Laura Milano - Usina Posporno
Laura Milano - Usina Posporno
Laura Milano - Usina Posporno
L A UR A M I LAN O
USINA
POSPORNO
Disidencia sexual, arte
y autogestin en la pospornografa
Milano, Laura
Usina posporno : disidencia sexual, arte y autogestin en la pospornografa . - 1a ed.
- Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Ttulo, 2014.
158 p. ; 20 x 14 cm.
ISBN 978-987-45618-1-7
1. Estudios Culturales. I. Ttulo
CDD 306
Usina Posporo, por Laura Milano, se distribuye bajo una Licencia Creative
Commons Atribucin-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
ndice
Introduccin
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2. La maquinaria Porno
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4. Cuerpos en (de)construccin
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6. Posporno sud-ac
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Postfacio al postporno: Fragmentos sobre el catlogo pornogrfico en la era del archivo virtual, por
Felipe Rivas San Martn
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Glosario Conceptual
ABC Posporno
Bibliografa
Videos citados
Agradecimientos
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Introduccin
Usina. Potencia creadora. Cuerpos amontonados y abocados a la produccin. Cuerpos productores. Flujos corporales, lubricaciones, engranajes. Rtmica de los cuerpos y las maquinas produciendo. Tensin,
contraccin, dilatacin, construccin, destruccin. Energa. La pospornografa1 me recuerda a la imagen de una usina, candente, productora y
erticamente agotadora. Hablar de la usina posporno remite al carcter
potente y productivo que subyace a todas estas producciones en las que
arte y (pos)feminismo se juntan para dar cuenta de nuevas formas de
representar la sexualidad y la multiplicidad de deseos y prcticas existentes. La usina nos conecta con la potencia demoledora que puede extraerse de los recursos naturales, su finalidad no implica la produccin de una
mercanca-objeto sino la produccin de energa. Tal imagen sirve para
retratar aquello que se produce en la pospornografa: energa sexual dada
por la potencia infinita e inagotable de los cuerpos erotizados.
Nacida al calor de las luchas del movimiento queer, la reivindicacin del trabajo sexual en los movimientos Pro-Sex de los aos 80
y el pos-feminismo, la pospornografa aparece en escena como respuesta crtica al discurso pornogrfico comercial desde las disidencias
sexuales. Una crtica que ataca la mirada heteronormativa que subyace
1 Aunque muchos y muchas autores/artistas utilizan el vocablo postpornografa, en
este trabajo utilizar las expresiones pospornografa o posporno como una forma
de pensar estas expresiones artstico-polticas desde una lectura anclada en el
terreno geogrfico y simblico de Amrica Latina. Aquello que en otras latitudes
se nombra como postporn o postpornography, aqu lo nombramos posporno o
pospornografa, y la ausencia de la letra t no es un error de tipeo sino un desvo
lingstico que est hablando de nuestra apropiacin latinoamericana de estas
experiencias. Aqu usar las palabras pospornografa o posporno como sinnimos.
La misma aclaracin se debe hacer respecto del uso de las expresiones pornografa
y porno, que tambin sern utilizadas indistintamente.
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As como la pornografa comercial trabaja con los ciclos de produccin, distribucin y consumo tpicos de cualquier industria del
mercado capitalista, el posporno puede pensarse como una usina creativa y productora que genera nuevas formas de mostrar la sexualidad
desde una perspectiva no slo feminista, sino tambin autogestiva y
anticapitalista. Estas nuevas producciones pospornogrficas promueven una metodologa de produccin do it yourself (DIY ), o hazlo t
mismo, en las que las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin y el trabajo en red son herramientas al alcance de la mano.
La misma postura autogestiva se evidencia en los modos de circulacin y consumo de pospornografa, muchas veces motivado desde
festivales y talleres autogestionados en los que se socializan producciones, herramientas y experiencias.
Estos desvos que la usina posporno encara defensa de las sexualidades disidentes y autogestin hacen de estas producciones una interesante muestra de las expresiones artstico-polticas surgidas desde los
mrgenes de la sociedad contempornea abocadas a disputar los sentidos impuestos y proponer nuevas formas de socializacin y produccin
colectiva. Llegado a este punto, la usina posporno se desnuda como una
apuesta poltica y artstica. Poltica en tanto consideramos que intenta
modificar el orden actual de las cosas, desafiando las representaciones
de la pornografa comercial como parte del dispositivo de sexualidad
que funciona como reproductor de la diferencia sexual, la heterosexualidad obligatoria y que acta como norma-regla con la que se mide qu
es y qu no es sexo. Por otro lado, la pospornografa es un producto
surgido desde la disidencia sexual, lo cual implica que su emergencia es
sntoma de una necesidad de visualizacin en el marco de una disputa
social por la imposicin del sentido en torno a lo sexual. La pospornografa acta como prctica de empoderamiento para los sujetos que
siempre han sido excluidos por sus elecciones sexuales y como mensaje
en contra de la heteronormatividad y en pos de los placeres disidentes.
Pero esta crtica no toma la forma de un discurso panfletario, sino
que toma las herramientas y recursos del arte para comunicar su mensaje. Si lo pornogrfico busca venderse a s mismo como realidad o
como registro documental con el nico fin de conseguir la excitacin
del consumidor, la pospornografa no slo intenta comunicar su crtica
al sistema heteronormativo sino que tambin intenta hacerlo desde una
produccin artstica cuya intencionalidad sea superadora de la mera
excitacin del pblico y est orientada al goce esttico, cual si fuera una
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obra de arte. Para ello, utiliza expresiones estticas propias del campo
artstico tales como la fotografa, el art-performance o el net-art para
presentar sus propuestas y exhibir frente a un pblico presente o virtual.
Todo esto nos permite pensar a la pospornografa como una manifestacin de las nuevas posibilidades artsticas que proveen las nuevas
tecnologas desde una prctica autogestiva.
Hasta aqu la presentacin de este trabajo de investigacin sobre la
pospornografa en cuanto a algunos de los puntos de anlisis y reflexin
que sern desarrollados en los distintos captulos de este libro. Pero ha
de faltar una parte muy importante en esta introduccin y es presentar
la parte maldita que explica el recorrido que experiment a partir de
este trabajo de investigacin. Y que, por extensin, explica la organizacin caprichosa que hemos dispuesto para presentar las diferentes
partes de este libro.
Este trabajo ha tenido por background un proceso personal de experimentacin en el que puse en juego mi lugar como investigadora, como
practicante sexual y como periodista. La eleccin de experimentar en
primera persona aquellas opciones sexuales no-normativas y acceder a
los sentidos construidos acerca de la sexualidad que la usina posporno
pregonaba en sus producciones y en los discursos de sus referentes fue
el camino elegido desde el momento cero de esta investigacin. El devenir de esta investigacin no poda ser otro que un devenir posporno
en el que la experimentacin prctica le marcara el ritmo y el camino a
la reflexin terica. A partir de esta decisin inicial se abri un camino
de indagacin en el que se entrecruzaron de forma errante viajes, lecturas, conversaciones, intervenciones, desafos, curiosidades, aprendizajes, corporalidades, re-lecturas, boletos de avin y de bus, entrevistas,
grabaciones e infinitas des-grabaciones, registros de video y fotografa,
bitcoras de viaje, experimentaciones, aperturas.
Los escenarios elegidos para emprender este viaje hacia el posporno
fueron algunas ciudades de Argentina y Espaa, en las que indagu en
materiales pospornogrficos producidos all, entrevist referentes, asist
a talleres y festivales y particip junto con artistas locales del posporno de performance y presentaciones. Como resultado de este devenir
posporno tras-ocenico, comparto hoy esta experiencia de investigacin
sobre la pospornografa que integr el anlisis cultural del corpus pospornogrfico, el trabajo de campo, la indagacin periodstica y la experimentacin del cuerpo propio. Y la mejor forma de compartir el carcter
hbrido de esta investigacin es presentar este trabajo como un ensayo
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1. Se dice de m:
Discursos sobre mi placer, el tuyo, el nuestro
Acaso la puesta en discurso del sexo no est dirigida a la
tarea de expulsar de la realidad las formas de sexualidad no
sometidas a la economa estricta de la reproduccin: decir no
a las actividades infecundas, proscribir los placeres vecinos,
reducir o excluir las prcticas que no tienen la generacin
como fin?
Michael Foucault, Historia de la sexualidad, tomo I
El placer de mirar se ha escindido en activo-masculino
y pasivo-femenino. La mirada determinante del varn
proyecta su fantasa sobre la figura femenina, a la que talla a
su medida y conveniencia. En su tradicional papel de objeto
de exhibicin, las mujeres son contempladas y mostradas
simultneamente con una apariencia codificada para
producir un impacto visual y ertico tan fuerte, que puede
decirse de ellas que connotan para ser mirabilidad.
La mujer expuesta como objeto sexual es el leitmotiv del
espectculo ertico, ella significa el deseo masculino, soporta su
mirada y acta para l.
Laura Mulvey, Placer visual y cine narrativo
Yo soy lo que dicen de m, lo que constantemente se dice de mi cuerpo? Mi sexualidad es una consecuencia de aquellos discursos que han
hablado en su nombre? Finalmente me pregunto: mi cuerpo tiene
voz? Quin tiene el poder de ponerle nombre a mis placeres? No es
azaroso que este ensayo comience formalmente con un captulo dedicado al discurso, dado que en l se evidencia el carcter subversivo de
la usina posporno. Es en el orden del discurso donde se observa quin
enuncia qu sobre algo, desde dnde habla y para qu lo dice. Es decir,
qu realidad se construye. La pospornografa emerge como un discurso
subversivo y crtico que lucha por visibilizar nuevas representaciones
de la sexualidad en el contexto de otros discursos acerca de la sexualidad que actan como dispositivos para nombrar, definir, ordenar y
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la pospornografa abre la posibilidad de construir nuevas subjetividades respecto a lo sexual que puedan ser ms permeables a la experimentacin fuera de las normas sociales y las obligaciones impuestas
por el gnero. Si pensamos que en el discurso se juega la definicin
de lo real, nuevos discursos socio-sexuales pueden habilitar nuevas
realidades.
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surgidas desde distintos escenarios (Europa, Estados Unidos, Amrica Latina). Qu lectura hacemos de los discursos pospornogrficos
desde la academia?, cmo se re-apropia la pospornografa desde el
arte contemporneo?, qu efecto de sentido tiene el posporno si es
consumido desde un museo o desde un espacio cultural ocupado y
autogestivo?, qu lectura del posporno europeo o estadounidense hacemos desde Amrica Latina?, qu productos pospornogrficos surgen desde la periferia a partir de estas lecturas? Todas estas preguntas
provienen de pensar a la pospornografa no como algo inmanente y
cerrado sino como un discurso en plena circulacin social, determinado por sus condiciones de produccin y abierto a distintas condiciones de reconocimiento.
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Cmo ha impactado la teora de la performatividad de gnero de Judith Butler en las producciones pospornogrficas? La crtica a la naturalizacin de la trada sexo-gnero-deseo bien puede
verse reflejada en la pospornografa y en las representaciones de la
sexualidad que emanan de ella. La pospornografa trabaja sobre la
de-construccin del gnero a partir de la crtica a las identidades
sexuales esencializadas (y las respectivas jerarquas genricas que se
naturalizan en consecuencia) que aparecen en el porno. Las dicotomas tradicionales de masculinidad/femineidad, varn/mujer, penetrador/penetrado, activo/pasivo son asumidas como construcciones;
es decir, como posibilidades y no como esencias. La heteronorma
que arrastra el discurso pornogrfico en cada una de sus representaciones sexo-genricas es deconstruida para dar espacio a otras imgenes/sentidos acerca de las identidades sexuales que se definirn
por su prctica/puesta en acto.
Creo que todas las que estamos interesadas en esto del posporno somos personas
que no nos importa ponernos en tela de
juicio. No nos importa rompernos a nosotras mismas si es que podemos cuestionarnos un par de cosas. Comprendo que
da miedo abrirse a una serie de planteamientos. Pero no tenemos miedo a eso.
Mara Llopis (entrevista). Gijn, Espaa, 2011
Si lo pornogrfico es una apelacin a la cita del orden heterosexual tal como afirma Rivas San Martn (2006) podemos pensar
lo pos-pornogrfico como citaciones desviadas/resistentes sobre el
sexo y el placer; una resignificacin de los trminos que constituyen las categoras de identidad sexual, una desobediencia a la
pretendida naturalidad y coherencia entre sexo/gnero/deseo. Las
producciones pospornogrficas insisten sobre esta idea matriz: las
distintas identidades sexuales no son expresiones de cierta naturaleza asociada a un sexo-gnero y alineadas a ciertos deseos, sino que
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sexo-genricos y obstruyen otros. En el orden sexual heteronormativo los sujetos que no encajan en el binomio masculino-femenino y
en el horizonte de expectativas que se espera de ellos son socialmente
estigmatizados y excluidos. Lo que se sale fuera de la norma siempre
es lo otro, lo des-ordenado (en este caso, lo des-generizado).
Los aportes de Teresa de Lauretis sobre las concepciones culturales de lo masculino y lo femenino en el discurso cinematogrfico
nos permiten dar cuenta de cmo la feminidad ha sido producto de
una heterodesignacin7; y cmo esto se imprime en distintos discursos sociales de alta circulacin y consumo. Este concepto remite
al nombramiento realizado por los varones en el ejercicio de su
lugar de poder en la jerarqua social-sexual en el que instituyen a la
mujer como un otro, relegndola as a la esfera de la alteridad, la
inmanencia. Mediante esta relegacin, el varn se autodesigna como
sujeto asumiendo el estatuto de individuo autnomo y consciente
de s mismo. En el cine, la mujer (y vale decir tambin lo gay, lo
trans, lo intersex, lo abyecto) siempre ha sido construida en negativo
de lo masculino, tal como lo expresa Laura Mulvey al referirse a la
construccin de la mujer como objeto de exhibicin en el cine narrativo hollywoodense, en el epgrafe del comienzo de este captulo.
Esta perspectiva es importante recordarla al mirar pornografa: eso
que se muestra all es lo que la mirada masculina quiere ver. Implica una representacin especular tanto del gnero, de los cuerpos y
las prcticas sexuales. Pero ms importante resulta esta perspectiva
si observamos las nuevas propuestas resistentes y disruptivas de la
pospornografa: eso que se muestra en estos nuevos discursos no
slo no es lo que la mirada masculina dominante quiere ver, sino que
es visibilizacin de los deseos, cuerpos y prcticas que haban sido
excluidos por el discurso dominante.
En este punto es donde las palabras de Teresa de Lauretis cobran
ms peso en relacin a la disputa del sentido que se juega en los discursos pospornogrficos. La construccin de lo femenino que se imprime en la pornografa comercial es producto de una heterodesignacin y, por lo tanto, no slo responde a una mirada masculina acerca
de los roles asignados y jerarquizados para hombres y mujeres sino
que tambin responde a cierta idea de la sexualidad heteronormativa
7 Ver en Glosario Conceptual.
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Crnica I
La llegada a Catalunya
y los talleres ecosex
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2. La maquinaria porno
El placer se petrifica en aburrimiento, pues, para que
siga siendo placer, no debe costar esfuerzos y debe por lo
tanto moverse estrechamente a lo largo de los rieles de las
asociaciones habituales.
Adorno y Horkheimer, Dialctica del Iluminismo
Cuando la gente protesta por la repetitividad del porno se
estn refiriendo a una mirada que se repite, a la mirada
del hombre blanco heterosexual que controla el mundo y el
negocio del porno. Hay un enfoque, que se repite una y otra
vez, que simplifica nuestra sexualidad al coito, ridiculiza las
sexualidades alternativas y polticamente se sita dentro del
sistema heterosexual capitalista. Esto es lo que aburre.
Mara Llopis, El postporno era eso
one thing is for sure, if you dot have the cumshots, you
dont have a porno picture.
Steven Ziplow, The Film Makers Guide to Pornography
Dicen que para muestra basta un botn. Y este dicho bien puede representar exactamente lo que la maquinaria pornogrfica produce: una
imagen totalizadora que condensa y sintetiza aquello que se dice que es
el sexo (y debe ser). Basta una pelcula porno para encontrar aquellos
recursos que una y otra vez se repiten en todas las otras pelculas del gnero. Ms all de las pequeas variaciones de cada relato, las secuencias
narrativas son siempre las mismas: el superpoderoso pene que penetra
lo que encuentra a su alcance; la mujer extasiada que en las mil y
una posiciones abre su vagina, su boca y su ano para recibir gustosa
al hroe falo; la infaltable proeza del mete-saca y la eyaculacin como
final. Una misma mercanca que una y otra vez sale expulsada de la
maquinaria pornogrfica.
La pornografa tiene sus inicios en la literatura ertica del siglo XIX
y ha tenido mltiples expresiones en distintos dispositivos. Pero la pornografa tal como la conocemos ahora tuvo su explosin a partir de
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En general y dejando a un lado las mltiples prcticas de consumo pornogrfico en grupos y en pareja la pornografa est vinculada
al consumo secreto e individualizado. Si bien las salas de cine porno
funcionan como un espacio social en el que la proyeccin flmica es
una mera excusa que enmarca los encuentros sexuales furtivos que all
suceden, el ingreso del porno al hogar ha vuelto a reinsertar este tipo de
contenidos en el mundo de la intimidad. La proyeccin en sala haba
sacado del closet al porno y lo haba ubicado en un lugar intermedio
entre lo pblico y lo privado que comenz a quebrarse con la llegada
del VHS o DVD. Finalmente, el acceso a la pornografa a travs de
Internet ha cerrado definitivamente la puerta de casa para instalarse en
la pura intimidad de las personas y las pantallas de sus computadoras.
Pero el porno no se ha retirado totalmente del mbito pblico, sino
que lo ha reconvertido en virtualidad. Lo cual trae aparejado nuevos
hbitos de consumo que implican la transformacin del consumidor
pasivo en potencial sujeto pornogrfico. Gracias a las tecnologas domsticas de produccin de contenidos audiovisuales, como las webcam,
el consumidor es capaz de ser actor, director y productor de su propio
material porno; y as puede reinsertar su intimidad en el mbito pblico, tal como sucede en el porno amateur y en las salas de video chat. A
la vez pblico y privado, el porno en Internet abre la posibilidad a una
auto-pornificacin por parte del consumidor. El interrogante es saber si
la pornografa producida desde la esfera de los consumidores es reproductora del orden sexual vigente o si en cambio es crtica y resistente al
mismo. He aqu uno de los puntos claves en el paso de la pornografa a
la pospornografa: la apropiacin de las herramientas tcnicas y de los
canales de difusin por parte de los sujetos no slo est en funcin de
producir contenidos pornogrficos sino tambin en que stos tengan la
intencin de ser crticos a las representaciones que ofrece la pornografa
mainstream inaugurando una disputa en torno al sentido construido
sobre la sexualidad.
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ciertos recursos estilsticos que se reiteran una y otra vez; lo cual contribuye
a trazar las intencionalidades reproductivas y normativas que este tipo de
discurso soporta en s mismo y ofrece a sus consumidores. Dentro de las
estrategias enunciativas que el gnero pornogrfico utiliza para construir
su mundo de genitalidad recurre fundamentalmente al uso de los primeros
planos; a partir de esta estrategia los cuerpos dejan de ser tales para ser zonas fragmentadas y amplificadas. Los planos de cumshot11 tpicos del porno,
donde una persona eyacula en el rostro de su compaero/a como tambin
los meat shot (tomas de partes del cuerpo fragmentadas que recuerdan a las
piezas de carne) y los medical shot (tomas de primersimo primer plano de
los genitales como si fuera una visin mdica) son los recursos ms ejemplares de esttica porno. En su trabajo Pospornografa, Fabin Jimnez
Gatto asegura que esta inmediatez de lo sexual sometido a la tecnologa
del zoom construye un discurso cinematogrfico centrado en erecciones,
penetraciones y eyaculaciones sin rostro (2008). Estas capturas de algunas zonas corporales funcionan como una sincdoque sexual: en el porno
los fragmentos corporales-genitales que se reiteran frente a cmara son
la parte que representa el todo, un supersigno aglutinador que representa
todo lo imaginable de la sexualidad. Los fragmentos son el sexo, no hay
nada por fuera de ellos. Su contundencia es inevitable.
Abocado a la reiteracin frente a la cmara de aquellos movimientos
mecanizados que dan cuenta de su sexualidad, el cuerpo pornogrfico
deviene en un cuerpo-mquina tal como un motor que una y otra vez
repite la misma secuencia mecnica. En el porno ya no se representa a las personas explorando su sexualidad mediante diversos usos del
cuerpo, es decir sujetos libres a la experimentacin de sus placeres. El
cuerpo pasa a ser un objeto puro, cosificado, un autmata condicionado
por la rtmica de las penetraciones y eyaculaciones.
Puede decirse que el porno recuerda al registro documental dando
la ilusin de que lo que se ve en pantalla es la revelacin de lo real. En
lneas generales, no hay mucha diferencia entre los documentales sobre
la reproduccin de animales salvajes y la muestra documental de la genitalidad entre los humanos que ofrece la pornografa. Los actos sexuales
en pantalla deben mostrarse con la misma pretensin de realidad que un
documental para que no pierdan su efecto de verdad sobre el espectador.
La accin genital as documentada resulta profundamente veraz y slo se
11 Ver en Glosario Conceptual.
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ve interrumpida por los lapsus en los que los personajes desarrollan las
acciones que hacen avanzar el relato. Estos momentos son los tiempos
muertos del porno, dado que all no est pasando nada en trminos pornogrficos, que es lo que importa en este tipo de contenidos.
Los relatos pornogrficos resultan una construccin audiovisual
que juega a mostrar la verdad del sexo bajo la gida de lo explcito como
lo verdadero ( Jimnez Gatto, 2008). Lo importante es que muestre lo
real, lo que realmente sucedi all. La eyaculacin es la evidencia de que
lo que ha pasado entre los actores frente a cmara ha sido verdadero,
por ello es el signo distintivo de la discursividad pornogrfica actual.
El sexo all representado por los actores no ha sido una ficcin, sino
un hecho real. De all resulta que en trminos de Braudrillard la
pornografa es obscena por profundizar en este rgimen de visibilidad
exacerbada que muestra insistentemente lo real, lo evidente. Lo obsceno quiere desnudar el cuerpo ms all de la desnudez, mostrar el
cuerpo sexuado de una manera clnica, microscpica y genital digna de
la ginecologa y la urologa. Lo cual implica no dejar distancia alguna
que pueda hacernos dudar acerca de que la verdad del sexo pasa all
donde est el lente de la cmara. En sntesis, el cuerpo pornogrfico resulta una construccin discursiva que muestra una corporalidad sexual
vinculada a lo mecnico, lo animal, lo genital eclipsando otras representaciones que puedan hacerse del cuerpo humano en vinculacin con
su sexualidad. Un cuerpo obsceno no tanto por su desnudez sino por la
violencia simblica de su presencia.
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tipificadas, donde indudablemente existen lneas de poder tradicionalmente incontestables de predisposicin de la mujer para
con el hombre. (Anta Flez, 2001: 304)
En este sentido, el porno no es solamente una muestra de genitalidad sino tambin un ejercicio terico-ideal de formas concretas de
poder. La excitacin del espectador no se da simplemente por la visin
de ciertas escenas sino por el efecto de identificacin con el pene en
pantalla que demuestra su poder frente a una compaera (o compaero) entregada a sus intereses.
El porno, entonces, asume la representacin de la conquista y dominacin masculina frente a la sumisin femenina como parte de su
leitmotiv argumentativo y, de este modo, se inserta dentro de los discursos sobre la sexualidad que apelan al sistema heteronormativo vigente.
En este sentido, el recorte del cuerpo que fomenta el porno desde una
mirada masculina-hegemnica refuerza la diferencia sexual y la asignacin de roles y gnero. El hombre es siempre el sujeto activo, penetrador frente a la mujer (u otro hombre, dado que parte del cine porno gay
muchas veces reproduce esta lgica) que es la parte pasiva, penetrable,
receptiva. En las pelculas porno todo es posible para el pene, menos
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perder la ereccin. Eso rompera el encanto. De este modo, se construye un relato pornogrfico donde la genitalidad es el nico territorio
de lo sexual, donde las identidades sexuales estn esencializadas y se
naturalizan las respectivas jerarquas genricas entre los sujetos, lo cual
contribuye a re-instalar la lgica heteronormativa, coitocentrada, que
domina la representacin de nuestras sexualidades. Las dicotomas tradicionales de masculinidad/femineidad, varn/mujer, penetrador/penetrado, activo/pasivo son asumidas por la pornografa con su implacable
fuerza discursiva y vueltas a poner en circulacin masivamente gracias
a la enorme estructura de la industria.
Identificar esta continuidad entre el orden sexual dominante y la pornografa mainstream nos permite afirmar que no hay nada revolucionario
bajo la propuesta pornogrfica, y lo que es aun ms inquietante no hay
intencin de ruptura alguna en pos de ampliar el imaginario sexual a
partir de nuevas representaciones. No hay quiebres de tab, ni los habr
mientras se siga poniendo la mirada en la ostentacin del poder masculino. En este sentido, la reflexin de Jos Anta Flez es sumamente interesante y acta como prembulo pospornogrfico: un cine pornogrfico
bajo un poder femenino sera radicalmente diferente (2001: 306).
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Crnica II
Das marranos
Los das siguientes ya tenan marcada otra actividad posporno en la ciudad de Barcelona: la Muestra
Marrana, un festival de cine porno no convencional
que se realiza cada verano en la ciudad, de manera
gratuita y autogestiva. Su objetivo no slo es mostrar producciones audiovisuales relacionadas con el
posporno sino tambin crear un espacio de intercambio y debate acerca de las multiplicidades sexuales
subversivas y las prcticas que se encuentran en los
mrgenes del sistema heteronormativo.
La cita se dio en un antiguo galpn en donde funciona el centro de produccin de artes visuales Hangar, y que por tres das consecutivos fue el lugar de
encuentro de artistas posporno de distintos pases
de Europa. El primer da estuvo dedicado a las pelculas DIY (do it yourself o hazlo t mismo). Las
propuestas fueron de lo ms diversas: sexo por Internet, fist-fucking, sexo en la ruta, y ms. Algunos
de los actores y directores de los mismos se hicieron
presentes all para presentar sus trabajos y contar
sus experiencias con la pospornografa.
El segundo da comenz con la charla de Annie
Sprinkle, en la que cont cmo fue su vida como actriz
porno, prostituta y su posterior viraje a la pospornografa y la ecosexualidad. Adems de ser quien acu
el trmino posporno (a partir de uno de los shows que
llevaba el nombre de PostPorn Modernist), Annie fue
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una de las primeras actrices porno en producir y dirigir sus pelculas. Tambin ha dejado su huella en
el movimiento Pro-Sex, que integr con otras trabajadoras sexuales en Estados Unidos durante los aos
80, en las pocas de enfrentamiento con las feministas
anti porno.
A continuacin sigui la seccin Preadas Marranas
en la que se debati sobre la sexualidad y la maternidad. Quien tom la palabra fue Mara Llopis con
una charla acerca del deseo durante el embarazo. Su
propuesta a pensar fue el embarazo como mega estadio sexual de los cuerpos, en el cual el deseo sexual
de muchas mujeres se potencia como nunca antes haban experimentado. En relacin a esto, Mara afirm
que el embarazo, el parto y la crianza son estadios
sexuales. Negarlos supone una prdida de nuestro
potencial sexual. La medicina actual y la sociedad en
la que vivimos niegan de forma rotunda la sexualidad
de la mujer, reducen esta al coito con fin reproductivo, ya que cuando queda embarazada, se considera
que su sexualidad ya no es importante ni pertinente.
Para completar la seccin se presentaron pelculas
posporno donde las protagonistas eran mujeres embarazadas o madres brutalmente sexuales.
La jornada continu con la presentacin de art-performances: video-instalaciones, extrem body art con
perforaciones corporales y suspensiones, sesiones de
bondage y otras prcticas BDSM, etc. Luego, el cierre
estuvo a cargo de Annie Sprinkle con su legendaria
performance Public Cervix, en la que invita al pblico
presente a mirar su vagina por dentro cual doctores en
ginecologa. Tras una introduccin cmica acerca del
sistema reproductor femenino, Annie abri sus piernas como en un consultorio y con la ayuda de un espculo hizo pblico eso que siempre nos han dicho que
era privado. Todos hicimos fila para tomar la linterna
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Si hasta hace unos aos la discusin en torno a la pornografa despertaba la irritacin de ciertos sectores del feminismo por considerarla una
de las manifestaciones de opresin hacia las mujeres, de un tiempo a
esta parte la accin poltica y creativa del activismo queer ha encontrado
una mejor arma de combate. Tal como expres Beatriz Preciado en un
artculo para el diario espaol El Pas, el mejor antdoto contra la pornografa dominante no es la censura, sino la produccin de representaciones alternativas de la sexualidad (2007). De esta intencin crtica
y productiva nace el posporno, una de las expresiones ms fuertes de
la conjuncin entre feminismo Pro-Sex, autogestin y arte. Un arma
que busca re-apropiarse del porno y hacer estallar por el aire todos los
estereotipos de sexo-gnero que en l se reproducen.
Este captulo tiene la intencin de dar cuenta de la emergencia de la
pospornografa a la luz de los fenmenos poltico-culturales que actuaron
como sus grandes influencias: el feminismo Pro-Sex, el posfeminismo, el
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movimiento queer y la cultura punk DIY. Es a partir de estas grandes influencias que, hacia los aos 80 del siglo XX, surge una renovada y crtica
discusin sobre la pornografa, no ya como material a censurar y prohibir
sino como herramienta a intervenir polticamente para crear otros imaginarios porno. La posibilidad de demoler la pornografa desde adentro,
utilizando sus propios recursos y produciendo otro tipo de pornografa,
empezaba a tomar cuerpo. Una pornografa diferente que reivindique el
placer y la sexualidad como poltica frente a la opresin machista y que
acoja la representacin de la multiplicidad y la disidencia. Una pornografa que permita a las mujeres enfrentarse a la victimizacin y la estigmatizacin que tanto el Estado y el feminismo anti-sexo imprima sobre ellas.
En torno a esta idea comenzaron a aparecer expresiones artsticas como
las intervenciones urbanas, performances, obras literarias y producciones
audiovisuales que abrieron el camino para mostrar otras representaciones
acerca de la sexualidad que poco tienen que ver con lo que el cine porno
haba mostrado del sexo y de quienes lo protagonizan.
Basta ver la pelcula Mutantes: Punk Porn Feminist (2009), de Virginie
Despentes,11 para hacer un recuento de la corta pero intensa historia del
posporno y cmo estos fenmenos actuaron como activadores de nuevas
formas de expresin poltico-artsticas. Por un lado, la confluencia de las
revisiones encaradas por el feminismo postindustrial/postcolonial, el activismo de los movimientos queer y la reivindicacin del trabajo sexual
en Estados Unidos y Europa puso en escena a nuevos sujetos polticos
crticos del sistema heteronormativo cuyas proclamas se sintetizaron en
una poltica de la autonoma y de la toma de poder respecto a la identidad
y prctica sexual que siempre vieron coartada. Por otro lado, la influencia
de la cultura punk anticapitalista fue decisiva en la pospornografa ya que
brind una metodologa autogestiva (DIY) para la produccin de pornografa. Estos nuevos sujetos polticos producen sus propias imgenes
de la sexualidad siguiendo el mandato errante y nmade de sus deseos
y generando un circuito de produccin-distribucin-consumo ajeno al
mercado. De este modo, no slo critican los contenidos sexistas del porno
comercial sino tambin su modo de produccin capitalista marcado por
11 Al final del libro, el/la lector/a podr encontrar el ABC Posporno, con un resumen
de la biografa de cada artista o colectivo artstico posporno mencionado en este
trabajo. Ver ms sobre Virginie Despentes en esta seccin.
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Hacia la dcada del 80, los debates en torno a la pornografa alcanzaron su punto ms caliente. Las campaas anti-pornografa que se emprendieron ferozmente en Estados Unidos y Canad unieron en el mismo bando a los polticos ms conservadores y a reconocidas feministas
como Andrea Dworkin, Catharine MacKinnon y Susan Brownmiller,
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Si bien el feminismo anti-sexo nunca olvid la opresin y la violencia que conlleva el discurso pornogrfico, no pudo ver ms all de eso
ni pudo, por lo tanto, utilizar la pornografa como una herramienta a
12 Ver en Glosario Conceptual.
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Desde el activismo queer se denunciar que no existe base natural sexogenrica que pueda normalizar el comportamiento de los cuerpos y la
identidad de los sujetos, adhiriendo a una postura respecto al sexo y al
gnero como construccin y como eleccin propia.
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Como contracara, el DIY tambin implica una postura crtica respecto a aquellos contenidos o productos que s existen en circulacin y
que se imponen como las nicas opciones posibles de consumo. Si no
existe, hazlo t mismo. Si no te apetece lo que hay, no lo consumas. Estas producciones posporno nacen desde la autogestin con la inquietud
de mostrar algo diferente a lo que existe en la industria pornogrfica.
Con mnimos presupuestos pero una dosis altsima de creatividad, las
pelculas porno DIY trabajan en pos de crear nuevas representaciones
acerca de la sexualidad, incorporando aquellas prcticas y deseos sexuales que en el porno comercial no se muestran.
La cultura punk le dar al posporno su forma de produccin y difusin fuera del mainstream o circuito comercial. En este sentido, el
hazlo t mismo implica un hazlo con otros, ya que slo el trabajo
colaborativo permite armar un circuito propio en el que las producciones pospornogrficas encuentran su pblico y su espacio de creacin
colectiva. La red de alianzas que se tejen entre los/as diferentes artistasactivistas del posporno se materializa en talleres, festivales y muestras
en las que se comparte material, se discute sobre los alcances polticos
del feminismo pro-sex y el arte pospornogrfico, se indaga sobre las
posibilidades de las nuevas tecnologas en pos de crear nuevas representaciones de la sexualidad y que tambin funcionan como espacios
de experimentacin con el cuerpo y aprendizaje de prcticas contrasexuales. Talleres de eyaculacin femenina, orgas, sesiones de bondage y
sadomasoquismo, encuentros de cyberactivismo en casas okupas, workshops ecosexuales en playas nudistas, talleres de drag-king, propuestas
de intervencin urbana colectiva, charlas sobre maternidades guarras y
otras tantas propuestas hacen de los festivales posporno un mbito de
socializacin de sexualidades alternativas ms que una mera exposicin
audiovisual y de art-performance. En este sentido, la herencia del punk
se ve plasmada en esta cultura de la autonoma, del intercambio, del
aprendizaje autodidctico y colectivo, de la generacin de espacios y cdigos propios como forma de oposicin al sistema capitalista. Tales caractersticas del posporno DIY pueden observarse en el documental Mi
sexualidad es una creacin artstica (2011), de la chilena Luca Egaa,14
en el que se muestra cmo se van tejiendo las redes entre diferentes
artistas posporno en la ciudad de Barcelona.
14 Ver en ABC Posporno.
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Las nuevas tecnologas son una herramienta poderosa para el ejercicio de experimentacin con las expresiones de gnero, ya que permiten
crear, modificar y disear los nuevos cuerpos post-genricos dentro del
mundo virtual y la tecno cultura. Tal como se detallar en el captulo
siguiente, nadie puede negar que el mundo virtual sea nuestro campo
de accin y expresin cotidiana de manera cada vez ms profunda. Y
as como sucede en la publicidad, la televisin y el cine, en Internet
circulan las representaciones que organizan nuestra percepcin sobre
los cuerpos. Por lo cual, tambin es escenario de disputa por el sentido
en torno a las expresiones de gnero.
Otra de las experiencias que es interesante mencionar sobre la postpornografa y su vinculacin con las nuevas tecnologas es su expresin
tecno-DIY. Es decir, la pospornografa y las diferentes representaciones de la sexualidad y los gneros que se pueden crear a travs de
programas de software libre. La posibilidad de modificacin continua
del cdigo informtico se combina con la posibilidad de agenciamientos del cdigo genrico, dando paso a una prctica queer y antisistema
dentro de la tecno cultura audiovisual.
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Crnica III
La nia de flores y el carbn
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4. Cuerpos en (de)construccin
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sexo y para el otro. Sus efectos delimitan los rganos y sus funciones,
su utilizacin normal o perversa.
Pero como toda mquina, la construccin nunca es perfecta y los
imperativos de gnero son asumidos de manera incompleta (y frustrante). Estos deben ser re-naturalizados constantemente, y toda falla o discontinuidad es representada como una excepcin perversa que
viene a reafirmar el carcter natural de las normas heterocentradas de
gnero. Pero la identidad sexual no debe considerarse como natural,
sino como un efecto de las reiteradas y constantes reinscripciones que
se ejercen en el cuerpo. Los roles y las prcticas sexuales, que suelen
aparecer como naturales a los gneros femeninos y masculinos, son un
conjunto de inscripciones culturales en los cuerpos que aseguran la
explotacin material de un sexo por el otro. La diferencia sexual es una
hetero-particin del cuerpo en la que no es posible la simetra (Preciado, 2002: 13).
Preciado afirma que el sistema sexo-gnero es un sistema de escritura. El cuerpo es un texto socialmente construido, un archivo orgnico donde los procesos histricos y polticos van sedimentando a
travs de produccin y reproduccin de normas cdigos en la materialidad de los cuerpos. Cdigos que a lo largo del tiempo aparecen
como naturales, excluyendo y clausurando otras expresiones posibles.
Para la autora, el cuerpo debe ser entendido como un papel sobre el
cual los actos performativos del gnero (trozos de discursos sobre el
sexo cargados histricamente de poder) imprimen sus huellas, invistindolos como cuerpos masculinos o femeninos y sancionando a los
cuerpos desobedientes que amenacen la coherencia del sistema sexo/
gnero. De esto se deriva que la fuerza de la resistencia deba buscarse
en la alteracin de las tecnologas de escritura del sexo y del gnero
como de sus instituciones.
Los cuerpos pospornogrficos se burlan de las imposiciones sociales
del gnero y se muestran abiertos a cualquier prctica y rol sexual que
logre satisfacer sus deseos. Lo que ha sido naturalizado como el sexo
de nuestros cuerpos es de-construido por estas nuevas corporalidades,
en las que las partes ergenas pueden ser infinitas siempre que estemos
dispuestos a crearlas. La pospornografa abre la posibilidad de representar una plataforma sexo-corporal ampliada, dispuesta a reescribir la
historia impregnada en los cuerpos.
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de una chica vestida cual ama de casa que prepara la comida mientras
llega su chica-chico vestida de obrero y barba drag king. La historia
que parece conducir al relato estereotipado en el que el hombre llega
al hogar para forzar a la mujer contra la cocina y penetrarla, deviene
en una parodia doble al gnero: por un lado se burla del discurso pornogrfico, ya que finalmente la chica hogarea termina penetrando
a su chica-chico con un pepino contra la mesada; por otro lado, se
burla de las imposiciones de sexo-gnero convirtiendo las identidades
sexuales en construcciones mviles y ldicas a favor del placer. La
misma cita desviada se realiza en la pelcula Love on the Beach (2003),
del colectivo Girls who like porno,18 en la que una mujer toma el rol
masculino, se viste y maquilla como muchacho para encarar a una
chica en la playa y finalmente tener sexo con ella. La resignificacin
de esas imposiciones por medio del juego o la parodia permite pensar
en cuerpos abiertos a la experimentacin de los placeres, a la desestabilizacin del gnero y a la explicitacin de las relaciones de poder
constitutivas de la sexualidad.
4.3.2 Cuerpos intersex
Escena. La voz en off interpela a los mdicos y les pregunta: Fue tu
miedo a la confusin lo que te llev a castrarme, Mister Smith? O
buscabas una armona desmesurada como la de un jardn ingls ya
que mi rama infantil sobresala del camino de mi feminidad? O lo
hiciste por hermafro-envidia?. Un cuerpo que socialmente ha sido
considerado como una aberracin se muestra como imparable mquina deseante.
La identidad intersex junto con la trans es una de las ms excluidas en nuestro orden sexual vigente. Ya sea por la va de la burla
o por la va del silencio, esta identidad es estigmatizada a partir de las
diferencias que sus cuerpos representan frente a los cnones de normalidad. La no coherencia entre sexo, gnero y deseo que experimentan
es condenada como enfermedad psquica o malformacin biolgica.
Los sujet*s intersex son interpelados por mltiples discursos mdicos,
psquicos, periodsticos y polticos que intentan explicar sus particula18 Ver en ABC Posporno.
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vuelto ms fuerte que nunca al derribar a gritos los muros del templo
del gnero. mame, soy salvaje y libre.
4.3.3 Cybercuerpos
La vida de Alicia es lo que socialmente se piensa como deseable: trabaja en lo que le gusta, mantiene vnculos amistosos con otras personas
que comparten sus intereses, circula por ambientes interesantes, tiene
una vida sexual satisfactoria y se siente cmoda con su cuerpo sin caer
en las manas de la esttica o en los mandatos sociales acerca de lo
que debe ser por su gnero. Que este mundo suyo suceda dentro de
la pantalla de una computadora y en el marco de un juego online no
le quita realidad al asunto. Lo que sucede fuera de la pantalla (aquello
que los aficionados al juego llaman Real Life y el resto de los mortales
llamamos simplemente realidad) es slo el hardware necesario para
poder sostener y hacer crecer esta segunda vida virtual. El cuerpo real
tambin funciona para ella como un soporte fsico que est all slo
para hacer posible la conexin. Para Alicia, su cuerpo no es aquel que
est sentado frente al monitor horas y horas, sino ese avatar que ve en
pantalla y que vive en plena actividad a travs de las rdenes que ella
comanda desde su escritorio. La imagen que ella tiene de s misma no
es la que le devuelve el espejo sino la que construy a su antojo en la
configuracin de su personaje. Tiene el cuerpo que quiere, lo viste como
gusta, lo desgeneriza sin que nadie la seale o juzgue por eso, lo hace
moverse y realizar acciones. Esta es la historia que se muestra en RL:
Real Life (2011), un documental dirigido por Mara Llopis en el que
una persona construye su mundo en el juego online Second Life. As
como Alicia, miles de personas se encuentran en estos juegos online.
Los jugadores eligen los personajes/avatares que los representan y con
los que interactan mientras escogen los escenarios en donde se llevan
a cabo sus historias. En estos universos virtuales, la vida es lo que uno
quiere que sea y la experiencia de los cuerpos, el deseo y la sexualidad
no est atada a ninguna regla genrico-sexual determinada. Del mismo modo, las corporalidades virtuales nos permiten reflexionar sobre
la posibilidad de desdibujar el lmite entre organismo e instrumento,
en una lnea de-constructiva respecto al sexo y al gnero, como la que
describe Beatriz Preciado al enunciar el carcter prosttico del gnero.
No hay cuerpos naturales, ni sexualidades naturales encadenadas a un
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La heteronormatividad en el mundo
virtual pierde fuerza cuando comienza a
ser comn el acceso de personas queer o
de gnero indefinido a las pginas para
practicar cybersexo. Hasta hace poco,
al entrar en un video chat de contactos
slo veas primeros planos de genitales
masculinos pertenecientes a usuarios
mayoritariamente heterosexuales. Por
suerte, ahora va siendo ms comn encontrar a mujeres y a transexuales. Tambin hay personas con cuerpos andrginos, que no se muestran por
completo y no puedes saber si tienen pene o vagina,
pero cuya presencia es excitante independientemente, y
eso es maravilloso.
Marisol Salanova (entrevista). Buenos Aires, Argentina, 2012
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pertenecer al mismo usuario o a varios, representar un cuerpo con formas femeninas y sin embargo corresponderse con un usuario hombre
o viceversa. Tambin es posible manipular la configuracin de avatares
propuesta por The Sims y crear personajes que no adscriban a un gnero
determinado. Tal como el sueo utpico de un mundo monstruoso sin
gnero al que Haraway hace referencia en su manifiesto. Un cuerpo
cyborg que no por ser virtual deja de ser verdadero.
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La nia de las flores se quema (por dentro y por fuera) en el evento Boda
Negra en la Semana Negra de Gijn, Espaa, 2011.
(Foto: Irma Collin)
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Crnica IV
La boda negra
Como manda la tradicin asturiana, la boda se inaugura al son de las gaitas. Los performers nos ponemos
en fila abriendo el paso en plena feria. La caravana
hacia la carpa principal nos encuentra con miradas
desconcertadas mientras avanzamos al grito de vivan las novias!
Hoy nos casamos con el carbn, porque amamos a
la Tierra y agradecemos sus minerales. Tambin deseamos llamar la atencin sobre el dolor que causa
en ella, la devastacin socio-ecolgica de la minera y
el consumo salvaje de sus recursos. El carbn nos ha
dado mucho, pero tambin nos ha quitado bastante.
Bienvenidos a la boda con el carbn, bienvenidos,
bienvenidos! dice Jordi Vall-Lamora, artista cataln que auspicia de maestro de ceremonia.
El bloque de presentaciones se abre con un discurso
a cargo de Mara Llopis sobre el carbn como hgado de la Tierra, como elemento que limpia y filtra
las impurezas. Las palabras de Mara sintetizan el
mensaje que la Boda Negra busca transmitir: crtica
a la industria de la minera, a sus efectos nocivos
sobre la sociedad y el medio ambiente pero tambin
valoracin del carbn puro como elemento mineral
fundamental de nuestra Tierra.
Comienza a escucharse luego un sonido confuso
mientras la sala permanece a oscuras. Es el inicio de
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las palabras polticamente correctas, de las prcticas sexuales normativas. Poesa corrosiva en cuerpo
y voz, vagina parlante que grita como megfono.
El desfile de presentaciones contina con danza, video-arte y otras performances. Luego de este bloque
llega el momento de la homila. El rol tradicional del
sacerdote interpretado por el artista escocs Graham Bell recitando las palabras de unin del futuro
matrimonio fue transformado para crear un discurso
ecosexual acorde a la propuesta de la Boda Negra.
Annie y Beth dieron el s e intercambiaron sus anillos de carbn. El beso negro y la consumacin del
matrimonio a la vista del pblico fueron el cierre de
la Boda. Todos los acompaantes y espectadores salimos festivos de la sala, y continuamos la celebracin
entre sonidos de gaitas, sidras asturianas y cantos a
Santa Brbara, la virgen de los mineros.
Julio 2011
Gijn, Espaa
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no guardan relacin alguna con los roles que se dan en la estructura social donde el ejercicio del poder tiene que ver con los privilegios basados
en la raza, el gnero, la orientacin sexual o la clase social. En otras palabras, la autora entiende que la razn por la que el SM ha sido histricamente marginado y estigmatizado es porque nuestro sistema poltico
no puede digerir un concepto de poder desligado del privilegio (Califa,
2008: 149). Las prcticas de BDSM estaran poniendo en evidencia no
slo el sustento ertico de las relaciones jerrquicas, y reivindicndolo,
sino tambin la artificialidad de las relaciones de poder que se naturalizan en la vida cotidiana. El poder es en el SM elemento dinamizador y
catrtico, y no una mera reproduccin de los mecanismos que se observan en la vida social.
Por otro lado, las prcticas del BDSM son contra-sexuales ya que
permiten otras exploraciones de placer ms all de las prcticas coitocentradas asociadas a lo natural del sexo. Javier Sez dir que el S/M
supone un desplazamiento radical al dispositivo de sexualidad: se abandona la genitalidad como lugar esencial o principal de la sexualidad y
esta se ve desplazada a todo el cuerpo como lugar posible de experimentacin del placer (2003). Desde esta perspectiva, el cuerpo entero se
vuelve una zona ergena, desterritorializando lo genital como lo exclusivamente sexual. El BDSM produce otros usos diferentes del cuerpo ms
all de la penetracin, lo cual implica una creatividad que se desva de
la norma sexual; habilita prcticas-juegos sexuales que permiten pensar
el cuerpo como un mapa abierto a la exploracin de mltiples placeres.
Principalmente, los juegos que integran este universo estn marcados
por las prcticas vinculadas a la experimentacin con el dolor y el goce
fetichista, siempre enmarcados en el paradigma de los juegos de rol y
la teatralizacin del encuentro ertico. Golpes, ataduras, quemaduras,
control de la respiracin, humillacin, uso de dildos, tortura de genitales
o fist-fucking son prcticas recurrentes que se realizan para alcanzar el
placer. El dolor nunca es un fin en s mismo, sino un medio para alcanzar
ese xtasis placentero al que toda relacin BDSM aspira.
Foucault afirma que
el SM es la creacin real de nuevas posibilidades de placer, que
se haban imaginado con anterioridad. () Bien sabemos que lo
que esa gente hace no es agresivo, y que inventan nuevas posibilidades de placer utilizando ciertas partes inusitadas del cuerpo,
erotizando su cuerpo. Pienso que ah encontramos una especie de
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creacin, de empresa creadora, una de sus principales caractersticas es lo que llamo la desexualizacin del placer. (Foucault s/f )
Tal expresin de desexualizacin o desterritorializacin del placer es
trabajada desde la pospornografa a fin de mostrar otras manifestaciones
del goce diferentes a las transmitidas en la pornografa. En la ya referida
pelcula The Black Glove, es sumamente explcito este trabajo de desterritorializacin de lo sexual y erotizacin de lo corporal. La pelcula narra la historia de una pareja que en el juego sexual BDSM toma roles de dominante
y sumisa para la concrecin de una sesin. Los personajes que aparecen
son: el hombre-cross-dresser, la Ama (Morgana) y la sumisa (Mara Beatty).
Quien narra la historia es la sumisa, que acompaada por su compaero
de juego instaura un personaje fantasioso que es la Ama que la domina en
la sesin. Es decir, la pelcula muestra la fantasa de la sumisa que convierte a su compaero cross-dresser en una Ama en el marco de un juego sexual
BDSM. Hay una proyeccin fantasiosa estimulada por el juego sexual y
los roles representados por cada uno. El vnculo entre estos personajes surge a partir de la fantasa que los convoca: tanto el hombre fetichista que
se monta en una personificacin femenina como la mujer que elige el rol
sumiso y proyecta en su compaero la imagen de una Ama escenifican el
juego sexual que despliega sus deseos. All la desexualizacin se da a travs
de prcticas como la dominacin/sumisin, los golpes, ataduras, quemaduras, asfixiofilia y el fetichismo. Hay una exploracin sexual del cuerpo
todo que es reforzada en la utilizacin de distintos instrumentos (forsexs,
cuchillas, corta pasta ruleta) que la Ama aplica detalladamente al cuerpo
de la sumisa. Por otro lado, en la escena no hay ni pene, ni penetracin ni
eyaculacin. El centro significante del porno est completamente ausente.
No hay genitalidad como protagonista de la historia.
La misma intencin contra-sexual se ve en los films de Wired Pussy,21
en los que se explora en las prcticas de BDSM entre mujeres vinculadas
al uso de la electricidad en el cuerpo. Claro que todas estas prcticas toman
coherencia y forman un sistema en el marco de los juegos de rol del BDSM,
un juego que teatraliza las relaciones de poder en pos del deseo. Unas prcticas contra-sexuales que en los trminos de Beatriz Preciado no slo
permiten otras exploraciones de placer ms all de lo coitocentrado, sino
que realizan una citacin desviada de las identidades sexuales en el sistema
21 Ver en ABC Posporno.
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trs de ellos gozan viendo este show virtual que estn comandando. Una
sexualidad que se vive fuera de la pantalla porque sucede dentro de ella,
sin que ello desmerezca la intensidad del encuentro. Es as que para muchas personas la experiencia sexual en la virtualidad es uno de los modos
ms plenos que encuentran para llevar a cabo sus fantasas sexuales bajo
el anonimato que permite el mundo virtual. Si bien los mundos virtuales
que nacen de estos juegos online no estn al margen de los imperativos
sociales respecto a la sexualidad, pueden ser el semillero para una experimentacin de prcticas erticas que escapan a la norma sexual.
La oferta sexual dentro de estos juegos es tan grande (hasta existen prostbulos y trabajadores sexuales dentro de Second Life) que dio lanzamiento
a un nuevo producto de alta difusin en los portales porno de Internet: las
escenas pornogrficas 3D surgidas de los videojuegos online y protagonizadas por avatares. Estas pelculas porno son parte de la corriente Machinima
(trmino compuesto por las palabras machine y cinema), que implica la convergencia del cine, la animacin y el desarrollo de videojuegos. Este tipo de
videos aplica tcnicas cinematogrficas dentro de un espacio virtual interactivo donde los personajes y las distintas situaciones posibles pueden controlarse manualmente, creando as originales pelculas. Si bien estos contenidos
pornogrficos no se diferencian mucho de la pornografa tradicional, existe
la posibilidad de usar este recurso para crear contenidos porno que pongan
en escena sexualidades diferentes y personajes cuyo sexo no es necesario
explicitar. El registro de esas relaciones constituye un ejemplo de machinima
postporno, tal como se observa en el video Machinima Sexual Choreographies
(2011) de Marisol Salanova, en el que los protagonistas son cyber-cuerpos
erotizados que juguetean dentro de una casa de The Sims.
Mara Llopis document en dos producciones actuales el fenmeno
del cybersexo desde la prctica del video chat y los juegos online como
territorios a explorar por sexualidades radicales. Chatroulette (2011) es un
video donde Mara se documenta mientras se masturba frente a la pantalla de la computadora en plena sesin de sexo online va webcam. La
prctica del cybersexo es aqu puesta en escena para romper con la idea
de la sexualidad femenina como decorosa, ntima y romntica. En oposicin, se muestra la imagen de una mujer que se complace en mostrar sus
genitales, tener sexo online con desconocidos y apagar la computadora
luego de acabar. Una feminidad guarra y orgullosa. Por otro lado, el documental RL (Real Life) que ya hemos mencionado hace referencia a
las prcticas radicales de cybersexo que suceden en el metaverso Second
Life. Alicia, la protagonista del documental, experimenta una vida sexual
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Para dar cuenta de otras producciones que aporten a la temtica ecosexual desde la pospornografa, me gustara mencionar tres en las
que el placer est en el contacto y la degustacin de alimentos naturales. En el videoarte Fruit of our loins (2012), del colectivo argentino
Waska,25 dos muchachos exploran su sexualidad en contacto con frutas. Una construccin ertica contra-sexual en la que ya no existe la
distincin entre los elementos frutales y los cuerpos. Luego, el video
Sinestesia Cyborg (2013), de Nadege Lucas Prez,26 es una excitante
demostracin de cmo la experiencia tctil con los alimentos puede
ser sumamente ertica. El ingrediente nuevo en este relato es su hibridacin entre los elementos naturales y los dispositivos tcnicos, al
modo cyborg. Por ltimo, el video Conto Bioporn (2013), de Juliana
Dorneles e Hilan Bensusan,27 es un relato creado a partir de una
experimentacin performtica con lichis y frutos de la parte central
de Brasil, en el que una mujer comienza a experimentar los sabores
de los frutos al tiempo que reflexiona las relaciones inter-gneros en
el ecosistema.
25 Ver en ABC Posporno.
26 dem.
27 dem.
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Palabras prendidas como piel, palabras que caen como piel en la performance
colectiva xD en La Plata, Argentina, 2012. (Foto Jimena Mejuto)
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Crnica V
Mar de cuerpos, mar de palabras
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6. Posporno sud-ac
Qu es?, preguntaron.
Una revista de estudios cuir, atin a responder, usando la
palabra en ingls para que las gringas entendieran.
Cmo?, replicaron.
Cuir. Es de teora cuir, les aclar.
Cuir?, repitieron ellas, mirndose intrigadas, qu es cuir?.
Es cuir, cuir, como el insulto homofbico, o como raro en ingls.
A esas alturas, ya estaba angustiado.Cuir, cuier, cuiar,
repeta gesticulando y alterando los modos de pronunciacin,
intuyendo que el problema poda estar radicado ah.
De pronto las gringas se miraron y exclamaron: Ah
queer, queer!, dicindolo de una manera que nunca haba
odo en mis conversaciones con activistas y tericos de
Latinoamrica.
Felipe Rivas San Martn, Por un feminismo sin mujeres
cias que suceden en otras tierras, bien diferentes a las nuestras. La ausencia de referencias regionales y locales se hace evidente. Una vez ms
la influencia de los pases centrales delimita el camino de lo decible, de
lo pensable y la perspectiva de lo observable. Los centros de produccin
de conocimiento ms legitimados marcarn la agenda, incluso en los
temas de no-agenda pblica, como la pospornografa. La produccin
de teora, material audiovisual, fotogrfico y de otras expresiones que
nacen en los centros de arte y las academias europeas y estadounidenses sern aquellas que leeremos de este lado del mundo y que servirn
como material de formacin sobre el posporno. Y entonces diremos,
sin repetir y sin soplar, que sabemos qu es el posporno y que queremos
hacerlo y estudiarlo aqu tal como sucede en aquellas latitudes sin hacer
mucho caso a que a pesar de compartir el disgusto contra el sistema
heteronormativo y la reivindicacin de las sexualidades disidentes no
somos lo mismo.
Se plantea entonces la misma situacin paradjica que constantemente observamos y discutimos en nuestras universidades y centros de
arte latinoamericanos: se puede escapar a la influencia de las producciones simblicas de los pases centrales estando en la periferia? Se
puede producir conocimiento y expresin artstica con una perspectiva
ntegramente latinoamericana que ya no mire a Europa sino que se
mire e interprete a s misma? Cmo evitar la absorcin acrtica del
pensamiento y el arte producido fuera y tomar de aquello las herramientas tericas y expresivas que puedan sernos tiles para producir
desde nuestro continente? Y para abrir el debate de cmo esta paradoja
se ve reflejada en la pospornografa, vale pensar sobre estas preguntas:
cmo apropiarse del posporno para que sea una herramienta potente
para erotizar y activar nuestro imaginario sexual y no un simple dildo
colonizante de penetracin implacable e invasiva? Cmo llevar adelante una produccin pospornogrfica que no sea sucursal del posporno europeo sino un emprendimiento artstico-poltico con una mirada
local-regional?
A sabiendas de que gran parte de la produccin pornogrfica que
consumimos viene de los grandes centros de produccin, como Europa
o Estados Unidos, podramos caer en la misma dominacin cultural a
travs de la pospornografa si no pensamos una produccin y una reflexin sobre la misma. Por ello, es importante problematizar el espacio
de la pospornografa a nivel local y latinoamericano. Olvidar esto nos
llevara a consumir el discurso pospornogrfico anglosajn como un
mero producto de importacin, sin tener una reflexin crtica sobre las
condiciones de produccin en las que fue configurado y las condiciones
de recepcin en las que es consumido en Amrica Latina.
De hecho, la lectura de la teora queer de raz europeo-estadounidense desde una perspectiva latinoamericana ha habilitado nuevos horizontes de anlisis que contemplan la opresin cometida hacia las disidencias
sexuales a la luz de los procesos histricos-polticos que signaron la relacin entre pases centrales y perifricos. La Coordinadora Universitaria por la Disidencia Sexual (CUDS) chilena puso en circulacin el
trmino cuir (espaolizacin de la palabra queer) para dar cuenta de la
apropiacin y re-lectura de las discusiones en torno a las sexualidades
disidentes y las polticas del gnero y la sexualidad. Por otro lado, habl
de la situacin cuir respecto a las producciones contemporneas sexodisidentes que cruzan el arte, la poltica y la crtica en Amrica Latina.
En este sentido, es interesante pensar lo cuir no como una
mera referencia a un Sur basada en la pertenencia identitaria y
esencialista de un sujeto al territorio latinoamericano, sino como
el trmino que le da nombre a la tensin que puede provocar ese
Sur frente al discurso hegemnico poscolonial expresado en lo
queer que ha intentado codificar todas las disidencias sexuales
(incluidas las situadas en Amrica Latina), bajo paradigmas de
lectura producidos en los centros metropolitanos del arte y el
saber. (Rivas San Martn 2012)
Al tiempo en que estas reflexiones emergen entre los/as artistas e
intelectuales latinoamericanos, se comienzan a revisar las expresiones artstico-politicas de las ltimas dcadas (especialmente aquellas surgidas
en los procesos dictatoriales y post-dictatoriales del siglo XX) y a generar
una genealoga entre artistas y colectivos de la disidencia sexual que han
actuado como precursores de la pospornografa latinoamericana actual.
La pospornografa pensada y realizada desde Amrica Latina presenta ciertas caractersticas que la diferencian de la pospornografa
europea. Por una parte, realiza una crtica al porno y al orden sexual
desde relatos que permiten recuperar no slo las expresiones estticas
de nuestras culturas latinoamericanas, sino tambin nuestras historias
polticas recientes. Respecto a este punto, me interesa detenerme en
los trabajos de dos jvenes artistas que actualmente son referentes en
Chile y Mxico.
119
fico se pone en acto una autodesignacin positiva y reivindicativa que es una de las claves del carcter poltico de la enunciacin
pospornogrfica.44
As, el posporno, su novedad con respecto al porno, pareciera pasar menos por lo que se muestra (la sucesin de imgenes sexuales
marginales o antihegemnicas), que por cmo se muestra: los planos, encuadres y montajes que estructuran audiovisualmente la imagen desprogramando la visualidad impuesta por la industria del porno
comercial. Pero el cmo se extiende tambin al proceso de produccin
de lo mostrado. Una dinmica de produccin que altera la normativa
de la maquinaria pornogrfica (su fuera de escena) y los lugares de
poder asignados a cada cual: las relaciones de trabajo precario y explotacin, las jerarquas entre directores, compaas y actores y actrices
porno, la relacin espectador-emisor. El posporno arma otra relacin,
otro proceso.
Interrogaciones a lo Post 2: postporno en s y postporno para s. Teniendo en cuenta que lo postporno es menos un tipo de imagen que un
modo procesual crtico de produccin de esas imgenes, el postporno
aparece como un aparato de produccin de comunidades disidentes,
comunidades de afectos. Pero cuando pensamos que ya tenemos algo
claro, inmediatamente nos surge un problema. Y es que aquel modo de
produccin y circulacin llamado postporno, que surgi del interior de
la vagina de Annie Sprinkle en el tiempo del VHS, hoy en el tiempo
de Internet est siendo replicado en varios aspectos por el modo general de produccin y circulacin de las imgenes pornogrficas en red:
hay acceso a una cantidad infinitamente mayor y diversa de porno, lejos
ya del clich de la hegemona heterosexual. Y los usuarios son a su vez
potenciales productores de porno, sin necesidad de la mediacin de un
director o una industria (al menos no del mismo tipo). Estamos ante la
realizacin plena del sueo DIY en el porno on line? Y ms aun, cual es
el lugar crtico de lo postporno si la fase actual de produccin y circulacin de la imagen pornogrfica mayoritaria se ha vuelto ella misma en
cierto modo postpornogrfica?
44 Ver pgina 19 de este mismo libro.
Milano establece entonces la pregunta de si la pornografa producida desde la esfera de los consumidores es reproductora del orden
sexual vigente o si en cambio es crtica y resistente del mismo. La diferencia entre uno y otro radicara en la toma de posicin, algo as como
aquella vieja distincin marxista del en-s y el para-s. La etapa actual
del porno sera ya ella misma postpornogrfica pero an no consciente de s misma, esto es un postporno en-s, ingresando cada vez ms
rpido a la mquina de porno-plusvala capitalista, como es el caso de
los modelos que trabajan precarizadamente para Cam4 aparentemente
sin saberlo. Y que tendra una versin concientizada y voluntariosa (el
postporno para-s), representado por las escenas y prcticas definidas
como postporno que han emergido en diferentes lugares y a las que el
libro hace referencia. Un modelo planteado as, se ve enfrentado hoy a
la pregunta que instala Rancire en el debate sobre arte y poltica, puesto que la distincin entre sujetos concientizados y no concientizados
marca nuevamente una jerarqua de poder, esta vez de tipo polticopedaggica entre los que saben y los que no.
El archivo (pornogrfico) 3: preguntas sobre disenso y poltica. Es
posible pensar el metadato como un lugar de disrupcin poltica? La
pantalla es un reparto sensible? La interfaz es ertica? Qu oculta?
Qu muestra? Otra pantalla es posible? Quines son los sin parte
del porno on line? La multiplicacin tctica e infinita de las etiquetas
(metadatos), su alejamiento abismal de lo Uno, puede ser visto paradjicamente como un reclamo de igualdad? Es decir, lo mltiple puede
configurar un horizonte de igualdad? La poltica es siempre un reclamo de igualdad? El momento poltico del archivo porno es la interrupcin del consenso de las etiquetas? Podemos sabotear el consenso
democrtico del archivo (pornogrfico), la estabilizacin de su etiqueta,
a partir de una tctica basada en la tica del error?
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Glosario Conceptual
presente con el carcter de obligatoriedad, normalidad y por extensin naturaleza humana. Lo que no es hetero, no es.
Humanismo: Corriente filosfica surgida en el siglo XV que cultiv
una visin del mundo centrada en el hombre a partir de una nueva cultura independiente de la tradicin cristiana escolstica y en
contraposicin al sistema jerrquico de la sociedad feudal afirm
la dignidad y el valor de cada individuo. Lo que el hombre es est
dado por la razn que ser el valor esencial de la naturaleza humana, mientras que la cultura responde a aquellas diversas expresiones
que dan cuenta de la posibilidad de realizacin humana. Animal
racional, centro del Universo, el hombre pasa de escribirse con minscula a escribirse con mayscula, bien grande: Hombre, ni hombre
ni mujer (y no s qu es ms criticable de las omisiones). No hay
figura ms importante en la Tierra ni en el Cielo que se iguale a l.
Tal fue el complejo de ideas que contribuyeron a una domesticacin
racional del sujeto-hombre y a la expansin de su poder sobre el
entorno durante la Modernidad.
Metaverso: Este trmino se utiliza para referir a los entornos virtuales
donde los humanos interactan social y econmicamente en un cyberespacio como una metfora del mundo real, pero sin las limitaciones
fsicas. Los universos creados dentro de los juegos The Sims y Second
Life son ejemplos de metaversos, o mundos paralelos 2.0.
Movimientos LGTTTBI: Bajo este concepto podemos pensar a las
iniciativas de colectivos de lesbianas, gays, travestis, transexuales,
transgnero, bisexuales e intersexuales en pos de la ampliacin de
derechos civiles y aceptacin de sus opciones sexuales por parte de
la sociedad. El planteo de lo LGTTTBI remite a una integracin
a los modelos de normalidad y adecuacin social; en cambio, la
postura del activismo queer es totalmente crtica de la estructura
heteronormativa, que excluye a todo aquel que no cumpla con los
mandatos sociales respecto a la identidad sexual y sus prcticas.
Porno mainstream: Pornografa de produccin industrial y distribucin masiva que comenz a producirse en los aos 80 a partir de
la proliferacin del video y del VHS hogareo. Hablar de porno
mainstream tambin es hablar de los grandes estudios y firmas por-
no, de las estrellas reconocidas y de sus estereotipos de gnero (mujeres delgadas, rubias, de tetas grandes y multiorgsmicas mientras
que los hombres son viriles, musculosos, y siempre erectos). Esta es
la corriente del porno que ser el centro de crticas del posporno y
que servir de plataforma a modificar en bsqueda de nuevas representaciones de la sexualidad.
SAMOIS: Organizacin lsbica feminista y BDSM situada en San
Francisco desde 1978 a 1983. Entre los miembros conocidos de este
grupo se incluyen a Pat Califia y Gayle Rubin. Reivindicaban las
prcticas sadomasoquistas entre mujeres y consideraban que eran
completamente compatibles con el feminismo. Esta postura hizo
que se enfrentaran enrgicamente con los grupos feministas antipornografa. El nombre de la organizacin fue tomado de la novela
Historia de O, de Pauline Rage, en la que se narra la historia de una
joven que ingresa al universo del sadomasoquismo y relata todas las
etapas de su entrenamiento. Samois era la finca donde se llevaba a
cabo este entrenamiento de sumisas.
Transfeminismo: Corriente feminista actual que promueve una idea
de mujer muy amplia ms all de lo biolgico y defiende los derechos de las personas transexuales, transgnero e intersexuales. Se
distingue del feminismo clsico por no partir de una nica categora
de mujer y por abogar por la despatologizacin de los sujetos trans,
adems de defender los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. El transfeminismo busca desde el activismo
romper con los estereotipos de gnero y reivindicar la ambigedad
genrica en los cuerpos.
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ABC Posporno
Artistas y colectivos artsticos de aqu y all
Acento Frentico: Es el nombre del proyecto de Diego Stickar, un joven artista audiovisual radicado en la ciudad de La Plata (Argentina). El objetivo de Acento Frentico es romper con la heteronorma
sexual, proponiendo una renovacin del gnero porno y naturalizndolo como hecho artstico.
www.acentofrenetico.com
Aily Habibi: Artista performer colombiana. Es una inmigrante que no
se identifica con el pas en el que naci. Estudi con monjas claretianas durante toda su infancia y adolescencia. Ha realizado el
video El Sexorcismo de Aily Habibi (2012) y ha realizado potentes
y divertidas performances en eventos como Festival Porno PorSi
y la Muestra de Arte Pospornogrfico. Trabaja sobre las teoras de
la censura, la abyeccin, el morbo y lo asqueroso como categoras
estticas en relacin a lo audiovisual y las artes vivas.
Annie Sprinkle: Si bien la pospornografa ha surgido en varios pases
y con abordajes diversos, existe una coincidencia implcita en considerar a la estadounidense Annie Sprinkle como la precursora o
madre en este tipo de expresiones artsticas vinculadas a otras formas de representacin de la sexualidad. Luego de dedicarse muchos
aos a trabajar como actriz porno para la industria, y como prostituta, Annie comenz a presentar sus propias performances y dirigir
sus pelculas de contenido sexual. Es a partir de su trabajo Post Porn
Modernist que comienza a utilizarse el trmino pospornografa para
referir a estas expresiones artsticas.
www.anniesprinkle.org // www.loveartlab.org // www.sexecology.org
Sprinkle crearon el concepto de ecosexualidad con el que trabajan el vnculo entre naturaleza, sexualidad y amor. Es directora del
documental Good bye Gauley Montain (2013) en donde presenta la
situacin ambiental de su pueblo natal arrasado por la minera a
cielo abierto.
www.elizabethstephens.org
Emile Jouvet: Directora francesa de la pelcula One Night Stand y el
documental Too much pussy!
www.emiliejouvet.com
Felipe Osornio - Leche de Virgen Trimegisto: Artista mexicano cuya
propuesta gira en torno al arte abyecto, el arte accin, la performance, la teora queer, la contrasexualidad, la pospornografa, las polticas anales, el arte extremo, la experiencia traumtica y el ritual. Ha
participado de manera activa en el circuito del posporno, adems de
ser un gestor de eventos contra-culturales en su pas.
www.lechedevirgen.com
Felipe Rivas San Martn: Artista visual chileno, terico y activista
de la Disidencia Sexual. Es fundador de la CUDS (Coordinadora
Universitaria por la Disidencia Sexual), en la que participa desde
2002. Junto con su produccin audiovisual y sus mltiples trabajos artsticos en performance, net.art, instalaciones e intervencin
urbana, Felipe cuenta con un extenso desarrollo terico teniendo
como eje la poltica sexual desde una mirada queer, postfeminista y
postmarxista que pueden rastrearse en sus artculos publicados en la
revista web DisidenciaSexual.cl.
www.feliperivas.com
Frau Diamanda: Performista peruano, a travs de su personaje Frau
Diamanda explora la enorme gama de posibilidades que la trasgresin genrica puede ofrecer.
www.frauweb.net
Girls who like porno: Colectivo radicado en la ciudad de Barcelona,
integrado por Mara Llopis y gueda Ban, que trabajaba la pospornografa desde el soporte audiovisual. Durante algunos aos,
realizaron mltiples producciones vinculadas a esta temtica y fue-
ron unas de las pioneras en producir y difundir este tipo de contenidos sexuales para Hispanoamrica. Parte de su produccin an
puede verse online en www.girlswholikeporno.com
Hija de Perra: Performer trash, ha sido una de las artistas ms reconocidas de la disidencia sexual en Chile. Ha protagonizado la pelcula
trans-zombie Empana de Pino (director: Wincy, 2008) y el documental Perdida Hija de Perra (director: Vicente Barros, 2010) en
la que se narra un da en la vida de esta artista. Fue animadora de
eventos, instructora de enfermedades venreas, cantante, y mucho
ms. Al cierre de este libro nos encontramos despidindola.
www.facebook.com/pages/Hija-de-Perra-Oficial/262531673764090
Katia Seplveda: Directora chilena radicada en la ciudad de Colonia
(Alemania). Sus pelculas han participado en diversos festivales de
pospornografa de Europa y Amrica Latina.
www.katiaseplveda.com
Lady Pain: Artista de extreme body art, en sus presentaciones combina
disciplinas como el bondage, burlesque y perforaciones corporales.
Junto con el msico Cha Blasco integra KalistcK, proyecto audiovisual y escnico en donde mezclan lo mejor de cada una de sus artes.
www.vimeo.com/31144813
Luca Egaa Rojas: Artista independiente, streamer, blogger y switcher. En su trabajo son constantes las producciones colaborativas
que problematizan la construccin de imaginarios sociales de la
cultura popular, el feminismo, la basura y la tecnologa low-fi. Colabora con minipimer.tv. Vive en Barcelona.
www.lucysombra.org
Mara Beatty: Es una de las mujeres directoras y productoras referentes
en la pospornografa que trabaja con temtica fetish-sadomasoquista. Dirige su propia productora de contenidos sexuales: Blue Production. Sus pelculas son verdaderas piezas de arte que recuerdan
al expresionismo alemn y el cine negro norteamericano. Interpeta
algunas de sus pelculas, como puede verse en The Black Glove.
www.bleuproductions.com
Mara Llopis: Artista espaola posporner, ha investigado y experimentado las heterosexualidades disidentes, las expresiones de la sexualidad en el mundo virtual y, actualmente, las maternidades guarras.
Fue cofundadora del colectivo Girls who like porno y es autora del
libro El postporno era eso (2010).
www.mariallopis.com
Marisol Salanova: Crtica y curadora espaola, con especializacin
en arte contemporneo relacionado con cuestiones de gnero,
transfeminismo y nuevas tecnologas. Autora del libro Pospornografa (Editorial Nausca, 2012), un ensayo en el que investiga los orgenes historiogrficos y conceptuales del movimiento
posporno.
www.marisolsalanova.com
Nadege Lucas Prez: (Hyper)vinculadx (T)ranshumante (T)rapecistx
(P)romiscux : // Sintestsikxs (H)ergenxs . (T)entando (K)amikazes .
Nadia Granados: Artista escnica y visual colombiana de pensamiento
subversivo. Ha realizado varias propuestas desde la comunicacin
visual popular a travs del video performance, el arte, el activismo, el
streaming de video y lo panfletario. A travs de su personaje de La
Fulminante, desarrolla un arte altamente poltico que quiere ir ms
all de lo simplemente esttico, usando elementos audiovisuales relacionados con la pornografia, el cuerpo sexualizado y el erotismo
como arma de transgresin.
www.nadiagranados.com - www.lafulminante.com
Post Op: Plataforma de investigacin de gnero y posporno radicada
en la ciudad de Barcelona. Sus integrantes son Elena Urko y Majo
Pulido. Post Op es un proyecto que apuesta por la resexualizacin
del espacio y la esfera pblica y la relectura crtica del discurso normativo. Cuentan con mltiples producciones audiovisuales y realizan talleres postporno. Actualmente estn trabajando sobre las posibilidades sexo-afectivas de los cuerpos de personas con diversidad
funcional y movilidad reducida. Participaron del documental Yes we
fuck, para el que realizaron un taller posporno enfocado al colectivo
con diversidad funcional y llevan adelante el proyecto Pornortopedia en el que crean juguetes, prtesis y ortopedia con fines sexuales,
140
Bibliografa
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sexo. Buenos Aires: Paids.
Chols, Alice (1989). El ello domado: la poltica sexual feminista entre 196883, en Vance, Carole S. (comp.), Placer y peligro. Explorando la sexualidad
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Mora, Ana Sabrina (2010). Entre las zapatillas de punta y los pies descalzos.
Incorporacin, experiencia corporizada y agencia en el aprendizaje de danza
clsica y contempornea, en Cuerpos Plurales: Antropologa de y desde los cuerpos.
Buenos Aires: Biblos.
Puppo, Flavia (comp.) (1998). Mercado de deseo. Una introduccin en los gneros del
sexo. Buenos Aires: La marca.
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de la sexualidad, en Vance, Carole S. (comp.), Placer y peligro. Explorando la
sexualidad femenina. Madrid: Talasa Ediciones, pp. 113-190. (Original de 1984).
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http://leomiau76.blogspot.com/2010/10/sm-una-etica-llamada-deseo.html
[12/09/2014].
Wittig, Monique (1978). The Straight Mind and Others Essays. Boston: Beacon
Press.
Ziga, Itziar (2009). Devenir perra. Barcelona: Melusina.
145
Videos citados
148
Agradecimientos
***
Se termin de imprimir
en el mes de noviembre de 2014
en los talleres de Bibliogrfika,
Ciudad Autnoma de Buenos Aires,
Argentina.