Genealogías de La Colombianidad
Genealogías de La Colombianidad
Genealogías de La Colombianidad
En lo que sigue quiero referirme brevemente al modo en que se construyeron y se implementaron los
imaginarios centralistas de la nacionalidad colombiana en el siglo XIX. Para ello me es preciso
aclarar, en primer lugar, que cuando hablo de nacin no me estoy refiriendo inicialmente a un objeto
emprico que exista con independencia del discurso que lo genera, sino a un conjunto de
representaciones que se localizan espacial y temporalmente, en la medida en que logran
institucionalizarse. La nacin es, entonces, un invento, o, como lo dijera Benedict Anderson, una
comunidad imaginada. Ahora bien, que la nacin sea una construccin discursiva no quiere decir
que sea simplemente un producto artificial, o una mascarada falsa e inautntica. Pues desde el punto
de vista de la teora social, lo que interesa no es la adecuacin que tengan esas representaciones
con un estado real de cosas, sino la funcin que cumplen al interior de un orden poltico. No har
referencia, entonces, a la nacin como el conjunto de expresiones culturales de un pueblo, al estilo de
Herder y Hegel, sino a la nacin en tanto que construccin discursiva que cumple funciones
legitimatorias.
A la pregunta de quin o quines son los sujetos que inventan la nacin responder de la siguiente
manera: en Amrica Latina, la nacin ha sido fundamentalmente un invento del Estado, o, para
decirlo con mayor precisin, de aquellos grupos de poder que controlan el Estado. Entre nosotros, ha
sido el Estado quien, haciendo uso de su capacidad de reclutamiento y de control social, ha intentado
difundir en los habitantes de su jurisdiccin un sentido de identidad corporativa y de lealtad cvica. Les
hablar, entonces, de los dispositivos creados por el Estado en el siglo XIX para inculcar en la
poblacin una serie de representaciones capaces de identificar a los miembros de una comunidad
como parte integral de la nacin colombiana. Y a este procedimiento crtico, que pretende mostrar el
carcter violento y excluyente de las representaciones decimonnicas de la nacionalidad, le dar el
nombre de Genealogas de la colombianidad.
Hechas estas alcaraciones metodolgicas, comenzar diciendo que el siglo XIX puede caracterizarse
en nuestro medio como el esfuerzo por parte de las lites polticas e intelectuales por insertar a
Latinoamrica en la dinmica de la modernidad occidental. Una vez consolidada la independencia
poltica frente a Espaa, las oligarquas dirigentes se vieron ante la necesidad de reorganizar las
antiguas sociedades coloniales de acuerdo al modelo de desarrollo ofrecido por Francia, Inglaterra y
los Estados Unidos. La agenda de cambios inclua, en primer lugar, la construccin jurdico-poltica
del Estado como eje alrededor del cual giraran los dos grandes proyectos modernizadores: el
econmico y el cultural. La modernizacin econmica buscaba la incorporacin de las jvenes
Repblicas al mercado mundial con la esperanza de que tal apertura conllevara, en virtud de su
propia racionalidad interna, el progreso material y moral de la sociedad. La modernizacin cultural
buscaba, en cambio, crear el perfil del ciudadano que deba sustentar es decir ser sujeto de este
progreso moral y material. A travs de polticas culturales y educativas, el Estado deba modelar y
civilizar los hbitos, ideas y sensibilidades de los ciudadanos, con el fin de que abandonasen la
barbarie propia del mundo colonial.
bello, que exaltaba valores tales como la armona, la reconciliacin, el orden, la simetra, la dialctica
y el consenso.
Quisiera finalizar con la siguiente reflexin: las taxonomas de la nacionalidad jugaron como
dispositivos de nivelacin al interior de un Estado colombiano que quera representarse en y con la
modernidad. La neutralizacin de las diferencias regionales, la homogeneizacin de la lengua y las
costumbres, la igualacin de los tiempos y las lgicas, obedeca a la necesidad que tena el Estado
de ejercer un control absoluto sobre lo social con el fin de impulsar la modernizacin. Pero en este
proyecto de ingeniera social jug un papel fundamental el concepto de raza. Este concepto es
producto de lo que Enrique Dussel ha llamado la modernidad primera, que corresponde a la
hegemona poltica de Espaa y Portugal en el sistema-mundo moderno. Naci en el siglo XVI al
calor de los debates que se dieron en Espaa sobre la necesidad de someter a los indios americanos
al dominio del orbis cristiano, y tom cuerpo en instituciones coloniales como la mita y el resguardo.
Ya en los siglos XVII y XVIII, una vez transladada la hegemona del sistema-mundo desde Espaa
hacia Francia y Holanda, el concepto de raza qued incorporado a un registro terico ilustrado
denominado filosofa de la historia. Aqu las diferencias jerrquicas entre unos pueblos y otros y,
concomitantemente, el lugar que les corresponde en la divisin social del trabajo eran justificadas
de acuerdo a su nivel de desarrollo, medido en una escala temporal-evolutiva. Los pueblos que en
esta escala aparecen como ms adelantados pueden, en consecuencia, ocupar legtimamente el
territorio de los ms atrasados y llevarles, sin reparos de conciencia, los beneficios de la civilizacin.
En el siglo XIX, y coincidiendo con la consolidacin de la hegemona inglesa, el concepto de raza se
desprende finalmente de la filosofa de la historia y queda cientifizado, es decir, incorporado a la
metodologa de las ciencias positivas y de las nacientes ciencias sociales. La superioridad de unas
razas sobre otras era vista como resultado inevitable de la evolucin de las especies; como una ley
inexorable de la naturaleza susceptible de ser verificada empricamente.
Lo que quiero decir es lo siguiente: todas las taxonomas de la nacionalidad colombiana estudiadas
anteriormente, las constituciones polticas, las gramticas de la lengua y los manuales de conducta,
establecan criterios de diferenciacin social que se encuentran atravesados por una lgica colonial.
La idea de raza, que en siglos anteriores haba servido como criterio de diferenciacin social entre los
colonizadores blancos y los colonizados pardos o mestizos, es ahora reproducida para
establecer una separacin entre la minora criolla y el resto de la poblacin, vista como inferior por
causa de su color y proveniencia social. Los indios, los negros y los mestizos deban ser
disciplinados porque comparten una serie de valores, creencias y formas de conocimiento que les
impide llegar, por s mismos, a disfrutar de los beneficios de la civilizacin. Hay algo en su cultura, y
quizs hasta en su biologa, que les coloca en conflicto con los valores universalistas compartidos por
el hombre blanco.
Desde este punto de vista, la modernizacin cultural promovida por el Estado colombiano en el siglo
XIX se encontraba fundada en relaciones coloniales de poder. As por ejemplo, la ciudadana no era
restringida nicamente a los varones casados, alfabetos, heterosexuales y propietarios, sino que
adems tenan que ser blancos. A su vez, los individuos que quedaban por fuera del espacio
ciudadano no eran nicamente los homosexuales, enfermos mentales, prisioneros y disidentes
polticos de los que habla Michel Foucault, sino tambin, y muy especialmente, aquellos que
contribuan a la degeneracin de la raza colombiana: los negros, los indios, los mestizos y los
judos.
Trazar las genealogas de la colombianidad implica entonces tener en cuenta que cualquier recuento
de la modernidad que no tenga en cuenta el impacto de la experiencia colonial en la formacin de las
relaciones propiamente modernas de poder resulta no solo incompleto sino tambin ideolgico. Pues
fue precisamente a partir del colonialismo que se gener ese tipo de poder disciplinario que, segn
Foucault, caracteriza a las sociedades y a las instituciones modernas. Si como hemos visto, el
Estado-nacin colombiano operaba como una maquinaria generadora de otredades que deban ser
disciplinadas, esto se debe a que el surgimiento de los estados latinoamericanos se da en el marco
de lo que Walter Mignolo ha llamado el sistema-mundo moderno/colonial. Aqu, las relaciones
macroestructurales de poder operan como un dispositivo taxonmico que genera identidades
opuestas en base a criterios raciales. Anbal Quijano ha denominado a este dispositivo la
colonialidad del poder. Este concepto ampla y corrige el concepto foucaultiano de poder
disciplinario, al mostrar que los dispositivos panpticos erigidos por el Estado moderno se inscriben
en una estructura ms amplia, de carcter mundial, configurada por la relacin colonial entre centros
y periferias a raz de la expansin europea. Las genealogas de la colombianidad son, entonces, una
excusa para pensar la modernidad perifrica de Amrica Latina y para pensar, en ltimas, los
orgenes del proceso de globalizacin en el cual todos nos hallamos involucrados.