Fallo Schwammberger
Fallo Schwammberger
Fallo Schwammberger
probanzas de autos.
Critica la solucin dada al punto en las instancias anteriores, sobre la
base de que la Repblica Federal Alemana y el III Reich son un mismo
Estado y, por ende, el primero posee la potestad punitiva de este ltimo.
Entiende que el III Reich se extingui en 1945 y que recin en 1949
nacen las dos Repblicas Alemanas, establecidas sobre las ruinas del III
Reich.
El experto que llev a cabo la pericia obrante a fs. 1041/1059, doctor
Alberto L. Zuppi, da cuenta de que en 1945 se origin una gran polmica
doctrinaria en punto a si el Estado alemn haba cesado de existir al
extinguirse, con la capitulacin de las tropas, toda forma de orden estatal
formndose un condominio aliado; la mayora de la doctrina se inclin por
negar que tal circunstancia diera lugar a la cesacin del Estado alemn
(puntos 5 a 7).
Principalmente, el hecho de que una vez superados los momentos
siguientes al colapso total, como consecuencia de la derrota sufrida,
comenzara el proceso de reorganizacin del Reich, unido a la
circunstancia de que ste mantuvo su soberana territorial, aunque sin el
ejercicio del poder territorial (puntos 8, 14 y 16), le permite concluir que
"la Repblica Federal de Alemania no es sucesora del Reich alemn sino
el Reich alemn mismo reorganizado polticamente" (punto 1 de las
conclusiones).
La sentencia apelada sigue, en lneas generales, el mismo criterio de
identificacin.
Por su parte, la defensa considera que las dos Repblicas Alemanas se
han establecido sobre las ruinas del III Reich, "... pero ni son herederas ni
son continuadoras del antiguo imperio, sin el resultado del
desmembramiento de aqul...".
Entiendo que la solucin dada al punto en las instancias anteriores no es
pasible de sufrir modificaciones aun cuando se aceptara la tesis
defensista, que se enrola en el principio de sucesin de Estados, una de
cuyas formas es aquella que tiene lugar como consecuencia del
desmembramiento de un Estado que se fracciona en fragmentos y luego
stos devienen, a su vez, en Estados y personas internacionales (conf.
Oppenheim, "Tratado de derecho internacional pblico", t. I, v. I, p. 172,
Ed. Bosch, Barcelona, Espaa 1961).
vigencia del art. 3, inc. 1, de la ley 1612, por lo cual hizo lugar al pedido
de extradicin de un ciudadano argentino que haba obtenido su
ciudadana con posterioridad al hecho objeto de extradicin. Esta
doctrina se mantuvo hasta Fallos t. 266, p. 137 (Rev. La Ley, t. 124, p.
765), oportunidad en la cual se arrib a la solucin contraria.
Un examen detenido de la cuestin lleva a esta corte, en su actual
integracin, a abandonar la jurisprudencia contenida en el ltimo fallo
citado y retornar, as, a la solucin de Fallos t. 81, p. 176, conforme a los
fundamentos que desarroll el Procurador General Eduardo H. Marquardt
en Fallos t. 284, p. 459 (Rev. La Ley, t. 151, p. 128). En su dictamen, el
Procurador sostuvo que el art. 669 del rito no era aplicable a supuestos
como el presente, pues los trminos de la citada disposicin al expresar
que la hiptesis a la cual alude jugar "si el reo fuese ciudadano
argentino" demostraban claramente que la condicin de argentino deba
ser anterior a la fecha en la cual se cometi el delito que da lugar a la
solicitud, o, cuanto menos, a la iniciacin de la persecucin criminal que
da lugar al pedido de extradicin. La calidad de reo, sostuvo, se adquiere
en tales momentos puesto que el vocablo vale como "inculpado" o
"incriminado". El Procurador agreg que "... si bien es cierto que el art.
3, inc. 1 de la ley 1612 ha sido modificado por el art. 669 citado, esa
modificacin versa nicamente sobre la posibilidad de opcin que
acuerda al requerido nacional, en contra de la terminante negativa que
contena la ley 1612. Ello no obsta, sin embargo, a que la restante
disposicin del art. 3, inc. 1, en cuanto dispone en qu momento debe
haberse adquirido la ciudadana argentina, siga teniendo validez como
principio rector en la materia, porque es perfectamente separable de la
parte modificada y no ha sido expresamente abrogada por el art. 669...".
Esta solucin se ve fuertemente robustecida por los trminos del
dictamen del Procurador General Enrique C. Petracchi en Fallos t. 293, p.
64 (Rev. La Ley, t. 1976A, p. 365) quien, al examinar si el art. 2 de la ley
1612 haba sido o no derogado por el Cd. Procesal Penal, concluy,
luego de un exhaustivo anlisis de los antecedentes parlamentarios de
ambas normas, que era dudoso otorgarle al cd. el carcter de ley
"posterior" respecto de la 1612, si se tena en cuenta que los
correspondientes proyectos legislativos haban sido tratados
contemporneamente por el Congreso de la Nacin.