El Taller de Gay Talese
El Taller de Gay Talese
El Taller de Gay Talese
Cuando escrib sobre The New York Times, el edificio en s era el teatro. No s quines son los
actores al principio, no conozco la trama, pero conozco el escenario y el teatro. Encuentro los
personajes simplemente yendo al teatro. A medida que paso ms tiempo all, emergen. Es casi
como si los imaginara y, de repente, ellos aparecieran misteriosamente.
-Tiene alguna rutina para las entrevistas?
-Aunque no puedo comenzar el proceso como compaero de alguien, se es mi propsito ltimo.
Necesito pasar con alguien el suficiente tiempo como para observar cambios significativos en sus
vidas. Quiero viajar con ellos en el tiempo, ponerme en situacin de ver lo que ellos ven. Luego
quiero llegar hasta el mero frente de batalla.
-Cmo convence a la gente de que hable con usted?
-A veces es un proceso largo. Tengo que venderme. Si algn talento tengo, es saber meter el pie por
la rendija de la puerta. Esto proviene de tener un inters autntico en la gente y de tratarlos con
respeto. No soy abusivo. No hay una sola persona haya yo escrito sobre ella de forma favorable o
desfavorable a quien no pudiera volver a ver.
Por ejemplo, fui a China despus de ver a Lu Ying jugar ftbol en la televisin. Saba que si
convenca a la gente de Nike o de Adidas, quiz podra encontrarla, pues esas compaas abastecan
al equipo. Por fin pude hablar con Patrick Wong, el director local de Nike, y lo llev a almorzar. l
se convirti en mi contacto ms importante en China. Result que tena un hermano en Brooklyn y
desarrollamos un vnculo. l es mi hombre, mi hermano chino. Uno necesita alguien as para
cualquier historia. Le vend mi imagen y le vend mi historia. Claro, yo estaba en Beijing, pero l fue
quien de veras me introdujo en China.
Le dije que quera averiguar lo que significaba para alguien como Lu Ying pasar por ese tipo de
derrota. Le expliqu que yo crea que ella era uno poco como la propia China, que se sobrepona a la
adversidad y a la desilusin. Todos sabemos qu es la desilusin. Uno no puede ganar siempre la
carrera. Hasta Michael Jordan falla ms tiros de los que convierte. Es un tema universal. Y Wong
empez a captar mi idea.
-Establece reglas bsicas para distinguir lo que es confidencial y lo que no antes de empezar?
-Yo no empiezo as porque las entrevistas que hago no son polvos pasajeros. La persona que
entrevisto tiene que entender que nos estamos embarcando en una relacin de largo plazo, donde
nada tendr que ser confidencial. Claro, acepto ciertas condiciones y las cumplo. Pero si me dicen
que algo es confidencial, simplemente no hablo con ellos. Insisto en que todas las citas deben
asignarse a nombres reales.
Cuando escriba La mujer de tu prjimo, haba un personaje, llamado John Bolero, que al comienzo
me confi ciertas revelaciones y luego pretendi que fueran confidenciales. Al or esto, de inmediato
viaj a Los ngeles para hablar con l y con su mujer. Les dije: Ustedes no pueden hacer esto. El
punto es que ustedes al aparecer declaran su individualidad, y sin nombre ustedes ya no son ustedes.
Son alguien diferente!. Finalmente logr que l levantara la restriccin. Tuve que hacerle entender
que lo que estbamos haciendo, como socios, era tan importante que deba honrar nuestro acuerdo
previo.
-Qu poltica tiene sobre el cambio de nombres?
-Aparte de que me consterna, no me interesa nadie que cambia los nombres al escribir no ficcin. No
me importa sobre quin est escribiendo. Si estoy leyendo una revista y veo un nombre cambiado, la
dejo.
-Cmo hace para convencer a la gente de darle tanto acceso?
-Lo primero que hago es explicar por qu la persona es tan importante para m. Les digo que hay
algo importante en ellos, algo que todava no s y que no ha sido explorado. Tengo que convencerlos
de que lo que hago vale la pena.
-De acuerdo, con eso puede que le den una tarde. Cmo los convence de que le den das, semanas,
meses?
-Voy a contarle cmo fue en China. Tras varias comidas con el seor Wong de Nike, obtuve permiso
para ir al lugar en el que el equipo chino entrenaba para los Juegos Olmpicos de Sydney. Las vi
jugar, les di la mano y me hice tomar fotos con ellas. Entonces un burcrata del Ministerio de los
Deportes dijo: Gracias, seor Talese. Logr lo que quera. Hasta luego. Yo contest: Qu? No
obtuve nada! Quiero volver a verla. Me dijo que la chica estaba demasiado ocupada, y yo regres a
mi hotel muy frustrado.
El da siguiente le dije a Patrick Wong: Sabe, acabo de caer en cuenta que Lu Ying no es el centro
de mi historia. Su madre es la historia! Ver, en Estados Unidos tenemos unas madres activistas,
mujeres privilegiadas que llevan a sus hijas a jugar ftbol en grandes camionetas. Pero en China las
madres de estas futbolistas no tienen carro ni ninguno de esos privilegios. Vienen de familias muy
pobres. Le expliqu que las heronas no eran las jugadoras que son vistas por millones en la
televisin. No, las verdaderas heronas annimas eran las madres de estas chicas!
Mi estrategia fue evitar los lugares de entrenamiento que eran oficiales y obtener la historia por
intermedio de las madres. Enfocndome en las madres de las futbolistas, esperaba que la presin
cedera y as poder obtener la historia que realmente quera.
Por fin pude echarle mi cuento a la madre de Lu Ying en el lobby de mi hotel. Le dije que pensaba
que su vida haba influido en su hija, que ella me pareca una tpica madre china del presente, de sas
que haban salido de la pobreza, de la Revolucin Cultural y que, sin embargo, haban logrado que
sus hijas tuvieran la libertad de jugar al ftbol. Ella pareci interesada, de modo que hicimos otra
cita para encontrarnos en el mismo lobby cuatro das despus. Esta vez hablamos con ms libertad y
le pregunt si poda visitarla en su casa. Estuvo de acuerdo, y una semana ms tarde mi intrprete y
yo fuimos hasta el hutan en el que vive. Era una edificacin en la que habitaban 25 personas, toda
una familia en un lugar muy estrecho. Vi dnde dorma Lu Ying; encima de la cama tena una foto de
Michael Jordan. Sus pares de pequeos guayos estaban alineados contra la pared. Era maravilloso!
Y mientras hablbamos me presentaron a una viejita que era la madre de la madre: la abuela de Lu
Ying! La abuela tena pies vendados1. Haba vivido en la China prerrevolucionaria. Pens: Un
momento, esta es una historia generacional sobre una abuela, una madre y Lu Ying. Y volva y
volva a visitarlas.
De modo que para responder su pregunta sobre cmo obtengo todo el acceso que necesito, lo
obtengo un paso a la vez. Me vendo gradualmente en cada paso. Lo esencial es estar all y conocer a
la gente.
-Alguna vez hace entrevistas por e-mail o por telfono?
-No tengo e-mail, no uso eso. Utilizo el telfono para hacer citas, pero todas las entrevistas las hago
en persona. Siempre voy personalmente a todas partes. Quiero ver a la gente a la que entrevisto, y
quiero que me vean. Todo es visual.
-Toma notas mientras conversa?
-Siempre estoy anotando cosas que me parecen interesantes. Pero soy discreto. No uso libretas
porque son demasiado voluminosas. En cambio, corto en tiras las cartulinas que traen las camisas
cuando llegan de la lavandera y tomo mis notas en ellas. Siempre cargo un bolgrafo y algunas de
sas [Talese saca unas cuantas tiras de cartulina del bolsillo de su chaqueta].
Dejo la alcoba conyugal y subo al cuarto piso, que es donde tengo mi ropa. Me ducho y me pongo
chaqueta y corbata. Salgo a la esquina a comprar The New York Times, aunque no lo leo en ese
momento. Pero si no lo compro por la maana, se agota y odio eso. Luego bajo a mi oficina, que
tiene una entrada del todo independiente de la de la casa.
Me hago el desayuno en la cocinita que hay, usualmente caf y un muffin integral, y lo llevo hasta
mi escritorio. En ese momento ya son tal vez las ocho y media. No tengo telfono o e-mail en mi
oficina, de modo que nada me perturba. A las doce y media me hago un pequeo sandwich. Como
comer arruina mi concentracin, a la una y media voy al gimnasio.
En el gimnasio pedaleo en una esttica mientras leo el Times y luego hago otros ejercicios. Eso mata
un par de horas. Regreso hacia las tres, y a las cuatro subo a la casa por primera vez desde que baj a
las ocho de la maana. Trabajo en mi escritorio del cuarto piso, contesto llamadas, miro el correo y
pago cuentas. Vuelvo a bajar a la oficina a las cinco y miro lo que he escrito en el da. Trato de
continuar escribiendo hasta las ocho de la noche.
Luego salgo. Me gusta salir. Todas las noches. Adoro los restaurantes. No necesariamente los
sofisticados, sino cualquier restaurante. Trato de regresar a casa hacia la medianoche o un poco
antes. Alcanzo a ver el fin de The Charlie Rose Show.
En los fines de semana voy a mi casa en Ocean City, donde vive mi madre de 95 aos. All tengo
una oficina idntica a la de la ciudad, me levanto por la maana y repito el proceso. O sea que no
cambia nada en los siete das de la semana.
-Y la propia rutina de escribir, cmo es?
-Comienzo con una libreta amarilla a rayas y un lpiz. Lo primero que hago es intentar imprimir una
oracin. Ojo que digo intentar imprimir una oracin, e imprimir, no escribir. Uso grandes letras
maysculas. En seguida le echo un vistazo, la cambio, la rescribo, y trato de lograr otra. A veces me
toma un par de das tener cinco o seis oraciones en grandes maysculas. ste es el inicio de una
pieza.
Cuando tengo por ah cuatro o cinco pginas en maysculas, las paso a mquina, a triple espacio, en
una mquina elctrica. Luego edito y rescribo esas oraciones una y otra vez hasta que tengo una
nica pgina a mquina que me satisface.
Despus tomo esa pgina y la pego a la pared con un alfiler. Tengo paneles de poliestireno para esto.
Luego repito todo el proceso otra vez, escribo otra pgina y la pego a la pared al lado de la anterior.
Son como piezas de ropa en un tendedero. Tengo cuatro o cinco paneles de poliestireno, de modo
que puedo poner hasta treinta y cinco pginas seguidas en tres filas.
-Por qu las pega a la pared?
-Porque me ayuda a tener una perspectiva diferente: puedo ver cmo se mueven las escenas, como
funciona el lenguaje, como fluyen las oraciones. Me pierdo cuando reescribo y quiero volver a ver el
material. Quiero verlo con ojos frescos, como si otra persona lo hubiera escrito. Sola pegar las
pginas a la pared, luego sentarme en una silla al otro lado de cuarto y de ah mirarlas con binculos.
Pero mi oficina de ahora es demasiado estrecha para eso.
-Y ahora cmo logra la perspectiva diferente?
-Me invent otro sistema. A cambio de los binculos, hago dos copias empastadas del libro en
proceso. La primera es de tamao regular. La segunda contiene las mismas pginas de la primera,
pero reducidas en un 67% por la fotocopiadora. La misma encuadernacin, los mismos nmeros en
las pginas, pero la copia que es mucho ms pequea se ve por eso muy diferente. As logro el
mismo efecto de distorsin que lograba con los binculos.
-Antes de La mujer de tu prjimo, usted raramente apareca en sus escritos. Por qu?
-Si yo voy a aparecer en un texto, ms vale que haya una razn poderosa para ello. Antes de La
mujer de tu prjimo, el material no lo exiga. Un libro como Honrars a tu padre trata de Bill
Bonanno, con quien yo me identificaba. Tenamos la misma edad y los mismos antecedentes. No
haba razn para mi presencia, dado que l estaba all y poda representarme.
-Razn de ms para sorprenderse cuando usted se describe en tercera persona al final de La mujer
de tu prjimo (Talese empez a considerar a las masajistas como especies de terapistas sin
licencia).
-Lo hice as porque no cre que pudiera usar la primera persona en ese libro. Quera preservar el
sentimiento de neutralidad, pues gran parte del sexo sobre el que escriba era sexo neutral. S
consider involucrarme y se me ocurri terminar en un campo nudista cerca de Ocean City. Mucha
gente opin que eso resultaba un tanto exhibicionista.
-Usted tiene una tcnica muy personal para conectar a los personajes en sus libros. Por ejemplo,
rastrea el cuchillo que Lorena Bobbit utiliz para cercenarle el pene a su marido hasta un almacn
Ikea, donde lo compr. Luego encuentra a la mujer que se lo vendi. La mujer de tu prjimo
empieza con un nio viendo a una modelo desnuda en una revista. Despus rastrea ambas vidas.
Por qu hace eso?
-Quiero trasmitir el asombro de la realidad. Creo que si uno excava lo suficiente dentro de los
personajes, estos se vuelven tan reales que sus historias adquieren un aire imaginario. Parecen de
ficcin. Yo aspiro a evocar la corriente ficcional que fluye bajo el ro de la realidad.
-Cree usted que el periodismo puede llevar a la verdad?
-No, yo creo que las opciones editoriales sobre lo que sale o no en peridicos y revistas son tan
subjetivas que uno casi nunca obtiene toda la verdad. Las huellas del editor estn por todas partes en
lo que escoge. La seleccin de personajes en El reino y el poder, para dar un ejemplo, demuestra que
no existe esa vaina que llaman el periodismo objetivo. Tampoco existe la verdad absoluta. Los
reporteros pueden encontrar lo que quieren encontrar. Todo reportero va a la batalla con la totalidad
de sus cicatrices encima. Un reportero nunca acierta de todo. Logra lo que es capaz de lograr, lo que
quiere lograr.
-Pero, y qu hay sobre la verdad en su propia escritura?
-Yo tengo un punto de vista calabrs, que me viene de descender de un pueblo muchas veces
invadido. Sufrimos de ver las cosas desde demasiados ngulos a la vez. Yo veo muchos, muchos
puntos de vista diferentes. As que mi punto de vista consiste en tener muchos puntos de vista.
Dnde est la verdad ah?