gracias por colaborar con un postfacio que permite abrir nuevas preguntas
sobre el posporno, pero desde una mirada situada en Amrica Latina.
A Garpa! por invitarme a participar en la organizacin de la Muestra
de Arte Posporgrfico en Buenos Aires. Gracias por brindarme ese espacio de creacin; de fortalecimiento de redes con activistas/artistas a nivel
local, regional e internacional; y de nuevas amistades porno-afectivas.
A mi familia y amistades que han apoyado este proceso con simpata, paciencia y silenciosa complicidad. Gracias, especialmente, a las

amigas eternas por su apoyo incondicional: Samanta Martnez, Marina


Bello y Victoria Castro.
Y finalmente, gracias a mi compaero y amante Nico Hache por
acompaar todo este proceso de investigacin-experimentacin desde
el comienzo con complicidad e infinita paciencia, por sus constantes
consejos, correcciones y observaciones. Gracias por estimular cada una
de mis inquietudes, y por recibirme siempre dispuesto, de un lado u
otro del ocano.

***

USINA POSPORNO es un proyecto editorial autogestivo y


financiado colectivamente gracias a la colaboracin de muchos activistas que sumaron sus aportes a una campaa de financiamiento colectivo/crowdfunding haciendo posible esta
publicacin. Gracias a Mabel Alicia Campagnoli, Silvana
Iovanna, Laura Gutirrez, Marina Bello, Maura Rivero, Nico
Hache, Beto Canseco, Fernando Davis, Victoria, Gabriela Larralde, Gastn Severina, Luca Egaa Rojas, Nathalia
Gonales, Christian Milano, Clara Paz, Daniel Mundo, Victoria Castro, Soledad Gonzlez, Florencia Magnatierra, ris
Snica, Laura Gam, Carolina Ribeiro, Atilio Rubino, Marta
Ortega, Fernando Herman, Carlos Marcos, Jos Milano, Raquel Masci, rica Sarmet, Samanta Martnez, Facundo Saxe,
Natal Arango, Gino Cingolani, Evelin Bustos, Guillermina
Lucrecia lvarez, Daniel Di Trano, Jorge Leite Junior, Ivan
Enquin, Loreley Ritta, Nicols Cuello, Pilar Cabrera, Luis
lvarez, Lucas Gutirrez, Sabrina, Clarisa Del Ro y Romina
Smiraglia por sumarse a este proyecto.

Se termin de imprimir
en el mes de noviembre de 2014
en los talleres de Bibliogrfika,
Ciudad Autnoma de Buenos Aires,
Argentina.

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